Mónica Ghirardi Matrimoniosy Algo Más
Mónica Ghirardi Matrimoniosy Algo Más
Mónica Ghirardi Matrimoniosy Algo Más
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%
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%
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%
1.4
%
Es necesario destacar que en algunos juicios no es uno sino son varios causales los
invocados para solicitar la nulidad de un matrimonio, en cada caso, se ha debido establecer un
criterio selectivo a fin de determinar cual era el considerado como de mayor significacin.
De lo expuesto surge que los porcentajes acerca del peso de las causas en el conjunto deben
considerarse como simples aproximaciones al fenmeno en estudio. Lo que ha parecido
fundamental en el anlisis fue en cambio la identificacin de todas las causas de nulidad que
aparecan en los juicios tratados
519
y su tratamiento sistemtico y en lo posible, exhaustivo.
1. El delito de bigamia como causal de nulidad matrimonial
Como puede observarse en el Cuadro N 8, la bigamia o matrimonio doble era
la falta que ms frecuentemente aparece como causal invocado para la denuncia o solicitud de
nulidad 25.4% de los casos en los expedientes analizados
520
. El delito de bigamia ha sido
519
La clasificacin de las causales de nulidad ha sido tomada de DELLAFERRERA N. (1990) Catlogo de
Causas Matrimoniales Obispado de Crdoba 1688 1810, Crdoba
520
Se han detectado los siguientes casos de nulidad matrimonial por causa de bigamia en la documentacin
consultada correspondiente al perodo 1688 1850: AAC., Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad , Leg. 194,
Aos (1688 1745), t. I, exp. 10, se trata de una denuncia efectuada por el cura de Sumampa, Santiago del
209
identificado como un fenmeno especficamente americano y colonial favorecido por la
inmensidad de los espacios, la debilidad de la cobertura administrativa y la fluidez de los
Estero, el 18 de octubre de 1728, el demandado era Ignacio de la Torre, espaol, natural y vecino de San Miguel,
de 30 aos El primer matrimonio y velacin haba transcurrido en Sumampa, el segundo en San Juan de la
Frontera , dos aos despus del primero con Ana Mara Jaimes, espaola de la Provincia de Cuyo en el Reino de
Chile; exp.17: Antonio Gmez, natural del Paraguay era denunciado annimamente en 1742 de haber efectuado
un primer matrimonio en Montevideo, y uno segundo en Calamuchita con Rosa Ledesma, natural de Santiago
del Estero, el reo se haba marchado del valle de Calamuchita dejando abandonada a su segunda mujer. Leg.
195, Aos 1746 1785, t.II, exp. 8, Jos Toms Acua, natural de Santiago del Estero, del Paraje La Dormida,
zapatero de oficio, de ms de 30 aos, quien no firmaba por no saber era denunciado por el cura y vicario de
Traslasierra del delito de bigamia , se presuma que el acusado haba estado casado en Santiago del Estero con
Mara Mercedes Espndola, esclava de Don Jos Espndola habiendo contrado segundas nupcias con Mara
Luca Quintero, natural y vecina de Traslasierra; exp. 13: caso de bigamia femenina, cfr. nota 10; exp. 16: El
primer matrimonio de Juan Francisco Castao, alias Juan Muchila, carpintero, mulato libre y habitante en el Ro
Segundo quien no firmaba por no saber se haba celebrado en la estancia de Jess Mara en la poca de los
Jesuitas, con Margarita Zelis (f. 8) el cual habase realizado alrededor de 1760 y el segundo matrimonio con
Antonia Casas se celebr en Ro Segundo realizada la sumaria por la justicia eclesistica el caso pas a la
Inquisicin, el reo declaraba que vivi con la primera mujer unos aos en Ro Segundo y que habindose haca
como 18 aos ido el declarantre al To, jurisdiccin y presidio de esta ciudad, no quiso su mujer seguirle
yndose a Buenos Aires, donde le dijeron que muri (f.8r). Leg. 199, Aos 1800 - 1802,t.VI,exp.3: caso del
espaol, cfr. cit. 6; Leg. 201, Aos 1811 1814, exp. 13: Felipe Santiago Quintero de ms de 30 aos, quien no
firmaba por no saber, cas primero con Mara Estefana Molina de la ciudad de Crdoba, , luego cas con Mara
Teresa Baca, esclava,natural del Paraguay, de Paracuar, con esta se cas por soltero, ni siquiera por viudo.
Vivi con la primera esposa un tiempo, despus viaj 7 aos por Chile, Mendoza, Buenos Aires, crey que ella
haba muerto, segn su testimonio. Se declara nulo el segundo matrimonio, absolvindose al reo de penas
cannicas dndose por purgado el delito con la prisin. Exp. 17: consiste en otro caso de bigamia femenina, en
efecto, Mara del Trnsito Montenegro e Islas, nacida en el curato del Ro Seco, denunciada por el cura de San
Javier, relataba de este modo las peripecias de su existencia : estuvo casada con Pedro Campos y Garca en
Salta procediendo a fugarse, se la captur en Pocho. La rea explicaba que al morir su madre el padre la llev a
los siete aos a Tucumn a casa de la abuela paterna, cas a los 14 aos con un vecino de Tucumn contra su
voluntad a instancias de la abuela, el marido la amenaz de muerte por que no quera hacer vida maridable con
l, se escap a casa de una prima donde estuvo tres o cuatro aos, luego se fue a Buenos Aires donde estuvo
cinco o seis aos viviendo como agregada en un cuarto separado en lo de Don Jos Nieto sustentndose con el
trabajo de sus manos (f.2 vto) de all se fue a San Juan con un hombre natural de Catamarca, viudo, estuvo un
ao agregada en otra casa, luego regres a Las Salinas, luego al paraje de Los Corrales (San Luis), all conoci a
Don Gaspar Snchez , le dijo que no estaba casada. Leg. 202, Aos 1815 - 1825, tomo IX, exp.7: caso de nulidad
accionado en 1817 de Vicente Silpituela de Maligasta, jurisdiccin de La Rioja con Teodora Casiba, del mismo
origen. Exp.16: Jos Domingo Pabn oriundo de Santiago del Estero haba estado casado en esa jurisdiccin, se
descubri eso luego, la esposa entabl la accin judicial. El segundo casamiento lo contrajo en la ciudad de
Mendoza.; exp. 19: Rosa Funes Olivera solicitaba nulidad matrimonial ante la curia episcopal, no hay ms
datos.El hombre estara casado en Chile, y en Crdoba habra usado el apellido de la primera mujer. Exp. 33:
Otro caso de nulidad constituye el de Manuel Trillo, oriundo de la Banda Oriental, acusado de bigamia por Luisa
Jurez Colazo en 1825 quien deseaba desposarse con Manuel Corts Luduea, la esposa logr que su
matrimonio con el acusado fuera declarado nulo, quedando libre para contraer nupcias. Rosa Funes Olivera
solicita nulidad matrimonial ante la curia episcopal, no hay ms datos. Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp.
15: Juana Aurelia Perulero era acusada de bigamia tras haberse casado con Pedro Toms Tablada, ambos del
curato del Rectoral, Se estudia la nulidad o validez del matrimonio porque parece que al momento del
casamiento el marido an viva, luego muri de resultas de una refriega en una pulpera de una pualada. Se les
da la ciudad por crcel y que permanezcan separados hasta esclarecimiento. El primer marido vivira en Bs.As.
Exp. 39: el reo Andrs Faras era confeso probado de doble matrimonio en una causa del ao 1836. Exp. 48
Casusa criminal de matrimonio doble. Los presos son remitidos desde Tulumba.Hay orden de prisin para la
pareja, participa el Juez de Alzada. Exp. 66: Causa criminal por doble matrimonio. El reo estaba casado en la
Provincia de Buenos Aires en el curato de San Isidro.Casado con una vecina de Santiago del Estero.
210
desplazamientos de pobladores vidos por ganar nuevos polos de desarrollo hacia minas,
puertos, ciudades, fronteras mviles y otros destinos
521
.
La situacin de los espaoles peninsulares casados que viajaban al Reino de Las Indias
sin sus esposas preocup desde pocas tempranas a la Corona; vindose sta obligada a
travs de legislacin diversa, a conminar a los ya desposados a reunirse con sus cnyuges. Lo
que se pretenda evitar era la desintegracin de las familias en el pas de origen, intentando
prevenir, por otra parte, un nuevo casamiento en Indias en maridos desmemoriados, ms
preocupados por asegurar su integracin a la sociedad americana colonial de recepcin, que
en recordar los compromisos asumidos antao en la Pennsula. Ilustrativa de la confusa
situacin en que se encontraban los migrantes europeos respecto de su situacin familiar
resulta el caso del espaol casado en Europa con Teresa Boter, quien haba emigrado a
Amrica en busca de fortuna. Al tiempo de establecerse en Crdoba unos paisanos le
informaron que haba enviudado en su tierra natal ante lo cual el peninsular de referencia,
Juan Jos Bitar natural del Matarol, en Catalua, se cas nuevamente en 1801 con Juana Daz
, natural y vecina del Tucumn, tras lo cual otro paisano recin llegado de Espaa le
comunic que en realidad su primera mujer viva. El cura interviniente en esta causa debi
interceder por el feligrs ante el Obispo porque el espaol, para evitar los trmites de
exhibicin del acta de defuncin en el expediente de soltera haba declarado pertenecer al
estado de soltero
522
.
Como el concubinato, la bigamia satisfaca la necesidad de una movilidad
incesante, a a desplazamientos voluntarios o forzosos de la poblacin. Innumerables
motivos llevaban a los individuos, especialmente de sexo masculino a emprender viaje a
destinos lejanos
523
. La ubicacin geogrfica de Crdoba, en el cruce de los caminos hacia el
norte y el oeste y vaso comunicante de esas reas con el litoral, intensificaba esas tendencias,
tanto en cuanto a las personas que siendo originarias de su territorio, se trasladaban fuera de
sus lmites, como a las que desde otras partes atravesaban sus fronteras internndose en sus
valles y montaas. Ejemplificativo del ir y venir de los pobladores de la poca es el caso de
521
BERNARD, C y GRUZINSKI S.( 1986)Les enfants de l Apocalypse: la famille en Mso Amrique et
dans les Andes en Histoire de la Famille sous la direction de BURGUIERE, A. y Otros. Cap. III.
522 AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg. 199, Aos 1800 - 1802,t.VI,exp.3
523 Las mujeres tambin se desplazaban notablemente como se desprende de la lectura de las fuentes, no debe
olvidarse por otra parte, que uno de los deberes de la esposa era seguir al marido por los derroteros que ste
escogiese. El abandono marital era frecuente en la sociedad colonial, el hombre se ausentaba por largos perodos
del hogar y no pocas veces no regresaba nunca, cfr. LAVRIN, A. COUTURIER, E. (1993:231) Las mujeres
tienen la palabra. Otras voces en la historia colonial de Mxico en Historia de la Familia, GONZALBO
AIZPURU, P (comp.) Instituto Mora, Universidad Autnoma Metropolitana, Mxico, pp. 218 250.
211
Antonio Gmez, natural del Paraguay quien se haba casado en Montevideo y era acusado de
una segunda unin en Calamuchita, en la jurisdiccin de Crdoba
524
.
En los lugares de naturaleza o vecindad, el control que ejerca el vecindario
dificultaba las posibilidades de uniones dobles, las mismas se vean favorecidas en cambio en
lugares extraos al de residencia habitual. Los desplazamientos de la poblacin de un lugar a
otro, de una provincia hacia regiones distantes eran relativamente frecuentes, especialmente
en ocupaciones como el comercio, la arriera, el ejrcito; tambin en casos de prfugos de la
justicia que se vean impedidos de regresar a sus domicilios de naturaleza por temor a ser
apresados. La necesidad de los pobladores ms pobres, de buscar la vida en la procura de
sustento incentivaba tambin dichas movilizaciones. La intencin de alcanzar la libertad para
escapar de situaciones de servidumbre y esclavitud llevaba a no pocos individuos a buscar
ganar el campo o el escenario de ciudades extraas procurando alcanzar una existencia
annima donde reiniciar la vida cambiando de identidad y tambin de esposa. En los casos de
uniones malogradas, de esposas que huan de sus maridos golpeadores o que haban sido
abandonadas por stos, y en aqullos de casamientos indeseados, realizadas bajo el rigor de la
presin social, una unin paralela poda significar un alivio para el espritu y un remedio a la
soledad y el desamparo material.
Identificamos la prctica de la bigamia con situaciones asociadas a la bsqueda de
sostn material y afectivo ms que con el desafo intencional a la autoridad constituda, la
misma sera indicio a nuestro entender de la importancia que el matrimonio cannico tena
para los individuos en la poca tratada ya que quienes se casaban por segunda o tercera vez,
en vida de sus cnyuges anteriores saban que se estaban exponiendo a que la mano de la
justicia les alcanzase. En los casos de bigamia entenda la Inquisicin por la presuncin de
hereja
525
. Cabe interrogarse acerca de la situacin de los hijos de las uniones consideradas
nulas, generalmente las segundas o terceras, si bien estos nios eran considerados legtimos
por proceder de matrimonios putativos que en el momento de su realizacin eran tenidos
como vlidos, es de suponer que en la prctica los mismos quedaban junto con sus madres en
una situacin de desventaja en la consideracin social en relacin a los hijos de la unin
considerada como legtima. Por otra parte, el bgamo, fuere hombre o mujer, era conminado a
regresar al lado de la pareja validada, an contra la voluntad de los interesados: deseara el
cnyuge incurso en bigamia volver al lado de la primitiva pareja de la cual pudo estar
524 AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad , Leg. 194, Aos (1688 1745), t. I, exp.17.
525
Cfr. DELLAFERRERA, N. (1990: 19) Catlogo de Causas matrimoniales Obispado de Crdoba (1688-1810),
Arzobispado de Crdoba, Crdoba.
212
separado por aos, en la conviccin incluso de que haba muerto? ; y desde la otra
perspectiva estara su anterior cnyuge dispuesto a recibir en el hogar a un hombre y ms
difcil an si se trataba de una mujer- que la haba abandonado sin procurarle no pocas veces
ni a ella ni a los hijos el ms mnimo sustento?. Es factible imaginar que el estado pblico de
la situacin delictiva agravara la tensin existente en la pareja que deba volver a convivir.
Por otra parte, se resignara la pareja conminada a separarse, a obedecer la normativa
judicial? es posible que no pocas de estas situaciones finalizasen en la huda, el desamparo, la
tragedia.
El caso de Jos Toms Acua, acusado de estar casado en primeras nupcias con una
esclava en Santiago del Estero y de haberse vuelto a casar en Traslasierra es demostrativo de
la dificultad que en la prctica atravesaban los libres que contraan matrimonio con personas
de distinta condicin jurdica ya que al no poder abandonar el servicio del amo para seguir a
la pareja, la unin se caracterizaba por una gran inestabilidad especialmente si el cnyuge
decida establecerse en otro lugar, lo que impeda la cohabitacin.
No solamente los varones eran acusados del delito que tratamos, Mara Petrona
Quintero, por ejemplo, parda, natural del Ro Segundo era denunciada en 1775 al pretender
casarse con Domiciano Monsalve indio del Pueblo de La Toma, de tener en su historia dos
matrimonios previos; ella se defenda afirmado que el primer marido haba muerto pero
reconoca no saber si el segundo haba fallecido. El cacique de la Toma Don Jos Antonio
Deiqui sala en defensa de la recta conducta del hombre de su pueblo y prestaba fianza para
que puesto en libertad Domiciano pudiera probar que su mujer era libre para contraer
matrimonio
526
.
2. Los impedimentos por afinidad y consanguinidad como causales de nulidad
En el cuadro N 8 puede observarse que el parentesco por afinidad y la
consanguinidad entre los contrayentes, podan convertir un matrimonio en susceptible de ser
anulado. En un 18 % de los casos analizados se invocaba como causa de la nulidad al
impedimento de afinidad, y en un 6 % de los mismos, al de consanguinidad.
El impedimento de consanguinidad, considerado como natural derivaba del
nacimiento. Se consideraba entre ascendientes y descendientes en lnea recta hasta el
526
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad , Leg.195, Aos 1746 1785, t.II, exp. 13.
213
infinito y por lnea colateral hasta el segundo grado
527
en que por Derecho Natural o Divino
constitua un impedimento dirimente y hasta el cuarto grado por Derecho Positivo o Humano.
El impedimento por afinidad derivaba de la cpula carnal lcita o ilcita contndose
sus grados como en el caso de impedimento de consanguinidad. Segn el Papa Po V el
impedimento dirimente por afinidad llegaba al cuarto grado en la cpula lcita o procedente
del casamiento y hasta el segundo en la ilcita, es decir cuando haba existido simple unin
carnal sin sacramentacin de la unin.
El parentesco espiritual o ritual derivaba de la relacin que surga entre el padrino o
madrina con el bautizado o confirmado y con sus padres, sin embargo, en este caso el
impedimento no se extenda a la familia
528
.
La endogamia geogrfica de muchos matrimonios, las alianzas entre afines y
consanguneos, eran factores que contribuan al fenmeno del casamiento entre parientes. En
espacios reducidos resultaba difcil que no existiese algn tipo de parentesco que uniese a los
pobladores entre s. Obscuras historias familiares llevaba en ocasiones al ocultamiento que
una a los hijos de familia con vecinos o incluso con individuos que moraban en la casa en
calidad de agregados o sirvientes. Ello haca que, a veces por desconocimiento de la verdad y
otras por picarda, se efectuasen uniones en grados prohibidos sin solicitar dispensa. Cuando
por algn motivo, alguien que conoca el verdadero vnculo entre los contrayentes haca
pblica ante la autoridad la informacin, estallaba el conflicto.
No debe dejar de considerarse que la solicitud de licencia para contraer nupcias con
consanguneo o afn implicaba la realizacin de un trmite de cierta complejidad y lentitud y
que por otra parte entraaba un costo. Su tramitacin resulta casi inimaginable en personas sin
instruccin alguna y habitantes de lugares alejados de los centros ms poblados.
Por otra parte, al mismo tiempo, aprovechando la enmaraada trama de impedimentos
matrimoniales que la Iglesia Catlica haba establecido y que ya los reformadores protestantes
haban criticado, los padres no dejaban de recurrir a tales impedimentos cuando su inters
era liberar a un hijo de una unin insatisfactoria: tal pareciera ser el causal de nulidad
entablado ante la Curia de Crdoba en septiembre de 1746 invocando como razn un
impedimento por afinidad por cpula ilcita en segundo grado puro. El marido demandado era
Manuel Romero natural de Santa F, viudo, vecino de Mendoza, de treinta y seis aos de
527
Los grados de los impedimentos se contaban desde la raz comn hasta el pariente ms prximo.
528
Otros impedimentos consistan en el legal que provena de la adopcin y el que naca con los esponsales o
matrimonios de futuro, slo se extenda al primer grado, era perpetuo e imposibilitaba al novio a desposar a la
madre o a la hija de la contrayente. En la conceptualizacin de los impedimentos seguimos a MOLINA, R.
(1991: 131 , 132) Ob. Cit.
214
edad, quien deca saber firmar, casado con Isabel Martnez haca ms de seis aos al iniciarse
el juicio. En efecto, el acusado era denunciado por la madre de la esposa de haber tenido
trato ilcito con una joven llamada Isabel Albornoz. Se trataba de una mujer mestiza,
prima hermana de la esposa accionante de la demanda, quien fuera criada por su ta. La nia
mestiza haba sido entregada al nacer, a su ta quien ...la resivi y crio como a una sobrina
hija de su hermano y como a su hija alimentndola y reconocindola por tal...
529
. En efecto,
la madre de una y el padre de la otra eran los hermanos Valeriano y Margarita Albornoz. El
demandado reconoca que haba tenido mala amistad con la prima de la esposa, teniendo
cpula carnal con ella, ignorando, segn l, que la dicha mujer fuera parienta de su cnyuge.
Segn el fiscal actuante en la causa haba existido un impedimento dirimente por cpula
ilcita en segundo grado puro para realizar el matrimonio, por lo cual la unin deba anularse.
En su defensa, el marido se esforzaba en demostrar la validez de su matrimonio contrado en
el ao 1740 y expresaba su intencin de llevarse a su mujer a Mendoza junto con el hijo de
ambos, donde tena hacienda y otros hijos de un matrimonio anterior. El varn negaba haber
maltratado a su mujer durante el tiempo que estuvieron casados, reconoca haber estado
ausente del hogar conyugal lapsos prolongados debido a su oficio relacionado con el trajn
de las carretas y alegaba que el causal de nulidad invocado consita en una excusa ideada por
la familia de su esposa para que sta no le siguiese a Mendoza donde se propona fijar
domicilio. Siendo sentenciada la mujer a seguir a su marido, no quiso sta reconciliarse, y
entabl apelacin ante el Metropolitano fugndose del lugar donde se hallaba en depsito
incurriendo en grave desacato, permaneciendo oculta con la aparente complicidad de sus
padres, y tras haber sido apresada, la joven pas finalmente a ser depositada en el Monasterio
de Santa Catalina de Sena, mandndosele a la Madre Priora la guardase en clausura hasta
finalizar la causa. El juicio concluy con la negativa de concesin de nulidad matrimonial
entregndosele la esposa al marido, debiendo ste enfrentar las costas del juicio de nulidad en
la suma de $66 y 4 reales. Como puede apreciarse, ms all de que hubiese existido en verdad
impedimento o no, y si bien no parece haber sido tarea sencilla lograr la aprobacin de la
nulidad de un casamiento, los familiares interesados en evitar el alejamiento material de la
hija del hogar paterno hacia una alejada ciudad, se empeaban en intentar la disolucin de la
529
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad, Legajo 195, Aos 1746 1785, exp. 1, f. 1.
215
unin consumada desde haca aos y a pesar de la existencia de un hijo nacido de la unin
de la pareja
530
.
Otro caso en el que el impedimento por afinidad parece ser utilizado como
instrumento para conseguir la liberacin en una unin insatisfactoria constituye el de Teresa
Agero de Salsacate en 1840 quien vena haciendo exposiciones ante la justicia en reiteradas
oportunidades contra su marido Faustino Jos Maza. El juicio se inici por sevicia, el cura de
Salsacate se diriga al Obispado de Crdoba diciendo que ya no saba como reconciliar a este
matrimonio ya que por tres veces la mujer se haba escapado de su hogar pidindole auxilio al
juez por maltrato propinado por el marido. Luego surge en el expediente la cuestin del
impedimento dirimente por afinidad acusando Teresa a Faustino de haber tenido relaciones
con la prima hermana de ella antes del casamiento, de cuyas resultas naci un hijo, tambin
se hicieron denuncias de tratos con otra parienta. El cura del lugar intent revalidar el
consentimiento de la esposa al matrimonio y ella se neg expresando que prefera la crcel
antes que consentir unirse a l. La causa permaneci inconclusa
531
.
La promiscuidad en los modos de cohabitacin caracterizaba la situacin de
numerosos habitantes de la ciudad pero especialmente de la campaa, donde se asentaba el
grueso de la poblacin, la misma promova el ejercicio de prcticas sexuales que estaban muy
lejos de cumplir con la normativa establecida por el derecho civil y cannico. La lectura de
los expedientes permite introducirse en la trama de complejas situaciones las cuales, al
trascender por azar a los juzgados eclesisticos ya que es de suponer que la mayor parte de
las veces escapaban a la autoridad- planteaban verdaderos desafos de conciencia a los jueces
actuantes. Un caso de afinidad en primer grado originado en Tulumba en 1795 permite
ejemplificar lo anteriormente expresado: Juana Medina, de treinta aos, quien no firmaba por
no saber, natural y vecina de ese lugar, pretenda casarse con Florentino Luna, del mismo
origen. Juana era denunciada por el Dr. Jos Francisco Echenique, cura y vicario de
Tulumba. En efecto, el cura acusaba a la novia de haber tenido cpula ilcita con el padre del
novio Florentino y tambin con el hermano de ste, llamado Francisco. Al parecer, la
pretendiente haba convivido con el padre y con los dos hijos. Si bien los novios haban
solicitado dispensa al Ilustrsimo Sr. Dr. Don Angel Mariano Moscoso, Obispo de Crdoba, al
pasar ste de visita por su poblado, no lograron obtenerla. Apresada la pareja, el Dr. Funes oa
la confesin de la mujer quien negaba haber tenido cpula ni comercio ilcito con los
530
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad, Legajo 195, Aos 1746 1785, exp. 1, f. 1, 2 vto., 4, 7, 11,
11 vto 14, 15, 15 vto., 20, 27, 28, 31.
531
Cfr.AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg.203, Aos 1826 - 1849, t.X, exp.49.
216
mencionados, aunque reconoca que Florentino s tuvo cpula ilcita con Mara Laurencia
Medina, hermana de la declarante...
532
La comprobacin de hechos considerados incestuosos y de considerable gravedad
resultaban irritantes a las justicias civil y eclesistica y provocaban tensiones entre ambas
originando mutuos reproches en relacin a los procedimientos aplicados para garantizar el
castigo e impedir la fuga de los acusados. As el Vicario Funes reconvena en nota al
Gobernador por haber dejado libres a los reos cuando los recibi provenientes del Cura de
Tulumba, en lugar de haber informado inmediatamente a la Curia Eclesistica a fin de obrar
sumaria informacin . El Gobernador de Crdoba Marqus de Sobremonte, molesto por el
tono del escrito expresaba en su descargo que quien debi poner en conocimiento a la Curia
no era el Superior Gobierno sino el cura de Tulumba, y manifestaba sentirse agraviado por
los trminos de la misiva recibida: ...no pudiendo menos de notar que es disonante a las
regalas de este Gobierno y sus representaciones el tono que se advierte en el oficio de
Vuestra Ylustrsima para reconvenirle
533
. La causa termin con el marido en fuga y la mujer
presa liberada de la Crcel Pblica condenada a diez ayunos eclesisticos
534
.
532
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad, Legajo 198, Aos 1795 1799, t. V, exp. 3, f. 4 y 4 vto
533
Ibdem.
534
Otros causas de Nulidad Matrimonial en la poca tratada constituyen: AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de
Nulidad Legajo 196, exp. 8: Causa de nulidad por afinidad por cpula ilcita en segundo grado entre Jos
Delgado, pardo libre, natural de Sumampa y habitante en el Ro Seco y Manuela Ulloa, natural y vecina del Ro
Seco, viuda de Lorenzo Astrada. El casamiento fue celebrado en Sumampa donde no conocan a la novia. El
matrimonio fue convalidado tras conseguir la dispensa. Legajo 198, Aos 1795 1799, t. V, exp 2: Victoriana
Moyano, parda libre, solicitaba en 1795 la disolucin del matrimonio que haba contrado con Francisco Ayala,
tambin pardo libre ante el Tte. De Cura de los Anejos Ministro Don Alexandro Ramis.La esposa manifestaba
que entre ambos exista impedimento dirimente ya que tena noticias de que el dicho Ayala tuvo durante mucho
tiempo ilcita amistad con la madre de ella, quien parece haber sido la verdadera interesada de que el casamiento
de su hija con dicho sujeto se llevase a cabo. Segn una testigo el novio era viudo y viejito y segn ese mismo
testimonio la demandante tena adems algn parentesco con la primera mujer del mismo.A estos hechos se
sumaba la violencia inferida a la mujer por el cura para lograr el consentimiento para el casamiento me hiso
llamar al otro lado de la Caada, resistindose durante cinco horas a dar el s a la unin. Exp. 7: Fray Santiago
Valdivieso de la Capilla de la Punilla en 1796 denunciaba la nulidad del matrimonio celebrado entre
Marceliano Palacios , natural y vecino de Los Talas en San Javier y Mercedes Abrego, del mismo origen, por
afinidad en primer grado por cpula ilcita por relacin existente entre el esposo con la hermana de la mujer. El
Obispo concedi finalmente la dispensa. Exp. 18: En una causa iniciada en Malanzn, La Rioja en 1799 existi
ocultamiento de la afinidad entre los contrayentes por cpula ilcita en 1 grado colateral; a este causal de
nulidad se le sumaron el disenso paterno y consanguinidad en 4 grado de lnea colateral desigual; el accionante
era el padre del esposo Nicols Pedernera, natural y vecino de Los Llanos, los demandados fueron el Ministro
Juan Antonio de Villafae, teniente de cura de la Doctrina de Los Llanos y el esposo Juan Esteban Pealoza,
natural y vecino de Malanzn. Los impedimentos de afinidad y consanguinidad fueron dispensados por el
Obispo en marzo de 1799; el disenso del padre fue rechazado por no exponer ste los motivos de su oposicin.
Legajo 200, Aos 1803 1810, t. VII, exp. 13: caso de nulidad matrimonial de afinidad por cpula ilcita: entre
Josefa Molina y Jos Baigorr, vecino de Soconcho. Con fecha 29/01/1811 la esposa accionante desisti de la
instancia y el Provisor Dr. Jos Gabriel Vzquez resuelvi que "para mayor seguridad dispensamos ad cautelam
el impedimento de primer grado de afinidad ex copula ilicita en linea transversal y habilitamos a ambos ad
petendum debitum, en cuya virtud la expresada Doa Josefa se unir a su marido y llenar las obligaciones del
matrimonio. Con fecha 13/05/1811 el marido demandado pidi al Presidente y Vocales de la Junta Gubernativa
se le diese traslado de un escrito de su mujer, Josefa Molina, pidiendo la devolucin del hijo de ella. El da
217
Otra causa resulta igualmente ejemplificativa que la anterior en relacin a la
promiscuidad sexual y sus consiguientes derivaciones incestuosas entre pobladores de la
campaa de Crdoba, en el curato de Calamuchita en los albores del perodo independiente.
Se trata del proceso de nulidad matrimonial correspondiente a Jos Gregorio Medina
Alfonso -pardo libre, viudo de Mara Mercedes Quiones- y a Mara Mercedes Torres de 30
aos, hija natural de Mara Teodora Gonzlez y de padre desconocido-, la causa se iniciaba
en febrero de 1812. La madre de la joven confes haber vivido amancebada con Gregorio
Medina otorgando luego su consentimiento para que aqul se casase con su hija. La cuestin
de nulidad derivaba del impedimento dirimente de afinidad en primer grado por cpula ilcita
del esposo con la madre de la novia. La preocupacin subyacente consista en el riesgo de
que la joven pudiese haber nacido de aqulla relacin, en cuyo caso sera la hija de su propio
marido; todas las acciones judiciales se orientaban a dilucidar tal cuestin a fin de descartar
esa posibilidad. Llamado a declarar, Medina Alonso explicaba que su relacin con la madre
haba tenido lugar haca ya muchos aos, cuando l no tendra mas de 15 o 16 aos, se
excusaba diciendo haber credo que ya no exista impedimento dado el prolongado tiempo
transcurrido . Por su parte, la madre, de 55 aos quien declaraba no saber firmar expresaba
que su hija tena ya dos aos de vida cuando haba entablado relacin con quien hoy era el
marido, negaba por lo tanto que la joven fuese el fruto de su unin con l. La causa concluy
con el otorgamiento de una dispensa y la revalidacin del matrimonio
535
.
La abundancia de causas de nulidad matrimonial originadas en impedimentos de
afnidad entre uno de los cnyuges con los parientes del otro lleva a reflexionar acerca de la
preocupacin de la Iglesia por prevenir situaciones incestuosas, entendemos que dicha
27/06/1811 fue interrogada la mujer de acuerdo con el pliego de preguntas presentado por el marido y respondi
"que lo pari despues de casada, como el mismo Baigorr no lo ignora y lo dijo pblicamente que no era dicho
nio hijo suyo, sino de su mujer". En su ltimo escrito el marido dice que "para evitar pues el que Doa Josefa
Molina deje de burlarse de tan sagrado tribunal, andando vestida de hombre en fandangos de mulatos" Cfr.
DELLAFERRERA, N. (1990: 90) Ob. Cit. Otro caso de afinidad constituye: Leg. 201, Aos 1811 1814,
t.VIII, exp. 6: se trata de una denuncia del indio Jos Vicente Daz contra su esposa Teodora Cassiba iniciado en
Nonogasta en enero de 1812. El esposo indio no saba firmar y era originario del pueblo de Malligasta, del
proceso surge que l haba tenido cpula con una ta carnal de la esposa, frente a ello Daz puntualizaba que se
haba enterado despus del casamiento del impedimento dirimente por afinidad nacido de cpula ilcita
existente, con lo cual su matrimonio era considerado nulo, debido a ello relataba que la justicia le haba
quitado a la esposa ponindola en depsito en casa del cura donde estuvo como tres aos, el marido acusaba al
cura y vicario ministro Don Josef Nicols Ocampo, curato de Anquinan de tener relaciones con su mujer durante
ese tiempo; dicha acusacin, si bien constitua el fundamento de origen de la iniciacin de la causa, en realidad
corresponde a otra cuestin que escapa a la cuestin especfica relativa a impedimentos matrimoniales que se
desarrolla aqu, la cual ser tratada oportunamente. Leg. 202, Aos 1815 - 1825, t.IX, exp. 24: se trata de una
causa de amancebamiento del marido con la hermana de la mujer en tiempos anteriores al casamiento de la
pareja por lo cual entre los esposos exista un impedimento de 1grado de afinidad ilcita lateral., el casamiento
haba sido efectuado sin dispensa; el marido se llamaba Francisco Surez y la esposa Petrona Snchez del
Partido del Molle, la causa se inici en 1823 y result inconclusa.
535
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg. 201, Aos 1811 1814, t.VIII, exp. 4.
218
inquietud constitua el fundamento de las prohibiciones de casamientos en casos de afinidad y
consanguinidad.
De las causas de nulidad analizadas se desprende que las prcticas sociales
desbordaban profusamente los lmites de la restrictiva normativa en vigor y que la aplicacin
estricta de la misma entraaba en ocasiones efectos contrarios a los esperados introduciendo
situaciones de riesgo en la estabilidad de las parejas al separar a los esposos durante el juicio
promoviendo ocasiones para la infidelidad, generando tambin cuestiones enojosas entre los
cnyuges provocando episodios de conflicitividad, especialmente cuando la accin no se
originaba en acusaciones surgidas del seno mismo de la pareja sino en denuncias annimas
que desenterraban y daban a publicidad situaciones posiblemente irritantes para las familias.
Cuestionar la legitimidad de uniones ya realizadas implicaba por otra parte, la
vulneracin en la prctica de la situacin de los hijos nacidos de las mismas, lo cual se
agravaba cuando las causas permanecan inconclusas, sin resolucin. Como se ha visto, no
pocas cuestiones de nulidad por afinidad surgan de relaciones pretritas; por otra parte las
denuncias invocando causales de nulidad surgan en ocasiones segn se explic, transcurrido
considerable tiempo despus de celebrados los casamientos y, como muestran los ejemplos
presentados, por causas no siempre relacionadas con la preocupacin eclesistica sino,
posiblemente en procura de satisfaccin de fines particulares.
Como se ha remarcado, pretender la inexistencia de impedimentos de afnidad en
cnyuges miembros de pequeas y apartadas comunidades caracterizadas por la abundancia
de lazos de parentesco aparece como una pretensin que no carece de ingenuidad, ya que en
ellas las relaciones de consanguinidad y/o afinidad alcanzaran a casi todos los habitantes.
Recurdese que la edad media al casamiento de los varones cordobeses rondaba los 27
aos a fines del siglo XVIII; es difcil imaginar que stos permaneceran castos hasta el
momento del matrimonio. Cuando, por el contrario, los pretendientes eran extraos al lugar
de asentamiento, el riesgo implcito de los casamientos era el de las uniones mltiples.
As las cosas, las justicias civil y eclesistica hallbanse jaqueadas por una realidad
que superaba sus intentos de aplicacin efectiva de la legislacin que regulaba el
matrimonio; asociamos el incumplimiento a las normas, mas a una bsqueda de la
satisfaccin de los requerimientos vitales de la poblacin que a intentos conscientes de
desafo al poder institudo sobre todo considerando la cristianizacin relativa que deba
caracterizar al menos a una parte de la poblacin de la campaa- .
219
La tramitacin de dispensas para la convalidacin de uniones viciadas a los ojos de la
Iglesia, como se lleva expresado, requera inversin de tiempo personal, dinero y
asesoramiento procesal, de lo cual se carecera en la generalidad de los casos.
Como en las situaciones de bigamia, era frecuente en los casos de consanguinidad y
afinidad que al momento del matrimonio uno de los esposos ignorase la existencia del
impedimento
536
. En unos y otros ejemplos impresiona la voluntad, el empeo de acceder al
sacramento matrimonial de ciertos novios, an en circunstancias prohibidas para el derecho
cannico, lo cual sera indicio de la importancia acordada entre los fieles, a la unin
sacramentada.
Los casos de consanguinidad existentes en los expedientes de nulidad que contienen
las Causas Matrimoniales
537
en el perodo observado corresponden al siglo XIX, aos 1807,
1813, 1816 y 1827, los mismos se relacionan con hechos sucedidos en Santiago del Estero,
Provincia de Crdoba: Ischiln, San Roque, curato del Totoral, paraje de la Punilla y
Obispado de Salta. La autoridad eclesistica solicitaba ayuda al brazo secular a fin de tomar
prisionera a la pareja cuestionada, separarla y encarcelarla hasta la revalidacin o anulacin
de la unin. Un argumento utilizado para justificar el casamiento sola ser la promesa de
esponsales otorgada mutuamente de buena f aduciendo ignorarse el impedimento.
Las pretensiones de enlaces entre consanguneos no se limitaban por otra parte a
uniones entre miembros de la sociedad local, era corriente la llegada a estas tierras de
individuos de regiones extraas, entre otros, migrantes europeos, especialmente en la segunda
mitad del siglo XVIII que se unan a jvenes descendientes de espaoles arribados ms
temprano existiendo corrientemente entre los aspirantes a contraer matrimonio lazos de sangre
de diversa intensidad. Verdaderas redes de intereses basadas en el parentesco se concretaron a
travs de los casamientos de miembros de las familias mercantiles los cuales constituyen un
ejemplo de la utilizacin del matrimonio como va de conformacin y consolidacin de
alianzas estratgicas de significativa funcionalidad. En relacin a la importancia de los
vnculos de parentesco en la sociedad se ha afirmado que las relaciones con los antepasados y
536
As ocurri en el caso de Mara de la Cruz Ros de Villa del Rosario en 1834, quien accion judicialmente
contra su marido al enterarse que haba tenido comercio carnal con la hermana de ella. Si bien se pretendi
revalidar el casamiento la mujer se opuso permaneciendo la causa inconclusa, cfr.AAC, Causas matrimoniales,
Juicios de nulidad, Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 29.
537
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 200, Aos 1803 1810, t.VII, exp. 10. Leg. 201, Aos
1811 - 1814, exp.10: en estos casos se trata de consanguinidad en 3 y 4 grado Leg. 202, Aos 1815 - 1825,
t.IX, exp.4 : caso de impedimento doble de consanguinidad en 4 grado colateral Leg.203 Aos 1826 - 1849,
t.X, exp.6: caso de impedimento en 2 grado de consanguinidad.
220
los parientes constituyen un aspecto clave del sistema social y que difcilmente una sociedad
ha podido transcurrir sin un mnimo de relaciones sociales basadas en la conexin parental
538
.
La conviccin existente en Hispanoamrica durante los aos de la Colonia acerca de
la favorable disposicin para el trabajo de los migrantes espaoles de reciente instalacin en
tierras americanas favoreca las uniones de jvenes criollas -hijas de americanos
descendientes de espaoles llegados con anterioridad o de padres de aqulla nacionalidad-
con individuos tambin espaoles europeos. En efecto, la preocupacin de los progenitores
por mantener e incrementar el patrimonio familiar favoreca los casamientos con estos
jvenes emprendedores llegados no pocas veces aos antes en calidad de aprendices al seno
de familias locales parientes de otras residentes en la Pennsula. Relatos de la poca
describen el afanoso desempeo de estos espaoles de reciente arribo quienes, deseosos de
labrarse una fortuna transcurran ascticamente jornadas completas tras el mostrador del
comercio de la familia interrumpiendo su labor solamente para ingerir alimentos, rezar el
rosario o leer el catecismo al finalizar el da. Estos jvenes se transformaban as en
estrechos colaboradores del jefe de la empresa familiar capacitndose en el conocimiento de
la conduccin del negocio durante aos y terminando no pocas veces al frente del mismo tras
el fallecimiento de aqullos y casndose con sus hijas. El vnculo de sangre existente entre los
novios implicaba en muchos casos la necesidad de dispensa matrimonial otorgada por la
autoridad eclesistica.
Un documento confirma la realidad descripta acerca de la existencia de verdaderas
redes de parentesco y solidaridad entre espaoles migrantes y sus familiares establecidos en
Crdoba an despus de producirse la Revolucin. En efecto, se transcribe a continuacin el
extracto de una solicitud de dispensa matrimonial entablada en virtud de un impedimento
matrimonial de consanguinidad en segundo grado. Se trata de Don Rosendo de la Lastra y
Fragueiro, natural de Villa de Marn en Galicia, hijo legtimo de Don Jos de la Lastra y Da.
Mara Benita Fragueiro quien deseaba contraer nupcias con Da. Mara Mercedes Fragueiro y
Corro, hija legtima de Don Benito Antonio Fragueiro -fallecido en 1812- y de Da. Agustina
Corro. El padre de la novia era hermano legtimo y natural de la madre de Rosendo por lo
tanto ste era primo hermano de la joven Fragueiro con quien deseaba desposarse originando
un voluminosos expediente. En efecto, a pesar de recurrir Don Jos Mara Fragueiro, hermano
de la aspirante y apoderado de la misma, a diversos argumentos para convencer al tribunal
538
Conceptos tratados en FOX, R., (1985) Sistemas de parentesco y matrimonio, Madrid y en BUCHLER, I.
(1982) Estudios de parentesco, Barcelona, consultados en CONVERSO, F. (1993:11) La lenta formacin de
capitales. Familias, comercio y poder en Crdoba, 1850 1880 en Junta Provincial de Historia de Crdoba, 12.
221
eclesistico de la necesidad de autorizar la unin de los primos, ste no hizo lugar a la
solicitud. Entre los fundamentos presentados por la parte solicitante se destacaba: el peligro
de lesin en la honra de la joven dada la cohabitacin en la misma casa con el primo; la falta
de otros pretendientes en Crdoba de cuya unin pudiera obtenerse la misma ventaja; el
desconocimiento y falta de aptitud del mismo Jos Mara en la conduccin del negocio
familiar; la minoridad y consiguiente situacin de desvalimiento de los otros hermanos
Fragueiro :
Don Joseph Mara Fragueiro ante Vuestra Seora Ylustrsima
con el mayor respeto, y con el derecho a que haya lugar, parezco y
digo : que deseando mi primo Dn. Rosendo Lastra, hijo legtimo
de Don Manuel Lastra y de Don Benito Fragueiro, natural de la
Villa de Marin en el Reyno de Galicia, unirse en matrimonio con
mi hermana Doa Mara Mercedes Fragueiro y Corro, hija
legtima de Dn. Benito Antonio Fragueiro y de Agustina Corro, y
mediando entre ambos como deja verse, el impedimento de
consanguinidad de 2 grado por ser mi finado Padre hermano
legtimo y natural de la Madre de aqul, recurro a la acreditada
benignidad de Vuestra Seora Ylustrsima para que en vista de
las causales que expongo se digne conceder la dispensa de dicho
grado, para que libremente y segn lo establecido en el Santo
Concilio de Trento, puedan contraer el Matrimonio que solicitan.
Con motivo de haber habitado dicho mi Primo en n[ue]stra. casa
desde que vino de Espaa y lleg a esta ciudad de Cordova fue
engendrandose entre ellos cierto cario y afecto, que sin traspasar
jamas los limites de la decencia, vino a terminar en la presente
solicitud : este es un motivo que bien considerado debe inclinar la
benignidad de la Iglesia, y benevolencia de Vuestra Seora
Ylustrsima para acceder a sus honestos deseos [...] el 2 grado de
consanguinidad con que se hallan ligados. Es bien sabido, y
Vuestra Seora Ylustrsima no puede ignorarlo que semejantes
inclinaciones por una fatalidad de la miseria humana, no logrando
su fin por los medios decentes que prescribe la Iglesia, se abanzan
algunas veces aun a los ilicitos, y prohibidos. Yo estoy muy lexos
de presumir semejante atentado de mi primo y hermana ; pero con
todo la comun condicion de la flaquesa humana y reiterados
exemplos de sta especie fundan un prudente recelo para temerlo,
y cuidar de evitarlo, y entre los muchos medios que pueden
adoptarse al efecto, ninguno a la verdad mas seguro que el del
matrimonio, porque semejantes inclinaciones ya arraigadas no es
facil contenerlas y menos disiparlas por ningun otro. A mas desto
hay otra causa muy urgente, que debe numerarse entre las
extraordinarias que citan y alegan los autores en favor de la
dispensa de grados prohibidos : esta es la de que con semejante
enlace se aseguran los intereses de mis hermanos menores, y se
consulta mejor su buena educacion, de cuya tutela me hallo
encargado por nombramiento de mi difunto Padre. Somos nuebe
222
hermanos quatro varones, y cinco mugeres, de los quales yo que
soy el mayor aun no he cumplido los 21 aos de edad, y aunque
estoy proximo a concluir mis estudios, ni tengo genio, y menos
experiencia para manejar , y adelantar, o conservar los bienes que
nos han cabido por herencia. Por otra parte una constante
experiencia acredita que puestos aquellos en manos extraas rara
y muy rara ves no se manejan como agenos procurando tan solo
la propiedad, utilidad y conveniencia de que resulta
ordinariamente el abandono e indigencia de muchos infelices
Menores, que por desgracia perdieron a sus Padres en la
temprana y desvalida edad de su infancia, y minoridad. De que se
infiere, que nuestra casa necesita indispensablemente a un
hombre que haciendose cargo de sus intereses, que como es
notorio son de alguna consideracion, trabaje con ellos, y procure
su conservacion con un interes que en algun modo le sea propio
por el enlaze del Matrimonio ; y ninguno a la verdad mejor que la
persona de mi primo Dn. Rosendo, que ha corrido con todos ellos
aun en tiempos de mi finado Padre ;que esta impuesto de todas las
correspondencias mercantiles de la casa ; que en su manejo prob
siempre la mejor conducta, y por cuya consideracion merecio lo
nombrara de Alvacea en 2 lugar. [...] hasta el dia no se ha
presentado otro de quien pudieran esperarse iguales ventajas, y
aun lo jusgo muy dificil por la penuria de los tiempos y
circunstancias del dia ...
539
.
Finalmente el casamiento no se llev a cabo dado que la dispensa no fue otorgada.
3. Nulidad matrimonial por defecto de forma cannica
Un 15 % de las causas de nulidad analizadas se fundan en casamientos que adolecan
de defectos de forma cannica. Un casamiento padeca de defecto de forma por ejemplo,
cuando no se celebraba por el prroco en el partido de naturaleza o residencia de los
contrayentes
540
, corresponda a aqul velar por el cumplimiento de tales normas ya que
539
A.A.C. Expedientes Matrimoniales, Ao 1815, Leg. 94, Exp. 3.
540
Cfr. AAC, , Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 194, Aos 1688 1745, t. I, exp. 4 : se trata del
caso de Manuel de Villafae y Tejeda quien entabl demanda contra el cura de San Blas de los Sauces por temor
a que su matrimonio sea nulo ya que ninguno de los contrayentes era natural ni residente en el lugar "sin tener
gana ni intencion de habitar en dicho partido, si estaban all, puntualizaba el accionante, era l por negocios, ella
por acompaar a su madre, en realidad la pareja era de la ciudad de La Rioja. El esposo fundamenta su iniciativa
contra el celebrante en el temor de que su unin fuera considerada como matrimonio clandestino - Resultado
causa: convalidacin del matrimonio entre Baltasar Torres y Gernima Carrin, naturales y habitantes de la
ciudad de La Rioja, ante el cura y vicario de esa ciudad. Los autos se transmiten al Obispo, no consta se tomara
resolucin alguna respecto al cura y vicario de San Blas de los Sauces - El cura que los cas se defienda
diciendo que Gernima Carrin, la novia era su feligresa, porque en un anejo de su curato tiene casa y bienes
races. El cura era denunciado en otro expediente por el Cacique Bartolom Caliba quien lo acusaba de muerte
de cuatro personas sin confesin por su ausencia.
223
transgredirlas conllevaba el riesgo de que la unin fuera nula
541
. En efecto, que los novios
fueran de la zona, conocidos por el vecindario, que cumplieran los trmites de manifestacin
de libertad y soltera; que se respetase la debida publicidad del enlace a travs de bandos y
proclamas, contrarrestaba entre otros, el peligro de que se efectuasen casamientos sin el
consentimiento de los padres de menores, que se incurriese en uniones mltiples, casamientos
clandestinos, y otros. Si bien existan casos en que alguno de estos requisitos era dispensado,
la Iglesia trataba de observar en general celo respecto de su cumplimiento. Sin embargo,
ocurra en ocasiones que algunos curas poco escrupulosos, ya por desidia, ya en virtud de
favores recibidos pasaban por alto las disposiciones, especialmente en zonas de la campaa,
alejadas del control oficial. Es posible tambin que en ciertas circunstancias, como ocurra
con los casamientos por sorpresa, los prrocos fueran objeto de engaos.
Ocurra adems que existan trminos para el cumplimiento de ciertas funciones
eclesisticas, si el casamiento se celebraba fuera del tiempo de funciones del religioso
actuante, el mismo careca de valor: as ocurri en el caso de la pareja integrada por Juana
Rosa Aguirre y Jos Ges, habitantes de Los Llanos de La Rioja ambos y natural de la ciudad
de Metz en el Ducado de Lorena, Reino de Francia el marido, quienes iniciaron demanda
verbal en Crdoba en 1782 contra el teniente cura de Los Llanos, Silvestre Zalazar, por
resultar nulo su casamiento celebrado dos meses antes, por defecto de forma. En el expediente
correspondiente consta como el Obispo del Tucumn Jos Antonio de San Alberto se
informaba acerca de las causas por las que el teniente cura reemplazante del Sr. Magistral
estaba an en funciones en el momento de celebrar el casamiento; del mismo modo peda
explicaciones acerca de las causas por las que ... pas a casar a un extranjero sin dar parte
al Prelado, ni recivir informacin sobre su livertad y si la recivio de palabra por qu no la
archiv?
542
El cura demandado se justificaba en el hecho de que no le constaba haber
expirado su facultad cuando cas a la pareja. Casos como ste son ilustrativos del pesado
funcionamiento de la burocracia eclesistica y del estricto sistema de sus jerarquas y
potestades, las cuales en la prctica, obraran en ocasiones en detrimento de los feligreses al
quedar su enlace, como en el mencionado caso, en situacin irregular. No consta en el
expediente como se dirimi el conflicto.
541
Y si el prroco, u otro sacerdote, ya sea regular ya secular; se atreviere a unir en matrimonio, o dar las
bendiciones a desposados de otra parroquia sin licencia del prroco de los consortes; quede suspenso ipso
iure, aunque alegue que tiene licencia para ello o privilegio o costumbre inmemorial, hasta que sea absuelto
por el Ordinario del prroco que deba asistir al matrimonio Concilio de Trento, ses. XXIV, de ref. matrim.
cap. 1., consultado en DELLAFERRERA, N. (2000) Ob. Cit.
542
Cfr. AAC, , Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg.195, Aos 1746 1785, t.II, exp. 17.
224
Cuando los contrayentes pertenecan a condicin esclava, y haban existido en el
casamiento vicios acerca de la potestad necesaria del celebrante del matrimonio, la cuestin se
tornaba muy delicada, como ocurri en el caso del esclavo Athanasio de la Cruz, de 24 aos,
identificado como negro esclavo perteneciente al Convento de San Francisco de la ciudad de
Crdoba y de Mara de la Cruz Cabrera, de 20 aos, parda libre natural de la misma ciudad.
Segn los contrayentes, el casamiento se haba producido el domingo 11 de noviembre de
1787 a las seis de la maana en el templo de San Francisco. El problema se plante porque se
desconoca oficialmente en el convento si la ceremonia haba sido autorizada as como el
autor de la celebracin. Ante el hecho denunciado el promotor fiscal solicit la separacin de
los desposados hasta la ratificacin del matrimonio; la acusacin de la irregularidad se
produjo cuatro das despus del hecho. Segn los contrayentes y el padrino de la boda, el
casamiento y velacin haban sido celebrados por el Padre Lector fray Pantalen Garca en la
Iglesia de su convento con licencia y facultad concedida por el Dr. Don Joseph Gabriel
Echenique teniente de cura del Dr. Don Joseph Antonio Moyano. Como ste negaba haberle
otorgado a su teniente otra facultad que la de administrar los sacramentos por s, sin delegar
sus funciones en terceros, el fiscal requera a Echenique explicase en qu trminos, orales o
escritos, el cura rector le haba conferido facultad para comisionar a otro, o conceder la
facultad de administrar sacramentos... Como puede observarse, la delegacin en cadena de
funciones entre los religiosos haba perjudicado a la pareja, ya de por s sus acciones
sospechosas por su misma condicin jurdica. La unin fue considerada nula,
...por defecto de la jurisdiccin necesaria en el misnistro que
asisti a su celebracin en calidad de Prroco [...] siendo
circunstancia digna de reparo que el referido Padre Lector no
debio estar en materia tan grave a sola la relacin y dicho de los
contraientes, maxime quando por ser personas viles y esclavas de
su mismo convento, se debian tener por sospechosos, y por tanto
debio asegurarse con la firma del Rector o su theniente, o al
menos cerciorarse inmediatamente por su Persona o por otro
medio equivalente para proceder a aquel acto.
543
Doce das despus la causa se resolva con la convalidacin del matrimonio ...para
evitar la ruyna espiritual de los contrayentes.
544
. Es posible suponer que situaciones como
la descripta desalentaran las uniones legtimas entre personas de condicin subalterna, si
543
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg 196 Aos 1786 - 1790, t.III, exp.3, f. 10, 10 vto, 12.
544
Ibdem.
225
bien la causa se resolvi favorablemente, los contrayentes fueron sospechados y recibieron el
tratamiento de delincuentes durante las actuaciones judiciales
545
.
La noticia acerca de los casamientos efectuados ante prroco extrao llegaban en
ocasiones al conocimiento de la autoridad debido a que los curas eran muy celosos respecto
del cobro de los derechos que les correspondan en virtud del Beneficio que haban obtenido
haciendo oposiciones
546
. As por ejemplo el Ministro Jos Patricio Tagle, cura y vicario de
Pocho denunciaba en 1802 a sus feligreses Manuel Barrios y Calixta Cejas, vecinos de
Mogigasta quienes haban sido casados por el cura de San Javier
547
.
Frecuentemente, el origen de la decisin de una pareja en partir de su lugar de
domicilio para casarse en otra parroquia estaba fundado en que en la zona de su residencia
exista algn obstculo que les impidiese llevar adelante su matrimonio: es el caso por
ejemplo de los jvenes que huan porque alguna de las familias se oponan al casamiento, as
ocurri por ejemplo a Luciano Carranza Abaca Caldern y a Mara Benavidez Salazar quienes
huan porque los padres del novio disentan de la unin, no obstante ellos se casaron en
marzo de 1812 y cinco meses despus se vieron envueltos en una causa por la nulidad de su
matrimonio, la pareja era de Ro IV y se fug a Ro III Abajo en el Fraylemuerto; mudaron de
apellido y al contraer expresaron que sus padres haban muerto. Como era habitual, el cura y
545
Otros casos de casamientos nulos por defecto de forma cannica constituyen: AAC, Causas matrimoniales,
Juicios de nulidad, Leg 198, Aos 1795 1799, t.V, exp. 4: el matrimonio de la pareja integrada por Cornelia,
esclava de Joaqun Ocampo y Ramn Daz de Soria, naturales y vecinos de Capayn en La Rioja haba sido
celebrado ante prroco extrao, el cura de Beln porque el propio les negaba el casamiento por notoria
desigualdad y disenso de sus padres. Los esposos acudieron al Visitador quien convalid el matrimonio y orden
al cura de Beln que los tuviese por casados y no los moleste. Leg. 198, Aos 1795 - 1799, t.V, exp. 5 : una
denuncia en 1796 en Salta acusaba al Dr. Juan Francisco Aramburu, cura interino de San Carlos (Partido de
Calchaqu) de haber celebrado el matrimonio de Bernardino Chavez, vecino de Santa Mara, con Luisa
Solrzano, natural de Tucumn y vecina de Santa Mara, sin corresponder la pareja a su jurisdiccin. Leg.200
Aos 1803 - 1810,t.VII,exp.s/n entr.14 y 15: el cura y vicario de Santa Rosa del Ro Primero denunci en 1810
a Manuel Rodrguez Quinteros , pardo libre, natural y vecino de Capilla del Rosario en Santa Rosa del Ro
Primero y a Petrona Gonzalez Taborda, natural y vecina de Santa Rosa del Ro Primero por haberse casado ante
prroco extrao, con lo cual su matrimonio result nulo por defecto de forma cannica; en efecto,
domicilindose ambos en Ro Primero la pareja fue a casarse a Crdoba debido a que, segn ellos, el cura del
lugar se negaba a unirlos porque vivan en condicin de mancebos; para conseguir su propsitos los novios
mudaron de apellido y fingieron ser vecinos de la ciudad. Otro caso de nulidad de matrimonio por defecto de
forma cannica constituye el de: Santiago Saavedra Cabrera, pardo libre, natural y vecino en Capilla del Rosario
en Santa Rosa del Ro Primero y Mara Mercedes Banegas, natural y vecina del Ro Primero, la denuncia fue
efectuada por el cura y vicario de Santa Rosa y por Domingo Gonzlez, Juez Pedneo de Capilla del Rosario, la
causa permaneci sin resolver.
546
Respecto del respeto exigido por los curas a acceder a los derechos de su Beneficio seguimos a
DELLAFERRERA, Ob. Cit. (1990: 73 y 74).
547
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg . 199, Aos 1800 1802, t.VI, exp.7: se trata de otro
caso de matrimonio ante prroco extrao, los miembros de la pareja eran Manuel Barrios , natural de La
Aguadita y vecino de Mogigasta, curato de Pocho y Calixta Cejas, natural de Mogigasta, residente en el curato
de Pocho, el denunciante era el Ministro Jos Patricio Tagle, cura y vicario de Pocho, el matrimonio era
considerado nulo por haber sido desposada la pareja por el cura de San Javier, Dr. Jos Agustn Alvarez quien
no tena jurisdiccin.
226
vicario exigi al prroco de Ro III explicaciones por haber autorizado el casamiento. La
unin se convalid finalmente a pesar de las falsedades y en consideracin a la larga prisin
que sufrieron
548
.
4. Nulidad matrimonial por defecto de consentimiento: la violencia y el miedo
549
El 10.4% de los Juicios de Nulidad analizados se relacionan con esta causa. El
consentimiento se hallaba en el fundamento mismo del matrimonio cannico; la existencia de
vicios en la aceptacin en alguno de los esposos invalidaba la unin y el casamiento era
considerado nulo.
Desde un punto de vista prctico, el matrimonio constitua una alianza entre familias
y sus alcances sobrepasaban el inters individual de quienes haban de casarse; los hijos
deban someterse a los designios de padres y parientes cuyos intereses se buscaba garantizar, a
veces la decisicin del grupo coincida con la del contrayente, sin embargo exista la
posibilidad de que ste, por alguna razn se manifestase rebelde a los designios de la familia,
es all cuando se planteaba el problema. Funcionarios eclesisticos tomaban el recaudo de
solicitar el consentimiento de las jvenes novias en privado, sin los padres ni parientes a la
vista a los fines de garantizar que su decisin no fuese el resultado de imposicin forzosa o
temor reverencial. Los miembros de los grupos ms ricos eran en general los ms
presionados para atenerse a los mandatos del linaje de pertenencia ya que exista en esas
familias patrimonios de significacin que deban protegerse; los ms pobres, en situacin de
dependencia econmica, reciban presiones por los intereses de las personas a cuyas rdenes
se encontraban. Representantes de los sectores ms vulnerables de la sociedad estaban
especialmente expuestos a que se ejerciera violencia sobre ellos. Es posible imaginar
especialmente a las mujeres, los menores, los indios
550
, los esclavos
551
, los sirvientes y
peones, como vctimas de acciones intimidatorias para obligarlos a obrar en determinado
548
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg . 201, Aos 1811 - 1814, t.VIII, exp.9.
549
Sobre aspectos histrico jurdicos de la violencia y el miedo como causa de nulidad matrimonial en la
Audiencia Episcopal del Tucumn para el perodo 1697 1804, consltese el trabajo de DELLAFERRERA, N.
Ob.Cit. (2000: 71 95).
550
Un ejemplo de indio obligado a casarse por la fuerza constituye el de Vicente Sopea, natural de los Reinos
del Per, residente en La Rioja, el mismo explicaba en su demanda que haba sido preso, puesto en el cepo
arguyendose como causal que haba dado palabra de casamiento a una mujer: Cfr. AAC, Causas matrimoniales,
Juicios de nulidad, Leg . 195, Aos 1746 1785, t.II, exp.2 (f.1)
551
En febrero de 1787 Doa Mara Lorenza Ulloa denunciaba haber sido casada con violencia por el Cura y
Vicario Mtro. Don Juan Jos Espinosa con su esclavo Jos ngel: Cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de
nulidad, Leg . 196, Aos 1786 1790, t. III, exp. 4. Cfr. otro caso de casamiento con violencia y miedo inferido
a esclavo en: AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 200, Aos 1803 1810, t. VII, exp. 5.s/f.
227
sentido, a casarse segn la voluntad de alguien ms poderoso, para quien la unin significase
un provecho.
La presin ejercida poda ser de carcter material o psicolgica a travs de golpes,
amenazas, insultos.
En ocasiones eran los propios padres quienes aplicaban coaccin sobre los hijos por
diversos motivos, cuando se trataba de personas de modesta extraccin social, a veces ellos
mismos sufran el acoso de sus amos para que casasen a sus hijos con habitantes de la misma
propiedad donde trabajaban, de este modo los patrones se aseguraban un mayor control y
permanencia de la mano de obra bajo su dominio
552
.
Un aspecto clave en relacin a la consideracin de la nulidad del casamiento era el de
la consumacin del mismo, con lo cual ste alcanzaba su carcter de indisoluble, una vez que
los cnyuges haban realizado el acto sexual, momento en el cual la unin era definida como
matrimonio perfecto
553
, sin embargo, si la violencia ejercida sobre uno o ambos
contrayentes para efectuar el casamiento era convenientemente probada, la consumacin no
era considerada motivo por s mismo suficiente para impedir del Obispo la nulidad
deseada
554
.
En ese sentido, un matrimonio defectuoso era susceptible de anulacin aunque hubiese
sido consumado y existiesen inclusive hijos nacidos de la unin. Los nios eran considerados
como legtimos ya que haban sido fruto de un matrimonio considerado en aqul momento
vlido o matrimonio putativo.
El sentimiento de rechazo de una joven hacia un marido impuesto por los parientes
poda obedecer a diversas causas, influira en ello la edad, sus modales, la reputacin de la
persona, la consideracin dispensada a la futura consorte, su apariencia: as lo manifestaba
Juana de Cabrera, hija del Capitn Don Juan de Cabrera y sobrina de Don Joseph de
552
Cfr. el caso de Juana de la Masa, natural y vecina de la Doctrina de Beln hija natural del Maestre de Campo
Marcos de la Masa y de Josefa La Torre, quien fue forzada a casarse con Nicols Cuello, natural de Coquimbo
en Chile y habitante en Beln, el 9 de mayo de 1726. Tras accionar la joven la anulacin de su matrimonio, la
madre, mujer de 50 aos, quien afirm no saber firmar, termin confesando que ella haba obligado a la hija a
casarse ...temerosa de su amo porque vino su hijo y le dijo que estaba enojado porque no quera casarse su
hija, le pidi que se casase y que era su voluntad... (f.4 vto.) ante lo cual ella se haba comprometido a que su
hija se casara. La noche del casamiento poco antes de que le fuere tomado el consentimiento viendo que la hija
no quera se lo rog puesta de rodillas (f.3) ... se lo pidio por Dios por estar todo el pueblo ya junto, y que
no echase en verguensa a su padre... (f. 4vto.) La joven haba sido amenazada adems por el futuro esposo de
que le cortara la cara, cosa que l mismo reconoci.
553
RODRGUEZ MOLAS, R. (1984: 58) Debate nacional. Divorcio y familia tradicional, Centro Editor de
Amrica Latina, Buenos Aires: Se considera perfecto el matrimonio cuando, a diferencia del matrimonio rato en
el que no se llega a concretar la unin carnal- se ha practicado cpula completa y apta para la procreacin; se
destaca que dicha unin fsica debe seguir a la sacramentacin del lazo nupcial ya que la relacin habida antes
del matrimonio no se considera suficiente para entender que el mismo ha sido consumado subsecuuto.
554
A pesar de que el varn afirm en su declaracin ...que s ava consumado dicho matrimonio... f.4; el
Obispo Juan de Sarricolea y Olea resolvi la nulidad del mismo f.20 r. 22.
228
Cabrera
555
, Alcalde Provincial en 1697 al referirse a Don Phelipe Daz de Len, espaol
natural de Sevilla residente en Ro IV con quien haba sido desposada segn sus
declaraciones, sin su consentimiento, obligada por su padre y su to:
no tengo intencin de cohabitar con el susodicho, como lo he
executtado, por las notisias que adquir de los malos
prosedimientos del dicho Felippe de Leon y aborrecimiento
natural que le tuve y tengo
556
.
La joven se refera seguramente a un rumor recogido por los testigos de la causa en
sus declaraciones sobre los intentos efectuados por de Len de casarse con otra mujer en
Santiago del Estero. Para explicar las causas de la mala voluntad que la joven aseguraba tener
hacia el novio que le haba sido destinado, se refera a su natural descortesa hacia ella, lo
cual encontraba no era:
...de personas [es ] mirada ni attenta, contra su mesma muger,
trayendo en sus conversaciones, ser yo hija de una india pampa, y
otras cosas yndignas, que por serlo no las refiero...
557
.
Evidentemente, en una sociedad rgidamente jerarquizada como la cordobesa, en la
cual la limpieza de sangre ocupaba un lugar determinante en la ubicacin social de la
persona, la alusin tnica del origen de la joven le resultaba injuriante, por lo cual se haba
molestado profundamente, sobre todo por haber sido criada en casa de personas de
significacin social y poltica en la comunidad cordobesa, lo cual la llevaba a aspirar a un
tratamiento superior al que sus obscuros orgenes pretendan condenarla.
Claudia Daz
558
, natural y vecina de Crdoba tambin denunciaba haber sido objeto de
fuerza impuesta por su madre y hermano quienes la obligaron a casarse con el Capitn
Antonio Solrzano, tambin natural de Crdoba, hijo legtimo del Maestre de Campo Don
Juan de Solrzano. Si bien la accionante de la causa de nulidad reconoca que el esposo y su
padre eran personas mui calificadas en sangre, ella expresaba que ...no me nasa de
corason ni era mi gusto casarme con el susodicho...
559
, en su escrito la accionante relataba
como la madre junto con uno de sus hermanos tambin capitn como el novio, la haba
perseguido, maldecido y forzado a travs de diversos maltratos y amenazas, para que se
casase.
555
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg . 194, Aos 1688 1745, t. I, exp. 3. f.1, 1vto.
556
Ibdem.
557
Ibdem.
558
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg.194, Aos 1688 1745, t.I, exp. 15.
559
Ibdem.
229
En estas situaciones los curas celebrantes ya fuere porque recibiran algn soborno o
para evitar malquistarse con los familiares de los novios optaban a veces por fingir ignorancia
acerca de la falta de consentimiento.
En el caso anterior, Claudia Daz puntualizaba acerca del particular que antes de la
ceremonia haba solicitado al prroco entrase al rancho a confesarla en privado para
expresarle su disentimiento al casamiento, que adems le haba hecho gestos para que se
diese cuenta de su situacin, pero que el cura no se haba dado por aludido. Sabedores los
parientes de la importancia de la consumacin para la validez del matrimonio, apresurronse a
promoverlo, sin conseguirlo segn testimonio de la interesada:
...inmediatamente llego la ora de acostarse echaronme con el
suso dicho y no pudiendo sufrir el horror que le tube me aparte de
su lado...
560
.
Como la causa permaneci inconclusa no podemos saber que desenlace tuvo la misma.
En otras ocasiones era precisamente el cura el acusado de haber forzado a una mujer a
contraer nupcias, en efecto, en febrero del ao 1787 Mara Lorenza Ulloa
561
, vecina y
asistente en la frontera de Sumampa, jurisdiccin de Santiago iniciaba accin legal ante la
justicia eclesistica alegando que el Cura y Vicario, Ministro Juan Jos Espinosa la oblig a
casarse con su mulato esclavo Josef Angel; lo acusaba de haberla agraviado aprovechndose
de su situacin desvalida ...por ser una pobre mujer inbalida de todo ausilio. El episodio
se haba originado segn el testimonio de una madrina del casamiento:
... en el hecho de que el cura la mand a llamar a la accionante
para que le sirbiera de labandera y estando en su casa le trat
casamiento con el esclabo...
562
La declarante negaba que hubiese existido violencia en el hecho pero s reconoca que
a la madre de la novia dicho casamiento le haba repugnado ...sin otro fundamento que el ser
esclabo
563
. Segn el mismo testimonio, se haba intentado convencer a la madre de la
conveniencia de la unin ya que ella misma estaba casada con un esclavo hermano del que
ahora casara con la hija y tal matrimonio le permitira a la progenitora
... tenerla a la vista [a la hija] lo que talbes no conseguira si la
casaba con algn libre [...] pero que todo repugnaba a la
madre
564
.
560
Ibdem.
561
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 196, Aos 1786 1790, t.III, exp. 4, f 1, 1 vto., 6 y 8
vto.
562
Ibdem.
563
Ibdem.
564
Ibdem.
230
El casamiento fue declarado vlido por el tribunal ya que otros testigos opinaron que
durante la celebracin y an despus de ella, la pareja se haba mostrado gustosa de palabra y
semblante en unirse. Sin embargo, y ms all de la expresin facial de la contrayente en el
momento del casamiento, el testimonio de la madrina es revelador de la manipulacin de las
personas pobres y de servicio, de condicin libre en teora pero que en la prctica eran
sometidas a verdadera situacin de servidumbre. Interpretamos que el casamiento de personal
libre con esclavos era una significativa va hacia el logro de tal fin. Sorprende que la Iglesia
contribuyese a cercenar en este caso el derecho de su feligresa defendido por su madre,
quien quera evitar quizs a su hija la experiencia padecida en carne propia de hallarse unida
de por vida a un hombre esclavo. El hecho de que haya sido justamente un sacerdote el
ejecutor de la violencia, contribuye a explicar el por qu de la decisin del juez eclesistico a
su favor.
Otro caso an ms impresionante aunque con un final ms felz porque esta vez el
tribunal fall a favor de la anulacin del matrimonio, fue el protagonizado por Victoriana
Moyano
565
, parda libre, quien solicit la disolucin del casamiento que contrajo con Francisco
Ayala, tambin pardo libre, ante el Teniente de Cura de los Anejos, Ministro Don Alexandro
Ramis, se trata de una causa entablada en el ao 1795, la accionante declar haber sido
llamada por el cura al otro lado de la Caada para proponerle casamiento con Ayala, como
ella no acept el cura la amenaz varias veces con que la hara encarcelar y luego la casara
auque ella se negase. La mujer afirmaba no haberle dado nunca su palabra al hombre ni
tampoco haber cohabitado con l por lo cual no vea la causa de semejante tratamiento.
Adems, expresaba tener noticias de que el dicho Ayala haba tenido haca mucho tiempo,
ilcita amistad con su madre, por lo cual cuando fue forzada a casarse habra existido entre
ellos impedimento dirimente. Un testimonio de otra mujer parda de cuarenta aos, residente
en la Caada, extramuros de la Ciudad, se refera al pretendiente como el viejito, lo que
revelaba la diferencia de edad con la accionante, expresaba adems que crea que exista algn
parentesco entre Victoriana y la primera esposa de aqul. Habiendo sospechas de
impedimentos cannicos sorprende ms la actitud del cura quien, segn la sentencia violent
a la mujer por ms de cinco horas para lograr arrancarle el consentimiento. La unin adoleca
de otros defectos ya que no haba existido publicacin de proclamas para su celebracin y
565
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 198, Aos 1795 1799, t.V, exp. 2. f.1, 2, 4, 5 vto., 11
vto. 12 vto. Para una consulta ms detallada de esta causa, consultar, DELLAFERRERA, N. (1991: 97 110)
Un caso de nulidad matrimonial en el siglo XVIII en Teologa , Buenos Aires, t. 28.
231
los contrayentes haban sido conducidos fuera de la ciudad, a un rancho donde el mismo fue
efectuado. Sin consumarse el casamiento fue declarado nulo, el cura amedrentador condenado
a costas, a la devolucin del dinero recibido, encarcelado en el convento de Santo Domingo y
privado de la ayudanta de cura del Partido de San Vicente. Como se deduce del anlisis de
esta causa, la Iglesia soportaba en los casos de corrupcin de sus brazos ejecutores, la
principal amenaza al desempeo de su misin evangelizadora
566
.
La falta de cumplimiento al compromiso de esponsales poda constituir un motivo
valedero para que los parientes de la vctima tomasen la iniciativa de accin compulsiva hacia
el pretendido ofensor obligndole a cumplir la palabra an contra su voluntad. Tal parece
haber sido el caso del indio Vicente Sopea residente en La Rioja quien inici querella en
Crdoba en octubre de 1746 por nulidad de su casamiento
567
. En sus escritos afirmaba haber
sido encarcelado y violentado para que diese el consentimiento del matrimonio a una mujer
tambin identificada como india con quien tuvo una relacin ilcita de cuyo resultado naci un
hijo, expresaba haber sido amenazado con ser quemado vivo en presencia del juez
eclesistico y secular si no se casaba; relataba que en el proceso haba carecido de defensor de
pobres a pesar de habrsele prometido que le sera proporcionado. El to de la joven burlada
refera en defensa de la sobrina que el indio conviva con la familia en la casa siendo tenido
como hijo en funcin de la palabra empeada y que transcurrido cierto tiempo como haba
comenzado a dilatar el casamiento con excusas de un viaje a Crdoba y a su regreso despus
de alrededor de cuatro meses no cumpli su promesa alegando hallarse enfermo de
yncordios. Tal indefinicin haba llevado al to Jos Mercado a tomar la iniciativa de forzar
el casamiento, la validez del mismo era cuestionada por el esposo, quien adems dudaba de la
paternidad del hijo que se le atribua, en razn, segn testigos de su parte, que la india Josefa
mantena tambin relaciones con otros hombres. Como en tantos otros casos, la causa
permaneci inconclusa .
566
En otra causa iniciada en Salsacate en 1804, en este caso de habitantes de Traslasierra, alrededor de diez aos
despus del casamiento, la madre de la contrayente, Mara del Trnsito Albornoz expresaba "...hace tiempo de
diez aos a que el cura y vicario de aquel partido, Dr. Don Domingo Coarasa, violentamente cas a una hija
ma llamada Mara del Trnsito Albornoz por fuerza que nos hizo el cura y vicario que fue del Beneficio de
Pocho, Dr. Don Domingo Ignacio Coarasa, con pena aflictiva de azotes, segn y como consta de dicha
sumaria". Aparentemente, la pareja haba sido encontrada acostada en un cuartito siendo entregados al juez
quien a su vez los remiti al cura, ste los llev al Rollo e hizo colgar al varn Jose Domingo Avila, pardo
esclavo, luego le pregunt si se quera casar con la dicha Albornoz y Avila se neg. Despus por miedo acept.
La causa permaneci incompleta: cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 200, Aos 1803
1810, t. VII, exp. 5. s/f.
567
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg 195, Aos 1746 1785, t.II, exp. 2. f.1, 3. 3vto, 9 vto,
14 vto.
232
Otro tipo de causa por falla de consentimiento se ejemplifica en un caso iniciado en
noviembre de 1836 de habitantes del Ro 3 Arriba: el marido solicitaba a la justicia
eclesistica la nulidad de la unin. Se desprende de la lectura del expediente que la mujer
solo acept casarse con l para librarse del padrastro, no hubo segn los interesados,
consumacin del matrimonio. La accin finaliz decretndose la separacin de la pareja por
tiempo indeterminado. La esposa se llamaba Fortunata Ferreyra, no saba firmar. Es difcil
estimar en casos como ste el verdadero motivo de la solicitud de la disolucin de la unin.
5. Matrimonios por sorpresa, casamientos clandestinos
568
Un 9 % de las causas de nulidad matrimonial analizadas se originaban en la falta de
publicidad exigida a dicho sacramento. La transgresin a las normas cannicas supona
incurrir en impedimento dirimente. Proclamas y amonestaciones eran requisitos que deban
cumplimentarse ante la proximidad de la celebracin de un matrimonio segn se haba
establecido en el Concilio de Trento. Las Partidas mandaban tambin que el clrigo deba
nombrar por sus nombres a los contrayentes amonestando a quienes tuvieren conocimiento de
embargo entre ellos a hacerlo pblico
569
.
Las amonestaciones deban hacerse a travs del prroco de donde los novios eran
feligreses en tres das festivos, generalmente durante la misa del domingo; quien tuviera
noticia de algn impedimento por el cual la boda no puediese ser efectuada, estaba obligado a
denunciarlo, en caso contrario se consideraba a la persona incursa en pecado mortal. El
objetivo de tales recaudos era impedir que parejas inhabilitadas para contraer matrimonio
incurriesen en violacin de principios sacramentales.
En los expedientes analizados son varios los casos denunciados sobre matrimonios
efectuados por sorpresa, as llamados porque la pareja con algn artilugio citaba al prroco y
sin advertirle sobre su propsito, los novios se tomaban de las manos y en voz alta expresaban
que se reconocan el uno al otro como esposos. Estos casamientos estaban prohibidos por las
leyes, una vez efectuada la unin, la misma se vea afectada del vicio inherente a su misma
substancia.
568
En el caso chileno se constata tambin el recurso del matrimonio clandestino a travs de los casamientos
efectuados sorprendiendo al cura, cfr. CAVIERES, E , SALINAS R., (1991: 95) Amor, sexo y matrimonio en
Chile tradicional, Universidad Catlica de Valparaso.
569
LAS SIETE PARTIDAS DEL REY DON ALFONSO EL SABIO, cotejadas con varios cdices antiguos por
la Real Academia de la Historia y glosadas por el Lic. Gregorio Lpez (1861) Librera de Rosa y Bouret, Pars.
ley 1., tt.III, p.4 .
233
Resulta de inters penetrar en la intimidad de esos episodios a fin de rastrear las
posibles causas que fundamentaban el inters de los novios en eludir las prescripciones
establecidas.
Gernimo Ponce de Len, natural y vecino de Tulumba expona ante los
tribunales eclesisticos los motivos del violento matrimonio efectuado en 1768 en aquel
curato con Mara de la Cruz Barrera, del mismo origen:
... teniendo io contratado contraer matrimonio y corridas dos
amonestaciones por el cura vicario de dicho Partido [...]
reselandome algun malicioso impedimento que pudiese haber
puesto mi hermano que haba estado la tarde antes de la noche del
mismo da ante el vicario para que no celebrase dicho
matrimonio...
570
, .
Segn Gernimo su hermano actuaba de malicia y el impedimento aludido no
exista por lo que segn su testimonio decidi adelantarse a cualquier dificultad que le
impidiese efectuarlo, para ello se dirigi a la casa de la contrayente a buscarla con sus tos y
dos testigos y de ah fueron a lo del cura frente a quien se manifestaron en voz alta
mutuamente la conformidad de unirse en matrimonio. El esposo, identificado en la
documentacin como reo negaba que hubiese existido rapto y deca conocer los riesgos
derivados de su conducta en relacin a pena pecuniaria y sensura maiorimpuestas en estos
casos. El Obispo Manuel Abad Illana, quien se refiri al hecho como horrendo delito
intervino en la causa mandando encarcelar al reo y mostrando su preocupacin por la
posibilidad de la generalizacin de estos casos puntualizando la necesidad de escarmentarlos
sobre todo porque el mismo:
...ha escandalizado a todo el pueblo [...] a fin de dar alguna
correspondiente satisfaccin a la vindicta publica, y evitar el que
en lo subcesibo se cometan con frecuencia semejantes
perjudicialsimos atentados [...] y mas quando las causales que la
parte expone son manifiestamente fribolas.
571
El brazo de la justicia eclesistica, apoyndose en el secular, alcanzaba no solamente
a los novios sino a los testigos a quienes se investigaba a fin de establecer si tenan
conocimiento previo de la intencin del novio, si crean que era vlido dicho matrimonio y si
alguien los haba inducido a participar del hecho. El Obispo mandaba apresar a los testigos y
proceder al embargo de sus bienes. Transcurridos unos meses de su prisin el supremo
570
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 6, f. 1 y 1 vto, 5 y 5
vto.
571
Ibdem.
234
mandatario autoriz a Ponce de Len que tuviese la ciudad por crcel dado que manifestaba
hallarse enfermo.
Los curas celebrantes de estos matrimonios efectuados en forma sorpresiva
resultaban sumamente comprometidos al verse implicados en estos casos por la sospecha de
complicidad que caa sobre ellos. Frecuentemente se vean obligados a denunciar el hecho
inmediatamente de producido a fin de prevenir acusaciones inconvenientes contra su persona
por irresponsable cumplimiento de las funciones propias de su investidura. En algunas
circunstancias eran objeto, como los contrayentes, de denuncias annimas.
As sucedi en el caso del Cura Rector de la Catedral, Dr. Jos Antonio Moyano en
1788
572
quien, anciano y seriamente enfermo cuando ocurri el casamiento sorpresivo en el
que fuera incriminado, falleci dos aos despus cuando la causa estaba an inconclusa. Es
posible que la angustia que padeci de resultas del incidente contribuyeran a deteriorar an
ms su quebrantada salud con el saldo mencionado. De las declaraciones de los inculpados y
testigos del hecho y de las del mismo Cura Rector surge que el casamiento se realiz en una
casa particular, despus de oraciones y sin licencia del Sr. Provisor; que se aprovech la
circunstancia de que el cura pasase por la calle frente a la morada para llamarle y hacerle
pasar, hechando llave a la puerta para impedirle salir aunque sin amenazarlo ni violentarlo
tras lo cual el cura haba bendecido a la pareja: sin darse cuenta y por costumbre de su
ministerio
573
. El cura se defenda sosteniendo que los contrayentes lo haban seleccionado a
l para perpetrar el hecho aprovechndose de sus achaques y de su pronunciada debilidad. En
su favor concurrieron a declarar el mdico espaol Don Miguel Mrmol y otros religiosos
como el Padre Fray Martn Torres de veintinueve aos quien en su descargo testific que :
...padece habitualmente de obstrucciones scirrosas de hgado y
vazo las que son causa de los movimientos de sorpresa, miedo y
turbacin que padece
574
El Fiscal eclesistico se mostr no obstante muy duro con el cura durante todo el
proceso, solicitando penalizacin contra l y alegando que se haba comportado de manera
absolutamente despreciable ya que el argumento sobre su enfermedad no explicaba ni
justificaba, segn su entender, que hubiera dado las bendiciones como lo hizo sin estar
amenazado, sin intentar huir ni abrir la puerta ni manifestacin de repugnancia; agregaba
572
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 196, Aos 1786 1790, t.III, exp. 6, f.1, 2 vto., 4 vto.,
6 vto, 7, 8 vto. 10, 13, 15, 19, 19 vto, f.26, f. 42.
573
Ibdem.
574
Ibdem.
235
adems que tratndose las personas presentes en el lugar del hecho notoriamente honradas
y que haban concurrido de buen proceder el cura no tena por qu haberse sentido
atemorizado y aunque conociendo que sufra habitualmente de temores, sorpresas y
espantos no tena motivo para actuar como lo hizo. Lo acusaba adems de ineptitud para el
ministerio que exerse. La muerte del cuestionado religioso interrumpi el proceso sin constar
en el expediente que se hayan tomado medidas con los dems reos
575
.
Cuando se trataba de familias de lustre, de las principales de la ciudad, los que
requeran la concurrencia del cura al domicilio con alguna excusa de asistencia, les resultara
difcil a los religiosos negarse al llamado, especialmente si exista con la misma algn
vnculo de parentesco. As ocurri en el caso de la pareja Vsquez Moyano. El cura, primo
hermano de la contrayente explicaba que su prima lo mand llamar a travs de una criada con
la excusa de hallarse muy enferma, a su llegada ingres a una recmara donde encontr a la
joven en cama, alterada, le tom el pulso sin sospechar ni imaginar el engao y advirti que
no le pareca tan descompuesta como se le haba informado que estaba; de pronto vi irrumpir
en la habitacin al pretendiente y a tres personas ms, dos de ellas tambin de apellido
Moyano, un hermano de la joven, de 33 aos de edad, los cuales entraron y sin saludarle se
acercaron a la cama de la nia diciendo el reo en voz alta nos ha de casar ahora ; ante ello
el cura declar que intent salir,
...conociendo la prfida intencin de Don Mariano y de sus
asociados arremeti atropellando por el medio de ellos para
salirse con presteza, Don Bernab Moyano le agarr detenindole
y el novio dijo Seora, Vuestra merced me recive por su esposo
...
576
.
De resultas de la declaracin tomada al novio surge informacin acerca de los motivos
que lo llevaron a fraguar el engao, es que las informaciones sobre su libertad y soltera que
haba trado del Per haban sido halladas en Crdoba como insuficientes para la autorizacin
del casamiento, sospechndose que las firmas fuesen falsas. El Dr. Moyano qued seriamente
incriminado por dicho testimonio ya que segn Vasquez fue el cura quien le haba
aconsejado el proceder seguido; despus de su intento ante el padre Las Casas de la Merced
para que intercediese ante el Obispo a fin de que aceptase celebrar el casamiento, intento que
575
Ibdem.
576
Cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg . 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 7. El novio era
un limeo llamado Mariano de 26 aos de edad segn su declaracin, alfabeto, hijo legtimo de Don Joseph
Vasquez, escribano Mayor del Mar del Sur quien el 4 de 12 de 1770 se despos con Antonia Moyano, natural y
vecina de Crdoba, hija de Don Gil Moyano, Maestre de Campo, f. 1, 1 vto. f.3., 4, 10, 16, 49.
236
haba resultado el requerimiento del mismo de 100 pesos ...para hazer chasqui a Potos...
577
para la comprobacin de las firmas, que el novio haba finalmente negado. Ante los hechos
consumados Manuel Abad Illana, Obispo de Crdoba libr exhorto al Alcalde de Segundo
Voto mandando poner presos en la crcel a los testigos, al contrayente y al padre de la nia
exceptundola a ella y a su madre dndoles la casa por crcel ...hasta que estando buena se
tome otra providencias
578
, quedando la causa inconclusa aunque el acusado se daba por
vlidamente casado.
Como puede observarse, el trmite de habilitacin correspondiente a la demostracin
de libertad para contraer matrimonio no era simple, y en casos como el expuesto, en el cual
uno de los contrayentes perteneca a una regin lejana, las diligencias eran onerosas y lentas
cuando no se contaba en poder del interesado la necesaria documentacin, y no todos los
pretendientes estaban dispuestos, o les era factible correr con los gastos que implicaban los
trmites necesarios, ni siquiera tratndose de las familias principales y de mayor lustre de la
ciudad
579
como se las calificaba en el mencionado expediente. La resolucin de la Iglesia de
casos como ste, era sumamente delicada y entraaba todo un desafo ya que, de asumirse
una postura irreductible, el matrimonio deba darse por nulo y era posible que el varn
desistiese del casamiento dados los costos involucrados en su tramitacin, con lo cual el
nombre de la joven quedara seriamente lesionado. Si por el contrario no exista castigo
ejemplificador que hiciese desistir a otros posibles transgresores de la tentacin de evadir las
normativas establecidas, poda derivarse en serio dao social alentando a otros a cometer
acciones semejantes
580
.
La flexibilidad y moderacin de la conducta eclesistica parece haber sido el camino
escogido. As se deduce de las palabras del mismo fiscal en el caso anterior al aconsejar tras
un largo escrito que quizs no sera aconsejable exigirle al pretendiente mayor justificacin de
su libertad, as afirmaba:
...es de parecer del fiscal [se trataba del Dr. Jos Javier
Sarmiento] que dando Vuestra Seora Ylustrsima por suficiente
castigo la prisin en que ha estado [el reo] por ms de cuatro
meses le mande libertar de ella y procediendo con la equidad y
piedad que acostumbra ; mirando al deshonor e infamia que le
resulta a Doa Antonia Moyano hasta ahora figurada novia,
577
Ibdem.
578
Ibdem.
579
Ibdem.
580
Ibdem. Isabel Moyano afirm tras casarse por sorpresa que una conocida suya se haba casado as sin ser
castigada.
237
atendiendo a que esta es de una de las familias principales y de
mayor lustre de esta ciudad...
581
.
Es de destacar el matz jerarquizante en la consideracin del sujeto de derecho
estableciendo trato diferencial segn la categora social de pertenencia de la familia.
En otra causa que involucraba tambin a un novio forneo, en este caso espaol
ultramarino, el cual recurri tambin a la estrategia del casamiento por sorpresa para acceder
al casamiento con su novia puede conocerse -ya que la sentencia se halla completa- el castigo
impuesto a los acusados tras el encarcelamiento al que fueron sometidos durante el tiempo de
duracin del proceso: ocho meses de separacin de los contrayentes, con reclusin de la mujer
en el Monasterio de Santa Catalina de Sena y el servicio obligado al varn en el Hospital de
Hombres, teniendo la ciudad por crcel. Ntese que si bien, el hombre tanto como la mujer
resultaban penalizados, esta ltima era condenada al encierro, mientras el hombre conservaba
relativa libertad, lo cual es indicativo una vez ms de la situacin de asimetra de gnero
establecida por la sociedad. El acusado era de origen asturiano, comerciante, de alrededor de
veinticuatro aos al momento del casamiento; la novia natural y vecina de Crdoba, de
veinticinco aos. El varn declar saber firmar y la mujer no. En el escrito del defensor del
novio se solicitaba se reconociese la validez de la unin; es llamativo como la condicin de
forneo, era utilizada en este caso como justificativo del incorrecto proceder del joven al
solicitar:
...se observe la calidad de su persona, un joben visoo,
forastero, pobre, sin conocimiento ni apoyo alguno, vienes ni
proteccin que no anelaba a otra cosa en el matrimonio que a
tranquilisar su espritu, satisfacer su pacion amorosa y fijar su
susistencia, alimentos, casa y cuidado de ropa a expensas de una
muger laboriosa, que le quera y serba sinseramente...
582
.
Llama la atencin tambin la alusin al componente emotivo estando presente una vez
ms la distribucin de roles en la pareja de acuerdo al sexo correspondiente. Llamada a
declarar la acusada tambin invocaba el factor amoroso como impulsor del crimen
reconociendo que senta ...un vehemente deseo de contraer este matrimonio...
583
.
Una vez retirados de la prisin a la que eran sometidos los novios tras ser
aprehendidos por el brazo secular de la justicia, y a fin de reencauzar su vida espiritual
581
Cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 7, f. 49 y sig.
582
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 199, Aos 1800 1802, t.VI, exp. 8., f. 19, 31, 48 v.
583
Ibdem.
238
despus de la revalidacin del casamiento, los esposos acusados de haber incurrido en
casamiento clandestino deban cumplir penas cannicas diversas: eran conminados a tomar
los sacramentos de penitencia y comunin y citados a la ciudad a realizar ejercicios
espirituales a fin de purgar la mala accin cometida
584
. Es de presumir que el objetivo de
ciertas penas cannicas tena un fin ms ejemplificador que punitivo orientadas a la bsqueda
de desagravio de la comunidad por haber atentado contra las normas establecidas, tanto
como a la prevencin de nuevos hechos de naturaleza semejante; a ello responda la
publicidad acordada por la Iglesia a tales sanciones, que deban ser ledas a viva voz y
durante las misas mayores, identificando nombres y apellidos de los transgresores. Los
ayunos, los ejercicios espirituales, la obligacin de or misa de pie ciertos das durante varios
meses y otros castigos de cierta espectacularidad como el mandato de que la pareja
permanezca portando un "acha" encendida en la mano durante el oficio religioso en lugares
predeterminados del templo
585
. Estos castigos solan alcanzar tambin a quienes haban
actuado como testigos del casamiento. En la prctica, es posible que estas penas que
implicaban la concurrencia personal reiterada de los interesados a la ciudad para participar de
diversas actividades religiosas no se cumpliesen en ciertos casos, especialmente en
individuos que vivan apartados del mbito urbano y cuando se trataba de personas humildes
que se mantenan de su trabajo personal, quienes se veran imposibilitados de ausentarse de
584
Cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 201, Aos 1811 - 1814, t. VIII, exp. 8: El padre de
Andrs Maldonado, vecino del Chaar del Ro Seco quien deseaba contraer matrimonio con Mara Bustamante
en el mes de enero de 1812 entabl demanda por matrimonio clandestino del hijo que se fug de la casa para
casarse, los padres del novio solicitaron nulidad y castigo al padre de la novia y testigos por encubrimiento y
complicidad, el casamiento adoleca adems de vicios formales porque fue efectuado en el Obispado de Salta,
jurisdiccin de Santiago sin licencia del prroco de donde eran feligreses. Los padres invocaban el decreto de
1803 complementario de la Real Pragmtica sobre Hijos de Familia; expresaban, haciendo valer sus derechos,
que no estaban obligados a dar causal de oposicin. Segn la madre del novio, la pareja ya manifiestaba
voluntad de no seguir casada si se decretaba la nulidad. La causa finaliz sin embargo en revalidacin ad
cautelam del casamiento, procedindose a la velacin de los novios. Los padres terminaron cesando en su
oposicin y solicitaron se pusiese fin al arresto que sufran en la ciudad, tambin solicitaron que el padre de la
novia se hiciere cargo de las costas del juicio ya que haba encubierto a la pareja. Confesin sacramental a
ambos, penitencia, ejercicios espirituales de hombres y mujeres en esta ciudad ( que vinieran expresamente a la
ciudad cuando haya). Segn testigos el padre de la novia "corre por espaol", el abuelo por parte de su madre
corra por indio y la abuela por espaola, el padre de la novia tena 48 aos y no saba firmar, se justificaba en
que los acompa a Santiago a los novios a fin de "buscar la vida".
585
Cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg.202, Aos 1815 - 1825,t.IX exp.3. La causa
corresponde a Jos Toms Cabrera Argello, natural y vecino de Crdoba y Mara Natividad Acua, natural y
vecina del Ro Segundo en un caso de matrimonio clandestino, considerado como causa criminal para la
Iglesia (f.27). La falta de publicidad del casamiento obedeca a la ausencia de consentimiento de la madre de la
novia a la unin, era el novio un individuo identificado como pardo, de oficio relojero. En 23 de diciembre de
1815 el gobernador Jos Javier Daz puso en libertad de crcel al reo y liber el depsito de la rea para que
cumpliesen penas cannicas para ejemplo de los dems. El novio fue condenado adems a abonar los
derechos de informacin y casamiento y todas las costas del juicio junto con los testigos. Mas tarde el novio
solicit conmutacin de la pena cannica en razn de los dolores de cabeza y estmago alegados por la esposa
que la obligaban a oir misa sentada ante gran "irreverencia y escndalo pblico". El Provisor y Vicario finaliz
conmutndoles todas las penas en abril de 1816.
239
sus obligaciones as como de enfrentar los costos de su subsistencia durante su estada en la
ciudad.
6. Causas de nulidad por imposibilidad de la consumacin del matrimonio: la
impotencia sexual
Constituyendo la procreacin la finalidad especfica del matrimonio, segn la tica
catlica, la imposibilidad de su consumacin contradeca el espritu mismo de la unin
sacramental. La impotencia era entendida como incapacidad material del hombre o la mujer
para cumplir con la procreacin, por lo cual se la declar un impedimento dirimente. Esta
imposibilidad de completar la unin carnal y por ende, de engendrar hijos legtimos tena
singular importancia desde el punto de vista econmico del matrimonio y la transmisin de
los bienes materiales. Enrique de Villalobos defina dos formas de impotencia, una era la
natural por frialdad del varn o casos de mujeres muy apretadas, y otra aqulla proveniente
de causas extrnsecas como la castracin, maleficio o hechicera
586
. Toms Snchez
clasificaba en tres las causas de impotencia: la frigidez del varn, la estrechez de la mujer y el
maleficio
587
. Segn Las Partidas, aquellos sujetos que por alguna razn careciesen de los
miembros necesarios para engendrar no podan casarse y si lo hacan, el mismo matrimonio
era nulo ya que no podran cumplimentar el deudo carnal con la esposa
588
.
586
Consultado en : MOLINA, R. (1991: 212) Ob. Cit.
587
Ibdem. p. 212. En procura de informacin acerca de la relacin impotencia sexual y hechicera se ha
consultado el trabajo de MANNARELLI, M.E. (1985: 141 - 154) Inquisicin y mujeres: Las hechiceras en el
Per durante el siglo XVII en Revista Andina, Cuzco, N 1, julio. En dicha investigacin la autora afirma que la
accin de las hechiceras en Hispanoamrica recaa generalmente en individuos del sexo masculino a diferencia
de lo acontecido en Norteamrica colonial e Inglaterra. Por influencia espaola el tipo de hechizos ms
comnmente usado con fines sexuales consistan en Per los filtros erticos. As los inquisidores y algunos
testigos atribuan a las hechiceras el poder de causar enfermedades entre ellas la impotencia sexual, la locura y la
muerte. Y mientras algunos amantes acusaban a sus queridas de haberles causado impotencia, otras mujeres
utilizaban sofisticadas recetas para incrementar la actividad sexual de los hombres de sus clientas a fin de
lograr que fuera manso, lelo, abrasado y encendido (y que diera) tantas vueltas en el lecho como vigas tiene el
techo. En definitiva, a travs de la figura de las hechiceras las mujeres buscaban atraer a los hombres que les
interesaba an contra la voluntad de stos y sus demandas emergan de las reivindicaciones femeninas propias
de la sociedad colonial, de neto corte autoritario Cfr. pp. 146, 149, 151. Se ha consultado tambin sobre el tema
BEAR , R. (1989) Sexual Witchcraft, Colonialism, and Womens Powers en LAVRIN, A.(1989) -edit.-
Sexuality and Marriage in Colonial Latin America, Nebraska, University of Nebraska Press. Como en el artculo
anterior en ste la autora tambin encuentra en la brujera sexual femenina de la poca colonial connotaciones de
gnero, en la cual se expresa una forma alternativa de poder femenino y un simbolismo de la lucha contra la
opresin social de la mujer. Sobre prcticas mgicas y cultura popular en la sociedad del Tucumn en el siglo
XVIII tambin puede consultarse: FARBERMAN, J. (2001) Sobre brujos, hechiceros y mdicos. Prcticas
mgicas, cultura popular y sociedad colonial en el Tucumn del siglo XVIII en Cuadernos de Historia Serie
Economa y sociedad Area de Historia del CIFFy H Universidad Naiconal de Crdoba, pp. 67 105.
588
MOLINA, R. (1991: 213) Ob. Cit.
240
Hemos identificado dos litigios por impotencia sexual en los juicios de nulidad
matrimonial en el perodo analizado, uno corresponde al ao 1801
589
y el otro al de 1827
590
,
en ambas ocasiones las mujeres se quejaban de la anormalidad o gran desproporcin del
miembro viril, si bien en un caso existi consumacin del matrimonio, en el otro el acto
conyugal no pudo efectuarse. Ambos casos se hallan truncos, y llamativamente, los nicos
expedientes en los que se recurre al argumento de la imposibilidad sexual para cumplimentar
el dbito conyugal como causal de nulidad del matrimonio en el largo perodo analizado
corresponden al primer tercio del siglo XIX. Nos preguntamos si, en una sociedad
caracterizada por un marcado autoritarismo del padre de familia y formal subordinacin de la
mujer al varn no haya sido posible que la nica forma socialmente tolerable que se les
present a estas mujeres para ventilar los problemas sexuales de su pareja haya consistido
en el desmesurado tamao del rgano masculino a sabiendas que hubiera resultado indigno
al hombre hacer pblicas otras formas de disfuncin sexual originada en ellos. Por otra parte,
la certeza acerca de la importancia acordada por la Iglesia al cumplimiento de los fines del
matrimonio en una comunidad fuertemente inclinada a las manifestaciones de cumplimiento
de los preceptos religiosos, pudo influir en la decisin de utilizar la excusa de la dificultad en
la consumacin de la unin para intentar de la autoridad eclesistica una ansiada liberacin
de una unin fracasada.
En el primer caso el recurso de nulidad matrimonial fue utilizado por Isidora Zamudio
en el primer ao del siglo XIX. La accin fue iniciada ocho meses despus de realizado el
589
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg 199, Aos 1800 1802, t. VI, exp. 5, f. 10, 10 vto.
590
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 8: Se entabl litigio
verbal entre los cnyuges Silvestre Ricarte y Josefa Romero debido a que la esposa acusaba al marido de gran
desproporcin del miembro viril, negndose a usar del matrimonio; el da del desposorio, a pesar del gran
esfuerzo realizado, no pudo ser completado . El Provisor mand que los esposos queden separados hasta la
conclusin del juicio. Un cirujano fue convocado a labrar pericia de la cual result que no exista impotencia
absoluta, se procedi a consultar a otros facultativos, no puede conocerse el desenlace del caso ya que la causa
qued inconclusa, posiblemente por desestimiento de la parte accionante; es factible que finalmente la unin
haya podido efectuarse o que la esposa haya sido inducida a retirar su queja.
LAVALL, B. (1986:427 - 462) en su trabajo titulado Divorcio y nulidad de matrimonio en Lima (1650
1700 en Revista Andina, Cuzco, Ao 4, N2, dic. refiere varios casos de impotencia sexual en la
documentacin presentada; de ellos se deduce que las causas o efectos de la imposibilidad sexual poda tener
alcances inesperados en la vida de la pareja como demuestran casos acaecidos en el Per colonial, en el que una
esposa se quejaba por ejemplo de que el marido, exasperado por su impotencia terminaba siempre pegandole.
Otro esposo a quien separaba de la edad de su mujer una considerable diferencia de aos, solicitaba la esposa
querellante que le brindase tiempo para que l pudiese realizar la cpula ya que l consideraba corto el plazo de
un mes de casados y se justificaba slo lo que pasa de verdad es que como la susodicha es donzella, no he
podido tener con ella cpula carnal ni corromperla y as no es defecto para la nulidad que yntenta pues con el
tiempo y cobrando fuercas tendr lugar...(pg. 461)
.
241
casamiento tras una solicitud de divorcio por sevicia tambin presentada por la esposa
591
y
constituye una fuente invalorable por la riqueza de detalles brindados respecto de diversos
temas relacionados con la historia de la medicina: descripciones anatmicas, fisiolgicas y
explicacin de diversas patologas ginecolgicas proporcionadas por un mdico de la poca.
Si bien no debe perderse de vista que su testimonio no debi ser objetivo ya que el
profesional mencionado era el marido de la accionante de la causa y como tal, parte
interesada en los asuntos tratados, sus escritos aportan interesantsimos datos acerca de los
conocimientos alcanzados por la medicina de la poca. Por otra parte, de la causa surgen
interesantes elementos de anlisis para un estudiio de gnero en relacin al tema de la
sexualidad y el placer fsico.
La accionante de la causa era viuda del Alcalde Provincial don Domingo Garay,
tutora y curadora de su hijo don Jos Justo Garay
592
, casada en segundas nupcias con el
espaol Don Juan Fermn Gordon, -natural de Toro- , residente en Crdoba y mdico cirujano
de la Real Armada de su Majestad. El fundamento de la esposa para su solicitud de nulidad
del casamiento radicaba en una seria deformidad en la constitucin orgnica
593
del marido
que impeda la copulacin carnal sin serio riesgo de dao fsico en su salud e incluso peligro
de muerte por efectos de excesiva corpulentia virilum ya que debido a dicha:
constitucin orgnica [del hombre] y miembros destinados por
naturaleza para la generacion y uso del matrimonio [...] no poda
verificarse este [el coito] sin lesion del vaso femenino al paso que
aquel no surtia su devido efecto
594
.
La extemporaneidad del plazo para presentar querella por impotencia contra el
marido, que no deba superar el mes de casados segn establecan Las Leyes de Partidas era
utilizado por aqul para invalidar el reclamo femenino. Tildaba la demanda de la esposa de
falsa, ilegal e inadmisible. Burlonamente calificaba el juicio de su mujer en torno a sus
caractersticas viriles como a un fantasmon de la deformidad y corpulencia
595
. Indignado
por considerarse difamado solicitaba a la autoridad eclesistica se conminase a su cnyuge a
volver a la cohabitacin imponindosele perpetuo silencio respecto del tema y se la
condenase a hacerse cargo de las costas resultantes del juicio. El esposo explicaba que al
comienzo de la convivencia la mujer haba manifestado satisfaccin en los contactos ntimos
591
Dicha solicitud de divorcio por sevicia haba fracasado en opinin del marido- debido a los testimonios de
los testigos citados, de cuyas declaraciones se haba deducido la inexactitud de la acusacin de la mujer. No
contamos con dicho expediente del cual no han quedado rastros documentales.
592
AHPC, Escribana I, Aos 1800 1801, Leg. 429, exp. 1.
593
A.A.C., Causas matrimoniales de divorcios y nulidades, legajo 199, Ao 1800 - 1802, t.VI, exp. 5 ; f. 9, 10:
594
Ibdem.
595
Ibdem.
242
ya que segn l, en los primeros tiempos de casados ella se haba mostrado muy satisfecha
con su desempeo en las funciones matrimoniales, existiendo en la pareja conformidad en la
copulacin carnal. En un largo escrito el esposo, en una intencin de clara defensa del
matrimonio trataba de demostrar que los dolores y enfermedades de los cuales la mujer se
quejaba no guardaban relacin con la cohabitacin. As expresaba en relacin a ello:
...no puede conciliarse esta demanda con las expresiones de que
aba su desaogado genio al recivir los placemes del nuevo enlace :
entonces protestaba y aseguraba placentera me havia
desempeado a su satisfaccion en el uso de las funciones
matrimoniales, y otras especies que ruborisa el estamparlas, aun
mas demostrativas e indicantes de la conveniencia y conformidad
que havia entre ambos para la copulacin carnal [...] hemos
tenido un verdadero comercio, que se ha verificado un carnal
ayuntamiento y que el impedimento que resulta no es mas que una
dificultad para aqul, de que queda ofendida en su cuerpo [...] yo
no demuestro en el aspecto de mi textura tal deformidad como la
alegada, ni mas abundancia que la de un hombre regular : ella no
se presume tan consisa, a no ser que tambien quiera decirnos que
aun es virgen, y que no ha parido de que es evidente ser las causas
de sus molestias otras muy diversas [...] Nos dira desde luego, que
advirtio esta deformidad de mis organos por la sensacion
dolorosa, que experimento en el acto de todas nuestras
commissiones. Y que es esto sino querer ser creida sobre su
palabra ? Quien podra asegurarnos que esta es una verdad
religuiosa, y no una invencion arbitraria de un corazon
acostumbrado a no dejar piedra por mover, para llebar por
delante sus designios ?
596
.
En sus argumentaciones el espaol citaba y reproduca extractos de legislacin tanto
civil como cannica para contradecir las supuestas injurias de Da. Zamudio, as como
tambin recurra a amplia jurisprudencia y a argumentos mdicos para convencer al Tribunal
de la inexistencia de impedimento fsico alguno para consumar el matrimonio. Diagnosticaba
la enfermedad de la esposa como nefralgia hematrica o miccion sanguina, acusndola
de haber padecido al momento del casamiento ... un verdadero furor uterino
597
.
596
Ibdem. Obsrvese el tono irnico y la nota ofensiva en relacin a las demostraciones de placer
experimentado por la mujer en el acto sexual, impropia de la actitud recatada propia de los valores femeninos
vigentes en la poca del cual se deduce una intencionalidad vergonzante. En la concepcin de la sociedad
cristiana occidental toda prctica sexual que se apartase de la intencin reproductiva era considerada
perversin, un pecado que deba ser condenado y reprimido por las normas seculares y religiosas: Cfr.
RODRGUEZ MOLAS, R. ( 1984 : 26,27) Divorcio y familia... Ob. Cit. En este marco ideolgico toda
sensacin placentera se hallaba culpabilizada y condenada an entre los cnyuges.
597
Ibdem. f.18.
243
El presente documento aporta tambin importantes datos respecto del criterio de
seleccin de la pareja entre una criolla acomodada y un espaol pobre. Al respecto resulta
llamativa la confesin del peninsular al afirmar que:
...un millon de personas de uno y otro sexo le aconsejaron [se
refiere a la esposa] que desistiese del intentado matrimonio, que
nada abentajaba con unirse a mi, cuya pobreza era manifiesta, y a
estas, y otras mil invectivas contestaba desembarazadamente, y sin
rubor, con estas, y aun con mas libres expresiones : hombre
quiero y no plata. Es pues ebidente que se propuso este enlaze,
hasta que lo realizo debio estar esta seora en un grado de
acaloramiento y ajitacion indecible ! y que estrao seria que de
esta fermentacion de sus lquidos se siguiese la acumulacion
aumentada de la sangre al rion y su desprendimiento a los
ureteres, hasta causar la enfermedad descrita...
598
.
Tales expresiones del natural de Toro, resultan interesantes en cuanto al mensaje
implcito que encierran en torno a la percepcin social de la poca acerca del matrimonio
entre personas de diferente status socio-econmico. Como grupo considerado en su conjunto,
los espaoles gozaban de una situacin social preeminente en la sociedad cordobesa en virtud
de su raza y condicin de originarios de la nacin metropolitana, como tales tenan
posibilitadas las vas de acceso hacia el progreso socio-econmico. Resulta sin embargo
evidente que existan diferencias de status dentro del mismo grupo blanco en general y por lo
tanto tambin entre los espaoles de reciente arribo. Recurdese que de los migrantes a
Amrica en la segunda mitad del siglo XVIII un importante nmero declaraba al embarcarse
su calidad de sirviente. En el anlisis del presente documento se reafirma, como se ha
sealado tambin ms arriba, la importancia acordada por los peninsulares a la concrecin de
un buen matrimonio- en este caso una viuda criolla y solvente- como medio hacia una
conveniente insercin en la comunidad cordobesa. El empeo utilizado en sus argumentos
para evitar que la justicia declare nulo el casamiento es demostrativo del inters del hombre
por continuar casado con una mujer de posicin material desahogada.
Por otra parte los dichos del marido mdico enfatizan su intento de desvalorizacin de
la figura femenina a travs de una descripcin que ridiculiza y denigra un comportamiento e
intencionalidad de proceder en la mujer nada acorde con el esperable en una dama respetable.
Tambin se vale de la argumentacin en torno a la maliciosidad en la forma de proceder
de la esposa, propia de la naturaleza mujeril, en la conviccin de la poca. Nunca sabremos
598
Ibdem.
244
qu motivaciones reales llevaron a la esposa a decidir enfticamente la solicitud de
separacin de un hombre por el cual si tienen algo de veracidad los dichos del marido- haba
sentido fuerte atraccin sexual al inicio de la relacin. Es destacable como Isidora defendi su
derecho a la salud, la concepcin autnoma de su persona que se desprende de los escritos. El
cuerpo femenino es objeto de defensa de la interesada en contradiccin con la imagen del
mismo como simple apndice del marido, instrumento de placer masculino y procreacin.
Los relatos del esposo, ms all de la intencionalidad con que fueron escritos, desprovistos de
todo encorsetamiento, nos brindan una imagen de una mujer profundamente humana,
empeada en el logro de sus objetivos con verdadero afn; con deseos, pasiones y
sentimientos propios de una naturaleza que no conoce tiempos ni espacios, alejada de la figura
recatada, sumisa, pudorosa e inspida que propona el modelo femenino segn el discurso
oficial.
7. Causa de nulidad por error en la condicin de la persona
El error en la condicin de la persona por ejemplo cuando un individuo libre ignoraba
que su pareja perteneca a la condicin esclava- afectaba la legitimidad del matrimonio
599
constituyendo un impedimento dirimente, tal situacin entraaba la nulidad de la unin
sacramental.
Hemos identificado un nico caso de esta naturaleza expresamente tratado en los
ciento cincuenta aos que abarca la observacin de este trabajo, aunque se han encontrado
menciones implcitas referidas a la obligatoriedad existente entre los contrayentes de dar a
conocer la verdadera condicin de la persona, mencionados especialmente en casos de
uniones viciadas por defecto de consentimiento en la celebracin del matrimonio.
El casamiento de la pareja de la causa en cuestin se haba realizado en Jujuy en el
ao 1702, la demanda fue entablada por el accionante Francisco Rodrguez en Crdoba
600
, el
mismo era natural y habitante de esta ciudad; la mujer demandada se llamaba Juana, natural y
a servicio en Jujuy de Doa Mariana Gonzalez de Mena, de quien era esclava. El
mencionado accionante era un muchacho muy joven, el cual expresaba haber salido del poder
de sus padres a los catorce aos por ser estos muy povres aunque gente honrada y espaoles
legtimos
601
. Segn testimonio del querellante, habiendo permanecido un tiempo en las
599
MOLINA, R. Ob. Cit., p. 120.
600
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg 194, Aos 1688 1745, t. I, exp. 5, f. 1, 1vto. , 4 vto,
5,16, 32, 26, 26 vto., 32, 32 vto y 37.
601
Ibdem.
245
Provincias del Per, pas de vuelta por la ciudad de Jujuy donde se qued dos semanas.
Relataba que como mozo y hombre que era, lo haba bencido la fuersa de la carne
602
cayendo con una mujer que asista una casa en esa ciudad. Explicaba que una noche en que
haba entrado a dormir con ella a la vivienda los sorprendi infraganti la Justicia Real y el
Vicario y Juez Eclesistico, quienes le compelieron a casarse con ella por fuerza y amenazas
de que si no lo haca me avian de castigar en el rollo
603
, por lo cual, por temor y hallndose
solo y forastero se cas, y ...luego llego a m noticia ser la dicha Juana con quien me
casaron por fuerza, esclava y no libre siendo que l la tena por mestisa libre tratndose
en cambio de una esclava. Enterado de esto, el muchacho confes haber hecho fuga de aquella
ciudad a la primera oportunidad; llegado a sta concurri a la justicia eclesistica a fin de que
su matrimonio fuera declarado nulo, manifestaba sentirse agraviado por la situacin y se
consideraba vcitma de fraude y dolo por haser casar a un hombre libre [...] con persona
esclava...
604
. Su demanda se fundamentaba en el derecho de toda persona libre de conocer la
condicin jurdica de aqul a quien se escogiese como esposo.
Interesa resaltar en la presente causa que, a la confusin en relacin a la condicin
jurdica de la mujer, derivada posiblemente de la inexperiencia del muchacho dada su
juventud, se sumaba la emergente de la identidad racial de la misma, reflejo de la situacin
que exista en la sociedad en el siglo XVIII, cuando las mezclas de razas haban dado origen a
variadas composiciones. En efecto, mientras el accionante expresaba tener a la mujer con
quien se cas por mestiza libre, el procurador de la demandada se refera a ella como
esclava mulata, ello confirmara que la acepcin de mestizo a fines del perodo colonial
habra cambiado no restringiendo su definicin al exclusivo producto de la mezcla de grupos
puros de indios y espaoles sino a la designacin de personas con algun lejano ancestro
espaol pero con varias generaciones de individuos conocidos por no ser indios puros, ello es
lo que provocaba las confusiones con los descendientes de africanos, utilizndose en
ocasiones indistintamente la denominacin en mestizos que en mulatos
605
, si bien la sangre
negra gozaba en la sociedad de un mayor sentido estigmatizante de la persona. Obsrvese que
el accionante haba prestado sus favores a una mujer a la que crea libre pero tambin
mestiza, manifestndose horrorizado luego al verse unido a una mujer esclava y con mezcla
de sangre negra. Ello concuerda con la principal causa de disenso presentado por los padres
602
Ibdem.
603
Ibdem.
604
Ibdem.
605
CELTON, D. (1997: 5) Seleccin matrimonial y mestizaje en Crdoba en III Jornadas de Historia de
Crdoba, Junta Provincial de Historia de Crdoba, Crdoba.
246
ante casamientos o esponsales celebrados por hijos menores sin su permiso, que consista para
el caso de Crdoba y de otras regiones de la Gobernacin Intendencia del mismo nombre
como el caso de Mendoza, basadas en la cuestin racial y dentro de ella el marcado rechazo
hacia los mulatos. Dicha confusin se refuerza en la solicitud del accionante a los testigos
cuando en el cuestionario que presenta para el interrogatorio a los testigos solicita se les
interrogue acerca de :
...si la Juana pareze mulata o mestiza [...] y si anda como libre y
si la tal casa en que me coxieron y en donde estube con ella el
tiempo que estube en esta ciudad era caza de sus amos o caza sola
independiente y aparte...
606
.
Algunas reflexiones se desprenden en relacin a la parte demandada en funcin de su
condicin de mujer y de esclava, susceptible de una mayor exposicin a ser amedrentada y
presionada en sus declaraciones testimoniales: El Alfrez procurador de Juana renunci a fs.
cinco a continuar defendindola debido a que ...a cada paso muda de dictamen dise lo que
dixo primero no es as... por lo cual se le nombr nuevo curador a fin de que la esclava no
quede indefensa
607
mencionndose una posible pena de excomunin para Juana si continuaba
cambiando sus dichos. En efecto, en una primera declaracin ella haba expresado que haba
ocultado su situacin de servidumbre al accionante , que su relacin se haba limitado a unos
pocos das y que cuando los encontraron juntos ella haba dispuesto ...la materia de suerte
que los cogiese la justicia infraganti..., haba reconocido tambin que el casamiento era nulo
ya que haba sido realizado bajo fuerza y amenaza armada, pero que si el joven revalidaba el
matrimonio ella seria mui gustosa. Ms tarde la acusada neg estas afirmaciones
denunciando haber sido inducida, en ese sentido resulta llamativo que habiendo
permanecido ...mas tiempo de cinco meses en un lugar tan corto como es este de Jujuy...
608
el muchacho no hubiese advertido la situacin servil de su novia, quien segn los testigos
...cocinava para sus amos y assa chicha para con essa grangera se sustentava su
ama...
609
; una situacin de relativa independencia en la movilidad de la esclava, quien
posiblemente vendera la bebida por ella elaborada en el mercado o en forma ambulante por
las calles de la ciudad
610
podran haber confundido al joven en relacin a su condicin; sin
606
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg 194, Aos 1688 1745, t. I, exp. 5.
607
Ibdem.
608
Ibdem.
609
Ibdem.
610
Acerca de las actividades desarrolladas en la ciudad por sirvientes y esclavos en la sociedad latinoamericana
colonial consultar KARASH, M. ( 1987: 287 -331) Proveedores, vendedores, sirvientes y esclavos en
HOBERMAN , L y SOCOLOW, S, compiladoras Ciudades y sociedad en Latinoamrica colonial, . Fondo de
Cultura Econmica.
247
embargo, difcilmente hubiera podido ella ocultar su situacin verdadera durante meses como
l pretenda que haba hecho.
La concepcin vigente en la poca acerca de la volubilidad del temperamento
femenino derivada de su propia naturaleza necesitada de consejo y gua sobre todo tenindose
en cuenta que se trataba de una persona de baja condicin, habra sido aprovechada una vez
ms por el discurso masculino contra la situacin de la mujer cuando la joven se rectific de
su primera declaracin, a fin de tornar ms endebles sus afirmaciones.
Por otra parte los esclavos que solicitaban permiso para casarse con libres estaban
mal vistos entre no pocos amos por considerar inconvenientes tales pretensiones
611
que
promovan situaciones de conflicto y desorden. Finalmente, la causa permaneci inconclusa,
es posible que de la relacin de la pareja hubiese sido engendrado un hijo el cual, de no
revalidarse la unin, pasara a constituir de hecho entera responsabilidad de la madre
teniendo en cuenta que el padre no se mostraba gustoso de la relacin con la mujer que
consideraba desmerecedora de su condicin de blanco, el cual, por otra parte, al ser natural de
Crdoba seguramente regresara a esa ciudad vindose dificultada la posibilidad de seguirlo
por la joven mulata, dada su situacin de sujecin a esclavitud.
De trabajos realizados sobre los comportamientos matrimoniales de esclavos en el
perodo 1700 1779 surge que sus uniones se caracterizaron por conductas exgamas
casndose especialmente con indias y libres pardas, mulatas, zambas, etc.-. Las esclavas
presentaron como rasgos diferenciales sus matrimonios exogmicos con indios durante la
mayor parte del perodo y al final del mismo endogmica y como segunda opcin con
libres.
612
Las ventajas que obtena un hombre de condicin esclava al contraer unin con una
mujer jurdicamente libre de deducen de la circunstancia de que los hijos heredeban la
condicin de la madre ley del vientre- por tanto, los frutos de tales unin gozaran de
libertad, ello explicara el inters por verificar enlaces de tal e caractersticas
613
. Los hijos de
611
al esclavo que pide casarse con libre lo vender usted para no abrir la puerta a semejantes pretensiones. Ni
conviene tampoco tenerlo soltero... en: Memorial del Procurador Provincial Manuel Querini para el Rector del
Colegio Convictorio de Nuestra Seora de Monserrat en 10 de diciembre de 1747. Consultar en : ARCONDO,
A. (1992: 295) El ocaso de una sociedad estamental, Crdoba entre 1700 y 1760, Direccin General de
publicaciones de la Universidad Nacional de Crdoba.
612
FERREYRA, M. del C. (1997: 304,305,319. - 321El matrimonio de las castas en Crdoba, 1700-1779 en
Junta Provincial de Historia de Crdoba, III Jornadas de Historia de Crdoba, Crdoba, pp. 285 321
613
Entre los causales de manumisin reconocidos por el derecho castellano-indiano se ha mencionado al
casamiento consentido por el amo con una persona libre. Ello explicara el inters de la joven esclava por ocultar
su verdadera situacin jurdica en el caso comentado, por temor a que su conocimiento desalentara la posibilidad
de casamiento y por ende, su posibilidad de libertad. Cfr. LEVAGGI, A ( 1987:106) Manual del Derecho
Argentino, Depalma, Buenos Aires, t. II.
248
una mujer de condicin esclava casada con hombre libre continuaran en la situacin de la
madre; sin embargo, si bien las autoridades civiles y eclesistica promovan la endogamia
entre esclavos, la Iglesia especialmente se preocup por crear conciencia acerca de la
necesidad de no separar a los esclavos una vez casados a fin de no impedirles la convivencia
conyugal. En ese sentido interpretamos que las uniones con hombre libre eran deseadas por
las esclavas; como segn los preceptos establecidos por la Iglesia los esposos deban convivir
y por tanto seguir la mujer al marido donde ste fuera; si bien la esclava continuaba a pesar
de su matrimonio con hombre libre sujeta a su amo, parece haber existido cierta confusin
acerca de las derivaciones del matrimonio de esclavo con persona libre.
Desde la perspectiva del varn libre tales uniones no resultaban beneficiosas, en el
caso analizado hemos comprobado el rechazo que en jvenes libres aparejaba la posibilidad
de unir la vida a una mujer sujeta a servidumbre quien, adems slo podra engendrar
descendientes de su misma condicin. An peor era la situacin de una mujer libre que
contrajese matrimonio con esclavo la cual quedara en la prctica en una situacin de
sujeccin de hecho a la casa del amo del cnyuge en esclavitud, teniendo en cuenta la
inequidad de gneros caracterstica de la sociedad analizada y la prescripcin de las normas
acerca de la cohabitacin de marido y mujer.
8. Causa de impedimento matrimonial por crimen
Una causa proporciona elementos para el conocimiento de aquellos casos de
individuos que tenan deudas con la justicia por delitos cometidos quienes no podan contraer
matrimonio hasta la normalizacin de su situacin.
La causa se inici el 1 de noviembre de 1828, por una demanda del cura y vicario de
Santa Rosa Juan Jos Espinosa, quien se negaba a casar al soldado Jos Mara Arbalo
614
del
mismo departamento, por una muerte que haba hecho cinco aos atrs. El cura exiga del
soldado la obtencin de un indulto para proceder a efectuarlo. El demandado manifestaba ante
el Provisor que la justicia no lo molestaba por ello, que era pblico y notoria en el Partido la
justa causa y motivo por la cual debi cometer el hecho, que la propia madre del muerto le dio
por escrito el perdn. El soldado atribua como causa de la denuncia del cura su situacin
de extrema pobreza; as el hombre explicaba que se mantena de su trabajo personal y que
614
Cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Aos 1826 1849, Leg . 203, , t.X, exp. 9.
249
haba debido dejar el hacha para venir a pedir proteccin
615
ante el Provisor y Vicario
General, debiendo volver a trabajar para poder sobrevivir; afirmaba que en lugar de ser
fundamento de mayor consideracin, su condicin humilde lo haca susceptible del capricho
de la superioridad. En menos de diez das el Provisor se expeda manifestando su apoyo al
novio, mandando al cura y vicario de Santa Rosa que los casase a menos que por el
homicidio cometido tuviese impedimento de crimen
616
recriminnole que en dicho caso no
debi exigirle indulto sino dispensa del impedimento y que si es cierto que vivi cuatro aos
tranquilo sin demanda de jueces ni de la misma parte ofendida no haba motivo para
denegarle el permiso.
Es posible que en esta causa la verdadera razn por la cual el cura de Santa Rosa
dilataba el casamiento consista en la dificultad de la pareja de efectivizar el pago de los
aranceles correspondientes, ante lo cual, el sacerdote recurra a argumentos como el
expresado como forma de presin. Sorprende la resolucin de la actitud del joven soldado en
su recurso a la autoridad eclesistica para resolver su problema, as como la importancia
acordada a la unin sacramental que se trasluce del empeo puesto por lograr su
efectivizacin an en individuos pertenecientes al sector popular de modesta posicin.
Por otra parte se confirma nuevamente aqu la asociacin entre pobreza y delito en
la representacin mental de la poca que surge de la causa analizada.
9. Nulidad de matrimonio y consentimiento paterno
Los casamientos de menores sin el consentimiento paterno si bien conllevaban una
significativa cuota de clandestinidad, eran distinguidos por la Iglesia de los considerados
clandestinos propiamente dichos. El Concilio de Trento prohibi los primeros pero se neg a
declararlos invlidos. En relacin a los clandestinos en cambio no dud en establecer la
nulidad e invalidez de todo matrimonio realizado fuera de la presencia del cura y de otros
testigos
617
.
En verdad, cabe resaltar que la mayora de los hijos de familia que se casaban sin
permiso de los padres lo hacan por dicha razn a escondidas, por ello la distincin entre los
matrimonios realizados careciendo del permiso de los padres y aqullos efectuados
clandestinamente era ms bien de orden formal. Cabe suponer que el espritu de la
615
Ibdem.
616
Ibdem.
617
En relacin a la distincin entre casamientos de hijos de familia y uniones clandestinas consultar LEBRUN,
F. Le pretre, le prince et la famille en Histoire de la Famille dirigido por BURGUIERE, A. y Otros. Vol II.
250
diferenciacin efectuada en Trento por la Iglesia Catlica entre unas y otras uniones se
fundaba en la intencin de garantizar a los jvenes contrayentes que no contaban con el apoyo
de los progenitores, el ejercicio de la libre voluntad para escoger pareja; en ese sentido se ha
insistido en este trabajo que el mutuo consentimiento de los esposos se hallaba en el
fundamento del sacramento matrimonial segn la concepcin de la Iglesia.
Los casamientos clandestinos propiamente dichos basaban la negativa de publicidad
de la boda en la pretensin muchas veces de evadir impedimentos establecidos por la
normativa cannica, tales como el ocultamiento de un matrimonio anterior, la existencia de
lazos de parentesco prohibidos entre los novios sin mediacin de dispensa, defectos de
consentimiento en uno o ambos cnyuges y otros. En ocasiones, las uniones de menores
tambin adolecan de otros impedimentos establecidos por la Iglesia, como veremos.
Como se ha visto, en principio los juicios de disenso
618
constituan para los novios una
alternativa ante la negativa de la familia de proporcionar autorizacin para el matrimonio.
Los mismos eran tramitados ante los juzgados ordinarios en virtud de que la legislacin que
regulaba dicho recurso proceda de la autoridad civil. Sin embargo, las causas de disenso
paterno podan llegar tambin a los tribunales eclesisticos, por una parte por el hecho de
que la denuncia paterna del casamiento de menores sin su autorizacin entraaba de hecho
una cuestin de nulidad matrimonial, ya que de haberse efectuado la unin sin permiso, su
legitimidad era susceptible de cuestionamiento para la ley civil; por otra parte porque dichos
casamientos adolecan en ocasiones, como se adelant, de otros vicios en relacin a la
reglamentacin cannica tales como cuestiones de parentesco entre los esposos, defectos de
forma cannica en la celebracin del casamiento u otras cuestiones privativas de la
jurisdiccin de la Iglesia. Como se vi el disenso paterno efectuado a las promesas
esponsalicias realizadas por los novios tambin se diriman en los tribunales eclesisticos por
constituir la promesa de futuro matrimonio un dominio de decisin correspondiente a Iglesia.
Extendida a Amrica en 1778 la Prgmtica sobre Hijos de Familia, comenzaron a
denunciarse situaciones de casamientos celebrados por jvenes que no contaban con el
consentimiento de los padres para realizarlo. En uno de los casos de disenso paterno
consultados en las fuentes documentales eclesisticas la pareja haba contrado nupcias sin
conocimiento de los padres; la novia contaba con quince aos; la unin adoleca tambin de
618
Para el Chile tradicional, Cavieres y Salinas examinaron sesenta juicios de disenso tramitados en el perodo
1760 1895, los autores destacan el predominio de los casos que involucraban a oposiciones a hijos varones en
relacin a las prohibiciones formuladas a las mujeres CAVIERES, E , SALINAS R., (1991: 99) Amor, sexo y
matrimonio en Chile tradicional, Universidad Catlica de Valparaso
251
falta de informacin de soltera y por lo tanto de licencia eclesistica
619
. Es de suponer que
era relativamente frecuente este tipo de vicios formales en la celebracin de matrimonios
realizados a escondidas de los progenitores. Dichas fallas contribuan a tornar ms vulnerable
una conducta de hecho violatoria de la normativa vigente. Del mismo modo sola acontecer
que los novios se fugaran de la jurisdiccin parroquial correspondiente, a otra donde no eran
conocidos a fin de alcanzar el objetivo propuesto. Una vez casados, los jvenes solan
regresar a su lugar de pertenencia.
En ciertas circunstancias los padres opositores se encontraban ante los hechos
consumados del pretendido casamiento el cual ya haba sido efectuado y a pesar de ello se
esmeraban en convencer a su hijo/a de la inconveniencia que para la familia entraaba la
unin, sobre todo si ya haba transcurrido cierto tiempo desde el casamiento y la pasin entre
los jvenes haba ya menguado por efecto de la convivencia. Cuando luego de tomar estado
pblico el casamiento cuestionado la joven pareja no concurra a la parroquia
correspondiente revalidndose prestamente el casamiento, alguno de los novios, objeto de
presiones del grupo de parientes podan resolver retornar a su situacin de libertad anterior a
la boda, considerando de hecho que la misma no haba tenido valor cuando, como es sabido
la nulidad de una unin slo poda ser decidida por la autoridad correspondiente-. De tales
actitudes podan derivarse graves daos fundamentalmente para la mujer y su familia, ya que
su reputacin poda resultar seriamente daada si la unin carnal haba sido ya efectuada.
Dada la conflictividad familiar desatada como resultado de la aplicacin de la
Pragmtica sobre matrimonios a partir de su aplicacin, como se ha visto, es de presumir que
el nmero de casamientos celebrados susceptibles de padecer vicios que entraasen la nulidad
por falta de consentimiento paterno haya sido significativo por lo que consideramos
subestimado el peso relativo de este tipo de cuestiones en el estudio de la causalidad de la
nulidad matrimonial ya que por otra parte, alusiones a la problemtica vinculada a la
oposicin paterna aparecen en otras causas de nulidad, como se ha ido sealando en el
619
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 196, Aos 1786 1790, t.III, exp. 6. es el caso
planteado en 1788 a travs de una denuncia celebrada pocos das despus de realizarse el matrimonio entre Jos
Fabin Prez, natural de Montevideo y residente en Crdoba y Mara Antonia Faras, natural de Crdoba; el
casamiento haba sido efectuado sorprendiendo al cura el 24 de noviembre de 1788 sin contar, adems con el
consentimiento de los padres. En la causa se hallaban denunciados como cmplices Teresa Luisa Zarco de
diecisiete aos y el Cura rector de la Catedral Dr. Jos Antonio Moyano. La causa finaliza con el fallecimiento
del cura. El dictamen del asesor letrado, invocando razones substanciales de forma en lo obrado en la causa, ya
que la misma haba estado centrada en el comportamiento del cura celebrante; aconseja declarar nulo todo lo
obrado y ponerla en estado de sumaria. No consta se haya observado el dictamen del asesor letrado. No puede
saberse que aconteci con los jvenes desposados. La presente se trata de una causa en la cual se ha incurrido en
celebracin de matrimonio clandestino, ausencia de permiso de los padres para contraer y fallas de forma
cannica.
