Clase Lamartine
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El presente apunte resulta de una sntesis de la bibliografa citada, en gran parte en francs. Su finalidad es ofrecer un complemento bibliogrfico para el estudio de la asignatura. Alphonse Marie Louis Prat de Lamartine De acuerdo con la crtica Lamartine y sus Meditaciones poticas representan la eclosin del lirismo romntico en Francia. Asimismo, el volumen escogido para su estudio marca el comienzo de una tendencia caracterizadora de la poesa moderna: la instauracin de una figura del poeta visionario (vidente) y de una potica de la visin que capta aspectos insospechados de lo real, la apelacin a un lenguaje simblico que no tiene una traduccin precisa de acuerdo con una hermenutica instituida en la tradicin literaria o en la doctrina filosfica o religiosa sino que por el contrario, se sustenta en la vaguedad y en el propio universo imaginario del poeta. En las presentes clases nos interesa resaltar los siguientes aspectos del volumen: su relacin con la potica romntica, su condicin de provocacin en la asociacin programtica poesa/ filosofa; la asuncin romntica del paisaje y sus funciones. 1. Sntesis biogrfica Historia de Francia 1787 Revolucin francesa Biografa 1790, 21 de octubre, nace en Mcon. Infancia en Milly 1801 . Pensionado en Lyon 1802 Amnista de los emigrados. Bonaparte cnsul. 1803 Entra al colegio jesuita de Bellay. 1804 Napolen emperador. 1811-12 Viaje a Italia. Encuentros con Antoniella Iacomino, (Graziella). 1814-15 Enrolamiento en la guardia de Luis XVIII. Destinado a la guarnicin de Beauvais. 1816 Encuentro en Aix-lesBains con Mme Julie Charles, Elvira. Obras
1819 Conoce a Maria Anna Elisa Birch, inglesa y adinerada. 1820 Casamiento. Funciones consulares en diferentes puestos en Italia desde esta fecha hasta 1830. 1824 Carlos X Aparicin de Meditations potiques. xito: nacimiento de la lrica romntica. 1823 Nouvelles mditations potiques 1825 Le dernier chant du
plerinage d'Harold
1832 Partida a Marsella Viaje a oriente con su esposa y su hija. Muerte de su hija Julia 1833 Elegido diputado. Participa de manera cada vez ms activa en la vida poltica. 1836 Ministerio de Thiers
1835 Voyage en Orient. 1836 Jocelyn 1838 La Chute dun ange. 1839 Recueillements potiques. 1843 Graziella 1847 Histoire des Girondins
1846 Crisis econmica 1848 Revolucin. Carlos Luis Napolen Bonaparte. 1848 Gran popularidad. Es parte del gobierno provisional. Ministro de Asuntos Exteriores. Diciembre: pierde las elecciones.
El golpe de estado lo hace abandonar la poltica. Deviene un esclavo de la pluma, publica sin parar obras mediocres para pagar las deudas que ha acumulado.
1852 Segundo Imperio Entre 1856 y 1869 Cours familier de Littrature, 28 volmenes. 1863 Muerte de su esposa Maria Anna Elisa Birch 1867 Acepta la renta vitalicia que le da el Estado 1869 28 de febrero: muerte de Lamartine
2. Obras Lrica Meditaciones poticas (1820) Nuevas meditaciones poticas (1823) Harmonas poticas y religiosas (1830) Epopeya Jocelyn (1836) Se trata de una epopeya de casi 9.000 versos dividida en nueve etapas. Es el diario de un humilde cura de campo, recogido por un amigo al morir. Relata la historia de la vocacin del protagonista y de su vida sacerdotal. Durante una estancia en los Alpes, salva a dos proscriptos (padre e hijo/a). La epopeya ofrece diversos retratos de la vida familiar, de la vocacin y del trabajo. Presenta un elogio de la vida cristiana marcada por una serie de renunciamientos que revelan un orden secreto querido por Dios. Posee numerosas referencias a la Imitacin de Cristo. Forma parte de un proyecto original ms ambicioso: una epopeya grandiosa que recuperara la historia de la humanidad. Jocelyn sera solo un episodio, en este esquema mayor. Como las Meditaciones poticas, la obra tuvo un gran xito porque presentaba en el formato de la epopeya una narracin emotiva que conmovi al sector popular del lectorado. Un aspecto destacable del volumen es la gran importancia que se otorga a la relacin del hombre con la naturaleza, en particular con la montaa alpina. Literatura de viajes
Viaje hacia oriente (1835) Relato de viajes que se inscribe en una tradicin de visitas al medio oriente, presente en autores como Volney y Chateaubriand, entre otros. Narra la experiencia de un viaje realizado por el autor con su familia. Se trata de un viaje lujoso en una embarcacin preparada que posee biblioteca, que incorpora en la tripulacin a varios amigos, empleados para atenderlos. El periplo dur aos con el siguiente itinerario: Marsella, Cerdea, Malta, Atenas, Rodas, Lbano, Tierra Santa, Bulgaria. El volumen presenta una visin comprensiva y realista, opuesta a la de otros viajeros como Chateaubriand. Lamartine pone el nfasis en la solidaridad humana. Manifiesta una apertura hacia el otro y sus costumbres religiosas y sociales. La visin del otro est tamizada por el ideal de la esttica romntica que aflora en las descripciones y en los episodios novelescos. El viaje no responde solo a un inters de conocimiento de espacios exticos sino auq adems posee un sentido espiritual que lo aproxima a la divinidad. Durante el viaje fallece su hija Julia. Historia Histoire des Girondins (1847) Obra monumental ordenada en 61 libros: sntesis de la revolucin francesa desde 1791 a 1794. Lamartine privilegia la unidad de accin por encima de la cronologa y subraya aquellos episodios que evala de mayor inters. Reproduce los discursos de los revolucionarios: Danton, Robespierre y otros grandes oradores de la Convencin. Resalta