Leyendas de La Comunidad

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El cadejo

Hubo un joven que era muy trasnochador. Se llamaba Carlos Roberto y era guardin de un terreno. Siempre que regresaba ya muy entrada la noche, encontraba un perro blanco enfrente de su puerta. Era grande y peludo, pero nunca dejaba que Carlos se le acercara. El perro al ver que l entraba a su casa se sacuda, daba vuelta y desapareca. Y esto suceda todas las noches que Carlos llegaba muy tarde a su casa. Un da de tantos, Carlos quiso seguirlo para verlo de cerca y de donde vena, pero nunca lo logro alcanzar. Alguien le dijo que era El Cadejo, y que cuidaba de su mujer y sus hijos cuando el no estaba.Este es el Cadejo bueno, el que anda y cuida a las mujeres, porque el Cadejo negro es que siempre anda detrs de los hombres que estn borrachos 2) Hace tiempo, cuando don Hctor estaba en la estudiantina de la iglesia, sala con sus amigos a dar serenatas por todas las calles. Y una de estas veces le paso algo inexplicable. Ya venan de regreso de una serenata, y durante el camino de regreso, todos los muchachos se iban quedando en calles distintas, para ir a sus casas. Ya solo quedan don Hctor y don Felipe, al pasar por el parque, se les peg un perro negro de gran tamao y con los ojos rojos; empezaron a caminar ms rpido, pero el perro no de perda. Ya los dos se empezaron a sentir cansados de caminar, al llegar a la casa de don Felipe, se entraron los dos y cerraron rpido la puerta, entonces aquel perro empez a empujar la puerta con los cascos de sus patas, la mama de aquel joven sali con un crucifijo y le hizo la seal de la cruz, despus de esto, el perro desapareci. Don Hctor deca que el Cadejo se los quiso llevar. 3) Jos haba estado chupando con sus amigos durante todo el da, y ya entrada la noche estaba tan bolo que se qued tirado en una calle. En horas de la madrugada, ya medio bueno, se estaba tratando de parar, cuando vio un perro negro muy lanudo que le paso la lengua por la boca. Con mucho trabajo se logro parar, y se fue como pudo se fue caminando por todas la calles; detrs de l iba el perro, que hacia ruido con sus casquitos de cabra. En el tanque de San Gaspar uno hombres quisieron robarle a Jos, pero el gran perro lo defendi y lo sigui hasta dejarlo en la puerta de su casa. Despus de ese da el perro lo sigui durante nueve noches seguidas. Porque cuando el Cadejo, le lame la boca a uno le sigue por nueve das. Y tambin uno nunca ms deja de tomar, por eso Jos se muri por bolo.

La Llorona
La Llorona, la mujer fantasma que recorre las calles de las ciudades en busca de sus hijos. Cuenta la leyenda que era una mujer de sociedad, joven y bella, que se caso con un hombre mayor, bueno, responsable y carioso, que la consenta como una nia, su nico defecto... que no tenia fortuna. Pero el sabiendo que su joven mujer le gustaba alternar en la sociedad y " escalar alturas ", trabajaba sin descanso para poder satisfacer las necesidades econmicas de su esposa, la que sintindose consentida despilfarraba todo lo que le daba su marido y exigindole cada da mas, para poder estar a la altura de sus amigas, las que dedicaba tiempo a fiestas y constantes paseos. Marisa Lpez de Figueroa, tuvo varios hijos estos eran educados por la servidumbre mientras que la madre se dedicaba a cosas triviales. As pasaron varios aos, el matrimonio. Figueroa Lpez, tuvo cuatro hijos y una vida difcil, por la seora de la casa, que repulsaba el hogar y nunca se ocupo de los hijos. Pasaron los aos y el marido enferm gravemente, al poco tiempo muri, llevndose " la llave de la despensa ", la viuda se qued sin un centavo, y al frente de sus hijos que le pedan que comer. Por un tiempo la seora de Figueroa comenz a vender sus muebles. Sus alhajas con lo que la fue pasando. Pocos eran los recursos que ya le quedaban, y al sentirse intil para trabajar, y sin un centavo para mantener a sus hijos, lo pens mucho, pero un da los reuni dicindoles que los iba a llevar de paseo al ro de los pirules. Los ishtos saltaban de alegra, ya que era la primera vez que su madre los levaba de paseo al campo. Los subi al carruaje y sali de su casa a las voladas, como si trajera gran prisa por llegar. Lleg al ro, que entonces era caudaloso, los bajo del carro, que ella misma guiaba y fue aventando uno a uno a los pequeos, que con las manitas le hacan seas de que se estaban ahogando. Pero ella, tendenciosa y fra , vea como se los iba llevando la corriente, haciendo gorgoritos el agua, hasta quedarse quieta. A sus hijos se los llevo la corriente, en ese momento ya estaran muertos . Como autmata se retiro de el lugar, tomo el carruaje, sali como "alma que lleva el diablo ", pero los remordimientos la hicieron regresar al lugar del crimen. Era intil las criaturas haban pasado a mejor vida. Cuando se dio cuenta de lo que haba hecho, se tiro ella tambin al ro y pronto se pudieron ver cuatro cadveres de nios y el de una mujer que flotaban en el ro.