252
tratamiento de las mismas, aunque mezcladas con otras problemticas, por lo que
consideramos el siguiente caso como simple ilustracin de la mencionada cuestin presentada
formalmente. Se trata de la oposicin al casamiento y velacin que don Francisco Villafae,
vecino de La Rioja, termin efectuando en la ciudad de Crdoba con Mara de la O.
Fernndez Cabezas el 2 de junio de 1804. El hermano del novio se negaba a conceder la
autorizacin para la realizacin del mismo que el Obispo Moscoso finalmente autoriz, no
haciendo lugar a la oposicin fraterna. La causa haba sido iniciada en La Rioja el 16 de
febrero del ao anterior y es demostrativa de las dificultades que deban atravesar algunas
parejas para casarse cuando alguno de sus mayores les negaba el permiso. Si bien la duracin
de un pleito de disenso estaba establecida por la Norma civil en una duracin que no superase
los ocho das, los novios venan luchando para ejecutar el casamiento desde haca dos para
tres aos. En todo ese tiempo transcurrido, los autos no haban llegado a Crdoba por lo
que el ministro de La Rioja se excusaba ante el Obispo alegando la falta de cabalgaduras,
enfermedad del notario y otros inconvenientes que haba padecido para enviar la causa620.
Perfil socio-racial de las parejas involucradas en causas de nulidad matrimonial.
Promedio de edad de los contrayentes
Del anlisis de las variables relativas a la condicin jurdica, etnia, oficio y nivel de
instruccin de los individuos involucrados en acciones de nulidades de casamiento puede
decirse que, segn los datos disponibles, se advierte el predominio de sujetos pertenecientes a
los estratos populares de los niveles medios y bajos, an en casos de individuos blancos
621
.
Si bien no conformaban la mayora, no se excluyen procesos de nulidad relativos a
familias acomodadas inmersas en un conflicto de estas caractersticas
622
. Ejemplo de ello
620
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Nulidad, Legajo 200, Aos 1803 1810, exp. 2.
621
Si bien se han detectado casos de individuos pertenecientes a grupos privilegiados de la sociedad, en lneas
generales puede decirse que para los casos de nulidad matrimonial analizados en este trabajo, existe coincidencia
con las aseveraciones realizadas en la investigacin de GALINDO-CHOCANO para el Per quienes distinguen
tres tipos de conflictos matrimoniales: litigios, nulidades y divorcios, donde los autores resaltan que observan
una mayor frecuencia de las clases populares de la ciudad en los expedientes analizados atribuyendo una menor
presencia de la aristocracia a que sta habra conservado mayor estabilidad matrimonial debido a que decisiones
econmicas o de linaje predominaban en sus elecciones constituyendo los aspectos emotivos una faceta
postergada en sus decisiones, lo que habra coadyuvado a una menor conflictividad aparente, lo que no
impoedira que mantuviesen relaciones paralelas a las legtimas, cfr. FLORES GALINDO, A. y CHOCANO, M.
(1984: 406 407) Las cargas del Sacramento en Revista Andina, Cuzco, ao N2, diciembre, pp. 403 421.
622
En contados casos los indiviuos blancos implicados en casos de nulidad en los expedientes analizados parecen
haber pertenecido a estratos calificados de la sociedad. En un proceso por matrimonio clandestino una mujer
blanca era identificada como perteneciente a una de las principales familias de la ciudad y de mayor lustre: se
trataba de Antonia Moyano, hija del Maestre de Campo don Gil Moyano, en una causa de matrimonio efectuado
por sorpresa.; el contrayente era Mariano Vzquez, hijo legtimo de Don Joseph Vsquez, escribano mayor del
253
constituye la familia Cabrera. El casamiento de una de las hijas del jefe de familia fue
celebrado en la Lagunilla, estancia de los Cabrera, prxima a Alta Gracia. Dicho caso no
carece de complejidad ya que la contrayente era mestiza, su nombre era Juana de Cabrera, -
en ningn folio del expediente aparece el nombre de la madre- y de don Juan de Cabrera y
sobrina del capitn don Joseph de Cabrera, alcalde de la Prov. de Crdoba. Natural y vecina
del Ro Cuarto haba sido obligada por su padre y to a desposarse con el espaol de Sevilla
Felipe Daz de Len, tambin habitante en el Ro IV. El documento data del ao 1697, fecha
en que se inici la causa, en un poca en la cual la barrera cromtica no ofrecera los
acusados perfiles caractersticos de fines del siglo XVIII, aunque ya se iba advirtiendo a
medida que avanzaba la centuria una consolidacin del menoscabo social hacia los mestizos.
En efecto, en el siglo XVII existi una iniciativa, aunque malograda, de que los individuos de
este origen pagasen tributo como los indios. Que la valoracin del mestizo no se basaba tanto
en componentes biolgicos como socio-econmicos y culturales, por los que de los de
holgada situacin e intensamente espaolizados fueran ms fcilmente asimilados
623
al sector
blanco, especialmente tratndose de mujeres hijas de familia, se confirma en este casamiento
entre un espaol europeo y una joven con mezcla de sangre india pero de acomodada
situacin. La repulsin experimentada por la joven mestiza hacia el espaol que se refera en
Mar del Sur, de 27 aos natural de Lima, a la que designaba como la ciudad de los Reyes; haba venido a
estas tierras en el barco Mayor del Mar del Sur, la causa fue iniciada en el ao 1770, finalmente la unin fue
revalidada. El novio permaneci ms de cuatro meses preso en atencin al deshonor e infamia que le produjo el
hecho a la familia de la novia, cfr.: AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg. 195, Aos 1746
1785, t. II, exp. 7.
Ejemplos de individuos pertenecientes al estrato blanco involucrados en juicios de nulidad matrimonial
constituyen: Jos Ges, natural de la ciudad de Metz, ducado de Lorena, Reino de Francia, habitante de La Rioja,
cfr. AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Nulidad Leg.195 Aos 1746 - 1785, t.II, exp.17. Matrimonio de
blancos integrado por doa Isidora Zamudio y Juan Fermn Gordon, mdico, cfr. AAC. Causas matrimoniales,
Juicios de Nulidad, Leg. 199,Aos 1800 - 1802,t.VI, exp.5. El espaol Ignacio de la Torre era acusado de
bigamia por haber contrado matrimonio en primeras nupcias con la espaola Margarita Bustamante y en
segundas nupcias con otra mujer identificada como espaola, Ana Mara Jaimes: AAC. Causas matrimoniales,
Juicios de Nulidad Leg.194 Aos1688-1745, t.1, exp.10. Otro ejemplo de individuo blanco constituye el del
penisnular inmigrante en busca de fortunaJuan Jos Bitar, natural de Matarol en Catalua AAC. Causas
matrimoniales, Juicios de Nulidad Leg. 199, Aos 1800 - 1802,t.VI, exp.3. Mariano Olmos y Mara del Seor
Castillo Bustos eran identificados como blancos del Totoral, cfr. AAC. Causas matrimoniales, Juicios de
Nulidad Leg. 202, Aos 1815 - 1825, t.IX, exp.4.; Bernardo de la Llera, natural de las Montaas de Asturias,
casado en secreto con Isabel Moyano, alias la Mangacha constituye otro ejemplo de blanco comerciante de
mediana condicin individualizado en un juicio de nulidad matrimonial,cfr. AAC. Causas matrimoniales, Juicios
de Nulidad Leg. 199,Aos 1800-1802, t.VI,exp.8
En otra causa un capitn
se reconoca hijo legtimo del Maestre de Campo, Don Juan Solorzano - segn
su esposa, su marido y padre de l eran personas muy calificadas en sangre, se trataba de Antonio Solrzano,
natural y vecino de Crdoba, el hermano tambin perteneca a la institucin militar, la novia era Claudia Daz, en
una causa de nulidad donde se aduca no consumacin del matrimonio y aplicacin de violencia y miedo, la
causa permaneci inconclusa.; cfr. AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg.194, Aos 1688 -
1745,t.I,exp.15.
623
En el aspecto referido a la consideracin social del mestizo en el siglo XVII seguimos a RPODAS
ARDANAZ, D. (1973: 19 20) Ob. Cit.
254
tono burln a sus antecedentes indgenas resulta demostrativo de que el prejuicio racial
exista, aunque no era suficientemente fuerte como para desalentar en el europeo el inters por
la efectivizacin del casamiento. Ilustran lo expuesto los motivos expresados por Juana para
justificar su rechazo hacia el sevillano. Los mismos consistan en que se haba sentido
seriamente injuriada cuando el novio, durante las plticas haba hecho alusin a sus orgenes;
la joven explicaba el hecho de la siguiente manera: ...trayendo [el espaol] en las
conversaciones ser yo hija de una india pampa, y otras cosas yndignas, que por serlo no las
refiero...
624
. Tales dichos ponen de manifiesto la vergenza en relacin a su nacimiento
experimentada por una joven criada como blanca en crculos influyentes de la sociedad local.
Dentro del sector de individuos identificados como blancos en los procesos
625
se
encuentran varios casos de espaoles europeos los mismos se hallan detallados en notas-. No
resulta sorprendente la presencia de espaoles europeos en los mbitos judiciales por
cuestiones relacionadas con cuestiones matrimoniales. En efecto, se ha resaltado que el
casamiento con jvenes acomodadas de la sociedad local consista para stos una estrategia de
insercin en la regin y la posibilidad de concrecin de alianzas cooperativas con familias de
la comunidad donde se establecan. Sus casamientos adolecan no pocas veces de defectos
tales como la existencia de un casamiento anterior, frecuentemente en Espaa; de
impedimentos de consanguinidad y afinidad derivados de las redes familiares existentes entre
624
AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg.194, Aos 1688- 1745,t. 1,exp. 3.
625
Ejemplos de individuos pertenecientes al estrato blanco involucrados en juicios de nulidad matrimonial
constituyen: Jos Ges, natural de la ciudad de Metz, ducado de Lorena, Reino de Francia, habitante de La Rioja,
cfr. AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Nulidad Leg.195 Aos 1746 - 1785, t.II, exp.17. Matrimonio de
blancos integrado por doa Isidora Zamudio y Juan Fermn Gordon, mdico, cfr. AAC. Causas matrimoniales,
Juicios de Nulidad, Leg. 199,Aos 1800 - 1802,t.VI,exp.5. El espaol Ignacio de la Torre era acusado de
bigamia por haber contrado matrimonio en primeras nupcias con la espaola Margarita Bustamante y en
segundas nupcias con otra mujer identificada como espaola, Ana Mara Jaimes: AAC. Causas matrimoniales,
Juicios de Nulidad Leg.194 Aos1688-1745, t.1,exp.10. Otro ejemplo de individuo blanco constituye el del
penisnular inmigrante en busca de fortunaJuan Jos Bitar, natural de Matarol en Catalua AAC. Causas
matrimoniales, Juicios de Nulidad Leg. 199, Aos 1800 - 1802,t.VI,exp.3. Mariano Olmos y Mara del Seor
Castillo Bustos eran identificados como blancos del Totoral, cfr. AAC. Causas matrimoniales, Juicios de
Nulidad Leg. 202, Aos 1815 - 1825, t.IX, exp.4.; Bernardo de la Llera, natural de las Montaas de Asturias,
casado en secreto con Isabel Moyano, alias la Mangacha constituye otro ejemplo de blanco comerciante de
mediana condicin individualizado en un juicio de nulidad matrimonial,cfr. AAC. Causas matrimoniales, Juicios
de Nulidad Leg. 199,Aos 1800-1802, t.VI,exp.8; Juan Esteban Astrada, blanco quien cas con joven de sangre
hbrida, cfr. AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg.201, Aos 1811 - 1814, exp.10; En otra
causa un capitn
se reconoca hijo legtimo del Maestre de Campo, Don Juan Solorzano - segn su esposa
su marido y padre de l eran personas muy calificadas en sangre, se trataba de Antonio Solrzano, natural y
vecino de Crdoba, el hermano tambin perteneca a la institucin militar, la novia era Claudia Daz, en una
causa de nulidad donde se aduca no consumacin del matrimonio y aplicacin de violencia y miedo, la causa
permaneci inconclusa.; cfr. AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg.194, Aos 1688 -
1745,t.I,exp.15; Nicols Cuello, natural de Coquimbo, Chile, habitante en la doctrina de Beln, cfr. AAC. Causas
matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg.194, Aos 1688 -1745, t.1 exp.9; Petrona Gonzlez Taborda casada con
un pardo mulato, cfr. AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Nulidad Leg.200 Aos 1803 - 1810,t.VII,exp.s/n
entr.14 y15.; Victoriano Olmos, del Totoral, casado con una mujer de sangre hbrida, AAC. Causas
matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg. 202, Aos 1815 - 1825,t.IX, exp.4.
255
los espaoles recin llegados y los parientes de la novia ya establecidos en Amrica; tales
cuestiones que constituan motivos de seria prohibicin para la Iglesia llevaban a estos
individuos en ocasiones a celebrar sus casamientos en forma clandestina. Era ste otro de los
causales de nulidad del matrimonio que se planteaba cuando la autoridad eclesistica tomaba
conocimiento de los mismos
626
.
El anlisis de la condicin de la persona de los individuos que aparecen implicados
en juicios de nulidad, es posible afirmar que conformaban franca mayora las parejas
integradas por libres comprobndose la condicin de esclavo en slo cuatro casos
627
.
Con relacin al color puede decirse que se identificaron abundantes individuos de
sangre mezclada nombrados en los expedientes preferentemente como pardos
628
. Resulta de
franco inters remarcar la confusin existente en la sociedad en relacin a la identificacin
del origen racial de la persona evidenciada en las fuentes, especialmente cuando se trataba de
626
Sobre comportamientos matrimoniales de espaoles en Crdoba consultar GHIRARDI, M. M. (2001)
Formacin de la familia espaola en Amrica. Cambios y pervivencias. El caso de Crdoba en Centro de
investigaciones Facultad de Filosofa y Humanidades Universidad Nacional de Crdoba, Crdoba.
627
Se trata de los siguientes individuos de condicin esclava:1) Juana Gonzlez de Mena, parda mulata, natural
y a servicio en Jujuy, era esclava de Doa Mariana Gonzlez de Mena, identificada como hurfana , se trata de
un caso de error en la condicin de la persona, el novio era blanco y de condicin libre, llamado Francisco
Rodrguez, natural de Crdoba, la causa permaneci inconclusa; cfr. AAC. Causas matrimoniales, Juicios de
Nulidad, Leg.194, Ao 1688 -1745,t.1,exp. 5, f. 31.
2) Otro esclavo era Atanasio de la Cruz de veinticuatro aos, esclavo del convento de San Francisco, demandado
en un juicio de nulidad por defecto de forma cannica, casado el 11 de noviembre de 1787 con la parda libre
Mara de la Cruz Cabrera de 20 aos, natural de Crdoba; el matrimonio fue revalidado, cfr.: AAC. Causas
matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg.194, Ao 1688 -1745,t.1,exp. 5, f. 31.
Leg. 196 Aos 1786 - 1790, t.III, exp.3.
3) Jos ngel Espinosa, casado con Mara Lorenza Ulloa de Sumampa, jurisdiccin de Santiago del Estero en
un caso por defecto de consentimiento que culmin con la revalidacin de la unin, cfr. AAC. Causas
matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg. 196 Aos 1786 - 1790, t.II, exp.4.
4) Jos Domingo vila, pardo esclavo, residente en el partido de San Javier, casado en 1793 con Mara del
Trnsito Albornoz, en una causa por violencia en el consentimiento al contraer y cpula ilcita; la accin judicial
permaneci inconclusa.
628
Entre los individuos identificados como pardos involucrados en juicios de nulidad matrimonial pueden
mencionarse a modo de ejemplo: Juana Gonzalez de Mena, natural y a servicio en Jujuy, cfr. AAC, Causas
matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg.194, Ao 1688 -1745,t.1,exp. 5; Mara Petrona Quintero , natural del Ro
Segundo, cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad , Leg. 195 Aos 1746 - 1785, t.II, exp.13 ; Jos
Delgado, natural de Sumampa, habitante en el Ro Seco, cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad,
Leg . 196, Aos 1786 - 1790, t. III,exp.8; Mara de la Cruz Cabrera, natural de Crdoba, cfr. AAC, Causas
matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 196 Aos 1786 - 1790, t.III, exp.3; la pareja integrada por Victoriana
Moyano y Francisco Ayala, pardos ambos, naturales y vecinos de Crdoba, cfr. AAC, Causas matrimoniales,
Juicios de nulidad, Leg. 198, Aos 1795 - 1799,t.V,exp.2; Jos Gregorio Medina Alfonso, vecino del Curato de
Santa Rosa, cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad , Leg. 201, Aos 1811 - 1814, tomo VIII, exp.4;
Santiago Saavedra Cabrera, natural y vecino de Capilla del Rosario en Santa Rosa, cfr. AAC, Causas
matrimoniales, Juicios de nulidad , Leg.200, Aos 1803 - 1810, t.VII, exp.17; Jos Domingo vila residente en
San Javier,cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad Leg. 200, Aos 1803 - 1810, t.VII, exp.5; Manuel
Rodrguez Quinteros, natural y vecino de la Capilla del Rosario, cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de
nulidad, Leg.200 Aos 1803 - 1810, t.VII, exp.s/n entr.14 y 15; Felipe Santiago Quintero, cfr. AAC, Causas
matrimoniales, Juicios de nulidad, leg.201, t. VIII, Aos 1811 1814, exp.13; Jos Toms Cabrera Argello,
natural y vecino de Crdoba, cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg.202, Aos 1815 - 1825,
t.IX exp.3; Juan Felipe Saavedra de la parroquia de Soconcho, cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de
nulidad, Leg.202, Aos 1815 - 1825, t. IX, exp.19.
256
individuos que pertenecan a sub-tipos tnicos, lo cual es indicativo del intenso proceso de
mestizaje operado y de que no existira en la prctica en muchos casos rasgos diferenciales
marcados que distinguiesen ntidamente a un grupo de otro por la simple apariencia
dificultando una fcil identificacin social y tnica de esta poblacin entre los mismos
contemporneos. Ejemplificador al respecto constituye el caso de Manuel Rodrguez
Quintero, en una causa iniciada en el ao 1810, quien en el expediente de nulidad recibe
alternativamente la denominacin de pardo y mulato
629
. Del mismo modo en otro proceso
comenzado a comienzos del siglo XVIII, caratulado como de nulidad por error en la
condicin de la persona, el cordobs Francisco Rodrguez, blanco, expresaba haber
experimentado una fuerte confusin respecto de Juana, esclava de Doa Mariana Gonzlez
de Mena, a quien tom por mestiza, siendo sta mulata. A los fines de justificar su error ante
el tribunal eclesistico solicitaba se interrogase a los testigos sobre la fisonoma de sta
630
.
Asimismo, en otro expediente se advierte incluso la dificultad en diferenciar una mulata de
una india. En efecto, presentndose ante la casa del espaol Don Pedro Bazan el notario
mayor de cmara y cabildo eclesistico explicaba haber sido recibido por una criada del
aludido peninsular, al parecer mulata o india en el ao 1769
631
.
Se comprueba el prejuicio observado en relacin al componente tnico de la persona
en cuanto a la tacha para testimoniar que el ingrediente racial implicaba, argumento
utilizado segn el inters de las partes para mermar la credibilidad de la veracidad de los
dichos de un testigo, as por ejemplo en un caso de nulidad por afinidad el demandado
exclamaba en su escrito:
... y que muger es esta Seor, que depone el dicho impedimento?
Una vieja de sesenta aos, mestiza o india, que por muchos aos
vivi como se sabe con Don Valeriano Albornoz...
632
.
Tanto el sexo, como la edad as como un comportamiento moral dudoso segn la
moralidad ortodoxa, podan constituir argumentos a los fines de desacreditar la voz de un
testigo, segn la conveniencia y necesidad.
Aunque escasos, se constata la presencia de individuos de raza india cuyos
casamientos sufrieron cuestionamientos sobre su validez en los expedientes de nulidad
633
.
629
Cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg.200, Aos 1803 - 1810, t.VII,exp.s/n entr.14 y 15.
630
Cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg.194, Ao 1688 -1745, t.1,exp. 5.
631
Cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 5, f. 16.
632
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 1, f. 11.
633
Domiciano Monsalve del pueblo de La Toma, cfr. Leg. 195 Aos 1746 - 1785, t.II, exp.13 de la pareja
integrada por Vicente Silpituela natural de Maligasta, jurisdiccin de La Rioja y Teodora Casiba de la misma
jurisdiccin, Leg. 202, Aos 1815 - 1825, tomo IX, exp.7.
257
Entre los oficios y profesiones desempeados por los individuos implicados en los
procesos de nulidad se cuentan los de zapatero, carpintero, relojero, comerciante, mdico y
cirujano de la Real Armada de Su Majestad, militares con grados de capitn y soldado raso.
Constituan franca mayora los individuos que reconocan no saber firmar.
Se ha calculado el promedio de edades de los contrayentes observamos, en base a los
datos disponibles que en los varones el mismo era de 27.9 aos ligeramente superior aunque
muy similar a la edad media a las primeras nupcias de los varones en Crdoba a fines del
siglo XVIII establecida en 27.1 aos; en el caso de las mujeres el promedio que surge es de
24.4 aos, bastante ms elevada que la media al primer casamiento segn el recuento de
poblacin de 1778, es posible que la edad observada en algunos casos de contrayentes en
segundas nupcias
634
contribuya a elevar dichos promedios.
Tiempo de duracin del matrimonio hasta el inicio de la causa por nulidad
A diferencia de lo que ocurra en los casos de separacin de cuerpos como se ver-
en donde el recurso ante la justicia para solicitar la separacin era en muchas veces el
resultado de toda una experiencia de vida en matrimonio y derivada de la convivencia, siendo
en general uno de los cnyuges el que, en el afn por recuperar la libertad, acuda a los
tribunales; en los casos en donde se planteaba la nulidad de la unin, la denuncia sobre
alguna irregularidad relacionada con el casamiento sola efectuarse en fecha muy prxima a la
realizacin de la boda proviniendo la iniciativa en no pocos casos del exterior de la pareja.
Disponemos de informacin acerca de ambas fechas, la de matrimonio y la de inicio de la
causa de nulidad en un 44.8 % de los casos. En un 36.7 % de stos el tiempo transcurrido
entre el momento del casamiento y el del comienzo de la causa de nulidad era inferior a un
mes pudiendo haberse iniciado el mismo da
635
o al siguiente del casamiento
636
.
634
Ejemplos de viudas que contraen matrimonio en segundas nupcias segn expedientes de nulidad: Mara del
Pilar Borquez de 25 aos cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II,
exp. 14; Mercedes Rodrguez Gmez de 28 aos, cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 201,
leg.201, t. VIII, Aos 1811 1814, exp. 10.
635
Un ejemplo constituye el de el Dr. Jos Moyano y Cabrera, cura interino de la Catedral quien denunci a su
prima Antonia Moyano , perteneciente a las principales familias de la ciudady al limeo Mariano Vazquez de
casarse por sorpresa iniciandose la causa el mismo da del casamiento, el 4 de diciembre de 1770 cfr. AAC,
Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg . 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 7.
636
Un ejemplo constituye el del indio del pueblo de La Toma, Domiciano Monsalve, quien cas el 1 de
noviembre de 1775 con Petrona Quintero, quien fue denunciada por bigamia en los tribunales eclesisticos al
da siguiente del casamiento por un vecino de Crdoba llamado Francisco Fernndez. El cacique de La Toma
Don Jos Antonio Deiqui prest fianza para que se pusiera en libertad al hombre a a fin de que en tal situacin
pudiera probar que su mujer estaba en condiciones de contraer nupcias. Existen constancias de que la causa se
prolong varios aos, hasta 1778 pero permaneci inconclusa, cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de
258
Los tpicos casos denunciados con expresa premura eran, por ejemplo aqullos de
matrimonios realizados por sorpresa, en los que la acusacin era efectuada en general por
los mismos curas que haban participado del episodio existiendo en ellos urgencia por
deslindar responsabilidades, ya que se trataba de una falta muy seria a la responsabilidad del
ministerio sacerdotal pues implicaba una violacin de las normativas establecidas por el
Derecho Cannico del matrimonio, por lo cual la denuncia se efectuaba inmediatamente o a
las pocas horas de transcurrido el hecho.
Tambin poda darse el caso de que la cuestin acerca de la nulidad de una unin se
plantease habiendo transcurrido varios meses o incluso aos despus del enlace. El tiempo
mximo observado desde la celebracin de la boda hasta la iniciacin de la causa de nulidad
se ha establecido, segn los datos disponibles, en los once aos despus del casamiento. Se
trataba de un matrimonio realizado por la fuerza que ejercieron las autoridades en una pareja
descubierta in fraganti cpula ilcita segn la esposa denunciante. Producido el casamiento,
el hombre la haba devuelto a su madre yndose para San Juan sin querer reconocer el
matrimonio como cierto. Posiblemente la joven deseaba contraer nuevas nupcias con otra
persona al momento de presentar el recurso de nulidad, de all su inters en asegurarse de que
la unin anterior fuera considerada nula
637
.
Es posible que en los casos en que uno de los cnyuge sacaba a relucir algn
impedimento existente con su misma pareja, planteando la invalidez de su matrimonio tiempo
despus del casamiento, la intencin consistiese en la voluntad de liberarse de una unin
indeseada para poder contraer nuevo enlace. Tambin poda ocurrir que uno de los cnyuges
nulidad, Leg . 195, Aos 1746 1785, exp. 13. Otro ejemplo de causa de nulidad iniciada al da siguiente del
casamiento constituye la denunciada por el cura rector de la Iglesia Catedral , Dr. Jos Tristn quien acus a la
pareja integrada por el comerciante asturiano Bernardo de la Llera e Isabel Moyano, alias la Mangachanatural
y vecina de Crdoba, de haberse casado por sorpresa, el 15 de julio de 1802 inicindose la accin judicial al
da siguiente de la boda, la causa concluy en mayo de 1803 con la separacin temporal de los contrayentes: cfr
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 199, Aos 1800 1802, t. VI, exp. 8.
637
Se trata del caso de Mara del Trnsito Albornoz, del valle de Traslasierra La denunciante era madre de la
esposa quien expresaba: "...hace tiempo de diez aos a que el cura y vicario de aquel partido, Dr. Don
Domingo Coarasa, violentamente cas a una hija ma llamada Mara del Trnsito Albornoz; la esposa por su
parte afirmaba que su matrimonio haba sido contrado quince o diecisiete aos antes por "...fuerza que nos hizo
el cura y vicario que fue del Beneficio de Pocho, Dr. Don Domingo Ignacio Coarasa, con pena aflictiva de
azotes, segn y como consta de dicha sumaria". Segn el expediente consultado, la pareja habra sido encontrada
acostada en un cuartito, los entregaron al juez, quien a su vez los entreg al cura , ste los llev al Rollo e hizo
colgar al hombre al tiempo que le preguntaba si se quera casar con la dicha mujer y Avila se neg. Despus por
miedo acept. Tras los hechos acaecidos El acusado haba devuelto a la pretendida novia su madre partiendo
para San Juan, sin querer casarse con ella: cfr.: AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 200, Aos
1803 1810, t.VII, exp. 5.
259
hubiese ignorado de buena f alguna relacin inadecuada de su cnyuge con otra persona, y
al enterarse reaccionase violentamente solicitando la nulidad del matrimonio
638
.
En los casos de bigamia poda suceder que transcurriesen lapsos prolongados hasta que
se descubriese la doble o triple unin. Era posible que por casualidad, personas que hubiesen
conocido un matrimonio anterior de un individuo, efectuado mientras resida en otro lugar, -
quizs incluso con identidad diferente-, fueran identificadas en otra provincia o regin y al
advertir la situacin fuesen objeto de una denuncia; sin embargo podan transcurrir aos hasta
que ello sucediese y es de suponer, teniendo en cuenta las grandes distancias y la incesante
movilidad de ciertos individuos, que no pocas veces dichas situaciones no seran descubiertas
nunca.
Anlisis del resultado de las causas de nulidad
Como puede observarse en el grfico N 9, al igual que lo que suceda en los juicios de
divorcio quoad thorum entablados ante el tribunal eclesistico de Crdoba -como se ver ms
adelante- es el peso de las causas inconclusas el que prevalece en detrimento de otros
resultados. Atribumos, entre otras, a una sobrecarga de funciones eclesisticas especialmente
la elevada proporcin de causas sin resolucin.
Grfico N 9
Resultado de las Causas de Nulidad
1688 - 1850
Resultado de las Causas de Nulidad
Matrimonial Perodo 1688 - 1850
62%
25%
10%
3%
inconclusas
revalidacione
s
nulidades
Separacin
temporal
638
Un ejemplo constituye el de la accin iniciada en 1834 por Mara de la Cruz Ros, de Villa del Rosario quien
accion contra Jos Bazualdo (sic), su marido. La esposa solicit el divorcio al enterarse que el cnyuge haba
tenido comercio carnal con la hermana de ella. A pesar de los intentos de la Curia por revalidar el casamiento la
mujer se opuso: cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de nulidad, Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 29.
260
En casos en los cuales se planteaba la legitimidad del lazo matrimonial, no es posible
atribuir el elevado nmero de cuestiones no resueltas a arreglos extra-judiciales como es
factible pensar para otro tipo de pleitos. Factores ligados a deficiencias en el funcionamiento
judicial pareceran explicar estos resultados. Es de destacar por otra parte, la influencia
negativa que deban deducirse de situaciones ambiguas en las cuales, cuestionado el vnculo
matrimonial por defecto de forma o fondo, no exista resolucin. Es posible imaginar que
dicho fenmeno favorecera la tendencia transgresora observada en ciertos comportamientos.
Si bien la interrupcin de los procesos es observable para todo el perodo, se destaca la
incidencia negativa de la marcha de los acontecimientos poltico militares a partir de 1810.
Es de presumir que un clima de progresiva democratizacin debi favorecer la iniciativa de
los particulares en sus solicitudes ante la justicia, sin embargo el curso de las guerras por la
emancipacin y posteriores luchas civiles entorpeceran el normal funcionamiento de los
tribunales judiciales
639
.
Encontramos frecuentes ejemplos de causas sin resolver en juicios en donde se
diriman recursos de nulidad: casos de bigamia, impedimentos por afinidad y consanguinidad,
de defecto de forma cannica, matrimonios efectuados por sorpresa, casos de impotencia
sexual; uniones celebradas bajo el imperio de la fuerza y el miedo.
La consulta de los expedientes de nulidad pone de manifiesto, en lneas generales, una
acentuada voluntad de la Iglesia por revalidar uniones cuestionadas debido, entre otras causas,
a transgresiones a las normas cannicas del matrimonio. Fundaba esta iniciativa la
preocupacin por reencauzar la vida espiritual de los contrayentes a travs de la legitimacin
de los casamientos cuando esto era posible, as como el esmero por cobijar a los hijos nacidos
de esas relaciones normalizando situaciones de manifiesta irregularidad. A travs del
otorgamiento de dispensas y convalidaciones de los casamientos en los casos de impedimento
por afinidad y consanguinidad se tendi a subsanar cuestiones originadas en uniones
defectuosas
640
.
639
Cfr. Leg. 202, Aos 1815 - 1825, t.IX, exp.6. En dicho expediente existen menciones a la guerra contra
Espaa y sus implicancias en el normal desarrollo del ejercicio judicial.
640
Ejemplos de causas de nulidad matrimonial por consanguinidad y afinidad revalidadas constituyen: un caso
en que el marido haba tenido relaciones previas al casamiento con una prima hermana de la esposa, una mestiza
cuyo lazo sanguneo era aparentemente ignorado por el cnyuge; a pesar de existir dos recursos de apelacin
ante el Metropolitano de La Plata accionados por la esposa, el casamiento fue revalidado; debe tenerse en cuenta
que la unin contaba con ms de cinco aos de efectuada: cfr. Leg.195 Aos 1746 - 1785, t.II, exp.1. Otro caso
constituye el correspondiente a una denuncia del cura y vicario del Ro Seco contra Jos Delgado y Manuela
Ulloa en el ao 1790 por afinidad causada por cpula ilcita en segundo grado: Leg. 196, Aos 1786 - 1790,t.
III, exp.8. Otro caso de revalidacin en una causa de afinidad constituye un exp. de 109 fojas en original, causa
por afinidad en 1 grado por cpula ilcita (con hermana de la esposa) el Obispo concedi la dispensa y mand
convalidar el matrimonio: Leg.198 Aos 1795 - 1799, t.V, exp.7. Otra causa por consanguinidad revalidada
261
Algunos casos de nulidad originados en matrimonios que presentaban defectos de
forma cannica fueron resueltos contemplando la situacin de los contrayentes, vctimas en
ocasiones, como se ha explicado, del complejo mecanismo de jurisdicciones y habilitaciones
establecidas por la burocracia eclesistica. Cuando los novios, a sabiendas de que existan
obstculos que impedan su casamiento en la parroquia de origen, acudan a otros lugares a
efectuarlos no contemplaban que con tal proceder el matrimonio carecera de legalidad de
acuerdo a la normativa de la Iglesia y que sera menester ms tarde gestionar la revlida ante
las autoridades a fin de que el mismo gozase de validez
641
.
En general se propendi tambin a la convalidacin de casamientos efectuados por
sorpresa, que no cumplan con los correspondientes requisitos de publicidad consistentes en
bandos y proclamas exigidos por la Iglesia. Los mismos eran considerados casos
criminales,y, a diferencia de los casamientos de hijos menores celebrados sin el
consentimiento de los padres los cuales, aunque prohibidos eran tenidos por vlidos, la
Iglesia consideraba nulos y sin valor a aqullos celebrados sin los requisitos de publicidad, y
testigos exigidos
642
.
Si bien la mayora de las causas por bigamia permanecieron inconclusas, un caso en el
cual era una mujer la acusada de doble matrimonio fue revalidado
643
. Se cuenta adems con
constituye un recurso por nulidad y amancebamiento en 1813. En la pareja exista impedimento de
consanguinidad en tercer grado y afinidad en cuarto grado por ser el novio consanguneo del marido difunto de
la mujer. El 13 de marzo de 1816 se revalid el matrimonio por el Vicario, se conden a la pareja a penitencia
de ayuno el 3viernes a pan y agua Leg.201, Aos 1811 - 1814, exp.10.
641
Ejemplos de casos de nulidad por defecto de forma cannica revalidados: Un caso frecuente era el de los
feligreses que se casaban en parroquia ajena a la propia, algunos de quienes incurran en ese delito eran
individuos marginales, sin residencia fija que deambulaban por distintos parajes con algn animal de cuyo trajn
vivan, tal el caso de Baltasar de Torres quien entabl demanda contra el cura de San Blas de los Sauces en La
Rioja, por no pertenecer ninguno de los contrayentes al Partido donde los haba casado, cfr. Leg.194 Aos 1688 -
1745, t.I, exp. 12. En un caso de pareja casada sin debida habilitacin en que se duda si existi efectivo
matrimonio se revalid el matrimonio para evitar la ruina espiritual de los contrayentes : se trataba del esclavo
del convento de San Francisco Atanasio de la Cruz y de la parda Mara de la Cruz Cabrera, cfr. Leg. 196 Aos
1786 - 1790, t.III, exp.3. En otro caso en La Rioja la pareja acudi a lugar distinto de la parroquia de residencia
debido a que el prroco propio les negaba el casamiento por notoria desigualdad de sangre y disenso paterno,
acudiendo al Visitador, ste les convalid el casamiento: se trataba de la esclava Cornelia Ocampo, de Anguinan,
Famatina y de Ramn Daz de Soria, vecino del valle de Capayn, cfr. Leg. 198,Aos 1795 - 1799,t.V,exp.4.
Otra pareja de Mogigasta, Pocho casada por el cura de San Javier sin jurisdiccin debi convalidar su unin ante
el cura y vicario de Pocho, se trataba de Manuel Barrios y Calixta Cejas, del curato de Pocho, curato:Leg.199,
Aos 1800 -1802,t.VI,exp.7. Otro caso de matrimonio ante prroco extrao constituye el de una pareja de Ro IV
que fue a casarse a Ro III Abajo en el Fraylemuerto, se trataba de Luciano Carranza Abaca Caldern y Mara
Benavidez Salazar: Leg.201, Aos 1811 - 1814, t.VIII, exp. 9.
642
Un ejemplo constituye un caso de matrimonio clandestino realizado con oposicin de los padres el cual
contaba adems con defectos de forma por no haber sido celebrado en la parroquia en donde los novios eran
feligreses. En el mismo la Iglesia procedi a la revalidacin ad cautelam. La pareja estaba integrada por
jvenes del Chaar del Ro Seco , ellos eran Andrs Maldonado y Mara Bustamante: cfr. Leg.201, Aos 1811 -
1814, t. VIII, exp. 8. Otro caso de revalidacin de matrimonio celebrado clandestinamente puede consultarse en :
Leg.202, Aos 1815 - 1825, t. IX exp.3.
643
Se trata del caso de Mara del Trnsito Montenegro e Islas, nacida en el curato del Ro Seco, vctima de una
atribulada existencia, cfr. en Leg. 201 Aos,1811 - 1814, t.VIII, exp.17.
262
un ejemplo de solicitud de nulidad de casamiento efectuado bajo supuesta aplicacin de
violencia en el que se resolvi tambin revalidar la unin
644
; el matrimonio haba sido
aparentemente consumado. Ello supuso unir a un esclavo cuyo amo era precisamente un
cura- con una mujer libre bajo la abierta oposicin de la madre de sta, quien ya haba
padecido en carne propia las miserias de estar unida a perpetuidad a un hombre en situacin
de servidumbre, pues se encontraba casada con un hermano del individuo con quien se casara
su hija. Una vez desposada la joven con el esclavo y tambin al servicio del mismo amo como
lavandera, ste se aseguraba nueva mano de obra sujeta a l aunque supuestamente en
condicin de libre.
La violacin de los impedimentos dirimentes afectaba la validez del matrimonio. Eran
stos: error en la persona, error en la condicin o calidad de la persona si una era libre y la
otra esclava, el orden sagrado, la consanguinidad, la afinidad, el culto distinto, el voto
solemne, el crimen en el adulterio, defecto de consentimiento, la poligamia, la impotencia, la
falta de licencia del ordinario, el rapto, la edad
645
.
En un 10% de las causas analizadas los casamientos fueron declarados nulos. Fueron
stos referidos a la legitimidad del casamiento como la violencia y el miedo e involucraban
vicios de consentimiento; otros se relacionaban con el aspecto sacramental de la unin como
los delitos de bigamia, el parentesco y los defectuosos en el aspecto formal.
La resolucin de los casos donde exista acusacin de matrimonio doble implicaba
establecer, investigacin mediante, cul de las uniones celebradas era considerada vlida,
declarando nula aqulla defectuosa. La invalidacin no siempre recaa en el ltimo
matrimonio efectuado. Poda suceder que se descubriese la ilegitimidad de unas primeras
nupcias en cuyo caso la persona quedaba en libertad para contraer dado que se consideraba
que la unin no haba existido; si se descubra que el cnyuge anterior haba muerto la
segunda boda poda ser susceptible de revalidacin. De los siete procesos de nulidad
disponibles que finalizaron con ese resultado, tres correspondan a casos de bigamia: un
pardo casado en la jurisdiccin de Mendoza volvi a contraer matrimonio con una esclava
pretendidamente como soltero, su segunda unin fue anulada
646
. Tambin se declar nulo el
segundo casamiento de Manuel Trillo, oriundo de la Banda Oriental
647
. Por el contrario, a la
india Teodora Casiba se le declar nulo en 1817 su primer casamiento con Vicente Silpituela
644
Se trata de la demanda presentada por Doa Mara Lorenza Ulloa por haber sido casada con violencia por el
cura y vicario Ministro Don Juan Jos Espinosa con su esclavo Jos ngel en el ao 1787: cfr. Leg. 196, Aos
1786 1790, t. III, exp. 4.
645
En el enunciado de los catorce impedimentos dirimentes seguimos a MOLINA, R. (1992:120) Ob. Cit.
646
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg.201, Aos 1811 1814, Tomo VIII, exp.13.
647
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg.202, Aos 1815 - 1825, Tomo IX, exp. 33.
263
por existencia de impedimento de afinidad en segundo grado al que se le sum defecto de
consentimiento por violencia ejercida por la madre. El Obispo Orellana en su visita a La Rioja
declar la nulidad., con ello la mujer fue tenida por libre y dictndose orden al cura de Punilla
para que realizara el nuevo casamiento que ella pretenda
648
.
La violencia y el miedo inducida a mujeres aparece como otro factor determinante de
varios casos de nulidad estudiados: tal el de la parda Victoriana Moyano, en el departamento
Anejos que fuera forzada para que accediese a dar su consentimiento matrimonial a Francisco
Ayala, tambin pardo. Importa destacar que en este caso no haba existido consumacin
649
.
Juana de Cabrera, mestiza violentada a instancias de su padre y de su to, ste ltimo alcalde
provincial, en un casamiento realizado en el ao 1696 en la Lagunilla, en la estancia de los
Cabrera prxima a Alta Gracia, el cual adoleca adems de defecto de forma cannica por ser
realizada ante prroco extrao al de los novios habitantes del Ro IV, obtuvo la sentencia que
estableca la nulidad del casamiento el 7 de enero de 1700. Como en el anterior, en ste
tampoco habra existido consumacin del matrimonio
650
. Otro testimonio de mujer casada
bajo amenaza es el de Juana de la Masa, hija natural del Maestre de Campo Marcos de la
Masa, natural y vecina de la Doctrina de Beln en Catamarca. Habindose iniciado la causa en
1726, la sentencia estableciendo la nulidad del casamiento fue dictada en 1731, cinco aos
despus del casamiento
651
.
Se identific un caso de matrimonio anulado en 1796 por impedimento dirimente de
afinidad en primer grado no dispensado en una pareja de Tulumba denunciada por el cura y
vicario del partido de Guaysacate, la sentencia se dict nueve meses despus de iniciada la
causa. De las actuaciones surgi acusacin contra la novia de haber mantenido comercio
carnal con el padre del contrayente as como con un hermano de ste; al mismo tiempo, el
varn habra incurrido en cpula ilcita con la hermana de la esposa
652
.
La separacin temporal de los cnyuges fue establecida en dos casos para una pareja
habitante de la ciudad de Crdoba que haba realizado la celebracin de su matrimonio
sorpresivamente, el tiempo se estipul en ocho meses, la mujer recluda en un monasterio, el
varn colaborando en el hospital de varones y teniendo por crcel la ciudad
653
. Cabe suponer
que la determinacin de una separacin temporal conllevaba la convalidacin implcita de la
648
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg. 202, Aos 1815 - 1825, tomo IX, exp.7.
649
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg. 198, Aos 1795 1799, Tomo V, exp. 2. La sentencia
corresponda al ao 1796.
650
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg.194, Aos 1688- 1745, t.1, exp.3.
651
Leg.194, Aos 1688 -1745, t.1 exp. 9.
652
Leg. 198, Aos 1795 - 1799, t.V,exp. 3
653
Leg. 199, Aos 1800-1802, t.VI,exp. 8.
264
unin; cumplida la pena la pareja estara en libertad de reunirse nuevamente. Tambin se
determin la distanciacin en otro caso de difcil definicin en donde habran existido fallas
en el consentimiento: la mujer afirmaba que slo haba aceptado casarse para liberarse de su
padrastro; el marido solicitaba la nulidad del casamiento que se haba realizado alrededor de
cincuenta das atrs, se aclaraba que no haba existido consumacin del matrimonio. El
criterio del tribunal eclesistico fue establecer separacin por tiempo indeterminado
654
.
Duracin de las causas de nulidad. Recursos de apelacin a la sentencia
Resulta de inters considerar cul era el tiempo aproximado de duracin de una causa
de nulidad en la jurisdiccin del Obispado de Crdoba en el perodo estudiado. A fin de
establecerlo se consider el espacio temporal comprendido entre la fecha de iniciacin del
juicio y la correspondiente a la de la sentencia o, en su defecto, en caso de tratarse de una
causa incompleta, se tom como referencia la fecha de la ltima accin judicial registrada
antes de que la causa quedase interrumpida.
El tiempo de duracin promedio de las causas de nulidad segn los datos
disponibles
655
se estableci en los ocho meses y medio. La extensin temporal mnima de
resolucin rond en un lapso inferior a una semana tres o cuatro das-. Como duracin
mxima de los procesos se identific un proceso de cinco aos de extensin. Habida cuenta
de que los casos de nulidad implicaban cuestiones muy delicadas tanto como determinar en
una matrimonio si el mismo era o no vlido- se entiende que el desempeo de la justicia era
bastante lento y la eficacia de funcionamiento del aparato judicial moderada, sobre todo
teniendo en cuenta el elevado porcentaje de causas sin resolver 62 % aproximadamente,
segn se ha visto-. Debe tenerse en cuenta adems que en no pocos casos uno o ambos
contrayentes permanecan encarcelados, mantenidos a su costa cuando se entenda que haban
cometido un delito -ejemplo constituyen las cuestiones de individuos incursos en bigamia,
matrimonios clandestinos, etc.- hasta la resolucin del juicio. Para no pocos incriminados en
una causa, estar disponibles a fin de responder a los requerimientos de la justicia implicaba la
parcial o total paralizacin de las actividades de subsistencia, lo cual se agravaba sobre todo
si se trataba de individuos que vivan de su trabajo personal y residan fuera de la ciudad o en
otras provincias. Por otra parte, cuando las causas se prolongaban, las costas procesales se
654
La pareja era habitante del Ro 3 Arriba: cfr. Leg. 203, Aos 1826 - 1849, t.X, exp. 36.
655
Los clculos fueron realizados en base a un 56.8 % de los casos sobre el total de jucios de nulidad en los
cuales se posea informacin exacta de da mes y ao de iniciacin y de finalizacin de la causa y/o fecha de la
ltims actuacin. El reducido universo de observacin lleva a insistir una vez ms en la cautela con que deben
ser tomados los valores relativos manejados, los cuales son presentados como aproximativos.
265
incrementaban. En este contexto puede decirse que la afirmacin de Solrzano Pereyra en
torno a la eternidad de los juicios eclesisticos hallara cabida en las querellas por nulidad.
Cabe preguntarse, en base al anlisis de algunos ejemplos, a qu tipo de causales
correspondan los procesos ms prolongados y a cules los de menor duracin. En ese sentido
se observ que la ms larga cinco aos- correspondi a un proceso de nulidad del ao 1826
entablado por una contrayente por defectos de consentimiento en la consagracin de la unin,
la causa culmin con la nulidad del matrimonio de Juana de la Masa y Nicols Cuello, ambos
habitantes de Beln, en Catamarca; en el expediente qued constancia de que el Obispo Juan
de Sarricolea ejecut la sentencia al da siguiente de ser dictada
656
.
Otra causa prolongada dos aos y siete meses de duracin- obedeci a una cuestin
por impedimento de consanguinidad en tercer grado y afinidad en cuarto grado por ser el
novio consanguneo del difunto marido de la mujer y pariente de sangre de la novia. La
causa, que haba sido iniciada el primero de agosto de 1813 ante la justicia eclesistica pas
luego al Alcalde de primer voto para que los reos fueran conducidos a sus expensas a la Real
Crcel de la ciudad concluyendo finalmente con la revalidacin de la unin
657
. Otra de las
causas de nulidad ms largas conocida dos aos y siete meses de duracin- corresponde a
una cuestin de poligamia de una mujer a la que se le imputaban tres matrimonios sin certeza
de fallecimiento de los maridos anteriores a la ltima unin, se trataba de la parda Mara
Petrona Quintero, natural del Ro Segundo, la causa permaneci inconclusa
658
.
Entre los casos ms breves puede sealarse por ejemplo uno que dur cuatro das y
que se inici por defecto de forma cannica
659
; la misma culmin en la revalidacin del
casamiento; cabe sealar que en dicha causa fueron los mismos contrayentes quienes
iniciaron la demanda contra el prroco extrao que haba celebrado el casamiento lo cual
indica el inters de los mismos en la pronta resolucin del trmite de convalidacin del
enlace, lo que debi influir en su rpida solucin. Se trataba de Baltasar de Torres, quien se
identificaba como de ocupacin comerciante, reputado de vago, sin domicilio fijo, natural y
habitante en La Rioja, quien entabl querella contra el cura de San Blas de los Sauces, La
Rioja. La causa se inici el 26 de agosto y finaliz el 30 del mismo mes del ao 1736.
656
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg. 194, Aos 1688 1745, t. I, exp. 9.
657
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg.201, Aos 1811 - 1814,t. VIII, exp.10. Los
contrayentes eran Juan Esteban Astrada, de Copacabana en el curato de Ischiln y Mercedes Rodrguez, viuda de
Jos Antonio Bracamonte, hija legtima de Juan Rodrguez, difunto, y de Catalina Astrada.
658
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg. 195 Aos 1746 - 1785, t.II, exp.13
659
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad , Leg.194 Aos 1688 - 1745, t.1, exp. 12.
266
Otra causa originada en San Roque, Paraje del Totoral, curato de la Punilla de relativa
escasa duracin
660
-se resolvi dentro de los treinta das desde su iniciacin- se relaciona con
una cuestin de nulidad matrimonial por impedimento doble de consanguinidad en cuarto
grado lateral existente en la pareja. Los individuos se hallaban casados haca ms de un ao
cuando se efectu la denuncia annima. El matrimonio entre Victoriano Olmos y Mara del
Seor Castillo Bustos se habra efectuado a comienzos de junio de 1815
661
, la causa se inici
el primero de julio de 1816 y la sentencia fue dictada el primero de agosto del mismo ao;
para la Iglesia vivan en amancebamiento, pero en consideracin de que ya haban consumado
el matrimonio y tenan hijos, se dispens el impedimento y se los absolvi para que viviesen
cristianamente, revalidndoseles la unin.
No se ha constatado una relacin evidente entre el ao de iniciacin de la causa y el
tiempo de substanciacin de la misma, registrndose variada duracin durante todo el perodo
de estudio. Del mismo modo tampoco se han percibido diferencias por la pertenencia de los
implicados a un determinado grupo social.
Segn los datos disponibles, solamente en dos procesos se recurri a la apelacin de la
sentencia. Fueron dos recursos presentados por representantes del sexo femenino En una
causa por impedimento de afinidad por incursin en cpula ilcita en segundo grado puro, la
esposa accion a travs de su madre quien intervino como su representante legal
interponiendo un recurso de nulidad despus de seis aos de casada la pareja de cuya unin
haba nacido un hijo. Aparentemente entre ambos cnyuges surgi un grave conflicto al
expresar el marido su pretensin de trasladarse con su familia a Mendoza de donde l era
natural, negndose la mujer a seguirle. El demandado expresaba que haba "...estado en
legtima y pacfica posesin de mi matrimonio por espacio de seis aos...
662
. La sentencia
del juez eclesistico resolvi la revalidacin del enlace que se haba efectuado el veinticinco
de diciembre de 1740, habindose iniciado la causa el dos de septiembre de 1746. El 15 de
noviembre de ese ao la accionante apel la negativa de nulidad ante el Metropolitano de La
Plata, el mismo da el Provisor concedi la apelacin pero solo en cuanto "al efecto devolutivo
y no en cuanto al efecto suspensivo"
663
. Se present nueva apelacin ante el dicho
Metropolitano; en caso de que se denegase la misma se aclaraba que se solicitaba
interposicin del recurso de fuerza ante la Real Audiencia de Charcas. Obsrvese como se
660
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad , Leg. 202, Aos 1815 - 1825, t.IX, exp.4.
661
La fecha del matrimonio es estimativa, deducida de los datos del expediente.
662
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad , Leg. 195 Aos 1746 - 1785, t.II. exp.1, f. 23, 23 vto, 28,
29 vto. Se trataba del matrimonio integrada por Isabel Martnez, natural y vecina de Crdoba y Manuel Romero,
natural de Santa F y vecino de Crdoba, cfr. f. 6.
663
Ibdem.
267
intent accin tanto ante la mxima autoridad de la justicia eclesistica como de la civil en
una causa que si bien era de jurisdiccin eclesistica, dada la poca de franca penetracin de
la justicia secular en cuestiones otrora privativas de la Iglesia, se recurri tambin al alto
tribunal civil. Ambas apelaciones fueron aceptadas solamente en devolutivo. En conclusin,
los recursos de apelacin presentados en este caso no lograron el efecto deseado para la parte
accionante ya que el matrimonio se revalid y la mujer fue entregada a su marido "a orillas
de la ciudad donde esperaban para caminar las carretas de Manuel Romero"
conminndosele a seguirlo hacia la ciudad de Mendoza, el 7 de diciembre de 1746
664
.
El otro caso de apelacin corresponde a un juicio de nulidad del perodo
independiente. El proceso se haba iniciado en Buenos Aires
665
, no comprobndose el causal
de defecto de consentimiento en la consagracin de la unin invocado por la esposa
accionante Isabel Zorrilla, natural y vecina de Buenos Aires. La sentencia, fechada en la
ciudad puerto y dictada por el Provisor y Gobernador del Obispado de aquella jurisdiccin en
1813 mandaba a la pareja viviese maridablemente. No conforme con el resultado de la
causa la mujer apel la sentencia y la misma sigui, pasando al Obispado de Crdoba, donde
permaneci incompleta en una poca muy convulsionada por los acontecimientos poltico-
militares por los que atravesaba el pas en ese momento. En el expediente hay menciones a la
guerra que dificultaba las acciones judiciales, se expresaba la intencin de evitar que dichas
perturbaciones impidiesen el desenvolvimiento de la justicia, como se advierte, con escaso
xito.
Obsrvese que ambos recursos de apelacin fueron interpuestos por individuos
pertenecientes al sexo femenino que deseaban que sus matrimonios fuesen anulados, en
ninguno de ambos casos el tribunal eclesistico fall a favor de las esposas.
Penas Cannicas impuestas a los individuos incursos en delitos que entraaban la
nulidad del matrimonio
Era frecuente en los casos de crmenes considerados de jurisdiccin eclesistica, -los
cuales en general tambin constituan atentados a las normas civiles- que la Iglesia solicitase
auxilio al brazo secular de la justicia para conseguir el arresto de los reos prfugos y su
encarcelamiento en la Real Crcel de la ciudad, a fin de procesarlos y juzgarlos por los delitos
664
Ibdem.
665
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg. 202,Aos 1815 - 1825,t. IX, exp.6. El nombre del
marido era Juan Gimnez.
268
que se les atribuan. Si bien actuaban complementariamente una con otra en el ejercicio de la
justicia, no dejaban de existir roces entre ambas, en una causa por doble matrimonio del ao
1828 la justicia civil le reprochaba a la eclesistica no actuar con la debida eficacia ya que
cierta pareja que viva amancebada no haba tenido el debido castigo
666
.
Por decisin del Obispo, la prisin de los reos poda ser dispensada, as, en un caso de
matrimonio efectuado tomando por sorpresa al prroco de Tulumba en el cual el varn se
haba entregado espontneamente ante la autoridad, la suprema autoridad eclesistica
autoriz la liberacin del reo dndole por crcel la ciudad
667
. Esta disposicin de mantener al
incurso en delito dentro de los lmites de la ciudad permita al delincuente realizar las
diligencias necesarias que le permitieran probar su inocencia, al mismo tiempo este sistema
posibilitaba a la justicia tenerlo vigilado y a su alcance
668
, aunque las fugas no eran
infrecuentes. La prisin poda prolongarse durante meses. Los presos solan solicitar la
excarcelacin que no siempre era aprobada. Sin embargo en ciertos casos en que la prisin se
extenda poda suceder que el reo fuera absuelto de penas cannicas dndose por
satisfactoriamente purgado el delito con el encarcelamiento sufrido, as ocurri en una causa
de nulidad por bigamia en la cual la autoridad eclesistica mand se pusiese en libertad al
reo ...para que se rena en paz con su mujer bajo los ms serios apercibimientos
669
.
En caso de enfermedad del recluso se enviaba un perito mdico para que estableciese
la gravedad de la afeccin, as ocurra por ejemplo en el caso de la presa Isabel Moyano quien
haba celebrado su matrimonio sorprendiendo la buena f del cura rector de la Catedral, el
facultativo en medicina de la ciudad y de la Real Crcel era llamado para examinarla tras lo
cual resolva:
... la inmediata liberacin de la mujer ya que le encuentra
sntomas de calentura peligrosa, diaria y continua que unida a la
debilidad de su sexo y al profundo humor melanclico que padece
provenido en la mayor parte de la prisin incomodidades de la
crcel..."
670
.
666
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg. 203, Aos 1826 - 1849, tomo X, exp.10.
667
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad , Leg.195, Aos 1746 - 1785,tomo II, exp.6.
668
En el caso de Jos Toms Acua, zapatero de Santiago del Estero, acusado de bigamia y en prisin el reo pide
la libertad y se le de la city como crcel para justificar su conducta y probar que no se ha casado por segunda vez
cfr. eg. 195, Aos 1746 - 1785,t.II, exp.8. Otro ejemplo es el del indio Domiciano Monsalve del pueblo de La
Toma a quien su cacique le presta fianza para que puesto en libertad pueda probar que su mujer es libre para
contraer matrimonio, cfr. AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad , Leg.195, Aos 1746 - 1785,tomo II,
exp.13.
669
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad Leg.201, Aos 1811 1814, t.VIII, exp.13.
670
Se trataba del mdico Miguel Mrmol, facultativo de la ciudad y de la Real Crcel, cfr. AAC. Causas
Matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg. 199,Aos 1800-1802, t.VI,exp.8.
269
Como la prisin prolongada, las enfermedades solan constituir un argumento utilizado
a fin de lograr la dispensa de la aplicacin de penas cannicas: ejemplo constituye una causa
en la que el novio solicitaba conmutacin de las mismas para su esposa, en razn de padecer
sta de dolores de cabeza y estmago lo cual la obligaba a oir misa sentada provocando una
gran conmocin en la comunidad ante tamaa "...irreverencia y escndalo pblico...
671
ello
llev a que el Provisor y Vicario les conmutase en dicha causa a los reos todas las penas en
abril de 1816.
Cuando acusado de haber cometido un delito contra la ley cannica, uno de los
cnyuges acusados hua, la Iglesia poda dictaminar su excomunin
672
.
Entre los castigos eclesisticos ms frecuentes aplicados a delitos que entraaban la
nulidad del lazo matrimonial pueden mencionarse el aplicado a una mujer acusada de casarse
bajo impedimento de afinidad en primer grado no dispensado, cuya pena consisti en diez
ayunos eclesisticos a partir de la Pascua
673
. Otra pareja que se haba casado por sorpresa fue
condenada a ocho meses de separacin:
...debiendo Doa Isabel Moyano estar reclusa en el Monasterio
de Santa Catalina de Sena, donde ejercer los servicios a que le
dezstinare la Madre Priora; y Don Bernardo de la Llera a quien
se le da esta Ciudad por crcel, durante ese triempo asistir tarde
y maana a servir al hospital de hombres en todo aquello que lo
ocupase el Superior de esa casa ..."
674
En otro caso de matrimonio clandestino por disenso paterno producido en 1812 la
Iglesia realiza la revalidacin ad cautelam del casamiento, procede a velar a la pareja. Tras su
liberacin de la prisin por solicitud de los padres que cesaron en su oposicin, se ordena la
confesin sacramental a ambos, penitencia, y se manda a los esposos que cuando en la ciudad
se realicen ejercicios espirituales de hombres y mujeres debern venir a la ciudad desde su
lugar de residencia en San Francisco del Chaar
675
.
No desprovista de espectacularidad result la pena impuesta a otra pareja integrada por
un pardo relojero vecino de Crdoba y una mujer originaria del Ro Segundo acusados de
casarse sorpresivamente: en efecto, el veintitres de diciembre de 1815 el gobernador Jos
Javier Daz pona en libertad de crcel al reo y liberaba el depsito de la mujer para que
cumplieran las penas cannicas correspondientes para ejemplo de los dems en desagravio
671
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg.202, Aos 1815 - 1825,tomo IX exp. 3.
672
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad Leg. 198, Aos 1795 - 1799,tomo V exp. 3.
673
Ibdem.
674
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad Leg. 199,Aos 1800-1802, t.VI,exp.8, f. 48 r.
675
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad Leg.201, Aos 1811 - 1814, t. VIII, exp. 8.
270
por injurias cometidas contra las leyes de la Iglesia deberan ayunar 7 viernes como solicitaba
el fiscal, alumbrar ambos con un "acha" encendida en la mano y ubicados en el ltimo
peldao del presbiterio de la Iglesia Catedral al Santsimo Sacramento en las misas de los
jueves por tres meses, adems deberan confesarse y comulgar una vez en cada uno de esos
meses, para garantizar que dicha sentencia fuera difundida convenientemente, se dispuso que
la misma fuera leda en una de las misas mayores
676
.
En otra causa de nulidad entablada por impedimento de consanguinidad en tercer
grado y afinidad en el cuarto, por ser el novio consanguneo del marido difunto de la mujer,
la justicia eclesistica libr orden de que la causa pasase al Alcalde de primer voto para que
los reos fueran conducidos a sus expensas a la Real Crcel de la ciudad. El trece de marzo de
1816 se revalid el matrimonio por el Vicario, quien impuso a la pareja la pena cannica de
penitencia consistente en ayuno cada tercer viernes a pan y agua
677
. En un caso en el que una
mujer era acusada de poligamia, luego de proceder a una investigacin en varias provincias,
se comprob que el marido anterior haba muerto. En funcin de ello, el Obispo Rodrigo
procedi a autorizar la revalidacin del nuevo matrimonio contrado por la rea, pero dada la
mala fe con que haba actuado la misma casndose sin saber si su primer cnyuge haba
fallecido, se la conden a un ao de servicios en el Hospital en la Sala de Mujeres en
Crdoba y cien pesos de multa a favor del Hospital. Sin embargo, terminaron conmutndosele
ambos castigos por los padecimientos y enfermedades que haba sufrido y por dar muestras
de estar verdaderamente arrepentida, por lo cual se le permutaron dichas penas en ejercicios
espirituales y confesin oral, ayuno los viernes, el compromiso de rezar el rosario diariamente
por un ao y esto ltimo tambin a Don Gaspar Snchez, su nuevo marido
678
.
Ms severa aunque excepcional, segn la documentacin consultada result una pena
impuesta en 1827 a una pareja por casamiento clandestino en razn de existir un impedimento
de consanguinidad entre ellos: en Chilecito el reo fue condenado a destierro perpetuo por
violar leyes de la Iglesia
679
.
Cuando se trataba de miembros de la Iglesia sospechados de haber participado de
algn ilcito en materia matrimonial, la Iglesia proceda a realizar la investigacin
correspondiente y a dictaminar en funcin de los resultados. En un caso en donde se
comprob la resposabilidad del teniente cura de los Anejos, Mtro. Alejandro Ramis quien
haba utilizado el recurso violento y el miedo para obligar a una mujer parda a contraer
676
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad Leg.202, Aos 1815 - 1825, t.IX exp. 3.
677
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Nulidad Leg.201, Aos 1811 - 1814, t. VIII, exp.10.
678
Leg. 201 Aos,1811 - 1814, t.VIII, exp. 17.
679
Leg.203 Aos 1826 - 1849, t.X, exp. 6.
271
matrimonio, el mismo fue condenado a costas, a devolver el dinero mal habido del novio y
penado a reclusin en el Colegio Seminario durante un ao, aunque finalmente el Obispo
decidi darle como crcel el convento de Santo Domingo, por ser el mes de enero de
vacaciones
680
. En otro incidente llevado ante la justicia en 1813 en el cual un marido indio del
pueblo de Malingasta en La Rioja acus al cura y vicario del lugar, Ministro Jos Nicols
Ocampo, de haber tenido relaciones carnales con su mujer, mientras se hallaba sta en
depsito separada de aqul durante una causa judicial seguida por existir en la pareja
impedimento de afinidad; descubrindose finalmente por confesin del accionante que la
acusacin era falsa y la mentira fraguada a instancias de enemigos poderosos del cura. En la
sentencia, el Obispo Rodrigo mand que el indio:
... pida de rodillas al cura y suplique perdn y que se publique
[dicha sentencia] en todas las capillas y oratorios pblicos de la
feligresa en da festivo antes o despus de misa...
681
.
.
Es evidente en este caso la premura de la autoridad por reparar la reputacin tanto del
damnificado, como de la institucin de la cual ste formaba parte.
En sntesis, como puede apreciarse las penas cannicas ms frecuentes impuestas a
individuos incursos en delitos que involucraban la nulidad del matrimonio radicaban
bsicamente en tareas de bien pblico y castigos ejemplificadores tendientes a desagraviar la
moral comunitaria al tiempo de desalentar la repeticin de episodios semejantes. Ejercicios
espirituales, ayunos, misas, rezos, asistencia a enfermos, multas, forman parte de la larga lista
de sanciones aplicadas. Si bien en casos graves como la fuga de los reos la Iglesia no dudaba
en decretar la excomunin, en general manifestbase piadosa en los castigos utilizados,
fundamentalmente si los delincuentes mostraban un sincero arrepentimiento o presentaban
signos de enfermedad estableciendo abundantes conmutaciones. El verdadero inters
perseguido parece haber consistido ms en allanar las vas para la legitimacin del acto
sacramental en la pareja que en infligirles un verdadero castigo.
Distribucin espacial de las causas de nulidad matrimonial
680
Leg. 198,Aos 1795 - 1799, t.V, exp. 2, f. 34.
681
Leg. 201, Aos 1811 - 1814, t. VIII exp. 6.
272
Respecto de la distribucin de los lugares donde se originaron los hechos que dieron
lugar a las causas de nulidad matrimonial, como puede observarse en el grfico N 10, un
68% se concentraba en la campaa cordobesa y slo un 14 % en la ciudad, ello se relaciona
con los volmenes de poblacin existentes en una y otra rea.
Otras regiones que formaban parte de la jurisdiccin del Obispado de Crdoba,
territorio que segn se ha visto era muy amplio, hallan proporcionalmente escasa
representacin en el total de causas analizadas lo cual pone de manifiesto las dificultades
derivadas del costo y del tiempo que deban superar los vecinos de las reas del interior del
Obispado que deseasen hacer or su voz ante la sede central del Obispado. Ello pudo
comprobarse tambin, en los casos de divorcios quoad thorum, jucios de esponsales para todo
el perodo.
Sin embargo encontramos que comparativamente, en los casos de nulidad hubo mayor
presencia de otras provincias 18%, frente a 6% en litigios de esponsales y divorcio de lecho
y mesa- que en otras clases de querellas lo cual evidencia los mayores esfuerzos efectuados
por los pobladores del interior por alcanzar la va judicial cuando se trataba de intentar la
disolucin de un casamiento. Es probable tambin que esta mayor representacin del interior
en estos casos se origine en que frecuentemente las acciones eran iniciadas por sacerdotes,
ante las cuales los individuos demandados se veran conminados con ms fuerza a la
obligacin de comparecer.
Grfico N 10
Distribucin espacial de las causas de Nulidad
DISTRIBUCIN ESPACIAL DE LAS CAUSAS DE
NULIDAD MATRIMONIAL
68%
14%
18%
Campaa cordobesa
Ciudad de Crdoba
Otras Provincias
273
De cualquier manera, puede conclurse que, en general se observa una mayor
desproteccin judicial de las regiones alejadas de las sedes centrales de la justicia tanto civil
como eclesistica, ello se atribuye a las dificultades materiales de acceso a las mismas
derivadas de las grandes distancias lo cual supona la inversin de considerable tiempo y
recursos que la mayora de los habitantes no dispondran, por lo cual es de suponer deberan
recurrir mayormente a soluciones de hecho en la resolucin de sus conflictos.
Grfico N 11
Causas de Nulidad procedentes de otras provincias substanciadas en el Obispado de
Crdoba 1688 - 1850
Causas de Nulidad procedentes de otras
provincias substanciadas en el Obispado de
Crdoba. Perodo 1688 - 1850
32%
13%
7%
7%
7%
7%
7%
20%
La Rioja
Santiago del
Estero
Salta
Tucumn
Catamarca
Jujuy
Mendoza
Sta. F
Como puede observarse en el Grfico N 11, es la Provincia de La Rioja donde se
concentra el origen de la mayor cantidad de casos de nulidad gestionados en el Obispado de
Crdoba, fuera de la provincia del mismo nombre; seguida de Santiago del Estero, antigua
sede del Obispado, y Salta donde se constata mayor eco de la conflictividad matrimonial en
los tribunales judiciales. La presencia de otras regiones tales como Jujuy, Tucumn,
Catamarca es similar para los distintos casos, siendo escasa su contribucin en relacin a los
anteriormente sealados. Resulta llamativa la presencia de un caso que corresponde a
274
Mendoza
682
que en una poca estuvo bajo la jurisdiccin del Obispado cordobs y que, por
otra parte integraba los territorios de la Gobernacin Intendencia de Crdoba. Consista en un
juicio criminal por doble matrimonio en el cual se solicitaba la nulidad de matrimonio entre
Jos Domingo Pabon Peralta, oriundo de Santiago del Estero y Antonia Pereyra, de la ciudad
de Crdoba. La causa se inici en Mendoza en septiembre de 1819 ya que el segundo
casamiento haba sido contrado en dicha ciudad; cuando la segunda esposa tom
concocimiento de la anterior unin de su consorte entabl la accin judicial. El primer
casamiento del demandado haba tenido lugar en Santiago del Estero. La causa permaneci
inconclusa.
Tambin se ha detectado una causa iniciada en Villa del Rosario de los Arroyos,
jurisdiccin de Santa F
683
, en el ao 1825, se trataba de la nulidad del matrimonio de Manuel
Trillo, oriundo de la Banda Oriental y Luisa Jurez Colazo, efectuado en Crdoba; se
pretenda que dicha unin fuera anulada ya que en la pareja no exista unidad de domicilio
conyugal debido a que el marido resida en Buenos Aires y, por otra parte el mismo se hallaba
unido a su primera esposa, por lo cual se trataba de un caso de bigamia, como en el anterior.
Debido a tal situacin se solicitaba que Luisa Jurez quedase expedita y libre para desposarse
como lo pretenda con Jos Manuel Cortz Luduea. La causa permaneci inconclusa.
IV. El divorcio quoad thorum et mutuam cohabitationem. La separacin de cuerpos
Cronologa de los juicios de divorcio quoad thorum
Como puede apreciarse en el cuadro N 9, de los ciento cuarenta y seis juicios de
divorcio quoad thorum correspondientes al Obispado de Crdoba, disponibles para los ciento
cincuenta aos que corresponden al perodo de observacin de este trabajo, un 26.7 % de los
litigios - 39 casos- se concentraron entre 1688 y 1799 y un 73.3 % de los juicios -107 casos-
correspondan a la primera mitad del siglo XIX.
Cabe interrogarse acerca del significado de las fluctuaciones en la cantidad de
solicitudes presentadas en los distintos perodos as como de la representatividad de la
conflictividad matrimonial en relacin al nmero de pleitos disponibles. Conviene resaltar
que, dado los costos, el tiempo que entraaba comprometerse en un juicio de divorcio y la
connotacin socialmente negativa derivada de la exposicin pblica por cuestiones
682
AAC, Causas Matrimoniales, Causas de Nulidad, Leg. 202, Aos 1815 1825, tomo IX, exp. 16.
683
Consultar en AAC, Causas Matrimoniales, Causas de Nulidad, Leg. 202, Aos 1815 1825, tomo IX, exp. 33
275
relacionadas con la serenidad del estado matrimonial interrumpida -interpretado por ambos
brazos de la justicia como atentatorias del orden social deseable- es probable que la mayora
de los conflictos matrimoniales se resolvieran de hecho, espontneamente, sin recurrir a los
tribunales de justicia.
Es posible que altibajos en el nmero de casos observados durante el perodo de
estudio se relacione, como ha sido sealado para el caso peruano
684
, con perodos de mayor
severidad de los jueces eclesisticos, durante los cuales la autoridad se mostraba reacia a
aceptar las demandas y consiguiente iniciacin del juicio, seguidos de otros ms laxos
durante los cuales se observ una mayor flexibilidad al respecto. Teniendo en cuenta que en
las relaciones entre los cnyuges se planteaban cuestiones de poder, el divorcio ha sido
interpretado como un cuestionamiento de hecho de la relacin de dominacin en su seno
685
.
Un incremento de casos estara indicando una actitud de mayor rebelda de las mujeres ante
dicho fenmeno ya que era el sector femenino el que mayoritariamente concurra a los
tribunales a iniciar las demandas. En ese sentido, las solicitudes de separacin podran
interpretarse como un franco desafo a la autoridad detentada por el marido.
Es de destacar que el aumento de casos registrado a fines del siglo XVIII y comienzos
del XIX que comprobamos para el caso analizado en este trabajo es coincidente con el
observado tambin para otras regiones, tales los datos relativos a Mxico, Lima, San Pablo
686
.
La Revolucin de Mayo no entra modificaciones en materia legal en cuestiones de
familia si bien se sancion una ley en 1817 que regulaba los casamientos entre espaoles
europeos y americanas
687
. En 1824 existi tambin un proyecto de ley sobre divorcios y
separaciones voluntarias aunque el mismo no fue sancionado
688
.
La intensificacin de las desavenencias observadas en estos ejemplos coincide con un
aumento de la conflictividad familiar en general operado en el siglo XIX
689
segn ha sido
sealado para el caso francs, dicho fenmeno se relacionara con un aumento del
individualismo y la proclamacin del igualitarismo propios de la poca que llevara al
684
En Per la gente solicitaba el divorcio con ms facilidad en el siglo XVII que en el XVIII. Se observa una
disminucin notable de casos en Lima en los aos finales del siglo XVII y durante la centuria siguiente, en ese
sentido, los Obispos de Quito y Cuzco se quejaban de la excesiva facilidad con que las mujeres presentaban
demandas de divorcio y nulidad en los ltimos aos del siglo XVI y comienzos del XVII, cfr. LAVALL, B.
(1986: 430 431) Ob. Cit.
685
FLORES GALINDO, A. CHOCANO, M. (1984: 412) Las cargas del Sacramento en Revista Andina,
Cuzco, N 2., pp. 403 422.
686
Cfr. MALLO, Silvia (1992: 374) Ob. Cit.
687
Sobre la aplicacin de dicho decreto en Crdoba puede consultarse GHIRARDI, M. (1997) Ob. Cit.
688
CICERCHIA, R. (1998:74) Ob. Cit.
689
En el territorio rioplatense Mallo ha observado por el contrario una disminucin drstica en los divorcios que
es atribudo por la autora a un aumento de su tramitacin por otras vas, Cfr. MALLO, Silvia (1992: 399)
Justicia, divorcio... Ob. Cit.
276
estallido de serios conflictos ya que los sujetos estaran menos dispuestos a soportar la
coercin del grupo de parientes segn era comn en otras pocas; ello se traducira en
choques no solamente entre esposos sino entre familiares en general, padres contra hijos,
hermanos entre s, y otros. En ese contexto, las mujeres apareceran afirmando la autonoma
de sus cuerpos a pesar de que continuaran siendo una de las vctimas principales de los
hechos de violencia familiar
690
.
Entendemos que el aumento de las desavenencias observadas en el siglo XIX pueden
interpretarse tambin como el resultado de uniones insatisfactorias inducidas por padres y
tutores como consecuencia del reforzamiento de la autoridad patriarcal en materia
matrimonial en hijos menores por efecto de la normativa de origen civil sancionada en el
ltimo tercio del siglo XVIII en Espaa y trasladada a Amrica. Es de suponer que la
disminucin en la libertad de eleccin de la pareja en los jvenes pudo haberse traducido en
casamientos menos satisfactorios en el orden personal aunque mas
convenientessocialmente, de cuyas resultas los fracasos se haran sentir aos despus de la
celebracin de los casamientos realizados en las postrmeras dcadas de aquel siglo, en las
primeras de la centuria siguiente.
Cuadro N 9
Distribucin temporal Juicios de Divorcio quoad thorum en la jurisdiccin
del Obispado de Crdoba
Aos
N Causas de
divorcio quoad
thorum Aos
N Causas de
divorcio quoad
thorum
1688 - 1699 3 1800 - 1809 18
1700 - 1709 2 1810 - 1819 18
1710 - 1719 0 1820 - 1829 23
1720 - 1729 0 1830 - 1839 31
1730 - 1739 2 1840 - 1849 17
1740 - 1749 5
690
PERROT, M.(1989: 283) Dramas y conflictos familiares en Historia de la vida privada,La Revolucin
Francesa y el asentamiento de la sociedad burguesa ARIES Ph. y DUBY, G. (directores), Taurus, Madrid, vol.
7, pp.269 291.
277
1750 - 1759 0
1760 - 1769 2
1770 - 1779 5
1780 - 1789 5
1790 - 1799 15
Total 39 Total 107
Total General: 146
Puede apreciarse en el cuadro N 9 que el perodo 1830 1839 es el que registra un
mayor nmero de querellas, contabilizndose un promedio de 3.4 juicios por ao -
coincidente con la poca de las denominadas autonomas provinciales inaugurada en 1820
tras la disolucin del gobierno central durante el cual asumi el gobierno de la provincia de
Crdoba Juan Bautista Bustos- el cual se cierra en plena poca de crisis del Orden Rosista.en
aos de gran turbulencia poltica. En 1839 Crdoba sufri ataques armados desde Santa F y
las provincias del norte, por lo que el Gobernador Manuel Lpez debi ser investido de
facultades extraordinarias por la Legislatura en la lucha por la consolidacin del poder en la
Provincia de Crdoba.
El mayor nmero de expedientes observable para pocas ms modernas puede
relacionarse adems con un mayor celo en la preservacin documental as como en una mejor
conservacin de los mismos
691
.
Solicitud de divorcio un asunto femenino? Sexo del demandante
Se ha afirmado que el divorcio es una institucin femenina
692
. Ello se confirma en el
caso analizado resultando de sumo inters la coincidencia de este rasgo comn con los
691
GONZALBO AIZPURU, P.( 1998:269) Los conflictos familiares, en Familia y Orden Colonial, El Colegio
de Mxico, Mxico, cap. 9.
692
PERROT, M.(1989: 283) Dramas y conflictos familiares en Historia de la vida privada, La Revolucin
Francesa y el asentamiento de la sociedad burguesa ARIS Ph. y DUBY, G. (directores), Taurus, Madrid, vol.
7, pp.269 291. Segn el autor en todos los perodos se destaca la predominancia de acciones judiciales de
divorcio iniciadas por mujeres en el caso francs, los porcentajes de contribucin femenina oscilan entre el 86%
y el 93 % de los casos. Perrot destaca que se trataba en general de mujeres mayores, madres de familia,
abrumadas por los malos tratos, no en cambio tanto de mujeres engaadas.
278
observados en otras sociedades: algunas regiones de Francia, Mxico, Lima, Santiago de
Chile, Buenos Aires
693
.
En el 86% de los Juicios de Divorcio entablados ante la Audiencia Episcopal de
Crdoba analizados para el perodo 1688 1850, el sujeto que concurra a la justicia para
iniciar la demanda perteneca al sexo femenino. En el perodo 1750 1850 el porcentaje
ascenda an ms, alcanzando el 87.1 % de las acciones
694
.
Grfico N 12
Sexo del accionante en causas de Divorcio quoad thorum en jurisdiccin del Obispado
de Crdoba 1688 1850
Sexo del accionante causas de
divorcio quoad thorum - Perodo 1688 -
1850 Jurisdiccin del Obispado de
Crdoba
86%
14%
mujeres
varones
693
Silvia Mallo destaca que en el Ro de la Plata los hombres accionantes de demandas de divorcio eran
exactamente la mitad de las mujeres que lo hacan, cfr. MALLO, Silvia (1992: 377) Justicia, divorcio,
alimentos y malos tratos ... Ob. Cit. Segn Cicerchia de cada diez demandas al menos seis eran presentadas por
mujeres. Siete de cada diez acusados eran hombres, cfr. CICERCHIA, R. (1998: 66) Historia de la vida privada
en la Argentina, Troquel, Buenos Aires. En el caso peruano Lavall expresa que todo a lo largo de la segunda
mitad del siglo XVIII el nmero de mujeres demandantes era incomparablemente superior al de los hombres al
punto de considerar al divorcio un asunto exclusivamente femenino., as de 927 expedientes que analiza slo 35
fueron presentados por hombres, cfr. LAVALL, B. ( 1986: 434) Ob. Cit. Por su parte, Flores Chocano
afirman que si las curvas de juicios interpuestos por hombres y mujeres haban marchado casi paralelas en una
parte del siglo XVIII, desde 1790 se separaron sin perder preponderancia en aos posteriores, cfr.: FLORES
GALINDO, A. CHOCANO, M. (1984: 409) Ob. Cit.; Para el mismo caso peruano el predominio de las acciones
femeninas se confirma tambin en el trabajo de GONZLEZ del RIEGO ESPINOSA, D. (1999: 132)El
divorcio en la sociedad colonial limea en Mujeres y Gnero en la Historia del Per, Cendoc, Mujer, Centro de
Documentacin sobre la mujer, Margarita Zegarra editora pp. 131 139 en el 98% de los casos revisados por la
autora la accionante perteneca al sexo femenino. En Cambrais, Francia, durante el siglo XVIII, en tres sobre
cuatro casos la demanda de divorcio era formulada por la mujer invocando la brutalidad del marido, el adulterio
o bien asuntos financieros: cfr. DUPAQUIER J. (315) (director) Ob. Cit.; en el anlisis de 622 casos de divorcio
en Chile para los siglos XVIII y XIX, las mujeres fueron autoras de las demandas de divorcio en un 75% frente a
un 14% representado por los hombres segn el estudio realizado por CAVIERES E.; SALINAS, R. (1991:86)
Ob. Cit.
694
GHIRARDI, M. (2001: 6) Convivencia familiar en Crdoba: entre el ideal y la realidad. Perodo 1750
1850: Los conflictos domsticos como fuente para el conocimiento de la dinmica familiar interna en Actas VII
Jornadas Inter Escuelas y/o Departamentos de Historia, Salta, 19 al 22 de septiembre de 2001.
279
Resulta sorprendente que en sociedades como las hispanoamericanas, que hacan del
silencio una de las virtudes ms valoradas en la mujer
695
hayan sido precisamente
representantes de este sexo quienes tomaron la franca iniciativa de las acciones. Como
veremos, los juicios nos ponen en contacto con mujeres de carne y hueso que acudan a los
tribunales de justicia, que reaccionaban defendiendo su vida y la de sus hijos frente al
maltrato fsico del hombre, que celaban a sus maridos y se manifiestaban injuriadas por el
trato desconsiderado de stos, que se rebelaban contra el abandono material y afectivo. Es
menester aclarar, sin embargo, como se analizar oportunamente, que en la mayora de los
casos la esposa acuda a la defensa de los tribunales en situaciones extremas en las que exista
serio peligro de vida y reiterados malos tratos. Tales circunstancias explican que hayan
encontrado el coraje de acusar a sus maridos an a sabiendas de que sus graves acusaciones
implicaran en la mayora de los casos la crcel de los cnyuges golpeadores y por ende la
soledad y desproteccin material para ellas y sus hijos. El relativo escaso peso de las
solicitudes de divorcio por otra parte, induce a pensar que la mayra de las mujeres
callaban
696
, sin atreverse a poner al descubierto las desgracias de su vida familiar ntima.
Cabe preguntarse sin embargo: lograban a travs del recurso desesperado de
presentacin ante los tribunales preservar y recuperar sus derechos como esposas y madres o,
por el contrario, la exposicin pblica contribua a someterlas ms a la autoridad de los
maridos?.
El predominio femenino en las demandas parece contradecir la imagen de obediencia
y sumisin de la esposa, propia de la sociedad patriarcal tradicional. Fundamentalmente
resulta paradojal en vigencia de una legislacin que le impeda a la mujer casada comparecer
en juicio sin el aval correspondiente del marido. En efecto, tal presencia activa en las acciones
judiciales no concuerda con la visin de natural pasividad que el rol tradicional le atribua;
aqul segn el cual constituyendo el marido -como cabeza de familia- la encarnacin de la
razn y atribuyndosele a la esposa la identificacin con los miembros de un cuerpo en el
cual las extremidades deban acomodarse a la cabeza pensante. El discurso oficial estableca
que era propio de su sexo estar sujeta al marido, ser juiciosa, paciente, pudorosa y recatada.
Una va de aproximacin a posibles respuestas a estos interrogantes puede derivar de
sopesar el resultado de las demandas judiciales contra los maridos. Como veremos, la
importante proporcin de causas inconclusas pone de relieve los limitados logros obtenidos
695
FLORES GALINDO, A. CHOCANO, M. (1984: 409) Ob. Cit.
696
Cfr. CICERCHIA, R. (1998: 71) Ob. Cit.
280
ante los pedidos de auxilio. Por otra parte, suponiendo que la esposa alcanzase una saludable
separacin en los casos de sevicia, constitua ello un camino hacia la esperada libertad de
accin? La respuesta no parece presentarse en forma optimista. En efecto, la figura del
depsito judicial, si bien la pona al resguardo de las iras del cnyuge durante las instancias
del juicio, tambin puede ser entendido como una forma de mantenerla encarcelada. Por otra
parte, a una mujer divorciada al menos en teora- no se le permita vivir sola. En efecto, o
bien deba permanecer en clausura en alguna casa conventual o institucin semejante o bien
regresar al hogar paterno. En ese sentido, cmo sera recibida en l? En muchos casos es de
imaginar que con alborozo de los progenitores -ello se desprende de frecuentes casos donde la
presencia paterna se ve manifestada en los expedientes acompaando a la hija e interviniendo
en las instancias judiciales en su nombre-. Cabe suponer sin embargo que no constituira sta
la necesaria generalidad. Es posible que en algunas situaciones el casamiento de las hijas
haba sido previsto por la familia como una estrategia de supervivencia ya que en definitiva,
el alejamiento de las hijas mujeres del hogar paterno significaba una boca menos que
alimentar. En tales ejemplos la recepcin de estas mujeres no habra de significar una gran
dicha, por el contrario, sera interpretada como una nueva carga. De haber fallecido uno o
ambos padres de la mujer separada la situacin de desproteccin se agravara. Debera
recurrirse a un hermano o familiar ms lejano, quizs el resultado fuera la ubicacin en algn
hogar de conocidos en donde el destino de no pocas de estas mujeres y de los hijos que las
acompaaban se asimilara en la prctica a situaciones cercanas a la servidumbre.
De lo expuesto resulta observar cautela al momento de evaluar el significado de las
proporciones de mujeres accionantes en las causas de divorcio cannico, y pensar que de la
activa iniciativa resultaba quizs una mayor exposicin pblica lo cual poda traducirse en una
intensificacin de la situacin de vulnerabilidad.
Desde la perspectiva opuesta, cmo interpretar la escasa concurrencia del varn ante
los tribunales eclesisticos? Se ha explicitado ms arriba que la separacin implicaba cierta
nota de descrdito social. Debe recordarse que el hombre constitua el umbral entre la famila
y la sociedad y que como jefe de familia representaba el rostro visible de la misma. Toda nota
de deshonra que afectase la reputacin del grupo repercuta fuertemente sobre su imagen
social. Por otra parte el hombre dispona de ciertos mecanismos que actuaban como vlvula
de escape ante la insatisfaccin de un matrimonio desgraciado. Poner distancia del hogar por
un tiempo o indefinidamente poda constituir una solucin. Continuos viajes que demandaban
su presencia transportando el ganado, trabajando en el campo; compromisos de negocios en
otras regiones, el trajn del acarreo de mercaderas desde la campaa a la ciudad, conchabos
281
transitorios en lugares relativamente apartados del hogar, convocatorias del ejrcito,
constituan modos de obtener el oxgeno deseado cuando las cargas de la vida matrimonial
se tornaban asfixiantes. Por otra parte, una buena tunda proporcionada a la esposa para
corregir el comportamiento de sta cuando el mismo no se adecuaba al modelo satisfactorio
esperado constitua una accin socialmente aceptada y a la vez un eficaz medio de canalizar
frustraciones. Es de suponer que luego de largas ausencias del cnyuge, a veces de aos
enteros, los conflictos de las parejas se intensificaran al aflorar viejos rencores sumado a una
situacin de natural tensin como consecuencia de la readaptacin del grupo a la inclusin del
nuevo miembro el cual, por otra parte, pretendera ser reconocido y por ende obedecido
como jefe natural del resto de la familia, lo cual no siempre sera fcilmente aceptado.
Aunque un grupo minoritario, en un 14.1% de los casos eran hombres quienes
presentaban demanda de divorcio contra la esposa ante los tribunales eclesisticos, unos pocos
expedientes hacen referencia a denuncias annimas sobre pretendidas irregularidades
observadas en ciertas parejas: denuncias de amancebamiento, solicitudes de averiguacin de
antecedentes, y otras. Entre los motivos de las quejas masculinas, los ms frecuentes se
originaban en acusaciones de infidelidad, de vida escandalosa de la esposa, abandono del
hogar conyugal, falta de asistencia al hombre en la enfermedad.
La actitud del varn ante la denuncia de la mujer consista por lo general en negar las
imputaciones femeninas, defender la unin y reclamar la devolucin de la esposa del depsito
judicial al hogar conyugal. Reconocer pblicamente la falta de fidelidad de la consorte
implicaba desacreditar la propia honra viril, basada en parte en la pureza sexual de las mujeres
de la familia. Es posible pues que el escaso volumen de quejas masculinas se fundamente ms
en la necesidad de los hombres en tapar los traspis de las esposas para resguardar su
propia imagen masculina ante la sociedad, que en una necesaria adecuacin de las conductas
femeninas a las pautas morales vigentes. Los reclamos de los maridos en los escasos pleitos
en que aparecen como accionantes revelan conductas bastante alejadas del ideal modlico de
abnegacin y fidelidad que eran esperables en las esposas segn el mismo. Del anlisis surge,
sin embargo, que es probable tambin que en ciertos casos la iniciativa del marido de
promover accin judicial contra su mujer haya sido utilizada por algunos de stos como
estrategia de su propia defensa, en respuesta a demandas de alimento, acusaciones de malos
tratos, infidelidad y otras, que las consortes haban efectuado con anterioridad: con este
282
recurso los esposos aplicaban un cono de sombra sobre el comportamiento femenino,
debilitando los reclamos de stas ante la justicia
697
.
Un ejemplo constituye el caso de Isidro Helguero, soldado, quien entabl demanda de
divorcio contra Aniceta Ponce en 1838 tras diecisiete aos de casados, denunciando ante la
autoridad eclesistica que, a su regreso a la ciudad de Crdoba tras un viaje con las tropas
encontr en su cama a un hombre
698
, por lo cual acus a su esposa de adulterio. El mismo
ao, Aniceta haba comparecido ante la justicia denunciando a Isidro por malos tratos, por no
proveerle de recursos para el sustento de ella ni de los hijos de ambos. La mujer haba
manifestado en aqulla oportunidad su estado de extrema pobreza, de suma necesidad y
explicaba que la familia se mantena de los conchabos "de mi hijita mayor, de la limosna de
una abuelita tullida y de una criada fiel y anelosa...", acusaba adems al marido de
sevicia
699
.
En la causa de Gregorio Ramn lvarez contra Manuela Salgado, de la
Parroquia de Soconcho, la accin era iniciada por el marido ante la justicia eclesistica en
1833, ste expresaba que su esposa le reclamaba alimentos y lo acusaba de abandono del
hogar. Gregorio se presentaba a s mismo como vctima de las acusaciones de su mujer;
declaraciones de testigos de la parte actora confirmaban los pretendidos padecimientos del
hombre obligado por la persecucin de su cnyuge a reclurse un tiempo en un convento
700
.
697
Cfr. los siguientes casos de accin iniciada por los maridos: AAC, Causas Matrimoniales Juicios de Divorcio,
Leg. 199, Aos 1800 1802, t. VI, exp. 9 Francisco Fernndez denuncia a su mujer Mara Florentina Lastarria,
se trata de una pareja originaria del Alto Per, el marido residente en Crdoba, y la esposa en San Fernando del
Valle de Catamarca, el marido acusa a la esposa de abusar del alcohol, de adulterio y vida disipada, la causa
comienza en 1804, se trata en realidad de un expediente iniciado por Lastarria en respuesta a uno anterior de la
esposa quien haba presentado una demanda el ao anterior contra l por causales semejantes a los invocados por
l: las partes haban decidido separarse de comn acuerdo ya en el ao 1801 firmando un instrumento pblico en
Crdoba tras lo cual, Joaqun del Pino, juez interviniente en la causa y Virrey del Ro de la Plata declar nula
dicha escritura en 1803 y orden ese mismo ao a la esposa que regresase al domicilio conyugal, al ao
siguiente, segn se expres, el marido decidi entablar demanda contra ella. Leg. 202, Aos 1815 1825, t.IX,
exp.13: Francisco de Urizar del Curato de Las Palmas en Traslasierra, demanda a su mujer Olegaria Arana en el
ao 1820 tras dos aos de separacin, Urizar haba abandonado el hogar por el adulterio del que acusaba a la
cnyuge. Leg. 202, Aos 1815 1825, t.IX, exp.21: Andrs Martnez denunciaba a Dominga Reynoso, vecina
de Buenos Aires por adulterio en 1821: tras siete aos de juicio la Curia los intim a una vida armnica. Leg.
203, Aos 1826 1849, t.X, exp. 24: Eugenio Oscaris, vecino de Crdoba denuncia a su mujer Trinidad Ortega
por mandarse a mudar al campo abandonando el hogar conyugal. Leg. 203, Aos 1826 1849, t.X, exp. 28:
Santiago Guevara, capataz y mayordomo de hacienda, denunciaba a Petrona Vazquez de Novoa por adulterio,
"extraviada mi mujer de la marcha que sealan y ordenan la religin, el honor y an la conveniencia a las
personas de su sexo y de su estado, manchando con su conducta voluptuosa el tlamo nupcial y colmando [...]
de ignominia y vergenza mi persona y familia..." solicitaba se le ordenase a la mujer que le siguiese a San Luis.
Leg. 203, Aos 1826 1849, t.X, exp. 65: Causa entre Domingo Pereyra y Mara del Rosario Ochoa, el marido
se hallaba enfermo, la esposa sin paradero conocido por lo que el Prroco de San Javier de los Talas llamaba a
comparecer a la esposa ante el Obispado a fin de que se reconciliasen y volviesen a la unin matrimonial.
698
Cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio Leg. 203, Aos 1826 1849, t.X, exp. 18 y 19.
699
Ibdem.
700
Cfr. AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, . X, exp. 26.
283
Orgenes sociales de los malcasados
701
Como en el caso de los juicios de nulidades, tropezamos con la dificultad de que
resulta difcil encontrar abundancia de informacin respecto del sector social de pertenencia
de las parejas ya que en los expedientes de divorcio no existe necesaria mencin a ellos y
menos de modo sistemtico, por lo que ha sido menester rastrear dichos datos a partir de la
atenta lectura de los autos a fin de detectar menciones relacionadas con la condicin jurdica,
etnia, oficio, edad, instruccin de los accionantes y demandados actuantes en los juicios de
divorcio quoad thorum.
Como en el caso de las querellas por nulidad, en las solicitudes de separacin de
cuerpos tambin, aunque no constituyeron la mayora, encontramos juicios en los cuales se
vieron involucrados individuos pertenecientes a los estratos ms altos de la sociedad. Un
ejemplo constituye Domingo Antonio Maurn, vecino y Regidor de la ciudad de Jujuy quien
inici querella contra los parientes y amigos del padre de la esposa Manuela Azevey por
despojo "injusto y violento" de la legtima mujer ya que sta le era retenida impidiendo
aqullos la convivencia del matrimonio. Se trataba ste de un caso muy interesante para
observar los enfrentamientos de grupos influyentes actuando como facciones rivales en una
pequea ciudad del Obispado, cual era Jujuy en 1778. En este caso la mujer apareca como
un objeto tironeado a modo de pieza de caza por ambos bandos. Es posible que la infortunada
mujer haya continuado siendo vctima de dicho tratamiento por tiempo indefinido ya que la
causa permaneci incompleta, sin resolucin. La acomodada posicin social del marido se
confirma tambin en el recurso de apelacin interpuesto ante el Metropolitano de la Plata, lo
cual puede interpretarse como una manifestacin de un cierto nivel econmico, dado los
costos y la relativa complejidad que entraaba la realizacin de dicho trmite
702
.
Perteneciente a sectores de la administracin pblica identificamos a don Santiago
Maciel , natural y vecino de San Miguel de Tucumn, quien ocupaba el cargo de Veedor de
tabacos, casado con doa Evarista Garca. Su esposa lo acusaba de estar amancebado con
Ricarda Prez en un juicio iniciado en 1805. Resulta muy interesante como, ante presuntas
pretensiones del demandado a fin de resguardarse de la accin iniciada por la esposa, el Juez
de Comisin indicaba en un oficio al Alcalde de Segundo Voto que, bajo apercibimiento de
701
La expresin malcasados ha sido tomada del trabajo de LAVALL, B. (1986:432) Ob. Cit.
702
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio Leg.195, Aos 1746 1785, t. II, exp.10 y Leg. 198, Aos
1795 1799, t. V, exp. 16 Nosotros lo hemos reunido como una sola causa. Se tratan de largos y engorrosos
pleitos, la causa se extrava y luego reaparece en Jujuy, segn el accionante sera la parte demandada la autora
de la desaparicin de los autos.
284
prisin , ...segn el artculo 84 del Real Cdigo no goza Maciel de fuero para el presente
caso por veedor de tabacos...
703
. Ello resulta indicio de la pretensin de inmunidad
presentada por individuos que desarrollaban funciones de cierta relevancia en el aparato
estatal.
El caso de don Alejo Gil, quien se haba desempeado en diversas funciones y se
identificaba a s mismo como Ex administrador de tabacos, casado con doa Antonia
Mercado constituye otra querella entre miembros de parejas acomodadas involucradas en un
juicio de divorcio -en este caso largusimo ya que el mismo, iniciado en 1812 habra de
prolongarse alrededor de tres dcadas-. En este proceso se advierte la solvencia material
femenina en el matrimonio logrando doa Antonia que la justicia secular arrancase al marido,
por mal comportamiento, la administracin de sus bienes dotales
704
.
Individuos pertenecientes a la actividad mercantil, aunque con diferentes grados de
xito alcanzado en la actividad, aparecen involucrados generalmente por adulterio en
querellas domsticas que desembocaban en el fracaso de su vida matrimonial. Ejemplo
constitua el comerciante viudo espaol europeo natural de Valladolid don Pedro Bazn
casado con la joven de veintin aos doa Mara de la Trinidad Ferreyra Abad, hija legtima
del Capitn don Joseph de Ferreyra y de doaTeresa de Olmos, vecinos de la ciudad de
Crdoba. En esta causa se advierte la existencia de una solicitud de divorcio anterior -lo cual
comprueba las tensiones consecutivas que atravesaban ciertas parejas- en la que se concedi
divorcio "ad tempus" en 1766, apelando la accionante en 1769 ante el Metropolitano de la
Plata solicitando divorcio perpetuo, recurriendo a la Justicia Real al ser ste denegado
705
.
Otro caso de divorcio de comerciante desavenido constituye el de don Francisco
Hurtado de Mendoza, natural de San Juan y vecino de Crdoba, casado con doa Mara de la
Concepcin Moynos, perteneciente a una de las principales familias de la ciudad
706
.
Don Laureano Gauna, dueo de una tienda en la ciudad, era acusado por su mujer
doa Mara del Rosario Caldern de serle infiel por ms de cuatro aos
707
. En un caso de
separacin de hecho a tras slo seis meses del casamiento, doa Francisca Patio, quien
habra sabido firmar, reclamaba el regreso del marido a la vida conyugal, se trataba de don
Jacinto de Tilvez quien se dedicaba al comercio y contaba con una tienda en la ciudad
708
.
703
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 200, Aos 1803 1810, t. VII, exp. 6.
704
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 201, Aos 1811 1814, t. VIII, exp. 7.
705
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 5.
706
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 198, Aos 1795 1799, t.V, exp. 8.
707
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg.201, Aos 1811 1814, t. VIII, exp. 2.
708
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg.202, Aos 1815 1825, t. IX, exp. 25.
285
Otro ejemplo de marido comerciante perteneciente a una pareja de posicin
acomodada constituye el caso de don Miguel Carrera casado con doa Romana Sotomayor en
una causa de divorcio iniciada en 1833. Hay mencin en dicho expediente a la dote de la
esposa que el marido reclamaba deba serle reconocida en su favor; como detalle anecdtico
de la minuciosa costumbre de anotar las cuentas en razn del oficio mercantil, se conservan
en el expediente un sinnmero de pequeos recibos certificando cada entrega de dinero a la
esposa as como el concepto de cada desembolso
709
.
Resulta harto ingenioso e ilustrativo de la cotidianeidad de la tarea mercantil el
justificativo del comerciante don Mateo Lpez por no responder en tiempo y forma el
traslado en el juicio de divorcio que le haba entablado su mujer doa Rita Faras en 1842,
dado que estando en su comercio "de balance en consecuencia con todo desordenado
710
,
inadvertidamente haba dejado los autos sobre una pipa cerca de un brasero, y como las
puertas estaban abiertas -por lo que haba mucho viento-, sali de la habitacin y al volver se
encontr con que se le haban quemado los escritos preparados, juraba no proceder de
malicia
711
.
De su expediente de divorcio surge que don Francisco Arvalo y San Miguel posea
una tienda en la ciudad alrededor del ao 1692
712
.
El sector perteneciente a las milicias se vi representado en diversos casos de maridos,
padres o amantes de esposas en trmite de divorcio. Constituyen ejemplos don Isidro Luna,
Capitn de Milicias; en razn de las demandas alimentarias de la esposa se dej constancia de
los bienes que el marido posea en la ciudad: un par de estribos, una espada, una tropa con
bueyes. La mujer reclamaba el valor de una hijuela que por dote introdujo al matrimonio por
separarse l de hecho abandonndola a ella y a su hija
713
.
El Capitn Luis de Toledo Pimentel, Capitn y vecino feudatario de la ciudad de San
Miguel de Tucumn era acusado por su esposa doa Catalina de las Casas en 1746 de intento
de homicidio
714
. Francisco Lobatn y Bustos, Capitn, entablaba demanda contra su esposa
por negarse Teodora Mrquez a hacer vida maridable en 1705
715
. Sebastin Bustos de
Albornoz, alfrez, fue condenado a separacin perpetua de su esposa Sabina Zelis (sic) de
709
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 27.
710
Ibdem.
711
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 51.
712
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 194, Aos 1688 - 1745, t.I, exp. 2.
713
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 30.
714
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 195, Aos 1746 - 1785, t.II, exp. 3.
715
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 194, Aos 1688 - 1745, t.I, exp.6.
286
Quiroga en 1701
716
. El Sargento Mayor Gernimo Gaete era acusado de vivir en concubinato
con su esclava, por el marido de sta
717
. Jos Ignacio Serrano, soldado natural y vecino de La
Carlota, se negaba a pasar cuota alimentaria a su mujer, Florentina Ferreyra
718
. El europeo
Antonio Delgado, msico del ejrcito y de oficio platero, casado con Justa Gutirrez
719
.
Nicols Rosendro era identificado como sargento de la msica
720
. Felipe Daz era otro
militar, de graduacin Capitn que se justificaba de no poder comparecer desde La Candelaria
en presencia del Provisor, por hallarse enfermo de peste un hijo en 1840
721
. El ciudadano
Sargento Mayor Lorenzo Romo, era acusado de reincidente en 1845 en el maltrato fsico y
psicolgico dispensado hacia su mujer Tomasa Balbuena
722
. El Teniente primero de la
cuarta Compaa del Batalln de Patricios de Crdoba Gervasio Barzola entabl querella en
1848 contra su mujer
723
. Manuel de la Oliva, Maestre de Campo repudiaba a su esposa
Gregoria Miranda, por lo cual ella inici demanda ante la justicia eclesistica y secular
724
. En
1688 la esposa del Capitn de milicias Fernando Amado, doa Micaela de Oscaris Beamonte
y Navarra entablaba divorcio contra su esposo y declaraba que ella y sus hijas deban trabajar
para procurarse el sustento , el marido no cumpla con dicha obligacin
725
.
No resulta tarea sencilla identificar el rango social de ciertos individuos, ejemplo
constituyen aqullos que de los autos procesales surge se dedicaban a tareas calificadas
genricamente como relacionadas con la ganadera: tal el caso de Flix Taborda, de
Calamuchita quien podramos identificar como perteneciente a un sector de medianos
propietarios de la campaa, en razn de los bienes embargados y en depsito hechos por la
justicia mientras permaneca preso por maltratos reiterados hacia su mujer, stos consistan :
nueve caballos; cien ovejas; cinco lecheras; diez vacas serreras?; una manada de potros
726
.
Marcos Molina, viudo, quien era autor de varias epstolas que constan en su
expediente de divorcio, y escriba correctamente, tena a sus rdenes al menos a cuatro
peones quienes colaboraban con l en sus tareas agrcolas en la localidad de Los Sauces,
provincia de Crdoba
727
.
716
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 194 Aos 1688 - 1745, t.I, exp. 4.
717
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 12.
718
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 196, Aos 1786 1790, t. III, exp. 11.
719
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 5.
720
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 23.
721
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 47.
722
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 57.
723
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 63.
724
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 194 Aos 1688 - 1745, t.I, exp. 18.
725
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 194, Aos 1688 - 1745, t.I.exp.1.
726
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 15.
727
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg.202, Aos 1815 1825, t. IX, exp. 12.
287
Jos Ramn Barbosa, vecino de San Javier declaraba que tena una finca para
subsistir
728
.
La expresin se mantiene de su trabajo parece indicar la situacin de aqullos
individuos pertenecientes a sectores modestos, quienes, carentes de bienes de renta, deban
realizar indefectiblemente alguna actividad para sostenerse a s mismos o a su familia, se
tratase de tareas campestres u oficios urbanos; tal el caso del pardo Pascual Ponce, acusado
por su esposa tambin parda Josefa Torre de maltratarla
729
.
Antonio Cuitio, en Ischiln, se excusaba ante el juez eclesistico de no poder
concurrir a prestar declaracin a la ciudad como consecuencia de la demanda de divorcio
entablada por su mujer por estar ocupado con la cosecha de trigo, y que solo concurrira al
finalizar dicha faena
730
.
Otro individuo habitante de la campaa ocupado en trabajos de chacra, ayudado por su
mujer con tareas de hilado para mantener la casa era Jos de la Rosa Mercado, de
Guasapampa, Pocho
731
.
Petrona Ortiz declaraba en la ciudad de Crdoba en 1846 que se mantena de su
trabajo personal y a los efectos de ser asistida por el defensor de pobres en el juicio de
divorcio que contra su marido Luis Burga haba entablado, solicitaba se le tomase
informacin de pobreza ante el Alcalde. Los testigos por ella presentados eran individuos que
no saban firmar, los cuales afirmaron que ella no tena bien alguno
732
.
Oficios desempeados por mujeres de humilde condicin eran el tejido, la costura y
venta de telas especialmente, con cuya tarea procuraban el sustento propio y, en ocasiones el
de toda su familia como en el caso de Mara Ignacia Carranza, casada con el indio Hiplito
Ledesma, sin conchabo conocido
733
.
La costura era otra actividad desempeada por mujeres de modesta situacin como
Mara de la Candelaria Leyva, natural y vecina del Paraje de las Chcaras cercano a la ciudad
de Crdoba
734
.
Otra mujer habitante de la campaa que declaraba como ocupacin el hilado y el tejido
era Mara del Seor Faras, de Guasapampa en Pocho
735
. Mara de Sequeira declaraba vivir
de sus granjeras.
728
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 11.
729
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 198. Aos 1795 1799, t. V, exp. 1.
730
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg.202, Aos 1815 1825, t. IX, exp. 9.
731
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 46.
732
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 61.
733
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 198. Aos 1795 1799, t. V, exp. 10.
734
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 199, Aos 1800 1802, t. VI, exp. 1.
288
De ...intil e inhbil para buscar la vida calificaba el suegro Maestre de Campo, a
su yerno Juan Vicente Romero en una causa originada en el Ro Segundo en 1775
736
.
Aniceta Ponce solicitaba la separacin del lado de su esposo Isidro Helguero
declarando vivir en un estado de suma pobreza y necesidad reconociendo mantenerse la
familia ... de los conchabos de mi hijita mayor, de la limosna de una abuelita tullida y de
una criada fiel y anelosa"
737
.
Por otra parte, la participacin de mujeres de servicio domstico de condicin libre y
esclava en las causas de divorcio y nulidad en calidad de testigos de los hechos, resulta harto
frecuente y contribuye a brindar una imagen de la importancia desempeada por las mujer en
dicha actividad en donde desempeaban todo tipo de tareas como lavanderas, vendedoras de
licores y comestibles en el mercado para ayuda del mantenimiento del hogar propio o del
amo, elaboracin de dulces, tareas de nodriza y colaboracin con el funcionamiento del hogar.
En sntesis, en las causas analizadas hemos encontrado casos de parejas desavenidas
738
pertenecientes a funcionarios pblicos, comerciantes ms o menos exitosos, militares, entre
ellos, Capitanes, Maestres de Campo, Alfrez, Tenientes, Sargentos, Msicos del ejrcito y
soldados raso. Son numerosos los individuos habitantes de la campaa de modesta condicin
que desarrollan actividades relacionadas con las tareas agropecuarias. Se observa a no pocas
esposas participando activamente del sostenimiento del hogar, colaborando con ellas
especialmente las hijas mujeres. An en casos de cnyuges de individuos de holgada posicin
como es el caso de algunos comerciantes, la realidad indica que cuando las relaciones de la
pareja se deterioraba, la esposa no pocas veces deba procurarse sola su sustento, ya que el
marido no siempre cumpla con su terico deber de mantenimiento de la casa, especialmente
en casos de adulterio en los cuales la relacin paralela a la legtima llevaba a estos hombres a
desatender al hogar oficialmente constitudo y, en ocasiones, al descuido de sus labores de
sustento.
Se corrobora que si bien se advirten en los juicios casos de parejas pertenecientes a
sectores subalternos de la sociedad, blancos pobres y pardos especialmente, no se advierte que
concurrieran a solicitar auxilio de la justicia por desavenencias conyugales, al menos de modo
735
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 46.
736
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 11.
737
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp, 18.
738
En Cambresis, Francia durante el siglo XVIII todas las clases sociales se ven representadas en las demandas
de divorcio, incluso los sectores populares pero fundamentalmente la nobleza y la burguesa, cfr. DUPAQUIER
J. (314 315) (director) Ob. Cit.
289
significativo, como es frecuente encontrar en los expedientes criminales, individuos de
extrema marginalidad
739
.
Como se ha observado, entre otros para el caso de Lima
740
, consideramos que la
conflictividad conyugal en el rea de la jurisdiccin del Obispado de Crdoba no pareciera
corresponder a un status socioeconmico en particular ya que se han encontrado ejemplos de
parejas pertenecientes a familias calificadas de distinguidas , as como otras de extraccin
socio-racial no privilegiada, si bien concordamos con el hecho de que los intereses materiales
en juego existentes entre los miembros de las parejas acomodadas contribuiran a que sus
integrantes disimulasen con mayor esmero sus reyertas en beneficio de su preservacin como
grupo
741
.
En relacin a la condicin jurdica de las parejas, excepto en un solo caso de una
esposa esclava acusada de adulterio por su marido, el resto de los individuos eran de
condicin libre. La instruccin de las parejas en trmite de divorcio constituye una variable
de difcil consideracin dado que, como en general los esposos utilizaban un procurador que
los representaba, resulta complejo sopesar si las firmas que aparecen al pie de la
documentacin pertenece o no a los mismos y en caso afirmativo, si la costumbre de firmar
implicaba necesariamente conocimentos ms amplios de lectura y escritura. No resultaba
siempre frecuente, al menos de modo sistemtico, que marido o mujer concurrieran a prestar
testimonio tomndoseles declaracin ante el Sr. Provisor, porque en esos casos s se les
interrogaba acerca de su edad y si saban o no firmar; hemos detectado alrededor de una
veintena de individuos que saban firmar, en general de sexo masculino, en las mujeres
interpretamos la capacidad de estampar la firma como una manifestacin de pertenencia a un
status social acomodado, sin embargo, algunas jvenes identificadas como pertenecientes a
las mejores familias de la ciudad no saban firmar, en un caso, una joven veinteaera
concurra a aprender a leer y escribir a la morada de su novio donde la madre de ste le
enseaba
742
.
Por otra parte, el apelativo de don o doa tampoco aparecen como plenamente
confiables como elementos aislados a la hora de definir el status de una persona, ya que su
uso vari a lo largo del tiempo y, por otra parte en algunos casos, aunque muy aislados, se
739
Coincidimos con Silvia Mallo que en relacin a la pertenencia social de los sujetos involucrados en Juicios de
Divorcio expresa que : los sectores bajos que tienen acceso a la justicia no son en realidad aqullos que se
encuentran en los lmites de la marginalidad y que aparecen en los expedientes vinculados al delito. Cfr.
MALLO, S.(1992: 376) Ob. Cit..
740
GONZLEZ del RIEGO, D. (1999: 138) Ob. Cit.
741
Las clases altas aparecan poco en los juicios, cfr. FLORES GALINDO, A. y CHOCANO, M. (1984: 406
407) Ob. Cit.
742
Dichos casos son identificados en el captulo referido a la promesa esponsalicia.
290
tropez con que se haba utilizado la expresin de don para identificar a individuos los cuales
en otras partes del expediente figuraban como pardos; es por ello que se ha enfatizado aqu en
variables relacionadas con la ocupacin, designacin socio-racial, condicin e instruccin de
la persona, como instrumentos de aproximacin a la observacin de los perfiles sociales de
los mal casados
743
.
Anlisis de la causalidad de los divorcios quoad thorum
1. La violencia social como contexto de la violencia domstica
La aproximacin al anlisis de la causalidad de las querellas de divorcio obligan a
poner sobre el tapete el tratamiento del tema de la violencia conyugal.
En ese sentido, cabe destacar que la violencia constitua uno de los ingredientes que
caracterizaron a la sociedad colonial y post-colonial
744
. La construccin de un orden
establecido sobre bases autoritarias en el cual la intolerancia, el segregacionismo, el prejuicio
socio-racial conformaban algunas de sus caractersticas, habra contribudo a tal fenmeno.
En el fundamento de la conformacin de la sociedad se hallaban instaladas
diferencias entre sus miembros. Desde una concepcin social que contemplaba la
esclavitud, la diferenciacin de los grupos constitua un principio de verdad natural que el
autor de la Creacin haba establecido.
La imagen de una sociedad separada en distintos estratos sociales diferenciables unos
de otros, representada en una pirmide en la cual los blancos ocupaban la cspide, y en
escalones descendentes sucesivos se iban ubicando los otros grupos de sangre mezclada y en
cuyo pie se instalaban los esclavos, se repite en ciertas descripciones de la sociedad
Hispanoamericana colonial. En esta visin los individuos parecan actuar en perfecto orden y
desenvolverse cmodamente dentro de una construccin en la cual cada uno saba el lugar
que le corresponda y actuaba en funcin de su pertenencia social. La consulta documental
pareciera mostrar que los blancos del sector acomodado no habran sido necesariamente
743
Si bien en sus orgenes en la Alta Edad Media el calificativo de don fue un distintivo honorfico que se
agreg al nombre de los individuos pertenecientes a la ms alta nobleza. En la Espaa de fines del siglo XVI y
comienzos del XVII su uso se generaliz al punto de que era obligatorio en la mujer, en cambio se regateaba
todava en Portugal donde conservaba su importancia. Segn Moreri en su Gran Diccionario Histrico, a partir
del siglo XVII en algn tiempo en Andaluca lo usaron hasta las rameras. En Amrica a fines del siglo XVII se
sola titular a los dueos de estancias con el don pero consta que no lo usaban personalmente en su
correspondencia ni en sus actuaciones oficiales. Esta informacin ha sido consultada en: MOLINA, R.
(1965:297, 301, 303) Origen del Don en Boletn de la Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires, t.
XXXVIII, primera seccin pp. 297 304.
744
Sobre el tema de los conflictos y la violencia familiar consultar el trabajo reciente de MORENO, J. L. (2002)
Conflicto y Violencia familiar en el Ro de la Plata, 1770 1810 en Taller de Discusin sobre La Familia,
Universidad de Quilmes.
291
siempre tan blancos ni todos los individuos tenidos por distinguidos
745
se diferenciaran
culturalmente siempre tanto de grupos menos favorecidos socialmente; que los blancos
pobres estaran no pocas veces casi asimilados a otros sectores subalternos en la vida prctica
y que la confusin de colores constituira otro de los rasgos de esta sociedad en la que el
ingrediente racial no conformara el nico factor de diferenciacin social, advirtindose
adems al menos en las postrimeras de la dominacin colonial una tensin originada, entre
otros aspectos, en la pugna de ciertos grupos por lograr una insercin social ascendente
resistida por otros, quienes defendan el lugar que se les haba acordado, y al cual no estaban
dispuestos a renunciar.
Se ha destacado que la presin tnica, resultado de la mezcla racial propia de la
realidad hispanoamericana, habra agudizado tensiones entre los distintos grupos
contaminando las relaciones no solo entre sectores preeminentes y plebe sino del conjunto de
la sociedad
746
. Tensiones entre los rdenes religioso y temporal, choques resultantes de una
concepcin asimtrica entre los sexos en el marco de una ideologa patriarcal; parejas que
vivan sin estar casadas, hijos que nacan fuera del matrimonio, uniones inter-raciales,
constiuan elementos desestabilizadores del orden social que desde los estratos ms altos del
poder se pretenda preservar. La inauguracin de la poca republicana no habra de cambiar
tal panorama, por el contrario, el enfrentamiento entre criollos y espaoles europeos; las
luchas entre facciones durante las guerras civiles habran de intensificar el fenmeno de la
violencia social. La continuidad de la vigencia de las leyes espaolas coexistiendo con el
Derecho patrio hasta bien entrado el perodo independiente constituye un reflejo de la
persistencia de una mentalidad que llevara dcadas modificar
747
.
745
PUNTA, A. I. (1997:115) sostiene para el caso de Crdoba que, excluyendo a algunos clrigos, la lite
colonial cordobesa no se habra caracterizado en trminos generales por una gran cultura , cfr. Crdoba
borbnica. Persistencias coloniales en tiempo de reformas (1750 1800), Universidad Nacional de Crdoba. En
ese sentido, J. FARBERMAN (2001:95) seala que en la justicia tucumana no sera observable una gran
distancia cultural entre reos y jueces, cfr. Sobre brujos, hechiceros y mdicos. Prcticas mgicas, cultura
popular y sociedad colonial en el Tucumn del siglo XVIII, en Cuadernos de Historia, Serie Economa y
Sociedad, rea de Historia del CIFFyH, Universidad Nacional de Crdoba, Crdoba, pp. 67 105.
746
En la descripcin de la violencia y la descripcin de la tensin tnica como fenmeno social tomamos
algunos interesantes aspectos desarrollados en FLORES GALINDO, A. (1983) Los rostros de la plebe en
Revista Andina, Cuzco, N 2, diciembre, pp. 315 - 368
747
En relacin a la obra legislativa de la Asamblea del ao XIII, estudios realizados por Julio V. Gonzlez
demostraron que las leyes fundamentales por ella sancionadas reproduce idnticas leyes emanadas de las
Cortes de Cdiz del 2 de abril de 1811 y 10 de enero de 1812. Algunas de estas medidas se relacionan con la
abolicin de la esclavitud, la supresin del tributo de los indios americanos, la abolicin de los mayorazgos, de
la tortura, la supresin del Tribunal de la Inquisicin. Ello lleva a afirmar a Cayetano BrunoEsta falta de
originalidad y consiguiente afn de imitacin servil regulan asimismo todas las disposiciones de carcter
religioso...Cfr. BRUNO, C. (1972: 42, 43) Historia de la Iglesia en la Argentina, Don Bosco, Buenos Aires,
tomo VIII. Sin pretender introducirse en una discusin sobre el grado de originalidad de la obra de los actores
revolucionarios de Mayo que por otra parte escapa totalmente a los objetivos de esta investigacin, la intenin
es simplemente reforzar la idea de la continuidad existente en la mentalidad cultural vigente tras los hechos de
292
Cierta insensibilidad en relacin al sufrimiento corporal, escasa conmiseracin ante el
dolor fsico
748
habran constitudo algunos de los rasgos culturales de la poca en el contexto
de una concepcin de justicia en la cual los castigos se aplicaban sobre el cuerpo de las
personas: azotes, grillos, cepo, estigmatizacin fsica del delincuente
749
, reclusin, destierro,
el espectculo pblico del castigo fsico cumpliendo una accin ejemplificadora
conformaran rasgos de la cotidianeidad social, sin olvidar la vigencia de la pena de muerte.
Un marco de violencia que no sera caracterstica exclusiva de las sociedades
contemporneas, constituira el entorno de ciertos episodios de maltrato conyugal
750
.
2. El conflicto conyugal y los fundamentos ideolgicos del matrimonio
La tensin que se desprende de los episodios de la vida matrimonial de las parejas en
los casos de divorcio estudiados, lleva a plantear la existencia de conflictos en ciertas
relaciones conyugales. En el concepto de conflicto se hallan subyacentes las ideas de lucha,
combate, antagonismo, adversario, incertidumbre y una cuota de angustia
751
.
En el anlisis del enfrentamiento entre esposos resulta pertinente interrogarse acerca
de la visin imperante en el imaginario social de la poca tratada en relacin a las conductas
y procederes esperados y considerados como ideales en el comportamiento masculino y
femenino dentro del universo matrimonial. Es posible pensar que en la medida en que el
accionar del cnyuge se adecuara a la imagen social modlica, resultaran dadas mejores
condiciones para la convivencia pacfica de la pareja; la contradicin al modelo contribuira a
producir, en cambio, la confrontacin.
Fruto de un acuerdo entre Iglesia y Estado fue la incorporacin a la legislacin de los
principios morales del cristianismo y el delineamiento de una tica familiar cristiana
752
. La
identificacin entre leyes espirituales y terrenales conllev la asociacin de la idea de delito
con la de pecado. A la vez, la generalizacin del modelo universal cristiano reforz la
legitimidad de la autoridad monrquica fundada en la naturaleza divina de los reyes; en ese
1810 y la lentitud de los cambios sociales especialmente en la valoracin del hombre/mujer comn de aqullos
das.
748
FLORES GALINDO, A. (1983) Ob. Cit.
749
Recurdese por ejemplo la costumbre de colgar al delincuente un trozo de charqui al cuello. Acerca de las
variedad de penas corporales aplicadas a los reos en la pirmera poca republicana vase GHIRARDI, M.M.
(1986) La campaa cordobesa a travs de los procesos judiciales, 1835- 40 Tapas, Crdoba.
750
En torno a los hijos como testigos de la violencia conyugal, vase tem desarrollado en este mismo trabajo en
Lazos Familiares, Cuarta Parte.
751
DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA ESPAOLA, (1990) Madrid.
752
Cfr. En relacin a los principios ideolgicos que dieron forma al modelo de familia tradicional, seguimos a
CICERCHIA, R. 1990 : 94 y sig., Ob. Cit.
293
contexto, la familia constituy un instrumento de significacin en el control social, su funcin
preponderante radicaba precisamente en mantener y reproducir el orden existente. La unin
matrimonial cannica, paso primero y necesario hacia la constitucin de la familia cristiana se
constituy en jurisdiccin exclusiva de la Iglesia.
El discurso ideolgico del cristianismo en materia matrimonial llevaba implcito un
mensaje de moralizacin de la sociedad el cual dio origen a variadas obras didcticas
tendientes a suministrar consejos prcticos a los cnyuges utilizando como fuentes tericas las
Sagradas Escrituras, la Doctrina de los Padres de la Iglesia, el Derecho Cannico y autores de
la antigedad clsica
753
. La opinin de la Iglesia en relacin a la mujer no careca de
complejidad ya que si bien por una parte sus enseazas enfatizaban la igualdad de condicin
y dignidad de todos los hijos de Dios, por otra legitimaba la inferioridad femenina
sumindola en una situacin de subordinacin, en la sociedad y especficamente dentro del
matrimonio. La concepcin de una naturaleza femenina inferior en comparacin con la del
hombre pareca justificada en prrafos del Gnesis en relacin a la idea de que la mujer no
habra sido creada como en el caso masculino, a partir de la naturaleza divina, sino en base a
una parte de la materia carnal de ste:
Entonces el Seor Dios hizo caer sobre el hombre un profundo
sueo, y cuando ste se durmi tom una de sus costillas y cerr
con carne el lugar vaco. Luego, con la costilla que haba sacado
del hombre, el Seor Dios form una mujer y se la present al
hombre. Y el hombre exclam: esta si que es hueso de mis huesos
y carne de mi carne! Se llamar Mujer, porque ha sido sacada del
hombre
754
.
As como en tiempos del descubrimiento de Amrica, juntas de telogos y
juristas dicutan sobre la naturaleza humana del aborigen, ya en los primeros siglos de la Era
Cristiana los Padres de la Iglesia haban deliberado sobre la existencia de un alma en la mujer.
Elevada a la dignidad de persona humana permaneci sin embargo como un ser de segunda
categora, siendo el hombre como persona del sexo masculino el rey, amo y centro del
mundo. En ese sentido, la mujer era entendida como una propiedad del hombre
755
. El Obispo
de Segovia Pedro de Cullar inclua en 1325 a la mujer en el dcimo mandamiento entre los
753
Cfr. CAMPO GUINEA, M. J. (1997 : 101) Mujer y violencia conyugal en Navarra (s. XVI XVII) En
Historia de la Mujer e Historia del Matrimonio, Universidad de Murcia.
754
SAGRADAS ESCRITURAS, Antiguo Testamento, Gnesis 2 .21.
755
Cfr. VALVERDE, L. (1988 : 35), Contexto social y situacin de la mujer vasca en el Antiguo Rgimen en
La Mujer en la Historia de Euskal Herria, Langaiak,12.
294
bienes muebles que el varn no deba codiciar de su vecino, equiparndola al siervo, a la
sirvienta, al buey y al asno
756
.
La atribucin de una cierta malicia propia de la condicin femenina la convertan en
un ser no exento de cierta peligrosidad para el varn, caractersticas stas patentizadas en el
ejemplo del comportamiento de Eva en el Paraso:
Cuando la mujer vi que el rbol era apetitoso para comer,
agradable a la vista y deseable para adquirir discernimiento, tom
de su fruto y comi; luego se lo dio a su marido que estaba con
ella y l tambin comi. Entonces se abrieron los ojos de los dos y
descubrieron que estaban desnudos
757
.
La debilidad fsica y espiritual, la propensin a corromperse y a corromper, la
maliciosidad, constituan algunas de las pretendidas caractersticas femeninas que fueron
perfilando su situacin de inferioridad genrica y definiendo su ubicacin en la sociedad y
especialmente en la familia. Segn esta concepcin, la mujer era considerada como una
menor dependiente del padre durante su soltera y del marido una vez casada, sin influencia
en la vida poltica y presencia marginal en los aspectos econmicos y sociales. El mdico
navarro Huarte de San Juan en el siglo XVI justificaba su hiptesis sobre la incapacidad
intelectual de la mujer apoyndose en la teora de los humores de Aristteles, as sostena
que:
Las hembras, por razn de la frialdad y humidad de su sexo, no
pueden alcanzar ingenio profundo
758
.
Considerada inhbil por naturaleza, la mujer apareca como un ser dbil, de voluntad
lbil, inferior al hombre, necesitada de gua y consejo, por lo cual deba estar subordinada al
sexo masculino
759
:
756
Citado en: MARTN, J. L Matrimonio cristiano y sexualidad medieval, en Historia 16, ao XI, n124.
757
SAGRADAS ESCRITURAS, Antiguo Testamento, Gnesis 3.6.
758
HUARTE DE SAN JUAN, J. Examen de ingenios para las ciencias Edicin comparada de la prncipe
(Baeza 1575) y la sub prncipe (1594) por Rodrigo SANZ, citado en VALVERDE L. (1988:35) Ob.Cit.
759
Esta concepcin en torno a la inferioridad femenina es muy antigua y se halla ya presente en el Derecho
romano clsico donde se la consideraba de carcter ligero y expuesta al engao (fragilitas sexus) por lo que se la
sujetaba a tutela careciendo de toda potestad como madre de familia, no disfrutando adems de derechos
polticos. En la poca postclsica la situacin cambi a su favor; en el derecho castellano, por influencia del
derecho visigodo que la favoreca su situacin mejor an ms durante la Alta Edad Media. En la Baja Edad
Media en cambio, debido a la recepcin del Derecho comn su condicin jurdica sigui un notable retroceso. Si
bien la Ley cannica castigaba igualmente la infidelidad del hombre como la de la mujer, el Derecho Castellano
era ms severo con la esposa que con el marid. Esta diferencia permaneci en el Derecho moderno y su situacin
se extendi a Indias. Ya en el Derecho nacional la incapacidad jurdica relativa de la mujer casada
especialmente, persisti an en el Cdigo Civil, adquiriendo su plena capacidad en esta materia recin en 1968
295
Y por esta razn ensearon algunos de los Padres, que fue
formada no solo de los pies sino del costado del marido: como
tambin fue hecha no de la cabeza, para que entendiese que no era
seora sino sbdita del marido...
760
.
En su Instruccin a la mujer cristiana Juan Luis Vives adoctrinaba a la esposa a fin
de que aceptase dcilmente y de buen gusto su papel de sujecin y respeto al marido:
Agora porque mejor puedas obedescer a tu marido y vivir
en todo conforme con su voluntad, la primera cosa que hicieres
entrando en su casa has de conoscer sus costumbres y considerar
su condicin y tantear el estado en que vive y su fortuna. Porque
hay diversidad entre los maridos, como en todas las otras cosas,
bien que todos se deben amar, acatar, obedescer, ms todos no
son de tratar de una manera, ni llevarlos todos por un rasero [...]
esto es verdadero amor de buena mujer
761
.
Sumisin, subordinacin, sujecin, sometimiento, obediencia, acatamiento, docilidad,
constituyen algunas de las principales virtudes femeninas que deba poseer una esposa segn
el discurso ideolgico del matrimonio cristiano. Conductas contrarias a este modelo femenino
en la vida conyugal acarreaban conflictos; estaba admitido que el marido corrigiese los
comportamientos indeseables de la esposa a travs de castigos moderados considerados
como convenientes para el buen funcionamiento y la armona de la vida en comn. As
adverta Vives en su Instruccin:
... y si por caso su marido riere con ella, por mucho
que le diga y la maltrate, nunca ella le responder [...] ni le
hablar con enojo...
762
.
Interesa destacar la comprobacin de la vigencia del concepto de subordinacin de la
mujer al marido y de la legitimidad del ejercicio de su potestad sobre ella hasta el final del
perodo de anlisis, esto es, mediados del siglo XIX. Ello queda corroborado por ejemplo en
un juicio de divorcio por sevicia y malos tratos entablado por una esposa en el ao 1847
contra su marido; refirindose al matrimonio el discurso social de la Iglesia se haca presente
en la demanda de la esposa, en la cual a travs del procurador expresaba:
...crei asegurar mas mi futura suerte con este sagrado vinculo
que contraje por el ao proximo pasado y en vez de hallar en l un
por la ley 17.711, obteniendo la patria potestad conjunta sobre sus hijos en 1985. Cfr. LEVAGGI, A. (1987
:102,103) Manual del Derecho Argentino, Depalma, t. II.
760
Cfr. Catecismo del Santo Concilio de Trento para los prrocos ordenado por disposicin de San Po V,
Roma, 1761: 343 en CAMPO GUINEA, M.J. (1997: 102) Ob.Cit.
761
Editorial Igno, Madrid, 1936 : l05, consultado en CAMPO GUINEA, M.J.(1997: 101) Ob.Cit.
762
Ibdem. p.116.