los aspectos pintorescos o tericos de sus discursos. Comenta adems sus valores oratorios y literarios. La minucia en los retratos permite reconocer el posicionamiento el autor ante hechos y personajes. El volumen exhibe una tendencia a novelar la historia (en especial la de algunos personajes como Mara Antonieta). Aunque se rememoran las acciones de los principales actores de la Revolucin, la protagonista principal es la Historia que se manifiesta a travs de las acciones de sus aparentes artesanos (incluso de los ms repugnantes). La tesis de Lamartine es que existen individuos que personifican una poca, una necesidad, una idea. El propsito final de la obra, aparecida antes de los acontecimientos de 1848, es promover la idea republicana distinguiendo cuidadosamente los excesos del populacho sanguinario y la actitud del verdadero pueblo mediante el cual se debe construir la repblica. La obra posee as una finalidad didctica y de formacin poltica. 3. Meditaciones poticas 3.1 Significacin del libro y su proyeccin. Razones de su xito. La edicin de las Mditations potiques en 1820 constituye un verdadero acontecimiento literario. Representa la irrupcin del lirismo romntico en un contexto en el que dicho movimiento ha hecho su aparicin preferentemente en el discurso del ensayo o de la narracin. El mismo poeta es consciente, aos ms tarde, del papel que le ha tocado en el campo de la lrica francesa. En el Prefacio a la edicin de 1849 de las Meditaciones, afirma lo siguiente: Je suis le premier qui a fait descendre la posie du Parnasse et qui ai donn ce quon nommait la Muse, au lieu dune Iyre a sept cordes de convention les
fibres mme du cur de lhomme, touches et mues par les innombrabIes frissons de lme et de la nature . Soy el primero que ha hecho descender la poesa del Parnaso, y que ha dado a lo que llambamos la Musa, en vez de una lira de siete cuerdas de convencin, las fibras mismas del corazn del hombre, tocadas y movidas por las innumerables emociones del alma y de la naturaleza. La obra tuvo una recepcin casi impensable en su momento: la edicin de marzo de 1820, de 500 ejemplares, se agota de manera inmediata; en abril una segunda edicin tiene la misma suerte. En ese ao se realizan 7 ediciones del volumen con algunos agregados. Hacia 1822 ya se han realizado nueve ediciones y en 1824 se realiza la 11 edicin con prefacio de Charles Nodier. Un testimonio contemporneo del impacto de esta obra pertenece a Saint Beuve, quien, en una carta dirigida a Verlaine en 1865 comenta: No, aquellos que no fueron testigos no sabran imaginar la impresin verdadera, legtima, imborrable que los contemporneos recibieron de las primeras Meditaciones de Lamartine, cuando aparecieron en 1819 (sic). Se pas sbitamente de una Poesa seca, enjuta, pobre, que tena de tiempo en tiempo a penas un pequeo soplo, a una Poesa amplia, verdaderamente interior, abundante, elevada y completamente divina () De un da a otro se haba cambiado de clima y de luz, se haba cambiado de Olimpo: fue una revelacin. (En: Vaillant. 2008, 54).
Cules son las razones de este xito. Se pueden sealar con los crticos, al menos las siguientes: 1) Las Meditaciones sacan a la poesa de un estado de crisis a la que la haba llevado el siglo de las luces. Hacia el siglo XVIII la lrica es el espacio de la poesa apologtica cristiana o la expresin de las ideas, ya sea en el formato del poema filosfico de acuerdo con el modelo de Lucrecio De rerum natura, ya sea como expresin de poeta ciudadano que celebra la revolucin. Con este libro Lamartine otorga un estatuto especfico para el discurso lrico como expresin del estado emocional del sujeto y como forma particular de rescatar una dimensin del pensar filosfico que el siglo de las luces no tiene en cuenta. Da a lo lrico su propio espacio: expresar el mundo, el sujeto y el sujeto en el mundo. El poeta, adems, piensa. La poesa rompe el yugo de sus funciones religiosa, ideolgica o mundana a las que la haba sometido el siglo XVIII lentamente. Se abre a un poder de expresin del que no se poda conocer an en 1820 su fuerza subversiva ni inventiva en el futuro. 2) Formalizan la sensibilidad difusa de la poca al expresar la insatisfaccin del yo frente al mundo, la aspiracin al ideal, la exaltacin del individuo. Sin romper demasiado con los cnones, el volumen se conforma as a las expectativas de un nuevo lectorado, afirmando la postura de un yo no absoluto sino relativo, con el cual cada uno puede reconocerse y validar su propia experiencia de individuo en el mundo y en la historia.
3) Al presentar la visin de un orden perdido y el anhelo de otro nuevo, ciertos poemas del volumen formalizan expectativas sociales de distintos grupos que han intervenido en el proceso poltico desde la revolucin en adelante: la aristocracia, la nobleza de provincia, los sectores progresistas de la burguesa. A partir de estos sealamientos puede pensarse cul es la novedad del volumen. Al respecto, Bertrand y Durand sealan lo siguiente: Simplicidad y clasicismo en la forma (predominan los poemas estructurados en cuartetos alejandrinos con rimas cruzadas, o series de dsticos alejandrinos). Simplicidad de los temas: los poemas abordan aspectos de la vida cotidiana o familiar y lo hacen desde una filosofa del sentido comn. Simplicidad en el tono: los estados afectivos que predominan son el recogimiento, la tristeza, la melancola, la contemplacin de la armona en la naturaleza, la rebelin y la sumisin a la providencia. Dados estos rasgos la novedad lamartiniana consiste en plantear en esta