El documento describe los esfuerzos de los trabajadores ferroviarios mexicanos para obtener un aumento de salarios en 1958. Una comisión de trabajadores propuso un aumento de $350 mensuales, pero el secretario general del sindicato se opuso y disolvió la comisión. En su lugar, los secretarios locales acordaron solicitar solo $200, y concedieron a la empresa 60 días para responder. Los delegados que apoyaban la solicitud original de $350 intentaron reunirse de nuevo pero fueron intimidados. Regresaron a informar a sus secciones sobre
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
190 vistas115 páginas
El documento describe los esfuerzos de los trabajadores ferroviarios mexicanos para obtener un aumento de salarios en 1958. Una comisión de trabajadores propuso un aumento de $350 mensuales, pero el secretario general del sindicato se opuso y disolvió la comisión. En su lugar, los secretarios locales acordaron solicitar solo $200, y concedieron a la empresa 60 días para responder. Los delegados que apoyaban la solicitud original de $350 intentaron reunirse de nuevo pero fueron intimidados. Regresaron a informar a sus secciones sobre
Título original
Las Luchas Ferrocarrileras Que Conmovieron a Mexico
El documento describe los esfuerzos de los trabajadores ferroviarios mexicanos para obtener un aumento de salarios en 1958. Una comisión de trabajadores propuso un aumento de $350 mensuales, pero el secretario general del sindicato se opuso y disolvió la comisión. En su lugar, los secretarios locales acordaron solicitar solo $200, y concedieron a la empresa 60 días para responder. Los delegados que apoyaban la solicitud original de $350 intentaron reunirse de nuevo pero fueron intimidados. Regresaron a informar a sus secciones sobre
El documento describe los esfuerzos de los trabajadores ferroviarios mexicanos para obtener un aumento de salarios en 1958. Una comisión de trabajadores propuso un aumento de $350 mensuales, pero el secretario general del sindicato se opuso y disolvió la comisión. En su lugar, los secretarios locales acordaron solicitar solo $200, y concedieron a la empresa 60 días para responder. Los delegados que apoyaban la solicitud original de $350 intentaron reunirse de nuevo pero fueron intimidados. Regresaron a informar a sus secciones sobre
Descargue como PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 115
Ca pit ul o I
La lucha por un aumento general de
salarios En el mes de febrero de 1958, una comisin designada por una asamblea de la seccin 15 ubicada en esta capital, lanz un manifiesto informando que haban tomado el acuerdo de pedir al Comit Ejecutivo General del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la Repblica Mexicana, su intervencin para que exigiera a la empresa de los Ferrocarriles Nacional de Mxico, un aumento general de salarios y exhortaban a los trabajadores a secundar esta iniciativa. La seccin 13 de Matas Romero, Oaxaca, y sus 4 delegaciones, acordaron en sus respectivas asambleas, apoyar el llamado y propusieron a las dems secciones del Sindicato que designaran delegados para que stos, en unin del Comit Ejecutivo General, hicieran un estudio econmico para fijar el monto del 7 Esta proposicin fue apoyada por la mayora de las secciones del sistema y se convino que todos los delegados estaran en la ciudad de Mxico a ms tardar el 30 de abril del mismo ao. Otra asamblea de la seccin 13 me design a m y a Roberto Gmez Godnez, delegados a esa reunin, y cumpliendo ese acuerdo llegamos con un da de anticipacin al lugarde la cita. Pero en esta capital nos encontramos que las 4 secciones no haban designado sus delegados y tuvimos que ir a los centros de trabajo para saber la causa, en cuyos lugares nos informaron que ignoraban lo relativo a la reunin, por lo que despus de explicar a los trabajadores los propsitos de sta, se comprometieron a efectuar asambleas para designar a sus respectivos delegados. De esta manera, el 2 de mayo de 1958, se inauguraron los trabajos en el saln de actos del Sindicato con la anuencia del entonces secretario General, Samuel Ortega Hernndez, quien convino que la Tesorera General de la organizacin, pagara los sueldos y gastos de todos los delegados de acuerdo con las aumento que se fuera a solicitar. 8 estipulaciones del estatuto sindical. Inmediatamente despus de esta inauguracin, la asamblea de delegados acord constituirse en Gran Comisin Pro Aumento General de Salarios y design su mesa directiva. No obstante que Samuel Ortega Hernndez ofreci proporcionar los datos e informes que se requirieran para formular el estudio econmico, en la prctica hizo todo lo contrario para entorpecer y frustrar los trabajos de la Gran Comisin; pero cuando se dio cuenta que sta continuaba con ms tesn en su labor y estaba movilizando a la masa ferrocarrilera y recibiendo su apoyo, opt por convocar una reunin de secretarios locales de las secciones para hacer el mismo estudio y tener un pretexto para disolverla. En efecto, antes de que stos se reunieran, exigi que la mesa directiva de la Gran Comisin, le presentara el estudio econmico formulado, y despus de conocerlo, cit a todos los delegados a una asamblea; pero antes de que se iniciaran los trabajos, mont un aparato policaco dentro del saln de actos del Sindicato y en la calle apostaron varios carros con agentes secretos y granaderos; y en este ambiente de intimidacin, 9 principi a hablar y estuvo hacindolo durante ms de cuatro horas, tiempo que utiliz para alabar sus obras poticas, para decir que no era un estudio econmico lo que se le haba presentado y que el aumento de $350.00 mensuales a cada trabajador que se propona era exagerado debido a que la empresa no estaba en condiciones econmicas de concederlo, y para informarnos que la Gran Comisin Pro Aumento de Salarios quedaba disuelta, en virtud de que los secretarios locales iban a iniciar sus labores y que el Comit Ejecutivo General slo acatara los acuerdo que stos tomaran. Ante esta conminacin y el alarde de fuerza policaca dentro y fuera del saln de actos, slo algunos delegados intervinieron tmidamente en el debate, por lo que cuando hice uso de la palabra, me vi en la necesidad de refutarle punto por punto todos los sofismas que haba dicho, demos tr ndol e que s ol amente su incondicionalidad a la empresa lo haba llevado al extremo de anticipar la negativa de sta a la peticin del aumento, puesto que la suma fijada era el resul tado del estudi o hecho colectivamente por la Gran Comisin, de acuerdo con el valor real de los salarios y no a capricho de los delegados, quienes por otra 10 parte, slo las asambleas de las secciones tenan facultades para desautorizarlos en sus funciones. Termin dicindole que era muy peligroso desestimar el descontento ya generalizado de los trabajadores, especialmente cuando en vez de satisfacer sus justas demandas, se les provocaba. Al da siguiente los secretarios locales se reunieron y con una celeridad pasmosa, y a puerta cerrada, acordaron que el Comit Ejecutivo General solicitara a la empresa un aumento de $200.00 mensuales para cada trabajador, contraria a la cantidad propuesta por la Gran Comisin. Como un acto previamente convenido, Samuel Ortega Hernndez, invit al gerente de los ferrocarriles al recinto sindical para darle a conocer la peticin de los secretarios locales. El gerente, como era de esperarse, lleg en la fecha y hora sealadas, con una cauda de periodistas y fotgrafos, y despus de escuchar ios razonamientos de la solicitud, manifest que, dado el monto de la peticin, suplicaba se le concediera un plazo de 60 das para hacer un estudio de la situacin econmica y financiera de la empresa, a fin de determinar la suma que podra conceder como aumento de salario, cuya 11 principi a hablar y estuvo hacindolo durante ms de cuatro horas, tiempo que utiliz para alabar sus obras poticas, para decir que no era un estudio econmico lo que se le haba presentado y que el aumento de $350.00 mensuales a cada trabajador que se propona era exagerado debido a que la empresa no estaba en condiciones econmicas de concederlo, y para informarnos que la Gran Comisin Pro Aumento de Salarios quedaba disuelta, en virtud de que los secretarios locales iban a iniciar sus labores y que el Comit Ejecutivo General slo acatara los acuerdo que stos tomaran. Ante esta conminacin y el alarde de fuerza policaca dentro y fuera del saln de actos, slo algunos delegados intervinieron tmidamente en el debate, por lo que cuando hice uso de la palabra, me vi en la necesidad de refutarle punto por punto todos los sofismas que haba dicho, demos trndol e que s ol amente su incondicionalidad a la empresa lo haba llevado al extremo de anticipar la negativa de sta a la peticin del aumento, puesto que la suma fijada era el resultado del estudio hecho colectivamente por la Gran Comisin, de acuerdo con el valor real de los salarios y no a capricho de los delegados, quienes por otra 10 parte, slo las asambleas de las secciones tenan facultades para desautorizarlos en sus funciones. Termin dicindole que era muy peligroso desestimar el descontento ya generalizado de los trabajadores, especialmente cuando en vez de satisfacer sus justas demandas, se les provocaba. Al da siguiente los secretarios locales se reunieron y con una celeridad pasmosa, y a puerta cerrada, acordaron que el Comit Ejecutivo General solicitara a la empresa un aumento de $200.00 mensuales para cada trabajador, contraria a la cantidad propuesta por la Gran Comisin. Como un acto previamente convenido, Samuel Ortega Hernndez, invit al gerente de los ferrocarriles al recinto sindical para darle a conocer la peticin de los secretarios locales. El gerente, como era de esperarse, lleg en la fecha y hora sealadas, con una cauda de periodistas y fotgrafos, y despus de escuchar los razonamientos de la solicitud, manifest que, dado el monto de la peticin, suplicaba se le concediera un plazo de 60 das para hacer un estudio de la situacin econmica y financiera de la empresa, a fin de determinar la suma que podra conceder como aumento de salario, cuya 11 proposicin le concedida de inmediato y con elo termin la espectacular comedia. - conocerse el acuerdo de los secretarios locales y el plazo concedido a la empresa trat, en unin de varios compaeros del sureste, de reunir a los dems delegados para discutir la situacin y determinar lo que debamos de hacer; pero nuestros esfuerzos no dieron ningn resultado, porque la mayora estaba intimidada y otros hasta hacan labor para que se aceptaran los $200.00 como peticin de aumento y el plazo solicitado por la empresa para resolver. Como el temor y el desconcierto que prevaleca frustr nuestros propsitos de reunir a los delegados, convenimos los del sureste regresar e informar, tal como sucedieron los hechos, a nuestras respectivas secciones y que las asambleas decidieran lo que se deba de hacer, ya que existan informes de que al vencerse el plazo, la empresa iba a ofrecer un aumento de $60.00 mensuales a cada trabajador. 12 Ca p i t u l o II Reiniciacin y triunfo de la lucha El informe que rendimos a la asamblea de nuestra seccin (13) fue totalmente realista y verdica. Sealamos sin tapujos la actitud entreguista y servil que asumi el secretario local, Guadalupe Hernndez, y precisamos con toda claridad, que corresponda a los asamble stas tomar las medidas que consideraran ms convenientes para continuar la lucha por los $350.00 o, aceptar el acuerdo de los secretarios locales y esperar el desenlace de los acontecimientos despus del plazo de 60 das. El secretario local trat de justificarse, y al no conseguirlo, quiso suspender la asamblea, y como los trabajadores se opusieron abandon el saln de actos con el resto del Comit Ejecutivo, cuyo procedimiento provoc la indignacin de los concurrentes, quienes despus de acordar que continuara la sesin, analizaron nuestro 13 -Rechazar los $200.00 propuestos por los secretarios locales y el plazo de 60 das concedido a la empresa. -Aprobar el aumento de $350.00 acordado por la Gran Comisin Pro Aumento General de Salarios. -Deponer al Comit Ejecutivo Local y al Comit Vocal de Vigilancia y Fiscalizacin y elegir a los substitutos. -Emplazar al Comit Ejecutivo General del Sindicato para el reconocimiento de los nuevos dirigentes y exigir el aumento de $350.00 a la empresa. -Designar una comisin para unificar a las secciones del sureste alrededor de estos acuerdos. El nuevo secretario local, Luis Palma Garca, comunic telegrficamente al Comit Ejecutivo General los acuerdos tomados por la asamblea y por escrito se los notific a los integrantes de los comits ejecutivo y vigilancia depuestos para que entregaran el edificio, enseres, dinero y i nf orme y t omar on l os si gui ent es acuer dos: 14 documentos de la seccin; pero stos, como era de esperarse, se rehusaron hacerlo. La comisin que unificara a las secciones del sureste qued integrada por m y Roberto Gmez Godnez, pero se convino en que nada ms saliera l y yo me quedara asesorando al nuevo Comit Ejecutivo Local. Adems, se le precis y aclar que su misin consista en convencer a los trabajadores de las dems secciones de la zona sur, para que ratificaran nuestros acuerdos, especialmente el relacionado con el aumento de salarios, y para el efecto, que constituyeran de inmediato comits para orientar, organizar y preparar los trabajos con vistas a una inminente suspensin de labores, pues tanto el reconocimiento del nuevo Comit Ejecutivo Local como la demanda general de salarios, slo se podran obtener por medio de una lucha decisiva. Despus que sali nuestro comisionado en unin de los de la seccin 26 de Tonal, Chiapas, los nuevos dirigentes de la seccin 13, con toda clase de pruebas y una copiosa documentacin, hicieron todo lo posible por convencer al Comit Ejecutivo General para que reconociera al Comit Ejecutivo Local electo por los 15 ^ l t ' j trabajadores y ordenara al depuesto, entregara las oficinas o que enviara una comisin para conocer y resolver el problema intergremial sobre la marcha y en el lugar de los hechos. Como todos estos medios pacficos y persuasivos no dieron resultado y los das transcurran sin que el Comit Ejecutivo General diera seales de vida, los trabajadores justamente indignados ante el desaire e indiferencia de aqul, ocuparon el edificio de la seccin y dieron posesin al Comit Ejecutivo Local designado por ellos. El 11 de junio de 1958, el nuevo secretario local, convoc a una asamblea extraordinaria, en donde se abord el problema en todos sus aspectos, y cuando se me concedi el uso de la palabra, manifest que como no exista ninguna presin, era lgico que el Comit Ejecutivo General no se preocupara en reconocer a los nuevos dirigentes y mucho menos exigir a la empresa el aumento de salarios. Ante esta situacin, se impona una salida arriesgada pero necesaria: darle un plazo de diez das a la empresa y al Comit Ejecutivo General para que aqulla conceda los $350.00 mensuales de aumento a cada trabajador y a ste para que reconozca al nuevo Comit Ejecutivo de esta 16 seccin. Este plazo debe ser a partir del da 16 y cebe terminar el 25 de este mes. Si al vencerse el trmino, no han resuelto las peticiones, a las diez oras del da 26 debe iniciarse una suspensin o paro general de labores de dos horas de duracin y aumentarse dos horas diariamente -asta que quede solucionado el problema. Si la asamblea se inclina por esta proposicin, no debe olvidar que se corrern muchos riesgos y stos pueden consistir en destituciones del servicio o alguna otra clase de represalias que se ejercern, especialmente en contra de los principales dirigentes, pero eso no importar si todos los trabajadores conservan la unidad y dejan de laborar en la forma prevista. Como el tiempo corre en contra nuestra, ser esta seccin y las dems de esta zona sur las que se jueguen el todo por el todo en esta lucha, si no es posible conseguir que las del centro y norte secunden este movimiento. Mientras hablaba, el silencio era absoluto. Pareca que todos los asamblestas queran penetrar y comprender el significado, alcance y sinceridad de mis argumentos. Y termin con estas palabras: en mi opinin y la del Comit Ejecutivo Local, esta es la salida, pero son ustedes los que tendrn que decidir. 