Metodologia Sociolinguistica
Metodologia Sociolinguistica
Metodologia Sociolinguistica
metodología
JosÉ ANTONIO
GONZÁLEZ
SALGADO
Madrid
'M. Alvar, Niveles socioculturales en el habla de Las Palmas de Gran Canaria, Cabildo Insular,
Las Palmas de Gran Canaria, 1972, pág. 15
F. M. Martínez Martín, Fonética y sociolingüística en la ciudad de Burgos, CSIC,Madrid,
1983, pág. 30.
F. M. Martínez Martín, loc. cit., págs. 31-32.
Una variable lingüística se define como cada unidad que posee dos o más va-
riantes condicionadas socialmente. En palabras de Chambers y Trudgill, «podemos
considerar a las variables lingüísticas frecuentemente como modos socialmente
diferentes, pero lingüísticamente equivalentes de hacer o de decir lo mismo, y se
dan en todos los niveles del análisis lingüístico»'.
M. Etxebarría Arostegui, Sociolingüística urbana: El habla de Bilbao, Universidad de Sala-
manca, 1985, pág. 68.
J. K. Chambers y P. Trudgill, La dialectología, Visor, Madrid, 1994, pág. 83.
Véase, por ejemplo, M. Alvar, «Sociología en un microcosmos lingüístico (El Roque de las
Bodegas, Tenenfe)», Prohemio, 11, 1, 1971, págs. 5-24.
'
J. K. Chambers y P. Trudgill, op. cit., pág. 88.
Pese a que la variabilidad se puede estudiar teóricamente en todos los niveles,
en el ámbito hispánico los que más rendimiento están ofreciendo son el nivel fó-
nico y el nivel léxico, siendo casi inexistentes los trabajos que se refieren a va-
riables sintácticas, y poco numerosos los dedicados a las morfológicas.
Las tres propiedades que debe presentar una variable lingüística para que logre
ser objeto de estudio en una comunidad de habla son, según Labovs: presentar
una elevada frecuencia, ser una unidad estructural y denotar una distfibución es-
tratificada. Estas tres propiedades se cumplen, en mayor o menor medida, en las
variables que se estudian en nuestro corpus.
En los trabajos de carácter léxico se han seguido diversas motivaciones para
su estudio: Borrego Nieto evalúa el alcance general de la penetración de la lengua
estándar en la modalidad lingüística de Villadepera de Sayago9.Azurmendi Ayerbe
utiliza el léxico para establecer el grado de bilingüismo existente en la comarca
de San Sebastiánl0. Aguado Candanedo, Etxebarría Arostegui, González Ferrero
y Morín Rodríguez realizan una descripción del léxico para comprobar las dife-
rencias sociales existentes en sus respectivas comunidadesll. Salvador Salvador
se limita a recoger el caudal onomasiológico de un determinado grupo social: la
clase culta granadinaL2.
El resto de los autores que han investigado sociolingüísticamente algún punto
de nuestra geografía se ha centrado con mayor atención en los demás niveles del
análisis lingüístico: Labrador Gutiérrez, en uno de los primeros estudios reali-
zados en España sobre un núcleo serniurbano con la aplicación de nuevas meto-
dología~,analiza el fenómeno del yeísmo en Lepe (Huelva)13.Martínez Martín
aísla dos variables fonéticas en Burgos: el yeísmo y los grupos cultos en posición
silábica implosiva14. Lynn Williams, en sus Aspectos sociolingüísticos del habla
de la ciudad de Valladolid, trabaja con siete variables, seis de carácter fonético
y una de carácter sintáctico: la terminación -ado en participios y sustantivos, la
reducción de los grupos cultos xCons, -x-,-cc- y -ct-, la aspiración de -S implosiva
en vocablos como asco, esclavo y esquina, y el adverbio muy en expresiones
W. Labov, Modelos sociolingüísticos, Cátedra, Madrid, 1983, pág. 36.
J. Borrego Nieto, Sociolingüística rural: Investigación en Villadepera de Sayago, Universidad
de Salamanca, 1981.
