Andres Ortiz Oses La Escuela de Jung

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Andrs Ortiz Oss


La escuela de Carl G. Jung
Utopa y Praxis Latinoamericana, vol. 6, nm. 14, septiembre, 2001, pp. 101-105,
Universidad del Zulia
Venezuela
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=27901408

Utopa y Praxis Latinoamericana,


ISSN (Versin impresa): 1315-5216
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Venezuela

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NOTAS Y DEBATES DE ACTUALIDAD

Utopa y Praxis Latinoamericana

Ao 6. N 14 (Septiembre, 2001). Pp.101-105

La escuela de Carl G. Jung


School of Carl G. Jung
Andrs ORTIZ-OSS
Universidad de Deusto, Bilbao, Espaa.
RESUMEN

ABSTRACT

En este artculo se presenta la Escuela de


C.G.Jung como un movimiento que, siguiendo al
psiclogo suizo, trata de coimplicar inconsciente
y consciente en un lenguaje simblico de sentido.
Como representante de la Escuela junguiana se
ofrece la psicologa de Erich Neumann, perteneciente al Crculo Eranos y especializado en el estudio de la correlacin entre la urdimbre matriarcal y la estructura patriarcal, cuya sntesis anmica constituye el sentido.
Palabras clave: C.J. Jung, lenguaje simblico,
matriarcal, patriarcal.

In this article the school of C.G. Jung is


presented as a movement that, following the
Swiss psychologist, tries to coimply inconscious
and conscious in a symbolic language of senses.
As a representative of the Jung School the psycology of Erich Neumann is offered, belonging to
the Eranos Circle and specialized in the study of
the correlation between the matriarcal warp and
the patriarcal structure, whose animic synthesis
constitutes the sense.
Key words: C.J. Jung, symbolic language, matriarcal, patriarcal.

Recibido: 13-07-2001 Aceptado: 30-07-2001

Andrs ORTIZ-OSS
La escuela de Carl G. Jung

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El smbolo es para el hombre primitivo el paso


del inconsciente a la consciencia, y para el hombre
moderno el paso de la consciencia al inconsciente.
(E .Neumann, Ursprungsgeschichte).

ERICH NEUMANN
Erich Neumann, nacido en 1905 en Berln y muerto en 1960 en Israel, est considerado como el mejor colaborador de Carl G. Jung. Entre sus obras destacan Ursprungsgeschichte des Bewusstseins (Historia originaria de la conciencia), Die Grosse Mutter (La
Gran Madre), Tiefenpsychologie und neue Ethik (Psicologa profunda y nueva tica),Der
schpferische Mensch (El hombre creativo), Umkreisung der Mitte (En torno al centro),
Das Kind (El nio), Zur psychologie des Weiblichen (Psicologa de lo femenino). Inters
especfico adquieren sus trabajos y lecciones en el Crculo Eranos, editados en el Anuario
Eranos-Jahrbuchy recopilados en diferentes obras del autor como Kulturentwicklung und
Religionm (Desarrollo cultural y religin)1.
Como buen junguiano, E. Neumann estudia especialmente los smbolos arquetpicos
transpersonales, es decir, aquellas imgenes fundamentales que cohabitan nuestro inconsciente colectivo o imaginario cultural, y ello con el fin de afrontar o conscienciar su sentido
psicolgico. Entre esas figuras arquetipales destaca la imago de los Protopadres, as pues
las imgenes de la Madre y del Padre, as como del Anima (femenina) y del Animus (masculino), el Hroe o Herona (smbolo del yo personal) y el S-mismo (el yo profundo o
transpersonal), la Conciencia diurna (la luz racional) y la Sombra (el contrapunto oscuro o
nocturno), el Dios o Diosa (supremos) y el Diablo (infernal).
Ahora bien, la especialidad psicoanaltica de E.Neumann est en concentrarse en la
figura arquetipal de la Diosa Madre, por cuanto en su omnipujante imago numinosa o sagrada redescubre nuestro autor el trasfondo arcaizante de nuestro (in)consciente, o sea, la
matriz cultural de nuestra psique. En efecto, para E.Neumann la Gran Madre representa la
figuracin del sustrato psquico de nuestra conciencia humana, la cual arraiga en la red matricial de la Diosa: esta es definida como una Araa y, por lo tanto, como la urdimbre constitutiva de nuestra psique, por lo que obtiene un esencial carcter arcnido, reticular o aferente. Se trata de una malla, para usar la pertinente terminologa psicoanaltica de nuestro Juan
Rof Carballo2.
MATRIARCAL-PATRIARCAL
Pero esta urdimbre aferente o malla matricial o matriarcal ha de abrirse a la trama patriarcal o patricial para su diferenciacin dialctica. As aparece la dialctica viva entre la
urdimbre matriarcal y la trama patriarcal, entre la base y la altura, la tierra y el cielo, la ma-

De Carl G. Jung, ver ahora sus Obras en Ed. Trotta, Madrid 1999 ss.; sobre el Crculo Eranos, vase Revista
Anthropos (1994) y Suplementos Anthropos (1994). Pueden consultarse tambin las aportaciones al Circulo
Eranos de Erich Neumann en K.Kernyi (1994) y E.Neumann(1997).
Para todo ello, puede consultarse mi obra La Diosa Madre, Trotta, Madrid 1996; para el trasfondo, J. J. Bachofen(1988).