17 La reaccin de los trabajadores que tema adversa, fue favorable, espontnea, entusiasta, y la proposicin aprobada por unanimidad. En seguida se designaron las comisiones encargadas de vigilar el cumplimiento de este acuerdo, tanto lo relacionado con la propaganda como con la preparacin y organizacin de la suspensin de labores. Al da siguiente, el Comit Ejecutivo gir a todas las secciones y al personal del sistema el siguiente histrico telegrama: Asamblea extraordinaria ayer, acord unanimidad dirigirse y telegrafiar diecisis actual, al gerente de los ferrocarriles, dndole un plazo de diez das a partir de esa fecha, conceda aumento trescientos cincuenta pesos cada trabajador, incluyendo jubilados y con retroactividad, y al Ejecutivo General, dndole un plazo igual para que apoye peticin. Si en junio veinticinco la empresa no concede aumento, inicirase a las diez horas junio vei nti si s paro de dos horas, aumentndose dos horas diariamente hasta converti rs e paro total . 18 Indispensable esas secciones hagan las mismas notificaciones efectivas junio 16, objeto no seguir perdiendo tiempo. Asamblea considera suficiente secciones del sureste inicien movimiento simultneo. Plan sureste debe ponerse en ejecucin efectivo junio diecisis objeto ganar tiempo antes de las elecciones. Inmediatamente me comuniqu por telfono con Roberto Gmez Godnez, informndole sobre los acuerdos tomados por la asamblea y ratificndole nuestros puntos de vista acerca de la urgente necesidad de asegurar el concurso y apoyo de las secciones 25,28,12 y 21 de la zona sur. Tambin le manifest que estbamos conformes con el proyecto del Plan del Sureste que haban elaborado en Veracruz, pero que no se deba perder el tiempo en reunir a los ex delegados de la Gran Comisin Pro Aumento de Salarios, sino que en todas las secciones que fueran tocando, se tomaran acuerdos concretos de respaldar los de la seccin 13 y constituir comisiones de organizacin y propaganda para que en el caso de llegar a los paros o suspensiones de labores, fueran las responsables de orientar y asegurar que todos los trabajadores dejaran de trabajar, y en caso 19 necesario, alentarlos a continuar la lucha e informales del curso de los acontecimientos. No obstante que me ofreci seguir estas indicaciones, l y los delegados de las secciones 25, 26 y 28, convocaron a los que fueron del egados ante la Gran Comi si n correspondientes a las secciones de las zonas centro y norte, a una reunin en Puebla, para el da 16. Esta determinacin nos la comunicaron el da 15, y cuando habl telefnicamente con Gmez Godnez, le expres que iba a ser un fracaso y una prdida de tiempo desfavorable a nuestra lucha; que mi opinin y la del Comit Ejecutivo Local, ante la imposibilidad de suspenderla, era de que si en la fecha sealada para la reunin no se presentaban los delegados, salieran inmediatamente a las dems secciones para obtener de los trabajadores el acuerdo de apoyar y secundar nuestro movimiento, pues no deban perder de vista que ese mismo da nuestra seccin iba a emplazar a la empresa y al Comit Ejecutivo General. En efecto, la junta fracas porque los invitados no concurrieron a la cita. Gmez Godnez as me lo inform y me dijo que los delegados de la zona sur convinieron con l en distribuirse el trabajo 20 para visitar las secciones de las zonas centro y norte y que estaran todos en la ciudad de Mxico a ms tardar el da 23. Por mi parte, le inform que grupos de distintas especialidades de aquellas secciones estaban telegrafiando a nuestra seccin que haban acordado apoyar y secundar nuestra lucha. Despus de unos das, la alarma cundi entre nosotros al saberse que en la seccin 25 de Tierra Blanca, Ver., los trabajadores no daban seales de estar preparndose para suspender sus labores el 26 de junio. Y como nuestro comisionado Gmez Godnez nos haba informado que el responsable de ese trabajo era el compaero Mario H. Hernndez, inmediatamente se le telegrafi dicindole que convocara a una asamblea en donde estaramos Honorio Enrquez y yo, presentes. Cuando llegamos, lo primero que hicimos fue preguntar a varios ferrocarrileros si Mario haba citado a sesin. Estos, como respuesta, nos dijeron que no y nos aclararon que en ese mismo da l haba salido fuera de la poblacin. Esta noticia, como es natural, nos caus gran decepcin, pero no nos amilanamos. Inmediatamente redactamos y firmamos un volante convocando a los trabajadores para las 21 diecisis horas, a una asamblea que se verificara nada menos que en el saln de actos de la seccin 25 controlado por los dirigentes charros. Este volante, fue reproducido por un compaero que trabajaba en el departamento de mimegrafos de la superintendencia de divisin y repartido por nosotros en los centros de trabajo. A las quince horas treinta minutos, nos apostamos cerca de la puerta del edificio de la seccin, a esperar la llegada de los trabajadores. Por la inquietud y el temor de que nuestra misin fracasara, fue una media hora de espera terrible, largusima, interminable para nosotros. Estar pensando cul haba sido la reaccin de los ferrocarrileros al leer los volantes y si responderan a nuestro llamado, era el enigma sin respuesta que bulla en nuestros cerebros, cuyo velo descorreran los propios trabajadores al concurrir o no a la cita. Exactamente a las diecisis horas empezaron a llegar algunos trabajadores, quienes, adems de saludarnos, nos alentaban dicindonos que los compaeros vendran, pues nuestra audacia de tratar de sesionar en el local de la seccin, fue motivo de discusiones y la base en que se 22 fundaron para no dejar de concurrir. En efecto, como a las diecisis horas treinta minutos, en la calle, frente al edificio sindical, haba una gran cantidad de ferrocarrileros, pero por encontrarse cerrada y asegurada con un candado la puerta,' no podan entrar al saln de actos; sin embargo, minutos despus los mismos trabajadores hallaron la solucin al sealar cuando una seora abri su puesto de refrescos anexo a la puerta del edificio- que por all se poda entrar sin violar el candado. Y dicho y hecho, los trabajadores en fila india se fueron escabullendo al interior y nosotros entre ellos. La asamblea principi a las diecisiete horas. Rend un informe pormenorizado del problema, principiando con la constitucin de la Gran Comisin Pro Aumento General de Salarios, el estudio que sta hizo para proponer al Comit Ejecutivo General exigiera un aumento de $350.00, la forma como Samuel Ortega Hernndez la disolvi y las razones que tuvo la asamblea de la seccin 13 para deponer al Comit Ejecutivo Local y emplazar a la empresa para que conceda ese aumento. Despus que hice ver los peligros que se corra en esta lucha y de su probable xito, les manifest que era conveniente que expusieran sus puntos de vista y se pusiera a votacin si secundaban el 23 movimiento. Varios compaeros hicieron uso de la palabra y por lo que dijeron supimos que estaban desorientados porque no se les haba explicado bien el problema y tampoco se les dijo que se organizaran y prepararan para luchar, y que esa era la causa de la inactividad que exista. Todos los oradores, antes de terminar de hablar, exhortaban a los asamblestas para que al someterse a votacin el punto, lo hicieran apoyando y secundando los acuerdos de la seccin 13. Agotada la discusin y con un entusiasmo indescriptible, fue aprobada por unanimidad la proposicin e inmediatamente se designaron los responsables y las comisiones para preparar, vigilar y orientar a los trabajadores sobre la forma en que deban de suspender las labores el 26 de junio y das subsiguientes hasta que la empresa concediera el aumento. Al da siguiente abordamos el camin rumbo a Matas Romero, sin saber que all nos esperaba otra sorpresa. Tan pronto como descendimos del vehculo, el secretario local, que nos estaba esperando, nos manifest que haban recibido un telegrama de Veracruz, informando que nada se haba hecho para secundar los acuerdos de la seccin 13, por lo que era urgente que sta enviara una comisin con el objeto de explicar las razones que se tuvo para crear el problema y 24 convencer a los trabajadores de la seccin 28 de la necesidad de esa lucha. Nos dijo tambin que el Comit Ejecutivo haba acordado que yo saliera esa misma noche a aquel puerto, inmediatamente despus de informar a la asamblea convocada ex profeso- sobre el resultado de nuestra comisin. Despus que me dejaron en el hotel Mary donde tena mi cuartel general y el otro comisionado se fue a su casa, me di un bao, me cambi de ropa y luego de dejar preparada la maleta que llevara en el viaje, me fui a la asamblea. En el saln haba un lleno completo y se vea en las caras de los compaeros la impaciencia por conocer el fracaso o xito de nuestra labor. Fue Honorio Enrquez el que habl primero y yo ampli su informacin con toda clase de detalles y termin expresando a la asamblea que los ferrocarrileros de la seccin 25 nos prometieron formalmente que se sostendran en la lucha hasta el triunfo. Con un estruendoso aplauso, demostraron los asamblestas su alegra por el xito de la misin que nos haban encomendado. Esa misma noche, despus de cenar, tom el camin que me llev a Acayucan, Ver., y en esa ciudad abord el que iba a puerto jarocho. 25 Al filo del medio da llegue a Veracruz y sin perder tiempo me dirig a la casa del compaero Carlos Snchez Fortis, que fue el que puso el telegrama. Despus de hablar con l y conocer la situacin que prevaleca, convenimos, antes de iniciarse los trabajos de la asamblea, reunimos con otros compaeros para cambiar impresiones. Cuando llegamos al saln de actos, se encontraba totalmente lleno, hasta el extremo de que muchos compaeros se hallaban parados por falta de asientos. Tanto los ferrocarrileros de los Nacionales como los de la Compaa Terminal de Veracruz, estaban presentes. Declarados abiertos los trabajos, se me concedi ser el primero en hablar, y tal como lo hice con los compaeros de la seccin 25 de Tierra Blanca, de la misma manera y con igual franqueza les inform sobre los trabajos que realiz la Gran Comisin Pro Aumento General de Salarios, la forma violenta como fue disuelta y el arreglo tcito que exista entre el Comit Ejecutivo General y la empresa para que sta, al vencerse el plazo de dos meses que aceptaron los secretarios locales, concediera un aumento de sesenta pesos mensuales a cada trabajador; precis tambin que en la zona sur haba tres 26 secciones firmes y decididas a suspender las labores el 26 de junio: la 13 de Matas Romero que fue la iniciadora, la 26 de Tonal y la 25 de Tierra Blanca. Y si la 28 se decida a secundar el movimiento, seran cuatro. Aclar que los delegados que recorran el sistema nos informaron que las secciones 12 de J alapa, 21 de Puebla y 22 de Oaxaca, acordaron luchar por el aumento; pero les hice notar que si esos informes eran iguales a los que recibimos con respecto a la seccin 28, entonces haba que tomarlos con mucha reserva. Esta es, en trminos generales, la verdad. No he agregado ni quitado nada para agrandar o minimizar los peligros de esta lucha. Las secciones 13,25 y 26 necesitan que la 28 secunde el movimiento, pero convencida de que es justo y que se reclama un derecho. Ahora toca a la asamblea decidir concluir. Una atronadora ovacin rubric mis ltimas palabras. En seguida, intervinieron muchos trabajadores en el debate. Ninguno se registr en contra. Todos lo hicieron a favor de nuestra lucha. Los de la Compaa Terminal fueron muy aplaudidos, al declarar que, an cuando no les afectaba directamente el problema, estaban dispuestos, por solidaridad, a suspender las labores. La actitud de estos compaeros sirvi para que los asamblestas reclamaran al presidente de los debates, 27 sometiera a votacin la proposicin, y ste, al hacerlo, pidi que todos los que estuvieran de acuerdo y se pusieran de pie levantando la mano. Nadie se qued en su asiento y todos la levantaron en seal de aprobacin. Y despus que se designaron las comisiones respectivas, se dio porterminada la asamblea. Al da siguiente , una comisin de trabajadores me acompa a la estacin de autobuses y all estuvieron conmigo hasta que abord el que sala rumbo al sur. En Matas Romero, muy alarmados, me esperaban los miembros del Comit Ejecutivo Local, porque tenan informes que los delegados que salieron a visitar las secciones del centro y norte del pas, no haban regresado y los que se encontraban en Mxico no hacan nada por estar esperando la llegada de los dems. En el hotel, convenimos que yo saliera a la capital despus de informar a la asamblea, pero que nada se dijera sobre el particular para evitar algn atentado o contratiempo en mi viaje. Los asamblestas recibieron con grandes aplausos mi informe, y era fcil observar en sus semblantes la decisin de luchar y la f en el xito. 28 En la madrugada abord el autobs, y mientras que ste corra a la mxima velocidad permitida en la carretera transstmica, yo iba pensando en lo que les manifest a los miembros del Comit Ejecutivo Local, cuando acordaron mi ida: que mi mayor deseo era estar a lado de ellos y de los compaeros de nuestra seccin en esta lucha y que me pareca una huida mi salida a la ciudad de Mxico; pero que, dada la circunstancia y acuerdo tomado, aceptaba cumplir con la nueva comisin... Y antes de subirme al autobs, les expres a modo de despedida: No les digo ni adis ni hasta luego, porque presiento que tengo una cita con el destino... Hoy, cuando escribo desde mi celda de la cruja I del Palacio Negro de Lecumberri y al meditar en los acontecimientos, se me antoja que mis ltimas palabras fueron las premisas de una dramtica profeca. Tan pronto como llegu a esta ciudad, me fui a hospedar en el hotel Iberia y de all sal para ir al departamento del delegado de la seccin 26, J uan Antonio Meza Antnez, sito en el nmero 88-4 de la Calzada de Guadalupe. Este no saba de mi llegada, por lo que fue una sorpresa para l verme en su casa. Hablamos ampliamente sobre la situacin y convenimos reunimos con los 29 delegados que se hallaban aqu para tomar algunos acuerdos necesarios y precisos, mientras llegaran los dems. El 24 de junio de 1958 se efectu la junta, en la que se acord se emplazara a la empresa y se entrevistara al secretario general del Sindicato para informarle que los trabajadores haban determinado que se solicitara su intervencin en el conflicto planteado y, para el efecto, se integr una comisin ejecutiva de la manera siguiente: Demetrio Vallejo, por la seccin 13. J ess Velzquez, por la seccin 15. Pedro Gonzlez, por la seccin 22. Francisco Snchez, por la seccin 15. J . Antonio Meza, por la seccin 26. J orge