Nuestra Cultura 23
Nuestra Cultura 23
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Revista de distribucin gratuita
La
historieta
nacional
Revistas, dibujantes,
guionistas, personajes y
editoriales que hicieron
escuela.
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FLASHES DE GESTIN
La ruta transocenica
de las industrias
culturales
Fueron cuatro das pletricos de rondas de negocios, charlas, conferencias y conciertos en Santiago
de Compostela, Espaa. Extendiendo a escala internacional el formato creado en la Argentina para
impulsar la produccin cultural del pas, la Secretara de Cultura de la Presidencia de la Nacin y la
Xunta de Galicia organizaron de forma conjunta el Mercado de las Industrias Culturales Atlnticas
(MICAtlntica), que, del 23 al 26 de noviembre, inaugur un espacio de encuentro e intercambio para
gestores culturales, productores, artistas, diseadores y compaas de Argentina, Espaa y Portugal.
El balance de lo sucedido seala que se celebraron 1550 reuniones de trabajo entre productores y
empresas de los sectores editorial, diseo y artesana, msica, videojuegos, artes escnicas y artes
audiovisuales. Adems, se rmaron acuerdos comerciales, se establecieron alianzas estratgicas, y se
pautaron propuestas y compromisos futuros.
Esta actividad no es efmera; es una tarea que debe ser permanente e indestructible. Espacios como el
que abre MICAtlntica expresan el enorme potencial que tienen las industrias creativas y demuestran,
una vez ms, que cuando hablamos de cultura no nos remitimos al mero entretenimiento, sino a un
trabajo sostenido en el tiempo, seal desde Galicia el secretario de Cultura de la Presidencia de la
Nacin, Jorge Coscia.
En Cidade da Cultura, Jorge Coscia recorre junto al consejero de Cultura, Educacin y Ordenacin
Universitaria de la Xunta de Galicia, Jess Vzquez Abad, la muestra de MICAtlntica dedicada al sector
editorial, que reuni libros de autores y editoriales gallegas y argentinas.
AUTORIDADES NACIONALES
PRESIDENTA DE LA NACIN
Cristina Fernndez de Kirchner
VICEPRESIDENTE DE LA NACIN
Amado Boudou
SECRETARIO DE CULTURA DE LA NACIN
Jorge Coscia
SUBSECRETARIA DE GESTIN CULTURAL
Marcela Cardillo
SUBSECRETARIA DE POLTICAS SOCIOCULTURALES
Alejandra Blanco
JEFE DE GABINETE
Fabin Blanco
DIRECTOR NACIONAL DE PATRIMONIO Y MUSEOS
Alberto Petrina
DIRECTOR NACIONAL DE ARTES
Jos Luis Castieira de Dios
DIRECTORA NACIONAL DE POLTICA CULTURAL
Y COOPERACIN INTERNACIONAL
Mnica Guariglio
DIRECTOR NACIONAL DE INDUSTRIAS CULTURALES
Rodolfo Hamawi
DIRECTORA NACIONAL DE ACCIN FEDERAL
Mara Elena Troncoso
DIRECTOR NACIONAL DE PROMOCIN
DE LOS DERECHOS CULTURALES Y
DIVERSIDAD CULTURAL
Federico Escribal
DIRECTORA NACIONAL DE PARTICIPACIN
Y ORGANIZACIN POPULAR
Mara del Valle Aguilar
JEFE DE COMUNICACIN Y PRENSA
Alejandro Obeid
NUESTRA CULTURA ES UNA PUBLICACIN DE LA
SECRETARA DE CULTURA DE LA NACIN.
AV. ALVEAR 1690, (C1014AAQ) CIUDAD
AUTNOMA DE BUENOS AIRES.
[email protected] / WWW.CULTURA.GOB.AR
REALIZACIN INTEGRAL: REA DE COMUNICACIN
Y PRENSA.
STAFF
DIRECTOR: ALEJANDRO OBEID / REDACCIN: SOFA
ARUGUETE, BETTINA BARBIERI, LEILA GANEM,
IRINA JOROLINSKY, CELESTE MENAJOVSKY,
PAOLA MOLINA, EUGENIA PREZ ALZUETA, ANA
QUIROGA, MARTN REYD, BRBARA SCHIJMAN,
FTIMA SOLIZ, LAURA SPINELLI, GABRIEL TRIPODI
Y MARA JOS VERNA / DISEO Y DIAGRAMACIN:
ORLANDO GOLDMAN, MARTN MAROTTA, GUSTAVO
WALD Y ARIEL ZALECHAK / FOTOGRAFA: GABRIELA
POMERANIEC, SILVINA FRYDLEWSKY, MAURO RICO,
ROMINA SANTARELLI Y AUGUSTO STARITA / LOGSTICA
Y COLABORACIN: SOLEDAD AMARILLA, ADRIANA
DAOIZ, ALEJANDRO GIMNEZ, PABLO MALDONADO,
NAHUEL MOROZ, SOLEDAD OBEID Y NICOLS RANDO.
ADMINISTRACIN: GEORGINA IBARROLA
Y AGUSTINA RICO. ILUSTRACIN DE TAPA: GASTN
LPEZ.
ISSN 1852-8651
nuestraCultura | nro. 23 | ao 6 | enero 2014
JORGE COSCIA
SECRETARIO DE
CULTURA DE LA
PRESIDENCIA
DE LA NACIN.
Comenzamos otro ao de gestin institucio-
nal y cultura compartida, una cultura que nos
habla, nos representa y nos llena de orgullo en
cada mbito y en cada lugar donde se proyecta.
Una cultura inclusiva, hecha por todos y para
las mayoras.
En tiempos de veraneo y descanso, elegimos
abordar como tema de tapa un gnero que
pocos lo saben surgi en aquellos das de
mayo que trazaron el futuro patrio y hoy sigue
interpretando la coyuntura como ninguno.
Otrora considerada un arte menor, la historieta
cifra nuestra identidad y abona la fantasa
conjugando con maestra dos disciplinas:
la literatura y el dibujo (como en tantas
ocasiones, aqu el resultado excede la suma de
las partes).
Durante dcadas, acompaando el desarrollo
de la industria editorial y del pblico lector,
la historieta fue una usina ferviente de la
creatividad popular que, por la calidad de
nuestros guionistas e ilustradores, convoc la
atencin internacional, y recogi premios y
distinciones por el mundo.
Cuando hubo que callar, las vietas, imantadas
de humor, servan para disparar verdades.
Hoy son parte de la memoria colectiva y del
patrimonio intangible que debemos preservar.
Se comprende, as, el sentido de las actividades
vinculadas a la historieta que motorizan esta
Secretara y la Biblioteca Nacional, sobre lo que
se informa en esta edicin.
Valgan estas pginas de homenaje a los
artces del gnero, a los personajes eternos,
a las publicaciones que los acogieron, a los
nuevos talentos. Esperamos que el lector lo
disfrute.
Sumario
VIAJE EN GLOBO
Cules son los antecedentes de la historieta argentina? De la protohistorieta a la reivindicacin como
noveno arte.
DIBUJAR/TESTIMONIAR
El siglo XX y el boom de la historieta argentina, por Oscar De Majo.
HROES DE PAPEL
Todo a la historieta: cinco editoriales independientes que apuestan a esta narrativa. Sus perspectivas,
interrogantes y balances.
AVIETADOS
Historietas de vida: opinan Andrs Valenzuela, Ignacio Minaverry, Salvador Sanz y Pablo De Santis.
CUL ES SU PERSONAJE DE HISTORIETA ARGENTINA FAVORITO?
Referentes de la cultura argentina eligen. Adems, las acciones a favor del gnero organizadas por la
Secretara de Cultura y la Biblioteca Nacional.
EL RIGOLETTTO, POR OSKI Y CSAR BRUTO
Una humorada de una de las duplas ms famosas de la literatura dibujada local: Oscar Conti y Carlos
Warnes.
VIVIR PARA CONTARLO
La psicoanalista Perla Sneh habla de su libro Palabras para decirlo. Lenguaje y exterminio, ganador de la
categora Ensayo sociolgico de los Premios Nacionales.
LATINOAMRICA EN TODAS PARTES
El festival Sonamos Latinoamrica cumple siete aos, y sus creadores, Oscar Poli Gomtolo y Rolando
Goldman, cuentan el recorrido y los desafos.
TIERRA DE HUARPES
Vistas de la comunidad Lagunas del Rosario, en Mendoza.
LA CULTURA SOBREVIVE A LAS CONDICIONES MS ADVERSAS
Ticio Escobar, exsecretario de Cultura del Paraguay, evala los efectos de la modernidad en las nociones de
cultura.
UNA DE MIEDO
Daniel de la Vega compone una mirada de gnero sobre el cine en el pas. Hernn Panessi habla de una
generacin de cineastas que llev el terror de los mrgenes al centro.
RITMO DE VERANO
Las estas nacionales y su msica, en foco: en enero, Corrientes festeja el chamam, mientras que Entre
Ros lustra monturas para el Festival de Jineteada y Folclore de Diamante.
UN PASEO POR CUATRO SIGLOS
Residencia jesutica en el siglo XVII, hoy el Museo Nacional de Alta Gracia despliega entre sus muros la
historia que le vali ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
CANTANDO BAJITO
El Coro Nacional de Nios, 46 aos formando las voces del futuro.
NUESTROS ARTISTAS
El Eternauta fragmentado, de Marta Minujn, junto con un extracto
del prlogo escrito por Hctor Germn Oesterheld.
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Revista de distribucin gratuita
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LA PROTOHISTORIETA
No es descabellado ni arriesgado retrotraerse hasta las imgenes, signos y di-
bujos fechados hace ms de 12.000 aos en el hemisferio sur de Amrica, y
ms precisamente en la Argentina, para localizar las primeras prehistorietas o
protohistorietas. Formas de expresin del hombre prehistrico, estas imgenes se
encuentran hoy en distintas cavernas o aleros de ms de 17 provincias del pas:
entre ellas, se destacan las Cuevas de las Manos, en Santa Cruz (12.000 a. de
C.), las Cuevas de Lonco Vera, en Ro Negro (6000 a. de C.) y las Cuevas de los
Quebrachos, en San Luis (6000 a. de C.).
Una simple lnea pintada por el hombre o un trazo sobre cualquier soporte pie-
dra, madera cuero o papel, realizado con algn tipo de herramientas, es un
vehculo de comunicacin. Las imgenes fueron los primeros moldes que encon-
tr el ser humano para expresarse cuando las letras y los nmeros no estaban
codicados. El dibujo es esa otra forma de caligrafa (ideograma) que, a travs
de la imagen, transmite el mensaje; con l, la historieta puede aspirar a relatar la
vida de la humanidad. Ms an, el dibujo puede derivar en la expresin de dis-
tintos conceptos culturales, polticos y sociales, por aquello de que el ser humano
piensa en forma de imgenes.
Las distintas culturas tribales comunitarias, que poblaron estas tierras y fueron
habitando las cuevas prehistricas, se expresaban a travs de la lnea y el di-
bujo, y conformaban secuencias narrativas que bien pueden llevar el ttulo de
prehistorietas. Los mapuches, tehuelches, onas, tobas y mocoves, pehuenches
y puelches, comechingones y sanavirones, diaguitas, calchaques y guaranes,
entre otros pueblos, utilizaban como soporte de sus publicaciones las cortezas
de los rboles o el cuero de los animales, que estampaban con tcnicas como
el pirograbado, la carbonilla (mediante el fuego) y la que hoy se conoce como
aergrafo. As fue tambin en todo el hemisferio sur, entre las culturas chimu,
nazca, mochica, azteca e inca.
Con trazo sencillo y rasgos simplicados, o exagerando la expresin de aspectos
tanto fsicos como espirituales, estas imgenes pueden sintetizar la esencia de la
naturaleza y de las personas, y plasmarla en un dibujo. Con secuencias de ellas,
surge una historieta.
HISTORIETA
Viaje
en
globo
Considerada durante demasiado tiempo
un gnero menor, un entretenimiento para
nios, la historieta argentina supo ocupar un
lugar central en el consumo cultural masivo.
Medio de expresin artstico, no son pocos
los que hoy se animan a reconocer en ella
una corriente literaria, alejarla del mote de
trivial y hasta considerarla el noveno arte.
Pero cmo naci esta narrativa dibujada en
el pas? Cules fueron sus antecedentes?
Qu se mantuvo y qu cambi en el siglo XX?
Cal, Buenos Aires en camiseta, en Rico Tipo.
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Proclama antirrealista de 1806.
Pgina de Caras y Caretas, 1901.
Detalle de la
caricatura de San
Martn puesta en
circulacin por los
espaoles.
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LA ESPADA, LA PLUMA, LA VIETA
Cuando corran los primeros aos del siglo XIX en Buenos Aires, aseguran los
historiadores que, entre las batallas que libraban los patriotas por la Independen-
cia, la ms incisiva era la batalla cultural, que se vala de medios psicolgicos y
propagandsticos.
Tambin los realistas eran expertos en esta forma de penetracin y colonizacin.
En la gran aldea colonial, distribuan masivamente lo que podra denominar-
se una historieta poltica en forma de croquis-paneto de papel, cuando el
globo que encierra las palabras todava no se haba inventado. As, un asno con
la cabeza de OHiggins, montado por el general San Martn, arrea al pueblo chi-
leno, representado por un rebao de ovejas. En un segundo plano, Pueyrredn
entrega dinero a Garca Tagle, quien lo recibe arrodillado. Se trata de una entre
muchas piezas de este tipo, fechada en 1819.
Otra historieta del mismo tenor realizada por los godos como se les deca a
los espaoles por entonces caricaturiza a San Martn: sobre el costado derecho
de un trono que ocupa el centro de la imagen, se lo representa con el cuerpo de
un leopardo erguido en dos patas y subido a un montculo de cuerpos humanos
despedazados. Este San Martn animalizado ostenta en sus manos, o patas, una
cabeza humana cortada y de su cabeza escapa una corona. Este documento
histrico combina imagen y texto. A pie de pgina, puede leerse: Estos trofeos
arman el trono. Mientras, O Higgins escucha arrodillado a San Martn, al
que le sale de la boca, en forma serpenteada, la siguiente frase: Ahora que los
pueblos tiemblan y no te ven yo te har prncipe de la sangre y sers el primero
despus del rey (ver ilustracin).
La idea aqu es mostrar a un San Martn ambicioso e interesado, cuya intencin
nal era convertirse en rey tanto del Virreinato del Ro de la Plata como de es-
tas latitudes, lo que lograra nombrando prncipe al general chileno. Sobre el
costado izquierdo de esta historieta, hay una persona, acaso un espaol, que,
mientras seala la escena de los cuerpos mutilados, proclama ante una multi-
tud: Pueblos, arrancad la venda de vuestros ojos y ved all vuestros destinos!
y agrega: Vctimas de un traidor! Esclavos de un tirano!. Aun sin presentar
una secuencia de cuadros o vietas, hay aqu una continuidad narrativa; y por
el modo en que estn colocados los dibujos, se trata de una perfecta prehis-
torieta grca.
Esta tendencia a ilustrar a los polticos a partir de guras de animales conti-
nuara durante toda la historia del arte grco, humorstico y poltico de la
Argentina: un chancho para Julio Alsogaray, una vaca para Pedro Eugenio Aram-
buru, un pajarraco sediento de petrleo para Arturo Frondizi, una
tortuga para Umberto Illia, una morsa para Juan Carlos Ongana,
etctera.
Pero la expresin grca de humor poltico y social ms antigua
de estas tierras surgi del lado de los patriotas y de quienes vean
afectados sus intereses comerciales por la dominacin espaola. Por
aquellos aos, circul una proclama en papel con el dibujo de un
burro gritando Viva el rey!. El texto sala de la boca del animal,
dejando al descubierto la obsecuencia de los realistas; corran los pri-
meros das de 1806 (ver ilustracin). En opinin de algunos historia-
dores, es posible que se tratara de una forma de penetracin ideol-
gica atribuida a la corona britnica, para inuir en la delidad entre la
corona hispana y los criollos que se enriquecan con el comercio y el
contrabando en el Ro de la Plata.
En los aos que siguieron a la Revolucin de Mayo, la enseanza ar-
tstica resurgi debido a los esfuerzos del inquieto fray Francisco de
Paula Castaeda, quien consideraba la gradia la madre y maestra
de todas las artes y sostena que nadie deba ignorar ese conocimien-
to, pues, de lo contrario, se expone a mil errores. As, este religioso
Anuncio publicitario con Viruta y Chicharrn,
de Manuel Redondo, 1912.
Lino Palacio,
Don Fulgencio,
en La Razn,
1936.
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inquieto fund innumerables peridicos, tales como El desengaador gauchi-
poltico, fedeimontonero, publicacin que, aparecida en 1822, inclua dibujos.
En 1814, destin dos aulas del convento de los Recoletos Franciscanos, situado
al lado de la iglesia del Pilar, para que funcionara all la escuela de gradia, el
arte de delinear o disear, a n de infundir en la masa del pueblo el hbito de
las artes grcas.
Tiempo antes, sin contar con el beneplcito de los espaoles, tambin Manuel
Belgrano haba estimulado la enseanza del dibujo en el Ro de la Plata: su inicia-
tiva se plasm en la escuela que funcion en el edicio del Consulado, cerrada en
1802. Ya en 1779, armaba que el dibujo era importante para el nativo de estas
tierras como lo era para los europeos.
