Sentencia de Amparo. Caso: Beatriz (Aborto)
Sentencia de Amparo. Caso: Beatriz (Aborto)
Sentencia de Amparo. Caso: Beatriz (Aborto)
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las ocho horas con treinta minutos del da veintiocho de mayo de dos mil trece. El presente proceso de amparo ha sido promovido por los abogados Vctor Hugo Mata Tobar y Dennis Estanley Muoz Rosa, en representacin de una paciente del Hospital Nacional Especializado de Maternidad Ral Argello Escoln en adelante, Hospital Nacional de Maternidad a quien, por motivos de confidencialidad y en cumplimiento de lo prescrito en el art. 6 letra b) de la Ley de Acceso a la Informacin Pblica, en el transcurso de este proceso se ha identificado como la seora B.C., en contra del dr. Roberto Edmundo Snchez Ochoa, Director; lic. Jorge Alberto Morn Funes, Jefe de la Unidad Jurdica; y dr. Guillermo Antonio Ortiz Avendao, Jefe del Servicio de Perinatologa, todos del mencionado nosocomio, por la vulneracin de sus derechos fundamentales a la vida y a la salud. Han intervenido en este proceso la parte actora, las autoridades demandadas, el Fiscal General de la Repblica y la Procuradora General de la Repblica. Analizado el proceso y considerando: I. 1. Los demandantes manifestaron que la seora B.C. padece de lupus eritematoso sistmico con manifestaciones discoides en adelante, LES agravado con nefritis lpica y que, a la fecha de la presentacin de la demanda, tena aproximadamente 18 semanas de embarazo de un feto con anencefalia, siendo dicha anomala incompatible con la vida extrauterina, segn informe del Jefe del Servicio de Perinatologa del Hospital Nacional de Maternidad. En esas condiciones sealaron es necesario interrumpir la gestacin de manera inmediata, para evitar colocar a la peticionaria en peligro inminente de muerte; sin embargo, no se le ha practicado tal intervencin, debido a que el Jefe de la Unidad Jurdica del referido hospital ha requerido opinin sobre el caso a la Junta de la Proteccin de la Niez y de la Adolescencia. Al respecto, aseveraron que el Director del mencionado nosocomio ha expresado que no puede hacer nada hasta que el Ministerio Pblico, [o] cualquiera de sus tres instituciones () se pronuncien; situacin que, en su opinin, adems de agravar la salud y poner en riesgo la vida de su representada, resulta innecesaria e irrelevante, pues en caso de que tal intervencin se realice, los mdicos, en atencin a las particularidades del cuadro clnico de la seora B.C., estaran amparados en una eximente de responsabilidad penal. Y es que, segn su criterio, si bien se trata de una confrontacin de dos bienes jurdicos de igual valor, dado el pronstico de no sobrevivencia extrauterina del feto, debe prevalecer el derecho a la vida de la madre. Alegaron que, en supuestos como el de la seora B.C., las autoridades de salud no pueden escudar su pasividad o inactividad en la falta de autorizacin del Ministerio Pblico, pues es su deber brindar asistencia e intervenir con urgencia cuando el caso que se presente lo amerite, aplicando los procedimientos mdicos pertinentes.
En ese contexto, argumentaron que no existe justificacin para que las autoridades demandadas del hospital en cuestin omitan actuar aplicando el tratamiento idneo a la seora B.C.; razn por la cual consideran que tal omisin vulnera sus derechos a la vida y a la salud, por el riesgo inminente de prdida del primero y la afectacin actual del segundo. 2. A. Por resolucin de 17-IV-2013 se admiti la demanda presentada respecto de las supuestas omisiones del Director, del Jefe de la Unidad Jurdica y del Jefe del Servicio de Perinatologa, todos del Hospital Nacional de Maternidad, de realizar las acciones positivas pertinentes para brindar a la paciente B.C., de manera inmediata y diligente, el tratamiento necesario para garantizar la preservacin de sus derechos a la vida y a la salud. B. a. En la referida providencia, como medida cautelar se orden a las autoridades demandadas que prestaran a la seora B.C. el tratamiento mdico idneo para la proteccin de los derechos alegados y, adems, que reservaran su identidad y la de su familia. Asimismo, se pidi a dichas autoridades que rindieran el informe correspondiente, junto con la documentacin que acreditara sus afirmaciones. b. Al rendir sus informes, las autoridades demandadas aseveraron que no existen las vulneraciones constitucionales que la seora B.C. les atribuye, pues, tal como se colige del expediente clnico n 18674-2011 que incorporaron a este proceso, los galenos del Hospital Nacional de Maternidad le han brindado la asistencia y el tratamiento necesario con estndares de excelencia, diligencia y eficiencia mdica oportuna. Del referido expediente alegaron, se desprende que desde hace aproximadamente dos aos la paciente ha recibido el servicio de salud pblica por LES, pero el 2-III-2013 ingres al Hospital Rosales con 15 das de fiebre, eritema y lceras infectadas en piel, ms sospechas de embarazo; por lo que el 12-III-2013 se pidi a los especialistas en perinatologa del Hospital Nacional de Maternidad que emitieran su opinin sobre el caso, los cuales examinaron y le practicaron a la paciente dos ultrasonografas, diagnosticando que el feto de 13 semanas que llevaba en su vientre presentaba un cuadro de anencefalia incompatible con la vida extrauterina. Frente a ello, la seora B.C. fue trasladada a ese ltimo hospital con el objeto de discutir y emitir un plan de manejo perinatal, para lo cual se realiz un tercer examen que confirm la malformacin en cuestin. En vista de la gravedad de la madre y del feto, el Jefe del Servicio de Perinatologa del Hospital Nacional de Maternidad solicit la opinin del Comit Mdico de dicho nosocomio, quien concluy que la nica forma de disminuir el riesgo de morbi-mortalidad materna frente a la nula probabilidad de vida extrauterina del feto con anencefalia es la interrupcin del embarazo; posibilidad que, no obstante ser la mejor opcin segn el saber mdico, los galenos se han negado a realizar para evitar incurrir en un ilcito penal. Sin embargo, tal situacin no ha representado la omisin de brindar a la seora B.C. la asistencia debida, pues se le ha dado el tratamiento requerido para evitar complicaciones en su salud y para preservar su vida, mientras se
buscan otras alternativas que sean viables para resguardar su existencia fsica y asegurar la legalidad de las actuaciones del equipo mdico. Alegaron que no es cierto que se haya expresado a la paciente B.C. que no se actuara hasta que el Ministerio Pblico se pronunciara sobre el caso y, en consecuencia, se le haya pedido regresar a su casa; pues consta en el expediente clnico que el 16-IV-2013 los doctores Snchez Ochoa y Ortiz Avendao le explicaron a la referida seora que mientras esperaban las opiniones legales respectivas deba permanecer internada en el hospital a efecto de monitorear su estado de salud, sin embargo, aquella se neg a acatar la indicacin mdica. Pese a ello, aseveraron que se ha coordinado con el Ministerio de Salud Pblica realizar algunas visitas de control en su localidad por parte del personal de salud destacado en esa rea. Por otra parte, alegaron que debe tomarse en cuenta dos momentos claves en el actuar mdico: (i) primero, cuando se trata de una emergencia se exige del galeno la toma de decisiones inmediatas, por cuanto corre peligro la vida del paciente; y (ii) segundo, cuando se trata de un cuadro clnico grave se permite cierto margen de tiempo para estudiar las alternativas y procedimientos mdicos a emplear, como en el caso de la seora B. C., quien al momento de rendir el informe se encontraba estable fsica y mentalmente con el suministro de los medicamentos que se le han administrado por el personal mdico hospitalario, pero dijeron que necesitaba con urgencia, en atencin a su padecimiento, que se interrumpiera su embarazo, considerando que el feto tiene una anomala incompatible con la vida extrauterina, a fin de actuar en beneficio de la madre y en garanta de los derechos del primer hijo. Arguyeron que no estn de acuerdo con que se pretenda someterlos a las consecuencias penales, civiles y administrativas que tal infraccin penal trae aparejada, ya que si bien, desde el punto de vista mdico la interrupcin del embarazo es la mejor opcin para salvaguardar la vida de la paciente, dicha conducta se encuentra proscrita en nuestro pas en los arts. 133 y 135 del Cdigo Penal; razn por la cual solicitaron que se tomara en cuenta su diagnstico y opinin mdica, a fin de que se ordenara lo pertinente. C. Por otra parte, se requiri de manera simultnea al Fiscal General de la Repblica, a la Procuradora General de la Repblica, al Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos y al Coordinador de la Junta de Proteccin de la Niez y Adolescencia de San Salvador, que aclararan si las autoridades del Hospital Nacional de Maternidad les formularon las solicitudes a las que alude la parte actora y, adems, explicaran el sentido en el que fueron resueltas dichas peticiones. a. El Fiscal General de la Repblica manifest que, a la fecha de remisin de su informe, no haba recibido ninguna peticin por parte de las autoridades del Hospital Nacional de Maternidad o de cualquier otra dependencia del Ministerio de Salud, requiriendo su autorizacin u opinin sobre el tratamiento mdico que debe brindarse a la seora B.C. y el producto que alberga en su vientre. Sin embargo, aclar que el 18-IV-2013 recibi una peticin en el aludido sentido por parte de diversas organizaciones no gubernamentales, entre quienes se encontraba el 3
licenciado Dennis Estanley Muoz Rosa apoderado de la demandante en este amparo, quien solicit una opinin tcnica sobre la situacin jurdica en que se encuentra la seora B.C. Al respecto, el citado funcionario aleg que no est facultado para emitir apreciaciones tcnicas sobre conductas que no se han consumado, menos como consultor en lo relativo a autorizar la procedencia de la interrupcin de un embarazo, pues la posibilidad de aplicar las causales de exclusin de responsabilidad penal contempladas en el art. 27 n 3 y n 6 del Cdigo Penal, tanto a la mujer que consiente como al profesional que la practique, solo es posible intra proceso, ante la autoridad judicial competente, tal como lo prescribe el art. 350 n 3 del Cdigo Procesal Penal. En todo caso, acot que la conducta actual del personal mdico, dada su condicin de encargados del servicio pblico de salud, podra ser objeto de valoracin si se adecua a lo establecido por el art. 321 del Cdigo Penal, referido a la penalizacin de un incumplimiento de deberes, por cuanto en casos como el presente no siempre es posible justificar la omisin de asistencia mdica, aduciendo la necesidad de requerir una autorizacin previa. b. La Procuradora General de la Repblica asever que no haba recibido ninguna peticin por parte de las autoridades de salud demandadas; sin embargo, acot que la Procuradora Auxiliar de San Salvador, licenciada Sandra Yanira Coto de Alvarenga, fue contactada va telefnica por la Ministra de Salud para emitir una opinin sobre el caso que nos ocupa. Al respecto, dicha funcionaria expres que no deba existir oposicin para practicar en la paciente B.C. el procedimiento mdico quirrgico que los profesionales en medicina estimen a bien y consideren pertinente e idneo, a fin de garantizar su derecho fundamental a la vida. Asimismo, apunt que, a la hora de realizarse el examen de ponderacin de derechos planteado, deben tomarse en cuenta los derechos fundamentales en colisin, tanto la condicin de salud de la madre como las nulas probabilidades de vida extrauterina del nasciturus y la falta de regulacin de los supuestos en los que podra justificarse la prctica de una interrupcin por motivos mdicos; ello con el objeto de decantarse, en este caso en particular, por la proteccin del ejercicio de los derechos de la madre. La Procuradora General de la Repblica acot que deba analizarse la posibilidad de proteger los derechos de ambos mediante la anticipacin o induccin del parto, con lo cual no se estara beneficiando o empeorando el destino del nasciturus, ya que su fallecimiento sera lamentablemente la consecuencia inmediata de su patologa congnita, no as por una accin humana dirigida a provocar la muerte durante la gestacin. Tal induccin del parto no debe, a su criterio, ser practicado de manera tarda, para evitar poner en riesgo innecesario la vida de la mujer gestante. c. En sus escritos, el Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos expuso que, mediante la nota recibida el 22-III-2013, el Jefe de la Unidad Jurdica del antes referido nosocomio inform que la paciente B.C. estaba ingresada en ese centro de salud y que, debido a una patologa grave, era de vital importancia interrumpir la gestacin del feto con anencefalia que 4
lleva en su vientre, pues de no hacerlo exista una fuerte probabilidad de muerte materna. Dicha informacin fue trasladada a la Procuradura Auxiliar de San Salvador a fin de que realizara las actuaciones correspondientes, con base en el art. 220 inc. 2 de la Ley de Proteccin Integral de la Niez y Adolescencia en lo sucesivo, LEPINA. D. Se pidi a la Ministra de Salud Pblica y Asistencia Social y a la Comisin Nacional de Biotica de El Salvador CNBES que informaran si existen normas y protocolos para la atencin de complicaciones obsttricas en casos como el de la peticionaria. a. Al respecto, la primera autoridad inform que en el pas no existen protocolos mdicos de actuacin en casos como el de la seora B.C., debido a que legalmente no es permitido ningn tipo de aborto; no obstante, incorpor a este expediente judicial unas directrices elaboradas por la Organizacin Panamericana de la Salud OPS, que podran ser aplicadas en El Salvador si se permitiera la prctica de los procedimientos en cuestin. Asimismo, adjunt un informe tcnico elaborado por la Oficina de Gnero, Diversidad y Derechos Humanos de la OPS, en el cual dicha entidad internacional emite un pronunciamiento sobre la interrupcin del embarazo por razones mdicas y el caso en particular de la demandante. b. La CNBES expuso que el Ministerio de Salud Pblica, en su calidad de ente rector del sistema nacional de salud, es la autoridad competente para informar sobre la existencia de normas y protocolos para la atencin de complicaciones obsttricas; sin embargo, en relacin con el conflicto tico-legal que ha suscitado el cuadro clnico de la seora B.C., debe seguirse la recomendacin del equipo mdico del Hospital Nacional de Maternidad, pues de no hacerlo podra obtenerse como resultado no solo la muerte del nasciturus, que es inevitable, sino tambin la de la madre, afectando los derechos fundamentales de esta ltima y de terceros, especficamente del primer hijo de aquella. En ese sentido, recomend que se proceda inmediatamente de acuerdo con lo que se prescribe en el dictamen del equipo mdico mencionado, con el propsito de garantizar los derechos fundamentales a la vida y a la salud de la paciente B.C. y en cumplimiento de los preceptos ticos que establece el ejercicio de la profesin mdica. 3. A. Mediante la resolucin de fecha 26-IV-2013 se confirm la medida cautelar adoptada y, adems, se requiri a las autoridades demandadas que informaran la manera en la que han dado cumplimiento a dicha medida y que incorporaran el expediente clnico de la seora B.C. correspondiente a su primer embarazo. Al respecto, las referidas autoridades informaron que la peticionaria haba sido ingresada en el servicio de perinatologa del Hospital Nacional de Maternidad el 18-IV-2013, en donde fue evaluada por mdicos especialistas en cardiologa, reumatologa, gentica perinatal, nutricin, radiologa y psicologa. En consonancia con lo anterior, indicaron que, debido al estado actual del proceso de gestacin de la paciente, es imposible inducir el parto por va vaginal, razn por la cual se tendra que efectuar un parto inmaduro por va abdominal considerado un procedimiento quirrgico mayor. 5