Murillo, por la seccin 17. Agustn Hinostroza, por la seccin 25. Servando Haaz, por la seccin 28. Esta comisin ejecutiva, ese mismo da, redact y dirigi al licenciado Roberto Amors, gerente de los Ferrocarriles Nacionales de Mxico, el siguiente telegrama: Secciones sindicato ferrocarrileros acordaron pedir a usted aumento $350.00 mensuales a cada trabajador 30 incluyendo jubilados y retroactividad enero ao actual. Si junio 25 no ha resuelto peticin favorablemente, efectivo junio 26 a las 10 hrs. iniciarnse paros dos horas, aumentndose dos horas diariamente hasta convertirse paro total actividades. Asambleas secciones facultaron esta comisin ejecutiva para intervenir plticas soluci n problema. Domicili o provisional Calzada de Guadalupe nmero 88, interior 4. Al da siguiente entrevistamos a Samuel Ortega Hernndez, en cuyas plticas la precisamos que el movimiento no estaba dirigido en contra de la direccin sindical, y le confirmamos que las asambleas de los trabajadores acordaron que pidiramos al Comit Ejecutivo General del Sindicato interviniera y exigiera el aumento de salarios en unin de los delegados; pero l se opuso terminantemente, sosteniendo el acuerdo de los secretarios locales. Ante esta negativa, entrevistamos al Licenciado Amors para encontrarle solucin al problema sin llegar a la suspensin de labores. En la pltica, ste nos manifest que slo con la intervencin del secretario general, poda discutir con nosotros el caso. 31 Frente a estas dos oposiciones, no tuvimos ms remedio que esperar el desenlace de los acontecimientos. Los dems delegados llegaron el da 25 y en la noche nos reunimos con ellos para informarles lo realizado por la comisin ejecutiva y conocer los resultados de sus visitas, que por cierto fueron muy alageos. Al parecer, los acuerdos de la seccin 13 haban despertado y acicateado el espritu de lucha de los ferrocarrileros, adormecidos durante ms de diez aos de charrismo sindical. Tericamente la unidad alrededor de la demanda econmica estaba asegurada, pero faltaba saber cul sera el resultado en la prctica. Con esta inquietante interrogacin, dimos por concluida la junta, para volvernos a reunir a las ocho de la maana del da siguiente. Todos llegamos puntualmente a la hora de la cita. En nuestras caras se notaban las seales del insomnio. Nadie pudo dormir bien esa noche pensando si en el momento preciso los trabajadores suspenderan o no sus labores, pues el fracaso significara, cuando menos, nuestra destitucin del servicio. Esta incgnita era la causa de la nerviosidad que nos embargaba. La hora de conocerla se acercaba y 32 su proximidad aument nuestro temor, mezclado con la confianza en las masas y la conviccin de que la lucha era justa. Cuando nuestros relojes marcaban las diez horas, ninguno hablaba y todos veamos pasar los minutos con espantosa lentitud, hasta que me llamaron por telfono. Los primeros informes fueron de los centros de trabajo del Distrito Federal: nadie trabajaba. El paro era completo. Poco despus recibimos noticias de las dems secciones en los mismos trminos. Las ramas de trenes y alambres, de quienes temamos algunas indecisiones por ciertas consideraciones de privilegio de que han gozado en la empresa, suspendieron sus labores, al igual que todos los ferrocarrileros de las otras ramas, en una admirable demostracin de disciplina sindical y compaerismo. Slo los charros estuvieron en contra, pero obligados por la circunstancia de que la casi totalidad se encontraba en paro, dejaron de trabajar y de esa manera fueron frustrados los propsitos que tuvieron de sabotear el movimiento. Las dos horas que dur el primer paro del da 26 de junio de1958, fue un alarde de unidad que hizo vislumbrar el triunfo. Despus del segundo, fuimos llamados por la empresa para discutir el problema. Presid, por 33 acuerdo de la mayora de delegados la comisin. En esas plticas estuvieron dos miembros del Comit Ejecutivo General, y como el gerente y nosotros fuimos los que solicitamos la intervencin de ellos, no opusieron resistencia para estar presentes, pero slo como observadores y lo mismo hicieron en los das subsecuentes. Mientras la empresa regateaba con nosotros, los paros continuaban con precisin matemtica en la forma prevista. Cuando el Licenciado Roberto Amors ofreci $180.00 de aumento, ya habamos reducido nuestra peticin de $350.00 a $250.00. Fue entonces cuando nos comunic que el Presidente Ruz Cortines deseaba hablarnos. Nos recibi en la noche del primero de julio. Despus de expresar que l era amigo de los ferrocarrileros, nos dijo que saba que el problema continuaba sin solucin porque pedamos $250.00 y la empresa ofreca $180.00, y como su gobierno estaba interesado en que terminara la agitacin, recomendaba al gerente para que promediando las dos cantidades, concediera un aumento de $215.00 mensuales a cada trabajador. 34 Para poner a consideracin de los ferrocarrileros el ofrecimiento, le ped que nos concediera un da para resolverle. Se neg rotundamente manifestndonos en tono autoritario que su proposicin no se discuta. Ante esta amenaza y como me di cuenta que los dems delegados tenan intenciones de aceptarla inmediatamente, volv a pedirle que nos diera, cuando menos, la oportunidad de reunimos en uno de los salones para tener un cambio de impresiones. Accedi a esta solicitud, pero casi no hubo polmica, porque con mi nica oposicin, los dems convinieron en que, sin consultar a los trabajadores, se aceptaran los $215.00 de aumento. As le notifiqu la decisin al Presidente, y a pregunta especial que se le hizo, contest, dirigindose al gerente Amors, que el aumento era al fabulador. Esa misma noche se suspendieron los paros.e inform, en una espontnea y grandiosa concentracin de ferrocarrileros en la explanada de la estacin de Buenavista, sobre la forma como haba quedado solucionado el problema y el moijto del aumento. Fue una noche de fiesta y alegra proletaria, de entusiasmo y desbordamiento popular. 35 Ca p i t u l o III Desconocimi ento de los comits ejecutivos locales y general es. Lucha y toma de posesin de los nuevos dirigentes El nico inters de los ferrocarrileros al plantearse la lucha, era el de obtener un aumento de salarios y el cambio de los comits ejecutivos de algunas secciones que se opusieron desde un principio a esta aspiracin; pero al conocerse por boca de los delegados la actitud unas veces pasiva y otras contraria que asumieron los miembros del Comit Ejecutivo General del Sindicato, acordaron desconocerlos y al mismo tiempo designaron delegados para constituir la VI Convencin General Sindical Extraordinaria, la cul, al iniciar sus labores, deba de elegir un Comit Ejecutivo General provisional, reducir las cuotas sindcales, modificar los E statutos y estudiar la 37 conveniencia o inconveniencia de cancelar el funcionamiento de la Cooperativa de Consumo. Estos acuerdos ios pudo evitar el Comit Ejecutivo General presfcfido por Samuel Ortega -er~ndez s: es:e ~ubera sido ms consecuente con la demanda de los ferrocarrileros y no se hubiera prestado al juego de la empresa que (fio lugar a que aumentara el descontento y la indignacin de aqullos. Slo la miopa y los rboles charmstas de cuyo grupo proceda, le impidieron ver el bosque, en donde ya soplaban vientos de fronda, o no quiso verlo, para no perder a ltima hora la banca en el Senado y por conservar la Secretara General. Lo cierto es que el 12 de julio de 1958 inici sus labores la VI Convencin, y como el primer punto a resolver era el de la eleccin de un nuevo Comit Ejecutivo General, el da 14 se abord el problema y despus de amplas discusiones en relacin con la personalidad de los candidatos, fueron designados los siguientes compaeros: Demetrio Vallejo Martnez, Secretario General; Gilberto Rojo Robles, Secretario General de Organizacin y Educacin; J uan Antonio Meza Antnez, Secretario General Tesorero, J os Trinidad Estrada, Secretario General de Ajustes 38 por Trenes; Guillermo Haaz Rodrguez, Secretario General de Ajuste por Oficinas; Antonio Snchez Rodrguez, Secretario General de ajustes por talleres; J os Mata Mrquez, Secretario General de Ajustes por Va; Roberto Gmez Godnez, Presidente del Comit General de Vigilancia y Fiscalizacin; Arsenio Villareal, Vocal por Trenes; Francisco Delgado, Vocal por Oficinas; Tito Mejorada, Vocal por talleres y Francisco Contreras, Vocal por Va. Despus de la protesta correspondiente, la mesa directiva de la Convencin y el Comit Ejecutivo General electo, notificaron a la Secretara del Trabajo, a la empresa y a la direccin charra del Sindicato, las designaciones, y a esta ltima, se le dio un plazo para entregar el edificio, enseres, documentos y fondos sindicales. Mientras la VI Convencin continuaba trabajando, Roberto Gmez Godnez, J uan Antonio Meza Antnez y Guillermo Haaz Rodrguez, maniobraban en connivencia con Luis Gmez Z., para dar un charrazo. Ya casi a punto de realizarse, y como al filo de la media noche, me informaron de lo que suceda, por lo que en unin de otros delegados, intervine en el momento en que iban a tomar las oficinas generales del Sindicato. Cuando habl a los 39 trabajadores que acompaaban a Gmez Godnezy a MezaAntnez, me dijeron que stos les haban dicho que yo estaba de acuerdo en la ocupacin del edificio. Y despus de que les aclar que incluso yo ignoraba lo que haban tramado, los compaeros, convencidos de que no era ese el procedimiento a seguir y que haban sido engaados, los dejaron solos. As evitamos, esa noche, un nuevo charrazo que hubiera dado al traste con la unidad y las aspiraciones de los ferrocarrileros. Algunos delegados que intervinieron en estos hechos y otros que lo supieron despus de esa frustrada traicin, tuvieron la intencin de plantear el caso en el seno de la VI Convencin, pero yo y varios delegados ms, consideramos que no era oportuno, porque poda llevar la confusin y el desaliento entre los trabajadores y pudimos convencerlos para que se dejara para mejor ocasin o cuando ya no pusiera en peligro la unidad y la lucha que se avecinaba. Al transcurrir los das y vencerse el plazo dado al Comit Ejecutivo General presidido por Ortega Hernndez, la Convencin, acatando los acuerdos de las asambleas seccionales, el da 23 de julio emplaz a la empresa y le comunic que a las diez horas del 26 del mismo mes y das 40 subsiguientes, los ferrocarrileros suspenderan sus labores en todo el sistema, si antes tJ e esa hora no reconoca al Comit Ejecutivo General y Comits Ejecutivos Locales electos por los trabajadores. Como ni si quiera dio respuesta al emplazamiento, en la hora y fecha fijadas, se realiz el primer paro de dos horas. Con este motivo, la Secretara de Gobernacin ofreci discutir con nosotros para encontrar solucin al problema, pero con la condicin de que se suspendieran los paros. La Convencin, despus de sopesar este ofrecimiento, convino en que si sus fines al constituirse eran los de solucionar pacficamente los problemas sindicales y, si por esa va se egaba a los mismos objetivos perseguidos por os trabajadores con los paros, no haba ninguna ^zn para rechazar la proposicin, por lo que as se acord y se hizo. _as plticas conciliatorias se estuvieron erificando. El Secretario de Gobernacin al sostener el principio de autoridad, lo haca para encubrir la defensa de la direccin charra del s ndicato, y yo se lo rebata demostrndole que 41 nada tena que ver el principio de autoridad con un problema intergremial, en donde la casi totalidad de los trabajadores hab an desconocido a sus dirigentes y elegido a otros, ejerciendo el derecho que les otorgaba el estatuto sindical, y que si las autoridades correspondientes dudaban de que era una absoluta mayora, entonces deberan verificarla por medio de un plebiscito. Que nosotros estbamos en contra de que se hicieran elecciones, porque eso inclua el reconocimiento de los dirigentes depuestos, excepto de que esas elecciones se hicieran sin la intervencin directa de stos y, que principiaran y terminaran en un plazo no mayor de 10 15 das y, sin sujetarse a las modalidades amaadas de los estatutos. Despus de varios das de discusiones y ante la imposibilidad de romper el crculo vicioso en que se encerraba el Secretario de Gobernacin con su principio de autoridad, nos vimos en la necesidad de suspender las plticas y la directiva de la Convencin gir una circular a los trabajadores en los siguientes trminos: Acatando la voluntad y la soberana de las asambleas de las secciones, la VI C onvenci n General S i ndi cal 42 Extraordinaria, formula el siguiente instructivo, que debe ser observado por los ferrocarrileros del sistema de los Nacionales, Pacfico, Mexicano y otros ferrocarriles que controla este Sindicato, al reanudarse los paros el da 31 de los corrientes: a)Los paros se iniciarn diariamente a las 10 horas. b)EI paro del da 31 debe ser de dos horas, principiando a las 10 y terminando a las 12 horas. c)EI segundo paro correspondiente al primero de agosto, su duracin ser de tres horas, principiando a las 10 y terminando a las 13 horas. d)EI tercer paro correspondiente al 2 de agosto, su duracin ser de 4 horas, inicindose a las 10 y terminando a las 14 horas. e)A partir del da 3 de agosto, los paros sern de cuatro horas, principiando a las 10 y terminando a las 14 horas; es decir, que estos paros se efectuarn diariamente y su duracin ser de cuatro 43 horas todos los das, hasta que se resuelvan las peticiones o se suspendan por instrucciones del Comit Ejecutivo General. f)Si la empresa, Salvador Quezada y socios, o alguna autoridad ejerce represalia en contra de cualquier trabajador, comisionado, delegado o convencionista antes, dentro o despus de cumplirse con las disposiciones de los incisos a), b), c), d) y e), de este instructivo, inmediatamente deben efectuarse en la seccin afectada, paros adicionales de (una) 1 hora diariamente hasta que cesen las represalias. Tanto al iniciarse stas como al terminar, la seccin afectada informar y protestar sobre el caso, por la va ms rpida, ante la autoridad responsable, gerencia de los ferrocarriles y Secretara del Trabajo. A la VI Convencin y al Comit Ejecutivo General, para su conocimiento e intervencin, y a las secciones del sistema, para que secunden los paros de protesta o los suspendan segn el caso. g)Los servicios de hospitales, puestos de socorros y cuadrillas sanitarias, no 44 deben suspendersus actividades. h)Los servicios de trenes militares y de auxilio, debern atenderse y todo el pers onal afectado en es tos movimientos, deber laborar para la rpida atencin de estos servicios. i)EI personal oficinista que debe intervenir para ordenar, cuantificar y formular listas de raya, as como los pagadores, continuarn trabajando para evitar trastornos a los trabajadores en sus pagos. j)AI estar ejecutndose los paros, los trabajadores no deben abandonar sus puestos y observarn la disciplina y el orden que en estos casos se requieren cuidando muy especialmente, que nadie salga de su lugar de trabajo, excepto los auxiliares y comisionados de los ejecutivos locales de las secciones, delegaciones o subdelegaciones, quienes sern los responsables del cumplimiento de estas instrucciones. k)Si a las 10 horas en que debe iniciarse diariamente el paro, un tren est 45 horas todos los das, hasta que se resuelvan las peticiones o se suspendan por instrucciones del Comit Ejecutivo General. f)Si la empresa, Salvador Quezada y socios, o alguna autoridad