obra una especie de potica del despojamiento, de la transparencia, de la fluidez, que contrasta con la poesa clsica y con su pesada batera retrica que aborda esos mismos temas apelando a la fuerza de las figuras, en especial de la alegora. Se habla en un francs accesible para el lector de poca: incluso se advierte cierta inflexin prosaica, que abre la conceptualizacin clsica de los gneros hacia cauces ms permeables, a otros discursos. De esta manera, el poema responde al objetivo de devenir la voz del mundo. El inters consiste en desplegar una experiencia ntima mediante una deixis enunciativa sumamente marcada: esto sucede en este espacio y es presentado por un enunciador concreto. La meditacin potica se despliega en funcin de experiencias empricas que dan lugar a la ensoacin, a la contemplacin, a la divagacin y a la gestacin de un simbolismo personal, antecedente de la poesa de Baudelaire. 3.2 El contenido del volumen. La primera edicin de las Meditaciones poticas se edit en la Imprenta de P. Didot LAin, caballero de la orden real de San Miguel, en Pars. Se adquiere en el depsito de la Librairie grecque-latine-allemande. Consta de una nota del editor y de 24 poemas: 1. Lisolement (El aislamiento) 2. Lhomme (El hombre) 3. Le soir (La tarde) 4. Limmortalit (La inmortalidad) 5. Le vallon (El valle) 6. Le dsespoir (La desesperacin) 7. La providence lhomme (La providencia al hombre) 8. Le souvenir (El recuerdo) 9. Lenthousiasme (El entusiasmo) 10. Le lac de B (El lago de B) 11. La gloire (La gloria) 12. La prire (La plegaria) 13. Invocation (Invocacin)
14. La foi (La fe) 15. Le golfe de Baya, prs de Naples (El golfo de Baya, cerca de Npoles) 16. Le temple (El templo) 17. Chants lyriques de Sal (Cantos lricos de Sal) 18. Hymne au soleil (Himno al sol) 19. Adieu (Adis) 20. La Semaine Sainte (La semana santa) 21. Le chrtien mourant (El cristiano al morir) 22. Dieu (Dios) 23. Lautomne (El otoo) 24. La posie sacr. Dithyrambe. (La poesa sagrada. Ditirambo) La segunda edicin del mismo ao incorporar los siguientes poemas: Le Gnie (El genio) y La Retraite (la retirada). La sptima inlcuir la Lode sur la naissance du duc de Bordeaux (Oda al nacimiento del duque de Bordeaux). En la edicin de 1849 el volumen ha alcanzado un total de 42 poemas. Para el anlisis que proponemos en estas clases nos basaremos en la primera edicin. Un examen somero de los ttulos nos permite ver que predominan preocupaciones de orden religioso metafsico: la inmortalidad, la providencia, invocacin, plegaria, la fe, la semana santa, el cristiano en su lecho de muerte, Dios. Hay tambin referencias a la poesa de la Biblia: cantos lricos de Sal y La poesa sagrada. Aislamiento, La tarde, El valle, El lago, El golfo de Baya, El otoo hacen referencia a un escenario paisajstico en el que se suscita la meditacin. 3.3 Las palabras del prlogo a la primera edicin. Para presentar su libro y darse a conocer a la sociedad, Lamartine le pide unas palabras a su amigo personal Antoine-Eugne Genoude. Genoude es un traductor de la Biblia y y es quien lo inicia en el conocimiento y el gusto por los textos sagrados. En una nota de propaganda en las primeras pginas del volumen se nos avisa que en la misma librera hay una serie de libros traducidos por Genoude como: la Imitacin de Cristo, Isaas, Job, Los salmos, Los pequeos profetas, Los libros sapienciales y Exequiel. De all que pueda suponerse adems que alguno de estos libros presenta alguna forma de dilogo intertextual con el volumen de poemas. Esta hiptesis queda convalidada en la nota a pi de pgina del poema La posie sacr. Dithyrambe. Esta composicin est dedicada a M. Genoude y Lamartine lo reconoce como () el primero que ha traducido verdaderamente a la lengua francesa la sublime poesa de los Hebreos . () Gracias a l, la expresin, el color, el movimiento, la energa viven hoy en la lengua francesa. (Lamartine. 1820, 103). El editor es sumamente consciente de los alcances poticos del volumen y de su novedad, sealando al menos tres aspectos fundamentales: a) la primaca del sentimiento y el tono religioso; b) el sentido de la denominacin; c) la relacin de los textos con el momento poltico en que se dan a luz. (Lamartine. 1820, V-VI). Seala que estos textos son los primeros ensayos de un hombre joven que al componerlos no tena el proyecto de darlos a la edicin. Vivamente marcados por el sentimiento potico, por su tono original y religioso pueden ser del inters del pblico.
El nombre de meditacin seala el carcter de esta poesa: son las efusiones tiernas y melanclicas de los sentimientos y de los pensamientos de un alma que se abandona a sus vagas inspiraciones. Algunas se elevan a temas de gran altura; otras, solo son, por as llamarlas, suspiros del alma. El volumen se dita a la manera de una prueba: del conjunto de textos escritos por el joven autor solo se selecciona un nmero reducido para ver el efecto en los lectores. El editor deja la posibilidad de una prxima edicin de acuerdo con la recepcin. Seala por ltimo que las circunstancias de edicin no han sido felizmente elegidas. Los grandes intereses polticos que agitan al pueblo, no corresponden a un momento en el que los espritus conservan la suficiente calma y libertad para abandonarse a las inspiraciones de una poesa soadora y enteramente liberada de los intereses activos de este mundo; a pesar de ello, el editor considera que hay en el fondo del alma humana una necesidad de escapar a las tristes realidades de este mundo, y de lanzarse en las regiones superiores de la poesa y de la religin.
