Larraín, J. (2010) - Identidad Chilena en El Bicentenario.
Larraín, J. (2010) - Identidad Chilena en El Bicentenario.
Larraín, J. (2010) - Identidad Chilena en El Bicentenario.
siglo XIX, el fin del estado oligrquico alrededor del primer centenario, el golpe militar de 1973 y la vuelta a la democracia en 1990. Introduccin Las identidades nacionales no son inmutables, se construyen en el tiempo y van cambiando. Las identidades nacionales no son fenmenos simples y tienen varias dimensiones ntimamente unidas. Por un lado expresan un sentimiento de unidad, lealtad recproca y fraternidad entre los miembros de la nacin.Por otro, se manifiestan en una pluralidad de discursos que construyen una narrativa acerca de la nacin, su origen y su destino. Como propone Habermas, la identidad no es algo dado previamente, sino tambin, y de manera simultnea, nuestro propio proyecto Tal vez una nacin no puede escoger libremente sus tradiciones, pero al menos polticamente puede decidir si continuar o no con algunas de ellas. El bicentenario es una buena ocasin para reflexionar crticamente sobre algunos aspectos y el impacto de ellos, por ejemplo en las relaciones con nuestros vecinos. A propsito del bicentenario, surge una pregunta: Qu es lo que queremos ser?. Otra dimensin importante de las identidades nacionales tiene que ver con su relacin con la cultura nacional. Existe una distincin entre cultura e identidad. La cultura es ms general ya que incluye todas las formas simblicas y la estructura de significados incorporados en ellas. Todos los actos lingsticos, acciones humanas y cosas materiales que se intercambian caben en ella. La identidad, por contraste, es ms particular, ya que implica por un lado un relato que utiliza slo algunos de esos significados presentes en las formas simblicas mediante un proceso de seleccin y exclusin, y por otro, solo algunos sentimientos, especialmente de lealtad y fraternidad. La cultura cambia ms rpido que la identidad debido a que esta ltima tiene una discursividad identitaria. As por ejemplo, formas musicales, arquitectnicas, televisivas, literarias y gastronmicas de las ms variadas culturas entran hoy con relativa facilidad en otras. Pero esto no significa que necesariamente que afecten la identidad colectiva de esas sociedades, aunque es posible, que a la larga, en algn aspecto puedan hacerlo. El temor y la oposicin a la globalizacin cultural estn frecuentemente alentados por la confusin entre cultura e identidad. No existen los rasgos identitarios esenciales que no cambian y subsisten eternamente a travs de la historia, inalterados. Aunque es cierto que las identidades son ms estables y duraderas que la cultura, en el largo plazo tambin pueden incorporar elementos nuevos trados desde otras culturas. Existen rasgos de larga duracin que marcan predisposiciones, sentimientos, gustos y modos de hacer las cosas ms estables y otros rasgos de ms reciente aparicin o que su sentido ha ido cambiando y siendo reinterpretado en nuevos contextos histricos o simplemente desaparecen. El legado colonial Es imposible hablar de identidad chilena sin mencionar el importante legado de la colonia, de la cual surgen varios de nuestros rasgos identitarios de larga duracin. Claudio Vliz ha sostenido, que en merica Latina se dan cuatro ausencias histricas claves que son: la ausencia de feudalismo, la ausencia de disidencia religiosa, la ausencia de una revolucin industrial y la ausencia de algo parecido a la Revolucin Francesa. En contraste, lo que realmente existi, en Chile fue; primero, hubo centralismo poltico no desafiado por poderes locales; segundo, un monopolio religioso catlico no amenazado por denominaciones protestantes ni por movimientos religiosos populares; tercero, una orientacin econmica exportadora de materias primas y, por ltimo, un poder poltico autoritario . sto, fija una identidad en la que priman las orientaciones de la vida rural, el apego a la tierra y una profunda religiosidad. La evangelizacin se transforma en un factor de legitimacin de la conquista y, en muchos casos, de la violencia que ella implica. En gran medida la Iglesia oficial se situ al lado del poder conquistador y acept la desigualdad bsica entre los seres humanos y entre las culturas.
