Posicin

de la Repblica Dominicana en torno a la Sentencia TC 168-13 La Repblica Dominicana quiere reafirmar, en este escenario, su serio y profundo compromiso con el respeto a la Constitucin, las leyes y la independencia de los poderes pblicos y rganos constitucionales; as como una plena disposicin de dilogo y apertura con la comunidad internacional. De la misma forma, el gobierno dominicano respeta firmemente los preceptos de la Carta Democrtica Interamericana, en especial en lo referente a los derechos humanos y las libertades fundamentales, como componentes esenciales de la democracia. El Presidente Danilo Medina ha reiterado en numerosas ocasiones su decisin de construir las relaciones internacionales de la Repblica Dominicana sobre la base de la colaboracin entre pases hermanos, la bsqueda de alianzas, la solidaridad y el desarrollo sostenible. El respeto a la soberana de los dems pases es punto clave en esa decisin. Reconocemos ante ustedes que, como pas en desarrollo, arrastramos debilidades histricas, fruto de mltiples y complejos desafos. Pero queremos asegurarles que no descansaremos en nuestro esfuerzo para corregir cualquier situacin que haya podido colocarnos por debajo de los estndares institucionales que perseguimos. Nos encontramos con ustedes en esta ocasin para informarles, con precisin y objetividad, sobre la sentencia del Tribunal Constitucional dominicano 168- 13, sobre el contexto en que sta se produce y, sobre todo, para darles a conocer las prximas medidas que pondremos en marcha para dar solucin a todas las situaciones de indefinicin o irregularidad existentes. Esta sentencia sobre el otorgamiento de documentos de identidad a los descendientes de extranjeros con estatus migratorio irregular, tiene sus precedentes en diferentes elementos de nuestro marco jurdico que quisiramos resumir brevemente. Es preciso recordar, en primer lugar, que la Constitucin dominicana desde principios del siglo XX ha establecido que la nacionalidad dominicana se adquiere, entre otras formas, por haber nacido en el territorio de la Repblica Dominicana, con la excepcin de los hijos de extranjeros residentes en el pas en representacin diplomtica o los que estn de trnsito en l. Esta disposicin relativa al derecho del suelo calificado ha sido ratificada por las reformas constitucionales de los aos 1966, 2002 y 2010.

 La Suprema Corte de Justicia ha definido y reiterado el concepto de extranjero en trnsito, definindolo como aquellas personas que no tienen domicilio legal en la repblica o los que carecen de permiso legal de residencia. En el ao 2005, la Suprema Corte de Justicia dominicana se pronunci sobre ese caso especfico, y concluy que: si los nacidos de padres legalmente en trnsito quedan excluidos de la adquisicin automtica de la nacionalidad, los hijos de aquellos que no pueden justificar su entrada legal o estada en el pas no pueden beneficiarse de un derecho mayor. De esta tradicin jurisprudencial se desprendi la decisin ms reciente de nuestro Tribunal Constitucional (sentencia TC/0168/13) que dispuso que los extranjeros carentes de una autorizacin de residencia en el pas deben ser asimilados a la categora de extranjeros en trnsito, en cuya virtud, los hijos de esa categora de personas no adquieren la nacionalidad dominicana, aunque hayan nacido en el territorio nacional. En consecuencia, y en cumplimiento con las leyes de la Repblica Dominicana, el Gobierno y las diferentes instituciones del Estado acatan la sentencia emitida por el Tribunal Constitucional y actan en todo momento, respetando la institucionalidad. De acuerdo a lo establecido en el artculo 184 de la Constitucin de la Repblica: Las decisiones de este tribunal son definitivas e irrevocables y constituyen precedentes vinculantes para los poderes pblicos y todos los rganos del Estado. El Tribunal Constitucional ha dispuesto, mediante su sentencia, que el Estado cumpla con una serie de procedimientos a travs del rgano constitucional competente para el registro civil (la Junta Central Electoral), el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo, que permitirn a las personas afectadas adecuar su estatus en breve trmino. En concreto, la Sentencia dispone: Que la Junta Central Electoral, en un plazo de 12 a 24 meses, audite el Registro Civil desde 1929 hasta 2007, elabore una lista de todos los extranjeros inscritos, elabore una lista con los extranjeros inscritos irregularmente, cree libros-registro especiales anuales de nacimientos de extranjeros para ese perodo y transcriba la lista de los inscritos irregulares. Adems, dispone que la Junta Central remita al Ministerio de Interior y Polica la lista de extranjeros irregularmente inscritos en el Registro Civil que logre