B. En la misma resolucin, se requiri al Instituto de Medicina Legal que realizara un peritaje sobre la salud fsica y psicolgica de la seora B.C. As, mediante dictamen de fecha 7V-2013, la referida institucin emiti las conclusiones y recomendaciones en torno a la situacin de salud actual de la peticionaria. 4. Por resolucin del 8-V-2013 se orden celebrar audiencia probatoria y alegatos finales el da 15-V-2013. 5. Posteriormente, fueron presentados a este Tribunal los escritos firmados por: (i) el Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, en virtud del cual solicit que se autorizara su intervencin en este proceso como amicus curiae y que se valorara la informacin que incorpor en su escrito de fecha 15-V-2013, peticiones que, en razn de ser atendibles, corresponde resolver de manera afirmativa; (ii) la Presidenta de la Fundacin S a la Vida, mediante el cual expone su posicin con respecto al presente amparo; (iii) el abogado Jonathan Ivn Martnez Hernndez, mediante el cual solicita participar en este proceso en calidad de apoderado del Jefe del Servicio de Perinatologa del Hospital Nacional de Maternidad; intervencin que le fue autorizada segn acta de fecha 15-V-2013; y (iv) los seores Wilfredo Armando Alfaro y lmer Humberto Castro Hernndez, quienes pretenden actuar en calidad de Presidente y socio, respectivamente, de la Asociacin para la Defensa de la Salud y Medio Ambiente Corina Isabel Prez Alfaro, por el cual solicitan que se permita su intervencin en este amparo en carcter de amicus curiae y que se evale la informacin contenida en su escrito de fecha 27-V-2013, peticiones que debern ser declaradas sin lugar, debido a que los referidos seores omiten comprobar el carcter en el que comparecen y no aportan la documentacin necesaria para acreditar una aptitud razonable en relacin con su especialidad o su independencia intelectual sobre el tema que es objeto de debate en virtud del presente amparo. 6. Finalizadas las actuaciones relacionadas este proceso qued en estado de pronunciar sentencia. II. Previo a examinar la controversia planteada en este amparo, se efectuarn algunas consideraciones sobre la legitimacin pasiva como presupuesto procesal indispensable para la configuracin de la pretensin, as como sobre las consecuencias derivadas de la comprobacin in persequendi litis es decir, durante la tramitacin del proceso de vicios que impiden al Tribunal juzgar el caso planteado (1); con el objeto de establecer si existe algn defecto procesal en la pretensin, respecto a las vulneraciones constitucionales atribuidas al Jefe de la Unidad Jurdica del Hospital Nacional de Maternidad (2). 1. A. En la Resolucin del 24-III-2010, pronunciada en el proceso de Amp. 301-2007, se expres que la legitimacin pasiva se entiende como el vnculo existente entre el sujeto o los sujetos pasivos de la pretensin y su objeto, es decir, el nexo que se configura entre dichas personas y el supuesto agravio generado por la accin u omisin de una autoridad que, aparentemente, lesiona los derechos fundamentales del peticionario. Ello implica que el presunto perjuicio ocasionado por el acto sometido a control constitucional debe emanar de las actuaciones 6
de las autoridades que han decidido el asunto controvertido, razn por la cual se exige para el vlido desarrollo de los procesos de amparo que la parte actora, al momento de plantear su demanda, deba dirigirla imperiosamente contra todos los rganos que hayan desplegado efectivamente potestades decisorias sobre el acto u omisin impugnados en sede constitucional. No obstante, es pertinente acotar que el sujeto activo no tiene que demandar a todos los funcionarios o autoridades que hayan intervenido durante la tramitacin del procedimiento en el que se emiti la actuacin sometida a control, sino nicamente a los que han concurrido con su voluntad en la materializacin de la situacin fctica o jurdica en controversia, pues estos tendran que responder por el agravio constitucional que sus decisiones han ocasionado. B. Aunado a lo anterior, debe precisarse que la existencia de vicios o defectos esenciales en la pretensin genera la imposibilidad por parte del Tribunal de juzgar el caso concreto o, en todo caso, torna inviable la tramitacin completa de todo el proceso, por lo cual la demanda de amparo puede ser rechazada in limine o in persequendi litis es decir, tanto al inicio como durante el transcurso del proceso. En lo concerniente al rechazo de la pretensin durante la tramitacin del proceso, conviene sealar que esta clase de rechazo se manifiesta en materia procesal constitucional mediante la figura del sobreseimiento, el cual se consigna en un auto que le pone fin al proceso haciendo imposible su continuacin, o bien en una sentencia cuando este procede slo respecto de uno de los sujetos que han sido demandados. 2. A. Aplicando las anteriores consideraciones al presente caso, se advierte que la omisin que se atribuye al Jefe de la Unidad Jurdica del Hospital Nacional de Maternidad y que ha sido sometida a control de constitucionalidad en este proceso de amparo consiste en no brindar el tratamiento mdico necesario e idneo a la seora B.C.; no obstante ello, la referida autoridad no tiene competencia para evaluar y, en su caso, autorizar el procedimiento o intervencin quirrgica, terapia, etc. en una persona, pues tales atribuciones corresponden exclusivamente al mdico o al equipo de especialistas que tienen a su cargo dar seguimiento al padecimiento de un paciente. Asimismo, se observa que las actuaciones del aludido jefe se enmarcan en el ejercicio de la abogaca, emitiendo opiniones tcnico jurdicas sobre las implicaciones y consecuencias de la prctica mdica o cualquier otro asunto de inters legal del referido centro hospitalario. B. As, de los informes de fechas 9-IV-2013 y 16-IV-2013, suscritos por la Procuradora Auxiliar de San Salvador y por el Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, se desprende que el Comit Mdico del Hospital Nacional de Maternidad, con el objeto de ahondar en el anlisis mdico legal del caso y resguardar la vida de la seora B.C., requiri la opinin del Jefe de la Unidad Jurdica del referido centro hospitalario, quien, a su vez, se dirigi a ciertas instituciones responsables de velar por los derechos fundamentales de las mujeres y nios, exponiendo el caso de la demandante, a fin de que se pronunciaran a favor del derecho a la vida de esta. 7
Adems, constan en este proceso los escritos de fechas 22-III-2013 y 15-IV-2013, dirigidos a la Junta de Proteccin de la Niez y Adolescencia y al Juez Especializado de la Niez y Adolescencia de San Salvador, respectivamente, mediante los cuales el Jefe de la Unidad Jurdica del Hospital Nacional de Maternidad explic a las citadas autoridades la grave condicin de salud de la seora B.C. y las nulas probabilidades de vida del feto que lleva en su vientre, con el objeto de que se pronunciaran sobre la interrupcin de la gestacin, a fin de resguardar los derechos a la vida y a la salud de la actora. C. De la documentacin antes relacionada, se colige que el Jefe de la Unidad Jurdica del Hospital Nacional de Maternidad no ha concurrido con su voluntad en la materializacin directa de la omisin que, aparentemente, ha incidido de manera negativa en la esfera jurdica de la parte actora, ya que, en todo caso, a las autoridades a quienes en razn de su profesin y atribuciones en el hospital corresponde prestar a la seora B.C. la asistencia mdica que sea idnea y necesaria son el Director y el Jefe del Servicio de Perinatologa. En efecto, la aludida autoridad se ha limitado a emitir una opinin tcnico-jurdica, as como a solicitar a otras instancias jurisdiccionales y administrativas que se pronunciaran sobre el caso de la seora B.C., a fin de asesorar a los galenos y al centro hospitalario en cuestin sobre las implicaciones y consecuencias jurdicas en las que incurriran ante la posible prctica de una interrupcin del embarazo de dicha seora. Aunado a ello, este Tribunal advierte que la parte actora no incorpor al proceso ningn elemento probatorio, ni consta en este expediente ningn otro, a partir del cual pueda establecerse que el Jefe de la Unidad Jurdica haya incidido en la configuracin del agravio personal que alega en este amparo, por lo que no es posible establecer que dicha autoridad ha intervenido de manera directa en la configuracin de la omisin sometida a control constitucional y, en consecuencia, no puede atribursele responsabilidad directa en el supuesto concreto. D. En definitiva, tomando en cuenta las acotaciones esbozadas en los prrafos precedentes, se concluye que la citada autoridad carece de legitimacin pasiva en el presente proceso, situacin que se traduce en un defecto de la pretensin que impide, por su relevancia, el conocimiento del fondo del asunto planteado respecto de la actuacin emitida por la referida autoridad, siendo pertinente sobreseer respecto de la pretensin de amparo por la presunta vulneracin de derechos constitucionales que le ha sido atribuida. III. Establecido lo anterior, el orden lgico con el que se estructurar esta sentencia es el siguiente: en primer lugar, se realizarn algunas acotaciones sobre la tramitacin del presente amparo y la concentracin de sus actos procesales (IV); en segundo lugar, se expondrn las circunstancias particulares que habilitan a este Tribunal para conocer del presente caso, a fin de delimitar el objeto de control de este amparo (V); en tercer lugar, se har una sucinta relacin del contenido de los derechos fundamentales alegados (VI); para, finalmente, resolver la controversia planteada (VII). 8
IV. Tal como se acot en el auto de admisin de fecha 17-IV-2013 y las resoluciones de fechas 26-IV-2013 y 8-V-2013, respectivamente, la estructura del proceso constitucional de amparo debe operar como una verdadera garanta que atienda tanto a las demandas formuladas por los particulares como a las exigencias generales del Estado Constitucional de Derecho, por lo que su tramitacin debe realizarse en funcin de los derechos que se pretende tutelar, evitando el ritualismo y las interpretaciones que supediten la eficacia de aquellos aspectos puramente formales o literales. En ese sentido, tomando en cuenta que la cuestin objeto de conocimiento en este amparo la presunta vulneracin de los derechos a la vida y a la salud se encuentra sometida al ritmo inexorable de un proceso biolgico, esto es, el embarazo de la seora B.C., fue necesario concentrar algunas etapas procesales con el objeto de garantizar la celeridad en la sustanciacin de este amparo. As, por ejemplo, se requiri a las autoridades demandadas que en una sola intervencin rindieran los informes a los que hacen referencia los arts. 21 y 26 de la L.Pr.Cn.; se omitieron los traslados previstos en el art. 27 de la L.Pr.Cn., en virtud de que la parte demandante y el Fiscal General de la Repblica ya se haban pronunciado sobre el objeto del presente amparo; y se sustituy el plazo probatorio de ocho das hbiles y los ltimos traslados arts. 29 y 30 de la L.Pr.Cn. por una audiencia oral arts. 18 y 19 del C.Pr.C.M, con el objeto de que las partes se pronunciaran sobre los medios de prueba admitidos y formularan sus alegatos finales. V. 1. A. El tema relativo a la proteccin del nasciturus ya fue abordado por esta Sala en la sentencia del 20-XI-2007, emitida en la Inc. 18-98. En esa oportunidad se indic que, de conformidad con el art. 1 inc. 2 de la Cn., la mujer no puede alegar un derecho al propio cuerpo o al propio vientre, ni un derecho a la interrupcin del embarazo, que puedan anular el derecho a la vida del no nacido; sin embargo, ello no significa que el derecho a la vida de este revista el carcter de absoluto frente a los derechos fundamentales de la mujer gestante. En la apuntada sentencia se acot que, frente a la criminalizacin de las conductas orientadas a la interrupcin de la gestacin, el art. 27 del Cdigo Penal, al establecer eximentes de la responsabilidad penal, tiene por finalidad cumplir con la obligacin de regular jurdicamente las controversias que surgen del conflicto entre el derecho a la vida del nasciturus y los derechos constitucionales de la madre. No obstante, se aclar que dicha disposicin legal revela que el Estado da cumplimiento al mandato constitucional apuntado de forma incompleta, pues dichas causas de justificacin solo operaran frente a una conducta consumada, de manera que de forma preventiva la posible controversia no podra ser objeto de anlisis y de decisin por un juez u otro ente del Estado, a efecto de autorizar o no la procedencia de un tratamiento mdico que permita la conclusin del embarazo. En el referido pronunciamiento se sostuvo, adems, que corresponda al legislador regular esas circunstancias extra proceso penal, debiendo prever el rgano o ente estatal al que se otorgara la competencia para conocer y decidir la situacin planteada, as como los requisitos que deberan cumplirse y las directrices de actuacin pertinentes en estos casos de manera previa 9
a la judicializacin del conflicto, ya que la utilizacin del Derecho penal como mecanismo de solucin de estas controversias era insuficiente. En efecto, la falta de regulacin de estos supuestos, con carcter previo y no como resultado de un proceso, dificultaba y demoraba la adopcin de las medidas que haban de tomarse en el sistema nacional de salud para solucionar las posibles controversias entre los derechos de la madre y los del nasciturus. B. a. Ahora bien, la jurisprudencia constitucional v.gr. en la Sentencia del 24-IX-2010, proveda en la Inc. 91-2007 ha establecido que la colisin entre derechos fundamentales debe ser resuelta mediante el mtodo argumentativo de la ponderacin, el cual consiste en determinar, atendiendo a las circunstancias del caso concreto, cul es el derecho que debe prevalecer en su ejercicio prctico. De acuerdo con esta herramienta, cuando existe un conflicto de normas iusfundamentales, debe buscarse un equilibrio entre ellas o, si dicho equilibrio no es posible, decidirse en el supuesto concreto, teniendo en cuenta sus circunstancias especficas, cul norma debe prevalecer. Las normas de derechos y, extensivamente, los derechos fundamentales en ella consagrados no pueden jerarquizarse en abstracto, ya que, en principio, todos poseen idntica fuerza normativa: la que les confiere la Constitucin. Por tanto, solo en el caso concreto podrn establecerse relaciones de precedencia, pero derivadas de determinadas condiciones y observables solo si estas concurren. b. En ese sentido, en determinadas circunstancias, los derechos fundamentales pueden ceder ante un derecho contrapuesto; de lo contrario, algunos revestiran el carcter de absolutos, concediendo a los individuos un ttulo suficiente para ejercerlos en todas las condiciones. Por tanto, el titular de un derecho puede ejercerlo, en principio, solo si no es superado por el ejercicio de ese o de otro derecho por parte de otro titular; ello debido a que, en caso de colisin, no es posible satisfacer simultneamente ambos, pues el ejercicio de uno conlleva la limitacin del otro. 2. A. En el presente caso, el examen constitucional solicitado por la actora debido a la posible colisin generada entre sus derechos a la vida y a la salud, por un lado, y el derecho a la vida del no nato que lleva en su vientre, por el otro, requerir la aplicacin de una ponderacin y tendr por objeto determinar un equilibrio entre el ejercicio de los derechos de aquella y el ejercicio de los derechos del nasciturus o, en su defecto, establecer cul de ellos debe prevalecer. Lo anterior responde a la necesidad de brindar proteccin integral a todos los derechos fundamentales por igual, ya que solo en determinados casos puede justificarse que el ejercicio de unos ceda a favor del de otros. Y es que no es posible resolver un conflicto de derechos anulando siempre un derecho fundamental para privilegiar a otro, pues ello supondra su jerarquizacin, lo cual no tiene fundamento en nuestra Ley Suprema, ni es compatible con la concepcin del Estado Constitucional y Democrtico de Derecho. B. Aclarado lo anterior, el objeto de la controversia puesta en conocimiento de este Tribunal consiste en determinar si las autoridades demandadas omitieron brindar, de manera 10
oportuna, a la seora B.C. el tratamiento idneo y necesario para su condicin, provocando un aumento del deterioro de su salud y, con ello, el peligro inminente de prdida de su existencia fsica, en contravencin con el contenido de los derechos fundamentales a la vida y a la salud establecidos en los arts. 2 y 65 de la Cn. VI. 1. A. Realizadas las precisiones anteriores, es menester acotar que el carcter esencial e imprescindible de la vida humana, como condicin necesaria para el desarrollo de la personalidad y de las capacidades, as como para el disfrute de los bienes, ha hecho posible su reconocimiento a nivel nacional e internacional como derecho fundamental, merecedor de una especial proteccin por parte de los Estados. a. As, en la Sentencia del 21-IX-2011, pronunciada en el Amp. 166-2009, se expres que, segn los arts. 1 y 2 de la Cn., en nuestro ordenamiento jurdico la vida constituye un derecho inherente a toda persona, sin excepcin alguna, cuyo mbito de proteccin se extiende, incluso, hasta el momento de la concepcin. Con ello, el constituyente pretende evitar que se disponga y se atente contra la vida humana en gestacin, aduciendo un derecho al propio cuerpo o cualquier otra causa, a fin de garantizar y brindar al nasciturus la oportunidad de completar el ciclo biolgico requerido para desarrollarse y adquirir la plena personalidad como sujeto jurdico. No obstante, es imprescindible aclarar que, desde un punto de vista constitucional, no cabe una interpretacin de la vida humana como un derecho absoluto e ilimitado; de tal forma que se reconozca en este caso al nasciturus un derecho superior y de mayor importancia frente al de la madre, pues ello avalara una despersonalizacin y desconocimiento de los derechos de la mujer gestante. b. En ese sentido, el reconocimiento de la vida humana desde el momento sealado por el constituyente exige al Estado, como principal obligado a garantizar su proteccin, el diseo, la creacin y la implementacin de las polticas pblicas, los mecanismos y los procedimientos institucionales, normativos, tcnicos, etc., idneos y necesarios para brindar al binomio madrehijo equivalentes oportunidades de goce del referido derecho fundamental. Ahora bien, tal responsabilidad se extiende ineludiblemente a la previsin de los criterios que debern aplicarse para evaluar y atender los casos en que existe el riesgo inminente de prdida de la vida del nasciturus o de la madre, siendo la ponderacin de los derechos en conflicto imprescindible para determinar cul debe ceder necesariamente frente al otro si no es posible salvaguardar ambos. Los instrumentos jurdicos internacionales sobre derechos humanos ratificados por El Salvador especficamente, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos (arts. 6.1 y 7), la Convencin Americana sobre Derechos Humanos (arts. 4.1 y 5.1) y la Convencin sobre los Derechos del Nio (Prembulo, arts. 6.1 y 6.2) tampoco reclaman un deber de proteccin absoluto e incondicional de la vida en gestacin; por el contrario, de su interpretacin sistemtica se desprende la necesidad de ponderar, en el supuesto concreto, el derecho a la vida de cada extremo del binomio madre-hijo. Dicha ponderacin exige identificar y sopesar los derechos de 11