ejerce represalia en contra de cualquier trabajador, comisionado, delegado o convencionista antes, dentro o despus ae cumplirse con las disposiciones de los incisos a), b), c), d) y e), de este nstructivo, inmediatamente deben efectuarse en la seccin afectada, paros adicionales de (una) 1 hora diariamente nasta que cesen las represalias. Tanto al iniciarse stas como al terminar, la seccin afectada informar y protestar sobre el caso, por la va ms rpida, ante la autoridad responsable, gerencia de los ferrocarriles y Secretara del Trabajo. A la VI Convencin y al Comit Ejecutivo General, para su conocimiento e intervencin, y a las secciones del sistema, para que secunden los paros de protesta o los suspendan segn el caso. g)Los servicios de hospitales, puestos de socorros y cuadrillas sanitarias, no 44 deben suspendersus actividades. h)Los servicios de trenes militares y de auxilio, debern atenderse y todo el pers onal afectado en es tos movimientos, deber laborar para la rpida atencin de estos servicios. i)EI personal oficinista que debe intervenir para ordenar, cuantificar y formular listas de raya, as como los pagadores, continuarn trabajando para evitar trastornos a los trabajadores en sus pagos. j)AI estar ejecutndose los paros, los trabajadores no deben abandonar sus puestos y observarn la disciplina y el orden que en estos casos se requieren cuidando muy especialmente, que nadie salga de su lugar de trabajo, excepto los auxiliares y comisionados de los ejecutivos locales de las secciones, delegaciones o subdelegaciones, quienes sern los responsables del cumplimiento de estas instrucciones. k)Si a las 10 horas en que debe iniciarse diariamente el paro, un tren est corriendo entre dos estaciones intermedias, y si su clase, direccin u rdenes lo permite, debe llegar a la prxima estacin y en este lugar realizar el paro. El personal trenista de pasajeros, en forma decente, mesurada y convincente, debe aclarar al pasaje que los paros no se efectan por pugnas intergremiales como pretenden hacerlo creer los peridicos subvencionados por la empresa, sino que son actos de protesta porque ella se opone a reconocer a los dirigentes locales y generales electos por la totalidad de los ferrocarrileros y, sostiene y apoya a Salvador Quezada y socios en la direccin sindical, no obstante haber sido repudiados por los trabajadores. l)Los trabajadores del ferrocarril del Pacfico, que tienen diferencia de hora con la que rige en la ciudad de Mxico, deben iniciar los paros una hora antes dlas 10 horas. Los ferrocarrileros, como un solo hombre, iban ejecutando diariamente sus propios acuerdos, tal como lo hicieron en el caso de los paros por el aumento de salarios: los iniciaban y terminaban con matemtica precisin. 46 La VI Convencin General Extraordinaria, mientras tanto, continuaba trabajando en el saln de actos de la seccin 15 facilitado por el Comit Ejecutivo Local encabezado por Csar Mrquez. Los miembros de este Comit, como los de las secciones 16,17 y 18 ubicadas en esta capital, fueron designados por los ferrocarrileros y stos, para darles posesin, ocuparon los edificios sindicales que detentaban los charros. En la maana del 2 de agosto, en una de las oficinas de la seccin 15, tuve una entrevista con el entonces Secretario General del Sindicato Mexicano de Electricistas, Agustn Snchez Delint. P articiparon en las plticas representantes de maestros y telegrafistas. Yo les inform acerca del resultado de las discusiones que tuvimos con el Secretario de Gobernacin y nuestros argumentos para no aceptar las elecciones dentro de los marcos del estatuto, porque adems de que el proceso era muy dilatado, se reconoca otra vez a los dirigentes charros depuestos. Los maestros y telegrafistas ofrecieron apoyar nuestro movimiento con paros de solidaridad, y al preguntrsele a Snchez Delint si los electricistas haran los mismo, manifest que no era posible porque necesitaban hacer algunos preparativos tcnicos con un mes de 47 anticipacin para poder suspender el servicio y otro para reanudarlo. A proposicin ma acept que el Sindicato hara, al da siguiente, una declaracin de solidaridad a favor de nuestra lucha, que tampoco hizo, no obstante que necesitbamos ese apoyo, debido a que en la tarde del mismo da de la entrevista, agentes de la polica, granaderos y soldados, irrumpieron en el edificio, golpeando y sacando a los delegados del interior para darles posesin nuevamente a los dirigentes charros. A m no me tocaron ni trataron de detenerme. Este fue el error que enmendaron en la represin del 28 de marzo de 1959. Despus de que sal del local de la 15 y ya casi para terminar la cuadra, encontr a Csar Mrquez acompaado de tres compaeros y un poco ms all nos topamos con la compaera Mara Luisa Carballo, quien estuvo insinuando que nos furamos inmediatamente a su casa. Yo propuse y aceptaron ir primero a la seccin 16 para alertar a los compaeros y, acordar con ellos las medidas a tomar frente a la agresin de que habamos sido vctimas. Cuando llegamos, pudimos comprobar que el edificio haba sido tambin asaltado y se hallaba todava rodeado de soldados y granaderos. Posteriormente supimos que el asalto fue simultneo en las cuatro secciones del Distrito Federal. 48 No habiendo nada que hacer, nos trasladamos a la casa de la compaera Carballo. Y all, mientras yo formulaba los telegramas dirigidos a los trabajadores del sistema ferroviario, Csar Mrquez telefnicamente informaba a los centros de trabajo de esta capital, mi recomendacin de que inmediatamente se respondiera a la agresin con un paro total de actividades. Uno de los compaeros se encarg de r a depositar los mensajes, y para tener la seguridad de que seran recibidos, utilizamos los dos servicios: el de los telgrafos nacionales y el de los ferrocarriles. Aunque tena confianza en que los trabajadores iban a demostrar una vez ms de lo que son capaces cuando se trata de luchar por una causa justa, lo cierto es que en esta vez no se trataba de una lucha por un beneficio econmico, sino por una cuestin de principio y en defensa de un derecho: el de elegir y deponer a sus dirigentes. Por tanto, de la decisin y combatividad de los ferrocarrileros, dependa el resultado, difcil de prever, de esta nueva lucha, cuya singularidad haca que mi incertldumbre se trocara en tensin nerviosa, hasta que sta, una hora despus, fuera rota al informrseme que el paro se haba generalizado en todo el sistema ferrocarrilero del pas. 49 Esta noticia me hizo respirar a todo pulmn y la confianza renaci en mi nimo, pues de nueva cuanta, cuando menos, me estaba jugando mi nico patrimonio: el empleo. La espontaneidad y firmeza como respondieron los trabajadores a la agresin, evidenciaron el profundo desprecio que sentan por los charros y los mtodos usados por el gobierno para imponerlos: de lo contrario, la resistencia y los titubeos en acatar mis indicaciones hubieran aparecido en todas partes. El repudio a los charros era unnime. La lucha para echarlos de la direccin sindical, tuvo caracteres heroicos. Cuando pretendieron sacar un tren en Monterrey y otro en Crdenas, S.L.P., fueron las abnegadas mujeres de los reparadores de va las que acostndose sobre los rieles, impidieron los movimientos de esos trenes. En ellas renaci el espritu de sacrificio y el desprendimiento de las annimas, pero valientes soldaderas de la Revolucin. Este generoso ejemplo ha cundido entre las esposas de los ferrocarrileros norteamericanos, pues tal lo demuestra la noticia publicada por el peridico Exclslor del 27 de mayo de 1964, cuyo texto es el siguiente: 50 Grand Rapids, Michigan, 26 de mayo. (AP).-Las esposas de unos tripulantes de los trenes de ferrocarril detuvieron hoy a dos de stos durante media hora para protestar contra lo que llamaron trato injusto a nuestros maridos. Veinticinco mujeres impidieron que saliera un tren del Chesapeake and Ohio, que se diriga a Chicago. Dijeron que su protesta substitua a la huelga de sus maridos contra los reglamentos de trabajo del ferrocarril. Otras quince damas que formaban una guardia obrera, detuvieron 30 minutos un tren que se diriga a Detroit. Dijo una de las mujeres: La Ley prohbe que los ferroviarios se declaren en huelga pero nada nos lo puede prohibir nosotras Cuando se impide el ejercicio de un derecho, todos los medios son lcitos para contrarrestar la arbitrariedad, como lo hicieron las mujeres mexicanas y norteamericanas, y como lo harn en el futuro las de esta poca, que con su 51 inteligencia y maravillosa intuicin encontrarn los mtodos adecuados para demostrar al mundo de lo que son capaces, tanto si se trata de defender el patrimonio de sus maridos, como si es para limpiar de obstculos el ejercicio de un derecho constitucional: el de huelga. El mismo da 2 de agosto, como a las once de la noche, tuve una entrevista en una calle cercana a la casa de la compaera Carballo, con Roberto Gmez Godnez y J uan Antonio Meza Antnez. Yo les inform que la suspensin de labores era total y de los trabajos que realic para llegar a este resultado. All les di el nmero del telfono que estaba utilizando y les proporcion un nombre supuesto para que me hablaran. El 3 de agosto, durante el da no tuve noticias de ellos. Por la noche, lleg Csar Mrquez con otro compaero conocido por el Capi, para decirme que Gmez Godnez y Meza Antnez deseaban hablar conmigo en una casa por la carretera a Nuevo Laredo. Para m esta entrevista la consider un poco sospechosa, debido a que podan comunicarse conmigo por telfono o Ir a verme; pero tal pareca que ellos no queran correr ningn riesgo y consideraron ms fcil y menos peligroso que yo los visitara. De todos modos decid 52 acompaarlos y cul sera nuestra sorpresa que al llegar a la casa sealada y despus de estar tocando el timbre y esperar hasta media hora, nadie contestara. Das despus del triunfo de este segundo movimiento, como justificacin, dijeron que tomaron las de Villadiego, porque un automvil con agentes secretos se haba estacionado cerca de la casa. Ante este fiasco, regresamos a nuestro cuartel general, con el temor de que ellos fueran a hacer declaraciones en contra de los paros, pues mi intencin, al haberme decidido a ir a la entrevista, era para convencerlos de que no hicieran ninguna declaracin sin antes ponernos de acuerdo. Durante los das 3 y 4 la empresa estuvo ejerciendo, con apoyo del ejrcito, represalias en contra de los trabajadores, amenazndolos con la destitucin del servicio si no regresaban al trabajo. Ni las amenazas, ni las represalias, dieron el resultado que esperaban. El paro no haba sido roto y cuando los charros y los empleados de confianza trataron de romperlo en Monterrey y Crdenas, fueron las mujeres las que lo impidieron. En la madrugada del da 4, en una calle solitaria y dentro de un automvil, tuve la primera entrevista con el entonces gerente de los 53 Ferrocarriles, licenciado Roberto Amors, y en las noches subsiguientes nos entrevistamos en lugares distintos. Desde las primeras plticas not que los objetivos principales que persegua el licenciado Amors, eran dos: salvar al gobierno de Ruz Cortines del desprestigiado principio de autoridad, y que yo no fuera el Secretario General del Sindicato. Los dems problemas, como el pago del tiempo cado y las indemnizaciones a los familiares de los tres compaeros asesinados por la polica, en la manifestacin de protesta por los asaltos a las secciones, fueron resueltos sin muchas discusiones. La resistencia de la empresa estaba en reconocer de inmediato al Comit Ejecutivo General que yo presida. Precisamente, en este caso, arga el principio de autoridad y propona que se hicieran nuevas elecciones, pero sin que yo figurara como candidato a la Secretara General. Nosotros, desde un principio, sostuvimos lo mismo que con el Secretario de Gobernacin: que se hiciera un plebiscito, o en cambio, unas elecciones que principiaran y terminaran en un plazo de 15 das, excluyendo en forma directa a los miembros del 54 Comit Ejecutivo General charro y con la intervencin de inspectores de la Secretara del Trabajo. El licenciado Roberto Amors convino en la segunda proposicin, pero con la condicin de que yo fuera eliminado de la planilla. Das antes, los agentes del gobierno y de la empresa propalaron esta versin, y entre los miembros del Comit Ejecutivo general que yo presida y algunos delegados de la convencin, se les haba vuelto a despertar la ambicin de ser el secretario general, y qu mejor oportunidad que la de aceptar la objecin hecha en contra ma. Gmez Z. y sus compinches fueron los ms activos propagandistas para que yo fuera eliminado y se designara a otro. Argumentaban que la empresa aceptaba a cualquiera, menos a m y que seguir sostenindome equivala a llevar a la derrota a los ferrocarrileros. Debido a esta labor de zapa, me di cuenta que entre los compaeros se notaba cierto titubeo, en virtud de que el nico obstculo que impeda la solucin del problema, era la insistencia de sostenrseme como Secretario General, por lo que aprovech cuando en otra entrevista, el licenciado Amors persista en su proposicin 55 i, -*crr,ado indudablemente de la indecisin de los delegados), para decirle que estaba dispuesto a aceptarla, con la salvedad de que l tambin dejara de ser Gerente de los Ferrocarriles. Como respuesta, me dijo que slo renunciara si el Presidente le dijera que ya le haba perdido la confianza. Si es as, le contest inmediatamente, yo tampoco puedo renunciar a la Secretara General del Sindicato, a menos que los ferrocarrileros me lo pidan. Esta rplica categrica y la suspensin total de labores que continuaba igual, gracias a la firmeza y combatividad de los trabajadores, que a despecho de las represiones seguan inquebrantables, fueron las frmulas mgicas que obligaron a convencer al licenciado Amors de que la condicin que propona era inaceptable, y se avino en que no era posible contrariar la voluntad de los ferrocarrileros. Convenidas las bases para el arbitraje con respecto a las elecciones, el da 6 de agosto el licenciado Salomn Gonzlez Blanco, Secretario del Trabajo y Previsin Social, nos entreg un oficio redactado en los siguientes trminos: 56 Hago referencia a las atentas comunicaciones de ustedes, fechadas el da de ayer, en las que piden que el Ejecutivo Federal acepte fungir como rbitro para solucionar la anormal situacin gremial ferrocarrilera existente, comprometindose a sujetarse desde luego a su acuerdo, para manifestarles: 1o. El Gobierno Federal ha tenido siempre como norma el respeto a la voluntad de los trabajadores expresada segn sus estatutos y dems disposiciones legales que norman su vida sindical. 2o. Hay varios precedentes de que cuando los estatutos y disposiciones complementarias, no proporcionan los elementos suficientes para resolver dentro de ellos una grave situacin que amerite solucin rpida, el Gobierno Federal ha dado su sancin a procedimientos excepcionales de solucin, siempre sobre la base de respeto a la voluntad de los trabajadores y a solicitud de ellos y de sus rganos sindicales. 