acopiar, luego de la auditora para la que tiene un plazo de 12 a 24 meses. Asimismo, establece que las personas hijas de extranjeros no residentes cuyos nacimientos han sido inscritos en el Registro Civil Dominicano tengan acceso a su acta de nacimiento y documentacin necesaria. Igualmente, que los casos en que proceda la nulidad de las mismas, esta sea perseguida conforme a la ley en los tribunales competentes siguiendo el debido proceso. La sentencia no afecta a todos los hijos de inmigrantes nacidos en el pas. Aquellos con al menos un progenitor residente legal son y continuarn siendo de nacionalidad dominicana.La cantidad de personas afectadas, por lo tanto, es solo una fraccin de los estimados alarmistas. Entre los aos 2008-2013, la Junta Central Electoral dominicana someti 16,945 actas de nacimiento a la Direccin de Inspeccin para su evaluacin. De estas, solo 1,088 (6%) fueron suspendidas provisionalmente por razones de duplicidad, suplantacin y otras incongruencias. Los esfuerzos de la Junta Central Electoral por erradicar las irregularidades en el Registro Civil tampoco se limitan a la identificacin de violaciones migratorias. Durante los aos del 2007-2013, la JCE cancel 42,015 cdulas de identidad, de las cuales tan solo 410 (1%) fueron suprimidas debido a falsos reclamos de nacionalidad. De todas formas, la dimensin definitiva de esta situacin est en proceso de cuantificacin. Y finalmente, en virtud de la Ley 285-04, la Sentencia establece el cumplimiento de la implementacin de un Plan nacional de regularizacin de extranjeros ilegales ordenado por la Ley de Migracin, nmero 285-04, de fecha 15 de agosto de 2004, y la realizacin de un informe general sobre el indicado plan. Seoras y seores, El Gobierno de la Repblica Dominicana ha decidido hacer de esta Sentencia la oportunidad perfecta para actuar con decisin y rapidez sobre un asunto que durante aos ha sido relegado. Tenemos la firme voluntad de que este contexto nos ayude a terminar con aos de indefinicin e irregularidades, que posibilitaron situaciones de injusticia y arbitrariedades inaceptables. Iniciaremos, por tanto, en las prximas semanas, un plan que deber establecer procedimientos claros y expeditos en respuesta a todas y cada una de las situaciones de irregularidad existentes y a los diferentes casos

particulares. Y para llevar a cabo este proceso, hemos puesto en marcha diferentes acciones. En concreto, la semana pasada el Consejo Nacional de Migracin anunci: - Que la Junta Central Electoral, en un plazo de 30 das, rendir un informe en el cual se exprese el impacto de la sentencia en relacin a los extranjeros inscritos en el sistema de registro civil, tanto en su condicin de regulares como de irregulares. - Que el Consejo Nacional de Migracin elaborar en un plazo de no ms de 60 das el Plan de Regularizacin de Extranjeros. - Que se proceder en lo inmediato, a la conformacin del Instituto Nacional de Migracin y a la designacin de su Director Ejecutivo. Adems, se est trabajando en el establecimiento de una ventanilla nica para dar respuesta expedita a estos casos. Queremos enfatizar que el Estado Dominicano no va a permitir que se vulneren los derechos fundamentales de personas que estn amparadas por nuestras leyes, ni como consecuencia de esta sentencia ni de ninguna otra. Y para garantizar que as sea, se ejercer una tutela efectiva de esos derechos, de manera que se respete en todo momento el debido proceso. Asimismo, para optimizar los resultados, estamos en la mejor disposicin de recibir el acompaamiento de los pases y organismos internacionales que decidan apoyarnos en esta tarea. Seoras y seores, Nuestro gobierno propugna y ha desarrollado siempre relaciones de profundo respeto y fraternidad para con las naciones hermanas y, muy en especial, con la Repblica de Hait. Como saben, la historia de la Repblica Dominicana est inseparablemente unida a la de nuestro vecino pas Hait y lo estar siempre. Por razones geogrficas evidentes, pero tambin por fuertes lazos histricos, culturales y sociales. Por tanto, el marco general de las relaciones dominico-haitianas no puede ser