ambos, apreciando de esa manera la importancia constitucional no solo del no nacido, sino tambin de la mujer embarazada que ya goza de la titularidad de otros derechos. B. Por otra parte, en las Sentencias del 21-IX-2011 y 17-XII-2007, pronunciadas en los procesos de Amp. 166-2009 y 674-2006, respectivamente, se expres que el contenido del derecho a la vida comprende dos aspectos fundamentales: el primero, referido al derecho a evitar la muerte, lo cual implica la prohibicin dirigida a los rganos estatales y a los particulares de disponer, obstaculizar, vulnerar o interrumpir el proceso vital de las personas; y el segundo, relacionado con el derecho de estas de acceder a los medios, circunstancias o condiciones que les permitan vivir de forma digna, por lo que corresponde al Estado realizar las acciones positivas pertinentes para mejorar la calidad de vida de las personas. En efecto, el derecho en cuestin comporta la necesidad de brindar a las personas las condiciones mnimas que, de manera indefectible, resultan indispensables para el desarrollo normal y pleno del proceso vital; razn por la cual tal derecho se encuentra estrechamente vinculado con otros factores o aspectos que coadyuvan con la procuracin de la existencia fsica bajo estndares de calidad y dignidad, siendo una de estas condiciones el goce de la salud. 2. A. En este contexto, el Estado se constituye como el principal obligado a garantizar la conservacin y restablecimiento de la salud de sus habitantes, de conformidad con los arts. 2 y 65 de la Cn., la cual, de acuerdo con la Sentencia del 19-V-2004, emitida en el Amp. 630-2000, hace referencia desde un punto de vista amplio a un estado de completo bienestar fsico y mental de la persona, cuyo disfrute posibilita a los individuos el contar con una de las condiciones necesarias para poder vivir dignamente. En virtud de ello, dicha condicin no se reduce a un simple objetivo o fin a alcanzar, sino que, adems, se perfila como un derecho fundamental que posee toda persona de acceder a los mecanismos que han sido dispuestos para asegurar la prevencin, asistencia y recuperacin de la salud, en los trminos previstos en las disposiciones antes citadas. B. Respecto al contenido especfico del derecho a la salud, la jurisprudencia constitucional v.gr. en la Sentencia del 21-IX-2011, pronunciada en el Amp. 166-2009 ha desarrollado tres aspectos o elementos esenciales que integran su mbito de proteccin: (i) la adopcin de medidas para su conservacin, pues la salud requiere de una proteccin estatal tanto activa como pasiva contra los riesgos exteriores que puedan ponerla en peligro, de ah que se deban implementar medidas que, desde el punto de vista positivo, tiendan a la prevencin de cualesquiera situaciones que la lesionen o que restablezcan dicha condicin y, desde el punto de vista negativo, que eviten la comisin de cualquier acto que provoque su menoscabo; (ii) la asistencia mdica, por cuanto debe garantizarse a toda persona la posibilidad de disponer y acceder al sistema o red de servicios de salud; y (iii) la vigilancia de los servicios de salud, lo cual implica la creacin de las instituciones y los mecanismos que vigilen y controlen la seguridad e higiene de las actividades profesionales vinculadas con la salud.
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Este derecho fundamental exige, por su propia connotacin, que el tipo de asistencia mdica que se ofrece en el sistema de salud del pas se encuentre sometido a una continua revisin y actualizacin, con el objeto de que se brinden a la poblacin, las tcnicas quirrgicas, mtodos teraputicos, medicamentos, etc., idneos para tratar determinado padecimiento y, de esa forma, ofrecer al paciente un tratamiento eficaz para el restablecimiento pleno de su salud o bien la posibilidad a quienes se ven obligados a vivir con una enfermedad permanente de tener una mejor calidad de vida. Desde esta perspectiva, la omisin o negativa de algn establecimiento perteneciente al sistema pblico de salud a aplicar un mtodo o procedimiento clnico o a suministrar algn medicamento a uno de sus pacientes, se encuentra justificada cuando se ha comprobado, de manera concluyente, que aquellos no son adecuados desde el punto de vista mdico para tratar la enfermedad o no dan garantas plenas de que contribuirn a la restauracin de la salud sin menoscabo de la integridad o la vida del paciente. C. Otro aspecto a destacar es la posibilidad de aplicar al derecho a la salud algunos criterios utilizados por este Tribunal v. gr. en la Sentencia del 3-XII-2010, pronunciada en el Amp. 584-2008 para valorar la constitucionalidad de las actividades estatales encaminadas a la conservacin y proteccin de los derechos fundamentales que requieren de acciones positivas de parte del Estado. Con base en el criterio de la accesibilidad tal como se ha sealado en la Observacin general N 14 del Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas, todas las personas tienen derecho a: (i) acceso fsico, social y econmico a servicios adecuados de prevencin, atencin y rehabilitacin de la salud; (ii) disponer de los establecimientos, recursos y personal capacitado para la prctica de exmenes que coadyuven al diagnstico de sus padecimientos; y (iii) que se les apliquen los medicamentos, terapias y mtodos que se consideren necesarios y adecuados, desde el punto de vista cientfico y mdico, para el restablecimiento de la salud o, por lo menos, en los casos en que se desconoce la existencia de una cura, que disminuyan el sufrimiento o las consecuencias de la enfermedad, con el objeto de brindarles una mejor calidad de vida. En este contexto, los profesionales y las entidades de salud deben brindar la mejor alternativa para tratar una enfermedad, por lo que, en atencin al contenido especfico del derecho a la salud, no pueden limitarse a suministrar el tratamiento teraputico considerado como bsico para determinado padecimiento, sino que deben realizar gestiones y acciones pertinentes para administrar al paciente los mtodos, frmacos y tcnicas ms apropiados, cuando representen una forma ms efectiva para el restablecimiento de su salud. D. En consecuencia, a partir del contenido de nuestra Constitucin, la salud se proclama como un derecho fundamental, inherente a las personas, que encuentra su sentido ms concreto en la exigencia a los poderes pblicos de que toda persona reciba primordialmente la asistencia mdica y el tratamiento teraputico adecuados para aliviar sus afecciones fsicas y/o 13
mentales, por cuanto la salud representa una de las condiciones esenciales que posibilita a los sujetos tener una existencia fsica digna y, con ello, desarrollar plenamente su personalidad y sus potencialidades. 3. Por otra parte, el Estado se ha comprometido a proteger a toda persona, sin distincin de raza, religin, ideologa poltica, condicin econmica o social u otra caracterstica art. 3 de la Cn., sus derechos a la vida y a la salud arts. 2 y 65 de la Cn., siendo una de las implicaciones de dicho compromiso el garantizar a los grupos en situacin de vulnerabilidad el ejercicio de los referidos derechos fundamentales y otros conexos, mediante la adopcin de las medidas sanitarias idneas y necesarias para su preservacin. En ese sentido, a las autoridades del sistema de salud pblica corresponde la obligacin de garantizar que tanto el personal mdico como el resto de empleados de dicho sistema se encuentren capacitados y preparados para brindar segn las funciones que les han sido asignadas los servicios adecuados e idneos a las mujeres embarazadas, para lo cual deben proporcionarles a aquellos no solo el equipo tecnolgico-farmacolgico pertinente, sino tambin los protocolos mdicos y las guas tcnicas para la eficaz proteccin de la madre y del nasciturus. En efecto, dichos protocolos y guas tcnicas deben contener la informacin necesaria que le indique al personal mdico la manera en que procedern a la atencin de aquellos casos en los que, a partir de los dictmenes de los especialistas pertinentes, se concluya la existencia de un peligro real e inminente para la vida de la madre gestante y, por consecuencia natural, para la del nasciturus si el embarazo contina su curso normal. Tal informacin en virtud de la especial naturaleza de esa materia debe fundamentarse en aquellos criterios que dentro de las ciencias mdicas se hayan consolidado mediante la investigacin cientfica, as como en todos aquellos avances beneficiosos que estas presenten con el devenir del tiempo. Ahora bien, la existencia de un vaco normativo no representa un bice para que las autoridades mdicas, a quienes se les ha confiado velar por la salud de la poblacin, adopten las directrices y protocolos mdicos que consideren necesarios para actuar en esos casos, ni para que insten a las autoridades competentes a replantear tales situaciones y que estas sean reguladas en la forma pertinente, es decir, a que se discutan a travs de los canales democrticos diseados por el Estado, a fin de que sean prescritas en la legislacin pertinente. VII. Corresponde analizar si la conducta atribuida a las autoridades demandadas objeto de controversia en este proceso se sujet a la normativa constitucional. 1. A. Como se relacion anteriormente, la demandante impugna la omisin del Director y del Jefe del Servicio de Perinatologa, ambos del Hospital Nacional de Maternidad, de brindarle de manera inmediata el tratamiento mdico idneo para evitar el deterioro de su salud y el colocarla en peligro inminente de muerte. Alega que dichas autoridades han basado su inactividad en la necesidad de requerir una autorizacin por parte del Ministerio Pblico para practicarle el procedimiento mdico que necesita, lo cual ha vulnerado sus derechos a la salud y a la vida. 14
B. Por su parte, las autoridades demandadas manifiestan que, dado que la paciente padece de LES agravado con nefritis lpica y que el feto adolece de anencefalia una malformacin que lo hace incompatible con la vida extrauterina, es necesario, desde un punto de vista mdico, practicar la interrupcin del embarazo, con el objeto de garantizar a la demandante el restablecimiento de su salud y, con ello, mayores probabilidades de vida. Sin embargo, afirman que dicho procedimiento no le ha sido practicado debido a que tal conducta es punible en el ordenamiento jurdico salvadoreo. Al respecto, arguyen que las eximentes de responsabilidad penal solo son aplicables una vez se ha consumado el delito y dentro de un proceso jurisdiccional ante autoridad competente, por lo que no pueden ser trasladadas a una etapa previa, a fin de resolver colisiones de derechos fundamentales entre el binomio madre-hijo, tal como sucede en el presente caso; razn por la cual han realizado las gestiones pertinentes para dirimir este conflicto mdico-legal ante las autoridades encargadas de velar por los derechos de aquellos. No obstante lo anterior, aseveran que se le ha brindado a la seora B.C. la asistencia y el tratamiento mdico necesario para estabilizar su salud, solicitndosele, incluso, su permanencia en el centro hospitalario para monitorear la evolucin de su caso, pero se ha negado a ser internada en el referido nosocomio. Pese a ello, se le han efectuado visitas ambulatorias por parte del personal del Ministerio de Salud de la localidad en la que reside, a efecto de verificar su condicin de salud, por lo que, a su juicio, no existen las vulneraciones constitucionales alegadas en su contra. 2. Expuesto lo anterior, es preciso valorar la actividad probatoria realizada por las partes en este proceso de amparo. A. a. Las partes procesales ofrecieron e incorporaron prueba instrumental consistente en: (i) copia simple del resumen mdico de fecha 22-III-2013 firmado por el Jefe del Servicio de Perinatologa del Hospital Nacional de Maternidad, en el que se describe el cuadro clnico de la seora B.C.; (ii) copia del informe del Centro Latinoamericano de Perinatologa Salud de la Mujer y Reproductiva, de la Organizacin Panamericana de la Salud, referido a la situacin de salud de la seora B.C.; (iii) certificacin del expediente clnico n 18-674-2011 de la peticionaria, extendida por el Director del Hospital Nacional de Maternidad, del cual se colige los trminos en los que se ha brindado asistencia y tratamiento mdico a la seora B.C. en sus dos embarazos; y (iv) Acta del Comit de Mdicos del citado centro de salud, en la cual consta la discusin y el dictamen que se emiti sobre el tratamiento mdico que debe brindrsele a la actora. Asimismo, se ha incorporado el acta de las diez horas y treinta minutos del 15-V-2013, en la que constan las declaraciones de parte de la seora B.C., del Director y del Jefe del Servicio de Perinatologa, ambos del referido nosocomio. b. Por otra parte, se ha incorporado el dictamen pericial de fecha 7-V-2013, suscrito por el equipo de mdicos designados por el Instituto Nacional de Medicina Legal para realizar la 15
evaluacin del estado de salud fsico y mental de la seora B.C., ordenado en el auto de fecha 26IV-2013, el cual fue sometido a aclaracin en la citada audiencia probatoria del 15-V-2013. c. Por disposicin de este Tribunal se recibi la prueba pericial en audiencia probatoria del 15-V-2013, en la que declararon los peritos del Instituto de Medicina Legal: Jos Miguel Joaqun Romero Fortn Leiva, doctor en medicina, Director del Instituto de Medicina Legal; Loyda Evelyn Rodrguez de Hernndez; doctora en medicina, Coordinadora del rea Clnica Forense del Instituto de Medicina Legal; Mara Estela Garca Herrera, doctora en medicina, Ginecloga Forense del Instituto de Medicina Legal; Gustavo Antonio Ibarra Urrutia, doctor en medicina, Jefe del Departamento de Clnica Forense del Instituto de Medicina Legal; y Gerardo Enrique Rivera Trejo, psiquiatra, Jefe del Departamento de Ciencias de la Conducta Forense del Instituto de Medicina Legal. B. Expuesto el contenido de la prueba, es necesario analizar el valor probatorio de cada una de ellas. a. El art. 331 del C.Pr.C.M. de aplicacin supletoria al proceso de amparo establece que los documentos pblicos son aquellos en cuya elaboracin interviene un funcionario o autoridad pblica, administrativa o judicial, los cuales constituyen prueba fehaciente de los hechos o actos que documentan, de la fecha y personas que intervienen en l, as como del fedatario o funcionario que lo expide, siempre y cuando aquellos se aporten en original o testimonio y no se haya probado su falsedad. Teniendo en cuenta lo anterior, se constata que la certificacin agregada al presente proceso fue expedida por el Director del Hospital Nacional de Maternidad en el ejercicio de sus atribuciones, razn por la cual se ha comprobado de manera fehaciente la existencia de los documentos y las actuaciones que se encuentran incorporadas en la certificacin en mencin. b. Con relacin a las copias de los documentos antes relacionadas, se advierte que estas no han sido controvertidas por las partes ni se ha cuestionado su autenticidad, no obstante haber tenido la oportunidad para hacerlo de conformidad con lo dispuesto en el art. 338 del C.Pr.C.M. Por ello, se infiere que la citada documentacin, al mantener una conexin lgica con los hechos alegados en la demanda, puede ser valorada conforme a la sana crtica, en virtud de que existe la probabilidad positiva de que estas hayan sido reproducidas de la documentacin original correspondiente. c. Adems, tanto el dictamen como los peritos que lo elaboraron fueron sometidos a debate dentro de la audiencia correspondiente en la cual se cumplieron con los principios de inmediacin y contradiccin, por lo que las partes interrogaron a los peritos acerca del dictamen emitido, quienes ilustraron, declararon y respondieron preguntas concretas sobre el mtodo seguido, las premisas y conclusiones obtenidas. Asimismo, el Tribunal interrog a los peritos sobre puntos especficos del dictamen respecto de los cuales se requiri mayor claridad a su prudencial criterio art. 387 del C.Pr.C.M..