296
yugo suave y saludable por la naturaleza misma y por el fin
sagrado de su institucion. Encontr por la indiscreta sencillez de
mi eleccion, un peso insoportable, en una indole cuya ferocidad no
ha podido morigerar mi paciencia y mi silencio
763
.
Como puede apreciarse, las expresiones yugo suave y saludable unidas a la idea de
naturaleza y al fin sagrado del matrimonio contenidas en la misma frase consienten y
afirman la licitud de la situacin de opresin de la mujer al varn cimentada en una verdad
natural y vinculada al objeto mismo del casamiento. Los lmites de tal sujecin continuaban,
desde la prctica de los comportamientos, segn se desprende de este ejemplo, tan vagos
como a comienzos del mil setecientos, al inicio del perodo en anlisis. Poco se haba
adelantado en ciento cincuenta aos en relacin a la dignidad de la condicin femenina en el
matrimonio y por ende, en la sociedad.
No establecidos ntidamente los lmites entre lo que se consideraba una reconvencin
adecuada y una reprimenda ms agresiva, la prctica conyugal presentaba en la realidad la
ms variada gama de situaciones imaginables. Esta aceptacin social del castigo impuesto
por el marido a la esposa tendra serias consecuencias y constituira en muchos casos el
fundamento de conductas violentas de maridos golpeadores. El sometimiento y la resignacin
no fueron siempre las respuestas adoptadas por las mujeres ante situaciones extremas
planteadas en el seno de la pareja. Si bien la indisolubilidad del vnculo era uno de los rasgos
que caracterizaban a la unin sacramentada segn el Derecho Cannico del matrimonio,
existan casos extremos en los cuales la Iglesia autorizaba el divorcio entendido como
separacin de cuerpos. La perduracin del vnculo conllevaba la prohibicin de contraer
nuevas nupcias pero permita la separacin de mesa y lecho, por lo tanto, la interrupcin de la
cohabitacin. Constituyendo obligaciones intrnsecas a la unin sagrada de la pareja la
corresidencia, la fidelidad y el respeto mutuo, la Iglesia estableca la intervencin de la
Justicia Eclesistica en casos extremos de abandono del hogar, adulterio material y riesgo de
prdida de vida por maltratamiento764.
En sus presentaciones ante la Justicia Eclesistica, mujeres y varones aludan a las
caractersticas de la vida matrimonial, expresando el contraste entre la imagen ideal que
tenan de la vida conyugal y la realidad de las situaciones planteadas en su convivencia
marital. Entre los ingredientes propios de la vida conyugal ideal mencionados en los
763
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de divorcio, Legajo 203, Aos 1826 1849, exp. 62, f.1. Causa por
sevicia y malos tratos. La esposa era vecina de la ciudad, se trataba de Doa Tomasa Heredia quien entabl
denuncia por crueldad manifiesta contra su esposo Roque Peredo.
764
MOLINA, R. (1991 296 y sig.) La familia portea en los siglos XVII y XVIII Historia de los divorcios
en el perodo hispnico, en Fuentes Histricas y Genealgicas Argentinas.
297
expedientes pueden mencionarse por ejemplo: la tranquilidad domstica, la armona
general, la fidelidad matrimonial, el amor conyugal
765
o el tierno amor
766
.
En la demanda entablada contra su marido, doa Mara del Rosario Caldern se refera
al sacramento del matrimonio como ...uno de los ms bellos vnculos de la sociedad...
767
.
Sabrina Selis (sic) de Quiroga se manifestaba contrariada describiendo su vida matrimonial
como un continuo martirio: ...tan contra el fin del matrimonio que es la pas y union de los
casados...
768
.
En concordancia con lo expuesto, la autoridad eclesistica recomendaba paternalmente
al matrimonio Bazan Ferreyra Abad:
...que como buenos casados tengan paz y quietud haciendo para
ello cada uno lo que estubiese a su alcance...
769
.
El requisito de la cohabitacin de los casados, era frecuentemente reclamado por los
maridos frente a algunas esposas que se negaban a cumplir su deber de seguirlo donde ellos
fuesen: as, Domingo Maurn por ejemplo juzgaba que la cohabitacin era ...necesaria .para
la estavilidad de los matrimonios [tanto como] la subordinacion y an el amor conyugal...
770
.
El matrimonio apareca segn estos testimonios como una especie de estado de
perfeccin caracterizado por la paz, el sosiego y la armona. La realidad de la vida en
comn que se desprende de los relatos de los casos llevados a la justicia, presentaba otro
cariz.
Y mientras las mujeres enfatizaban su derechos a ser asistidas junto con sus hijos en
relacin a la alimentacin y al vestido especialmente, y denunciaban -como veremos- actos
de infidelidad y brutalidad por parte de sus cnyuges, los varones reclamaban sujecin,
prudencia, fidelidad y respeto a sus esposas y se quejaban de que eran voluntariosas,
desobedientes, alborotadoras, de natural intrpido, impertinentes y atrevidas.
765
AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 201, Aos 1811 1814, t.VIII, exp. 2.
766
AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp.10 , f. 9: Causa por
despojo de legtima mujer.
767
AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 201, Aos 1811 1814, t. VIII, exp.7.
768
AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 194, Aos 1688 1745, t. I, exp. 4, f. 72: Causa por
sevicia y malos tratos.
769
AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, t.II, exp. 5. f.109. Causa por
sevicias.
770
AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, t.II, exp. 10. f.7.
298
3. Tipificacin de la violencia conyugal
El acto violento en el mbito familiar puede ser entendido como la expresin en
ciertas personas de la rigidez de su sistema de creencias establecidas sobre modelos formales
e idealizados, encerrados en moldes de exigencias y expectativas a veces inalcanzables en el
comportamiento del otro miembro de la pareja
771
. Dentro de los distintos tipos de violencia
observados en los litigios de divorcio analizados, la aplicada por el marido a la esposa,
correspondera a la clasificacin de violencia castigo ya que tiene lugar entre personas
vinculadas por una relacin de tipo complementario, es decir desigual segn el sistema de
creencias vigente en la sociedad. Al tratarse de una relacin no igualitaria la violencia es
unidireccional e ntima. Segn el agresor el castigo siempre est justificado, es moderado y
merecido por la falta observada por el otro. Quien ejerce la violencia se sita en una
posicin de superioridad con respecto al quien se merece el castigo y debe aceptarlo sin
rebelarse
772
.
En la actualidad, el fenmeno de la violencia domstica contina teniendo plena
vigencia. Con el elocuente ttulo de Mi marido me pega lo normal
773
un mdico forense
espaol resumi con una frase que le fue dicha por una paciente, el terrible problema que
implica la aceptacin social, an en tiempos contemporneos de una realidad que ubica a la
esposa en un rol de pasividad y aceptacin y que la convierte no pocas veces en principal
vctima de la ira del cnyuge en el seno del hogar.
En el 89% de los juicios de divorcio analizados en este trabajo para el perodo 1688
1850 se posee informacin acerca de las causas que originaron las demandas de divorcio
774
.
771
Cfr. PERRONE, R. y NANNINI, M. (1998: 50 y sig.) Violencia y abusos sexuales en la familia: Un abordaje
sistmico y comunicacional, Paids, Barcelona.
772
Ibdem, pp. 33, 36.
773
LORENTE ACOSTA, M.A. (2001) Mi marido me pega lo normal, Crtica. En la mencionada obra el autor
explica como en pocas anteriores la esposa malcasada en Espaa deba resignarse a su suerte siendo apaleada
sistemticamente por el marido durante toda su vida sin otra alternativa que soportar o morir. En el artculo que
lleva el mismo nombre del mencionado libro, la escritora espaola MONTERO, R. (2001) La Voz del Interior
domingo 24 de junio destaca la gravedad del fenmeno de violencia conyugal en Espaa afirmando que en los
cinco primeros meses del ao 2001 las mujeres muertas a manos de sus maridos en Espaa ascendan ya al
nmero de veinticuatro. La autora insiste adems en que dicho problema presenta en ese pas matices de mayor
virulencia que el terrorismo dado que en el ao 2000 las vctimas del mismo ascendan a una veintena mientras
que mas de sesenta mujeres haban muerto asesinadas por sus cnyuges. Interesa presentar estos datos tanto por
las races histricas del fenmeno que asemeja notablemente la crueldad evidenciada en los casos estudiados en
este trabajo para siglos pasados con los hechos narrados en dicha obra por el mdico espaol, como as tambin
resaltar la relacin entre prcticas culturales hispanas que cuentan con antecedentes centenarios y prcticas
semejantes de la sociedad americana.
774
Para el caso de la Francia del Antiguo Rgimen, en la localidad de Cambrai las principales causas de divorcio
eran: trato brutal del marido a la mujer, adulterio y cuestiones financieras, cfr. DUPAQUIER J. (director) Le
mariage et la famille...Ob. Cit. pg. 315.Segn GONZLEZ del RIEGO, D. (1999:132) Ob. Cit. Entre los
299
En la gran mayora de los casos exista no una, sino varias razones asociadas en las que se
fundaba la solicitud de divorcio. A los fines del anlisis se procedi a seleccionar una de ellas
considerada como determinante: se unific el criterio estableciendo que siempre que
existiesen descripciones de castigos corporales, tales los casos de denuncias de golpes,
colgamientos, heridas, denominadas en este trabajo violencia corporal directa
775
, dicha
causa sera entendida como principal, ya que la misma involucraba riesgo de prdida de vida.
En un 62.5 % de los casos, la VCD aparece registrada como causal.
La violencia corporal indirecta
776
se define como aqulla en donde, ocasionndose
dao fsico, ste se produce de un modo indirecto, a travs del abandono de persona: falta de
asistencia en la enfermedad, exposicin a la intemperie, falta de satisfaccin de necesidades
primarias como alimentos, vestido; etc. denunciada en un 13 % de los casos estudiados-.
Por violencia psicolgica
777
24.4 % de los casos - se entienden actitudes que
involucran un dao emocional, afectivo, ejercido a travs de insultos, amenazas, difamacin,
humillaciones, ultraje oral, injurias, amancebamiento, adulterio, privacin del contacto con el
mundo exterior.
Grfico N13
Tipificacin de la causalidad Divorcios quoad thorum en jurisdiccin del Obispado de
Crdoba 1688 - 1850
causales ms importantes para solicitar el divorcio en Lima colonial adems del mutuo consentimiento se
destacaban el adulterio, tanto en hombre como en mujer, la sevicia y los malos tratamientos.
775
La clasificacin de los causales de divorcio utilizada en este trabajo est tomada de CAMPOS GUINEA,
M.J.(1997: 104) Ob.Cit. Para referirnos a la violencia corporal directa, en adelante utilizaremos: VCD.
776
En adelante VCI.
777
En adelante VPS.
300
3.1. La violencia corporal directa y el peligro de vida como causal de solicitud del
divorcio
3.1.1. Formas de maltrato corporal, espacio fsico donde se ejercan, peritajes mdicos,
armas, el por qu de los castigos, los testigos de la violencia familiar
En la tipologa de los castigos fsicos inferidos por los maridos a sus esposas segn las
denuncias efectuadas por las mujeres por stas cabe mencionar descripciones
778
de
colgamientos, patadas, trompadas, quebraduras, golpes, pualadas, estocadas, cuchillazos
quemaduras, entre otras. No solan faltar componentes sdicos en los episodios de violencia
tales como conducir a la vctima a lugares apartados de noche
779
, azotarla y abandonarla en
778
Como se ha observado al realizar la valoracin de las fuentes y sus limitaciones, algunos autores remarcan la
exageracin en los relatos sealando que stos tenan mucho de ficcin y constituan una construccin de la
defensa. Coincidimos en que, efectivamente, al considerar las descripciones de los castigos debe tenerse
presente que el objetivo de los escritos estaba destinado a conmover al juez, y por lo tanto los mismos insistan
en aspectos que impactasen su sensibilidad, sin embargo disentimos en la afirmacin de que Absolutamente
todos (los relatos de maltrato) narran hechos exagerados de violencia y en aqulla en donde expresa no
creemos que todos los hombres la hayan manifestado de la misma manera (a la violencia), cfr. GONZLEZ del
RIEGO, D. (1999:135) El divorcio... Ob. Cit. En ese sentido, los resultados de las pericias mdicas dando
cuentas de las heridas en el cuerpo de las mujeres vctimas de la violencia resultan harto elocuentes, as como las
exposiciones de las partes lastimadas de las mismas mujeres ante los tribunales. Por otra parte pensamos que la
similitud de los hechos narrados, -aunque la variedad de hechos descriptos es asombrosamente abundante- no
justifica la conviccin de que todos eran relatos exagerados, es posible que la semejanza de los hechos halle
su fundamento ms bien en la semejanza de modos de vida similares de la sociedad y la sevicia descripta
constituya el resultado, a nuestro entender, de la ideologa predominante en la sociedad acerca de la inferioridad
femenina y de los usos y costumbres en el trato entre cnyuges que de ella se derivan.
779
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de divorcio, Legajo 203, Aos 1826 1849, leg. 62, f. 2 y 2 vto. Doa
Tomasa Heredia relataba en 1847 como su marido Roque Peredo ...en medio de la tenebrosa obscuridad de
301
silencio en la soledad
780
, o introducir en el interior de las prendas de vestir objetos ardientes y
obligar a la persona a soportar el dolor sin permitirle extraerlo. El rapto de la esposa por
malvivientes como acto intimidatorio es descripto para el caso peruano
781
. Presentada la
denuncia una vez que la causa era aceptada por el tribunal de justicia comenzaba el perodo de
prueba judicial, en ese sentido, la pericia mdica consistente en la revisacin de las seales
fsicas del castigo corporal, era un medio corrientemente utilizado a fin de evaluar la
gravedad de las lesiones. Hematomas, heridas, quemaduras, costillas quebradas, manos
cortadas, marcas de azotes, eran algunas de las seales presentadas por las esposas a fin de
probar el peligro de vida que entraaba la coexistencia con el cnyuge de la que deseaban
escapar.
La figura del mdico adquiere singular importancia en estos juicios ya que sola
solicitrseles su testimonio en las causas especialmente porque ellos conocan lo que podra
denominarse la historia clnica del maltrato cuando los castigos eran recurrentes en las
parejas y haban concurrido a prestar atencin a la vctima tras el episodio de violencia.
Los lugares ms frecuentes en los cuales transcurran los incidentes de fuerza eran en
general aqullos ms cotidianos, donde tena lugar la vida de la familia: el espacio donde se
coma y donde se dorma, el huerto, el monte cercano. La alcoba era escenario reiterado
donde se aplicaban golpizas y los hechos guardaban en ocasiones frecuentes connotaciones
sexuales. El relato acerca de un arma guardada bajo la almohada
782
y oportunamente sacada
a relucir en forma amenazante ante la negacin de la mujer al cumplimiento del dbito
conyugal parece haber consistido un recurso varonil en personalidades agresivas, a fin de
doblegar voluntades. El colgamiento del cuerpo femenino tambin era descrito en las escenas
de agresin fsica, sea atndolo de las vigas del techo de la vivienda, fuere sujetndolo de
los rboles del entorno.
Las armas preferidas consistan en elementos de uso cotidiano preferentemente masculino
tales como el lazo, el rebenque, las riendas u otros instrumentos de montar; tambin se
otra noche, me mando salir en su compaa y con semblante airado y taciturno, lo segu, y llevndome por los
altos barrancos solitarios del matadero, subiendo y bajando a pi, arribamos en fin; sin saber yo cmo, por
hallarme enteramente perdida; al arenal del rio; se tendi all y preguntndole el objeto de este viaje, despues
de un largo silencio, contest me retirase y denegndome a ello en semejante soledad, volvimos luego en
silencio a nuestra casa.
780
Cfr. LAVALL, B. (1986: 436) Ob. Cit.
781
Ibdem, pp. 436,37.
782
A modo de ejemplo valga la acusacin de Doa Gabriela Cabrera quien declaraba en su demanda de divorcio
que su marido le daba golpes y palos y que viva un sobresalto permanente explicando que ...todas las noches
al acostarse pone el cuchillo bajo la almoada aunque esten durmiendo a puerta serrada con deprabada malicia,
esperando por oras que ejecute con ella su intento...: cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de divorcio,
Aos 1811 1814, tomo VIII, leg. 201, exp. 16, f. 1 vto.
302
mencionaron piedras, palos y especialmente armas blancas como cuchillos, puales, dagas,
espadas; en algunos pocos casos tambin se alude al uso de pistola.
Las causas invocadas para la aplicacin del castigo solan hallar justificativo en los hechos
ms nimios hasta cuestiones de ms envergadura que despertaban celos desenfrenados en el
cnyuge: la comida fra, unos duraznos frescos que aparecieron sobre la mesa, la esposa
que se negaba a lavar el cabello del marido en el ro, la mujer que ofreca la mejor pieza de
alimento al husped de la casa; contestaciones irrespetuosas. Pero fundamentalmente, los
varones reprochaban a sus esposas su desobediencia e impertinencia.
Otra de las caractersticas de estos castigos radicaba en su carcter consuetudinario y en su
aparatosidad.
Los testigos naturales de los hechos de violencia eran en general, los hijos. Ya antes de su
nacimiento, an dentro del tero de la madre encarnaban a las primeras vctimas de la
violencia. Denuncias de abortos producto de castigos propinados en el vientre se reiteraban
incluso en ms de una oportunidad, por la misma mujer. Testimonios acerca de nios que
nacan con la nariz quebrada u otras deformidades por efecto de los malos tratos recibidos por
la madre aparecen relatados en los expedientes. Absorbiendo desde pequeos el lenguaje de
los golpes sobre el cuerpo de sus madres, de sus hermanos, y de los suyos propios, de los
castigos corporales aplicados a los esclavos de la casa, es de suponer que como adultos
habran de repetir conductas violentas semejantes, en sus propias familias.
Otros testigos corrientes de estos hechos constituan los criados y parientes de la casa, los
vecinos solan intervenir en defensa de la vctima cuando el episodio trascenda los lmites de
la vivienda y adquira visos de espectculo pblico. En ese sentido ha sido sealado un
espritu de solidaridad de gnero en la ayuda brindada ya que generalmente eran mujeres las
que socorran a la esposa sufriente. Como se ha dicho, la espectacularidad de ciertas reyertas
conyugales no deja de resultar sorprendente, especialmente cuando se trataba de personas de
reconocido status social. Tal el caso de doa Catalina de las Casas quien demand
criminalmente a su marido por intento de homicidio en 1746, al Capitn Luis de Toledo
Pimentel, natural y vecino feudatario de la ciudad de San Miguel de Tucumn: en efecto, por
sospechas acerca de un dilogo que su mujer habra tenido con un hombre, el marido corri a
la esposa por la calle y viol dos casas honradas. Segn declaraciones de testigos la mujer
se escondi en la casa de Don Francisco Xavier de Cabrera, debajo de su propia cama; el
marido meti medio cuerpo bajo del lecho dando estocadas hirindola en una mano. Se
describen corridas por casas, calles, tiendas, plaza y mucho alboroto de mugeres. En todo el
expediente de referencia se recalc lo ofensivo de resultas del escndalo producido por el
303
hecho, as como de la necesidad de vengar a la opinin pblica de tales situaciones
consideradas vergonzantes
783
.
En pleno campo tambin funcionaban ciertas redes de solidaridad, aunque es de suponer
que su eficacia era muy limitada: en un caso de intento de homicidio provocada por la sevicia
del marido, un vecino de la pareja en discordia, domiciliado a alrededor de cien metros de la
vivienda de stos, declar haber observado que:
...el da once sabe que la saco al monte; dia domingo, que la
muger del reo fue a pedir ayuda por que la iba a matar, que no la
desamparasen, que un amigo del reo le implor que no la matase y
el reo respondio: Usted baia a su negocio que io boi al mio...
[subrayado en el manuscrito]
784
.
3.1.2. Las voces de las esposas tamizadas por el discurso oficial acerca del rol de la
mujer. El modelo y las prcticas
Es llamativo tambin observar como la defensa de las esposas que, en realidad encerraba
la opinin de la Iglesia acerca de la condicin femenina en la voz de sus representantes, quienes,
por otra parte, eran hombres- se atena en sus escritos al discurso oficial sin contradecirlo, en
relacin a aceptar la influenciabilidad de la naturaleza femenina, an bien avanzado el siglo
XIX, al final del perodo de anlisis de nuestro trabajo. Tambin se evidencia que el matrimonio
apareca todava para las mujeres como una garanta en relacin a satisfacer los anhelos de
seguridad femenina, y la religin continuaba siendo, al menos en el discurso terico en los
tribunales eclesisticos, el modelo inspiratorio de su formacin como mujer. En el espritu de los
escritos judiciales, an en los de la defensa de la esposa, sta es presentada como un apndice
integrante de la figura masculina, un bien de su pertenencia y posesin, ello se ejemplifica en las
siguientes expresiones corrientemente utilizadas: entr en poder de mi marido...; me hallo
sujeta a el desde.... Reiteradas eran las acusaciones por sevicia y maltrato fsico que las
esposas manifestaban haber recibido de sus maridos en las causas que hemos includo dentro de
las de violencia corporal directa.
Tanto en la campaa como en la ciudad los casos de mujeres maltratadas o muertas,
cuando trascendan eran notificados a las dos justicias secular y eclesistica: en ese sentido
el Alcalde Ordinario de la Santa Hermandad, juez instructor en un caso de violencia
783
AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 3, f. 8.
784
AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 15, f. 2 vto., 5, 5vto,
6.
304
ocurrido en Calamuchita, se diriga al Provisor del Obispado informndole que Flix
Taborda habra matado a su mujer:
...el marido la llebo al monte y la castig con la maior crueldad
[...] la tagiado con el cuchillo toda ella [...] resulta que se a
perdido dicha muger sin saverze de ella, de donde se infiere se
haiga muerto y el dicho haiga ocultado su cuerpo...
785
.
Mas tarde la mujer aparece y la justicia procede a enviar a la esposa a casa de su
madre ...para ebitar qualesquiera fracaso que la amenasa cohabitando solos en su
casa....
786
. Durante el proceso, el reo, apresado y engrillado fue interrogado acerca de las
causas y la modalidad de los castigos aplicados a su mujer, quien en otras ocasiones ya
haba fugado de su hogar respondi que:
le pego un lasaso colgada en el monte pero que fue sobre la ropa
[debido a que] biniendo el que declara de lo de Don Silbestre
Prado una noche bio que salia uno de su casa a caballo a lo que
abiendo querido encontrar abrio el caballo y rompio de galope
para otra parte de lo que entro en algun cuidado el que declara y
biniendo a su casa pregunto a su muger que quie[n] hera el que
salia de casa y haviendole respondido la muger que no savia la
saco al dia siguiente al monte para ir a lasar y en el camino la
colgo y le dijo que si le confesaba la verdad no la habia de
castigar y haviendosela confesado al primer lasaso la dejo...
787
.
El caso de Sabina Zelis (sic) de Quiroga resulta paradigmtico en relacin a brutales
castigos fsicos recibidos de su marido bajo el pretexto de comportamiento sospechoso de su
conducta. El tribunal fall a favor de la mujer otorgando separacin perpetua a la pareja. La
esposa solicitaba el divorcio y describa de esta manera la violencia fsica de que era objeto:
...por el peligro de mi vida porque me ha amenasado con la
muerte varias ocasiones ya con la espada ya con el pual a los
pechos especialmente en dos ocasiones : la una estando en casa de
mi madre durmiendo en sana paz y quietud que serian las doce
cuando mi marido entro de repente [...] comens a dar estocadas
[...] con animo de quitarme la mano. Otra noche en la estancia [...]
cogio la daga... [ documento roto] .
...La una de cien azotes colgada de un arbol [...] estando
preada de siete meses, la otra de cien azotes tambien colgada de
785
Otros episodios de golpes son relatados por el acusado por diversos hechos relacionados con la suegra del
marido, quien segn l, en una oportunidad indujo a la joven a irse de la casa y en otra en que debiendo viajar las
dej a ambas con la instruccin de que no se acercase a la vivienda un mulato con quien su suegra andaba de
mal vibir. De regreso lo vi en las inmediaciones y por esas causas castig a la esposa con ...una mordasa de
sobar collundas tirandole con ella...: Se trata de Felix Taborda, natural y vecino de Calamuchiota, de treinta y
dos aos, no sabe firmar.Cfr. AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg.. 195 Aos 1746 1785, t.
II, exp. 15.
786
Ibdem.
787
Ibdem.
305
un arbol de la guerta [...] hasta haora tengo patentes las seales
de dichos azotes en mi cuerpo ....
788
.
As por ejemplo, en un expediente de 110 fojas escritas ntegramente de ambos lados,
Mara de la Trinidad Ferreyra Abad 789 -quien se autocalificaba persona noble, de veintin
aos, natural y vecina de Crdoba- accionaba contra su marido Pedro Bazan, natural de
Valladolid, Espaa en una causa por sevicias, y relataba en su demanda que una noche, el
cabo de ronda de la ciudad haba hallado a dos mujeres en la puerta de su domicilio conyugal
quienes le haban informado a ste que ella se encontraba adentro gravemente enferma como
resultado de malos tratos recibidos de su marido:
...el cabo de la ronda mand abrir las puertas amenasando al
dicho Bazan que se las ara echar al suelo y entrando me hallaron
con la cara embotada, hecha un monstruo de una grabe apopleja,
y el mismo cabo de dicha ronda mando llamar un confesor y a un
medico...
790
.
La joven expresaba tambin que el marido ...tiene consigo un cuchillo vien afilado y
este lo ha mostrado a varios diciendoles que lo tena bien prebenido, y en alguno de mis
parientes
791
.
En la apelacin al Metropolitano a fin de salir del poder de mi marido y volver con los
padres se refera a la crueldad del esposo ...no se aquieta con los lloros y gemidos y
clamores de mi conocida conciencia...
792
.
Aduca como agravante de la inconducta del consorte su estado de gravidez lo cual le
provocaba un gran temor por la vida fsica y espiritual de ella misma y por la del hijo que
esperaba. Como es sabido el riesgo de prdida de vida era uno de los principales motivos en
los cuales la ley aprobaba el divorcio temporal o perpetuo; as la esposa expresaba:
...tres vidas penden de mi personal existencia [de la esposa] la
mia, la de mi prole pregnante, la mas principal de esta que es la
vida de la gracia que espera conseguir con el santo Baptismo la
referida prole [...] si un susto basta para el aborto y muerte de
una muger preada [...] con mas razon y sin alguna dubiedad lo es
el susto asociado a desaforados golpes y puadas con inciciones
grabes y atroces como las que execut en m...
793
.
788
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 194 Aos 1688 1745, t. I, exp. 4.
789
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 195 Aos 1746 1785, t. II exp. 5
790
Ibdem.
791
Ibdem.
792
Ibdem.
793
Ibdem.
306
Se preocupaba pues por la salud espiritual de sus hijos as como por la falta de
cumplimiento del marido a lo que ella denominaba deberes materiales de padre ; as
argumentaba:
...ser notoria la sebicia, inquietud, temeridad y demas causales
con que se ha presentado extinguir por dicho mi marido este bien
de tan alto sacramento. No el primero, que consiste en la crianza y
alimentos de los hijos no solamente ha pretendido de contrario no
criarlos: sino an quitarles la vida, privarles de la gracia
bautismal y del eterno beneficio de la gloria para [lo] que Dios
cria a las almas racionales.
794
Como se lleva dicho, la violencia inferida contra el cuerpo de la esposa aparejaba en
ocasiones dao irremediable en el feto cuando sta se hallaba embarazada, as ocurri en el
caso de Josefa Ferreyra
795
, parda libre, natural y vecina de Crdoba, casada con Francisco
Vzquez de las mismas caractersticas de raza, condicin y origen. Las acusaciones de Josefa
se referan a la sevicia, crueldad, maltrato con golpes, palos, azotes aplicados en su cuerpo
por su marido de modo que la prole nacio muerta
796
. La reiteracin de los castigos
recibidos se comprobaba en el relato de otra oportunidad en la cual Josefa manifestaba que
haba estado encinta cuando su consorte le haba propinado ... golpes con lazo pereciendo
la prole en el vientre naciendo con las narices quebradas...
797
. Al momento de iniciar la
demanda afirmaba estar nuevamente embarazada temiendo un aborto como en tiempos
pasados
798
.
En la causa de divorcio por sevicia y malos tratos entablada por Concepcin Gmez
Ceballos
799
, natural y vecina de Crdoba, contra su marido Tadeo Gigena, hijo de padres no
conocidos, con quien llevaba en 1798 slo cinco meses de casada, la mujer acusaba al marido
de trato cruel de palabra y obra:
...pribandome de toda sociedad y comunicacin con los mios y lo
que es mas doloroso de mi propia madre a cuya presencia en
meses pasados me dio golpes por hacerla partcipe de mis
padecimientos
800
.
794
Ibdem.
795
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 198 Aos 1795 1799, t. V, .exp. 6
796
Ibdem.
797
Ibdem.
798
Ibdem.
799
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 198 Aos 1795 1799, t. V. exp.12
800
Ibdem.
307
Explicaba la esposa demandante que ya haba concurrido por estas causas dos veces al
juzgado habiendo el marido recibido reconvencin. Expresaba hallarse embarasada y refera
que sin consideracin alguna a su estado el marido:
...me asi fuertemente de los cabellos y votandome al suelo, con
ellos y mi rostro form escoba del patio de la casa [...] queriendo
segn concibo peresca el feto que tengo en mi vientre y yo junto
con el
801
.
Es de destacar nuevamente en estos episodios de violencia castigo la presencia del
componente de agresin psicolgica que se sumaba al maltrato fsico a travs de humillaciones,
trato denigratorio, privacin de libertad de accin y frecuentacin de personas, especialmente de
familiares allegados, negacin, en suma, de la propia identidad a la vctima.
Otro de los tantos testimonios de singular crudeza en relacin a incidentes de violencia
constituye el de Josefa Torres, parda libre, natural y vecina de la ciudad, quien relataba ante
la justicia en 1795 los malos tratamientos asociados a adulterio recibidos de su marido Pascual
Ponce tambin pardo, expresndose de la siguiente manera:
.. la noche de San Juan lo vi salir de la casa de su perdicin
que es la de una mulata viuda y me castig [...] me at las manos
golpeandome con un chicote con mango de fierro, cuando se
cansaba sala al patio a descansar dejndome atada y luego volva
a castigarme, luego mud de instrumento con un lazo trenzado me
castig hasta perder el sentido ...
802
.
La denunciante se preocupaba por dejar bien aclarado que no haba dado motivos
para semejante acciones del cnyuge y que tal conducta se haba originado ...sin disgusto
alguno mediante y por solo arrebato del frenes que le ocasiona su depravada conciencia me
dio vofetones y patadas jurando matarme...
803
.
En otra causa por sevicia y malos tratos iniciada en Crdoba el 2 de mayo de 1789
Eusebia Funes relataba en los siguientes trminos su vida de casada con Jos Antonio
Gonzlez, habitante del Fuerte del Sauce:
...desde que me cas fueron continuos mis padecimientos no tube
mas caricias de su amor [documento deteriorado] desmedidos
golpes, palos y patadas, mas aprecio que desaires en publico y en
801
Ibdem.
802
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 198 Aos 1795 1799, t. V, exp. 1.
803
Ibdem.
308
secreto mi sufrimiento lleg al extremo de reir con los mios de
una vez por seguirle quando le conceptuaba arrepentido y
enmendado, la correspondencia que merecio mi finesa fue darme
tres pualadas de cuias resultas estuve sacramentada y postrada
mucho tiempo en la cama [...] En mi cuerpo aun permanecen las
sicatrices de estas heridas de las que una fue en el vientre, y de
tanta extencin y profundidad que necesit tres puntadas para su
curacin ...
804
.
Sorprende el esmero con que, tras referir los episodios en los cuales las mujeres se
identificaban como vctimas, las mismas se preocupaban por realizar su descargo en relacin
a conductas sospechosas derivadas de su propia condicin femenina y de posibles faltas a los
deberes de esposa, en particular su propia responsabilidad en torno al mal comportamiento del
cnyuge. As se buscaba que los relatos de los testigos llamados a declarar a su favor
confirmasen los dichos de las denunciantes, apuntalasen la reputacin que stas tenan en el
vecindario y remarcasen la dulzura y abnegacin con la que las mujeres vctimas de las
agresiones haban intentado enderezar la conducta desviada del marido, especialmente en los
casos de adulterio. Y ello es observable para todo el perodo de anlisis desde los comienzos
del siglo XVIII hasta mediados del siguiente como se desprende de los ejemplos brindados a
continuacin:
Un hermano de un alfrez compareca como testigo en 1701 en un juicio de divorcio
entablado por intento de asesinato. En relacin a las conjeturas de su hermano sobre el
comportamiento sospechoso -segn el marido- de su mujer expresaba :
...son sin fundamento [las sospechas] y banas porque conose que
el dicho su hermano es de encaxe y que lo que se le puso en la
emaxinasion es dificil disuadirle [y que ] es publica vos y fama la
honrades de Doa Sabina [quien] conserbo su virtud honestidad y
recoximiento en estado de donsella en medio de su pobresa y que
despues de casada lo a conserbado con muchos creditos de
virtud...
805
.
En este, como en otro caso presentado ms adelante se advierte claramente la
asociacin entre pobreza y falta de virtud atribuda a la mujer en el imaginario social de la
poca.
Resulta ilustrativa la argumentacin de Tomasa Balbuena en sus acusaciones contra su
marido el Sargento Mayor Lorenzo Romo en 1845 por amancebamiento horroroso con
mujer casada; la esposa expresaba que:
804
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 196, Aos 1786 1790, t. III, exp. 6. f.1 vto y 2.
805
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 194, Aos 1688 1745, t. I, exp. 4. f.63.
309
A la presencia de este mal opuse mis humildes consejos, mis
lagrimas y cuanto resorte honesto estubo a mis alcances: pero el
veneno del pecado estaba ya en el corazon y desde luego vanos
fueron mis esfuerzos, despreciadas mis angustias.
806
En la misma demanda refera tambin la mujer al Seor Provisor y Gobernador del
Obispado:
...Cualquiera que oiga este cuadro que presenta mi
desafortunado matrimonio, podria imaginarse que mi conducta
seria la causa; pero Seor, a m no me corresponde decirlo, el
publico todo me conoce desde m nacimiento, las personas del
vecindario podran calificarme, mi esposo mismo en medio de sus
descarrios no creo pueda acriminarme
807
.
Es llamativo tambin observar como la defensa de las esposas que, en realidad
consista en la voz de la Iglesia a travs de sus representantes- se atena en sus escritos al
discurso oficial sin contradecirlo, en relacin a aceptar la influenciabilidad de la naturaleza
femenina, an bien avanzado el siglo XIX, al final del perodo de anlisis de nuestro trabajo.
Tambin se evidencia que el matrimonio apareca todava para las mujeres como una
garanta en relacin a satisfacer los anhelos de seguridad femenina, y la religin continuaba
siendo, al menos en el discurso terico en los tribunales eclesisticos, el modelo inspiratorio
de su formacin como mujer; al respecto Tomasa Heredia denunciaba en 1847 ser sometida
a un tratamiento de especial crueldad por parte de su marido, recibiendo golpes con
garrote , encierros, falta de provisin de alimentos, abandono por el cnyuge de noche cerca
del ro, prohbcin de tomar los sacramentos y asistir a misa. En una parte de su relato
manifestaba:
...en el ao proximo pasado fui protegida por la divina
Providencia con una corta subsistencia que ponindome a slvo
de los peligros a que se espone en la miseria una muger, no
obstante la educacin adecuada que al lado de mis padres recibi
en ejemplos continuados de piedad y religion. Crei asegurar mas
mi futura suerte con este sagrado vinculo que contraje por el ao
prximo pasado...
808
.
Sin embargo, contrastando con las manifestaciones tericas de sumisin, de recato en
las costumbres y respeto femenino a la autoridad del marido efectuadas por no pocas mujeres
ante los tribunales, Ramona Sotomayor revelaba en la prctica de sus comportamientos
806
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t.X, exp. 57.
807
Ibdem.
808
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t.X, exp. 62 sf.
310
actitudes desafiantes hacia las convenciones sociales vigentes; as en el juicio de divorcio por
ella entablado contra Miguel Carrera, comerciante de la ciudad de Crdoba, de posicin
acomodada segn se desprende de la lectura del expediente; Ramona result culpable del
vicio de ebriedad en la sentencia de los jueces. El marido la haba acusado durante el litigio,
de disipar los bienes del matrimonio, presentando como prueba un listado de los gastos
efectuados por ella sin su consentimiento, la acus adems de filicidio, por considerar era
responsable del fallecimiento de un hijo del matrimonio llamado Justo Pastor quien falleci
durante el parto el 9 de agosto de 1831...en circunstancias de estar ebria por cuya razon lo
estrope y de sus resultas muri...
809
segn el testimonio del esposo. A pedido de ste, un
facultativo fue enviado por el Provisor a revisar a la mujer a fin de confirmar otro embarazo
que ella negaba ante lo cual, lejos de someterse a dicho reconocimiento, ella se resisti
expresando que: ...no le daba la gana [que la examinasen y que ] nadie la mandaba excepto
Dios y el Seor Alcalde...
810
.
Como se ha observado en un estudio sobre el divorcio en el Per, las
quejas de las vctimas de los castigos, fueren stos totalmente reales o slo una aproximacin
a la verdad de la relacin conyugal, ofrece una imagen de mujer sufrida identificable a la
masa de los silenciados de la historia.
811
. En ese contexto cabe preguntarse: La Iglesia, como
institucin del perdn y de refugio de los dbiles contribuy en la prctica a aliviar la
situacin de estos grupos o bien actu como espacio de presin y encasillamiento?
812
. Nos
inclinamos a pensar que en efecto, en no pocos casos el poder espiritual coadyuv a la
legitimacin de roles asimtricos entre los sexos contribuyendo asimismo a la preservacin
de las jerarquas sociales tradicionales.
3.1.3. El discurso masculino acerca del matrimonio. Corregir a la esposa, tan difcil
como querer formar de una mosca, un elefante
813
Interesa conocer, tras el relato de las vctimas de violencia de sexo femenino, la voz
de los esposos. Cul era la reaccin del hombre ante la demanda de divorcio iniciada por la
mujer y la consiguiente ventilacin pblica de hechos correspondientes a su intimidad
conyugal? Cmo justificaban los maridos sus comportamientos agresivos? Qu visin
809
Cfr. AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 27, f. 12 y sig.
810
Ibdem.
811
Dicha imagen sufriente y silenciosa de la mujer, que surge de los relatos de los expedientes de divorcio y
que en su trabajo Lavall caracteriza contrasta con otros retratos historiogrficos de la condicin femenina en la
poca colonial: cfr. LAVALL B. ( 1986: 462) Ob. Cit.
812
La idea que aqu se retoma est planteada en LAVALL, B. ( 1986: 462) Ob. Cit.
813
La expresin pertenece a un marido de la poca en un caso de divorcio quoad thorum, cfr. AAC, Causas
Matrimoniales, Leg. 198 Aos 1795 1799, t.V, exp. 9
311
tenan de la vida familiar? Qu opinaban acerca del comportamiento de las mujeres en el
rol de madres y esposas? Qu lugar ocupaban en sus testimonios los hijos de la pareja y el
resto de los integrantes del entorno familiar? Eran conscientes de que, como padres y
esposos tenan deberes tales como fidelidad en la pareja, alimento, vestido, educacin de los
hijos, cuyo cumplimiento las esposas reclamaban para s y los suyos? Respondan sus
acciones al modelo de comportamiento familiar imperante?
Los escritos de la defensa de los maridos acusados revelan aspectos de las
concepciones sociales que no dejan de resultar contradictorios. En ellos se entremezclan
elementos que tienen que ver con la ideologa imperante acerca de la subordinacin del rol de
la mujer y de su naturaleza inferior, de la potestad inequvoca del marido respecto de la
persona de la esposa, coexistiendo con ingredientes del cristianismo acerca del respeto a la
dignidad de la persona humana. De todo lo cual resulta una mezcla que no hace sino reflejar
aspectos paradojales de la construccin ideolgica de las relaciones de gnero vigentes en la
sociedad de la poca.
Resulta llamativa, en la generalidad de los casos, la acalorada defensa del matrimonio
que hacan los defensores de los maridos, oponindose a la separacin de los casados. Por lo
general tambin negaban todos los cargos de los cuales se los acusaba, minimizando los
conflictos y reclamando la remocin de la mujer en depsito y su restitucin al domicilio
conyugal. El varn utilizar calificativos tales como leves rias, tenues disgustos para
referirse a los episodios de violencia denunciados por las mujeres.
Asociado a brutales golpizas propinadas por el marido a la mujer puede mencionarse
el alcoholismo, el mantenimiento de relaciones de pareja paralelas con el consecuente
enrarecimiento de la atmsfera de convivencia. De la tensin resultaba la profundizacin de la
irascibilidad de los hombres en el trato con las esposas e hijos.
En relacin a la naturaleza e intensidad de los castigos, el argumento recurrente
consista, como se ha dicho, en el rechazo de las acusaciones o bien en restarles importancia
a las mismas recalcando como fundamento del maltrato la necesidad de la accin pedaggica
que el marido deba ejercer sobre la esposa. En efecto, determinadas actitudes femeninas eran
presentadas como desviaciones al modelo de mujer esperado y eran calificadas como
reveladoras de terquedad, insubordinacin, obstinacin, impertinencia y cavilosidad de los
comportamientos de las mujeres. No obstante, la fuerza ejercida siempre era presentada como
moderada en la interpretacin masculina, y se destacaba que la misma haba sido ejercida con
piedad y conmiseracin en atencin a la fragilidad de su sexo. La naturaleza influenciable
312
atribuda a la mujer, unida a cierta maliciosidad de su temperamento la tornaba por ende,
sospechosa.
En sntesis, la accin pedaggica de los castigos, la necesidad de ejercer una justicia
correctiva sobre la esposa como un derecho e incluso un deber masculino, el recurso de
inversin de la culpa haciendo recaer la responsabilidad de la fuerza ejercida por el hombre
en fallas de la vctima, la inequidad de gneros en relacin a los comportamientos aceptados
en el hombre y la mujer, la interpretacin de la acusacin efectuada como injuriante para el
hombre y como demostrativa de la falta de pudor de la esposa, la invocacin a la falta de
mritos suficientes para justificar la separacin, la solicitud de la devolucin de la mujer al
hogar, constituyen algunos de los principales recursos estratgicos utilizados por la defensa
masculina ante las denuncias efectuadas por las consortes.
Don Sebastin Bustos de Albornoz, alfrez, rechazaba las imputaciones de su mujer en
relacin a intento de asesinato perpetrado contra ella expresando que las denuncias
interpuestas en su contra son manifiestamente falsas y fingidas
814
; en contraste presentaba
su propio comportamiento como muy ...reglado y ajustado a las leies de la rason y de
christiano
815
.
Ms adelante se refera al trato que le prodigaba a la esposa:
...la demasiada suabidad que e usado en la correcsion que a
sido necesaria algunas beses por causas que por ahora con mejor
acuerdo de lo que merece muger que a su marido le imputa tanta
falsedad y testimonios...
816
.
Lo que resulta realmente sorprendente en la declaracin de Albornoz, es que en el
escrito expresaba que, de haber querido efectivamente matar a la esposa lo hubiera hecho por
otros medios mas eficaces, distintos a los que ella le imputaba, la convivencia durante cuatro
aos se lo habra posibilitado...
817
.
No sorprende entonces que el Vicario del Obispado hubiese dispuesto en este caso
divorcio perpetuo. Sin embargo resulta impactante la declaracin de un hermano varn del
acusado quien refera al juez eclesistico cmo haba intentado disuadir a su hermano de
matar a la mujer utilizando los siguientes argumentos:
...le di barias rasones diciendole que si intentaba matar a su
muger perderia su casa y sus bienes y que el caso que imaxinaba y
814
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 194 Aos 1688 1745, t. I, exp. 4, f.7.
815
Ibdem.
816
Ibdem.
817
Ibdem.
313
sospechaba [...] no era de los que sealaba el Derecho para
faboreserse [...] con esta y otras rasones al declarante le parecio
que lo dejaba sosegado y quieto y que no correra riesgo la vida
de Doa Sabina porque como su hermano, conose ser mui amante
de sus bienes y que por no perderlos [...] no exercitaria qualquiera
seduccion que manifestaba en sus amenasas...
818
.
El temor a perder los bienes personales constiuira la razn que detena al acusado del
asesinato de la esposa, segn opinin del hermano.
En otro caso, Francisco de Arvalo expresaba en un escrito en su defensa en relacin
al divorcio quoad thorum et mensam solicitado por su esposa:
...slo es lcito y permitido [el divorcio] quando preceden
causas suficientes, nesessarias y muy lextimas para ello, estas no
alega ni puede dicha mi mujer porque aunque dize lo primero que
en mi compadecio malos tratamientos lo qual todo es supuesto y
falzo no prueba ni puede que estos sean los suficientes y
nessesarios para el efecto de dicho divorcio porque deven ser mui
notables que incluyan mayor peligro y no qualesquiera [subrayado
en la fuente] y si algunas leves rias y tenues disgustos ayan
passado entre nosotros por que se han de atribuir a mala
condicion mia...?
819
La estrategia de Francisco consista en minimizar los hechos acaecidos, y trasladar la
responsabilidad de los disgustos ocurridos en la pareja a su esposa, transformndose de
victimario en vctima. As, expresaba que, en repetidas ocasiones ella actuaba:
...alborotando hordinariamente con
vozes indecentes y ofenzibas la quietud de mi cassa en concurrencia de
muchas vicitas que la oyeron varias vezes. [subrayado en la fuente] Y
yo atento a la paz maridable y al respeto del santo matrimonio que nos
enlasa [...] sufr, call y olvid. [subrayado en la fuente]
820
.
Mientras el marido calificaba a la mujer de natural intrpido e impertinente
821
, ella
a la vez en otro escrito se presentaba como actuando con prudencia y paciencia
822
en su
818
Ibdem, f. 62 vto. , 63
819
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 194 Aos 1688 1745, t. I, exp. 2. Si bien se trata de
una demanda de divorcio entablado en 1692, fuera del perodo correspondiente a este trabajo, la hemos includo
porque refleja claramente el punto de vista masculino en relacin a la iniciativa de divorcio femenina, una
perspectiva que no ofrece variantes significativas a lo largo de todo el tiempo de observacin.
820
Ibdem.
821
Ibdem.
314
rol de esposa. Para tratar de probar que haba cuidado del bienestar material de la consorte
Francisco solicitaba durante el trmino de prueba se preguntase a sus testigos ...si despues
que me casse la han visto mendigar alguna cosa de las hordinarias y extraordinarias...
823
.
En relacin a las marcas en el cuerpo que su mujer presentaba como evidencia del
maltratamiento, l deslindaba responsabilidades al expresar que ...nunca ha sido gorda... y
atribua tales seales a una enfermedad de la que se esta curando...
824
. Con relacin al
adulterio que ella le atribua negaba tambin tal cargo.
La solicitud de divorcio era interpretada como una injuria atroz
825
por algunos
maridos ya que conllevaba y haca pblicas serias acusaciones sobre sus personas por las que
podan resultar reconvenidos por la justicia, a veces multados, encarcelados o desterrados. Por
otra parte se advierte resistencia hacia los trmites legales y hacia una posible dilacin del
litigio lo cual entraaba, segn el resultado, el pago de costas al marido y sobre todo
inversin de tiempo y consiguiente descuido del trabajo diario y personal
826
.
Frecuentes eran los pedidos de los esposos en torno a la restitucin de la mujer
827
cuando ella se hallaba en depsito durante el tiempo del proceso de divorcio, o bien la
solicitud de que fuera ubicada en una casa que mereciese su confianza, ello se asociara a la
conviccin acerca de la naturaleza influenciable de la condicin femenina a la que ya se ha
hecho referencia ms arriba. En ese sentido, respondiendo a los reclamos del consorte, el
Notario Mayor de Cmara y Cabildo Eclesistico dejaba asentado en el expediente: ... se
remueve el depocito de la espresada seora a casa mui independiente de parentesco, ni otra
relacion
828
.
El reclamo de restitucin tambin puede asociarse a la idea de considerar a la esposa
como una pertenencia personal del marido, un apndice del varn que deba permanecer
sujeto a l.
822
Ibdem.
823
Ibdem.
824
Ibdem.
825
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 198 Aos 1795 1799 , t. V, exp. 1, f.4 vto.
826
Ibdem.
827
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg.195 Aos 1746 1785, t. II, exp. 5, f.33
828
Ibdem, f.17
315
En cuanto a algunas de las prcticas masculinas asociadas al comer y beber en exceso
reprochadas por las mujeres, don Bazan, comerciante de origen espaol europeo, se
justificaba:
...mui pocos son los vezinos [...] de esta ciudad y su jurisdiccin
y de todas las ciudades de esta Probincia y de las comarcanas y de
los que se trasladan a las Europas que no practiquen lo que yo:
porque no siendo proibido al hombre comer, aun hasta artarse,
beber hasta bomitar sino en caso de que la comida y bebida [...]
resulten grabes daos de la salud propia espiritual o temporal del
proximo
829
.
En concordancia con el criterio de inequidad de comportamiento esperable entre
hombres y mujeres, ante la acusacin de adulterio la defensa de Joachin Machado expresaba
en su descargo que dicha falta era ms grave en la mujer que en el hombre porque ... as lo
tiene la comn de los canonistas
830
y distraa de s la atencin del tribunal achacndole a su
esposa defectos y vicios tales como su pasin por el juego de naipes.
Relacionamos estas estrategias de la defensa masculina con valores de una sociedad
ms indulgente con los procederes disipados del hombre que con los de la mujer. Se observa
sin embargo una contradiccin entre la aparente aceptacin social informal de estas prcticas
masculinas y el ideal de correccin deseable que estableca el orden moral formal
evidenciado en la severidad de los jueces eclesisticos al imponer multas y reconvenciones a
aquellos actos masculinos considerados desde un christiano proceder [como] indecorosos e
indeseables
831
.
Indeseable tambin resultaba para el pardo Pascual Ponce la ventilacin de sus
asuntos conyugales ante los tribunales de la ciudad y lo interpretaba como una falta de pudor
de su esposa, as lo entenda cuando se refera al Provisor y Vicario del Obispado en relacin
al comportamiento de la mujer en estos trminos:
... respecto de una mujer despus de abandonar la moderacin y
el pudor y despus de perseguir y demandar a su marido en
diversos tribunales eclesisticos y reales, no es fcil reducirla a
los deberes de su obligacin ni a la unin y paz que deben los
consortes observar
832
.
Tal razonamiento tena por finalidad justificar su comportamiento para con ella, ya
que la esposa se quejaba de terribles golpizas; negaba haberla lastimado afirmando:
829
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 195 Aos 1746 1785, t. II, exp. 5, , f. 62 vto.
830
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 195 Aos 1746 1785, t. II, exp. 9.
831
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 195 Aos 1746 1785, t. II, exp. 5, f. 76 vto y 77.
832
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 198 Aos 1795 1799 t. V, exp.1 f. 3.
316
...siempre la he estimado, me he condolido de su debilidad y la
he tratado no como a esclaba si como a compaera, pero que debe
estar sujeta al marido...
833
.
Esta sujecin a la que haca referencia Ponce, acorde a la concepcin vigente sobre la
posicin subordinada de la esposa en el matrimonio, apareca como el justificativo de la
aplicacin de un castigo moderado del todo compatible con los consejos de Juan Luis
Vives en su Instruccin a la mujer cristiana que ya analizramos. La intensidad que deba
tener la reconvencin era confusa, como se desprende del descargo que haca el esposo ante
la acusacin de brutales golpes, as, expresaba para justificarse que si hubiera sido cierto
como ella afirmaba que entre cada tanda de golpes propinados l hubiera salido al patio a
descansar:
...le huviera tenido que dar no menos de trecientos o
quatrocientos golpes lo que la huviera dejado en cama por muchos
dias...
834
.
En su razonamiento pona el ejemplo de los delincuentes que eran azotados, hombres
robustos que quedaban destrozados ante tal castigo por lo cual su devil mujer hubiera
debido estarlo an ms. Continuaba explicando que el castigo que le haba aplicado no
justificaba de ningn modo el divorcio:
...la he reprendido pero tan modestamente que jamas han pasado
de beinte golpes con instrumento flexible y por sobre la ropa [por
lo que] la moderacin de este castigo no puede dar merito
suficiente para el divorcio.
835
.
Sabedor de que podra achacrsele ensaamiento con su mujer como resultado de su
relacin ilcita con una mulata que frecuentaba su casa, relacin que era conocida segn
testigos por todo el barrio, Pascual negaba tal amistad y afirmaba que de existir,
... jamas podra influir en el castigo pues todo el mundo sabe que
la libertad del hombre le proporciona modos para cumplir sus
deseos sin castigar a su legtima mujer que ama y estima.
836
Una vez ms est presente aqu la idea de aceptacin social de ciertos
comportamientos del hombre en la sociedad de la poca, en este caso asociados al sexo
extraconyugal y al placer. El recurso de invertir la culpa serva al pardo en el mismo caso
833
Ibdem.
834
Ibdem f. 3 vto.
835
Ibdem.
836
Ibdem. f.4
317
para transformar en sospechosa la conducta femenina aludiendo a malas compaas y a
prstamos de dinero que su mujer reciba de sujetos a veces a pedido de l mismo, hombres
stos con los que la esposa:
...ha tenido tropiezos [...] yo no quiero hablar mucho en el
particular, que al fin es mi muger y la amo, pero nadie dudara
que estos hechos repetidos y sin que la contuvieren mis
continuados consejos y mandatos seran suficientes para legalizar
los procedimientos que se me acusan...
837
Una supuesta finalidad moralizadora transformaba un feroz tratamiento del cnyuge
en un encauzamiento de una conducta inadecuada, que cumpla adems un fin preventivo.
El derecho a esta accin pedaggica que la sociedad atribua al marido en relacin a
moldear el comportamiento femenino hallaba en ocasiones serias dificultades en la prctica,
as lo dejaba claro el pardo libre Martn Garca al afirmar que intentar educar a su mujer era:
... lo mismo que querer formar de una mosca un elefante. As
acusaba a su mujer de genio altivo y soberbio, lisencioso,
atrevido y voluntarioso sin que jams haya querido sujetarse al
marido a obedecer
838
.
La pasividad y sumisin deseables en la mujer en el trato hacia el marido estaba lejos
de cumplirse en este caso tambin en el terreno sexual segn el marido, ello provocaba gran
resentimiento en el hombre y lo llevaba a justificar la aplicacin de castigos corporales:
...ella experimenta asco y un gran aborrecimiento y no quiere
hacer vida maridable de tal suerte que para llegarme a su cuerpo
me ha sido presiso balerme de la fuerza como un saltiador.
839
Como ya haba estado preso por proporcionar malos tratos a su esposa en otra
oportunidad, l resaltaba en su descargo que sus acciones haban sido efectuadas en:
...trminos moderados de una mera reprencion viendo que no
han bastado mis oportunas recombenciones a contenerla en su
desarreglada conducta...
840
Motivos fundados en celos eran justificativos para la aplicacin de estos castigos
correctivos y los mismos podan ocasionarse en el motivo ms fortuito como el invocado por
837
Ibdem
838
AAC, Causas Matrimoniales, Leg. 198 Aos 1795 1799, t.V, exp. 9
839
Ibdem.
840
Ibdem.
318
el marido cuando su mujer tom ...de la fuente con el cuchillo la mejor presa para
ofresesela a un hombre que estaba en la puerta...
841
.
Actos como stos eran interpretados desde el universo masculino como un verdadero
desafo a su hombra y ponen de manifiesto reacciones femeninas bastante lejanas al modelo
de sumisin y pasividad esperable tales las de responder a los excesos del marido con
araazos o concurrir a la justicia haciendo encarcelar al esposo durante el primer ao de
matrimonio como queda testimoniado en el expediente tratado.
Otra causa de divorcio iniciada en 1798, a los cinco meses del casamiento de la
pareja
842
en cuyo lapso la esposa ya haba concurrido dos veces al juzgado a quejarse de
malos tratos, muestra una decisin y carcter sorprendentes en el accionar femenino que
llevaban al marido a referirse a la personalidad de la consorte como de maliciosa
cabilosidad y expresaba su disgusto porque ella pretenda continuar conviviendo en trato y
comunicacin con sus padres a lo que l se negaba, acusndola de haberle levantado la
mano y de desobedecerlo ...con desprecio con palabras desbergonsadas, injuriosas,
ultrajantes...
843
. Los comportamientos de la esposa resultaban al marido irrespetuosos y
ofensivos por lo que expresaba la sorpresa desagradable que haba tenido ...en medio de aver
descubierto a los pocos dias de casado su infleccible terquedad y con su mas obstinacion.
844
. Defectos que haba intentado corregir a golpes descriptos por l de la siguiente manera:
...pocas beses la he reprendido con algunos vofetones para contener su audacia...
845
.
Depositada en casa de los padres por orden del Vicario con conocimiento del Juez Real, el
marido insista en recuperar a su esposa embarazada en el domicilio conyugal lo cual
pretenda ...en prosecucin y veneficio a la hunion conyugal... Entre los motivos alegados
por el hombre para requerir la presencia femenina en el hogar exista tambin un inters
material expresado en los siguientes trminos:
...fuera preciso se mudase de la casa de su madre y pasase a vivir
en donde yo vivia y desde donde asiste a la tarea u ocupacion que
ha ambos nos franqueava lo necesario para pasar nuestra vida,
pues necesitando yo alli su asistencia y presencia para el mas
expedito manejo de dicha tarea [...] siendo las facultades al
marido el ordenar y disponer donde a de avitar su muger...
846
.
841
Ibdem.
842
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 198 Aos 1795 1799, t. V, exp. 12
843
Ibdem.
844
Ibdem.
845
Ibdem.
846
Ibdem.
319
Estas palabras revelaban la importancia del aporte laboral femenino para el sostn de
ese hogar que en este caso el esposo reconoca. Desvirta este testimonio en la prctica el
modelo terico de la provisin del sustento familiar a travs del trabajo exclusivo del varn, al
menos en las clases populares.
La contribucin de las esposas al sostn de la casa, aceptada de buen grado y hasta
reclamada por el hombre, tambin se ve reflejada en la la causa de divorcio entre Manuel
Gmez y Mara Martnez. La esposa se diriga al Provisor y Vicario General del Obispado a
fin de que interviniese en defensa de su vida y solicitaba se le proporcionasen alimentos y
medios para saldar las deudas contradas derivadas de la falta de cumplimiento de los deberes
conyugales por parte del marido; ste, en respuesta a estos reclamos negaba poseer bienes y
expresaba :
Si como buena consorte me ayudase a trabajar y buscar para
entre ambos, no sera nuestra suerte tan corta en la estacin
presente y no sera tampoco necesario pedir alimentos...
847
.
Francisco Flores Hurtado de Mendoza, natural de San Juan y vecino de Crdoba, de
ocupacin comerciante, enfrentaba en 1796 una querella de divorcio entablada por su mujer
despus de diecisiete aos de casado. La esposa era Mara de la Concepcin Moynos quien lo
acusaba de adulterio
848
, la misma culmin en la concesin de divorcio perpetuo. Acerca del
origen familiar de la mujer, l expresaba lo siguiente:
... sera mui bien nasida, que nada ase al intento, sinos doblarle
las obligasiones que quebranta, sera y abra sido quanto quiera de
correspondiente a esos conquistadores con que se onra y poco
imita...
849
.
En estas expresiones se pone de manifiesto el concepto acerca de la existencia de una
mayor presin social ejercida sobre los grupos ms altos de la sociedad en relacin al respeto
que deban guardar al modelo familiar vigente, especialmente la mujer. Como guardianes del
orden social imperante, se esperaba que los linajes ms destacados constituyesen el espejo
ejemplificador de costumbres y prcticas en los cuales la sociedad se reflejase, preservando el
statu quo vigente. Indignado por la acusacin de concubinato que se le imputaba, Francisco
acusaba a su vez a su esposa de infidelidad refirindose a ella como: expresaba que
...apenas nos casamos bi una sombra en casa que toda mi ynocencia no basto para dejar de
847
Cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 196 Aos 1786 1790, t.III, exp. 2, f.5.
848
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, L 198 Aos 1795 1799, t. V, exp. 8
849
Ibdem, f. 11 vto.
320
presumir la sospecha...
850
; afirmaba que ... abandonada del pudor y bergensa [con sus
actitudes haca pesar sobre l] la carga de los negros lunares del desonor...
851
. La
importancia adjudicada por el hombre a la pureza sexual femenina como bien supremo,
expresada en la virginidad de la doncella y en la fidelidad dentro del matrimonio en el caso de
la mujer casada y asociada al honor del esposo se ve ejemplificada tambin en la siguiente
frase atribuida al marido: ... quien no tenia [se refiere a s mismo] mas prinsipal que sudor,
ni mas fincas que el buen nombre que le daba la conducta de su Mujer...
852
. Se basaba en la
sola sospecha para dudar acerca de la filiacin de los hijos de la pareja, as afirmaba:
...el resto de sus hijos que llama mios llegando a tal estado su
desberguensa, que pariendo uno a los tres meses y Dias de
allarme en sta, con la ausencia de mas de un ao, no tubo
enpacho de brindarme esta sensilla narrasion ...
853
.
Acerca de esta cuestin tan delicada sobre atribucin de paternidad el abogado de
Francisco Flores opinaba que ... la incontinencia de la mujer [...] es mas bochornosa al
marido que la de este a la mujer y mas punible en lo civil por la incertidumbre de la prole
[subrayado en la fuente] pues ella quiere en la actualidad que mi parte cargue con los hijos
de sus incontinencias [agrega con relacin a posibles hijos adulterinos habidos por el marido,
que la esposa] jams podra conseguir ni idear que ella los tuviere por suyos
854
. Con
respecto al criterio de asimetra en el proceder sexual del hombre y la mujer vigente en la
poca Francisco expresaba ...podran jamas correr parejos los desaogos y lisencias de la
livertad de el onbre con las prostituciones y abandonos de el pudor y berguensa mujeril...
855
En relacin a la acusacin sobre su ausencia en el domicilio conyugal en Crdoba al
cual no concurra segn la esposa ni siquiera cuando estaba en la ciudad negndose a hacer
vida marital con ella pues l habitaba en San Juan en su estancia llamada Alto de la Sierra
donde pretenda en ese momento trasladarla, el marido no daba ms explicacin que
...estaba acabando unas casas de campo que construa...
856
lo que haba motivado sus
ausencia. Finalmente, don Francisco se reconoca a s mismo como hombre de christiano
espiritu
857
.
850
Ibdem.
851
Ibdem, f.11vto y f. 12
852
Ibdem, f.12 vto.
853
Ibdem, f.12
854
Ibdem, f.92
855
Ibdem, f.11 vto.
856
Ibdem, f.2
857
Ibdem, f. 12
321
3.2. Violencia psicolgica: injurias, trato denigratorio, insultos, embriaguez, falsas
imputaciones, privacin de la libertad fsica, prohibicin del cumplimiento de
devociones, prohibicin de ver a familiares, adulterio e instigacin al adulterio
Otras de las manifestaciones de violencia conyugal denunciadas por las esposas en los
expedientes analizados se relaciona con denuncias por actitudes de crueldad perpetradas
contra ellas por el marido, y por extensin, tambin por miembros de la familia de stos. En
efecto no ya bajo la forma de un castigo fsico, sino de agresin psicolgica a travs de
infidelidades, privacin de libertad, injurias de palabra y gestos, trato denigratorio,
prohibicin de frecuentar los sacramentos, de alternar con familiares prximos, negacin en
suma de la identidad de la persona. Los insultos ms frecuentes se relacionan con la filiacin
de la persona, otros tienen connotaciones tnicas, en otras ocasiones se refieren a la
moralidad de la vctima
858
. Y, de un modo u otro, ninguna mujer escapaba a las iras del
marido cuando la intencin de ste era ser hiriente, ni la de ms humilde procedencia ni
aqulla de ilustre nacimiento, como lo ejemplifica un actor social cuando se refera a su noble
esposa llamndola ylustre embra de nacimiento mal apoiado
859
. En otras ocasiones las
injurias tenan connotaciones sexuales pudiendo las palabras insultantes expresarse tambin
en forma escrita de mano propia o a travs de terceros, a modo de cartas burlescas como las
defina en el ao 1800 Rosario Caldern, esposa de un marido infiel:
As han sido esas cartas burlescas que con letra agena me ha
escrito, imprimiendo en ellas su desafecto marital: esos golpes que
he sufrido de su brutalidad y esa determinacion licenciosa en la
que proferia que solicitase hombres que me socorriesen, y que
gosasen de ese derecho sagrado que la Iglesia le concedio sobre
mi cuerpo... .
Tales expresiones eran demostrativas del grado de deterioro sufrido en la relacin de
pareja que llevaban al hombre a mofarse de uno de los valores ms apreciados en la sociedad
de la poca, tal era la fidelidad de la mujer casada
860
. La expresin de puta amancebada era
la utilizada por Don Eugenio Flores respecto de su noble esposa doa Bernabela Alday
861
858
Testigos de un juicio de divorcio reconocieron que el marido haba hablado muy mal de su mujer,
...tratndola de puta y desonrandola con terminos indecorosos no dignos y replicandole el declarante no able
asi de su muger le respondio : muger de los Diablos ser y no mia... Cfr. AAC. Causas Matrimoniales, Juicios
de Divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, t.II, exp. 3, f. 8 vto.
859
Citar ac con nombres y datos
860
Cfr. AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 201, Aos 1811 1814, t. VIII, exp. 2., f.2.
861
Cfr. AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 202, Aos 1815 1825, t. IX, exp. 1.
322
Corresponda dicho tratamiento al respeto que deban prodigarse los cnyuges, a la
paz y armona que tena que acompaar a la vida matrimonial segn las propias afirmaciones
de los querellantes, al amor y lealtad que implicaba la unin sacramentada entre catlicos
christianos establecida por la Iglesia?
862
.
La potestad que el marido tena sobre su esposa, y que el derecho vigente
respaldaba, la obligacin de sta de vivir sujeta a l, entraaba abusos ejemplificados en
casos como stos, motivando la rebelda femenina y la aspiracin de la mujer a un trato
acorde a la dignidad humana.
El testimonio de doa Concepcin Ros, natural de la ciudad de Crdoba quien en su
demanda de divorcio contra Pedro Luis Figueroa relataba en 1848 que, tras celebrarse el
matrimonio, su marido la condujo a su hacienda de Chinsacate en compaa de su suegra y
entenadas, en donde la ubic en una cmoda habitacin, comenzando a tratarla l y toda su
familia :
...con la mayor acritud y desprecio [...] Esta animosidad general
de la familia contra mi persona creci cada da mas y mas hasta el
extremo de no llamarme de otro modo que con las injuriantes
palabras de pobrete, loca y cabrillona de Figueroa... [...] no
satisfecho con humillarme con tan reprensible conducta, poco
despus de nuestra llegada a dicha hacienda dio orden a sus
sirvientas, madre e hijas de no permitirme comunicacin con
persona alguna que no fueran ellas mismas y que cualquiera
estrao a su familia que intentare infringir este mandato no se le
admitiese en la casa [...] En este miserable estado, o mejor dire
prision; era en donde los domsticos de Figueroa me llevaban los
alimentos, y desde el humbral de la puerta de ella me los hacan
rodar para adentro confundiendome con los irracionales ...
863
.
En estas condiciones, segn dicho testimonio, el marido mantena aislada a la
esposa con especial prohibicin de ser visitada por sus seres ms queridos.
Pero no constituye el presentado el nico testimonio de maridos que mantenan a
sus esposas privadas de su libertad fsica tenindolas encarceladas y negndoles la proximidad
de sus parientes, as lo confirma Doa Tomasa Heredia quien relataba que su marido Roque
Peredo:
...despidi por primera y segunda vez a mi Madre de la casa de
mi propiedad a fin de continuar ejerciendo a su salvo con migo sus
crueldades: conseguido este objeto invent encerrarme bajo llave
siempre que salia a la calle: me privaba aun del necesario
862
Cfr. AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t.X, exp : corresponde a
lo expresado en la conciliacin del matrimonio Romo Balbuena.
863
Cfr. AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t.X, exp 64, f. 3 y 3vto.
323
alimento puesto que por su mano debia suministrarseme, asi como
de todas las demas provisiones domesticas...
864
.
Estos casos de encarcelamiento domiciliario adquieren particular crudeza en el
aislamiento de la campaa, cuando el hombre dejaba tapiada a la mujer durante das enteros
cuando deba ausentarse a la ciudad o atender algn asunto lejos de su vivienda; en esas
ocasiones, slo la generosidad de alguna vecina o parienta conocedora de la personalidad del
hombre, quien, a travs de una hendija de la puerta lograba hacer pasar un alimento consegua
mantenerla con vida.
Relatos como los que acabamos de presentar o los hechos de violencia corporal directa
del apartado anterior y aquellos en los que la mujer declaraba que el varn le negaba el
permiso para cumplir con los preceptos de la Iglesia como confesar, comulgar or misa y otras
devociones
865
, llevan a reflexionar sobre la verosimilitud acerca de comportamientos vistos,
desde una perspectiva contempornea, como abominables. Tales descripciones responderan
a la realidad o constituiran simples frmulas utilizadas en la estrategia judicial por las partes
a fin de conmover la voluntad de los jueces actuantes?
Se ha dicho para otras regiones que las denuncias femeninas eran muy exageradas y
que la de todas las sociedades se asemejaban
866
, sin embargo, an siendo posibles, las
exageraciones argumentales pueden interpretarse como construcciones imaginarias edificadas
sobre bases de verosimilitud a los fines del proceso, de otro modo no hubieran sido planteados
como recursos convincentes, ello no quita pues, a nuestro entender, fuerza de veracidad a
tales descripciones.
Ahora bien, qu llevaba a los hombres a mantener en aislamiento a sus mujeres? Los
celos, el temor a ser engaados, objetos de burla, el miedo a ver empaado el honor de la
familia basado en la fidelidad de la esposa. El horror a que les fuera atribudo un hijo ajeno.
864
Cfr. AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t.X, exp. 62, f. 1 vto.
865
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 201, Aos 1811 1814, t. VIII, exp. 16: Doa
Gabriela Cabrera, a travs del Regidor Defensor de Pobres expresaba en su demanda de divorcio contra su
marido Don Jos Antonio Carrera: ...desde el tiempo en que se caso solo dos veces la ha dejado confesar, y en
una de estas comulgar pribandole los mas de los das de fiesta todos el hoir misa y otras debociones que son
de christiano; a mas de esto concurre en el dicho la incristiandad de no haberse querido velar asta la presente
desde el dilatado tiempo que hace se casaron..... Cfr. rambin AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de
Divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 62: en una causa por sevicia entablada por la esposa contra su
marido, la accionante, Doa Tomasa Heredia declaraba: ...Consiguiente a este proceder, me orden omitiese la
asistencia al sacrificio de la misa, la frecuencia de los santos sacramentos de la penitencia y eucaristia con la
brutal impiedad que le inspiraba su disolucin, bajo el rudo consejo de estar primero la obligacion que la
devocion, cuando esta privacion se extendia aun a los dias y ocasiones en que el precepto divino mi obligaba
observar.
866
GONZLEZ del RIEGO ESPINOSA, D. (1999)El divorcio en la sociedad colonial limea en Mujeres y
Gnero en la Historia del Per, Cendoc, Mujer, Centro de Documentacin sobre la mujer, Margarita Zegarra
editora pp. 131 139.
324
Nuevamente la idea del patrimonio en peligro, presente. El fantasma de los celos constituye
un fenmeno observable en ambos sexos, maridos que aporreaban a la esposa al presentarse
stas con una cinta nueva en el pelo, mujeres disfrazadas de hombres que al amparo de las
sombras atisbaban a sus hombres tras las ventanas de casas extraas. Todas estas cuestiones
nos enfrentan al gran tema de la fidelidad y por ende, de la infidelidad, el adulterio, el
concubinato adulterino, los hijos extramatrimoniales.
Para el derecho secular el adulterio masculino era considerado una falta mucho mas
grave en la mujer que en el marido, segn Las Partidas el hombre engaado poda acusar a
su muger del adulterio [...] e ella non a el
867
ya que la honra del hombre resida en la
integridad sexual de las mujeres de la familia. La Iglesia consideraba falta muy grave la
infidelidad tanto del hombre como de la mujer: de comprobarse como comportamiento
reiterado, el mismo era causal de separacin de cuerpos
868
.
Como desarrollaremos en el siguiente captulo, comparndolo con el observado para
otras regiones y sociedades, el fenmeno de ilegitimidad de los nacimientos en Crdoba se
presenta particularmente alto, una de las causas que hemos relacionado con tal problemtica
es el adulterio.
Desde una perspectiva analtica sevicia y adulterio en la gran mayora de los casos se
hallan asociados: el varn que castiga a su mujer por atriburle conductas sospechosas o que le
pega como una forma de disuacin preventiva poniendo en peligro su vida y creando un
clima de discordia permanente en el seno del hogar.
As lo ejemplifica en una causa por sevicia y malos tratos -la cual concluye con
divorcio perpetuo-, una esposa al referirse al martirio experimentado por los celos que ha
sufrido de su marido:
...demente de publica voz y
fama [provocando] suma inquietud, molestia y discordias y continuas
sospechas que ha causado en casa dicho Sebastian Bustos en quatro
aos continuos, sin mas fundamentos que pensar de mi cosas
indesentes a mi calidad y estado [de lo cual] me ha resultado grande
867
LAS SIETE PARTIDAS DEL REY DON ALFONSO EL SABIO, cotejadas con varios cdices antiguos por
la Real Academia de la Historia y glosadas por el Lic. Gregorio Lpez (1861) Librera de Rosa y Bouret, Pars,
Partida VII , tt. XVII, ley I.
868
Si bien en el Derecho cannico el adulterio era causal de divorcio para ambos sexos cuando ste se
comprobaba, la opinin de telogos y moralistas era ms rgida con la infidelidad femenina que con la
masculina por el peligro en sta de la concepcin estableciendo penas infamantes para las mujeres infieles, y
determinando que no en todos los casos en que exista contacto carnal poda considerarse a dicha falta como
causal de divorcio en el caso del hombre, s en cambio en todos los casos en la esposa. Consultar en torno a las
caractersticas del adulterio el Manual de confesores y penitentes de Martn de Azpilcueta, funcionario de la
Inquisicin del siglo XVI, citado en RODRIGUEZ MOLAS, R. (1984: 57) Ob. Cit.
325
descredito y deshonra en la fama y en el alma mayores daos
espirituales ...
869
.
3.2.1. El adulterio como violencia psicolgica. Algunas explicaciones al fenmeno de la
infidelidad en el matrimonio.
Manceba,concubina, amasia, complice
870
son algunos de los trminos
utilizados en los expedientes de divorcio para aludir a la mujer que tiene relaciones ilcitas
con el hombre casado, ocasional o permanentemente . Tropiezo
871
es el trmino escogido
por la justicia para referirse al comportamiento masculino adltero. Desde la perspectiva de la
esposa del marido adltero, las relaciones extraconyugales de su marido eran calificadas como
pasiones delinquentes
872
.
An cuando el cnyuge incurso en adulterio era el varn, se esperaba que la esposa
actuase en forma disuatoria tratando de encauzar el mal comportamiento del marido con lo
cual puede advertirse que el pecado masculino devena en una responsabilidad de la mujer,
slo probando que la misma haba tenido un debido comportamiento cristiano y que con
suavidad y ternura haba procurado reuperar al hombre de sus descarros se consideraba
liberada de la culpa de los extravos masculinos: As, en una causa por adulterio del marido
el juez interrogaba a los testigos en los siguientes trminos:
...si sabe, o ha odo que la muger de Don Laureano se halla
comportado christianamente buscando por este medio, y el de la
suavidad de su genio, ganar a su marido y distraerlo de aquel
tropiezo.
873
El adulterio era considerado un mal socialmente peligroso y su publicidad deba ser
evitada por la posibilidad de que pudiera extenderse dicho comportamiento al resto de la
sociedad; de ah que cuando el mismo alcanzaba visos escandalosos trascendiendo al
conocimiento pblico la falta era considerada de mayor gravedad por sus posibles efectos.
869
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 194, Aos 1688 1745, t. I, exp. 4: El matrimonio
estaba integrado por Sabina Zelis de Quiroga, quien saba firmar, y era natural y vecina de Crdoba y Sebastin
Bustos de Albornoz, alferez, natural y vecino de Crdoba, f. 1, 3, 4,11.
870
Estas tres ltimas denominaciones de amaria, concubina y complice son utilizadas en el expediente de
divorcio de la pareja Caldern Gauna correspondiente al ao 1800, cfr. AAC., Causas matrimoniales, Juicios
de Divorcio, Leg. 201, Aos 1811 1814, exp. 2. El trmino mancebo/a es de uso mucho mas frecuente en los
expedientes.
871
Ibdem.
872
AAC., Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 201, Aos 1811 1814, tomo VIII, exp. 7.
873
AAC., Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 201, Aos 1811 1814, tomo VIII, exp. 2.
326
Por ello la insistencia en los escritos del accionante del divorcio acentuando el argumento
acerca del pernicioso ejemplo del comportamiento adulterino. El nocivo ejemplo transmitido
a los hijos puede constituir en estos casos un recurso de peso para convencer al juez
eclesistico que es necesario penalizar el comportamiento del padre, ya que los mismos,
debido a la proximidad derivada de la convivencia con los progenitores estn particularmente
expuestos a sufrir dicha influencias y a reproducir tales conductas en el futuro :
Hacen quatro aos que el expresado mi marido ha vivido sin
guardar la fidelidad matrimonial estimulando con este exemplo
deprabado y publico a otros para que si quieren este proseder
destruidor de la tranquilidad domestica, en la que se halla
establesida la armonia general [...] En esta manera, el hacia
testigo de sus excesos a dos hijos frutos de nuestro matrimonio que
tiene en su poder: no ha considerado que estas tiernas plantas que
estan proximas a la pubertad, resiben con fuerte impresin la idea
del delito, que la retienen y que estas lecciones del vicio los
preparan en la posteridad a seguir la vida de su Padre...
874
.
3.2.1.1. La rigidez de la legislacin como coadyuvante al adulterio
Desde fines del siglo XVIII la Corona espaola sancion una legislacin que pretenda
impactar fuertemente en la seleccin de la pareja. La Pragmtica sobre Hijos de Familia y
legislacin complementaria invadi aspectos de la vida privada de los sbditos vinculados
con la eleccin del cnyuge, contribuyendo a limitar la libre decisin de los hijos al respecto.
Su sancin proporcion a partir de su sancin en Amrica en 1778 un marco jurdico al
disenso de los padres sobre la independencia de la determinacin matrimonial de los novios y
desde 1805 tal fenmeno se agrav an ms al prohibirse lisa y llanamente los casamientos
entre individuos blancos y de castas. En consecuencia, con el transcurso del tiempo los
jvenes habran sufrido cada vez ms condicionamientos en su eleccin, lo cual constituira
un factor que incidira en el incremento de la conflictividad conyugal que se habra operado,
como se explic, en la primera mitad del siglo XIX, entendible al menos en parte por el
aumento de uniones insatisfactorias desde el ltimo tercio del mil setecientos. La restrictiva
legislacin podra haber contribudo a fomentar relaciones paralelas al matrimonio legtimo,
intensificando el fenmeno del adulterio.
874
Ibdem.
327
3.2.1.2. Adulterio y poder. Situacin servil y coaccin para contraer matrimonio como
factores favorecedores de la infidelidad en parejas casadas
La preservacin e incremento de los patrimonios materiales y simblicos de las
familias habran favorecido la formacin de alianzas por inters, especialmente en los sectores
acomodados donde haba ms bienes para preservar; en ese sentido, podra pensarse que eran
los hijos de las familias preeminentes los que sufran las mayores presiones para casarse en
funcin de la seleccin paterna, y que como contrapartida, los grupos de extraccin ms
modesta casaran ms libremente permitindoseles escoger a voluntad su pareja. Sin embargo,
la manipulacin de las uniones legtimas efectuadas por los amos en sus esclavos y an en
los sirvientes libres y peones a su servicio, segn sus intereses, relativiza la generalizacin de
tales presunciones. En efecto, como se ha visto en los ejemplos presentados
875
, los patrones
solan promover el casamiento de sus trabajadores dentro de los lmites de su propiedad a fin
de retener la mano de obra y fomentar en ella la reproduccin de la fuerza de trabajo. Los
amos ponan trabas a uniones con extraos y ejercan la fuerza de ser necesaria, para
asegurar la efectivizacin de los casamientos entre individuos sobre los que tenan potestad.
Es de suponer que dichas presiones afectaran especialmente a las mujeres quienes, segn la
Ley cannica tenan que fijar domicilio conyugal con sus maridos, aunque continuasen
sujetas a sus amos. En la prctica la cohabitacin no siempre se cumpla, por lo cual an
casados, individuos pertenecientes a sectores subalternos vivan separados de sus cnyuges lo
cual favorecera la concrecin de relaciones paralelas incentivadas, por otra parte, por el
disgusto provocado por uniones insatisfactorias efectuadas bajo presin.
En los casos de relaciones adulterinas entre amo y personas de servicio se advierte
una clara situacin de dominacin. En estos casos, al desequilibrio de gnero existente en la
sociedad que atribua al varn el rol dominante y a la mujer el papel subordinado, deba
agregarse la situacin de inferioridad femenina emergente de la situacin servil. Una de las
principales caractersticas de estas relaciones consista en la extrema tensin entre fuerzas
muy dispares.
Es cierto que en ocasiones las mujeres de servicio podran mostrarse gustosas de
vincularse sexualmente con el jefe del hogar, o con los hijos de la familia, por un
comportamiento aprendido fundamentado en la procura de satisfaccin al superior y
practicado por generaciones, as como por los eventuales beneficios derivados de esas
875
Consultar en la primera parte de este trabajo el punto referido a Juicios por esponsales: Los indios, los
esclavos y la libertad para contraer.
328
relaciones, tales como un trato preferencial traducido en la adjudicacin de tareas ms ligeras,
mejor alimentacin y lecho, pequeos obsequios, promesa de manumisin para la mujer y los
hijos entre otras. An en casos de explcita aceptacin de la relacin, la misma gozaba de una
fuerte situacin de inequidad entre las partes. Es muy posible que las relaciones se iniciasen
en ciertos casos como virtuales violaciones, especialmente entre las mujeres nbiles.
Cabe interrogarse sobre la suerte de las mujeres deshechadas luego de un tiempo de
utilizacin: algunas esclavas seran vendidas en el mercado local o en otros ms lejanos,
separadas de sus hijos y/o maridos y otros parientes, otras permaneceran en el hogar,
vctimas de la burla y posiblemente del trato desdeoso de sus pares y de los dems
miembros de la familia del amo.
Una atencin especial en estas relaciones merece aqulla existente entre el ama y la
sirvienta manceba del marido. La documentacin consultada pone de manifiesto la
indignacin de las esposas frente a las infidelidades de los maridos, que ellas deban
presenciar. En no pocos casos las relaciones entre los cnyuges alcanzaban momentos de
severa tensin como consecuencia de los particulares lazos existentes entre el jefe de la casa y
la subalterna que culminaban a veces en el maltrato fsico a la esposa legtima. Cualquier
excusa poda ser motivo de un golpe, por ejemplo una simple ropa que la mujer le haba
quitado a la criada manceba. Agraviada por actitudes del marido que ella consideraba
denigrantes por efecto del trato preferencial por aqul prodigado a la criada de turno, doa
Mara Antonia Mercado relataba el 30 de marzo de 1842, ms de treinta aos despus de
ocurrido el incidente, una afrenta padecida como consecuencia de los excesos sexuales del
esposo :
...mi criada Mara de los Angeles sali, ahora aos al barrio
gritando que me mataba mi marido Don Alejo Gil, y vinieron
ustedes [se refera a las seoras Mara del Rosario Almeyda, su
hermana y su madre] y le encontraron estropendome en el suelo
porque no haba mandado el candelero a su esclava Juliana que
estaba de parto; dicindome que yo puciera la bela en el suelo...
876
[el hijo de la esclava por nacer habra sido de su marido]
Sus dichos eran confirmados por Doa Almeyda quien por escrito ratificaba la
declaracin de doa Antonia., en ese sentido resulta notable la solidaridad de gnero que se
pone en evidencia -en este caso entre vecinas de noble condicin- apoyndose mutuamente
despus de dcadas de transcurrido el episodio, en situaciones que consideraban impropias a
la moral y a la condicin de esposas. En efecto, la tica cristiana prescriba moderacin y
876
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 201 Aos 1811 1814, t.VIII, exp. 7, f. 21
329
austeridad en las costumbres del paterfamilias as como un comportamiento sobrio que
constituyese gua y ejemplo para los criados de la casa.
Los celos entre esclavas rivales en el empeo por ganarse los favores del amo quedan
ejemplificados en el mismo caso, en el cual existen referencias a fuertes escenas teidas de
agresiones fsicas. Relatado del siguiente modo por un testigo:
...estando ella [una de las esclavas] hablando con Don Alexo en
la puerta se enoj por esto su esclava Juliana que entr a la Sazn
y los hall hablando y por este motivo entr en zelos y la pele,
rompindole la camisa y el pauelo, el que pag Don Alexo[el
amo] encargando el secreto de todo para que no fuese a la
demanda ante el Seor Don Ambrosio como se amenazaba...
877
.
Se ha visto como reaccionaban en forma diferente los hombres casados de situacin
subalterna en relacin al vnculo establecido entre sus esposas y el patrn, tambin casado o
clibe; mientras algunos individuos se prestaban a sabiendas a dicha situacin, otros se
rebelaban presentando los hechos ante la justicia. Es de imaginar que este ltimo
comportamiento sera excepcional. En efecto, el temor al castigo del amo, la necesidad de
garantizar la subsistencia actuaran como disuatorios de la denuncia en una realidad
autoritaria configurada jerrquicamente en la cual la sumisin al poderoso constitua un
comportamiento socialmente aprendido y esperable.
Desde otra perspectiva, y ms all de las mujeres que co-residan en la vivienda del
cabeza de hogar
878
nos preguntamos cul sera el perfil de las eventuales amantes de los
hombres casados en una sociedad que exaltaba como principio terico la virginidad en la
mujer doncella. En la prctica, posiblemente mujeres jvenes de escasos recursos en
ocasiones entregadas con la connivencia de la propia familia- accederan a perder su doncellez
a cambio de la seguridad material que poda ofrecer la relacin con un hombre aunque no
fuese ste soltero. El caso del comerciante don Laureano Gauna en juicio contra su esposa,
quien haba entablado una demanda de divorcio contra l por adulterios reiterados, es
ilustrativo al respecto. De la lectura de la causa surge que aqul alquilaba la casa en donde
habitaban la amante y la madre de sta. Al respecto la testigo doa Josefa Funes expresaba:
...que sabe y le consta el trato ilcito de los referidos Don
Laureano y Ramona [obsrvese que el tratamiento de don utilizado
para el hombre no se registra en el caso de la mujer, lo cual seala
877
Ibdem.
878
Entre estas mujeres deben inclurse tambin parientas propias o de la esposa y otras co-residentes en situacin
de agregadas quienes deban su sustento al jefe de familia.
330
su inferior categora social] con motivo de haber ella bibido con su
madre habitando en la casa de la declarante tratada, y alquilada
por dicho Don Laureano quien pagaba los alquileres al mismo
tiempo que costiaba y sostenia a la referida Ramona: que su
entrada era bien escandalosa, y a deshoras ...
879
.
La dependencia econmica de la joven respecto del hombre casado era bien conocida
por otros testigos, una vecina expresaba al respecto ...que dicho Don Laureano la ha
sostenido desde la sal hasta el agua a la citada concubina...
880
. Esta dependencia material
podra bien haber constitudo el origen de las atribuciones que el hombre se tomaba respecto
de la persona de Ramona oponindose a su casamiento con otro hombre; en ese sentido, la
madre del joven con quien haba de contraer matrimonio aqulla explicaba al juez:
...habiendo tratado la Magdalena Madre de ella [de la
amante Ramona] casarla con el hijo de la declarante; asi que lo supo Don
Laureano trat de estorbar dicho matrimonio diciendole a la declarante que no
se habia de verificar aunque le costase docientos pesos, y que asi el dicho Don
Laureano como la Madre de la muchacha le dixeron el trato ilicito que mediaba
con ella y Don Laureano, y que no tubo que dudar por las demostraciones que
obserb y la voz publica de este amancebamiento....
881
.
Es posible que el intento de casar a la hija haya constitudo una estrategia de la madre
de sta para obtener ms dinero del hombre. En casos como ste las jvenes aparecen
tironeadas entre los intereses familiares y la de sus supuestos benefactores para la satisfaccin
de las apetencias de las partes. Aunque jurdicamente libres, su condicin de mujeres y su
juventud transformaba a estas jovencitas en seres muy vulnerables, utilizadas como objetos
de uso para la satisfaccin de servicios intercambiables entre la familia y el amante. Es
posible que tales situaciones se prolongasen en el tiempo en el caso sealado la relacin
llevaba mas de tres aos- lgico es suponer que como resultado de la unin naciesen hijos, lo
cual alejara cada vez ms las posibilidades de estas mujeres de acceder a uniones legtimas
al trmino de la relacin, teniendo en cuenta que ya no seran ni vrgenes, ni jvenes y que
cargaban con vstagos a su cargo. La necesidad de dependencia de la relacin con el amante
es de suponer se acentuara con el tiempo, y el destino de estas mujeres se hara ms incierto.
3.2.1.3. Adulterio y convivencia matrimonial : formas de ocultamiento social
879
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 201, Aos 1811 1814, exp. 2.
880
Ibdem.
881
Ibdem.
331
Menciones acerca de casamientos de uno de los miembros de la pareja, efectuados a
los fines de tapar relaciones adulterinas ponen de manifiesto la importancia acordada a la
apariencia de vida honorable en una sociedad obsesionada por el parecer mas que por el
ser.
El encubrimiento del comportamiento que la percepcin social condenaba como
pecaminoso conduca en ciertos casos a individuos a utilizar el matrimonio como instrumento
para apartar sospechas sobre relaciones prohibidas. Un ejemplo constituye el denunciado por
Mara Rosa Lpez, natural y vecina de El Saucesito, Partido del Ro IV. En su demanda la
mujer refera la ilcita amistad de su marido Gregorio Pereyra con Cecilia Alamis quien para
perpetuar su amistad se cas con Pedro Montiel [quien no ignoraba la situacin y fue]
consentidor y alcaguete . La mujer expona que el acusado haba trado a convivir a la nueva
pareja a la propiedad del matrimonio edificndoles una vivienda y mantenindolos a ambos
cnyuges. La esposa expresaba haber sufrido con paciencia ...hasta el extremo de servirle
personalmente [...] de suerte que con ella coma siempre en la mesa y yo fuera...
882
. Parece
que enterado de dicha situacin el ayudante de cura mand al marido a hecharlos de la casa
sin solucin ya que se mudaron a cuatro cuadras de distancia ...en donde siguieron
escandalisando a nuestros hijos y a todo aquel contorno...
883
.
Es factible pensar que individuos que se casaban a sabiendas de que su unin se
hallaba desde su consagracin, viciada por el defecto de amancebamiento adulterino de sus
mujeres con otros hombres ms solventes consintieran a la aceptacin de dicha situacin
como estrategia de supervivencia, siendo ellos mismos en ocasiones los instigadores del
adulterio.
En el caso sealado, la esposa accionante explicaba que al mismo tiempo que su
marido mantena ilcita amistad con Cecilia Alamis tambin lo tena con otra mujer soltera
llamada Serafina quien se hallaba como agregada en la estancia de Pereyra a cargo de ste,
entregada por el hermano de aqulla:
... hasta que la gravid y queriendola echar de la casa para que
pariese me opuse yo [la esposa demandante] diciendole que por
que avia de salir a padecer a otra parte y as pario en casa y yo
me tube el trabajo de asistirle y cuidarle el hijo porque la misma
Serafina me tena confesado que mi Marido era el autor de su
preado, despues prosiguio viviendo en casa hasta que un
hermano suio la llebo...
884
.
882
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg.. 198, Aos 1795 1799, t. V, exp. 15, f. 1, 1 vto., 10
vto, 16, 44 vto., f. 48.
883
Ibdem.
884
Ibdem.
332
A estas acusaciones de adulterio de la esposa con stas mujeres se sumaban otras
relacionadas con la falta de religiosidad del demandado imputndosele su negativa a rezar el
rosario en familia, ni en su casa ni en la de la madre, saliendo de la habitacin en tales
momentos. Completaban las acusaciones el mal ejemplo brindado a los hijos y la falta de de
instruccin cristiana dada a los esclavos del hogar a quienes le acusaba de que ...no les da
mas Doctrina que el ablarles mil desonestidades
885
. Ante tales reproches el marido neg
uno a uno sistemticamente los cargos que se le imputaban.
Se observa que a fines del siglo XVIII la causa fue iniciada en el ao 1798-, estos
comportamientos se hallaban cuestionados socialmente lo que explicara la preocupacin de
ocultar o disfrazar tales relaciones a los ojos de la esposa y del conjunto de la sociedad, a
sabiendas que los mismos aparecan como reprochables.
Sola suceder que, como resultado de la relacin paralela del marido, la esposa debiera
abandonar el domicilio conyugal
886
escapando de una situacin denigrante a su persona ya
que, como hemos visto en el caso precedente y en otros que se presentarn, no pocas veces la
manceba conviva en la casa de la pareja y el marido obligaba a la mujer legtima a servirla o
la maltrataba fsicamente.
Algunas esposas, en lugar de huir, soportaban por aos una cohabitacin obligada
con las mancebas y al decidirse a denunciar los adulterios del marido se exponan al riesgo de
ser acusadas por stos de haber consentido dichas relaciones. Es lo que le ocurri a la citada
Mara Rosa Lpez del Partido del Ro IV, quien en su defensa utilizaba el conocido
argumento de la natural desproteccin de la mujer y de su necesidad de gua y consejo,
expresando que haba permitido las infidelidades del marido y haba cocinado para la pareja
adltera y comido en la cocina mientras ellos lo hacan en el comedor, por no saber como
proceder en una situacin semejante:
...ser yo una muger ignorante cituada en un pais en donde no
tenia director que advirtiere mi derecho, pues a tenerlo aunque
885
Ibdem.
886
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, t.II, exp. 9: expediente sobre
divorcio que solicitaba Mara Almada esposa de Joachin Machado, vecina de Crdoba, en el ao 1773; la mujer
acusaba a su marido expresando tener que soportar un continuo padecer fuera de mi morada y experimentar
una segregacion y una total y continua infidelidad de parte suya. La causa se haya incompleta, pero este es un
tpico caso en que, con habilidad el marido adltero invierte el curso del juicio convirtiendo a la demandante en
demandada acusndola de jugadora de mesa y de dilapidacin de bienes del matrimonio. El marido le
imputaba ...perder continuamente dinero y empeando una pollera con galn de oro, unas cortinas , zarcillos
de oro y 40 varas de lienzo.
333
peligrase mi vida, no huviera permitido el que traxese sus
mancebas a casa...
887
.
Es factible pensar que en la campaa, debido a la inmensidad de los territorios y
consiguiente menor factibilidades de control social y escasez de curas, estas situaciones se
multiplicasen. En este pleito, a pesar de las graves imputaciones de reiterados
amancebamientos adulterinos del marido y de que la esposa reclamaba tambin por el riesgo
que deca correr su vida, la causa culminaba en transaccin. El argumento en torno al peligro
de ser asesinada por el marido adltero resulta muy interesante ya que en l se expresan los
que se consideran efectos que produce en el hombre la sensualidad, esto es sequedad de
entendimiento y dureza del corazon
888
.
El concubinato adulterino de la parda esclava Phelipa con su amo, denunciado por el
marido de sta constituye un caso arquetpico de las relaciones extramatrimoniales que ciertos
amos mantenan con sus esclavas en el siglo XVIII. Dos meses despus de haber contrado
matrimonio con la esclava, el marido acuda a los tribunales a presentar el hecho ante la
justicia eclesistica. El hombre relataba que la mujer del amo los encontr en la cama y lo
abandon ... y solo volvio a los ruegos a su casa comportandose como criada dandole un
plato de comer de lo que sobra o nada...
889
. El deterioro de la relacin entre los cnyuges se
pone de manifiesto tambin en el testimonio de un vecino de la casa que compareci a
declarar en la causa, el cual expres que haba visto a la mujer munida de un cuchillo con el
objetivo de matar a su marido, habiendo l impedido que lo efectuase. Como fundamento de
las sospechas acerca de la relacin, el denunciante explicaba que haba sido el mismo amo
quien le haba solicitado que contrajese casamiento con ella a su entender, a fin de
enmascarar la relacin que exista entre ellos- . Relataba que habindola enviado el patrn a
Santa F a vender maz:
... por no dejarla ir sola entre peones a los riesgos del camino y
extraa jurisdiccin me fui a acompaarle, y el amo con el
pretexto de acompaarlos una parte del camino sigui hasta el
final [durante el viaje] repetidas noches no la encontr en la cama
ni en la carreta...
890
.
887
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg.. 198, Aos 1795 1799, t. V, exp. 15.
888
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg.. 198, Aos 1795 1799, t. V, exp. 15, f. 16.
889
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 12. f. 1, 1 vto, 5, 7,
Causa por adulterio prolongado iniciada por Ignacio Gomez y Silva, natural de Portugal , desterrado de la
Colonia y habitante del Ro Segundo, casado en primer matrimonio en Mendoza con Andrea Pucheta. Amo y
esclava eran viudos, casados en segundas nupcias. El amo denunciado era de nombre Gernimo Gaete,
Sargento Mayor, casado en primer matrimonio en Mendoza con Andrea Pucheta.
890
Ibdem.
334
y los escuch discutir llamndola el amo puta debido a los celos que tena ante lo
cual ella le haba respondido ser mal agradecido lo que llev a afirmar al denunciante
...que no se explica tal respuesta en una esclava a menos que sea concubina.
891
. La
manipulacin matrimonial del personal de servicio, esclavo y libre segn la conveniencia del
amo se pone de manifiesto una vez ms en este caso. El hecho de que el marido haya
desnudado los hechos revela hasta que punto tal proceder del amo le resultaba intolerable
afrenta a su honra en este caso, a diferencia del caso anterior en el cual Pedro Montiel
mantuvo en silencio la verdad acerca de la relacin existente entre el dueo de la hacienda y
su flamante esposa, prefiriendo en cambio Ignacio Gmez Silva -marido de la esclava
Phelipa- desnudar la realidad an a costa de perder su medio de subsistencia. La irona que se
desprende de su demanda sintetizada en la frase al Provisor ...sirvindose Vuestra seora
mandar depositar ante todas las cosas la Ana Bolena causante de estas licencias...
892
parece
confirmarlo.
El recurso ante la justicia podra interpretarse como una estrategia perfilada por el
subalterno contra el superior a fin de presionar para obtener alguna compensacin de ste para
retirar la denuncia y por ende la ventilacin pblica de la relacin reprochable?.
La conducta de Don Alexo Gil ante la demanda de divorcio por adulterio reiterado con
esclavas presentada por su mujer, constituye, aunque llevado a un punto extremo, un
arquetipo de la situacin de hombres jefes de familia que utilizaban a las mujeres de servicio
de la casa como objetos de placer. Se trata de un divorcio que se inici en 1812 , continu por
espacio de ms de treinta aos y que finalmente permaneci inconcluso. El mismo es muy
rico en informacin sobre diversos aspectos de la mentalidad de la poca y de los cambios que
estaban operndose en relacin a la manera de percibir distintos fenmenos relacionados con
el universo de los sentimientos, los derechos de los esclavos, la capacidad jurdica de la
mujer, y otros.
La esposa accionante del divorcio calificaba el comportamiento de su marido adltero
en los siguientes trminos:
...vida lbrica y voluctuosa con que tena adulterado el tlamo
nupcial entregandose a cuantas negras y pardas entraban a su
servicio por compra, o por conchavo [...] La informacin se sigui
y de ella result una comportacin que ofende a la moral, a la
Religin, a la Sociedad y a la f del matrimonio, por un abandono
en luxuria que le degrada, hasta confundirle ignominiosamente,
891
Ibdem.
892
Ibdem.
335
pues no ha reparado condicin de personas, pluralidad, ni
circunstancias que no haya atropellado...
893
.
Mientras las esclavas amenazaban al hombre con referir los abusos sexuales de que
eran objeto a la autoridad civil lo cual es demostrativo del coraje de estas mujeres en su afn
por hacerse or ante la justicia- aqul se afanaba por guardar el secreto de estos hechos,
consciente del descrdito que su propia conducta le aparejara. La esclava Josefa fue devuelta
por el amo a su anitiguo dueo por negarse a continuar el trato ilcito. Otro episodio del amo
con otra esclava de nombre Mercedes Bustamante de veinte aos, quien una maana se neg
al llamado para tener contacto carnal resistindose, por cuyo motivo el dueo de casa ...se
levant desnudo de la cama a correrla y ella se huy...
894
deriv en una queja de la
mencionada esclava al Gobernador Pueyrredn expresando que quera ser vendida, quedando
finalmente en poder del jefe de Estado. Todos estos hechos eran referidos por la esposa
accionante y luego ratificados por otros testigos-, lo cual evidencia pleno conocimiento de
los detalles de tales relaciones. Las criadas comparecieron a prestar testimonio en el juicio
revelando ms entretelones en relacin a las costumbres sexuales del amo:
...y que as mismo vi a Ascencin la que entr una siesta a su quarto [subrayado en
el documento] de quien habia oido decir que trataba ilicitamente con Don Gil...
895
.
Resultado de estas relaciones eran los hijos que el amo tuvo con diversas criadas: un
hijo con Josefa Narbaja, dos con Juliana. Al referirse a ellos la esposa expresaba:
...la fisonoma de los muchachos acusa la filiacin procedente de
mi marido, l los quiere mucho segn Matheo [...] le llaman por
Padre y con l coman y dorman segn Josefa [...] son adems
reputados de pblico y renotados hijos suyos; l les dio la libertad
por escritura publica, que les otorg en medio de sus necesidades
extremadas sin embargo de tener hijos legtimos...
896
.
Obsrvese el tono de reproche de la mujer en relacin al perjuicio econmico
ocasionado a la familia al liberar el marido a dichos esclavos. Ello se contradice con lo que
expresa ms adelante en su escrito en cuanto a un intento de venta anterior que haba
efectuado Gil, ya que la esposa se muestra escandalizada por esta pretencin de venta de los
propios hijos:
893
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 201 Aos 1811 1814, t.VIII, exp. 7.
894
Ibdem.
895
Ibdem.
896
Ibdem.
336
... el exelentsimo Seor General Quiroga bien informado lo
llam e increp de muerte en Mendoza porque trataba de vender a
sus propios hijos...
897
.
En su declaracin, la esclava Josefa expres:
...que an vive el hijo que ella tiene en su poder [refirindose a la
esclava Asencia] y fue de Don Alexo por no haber tenido trato
alguno con otro y que en veinte das solos que estubo en poder de
Don Alexo se hizo embarasada. Y no queriendo seguir su amistad
la debolvi a su primer amo Don Norverto Narbaja alegando ser
enferma y habiendola echo reconocer con el Doctor Pablo Pastor
dijo este que la enfermedad era del prees por cuyo mitibo no la
quera recibir su primer amo Don Norberto respecto de que
cuando la entreg a Don Alexo sana y la enfermedad la haba
adquirido en su poder y por obra de l segn el reconociemiento
de dicho Doctor Pastor. Y puesta la queja por su amo ante el
seor Gobernador Don Juan Martn de Pueyrredn mand su
seora quedase no obstante en poder de dicho su primer
amo...
898
.
Si bien en otras pocas pudo gozar la relacin amo-esclava de mayor tolerancia social,
en 1812 dicha prctica parece resultar condenable o al menos cuestionable. Incluso la
disposicin del Gobernador mandando que la esclava quedase en poder del primer amo
pareciera una forma de intentar preservar a la mujer del trato desaprensivo del que haba sido
objeto la mujer por Alexo Gil. La pretencin de ste, por otra parte, de intentar mantener sus
aventuras en secreto aparece como ilusoria, como lo confirma un testimonio al expresar
que:... oy en aquel tiempo una maana yendo por la calle, a unas mugeres que hiban
hablando de la corrida que le hiso Don Alexo a su esclava Mercedes...
899
. Evidentemente
los hechos constituan la comodilla de la ciudad. Se observa asimismo el inters de la parte
demandada por dejar en claro en defensa de Gil las costumbres cristianas del mismo, quien
segn la declaracin de su esclavo Matheo: ...sabe que su amo reza siempre el rosario todas
las noches y se confiesa y comulga a menudo...
900
. Independientemente de las referidas
prcticas devotas, el esclavo aada que Gil haba vendido a la esclava Juliana en Buenos
Aires reteniendo a su lado dos hijos que haba tenido con ella ...no sabe si sern hijos de l
aunque ve que los quiere mucho... .Las esclavas declararon que don Alexo les haba
897
Ibdem.
898
Ibdem.
899
Ibdem.
900
Ibdem.
337
prometido que...si sala embarazada de su trato con l, le dara libre a su hijo y a ella
tambin...
901
.
Un ejemplo de hombres casados que actuaban ocultando sus tratos ilcitos con
mujeres constituye el de un comerciante de la ciudad de Crdoba quien en 1811 concurra a
una casa bajo pretexto de visitar a una hija de familia encubriendo la verdadera intencin de
encontrarse con su amante quien ocupaba una casa dada en locacin perteneciente a dicha
familia , lo cual fue motivo de enrgica reaccin de las dueas de casa quienes al percibir la
situacin ...echaron a la Ramona con su Madre de la casa alquilada
902
por temor a ver
enturbiada la reputacin y buen nombre de la familia.
3.2.1.4. Sexo, honra y adulterio
A pesar de constituir el adulterio femenino, como se ha dicho, delito-pecado gravsimo
para ambos derechos, la presuncin del delito no autorizaba en teora al esposo a expulsar a la
mujer del hogar sin la intervencin de la autoridad competente, ni le exoneraba de su
obligacin de procurarle sustento hasta que la falta estuviese comprobada.
El 19 de abril de 1797 doa Mara de la Concepcin Moynos, -natural y vecina de
Crdoba- obtena el divorcio perpetuo de su marido, el comerciante don Francisco Flores
Hurtado de Mendoza por causa del adulterio de ste, despus de alrededor de diecisiete aos
de casados. Constituye ste uno de los escasos pleitos resueltos en donde el causal invocado
para el divorcio era el adulterio, por lo cual interesa analizar en detalle las argumentaciones
utilizadas por una y otra de las partes para tratar de probar la inocencia de uno y la
culpabilidad del otro. En el presente pleito existan imputaciones mutuas entre los cnyuges
en relacin a adulterio por lo cual es posible comparar el tratamiento que la justicia daba en
torno del comportamiento masculino y femenino en caso de infidelidad entre casados. El
interrogatorio a la esposa se centr, como se ver, en la cuestin referida a su comportamiento
sexual mientras que en el caso del varn, las preguntas de la fiscala se orientaron a
establecer si existi cumplimiento de deberes conyugales en cuanto a la permanencia en el
domicilio conyugal, sostenimiento del hogar, administracin de la dote de la esposa, trato
injuriante a la misma. Si bien la accionante de la demanda era la mujer por causa del
901
Ibdem.
902
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 201 Aos 1811 1814, t.VIII, exp. 2.
338
adulterio de su marido, durante el pleito -cuyo expediente tiene una extensin de 109 fojas
escritas ntegramente de ambos lados- el hombre entabl a su vez acusacin de infidelidad
contra su mujer, con un sacerdote. La sentencia fue favorable a la esposa, en ella el Dr.
Gregorio Funes expresara que la mujer logr probar bien su accin y demanda mientras que
el esposo no hizo lo mismo con sus alegatos por lo que declar a la primera en entera
libertad para no hacer vida maridable
903
.
Con referencia al status social de la pareja cabe mencionar que la accionante se
identificaba como muger onrrada y seora principal hija de buenos Padres
904
. Su edad
era de cuarenta y cuatro aos, y firmaba, en apariencia, los escritos. La casa en donde viva
era propia ya que la misma consista en uno de sus bienes dotales. El marido era comerciante
operando tanto en San Juan como en Crdoba.
Se destaca entre las imputaciones de la accionante al marido, el adulterio pblico en la
ciudad de San Juan de donde el hombre era natural con publico escandalo de todo aquel
vecindario haciendo alarde de su mala vida en continuo ...mal vivir en aquella ciudad
con muger soltera en quien tiene hijos y que a esta cauza no me hase caso ni menos socorre a
sus hijos...
905
; negndose a convivir con ella ni siquiera cuando se hallaba de paso por
Crdoba con lo cual la esposa expresaba me tiene desacreditada por no querer aser vida
conmigo
906
. En sus argumentaciones enfatiza en el juicio del publico de toda la ciudad de
San Juan donde todos saben que la ha repudiado no queriendo parar en su casa sino en otra
diferente: ... en los cuartos de alquiler de Doa Ignacia Puche, o Deza sin querer hir a
dormir a su casa con su muger, por no querer aser vida maridable conmigo...
907
por lo cual
se manifestaba injuriada. Deca sentirse ofendida tambin porque cuando Flores vena a
Crdoba ...anda diciendo y bociferando por las calles hallarme etica o tsica...
908
;
remarcaba el abismo existente entre lo que ella imaginaba como un trato acorde a una esposa
y la realidad del que reciba de su cnyuge:
...lexos de ser mimada y atendida de dicho mi esposo con aquel
decoro que exije el estado, he sido siempre el obgeto de sus
velipendios de cuyos principios ha resultado una cadena de puros
males que cada dia se hase mas insoportable que jamas aya
logrado un instante de paz o quietud en mi estado [lo acusaba
adems de ] desprecios y bejamenes [de] falta de socorro con
903
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 198. Aos 1795 1799, t. V, exp. 8. f. 1, 2. 5 vto, 11,
11 vto, 12, 50 vto, 52, 61, 63, 64, 69, 71, 71 vto, 73, 73 vto., 74 vto., 89, 90, 91, 92, 92 vto. 91, 97 vto.
904
Ibdem.
905
Ibdem.
906
Ibdem.
907
Ibdem.
908
Ibdem.
339
algun dinero para mi manutencion o alimentos de sus hijos [...]
solo una pollera me tiene dada en cambio de una de terciopelo que
le di para que vendiese en la ciudad de San Juan y que a sus hijos
solo dos capingos de pao azul les tiene dado y los comestibles
que ha traydo de su patria para darles a mis hijos le he comprado
por manos de las vecinas
909
.
Evidentemente, Doa Moynos haba comprobado personalmente la infidelidad de su
marido estando en San Juan. All fue invitada a un baile en ocasin de festejarse el da de
Nuestra Seora de la Merced por lo que infera que la concubina, como la llamaba, sera de
nombre Mercedes-. Sumado al adulterio , al trato injuriante del que lo acusaba, a su falta de
satisfaccin de las necesidades mas elementales para con ella y para con los hijos, la mujer le
imputaba adems la dilapidacin de sus bienes dotales; lo cual ejemplificaba con la venta de
una criadita que tena ella en dote, la prdida de ms de $300 del mismo origen para satisfacer
deudas de su amancebamiento y expresaba el temor a que vendiese : ...lo poco que le queda
(a ella) para disfrutarlo con aquella y dejar mis hijos en la calle...
910
. En relacin al sostn
del hogar, la mujer manifestaba que en todo el tiempo en que haban estado separados de
hecho ella se haba mantenido ...a espensa de mis hermanos y de la misma suerte he dado
estudios y estoy dando a dichos mis hijos...
911
. Entre los testigos presentados por la Moynos
para declarar en su favor resulta particularmente conmovedor el testimonio del maestro de los
hijos de la pareja, Joaqun de Escobar, vecino de Crdoba de 35 aos el cual se refiri ...a la
escasez de medios con que los nios fueron criados, que la mayor parte del tiempo han
andado descalzos...
912
, y que oy decir que Flores no quera dormir con ella por vieja y
calenturienta
913
. Contratacando a las graves acusaciones, el marido arremeta contra la
esposa negando la paternidad de algunos de los vstagos que se le imputaban como propios
achacando a la mujer repetidos adulterios con dos sugetos de la ciudad en especial con el
finado Dr. Don Clemente Olmos Theniente de cura que fue de la Punilla
914
. Para intentar
probar sus gravsimas acusaciones presentaba una nmina de veinticuatro testigos. No todos
llegaron a ser interrogados. De las declaraciones no surgieron en general elementos
probatorios de los graves hechos denunciados por el marido. Dos testimonios en especial, sin
embargo, resultaron comprometedores para la esposa: el de un esclavo del cura fallecido con
909
Ibdem.
910
Ibdem.
911
Ibdem.
912
Ibdem.
913
Ibdem.
914
Ibdem.
340
quien se le imputaba adulterio, el cual declar ser cierta la amistad de su amo con la
accionante, expresando que :
...sabe y le consta que la accionante pari una criatura no sabe
si embra o baron y sabe que la dio a su amo para que la criase
Doa Melchora Arcos, que ignora cuanta edad tenga pero sabe
que su amo le pasaba asistencia...
915
.
La otra declaracin adversa a la accionante correspondi a la esclava negra Martina
quien haba pertenecido al marido, en su declaracin la esclava sembraba dudas acerca de la
legitimidad de una de las hijas de Doa Moynos. Sobre su testimonio la accionante emiti el
siguiente juicio:
... su declaracin no merece f por ser o haber sido de l [del
marido] queda tachada, independiente del vicio de esclavitud que
trae consigo y de quererme mal por haberla castigado por sus
iniquidades que aprendi en el servicio de su amo...
916
.
Los testigos de la accionante se afanaban en desacreditar el testimonio de la esclava
calificndola de viciosa, malentretenida; tramposa y ladrona; ladrona y facinerosa
haberse embiciado en trampas y raterias
917
.
Resulta notable una vez ms la importancia acordada a la opinin del vecindario el
cual se converta en tribunal de la reputacin de la esposa
918
especialmente en lo referido a
la honra-virtud femenina
919
. Las informaciones acerca de amistades y viviendas que
frecuentaba resultaron cruciales a la hora de sopesar el comportamiento femenino, ello se
deduce de las informaciones efectuadas en el juicio rondando siempre las mismas cuestiones:
compaas, amistades, visitas, salidas, de la mujer cuestionada : las compaias de la
demandante han sido muy correspondientes de su nacimiento
920
, manifestaba un testigo de
915
Ibdem.
916
Ibdem.
917
Ibdem.
918
PITT RIVERS, J. y PERISTIANY J. (1993) (comps) Honor y gracia, Madrid, Alianza, citado en
FERNANDEZ, M.A.(1999: 11)Familias en conflicto: entre el honor y la deshonraBoletn del Instituto de
Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, Tercera serie, nm.20, 2do. Semestre.
919
La relacin honra femenina y opinin del vecindario ha sido remarcada entre otros autores por PITT
RIVERS (1979:104) Antropologa del honor y poltica de los sexos Grijalbo, Barcelona.
920
Un testigo afirmaba refirindose a doa Moynos: siempre la vido entrar en casas de honor . Al respecto se
interrogaba, tanto a personas nobles como a gentes del comn: Da. Cathalina Xigena, de 29 aos quien
aparentemente saba firmar expresaba ...que las casas que ha visto frecuentar a Doa m. Moynos han sido y
son en su concepto las de mejor honor [...] correspondientes todas a las de su nacimiento y de su misma
familia, lo cual era reafirmado por Jacoba de Sena, parda libre de cuarenta aos, quien no firm por no saber la
cual deca tambin ...que las entradas que ha notado en la dicha seora ha sido correspondiente a su
nacimiento como que eran las casas de sus mismos parientes y hermanas.... Conviene resaltar, que a pesar de
las imputaciones del marido contra la mujer, pues, todos los testigos por ella presentados recalcan su buena
reputacin. Tambin el hermano de la accionante fue interrogado al respecto de la honra de su hermana, a
quien debi mantener desde que su marido la abandon, Don Manuel Moynos, de cuarenta y siete aos, quien
341
la parte agraviada. La defensa del marido en sus escritos insista en el principio de inequidad
de la gravedad del adulterio en hombre y mujer reafirmando el argumento de la mayor
bochorno en lo civil de la falta de la mujer por la incertidumbre de la prole
921
ya que una
mujer puede imputar hijos al marido que no sean propios mientras que el hombre no puede
nunca hacer lo mismo.
En otra causa iniciada en Crdoba, aunque corresponde a hechos acaecidos en
Catamarca, se observa el mismo fenmeno del caso anterior en relacin a que, siendo la
mujer quien inicia la accin judicial contra el marido por adulterio de ste solicitando divorcio
perpetuo y asignacin de alimentos; el esposo contraatacaba a su vez con similar acusacin
con respecto a ella. En efecto, Mara Gracia Daz, natural y vecina de Catamarca acus al
marido de adulterios con varias mujeres y maltratos hacia ella por lo cual, segn declaracin
de la accionante ella debi abandonar el hogar conyugal fugndose a Crdoba con dos
criadas huyendo de la sevicia masculina. Se reitera el recurso de inversin de prueba, ya que
la mujer, de damnificada pas a ser objeto de sospecha y acusacin. Si bien el cura y vicario
forneo de Catamarca Dr. Martn Eugenio Gardel ratific los dichos de la mujer confirmando
que conoca de los adulterios y malos tratos del varn hacia su esposa, agregando ser el
marido jugador, otros testigos a los que se les tom declaracin, funcionarios de Catamarca de
paso por Crdoba, se mostraron reacios a declarar contra el hombre. Ms all de la amistad
que la esposa denunci exista entre esos hombres y su marido Domingo Lpez Barreda, -
aparentemente de profesin comerciante- pareciera confirmarse aqu una vez ms una actitud
de solidaridad de gnero entre hombres, lo cual resulta de particular gravedad en casos de
personas con influencia poltica como stos, si ante la denuncia de golpes recibidos por la
esposa no tomaban ninguna iniciativa contra el marido, asegurando su impunidad. En ese
sentido uno de ellos refera que no saba ni haba odo decir nada de maltratos del marido a la
firm su declaracin fue tajante en el juicio que profiri: ...jamas, ni una sola ves encontr a su hermana fuera
de casa, ni en ella vicita de sospecha [...] que nunca advirtio en su hermana compaias desiguales a las de su
nacimiento ni el que declara se las hubiera permitido [...] ni de muy lexos ha podido rastrear el mas leve y
minimo motivo para hacerle bariar el concepto juicioso que ha tenido formado siempre del honrado modo de
pensar de su hermana Doa Mara Moynos a quien por esta razon adoctandola como a su hija con un amor
paternal le dio a ella y sus hijos todas las asistencias precisas y necesarias para la vida.... Obsrvese cmo a
pesar de que la diferencia de edad que separaba a los hermanos era escasa, cuarenta y siete aos l frente a
cuarenta y cuatro declarados por ella, el varn se autoadjudicaba el rol de padre adoptivo y manifiesta el
ejercicio de su potestad sobre su persona y el control sobre las relaciones que frecuenta. Se manifiesta aqu la
potestad sobre la persona de la mujer asumido por un familiar, en este caso el hermano, en reemplazo del padre o
marido, cfr. AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 198. Aos 1795 1799, t. V, exp. 8. f. 1, 2.
5 vto, 11, 11 vto, 12, 50 vto, 52, 61, 63, 64, 69, 71, 71 vto, 73, 73 vto., 74 vto., 89, 90, 91, 92, 92 vto. 91, 97
vto.
921
Ibdem.
342
mujer, sino: de un trato [...] con mucho agasajo, cario y franquesa...
922
. Del testimonio de
otro de ellos surgi ser cierto sin embargo un episodio de inters, ya que una de las criadas de
la amante, le habra dado un empujn a Mara Gracia Daz en la iglesia de San Francisco por
orden de su Seora por lo que debi reconvenirla.
Por su parte, en su escrito el marido acusaba a su mujer de escandaloso
amancebamiento y reconoca que la golpe llevado de la clera que tal hecho le provoc
expresando que :
...antes de haver mi mujer delinquido en el feo borron y negro
tisne del adulterio la ame y estime demaciadamente sin que jamas
le tocase ni a el pelo una sola vez, siendo ella Duea de todos mis
intereses para disfrutar de ellos como disfruto a su advitrio y
gusto, sin que jamas cargase yo ni la mas pequea llave de mis
arcas...
923
.
. Relataba adems que al fugarse a Crdoba la esposa se haba llevado, adems de dos
esclavas negras, distintas pertenencias, ropa blanca, una carga de hilo y enseres de palta
labrada, violentando la puerta de la tienda comercial del marido ...me escalo y aujerio el
quarto de mi asistencia mias y ajenas [...] trasteo la tienda y toda la casa dejandola
enteramente saqueada
924
.
Sorprenden en las descripciones de los hechos la iniciativa observada en las acciones
de las mujeres. El caso de la esposa maltratada que recurra a la violencia para apoderarse de
objetos sobre los cuales consideraba tener derecho; la decisin de huir acompaada de sus
esclavas de una ciudad donde el marido ejerca influencias polticas, -en donde tena pocas
oportunidades de hacer or su voz solicitando auxilio- hacia Crdoba, sede del Obispado
donde se presentara ante el Juez eclesistico para pedir el divorcio perpetuo; la mujer que .
utiliz a una esclava para agredir a la mujer legtima del hombre con quien tena relaciones
ilcitas. Estos hechos acerca de mujeres luchando por aquello que consideraban sus derechos
desvirtan la imagen de mujer subordinada, pasiva y obediente que emanaba incansablemente
del discurso oficial sobre el rol femenino an a comienzos del siglo XIX.
Con la expresin de celos irracionales correspondientes a un verdadero loco
925
una mujer calificaba el comportamiento de su marido en un juicio de divorcio en el cual se
922
AAC, Causas Matrimoniales, Juicio de Divorcio, Leg. 199, Aos 1800 1802, t. VI, exp. 2.
923
Ibdem.
924
Ibdem.
925
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, L 198 Aos 1795 1799, t. V, exp. 8.
343
entremezclaban las acusaciones de adulterio entre ambos miembros de la pareja con las de
maltrato del hombre hacia la mujer y de disipador de bienes, jugador, irreligioso,
corrompido y sin sentimientos de moralidad
926
con que la esposa designaba el
comportamiento del marido. Se trata de los autos de divorcio de Doa Bernabela Alday y su
marido Don Eugenio Flores, iniciado en el ao 1815, el cual permaneci inconcluso. El
proceder de la esposa era calificado de terco, desvergonzado y escandaloso
927
, la defensa
femenina en cambio se ocupaba en resaltar que el capricho e inconstancia jamas han tenido
influencia en mis pretensiones
928
y denunciaba al hombre por golpes a ella propinados,
acechanzas disfrazado y con pistolas para observar el comportamiento femenino, de privarla
de sus prcticas devocionales y de acusarla injustamente de adulterio. Las argucias de las que
acusaba a Doa Bernabela segn el testimonio de sta- para imputarle infidelidad resultan
llamativas, como la de recurrir a este argumento para vengar un fallo desfavorable en una
herencia por l reclamada otorgado por el Presidente del Tribunal de la Concordia, lo que
refera la mujer del siguiente modo:
...estando en amistad con el Dr. Don Jos Roque Savid, expres
que le havia de votar de su casa si no se conformaba con su
solicitud, y le negaba el voto estando el ao pasado de Presidente
del Tribunal de la Concordia, y que por haver sido de parecer que
Flores demandaba injustamente la herencia que entonces pidio;
entr en el proyecto de acusarme de adultera con el expresado Dr.
Don Roque.
929
La mujer agregaba que pasado un tiempo y para expresar su arrepentimiento por su
anterior proceder el marido haba invitado a comer al referido Dr. Roque Savid a la casa en
mesa extrahordinaria y lo haba instado a realizar un paseo pblico con la esposa a los fines
de que :
...el pblico se cerciora de que ambos eran inocentes y de que el
dicho Flores havia manchado sin prosederes, nada mas que por
un freneci que produxo un genio no acostumbrado a moderarlo:
de modo que si el Dr. Don Jose Roque accedi con afectuosas
suplicas al convite de la mesa, se neg obstinadamente al del
paseo
930
.
Se observa como en este caso la esposa se haba convertido en el objeto-instrumento
del marido dispuesto a utilizarla para la consecucin de sus fines y venganzas personales
926
Ibdem.
927
Ibdem.
928
Ibdem.
929
Ibdem.
930
Ibdem.
344
como se advierte a lo largo de la causa, en la que orden fuese puesta en sucesivos depsitos
para solicitar su restitucin y nuevamente pedir fuera depositada en otro domicilio. Por su
parte ella pretenda probar las infidelidades de Flores, fruto de una vida licenciosa de excesos
en el alcohol y el juego
931
.
3.2.1.5. Amancebamiento adulterino y abandono del hogar conyugal.
En el caso opuesto a los adulterios solapados, mantenidos en el domicilio de
pertenencia bajo una aparente normalidad de convivencia conyugal, se hallan los casos en
los cuales uno de los cnyuges abandonaba la corresidencia con su esposa/o legitima/o. Tal el
caso de Mara de la Encarnacin Jurez, natural y vecina del Ro Tercero Abajo quien
denunciaba a su marido por adulterio y sevicia en julio de 1798. Acusaba al cnyuge de
ejecutar un ...total desprecio y abandono que hase de mi persona...
932
. Expresaba asimismo
que el individuo haba abandonado el hogar mudndose a la casa de la amancebada donde
permaneca para comer y dormir. En estos casos, a la ofensa inferida a la esposa e hijos
legtimos, se sumaba el hecho de que stos quedaban en total desproteccin material.
La relativa tolerancia social existente en la prctica hacia los desenfrenos sexuales
masculinos existente en la Crdoba de fines del siglo XVIII se pone en evidencia en una
causa correspondiente al Ro Segundo iniciada en 1798 por Mara Sabina Taborda contra Juan
Nieva, su marido, tambin natural y vecino del mismo lugar. La esposa expresaba que el
hombre ya haba estado preso por sevicia y adulterio en tres ocasiones sin enmendarse y
explicaba su especial indignacin en este caso ya que observaba que la amasia Ubalda Bocos
...tiene la audacia de irse de noche a dormir a casa del jues con mi marido en la
prision...
933
.
Segn la clasificacin de los telogos, existan tres maneras de adulterio: nupti cum
nupta, soluti cum nupta y nupti cum soluta. En el primer caso varn y mujer eran
casados. Era el primero el caso de Petrona Yarrete de veinticinco aos, casada con Juan do
Couto, portugus vecino de Crdoba quien era denunciada por su marido de manceba y
adulterio con Blas Prez, casado de veintiocho a treinta aos de edad de oficio herrero. Segn
la declaracin de ambos delincuentes al ser aprendidos por la justicia secular, la mala vida
931
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 202, Aos 1815 1825, tomo IX, exp. 1.
932
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 198, Aos 1795 1799, t. V, exp. 14.
933
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 198, Aos 1795 1799, t. V, exp. 12, f. 1 vto.
345
entre ellos se haba iniciado haca tres aos y desde haca ocho o nueve meses andaban
prfugos por los montes desplazndose por distintos lugares de la campaa cordobesa en
procura de sustento. Al ser interrogado, a fin de disipar alguna duda sobre la posibilidad de
rapto, tanto el hombre como la mujer, coincidieron en afirmar que el varn nunca ...la
extraido ni llebado a parte alguna ni ha echo uso de ella forzndola o amenazndola, si no
que siempre le ha sedido de su propia voluntad...
934
. El itinerario seguido por la pareja
desde el momento de separarse del domicilio conyugal de la mujer indicaba que haban vivido
sin residencia fija, primero en Tras la Sierra en el paraje de Altamira, donde el hombre tena
su fragua como herrero, luego de mantenerse all por quince das pasaron para el Ro Tercero
de all a la Ciudad de Crdoba, nuevamente al Ro Tercero en cuyas inmediaciones en un
lugar conocido como Monterralo, fueron presos por la justicia. La pareja explicaba tambin
que en su derrotero, haban estado en compaa ocasional con algunos compaeros del
hombre, que se haban alojado en la vivienda de algunos conocidos y que se haban
alimentado de la compra de reses vendiendo ...una u otra alaxa de l o de la declarante...
935
. Luego de una resistencia armada con pistola, cuchillo y daga fueron apresados y
trasladados a la Real crcel de la cuidad. Un dato interesante con relacin a la situacin de la
pareja consiste en la pregunta ejectuada por la autoridad civil: ...si en el tiempo que
andubieron por la campaa Prez la llebaba en calidad de mujer propria para engaar a las
gentes [ a lo que ste respondi] que slo en una ocasin se ofreci y respondi dicho Perez
que hera su muger propria...
936
. De la pregunta se deduce que fingir el estado de casados
posibilitara a la pareja recibir un mayor apoyo y confianza de la gente que en tal
circunstancia estara ms dispuesta a ofrecer albergue u otra ayuda solicitada ya que, confesar
su verdadero estado implicaba para los vecinos que los acogiesen transformarse en cmplices
de una situacin delictiva.
En el caso de la pareja integrada por Rosario Caldern y Laureano Gauna,
comerciante, la actividad mercantil del marido le brindaba la posibilidad de hacer abandono
del lecho conyugal pernoctando en la tienda comercial con la amasia, actitud que la
esposa denunciaba ante la autoridad:
...Como mi marido tiene su tienda en la que hace su comercio, y
yo he vivido en mi casa separada de esta mercantil, el dormia en
934
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 196, Aos 1786 1790, exp. 10.
935
Ibdem.
936
Ibdem.
346
ella con la complice, y solo de quando en quando pasaba a mi
casa, con el objeto de que su dilatada separacion no llenase la
medida de mi dolor...
937
.
A los fines de evitar el escndalo pblico la pareja clandestina pretenda disimular su
relacin, maniobra que era claramente advertida por la mujer legtima quien enfticamente
expresaba:
...y para que el crimen no se hiciera notorio al pblico, la
amaria se recogia a casa de sus Padres: cuando era tiempo que el
regreso se hiciera se repetia la misma esena, y en esta alternativa
el adulterio se radicaba, y se hacia mi memoria odiosa en el
concepto de mi marido hasta hacerme injurias horrorosas y
exeder la inhumanidad...
938
Adems de los ya descriptos, otro motivo de abandono del hogar conyugal se
ocasionaba por ejemplo en los casos de desertores del ejrcito quienes, ante el peligro de ser
aprendidos por la justicia abandonaban a sus familias. La Iglesia tenda a proceder en estas
situaciones con una actitud paternalista y conciliadora, tendiente a reunir a las parejas, as se
observa en un expediente labrado por el notario del Santo Oficio de la ciudad de Buenos Aires
por mandato del Provisor de esa Dicesis respondiendo a un oficio del Obispo de Crdoba
quien asuma la iniciativa de promover el perdn del soldado ngel Jos Zapata residente en
Crdoba , el cual haba abandonado a su familia dejndola sin asistencia alguna en Buenos
Aires debido al delito de desercin no atrevindose a volver a esa provincia; el trmite del
prelado cordobs se originaba en lograr ...que los divorciados libremente se unan.
939
3.2.1.6. La bigamia como forma de adulterio agravado
Cuando un individuo volva a contraer nupcias en vida de su primera mujer el
adulterio se agravaba drsticamente convirtindose en bigamia. Cuando un amancebamiento,
an en la campaa, tomaba estado pblico y llegaba a odos de la autoridad, era posible que el
Obispo en persona solicitase informacin al cura rector y vicario del lugar. As aconteci en el
caso de un individuo de raza negra de oficio carpintero residente en el Ro Segundo quien era
denunciado por casarse en el lugar con una criada libre de servicio domstico, en vida de su
legtima mujer quien habitaba en Buenos Aires, comprobado el doble matrimonio a travs de
937
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg.202, Aos 1815 1825, t. IX, exp. 25.
938
Ibdem.
939
AAC, Juicios de Divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp.4.
347
los testimonios de testigos. La declaracin del acusado aporta elementos para la explicacin
de su conducta, el mismo expres que:
...en tiempo de los jesuitas cas en estancia de Jess Mara que
no se acuerda el ao, luego vivio algunos aos en la ciudad de
Crdoba, hace como dieciocho aos habiendose ido al To,
jurisdiccion y presidio de esta ciudad, no quiso su muger seguirle,
supo que luego la muger se habia ido a Buenos Aires y despues de
cinco o seis aos vino a saber que [...] era muerta [y que] jams
tubo noticia de que su primera muger estubiera viba...
940
.