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teria y la forma, la relacin y la estructura. Nos encontramos ya en medio de las mitologas


simblicas que la humanidad ha proyectado para explicarse imaginalmente la lucha anmica en que consiste su coexistencia en el mundo, la cual es como un campo simblico de batalla entre las fuerzas matriales y patriales, las fuerzas regresivas y progresivas, la naturaleza naturante y la naturaleza naturada, la ecologa y la economa, la aferencia afectiva y la referencia abstracta, el mito religador y el logos desligador, la infrastructura y la suprastructura, el amor y la libertad3.
He aqu que la historia originaria de la conciencia narra el paso, trnsito o transicin
de la inconsciencia matriarcal a la consciencia patriarcal: en medio queda el yo humano
desgarrado entre la urdimbre matricial y la urdidumbre como verdadero complot patricial.
Este desgarro expresa bien segn E. Neumann la dolorosa evolucin de nuestra conciencia,
la cual transita de un extremo al otro, por cuanto pasa de la inconsciencia matrial (indiferenciada, urobrica) a una supraconsciencia patriarcal (alienada o exasperada, unilateral o machista). Con este diagnstico nuestro autor se sita como un pionero en pro del movimiento
feminista contemporneo, pero tambin en pro de una solucin ms compleja a semejante
esquizofrenia cultural dualizada entre lo matriarcal-femenino y lo patriarcal-masculino.
Para ello se sirve precisamente de la psicologa de C.G.Jung, una psicologa adjetivada
como compleja frente al reduccionismo freudiano4.
Para solucionar semejante Spaltung o escisin entre lo matriarcal-femenino y lo patriarcal-masculino, E. Neumann se remite a la incisiva psicologa junguiana en lo que atae
a la necesidad de sobrepasar la ligazn o fijacin al trasfondo simblico matriarcal de carcter indiferenciado a travs de su coimplicacin o asuncin. No se trata entonces de superar freudianamente el inconsciente matriarcal en el nombre del Padre y su consciencia masculina, sino de asimilar los contenidos inconscientes para su destilacin, supuracin, transustanciacin o diferenciacin: de donde el significado negativo en la Escuela de Jung del
incesto literal con la madre, pero el sentido positivo de ese incesto simblico o sublimado
(algo que Freud y socios obviaron de forma reduccionista). Con ello se preconiza una sntesis entre el inconsciente matrial y la consciencia patrial, tanto a nivel individual como colectivo. Pero veamos ms de cerca esta posible salida o solucin junguiana.
HROE CREATIVO
En la Escuela de Jung el inconsciente colectivo obtiene un carcter matricial o arquetipal, ya que es como el reservorio simblico o imaginario cultural que est detrs de nuestra conciencia colectiva y le sirve de almacn imaginal. Pero tambin nuestro inconsciente
personal obtiene junguianamente una connotacin matriarcal, ya que es la matriz individuada de nuestra consciencia colectiva y su trasfondo o trastienda imaginal. A partir de la
matriz del inconsciente tanto colectivo como individual deviene por una parte la conciencia femenina de la mujer figurada por la imago del nima(femenina), as como por la contrafigura del nimus (masculino) a modo de contrapunto complementario. Por su parte, la
conciencia masculina del varn est figurada por el nimus (masculino), teniendo como
contraimagen el nima(femenina) a modo de contrapunto compensatorio. De esta forma el

3
4

Al respecto, ver nuestro colectivo W. Ross, Nuestro imaginario cultural, Anthropos, Barcelona, 1992.
Puede consultarse A. Vzquez, en: Diccionario de Hermenutica (1998).

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proceso de personalizacin, llamado por Jung proceso de individuacin, se caracteriza por