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En el caso en estudio, la prueba pericial presentada cumple con los requisitos mnimos para que sea valorada por este Tribunal junto con los dems elementos probatorios, ya que consta en este expediente las acreditaciones correspondientes de los peritos designados, quienes adems no expresaron tener algn impedimento para realizar su funcin ni fueron recusados por alguna de las partes. Asimismo, los dictmenes periciales cumplen con las exigencias expresadas anteriormente y fueron sometidos, junto con sus autores, al debate en la audiencia correspondiente. 3. A continuacin, corresponde realizar la valoracin conjunta de los datos probatorios incorporados al proceso; para, posteriormente, contrastarlos con las afirmaciones realizadas por las partes en este amparo. A. De acuerdo con el expediente clnico n 18-674-2011, hace aproximadamente 4 aos la seora B.C. fue diagnosticada con artritis reumatoide en confluencia con LES con nefritis lpica en el Hospital Nacional Rosales, por lo que recibe asistencia mdica en las unidades de reumatologa y nefrologa de ese nosocomio. En el resumen clnico suscrito por la Jefa de la Unidad de Reumatologa de dicho centro hospitalario, se hace constar que la paciente ha sido tratada con dosis de corticosteroides y antimalricos por ejemplo, prednisona, azatioprina e hidroxicloroquina a fin de reducir los sntomas provocados por el LES que padece, ya que, tal como lo corrobor el Jefe del Servicio de Perinatologa del Hospital Nacional de Maternidad en la audiencia efectuada en este proceso el 15-V-2013, se desconoce la cura para dicho padecimiento, y nicamente es posible disminuir o controlar las afecciones asociadas con este. B. Adems, del contenido del referido expediente clnico se desprende que la paciente ha recibido asistencia y tratamiento mdico en el Hospital Nacional de Maternidad en dos ocasiones: (i) de diciembre de 2011 a mayo de 2012, por embarazo catalogado como de alto riesgo, el cual finaliz con un parto abdominal a las 32 semanas; y (ii) de marzo de 2013 a la fecha, por un segundo embarazo, el cual, en este momento, se encuentra aproximadamente en la semana 26 de gestacin. a. Segn la historia clnica y la hoja de identificacin, ingreso y egreso de fecha 20-XII2011, la seora B.C. ingres por primera vez en el Hospital Nacional de Maternidad referida por el Hospital Nacional Rosales, con un embarazo de 22 semanas y un cuadro de LES reactivado con artritis reumatoidea y anemia leve, pero, al mejorar su condicin, fue dada de alta a los 3 das con plan de control en consulta de alto riesgo. Asimismo, consta que, entre el 2-II-2012 y 12-II-2012, la demandante fue internada nuevamente en el aludido centro de salud con 28 semanas de gestacin y una exacerbacin del LES por hipertensin arterial y episodios de disnea y de ortopnea dificultad para respirar, que luego se agravaron a un derrame pleural bilateral esto es, una acumulacin de lquidos en uno de los pulmones; razn por la cual recibi asistencia y tratamiento mdico no solo por los especialistas de las unidades de perinatologa, ginecologa y obstetricia del Hospital Nacional de Maternidad, sino tambin por nefrlogos y reumatlogos del Hospital Nacional Rosales a travs 17
de interconsultas, mostrando notable mejora los siguientes 11 das de su estancia en el aludido nosocomio. Con la documentacin mdica en cuestin se ha establecido, adems, que el 2-III-2012 la seora B.C. regres al citado nosocomio con 32 semanas de embarazo y un cuadro clnico de inicio de labor de parto, restriccin del crecimiento uterino e hipertensin grave, catalogado como preeclampsia severa sobreagregada al lupus; frente a lo cual los especialistas decidieron practicarle una cesrea baja transversa el 4-III-2012, con el objeto de preservar la vida y la salud de la referida seora y de su hijo. Dicha seora permaneci en el hospital hasta que fue posible controlar sus afecciones pulmonares y arteriales. b. Por otra parte, se ha comprobado que el 2-III-2013 la seora B.C. se present en el Hospital Nacional Rosales con proceso febril de 15 das, lceras infectadas en la piel y sospechas de un segundo embarazo, por lo que, a fin de practicrsele una serie de exmenes y de ser evaluada por los mdicos especialistas, fue ingresada en el aludido nosocomio. As, consta que, con base en los resultados de los referidos estudios y dos ultrasonografas que se le realizaron con fechas 7-III-2013 y 12-III-2013, los especialistas en nefrologa, reumatologa y perinatologa diagnosticaron que la actora sufra de una activacin lpica drmica, hipertensin arterial y nefropata lpica, con un embarazo de 14 semanas de un feto con anencefalia, por lo que, al ser tratado su caso como de alto riesgo, deba ser referida al Hospital Nacional de Maternidad con el objeto de estabilizar su condicin, monitorear el desarrollo del feto y optar por el tratamiento ms adecuado. As, se ha establecido que el 21-III-2013 y el 3-IV-2013 se le practicaron dos ultrasonografas ms a la paciente, con las cuales se corrobor que el feto en gestacin adoleca de anencefalia una anomala congnita del sistema nervioso central que hace imposible su vida fuera del tero materno y que, con la asistencia y el tratamiento mdico brindado, la salud de la seora B.C. experiment notable mejora. c. En resumen, con el expediente clnico en cuestin se ha determinado que: (i) la paciente B.C. adolece de LES con manifestaciones discoides, artritis reumatoide y nefritis lpica; (ii) durante su segundo embarazo su salud se ha visto afectada por infecciones y problemas pulmonares e hipertensin arterial, lo cual, segn los diagnsticos y valoraciones formulados en su historial clnico, evidencia que a medida que avance la edad gestacional la paciente puede padecer de una exacerbacin del LES y las complicaciones obsttricas mencionadas, siendo dicho cuadro clnico agravado por la anencefalia fetal que provocara otras afecciones; y iii) que con la asistencia y tratamiento mdico, la salud de la paciente ha experimentado notable mejora, al grado de encontrarse estable. C. a. En relacin con ello, en el informe del Centro Latinoamericano de Perinatologa/ Salud de la Mujer y Reproductiva, de la Organizacin Panamericana de la Salud incorporado a este proceso, se sostiene que los cambios fisiolgicos propios del proceso gestacional pueden acelerar y agravar la enfermedad de la seora B.C. e, incluso, provocar una serie de 18
complicaciones obsttricas que ya estuvieron presentes en su primer embarazo, entre estas la preeclampsia. Aunado a ello, se seala que debe tenerse presente que la paciente adolece de nefritis lpica, es decir, una de las causas de mayor mortalidad en mujeres embarazas con LES. De acuerdo con el informe en cuestin, otro factor que debe ser considerado en el caso de la seora B.C. es la anencefalia ausencia de crneo y cerebro de la que adolece el feto que lleva en su vientre, pues dicha malformacin congnita incompatible con la vida extrauterina se asocia con una serie de complicaciones obsttrico-maternas, tales como la coagulacin intravascular diseminada. b. Por otra parte, en la audiencia probatoria se someti a aclaracin y ampliacin el dictamen pericial ordenado en este proceso. As, con la declaracin de la perito ginecloga forense doctora Estela Garca Herrera, se corrobor que entre las complicaciones que pueden presentarse en una paciente embarazada con LES se encuentran la preeclampsia grave, el embolismo, el tromboembolismo y la trombosis venosa profunda. Asimismo, la referida perito advirti que la peticionaria present en la semana 32 de su primer embarazo preeclampsia grave y acot que entre las causas ms frecuentes de muerte materna se encuentra precisamente dicha complicacin mdica, la cual puede manifestarse en pacientes con lupus en un porcentaje mayor que en las mujeres gestantes que no tienen dicho padecimiento. Sin embargo, concluy que la seora B.C. se encontraba estable de salud cuando se le practic el referido examen pericial. Al respecto, de acuerdo con la declaracin del Jefe de Servicio de Perinatologa del Hospital Nacional de Maternidad, los cambios fisiolgicos del embarazo en la semana 26 provocan una hipervolemia, es decir, un aumento del volumen sanguneo acompaado de cambios en la coagulacin, por lo que en este periodo pueden presentarse las afecciones antes referidas en la paciente, las cuales se manifestaron en ella en la semana 28 de su primer embarazo. c. Tanto el Jefe del Servicio de Perinatologa como el Director, ambos del Hospital Nacional de Maternidad, coincidieron con la referida perito en sus declaraciones, especficamente en que la anencefalia puede generar polohidramnios, los cuales, en la condicin de la paciente, podran provocar una serie de complicaciones obsttricas que no solo agravaran la salud de esta, sino tambin, sumadas a su cuadro clnico, podran colocarla en riesgo de muerte. Aunque aclararon que tal situacin podra generarse a partir de la semana 26 de gestacin, en la cual la mujer experimenta cambios fisiolgicos significativos. As, por ejemplo, acotaron que a medida avanza la edad gestacional se produce un aumento del volumen circulante y una actividad cardaca mayor que incrementa el riesgo de muerte en una paciente con una alteracin renovascular. D. a. Frente a lo anterior, se ha constatado con la certificacin del expediente clnico n 18674-2011 que los mdicos tratantes de la seora B.C., luego de confirmar la malformacin congnita del feto, estabilizarla y tenerla bajo su cuidado durante 8 das, el 20-III-2013 19
decidieron someter a comit mdico el caso de la peticionaria, instancia que en esa misma fecha acord: (i) formular una peticin a la Unidad de Vida de la Procuradura General de la Repblica, institucin que no mostr oposicin a que se practicase a la paciente el procedimiento mdico quirrgico que los profesionales en medicina [] estimen a bien y consideren pertinente e idneo [para] garantizar [su] derecho fundamental a la vida; y (ii) remitir el resumen clnico a la Ministra de Salud para informarle sobre el caso. b. Adems, con el acta emitida por el Comit Mdico Hospitalario instaurado para estudiar el caso de la seora B.C., se confirma que dicha instancia, considerando el fatal pronstico de sobrevida del feto y la patologa de la madre, acord que la finalizacin de la gestacin era la medida que ofreca un mayor beneficio materno. Sin embargo, tambin se corrobora que, a pesar de ese consenso, los mdicos no actuaron debido supuestamente a que la legislacin penal vigente los inhiba. Especficamente con relacin a este ltimo punto, se ha constatado en este proceso que las autoridades del Hospital Nacional de Maternidad, por medio de la Unidad Jurdica de esa institucin, formularon consultas a diversas instituciones sobre el proceder mdico -legal en el caso de la seora B.C., a saber: (i) a la Junta de Proteccin de la Niez y de la Adolescencia de San Salvador, institucin que se declar incompetente para emitir pronunciamiento sobre la solicitud en cuestin, en concreto, sobre la procedencia o no de un procedimiento mdico; (ii) al Juez Especializado de la Ley de Proteccin Integral de la Niez y Adolescencia de San Salvador, autoridad que declar improponible la demanda presentada ante su sede con el fin de que se autorizase la interrupcin de la gestacin en el caso de la demandante; y (iii) a la Procuradura para la Defensa de los Derechos Humanos, institucin que recomend a las autoridades del citado hospital adoptar todas las medidas necesarias para resguardar los derechos a la vida, salud e integridad personal de la seora B.C. c. Por otra parte, con el informe rendido por la Ministra de Salud a requerimiento de este Tribunal ha quedado establecido que no existen protocolos o normas de actuacin que los funcionarios demandados pudieron haber implementado para la atencin de complicaciones obsttricas en las circunstancias especficas de la peticionaria. En consonancia con lo anotado, en el informe emitido por el asesor regional en salud sexual y reproductiva del Centro Latinoamericano de Perinatologa Salud de la Mujer y Reproductiva de la Organizacin Panamericana de la Salud, se seal que la situacin clnica de la seora B.C., en la que se combinan lupus y anencefalia, es de carcter excepcional y, por ello, no es posible encontrar protocolos especficos que apliquen a supuestos como ese. 4. Expuesto lo anterior, corresponde analizar si la actitud de las autoridades demandadas frente a la situacin particular de la peticionaria fue omisiva y, en caso de serlo, si con tal omisin se produjo o se ha producido un grave peligro actual a los derechos a la vida y a la salud de la actora.