Como puede advertirse, si bien la esposa estaba obligada a fijar domicilio conyugal
con su marido, en los casos de hombres sentenciados por la justicia a cumplir condena en la
frontera, las mujeres no estaban en la prctica siempre dispuestas a acompaarlos, es de
suponer que tal situacin promova la separacin espontnea en las parejas y, con el paso del
tiempo y prdida de contacto, la posibilidad de doble matrimonio se multiplicaban
941
.
3.3. Violencia corporal indirecta
Consideramos a sta como el dao perpetrado en el cnyuge, ocasionado en la
falta de procura de elementos mnimos para la subsistencia. Falta de alimentos, vestido,
asistencia en la enfermedad
942
, abandono a la intemperie constituan hechos de violencia
ejercida indirectamente. La siguiente constituye una denuncia de este tipo de comportamiento:
...la negacion total que me ha hecho de vestuarios, de alimentos,
y del auxilio en las enfermedades [...] quando mi marido en el
parto que tube en el mes de Agosto, para aquellas apariciones que
hacia de tarde en tarde en las que yo le suplicaba una verdadera
union, me remitio un medio real para que me socorriera, yo podre
decir que el es inhumano, que su corason empedernecido halla ya
la tranquilidad en el vicio, y que ya no puede esperarse otro
940
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, exp. 16, f. 8: Se trata de Juan
Muchilas, amancebado pblico, adltero Ro Segundo, segn reza la cartula del expediente. El hombre no saba
firmar y declaraba tener ms de veinticinco aos. La criada con quien cas en segundas nupcias era llamada
Antonia y trabajaba al servicio de Don Ramn Galarza.
941
Otra causa de adulterio agravado por bigamia para el caso de espaoles europeo puede consultarse en :
A.A.C., Causas matrimoniales, Juicios de Nulidad, Leg. 199, Aos, 1800 - 1802 t. 6, exp. 3. Tambin puede
consultarse el caso de bigamia correspondiente al pardo Phelipe Quinteros, cfr. A.A.C., Causas matrimoniales,
Juicios de Nulidad, Leg. 201, exp. 13.
942
Divorcio Caldern Gauna, cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 201, Aos 1811
1814, exp. 2.
348
extremo de iniquidad. En ese estado le ha puesto la amaria
Ramona
943
.
La legislacin contemplaba el deber de asistencia mutua entre marido y mujer
944
.
Respecto de la obligacin alimentaria especficamente que abarcaba la comida, bebida,
vestimenta, habitacin y recuperacin de salud- se ocupaban las Leyes de Partidas. En las
Leyes de Toro se reconoca tambin el deber del esposo a dar a la mujer el alimento, el
vestido as com las otras cosas necesarias
945
. Tambin lo hacan las Leyes de Indias de
1680 aunque indirectamente. Exista consenso en general acerca de que era obligacin del
varn casado, ya en su carcter de marido, ya de padre de familia, proveer de alimentos y
recursos a la esposa e hijos. Como contrapartida, tanto la mujer como los vstagos le deban
obediencia y respeto. Algunos autores como Antonio Gmez o Enrique de Villalobos
opinaban que en caso de incumplimiento del pago de la dote, la obligacin alimentaria cesaba
y la mujer poda ser compelida a abandonar el hogar conyugal, excepto -segn el segundo-
cuando la haba recibido sin dote en cuyo caso persista la prescripcin alimentaria y de
unidad de domicilio
946
.
Ello lleva a reflexionar una vez ms sobre la importancia acordada a la dote como
contribucin a las cargas de la vida matrimonial y por otra parte en tales lecciones
moralizadoras se advierte un afn por desalentar intenciones tramposas en los padres que
prometan montos cuya entrega no estaban en condiciones de ofrecer, o no tenan intenciones
de verificar, a fin de atraer candidatos convenientes socialmente como maridos para las hijas.
La imagen naturalizada acerca del varn jefe del hogar se relativiza en la prctica
ya por motivo de fallecimiento; por la frecuente ausencia en no pocos hogares de su persona
por perodos de tiempo variables, ya porque, cohabitando no cumpla las obligaciones
943
Consultar en AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 201, Aos 1811 1814, exp. 2., f. 2 y 2
vto.
944
LAS SIETE PARTIDAS DEL REY DON ALFONSO EL SABIO Leyes de Partidas, De. Cit. ley 7, tt. II,
Partida IV principalmente.
945
LOS CDIGOS ESPAOLES CONCORDADOS Y ANOTADOS, Madrid 1872, Tomo VI, Leyes de Toro.
Leyes de Toro, Ley LXI.
946
El tema referido a los alimentos entre cnyuges ha sido investigado por Viviana Kluger a quien seguimos en
el desarrollo relativo al tema en el trabajo KLUGER, V. (1990:183 -213) Los alimentos entre cnyuges. Un
estudio sobre los pleitos en la poca de la Segunda Audiencia de Buenos Aires (1785 1812) en Revista de
Historia del Derecho, Instituto de investigaciones de Historia del Derecho, Buenos Aires, Vol. 18. Adems de los
mencionados en el texto, entre los autores que la autora cita se destacan: Martn Torrecilla, Ciriaco Morelli, Fray
Luis de Len, Toms Snchez, Elizondo,. cfr. pp. 183, 185.
349
inherentes a esa funcin. Resulta significativo que en 1778 un 29.5% de los jefes de los
hogares de la ciudad de Crdoba correspondiesen al sexo femenino
947
.
La solicitud de una cuota alimentaria por parte de la mujer
948
poda derivar de una
situacin de separacin de hecho, pre-existente a la presentacin judicial; tambin poda
constituir el resultado del alejamiento fsico de la pareja como consecuencia del pleito de
divorcio durante el cual la esposa permaneca en depsito judicial -continuando la obligacin
alimentaria del marido durante todo el tiempo que durase el proceso-
949
. Poda existir adems
falta de cumplimiento de la provisin del sustento por parte del hombre an permaneciendo
ste en el hogar conyugal, por falta de trabajo, por inadecuado destino de los medios
disponibles como consecuencia del juego, del hbito del alcohol, de gastos en diversiones y
sostn de otras mujeres, entre otros factores.
Ante la falta de medios de subsistencia algunas mujeres se vean necesitadas de
solicitar asilo en la casa de parientes o conocidos donde permanecan por distintos espacios
temporales en calidad de huspedes o de agregadas prestando diversos servicios en
retribucin del alojamiento y alimento que el jefe de familia les provea; en ciertos casos el
domicilio conseguido era transitorio lo cual les obligaba a ser dejadas expuesta
950
-segn la
expresin utilizada por una esposa- vagando con los hijos de una vivienda a otra, viviendo de
caridad, sin residencia fija.
Testimonios de esposas sosteniendo una crecida familia sin ayuda marital
951
contradicen la imagen tradicional acerca de la pasividad del rol femenino en las sociedades
histricas. Una de las ocupaciones de las mujeres para sostenerse consista por ejemplo en la
tejedura, el hilado para la confeccin de lienzos, la cra de aves del corral, la elaboracin de
confites y dulces y otras grangeras cuyo producto les era arrancado en ocasiones por el
marido quien lejos de auxiliarlas con lo necesario las despojaban a veces de sus magras
ganancias
952
. Cierta solidaridad de gnero entre madres e hijas
953
y an de abuelas y criadas
es dable advertir entre mujeres en la procura del sustento al que todas colaboraban
954
.
947
CELTON, D. (1993:148) La poblacin de la provincia de Crdoba a fines del siglo XVIII en Academia
Nacional de la Historia, Buenos Aires.
948
Otros ejemplos de expedientes de divorcio en los cuales se recogen menciones a cuestiones alimentarias
pueden consultarse en: AAC, Causas matrimoniales, Juicio de Divorcio, Leg. 194, Aos 1688 1745, tomo I,
exp. 4, 14, 16; Leg. 195, Aos 1746 1785, tomo II exp. 4; Leg. 196, Aos 1786 1790, tomo III, exp.1, 2, 11;
Leg. 198, Aos 1795 1799, tomo V exp. 14; Leg. 201, Aos 1811 1814, tomo VIII, exp. 2; Leg. 202, Aos
1815 1825, t. IX, exp. 32; Leg. 203, Aos 1826 1849, tomo X , exp. 20.
949
Los gastos derivados de su manutencin fuera del domicilio conyugal explican en parte la urgencia que en
general manifestaban los esposos por la conclusin del juicio, y por recuperar a la esposa del depsito.
950
AAC, Causas matrimoniales, Juicio de Divorcio Leg. 196, Aos 1786 1790, tomo III, exp. 5.
951
AAC, Causas matrimoniales, Juicio de Divorcio Leg. 203, Aos 1826 1849, tomo X, exp. 58.
952
AAC, Causas matrimoniales, Juicio de Divorcio Leg. 199, Aos 1800 1802, tomo VI, exp. 2.
350
La ausencia de los maridos del hogar conyugal fenmeno advertible en todos los
grupos sociales
955
- poda prolongarse por aos
956
, originado en conchabos transitorios o
permanentes; en actividades comerciales; atencin de propiedades; por efecto de las levas
militares; trabajos forzados; fugas
957
. La incertidumebre acerca del regreso del hombre deba
embargar el espritu femenino ante cada ausencia prolongada de ste del hogar.
En demanda de alimentos y vestido para ella y sus hijos concurra ante el Sr. Alcalde
Doa Mara Correa, de treinta y dos aos, mujer legtima de Don Reyes Pereyra quien
manifestaba mantenerse de su trabajo personal en 1825, acusando a su marido de adulterio y
sevicia, el mismo fue aprendido y encarcelado por la justicia secular siendo encontrado
durmiendo con Fernanda Quintero, parda libre de veintitrs aos.
958
3.3.1. Divorcio e intereses patrimoniales
Ms all del orgullo de hombre desconfiado y receloso acerca de la lealtad de su
cnyuge en una sociedad en la cual, como se ha afirmado, la honra familiar se basaba en
forma significativa en la integridad sexual de las mujeres de la familia, tender un cono de
sombra sobre la reputacin de la mujer casada poda responder a la consecucin de otros
fines. En efecto, conocedor de la importancia social acordada a la reputacin moral de una
mujer, y sabiendo adems que la infidelidad constitua en la normativa vigente gravsima
falta que de comprobarse poda significar desde el punto de vista material la prdida para una
esposa de sus derechos sobre la dote e incluso sobre los bienes gananciales del matrimonio,
como se ha visto, el marido poda utilizar la acusacin de adulterio como parte de un plan
953
La madre y las hijas trabajaban para sustentarse y vestirse, cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicio de
Divorcio Leg. 194, exp. 1.
954
AAC, Causas matrimoniales, Juicio de Divorcio Leg. 203, Aos 1826 1849, tomo X, exp. 18.
955
La figura del marido ausente constituy una carcaterstica de los distintos grupos tnicos de la colonia por
distintos motivos: viajes de los maridos blancos asociados a la atencin de sus intereses, a las funciones
pblicas; el esclavo en razn de la disgregacin de las familias por los dueos; el indgena porque sola huir.
MURIEL, J. (1992:305) Las mujeres de Hispanoamrica: poca colonial, Mapfre, Madrid, pp. 303 317.
956
El marido poda ausentarse aos como en el caso de Francisco de Arvalo y San Miguel quien tena seis hijos
del matrimonio y una tienda en la ciudad el cual estuvo tres aos ausente de su casa, cfr. AAC, Causas
matrimoniales, Juicio de Divorcio Leg. 194, Aos 1688 1745, tomo I, exp. 2; otro ejemplo de marido ausente
puede consultarse en Leg. 195, Aos 1746 1785, tomo II exp. 1; otro que dej a la esposa $10 lo que se
aproximaba a la suma que se asignaba por da como cuota alimentaria segn algunos testimonios- para el sostn
del hogar permaneciendo un ao lejos, cfr. leg. 203, Aos 1826 1849, tomo X exp. 13. Las largas ausencias
podan transformarse en abandono permanente como en el caso doa Juana Guevara quien declaraba haber sido
abandonada por el marido haca doce aos, cfr. Leg. 203, Aos 1826 1849, tomo X , exp. 22.
957
Cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicio de Divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, tomo X , exp. 13.
958
Consultar en AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 202, Aos 1815 1825, tomo IX, exp.
32.
351
estratgico para coaccionar a la esposa y doblegar su voluntad en la direccin que se
pretendiese desviando por otra parte la denuncia efectuada contra su propia infidelidad
959
.
Cuando el marido manifestaba acciones de prodigalidad que ponan en peligro los
bienes de la comunidad conyugal, la esposa poda solicitar la separacin, an sin existir
sentencia de divorcio en la pareja
960
, es por ello que ciertos maridos, al verse privados de la
administracin de dichos bienes, recurran a medios violentos para procurrselos como se
desprende de la siguiente declaracin de una mujer:
... Seguro de mi debilidad, procuro, insto y me amenazo para que
pusiera a su arvitrio cuantos bienes conoci pertenecerme; a
pesar de que no existiendo en mi poder, temia que sacarlos de
mano de la persona que los garantia; como no accediese a
entregarle cuanto peda para fomentar sus vicios, mientras que
nada le falt ni negu para su comodidad y demas familia sobre
los recursos de su arte; tom de ello ocasin para fomentar la
discordia pretestando de all sospechas a mi fidelidad conyugal.
De aqu proximo llegando una noche a llamar a la puerta de calle,
mientras que yo y madre dormamos, por no haber tan pronto
habierto la puerta, la derrib al momento a empujones y entrando
furioso hacia la cama con un atado de duraznos, descarg sobre
mi espalda golpes...
961
.
Ejemplo de una esposa que logr mediante una demanda ante la justicia civil -previa
al juicio de divorcio iniciado ante el tribunal eclesistico- que el marido perdiese sus
derechos en cuanto a la administracin de sus bienes dotales como consecuencia de su
comportamiento disipado se comprueba en un caso correspondiente a 1842, ello llevaba al
cnyuge varn a expresar en su escrito:
... Ella ha conseguido ante los juzgados ordinarios que se le
entregue su dote por entero como lo tengo entregado [...] ha
logrado dejarme sin bienes y sin advitrios para contestarle en
juicio y an para mantenerme pues no tengo en el da giro alguno,
segn es publico y notorio.
962
959
Bienes propios se consideraban los inmuebles y muebles posedos con anterioridad al casamiento, los bienes
adquiridos con dinero exclusivo de uno o por permuta con sus bienes propios , el ajuar aportado por la mujer, los
bienes recibidos por donacin, los castrenses La mujer era considerada duea natural de su dote as como el
marido era dueo civil de la misma pudiendo hacer suyos sus frutos aunque le estaba vedado consumirla. La
esposa perda su derecho sobre la dote si se declaraba el divorcio por su adulterio. Cfr. LEVAGGI, A. (1987:
141, 2) Ob. Cit.
960
DUPAQUIER J. (1988: 315) (director) Le mariage et la famille...Ob. Cit.
961
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 203 Aos 1826 1849, t. X, exp. 62, f. 1 vto.
962
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 201, Aos 1811 1814, exp. 7.
352
En este caso era el marido quien solicitaba a su mujer alimentos, ante lo cual el gobernador de
la provincia, Lpez lo reprenda diciendo que deba trabajar, ya que:
...gente de mas edad como Don Miguel Tagle se ocupan para
vivir pudiendo contraerse a ensear primeras letras en el lugar de
la Dormida....
963
El mismo gobernador Lpez prometa asignarle doce pesos mensuales de los fondos
pblicos por esa tarea. Gil no pareci entusiasmarse con dicha oferta ya que continu
solicitando alimentos, reclamando por su pobreza y afirmando ser calumniado. Uno de los
testigos de su insolvencia, un vecino mayor de cincuenta y nueve aos expres respecto de la
incapacidad para el trabajo evidenciadas por Gil :
...el que declara le habilit con una pulpera la que le fue forzoso
retirrsela por el ningn provecho que de ella sacaba, no por
mala fe sino por falta de capacidad en su manejo pues ni aun para
esto la tiene el infeliz suplicante
964
.
Otro testigo de su indigencia afirmaba sobre el particular : ...hace aos goz un
sueldo en la Administracin de tabacos y tambin manej despus una abilitacin de
abasto...
965
.Aparentemente el hombre, ocupado en la obtencin de placer a travs de sus
esclavas, haba descuidado las posibilidades que la respetable situacin social de pertenencia
le haba proporcionado.
En otro caso iniciado en noviembre de 1790 correspondiente a una pareja domiciliada
en Villa La Carlota, el marido utiliz el argumento de sospecha de adulterio para repudiar a
su mujer y expulsarla del domicilio conyugal sin intervencin de autoridad competente
negndose adems -segn la queja presentada por la mujer- a proveerle de una cuota
alimentaria. Transcurridos cinco meses en la justicia civil el litigio continu ante el juez
eclesistico ante el cual el varn persisti en su acusacin de adulterio y la mujer demandada
solicit a su vez el divorcio por sevicia y alcoholismo... Interesa observar en la exposicin de
los hechos en uno de los escritos de la mujer el modo de proceder del marido a fin de
desacreditar a la mujer en pos de la consecucin de su objetivo el cual parece haber consistido
en liberarse de su convivencia con ella:
...me hecho una noche de nuestra cassa el expresado mi marido,
vosiferandome que me havia encontrado infraganti delicto con un
963
Ibdem.
964
Ibdem.
965
Ibdem.
353
soldado Dragon llamado Juan Josef Villarreal, cuia vos
desparramo con tanta eficacia, que no qued en aquel lugar quien
la ignorase con tan grave perjuicio de mi credito...
966
La esposa continuaba refiriendo como era el mismo esposo el que promova la
permanencia del soldado en la casa obligndola a ella a atenderlo incurriendo en lo que
aparece como una especie de instigacin al adulterio :
...continuaba en mi casa el referido por la mucha satisfaccion
que le daba mi marido, quien no permitia se tragese la comida a la
mesa, sin que estubiese Villarreal, si benia tarde de la noche, me
hacia lebantar, a que personalmente le hiciera la cama, si yo
repugnaba o me escusaba de otros obsequios a que me instaba mi
marido me reprendia de manera que me obligaba a obsequiarlo en
lo posible: conocia que me celaba el solicitaba su entrada,
continua y amistad familiar? En que confuciones seor, me beria
para darle gusto...
967
.
La diaria embriaguez del hombre denunciada por la esposa haca a esta vctima
adems de ...golpes, insultos, desayres, injurias y toda clase de malos tratamientos...
968
. A
pesar de lo expuesto ella intent reanudar la convivencia a fin de recuperar mi credito no
pudiendo conseguir ser admitida nuevamente en el hogar habiendo ...sido despojada
violentamente de todos mis bienes ropa de mi uso y de mis dos hijitos barones...
969
conminndolo con una multa por su mal comportamiento sin resultado ya que ...lo que
consegui fue que me mandase depocitar en cassa estraa, sacandome del lado de mi madre
...
970
. El hombre no logr probar el adulterio, la mujer tampoco consigui el divorcio, no
llegando ni uno ni otro a convencer al juez eclesistico, el primero de que la infidelidad era
veraz y la segunda que el causal para la separacin era suficiente por existir riesgo de su vida.
La causa se extendi hasta marzo de 1792. Por mandato de la justicia el hombre debi correr
con las costas del juicio y se le exigi caucin juratoria obligndose con su persona y bienes
a no maltratar a la mujer en adelante:
...apercibimos al citado Serrano, se
abstenga de toda bebida con el exceso que se nota, que para evitar los
temores mugeriles que pudieran retraher a su muger de la cohavitacion
debera prestar dicho Serrano en caucion juratoria de no maltratarla,
966
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg.196, Aos 1786 1790, t.III, exp. 11. Se trata de la
pareja integrada por: Florentina Ferreyra y Jos Ignacio Serrano, naturales y vecinos de Villa la Carlota del Ro
IV . f. 21, 21 vto., 22, 22 vto, 23, 23 vto., 24, 24 vto, 25, 25 vto, 26, 27, 27 vto.
967
Ibdem.
968
Ibdem.
969
Ibdem.
970
Ibdem.
354
ofenderla ni agraviarla en cosa alguna, antes bien tratarla como a su
esposa que recivio de mano de la Iglesia...
971
.
En casos como los anteriores, parece claro que la imputacin de adulterio contra las
esposas constituira parte de una estrategia del marido para conseguir que la esposa perdiese
sus derechos patrimoniales y conseguir adems la liberacin del deber de manutencin de la
mujer, y quizs de los hijos.
Tiempo vivido en matrimonio hasta la iniciacin del juicio
Segn los datos disponibles, la duracin promedio de las uniones, desde la celebracin
del matrimonio hasta la iniciacin del juicio de divorcio quoad thorum, se ha establecido en 9.2
aos
972
. En sus valores extremos, el tiempo de casados puede fijarse entre unos pocos meses y
30 aos. Cabe interrogarse acerca de los motivos que llevaban a las parejas a solicitar la
separacin transcurridos slo algunos meses tras la celebracin del casamiento; al mismo tiempo
es interesante indagar acerca de las causas de los conflictos que podran desembocar en la
decisin de solicitar el divorcio luego de una unin de varias dcadas.
Los siguientes casos constituyen testimonios ejemplificativos al respecto:
Doa Trinidad Ferreyra, noble de alrededor de 18 aos -segn su declaracin- inici
querella contra su marido, natural de Valladolid en Espaa habiendo transcurrido tan slo
971
Ibdem.
972
En la evaluacin del tiempo vivido en matrimonio antes de iniciar la demanda de divorcio es necesario
destacar que el tiempo variaba segn se tratase de solicitudes de nulidad o separacin quoad thorum, en el caso
de Crdoba analizado en este trabajo se han considerado separadamente los promedios de duracin de la unin
segn uno y otro caso para un tratamiento ms detallado dadas las diferencias existentes en estas problemticas,
otros trabajos consideran conjuntamente los porcentajes para ambos tipos de solicitudes lo cual modifica, como
es de suponer, los resultados obtenidos. En Per de la consideracin de 455 expedientes utilizables surge que
alrededor de un 10% de las demandas se presentaban durante el primer ao del matrimonio y, en no pocos casos
en las semanas o das inmediatos a la boda. Entre una tercera parte y la mitad de los divorcios se solicitaban
cuando la pareja tena de uno a cinco aos de vida comn, entre una cuarta y quinta parte de los demandantes se
haban casado de seis a diez aos antes: cfr. LAVALL, B. (1986: 432) Divorcio y nulidad de matrimonio en
Lima 1650 1700 La desavenencia como indicador social en Revista Andina, Cuzco, N2, dic. pp. 427 464..
En otro trabajo sobre el caso de la Lima colonial se expresa que no haba un promedio del tiempo de casados,
pues tenemos el caso extremo de una pareja de treintin aos de casados (...) y otros de tres o cuatro meses: cfr.
GONZLEZ del RIEGO, D. (1999: 138 -9) En el caso francs, el Cambrais del siglo XVIII, la mitad de las
demandas se producan en los cinco primeros aos despus del matrimonio, cfr. DUPAQUIER J. (director) Le
mariage et la famille...Ob. Cit. p. 315.
355
ocho meses desde el casamiento. El marido era comerciante, viudo de Bertolina Moyano y,
presumiblemente, bastante mayor que ella, dada su condicin de ultramarino y el hecho de ser
padre de tres hijos de su anterior unin. El tribunal eclesistico resolvi en esa oportunidad la
separacin temporal de la pareja: Vueltos a convivir, tres aos despus la esposa solicit
nuevamente el divorcio invocando embriaguez, maltrato fsico, ausencia del domicilio
conyugal, falta de sostn econmico por parte del marido hacia ella e hijos de su primera
unin.
Otro ejemplo de conflicto llevado a la justicia a los pocos meses de la unin
constituye la solicitud de Ignacio Gmez y Silva, en 1775, natural de Portugal, desterrado de la
Colonia, viudo de Micaela Alvarado y habitante del Ro Segundo, quien a los cuatro meses de
casarse con la esclava Felipa, al servicio de Gernimo Gaete, de estado casado, de ocupacin
Sargento Mayor, denunciaba a su esposa esclava de adulterio prolongado con el amo,
acusando a ste de haber propiciado ese matrimonio para encubrir la relacin que tena con su
domstica; la causa permaneci inconclusa.
En otra querella la esposa solicitaba la separacin de su marido tras nueve meses
de casados invocando como principal motivo su vagancia y falta de establecimiento en lugar
fijo. En efecto, tras casarse en Ro Segundo, la esposa relataba haber sido sometida a recorrer
un complicado itinerario de viajes sin destino aparente sufriendo adems reiterados maltratos
fsicos. Ella explicaba que fue llevada a la Sierra, a casa de Doa Josefa Fierro, luego la
condujo hasta Ro Tercero a casa de un to de l con quien empez a celarla por lo que los
hecharon de esa casa, de all fueron a vivir a Rosario, jurisdiccin de Santa F con Don
Mariano Zeballos, otro to del consorte. Los celos le impidieron quedarse ms tiempo en esa
vivienda, comenzaron a vivir en pleno campo habitando en una carreta prestada hasta que el
dueo la necesit guarecindose de las tempestades luego bajo un toldito a manera de indio
pampa donde vivieron largo tiempo hasta que Don Pablo Arriola al ver sus desdichas les
ofreci casa cerrada con una huerta en Rosario. Si bien vivieron all un tiempo, por celos con
el dueo de casa el marido comenz a pegarle ; volvieron a Ro Segundo, habitaron en casa de
un indio carpintero llamado Bentura, como los padres de la esposa vivan cerca, se trasladaron
all pero el esposo se enfrent a golpes con su suegro por lo que debieron abandonar el hogar
paterno tras sucesivos episodios de celos con distintos individuos; solicitaron morada de
caridad a fines del mes de octubre al Sr. Don Juan Bautista Ortz, pero una noche que dieron
albergue a un pardo de la ciudad se reprodujo un incidente de celos... queriendo el marido
llevarla a otros destinos ella se neg a seguirle y lo denunci a la justicia entablando demanda
de divorcio..
356
En otro litigio una esposa inici accin judicial a los cuatro meses de casada
debido a los golpes y maltratos recibidos. El esposo reconoci su vicio con el licor y prometi
enmendarse por lo que se reconciliaron pero al poco tiempo ella lo volvi a demandar ante el
Provisor del Obispado por reincidencia de conductas agresivas.
973
En el caso opuesto a los precedentes se ubica el de aquellas solicitudes de divorcio
entabladas despus de varias dcadas de convivencia, algunos ejemplos constituyen
974
:
Mara Rosa Lpez, natural y vecina del Saucesito, Partido del Ro IV quien
concurra a la justicia afirmando: ...que a tiempo de treinta aos que me cas con el referido
mi marido, cuyo lapso de tiempo no ha sido para m otra cosa que una continuada trajedia
975
.
Los causales invocados consistan en adulterio, sevicia y malos tratamientos. La causa finaliz
en transaccin, por lo que se deduce que la esposa no logr sustraerse de la infortunada
relacin.
Mara Ignacia Moyano, natural y vecina de Crdoba y residente en el Partido de
Ischiln entabl accin judicial contra su marido Manuel Esteban Irusta, tambin natural y
vecino de Crdoba y residente en el mismo Partido, el 16 de abril de 1803. El causal invocado
era de sevicia y malos tratos; la esposa se decida a demandar al marido tras ...treinta aos,
973
Entre las parejas cuyo matrimonio tuvo una duracin inferior al ao tras lo cual se inici Juicio de Divorcio se
relatan en el texto los siguientes : el Juicio FERREYRA ABAD BAZN:El matrimonio se celebr el 8 de
marzo de 1766 y la fecha de iniciacin del primer juicio corresponde al 13 de noviembre de 1766 el cual
concluye en divorcio ad tempus. En una segunda oportunidad la esposa entabla juicio de divorcio el 18 de
julio de 1769, el mismo concluye en conciliacin. Cfr. AAC. Juicios de Divorcio Leg. 195 Aos 1746 1785,
t.II, exp. 5., causa por sevicia . Juicio de GOMEZ y SILVA GAETE, casados en julio de 1775, con denuncia
iniciada el 29 de noviembre de 1775, por adulterio de la esposa esclava con su amo, causa incompleta.Cfr.
AAC,Juicios de Divorcio Leg. 195, Aos 1746 1785, t.II, exp.12. juicio de Divorcio de SUELDO COLET,
naturales y vecinos ambos del aRo Segundo, caso de sevicia y malos tratos, fecha de casamiento: 6 de febrero
de 1790, iniciacin del juicio el 16 de noviembre del mismo ao, se concede divorcio ad tempus. Cfr. AAC,
leg. 196, Aos 1786 1790, t.III, exp. 9. El Juicio de Divorcio GALNDEZ ALMADA, iniciado en Crdoba
en 1838 a los cuatro meses del casamiento , segn consta en el expediente. AAC, Leg. 203, Aos 1826 1849,
exp. 43.
974
Casos presentados en el texto correspondientes a divorcios iniciados tras varias dcadas de convivencia:
AAC.Causas Matrimoniales, Juicio de Divorcio, Leg. 198 Aos 1795 1799, t.V, exp. 15: corresponde al Juicio
de Divorcio de Mara Rosa Lpez y Gregorio Pereyra; ao de celebracin del matrimonio segn testimonio de
la accionante: 1768, fecha de inicio de la accin judicial: 23 de febrero de 1798.Cfr. tambin AAC, leg. 200,
Aos 1803 1810, t.VII, exp. 14, Juicio de Divorcio accionado por Mara Ignacia Moyano contra Manuel Irusta,
causa iniciada el 16 de abril de 1803. AAC, Leg. 202, Aos 1815 1825, t.IX, exp. 15: Causa iniciada en
Crdoba perteneciente al expediente del Juicio de Divorcio del matrimonio Bogado. AAC, Juicios de Divorcio,
Leg.203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 56., correspondiente a la demanda contra Mateo Mura puesta por su
esposa Mercedes Ferreyra en el ao 1845. AAC,Juicios de Divorcio, Leg. 200, Aos 1803 1810, t.VII, exp. 16:
Juicio de Divorcio entre Mara Catalina Rojas y Jos Manuel Oyola, del valle de Traslasierra, una nueva causa
iniciada en febrero de 1811 en base a una nueva demanda de la mujer permaneci tambin inconclusa, cfr. AAC,
juicios de Divorcio Leg. 201, Aos 1811 1814, t. VIII, exp. 1. AAC, Juicios de Divorcio Leg.200, Aos 1803
1810, t. VII, exp. 12: corresponde al divorcio entre Gabriela Caldevilla (sic) y Luis Arce, iniciada en marzo de
1808.La esposa accionante expresaba que ahora mas de veinte aos, ser voz pblica en aquel Partido que mi
marido vive en ilcita relacin con Doa Magdalena Escalante, viuda....
975
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg.. 198, Aos 1795 1799, t. V, exp. 15.
357
poco ms o menos que despos con dicho mi marido; la causa permaneci inconclusa, sin
resolucin
976
.
.
En la demanda puesta contra Mateo Mura por su esposa Mercedes Ferreyra,
ambos residentes en el Curato de Alta Gracia en el ao 1845; ella declaraba en su demanda que
haban estado casados por ms de veinte aos y lo acusaba de haberla abandonado y vivir
amancebado con otra mujer. A fin de explicar a los jueces su deterioro fsico y los efectos que
la relacin le produjo manifestaba que ...entr en poder de l en buen estado de trabajar y
teniendo mis prenditas..
977
se refera a unos zarcillos de oro y otros muebles - , lo acusaba
adems de despojarla de esas pertenencias. Tambin este juicio permaneci sin resolucin.
Adulterio, amancebamiento, sevicia y malos tratamientos eran los causales
invocados por Mara Catalina Rojas contra su marido Jos Manuel Oyola, vecinos del Curato
de Pocho, en la demanda entablada contra l, el 22 de agosto de 1810, tras veinte aos de
matrimonio segn declaracin de la misma mujer; en la causa se mencionaba un hijo
extramatrimonial del marido. El juicio permaneci inconcluso; seis meses despus, la mujer
demand nuevamente al esposo por los mismos cargos, a pesar de este nuevo reclamo de ayuda
a la justicia, el caso no lleg a la etapa de sentencia permaneciendo tambin inconcluso.
Gabriela Caldevilla (sic), natural y vecina de La Punilla iniciaba demanda contra su
marido Luis Arce, del mismo origen, el 10 de marzo de 1808 por adulterio y sevicia. Segn la
mujer haca 20 aos que su cnyuge estaba amancebado con Doa Magdalena Escalante,
viuda. La accionante expresaba que mientras el marido dilapidaba los bienes del matrimonio,
ella viva en extrema pobreza. La causa permaneci sin resolver
978
.
Como se advierte, las causas invocadas para separarse tras escaso tiempo de
matrimonio no presentaban diferencias substanciales de las denunciadas tras largos aos de
casados, reiteradas eran las denuncias por sevicia y los malos tratos asociados a alcoholismo,
adulterio, falta de sostn econmico, abandono del hogar. Dichas acusaciones se asemejaban,
en suma, y en lneas generales como veremos, a los causales correspondientes a los Juicios de
Divorcio tomados en su conjunto. Caractersticas propias de la personalidad de la mujer
asociadas a la existencia de proteccin material o afectiva del entorno de parientes y
relaciones, posibilidades propias del lugar de residencia, la gravedad de un incidente
976
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 202, Aos 1815 1825, t.IX, exp. 15.
977
AAC, Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, tomo X, exp. 56.
978
AAC. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 200, Aos 1803 1810, tomo VII, exp. 12.
358
detonante, influiran en la toma de decisin y el momento de efectuar la denuncia: reiterada,
como vimos tras la falta de resolucin judicial, en alguna causa aislada, postergada en
ocasiones, durante aos, y en otros casos no realizada nunca.
Resultado de los juicios de divorcio quoad thorum
Reconvenciones a los esposos golpeadores, adlteros, jugadores, alcohlicos, a travs
de manifestaciones verbales de la autoridad, prisin, excomunin, ofrecen testimonio de la
actitud de la Iglesia respecto de los maridos acusados de maltrato y sevicia.
Si bien el depsito judicial constitua un modo de preservar a la esposa con vida, el
mismo puede ser interpretado tambin como una imposicin carcelaria donde
paradjicamente, en aislamiento forzado, la mujer, parte damnificada en el tratamiento a
veces brutal dispensado por los maridos, comenzaba a cumplir la pena fundada en la
responsabilidad que la sociedad asignaba a la figura femenina respecto de los excesos
cometidos por el hombre
979
.
Grfico N14
Resultado de los juicios de Divorcio quoad thorum
1688 - 1850
979
Como se ilustrar oportunamente, si bien en los casos analizados no se han detectado quejas orales de mujeres
contra la figura del depsito judicial, s en cambio se ha observado rebelda en acciones concretas de fuga de
las esposas de los domicilios en que haban sido depositadas. Eran frecuentes las voces de los maridos alzndose
en demanda de cambio del lugar de depsito por falta de confianza, de merodeos en el entorno de la vivienda por
el cnyuge y de solicitud de restitucin de la esposa al domicilio conyugal.
359
Resultado de los Juicios de Divorcio
Quoad Thorum Perodo 1688 - 1850
70%
19%
6%
5%
Incompletas
Conciliacin
Sep. Temporal
Sep. Perpetua
En relacin al resultado de los litigios
980
, cabe destacar que se posee esta informacin
en el 98% de las causas. Al igual que en las causas de nulidad matrimonial sorprende en los
litigios por separacin de cuerpos la elevada proporcin de causas inconclusas
981
- 69%
982
-.
Resulta interesante un caso de divorcio de Villa del Rosario del Ro Segundo por
sevicia y malos tratamientos en una pareja con trece hijos en el que el padre de familia estaba
amancebado con una mujer tambin casada, la causa se interrumpi debido a la comparencia
de la mujer al juzgado expresando que desista del juicio porque el marido se haba
reformado, que habiendo entrado en ejercicios espirituales, ella explicaba el repentino cambio
del comportamiento del Alejo Ramallo con las siguientes palabras: "... Dios le habr tocado
el corazn"
983
.
980
Se ha confirmado para el caso de la jurisdiccin de Crdoba la dificultad para alcanzar el divorcio ya que slo
un 5% de las demandas temporales alcanzaron la separacin perpetua y un 6% lograron la separacin temporal.
Para el Per de comienzos del siglo XIX la factibilidad de divorciarse sera an ms dificultosa y alcanzara slo
el 1.8% de las peticiones-de un total de 700 solicitudes, slo 13 lo lograron segn estudios de HUNEFELCLT,
Ch.(1988) Mujeres pobres, mujeres ricas, blancas y negras en Lima en Nuestra memoria, nuestro futuro.
Mujeres e historia. Amrica Latina y el Caribe, ISIS Internacional. Grupo condicin femenina. CLACSO,
Santiago de Chile, consultado en SALINAS ALVAREZ, C. (1994:67) Las chilenas de la colonia...Ob. Cit. la
autora citada seala que en el caso mexicano las dificultades en alcanzar el divorcio eran semejantes a Per
segn puede consultarse en GIRAUD, F. (1987) Mujeres y familia en Nueva Espaaen Presencia y
transparencia. La mujer en la historia de Mxico, El Colegio de Mxico, cons. En Ob. Cit. En Chile en cambio
la factibilidad de alcanzar la separacin era mayor : un 47% de los casos analizados alcanzaron la separacin
temporal . CAVIERES E, SALINAS, R. (1991:116) Amor, sexo y matrimonio ... Ob. Cit.
981
Algunos ejemplos de causas de divorcio inconclusas para la ciudad de Crdoba constituyen: AAC, Causas
Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 195, Aos 1746 - 1785 exp.7, exp. 9; Leg. 196 Aos 1786 1790 ,
exp.1, exp.2, exp.5; Leg. 198 Aos 1795 - 1799, exp. 1, exp.6, exp. 9, Leg. 199 Aos 1800 - 1802, exp. 1, exp. 4,
exp. 6, exp.9, Leg. 201 Aos 1800 - 1814, exp. 2, exp. 5, exp.7, exp.11, Leg. 202, Aos 1815 1825, exp. 1,
22, Leg. 203, Aos 1826 1849, exp. 12, exp. 18.
982
En la investigacin sobre divorcio en el Ro de la Plata realizado por Silvia Mallo, en cmputos de la autora
un 55% de las causas analizadas contaban con sentencia, cfr. MALLO, S. (1992: 393) Justicia, divorcios... Ob.
Cit.
983
AAC,Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 203 Aos 1826 1849, t. X, exp.16.
360
Debe resaltarse que las acciones legales tenan un costo material, si se trataba de
individuos del estrato popular, que se mantenan a s mismos y a los suyos con el fruto de su
trabajo personal -an cuando fueran acogidos por la defensa del ministerio de pobres- la
continuacin de la causa conllevaba la distraccin de las actividades personales en funcin
de los requerimientos de la justicia: en el juicio de divorcio las partes estaban obligadas a
probar la certeza de sus imputaciones a travs de la presentacin de testigos, escritos, se
deban observar los plazos legales, concurrir, segn el caso y la poca a careos, prestacin de
declaraciones, y otras diligencias. La parte demandada, considerndose injuriada por las
acusaciones de que era objeto constitua un potencial factor de presin para el desestimiento
de la accin por el accionante. Del mismo modo, la sobrecarga de funciones de la justicia, la
falta de sacerdotes y la inestabilidad poltico-militar de buena parte del perodo temporal que
abarca este trabajo tambin constituiran elementos favorecedores de la lentitud y virtual
parlisis que sufra la marcha de la justicia en no pocas ocasiones. No debe dejar de
contemplarse adems el alejamiento espontneo de la causa como una estrategia intermedia
entre la separacin de hecho y de derecho, segn se ha visto en la clasificacin de las
modalidades del divorcio.
Es de presumir que los casos no resueltos contribuan a fomentar las separaciones de
hecho, alentando las uniones ilegtimas y favoreciendo un clima propicio a situaciones de
desproteccin y desvalimiento en mujeres e hijos de las parejas.
Las conciliaciones
984
constituan el 19% del resultado de los juicios de divorcio en el
mencionado perodo. Consistan en un avenimiento de las partes por convenio o transaccin:
se trataba de acuerdos firmados ante el Provisor General del Obispado estableciendo la
anulacin del juicio y la reiniciacin de la convivencia. Es llamativo el resultado conciliatorio
en causas de brutal maltrato fsico, intento de homicidio, adulterio. En general el marido
demandado se comprometa a satisfacer las costas del juicio, la esposa solicitaba la libertad
984
Ejemplos de juicios con resultado de conciliacin : AAC,Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg.
195, Aos 1746 1785, t.II, exp. 3: en un caso de intento de homicidio y maltrato en la ciudad de Tucumn, los
esposos acuerdan volver a convivir, la accionante desiste de la querella y solicita la libertad del marido preso.
Exp. 5 del mencionado legajo : en un caso por sevicias, la pareja vuelve a convivir previa conciliacin de las
partes firmada ante el Provisor, de comn acuerdo desisten y se apartan del juicio, el marido se compromete a
satisfacer las costas. Leg. 198 (Aos 1795 1799), t.V, exp. 12.: convenio, avenencia, los esposos vuelven a
convivir de comn acuerdo. Leg. 202 Aos 1815 1825, t.IX, exp. 2: conciliacin: se presenta el padre de la
esposa expresando que era voluntad de su hija abandonar la solicitud de divorcio, el marido se compromete a
satisfacer las costas del juicio. Leg. Cit., Ao 1824, t. cit., exp. 25: caso de separacin de hecho. Tras seis meses
de casados el marido se ha ido, la esposa solicita alimentos y volver a la vida en comn, se apercibe al marido
tres veces para que regrese para hacer vida conyugal, al no obedecer se lo excomulga, finalmente vuelve, solicita
la absolucin y vuelven a convivir. Leg. 203 Aos 1826 1849, t. X, exp. 38: los esposos se comprometen a
tratar de reformar sus costumbres evitando maltrato de palabra y obra y no volver a darse motivo de queja. Leg.
Cit Ao 1842, t. cit., exp. 5: se menciona la palabra transaccin en la sentencia.
361
del hombre en caso de hallarse ste preso. Se destaca la actitud paternalista ms que represora
de la Iglesia en estos casos, orientada a la reconciliacin de los cnyuges, a promover en la
pareja un mutuo trato de tolerancia y respeto que en la prctica no siempre surtra los efectos
deseados, como es de suponer.
La separacin temporal o perpetua constitua el modo en que la Iglesia procuraba
proteger la integridad fsica de la esposa y preservar la santidad del matrimonio
985
.
La separacin temporal
986
o divorcio ad tempus no constitua un recurso muy
frecuente - 6.2% de las sentencias - y supona aplicar un pao fro en la relacin: se aprobaba
cuando la autoridad eclesistica entenda que la pareja no estaba en condiciones de convivir;
se esperaba que transcurrido cierto tiempo de recapacitacin se restableciese una armona en
la relacin que permitiese la reanudacin de la cohabitacin; el tiempo de separacin quedaba
sujeto al criterio del juez eclesistico y se dejaba expresamente aclarado en la letra de la
sentencia que los cnyuges no podan volver a unirse sin autorizacin expresa del tribunal. Es
de suponer que estas situaciones ambiguas, como se ha expresado ms arriba, creaban un
ambiente favorable al adulterio ocasional o al amancebamiento, favoreciendo la descendencia
ilegtima. La ineficacia de la separacin temporal como remedio a la desavenencia conyugal
queda puesta en evidencia en casos en que al tiempo de volver a convivir se entablaba nueva
demanda de divorcio perpetuo
987
.
Si bien como recurso extraordinario, en un 4.9% de las causas analizadas se
sentenci el divorcio perpetuo
988
. Los siete litigios de separacin de cuerpos que finalizaron
con este resultado en el perodo 1688 1850, corresponden a sentencias dictadas durante los
aos 1692
989
, 1699
990
, 1790
991
, 1797
992
, 1808, 1813
993
y 1835
994
. Se observa una mayor
985
Cfr. : DUPAQUIER J. (director) Le mariage et la famille...Ob. Cit., pg. 315.
986
Ejemplos de casos de separacin temporal: AAC,Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 195 Aos
1746 1785, t. II, exp. 5: juicio por sevicia entablado en 1767; habiendo vuelto a convivir, en 1769 la esposa
vuelve a presentar demanda de divorcio perpetuo que le es denegada. Hay apelacin. Leg. 203, Ao 1836, t.X,
exp. 27 caso de separacin de hecho, se resuelve el divorcio temporal hasta que la esposa se quite el vicio del
alcohol. Leg. Cit. Ao 1835: se decreta separacin temporal en un caso de adulterio consuetudinario hasta que
con el tiempo sobrebenga christiana reconciliacin... Leg. Cit. Ao 1838, t. cit., exp. 44: separacin quoad
thorum et mutuam cohabitationem hasta que el corason de ambos se prepare [....] para la reconciliacin.
987
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Legajo 195, Ao 1766, t. II, exp. 5.
988
Ejemplos de juicios donde se sentencia a la pareja a separacin perpetua: AAC, Causas Matrimoniales,
Juicios de Divorcio, Leg. 196, Ao 1790, t.III, exp. 10: En un juicio por amancebamiento de la mujer de un
individuo portugus, la esposa se hallaba prfuga, al tomarla prisionera es encarcelada y luego desterrada. ,
corresponde al Leg. 198, Ao 1797, t.V, exp.8: Caso de adulterio del marido, l era cuyano, vecino de
Crdoba, la esposa de las principales familias de la ciudad segn testigos. Es interesante destacar que en este
caso existen antecedentes de solicitud de divorcio anterior. Leg. 200, Ao 1808, t.VII, exp. 7 en un caso de
adulterio e incesto asociado con sevicia en San Javier. Leg. 201, Ao 1813, t. VIII exp. 12, caso de adulterio del
marido. Leg. 203, Ao 1835, t.X, exp. 33, el marido es identificado como pardo, se trata de una causa por
adulterio y concubinato del varn, agravado por amenaza de muerte infligida a la esposa.
989
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 194, Aos 1688 - 1745, t.I, exp. 2
990
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio Leg. 194 Aos 1688 - 1745, t.I, exp. 4
362
propensin a resolver serias dificultades conyugales mediante separacin definitiva en el
siglo XVII dado que en slo diez aos analizados dos casos tienen ese resultado, el siglo
XVIII, sera aqul en el cual con ms renuencia se recurrira a tal decisin judicial, los dos
casos de separacin perpetua correspondientes a dicha centuria, coincidentemente, datan de
fines de siglo, de la ltima dcada, en la cual pareciera haber una mayor flexibilidad de la
justicia para resolver situaciones de extrema gravedad con la separacin definitiva de los
cuerpos de los esposos. Durante los cincuenta aos del siglo XIX analizados se constata la
persistencia de gran prudencia en torno a tal resultado aunque su uso es significativamente
ms frecuente que en el siglo anterior. En los distintos juicios en donde se fall a favor de la
separacin perpetua se reiteran la sevicia, malos tratamientos y el adulterio asociado a
brutalidad fsica como causal del litigio con distintos matices, acompaados de injurias,
disipacin de bienes. No se ha observado que los integrantes de las parejas en cuyos casos de
divorcio se resolvi separacin perpetua pertenecieran a un determinado sector social como
factor que hubiese podido influir en el juez eclesistico actuante para definir la causa con tal
resultado: en un caso el marido era comerciante, en otro alfrez, en otro la esposa perteneca a
las familias ms acomodadas de la ciudad. En una de las querellas el acusado corresponda al
sexo femenino siendo su marido el accionante de la demanda
995
. La gravedad del conflicto
parece haber constitudo el elemento definitorio en la decisin judicial, ejemplo constituye un
caso donde el marido amenaz de muerte a la esposa con pistola al pecho; otro de adulterio
incestuoso, demencia del marido, entre otras. Cabe reafirmar que la separacin perpetua
no implicaba la libertad de los cnyuges para volver a contraer nupcias, como se ha explicado
ms arriba, el vnculo sagrado entre los esposos no se consideraba disuelto, de modo que estas
personas se vean imposibilitadas legalmente para contraer nuevas nupcias. Se observa que en
los casos donde se resolvi separacin temporal, tambin la violencia corporal directa aparece
como causal predominante del juicio.
Las autoridades religiosas entendan la separacin como una forma de asegurar la
proteccin de la integridad fsica de la esposa sea cual fuere el medio social de pertenencia de
la misma, as como la dignidad de la persona persona del varn cuando aqul , aunque no con
frecuencia como se ha visto era el damnificado de la relacin fallida; la separacin constitua
991
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio Leg. 196, Aos 1786 1790, exp. 10.
992
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio Leg. 198, Aos 1795 1799, exp. 8.
993
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio Leg. 201, Aos 1811 1814, exp. 12.
994
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio leg 203, Aos 1826 1849, exp.33.
995
Se trata del caso de Juan do Couto, portugus, vecino de Crdoba contra Petrona Yarrete, amancebada con
Blas Prez, herrero casado con Rosa Lencinas de 28 aos de edad. AAC. Causas Matrimoniales, Juicio de
Divorcio, Leg. 196, Ao 1790, t.III, exp.10
363
tambin un modo de preservar la santidad del matrimonio
996
. Si bien no hay que descartarlo,
no se observara al menos con nitidez una tendencia a la discriminaciones de gnero o social
operadas en el mbito de la justicia eclesistica, aunque no hay que descartarla, sobre todo en
el primer caso, habida cuenta de que los jueces que definan las causas eran, adems de
sacerdotes, hombres.
1. Modelo de sentencia de divorcio perpetuo.
[Transcripcin] Crdoba, 4 de mayo de 1701
Hallamos que devemos de fallar y declarar que la dicha Sabina
Selis de Quiroga, probo su accion y demanda como la convino,
damos la por bien probadas y que el dicho Alferes Sebastian de
Bustos su marido y su procurador en su nombre, no probo su
ecepsion y defensa, Damos la por no probada en consequencia de
lo qual, Devemos de haser y hasemos entre los susodichos,
Diborcio del matrimonio entre ellos contraidos (quoad thorum et
mutuam cohabitationem) para que vivan de por si, separados y
apartados, honesta y reconoxidamente, como son obligados sobre
que les encargamos la conciencia; y ordenamos y mandamos al
dicho Alferes Sebastian de Bustos que dentro del termino por
Derecho dispuesto que es un ao, desde la notificacion de esta
nuestra sentencia, buelba y restituya a la dicha Da. Sabina Selis
de Quiroga la cantidad de dote y arras que por la escritura en esta
causa presentada paresce llebo y traxo al matrimonio al tiempo y
quando que con el se cass, con mas, la mitad de los bienes
ganansiales , que ubiesen adquirido durante su matrimonio, y que
lo guarde y cumpla, so pena de descomunion maior y
apercibimiento que prosederemos contra el, por todo vigor de
Derecho, y asimismo mandamos al dicho Alferes Sebastian
Debustos, qu[e] durante este diborcio, no la inquiete, ni perturbe
ni moleste, sola dicha pena y apersibimientos, y difinitibamente
pues quando asi lo pronunsiamos y mandamos, con costas, en que
asimismo condenamos al dicho Sebastian de Bustos como
obligado que es a dar para litis expensas, cuia tasasion nos
reserbamo[s], y que durante el dicho tiempo dispuesto por
Derecho para dicha entrega y restitusion cumpla, sola dicha pena
y apercibimiento, con lo que esta mandado, en rason de los
alimentos ques obligado adar a la dicha su muger.
[Firmado] Provisor Dr. Francisco de Vilches Montoya y Tejeda
997
.
996
DUPAQUIER J. (director) Ob. Cit., pg. 315.
997
AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, |Legajo 194, Aos 1688 1745, t.I, exp. 4, f. 77r 78r.
364
2. Castigos a los pecados del matrimonio
Como cabe suponer dada la identificacin existente en el derecho de la poca entre
pecado y delito, en los casos de transgresin a las normas cannicas, aunque el delito
cometido correspondiera en mayor o menor grado segn la poca- a la jurisdiccin
eclesistica, la justicia secular acuda, tanto en el campo como en la ciudad en apoyo de la
Iglesia a fin de prender a los reos, encarcelarlos u otros menesteres. Como veremos en
algunos ejemplos, penas especficamente cannicas como eran los ejercicios espirituales
998
o
la excomunin en casos severos, coexistan como resultado de los procesos con otras de
ndole secular como multas, destierro, azotes y crcel aplicadas por la justicia Real.
En el caso de una denuncia annima por concubinato de una pareja integrada por dos
individuos casados en Villa Concepcin del Ro IV en 1803, la primera preocupacin del cura
y vicario del lugar fue separar a los adlteros y reunir a las parejas legtimas, a ello se sum
luego la disposicin de la justicia secular ordenando al marido infiel el pago de una multa de
cincuenta pesos y el cumplimento de cinco meses de destierro
999
.
Cuando el juez eclesistico no haca lugar a la solicitud de la separacin por considerar
segn su criterio que no existan razones suficientes para decretar el divorcio, el Provisor
ordenaba la salida de la mujer del depsito judicial y la restitucin al domicilio conyugal, lo
cual era interpretado por algunas esposas como un verdadero castigo que no siempre estaban
dispuestas a aceptar, producindose fugas en ciertos casos. En ocasiones las esposas fugaban
durante el depsito judicial sin esperar la substanciacin del juicio de divorcio, ejemplo
constituye el caso de Jernima Maza quien haba demandado al marido por enfermedades de
l que ella alegaba eran incompatibles con la salud de ella si no se interrumpa la
cohabitacin hasta que el marido se curase. El Vicario general manifestaba su ofuscacin
998
En el juicio de divorcio entre Esteban Arancibia y Micaela Salinas iniciado en Crdoba el seis de junio de
1836 se establece ante el Vicario en la firma de la transaccin amigable: que ambos tratarn de reformar
costumbres por medio de ejercicios espirituales [de hombres l, de mujeres ella] quedando obligados a la
fidelidad , no darse motivos de queja evitando todo maltrato de palabra u obra., cfr. AAC,Causas
Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, exp.38. Otro juicio de divorcio quoad thorum
en el cual se resuelve que la pareja debe someterse a ejercicios espirituales con el fin de terminar con las
desavenencias conyugales es el constitudo por la demanda accionada por Fernanda Sarmiento contra el Capitn
Felipe Daz en 1840 , cfr. AAC,Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, exp.
47.
999
Se trataba de Jos Antonio Acosta. Cfr.: AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 200, Aos
1803 1810, t. VII, exp. 1.
365
ante dicha fuga que haba interpretado como " escndalo y ultraje de mi juzgado"
1000
por lo
que debi acudir a la autoridad civil para apresarla.
Las reconvenciones de la autoridad tanto eclesistica como de la mxima autoridad
civil de la Gobernacin bajo amenaza de castigo tendan a desalentar la incursin en delitos
tales como la sevicia y el adulterio, aunque no siempre sufran el efecto esperado. As luego
de separarse de hecho de su mujer Mara Mercedes Lario, a pesar de los consejos y
admoniciones que el Sr Provisor vena hacindole desde el ao anterior, en 1825 , el marido
se resista a la reunin con su mujer
1001
.
Es de destacar la actitud paternalista de la justicia eclesistica, como ya se ha
observado en el anlisis de las sentencias de los juicios de nulidad, interviniendo en las
querellas entre marido y mujer a travs de conversaciones y consejos a los fines de propender
a la reconciliacin de las parejas o prescribiendo ejercicios espirituales con el propsito de
que los esposos muden de comportamiento. As, por ejemplo, habiendo tomado
conocimiento de un conflicto por celos entre Ignacia Benavdez y Santiago Santilln en Villa
Concepcin del Ro Cuarto, el Provisor del Obispado de Crdoba libr orden al Cura de Ro
IV para que oyese y aconsejase y tratase de unirlos amigablemente promoviendo la instancia
de que la mujer siga al marido en caso de no tener justa causa que le eximiese de ese
deber
1002
.
Como institucin del perdn, la misin de la Iglesia se propona velar por la salud
espiritual de los fieles, indicando el camino de la correccin a las parejas incursas en faltas a
la normativa cannica del matrimonio, si bien con firmeza, se proceda con prudente
paciencia
1003
. En los casos de tratamiento cruel y brutalidad fsica contra la esposa, si el
marido reconoca su falta y haca propsito de enmienda la Iglesia le acordaba una nueva
oportunidad de convivencia, pudindose recurrir a alguna persona generalmente un pariente
o el patrn del marido- para que velase por la conducta del hombre arrepentido y advirtiese a
la autoridad en caso de reincidencia. Cuando despus de dicho procedimiento no se observaba
enmienda en la conducta del cnyuge continuando en peligro de vida de la esposa, se proceda
1000
AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 201, Aos 1815 1825, t. IX, exp. 20.
1001
AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, tomo X, exp. 1.
1002
AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 202, Aos 1815 1825, t. IX, exp. 30.
1003
El matrimonio integrado por Concepcin y Gigena no estaban velados, por lo cual el Provisor estableci el
plazo de ocho das para que procedieran a cumplimentar la misma si fuese en la ciudad y de veinte das si fuere
en el campo haciendo constar y certificar por el prroco que los velase que certifique por escrito tal acto para
que quedase constancia, cfr. AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849,
tomo X, exp. 42.
366
a resolver la separacin, temporal o perpetua
1004
. Es de imaginar que en casos extremos de
malos tratos como los estudiados, tales mtodos resultaban de excesiva inoperancia que no
pocas esposas terminaran pagando con su vida, suponemos incluso que tras el enorme
porcentaje de causas de divorcio por sevicia inconclusas, si bien no ha quedado constancia, es
posible que el fallecimiento de la mujer a manos del marido quien burlando el depsito,
consigui silenciar los reclamos mugeriles. Es de resaltar que, segn ponen de manifiesto
los ejemplos analizados, los medios utilizados por los tribunales eclesisticos no siempre
cumplan en la prctica con su funcin protectora de la integridad fsica de la mujer.
Como la separacin espontnea entre esposos estaba prohibida, aunque existiera
escritura pblica firmada por las partes, tomando conocimiento de ello, la justicia poda
declarar su nulidad y ordenar la convivencia de los esposos
1005
. Ello marcara una diferencia
con el caso brasilero en relacin a la aparicin en esa sociedad de los divorcios denominados
amigables o por composicin, equivalentes a un mutuo consentimiento a fines del siglo
XVIII cuya vigencia no se ha observado en la jurisdiccin del Obispado de Crdoba segn la
documentacin consultada
1006
.
2.1. Fallos y castigos a los cnyuges infieles
El alto porcentaje de causas inconclusas en los juicios de divorcio 70.3%- del cual un
30.3% corresponden a casos de la ciudad y un 69.6% a la campaa, revela la situacin de
indefinicin legal en la que quedaba tan alta proporcin de parejas desavenidas que
concurrieron a la justicia
1007
. Las conciliaciones entre los esposos se produjeron en un 18.6%
1004
En el caso de Benita Almada y Jos Mara Galndez en 1838, se pone a un to como responsable de la
conducta del sobrino, tiempo despus se resuelve la separacin de la pareja por reincidencia del hombre en el
licor y la violencia domstica, cfr. AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 203, Aos 1826
1849, tomo X, exp. 43.
1005
Cfr. Leg. 199, t.VI, exp.9: as ocurri en esta causa en la cual intervino tambin Joaqun del Pino, Virrey del
Ro de la Plata. Las partes decidieron separarse de comn acuerdo firmando un instrumento pblico en Crdoba
el 6 de febrero de 1801, en noviembre de 1803 el Virrey de Buenos Aires declar nula tal escritura y orden que
la mujer volviese al domicilio del marido y pusiese fin a su vida disipada y viciosa con apercibimiento de
reclusin si no se enmendaba.
1006
Los datos acerca de la existencia en Brasil de los divorcios por mutuo acuerdo estn tomados de NIZZA da
SILVA, B, consultados en MALLO, S. (1992:377,8) Justicia, divorcio...Ob. Cit. Tambin pareceran
confirmarse para el caso peruano en el cual GONZALEZ del RIEGO ESPINOSA(1999: 132) afirma que el
mutuo consentimiento sera una de las causas ms importantes admitidas para solicitar el divorcio, especialmente
cuando los cnyuges deseaban tomar estado religioso, cfr. El divorcio en la sociedad...Ob. Cit.
1007
AAC, Juicios de Divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, t.II, exp. 11: en esta causa se compele a la mujer a
convivir con el marido; ella se negaba a seguirlo desde Ro Segundo a la ciudad de Crdoba con el fundamento
de que en ella ... no tienen como pasar la vida...; Leg. 196, Aos 1786 1790, t.III, exp. 5: como en el caso
anterior la mujer se niega a establecer domicilio con su marido dados los malos tratos de que es objeto , estas
causas quedaron sin resolver, es posible que en estos casos las parejas hayan terminado disolvindose.
367
de los juicios de divorcio analizados, desde la Iglesia se buscaba que los cnyuges reiniciaran
la vida en comn promoviendo en la pareja un mutuo trato de tolerancia y respeto que en la
prctica no siempre surta los efectos deseados como es de suponer. Las denuncias de
reincidencia en comportamientos indeseados entre esposos indican que no siempre estas
avenencias daban resultado y que las mismas tampoco contaban con el necesario
consentimiento voluntario de las partes; el clima de convivencia forzada de ciertas uniones no
contribua a fortalecerlas, por el contrario creaba las condiciones para que algn miembro de la pareja
buscase un refugio en una relacin extra conyugal
1008
.
La separacin temporal - 6.2% de las sentencias o divorcio ad tempus constitua
un recurso que consista en interrumpir la cohabitacin hasta que se restableciese la armona
en la relacin. El tiempo de separacin era establecido por el tribunal de acuerdo a la
especificidad de la causa; entendemos que tambin en estos casos la soledad, la bsqueda de
satisfaccin de necesidades materiales, entre otros aspectos, poda desembocar en la
concrecin de una relacin paralela a la unin legtima.
3. Recursos de apelacin a la sentencia de reintegracin al ncleo matrimonial
Se ha observado la utilizacin del recurso de apelacin a la sentencia en muy contadas
oportunidades, se deduce que como consecuencia de los costos del trmite, el tiempo
insumido en los procedimientos y las grandes distancias.
Varios intentos de modificacin de la sentencia otorgada en primera instancia fueron
accionados por mujeres aunque los resultados obtenidos fueron modestos.
Luego de iniciar causa de divorcio contra su marido el Capitn Fernando Amado, por
sevicia y malos tratamientos tras veinte aos de casados, Micaela de Oscaris Beamonte y
Navarra insisti en su objetivo de separacin recurriendo a la apelacin ante el Metropolitano
de La Plata. Asimismo interpuso el mismo recurso ante la Real Audiencia de Charcas por
excomunin y privacin del trato con personas ajenas al pleito de divorcio e incompetencia
del juez eclesistico en el artculo de la dote, se desconce qu resultados fueron
1008
Cfr. el caso del matrimonio de Mara de la Trinidad Ferreyra Abad y de Pedro Bazan: en 1766 como
resultado de la demanda presentada por la mujer se les concedi un divorcio ad tempus; en 1767, mediante una
conciliacin reiniciaron la convivencia; en julio de 1769 la esposa accionaba una nueva demanda de divorcio
perpetuo contra su marido, en diciembre del mismo ao la sentencia no hace lugar a tal solicitud. AAC , Juicios
de Divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, t.II, exp. 5; En el caso del divorcio de Mara Candelaria Leyva y
Manuel Pereyra, al ser restituda al domicilio del esposo por orden del Provisor, la esposa huy sin que se tuviese
ms noticia de ella, cfr. Leg. 199, Aos 1800 1802, t.VI, exp. 1; en 1826 Cipriana Amaya fug del lado de su
marido Agustn Santucho, cfr. Leg. 203, Aos 1826 1849, exp. 3.
368
alcanzados
1009
. En otro caso de divorcio anterior a una segunda solicitud de separacin en la
cual se haba concedido divorcio "ad tempus" en 1766, la mujer volvi a accionar obteniendo
el resultado de conciliacin por lo que la demandante apel en 1769 ante el Juez
Metropolitano de la Plata solicitando divorcio perpetuo, al serle denegado el recurso decidi
recurrir al brazo secular de la justicia solicitando auxilio Real
1010
. Otro juicio de divorcio en
donde existi apelacin corresponde a un caso de la ciudad de Jujuy, el marido era el
demandante y ocupaba el cargo de Regidor en esa ciudad, la causa permaneci incompleta
1011
En el expediente de divorcio iniciado por Marcelina Acosta, natural de la Cruz, curato
de Calamuchita, viuda de Valeriano Jaimes con quien haba contrado matrimonio en 1792, a
un ao de contraer matrimonio con Jos Simn Ascoytia, natural y vecino de Crdoba,
despus de haber iniciado juicio de divorcio en 1802, la mujer interpuso querella de nulidad
contra la sentencia por no haber tenido a la vista los autos completos de su separacin, la
diligencia fue iniciada en 1806 hasta que el 24 de febrero de 1807 el Provisor ratific su
primer fallo, no haciendo lugar a la solicitud de divorcio perpetuo. El 4 de marzo de 1807 fue
ejecutada la sentencia levantndose del depsito a la mujer imponindosele restituirse a la
casa de su marido con expresa condenacin de costas. Resulta sorprendente la decisin con
que actuara la mujer en esta causa iniciada por sevicia y malos tratos a los nueve meses de
realizarse el casamiento, posiblemente, su condicin de viuda contribuyese a robustecer la
firme resolucin que denota la voluntad de accin de Marcelina, sin embargo resulta
llamativo tambin el escaso xito alcanzado en el propsito perseguido, ello lleva a replantear
la posibilidad de una discriminacin de gneros en el proceder de la justicia, an en la
eclesistica
1012
.
Distribucin espacial de los conflictos que entraaban separacin de cuerpos
Segn estudios realizados en una poblacin de la Francia del Antiguo Rgimen
llamada Cambrai, la gran mayora de las demandas de divorcio emanaban del mbito urbano
correspondiendo escasas a las parroquias rurales, lo cual se corresponde con lo que ocurre en
el Obispado de Crdoba donde, como puede observarse en el grfico N 15, el peso de las
1009
AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio Leg. 194 Aos 1688 - 1745,t.I.exp.1. Para mayores detalles
procesales sobre el desarrollo de la causa consltese DELLAFERRRERA, N. ( 1990: 11,12) Ob. Cit.
1010
AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 194, Aos 1688 1745, t. I. Se trata de la pareja
integrada por Mara de la Trinidad Ferreyra Abad y el comerciante de Valladolid Pedro Bazn.
1011
AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio,Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 10. Se trata de la
pareja integrada por Domingo Antonio Maurn casado con Manuela Azevey.
1012
AAC. Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio,Leg.
369
causas originadas en el campo era importante aunque la ciudad concentraba
proporcionalmente al nmero de sus habitantes un peso mayor. La proximidad y por ende, la
facilidad de los vecinos del rea urbana para acercarse a los tribunales eclesisticos existentes
dentro de su ejido contribuira a explicar tal fenmeno, por el contrario la inmensidad de las
distancias en la campaa, y consiguiente dificultad de desplazamiento, sumada a la
ignorancia, a la escasez de curas y deficiente control social propio de la vida campesina,
haran ms difciles los recursos ante la autoridad. Lo mismo ocurre en el territorio urbano
rioplatense en el cual la conflictividad tuvo su mayor extensin. En el caso de Lima puede
observarse idntico fenmeno en un amplio perodo
1013
.
Grfico N 15
Distribucin espacial de las causas de Divorcio quoad thorum en la jurisdiccin del
Obispado de Crdoba 1688 - 1850
Distribucin espacial de las causas de divorcio quoad
thorum et mutuam cohabitationem en la jurisdiccin
del Obispado de Crdoba Perodo 1688 - 1850
65%
29%
6%
Campaa cordobesa
Ciudad de Crdoba
Otras Provincias
1013
Cfr. MALLO, S. (1992: 398) Justicia, divorcio... Ob. Cit. En la segunda mitad del siglo XVII LAVALL
B. (1986:432) en Divorcio y nulidad de matrimonio...Ob. Cit. expresa que dado el peso demogrfico de
Lima (alrededor de 60.000 habitantes en vsperas del siglo XIX) , la gran mayora de las personas que aparecen
en los expedientes de divorcio provenan de la capital del virreinato. FLORES GALINDO, A. y CHOCANO,
M. (1984: 406 407) Las cargas del Sacramento... Ob. Cit. tambin destacan el predominio de casos de
divorcio correspondientes al mbito urbano en Per durante el siglo XVIII y parte del XIX.
370
Resulta llamativo el escaso peso de los jucios correspondientes a otras reas de
jurisdiccin del Obispado fuera del territorio cordobs, como puede observarse en el grfico
N 15 los mismos alcanzan slo al 6% -debe recordarse que en las causas de nulidad dicho
porcentaje alcanzaba el 18% del total de los juicios de esa naturaleza- ello hallara relacin
con los costos y dificultades de los traslados en reas de inmensa extensin como las tratadas.
Es de suponer que las parejas desavenidas utilizaran otros caminos para solucionar sus
conflictos, eludiendo el recurso ante la autoridad episcopal.
Algunas conclusiones
La observacin de la cronologa de las demandas tanto de nulidad como de separacin
de cuerpos a lo largo del perodo abordado pone de relieve un aumento considerable de la
recepcin de causas por parte de los tribunales eclesisticos, a partir de la dcada del 90 en el
siglo XVIII. Tal fenmeno hace pensar en la posible reactivacin del ejercicio de la justicia
eclesistica de un rea de colonizacin perifrica coincidente con la penetracin del poder
estatal en las cuestiones referidas al matrimonio.
Tal incremento de presentaciones judiciales se profundizara en los primeros
decenios posteriores a la Revolucin en el ochocientos, para descender con posterioridad.
Al igual que en otras sociedades como el Ro de la Plata, Per, Chile, Mxico, Francia,
eran las mujeres en Crdoba las principales accionantes de los pleitos para obtener la
separacin de cuerpos 86% de las demandas de separacin fueron iniciadas por
representantes del sexo femenino- ; del mismo modo, y excluyendo las denuncias efectuadas
por sacerdotes, a ellas correspondi tambin la iniciativa de solicitar la nulidad matrimonial
54% de las acciones de nulidad fueron iniciadas por esposas-. Estos resultados, proponen una
revisin acerca del papel desempeado por las mujeres en las sociedades tradicionales
desmistificando desde el anlisis de las prcticas sociales la imagen de pasividad, obediencia,
sumisin y silencio que se les ha atribudo.
Los modestos logros obtenidos en sus demandas en el caso cordobs -que se deducen
de los resultados de las causas- relativizan sin embargo una visin demasiado optimista acerca
de su situacin en la sociedad coincidiendo el inters de los maridos por reiniciar la
371
convivencia y asegurar la continuidad de la unin -recuperando a las esposas del depsito en
que eran ubicadas- con los de la Iglesia y el Estado, quienes interpretaban el divorcio como
un claro atentado al orden terrenal y divino.
El estudio del divorcio constituy una va que permiti introducirse en el universo
matrimonial y familiar ntimo en los casos llevados ante los tribunales judiciales. Del anlisis
surgi con claridad la contraposicin entre un modelo de matrimonio esperable en teora,
cuyas caractersticas sobresalientes se asociaban con un estado de paz, quietud, sosiego,
armona, estabilidad, reinante en la pareja, que contrastaba fuertemente con las historias
conyugales que se presentaron en los juzgados donde predominaron escenas de celos, gritos,
golpes, lucha de intereses, pasiones encontradas, ambiciones y fracasos.
Un contraste igualmente profundo surgi del paradigma de comportamiento femenino
propuesto desde la moral cristiana y las actitudes observadas en la vida marital por las
esposas. Si el mandato social indicaba que deban mostrarse sumisas, contenidas,
subordinadas, sujetas, obedientes, respetuosas, dciles, pudorosas, recatadas y pacientes, los
varones se quejaban de sus conductas altivas, voluntariosas, impertinentes, atrevidas,
obstinadas, licenciosas. En ese marco, enderezar el temperamento femenino no parece
haber sido tarea fcil para los maridos, lo cual queda patentizado en la opinin de un actor de
la poca que expres ante el juez eclesistico que corregir a su esposa le resultaba ms difcil
que querer formar de una mosca, un elefante.
Las causas por las cuales las mujeres concurrieron a solicitar la separacin del ncleo
conyugal parecen haber sido de corte bastante universal: la sevicia y malos tratamientos, el
adulterio y las cuestiones financieras se confirmaron, como en otras sociedades europeas
como Francia, e Hispanoamericanas como constituye el ejemplo de Lima.
Respecto de las cuestiones de nulidad, la bigamia fenmeno tpicamente
hispanoamericano colonial- los impedimentos de afinidad y consanguinidad y los casamientos
que adolecan defectos de forma cannica aparecieron como las principales problemticas
denunciadas.
A diferencia de la separacin de lecho y mesa en la cual se ha estimado una duracin
promedio del matrimonio de 9.2 aos antes del inicio de la tramitacin del divorcio, las
cuestiones de nulidad estallaban por lo general con presteza, dado que no pocas veces los
mismos sacerdotes denunciantes estaban involucrados en los hechos, especialmente cuando
exista defecto de forma cannica en la unin, de lo cual poda responsabilizrselos, o en los
372
casos de casamientos por sorpresa en los cuales solan caer vctimas del engao de la
pareja. La necesidad de que lo ocurrido se aclarase rpidamente explica la prontitud de las
demandas ante la justicia. As en el 36.6% del total de casos disponibles, la causa resultante
de la denuncia se inici antes del mes de efectuado el casamiento.
Para el caso francs, algunos estudios como el de Cambrai- sealan que la mitad de
las demandas se iniciaban en los primeros cinco aos del matrimonio. Asimismo en la Lima
colonial entre la tercera parte y la mitad de las parejas divorciadas haban vivido unidas entre
uno y cinco aos antes de iniciarse el pleito de divorcio.
Ms de la mitad del total de causas iniciadas ante los tribunales eclesisticos siempre
segn la documentacin disponible- tanto por cuestiones relativas a nulidades matrimoniales
como a solicitudes de divorcio quoad thorum, no se resolvan. En efecto, casi un 70% de los
juicios de divorcio quoad thorum iniciados permanecieron inconclusos; al mismo tiempo,
alrededor del 62% de las acciones de nulidad presentadas quedaron paralizadas en alguna de
las etapas procesales iniciadas. Entre los numerosos interrogantes que se plantean sobre el
tema cabe preguntarse si ello se deba a dificultades intrnsecas al funcionamiento del aparato
institucional eclesistico, sobrecargado de funciones. Ello se agravara en pocas
particularmente turbulentas desde el punto de vista poltico-militar.
La exclusividad del ejercicio de la justicia ordinaria depositada en la persona del
obispo, -compartida solamente con el provisor, quien obtena de aqul la potestad de juzgar
en su nombre, constituyendo ambos un nico tribunal sin poder extenderse el poder judicial a
ningn otro organismo eclesistico salvo expresa excepcin a pedido del rey-
1014
aunque
beneficiosa en cuanto a la uniformidad del criterio judicial utilizado, favorecera la
acumulacin de pleitos que esperaban su personal tratamiento, dificultndose su
substanciacin. La concentracin en su persona del gobierno y administracin del tribunal
dejaba acfalas sus funciones en caso de renuncia o muerte de los titulares hasta la cobertura
de la vacancia, situacin agravada por los hechos derivados de la Revolucin. Designado en
1805, el obispo Rodrigo de Orellana lleg a la cabecera de la dicesis de Crdoba del
Tucumn en diciembre de 1809 sublevndose contra la Junta de Buenos Aires siendo
confinado en la guardia de Lujn tras los sucesos de Cabeza de Tigre. La inestabilidad se
agravara en 1820, tras la cada del gobierno central, ante lo cual el patronato sobre la Iglesia
1014
DELLAFERRERA, N. (2000: 142-3) El Obispo, nico juez en la dicesis en Academia Nacional de la
Historia, Crdoba. Separata de Cuadernos de Historia, N9, pp. 137 148. La concentracin en la persona del
Obispo del gobierno y administracin del tribunal, corresponiendo a l la designacin de los funcionarios de la
audiencia episcopal, sin participacin de terceras personas.
373
de Crdoba fue transferido al gobernador de la Provincia y an en 1834 al disgregarse parte
del Obispado para conformar la dicesis de Cuyo
1015
.
Es posible tambin que la falta de continuidad de las causas respondiese en parte a una
estrategia de accin de la Iglesia, tendente a desalentar nuevas presentaciones judiciales por
parte de los fieles. Es necesario recordar adems que no pocas de las causas matrimoniales
analizadas para el perodo estudiado fueron presentadas en aos de fuerte conflictividad
militar como consecuencia de las guerras de emancipacin, a las que se sumaron luego las
emergentes de los intentos de organizacin del pas, las cuales debieron sin duda afectar el
normal funcionamiento de la justicia, tanto civil como eclesistica. Por otra parte ciertas
causas pudieron verse interrumpidas en su tratamiento por el desestimiento de la parte
accionante, voluntario o inducido; o de comn acuerdo entre ambas, buscando una resolucin
extrajudicial ms gil y menos costosa moral y materialmente para los involucrados. Sin
embargo, en las cuestiones de nulidad matrimonial, en las que estaba en juego la legitimidad
del vnculo nupcial no resultara viable tal hiptesis lo cual reforzara ms bien la idea de una
justicia perifrica slo relativamente eficaz en sus intentos por preservar la institucin
matrimonial y familiar que quedaran, en la prctica bastante libradas a su suerte.
No se ha detectado que la suspensin de los procesos est asociado a algn causal
especfico tanto en las separaciones de lecho y mesa como en las cuestiones de nulidad ya que
se observa en toda su diversidad: cuestiones de bigamia, impedimentos de consanguinidad,
casamientos por sorpresa, ejercicio de violencia y miedo, sevicia y malos tratamientos,
adulterio y otras.
Las consecuencias que en la prctica traera aparejada la irresolucin de cuestiones de
tan delicado tratamiento como los de referencia, es de suponer multiplicaran las separaciones
de hecho, fomentaran las uniones consensuales, alimentaran las situaciones de desvalimiento
de mujeres y nios vctimas de la violencia; es posible incluso que no pocos casos de
crueldad excesiva hayan desembocado en un final trgico. Relacionado con ello, se ha
afirmado que como consecuencia de la virtual imposibilidad legal de las parejas para obtener
el divorcio, se habra desarrollado en la sociedad una mayor tolerancia a la violencia
conyugal y a las infidelidades sexuales
1016
. Teniendo en cuenta que las sentencias y
consecuentes castigos aplicados a los autores de las transgresiones a las normas cannicas del
matrimonio cumplan, como parece haber sido el propsito de la justicia de la poca, una
funcin ejemplificadora en la sociedad, la falta de resolucin de tan elevada proporcin de
1015
AYROLO, V. (2001 :421- 422) Ob. Cit.
1016
GOODY, J. (2001: 85) Ob. Cit.
374
causas aparejara adems cierta confusin en la definicin de los lmites aceptables en estos
comportamientos, y promoveran la reproduccin de conductas transgresoras y la sensacin
de impunidad de los maridos golpeadores
1017
.
En contraste con las causas inconclusas, aqullas que alcanzaron la nulidad del
casamiento, o la separacin temporal o perpetua conforman una franca minora del total. Ello
es demostrativo de la renuencia de la Iglesia a decretar el divorcio, utilizando este recurso
slo en circunstancias excepcionales. En efecto, slo un 10 % de los matrimonios
cuestionados resultaron anulados, un 5% de los juicios de divorcio quoad thorum finalizaron
en separacin perpetua y un 6% de los mismos en separacin temporal. Se observa que, en
trminos proporcionales, y teniendo en cuenta la rareza de las solicitudes de nulidad,
resultaba ms factible que la unin fuera declarada nula, que conseguir aprobacin del
tribunal eclesistico para una separacin perpetua, es decir, lograr que una pareja
legtimamente constituda contase con la aprobacin judicial para cesar definitivamente la
convivencia. La comparacin con los casos de otras sociedades Hispanoamericanas resulta de
especial inters, en ese sentido, en Per el divorcio habra sido muy difcil de obtener, a pesar
del significativo volumen de las solicitudes presentadas slo un 1.8% de las peticiones
alcanzaron su objetivo. En contraste en Chile tradicional el divorcio habra sido ms factible:
un 47% de los solicitantes alcanzaron la separacin temporal. Crdoba se hallara en una
situacin intermedia, aunque ms prxima a la peruana.
La aplicacin de violencia y miedo al momento de la celebracin del casamiento, pero
fundamentalmente las uniones en las cuales se demostr la existencia de bigamia,
entremezcladas con cuestiones de parentesco en grado no dispensable y defectos de forma
cannica, fueron causales que justificaron la nulidad del matrimonio, independientemente de
si el casamiento haba sido consumado o no. En un caso la decisin del tribunal recay sobre
un casamiento cuya celebracin databa de cinco aos atrs. Los hijos de las parejas objeto de
anulacin de la unin se veran afectados desde el punto de vista de su situacin socio-
econmica si alguno de los padres se desentenda de su mantenimiento como consecuencia de
la resolucin, aunque no en el aspecto legal dado que, habiendo nacido de un casamiento
considerado vlido en su momento, permanecan en condicin de hijos legtimos. Varios de
los casos de nulidad involucraron a individuos de castas.
1017
Sobre la funcin ejemplificadora de los castigos de la justicia secular en la Crdoba de la primera mitad del
siglo XIX puede consultarse GHIRARDI, M.M. (1986: 205) La campaa cordobesa a travs de los procesos
judiciales, Tapas, Crdoba.
375
Respecto de las escasas separaciones perpetuas, afectaron tanto a parejas de castas
como a otras integradas por blancos de situacin acomodada; se observan casos de este
resultado a lo largo de todo el perodo de anlisis aunque existira una mayor predisposicin
favorable en la ltima dcada del siglo XVIII con una tendencia a disminuir en el siglo
siguiente; el incremento de separaciones perpetuas en el siglo XIX se asociara a la mayor
cantidad de causas concentradas durante esos aos. El peligro de vida y el adulterio asociado
a extrema crueldad fsica, demencia combinada con disipacin de bienes y trato injuriante
constituyeron el fundamento del tribunal para decidir el divorcio perpetuo de algunas parejas,
criterio que se reitera en los escasos casos de separacin temporal.
A diferencia de los individuos cuyas uniones fueron anuladas, los separados temporal
o perpetuamente se hallaban impedidos por la ley cannica de efectuar nuevos casamientos.
Los hombres, reconvenidos de abstenerse de molestar a las mujeres durante el divorcio se
veran impelidos a alejarse de quienes haban sido sus esposas
1018
; stas y los hijos que
permanecan con las madres, segn la situacin socio-econmica de pertenencia hallaran
mayor o menor contencin espiritual y material de sus familiares y allegados.
Si bien el divorcio constitua en teora un antecedente ignominioso para la persona
segn los valores de la tica catlica, el grado de estigmatizacin alcanzado se hallaba
matizado por cuestiones relacionadas con el gnero, la clase y la raza del individuo en
cuestin. Mientras las mujeres de todos los sectores acusaran mayor impacto negativo que
los hombres en su nueva situacin, las pertenecientes a los sectores populares, menos en la
mira de la sociedad, habiendo conseguido salvar la vida, continuaran una existencia signada
por el empeo en la supervivencia, con la posibilidad de una nueva relacin sin pasar por la
Iglesia. Aqullas pertenecientes a los grupos principales deberan empearse -causa civil
mediante- en la recuperacin de la dote introducida al matrimonio y las arras con las que el
marido las habra beneficiado al momento del casamiento. La reclusin conventual, el
refugio de los parientes, la proximidad de los hijos, aportaran necesario alivio.
Las revalidaciones en las cuestiones de nulidad matrimonial 25%- y las
conciliaciones en los pleitos de separacin de lecho y mesa 19%- ponen de manifiesto el
empeo de la Iglesia en apuntalar la relacin sacramentada. En efecto, despus de las que
permanecieron inconclusas, dicho resultado es el observado ms frecuentemente en los
1018
En algunos casos pudo comprobarse que los varones divorciados mantuvieron despus de la separacin una
existencia en el auto-exilio, as por ejemplo el capitn Fernando Amado se ausent a la ciudad de Mendoza. Otro
caso constituye el del tambin capitn Sebastin de Bustos y Albornoz quien tras la sentencia habrase recludo
en su estancia hasta su fallecimiento. En ambos casos hemos obtenido los datos en BUSTOS ARGAARAZ, P.
(2002:41 y 57) Dos sonados casos de divorcio en Crdoba del Tucumn en Junta Provincial de Historia de
Crdoba, Cuadernos de Historia, N63.
376
procesos an en situaciones que por las descripciones de los autos parecen irreconciliables
con la vida en comn. De la consulta de los expedientes no surge con claridad el criterio de la
auoridad episcopal para propender, segn la circunstancia, una reconciliacin de los esposos
o establecer el fin de la vida en comn ya que casos similares a aqullos en los cuales se
resolvi el divorcio de la pareja por adulterio reiterado o peligro de vida de la esposa,
finalizaron en reconciliacin.
El grado de espontaneidad de la decisin conciliatoria por parte de los cnyuges
tampoco surge con claridad de no pocos expedientes, fundamentalmente en el caso de la
mujer, ya que el varn demandado en general se inclinaba por el reinicio de la vida en
comn; es de suponer que a veces las esposas aceptaran a regaadientes la decisin del
tribunal para que regresasen a la potestad marital; otras desobedeceran negndose a cumplir
el fallo prefiriendo permanecer en casa de familiares o de algn vecino de confianza y de
vuelta en el hogar conyugal, no pocas huiran a la primera oportunidad en defensa
fundamentalmente de su derecho a la vida.
En los casos de revalidacin de uniones cuestionadas por terceros, tras la brusca
interrupcin que suponan los perodos de prueba y averiguacin de los antecedentes del caso
hasta la substanciacin de la causa, durante lo cual se separaba en general a los esposos, la
vida matrimonial se reanudara con algn que otro tropiezo.
En las causas de nulidad slo en un 3 % de los casos existi recurso de apelacin,
siendo esposas que deseaban que sus matrimonios fuesen anulados quienes lo emprendieron
sin obtener resultado. En los divorcios quoad thorum fue equivalente el peso de los intentos
de modificacin de la sentencia reconfirmndose la voluntad femenina de alcanzar la
libertad de opresivas relaciones conyugales.
Mientras que durante los pleitos de separacin de cuerpos la mujer, por lo comn
accionante de la demanda y vctima de la situacin que denunciaba, era separada del hogar
conyugal y puesta en depsito hasta la finalizacin del juicio y el varn acusado de sevicia y
malos tratos en general era encarcelado; en las cuestiones de nulidad, -efectuadas la mayora
de las veces por terceros- cuando la acusacin comprenda a la pareja como consecuencia de
una falta contra la ley cannica, ambos cnyuges eran puestos en prisin en calidad de reos de
la justicia hasta el esclarecimiento de la cuestin.
Excomunin, reconvenciones reiteradas, fianza de carcelera para recuperar la libertad,
multas, especial condenacin de costas procesales, eran algunos de los medios utilizados por
377
la justicia eclesistica con ayuda del brazo secular para prevenir y/o castigar a maridos
adlteros y golpeadores.
Las penas cannicas aplicadas a las parejas implicadas en una cuestin de nulidad
matrimonial eran ms bien simblicas y perseguan objetivos ejemplificadores tales como
condenas a tareas comunitarias, ayunos, ejercicios, expresiones pblicas de arrepentimiento.
No pocas veces las mismas eran conmutadas tras un breve lapso.
Las solicitudes de separacin partieron especialmente del mbito urbano de la regin
cordobesa ya que las causas que tuvieron como protagonistas a habitantes de la ciudad fueron
en trminos relativos respecto de la cantidad de habitantes del rea rural y urbana
1019
,
predominantes -29% correspondieron a la ciudad frente al 65% del campo-. La participacin
de las otras provincias pertenecientes a la jurisdiccin del Obispado de Crdoba era
prcticamente insignificante en el total. Slo un 6% de las mismas correspondan a otras reas
del inmenso territorio que abarcaba lo cual pone de manifiesto las dificultades materiales que
enfrentaban los habitantes para recurrir a la justicia a medida que la distancia aumentaba y la
virtual desproteccin judicial en que se hallaban. En los casos de nulidad la participacin de
habitantes segn reas urbano-rurales se hallaba ms acorde a la distribucin de la poblacin
en la provincia correspondiendo un 14% de casos a habitantes de la ciudad frente a un
aplastante predominio de pobladores rurales 68%-. Mayor que en el caso de separaciones de
cuerpos era la participacin de las regiones del interior del Obispado en las causas de
divorcio vincular alcanzando el 18 % del total ubicndose La Rioja seguida de Santiago del
Estero y Salta entre las provincias de procedencia de los actores; es posible que, ms
acostumbrados a resolver sus pleitos domsticos extrajudicialmente, los habitantes de
regiones lejanas consintiesen en concurrir ante la sede del Obispado slo cuando fueran
compelidos por instancias de fuerza por las autoridades en los casos de denuncias de terceras
personas que ponan en riesgo la validez del matrimonio.
En todos los casos, es de suponer que la conflictiva situacin militar que afect
especialmente al perodo de mayor concentracin de causas presentadas, constituyese un
1019
Debe recordarse que en 1778 el 83.17% de la poblacin cordobesa viva en el campo. Un 16.82% del total
de los habitantes estaba establecido en la ciudad. Para 1840 la concentracin de poblacin en la campaa era
an mayor ya que el 86.33% se concentraba en el rea rural frente a slo un 13.66% asentada en la ciudad, cfr.
CELTON, D. (1982) La Poblacin de Crdoba en 1840, en Junta Provincial de Historia de Crdoba.
Crdoba, Libro 9 y de la misma autora (1993) La poblacin de la provincia de Crdoba a fines del siglo
XVIII, en Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires.
378
factor determinante en muchos ocasiones de una escasa representatividad de las distintas reas
geogrficas, ante los tribunales de justicia.
Tanto los casos de nulidad como los litigios de separacin de cuerpos constituyen un
valioso instrumento de observacin de la sociedad cordobesa cuya compleja composicin
abarcaba todos los espectros cromticos.
La presencia de parejas pertenecientes a los estratos sociales ms variados parejas de
esclavos como pertenecientes a las familias principales del lugar- tanto en los juicios de
nulidad matrimonial como en los casos de divorcio quoad thorum, es demostrativa de que
cuestiones referidas a vicios en la constitucin de las uniones sacramentadas y problemas
respecto de la estabilidad de los casamientos afectaba a representantes de la sociedad en su
conjunto. Mayor presencia de los sectores populares sera explicable por una parte por el
peso cuantitativo de las castas en relacin a los blancos en el total de la poblacin y tambin
como consecuencia de la escasa instruccin cristiana -especialmente en lugares apartados de
la campaa- entre otros, como factores favorecedores del fenmeno de ignorancia de las
normas cannicas del matrimonio, de la violencia domstica, de la falta de cumplimiento de
los deberes conyugales y filiales, agravados por la falta de sacerdotes y el escaso control
resultante de las grandes distancias que separaban a los vastos territorios que componan la
jurisdiccin del Obispado con su sede en Crdoba.
Espaoles europeos y americanos -pobres y de acomodada extraccin socio-econmica-
funcionarios de la administracin pblica, militares de variadas gradaciones, comerciantes ms
o menos prsperos, mdicos. Sectores subalternos pertenecientes a una diversidad de oficios
manuales de mayor o menor consideracin social como plateros, relojeros, sastres, carpinteros,
tejedoras, costureras, vendedoras, lavanderas, comadronas, nodrizas, sirvientas- desfilaron por
los tribunales eclesisticos tratando de evadir el peso de la ley unos, clamando atencin y
buscando proteccin de la Iglesia otros.
Caracterizada segn se ha dicho por una verdadera sensibilizacin cromtica en el
siglo XVIII y con una muy lenta tendencia a la democratizacin a partir del proceso
revolucionario, la sociedad cordobesa aparece a travs de los expedientes relativizando las
generalizaciones y las definiciones dogmticas, proponiendo matices y flexibilizando los
juicios tajantes.
Entendido el divorcio eclesistico segn el enfoque con el que se aborde su anlisis, como
un recurso para preservar la santidad del matrimonio; como una manifestacin de rebelda de
379
gnero a relaciones de poder asfixiantes dentro del matrimonio; como un atentado al orden
social tradicional, el mismo constituy una alternativa posible aunque difcil de obtener, en
situaciones conyugales de tensin extrema.
Respecto del papel desempeado por la Iglesia -segn el planteo de Lavall
1020
en el
anlisis peruano- como institucin de amparo y alivio a la situacin de los dbiles y sufrientes
pero tambin como instrumento de encasillamiento de los roles sexuales tradicionales en la
sociedad, es observable la coexistencia en Crdoba del discurso ideolgico de subordinacin
de la esposa al marido fundamentado en la naturaleza inferior de la mujer; de la potestad
terica unvoca del varn sobre la persona de la esposa, coexistiendo con principios del
cristianismo ms humanitarios que resaltaban el respeto a la dignidad de la persona.
En el marco de rivalidad inherente al proceso de secularizacin del poder judicial en
cuestiones relativas al matrimonio, accionado desde el Estado, es observable tambin un
discurso de la Iglesia tendente a enfatizar una mayor sensibilidad del juez eclesistico
respecto del secular, en relacin a la situacin de las mujeres engaadas, pobres y desvalidas.
Plantearse el por qu las parejas de antao concurran menos que en la actualidad a
solicitar el divorcio no supone pensar en trayectorias conyugales ms satisfactorias aunque
quizs s a una diferente expectativa acerca de la felicidad matrimonial. Mayores presiones
sociales para permanecer juntas, emergentes de mandatos familiares resultado de alianzas
polticas, econmicas; contencin del entorno de vecinos y parientes asociadas a valores
religiosos, fenmenos demogrficos, culturales, hicieron del divorcio legal una prctica casi
excepcional en la sociedad cordobesa.
1020
(1986) Ob. Cit.
380
TERCERA PARTE
Desigualdad de gnero y marginalidad sexual
V. Parejas, poder y gnero
En su obra sobre Historia de las mujeres en Occidente, las directoras del tomo, Davis
y Farge advierten sobre el peligro que supone atribuir como particulares del gnero femenino
ideas y conductas que si bien pueden corresponder a mujeres, no son obligatoriamente
inherentes a la naturaleza de ese gnero
1021
. En las presentes pginas se exploran las formas
de vinculacin de la relacin hombre mujer en Crdoba desde una perspectiva no biolgica
que se asocia a la atribucin de caractersticas, diferencias, roles y funciones especficas que
la sociedad asigna a la masculinidad y a la feminidad como inherentes a un orden natural,
cuando entendemos en cambio, constituyen una construccin social.
En ese sentido se utiliza el trmino gnero desde una nocin relacional de las
identidades masculina y femenina en tanto una y otra se complementan y explican
1022
. La
categora poder se articula con la de gnero en tanto ste constituye uno de los campos
sociales por excelencia dentro de los cuales aqul se ejerce
1023
.
El objetivo de este captulo consiste en analizar la dinmica que rega las relaciones de
pareja en la sociedad cordobesa de los siglos XVIII y primera mitad del XIX, as como el
funcionamiento de los roles sexuales en la preservacin del orden social.
1021
Une historie de femmes en Occident, XVIe XVIIIe siecles (1992) tomo III, bajo la direccin de DAVIS,
N. y FARGE, A., Pars, Plon. Consultado en Cmo escribir la historia de las mujeres? en CHARTIER, R. El
juego de las reglas. Lecturas (2000) Fondo de Cultura Econmica, Mxico, pp. 286 290.
1022
Una pormenorizada sntesis de las distintas conceptualizaciones del gnero desde abordajes
historiogrficos diversos puede consultarse en SCOTT, J.W. (1999 ) El gnero: una categora til para el
anlisis histrico en Sexualidad, gnero y roles sexuales, NAVARRO, M.; STIMPSON, C. (compiladoras),
Fondo de Cultura Econmica, Buenos Aires, pp. 37 77. En la concepcin de la autora el gnero comprende
cuatro elementos inter-relacionados.: los smblicos; los conceptos normativos; las nociones polticas, las
referencias a las instituciones y organizaciones sociales e identidad subjetiva. Acerca de la relacin gnero e
identidad puede consultarse MESQUITA SAMARA de, Eni (2001) Repensando gnero e identidade na
Amrica Latina en Anuario del IEHS, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires,
Facultad de Ciencias Humanas Tandil, pp. 181 206. En relacin a la posicin de Latinoamrica respecto de los
feminismos internacionales consultar LAVRIN, A. (2001) Los feminismos internacionales: Alternativas
Latinoamericanas en Anuario del IEHS, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires,
Facultad de Ciencias Humanas Tandil, pp. 207 222.
1023
En la conceptualiacin del Diccionario de Sociologa (1997), PRATT FAIRCHILD, H. (editor) Fondo de
Cultura Econmica, Mxico; el poder se entiende como la capacidad para dominar a los hombres,
refrenarlos y controlarlos, obtener su obediencia, coartar su libertad y encauzar su actividad en direcciones
determinadas. Todo orden social es un sistema de relaciones de poder con supraordenacin y subordinacin
jerrquicas. Vase voz poder, poder social.
381
Algunos de los interrogantes que constituyeron el disparador del presente anlisis y
que orientaron la reflexin son los siguientes:
Es posible plantear las relaciones entre los sexos en la pareja
1024
desde la nocin de
poder? si es as, con qu caractersticas era ste ejercido?. Exista una moral de la relacin
entre los sexos? difera la correspondiente a las relaciones legtimas de la que regulaba la
coexistencia entre los miembros de las parejas de hecho?. Las relaciones entre los sexos eran
simtricas en el seno de la pareja?. Cules eran las responsabilidades y virtudes asociadas a
la imagen femenina y masculina, cules eran los patrones de comportamiento esperados en
varones y mujeres frente a la sexualidad? De qu modo la relacin conyugal fue instrumento
de la accin de la Iglesia y el Estado?.
La sociedad patriarcal como contexto de las relaciones de gnero
Grandes temas de la realidad socio-poltica encontraron en el juego de tensiones de
poder existentes en la familia, el marco adecuado para explicar la situacin de subordinacin
de unos grupos sociales respecto de otros en la sociedad durante la Europa Moderna. En un
ordenamiento socio-poltico signado por la verticalidad y el autoritarismo, el simbolismo de la
relacin marido-esposa fue especialmente til para explicar la vinculacin entre el monarca y
los sbditos; entre el amo y el criado; entre el prelado y los fieles. En un marco de
centralizacin del poder monrquico la sujecin legal de las esposas a sus maridos y de los
hijos a los padres era interpretado como una garanta de la obediencia de la sociedad hacia el
soberano
1025
.
La imagen del modelo de familia patriarcal fundada en el matrimonio religioso,
monogmico e indisoluble caracterstico de la Europa Occidental Moderna y transplantado a
Amrica a travs de Espaa se presenta con manifiesta claridad. El principio bsico de su
organizacin interna estaba centrado en la figura de un jefe o patriarca que ejerca la
supremaca del poder y cuyas formas de dominio estaban legitimadas, naturalizadas. En
efecto, el ejercicio de la autoridad por el pater era considerado como inherente a la misma
1024
Se utiliza aqu la nocin de pareja en un sentido amplio, para referirse tanto a las relaciones entre los
miembros correspondientes a uniones legtimas sacramentadas, a los novios unidos por promesa esponsalicia y a
los integrantes de relaciones de hecho, consistentes en amancebamientos y concubinatos; sin embargo la fuente
documental utilizada proporciona informacin referida fundamentalmente a las uniones formales.
1025
En el uso del simbolismo sexual como expresin para ejemplificar grandes temas del orden socio-poltico
seguimos a DAVIS, N (1975) Un mundo al revs. Las mujeres en el poder en Society and Culture in Early
Modern France, Stanford, University Press, California, pp. 124 152. En opinin de la autora la idea de
subordinacin identificada con la existencia de los sexos encontraba difcil separacin en el pensamiento de la
Europa Moderna.
382
naturaleza, como si estuviese regido segn principios biolgicos. En su persona se
concentraba la capacidad de control y decisin sobre el grupo domstico. Era en l en quien
radicaba la autoridad sobre la esposa, los hijos solteros y otras personas que compartan el
mbito espacial de residencia cotidiana. Al igual que la sociedad, las relaciones entre los
miembros de la familia estaban definidas por vnculos jerrquicos. Se esperaba que existiese
una considerable dosis de sumisin, respeto y obediencia al jefe, especialmente en la esposa e
hijas mujeres. Significativa importancia en el fundamento de dominacin patriarcal tena la
propiedad de la tierra como base material de subsistencia transmitida hereditariamente
1026
.
El padre ejerca la patria potestad sobre los hijos legtimos y legitimados. Salvo casos
excepcionales, el poder sobre ellos se extenda hasta su casamiento o bien hasta el momento
de emancipacin voluntaria concedida por el progenitor. Al contraer matrimonio, para lo cual
era menester contar con la aprobacin paterna -a partir de la sancin de la Real Pragmtica
sobre Hijos de Familia trasladada a Amrica en 1778 y de su legislacin complementaria- los
hijos varones casados reproducan el modelo familiar con idnticas caractersticas.
A diferencia de lo que suceda a sus hermanos varones, para quienes el matrimonio
significaba la liberacin de una situacin de fuerte sujecin, para las jvenes del sexo
femenino el acceso a la situacin de mujeres casadas implicaba pasar de la subordinacin del
padre a la del marido, aadindose a ello la asuncin de las responsabilidades de esposa y
madre.
Eran obligaciones del padre hacia los hijos cuidarlos, alimentarlos y educarlos. En
reciprocidad a ello, mientras estuviesen bajo su potestad, lo percibido por stos a travs de los
bienes paternos perteneca a aqul teniendo incluso el usufructo de lo que recibieran por
cuenta propia, por donacin o herencia, excepto lo conseguido en la guerra, en la corte del rey
o a travs del desempeo de cargos pblicos. Si el padre faltaba los hijos deban tener un
curador para la administracin de sus bienes hasta su mayora de edad
1027
.
Respecto de la mujer, su papel en la vida matrimonial y familiar, y por ende, fuera de
ella, se hallaba condicionado por la legislacin cannica y civil.
A partir del Concilio de Trento la monogamia y la indisolubilidad del vnculo fueron
definitivamente proclamados establecindose el mutuo consentimiento como exigencia para la
validez del casamiento. Si bien los hombres carecan del derecho de repudiar a las esposas
como en pocas pretritas, ello no significaba la inscripcin en un sistema conyugal basado en
1026
En la caracterizacin del modelo de familia patriarcal seguimos a JELIN, E. (2000) Pan y afectos La
transformacin de las familias, Sao Paulo, Fondo de Cultura Econmica.
1027
En torno a la situacin de la mujer y de los hijos en la familia tradicional seguimos a ZORRAQUN BEC,
R. (1978) ) Historia del Derecho Argentino, Buenos Aires, Perrot, Tomo I.
383
la equidad, por el contrario la jerarqua y la obediencia constituyeron las notas sobresalientes
que caracterizaban a las relaciones entre los cnyuges
1028
.
Para el derecho civil la desigualdad de la mujer respecto del varn comenzaba desde el
momento del nacimiento. El derecho castellano la limit en su capacidad jurdica asignndole
la categora de un menor de edad. Desde el siglo XVI en Hispanoamrica se adoptaron las
costumbres espaolas quedando la esposa bajo la autoridad del marido, quien adems era
considerado el administrador natural de sus bienes
1029
, en efecto, el cnyuge varn gozaba
del usufructo de la dote aportada por la esposa; la misma slo volva a sus manos en caso de
fallecimiento del marido, o de divorcio; aunque si la separacin haba sido causada por
infidelidad femenina, la mujer perda el derecho sobre ella y tambin sobre los bienes
gananciales, es decir aqullos pertenecientes a la sociedad conyugal que no hubiesen sido
recibidos por donacin o herencia de ninguno de los miembros de la pareja, los cuales
pertenecan a los cnyuges por mitades
1030
. A la mujer le estaba vedado ocupar cargos
pblicos, no poda actuar como fiadora ni tutora -excepto la abuela viuda-. Slo con licencia
otorgada por su consorte poda comparecer en juicio, contratar, repudiar herencias.
La fidelidad de la mujer casada y la virginidad de las hijas solteras, principios de
castidad inculcados a partir de la imposicin de una rgida moral sexual -exigida
especialmente a las mujeres- constitua otro de los supuestos bsicos sobre los cuales reposaba
la estructura familiar de corte patriarcal. Consecuente con ello, el mbito de existencia
femenina natural por excelencia se desarrollaba dentro del hogar, mientras que el del
hombre tena lugar de puertas afuera del mismo. En este marco terico de rgidas
prescripciones, la mujer quedaba reducida a un papel anclado a la subordinacin al marido,
sus deberes como esposa consistan bsicamente en atender y satisfacer las necesidades de
ste, tanto las domsticas, como las sexuales y afectivas
1031
; educar a los hijos cristianamente
y no salir del confinamiento y recogimiento de la casa sin necesidad o permiso de sus
maridos.
En un contexto social desigual y verticalizado, jerrquicamente estructurado, la
autoridad marital y la patria potestad eran considerados pilares de la organizacin familiar.
1028
Tomado de DEL PRIORE, M. As atitudes em face da mulher no Brasil colonia (1993:176 ) en Familia,
mulher, sexualidade e Igeja na histria do Brasil, MARCILIO M. Luiza, Org. CEDHAL CEHILA, Loyola ,
Sao Paulo, pp. 171 189.
1029
As lo expresa en su trabajo MURIEL, J. (1992:305) Las mujeres de Hispanoamrica: poca colonial,
Mapfre, Madrid, pp. 303 317.
1030
Tomado de ZORRAQUN BEC, R. (1978:186) Ob. Cit.
1031
Tomado de JELIN, E. (2000:26) Ob. Cit.
384
Hasta fines del Antiguo Rgimen la familia patriarcal no fue formalmente cuestionada como
tal, la supremaca del padre se vea justificada al momento de tomar decisiones en la
necesidad de una frrea autoridad cuya opinin se considerase inapelable, por otro lado el
matrimonio religioso y monogmico y el modelo de familia patriarcal eran concebidos como
inherentes a la civilizacin humana, opuestos a otras formas de organizacin consideradas
como primitivas y salvajes
1032
.
Fue necesario el disciplinamiento de la mujer en el interior del matrimonio para
otorgar al sacramento la dimensin de organizacin social deseada por la Iglesia y el Estado.
En ese marco el papel asignado a la mujer esposa consisti en el de agente de control de los
poderes civil y eclesistico. El carcter androcntrico de la sociedad europea traducido en una
mentalidad que trasuntaba el convencimiento acerca de una desigualdad dogmtica entre
hombre y mujer fue transplantado a los territorios americanos coloniales y constituy el
elemento preventivo contra el peligro de insurreccin de la mujer. El recato, la obediencia, el
pudor, se convirtieron en virtudes indispensables en las esposas e hijas de familia como
manifestacin de dominacin de los apetitos carnales femeninos. Al marido y al confesor les
cupo la responsabilidad del adiestramiento de la mujer a travs del control y castigo de
comportamientos que supusiesen un desvo de las normas de sujeccin impuestas
1033
. Una
tica del casamiento y de la maternidad tendentes a apartar a la esposa del peligro del fuego
de pasiones inconvenientes fue delineando una existencia de reclusin, devocin y
dependencia de la mujer hacia el marido.
El resultado fue una relacin conyugal y familiar basada en la asimetra inculcada
desde la infancia, enseando a las jvenes la obediencia, el respeto y la sumisin que deban
guardar al padre y al marido, fundamentado en una verdad moral y religiosa. Atribuase al
hombre el liderazgo y autoridad en tanto representante de Dios y cabeza de la mujer
1034
.
1032
En la concepcin del modelo patriarcal en su identificacin con la civilizacin seguimos a DAVIS, N.
(1992:80,1) Ob. Cit.
1033
Los aspectos desarrollados en relacin al carcter androcntrico de la sociedad europea y su caracterizacin
han sido tomados de M. DEL PRIORE, (1993: 176,7) Ob. Cit.
1034
En el concepto de relacin conyugal asimtrica seguimos las opiniones de PRANDI, J. R. Catolicismo e
familia: transformacao de uma ideologia (1975:30), en Cuadernos Cebrap, Sao Paulo, consultado en AZZI R.
Familia, mulher e sexualidade na Igreja do Brasil en MARCILIO M. Luiza, (Org.) Ob. Cit. pp. 101 134.
385
La feminidad en la representacin social 1035
Se ha afirmado que el dominio masculino sobre la mujer se remonta a la prehistoria
de la humanidad y es paralelo a la apropiacin de los medios de produccin por el hombre,
prolongndose a travs del tiempo en una estructura tendente a mantener la sumisin basada
en el matrimonio autoritario concretado a partir de alianzas selladas por inters
1036
.
La situacin de inferioridad extrema que ocup la mujer en algunas sociedades
humanas -la cual incluy incluso la compra de una esposa a sus parientes varones- ha sido
vinculada en sus orgenes a estadios sociales en los cuales la supervivencia de la comunidad
dependa de la fuerza fsica de sus miembros
1037
. En tales sociedades el status de una persona
se habra definido en base a su superioridad fsica. Una menor masa muscular y sea del
cuerpo femenino en el conjunto de sus representantes la llevara a una situacin de
desventaja respecto del varn en situaciones de necesidad de manifestacin de potencia
corporal.
La relativa vulnerabilidad fsica, asociada a la gestacin y a la dificultad resultante
para la actividad guerrera supondra la asociacin de su sexo con la debilidad, atribuyndosele
una inferioridad que habra desembocado en la conviccin acerca de que la esposa constitua
una propiedad material del marido pudiendo ste disponer de ella segn su conveniencia. Tal
el ejemplo de la sociedad romana en las primeras etapas de la Repblica cuando las mujeres
eran consideradas como seres incompletos y disminudos sin existencia independiente que
deban permanecer bajo la tutela del padre, hermano u otro miembro masculino de la familia.
De all que en la tradicin romana el concepto de familia se vinculaba al varn como jefe del
hogar y propietario de la esposa, hijos, ganado y esclavos. En el proceso de cambio en el
equilibrio entre los sexos que llev a la modificacin de esta percepcin en pocas posteriores
1035
Un grupo o sociedad comparte, sin necesidad de que sea explcito, un sistema de representaciones y valores.
Ello tiene que ver con el universo de lo colectivo en el nivel de lo cotidiano y automtico opuesto a la
construccin consciente. Aspectos tomados de CHARTIER, R. (1999: 23) El mundo como representacin:
Historia cultural: entre prctica y representacin, Gedisa, Barcelona. Sobre el concepto de representacin social
RAITER, A. y otros en Representaciones sociales (2002) Eudeba, Buenos Aires; sostienen que la
representacin consistira en la imagen mental que tiene un individuo cualquiera acerca de algo, cfr. pg. 13.
1036
En dicha opinin seguimos a RODRGUEZ MOLAS, R. (1984:15) Divorcio y familia tradicional, Centro
Editor de Amrica Latina, Buenos Aires. En palabras del autor, dicha visin servil de la mujer desemboca en lo
que l denomina modelo procreativo y asctico tradicional cuyo origen relaciona con el autoritarismo del
macho, con la sumisin impuesta a la hembra y con la bsqueda del control de los bienes materiales.
1037
Acerca de la situacin de inferioridad femenina en algunas sociedades en las cuales la guerra era una
actividad fundamental para la supervivencia comunitaria seguimos a ELIAS, N. (1987) en El cambiante
equilibrio de poder entre los sexos. Un estudio sociolgico procesual: el ejemplo del antiguo Estado romano en
Theory, culture and society 4, Sage, Londres, Newbury Park, Beverly Hills y Nueva Delhi, pp. 201 - 248. El
autor explica que en el caso romano una condicin de relativa igualdad en el matrimonio se estableci recin
cercana al siglo I antes de Cristo . Anterior a ello en las primeras pocas de la Repbica las mujeres no podan
poseer propiedades, no podan divorciarse por su propia iniciativa, tenan prohibido incluso beber vino.
386
de la historia de la sociedad romana ha sido sealada la accin del Estado en la proteccin de
la persona y la posesin por la mujer de bienes materiales
1038
.
El advenimiento del cristianismo, por otra parte, introducira limitaciones a la
subordinacin al marido y padre imponiendo una relacin basada en deberes recprocos entre
cnyuges y en relacin a aqul respecto de los hijos y domsticos. A cambio de respeto y
obediencia el pater deba amor y sacrificio a la esposa, educacin a la prole y un trato manso
hacia los sirvientes
1039
. Esta sed de reciprocidad se entendera por la necesidad de otorgar a
los subalternos del jefe de familia una indispensable cuota de libertad para posibilitar su
conversin religiosa.
Desde la visin ideolgica de corte patriarcal predominante en Latinoamrica desde el
siglo XVI, la relacin de gneros se presentaba en trminos contrapuestos asocindose la
nocin de feminidad a las de naturaleza, hogar, maternidad, sentimientos, pasividad, como
opuestos a los conceptos de racionalidad, civilizacin, liderazgo poltico y econmico
entendidos como propios del universo masculino
1040
.
La teora del tero errante atribua a principios fisiolgicos las caractersticas
femeninas que justificaban su sujecin al hombre. Segn estos principios el carcter
desordenado, voluble, asignado a su naturaleza se deba al rgano reproductivo el cual, como
animal hambriento vagaba por su cuerpo con avidez incontrolable provocando en su
temperamento actitudes irracionales. En el siglo XVI se crea que el cuerpo de la mujer
estaba compuesto por humores fros y hmedos. A fines del siglo XVII los mdicos ms
progresistas dejaron de creer en la relacin de los componentes humorales y el temperamento,
pero siguieron convencidos de su carcter frgil, inestable e indmito, su imaginacin
desordenada unida a su parloteo incesante, los cuales slo podan ser controlados por el
freno de la educacin religiosa, trabajos que tuviesen ocupadas sus manos y legislacin que la
sujetase firmemente bajo el dominio del marido
1041
.
1038
Ibdem.
1039
En relacin a los deberes de los esposos, padres y patrones establecidos por el cristianismo consultar las
SAGRADAS ESCRITURAS, Epstola de San Pablo a los Efesios, 5, 25-33 ; 6, 4 y 6, 9.
1040
Tomado de Lavrin, la autora resalta la antinomia en la relacin de gneros en la ideologa patriarcal en
tanto sistema de valores expresados en la ley, la cultura, la poltica, la religin, las costumbres enraizada en una
tradicin de polarizacin sexual propia de diversos momentos histricos, cfr. LAVRIN, A. (1997: 65, 8) Gnero
e Historia: una conjuncin a finales del siglo XX en Memorias del 49 congreso internacional de americanistas,
Coleccin 49 ICA, N1, Quito.
1041
Los aspectos desarrollados en el texto en relacin a la teora del tero errante y consideraciones acerca de la
naturaleza femenina fueron tomados de DAVIS, N. (1975: 61,2) Ob. Cit. Segn la autora en Francia y Alemania
la situacin jurdica de la mujer se agrav en el siglo XVIII cuando disminuyeron sus derechos para disponer de
la dote.
387
Durante el siglo XIX los cambios introducidos parecen haber sido modestos en
relacin a la situacin real de la mujer en la sociedad, an en la segunda mitad de la centuria.
El Cdigo Civil sancionado en 1869 mantuvo el matrimonio religioso indisoluble y
monogmico sin modificar substancialmente el modelo de familia patriarcal tradicional. La
subordinacin en la pareja se mantuvo en perjuicio de la mujer, sta continuaba obligada a
seguir a su marido donde aqul se estableciera guardndole respeto y obediencia. La
prohibicin de practicar actividades comerciales sin permiso del cnyuge y de disponer
libremente de sus bienes persisiti an tras la sancin de la Ley de Matrimonio Civil
aprobada en 1888
1042
. El marido era considerado administrador del patrimonio
correspondiente a la sociedad conyugal, an de los bienes propios introducidos al matrimonio
o adquiridos con posterioridad con sus medios; la mujer continuaba teniendo vedado el
ejercicio de una profesin o industria sin autorizacin del cnyuge; como en el perodo
hispnico no poda estar en juicio por s misma o a travs de procurador sin venia del marido;
la contravencin a estas disposiciones poda involucrar la negacin de alimentos por parte
del marido. Tal como estableca el Derecho Cannico desde haca siglos, segn la normativa
civil sancionada a fines del siglo XIX el matrimonio era considerado indisoluble, y la
separacin de cuerpos era autorizada en casos excepcionales, como el adulterio comprobado
del varn o de la mujer o su instigacin a cometerlo hacia el otro miembro de la pareja;
tentativa de homicidio, sevicia, injurias graves, abandono voluntario y malicioso del hogar,
estando prohibida la separacin realizada por mutuo consentimiento de los cnyuges
1043
.
En aras del mantenimiento de un orden armnico dentro del matrimonio, la familia
y por ende, la sociedad, la mujer permaneca an anclada en su rol subordinado
impidindosele el ejercicio de capacidades jurdicas plenas, mantenindosela sujeta al varn
y privndola de una identidad independiente y del ejercicio de una existencia libre acorde a la
dignidad de persona.
La moral de las relaciones conyugales
La autoridad que el marido ejerca sobre la esposa en el matrimonio no slo se hallaba
refrendada por las leyes desde antiguo, tambin estaba slidamente arraigada en la mentalidad
1042
Recin en 1926 se autoriz a la mujer a disponer libremente de sus bienes, celebrar contratos y contraer
obligaciones, cfr. RODRGUEZ MOLAS, R. (1984:84) Ob. Cit.
1043
Ibdem pp. 83 84.
388
popular. En el imaginario colectivo de las sociedades de la Europa occidental era considerado
un deber del marido hacerse respetar en el matrimonio.
Segn los proverbios populares de los siglos XV y XVI en Francia, el mejor medio
para lograrlo era a golpes. Segn Flandrin, la mayora de los derechos consuetudinarios
reconoca al hombre el derecho a pegar a la mujer
1044
. El varn que se mostraba incapaz de
someter a la esposa era reprimido legalmente en la Edad Media, costumbre que persisti a
travs de los siglos a pesar de estar establecida ms tarde la prohibicin legal de lo que desde
un lxico contemporneo podra calificarse de autnticos escraches pblicos efectuados por
el vecindario hacia los maridos que no se mostraban capaces de someter el indmito genio de
sus mujeres
1045
.
La responsabilidad del marido en relacin a un adecuado comportamiento de la
mujer se transform en el justificativo de golpizas, encerramientos, colgamientos,
quemaduras, estocadas, azotes y una variedad de insultos denunciados por algunas mujeres
desesperadas que concurran a la justicia eclesistica en demanda de la separacin perpetua
del hombre que pona en peligro su vida y la de los hijos de la pareja.
Sin embargo, en el siglo XVIII los cdigos de la moral no habran exigido ya a los
maridos dar cuenta ante los sacerdotes de los excesos de las consortes -al menos desde la
intimidad del confesionario- por el contrario, sera la mujer quien a partir de dicha centuria se
transformara en agente de control del marido en servicio de la Iglesia y el Estado asumiendo
la misin de enmendarlo y procurando retenerlo en el lecho conyugal; dicho fenmeno se
habra de observar en forma an ms acusada en los siglos XIX y XX
1046
.
El modus operandi de la accin de vigilancia exigida a la esposa deba operarse a
travs de acciones impregnadas de dulzura y suaves reproches orientados a convencer al
consorte de retomar la buena senda.
1044
En su conocida obra Orgenes de la familia moderna (1979:160 y sig.) Crtica, Barcelona, FLANDRIN, J. L.
realiza una pormenorizada caracterizacin de la evolucin de la moral de las relaciones domsticas en la cual
explica los alcances que el derecho consuetudinario asignaba histricamente al marido en Francia segn las
regiones, en la relacin conyugal. As por ejemplo en el siglo XIII el del Beauvaisis reconoca el derecho del
hombre a pegar a la mujer cuando desobedeca la marido aunque sin matarla ni herirla; en Burdeos la costumbre
admita a mediados del siglo XIV que en un acceso de clera el marido matase a su mujer sin recibir pena
alguna si se confesaba sinceramente arrepentido mediante un solemne juramento.
1045
As por ejemplo las burlas y paseos en asno de los maridos golpeados persistieron en algunas reas del
territorio francs como en otras partes de Europa- hasta el siglo XIX y an hasta el XX, Cfr. FLANDRIN J.L.
(1979:162) Ob. Cit.
1046
El marido ya no debera dar cuenta de los errores de su mujer aunque continuaba obligado a corregir
su accionar dscolo; ello se advierte en el examen de conciencia del libro de penitentes perteneciente al
moralista Antoine Blanchard en 1713 donde puede observarse que slo se reprocha al marido sus propios
excesos, consultado en FLANDRIN, J. L. (1979:166) Ob. Cit. Segn el mencionado autor la mujer se convirti a
partir de esa poca en emisaria de la Iglesia respecto de la conducta del marido.
389
El esquema de autoridad propio de las sociedades patriarcales presentaba
caractersticas similares en la Europa occidental y sera transplantado a Hispanoamrica a la
llegada de los colonizadores espaoles . Ello ha podido comprobarse documentalmente para
la sociedad tratada como se ha visto a lo largo del desarrollo de este trabajo y
especficamente al ocuparnos de los pleitos conyugales en la segunda parte del mismo, al
abordar el tema de la separacin de cuerpos. En efecto, los expedientes de divorcio
correspondientes al archivo judicial de la jurisdiccin del Obispado de Crdoba son prdigos
en ejemplos que ponen de manifiesto la subordinacin legal en que se hallaba la mujer, como
as tambin de la generacin de estrategias a travs de las cuales en la prctica las mujeres
lograban trasponer la barrera impuesta por la sujecin del cnyuge cuando era necesario
garantizar la subsistencia de la familia, desempendose en una amplia gama de tareas,
dentro, pero tambin fuera del hogar sorteando las prescripciones del encierro domstico . Se
ha visto adems el ejercicio de la potestad que el marido desplegaba sobre la esposa, estando
legal y socialmente autorizado a someterla a castigos fsicos de difuso lmite trazado por la
moral cristiana del matrimonio; tambin el criterio de inequidad de gneros con el que la
sociedad juzgaba las conductas masculinas y femeninas al punto de ser factible plantear la
existencia de un doble patrn moral exigido a hombres y mujeres; mucho ms severo en las
segundas y de una tolerancia ms amplia en los primeros, tanto en relacin a las prcticas
sexuales como a los excesos relacionados por ejemplo con el comer o el beber . Se ha visto
tambin como la forma en que la sociedad interpretaba las cuestiones de gnero presentaban
variedad de matices y aspectos atravesados por cuestiones inherentes a la clase y a la raza de
los sujetos.
Con relativa frecuencia en los escritos de demanda contra el marido por embriaguez,
infidelidad u otras variantes de conductas disipadas, las mujeres explicaban, -generalmente a
travs de las voces de sus procuradores- que haban tratado de disuadir al cnyuge de sus
malos procedimientos con suavidad y empeo sin conseguirlo. En efecto, era socialmente
"esperable una misin moralizadora de la esposa en relacin a los desvos del cnyuge de los
cuales se las responsabilizaba. Los castigos fsicos prodigados por el varn a la pareja y
justificados en la accin correctiva eran admitidos por la justicia en tanto se tratase de actos
punitivos de accin pedaggica debiendo ser moderados y no atroces o extraordinarios
que entraasen riesgo de vida. Trgicos pedidos de auxilio efectuados por esposas ante los
tribunales persistieron a travs del tiempo como se constata en la praxis judicial.
Es de suponer que en los casos de parejas unidas de hecho, los cdigos de conducta
que caracterizaban a las relaciones entre los sexos reproduciran aqullos observados en las
390
uniones legtimas propias de la sociedad patriarcal, con el agravante de que las mujeres que
convivan en uniones informales, al no estar casadas, sus demandas no habran encontrado
espacio legal en la figura jurdica del divorcio temporal o perpetuo previstas para las parejas
unidas por la Iglesia en casos de extrema gravedad, y se encontraran por lo tanto ms
expuestas al abandono y vulnerables a los actos de crueldad fsica y psquica.
El recogimiento, recato, pudor, vergenza, continencia, silencio, sumisin, constituan
algunas de las principales virtudes que en la sociedad estudiada se asignaba a la mujer segn
se desprende de la documentacin analizada. La capacidad biolgica del sexo femenino para
gestar vida a partir de su cuerpo entraaba la necesidad social de custodiar su comportamiento
a travs de una estrecha vigilancia. En ese sentido, el fantasma de la incertidumbre de la
prole-en la expresin, como vimos, de un actor de la poca- es decir la adjudicacin de una
paternidad ajena, parece haber torturado el pensamiento de los maridos a travs de los
siglos.
En efecto, el temor a que la esposa concibiese hijos con hombre extrao al vnculo
matrimonial, endilgndolos al marido, atiz desconfianzas y celos masculinos fundados no
slo en las consecuencias que la infidelidad acarreaba al sentido de la honra personal de los
maridos, sino en relacin a las caticas consecuencias que los hijos adulterinos podran
significar para los herederos legtimos y la supervivencia del linaje promoviendo, entre otros
aspectos, la desintegracin de los patrimonios familiares.
El matrimonio, y a partir de ste la familia, se presenta as como un espacio de poder
en cuyo interior se establecen relaciones de fuerza entre gneros residiendo en la figura
masculina la fuerza fsica, y derivada de sta la funcin de sostn material del hogar, en tanto
que en la femenina apareca concentrada la capacidad biolgica de engendrar la prole.
Queda planteada de esta manera la tensin entre gneros en la pareja evidenciada no
pocas veces en los celos masculinos, en la obsesin del varn por mantener bajo su control a
la mujer, quien sera en definitiva la depositaria de una fuerza de inestimable significacin.
Acusaciones de infidelidad en la pareja casada, de corrupcin fsica de la doncella anterior al
matrimonio; actitudes desconfiadas de los maridos en torno a la paternidad del hijo,
agresiones materiales del hombre ante embarazos sospechosos de la esposa; salidas
embozadas para espiar los comportamientos del cnyuge; custodia del hombre del bien social
supremo: la virginidad de la hija soltera y la fidelidad en la esposa, constituyen algunos
ejemplos de prcticas en una sociedad que acordaba al hombre un seoro terico indiscutido.
Como contrapartida, el recurso femenino ante la justicia, denunciando al marido golpeador,
391
alcohlico, incestuoso, infiel, vago y malentretenido supona la resistencia del otro poder, en
la tensin de fuerzas que implicaba la relacin matrimonial
1047
.
Ejercicio metodolgico de seleccin y anlisis crtico de extractos discursivos con
connotaciones de gnero en base a fuentes judiciales de carcter eclesistico
1. El discurso masculino acerca de la condicin femenina de fragilitas sexus, la mujer
como sospechosa que necesita ser controlada, vigilada, disciplinada
En una sociedad que converta al deseo sexual en la causa de incontables males, el
mito de Eva engaada por el demonio en el Paraso era utilizado para explicar la esclavitud
del hombre del pecado por causa de la mujer y alertar sobre el peligro que el cuerpo femenino
de irresistible atraccin para el varn- entraaba para l. La conceptuacin de la inferioridad
de la condicin femenina, incapaz de discernimiento propio y auto control la convertan en
sujetos maliciosos, proclives al engao, al pecado y a la fantasa, necesitada de guardianes
morales de su virtud representados en la figura del padre, el marido y el confesor
1048
.
La defensa de un joven acusado de incumplimiento de promesa matrimonial recurra a
fines del siglo XVIII a la imagen del Edn para eludir el reconocimiento de la culpa que la
novia le atribua, desautorizando a partir de la estampa bblica la solicitud de justicia de
aqulla. As expresaba:
Son las mujeres, por su sexo, faciles a dejarse engaar, no
nesecitan ya, de aquellas serpientes que las festejan, les digan,
como la antigua, a Eva en el Paraiso, exitis sicut Dii, vasta que les
prometan, sus protecciones, y les aseguren felices excitos, para
que incautas, se precipiten a quebrantar los Divinos Preseptos, y a
demandar, lo que no se les debe ni se le ha prometido
1049
.
1047
La idea del matrimonio como crcel y del contrapoder ejercido por la esposa en la relacin conyugal est
tomada de FOUCAULT, M. (1975) Vigilar y castigar, nacimiento de la prisin, Siglo XXI , Mxico.
1048
En el captulo que la autora titula El trato con las mujeres es para el hombre mas amargo que la muerte se
resalta el papel que la sociedad asignaba al hombre como guardin del comportamiento femenino, el cual deba
adecuarse a un rol secundario, pasivo y sumiso, en el desarrollo del tema seguimos a. SNCHEZ, A. (1996:
127) Pecados secretos, pblicas virtudes: el acoso sexual en el confesionario en Revista Andina, Centro
Bartolom de Las Casas, Cusco. Ao 14, N1, 1semestre. pp. 121-147.
1049
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193, Aos 1770 1786, t. II, exp. 17, f.2..
392
2. Reclamo masculino del bien social supremo: la virginidad de la futura esposa y la
fidelidad de la mujer casada. Ejemplos de inequidad social entre los sexos en relacin a
la sexualidad. La obsesin masculina ante el fantasma de la incertidumbre de la prole
Un novio demandado utilizaba el recurso de acusacin de corrupcin de una joven,
para eludir su responsabilidad ante la justicia por la conducta sexual observada para con ella;
el mismo aluda al dao que, por otra parte, implicara en su honor un casamiento con una
mujer ya iniciada sexualmente:
...acaso no quedaria yo en el concepto de las gentes contagiado
por tan vergonzosa eleccin? podria yo prescindir del deshonor
de haverme unido a una muger corrupta..?
1050
En otro caso volva a utilizarse el recurso de descalificacin de la mujer y de su
derecho a la solicitud de reparacin moral y/o material por la prdida de la doncellez, a travs
de imputaciones de corrupcin sexual anterior al coito con el novio, acusado de no cumplir su
palabra de casamiento:
La Dalmacia era una mujer corrompida quando tuve mi flaqueza
con ella, esto es tan publico y notorio que no ay cosa mas facil de
probar, pues por que titulo quiere que la dote, quando a esto solo
es obligado el que sedujo alguna doncella? [...] como muchas
mugeres principalmente quando ya se conocen perdidas se
prostituyen a qualesquiera para remediarse; o con cassamiento o
con que las doten, la susodicha uso de este trillado arvitrio, y me
demando ante el cura del partido Don Vicente Ferreyra...
1051
.
La resignacin cristiana ante la posibilidad de crianza de hijo ajeno no pareca guiar
todas las veces el comportamiento masculino, slo la santidad o la estupidez justificaban
en el discurso del hombre desconfiado, asumir el riesgo de aceptar la paternidad del hijo
que la mujer esperaba cuando no se tena certeza acerca de su origen:
...si alimentase un hijo que no es propio y quien hace esto el
dia de hoy? solo que haiga llegado a una extraordinaria virtud o
que quiera pasar por mentecato...
1052
.
En el juego de fuerzas de la dinmica de las relaciones de pareja, la posibilidad
de que el novio no consintiese al reconocimiento de la paternidad del hijo que la mujer
1050
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193, Aos 1794 1797, t. IV, exp.1.
1051
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193, Aos 1794 1797, t. IV, exp. 3
1052
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193 , Aos 1787 1793, t.III, exp. 12.
393
atribua a la relacin compartida, poda ser utilizada por el hombre como arma maestra para
doblegar voluntades femeninas, en ese sentido, desplegar el argumento de la maliciosidad y el
engao como guas del comportamiento mujeril se reitera en la documentacin:
... tanto ella como todos saben el recurso facil que tienen las
mujeres para salir y hallanar estos atajos sin que lo sepan los
pobres de los maridos. Una dispensa oculta del ordinario o
comisario de cruzada obtenida a instancias de ella o por el
confesor o por el parroco son los frecuentes arvitrios del que se
valen para asegurarse en el estado en la prole y en la opinion del
marido...
1053
.
Ejemplo de manifestacin de inequidad de sexos en las conductas socialmente
aceptables constituye la siguiente afirmacin emanada de la defensora de un esposo en litigio
contra su mujer:
...la incontinencia de la mujer [...] es mas bochornosa al marido
que la de este a la mujer y mas punible en lo civil por la
incertidumbre de la prole pues ella quiere en la actualidad que mi
parte cargue con los hijos de sus incontinencias [agrega que en
cambio los adulterinos de l, de ser ciertos] jams podria
conseguir ni idear que ella los tuviere por suyos...
1054
.
3. La culpabilizacin del sexo. La responsabilidad social de la mujer en la prctica de la
sexualidad prematrimonial de la pareja
Un doble standard de moralidad otorgaba al hombre mayores licencias en el terreno
sexual en relacin a la mujer segn patrones culturales que el inicio del perodo republicano
no modific
1055
. La expresin me permiti tratos menos honestos pone de manifiesto la
intencin de hacer recaer en el otro miembro de la pareja la responsabilidad del acto sexual
extramatrimonial, as como sus consecuencias, cuando no era del gusto del varn asumirla.