3.4 Temas de los poemas. Mensaje del texto Los veinticuatro poemas desarrollan las siguientes temticas: El sentimiento de desamparo y de vaco ante la prdida de una amada, su recuerdo constante (LIsolement; Le soir; Le souvenir; Le lac de B; Invocation; Le golfe de Baya, prs de Naples; Le temple); El prototipo del hombre romntico encarnado en la figura de Byron (Lhomme ); La meditacin ante la muerte (Limmortalit; Le chrtien mourant); La infancia como paraso perdido y la naturaleza como lo que no cambia (Le vallon); La rebelda contra los designios de Dios, visto como un Absoluto insensible frente a la criatura (Le dsespoir) y la respuesta a este reclamo (La providence lhomme); El entusiasmo inspirador como principio de la creacin potica (Lenthousiasme); La definicin del destino del poeta (La gloire); La naturaleza como templo de Dios (La prire); La fe dadora de consuelo al alma desdichada (La foi); La recreacin de la figura de Sal (Chants lyriques de Sal); la alabanza de la naturaleza (Hymne au soleil); El sentimiento de partida de la existencia o del paso del tiempo (Adieu; Lautomne); La evocacin de la figura de Cristo en la pasin (La semaine sainte); La comparacin entre Dios y su creatura (Dieu); La celebracin de la manifestacin de Dios de acuerdo con los libros sagrados (La posie sacr. Dithyrambe). De acuerdo con Bertrand y Durand (2006), una misma cosmovisin da unidad al mensaje del poemario: la vida sobre la tierra es exilio, duelo, miseria y sufrimiento. El volumen presenta una visin sacrificial del mundo. En el centro de este vaco se halla el hombre que slo puede escuchar su corazn. Solo la muerte, metaforizada mediante
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los motivos sumamente recurrentes del ro, la embarcacin, el puerto, es sentida como una liberacin. Esta manera de percibir el mundo encuentra su motivo en la conmocin que provoca la ausencia de la amada, Elvira: aunque su aparicin sea discreta (7 poemas sobre 24), el vaco de esta prdida genera una ausencia ontolgica y csmica, tal como puede percibirse en el primer poema, El aislamiento. El vaco es tambin silencio de Dios. Por ltimo, el vaco responde a una experiencia poltica: la angustia que emana de una conciencia posrevolucionaria. El mundo del antiguo rgimen ya no est, por lo tanto la realidad se abre a todos los posibles y genera incertidumbre. 3.5 Presencias literarias Entre las presencias literarias que permean como intertextos las Meditaciones, se pueden mencionar: Petrarca, la poesa amorosa y elegaca de Parny, la obra de Chateaubriand (El genio del cristianismo), la de Jean Jacques Rousseau, la poesa elegaca de los poetas del cementerio ingleses como Gray, la Biblia (particularmente en poemas como los dedicados a Sal o a la poesa sagrada; se advierte en este ltimo la presencia del libro de Job; los salmos, los profetas), la filosofa griega (Pitgoras, Platn). 3.6 Algunos apuntes acerca de la forma En trminos generales, la crtica sobre la poesa de Lamartine seala que, desde el punto de vista formal, su lirismo no incorpora demasiadas innovaciones. El poeta emplea de manera bastante sostenida el alejandrino en una forma bastante clsica. Por otra parte, en muchos de sus poemas es posible reconocer un tono oratorio que recupera a veces de manera insistente el repertorio de imgenes heredado de la poesa neoclsica (Vaillant. 2008, 54). Sin embargo, si se examinan detenidamente sus mejores poemas, de acuerdo con Alain Vaillant, es posible identificar un efecto de encantamiento que descansa sobre procedimientos concretos como: Estructuras binarias reiteradas Paralelismos sintcticos Estructuras globales de carcter quiasmtico o especular Aliteraciones y asonancias Anforas Balanceos retricos De acuerdo con el mismo crtico, la apelacin a estos recursos inherentes a la formacin sensible, genera el siguiente efecto: Cada poema aparece as ritmado en sordina por la pulsacin vaga de esta multitud de ecos acumulados que, por su nmero, crean la ilusin de una continuidad armoniosa; esto, junto con la regularidad mtrica, subrayada por la repeticin de la rima y el uso del alejandrino, el corte exacto del verso en dos hemistiquios, forma la base necesaria de esta estructura ecoica. El poema lamartiniano, de acuerdo con su esencia y en sus realizaciones ms logradas, es un continuo seductor y emotivo de ecos sutilmente cambiantes, un flujo continuo de bellas vibraciones que transmiten su fuerza de resonancia al lector:
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por esta razn, fundamentalmente, mueve a la lectura en voz alta, a la encarnacin por el cuerpo vivo del poeta o de su intrprete. (Vaillant. 2008, 57) 3.7 La asociacin poesa/ filosofa planteada en el ttulo. Su desarrollo en los poemas. Paul van Tieghem. La era romntica. El romanticismo en la literatura europea. Mxico, UTHEA, 1958, pp. 315-316. La poesa filosfica, heredada de los griegos y de los romanos, reanudada ya en el Renacimiento en latn y en lenguas vulgares, se mantuvo en lugar de honor durante el periodo neoclsico en varias literaturas. Los romnticos transforman este gnero sustituyendo el poema didctico y casi completamente impersonal con diversas formas de poesa subjetiva, en las que el pensamiento desempea la accin principal y en las que el sentimiento, que la acompaa y a veces la provoca y la determina, comunica a las ideas una ms honda resonancia en las almas. Esta poesa, a la vez abstracta y emotiva, presenta con frecuencia una base narrativa o descriptiva: un hecho relatado, la contemplacin de un espectculo sirven al poeta de punto de apoyo para discutir, para expresar sus ideas sobre el destino humano, sobre la vida, sobre la muerte, y sobre diversos problemas morales y sociales. Tales ideas suelen presentarse en forma de smbolos, forma especialmente potica del pensamiento abstracto. () El marco adoptado es el del sueo o el de una visin proftica. Con esto llegamos a la cima de la poesa romntica y es natural que solo pocos poetas se hayan aventurado por este camino con xito, pero ese nmero limitado de ellos logr, por la feliz alianza de una opulenta imaginacin, de una honda sensibilidad, y de un vigoroso pensamiento, escribir versos que pueden contarse entre los ms justamente famosos de la poesa universal. Ninguno de estos poetas expone un sistema filosfico completo y estructurado; se limitan a expresar anhelos, conceptos, que se mantienen, por lo general, en estado de imgenes, ensayos de solucin a los problemas que les embargan. Estos problemas son tanto de orden religioso como metafsico y resulta imposible distinguir claramente las fronteras que se paran la poesa filosfica de la religiosa. El comentario precedente de Paul van Tieghem nos permite contextualizar la obra que estamos comentando en el marco de la poesa romntica europea y mostrar que no constituye un fenmeno aislado. En lo que se refiere al contexto francs, el ttulo del libro es guio a Descartes y a sus Mditations metaphysiques (1641). La inflexin que aporta a la tarea meditativa el adjetivo poticas, transforma el gnero mismo de la meditacin: ya no la esfera de lo abstracto sino la de la sensibilidad concreta. Desde el horizonte de las luces, el ttulo es un oxmoron, mediante el cual se reivindican para la poesa las virtudes del pensamiento y la primaca de la sensibilidad sobre la razn de acuerdo con el siguiente esquema: el sujeto de la enunciacin potica se ubica en un espacio, lo observa y piensa a partir de esta circunstancia. Esta trama reflexiva se reitera en el corazn de casi todos los poemas. Se trata de un esquema heredero del ejercicio espiritual, que imprime su movimiento al poema, haciendo del texto y de su pretexto una especie de