la correspectiva sntesis de nima(femenina) y nimus (masculino) en la mujer, as como
en el varn por la correspondiente sntesis de nimus (masculino) y nima(femenina)5.
Con ello se afirma por una parte la especificidad masculina o femenina del varn y la
mujer, as como su correspondiente diferencia u otredad a asumir y no a reprimir. Ello expone el proceso de personalizacin o individuacin como un proceso de androginia psquica o complexin de lo masculino y lo femenino en cada hombre y mujer correspectivamente. Por eso ahora el autntico hroe es aquel que asume su contrapartida femenina (nima),
lo que implica una crtica consecuente del patriarcalismo o machismo en su herosmo hipermasculinista. Por su parte, la autntica herona es aquella que asume su contrapunto
masculino (nimus), lo que lleva a una afirmacin coequivalente de igualdad y diferencia a
un tiempo respecto al hombre varn.El autntico hroe o herona encarna entonces alcreador, cuya especificidad psicolgica radica precisamente en la sntesis de consciencia e inconsciente, nimus y nima, masculino y femenino, abstraccin y sensibilidad6.
LA SOMBRA
Y bien, lo dicho a nivel de personalizacin vale tambin a nivel colectivo, en donde
nos encontramos una conciencia femenina situada entre la inconsciencia matrial y la
consciencia hipermasculina (patriarcal): la emancipacin de esa conciencia femenina
prototpica de la mujer descolocada entre la madre o maternidad y el padre o paternidad
ha sido prevista por la genialidad de E.Neumann especialmente en su obra capital Ursprungsgeschichte des Bewusstseins (Historia originaria de la conciencia). Pero hay algo
ms, ya que nuestro autor aboga por la desrepresin de lo femenino no slo en la mujer
sino tambin en el hombre varn, de modo que cabe hablar no meramente de feminismo
sino de femenismo, por cuanto se desreprime tanto la fmina en particular como lo femenino en general: lo cual resulta obvio dado precisamente el diagnstico de nuestra sociedad como patriarcal-masculinista7.
Integrar la feminidad denegada por nuestro masculinismo. Un paso ms, y nos hallamos en una cosmovisin ms amplia, en la que se preconiza finalmente la integracin no ya
de la sombra femenina sino de la sombra en general. Integrar la sombra quiere decir ahora
coimplicar lo reprimido y oprimido, lo marginado y sobresedo, nuestro envs o revs, lo
negativo y la negatividad, ltimamente simbolizada por el mismsimo diablo o demonio: el
cual empero funge de contrapunto de la creacin divina del mundo, ya que representa la
materia prima, el caos o la energa profunda que sirve de trasfondo a todo8creador divino o
humano, tal y como mostrara M. Eliade respecto a la mitologa eslava. En la dramtica humana no hay Apolo sin Dioniso, como mostr F. Nietzsche, y no hay Dios sin diablo dialectizador (que es lo que consignifica dibolos precisamente). Pues toda creacin es cultura y

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6

7
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Ver mi Jung (1988).


Esto no quiere decir que la mujer sea sensibilidad y el hombre sea abstraccin: se trata de smbolos arquetpicos transpersonales a integrar personalmente y, por lo tanto, no de conceptos ideolgicos sino de metforas
radicales.
Puede consultarse al respecto mi Filosofa de la vida, Anthropos, Barcelona, 1989.
Puede verse M. Eliade, en: E.Neumann (1997).

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la cultura dice simbolismo: en donde el smbolo es primeramente el paso de la inconsciencia a la consciencia, as como posteriormente el repaso de la consciencia al inconsciente.
Con ello estamos en el centro de la cosmovisin neumanniana. Segn la cual se trata
de superar por cocimplicacin la escisin entre consciente e inconsciente. Esto consignifica por una parte el intento psicocultural por soldar simblicamente el neocrtex racional y
el paleocrtex emocional, as como el hemisferio cerebral izquierdo digital) y el hemisferio
cerebral derecho (analgico). Entramos as en plena comprensin de la inteligencia emocional y de una razn afectiva, como la he llamado en otro lugar. Pues no podemos renunciar ni al anlisis ni a la sntesis, de modo que precisamos una visin coimplicativa y medial, dualctica y transversal bajo los auspicios de la razn simblica, cuya apertura garantiza la (re)mediacin de los extremos o extremidades9.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
ORTIZ-OSS, Andrs (1988): Jung: Arquetipos y sentido, Universidad Deusto-Bilbao.
ORTIZ-OSS, Andrs (1996): La Diosa Madre, Trotta, Madrid.
ORTIZ-OSS, Andrs (2000): La razn afectiva, San Esteban Salamanca.
BACHOFEN, Juan Jacobo (1988): Mitologa arcaica y derecho materno, Anthropos, Barcelona.
JUN G., Carl G. (1999 ss.): Obras, Trotta, Madrid.
CRCULO ERANOS (1994): Revista Anthropos, n 153.
CRCULO ERANOS (1994): Suplementos Anthropos, n 42.
NEUMANN, Erich y otros (1997): Los dioses ocultos, Anthropos, Barcelona.
GADAMER, H.G.; DURAND, G. y otros (1998): Diccionario de Hermenutica, Universidad Deusto-Bilbao.
KERNYI, Karl y otros (1994): Arquetipos y smbolos colectivos, Anthropos, Barcelona.
ROSS, Waldo (1992): Nuestro imaginario cultural, Anthropos, Barcelona.
TAKETANI, Kazuyuki y ORTIZ-OSS, Andrs (1998): Cultura popular vasca, en: Annals of foreign studies, Universidad Kobe (Japn), vol. XLIII.

Consltese mi obra La razn afectiva (2000).

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