3o. Como es del dominio pblico, se ha 57 creado dentro del gremio ferrocarrilero una difcil situacin interna, que afecta tambin gravemente a la colectividad, por lo que se requiere que cuanto antes se restablezca el orden y la concordia entre el gremio, as como los servicios pblicos ferrocarrileros vuelvan a la normalidad. Por lo expuesto, se resuelve: I. Que debe hacerse la reanudacin inmediata de la operacin normal de los ferrocarriles y de las compaas Terminal de Veracruz y Pullman. II. La realizacin de elecciones directas de comits ejecutivos locales y comits locales de vigilancia y fiscalizacin; comit ejecutivo general y comit general de vigilancia y fiscalizacin y secretarios locales y generales de ajustes, dentro de un plazo que comenzar el da siete y terminar el da veintids del presente mes de agosto. III. Estas elecciones sern dirigidas y supervisadas por una comisin electoral compuesta de dos personas del Comit 58 Ejecutivo General presidido por el seor Salvador Quezada Corts; dos personas del Comit Ejecutivo General no reconocido, presidido por el seor Demetrio Vallejo Martnez y por un representante de la Secretara del Trabajo y Previsin Social. A su vez la comisin electoral, des ignar subcomisionados de ejecucin y supervisin integradas en la misma forma para que recojan la votacin de los trabajadores correspondientes a cada seccin. IV. La eleccin de funcionarios que integrarn los diversos rganos sindicales a que se refiere el punto segundo, se har en un mismo acto, y la emisin del voto se llevar a cabo en el centro de trabajo de cada trabajador, en forma secreta y creando para ello boletas a manera de que los trabajadores puedan vo ta r en todo cas o separadamente para funcionarios locales y generales. V. Del plazo de quince das, los cinco primeros se emplearn en el registro de planillas que sean propuestas, bajo firma, de no menos de cien trabajadores ferrocarrileros. 59 VI. Efectuada la eleccin y previo cmputo de las subcomisiones y actas respectivas de las cuales se entregar una copia a cada uno de los miembros de la subcomisin, la documentacin correspondiente ser entregada a la comisin electoral la que har el cmputo total de votos en la ciudad de Mxico, dentro de las setenta y dos horas siguientes a la expiracin del plazo de quince das, as como la declaratoria de las planillas ganadoras, tanto para funcionarios locales como generales. VII. Para los efectos de las elecciones, las listas de raya de la quincena prxima anterior, se usar como padrn electoral. VIII. No habr ni ahora ni despus represalias de ningn gnero entre los grupos en pugna, para cuyo efecto el Gobierno de la Repblica vigilar el exacto cumplimiento de esta ltima clusula. IX. Los funcionarios electos de acuerdo con estas normas, tomarn posesin el 27 de los corrientes a las 12 horas en los locales sindicales respectivos y durarn en su cargo hasta el primero de febrero de 1960. 60 Como la resolucin se ajustaba a nuestras proposiciones, al da siguiente se reanudaron las labores en todo el sistema ferroviario y la mquina electoral se puso en marcha. Lo que deba de ser una eleccin, se convirti en un plebiscito. En rigor no hubo contrincantes. La planilla de los charros que encabezaba J os Mara Lara, slo pudo conseguir nueve votos contra cincuenta y nueve mil que obtuvo la ma. Fue la eleccin ms democrtica y aplastante que registra la historia sindical de nuestro pas. Por falta de tiempo, muchos trabajadores que prestaban sus servicios en la lnea no pudieron votar, de lo contrario, la ventaja hubiera sido de una enormidad sin precedente. Para llegar a este resultado, el Gobierno, en apoyo de los charros, asalt las cuatro secciones del Distrito Federal, cuya provocacin tuvo como respuesta la suspensin total de labores en el sistema ferrocarrilero del pas. Y en su intento por doblegar la actitud de los trabajadores, desencaden una feroz represin al extremo de que en la manifestacin de protesta, del da 4 de agosto fueron asesinados, por la polica, nuestros compaeros Andrs Montao Hernndez, Rafael Alday Sotelo y Leopoldo lvarez Garca, pues tal pareca, que de esta manera, salvaba su falso y maltrecho principio de autoridad. 61 Los ferrocarrileros pagaron un precio muy elevado para hacer respetar sus derechos sindicales de elegir y deponer a sus dirigentes. El 27 de agosto de 1958, tom posesin del edificio sindical, el Comit Ejecutivo General presidido por m y el Comit General de Vigilancia y Fiscalizacin encabezado por Roberto Gmez Godnez. Estos mismos fueron los designados por la VI Convencin General Sindical Extraordinaria que la empresa se empecin en no reconocer y que fue el origen de la epopyica y sangrienta lucha. 62 Ca p i t u l o IV La lucha por la revisin del contrato, la declaratoria de inexistencia de la huelga y la solucin del confli cto El nuevo Comit Ejecutivo General, se encontr con una serie de problemas, abandonados totalmente por la direccin charra del Sindicato. Entre stos, la vieja demanda de los jefes de estacin sobre la comisin de express, una gran cantidad de trabajadores que desde haca ms de tres aos estaban incapacitados por la empresa con derecho a jubilacin, un enorme nmero de destituidos y muchos de ellos con ms de seis aos de andar de la seca a la meca sin esperanza de ser reinstalados, la antigua reclamacin de aumento de salarios de los despachadores de trenes, infinidad de viejas y nuevas reclamaciones por pago de traslado y cambio de residencia del personal, la contratacin de particulares de la especialidad de celadores y electricistas, demanda de aumento en los salarios de despachadores, 63 telegrafistas y personal de patio por manejar trenes en patios ampliados en varias terminales y las revisiones de los contratos colectivos de trabajo del ferrocarril occidental y nacionales de Mxico. Esta ltima era el caso ms peliagudo que se tena en puerta. La demanda de los jefes de estacin se resolvi por medio de un convenio, pagndoles el diez por ciento por comisin de express que reclamaban y la retroactividad que ascendi como a tres millones de pesos. Se aument el mximo de comisin de 6 a 8 mil pesos mensuales. Fueron jubilados retroactivamente trescientos incapacitados que ya tenan, muchos, hasta tres aos sin percibir ningn salario, y se tenan enlistados a otros trescientos ms cuando sufrimos la agresin. (Estas jubilaciones fueron independientes del nmero normal que se jubilaron conforme a lo establecido por el contrato). Se reinstalaron todos los destituidos durante la era charrista. Se convino un treinta y dos por ciento de aumento en los sueldos de los despachadores de trenes. Todos los adeudos pendientes, algunos de varios aos atrs, por traslados o cambios de residencias fueron pagados y se orden que todo cambio o traslado convenido con el Sindicato se pagara inmediatamente. Se formul 64 y se puso en vigor el contrato particular de la especialidad de celadores y electricistas, quienes por aumento de personal y nivelacin de salarios, obtuvieron cerca de diez millones de pesos. Se consigui un aumento de quince por ciento en los sueldos de despachadores, telegrafistas y patieros, por atender trenes en patios ampliados. Es de destacarse que en la revisin del contrato del ferrocarril occidental, se obtuvo un aumento mensual tabulado de quinientos cincuenta pesos para cada trabajador, mientras que los charros, en 1957, por prorrogarlo, consiguieron setenta y cinco pesos como compensacin, es decir, sin incluirse en el tabulador, y de 1947 a 1955 congelaron los salarios de esos trabajadores. Los problemas ms pequeos se iban resolviendo sobre la marcha, incluso los que iban creando artificialmente los delegados gomezcetiztas dentro de la VI Convencin. Mientras ms se aproximaba la fecha para la revisin del contrato en los nacionales, la campaa de prensa en contra del Comit Ejecutivo General, y especialmente en contra ma, arreciaba con ms furia. Las represalias que ejercieron algunos trabajadores en varias secciones en contra de los charros, fueron utilizados tambin para el escndalo 65 periodstico, y aunque el Comit Ejecutivo General era ajeno a ellas, telegrficamente me dirig a los Secretarios locales pidindoles su intervencin para que cesaran. En diciembre de 1958 entregamos al presidente Lpez Mateos un estudio sobre la situacin administrativa y financiera de los ferrocarriles nacionales y la forma como la empresa poda resolver las peticiones econmicas del Sindicato. Posteriormente fuimos llamados para informarnos que consideraba importante nuestro estudio y que, oportunamente fijara hora y fecha para una nueva entrevista con la intervencin personal del gerente. Esa entrevista jams se realiz a pesar de nuestra insistencia, y lo nico que pudimos conseguir fueron unas plticas con el secretario del Patrimonio Nacional, en las cuales intervino el ingeniero J orge L. Tamayo, en representacin del Presidente. En esas plticas slo perdimos miserablemente el tiempo, el licenciado Eduardo Bustamante, se opona sistemticamente a todo, incluso al aumento de las tarifas mineras, no obstante que estaba probado que los ferrocarriles perdan millones de pesos anuales con ellas, y para disimular la defensa que haca a favor de las c ompa as mi neras monopol i s tas 66 norteamericanas, argumentaba que el alza de esas tarifas perjudicara a las pequeas compaas mineras mexicanas. A esto le contestbamos que el gobierno poda y deba subsidiar a stas en la proporcin del aumento de las tarifas, pero de ninguna manera se usara ese pretexto para continuar subsidiando a compaas extranjeras, en perjuicio de la economa de los ferrocarriles que pertenecan a la nacin. Le demostramos tambin que nuestras peticiones ni superaban ni alcanzaban a las prestaciones que ya venan disfrutando otros trabajadores como los petroleros, electricistas, telefonistas, tc. Pero todo fue intil. La actitud preconcebida del secretario del Patrimonio Nacional de no convenir en nada, era el resultado lgico del incumplimiento por parte del Presidente, de la promesa que nos hizo sobre la entrevista con el gerente. En estas condiciones nuestra lucha era sumamente difcil. Estbamos soportando la presin exterior del Gobierno y de la Empresa, y en el interior las maniobras de los gomezcetistas como agentes solapados al principio y abierto despus de aqullos. Pero adems de esto, tenamos que sortear las inconsecuencias de nuestros propios compaeros, como las cometidas por algunos dirigentes del ferrocarril 67 del pacfico. All nos crearon un serio y grave problema, con motivo de la destitucin de ms de 84 trabajadores, sin siquiera informarnos de ello. Lo supimos cuando una comisin lleg a solicitar la intervencin del Comit Ejecutivo General para solucionarlo. La encabezaba el compaero Miguel Hernndez, miembro del Comit Ejecutivo Local de la Seccin 14, quien despus de exponer el origen y las causas del problema y sealar las clusulas que consideraba violadas por parte de la empresa, propuso que para que sta lo solucionara rpidamente, se realizaran algunos paros, pues tales eran las opiniones de los trabajadores de aquel ferrocarril. Los dems comisionados coincidieron con respecto a las violaciones, pero no as en relacin a la suspensin de labores. Cuando estudi las clusulas del contrato, me pude dar cuenta que eran perjudiciales a los trabajadores como todo lo contratado por los charros, pero era evidente que los compaeros estaban dndoles una interpretacin distinta; y la empresa, ajustndose a esas normas contractuales, destitua a los que se rehusaban cumplirlas. Los abogados estuvieron de acuerdo conmigo en la i nterpretaci n y demostramos a los comisionados que haban cometido un grave error, porque lo primero que debieron de haber hecho, era pedir la nulidad o la reforma del 68 convenio y no ordenar que dejaran de observar las clusulas que consideraban ilegales. De todos modos, como nuestra obligacin era la de defender a nuestros representados, nos avocaramos a encontrarles solucin en forma conciliatoria y slo en caso de que fracasara este medio, se buscaran otros ms apremiantes y legales, como la huelga por violaciones al contrato, por lo que en previsin de esta eventualidad, deban de recabar las pruebas de todas las violaciones cometidas por la empresa. Al da siguiente nos entrevistamos con el gerente, pero ste, como era de esperarse, estuvo muy renuente en reinstalar a los destituidos y convenimos en seguir discutiendo el problema hasta hallarle solucin. Como pasaban los das sin resolverse y lo mismo suceda con las demandas econmicas, planteadas con motivo de la revisin del contrato de los nacionales, convenimos con los comisionados para que regresaran a informar de la situacin y a recabar la conformidad de las dos terceras partes de los trabajadores que laboraban en el Ferrocarril del Pacfico, a efecto de que el Comit Ejecutivo General, estuviera facultado estatutariamente para emplazar a huelga en el momento oportuno. Dentro del trmino previsto por la ley en el caso de las revisiones contractuales, emplazamos a la empresa a un movimiento de huelga. Para este emplazamiento, se llenaron todos los requisitos legales establecidos en la Ley Federal del Trabajo, incluso se ampli considerablemente el plazo que el propio Cdigo previene para la suspensin de labores. Las plticas de avenimiento continuaron en la Secretara del Trabajo en un callejn sin salida. Nuestras demandas econmicas eran las siguientes: -Pago del 16.66% sobre los $ 215.00 de aumento. -Atencin mdica y medicinas para los familiares de los trabajadores. -10% como fondo de ahorro sobre todas las prestaciones. -Construccin de casas habitacin o $10.00 diarios por concepto de renta. La segunda prestacin la redujimos a 52 millones y medio de pesos anuales y la ltima a cinco pesos diarios, mientras no se construyeran y habitaran las casas por los trabajadores. El 70 monto total de las cuatro peticiones econmicas no exceda de 210 millones, pero la empresa en su intensa propaganda periodstica lo exageraba en ms de mil millones de pesos. Oportunamente emplazamos a huelga en contra de la empresa del Ferrocarril del Pacfico por violaciones al contrato, cuyo movimiento estaba s i nc r o ni z a do para que es tal l ar a simultneamente con el de los Nacionales el 25 de febrero de 1959. Diez das antes de esta fecha, un automvil con agentes secretos me andaban vigilando da y noche quiz con el propsito de atemorizarme. Me seguan a cualquier parte que iba y se estacionaban permanentemente en mi domicilio mientras me encontraba all. Era la obra siniestra del procurador Fernando Lpez Arias. Los representantes sindicales de los trabajadores del Ferrocarril del Pacfico, un da antes que estallaran las huelgas, se presentaron en la Secretara General para informarme que acababan de firmar un convenio con la empresa prorrogando el plazo del movimiento de ellos. _es llam seriamente la atencin por haber :rocedido sin consultar al Comit Ejecutivo y sin solicitar la anuencia de los trabajadores, cuyo zrocedimiento le daba visos de traicin a los 71 intereses de stos. Les precis y as lo hice que informara a las secciones afectadas que la prrroga la concedieron sin consultarnos y sin nuestro consentimiento. Si no fuera por este error o traicin era muy probable que el problema del 16.66% y el de las destituciones de los trabajadores del Ferrocarril del Pacfico, hubieran quedado resueltos ai firmarse el convenio del 26 de febrero de 1959 que dio fin a la huelga por la revisin del contrato en la Empresa de los Nacionales. El aplazamiento, dej latente el problema que oblig a los trabajadores de sta, a decretar los paros de solidaridad en marzo del mismo ao, cuyo origen y resultado abordar en el prximo captulo. Para el Comit Ejecutivo General, y para m en lo particular, era evidente que si el Gobierno