Dice la leyenda que a partir de esa fecha, a las doce de la noche, la seora Marisa venia de ultratumba a llorar su desgracia: sala del cementerio (en donde les dieron cristiana sepultura) y cruzaba la ciudad en un carruaje, dando alaridos y gritando Aaaaay mis hijos Donde estarn mis hijos y as hasta llegar al ro de los pirules en donde desapareca. Todas las personas que la vean pasar a medianoche por las calles se santiguaban con reverencia al escuchar sus gemidos y gritos. Juraban que con la luz de la luna vean su carruaje que conduca una dama de negro que con alaridos buscaba a sus hijos. Las mujeres cerraban las ventanas, y al trasnochador que venia con copas, hasta la borrachera se le quitaba al ver aquel carro que conduca un espectro, donde iba la llorona, del carruaje salan grandes llamaradas y se escuchaba una largo y triste gemido de una mujer, un esqueleto vestido de negro, el que guiaba el carruaje, jalado por caballos briosos. Un da, cuatro amigos, hacindose los valientes, quisieron seguir al carruaje que corra a gran velocidad por cntrica calle de Aguascalientes que daba al ro pirules. Ellos la seguan, temblando de miedo, pero dndose valor con las copitas, dio un ultimo grito de tristeza y dolor Aaaay mis hijos y desapareci con todo y carruaje.

El Sombreron
Celina tena los ojos negros y grandes y el pelo largo y ondulado. Todos la admiraban. Un da, como a las seis de la tarde, aparecieron en la esquina de la casa de Celina cuatro mulas amarradas. Pasaron por all dos vecinas y una de ellas dijo: "Qu raro! No sern las mulas del sombrern?". "Dios nos libre!" dijo la otra, y salieron corriendo. A esa hora, Celina comenzaba a dormirse porque ya se senta muy cansada. Entonces comenz a oir una msica muy bonita y una voz muy dulce que deca: "eres palomita blanca como la flor de limn, sino me das tu palabra me morir de pasin" Desde ese da, todas las noches, Celina esperaba con alegra esa msica que slo ella escuchaba. Un da no aguant la curiosidad y se asom a la ventana y cual siendo la sorpresa, ver a un hombrecillo que calzaba botitas de piel muy brillante con espuelas de oro, que cantaba y bailaba con su guitarra de plata, frente a su ventana. Desde entonces, Celina no dej de pensar en aquel hombrecito. Ya no coma, slo viva esperando en momento de volverlo a escuchar. Ese hombresito la haba embrujado. Al darse cuenta los vecinos, aconsejaron a los padres de Celina que la llevaran a un convento para poderla salvar, porque ese hombrecito era el "puritito duende". Entonces Celina, fue llevada al convento donde cada da segua ms triste, extraando las canciones y esa bonita msica. Mientras tanto el hombrecito se volva loco, buscndola por todas partes. Por fn la bella Celina no soport la tristeza y muri el da de Santa Cecilisa. Su cuerpo fue llevado a la casa para velarlo. De repente se escuch un llanto muy triste. Era el sombrern, que con gran dolor llagaba a cantarle a su amada: "ay...ay... maana cuando te vayas voy a salir al camino para llevarte el pauelo de lgrimas y suspiros" Los que vieron al sombrern cuentan que gruesas lgrimas rodaban mientras cantaba: "estoy al mal tan hecho que desde aqu mi amor perd, que el mal me parece bien y el bien es mal para mi". Toda la gente lloraba al ver sus sufrimiento. Y cuentan que para el da de Santa Cecilia, siempre se ven las cuatro mulas cerca de la tumba de Celina y se