En 1828, Hiplito Bacle, un ginebrino recin llegado a estas tierras, instal una de
las primeras imprentas de litografa. Un ao despus, imprimi con esta tcnica de
grabado en piedra el manual Los principios del dibujo, considerado el primer ma-
terial didctico del pas. Sus trabajos recorrieron el mundo y, entre ellos, el que ms
se destac fue Costumbres de Buenos Aires, impreso en 1835, que retrataba la
sociedad de aquella poca con irona y grandilocuencia, destacando, por ejemplo,
los peinetones que utilizaban las mujeres y que estaban de moda por entonces.
Acusado por Rosas de vender planos de Buenos Aires a los ingleses, muri en pri-
sin sin haber concretado su idea de fundar una escuela de arte en Buenos Aires.
Durante la segunda mitad del siglo, surgieron los hitos de la Escuela Argentina
de la Historieta: el 24 de mayo de 1863, apareci la primera edicin de El Mos-
quito, ilustrada por Henri Meyer, y con colaboraciones de Eduardo Wilde y Henri
Stein, otro francs que imprimira su sello en la sociedad portea. Veinte aos
despus, naci el peridico Don Quijote, fundado por el espaol Eduardo Sojo,
donde trabaj uno de los ms grandes dibujantes del momento: Jos Mara Cao
Luaces. Y casi a las puertas del siglo XX, en 1898, comenz a circular el nmero
0 de Caras y Caretas, de la mano de Bartolom Mitre hijo, Jos lvarez, Manuel
Mayol y Eustaquio Pellicer, que contara con colaboraciones de guras de la cul-
tura, como Leopoldo Lugones, Roberto J. Payr y Acquarone, artista destacado
de la publicacin.
Memoria a cuadros
Creado en 2012, el Programa Nacional de Investigacin en
Historieta y Humor Grco Argentinos se ocupa de engrosar un
hasta entonces inexistente archivo pblico sobre estos gneros,
que ponga en valor un legado colectivo disperso y contribuya a
consolidar la memoria impresa de los argentinos.
Esta iniciativa, ideada por la Biblioteca Nacional, se propone
como un espacio para identicar, reunir, preservar y catalogar
material, al tiempo que favorece el estudio, la investigacin y la
difusin de trabajos sobre el tema. Su acervo est constituido por
donaciones: libros, revistas, fanzines, cartas, fotos, lmaciones,
bocetos y originales, entre otros documentos, recibidos de editores,
dibujantes y guionistas o de sus familiares, que estn en proceso
de clasicacin a n de garantizar que las generaciones por venir
conozcan estas piezas.
Ral Lanteri, Las aventuras del negro Ral,
en El Hogar, 1916.
Un concurso
que hace escuela
Tebeo, cmic, manga, bande dessine
o vieta son formas de nombrar lo
que, en distintos lugares del mundo,
se entiende por historieta. De
cultivar el talento de creadores
argentinos no profesionales se
encarga el concurso anual destinado
al gnero que, desde 2009, organizan
la Biblioteca Nacional y la Comisin
Nacional de Bibliotecas Populares
(Conabip).
As, en las cuatro ediciones ya celebradas, se seleccionaron
un total de 85 historietas, eternizadas en sendos volmenes
compilatorios que hacen honor a la imaginacin que germina en
la Escuela argentina de la historieta. Para muchos de los autores
distinguidos y los hay de diversas edades, sexos y estilos, se
trata de su primera publicacin. La historieta como literatura
dibujada y como sello de identidad cultural es una premisa, entre
otras, tanto para la Biblioteca Nacional como para la Conabip y
tiene como nalidad difundir, promover y revalorizar este gnero
literario, fundamentan Miguel ngel Foncueva y Manuel Escola,
los coordinadores del certamen, que en 2013 tuvo rcord de
trabajos presentados.
Para participar de la quinta edicin del concurso, que lleva el
nombre de Alberto Breccia, hay que presentar los trabajos
originales del 14 de marzo al 18 de abril de 2014.
Las bases pueden consultarse en:
www.bn.gov.ar/convocatorias-y-concursos.
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donde, a travs del dibujo y la vieta, se cristalizaba toda un perodo, sus h-
bitos y su humor.
Era la poca de oro de la historieta nacional, que abarc las dcadas de los 40 y
los 50. Por entonces, la Escuela Argentina de la Historieta fue reconocida en el
mbito internacional por la excelencia de sus guiones y sus imgenes, creadas
por eximios dibujantes cuya diversidad y produccin representan al pas toda-
va hoy. Estos aos tambin fueron testigos de la consolidacin de la historieta
seria. En relacin con otras escuelas de historieta, la argentina creca en sus
planteos y tramas, e iba desarrollando los rasgos culturales que identican sus
producciones. La marca distintiva de este tipo de narrativa nacional es el carcter
humano de sus personajes. Estos proponen una cosmovisin e ideario en el que
la amistad rige como valor, y quienes ocupan un lugar preponderante siempre
son congurados de forma colectiva. Como armaba Oesterheld, el hroe ver-
dadero de El Eternauta es un hroe colectivo, un grupo humano.
La por entonces aparecida Editorial Abril, que, a travs de las revistas Misterix
y Rayo Rojo, se aboc a promover la industria de la historieta nacional, fue el
LA ERA DE LA MADUREZ
Segn el estadounidense William Erwin Eisner, creador del famoso per-
sonaje The Spirit y quien populariz el concepto de novela grca,
la historieta puede denirse como arte secuencial. Para Scott McCloud,
creador y ensayista del cmic, son ilustraciones yuxtapuestas o imgenes
deliberadas con el propsito de transmitir informacin y, as, obtener una
respuesta esttica del lector.
Partiendo de estas deniciones, no fue sino hasta 1912 que ciertos ras-
gos de la historieta argentina lograron asentarse, porque ese ao Caras y
Caretas comenz a publicar tiras con personajes jos: la dupla de fuerza e
inteligencia Viruta y Chicharrn, vigente durante veinte aos; el despectivo
Sarrasqueta, de Manuel Redondo; el negro Ral, Pancho Taleri y Tijerita,
todos de Arturo Lanteri; entre muchsimos otros. El mercado de la historieta
estaba en expansin, el material publicado se volva cada vez ms volumino-
so y variado, pero todava eran las revistas las que albergaban producciones,
como Pginas de Columba, que apareci en 1922, de la mano de Ramn
Columba, dibujante y taqugrafo del Congreso.
Desde sus inicios, las revistas marcaron el ritmo del gnero nacional, con publi-
caciones como PBT (1904), la primera especializada en humor grco poltico;
Billiken (1919), fundada por el uruguayo Constancio Vigil; y el suplemento es-
pecial El Tony. Pero ya en los aos 30, los diarios abrazaron la pujante produc-
cin de historietas y las incluyeron regularmente entre sus pginas. La Razn,
Crtica y Mundo Argentino son algunos de los peridicos que comprendieron
que la creciente popularidad del gnero poda aumentar sus lectores.
Como explicaron a nes de los aos 70 Oscar Masotta y Daniel Lipszyc, en
ocasin de la Primera Bienal Mundial de la Historieta celebrada en el Instituto
Torcuato Di Tella, su caracterstica distintiva entre 1930 y 1945 era la primaca de
la cantidad sobre la calidad, y la dependencia en la historieta de aventuras del
modelo extranjero. Hasta 1945 precisaron Masotta y Lipszyc, los dibujantes
trabajaban varias historietas en simultneo, cambiaban de estilo por encargo,
realizaban tiras tanto serias como cmicas, y estaban limitados en el plano eco-
nmico por los tirajes pequeos del mercado interno.
Con una industria cultural en alza, crecieron en el pas el profesionalismo y
la especializacin. Algunas revistas acrecentaron su xito: las ventas de Rico
Tipo (1944), Patoruzito e Intervalo (1945) treparon hasta los 350.000 ejempla-
res, un suceso que, aos ms tarde, solo superaran las historietas de Editorial
Frontera, de los hermanos Oesterheld, que distribua 400.000 ejemplares por
semana. Por entonces, el gnero se debata entre el predominio de un estilo
serio, sostenido en el formato de literatura dibujada, y la tira de costumbres,
Inodoro Pereyra, de Roberto Fontanarrosa,
sali por primera vez en 1972.
Oscar Conti (Oski), Amarroto, para Rico Tipo, 1948.
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trampoln de la literatura dibujada, de la mano de Oesterheld y del dibujante ita-
liano radicado en la Argentina Hugo Pratt. A principios de los aos 50, adems,
comenzaron a editarse Pimpinela, Hazaas, Fantasa y DArtagnan, entre otras
publicaciones que integraron una nueva camada de revistas.
Transcurrido medio siglo XX, proliferaron los dibujantes y guionistas que seran
la marca indeleble de la historieta argentina: Francisco Solano Lpez, Jos Mu-
oz, Horacio Altuna, Carlos Trillo, Roberto Fontanarrosa, Jos Luis Salinas, Ma-
nuel Garca Ferr, Mordillo, Carlos Cassalla, Divito, Oski, Leo Duraona, Viuti,
Alberto Breccia, Sany, Sampayo, Landr, Quino, Guillermo Saccomanno, Juan
Sasturain, Caloi, Hermenegildo Sbat, Domingo Mandrana, Sendra, Quique
Alcatena, entre tantos otros.
En los convulsionados aos 70, la historieta local no dej de denunciar lo que
estaba ocurriendo: la creacin de Humor fue emblemtica en este sentido, aun-
que tambin sufri las consecuencias de la censura y el exilio. Al mismo tiempo,
Quino decidi abandonar Mafalda, y uno de los ms grandes guionistas, Oes-
terheld, desapareca. Skorpio; la rosarina Tinta; Satiricn; Las puertitas del Seor
Lpez, historieta ertica de Altuna y Trillo, son algunos de los grandes hitos de
la dcada.
Los ltimos decenios democrticos del siglo XX presentan un panorama para-
djico y complejo. Por un lado, sobrevino el boom de la historieta argentina y
su reconocimiento internacional a travs de publicaciones y premios a los artis-
tas del pas; las editoriales se lanzaron a la publicacin de libros de historietas
recopiladas; muchos jvenes apostaron al gnero; y creci la circulacin under
de historietas en fanzines. Por otro lado, de manera paulatina, el gnero entr
en una crisis signada por la desaparicin de revistas emblemticas, como Fierro,
el ingreso masivo de revistas editadas en Mxico y una realidad econmica que
desaceleraba las ventas.
Lo cierto es que, desde mediados del siglo pasado, la historieta argentina fun-
ciona como un espacio desde donde se referencia la realidad local, con sus pro-
blemticas, su humor y su crtica particular, y que logra interpelar a un pblico
que se identica con aquello que lee. La voluntad crtica como ejercicio reexivo
caracteriza no solo al humor grco de tinte poltico, sino tambin a la litera-
tura dibujada. Desde entonces y hasta hoy, la historieta cala en lo profundo de
la sociedad argentina; es un mundo que le pertenece, un arte representativo
cuyos personajes son formas de pensar o formular preguntas sobre la realidad
del pas.
Especial agradecimiento a Miguel ngel Foncueva y Manuel
Escola, de la Biblioteca Nacional, por su aporte esencial en la
produccin de esta nota.
Patoruz, de Dante Quinterno, un cono de la historieta nacional.
El inconfundible humor del salteo Carlos Loiseau (Caloi).
La eterna
Mafalda
de Quino.
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Cmo caracterizara el boom de produccin
de historietas en los aos 50 y 60?
En la dcada del 40 es cuando se inicia la po-
ca de oro de la historieta nacional. En los 50 se
aanza, y adoptar el perl que nuestra historieta
mantiene hasta la actualidad: comienzan a hacerse
cosas nuevas, con asuntos ms complejos y huma-
nos, que se apartan del modelo norteamericano que
se segua hasta ese momento. En 1957, debuta El
Eternauta en las pginas de Hora Cero, con guin
de Oesterheld y dibujos de Solano Lpez; all Oester-
held deja de lado las clsicas divisiones entre hroes
y villanos, pistoleros e indios, e incursiona en la crea-
cin de personajes no tan puros: hroes que tienen
miedo, villanos queribles, perdedores y marginados,
hombres que luchan por encontrarse. Adems,
como dice Juan Sasturain, se produce el cambio
de domicilio de la aventura, que ubica hechos que,
hasta entonces, eran privilegio de lugares lejanos y
exticos en sitios cotidianos.
Otro de los aportes incuestionables de Oesterheld
es haber agregado a la historieta argentina, que
desde sus comienzos se caracteriz por ser testimo-
nial, el compromiso con la realidad. No es extrao
encontrar en los guiones del maestro alusiones y
crticas constantes a la realidad poltica del pas,
cada vez ms evidentes con el correr de los aos,
que le valieron gurar entre la nmina de desapa-
recidos dos dcadas despus. En cambio, despus
del hiperboom, la dcada de los 60 marca el pri-
mer sntoma de decadencia: fracasan econmica-
mente revistas hechas a pulmn, pero tambin
los verdaderos emporios, como los que sustentan a
Misterix o Rico Tipo. Entre otras cosas, esto se debe
a la masiva llegada al pas de las revistas mexicanas
a precios muy bajos y con mejor calidad de impre-
sin, con las que el mercado nacional no puede
competir.
A nivel acadmico, en tanto, es fundamental la ce-
lebracin de la Primera Bienal Mundial de la His-
torieta en el Instituto Di Tella de Buenos Aires, en
1968. Por su magnitud, y por la presencia de los
grandes de la Argentina y del mundo, atrae la
atencin de la gente del arte, la losofa, la litera-
tura, la semitica. Aunque no modica de forma
sustancial su postura peyorativa ante la historieta,
la Bienal demuestra a la intelectualidad que aqu
existen artistas de nivel internacional. Pero el hecho
ms sobresaliente de la dcada es la creacin de
Mafalda, de la que no hace falta decir nada que
todo el mundo ya no sepa.
Cmo pensar las diferentes crisis de la histo-
rieta? Qu papel juega la poltica en ellas?
Desde 1930, ao en el que en la Argentina se pro-
duce el primer golpe militar, el arte, en general, se
transforma en la voz de los que no tienen voz (o
deben callarla). La historieta se las ingenia para decir
lo que tiene que decir sin que los que no saben leer
entre lneas (o entre globos) se den cuenta. El viejo
prejuicio de que la historieta es para chicos e intras-
cendente le da el camuaje ideal para decir cosas
terribles sin ser advertida. As, el historietista agudi-
za su ingenio y crea obras maestras en estas pocas
de profunda crisis.
Por ejemplo, en 1966, el gobierno militar empieza
a hacer sentir su censura y cierra Ta Vicenta por-
que hace chistes con los bigotes de Ongana; no
por toda la crtica solapada (y no tan solapada) que
destilaba la publicacin; y, algo mucho menos c-
mico, comienza a desconar de los guiones fan-
tasiosos de Oesterheld y a recibir el mensaje subli-
minal (y no tan subliminal) que el guionista desa-
rrolla en sus escritos, desde que, en 1969, aggiorna
para la revista Gente el guin de El Eternauta, con
dibujos de Breccia, y que no llega nunca a terminar
de publicarse, por los ataques menos sutiles a la
poltica: a la invasin extraterrestre se le da un con-
tenido ms testimonial, traicin inconcebible de
las grandes potencias. Sudamrica entregada al in-
vasor. Pero estoy convencido de que si no hubiera
existido esta versin, la verdadera intencin haba
pasado desapercibida.
HISTORIETA
Dibujar/
Testimoniar
La lupa del investigador
Oscar De Majo se posa sobre
los rasgos distintivos de la
historieta argentina del siglo
XX, para leer, de El Eternauta
a Mafalda, la poca de oro
del gnero, pero tambin los
silencios, los extravos, las
conquistas y la creatividad
actual.
OSCAR DE MAJO
PROFESOR EN LETRAS POR LA UNIVERSIDAD DE
BUENOS AIRES Y MAGSTER EN EDUCACIN POR
LA UNIVERSIDAD DEL SALVADOR (USAL).
DOCENTE E INVESTIGADOR UNIVERSITARIO. EN
1996, INICI LA LNEA DE INVESTIGACIN SOBRE
HISTORIETA EN LA USAL. GUIONISTA Y DIBUJANTE
DE HISTORIETAS EDUCATIVAS, Y EDITOR DE
TEBEOSFERA (REVISTA WEB SOBRE HISTORIETA).
La gallina degollada, adaptacin de Carlos Trillo
con dibujos de Alberto Breccia.
nuestraCultura | nro. 23 | ao 6 | enero 2014
De 1990 en adelante, se suman otros factores que
supongo tienen ms que ver con lo econmico que
con lo poltico
Y qu marcara, entonces, las ltimas dcadas?
En los aos 90, tal vez, el boom de la contrata-
cin de dibujantes y guionistas por parte de las
ms importantes editoriales de Estados Unidos
y Europa. En la primera dcada del siglo XXI, el
redescubrimiento de la historieta en los crculos
intelectuales, y el peligro que esto encierra: el re-
conocimiento como gnero menor, o el snobismo
de pensar que ellos la descubrieron e intentar inte-
lectualizarla con crticas literarias o anlisis semiti-
cos complicadsimos, que no pueden encajar en el
estudio de una historieta como la nuestra, realista,
politizada y popular hasta la mdula. Sin embargo,
no podemos negar una tercera postura, positiva y
minoritaria, de los sectores de la cultura que pre-
tenden integrarla sin descuartizarla, aceptarla sin
domesticarla, estudiarla sin intelectualizarla, o no
demasiado.