Rasgos identitarios de larga duracin De aqu surgen algunos rasgos de larga duracin de nuestra identidad. Algunos negativos y otros positivos. Muchos de estos rasgos estn ntimamente relacionados. Un primer rasgo de larga duracin combina centralismo y autoritarismo. Se necesitaba, en nuestro pas, por su peculiar geografa, un fuerte centralismo y no una disgregacin territorial. Y se puede sugerir que el autoritarismo en Chile est de algn modo relacionado con la bsqueda del orden en la sociedad. Un segundo rasgo de larga duracin conectado con el anterior se muestra en la simulacin y el legalismo hipcrita del se acata pero no se cumple. sto anuncia la voluntad de obedecer a pesar de que no existe la intencin real de hacerlo. De este modo, se mantiene el principio de autoridad, al menos, en apariencia. De forma ms general, actualmente, sto se ve en la adherencia formal y ritualista a la norma que encubre una disposicin a ignorarla en la prctica, tambin el aparecer bien para triunfar en la vida y el que no se note pobreza. Somos un pas obsesionado por la imagen que proyectamos, nos importa en demasa cmo nos ven desde afuera. Es lo que tambin se denomina pillera, que nunca tiene el rango completo de fraude o mentira pero que lo bordea. Una tercera caracterstica de larga duracin es una persistente religiosidad popular cltica y ritual, de procesiones y actos masivos alejados de la cotidianidad y que no siempre tiene un correlato de conversin personal, de fe que gua la vida diaria . El catolicismo que se form pareciera tener dos rasgos importantes: primero, se trata de un catolicismo de rasgos acentuadamente clticos y rituales donde destacan las devociones a los santos, las procesiones, las representaciones dramticas, los bailes, la msica y el canto, los actos masivos (como bautismos multitudinarios), etc. Segundo, frente a la imposicin forzada de un catolicismo basado en una cultura ajena y ms poderosa, surgen entre los indios las reacciones de simulacin que terminan en un sincretismo popular soterrado que subsiste hasta hoy. Otro rasgo de larga duracin es el cortoplacismo y la imprevisin. Deriva de una concepcin del tiempo muy internalizada: el tiempo es corto y hay que aprovechar el momento. Realmente no existe o no se puede confiar en el futuro, que es siempre incierto y amenazante. Extrapolando esto se podra decir que se trabaja el mnimo para despus pasarlo bien, no tanto para acumular. La mayora de los chilenos vive en una inseguridad total con respecto al futuro y frente a ello desarrollan un cierto fatalismo. Existe tambin un lado ms positivo del cortoplacismo y la imprevisin. Consiste en una mayor intensidad de vida, un saber aprovechar el momento, una capacidad de gozar con las cosas chicas que viene dado precisamente por ese sentimiento de lo efmero que es todo . Cambios identitarios en cuatro momentos claves: la independencia Con el proceso de independencia alcanz un punto culminante una crisis de identidad que haba estado desarrollndose en Chile desde finales del siglo XVIII. No obstante, despus de la independencia el sentido de chilenidad era mucho ms precario de lo que es hoy. Adems, el componente latinoamericano de la identidad chilena era mucho ms relevante de lo que es hoy. En este perodo se adoptaron muchos valores de la Ilustracin slo en teora y el progreso de la democracia se restringi a las clases sociales dominantes. El nuevo discurso identitario era pro europeo. Chile tena que ser civilizado y erradicarse sus rasgos culturales atrasados y brbaros bajo la influencia europea. La guerra del Pacfico termina por consolidar un sentido ms fuerte de pertenencia y comunidad, especialmente despus del combate naval de Iquique que aun voluntades y galvaniz a Chile entero produciendo una ola de patriotismo. La crisis del estado oligrquico para el centenario La revolucin de 1891 y la crisis econmica y social en la poca del centenario introducen serias divisiones identitarias. Es una poca de agitacin poltica y huelgas violentas, de surgimiento del movimiento obrero y de las clases medias alimentados por la llamada cuestin social que se desata a partir de la crisis econmica. Es el momento en el cual aparece un discurso poltico de izquierda que trae un nuevo imaginario identitario, de igualdad, trabajo, industrializacin y