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En ese orden, se debe aclarar que, por su especial naturaleza, el ejercicio de los derechos fundamentales a la salud y a la vida cuya vulneracin se aduce en el presente caso es de carcter permanente, es decir, no se agota en un solo instante, por lo que tambin su afectacin puede ser continua. Por ello, es menester examinar no solo cules fueron las actuaciones ejecutadas por las autoridades demandadas en el momento inicial en que la seora B.C. les requiri asistencia mdica, sino tambin cul fue la postura que esas autoridades adoptaron posteriormente para garantizar los derechos fundamentales de aquella. A. a. En lo que concierne a la atencin mdica recibida por la peticionaria cuando fue trasladada al Hospital Nacional de Maternidad en marzo del corriente ao, existen elementos de conviccin suficientes para concluir que los funcionarios demandados le brindaron a la seora B.C. la asistencia mdica adecuada, pues lograron estabilizar su condicin de salud suministrndole un tratamiento para controlar la exacerbacin lpica que presentaba. b. Y es que, si bien en ese primer momento, segn el entender mdico de las autoridades demandadas, la alternativa de interrumpir la gestacin de la seora B.C. era la medida que aseguraba de manera ms efectiva la ausencia de complicaciones en la salud de aquella, al mismo tiempo adujeron que implementar dicha medida poda configurar las acciones tpicas previstas en los arts. 133 y 135 del Cdigo Penal. Por ello, como consta en el expediente mdico respectivo, las aludidas autoridades decidieron suministrarle a la seora B.C. los medicamentos necesarios para estabilizar su situacin crtica, evitando que se suscitaran complicaciones en su salud y se pusiera en peligro inminente su derecho a la vida o el del nasciturus. Dicho proceder por parte de las referidas autoridades resulta coincidente con las conclusiones del peritaje del Instituto de Medicina Legal, especficamente con la referida a que, en el caso examinado, lo que en ese momento proceda era que la paciente se mantuviera bajo observacin y tratamiento mdico. c. En consecuencia, dado que las autoridades del Hospital Nacional de Maternidad le proporcionaron a la seora B.C. el tratamiento que, segn la ciencia mdica, le garantizaba sus derechos a la salud y a la vida, el cual consisti en internarla, monitorear constantemente su estado de salud y suministrarle los medicamentos necesarios para estabilizarla, se concluye que, al momento especifico de la presentacin de la demanda y durante el presente proceso, dichas autoridades no han incurrido en la omisin que se les imputa y, por consiguiente, no existe la vulneracin de derechos fundamentales alegada. En efecto, la paciente subsiste y se encuentra en condiciones estables de salud, a pesar de su estado de embarazo y de las enfermedades que padece. B. Ahora bien, en relacin con las actuaciones que las referidas autoridades se encuentran en la obligacin de adoptar en la actualidad para garantizar el goce efectivo de los derechos a la salud y a la vida de la seora B.C., se debe acotar que en el momento presente esta tiene aproximadamente 26 semanas de embarazo y, segn los elementos probatorios que fueron incorporados al proceso, se entiende que se encuentra sometida a un tratamiento mdico que
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mantiene estable su estado de salud y coadyuva a que el LES que padece est en remisin, es decir, controlado. Incluso, en sus intervenciones dentro de la audiencia probatoria y de alegaciones finales que se celebr en este proceso, las autoridades del Hospital Nacional de Maternidad manifestaron que se encontraban monitoreando constantemente el estado de salud de la referida seora y que, en caso de presentarse una complicacin que colocara en riesgo inminente sus derechos, procederan a realizar las actuaciones que correspondieran desde el punto de vista mdico. Por ello, dada la inexistencia actual de la omisin que se les imputa a aquellas y de las vulneraciones constitucionales alegadas por la actora, deber desestimarse su pretensin. 5. A. No obstante lo anterior, el que la seora B.C. se encuentre estable en este momento no implica que el riesgo implcito en su cuadro clnico el cual ha sido catalogado como grave y excepcional haya desaparecido, pues el comportamiento impredecible de la enfermedad de base que adolece LES y los cambios biolgicos que su cuerpo podra experimentar durante las ltimas etapas del proceso de gestacin en el que se encuentra incrementan la probabilidad de que las complicaciones mdicas que la referida seora sufri durante su primer embarazo u otras se presenten. Aunado a ello, la anencefalia del feto que se gesta en su vientre tambin puede ser a futuro la causa de complicaciones obsttricas. B. Por ello, se debe dejar claro en que la ausencia actual de sntomas o complicaciones particularmente graves en la salud de la seora B.C. de acuerdo con las pruebas que fueron incorporadas a este proceso no necesariamente es un estado permanente, invariable en el transcurso del tiempo, razn por la cual las autoridades de salud demandadas estn obligadas a continuar monitoreando el estado de salud de la peticionaria y a brindarle el tratamiento que en cada momento resulte idneo para su condicin mdica, as como a implementar los procedimientos que, segn la ciencia mdica, se estimen indispensables para atender las futuras complicaciones que se presenten. C. Sobre el particular, las autoridades demandadas aseveraron en sus informes que, en la etapa de la gestacin en que se encontraba la seora B. C., a partir de la vigsima semana, una eventual interrupcin del embarazo no conllevara, ni mucho menos tendra por objeto, la destruccin del feto y, adems, que este sera atendido con las medidas necesarias para garantizar, hasta donde fuera posible, su vida extrauterina. En otros trminos, los mdicos tratantes no solo han pronosticado los riesgos eventuales, sino que han implementado un procedimiento de actuacin frente a ello. Y es que, en definitiva, son los especialistas en el campo de la medicina los nicos con el conocimiento y la experiencia necesarios para determinar, segn las circunstancias que acontecen en cada caso concreto, la medida idnea para aliviar los padecimientos y las complicaciones experimentados por sus pacientes. Este Tribunal sostiene que los derechos de la madre no pueden privilegiarse sobre los del nasciturus ni viceversa; asimismo, que existe un impedimento absoluto para autorizar la prctica 22
de un aborto por contrariar la proteccin constitucional que se otorga a la persona humana desde el momento de la concepcin, art. 1 inc. 2 Cn. Bajo tales imperativos, las circunstancias que habilitan la intervencin mdica y el momento oportuno para ello, son decisiones que corresponden estrictamente a los profesionales de la medicina, quienes, por otro lado, deben asumir los riesgos que conlleva el ejercicio de la profesin y decidir, al amparo de sus conocimientos cientficos actualizados y del anlisis de los registros, exmenes y del estado fsico de la paciente, lo que clnicamente corresponda para garantizar la vida tanto de la madre como la del nasciturus. POR TANTO: con base en las razones expuestas y en aplicacin de los arts. 1, 2 y 65 de la Constitucin, as como de los arts. 32, 33, 34 y 35 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, a nombre de la Repblica, esta Sala FALLA: (a) Sin lugar la peticin formulada por los seores Wilfredo Armando Alfaro y lmer Humberto Castro Hernndez, de autorizar su intervencin como amicus curiae; (b) Tinese al Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos como amicus curiae en este proceso; (c) Sobresese el presente proceso de amparo promovido en contra del Jefe de la Unidad Jurdica del Hospital Nacional Especializado de Maternidad Dr. Ral Argello Escoln, de conformidad con lo expuesto en el Considerando II de esta sentencia; (d) Declrase que no ha lugar el amparo promovido por la seora B.C., en contra del Director y del Jefe del Servicio de Perinatologa, ambos del mencionado centro hospitalario, por la supuesta vulneracin de sus derechos fundamentales a la salud y a la vida, con las previsiones mencionadas en el Considerando VII 5 de esta decisin, es decir, que las autoridades de salud demandadas estn obligadas a continuar monitoreando el estado de salud de la peticionaria y a brindarle el tratamiento que en cada momento resulte idneo para su condicin mdica, as como a implementar los procedimientos que, segn la ciencia mdica, se estimen indispensables para atender las futuras complicaciones que se presenten; y (e) Notifquese.
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to particular concurrente del Magistrado Rodolfo Gonzlez Bonilla. Aunque concurro con mi voto a la formacin de la anterior sentencia, por las razones especficas que expondr en el Considerando IV, considero necesario agregar algunas matizaciones o aclaraciones que me resultan pertinentes: Para tal fin, estructurar mi voto de la siguiente manera: (I) primero, har referencia a las modificaciones procesales que fue necesario introducir en el trmite de este amparo, debido a las particularidades del caso relacionadas con los derechos que se invocaron por la demandante B. C. vida y salud y con el presunto peligro inminente de muerte para ella; luego, (II) explicar por qu este tribunal se ha visto en la necesidad de intervenir en este caso, para as determinar los alcances del pronunciamiento que se ha emitido en esta fecha; despus (III) har referencia a la necesidad de realizar una adecuada ponderacin para resolver la colisin entre el derecho a la vida del nasciturus y el derecho a la vida de la madre gestante; ms adelante, (IV) har algunas consideraciones sobre el valor probatorio de las declaraciones y documentos vertidos en el proceso, respecto de la inminencia o eventualidad del riesgo a la vida de B. C., y que justificaran la interrupcin del embarazo; y finalmente (V), dar una explicacin de por qu no estoy de acuerdo con algunas afirmaciones del tribunal en el prrafo final del Considerando VII. I. 1. Como se afirma en el Considerando I 1 de la sentencia, la demanda se admiti porque los abogados de B. C. afirmaron en su escrito inicial que era necesario interrumpir su embarazo de manera inmediata, para evitar colocar a la peticionaria en peligro inminente de muerte. Si se quiere calificar as, este es un caso de amparo preventivo, cuya finalidad es evitar que se produzca una lesin a los derechos invocados, derivada de una omisin de las autoridades demandadas. Ahora bien, no debe olvidarse que el amparo es el tpico proceso constitucional de cognicin, tanto as que es aquel que en la vigente L. Pr. Cn. tiene ms desarrollo procesal arts. 12 a 37, y por ello las disposiciones que lo regulan son las que ms se aplican analgicamente a los otros procesos. Por tanto, desde el principio se advirti la necesidad de que, mediante los medios probatorios legalmente establecidos en la normativa supletoria, es decir el Cdigo Procesal Civil y Mercantil C. Pr. C. M., se comprobara en el juicio tal peligro inminente de muerte. 2. Para tramitar la peticin de B. C., se introdujeron tres modificaciones novedosas y muy necesarias, dadas las particularidades del caso, que creo no se destacan suficientemente en el Considerando IV de la sentencia: A. La primera fue que la Sala otorg prioridad a este proceso respecto de otros amparos en trmite, a mi juicio en pleno seguimiento a las recomendaciones emitidas el 20-III-2009 por la Comisin Interamericana de Derechos Humanos en el caso 12,249 (Jorge Odir Miranda Cortez y otros contra El Salvador), concretamente la primera: impulsar las medidas conducentes para la modificacin por va legislativa de las disposiciones en materia de amparo, a fin de dotar al recurso (sic) de la sencillez, rapidez y efectividad que requiere la Convencin Americana. Y es 24
que tal recomendacin se hizo porque la mencionada Comisin haba concluido que el Estado salvadoreo, en particular la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, incurrieron en una demora excesiva en el trmite del amparo 348-99, en el cual se haban invocado precisamente la vida y la salud de una persona portadora del VIH, a quien se le negaba la aplicacin de la terapia antirretroviral asociada, trmite procesal que tard dos aos, de abril de mil novecientos noventa y nueve a abril de dos mil uno. As, se configur un proceso que, sin dejar de ser en su esencia el legalmente establecido para las pretensiones de amparo, comprendi las modificaciones que permitieran cumplir con el mandato de pronta y cumplida justicia que prescribe el art. 182 ord. 5 Cn. Sin ninguna duda puedo afirmar que, desde que la Sala comenz a ejercer la jurisdiccin constitucional concentrada el 1-VII-1984 hasta la fecha, perodo en el cual he estudiado la jurisprudencia o he participado en la actividad jurisdiccional del tribunal, ningn proceso de amparo se ha tramitado en su totalidad en menos de dos meses. Este amparo se inici el 11-IV2013, y hasta esta fecha en que se emite la sentencia de fondo, han transcurrido cuarenta y ocho das, lapso en el cual el control de las enfermedades y la evolucin del embarazo de la demandante se ha mantenido bajo la medida cautelar mencionada en el Considerando I 2 de la sentencia, consistente en que las autoridades demandadas deban prestar a la seora B. C. el tratamiento mdico idneo para la proteccin de los derechos alegados vida y salud y, adems, reservar su identidad y la de su familia. Tal medida cautelar no mencionaba especficamente la realizacin del procedimiento de interrupcin del embarazo, pues se consider que cualquier eventualidad sera afrontada por los mdicos tratantes, segn su conocimiento y experticia. B. La segunda modificacin es que se realiz el 15-V-2013 una audiencia probatoria y de alegaciones finales, en la cual se dio pleno cumplimiento a los principios de inmediacin y contradiccin, invaluables en la produccin y apreciacin de la prueba, y que permiti asimismo concentrar actos procesales. Dicha audiencia aport a mi juicio los elementos ms importantes para que los miembros del tribunal nos formramos el criterio que permitiera emitir la decisin sobre el fondo del asunto. Esta es otra particularidad que solo se ha dado en este amparo, y que no haba sucedido desde 1984, aunque es innegable que ahora ello se ha facilitado por la entrada en vigencia, en julio de 2010, del C. Pr. C. M. C. La tercera modificacin que se dio es que se estableci un mecanismo de comunicacin con el Hospital Nacional de Maternidad las veinticuatro horas del da todos los das de la semana, adicionales a los tradicionales actos procesales de comunicacin, para que la Sala tuviera conocimiento de cualquier eventualidad que requiriera una actuacin inmediata, tal como se estableci en el auto de fecha 8-V-2013, en el cual se dijo: este Tribunal considera pertinente acceder a la solicitud realizada por las autoridades demandadas, en el sentido que la Secretara de este tribunal les notificar los medios para que estos informen sobre los cambios en el estado de salud de la peticionaria. Lo anterior, en cumplimiento del principio de direccin y
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ordenacin del proceso (art. 14 C. Pr. C. M.) y a la facultad que tiene el tribunal de modificar la medida cautelar en cualquier estado del proceso. Tampoco antes de este caso se haban establecido estos mecanismos especiales de comunicacin entre la Sala y las autoridades demandadas, lo cual por supuesto era exigible dados los derechos invocados y el supuesto peligro inminente de muerte de B. C. D. Tales circunstancias sin duda debern ser tenidos en cuenta por el tribunal para futuros casos en los cuales, ya sea por el tipo de derechos que se invoquen vida, integridad, salud, medio ambiente, etc., o por la naturaleza de los actos impugnados, que hagan imperiosa una pronta decisin de fondo, se puedan aplicar las modificaciones y ajustes necesarios al trmite ordinario que se realiza para llegar a una decisin de fondo sobre la pretensin. II. 1. Los abogados de la demandante afirmaron que, en caso se realice la intervencin solicitada es decir, la interrupcin inmediata del embarazo, los mdicos, en atencin a las particularidades del cuadro clnico de la seora B.C., estaran amparados en una eximente de responsabilidad penal. Y es que (), si bien se trata de una confrontacin de dos bienes jurdicos de igual valor, dado el pronstico de no sobrevivencia extrauterina del feto, debe prevalecer el derecho a la vida de la madre. Por su parte, el Fiscal General de la Repblica afirm que la posibilidad de aplicar las causales de exclusin de responsabilidad penal contempladas en el art. 27 n 3 y n 6 del Cdigo Penal, tanto a la mujer que consiente como al profesional que la practique, solo es posible intra proceso, ante la autoridad judicial competente, tal como lo prescribe el art. 350 n 3 del Cdigo Procesal Penal Considerando I 2 C de la sentencia; tambin dijo que l no est facultado para emitir apreciaciones tcnicas sobre conductas que no se han consumado, menos como consultor en lo relativo a autorizar la procedencia de la interrupcin de un embarazo. 2. Justamente ese es el problema que ha dado origen a este caso: si los conflictos se resuelven hasta que ya estn planteados en un proceso penal, la incertidumbre es mayor para las mujeres embarazadas y para los propios mdicos. Por ello, en el Considerando II 3 del Auto de 17-IV-2013, por el que se admiti a trmite la demanda en este proceso, la Sala retom lo dicho en la sentencia de 20-XI-2007, Inc. 18-1998, y afirm que: parcialmente, existe una omisin por parte del legislador en regular que, con carcter previo y no como resultado de un proceso penal, pueda ser resuelta la controversia de los derechos de la madre con los del naciturus (); para dar total cumplimiento al mencionado mandato constitucional, el legislador debera emitir la normativa jurdica correspondiente en la cual legisle sobre las circunstancias que extra proceso penal deben concurrir para las indicaciones del aborto. De igual forma, el legislador se encuentra obligado constitucionalmente a establecer dentro de la normativa jurdica el ente estatal al que otorgar la competencia para conocer y decidir la situacin planteada, los requisitos que deban cumplirse as como las circunstancias en las que ha de decidirse si determinada indicacin procede o no, de manera previa a la judicializacin penal del conflicto.