Se trataba de una relacin de tres aos en la cual el hombre justificaba su inconducta sexual
en la provocacin de la cual la mujer lo haba hecho vctima visitndolo sola reiteradamente
en su domicilio, distante del de ella seis cuadras, en horas de la noche:
... y sin embargo haziendo el juicio de que fuese doncella intacta
le guard el debido decoro [...] me llamava casi diariamente para
continuar con desmedido tezon en la amistad que haviamos
principiado, usurpandome de este modo los derechos de todo
1053
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193, 1787 1793, t.III, exp. 16. f. 48.
1054
AAC, Juicios de Divorcio Leg. 198, Aos 1795 1799, exp. 8.
1055
LAVRIN, A. (1997: 83) Ob. Cit.
394
hombre que en iguales casos solo es el importuno por solo lograr
la satisfassion que tanto apetecia...
1056
.
En otros casos se reiteraba el argumento de la responsabilidad femenina en la cada
en pecado de la pareja:
...que quando fuera cierto el echo referido de haverla disfrutado
en este lanze y resultado de el su gravidacion actual, no es
acreedora semejante conducta a pedir satisfaccion, pues si ella
misma fue a buscarme, y proporciono la ocasin de este
reprensible suceso,que agravio le inferi en condescender con su
propio deseo ni que detrimento le he irrogado en su honor, que
por s estaba maculado ...?
1057
.
4. Justificacin social del comportamiento sexual masculino no ortodoxo, la
irresponsabilidad del varn fundada en la naturaleza fogosa masculina. La inequidad
de gneros frente a las prcticas sexuales
La defensa del novio reflexionaba en un escrito de descargo en relacin a su arrebato
sexual:
...ahora sereno de la tormenta que afligio a mi corazon
apacionado que apreso la boluntad al entendimiento a efecto que
no conociese lo que me combenia; en la zason que e dispertado de
aquel letargo lo conozco no me corresponde portarme de otra
manera que la de rendir la dicha mi boluntad a la de mis
Padres...
1058
.
Impresiona el argumento de la defensa masculina en torno a la justificacin de la
irracionalidad del hombre en el momento del acto sexual con el fin de evitar hacerse cargo de
las consecuencias de la relacin premarital:
...siendo cierto que el acto de la copula no se
debe conciderar al hombre, con la plenitud de entendimiento y
libertad perfecta necessaria para obligarse a un contrato tan
cerio, y tan grave que enbuelbe en si, no menos que la eterna
suerte del hombre, es cierto, que se debe tener por nula, y de
ningun valor la promesa, que en semejante estado hice cegado de
1056
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193, Aos 1797 1798, t.V, exp. nico, f.12
1057
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193 , Aos 1787 1793, t.III, exp. 12.
1058
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193, Aos 1794 1797, t. IV, exp. 9. f. 23.
395
la pacion, y olvidado enteramente de la razon, que es el movil de
las acciones humanas dignas de premio o castigo...
1059
5. La reformulacin del discurso masculino acerca de la inexperiencia e inocencia
femeninas utilizada por la defensa de la mujer para justificar el consentimiento al acto
carnal realizado bajo supuesta promesa de esponsales
A diferencia de la defensa masculina, la correspondiente a la novia presentaba al
coito de los novios como una responsabilidad compartida, un ...yerro que ambos
cometimos
1060
. Imposible de explicar ante los ojos de la Iglesia la relacin carnal en el
noviazgo como arrebato pasional -que s en cambio poda justificar una conducta sexual
irracional en el hombre- una mujer se excusaba ante el tribunal arguyendo que haba
mantenido relaciones carnales con su novio ...por mirarlo ya como mi marido...
1061
.
El discurso social masculino acerca de una supuesta propensin al engao y
pronunciada fragilidad inherente a la personalidad femenina era retomado por la defensa de la
novia, valindose de l en la medida en que resultaba til para justificar ante el juez su
comportamiento:
...niega de mi birginidad que me quit con la palabra que me dio
de el a mi, que de otro modo no se hubiera vendido mi
fragilidad...
1062
Negaba a la vez haber estado en conocimiento de que existiendo en la pareja
impedimento de consanguinidad la palabra de matrimonio sera considerada jurdicamente
nula: ...yo como mujer no deba saber como no supe...
1063
.
As afirmaba que cay con el como muchacha incauta, expresando que el novio con
la promesa de matrimonio abrrog su voluntad
1064
.
Otro ejemplo acerca de cmo la defensa femenina utilizaba la imagen social acerca de
la propensin al engao y la necesidad de la mujer de ser guiada y custodiada en sus acciones
1059
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193, Aos 1794 1797, t. IV, exp. 6.
1060
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193, Aos 1702 1765, t. I, exp. 4.
1061
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193, Aos 1794 1797, t. IV, exp. 1.f.1.
1062
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193, Aos 1770 1786, t.II, exp. 15, f.5.
1063
Ibdem.
1064
AAC, Juicio de Esponsales. Leg. 193 Aos 1770 1786, t. II, exp. 12
396
como inherente a su sexo, a fin de liberarse de la responsabilidad de actos indecorosos se
manifiesta en los siguientes dichos:
...como mujer de poca edad se dexo vencer de dicho Cueba
entregandole su cuerpo para que executase con ella lo que fuesse
de su agrado y al cabo de algunos meces vindola dicho Cueba
encinta, o embarazada, para descuidar mas a los Padres de la que
suplica se valio de Thomas Araya rogandole le hiciese el fabor de
verse con dichos y les pidiese en su nombre a su hija Manuela por
esposa [...] como nia e incauta me he vuelto a el suplicandole yo
misma...
1065
.
6. Condena social hacia las prcticas sexuales liberales de la mujer. Feminidad y
reputacin. La familia como depositaria de la responsabilidad acerca de la honestidad
sexual femenina
Al haber tenido relaciones sexuales con su sobrino y no querer ste casarse con ella,
doa Mara Rosa Sotomayor y Toledo afirmaba hallarse deshonrada publicamente en esta
ciudad
1066
, circunstancia de la cual era resultante la prdida de mi honestidad. La mujer
insista en dejar sentado que al deshonrarla a ella se haba hecho lo mismo con toda mi
noble familia; que se consideraba infamada por semejante burla
1067
.
Ejemplo de la asociacin del honor femenino con la pureza, y del valor social
atribudo a la integridad sexual de la mujer, puede apreciarse en la siguiente expresin:
...y es la razon por que rarsimos son los casos en que la mujer
incita al hombre al acceso venreo por ser este un acto de su
naturaleza bergonsoso y ablativo del onor joya la mas estimable
en el sexo mujeril
1068
.
Una joven que result embarazada durante su noviazgo, al negarse el varn al
casamiento manifestaba que la haba dejado: bulnerada e inepta para contraer con otro
hombre de honra
1069
. Dicho razonamiento parece evidenciar hasta qu punto la presuncin
de corrupcin sexual en la mujer poda descalificarla para acceder a un buen casamiento.
1065
AAC, Juicios de Divorcio. Leg. 195, Aos 1746 1785, exp. 5, f. 3
1066
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193 Aos 1702 1765, t. I, exp. 5; cfr. tambin AAC, Juicios de
Divorcio. Leg. 195, Aos 1746 1785, exp. 5, f. 3.
1067
Ibdem.
1068
AAC, Juicios de Esponsales. Leg 193, Aos 1794 1797, t. IV, exp. 5, f. 14.
1069
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193, Aos 1770 1786, t.II, exp. 15, f. 15 vto.
397
7. La servidumbre corporal femenina. El cuerpo de la mujer como objeto de placer
sexual del hombre en el discurso femenino
La defensa de la mujer invocaba la paternidad del hijo que sta llevaba en sus
entraas en los siguientes trminos:
...que le sorprende que lo haga actor de su actual prees, digo,
que mas me sorprende tenga valor para negar que me haiga
tenido a su disposicin todo este tiempo en particular para ao
nuevo, que fue la recogida de algarroba, y con ese pretexto me
comunique con el y estube a su satisfaccin en el campo como lo
testificara la gente que fue conmigo, y lo vio a el y por ese tiempo
me embaraze...
1070
- En otro caso la defensa femenina buscaba excusar ante el tribunal
judicial un comportamiento interpretado como sexualmente indecoroso endilgando la
responsabilidad de los hechos al varn, por el uso efectuado del cuerpo de la mujer, el
cual apareca como objeto de manipulacin masculina, del cual ella era vctima con
quebranto de su salud:
... ni yo puedo tampoco trabajar a lo menos por ahora por
sentirme tan quebrantada en mi salud y haver quedado tan
enferma de resulta del ultimo parto que me asalt en la
inclemencia del monte adonde me avia llevado este hombre, como
fugitiva y apartada de las gentes solo con el intento de tenerme
mas a su salvo y dar entera rienda a sus pasiones...
1071
La resignacin acerca del derecho de apropiacin del cuerpo femenino que el hombre
se arrogaba, en especial cuando la mujer era sostenida materialmente por ste se expresa en la
siguiente afirmacin:
...Con este motivo de habitar bajo un mismo techo dicho Eusevio
empez a invadirme, disuadiendome primeramente que desistiese
de casarme con el primero, comprometindose [l] a contraer
conmigo [...] no pude resistirme a su apetito por vivir yo a
expensas de su casa...
1072
Explicaba adems la demandante en el mismo caso que la vivienda donde haban
ocurrido los hechos constaba de una sola habitacin, alegando que la promiscuidad del trato
1070
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193 , Aos 1787 1793, t.III, exp. 12.
1071
AAC, Juicios de Esponsales. Leg 193, Aos 1794 1797, t. IV, exp. 4.
1072
AAC, Juicios de Esponsales. Leg 193, Aos 1794 1797, t. IV, exp. 8, f.1.
398
domstico haba contribudo a favorecer comportamientos sexuales no coherentes con las
prescripciones de la moral catlica.
En otro ejemplo, connotaciones de pecaminosa morbosidad parecen trasuntar los
dichos de un marido comerciante a su esposa, en una relacin conyugal desavenida en la cual
exista acusacin de adulterio masculino; as la esposa golpeada manifestaba percibir en la
actitud de su marido :
...esa determinacion licenciosa en la que proferia que
solicitase hombres que me socorriesen, y que gosasen de ese
derecho sagrado que la Iglesia le concedio sobre mi cuerpo
1073
.
8. Apropiacin simblica del hombre de la virtud sexual femenina a travs de la
posesin de objetos o signos. Los objetos como texto
En la campaa cordobesa, curato de Ro 2, un pretendiente enarbolaba ante el
tribunal eclesistico una cajita de su pertenencia que contena un peine de plata y cintas para
el cabello, como prueba del consentimiento matrimonial de una joven. La joven lo rechazaba
y relataba haberse encontrado con l un da en la toma de agua donde ella se hallaba con otras
mujeres, l pretendi cortarle la trenza y no lo pudo hacer porque las mujeres se lo
impidieron. La posesin de su largo cabello, uno de los smbolos de la virgen cristiana,
hubiera significado apropiarse simblicamente de su castidad; al mismo tiempo la posesin
del pequeo cofre femenino por el varn y el acceso a su contenido, elementos ntimos de
higiene y coquetera femenina pareca ser interpretado por el hombre como signo de
consentimiento de ella a la relacin
1074
.
Del mismo modo, en otro pleito, en el cuestionario propuesto por la parte accionante,
la madre de la novia burlada solicitaba se interrogase al demandado en relacin a:
...si su hija le dej a Bergara la llabe de su caja de ropa la que
mantiene hasta el presente en su poder [ y que si Bergara dijo] que
no desconfien de el por ningun modo porque es hombre de bien
pegandose un golpe en el pecho y no ha de faltar a su palabra...
1075
.
1073
AAC, Juicios de Divorcio. Leg. 201, Aos 1811 1814, exp. 2.f.2.
1074
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193, Aos 1770 1786, t.II, exp. 1.
1075
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193 Aos 1787 1793, t.III, exp. 4. f. 5 vto y f.13.
399
Una vez ms, el intercambio de objetos y regalos en una pareja de novios parecen
haber tenido connotaciones comprometedoras para sus integrantes. Segn testigos la
demandante recibi del novio diversas prendas de vestir en seal de matrimonio
1076
.
Se reitera en otro caso el valor simblico de la posesin del cabello femenino por el
hombre como signo de su ascendiente sobre ella. As, en un juicio de divorcio por
maltratamientos reiterados se interrogaba a los testigos de la defensa de la mujer acerca del
alboroto causado al correr el esposo a la mujer con la intencin de cortarle el cabello, a lo que
ella se negaba, los testimonios coincidan en que el motivo de la disputa se haba originado :
...nada mas que porque su muger se excusaba abrazar la moda
del cabello cortado [...] que el haverse resistido a cortarse el pelo,
era por que su marido se lo queria cortar y temia no se lo cortase
bien [...] que digan si saben que Eugenio Flores invitaba a su
muger Doa Bernabela a los usos finales del matrimonio a vista
de personas inocentes, y que la proferia injurias, qdo. Bernavela
le ponia los reparos del pundonor y de la honestidad.
1077
.
Nuevamente est presente tambin en este testimonio la connotacin lujuriosa de las
expresiones amorosas masculinas hacia la esposa dispensadas frente a terceros, en un
tratamiento hacia la mujer que lejos parece encontrarse de la imagen cristiana del matrimonio
de respeto, decoro y recato en las costumbres, pareciera existir adems en las palabras una
intencionalidad de humillar a la esposa en presencia de visitas, en un medio en el que el
mandato social exiga en la mujer honesta, pudorosa gazmoera en el comportamiento.
9. La casa familiar como crcel de la esposa. El control de las acciones femeninas a
travs de encerramientos y privacin fsica de la libertad
En ciertas causas de divorcio las esposas relataban ante el tribunal el modo en que los
maridos las mantenan encerradas sin permitirles alternar con sus familiares y conocidos
prohibindoles el ejercicio de sus ejercicios devocionales y privndolas incluso del
indispensable alimento:
...invent encerrarme bajo llave siempre que salia a la calle: me
privaba aun del necesario alimento puesto que por su mano debia
suministrarseme, asi como de todas las demas provisiones
domesticas [...] me ordeno omitiese la asistencia al sacrificio de la
misa, la frecuencia de los santos sacramentos de la penitencia y
1076
Ibdem.
1077
AAC, Juicios de Divorcio. Leg. 202, Aos 1815 1825, t. IX, exp. 1.
400
eucaristia con la brutal impiedad que le inspiraba su
disolucion...
1078
En otra causa de mediados del siglo XIX se reitera la prctica de privacin fsica de la
libertad de la esposa por el marido, a lo que se agregan otras manifestaciones de maltrato
fsico y psquico:
... poco despues de mi llegada a dicha hacienda dio orden a sus
sirvientas, madre e hijas de no permitirme comunicacin con
persona alguna que no fueran ellas mismas y que cualquiera
estrao a su familia que intentase infringir este mandato no se le
amitiese en la casa y fuese votado inmediatamente de ella. En este
miserable estado o mejor dire prision, era en donde los domesticos
de Figueroa me llevaban los alimentos y desde el humbral de la
puerta de ella me los hacian rodar para adentro confundiendome
con los irracionales...
1079
.
De estos testimonios de encerramiento se desprende el destino carcelario que supona
para algunas mujeres el santo matrimonio. Si bien es de suponer corresponderan estos
comportamientos denunciados, a conductas extremas de maridos celosos no generalizables al
conjunto de la sociedad, los mismos ilustran algunos mecanismos de sujecin utilizados para
mantener vigilada y controlada a la mujer, a travs de la prohibicin de salir, de hablar con la
familia, del impedimento de cumplimentar las prcticas de devocin, a lo que se sumaban
castigos fsicos y burlas, el marido se apropiaba del cuerpo de la mujer y la despojaba adems
de la propia identidad.
Es llamativo adems en el caso del ltimo testimonio presentado, que a pesar de la
violencia que se desprende del trato denigratorio dispensado a la esposa, de la tirantez que
parecen evidenciar las relaciones conyugales descriptas, en cuatro aos de matrimonio la
pareja tena ya tres nios pequeos...
Si bien principios de la tica catlica no contradecan la consideracin del cuerpo de la
esposa como propiedad del marido, promovan tambin un trato respetuoso entre los
cnyuges, de tolerancia y consideracin mutua, que se alejaban bastante de las situaciones
enunciadas, sin embargo nuevamente resulta difcil establecer, en la prctica, cual era el
1078
AAC, Juicio de Divorcio. Leg. 203, Aos 1826 1849, t.X, exp. 62.
1079
AAC, Juicio de Divorcio. Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 64.
401
lmite aceptable que corresponda a la potestad que la sociedad asignaba al varn en la
convivencia conyugal.
10. La mujer en la mira de la sociedad. El disciplinamiento social. La importancia
acordada a la consideracin pblica en la definicin de la reputacin femenina. El
vecindario como tribunal de la moral pblica
Una mujer expresaba que en virtud de la prdida de su virginidad como resultado de
relaciones carnales prematrimoniales se hallaba deshonrada publicamente en esta ciudad
1080
, se consideraba por lo tanto infamada por semejante burla ( se refera a la negativa del
hombre a casarse con ella)
1081
. La defensa femenina invocaba al vecindario como testigo de
su buen comportamiento a fin de posicionarla favorablemente en la consideracin del juez
eclesistico.
Acusadas connotaciones de gnero, clase y raza se entrecruzan en la siguiente
afirmacin femenina en reclamo del reconocimiento de la integridad moral de los
procedimientos de una mujer perteneciente a la clase subalterna:
...es notorio
en esta ciudad mi buen procedimiento aunque parda libre y mi
conducta de mejor arreglo y recogimiento...1082.
Proponerse conmover al jurado con el argumento de que la hija poda resultar ultimada por su
progenitor como consecuencia de la prdida de su inocencia como medio de lavar la honra
familiar, parece haber constitudo un recurso utilizado por la defensa de la mujer burlada:
...el horror de este descredito procurar
sin duda labarlo con su sangre aun a tanta costa de ser vertida la
suya propia en la de su hija, caso que tiene tanto ejemplares que
llenan las historias de traficos y lamentables sucesos
1083
.
Ilustrativo de costumbres aceptadas o socialmente censurables en los hbitos
femeninos constituye, el testimonio de una progenitora de modesta extraccin social :
1080
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193 Aos 1702 1765),t. I, exp. 5.
1081
Ibdem.
1082
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193, Aos 1787 1793, t.III, exp. 2..f.1.
1083
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193 Aos 1702 1765), t. I, exp. 7, f.53.
402
...el quince de dicho
mes poco despues de las oraciones se fue la que declara como
tiene de costumbre a rezar el rosario a la Iglesia de Santo
Domingo, de donde concluido paso a casa de [...] en solicitud de
que le diesen unas hebras de seda para coser unas medias,
habiendose detenido en esta visita bastante rato: que concluida se
retiraba a su casa, y enfrente de la rancheria de Santo Domingo
encontro a su hija Isabel que iba acompaada de Don Bernardo,
lo que sorprendida por verla en la calle y acompaada de aquel
hombre le dixo en tono aspero que si se haba en loquecido pues
sala sola con aquel hombre por las calles y a aquellas
horas...
1084
.
En otra causa la parte demandada en su descargo se refera a una joven de Rio IV cuya
reputacin haba sido daada denunciando la falta de control que haban mantenido sobre el
comportamiento de las hijas sus padres:
...dandoles
livertad para confabular y hablar a solas y a
qualesquiera ora con pasajeros y no pasajeros que
llegaban a su casa, estando alli algunos das gente de
todos los calibres durmiendo en el corto re sinto de un
rancho todos cuantos pasaban de noche en donde
dorman justamente las citadas nias...
1085
11. Ejemplos de virtudes que la sociedad asignaba a la condicin femenina.
Comportamiento de la esposa en el matrimonio y de las hijas solteras en la familia
Entre las cualidades femeninas ms mencionadas en la documentacin consultada se
destacan la inocencia y el recato, la obediencia, el pudor, el recogimiento, la honestidad, la
integridad y virginidad, la docilidad, la continencia, el candor
1086
. Entre las manifestaciones
externas de virtud se menciona la frecuencia de los sacramentos y la devocin piadosa
1087
.
Un padre resaltaba como cualidades en su hija:...la honestidad de mi hija, su porte juiciozo,
y la educacion cristiana que le he dado yo, y su Madre... Con relacin a la posibilidad de
dote para resarcir el dao que su hija recibi afirmaba:
1084
AAC, Causa de Nulidad. Leg. 199, Aos 1800 1802, t.VI, exp. 8.f. 14 vto.
1085
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193 Aos 1770 1786, t.II, exp. 14.
1086
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193 Aos 1702 1765, t. I, exp. 7., f. 77.
1087
Consultar como ejemplo de menciones a algunas de estas virtudes AAC, Juicios de Esponsales, Leg. 193,
Aos 1770 1786, t. II, exp. 9.
403
...no es el mejor remedio en muchos casos pues mas estimable es
para los hombres cuerdos la virginidad que el dote...
1088
.
Un testigo de la parte accionante al declarar en su favor en un juicio de esponsales
incumplidos afirmaba:
Las familias de Don Pablo Xigena es de las primeras de esta
ciudad en linage y otras qualidades apreciables [destacndose la]
estreches con el que se manejaba en el cumplimiento de sus
deberes, la religiosidad escrupulosa de su familia y que las
seoritas bivian mui conforme a su nacimiento y
circunstancias...
1089
.
La defensa femenina se una al discurso masculino acerca de las obligaciones de una
esposa en matrimonio:
...obediencia y servicio [...] a que estamos sujetas las mujeres casadas...
1090
.
En otra causa la esposa se presentaba a s misma en su demanda contra el marido
como respetuosa y [de] virtud notoria y aclaraba que en su solicitud de separacin que
...el capricho y la inconstancia jamas han tenido influencia en mis pretenciones...
1091
.
Entre las virtudes asociadas a la feminidad ms apreciadas por la sociedad de la
poca, no pocas posean connotacin sexual como se evidencia en la siguiente opinin que
serva como descargo a las acusaciones de la parte demandada por promesa de matrimonio no
cumplida:
...uno de los motivos que fundan la falsedad de iguales promesas
quando se objetan contra qualesquiera persona de honor, es el
que resulto de la falta de educacion de la nia, recato y
recogimiento; por que deviendose suponer que aquel mozo
honrrado debe buscar una esposa de ygual condicion asi, parese
que abominara a quella que faltandole tan presisos requisitos, se
halla apoderada de la desemboltura y desberguenza, caresiendo
de aquel pudor natural sobre que estriba la sencilles, inocencia, y
honestidad de su propia virginidad. La prueba mas real de esta
qualidad en las nias, es la candides de su trato; y este mas se
vuscara en aqulla, que no ha conocido recogimiento alguno en su
educacion y crianza [...] yo en la primera ocasin que la solicite,
1088
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193, Aos 1797 1798, t.V, exp. nico, f. 18.
1089
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193, Aos 1797 1798, t.V, exp. nico, f. 47.
1090
AAC, Juicios de Divorcio. Leg. 199, Aos 1800 1802, exp. 1
1091
AAC, Juicios de Divorcio, Leg. 202, Aos 1815 1825, t. IX, exp. 1.
404
la encontre tan inbuyda en los principios de muger mundana, qual
otra del pueblo de vida trajica podria estarlo...
1092
.
En la reflexin acerca del modo en que se ejerca el poder entre hombre y mujer en la
pareja, y los mecanismos de l emergentes surgen abundantes elementos de anlisis en las
causas contenidas en los archivos judiciales de la Iglesia.
La relacin de pareja representada en el matrimonio y el noviazgo formalizado
aparecen en los ejemplos estudiados como el escenario de la tensin entre las fuerzas de los
agentes de poder: esposos, novios. La fuerza dominante se encarnaba en la figura masculina,
la mujer aparece en un rol de subordinacin a la autoridad masculina aunque encarnando un
contra-poder que resista presentndose como potencialmente capaz de revertir la relacin
de sumisin, modificndola.
A modo de sntesis de la temtica planteada a partir de la seleccin de extractos
discursivos presentados, puede decirse que en el anlisis realizado la mujer aparece sometida
a la vigilancia y control del hombre a partir de la representacin social construda en torno a
la naturaleza femenina: la imagen de sujeto peligroso, encarnacin del demonio, objeto de
tentacin, de pecado y fuente de perdicin espiritual del hombre. Tambin a travs del
disciplinamiento fsico y espiritual ejercido sobre ella por su pareja. La esposa aparece
vctima de variados actos de violencia fsica y psquica justificados por el varn en
potenciales engaos que aparecen como elementos explicativos de la necesidad de reencauzar
conductas femeninas consideradas inadecuadas. Contribua a su sujecin la exaltacin social
de virtudes que promovan el rol pasivo de la mujer y el encubrimiento de sus atractivos
fsicos y destrezas intelectuales. La limitacin de su capacidad jurdica fundamentada en su
fragilidad, ingenuidad, incapacidad, debilidad intrnseca a su condicin de mujer constitua la
base de su rol subordinado en la sociedad.
El vecindario se presentaba como mecanismo de control y sujecin femenino de
singular eficacia, aunque solidario con la mujer cuando consideraba que su comportamiento
era acorde a los valores establecidos. A travs del recurso del aislamiento social y
encerramiento de la mujer, el marido actuaba como propietario de la persona femenina y por
ende de la prole legtima, heredera del patrimonio familiar.
Como contrapartida, el poder femenino se ejerca a travs de su arma fundamental
originada en su capacidad biolgica reproductiva. En efecto, mientras el hombre permaneca
1092
AAC, Juicios de Esponsales. Leg. 193, Aos 1797 1798, t.V, exp. nico, f. 10
405
temeroso de la adjudicacin de una paternidad ajena, la mujer tena la certeza de su
maternidad. Sin embargo, en los ejemplos analizados la mujer aparece como vctima de su
propio poder reproductivo el cual se transformaba en el principal motivo de su situacin de
sujecin al hombre en aras de un adecuado control social, apoyado y reforzado desde las
instituciones. La defensa de la novia/esposa se vala del discurso masculino acerca de la
supuesta debilidad femenina cuando le resultaba conveniente para justificar sus conductas, y
en la prosecucin de un fin. La virginidad femenina resultaba un arma importante para
aspirar a un buen matrimonio y consiguiente seguridad material. Cuando le era arrebatada a
una doncella, la situacin de vulnerabilidad social de la mujer se multiplicaba. En el
discurso de la defensa femenina -tamizada por la voz de la Iglesia- la mujer apareca negando
su capacidad fsica para gozar de los contactos sexuales con la pareja. Presentaba a su cuerpo
como un objeto de placer del hombre y al acto carnal como una situacin en la cual no
constitua sujeto interactivo. La estrategia pareca apuntar a deslindar responsabilidades sobre
los efectos indeseados de los actos carnales que la hubiesen perjudicado, en bsqueda de la
reparacin de su honra-virtud: prdida de la virginidad y consiguiente desvalorizacin social
de su persona, embarazo no deseado y consecuente desproteccin material y espiritual cuando
el esperado matrimonio se vea frustrado.
406
VI. Sexualidad extramatrimonial
En el estudio del caso latinoamericano, la historiografa coincide en lneas generales en
la constatacin de altos niveles de ilegitimidad de los comportamientos sexuales.
Cul haba sido la postura de la Iglesia respecto de las parejas que convivan de hecho,
sin estar casadas?
El Derecho cannico medioeval condenaba el concubinato pero no lo prohiba
expresamente. En la Europa occidental los monarcas, an los casados, solan tener concubinas y
por distintas razones, franjas enteras de la poblacin vivan en cohabitacin durante aos sin
haber pasado por el altar, sectores humildes presumiblemente no habran podido costear los
gastos materiales del matrimonio, religiosos tenan concubinas para alivio de las prescripciones
del celibato; individuos poderosos mantenan jvenes para la satisfaccin de sus sentidos;
sirvientes de distintos sexos alternaban sexualmente entre s y con sus patrones
1093
.
Fue recin a comienzos del siglo XVI, en el V Concilio de Letrn, que el concubinato
fue prohibido oficialmente. Sin embargo tal prctica persisti en Europa an despus de la
instauracin de medidas sistemticas para reprimirlo
1094
. Es factible que tales usos consagrados
por la costumbre en el viejo continente fueran trasladadas a Amrica por los nuevos pobladores
a lo que se habran sumado posibles rasgos culturales de la poblacin autctona, contribuyendo
a la consolidacin de dichas costumbres, a pesar de los intentos de la Iglesia reformada por
evitarlas.
En efecto, el Concilio de Trento (1563) reforz la prohibicin del concubinato mostrando
una conducta particularmente hostil hacia el sexo extramatrimonial al cual consider como una
afrenta contra la castidad, entendiendo al sexo en general como fuerza perturbadora de la
sociedad enalteciendo a la virginidad y por ende, al celibato como un estado superior al
ocupado por el sacramento matrimonial
1095
.
En el caso americano la prctica de la convivencia no santificada por la Iglesia ha dado
pie para el debate manifestando no constituir un fenmeno de origen unvoco y poseer
significativa complejidad.
1093
BRUNDAGE, J. A. (2000) La ley, el sexo y la sociedad cristiana en la Europa medieval , Fondo de Cultura
Econmica, Mxico. Si bien el sexo ocasional entre personas solteras era considerado formalmente por la
Iglesia como hereja desde fines del siglo XIII y el adulterio era entendido una ofensa mucho ms grave que la
fornicacin, en la prctica los tribunales eclesisticos no aplicaban castigos ms severos en los casos de personas
casadas que haban incurrido en tal falta.
1094
Ibdem.
1095
Ibdem, pp. 554, 6, 8 y 562.
407
Tanto Robichaux para el caso mexicano
1096
como Torres Londoo para el brasileo
1097
,
relacionan el concubinato a aspectos culturales de cada sociedad, y mientras el primero enfatiza
el peso de una antigua tradicin cultural de la sociedad mexicana perceptible a pesar de su
posicin subalterna y de la influencia recibida por la cultura vencedora; el segundo encuentra un
principio de respuesta a las transgresiones a las rgidas prescripciones tridentinas en lo que
denomina el catolicismo popular brasileo el cual describe como el fruto de la mezcla de
diferentes tradiciones religiosas reunidas en una catequesis catlica predominantemente oral,
centrada en la imposicin de dogmas y verdades y vivido a partir de devociones y rituales
donde lo individual ocupaba un gran espacio en el cual la representacin del pecado era
bastante ambigua y la cada en l, posible de contrarrestar a travs de otros mecanismos
compensatorios
1098
.
Trasladando la atencin al caso que nos ocupa en este estudio cabe preguntarse,
constitua el matrimonio una prctica universal en la jurisdiccin del Obispado de Crdoba?
cul era la influencia de la doctrina religiosa en los comportamientos de la poblacin con
relacin al casamiento, cmo operaba en el control social de las costumbres?.
Debido a una elevada concentracin de rdenes religiosas existentes en la ciudad de
Crdoba evidenciada en las numerosas iglesias y conventos, la misma ha sido conocida como la
ciudad de las jaculatorias
1099
y tambin identificada como la Crdoba de las campanas.
Sobresalan entre sus iglesias la inmensa Catedral y otras como las de la Compaa de Jess,
Santo Domingo, San Francisco, La Merced, los conventos de monjas de Santa Catalina y Santa
Teresa de Jess y el hospital de la ciudad atendido por la orden de los betlemitas. La
abundancia de espacios dedicados al culto permitira imaginar un significativo acatamiento a las
normas cannicas y morales vigentes en la poca, en los comportamientos de una poblacin
como la estudiada, afecta a las prcticas piadosas y a la exteriorizacin de sus manifestaciones
de religiosidad.
1096
ROBICHAUX, D. (1998) El matrimonio indio en Mxico desde la poca colonial: el caso de una
comunidad tlaxalteca en Cambios demogrficos en Amrica Latina, la experiencia de cinco siglos, encuentro
coorganizado por la International Union for the Scientific Study of Population y la Universidad Nacional de
Crdoba, Crdoba.
1097
TORRES LONDOO, F. (1988) El concubinato y la Iglesia en el Brasil colonial en Estudios CEDHAL,
N 2. San Pablo.
1098
Ibdem.
1099
FERREYRA, M. del C. (1998: 2) La ilegitimidad en la ciudad y en el campo a finales del siglo XVIII en
Crdoba en Seminar on Changes and continuity in american demographic behaviours: the five centuries
experience, IUSSP, UNC, Crdoba.
408
Contrastando con lo expuesto, en los estudios de los comportamientos socio
demogrficos de la poblacin cordobesa en el perodo colonial tardo y comienzos de la poca
republicana resultan llamativos los altos niveles de ilegitimidad sobre el total de los nacimientos
registrados. Es de suponer que estos elevados porcentajes de ilegitimidad observados, seran
demostrativos de conductas sexuales de la poblacin que desbordaban el modelo de familia
fundado en la tradicin catlica.
El objetivo propuesto consiste en complementar investigaciones de demografa
histrica realizados en Crdoba sobre ilegitimidad, a fin de contribuir a una explicacin que
lleve a entender la fractura existente entre las normas legales y morales vigentes en la poca y las
prcticas sexuales de la poblacin.
La ilegitimidad de los nacimientos en Crdoba. Comparacin con otras poblaciones
En el cuadro N 10 se observan en forma comparativa los valores referidos a los
nacimientos de hijos ilegtimos segn trabajos realizados por especialistas locales. Como puede
apreciarse, aunque con variantes, los niveles de ilegitimidad son sorprendentemente elevados
segn los datos obtenidos en los distintos trabajos.
Cuadro N 10
Hijos ilegtimos por cada cien segn grupo social: el caso de Crdoba
Autor Arcondo
1100
Celton
1101
Duje
1102
Ferreyra
1103
Perodo 1780 - 1799 1778 -1784 1840 1805 - 09 1835 - 39 1760 - 90
V - M ciudad - campaa
Espa-
oles 45.1 12.9 40.2 14.9 27.0 10.8
Castas 49.3 50.7 53.7 45.7 50.1 51.7 L.: 44.7 36
E: 57.2 70.9
1100
ARCONDO, A. (1976: 47 y sig.) Demografa retrospectiva de Crdoba 1700 1783 publicacin del
Instituto de Economa y Finanzas, Facultad de Ciencias Econmicas, Universidad Nacional de Crdoba,
Crdoba.
1101
CELTON, D. (1993: 40) La poblacin de la provincia de Crdoba a fines del siglo XVIII en Academia
Nacional de la Historia, Buenos Aires; (1982) La Poblacin de Crdoba en 1840, Libro N9, Junta Provincial
de Historia de Crdoba. Crdoba.
1102
DUJE, N. (1992: 21) Fecundidad e ilegitimidad en Crdoba, Repblica Argentina 1780 1840 en
Programa de Demografa Histrica, CIFFyH, Universidad Nacional de Crdoba, Serie A- N2, Dir. De
Publicaciones de la Universidad de Crdoba, Crdoba.
1103
FERREYRA, M. del C. (1997: 20)La ilegitimidad en la ciudad y en el campo a finales del siglo XVIII en
Crdoba en Changes and continuity in americqn demographic behaviours: the five centuries experience , UNC
IUSSP, Crdoba.
409
Si bien se carece de informacin para perodos anteriores, en el caso de los
espaoles
1104
, se observa que existira un pico de ilegitimidad en los nacimientos de blancos a
fines del siglo XVIII descendiendo luego progresivamente -lo cual se relacionara en parte
con la legislacin matrimonial dictada por el Estado Borbnico a partir de 1778, as como
con la supresin del arancel sobre matrimonios a partir de 1821
1105
- hasta alcanzar su punto
ms bajo -12.9 %- en el ltimo ao observado 1840-.
Los datos de Ferreyra se hallan discriminados para la ciudad y campaa, lo cual
introduce nuevos elementos de inters a la observacin, si bien los valores de ilegitimidad
obtenidos para los blancos son ms bajos, las proporciones continan siendo
significativamente elevadas en comparacin con las observadas para otras regiones, segn
veremos. En relacin a las castas, incluyendo en esta categora a la poblacin restante, los
porcentajes se presentan extremadamente altos, superando significativamente a los de
espaoles y alcanzando niveles dramticos en los esclavos de la ciudad, pero especialmente
de la campaa en el ltimo tercio del siglo XVIII. Como en el caso de los blancos tambin en
este grupo existira una tendencia decreciente de la ilegitimidad con el tiempo, pero en
niveles muy inferiores a los observados para el sector privilegiado.
1104
Se incluyen en la categora de espaoles a los blancos nacidos en Europa espaoles europeos- y a los
criollos espaoles americanos-.
1105
Las rgidas prescripciones matrimoniales derivadas de la aplicacin de la legislacin complementaria a la
Pragmtica, -en especial la Real Cdula de 1805- habran desalentado tanto las uniones legtimas como
ilegtmas de individuos blancos con otros estratos socio-raciales lo que contribuira a explicar el descenso de la
ilegitimidad que se observa con el tiempo; el fenmeno de blanqueamiento operado a partir del proceso
revolucionario habra contribudo tambin a ello, ya que al flexiblizarse la percepcin del color la gente habra
podido casarse ms segn sus inclinaciones ; del mismo modo la supresin de los aranceles eclesisticos sobre
los matrimonios a partir de 1821, es de imaginar habra contribudo a alentar los casamientos haciendo disminuir
por ende los nacimientos ilegtimos.
410
En el cuadro N 11 incorporamos a la observacin porcentajes de hijos ilegtimos de
otras regiones de nuestro actual pas a fin de realizar una comparacin con el caso cordobs.
Cuadro N 11
Hijos ilegtimos por cada cien en otras regiones de Argentina
1106
Lugar Perodo Grupo de Poblacin
Espaoles Castas
Tucumn 1790 - 1810 10.0 Indios: 37
Santa F 1767 Glob. 17
ciudad 1783 - 1786 50
1809 38
rural: Los Arroyos 1776 - 1785 27.6
Pampa portea
Lujn 1780 - 1800 16.5
Magdalena 1738 - 1765 13.62
Como puede apreciarse, en Tucumn los ilegtimos en blancos slo alcanzan al 10%
semejante al ndice de ilegitimidad del mismo grupo de la zona de Traslasierra en Crdoba
en datos de Ferreyra, mientras el ndice de ilegtimos en indios es muy superior ya que
asciende al 37% comparable al de los libres en la campaa cordobesa. Los datos presentados
para Santa F y la pampa portea son cifras generales de ilegitimidad de los nacimientos no
discriminadas por grupo social, se observa que en la ciudad de Santa F se produce un
aumento de los nacimientos extra-matrimoniales en el perodo 1783 1786 en cifras que se
aproximan al 50% de los nacimientos lo cual se asemeja a los valores para el caso cordobs
de fines del siglo XVIII, en la campaa los valores descienden. En Lujn y en Magdalena los
niveles de ilegitimidad son inferiores.
1106
Los datos sobre nacimientos ilegtimos que se presentan en el Cuadro N2 estn tomados de GARCA
BELSUNCE, C. (1999: 142 143) La Familia en Academia Nacional de la Historia Nueva Historia de la
Nacin Argentina 2. Perodo Espaol (1600 1810), planeta, Buenos Aires.
411
En el cuadro N 12 se presentan los casos de otras regiones de Amrica como
constituyen las poblaciones de Mxico y Brasil coloniales, con fines comparativos:
Cuadro N 12
Hijos ilegtimos por cada cien en otras regiones de Amrica
Lugar Perodo Grupo de Poblacin
Espaoles Castas
Mxico Ciudad
1107
1650 - 1669
Veracruz pquia. 33 37
Sagrario pquia. 38 52
Valladolid
1108
(Mxico) 1760 - 1790 28.8 22
Brasil 1771 - 1785
San Pablo
1109
21.1
En relacin al grupo espaol, puede decirse que los valores de
nacimientos ilegtimos observados en la ciudad mexicana de Valladolid a fines del siglo XVIII,
alcanzan al 28.8 %, lo cual se aproxima a los hallados por Ferreyra para la ciudad de Crdoba
durante los mismos aos - 27.0% -; en relacin a las castas, la populosa parroquia de Sagrario
en la segunda mitad del siglo XVII presenta volmenes de nacimientos ilegtimos 52.0 - que
se asemejan a los correspondientes al grupo de naturales en Crdoba a fines del siglo XVIII y
primeros aos del siguiente. San Pablo en Brasil en cambio, presenta valores de ilegitimidad
en las castas 21.1- que se ubican sensiblemente por debajo de los calculados para Crdoba en
todo el perodo en estudio.
1107
Los datos para la ciudad de Mxico correspondientes a las parroquias de Veracruz y Sagrario corresponden a
GONZALBO AIZPURU, P. (1998: 181) Familia y orden colonial, El Colegio de Mxico, Mxico.
1108
Cfr. HENRY L. (1983:80) Manual de Demografa Histrica. Tcnica de anlisis, Crtica, Barcelona.
1109
Consultado en CELTON, D. (1993: 40) Ob. Cit.
412
Muy alejados de los valores analizados para las poblaciones americanas en
general y de Crdoba en particular quedan los registrados para poblaciones europeas tales
como las que se presentan en el cuadro N 13 correspondientes al caso espaol que por su
herencia cultural con hispanoamrica resulta de particular inters- y de una poblacin vecina de
Espaa, el caso francs:
Cuadro N 13
Nacimientos ilegtimos por cada cien, en poblaciones seleccionadas de Europa
1110
Lugar Perodo Media de nacim.
ilegtimos
Espaa Global 1550 - 1749 5.4
1740 - 1790 5.1
1860 5.6
Pas Vasco
Asteasu y Villafranca 1600 - 1650 oscilac.26.5 y 15.2
Ermua 1700 - 1740 16.4
Markina-Xemein 1700 - 1740 15.1
Izurza 1700 - 1740 13
Vizcaya Oriental 1700 - 1740 6.0
Francia Global 1603 - 1729 3
1740 - 1790 4.1
1780 - 1820 4.7
Si bien el caso espaol tomando al pas en su conjunto ofrece como el resto de Europa,
valores acusadamente inferiores de ilegitimidad en sus nacimientos en relacin a los
americanos, se observa que en ciertas regiones del Pas Vasco, en especial para el siglo XVII,
el fenmeno de la ilegitimidad alcanz considerable significacin - con oscilaciones entre
26.50 y 15.20 en Asteasu y Villafranca-, y que en otras poblaciones de la misma regin
alcanzan y an superan algunos de los valores observados en blancos durante el siglo XVIII en
Crdoba, como es el caso de los blancos de la campaa en datos de Ferreyra 10.8- para el
trienio 1760 1790 y con posterioridad, a medida que se avanza en el siglo XIX ya que en
1840 la poblacin blanca de Crdoba ve descender la ilegitimidad de sus nacimientos a un
12.9%, idntico valor al observado en Izurza en los primeros cuarenta aos del siglo XVII.
Francia ofrece cifras muy inferiores de ilegitimidad, acordes al conjunto europeo, sin embargo
debe tenerse presente que en ciertas ciudades del viejo continente durante el Antiguo Rgimen,
1110
Los datos han sido tomados de FLINN, M.W. (1989: 166 167) El sistema demogrfico europeo, 1500
1820, Crtica, Barcelona.
413
tanto en la misma Francia como en el caso de la ciudad de Madrid, los niveles de ilegitimidad
observados alcanzaron picos cercanos al 8 y 10 % para uno y otro caso
1111
. Por otra parte debe
tenerse presente que en Europa eran bastante comunes las concepciones premaritales
1112
lo cual
de ser considerado, elevara los niveles de sexualidad extramatrimonial en las poblaciones
europeas. En ese sentido, la media de concepciones premaritales en las ciudades espaolas de
Galicia y Talavera en la segunda mitad del siglo XVIII y comienzos del XIX alcanzaba el 5.1 y
6.5 de los nacimientos y en Francia en la misma poca la media ascenda al 13.70
1113
lo cual
demuestra interesantes niveles de transgresin a las normas religiosas en relacin a la
preservacin de la castidad extramatrimonial, tambin para el caso Europeo, segn el
momento, la regin y la variable con la cual se relacione dicho comportamiento.
A continuacin se realiza un anlisis de algunos factores que segn las fuentes consultadas
contribuyen a explicar los altos niveles de ilegitimidad
1114
de los nacimientos observados para
el caso de Crdoba.
1111
Cfr. CELTON, D. (1993:41) Ob. Cit.
1112
Nos referimos a los nacimientos producidos en los ocho primeros meses tras contraer matrimonio.
1113
FLINN, M.W. (1989: 170 171), Ob. Cit.
1114
El fenmeno de la ilegitimidad ha sido analizado exhaustivamente para ciertas regiones del Ro de la Plata,
un ejemplo constituye el caso de la frontera pampeana analizado por MATEO, J. (1996) Bastardos y
concubinas. La ilegitimidad conyugal y filial en la frontera pampeana bonaerense (Lobos 1810 1869) Boletn
del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. E. Ravignani, Tercera Serie N13, pp. 7 35 una
comparacin muy completa entre los datos de la fecundidad ilegtima europea y latinoamericana puede
consultarse en la pg. 7 del trabajo que rene resultados de importantes aportes al tema de prestigiosos autores
los cuales se reproducen textualemente, debe aclararse al respecto que los mismos estn en la actualidad ya
publicados: Mc CAA. R. ( 1984) Calidad, clase and marriage in Colonial Mxico HAHR; del mismo autor
(1983) Marriage and fertility in Chile, 1840 1976, Boolder, Westview Press; MARCILIO, M.L. (1990) La
poblacin del Brasil colonial en L. Bethell, Historia de Amrica Latina, Barcelona, Crtica; OTERO, H. (1993)
Dmographie Historique defferentielle de Familles Migrantes. Limmigration Francaise Tandil, Argentine, 1850
1914, tesis de doctorado en Demografa y Ciencias Sociales, Pars, EHEES; PREZ BRIGNOLI H. (1981)
Deux siecles dillegitimit au Costa Rica en J. Dupaquier, J. (editor) Marriage et remariages dans les
populations du pass, Londres, Academic Press; DUJE,N. E. (1989) Fecundidad e ilegitimidad en la ciudad de
Crdoba (1780-1840) ponencia presentada en las X Jornadas de Historia Econmica; CELTON (1987) La
poblacin de la Provincia de Crdoba a fines del siglo XVIII, tesis de doctorado FFyH, UNC , CAMISA, Z.
(1997) La nupcialidad de las mujeres solteras en Amrica Latina, San Jos, CELADE, y Otros. Para la regin
sealada puede consultarse tambin MORENO, J. L. (1997 ) Sexo, matrimonio y familia: la ilegitimidad en la
frontera pampeana del Ro de la Plata. 1780 1850 en Boletn del Instituto de Historia Argentina y Americana
Dr. E. Ravignani , pp. 61 82. Entre algunas de las variables a las cuales el autor asocia el fenmeno de la
ilegitimidad se menciona: la larga exposicin al riesgo de embarazo en una mujer desde el comienzo de la vida
sexual; la promiscuidad, el hacinamiento en la campaa como factores favorecedores de prcticas sexuales ms
libres; las estrategias de supervivencias generadas en un medio hostil; la mezcla de razas como favorecedora de
uniones libres dada la diversidad de pautas de comportamiento cultural y sexual; los valores surgidos de los
ideales revolucionarios tales como la libertad, igualdad jurdica, el individualismo; la crisis de la Iglesia en el
lapso entre la expulsin de los jesuitas y las reformas rivadavianas, entre otros.
414
Algunos factores aproximativos a la comprensin de las conductas sexuales no ortodoxas
1. Edad al primer matrimonio, confusin entre esponsales y casamiento, el valor del
compromiso, la costumbre, la clase y la condicin de la persona como coadyuvantes de
la ilegitimidad de las conductas
Parejas pertenecientes a distintos estratos de la sociedad dentro de la jurisdiccin del
Obispado de Crdoba tenan relaciones sexuales antes de casarse, algunas de ellas pasaran
por el altar con posterioridad al inicio de su vida sexual, y otras no lo haran nunca.
Difcil es establecer hasta qu punto dicha prctica constitua un comportamiento
general en la poblacin as como el grado de tolerancia con el que la sociedad juzgaba estos
encuentros.
Edades al primer matrimonio relativamente tardas en los varones cordobeses,
superiores a los 27 aos, y cercana a los 20 en las mujeres a fines del siglo XVIII, como se ha
visto, tornan dudosa la posibilidad de que la mayora de los jvenes llegaran castos ante el
altar.
Es muy posible que la vida de las doncellas de la poca, an las de clase alta -ms
presionadas por atenerse a la imagen social modlica de mujer recatada y enclaustrada- no
transcurriese tan encerrada y custodiada como pretendase aparentar, como para impedirles
encuentros sexuales al menos, ocasionales.
En su relato de los hechos en una causa motivada por incumplimiento de palabra
matrimonial, el presbtero don Damian de Herrera opinaba:
...que en esta ciudad [se refiere a la ciudad de Crdoba] no se
ofrece reparo que las nias doncellas salgan, como salen a missa,
visitas y otras partes solas con una criada y questo es pblico y
notorio [...] y que cuando salen sus padres a visitas quedan las
dichas nias en la casa en poder de criadas, que han de ser negras
mulatas o mestizas con igual riesgo que el que puedan tener en la
calle...
1115
.
La documentacin testimonia que la promesa matrimonial desembocaba no pocas
veces en uniones carnales entre solteros, cuya consecuencia se traduca en concepciones
ilegtimas.
1115
Ibdem. f. 22 vto.
415
Si bien, a fin de evitar equvocos, Las Partidas haban prohibido la celebracin de
esponsales de presente, manteniendo slo la vigencia de las promesas de casamiento futuro,
es posible que existiese en la prctica una cierta confusin entre el significado de casarse
por palabras de futuro y hacerlo in fascie eclesia por palabras de presente expresado
1116
,
llevando a las parejas a dejarse llevar por momentos de ardorosa pasin en el convencimiento
de que la palabra dada legitimaba la unin de los cuerpos; an incluso algunos iniciaran la
convivencia inmediatamente despus de efectuado el compromiso, en la misma creencia.
El valor otorgado a la palabra de casamiento al menos en el caso masculino- queda
relativizado a partir de los episodios de varones que se negaban a cumplirla. Por otra parte, la
desestructuracin de la institucin esponsalicia como resultado de la poltica borbnica -que
brindaba oficialmente a la mujer burlada un recurso legal que posibilitaba la obtencin de un
resarcimiento por la prdida de su virginidad- habra entraado una intensificacin de la
situacin de vulnerabilidad femenina y profundizando la sensacin de impunidad sexual en
los varones ante los resultados de uniones carnales circunstanciales, de los que se derivaba la
concepcin de hijos extramatrimoniales.
Como otros, el caso de doa Mara Rosa Sotomayor y Toledo contra su sobrino, el
capitn don Juan Nicols de Herrera vila, en el primer tercio del siglo XVIII en La Rioja
resulta ilustrativo de los comportamientos sexuales prematrimoniales en sectores
pertenecientes a la elite, agravado en ste por la existencia de parentesco consanguneo. En
efecto, el lazo parental existente sirvi en parte al sobrino como justificativo para negarse a
cumplir la promesa de matrimonio bajo la cual su ta afirmaba haber cedido a mantener un
encuentro ntimo. El demandado afirmaba:
... no quererme casar (como ni jamas lo hare con la susodicha a
quien la benero por ta) es unicamente por no ser mi boluntad
respecto que jamas tal palabra se la tengo dada y si se la hubiera
dado era nula porque caa moralmente sobre materia nula por el
impedimento natural de carne y sangre...
1117
.
As Nicols cas con otra mujer y la venerada ta fue convencida por un sacerdote,
presumiblemente su confesor, para abandonar el pleito, lamentndose insistentemente con
1116
Cfr. el caso de ciertas regiones de Espaa como el del Pas Vasco, el cual, como vimos presenta unos de los
niveles de ilegitimidad de los nacimientos en el Antiguo Rgimen ms elevados de Europa. Consultar sobre el
tema: VALVERDE, L. (1988) Contexto social y situacin de la mujer vasca en el Antiguo Rgimen en La
mujer en la Historia de Euskal Herria, Langaiak, 12.
1117
AAC. Juicios por Esponsales. Leg 193. Aos 1702 1765, t. I, exp. 5, f.5: La litigante era natural y vecina
de La Rioja, perteneciente a las principales familias de esa ciudad.
416
posterioridad por haberse apartado de la querella, reclamando castigo para el religioso que le
haba aconsejado abandonar la accin judicial.
La identificacin entre aborto e ilegitimidad era recogida por los autores de textos
mdicoginecolgicos del siglo XIX al afirmar que:
... el aborto consista en destruir un feto en el seno de su madre
con el nico objeto de hacer que desaparezcan los vestigios de una
preez ilegtima [contraviniendo] todas las leyes de la moral
1118
.
En ese sentido, se consideraba que la mujer tena la responsabilidad de conservar al
nuevo individuo; se encargaba a los mdicos la tarea de velar para impedir la interrupcin del
embarazo evitando que se realizase un aborto, era sta una forma, afirma Ruiz Jimnez de
condenar las relaciones extramatrimoniales e ilegtimas haciendo que las mujeres cargaran
con las consecuencias de su mal comportamiento
1119
.
Como se recordar, en un pleito por esponsales no cumplidos concerniente a una
familia principal de la ciudad de Crdoba, se detect una referencia a intento de aborto, si
bien el hecho no se confirm, esta mencin impide descartar la posibilidad de dicha prctica
en la sociedad estudiada en su conjunto asociada, como el abandono de los nios,
especialmente al recurso extremo de escapar a la vergenza de una concepcin ilegtima as
como al hambre, en casos de pobreza desesperada.
De hecho, las ms expuestas a las concepciones extra-matrimoniales eran las mujeres
de baja esfera que se dedicaban a la prostitucin. No existiendo forma de establecer la
paternidad de un hijo, y dada la importancia acordada por la sociedad a la reputacin de la
persona -fundada en la mujer en la honestidad sexual- existan pocas posibilidades de que un
individuo consintiera en un casamiento por efecto de un embarazo indeseado con fmina
conocida por sus conductas indecorosas. Como se ha visto, la promiscuidad sexual
manifiesta de una mujer exima del casamiento a un hombre que se conceptuase de
honrado
1120
.
1118
Cazeaux, P.(1870) Tratado terico y prctico de obstetricia,citado en RUIZ JIMNEZ, A.M. (1997: 109)
La racionalizacin de la discriminacin sexual femenina en el modelo familiar burgus a travs de los textos
mdico ginecolgicos del siglo XIX, Familia y Mentalidades, Universidad de Murcia, Murcia.
1119
.Ob.Cit.pg. 108.
1120
AAC, Juicios por Esponsales, Leg. 193. Aos 1787 1793, t.III, exp. 6: consltese en relacin a
incumplimiento de palabra de casamiento y acusacin de mujer pblica.
417
En condicin de extrema vulnerabilidad se hallaban tambin las mujeres sometidas a
la esclavitud y servidumbre, expuestas desde la infancia al acoso y la coaccin sexual de
amos y otros sujetos del entorno. Constituyendo de por s la esclavitud tacha social infamante,
de escasa credibilidad gozaba la palabra de una subalterna frente al testimonio autorizado de
un individuo socialmente superior. Si bien la Iglesia no les negaba el recurso de defensa
cuando manifestaban haber sido engaadas por un varn que les prometiera casamiento antes
de un encuentro carnal negando con posterioridad la palabra, slo excepcionalmente las
esclavas se atrevan a solicitar un apoyo legal de resultado harto incierto
1121
.
A fines del siglo XVIII la abundante presencia de mujeres de servicio en los hogares
cordobeses de la ciudad contribuye a explicar el xodo de mujeres de estratos inferiores desde
la campaa. Su utilizacin como objeto de placer de sus dueos, ha sido ya sealada
1122
. En
1777 el portugus Ignacio Gmez Silva expresaba en relacin a los servicios que su esposa,
designada como parda esclava, prodigaba personalmente a su amo cada maana:
...tiene de costumbre que diariamente al quarto del alva se
levanta de mi cama y se va al quarto de su amo con el pretexto de
darle mate y teniendo otros criados barones y mujeres que puedan
servirle en estos ministerios no carece de malicia el que lo aiga de
ser presisamente mi mujer [...] y a esa hora sospechosa...
1123
.
2. Promiscuidad en las formas de cohabitacin, derivaciones del maltrato conyugal, las
ausencias prolongadas del marido del hogar como favorecedoras de comportamientos
sexuales marginales
La cuestin de la promiscuidad en las formas de cohabitacin es un tema que se repite
en las fuentes analizadas como explicacin de los yerros sexuales de los individuos. En un
expediente, un joven demandado por esponsales incumplidos explicaba sus libertades
sexuales por las caractersticas materiales del albergue donde haba pernoctado, ya que las
paredes del rancho de la familia de la mujer con quien haba tenido relaciones ntimas estaba
lleno de agujeros y permaneca sin llave, lo que era motivo de que en l se filtrasen individuos
1121
Consultar al respecto AAC, Juicios por Esponsales, Leg. 193, Aos 1770 - 1786, t.II, exp. 4.
1122
Consultar sobre el tema GOLDBERG, M. (2000: 67-83) Las afroargentinas 1750 1880 en Historia de las
mujeres en la argentina Colonia y siglo XIX, Taurus, Buenos Aires. Consultar tambin VINCENT, B. (1997: 31-
39) La vie affective des esclaves de la pninsule ibrique XVI XIX sicle en Familia y Mentalidades,
Universidad de Murcia, Murcia.
1123
Cfr. AAC. Juicios de Divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 12, causa de adulterio prolongado de
Gernimo Gaete, Sargento Mayor, natural y vecino en el Ro Segundo , casado con Andrea Pucheta perpetr
adulterio con su esclava Felipa, viuda a su servicio.
418
de toda calaa por lo que el acusado se exima de sus responsabilidades sobre una pretendida
prdida de la virginidad de la que lo acusaba una joven de la campaa
1124
.
Pero las relaciones de parejas que no haban pasado por el altar no consistan
necesariamente en contactos pasajeros, algunas de ellas gozaban de significativa
perdurabilidad permaneciendo unidas durante aos, lo cual lleva a pensar en stas como
uniones de estabilidad semejante a las consagradas por la Iglesia
1125
.
Algunos de los individuos que vivan en concubinato estaban casados, en estos casos,
a los delitos de adulterio y amancebamiento sola sumarse el incumplimiento de los deberes
conyugales: la cohabitacin con la esposa, la provisin de alimentos, vestido, asistencia en la
enfermedad, educacin de los hijos del matrimonio.
Si bien era frecuente que las denuncias de amancebamiento adulterino fueran
presentadas por mujeres, tambin existan casos en que era el marido quien acusaba a su
esposa de adulterio, en los conflictos sola existir un intercambio de acusaciones de
infidelidad entre los cnyuges
1126
.
El maltrato y la sevicia en la vida domstica de las parejas solan provocar la huda de
las esposas o concubinas exponindolas al desamparo
1127
quedando en su soledad, en
situacin ms proclive a iniciar o recaer en uniones no ortodoxas derivadas de la bsqueda de
primaria subsistencia. Ejemplo de tales situaciones constituye el caso de Mara Gracia Daz,
natural de Catamarca, quien como consecuencia de los golpes que le propinaba su marido se
refugi primero en la casa de su hermana; como el marido continu maltratndola a pesar de
ser reconvenido por la justicia en varias oportunidades, termin por fugarse a la ciudad de
Crdoba con dos de sus criadas
1128
.
En el juicio de divorcio entre don Reyes Pereyra de 22 aos, de condicin noble,
amancebado pblicamente desde haca ms de un ao con una parda de 23; su esposa, doa
Mara Correa, casada con l en segundas nupcias, acudi en 1825 a los dos brazos de la
1124
AAC, Juicios por Esponsales, Leg. 193, Aos 1770 1786, t.II, exp. 14
1125
MATEO, J. (1996: 19) Ob. Cit.
1126
Cfr. AAC, Causas de Divorcio, Leg. 202, Aos 1815 1825, t. IX, exp. 21 El juicio dura siete aos, tras los
cuales la Curia intima al matrimonio a la vida armnica, en el transcurso de la causa se comprueban mutuas
infidelidades, la esposa entabla litigio tambin ante la justicia civil por solicitud de alimentos, se trata de Da.
Dominga Reynoso, vecina de Buenos Aires y Don Andrs Martnez
1127
Ejemplos de mujeres que huan de sus maridos : AAC, Juicios de Divorcio, Leg. 199, Aos 1800 1802, t. VI,
exp. 2; Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 3; 24; 65.
1128
Cfr. : AAC, Juicios de Divorcio, Leg. 199, Aos 1800 1802, t. VI, exp. 2. Otras causa de adulterio asociada
a malos tratos constituye: en el mismo cuerpo documental el Leg. 200, Aos 1803 1810, t. VII, exp. 16.,
corresponde a un caso de Pocho, Traslasierra; Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 2; 4..
419
justicia, eclesistico y civil, a fin de denunciar a su consorte por concubinato pblico y
sevicia
1129
.
Doa Cruz Iturri, tambin viuda y vecina de la ciudad de Crdoba, alfabeta,
denunciaba a su marido, don Antonio Caro por amancebamiento y malos tratos hacia ella y los
hijos de su primer matrimonio
1130
.
A golpes y amenazas de muerte contra su mujer doa Fructuosa Espinosa, quien era
adems obligada a callar, fue que don Juan Olareaga -pardo de Falda de Quiones- introdujo
a su concubina en su propia casa luego de intentar pasar por su hermano en la vivienda donde
ella se hallaba conchabada, donde fueron descubiertos
1131
.
Los casos de poligamia constituan una flagrante violacin a las normas estatudas, sin
embargo, ms que una manifestacin de disconformidad a la aceptacin del modelo
matrimonial monogmico vigente y como propuesta de modelo de familia alternativo, dicha
prctica podra asociarse al modo de vida itinerante de no pocos individuos en la poca cuyas
ocupaciones los llevaba a realizar incesantes traslados -hombres por lo general pero tambin
mujeres- viajeros incansables de resultas de sus actividades o del simple buscar la vidade
uno a otro poblado, de una provincia a otras. Las inmensas extensiones territoriales americanas
unida a las dificultades en las comunicaciones y a una relativamente corta esperanza de vida
de la poblacin alentaban nuevas uniones en personas que se haban ausentado largo tiempo de
sus domicilios sin noticias de su primitiva familia, ignorando si el cnyuge continuaba con vida
y desconociendo por lo tanto su verdadero estado
1132
. Bastante conocido es el caso de los
espaoles europeos que venan a Amrica ya casados y establecidos en estas tierras volvan a
contraer matrimonio
1133
.
En efecto, el esmero puesto por algunos individuos en el diseo de toda clase de artimaas
a fin de sacramentar las nuevas uniones parecera evidenciar ms que una crtica al sistema
legal vigente y a las normas morales, un inters en legalizar situaciones derivadas de
necesidades vitales. El tratamiento de estas causas entraaba para la Justicia Eclesistica una
1129
El caso corresponde a AAC, Juicios de Divorcio, Leg. 202, Aos 1815 1825, t. IX, exp. 32.
1130
AAC, Juicios de Divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 7.
1131
AAC, Juicios de Divorcio, Leg. 203, Aos 1826 1849, t.X, exp. 33. Otros casos de maltrato y sevicia
asociado a adulterio constituyen en el mismo cuerpo documental: Leg. 202, Aos 1815 1825, t.IX, exp.22; 32;
Leg. 203, Aos 1826 1849, t. X, exp. 11; 32; 53; 54.
1132
Cfr. los siguientes casos de poligamia: AAC, Causas de nulidad matrimonial, Leg. 194, Aos 1688 1745, t.
I, exp. 10; 17; Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 8, 13; Leg. 199, Aos 1800 1802, T. VI, exp. 3; Leg.
201, Aos 1811 1814, t. VIII, exp. 13; 17; Leg. 202, Aos 1815 1825, t.IX, exp. 7; 16; 18; 33 Leg. 203, Aos
1826 1849, t. X, exp. 10; 15; 39; 48; 66.
1133
Cfr. AAC, Causas de nulidad matrimonial, Leg. 199, Aos 1800 1802, t. VI, exp. 3..
420
cuestin muy delicada ya que se deba establecer cul de las uniones supuestamente la
primera- era considerada vlida. Como en ocasiones estos casos no eran detectados en forma
inmediata sino que a veces pasaban aos antes de ser descubiertos, las parejas se reproducan y
al anularse el casamiento el cnyuge repudiado y los hijos de esa unin quedaban en la
prctica, en estado de indefensin.
3. La Iglesia como generadora de situaciones de vulnerabilidad en la unin legtima de
las parejas. Dificultades prcticas para garantizar la administracin sacramental. Su
asociacin al fenmeno de la ilegitimidad
3.1. Inmensidad de los territorios que componan la jurisdiccin del Obispado, acefalas
en la autoridad, escasez de sacerdotes, dificultades en la evangelizacin, rigidez de las
normas, burocracia eclesial, sobrecarga de funciones pastorales
Se observa en la Iglesia una marcada preocupacin por velar por el cumplimiento de
las normas cannicas en los fieles en relacin al matrimonio, aunque con modestos resultados.
Desde el poder espiritual se tenda a promover el enlace de las parejas que manifestasen
intencin de unirse sacramentalmente, constituyendo el mutuo consentimiento de los novios la
condicin fundamental exigida para consagrar dichas uniones. La labor eclesial estaba
orientada a prevenir y desalentar situaciones que pudiesen desembocar en conductas de los
feligreses que transgrediesen los preceptos normativos establecidos. Consecuente con ello
resulta la penalizacin de prcticas sexuales marginales al Derecho cannico y real tales
como el concubinato, la bigamia y otras. Sin embargo, de la lectura crtica de las causas
matrimoniales surgen circunstancias en las que la misma Iglesia, tan severa y celosa en teora
por evitar las uniones ilegtimas, en ciertos casos las favoreca indirectamente.
El desmesurado tamao del territorio comprendido en la jurisdiccin del Obispado del
Tucumn estaba integrado por una vastsima regin que abarcaba Jujuy, Salta, Tucumn,
Santiago del Estero, La Rioja, Catamarca y Crdoba. A partir de 1806 en que fue erigido el
Obispado de Crdoba propiamente dicho, ste tom la configuracin de la Gobernacin
Intendencia de ese nombre abarcando desde entonces a Crdoba, San Juan, Mendoza, San
Luis y La Rioja.
421
El aislamiento, especialmente en la campaa, la inaccesibilidad de ciertos parajes, las
grandes distancias, la inexistencia de lugares fijos para el adoctrinamiento de los fieles,
conspiraban contra la funcin pastoral dificultando un estricto control sobre las costumbres de
los habitantes de tan extensa rea.
Las expresiones vertidas por el Obispo Mercadillo en una carta fechada el 10 de
diciembre de 1699, en ocasin de la visita realizada por la extensa dicesis recorriendo los
alrededor de 4.000 kilmetros que integraban su jurisdiccin durante ms de seis meses,
ilustran respecto del estado material y espiritual de esa vasta regin:
Slo he hallado en lo lato de este obispado materia de llorar y
quejarme al Seor, que ser por mis culpas...
1134
.
A los cambios de jurisdiccin del obispado deben aadirse en el perodo estudiado los
largos aos de sede vacante que solan transcurrir en las sucesiones de un obispo a otro. En
ese sentido, habida cuenta de la fuerte concentracin de autoridad de estos funcionarios de la
Iglesia puede suponerse que su ausencia entraara lapsos de considerables vacos de poder y
relativo descontrol en el gobierno de su competencia. Por otra parte, la inestabilidad poltico-
militar durante un lapso importante de la poca abordada conspirara a partir de 1810 contra el
normal desempeo de las funciones eclesisticas.
A las dificultades para la enseanza de la doctrina cristiana y la administracin de los
sacramentos contribua la escasez de los sacerdotes en la dicesis
1135
. Por otra parte, la
negligencia y desidia de algunos religiosos en el cumplimiento de sus funciones pastorales
favoreca el desarrollo de situaciones irregulares, especialmente en zonas alejadas del
obispado donde, como se ha afirmado, resultaba muy difcil efectuar controles. As por
ejemplo un sacerdote era acusado de haber desposado a una pareja ajena a su jurisdiccin en
una causa de nulidad matrimonial, el cura era denunciado adems en otro expediente por el
1134
ARANCIBIA, J. M. ; DELLAFERRERA, N. (1980:4) El Snodo del Obispo Mercadillo. Crdoba, 1700
en Revista Teologa, Facultad de Teologa de la Universidad Catlica Argentina, tomo XVI, N 34. Los autores
resaltan que las ciudades que componan en la poca al Obispado del Tucumn eran muy pobres y de escasa
poblacin y vivan en constante amenaza de invasiones de los naturales, slo Crdoba habra presentado una
situacin ms aventajada del resto.
1135
Las propias percepciones de los actores de la poca sumados a clculos cuantitativos permiten a AYROLO,
V. (2001) sustentar la tesis de una relativa escasez de sacerdotes disponibles para el servicio de las parroquias de
la dicesis, cfr. AYROLO, V. (2001:426-434) Cura de Almas. Aproximacin al clero secular de la dicesis de
Crdoba del Tucumn, en la primera mitad del siglo XIX en Anuario del IEHS Universidad Nacional del
Centro Facultad de Ciencias Humanas, Tandil. N16, pp. 421 443.
422
Cacique Bartolom Caliba por la muerte de cuatro personas sin confesin, por su
ausencia
1136
.
En ocasiones los sacerdotes accedan a celebrar casamientos que no cumplan con los
requisitos legales que fijaba la Iglesia: la falta de solemnidad con que stos solan ser
celebrados: sin la correspondiente publicidad, entre personas de distinta condicin socio -
racial, de noche, en casa de los interesados, contribuira a quitarle seriedad a estas uniones
ocurriendo que algunos de los mismos contrayentes, tiempo despus del hecho, negasen el lazo
conyugal. El ejemplo de de Don Melchor Almancid, Cura y Vicario de La Rioja resulta
ilustrativo al respecto: el mismo fue acusado por una mujer de haber casado a su primo
... una noche con una muger desigual y de baja sphera sin
amonestacin alguna y oi estan separados y no hace vida con su
muger; al otro primo [de la misma denunciante] lo caso otra
noche en casa de la muger sin amonestacin alguna y desde esa
hora en que se celebr el matrimonio mi primo no ha buelto a ver
a dicha muger que l dice que no es su esposa...
1137
.
El casamiento aparecera en estos casos como instrumento para allanar el camino al acceso
carnal con una mujer, lo cual difiere bastante de la unin sacramental promovida por la Iglesia
y el Estado.
Cuestiones relacionadas con faltas referidas a la administracin de los sacramentos
como la descripta, sumadas a otras tales como transgresiones al celibato, ebriedad, juego,
malos tratos, han sido relacionadas con una cierta relajacin de costumbres del clero a lo que se
aadira en las ltimas dcadas del siglo XIX un grado de libertad de accin respecto de las
autoridades romanas que habra comenzado desde la Revolucin y se habra profundizado en la
poca federal
1138
.
Rgidas normas de la Iglesia y aspectos procedimentales de su funcionamiento
institucional ponan en ocasiones en situacin de desamparo legal a los actores de uniones ya
efectuadas, y a los frutos de ellas derivados.
Las causas matrimoniales identificadas como de nulidad por defecto de forma cannica
constituyen ejemplo de la situacin enunciada. Estaba estipulado que los novios deban
contraer nupcias en el mbito espacial de naturaleza o residencia habitual; de all que los
1136
AAC, Causas de nulidad matrimonial, Leg. 194, Aos 1688 1745, t.I, exp.12.
1137
AAC, Juicios por Esponsales, Leg. 193, Aos 1702 1765, t. I, exp. 5.
1138
AYROLO, V. (2001: 437) Ob. Cit. Casos de amancebamiento de curas con parroquianas son documentados
por la autora en distitntos aos as como el pecado de solicitacin.
423
casamientos celebrados ante prroco extrao eran considerados invlidos para la Iglesia. Con
ello se pretenda evitar que personas desconocidas en un lugar incurriesen en transgresiones a
los impedimentos que estableca el Derecho cannico en materia matrimonial, tales como
casamientos dobles o uniones entre consanguneos o personas afines.
El trmite de informacin matrimonial entraaba la presentacin de testigos conocidos
por los aspirantes a unirse, quienes daban prueba de la libertad de los mismos as como de la
inexistencia de impedimentos cannicos para realizar el casamiento. Ocurra que en ocasiones
los novios, de buena o mala fe se trasladaban a jurisdicciones extraas para contraer nupcias;
los causales de este proceder podan asociarse a situaciones de ndole laboral; a la minoridad
de los contrayentes que carecan de consentimiento de los padres para casarse; a individuos
que contaban con un matrimonio anterior que pretendan ocultar; a casos de rapto, de prfugos
de la justicia y otros
1139
. Era posible tambin que por alguna circunstancia el prroco propio
les negase el casamiento, ello ocurra en las parejas que vivan amancebadas o presentaban
notoria desigualdad de sangre. En relacin al primer caso, la Iglesia consideraba que los
mancebos eran indignos de contraer matrimonio inmediatamente. Antes de consagrar la unin
de individuos que vivan en concubinato deba transcurrir un tiempo de separacin en la
pareja, a fin de lograr su purificacin, ello derivaba en ocasiones en el encarcelamiento de los
individuos en cuestin y en el aplazamiento del casamiento por tiempo indefinido hasta
autorizacin del prroco de residencia o de autoridad superior
1140
.
Trasladados a otras poblaciones, incluso a otras provincias, con algn ardid los novios
conseguan convencer al cura del lugar al que se haban desplazado de que reunan las
condiciones exigidas por la Iglesia y eran desposados
1141
. Suceda sin embargo no pocas veces
1139
En un caso es el mismo contrayente, Baltasar de Torres, quien, luego de contraer matrimonio en partido
extrao, entabl demanda contra el cura que celebr la unin, Dr. Manuel de Villafae y Tejeda, por temor a que
su matrimonio resultase nulo; el accionante expresaba no ...tener gana ni intencin de habitar en dicho Partido
y explicaba que su permanencia en San Blas de los Sauces, lugar donde se realiz el casamiento, fue ocasional,
en su caso por cuestiones de negocios, en el de la novia por hallarse acompaando a su madre, pero que ambos
eran habitantes de la ciudad de La Rioja. AAC, Causas de nulidad matrimonial, Leg. 194, Aos 1688 1745, t.I,
exp.12.
1140
Una pareja domiciliada en Ro Primero fue a casarse a la ciudad de Crdoba porque el cura del lugar dilataba
el casamiento debido a que vivan amancebados, ello llev a los novios a fingir ser naturales de la ciudad,
empleando sus respectivos apellidos maternos. AAC, Causas de nulidad matrimonial, Leg. 200, Aos 1803
1810, t.VII, exp. s/n entre 14 y 15. En otro caso el prroco le negaba el casamiento a una pareja por notoria
desigualdad de sangre y disenso de sus padres. El novio se vio obligado a recurrir al Visitador ya que se vea
obligado a huir dada su situacin irregular por lo que expresaba: ... yo ando huyendo con mi mujer de monte en
monte por huir de que me prendan...solicitaba le fuera revalidado el matrimonio. AAC, Causas de nulidad
matrimonial, Leg. 198, Aos 1795 1799, t.V, exp. 4. Cfr. sobre casamiento de mancebos AAC, Causas de
nulidad matrimonial, Leg. 201, Aos 1811 1814, t.VIII, exp. 10.
1141
En un caso, al solicitrsele explicaciones sobre los motivos que lo haban llevado a casar a personas extraas a
su parroquia, el cura celebrante se justificaba expresando que haba efectuado el casamiento dado que la novia era
424
que una denuncia pona al descubierto la maniobra y el matrimonio quedaba severamente
cuestionado. Si bien la Iglesia tenda a promover la legitimacin posterior de estas uniones,
era posible que por alguna razn sta no tuviese lugar, o se demorase dejando a los
contrayentes en una situacin marginal a la legislacin vigente, de hecho un 36.3% de las
causas de nulidad matrimonial entabladas por defecto de forma cannica en el perodo
analizado resultaron inconclusas
1142
; por otra parte, el tiempo transcurrido entre el casamiento
y la nulidad -en que se proceda a separar a los cnyuges- hasta la revalidacin de la unin,
suponiendo que esta separacin fuese realmente efectiva, entraaba la cohabitacin y la
consiguiente exposicin al riesgo de concepciones ilegtimas.
Si bien el Concilio de Trento estableca que las amonestaciones para el matrimonio
podan ser hechas por el propio prroco, el Snodo Diocesano de 1700 habra prohibido, tanto
a los curas de la ciudad de Crdoba, como de las restantes del Obispado que las efectuaran sin
licencia del obispo o de sus procuradores
1143
. Del mismo modo, en dicha asamblea diocesana
se haba solicitado tambin que todos los clrigos, seculares o regulares de estos territorios
pudieran administrar el sacramento del matrimonio sin llevar licencia de sus superiores
1144
.
Los regulares tenan prohibida la administracin de los sacramentos del bautismo, vitico
extremauncin y fundamentalmente del matrimonio, a sus familiares
1145
.
La potestad para el ejercicio de las funciones parroquiales -que en ocasiones se hacan
por delegacin- tenan un trmino, y si un cura ayudante realizaba un casamiento habiendo
expirado el perodo de su facultad la unin careca de valor, algo semejante ocurra en los
casos en que la delegacin de dichas funciones se realizaba sin autorizacin expresa de la
autoridad pertinente. Ello daba lugar a denuncias e impugnaciones varias
1146
.
En los Juicios por Esponsales, razones de distribucin de funciones hacan que el
su feligresa ya que en un anejo de su curato tena casa y bienes races. AAC, Causas de nulidad matrimonial, Leg.
194, Aos 1688 1745, t.I, exp.12. Otro caso de personas que se cruzaban de provincia para casarse consultarlo en
AAC, Causas de nulidad matrimonial, Leg. 198, Aos 1795 1799, to.V, exp.24 y 25
1142
Confrontar Archivo del Arzobispado de Crdoba, en adelante: AAC, Causas de nulidad matrimonial, ; Leg.
195, Aos 1746 1785, t.II, exp. 17; Leg. 198, Aos 1795 1799, t.V, exp.5; Leg.200, Aos 1803 1810, t. VII,
exp sin nmero entre 14 y 15 y exp.17 .
1143
Cfr. f. 78, cap. 3, tt. 5, lib.2 , Charcas 220, Archivo General de Indias, consultado en ARANCIBIA, J. M.
DELLAFERRERA, N. (1980:19) Ob. Cit.
1144
Cfr. f. 136, cap. 3, tt. 1, lib. 4, Charcas 220, Archivo General de Indias, consultado en ARANCIBIA, J. M.
DELLAFERRERA, N. (1980:21) Ob. Cit.
1145
Ibdem, sin cita documental, | p. 22.
1146
Cfr AAC,Causas de nulidad matrimonial, Leg. 195, Aos 1746 1785, t.II, exp. 17, caso de casamiento
realizado por sacerdote en tiempo de expiracin de su facultad. Otro ejemplo de casamiento nulo por jurisdiccin
extraa fue el realizado por el cura de San Javier, Dr. Jos Agustn lvarez, quien cas en esta situacin a Manuel
Barrios y a Calixta Cejas; el hecho fue denunciado al provisor por el cura y vicario de Pocho, cfr. AAC, Causas de
nulidad matrimonial, Leg. 199, Aos 1800 1802, t. VI, exp.7. Otro ejemplo de impugnacin de casamiento por
defecto de forma cannica puede consultarse en AAC, Causas de nulidad matrimonial, Leg. 198, Aos 1795
1799, t. V, exp.5.
425
Cura y Vicario del lugar no pudiese entender en estas cuestiones ya que las mismas
eran privativas del Provisor y Vicario General del Obispado lo cual derivaba en conflictos y
tardanzas que es de suponer, entorpecan las actuaciones judiciales
1147
.
En los casos de divorcio donde la Iglesia estableca la separacin perpetua de cuerpos,
dada la indisolubilidad del vnculo existente, los individuos quedaban condenados a mantener
uniones extramatrimoniales, los casos de separaciones temporales y de juicios inconclusos
propendan a crear situaciones de incertidumbre en los miembros de las parejas que podran
finalizar en uniones no consagradas.
Debe recordarse adems la obligacin de cumplir con el respeto a los tiempos
sagrados que fijaba el calendario eclesistico en pocas de adviento y cuaresma durante los
cuales estaban cerradas las velaciones, ello era causa de la postergacin o adelanto de los
casamientos en los meses anteriores y posteriores a esas pocas, ello podra ocasionalmente,
desalentar los enlaces religiosos que no pudieran ser efectuados durante las pocas
prohibidas.
No debe dejar de considerarse por otra parte que no todas las parejas que deseaban
formalizar una unin estaban en condiciones de satisfacer los aranceles establecidos a tal
efecto. Casarse implicaba un costo material, supona el cumplimiento de los trmites
correspondientes. La satisfaccin de los mismos implicaba una interrupcin de las actividades
de subsistencia. En ese sentido, la necesidad de moderacin de los derechos parroquiales
considerados muy gravosos fue una cuestin que se plante desde pocas tempranas as como
la libertad de pagarlos en frutos de la tierra
1148
.
1147
Conflicto jurisdiccional entre el cura y vicario de Tulumba y el provisor del Obispado en materia de
esponsales que son privativas de ste ltimo. El cura del lugar cita ante su presencia al demandado en el trmino
de seis das a responder a la demanda matrimonial y criminal presentada contra l. El provisor da por nulo todo
lo actuado; en otra causa el Provisor insiste en que el conocimiento de las causas de esponsales corresponde
privativamente a esa curia. No hace lugar a la comisin de que el cura de Ro Segundo entienda sobre el caso,
Cfr. AAC, Juicios por Esponsales: Leg. 193, Aos 1798 1807, t. VI, exp. 6 y 7.
1148
ARANCIBIA, J. M. DELLAFERRERA, N. (1980:10,11) Ob. Cit. Tal necesidad habra sido planteada ya en
el snodo celebrado en Crdoba en 1700 as como tambin la libertad de pagarlos en frutos de la tierra. Los
aranceles habran sido reformados en pocas del Obispo Moscoso, sin embargo las nuevas resoluciones no
solucionaron el problema de lo gravoso de estas cargas para los feligreses, los mismos aumentaron en lugar de
reducirse. En 1821 se fijaron nuevos aranceles los cuales no habra establecido costas para la celebracin de
matrimonios, cfr. AYROLO, V. (2001:42,46) Congrua sustentacin de los prrocos cordobeses. Aranceles
eclesisticos en la Crdoba del ochocientos en Cuadernos de Historia, Serie Economa y Sociedad, Centro de
Investigaciones Facultad de Filosofa y Humanidades, Universidad Nacional de Crdoba, Crdoba, N 4. pp. 39
66. Sobre el tema de los aranceles eclesisticos durante la poca colonial consultar adems MARTNEZ DE
426
Los numerosos impedimentos u obstculos impuestos por el Derecho Cannico en materia
matrimonial -aqullos considerados como dirimentes, capaces de entraar la nulidad del acto
sacramental y los impedientes cuyos causales eran considerados faltas graves pero susceptibles
de dispensa- eran origen de la anulacin de uniones sacramentadas in fascie eclesia y de
situaciones no siempre resueltas, lo que que entendemos, contribua a generar un marco
propicio para la generalizacin de situaciones de ilegitimidad.
Ya a comienzos del siglo XVI los reformadores protestantes haban criticado vivamente
la concepcin cristiana del matrimonio fundada en la indisolubilidad del vnculo y en la
exaltacin del ideal de virginidad. Tanto Lutero como Calvino crean que con ello la Iglesia
Romana haba cado en una contradiccin que slo poda ser salvada a travs de la sancin de
una legislacin muy compleja y prohibitiva en la materia. Entre los aspectos ms criticados
de la normativa cannica efectuada por los reformistas puede mencionarse la multiplicidad
de impedimentos matrimoniales. Efectivamente, los causales de impedimento que
inhabilitaban a las personas para unirse en matrimonio eran muy variados y complejos, lo
que entendemos, poda contribuir a desalentar los casamientos. Por otra parte, la realidad se
complicaba an ms en una sociedad como la que tratamos, donde los lazos de
consanguinidad y afinidad constituan una intrincada trama de relaciones en ocasiones difcil
de desentraar para los mismos interesados, fundamentalmente en la campaa en donde la
promiscuidad y el hacinamiento en las vivendas tendan a favorecer la sexualidad libre entre
sus habitantes
1149
.
Un 43.7% de las causas de impedimento matrimonial por consanguinidad y afinidad
analizadas se halla en esta situacin, el porcentaje restante de las uniones era, en cambio,
revalidado. Y si bien la revalidacin supona una reivindicacin de la unin que quedaba
legitimada y reconocida por la ley, en los casos de causas inconclusas, los casamientos
quedaban cuestionados, y la pareja y los hijos en situacin poco clara, lo que podra
contribuir a debilitar esas uniones.
En los casos de matrimonios por sorpresa o clandestinos, estrechamente asociados a las
cuestiones de disenso paterno, la Iglesia consideraba que incurrir en ellos era falta grave,
SNCHEZ, A.M. (1997) El arancel eclesistico en el obispado del Tucumn en Revista de Historia del
Derecho, N 25, Instituto de Investigaciones de Historia del Derecho, Buenos Aires, pp. 391 410.
1149
MORENO, J.L. (199798: 71) Sexo, Matrimonio y Familia: la ilegitimidad en la frontera pampeana del Ro
de la Plata. 1780 1850 en Boletn del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani,
tercera serie 16 y 17.
427
aunque tendi a revalidarlos
1150
; sin embargo en algunos casos estableci como requisito
para su legitimacin perodos de separacin temporal o estableci la revalidacin ad
cautelam; por otra parte, un 33.3% de los casos permaneci inconcluso, entre ellos un
expediente de 402 fojas en el cual, luego de catorce meses de actuaciones el asesor letrado
propuso declarar nulo todo lo obrado por considerar que la causa adoleca de defectos de
forma substanciales, sugiriendo ponerla en estado de sumaria
1151
. Una vez ms, se observan
casos de uniones en situacin de riesgo y de familias cuyas circunstancias de conformacin
adolecan de defectos.
Algunas conclusiones
En el juego de representaciones destaca en la sociedad analizada la asimetra entre la
imagen asociada a la feminidad y aqulla vinculada a la masculinidad, ambas emergen de los
discursos masculinos personificados en las voces de novios y maridos, y en la de los
representantes de la Iglesia; la misma no aparece desmentida en el discurso terico, por las
mujeres, aunque si en sus prcticas.
La figura femenina se visualiza impregnada de fragilidad, su comportamiento es
presentado como desordenado e irracional destacndose la visin acerca de su susceptibilidad
al engao y su peligrosa naturaleza; el retrato varonil en un fuerte contraste, identifica en
cambio a la masculinidad con la accin, el liderazgo poltico y econmico en la vida en
sociedad.
En algo sin embargo el hombre es mostrado como un ser vulnerable y proclive a ser
engaado, ello es en el terreno de su sexualidad. El impulso vital del sexo especialmente en
relacin a las prcticas carnales no permitidas, que es la sexualidad que se cuestiona y de la
que se habla- es presentado en el varn como arrebato instintivo, el cual se equipara con el
fuego que se enciende abruptamente resultando muy difcil de controlar. Relacionado con ello,
1150
Cfr. los siguientes casos de revalidacin de matrimonios clandestinos: AAC, Causas de nulidad atrimonial,
Leg. 199, Aos 1800 1802, t. VI, exp. 8; Legajo 202, Aos 1815 1825, t.IX, exp. 3.
1151
Cfr.los mencionados casos en AAC, Causas de nulidad matrimonial Leg. 195, Aos 1746 1785,
t.II, exp. 6; Leg.196, Aos 1786 - 1790, t III,exp.6.;Leg. 199, Aos 1800 1802, t. VI, exp. 8; Leg. 201, Aos
1811 1814, t. VIII, exp. 8.
428
la figura femenina aparece en los discursos como principal sospechosa de los extravos fogosos
de los hombres.
En ese marco, las relaciones de pareja pueden ser caracterizadas como una tensin de
fuerzas donde el varn se constituye en depositario del poder dominante ejerciendo la mujer un
contra-poder cuya esencia radica en su capacidad de reproduccin a partir del propio cuerpo. El
fantasma de la incertidumbre de la prole, tormento de los hombres a lo largo de los siglos,
habra contribudo a la necesidad de asegurar la sujecin, el disciplinamiento social de la
mujer. Sera a partir de las particularidades y virtudes atribudas a cada sexo, que la sociedad
intentara conseguir un equilibrio entre estas fuerzas, a fin de garantizar el orden social.
Por otra parte, el anlisis crtico de las fuentes revelara una fractura entre el control que
intentaba ejercerse desde las autoridades sobre los usos y costumbres sexuales de la
poblacin, y las prcticas de los comportamientos sociales.
La labor de la Iglesia estaba orientada a velar por el cumplimiento de las normas
establecidas por el Derecho cannico en relacin al matrimonio. Su accin propona alentar la
sacramentalizacin de las uniones, en ese sentido el mutuo consentimiento de los contrayentes
constitua para el poder espiritual la condicin fundamental exigida para la consagracin del
vnculo. En la poca tratada las relaciones extramatrimoniales estaban condenadas por las leyes
tanto eclesisticas como civiles, sin embargo el concubinato haba sido prohibido oficialmente
en Europa en el siglo XVI, gozando de gran arraigo en las prcticas. Es posible que la fuerza
de la costumbre contribuyera a generar en la prctica, cierta tolerancia social hacia las uniones
informales. Una superficial y despareja cristianizacin especialmente en las reas ms alejadas
de los inmensos territorios que componan la jurisdiccin del obispado podra haber
contribudo a que a esta difusa moral de las prcticas se sumara la inercia de la influencia de
arraigadas costumbres de la poblacin.
La Iglesia contaba con la colaboracin del Estado para hacer cumplir sus normas el
cual, a travs de la represin legal, persigui no siempre eficazmente las relaciones ajenas al
matrimonio.
Si bien ms frecuentes en personas pertenecientes a los estratos populares, -lo cual sera
explicable posiblemente por su mayor peso cuantitativo en el conjunto de la poblacin-
representantes de los distintos grupos sociales se hallaban vinculados a relaciones sexuales
429
prematrimoniales, prcticas stas seriamente condenadas por la doctrina del catolicismo. Las
diferencias de comportamiento sexual observables en unos y otros grupos de la sociedad
radicaban especialmente en las circunstancias que rodeaban al acto sexual, pero
fundamentalmente en los recursos estratgicos utilizados e influencias movilizadas para probar
la inocencia de los damnificados; as lo revelan los casos de jvenes de familias acomodadas
que haban cado en la tentacin del pecado carnal.
En ese sentido y en trminos generales, la mujer aparece conformando la parte
ms vulnerable en los comportamientos asociados a relaciones sexuales prematrimoniales,
tanto desde el punto de vista de la condena social que involucraba la prdida de la virginidad
en una soltera como de la desproteccin en que quedaba ella y su prole ilegtima cuando el
hombre se opona a cumplir la palabra de casamiento. Tal debilidad femenina se agudizaba en
la dificultad de probar la paternidad de los hijos nacidos de las uniones ilegtimas cuando el
hombre la negaba, vindose obligada a cargar sola con el fruto de las relaciones no
formalizadas. El desestimiento de la accin legal iniciada, constituye otro indicio de la
situacin de desvalidez en la que las mujeres se hallaban, vctimas posiblemente de presiones
de diversa ndole por parte entre otros, de los mismos demandados.
La pobreza y promiscuidad en las formas de cohabitacin en la ciudad y especialmente
en la campaa y la mencin a ellas como explicacin a conductas de sexualidad libre,
constituyen ingredientes que aparecen frecuentemente asociados a comportamientos no
ortodoxos.
Adulterios y amancebamientos hallan tambin posibles explicaciones en la dificultad de
casarse segn las propias inclinaciones en una sociedad en la cual el matrimonio exceda a una
entera decisin individual y responda a compromisos de inters de ndole familiar. Las trabas
impuestas por el Estado a uniones legtimas entre personas de distinta condicin socio-racial
por otra parte profundizaban la dificultad para promover uniones satisfactorias para los
contrayentes. Uniones paralelas, en ocasiones de antigedad semejante a la relacin legtima
constitua para individuos de uno y otro sexo el recurso posible para sustraerse a la
insatisfaccin producida por un matrimonio no deseado del cual tampoco estaba permitido
desligarse formalmente.
Las prolongadas ausencias de los maridos de los hogares resultantes de sus
ocupaciones influan para que ambos cnyuges buscasen en una relacin paralela remedio a la
430
soledad y a necesidades materiales. Los nacimientos de hijos tras perodos de separacin de las
parejas conllevaban en ocasiones serias disputas en torno a la filiacin paterna de esos nios.
Como en los casos de uniones prematrimoniales incestuosas, tambin se detectaron casos de
adulterios incestuosos que podran relacionarse con la frecuente alternancia del trato con
parientes y consecuente proximidad fsica con los mismos.
Interpretamos a las uniones que no haban pasado por el altar como el resultado de la
costumbre, de estrategias de supervivencia, de soluciones pragmticas a necesidades vitales y
de respuesta a humanas pasiones, ms que a voluntarias intenciones de transgresin y desafo
a la moral oficial y orden vigente.
El maltrato y sevicia denunciados en los Juicios de Divorcio se asocia con frecuencia al
adulterio, constituyendo los mismos causa o consecuencia de relaciones paralelas de uno o de
ambos cnyuges.
La utilizacin de las esclavas como objeto de placer de sus dueos parece haber sido
an una costumbre a fines del siglo XVIII difcil de erradicar, aunque existen indicios de que la
misma ya comenzaba a cuestionarse, especialmente por sus posibles derivaciones, esto es, la
concepcin de hijos esclavos, sin embargo tales relaciones continuaban producindose.
La atencin de la autoridad eclesistica estaba centrada en la separacin de los
mancebos y en la reunin de la pareja legtima, en una accin ms paternalista que represiva, -
aunque no dudaba en aplicar la excomunin cuando uno de los delincuentes se negaba a volver
al domicilio conyugal-. Al mismo tiempo las penas aplicadas por la justicia secular para los
incursos en el delito de adulterio eran severas: crcel, destierro, multas. La reiterada mencin a
fugas de los reos, relacionada con una elevada proporcin de causas inconclusas relativiza la
eficacia con que operaba el aparato judicial.
La Iglesia, por otra parte, a travs de sus rgidas normativas contribua a generar
situaciones irregulares en ciertas uniones. Las causas de nulidad por defecto de forma cannica
constituyen ejemplos de ello: superposicin de jurisdicciones entre prrocos, vencimiento de la
potestad sacerdotal para consagrar uniones, especificidad de funciones pastorales, obligacin
de casarse en una parroquia determinada, falta de habilitaciones sacerdotales, establecimiento
de lapsos de separacin previo a la legitimacin de concubinatos, y otras. Estas circunstancias
se agravaban por las grandes distancias, la escasez de sacerdotes y la negligencia en el accionar
431
de algunos de ellos, el requisito de la satisfaccin de aranceles nupciales, sumados a trmites
especficos exigidos a los contrayentes -como la informacin de soltera exigida especialmente
a los varones forneos- desalentando en cierta forma los casamientos, sobre todo para los
grupos sociales ms desprotegidos que no contaban con ingresos extra y vivan de su trabajo
personal.
A lo dicho se agregaban los numerosos impedimentos establecidos por el Derecho
cannico en materia matrimonial: algunas parejas eran en ocasiones vctimas de denuncias las
cuales originaban complicadas causas de nulidad del casamiento a los fines de que la Iglesia
evaluase la revalidacin de estos matrimonios, a veces habiendo transcurrido aos de haber
sido efectuadas.
La nulidad de las uniones que conllevaban los casos de bigamia dejaban en la prctica a
miembros de las parejas y a sus hijos en situacin de desproteccin.
La indisolubilidad del vnculo matrimonial, por otra parte, impeda incluso a individuos
separados perpetuamente de su pareja por la Iglesia, generar una nueva unin legtima y
condenaba a los descendientes de futuras relaciones a la ilegitimidad. Los casos de
separaciones temporales, y las numerosas causas inconclusas de los casos analizados
entraaban situaciones ambiguas de final incierto.
Del anlisis realizado se deduce que los causales que contribuan a que individuos se
relacionasen sexualmente fuera del matrimonio cannico eran mltiples y muy complejos.
Entendemos que ciertas conductas no ortodoxas eran generadas como respuestas a impulsos
vitales en una poblacin perifrica a los grandes centros de control poltico de la monarqua; a
costumbres heredadas, a adecuaciones pragmticas a necesidades resultantes de la existencia,
a las dificultades para el cumplimiento de la Iglesia de sus labores pastorales traducido en una
virtual desatencin sacramental de vastos espacios del territorio diocesano, sumado a una
deficiente cristianizacin especialmente en sectores apartados de la campaa. Desde las
fuentes, y como se ha observado para otros casos como el de la frontera bonaerense, pareciera
posible sin embargo que la institucin matrimonial siguiera conservando su prestigioso valor
tradicional
1152
en Crdoba coexistiendo a la vez con otras formas de vivir en pareja. La
importancia acordada por los feligreses al matrimonio cannico se evidencia por ejemplo en
1152
MAYO, C. (1999:100) La frontera; cotidianidad, vida privada e identidad en Historia de la vida privada en
la Argentina. Pas Antiguo. De la colonia a 1870, Taurus, Buenos Aires. T.1.pp. 85 101..
432
los casos de bigamia que aparecen con relativa frecuencia a lo largo de todo el perodo. Por
otra parte, la coexistencia de manifestaciones externas de culto con pulsiones de ndole ms
sensual revelara que no exista en el universo mental de la sociedad, al menos en la prctica
de los comportamientos, una fractura evidente entre conductas que podran resultar
contradictorias: ello le permita a Alexo Gil confesar y comulgar frecuentemente y al mismo
tiempo someter a sus esclavas a variados servicios sexuales; del mismo modo Francisco
Vasquez Maceda era acusado de haber entregado a su novia un frasco conteniendo una
pretendida pcima abortiva al finalizar la oraciones familiares y Ana de Deza denunciaba ante
los tribunales eclesisticos haber sido derribada por su pretendido tras la capilla de la estancia
a la hora del rosario, segn los casos analizados.
Todo ello revelara la inexistencia, en la prctica, de un divorcio evidente entre las
prcticas religiosas y la sexualidad no ortodoxa.
Como en el fenmeno sealado para el caso mexicano, se estara en presencia de un
orden social informal paralelo al que desde la Iglesia y el Estado se deseaba preservar ms
que frente a un desorden producido por el cambio de valores morales
1153
.
El descenso de la ilegitimidad que se aprecia a medida que se avanza en la primera
mitad del siglo XIX podra relacionarse a los efectos de la severa legislacin matrimonial
emanada de la corona borbnica, la cual habra incidido en los comportamientos sexuales de la
poblacin haciendo reducir, no slo el nivel de uniones legtimas entre espaoles y castas en la
jurisdiccin de Crdoba, de por s histricamente bajo, sino tambin desalentado las relaciones
consensuales entre blancos y los otros grupos, como se ha visto en otra parte de este trabajo
1154
.
Tambin habra infludo en dicho descenso la tendencia a un cambio en la percepcin socio-
racial de las personas a partir del perodo republicano, visible en el fenmeno del
blanqueamiento operado, el cual habra permitido una flexibilizacin de los casamientos
entre blancos y otros grupos disminuyendo la necesidad social de recurrir a relaciones ilcitas a
despecho de uniones insatisfactorias originadas en presiones de ndole formal
1155
.
1153
GONZALBO AIZPURU, P. (1998: 181) Ob. Cit.
1154
Consultar la Primera Parte de esta misma investigacin.
1155
CELTON D. (1994: 33) Estudio demogrfico de la ciudad de Crdoba durante la Gobernacin
Intendencia en Cuadernos de Historia CIFFyH Universidad Nacional de Crdoba, Crdoba, pp-23 56. En
1778 haba en Crdoba 36.3% de blancos y 63.7% de castas y para 1822 la cantidad de blancos haba ascendido
a 44.3% y las castas haban descendido a 55.7%,
433
Por otra parte, el Derecho espaol habra de continuar rigiendo y coexistiendo con la
legislacin Patria por muchas dcadas y continuaran adems observndose en la sociedad
cordobesa prcticas jerrquicas, autoritarias y reveladoras de prejuicios asociados a aspectos
socio-raciales de la poblacin. Un indicio de ello constituira el hecho de que la Iglesia
continuase llevando en la ciudad libros parroquiales separados para espaoles y naturales
hasta el ao 1870 en la parroquia de la Catedral
1156
y donde todava en el ao 1880
1157
un
padre de familia cordobs presentaba ante la justicia un recurso de disenso para impedirle a la
hija realizar su casamiento.
1156
CELTON, D. (1997: 9) Ob. Cit.
1157
AAC. Juicios por Esponsales, Leg. 193 (Aos 1812 1880), t. VIII, exp. 27.
434
CUARTA PARTE
Entre la sangre y las alianzas. Familias
1158
y parientes
VII. Las tramas del parentesco. Entre la asistencia solidaria y el conflicto
En el uso corriente, la categora parientes no est exento de vaguedad, y se confunde
con el de familia.
En sentido estricto, el parentesco designa las relaciones derivadas de la pertenencia
comn a una genealoga, a un sistema de descendencia; en un sentido ms amplio, engloba no
solamente a la consanguinidad sino tambin a las relaciones de afinidad
1159
.
As, la filiacin alude a los lazos existentes entre individuos que descienden los unos
de los otros, la lnea directa incluye a ambos padres de nuestros padres y as sucesivamente y
1158
Como se ha sealado en la introduccin de este trabajo, segn la visin dicotmica de la familia, exista un
claro contraste entre los rasgos de la familia tradicional pre-industrial -caracterizada por un hogar de gran
tamao, poco espacio para los sentimientos, la intimidad y las decisiones individuales, fuerte influencia de los
parientes; regla matrimonial temprana e intensa, marcada diferencia de edad entre los cnyuges, indiferencia
hacia los nios- y los de la familia moderna -caracterizada a su vez entre otros aspectos por la nuclearidad
del hogar, sistema matrimonial tardo y restringido, prdida de fuerza de los lazos de parentesco, explosin del
sentimiento amoroso, escasa diferencia de edad entre los esposos, descubrimiento de la infancia, altas tasas de
celibato, mayor peso de las decisiones individuales-. Ya se ha visto como esta postura ha sido criticada y
rebatida por trabajos que muestran la falacia de este enfoque de desarrollo lineal, y como la familia no se habra
comportado necesariamente como simple receptora de los cambios sociales sino que adems de ello habra
actuado como agente promotor de los mismos. En el caso del presente estudio es posible advertir en Crdoba
caractersticas en la estructura y tipologa de los hogares, algunos rasgos que podran asociarse al modelo de
familia tradicional coexistiendo con otros ms modernos. As por ejemplo, desde el punto de vista de la
tipologa del hogar, se observa que segn el censo de 1778 era la nuclearidad -rasgo moderno- la forma
predominante tanto en los departamentos del noroeste como del sudeste con la sola excepcin de la Capital y
Anejos en donde exista mayor peso de hogares compuestos, integrados por la familia nuclear o extendida ms
los dependientes. Respecto de la regla matrimonial, se observan altas tasas de celibato definitivo -21% en los
varones blancos de ms de 50 aos y 16.5% en las mujeres de la misma clase- lo cual constituira otro rasgo de
modernidad, bastante prximos a los de Pars en la primera mitad del siglo XVIII 22.4 y 14.6 respectivamente-
. En las castas sin embargo los valores eran an mucho ms elevados, especialmente en las mujeres 36 % en
hombres y 70 % en mujeres-; la migracin dentro de la misma provincia, y hacia y desde otras regiones ,
constituye otra caracterstica tradicionalmente asociada a la modernidad; sin embargo la diferencia de edad
entre los cnyuges presenta rasgos ms tradicionales 6 aos promedio-. La relativamente elevada edad
media al primer matrimonio en los varones -varn blanco de 27.8 aos y 29 en el de castas- sera compatible
con el modelo matrimonial moderno de la Europa occidental aunque en la mujer las edades eran ms bajas : -
21.7 aos en las mujeres blancas y 22 aos en la de castas-. En sntesis, se advierte que en el caso de la sociedad
cordobesa, como en el de otras poblaciones americanas y europeas, los datos emergentes de la experiencia
emprica ponen en evidencia la dificultad de forzar los resultados obtenidos a fin de que encuadren con un
modelo familiar rgido. Los datos demogrficos estn tomados de CELTON, D. (1993: 148-66 ) La poblacin
de la provincia de Crdoba a fines del siglo XVIII, en Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires. Los
comentarios nos pertenecen.
1159
La conceptualizacin de parentesco est tomada de: SARACENO, Ch. (1996:59) Sociologia della famiglia,
Il Mulino, Bologna. Constituyendo la sangre el fundamento de las relaciones de parentesco, stas trascienden sin
embargo las fronteras de la consanguinidad: afinidades legtimas o ilegtimas, parentescos espirituales, legales,
clientelares, de alianza, integraban las solidaridades del linaje excediendo el parentesco natural.
435
la colateral, comprende personas con las que, teniendo un antepasado comn, no
descendemos, como los hermanos, primos, primos segundos. A diferencia de los lazos de
filiacin o linaje que se constituyen en base a uno o ms antepasados comunes, la parentela
alude tambin a una interaccin ms amplia focalizndose en el individuo, abarcando sus
relaciones por sangre y alianza sin que exista necesariamente un ancestro comn
1160
.
Segn Giovani Levi, la familia slo puede ser comprendida ubicndola en una red
ms amplia de parentesco
1161
.
Distintas son las divisiones y denominaciones propuestas por los estudiosos para
referirse al parentesco, as Gaunt
1162
distingue al parentesco de sangre de aqul adquirido
voluntariamente, en ese sentido el compadrazgo constituye un ejemplo de relaciones no
biolgicas adquiridas, a la cual se accede por intermedio de la voluntad.
Refutando construcciones tericas de grandes pioneros de las Ciencias Sociales que
identificaban el fenmeno de la industrializacin en Occidente con el momento del
debilitamiento de los lazos de parentesco, en una trayectoria que parta de una concepcin de
familia caracterizada por una densa red de relaciones sociales hacia la inestabilidad, el
individualismo y la reduccin de los antiguos vnculos de solidaridad parental
1163
, Jacques
Goody
1164
sostiene que en las sociedades occidentales el parentesco se haba centrado desde
antiguo en la importancia acordada a la pareja conyugal en vez de hacerlo en los grupos de
linaje. En esta interpretacin, en sus orgenes el sistema de parentesco occidental se identifica
con el desarrollo de las prohibiciones matrimoniales impuestas por la Iglesia. En efecto, la
insistencia del poder religioso sobre la exogamia matrimonial habra provocado el
quebrantamiento de los lazos de parentesco aislando al individuo del grupo de parientes
1165
.
1160
. SEGALEN, M. (1992:62) Antropologa histrica de la familia, Taurus, Madrid.
1161
LEVI, G. (1992) Famiglia e parentela: qualche tema di riflessione en Storia della Famiglia 1750 1950, a
cura di M. BARBAGLI y D. KERTZER.
1162
GAUNT, D. (2002:410,14) El parentesco: lneas rojas o sangre azul en KERTZER, D. BARBAGLI, M.
La vida familiar a principios de la era moderna, 1500 1789,Historia de la familia europea, vol. I, Barcelona,
Paids, cap. 9, pp. 377 415.
1163
LE PLAY, F. (1871) L Organisation de la famille selon le vrai modele signal par lhistoire de toutes les
races et de tous les temps Pars. PARSONS, T. (1949) lments pour une sociologie de laction, Pars.
Consultados en CICCHELLI, C. PUGEAULT y CICCHELLI, V. (1999) Las teoras sociolgicas de la
familia, Ediciones Nueva Visin, Buenos Aires. Las distintas teoras de las Ciencias Sociales sobre la familia
tambin fueron consultadas en SEGALEN, M. (1992: 20) Antropologa histrica de la familia, Taurus, Madrid.
1164
GOODY, J. (1986:46, 7) La evolucin de la familia y el matrimonio en Europa, Editorial Herder, Barcelona;
BESTARD, J. (1992:90, 3) Parentesco y Modernidad, Paids.
1165
GOODY, J. (1986:46, 7) Ob. Cit.
436
Desde esta concepcin, el amor -entendido como fuerza favorable al contrato
matrimonial- constituira el factor clave de la organizacin de la sociedad
1166
. Siguiendo a
Joan Bestard puede decirse que en el modelo matrimonial occidental fundado en la tradicin
cristiana, desde los inicios de la Iglesia, la pareja conyugal apareca en el epicentro de las
relaciones de parentesco -el matrimonio considerado como una unin de los esposos, dos
individuos que se transformaban en la misma carne
1167
-. Fue a partir de ese ncleo central
conyugal no definido por la consanguinidad que se ira delineando una serie de relaciones que
constituyen la trama del parentesco a medida que se va cobrando distancia del centro.
Consecuente con el rol central asignado a la pareja conyugal derivado del matrimonio
cristiano desde pocas tempranas en la sociedad occidental, y considerando el golpe que para
la fuerza de los grupos de linaje significaron las prescripciones exogmicas en los casamientos
establecidas por la Iglesia, se ha afirmado que dichas disposiciones conllevaron a partir de la
Edad Media, la dispersin y quebrantamiento de cerradas concentraciones de bienes races de
las familias propietarias debilitando su poder e impidiendo el matrimonio de familias unidas
por padrinazgo y por intereses polticos, sociales y econmicos
1168
.
Ello no significara sin embargo el fin de la interaccin entre parientes. La nuclearidad
del hogar coresidencia de la pareja conyugal con los hijos- habra prevalecido en Crdoba a
fines del siglo XVIII como forma tipolgica predominante segn se desprende del censo de
poblacin de 1778
1169
. Debe tenerse presente sin embargo que la composicin del hogar poda
variar segn la etapa del ciclo vital en que se encontrara la familia, adquiriendo sta distintas
formas -ya dilatndose cuando ms miembros integraban el espacio vital, ya contrayndose
cuando parientes u otros coresidentes abandonaban el hogar- en funcin de las necesidades y
posibilidades, por ejemplo, de la contratacin de mano de obra
1170
. Existira adems, una fuerte
1166
BESTARD, J. (1992: 93) Ob. Cit.
1167
Ibdem. p. 90.
1168
GOODY, J. (1986:154 56) Ob. Cit.
1169
CELTON, D. (1993: 148-66 Ob. Cit..
1170
Un anlisis en donde puede advertirse el modo en que los hogares se expandan o contraan a lo largo del
curso de vida de sus miembros y segn las necesidades de mano de obra puede encontrarse para el caso de
Crdoba en TELL, S. (2002) Relaciones de solidaridad y dependencia entre las unidades domsticas rurales de
Crdoba a fines de la Colonia en Primeras Jornadas de Estudios de la Poblacin y Sociedad de Crdoba.,
Centro de Estudios Avanzados, Universidad Nacional de Crdoba, Asociacin de Estudios de la Poblacin
Argentina, Crdoba. Sobre la relacin Familia, ciclo de vida, economa domstica y estrucutras familiares puede
consultarse FARBERMAN, J. (1998) Migraciones, estructuras familiares y ciclo de vida: los pueblos de indios
de Santiago del Estero a fines del siglo XVIII en III Jornadas de Estudios de la Poblacin, AEPA, Santa Rosa y
tambin de la misma autora (1995) Familia, ciclo de vida y economa domstica. El caso de Salavina, Santiago
del Estero, 1819 En Boletn del Instituto Ravignani, N 11, Universidad Nacional de Buenos Aires.
437
relacin entre hogares nucleares y parientes no residentes. Un hijo casado con su familia poda
por ejemplo no convivir bajo el mismo techo que sus padres pero residir muy prximo, incluso
quizs en los lmites de la misma propiedad. Las redes de relaciones parentales por lo tanto
trascendan con holgura los lmites de la residencia conteniendo a la familia a travs de
innumerables formas de solidaridad y ayuda mutua con familiares cercanos y lejanos
1171
. No
resulta posible por ello aproximarse a la nocin de familia sin ubicarla en el contexto de estas
relaciones de cuyo contacto resultaban obligaciones morales, diversas formas de solidaridad
manifiestas o latentes que emergan segn las necesidades
1172
.
En tanto nocin cultural derivada de la transmisin de una substancia comn, el
parentesco aparece como elemento constitutivo de la identidad de la persona individual. As,
tiene que ver con un sentimiento de lnea de descendencia, de estabilidad, con la
identificacin con un nombre, un patrimonio.
Al ocuparse de las funciones de las relaciones de los grupos de parentesco, y de lo que
denomina descarnadamente, la utilidad de los parientes Bourdieu distingue en las
relaciones de parentesco los usos prcticos y los usos genealgicos. En efecto, mientras los
segundos estn reservados para las situaciones oficiales, los primeros comprenden lo que el
autor denomina el conjunto de relaciones genealgicas en funcionamiento. A stas
superpone aqullas que designa como relaciones prcticas que incluyen tanto al parentesco
prctico como al conjunto de relaciones no genealgicas que se pueden movilizar para las
necesidades ordinarias de la existencia. En esta concepcin, los usos del parentesco
genealgico desempean una funcin de ordenacin de mundo social y de legitimacin de
este orden
1173
. El parentesco de representacin consistira en la imagen o autopercepcin
que el grupo tiene de s mismo, mientras que el parentesco prctico fundamentara su
existencia en funciones especficas sostenidas y mantenidas entre los miembros, basadas en
disposiciones e intereses comunes sobre patimonios materiales y simblicos del grupo. La
capacidad de los parientes para sobrellevar las tensiones originadas en la competencia de
intereses y sostener las relaciones prcticas en un todo de acuerdo a la representacin oficial
1171
En relacin a las caractersticas del hogar en funcin del concepto del ciclo vital y respecto de las redes de
parentesco seguimos a HAREVEN, T. (1995: 116) Historia Familia y la complejidad del cambio social en
Boletn de la Asociccin de Demografa Histrica. Nmero Monogrfico: Historia de la Familia. Trad. por
David Reher, XIII, I.
1172
Cfr. SEGALEN, M. (1992:63) Ob. Cit.
1173
BOURDIEU, P. (1991:274,7) Los usos sociales del parentesco en El sentido prctico, Taurus, Madrid.
438
que se hacen los integrantes del grupo, permitira acumular las ventajas derivadas de las
relaciones prcticas as como los beneficios simblicos
1174
.
Gaunt distingue al parentesco en accin de lo que l denomina el parentesco en el
pensamiento mientras el primero halla su manifestacin en la ayuda y apoyo prodigado entre
s por los parientes polticos o de sangre, el cual se encuentra limitado por la disponibilidad,
buena voluntad y proximidad de residencia, el segundo abarca todos los parientes imaginables
vivos o muertos y su importancia se deriva de los valores simblicos del vnculo
1175
.
En coherencia con ello, Martine Segalen sostiene que las relaciones de parentesco no
se reducen a contactos, visitas, intercambio de servicios y reuniones familiares sino que crean
entre sus miembros obligaciones morales ms o menos intensas segn el caso y constituyen
el contexto referencial del grupo en su relacin con otros marcos de referencia tales como la
profesin u oficio, el lugar de origen, etc
1176
. En ese sentido, las redes familiares funcionan
como elemento de identificacin del individuo; la trayectoria histrica del grupo de parientes
permite el reconocimiento en la sociedad, saber quin se es, de dnde se viene posibilitando
la insercin en el medio social. As, los parientes constituyen el medio privilegiado para crear
relaciones sociales. Entre las utilidades sociales del parentesco cabe mencionar su
contribucin para posibilitar el acceso al mercado de trabajo, su eficacia como herramienta
de penetracin al mundo poltico y empresario o su potenciacin, su colaboracin en la
insercin del inmigrante en la sociedad de recepcin, como vehculo para la conformacin de
alianzas matrimoniales, como inspirador de confianza al tiempo que agente de control de sus
miembros. La interaccin social entre parientes vara en su intensidad segn la sociedad y el
grupo social de que se trate
1177
.
Pero qu pensaba el individuo cordobs del siglo XVIII y de la etapa republicana
temprana cuando hablaba de parientes?. Abuelos, padres, hijos, hermanos, cuados, tos,
primos, esclavos y sirvientes, vecinos, allegados, constituan el entorno alrededor del cual
transcurra la vida de la pareja conyugal.
1174
BOURDIEU, P. (1991: 278, 9) Ob. Cit. Cap. Cit.
1175
GAUNT, D. (2002:414) Ob. Cit.
1176
SEGALEN, M. (1992: 90) Ob. Cit. cap. 4: Las relaciones de parentesco en la sociedad urbana: El espacio del
parentesco.
1177
SEGALEN, M. (1992: 91, 4) Ob. Cit. Cap. Cit.
439
..apartada no solamente de su marido ms tambin de sus Parientes ...
1178
rezaba la
sentencia del provisor del Obispado de Crdoba para referirse a la situacin de una mujer en
riesgo social y moral, vulnerable a murmuraciones y proclive a caer bajo el imperio de malas
influencias. La importancia asignada al control del esposo pero tambin a la vigilancia del
entorno ms amplio de parientes como custodia y gua tutelar de los actos femeninos,
adquiere especial relieve.
La alusin a los parientes es constante en la documentacin consultada
1179
. En ese
sentido abundan las evidencias acerca de vnculos de relaciones mucho ms extendidas de
lo que los hogares nucleares proponen. Es dable advertir un frecuentamiento asiduo entre
parientes fundado en los afectos, en los intereses comunes, tanto en la ciudad como en el
campo y en los diversos grupos sociales. En ese sentido, las observaciones de un ingls que
permaneci varios aos en los territorios del Plata en los inicios de la vida republicana
resultan por dems expresivos al afirmar:
Muchos ingleses se han casado con criollas y, por lo que veo, no
se han arrepentido. El nico inconveniente de entrar en esta
sociedad, es que podra decirse que se casa uno con toda la
familia, pues es costumbre vivir en la misma casa. Los ingleses se
oponen a esto, logrando imponer su voluntad. El buen sentido de
sus esposas les hacen aceptar nuestras costumbres; sin embargo,
el abandono del hogar paterno por parte de una hija querida es
1178
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, exp. 3.
1179
Como en otras reas geogrficas del concierto latinoamericano y rioplatense, la importancia del grupo de
parientes en el tejido social constitutivo de redes de poder poltico y econmico en Crdoba es reconocida por
los investigadores locales para referirse a las solidaridades existentes entre grupos de parentesco sanguneo o
ritual por donde circulaban favores, preferencias e influencias que les permitieron perpetuarse en el poder. As,
Ana Ins Ferreyra menciona para la segunda mitad del siglo XIX los casos de los Funes, los Acosta, los
Arredondo en el plano poltico y los Bravo en las actividades mercantiles, cfr. FERREYRA, A. I. (1994:60)
Elite dirigente y vida cotidiana en Crdoba, 1835 1852, Centro de Estudios Histricos, Copiar, Crdoba.
Ana Ins Punta seala cmo, grupos y familias utilizaban el parentesco para perpetuarse en el ejercicio de las
funciones polticas en Crdoba durante el siglo XVIII transmitindose las funciones de padres a hijos; entre los
ejemplos mencionados por la autora resalta el caso de los Echenique y luego de los Allende y sus allegados, cfr.
PUNTA, A. I. (1997: 244,6) Crdoba borbnica. Persistencias coloniales en tiempo de reformas (1750 1800),
Universidad Nacional de Crdoba, Crdoba. Un acta capitular de 1764 hace mencin expresa a esa situacin a
travs de un intento del gobernador en ese ao por evitar el monopolio familiar de los Allende en el gobierno,
incluyendo en una inhibitoria tanto al General don Thoms de Allende como a sus hijos, hermanos, yernos,
criados, dependientes, allegados y comensales, cfr. Archivo Municipal de Crdoba, Actas Capitulares, Libro 32,
(17 XI 1764) consultado en PUNTA, A. I. (1997:246) Ob. Cit. Silvia Romano analiza las estrategias y
acciones desarroladas por los grupos mercantiles de Crdoba durante la primera mitad del siglo XIX en neta
actitud corporativista con la finalidad de participar del poder poltico con miras a la obtencin de un inters
comn, asegurarse el acceso a los mercados, lo cual era motivo de fraccionamientos y disputas entre sus
miembros. Estos grupos mercantiles, se hallaban integrados no pocas veces por parientes, ejemplos constituyen
los Fragueiro- de la Lastra; los Ferreyra, los del Campillo, los Posse, los Pealoza, entre otros, cfr. ROMANO, S.
(2002: 284) Economa, Sociedad y Poder en Crdoba. Primera mitad del siglo XIX, Ferreyra Editor, Crdoba. O
440
doloroso para los padres, cuyo nico consuelo es entregarla en los
brazos del hombre amado.
1180
Si bien los hogares de la ciudad de Buenos Aires habran estado conformados en su
mayora por padres e hijos
1181
, la observacin del viajero resulta harto elocuente y es
demostrativa de su impresin personal y posiblemente tambin de la de sus connacionales
acerca de la densidad de los vnculos parentales en estas tierras.
El exiguo tamao de la aldea que constitua la ciudad de Crdoba en la poca tratada
-consistente en unas pocas manzanas alrededor de la plaza principal- facilitara dichos
contactos favoreciendo la alternancia de parientes y vecinos y superponiendo las relaciones
de parentesco otorgndoles por lo tanto mayor substancia.
Figuras parentales
1182
Como sistema de referencia social, el parentesco se corporiza a travs de la
terminologa. La forma de designar a los parientes trasunta su clasificacin, una
jerarquizacin de los mismos estableciendo conductas respecto de ellos: confianza, temor,
reverencia. Segalen designa a stos, trminos de referencia
1183
.
Es notable la constatacin de la utilizacin de maysculas en la documentacin
eclesistica para hacer referencia al Padre o a la Madre, del mismo modo que al inicialar las
palabras Parientes y Familia, como posible exteriorizacin de la importancia que se les
otorgaba en la sociedad.
1180
(1962: 97) Un ingls Cinco aos en Buenos Aires, 1820 1825, Solar Hachette, Coleccin El Pasado
Argentino, Buenos Aires. El subrayado es nuestro. Consultado en GARCA BELSUNCE,C. director, (1976:
145) Buenos Aires Su Gente 1800 1830, Emec Distribuidora, Buenos Aires, Tomo I. El subrrayado de la cita
documental es nuestro.
1181
GARCIA BELSUNCE, C. (director) ( 1976: 145) Buenos Aires 1800 1830, tomo I, Su gente, Buenos
Aires.
1182
Un anlisis acerca de las figuras parentales puede encontrarse para el caso francs en PERROT, M. (2001)
Figuras y funciones en Historia de la Vida Privada, 4. De la Revolucin Francesa a la Primera Guerra Mundial
dirigida por Philippe ARIES y Georges DUBY, pp. 125 183. El autor se refiere a la parentela para designar
a los crculos que rodean a un ncleo familiar central configurado por padres-hijos, cuyas caractersticas varan
de acuerdo a la tipologa familiar, habitacin, niveles sociales, pero cuya significativa consistencia no
disminuye en todo el siglo XIX, cfr. pg. 171-2.
1183
En el anlisis del parentesco como referencia social seguimos a SEGALEN, M. (1992 :56) Cap. 3:
Parentescos y parentelas: La terminologa del parentesco.
441
1. Abuelos y nietos
En los usos sociales prcticos del parentesco, la abuela aparece en la documentacin
comprometida con la situacin del ncleo familiar primario, a veces conviviendo con ste,
colaborando en el sostn del hogar tanto material, como espiritualmente. Aunque con
limitaciones fsicas, su actitud es no pocas veces de contencin
1184
.
Un habitante de la campaa identificaba la funcin de la abuela como el de dos
veces madre
1185
de los nietos, daba a entender que por ello la abuela tena una
responsabilidad mayor en el cuidado de los hijos de sus hijos.
Las abuelas solan favorecer a algunos de sus nietos con alguna porcin del quinto de
libre disposicin de sus bienes, llegando inclusive a institurlos herederos universales en
algunos casos
1186
.
En tanto progenitores de los padres, los abuelos podan substituir a sus hijos en el
cuidado de los nietos cuando aqullos moran, se hallaban lejos o estaban fsicamente
impedidos. La documentacin da abundante cuenta de que tanto el abuelo como la abuela en
caso de faltar aqullos, podan ser institudos tutores y curadores de los menores hurfanos.
Doa Mara Allende constituye un ejemplo paradigmtico del rol de una abuela del
sector urbano preeminente de fines del siglo XVIII que tuvo presencia activa en la crianza y
educacin de varios de sus nietos e incluso de un bisnieto. En efecto, al morir el yerno y
luego la esposa de ste, hija de doa Mara, la abuela qued a cargo de un nio de casi tres
aos, llamado Jos Manuel, siendo su tutora conjuntamente con su marido. Por su
comportamiento, el joven habra de ser motivo de fuertes dolores de cabeza para su abuela.
Luego de que la seora le hubiera procurado estudios en el colegio Monserrat, habiendo Jos
Manuel casado en Buenos Aires y engendrado un hijo que sera sostenido por su abuela y el
1184
En un pleito entablado contra el marido por malos tratos, una esposa se quejaba por su situacin de pobreza
expresando que lograba mantener el hogar en parte gracias a la contribucin de la limosna de una abuelita
tullida, AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Aos 1826 1849, leg. 203, exp. 17.
1185
AHPC, Archivo criminal de la capital, Ao 1789, leg. 46, exp. 9.
1186
Algunos ejemplos de abuelas que favorecieron a sus nietos en su testamento constituyen: Doa Casilda
Moyano, viuda de don Toms Montenegro, asignaba $20 a su nieta Crecencia Montenegro para ser deducidos
del quinto de sus bienes. Del mismo modo Claudia Avila estableca en su testamento: ...a mis nietecitas les
tengo sealado la casa que poseo en esta ciudad contigua a la de don Jos de Obregon y frente de lo de don Juan
Arias..., cfr. AHPC, Registro I, Ao 1789, leg. 171, f. 300. Doa Mara Teresa Mendez instituy como heredera
universal a su nieta doa Marquesa Liendo ya que la nica hija viva que tena era monja, cfr. AHPC, Registro I,
Ao 1791, leg. 173. Doa Mara de Allende utiliz porciones de su tercio hereditario para hacer diversos legados
a sus nietas muejeres, a Pa, hija de su hija Mercedes Roldn le dej $100 en plata sellada; a Tiburcia y Pedro
Jos ...por lo que me ha servido y acompaado [se refiere a Tiburcia], una mulatilla llamada Catalina de once
aos y a mi nieto Pedro Jos un mulatillo Thomas...; respecto de los nietos de su hijo don Francisco Armesto
que cri dispuso que ...no se les haga cargo de los gastos que he emprendido en su manutencion..., cfr.
AHPC, Registro I, Ao 1789, leg. 171, f. 199.
442
marido de sta por ms de dos aos. Del testamento de Doa Mara se deduce que la mujer
haba llevado prolija nota de los dineros y efectos entregados a su nieto a cuenta de sus
legtimas paterna y materna sin conseguir que se hiciese cargo de la administracin de los
bienes que se le haban adjudicado ni que diese recibo de lo que se le haba entregado. Ante
tal situacin la anciana mujer debi concurrir a la justicia, llegando hasta al Gobernador
Intendente en sus reclamos de que se le compeliese y apremiase sin poderlo conseguir.
Fallecido ya su tercer esposo tom bajo su responsabilidad a cinco hijos menores que
quedaron hurfanos por la muerte de otro de sus hijos. De ellos fue instituda albacea,
tenedora y curadora
1187
.
2. Tos y primos
Para quien no tena hijos propios, los esfuerzos podan ir destinados a los sobrinos,
quienes podan convertirse en beneficiarios de la empresa personal del to. Es conocido en
Crdoba el caso de las redes de relaciones desplegadas por los migrantes espaoles
establecidos en estas tierras hacia mediados del siglo XVIII
1188
, cuando tras instalarse iban
mandando llamar a los hijos de los hermanos y otros parientes y conocidos a quienes
iniciaban en la actividad mercantil como aprendices para constiturse en herederos de la
confianza de su benefactor. En ese sentido Michel Perrot ha afirmado que por sus xitos el
to de Amrica ha constitudo para los sobrinos que permanecan en Europa, uno de los mitos
del universo familiar
1189
.
.
1187
AHPC, Registro I, Ao 1789, leg. 171, f. 199.
1188
LOBOS, H. (1979) Los Fragueiro: una familia de comerciantes cordobeses de fines del siglo XVIII y
principios del XIX en Cuarto Congreso de Historia Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires. Sobre el
despliegue de las estrategias financieras de las familias mercantiles en el siglo XIX consultar CONVERSO, F.
(1993) La lenta formacin de capitales. Familias, comercio y poder en Crdoba, 1850 1880 en Junta
Provincial de Historia de Crdoba, N12. Para un abordaje general de la inmigracin espaola a Crdoba en la
segunda mitad del siglo XVIII consultar GHIRARDI, M. (1992) Inmigracin espaola a la jurisdiccin de
Crdoba en el perodo colonial tardo Junta Provincial de Historia de Crdoba, Cuaderno N 16; sobre las
estrategias matrimoniales y familiares del grupo consultar tambin de la mencionada autora Matrimonio y
familia de espaoles en la Crdoba del siglo XVIII(1994) en Centro de Investigaciones de la Facultad de
Filosofa y Humanidades Universidad Nacional de Crdoba, Cuadernos de Historia Serie poblacin, Crdoba,
pp. 58 84; consultar adems de la mencionada autora (1997) Impacto del proceso revolucionario en los
comportamientos matrimoniales de espaoles europeos en Crdoba en Junta Provincial de Historia de Crdoba,
II Jornadas de Historia de Crdoba, Crdoba, pp. 345 - 373 y (2001)Formacin de la familia espaola en
Amrica. Cambios y pervivencias. El caso de Crdoba en Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofa
y Humanidades, Programa de demografa Histrica, Serie Poblacin.
1189
PERROT, M. (2001:175)Figuras y funciones en ARIS Ph. Y DUBY, G. (Directores) Historia de la Vida
Privada. De la Revlucin Francesa a la Primera Guerra Mundial , Taurus, Madrid, Tomo 4. La primera edicin
corresponde a 1987.
443
Slo a ttulo ilustrativo tmese el caso de don Francisco lvarez, oriundo del obispado
de Orense en Galicia, quien en el ao 1800 declaraba a sus sobrinos como herederos
universales. Su testamento esboza la estrategia parental desplegada por el hombre:
Declaro que de mi orden vinieron de Espaa dos sobrinos, don
Francisco y don Matas lvarez costeandolos de un todo hasta
ponerse en esta ciudad
1190
.
En efecto, mas tarde mand llamar a otro sobrino, don Benito, quien al momento de
testar el to ya estaba manejando una pulpera de la propiedad de aqul. Don Matas trabajaba
una quinta con sus edificaciones en la parte norte de la ciudad cercana al ro, cuyos gastos
sufragaba con ...el dinero del cajon de la pulperia que manejo.
1191
La investidura religiosa de un joven de la familia poda constituir un motivo de
veneracin para posibles donaciones de tas acomodadas, as por ejemplo Doa Francisca
Antonia Izquierdo don en 1791 una casa en la ciudad y una mulatilla a su sobrino el Dr. don
Josph Manuel Palacios clrigo de menores rdenes
1192
.
Pero no todo eran mieles entre tos/as y sobrinos/as
1193
, especialmente entre familias
acomodadas en donde se disputaban valores de significacin. En ese sentido, las palabras de
un to en ocasin de un pleito contra su sobrina, caracterizan magistralmente la particular
inquina que llegaban a alcanzar las disputas familiares, en las que, a la pugna por lo material
se unan rivalidades entre distintos miembros del linaje, cuya expresin era la desconfianza y
un orgulloso empecinamiento por contradecir al pariente, an con riesgo de perjuicio
econmico, lo cual dificultaba toda avenencia entre las partes:
...Quando el espiritu de discordia empiesa a reinar entre una
familia, es ocioso entablar la mas justa pretencion pues aquel
siempre perfido hase rason de estado impugnar lo mismo que en
1190
Cfr. AHPC, Registro IV, Ao 1804 1805, leg. 6, f. 304: al momento de testar don Francisco Alvarez
reconoca hallarse con algunas descomposturas y achaques. En su testamento designaba a sus sobrinos como sus
albaceas. Cfr. tambin el caso de don Miguel Learte y Zegama quien no haba tenido hijos de su matrimonio por
lo que al testar nombr en segundo trmino, despus de un hijo adoptivo a sus sobrinos como beneficiarios de
sus bienes, hijos de sus difuntos hermanos, quienes residan en las regiones ultramarinas, cfr. AHPC, Registro
I, Ao 1795, leg. 177, f. 43.