Esta dcada, para m, la marca la muerte de Car-
los Trillo, en 2011, una de las ms grandes prdidas
para la historieta mundial. Guionistas galardonado,
se destac en todos los gneros, escribi historias de
la historieta, y lo dibujaron los mejores del mundo.
Fue uno de los ms importantes narradores en len-
gua espaola de la segunda mitad del siglo XX.
Cules son los rasgos particulares de la his-
torieta argentina comparada con las de otras
latitudes?
Creo que la funcin testimonial de nuestra histo-
rieta es su rasgo ms signicativo. Las hay contes-
tatarias en todo el mundo, pero ac, desde los co-
mienzos, la historieta empieza a asumir el rol que,
tradicionalmente, era privativo de la literatura tradi-
cional o de la prensa: ser testigo de su tiempo. Ese
es el rol de Mafalda, que, aunque parezca eterna, se
publica solamente diez aos, hasta que, en 1973,
se despide de las tiras por decisin irrevocable de su
autor, y en pleno xito. Por qu? Quino se limita a
hablar de cansancio, de la saturacin del perso-
naje, de que Mafalda no poda crecer ms (en
edad), y otras excusas crebles y valederas, pero que
no justicaban tamaa decisin. Acostumbrados a
los temas urticantes que Quino tocaba, resulta de-
masiado sugestivo que el abandono se haya dado
ese ao. Evidentemente, su autor supo que, con los
aires que se avecinaban, Mafalda no iba a poder se-
guir siendo la misma.
Qu supone para la historieta pasar del kios-
co y las revistas a la librera y el libro?
Signica el reconocimiento postergado y tardo del
valor de la historieta y el otorgamiento de uno de
los lugares que le corresponde. La historieta es li-
teratura, dibujada, pero literatura al n; es sntesis
simplicadora entre lo escrito y lo grco; es una
combinacin mgica entre dibujos que ya de por s
son palabras y de palabras que son dibujos (la ver-
dadera historieta se escribe a mano, no se rotula), y
el libro y la librera son su lugar. Pero, por favor, que
no pierda el kiosco, ni la manta de un parque, ni la
mesa de un viejo canje, porque, si bien es literatura,
es literatura popular y marginal, y esos son sus mbi-
tos por excelencia. Sera perder su esencia.
Qu lugar ocupa la historieta en la historia
cultural reciente?
La historieta est intentado hacerse un espacio en
nuestra cultura hace ms de cien aos, y no logra
encontrarlo: hay intentos editoriales que fracasan,
estn los artistas que deben trabajar en el exterior
para poder vivir de su profesin; hay lectores ver-
gonzosos que leen historietas en el bao. El nico
mbito en el que la historieta se gan un lugar que
se acrecienta cada vez ms es en la docencia, que
descubri su valor didctico para ensear literatura,
lengua, historia, sociologa, costumbres (en resu-
men: cultura). Pero es un mbito demasiado limita-
do para poder marcar una tendencia.
Hace casi veinte aos, en una encuesta de la re-
vista Comiqueando, la gran mayora de los artistas
y editores argentinos consultados opinaron que la
historieta argentina estaba muerta... o por morir.
Poda morir una rama del arte que estaba pasan-
do por uno de sus mejores momentos creativos,
reconocida a nivel mundial? S, si las editoriales no
encuentran cmo mantenerla en el mercado. S, si
la ltima produccin, la de los muy jvenes, se ca-
racteriza por una creatividad sin lmites en la parte
grca, pero carente de guin (no existe el guio-
nista joven; los dibujantes cumplen este rol) y por
ideas que, en casi todos los casos, copian las de los
cmics norteamericanos, los cuales, ms all de sus
indiscutibles valores, no pueden servir de modelo
para una historieta argentina actual. Sin embargo,
triunfaron y triunfan, atestados de gente, megae-
ventos como los mticos Fantabaires y la reciente
Comicpolis. Por qu? Ojal tuviera una respues-
ta. La nica que puedo aventurar es que somos un
pueblo contradictorio.
11
JUAN SASTURAIN
ESCRITOR, PERIODISTA,
GUIONISTA DE HISTORIETAS.
En su
laberinto
La situacin de la historieta argentina en la
ltima dcada es saludable y paradjica al
mismo tiempo. Saludable porque tenemos
muy buenos autores, creatividad y excelencia.
Y, a diferencia de otras coyunturas, un
reconocimiento, por parte del mbito cultural,
de la existencia de este conjunto de creadores.
Es decir, por primera vez ya consolidada, la
historieta pertenece y aparece en la foto de
la cultura argentina subrayada y destacada.
La paradoja reside en que el reconocimiento
de estos autores, que ya nadie discute como
verdaderos artistas o narradores, viene
acompaado de una coyuntura histrica donde
la historieta ha dejado de ser un fenmeno
masivo.
Acaso eso ni siquiera sea una contradiccin,
sino un lugar comn o un mecanismo
habitual de los desarrollos culturales. Hoy la
historieta est en los museos, representar
a la Argentina en el Saln del Libro de Pars
2014, a travs de un libro de historietas
basadas en textos de Julio Cortzar; pero,
en trminos proporcionales, ha desaparecido
de los kioscos. Las revistas de historietas
dejaron de ser el domicilio de la aventura, el
lugar de la complicidad del humor, como lo
fueron durante un perodo muy prolongado
de nuestra historia cultural. Esto no es un
fenmeno aberrante; al contrario, parece ser
la manera en que la cultura funciona.
nro. 23 | ao 6 | enero 2014 | nuestraCultura
12
LOCO RABIA
Esta casa editora encendi la mquina de imprimir
vietas por iniciativa conjunta de dos artces de
la literatura dibujada: el guionista Alejandro Farias
y el dibujante Marcos Vergara. Su razn social, lle-
var al papel la produccin de autores de historietas
contemporneos, consagrados e independientes.
Cuenta con 37 libros de historieta editados, entre
ellos, clsicos del gnero como Mazzitelli y Alca-
tena (Acero Lquido, Shankar), Alberto Saichann o
el ilustrador Luis Scafatti, y autores nuevos: Rodol-
fo Santullo, Diego Agrimbau, Max Aguirre, Matas
Bergara, Maco y Jok, entre otros. Para Loco Rabia,
la escritura, el dibujo y la lectura son instrumentos
que permiten el libre ejercicio del pensamiento y la
imaginacin; de ah que se consideren gestores
culturales del gnero.
Consultado sobre el tablero actual de la historieta
argentina, Vergara abre el juego: Las editoriales in-
dependientes estamos en un proceso de expansin
y crecimiento, tanto hacia adentro como en lo que
atae a la formacin de un mercado y un pblico
especializado que antes no consuma historieta. Al
mismo tiempo, atravesamos un proceso de recupe-
racin de lectores y de trazado de nuevos canales de
distribucin y puntos de venta.
Mirando el futuro inmediato, el editor arma que
este proceso todava tiene un camino por recorrer,
hasta tanto se consolide el mercado y el papel de
la historieta en la cultura nacional y regional. La
coyuntura nos ha sido favorable, y mientras se man-
tenga el inters de periodistas, libreros, distribuidores
y, sobre todo, del pblico lector, y mientras existan
entidades gubernamentales y no gubernamentales
que apoyen nuestros proyectos, podremos seguir
expandindonos, vaticina Vergara, a la vez que
evala auspicioso el control sobre las importaciones
de la industria editorial dispuesto por el Gobierno
nacional el ao pasado: Lleg en el momento jus-
to; de a poco se ven los resultados en la publicacin
de autores extranjeros en ediciones nacionales y en
la mejora de la calidad de los libros.
LLANTODEMUDO EDICIONES
Creada en 1995, esta editorial ha publicado ms de
150 libros y revistas de poesa, narrativa e historie-
tas. Respecto del cmic, el sello cuenta entre sus t-
tulos con libros como Nio Azul y Desiguales, y revis-
tas como Elvisman y Nikol Shangai. Desde 2005, ha
editado cerca de 40 ttulos de historieta de autores
argentinos, entre los que se destacan Diego Pars,
Gustavo Sala, ngel Mosquito, Nicols Brondo, Die-
go Corts y Luciano Saracino.
Al caracterizar la vida del gnero hoy, Diego Corts,
director de Llantodemudo, es contundente: La his-
torieta argentina avanza hacia su momento de ma-
yor difusin y de mayor calidad y variedad. Las edi-
toriales nuevas estn haciendo un trabajo increble y
se arriesgan a publicar autores nuevos casi todos los
meses. A la vez, otras editoriales estn republicando
material clsico o de autores clsicos todo el tiempo,
lo que hace que la oferta para los lectores sea casi
completa.
En la misma direccin, Corts enumera las claves de
su entusiasmo: La calidad y cantidad de artistas, la
creciente cantidad de lectores y de editoriales, y el
cambio de actitud de mucha gente hacia la historie-
ta como disciplina artstica hacen que mi optimismo
sea total y casi una realidad.
HISTORIETA
H
r
o
e
s
d
e
p
a
p
e
l
De cmo cinco editoriales
independientes campean los
embates del mercado y se
proponen abonar la larga vida
del gnero promoviendo a
autores clsicos y noveles de
la historieta local.
nuestraCultura | nro. 23 | ao 6 | enero 2014
LA DUENDES
Con ms de veinte aos de trayectoria, La Duendes-
Historieta Patagnica edita libros de historietas de
autores noveles y consagrados en los mbitos na-
cional e internacional. Su catlogo rene ms de
40 libros, que se distribuyen en todo el pas. Carlos
Trillo, Domingo Mandrana, Enrique Breccia, Patri-
cia Breccia, Horacio Lalia, Grondona White, Limura,
Crist, Carlos Casalla, Juan Dalume, Alcatena, Lito
Fernndez, Jorge Morhain, Ray Collins, Guillermo
Saccomanno, Gerardo Canelo y Osvaldo Laino son
algunos de los artistas de renombre publicados.
En 2010, con motivo del Bicentenario de la Argenti-
na, este sello particip la Feria del Libro de Frankfurt,
Alemania, representando la historieta del pas. Su
aporte apunta a promover nuevos autores, instalar
sus nombres y difundir sus obras.
Mi expectativa es que la historieta siga creciendo
entre los lectores que la leen desde siempre y que
tambin atraiga nuevos lectores, sostiene Alejan-
dro Aguado, editor y coordinador de La Duendes,
al tiempo que expresa: Quisiera que las editoras
independientes podamos contar con apoyos de las
instituciones del Estado nacional; y el fundamento
es que si contramos con apoyos econmicos mni-
mos podramos llegar a promover la historieta mu-
cho ms.
EDITORIAL LA PINTA
Gestionado por los propios autores, desde 2009,
este sello pequeo se orienta a publicar historieta
actual, principalmente, de creadores noveles. Edito-
ra de fanzines en sus comienzos, hoy su catlogo
incluye propuestas narrativas personales, por lo ge-
neral, rotuladas como historieta de autor y novela
grca. Como muchos de los proyectos editoriales
independientes de la actualidad, La Pinta surgi de
la necesidad de los autores de publicar sus traba-
jos. Hasta el momento, llevan editados ocho libros y,
adems, han incursionado en el universo de la revis-
ta de historietas.
En el aspecto artstico y creativo, el futuro de la his-
torieta es muy promisorio. Existe una diversidad de
temas y estilos como nunca antes; y creo que eso se
va a ir profundizando y consolidando, se esperanza
Martn Muntaner, director de La Pinta.
Repasando las cuentas pendientes del gnero, el
editor precisa que es necesario lograr la llegada a
una mayor cantidad de pblico, para que toda esta
variedad se conozca entre los nuevos lectores, por-
que, hoy en da, la mayor parte de esa produccin se
mueve en mbitos especializados o marginales.
Al comparar los tiempos actuales con la poca de
oro, Muntaner opina que, desde el punto de vista
del mercado, ya no ser posible la reconstruccin
de una industria de la historieta como la pasada,
pero s existe la posibilidad de su desarrollo y expan-
sin de acuerdo con nuevos modelos de produccin
cultural.
OVNI PRESS
Creada en 2008, esta editorial independiente pu-
blica tanto hroes globales como personajes loca-
les. As, cuenta con las licencias de Marvel Comics,
The Walking Dead, Star Wars y Hellboy, entre otros;
mientras que abona el campo de la historieta argen-
tina publicando los cmics de El General San Martn,
Metegol (basado en el lme de Juan Jos Campane-
lla), la Antologa Zombi con autores latinos, las obras
de Salvador Sanz (Legin y ngela della Morte), Fan-
taciencia y Bizancio.
Pareciera que la historieta argentina siempre se
caracteriz por adaptarse y sobrevivir, sintetiza
Matas Timarchi, director de OVNI Press, el devenir
editorial del gnero. Despus de la crisis de 2001,
que dej truncos muchos proyectos editoriales, la
alternativa fue trabajar para el mercado extranjero
o dedicarse a la autoedicin, agrega, y enseguida
aclara que, si bien la historieta nacional se recuper
desde entonces, sigue teniendo problemas cuya
solucin parece demasiado compleja: el papel y los
insumos de impresin estn atados al dlar, y sera
muy favorable que el proceso de produccin se in-
dependizase de la moneda extranjera.
Al analizar los cuello de botella del mercado, Timarchi
asevera: Editar cmics en papel es un negocio muy
poco rentable, y quiz las cosas cambiaran para me-
jor si logramos hacer entender que solo con el amor
por la historieta no alcanza. Con los altos costos de
impresin y distribucin, se hace muy difcil poder
armar un mercado saludable al ciento por ciento.
Para el editor, el futuro llegar en formato digital:
Con costos de produccin bajos y una distribucin
casi instantnea a nivel mundial, la web y las aplica-
ciones digitales son el lugar ideal para el desarrollo
de la historieta argentina, fundamenta y reconoce
que, si bien todava es un terreno muy virgen, ha-
br que encontrarle la vuelta para que el trabajo de
autores, traductores y editores pueda monetizarse.
Este es el camino para mantener vivo el cmic na-
cional, concluye.
13 nro. 23 | ao 6 | enero 2014 | nuestraCultura
Avietados
14
ANDRS VALENZUELA
PERIODISTA CULTURAL
ESPECIALIZADO EN
HISTORIETA. CREADOR DEL
BLOG CUADRITOS,
PERIODISMO DE
HISTORIETAS.
Cules son los rasgos caractersticos,
si los hay, de la historieta argentina?
Es muy difcil trazar una caracterizacin
hoy. En todo caso, la historieta contem-
pornea es una cruza de muchsimas in-
uencias: de la propia historieta argentina
del pasado, de distintas corrientes euro-
peas, del under norteamericano y, entre
los ms jvenes, de algunos grandes del
manga (historieta japonesa).
Cmo ve su evolucin en los ltimos aos?
Creo que la diversidad actual proviene paradjicamente no del mejor mo-
mento de la historieta, sino del peor. Esa diversidad es fruto de la falta de edito-
res, revistas y publicaciones comerciales masivas, como en las grandes pocas.
Cuando en los aos 90 se desplom la industria y muchos jvenes historietistas
no pudieron incorporarse al mercado, quedaron hurfanos, pero, a la vez, libres
del esquema formativo de la industria. Antes un editor te deca a quin tenas
que imitar o cmo dibujar. Sin esa estructura detrs, los jvenes fueron incor-
porando elementos de distintas corrientes, y del diseo grco o la publicidad.
Y, desde luego, experimentaron ms. El resultado es un montn de autores que
tardaron ms que otras generaciones en llegar a cierta madurez autoral, pero
que lo hicieron a partir de abrevar en otras miradas sobre la historieta.
Cul es el estado de la historieta nacional hoy?
En los ltimos aos, la historieta volvi a ganar fuerza. Cuando, neoliberalismo
mediante, la industria se vino abajo, muchos pensaron que la historieta argen-
tina estaba enterrada para siempre. Pero result que no, y ya lleva una dcada
empujando. En el ltimo puado de aos, con avances notables: leyes, polticas
de Estado sostenidas, festivales recurrentes, ediciones crecientes, tanto de pe-
queos editores del palo como de editoriales grandes. Desde luego, estamos
muy lejos de los grandes mercados mundiales (Japn, Francia, Estados Unidos) e
incluso de los mercados menores (Espaa, Brasil), pero se produce mucho, y esa
produccin es muy bien vista afuera.
En general, soy reacio a hablar de gneros predominantes, porque depende de
modas y avatares editoriales. Hoy podramos hablar de un boom del humor gr-
co sensible o sin remate humorstico, con autores como Miguel Rep, Liniers,
Tute (a veces), Decur, Troche (que es uruguayo), Kioskerman, Julieta Arroquy. Pero
eso no signica que no exista una vertiente volcada al humor de carcajadas, don-
de se encuentran Gustavo Sala, Alejandra Lunik, Diego Pars, Daniel Paz, Claudio
Kappel y otros. En el fondo, la historieta argentina actual es variadsima.
IGNACIO MINAVERRY
ILUSTRADOR E
HISTORIETISTA. SE FORM
CON LUIS SCAFATI Y PABLO
SAPIA. PARTICIP EN LAS
REVISTAS FIERRO, CARAS
Y CARETAS Y LA MUJER
DE MI VIDA. AUTOR DE LA
ACLAMADA HISTORIETA
DORA.
Por qu preere los personajes
femeninos?
Porque me parece que hay dcit
de buenos personajes femeninos en
las historietas argentinas, y tambin
porque me gusta dibujar mujeres.