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medalln reflexivo cerrado sobre s mismo, al cual un ttulo, por lo general abstracto, confiere, a priori, una moralidad elptica (El aislamiento, El hombre, La inmortalidad, etc. ). Hay una inversin del principio cartesiano pienso, luego existo. Por el contrario esta poesa afirma: existo, siento, entonces pienso. Estas confesiones en verso son tan eficaces que se apoyan en un argumento simple: un sujeto amante y sufriente por la ausencia desesperante de una Elvira, ese nombre que apenas se murmura. Al asumir el poeta la actitud de pensador usurpa otros roles: el del filsofo; el del telogo. De acuerdo con Aurelie Loiseleur, las Meditaciones operan una especie de retraccin de la filosofa en el poema tal como lo conceba la Antigedad o la Ilustracin: revolucin tcita que desconstruye desde dentro el didactismo del texto y hace oscilar su contenido entre el aqu de un sistema coherente y cerrado y un ms all abierto por la poesa y por la fe. Dado su tenor potico y vago es imposible sistematizar este pensamiento. El verso pulveriza el pensamiento, lo vulgariza y lo relega a no ser ms que el testimonio sensible y la inscripcin pattica de una inquietud del pensamiento, formulado insistentemente en la forma de la pregunta, una pregunta que hace conte ner el grito del alma, que se resiste a su puesta en tratado. Al operar como la msica, la poesa genera un desplazamiento del pensar: sugiere las ideas, pero no las presenta o contiene por s mismas. Nube maravillosa, la meditacin, al tomar como materia las imgenes flotantes, modeladas y desconstruidas al hilo del texto, es por naturaleza profunda y aproximativa, informe y proteiforme. La armona lamartiniana vaporiza el pensamiento: la fluidez del verso y el culto de la frmula (adjetivacin en forma de eptetos, consolidacin de mximas poticas como Oh tiempo, suspende tu vuelo), lican el sistema. El poema se transforma en un espacio para el desarrollo de los problemas ms generales, irresolubles y, por ello, en permanente anlisis. El texto se atreve a abordar ejes filosficos de la fsica, la tica o la metafsica. De este modo el texto potico adquiere un nuevo estatuto: se convierte en la epopeya del conocimiento o, mejor, la epopeya ntima del alma. La meditacin modifica el estatuto epistmico del saber filosfico: de un objeto de saber positivo pasa a significar otra cosa imprecisa, pero capaz de superar por medio de la poesa, la linealidad del discurso y sus taxonomas. El poeta como indagador, como cantor pensante, practica entonces una suerte de orfismo que persistir en la poesa romntica y ganar en amplitud: penetra y revela los secretos del cosmos. Sin embargo, el acento se desplaza: de un saber positivo sobre el mundo, impersonal/ objetivo, transmisible, enseable, se pasa a la idea de la experiencia singular de un yo, el poeta, cuyo entusiasmo repercute en el lector. En el texto lamartiniano, la filosofa, objeto tradicional de una poesa sabia, inicitica sin duda pero normativa, se descompone a travs del prisma de un yo en una experiencia negativa que impugna toda la academia filosfica. La filosofa se extiende entonces en la meditacin, como una escuela de espiritualidad que procede subrepticiamente a una descalificacin del pensamiento mediante su calcomana
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aproximada: la impresin que provoca (el lugar comn a comunicar) y que agrada universalmente pero que carece de un concepto claro y distinto. 3.8 La representacin del paisaje natural La categora de paisaje delimita un concepto especfico en tanto forma de apreciacin esttica de un entorno. La especificacin de natural se realiza para destacarla del paisaje urbano categora que en tanto forma de cuestionamiento de la asociacin del paisaje al espacio rural/ natural se consolida en la literatura con la poesa de Baudelaire (Chenet-Faugueras. 1994: 29; Avocat. 1982: 334). El paisaje connota en su postulacin una pluralidad de objetos, captados por una mirada abarcadora de una totalidad en sus partes, pero tambin por otros sentidos. Todos estos mecanismos de aprehensin del entorno ponen en juego una accin configuradora en el acto perceptivo y reconfiguradora en el acto representativo (Avocat. 1982, 334). En la percepcin y en la representacin del espacio como paisaje intervienen adems la herencia natural, cultural, las experiencias educativas y explorativas (Avocat. 1982: 338). Desde este horizonte terico, la consideracin del paisaje supone un sujeto que oficia de filtro perceptor y de compositor. Un sujeto que por lo general proviene de la ciudad y que sale al encuentro del espacio natural por el deseo de suturar una ruptura del hombre con la naturaleza. Este sujeto posee una experiencia in situ e in visu de ese escenario natural y sobre ella sustenta la construccin de la obra artstica. Esto no significa que su construccin no carezca de otros antecedentes artsticos. Por otra parte, la representacin literaria del poema puede exhibir el diseo del paisaje ya sea como actualidad o como evocacin. Pero incluso en este segundo caso, la representacin apela a una experiencia primigenia y primordial, aparentemente sin mediaciones, del sujeto perceptor con el entorno natural. La representacin del paisaje puede darse de acuerdo con distintas coordenadas en las cuales la articulacin lingstico-discursiva juega un papel primordial. En los extremos de un continuo de posibilidades representativas, al menos tentativamente, podran postularse los siguientes polos: 1) Por una parte, el paisaje localizado, concreto, con una saturacin en diverso grado, y por lo tanto estratgica, de datos especficos provistos especialmente a travs del lxico: la toponimia1 y los regionalismos; la mencin de personajes, flora, fauna, costumbres tpicas. 2) Por otra, el paisaje al que podra llamarse metafsico, esencial, en el que la experiencia del espacio natural sirve de soporte a preguntas por el ser. Un paisaje que carece de rasgos de concrecin aunque la experiencia de un espacio concreto d lugar al surgimiento el canto . Estas formas no son excluyentes sino que en un determinado autor pueden darse de manera complementaria.
De acuerdo con Chevallier, la toponimia es una verdadera epigrafa del suelo, forma de la memoria colectiva que, adems de datos objetivos sobre las formas del relieve, la hidrografa y su evolucin, la naturaleza del suelo, de la vegetacin, la fauna, etc., constituye una interpretacin metafrica del paisaje, 1 reflejo de una cierta calidad de la imaginacin y ofrece a posibilidad de establecer una estratigrafa de la ocupacin de las tierras (Chevallier. 1976, 504). Desde el punto de vista de la configuracin del poema la toponimia es fuente de valores estticos, tanto por su dimensin significante posibilidades musicales, eufnicas como por su su significado y por el sedimento de valores simblicos y legendarios que se le adjudican.