1191
Ibdem.
1192
Cfr. AHPC, Ao 1791, leg. 173.
1193
Tmese como ejemplo de conflicto entre tos y sobrinos el pleito accionado por la viuda doa Isabel Irusta
por s y en nombre de sus hermanos contra la esposa de su to carnal. Dado que a la muerte de la abuela de los
demandantes el to don Felipe Irusta, hermano del padre de ellos qued como albacea testamentario de los bienes
que correspondan a los sobrinos menores de edad; fallecido ste exigieron a la viuda, ta poltica de ellos la
entrega de las hijuelas. El caso permaneci trunco, cfr. AHPC, Escribana II, ao 1791, leg. 78, exp. 13.
444
otro evento se desearia verificar, ni vale haser visible el honor y
desinteres para que se empiese a trepidar y aun sin fin que se duda
el mas arreglado proseder todo se atropella impugna sin mas
objeto que la misma contradiccion y como ya a esta y no al interes
se atiende, por no avonar dies que justamente se piden, se
consiente en perder ciento que legitimamente les corresponde;
pero el justo juez cuio prinsipal oficio es cortar estas diferencias y
dar a cada uno lo suio no debe atender sino la verdad...
1194
.
La figura del to aparece encarnando el rol paterno en ciertos casos, en sectores de
pertenencia social diversa. As por ejemplo en el pleito desatado por incumplimiento de
promesa matrimonial de la hurfana Josefa Daz contra un individuo que conviva en la casa
con quien haba tenido un hijo, el to asuma una decidida defensa de la sobrina, a quien
consideraba burlada por el indio Pedro Rodrguez. El hombre clamaba justicia en su rol de
padre de familia procurando remedio para el honor de la situacin en que haba quedado la
pobre de mi sobrina
1195
.
Los primos formaban parte integrante del entorno de jvenes hijos de familia, se
constata la mutua frecuentacin de sus hogares, de juegos compartidos en la infancia, de
actitudes de camaradera y complicidad
1196
.
3. Hermanos y hermanas. Entre el afecto y la competencia
Considerada clave en la estructura familiar, la relacin entre hermanos es en la
opinin de Pierre Bourdieu, tambin su punto ms dbil debiendo ser reforzada y sostenida
por mecanismos diversos. En ese sentido, el pater constituira el elemento equilibrador por
excelencia de las relaciones entre hermanos ya que al concentrar en s el poder y prestigio
favorecera entre ellos la igualdad, de all que no pocas veces las crisis fraternales surgieran
tras el fallecimiento del patriarca
1197
.
1194
El autor del escrito era el Regidor Santiago Allende quien pleiteaba contra su sobrina Mercedes de Allende
y Ascasubi en el ao 1787 por entrega de unas haciendas. La mujer actuaba como albacea testamentaria de su
padre, a la muerte de ste. Una vez mas en este caso se confirma el espritu de lucha y coraje que caracterizaba a
ciertas mujeres de la poca para defender sus intereses, cfr. AHPC, Escribana I, Ao 1787, Leg. 406, exp. 2.
1195
AAC, Causas matrimoniales, Juicio de nulidad matrimonial, Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 3.
1196
En caso de casamiento por sorpresa se recurre al sacerdote primo hemano de la contrayente a quien con
aparentes engaos se le hace caer en la trampa para que bendiga una unin que no cumpla con los requisitos
formales de publicidad exigidas por el derecho cannico. Otra prima de la contrayente se halla presente en el
lugar del hecho aparentemente como cmplice de la desposada, AAC, Causas matrimoniales, Juicio de nulidad
matrimonial, Leg. 195, Ao 1746 1785, t. II, exp. 7.
1197
BOURDIEU, P. (1991: 311,13) Ob. Cit., cap. cit.
445
La edad, el sexo, el estado, el grupo social de pertenencia, cualidades especiales,
afinidades personales; entre tantos factores, incidan tanto en las caractersticas como en la
intensidad de las relaciones fraternas.
A diferencia de las relaciones entre padres e hijos, de corte vertical, aqullas
existentes entre hermanos fratra- se ven caracterizadas por su horizontalidad, especialmente
considerando las fomas igualitarias del sistema de herencia castellano trasladado a
Amrica
1198
.
La presencia de hermanas y hermanos aparecen en la documentacin en la proximidad
de novios y esposos, ya para prodigarles proteccin y apaar sus comportamientos en
momentos difciles, ya ejerciendo coaccin sobre sus personas para forzarlos a actuar en
determinada direccin
1199
.
Muy estrechas podan ser por ejemplo las relaciones entre hermanas solteras hijas de
familia cuando los padres haban ya fallecido; al punto de redactar en conjunto la ltima
voluntad -an gozando de buena salud- ; de conferirse mutuo poder una a la otra para
disponer de los bienes respectivos y de solicitar ser enterradas en el mismo monasterio
1200
.
El apego y la gratitud de la mujer soltera hacia la hermana casada y su marido, por el
respaldo dispensado durante aos resulta manifiesto en Manuela Amarante al instituir a
aqulla como su heredera universal, asignndole al cuado el tratamiento de hermano,
designndolo albacea:
...respecto de los muchos beneficios
que les debo a mis hermanos don Juan Ornaeche [el cuado] y a su
1198
PERROT, M. (2001:168) Ob. Cit. El autor comprueba para el caso francs que en las regiones donde
imperaba el sistema de herencia que favoreca al hijo primognito la tensin entre hermanos mayores y menores
poda llegar al crimen en casos extremos.
1199
En un pleito de divorcio por sevicia y malos tratos un hermano varn del marido demandado defenda
encendidamente a su hermano no dudando en contradecir resueltamente las acusaciones de la cuada en relacin
al trato desaprensivo del cual prodigado a los nios de la pareja; en efecto segn su hermano, Sebastin Bustos
de Albornoz trataba a sus hijos con amor y cario: cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de Divorcio, Leg.
194, Ao 1688 1745, t. I, exp. 4. En un caso de nulidad matrimonial, la madre y uno de los hermanos de la
contrayente, un capitn, infundieron violencia y miedo a la esposa para obligarla a casarse sin su consentimiento,
la mujer accion la nulidad de la unin acusando a ambos de haberla forzado, cfr. AAC, Causas matrimoniales,
Juicio de nulidad, Leg. 194, Ao 1688 1745, t. I, exp. 15.
1200
En algo sin embargo manifestaron las hermanas Pereyra distinta preferencia ya que mientras una elega ser
enterrada con el hbito del Carmen, la otra seleccionaba el de Santo Domingo Cfr. AHPC, Registro I, Ao 1795,
leg. 175, f. 60: se trataba de doa Mara Magdalena y doa Juana Pereyra, hijas legtimas de don Andrs Pereyra
y de doa Rosa Ramallo, difuntos.
446
muger doa Mara de la Cruz Amarante [la hermana] que son constantes
y notorios en toda esta ciudad, es mi voluntad instituir...
1201
.
Manifestaciones de afecto y actitudes de proteccin casi paternal hacia las hermanas
mujeres solteras se desprende de los comportamientos de algunos varones cuando en el
testamento disponan mejoras en los bienes sucesorios de aqullas, en seal evidente de
considerarlas ms desvalidas para enfrentar la vida en razn de su sexo y de no contar con un
apoyo varonil.
1202
.
Tras el fallecimiento del marido, la proteccin del hermano varn constitua un
significativo apoyo para una viuda, especialmente si era pobre y cargada de hijos como doa
Mara Frutos Martnez, en una causa por cobro de pesos en la que compareca como
representante legal su hermano comerciante, ello fue el disparador para que, sin haber
obtenido resultado en esa oportunidad, compareciese sola ante la justicia al ao siguiente
logrando un arreglo con la contraparte
1203
.
La preferencia de la mutua compaa entre hermanas o cuadas del mismo sexo es
dable observar en la asistencia conjunta a fiestas y otras celebraciones religiosas tanto en la
ciudad como en la campaa
1204
.
Cuando los padres fallecan era factible que el hermano varn mayor de edad fuera
nombrado tutor y curador de los menores tornndose ms jerrquica la relacin fraternal. En
representacin del rol paterno un hermano poda arrogarse el derecho de imponer condiciones
al casamiento de las hermanas mujeres y de exponer impedimentos a la unin de un hermano
varn
1205
.
Puede observarse que los testamentos constituyen una valiosa fuente de expresin de
los sentimientos y tambin de la lgica que rega las relaciones familiares. En el caso de don
Joaqun del Barco, su ltima voluntad constituye la expresin de una particular forma de
entender la dinmica de los vnculos de parentesco. En efecto, al morir sus padres haba
renunciado a la legtima que le corresponda cedindola y donndola a sus hermanas mujeres,
doa Manuela y doa Cathalina Lpez del Barco, a fin de que stas la compartieran en partes
1201
AHPC, Registro I, Ao 1794, leg. 176, f. 266 7.
1202
El clrigo presbtero don Josef Norberto Funes, por ejemplo mejor a sus hermanas mujeres en $100 a cada
una: cfr. AHPC, Registro IV, Ao 1805, leg. 6, f. 498 vto.
1203
AHPC, Escribana III, leg. 4, exp. 12.
1204
As por ejemplo doa Mara Brito concurra a la celebracin de la fiesta del Rosario en Pocho en 1789,
acompaada de su cuada, AAC, Causas matrimoniales, Juicio de divorcio, Leg. 195 (Ao 1746 1785), t. II,
exp. 19.
1205
AAC, Causas matrimoniales, Juicio de nulidad matrimonial, Leg. 195 (Ao 1746 1785), t. II, exp. 2.
447
iguales con la expresa condicin de que si alguna de ellas se casaba contra la voluntad de l,
su parte hereditaria deba recaer en la otra hermana. Joaqun parece haber ejercido una
verdadera potestad de paterfamilias sobre sus hermanas solteras, reforzando su ascendiente
sobre ellas al cederles su porcin hereditaria. La relacin fraterna parece haber tenido para l
un significado especial, ello se advierte en que habiendo constiudo un patrimonio con su
personal industria y trabajo declaraba a sus hijos como sus legtimos herederos
recomendndoles que era su deseo que ...como buenos hermanos partan entre s por igual de
la legtima que les tocase de los bienes
1206
y utilizaba el quinto de libre diposicin para
deducir una pequea suma de dinero para su hermano varn en remuneracin de aver me
sido buen hermano
1207
.
Preferencias manifestadas por los padres en relacin a algn hijo sobre los otros en el
tercio de la mejora y quinto de libre disposicin poda desatar una fuerte competitividad entre
los hermanos. Asimismo es dable advertir entre ellos, no pocas impugnaciones de los
trminos del reparto de bienes hereditarios.
Se advierte que los padres eran conscientes de los conflictos que podan derivar de la
divisin de los bienes paternos al momento de la distribucin de la herencia, especialmente
cuando existan hijos de distintos matrimonios de los padres. Es por ello que en ocasiones
utilizasen su testamento como vehculo para transmitirles instrucciones y directivas acerca del
comportamiento que deban observar al momento de su desaparicin, aconsejndoles se
guardasen de caer en conflictos que los distanciase y perjudicasen el patrimonio familiar que
les corresponda. En ese sentido, doa Mara del Carmen Bustos, dos veces viuda, en su lecho
de muerte recomendaba a sus hijos legtimos a quienes delaraba sus herederos universales:
...para que con la
bendicin de Dios y la ma los posean y disfruten, encargndoles
encarecidamente eviten cada uno de por si y todos juntos, toda
disencion, la que no les puede acarrear otra cosa, sino graves
perjuicios sus Almas y sus intereses y en esta virtud, y la del
mutuo amor que les profeso, reproduzco mi suplica para que esta
sirva de respeto a alguno que quiere mover gestion sobre el
reparto de sus respectivas aliquotas...
1208
.
1206
La suma que Joaqun le dej al hermano don Juan Bauptista -casado con doa Isabel Guasar Fajardo con
quien comparta casa poblada en la ciudad en la calle de La Caridad- parece haber tenido un valor simblico mas
que econmico ya que la misma era de $30. Los hermanos del Barco eran hijos de don Jos Lpez del Barco y
de doa Molina Navarrete. AHPC, Escribana III, Ao 1763, leg. 5, exp. 11.
1207
Ibdem.
1208
Cfr. AHPC, Registro I, Aos 1815 1819, leg. 183, f. 317. La cita corresponde a la clusula dcimoctava del
testamento de doa Mara del Carmen Bustos.
448
An entre individuos que no pertenecan a sectores acomodados es dable observar
entre los progenitores la manifestacin de su preocupacin por eventuales conflictos que
podan desatarse entre los hijos, a sabiendas de que los bienes que entregaban a uno y otro no
siempre eran equivalentes. Ntese por ejemplo la aclaracin que haca Claudia vila en su
testamento:
...si alguno alegare
contra otro por el mas valor de lo aplicado es mi voluntad el
mejorar a este en la parte que excediese para oviar disension y
desabenencia por ser mi deseo que se conserven en la union que
hasta aqu...
1209
.
Pero ms all de los intentos paternos por evitar tensiones entre los hijos, las
relaciones fraternales tambin daban pie para el disgusto. Como ocurra incluso entre padres e
hijos, entre hermanos sola estallar el conflicto al momento de disputar intereses materiales.
La rivalidad fraterna poda tomar distintas formas y enfrentar tanto a individuos del mismo
sexo como a varones contra mujeres
1210
.
As por ejemplo doa Josepha Moyano, -vecina de la ciudad e hija del Maestre de
Campo don Vicente Moyano y de doa Francisca de Cabrera ya difuntos- enfrent a su
hermano Vicente Moyano, de la misma ocupacin de su padre. El hermano supuestamente
administraba los haberes comunes que haban recibido, negndose segn la actora a
entregarle la parte que le corresponda de su porcin dentro del quinto. En efecto, temiendo
una disminucin del valor hereditario de los bienes depositados en manos fraternales, deseaba
se le entregase un esclavo tasado en $200 a modo de satifaccin de lo que le corresponda. El
hermano, inhibindose de toda responsabilidad, negaba hallarse en posesin de bien alguno y
achacaba a otro de los varones, de nombre Salvador la tenencia de los mismos. A su vez,
1209
Cfr. AHPC, Registro I, Ao 1789, leg. 171, f. 300.
1210
Un ejemplo de co-heredera litigando en este caso contra un cuado constituye el de doa Teodora Rodrguez,
velada de don Francisco de Medina. En este caso, como en otros, el problema de herencias indivisas estall al
momento de que uno de los co-herederos decidi disponer de los bienes sin haberse efectuado correspondiente
inventario, tasacin y reparto de los mismos. As, la accionante acus a don Jos de Ulloa esposo de su hermana
difunta -en su calidad de albacea testamentario de su finado padre- de haberla desatendido y postergado en sus
derechos de hija y heredera procediendo l de malicia, disipando bienes que se autoadjudicaba como propios
estando una causa judicial pendiente. La justicia dio la razn a la mujer por encontrar legtima su queja y el
expediente finaliz con la prohibicin del juez efectuada a Ulloa de trocar, vender, enajenar o cambiar la casa
hasta la divisin y particin pendiente, cfr. AHPC, Escribana III, Ao 1763, legajo 4. Reclamar la nulidad del
testamento de un hermano fallecido declarando su inhabilidad para testar por demencia, cuando no se haba
resultado favorecido en l poda constituir una estrategia que se asociara a la intencin del reconocimiento de
los correspondientes derechos sucesorios. As por ejemplo doa Antonia Soria pidi ante el juzgado del 2Voto
en 1791 en el Valle de Punilla, la declaracin de la nulidad del testamento de su hermana conocida
pblicamente por fatua, AHPC, Escribana I, Ao 1791, leg. 414, exp. 3. ...que reciban mi buena voluntad...
poda ser todo el legado de aquellos padres que no haban labrado fortuna alguna para transmitir a sus
descendientes, cfr. AHPC, Registro I, Ao 1795, leg. 177, f. 249.
449
Salvador tambin desconoci responsabilidad al respecto y haciendo gala de una afilada
pluma arremeti contra el hermano varn que le endilgaba mala intencin:
...no se si poseido de una afinada
malicia o de un declarado idiotismo [...] propio del genio de aquellos
hermanos cuya descripcion nos ministra Ovidio fratrum quoque gratia rara
est y tal vez aborto del maldiciente Momo o del obscuro Pluton me veo
precisado en desagravio de mi estima vivamente bulnerada con tan
injuriosa contumelia...
1211
.
En la prctica, cuando moran los progenitores no siempre se seguan los pasos
legales correspondientes al sucesorio. Hubo situaciones en las cuales, sin practicarse
inventario ni tasacin de los bienes paternos, el hermano mayor tom a su cargo la
conduccin de la hacienda familiar asumiendo el cuidado de los menores. As ocurri por
ejemplo en el caso de los once hermanos Pereyra. Muertos los padres, tras el casamiento de la
mayor de las hermanas, el varn que le segua a sta en edad, Lazaro, qued a cargo de la
estancia que tenan en Traslasierra y de los nueve menores. Ms tarde se cas abandonando la
propiedad comn, llevndose una parte de la hacienda. Le sucedi Lorenzo haziendo
carrera, quien cas a una de las hermanas dndole una manada de yeguas en dote a la vez
que tom de facto para s una parte de la hacienda; a su muerte fue reemplazado por Jos
Joaqun quien asumi la responsabilidad sobre la casa y las hermanas y hermanos que
quedaban solteros. Cas a Candelaria a quien en su opinin:
...no tena ovligacion de darle nada pues la poca hacienda que
le poda tocar no alcanzaba a pagarle los alimentos de quince aos (sin
embargo) como buen hermano de lastima y conmiseracion le di de las
haciendas que con mi trabajo habia adquirido...
1212
.
Y all estall el conflicto. Evidentemente, con el correr del tiempo el padre haba
muerto haca ms de treinta aos y la madre alrededor de veintisis- y tras los rditos
obtenidos a travs de esforzado trabajo y desvelos para asegurar el pan de la numerosa
familia, el hermano a cargo de la jefatura iba arrogndose atribuciones de propietario. En
efecto, no habindose efectuado la correspondiente particin en su momento, a medida que
transcurra el tiempo las porciones hereditarias de cada hermano se haban desdibujado
confundindose el patrimonio original comn con las mejoras resultantes del manejo de la
propiedad. No conforme con lo que la esposa haba recibido, el marido de Candelaria, -don
1211
AHPC, Escribana I, Ao 1782, leg. 399, exp. 7. Se desconoce el final de la cuestin y slo se hace mencin
a una particin extrajudicial a la que se deba recurrir frecuentemente en sucesorios para abaratar costos, pero el
extracto antecedente resulta suficiente aproximacin del cariz que poda tomar un pleito en donde los hermanos
se enfrentasen como litigantes.
1212
AHPC, Escribana I, Ao 1777, leg. 389, exp. 2.
450
Francisco Xavier Quevedo- acus a Joaqun de haber abusado de los ttulos de albacea en los
siguientes trminos:
...abandonando la comprension y caridad que debieron observar
por ser mi parte menor de edad y de sexo femenino a que mas
inclina la piedad...
1213
.
As solicit -accin judicial mediante- la porcin hereditaria de la joven, mas los intereses
pupilares del 5% debidos a :
...todo menor de edad con reflexin a lo que en tan prolongado lapso de
tiempo habra padecido mi orfandad y lucrado su habilidad en los anuales
avalos y tierras de la hacienda
1214
.
Otra suerte de tensin era la planteada entre los hermanos Arredondo, en efecto,
prximo a morir don Antonio Arredondo dej constancia de los objetos que haba tomado de
su casa el Presbtero Dr. don Alcntara Arredondo, su hermano, ya que en la interpretacin
de aqul, estando ausente de la ciudad, el sacerdote concurra a su casa a tomar prestados a su
mujer valiosos y exclusivos objetos de la pertenencia de aqul, los cuales utilizaba segn sus
propios intereses, de tal proceder llevaba estricta constancia que le deba:
...una mesa de tinteros de gusto que traje de Cuzco con
peso de 14 marcos de plata que su hechura me cost a treze pesos marco por
ser ygual a la que el Sr. Arzobispo de Lima mand hacer para el Sr. Carlos IV
y en mi asuencia se la pidi prestada a mi muger y la mando a Espaa con
don Sebero Isasmendi, vecino de Salta [...] me debe asimismo una docena de
platos de plata que tambien pidio a mi muger prestados y se los regalo al Sr.
Gobernador Gonzalez...
1215
.
Un acto de aparente solidaridad hacia un hermano poda desembocar en un conflicto
cuando ste no se avena a reconocer el trmino del beneficio concedido. As ocurri al
Chantre dignidad de la Iglesia Catedral Dr. Josef Lino de Len, en 1795, quien afirmaba
haber cedido a su hermano casado Pascual Vailon Leon y su familia, una casa de su
propiedad en prstamo precario, la cual se negaba a restiturle. Pascual daba largas a la
1213
El pelito finaliz en un arreglo extrajudicial el 29 de agosto de 1777 ...teniendo presente las malas
consequencias costos y perjuicios que acarrean los litigios y lo odioso que son principalmente entre
hermanos..., Los once hermanos Pereyra, hijos de don Matias Pereyra y de doa Mara Infante eran Mara
casada con Juan Ferreyra, Lzaro, Juana, Lorenzo, Joseph Joaquin, Ana Mara, Francisco, Matas, Candelaria,
Cathalina, Juana Rosa: cfr. AHPC, Escribana I, Ao 1777, leg. 389, exp. 2.
1214
Ibdem.
1215
AHPC, Registro I Aos 1815 1819, leg. 183, f. 200.
451
cuestin manifestando que su esposa estaba en cama enferma debiendo esperar su
restablecimiento para poder mudarse de all con su familia...
1216
. Pero la inquina entre los
hermanos no terminaba en ello, el religioso lo acusaba adems de robarle ganado vacuno de
la estancia de Santa Rosa faenndolo y vendindolo por s mismo y a travs de los sobrinos
de su mujer. En la interpretacin de Pascual, dicho ganado indiviso era posesin de ambos, y
se manifestaba injuriado por lo que consideraba imputaciones calumniosas que ocultaban un
verdadero objetivo: ...expulsarme y que se me despoje del dicho puesto de Santa
Rosa...
1217
.
El anlisis de los juicios de nulidad permiti, como se ha visto, detectar algunas
situaciones de relaciones sexuales incestuosas entre hermanos. Las restricciones religiosas y
sociales habran actuado como factor represivo de las mismas
1218
.
4. Yernos y suegros/as
Si bien las relaciones entre parientes polticos podan ser de pacfica cordialidad
1219
en
ocasiones las tensiones entre suegros y yernos los transformaban en adversarios declarados,
situacin en la cual los ms dbiles llevaban la peor parte. As como ocurra en el caso de
disputas entre cnyuges, en donde los hijos eran manipulados en ocasiones en encarnizadas
peleas como piezas de caza
1220
; cuando se enfrentaban suegro contra yerno, los vnculos de
hija y esposa que ligaban a la mujer con una y otra parte la pona en situacin de ambivalente
ambigedad en la prctica ya que si bien desde el matrimonio la potestad de su persona era
ejercida por el marido, el padre, bajo cuya autoridad haba estado desde su nacimiento se
manifestaba an vvidamente.
En ciertas circunstancias los yernos hacan responsables a sus padres polticos de
ejercer nefasta influencia hacia la hija. Es el caso de Basilio Pereyra, habitante del Ro IV,
quien entabl querella civil contra su suegro -juez pedneo del Partido de Tegua- en 1790
1216
AHPC, Escribana I, Ao 1795, leg. 424, exp. 9.
1217
AHPC, Escribana I, Ao 1795, leg. 424, exp. 10.
1218
PERROT sostiene que si bien el incesto fraterno no era frecuente en Francia a causa de la profunda
represin por los interdictos religiosos y sociales, s comprueba pasiones amorosas platnicas entre hermanos
confesadas en diarios ntimos u otros documentos, cfr. PERROT, M. (2001: 170) Ob. Cit., Cap. Cit.
1219
Ntese por ejemplo la expresin de confianza de Doa Mara Allende quien nombr a su yerno Phelipe
Haedo entre los albaceas encargados de ejecutar su testamento, cfr. AHPC, Registro I, Ao 1789, leg. 171, f.
199.
1220
Sobre la violencia familiar puede consultarse MORENO, J.L. (2002) Conflicto y violencia familiar en el Ro
de la Plata, (1770 1810) en Taller de Discusin sobre La Familia , Universidad de Quilmes. Tambin puede
consultarse GOICOVIC DONOSO, I. (2001) Mujer y violencia domstica: conductas reactivas y discursos
legitimadores, en XXIII International Congress of the Latin American Studies Association, Washington.
452
acusndolo de haber inducido a la hija a divorciarse bajo amenaza de desheredarla. En la
versin del yerno en complicidad con otros de sus parientes, el suegro procedi a denunciarlo
por malos tratamientos hacia la esposa con el resultado de que el cura del partido lo hizo sacar
de la casa con todos los bienes muebles que como dote la joven haba introducido al
matrimonio. Es difcil establecer si la accin del suegro acusado a su vez por el yerno de
vivir amancebado pblicamente con mujer de notoria mala calidad y de mal desempeo en
sus funciones de juez- se originaba en un inters genuino por liberar a la hija de una relacin
infortunada, o si la cuestin estribaba en un enfrentamiento entre los hombres por otros
motivos, lo cierto es que la situacin de estas mujeres, ubicadas en el epicentro de la disputa
entre hombres rivales era delicada y de resultado incierto, de hecho, la causa sealada
permaneci inconclusa
1221
.
En el conjunto de los parientes que rodeaban a la pareja conyugal, la figura de la
madre de la esposa aparece como un elemento de relieve en las causas matrimoniales. Su
capacidad de influir en el nimo y comportamiento de la esposa era temida por los
maridos
1222
. Acompaando, defendiendo, ejerciendo fuerza para doblegar la voluntad de una
hija que se negaba a sus designios, la presencia de la madre se reitera en los expedientes.
Encabezando la defensa de su hija para liberarla de una vida conyugal desgraciada, puede
vrsela entablando demanda de divorcio en su nombre, implorando amparo ante los
tribunales. Testigo del maltrato prodigado a la hija, era en ocasiones tambin vctima de la
violencia fsica del yerno.
As por ejemplo doa Agustina Ramrez, madre de Gernima de la Oliva, relataba en
1705 en los estrados judiciales los hechos de una noche de horror y sufrimiento padecidos
por su hija embarazada, durante la cual ella debi defenderla de golpes y amenazas con
cuchillo prodigados por el yerno. Intentando quitar importancia a los hechos referidos por la
suegra, el demandado la acusaba de pretender separarlos, de: querer dividir lo que Dios
Nuestro Seor uni
1223
y hallaba explicacin a la acusaciones de la madre poltica en el
natural ardiente; y fogosida natural
1224
de la progenitora de la mujer, acusndole de
1221
AHPC. Escribana I, Ao 1790, Leg. 410, exp. 2.
1222
Un ejemplo puede consultarse en AAC, Causas matrimoniales, Juicio de divorcio, Leg. 195, Aos 1746
1785, exp. 5.
1223
AAC, Causas matrimoniales, Juicio de nulidad matrimonial, Leg. 194, Aos 1688 1745, t. I, exp. 7.
1224
Ibdem.
453
brindar malos consejos y responsabilizndola de las desavenencias conyugales,
argumentando ser la madre y no la hija, la generadora de los reproches hacia su persona
1225
.
La iniciativa de una madre para procurar alcanzar la nulidad del casamiento de la hija
a seis aos de haberse efectuado la unin, alegando la existencia de un impedimento de
afinidad en la pareja -originado en un episodio ocurrido una decena de aos antes del
casamiento- poniendo a la luz un hecho justo en el momento en el que el marido se propona
llevar consigo a su mujer a vivir a Mendoza, puede ser interpretado como una estrategia
mentada para impedir el alejamiento de la hija del entorno familiar cordobs, lo cual revelara
la estrechez del vnculo parental, especialmente entre madre e hija, y la intervencin materna
pretendiendo constiturse en la palabra socialmente autorizada para esclarecer la cuestin
matrimonial de la hija en una cuestin tan delicada como una solicitud de nulidad
matrimonial
1226
.
La animadversin del yerno hacia la suegra se constata en ms de un expediente en
familias de diversa condicin social, tanto en la ciudad como en el campo, evidencindose
incluso una actitud de autopercepcin de tal rivalidad en el caso del comerciante espaol
Pedro Bazn, quien confesaba en 1769 que no pudiendo soportarla ms, haba botado a la
suegra de una de sus tiendas
1227
.
En representantes del sector de castas y en la campaa puede observarse tambin esta
particular inquina entre suegra y yerno. Resulta llamativo que en una declaracin tomada a un
individuo preso por estar acusado de graves maltratos fisicos hacia su mujer. En una sola foja
de su relato el yerno mencionase seis veces la palabra suegra , reconoca estar
indispuesto con la madre de la esposa por algunas axiones malas que buscaba la
suegra
1228
, haca responsable a la misma de haber inducido a la esposa a quejarse ante el cura
de la mala vida
1229
que l le daba, y le recriminaba que por lo que l consideraba su falso
testimonio, la autoridad hubiese sacado a la esposa de su lado. Se mostraba indignado de que
en su ausencia su mujer hubiese autorizado la entrada en su vivienda de un mulato con quien
la suegra estaba relacionada, segn l, en mal vivir
1230
.
1225
Ibdem.
1226
El impedimento de afinidad matrimonial se originaba en haber tenido el marido relaciones carnales con una
prima de la hija seis aos antes del casamiento, cfr. AAC, Causas matrimoniales, Leg. 195, Aos 1746 1785, t.
II, exp. 1.
1227
AAC, Causas matrimoniales, Juicio de divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, exp. 5, f. 40.
1228
AAC, Causas matrimoniales, Juicio de divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, exp, 15.
1229
Ibdem.
1230
Ibdem.
454
Pero no slo la suegra aparece en la documentacin como agente focalizador del
resentimiento de los yernos sino ambos padres de la esposa en su conjunto, y an todo el
conjunto de sus parientes. El hogar paterno parece constituir uno de los lugares preferidos por
las esposas para ser depositadas en caso de conflicto judicial con el marido, eleccin que
stos resistan, solicitando se las ubicase en casa ...mui independiente de parentesco, ni otra
relacin...
1231
.
El enfrentamiento entre los padres y el yerno tena que ver en general con la
preocupacin de los progenitores por ver garantizado el bienestar fsico y espiritual de la hija,
este celo por su seguridad ocasionaba una accin tendente a mantenerla en su proximidad
procurando retenerla a su lado.
Algunas mujeres, ante las desavenencias conyugales concurran a la casa paterna
buscando all refugio, no aceptando luego regresar al lado del marido. En el caso de doa
Gervasia Echenique y tras once aos de matrimonio, se negaba a cohabitar con su marido
permaneciendo por ms de un mes en casa de sus padres, hecho que el yerno denunci a la
justicia eclesistica
1232
.
Tras la negativa de la esposa de aceptar la convivencia conyugal, y consecuente con la
conviccin respecto de la influenciabilidad natural de la mujer, la autoridad y el mismo
esposo crean advertir una resistencia de los padres para que abandonase el hogar paterno,
siguiendo a su marido a la ciudad de Crdoba. Magdalena Lpez, hija de un Maestre de
Campo de Ro Segundo negaba enfticamente tal oposicin en relacin a que sus:
...Padres aian mas puesto el estorbo ni impedimento alguno
para que siguiese al dicho su marido [...] s le a puesto reparos
disiendole que no tienen en la ciudad como pasar la vida por no
tener casa ni otro medio ni posibles para mantenerse siendo este
el unico reparo para no salirse del lado de sus Padres adonde el
mismo su marido y ella se ven socorridos de lo necesario...
1233
.
Como puede advertirse, los padres proporcionaban a la pareja medios de subsistencia.
Llamado a declarar, el suegro calific a su yerno ante la justicia como totalmente inutil e
1231
AAC, Causas matrimoniales, Juicio de divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, exp. 5.
1232
AAC, Causas matrimoniales, Juicio de divorcio, Leg. 196, Aos 1786 1790, exp. 5.
1233
La demanda fue iniciada en el ao 1775, cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicio de divorcio, Leg. 195, Ao
1746 1785, t. II, exp. 11.
455
inabil para buscar la vida
1234
y expres su preocupacin de que al lado de dicho hombre
pasase su hija necesidades materiales manifestando que le dolia [...] el ver que sin mas
motivo que andar caminando sin negosio alguno que isiese aser padecer a su hija...
1235
.
En otra causa procedente de Jujuy, el yerno calificaba su relacin con el suegro como
implacable enemistad
1236
y consideraba imposible la convivencia marital en esa ciudad
debido a que los eclesisticos estaban emparentados con su mujer y, confabulados le
impedan la cohabitacin con ella, por lo cual pretenda trasladarse a Salta. El yerno llev sus
acciones a la instancia del metropolitano de La Plata para reclamar la posesin de su mujer
que el suegro le negaba. El marido era vecino y Regidor de Jujuy y denunciaba ante la justicia
el despojo de legtima muger
1237
, acusaba al suegro de haber infludo en su perjuicio en la
opinin que su esposa tena de l, de empearse en frustrarle la cohabitacin; segn el yerno
la rivalidad surga porque haba impedido a su suegro que despilfarrase sus cortos
intereses; el conflicto exceda la relacin con el padre de la mujer abarcando tambin lo que
el yerno denominaba su parentela de aliados y amigos
1238
(del suegro) los cuales segn l
actuaban para perjudicarlo. El consorte refera reiterados episodios en los que el suegro,
auxiliado por sus aliados, apoyado por representantes de la autoridad eclesistica e incluso
civil, haba arrancado la mujer de su lado
1239
.
En una denuncia por bigamia contra un individuo de Traslasierra de oficio zapatero, el
acusado se defenda resposabilizando al suegro, quien en su opinin y en concierto con la
hija, haban urdido esa falsa historia y que ...entre ambos hayan, con diablica sugestin
procurado falsos informes...
1240
. contra l con el fin de perjudicarlo; segn el yerno, el
suegro se haba opuesto a que contrajese matrimonio con su hija.
1234
Ibdem.
1235
Ibdem.
1236
El marido accionante era Domingo Antonio Maurin casado con Manuela Azavey, ambos naturales y vecinos
de Jujuy, en una causa de 1778, AAC, Causas matrimoniales, Juicio de divorcio, Leg. 195, Ao 1746 1785, t.
II, exp. 10.
1237
Ibdem.
1238
Ibdem.
1239
Ibdem.
1240
AAC, Causas matrimoniales, Juicio de divorcio, Leg. 195, Ao 1746 1785, t. II, exp 8.
456
El epicentro de las relaciones de parentesco: La pareja conyugal
Como se lleva expresado, desde los inicios de la Iglesia el matrimonio ha sido
representado como la unin de los esposos en la misma carne ubicndose a la pareja conyugal
en el ncleo de las relaciones de parentesco, asignndosele al lazo entre los esposos una
importancia superior incluso a las relaciones de sangre
1241
.
Desde los siglos XII y XIII, y con las exigencias de la publicidad y el registro por
escrito de la celebracin del casamiento impuestas por la Iglesia y ms tarde con la
intervencin del Estado en esta materia, la cuestin matrimonial fue introducindose en el
mbito de lo pblico aunque reservado tambin a un espacio de la intimidad; tironeada entre
ambas realidades, en el umbral del territorio privado y del espacio pblico
1242
.
No poco se ha debatido respecto de la relacin entre amor y matrimonio. La postura
evolucionista haca coincidir la aparicin del ingrediente afectivo en la pareja con el
advenimiento de la familia moderna. En coherencia con dicho enfoque, una corta esperanza
de vida y una relativamente breve duracin del matrimonio, sumado a altas tasas de
mortalidad y a las obligaciones familiares como base del inicio de la unin contribuiran a la
debilidad afectiva de las familias de antao. Esta concepcin ha sido refutada desde la historia
y antropologa recientes, que sostienen que si bien en las sociedades denominadas
tradicionales eran corrientes los matrimonios concertados por los padres y familiares, dada
la importancia que las alianzas tenan para la supervivencia del linaje, ello no implicara la
ausencia de los sentimientos en las parejas conyugales del pasado. En efecto, si bien el
sentimiento no constituira un factor prescriptivo para la unin, ello no implicara su
ausencia
1243
.
Philippe Aris considera que el amor, como la vida sexual, constituyen algunos de los
aspectos de la vida del hombre que resultan difciles de rastrear para el historiador ya que de
1241
En la importancia del vnculo conyugal seguimos a BESTARD, J. (1992: 90) Ob. Cit.
1242
Cfr. ARIES, Ph. (1987: 214) El matrimonio indisoluble en Sexualidades Occidentales, Buenos Aires,
Paids, pp. 189 228.
1243
Cfr. BESTARD, J. (1992: 90,1) Ob. Cit.
Jacques Goody sostiene que los lazos afectivos de amor y cario en la pareja y familia existan en las familias
primitivas y rechaza la idea de linealidad en los cambios histricos, cfr. GOODY, J. (2001: 162,3) La familia
europea, Barcelona, Crtica, cap. 10: La modernizacin y la familia: las teoras. Familia afectiva?. El amor y
la familia que come unida
457
ellos no abundan los testimonios, en tanto forman parte del universo ntimo y privado de las
parejas, retirado del mundo exterior. El autor reflexiona acerca de esta invisibilidad del
sentimiento entre esposos y sostiene que sta podra asociarse, tanto a indiferencia o
ignorancia, como a pudor y secreto
1244
. El estudioso ubica en el siglo XVIII al momento en
que las dos formas de amor tradicionalmente opuestas -la pasin y el erotismo, propios de
relaciones extramatrimoniales y el amor conyugal se uniran. As, esta disociacin de
sentimientos amorosos acabara con la fusin de ambas caras del amor penetrando poco a
poco en el dominio conyugal hasta imponerse a los esposos la necesidad de amarse como
amantes o al menos de simularlo
1245
.
Como se ha visto, la preeminencia atribuda al hombre en las sociedades del Antiguo
Rgimen planteaba la relacin conyugal modlicaen trminos complementarios,
atribuyendo a la mujer una posicin de subordinacin y obediencia al marido. En ese sentido
la autoridad marital y la patria potestad eran considerados como los pilares en los que se
asentaba la vida familiar
1246
. Consecuente con esta concepcin, la expresin del amor
femenino en el matrimonio se centrara en la sumisin profesada al esposo, a quien la
sociedad le atribua por naturaleza, el papel de jefe del hogar
1247
.
El concepto de la unidad en una sola carne como representacin de la pareja conyugal
se pone de manifiesto en la documentacin en algunas de las frmulas utilizadas por los
esposos en ciertas presentaciones legales y documentos pblicos cuando los miembros de la
pareja se autodesignaban como conjunta persona de...
1248
. al referirse a s mismos y en su
relacin al cnyuge, en una sentencia de corriente utilizacin. Por otra parte, la frmula
utilizada por el novio en la celebracin formal de la promesa matrimonial al expresar :
...que tiene
proyectado desposarse con su futura esposa por el mucho
amor, segn Dios manda, tiene...
1249
1244
ARIES, Ph. (1987:184-5) El Amor en el matrimonio en Sexualidades Occidentales, Buenos Aires,
Paids, pp. 177 188.
1245
Ibdem. pg. 186-8. Dicho autor es considerado el Padre de la Historia de la Familia por la magnitud e
importancia de sus investigaciones.
1246
Sobre la situacin de inferioridad jurdica de la mujer y las prcticas sociales en la relacin de pareja en
Crdoba con un enfoque de estudio de gnero, consltese en este trabajo Parejas, poder y gnero, tercera
parte..
1247
En sus recomendaciones a los esposos, San Pablo aconsejaba al varn amar a su mujer y a sta ser sumisa a
l, cfr. ARIS, Ph. (1987: 183) Ob. Cit.
1248
Abundan en la documentacin consultada ejemplos de lo expresado en el texto, tanto en la de carcter
eclaesistica como civil, confrontar slo a modo de muestra: AHPC, Escribana III, Ao 1763, Leg. 4, exp. 18.
1249
AHPC, Registro. I, Aos 1815 19, Leg. 183, f. 191 (el subrayado es nuestro).
458
contribuira a confirmar la mencionada teora acerca de la prescripcin social del amor en el
matrimonio, en cumplimiento de un mandato divino.
Los testamentos constituyen un espacio privilegiado para, en la proximidad de la
muerte, la exteriorizacin del sentimiento afectuoso hacia el cnyuge. En efecto, como
compromiso para con la Iglesia y para con la sociedad y en tanto expresin de una necesidad
de ordenar y clarificar aspectos de la vida personal, el testamento poda convertirse en el
instrumento para efectuar denuncias, reconocer errores o testimoniar una satisfactoria
avenencia en el matrimonio
1250
.
Como resultado de una trayectoria marital conveniente, era posible que uno de los
miembros de la pareja dispusiera hacer destinatario a su cnyuge de toda la porcin del
patrimonio del que el derecho le permitiera disponer libremente. As por ejemplo don
Antonio Arredondo estableca con respecto al quinto de sus bienes de libre disposicin :
...se le entregue entero a mi mujer doa Bentura de la
Corte a quien nombro por heredera por aberme sido compaera fiel y
aberme ayudado a trabajar y conserbar lo que tenemos...
1251
.
Las mujeres tambin sentan la necesidad de reconocer al final de su vida lo
satisfactoria que haba resultado su convivencia con el marido, y as lo expresaban
1252
.
La voluntad del marido por beneficiar y garantizar el bienestar material de su esposa
Martha Garay y Bazan a su muerte se advierte en el testamento de Ignacio Caete. En efecto,
en el mismo y luego de institurla como universal heredera para que goce y herede sus bienes:
1250
GONZALBO AIZPURU, P.(1998:185) Familia y Orden Colonial, El Colegio de Mxico, Mxico. Sobre el
testamento como herramienta de aproximacin al universo individual privado tambin se ha consultado de
SEOANE, M. I. (1985) Sentido espiritual del testamento Indiano, Buenos Aires, FECIC.
1251
Cfr. AHPC, Registro I, Aos 1815 1819, leg. 183, f. 200. La cita corresponde al testamento de don Antonio
Arredondo, redactado el 26 de junio de 1819. Dicho testamento es demostrativo de la previsin y orden en el
proceder de su autor. En el mismo la esposa ocupa un lugar preponderante, reflejo de una relacin satisfactoria
de la pareja durante los aos del matrimonio. El monto en propiedades equivalente al valor de las arras que
ofreci a la esposa al momento de casarse y reconoca al momento de testar ascenda a $2.000, lo cual equivala
al 10% de los $20.000 del capital declarado como ingresado al matrimonio. Como bienes gananciales sealaba
le correspondan a su cnyuge y a una hija soltera, la casa de la ciudad cuyo valor estaba tasado en $7.000 con
los animales, esclavos y muebles; al resto de los hijos les haba asignado una propiedad rural a cada uno con sus
construcciones, plantaciones, corrales, potreros en valores oscilantes entre los $2.000 y los $1.000 a cada uno. El
marido se preocupaba de establecer con claridad los bienes que le corresponderan a la esposa a su muerte,
reconocindole derechos sobre una propiedad equivalente en valor a las que distribua entre sus hijos en
concepto de las arras que le haba ofrecido al entrar al matrimonio, especificaba asimismo los bienes gananciales
que deban adjudicrsele y la beneficiaba con el quinto.
1252
Doa Mara Eusebia Funes se refera en su testamento al ...amor y cario que me ha profesado el citado mi
marido... y lo designaba su nico albacea: cfr. AHPC. Registro IV, Ao 1805, leg. 6, f. 349.
459
...con la bendicion de Dios por no tener mas
heredero que ella, y haverme dado en todo gusto, servido y
acompaado como fiel y leal muger...
1253
.
Se preocupaba adems de remarcar que los bienes que declaraba como suyos los:
...hemos adquirido y buscado de
mancomun con mi dicha mujer Garay con nuestro trabajo personal y la
buena vida maridable que hemos tenido con mi dicha compaera assi
para descargo de mi conciencia la mitad de dichos mis vienes le
pertenecenn a ella por la razon que llebo dicha y que yo como hombre
los manipulo i gobierno los h puesto por mos pero son el a la
conformidad dicha...
1254
Que recelaba de sus hermanos de quienes deseaba protegerla de un posible reclamo en
los derechos del sucesorio -reclamo que efectivamente realizaran- se refleja en la
advertencia que formulaba a continuacin:
...si acaso mis hermanos o alguna otra
persona le quisieren meter pleito o perturvar por no haver resevido
nada por legtima ...
1255
.
La mutua designacin como albacea con pleno poder para disponer de los bienes en
caso de fallecimiento del otro, puede ser interpretado como expresin de confianza y leal
entendimiento entre cnyuges, del mismo modo que redactar el testamento conjuntamente,
como seal de previsin y armona en la relacin
1256
. No solo las parejas acomodadas obraban
de este modo, el testamento conjunto constitua una forma de ahorrar gastos administrativos
que resultaban duplicados al obrar independientemente; resultando satisfactoria para los
individuos pertenecientes tambin a los sectores populares
1257
.
1253
Se trata de un pleito en reclamo de nulidad de testamento de habitantes de Traslasierra efectuado por los
hermanos del difunto contra la viuda en segundas nupcias, designada por sus cuados como parda libre, cfr.
AHPC, Escribana I, Ao 1781, leg. 396, exp. 4.
1254
Ibdem.
1255
Ibdem.
1256
El espaol peninsular don Francisco Bas, natural de Santa Mara de la Retorta y su esposa doa Viviana
Yedros celebraron conjunto testamento y se designaron mutuamente albaceas estando ambos en goce de buena
salud, cfr. AHPC, Registro IV, Aos 1808 1810, leg. 8, f. 142 vto.
1257
As por ejemplo la pareja integrada por dos individuos identificados como pardos libres Bernardina Galarza
y Mara de la Asencion Albornoz redactaron su testamento en forma comn, del documento surge que la esposa
era de condicin liberta: cfr. AHPC, Registro I, Ao 1795, Leg. 177, f. 264.
460
La estrechez de la convivencia entre marido y mujer en el universo de la vida
domstica se pone de manifiesto en esta breve misiva de una esposa a la autoridad en un tono
de lamento, unido a una cristiana resignacin ante la sbdita muerte del marido:
Seor Maestro de Canpo Don Geronimo
Chanique:
Muy seor mio despues de
saludar a vuestra merced paso a desirle la desgracia tan grande que me
a susedido de aberse muerto Don Pedro [Garay] en la cama estando
sesteando los dos juntos, y me e recordado [me despert] y lo e allado
muerto abiendo estado ese dia mejor comiendo y parlando lo que
otros dias no.
Que Dios a sido serbido llebarlo. Y ahora es ocasin
que vuestra merced me a de faboreser en todo y por todo, y en primer
lugar con la sera [se refiere a la cera] y alla ba el cuerpo para vuestra
merced disponga de[el]l
Y o [c]tubre 11 de 1745
Su serbidora [firmado] Doa Ageda Granados
1258
.
En contraste, en el encono de ciertas relaciones conyugales continuaba primando el
desafecto an en la postrmera voluntad. As un individuo negaba a la mujer todo reclamo
sobre los bienes introducidos por ella para contribuir a las cargas del matrimonio
argumentando que:
...cuando se separ de mi ya haba
llebado y extrado mucha mas cantidad que la que trajo...
1259
.
La documentacin da cuenta del difcil trance que a los espaoles peninsulares
establecidos en estas tierras les toc atravesar durante el proceso independentista de la regin
del Plata, y del considerable papel que jugaron sus esposas criollas intercediendo por su
situacin ante las crecientes contribuciones en dinero en apoyo de la Causa patriota exigidas
por los Gobiernos de la Revolucin. Resulta significativo que la esposa haya asumido
personalmente la empresa de la defensa, pudiendo solicitar se hiciera cargo de la misma
algn pariente de sexo masculino; ello confirmara el predicamento del que gozaba la voz de
1258
Dicha carta ha sido consultada en Documentos Histricos coleccionados por el P. GRENON S.J. (1924: 42
- 43) Seccin Literatura. Publicacin Oficial del Archivo de Gobierno, Tomo II, N6, Literatura Femenina,
Crdoba, Pereyra Editor.
1259
Cfr. AHPC, Registro I, Aos 1837 1842, leg. 188, f. 327. La cita corresponde al testamento de don
Sebastin Martnez.
461
la esposa legtima en la sociedad analizada, an en los casos de los espaoles europeos, en los
tiempos de las guerras por la emancipacin.
As, el 13 de septiembre de 1816 compareca ante el Gobernador Daz doa Francisca
Antonia Lpez Cobo solicitando se redimiese de la crcel a su cnyuge don Manuel Porto,
preso en la crcel pblica por no haber cubierto la contribucin al Erario impuesta a los
peninsulares. Para justificar la falta de pago de la contribucin forzosa que se le exiga, la
mujer apelaba al recurso de exaltar su caballerosidad marital y acatamiento a las leyes que
impedan al marido enajenar los bienes dotales de la esposa, expresando que como no
dispona l de la suma que el gobierno republicano le requera:
...quiso ms padecer el sonrojo,
vilipendio, molestia, y afliccin que presenta la crcel que echar mano
de intereses mos. Estoy ntimamente persuadida a que en este proceder
de mi marido no tubo parte la mezquindad, la avaricia, ni la
desobediencia; sino el acendrado pundonor de no cercenar mi exigua
dote. A esta accion tan generosa como varonil no ser justo que yo
corresponda con otra? Qu se dir de una esposa americana que mira
con indiferencia los padecimientos de su consorte en una carzel que a
competencia con la vejacion exhala miasmas pestiferas. Mi corazon
sensibilisimo no difamaria a mis compatriotas
1260
.
La pronta puesta en libertad del espaol como resultado de la gestin de su mujer
parece constituir indicio, tanto del ascendiente de la esposa en la autoridad, como de la
estima y respeto que la pareja legtimamente constituda inspiraba en la sociedad, an en
extremas circunstancias poltico-militares, cuando haba que defender la independencia
recin consagrada y la guerra revolucionaria arreciaba.
Cuando la armona cesaba entre los esposos, lejanas estaban las manifestaciones de
solidaridad y afecto, exteriorizndose en ciertos casos una extrema indiferencia hacia la suerte
del cnyuge, hasta el lmite de poner en riesgo su supervivencia por falta de asistencia.
1260
El marido espaol era don Manuel Porto. El emprstito que deba cubrir a las arcas del Estado era de $300.
Habiendo efectivizado el pago de la mitad de esa suma con anterioridad, se le exigi que al da siguiente de
recobrar la libertad deba efectivizar la contribucin de la otra parte, cfr.AHPC, Escribana IV, Ao 1816, leg.
49, exp. 16. En otro documento correspondiente al mismo ao 1816 el comerciante Manuel Lpez tambin de
origen espaol sufri tambin crcel y embargo de su tienda. La pesada carga de familia que sobrellevaba serva
a Lpez como argumento para contribuir a explicar la situacin de deterioro material de sus finanzas: ...sin que
me haya quedado en el giro de la tienda un renglon de aprecio que pueda hacer superar las ventas a las
necesidades domsticas y manutencin de dieciocho personas que tengo de familia..., cfr. AHPC, Escribana
IV, Ao 1816, leg. 49, exp. 23.
462
La legislacin contemplaba el deber de asistencia mutua entre marido y mujer
1261
.
Respecto de la obligacin alimentaria especficamente que abarcaba la comida, bebida,
vestimenta, habitacin y recuperacin de salud- se ocupaban las Leyes de Partidas. En las
Leyes de Toro se reconoca tambin el deber del esposo a dar a la mujer el alimento, el
vestido as com las otras cosas necesarias
1262
. Exista consenso en general acerca de que
era obligacin del varn casado, ya en su carcter de marido, ya de padre de familia, proveer
de alimentos y recursos a la esposa e hijos.
La imagen naturalizada acerca del varn jefe del hogar se relativiza en la prctica,
ya por motivo de fallecimiento, por la frecuente ausencia en no pocos hogares de su
persona por perodos de tiempo variables, y muchas veces prolongados ya porque,
cohabitando, no cumpla las obligaciones inherentes a esa funcin. Resulta significativo que
segn el censo de 1778 un 29.5% de los jefes de los hogares de la ciudad de Crdoba
correspondiesen al sexo femenino
1263
.
Testimonios de esposas sosteniendo una crecida familia sin ayuda marital
1264
contradicen la imagen tradicional acerca de la pasividad del rol femenino en las sociedades
histricas. Una de las ocupaciones de las mujeres para sostenerse consista por ejemplo en la
tejedura, el hilado para la confeccin de lienzos, la cra de aves del corral, la elaboracin de
confites y dulces y otras grangeras cuyo producto les era arrancado en ocasiones por el
marido quien lejos de auxiliarlas con lo necesario las despojaban de sus magras ganancias
1265
.
Cierta solidaridad de gnero entre madres e hijas
1266
y an de abuelas y criadas es dable
advertir entre mujeres en la procura del sustento al que todas colaboraban
1267
.
Para las esposas formalmente separadas de los maridos, uno de los inconvenientes
radicabaen las posibilidades que en la prctica tenan de alcanzar la restitucin de la dote
debiendo enfrentar en ocasiones la franca oposicin de stos a la devolucin que el Derecho
1261
LAS SIETE PARTIDAS DEL REY DON ALFONSO EL SABIO, cotejadas con varios cdices antiguos por
la Real Academia de la Historia y glosadas por el Lic. Gregorio Lpez (1861) Librera de Rosa y Bouret, Pars,
Partida IV, Tt. II, ley 7.
1262
LOS CDIGOS ESPAOLES CONCORDADOS Y ANOTADOS, Madrid 1872, Tomo VI, Leyes de Toro,
Ley LXI.
1263
CELTON, D. (1993:153) La Poblacin de la Provincia de Crdoba a fines del siglo XVIII, en Academia
Nacional de la Historia, Bs. As.
1264
AAC, Causas matrimoniales, Juicio de Divorcio Leg. 203, Aos 1826 1849, tomo X, exp. 58.
1265
Leg. 199, Aos 1800 1802, tomo VI, exp. 2.
1266
La madre y las hijas trabajaban para sustentarse y vestirse, cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicio de
Divorcio Leg. 194, exp. 1.
1267
AAC, Causas matrimoniales, Juicio de Divorcio Leg. 203, Aos 1826 1849, tomo X, exp. 18.
463
estableca con pretextos varios- y en asegurar los medios de subsistencia de ella y del grupo
que permaneca a su cargo.
Ms complicada era la problemtica de las mujeres ms pobres, ya que a los
mencionados problemas de reconocimiento de sus derechos por parte del cnyuge, se sumaba
que stas se hallaban mucho ms desprotegidas que las de clase acomodada en caso de
divorcio por lo exiguo del monto de sus dotes como por carecer directamente de ellas no
pocas veces. Si lograban hacerse or en los tribunales slo les restaba esperar una asignacin
alimentaria fijada por la justicia en los contados casos en que recurran a ella, y luchar para
que el pago se efectivizase en la prctica. La resolucin judicial prohibiendo al marido salir de
la ciudad durante la tramitacin del juicio por alimentos revelara una vez ms -como ya se ha
visto en el caso de las novias burladas por incumplimiento de promesa matrimonial- que una
de las estrategias preferidas por los varones ante el conflicto de pareja consista en poner
distancia no slo de su hogar sino an del lugar de residencia
1268
. Como en las demandas de
divorcio quoad thorum ante los tribunales eclesisticos, una vez ms nos encontramos en las
querellas alimentarias presentadas ante el juzgado civil con la utilizacin del recurso de
acusacin de adulterio contra la mujer por parte del marido a los fines presumibles de que la
misma perdiese sus derechos al fondo conyugal
1269
ya que si la pareja se separaba por causa
de abandono por la esposa o por ser hallada culpable de adulterio, perda todo derecho a la
dote y an a la parte de los bienes gananciales que le correspondan permaneciendo estos en
manos del marido
1270
.
1268
Cfr. Juicio por alimentos tras dos aos de separacin entre Maria Ignacia Mndez, hija legtima de Diego
Mendez, difunto, y Mara Gaona, legtima mujer de Jayme Cazales, de 40 aos. El juzgado ordena al marido no
salir de la ciudad, cfr. AHPC, Escribana I, Ao 1782, leg. 399, exp. 6.
1269
Las acusaciones de adulterio efectuadas por los maridos como consecuencia de una demanda de divorcio
accionada por las mujeres se reiteran en algunos juicios y nos han llevado a pensar que se trataba en ocasiones
de un recurso estratgico del hombre con el fin presumible de que aqulla perdiese su derecho a recuperar la dote
segn estableca el derecho. Ello lleva a interrogarnos en relacin a los efectos que podran tener sobre la honra
de un jefe de familia tal acusacin sobre la moral de la esposa. Es posible que en casos extremos de relaciones
irreconciliables entre marido y mujer, como los ventilados en los divorcios que tratamos, y especialmente en
ciertos grupos sociales, tras el escndalo derivado de la publicicdad de los hechos, el inters por conservar los
capitales materiales hayan primado en el marido sobre otras consideraciones, fundamentalmente en pocas en
las cuales el valor del dinero iba cobrando mayor importancia como factor de prestigio social. Por otra parte, es
posible tambin que existiese en la sociedad conciencia de que los hechos denunciados no eran ciertos sino que
se trataba de una artimaa judicial. Valga como ejemplo de las actitudes mencionadas el caso de divorcio de don
Alejo Gil y doa Mara Antonia Mercado, AAC, Causas matrimoniales, Juicio de Divorcio, Aos 1811 1814,
leg. 201, exp. 7. Sobre conflicto familiar para el caso rioplatense puede consultarse, CICERCHIA, R. (1990)
Vida familiar y prcticas conyugales. Clases populares en una ciudad colonial, Buenos Aires, 1800 1810, en
Boletn del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. E. Ravignani Buenos Aires, Tercera Serie, nm2,
1er. semestre. pp 91 109. Del mismo autor (1997) De mujeres, varones y jueces. Familia popular y justicia en
la ciudad de Buenos Aires. 1777 1850 en Complementariedad entre hombre y mujer. Relaciones de gnero
desde la perspectiva Amerindia, Biblioteca Abya-Yala. Quito, N43, pp. 141 167.
1270
Cfr. BRUNDAGE, J. ( 2000:457) La ley, el sexo y la sociedad cristiana en la Europa medieval , Fondo de
Cultura Econmica, Mxico.
464
En ese sentido, la concurrencia a los estrados judiciales con el fin de solicitar
judicialmente la restitucin de la dote por la esposa se produca a veces tras aos de
separacin informal, como recurso desesperado por ejemplo ante la noticia de que el varn
estaba pronto a partir a otra regin
1271
. No estaban ausentes en los escritos las manifestaciones
de sumisin al marido para conseguir el fin perseguido. El discurso judicial secular en la voz
de la esposa a travs de su defensor era muy cuidadoso respecto del tono que deba
imprimirse a una demanda accionada por la esposa contra su marido, lo cual se advierte en
expresiones tales como: ...mi nimo no es ofender al dicho mi marido...
1272
.
Es que an en parejas que se hallaban separadas desde aos por disgustos
1273
el
marido poda interpretar como una insultante insubordinacin
1274
la accin de la esposa
tendiente a impedir al hombre la enajenacin de bienes dotales y gananciales durante el pleito
de divorcio.
En ocasiones, al momento de pretender recuperar la dote, las esposas se encontraban
con que ignoraban a cunto haba ascendido el caudal por ellas aportado al casarse. Muertos
sus padres, quedaban a merced de lo que el esposo estuviese dispuesto a reconocer como
recibido, no concordando a veces las versiones de stos con la informacin que al respecto les
proporcionaba algn pariente de su confianza. En algunos casos no quedaba ms recurso que
la intervencin judicial para aclarar la cuestin. La misma se complicaba cuando la situacin
de los bienes recibidos haba cambiado por ejemplo, por que se haban introducido en ellos
mejoras.
As por ejemplo, Luis Arce afirmaba haber recibido en parte de dote de su mujer un
terreno estril y desolado
1275
. cuyo valor, con sudor y costos personales consideraba haber
cuadruplicado respecto del originario, motivo por el cual se negaba a reconocrselo a la
mujer como parte de la dote recibida. Respecto de la acusacin de la esposa sobre bienes
gananciales por l enajenados, Arce citaba la ley 5. Del tt. 9 del libro V de la Recopilacin
de Castilla como justificativo de su accin, la cual transcriba del siguiente modo:
1271
El marido se hallaba prximo a viajar a la Provincia del Per llevndose los que l consideraba ser el
producto de sus bienes. La esposa reclamaba dote por valor de $373 lo cual certificaba con la presentacin de
la carta respectiva, Cfr. AHPC, Escribana I, Ao 1782, Leg. 399, exp. 6, f. 3.
1272
En otra causa la esposa explicaba en su demanda que el cnyuge se negaba a volver a convivir con ella
...por mas sumicion, y sugecion que le promete..., cfr. AHPC, Escribana III, Leg. 100, Ao 1839, exp. 13.
1273
AHPC, Escribana I, Ao 1808, leg. 435, exp. 1. Gabriela Capdevila contra su esposo Luis Arze , capitn
recaudador de los Reales Tributos en el pueblo de San Jacinto , por divorcio y separacin de bienes.
1274
Ibdem.
1275
Ibdem. El marido estaba acusado de hallarse en adulterio desde haca 22 aos con la viuda Magdalena
Escalante. Tras cinco aos de litigio, la causa finaliz en transaccin en 1813: a la mujer se le entregaron cuatro
esclavos cuyo importe se habra tasado en una cifra mayor que el monto dotal ; Arce quedaba con la estancia de
referencia.
465
Si el marido consumi algunos gananciales jugando,
meretriciando o en otros males y reprobados vicios no puede la
muger pedir la mitad de ellos, ni se los debe satisfacer de los otros
bienes del marido por que no hizo la enajenacion principalemnte
con animo de defraudar y privar la muger de la mitad y lucro
legal que es lo que la ley prohibe sino por propio vicio...
1276
.
De ese modo y amparndose tambin en la sabidura de moralistas como Antonio
Gmez, a principios del siglo XIX, retrucaba las quejas de la mujer.
Aunque no frecuente fue tambin posible a las esposas despojar al marido de la
administracin de los bienes correspondientes al fondo conyugal habiendo demostrado su
prodigalidad ante la justicia, debiendo solicitar el hombre su auxilio para la subsistencia, ya
que las leyes hacan de ese deber una obligacin mutua entre los cnyuges
1277
.
Respecto de las relaciones sexuales en la pareja casada, en opinin de Brundage, tras
la Reforma los comentaristas de los cnones tridentinos sobre matrimonio como Toms
Snchez (1550 1610) se inclinaron hacia una actitud menos restrictiva del goce sexual en el
matrimonio que en pocas anteriores. En tanto no se obstaculizase la concepcin, la tendencia
consisti en una actitud de mayor tolerancia hacia las relaciones sexuales entre cnyuges
1278
.
Sin embargo, y a pesar de este cambio en el enfoque del sexo marital, ello no
alcanz para impedir que hombres y mujeres, imposibilitados de alcanzar el divorcio legal
buscasen desahogos a relaciones matrimoniales opresivas mediante la prctica del sexo
extramatrimonial. Pero lo ms llamativo era la perdurabilidad que podan llegar a alcanzar
algunas de estas uniones marginales a la moral catlica. Se identifican casos en los cuales los
miembros de las parejas, castigados una y otra vez por la justicia a travs de reconvenciones,
crcel, multas y hasta destierros, persistan en relaciones no autorizadas reincidiendo en la
unin no sacramentada una y otra vez, volviendo a ser denunciados y nuevamente
castigados
1279
.
1276
Ibdem.
1277
LAS SIETE PARTIDAS DEL REY DON ALFONSO EL SABIO, Edicin Cit. Partida IV, Tt. II, ley 7.
1278
BRUNDAGE (2000: 555) Ob. Cit.
1279
Consultar a modo de ejemplo un caso de amancebamiento adulterino reiterado a pesar de multas y prisiones
Cfr. el pleito de Francisco Villafae contra Dolores Tablada en 1799 AHPC, Escribana IV, Ao 1808, Leg. 33,
exp. 9.
466
Sin constituir necesariamente el origen de un pleito de divorcio, ni originarse la
accin judicial en la acusacin de uno de los cnyuges contra el otro, las denuncias de
adulterio se reiteraban a fines del siglo XVIII tanto ante la justicia eclesistica, como civil.
As por ejemplo, era el cura del Paraje de San Antonio quien recurra en 1763 al Tribunal civil
solicitando remedio para el grave escndalocausado por un hombre que viva en estado de
amancebamiento con una mujer casada quien, segn los testigos citados a declarar, no haca
vida maridable con el marido viviendo en total desprecio de ste. En casos como ste es
posible advertir la situacin de divorcio de hecho en el que vivan no pocas parejas, durante
aos
1280
.
El patriarca
1281
Desde la antigedad la imagen del paterfamilias aparece nutrida de una fuerte dosis de
autoridad domstica
1282
, con capacidad de accin y decisin sobre los miembros de la familia,
esposa, hijos solteros, personal de servicio
1283
.
Con el cristianismo la potestad que anteriormente le haba reconocido derecho de
vida y muerte sobre sus hijos y sirvientes habra de verse limitada
1284
. Viga privilegiado del
1280
AHPC, Escribana III, Ao 1763, leg. 5, exp. 17. El caso permaneci trunco.
1281
La figura del padre es analizada por PERROT, M. (2001:125-136) art.cit. Ob. Cit.
1282
En la sociedad romana el pater estaba facultado para exponer al hijo que acababa de nacer; venderlo como
esclavo en territorio extranjero, responsabilizarlo de sus actos delictivos, Cfr. DELGADO CRIADO, B.
(2000:44) Historia de la Infancia, Ariel, Barcelona. En el fundamento de esta autoridad absoluta que la sociedad
romana le reconoca al paterfamilias se ha sealado la necesidad de confirmar y asegurar la paternidad, de
implicarlo y comprometerlo en sus deberes En efecto, si bien la maternidad era siempre cierta en virtud del
embarazo y parto en la mujer, la paternidad careca de evidencia biolgica. Para un ciudadano romano la
paternidad consista en un deber cvico, deba procrear ciudadanos en beneficio de su gens y de su ciudad. Slo
el pater en tal condicin poda integrar a un hijo recin nacido a la familia. Depositado en el suelo despus de
nacer, era elevado en brazos por su padre cuando ste lo reconoca como propio presentndolo a los familiares.
El pater poda en cambio rechazarlo por bastardo, enfermo, o por pertenecer al sexo femenino. La prctica
corriente de la adopcin le permita a un romano por eleccin, convertirse en padre de un nio sin necesidad de
haberlo procreado: Tomado de KNIBIEHLER, Y. (2001: 17, 8) Historia de las madres y de la maternidad en
Occidente, Nueva Visin, Buenos Aires.
1283
Trabajos que se han ocupado de analizar la influencia de la legislacin liberal sobre el matrimonio y la
familia en sociedades de la Hispanoamrica decimonnica, cfr. DUEAS VARGAS, G. La Ley del Padre en la
vida familiar, Colombia, siglo XIX en Programa de Gnero Universidad Nacional de Colombia, 11pg. ponen
de relieve como, en el nuevo modelo de familia liberal los poderes del padre, en lugar de disminuir, se
duplicaron. En efecto, si bien se design al hogar como el espacio privilegiado para el desempeo de las
actividades femeninas, el varn, protagonista indiscutido de la esfera pblica a travs del ejercicio de sus
capacidades polticas, figura central de las actividades econmicas, sociales y culturales tampoco resign en la
mujer el gobierno del hogar domstico asignndose su jefatura. Y si bien los liberales se diferenciaban de los
conservadores en su propuesta secularizadora, la nueva interpretacin no implic un reconocimiento de los
miembros de la familia sobre la base de igualdad y libertad. As los padres continuaron reinando tambin en el
hogar a travs del manejo indiscutido de las finanzas, del control sobre los hijos y de la conducta de la esposa.
Cfr. RODRGUEZ, S. La Redefinicin de los discursos sobre la Familia y el Gnero en Costa Rica, (1890
1930) Centro de Investigaciones Histricas, Universidad de Costa Rica.
467
orden social, su figura encarnaba en el imaginario social la capacidad del comportamiento
humano racional. Sostn material de su hogar, garante del honor de su familia, figura
ejemplificadora de la sociedad.
Encargado de guiar el comportamiento de la esposa, de corregir desvos e
inconveniencias propias de una naturaleza considerada desordenada, a travs de castigos
pedaggicos moderados, deba exigir su respeto y obediencia, el cumplimiento del dbito
conyugal; siendo su responsabilidad proveer a su mujer el sustento, el vestido, prodigarle
tratamiento respetuoso y cohabitar con ella. Alimentar a los hijos, cuidarlos, educarlos,
proveerles un matrimonio correspondiente al grupo social de pertenencia, constituan las
principales responsabilidades paternas en un juego recproco de obligaciones en el cual la
obediencia filial a la potestad del padre conformaba ingrediente fundamental
1285
.
Docilidad, sumisin, acatamiento a la voluntad del pater y fiel servicio eran los
principales atributos de un buen sirviente en respuesta de lo cual se esperaba que fueran
depositarios de la conmiseracin del amo, quien deba ocuparse de sus necesidades mnimas
de subsistencia y de desplegar una funcin moralizadora educndolos en los principios
rudimentarios de la tica cristiana, especialmente a travs del ejemplo.
En su faceta espiritual cristiana la figura del pater se identificaba con la del hombre
piadoso, respetuoso de los preceptos de la Iglesia y de las prcticas devotas de la familia.
El paradigma de la esposa ejemplar: la perfecta casada
1284
El advenimiento del cristianismo habra conllevado una revalorizacin de la imagen de la infancia. Diversos
pasajes de las Sagradas Escrituras destacan al nio como modelo a imitar en los valores de la vida cristiana, cfr.
SAGRADAS ESCRITURAS, Marcos, cap. IX, versculos 35 37 y cap. X, versculos 13 16.
1285
LOS CDIGOS ESPAOLES CONCORDADOS Y ANOTADOS, Edicin Cit. Leyes 47 y 48 de Toro de
1505 incorporadas a la Ley 3, Tt. 5, Libro 10 de la Novsima Recopilacin establecieron que el hijo casado
saliera de la potestad paterna pudiendo a partir de entonces disponer de la administracin y usufructo de todos
los bienes correspondientes al peculio adventicio, cfr. Ramn Pedro YANZI FERREIRA (1994:170) La Patria
Potestad en el Derecho Castellano Indiano. Un estudio a travs de la Jurisprudencia de Crdoba del Tucumn
(1776 1810) en Cuadernos de Historia Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Crdoba ,
Crdoba, N 4, pp. 167 176.
468
En su obra La perfecta casada, gua del comportamiento conyugal cristiano que
sirvi de modelo a generaciones enteras de parejas, fray Luis De Len (1527 1591)
caracterizaba con claridad a la buena esposa
1286
:
Mujer de valor, quin la hallar?
raro y extremado es su precio
1287
Servir al marido, gobernar la casa y criar a los hijos, constituan las funciones
fundamentales de la mujer en el paradigma de la esposa ejemplar. La primer obra loable a la
que estaba obligada la mujer que pretenda encuadrar en la representacin de esposa ideal se
asociaba a la fidelidad
1288
.
Su oficio deba consistir en agradar, servir, alegrar y ayudar en los trabajos de la
vida y en la conservacin de la hacienda al marido. Deba ser hacendosa y madrugadora. La
aguja, el dedal y la rueca constituan los objetos que conformaban la encarnacin de la virtud
femenina por excelencia, aqullos que mantenan las manos y la mente ocupada,
independientemente del estrato social al que la esposa perteneciera
1289
.
En la percepcin del religioso en la obra mencionada, adems de trabajadora, la
perfecta casada deba ser piadosa, caritativa, generosa con sus criados y con los pobres que
solicitasen su ayuda y deba amar a su marido. La mujer deba permanecer en la casa, ya que
los nicos motivos que justificaban que saliese se resuman en dos: visitar enfermos o asistir
a la iglesia. La buena esposa deba ser callada, virtuosa en el silencio, apacible y dulce en el
hablar. Segn el autor sealado, la naturaleza haba hecho a las mujeres para que:
encerradas guarden la casa as las oblig a que cerrasen la boca
1290
.
La mesura, la vergenza y humildad, diligencia, prudencia y honestidad en el cuidado
de la casa eran las virtudes que deba procurar alcanzar una esposa segn el modelo
propuesto. Esta concepcin sostena que las mujeres no tenan substancia para los
negocios ni oficios, por ello haban sido liberadas de tales obligaciones. Ellas no haban
nacido para las cosas de seso y de peso. Segn el frayle no es de su oficio ni natural hacer
lo que pide valor, por ello deban ocuparse slo de lo perdido y liviano
1291
.
1286
Bureau Editor, Buenos Aires, edicin correspondiente a 1999. El modelo de esposa ejemplar desarrollado
en el texto est tomado de la mencionada obra.
1287
La cita corresponde al ttulo del Captulo II, pg. 21.
1288
A lo largo de la citada obra de fray Luis de Len se hacen numerosas menciones a la fidelidad como virtud
fundamental de la esposa. El captulo XII es el ms largo y en no pocas de sus pginas existen referencias
directas e indirectas a la fidelidad de la mujer.
1289
Busc lana y lino y obr con el saber de sus manos, Ob. Cit, autor cit., Captulo V, pg. 32.
1290
Ob. Cit. pg. 72.
1291
Ob. Cit. pg. 75
469
Aunque el marido fuera spero, verdugo, beodo, desapacible, la esposa estaba
obligada a soportarle por ser miembro principal suyo
1292
. Aconsejaba el religioso a los
maridos tratar bien a sus mujeres y tener piedad de ellas, entendiendo que se trataba de su
compaera y parte de su cuerpo flaca y tierna
1293
y como a parte mas dbil deban
brindarle un buen tratamiento
1294
.
La obra de De Len adjudicaba singular importancia a la esposa en el prestigio social
del hombre, y relacionaba la virtud del varn con la calidad de la mujer que ste poseyera, ya
que la buena mujer era presentada como un premio al hombre virtuoso
1295
.
Por su parte, Juan Luis Vives, representante del humanismo renacentista espaol
(1492 1540), en su obra Instruccin de la mujer cristiana , asociaba el amor de esposa
con la obediencia que deba guradar a su marido, as lo expresaba con las siguientes palabras:
Agora porque mejor puedas
obedescer a tu marido y vivir en todo conforme con su voluntad,
la primera cosa que hicieres entrando en su casa , has de
conoscer sus costumbres y considerar su condicin y tantear el
estado en que vive o su fortuna. Porque hay diversidad entre los
maridos, como en todas las otras cosas, bien que todos se deben
amar , acatar, obedescer, ms todos no son de tratar de una
manera, ni llevarlos todos por un rasero [...] esto es verdadero
amor de buena mujer...
1296
.
El arquetipo de esposa que surge de estas obras -clsicas en su gnero- se aproxima
ms a la santidad que a la naturaleza humana; exigindole a la mujer ideales de perfeccin
que no se pretenda en cambio que el marido alcanzase. La inequidad de gneros en esta
concepcin estaba fundada en la naturaleza de cada sexo y slo la va de la santidad permita a
una representante del sexo femenino aproximarse al pretendido paradigma de esposa
ejemplar. Si bien estas obras fueron escritas en el siglo XVI, en sus rasgos sobresalientes el
ideal de esposa se mantuvo durante centurias, y generaciones enteras fueron educadas en sus
conceptos fundamentales. Resulta notable la persistencia en el tiempo de la ideologa en
torno del rol subordinado de la mujer en la sociedad
1297
.
1292
Ob. Cit. pg. 68.
1293
Ob. Cit. pg. 68.
1294
Ibdem.
1295
Ob. Cit. pg. 69.
1296
Editorial IGNO, Madrid. p. 107. La edicin citada corresponde a 1936. El subrayado es nuestro.
1297
La misma es reclacada en SENOR, M. S. (2001) El papel de los intelectuales en la conformacin de la
familia modelo durante la primera mitad del siglo XIX en VIII JORNADAS Interescuelas y Departamentos de
Historia, Salta, mesa 23.
470
La obediencia al esposo, la sumisin, el respeto, la docilidad, la vergenza y la
fidelidad constituan cualidades fundamentales que las fuentes eclesisticas consultadas
resaltan como deseables en la mujer casada. Aqullas virtudes esperables en el imaginario
social masculino de la poca interpretado por la voz de la Iglesia, esas caractersticas
femeninas cuya ausencia los maridos lamentaban en los pleitos matrimoniales.
No resulta difcil imaginar que desde los comportamientos, las mujeres de carne y
hueso tenan dificultades para atenerse a los ideales tericos de esposa ya mencionados. La
distancia que separaba al modelo de mujer perfecta pretendido por telogos y moralistas y la
realidad del transcurso vital de las parejas se presenta con singular claridad. La invocacin de
algunos de estos principios tericos serva ante los tribunales como recurso utilizado por las
partes para ganarse la voluntad de los jueces eclesisticos o seculares, y serva como
atenuante de los comportamientos masculinos haciendo recaer en los hombros de la esposa la
responsabilidad de la inconducta varonil. As, algunos de los conceptos desarrollados en las
obras analizadas son factibles de ser reconocidos en los expedientes de divorcio quoad
thorum, tal el recurso mediante el cual la parte masculina hallaba la ms de las veces en el
comportamiento de la esposa el justificativo de los excesos de los maridos, ejemplo de ello
constituyen los brutales castigos de los que resultaban vctimas porque no haban sabido
reconvenirlo con suavidad o no haban podido mantenerlo sujeto al lecho conyugal, o con
su conducta haban provocado los celos del consorte.
Los casos que hemos clasificado como de encerramiento y que hemos constatado
an en fecha tarda promediando el siglo XIX encuadran perfectamente en el modelo de
esposa que debe permanecer en la casa siendo conveniente su aislamiento de toda influencia
exterior propuesto en la obra de De Len. Se ha constatado sin embargo que no era ajeno a las
mujeres decentes en Crdoba que salieran acompaadas para cumplir los preceptos
religiosos pero tambin para otros menesteres- a tiendas, a visitar a sus amistades, y al mismo
tiempo recibiesen en su hogar visitantes, participasen de fiestas y entretenimientos diversos
ya relacionados con las devociones, ya profanos como juegos de naipes u otros.
La tradicin que asocia a la mujer con actividades manuales como el hilado, tejido,
bordado y costura en general puede reconocerse entre los oficios por sta desempeados.
Mujeres pertenecientes a los estratos populares, no pocas veces sostenan el hogar con estos
emprendimientos, la gama de trabajos realizados por ellas se combinaban con actividades de
planchadoras, lavanderas, fabricantes de dulces, cuidadoras de aves del corral, vendedoras de
sus artesanas en el mercado y otras tareas de las denominadas mujeriles.
471
La funcin de garante de la paz del hogar y estabilidad de los matrimonios atribuda a
la figura de la esposa, entra en conflicto en los pleitos conyugales analizados cuando aparece
en su calidad de accionante, promoviendo una demanda contra el marido para obtener la
separacin, o nulidad del matrimonio.
Viudos y viudas
Una relativamente alta mortalidad y corta esperanza de vida contribua para que los
viudos contrajeran segundas nupcias
1298
con relativa celeridad. Por ejemplo doa Mara
Teresa Mendez cas por segunda vez slo cuatro meses despus de fallecido su marido
cuando se estaban realizando an las particiones de los bienes en razn de su
fallecimiento
1299
.
Intereses materiales y espirituales se complementaban para decidir la concrecin de
segundos y an de terceros casamientos. Viudos y viudas acomodados constituan partidos
interesantes teniendo en cuenta que su patrimonio personal se haba visto engrosado al
incorporarse a l la porcin hereditaria del cnyuge. Contribua a la aceptacin social en la
mujer un nuevo casamiento entre otros aspectos: ndices de mortalidad superiores en los
varones que haca que los esposos fallecieran antes dejando a las mujeres solas; la necesidad
de apoyo para llevar adelante el hogar, la colaboracin para la administracin de los intereses
familiares; la compaa espiritual; en el varn diversos factores avalaran la reincidencia en la
vida marital, la necesidad de proveer de una madre a los hijos pequeos; el inters por
engendrar herederos que garantizasen la preservacin del linaje, que dieran a su vez
continuidad a los negocios de la familia; la cuota de prestigio que en las sociedades
denominadas tradicionales se asignaba al status de casado. En los individuos pertenecientes a
los sectores humildes, un nuevo casamiento poda constituir adems de un sostn afectivo,
una estrategia de subsistencia.
El caso de Doa Mara de Allende es ilustrativo de la reinicidencia en el matrimonio
de mujeres pertenecientes a sectores preeminentes. La mujer habra enviudado tres veces.
Tanto su primer marido, pero especialmente el segundo -cuyo patrimonio duplicaba el del
primero- introdujeron capitales de significacin al matrimonio. El caudal del tercer cnyuge
1298
Para el perodo 1800 1824 Dora CELTON (1994:45) Estudio demogrfico de la ciudad de Crdoba
durante la Gobernacin Intendencia en Cuadernos de Historia CIFFyH Universidad Nacional de Crdoba,
Crdoba, pp-23 56. Ob.Cit. calcula una frecuencia del segundo matrimonio en Crdoba del 10.1% para los
hombres y de un 7.1% de las mujeres.
1299
AHPC, Registro I, Ao 1791, leg. 173.
472
en cambio slo consisti en un esclavo, lo que no le impidi constiturse en administrador de
los bienes dotales de su mujer, as como de las hijuelas correspondientes a las tres hijas de
aqulla
1300
.
Que el estado de viudez gozaba de significativa honorabilidad en las sociedades
hispanoamericanas coloniales se confirma para el caso mexicano en los casos de madres
solteras que fingan la condicin de viudas para evitar la deshonra de una maternidad extra
matrimonial
1301
.
An entre personas viudas y en fecha avanzada como el ao en que se declar la
independencia se constata en Crdoba la continuidad de la prctica medioeval de los
esponsales de futuro realizados ante la autoridad pblica -que dejar de ser reconocida
definitivamente por las leyes con la sancin del Cdigo Civil- lo cual pone de manifiesto que
la promesa matrimonial no era privativa de las primeras nupcias, y de la formalidad con que
eran planificados algunos de estos segundos y terceros casamientos
1302
.
Conocida es la opinin acerca de que en la Hispanoamrica colonial, era el estado de
viudez el que permita a las mujeres acceder a su plena capacidad civil
1303
. As, las viudas
han sido designadas como escapadas y sobrevivientes del ciclo vital de dependencia
patriarcal
1304
. Dicha situacin contrasta con la imagen social que acerca de las mujeres de
dicho estado surge de la lectura de ciertos expedientes judiciales.
En efecto, en ocasiones, en el discurso judicial la imagen de la viuda aparece
relacionada ms bien con una situacin de vulnerabilidad en que quedaba una mujer ante el
fallecimiento del esposo. As, la autodesignacin de viuda desvalida y desamparada
1305
1300
AHPC, Registro I, Ao 1789, leg. 171, f. 199.
1301
Robert MC CAA (1991 ) utiliza la figura de la viuda ficticia para explicar dicha estrategia en la sociedad
mexicana colonial, cfr. La Viuda viva del Mxico borbnico: sus voces, variedades y vejaciones en P.
GONZALBO editora Las familias novohispanas siglos XVI XIX, Mxico: El Colegio de Mxico, pp. 299
324.
1302
Cfr. como ejemplo el caso de los esponsales celebrados entre don Cipriano Argello, hijo legtimo del finado
don Miguel Argello y de doa Antonia Moynos, con doa Serafina Lpez, viuda de don Juan Alvarez. En la
ceremonia estuvo presente como testigo la hija de sta de nombre Tomasa ante quien el desposante manifest
tomando de las manos a su prometida que ...por el mucho amor, segn Dios manda, tiene a la enunciada doa
Tomasa, prometia y prometi, daba y dio fe y palabra de presente para futuro desposorio y perpetuo
matrimonio.... El novio se comprometi a cumplimentar su promesa dentro de los diecieocho meses contados a
partir de la fecha : AHPC, Registro I, Aos 1815 1819, leg. 183, f. 191.
1303
PAREJA ORTIZ (1991: 9) Un aspecto de la vida cotidiana: La mujer ante el matrimonio en la legislacin
de Indias en Revista Rbida, Huelva, N 9.
1304
STERN, S. ( 1999 :174 ) La Historia Secreta del Gnero. Mujeres, Hombres y Poder en Mxico en las
postrimeras del perodo colonial, Fondo de Cultura Econmica, Mxico.
1305
Mara Josefa Albarracn, viuda de Esteban Martnez se presentaba con tales expresiones en un pleito contra
Juan Jos Guevara, quien, como albacea del marido compr la mitad de una quinta de la mujer a fin de solventar
los gastos del funeral adquirendo la otra mitad luego bajo ejercicio de miedo y coaccin segn la viuda,
473
presumiblemente con nimo de inspirar conmiseracin en los jueces varones en los estrados
judiciales era utilizada por ciertas mujeres cuando las circunstancias no las favorecan. La
sensibilidad que despertaba dicha imagen de desproteccin resulta coincidente por ejemplo
con el trato especial que recibi de la justicia en 1821 un individuo detenido por sospecha de
asesinato, el mismo fue liberado de prisin en su calidad de nico hijo sostn de la viudez
de su madre, quien se hallaba a cargo de nios pequeos
1306
. De los dicho se desprende que
el estado de viudez femenino presentaba distintos rostros, influyendo en ello la situacin
socio-econmica y las circunstancias en que se hallaba la mujer.
Que el gnero y el estado de la persona contribuan a favorecer abusos originados en
comportamientos desaprensivos de terceros, parece confirmarse en el caso de la viuda doa
Mara del Trnsito Ochoa de alrededor de cincuenta aos, residente en el paraje de los
Chaares del Partido de Ischiln en 1789. Fallecido el marido repentinamente, la esposa en
segundas nupcias denunciaba haber sufrido despojo por parte de los hijos del primer
matrimonio de su marido fallecido. Segn declaraba, los mismos se haban presentado
imprevistamente en su vivienda y sin pedir inventario ni disponer distribucin, le haban
arrebatado tanto los bienes gananciales de su matrimonio como los dotales de ella. La mujer
manifestaba que los dichos hijos eran mayores al momento de su casamiento y que su marido
les haba entregado en vida su legtima materna. Como la viuda conservaba la memoria dotal
fue ms sencillo gestionar su recupero, no sucediendo lo mismo con los gananciales
1307
.
Conocer la fecha y nombre del escribano ante el cual se labr el instrumento dotal permita
encontrarlo ms fcilmente, a fin de que certificase los hechos, pero no todas las mujeres
conocan tales datos, adems era posible que el mismo no residiese ms en la regin o hubiera
fallecido.
En efecto, la prctica judicial parecera indicar que, cuando no exista disposicin
testamentaria en la cual el cnyuge varn dejara las cosas claras para los futuros herederos,
sealando el monto dotal de la esposa y expresa constancia de los bienes adquiridos durante el
matrimonio por la pareja con el esfuerzo de ambos -como se ha documentado ms arriba-
las posibilidades que en la prctica tenan algunas mujeres viudas de que se le reconociesen
aprovechndose de su situacin de desvalimiento. La sentencia fue favorable al albacea, cfr. AHPC, Escribana I,
Ao 1777, leg. 387, exp. 2.
1306
AHPC, Archivo criminal de la capital, Ao 1821, leg. 139, exp. 8.
1307
Los hijos del difunto don Joseph Olmos autores de la accin defuerza eran don Lorenzo, de 41 aos, don
Cayetano de 26. Cfr. AHPC, Escribana IV, Ao 1789, leg. 4, exp. 10.
474
derechos sobre los bienes propios o pertenecientes a la sociedad conyugal se reduca en forma
significativa.
Tener hijos en Crdoba
Los hijos pequeos eran vistos en la sociedad como una materia factible de modelar, la
imagen que la documentacin propone sobre ellos asocindolos a tiernas plantas cuyo
comportamiento deba ser convenientemente guiado a travs de la instruccin cristiana y
comportamiento ejemplificador paterno, coincide con las ideas del siglo XVIII respecto de la
identificacin de la niez con la inocencia
1308
.
Tanto desde la perspectiva de la ley civil como desde la concepcin cristiana, era en el
nacimiento de los hijos cuando la familia fundada en el matrimonio cobraba sentido y
legitimidad. El Catecismo dAgen defina el matrimonio como : un sacramento institudo
para concebir legtimamente hijos y educarlos en el temor de Dios
1309
. Por su parte, el de
Nantes se refera a los fines del casamiento del siguiente modo:
Utilizar el matrimonio
santamente es usarlo slo para buenos fines, es decir, slo en el deseo
de tener hijos que puedan un da amar y adorar a Dios
1310
.
La observacin de la evolucin de la descendencia de familias de lite en el caso
cordobs, efectuada en base a los trabajos de reconstitucin de familias de autoras locales
pone de manifiesto una leve tendencia ascendente en el nmero de hijos en la segunda mitad
del siglo XVIII -de 7.7 hijos promedio en mujeres blancas casadas a los 20 aos entre 1573 y
1649 y 7.6 hijos entre 1650 y 1725 pasaran a parir 8.1 hijos entre 1750 y 1800-, como puede
observarse en el cuadro comparativo sobre descendencia completa de mujeres blancas
presentado a continuacin:
1308
POLLOCK, L. ( 2002: 291) Las relaciones paternofiliales en KERTZER, D. ; BARBAGLI, M. La vida
familiar a principios de la era moderna, 1500 1789, Historia de la familia europea, Barcelona, Paids, vol. I,
pp. 291 330.
1309
LEBRUN , F. (1986: 4) Le pretre, le prince et la Famille, en Histoire de la Famille, Armand Colin, Pars,
Volumen II.
1310
Ibdem.
475
Cuadro N 14
Descendencia completa de mujeres blancas Estudio comparativo
1311
Comparando los resultados obtenidos para Crdoba con los correspondientes a otras
regiones de Amrica y Europa occidental puede apreciarse que la mujer blanca cordobesa en
el siglo XVIII se hallara en una situacin intermedia entre las de sus pares de poblaciones
europeas -Espaa : Cceres 6.1 hijos, Villalonga 6 ; Suiza : Ginebra 7.5 ; Francia :7.7 ;
Flandes: 5.93 hijos- y las de Santiago de Chile -9.945 hijos promedio
1312
-. El nmero medio
1311
En el cuadro N 9 los datos estn tomados de los trabajos que se explicitan a continuacin: Crdoba, perodo
1573 1725: FERREYRA, M. del Carmen (1989) Nupcialidad y fecundidad en Crdoba. Siglo XVII,
ponencia presentada en Congreso Internacional sobre Historia de la Poblacin en Amrica Latina, Ouro, Preto,
Brasil. Crdoba, perodo 1750 1800: CELTON, D. (1993) La Poblacin de la provincia de Crdoba a fines
del siglo XVIII Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires. Esposas de espaoles europeos en Crdoba,
perodo 1750 1800: GHIRARDI, M.M. (2001) Formacin de la familia espaola en Amrica. Cambios y
pervivencia. El caso de Crdoba Universidad Nacional de Crdoba, CIFFy H, Serie Poblacin, Crdoba.
SOCOLOW, S. (1991) Los Mercaderes del Buenos Aires Virreinal: Familia y Comercio, La Flor, Buenos Aires.
Santiago de Chile, ARRETX, C. MELLAFE, R. SOMOZA, J. Demografa Histrica en Amrica Latina.
Fuentes y Mtodos, Centro Latinoamericano de Demografa ONU, Serie E, N 1002, San Jos de Costa Rica.,
Tabladillo, Cceres y Flandes consultado en CELTON, D. (1993) Ob. Cit.; Ginebra y Francia consultado en
FERREYRA, M. del C. (1989) Ob. Cit.
1312
Segn los autores mencionados no se observara en Crdoba en forma sistemtica -al igual que en el caso de
los comerciantes de Buenos Aires- esfuerzos conscientes para limitar la reproduccin, correspondiendo su
fecundidad a un Rgimen que podra denominarse de fecundidad natural en el cual slo la ausencia peridica
del marido del hogar actuara como regulador de la frecuencia de las relaciones sexuales y por ende, de la
concepcin. Otras caractersticas de la fecundidad de las mujeres blancas que surgen de los trabajos
mencionados constituiran: un intervalo protogensico de corta duracin, de alrededor de 17 meses que se
mantendra estable desde el siglo XVII hasta fines de la siguiente centuria y muy semejante al de las mujeres de
comerciantes de Buenos Aires que correspondera a 18 meses - En trminos demogrficos, se denomina
intervalo protogensico al lapso temporal comprendido entre el casamiento y el nacimiento del primer hijo. El
Lugar Perodo Nde hijos
Crdoba 1573 - 1649 7.7
Crdoba 1650 - 1725 7.6
Crdoba 1750 - 1800 8.1
Espaoles europeos en Cba. 1750 - 1800 8
Comerciantes de Bs. As. siglo XVIII 8
Santiago de Chile 1750 - 1850 9.9
Tabladillo, Espaa 1787 - 1860 7.6
Cceres, Espaa siglo XVIII 6.1
Villalonga, Espaa 1693 - 1793 6
Ginebra antes de 1600 7.5
Francia 1720 - 1769 7.7
Flandes 1750 - 1850 5.93
476
general de hijos por matrimonio en toda la poblacin, aparece mayor en la campaa con 3.2
hijos y menor en la ciudad con 2.1 apareciendo las mujeres esclavas como las de mayor
dificultad para reproducirse con 1.5 hijos promedio en la ciudad
1313
No pocos de los nios nacidos no llegaban a adultos. Con relativa frecuencia la
documentacin da cuenta del crecido nmero de hijos habidos por las parejas que fallecan a
poco de nacer. As por ejemplo don Sebastin Martnez expresaba en su testamento que en sus
primeras nupcias con doa Tadea Ribas haba tenido ...barios hijos que fallecieron chicos y
solo quedaron doa Josefa y Ramona ya finada..., del segundo matrimonio reconoca haber
procreado otros cinco hijos: fuera de otros que murieron chicos...
1314
.
Don Francisco Bas y doa Bibiana Yedros declaraban en su testamento tener dos
hijos ...habiendo muerto los demas en edad pupilar...
1315
.
En tres aos consecutivos el espaol de Villa Meira, Galicia, don Pedro Malde,
enterr a cuatro hijos menores: as, las gemelas Mara Dolores y Mara Josefa murieron en
un da y fueron sepultadas en la iglesia Catedral el 15 de marzo de 1781; al ao siguiente, el
27 de noviembre de 1782, la prvula Mara de los Dolores Malde fue enterrada en la misma
iglesia tambin con entierro mayor cantado, y el 5 de junio de 1783 falleci prvulo Juan
Malde, enterrado con rito menor rezado
1316
.
Otro ejemplo sobrecogedor constituye el temprano fin que tuvieron una decena de los
hijos del gallego don Manuel Lpez, natural de la Villa de Monforte de Lemus. Casado en
Crdoba en 1794 enterr a Pedro Jos el 29 de noviembre de 1799, el pequeo tena dos aos
intervalo integensico constituye el perodo de tiempo transcurrido entre el nacimiento de un hijo y otro- ; as
como una elevada edad de la madre a la ltima maternidad, -37.6 aos para el siglo XVII, cfr. FERREYRA, M.
del C. (1989 :16) Ob. Cit. y 39.0 para el perodo 1750-1800 cfr. CELTON, D. (1993 : 89) Ob. Cit., con una
fecundidad matrimonial del sector blanco ms precoz e intensa que las mujeres de castas libres. En ese sentido
se advierte una relacin existente entre nmero de hijos, con riqueza y prestigio social, pues eran los individuos
ms exitosos quienes tendan a tener familias ms grandes. Por otra parte eran estos mismos grupos los que
gozaban de mejores condiciones de vida, lo que implicaba alimentacin ms variada y mayor acceso a atencin
mdica, lo que repercuta sin duda en la capacidad reproductiva de esas familias. El estudio de las tasas de
natalidad pone de manifiesto que Crdoba se hallaba en una situacin intermedia entre Europa occidental y otras
poblaciones americanas como el caso de Brasil. Las tasas de natalidad o nmero de nacimientos por cada mil
habitantes en un ao se presentan muy elevadas correspondiendo a una fecundidad fisiolgica del orden del 50
al 60 por mil entre 1778 y 1822. Siendo superiores a las correspondientes a Europa occidental en los siglos XVII
y XVIII las cuales ascienden al orden de 35 al 40 por mil. La natalidad en Brasil supera a la observada en
Crdoba estimndosela en el 61.4 por mil para el perdodo 1783 1798 descendiendo a 57.5 por mil entre 1813
y 1817. La tasa global de fecundidad en Crdoba en el perodo 1825 - 40 ha sido calculada en 4.73 hijos
promedio por mujer, cfr. DUJE, N. (1992: 21) Fecundidad e ilegitimidad en Crdoba, Repblica Argentina
1780 1840 en Programa de Demografa Histrica, CIFFyH, Universidad Nacional de Crdoba, Serie A- N2,
Dir. De Publicaciones de la Universidad de Crdoba, Crdoba.
1313
CELTON, D. (1993: 154) Ob. Cit.
1314
AHPC, Registro I, Aos 1837 1842, leg. 188, f. 327.
1315
AHPC, Registro IV, Aos 1808 1810, leg. 8, f. 142 vto.
1316
Cfr. AAC. Libro 2 Defunciones Iglesia Catedral, f. 90; f. 96, f. 97 vto.
477
y medio; vuelto a casar en 1800 tras haber enviudado, vi morir a un hijo de su reciente
segundo matrimonio de nombre Jos Mara ya en 1802, el pequeo contaba un ao y ocho
meses; cuatro aos despus falleci otro de sus vstagos varones, el 25 de mayo de 1806, de
nombre Rafael Mara de slo siete meses de edad; en 1808 enterr a Pedro Antonio de seis
das de nacido; en 1808 falleci otra hijita de su segundo matrimonio, Isabel Lpez de seis
aos de edad; en 1809 muri Jos Mara, tambin hijo suyo de tres aos quien falleci a las
tres de la tarde, En 1812 muri otra de sus hijas, mujeres, esta vez, de su primer matrimonio,
de nombre Josefa Romualda quien era soltera y mayor. En 1815 falleci Diego, otro de sus
hijos de sus segundas nupcias, si bien en el registro de defunciones no se registr su edad, hay
constancia de que se trataba de un cuerpo menor...
1317
.
La alta mortalidad infantil que padeca la sociedad lleva a replantear nuevamente el
tema de la posibilidad de densidad en los lazos afectivos entre sus miembros, en este caso
respecto de la infancia entre padres e hijos y de la consideracin social de la niez. Para Aris,
la intensa sociabilidad del hogar de puertas abiertas que se mantena en las comunidades
tradicionales aseguraba los intercambios afectivos y de comunicacin supliendo su necesidad
en la familia 1318. Otros enfoques niegan la existencia de evidencia que fundamente la idea de
una supuesta indiferencia de las madres en las sociedades tradicionales 1319. En efecto,
trabajos realizados habran demostrado que el cuidado y la consideracin hacia los nios no es
un invento de la modernidad y que no habra existido indiferencia hacia su supervivencia ni
hacia su muerte; el recin nacido habra sido atendido con esmero, aunque quizs con exceso
y torpeza desde el punto de vista mdico1320.
1. Entre la necesidad y la vergenza. El abandono de los nios
La cuestin del abandono de bebs y entrega en crianza de los nios pequeos en la
sociedad y poca estudiada constituye un tema del que se poseen escasos datos y que merece
ser profundizado. Qu motivos llevaban a los padres a abandonar a sus hijos en los portales
de las Iglesias, en los umbrales de las casas de familia, en la encrucijada de los caminos,
1317
La primera esposa de don Manuel Lpez fue doa Dolores Lencina con quien cas el 24 de junio de 1794, la
segunda fue doa Mara del Carmen Sarachaga a quien despos el 2 de junio de 1800, cfr. respectivamente
AAC, Libro 2 de Matrimonios, Catedral, f. 157 y 207 vto. Las referencias documentales de las defunciones de
los hijos mencionadas en el texto corresponden a AAC, Libro 3 Defunciones, f. 29 vto; 67 vto; 110 vto; 131;
132, 146 vto; 175; 207.
1318
ARIES, Ph. (1987) El nio y la vida familiar en el Antiguo Rgimen, Taurus, Madrid. Prefacio.
1319
GOODY, J. (2000:160) Ob. Cit.
1320
Acerca de la inexistencia de la indiferencia hacia la infancia en las sociedades tradicionales seguimos a
SEGALEN, M. (1997 :154) Ob. Cit. Cap. 7, El hijo y la familia.
478
exponindolos a perecer de hambre o fro o ser devorados por los animales? Qu razones
motivaban la entrega de nios a crianza por terceras personas? Qu relacin exista entre
ilegitimidad y abandono de los nios?
1321
La incapacidad de hacer frente a los costos de la crianza como consecuencia de la
pobreza, la nota infamante asociada al hijo extramatrimonial, constituyen problemticas que
se relacionaban con el abandono y/o entrega del infante.
Razones de ndole social, vinculadas a la estrategia consistente en la entrega de un
nio de sangre mezclada a fin de posibilitar que fuere criado en calidad de blanco a fines del
siglo XVIII, ha sido sealada como un recurso tendente a proporcionar al pequeo una vida
de mayores oportunidades dentro del sector de los blancos, en una sociedad construda en
base a criterios jerrquicos, en los cuales las diferencias socio-raciales tenan significativa
importancia
1322
.
Alusiones al ocultamiento del embarazo y parto de mujeres solteras en la
documentacin consultada, dan cuenta de la reprobacin social experimentada en Crdoba
hacia quienes engendraban hijos fuera del matrimonio
1323
.
Si bien las pautas culturales condenatorias de la descendencia extramatrimonial
respondan al acatamiento de normas morales y prescripciones religiosas que alcanzaban al
conjunto de la sociedad, el embozamiento de embarazos provenientes de uniones ilcitas sera
especialmente acusado en el estrato privilegiado de la sociedad. El mandato social habra
establecido que corresponda a los blancos encarnar el modelo de comportamiento ejemplar
1321
Sobre la cuestin de la infancia y polticas sociales en Buenos Aires consultar MORENO, J. L. (1998) La
infancia en el Ro de la Plata: ciudad y campaa en Buenos Aires 1780 1860 en Cambios demogrficos en
Amrica Latina: la experiencia de cinco siglos Universidad Nacional de Crdoba, Unin Internacional para el
estudio cientfico de la poblacin, Crdoba. 559 579; Del mismo autor (2000) comp. La poltica social antes
de la poltica social (caridad, beneficencia y poltica social en Buenos Aires, siglos XVII XX, Trama De.
Prometeo libros, Buenos Aires. Acerca de la vida familiar y la niez consultar COWEN, P. (2001) Cuando el
hombre es padre.Paternidad, niez y conflicto en el Buenos Aires del siglo XIX, en VIII JORNADAS
Interescuelas y Departamentos de Historia, Salta, mesa 23. Del mismo autor consultar Nacimientos, partos y
problemas de la primera infancia. Fines del siglo XVIII, primeras dcadas del siglo XIX en MORENO, J. L.
(2000) comp. Ob. Cit.
1322
La prctica de apreciacin visual del origen tnico y consiguiente inscripcin en el libro de bautismo
correspondiente a espaoles o naturales permita a bebs de sangre mezclada con apariencia de blancos ser
anotados como pertenecientes a este grupo al ser llevados a bautizar por los padres de crianza blancos: Sobre la
etnia de los nios expsitos en el caso Mexicano se ha consultado ILLADES, L. (1998: 6) Expsitos y naturales
en la Puebla de los Angeles durante el siglo XVIII: Diferencias tnicas y de residencia en Cambios
demogrficos en Amrica Latina: la experiencia de cinco siglos Universidad Nacional de Crdoba, Unin
Internacional para el estudio cientfico de la poblacin, Crdoba.
1323
La eleccin del cnyuge estara condicionada por el tipo de filiacin, legtima o ilegtima del individuo; que
incidira en las elecciones matrimoniales en el sector blanco y ms especialmente en los hombres, en las castas
en cambio la seleccin se realizara con independencia del dato de filiacin: cfr. COLANTONIO, S. E. (1998:
394) Evolucin de las pautas de filiacin en una zona rural de la provincia de Crdoba, Argentina en Cambios
demogrficos en Amrica Latina: la experiencia de cinco siglos Universidad Nacional de Crdoba, Unin
Internacional para el estudio cientfico de la poblacin, Crdoba, pp. 379 401.
479
en el cual el resto de la sociedad deba reflejarse. En contraste, la sociedad habra aceptado e
inclusive incitado en ciertos casos, los hijos ilegtimos entre las castas :
...de que las
indias, negras y mulatas sean madres sin ser casadas; no se aprecia, y
aun pienso que los dueos de las esclavas, si no las hacen a espalda
para cometer muchas ruindades, se alegran de las que cometieron por
el provecho que se les sigue de los esclavos y esclavas que dellas
nacen...
1324
.
Una accin judicial de nulidad de testamento promovido por el esposo de una hija
natural porque su madre la haba omitido como heredera, proporciona elementos ilustrativos
acerca de cul era la percepcin social a fines del siglo XVIII respecto de las concepciones
ilegtimas. La defensa de la parte accionante refera las dificultades de hallar testigos
presenciales del parto por el dilatado tiempo transcurrido desde su nacimiento:
...y mas si se considera a
estos actos se procura comunmente ocultar el parto y el hijo que se a
parido por hevitar la difamacion, y conserbar el buen credito, y
opinion que por lo mismo regularmente se da a otros a criar y a beces
se expone a puerta de quales quiera que le parece o se echa en las
casas destinadas de expositos en los Pueblos donde las ay para el
propio fin de la criansa...
1325
.
Las visitas de Obispos proporcionan informacin acerca de cul era el criterio
impuesto por la autoridad eclesistica acerca de la denominacin a acordar a los nios, segn
su situacin. En 1748 el Obispo Argandoa dej constancia de que:
...si la criatura que se
bautiza no fuese de legtimo matrimonio, aunque se sepa su padre o su
madre, se dir hijo o hija de padres no conocidos para estorbar la
infamia de sus padres lo que no milita ni debe observarse con los
indios por que en estos no hay reparo y conviene saber quienes fueron
sus padres para averiguar el parentesco
1326
.
1324
LARROUY, A. Presbtero, en Documento del Archivo de Indias para la Historia del Tucumn, Santuario de
la Virgen del Valle, vol. IV, Toulouse, Impresor E. Privat, 1927, T. II, pp. 304, 305.
1325
AHPC, Escribana I, Ao 1790, Leg. 411, exp. 1, f. 21. Jos Perafan representaba a su esposa Gertrudis
Castro en una accin sobre reconocimiento de legtima hereditaria.
1326
AAC, Libro de Bautismo de espaoles N 2 Catedral, f. 56 r. Consultado en FERREYRA, M. del C.
(1998)La ilegitimidad en la ciudad y en el campo a finales del siglo XVIII en Crdoba en Changes and
continuity in americqn demographic behaviours: the five centuries experience , UNC IUSSP, Crdoba, pp.403
429.
480
En 1765 en la visita del Obispo Abad Illana a los libros de naturales, mand se ponga
con claridad la designacin de padre desconocido" cuando realmente no se conozca al padre
o:
...aunque se conozca no se puede publicar sin contentarse con poner
slo a la madre dejando el nombre del padre en silencio
1327
.
Que no se pudiese publicar la identidad del progenitor trasuntara una intencionalidad
de ocultamiento de la autora de los hijos del pecado, en aras de la preservacin de una
apariencia de orden social y buenas costumbres, acordes a la moral catlica
1328
.
En el teatro de las representaciones sociales
1329
, el mandato habra consistido en
encubrir los pecados sexuales de los padres. Si desde el Poder no era factible refrenar,
contener, templar, los impulsos vitales de los individuos que excedan el marco de
matrimonios y familias legtimas, poda al menos moderrseles en el registro de asentamiento
formal de la poblacin.
En efecto, la ciudad de Crdoba era an, en los aos de las visitas episcopales
mencionadas, una pequea aldea que abarcaba unas cuantas manzanas alrededor de la plaza;
es de presumir que la calificacin de padres no conocidos asentada en las partidas de
bautismo hallase justificacin atendible slo en casos excepcionales. Realmente eran
desconocidos los padres? era verdaderamente factible ocultar un embarazo a las
murmuraciones del vecindario? pasaba inadvertida la repentina mudanza de una muchacha a
la hacienda campestre en pocas no habituales? cmo se explicaban los nios recin nacidos
1327
AAC, Libro de Bautismo de naturales N2 Catedral, f. 64 vto. Consultado en FERREYRA, M. del C. (1998)
Ob. Cit. En su trabajo Ferreyra realiz un estudio en otros aspectos, sobre la denominacin otorgada a los
ilegtimos en las actas de bautismo en la ciudad de Crdoba y en Traslasierra entre 1760 y 1790. La autora
registr las denominaciones de padres no conocidos, hurfano, padre no conocido, hijo natural,
expsito en proporcin variable para el campo o la ciudad y de acuerdo al criterio del prroco actuante. Se
resalta en el trabajo que la categora de expsitoera prcticamente desconocida en la zona rural y que en la
ciudad fue usada como sinnimo de padres no conocidos y hurfanos solamente en las partidas de espaoles
tal identificacin ascendi al 29.9% de los ilegtimos.
1328
Chocano Mena sostiene que no todo abandono era exactamente orfandad o desentendimiento absoluto del
menor ; la preocupacin por mantener el honor social habra llevado a los padres en Per a abandonar a los
nios resultantes de relaciones ilcitas. En Lima los expsitos habran sido tenidos por legtimos y a veces los
padres los recuperaban al tiempo de abandonarlos. Segn la autora para los expsitos existan soportes
institucionales de los que carecan los nios de color los cuales, si eran recibidos tenan reservado un destino de
servidumbre, cfr. CHOCANO MENA, M, (2000: 102) La Amrica colonial (1492 1763) Cultura y vida
cotidiana cap. V Familia y parentesco.
1329
GARAVAGLIA, J. C. (1996: 7-30), El teatro del poder: ceremonias, tensiones y conflictos en el estado
colonial en Boletn del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, 2 Semestre, pg.
10, Juan Carlos GARAVAGLIA se refiere a la primaca de la forma sobre el fondo en lo que l denomina el
alma de los tiempos barrocos.
481
que aparecan de la noche a la maana en hogares ya de crianza, ya pertenecientes a la madre
biolgica?.
En el contexto de una ideologa que condenaba el sexo fuera del sacramento
matrimonial considerndolo falta grave, se prefera encubrir la filiacin de los nacimientos
ilegtimos con vistas a la proteccin de las familias
1330
. Porque, qu hubiera sucedido si se
hubiese reconocido formalmente el indecoroso origen de algunos de esos nios? qu
resultado se hubiese obtenido si se los hubiese anotado en los libros de bautismo como hijos
del amo y la esclava, del sacerdote y la criada, de la esposa adltera?.
Para el caso de Brasil, se ha afirmado que la censura social hacia las madres de hijos
extramatrimoniales incida negativamente sobre las posibilidades de supervivencia de los
pequeos nacidos de unin ilegtima. Eran stos ms proclives a ser abandonados o apartados
de sus familias. Entregados a criar, era factible que fueran tratados como sirvientes en una
situacin inferior a la de los otros chicos de la casa
1331
.
La legislacin regia reconoca a los padres el derecho de excusarse de criar a sus
hijos por algunos motivos:
Pobredat excusa al
padre o a la madre que non crien sus fijos que eran tenudos de
criar Estableca adems qules son tenudos los padres de criar,
et qules non [en razn de que] Engendran los homes fijos en
sus mugeres legtimas et las vegadas en otras que no lo son [...] los
que nascen de las otras mugeres, asi como de adulterio, de incesto
de otro fornicio, los parientes que suben por la lia derecha de
parte del padre, non son tenudos de los criar si no quisieren ...
1332
.
1330
No todos los hijos ilegtimos eran desconocidos por sus padres. Algunos de ellos fueron motivo de afectuosa
preocupacin y mencionados expresamente en los testamentos de sus progenitores. As por ejemplo al redactar la
clusula novena de su ltima voluntad, el pardo libre Bernardino Galarza reconoca un hijo extramatrimonial, y
le confiaba su instruccin en un oficio a un hijo legtimo: Ytem declaro yo el referido Bernardino Galarza que
no ovstante el matrimonio he tenido un hijo llamado Felipe Santiago el que he tomado en mi poder la educacion
de saber leer y escribir y contar y es mi voluntad dejarselo despues de mis dias a mi hixo Josef Anselmo para
que le de un oficio haciendose cargo de el hasta que tenga la edad que dispone el derecho y pueda manejarse
sobre que le encargo mo particularmente el cuidado, esmero y atencion de dicho Felipe Santiago esperando
como buen hijo que assi lo cumplira...cfr. AHPC, Registro I, Ao 1795, Leg. 177, f. 264.
1331
KUZNESOF, E. (1991) Sexual Politics and Bastard Bearing in nineteenth century Brazil: A question of
Culture or Power? en Journal of Family History, Vol. 16, N3, pp. 241 260. La autora afirma que la
ilegitimidad era un hecho comn en Brasil, tanto en los descendientes de africanos como en aqullos de pasado
europeo. En el caso del Villa Rica, los niveles de ilegitimidad se han calculado para el perodo 1754 y 1838 entre
el 25 y el 50% de los bautizados y el ndice de abandonados sobrepasaba uno de diez en varias dcadas, cfr.
RAMOS D. (1990) Single and Married Women in Villa Rica, Brazil, 1754 1838 en Journal of Family
History, Vol. 16, N3, pp. 261 282.
1332
LAS SIETE PARTIDAS DEL REY DON ALFONSO EL SABIO, Edicin Cit., Partida IV, Tt. 19, ley 4.
482
Si bien no se justificaba el desamparo de los nios, s se contemplaba la entrega
cuando los progenitores se viesen impedidos de afrontar su cuidado. La documentacin da
cuenta de que en 1817 existira ya en la ciudad de Crdoba un establecimiento pblico que se
ocupaba de asilar a los nios hurfanos
1333
conocido como Orfanatorio de Concandas
1334
.
Para el caso chileno, se ha sealado que la prctica del abandono era generalizada en
Santiago -tanto de nios de padres solteros como de padres casados- y si bien algunos padres
regresaban para recuperar a su pequeo transcurrido un tiempo, ello era excepcional y el
destino de la mayora de los nios abandonados era la muerte en el orfanato. En ese sentido,
altos niveles de mortalidad infantil se asociaran a una conducta colectiva no exenta de cierto
fatalismo y resignacin respecto de la muerte de los nios
1335
. La muerte de una inocente
criatura creada por Dios habra sido vista como algo muy diferente a las prcticas criminales
del aborto inducido o el infanticidio
1336
.
La costumbre de entregar los lactantes a criar en zonas rurales alejadas del domicilio
paterno, a cargo de nodrizas -con efectos derivados de significativa mortalidad- en pases
catlicos como Francia, ha sido vinculada con posibles formas inconscientes de control de la
natalidad que la Iglesia prohiba
1337
.
Del anlisis de la doctrina religiosa en torno al abandono de los nios en el Antiguo
Rgimen resulta que la Iglesia Catlica no habra desplegado una accin de condena moral
suficientemente enrgica que combatiese el problema social del abandono. Ello ha sido
explicado por una posible identificacin del expsito con el hijo extramatrimonial fruto del
pecado de sus padres. La actitud de relativa tibieza asumida en torno al fenmeno del
abandono ha sido interpretada como un reflejo de la marginacin del nio en la sociedad del
Antiguo Rgimen
1338
. Para la Iglesia, si bien era considerado pecado gravsimo por algunos
1333
Otra referencia a una Casa de Hurfanos existente en la ciudad de Crdoba puede consultarse en el
testamento de don Antonio de los Santos Gonzlez, redactado el 30 de diciembre de 1836 quien leg una parte
del quinto de sus bienes para su mantenimiento, cfr. AHPC, Registro I, Aos 1837 1842, leg. 188, f.1.
1334
Cfr. AHPC, Escribana IV, Ao 1817, Leg. 50, exp. 40.
1335
Tomado de SALINAS MEZA, R. (1991:327) Orphans and Family disintegration in Chile: The mortality of
abandoned children, 1750 1930 en Journal of Family History, Vol. 16, N3, pp. 315 329.
1336
Ibdem., pg. 328. El autor afirma que el abandono era una forma aceptable de infanticidio en Chile y que
dicho problema no se reconoca pblicamente.
1337
FLINN, M. (1989:67) El sistema demogrfico Europeo, 1500 1820, Crtica, Barcelona.
1338
En el tratamiento de la posicin de la Iglesia en torno al abandono de los nios seguimos a ALVAREZ
SANTALO, Anormalidad y cdigos de conducta de la familia en el Antiguo Rgimen: La doctrina religiosa
483
tratadistas; la pobreza, el peligro de honra y de vida eximan de la responsabilidad moral de
los padres por la exposicin del nio a la caridad pblica, cuando ello no implicase peligro
para la criatura. El temor a la infamia pblica resultante de criar al hijo espurio sin ocultarlo,
tanto como la extrema pobreza, eximiran a las madres de culpa por el abandono. Ya a
mediados del siglo XIX la cuestin del abandono desaparecera en la doctrina religiosa
hacindose mencin al problema de los hijos ilegtimos slo en referencia a la restitucin y
sus derivaciones econmicas, pero no ya a los abandonados
1339
.
Donativos diversos, expresiones de afecto y reconocimientos al servicio prestado dan
muestra del sentimiento experimentado por algunos de los benefactores hacia los nios que
haban criado. As por ejemplo el 12 de noviembre de 1810 doa Antonia Aguirre efectuaba
una donacin a un joven hurfano criado por ella expresando que por:
...por su libre y espontnea
voluntad y el mucho amor que tiene a don Jos Mariano del Rosario que
ha criado desde su tierna ynfancia, como huerfano y en reconocimiento
del amor maternal que reconoce le tiene manteniendose a su lado
obedeciendo sus ordenes [...] le hace gracia y donacion pura mera
perfecta irrevocable entre vivos de una esclavita de su propiedad
llamada Dolores de ocho nueve aos color blanco pelo lacio hija de su
esclava Dominga [...] para siempre jams quite y aparte y a sus
herederos y sucesores de la posesin, dominio, propiedad, titulo, vos,
recurso...
1340
.
En ocasiones los hijos de crianza tambin eran recordados por sus benefactores en la
proximidad de la muerte, evidencindose una preocupacin por prodigarles elementos de
ayuda para su futuro y expresarles su gratitud por su lealtad
1341
.
sobre el abandono de los nios, en CHACN, F. (1997) Editor, Familia y sociedad en el Mediterrneo
Occidental. Siglos XV XIX, pp. 44-67, Universidad de Murcia. El autor hace un extenso anlisis de los
mensajes eclesisticos en los sermones impresos y en los manuales de confesores y las sumas morales donde no
encuentra que el fenmeno de los expsitos apareciera como un tema preocupante como debiera esperarse. El
autor considera a la presin social como principal causa del abandono de los nios ms an que la pobreza, y
que la postura de la Iglesia en relacin al tema era ligera. Sobre el tema de las exposiciones consltese la
importante obra del mismo autor Marginacin social y mentalidad en Andaluca occidental: Expsitos en Sevilla
1613 1910, Sevilla, 1980.
1339
Ibdem.
1340
AHPC, Registro IV, Aos 1808 1810, leg. 8, f. 659 vto.
1341
Por ejemplo en 1839 la viuda doa Micaela Galindo estableca en la clusula octava de su testamento que
asignaba $200 al nio que haba criado junto con su marido llamado Angel Galindo a quien adems le asignaba
la cantidad de veinticinco cabezas de ganado, cfr. AHPC, Registro I, Ao 1837 1842, leg. 188, f. 127 vto. Del
mismo modo, en 1803 doa Mara Felipa de Guebara mand deducir del quinto de sus bienes $200 para entregar
a un huerfanito que haba criado, encargando a su apoderado, el religioso Dr. Don Juan Justo, lo eduque y cuide
...con aquella caridad que su actual estado exige..., cfr. AHPC, Registro IV, Ao 1803, leg. 5, f. 444. Doa
Mauricia Lpez, viuda de don Vicente Ayala, del curato de Punilla, lugar de las Manzanas estableca en la
484
2. Crianza, adopcin?, cesiones voluntarias, depsitos judiciales de menores, litigios
por restitucin. Los nios en el umbral de lo privado y lo pblico
Tal como la entendan Las Partidas, la crianza implicaba albergar al nio en la
propia casa, proporcionarle todo aquello necesario para vivir, satisfacer la nutricin,
educacin, correccin, ensendole a desempearse en un oficio o proporcionndole un
destino de utilidad
1342
.
Tres eran las razones por las cuales los hombres criaban a los nios, por deber de la
naturaleza en el caso de los padres con sus hijos, por bondad y mesura, y por piedad al tomar
a cargo al desamparado y abandonado
1343
.
Se ha afirmado que la adopcin se difundi escasamente en el Derecho indiano y en la
poca patria
1344
. Respecto de las menciones a esta institucin detectadas en algunos casos en
la documentacin
1345
, resulta difcil establecer si las mismas hacen referencia a adopciones en
el sentido tcnico del trmino, o si se trata de simple crianza.
clusula cuarta de su testamento que dejaba a Francisco, a quien haba criado, dos vacas que le tena donadas con
todos sus multiplicos, dos yeguas con sus multiplicos y un caballo, cfr. AHPC, Registro I, Aos 1837 1842,
leg. 188, f. 9 vto. Doa Catalina Sarachaga, viuda de don Miguel Darivancha, legaba en la clusula trigsima de
su testamento realizado el 18 de mayo de 1840 la cantidad de $40 en trastes y ropa de mi uso a una criadita
chica llamada Josefa Mercado que en la actualidad estoy educando..., lo cual deba ser extrado del quinto de
libre disposicin de sus bienes, cfr. AHPC, Registro I, Aos 1837 1842, leg. 188, f. 274. Asimismo doa Mara
del Trnsito Usandivaras expresaba en su testamento: ...dejo como obra pia doscientos pesos a doa Juliana
Usandivaras por haverla criado desde chica y conservarse a mi lado sirviendome en todo lo que ha podido...,
cfr. AHPC, Registro I, Aos 1815 1819, Leg. 183, f. 186 vto. Otro caso de crianza donde existi donacin de
bienes puede consultarse en AHPC, Escribana I, Ao 1745, leg. 297, exp. 7.
1342
SEOANE, M. I. (1990: 358) Crianza y adopcin en el derecho argentino Revista de Historia del Derecho,
Instituto de Investigaciones de Historia del Derecho., Vol. 18. pp. 355 428. Sobre el tema en la poca de
dominacin espaola puede consultarse de la misma autora: Crianza versus adopcin en el Buenos Aires
Colonial, IX Congreso del Instituto Internacional de Historia del Derecho Indiano. Sobre el tema de los nios
hurfanos vase de SEOANE, M.I.(1980) La guarda de hurfanos en el siglo XVIII. Aspectos de un estudio
general de la institucin en el actual territorio argentino, en Anuario Histrico-jurdico ecuatoriano, Quito,
Corporacin de estudios y publicaciones. Vol VI.
1343
LAS SIETE PARTIDAS DEL REY DON ALFONSO EL SABIO, edicin cit. Partida IV, tt. XX, ley 1.
1344
Consultar por ejemplo FERREIRA, R. P. (1994:169) La Patria Potestad en el Derecho Castellano Indiano.
Un estudio a travs de la Jurisprudencia de Crdoba del Tucumn (1776 1810) en Cuadernos de Historia
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Crdoba Instituto de Historia del Derecho y de las Ideas
Polticas, Crdoba, N4.
1345
Sobre los alcances jurdicos de la adopcin seguimos a SEOANE, M.I (1990: 382,91) Ob. Cit. Algunos
aspectos principales respecto de la regulacin jurdica acerca de la adopcin presentes en el mencionado trabajo
pueden sintetizarse del modo siguiente: El libro IV, tt. XXII del Fuero Real y las leyes del Ttulo XVI de la
Cuarta Partida renen la legislacin castellana fundamental trasladada a Amrica en materia de adopcin. El
trmino latino adoptio halla su equivalente en romance en el de porfijamiento. Las Partidas distinguan dos
formas de adopcin, en la plena: el adoptante adquira la patria potestad alcanzando el goce de todos los
derechos de herencia y crianza; en la adopcin imperfecta: no se adquira la patria potestad, si el padre adoptivo
falleca sin testar el adoptivo poda sucederle slo si aqul no tena hijos legtimos. Como no se constitua en
485
Justamente a tal equvoco se refiere una causa en la cual se ponan en duda los
derechos hereditarios de un individuo. La parte accionante cuestionaba a su opositora la
atribucin de la denominacin de padre putativo del heredero don Joseph Cruz Caldern
para referirse a su apoderado Flix Caldern aduciendo que no poda considerarse tal calidad :
...mientras no se demuestre
documento de adopcion, porque el mero echo de criarlo por caridad no
lo constituye, en esta clase...
1346
.
Tal afirmacin sera indicio de que en la prctica en la sociedad habra existido una
cierta confusin en el alcance de los significados de crianza y adopcin.
En un caso sin embargo el padre invocaba derechos de adopcin otorgados por el
mismo Rey, en efecto Don Miguel Learte y Zegama institua como heredero universal de sus
bienes por la clusula undcima de su testamento a:
...un nio que he criado
llamado Estanislao Learte, y lo he adoptado por hijo mio y rescripto
que tengo de Su Majestad el Rey Nuestro. Seor y es mi voluntad que
entre en todos mis derechos y acciones que llevo mencionados...
1347
.
El fallecimiento de uno o de ambos progenitores, el desamparo material de la madre,
la necesidad de escapar a la infamia de un nacimiento non santo, la mala conducta de la
progenitora, la separacin de los padres, constituyen algunas de las razones, a veces varias de
ellas combinadas, que llevaban a la separacin de menores del lado de sus padres y
consiguiente entrega a particulares
1348
, ya sea por propia voluntad, ya por mandato de la
heredero forzoso tambin poda ser excludo por su padre del testamento. El objetivo del porfijamiento consistia
en aliviar la situacin de quienes no tenan descendencia. Entre las condiciones impuestas por las Partidas para
constiturse en adoptante figuran la condicin de libre, no sometido a patria potestad, dieciocho aos mayor que
el adoptivo y capaz de engendrar. Las mujeres no podan adoptar excepto cuando haban perdido un hijo en
batalla en servicio del rey o salvo licencia expresa de ste. Los libertos no eran susceptibles de ser adoptados por
quien haba sido su amo en virtud de la raz de seoro que permaneca en la relacin, tampoco el tutor poda ser
padre adoptivo del pupilo en razn de que poda presumirse mala intencin respecto de la administracin de los
bienes; tampoco los religiosos ni los castrados eran susceptibles de adoptar. Entre las condiciones que deba
reunir un individuo para ser sujeto de adopcin se cuentan: ser hijo de familia sujeto a patria potestad, ella deba
realizarse bajo expresa autorizacin judicial en presencia del padre natural y adoptivo. Sobre el tema de adopcin
tambin de SEOANE, M. I. (1981: 427 - 439) puede consultarse Un expediente sobre adopcin de 1787
1788 en Revista de Historia del Derecho, nm. 9, Buenos Aires.
1346
Cfr. AHPC, Escribana I, Ao 1793, leg. 418, exp. 5. En ese sentido, para el caso de Buenos Aires en el
perodo 1810 70 slo en dos de diecisiete casos en donde se utilizaba el vocablo adopcin pudo demostrarse
que responda al sentido tcnico del trmino, cfr. SEOANE, M.I. (1990: 394) Ob. Cit.
1347
AHPC, Registro I, Ao 1795, leg. 177, f. 43.
1348
Un anlisis sobre cesiones voluntarias y litigios sobre reclamos de menores para el caso porteo puede
consultarse en CICERCHIA, R. Historia de la vida privada en la Argentina, (1998:75 - 86)
Troquel , Buenos Aires. Para el caso porteo un 40% de las entregas sera motivada por el abandono, 20% por
cuestin de educacin y el resto por causas diversas.El autor concluye que en un 80% de los casos la justicia
fall a favor de la devolucin del menor, la predisposicin a aceptar los reclamos se relacionara segn Cicerchia
486
justicia; pudiendo existir o no, segn fuese el caso, lazos de parentesco entre el pequeo y
alguno de los padres de crianza.
La legislacin civil estableca que cuando los padres haban desamparado a los hijos
abandonndolos, perdan los derechos sobre ellos, no pudindolos reclamar a quienes por
piedad haban asumido la responsabilidad de encargarse de los mismos. En caso de
demandarlos, deban retribuir a los padres de crianza los costos de su manutencin, si as lo
solicitasen stos. La figura de la crianza hecha por caridad, diferenciada de aqulla hecha por
inters, era el motivo de profundos malentendidos y no pocas suspicacias, ya que se estableca
que en el primer caso no exista obligacin de recompensar los gastos derivados del sustento
y educacin
1349
.
Los pleitos iniciados ante el poder judicial en relacin a la restitucin de menores
permiten observar el fenmeno desde una doble perspectiva: la de los padres biolgicos
solicitando su intervencin para que se intimase a los padres de crianza a restituir a los hijos
y, como contrapartida, el pedido de auxilio de estos ltimos para impedir que los progenitores
de sangre les arrebatasen a los nios que ellos criaron.
La edad de los menores cuya tenencia aparece en disputa en la documentacin de los
Juzgados de Primer y Segundo Voto de la ciudad de Crdoba es variable, en general el
reclamo de su devolucin se produca cuando el nio se aproximaba a la pubertad. Las edades
fluctuaban especialmente entre los ocho y los doce aos. En ocasiones eran varios hermanos
los que eran entregados a criar, no dejndose necesaria constancia de los aos de cada uno de
los mismos.
Cuando se solicitaba el reintegro
1350
, el nudo del conflicto se centraba en la cuestin de
la retribucin de los servicios de crianza prestados.
con una bsqueda de la estabilidad familiar por parte del tribunal la cual sera ms viable en el ncleo familiar
original.
1349
LAS SIETE PARTIDAS DEL REY DON ALFONSO EL SABIO, Edicin cit. Partida IV, Tt. XX, ley 4.
1350
En el caso de Buenos Aires las solicitudes de reintegro de menores entregados a criar se originaban en: el
incumplimiento de las responsabilidades del depositario en un 40% de los casos; en malos tratos en un 30%; en
otras necesidades en el 30%. Respecto del sexo de los reclamantes un 65% eran madres, un 25% padres y un
10% se trataba de madrinas, cfr. CICERCHIA, R. (1998: 75 - 86) Ob. Cit. El autor resalta en relacin al sexo de
los accionantes de la restitucin que si bien concludo el perodo de lactancia eran los padres quienes ejercan el
pleno poder sobre hijos, nietos, bisnietos y descendientes de sus hijos, y por tanto eran ellos en quien recaa la
facultad exclusiva del reclamo del hijo que se hallaba en poder de otro, fueron sin embargo las mujeres quienes,
desde su condicin de organizadoras del mundo familiar, aunque sujetas al poder patriarcal, quienes
consiguieron alcanzar el poder de denunciar y exigir. As, el sexo de los querellantes era predominantemente
femenino.
487
La doctrina religiosa era clara al respecto:
Si los padres
que por evitar la infamia expusieron el hijo a puertas agenas de
alguna persona particular por lo menos queden con obligacin de
pagar i restituir los gastos hechos en la crianca del hijo.
1351
Amparndose en la interpretacin de la ley Real mencionada con anterioridad, aqul
que pretenda la restitucin sola negarse a entregar un resarcimiento que compensase el
esfuerzo material y espiritual resultante de los aos a cargo del nio. As, quienes haban
estado a cargo del menor, a veces parientes, se sentan doblemente defraudados por el
despojo, dado que se les privaba de un nio en el que haban invertido esfuerzos en el
momento en que el pequeo comenzaba a ser apto para el trabajo. Aducir que el encargo se
haba hecho en forma espontnea sin intervencin de juez ni convenio alguno, constitua un
modo de desligarse del compromiso de satisfacer los gastos del perodo de crianza.
El cuestionamiento de la educacin impartida y la emisin de juicios negativos en
relacin a la atencin dispensada al infante constitua otro recurso utilizado a los fines de
justificar ante la autoridad un intempestivo arrebato de los pequeos
1352
. De ms est decir
que los padres de crianza respondan con fuerte indignacin ante la pretensin de entrega de
los menores, la cual la ms de las veces se realizaba repentinamente sin mediar aviso ni
autorizacin judicial pertinente. Era en general tras fallidos intentos de llevar consigo a los
nios que los padres de crianza se negaban en ceder, que se interpona recurso ante el
juzgado, o bien la queja era accionada por los padres substitutos, cuando se haba producido
el arrebato efectuado por los padres de sangre.
