Enemigo Oculto

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ENEMIGO OCULTO: EL SILENCIO

ENEMIGO OCULTO: EL SILENCIO

Cuantas preguntas surgen en mi cabeza al pensar en todo en


cuanto me han enseñado acerca de Dios, ¿Quién es ese ser del
cual todo el mundo habla, por el cual otros pelean y el cual pocos le
creen?

Me dijeron que era un ser maravilloso que solo irradiaba amor,


que por eso debía creer en Él, pero nunca me dejaron decidir si
quería o no seguirlo. A lo largo de mi vida, me he dado cuenta las
contradicciones que tenemos los seres humanos en cuanto a lo que
decimos, hacemos y pensamos, prueba de esto son todas aquellas
violaciones al amor que se ha tenido en la historia de la humanidad,
por ejemplo el holocausto, en donde la iglesia pretendió no escuchar
nada, guardando silencio y convirtiéndose en cómplice de miles de
asesinatos; siempre se nos ha dicho que la iglesia ayudo con
refugios pero: “me temo que no hay pruebas que sugieran que el
vaticano cursara con instrucciones a las instituciones de la iglesia
para que ofrecieran refugio y consuelo a los judíos que escapaban
de las redadas…en cambio, si hay evidencia… de numerosos judíos
que buscaban refugio en las propiedades de la iglesia y fueron
rechazados”1

1
Silva, Daniel. El confesor. Nueva York: Planeta internacional, 2005. 96
ENEMIGO OCULTO: EL SILENCIO

Verdad o mentira, no lo sabemos ni lo sabremos nunca,


puesto que como dice “Susan Zuccotti experta en el holocausto: es
un hecho que casi nunca se cuestiono, ni se puede cuestionar”2

Todo esto me deja un sinsabor, que me hace recordar que


hace 2009 años “vino al mundo un maestro”3 que llamamos “hijo de
Dios”, el cual nos enseño que Dios es padre: “¡Cuánto mas su padre
del cielo dará cosas buenas a los que se lo pidan!” (MT. 7, 11), nos
enseño a no tener miedo:” ¿Por qué tienen miedo?” (MT. 8, 26),
perdono nuestros pecados: “animo hijo, tus pecados quedan
perdonados” (MT. 9, 2), además de esto nos enseño a creer, a tener
fe: “animo hijo, tu fe te ha salvado” (MT. 9, 22), ante todo, nos
enseño que nos debemos amar los unos a los otros, pero estas
enseñanzas quedaron escritas únicamente en papel y no en el
corazón de las personas, puesto que aun vemos a diario violencia,
secuestros, asesinatos, actos faltos de amor y nuevamente la iglesia
calla, junto a ella también nosotros guardamos silencio, que
enemigo este el que tenemos, enemigo que no nos deja elevar uno
voz de protesta, una voz de esperanza.

Callamos tal vez por miedo, por vergüenza porque no creemos


inútiles, o incapaces, pero si algún DIA “un hombre le dijera a Dios
que su mayor deseo consiste en ayudar al mundo atormentado a
cualquier precio, y Dios le contestara y le explicara lo que debía
hacer”4, ¿seria el hombre capaz de realizar esta tarea? Pienso que
2
IBID. 305
3
Bach, Richard. Ilusiones. Bogota: Pomaire, 1997.11
4
IBID. 19
ENEMIGO OCULTO: EL SILENCIO
no, puesto que la arrogancia y la envidia del ser humano es más
grande que su amabilidad, sin embargo, el ser es capaz de cosas
maravillosas y grades cuando deja de lado su propio beneficio y
desea ayudar a los demás.

Ahora bien, “si Dios le hablara directamente a la cara y le


dijera: os ordeno que seáis felices en le mundo mientras viváis, que
haría entonces?” 5

Difícil situación, la felicidad, es engañosa y caprichosa, pero es


lo único que nos pide Dios, que seamos felices, es precisamente
desde esta perspectiva, donde comienzo a darle sentido a mi
existencia, porque siendo feliz soy yo misma y al ser yo misma
puedo decir lo que pienso y actuar conforme a como digo, sin
hipocresías, sin miedos y ante todo sin guardar silencio. Solo así,
podré algún día escuchar en la paz de mi habitación las palabras:
“ego te absolvo a peccatis tuis in namme patris et filii et espiritus
sanctr. Amen”6 podré entonces suspirar fuertemente y recordar para
siempre “ que el amor es mas fuerte que el odio”7

BIBLIOGRAFIA

5
IBID. 20
6
Silva, Daniel. El confesor. Nueva York: Planeta internacional, 2005. 17
7
IBID. 41
ENEMIGO OCULTO: EL SILENCIO

Bach, Richard. Ilusiones: Bogotá: pomaire, 1997.pp 139

La Biblia de América. Cuarta edición. España: La casa de la Biblia, 1999.


pp 1639

Silva, Daniel. El confesor. Nueva York: Planeta internacional, 2005. pp 303

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