Es como responde Hayao Miyazaki
cuando le preguntan por qu elige
siempre como tema a las mujeres: Al prin-
cipio pens que esta ya no era ms la era del hombre... Pero luego de diez aos,
me cans de decir lo mismo. Simplemente digo porque me gustan las mujeres.
Lo cual es ms real.
Qu desafos implica el desarrollo de un personaje?
Siempre desarrollo los personajes por acumulacin, les voy agregando cosas so-
bre la marcha. Al principio es el personaje y su aspecto visual. Con el pasar de la
historia, ese personaje se va cargando de cosas, un poco a propsito y otro poco
sin proponrmelo, se va redondeando. Como en Dora: los personajes alcanzan
su mayor inters en el ltimo volumen. El desafo es hacer todo eso manteniendo
la coherencia.
Cmo suele dispararse una imagen, una idea para una historieta?
El proceso de creacin de una historieta es tan largo y catico que sera compli-
cado de describir. A veces, aparecen primero los personajes; otras, se me ocurre
primero la historia; por lo general, voy haciendo las cosas sobre la marcha. Las
ideas se van apilando y mezclando, y el nico momento en el que ese proceso se
detiene es cuando la historieta se termina.
HISTORIETA
Homenaje a Cuadritos, por
Nicols Snchez Brondo.
Dora, de Ignacio Minaverry.
nuestraCultura | nro. 23 | ao 6 | enero 2014
Avietados
SALVADOR SANZ
HISTORIETISTA Y DOCENTE
DE LA ESCUELA DE ARTES
LA OLA. AUTOR DE LEGIN
(2006), DESFIGURADO (2007),
NOCTURNO (2009) Y ANGELA
DELLA MORTE (2011).
Cmo se describira como dibujante?
En mi trabajo conviven una formacin
tradicional, una inclinacin por la histo-
rieta clsica de aventuras; a la vez, me
interesa la exploracin no solo formal,
sino tambin la temtica: si bien trabajo
con gneros clsicos, como la ciencia
ccin o el terror, me interesa la histo-
rieta de autor, donde se deja una hue-
lla personal, una diferencia, ms que
nada, porque dibujo y escribo mis propias historietas, no traba-
jo en equipo. Me gusta contar historias, si no, sera ilustrador. Necesito volcar y
expandir un mundo propio.
Qu ocurre con la historieta confrontada al mundo de Internet?
Como sucede con los diarios, los libros, la msica, hay temor a que Internet
atente contra el papel. En el exterior, se busca que la lectura en lnea genere
ingresos, hay grandes editoriales que ofrecen esto. Pero en la Argentina, est
muy arraigada la cultura de descargar contenidos gratis. No tengo una opinin
formada al respecto: mis libros circulan de forma pirata, pero tampoco puedo
ponerme la camiseta en contra de eso porque tambin descargo msica y pelcu-
las. La gente te dice que se baja tu libro porque, de otra forma, no lo consigue,
ya que la distribucin es pequea. Se puede estar a favor o en contra, pero es
algo que no puede detenerse: Internet ya funciona as.
Cmo ve el panorama actual de la historieta?
Ms all de la situacin econmica de los aos 90, en el mundo empez a
desaparecer la revista de antologa de historietas. Surgi la novela grca, que
es un formato cuestionado, porque muchos se pelean con el mote y quieren
seguir hablando de historieta. En mi opinin, la gran diferencia es que la novela
grca supone un formato integral que se compra como un libro, donde no est
el continuar y donde se opta por un autor preciso. Lo interesante es que la
historieta emigr del kiosco de diarios a la librera, y que el libro tiene una vida
til comercial ms larga que una revista, que permanece uno o dos meses en un
kiosco y, si no se vende, vuela.
As, la librera es un nuevo espacio de lucha: el librero incluso ve la historieta
como algo molesto, no sabe dnde exhibirla o la ubica en la parte infantil. A la
historieta tambin le pusieron muchas etiquetas: literatura, novela grca, pero
no son ms que eso. Si sirve para que ms gente la lea, para que tenga mayor
llegada, perfecto. En los ltimos siete aos, la historieta argentina recuper un
pblico y un espacio; no es grandioso ni enorme, pero est.
PABLO DE SANTIS
ESCRITOR Y GUIONISTA DE
HISTORIETAS.
Escritura narrativa y escritura de
guin: cmo piensa la relacin entre
ambos gestos?
La literatura tambin se hace con im-
genes. No son reinos tan alejados. Toda
literatura es heredera de los cuentos
para dormir, que son, en esencia, im-
genes encadenadas, fciles de recordar.
El zapato de la Cenicienta es perfecto
smbolo de esto. Tomamos el zapato
(ese objeto imposible: un zapato de
cristal) y el cuento se cuenta solo.
En qu reside el disfrute particu-
lar de este tipo de escritura?
Escribir un guin es algo bastante laborioso, porque hay que describir cuadro
por cuadro. Hay que estar muy atento al juego entre palabras e imgenes, a las
posibilidades expresivas del dibujante. Cualquiera puede lanzarse a escribir, mal
o bien, un cuento sin pensar demasiado. Pero para hacer un guin es inevitable
plantearse cuntas pginas va a tener la historieta, cuntos cuadritos, qu ideas
van a ser representadas a travs del dibujo y cules van a ser escritas. Adems,
est el dibujante, ese primer crtico del guin: si no se entiende, l se dar cuenta
antes que nadie.
Qu le resulta inspirador a la hora de crear un guin?
Los dibujantes son, para el guionista, las musas de la historieta: es su lnea,
su estilo, lo que permite que la imaginacin avance en un sentido o en otro.
Cuando trabajo con Senz Valiente, siento que entro en la historieta, que su
mundo se puede habitar, que puedo pasar de un cuarto a otro. Cuando trabajo
con Max Cachimba, siento que hay una distancia, que sus personajes saben
que son personajes de historieta, que viven en un mundo grco. Los dos son
geniales, cada uno a su modo, pero yo, como guionista, debo saber respetar sus
diferencias.
Qu dene a la historieta argentina?
El vigor expresivo, la lnea fuerte, el humor siempre a mano. Es una historieta
que aun a color no olvida que naci en blanco y negro, y que dene sus volme-
nes con lneas ntidas, no con colores. Tambin se ve una especie de sosticacin
de lo popular; o la certeza de que lo popular no es el arte de lo simple, sino que
es lo complejo vivido con naturalidad. Pero lo que importa es lo que cada dibu-
jante tiene de nico.
15
Dibujantes, escritores, guionistas, periodistas, amantes todos del gnero hasta volverlo una
prctica vital, analizan la historieta, sus desafos creativos, el despliegue de su mundo. Andrs
Valenzuela, Ignacio Minaverry, Pablo De Santis y Salvador Sanz son, en esta nota, los portavoces
del noveno arte actual.
El Hipnotizador, de la dupla
Pablo De Santis y Juan Senz Valiente.
El Esqueleto, de Salvador Sanz.
nro. 23 | ao 6 | enero 2014 | nuestraCultura
Cul es su
personaje
de historieta
argentina
favorito?
16
HERNN BRIENZA, POLITLOGO Y
ESCRITOR
Mi primer personaje favorito de historieta es Juan
Salvo. Le El Eternauta cuando era muy chico, en
plena dictadura, en unos fascculos que me traa
mi to. Primero me fascin la historia, la invasin en
Buenos Aires. En ese momento no entend nada de
la metfora poltica, pero algo intu. Otro personaje
muy celebrado en mi adolescencia era Dago, una
recreacin de El conde de Montecristo, pero en
Venecia. Me fascinaban esos mundos que no poda
alcanzar desde mi niez. Ahora son mi literatura
de desahogo; me sirven como lugar de descanso y
disfrute.
DANIEL DIVINSKY, FUNDADOR DE
EDICIONES DE LA FLOR
Elegir un solo personaje es bastante complicado
para m, pero dira que mi personaje favorito
es Mafalda, por el talento y porque reeja un
pensamiento crtico con el cual me identico.
Adems, porque desde la editorial hemos vivido
de Quino y sus libros muchsimo tiempo. Tampoco
se puede dejar de lado a Inodoro Pereyra, por
la picarda criolla y el humor de sus juegos de
palabras, o a Enriqueta, el personaje de Liniers, por
su poesa. En mi casa ramos grandes clientes del
kiosco de diarios de la vuelta.
MIGUEL REP, DIBUJANTE Y
HUMORISTA GRFICO
Mi historieta favorita era El conventillo de Don
Nicola, de Hctor Torino. Lo le de nio y por eso
le tengo un gran cario. Le debo a Don Nicola el
haberme dedicado al humor grco.
IAKI URLEZAGA, BAILARN
Mi personaje de historieta favorito es Mafalda, una
genialidad del humorista Quino, porque es una
nia prodigio que dene el pas como ninguna.
Me acompa desde que me fui a Londres; en
los momentos de soledad, lea a Mafalda y era
como volver a la Argentina, reencontrarme con
mis amigos y mi familia, porque los valores de
la amistad son base e hilo conductor de cada
situacin que el personaje atraviesa. En cada tira,
se ve plasmada la realidad, y luego de 50 aos
sigue vigente. Con humor sano, toca delicados
temas polticos y culturales, y problemticas de
la poca sin dejar de lado importantes valores
aplicables a todos los tiempos e invitando tambin
a la reexin. Tiene todos los condimentos que se
pueden pedir.
JORGE DORIO, PERIODISTA,
ESCRITOR
Sospecho escasas las variantes del arquetipo
adolescente tanto como puedo regodearme
recorriendo los disfraces deliberados con que
puede vestirse ese arquetipo. Pero volviendo a
la pretensin de lo personal, la silueta modlica
de mi historia es la de un tipo que, por algn
motivo, quedaba fuera de las cuarenta del mazo:
proscripto, renegado, perseguido, chcaro. Y
siempre, en un rincn del alma, una esperanza
redentora, ya sea en el campo del amor o en el de
la justicia.
Aunque la cumbre de ese perl sea el Corto Malts,
los personajes locales que ms he disfrutado han
sido Jackaroe y Nippur de Lagash (hijos ambos de
Robin Wood) y ms tarde Alvar Mayor, de Enrique
Breccia. Pese a sus rasgos de lejana, estos fulanos
me resultan como los cuentos de Borges de
una profunda argentinidad. Jackaroe, Viento
de la Noche o el Apache Rubio, era un extrao
excombatiente del ejrcito confederado que estaba
en contra de la esclavitud. Ocasional propietario
de un prspero rancho, de un lado de la frontera,
poda convertirse en cmplice de los revolucionarios
que trataban de derrocar al emperador Maximiliano
en su trgica aventura mexicana. El coraje, la
baqueana del apache y la puntera implacable
de un killer, sus fugaces concesiones al amor y
su compromiso en la lucha constante contra la
injusticia fueron sus rasgos de identidad. No es
poca materia para las ensoaciones de un pibe a la
hora de la siesta.
CLAUDIA PIEIRO, ESCRITORA
S que las dos historietas que ms signican para
m no deben ser las elegidas por la mayora, pero
me une a ellas un afecto sincero que contina
vivo: Patoruzito e Isidorito Caones, versiones
infantiles de Patoruz y de Isidoro Caones, de
Dante Quinterno, fueron en mi infancia mucho ms
que el momento de lectura que me permitieron
disfrutar. Mi pap me daba plata para ir al kiosco a
comprarlas cada tanto. No era habitual que l me
diera dinero para ningn tipo de gasto, as que yo
saba que ah haba una ceremonia, un mensaje, un
aliento. Luego, la otra ceremonia, la de cambiar los
nmeros viejos por ejemplares no ledos. El mejor
lugar para hacerlo, la Rambla de Mar del Plata.
bamos de la mano de mi padre al encuentro de
algn otro chico que las leyera. Me paraba frente
a l, el pequeo vendedor de historietas con sus
ejemplares ordenados en hilera, cada uno con una
piedra o caracol encima para que no se volara.
Y revisaba los nmeros disponibles. Pero, sobre
todo, observaba a ese nio que, como yo, lea las
historias de ese cacique y ese playboy, en soledad.
Lo observaba hasta que su mirada se cruzaba con
la ma y, entonces, senta que compartamos un
secreto.
MARIO GOLOBOFF, DIRECTOR DEL
MUSEO CASA DE RICARDO ROJAS Y
ESCRITOR
Desde chico, fui mal lector de historietas. Me
detena poco en el dibujo y en los aspectos
grcos, e iba ansiosa y directamente al texto,
quizs porque ya me enderezaba a la escritura
como ocio. As, le algunas grandes obras de la
literatura universal en revistas y tiras, que hurtaba
a mi madre en el camino del kiosco hasta mi casa
antes de que las leyera ella; Cuntame e Idilio me
fueron muy amables en eso, y no tengo empacho
en confesar que, durante meses, segu Los
miserables o Madame Bovary en aquellas espiadas
ediciones.
Por esta inclinacin ma a la literatura o por
virtudes innegables, inclusive porque sus dibujos,
sus guras, fueron captando mi interior, en una
edad ms adulta me gan Inodoro Pereyra, y sigue
siendo hasta hoy la historieta mayor que ilumin
mi vida y que de tanto en tanto vuelvo a frecuentar
con alegra y nostalgia. Su visin conocedora y
pardica de la gauchesca pasada y actual, su
dignicacin y, a la vez, su irona respecto del
mundo humilde campesino, su mimesis y su
distancia del lenguaje, su maestra toda, plasmada
en el personaje y sus acompaantes, hacen que
este sea, en el gnero, mi libro preferido.
HISTORIETA
nuestraCultura | nro. 23 | ao 6 | enero 2014
Durante 2013, un men de actividades organizadas por la Secretara de Cultura de la Presidencia de la Nacin y
la Biblioteca Nacional tuvieron a la historieta y su universo como plato principal. Las propuestas contribuyeron a
promover este gnero fecundo para la transmisin de la cultura y a acercar las obras de eximios dibujantes al gran
pblico.
OSKI, A LO GRANDE
Anticipando el centenario del nacimiento de Oscar Esteban Conti, Oski, el Museo Nacional de Bellas Artes present la primera
exposicin individual del artista en la institucin, donde se exhibieron 75 obras de distintos perodos, realizadas con tcnicas diversas.
Al cuidado de Miguel Rep, Oski, un monje enloquecido mostr el devenir creativo y corrobor la vigencia de un artista clsico, cuyo
estilo salteaba las modas. Con ingenio, dinamismo y maestra en el trazo, sus piezas dialogan con la historia. La muestra incluy trabajos
reunidos en series nicas, como la Historia del Deporte, el Ars Amandi y piezas de su Historia de Indias y de las Tablas de Salerno.
COMICPOLIS: ESPERA Y REALIDAD
La historieta argentina, cosa del pasado? Ya nadie se animara a pronunciar tan rotunda sentencia. Marcando la previa del primer
Festival Internacional de la Historieta en Tecnpolis, en Esperando Comicpolis, distintas libreras de la Ciudad de Buenos Aires
abrieron sus puertas a los superhroes durante cuatro das de primavera: all, las editoriales expusieron sus catlogos y los autores se
encontraron con su pblico, para compartir experiencias, espacios y proyectos. Das despus, ms de 25.000 personas recorrieron
Comicpolis, demostrando al mundo cun viva est la historieta en el pas.
CARNE DE PAPEL, EN EL ESPACIO CALOI
Lautaro Fiszman, Damin Scalerandi, Frank Vega e Ignacio Minaverry, cuatro historietistas de la nueva camada, nacidos en la dcada
del 70, presentaron sus obras tanto individuales como colectivas en Carne de papel, muestra organizada por la Subsecretara de
Polticas Socioculturales. Creando mundos impresos con la mirada de cada artista, con el juego de perspectivas que propone el trabajo
en grupo, la exhibicin hizo foco en esa praxis vital constante que hace al talento de los autores.
LOS TRAPITOS AL SOL DE CAL
Carnaval, ciudad, costumbres, vicios y retratos de los porteos de los aos 50. Cal fue el gran dibujante rosarino que logr el humor
alrededor de lo popular, no socarrona, sino amablemente, con amor, con pertenencia. Al cumplirse 50 aos de su fallecimiento,
la Biblioteca Nacional exhibi pginas terminadas, bocetos, pruebas y correcciones, apuntes, fotos, revistas, libros y otros objetos
pertenecientes a Alejandro del Prado, donde se ltra su pasin por el ftbol, su mirada callejera y sagaz, su gusto por Buenos Aires.
Concluida la muestra, la familia del retratista don a la institucin el material exhibido.
BRECCIA: LITERATURA DIBUJADA
El 4 de septiembre de 1957 vea la calle el primer nmero de Hora Cero Semanal, un hito biogrco de la historieta argentina. Desde
2009, en esa fecha se celebra el Da Nacional de la Historieta Argentina. Como parte de los festejos de este ao, la Biblioteca Nacional
inaugur una muestra dedicada a uno de los grandes maestros del dibujo local. As, Breccia. Literatura dibujada reuni veintin
reproducciones de pinturas del artista, basadas en distintos cuentos de Jorge Luis Borges. Encomendadas desde Europa y realizadas en
1993, las obras expuestas fueron las ltimas creaciones del historietista.
DE IMGENES Y TEXTOS: BATLLE PLANAS
La versatilidad del artista argentino de origen espaol se reeja en sus ilustraciones para libros y revistas, reunidas en la exposicin
Batlle Planas: Energa de la forma, que puede recorrerse en el Museo del Libro y de la Lengua de la Biblioteca Nacional hasta junio
de 2014. Reconocido por su anidad con el surrealismo, realiz grabados, dibujos en grato y tinta, collages, pinturas, murales y
cuadernos de recortes. Sobresalen sus dibujos a la pluma y sus grabados en chapa de metal, que ilustraron los textos de escritores
como Jorge Luis Borges, Olga Orozco, Luisa Mercedes Levinson, Alberto Girri y Leopoldo Marechal.