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En el examen de la representacin lrica del paisaje es posible distinguir entre la mirada del habitante y la mirada de quien no lo habita o no interacta cotidianamente con l (Clment. 1994, pp. 234-235; Bonin. 2004). En este sentido, la percepcin del poeta no siempre es la de alguien que convive habitualmente en ese espacio. Estas variaciones suelen quedar marcadas en el poema y dan lugar a una posible tipologa de los perceptores. A su vez, el perceptor se auto-califica indicando de este modo una forma especfica de aprehensin y un rol en el todo natural que lo incluye. Para la composicin literaria del paisaje, el sujeto activa un mecanismo metonmico/ sinecdquico. Parte de la seleccin y puesta en primer plano de determinados elementos del espacio, a los que considera perceptivamente salientes y cognitivamente representativos. A partir de tales elementos teje una relacin cognitivo/ afectiva con el territorio que da lugar a lugar a la composicin total del espacio en tanto paisaje (Bonin. 2004). La composicin no satura de elementos el diseo sino que ofrece un efecto de totalidad a partir de la seleccin aludida, de all su condicin sinecdquica. Adems, como seala Antonio Rodrguez, en la representacin del paisaje la seleccin del dato bruto responde a direcciones de sentido afectivas (2005: 29). De este modo, en el poema la evocacin paisajstica permite captar la inscripcin de la sensibilidad en su referencia al mundo. A su vez el juego de primer plano/ trasfondo disea recorridos exploratorios del paisaje y genera efectos estticos especficos. En la pintura del espacio y la expresin de sus valores fundamentales, se activan adems imaginariamente categoras como escala, esquemas lgicos y referencias especficas. La escala ofrece una idea de dimensin espacial con respecto a un parmetro que suele ser el cuerpo humano. La categora de escala incluye otras: perspectiva (relaciones cerca/ lejos), volumen (en funcin de los objetos que el espacio incluye), verticalidad/ horizontalidad (Clment. 1994) y desplazamiento. Los esquemas lgicos que coadyuvan en la representacin de la espacialidad son, entre otros, las relaciones adentro/ afuera, centro/ periferia, adelante/ atrs, arriba/ abajo. Por su parte, las referencias especficas son marcadores concretos de ndole geogrfica o topogrfica. Por ejemplo, denominaciones de accidentes geogrficos, monumentos, edificaciones, etc. que dan una idea precisa de localizacin (Bailly 53-56). En lo que se refiere a los esquemas lgicos, la lectura de poemas de tema paisajstico permite reconocer la gravitacin de un conjunto de coordenadas de singular inters en el efecto esttico que dicha representacin persigue: entre ellas, la relacin todo/ parte y en este contexto, el papel que cumple el sujeto perceptor en la captacin/ representacin de esta relacin. Otras relaciones de gran inters son: incluido/ incluyente; microcosmos/ macrocosmos; temporalidad humana/ temporalidad de los entes naturales; creador/ criatura; atraccin/ repulsin; amparo/ desamparo. Todas estas relaciones surgen como experiencia del espacio y determinan estados afectivos especficos que engloban los acontecimientos de sentido del poema. Por ltimo, se advierte en la representacin del paisaje una particular inflexin de la formacin subjetiva que da lugar a distintas configuraciones de la voz enunciadora. En ocasiones es la voz del sujeto observador la que describe y presenta los fenmenos del espacio natural en primera persona asumiendo su rol de observador. En otros casos el poema se enuncia en tercera persona y el paisaje se coloca en un primer plano como sujeto paciente de un acontecer. Se trata del fenmeno caracterizado por Antonio Rodrguez como difraccin afectiva. Ya se trate de una u otra forma, el poema de
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tema paisajstico exhibe as, por lo general, un descentramiento del sujeto (Rodrguez 2005: 29). La distancia entre la interioridad del polo sujeto y la exterioridad del polo objeto/ paisaje se difuminan y dan lugar a una dinmica participativa, centrada sobre las disposiciones afectivas. Las coloraciones del paisaje devienen constitutivas del sujeto y paralelamente el sujeto constituye el paisaje (Rodrguez. 2005: 29).
3.8.1 Modos de representacin del paisaje en las Meditaciones: Aunque los poemas estn asociados a una experiencia personal, e incluso presenten referencias topogrficas explcitas en el ttulo (Le lac de B; Le golfe de Baya) Lamartine toma motivos de otros autores. Por ejemplo, en el inicio de El aislamiento, la visin de un sujeto que se encuentra en lo alto y que desde all dirige sus miradas a la llanura, constituye un lugar comn de la literatura y del arte romnticos: est presente, tal como demuestra Mary Ellen Birkett, en la segunda parte de El genio del cristianismo, pero tambin en la representacin plstica: basta con rememorar el cuadro de Caspar David Friedrich El caminante sobre el mar el nubes (1818). En la segunda estrofa, los bosques, las sombras de la noche y la luna remiten a la elega de Gray escrita en un cementerio rural. Por ltimo, tanto en el poema mencionado como en otros de la coleccin, Lamartine emplea un lenguaje prototpico para la descripcin del paisaje, por ejemplo, la frmula tpica del epteto (adj + sustantivo o sustantivo + adjetivo: viejo roble, ondas espumosas, lago inmvil, aguas dormidas, montes coronados, ltimo rayo. Estas formas de describir el paisaje pueden, segn la estudiosa, se pueden hallar ya en la poesa de fines de siglo XVIII y principios de XIX. A pesar del uso de estos cliss, la poesa de Lamartine exhibe en la representacin y el uso del paisaje, un aire renovador. Este carcter no estara dado tanto en un nivel local, sino ms bien en otro global: el lenguaje tpico sufre un proceso de transformacin mediante el desarrollo interno del poema en su totalidad: la coherencia del proceso que se despliega (casi