respetaba el derecho de huelga, las autoridades del trabajo deban de decretar la legalidad del movimiento, mxime que el da en que tom posesin Lpez Mateos, expres en su discurso que nada hara en contra, por encima o al margen de la Constitucin. Nuestra confianza de que con el nuevo Presidente, el pas entraba en un perodo de legalidad, era absoluto; sin embargo, el 25 de 72 febrero esta seguridad se troc en decepcin cuando de una manera grosera, ilegal y torpe, se viol el Derecho de Huelga, y cuatro meses despus de que tom posesin, el orden constitucional fue roto, lo que no hizo Francisco Franco en Espaa con la huelga de los mineros de Asturias, a pesar de que all no existe el derecho de huelga, por ser un rgimen fascista. Lpez Mateos, a las primeras de cambio, ense feamente el cobre. El da 24 de febrero de 1959, en vsperas de que estallara la huelga, el licenciado Eduardo Bustamente, Secretario del Patrimonio Nacional, entreg al Sindicato un oficio con las proposiciones de la empresa para conjurarla. El Comit Ejecutivo General, con la rapidez que el caso requera, las someti a un estudio exhaustivo y como el fondo de ahorro y la renta de casas estaban excluidos y no haba tiempo para consultar a los trabajadores, lleg a la conclusin de ignorar por el momento las proposiciones. Primero, porque aceptarlas dara pbulo a que los ferrocarrileros consideraran nuestra actitud como una traicin de tipo charrista; y segundo, porque desde el punto de vista jurdico, la revisin del contrato como causa legal de la huelga era impecable, puesto que en 73 el emplazamiento se llenaron todos los requisitos previstos en la Ley Federal del Trabajo y Constitucin de la Repblica, cuyos ordenamientos son y han sido las bases legales para emplazar y decretar una huelga. Sin embargo, todas nuestras previsiones jurdicas se estrellaron frente a la consigna poltica. En auxilio de la empresa, que se dio cuenta que los 56 mil trabajadores (datos estadsticos de la Secretara de Comunicaciones y Transportes) se hallaban dispuestos y decididos a huelga por tiempo indefinido si era necesario, intervino el Gobierno, para malograr otro triunfo nuestro, ante la J unta Federal de Conciliacin y Arbitraje, a efecto de que sta declarara inexistente el movimiento, aun cuando lo hiciera en contra, por encima y al margen de la Constitucin, pues slo as se puede explicar el hecho de que unos minutos despus de que los ferrocarrileros suspendieron sus labores, las autoridades del trabajado fallaran declarando la inexistencia de la huelga, porque el Sindicato no present con el emplazamiento, las cdulas de votacin en donde se dijera que los trabajadores haban dado su anuencia para que fuera emplazada. Ni la Ley Laboral ni la Constitucin establecen 74 este requisito, pero el Gobierno, al no encontrar ninguna falla legal en el emplazamiento de huelga, no slo no tuvo escrpulos en utilizar ese absurdo, sino que orden a los jueces de distrito no darle trmite a los amparos que quisiramos interponer en contra de la anticonstitucional resolucin. Esto lo supimos cuando nuestros abogados lo informaron al Comit Ejecutivo General y precisaron que incluso algunos jueces por miedo se rehusaron hasta de recibir el escrito. Inmediatamente despus que se me notific el fallo de la J unta y por la va telegrfica, lo comuniqu a las secciones y recomend retiraran las banderas y carteles de los centros de trabajo, pero que nadie reanudara el servicio hasta que el Comit General de Huelga lo determinara, porque ste haba acordado solicitar amparo en contra de la resolucin. Pero al conocerse la actitud de los jueces de distrito de esta capital y de otros lugares, reun los cuerpos responsables del Sindicato, para discutir la grave situacin y tomar los acuerdos necesarios que se requeran, pues tambin tenamos informes de que los soldados y policas haban sido acuartelados para romper la huelga y reprimir a los trabajadores. Varios miembros del Comit Ejecutivo General que conocan estos hechos, 75 se encontraban sumamente nerviosos y propusieron que se ordenara el regreso al servicio, ya que, debido a la cobarda de los jueces de distrito, no se poda usar el recurso de amparo. Como los dems compaeros guardaban silencio sin decidirse a favor o en contra de la proposicin, intervine para exponer lo peligroso que sera para la unidad del gremio ordenar a los trabajadores el regreso incondicional al servicio, sin ofrecerles nada. Esto dara lugar a un descontento general y podran interpretar esta medida como una traicin a sus intereses y derechos. Esta situacin la aprovecharan nuestros enemigos para explotarla en contra nuestra y hasta podran utilizarla para un nuevo charrazo, dirigido y apoyado por el gobierno, pues ste, al intervenir en forma directa en un conflicto obrero-patronal, lo haba convertido en poltico. Lo grave de la disyuntiva era que la tenamos que resolver nosotros, corriendo todos los riesgos, porque no haba tiempo para consultar a los trabajadores. Concretamente propuse que no se levantara la huelga y que se comisionara al licenciado Mario Pavn Flores -quien adems de ser nuestro asesor jurdico en la revisin del contrato, nos serva de enlace con el Presidente- para que hablara con l y le preguntara, si las proposiciones de la empresa presentadas por 76 conducto del Secretario del Patrimonio Nacional seguan en pie, y de ser as, convenir las condiciones para la firma del convenio que pusiera en vigor el contrato con las clusulas revisadas y diera fin a la huelga. Esta proposicin fue aprobada por unanimidad y como resultado de la intervencin del licenciado Pavn Flores, el Presidente orden al Secretario del Trabajo para que, de acuerdo con los puntos convenidos, citara al Gerente de los Ferrocarriles para que firmara el convenio. Y despus de ms de cinco horas de discusiones entre aqul y ste, fue firmado, pero con una clara demostracin de enojo en el semblante de Benjamn Mndez, quien despus de firmarlo se alej sin despedirse de nadie, pues no era para menos, porque lo que ya era una derrota total, se convirti en un triunfo espectacular en circunstancias extraordinarias, difciles y peligrosas, especialmente para la direccin nacional del Sindicato. Es cierto que no conseguimos ni el fondo de ahorro ni la renta de casas, pero esto no se debi a falta de deseos o por traicin a los ferrocarrileros, sino a causas ajenas a nuestra voluntad, ya que no era un secreto que tuvimos en contra a la empresa y sus agentes, los viejos 77 charros; al Gobierno y su maquinaria represiva, los soldados y policas; y al servicio de ellos, la prensa mercantilista, servil y cobarde. Luchamos casi solos y, sin embargo, triunfamos. Ese fue nuestro mrito. 78 Ca p i t u l o V Las huelgas por violaciones al contrato, la cita con el destino y la represin militar Al da siguiente de firmado el convenio que puso fin a la huelga, el departamento de publicidad de los Ferrocarriles Nacionales, hizo declaraciones, en todos los peridicos, que el movimiento haba sido un fracaso, porque slo obtuvimos las mismas prestaciones que dos das antes ofreci la empresa por conducto de la Secretara del Patrimonio Nacional. Estas declaraciones desusadas y agresivas emitidas por una empresa inmediatamente despus de solucionado un conflicto obrero- patronal, fue el preludio de una furiosa campaa de prensa que emprendi en contra ma y del Comit Ejecutivo General, usando como pretexto el emplazamiento de huelga hecho al Ferrocarril Mexicano por violaciones al contrato y, el correspondiente al del Pacfico prorrogado 79 por obra y gracia de los delegados de las secciones afectadas, para encubrir con ella el verdadero y siniestro fin: la represin. Nuevamente comisionamos al licenciado Mario Pavn Flores para que entrevistara al Presidente en relacin con las huelgas del Pacfico y Mexicano. Como el problema fundamental eran las violaciones al contrato, el pago de! 16.66% sobre los $215.00 y la construccin de casas habitacin, acordamos en el Comit Ejecutivo General, que con tai de no llegar a la suspensin de labores en esos ferrocarriles, estbamos conformes en reducir las peticiones en slo dos puntos: pago del 16.66% y reparacin de las violaciones. La construccin de las casas quedara pendiente para exigirla en la fecha en que se revisaran los contratos. Como resultado de la entrevista, ei licenciado Pavn Flores nos inform que el Presidente estuvo de acuerdo con nuestra proposicin y le asegur que ordenara al Secretario del Trabajo, para que llamara al gerente Benjamn Mndez y solucionara el problema sobre las bases propuestas. El Comit Ejecutivo General confiado en la promesa presidencial, inform a los trabajadores 80 de los ferrocarriles afectados, incluyendo a los de la Compaa Terminal de Veracruz, sobre la forma y condiciones como se iba a pactar para terminar con el conflicto. Pero al da siguiente Benjamn Mndez, por televisin, radio y peridicos, declar que no existan tales arreglos y que no estaba dispuesto a pagar el 16.66%. Cuando confirmamos estas noticias con el Secretario del Trabajo, acordamos que el licenciado Mario Pavn Flores entrevistara otra vez al Presidente y le dijera si hara cumplir o no lo convenido. As lo hizo y la respuesta que trajo fue en el sentido de que Lpez Mateos se haba rajado. Esta fue la causa que tuvimos para desistimos del emplazamiento un da antes de que estallara la huelga del Mexicano, para volverla a emplazar con el objeto de que su estallido coincidiera con la del Pacfico, que estaba fijada para las trece horas treinta minutos del da 25 de marzo de 1959. Posteriormente emplazamos a huelga a la Compaa Terminal de Veracruz por las mismas causas, para que estallara un da despus, o sea el 26 de marzo a las catorce horas diez minutos. Desde ese momento se me puso nueva vigilancia. Un coche con agentes secretos y un 81 carro patrulla con agentes de trnsito, me seguan a todas partes en forma descarada y me vigilaban de da y de noche. Las plticas de avenimiento con las compaas emplazadas se realizaban diariamente en la Secretara del Trabajo, pero sin resultados prcticos. Exactamente a las trece horas treinta minutos del 25 de marzo, estallaron las huelgas en los ferrocarriles del Pacfico y Mexicano, y al mismo tiempo el primer paro de media hora en los Nacionales de Mxico. El Secretario del Trabajo, licenciado Salomn Gonzlez Blanco, al informrsele de esta suspensin de labores, manifest que el gobierno no poda seguir interviniendo en las plticas mientras subsistiera la amenaza de los paros. La empresa se solidariz inmediatamente con esa actitud y las plticas se rompieron. Momentos despus, la J unta Central de Conciliacin y Arbitraje decret la inexistencia de las huelgas. Al da siguiente los paros de solidaridad continuaron en los nacionales, y en vista de que las plticas conciliatorias seguan suspendidas, 82 el Comit Ejecutivo General plante al Secretario de Gobernacin cules eran nuestras pretensiones, para solucionar el problema y solicit su intervencin para que se reanudaran las plticas de avenimiento. Con este motivo, despus del medio da del 28 de marzo, tuvimos una entrevista con el secretario del Trabajo y del Patrimonio Nacional en las oficinas de ste. En esta entrevista los dos funcionarios propusieron que se suspendieran los paros para reanudarse las plticas con la empresa. Les contestamos dicindoles que sta ya haba destituido del servicio a varios trabajadores y lanzado de las casas campamentos a las familias de los reparadores de va; adems estaban siendo detenidos algunos dirigentes locales sin orden judicial, por cuyo motivo nosotros estbamos de acuerdo en recomendar la suspensin de los paros, si la empresa, al mismo tiempo suspenda sus procedimientos y reinstalaba a los destituidos y se pusiera en libertad a los aprehendidos. Como ninguna de las partes ceda, propusieron que a las siete de la noche se continuaran las plticas con la intervencin de la empresa. Estuvimos de acuerdo. Pero esta entrevista ya no se realiz, porque como a las cinco de la tarde fui aprehendido en el restaurante anexo al edificio 83 del Sindicato, en unin de los compaeros Hugo Ponce de Len Rodrguez y Alejandro Prez Enrquez. Yo hice resistencia y estuve forcejeando con mis aprehensores, esperando que los vigilantes sindicales de nuestras oficinas y los cincuenta o sesenta trabajadores que se hallaban en el interior del edificio salieran a auxiliarme; pero nada de esto sucedi, pues parece que la indecisin y el temor cundi entre ellos, a tal extremo que all se quedaron hasta que llegaron a detenerlos como tortolitas dentro de una trampa. Cuando reflexiono sobre estos hechos, me parece increble que los miembros del Comit Ejecutivo General que se encontraban en el edificio sindical, no hubieran discernido que mi aprehensin era el principio de una represin general en contra de nuestro movimiento y que la obligacin de ellos, era la de alertar a los dirigentes y trabajadores de las secciones y tomar las medidas necesarias tanto para su propia seguridad como para continuar la lucha, tal como lo hice el 2 de agosto de 1958 cuando fueron asaltadas las cuatro secciones del Distrito Federal. Es que la sorpresa y el miedo los paraliz al grado de confiar en lo que les haba dicho el licenciado J uan Manuel Gmez Gutirrez, cuando sali a buscarme de que 84 pronto me encontrara y obtendra mi libertad? No lo s. Los nicos que pueden dar respuesta a este fenmeno psicolgico son los propios actores de la dramtica espera. Tampoco puedo adivinar cul sera el resultado de la lucha si mientras forcejeaba y haca resistencia, me hubieran ayudado a soltarme de mis aprehensores. Lo cierto es que el error que cometieron los que ordenaron el asalto a las secciones el 2 de agosto de no detenerme entonces, ahora no lo repitieron, sino que fue lo primero que hicieron antes de generalizar la represin en todo el pas. Tal parece que de esa manera aseguraron el xito de las medidas represivas, descabezando el movimiento. Acaso el tiempo o algunos funcionarios que fueron actores de estos acontecimientos, descubran algn da lo que sucedi entre bambalinas y las fuerzas que intervinieron para que el gobierno rompiera el orden constitucional, que no hizo ni Franco con la huelga minera, ni el gobierno militarista de Argentina con los 42 das de paros ferrocarrileros y con las setenta y dos horas de huelga general de solidaridad a stos, que decretaron los tres millones de trabajadores integrantes de la C.G.T. de aquella repblica del sur. 85 Ca p i t u l o VI Las crticas inoportunas, interesadas y capciosas y los verdaderos errores del ltimo movimiento Despus de iniciado nuestro proceso, surgieron muchos crticos, la mayora, no para ubicar a los responsables en el lugar que les corresponda por la salvaje como arbitraria represin, y tampoco para sealar las justas dimensiones de los errores cometidos, sino para demostrar que nosotros pusimos al gobierno de Lpez Mateos ante la disyuntiva de romper el movimiento y reprimirnos, o ser derrocado. Pero lo irnico del caso, es que el mayor porcentaje de estos crticos fueron gentes de izquierda o de los que alarden ser marxistas o liberales. Algunos dijeron que nuestro ltimo movimiento fue un ataque frontal en contra del gobierno y el resultado lgico tena que ser la represin; otros expresaron que por nuestro 87 sectarismo y la torpeza en el planteamiento, convertimos una cuestin econmica en un conflicto poltico. Entre stos y aqullos se destaca el escritor Roberto Blanco Moheno, quien guiado por un inters mercenario, ha escrito una serie de artculos faltos de sindresis y fuera de la realidad y, slo con el afn de prestigiar al charro ferrocarrilero Luis Gmez Z. y su eterno palafrenero Rubn Moheno, que de paso, es consanguneo del escritor. La diferencia de ste con los dems crticos, es que siempre comenta que nuestro cautiverio es una mancha en el Gobierno y que Lpez Mateos debe ponernos en libertad para eliminarla, aunque para justificar a ste, expresa que con lo que hicimos, en la Unin Sovitica nos hubieran fusilado, pero sin probar su aseveracin y slo con el prurito de exhibirse como anticomunista. El ms sobresaliente de estos crticos fue el licenciado Vicente Lombardo Toledano, porque la crtica que hizo del movimiento en una conferencia que sustent, el Procurador macartista Fernando Lpez Arias la consider tan digna de crdito que, incluso, la present como prueba en el proceso, y el juez Eduardo Lange Martnez, no solo la consider como tal, sino para demostrar nuestra culpabilidad transcribi, en la sentencia, varios prrafos como s fueran sus propios argumentos. 