Historietistas agrupados
Ideado como un marco institucional indito para el sector, el proyecto de ley que crea el Instituto Nacional de Artes Grcas (INAG) ya est en el Congreso. Su
objetivo: apoyar la ilustracin, la caricatura, la historieta, el dibujo publicitario, el diseo grco y el arte tipogrco. Entre sus tareas, el INAG se ocupara de
preservar el patrimonio histrico de estas disciplinas, realizar exposiciones y promover la investigacin. El texto tambin contempla la puesta en marcha de un
Registro nico de Artistas Grcos, Agrupaciones y Asociaciones anes para los aspirantes a los benecios y programas.
La historieta ocial
17 nro. 23 | ao 6 | enero 2014 | nuestraCultura
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HISTORIETA
Obra exhibida
en Oski,
un monje
enloquecido,
la muestra
que reuni
75 trabajos
del dibujante
argentino
en el Museo
Nacional de
Bellas Artes.
nuestraCultura | nro. 23 | ao 6 | enero 2014
19 nro. 23 | ao 6 | enero 2014 | nuestraCultura
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Cules son las resonancias del exterminio en
la lengua en uso?
Es inquietante el modo en que las violencias lin-
gsticas persisten y siguen atravesando la vida co-
tidiana. El lazo entre la poltica y la ecacia de la
lengua est siempre en juego, lo vemos todos los
das, basta abrir un diario.
Este proceso va sucediendo, pero el recurso a ciertos
trminos especcos nunca es ingenuo. Por ejemplo,
el versculo bblico que dice una voz clama en el de-
sierto, si uno toma el original hebreo y lo lee segn
los acentos de la lengua, dice otra cosa: una voz
clama... en el desierto hagan lugar. Es otra puntua-
cin. En esa traduccin est incluida una oralidad,
el sujeto hablando, que la versin cannica excluye.
Estas cuestiones deciden las polticas textuales de
una cultura. Los textos tambin hacen a una nacin,
y eso va cambiando en el tiempo. Y los modos en
que cambia tambin tienen que ver con las polticas
culturales de cada momento.
Cmo funcionan estas resonancias a la hora
de determinar al sujeto?
Para responder, tomo un tema muy caro para m: el
dish. Esta lengua, por su particular devenir histrico
y simblico, siempre se ubic en un lugar marginal.
Nunca fue la lengua de un Estado ni de un poder
institucional. Es una lengua de vida cotidiana, feme-
nina, porque si bien las mujeres estaban excluidas
del estudio de los textos sagrados, tenan que estar
formadas en la cultura juda, dado que les tocaba
llevar adelante el culto y el rito diarios. Es una len-
gua de canciones de cuna, de relatos y de humor e
irona, porque ha debido salir adelante en un mundo
hostil. A principios del siglo XX, una parte de la in-
telectualidad juda descubre en el dish un modo del
judasmo, encuentran en esta lengua una manera
de retomar la propia historia.
De qu modo les llegan las palabras que tie-
nen carga histrica a los nuevos hablantes?
Siempre me impact una expresin que utilizaban
los chicos nacidos durante el proceso cuando lle-
gaban a la adolescencia: no tener historia. Quera
decir est todo bien. No hay historia, ninguna
historia con l o ella. Reere a un bienestar que
se mide por la ausencia de marcas histricas, como
herencia directa del exterminio en la Argentina. Eso
incluso se ha convertido en argumento poltico: un
candidato lleg a presentarse esgrimiendo como vir-
tud que no tena historia poltica. Es aterrador que
esto permanezca e incida de esta manera.
Respecto de algunos trminos que tienen cierta preg-
nancia, en el libro incluyo el ejemplo de una mujer
que quera decirles a los chicos que se cubrieran de
la lluvia y, de pronto, grita: Capirotes, capirotes!
porque no poda decir capucha. La carga de este
trmino no siempre es explcita, pero aparece; las
palabras quedan imantadas, como pregnantes de
estos valores simblicos. Puede ocurrir o no que nos
percatemos de ello. Esto no supone desatar una po-
lica de palabras. El problema es ms grave que creer
que la lengua puede domesticarse por decreto.
En el preludio de su libro, escribi: Corre un
rumor: el horror nos tiene hartos. En qu mo-
mento la decisin de seguir diciendo o nombran-
do la experiencia de exterminio llega a su tope?
Hay un n? Cmo se da este proceso?
Hay que decir algo poco amable para responder: hay
heridas que no se curan. Lo que le hace el exterminio
a una comunidad no se cura. Eso no signica que
haya que hacer borrn y cuenta nueva, ni tampoco
caer en la eternizacin del lamento por el lamento en
s. Pero si no se toma en cuenta la magnitud del dao
producido por el exterminio, no hay chances.
Lograr que se pueda escuchar la historia del horror
no es fcil. La primera edicin de Si esto es un hom-
bre, de Primo Levi cuyos textos hoy son cannicos
qued tirada, se perdi en una inundacin. Los tex-
tos de Vctor Klemperer no se editaron hasta 1995.
En un primer momento, los sobrevivientes del exter-
minio nazi estaban muy abiertos a hablar, pero ha-
ba poca gente dispuesta a escuchar. Es interesante
pensar los abordajes tericos de ciertos intelectua-
les que se ocuparon del tema. Apenas terminada la
guerra, se estudiaba mucho la resistencia juda bajo
el nazismo. Este inters prim hasta que el juicio de
CIENCIAS SOCIALES
Vivir para
contarlo
De qu hablamos cuando
decimos exilio, dispora,
capucha, desaparecido?
Se puede nombrar el
horror? En Palabras para
decirlo trabajo ganador en la
categora Ensayo sociolgico
de los Premios Nacionales
a la produccin 2009-2012,
que otorga la Secretara de
Cultura de la Presidencia de
la Nacin, la psicoanalista
y cientista social Perla
Sneh se interroga sobre
cmo resuenan en el
habla cotidiana los ecos de
experiencias pasadas que
siguen determinando el
tiempo presente.
El miremos al futuro
es falaz, porque no
hay futuro sin lo que
cargamos de la historia.
nuestraCultura | nro. 23 | ao 6 | enero 2014
21
Eichmann cambi el foco de los investigadores, que
pas de la resistencia a la colaboracin, con Hanna
Arendt, Bruno Bettelheim y Raul Hilberg de por me-
dio, desde posiciones muy distintas (donde Arendt
ve una colaboracin por fascinacin por el poder,
Hilberg ve colaboracin por el error trgico de en-
tender que as se poda llegar a salvar a gran parte
de los judos). Con el tiempo, surgi el inters por
otros temas, por ejemplo, el estudio de la vida coti-
diana de los judos a travs del dish, que mostr que
esta lengua funcionaba como modo de resistencia,
como lengua conspirativa que permita crear claves
de entendimiento.
De qu modo dialogan los relatos del exter-
minio nazi, por un lado, y de lo ocurrido en la
Argentina, por el otro?
La cultura juda, que est muy entramada en la cul-
tura argentina, permiti y sirvi de puente o acceso
a un modo de relatar la experiencia vivida aqu. Por
ejemplo, Primo Levi era un autor paradigmticamen-
te ledo por quienes buscaban expresar lo ocurrido
en la Argentina. Y palabras como dispora o exi-
lio, que eran eminentemente judas, se volvieron
descriptivas de una experiencia masiva o cotidiana
de este pas. La relacin con los campos de extermi-
nio nazi est presente no por comparacin no creo
que sirva la homologacin ni la igualacin, pero s
en la experiencia de encontrar en el otro palabras
para decir la propia circunstancia. Y en eso el dilo-
go de lo judo y lo argentino es por dems frtil.
Otro caballito de batalla de cierto academicismo po-
bre es la comparacin entre el exterminio de los ju-
dos y el genocidio de los armenios. En el gueto de
Varsovia, uno de los libros ms ledos (que, adems,
fue escrito por un judo, Franz Werfel, unos aos an-
tes de la guerra) era Los cuarenta das de Musa Dagh.
Es el relato de cmo un grupo de armenios se refugia
en el monte de Moiss (signicado de Musa Dagh) y,
desde ah, ofrece resistencia hasta que son rescatados
por un barco. Zuckerman, uno de los dirigentes del
levantamiento del gueto de Varsovia, dice en sus me-
morias que no se puede entender esa rebelin sin leer
este libro. A cada uno que entraba en la resistencia se
lo daban como manual de instruccin.
Otro tema para tener en cuenta: no se conoce casi
nada de la cantidad de rebeliones armadas que
hubo en los guetos. Lo que ms se repite es como
ovejas al matadero. Esta frase no es una impreca-
cin, sino un llamado a la lucha; es una expresin
que proviene de los Salmos, que busca conmover a
quienes escuchan para tomar las armas, no los est
acusando ni juzgando, que es el modo en que se usa
hoy la expresin.
En su texto, arma: El nazismo hizo del eu-
femismo una poltica de Estado. A qu se
reere?
El nazismo nunca habl de exterminio. Cuando se
hablaba de solucin nal de la cuestin juda, no
haba doble sentido al respecto. El eufemismo, que es
una gura retrica, se queda un poco corto, porque
el eufemismo puede tener una dimensin irnica ca-
paz de socavar ese sentido nico. Pero, en este caso,
el sentido es casi unvoco, incluso cuando toma la pa-
labra judo. El trmino quiere decir unvocamente
lo que hay que suprimir de la sociedad alemana.
Es un agente del mal que carcome la sociedad. Hi-
mmler en un momento dice: Es una cuestin higi-
nica lo que estamos llevando a cabo. El planteo es
semejante al que se hizo en la Argentina.
Ac tambin funcion el lenguaje eufems-
tico?
Por supuesto. Hay palabras que tienen una carga
que no s si alguna vez se van a sacudir. La palabra
subversivo tiene un valor inquietante para cual-
quiera que haya vivido esos aos... Subvertir es
algo que hacemos todo el tiempo: quien lee o es-
tudia subvierte textos anteriores, y nadie toma este
trmino por el peso simblico que tiene. Cuando
ocurrieron las inundaciones en Santa Fe, se deca
hay tantas personas desencontradas. Ah se ve
la creatividad eufemstica argentina. Porque es in-
quietante decir desaparecidos. Desaparecido
no es el participio del verbo espaol desaparecer,
la Argentina le da un sentido propio e histrico al
trmino. Se llega incluso a hablar de la muerte
argentina.
La palabra desaparecido remite al secues-
tro del cuerpo, pero tambin del relato sobre
los ltimos tiempos de vida de la persona
desaparecida...
No solo se borra la muerte, sino la posibilidad de
sealar esa muerte, incluirla en la historia como al-
guien que ha vivido y ha muerto, y deja su seal,
su mensaje, su nombre, su marca, su historia. Por
eso, es muy interesante la aparicin constante de las
fotos, los nombres, las fechas. Porque se trata de ins-
cribir de algn modo la existencia a la que se le niega
la muerte, lo cual hace muy difcil el duelo. Siem-
pre queda la pregunta no estar en algn lado?.
Algo qued irremediablemente lastimado, y es preci-
so tomar eso en cuenta para que pueda haber duelo.
Pero el miremos al futuro es falaz, porque no hay
futuro sin lo que cargamos de la historia.
Muchos sobrevivientes del nazismo que no hablaban
sobre sus experiencias empezaron a hacerlo cuando
algn nieto les pregunt. Es una nueva escucha de
alguien que quiere saber sobre su propia historia.
En 1996 particip de un coloquio sobre los veinte
aos del golpe, y en la sesin nal un adolescente
se levant y dijo: Porque yo no viv el proceso... y
no quiero volver a vivirlo. No lo vivi en forma in-
mediata, pero hay algo de esa vivencia que le toca,
modela su historia y su mirada, la ciudad en que se
mueve, y su lenguaje.
PREMIOS NACIONALES
2010-2013
Hasta el 30 de abril de 2014, hay tiempo
para presentar trabajos a la prxima
edicin de los Premios Nacionales. Las
categoras concursantes en este caso
son Libro de cuento y/o relato, Guin
para televisin y radio, Ensayo artstico,
Ensayo antropolgico, y compositores de
Msica sinfnica y de cmara.
-Bases y formulario de inscripcin:
www.premiosnacionales.gob.ar/
bases-e-inscripcion.
-Consultas:
[email protected].
La cultura juda sirvi
de puente a un modo de
relatar la experiencia
vivida aqu.
Perla Sneh sobre el escenario, en la
entrega de los Premios Nacionales.
nro. 23 | ao 6 | enero 2014 | nuestraCultura
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Gestado en la dcada de los 90 e hijo de la crisis, el
festival Sonamos Latinoamrica empez a hacerse
or en 2006 y, desde entonces, ofrece un espacio de
encuentro de msica y cultura popular de la regin
en los distintos escenarios nacionales que albergan
sus ediciones.
A travs de conferencias, proyecciones audiovisua-
les, talleres en escuelas y conciertos a cargo de artis-
tas argentinos, venezolanos, uruguayos, mexicanos,
colombianos, chilenos y peruanos, entre otros, la
iniciativa que hoy cuenta con el apoyo del Plan Na-
cional Igualdad Cultural difunde y acerca al pblico
del continente las mejores expresiones de la msica
de Amrica Latina.
Hasta el momento, el festival abri el micrfono a
ms de 500 artistas y bandas, entre ellos, los argen-
tinos Juan Fal, Vernica Condom, Paola Bernal,
Sergio Marihuan, Sirviaco, do Muslera-Nez,
Grupo Materere, Orquesta Sinfnica de Entre Ros y
Chuimampi, banda de sikuris; los mexicanos Osvaldo
Hernndez y Javier Seplveda; los bolivianos Jorge
Troncoso y Paco Alanez, miembro de la comunidad
aimara; los venezolanos Nstor Viloria, Jos Luis Lara,
Eduardo Betancourt, Grupo Baraka y Grupo Terra-
canto; los colombianos Jovhan Martnez, Tro de Ida
y Vuelta, Grupo Tumbatu Cumba y Grupo Kiribum-
ba; los chilenos Javier Contreras y Grupo Vejara; los
uruguayos Carlos Especiali y Laura Gonzlez Cabe-
zudo; el grupo brasileo Bora Barao; el cubano Luis
Lugo; y Proyecto Ofrenda Maestra, de Per; adems
del do francs Gerard Verba-Jos Mendoza.
Cmo naci la idea del festival?
Oscar Poli Gomtolo: En la dcada del 90,
cuando estaba bastante difcil la cuestin para los
msicos de ac, trabaj durante algunos aos en Eu-
ropa haciendo changuitas. All me llam la atencin
la gran produccin que haba de msicos latinoame-
ricanos, que en la Argentina no aprovechbamos.
A diferencia de lo que pasaba en las disqueras del
pas, donde jams te topabas con una oferta va-
riada, en Europa encontraba un mercado lleno de
propuestas de msicos latinoamericanos que, a su
vez, estaban tocando en Francia y en otros pases
de primer nivel. Con la boca abierta por la sorpresa,
me preguntaba: Por qu no puedo escuchar a estos
tipos en Santa Fe?
Fue entonces cuando, junto con unos amigos, nos
embarcamos en organizar un evento en mi provin-
cia. Invitamos a msicos venezolanos y colombianos
que habamos conocido, y el resultado fue muy lin-
do porque, adems, se sum la buena onda de la
gente, la cena, el asado y, sobre todo, las ganas de
replicar la experiencia en Venezuela. Al ao siguien-
te, siempre con la idea de intercambio, organizamos
un encuentro en Caracas. Pero el impulso fue tan
grande que terminamos tocando en uno de los tea-
tros ms reconocidos de Venezuela, el Teresa Carre-
o. Luego reiteramos la tocada en Colombia, y as
se fue gestando la red, motivada por la curiosidad
de otros msicos.
Rolando Goldman: Otro rasgo interesante del
festival es que, nacido en Santa Fe, recin hace un
MSICA
Latinoamrica
Idiomas y tonadas de
medio millar de artistas
de Argentina, Venezuela,
Colombia, Uruguay, Mxico
y Per, entre otras latitudes,
conuyen desde hace
siete aos en Sonamos
Latinoamrica, el festival
ideado por Oscar Poli
Gomtolo y Rolando Goldman
que despliega conciertos
y actividades didcticas
para redescubrir los ritmos
locales y difundirlos a escala
regional.
Bora Barao y Eduardo Betancourt . Oscar Poli Gomtolo.
nuestraCultura | nro. 23 | ao 6 | enero 2014
23
par de aos lleg a Buenos Aires. Esto imprime una
marca distintiva y especial a Sonamos Latinoamri-
ca, que es ms que un festival, porque se despliega
sobre el escenario, pero tambin incluye encuentros
entre msicos, talleres, intercambio de experiencias,
y espacios para actividades didcticas en diferentes
escuelas.
El entusiasmo generado fue contagindose y por
eso, desde hace unos aos, el festival tiene sedes
en Colombia, Venezuela, Uruguay y, desde 2013,
Per, donde, por primera vez, hubo una edicin en
Lima.
Cmo es la relacin con los colegas?
O. G.: Adems de las ganas de transmitir la cultura
musical, los artistas que participan tienen un per-
l de construccin poltica. Eso resulta interesante.