siempre con un andamiaje narrativo) da su renovado carcter potico a esta representacin del paisaje lamartiniano: el poeta transforma segn Birkett, la esttica del lenguaje potico en esttica del poema total. Ahora bien, podemos concebir ese proceso global como una forma de espiritualizacin del paisaje: de hecho, como seala Anne Hiller, el gesto existencial dominante en la poesa de Lamartine es el de atenuar e incluso abolir la distincin fundamental entre el yo y el mundo. Para ello el proceso parte de un anclaje perceptivo, fundamentalmente visual, que cede su lugar a la imaginacin para culminar en una visin, tal como se observa en El aislamiento. El poema instaura la alternancia de dos modos de aprehensin : a) la percepcin del mundo exterior y b) la representacin imaginaria de eso imperceptible que elude la mirada. La realidad sensible que presentan los textos no manifiesta una fidelidad a un modelo preciso presupuesto en el primer modelo de aprehensin. Por el contrario, es su dependencia absoluta de una intencin subjetiva lo que sostiene explcitamente la experiencia y el gozo sensibles. En funcin de la creencia en una unidad que trascendera la multiplicidad de las apariencias objetivas, este modo de la representacin imaginaria, se define como visionario. La relacin espiritual entre la conciencia y un Dios percibido en sus
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manifestaciones sobredetermina las relaciones que se establecen entre la sensibilidad y el universo exterior. 3.8.2 Valor del paisaje Estos aspectos que hemos destacado tienen que ver con los modos de representacin del paisaje. Cabra preguntarse adems, qu funciones desempea el paisaje en aquellos textos del poemario en los que asume un rol predominante en la textualizacin. Por una parte el paisaje es el mbito en donde la meditacin es posible. Constituye ese mbito de soledad, de aislamiento necesario para que el proceso de la meditacin potica se lleve a cabo. En muchos poemas se sigue un desarrollo esquemtico de: a) ocupacin del espacio; b) percepcin; c) meditacin. Este proceso est marcado mediante la configuracin de la formacin subjetiva del poema: el sistema de deixis delimita un aqu y un all a partir del recorrido de la mirada, del juego de luz y sombra, y de la percepcin de los sonidos y los perfumes especficos del entorno. Asimismo, el paisaje puede aparecer, para convalidar ese sistema de deixis, como alocutario interno del sujeto de la enunciacin lrica. Por otra, el paisaje es, tal como ya se ha sealado, manifestacin de Dios en el mundo. Es as, una suerte de templo, tal como se advierte en el siguiente pasaje de Limmortalit: Dieu cach, disais-tu, la nature est ton temple! Lesprit te voit partout quand notre il la contemple ; Des tes perfections, quil cherche concevoir, Ce monde est le reflet, limage, le miroir ; Le jour est ton regard, la beaut ton sourire ; Partout le cur tadore et lme te respire ; () (Lamartine. 1820, 22) Dios oculto, decas, la naturaleza es tu templo! El alma en todas partes te ve cuando la contempla; De tus perfecciones, que ella intenta concebir, Este mundo es un reflejo, la imagen, el espejo; El da es tu mirada, la belleza tu sonrisa; En todo el corazn te adora y el alma te respira; () Frente al hombre que es puro devenir, el paisaje natural es lo que no cambia. Se sustrae a la vez al proceso degradante del tiempo y al movimiento de la historia. Por ello puede devolver la serenidad al hombre frente a su angustia de ser solo devenir, tal como se observa en la siguiente estrofa de Le vallon: Mais la nature est l qui tinvite et qui taime; Plonge-toi dans son sein quelle touvre toujours; Quand tout change pour toi, la nature est la mme, Et le mme soleil se lve sur tes jours . (Lamartine. 1820, 26) Mas all est Natura que te invita y que te ama; zambllete en su seno que ella por ti siempre abre:
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aunque te cambie todo, Natura nunca cambia, y es siempre el mismo Sol el que alumbra tus das. Esa constancia de la naturaleza la vuelve una entidad privilegiada para dar testimonio permanente de los amores humanos, sujetos a la caducidad y al tiempo, tal como se observa en el poema El lago. Por ltimo, la naturaleza si bien da testimonio de las perfecciones divinas, carece de voz. Necesita de un sujeto que pueda hacer sentir la armona que proviene de los acordes divinos del cosmos. Ese sujeto es el poeta, que adquiere en las Meditaciones, un rol fundamental, tal como se advierte en el siguiente pasaje de La prire: Mais ce temple est sans voix. Ou son les saints concerts ? Do slvera lhymne au roi de lunivers ? Tout se tait : mon cur parle seul dans ce silence. La voix de lunivers, cest mon intelligence. Sur les rayons du soir, sur les ailes du vent, Elle slve Dieu comme un parfum vivant, Prte, pour ladorer, mon me la nature. () (Lamartine. 1820, 55) Pero no tiene voz este templo. Dnde estn los santos acordes? De dnde se elevar el himno al rey del universo? Todo calla: mi corazn habla solo en este silencio. La voz del universo, es mi inteligencia. Sobre los rayos del sol, sobre las alas del viento, Se eleva a Dios como un perfume vivo, Lista, para adorar, mi alma a la naturaleza ()
3.8.3 Comentario de Lisolement. De acuerdo con las notas del propio Lamartine, LIsolement fue compuesto hacia el 24 de agosto de 1818, como respuesta al dolor por la muerte de Julie Charmes. Es un poema extenso cuyo efecto final depende de un proceso que se despliega a partir del contacto con el paisaje. El poema se organiza en las siguientes partes marcadas mediante el uso de contectores contra-argumentativos (Mais/ pero). Primera parte: estrofas 1-4 presentacin de un paisaje armnico frecuentado por el poeta. Segunda parte: primera inflexin: estrofas 5-9: la indiferencia del poeta ante la belleza del paisaje. Tercera parte: segunda inflexin: estrofas 10-13: aspiracin de unin con el ideal ms all de la esfera terrestre.