escucha un dulce canto: "corazn de palo santo ramo de limn florido por qu dejas en el olvido a quien te quiera tanto?" Y es que se cuenta que el sombrern nunca olvida a las mujeres que ha querido.

La leyenda de la siguanaba
Segn lo que cuenta la leyenda, todos los trasnochadores estn propensos a encontrarla. Sin embargo, persigue con ms insistencia a los hombres enamorados, a los Don Juanes que hacen alarde de sus conquistas amorosas. A estos, la Siguanaba se les aparece en cualquier tanque de agua en altas horas de la noche, o a orillas de ros segn otras versiones. La ven bandose con una palangana de oro y peinando su hermoso cabello negro con un peine del mismo metal, su bello cuerpo se trasluce a travs del camisn. Dicen las tradiciones que el hombre que la mira se vuelve loco por ella. Entonces, la Siguanaba lo llama, y se lo va llevando hasta un barranco. Ensea la cara cuando ya se lo ha ganado, su rostro se vuelve como de muerta, sus ojos se salen de sus cuencas y se tornan rojos como si sangraran. Su antes tersa y delicada piel se torna arrugada y verduzca, sus uas crecen y suelta una estridente risa que paraliza de terror al que la escucha. Para no perder su alma, el hombre debe morder una cruz o una medallita y encomendarse a dios. Otra forma de librarse del influyo de la Siguanaba, consiste en hacer un esfuerzo supremo y acercarse a ella lo ms posible, tirarse al suelo cara al cielo, estirar la mano hasta tocarle el pelo, y luego tirar el l. As la Siguanaba se asuta y se tira al barranco. Otras versiones dice que debe agarrarse de una mata de escobilla, y as, cuando ella tira de uno, al agarrarse la vctima de la escobilla, ella siente que le tiran del pelo. Esta ltima prctica es ms efectiva, ya que es el antdoto propio que contrarresta el poder malfico de esta mujer mgica. Un mtodo funcional al observar a una mujer en el ro sin saber si es la Siguanaba, consiste en gritar tres veces seguidas: No te vas a ir Mara pata de gallina. Si es la Siguanaba se asustar y se lanzar al barranco, si no era ella te dirn que ests loco, pero al menos estars seguro.

El Sisimite
Segn narra la leyenda, El Sisimite, tambin conocido como Itacayo es un monstruo muy parecido al temible Pie Grande de Los Estados Unidos, y al Yeti del Tibet tanto en apariencia como en sus misteriosos avistamientos. El Sisimite es una especie de mono, o monstruo, de largo pelaje, gran altura y mucha fuerza que habita en las cuevas que estn en lo profundo e inaccesible del bosque, se alimenta de frutas y vaga libremente por las montaas ms altas. Se dice que los Sisimites bajaban de las montaas a lugares ms transitados del bosque en busca de mujeres, a las que secuestraban y se las llevaban a sus cuevas, naciendo de esta unin una especie de hombres mono, una de las caractersticas del Sisimite es que los pies los tiene al revs lo que creaba un efecto en sus huellas que simulaban que ya haba pasado por all cuando en realidad estaba cerca. Muchos pobladores an comentan con admiracin la asombrosa historia de una mujer que logr escapar de la cueva donde la tena secuestrada el Sisimite, se dice que el monstruo al darse cuenta del escape persigui a la mujer con los tres hijos de ambos pero ella no se detuvo y cruz el rio, del otro lado se detuvo un instante y vio como el Sisimite enojado porque no regreso tir los nios al rio y se ahogaron. Al Sisimite se le asocia al Dios Chac de la Cultura Maya y los pobladores aseguraban que en el interior de las cuevas estn grabadas las manos y huellas que dejaron los Sisimites.

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