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La problemtica de la interrupcin del embarazo tiene, adems de sus implicaciones mdicas, morales, teolgicas, poltico-ideolgicas, econmicas, socio-demogrficas, etc., verdaderas implicaciones jurdicas. Y utilizo la expresin de manera valorativamente neutra, sin calificar las posiciones de quienes sostienen la necesidad de una absoluta penalizacin de cualquier intervencin voluntaria que impida continuar a una mujer su embarazo interrupcin como equivalente a aborto, es decir, siempre un delito y quienes sostienen que la mujer embarazada puede decidir en cualquier momento, antes de determinado plazo establecido legalmente, la cesacin de la gestacin interrupcin como derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo. Est muy claro que esta Sala no puede convertirse en un tribunal de autorizacin de interrupciones de embarazos, y que este caso se ha tramitado a partir de la supuesta urgencia y peligro inminente de muerte, segn lo afirmaron los abogados de B. C. Sin embargo, la obligacin del Estado subsiste para regular la manera en que se resolvern, previo a un proceso penal, las colisiones entre la vida del nasciturus y la vida de la madre que lo lleva en su seno, para lo cual seguramente es necesario que anteceda a la mencionada regulacin, un debate social profundo sobre el rgimen jurdico relativo a esta temtica, debate en el que sean escuchadas todas las voces que sean necesarias. 3. Ante la falta de regulacin sobre la forma de resolver las mencionadas colisiones, y ante la falta del adecuado debate social sobre la temtica de la vida del nasciturus, sobre la penalizacin como delito aborto de las interrupciones del embarazo, y sobre las indicaciones que haran vlidas ciertas interrupciones de embarazos en El Salvador, este proceso de amparo ha venido a ser un medio por el cual algunas asociaciones, fundaciones e individuos en particular han intentado hacerse or e incidir sobre la decisin de la Sala, o simplemente ilustrar a los miembros del tribunal. As, en el trmite del proceso, diversas organizaciones y asociaciones expusieron su opinin en cuanto a la pretensin objeto de conocimiento en este amparo, algunas solo presentando los escritos correspondientes, y otros solicitando adems se les permitiera participar como terceros beneficiados o como amicii curiae. En la sentencia se omite hacer alusin a alguno de estos escritos a pesar de encontrarse ya incorporados al expediente. La jurisprudencia de este Tribunal ha sostenido v. gr. en los autos de fecha 6-IV-2010 emitidos en los procesos de Inc. 33-2005 y 6-2009 que si bien la naturaleza de los procesos constitucionales es tcnico jurdica, la intervencin de otros sujetos en el trmite de los procesos es viable, en la medida que sus aportes puedan enriquecer el criterio del Tribunal y permitir que la fundamentacin y la motivacin de la decisin sea ms robusta. El Secretario Primero de Conflictos del Sindicato de Mdicos del Hospital Nacional Rosales y el Presidente del Colegio Mdico de El Salvador, mediante escritos de fechas 19-IV2013 y 22-IV-2013 expresaron sus opiniones frente a este caso. El primero, manifest que, de acuerdo con el Cdigo de tica y Deontologa del Colegio Mdico, vigente para todos los 27
profesionales de la medicina en El Salvador, no existe una situacin en la prctica mdica actual que avale la interrupcin de la vida humana en gestacin, con el propsito de salvar la vida de la madre, pues aquellos siempre deben hacer todo lo posible por salvar la vida de ambos pacientes. El segundo, incorpor un artculo relacionado con el aborto teraputico, publicado por dicha entidad, y extern su disponibilidad de colaborar con el Tribunal en lo que se estimara necesario en torno al tema. De igual forma, tanto el Secretario Adjunto de la Conferencia Episcopal de El Salvador como el Coordinador Residente para El Salvador de la Organizacin de las Naciones Unidas presentaron documentacin relacionada con el caso de la seora B.C., a efectos de que esta fuese incorporada al presente proceso de amparo. Tambin la Presidenta de la Fundacin s a la vida solicit que se concediera a su representada la calidad de tercera beneficiada con el acto impugnado en el presente amparo; mientras que el Director Presidente de la Asociacin de Biotica de El Salvador requiri que se autorizara la intervencin de esa asociacin como amicus curiae; sin embargo, a pesar de que sendas peticiones fueron declaradas sin lugar de conformidad con el auto de fecha 8-V-2013, ambos escritos y su correspondientes anexos fueron incorporados al presente proceso. Tales intervenciones y argumentos no se expusieron en el primer Considerando, pues el tribunal se limit a resear lo dicho por las partes y los intervinientes legalmente habilitados para el proceso de amparo. Sin embargo la cantidad de asociaciones, fundaciones y agrupaciones e individuos que han pretendido hacerse or, es sintomtica de la necesidad que existe de que el tema sea discutido de la manera ms amplia posible en El Salvador. 4. Por supuesto que, ante la falta de regulacin legal sobre la forma de resolver las colisiones entre la vida del nasciturus y la vida de la madre gestante, este caso se podra utilizar como precedente para los siguientes en que se plantee el mismo supuesto, y por ello hay que determinar si este es un supuesto de precedente maximalista o minimalista en la terminologa que propuso Cass Sunstein en sus trabajos Leaving things undecided, publicado en el nmero 110 (1996) de la Harvard Law Review, y One case at a time, Harvard University Press (1999). El primero asume que los agentes sociales y potenciales litigantes necesitan certeza jurdica, por lo cual la jurisprudencia provee reglas generales que se pueden aplicar a cualquier caso similar; el segundo parte de la idea que los tribunales no tenemos competencia para establecer reglas generales y abstractas, para aplicarse a cualquier caso similar que se presente, por lo cual solo podemos crear derecho a la luz de las circunstancias fcticas del caso concreto. A. Evidentemente, aunque as lo hayan pretendido algunos, este no se puede considerar el caso sobre la llamada penalizacin/despenalizacin del aborto, o ms tcnicamente, el caso sobre las circunstancias en que el derecho a la vida del no nato puede ceder frente a los derechos de la madre, porque en la sentencia no se han analizado otros aspectos que pueden ser relevantes en esta temtica, como la determinacin del momento o el instante de la concepcin a lo cual obligan tanto el art. 1 inc. 2 Cn como el art. 4.1 de la Convencin Americana sobre Derechos 28
Humanos, o la legitimidad constitucional de la fertilizacin in vitro, o de la llamada pldora del da despus, etc. Tampoco se ha emitido pronunciamiento sobre las otras llamadas indicaciones del aborto la eugensica, la tica, o la indicacin por causas o con fines sociales; ni tampoco se decide en abstracto si el mejor mecanismo para resolver las colisiones entre la vida del nasciturus y la de la madre gestante es el de las indicaciones o el de plazos, etc.; aunque en el Considerando III expongo mi posicin personal sobre este ltimo punto. B. Es innegable que, con base en los principios constitucionales de seguridad jurdica e igualdad en la aplicacin de la ley arts. 1 inc. 1 y 3 inc. 1 Cn., tal como se afirm en la sentencia de 19-VII-1996, pronunciada en el proceso de Inc. 1-92, Considerando III 4,este precedente puede ser invocado en los siguientes casos en que aleguen supuestos anlogos; sin embargo, creo que tal invocacin no aplica para todos los temas vinculados de manera amplia con la temtica, sino solo a la posible colisin entre la vida del nasciturus y la vida de la madre gestante, cuando se advierta un peligro inminente y real de muerte de esta que haya imprescindible la interrupcin del embarazo. III. 1. La jurisprudencia de esta Sala ha admitido, v. gr. en la Sentencia de 25-VI-2009, Inc. 57-2005, que ciertos lmites a los derechos forman parte de su contenido esencial; este tipo de postura teora interna de los derechos fundamentales resuelve los conflictos entre derechos mediante un juicio de subsuncin y descarta la ponderacin. En la lgica de esta teora interna tambin se ubica el principio que Konrad Hesse, en sus Grundzge des Verfassungsrecht denomin concordancia prctica, el cual implica que no puede sacrificarse un bien constitucionalmente protegido en aras de otro, y es una derivacin del principio de la unidad de la Constitucin, el cual exige que cada disposicin constitucional ha de ser interpretada de tal manera que se eviten contradicciones con otras. La concordancia prctica plantea que los bienes jurdicos constitucionalmente protegidos sean coordinados de modo que en la solucin del problema, todos ellos conserven su entidad, y all donde se produzcan colisiones no se deba realizar el uno a costa del otro Sentencia de 19III-2002, Inc. 22-99. Normalmente, esto solamente es posible en las colisiones abstractas de los derechos fundamentales, pues es la bsqueda de una solucin intermedia que, en puridad, no d satisfaccin plena a ninguno, sino que procure la ms leve lesin de ambos. 2. Para otros casos generalmente en colisiones concretas entre derechos fundamentales, la Sala tambin ha adoptado una postura externa en el juzgamiento de constitucionalidad de los lmites a los derechos fundamentales. Este posicionamiento implica la adopcin de otras herramientas argumentativas e interpretativas para analizar la constitucionalidad de un lmite, como la proporcionalidad, la razonabilidad o la ponderacin. Esta ltima es una tcnica constitucional para resolver la colisin entre bienes o intereses jurdicos del mismo rango, y significa que, en caso de conflicto, uno de ellos debe ceder ante el otro, pero no implica declarar invlido al inters desplazado ni que se le introduzca una clusula de excepcin. Ms bien, bajo ciertas circunstancias uno de los bienes jurdicos tutelados precede al otro; mientras que bajo 29
otras circunstancias la cuestin de la precedencia puede ser solucionada de manera inversa Sentencia de 26-VI-2003, Amp. 242-2001. Esto significa que en los casos concretos los intereses jurdicos, que desde la perspectiva abstracta poseen el mismo rango, tienen diferente peso; pero, para la resolucin del caso concreto puede sumarse elementos factuales que hagan prevalecer a uno de los bienes jurdicos en juego, segn las circunstancias del caso concreto. La solucin de la colisin consiste pues, en que, teniendo en cuenta las circunstancias del caso, se establece entre los intereses jurdicos una relacin de precedencia condicionada, como la denomin Robert Alexy en su Teora de los derechos fundamentales. Lo caracterstico de la ponderacin es que con ella no se logra una respuesta vlida para todos los supuestos de conflicto, sino que se logra slo una preferencia relativa al caso concreto que no excluye una solucin diferente en otros casos. Es claro, por tanto, que las relaciones entre titulares que ejercen sus derechos fundamentales presentan colisiones; pero ningn derecho se subordina a otro por siempre y para todos los casos Sentencia de 27-III-2001, Inc. 22-99. La solucin de las colisiones entre derechos no es tan simple como establecer jerarquas entre derechos que ni siquiera el Constituyente ha declarado sino en ponderar para determinar en el caso concreto cul de ellos debe prevalecer. 3. En la Sentencia de 20-XI-2007, Inc. 18-98, se abord precisamente el tema de la intervencin legislativa en la regulacin de las posibles colisiones de derechos que pudiera verificarse durante el proceso de gestacin de una persona humana. El tratamiento constitucional de estos tpicos no puede obviar el sentido y alcance de la reforma al art. 1 Cn., mediante la cual se reconoce a la persona como tal desde el instante de la concepcin. Esta prescripcin constitucional consagra la vida humana como un bien merecedor de tutela constitucional, y ha afianzado un posicionamiento constituyente en cuanto a dotar al no nacido de un estatus jurdico para que pueda tener peso en la colisin derechos. Es decir, si el reconocimiento de la persona humana, por decisin constituyente, inicia desde la concepcin, esto no elimina en absoluto los conflictos entre derechos, sino que sita a uno de los bienes enfrentados la vida del nasciturus en la misma posicin constitucionalmente privilegiada que los derechos de la madre vida, salud, integridad fsica o psquica, libertad. Al mismo tiempo que descarta la idea de viabilidad como puede ser el caso de un nasciturus al cual se le ha diagnosticado anencefalia, me parece que tal disposicin tambin descarta el sistema de plazos como forma de solucin de tales colisiones. Sin embargo, el reconocimiento prescrito en dicha disposicin constitucional no excluye el sistema de indicaciones. Para que un sistema de indicaciones tradicionales del aborto adquiera operatividad debemos encontrarnos necesariamente ante una colisin de derechos. Cuando el poder constituyente derivado incluy la reforma al art. 1 inc. 2 Cn., lo que hizo fue posicionar al no nacido en el mismo nivel de jerarqua constitucional que los derechos de la madre.
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En la Sentencia de 21-IX-2011, Inc. 16-2005, esta Sala ha reafirmado que la funcin de concretar el alcance de los derechos fundamentales en las relaciones horizontales o entre particulares corresponde en un primer trmino al Legislativo, mediante la regulacin del contenido y las condiciones de ejercicio de los mismos. La ley, en efecto, puede fijar las pautas para una correcta articulacin entre el derecho de que se trate y los bienes o derechos con los que pueda entrar en conflicto, otorgando preferencias que dependern de cada caso concreto. Por ello, son inconstitucionales las leyes que, con el fin de salvaguardar el derecho de una de las partes establecieran, prevalencias a priori, es decir, que reconocieran formalmente la existencia de ambos derechos, pero que no resolvieran los posibles casos de conflicto ni reconocieran que un derecho fuera posible lmite del otro, sino que optaran por soslayar uno de ellos de manera abstracta. En ese orden de ideas, en la sentencia emitida en el proceso de Inc. 18-98 esta Sala afirm que desde la Constitucin se impone el deber de criminalizar las diversas formas en que pueda ocurrir un aborto voluntario doloso cometido por la propia madre o con asistencia de otros, en la medida que comporta un bien jurdico digno de tutela penal; pero por otro lado, tambin se impone el de regular jurdicamente las controversias surgidas del conflicto entre la vida humana intrauterina y los derechos constitucionales de la madre. Y se afirm tal solucin normativa se encuentra regulada en el mbito del estado de necesidad justificante y exculpante, como eleccin de la legislacin salvadorea. Por tanto, es claro que lo pertinente para resolver este caso ha tenido que ser la ponderacin; ello descarta, como expondr en el Considerando V de este voto, la idea de que existe un impedimento absoluto para autorizar la prctica de un aborto por contrariar la proteccin constitucional que se otorga a la persona humana desde el momento de la concepcin. 4. Justamente por ello es que, en la sentencia se relata que, adems de la parte actora y las autoridades demandadas, en este proceso intervinieron: (i) el Fiscal General de la Repblica, funcionario a quien el art. 17 de la L. Pr. Cn. otorga participacin en defensa de la Constitucionalidad aunque, como se afirm en la sentencia de 14-IV-2011, pronunciada en el proceso de Amp. 288-2008, Considerando II 1 B, aquel es un amicus curiae, que se encarga de dar una opinin tcnico-jurdica en las distintas etapas en que interviene en el proceso, no obstante que () no sea vinculante; y (ii) la Procuradora General de la Repblica, funcionaria a quien, por auto de 14-V-2013 se llam para procurar por el no nato, por considerar la Sala que, aparentemente, la pretensin de la seora B. C. se encontraba contrapuesta a los intereses del nasciturus, pues la omisin objeto de control constitucional incide en su derecho a la vida; ello con base en el art. 194 II 1 Cn., los arts. 223 ord. 3 y 224 del Cdigo de Familia, el art. 60 del Cdigo Procesal Civil y Mercantil, y los arts. 16 inc. 1 y 220 inc. 1 de la Ley de Proteccin Integral de la Niez y la Adolescencia.