Creemos que los canales de difusin, de intercam-
bio, de circulacin de msicos y de propuestas lati-
noamericanos son muy acotados. La oferta es muy
limitada, pero existe un universo de msicas sonan-
do, hay mucha riqueza cultural, que tiene que ver
con la diversidad de la regin. Tengo la suerte de
viajar seguido y no dejo de sorprenderme de lo que
escucho en lugares increbles.
El Sonamos se enfoca en una cuestin poltica, de
construccin de redes, porque la msica popular est
ligada a la identidad y a la memoria histrica. Y esa
raz, desde nuestra ptica contempornea, no est
en formol, esttica, sino que deslan por el festival
msicos latinoamericanos con distintos enfoques y
miradas, en fusin con el rock, con el jazz, con la
msica bailable; incluso han participado comunida-
des indgenas. Ese es el espritu de la iniciativa.
Es interesante que haya surgido de manera es-
pontnea y que contine creciendo...
O. G.: En la Argentina, hay trece ciudades involu-
cradas, y paramos ah porque la idea es que crezca,
pero que crezca bien. Ninguno de nosotros es em-
presario, nos salen mal las cosas, no tenemos repa-
ros en hacer los mandados si es necesario. Pero hay
una cuestin denida entre los msicos: estamos
enfocados muy de cerca en el trabajo con los chicos,
en los colegios y en escuelas de msica. Tambin or-
ganizamos un festival de msica infantil, cuya sede
es Santa Fe, y que pretendemos replicar en otros
pases. En el trabajo que realizamos en escuelas ele-
mentales, buscamos salvar esta ruptura que, a veces,
hay entre lo acadmico y lo popular, impregnando la
academia con lo que suena detrs.
Puede sostenerse, entonces, que la iniciativa
tambin genera un espacio de reexin sobre
temas culturales comunes al mbito latinoame-
ricano?
R. G.: S, porque muchas veces en esos espacios
hay una cuestin implcita: todos vamos para el mis-
mo lado, tenemos una mirada, si no igual, parecida,
y realmente nos damos el espacio para discutir y re-
exionar. Queremos preservar el mbito del festival
como una iniciativa de msicos, que ha crecido con
el esfuerzo de ellos. A la vez, nos resulta muy valio-
so el aporte recibido desde diferentes instituciones
y entes gubernamentales, como es el caso ya men-
cionado de Venezuela o, en la Argentina, mediante
la participacin conjunta de la Secretara de Cultura
de la Presidencia de la Nacin y del Ministerio de
Planicacin Federal, Inversin Pblica y Servicios, a
travs del Plan Nacional Igualdad Cultural.
Pero esto no signica que el festival ahora vaya a per-
tenecer a alguna institucin, sino que, con alegra, hoy
contamos con un respaldo que se fundamenta en el
camino ya recorrido, interesante y digno de apoyar.
Cmo surgi el nombre del Festival? De qu
modo se relaciona con los rasgos estticos de la
msica de la regin?
R. G.: Si bien el nombre del festival me resulta simpti-
co sobre todo por la doble acepcin de sonamos,
el adjetivo latinoamericano, en algn punto, deja
afuera mucho de lo americano. No toda la cultura que
reivindicamos es latinoamericana, sino que tambin
rescatamos lo precolombino, lo aimara, lo guaran.
Paradjicamente, el trmino viene de Europa y surgi
durante el exilio de algunos artistas, sobre todo chile-
nos, que haban partido luego del golpe de Estado y
empezaron a hablar de la msica latinoamericana.
La guitarra, el charango, la quena son instrumentos
que pertenecen al pueblo y que el pueblo reconoce
como propios; as como tomar un mate es mucho
ms que beber una infusin o comer un asado es,
en esencia, un encuentro. Al diferencia de lo que
sucede en los llamados pases centrales, donde hay
una crisis muy profunda de las propias tradiciones
y de las msicas populares de cada lugar, desde
lo simblico, el sentido de pertenencia cultural de
nuestro pueblo es muy fuerte.
en todas partes
Orquesta Sinfnica de Entre Ros, dirigida por Luis Gorelik, con Oscar Gomtolo. Rolando Goldman.
nro. 23 | ao 6 | enero 2014 | nuestraCultura
24
Ubicada a 90 kilmetros del Departamento de
Lavalle y a 200 kilmetros de Mendoza capital,
cerca del lmite con la provincia de San Juan,
se encuentra la comunidad huarpe Lagunas
del Rosario, donde, cada ao, el segundo n
de semana de octubre, se realiza la esperada
festividad del pueblo, a la que asisten miles de
personas y que incluye msica, comidas tpicas y
la procesin a la virgen patronal.
El ahora desrtico paisaje supo estar rodeado de
lagunas de ah su nombre, que originalmente
era Lagunas de Huanacache, pero perdi el
cauce del ro que baaba la zona cuando el
agua se redireccion hacia los centros urbanos.
Este desierto con medanales es uno de los
asentamientos ms conocidos del pueblo huarpe,
adems de escenario de algunas de las pelculas
que se proyectaron durante la Semana de Cine
de los Pueblos Indgenas, que, organizada por
la Secretara de Cultura de la Presidencia de la
Nacin, se llev a cabo en octubre en distintas
localidades de la provincia de Mendoza.
Los huarpes se diseminaron por todo Cuyo:
hay trece comunidades en Mendoza, cuatro en
San Juan y una en San Luis. La ltima Encuesta
Complementaria de Pueblos Indgenas realizada
por el INDEC seala que 14.633 personas se
reconocen hoy descendientes de este pueblo,
creador de una de las construcciones tpicas de
la ciudad de Mendoza: las acequias.
Lagunas del Rosario es una de las comunidades
que ms rpido logr la restitucin de sus tierras.
En 2008, elevaron el pedido formal al entonces
gobernador Celso Jaque para titularizar sus
territorios, y dos aos despus, obtuvieron
la escritura como suelo comunitario, esto es,
tierras libres de gravmenes y no enajenables.
Otras once comunidades de Huanacache an
reclaman sus tierras, que representan el 80 %
de la supercie del Departamento de Lavalle.
La mayora de la extensin gura a nombre de
700 privados, aunque los huarpes ejercen la po-
sesin de estas tierras desde hace al menos cinco
siglos.
FOTORREPORTAJE
Tierra de
huarpes
Isaac Gonzlez, el dueo del almacn de Lagunas del Rosario,
dispone las mesas y los menes para los visitantes que se sumarn
a la esta del pueblo. Hay vino, empanadas, chivo y charqui.
Pintadas poco tiempo atrs, las paredes
de cal de la capilla del Rosario cortan el
tono arena que tie la supercie.
nuestraCultura | nro. 23 | ao 6 | enero 2014
25
En la comunidad, las paredes de las
viviendas estn hechas de adobe.
Tambin se utilizan telas.
Los nios huarpes
asisten a la escuela de
la comunidad.
Mario Gonzlez, de 76 aos, uno de los habitantes ms antiguos de Lagunas,
regresa de su recorrido habitual de 20 kilmetros bajo el sol. l s lleg a ver agua en
este espacio: hasta pesc y trabaj el junco junto con su padre para hacer canoas.
Durante aos, el pueblo fue perseguido, discriminado y silenciado. De eso da
cuenta el cementerio de la comunidad, donde son pocos los apellidos originales.
Molina, Gonzlez o Videla, en cambio, predominan entre las coloridas tumbas.
Hora de preparativos en el pueblo. Hilaria
Molina, la encargada de la capilla, y Sara
Gonzlez repasan el altar.
El paisaje de Lagunas del Rosario inspir al
mendocino por adopcin Juan Draghi Lucero a
escribir El hachador de Altos Limpios.
nro. 23 | ao 6 | enero 2014 | nuestraCultura
26
Qu entiende por cultura?
Trato lo cultural como el rgimen de las signica-
ciones sociales. Bsicamente, corresponde al orden
simblico, al lenguaje, pero su campo se encuentra
surcado por imgenes que desarreglan la disposicin
de los cdigos e introducen conictos. El arte es un
dispositivo que, aun siendo cultural, trasciende lo
lingstico para nombrar, o intentar nombrar, lo que
ocurre ms all del mbito de los signos. Entonces, en
sentido amplio, la cultura abarca cdigos, imagina-
rios, representaciones y formaciones simblicas que
encuadran las prcticas individuales y las dotan de un
marco de comprensin, sacudido a menudo por el
arte, el pensamiento crtico, la losofa y los mitos.
Hay quienes postulan que la cultura debiera
ser ms vanguardista. Cul es su posicin a
este respecto?
No creo que la cultura deba ser ms vanguardista.
Durante un momento de la modernidad artstica, el
arte s busc congurar tropas de elite; vanguardias
que desaaban lo establecido en pos de un ideal de
futuro mejor. La vanguardia supone, o supuso, por
eso, una apresurada apuesta al futuro sobre el tras-
fondo de un horizonte emancipatorio y utpico. Hoy
no se piensa el arte en trminos de vanguardia (de
avanzadas de ruptura y choque), pero sus prcticas
mantienen, segn el lsofo francs Jacques Rancire,
un componente vanguardista: su afn anticipatorio,
su vocacin de romper el esquema lineal del tiem-
po, y anunciar o prometer otros ordenamientos. Esta
promesa carece del fuerte componente utpico que
tena la modernidad, pero no renuncia a propiciar
tiempos ms favorables o, por lo menos, aventar en
clave imaginaria los infortunios de cada presente. Por
otra parte, toda cultura tiene elementos conservado-
res e impulsos de ruptura y transformacin; el conic-
to entre ambos momentos dinamiza el ujo cultural
y perturba el curso de sus imgenes y sus discursos,
impidiendo su parlisis en un sistema autoconciliado.
Usted ha armado que la utopa moderna
entr en crisis y que uno de sus deseos es re-
cuperar la utopa ilustrada. En qu sentido lo
sostiene?
La utopa ilustrada, moderna, ha colapsado. Pero
no pienso que habra que recuperarla, aunque qui-
z s reformularla. No planteada como un concepto
universal y trascendente, sino en trminos de una
pretensin menor, adecuada a cada circunstancia,
carente de componentes salvcos y mesinicos. No
creo en el impulso redentor de las vanguardias: el
arte es disruptivo y crtico, pero no necesariamen-
te innovador y proftico. De todos modos, gran
parte del concepto ilustrado de arte sigue vigente;
esta continuidad exige no desmontar el modelo de
la Ilustracin, sino liberarlo de sus lastres metafsi-
cos, deconstruirlo; es decir, someterlo a los azares
de la historia concreta. Volverlo contingente. Cada
obra de arte aspira a replantear las relaciones con
la realidad que la condiciona. Pero, a veces, ese re-
planteamiento es apenas un cambio de perspectiva,
un movimiento de posicin que permite divisar un
aspecto de la realidad que la mirada ordinaria no
revela. No se busca tanto transformar el mundo (a
partir del arte, al menos) como acrecentar sus senti-
dos: intensicar su experiencia.
Si la cultura moderna como se ha sostenido
est obsesionada por el signicante, qu ocu-
rre con la cultura contempornea?
La modernidad cultural reivindica la autonoma del
lenguaje, la supremaca de la forma. Por eso se ha
hablado, metafricamente, de una dictadura del
signicante. La cultura contempornea recupera la
preocupacin por los efectos sociales del signo, por
el empleo que hacen de l diferentes usuarios: por la
realidad extrartstica y la dimensin de lo imaginario.
La imagen entra en tensin con el lenguaje. El dis-
curso, considerado en sentido performativo (como
momento de proyeccin social del lenguaje), ayuda
a disipar la obsesin por el signicante: a privilegiar
el afuera o el ms all del lenguaje. Obviamente,
esto no signica el sacricio del signicante, sino su
puesta en contingencia, su deconstruccin.
Cul es la funcin de la cultura en los proce-
sos de transformacin?
La tarea de la cultura, en cada tiempo, es parad-
jica. Por un lado, busca armar verdades y certezas,
Toda cultura
tiene elementos
conservadores e
impulsos de ruptura y
transformacin.
PATRIA GRANDE
La cultura
sobrevive a las
condiciones
ms adversas
Estudioso y promotor de las diferentes manifestaciones del
arte indgena, popular y urbano, Ticio Escobar, exsecretario de
Cultura del Paraguay, considera que la cultura busca armar
verdades, a la vez que intenta romper paradigmas. En este
dilogo, adems, analiza el debate sobre la cultura actual
latinoamericana y la importancia de las lenguas como las
grandes procesadoras del sentido colectivo.
nuestraCultura | nro. 23 | ao 6 | enero 2014
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conservar la tradicin, fundamentar las creencias,
codicar las signicaciones y sedimentar el pacto
social. Por otro, intenta cuestionar el valor de lo ins-
tituido, romper paradigmas, asumir innovaciones,
crear nuevas formas e imgenes. Sin el conicto,
renovado siempre, entre el momento conservador y
el momento contestatario, insurgente de la cultura,
esta quedara paralizada en un repertorio de signos,
normas, guras y discursos inmviles. La cultura
reproduce y avala modelos conservadores y, al mis-
mo tiempo, los impugna. El pensamiento y el arte
crticos cuestionan las verdades instituidas, los dog-
mas y las certezas heredadas. Desde Kant, el mo-
mento negativo de la cultura no es aquel que trae
pesimismo o destruccin, sino el que busca sembrar
sospechas de la entereza de los hechos y las cosas.
Y lo hace tanto para volver ms compleja y rica su
percepcin de la realidad como para disponer esa
realidad en una perspectiva ms accesible al cambio.
Las transformaciones tienen una base importante en
las prcticas sociales que tambin tienen un sesgo
cultural, claro, as como en las imgenes y las ideas
que sostienen (e impugnan) lo cultural.
A partir del impulso dado en los ltimos aos
a la integracin de los pueblos latinoameri-
canos, es posible hablar de una cultura lati-
noamericanista?
Creo que es posible hacerlo toda vez que se con-
ciba que la gura cultura latinoamericana es una
construccin histrica, poltica, pero no traduce
una identidad homognea. La cultura erudita de
la capital de cualquier pas latinoamericano se en-
cuentra ms cerca de la cultura del mainstream
euronorteamericano que de la cultura indgena de
ese pas. No existe, entonces, una cultura latinoa-
mericana, provista de notas esenciales, anteriores a
su propia constitucin histrica.
Qu papel debe cumplir la cultura en el pro-
ceso de integracin regional?
La cultura tiene sus propios impulsos integradores
que no siempre acompaan los modelos diseados
en los gabinetes polticos o aspirados por los im-
pulsos transnacionales. Hay prcticas integradoras
que reticulan la regin (y uso este verbo con inten-
cionalidad: la informatizacin resulta un dispositivo
fundamental de los procesos integradores); hay in-
tercambios que vienen producindose desde hace
casi un siglo; hay regiones que comparten repre-
sentaciones e imaginarios similares (Paraguay y la
provincia de Corrientes, por dar solo un ejemplo).
Acervos culturales, historias conjuntas. Ahora bien,
en el mbito del Estado, pueden trazarse polticas
culturales con alcance regional (el Mercosur Cultu-
ral, por caso); pero esas herramientas no funciona-
rn sin la contrapartida sociocultural de la socie-
dad y, para bien o mal, el involucramiento de las
empresas. El espacio pblico es un mnage trois
conformado por el Estado, la sociedad y el merca-
do. La cultura cruza transversalmente ese campo
complicado.
Cmo evitar que las ansias desmedidas y los
tiempos del mercado devoren la cultura?
La cultura sobrevive a las condiciones ms adversas.
Su extrema exibilidad, su capacidad de reacomodar
el alcance y el engranaje de sus signos, la ecacia de
sus dispositivos imaginarios y la desconcertante accin
de sus poticas hacen de la cultura una sobreviviente
continua. Claro que cambia para eso y, lamentable-
mente, sacrica mucho de sus valores y sus acervos,
mucho de su memoria. En contrapartida, se las arregla
a la larga para cumplir su cometido: asegurar un espa-
cio de sentido compartido y reinventar el mundo.
Qu lugar ocupan las lenguas en la cultura?
Un lugar fundamental. Constituyen el sostn del
orden simblico, articulan los cdigos de signica-
cin y, por lo tanto, son las grandes procesadoras
del sentido colectivo. Los pases que tienen la suerte
de poseer varias lenguas estn provistas de una tex-
tura cultural ms diversa y enriquecedora. La varie-
dad lingstica provoca interjuegos de signicacin
que espesan el mbito cultural. El Paraguay tiene
dos lenguas ociales: el guaran y el espaol. Pero,
aparte, cuenta con otros quince idiomas (no dialec-
tos) que levantan una polifona rumorosa, el trasfon-
do de un patrimonio cultural rico y plural.
En sintona con esto ltimo, uno de los gran-
des avances culturales en el ao del Bicentena-
rio paraguayo (2011) fue la promulgacin de la
Ley de Lenguas que reivindica el idioma guara-
n. Cmo evala su aplicacin?
Se trata de una ley nueva. Su aplicacin recin se
encuentra en proceso inicial, aunque ya cuenta con
antecedentes y avances importantes. Lamentable-
mente, el golpe de Estado ocurrido en mi pas (junio
de 2012) interrumpi este proceso, como, en gene-
ral, todos los procesos culturales; pero la sociedad,
por su parte, sigue avanzando en la consolidacin
de las conquistas lingsticas. Las polticas culturales
del nuevo Gobierno estn retomando la tarea inte-
rrumpida en el territorio del Estado.