participacin poltica de las clases medias y obreras auspiciadas desde el Estado y que, con altos y bajos y con algunos cambios, perdura durante el Frente Popular y alcanza hasta la Unidad Popular. Lograron el favor de las masas ampliando el sufragio, movilizando a las masas anteriormente excluidas ofrecindoles nuevos empleos, formas del Estado de bienestar social y legislacin social. As se asegur la estabilidad de los regmenes recin formados. Durante esta etapa se crea un discurso identitario en el que priman rasgos anti-imperialistas y nacionalistas, una valorizacin del mestizaje y una creciente conciencia social sobre los problemas de la clase obrera. El golpe militar de 1973 Con la dictadura se entra en una etapa de crisis aguda, se reactualizan nuestros rasgos autoritarios y aparece una fractura interna en la identidad que todava no sana del todo. Si bien, el gobierno de Allende dividi al pas polticamente y elev los niveles de hostilidad y agresividad entre partidarios y adversarios, lo que dificult un sentido de fraternidad compartida, el rgimen militar pas de la agresividad y hostilidad a la tortura y la eliminacin fsica del otro derrotado, al que ya no se le consider parte de la comunidad . Nada atenta ms contra el sentimiento de lealtad propio de una identidad nacional que algunos ciudadanos dejen de ser reconocidos como parte de la comunidad, o su integridad fsica no sea respetada y sus derechos sean sistemticamente desconocidos. Esto condujo a un Chile dividido y traumatizado por las violaciones sistemticas de los derechos humanos. Tambin aparece ahora una nueva amenaza de fractura en la forma de una insurgencia mapuche de carcter autonomista que plantea un nuevo desafo a la identidad chilena. Los mapuches han ido perdiendo el sentido comn de nacionalidad y comunidad con el resto de los chilenos ya que se sienten despreciados y expoliados. La realidad poltica imperante durante la dictadura, tiene por una parte, el poder ilimitado de los militares en su intento por refundar la sociedad sobre bases diferentes y, por otra, la desarticulacin de toda oposicin poltica basada en partidos, sindicatos o movimientos sociales, lo que oblig a muchos a canalizar a travs de la Iglesia catlica un cierto nivel de oposicin que fuera tolerado. La vuelta a la democracia en 1990 Tanto el discurso militar como el religioso pierden rpidamente vigencia despus de la vuelta a la democracia. Desde 1990 se empieza a consolidar un discurso identitario chileno que est muy presente hasta hoy. Es un relato de carcter empresarial sobre la identidad chilena que combina cuatro elementos principales. Primero, se concibe a Chile como un pas emprendedor, exitoso y ganador donde destaca el empuje, el dinamismo, la ganancia y el consumo como los nuevos valores centrales de la sociedad chilena. Segundo, se piensa Chile como un pas diferente, distinto al resto de Amrica Latina, fuera del Tercer Mundo, con rasgos europeos, donde las cosas se hacen bien y hay poca corrupcin. Hoy Chile parece creer en su carcter excepcional dentro de Amrica Latina y debido a sus polticas econmicas muy distintas se excluye de participar plenamente en proyectos comunes como el Mercosur. Tercero, la aspiracin ms sentida es el desarrollo, es llegar a pertenecer al grupo de los pases desarrollados, lo que se cree es inminente, una pura cuestin de aplicar polticas adecuadas. En los noventa se expande una conciencia de que llegar a ser un pas desarrollado es no slo posible sino que Chile est relativamente cerca de ese objetivo. Cuarto, se plantea que Chile es un modelo para otros, especialmente para Amrica Latina. No hay nada que fascine ms que proyectar una imagen internacional de que hacemos las cosas bien y ser reconocidos por eso. Aqu incide tambin ese rasgo de ms larga duracin que tiene que ver con la importancia de proyectar una buena imagen frente a los otros. La frecuencia y extensin de los incidentes con los tres pases limtrofes ha hecho surgir muchas preguntas. La disyuntiva es aislarse y protegerse, o, por el contrario, abrirse e integrarse. Es claro que la nueva versin de la identidad nacional chilena representa un obstculo para la integracin regional . Chile se proyecta en el bicentenario como una nacin que se pretende excepcional y diferente al resto de Amrica Latina, como una nacin que intenta reforzar su identidad propia a costa de su
identidad latinoamericana. En la medida que el relato empresarial expresa no solo un discurso sino tambin el dinamismo real de la economa del pas, ha ido acompaado de sentimientos de optimismo en la poblacin, pero ms en trminos de progreso individual que como un proyecto de participacin colectiva. Chile se percibe como una sociedad cada vez ms egosta, ms individualista, menos respetuosa de los dems, ms agresiva y menos sana moralmente a pesar de reconocer por otro lado los avances econmicos o btenidos. As nos encuentra el bicentenario, ms optimistas e individualistas en nuestro proyecto de desarrollo futuro, pero con mayores dosis de estrs y con menos sentido de un proyecto de vida en comn con otros. Independencia, centenario y bicentenario: tres momentos histricos relevantes que perfilan tres mundos sociales, polticos y econmicos vastamente diferentes, pero un solo pas que ha ido construyendo su identidad en la dialctica de la continuidad y el cambio.