88 Como lo que expres sobre el particular en la vista de apelacin, contesta en lo fundamental a todos los crticos, lo reproducir ntegramente a continuacin: El juez expresa literalmente lo que sigue. El treinta de abril de mil novecientos cincuenta y nueve, en el saln de actos del Comit del Partido Popular en el Distrito Federal, el licenciado Vicente Lombardo Toledano dio lectura a un documento oficial de la Direccin Nacional del Partido Popular, titulado: La situacin poltica de Mxico con motivo del conflicto ferrocarrilero. Examen pblico de los acontecimientos del mes de marzo de mil novecientos cincuenta y nueve, realizado por Vicente Lombardo Toledano, en nombre de la direccin nacional del Partido Popular, el da treinta de abril del mismo ao. Copia de ese documento obra en autos, cuyo contenido fue ratificado en todas y cada una de sus partes por el licenciado Vicente Lombardo Toledano ante el Ministerio Pblico Federal en diligencia que se llev a cabo en la Direccin General de Averiguaciones Previas de la Procuradura General de 89 la Repblica, el da dos de abril de mil novecientos sesenta. Al documento en cuestin corresponden los siguientes prrafos: Los paros escalonados, que haban sido acordados previamente a las discusiones de los tres partidos, estallaron antes de que las huelgas se hubieran producido, lo que provoc nuevamente la ruptura de las plticas. Como condicin para reanudar las conversaciones, el Gobierno pidi que se s us pendi eran los paros. Nuevamente el Sindicato tena en sus manos la posibilidad de resolver, sin mayores dificultades, los conflictos de huelga y las demandas de los trabajadores: pero entre las condiciones que el Sindicato estableci para suspender los paros, no para cancelarlos, agreg otras demandas, como el pago de los dos das de salarios cados por la huelga de los Ferrocarriles Nacionales al mes anterior, el pago del tiempo descontado de la suspensin de los paros, que no figuraban en la peticin inicial. No obstante esta situacin, los representantes del Gobierno y de la empresa prometieron 90 discutir las nuevas demandas, juntamente con las anteriores, a condicin de que el Sindicato levantara los paros. P ero cuando los representantes del Sindicato y de la empresa se hallaban en estas conversaciones, los paros escalonados se convirtieron en paro total, suspendindose el servicio de transportes del pas, en un momento en que la mayora de la poblacin disfrutaba de vacaciones. Cuando esta situacin se produjo, el Gobierno procedi a adoptar medi das represivas... Orden el regreso al trabajo como condicin para discutir posteriormente las demandas de los trabajadores, y como stos se negaron a volver inmediatamente al trabajo, por rdenes del Sindicato, se declararon rotos los contratos colectivos de trabajo y se dej a la empresa en libertad para contratar nuevo personal. (Pginas 53- 54 del documento). El gobierno se vio colocado con el paro indefinido de los ferrocarriles ante una situacin difcil. Y acto violentamente para reanudar el servicio. (Pgina 61 del documento). 91 Por otra parte, las huelgas contra las empresas ferrocarrileras tenan que encontrar la resistencia doble del E stado, como patrn y como representante del patrimonio nacional. No se trataba de movimientos contra empresas privadas en poder de mexicanos ni tampoco de empresas propiedad de capitalistas extranjeros. En esas condiciones, haba que conducir la lucha hasta el lmite de lograr las mayores concesiones posibles, pero sin romper las relaciones con el Estado y, sobre todo, sin enfrentarse a l de un modo directo y por tiempo indefinido actitud que representaba el paro general sin lmite de tiempo porque entonces el conflicto obrero-patronal tena que convertirse en una lucha poltica entre dos fuerzas visiblemente desiguales. (Pgina 59 del documento). Veinte das despus de que el juez decret el auto de formal prisin en contra ma y dems procesados, el licenciado Vicente Lombardo Toledano, cuando todava estaba fresco el impacto de la represin, ley el documento. Ser pura coincidencia la precipitacin de la lectura o lo hizo deliberadamente para 92
justificarse y achacar los errores a otras
personas? P revio Lombardo que ese documento lo podran utilizar como prueba, aunque inconsistente, en contra de los procesados? No lo s, pero lo que s es cierto, es que los prrafos transcritos, falsean groseramente los acontecimientos. El primer paro de solidaridad, estall el 25 de marzo de 1959 exactamente a la hora en que se iniciaron las huelgas en los ferrocarriles del Pacfico y Mexicano. Minutos despus de esa suspensin de labores, el Secretario del Trabajo rompi las plticas, pero no puso ninguna condicin para reanudarlas; por tanto, tampoco existi la posibilidad ni estuvo en manos del Sindicato resolver los problemas, y por lo mismo, es falso que el Sindicato hubiera puesto otras condiciones para suspender los paros, y como la empresa tampoco quiso reanudar las plticas por la actitud del Secretario del Trabajo, el Comit Ejecutivo General, solicit la intervencin del Secretario de Gobernacin y por mediacin de l, el 28 de marzo de 1959, como a las trece horas, hablamos, en las oficinas del Secretario del Patrimonio Nacional, con ste y el Secretario del Trabajo; ambos pusieron como condicin para reanudar las plticas con la empresa, que se suspendieran los paros y nosotros les 93 mani f es tamos que har amos esa recomendacin, si la empresa reinstalaba al mismo tiempo a los destituidos, pero ellos se opusieron. Despus de muchas discusiones y aclaraciones, se convino volver a platicar a las siete de la noche, en la Secretara del Trabajo; pero estas plticas ya no se efectuaron, porque como a las cinco de la tarde fui detenido, y a las ocho de la noche, los granaderos y soldados asaltaron el edificio sindical y aprehendieron a los miembros del Comit Ejecutivo General que se hallaban en el interior. Lo dems son elucubraciones del licenciado Lombardo Toledano. En los dos ltimos prrafos, pretende justificar la represin del Gobierno, al decir que se le coloc en una situacin difcil y tuvo que actuar violentamente para reanudar el servicio, pues sita al Estado con doble personalidad, como patrn y como representante del patrimonio nacional, con lo cual pone a los ferrocarrileros en una situacin peor a la de los burcratas, porque stos slo tienen un patrn: el Estado; en cambio, aquellos tienen dos: el Estado y la empresa. Despus de entender que al transformarse en paro general por tiempo indefinido, se rompieron las relaciones con el Estado y el conflicto obrero-patronal se convirti 94 en una l ucha pol t i ca . Tampoco esto es verdad, pues de acuerdo con la Ley de Ferrocarriles, las relaciones entre la empresa y los trabajadores, son de carcter obrero-patronal y esas relaciones se rigen por la Ley Federal del Trabajo, por consiguiente, los trabajadores slo tienen un patrn: la empresa. Si el Estado es el representante del patrimonio nacional, sus relaciones son con la empresa, no con los trabajadores. El Estado, en los regmenes capitalistas, es el guardin, por decirlo as, para cumplir y hacer cumplir la Constitucin y sus leyes complementarias. Al intervenir, como lo hizo en el caso nuestro, en un conflicto obrero-patronal, violando las normas constitucionales, no actu como guardin ni como patrn, sino como lo que es, un rgano represivo de la clase que representa. Adems, hay que aclarar que el paro general apenas se haba iniciado cuando desencaden la salvaje represin, lo contrario de lo que sucedi con el paro de los ferrocarrileros argentinos en 1961 que, en comparacin, el nuestro fue un juego de nios. El peridico Exclsior, en su edicin de noviembre 10 de 1961, informa a este respecto, entre otras cosas lo siguiente: 95 Buenos Aires, 9 de noviembre (AP). A la media noche del jueves, termin la huelga general de tres das, ordenada por la Confederacin Nacional de Trabajadores, considerada por el gobierno como un fracaso. Vitolo y el ministro de Obras Pblicas y Servicios, Arturo Acevedo, fueron cuidadosamente interrogados por diputados de la oposicin sobre la huelga de 72 horas y el paro indefinido de los ferroviarios. El mismo peridico, el da 13 del mismo mes, public otra noticia que deca, sobre el paro ferroviario, lo que sigue: Buenos Aires, 12 de noviembre (AP). El gobierno del Presidente Arturo Frondizi contina librando la batalla iniciada ltimamente para reorganizar los ferrocarriles argentinos, verdadero cncer de la economa nacional. El balance negativo de los ferrocarriles, que asciende a la astronmica cifra de 23,000 millones de pesos anuales (unos 3,375 millons de pesos mexicanos) representa el 80 por ciento del dficit del 96 presupuesto nacional. El Gobierno, empeado como est en lograr la recuperacin de la economa nacional, no puede darse el lujo de dejar las cosas como estn, comprometiendo as el xito de su plan econmico y financiero. En diciembre 11 de 1961 o sea un mes despus, el propio peridico inform lo siguiente sobre ese problema: Buenos Aires, 10 de diciembre (AFP). A partir de las cero horas del da 11, ser levantada la huelga que durante 42 das paraliz a los ferrocarriles argentinos. Doscientos mil trabajadores del riel retornarn a su trabajo y los trenes circularn de nuevo, sin temor a los atentados y sabotajes. Las bases del acuerdo que puso fin al conflicto pueden resumirse de la manera siguiente: -Mantenimiento del sistema de indemnizaciones para los ferroviarios que pidan su retiro. -Constitucin dentro de treinta das, de 97 un directorio de la empresa de los ferrocarriles, que comprender un presidente, vicepresidente y seis vocales, designados por el Estado, y dos representantes de los sindicatos obreros. -Aumento de salarios del 20 por ciento, ms mil pesos por mes. -Prstamo del Estado a la empresa por 500 millones de pesos, para hacer efectivo el aumento de sueldos. Como se ve, tres millones de trabajadores afiliados a la GCT argentina, realizaron un paro general de 72 horas en apoyo a 200 mil ferrocarrileros, repito, doscientos mil, no setenta mil como en el caso del paro de los ferrocarrileros mexicanos. All tambin los ferrocarriles estn nacionalizados y con un dficit de 3,375 millones de pesos mexicanos; y a pesar de que el paro ferroviario dur cuarenta y dos das y la huelga general de la central obrera s fue de carcter poltico, porque abarc a todas las industrias y servicios del pas, el gobierno conservador y militarista de Argentina, no actu ni como patrn ni como rgano represivo de la clase que representaba, sino como guardin de 98 la Ley y la Constitucin, lo que no hizo el gobierno que se dice revolucionario, heredero directo de los ideales de Hidalgo, de Morelos, de J urez, de Madero, de Zapata y continuador de los postulados de la Revolucin Mexicana, que Lombardo, tan desatinadamente, pretendi defender en su documento, y que el juez, incapaz de razonar y argumentar lgica y legalmente, lo utiliz para hablar por boca de ganso. Es explicable que el licenciado Rodolfo Gonzlez Guevara, secretario general del PRI, para responder al PAN haya utilizado la tribuna de la pasada campaa electoral para despotricar en contra ma y del movimiento ferrocarrilero y ensalzar a un rgimen que rompi el orden constitucional, toda vez que vive, se enriquece y se nutre del presupuesto y en ste tiene fincado su porvenir. Lo que es inexplicable es la actitud de los crticos que se jactan de ser izquierdistas, liberales y hasta marxistas, al enjuiciarnos a pesar de que nosotros somos las vctimas, no los victimarios. A estos valientes slo en el anlisis de las derrotas y a los mentirosos y desvergonzados como todos los Gonzlez Guevara, es conveniente refrescarles la memoria para ver si as les remuerde un poco la conciencia y no olviden jams, que la dignidad 99 no es atributo de los cobardes que se escudan en la impunidad y, que para seguir recibiendo favores, critican al dbil para tratar de justificar los actos arbitrarios y anticonstitucionales del Doderoso, que todava haya hombres dignos que, en el momento oportuno y sin alardear de . 3 entes, protestaron y sealaron al Presidente de la Repblica que sus procedimientos en contra de los ferrocarrileros eran legales y violatorios a las normas constitucionales. Estos hombres fueron los que a la sazn integraban el Consejo Directivo de la Barra Mexicana de Abogados. Y para que no haya duda de la mediocre y cobarde estatura de nuestros crticos, transcribir la valiente, impecable y justa protesta que dej desde entonces sin monokini al Poder Ejecutivo, al Poder J udicial y a sus corifeos; y ser siempre el eco histrico que clamar justicia golpeando la conciencia del que prometi al pueblo que nada hara en contra, por encima y al margen de la Constitucin. He aqu el texto: Frente a los acontecimientos que actualmente han conmovido al pas, el Consejo Directivo de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, en su ltima sesin acord manifestara usted 100 que se hace cargo de la necesidad que tuvo el Gobierno Federal de enfrentarse con rapidez y eficiencia a una situacin que hac a pel i grar nues tras instituciones. Entendemos bien que el Estado tiene el derecho, an ms, est obligado a hacer uso de toda la fuerza para que se cumpla con la Ley y para estos casos de urgencia extrema, nuest ra Const i t uci n pr ev la suspensin de garantas. La Barra Mexicana, sin embargo, frente a los mismos acontecimientos, lamenta profundamente que las autoridades encargadas de hacer respetar la Constitucin y la Ley, las hayan violado tan gravemente. En efecto, de acuerdo con las informaciones de la prensa y declaraciones de autoridades, se ha llegado al conocimiento de que ha h a b i d o c o n c e n t r a c i o n e s inconstitucionales con todas sus consecuencias; de detenciones que carecen de los requisitos exigidos por la Ley y hasta en contra, en ocasiones de sujetos no identificados; de traslado de detenidos fuera de la jurisdiccin de los jueces competentes; de violaciones abiertas a las normas constitucionales 101 relativas a la consignacin de los detenidos; de restriccin a la libertad de prensa y de violaciones cometidas por diversas autoridades a las garantas de reunin pacfica y de libre asociacin. Este Colegio de Abogados en cumplimiento de sus finalidades corporativas que son, entre otras, fomentar en sus asociados y en la sociedad en general el espritu de justicia y trabajar por la plena realizacin de la seguridad y de todos los valores del derecho, as como de pugnar por el mejoramiento de la administracin de justicia y por la correcta aplicacin del derecho por todas las autoridades, pide a usted muy atenta y respetuosamente que haga cesar las violaciones a la Constitucin y las leyes que se han mencionado. Queda, pues, probado, que desde el principio de la represin y hasta que se dict la monstruosa sentencia en contra nuestra, no es ms que la historia de violaciones flagrantes de las leyes y normas constitucionales, y si ya llevamos ms de cinco aos y medio privados de libertad, se debe quiz a reminiscencias atvicas de venganza o 102 al miedo cerval que nos tienen y por eso nos han dejado encerrados como ejemplo, para que otros no intenten, como nosotros, luchar por mejores condiciones de vida y de trabajo y reivindicar la independencia sindical y el derecho de los obreros y campesinos de elegir y deponer a sus dirigentes, o porque seguimos siendo tiles como instrumentos de chantaje a los fines polticos y econmico del Gobierno desde el punto de vista nacional e internacional. Esta es la verdad escueta, desnuda, tajante. No hay que buscarle tres pies al gato sabiendo que tiene cuatro. Tratar de justificar lo injustificable o de legalizar lo ilegalizable, no es ms que oportunismo puro de 24 quilates. Nunca como ahora qued al descubierto la total y definitiva falta de independencia del Poder J udicial, al someterse incondicionalmente a la consigna poltica. Ser la psiquiatra la que diagnostique las causas de esta sumisin, puesto que todos los que en una forma u otra intervinieron en la represin y en nuestro proceso, han sido premiados y yo no estoy capacitado para analizar si fue por incapacidad, por servilismo, por cobarda, por cohecho, por venalidad o por ser el nico medio ms fcil de obtener un ascenso, lo que les indujo a asumir esa actitud de franca indignidad. 