El espacio pblico
es un mnage trois
conformado por el
Estado, la sociedad y
el mercado. La cultura
cruza transversalmente
ese campo complicado.
Las lenguas articulan
los cdigos de
signicacin y, por lo
tanto, son las grandes
procesadoras del
sentido colectivo.
SOBRE TICIO ESCOBAR
NACI EN 1947 EN ASUNCIN, PARAGUAY. ABOGADO Y LICENCIADO EN FILOSOFA,
E INVESTIGADOR Y CRTICO DE ARTE. ENTRE LOS PRINCIPALES CARGOS QUE HA
DESEMPEADO Y OCUPA EN LA ACTUALIDAD, SE CUENTAN LOS DE PRESIDENTE DE
LA SECCIN PARAGUAYA DE LA ASOCIACIN INTERNACIONAL DE CRTICOS DE ARTE
(DESDE 1998), ASESOR DEL MUSEO DEL BARRO Y DEL MUSEO PARAGUAYO DE ARTE
CONTEMPORNEO DE ASUNCIN (DESDE 1980), DIRECTOR DEL MUSEO DE ARTE INDGENA
DE ASUNCIN (DESDE 1987), Y MIEMBRO DE LA COMISIN DE DEFENSA DE LOS DERECHOS
HUMANOS EN EL PARAGUAY (DESDE 1974) Y DE LA ASOCIACIN INDIGENISTA DEL
PARAGUAY (DESDE 1990).
AUTOR DE LA LEY NACIONAL DE CULTURA DEL PARAGUAY (LEY ESCOBAR 3051/06).
ESCRIBI, ENTRE OTROS LIBROS, UNA INTERPRETACIN DE LAS ARTES VISUALES EN EL
PARAGUAY (DOS TOMOS, COLECCIN DE LAS AMRICAS, 1982 Y 1984), EL MITO DEL ARTE
Y EL MITO DEL PUEBLO (1986), MISIN: ETNOCIDIO. COMISIN DE SOLIDARIDAD CON LOS
PUEBLOS INDGENAS (1988), LA BELLEZA DE LOS OTROS (1993), SOBRE CULTURA Y MERCOSUR
(1995) Y EL ARTE FUERA DE S (2004).
+ INFORMACIN
es.wikipedia.org/wiki/
Ticio_Escobar
www.portalguarani.com/
106_ticio_escobar.html
www.museodelbarro.org
Sobre la Ley Escobar
www.cultura.gov.py
nro. 23 | ao 6 | enero 2014 | nuestraCultura
28
Por qu el terror?
Empec a lmar pelculas de terror en la adolescen-
cia, como un eterno homenaje a la infancia perdida,
como un retorno permanente a una etapa de mi
vida en la que fui muy feliz. No hay una explicacin
clara; lo que hay es mucho miedo. Mientras tenga
materia prima, mientras tenga a qu temerle, va a
seguir existiendo el gnero para m. Creo tambin
que es un ejercicio de catarsis muy saludable, una
terapia cara pero efectiva: manipular cosas que nor-
malmente te afectan es confrontarlas, enfrentarlas y
comprender los mecanismos del miedo desde aden-
tro. En el nal de El sabueso de los Baskerville, Co-
nan Doyle dice: solo puede tener miedo aquel que
tiene imaginacin.
Cmo evolucion el gnero desde que empe-
z a rodar?
Mis primeras pelculas fueron para el mercado
norteamericano: Jennifers shadow, junto con Pa-
blo Pars, y La muerte conoce tu nombre. No haba
apertura al gnero entre quienes ponan el dine-
ro para hacer pelculas en el pas. Lo positivo de
esta experiencia, para m y para otros realizadores
que tuvieron la misma oportunidad, fue armarnos
de antecedentes que nos dieron credibilidad para
luego conseguir nanciacin a travs del Instituto
Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). A
partir de 2007, con Visitante de invierno, de Ser-
gio Esquenazi primera pelcula de terror en treinta
aos producida con nanciamiento estatal, hubo
un bombardeo de proyectos del gnero en el Ins-
tituto, presentados por quienes venan exhibiendo
sus pelculas de forma independiente en el Buenos
Aires Rojo Sangre (BARS). Ao tras ao, se produ-
ca para esa gran pantalla que nos una y hoy nos
sigue representando. De este modo, empezamos a
meter penales en el INCAA gracias a la credibi-
lidad conseguida y a la profesionalizacin tcnica
y artstica.
De hecho, el informe del INCAA sobre las razo-
nes para aprobar Necrofobia, mi ltima pelcula,
la primera de terror en 3D hecha en la Argentina,
menciona la importancia de un proyecto de g-
nero y hace una evaluacin favorable de este tipo
de realizaciones. Hoy en da, luego de una infan-
cia dura, estamos madurando de la pubertad a la
adolescencia en el universo cinematogrco de g-
nero, proceso que, si bien puede durar aos, est
consolidndose.
Con qu dicultades se topa el cine de terror?
Hacer cine de autor es fcil: cualquiera que tenga
algo para contar es autor. Pero hacer cine de gnero
es difcil, implica un conocimiento amplio de estruc-
turas, formas, estilos, y de su historia. Tens que en-
cuadrar, montar, dirigir de determinada manera. Es
un trabajo profesional. Subestimar el cine de gnero
tiene que ver, por un lado, con cuestiones comerciales
y, por otro, con el hecho de que los norteamericanos
han bastardeado todos los gneros a travs de sus
escuelas.
En la Argentina, en cambio, quien est haciendo una
pelcula de terror no piensa en el negocio (la gente
que piensa en el negocio no hace cine aqu). Estamos
contra la pared: entre el reducido grupo de personas
que eligen el cine nacional, hay que ver cunta de esa
gente mira pelculas de terror. Para muchos, se tra-
ta de un subgnero pornogrco, donde lo explcito
que nunca recibi el beneplcito de la audiencia y de
la crtica gana terreno. Puede gustar ms o menos,
pero es un gnero.
Qu particularidades tiene este gnero?
Como cualquier gnero, tiene reglas, formas y es-
tructuras. Por otro lado, lo sobrenatural y lo fantsti-
co se vinculan con lo imaginativo. Y los agujeros que
se dejen en la trama son clave para que la magia y
la fantasa se produzca. Necesariamente tiene que
haber huecos que el espectador cubra con fantasa.
Siempre que el mundo irracional irrumpe, tiene que
poder romper con cualquier regla, y ese es el juego
que hay que jugar para que el gnero crezca. Tam-
bin por eso es muy resistido, porque no a todo el
mundo le gusta tratar con estas reglas.
Muchos realizadores se involucran con una pelcula
de terror y, en el proceso, cuando advierten que
estn jugando con elementos de cierta oscuridad,
mostrando cosas que la gente no quiere ver, surge
el conicto. Entonces, se barren las escenas, se li-
ca la sangre, todo pasa a ser ms limpio. Hay un
desconocimiento muy grande; y no s si nuestros
productores estn preparados para hacer cine de
gnero. Hacer una pelcula apta para todo pbli-
CINE
Una de
miedo
Rompiendo con tres
dcadas de cmaras
cadas, en 2007, el cine
de terror volvi a recibir
nanciamiento estatal.
Daniel de la Vega,
realizador de la primera
pelcula del tipo en 3D
de la Argentina, dene el
gnero como catrtico y
explcito, y pone en foco
cmo horrorizar en 24
fotogramas por segundo.
nuestraCultura | nro. 23 | ao 6 | enero 2014
29
co contradice la quintaesencia del gnero: es un
sinsentido.
Existen marcas nacionales del cine de terror?
No creo que por ahora haya marcas locales. Es un
cine neto, en desarrollo. Le falta madurez a nivel
narrativo, y de guin y direccin, pero estamos avan-
zando con paso rme. Al no haber una tradicin del
gnero en el pas, no tenemos un espectador ha-
bituado a este cine. Quienes hacemos pelculas de
este tipo nos criamos viendo lmes norteamerica-
nos, asiticos, italianos, y construimos un folklore
nacional demasiado pegado a lo que viene de afue-
ra. Es un proceso natural: muchas veces se empieza
desde ese lugar para luego construir una identidad
propia. No estoy hablando de hacer pelculas de te-
rror gaucho, sino de contar lo nuestro, con formas
propias. Soy optimista: de ac a veinte aos, vamos
a poder hablar de un cine de gnero nacional slido,
maduro, y de autores con una impronta denida.
Suele pensar en el pblico a la hora de hacer
cine?
Tengo muy claro que mis pelculas son para la gen-
te. De hecho, las hago con nanciacin del Estado,
que es mi socio; me da un dinero, que yo administro.
En denitiva, la pelcula no es ma, es de la gente. Yo
tengo un intento de lucro a travs de la pelcula, y
despus est ah para que la gente la vea, se la des-
cargue. Qu sentido tiene una pelcula que nadie
ve? El objeto de su existencia es ese, no tiene lgica
que est atrapada en un disco rgido, ms an si es
el Estado quien la nancia. Si hay enlatada una son-
risa, una escena de terror, una ancdota, una historia
que te pueda llevar durante noventa minutos a un
lugar donde nunca estuviste, vale la pena que est al
alcance de todos. Sin hacer apologa de la piratera,
creo que es una forma de acceder a la cultura. Hay
un punto en el que la piratera nivela el acceso a
la cultura. Entiendo el problema y el dao que esto
pueda causar, pero preero pensarlo de ac a veinte
aos, cuando las pelculas sean de la gente.
HERNN PANESSI
PERIODISTA.
De los mrgenes al centro
Un msculo se desgarra, la sangre sale con presin, y unos dientes amarillentos
comen las vsceras de alguien que an reposa tibio en la calle. Y entre la
irreverencia y la efectividad, existe un mundo de buenas intenciones. Por esa
senda, siempre sujeta a la prepotencia de trabajo, ha ido transitando su camino
el cine de terror en el pas. De los mrgenes al centro, un convoy de jvenes
llevaron a cabo una revolucin: la del cine independiente. Y desde la aparicin
del largometraje Plaga Zombie cosecha 1997, manufacturada con apenas
unos 150 pesos de entonces hasta nuestros das, aquella revolucin llev
esquirlas hacia lugares insospechados. Provistos de sus propios medios, estos
jvenes incentivaron a otros tantos a que construyan, consuman y crezcan. Su
mayor motor? La accin. Hacer, hacer y hacer. Empujados por una conciencia
superadora de la suma de sus carismas individuales, han ido asomndose
desde los bordes productoras con muchas ideas y poco capital. Una ecuacin
que, con el tiempo, ira repitindose. As las cosas, con tanta accin vino la
profesionalizacin.
Bajo la consigna de entretener, esta generacin aglutin obras de todo
calibre. Floreciendo ante un mercado poco innovador, aburrido y repleto
de remakes innecesarias, trajo consigo aires de cambio. Se sabe: los
movimientos culturales siempre han sido renovadores de cuestiones vetustas.
Las intenciones rupturistas y contestatarias signican, invariablemente,
nuevas perspectivas. Pero con el cine de terror hubo bastante de causalidad
y poco de casualidad: se hizo mucho, se mejor mucho. Esas obras cada
vez ms maduras comenzaron a tomar notoriedad en el trinomio prensa-
espectadores-festivales. Y con ello vino cierta legitimacin. De nuevo: de
los bordes al centro. Bien vale mencionar que los movimientos culturales,
histricamente, han sido poco permeables, y este, a la sazn, encuentra en la
amistad y, por consiguiente, en su permeabilidad, en la capacidad de hacer
partcipe a cualquiera otro de sus pilares. Es que si se repasan los nombres
de las obras, todos se funden y confunden entre s. Se torna apenas visible la
lnea que divide el quin es quin, donde todos hacen todo con todos. Y de
nuevo, hacer. Y otra vez, la amistad.
Hablar de obras en particular ms all de las cannicas, caso Habitaciones
para turistas, Jennifers shadows o la mencionada Plaga zombie sera restarle
mrito al movimiento en su conjunto. Y si bien la Argentina ha tenido ciertas
experiencias con el cine de horror nunca est de ms recordar a Narciso
Ibez Menta, pocas veces mostr la constancia de estos tiempos. Asimismo,
muchos de los partcipes de proyectos de terror independiente denido como
autogestionado y sin ligazn con ningn organismo cultural o lantrpico
estn trabajando en el cine industrial. Sus historias son, ahora, nanciadas
por el INCAA, y eso es un paso hacia adelante. Y detrs, se nota, hay gestin:
por eso INCAA TV y su programacin tan eclctica como inclusiva; por eso los
Espacios INCAA, donde hasta la pelcula ms pequea puede conseguir un
estreno nacional.
Y si hablamos de mritos, las partcipes del cine de terror contemporneo
gozan de una herramienta innata, desarrollada y voluntariosa: hacer muchsimo
con poqusimo. Le propongo, lector, entrar en YouTube y buscar, por ejemplo,
Daemonium. Es muy probable que se sorprenda cuando vea que aquello fue
hecho con un presupuesto mnimo y autogestionado. Entonces, la contrasea
universal del hacer toma dimensin de bandera: hacer para crecer. Y que eso
entretenga. Y que aquello cuente una historia, que tenga corazn. Mientras
tanto, un postulado se libera como un mantra: amistad, amistad, amistad. Y
tras esos dientes amarillentos que desgarran msculos y salpican sangre, el
terror argentino sonre de parabienes.
nro. 23 | ao 6 | enero 2014 | nuestraCultura
30
Universo chamam
Gabriel Romero, presidente del Instituto de Cultura
de Corrientes, recorre para Nuestra Cultura la evo-
lucin de la Fiesta Nacional del Chamam, cuya l-
tima edicin fue disfrutada por 100.000 personas
a lo largo de diez noches, cifra que este ao, en el
que se aaden otras dos veladas, podra alcanzar los
150.000 espectadores.
De esta regional a encuentro nacional y del
Mercosur: Cmo se dio el salto?
Esta esta nacional, que en 2014 organiza su edicin
nmero 24 y 10 del Mercosur, tuvo un cambio impor-
tante hacia 2003, de la mano de Norberto Lischinsky,
subsecretario de Cultura provincial por entonces. En
ese tiempo, los subsecretarios de Cultura del NEA y el
ministro de Educacin y Cultura del Paraguay promo-
vieron el rea de integracin cultural ARPA, que se re-
ej en acciones muy concretas. Una de ellas fue darle
proyeccin regional ampliada al chamam y su esta.
Por qu decidieron abrir el juego a otras es-
tticas (Chamam Rave, artistas no chamame-
ceros, peas)?
Conocamos las propuestas de artistas de la regin
que fusionaban el chamam con otros ritmos. Fue
una estrategia dar lugar a esos msicos y a un p-
blico que no asista a la esta. Para eso, creamos
escenarios paralelos, como el Chipa City, la Rave
Chamamecera y otras acciones que se realizaron
fuera del anteatro Cocomarola. Esto fue muy bien
recibido por el pblico joven y resistido por algunos
chamameceros tradicionales, que miraron y miran
de reojo estas propuestas.
Qu es lo que hace a este encuentro nico?
Trabajamos con el concepto de celebracin. Re-
marcamos que no es un festival, es una esta autn-
tica. Esa idea de reunin es lo que la hace diferente,
adems del gnero, que une pases y nos hermana
en un lazo de identidad. Como dice un amigo, esta
msica es una religin, y los feligreses de tres pases
vienen en procesin a la catedral del chamam. Hoy
la esta sigue manteniendo la magia que nos hace
estremecer con un sapukay.
Cul es el desafo mayor que se proponen?
El desafo es mostrar el espritu cultural de la re-
gin. El chamam no es solo una msica y una dan-
za. Es la expresin viva de una regin unida por las
tradiciones, el lenguaje y la forma de ser.
FIESTAS NACIONALES
Ritmo de
verano
Cada regin del pas se
distingue por su tonada,
su clima, su msica,
su gastronoma y la
esta popular donde la
idiosincrasia y la identidad
de su gente cobran
protagonismo. Adems de
ros, ora y fauna tpicas, el
litoral tambin tiene msica
propia: en enero, el chamam
celebra su festival anual en
Corrientes; mientras que
Entre Ros es el escenario
donde los mejores jinetes
muestran sus destrezas con
folklore a todo volumen.
nuestraCultura | nro. 23 | ao 6 | enero 2014
31
Entre jinetes
Duea de todos los verdes, Entre Ros no es solo naturaleza. Una de sus ce-
lebraciones es motivo de reunin anual de entrerrianos y paisanos llegados de
distintas latitudes: el Festival de Jineteada y Folclore de Diamante, que lleva casi
medio siglo de vigencia. En el contexto provincial, Diamante tiene fuerte pre-
sencia de lo identitario, producto de su cultura y su historia, dene, en dilogo
con Nuestra Cultura, la intendenta Claudia Gieco, hija y sobrina de los fundado-
res del festival.
Cmo naci esta esta?
Su origen se vincula con el Festival de Jineteada El Rincn de los Entrerrianos.
Realizado por primera vez en 1967, se celebr de forma ininterrumpida hasta
1971 en el establecimiento La Gloria, ubicado en Costa Grande, Diamante. Por la
magnitud, calidad y concurrencia de esta esta, sus organizadores la trasladaron
a nuestra ciudad. Este ao, como reconocimiento a quienes forjaron la iniciativa,
el festival sum esos cinco primeros aos que, injustamente, no se computaron
en su momento. As, del 3 al 7 de enero prximo, celebramos la 48. edicin.
Qu valor tiene que su padre y sus tos hayan sido los iniciadores de
este encuentro?