Como se ver en los casos estudiados, los alcaldes dieron muestra de haber tratado de
mantener una postura ecunime entre las partes, de tono claramente conciliatorio, autorizando
la restitucin, aunque intentando asegurar la satisfaccin de los gastos derivados de la
crianza.
1351
MACHADO DE CHAVES, J. (1641: 631, 2 ) Perfecto confesor y cura de almas, Barcelona, consultado en
ALVAREZ SANTALO, L. (1997) Ob. Cit.
1352
Por ejemplo, don Manuel Mazedo, comerciante y casado en segundas nupcias y residente en Buenos Aires
desde haca algunos aos, reclamaba tiempo despus de morir su primera esposa, el envo de tres nios que
haban quedado en Crdoba con el fin de ...tenerlos a su lado y darles la crianza correspondiente.... Mazedo
aseguraba que no le era posible entregar suma alguna al matrimonio de parientes que haba cuidado de sus hijos
hasta que l los solicitara, invocando su suma pobreza en Crdoba que motivara su instalacin en el puerto y la
mera habilitacin de algunas tiendas en Buenos Aires de las que gozaba no contando con otros medios de
afrontar los gastos. El 13 de julio de 1791 el alcalde de Segundo Voto mandaba se notificase a Zabala (el padre
de crianza) que deba entregar a los hijos que retena asegurndose de Mazedo la satisfaccin de los gastos
sufridos. AHPC, Escribana II, Ao 1791, Leg. 77, exp. 6. La caratula del pleito reza:don Manuel Cardoso
como apoderado de don Manuel Mazedo de Pereyra sobre recaudo de tres hijos.
488
La cuestin de la tenencia de menores sola plantearse en ocasin del fallecimiento de
alguno de los padres o de imposibilidad de stos de criarlos. En tales casos se procuraba
ubicarlos en casa desente y de buena conducta para que los criasen y reparasen
1353
.
En el caso de Juliana Gonzlez, madre de dos hijos de siete meses y seis aos, el
pequeo le fue separado en desmedro de la ley que rezaba: Nodrescer et criar deben las
madres a sus fijos que fueren menores de tres aos de esta edat...
1354
. La mujer haba
enviudado haca cuatro meses, el marido haba sido esclavo de condicin y negro de raza. Ya
en vida de ste, la familia se haba alimentado con las limosnas que de puerta en puerta el
varn traa a la casa; al morir el hombre, la esposa ni siquiera pudo satisfacer los gastos de
sepultura. Producido el deceso, el pedneo don Joseph Barcia logr probar a travs del
testimonio de vecinos del Paraje de San Juan de los Talas -donde la mujer resida-, que sta
viva en total desafuero y era incapaz de sostener materialmente a los hijos por no contar con
bien alguno para ello y menos darles educacin, y que ya en vida del marido haca burla de
ste con su comportamiento governndolo como ella quera
1355
.
En estos casos de extrema pobreza e indefencin en que se hallaban las madres resulta
difcil establecer el lmite justo entre una preocupacin fidedigna de la autoridad por
resguardar la vida y sana crianza de estos nios sustrayndolos del hambre y del modelo de
conducta criminal, y el arrancamiento liso y llano del lado de la progenitora motivado en el
inters, con miras a su entrega en servidumbre, especialmente en la campaa, donde los
habitantes estaban librados a los procedimientos de funcionarios locales, en ocasiones de
dudosa imparcialidad, los cuales al amparo de las distancias que los separaban de los
epicentros de control judicial, actuaban con relativa impunidad, en la periferia de la justicia
cordobesa, ya perifrica de por s respecto de las reas de colonizacin central
1356
. Tmese el
referido pleito como ejemplo en el cual, presentada la queja por la mujer ante el gobernador
1353
El argumento en relacin a la preservacin de los menores del mal ejemplo y deficiente educacin prodigada
por el titular de la tenencia a los nios disputados se reitera en los expedientes analizados, as por ejemplo don
Estanislao Pezoa, vecino del Ro Segundo, haba concebido una hija como resultado de un torpe comercio
habido con su novia con quien luego no se cas. Aos despus argua que la madre no estaba en condiciones de
criarla por carecer de medios materiales para ello y en razn del mal ejemplo existente en la casa donde viva
donde se practicaban juegos prohibidos, bailes y se reciban individuos de mala condicin. As expresaba: ...
por eso me mueve la sangre y la caridad recogerla, me lo permiten mis facultades, que sin desnudar a mis
legtimos hijos puedo socorrerla, alimentarla y criarla y sacarla del inminente peligro en que se halla..., cfr.
AHPC, Escribana II, Ao 1801, Leg. 102, exp. 13.
1354
LAS SIETE PARTIDAS DEL REY DON ALFONSO EL SABIO, Edicin cit. Partida IV, Tt. XIX, ley 3.
1355
AHPC, Escribana II, Ao 1794, Leg. 84, exp. 2.
1356
El caso tratado data de la ltima dcada del siglo XVIII.
489
intendente, ste mand instruir sumaria informacin del caso a fin de esclarecer los hechos, al
mismo pedneo que era parte en la causa, acusado del injusto arrebato de los nios
1357
.
Otro ejemplo en el cual la madre de humilde condicin identificada como parda
solicitaba la restitucin de una hija, invocando cautiverio y trato de esclavitud hacia sta,
resulta ilustrativo del abuso de autoridad aplicado en ciertos procedimientos de la justicia en
la manipulacin de hurfanos menores, especialmente en la campaa y cuando era el padre el
que haba muerto, y la madre se hallaba desamparada o bien haba vuelto ha casarse
perdiendo el derecho a la tutela sobre sus hijos. Era ste el caso de mujer identificada como
parda, Petrona Noriega
1358
, quien en el ao 1795 compareca ante el gobernador intendente
expresando que haca como ocho aos le haba sido separada de su lado con violencia una hija
-identificada como india en algunas partes del expediente- por el comisionado don Urbano
Echenique habiendo dado como razn que la joven mantena relaciones ilcitas con un mozo
soltero, lo cual segn la madre era falso. La progenitora argumentaba que contaba con
medios suficientes para mantenerla ya que tena una majadita de ovejas y la carne que
anualmente le suministraba el dueo de la hacienda a su marido. No existiendo razones para
que su hija no pudiese permanecer con ellos, solicitaba se le restituyese la hija explicando
que:
...en caso de que no quiera
permanecer a mi arrimo (que lo dudo) [sic] mas gusto sera que sirva en
casa del Amo don Jos Benito de Acosta, en donde la tendr mas a mano
para que me atienda en qualquiera enfermedad que me sobrevengas: o que
se me franquee el dominio que devo obtener por razon de madre de
poderla conchavar en otra qualquiera casa sealandosele el salario anual,
y que en alguna parte deste se me suministre para mis urgentes
nececidades...
1359
.
1357
AHPC, Escribana II, Ao 1794, Leg. 84, exp. 2.
1358
Petrona Noriega estaba casada en segundas nupcias con Xavier Contrera, agregado y capataz de la hacienda
de La Tapa perteneciente al coronel Joseph Benito de Acosta. Otro caso en el que la madre viuda y casada en
segundas nupcias haba sido privada de la tutela de su hijo adjudicndosela al pedneo constituye el de Doa
Bartolina Guayanes. El seis de noviembre de 1826 la abuela concurri al Alcalde de primer voto solicitando el
ejercicio de su derecho a tutela el cual le fue reconocido en el fallo que libr el juzgado semanas despus en
atencin a ser ella la ms prxima ascendente inmediata del menor despus de su madre, discernindola en el
cargo de institutriz bajo fianza: cfr. AHPC, Escribana II, Ao 1795, Leg. 83, exp. 5.
1359
Entre los argumentos presentados a fin de mantener a la jovencita a servicio de don Pedro Garay puede
mencionarse: que era el amo de la hacienda donde trabajaba el marido de la madre quien desde La Carlota haba
mandado que Candelaria y una hermana fueran depositadas en sendas casas, fuera de su propiedad; que los otros
hijos de Petrona (la madre y hermanos de Candelaria) haban dado muchos sinsabores a dicho seor, siendo
cuatro de ellos perseguidos por la justicia, que el de mas tierna edad ya haba robado; que Acosta no deseara
tenerla en su propiedad habiendo desparramado ya cuatro hijos de un esclavo por varias partes, que en el lugar
donde estaba era muy bien tratada, que si ella hubiera querido ya hubiera hecho fuga de all yendo hasta donde
habitaba su madre a slo una legua y media; que era criada que gozaba de la confianza de sus amos, que stos
490
No se aclaran en el expediente cuales eran las razones que movan al comisionado a
defender tenazmente la permancia de Candelaria en casa del particular don Pedro Josef Garay.
Lo cierto es que no escatim en esgrimir los ms variados argumentos en pro de su
permanencia all evitando que volviera al hogar materno. Todos sus dichos fueron
desmentidos con resolucin por la propia madre y un sobrino del dueo de la hacienda donde
resida la familia, - don Pedro Martinez- negando que su to no aceptase recibir a la entenada
de su agregado y mostrndose indignado adems por ciertas afirmaciones del comisionado,
cuestionando las buenas costumbres del personal de la hacienda, de las cuales el patrn era en
definitiva el responsable. Negaba tambin que en la hacienda se estilase dispersar por la
regin a los hijos de los criados desmembrando sus familias
1360
. Todo ello no impidi que el
juez comisionado en implcita complicidad con el amo Garay- realizase lo que parece haber
sido una parodia de devolucin de la nia reclamada, a su madre. En efecto, tras presentarse
con testigos a casa de la mujer para una supuesta entrega de la joven, termin devolvindola
al patrn Garay con el aparente pretexto de salvarla de la supuesta ira materna despertada
porque que sta se negaba a permanecer a su lado, lo cual era relatado pomposamente en el
informe presentado al gobernador:
...de resultar de haverle
dicho la hija a la madre que no la quera seguir tom esta una cruz en
mano y mirando a la hija con un semblante impaciente quizo prorrumpir
maldecirla entonces yo [el comisionado] la apasig, todo lo que
presenciaron los referidos testigos...
1361
.
eran de conducta irreprochable, llegando a argir al final de un largo escrito como broche de oro a sus motivos
que corra por publico que la joven estaba amancebada con el marido de la madre.
1360
Se observa el rol paternal respecto de los hijos de los criados y personal agregado desempeadoen algunos
casos por el dueo del establecimiento ganadero en la campaa. En la causa tratada el sobrino del propietario da
cuenta de la conducta de los hijos de un esclavo, negando hayan sido perseguidos por la justicia, y de dos de los
casados que afirma viven juntos, mantenindose en Las Tapias uno de ellos de capataz de Patricio Echenique
hace cosa de siete aos; aclarando que solo uno de los casados ha sido perberso sin conocerse su paradero; as
resulta identificable una acentuada cuota de responsabilidad sobre la formacin moral del personal de servicio;
en ese sentido sobre un nio de tierna edad se evidencia una preocupacin por enderezar su comportamiento
debido a las malas inclinaciones demostradas a quien se debe aplicar la medicina a tiempo y se lo va
sugetando.... En el escrito de Pedro Martnez queda patentizada su opinin acerca del grado de libertad del
que gozaban las criadas jvenes libres para abandonar un trabajo en el caso de que no fueran bien tratadas: mui
bien reflexionan estas desdichadas que en hacer semejante cosa (fugarse) hera contraher un grave delito y que
aun que tubiesen muchisima rason no havian de ser oydas por el comisionado . Sobre el tratamiento acordado
a sirvientes an de condicin libre por el matrimonio Garay en cuya casa se hallaba de criada la joven india
Candelaria, en el escrito de Martnez se expresaba: ...que en el partido tal vez no se cuenten dos que igualen en
el maltratamiento y aporreo de los libres por que en este punto tanto en Garay como en su mujer no se
reconoce el mas minimo indicio de caridad...AHPC, Escribana II, Ao 1795, Leg. 83, exp. 5.
1361
AHPC, Escribana II, Ao 1795, Leg. 83, exp. 5.
491
Ante la negacin de la madre en relacin a la veracidad de dicho informe, Sobremonte
mand que la hija fuese devuelta al hogar materno, encargando al responsable de la hacienda
estuviese ...a la mira de la educasion que por Petrona Noriega se le preste a su hija
Candelaria...
1362
. Es posible que, de no mediar el apoyo brindado a la madre por el
encargado de la propiedad donde resida, el fallo judicial no hubiera sido favorable a sta,
dado el empeo puesto por los amos en retener a la criada, presuntamente por su inters en
mantenerla en estado de servidumbre, al amparo de la autoridad zonal.
Poda ocurrir que la disputa por la restitucin de un hijo se produjera entre los mismos
progenitores que vivan separados, cuando, habiendo transcurrido los primeros aos de
crianza, uno de ellos, solicitaba al otro su tenencia. Ello sola ser interpretado por quien lo
haba criado desde pequeo, como una bsqueda de procurarse la utilidad del jovencito al
entrar ste en edad en que fuere factible aprovechar su fuerza de trabajo. As, doa Mara
Ramona Bernal, vecina del Ro Segundo se resista a entregar a una hija natural al padre de
sta por pretender que su inters en su buena educacin y cuidado no eran ms que una
mscara tras largos aos en los que no le haba asistido con alimento ni auxilio alguno y que:
...ahora que la
nia se halla en estado de aliviar con su trabajo a la madre, que ha
llebado sola el peso de su educacion, pretende en traerla en su poder
y recogerla para si, es mi sospecha por mas adornos que traiga de
virtud, empeo, parese acreditar que mas se consulta con la propia
utilidad...
1363
.
Como puede advertirse, ms all del lazo afectivo que pudiese existir en el depositario
de los menores hacia stos, se tratase de padres de crianza o biolgicos, los nios eran
disputados por su potencial valor econmico como un medio de aliviar la subsistencia de los
mayores.
Entregar un nio a criar en los primeros meses de vida, en el perodo de mayor
exposicin al riesgo de muerte con la intencin de recuperarlo aos despus, en edad cercana
a la pubertad, poca en la que ya un nio tena mayores posibilidades de supervivencia y
estaba ya en condiciones de trabajar, poda resultar una estrategia de provecho, ya que se
1362
Ibdem.
1363
AHPC, Escribana II, Ao 1801, Leg. 102, exp. 13.
492
evitaban los costos de su cuidado durante el lapso de la primera infancia y se lo recuperaba en
el momento en que poda comenzar a prestar utilidad
1364
. Tal comportamiento puede
observarse en un caso datado el ao anterior a la reunin de la Asamblea del Ao XIII que
habra de decretar la libertad de vientres. En efecto, el 17 de julio de 1812, el alcalde de
primer voto de la ciudad de Crdoba reciba la denuncia de que un vecino de la Punilla, don
Jos Zapata, habiendo entregado a criar a Petrona Herrera a Francisco, de seis meses de edad,
hijo de su esclavo negro, Jos, a fin de que se lo educase, alimentase y vistiera. Zapata
procuraba su reintegro ocho aos despus
1365
. La referida madre de crianza se quejaba ante el
gobierno de la Junta por el empeo puesto en quitrselo, sin allanarse el solicitante a
satisfacer los costos de la educacin ya que el muchacho haba recibido supuestamente
enseanza de zapatera, negndose ella a dejarlo partir si no se le procuraban cuatrocientos
ochenta pesos equivalentes a cinco pesos por mes durante los ocho aos de crianza
1366
. Zapata
recurri en dos ocasiones a la fuerza bruta para obtenerlo. La causa permaneci trunca, es
posible que las partes hayan llegado a un arreglo extra-judicial
1367
.
En 1817 habra existido en la ciudad de Crdoba un establecimiento pblico que se
ocupaba de asilar a los nios hurfanos
1368
conocido como Orfanatorio de Concandas. Se
desconoce cmo desde all, una nia de ocho das habra sido entregada por la hija de una
comadrona en cierto modo furtivo a doa Mara Rosario Arias. El pleito se origin en que
los padres de la beba habran dejado instrucciones en la institucin, de que no fuera entregada
hasta la ubicacin de persona a quien confiarle la crianza. La entrega apresurada consistira
1364
Esta manipulacin por parte de los amos de los nios de sus sirvientes puede relacionarse con relativamente
bajos niveles de fecundidad de las mujeres esclavas, si bien es factible que en el caso de referencia la separacin
de la madre se originase en la muerte de sta de resultas del parto. Poda motivarse tambin en el azaroso destino
que corran los esclavos en tanto objetos de comercializacin, ello constituye un ingrediente ms que es de
suponer afectara psicolgicamente a las madres y restara adems, posibilidades de supervivencia a los nios.
1365
AHPC, Escribana IV, Ao 1812, Legajo 44, exp. 22.
1366
El dinero que se solicitaba como remuneracin por la educacin del nio durante ocho aos exceda el valor
promedio de un esclavo varn de 0 a cincuenta aos entre 1750 y 1845. Se estima que un nio sometido a
esclavitud de entre cinco y nueve aos de edad estaba valuado en un valor promedio de ciento ochenta y seis
pesos y un mximo de trescientos veinte en el mismo perodo, cfr. CELTON, D. (2000: 13) La venta de
esclavos en Crdoba, Argentina en Cuadernos de Historia, Serie Poblacin, Centro de Investigaciones Facultad
de Filosofa y Humanidades, Universidad Nacional de Crdoba, Universidad Nacional de Crdoba.
1367
El mencionado caso encontraba difcil encuadre en la ley que estableca que cuando un amo hubiese
abandonado a un siervo ste tornbase libre, ya que en las entregas informales a crianza como las analizadas era
muy difcil probar a la madre de crianza que no haba recibido apoyo material alguno durante los aos a cargo
del nio como para incurrir en la figura de abandono, cfr. LAS SIETE PARTIDAS DEL REY DON ALFONSO
EL SABIO, Edicin cit. Partida IV, Tt. XX, ley 4.
1368
Recordamos que otra referencia a una Casa de Hurfanos existente en la ciudad de Crdoba puede
consultarse en el testamento de don Antonio de los Santos Gonzlez, redactado el 30 de diciembre de 1836 quien
leg una parte del quinto de sus bienes para su mantenimiento, cfr. AHPC, Registro I, Aos 1837 1842, leg.
188, f.1.
493
el argumento por el cual doce aos despus, los progenitores biolgicos haban recurrido a la
fuerza pblica para retirar a la nia del lado de los padres de crianza negndoles pago alguno
por su servicio. stos manifestaban su rechazo hacia lo que consideraban un :
...absoluto
despojo sin mas tramite de juicio y contra inauditam partem [...]
por los incognitos Padres que solicitan su recojo por interposita
persona, cuyo procedimiento tan desviado de la Ley de la gratitud
aun no es tan admirable y extrao como lo es que no le hayan
subministrado el mas mnimo alimento ni vestuario en tantos aos
que median a que nos hemos sacrificado en criar y educar esta
joven
1369
.
El cuestionamiento de naturaleza moral hacia la actitud de los progenitores de sangre
resulta evidente en las afirmaciones de los criadores por un comportamiento que
consideraban desaprensivo:
...no da lugar a otra
cosa , sino a que se haga mas publico y transcendental un echo tan
vergonsoso del cual devian los Padres reclamantes ruborisarse y
no hacer la mas minima gestion principalmente cuando solo tratan
de desposernos de la joven sin hazernos la devida satisfaccin que
les exige la justicia...
1370
.
Una vez ms en este caso se observa el carcter utilitario adjudicado al menor en
disputa, del cual quienes lo haban cuidado esperaban algn alivio y sostn en nuestra
ancianidad o bien la compensacin pecuniaria; no se mencionan las causas que llevaban a la
otra pareja a solicitarlo, sin embargo la edad de doce aos en que se pretende rescatarlo hace
presumir una intencin no exenta de pragmatismo.
El destino de los nios dados a crianza no era siempre cierto, especialmente si no
respondan a las expectativas del adulto que los haba tomado a su cargo, tal el ejemplo de
Calixta Cejas, nacida en Mogigasta quien fue criada desde los ocho o diez aos por doa
Candida Cazeres, vecina de las Palmas; y ...hechada de su poder [...] por haver tenido una
hija estando a su lado.... En este caso al ser despedida, la nia volvi a vivir con su madre
1369
Cfr. AHPC, Escribana IV, Ao 1817, Leg. 50, exp. 40. El padre de crianza es identificado como Francisco
de Len, llamado el ingls, se trata de un hecho ocurrido en Villa del Rosario.
1370
Ibdem.
494
biolgica, lo que pone de manifiesto el conocimiento de la hija acerca del domicilio e
identidad de su progenitora
1371
.
De los pleitos de restitucin que fueron resueltos
1372
se desprende una voluntad de los
juzgados de primero y segundo voto actuantes, de procurar satisfacer los derechos de los
padres biolgicos en relacin a sus hijos y tambin un reconocimiento de la legitimidad de la
exigencia de retribucin en los padres de crianza. Los menores apareceran en una actitud
pasiva en las discusiones de los adultos sin otorgrseles voz ni voto, tambin aparecen
manipulados para actuar en determinada direccin por una de las partes interesadas.
En el lado obscuro de la historia de la infancia se entremezclan la miseria y la
indefensin, la marginacin y la exclusin. Una de sus caras presenta la lucha de poder entre
adultos donde no pocas veces aparecen involucrados intereses mercantiles y de utilidad en
relacin a los nios.
La contribucin de los menores a la subsistencia de los hogares populares,
colaborando con sus padres en el sostn de las economas domsticas surge de la
documentacin consultada, constituyendo un complemento de significacin en las estrategias
de supervivencia familiar
1373
.
En el seno del hogar, las nias trabajaban especialmente en las tareas de hilado, tejido
y costura, acarreando agua del ro, lavando la ropa, recogiendo verduras y frutas del huerto;
atendiendo a las aves del corral y pequeos animales en tareas consideradas mugeriles
1374
,
sin descartar su colaboracin como labradoras. Los muchachos como aprendices de oficios
variados como sastre, zapatero, carpintero y otros; recibiendo capacitacin de sus parientes en
1371
AAC, Causas matrimoniales, Juicio de nulidad matrimonial, leg. 199, exp. 7.
1372
Como se explic en la Advertencia preliminar en este trabajo en esta parte no se ha realizado una apreciacin
cuntica del resultado de los juicios en los pleitos de restitucin por tratarse la observada de una muestra y no de
la totalidad de los juicios existentes para el perdodo como en el caso de disensos, nulidades, esponsales y
divorcios, donde s se efectu tal cuantificacin. Si bien ello deber ser confirmado a partir de otras
investigaciones, dara la sensacin de que tambin en este tipo de pleitos el nmero de causas inconclusas sera
significativo.
1373
Sobre la importancia del trabajo infantil en el Chile tradicional, vase el trabajo de GOICOVIC DONOSO, I.
.(1998: 528 558) Labrando la tierra, sirviendo la casa. El trabajo infantil en Chile tradicional en Cambios
demogrficos en Amrica Latina: la experiencia de cinco siglos Universidad Nacional de Crdoba, Unin
Internacional para el estudio cientfico de la poblacin. Crdoba.
1374
En un pleito de divorcio la esposa se refera al comportamiento desaprensivo del marido expresando: ...nos
quita a mi como a mi hija de lo que nos produce nuestro corto trabajo..., cfr. AAC, Causas matrimoniales,
Juicios de divorcio, leg. 201, Aos 1811 1814, exp. 15. En otro pleito la madre expresa que se mantiene en
parte de los conchabos de mi hijita mayor... cfr. AAC, Causas matrimoniales, Juicios de divorcio, leg. 203,
Aos 1826 1849, exp. 18.
495
actividades mercantiles, acompaando y colaborando en el trajn de las actividades cotidianas.
Eran vendedores de pan y jabn en las calles, estaban dedicados al acarreo de lea , al cultivo
de la tierra, como peones en ocupaciones relacionadas con la ganadera, o trabajaban como
madrineros en las salinas.
La superior valoracin asignada al hombre en la sociedad patriarcal verase
compensada por la facilidad en la ubicacin de las muchachas como personal domstico, lo
cual actuara como factor compensador entre los jvenes de uno y otro sexo, en el mundo del
trabajo
1375
. Dicho fenmeno puede asociarse al desequilibrio entre mujeres y varones de
castas observada en la ciudad de Crdoba en datos del censo de 1778 en beneficio del grupo
femenino, el cual encontrara su explicacin en una mayor incidencia de este sexo por efecto
de la migracin del campo a la ciudad buscando colocacin en el servicio domstico
1376
.
Respecto del trabajo infantil se ha afirmado que en la Europa occidental preindustrial
la contribucin de los nios a las economas domsticas fue significativa
1377
.
En ese sentido, el valor utilitario asignado al trabajo de los menores como factor moral
disciplinador y pedaggico habra constitudo durante siglos el justificativo de incontables
excesos.
3. Los hijos y la violencia en el hogar
1378
Si bien es posible entender que los hechos descriptos en los pleitos de divorcio
presentan una visin escenogrfica acerca de las relaciones familiares impregnadas de
dramatismo, presuntamente con la intencin de conmover a los jueces, los relatos permiten
1375
CICERCHIA, R. (1998: 80), Historia de la vida privada en la Argentina, Captulo II: Vivir en familia,
seccin referida a Nios.
1376
CELTON, D. (1993:27) Ob. Cit.
1377
HARRIS, M. y ROSS, E. (1991) Muerte, sexo y fecundidad. La regulacin demogrfica en las sociedades
preindustriales y en desarrollo, Alianza, Madrid.
1378
Entre los trabajos sobre violencia domstica consultados pueden mencionarse: FLORES GALINDO, A. y
CHOCANO, M. (1984: 406 407) Las cargas del Sacramento en Revista Andina, Cuzco, ao N2, diciembre,
pp. 403 421, MORENO, J.L.(2002) Conflicto y violencia familiar en el Ro de la Plata, (1770 1810) en
Taller de Discusin sobre La Familia , Universidad de Quilmes; tambin STAVIG, W. (1996) Amor y Violencia
Sexual. Valores indgenas en la sociedad colonial, Instituto de Estudios Peruanos University of South Florida.
Otro trabajo reciente que se ocupa del maltrato domstico constituye: SALINAS MEZA (2001) Del Maltrato
al Uxoricidio. La violencia Puertas adentro en la aldea chilena tradicional (siglo XIX en Meeting of the Latin
American Studies Association, Washinton; GOICOVIC DONOSO, I. (2001) Mujer y violencia domstica:
conductas reactivas y discursos legitimadores, en XXIII International Congress of the Latin American Studies
Association, Washington. Para el caso chileno los autores coinciden en un contexto social amplio caracterizado
por un alto grado de agresividad interpersonal Salinas Meza observa una cierta profundizacin de la represin
de los comportamientos violentos con el paso del tiempo, cfr. aut. Cit. ob. cit. Pg. 22. Para un estudio de la
violencia demstica en Crdoba desde una perspectiva histrica, vase en este mismo trabajo Segunda Parte,
punto IV.Separacin quoad thorum et mutuam coabitationem, Los nudos del conflicto, Violencia corporal,
violencia psicolgica.
496
filtrar informacin acerca del universo familiar ntimo que nos aproximan a aspectos de la
ideologa del matrimonio, de la representacin de los actores acerca de la vida maridable, la
familia, el papel de los hijos en el hogar; a lo que los actores entendan por la normalidad y
anormalidad del transitar familiar domstico. En ese sentido, insistimos en ubicar a la
violencia domstica dentro del marco ms amplio de la violencia social caracterstica de las
sociedades del Antiguo Rgimen
1379
. En ese sentido Goody ha sealado que una prctica
imposibilidad de divorciarse en sociedades histricas habra contribudo a la mayor tolerancia
hacia la violencia marital y domstica en general
1380
.
La presencia de los hijos como testigos de los hechos violentos entre los cnyuges en
casos de parejas desavenidas se advierte en abundante documentacin, a travs de menciones
que se reiteran.
Con relativa frecuencia, las madres aparecen compareciendo ante la justicia, como se
ha vistok invocando la necesidad de alimento y vestido para los hijos del matrimonio a fin de
garantizar su subsistencia; se ha remarcado que no pocas acusaban al marido del mal ejemplo
que como padres proporcionaban a sus hijos, a la total desatencin y cuidado de los
menores
1381
.
Los hijos se materializan tambin en las descripciones de maltrato de las esposas, ya
intercediendo por la madre, ya como vctimas fsicas o psicolgicas de las reyertas paternas,
se identific un caso incluso donde hay mencin de intervencin judicial tendente a sacar al
hijo del lado de su padre como consecuencia de maltratamiento fsico por l prodigado al
vstago
1382
. Es de suponer que los castigos fsicos infligidos a los hijos se reproduciran en el
seno de la sociedad, constituyendo uno de los aspectos de la vida familiar ms difciles de
penetrar, ms an que el maltrato a la esposa y a los sirvientes los cuales si bien en contadas
oportunidades, lograban hacer or su voz ante la justicia.
En una causa de amancebamiento adulterino del jefe de familia con una agregada al
hogar a la cual ste brindaba manutencin y vestuario, la esposa endilgaba al marido el
nocivo ejemplo brindado por el padre hacia sus vstagos, a quien responsabilizaba de ser el
1379
Sobre violencia conyugal como contexto de la violencia social consultar en este mismo trabajo, Segunda
parte, Separacin de cuerpos.
1380
GOODY, J. (2001: 83) La familia europea, Barcelona, Crtica.
1381
Numerosos son los ejemplos que se han brindado en la Segunda parte de este trabajo en el captulo
correspondiente a separacin de cuerpos sobre estos aspectos, al tratar el tema del divorcio; slo a modo de
ejemplo tmese, AAC, Causas matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 5.
1382
AAC, Causas matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 195, Aos 1746 1785, t. II, exp. 5.
497
causante del mal comportamiento de los hijos del matrimonio. As, la mujer haca cargos
contra el progenitor en relacin a la conducta de una hija que se haba fugado de la casa con
un muchacho. La esposa, quien termin atendiendo el parto de la manceba de su cnyuge en
su propia casa, se senta desautorizada por la conducta del hombre sin encontrar palabras de
respuesta a la rebelda de la hija, quien le haba expresado:
...que el exemplo
que le daba su padre ese havia de seguir sin que yo tuviese facultad de
reprenderla como merecia por temor de su mismo Padre
1383
.
Asimismo la mujer reconoca sentirse angustiada temiendo que ...un hijo que nos a
quedado venga a salir tan perdido como su Padre...
1384
. Como contrapartida el marido se
defenda explicando a los jueces que se haba preocupado por la instruccin del hijo varn de
ambos:
...lo tengo puesto en esquela cosa de dos meses antes
de que hiziese fuga para darle la educacin y enseansa que
corresponde...
1385
.
En otro expediente en el que se denuncia adulterio masculino vuelve a presentarse a
los hijos pberes a quienes se compara con unas tiernas plantas- como testigos y vctimas
del mal comportamiento del padre, en este caso un comerciante, rebelndose respecto a que
aqullos utilizase como emisarios de su relacin pecaminosa:
...resiben [los
hijos] con fuerte impresin la idea del delito, que la retienen, y que
estas lecciones del vicio los preparan en la posteridad a seguir la vida
de su Padre, a que le hagan autor de sus desvarios [...] mi marido ha
puesto a mis hijos de conductores para mantener la amistad ilicita,
haciendo que lleven las citaciones, los presentes, y las memorias
amorosas...
1386
.
La mujer se mostraba horrorizada del ejemplo nocivo que, en su vida airada, el
hombre brindaba a sus hijos:
...en la mesa
autorisaba el adulterio, y en los subsecuentes momentos del dia lo
confirmaba...
1387
.
1383
Se trata del matrimonio integrado por doa Mara Rosa Lpez y don Gregorio Pereyra, cfr. AAC, Causas
matrimoniales, Juicios de divorcio, Leg. 198, 1795 1799, t. V, exp. 15.
1384
Ibdem.
1385
Ibdem.
1386
AAC, Causas matrimoniales, juicios de divorcio, leg. 201, Aos 1811 1814, exp. 2.
1387
Ibdem.
498
Al momento de estos escritos los padres se hallaban separados de hecho
permaneciendo los varones con el padre y la nia y el beb con la madre. As continuaba la
larga arenga de la esposa respecto del comportamiento del hombre hacia los hijos del
matrimonio, reprochaba tambin la soledad que haba debido sufrir al momento del
alumbramiento del ltimo hijo:
No le ha
conmobido la nia de catorce aos y el nio pequeo que me
acompaan, que hacen la propagacion de su ser: no ha considerado
que la educacion cristiana que tienen, necesita algun fomento y que sus
buenos nombres y estimaciones en que se crian con mis desvelos le han
de franquear recuerdos que no merece. Quando mi marido en el parto
que tube en el mes de Agosto por aquellas apariciones que hacia de
tarde en tarde y en las que le suplicaba yo una verdadera union...
1388
.
Nuevamente en otro pleito por relacin extramatrimonial del marido se volva a
presentar a los hijos - nada menos que trece en este caso- como testigos oculares del
amancebamiento del padre y vctimas del maltrato de ste
1389
.
La inocencia y la ternura constituyen ingredientes que aparecen asociados a la
imagen del hijo matrimonial, as una madre se refera a ellos reclamando por el proceder del
padre en relacin a sus deberes que como tal les deba:
...tiernos hijos que no
reciben otra enseanza que la venenosa de sus palabras. Ya que no
cuida de sus almas al menos sutentara y cubriera sus cuerpos ...
1390
Una madre reclamaba por el escndalo que la actitud del marido provocaba en la casa
obligando a que los improperios por l vertidos llegaran a los inosentes oidos de los
hijos
1391
.
En los casos de casamiento en segundas nupcias, las relaciones del nuevo cnyuge y
los hijos del anterior matrimonio -a quien en la poca se denominaba entenados- podan
resultar especialmente conflictivas. As, la madrastra se quejaba de que su marido se enfureca
tratndola peor que a una vil esclava cuando ella reprenda a los entenados :
1388
Ibdem.
1389
AAC, Causas matrimoniales, juicios de divorcio, leg. 203, Aos 1826 1849, exp. 16.
1390
AAC, Causas matrimoniales, juicios de divorcio, leg. 201, Aos 1811 1814, exp. 15.
1391
AAC, Causas matrimoniales, juicios de divorcio, leg. 202, Aos 1815 1825, exp. 1.
499
...para darles la debida crianza y no ser responsable en el Divino
Tribunal si ellos por descuido se me pierden...
1392
La esposa acusaba de intento de parricidio a Juan Etor (sic) -el varn que conviva en el
hogar- refiriendo haber recibido de l golpes de palo grueso, patadas, agresiones con el tizn
de la cocina, y en un escrito describa un maltrato que calificaba de feroz, que le haba
aplicado por el ftil motivo de:
...usar un poco de agua del rio que traen a
la casa para lavar una pequea costura...
1393
Situacin que finalmente culmin con la fuga de la esposa de la casa. No se precisa en el
expediente la edad del muchacho pero por lo visto haba aprendido con presteza de su padre
el trato que deba dispensarse a las mujeres, es de preveer cul sera su accionar cuando
formase pareja.
La violencia corporal hacia las mujeres embarazadas presenta a los hijos como
vctimas de sta an antes del nacimiento
1394
. Menciones a abortos producto de golpes de
mano y pie parecen constituir parte de la historia de la convivencia de algunas familias,
denuncias por reiteracin de actos brutales contra sus personas ponen de manifiesto los
escasos logros obtenidos de la intervencin judicial.
Un marido contradeca la acusacin de maltratos corporales a travs de azotes
prodigados a los hijos del que la esposa lo acusaba, refiriendo el cario que los nios le
profesaban con las siguientes palabras:
...el amor que me tienen y manifiestan corriendo a
buscarme todas las beses que me ben sin quererese apartar de mi lado ...
1395
El hermano del marido confirmaba sus dichos asegurando que: ...los a acariciado y tratado
con amor y cario de Padre...
1396
.
1392
Leg. 199, exp. 1: se trata de la demanda de divorcio de Candelaria Leyba del Paraje de las Chacaras.
1393
Ibdem.
1394
AAC, Causas matrimoniales, juicios de divorcio, leg. 198, exp. 12, cfr. tambin en relacin a casos de aborto
por golpes propinados durante el embarazo el leg. 201, Aos 1811 1814, exp. 16.
1395
AAC, Causas matrimoniales, juicios de divorcio, leg. 194, Aos 1688 1745, t. I, exp. 4.
1396
Ibdem.
500
Como en el caso de la sevicia hacia la esposa, a menudo los maltratos a los hijos se
asociaban al vicio de la bebida del progenitor que en situaciones extremas poda desembocar
incluso en la prdida de la patria potestad
1397
. El llanto de los nios testigos del horror de ver
a la madre colgada de un tirante del techo de la vivienda era relatado por un vecino alertado
por sus voces
1398
.
En un caso el relato de la escena de violencia mostraba las manos de la hija
deteniendo el cuchillo con el que el progenitor pretenda ultimar a la madre
1399
.
Si bien infrecuentes en la documentacin, algunos casos de asesinato presentan a la
violencia ejercida por el padre hacia la hija en su mxima expresin
1400
.
Como se ha visto a partir del anlisis de la prctica judicial, era factible encontrar a la
figura materna asumiendo el rol de defensora franca del bienestar propio y de los hijos,
paradjicamente era tambin la progenitora la que apareca en ocasiones como sospechosa de
infanticidio
1401
o a quien se haca responsable del abandono y muerte del nio pequeo.
As por ejemplo en el caso de una mujer de un comerciante quien se hallaba entregada
a la bebida, fuente de males de todo genero
1402
el marido recriminaba a sta la
responsabilidad por la muerte de uno de los cuatro hijos de la pareja al momento del parto,
provocada por su estado de ebriedad
1403
.
En 1787 fue presa Lorensa Corchera, -abandonada por el marido y desertora de la
frontera, quien contaba alrededor de veintisis aos- por sospechas acerca de las
circunstancias de la muerte de un hijo pequeo que traa hacia Ro Tercero desde el fuerte de
Las Tunas; en efecto, el superior gobierno manifestaba que haba salido con dos hijos y
arribado a destino con uno, una niita de alrededor de tres aos. El varoncito de tres meses
haba fallecido durante el viaje en el que se trasladaba con su madre y hermana en una tropa
1397
AAC, Causas matrimoniales, juicios de divorcio, leg. 195, Aos 1746 1785 t. II, exp. 5.
1398
AAC, Causas matrimoniales, juicios de divorcio, leg. 198, Aos 1795 -1799 t. II, exp. 11.
1399
AAC, Causas matrimoniales, juicios de divorcio, leg. 198, Aos 1795 1799, exp. 13.
1400
En el perodo 1776 1840 se detectaron dos casos en cuya cartula se hace mencin expresa del asesinato de
un padre a una hija y a una hijastra, cfr. AHPC, Archivo del crimen, Ao 1823, leg. 147, exp. 3 y Ao 1838, leg.
188, exp. 7.
1401
En una causa correspondiente a 1821 caratulada como infanticidio que relata la aparicin de la cabeza de
una criatura de pocas semanas de vida en una quinta de la ciudad de Crdoba, la cual fue hallada por un pen
cuando segaba alfalfa. El peritaje mdico indic que se trataba de una cabeza cortada con instrumento afilado, la
invetigacin se orient hacia la averiguacin del origen del macabro encuentro. Del interrogatorio de los testigos
surge por las preguntas efectuadas, que se intentaba relacionar el hallazgo con una mujer, la presunta madre,
aunque no logr averiguarse nada, cfr. AHPC, Archivo criminal de la capital, Ao1821, leg. 140, exp. 3.
1402
AAC, Causas matrimoniales, juicios de divorcio, leg. 203, Aos 1826 1849, exp. 27.
1403
Ibdem.
501
de carreta habiendo fallecido repentinamente
1404
en el camino segn relataba la madre. En
la sentencia el juez denot preocupacin por el lugar en el que haba sido enterrado el nio, si
lo haba sido en campaa o en sagrado
1405
ya que la madre ofreca un testimonio que se
contradeca con el de un testigo. Finalmente se dispuso que si la sepultura haba sido en el
campo fueran extrados los guesos y transladandolos a sagrado los coloque en el lugar que
corresponde
1406
. Como ste, la mayora de los casos semejantes de muertes dudosas de
infantes permaneceran en la nebulosa, sin lograrse averiguar lo que efectivamente haba
provocado el fallecimiento del nio.
Si bien en casos caratulados como infanticidio, la justicia secular aparece presentando
un inters vigilante de la vida de los nios, -sector tan vulnerable- en el caso concreto de la
actuacin de ciertos funcionarios, la preocupacin hacia la infancia parece estar asociada
ms bien hacia la consecucin de un inters utilitarista, como se ejemplific en ciertas causas
de adjudicacin de menores por los jueces pedneos. La justicia eclesistica por su parte
enfatizaba en su discurso la cuestin del desamparo espiritual y material de los hijos ante la
desavenencia de los padres, aunque con acciones concretas muy limitadas.
En la prctica de los comportamientos, en los pleitos analizados la niez aparece en
una situacin de considerable desproteccin en un entorno de violencia domstica, la cual se
profundizaba al intensificarse su vulnerabilidad en situaciones de marginalidad y pobreza.
De extrema indefensin biolgica especialmente en el primer tiempo de vida, vctima
posible del abandono tras el nacimiento, expuesta a sufrir maltratos psicolgicos, castigos
fsicos directos de sus progenitores, indirectos a travs de la insatisfaccin por stos de sus
necesidades mnimas de subsistencia, susceptibles de caer en situaciones de servidumbre,
impulsados a contribuir activamente en el sostn del hogar; invisible, marginada, la
documentacin muestra algunos de los rostros ms ingratos de la infancia.
3.1. Ataques sexuales incestuosos
Las relaciones incestuosas
1407
entre padres e hijas muestran otra cara de la violencia
filial.
1404
AHPC, Archivo criminal de la capital, Ao 1787, leg. 43, exp. 7.
1405
Ibdem.
1406
Ibdem.
1407
Distintas teoras explicativas acerca de las prohibiciones del incesto pueden consultarse en HRITIER, F.
Les deux soeurs et leur mre. Anthropologie de lInceste Editions Odile Jacob, France.
502
El incesto era juzgado como acto brutal y atroz por los juristas del Antiguo
Rgimen
1408
, considerndose que la accin se vea agravada por la influencia ntima y el
ascendiente moral ejercido por el atacante sobre la vctima. Sin embargo, en el contexto de
violencia social descripto, el mismo sera percibido con la dosis de dualidad fluctuante entre
la suprema aversin y la trivialidad que caracterizaba a un hecho de sangre comn.
Promediando el siglo XIX sera dable observar un cambio en la sensibilidad frente a estos
hechos que seran menos tolerados socialmente, lo que llevara a un incremento de las
denuncias, disminuyendo el fenmeno de impunidad social que caracterizara a otras
pocas
1409
.
Concubinato con su hija
1410
reza una de las cartulas de los casos de relaciones
sexuales incestuosas de fines del siglo XVIII analizados. Los ataques fueron protagonizados
por un individuo viudo del partido de Santa Rosa del Chaar, quien fue acusado de haber
mantenido relaciones carnales con su hija durante ms de dos aos habiendo engendrado en
ella dos hijos, uno a luz y otro en el vientre
1411
. Denunciado el caso en la Justicia, la
informacin de la autoridad se direccion a averiguar las costumbres y la religin que
practicaba el acusado ya que de no ser cristiano, su comportamiento era considerado con ms
tolerancia. Numerosos testimonios dieron cuenta de que la relacin que una al padre y a la
menor era conocida por parientes y vecinos inmediatos, generando reproches y
enfrentamientos con el individuo por tal motivo. El comportamiento de la pareja era
identificado por sus allegados como sospechoso, a pesar de la voluntad de sta por mantener
el secreto. Los relatos de los parientes coincidan en que cuando entraba gente a la vivienda,
padre e hija ... salan a comunicar afuera, la alzaba en ancas y se la llevaba...
1412
. El
hombre neg durante la instruccin del sumario la situacin que motivaba la intervencin
judicial, lo cual pone en evidencia que era consciente de haber estado cometiendo un acto
inconveniente. La hija, por otra parte expres que su padre la haba consolado respecto del
trascendido de la relacin con estas palabras:
1408
VIGARELLO, G. (1998:26 Y 230) Historia de la violacin. Siglos XVI XX, Ediciones Ctedra,
Universidad de Valencia
1409
Ibdem.
1410
AHPC, Archivo criminal de la capital, Ao 1789, Leg. 46, exp. 9: El acusado era de nombre Borja Basquez.
Los testimonios de los testigos dan cuenta del entorno de familiares y amigos que rodeaba a la pareja, entre ellos:
doa Cacilda Gomez, ta carnal de ms de sesenta aos: Matheo Lpez, concuado de Basquez de cuarenta y dos
aos; Pedro Nieva, de cincuenta y cinco aos, tambin pariente por afinidad, quien se domiciliaba a una legua y
media del acusado; Juana Rosa Almada de veintisiete aos, tambin afn del acusado.
1411
Ibdem.
1412
Ibdem.
503
...no llores hija que ci i la devo, la pagar y
as aunque me pongan en la cola dos potros...
1413
.
Los relatos coincidan en que la hija dorma con el padre en la misma cama y tambin
en que haban odo en varias oportunidades a la joven exclamar durante la noche: qutece mi
Padre dejeme dormir
1414
. Respecto de los hbitos religiosos del adulto, se constat que era
cristiano aunque no asista a oficios religiosos ni confesaba, pero que sin embargo haba
concurrido al menos en una oportunidad a ejercicios espirituales.
Resulta llamativa la actitud de la justicia al considerar la pena que deba sufrir el
acusado, pues es demostrativa de posturas extremas que no dejan de poner en evidencia la
distancia entre la gravedad que el hecho revesta desde el enfoque de la norma cristiana y la
virtual negacin de importancia hacia lo ocurrido. As, mientras el fiscal solicitaba la pena de
la hoguera para satisfacer la vindicta pblica, el defensor de pobres alegaba haber tenido el
hombre suficiente castigo con la crcel sufrida durante la instruccin del sumario, negando
hubiese existido delito y slo un excesivo celo del padre al dormir cerca de la hija para
protegerla...
. Finalmente, la pena aflictiva fue conmutada el nueve de octubre de 1789 en visita de
crcel con motivo de la proclamacin de Nuestro Augusto soberano el Sr. Don Carlos IV
y el delito reconocido, destinndose al delincuente a la Villa de la Carlota en calidad de
poblador, y a la satisfaccin de las costas generadas por el juicio, ordenndose que la joven
permaneciese en depsito
1415
.
El prolongado silencio mantenido por el entorno familiar de las vctimas de relaciones
incestuosas violentadas sexualmente por el padre u otro pariente se relacionara en ciertos
casos con el miedo a una represalia por parte del jefe del hogar, quien en dos causas tena a
las mujeres de la casa amenazadas con degollarlas en caso de delacin. Tambin con la
preocupacin por la subsistencia del grupo al ser apresado el principal proveedor del sustento
cotidiano
1416
. En ese sentido la abuela de una vctima expres que al ser aprendido el
agresor ste haba manifestado respecto de la suerte material de su familia en su ausencia:
1413
Ibdem.
1414
Ibdem.
1415
Ibdem.
1416
En el perodo comprendido entre los aos 1773 y 1840 se detectaron escasos casos de violencia sexual
incestuosa, los mismos corresponden a los aos 1789, 1823, 1835, y 1837: caratulados en los expedientes de
crimen del AHPC como concubinato con hija , incesto muerte a la entenada o amancebamiento con
entenada, que explcitamente corresponden a denuncias con motivo de relaciones carnales de hijas con el
padre biolgico o de crianza. Tambin fue identificado un caso de estupro incestuoso en el que el autor del
hecho era el to de la vctima. En los juicios de divorcio de la documentacin eclesistica consultada, en un caso
504
... que no havia de dejarles cosa
alguna, que el que lo hizo detener que los mantenga
1417
.
La valenta puesta de manifiesto por alguna de las madres que concurrieron a
denunciar los hechos debe ser destacada. Es de suponer que dicha conducta no sera la norma
en estos casos ya que la mayora permanecera en silencio
1418
.
Otro expediente iniciado como consecuencia de asaltos nocturnos a la intimidad del
cuerpo de menores por parte de progenitores, da cuenta de que algunas jvenes reaccionaban
a viva voz, solicitando socorro. En esos episodios, que se reiteraban en los casos estudiados
en la obscuridad de la noche y la soledad de la campaa, tenan como desenlace fuertes
golpes propinados tanto a la vctima del acoso -a fin de someter su voluntad- como a la madre
u otros allegados que acudan a prestar ayuda.
En la historia de Micaela Carriso, habitante de las Doctrinas de los Ranchos, la
progenitora termin denunciando al cura los ataques de que era vctima su hija de diecisiete
aos cuando de noche su marido se levantaba de su lado de la cama para ir a forzarla
1419
.
Sabedor de que, de trascender su delito sera sancionado, la estrategia desarrollada por
Bernardo Godoy de ocupacin labrador, para disfrutar encubiertamente a su hija consisti en
entregar a la esposa en brazos de su pariente Celedonio, a quien acusaba de haberla raptado
en dos oportunidades a lo largo de alrededor de un ao. Del relato de la muchacha de diecisis
aos en este caso, surgi que tanto ella como su madre estaban amenazadas con ser
degolladas por el padre si lo denunciaban. La mujer por su parte afirmaba haber estado entre
la cruz y la espada sin saber qu actitud adoptar. Durante el proceso madre e hija fueron
se detect una acusacin de relacin incestuosa de padre con su hija denunciada por la madre, cfr. AAC, Causas
matrimoniales, Juicios de divorcio, leg. 198, aos 1795 1799, exp. 11. En la documentacin consultada
tomada en su conjunto se identificaron sin embargo mas alusiones a relaciones incestuosas mantenidas entre
hermanos, madre con el novio de la hija, etc. en los mismos cfr. por jemplo el expediente 20, legajo 203 de las
Causas matrimoniales existentes en el AAC-. En algunos expedientes no se denunciaban hechos de violencia
asociados al incesto ni acusacin criminal sino que se mencionaba el hecho incestuoso en ocasin del planteo de
otra cuestin, por motivo de una nulidad matrimonial por ejemplo, en estos casos es dable advertir cierta
naturalidad en la presentacin del fenmeno que hara presumir que las relaciones ilcitas entre parientes
constituan una prctica social que alcanzaba visos de cierta trivialidad en la prctica, aunque severamente
cuestionados desde la letra de la ley y la moral vigentes. Es posible presumir tambin que situaciones semejantes
a las denunciadas en los casos en los que se aplica violencia en la relacin incestuosa se daran con ms
frecuencia que las sealadas. El silencio suele caracterizar esta problemtica social an en la actualidad, aunque
habra una tendencia a denunciar dichos actos a medida que aumenta el autocontrol social en relacin a la
agresin. Sobre la variacin temporal de las normas de agresin y el autocontrol social consultar ELIAS, N.
(1973) La Civilisation des moeurs. Pars.
1417
AHPC, Archivo criminal de la capital, Ao 1789, Leg. 48, exp. 1: El agresor era Asencio Len, quien fue
prendido por el cura de la zona, tras la denuncia por acoso sexual a su hija.
1418
Sobre las actitudes de las madres frente a la violacin de las hijas o entenadas puede consultarse ARROM,
S.M. (1985) The women of Mexico City , 1790 1857, Standford University Press, Standford.
1419
AHPC, Archivo criminal de la capital, Ao 1789, Leg. 48, exp. 1
505
depositadas y los hombres encarcelados. El fallo conden al jefe de la familia a doscientos
azotes que deberan aplicarse en la crcel para evitar el escndalo que la notisia de este
inaudito atentado producira en el pblico. Finalmente en este episodio la pena corporal fue
tambin indultada y la pareja destinada a servir por tres aos en los hospitales de hombres y
mujeres de la ciudad, donde asistiran a los enfermos a fin de que se reformasen de su
deprabada conducta. Respecto de la joven, fue entregada a servicio en casa de alguna
seora de virtud de quien reciba otras lecciones y adquiera otra educacion...
1420
.
Ms severa fue la pena a la que fue sentenciado Rafael Pabn en 1835 acusado de
estupro en persona impber con calidad de incestuoso, quien sufri el castigo de dos aos
de destierro fuera de la provincia prohibindosele regresar transcurrido ese tiempo sin expreso
permiso de autoridad competente
1421
. Se destaca en la causa el despliegue sumarial instrudo,
as la vctima fue reconocida en primer lugar por el dr. Pablo Pastor -mdico- quien certific
que hubo intento pero no verdadero estupro, seguido en segundo trmino por el examen de la
comadrona Andrea Escobar, de ms de sesenta aos, quien no constat dao de consideracin
en la nia excepto ardor al expeler las aguas y por ltimo la vctima fue sometida a la
revisacin de otra comadrona, Dominga Cerra, de ms de setenta aos, quien efectu el
reconocimiento veinte das despus del hecho sin encontrar lesin exterior alguna.
Un expediente de asesinato en el que se entremezclaba una relacin incestuosa con la
hijastra brinda informacin de un caso dramtico de violencia extrema ejercida por el
padrastro. En efecto, Ramn Ledesma, identificado como pardo libre, de alrededor de treinta
aos de edad, de estado casado, de ocupacin labrador, asesin a su entenada, degollndola
con cuchillo, en un monte, el 18 de mayo de 1823. Luego de haberla extrado de la casa en
donde se hallaba depositada, como consecuencia de que el amancebamiento entre padrastro e
hijastra haba tomado estado pblico. Segn confesin del reo, la joven se negaba a seguirlo,
solicitndole ella misma que la matara. Ello habra ocasionado la irritacin por parte del
confesante que deriv en el hecho mencionado. Si bien en este caso, una vez ms el fiscal
1420
AHPC, Archivo criminal de la capital, Ao 1823, Leg. 147, exp. 5.
1421
AHPC, Archivo criminal de la capital, Ao 1835, Leg. 182, exp. 7: el reo era hermano de la madre de la
vctima, de alrededor de veinte aos, ocupacin carpintero, cabo de los Cvicos defensores del orden. La nia de
nombre Luciana Olivera de alrededor de nueve o diez aos fue violentada en un monte por su to, a medioda,
cuando era conducida por mandato del padre de sta a un puesto distante una legua de la ciudad. Del testimonio
de un testigo surge que tras ser violentada la nia sali al camino gritando y solicitando auxilio ensangrentada y
semidesnuda con golpes visibles en el cuerpo. Fue conducida al puesto por el declarante el cual fue seguido por
el agresor hasta la presencia de los padres de la menor quienes sufrieron las amenazas a punta de pistola por
parte del mismo.
506
solicit pena de muerte para el asesino resaltando el vnculo que una al agresor con la vctima
y la alevosa del hecho, el regidor de pobres, concurriendo ante el gobernador de la provincia
logr obtener el indulto de la pena capital a la que haba sido sentenciado el reo, en ocasin
del augusto aniversario de la independencia del Pas. En efecto, los festejos del 9 de julio
constituyeron la ocasin graciable de tamao hecho de violencia
1422
.
El argumento del arcasmo de las formas de vida, el entorno rural, que asociara a
ciertos crmenes con la falta de civilizacin, sera utilizado como explicacin desde el siglo
XVIII para algunos hechos de violencia como los tratados
1423
.
3.2. Indulgencia o dureza de los jueces ante la violencia domstica?
Pero, cul era la sensibilidad de los jueces ante los hechos de violencia denunciados?.
Como se desprende del anlisis de las causas de divorcio quoad thorum efectuado, la
violencia domstica no era considerada -salvo excepciones- causa suficiente para autorizar la
separacin
1424
. En ese sentido los hechos de fuerza de la intimidad familiar resultan
coherentes con un conjunto social caracterizado por la violencia. Los incidentes sangrientos
en la vida familiar formaran parte de una cotidianeidad frente a la cual la justicia mantendra
una actitud ambigua entre la condena y el perdn, oscilando entre la indulgencia y la
represin
1425
lo cual sera demostrativo de una sensibilidad distinta de la contempornea ante
el acto de sangre en una sociedad en la cual si bien no como norma constante, la violencia
alcanzaba grados de tolerancia considerables.
La respuesta judicial a la agresin sexual no escapara al marco descripto,
inscribindose en una realidad donde: ...la violencia reina, por as decirlo, sin causa
aparente, los adultos colman de golpes a los nios, los hombres, o tambin otras mujeres, a
las mujeres; los amos a los criados...
1426
.
Todo un arsenal de instrumentos de afliccin utilizados por la justicia del Antiguo
Rgimen para castigo de los reos, es demostrativo de que no exista impunidad pero tambin
1422
AHPC, Archivo criminal de la capital, Ao 1823, leg. 147, exp. 3.
1423
Dicha afirmacin corresponde a la tesis de CORBIN, A. (1975) Archaisme et Modernit en Limousin au
XIX eme. Siecle, 1845 - 1880. Riviere, Pars. Consultado en VIGARELLO, G. (1999: 166), Ob. Cit.
1424
Dicha afirmacin se confirma en este trabajo a partir del anlisis de la documentacin consultada, sobre el
mismo fenmeno en otras sociedades cfr. para el Ro de la Plata: MORENO, J. L. (1998) Ob. Cit.
1425
VIGARELLO, G. (1999: 17, 18) Ob. Cit.
1426
DESAIVE, J.P. (1987: 124) Du geste a la parole: dlits sexuels et archives judiciaires (1690 1790) en
Communication, nm. 46.
507
pondra en evidencia una indiferencia por el cuerpo que sera legitimadora en ltima instancia
de la misma violencia a la que se pretenda poner lmite
1427
.
4. Cuestiones de intereses entre padres e hijos
Que la calidad de padre de hijo blanco varn legtimo era tenida en mucha honra en
una sociedad jerarquizada y patriarcal como la estudiada, y que la ofensa inferida al vstago
era interpretada por el paterfamilias como un agravio para s y la familia en su conjunto,
considerada ms seria an si la afrenta se diriga al hijo de un importante funcionario de la
ciudad, se ejemplifica en el caso del sargento mayor don Enrique de Olmedo, Regidor y Fiel
Ejecutor de la ciudad de Crdoba. El mismo querell civil y criminalmente en 1763 a Bartolo
Sejas del Partido de Traslasierra por la injuria proferida a su hijo cuando acompaado de un
pen indio, se diriga a sacar ganado propio de la estancia a cargo del agresor. En efecto,
haciendo caso omiso de una solicitud previa para entrar, auxiliado de un hermano, injuri de
palabra y obra a Domingo, hijo del funcionario, procediendo a darle palazos al infortunado
indio conchabado, a quien hiri gravemente. En su escrito, el padre reiter y destac en
varias oportunidades que la agresin se efectu contra su hijo legtimo, lo cual interpretaba
como una afrenta contra s mismo, resaltando que haba sido inferida sin tener consideracin
del respeto que se le deba guardar tanto por su calidad de persona distinguida como por el
oficio que ejerca
1428
.
La legilsacin castellana estableca una distribucin equitativa de los bienes paternos
entre los hijos; sin faltar a la norma los padres podan favorecer a algunos de ellos a travs del
quinto de libre disposicin y del tercio de la mejora, sin embargo algunos progenitores se
inclinaban por soluciones ecunimes en la distribucin integral de su patrimonio. Tmese
como ejemplo el caso de doa Mara Felipa Guebara, quien tras nombrar a los hijos como sus
herederos universales expresaba que: ...por mi parte no tengo el menor motibo para
pribarle ni tampoco para mejorar a ninguno...
1429
. Sin embargo, y a pesar de sus palabras,
la misma mujer parece haber establecido una escala jerrquica en la confianza o reverencia
1427
En la afirmacin seguimos a VIGARELLO, G. (1999: 22), Ob. Cit. Sobre la concepcin del cuerpo a fines
del Antiguo Rgimen consltese, GARCS, C. (1997) El cuerpo como texto. Tortura y pena capital en el siglo
XVIII. Prcticas penales como forma de discurso. Jujuy. (tesis doctoral) Facultad de Filosofa y Humanidades,
Universidad Nacional de Crdoba.
1428
AHPC, Escribana III, Ao 1763, Leg. 3, exp. 5.
1429
La monja era la nica hija excluda del haber hereditario en razn de su profesin, habiendo ya recibido su
dote al tomar los hbitos, cfr. AHPC, Registro IV, Ao 1802 - 1803, leg. 5, f. 444.
508
que sus hijos le inspiraban, la cual se puso en evidencia al establecer el orden de albaceazgo
entre sus dos hijos varones, ya que al sacerdote lo ubic en primer lugar y slo en el segundo
al primognito
1430
.
Razones de ndole prctica podan llevar a algunos padres a mejorar a algunos de
sus hijos sobre los otros, tal el caso de los que se desempeaban en el mismo oficio del
progenitor. En efecto Bernardino Galarza, pardo libre, mejor a sus hijos varones, oficiales de
sastrera con ...dos mesas de cedro con cajon de dos varas, cuatro pares de tijeras
grandes... entre otros efectos
1431
.
En otros casos se manifiestan preferencias por un hijo sobre los dems fundadas en
motivos diversos. As por ejemplo, doa Rosa Freytes justificaba la mejora efectuada a su hijo
Joseph Prudencio en atencin a la asistencia y buena correspondencia que de el he
recibido...
1432
.
Las asignaciones hereditarias de los hijos en funcin del sexo, edad, estado,
ocupacin, permiten pues entrever consideraciones ideolgicas de la sociedad observada.
Ilustrativo de algunos de esos aspectos resulta el escrito del sobrino de doa Carmen Ortiz . El
mencionado pariente representaba a su ta en un juicio datado en 1845 por reclamo de bienes
hereditarios y expresaba respecto de la situacin de desventaja de la ta soltera respecto de lo
recibido por los otros hermanos varones de su padre:
...es la que menos ha
recivido aun siendo muger y soltera que otras consideraciones
devio haver tenido mi Abuelo [sic] por estas razon, cuando los
demas hermanos, aun siendo varones, han recivido cada uno cerca
de $1000 y algunos algo mas...
1433
.
1430
Ibdem: El segundognito varn era el Dr. don Juan Justo Cannigo Magistral y electo chantre de esta
Santa Iglesia, el primognito era don Jos Antonio.
1431
AHPC, Registro I, Ao 1795, leg. 177, f. 264.
1432
AHPC, Registro I, Ao 1791, leg. 173, f. 246. Las consecuencias de estas preferencias evidenciadas en
mejoras en tercio y quinto a algunos de los hijos legtimos solan acarrear nefastas consecuencias provocando
disputas y pleitos entre los hermanos que se prolongaban por aos, prosiguiendo los mismos despus del
fallecimiento de los beneficiados y siendo heredadas las reyertas por los descendientes. Tmese como ejemplo el
pleito hereditario de los Garay que se extendi por ms de veinte aos continuando al fallecer don Domingo
Garay y a don Fernando a quien su madre haba favorecido, cfr. AHPC, Escribana I, Ao 1800/1, leg. 429, exp.
1.
1433
Los datos estn tomados de un pleito de habitantes de Calamuchita del ao 1845 caratulado Don Lupercio
Ortiz en representacion de doa Carmen Ortiz solicitando que el albacea don Ramon Ortiz le entregue la parte de
herencia que por parte de su finado padre don Jose Asencio Ortiz le corresponde, cfr. AHPC, Escribana I, Ao
1845, leg. 141, exp. 17.
509
Si eran ciertas las apreciaciones del sobrino, ms all de consideraciones tericas
acerca de la necesidad de proteger de las contingencias de la vida a la mujer soltera,
asegurndole bienes materiales suficientes, sera posible advertir, al menos en este caso, una
preferencia del progenitor por beneficiar en la prctica en cambio a los hijos varones,
premiando la potencial capacidad productiva inherente a su sexo
1434
.
...que reciban mi buena voluntad...
1435
poda ser todo el legado de aqullos padres
que no haban labrado fortuna alguna para transmitir a sus descendientes o la haban
dilapidado. En ocasiones el patrimonio personal se hallaba seriamente comprometido por
deudas, en esas circunstancias, producido el deceso slo restaba al albacea sacar a remate los
bienes del sucesorio
1436
.
Segn se ha visto, la necesidad de asegurar un marido conveniente al momento de
casar a las hijas
1437
, llevaba a ciertos padres a abultar el monto de la dote ofrecida en relacin
al capital real de la familia, originando con dicho proceder un sinnmero de problemas
futuros, cuyas consecuencias es de suponer contribuiran a socavar, tanto las relaciones entre
la hija favorecida con el cnyuge defraudado, y de aqulla y su marido con sus hermanos,
quienes al momento de revisar los caudales a distribuir se encontraban con que la hermana
haba recibido un valor superior al que corresponda en la dote y reclamaban la devolucin del
excedente.
Una circunstancia semejante a la explicada origin un pleito entre don Jos Lujn y su
hermana doa Mara, hijos ambos de don Juan Lujn, quien fuera Maestre de Campo. En
efecto, siendo el varn menor de edad y estando bajo potestad de la madre -ya que el padre
haba muerto-, se le haba hecho entregar a su hermana en calidad de donacin la cantidad de
$3.000 al momento del casamiento de sta, jurando conformidad y renunciando a todo
reclamo sobre dicha cantidad. Doce aos despus, en su mayora de edad, ya casado y padre
de cuatro hijos, el hermano procedi a gestionar la revocatoria de dicha entrega, acusando de
inoficiosa y excesiva la carta dotal de la hermana -cuyo importe sum la cantidad de
$5.700 c/4 reales y medio- demandando a su hermana en $3.000 por exceso de la dote. Ante
la acusacin de violacin de juramento por la donacin efectuada -delito de perjurio- el caso
1434
En la mentalidad familiar una hija mujer poda intepretarse como una boca intil mientras que el varn
constitua una fuerza productiva interesante, cfr. BOURDIEU, P. (1991:260 ) El sentido Prctico , Taurus,
Madrid.
1435
Cfr. AHPC, Registro I, Ao 1795, leg. 177, f. 249.
1436
Cfr. AHPC, Escribana I, leg. 406, exp. 5.
1437
Consultar en este mismo trabajo, primera parte, punto I. Elegir pareja en Crdoba.
510
pas a la Corte eclesistica donde se concedi a Jos la relajacin del juramento contra la
escritura de donacin , condenndoselo al pago de $4 para la cera del Santsimo y a dos
viernes de ayuno
1438
. La causa civil prosigui intentando probar la hermana haber recibido el
varn partidas de adelanto de la herencia de los padres siendo soltero y justificando su
abultada dote en haber estado mejorada con el tercio y el quinto, avalando su argumento
con el testimonio de un to de los jvenes, el Maestre de Campo don Jos Rodrguez que nos
ha servido siempre como Padre. La sentencia del alcalde fall a favor del varn disponiendo
le fuera restitudo el exceso que hubiese de la legtima paterna y materna por no constar la
mejora
1439
.
En el caso inverso, poda suceder que lo recibido en concepto de dote no alcanzase a
cubrir la porcin herditaria que le corresponda a la hija, con lo cual deba hacerse acreedora
tambin de otra parte de la herencia de los padres, a la muerte de stos. S bien la dote puede
considerarse como un adelanto de herencia efectuada a las hijas al momento de su casamiento
para la contribucin a las cargas del matrimonio, cuando la porcin del capital recibido en
esta calidad no se corresponda proporcionalmente con el monto total de bienes hereditarios,
la hija reclamaba lo que consideraba le corresponda. En el caso de los Gmez la madre viuda
apareca respaldada por el marido de una de sus hijas -quien se desempeaba como su
apoderado- en el pleito accionado por otra de las hijas tambin casada. El argumento de sta
era que las prendas de vestir que haba recibido en dote no le servan para alimentarse ni para
1438
El juez eclesistico que resolvi en la cuestin era el Dr. don Pedro Joseph Gutierrez, cannigo Magistral de
la Santa Iglesia Cathedral, Comisario del Santo Tribunal de la Inquisiscin Juez Mayor de Diezmos Provisor y
Vicario General del Obispado del Tucumn por el Ilustrsimo Dr. don Manuel Abad Illana.
1439
La sentencia estableca que deba adjudicrsele a uno y a otro en la parte materna todo lo que alcanzase al
remanente del quinto y mas el tercio sin embargo de que no halla clausula que lo prebenga por ser la dote
donacion intervivos, sea amparada en esta parte de mejora contenida doa Mara Juana y en todo lo demas que
no sea arreglado a esta resolucion declara por nulos y de ingun valor los instrumentos de dote, compromiso,
donacin y demas que se deducen y alento a que por lo alegado y probado no se encuentra cargo liquido ni
combencimiento mas que el instrumento dotal, que combenza la parte que se le dio a doa Maria Juana y consta
assimismo por las Desposiciones haber llevado don Joseph Lujan el Citio y otros bienes que no estan
abaluados, nombrandose tazadores y partidores por las partes para que con arreglo a las hijuelas que se
hubiesen hecho por muerte de don Lujan o consideracin de lo que le perteneca al tiempo del fallecimiento
hagan cuerpo de bienes tazacion y abaluo de los que se dieron a Joseph Lujan en el tiempo que los recibio y
resultando de esta manera alcanza con la enunicada doa Maria Juana se le satisfaga por esta a referido don
Joseph su hermano. Las costas se pagarn por iguales parte. Firma Joseph Benito de Acosta, Maestre de
Campo Gral. de la Plaza y Alcalde Ordinario de esta ciudad de Crdoba a 24 de noviembre de 1770. La
hermana interpuso apelacin a la sentencia anulando luego el recurso justificndose en haber malinterpretado la
sentencia, cfr. AHPC, Escribana I, Ao 1771, Leg. 374, exp. 4.
511
asalariar a la criada, por lo que solicitaba se le completase el importe de la hijuela
correspondiente
1440
.
Al fallecer el padre, la madre poda ser nombrada tutora y curadora de los hijos
menores quedando la viuda a cargo de la administracin guardia y custodia de los bienes
de los hijos
1441
. No todos los progenitores tenan relaciones de cordialidad con sus hijos y la
discordia aumentaba al momento de la mayora de edad de stos cuando exigan la entrega de
su porcin hereditaria. As ocurri en el pleito accionado en 1785 por Jos Antonio Zamudio
hijo legtimo de don Juan Joseph Zamudio y doa Thadea de Echenique- quien, tras cumplir
la mayora de edad solicit su hijuela a la madre. En razn de la muerte del padre ocurrida
durante su minoridad, y de acuerdo a la particin efectuada y convenientemente aprobada el
28 de abril de 1784, haba resultado favorecido con alhajas de plata, dinero y otros bienes por
valor de $2.755 y 1/8 de reales sobre los cuales deseaba tomar posesin. La madre se neg a
satisfacer tal entrega por lo cual el hijo perjudicado debi concurrir a la Justicia a fin de
entablar demanda civil contra su progenitora expresando en su demanda:
...la dicha mi
Madre tira y propende a eludir enteramente con inutiles
entretenidas y prometimientos figurados que no llega a berificar ni
me persuado lo consiga si no es a pura fuerza y rigor de justicia
de que no havia necesidad interviniese si regularmente se portase
por estar yo pronto y llano a todo lo que sea justo...
1442
.
Desde una perspectiva de gnero esta actitud femenina desmiente una vez ms la
mtica imagen de sumisin de la mujer al hombre en la sociedad analizada, puede apreciarse
en este ejemplo el accionar autoritario de la madre hacia el hijo varn, el cual se vio en la
necesidad de recurrir a la ejecucin y embargo de las propiedades a fin de poder cobrarse su
parte herditaria. La respuesta proporcionada por la viuda ante el conocimiento del Auto donde
se le adverta sobre tales procedimientos judiciales si no desista de su empecinada actitud,
era reproducida por el alguacil mayor:
...que haviendo
oydo y entendido doa Thadea Echenique- dijo que no se hallaba
en disposicin de manifestar vienes algunos con otras
1440
Se trata del juicio testamentario de los bienes quedados por fallecimiento de don Jos Gmez. Consta en el
expediente como la accionante comparece en jucio sola en reclamo de la hijuela estando su marido ausente de la
ciudad, cfr. AHPC, Escribana III, Ao 1763, leg. exp. 1.
1441
Cfr. AHPC, Escribana I, Ao 1785, leg. 403, exp. 9.
1442
La subasta fue efectuada el 8 de octubre de 1784.
512
impropiedades no dignas de poner por diligencia con lo que trabo
execucion....
1443
.
En efecto, insistiendo en su tesitura de no ceder ante los reclamos del hijo debi
procederse al embargo de la tienda y trastienda familiar que la mujer tena alquiladas
rematndose luego la propiedad al mejor postor.
La ausencia o postergacin de inventario y particin de los bienes a la muerte de uno
de los padres generaba una confusin que conspiraba contra los derechos de los herederos,
tmese como ejemplo el caso de don Javier Echenique quien solicitaba, a cinco aos del
fallecimiento de la madre, que se impidiese al padre abandonar la ciudad por ser necesaria su
presencia para efectuar los inventarios y rendicin de cuentas de lo existente ya que en su
opinin, el progenitor haba estado efectuando ventas de ganado en perjuicio de los
herederos
1444
.
Un pleito originado en una accin de los hijos, yernos y nueras contra el progenitor
sobreviviente en reclamo de los derechos de los herederos tuvo su contrapartida en una
demanda posterior del padre contra los mismos reclamando la devolucin de parte de lo
recibido por considerar se haban cobrado ms de lo que les corresponda de la legtima
materna. En sus escritos el padre se refera a sus vstagos como iniquos ingratos
crueles,
...que en ves de aliviar mi
cansada vejes han tenido el atrevimiento de, sin deverles
demandarme, sumergiendome en un pielago de travajos, y aflixiones
en tanto grado que si no fuera por la gran caridad y misericordia con
que Vuestra Merced y el actuario me an mirado, concediendome
plazos sobre plazos, tiempo a que estubiera en la carcel...
1445
.
Una inquina especial pareca concentrarse en la relacin con el mayor de los hijos
varones de nombre Juan Manuel, segn el cual exista hacia l un particular ensaamiento
por parte de su padre en relacin al trato que le dispensaba a los otros ocho hijos, as se refera
a una :
...disputada indulgencia con
mis hermanos menos conmigo siendo de una propia naturaleza de
que inferira Vuestra Merced la siega pasion que contra mi tiene,
1443
Cfr. AHPC, Escribana I, Ao 1785, leg. 403, exp. 9.
1444
AHPC, Escribana III, Ao 1763, leg. 4, exp. 22.
1445
AHPC, Escribana II, Ao 1800, leg. 100, exp. 13.
513
llegando al estremo de ni siquiera notificarme ni hacerme saber la
providencia en fuerza de que procediese a la prisin y embargo de
mis bienes...
1446
.
As Juan Manuel atribua odio al proceder de su padre hacia l, considerando que
el accionar de su padre era el resultado de lo que l consideraba la extraordinaria venganza
de su odio. Una avenencia entre el padre y el hijo se consigui a travs de una transaccin, sin
embargo el pleito continu por aos, complicndose an ms luego del fallecimiento de una
hermana cuando sus hijos comenzaron a exigir la parte de herencia materna que les
corresponda
1447
Los intereses podan enfrentar a los padres tambin contra las hijas mujeres.
Ante una querella civil accionada por doa Micaela Tablada contra su padre don Juan
Phelipe, por la venta de ste de una estancia de su propiedad en donde la hija tena construda
su vivienda, el padre manifiestaba sentirse injuriado por lo que consideraba una falta de
respeto hacia su condicin de progenitor lo cual expresaba en los siguientes trminos:
...se infiere [de la demanda] la
mala educacin de mi parte quando es efecto de su mal natural y osada y
no de la crianza que le di pues no se contenta con faltar el respeto de VM
sino de bulnerar los que me debe; siendo toda su relacion un supuesto
autoritario y diametralmente opuesto a lo que pas...
1448
.
La iniciativa de la hija resulta interesante ya que su accin se fundamentaba en los
derechos de retracto que pretenda hacer valer sobre la propiedad vendida, ya que si bien la
misma se hallaba en poder del padre en ese momento, haba pertenecido a la abuela materna
de la hija, por lo cual ella insista en que se le reconociera su prioridad de compra sobre el
bien. Frente a la manifestacin del padre de sentirse injuriado, la mujer arremeta en su propia
defensa explicando que ella se ofreca a pagar la misma suma que l haba recibido del
comprador por la propiedad, y recurra al amparo de las leyes:
1446
Ibdem.
1447
En 1800 continuaban an pleiteando desde 1794, la causa corresponde a habitantes de Traslasierra en los
autos caratulados Don Mateo Francisco Loyola contra sus hijos sobre herencia materna Los nombres de los
hijos eran: Josef, Mara Magdalena, Manuela, Serafina, Petrona, Jos Manuel, Francisco, Santiago, Gregorio, cfr.
AHPC, Escribana II, Ao 1800, leg. 100, exp. 13.
1448
Dicha figura jurdica del retractocuya vigencia se confirma en este documento an a fines del perodo
colonial el pleito data de 1798- tena por objeto evitar la dispersin patrimonial de los linajes otorgando
prioridad de compra de los bienes inmuebles en razn del abolengo. Como se ve, en este caso se le hace lugar
a la hija en su derecho prioritario de adquirir la dicha estancia.
514
...con toda la posible
equidad y justicia y si en salir un hijo al tanto faltase en algo a su Padre
[sic] nunca habra Ley que se lo permitiese, antes se lo prohivia
severamente y haviendo Ley que conceda este derecho a los hijos, se sigue
la evidente conclusion de que en nada falto a mi Padre. A mas de lo dicho
toda mi vida he procurado servirle aun con gravisimo quebranto de mis
intereses como fue cuando murio mi Madre...
1449
.
Ante estas cuestiones que enfrentaba a personas de vnculo parental tan estrecho, la
actitud de la justicia se orientaba a la procura de un conveniente equilibrio entre los derechos
de ambos, reconociendo a la hija el retracto reclamado siempre y cuando se hiciese ella cargo
de las deudas del padre, originarias de la venta de la estancia en cuestin
1450
.
Los pleitos motivados en la renuencia paterna al reconocimiento del derecho de los
hijos a la porcin hereditaria correspondiente al cnyuge fallecido se daban tambin entre
personas de muy modesta condicin, como parece haber sido el caso de la vecina de Tulumba
Francisca Mrquez quien, tras el fallecimiento de la madre concurra a la justicia a ttulo de
pobre desamparada reclamando los bienes que la difunta haba entrado al matrimonio y
que el padre don Agustn Mrquez, residente en el Paraje de San Antonio inmediato a Macha,
le negaba
1451
.
Manifestaciones del respeto prodigado a la figura paterna en el discurso judicial se
evidencian tambin en otro pleito en el que los hijos reclamaban al padre el reconocimiento de
su legtima materna; ellos justificaban el litigio entablado contra el progenitor en la
empecinada negativa de aqul a satisfacer el reconocimiento de sus derechos sobre los bienes
de la madre, y justificaban el atrevimiento de haber entablado accin judicial contra el padre
en razn de la urgencia econmica que padecan por estar ambos cargados de hijos:
...yo y mi hermana
nunca pareceria en juicio por la summa veneracion y respeto que
conosco devo tener a mi padre; y protexto ante Dios que no es mi animo
ofenderle, ni levemente...
1452
.
El cuidado de los padres enfermos y ancianos era una responsabilidad que sola recaer
con preferencia sobre alguna de las hijas solteras; as por ejemplo el viudo don Sebastin
1449
La hija se refera a que el padre nunca le haba reconocido su legtima materna sobre rebaos de ovejas y
rodeo de vacas y otros efectos.
1450
AHPC, Ao 1798, Escribana I, Leg. 418, exp. 6.
1451
Se desconoce el desenlace de la causa pues el pleito permaneci trunco, cfr. AHPC, Ao 1774, Leg. 378,
exp. 9.
1452
AHPC, Escribana I, Ao 1771, Leg. 374, exp. 1.
515
Martnez reconoca la labor desempeada en su favor por una de sus hijas cuando expresaba
en su testamento:
Declaro que la ropa de su uso y cama, y alajas que
tengo dadas a dicha mi hija Solana es mi boluntad que no se le ponga a
cuenta ni imbentarios por ser adquiridos todo o lo mas con su trabajo y
adbitrios y por lo mucho que me ha sebido y cuidado en mi continua
enfermedad de tantos aos.
1453
.
Era costumbre entre las familias pertenecientes al sector preeminente de la
sociedad asignar uno o an varios hijos, -tanto mujeres como varones- a la vida eclesistica.
En efecto, que la familia contase con hijos en la Iglesia era seal de prestigio y dignidad para
la familia. Requisitos de legitimidad y limpieza de sangre eran exigidos al ingresar a la vida
religiosa, por ende, la inclusin en dicho mbito constitua una prueba de la calidad del linaje.
En efecto, en las informaciones mandadas reunir para conseguir acreditacin de limpieza de
sangre se exiga la declaracin de testigos superiores a toda excepcin, recurrindose
frecuentemente a miembros de la Iglesia entre los cuales se descontaban esas condiciones
1454
.
As por ejemplo don Jos Rodrguez y doa Mara Felipa de Guebara contaban con
dos hijos consagrados a la religin: la Madre Marcelina, monja del monasterio de Santa
Teresa y el Dr. don Juan Justo, Cannigo Magistral y electo Chantre de esta Santa Iglesia
1455
.
En otro caso un matrimonio entreg a Dios cuatro de seis hijas, tomando estado matrimonial
slo dos: se trataba del capitn de milicias don Antonio del Castillo y doa Polonia
Hernndez; las religiosas profesaron como monjas de velo negro del monasterio de Santa
Catalina de Sena y sus nombres eran Mara Brgida, Mara del Trnsito, Mara Venancia y
Juana Manuela del Castillo
1456
.
Ms llamativo es el nmero de hijos consagrados a la religin en el caso del
matrimonio integrado por doa Mara Catalina de Tejeda y el salteo don Luis de Aguirre, en
esta familia la mitad de los diez hijos que tuvo el matrimonio, entre varones y mujeres, fueron
religiosos: as Pedro Ignacio, Juan Andrs, Manuel, Thomas, Gernimo fueron clrigos
1453
Cfr. AHPC, Registro I, Aos 1837 1842, leg. 188, f. 327. El texto transcripto corresponde a la clusula
quinta del testamento.
1454
AHPC, Escribana III, Ao 1796, leg. 51, exp. 3. Durante el siglo XVIII estaban an vigente los requisitos
establecidos por el Concilio de Trento para el ingreso al convento : una de las condiciones eran limpieza de
sangre y legitimidad de nacimiento, cfr. FRASCHINA, A. (2000:74)Coman de la mesa del Seor: El Espritu
de pobreza en el Monasterio de las Monjas Capuchinas de Buenos Aires (1749 1810) en Archivo Ibero-
Americano 60, pp. 69 86.
1455
Cfr. AHPC, Registro IV, Ao 1802 - 1803, leg. 5, f. 444.
1456
Cfr. AHPC, Registro I, Ao 1795, leg. 177, f. 88. Las monjas de velo negro constituan una jerarqua superior
a las de velo blanco. Una minuciosa explicacin acerca de la vida religiosa conventual se encuentra en
BRACCIO, G. (1999) Para mejor servir a Dios. El oficio de ser monja en Historia de la vida privada en la
Argentina. Pas antiguo. De la colonia a 1870, Buenos Aires, pp. 225 249.
516
presbteros y Josefa fue monja de velo negro del monasterio de Santa Teresa. En ste ltimo
caso el monto de la dote de la religiosa fue idntico al asignado a su hermana Mara Ignacia al
momento del casamiento, en ambos casos la misma ascendi a $1.000. Segn la madre, la
educacin, estudios y alimentos de los hijos haban insumido buena parte de la fortuna de la
pareja.. Sin embargo, la dote conventual no haba sido abonada al momento del ingreso de la
joven sino que su importe tom la forma de censo hipotecario sobre la casa y una estancia de
la familia en concepto de lo cual la madre abonaba el importe del 5% anual.
En la familia Tejeda, la vinculacin a la vida religiosa era considerada una tradicin.
En efecto, doa Catalina era patrona de la capellana lega fundada por su abuelo el Capitn
Tristn de Tejeda, la misma haba servido de ttulo de rdenes a su hermano presbtero don
Josef Ignacio Tejeda, transmitindose luego a su primognito finado y luego a Andrs, el
segundognito religioso. Por otra parte, como descendiente de los fundadores en Crdoba de
los monasterios de Santa Catalina y de Santa Teresa de Jess y haberse extinguido la lnea
masculina en el derecho de patronato sobre ambos conventos, al abdicar en ella su hermano al
profesar religioso, doa Catalina nombr como su sucesor en tal derecho de patronato al :
...maior
de mis hixos [...] y de este al legtimamente llamado para que
de este modo se perpetue en la familia este precioso
derecho...
1457
.
Cuando una hija ingresaba al convento y tras la entrega de la correspondiente dote,
gastos de ajuar, propinas y alimentos entregados a la institucin, en el momento de profesar y
con autorizacin de la Priora, la joven renunciaba a los derechos hereditarios que pudieran
corresponderle, previo a ello los padres deban emanciparla de la patria potestad a fin de que
pudiera efectuar dicha renuncia
1458
. La renuncia hereditaria de la hija que entraba a la vida
religiosa impactaba de distinta manera sobre los haberes patrimoniales de las familias en
funcin de su status socio-econmico, as, si para las ms ricas dicha renuncia incrementaba
la hijuela de los otros hijos, en las ms modestas en las cuales la reunin del fondo dotal haba
1457
Los datos estn tomados del testamento de doa Mara Catalina de Tegeda. Cfr. Registro I, Ao 1795, leg.
177, f. 80. Ambos conventos fueron fundados en la primera mitad del siglo XVII.
1458
Ejemplo constituye: la hija de don Diego Funes y de doa Tereza Caldevilla al momento de profesar en el
Monasterio de Santa Catalina de Sena: cfr. AHPC, Registro IV, Aos 1808 1810, leg. 8. Vase tambin el
instrumento de renuncia efectuada por la hermana novicia de Santa Catalina de Sena, sor Bartolina de las
Mercedes y Villafae: cfr. AHPC, Registro I, Ao 1795, leg. 177, f. 72.
517
constitudo un gran esfuerzo familiar y no exista casi nada para repartir, la renuncia resultaba
intrascendente
1459
.
Iglesia y Familia fueron naturales rivales al competir por los derechos a la acreencia
de los bienes de los sacerdotes fallecidos
1460
.
As por ejemplo, el Dr. don Pedro Nolasco Melgarejo, -Comendador del convento y
casa grande de San Lorenzo de la ciudad de Crdoba del Real y Militar Orden de Ntra. Sra. de
la Merced- se atribua la posesin de un poder conferido in voce en artculo mortis por el
Ministro don Matos, cura y vicario del Partido de la Punilla quien haba fallecido sin dejar
testamento. Afirmaba que el difunto haba institudo por heredero al convento antes de morir,
y lo haba hecho en presencia de testigos. El padre del fallecido se vi impelido a iniciar un
pleito ante la justicia civil alegando la nulidad de dicho poder arguyendo que el hijo haba
fallecido abintestato; rechazaba las pretensiones del Comendador, y manifestaba su
indignacin hacia la actitud del eclesistico, que intentaba arrogarse derechos sobre los
bienes del hijo expresando:
...la hambicion humana que
ha llegado a corromper aun lo mas sagrado pues muchos confesores
olvidados de sus conciencias con varias sugestiones inducen a los
penitentes y los que es mas a los que estan en articulo de muerte a que les
dexen sus herencias con titulo de fideicomisos o con el de distribuirlas en
obras pias o aplicarlas a la Iglesia y conventos de su instituto fundar
capellanias...
1461
.
Por su parte el Comendador arremeta contra el progenitor con el argumento de que el
hijo lo haba desheredado a l expresamente ...por la causa de ingratitud de no haverle
subministrado con los precisos alimentos...
1462
. Habiendo remitido los autos el Alcalde de 1
Voto ante cuyo juzgado se substanciaba la causa, al Dr. Domingo Ignacio de Len, abogado
de la Real Audiencia del distrito, residente en la ciudad de Crdoba, el cuestionado poder para
testar que se atribua el Principal del convento de la Merced, fue declarado por no vlido
1459
Cfr. FRASCHINA A. (2000:91) La dote cannica en el Buenos Aires tardo-colonial:monasterios Santa
Catalina de Sena y Nuestra Seora del Pilar, 1745 1810 en Colonial Latin American Historical Review Vol 9,
N1, pp. 67 102.
1460
La familia habra infludo notablemente en el proceso de acumulacin de inmensas propiedades rsticas por
parte de la Iglesia en unos pocos siglos tras el advenimiento del cristianismo, a travs de legados testamentarios,
donaciones de los fieles, en ese sentido, dicho enriquecimiento se habra efectuado en parte a partir del
socavamiento de las riquezas familiares, cfr. GOODY, J. (2001:50) Ob. Cit., cap. 3: La llegada del cristianismo.
1461
AHPC, Escribana I, Ao 1776, leg. 386, exp. 7.
1462
Ibdem.
518
dndose posesin al padre sobre los bienes del difunto con excepcin de aqullos donados en
vida a las hermanas del fallecido
1463
.
4.1. Los derechos hereditarios de los hijos naturales
Si bien hubo progenitores que los olvidaron, otros dotaron a las hijas naturales
doncellas y repartieron la herencia entre todos los hijos, de legtimo matrimonio o ajeno a
l
1464
.
Si bien la legislacin les reconoca derechos hereditarios sobre los bienes de los
padres
1465
aunque con diferencias segn se tratase del padre o de la madre- en la prctica es
posible advertir en ocasiones ciertas acciones por parte de los mismos progenitores o de otros
familiares tales como hermanos, abuelos o tos, destinadas a intentar exclurlos de eventuales
derechos sucesorios.
En ciertos casos analizados en la documentacin se observa que la problemtica
respecto de los derechos de los hijos naturales a las herencias que reclamaban a la muerte de
los padres se relacionaba, o bien con el desconocimiento de la filiacin por parte de los otros
parientes o, -an reconocindose la misma- con el cuestionamiento de los derechos en virtud
de la ilegitimidad del nacimiento. En los pleitos estudiados podra advertirse una mayor
frecuencia de mujeres reclamando por el reconocimiento de sus derechos hereditarios, ello
podra relacionarse con una mayor dificultad por parte de la mujer para garantizar su
subsistencia, convirtindola en ms dependiente de los bienes familiares.
El 27 de noviembre de 1763 Petrona Alvarez, de la Frontera de Santa Rosa,
representada por el defensor general de menores, reclamaba ante el juzgado porque su abuelo
don Joseph de Alvarez se negaba a entregarle los bienes que segn compromiso firmado le
1463
AHPC, Escribana I, Ao 1776, leg. 386, exp. 7.
1464
As lo afirma GONZALBO AIZPURU, P. (1998:72) Familia y Orden Colonial, El Colegio de Mxico,
Mxico. Para el caso de Crdoba, un ejemplo de caso de hijo natural designado por la madre como heredero
universal puede consultarse en AHPC, Registro I, Ao 1791, leg. 173, f. 246.
1465
Consideramos necesario reiterar que an existiendo hijos legtimos la Ley 9 de Toro estableca que las
madres podan beneficiar a sus hijos ilegtimos hasta con la quinta parte de sus bienes de libre disposicin. De no
tener hijos legtimos, el ilegtimo era establecido como heredero forzoso de su madre aventajando a los
ascendientes maternos. En el caso de los bienes paternos el hijo extra - matrimonial nunca era considerado
heredero forzoso como poda serlo de la madre, por la incertidumbre de la paternidad, aunque se le reconoca el
derecho de ser beneficiado con la quinta parte de los bienes de su padre y con todos los que aqul mandase si no
existan hijos matrimoniales, an teniendo ascendentes legtimos, segn estableca la Ley 10 de Toro, consultada
en LOS CDIGOS ESPAOLES CONCORDADOS Y ANOTADOS, edicin citada.
519
correspondan por herencia de su madre, los cuales consistan en diez vacas lecheras nuevas
con sus cras
1466
.
Acreditar la filiacin no constitua tarea fcil para el hijo natural que no haba sido
legitimado en vida de los padres, ni reconocido por va testamentaria. Los tos maternos de un
joven se empecinaron en negar los derechos hereditarios de su sobrina esgrimiendo como
argumento que los hijos naturales no deben heredar
1467
; a espaldas de la ley y amparados
en los hombres principales del partido de Calamuchita para quienes trabajaban como
capataces, se distribuyeron las pertenencias de la hermana difunta negndose a reconcer los
derechos del hijo
1468
.
Segn un actor de la poca involucrado en una causa de filiacin, existan al menos
dos caminos para dilucidar los indicios, presunciones y conjeturas necesarios para la
comprobacin de la filiacin: uno consista en presentar por testigos a las personas que
hubiesen asistido al parto, lo cual era de difcil consecucin por el tiempo transcurrido desde
el nacimiento y dado que en general este tipo de nacimiento se trataba de ocultar por sus
connotaciones de infamia; otro era el testimonio de personas respetables que reputasen por
cierta la filiacin de quien se deca hijo de alguien
1469
.
Como en la mayora de las cuestiones que dependan de elementos probatorios para su
dilucidacin, el interesado deba demostrar el parentesco de sangre a travs del testimonio de
testigos que certificasen en la cuestin. Si el juez consideraba que no existan elementos
satisfactorios suficientes, lisa y llanamente proceda a exclur al solicitante de su reclamo.
Estas cuestiones de filiacin eran harto delicadas ya que una decisin apresurada poda
lesionar seriamente los derechos de los hijos de familia. De buena o mala f un hijo de crianza
poda intentar ser poseedor de un parentesco inexistente. Tal parece haber sido el caso de
doa Francisca Mrquez del partido de Tulumba quien a la muerte de su madre haba
reclamado judicialmente a su pretendido padre de sangre, bienes de aqulla, habiendo
conseguido que ste le entregara algn dinero y animales. Aos despus, tras el fallecimiento
del hombre compiti con los hijos del segundo matrimonio de ste y con su viuda por su
herencia, sin llegar a probar convincentemente su filiacin, fallando el juez en su contra en
1466
AHPC, Escribana III, Ao 1763, leg. 4, exp. 4.
1467
AHPC, Escribana I, Ao 1797, leg. 427, exp. 13.
1468
Ibdem. Se trataba de individuos blancos aunque de humilde condicin . Los tos eran capataces de los
jueces pedneos don Pedro Martnez del paraje de la Piedra y del coronel de milicias don Josef Acosta quienes
les brindaban amparo. El joven concurri a los juzgados de la ciudad. Luego de las primeras actuaciones, la
causa se interrumpi.
1469
AHPC, Escribana I, Ao 1790, leg. 44, exp. 1.
520
forma contundente: ...declaro absolutamente se le excluia de poder entrar a heredar con los
demas hijos legitimos...
1470
.
Es posible, por otra parte, que para un hijo de crianza no siempre fuese perceptible la
diferencia que lo separaba en sus derechos de los hijos de sangre si no se le haba instrudo
con claridad sobre ello, y que an con conocimiento de su situacin se negase en la prctica a
verse desplazado por los hijos carnales y arrebatados bienes que mientras vivan sus padres
de crianza haba percibido como propios.
Si por motivo de alguna preferencia consejo u olvido, la progenitora designase en su
testamento como heredero universal a un hijo natural excluyendo a otro de igual condicin, la
situacin del desplazado se vea gravemente comprometida ya que, a diferencia de los hijos
legtimos a los cuales protegan las leyes de Castilla mandando que deban heredar en forma
igualitaria, los hijos naturales hallbanse hurfanos de amparo legal cuando eran vctimas de
decisiones de flagrante inequidad por parte del progenitor/a.
As le sucedi a doa Gertrudis Castro, casada con don Jos Perafn y residente en el
partido de Ischiln quien a travs de su marido primero, y luego por intermedio de una hija de
su matrimonio, solicit en 1784 la nulidad del testamento de su madre natural, doa Ana de
Castro, alegando su decrepitud o insana -al momento de testar contaba con ochenta y cuatro
u ochenta y cinco aos- en razn de haberla excludo de la herencia. La nica beneficiaria de
la anciana mujer era otra hija de soltera de la madre, llamada doa Mara de la Cruz Castro.
Sin desear compartir con su hermana los bienes que su madre le haba legado, sta declaraba
ante el alcalde de segundo voto que:
...sabe que a Gertrudis la
crio una seora llamada Rosita Chabita y que en las ocasiones en
que la vio comunicar con dicha Ana no le daba esta el tratamiento
de hija ni la otra de Madre...
1471
.
1470
A pesar de que Francisca aseguraba que era hija natural de sus padres y que stos se haban casado tras su
nacimiento, el padre no la mencion en su testamento como hija legtima y de declaraciones de testigos surgi
que era una hurfana que haban criado pero no hija de sangre. Francisca Mrquez deca ser hija de una relacin
prematrimonial de sus padres habiendo sido legitimada tras el casamietno de stos, el capitn don Agustn
Mrquez y doa Polonia Correa, cfr. AHPC, Escribana I, Ao 1785, leg. 403, exp. 8, f. 10.
1471
La causa permaneci sin resolver como otras sobre cuestiones de filiacin. La mencionada se conserva en su
original y copia localizndose cada una de ellas en forma independiente, aunque ambas se encuentran en la
escribana I aunque en legajos diferentes. Una de ellas puede consultarse en : AHPC, Escribana I, Ao 1790,
leg. 44, exp. 1; la otra localizacin de la misma causa corresponde a: AHPC, Escribana I, Ao 1790, leg. 411,
exp. 1: La ltima actuacin corresponde al 17 de septiembre de 1790 en la cual el alcalde ordinario de segundo
voto ordena que se le prohba a Mara de la Cruz Castro abandonar la ciudad con destino a la de Buenos Aires
por tener conocimiento de que est por vender la casa de su morada, lo cual de efectuarse producira, en la
interpretacin de la parte actora que ...no abra otros bienes a los que echar mano.. Otro ejemplo de cuestin
de filiacin que permaneci inconclusa constituye: el de doa Bernarda o Brbara Caldern del paraje de Santa
Rosa y Ro de Crdoba la cual concurri a la justicia reclamando una parte de la herencia de un to materno -que
521
A pesar del tiempo transcurrido desde su nacimiento, la defensa de Gertrudis logr
sin embargo en su favor el respetable testimonio de varios religiosos, declarando el Rvdo.
Padre jubilado fray Andres Machado:
...que la mencionada doa
Gertrudis Castro fue realmente y con efecto hija de la dicha doa
Ana de Castro difunta quien la hubo y procre dandola a luz, pero
andando la dicha doa Gertrudis rodando de casa en casa, al
cabo de tiempos la recojio dicha doa Ana a la suia; en cuia
compaa se mantubo el espacio de tres aos poco mas o menos y
despues se fue la dicha doa Gertrudis a la Estancia...
1472
..
El testimonio del religioso resulta esclarecedor respecto de la filiacin en cuestin,
aunque sin duda tambin sobrecogedor respecto del destino errante de algunos nios en la
sociedad de la poca, asociado posiblemente a su origen ilegtimo a pesar de su extraccin al
sector de blancos.
Otro testimonio acerca de la inestabilidad de la situacin del hijo natural,
especialmente despus del casamiento del progenitor constituye el de don Miguel Pacheco
Gaona, vecino de Calamuchita, hijo natural de doa Ignacia Bustos quien afirmaba que:
...habiendose
casado mi madre, me retir yo a que me criase y serbirle a don
Bisente Gaona y despus pas a buscar mi vida al Balle de
Catamarca...
1473
Si bien la accionante de la causa no lo dice, es posible que quien la recibi al salir del
lado de su madre se tratase de su padre o algn pariente por va paterna ya que la hija natural
aparece como portadora del apellido de sus ascendientes masculinos.
En efecto, para algunos maridos la presencia en el hogar de un hijo natural de la
esposa deba resultar irritante y si algunos los acogeran como propios otros los consideraran
como la prueba viviente de la debilidad de la esposa con otro hombre, inclinndose por el
extraamiento de los mismos.
Resulta llamativa la asociacin entre crianza y servicio, emergente del ltimo
testimonio, es posible que cuando no eran legitimados, en la prctica en algunos casos los
falleci sin testar- que estaba por recibir su hermano. Como ella era hija natural sin haber probado estar
legitimada, se le exiga demostrase su calidad de heredera, cfr. AHPC, Escribana I, leg. 418, Ao 1793, exp. 5.
Otro pleito de filiacin incompleto se ubica en : AHPC, Escribana I, Ao 1797, leg. 427, exp. 13.
1472
Ibdem.
1473
AHPC, Escribana I, Ao 1797, Leg. 427, exp. 13, f. 3.
522
hijos naturales recibiesen un tratamiento de segunda categora como sucedera con algunos
hijos de crianza asimilados virtualmente a la condicin de sirvientes, como otros parientes
pobres acogidos en el hogar de un familiar con mayores medios de subsistencia.
An existiendo buena y espontnea voluntad hacia el vstago concebido en tiempos de
soltera, al momento de testar el progenitor, la diferencia de tratamiento respecto de los hijos
nacidos de matrimonio legitimamente constitudo tornbase evidente. Al existir herederos
legtimos, como se ha dicho, el hijo natural slo poda ser beneficiado con la quinta parte de
los bienes de sus padres, de favorecerlo con una porcin mayor de esa proporcin se
perjudicaba a los descendientes legtimos. En el ao 1798 una vecina de Ro Segundo
concurra ante el alcalde de segundo voto presentndose como una viuda pobre llamada Juana
Vlez relatando que siendo soltera haba tenido la natural flaqueza de dar a luz a una hija
llamada Claudia Jacinta, tiempo despus se cas con Juan Jos Gorositoy tuvo dos hijos de su
matrimonio: Mara Thomasina y Jos Rafael Gorosito. Habiendo enviudado y careciendo de
oportuna direccin le dio por cuenta de herencia a la hija natural algunos pesos en plata y
una cuadra de tierra tomando conocimiento despus que dicha porcin de bienes exceda el
porcentaje de libre disposicin, solicitando a la hija le devolviera una parte de lo otorgado:
... en aquella porcion
que permitiese el quinto de mis bienes que quedasen por mi muerte
pero como veo que apenas este podra alcansar para mis sugfragios,
solicito se me restituyan los bienes...
1474
.
Claudia Jacinta se haba negado a tal devolucin por lo cual la viuda debi concurrir a
la justicia para solucionar el problema por va judicial. Finalmente la cuestin se solucion
por recurso de conciliacin cediendo la hija ilegtma una parte de lo recibido a favor de su
madre.
Se confirma el reconocimiento judicial del derecho de probar su filiacin a los hijos
naturales cuando as lo solicitaban los interesados, tras el fallecimiento de los padres a los
fines de satisfacer sus potenciales derechos hereditarios. As, habiendo muerto intestado el
europeo don Domingo Gorrosarri en el Ro de los Reartes, en agosto de 1816, y ante la
pretensin de Mara Gorrosarri -representada por el defensor general de pobres- solicitando
1474
El valor de los bienes en cuestin no superaban los $57, la hija Jacinta se allan a restituir una porcin de lo
recibido a cuenta del quinto ...que al tiempo de su muerte (de la madre) dejase y de que tiene facultad por la ley
de disponer libremente entre hijos lextimos e ilextimos y extraos a su voluntad como por otros serbicios que
se han representado desde su niez..., cfr. AHPC, Escribana I, Ao 1798, Leg. 428, exp. 3, f. 6 vto.
523
fuera declarada hija natural para poder acceder a la herencia paterna. procedise a tomar
declaraciones de vecinos de Calamuchita a fin de probar la filiacin, los testimonios
resultaron satisfactorios ya que por publica voz y fama stos certificaron que la pretendiente
era reconocida como hija por el padre, quien siempre le haba brindado auxilio con alimento y
vestido dejndola a cargo de los vecinos cuando se ausentaba, pagando a stos a su regreso
los gastos de su manutencin. La sentencia de Ambrosio Funes fue clara al establecer:
...Se declara a doa
Mara Gorrosarri por hija natural de don Domingo Gorrosarri
pertenecindole todos los pocos bienes que dej que son menos despues
de pagar el entierro y casi no alcanzan para alimentos...
1475
.
Otro ejemplo de hijo natural que vi reconocido su derecho a heredar a su padre
biolgico constituye el de doa Eugenia Gonzalez, quien en 1836 era declarada heredera
universal por el autor de sus das. En la clsula 11 de su testamento, el viudo don Antonio de
los Santos Gonzalez estableca:
Declaro que no existiendo vivo ningun desendiente, ni asendiente mio
legitimo por linea directa es desde luego que instituyo y nombro por mi
unica universal heredera de todos mis bienes, derechos y acciones que
quedaren fuera del quinto de que ya dejo dispuesto, mi hija natural
doa Eugenia Gonzalez quien como tal he criado confesando que si
alguna vez llegu a negar esta filiacin judicialmente fue por
sugestiones de dicho don Juaquin [se refiere a su apoderado] para que
los haya y goze con la bendicion de Dios y la mia
1476
.
Por lo visto, en algn momento de su vida el hombre haba negado a su hija el
reconocimiento de la paternidad.
Es posible que algunos individuos dejasen disposiciones testamentarias secretas
destinadas a satisfacer algunas necesidades de hijos extramatrimoniales no reconocidos,
utilizando a su confesor como intermediario para cumplir tal propsito
1477
.
1475
AHPC, Escribana IV, Ao 1817, leg. 50, exp. 24.
1476
AHPC, Registro I, Aos 1837 1842, leg. 188, f. 1.
1477
AHPC, Registro IV, Aos 1808 1810, leg. 8, f. ...:As por ejemplo don Manuel Parellon, comerciante,
dispona en su testamento que al momento de su fallecimiento fueran separados de sus bienes $150 a fin de que:
...se le entreguen al Rvdo. Padre del Convento de Predicadores de esta ciudad Fray Fransisco de Sosa para
que los distribuya en los fines que le tengo comunicado.... Otro caso en el que se plante una cuestin en
relacin a la legitimidad de un heredero puede consultarse en AHPC, Escribana I, Ao 1797, Leg. 427, exp.1.
524
Esclavos y sirvientes domsticos
En 1778 el total de esclavos
1478
en el territorio de jurisdiccin cordobesa ascenda al
13 % del total de la poblacin, ubicndose el 29.5% de ellos en la ciudad donde era el
elemento femenino el que predominaba. Las edades preponderantes entre los esclavos ponen
de manifiesto la presencia de una poblacin joven hacia 1778 - el 54% tenan entre 15 y 49
aos- Como la condicin de esclavitud se heredaba por lnea materna, el precio de las mujeres
era superior al de los varones, dado su valor reproductivo
1479
.
La composicin tnica de los esclavos era variada, de raza negra pura africana o
mezcla con indio y/o blanco y otros sub-tipos raciales producto del mestizaje. Slo las
estancias jesuticas mantenan a las familias esclavas sin mezcla, vendiendo a los nios
producto de relaciones con otras razas. Para 1840 el nmero de esclavos en Crdoba parece
haber sido ya insignificante respecto del perodo anterior 3 % -.
1480
Esta mano de obra se distribua entre particulares e instituciones pblicas de orden
religioso o civil. En los domicilios privados llegaban a sumar en ciertos casos la cantidad de
treinta o cuarenta entre los vecinos ms acomodados; y segn el testimonio de viajeros, an
1478
Trabajos referidos a la trata de esclavos en para el caso de Crdoba pueden encontrarse en
ASSADOURIAN, C. (1965) El trfico de esclavos en Crdoba 1588 1610 en Instituto de Estudios
Americanistas, Facultad de Filosofa y Humanidades, Cuadernos de Historia N XXXII, Crdoba; CELTON, D.
(2000) La venta de esclavos en Crdoba, Argentina, entre 1750 y 1850 en Centro de Investigaciones Facultad
de Filosofa y Humanidades, Universidad Nacional de Crdoba, Cuadernos de Historia, Serie Poblacin, N2,
Crdoba, pp. 5 - 21; LPEZ N. (1972) La esclavitud en Crdoba 1790 1853 Tesina de licenciatura en
Historia, Facultad de Filosofa y Humanidades, Universidad Nacional de Crdoba; TORRES, F. (1972) El
comercio de esclavos en Crdoba 1700 1731 Tesina de licenciatura en Historia, Facultad de Filosofa y
Humanidades, Universidad Nacional de Crdoba . En la evolucin de la condicin histrico - jurdica del
esclavo seguimos a LEVAGGI, A. (1987: 95-96; 105 - 108) Manual del Derecho Argentino, Depalma, t.II, cap.
1. El mencionado autor expresa que en el derecho romano primitivo, la libertad, junto con la ciudadana y la
familia conformaban los elementos constitutivos del estado jurdico del hombre, o caput : carecer de libertad
implicaba no ser sujeto de derecho. La cada en situacin de esclavitud fue causal de extincin de la capacidad o
incapacidad absoluta. El cristianismo reforz la tendencia a mejorar la condicin de los esclavos que ya se
observaba desde fines de la Repblica y comienzos del Imperio. Entre algunos de los derechos que se le
reconocieron a partir del siglo IV pueden mencionarse: el derecho a la vida, a la moralidad, a recibir buen
tratamiento, al matrimonio, al peculio. A partir de la Baja Edad Media se prohibi la esclavitud de cristianos
prisioneros de guerra quedando en esa condicin slo los moros y los negros comprados en los mercados. Segn
Las Partidas, el siervo era considerado como un objeto susceptible de compra, venta, hipoteca; si bien su amo
poda disponer de su vida, no deba matarlo o lastimarlo sino en caso de causa muy grave, y el siervo poda
recurrir al juez a fin de que ordenase su venta a un nuevo dueo. Segn el mencionado autor, el casamiento
consentido por el amo con una persona libre, y la corrupcin de la sierva por su amo eran causales de
manumisin.
1479
El ndice de masculinidad general era de 67.5%. En la campaa, la mayor presencia de esclavos se
registraba en la misma poca en los departamentos de Anejos y Calamuchita. La fecundidad de las esclavas
mujeres estimada a travs de la relacin nios- mujeres era alta, 39.9% en la ciudad y 59.7% en el campo. Cfr.
CELTON, D. (1993:143, 4, 5,7,8) La Poblacin de la Provincia de Crdoba a fines del siglo XVIII, en
Academia Nacional de la Historia, Bs. As.
1480
CELTON, D. (1982) La Poblacin de Crdoba en 1840, en Junta Provincial de Historia de Crdoba.
Crdoba, Libro 9.
525
los pobres solan tener algunos de ellos tanto en el campo como en la ciudad. El nmero ms
o menos crecido de sirvientes y esclavos constitua en la percepcin social un factor
demostrativo de la solvencia econmica de los amos. En las casas particulares, eran los
hogares pertenecientes a individuos del estrato blanco, criollos o peninsulares, quienes
reunan mayor cantidad de ellos
1481
, se trataba de comerciantes y hacendados vecinos de la
ciudad, de status social y poltico elevado, cabezas de familia de hogares complejos con
abundante personal de servicio -esclavo y libre- a su disposicin. Era frecuente dotar a las
hijas de familias principales con esclavos de servicio domstico
1482
.
La presencia de esclavos en las casas de la ciudad llev a reflexionar a Concolorcorvo
acerca de la situacin de stos:
...en las casas principales es
crecidsimo el nmero de esclavos, la mayor parte criollos, de cuantas
castas se puede discurrir , porque en esta ciudad y en todo el Tucumn no
hay fragilidad de dar libertad a ninguno, y como el alimento principal,
que es la carne, est a precio muy moderado y no hay costumbre de
vestirlos sino de aquellas telas ordinarias que se fabrican en casa por los
propios esclavos, siendo muy raro el que trae zapatos, se mantienen
fcilmente y alivian a sus amos con otras granjeras, y con esta sugestin
no piensan en la libertad, con lo cual se exponan a un fin funesto como
sucede en Lima... hay casas particulares que tienen treinta y
cuarenta....
1483
.
1481
Cfr. CELTON, D.(1993:153) Ob. Cit. Para los hogares de espaoles peninsulares de la ciudad de Crdoba,
consultar tambin: GHIRARDI, M. (1994: 67) Matrimonio y familia de espaoles en la Crdoba del siglo
XVIII en Cuadernos de Historia, Centro de Investigaciones Facultad de Filosofa y Humanidades, Universidad
Nacional de Crdoba, Serie Poblacin, Copiar, Crdoba.
1482
PRESTA, A.M. (2000: 57- 83) La sociedad colonial: raza, etnicidad, clase y gnero. Siglos XVI y XVII
en La sociedad colonial, dirigida por E. Tandeter, Sudamericana, Buenos Aires.
1483
Cfr. CONCOLORCORVO (1959: 298 303), El Lazarillo de ciegos caminantes desde Buenos Aires hasta
Lima en Biblioteca de Autores Espaoles, Madrid, t. CXXII.
En la ciudad de Crdoba, como en otras ciudades de Latinoamrica los esclavos solan trabajar como jardineros;
en chacras muy cercanas al centro criaban aves del corral, animales de granja, cultivaban huertas cuya
produccin vendan luego en el mercado de la ciudad ayudando a sus amos con pequeos ingresos; acarreaban
bultos de una parte a otra de la ciudad o desde la campaa a sta; estaban encargados de la limpieza y
eliminacin de desperdicios y animales muertos; procesaban alimentos, destilaban bebidas alcohlicas,
preparaban dulces, hilaban, cosan, vendan alimentos y otros objetos en las calles de la ciudad y de puerta en
puerta; fabricaban velas y jabones, construan instrumentos musicales y otras artesanas que luego vendan; en
las casas de familia realizaban todo tipo de tareas relacionadas con la cocina, limpieza, servan la mesa, lavaban
la vajilla; eran cocheros, ayos, valets, damas de compaa, amas de leche de los hijos de los patrones; lavaban,
cosan, remendaban, tejan, almidonaban prendas. Tambin reemplazaron al artesanado espaol en oficios que
aqullos consideraban viles tales los de zapateros, carpinteros, carniceros. En el campo, era significativa la
presencia de esclavos en los establecimientos rurales en donde los esclavos se desempeaban en todo tipo de
tareas relacionadas con la agricultura, la ganadera, el artesanado, especialmente del cuero, el acarreo de
mercaderas, el aprovisionamiento de lea, agua; la recoleccin de frutos silvestres, de miel, de plantas
medicinales, la caza de pequeos animales salvajes y tareas domsticas varias. En esta sntesis acerca de las
actividades desarrolladas por los esclavos en las ciudades de latinoamrica colonial tomamos como base el
trabajo de KARASCH, M. (1992:287 - 331)Proveedores, vendedores, sirvientes y esclavos en Ciudades y
sociedad en Latinoamrica colonial, HOBERMAN L y SOCOLOW, S. compiladoras, Fondo de Cultura
Econmica, Buenos Aires.
526
Esclavos y sirvientes domsticos pueden ser considerados como integrantes del
universo ntimo de la familia tanto porque cohabitaban en el hogar, como por el lazo que los
vinculaba a ella, la suerte de sus amos incida sobre los mismos directamente. Un esclavo
poda constituir muy bien un medio de subsistencia para una pequea familia o para ancianos
en soledad.
As, en la documentacin consultada aparecen estrechamente vinculados a la dinmica
familiar
1484
, eran los testigos por excelencia de los pleitos entre cnyuges evidenciando
conocer hasta en sus ms nfimos detalles las cuestiones familiares, por ello sus testimonios
eran aceptados en los tribunales eclesisticos en las causas matrimoniales de divorcio o en los
pleitos por incumplimiento de palabra de casamiento; eran no pocas veces quienes aportaban
los elementos cruciales en la clarificacin de los hechos. As por ejemplo, como se ha visto,
fue una esclava quien manifest haber sido testigo del acto en el que el novio entregaba a la
joven de la casa un frasco conteniendo una supuesta pcima abortiva; fue otro quien en otra
causa por esponsales certific haber visto deslizarse en horas de la siesta a una criada en la
habitacin del amo.
No pocas veces fueron parte activa en las historias familiares contndose entre los
protagonistas de los sucesos ocurridos, sin limitarse a ser simples testigos de los mismos.
Sera as el esclavo sobornado quien habra franqueado el acceso a la entrada de la casa a un
joven enamorado a fin de posibilitarle el ingreso al cuarto de la hija de familia en plena noche;
fue la ayuda de la fiel esclava la primera que recibi un ama ensangrentada luego de una
furiosa reyerta con el esposo; habra sido un eslcavo del hospital quien habra franqueado al
novio la medicina que facilitara a una pareja de novios liberarse de un embarazo no deseado.
Esclavos y sirvientes aparecen adems en las fuentes como los emisarios preferidos de
sus amos llevando misivas, presentes y todo tipo de mensajes. Parecen encarnar
perfectamente la figura caricaturesca del corre, ve y dile de algunas comedias picarescas.
Los nios y las criadas jvenes aparecen con preferencia en este tipo de tareas. Eran quienes
acompaaban a sus amas en sus visitas a amistades y parientes por la ciudad, quienes las
secundaban en la Iglesia; quienes, exteriorizando su solidaridad hacia la patrona en contra
de la amante del amo se atrevieron a prodigar a sta un casual empujn a la salida del
templo. Sera la esclava con funciones de nodriza de los hijos de familia quien habra de
1484
Los comentarios acerca del papel de los esclavos en el universo ntimo familiar se sustentan en casos
analizados en captulos anteriores sobre esponsales y divorcios, oportuna y detalladamente documentados, ello
exime de reiterar nuevamente aqu detalles sobre las fuentes.
527
acompaarlos hasta su partida de la casa al momento del matrimonio o en la entrada al
monasterio, o bien quien continuara asistindoles en la nueva etapa de sus vidas.
La identificacin del cnyuge con los domsticos a su servicio personal haca
extensivo a ellos la aversin que se profesaban algunos esposos. Cuando los amos estaban en
conflicto, los esclavos o sirvientes solan tomar partido a favor de uno u otro de sus patrones,
es posible que estas solidaridades se originasen en el hecho de constituir su propiedad al haber
sido introducidos al matrimonio como bien propio de uno u otro de los esposos. En ocasiones
ello derivaba en castigos o intencin de venta originados en el resentimiento que
manifestaciones de fidelidad hacia la pareja produca en el cnyuge adversario. La defensa de
algunas sirvientas hacia la seora de la casa deriv en ocasiones en el ejercicio de la
violencia
1485
.
En un caso la inquina experimentada entre un esposo acusado de adulterio y los
sirvientes de la mujer ciega, a quienes el amo deseaba vender, llevara al marido a entablar
severas quejas contra la mujer ante la justicia, acusndola de ejercer nociva influencia contra
ellos y de:
...condenar a la casa al exterminio e intereses que se halla al
reparo de unos domesticos tan alucinados con los escritos de la
Sra. que dias pasados la esclava que pide mi esposa se ha echado
sobre mi, acaso con el depravado fin de asesinarme...
1486
.
1485
La conocida opinin de que en el Ro de la Plata los esclavos habran recibido un trato relativamente familiar
y benigno sostenido por algunos autores como ENDREK, E. (1966) El mestizaje en Crdoba. Siglo XVIII y
principios del siglo XIX en Cuadernos de Historia de Amrica Universidad Nacional de Crdoba, N XXXIII
para el caso cordobs ha sido cuestionada ltimamente, cfr. RUFER, M. (2002)Violencia, resistencia y
regulacin social de las prcticas: una aproximacin a la esclavitud desde el expediente judicial. Crdoba a fines
del siglo XVIII en Cuadernos de Historia, Serie Economa y Sociedad, Area de Historia del Centro de
Investigaciones de la Facultad de Filosofa y Humanidades de la Universidad Nacional de Crdoba, Crdoba,
N4, pp. 195 - 230. En ese sentido, en la valoracin de trato familiar no debe dejar de considerarse la
configuracin jerrquica, verticalista y autoritaria que caracterizaba a la estructura de poder de las familias del
Antiguo Rgimen; por otra parte al juzgar los castigos aplicados a los esclavos es necesario tener en cuenta el
contexto de violencia que, -segn se ha visto al tratar el tema de la violencia domstica en esta seccin y en la
segunda parte, divorcios quoad thorum, violencia corporal directa, indirecta y psicolgica, y en la opinin de los
autores citados- caracterizaba a la sociedad de la poca, en la cual los niveles de tolerancia hacia los hechos de
sangre parecen haber sido muy altos y por otra parte los instrumentos de afliccin , las penas corporales y an la
capital tenan pleno vigor y donde los castigos fsicos no slo iban dirigidos a los esclavos sino que constituan
tambin en ocasiones el trato acordado a nios por sus padres y a las esposas por los maridos en la vida
domstica, las cuales reciban soberanos castigos moralizadores que sus cnyuges les aplicaban sin
contrariar el Derecho en uso. En ese sentido, a nuestro entender, el trato violento acordado por la sociedad no se
habra focalizado en particular hacia los esclavos que por otra parte eran objetos de valor productivo e
intercambiable, y por ende mereceran cierta consideracin en el trato derivado de un inters utilitarista. En ese
sentido, es posible que sirvientes de condicin libre hayan recibido un trato similar y an ms duro que los
mismos esclavos. Suponemos adems que el trato relativamente benigno prodigado al esclavo en estas tierras
que se seala se utiliza para referirse al contraste observado con otras regiones de Amrica en las cuales las
condiciones mismas del trabajo en tabacales, campos de algodn, ingenios azucareros eran por s mismas muy
duras.
1486
AHPC, Escribana I, Ao 1808, Leg. 435, exp. 1.
528
Utilizadas no pocas de ellas como objetos sexuales de los amos segn se ha visto, las
esclavas o sirvientas libres podan transformarse en rivales de las esposas, provocando
aborrecimiento por parte de ellas hacia sus personas y hacia los frutos de las prcticas
sexuales a las que se vean sometidas en el servicio del amo; as tambin las esposas supieron
encarnizarse en sus mandatos de castigos contra las domsticas causando los reproches de los
maridos. La corrupcin de la sierva por el amo era uno de los causales de manumisin
contemplados por el Derecho castellano, no pocas esclavas hallaran en supuestas promesas
de libertad para s y para los hijos nacidos de dichas uniones, el incentivo para entregarse
carnalmente a su patrn
1487
.
A travs del anlisis de la documentacin se evidencian tambin lazos afectivos y de
reconocimiento por el fiel servicio en ciertos amos con alguno de sus esclavos
1488
y dems
personal de servicio, a los que solan recordar a la hora de su postrera voluntad en el
testamento, concedindoles la libertad o dejndoles algn dinero
1489
o efecto material.
Si en algunos lo era, en otros casos la fidelidad no fue siempre tan generosamente
recompensada, como en el caso de un amo acomodado que en su testamento dej indicaciones
de que fueran separados diez pesos del quinto de sus bienes para proveer de fruta al esclavo
en los das festivos, a ser suministrada de poco en poco por la esposa o alguno de los hijos
de la familia
1490
.
Por otra parte, los herederos de amos que haban gratificado a sus esclavos con algn
bien o promesa de libertad, solan manifestar renuencia al reconocimiento del beneficio
otorgado por el pariente difunto. As por ejemplo en un caso el amo haba donado a un pardo
esclavo a su servicio adems de la libertad, unas tierras. A la muerte del sirviente, las nietas
1487
Cfr. Causas Matrimoniales, Juicios de Divorcio quoad thorum Leg. 201, Aos 1811 1814, exp. 7. En la
causa el amo promete manumitir los hijos que tuviere a la esclava, en la supuesta intencin de ganar su
voluntad. En ese sentido insistimos en que el Derecho indiano contemplaba a la corrupcin de la sierva por su
amo como causal de manumisin, cfr. LEVAGGI, A. (1987:106).
1488
Doa Rosa Freytes liber a su esclava por disposicin testamentaria en reconocimiento a que la asisiti
desde que tuvo uso de razn, cfr. AHPC, Registro I, Ao 1791, leg. 173, f. 246.
1489
Por ejemplo don Juan Manuel de la Fuente dejaba por la clusula dcima de su testamento, $100 a un mozo
...que me ha servido dos aos sin interes alguno llamado Pedro Joseph Araya [...] por via de gratificacion y
compensacion..., cfr. AHPC, Registro I, Ao 1795, leg. 177, f. 15 vto.
1490
Se trata de don Dionicio Gonzalez y San Millan, casado y velado con doa Felipa del Signo, los bienes que
aparecen enumerados en el testamento y la magnitud de la dote de la esposa -$4.000- al entrar al matrimonio
permiten constatar que se trataba de una familia acomodada en la sociedad local. En el artculo decimonoveno de
su testamento, don Dionicio dispuso ...se separen $10 para mi Esclavo Antonino a quien se le iran
subministrando de poco en poco para fruta en los das festivos, por mi esposa alguno de mis hijos segn les
pareciese...: cfr. AHPC, Registro I, Aos 1837 1842, leg. 188, f. 372 vto.
529
del benefactor se apresuraron a tratar de recuperar el bien cedido ya que el esclavo Leonardo
haba muerto sin dejar herederos legtimos, caso en el cual se consideraba que la tierra deba
volver al tronco familiar
1491
.
Quizs una de las formas de maltrato moral mas notable inferido al esclavo consista
en la dispersin de los miembros de sus familias.
Como su valor durante la niez era menor al de su edad adulta, era durante la infancia
que la accesibilidad del precio permita con mayor facilidad a los propios padres esclavos su
compra a fin de proveerles la libertad. No siempre los amos facilitaron estos intentos.
As, Josefa Ramallo, mulata esclava de Juan Manuel Lpez haba sido vendida por su
dueo anterior, cuyo yerno -don Juan Gualberto Luque- retena su niita de seis aos y siete
meses negndose a consentir su venta. Si bien en el momento de la adjudicacin de la
esclavita a su esposa la misma estaba valuada en $160, ante los requerimientos de compra
realizados por la madre, Luque exigi $200 libres de escritura y alcabala para traspasarla
1492
lo cual se efectiviz ante testigos volviendo la nia al lado de su progenitora. En contraste
con la actitud especulativa del dueo anterior, es de resaltar la comprensin dispensada por el
nuevo amo, quien no slo intercedi por su situacin a travs de una carta, sino que
concedi a la mujer una venia de quince das para tramitar ante la justicia la demanda de
libertad de su hija
1493
.
Respecto de los esclavos es dable advertir nuevamente la pugna entre Iglesia y familia
en relacin a la acreencia de las herencias de los mismos. Ello se constata en el caso del
esclavo Juan Quijano, albail de propiedad del convento de la Merced. Transcurridos unos
meses luego de morir su esposa parda libre de nombre Mara Flores, el hombre volvi a
contraer matrimonio con otra mujer libre sin ejecutarse inventario de los bienes que quedaron
1491
Se trata de una causa del ao 1778 caratulada Doa Teresa Cabrera y demas hermanas solicitando que se
entregue unas tierras que haban quedado por de un esclavo perteneciente a la familia. Las hermanas solicitantes
eran doa Thereza, doa Mara Josepha y doa Ana Isabel de Herrera y Cabrera, hijas legtimas del Maestre de
campo don Pedro de Herrera y Velasco y de doa Isabel Cabrera. Las tierras de referencia se llamaban Cerro
Negro en la sierra y paraje de Intihuasi. Citada a comparecer la esposa del esclavo objeto de la donacin, la
misma refiri que los documentos de posesin de la tierra estaban en manos de una tercera persona en empeo
por una deuda del difunto. Es difcil establecer si tal respuesta se origin en la verdad o en una estrategia para
retener la tierra, lo cierto es que la causa qued trunca, cfr. AHPC, Escribana I, Ao 1778, leg. 390, exp. 6.
1492
Sobre los precios de los esclavos en la Crdoba de la poca puede consultarse, CELTON, D. (2000:15) Ob.
Cit. .
1493
El expediente se inicia el 4 de noviembre de 1807 y finaliza el 18 del mes siguiente, caso correspondiente a
Villa del Rosario, cfr. AHPC, Escribana II, leg. 110, exp. 27.
530
por el fallecimiento de la primera
1494
. En sus reclamos acerca de los mismos, los herederos de
la difunta chocaron con las pretensiones del convento de la Merced, ya que si el argumento
de los hijos para rescatar los bienes que consideraban de propiedad de su madre se centraba
en que el esclavo jams haba aportado nada al matrimonio
1495
-y por tanto los mismos
pertenecan a sus herederos- el del Padre Comendador de la Merced Fr. Jos Domingo
Moyano insista en que los bienes pertenecan al hombre. Su argumento se sustentaba en que
todo lo adquirido por el esclavo perteneca al amo, sera por lo tanto el convento, como su
dueo y propietario, a quien le correspondan tanto los bienes introducidos por el esclavo al
matrimonio, como la mitad de los bienes comunes inventariados:
...sin que los
menores sus hijos puedan pretender accion o derecho a la legitima y
taza que pone la Ley para otros casos, se ha de servir la justificacion
de Vuestra Merced mandar entregar a mi sagrado convento todo lo
que por lo que llevo alegado pueda y deba caverle a su esclavo Juan
sin ser necesario para ello verificar primero las hijuelas de los
menores y demas interesados sus hermanos...
1496
.
La problemtica matrimonial y familiar de los esclavos tena caractersticas especficas
segn se ha ido sealando en el tratamiento de casos de nulidad, separaciones de cuerpo,
esponsales y disensos. Uno de los problemas ms graves que sufran en general los sectores
subalternos de la sociedad, -en especial los esclavos urbanos o rurales- eran las presiones que
los superiores ejercan sobre una terica libertad para seleccionar pareja, desplazarse, cesar un
servicio
1497
.
Coacciones para obligarlos a casarse con sujetos que pertenecan a la propiedad, a fin
de evitar la dispersin de la fuerza de trabajo; acciones tendientes a manipular o impedir la
cohabitacin de las parejas casadas; extraamientos o ventas del cnyuge o de los hijos en
funcin de la conveniencia material del amo, constituan algunas de las prcticas que
interferan en la vida del esclavo
1498
.
1494
Consistiendo dichos bienes en una casa, algunos bienes muebles y unos animales
1495
No solamente como consecuencia de una conducta irregular mantenida por el esclavo sino porque siendo sus
frutos alieni juri nunca pudo aumentar ni adquirir mas que el precio diario en que el amo estableciese los
derechos de esclavitud mas de una vez satisfechos por la madre de su propia industria.
1496
AHPC, Escribana I, Leg. 406, exp. 7, f. 209.
1497
Silvia MALLO (2002) La calidad de negro mulato en la Real Audiencia de Buenos Aires, conferencia
dictada durante las Jornadas del Poder Judicial Universidad Nacional de Crdoba, La autora explica - en
funcin de su experiencia con casos analizados correspondientes a la Real Audiencia de Buenos Aires- que
algunos esclavos tenan margen ms flexible de negociacin con el amo, quienes les permitan trabajar
hacindose pasar por libres a fin de conseguir los ingresos que les permitieran comprar su libertad. Tambin
advierte sobre malignas estrategias de retencin utilizadas, como por ejemplo la dispersin de la familia.
1498
BESTARD, J. (1992:103) Parentesco y modernidad, Paids, Barcelona. El autor sostiene que Las
restriccciones a los matrimonios exteriores al grupo actuaban como mecanismo de control poltico y econmico
531
As por ejemplo la voluntad de Juana de la Masa fue violentada por su madre a
instancias del patrn para que contrajese matrimonio con un individuo esclavo que la joven
aborreca. El seor le haba manifestado a su sirvienta que se disgustara mucho si su hija no
efectuaba ese casamiento, por lo cual la progenitora acab dndole su palabra de que lo hara.
Si bien en este caso la joven obtuvo la nulidad de la unin, manifestando un temple y una
decisin sorprendente a pesar de amenazas, ruegos, splicas y extorsiones, slo una nfima
proporcin de sus semejantes lograran hacer respetar su voluntad
1499
.
Cuando el amo era a la vez sacerdote, an ms difcil resultaba escapar al esclavo a
sus intentos de manipulacin de la voluntad, habida cuenta de la autoridad sacerdotal en
cuestiones relativas al sacramento del matrimonio. Como se ha ejemplificado en los casos de
nulidad en que se ejerci violencia y temor reverencial en el matrimonio, algn religioso
desaprensivo no dudara en violentar incluso impedimentos de la Iglesia si ello convena a sus
intereses.
Otro ejemplo de interferencia de los amos en el casamiento de individuos en situacin
de servidumbre constituye en pocas tan tardas como el ao 1844 el caso de la esclava
Teresa Carriso. En efecto, deseando casarse con Eustaquio Olmos, sus supuestos propietarios,
quienes la haban criado, sostenan su situacin de esclavitud en funcin de que afirmaban
haba nacido en fecha anterior al decreto de 1813 sobre libertad de vientres... El novio
intentaba probar su condicin de liberta para efectuar el casamiento, para ello era
imprescindible la constatacin de la edad en la partida de bautismo. Segn el amo ella tena
alrededor de cuarenta aos con lo cual, habiendo nacido antes del decreto 1804
aproximadamente- no gozara del beneficio de libertad. Rastrendose la partida, el prroco de
los Anejos inform
1500
no haber encontrado constatacin del nacimiento entre 1808 y 1816.