'O M. J. Azurrnendi Ayerbe, Elaboración de un modelo para la descripción sociolingüística
del bilingüismo y su aplicación parcial en la comarca de San Sebastián, Caja de Ahorros Provincial
de Guipúzcoa, San Sebastián, 1983.
" D. Aguado Candanedo, El habla de Bercianos de[ Real Camino (León), Diputación Provincial
de León, 1984; M. Etxebarría Arostegui, op. cit.; J. C. González Ferrero, La estratificación socio-
lingüística de una comunidadsemiurbana: Toro (Zamora), Universidad de Salamanca, 1991; A. Morín
Rodríguez, Actitudes sociolingüísticas en el léxico de Vegueta (Las Palmas de Gran Canaria),
Universidad de Las Palmas, 1993.
l 2 F. Salvador Salvador, Léxico del habla culta de Granada, Universidad de Granada, 1991.
l 3 T. Labrador Gutiérrez, Sociolingüística andaluza: LL-Y en Lepe (Huelva), Diputación Pro-
vincial de Huelva, 1975.
l4 F. M. Martínez Martín, op. cit., págs. 75-200.
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como muy bueno o muy grandP. Fernández Juncal se detiene en el estudio de
dos interesantes variables en el oriente de Cantabria: la metafonía y el neutra de
materiai6. En Quintana de la Orden (Toledo), Moreno Fernándezl7 seleccionó
ocho aspectos de la lengua hablada coloquial para analizar «el grado de deter-
minación que emisor, receptor y mensaje ejercen en varios actos de conducta
lingüística y social»18;los ocho actos de habla a que se refiere el autor son: tra-
tamiento, expresiones vocativas, excusas, ofrecimientos, peticiones, respuesta a
agradecimientos, presentaciones y saludo. Trigo Cutiño describe y analiza cuatro
configuraciones discursivas en el habla de los niños sevillanos: paréntesis o in-
c i s o ~factor
, común, enumeraciones y simetríaslg.Por último, Samper Padilla es-
tudia cinco variables fonológicas en el español hablado en la capital de la isla de
Gran Canaria20: segmentos fonológicos /S, r, 1, n/ en posición silábica implosiva
y Id/ en el contexto intervocálico.
3.2 Edad
La edad, en el nuevo enfoque del estudio de las variedades lingüísticas, ha ad-
quirido una importancia extraordinaria. Ya no tiene sentido analizar un habla sin
tener en cuenta esta variable sociológica, a no ser que la investigación se cir-
cunscriba a un determinado grupo generacional. La sociolingüística contempla
como posible informante a cualquier habitante de la comunidad, sea cual sea su
edad, formación académica o nivel económico.
En cuanto a la edad, dos son los criterios que se pueden seguir para trabajar
en sociolingüística: tomar como núcleo de investigación un grupo de edad o estu-
diar el habla a lo largo del devenir generacional.
3.2.1. Un grupo generacional
Trigo Cutiño analiza el habla de los niños sevillanos dividiéndolos en tres
grupos24:a) Niños de 5 años (comienzo de la escolaridad); b) Niños de 8 años (3:
de escolaridad obligatoria); y c) Niños de 11 años (final del segundo ciclo). Azur-
mendi Ayerbe también se centra en el habla infantil, aunque contempla sola-
mente dos divisiones2? Alumnos de 50 de EGB,de 10-1 i años, y alumnos de 8: de
EGB, de 13-14 años. Lynn Williams estudia el habla de los jóvenes vallisoletanos
de 18 a 26 años, coincidiendo con los límites de la enseñanza superior26.
3.2.2. Varios grupos generacionales
Borrego Nieto elige tres edades -que no generaciones- suficientemente
alejadas entre S?': los informantes más jóvenes tienen en torno a 20 años (antes
21 J.Borrego Nieto, op. cit., pág. 342; D. Aguado Candanedo, op. cit., pág. 260; M. Etxebarría
Arostegui, op. cit., pág. 518; J. M. Trigo Cutiño, op. cit., pág. 205.