otro que el de dos naciones decididas a concertar esfuerzos para resolver sus problemas comunes y a identificar vas para aumentar su cooperacin, expandir sus lazos y alcanzar acuerdos mutuamente beneficiosos. El Banco Mundial, en su informe del ao pasado titulado Hait, Repblica Dominicana: Ms que la Suma de las Partes, un estudio de las relaciones bilaterales entre nuestros dos pases, sealaba: La Repblica Dominicana y la Repblica de Hait han experimentado un acercamiento en los ltimos aos, patente en el mbito de la cooperacin en situaciones de emergencia, la proliferacin de flujos comerciales bilaterales y el relanzamiento de la actividad dentro de la Comisin Mixta Bilateral Dominico-Haitiana. Prueba de nuestro compromiso fueron las muestras de solidaridad sin precedentes ofrecidas por el pueblo dominicano ante la catstrofe sufrida por Hait en 2010. Pero tambin lo son los esfuerzos del Presidente Medina invitando a la integracin y la solidaridad internacional con Hait; los foros internacionales que compartimos; nuestras importantes relaciones comerciales; el relanzamiento de la comisin mixta bilateral entre ambos pases; el ofrecimiento de la Repblica Dominicana para cooperar con el esfuerzo de la OEA, orientado a dotar de documentos de identidad a los haitianos, as como los acuerdos preferenciales que mantenemos en diferentes materias. Es necesario destacar, que tanto esa poblacin como cualquier otra persona residente regular o irregular en la Repblica Dominicana, tiene el mismo acceso que cualquier nacional a la salud, a la educacin preuniversitaria pblicas y a las cortes laborales , sin necesidad de presentar documento de identificacin alguno. Para ilustrar esta realidad les daremos solo una cifra. En nuestros hospitales pblicos, el 13% de los partos son de madres haitianas. Por este concepto, el Estado dominicano eroga alrededor de 3,000 millones de pesos (69.8 millones de dlares) al ao. Teniendo en cuenta, adems, que en algunos hospitales ubicados en la frontera ms del 50% de los nacimientos son de madres haitianas (el gasto global dominicano para la poblacin inmigrante ocupa cerca del 18% del presupuesto nacional de salud), las autoridades dominicanas han implementado un sistema que provee a las madres no residentes con una prueba de nacimiento y as facilitarles el debido registro con sus autoridades consulares o en su pas de origen. De la misma forma, debemos reconocer que en lo referente al mercado de trabajo, la realidad es que las personas migrantes enfrentan, a menudo, los

mismos retos que buena parte de los dominicanos y dominicanas. No olvidemos que la Repblica Dominicana tiene an un 34% de su poblacin viviendo por debajo de la lnea de pobreza. Adems, cabe sealar que actualmente 15 mil nacionales haitianos estn estudiando en nuestras universidades, con los mismos costos que los ciudadanos dominicanos e indistintamente se les otorgan becas, a diferencia de estudiantes de otras nacionalidades. En resumen, con estos datos queremos transmitirles que, an con las limitaciones propias de un pas que sufre importantes restricciones econmicas, podemos decir, sin jactancia, que el Estado dominicano hace todo lo que est en sus manos para dar un trato digno y apegado a los derechos humanos a todos los hombres y mujeres que residen en nuestro territorio. Sin embargo, y a pesar de estas muestras de apertura y respeto, hemos recibido por parte de las autoridades del pas vecino una respuesta hostil injustificable, que no muestra reciprocidad con la actitud conciliadora y de concertacin del gobierno dominicano. Esta respuesta, que consideramos incomprensible, genera tensiones innecesarias. Confiamos en que todas estas informaciones nos ayuden a enmarcar con ms precisin y objetividad la realidad en que ambos pases convivimos, as como el contexto en el que se produce la sentencia del Tribunal Constitucional dominicano y el plan de regularizacin de extranjeros que iniciamos. Nos encontramos ante una oportunidad nica para avanzar en nuestra poltica migratoria y de fortalecimiento institucional y estamos decididos a dar este paso histrico. Llamamos a los pases del Sistema Interamericano a acompaarnos en este esfuerzo, con el que deseamos dar una respuesta definitiva, coherente y humanitaria; que lleve certidumbre y confianza a todos los hombres y mujeres, nios y nias que residen en nuestro pas.