El caso permanecera trunco
1501
.
evitando la dispersin de la fuerza productiva: as, un siervo no poda casarse con otro que no era miembro del
grupo.
1499
AAC, Causas matrimoniales, Juicio de nulidad, leg. 194, Ao 1688 1745, t. I, exp. 9.
1500
ZACCA de CABEZAS, I. (1999:149) Eleccin matrimonial y control social en Salta a fines del perodo
colonial en IV Jornadas Argentinas de Estudios de Poblacin Instituto de Investigacin Geohistrica Conicet
Facultad de Humanidades . La autora destaca como la Iglesia, an despus de iniciado el proceso de
secularizacin y consiguiente penetracin de la competencia civil en asuntos tradicionalmente controlados por
el poder eclesistico continu conservando la capacidad de incidencia sobre la identidad social de los individuos.
1501
AHPC, Escribana II, Ao 1844, leg. 140, exp. 24. El aspirante al matrimonio y accionante de la solicitud de
averiguacin de antecedentes era el cabo Eustaquio Olmos de la Compaa de Granaderos del Batalln de
Patricios de Crdoba a travs del Defensor General de Pobres..
532
Como se ha observado ms arriba, el esclavo al que el amo prometa concederle la
libertad a su muerte corra el riesgo de que la efectivizacin de la promesa se viera interferida
por los herederos del difunto, los cuales no siempre interpretaban con agrado la dadivosidad
de su pariente, especialmente cuando los bienes eran exiguos y/o cuando el monto de las
donaciones establecidas por el difunto estaban cercanas a superar el quinto de libre
disposicin. En el caso de la accin emprendida por el pardo libre Cornelio Zavala a favor de
su esposa, esclava de doa Mara Theresa Mndez; el yerno de la benefactora sali al cruce de
su pretensin de libertad argumentando que si bien en un primer testamento efectivamente la
mujer mencionaba la manumisin otorgada a la joven, en uno efectuado posteriormente slo
mencionaba a su madre, omitindola a ella. La sentencia reconoci a la esclava haber probado
satisfactoriamente su libertad, estableciendo su manumisin. Sin embargo se aclar que
debera pagar a los herederos de su ama:
...aquello en que por
derecho y segn la correspondiente tasacin de su valor resulte
inoficiosa la gracia de su libertad...
1502
.
En efecto, si las mandas estipuladas en el quinto excedan tal proporcin de los
bienes, Josefa se vera obligada a comprar el valor de su libertad. Ello sugiere que algunos
amos, especialmente siendo mujeres de escasa instruccin, deficientemente asesorados, si
bien tendran reales intenciones de favorecer a sus esclavos, no tenan a veces en cuenta, o
desconocan que para que sus disposiciones tuviesen fuerza legal deban atenerse a las
prescripciones que el Derecho estableca. Debe tenerse presente por otra parte en la
evaluacin del citado caso que es posible que el matrimonio de la esclava Josefa con
Cornelio se haya efectuado teniendo en consideracin el hombre la pronta libertad de su
mujer con lo cual, de verse impedida de alcanzarla posiblemente su matrimonio correra
riesgo de ser considerado nulo a partir de la figura de error en la condicin jurdica de la
persona que contemplaba el Derecho cannico del matrimonio.
Como los hijos heredaban la condicin jurdica de la madre, si un individuo libre
engendraba descendencia en mujer esclava stos carecan de libertad, era posible entonces al
mismo padre liberarlos juntamente con la madre, debiendo costear su precio. Fue el caso de
Bernardino, pardo libre quien haba tenido cuatro hijos en Mara de la Asencin, esclava de
Santo Domingo a la cual :
1502
AHPC, Escribana IV, Ao 1804, leg. 23, exp. 26.
533
...libert
con cuatro fixos que fueron Anselmo, Mara Ilaria, Lorenzo, Micaela...
1503
.
Familia y ritualidad pblica
Se ha destacado que en las sociedades coloniales el ceremonial habra constitudo un
medio tendiente a mantener el orden social y que un determinado comportamiento ritualizado
expresara ciertas relaciones sociales. En ese sentido, cada acto simblico expresara
elementos de la estructura social y poltica de la sociedad colonial
1504
.
As como el patrimonio material se legaba a los hijos a travs de la herencia, era
costumbre en ciertas familias preeminentes preservar la participacin del linaje en la
organizacin de ciertas ceremonias y rituales religiosos de significacin, lo cual se
consideraba un motivo de honra y distincin para la familia. La participacin en la
organizacin de las festividades religiosas ms importantes constitua una tradicin en las
familias principales de la ciudad que se transmita de padres a hijos. Los gastos de realizacin
eran cubiertos con el propio peculio familiar. Dichos eventos contribuan a la confirmacin de
las jerarquas sociales existentes, ya que cada grupo tena definido en ellos un lugar y nivel de
participacin claramente asignado.
Don Toms Allende por ejemplo le encargaba en su testamento a su hija Mara
Thomasa y a su marido don Nicols de Cabrera que con $1000 que estableca para ese
destino, hicieran:
...con ellos todos los
aos la fiesta del Sagrado Corazon de Jess en la Iglesia
Cathedral de esta ciudad al da siguiente que concluie el octabario
del Corpus y la hagan con sermon y la mayor solemnidad...
1505
.
Por su parte doa Mara de Allende dejaba a su vez establecido en su ltima voluntad
que a su muerte se destinasen $52 arrobas de cera para que se pongan todos los aos en una
mesa en los viernes santos en la plaza:
...para que pueda
asentarse el Santo Sepulcro de Nuestro Seor. Jesucristo, se
inciense y alumbre entre tanto se le canta y hace pausa la procesion
segn ha sido costumbre y la he puesto durante mi vida...
1506
.
1503
AHPC, Registro I, Ao 1795, leg. 177, f. 264.
1504
Tomado de GARAVAGLIA, J.C, (1996: 8) Ob. Cit.
1505
AHPC, Registro I, Ao 1789, leg. 171, f. 199.
1506
AHPC, Registro I, Ao 1789, leg. 171, f. 199.
534
Algunas conclusiones
Como se ha visto, en el anlisis bourdiano el parentesco aparece como significativo
elemento identitario para los miembros del linaje, agente transmisor de capitales materiales y
simblicos de los cuales los parientes participaban.
Si en los grupos populares el parentesco constitua un soporte que contribua a la
supervivencia, en las lites las relaciones parentales actuaban adems como sustento de la
conformacin de redes de poder orientadas a la satisfaccin de intereses polticos, econmicos,
sociales.
En la pareja conyugal, ubicada en el epicentro de las relaciones de parentesco, la
figura de los esposos aparecen exigidos por el cumplimiento de roles complementarios segn
la imagen modlica de matrimonio y familia definidos por las leyes, la religin y la moral. La
literatura contribua a legitimar la corporizacin del modelo de esposa virtuosa, sexualmente
asctica, cuyas principales cualidades se identificaban con la contencin, la obediencia, el
recato y la sujecin al marido. Recluda en el hogar, estaba encargada de su funcionamiento
interno, ocupada en la direccin de la crianza y educacin de los hijos.
En franco contraste con el papel subordinado asignado a la esposa, el marido apareca
naturalmente identificado con la jefatura del hogar, encarnando en su persona el ejercicio
de una frrea autoridad sobre todo el grupo domstico, includos los sirvientes; se esperaba
de l que constituyese el sostn material de la familia, que fuera la cara visible del hogar en la
sociedad, estndole reservado en la vida pblica un activo papel.
Segn este paradigma, el afecto en la pareja se relacionaba con la sumisin de la
mujer a las rdenes del marido, con un trato respetuoso pero firme prodigado por el hombre
a la esposa, de cuyo comportamiento el consorte era erigido en gua tutelar, debiendo
observar fidelidad al lecho conyugal. Como figura estabilizadora del hogar, la mujer era
responsabilizada de eventuales tropiezos de la moralidad del cnyuge, cuyos
comportamientos tena encargado contener y reencauzar a travs de suaves reproches. A su
vez, como ocurra con los esclavos, al marido le estaba permitido aplicar castigos tambin a la
esposa -tericamente moderados- con fines pedaggicos, ante los desvos y desrdenes
propios de la naturaleza femenina.
535
De acuerdo al grupo social y circunstancias vitales, este modelo ideal de las relaciones
de pareja no siempre aparece observado en las prcticas sociales; la supervivencia exiga a la
esposa de los grupos menos acomodados trabajar a la par del hombre dentro y fuera de la casa
y no pocas veces deba reemplazar a la figura masculina como sostn de la familia en caso de
irresponsabilidad del marido en el cumplimiento de sus deberes, enfermedad, ausencia del
cnyuge, fallecimiento del mismo.
Por otra parte, las formas de sociabilidad femeninas eran diversas y tambin se
hallaban atravesadas por connotaciones de clase. La reclusin fsica de las mujeres de la
familia aparece desmentida no slo en mujeres humildes que deban desempearse fuera del
hogar para procurarse el sustento sino en sectores de mayores recursos, a travs de salidas
no slo con la finalidad de cumplimentar los deberes devocionales sino tambin con el fin de
efectuar compras en los comercios de la ciudad, realizar visitas y viajes con fines diversos.
Tanto en la campaa como en la ciudad se recogen alusiones a la asistencia de mujeres
pertenecientes a los sectores populares a bailes y diversiones, a novenarios, a la recepcin de
visitantes, participando de juegos de azar, participando en el campo de diversas faenas, como
el acarreo del agua del ro y la recoleccin de frutos como el de la algarroba, desplazndose
de un poblado a otro, de una regin a otra.
Manifestaciones de mutuo afecto prodigado entre los cnyuges se recogen en
testamentos; expresadas directamente a travs del reconocimiento a la fidelidad, lealtad,
servicio y satisfactoria compaa durante los aos de matrimonio, o de forma indirecta
constituyendo el marido beneficiaria a la esposa del quinto de libre disposicin sobre sus
bienes; designndose mutuamente los miembros de la pareja como albacea con pleno poder
para disponer sobre los bienes en caso de fallecimiento del otro; constituyendo el esposo a la
mujer en heredera universal ante la falta de hijos; preocupndose el marido por garantizar el
bienestar material de la mujer; a travs de expresas constancias escritas acerca del monto
dotal introducido por ella al matrimonio y de la mitad de bienes gananciales que le
correspondan a su muerte. En todas estas acciones se advierte la intencionalidad de evitarle
conflictos y posibles despojos de otros herederos, especialmente cuando existan tambin
hijos de matrimonios anteriores que pudiesen pretender desconocer los derechos de la
segunda o tercera esposa.
La solidaridad del vnculo conyugal se pone de manifiesto adems en momentos
polticamente difciles para la pareja como en el caso de los maridos espaoles despus del
estallido de la Revolucin, constituyendo la esposa criolla en esas instancias, el pivote de la
defensa de la infortunada situacin de los peninsulares consortes.
536
Tensiones entre los miembros de la pareja conyugal se recogen tambin en las fuentes,
presentando las mismas distintas facetas, como se ha visto en otros captulos, en las que solan
entremezclarse los fenmenos de la violencia fsica y el maltrato psicolgico. Un aspecto
srdido de las desavenencias entre esposos tena que ver con los aspectos econmicos del
matrimonio. Sola suceder que en contravencin al Derecho, el marido dilapidase la dote
resguardo de la mujer en su viudez- malgastara los bienes gananciales e incluso recurriese a la
acusacin de adulterio contra la consorte con la finalidad de despojar a la mujer de sus
derechos patrimoniales.
Si bien en un caso observamos que, en un claro atentado contra la autoridad marital,
la esposa logr arrancar de manos del marido la administracin de los bienes dotales y
gananciales, probando ante la justicia la malversacin de stos por aqul, suponemos que la
mayora de las esposas en estas circunstancias, o no concurriran a los tribunales por temor,
desconocimiento, carencia de medios, o bien se veran en serias dificultades para probar la
certeza de las imputaciones maritales si no dispona de un slido respaldo del entorno.
Aunque la dote deba volver a la esposa en caso de nulidad del matrimonio o de
separacin de cuerpos aprobada por la Iglesia; cuando el consorte se opona en la prctica a
su restitucin, era difcil para la mujer reclamar si no exista documento publico o constancias
escritas de los montos introducidos. Tambin esto ocurra cuando parte de la dote o su
totalidad se haba gastado o confundido con los bienes propios del marido o gananciales del
matrimonio. Es factible imaginar que en estas situaciones, el apoyo de los padres u otros
parientes de la mujer eran claves para apuntalar la lucha femenina.
Los reclamos de alimentos efectuados por las esposas en parejas separadas, fundados
en la desatencin de los deberes materiales de marido y padre se reiteran en los expedientes, y
si en ocasiones los mismos finalizaban en asignaciones dinerarias de monto variable no pudo
constatarse que su efectivizacin se haya materializado, ni que la misma haya persistido en el
tiempo; lo cual pone de manifiesto que no pocas mujeres deberan garantizar solas la
subsistencia para s mismas y para sus hijos.
El adulterio femenino ocasional o prolongado en forma de amancebamiento subyace
en estas circunstancias, ms que como un atentado al orden moral, como una estrategia de
supervivencia en una bsqueda de sostn material y afectivo.
Las ausencias prolongadas del marido del hogar contribuiran a fomentar las faltas a
la fidelidad en ambos cnyuges y en todos los grupos sociales, especialmente en el varn, con
el cual la sociedad era ms permisiva desde el punto de vista del ejercicio de la sexualidad. La
distancia interpuesta con el domicilio conyugal actuara por otra parte como resguardo de
537
relaciones furtivas y paralelas a la unin legtima. La superioridad que la sociedad patriarcal
asignaba al hombre en relacin a la mujer, unida a la autoridad que en su carcter de patriarca
y amo del hogar ejerca sobre personal femenino subalterno proporcionaba a ste adems, los
medios para asegurarse amplia disponibilidad de servicios sexuales de las mujeres
subordinadas.
Si bien la frecuencia de los segundos matrimonios era superior en los hombres, no
pocas mujeres volvan a contraer matrimonio tras el fallecimiento de sus maridos. Las leyes
otorgaban a la mujer viuda el ejercicio de derechos civiles que no se reconocan en las solteras
o casadas, como comparecer en juicio, comprar o vender sin necesidad de licencia. Sin
embargo su situacin variaba de acuerdo al estrato social de pertenencia ya que si las ricas
eran valoradas y buscadas como consortes, las pobres cargadas de hijos se encontraban en
situacin de extrema desproteccin especialmente si no tenan parientes que las auxiliasen.
Dada la relativamente corta esperanza de vida adulta en la poblacin, que despojaba de
ambos o uno de los padres a numerosos nios pequeos, la existencia de una abuela
resultaba de importancia significativa en los diferentes estratos sociales para prodigar la
contencin y ayuda que estuviese a su alcance. Tanto el abuelo como la abuela podan ser
institudos tutores o curadores de sus nietos menores hurfanos. Tos/as acomodados podan
hacer recaer en sobrinos dilectos legados y donaciones, especialmente aqullos que eran
solteros y sin descendencia.
Sin haber podido sustraerse de la autoridad patriarcal, la mujer clibe pasaba a la
dependencia de otros varones de la familia al morir el padre, dicha potestad poda recaer en
un hermano varn, en el marido de la hermana casada o algn otro pariente de sexo
masculino.
Ejemplos de agradecido reconocimiento hacia la ayuda dispensada a las solteras de la
familia pueden rastrearse en las fuentes, as como de los desvelos de stas en los cuidados de
los padres ancianos y parientes enfermos, especialmente en los casos de las familias
acomodadas que han dejado ms rastros. Tambin de los lazos de confianza y afecto entre
hermanos.
Los problemas entre parientes muy cercanos o ms lejanos solan plantearse
especialmente cuando haba intereses materiales en juego.
En efecto, era la distribucin de las asignaciones hereditarias el momento clave donde
emergan tensiones y competencias, cuando era necesario efectuar esfuerzos para mantener la
538
estabilidad de los vnculos y se ponan a prueba la fuerza de los lazos familiares, la vitalidad
de las redes parentales, y el diseo de las estrategias para sobrellevar los conflictos en los
cuales solan prevalecer las rivalidades y enfrentamientos a las solidaridades del linaje. Era
factible el estallido de confrontaciones de hermanos entre s, mucho ms cuando existan
hijos extramatrimoniales del difunto; las recomendaciones y exhortaciones de los testadores
clamando porque reinase la paz entre los herederos, las cuales a veces alcanzaban visos de
splica, se orientaban a salvaguardar la armona de la convivencia entre los hermanos y la
integridad de los patrimonios, frente a la sangra que podan entraar interminables pleitos por
motivos sucesorios. Ello pone de manifiesto hasta qu punto eran conscientes los actores de
las posibilidades de estas disputas. Si bien el Derecho castellano prescriba la divisin
igualitaria de la herencia paterna, tanto el quinto de la mejora como el tercio de libre
disposicin permitan privilegiar a algunos herederos sobre otros poniendo en evidencia tanto
la mentalidad que el reparto evidenciaba como las preferencias afectivas o el reconocimiento
ante servicios prestados. Si ello era motivo en ocasiones para roces e interminables disputas
entre los hermanos en el sistema de reparto igualitario, cabe imaginar los alcances que los
enfrentamientos entre herederos alcanzaran en sociedades de sistema de herencia troncal
donde el beneficiado era un solo hijo, en general el varn primognito y explica que a veces
esas tensiones culminaran en el asesinato.
Como no siempre se efectuaba la inmediata tasacin y particin de bienes entre los
herederos postergndose sta indefinidamente- alguno de los hermanos mayores u otro
pariente adulto quedaba a cargo de la administracin de los mismos. Mientras ms tiempo
transcurra, mayores eran los riesgos de que el patrimonio resultase afectado por una
deficiente administracin efectuada de buena o mala f- y ms confusa era en la masa de
bienes diferenciar las mejoras introducidas. Los ms vulnerables a situaciones de despojo en
estas circunstancias eran los hurfanos menores y las hermanas mujeres solteras, ya que las
casadas contaban para el reclamo con el apoyo de los maridos.
La Iglesia y el Estado aparecen en los testimonios consultados en una accin de
bsqueda de equilibrio entre los derechos de los parientes enfrentados, a la vez que de alguna
manera legitimando en ciertas circunstancias el ejercicio de la violencia -como en los casos
de maltrato conyugal- buscando dar a cada cual lo que corresponda en funcin de su sexo,
condicin, edad y calidad. El poder eclesistico intentaba corregir las desviaciones de las
prcticas y cuando no poda buscaba mantener las apariencias de correccin en los
539
comportamientos de los fieles. Ambas justicias acordaron un espacio a la voz de los sectores
desvalidos y marginados de la sociedad aunque con resultados relativos para los interesados,
tanto porque no pocos casos no se resolvan como por la dificultad que encontraban esos
sectores en hacer valer sus derechos.
En Crdoba, los hogares de las familias de blancos acaudalados, habitados por
numerosa descendencia y abundante presencia de dependientes: agregados, sirvientes libres y
esclavos, constituan la evidencia de la preeminencia socio-econmica del jefe de familia. En
contraste, los hogares de los sectores de modesta extraccin eran ms reducidos, excepto
cuando -como estrategia de supervivencia- varias familias compartan el mismo espacio vital.
La posibilidad de supervivencia de los nios pequeos se asociaba a una alimentacin
adecuada y a ciertas medidas de higiene que slo era posible cuando existan los medios
materiales para ello. An en el estrato blanco se reiteran en los libros de defunciones las
muertes de los prvulos que castigaban a las familias a lo largo de todo el perodo analizado.
Las tasas de natalidad cordobesa se ubicaban a fines del siglo XVIII en una situacin
intermedia entre las de algunas poblaciones europeas y las de otras latinoamericanas como el
caso del Brasil, que eran superiores, siendo la tasa global de fecundidad en Crdoba cercana a
los 5 hijos por mujer, superior en el estrato blanco con valores por encima de los 7 hijos,
cercana a la de ciertas regiones de Espaa y Francia e inferiores a la de las mujeres blancas de
Chile.
Como en los casos brasileo y chileno, por su frecuencia, el abandono de bebs
constituye un fenmeno susceptible de ser detectado en las fuentes. La legislacin estableca
que en casos de extrema pobreza los padres estaban justificados de abstenerse de criar a sus
vstagos. Difcil resulta establecer el causal que motivaba la exposicin y abandono de los
bebs ya que los mismos no slo se asociaban a la falta de medios para criarlos sino tambin a
la nota infamante derivada de los embarazos extramatrimoniales, especialmente en los
blancos, sobre quienes recaa una condena social ms fuerte que en los grupos subalternos,
cuyos embarazos ilegtimos eran vistos con ms naturalidad y an incentivados por los amos
en las esclavas como parte de la estrategia de reproduccin de la mano de obra ejercida por
los amos sobre estas mujeres, casadas o solteras.
A diferencia del aborto inducido, el infanticidio y la contracepcin, la exposicin de
los lactantes, -cuando no exista en teora peligro de vida- no habra sido objeto de una
poltica de condena categrica ni por el Estado ni por la Iglesia, posiblemente por la
asociacin del nio abandonado con el pecado del sexo extramatrimonial.
540
Se identificaron en la documentacin indicios de lo que posiblemente constituira en
Crdoba una rudimentaria organizacin de asistencia pblica para nios hurfanos en las
primeras dcadas del siglo XIX, de las cuales no existan datos hasta el momento, pistas sobre
las cuales ser necesario continuar investigando. Por otra parte, la exposicin a la caridad
pblica pareciera haber sido interpretada en la poca, como es el parecer de algunos autores,
como una forma de contencin social al fenmeno del abandono, no equivalente al
infanticidio.
La cuestin de la entrega de nios en crianza halla en la documentacin ms rastros
por sus derivaciones econmicas. Con relativa frecuencia se encuentran menciones a la misma
en ocasin de favorecer los testadores a los criados con algunos bienes o expresiones de
gratitud por su lealtad.
Respecto de la discutida cuestin de la aplicacin en Amrica de la figura legal de la
adopcin, se hall un caso en donde existe expresa mencin a un rescripto otorgado por el
mismo rey a un vecino de Crdoba a fines del siglo XVIII.
El reclamo de los padres biolgicos de los hijos entregados a criar daba lugar a los
denominados pleitos de restitucin de menores. En efecto, cuando el menor se aproximaba a
la pubertad, coincidente con la edad en que era posible que comenzase a trabajar, era
solicitada su entrega por los padres biolgicos a los padres de crianza, cuya gratuidad era
resistida por stos, solicitando una compensacin por lo que consideraban un acto de despojo
No exista a nuestro entender total consonancia en las posturas de la Iglesia y el
Estado respecto de la legitimidad de las solicitudes de estos reintegros y de los alcances de los
reclamos. La primera estableca que una vez entregado el nio, los padres no tenan derecho a
solicitarlo despus, aclarando sin embargo que en caso de que la entrega se hubiese motivado
en el ocultamiento de un nacimiento infamante, al recuperar el hijo los padres deban
compensar la generosidad de los criadores. La Ley civil diferenciaba claramente la crianza
por caridad de la efectuada por inters; en el primer caso el padre adoptivo no poda
solicitar ninguna compensacin pecuniaria de los gastos derivados de los cuidados y
educacin del nio. Como en el caso porteo, tambin en Crdoba los jueces se habran
mayormente inclinado por la restitucin de los nios a los hogares biolgicos, a los fines de
restablecer la estabilidad familiar en el ncleo original.
Otros pleitos se originaban en la tenencia de menores cuando sus padres haban
fallecido o el progenitor sobreviviente no estaba en condiciones materiales o morales de
criarlos, dando lugar a todo tipo de excesos, incluso de la misma autoridad, ya que en las
acciones judiciales intervenan fuertes dosis de subjetividad y en ocasiones, a nuestro
541
entender, abuso de poder en los funcionarios -especialmente en zonas alejadas de la
campaa- contra los derechos de los ms dbiles. Esto ocurra con mujeres pertenecientes a
grupos subalternos, las cuales eran violentadas por arrebatos incluso de nios menores de tres
aos del lado de las madres, en manifiesta contravencin a las normas que lo prohiban.
Reclamos por reduccin a la servidumbre de estos menores se reiteran en los expedientes,
que muestran una de las caras ms nefastas de una de los sectores silenciados de la historia, la
infancia.
Tambin los hijos que convivan con su familia resultaban en ocasiones vctimas
directas o indirectas de la violencia domstica, debiendo atravesar el padecimiento de
constiturse en testigos de los maltratos fsicos y psicolgicos prodigados entre los padres,
siendo a la vez objetos de brutales castigos corporales, vctimas de ejemplos de
comportamientos apartados de la moral, presumiblemente sometidos a explotacin como
fuerza de trabajo dentro y fuera del hogar, trato denigratorio, abuso sexual y en casos
extremos, el maltrato culmin en el asesinato del menor. Indicios de conductas agresivas
aprendidas de sus mayores se detectan entre los bastidores de la escena familiar violenta que
se desnuda en los expedientes de divorcio. Casi invisible, desprotegida y vulnerable, la niez
parece haber estado prcticamente librada a su propia suerte.
Los abusos sexuales perpetrados por los progenitores sobre las hijas menores nos
introduce en el gran tema de las relaciones carnales incestuosas practicadas entre
consanguneos muy prximos, o ms lejanos; entre individuos en los que mediaba parentesco
por afinidad o espiritual, como cuados, suegra con yerno, padrastro con entenada, y otros.
Condenados por la ley y la moral, estos actos parecen haber contado en la prctica con
bastante tolerancia social, cuyo estudio merece ser profundizado.
La actitud de las autoridades tanto eclesisticas como civiles ante los hechos de
brutalidad domstica parece haber oscilado entre la indulgencia y la represin legitimando a
veces en la prctica los abusos a los que eran sometidos los ms dbiles en el seno del hogar:
esposas, nios, sirvientes, con manifestaciones de escasa efectividad para prevenirlos y an
castigarlos. Creemos que la tolerancia social reinante hacia el fenmeno del maltrato slo
puede ser comprendido en el marco ms amplio de una sociedad autoritaria y jerrquica como
la tratada, de sensibilidad slo relativa a los hechos sangrientos, de escasa conmiseracin
hacia los padecimientos fsicos.
Aspectos de la mentalidad y del sentido de la honra familiar pueden apreciarse en las
manifestaciones de valoracin paterna hacia los hijos varones legtimos, entre ellos en
especial hacia los que haban abrazado el sacerdocio, quienes constituan la prueba manifiesta
542
de la limpieza de sangre del grupo, de la solvencia material de la familia para costear los
estudios, del lustre y relieve alcanzado por el linaje.
La situacin de desproteccin en que quedaban las hijas solteras a la muerte de los
progenitores era subsanada en algunos casos a travs de mejoras o legados; sin embargo no
fue siempre as, favorecindose a veces a los hijos varones posiblemente como premio a la
capacidad productiva reconocida a ellos, lo cual alent los reproches de los defensores de los
perjudicados contra situaciones que consideraban injustas.
El inters de propender a la continuidad de la empresa familiar o an del simple
oficio practicado por el jefe de familia se advierte en las disposiciones testamentarias de stos
a sus herederos.
En relacin a las hijas casaderas la estrategia paterna consista en ocasiones en
adelantar a la hija mayor toda la porcin hereditaria que le corresponda de las legtimas
paterna y materna; presumiblemente para atraer candidatos convenientes. Las consecuencias
de esos actos se advertan a la muerte de los padres cuando, al momento de la particin de
bienes se constataba que la entrega haba excedido la porcin hereditaria que le corresponda,
acarreando serias disputas entre la hija favorecida y los otros hermanos y entre aqulla con su
marido, quien no se resignaba a que se le arrebataran fondos que consideraba pertenecientes al
fondo conyugal de su matrimonio.
Dichas situaciones derivaban tambin del desconocimiento y/o inadecuado
asesoramiento que padecan los progenitores, especialmente en casos de mujeres viudas
ignorantes de leyes y clculos de las porciones patrimoniales que deban asignar a los hijos.
Debe tenerse presente al evaluar la relativa impericia manifestada en ciertos casos en el
manejo de estas cuestiones, que no pocas mujeres tomaban contacto con esos temas a edad
avanzada, recin tras el fallecimiento del cnyuge, habiendo permanecido al margen de
administraciones patrimoniales durante toda una vida de subordinacin a la autoridad del
padre en la soltera y a la del marido durante el casamiento.
Si bien el mandato social estableca que el trato prodigado por los hijos al pater deba
ser de veneracin y respetuosa obediencia, tanto los vstagos varones como mujeres supieron
rebelarse cuando consideraron lesionados por aqul sus derechos por cuestiones pecuniarias.
Algunos padres, pero tambin madres demostraron procedimientos despticos y
desaprensivos como albaceas testamentarios de las legtimas que correspondan a los hijos por
el cnyuge fallecido. Algunos continuaban reteniendo los bienes cuando los hijos haban
543
alcanzado la mayora de edad, otros incluso llegaban a disponer y an malversar parte de esos
patrimonios hereditarios.
Si bien estos comportamientos estn mejor ilustrados en los casos de familias
acomodadas, cuyos pleitos llegaban ms a la justicia en razn de que existan mayores
intereses a defender, casos aislados de individuos de modesta extraccin que se querellaban
con sus parientes por unos modestos bienes, dan la sensacin de que los comportamientos
sealados, aunque con evidentes diferencias por los montos en juego, comprendan a
representantes de los diversos estratos de la sociedad.
La figura jurdica del retracto que atribua derecho prioritario de compra sobre un
bien a los descendientes del original posesor, ilustra tambin otro interesante aspecto acerca
de los lazos del linaje reconocidos por la sociedad. Su importancia no solamente era
econmica ya que contribua a evitar la dispersin del patrimonio parental, sino simblica,
pues fomentaba adems la permanencia de vnculos identitarios intergeneracionales.
En una sociedad en la cual, segn se ha visto en el desarrollo de este trabajo se
observaban, aunque con significativas variantes a lo largo del perodo de anlisis, importantes
niveles de nacimientos ilegtimos, no puede extraar encontrar en la documentacin variados
pleitos en relacin a la lucha de stos por ver reconocida su filiacin y en virtud de sta, los
derechos hereditarios que les correspondan. Si no existan constancias ciertas de la filiacin,
porque la progenitora hubiese muerto sin testar o, existiendo testamento no hubiera
reconocido en l formalmente al vstago, el hijo natural encontraba considerables dificultades
para lograr probar su filiacin y hacer reconocer sus derechos a la herencia de los padres de
sangre, fundamentalmente porque deba competir contra los intereses de los herederos
legtimos. Se advierte en la documentacin adems una cierta confusin o desconocimiento
real o fingido de los actores acerca de los derechos a la herencia paterna de los hijos
ilegtimos. El Derecho estableca que los hijos naturales no podan ser nunca herederos
forzosos del padre aunque s de la madre, pudiendo ser beneficiados por ambos con la quinta
parte de los bienes, aunque existieran herederos legtimos. La estrategia de los herederos
legtimos sola consistir en rechazar la condicin de hijo del rival, arguyendo por ejemplo que
no se trataba de un hijos de sangre sino de crianza, as explicaban una posible proximidad y
frecuentacin del pretendiente al hogar paterno. An en los casos en que la madre natural
careciera de hijos legtimos, los hijos naturales, que en ese caso se constituan en herederos
forzosos de la mujer, deban enfrentarse a las pretensiones de otros parientes de sangre,
544
interesados tambin en acceder a la herencia. Hubo casos en los que los supuestos hijos
ilegtimos fueron rechazados en sus pretensiones, reconocindose en cambio los derechos de
otros que lograron probar convenientemente su filiacin con el apoyo de vecinos influyentes,
que atestiguaron a su favor ante el juez.
Cuando el padre natural haba fallecido y su consorte se haba vuelto a casar se
complicaba an ms la situacin del hijo ilegtimo ya que encontraba en el consorte y los
hijos del segundo matrimonio del progenitor otros contrincantes que se sumaban a la pugna.
Si bien la entrega de hijos a la vida religiosa -como se ha sealado- era fuente de
prestigio social para las familias, tambin se observaron manifestaciones de rivalidad entre la
Iglesia y los linajes cuando haba intereses materiales de por medio. Estas tensiones existan
desde haca siglos como que de hecho en sus orgenes el patrimonio eclesistico se habra
conformado en parte significativa a partir de donaciones y legados de las familias, fenmeno
que como sealara Goody segn se ha visto, habra provocado fisuras en las tramas
patrimoniales de los linajes.
Esclavos y sirvientes domsticos se hallaban incorporados al universo ntimo de la
vida familiar, los mismos se encontraban bajo la potestad del jefe de familia. Distintos
testimonios dan prueba de estrechos vnculos que unan a los esclavos con sus amos, de
manifestaciones de confianza y reconocimiento de aqullos a la fidelidad del servicio; no
obstante en la relacin amo/a esclavo/a la nota predominante estaba dada por la situacin de
subordinacin e inequidad de fuerzas existente, pero en la cual habran quedado sin embargo
algunos mrgenes de negociacin. El bajo costo de la manutencin del esclavo mencionados
por algunos viajeros en sus relatos, sumado al crecido nmero de stos en algunos hogares de
la ciudad y en propiedades de la campaa, constituira indicio de la escasa inversin destinada
a su mantenimiento, tanto en gastos de alimentacin como de vestido y de la falta de procura
a stos de toda comodidad, durmiendo no pocas veces en el suelo, a los pies de los amos.
Uno de los problemas que deban enfrentar los esclavos que haban recibido la promesa
de manumisin de sus dueos -la cual tendra lugar al momento de su muerte- consista en la
resistencia que deban enfrentar en los herederos del fallecido, a veces reacios a su
reconocimiento, generando distintos obstculos para impedir su efectivizacin. Fue posible
para individuos libres comprar la libertad de mujeres esclavas liberndolas para casarse con
ellas y tambin para algunos padres liberar a sus hijos y a la madre de stos del yugo de la
esclavitud. La forma de maltrato moral hacia los domsticos ms contundente detectada era la
dispersin de sus familias, la cual si bien habra sido reprochada en teora por las autoridades
545
habra formado parte de las prcticas de amos desaprensivos. Dada la disponibilidad de
mujeres de servicio existentes en los hogares, parece haber resultado relativamente fcil a los
dueos de esclavas no pocos de ellos casados- acceder a contactos sexuales con ellas. De
dichas uniones resultaba el nacimiento de nios los cuales, a pesar de ser hijos del patrn,
heredaban la condicin jurdica de la madre constituyndose en mercanca del padre. A medida
que transcurra el tiempo, a partir del siglo XIX especialmente, pero tambin ya a fines de la
centuria anterior, algunos comportamientos derivados de estas situaciones habran comenzado
a ser cuestionados por la sociedad evidencindose una mayor necesidad en los actores de
ocultar dichas prcticas mantenindolas en secreto, pudiendo incluso ser denunciadas a las
autoridades por los mismos esclavos objetos de estos excesos, lo cual constituye evidencia de
que con el tiempo su situacin habra ido mejorando hacindose ms humanitaria.
546
REFLEXIONES FINALES
Si en la realizacin de este trabajo el esfuerzo encontr su aliento en la expectativa de
arribar a una definicin unvoca de matrimonio y familia cordobesa es necesario reconocer
que no fue posible alcanzar dicho propsito.
El anlisis ha permitido tomar conciencia de la gran complejidad de las formas de
comportamiento familiar, de su variedad, y de la distincin de infinitos matices que entraa
su anlisis; tambin ha conducido a conocer no pocos aspectos relacionados con las prcticas
y representaciones sociales acerca de ambos objetos de estudio.
La reflexin resultante del anlisis bibliogrfico y documental han permitido
comprender la importancia de la necesidad de barrer con mitos relacionados con la
explicacin de los fenmenos en trminos dicotmicos, de necesarios opuestos y contrastes.
Laslett
1507
comprob hace dcadas la falacia de identificar el advenimiento de la familia
nuclear con el inicio de la modernidad, demostrando que haba existido siglos antes de lo
que se haba credo.
Tanto Goody como Bestard
1508
se opusieron a identificar el advenimiento del
individualismo, el amor en la pareja y la fuerza de la relacin conyugal expresada en el
matrimonio voluntario, con los grandes acontecimientos socio-econmicos de Occidente a
comienzos de la modernidad, planteando que cambios en la familia podan rastrearse desde
los orgenes del Derecho cannico del matrimonio, presentando a la misma no como simple
receptora sino como forjadora de transformaciones econmicas; y que la gnesis del
1507
LASLETT, P. (1983) The World we have Lost-futther explored. La edicin consultada corresponde a 1987
El mundo que hemos perdido explorado de nuevo, Alianza Universidad, Madrid.
1508
BESTARD, J. (1992) Parentesco y Modernidad, Paids. GOODY, J. (1986:46, 7) La evolucin de la familia
y el matrimonio en Europa, Editorial Herder, Barcelona.
GOODY, J. (2001: 36, 7) La familia europea, Barcelona, Crtica.
547
individualismo y la ubicacin de la pareja conyugal en el epicentro de las relaciones de
parentesco, estaba ya presente en la Doctrina religiosa clsica del matrimonio.
Tales enfoques sugieren la ingenuidad de pensar la Historia de la familia en trminos
de progresin lineal de las prcticas sociales, midiendo la intensidad de los fenmenos en
evolucin creciente o decreciente, interpretando las decisiones matrimoniales a travs del
tiempo como un paso desde el inters al afecto; de la accin familiar colectiva a la decisin
individual; de la intervencin de los padres en las elecciones de los hijos, a una accin de
stos con absoluta prescindencia de consideraciones familiares o presiones sociales; del
matrimonio concertado, a la libertad para contraer enlace; de la indiferencia hacia la infancia
a su descubrimiento; de la sumisin y sometimiento femeninos a la liberacin y
protagonismo social creciente de la mujer; de mentalidades cerradas hacia tendencias
innovadoras; de familias amplias a familias nucleares y de stas a las ensambladas; de un
fuerte compromiso de los parientes, al debilitamiento de los lazos de parentesco; de una
sociedad organizada en principios jerrquicos y autoritarios, a formas totalmente
democrticas e igualitarias.
Como interpretara Stone
1509
en lo atinente a la eleccin matrimonial, tanto el inters,
como el afecto mutuo y la atraccin sexual fueron elementos cuya importancia relativa vari
a travs del tiempo en las sociedades occidentales sin desaparecer ninguno totalmente.
Apartndose de interpretaciones simplistas y extremas la propuesta consiste en
interpretar los cambios sociales no en trminos revolucionarios y bruscas apariciones de
elementos que signifiquen la absoluta desaparicin de otros, sino en una bsqueda de
prevalencias asociadas a circunstancias polticas, econmicas, demogrficas.
El anlisis efectuado permiti aproximarse a la comprensin de variados aspectos del
territorio conyugal y familiar en la frontera del dominio de lo privado y lo pblico. Fue
posible recorrer paso a paso una multiplicidad de situaciones reclamadas, denunciadas y
debatidas, invocaciones a la tradicin y propuestas innovadoras que tenan que ver con
aspectos ideolgicos y de la vida prctica del universo de lo ntimo en el transcurso vital
domstico.
1509
STONE, L. (1989) Familia, sexo y matrimonio en Inglaterra 1500 1800 , Mxico, Fondo de Cultura
Econmica. En la opinin de dicho autor se sigue aqu a ANDERSON, M. (1998:51-55) Aproximaciones a la
historia de la familia occidental 1500 1914, Siglo XXI editores, Mxico, 2edicin.
548
Partimos de un ideal de matrimonio y por ende de familia, aqul consagrado en el
siglo XVI por el Concilio de Trento durante su ltima sesin, donde se reafirm la Doctrina
clsica de la Iglesia relativa a la cuestin matrimonial, se defini el carcter sacramental del
casamiento religioso, confirmndose sus rasgos sobresalientes de monogamia, indisolubilidad,
heterosexualidad y la competencia exclusiva de la Iglesia en dicha materia. Como vimos, en
el modelo catlico, el consentimiento de los esposos constitua el basamento de la unin
matrimonial sacramentada. Los deberes fundamentales que apuntalaban esta construccin
matrimonial consistan en la fidelidad que deban guardarse marido y mujer, en la exigencia
de la unidad de domicilio conyugal as como en el respeto mutuo y lealtad que deba imperar
en la relacin entre esposos. La finalidad primordial del matrimonio consista en engendrar
hijos legtimos, criarlos y educarlos en el temor de Dios. A diferencia de la Iglesia reformada,
en la idea catlica el estado conyugal haba sido elevado a la categora de sacramento, lo cual
es demostrativo de la importancia que se acordaba a la unin religiosa entre hombre y mujer,
aunque como valor inferior a la castidad, considerada ideal celestial, de ah que hubiera sido
confirmado tambin en Trento el celibato eclesistico.
Iglesia y Estado coincidan en la importancia que la familia legtima, basada
en el casamiento religioso, tena en la sociedad. Para la primera el matrimonio representaba
un camino a la santidad que deban recorrer los fieles para mejor servir a Dios. El Estado
interpretaba el matrimonio como un significativo instrumento de control socio-poltico que
contribua al orden social.
Los linajes vean en la unin legtima una herramienta indispensable de preservacin
y reproduccin del patrimonio familiar, un vehculo para la circulacin de capitales materiales
y simblicos que aseguraba la continuacin del apellido, la conservacin de las tradiciones, la
persistencia de valores que sustentaban su existencia. El matrimonio y la familia legtima
constituan para las elites el soporte sobre el cual descansaba el andamiaje que posibilitaba la
concrecin de alianzas, el tejido de redes de relacionamiento tendentes a la satisfaccin de
intereses polticos, sociales y econmicos. La familia era entendida para los sectores
preeminentes como una manifestacin del prestigio del que como grupo gozaban en la
sociedad. Figuras jurdicas como la dote y las arras contribuan a la conformacin del fondo
conyugal para el sostn de la vida matrimonial; las leyes de herencia, el ascendiente paterno
sobre las decisiones matrimoniales de los hijos, se sumaban a un adecuado adoctrinamiento
de los jvenes en los deberes de obediencia y servicio a los intereses familiares, que tendan a
lograr niveles de eficiencia en la obtencin de logros favorables a la pervivencia y
consolidacin de las estirpes. La pareja conyugal constitua el centro de una vasta red de
549
solidaridades basadas en el parentesco, de circulacin de valores materiales y simblicos
compartidos por los integrantes del entramado parental.
Para los estratos populares el matrimonio poda significar simplemente una forma de
proteccin, una estrategia de supervivencia, aunque tambin era parte constitutiva del sentido
del honor correspondiente a los grupos subalternos, concordante con la importancia asignada
al estado matrimonial en la sociedad.
En el contexto del programa de reformas y poltica de centralizacin y
robustecimiento de la autoridad monrquica y en el ejercicio del Derecho de Patronato
ejercido sobre la Iglesia Espaola, el Estado borbnico aparece a fines del siglo XVIII
transgrediendo un principio fundamental de las normas cannicas que regulaban el
matrimonio religioso consistente en la limitacin de la libre voluntad de los cnyuges para
unirse en matrimonio. El perodo estudiado aparece as signado por la tensin de fuerzas
entre los poderes eclesistico y civil. El primero resistiendo, el otro pugnando por cercenar
competencias y penetrar en el control de un mbito de tradicional y exclusiva potestad de la
Iglesia. La profundizacin del mestizaje en la sociedad americana colonial era interpretada
desde la monarqua como una real amenaza al orden social estamental, ello justificara a su
entender la sancin de medidas tendientes a frenar este proceso, desembocando en la
prohibicin de los casamientos entre blancos y castas, medida violatoria del precepto
matrimonial que en el caso cordobs no parecera hallar justificativo. En efecto, si en otras
reas del territorio colonial espaol los casamientos entre blancos y otros grupos socio-
raciales se haban multiplicado, la poblacin blanca de ciudad de Crdoba -como atestiguan
los trabajos demogrficos existentes- continuaba presentando rasgos de comportamiento
tradicional manifestando un pronunciado prejuicio hacia las uniones legtimas con miembros
de estratos inferiores de la sociedad. Esto se hara an ms marcado por efecto de la
aplicacin de la Pragmtica sobre matrimonios y legislacin complementaria sancionada por
el Estado borbnico, reduciendo el estamento blanco sus contactos amorosos con esos grupos
en la mayora de los casos a lazos no formalizados, sin pasar las parejas por el altar. Y si la
poltica de la Iglesia haba tendido a travs de los siglos a favorecer la santificacin de las
uniones, independientemente del origen socio-racial de los novios, tratando de allanar
problemas an derivados de impedimentos que el mismo Derecho cannico estableca, en el
proceso de secularizacin de la institucin matrimonial, la justicia civil, celosa en su afn de
preservar la limpieza de sangre del grupo dominante se mostrara ms exigente a la hora de
autorizar matrimonios entre personas socialmente desiguales. As, tras la implementacin de
550
la Pragmtica sobre matrimonios y en los casos de desigualdad comprobada entre los
contrayentes, slo con la venia procedente de la autoridad civil, el prroco poda proceder a
efectuar el casamiento.
El reforzamiento de la autoridad patriarcal resultante de las medidas que establecan
la obligatoriedad del permiso paterno para contraer matrimonio exigido a los menores de
edad, habra servido para confirmar una potestad paterna de por s ya significativa. Los
niveles de conflictividad intra e interfamiliar que importaron la iniciacin de pleitos
motivados en elecciones socialmente inconvenientes de los hijos, no habran alcanzado a
nuestro entender, niveles de significacin en el conjunto de los matrimonios celebrados
durante el perodo de dominacin colonial -a partir del momento en que fue sancionada la
legislacin borbnica sobre matrimonios- mostrando una franca tendencia a la disminucin
en el perodo republicano, y seran demostrativos de una poblacin blanca consciente de los
privilegios derivados del mantenimiento de la limpieza de sangre y cuidadosa ante el peligro
de descenso social proveniente de un matrimonio deshonroso a los ojos de la sociedad. El
concepto bourdiano de habitus, entendido como la sumisin del individuo al destino social
correspondiente, coincidira con comportamientos de jvenes adoctrinados en las
responsabilidades inherentes al grupo social de pertenencia, en los cuales no habra
demasiado espacio para elecciones de pareja en donde imperasen extravagantes decisiones
individuales fundadas exclusivamente en razones sentimentales. Es necesario reconocer por
otra parte que pudieron existir niveles superiores de conflictividad inter e intrafamiliar
motivados en la seleccin del cnyuge que no transcendieron a los estrados judiciales, de los
cuales no habran quedado rastros.
El anlisis de las razones de oposicin familiar a las decisiones matrimoniales de los
hijos de familia revel la importancia asignada en la sociedad estudiada al origen social de la
persona, en particular a la pureza de sangre como un valor especialmente significativo superior
en la estima familiar en algn caso incluso a la virginidad de la mujer soltera -el cual habra
constitudo en la sociedad sin embargo uno de los bienes simblicos de gran aprecio en el
mercado nupcial-. En ese sentido, pensamos que con la mencionada legislacin sobre
matrimonios la autoridad civil habra contribudo a entorpecer y retardar un posible cambio de
actitud en relacin a los valores sociales. Si bien el aprecio otorgado al nacimiento persisitira
a lo largo de todo el perodo analizado fue posible detectar indicios en el marco de una
incipiente reactivacin econmica a partir de la segunda mitad del siglo XVIII- de
reconocimiento a la persona fundados en el esfuerzo, la honestidad y el trabajo, as como
seales de cuestionamiento de valores considerados ms tradicionales, por parte de sectores
551
que pugnaban por conseguir un ascenso en su status social. El fenmeno de blanqueamiento
que resaltan los trabajos demogrficos locales a partir de un incremento de nacimientos
inscriptos en los libros de espaoles en perodos posteriores a la Revolucin constituye una
confirmacin de un paulatino aunque muy lento camino hacia una percepcin socio-racial ms
tolerante.
Asociada a la conformacin jerrquica de la sociedad, es dable advertir un concepto
del honor correspondiente a los diferentes estamentos que componan el conjunto social; el
mismo estara atravesado por aspectos inherentes al gnero, raza y clase y hallara formas de
expresin en la vestimenta, la alimentacin, la ocupacin, las formas de sociabilidad, entre
otras manifestaciones, acordes al estrato de pertenencia. En ese sentido, como se ha
observado ms arriba, entendemos que el matrimonio habra constitudo parte integrante del
sentido de honorabilidad reconocido por el conjunto social.
Relacionada con el fenmeno de homogamia socio-racial en materia
matrimonial observado especialmente en el sector de blancos, en respuesta al mandato social
prescripto, una elevada tasa de nacimientos ilegtimos que remarcan las investigaciones para el
rea de estudio, sera demostrativa de la descarga de tensiones que en las uniones informales
hallaran los actores a las exigentes normas impuestas fundamentalmente por el prejuicio
social, aunque tambin por las leyes a partir de la aplicacin de la legislacin matrimonial
borbnica.
Los pleitos por incumplimiento de palabra de matrimonio que las mujeres entablaban
contra los varones con quienes haban tenido relaciones carnales como consecuencia de lo cual
no pocas haban perdido la virginidad y engendrado hijos, evidencian patrones de
comportamiento que -si bien no son generalizables al conjunto de la sociedad- implicaban
serias transgresiones al orden moral vigente comprometiendo en esas conductas a
representantes de las distintas categoras sociales, desde sujetos autotitulados como
pertenecientes a las familias principales, hasta individuos de condicin servil. Algo
semejante puede observarse en las acusaciones entabladas entre cnyuges por el pecado-delito
de adulterio. La documentacin consultada da cuenta adems de jvenes solteras que caan en
el pecado de la carne no una sino varias veces, resultando en ocasiones el nacimiento de varios
hijos de esas relaciones siendo esas mujeres no en pocas ocasiones luego abandonadas a su
suerte por sus parejas, hombres que amparndose en principios de hombra de bien no podan
condescender a casarse con jvenes corruptas y buscaban doncellas de honra para
matrimoniarse.
552
La entrega de nios y los fenmenos de abandono de bebs y exposicin de parto a la
caridad pblica aparecen estrechamente relacionados a la sexualidad extramatrimonial que
practicaba parte de la poblacin. No todos estos nios eran ilegtimos, ya que algunos eran
entregados por sus madres debido a situaciones de pobreza extrema cuando, an casados, los
padres no podan mantenerlos.
La prctica observada en la sociedad estudiada de ocultamiento del parto y entrega del
hijo nacido de uniones presumiblemente no consagradas por la Iglesia, pone al descubierto la
percepcin social condenatoria hacia la maternidad fuera del matrimonio, interpretada como
vergonzante cuando tomaba estado pblico, especialmente en las mujeres pertenecientes al
estrato blanco. Da cuenta tambin de las estrategias implementadas para sortear la nota de
infamia derivada de estos nacimientos. El secreto, el disimulo, parecen haber constitudo el
camino para tapar el escndalo del recin nacido concebido de una unin no legitimada, a
pesar de la cotidianeidad que estos hechos deban implicar, segn los elevados ndices de
ilegitimidad de nacimientos observados en Crdoba a fines del siglo XVIII, los cuales segn se
ha visto, afectaban a todos los grupos sociales, aunque eran ms altos en las castas. As, la
Iglesia, en las voces de los mismos obispos durante sus visitas, recomendaba en los libros
parroquiales de bautismos la forma de registro que deba utilizarse en los pequeos llevados a
bautizar que no procedan de legtimo matrimonio, prescribiendo el ocultamiento de su
filiacin y la designacin de hijo de padres no conocidos especialmente si se trataba de
vstagos de blancos, aunque se tuviese certeza acerca de la identidad de los progenitores.
An entendida como un medio informal de organizacin social ante el fenmeno del
abandono, la exposicin de bebs parece haber derivado con el tiempo en polticas sociales
ms definidas como evidencian alusiones encontradas en la documentacin que daran prueba
de la existencia en Crdoba de una incipiente institucionalizacin de poltica social hacia la
infancia desprotegida bajo la forma de orfanatorio ya en las primeras dcadas del siglo XIX.
Declaraciones de testigos dando f de que vieron a la mujer cuestionada entrando
furtivamente al domicilio de la partera, que certificaron que escucharon durante el oficio
religioso los gemidos de dolor disimulados de la parturienta ante el inminente alumbramiento,
que presenciaron como la muchacha que juraba no haber conocido varn antes de relacionarse
con su novio pasaba caminando bajo la llovizna con el rostro ceniciento atribudo a un
presumible estado de gravidez; el marido que acusaba a la esposa de padecer una enfermedad
venrea cuyo origen asociaba a un pretendido adulterio de sta manifestando que saba de
odas que haba visitado al mdico por ese motivo. Imgenes de maridos que ocultos en la
553
penumbra del atardecer atisbaban desde el exterior de la vivienda el accionar de las esposas,
murmuraciones acerca de mujeres disfrazadas de hombres amparadas por las sombras de la
noche concurriendo a diversiones, se suceden en las testimoniales conformando estampas
acerca de la vida de una sociedad presionada por rgidas prescripciones emanadas de la ley, la
religin y la moral que deban guiar los comportamientos de la poblacin.
Es que cuando las conductas de los hombres y mujeres de carne y hueso no lograban
atenerse a las frreas exigencias sealadas por el deber ser, la gente se vea obligada a
simular, a fingir, a representar un papel y finalmente a tolerar dentro de ciertos mrgenes,
procederes que si bien no encuadraban en el molde de los ideales esperados, reconocan su
procedencia en la flaqueza atribuda a la misma naturaleza humana.
No parece posible que se haya podido ignorar que en la vida ordinaria el paradigma
que identificaba a la esposa con la santidad era insostenible, del mismo modo que el del
patriarca ejemplar, en tanto encarnacin de autocontrol y disciplina, modelo de equilibrio
entre la significativa autoridad que le era reconocida y la devocin cristiana que suficientes
ayunos, misas y rogativas no alcanzaran siempre a garantizar en sus actos. Menos an podra
esperarse que en la prctica de los comportamientos los jvenes hijos de familia en su
conjunto, corporizasen en su plenitud el modelo asctico pretendido, sobre todo teniendo en
cuenta que los mismos deban transitar un largo camino entre el momento en que alcanzaban
la pubertad y aqul en que la costumbre y las posibilidades establecan para su paso por el
altar. Desde la misma legislacin secular, las acciones juveniles eran reconocidas y juzgadas
como irreflexivas y propensas al desorden, de ah la necesidad de reforzamiento de la
autoridad que deba ejercer el padre de familia. Pero si los cuidados y desvelos paternos se
multiplicaban, especialmente en las hijas mujeres, tambin se combinaran con actitudes de
prudente indulgencia ante los pasionales desahogos de sus jvenes, sobre todo en los
vstagos del sexo masculino, concentrndose las mayores exigencias disciplinarias familiares
en la seleccin de la pareja, al momento de formalizarse el matrimonio ante la Iglesia.
Los comportamientos reprochables podan ser invisibles a una sociedad que
manifestaba mrgenes bastante amplios de tolerancia hacia la transgresin de las normas
morales institudas cuando sta se realizaba con reserva, pero cuando la nota escandalosa
expona abiertamente y a los ojos de la autoridad el desorden, tena lugar la represin.
En el discurso eclesistico la virginidad apareca como la joya ms preciada del sexo
mujeril; en la prctica algunas mujeres tanto pertenecientes a sectores acomodados como
muy pobres- perdieron esta alhaja con relativa facilidad. El mandato estableca que por su
554
natural pudor una mujer honrada jams poda ser capaz de incitar a un hombre al acceso
carnal; y si la defensa judicial frecuentemente impregnaba a la personalidad femenina de un
halo de fragilidad, vergenza y candor a fin de obtener la complacencia del juez eclesistico;
en misgino empeo la fiscala arremeta mostrndolas maliciosas y corruptas. Gran
desconfianza evidenciaron experimentar algunos varones que se vieron implicados en pleitos
contra sus parejas en relacin a la procedencia de los embarazos de sus mujeres. A sabiendas
de que el honor femenino deba cubrirse para evitar su prdida, se manifestaron temerosos
de que se les endilagasen hijos de extraos. Minuciosas cuentas acerca de los tiempos de
gestacin eran llevadas por los maridos despus de ausencias prolongadas del hogar, y si los
meses de embarazo no coincidan en sus recuerdos con la ltima oportunidad en que la pareja
haba compartido el lecho podan estallar en furia.
En los pleitos por esponsales la defensa de los novios demandados por
incumplimiento de promesa matrimonial enrostraban con relativa frecuencia a los padres de
familia no haber sido suficientemente cuidadosos de la virtud de sus hijas mujeres, no
haberlas educado con suficiente firmeza en los principios de la moral cristiana. Es que si bien
el ideal femenino se identificaba con el encierro hogareo, mujeres de todos los estratos
sociales demostraron poder encontrar oportunidades de salir de su casa, de enviar furtivos
recados a sus enamorados y an de encontrarse con ellos. Frecuentemente no les fue
necesario salir del hogar para alternar con hombres -siempre segn los casos estudiados- ya
que visitas frecuentaban a las familias y an eran hospedadas por ellas. En ese sentido la
proximidad del confesor tambin poda ser considerada sospechosa para un marido celoso de
la estrecha intimidad espiritual que llegaba a establecerse entre la esposa y el sacerdote que
le administraba los sacramentos y era consejero de sus actos. La prohibicin a la esposa de
cumplimentar los deberes devocionales observada en ciertos casos podra asociarse ms a los
reparos opuestos por hombres quisquillosos ante las salidas femeninas, que a una manifiesta
irreligiosidad varonil.
Si bien est claro que la Iglesia condenaba la desviacin de las normas teolgicas y
trat de imponer el cumplimiento de sus preceptos en la sociedad, como institucin del
perdn en la prctica habra desplegado una accin paternalista ms que represiva aplicando
penas cannicas de carcter ms bien simblico y ejemplificador, que adems con relativa
frecuencia eran disculpadas, debiendo comprender y disimular los desvos de los fieles,
existiese o no en stos real propsito de enmienda.
555
Si bien los valores y virtudes sociales impuestos por las leyes, la moral, la religin,
podan ser compartidos por el conjunto de la sociedad, la exigencia de atenerse al
cumplimiento de esos principios tendra connotaciones de gnero y clase social. Ello hara que
los sectores de blancos preeminentes, como modelo que deban constituir para el resto de la
sociedad se vieran sometidos a mayores exigencias de atenerse al comportamiento esperable
si no en las conductas privadas, al menos en aqullos aspectos que trascendan al medio social-
especialmente las mujeres, fueran casadas o solteras. As, comportamientos indecorosos en
individuos de baja extraccin social, habran gozado de mayor tolerancia y comprensin
atribuyndose sus desvos a una inadecuada cristianizacin, a la infamia de un origen servil, a
los vicios asociados a la pobreza. Los sectores preeminentes, si bien ms presionados por
atenerse a los mandatos sociales ideales posean sin embargo redes de relacionamiento y
mecanismos de negociacin que les permitan sortear situaciones adversas y arribar a
soluciones convenientes en sus conflictos por va judicial o extra-judicial. Por el contrario la
nota de ignominia asociada al nacimiento caracterizaba la situacin de los grupos subalternos
que se vean obligados a juramentar acerca de su proceder honesto para contrarrestar el cono
de sospecha que la obscuridad de la piel asociaba al origen de servidumbre y que la pobreza
tenda sobre ellos.
El matrimonio no se traduca para el amo en necesaria rentabilidad de la fuerza
productiva de sus esclavos. Y si bien en teora stos no necesitaban el consentimiento de su
patrn para contraer matrimonio, aunque la mayora deba desconocer posiblemente este
derecho, lo cierto es que en la prctica las fuentes recogen testimonios acerca de las coersiones
y coacciones que deban soportar algunos de ellos en esta materia situacin que poda darse
en esclavos pero tambin en indios y libres en general en situacin de subordinacin-. En
efecto, segn los intereses de amos y/o superiores, los grupos subalternos podan ser
presionados para unirse contra su voluntad o para impedrseles efectuar un casamiento (los
elevadsimos ndices de clibes definitivos, especialmente en mujeres de castas 69.8% a fines
del siglo XVIII, constituira un indicio en ese sentido). Cuando un amo se opona a una unin
legtima, el esclavo poda solicitar ser vendido a fin de poder casarse, pero si se le asignaba
un precio demasiado elevado, ello se traduca en la prctica en la dificultad de alcanzar la
venta ya que no sera posible hallar comprador. En ese caso poda el esclavo concurrir a la
justicia y solicitar ser tasado a precio justo aunque esto no siempre se consegua y la intencin
poda hallar su desenlace en extraamiento de su lugar de residencia. Una vez celebrada la
unin tampoco estaba garantizado el respeto a la cohabitacin que deban guardar los cnyuges
pudiendo ejercerse violencia para impedirla cuando ella implicaba el alejamiento fsico de la
556
propiedad del amo. El recurso de la venta lejos del lugar de habitacin del esposo/a, la
dispersin de las familias, constituan acciones tendentes tanto a entorpecer los casamientos de
los subordinados como a la bsqueda de la obtencin del mximo beneficio. Por otra parte,
slo la pretensin del matrimonio de un/a esclavo/a con individuo libre poda ser inspiradora
de desconfianza e interpretada como atentado al orden social.
La unin de un individuo no libre con blanco resultaba an ms repugnante a la
sensibilidad de la sociedad esclavista. De ello da prueba la condena social que deban padecer
quienes se exponan a semejante expresin de desorden, las crticas ms duras en estos casos
iban dirigidas hacia las mujeres, libres o esclavas que se haban atrevido a infringir el
comportamiento socialmente esperado. Los casamientos entre esclavos de amos diferentes
tambin pudieron constituir la expresin de luchas de poder material y simblico entre
patrones. Atraer por medio del matrimonio a la esclava del rival poda ser interpretado por su
dueo como intento cierto de apoderarse de un bien de su pertenencia y por ello resistido. Ms
seguro en ese sentido era para los amos promover la reproduccin de la fuerza de trabajo a
travs de uniones legtimas o no- dentro de los mismos lmites de la personal propiedad.
Cuando sus intereses estaban en juego, los mismos hombres de la Iglesia manifestaron
dificultad para popender a garantizar la libertad que deba rodear en teora al acto matrimonial
de los fieles segn estableca la normativa religiosa.
As en la prctica resultaran serias dificultades para que algunos sujetos sometidos a
esclavitud gozaran de la posibilidad de casarse segn sus inclinaciones y an consiguindolo
nada garantizaba que una vez unidos en matrimonio la pareja consiguiese permanecer reunda
si un superior se propona separarlos.
La problemtica matrimonial de la poblacin libre e india en estado de dependencia
servil no se diferenciara en la prctica demasiado de la sujeta a esclavitud, ya que como
aqulla, se encontrara tambin proclive a padecer presiones derivadas de la satisfaccin de los
intereses provenientes de la potestad que los sujetaba. En ese sentido, el casamiento
compulsivo de mano de obra libre con esclava, cuando era promovido por el patrn, habra
constitudo en los hechos un modo de limitar la movilidad y asegurar la sujecin de la mano de
obra que ostentaba en teora la calidad de libre. Lo dicho no implica que estas y otras
manipulaciones que sufran los grupos ms bajos de la sociedad sometidos al control de
individuos desaprensivos no hayan coexistido con situaciones de sujetos que fueron objeto del
trato correspondiente a los principios del cristianismo, de amos que supieron reconocer en sus
esclavos los servicios prestados premiando con la manumisin, una vida de entrega.
557
En el hogar, la potestad del patriarca abarcaba la subordinacin no slo de la esposa e
hijos sino que alcanzaba ampliamente al personal de servicio. Segn el principio de
reciprocidad propuesto por la moral crisitana, el jefe del hogar era responsable del tratamiento
que deba recibir la servidumbre, as como del adoctrinamiento espiritual y del ejemplo de
correccin que en teora deba prodigrseles. Las posibilidades de que individuos de los
estratos inferiores fueran objeto de abusos de distinta ndole, hallaba su origen, entendemos, en
el mismo sistema perverso que legitimaba la relacin de subordinacin extrema en que se
encontraban.
Como puede apreciarse al reflexionar sobre el panorama general que caracterizaba la
problemtica de los sectores oprimidos frente a la cuestin matrimonial, en el sector opuesto
de la sociedad, aqul constitudo por los individuos de los grupos socialmente preeminentes -
aunque por motivos muy diferentes y salvando las distancias que separaban la realidad de
ambos grupos- las posibilidades de contraer enlace segn las propias inclinaciones se hallaban
condicionadas en los distintos casos a factores que trascendan a la eleccin individual.
Mientras en los primeros las limitaciones se fundaran en intereses absolutamente extraos al
beneficio personal del afectado, en el segundo se originaran en la salvaguarda del destino
social acomodado del que el sujeto formaba parte. En los juicios de disenso se ha podido
apreciar adems, cmo en sectores intermedios, aqullos constitudos por blancos de modesta
situacin cuya limpieza de sangre era el principal capital que posean y deseaban preservar, las
familias se mostraron tambin atentas a las elecciones matrimoniales de sus miembros
esforzndose por impedir casamientos que pudieran implicar una degradacin de su posicin
social. Del mismo modo pudo observarse como individuos pertenecientes a familias de sangre
mezclada -posiblemente favorecidos por una coyuntura econmica favorable- pugnaban por
alcanzar un matrimonio con blancos que les permitiera escalar posiciones socialmente negadas
a personas de su condicin, en una sociedad construda en base a criterios estamentales.
Interrogarse entonces acerca de los factores que determinaban la seleccin de la
pareja y de las posibilidades de accin individual de los contrayentes, entraa la
consideracin de aspectos en los cuales si bien no se descarta la atraccin fsica y el afecto
entre las motivaciones de los novios -preferencias no necesariamente desatendidas por los
padres- no pueden obviarse los condicionamientos que afectaban las decisiones dentro del
grupo social de pertenencia, ni los intereses del linaje que participaban en el proceso de
seleccin. Respecto del peso de las intervenciones de los padres en el casamiento de los hijos
en la sociedad estudiada -en contradiccin a lo que podra suponerse en cuanto a que con el
paso del tiempo existira siempre una tendencia de liberalizacin creciente de los
558
comportamientos- el mismo se habra visto acrecentado a partir de la aplicacin de la
legislacin matrimonial borbnica, observndose pues un fortalecimiento de la autoridad
paterna con el resultado de una intensificacin del prejuicio socio-racial en la sociedad, que
habra hecho disminuir en Crdoba tanto el volumen de los matrimonios -de por s ya
histricamente bajos- como las uniones no santificadas entre los blancos y el resto de la
poblacin, como lo demuestran los trabajos existentes que ya mencionamos a lo largo del
trabajo.
Esta legislacin matrimonial proscriptiva continuara influenciando los patrones de
comportamiento nupcial de la poblacin durante todo el perodo de anlisis ya que su vigor
no se vera afectado por el proceso independentista, segn se ha observado. Un medio para
sortear esta barrera legal con el tiempo, se habra concretado recurriendo a la estratagema de
inscribir como blancos en los registros vitales a un mayor nmero de individuos -blancos o
no- en la medida que un cambio gradual de las mentalidades lo iba permitiendo. Otro
cambio operado a partir de la sancin de la legislacin matrimonial borbnica y en el marco
del proceso de secularizacin del Estado se habra evidenciado en la sancin de medidas
tendientes a la desarticulacin del recurso judicial ante los tribunales eclesisticos en casos
de perjurio por incumplimiento de la palabra de matrimonio que el Derecho otorgaba a los
damnificados, en su gran mayora mujeres, madres solteras y/o concubinas que tras la
promesa haban consentido en mantener relaciones carnales con la pareja vindose ms tarde
abandonadas por ellos. Nuevas exigencias para la recepcin de las demandas por
incumplimiento de esponsales habranse fundamentado en la intencin de socavar una
institucin que habra sido vista desde el poder secular como favorecedora de lazos
matrimoniales inconvenientes entre hijos de familia y mujeres de condicin social inferior,
atndolos a una palabra de casamiento otorgada presuntamente en forma irreflexiva con el
consiguiente perjuicio moral y material de la familia de pertenencia, al ser impelidos a
dotarlas o casarse con ellas. Si bien este recurso habra constitudo un elemento que en forma
slo muy parcial habra contribudo a defender el honor virtud violado de la mujer, la
decadencia de este mecanismo formal a partir de 1830 prcticamente desaparecieron las
demandas por esponsales- habra contribudo a fomentar la indefensin que nios y madres
solteras padecan, especialmente en los casos de mujeres pertenecientes a los estratos
populares que no contaban con otro medio de subsistencia que su trabajo personal, ni con
individuos influyentes que las respaldasen.
La intencin de desarticulacin de este recurso, no habra estado necesariamente
asociada sin embargo a una desvalorizacin de la virginidad de la mujer soltera en la
559
sociedad, ya que al menos desde el discurso eclesistico dicha virtud continu siendo
exaltada durante todo el espectro temporal analizado, tanto por la defensa femenina que
continu presentando dicho bien como la joya mas preciada que poda poseer la mujer
soltera, como del masculino que sostena que era imposible imaginar que un hombre de bien
accediera a desposar en primeras nupcias a una mujer que hubiese perdido su doncellez.
Si la virginidad en la mujer soltera era altamente apreciada por la autoridad espiritual,
pudo apreciarse como la sociedad en general comparta, al menos desde el ideal, esa
valoracin. A travs de las arras, el marido premiaba en su consorte tanto su linaje y
limpieza de sangre como su pureza virginal, segn lo atestiguan las frmulas empleadas. En
ese sentido, la integridad sexual femenina habra constitudo un significativo valor de cambio
para la familia de la novia al momento de sellar una alianza matrimonial.
Los montos de las dotes otorgadas por los padres a hijas doncellas en las familias
acomodadas habran llegado a alcanzar montos superiores a aqullas a las que fueron
condenados a pagar los novios que les haban arrebatado tan precioso bien. El valor asignado
a la dote de una doncella estaba en relacin a la fortuna de la familia de pertenencia y el de
la dote compensatoria de la castidad perdida habra sido fijada en funcin de la posicin
social de la joven pero tambin de los caudales del novio demandado. Cantidades menores
asignadas a las solteras corruptas de familias distinguidas podra constituir indicio del
menor aprecio social del que eran acreedoras despus de ser iniciadas sexualmente,
independientemente de su rango social. Si un acuerdo matrimonial constitua para las
familias de los novios una inversin de la cual podra obtenerse provecho, la dote
indemnizatoria era en cambio un desembolso que el sentenciado a pagar no recuperaba y que
afectaba su posibilidad de concrecin de otro matrimonio conveniente. Que ciertos pleitos de
hijas de familias preeminentes hayan finalizado en un acuerdo econmico en lugar de
concluir en matrimonio constituye una manifestacin de que algunos hombres no estuvieron
dispuestos a aceptar la deshonra derivada de un casamiento con mujer desflorada, aunque
stas proveniesen de familias de buena posicin social.
Sin embargo tambin pudo advertirse como, la prdida de este bien simblico pudo
ser reemplazado en ocasiones por un linaje impecable, en consonancia con la importancia
que la sociedad cordobesa asignaba al nacimiento; as habra sido posible que algunas
jvenes madres solteras de familias principales pudieran conseguir cubrir un juvenil tropiezo
siendo aceptadas ms tarde como consortes por otros hombres, otras deberan en cambio
resignarse a la vida conventual o de recluda soltera en el seno familiar.
560
Si algunas familias lucharon denodadamente por el matrimonio como va
compensatoria de la doncellez perdida de su hija, en otros casos se inclinaron por la obtencin
de una dote, posiblemente en la certeza de que la unin con el sujeto demandado no sera
satisfactoria y que una ayuda pecuniaria les servira para compensar la ausencia de virginidad
para conseguir marido.
Una vez casada, la mujer quedaba sujeta a la autoridad marital. Un yugo suave y
saludable que deba ser aplicado por el marido a la esposa no fue cuestionado en el amplio
perodo investigado en el discurso de hombres y mujeres tamizado por representantes del
poder judicial eclesistico y civil. Del mismo modo en que tampoco fue discutido en la teora
la frrea potestad que el Derecho otorgaba al patriarca, aunque s en ambos casos en los
hechos. La sujecin que deba caracterizar a la situacin de la mujer en el matrimonio fue as
siempre aceptada como principio terico que no siempre hall necesario sustento en la
prctica de la vida conyugal. Lo mismo puede decirse tambin respecto de las cualidades
asociadas al modelo de esposa virtuosa, entre ellas la fidelidad, el recato, la obediencia, la
sumisin, el decoro, la prudencia, la devocin cristiana; y aqullas que segn vimos eran
asignadas al pater representadas en un exigente aunque moderado ejercicio de su amplia
autoridad y en el cumplimiento de sus deberes relacionados con el sostn material del hogar y
cuidado de los hijos.
Imgenes de paz, tranquilidad, sosiego e incluso de amor- ternura, fueron identificadas
desde los discursos, con la vida conyugal. Fue posible la visualizacin de estos paradigmas a
travs de las expresiones vertidas por los actores desde los estrados judiciales adonde haban
concurrido como resultado de sus desavenencias matrimoniales, al contrastar lo que
esperaban del comportamiento de la pareja -segn las conductas que entendan deban
observarse en la relacin matrimonial- y la realidad vital conyugal que experimentaban.
Las mujeres concurrieron a solicitar la separacin perpetua denunciando los
despiadados castigos que reciban de los maridos ya que entendan que estos excedan el ideal
pedaggico-corrector esperable, y expresaban haber sido por ellos golpeadas, acuchilladas,
colgadas de los rboles, arrastradas por el piso, encerradas, amenazadas con pistola,
violentadas adems psquicamente a travs de trato denigratorio, objeto de burlas,
persecuciones, vctimas del adulterio del cnyuge, de abortos por efecto del maltrato y la
sevicia recibida de los esposos, de abandono material y espiritual, privadas del contacto de sus
parientes, impedidas en sus ejercicios devocionales por prohibiciones maritales que
consideraban injustas.
561
Frente a estas acusaciones los maridos en general negaban los cargos que se les haca,
justificaban la aplicacin de los castigos en el genio temerario, indmito, atrevido, altanero y
hasta feroz de sus esposas y exigan la restitucin de sus mujeres del depsito judicial al hogar
conyugal, y contra- atacaban las imputaciones recibidas acusndolas a la vez de infieles,
licenciosas y desobedientes.
El anlisis de los resultados de los pleitos de divorcio quoad thorum y de las
solicitudes de nulidad matrimonial revelaron que la Audiencia Episcopal fue muy renuente en
la jurisdiccin estudiada a fallar a favor de la disolucin del vnculo matrimonial y ms an a
autorizar separaciones temporales o perpetuas. En ese sentido, demostr un alto acatamiento a
la defensa de la indisolubilidad del lazo matrimonial que la Iglesia Catlica estableca.
Ejemplos de reiteraciones de episodios de violencia en parejas separadas temporalmente y en
aqullas a las que se les haba negado el permiso para desunirse o haban sido impulsadas a
reconciliarse, ponen de manifiesto la gravedad de las situaciones planteadas para las que la
solicitud de auxilio a la autoridad no habra significado substancial alivio.
El ejercicio del brazo espiritual de la justicia manifest slo eficacia relativa en su
funcionamiento, dado el alto ndice que alcanzaron las causas inconclusas en los distintos
tipos de pleitos estudiados.
El anlisis permiti apreciar una desigual valoracin del hombre y la mujer en la
sociedad, una disimetra en las exigencias por atenerse a los comportamientos esperables
favorable al varn, -confirmando lo que ya sealara para distintas partes de Latinoamrica la
bibliografa especfica consultada- la formulacin de juicios ajustados a principios basados en
una inequidad de gneros que hara que conductas reprochables en mujeres, fuesen
disculpadas en cambio en los hombres.
Reiteradas acusaciones de adulterio de las mujeres contra los maridos y aunque
proporcionalmente menores- de stos contra aqullas es demostrativa de casos de
insatisfactoria relacin conyugal en los cuales lejos se estaba de la armnica y pacfica
imagen de matrimonio propuesta desde el ideal.
Opuesto al sentido cristiano del matrimonio, el adulterio equivala a severo atentado al
orden conyugal, familiar, patrimonial y por ende social en su conjunto. Pero si en la teora era
severamente condenado por las normas establecidas, en los hechos el adulterio masculino
especialmente, -cuando era practicado con discrecin- habra gozado de mrgenes amplios
de tolerancia social. A lo largo del trabajo hemos intentado aproximarnos a la comprensin
del fenmeno de deslealtad conyugal que supona el adulterio al que hemos encuadrado
562
dentro de la tipificacin de violencia conyugal, considerndolo como fuerza o violencia
psicolgica ejercido contra la pareja legtima- teniendo en cuenta el carcter multvoco de
los factores de incidencia, asociando esta conducta -entre los mltiples elementos de
influencia- entre otros, a las prolongadas ausencias de los maridos del hogar, a la rigidez de la
legislacin matrimonial; a la prohibicin de divorciarse, a la prescripcin social de
matrimonio homogmico; al mandato monogmico que caracterizaba la relacin conyugal; a
la relativa falta de libertad en la seleccin de la pareja en los contrayentes; a la disponibilidad
sexual de mujeres en situacin de subordinacin servil al hombre en los hogares; a la
violencia conyugal; a la proscripcin de matrimonios de blancos con castas a fines del perodo
de dominacin hispnico; a la pluralidad cultural que caracterizaba a la sociedad, entre los
elementos coadyuvantes. Por otra parte fue posible advertir adems, tras ciertas acusaciones
de adulterio accionadas por algunos maridos, una intencionalidad tcita de obtencin de
lucro a partir de la bsqueda de la prdida de los derechos sobre la dote e incluso sobre los
bienes gananciales que afectaba a la esposa -segn estableca el Derecho secular- en caso de
probada deslealtad fsica al marido.
Aunque el Derecho castellano equiparaba a las mujeres a la condicin jurdica de
menores, privndolas de protagonsimo en la vida pblica, y los principios ideolgicos de la
sociedad patriarcal otorgaban al varn una superior consideracin en la sociedad y parecan
constreir los destinos femeninos a los papeles de hijas sumisas y esposas obedientes, las
circunstancias vitales hacan posible que tanto las de alta como las de baja extraccin social
lograsen trasponer en la prctica las barreras que las limitaban. As, las mujeres ricas y de
buen linaje seran apreciadas y lograran ser reverenciadas por sus maridos, las viudas
acomodadas gozaran de considerable valoracin social; las de los estratos populares
lucharan solas o a la par de sus parejas para asegurar el sustento de la familia. La corta
esperanza de vida, agudizada en el caso masculino, y una relativamente corta duracin del
matrimonio, sumada a las largas ausencias del hombre del hogar permitiran a la mujer una
actuacin de singular relieve en la vida privada, relativizando la pasividad del rol femenino
en la sociedad. La energa con la que mujeres de los distintos grupos sociales que asistieron
ante la justicia en procura de la defensa de su honor mancillado ante las acusaciones
difamatorias de novios y maridos, fue demostrativa de la llama que poda encender el
nimo femenino ante la vulneracin de derechos que consideraban legtimos. Igualmente en
los episodios de maltrato domstico donde mujeres de diferente origen tambin probaron ser
capaces de luchar por su vida y la de sus hijos. Sin embargo los resultados alcanzados
563
tambin se constataron limitados. La naturaleza femenina en s misma era interpretada en la
sociedad patriarcal como sospechosa, se trataba de un medio en el cual la autoridad y
capacidad de decisin resida en la fuerza masculina, por lo que se haca necesario que la
mujer dispusiera de suficiente respaldo familiar y an del conveniente apoyo de vecinos y
conocidos que certificasen acerca de su honorabilidad, especialmente en el plano sexual. Una
valoracin de conjunto de los distintos tipos de pleitos analizados que tenan a las mujeres
como accionantes preferidas, es reveladora de modestos logros alcanzados en la prctica en
sus reclamos, atribubles tanto a la eficacia slo relativa con que operaba la maquinaria
judicial debido a factores tanto endgenos como exgenos que entorpecan la resolucin de
las causas, como a una visin predominantemente masculina de las cuestiones tratadas en los
pleitos, teniendo en cuenta que los representantes de la justicia eran varones. Tambin
suponemos que las tensiones derivadas de la exposicin pblica de la mujer en los estrados
judiciales, y las presiones directas ejercidas sobre sus personas por la contraparte y el
entorno, habran alentado sus desestimientos de las causas. La situacin de las esposas se
vea adems fuertemente influenciada por el medio social de pertenencia, ya que si las
socialmente acomodadas contaban con recursos e influencias que incidiran sobre el nimo
de los jueces para hacer inclinar la balanza de la justicia a su favor, las de humilde extraccin
se veran libradas a su suerte.
En ese sentido, el matrimonio habra constitudo un medio de resguardo a la situacin
femenina, tanto desde el punto de vista material como simblico. Las solteras al morir los
padres quedaban en virtual estado de indefensin, an habiendo heredado medios de
subsistencia, pues tanto el Derecho como la falta de capacitacin en cuestiones de
administracin patrimonial contribuira a privarlas de idoneidad para disponer de sus bienes
por s mismas.
La parte del fondo conyugal que le corresponda otorgaba a la viuda y an a la mujer
separada significativa proteccin. En el caso de la primera, la plena capacidad que le
asignaban las leyes en tal estado, permitira que acaudaladas viudas dotadas de habilidad y
don de mando se constituyesen en poderosas matriarcas.
Podra afirmarse que a partir de la poltica matrimonial borbnica de fines del siglo
XVIII se habra operado un apuntalamiento substancial de la vida familiar en Crdoba desde
el Estado? El proceso independentista habra contribudo a crear condiciones favorables que
brindaran mayor solidez a la institucin familiar? La respuesta al primer interrogante podra
ser positiva en el caso de las familias de elite respecto de la disminucin de los casamientos
564
inter-raciales, de las mayores exigencias impuestas a la validez de las promesas
matrimoniales. Un efecto no deseado derivado de la legislacin matrimonial borbnica
podra asociarse en cambio a un posible incremento de las tensiones intraparentales
motivado en enfrentamientos con la rama familiar con cuyo origen socio-racial no se deseaba
ser identificado.
Una incipiente formalizacin de poltica social hacia la infancia abandonada a travs
de la existencia de un establecimiento destinado a albergar hurfanos; una tasa de
nupcialidad en torno al 10 por 1000 revelando una tendencia creciente de los matrimonios en
el perodo 1780 1840
1510
constituiran sntomas de un incremento paulatino de uniones
legtimas en la sociedad cordobesa
1511
. A ello habra posiblemente contribudo la
flexibilizacin -aunque lenta- de las percepciones raciales, lo cual habra permitido ampliar
los mrgenes de seleccin de pareja en la gente; as como la supresin de los controvertidos
aranceles eclesisticos sobre los matrimonios operada a partir de 1821, que entendemos
alentara los casamientos, haciendo disminuir por ende aunque no desaparecer- las uniones
ilegtimas y los nacimientos extramatrimoniales, en concordancia con los resultados
emergentes de los estudios demogrficos disponibles para la regin.
Sin embargo no sera dable advertir a lo largo del perodo logros concretos en el
remedio de problemas que afectaban a las familias, tales los fenmenos de la violencia
domstica, el estado de servidumbre en el que caan nios entregados a criar.
Un aumento general de causas de separacin de cuerpos, nulidades y esponsales
evidenciado a partir de la sancin de la Pragmtica sobre matrimonios de la poca borbnica
podra asociarse ms a una formalizacin de los procedimientos judiciales por efecto de la
poltica de centralizacin del poder secular de lo que derivaran imperiosos esfuerzos de la
Iglesia por defender su competencia en cuestiones de su tradicional potestad- que a un
aumento de la confianza general en el recurso judicial como va de solucin de sus
problemas familiares ntimos.
Como en otras sociedades europeas y americanas, fueron las mujeres en Crdoba las
principales accionantes de los pleitos para obtener el divorcio. Las causas que las llevaron a
1510
CELTON, D. (1997: tabla 1: Matrimonios de espaoles y naturales 1780 - 1839) Seleccin matrimonial y
mestizaje en Crdoba en III jornadas de Historia de Crdoba, Junta Provincial de Historia de Crdoba.,
Crdoba.
1511
En contraste, la tasa bruta de nupcialidad correspondiente al ao 1998 corresponde al 4.1 por mil, cfr.
MASCIADRI, V. (2000: Anexo) Tendencias recientes en la constitucin y disolucin de las uniones en
Crdoba y Argentina: elementos para un estudio sobre la transmisin intergeneracional de la inestabilidad de las
uniones Departamento de Geografa Universitat Autonoma de Barcelona, Bellaterra.
565
su pretensin de separarse tambin presentaron rasgos bastante universales no
diferencindose demasiado de las denunciadas en otros espacios, consistiendo
fundamentalmente la sevicia, los malos tratamientos, el adulterio y las cuestiones financieras
los motivos fundamentales de su decisin de poner fin a la vida conyugal. A diferencia con el
Chile tradicional donde el divorcio era tambin difcil de obtener aunque ms factible, en
Crdoba alcanzara visos de excepcionalidad, siendo ms dificultoso an divorciarse en Per,
a pesar del significativo nmero de solicitudes que se presentaban, lo cual podra asociarse a
la ubicacin geogrfica, en un rea central de control estatal del espacio hispanoamericano
colonial.
Como en las causas esponsalicias y pleitos de disenso, las solicitudes de separacin
partieron especialmente del mbito urbano de la regin cordobesa ya que el nmero de
juicios que tuvieron como protagonistas a habitantes de la ciudad fue superior en trminos
relativos a los provenientes del rea rural de Crdoba, donde sin embargo se localizaba el
mayor nmero de poblacin. Una mayor accesibilidad a los dispositivos judiciales como
resultado de la proximidad, permitira a los actores que habitaban en la ciudad solicitar ms
intervencin de la justicia en sus asuntos familiares que aqullos que residan en zonas
alejadas. El mismo fenmeno pudo observarse respecto de la participacin de las otras
regiones que conformaban el Obispado en las distintas configuraciones espaciales que tuvo a
lo largo del perodo estudiado, demostrando escasa representatividad del conjunto de tan
amplia jurisdiccin. Slo en las causas de nulidad fue ms amplia la presencia de accionantes
procedentes de otras provincias, aunque an muy modesta en comparacin con Crdoba. La
distancia de la sede de la Audiencia Episcopal habra constitudo un factor decisivo para
desalentar las presentaciones judiciales de habitantes residentes en reas lejanas, cuyas
familias quedaran ms libradas a su suerte, debiendo resolver sus problemas por otros
medios.
Significativo contraste ofrecieron algunos montos de dotes y arras introducidos al
matrimonio en parejas acomodadas de Crdoba respecto de los observadas en familias de
fortuna en Mxico y Per coloniales, lo cual es demostrativo del podero material alcanzado
por los grandes linajes en aqullas regiones respecto del rea cordobesa.
Pudo constatarse que entre parientes fue factible el intercambio de servicios y ayudas
diversas, tambin se evidenciaron rivalidades, tensiones, competencias y disputas por
cuestiones varias, especialmente por temas de inters asociados a herencias y cuestiones
patrimoniales en general. Pleitos enfrentaron a esposos, padres e hijos, hermanos entre s, tos
y sobrinos; hijos legtimos y extramatrimoniales, entenados y padrastros. Fue posible advertir
566
manifestaciones de violencia derivadas de relaciones de poder procedentes del vnculo
conyugal, filial, fraterno, servil, alcanzando las mismas distintos niveles de intensidad y
matices.
Del anlisis efectuado surgen comportamientos familiares no uniformes lo cual se
supone reflejo de una sociedad compleja en la composicin, cuyo rasgo sobresaliente era la
diversidad.
Los cordobeses, en el contexto latinoamericano general de la poca, no aparecen
respetando un modelo de comportamiento familiar nico y rgido, proponiendo variedades y
complejas formas de vivir en familia. Si bien el modelo patriarcal ortodoxo basado en el
matrimonio religioso evidenci singular presencia en el imaginario colectivo de la poblacin
en los distintos grupos sociales, en la prctica, una multiplicidad de razones que hemos
intentado ir desmenuzando a lo largo del trabajo influan para que no todas las familias se
atuvieran al modelo ideal.
Si bien existiran familias que se atendran en sus comportamientos al ideal esperado,
ste no constituira el patrn universal de conducta. As vimos que, a los hogares presididos
por varones se superponan aqullos regenteados por mujeres; que no todas las parejas
pasaban por el altar pudiendo vivir largos perodos sin casarse formalizando luego o no su
situacin; que la fidelidad no fue observada siempre en todas las parejas; que sujetos casados
llegaron a compartir su existencia entre dos hogares, el formal y el paralelo; que ciertos
individuos incurran en la bigamia; que haba parejas que engendraban hijos antes de casarse
legitimndolos al contraer posteriores nupcias o los criaban definitivamente fuera del
matrimonio pudiendo los padres reconocerlos en algn momento o jams; que matrimonios
quisieron divorciarse; que mujeres pertenecientes a los estratos menos acomodados trabajaban
activamente para sostener a los suyos; que viudas acaudaladas pudieron continuar frente a la
empresa familiar a la muerte del cnyuge ejerciendo fuerte autoridad sobre los hijos menores
disponiendo del patrimonio familiar y asignaciones hereditarias; que otras pobres moriran
solas careciendo de lo indispensable luego de haber sido despojadas de sus cortos bienes por
familiares desaprensivos, que padres entregaban a sus hijas solteras como mancebas de
hombres de acomodada situacin econmica como estrategia de supervivencia, que algunos
maridos instigaban a sus mujeres al adulterio alentados en la obtencin de un provecho; que
amos engendraban hijos en sus esclavas; que esposas se negaban a cumplir con el dbito
conyugal; que mujeres se vean obligadas a cohabitar por aos y an a servir y atender a las
567
mancebas que sus cnyuges les imponan; que maridos maltrataban cruelmente a sus esposas
y provocaban con sus golpes la muerte del hijo en el vientre de la madre.
Particularidades asociadas al status socio-racial de las personas, al gnero, a las
posibilidades materiales, a la condicin jurdica, al lugar de residencia, al nivel de
evangelizacin -especialmente en lugares apartados de la campaa- influenciaban en los
modos de asociacin de los individuos incidiendo en sus comportamientos y en las formas y
estructuras familiares sin poder conseguirse en la realidad de las conductas una unanimidad de
acatamiento a los dictados de las leyes, la moral y la religin.
Una notable vitalidad y movimiento constituy la tnica caracterstica de la sociedad
analizada, coincidente con la ofrecida por el espacio latinoamericano en su conjunto, en
contradiccin con la imagen de siesta colonial que a veces se les atribuy. Manifestaciones de
religiosidad ortodoxa superpuestas a festividades de tinte ms popular; prcticas rituales y
expresiones de culto, ejercicios devocionales coexistentes con fandangos, diversiones,
mascaradas, bailes y juegos prohibidos tanto en la ciudad como en el campo caracterizaron
variadas y complejas formas de sociabilidad de una realidad impregnada de pluriculturalidad.
568
FUENTES DOCUMENTALES INDITAS
La documentacin utilizada ha sido detallada a lo largo del trabajo, sin embargo se
ha credo conveniente explicitarla separadamente a los fines de su mejor consideracin
1512
.
Repositorios del Archivo del Arzobispado de Crdoba (AAC)
Causas Matrimoniales
Contienen Juicios de divorcio: Nulidades matrimoniales o divorcio quoad vinculum y
Separaciones de cuerpo o divorcio quoad thorum et mutuam cohabitationem.
La documentacin consultada en esta fuente abarc un perodo de 162 aos, desde la primera
causa existente, que corresponde a un caso de divorcio quoad thorum iniciado en 1688 hasta
el ltimo consultado, correspondiente a una nulidad matrimonial del ao 1849.
Los expedientes correspondientes a las causas matrimoniales
1513
consultados estn
contenidos en voluminosos legajos que suman ms de 3.300 fojas escritas la mayora de ellas
de ambos lados.
Cada tomo contiene un ndice fechado en el ao 1933, los mismos fueron cotejados con la
documentacin contenida en cada tomo. La consulta se vi facilitada adems para el perodo
1512
Para las citas documentales se han seguido las Normas de Transcripcin de Documentos Histricos
Panamericanos aprobada en Washington en 1961 procurando atenerse lo ms fielmente posible al manuscrito
original. Dichas normas fueron consultadas en TANODI, B. (2000) Documentos Histricos Normas de
transcripcin y publicacin en Cuadernos de Historia, Serie Economa y Sociedad N 3, Arch. Y Ftes., Centro
de Investigaciones Facultad de Filosofa y Humanidades, Universidad Nacional de Crdoba Crdoba, pp. 259
270. Las fuentes documentales han sido detalladas, precedida la cita de la indicacin del archivo donde han sido
consultadas, con explicitacin del nombre de la serie, el ao, tomo, legajo, nmero de expediente del documento
consultado.
1513
El tomo IV correspondiente presumiblemente a los aos 1791 1794 no se encuentra en el Archivo del
Arzobispado, el mismo no ha podido ser localizado.
569
1688 1810 por un minucioso y completo catlogo realizado por el padre Nelson
Dellaferrera.
S bien en muchos casos cada expediente corresponde a un pleito, otros contienen varias
causas, se trata de pleitos diferentes aunque entablados entre los mismos actores, por lo tanto
cada uno de ellos se consider como un juicio independiente.
La documentacin consultada se especifica a continuacin:
Tomo I, Legajo 194, Aos 1688 1745, exp.1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16,
17, 18.
Tomo II, Legajo 195, Aos 1746 1785, exp.1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15,
16, 17, 18, 19.
Tomo III, Legajo 196, Aos 1786 1790, exp. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11.
Tomo V, Legajo 198, Aos 1795 1799, exp. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15,
16, 17, 18.
Tomo VI, Legajo 199, Aos 1800 1802, exp. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10.
Legajo VII; 200, Aos 1803 1810, exp. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17.
Tomo VIII, Legajo 201, Aos 1811 1814, exp. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15,
16, 17, 18.
Tomo IX, Legajo 202, Aos 1815 1825, exp. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15,
16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34.
Tomo X, Legajo 203, Aos 1826 1849, exp. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15,
16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 40,
41, 42, 43, 44, 45, 46, 47, 48, 49, 50, 51, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58, 59, 60, 61, 62, 63, 64, 65,
66.
Juicios por Esponsales
Los expedientes que contienen los juicios por esponsales revisados contienen ms de
4.000 fojas, escritas en general en ambas carillas.
Para la consulta del material tambin se dispuso en esta fuente de un prolijo catlogo
elaborado por el padre Dellaferrera, el cual nos fue facilitado, antes de efectuada su
publicacin.
El fichaje de la documentacin abarc el total de los pleitos de esponsales existentes en el
Archivo del Arzobispado que van desde 1699 hasta 1880, si bien algunos pleitos excedieron
el perodo de anlisis de este trabajo, se consider importante su inclusin ya que a partir del
ao 1837 los pleitos disminuyen notablemente por lo cual se decidi completar la consulta
del tomo VIII para obtener un panorama temporal completo del fenmeno estudiado a los
fines del anlisis.
570
Como en las causas matrimoniales, tambin en los pleitos por esponsales en algunos casos
los expedientes contienen ms de un juicio. Conviene aclarar adems que algunos tomos
contienen expedientes sin numerar los cuales tambin fueron incorporados al anlisis. Si bien
en su gran mayora la documentacin contenida en esta fuente corresponde a juicios por
esponsales tambin se encuentran algunos juicios de disenso matrimonial y aunque muy
ocasionalmente, alguna cuestin de divorcio u otra.
Tomo I, Legajo 193, Aos 1699 1765, exp. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10.
Tomo II, Legajo 193, Aos 1770 1786, exp. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15,
16, 17.
Tomo III, Legajo 193, Aos 1787 1793, exp. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15,
16.
Tomo IV, Legajo 193, Aos 1794 1797, exp. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15.
Tomo V, Legajo 193, Aos 1797 1798, exp. nico.
Tomo VI, Legajo 193, Aos 1798 1807, exp. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15,
16, 17.
Tomo VII, Legajo 193, Aos 1807 1811, exp. 1, 2, 3, 4.
Tomo VIII, Legajo 193, Aos 1812 1880, exp. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15,
16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27.
Causas y demandas de curas y seglares ante los obispos
Leg 27 Aos 1707 1907 2 parte, solicitudes al obispo, Ao 1814.
Leg. 34. Tomo IV. Aos 1819 1884, solicitudes al obispo, Ao 1821.
Leg. 37, Tomo VII, Aos 1823 1833, juicios criminales Ao 1828.
Legajo 39, Tomo II. Aos 1829 1843, comunicaciones con el gobernador de la provincia,
Ao 1836.
Legajo 40 Tomo II, Aos 1839-1841, cartas y notas de los curas a los obispos, Ao 1841.
Legajo 39, Tomo III, Aos 1844 1875, comunicaciones con el gobernador de la provincia,
Ao 1846.
Registros Vitales
En el Archivo del Arzobispado tambin fueron consultados segn necesidad, la Serie de
Expedientes Matrimoniales (aos 1776 a 1822) y los Libros de Bautismos (libros 1 a 13),
571
Matrimonios (libros 1 a 6) y Defunciones (libros 1 a 13) de Espaoles correspondientes a la
Parroquia Asuncin de Nuestra Seora (Catedral).
Repositorios del Archivo Histrico de la Provincia de Crdoba (AHPC)
La mayora de los juicios de disenso matrimonial analizados en este trabajo se
encuentran en el Archivo Histrico de la Provincia de Crdoba. Ellos se ubican especialmente
en la seccin Escribanas, algunos en Gobierno o Copiadores de Gobierno, otros en la seccin
de Crimen. En la seccin Escribanas tambin fueron consultados una muestra de juicios
testamentarios, sucesorios, litigios por reconocimiento de derechos hereditarios; concursos de
acreedores en herencia; defensoras de menores; tutoras de menores; inventarios y particin
de bienes por muerte; cuestiones de filiacin; pleitos entre esposos por alimentos;
incumplimientos de acuerdos familiares; acreditaciones de linaje; entrega de menores; pleitos
por cobro de dote; pleitos por adulterio; habilitaciones por edad; cumplimiento de promesa
matrimonial.
La consulta de los juicios de disenso result facilitada gracias al catlogo de juicios de disenso
matrimonial utilizado correspondiente al perodo 1776 1853 del cual es autor. Hugo
Moyano. Para la consulta de las escribanas 1y 3 fue de gran utilidad tambin la utilizacin
de un ndice indito que nos fue proporcionado por el grupo de investigacin de Ana Ins
Punta, el ordenamiento cronolgico del mismo permiti agilizar notablemente la seleccin de
la muestra temtica realizada, agilizando el proceso de fichaje. Los expedientes relacionados
con disensos y problemticas familiares consultados se citan a continuacin:
Escribana 1
Ao 1765, Leg. 353, exp. 1; Ao 1765, Leg. 353, exp. 2; Ao 1765, Leg. 353, exp. 7; Ao
1765, Leg. 356, exp. 1; Ao 1766, Leg. 356, exp. 3; Ao 1766, Leg. 356, exp. 7; Ao 1767,
Leg. 357, exp. 1; Ao 1767, Leg. 357, exp. 2; Ao 1767, Leg. 357, exp. 4; Ao 1767, Leg.
357, exp. 6; Ao 1767, Leg. 357, exp. 7; Ao 1767, Leg. 358, exp. 5; Ao 1767, Leg. 358,
exp. 2; Ao 1768; Leg. 361, exp. 4; Ao 1768, Leg. 361, exp. 6; Ao 1768, Leg. 361, exp. 7;
Ao 1768, Leg. 361, exp. 10; Ao 1768, Leg. 361, exp. 14; Ao 1769, Leg. 364, exp. 10; Ao
1771, Leg. 371, exp. 1; Ao 1771, Leg. 372, exp. 6; Ao 1771, Leg. 374, exp. 1; Ao 1771,
Leg. 374, exp. 4; Ao 1772, Leg. 375, exp. 1; Ao 1772, Leg. 376, exp. 4; Ao 1772, Leg.
376, exp. 5; Ao 1773, Leg. 377, exp. 1; Ao 1773, Leg. 377, exp. 5; Ao 1773, Leg. 377,
572
exp. 6; Ao 1773, Leg. 377, exp. 8; Ao 1774, Leg. 378, exp. 4; Ao 1774, Leg. 378, exp. 9;
Ao 1774, exp. 378, exp. 12; Ao 1774, Leg. 379, exp. 1; Ao 1774, Leg. 380, exp. 8; Ao
1775, Leg. 382, exp. 9; Ao 1775, Leg. 382, exp. 13; Ao 1775; Leg. 384, exp. 2; Ao 1776,
Leg. 385, exp. 5; Ao 1776, Leg. 385, exp. 7; Ao 1776, Leg. 385, exp. 8; Ao 1776, Leg.
386, exp. 2; Ao 1776, Ao 386, exp. 7; Ao 1776, Leg. 386, exp. 9; Ao 1777, Leg. 387,
exp. 2; Ao 1777, Leg. 387, 3; Ao 1777, Leg. 388, exp. 1; Ao 1777, Leg. 382, exp. 2; Ao
1777, Leg. 389, exp. 2; Ao 1778, Leg. 390, exp. 3; Ao 1778, Leg. 390, exp. 6; Ao 1779,
Leg. 391, exp. 5; Ao 1779, Leg. 391, exp. 7; Ao 1779, Leg. 392, exp. 5; Ao 1779, Leg.
392, exp. 6; Ao 1779, Leg. 392, exp. 7; Ao 1779, Leg. 392, exp. 13; Ao 1780, Leg. 263,
exp. 5; Ao 1780, Leg. 264, exp. 2; Ao 1780, Leg. 264, exp. 8; Ao 1781, Leg. 396, exp. 4;
Ao 1781, Leg. 397, exp. 1; Ao 1781, Leg. 397, exp. 2; Ao 1781, Leg. 397, exp. 3; Ao
1782, Leg. 399, exp. 3; Ao 1782, Leg. 399, exp. 6; Ao 1782, Leg. 399, exp. 7; Ao 1782,
Leg. 399, exp. 14; Ao 1783, Leg. 401, exp. 1; Ao 1784, Leg. 402, exp. 4; Ao 1784 - 85,
Leg. 402, exp. 4; Ao 1785, Leg. 403, exp. 1; Ao 1785, Leg. 403, exp. 8; Ao 1785, Leg.
403, exp. 9; Ao 1786, Leg. 405, exp. 3; Ao 1787, Leg. 406, exp. 5; Ao 1790, Leg. 410,
exp. 2; Ao 1790, Leg. 410, exp. 6; Ao 1790, Leg. 411, exp. 1; Ao 1790, Leg. 411, exp. 2;
Ao 1790, Leg. 411, exp. 3; Ao 1791, Leg. 412, exp. 1; Ao 1791, Leg. 413, exp. 10; Ao
1791, Leg. 414, exp. 3; Ao 1792, Leg. 417, exp. 4; Ao 1793, Leg. 418, exp. 5; Ao 1793,
Leg. 418, exp. 6; Ao 1793, Leg. 418, exp. 9; Ao 1793, Leg. 418, exp. 11; Ao 1795, Leg.
424, exp. 4; Ao 1795, Leg. 424, exp. 9/10; Ao 1795, Leg. 425, exp. 6; Ao 1797, Leg. 427,
exp. 8; Ao 1797, Leg. 427, exp. 13; Ao 1798/9, Leg. 428, exp. 2; Ao 1798/9, exp. 4; Ao
1800/1, Leg. 429, exp. 1.
Escribana 2
Ao 1783, Leg. 61, exp. 16; Ao 1783, Leg.61, exp. 18; Ao 1786, t. II, exp.24; Ao 1788,
Leg. 71, exp. 10; Ao 1789, Leg. 73, exp. 12; Ao 1790, Leg. 75, exp. 24; Ao 1791, Leg.
7, exp. 4; Ao 1791, Leg. 77, exp. 8; Ao 1792, leg. 79, exp. 3; Ao 1792, Leg. 79, exp. 19;
Ao 1792, Leg. 79, exp. 28; Ao 1793, Leg.81, exp. 3; Ao 1793, Leg. 81, exp. 8; Ao 793,
Leg. 81, exp. 12; Ao 1793, Leg. 81, exp. 13; Ao 1793, Leg. 81, exp. 14; Ao 1794, Leg.
4, exp. 1; Ao 1794, Leg. 84, exp. 3; Ao 1794, Leg. 84, exp.5; Ao 1794, Leg. 83, exp. 7;
Ao 1794, Leg.83, exp.9; Ao 1794, Leg. 84, exp. 18; Ao 1794, leg.84,exp.19; Ao 1794,
Leg. 84, exp. 25; Ao 1794, Leg.84, exp.31; Ao 1795, Leg. 85, exp. 4; Ao 1795, Leg. 86,
exp. 7; Ao 1795, Leg. 86, exp. 10; Ao 1795, Leg. 85, exp. 14; Ao 1795, Leg. 85, exp.
573
17; Ao 1795, Leg. 87, exp. 18; Ao 1795, Leg. 86 exp.19; Ao 1796, Leg. 88, exp. 2; Ao
1796, Leg. 89, exp. 6; Ao 1796, Leg. 88, exp. 11; Ao 1796, Legajo 89, exp. 14; Ao
1796, Leg. 89, exp. 23; Ao 1796, Leg. 88, exp. 24; Ao 1796, Leg. 88, exp. 26; Ao 1796,
Leg. 88, exp. 27; Ao 1797, Leg. 93, exp. 10; Ao 1797, Leg. 94, exp. 12; Ao 1797, Leg.
92, exp. 18; Ao 1797, Leg. 92, exp. 21; Ao 1797, Leg. 92, exp.22; Ao 1797, Leg. 93,
exp. 23; Ao 1797. Legajo 92, exp. 24; Ao 1798, leg. 97, exp. 9; Ao 1798, Leg. 97, exp. 10;
Ao 1798, Leg. 97, exp. 12; Ao 1798, Leg. 97, exp. 15; Ao 1798, Leg. 97, exp. 16;
Ao 1799, Leg. 98, exp. 4; Ao 1799, Leg. 98, exp. 8; Ao 1799, Leg. 98, exp. 14; Ao
1799, Leg. 98, exp. 22; Ao 1800, Leg. 100, exp. 8; Ao 1800, Leg. 100, exp. 9; Ao 1800,
Leg. 100, exp. 10; Ao 1801, Leg. 102, exp. 8; Ao 1802, Leg. 104, exp. 5; Ao 1802, Leg.
104, exp. 6; Ao 1802, Leg. 103, exp. 20; Ao 1803, Leg. 105, exp. 10; Ao 1804, Leg.
106, exp. 5; Ao 1822, Leg. 116, exp. 14; Ao 1822, Leg. 116, exp. 31; Ao 1823, Leg.
118, exp. 22; Ao 1827, Leg. 122, exp. 16; Ao 1828, Leg. 123, exp. 9.
Escribana 3
Ao 1760, Leg. 2, exp. 1; Ao 1763, Leg. 3, exp. 3; Ao 1763, Leg. 3, exp. 13; Ao 1763,
Leg. 3, exp. 14; Ao 1763, Leg. 4, exp. 1; Ao 1763, Leg. 4, exp. 4; Ao 1763, Leg. 4, exp.
7; Ao 1763, Leg. 4, exp. 9; Ao 1763, Leg. 4, exp. 11; Ao 1763, Leg. 4, exp. 16; Ao
1763, Leg. 4, exp. 12; Ao 1763, Leg. 4, exp. 13; Ao 1763, Leg. 4, exp. 18; Ao 1763, Leg.
4, exp. 19; Ao 1763, Leg. 4, exp. 21; Ao 1763, Leg. 4, exp. 22; Ao 1763, Leg. 5, exp. 5;
Ao 1763, Leg. 5, exp. 10; Ao 1763, Leg. 5, exp. 11; Ao 1763, Leg. 5, exp. 17; Ao 1781,
Leg. 35, exp. 11; Ao 1812 Leg 60 exp 23; Ao 1813/14, Leg. 62, exp. 10; Ao 1821, Leg.
70, exp.6.
Escribana 4
Ao 1798, Leg11, exp. 4; Escribana 4, Ao 1799, Leg. 12, exp. 21; Escribana 4, Ao 1800,
Leg. 14, exp. 10; Ao 1800, Leg. 14, exp. 12; Ao 1800, Leg.14, exp. 15; Ao 1803, Leg.
21, exp. 6; Ao 1803, Leg. 21, exp. 7; Ao 1803, Leg. 21, exp. 8; Ao 1803, leg.21, exp. 9;
Ao 1803, Leg. 21, exp. 17; Ao 1810, Leg. 19, exp. 14; Ao 1813, T. II, Leg. 46, exp.31;
Ao 1813, Tomo II, Leg. 46, exp. 42.; Ao 1813, Tomo II, Leg. 46, exp.48; Ao 1816, Leg.
49, exp. 32; Ao 1819, Leg.53, exp. 13; Ao 1819, Leg. 53, exp. 14; Ao 1825, Leg. 64,
574
exp. 17; Ao 1821, Leg. 57, exp. 26; Ao 1826, Leg. 66, exp. 19; Ao 1826, Leg. 66,
exp.27; Ao 1833, Leg. 75,exp. 13; Ao 1842, Leg. 89, exp. 18; Ao 1848,Leg. 95, exp. 30;
Ao 1848, Leg. 95, exp. 34.
Seccin Crimen
(Archivo criminal de la capital)
Ao 1786, Leg. 42, exp. 20; Ao 1786, Leg. 42, exp. 21; Ao 1787, Leg. 43, exp. 7; Ao
1789, Leg. 46, exp. 9; Ao 1789, Leg. 47, exp. 21; Ao 1789, Leg. 48, exp. 1; Ao 1790, Leg.
50, exp. 11; Ao 1792, Leg. 56, exp. 11; Ao 1793, Leg. 59, exp. 5; Ao 1794, Leg. 63, exp.
26 Ao 1795, Leg. 66, exp. 30; Ao 1795, Leg. 67, exp. 19; Ao 1795, Leg. 67, exp. 26; Ao
1795, Leg. 67, exp. 31; Ao 1795, Leg. 68, exp. 6; Ao 1795, Leg. 68, exp. 22; Ao 1796,
Leg. 75, exp. 19; Ao 1798, Leg. 80, exp. 1; Ao 1799, Leg. 84, exp. 10; Ao 1800, Leg.
111, exp. 11; Ao 1814, Leg. 125, exp. 22; Ao 1815, Leg. 128, exp. 3; Ao 1819, Leg. 134,
exp. 8; Ao 1820, Leg. 136, exp. 14; Ao 1821, Leg. 139, exp. 9; Ao 1821, Leg. 140, exp. 3;
Ao 1823, Leg. 147, exp. 3; Ao 1823, Leg. 147, exp. 5; Ao 1823, Leg. 148, exp. 10; Ao
1825, Leg. 154, exp. 14; Ao 1825, Leg. 155, exp. 5; Ao 1827, Leg. 162, exp. 13; Ao 1828,
Leg. 166, exp. 7; Ao 1830, Leg. 173, exp. 10; Ao 1831, Leg. 174, exp. 14; Ao 1832, Leg.
175, exp. 1; Ao 1837, Leg. 186, exp. 14; Ao 1838, Leg. 188, exp. 7; Ao1839, Legajo
191, exp.9; Ao 1846, Leg. 211, exp. 4; Ao 1849, Leg. 21, exp. 3.
Seccin Gobierno
Ao 1769, T. 4, C. 4, Leg. 100, f. 653; Ao 1777, T. 6, C. 6, Carpeta 2, Leg. 33, f. 189; Ao
1794, T. 15, C. 15, Carpeta 5, Leg. 15, f. 247; Ao 1800, T. 20, Carpeta 2, Leg. 27, f. 242;
Ao 1806, T. 28, C. 28, Letra A, Carpeta 3, Leg. 33, f. 519; Ao 1807, T. 29, C. 29, Letra A,
Leg. 16, f. 276; Ao 1810, T. 32, C. 32, Letra A, Leg. 17, f. 386, Ao 1811, Tomo 33, C. 33,
Letra A, Carpeta 3, Leg. 30, f. 516; Ao 1812, C. 34 , Leg. 5, f. 555; Ao 1813, C. 35, Leg. 3,
f. 274; Ao 1814, T. XL, Letra C, C. 40, Carpeta 1, Leg. 10, f. 146; Ao 1814, T. XLI, C. 41,
Letra D, Carpeta 2, Leg. 21, f. 365; Ao 1815,. C. 43. Leg. 4, f. 485; Ao 1816, T. 47, Letra
A, C. 47, Carpeta 1, Leg. 18, f. 121; Ao 1818, C. 58, Leg. 3, f. 207; Ao 1819, C. 60, Leg.
2, fs.113 a 139; Ao 1819, C. 60. Leg 3, f. 283; Ao 1822, C. 76, Leg.1, f.23; Ao 1822, C.
76, Leg.1, f. 41 v; Ao 1824, C.87, Leg. 414 a 417; Ao 1824, C. 87, Leg. 5, fs. 625 y 6;
Gobierno, Ao 1827, C. 96, f. 611; Ao 1827, C. 97, f.113; Ao 1828, Tomo 101, fs. 176 a
575
178; Ao 1833, T. 131, f. 16; Ao 1834, T. 136, fs. 21 a 23; Ao 1834, T. 136, fs. 27 y 28;
Ao 1835, T. 141, fs. 520 y 521; Ao 1835, Tomo 142, f. 201; Ao 1837, T.150, fs.67 y
68; Ao 1837, T. 150, f. 67y 68; Ao 1837, T.151, f.266; Ao 1837, T. 154, f.393; Ao 1848,
T. 211, f. 550 52; Ao 1850, C. 219, Leg. 5, f. 670.
Copiadores de Gobierno
Aos 1818 -19, C. 279, Cuad. 28; Aos 1824, C.284, Cuad 14, f. 288;
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Ao 1795, Leg. 177, f.. 248 vto. ; Ao 1895, Leg. 177, f. 250; Ao 1795, Leg. 177, f. 264;
Aos 1815/19, Leg. 183, f. 186 vto; Aos 1815/19, Leg. 183, f. 200; Aos 1815/19, Leg. 183,
f. 317; Aos 1815/19, Leg. 183, f. 200; Aos 1837/42, Leg. 188, f. 182; Aos 1837/42, Leg.
188, f. 327.
Registro III
Ao 1754, Leg. I, f. 3 vto.; Ao 1754, Leg. I, f . 178 vto.; Ao 1772, Leg. 9, f. 329 vto; Ao
1772, Leg. 9, f. 335; Ao 1789, Leg. 171, f. 199; Ao 1795, Leg. 177, f. 43;
Registro IV
Ao 1795, Leg. 177, f. 113; Ao 1803, Leg. 5, f. 544; Aos 1804/5, Leg. 6, f. 303; Aos
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NDICE TEMTICO
A MODO DE ADVERTENCIA PRELIMINAR........................... 1
METODOLOGA....................................................................... 7
INTRODUCCIN .................................................................... 12
Construyendo el objeto.... ..................................................................................................... 12
La Historia de la familia como campo historiogrfico................................................... 15
El siglo XVIII Espaol: entre la tradicin y el progreso ............................................... 25
Efectos de la poltica borbnica en la dinmica familiar Iberoamericana................... 28
Crdoba en el siglo XVIII y primera mitad del XIX..................................................... 31
La gente de Crdoba ......................................................................................................... 34
Crisis del Orden colonial?........................................................................................... 37
El matrimonio y la familia como vehculos de orden y control social .......................... 40
PRIMERA PARTE................................................................... 45
Las lgicas del matrimonio y la dinmica de las decisiones familiares ............................ 45
I. Las estrategias de seleccin de la pareja...................................................................... 45
Contribucin a las cargas del matrimonio.................................................................... 49
Los Juicios de Disenso Matrimonial. Algo ms que conflictos domsticos entre
hijos enamorados y padres autoritarios ........................................................................... 56
El disenso en la seleccin del cnyuge como expresin de la bsqueda de
preservacin del honor familiar...................................................................................... 60
Nivel de conflictividad familiar en la ciudad de Crdoba motivada en la seleccin
del cnyuge...................................................................................................................... 62
Cronologa de los pleitos de disenso ............................................................................... 64
Quines se enfrentaron en los juicios de disenso?........................................................ 65
Razones del disenso......................................................................................................... 67
Dictmenes judiciales en los pleitos de disenso matrimonial ......................................... 76
Perfil social de los actores de los juicios ......................................................................... 83
Distribucin espacial de los Juicios de disenso matrimonial ......................................... 86
II. Entre la pasin y la deshonra. Noviazgos y rupturas................................................ 88
Estupro e incumplimiento de promesa matrimonial........................................................ 90
Cronologa de los pleitos por promesa de esponsales no cumplida ............................... 92
Perfil del accionante en los Juicios por Esponsales........................................................ 95
Acerca del status social de los novios ............................................................................. 95
Distribucin espacial de los conflictos por esponsales.................................................... 98
Noviazgo y relaciones prematrimoniales ........................................................................ 99
Incumplimiento de palabra de casamiento .................................................................... 101
1. Infalibles testigos de ocultos pecados: los hijos prematrimoniales ....................... 110
La promesa de esponsales, una estrategia de supervivencia femenina? ..................... 123
El precio de una mujer................................................................................................... 125
1. La reparacin del honor. Monto del requerimiento dotal como expresin del
valor social de la persona........................................................................................... 125
624
Liberacin del compromiso esponsalicio en mujeres.................................................... 134
Nulidad de la promesa ................................................................................................... 135
1. El consentimiento de los padres y los esponsales.................................................. 135
1.1. Amor, seduccin, disenso paterno e incumplimiento de la palabra
matrimonial............................................................................................................ 144
2. El parentesco como causa de nulidad de la promesa esponsalicia ........................ 147
3. Nulidad de la palabra otorgada bajo temor........................................................... 149
Los Indios, los esclavos y la libertad para contratar esponsales.................................... 150
Las mujeres pblicas y la promesa esponsalicia ........................................................... 152
Anlisis de los resultados de los juicios por esponsales............................................... 152
1. Fallo favorable a la novia ...................................................................................... 156
2. Fallo desfavorable a la novia................................................................................. 161
3. Desestimiento de la accin y transaccin de partes............................................... 164
4. Resultado de los pleitos con existencia de impedimento civil o cannico para
la celebracin de esponsales...................................................................................... 168
4.1. Casos de existencia de oposicin de amos ..................................................... 168
4.2. Casos de existencia de parentesco................................................................. 169
4.3. Impedimento de accin judicial..................................................................... 170
4.4. Fallos desfavorables al disenso de los padres................................................. 171
Duracin de los pleitos por esponsales.......................................................................... 173
El juez civil, el cura y la novia burlada a mediados del siglo XIX ............................... 175
Algunas conclusiones .................................................................................................... 178
SEGUNDA PARTE............................................................... 189
El divorcio en una dimensin histrica ............................................................................. 189
Marco conceptual ............................................................................................................ 189
Consideraciones cuantitativas acerca de los expedientes de divorcio conservados... 197
III. El divorcio quoad vinculum o nulidad del matrimonio......................................... 201
Convalidacin cannica y nulidad del casamiento en indios infieles .......................... 201
Distribucin temporal de las causas de nulidad matrimonial ....................................... 203
Perfil del accionante de las Causas de Nulidad ............................................................. 205
Estudio de la Causalidad de las Nulidades Matrimoniales............................................ 207
1. El delito de bigamia como causal de nulidad matrimonial.................................... 208
2. Los impedimentos por afinidad y consanguinidad como causales de nulidad...... 212
3. Nulidad matrimonial por defecto de forma cannica ............................................ 222
4. Nulidad matrimonial por defecto de consentimiento: la violencia y el miedo...... 226
5. Matrimonios por sorpresa, casamientos clandestinos........................................... 232
6. Causas de nulidad por imposibilidad de la consumacin del matrimonio: la
impotencia sexual ...................................................................................................... 239
7. Causa de nulidad por error en la condicin de la persona.................................... 244
8. Causa de impedimento matrimonial por crimen ................................................... 248
9. Nulidad de matrimonio y consentimiento paterno ................................................ 249
Perfil socio-racial de las parejas involucradas en causas de nulidad matrimonial.
Promedio de edad de los contrayentes........................................................................... 252
Tiempo de duracin del matrimonio hasta el inicio de la causa por nulidad ................ 257
Anlisis del resultado de las causas de nulidad............................................................. 259
Duracin de las causas de nulidad. Recursos de apelacin a la sentencia..................... 264
Penas Cannicas impuestas a los individuos incursos en delitos que entraaban la
nulidad del matrimonio.................................................................................................. 267
625
Distribucin espacial de las causas de nulidad matrimonial ......................................... 271
IV. El divorcio quoad thorum et mutuam cohabitationem. La separacin de
cuerpos.............................................................................................................................. 274
Cronologa de los juicios de divorcio quoad thorum..................................................... 274
Solicitud de divorcio un asunto femenino? Sexo del demandante ............................. 277
Orgenes sociales de los malcasados ............................................................................. 283
Anlisis de la causalidad de los divorcios quoad thorum.............................................. 290
1. La violencia social como contexto de la violencia domstica............................... 290
2. El conflicto conyugal y los fundamentos ideolgicos del matrimonio ................ 292
3. Tipificacin de la violencia conyugal.................................................................... 298
3.1. La violencia corporal directa y el peligro de vida como causal de solicitud
del divorcio................................................................................................................ 300
3.1.1. Formas de maltrato corporal, espacio fsico donde se ejercan, peritajes
mdicos, armas, el por qu de los castigos, los testigos de la violencia
familiar .................................................................................................................. 300
3.1.2. Las voces de las esposas tamizadas por el discurso oficial acerca del rol
de la mujer. El modelo y las prcticas ............................................................... 303
3.1.3. El discurso masculino acerca del matrimonio. Corregir a la esposa, tan
difcil como querer formar de una mosca, un elefante .................................... 310
3.2. Violencia psicolgica: injurias, trato denigratorio, insultos, embriaguez,
falsas imputaciones, privacin de la libertad fsica, prohibicin del
cumplimiento de devociones, prohibicin de ver a familiares, adulterio e
instigacin al adulterio............................................................................................... 321
3.2.1. El adulterio como violencia psicolgica. Algunas explicaciones al
fenmeno de la infidelidad en el matrimonio. ....................................................... 325
3.2.1.1. La rigidez de la legislacin como coadyuvante al adulterio................. 326
3.2.1.2. Adulterio y poder. Situacin servil y coaccin para contraer
matrimonio como factores favorecedores de la infidelidad en parejas
casadas ............................................................................................................... 327
3.2.1.3. Adulterio y convivencia matrimonial : formas de ocultamiento
social.................................................................................................................. 330
3.2.1.4. Sexo, honra y adulterio......................................................................... 337
3.2.1.5. Amancebamiento adulterino y abandono del hogar conyugal.............. 344
3.2.1.6. La bigamia como forma de adulterio agravado.................................... 346
3.3. Violencia corporal indirecta ............................................................................... 347
3.3.1. Divorcio e intereses patrimoniales .............................................................. 350
Tiempo vivido en matrimonio hasta la iniciacin del juicio ......................................... 354
Resultado de los juicios de divorcio quoad thorum....................................................... 358
1. Modelo de sentencia de divorcio perpetuo. ........................................................... 363
2. Castigos a los pecados del matrimonio ................................................................. 364
2.1. Fallos y castigos a los cnyuges infieles ............................................................ 366
3. Recursos de apelacin a la sentencia de reintegracin al ncleo matrimonial ...... 367
Distribucin espacial de los conflictos que entraaban separacin de cuerpos ........... 368
Algunas conclusiones .................................................................................................... 370
TERCERA PARTE................................................................ 380
Desigualdad de gnero y marginalidad sexual.................................................................. 380
V. Parejas, poder y gnero.............................................................................................. 380
La sociedad patriarcal como contexto de las relaciones de gnero ............................... 381
626
La feminidad en la representacin social ..................................................................... 385
La moral de las relaciones conyugales .......................................................................... 387
Ejercicio metodolgico de seleccin y anlisis crtico de extractos discursivos con
connotaciones de gnero en base a fuentes judiciales de carcter eclesistico ............. 391
1. El discurso masculino acerca de la condicin femenina de fragilitas sexus,
la mujer como sospechosa que necesita ser controlada, vigilada, disciplinada......... 391
2. Reclamo masculino del bien social supremo: la virginidad de la futura esposa
y la fidelidad de la mujer casada. Ejemplos de inequidad social entre los sexos
en relacin a la sexualidad. La obsesin masculina ante el fantasma de la
incertidumbre de la prole........................................................................................ 392
3. La culpabilizacin del sexo. La responsabilidad social de la mujer en la
prctica de la sexualidad prematrimonial de la pareja............................................... 393
4. Justificacin social del comportamiento sexual masculino no ortodoxo, la
irresponsabilidad del varn fundada en la naturaleza fogosa masculina. La
inequidad de gneros frente a las prcticas sexuales................................................. 394
5. La reformulacin del discurso masculino acerca de la inexperiencia e
inocencia femeninas utilizada por la defensa de la mujer para justificar el
consentimiento al acto carnal realizado bajo supuesta promesa de esponsales......... 395
6. Condena social hacia las prcticas sexuales liberales de la mujer. Feminidad y
reputacin. La familia como depositaria de la responsabilidad acerca de la
honestidad sexual femenina....................................................................................... 396
7. La servidumbre corporal femenina. El cuerpo de la mujer como objeto de
placer sexual del hombre en el discurso femenino.................................................... 397
8. Apropiacin simblica del hombre de la virtud sexual femenina a travs de la
posesin de objetos o signos. Los objetos como texto ............................................. 398
9. La casa familiar como crcel de la esposa. El control de las acciones
femeninas a travs de encerramientos y privacin fsica de la libertad..................... 399
10. La mujer en la mira de la sociedad. El disciplinamiento social. La
importancia acordada a la consideracin pblica en la definicin de la
reputacin femenina. El vecindario como tribunal de la moral pblica................... 401
11. Ejemplos de virtudes que la sociedad asignaba a la condicin femenina.
Comportamiento de la esposa en el matrimonio y de las hijas solteras en la
familia........................................................................................................................ 402
VI. Sexualidad extramatrimonial................................................................................... 406
La ilegitimidad de los nacimientos en Crdoba. Comparacin con otras
poblaciones .................................................................................................................... 408
Algunos factores aproximativos a la comprensin de las conductas sexuales no
ortodoxas ....................................................................................................................... 414
1. Edad al primer matrimonio, confusin entre esponsales y casamiento, el
valor del compromiso, la costumbre, la clase y la condicin de la persona como
coadyuvantes de la ilegitimidad de las conductas ..................................................... 414
2. Promiscuidad en las formas de cohabitacin, derivaciones del maltrato
conyugal, las ausencias prolongadas del marido del hogar como favorecedoras
de comportamientos sexuales marginales.................................................................. 417
3. La Iglesia como generadora de situaciones de vulnerabilidad en la unin de
las parejas. Dificultades prcticas para garantizar la administracin sacramental.
Su asociacin al fenmeno de la ilegitimidad ........................................................... 420
3.1. Inmensidad de los territorios que componan la jurisdiccin del
Obispado, acefalas en la autoridad, escasez de sacerdotes, dificultades en la
627
evangelizacin, rigidez de las normas, burocracia eclesial, sobrecarga de
funciones pastorales............................................................................................... 420
Algunas conclusiones .................................................................................................... 427
CUARTA PARTE.................................................................. 434
Entre la sangre y las alianzas. Familias y parientes ........................................................ 434
VII. Las tramas del parentesco. Entre la asistencia solidaria y el conflicto............... 434
Figuras parentales .......................................................................................................... 440
1. Abuelos y nietos .................................................................................................... 441
2. Tos y primos......................................................................................................... 442
3. Hermanos y hermanas. Entre el afecto y la competencia..................................... 444
4. Yernos y suegros/as............................................................................................... 451
El epicentro de las relaciones de parentesco: La pareja conyugal................................. 456
El patriarca..................................................................................................................... 466
El paradigma de la esposa ejemplar: la perfecta casada ............................................ 467
Viudos y viudas ............................................................................................................. 471
Tener hijos en Crdoba.................................................................................................. 474
1. Entre la necesidad y la vergenza. El abandono de los nios ............................... 477
2. Crianza, adopcin?, cesiones voluntarias, depsitos judiciales de menores,
litigios por restitucin. Los nios en el umbral de lo privado y lo pblico.............. 484
3. Los hijos y la violencia en el hogar ...................................................................... 495
3.1. Ataques sexuales incestuosos ........................................................................ 501
3.2. Indulgencia o dureza de los jueces ante la violencia domstica? ................ 506
4. Cuestiones de intereses entre padres e hijos.......................................................... 507
4.1. Los derechos hereditarios de los hijos naturales ............................................ 518
Esclavos y sirvientes domsticos................................................................................... 524
Familia y ritualidad pblica........................................................................................... 533
Algunas conclusiones .................................................................................................... 534
REFLEXIONES FINALES..................................................... 546
FUENTES DOCUMENTALES INDITAS ............................ 568
FUENTES DITAS Y BIBLIOGRAFA................................. 576
628
INDICE DE CUADROS Y GRFICOS
Cuadro N 1 Nmero y distribucin temporal de los pleitos de disenso matrimonial
en Crdoba 1781 1850........................................................................................................ 64
Grfico N 1 Causas de disenso matrimonial segn motivo invocado Crdoba 1781 -
1809 ......................................................................................................................................... 72
Grfico N 2 Causas de disenso matrimonial segn motivo invocado Crdoba 1810 -
1850 ......................................................................................................................................... 72
Cuadro N 2 Resultados juicios de disenso matrimonial Crdoba 1781 1850.............. 77
Cuadro N 3 Resultado de los juicios de disenso matrimonial Anlisis comparativo
segn perodos........................................................................................................................ 78
Cuadro N 4 Resultados de los juicios de disenso matrimonial Variacin peridica
correspondiente a 1810 1850 respecto de 1781 1809 ...................................................... 78
Grfico N 3 Distribucin espacial de los juicios de disenso matrimonial 1781 - 1850... 87
Cuadro N 5 Distribucin temporal de las causas por esponsales en la jurisdiccin
del Obispado de Crdoba ..................................................................................................... 93
Grfico N 4 Distribucin espacial de los conflictos prematrimoniales en la
jurisdiccin del Obispado de Crdoba 1702 - 1880............................................................ 99
Grfico N 5 Resultados de los pleitos por promesa esponsalicia ...................................150
Grfico N 6 Evolucin temporal del resultado de los pleitos por Esponsales .............. 155
Cuadro N 6 La quiebra del estado matrimonial. Un enfoque desde la historia........... 195
Cuadro N 7 Distribucin temporal causas de Nulidad matrimonial en la
jurisdiccin del Obispado de Crdoba 1688 1850 ......................................................... 203
Grfico N 7 Perfil del accionante en las causas de Nulidad jurisdiccin del
Obispado de Crdoba 1688 - 1850 ..................................................................................... 206
Grfico N 8 Perfil accionante causas de Nulidad 1688 - 1850........................................ 206
Cuadro N 8 Distribucin de las causas de los juicios de Nulidad Obispado de
Crdoba 1688 1850........................................................................................................... 208
Grfico N 9 Resultado de las causas de Nulidad 1688 - 1850......................................... 259
Grfico N 10 Distribucin espacial de las causas de Nulidad........................................ 272
Grfico N 11 Causas de Nulidad procedentes de otras provincias substanciadas en
el Obispado de Crdoba 1688 - 1850 ................................................................................ 273
629
Cuadro N 9 Distribucin temporal juicios de Divorcio quoad thorum en la
jurisdiccin del Obispado de Crdoba .............................................................................. 276
Grfico N 12 Sexo del accionante en causas de Divorcio quoad thorum en
jurisdiccin del Obispado de Crdoba 1688 - 1750.......................................................... 278
Grfico N13 Tipificacin de la causalidad Divorcios quoad thorum en jurisdiccin
del Obispado de Crdoba 1688 - 1850 ............................................................................... 299
Grfico N14 Resultado de los juicios de Divorcio quoad thorum 1688 - 1850 ............. 358
Grfico N 15 Distribucin espacial de las causas de Divorcio quoad thorum en la
jurisdiccin del Obispado de Crdoba 1688 - 1850.......................................................... 369
Cuadro N 10 Hijos ilegtimos por cada cien segn grupo social: el caso de Crdoba. 408
Cuadro N 11 Hijos ilegtimos por cada cien en otras regiones de Argentina............... 410
Cuadro N 12 Hijos ilegtimos por cada cien en otras regiones de Amrica.................. 411
Cuadro N 13 Nacimientos ilegtimos por cada cien en poblaciones seleccionadas de
Europa .................................................................................................................................. 412
Cuadro N 14 Descendencia completa de mujeres blancas. Estudio comparativo........ 471