103 Encabezan esta lista de honor, los siguientes abogados. Mara Cristina Salmorn de Tamayo, por haber decretado la inexistencia de las huelgas ferroviarias de 1959, fue ascendida, de presidenta de la J unta Federal de Conciliacin y Arbitraje a magistrada de la Suprema Corte de la Nacin. Agustn Tllez Cruces, por haber dictado un auto colectivo de formal prisin en contra nuestra, fue ascendido de juez segundo de distrito en materia penal a magistrado del Tribunal Colegiado del Quinto Circuito de Puebla. Enrique Canudas Flores, por habernos negado el amparo en contra del auto de formal prisin, fue ascendido, de juez primero de distrito en materia penal a magistrado del Tribunal Colegiado del Primer Circuito del Distrito Federal. Este no disfrut por mucho tiempo de la canonja, porque pronto fue a conocer el ms all y en donde Dios lo debe tener a fuego lento en el infierno. Fernando Lpez Arias, alias boca chula, por haber ordenado la represin y montado el infame proceso, fue ascendido, de Procurador General 104 de J usticia a Gobernador del Estado de Veracruz. Salvador Martnez Rojas, por haber sentenciado al gran pintor David Alfaro Siqueiros y al periodista revolucionario Filomeno Mata a 8 aos de prisin, fue ascendido, de juez penal a magistrado del Tribunal Superior de J usticia del Distrito Federal. Pedro Guerrero Martnez, por haber sancionado la sentencia y la confirmacin de sta en contra de Siqueiros y Mata, fue ascendido, de presidente del Tribunal Superior de J usticia del Distrito Federal a ministro de la Suprema Corte. Juan Jos Gonzlez Bustamante, por haber negado el amparo a varios ferrocarrileros del sistema, fue ascendido de magistrado de la Suprema Corte a senador de la Repblica, por San Luis Potos. El 15 de diciembre de 1964, se le nombr subprocuradordel Distrito Federal. Eduardo Langle Martnez, por habernos sentenciado, fue ascendido de juez segundo de Distrito en materia penal a magistrado del Tribunal Colegiado de Circuito de Chiapas; pero 105 acaso porque lo siguen necesitando aqu en las consignaciones en contra de los banqueros, o quiz debido a algn fenmeno psquico o tal vez porque espera un premio mayor, no ha ido a tomar posesin de su nuevo puesto. Desde cualquier ngulo que se vea: el constitucional, el revolucionario o el sindicalista, la vasta represin no tuvo razn de ser y nuestro largo cautiverio es totalmente injusto, ilegal y arbitrario; sencillamente imperdonable en un rgimen de derecho y de democracia representativa. Ahora bien, partiendo de estas consideraciones, se plantean las siguientes interrogaciones: Cules fueron nuestros errores? Realmente hubo errores o fueron imprevisiones? Pudo evitarse la represin? Es cierto que la empresa, sus agentes y los del Gobierno, despus que tomamos la direccin sindical, o para ser ms exacto, a raz de que asumi el puesto de gerente Benjamn Mndez y mientras ms se aproximaba el fin del plazo legal para la revisin del contrato, intensificaron sus actividades para minar la autoridad del nuevo Comit Ejecutivo General y romper, de esta manera, la unidad de los ferrocarrileros. 106 Para este trabajo no escatimaron ni dinero ni propaganda, y como los viejos charros estaban asustados por las represalias que ejercieron en contra de ellos los trabajadores, utilizaron los servicios del futuro charro Luis Gmez Z., quien con sus partidarios en la VI Convencin Sindical y algunos puestos en el Comit General de Vigilancia y Fiscalizacin y en los comits ejecutivos locales de las secciones, se convirtieron en quintacolumnistas dentro del Sindicato y fueron los que provocaron artificialmente muchos problemas, en unin de algunos miembros del Comit Ejecutivo General que estaban siendo sobornados por la empresa. Pero es verdad tambin que esta grave situacin no la supimos aquilatar en toda su magnitud y ni estudiamos ni medi mos sus posi bl es consecuencias, especialmente despus de la huelga con la que se revis el contrato colectivo de trabajo en los Nacionales. Precisamente la forma como fue resuelta esta huelga, debi de habernos alarmado, puesto que ya desde entonces el gobierno estuvo a punto de romperla. Slo el cambio rpido de nuestra actitud frente al peligro y nuestra flexibilidad al aceptar las proposiciones hechas por la empresa un da antes que estallara, hicieron abortar la represin, de la cual tena conocimiento el 107 gerente Benjamn Mndez, pues es indudable que esa fue una de las causas de la resistencia que puso al Secretario del Trabajo, cuando ste le dio a conocer las condiciones convenidas por el Presidente y nosotros para darle trmino a la huelga. Hoy, al mediiar sobre aquellos acontecimientos, llego a la conclusin que estuvo en nuestras manos convencer a los trabajadores de los ferrocarriles del Pacfico, Mexicano y Compaa Terminal de Veracruz, que dejaran pendiente para plantearla en la revisin de sus contratos, la reclamacin del 16.66% sobre los 215.00, ya que en el caso de las violaciones contractuales exista la posibilidad de que seran resueltas, o sea, que estuvimos en condiciones de no emplazar las huelgas o, cuando menos, despus de emplazarlas, limitarlas, lo que tampoco hicimos. Esto no quiere decir, que nuestros procedimientos no fueran legales ni justos y se pretenda con ello demostrar que al gobierno lo obligamos a reprimirnos, como argumentan nuestros crticos. No, no se trata de eso. Lo que deseo es dar a entender y precisar llana y sencillamente, que nos equivocamos al considerar que un rgimen de derecho, revol uci onar i o y de democraci a representativa, era ms respetuoso de la 108 Constitucin, que un gobierno dictatorial como el de Espaa o militarista como el de Argentina. Esta simplista apreciacin nos hizo olvidar que en uno u otro rgimen, las oligarquas son i gual mente f er oces y vengati vas , particularmente las democrticas en los pases subdesarrollados, cuando se intenta afectarlas, aunque sea en mnima parte, sus intereses econmicos o polticos. Sin este olvido, lo lgico hubiera sido hacer una pausa, despus de la ltima huelga en los Nacionales, en el planteamiento de las demandas de los ferrocarrileros de otras empresas, para reorientar y reorganizar nuestras fuerzas y buscar la solidaridad militante y efectiva de otras organizaciones obreras. Lo cierto es que se sobreestimaron las declaraciones legalistas y constitucionales del nuevo Presidente; pero lo peor no fue tener esta confianza para los emplazamientos de las huelgas puesto que stas se ajustaron estrictamente a las normas jurdicas vigentes, sino cuando se determin que los ferrocarrileros de los Nacionales, decretaron paros de solidaridad en apoyo de los huelguistas. Ahora, que ya no existe ningn peligro de que mis revelaciones puedan ser usadas como pruebas, tal como sucedi con la conferencia 109 de Lombardo Toledano, considero de justicia que se conozca el origen de estos hechos, para que la crtica y la autocrtica srvan positivamente de escuela para perfeccionar la tctica de lucha de los trabajadores, y no para asumir una actitud oportunista o para lavarse las manos como Pilatos. Unos das antes de que estallaran las huelgas en las empresas del Pacfico y Mexicano, un ferrocarrilero me inform que el Partido Comunista Mexicano, el Partido Obrero Campesino Mexicano (ya desaparecido) y el Partido Popular (hoy Popular Socialista), haban acordado que los trabajadores de los Nacionales, realizaran paros escalonados en apoyo de los ferrocarrileros de las otras empresas y que lo haban comisionado para informar a los secretarios locales de las cuatro secciones del Distrito Federal, a efecto de que los pusieran en prctica, en la misma hora y fecha en que se iniciaran las huelgas. Mi respuesta inmediata fue en el sentido de que no diera la informacin y que dijera a los representantes de los tres partidos, que dejaran en suspenso el acuerdo por una o dos semanas o hasta conocer el resultado definitivo de las plticas de avenimiento, ya que no haba duda de que las huelgas seran declaradas 110 inexistentes por la J unta Federal de Conciliacin y Arbitraje. El comisionado me manifest que como ya era acuerdo de los tres partidos, tena que cumplirlo. Un da despus de esta informacin, pude eludir la vigilancia policaca a que me haba sometido el Gobierno, y habl con uno de los representantes de los partidos, a quien reiter mi opinin de que se suspendiera el acuerdo provisionalmente; pero ste expres que ya no era posible que los tres partidos lo reconsideraran. El mismo da 25 de marzo de 1959, despus que el Secretario del Trabajo rompi las plticas al serle informado del primer paro, mand aviso al propio representante de uno de los partidos, sobre este rompimiento y que mi opinin y la del licenciado Mario Pavn Flores, era que se suspendieran los paros en los Nacionales; adems, le precis que con la urgencia que el caso requera se me informara, con la misma persona, lo que determinaran los tres partidos sobre el particular. Esta persona, despus de encomendarle la misin para la cual estaba designada ex profeso, desapareci como por encanto, y hasta que fui aprendido en la tarde del 28 de marzo, no la volv a ver. El licenciado Vicente Lombardo Toledano expresa en su conferencia de abril 30 de 1959, que no se discuti entre los representantes de m I los tres partidos, lo relacionado con los paros. Si es cierta esta aseveracin, y todo indica que lo es, puesto que los representantes del Partido Comunista y Partido Obrero Campesino ni entonces ni despus la desmintieron, eso quiere decir, que se procedi con dolo y mala fe cuando se me inform que haba sido acuerdo de los tres partidos que los ferrocarrileros de los Nacionales efectuaran los paros de solidaridad. Para m, me pareci sumamente temerario el supuesto acuerdo de los tres partidos, cuyas razones para tomarlo sigo ignorndolas, pero es de suponerse que con los paros se trataba de forzar una solucin rpida y favorable a las huelgas o convertirlos en el pretexto que andaban buscando para jalar el gatillo del arma de la represin, que desde haca mucho tiempo nos estaba apuntando y que se hizo evidente y crtica en la huelga que revis el contrato de los Nacionales, pues antes y despus de sta, el Gobierno vea que nuestros triunfos estaban repercutiendo en el movimiento obrero y tena, si continuaban, perder su control y ser considerado por la oligarqua, dbil e incapaz de garantizar las inversiones extranjeras, al permitir que los trabajadores ejercieran libremente los derechos que la Constitucin les otorga. 112 No me parece correcto ocultar que me di perfectamente cuenta, o cuando menos, intu el peligro que entraaba el acuerdo de los paros, pues solo los ofuscados con la euforia de los triunfos y los tericos empedernidos del sindicalismo, no se percataron de l. Sin embargo, y a despecho de esta certeza o intuicin, no me opuse al acuerdo, porque slo dos o tres de los integrantes del Comit Ejecutivo General y Comit General de Vigilancia y Fiscalizacin, no pertenecan a ninguno de los tres partidos, y como se me inform que era un acuerdo de stos, me pareci, ante la gravedad de la situacin, muy peligroso plantear las divergencias y tratar de imponer mi criterio a la mayora, y por eso hice todo lo posible para que fueran los propios partidos los que hicieran la rectificacin. Esta circunstancia y el hecho de que me hayan engaado, no me releva, de ninguna manera, de la responsabilidad que como secretario general del Sindicato me corresponde por mi actuacin o pasividad en los acontecimientos; pero tampoco es para paliar o justificar la violacin y rotura del orden constitucional que cometi el Gobierno al destruir, desde entonces, el derecho de huelga, de reunin, de expresin, de organizacin, de manifestacin, de eleccin; al reprimir salvaje y 113 arbitrariamente a los ferrocarrileros y al tenernos privados de libertad desde hace ms de cinco aos y medio, no importndole haber violado y seguir violando grosera y flagrantemente las normas ms elementales de las leyes penales y de la Constitucin de la Repblica, porque los trabajadores que realizan una huelga o un paro (suspensin de labores), no incurran en responsabilidad penal, sino civil, por la sencilla razn legal de que slo se concretan a ejercer un derecho que la Carta Magna les otorga, el de trabajar o dejar de hacerlo. Por eso, ninguna obra material por ms grandiosa que sea, podr borrar jams del sexenio del presidente Adolfo Lpez Mateos, la mancha infamante y monstruosa de este crimen jurdico. Ojal que esta dolorosa experiencia sirva a los partidos revolucionarios, para que no intervengan directamente en las luchas sindicales, sino que se concreten al papel de modestos asesores cuando sean requeridos para ello, pero nunca se conviertan en rbitros para decidir lo que se debe hacer en un problema dado, especialmente si las personas fsicas que intervienen en la decisin, no sean ellas mismas las ejecutoras de sta o las responsables 114 directas de su resultado en la prctica, pues en todo ti empo, deben ser los rganos responsables del Sindicato, los que decidan una uotra cosa. Terminado de escribir en la Crcel Preventiva del Distrito Federal, a los 7 das del mes de noviembre de 1964. DEMETRIO VALLEJO M. 115 De izquierda a derecha: Demetrio Vailejo Martnez, Heberto Castillo y J os lvarez Icaza. En una asamblea nacional del Partido Mexicano de los Trabajadores. .