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La Procuradora General de la Repblica, al rendir el informe solicitado en la etapa inicial del proceso, dijo que deba analizarse la posibilidad de proteger los derechos de ambos mediante la anticipacin o induccin del parto, con lo cual no se estara beneficiando o empeorando el destino del nasciturus, ya que su fallecimiento sera lamentablemente la consecuencia inmediata de su patologa congnita, no as por una accin humana dirigida a provocar la muerte durante la gestacin, y que tal induccin del parto no debe, a su criterio, ser practicado de manera tarda, para evitar poner en riesgo innecesario la vida de la mujer gestante Considerando I 2 C de la sentencia. Ya en tal opinin se aprecia que, no obstante la encargada de procurar por los derechos del nasciturus reconoce que este es titular del derecho a la vida, reconoce la necesidad de buscar una forma de proteger los derechos de ambos, el no nato y la madre gestante. 5. Entonces, lo determinante en esta sentencia, y creo ello no se ha expuesto suficientemente en la argumentacin, es que la ponderacin en la colisin de derechos trada a sede constitucional no ha acreditado los riesgos a la salud o vida de la madre. No se trata por tanto de una pretensin que impugnara la falta de estabilizacin en el estado de salud de B. C., sino la pretendida imposicin de una sola opcin ignorando la necesaria ponderacin. Pero como he sealado, aqu son determinantes los elementos fcticos, que han sido aportados en la fase probatoria, y que son los que han conducido al fallo que acompao, con las matizaciones y aclaraciones de este voto. IV. 1. Respecto de la actividad probatoria, lo primero que debe decirse es que en el presente caso, se produjo prueba pericial ordenada por el tribunal, retomando lo que se dijo en la Sentencia de 4-III-2011, pronunciada en el proceso de Amp. 934-2007 que la Sala tiene una gran capacidad de innovacin y autonoma procesal, por la cual se encuentra facultada para suplir las lagunas existentes y adaptar los procesos constitucionales, mediante la aplicacin directa de la Constitucin, a las demandas que cada derecho o disposicin constitucional reporta para su adecuada y real proteccin; de tal autonoma deriva que se pueden ordenar peritajes de oficio en los supuestos en que, en atencin a la trascendencia de los derechos que se pretendan tutelar, sea pertinente y conducente ordenar este tipo de diligencias, teniendo en cuenta el principio de averiguacin de la verdad material dentro del proceso. La prueba pericial puede ordenarse cuando, para apreciar un hecho controvertido en el proceso, sea necesario poseer conocimientos especiales en alguna ciencia, arte o tcnica. En estos supuestos debe designarse a un sujeto que tenga un ttulo oficial en la materia de la que se trate, siempre y cuando esta se encuentre reglamentada; en caso contrario puede designarse a personas idneas o entendidas en la materia. En todo caso, el perito a designar debe carecer de motivos de abstencin o recusacin para desempear su cometido arts. 375, 383 y 385 del C. Pr. C. M. El dictamen pericial debe contener, en la medida de lo posible, los siguientes elementos: (i) la descripcin de la persona, objeto, sustancia o hecho examinado, tal como fueron observados; (ii) las cuestiones objeto de peritaje, as como una relacin detallada de las 32
operaciones realizadas, sus resultados y la fecha en que se practicaron; (iii) las distintas posturas o interpretaciones posibles en el caso especfico; (iv) cualquier dato til surgido de la pericia y las investigaciones complementarias que recomienden la profesin, ciencia, arte u oficio, dentro de cuya especialidad se ha realizado; y (v) las conclusiones que formulen los peritos. Dicho dictamen puede ser ampliado o esclarecido a requerimiento del juzgador art. 376 del C. Pr. C. M., en relacin con los arts. 236 y 237 del C. Pr. Pn., aplicables analgicamente en estos casos, pues el primero no detalla con igual precisin los contenidos de los dictmenes periciales. Tanto dicho dictamen como el perito que lo elabor deben ser sometidos a debate dentro de la audiencia correspondiente en la cual se cumplan con los principios de inmediacin y contradiccin, por lo que las partes podrn pedir que el experto exponga el dictamen, lo ilustre y aclare, responda a preguntas concretas sobre el mtodo seguido, las premisas, conclusiones y cualquier cuestionamiento que contribuya a aclarar y comprender mejor su opinin. Asimismo, el Tribunal puede interrogar al perito sobre algn punto respecto del cual se requiera mayor claridad a su prudencial criterio art. 387 del C. Pr. C. M. Finalmente, el Tribunal debe valorar la prueba pericial conforme a las reglas de la sana crtica, tomando en cuenta la idoneidad del perito, el contenido del dictamen y la declaracin vertida en la audiencia, segn sea el caso art. 389 del C. Pr. C. M. En el caso en estudio, la prueba pericial presentada cumple con los requisitos mnimos para que sea valorada por este Tribunal junto con los dems elementos probatorios, ya que consta en este expediente las acreditaciones correspondientes de los peritos designados, quienes adems no expresaron tener algn impedimento para realizar su funcin ni fueron recusados por alguna de las partes. Asimismo, los dictmenes periciales cumplen con las exigencias expresadas anteriormente y fueron sometidos, junto con sus autores, al debate en la audiencia correspondiente, en la cual se cumpli con las reglas de inmediacin y contradiccin. 2. Al valorar la prueba se advierte que, en los resultados de la actividad probatoria se habla de un riesgo a la vida que no es actual e inminente, sino eventual y futuro. Como se relaciona en el Considerando VII 3 B de la sentencia, del contenido del referido expediente clnico se desprende que la paciente ha recibido asistencia y tratamiento mdico en el Hospital Nacional de Maternidad en dos ocasiones: de diciembre de 2011 a mayo de 2012, por un primer embarazo que fue catalogado como de alto riesgo, el cual finaliz con un parto abdominal a las 32 semanas; y de marzo de 2013 a la fecha, por un segundo embarazo, el cual, en este momento, se encuentra aproximadamente en la semana 26 de gestacin. Tambin en el Considerando VII 3 C, se relaciona que en la audiencia probatoria, la perito ginecloga forense, doctora Estela Garca Herrera, afirm que B. C. present en la semana 32 de su primer embarazo preeclampsia grave, y acot que entre las causas ms frecuentes de muerte materna se encuentra precisamente dicha complicacin mdica, la cual puede manifestarse en pacientes con lupus en un porcentaje mayor que en las mujeres gestantes que no tienen dicho padecimiento. Sin embargo, concluy que la seora B.C. se encontraba estable de salud cuando 33
se le practic el referido examen pericial, es decir, hizo referencia a una complicacin futura y eventual, no que ya se haya producido o se est produciendo en el presente embarazo de la paciente. Asimismo, dos de las autoridades demandadas, el Jefe del Servicio de Perinatologa y el Director, ambos del Hospital Nacional de Maternidad, coincidieron con la referida perito en que la anencefalia puede generar polohidramnios, los cuales, en la condicin de la paciente, podran provocar una serie de complicaciones obsttricas que no solo agravaran la salud de esta, sino que sumadas a su cuadro clnico, podran colocarla en riesgo de muerte; pero aclararon que tal situacin podra generarse a partir de la semana 26 de gestacin, en la cual la mujer experimenta cambios fisiolgicos significativos. Nuevamente, en sus declaraciones de parte rendidas en la audiencia probatoria y de alegaciones finales, ambas autoridades hicieron referencia a un riesgo futuro y eventual, no a riesgos que se hayan producido o ya se estn produciendo en el presente embarazo de B. C. Por ello, me parece correcta la conclusin a la que se llega en el Considerando VII 4 A de la sentencia, en el sentido que al momento especifico de la presentacin de la demanda y durante el presente proceso, dichas autoridades no han incurrido en la omisin que se les imputa y, por consiguiente, no existe la vulneracin de derechos fundamentales alegada, pues la paciente se encuentra en condiciones estables de salud, a pesar de su estado de embarazo y de las enfermedades que padece. Ello, complementado con lo que se afirma en el Considerando VII 5 A, en el sentido que el riesgo implcito en su cuadro clnico, que ya en s mismo ha sido catalogado como grave y excepcional, no ha desaparecido, pues el comportamiento impredecible del lupus eritematoso sistmico y los cambios biolgicos que su cuerpo podra experimentar durante las ltimas etapas del proceso de gestacin en el que se encuentra, incrementan la probabilidad de que las complicaciones mdicas que la referida seora sufri durante su primer embarazo u otras que se presenten, como tambin que la anencefalia del no nato en gestacin, puede ser a futuro la causa de complicaciones obsttricas. Y es por ello que el fallo no puede entenderse sin lo que se afirma en el Considerando VII 5 B, en el sentido que la ausencia actual de sntomas o complicaciones particularmente graves en la salud de la seora B.C. no debe tomarse como un estado permanente, invariable en el transcurso del tiempo, razn por la cual las autoridades de salud demandadas estn obligadas a continuar monitoreando el estado de salud de la peticionaria y a brindarle el tratamiento que en cada momento resulte idneo para su condicin mdica, as como a implementar los procedimientos que, segn la ciencia mdica, se estimen indispensables para atender las futuras complicaciones que se presenten. A mi juicio, entre estos ltimos procedimientos que pueden ser indispensables para atender una complicacin futura que ponga en riesgo la vida de B. C. se encuentra la interrupcin del embarazo, que en este momento implicara una induccin del parto sin destruccin del producto de la concepcin, y que incluso ponga en marcha los procedimientos que, segn lo 34
expresado por las autoridades demandadas en la audiencia probatoria y de alegaciones finales, busquen preservar la vida del nasciturus, hasta donde las condiciones de su carcter prematuro, con la malformacin de anencefalia que presenta, permitan. Lo cual me parece que, segn lo dicho en el precedente de la sentencia pronunciada en el proceso de Inc. 18-1998, no sera constitutivo del delito de aborto previsto en los arts. 133 y siguientes del Cdigo Penal, o en todo caso sera un caso susceptible de aplicacin de las causales del art. 27 de este mismo cdigo. Tal es el alcance ms ajustado al caso concreto que me parece derivar de las consideraciones tericas expuestas y de la prueba vertida en el proceso, alcance que me parece no ha sido suficientemente especificado en los fundamentos de la sentencia. V. La idea que aparece en el prrafo ltimo del Considerando VII de la sentencia tiene la deficiencia que absolutiza los derechos del nasciturus, afirmacin que va en desmedro de la amplia lnea jurisprudencia fijada con esta misma conformacin subjetiva de la Sala, la cual sostiene que los derechos fundamentales no son absolutos, pues admiten limitacin del legislador o pueden ceder en las ponderaciones realizadas en los casos concretos. Si el art. art. 1 inc. 2 Cn. proclama de modo implcito la obligacin del Estado de brindar una proteccin al no nato, ello significara que ninguna ley puede permitir la posibilidad de restringir o limitar por lo menos en casos excepcionales el derecho a la vida del que est por nacer. Y esto con total independencia de que eventualmente existan buenas razones, fundamentadas en la misma Constitucin para limitar, suspender o suprimir los derechos correspondientes. No podra hacerlo sencillamente porque la fuerza normativa pasiva de la Constitucin impedira que el legislador pudiera someter a debate lo que ha sido decidido por el constituyente. Tampoco sera posible una limitacin al derecho a la vida del nasciturus, debido a que su contenido esencial, que no est delimitado en la sentencia suscrita, ya estara fijado o establecido en la Constitucin. En consecuencia, el art. 1 inc. 2 Cn. estara reconociendo un derecho absoluto a la vida del nasciturus, por lo que no podra ser limitado ni ponderado en ningn caso. El peso abstracto ya estara definido. Difcilmente puede aceptarse esta tesis, pues la Sala ha suscrito precedentes en los que ha sido descartado el carcter absoluto de los derechos, porque pueden ser limitados o ponderados. Por ejemplo, las recientes sentencias de 28-IX-2012, 20-II-2013, 22-V-2013, pronunciadas respectivamente en los procesos de Inc. 120-2007, 17-2008, 3-2008. La ponderacin es un mtodo para la resolucin de colisiones de principios constitucionales o derechos fundamentales, sin excepcin alguna; y es necesaria, porque la determinacin de los grados de satisfaccin que resultan exigible en cada caso dependen de distintas circunstancias y, en particular, de la presencia de otros principios o derechos en pugna. Es posible que el juez, ante el caso concreto tal como fue admitido en la Inc. 18-98 encuentre razones para afirmar que en un caso determinado debe triunfar una de las razones en pugna, pero sin que ello implique que en otro no deba triunfar la contraria; como he afirmado, se trata de construir una regla de precedencia condicionada. 35
Lo anterior se volvera nugatorio de aceptar como vlida la afirmacin del carcter absoluto de la proteccin del nasciturus. Si hipotticamente se aceptara como vlida esa afirmacin, lo que el tribunal estara haciendo es modificar tcitamente todos los precedentes en los que se ha afirmado la posibilidad de realizar ponderaciones constitucionales sin excepcin alguna, sin argir argumento alguno para la modificacin de los precedentes. Tal y como se dijo en la sentencia de 25-VIII-2010, Inc. 1-2010, el respeto a los precedentes como manifestacin especfica de la seguridad jurdica y el sometimiento de los jueces al ordenamiento jurdico no significa la imposibilidad de cambiarlos. Ello cobra sentido si se toma en cuenta que la Constitucin no predetermina la solucin a todos los conflictos que puedan derivarse en su aplicacin o cuando est llamada a solventarlos. Por ello, las anteriores consideraciones jurisprudenciales deben ser tambin analizadas desde otra perspectiva: el dinamismo y la interpretacin actualizada de la Constitucin. Aunque el precedente y de manera ms precisa, el autoprecedente posibilita la precomprensin jurdica de la que parte toda interpretacin, la continuidad de la jurisprudencia puede flexibilizarse o ceder bajo determinados supuestos; pero, para ello se exige que el apartamiento de los precedentes est especialmente justificado argumentado con un anlisis prospectivo de la antigua jurisprudencia, que tambin es susceptible de ser reinterpretada. Si bien todo precedente se construye con una pretensin de correccin, nunca puede tener efectos absolutos en el sentido de que sea tanto definitivo como vlido para todos los tiempos. Si la idea del tribunal es modificar el precedente fijado en la sentencia de Inc. 18-98, debido haberlo hecho argumentalmente y explicitar cules fueron los errores interpretativos o los cambios en la realidad normada que motivaron dicho cambio.