Tal como puede observarse de esta distribucin de los contenidos poticos, el texto presenta una arquitectura absolutamente simtrica. Forma afectiva general
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El poema pasa por distintos estadios afectivos que se corresponden con su partes principales: 1) sentimiento de la armona del paisaje unido a un tono dominante de tristeza y melancola ms tierna que amarga; 2) indiferencia ante el espectculo; amargura; se siente como muerto ya; dolor profundo por la ausencia de la amada; 3) vaga esperanza: la visin de la amada en el cielo verdadero y el deseo de ser transportado hace ese espacio ideal y definitivo. El efecto afectivo global del poema es el del vaco ontolgico del sujeto y del mundo, exacerbado por su deseo de unin con la amada en el futuro. Formacin subjetiva El poema exhibe a un sujeto lrico que padece la ausencia definitiva de la amada por su muerte. Hay un t presupuesto que no aparece como interlocutor explcito pero que sustenta todo el proceso afectivo del poema. El elemento que oficia de interlocutor interno explcito es la naturaleza: el sujeto acude a la naturaleza como confidente y como ayudante en su bsqueda del ideal. Cada parte del poema se correlaciona con un eje temporal: Primera parte: La temporalidad est marcada por una idea de frecuencia: se trata de un paraje conocido y de una actividad que se realiza en reiteradas ocasiones. La percepcin se despliega en el presente mediante un anclaje espacial en un aqu y temporal en un ahora. El espacio contiene todos los elementos tpicos del paisaje natural: montaa, valle, ro, campanario, sonido de las campanas al rezarse el ngelus, atardecer, ascenso lunar: todos estos elementos justifican/ producen la efusin del afecto melanclico. La mirada se dirige de lo alto a lo bajo reproduciendo as un gesto romntico presente en la literatura (Chateaubriand contemplando la salida del sol desde el Etna en Ren) Werther, de Goethe, entre otros) y en la plstica: cuadro de Caspar David Friedrich. El morir de la tarde, cuando se esconde el sol y aparecen la luna y las estrellas, constituye el momento capital para la meditacin y para el efecto de difuminado que se va a dar despus. El paisaje posee un carcter pictrico: es definido como tableau/ cuadro (cambiante y dulce). Segunda parte: Para destacar el vaco del mundo, la percepcin de un espacio concreto cede su lugar a una visin abarcadora del cosmos: la mirada se extiende por los cuatro puntos cardinales y abarca la totalidad: De colline en colline en vain portant ma vue, Du sud laquilon, de laurore au couchant, Je parcours tous les points de limmense tendue, Et je dis: Nulle part le bonheur ne mattend . (Lamartine. 1820, 2) La representacin de una extensin absoluta sirve justamente para resaltar el peso del vaco: en ningn lugar del cosmos este sujeto se sentir feliz. La extensin subraya adems su insignificancia, su nada. Es un espacio que ha perdido sentido. El sujeto de la enunciacin potica ha perdido todo vnculo con el espacio que lo rodea. El espacio le es indiferente porque la existencia carece de sentido para l, si le falta el
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ser que ama. Tambin en este caso la coordenada temporal es la del presente. Sin embargo, presupone un momento de felicidad o de armona, en conjuncin con el bien amado, que se proyecta en el eje temporal pasado. Tercera parte: La unin con el ideal amado se plantea en un espacio hipottico marcado por el uso del quizs, del tiempo verbal potencial como puro deseo que se manifiesta en tanto forma de suplir esa carencia esencial del sujeto paciente. Desde el punto de vista del espacio, aqu la mirada ha salido de la esfera terrestre y se proyecta sobre la rbita celeste. Es la apoteosis de la visin. Formacin sensible El poema est compuesto por trece cuartetos de alejandrinos de rima cruzada: a (femenina) y b (masculina). El ritmo es marcado adems por el uso de un paralelismo anafrico insistente, en especial a partir de la segunda parte. De colline en colline en vain portant ma vue, Du sud laquilon, de laurore au couchant, (Lamartine. 1820, 2) Je ne dsire rien de tout ce quil claire, Je ne demande rien limmense univers. (Lamartine. 1820, 3) La je menivrerais la source o jaspire, La, je retrouverais et lespoir et lamour, (Lamartine. 1820, 3) Tambin est marcado por las enumeraciones: Que me font ces vallons, ces palais, ces chaumires? Vains objets dont pour moi le charme est envol; Fleuves, rochers, forts, solitudes si chres, Un seul tre vous manque, et tout est dpeupl. (Lamartine. 1820, 2) Formacin semntico referencial La eleccin del ttulo llama la atencin del lector: el poema presenta a un sujeto que padece una soledad extrema; Lamartine podra haber elegido la expresin Solitude/ Soledad. Sin embargo Aislamiento, en tanto que derivado de un verbo (aislar) designa un proceso en curso: el sujeto en soledad pero en compaa del paisaje natural posee, despus de Rousseau, una connotacin positiva: ese posible escenario del alma romntica, evocado en el verso 3 de la estrofa sptima (soledades tan amadas), con toda la tpica que le corresponde y que se reproduce en la primera seccin del poema, es rechazado para presentar un ahora vaco de sentido. Se trata de un aislamiento que contiene la nocin de alienacin. El poema desde el mismo ttulo seala que incluso la naturaleza en la cual se refugiaba el poeta romntico ante los embates de la vida ciudadana se ha hecho inhabitable, que la naturaleza se evade a esa bsqueda de identidad o de plenitud. El artculo definido (El aislamiento) indica que una experiencia colectiva se ha transformado en otra personal, ejemplar y al mismo tiempo definitiva.
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El mundo que se presenta en la segunda parte, est vaco de sentido, desierto: se puede relacionar con la visin de la vida como exilio de acuerdo con la simbologa cristiana. Pero tambin, de acuerdo con crticos como Erich Kler, puede verse como la expresin del mundo despus de la revolucin en la perspectiva de quienes aoran un orden pasado, definitivamente abolido. De acuerdo con este tipo de lectura, el poema presentara la siguiente estructura global de sentido: a) Evocacin nostlgica de un mundo pasado que estaba en orden, que tena un sentido como naturaleza idlica/ armnica. b) El presente, que solo posee actitudes de indiferencia frente a la prdida irrevocable de ese mundo; c) Un futuro del que solo se puede esperar que sea an de este mundo y que por esta razn es transportado en un ms all vago. Relaciones intertextuales: Poeta ha reconfigurado elementos que toma de Petrarca, Ossian, Young, Chateaubriand, Rousseau, Mme. de Stel, Lammenais y posiblemente de la Imitacin de Cristo o el breviario romano. De Petrarca recoge: a) la percepcin de la naturaleza vaca porque la amada no est; b) elevacin hacia el bien ideal. Figuras retricas Se advierte un uso de figuras retricas que sirven para acentuar la dimensin de amargura del poema. Ciertas figuras de pensamiento como las anttesis con valor polar, se emplean para abarcar una totalidad: Du sud laquilon, de laurore au couchant; Que le tour du soleil ou commence ou sachve o para oponer realidades opuestas: Le soleil des vivants nchauffe plus les morts. Analoga que se presenta al final del poema entre el sujeto lrico y el otoo, muestra la declinacin vital de un ser que ha perdido peso ontolgico y que se concibe a s mismo como una hoja seca de otoo, llevada por los vientos. No es sino el correlato de la prdida de entidad del mudo que plantea el poema.
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