22 L. Williams, op. cit., pág. 141.
23 M. Alvar, Lecturas de sociolingüística, Edaff, Madrid, 1977, pág. 69.
24 J. M . Trigo Cutiño, op. cit., págs. 37-43.
25 M. J. Azurrnendi Ayerbe, op. cit., págs. 206-218.
26 L. Williams, op. cit., pág. 48.
27 J. Borrego Nieto, op. cit., pág. SO.
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2.2003 JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ SALGADO
del servicio militar), los del segundo grupo en torno a 45 (situación familiar es-
table) y los más ancianos en torno a 70 (pensionistas y jubilado^)^^.
El sistema de dos generaciones tan sólo ha sido utilizado por un autor en el
ámbito hispánico: Labrador Gutiérrez en su estudio del habla de Lepe29.Labrador
distingue una generación de adultos (Generación A) y una generación de niños,
adolescentes y jóvenes (Generación B). Esta última se distribuye en tres grupos di-
ferentes: ~1 (niños menores de 7 años); 132 (niños y adolescentes de 7 a 15 años);
y ~3 (jóvenes entre 15 y 20 años).
La división de la sociedad en tres generaciones es la más utilizada en los es-
tudios sociolingüísticos, aunque no siempre coinciden los límites cronológicos
en todos los trabajos:
Martínez Martín y Samper Padilla hacen una división de acuerdo con el si-
guiente esquema30: a) Primera generación: de 20 a 35 años; b) Segunda genera-
ción: de 35 a 55 años; c) Tercera generación: mayores de 55 años. Morín Rodríguez
y Salvador Salvador restringen en cinco años la edad de la primera generación,
pero contemplan de forma idéntica las demás3'. Etxebarría Arostegui adelanta la
edad de los informantes de la primera generación (de 15 a 30 años) y amplía el
grupo de la segunda (de 30 a 60 años)32.
El sistema de cuatro generaciones tiene la desventaja de complicar los resultados
finales, ya que las variables se multiplican al combinarse entre sí, pero quizá sea
el más representativo de lo que ocurre en la comunidad.
Gómez Molina utiliza los siguientes parámetros en S a g ~ n t oa)~ ~Joven:
: de 16 a
25 años; b) Maduro: de 26 a 45 años; c) Adulto: de 45 a 65 años; y c) Anciano: ma-
yores de 65 años. Moreno Fernández se fija en los siguientes grupos34:a) Habi-
tantes de hasta 20 años; b) Habitantes de una edad comprendida entre los 21 y los
35 años; c) Habitantes de una edad entre 36 y 50 años; y d) Habitantes de más de 51
años. Por último, González Ferrero divide la población de Toro (Zamora) en cuatro
grupos representativos3? a) Primera generación: 18-30 años; b) Segunda generación:
40-45 años; c) Tercera generación: 60-65 años; y d) Cuarta generación: 75-80 años.
El único trabajo donde se contemplan más de cuatro generaciones es el que
realizó Alvar en 1972 en Las Palmas de Gran Canaria36.Este autor dividió la pobla-
ción en bloques de diez años, lo que dio como resultado la configuración de ocho
grupos distintos.
28 Esta es, exactamente, la misma división que hace Aguado Candanedo en su estudio del habla
de Bercianos del Real Camino (León).
29 T. Labrador Gutiérrez, op. cit., pág. 42.
30 F. M. Martínez Martín, op. cit., págs. 55-62; J . A. Samper Padilla, op. cit., pág. 33.
3' A. Morín Rodríguez, op. cit., pág. 32; F. Salvador Salvador, op. cit., pág. 12.
32 M. Etxebarría Arostegui, op. cit., pág. 174.
33 J. R. Gómez Molina, Estudio sociolingüístico de la comunidad de habla de Sagunto (Valencia),
Instituto Alfons el Magnánim, Valencia, 1986, pág.18.
34 F. Moreno Fernández, «Análisis sociolingüístico de actos de habla coloquiales», pág. 21.
35 J. C. González Ferrero, op. cit., pág. 94.
36 M. Alvar, Niveles sociocuiturales, pág. 36.
-
37 H. López Morales, EstratiJcación social del español de San Juan de Puerto Rico, Universidad
Nacional Autónoma de México, 1983.