La responsabilidad es doble: tengo que cuidar que todo salga bien y que el
festival preserve su identidad. Adems, mantengo un fuerte compromiso con la
celebracin, teniendo en cuenta que mi familia la forj para ayudar.
Qu importancia tiene la jineteada en la zona?
El de Diamante es uno de los festivales ms importantes del pas, donde se ven
las mejores montas de la Argentina. Cada ao, jinetes locales y tambin de Brasil,
Chile o Uruguay quieren estar presentes. En nuestro caso, los jinetes y las tropillas
son elegidos cuidadosamente para preservar la caracterstica de nuestra esta.
Qu criterio sigue la programacin artstica?
Es uno de los pocos festivales grandes de la regin que ponen el acento en
el litoral. Esto debe mantenerse y estimularse con ejemplos concretos, como la
inclusin en la grilla de este ao de Ramn Ayala. La cartelera artstica rene a
guras como Abel Pintos o Soledad; pero tambin a Teresa Parodi, Mario Boll,
adems de entrerrianos y diamantinos, como Las Voces de Montiel, Los del Gua-
leyn, Los Musiqueros Entrerrianos o Los Hermanos Spiazzi.
Cmo explica el xito de celebraciones como la de Diamante?
Nuestra gente est cansada de comprar espejitos de colores: msica y costum-
bres forneas. En el caso de la msica, no est mal escucharla y disfrutarla in-
cluso, pero siempre que tambin se le d lugar a lo propio. En nuestras estas
nos encontramos con los pares, nos relacionamos, por eso son estas. De paso,
escuchamos nuestra msica y cultivamos las tradiciones y costumbres que nos
identican.
La Nacin est
de esta
Itinerantes en sus comienzos, lo que permita el intercambio uido
entre distintas comunidades, poco a poco, las estas nacionales
fueron adquiriendo una organizacin similar, las particularidades
se desdibujaron y, ya en los aos 90, las sedes se jaron de modo
permanente.
Pero su sentido nunca se erosion. Para la Unesco, son parte
fundamental del patrimonio inmaterial de los pueblos: maniestan la
idiosincrasia, las creencias, leyendas y supersticiones comunes, adems
de revalorizar las geografas, las pequeas economas y las tradiciones
de las comunidades que las celebran. As, a la par de los grandes
festivales de verano, cientos de estas nacionales menos conocidas
pueblan el territorio y se despliegan en localidades pequeas o
alejadas de los centros urbanos. Aunque sobran las ideas, las energas
y la voluntades celebratorias, muchas de ellas no cuentan con el
presupuesto suciente.
Atendiendo a esta realidad, la Secretara de Cultura de la Presidencia
de la Nacin, a travs de la Direccin Nacional de Promocin de los
Derechos Culturales y Diversidad Cultural, puso en marcha este ao
el Programa Fiestas Nacionales, para reexionar acerca del origen y la
vigencia de estas festividades en la Argentina e impulsar su desarrollo.
Esta iniciativa, dependiente de la Subsecretara de Polticas
Socioculturales, apunta a visibilizar y fortalecer la diversidad
cultural del pas reforzando las caractersticas de cada festividad y
promoviendo la participacin de las comunidades en la organizacin.
Adems, el Programa abre una senda cultural para que nuevos
artistas presenten su propuesta en escenarios destacados de todas las
regiones.
En 2013, se impuls un grupo heterogneo de festividades que
se destacan por su valor simblico, artstico y profesional. As, el
Programa particip de la Fiesta Nacional del Mate, de Entre Ros,
donde se present Antonio Tarrag Ros; la Fiesta Nacional de la
Pachamama de los Pueblos Andinos, en Tolar Grande, pleno corazn
de la puna saltea, donde participaron la cantante mapuche Luisa
Calcumil y el do cordobs La Viajerita; y la Fiesta Nacional del
Poncho, de Catamarca, que rene a las mejores teleras del norte
argentino, en la que intervino uno de los grupos emergentes de la
Patagonia: Los Sarkos.
Adems, la Fiesta Nacional del Maz, en Chacabuco, cont con
la asistencia del grupo Mano a Mano y de Almagro Tango Tro,
dos propuestas jvenes con buena repercusin. Y en la esperada
Fiesta Nacional de la Flor, en la localidad bonaerense de Escobar, se
presentaron Florencia Bernales, Adelina Villanueva, Blas Martnez Riera
Grupo, Bosphorus do, Liliana Bonel (cuenta cuentos), con una puesta
escnica de ms de treinta artistas a cargo de Rodrigo Cristofaro. All,
ocho mil personas disfrutaron del cierre musical a cargo de Soledad
Pastorutti.
En la misma lnea, De Fiesta en Fiesta. Gua de Fiestas Nacionales, otro
proyecto del Programa, ser el primer directorio de festividades del
pas y servir para profundizar sobre las races culturales autctonas
y destacar los regionalismos. Incluir datos de la localidad donde se
realiza cada encuentro, el mbito en el que se desarrolla y el objetivo
que marca el pulso de su evolucin.
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A escasos 36 kilmetros al suroeste de la capital cor-
dobesa y en pleno Valle de Paravachasca, Alta Gracia
rene atractivos culturales, naturales y patrimoniales
que cautivan a sus visitantes y dan cuenta de algunos
de los hitos ms resonantes en la historia e identidad
argentinas. Dependiente de la Secretara de Cultura
de la Presidencia de la Nacin y enclavado en el cen-
tro histrico, el Museo Nacional Estancia Jesutica de
Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers constituye una
las piezas fundamentales de la ciudad.
Esta antigua residencia jesutica del siglo XVII inte-
graba el casco de la Estancia de Alta Gracia, que, en
1810, fue adquirida por Santiago de Liniers, virrey
del Ro de la Plata, quien vivi all unos pocos meses.
Una dcada ms tarde, Jos Manuel Solares compr
la vivienda a los hijos de Liniers y, de esta manera, se
convirti en su ltimo propietario. Luego, en 1868,
por iniciativa de Solares, se delimitaron los terrenos
para la creacin de una villa, hoy Alta Gracia. En
1973, la residencia jesutica pas a manos del Go-
bierno Nacional y, luego de un exhaustivo trabajo de
investigacin histrica y preparacin de las salas, se
inaugur ocialmente en 1977.
Constituida como un faro de cultura y el a la es-
tructura original, el estilo arquitectnico de la Estan-
cia le imprime un valor y distincin nicos. En sus
diecisiete salas de exposicin permanente, el Museo
comparte una rica herencia compuesta de objetos
que trazan puentes con la vida cotidiana y las for-
mas de trabajo en la antigua residencia. Por medio
de dioramas, maquetas, grcos, fotografas y am-
bientaciones de poca, el pblico descubre quines
fueron los actores sociales que vivieron y trabajaron
en ella.
Adems, se ofrecen visitas guiadas y un abanico de
actividades culturales, educativas y de formacin
profesional. Entre ellas, se listan los cursos de capa-
citacin sobre temas patrimoniales y sobre la fabri-
cacin de cajas forradas para conservacin, las con-
ferencias y jornadas de historia, y los talleres de arte
y de interpretacin del patrimonio. Los encuentros
de narracin oral y los juegos en torno a la historia
de la Casa completan las propuestas, junto con los
ciclos de msica y teatro, y sus ya clsicas Noches
en el Museo durante enero y febrero.
Cada ao, unas cien mil personas recorren los re-
covecos de la historia, la cultura y la identidad que
abraza entre sus paredes el Museo, declarado Patri-
monio de la Humanidad por la Unesco en 2000.
MUSEOS NACIONALES
Un paseo por cuatro siglos
Las galeras estn cubiertas por aristas apoyadas en anchos
pilares y arcos. Los pisos de ladrillos reproducen con delidad
los originales en forma y dimensin.
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SOBRE EL MUSEO
Av. Padre Viera esq. Paseo de la Estancia,
Alta Gracia, Crdoba.
Tel. (03547) 421303 / 428734
www.museoliniers.org.ar
[email protected]
Actual Museo de la Estancia
Jesutica de Alta Gracia y
Casa del Virrey Liniers.
La iglesia, ejemplo relevante del barroco
americano, ocupa el ala sur del patio. Es de nave
nica y se distingue por su curvatura muraria
externa, que constituye una excepcin dentro de
las tipologas coloniales en Latinoamrica.
El Patio de Honor tiene una escalera principal de doble
rampa, con molduras y espejos rehundidos.
Cocina con techo de tejuelas y fogn a la moderna,
construida en el sector sur del traspatio, anexada a la
residencia. Ambientada como una tpica cocina del siglo
XIX, congregaba a la familia en torno al fogn.
Galera balconada con cinco arcos y tres
pilares, sobre el costado norte de la Casa.
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Cantando bajito
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Casi medio siglo atrs,
naca el Coro Nacional
de Nios, un mbito de
formacin profesional donde
40 integrantes inician su
camino en el canto y planean
un futuro en clave de sol.
Buenas voces en frasco chico.
Hace 46 aos que el Coro Nacional de Nios, de-
pendiente de la Secretara de Cultura de la Presiden-
cia de la Nacin, se lanz a la tarea de hacer de los
pequeos cantantes que lo integran grandes voces
profesionales con proyeccin en el tiempo.
Desde su creacin, en 1967, y durante 42 aos, este
elenco artstico dedicado a la expresin del reperto-
rio coral en todos los mbitos del pas estuvo dirigi-
do por Vilma Gorini de Teseo, sucedida en 2010 por
Mara Isabel Sanz. Hace dos dcadas que trabajo
en el organismo: cuando era nia, cant en sus -
las durante ocho aos. Pasado un tiempo, Vilma me
convoc como pianista, y hace tres aos me hice
cargo de la direccin, sintetiza Sanz su currculum
en el Coro.
Ejercer esta funcin implica una responsabilidad,
pero tambin es continuar con mi labor comen-
ta Sanz sobre su actual funcin en el organismo.
Adems, me form en la educacin de la voz del
nio, una especialidad que, por lo general, no se
estudia en los conservatorios, agrega. Gorini, su
maestra y antecesora, estuvo a su lado en este ca-
mino: Hasta su fallecimiento, en 2011, Vilma me
acompa en los conciertos con sus consejos y co-
mentarios, fue muy importante su gua, valoro esa
enseanza y trato de transmitirla, con mis particula-
ridades, evoca.
En constante renovacin, cada marzo, con el inicio
del ao lectivo, el Coro lanza la convocatoria para
sumar nuevas voces en colegios y a travs de anun-
cios en medios grcos. El llamado est dirigido a
chicos de entre 7 y 10 aos de edad, y no es requi-
sito tener conocimientos musicales ni experiencia.
En una prueba de admisin, se evala que la voz
est sana y que el odo sea medianamente bueno,
precisa Sanz.
La siguiente instancia de formacin es un curso
preparatorio en el que los chicos aprenden a rela-
jar el cuerpo y reciben las primeras nociones sobre
cmo respirar, cmo emitir el sonido interpretando
canciones sencillas. A medida que esas voces me-
joran, se incorporan al grupo y participan de los
ensayos; y as se produce la insercin. La idea es
que los chicos alcancen el nivel del repertorio del
Coro.
El Teatro Nacional Cervantes es el mbito donde,
tres tardes por semana, se desarrollan los largos en-
sayos, de tres horas, durante las que los chicos reci-
ben formacin vocal y lectura musical con la pianista
Natalia Suriano.
El trabajo es mucho: el repertorio abarca desde
obras del Renacimiento, hasta piezas ms contem-
porneas. Puesto que es un coro de concierto, los
gneros a los que se dedica pasan por la llamada
msica culta, msica folklrica, msica popular,
pero lo religioso y lo clsico es lo que siempre pre-
domina, enumera Sanz y enseguida aade: Los
chicos cantan en todos los idiomas, slaba por slaba,
por fontica.
Consultada acerca de la continuidad de la carrera
de los nios cuando crecen y, a los 16 aos, dejan el
Coro atrs, Sanz cuenta que muchos chicos se han
dedicado al canto y a otras ramas de la msica, como
la direccin orquestal o la direccin coral. Y, a modo
de ejemplo, menciona los casos del compositor Fer-
nando Moruja, y de las sopranos Sandra Rovner, del
Teatro Coln, y Laura Penchi, integrante del Coro
Polifnico Nacional. A la vez, hay quienes realizaron
carreras exitosas en pases como Israel, Suiza o Esta-
MSICA
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Cantando bajito
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dos Unidos; mientras que otros tantos se vuelcan a
la ejecucin de instrumentos musicales.
El Coro, a lo largo de su historia, se present en
casi todas las provincias del pas; y tambin realiz
giras por Latinoamrica y Europa. As, en los aos
80, comparti escenario con los Nios Cantores de
Viena, y fue invitado a las conferencias musicales
organizadas por el Instituto Superior de Msica en
Canad e Inglaterra.
En tren de competir, result nalista en el Festival
Internacional de Coros de Porto Alegre, Brasil, en
tres oportunidades. En los aos 90, cosech xitos
en sucesivas giras por Dinamarca, Italia, Mxico y El
Vaticano. All tuvo acaso el espectador ms renom-
brado en casi medio siglo de actividad: cant frente
a Juan Pablo II en la Baslica de San Pedro, durante
la festividad de San Pedro y San Pablo, como nico
coro de nios invitado. En la celebracin del Bicente-
nario argentino, particip del Te Deum realizado en la
Baslica Nuestra Seora de Lujn. Estos ltimos aos,
se present en el V Festival de Msica Antigua y Ba-
rroco Iberoamericano e intervino en el primer festival
nacional Msica del Pasado de Amrica, junto con
destacados intrpretes del barroco latinoamericano,
en versiones historicistas.
El ao 2012 tambin fue un momento de aplauso: En
el Teatro Coln, festejamos nuestro 45. aniversario
con un concierto importante que recibi muy buenas
crticas, relata orgullosa Sanz. Adems, la Asociacin
de Crticos Musicales de la Repblica Argentina desta-
c esta celebracin como uno de los hechos de mayor
trascendencia de 2012. En opinin de la directora del
organismo, fue muy signicativo, ya que, a pesar de
tantos aos de trabajo, es la primera vez que el Coro
Nacional de Nios recibe esta distincin.
RONDA DE EXPERIENCIAS
ZOE ANEAS (10 AOS)
El ingreso: Entr al Coro a los 7 aos. A los 4 aos, ya haca coreos; escuchaba ceds y empezaba a
cantar. La portera de la escuela a la que voy me avis que haba un anuncio para m. Mi mam ya saba
que me encantaba la msica; as que fui a dar la prueba y me aceptaron.
Obra preferida: Todas las obras del repertorio me gustan, pero ms A Ceremony of Carols, de
Benjamin Britten, y Fire, re my heart, de Thomas Morley.
El futuro: Voy a empezar a estudiar piano y quisiera crear un coro, ser su directora y dedicar toda mi
vida al canto.
EZEQUIEL ARGENTIERI (11 AOS)
El ingreso: Entr al Coro a los 10 aos. Me gustaba mucho cantar y lo haca en los actos escolares.
En la escuela donde trabaja, mi mam vio el aviso del Coro Nacional de Nios para buscar integrantes.
Rend la prueba y qued.
Obra preferida: Me gusta cantar obras clsicas. Mi favorita es Stabat Mater, de Giambattista Pergolesi.
El futuro: Estoy estudiando piano y quisiera ser director de orquesta.
ROCO VILLARREAL BENTEZ (13 AOS)
El ingreso: Estoy en el Coro desde hace cinco aos. Como de muy chiquita me encantaba cantar, mis
padres pensaron en buscar un lugar para que estudiara, y les recomendaron el Coro Nacional de Nios.
Me dieron fecha para una audicin y aprob. Despus de eso, estuve unos meses en el preparatorio,
que es donde me ensearon todo lo bsico, y, al ao siguiente, pas a formar parte del Coro.
Obra preferida: Todo el repertorio me gusta, pero dos de mis obras favoritas son A Ceremony of
Carols, de Benjamin Britten, y Stabat Mater, de Giambattista Pergolesi.
El futuro: Estoy estudiando piano; pienso seguir en la msica.
SOBRE EL CORO NACIONAL DE NIOS
Programacin completa, disponible en
www.cultura.gob.ar y www.conani.com.ar
+ informacin: www.cultura.gob.ar/elencos/coro-nacional-de-ninos
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Fragmentos de hroe
Siempre me fascin la idea del Robinson Crusoe. Me lo regalaron siendo muy chico, debo haberlo ledo ms de veinte veces. El Eternauta, inicialmente, fue mi
versin del Robinson. La soledad del hombre, rodeado, preso, no ya por el mar, sino por la muerte. Tampoco el hombre solo de Robinson, sino el hombre con familia,
con amigos. Por eso la partida de truco, por eso la pequea familia que duerme en el chalet de Vicente Lpez, ajena a la invasin que se viene. Ese fue el planteo.
Lo dems... lo dems creci solo, como crece sola, creemos, la vida de cada da. (...) Ahora que lo pienso, se me ocurre que quiz por esta falta de hroe central, El
Eternauta es una de mis historias que recuerdo con ms placer. El hroe verdadero de El Eternauta es mi hroe colectivo, un grupo humano. Reeja as, aunque sin
intencin previa, mi sentir ntimo: el nico hroe vlido es el hroe en grupo, nunca el hroe individual, el hroe solo.
Hctor Germn Oesterheld. Extracto del prlogo a la edicin original de El Eternauta, Ediciones Record.
NUESTROS ARTISTAS
El Eternauta fragmentado, de Marta Minujn.
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