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concepcin. (Convencin Americana sobre Derechos Humanos, art.4; Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, art.6; y Convencin sobre los Derechos del Nio, art.6) La jurisprudencia internacional ha desarrollado la proteccin del derecho a la vida humana en casos contenciosos conocidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En el Caso Villagrn Morales contra Guatemala, por ejemplo, el Juez Antonio Augusto Cancado Trindade, expuso en su voto concurrente de la sentencia que: El derecho a la vida implica no solo la obligacin negativa de no privar a nadie de la vida arbitrariamente, sino tambin la obligacin positiva de tomar las medidas necesarias para asegurar que no sea violado aquel derecho bsico. Para el citado Juez de la Corte Interamericana: El deber del Estado de tomar medidas positivas se acenta precisamente en relacin con la proteccin de la vida de personas vulnerables e indefensas, como son los nios. Para el juez Cancado Trindade, el derecho a la vida, cuya interpretacin se extiende igualmente al derecho a la existencia y a vivir con dignidad, forma parte del jus cogens internacional, es decir, del derecho imperativo para la comunidad internacional, por lo que se le cataloga como un derecho fundamental de carcter inderogable. La Sala de lo Constitucional, por su parte, ha reconocido en su jurisprudencia el carcter esencial e imprescindible de la vida humana. (Amparo 166-2009, de 21 de septiembre de 2012). Al respecto ha manifestado que: En nuestro ordenamiento jurdico, la vida constituye un derecho inherente a toda persona, sin excepcin alguna, cuyo mbito de proteccin se extiende, incluso, hasta el momento de la concepcin. La jurisprudencia constitucional ha sealado que del derecho a la vida depende el ejercicio y goce de los dems derechos contemplados en la Constitucin, y ha afirmado que el Estado es el principal obligado a procurar a los habitantes su conservacin y tutela. (Amparos nmeros 674-2006 de 17 de diciembre de 2007, y 348-99 de 4 de abril de 2001) Para la Sala, el contenido especifico del derecho a la vida comprende dos aspectos fundamentales: el primero, referido al derecho a evitar la muerte, lo cual implica la prohibicin dirigida a los rganos estatales y a los particulares de disponer, obstaculizar, vulnerar o interrumpir el proceso vital de las personas; y el segundo, relacionado al derecho de estas a tener acceso a los medios, circunstancias o condiciones que les permitan vivir de forma digna, por lo que corresponde al Estado realizar las acciones positivas pertinentes para mejorar la calidad de vida de las personas. Derecho a la salud. La Constitucin de la Repblica establece que la salud de los habitantes es un bien pblico que el Estado est obligado a velar por su conservacin y defensa. (art.65 CN.) El Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas Ley de El Salvador-, reconoce el fundamental derecho de toda persona al disfrute del ms alto nivel posible de salud, y establece una serie de obligaciones a los Estados a fin de garantizarla efectivamente. Entre tales obligaciones se contempla que los Estados deben garantizar la prevencin y tratamiento de las enfermedades y asegurar toda la asistencia mdica y los servicios mdicos en casos de enfermedad. (art.12) El Protocolo adicional a la Convencin Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales o Protocolo de San Salvador -Ley de la Repblica-, reconoce que: Toda persona tiene derecho a la salud, entendida como el disfrute del 38
ms alto nivel de bienestar fsico, mental y social, e impone a los Estados Partes una serie de obligaciones vinculantes en materia de salud, entre ellas, la obligacin de garantizar la atencin primaria de la salud, y la prevencin y el tratamiento de las enfermedades, especialmente respecto de los grupos sociales de ms alto riesgo. (Art. 10) La jurisprudencia de la Sala tambin se ha referido al fundamental derecho a la salud, y en ese sentido ha expresado que tal derecho constituye un estado de completo bienestar fsico y mental de la persona, cuyo disfrute posibilita a los individuos el contar con una de las condiciones necesarias para poder vivir dignamente. Dicha condicin no se reduce a un simple objetivo o fin a alcanzar por el Estado, sino que, adems, se perfila como un derecho fundamental que posee toda persona a acceder a los mecanismos que han sido dispuestos para asegurar la prevencin, asistencia y recuperacin de la salud, en los trminos previstos en los artculos 2 y 65 de la Constitucin. Para la Sala, el contenido esencial del derecho a la salud implica la adopcin de medidas para su conservacin, puesto que la salud requiere tanto de una proteccin estatal activa -que es obligacin de los centros hospitalarios del Estado- como pasiva contra los riesgos exteriores que puedan ponerla en peligro, de ah que se deba implementar medidas que, desde el punto de vista positivo, tiendan a la prevencin de cualquier situacin que la lesione o bien restablezcan dicha condicin y, desde el punto de vista negativo, eviten la comisin de cualquier acto que provoque su menoscabo; la asistencia mdica, en cuanto debe garantizarse a toda persona la posibilidad de disponer y acceder al sistema o red de servicios de salud; y la vigilancia de los servicios de salud, lo cual implica la creacin de las instituciones y los mecanismos que vigilen y controlen la seguridad e higiene de las actividades profesionales vinculadas a la salud. (Amparo 674-2006 de 17 de diciembre de 2007) Segn nuestra jurisprudencia, este derecho fundamental, por su propia connotacin, exige que el tipo de asistencia mdica que se ofrece en el sistema de salud pblica del pas asegure a la poblacin no slo las tcnicas quirrgicas, mtodos teraputicos, medicamentos, etc., sino tambin aquellos que surjan como nuevos aportes de las ciencias en la rama de la medicina, en cuanto representen una alternativa eficaz para el restablecimiento pleno de la salud o bien ofrezcan a la persona que se ve obligada a vivir con una enfermedad permanente la posibilidad de tener una mejor calidad de vida. -como es el caso de B.C.El derecho a la salud, segn la Sala, es un derecho fundamental, inherente a las personas, que encuentra su sentido ms explicito en la exigencia a los poderes pblicos de que "toda persona" reciba primordialmente la asistencia mdica y el tratamiento teraputico adecuado para aliviar sus afecciones fsicas y/o mentales, en cuanto este representa una de las condiciones esenciales que posibilita a los sujetos tener una existencia fsica digna y, con ello, desarrollar plenamente su personalidad y sus potencialidades. El deber de garanta y proteccin del derecho a la salud de las personas le corresponde asegurarlo, precisamente, al Estado, desde el momento de la concepcin, a travs de la red hospitalaria del sistema nacional de salud a la cual pertenece el Hospital de Maternidad; y en el caso concreto, debe favorecer tanto a la madre como al nasciturus, como sujetos de derechos protegidos por la Constitucin y por el derecho internacional vigente.
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Derechos de la niez. La Constitucin reconoce el derecho de los nios y nias a la proteccin y desarrollo integral por parte del Estado. Tambin reconoce el derecho a la salud fsica y mental de los menores de edad, y el derecho a la vida desde el momento de la concepcin. (arts. 1, 2, 34 y 35 CN.) Por su parte, la Convencin sobre los Derechos del Nio de las Naciones Unidas, instrumento vigente en el pas, establece que la infancia tiene derecho a cuidados, consideracin y asistencia especiales, sobre la base del reconocimiento de la dignidad intrnseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana, lo cual es afirmado de igual manera por la Declaracin Universal de Derechos Humanos. La Convencin reafirma que en todas las medidas concernientes a los nios y nias que tomen las instituciones pblicas o privadas, los tribunales, las autoridades administrativas o los rganos legislativos, una consideracin primordial a que se atender ser el inters superior del nio, el cual deber ser protegido contra toda forma de discriminacin, en toda circunstancia. (arts.2 y 3) Se reconoce en la Convencin que todo nio tiene el derecho intrnseco a la vida (art.6), y que por lo tanto, los Estados Partes -El Salvador- debern garantizar en la mxima medida posible, la supervivencia y el desarrollo de los nios y nias. Adems, se establece el derecho de los nios y nias al disfrute del ms alto nivel posible de salud y a servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitacin de la salud, asegurndoseles la asistencia mdica y la atencin sanitaria que sean necesarias, haciendo hincapi en el desarrollo de la atencin primaria de salud y la atencin sanitaria prenatal y postnatal para la madre. (art.24) Se reafirma en su prembulo: Que el nio por su falta de madurez fsica y mental, necesita proteccin y cuidado especiales, incluso, la debida proteccin legal, tanto antes como despus del nacimiento, lo cual tambin est contemplado en la Declaracin de los Derechos del Nio de las Naciones Unidas. (Prembulo) En dicha Declaracin se establece, asimismo, la obligacin de los Estados de proporcionar a los nios como a su madre, cuidados especiales, incluso atencin prenatal y postnatal (Principio 4); y reconoce el principio del inters superior de la niez, como el principio rector de la proteccin integral, al establecer que el nio debe, en todas las circunstancias, figurar entre los primeros que reciban proteccin y socorro. (Principio 8) Finalmente, la Convencin Americana sobre Derechos Humanos -ley de la Repblica,- establece el derecho de proteccin integral de la niez (art. 19), y reconoce el derecho a la vida y su proteccin desde el momento de la concepcin. (art.4) En conclusin, el derecho interno e internacional y la jurisprudencia de la Sala y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, han positivado y desarrollado los derechos fundamentales que estn en juego en el proceso de amparo, referidos no solo a la madre sino tambin al ser humano que est por nacer -nasciturus-, ya que ambos son sujetos de derechos, y por lo tanto, gozan de proteccin especial. Prueba aportada al proceso. En el proceso de amparo se aportaron diversas pruebas, las cuales debieron ser valoradas por la Sala conforme a las reglas de la sana crtica y fallar conforme a ellas. Entre dichas pruebas se 40
mencionan: a) los expedientes clnicos donde consta el dictamen mdico de B.C. practicado por el Hospital de Maternidad, tanto de su primer embarazo como del actual; b) el diagnstico mdico de B.C. sobre su embarazo actual, en el que consta que aun cuando la paciente est controlada y mdicamente estable, adolece de enfermedades graves, y que el feto o nasciturus que est en gestacin, adolece de anencefalia, -malformacin congnita incompatible con la vida extrauterina-; c) el dictamen pericial del Instituto de Medicina Legal solicitado por la Sala y ampliado en la audiencia oral, en el que consta: que la paciente B.C. se encuentra estable de salud al momento del peritaje y no presenta riesgos pero puede enfrentar complicaciones; que el empeoramiento de su salud es impredecible; que B.C. tiene mayor riesgo con el lupus del que padece, el cual est en remisin o inactivo; que no es conveniente inducir el parto en este momento y que son los especialistas mdicos los que deben decir cul es el momento apropiado para ello; d) las declaraciones recibidas en la audiencia oral de pruebas y de alegatos finales; y e) la declaracin de B.C. en la audiencia en la que afirm que ya ha tomado la decisin de que le interrumpan el embarazo ya que el nio no va a vivir, pero que su voluntad no implica que le practiquen un aborto. Asimismo, consta en el proceso de amparo que el Jefe del Servicio de Perinatologa y el Director del Hospital de Maternidad, afirmaron en la audiencia oral que la paciente B.C. se encuentra actualmente en estado estable, pero pueden presentarse afecciones a medida avanza el embarazo, las cuales, incluso, podran poner en situacin de riesgo de muerte a la paciente. Para los mdicos del Hospital de Maternidad, el pronstico de la vida del feto fuera del vientre materno es fatal o inviable, por lo que sostuvieron que la finalizacin de la gestacin o interrupcin del embarazo era la medida que ofreca mayor beneficio a la madre, pero que no han procedido a ello porque consideran que la legislacin penal se los impide, corroborando con ello la omisin de actuar. No obstante, dichos mdicos manifestaron en la audiencia que el procedimiento de interrupcin del embarazo no implicara practicar un aborto en B.C., sino realizar otro tipo de procedimiento mdico que consistira en una pequea cesrea practicada en estado estable de la paciente y no cuando entre en emergencia mdica. Para los mdicos, el nasciturus recibira la atencin y asistencia mdica hasta su fallecimiento, el cual es inevitable mdicamente segn su dictamen. Por su parte, la perito ginecloga del Instituto de Medicina Legal (IML) tambin afirm en la audiencia que la paciente se encontraba estable de salud, pero que dada la enfermedad de B.C. y que el embarazo de la paciente no es normal, podran presentarse varias complicaciones a su salud, por lo que lo procedente era finalizar el embarazo por la va correspondiente. Con la prueba aportada en la audiencia celebrada por la Sala se ha comprobado que tanto la madre como las autoridades mdicas demandadas, lo que han solicitado a la Sala no es la autorizacin para practicar un aborto, sino realizar un procedimiento mdico lcito. Tambin est probado en el proceso que las autoridades mdicas demandadas: a) han omitido actuar de manera diligente en funciones que les corresponden y que son propias de su profesin mdica, pero no han actuado por temor a las consecuencias penales que se pudieran derivar; b) han manifestado que en el referido hospital se han practicado con anterioridad intervenciones mdicas para interrumpir embarazos antes de trmino, para proteger a las madres, sin necesidad de autorizacin legal y sin haber tenido consecuencias penales o de otra ndole; c) conocen los procedimientos o protocolos mdicos que hay que seguir en el caso de B.C., y no obstante que es un procedimiento legal, han omitido actuar; d) estn conscientes que el procedimiento a realizar en B.C. no implica ninguna de las formas de aborto, ya que una interrupcin del embarazo de B.C. no supondra, en este caso, la destruccin o muerte del feto o nasciturus, sino otro 41
procedimiento que identificaron en la audiencia como pequea cesrea, por anticipo o induccin del parto; e) advirtieron que, aun cuando B.C. se encuentra estable, puede enfrentar riesgos de muerte a medida avance el embarazo; y f) manifestaron en la audiencia que en caso de practicarse los procedimientos para la interrupcin del embarazo de B.C., procederan tambin a brindar atencin mdica especial al nasciturus, aun cuando medicamente se habra ya comprobado que sobrevivira muy poco tiempo despus del parto anticipado, ya que no tiene expectativa de vida extrauterina por la anencefalia que padece. No obstante todo lo anterior, las autoridades mdicas demandadas no estn dispuestas a actuar mdicamente para salvar la vida de la madre y brindar la asistencia mdica que requiere el nasciturus, si no tienen una autorizacin legal para ello. Voto disidente del fallo pronunciado por la Sala. La Sala pronunci sentencia desestimatoria denegando el amparo solicitado por B.C., aduciendo que las autoridades mdicas demandadas no incurrieron en la omisin que se les imputa, y por consiguiente, no vulneraron los derechos fundamentales a la salud y la vida de B.C., ya que le han brindado atencin mdica, la han internado en el hospital, han monitoreado su estado de salud y le han suministrado medicamentos para estabilizarla, desconociendo la Sala que en el proceso se comprob que el procedimiento mdico que podra llevarse adelante, si fuere estrictamente necesario para interrumpir el embarazo y salvar la vida de la madre, es un acto lcito, no prohibido ni penado por la ley. La Sala no consider en su sentencia que en caso de practicarse dicho procedimiento se le brindara atencin mdica al nasciturus; es decir, que no se practicara un aborto, lo cual constituye un acto propio del ejercicio legtimo de la profesin mdica y un deber tico del personal mdico, que no requiere de autorizacin previa de ninguna autoridad, dada la licitud de los procedimientos mdicos a realizar, conforme lo dispone el Cdigo de tica y Deontologa Mdica de El Salvador. (Colegio Mdico de El Salvador, 2001) La Sala pretende, adems, producir efectos jurdicos vinculantes para las partes en una sentencia desestimatoria, mediante la cual, por una parte, se niega el amparo a B.C., y por otra, se dictan medidas positivas a las autoridades mdicas demandadas. Estos efectos no pueden colegirse de un fallo de esta naturaleza. Por lo tanto, considero que el fallo de la Sala es equvoco, ya que no se trataba de amparar a B.C., y como consecuencia autorizar la prctica de un aborto u otro procedimiento mdico prohibido; sino que debi amparrsele a fin de garantizar que el personal mdico dejara de omitir y actuara diligentemente en todo momento, sin necesidad de autorizacin legal previa, y proteger as la vida de la madre y la vida del ser humano que lleva en su vientre, hasta donde la ciencia mdica lo permita. Mi voto disidente no implica, por lo tanto, que est de acuerdo con la prctica del aborto de la madre; sino ms bien, con la defensa de la vida de ambos, tal como lo ordena la Constitucin y el derecho internacional. En consecuencia, no existe razn ni fundamento vlido para haberle negado el amparo a B.C.; y aun cuando estoy de acuerdo con varias de las aseveraciones, fundamentos y precedentes citados en la sentencia, no comparto el fallo ni la conclusin a la que ha llegado la Sala, ya que no 42
responde coherentemente a la informacin y los elementos probatorios que constan en el proceso, ni a la voluntad expresada por B.C. en la audiencia. En el proceso de amparo ha quedado comprobado, entonces, que las autoridades mdicas demandadas han omitido actuar y que no estn dispuestas a hacerlo, a menos que cuenten con una autorizacin legal. Esta omisin de actuar es, precisamente, el objeto de control del amparo solicitado, y constituye la base para haber pronunciado una sentencia estimatoria a favor de la demandante. Tratndose, entonces, de un procedimiento mdico lcito, e independientemente de la sentencia desestimatoria pronunciada, son los mdicos especialistas del Hospital de Maternidad y no la Sala, quienes deberan decidir sobre el procedimiento a aplicar y el momento oportuno de hacerlo, con el menor riesgo posible para la vida de la madre, pero brindando al nasciturus la asistencia mdica apropiada a su situacin especial, garantizndose de esta forma el derecho a la vida y la salud de la madre, y el derecho del nasciturus a nacer dignamente y a recibir los cuidados mdicos especiales que fueren necesarios. El personal mdico del Hospital de Maternidad tiene, por lo tanto, el deber jurdico de actuar de manera diligente para salvaguardar la vida de ambos seres humanos, brindndoles la atencin mdica idnea y de manera oportuna. En el presente caso, el Estado salvadoreo est obligado a cumplir con su deber de respeto y garanta del derecho a la vida y la salud, tanto de B.C. como del nasciturus que lleva en su vientre. Finalmente, es necesario aclarar que la Sala no es la instancia competente para autorizar la prctica de abortos en ninguna de sus formas o indicaciones (v. gr. aborto teraputico, eugensico, tico, etc.); pero s tiene la obligacin de amparar a las personas que resulten afectadas en sus derechos fundamentales por una omisin injustificada de la autoridad, tal como se ha comprobado en el presente caso. La nica instancia del Estado que tiene competencia para regular esta materia es la Asamblea Legislativa, por medio de la ley, tal como se ha afirmado ya en la jurisprudencia de la Sala. (Sentencia de inconstitucionalidad No. 18/98, de 29-XI-2007).
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