38 J. A. Samper Padilla, op. cit., pág. 36.
39 J. R. Gómez Molina, Estudio sociolingüistico, pág. 19.
40 M. Alvar, Niveles socioculturales, págs. 35-36; L. Williams, op. cit.,pág. 39; J. C. González
Ferrero, op. cit., págs. 86-87.
4 1 J. Borrego Nieto, op. cit., págs. 50-51; D. Aguado Candanedo, op. cit., pág. 22; F. M. Martínez
Martín, op. cit., págs. 55-62; M. Etxebarría Arostegui, op. cit., pág. 177; M. A. Calero Femández,
Estudio sociolingüístico del habla de Toledo, Pages editors, Lérida, 1993, pág. 84.
42 C. Fernández Juncal, op. cit., págs. 41-44.
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Otra posibilidad para analizar una variedad lingüística es ceñirse a un solo grupo
sociocultural. Este es el caso de Salvador Salvador, que analiza el léxico de la
clase culta granadina con estudios universitario^^^.
Toda comunidad que va a ser objeto de estudio necesita ser parcelada para
simplificar el trabajo. En una investigación de tipo lingüístico-social se tienen
54 G. Sankoff, «A Quantitative Paradigm for the Study of Communicative Competente», en
Bauman and Sherzer (eds.), Explorations in the Ethnography of Speaking, CUP, Cambridge, 1974,
págs. 18-49.
W. Labov, op. cit., pág. 259.
SOCIOLING~~STICA
ESPAÑOLA AnMal, xxvi, 2,2003 559
que realizar dos tareas previas a la recogida de materiales. La primera es la divi-
sión en sectores representativos, es decir, hacer una estructuración de la sociedad
según diversas variables (sexo, edad, nivel socioeconórnico...). La segunda es to-
mar una muestra de cada variante. El número de componentes de la muestra será
lo suficientemente amplio como para poder establecer conclusiones que afecten
también al resto de los individuos no presentes en el muestreo. En todo caso, la
selección dependerá del carácter y los objetivos de la investigación, así como
del tipo de comunidad a la que se aplica.
Lo que se pretende, al elegir una muestra, es que ésta sea una reproducción
exacta, pero en pequeño, del universo.
En España, la técnica de muestreo más utilizada es la censal. Los investigadores
recurren al padrón municipal, al censo electoral o a otros recuentos estadísticos de
la población para concretar las variables sociológicas que operan y para escoger
los informantes que son necesarios para su estudio. Este sistema ha sido puesto
en práctica, entre otros, por González Ferrero en Toro, Borrego Nieto en Villa-
depera de Sayago, Moreno Fernández en Quintanilla de la Orden y Gómez Mo-
lina en Sagunto. Etxebarría Arostegui, que también usó el censo para dividir las
variables sociales de la muestra, eligió, sin embargo, núcleos familiares para re-
copilar los datos de su tesiss6.
Los más completos son los de Alvar, que utiliza el mismo del Atlas Lingüístico
y Etnográfico de Canarias, y el de Salvador, que usa el del Estudio Coordinado
de la Norma Lingüística Culta. Los demás son reelaboraciones parciales de éstos
o del Cuestionario del Atlas Lingüístico de España y Portugal (ALEP).
Borrego Nieto utilizó cuatro cuestionarios, dos de carácter léxico y dos de ca-
rácter sociolingüístico58.
Especialmente interesante es el cuestionario que elaboró Williams para el es-
tudio del habla de V a l l a d ~ l i dEstá
~ ~ . estructurado en diversos niveles: conversa-
ción, lectura de un texto, lectura rápida de una lista de palabras, lectura de una
lista de palabras a velocidad normal y lectura de una lista de palabras agrupadas
en pares.
Tanto Labrador Gutiérrez, como Samper Padilla y Calero Fernández prescinden
del cuestionario al elaborar sus trabajos. El primero recopila sus materiales aten-
diendo a un diálogo espontáneo con sus informantes; el segundo se basa en la
observación participativa; la tercera desarrolla sus encuestas en un clima de
conver~ación~~.