La Doctrina Del Hombre Parte 4
La Doctrina Del Hombre Parte 4
La Doctrina Del Hombre Parte 4
INTRODUCCION
La realidad del ser del hombre la vemos en el hecho de que el ser del hombre es una
persona viviente que actúa en el cuerpo, que sostiene una relación consciente con todas
las cosas, y sin la cual, el cuerpo estaría muerto. Esta realidad del ser del hombre, es la
que piensa, la que siente, la que razona, la que tiene voluntad. Extrañamente, esta
realidad del ser del hombre es la que comprende; y sin embargo, no puede ser
comprendida.
Podemos expresar en las palabras del doctor Scofield, un resumen breve de la forma en
que el ser del hombre está constituido y sus distinciones:
1. El espíritu es la parte del hombre que “conoce”. Debido a que el hombre es
“espíritu”, él es capaz de ser consciente de Dios y de comunicarse con Él (Job
32:8; Sal 18:28; Pr 20:27).
Para referirse al “hombre interior”, la Biblia emplea los términos: alma, espíritu,
corazón, carne y mente. Ante estos términos Bíblicos, surge la pregunta de si éstos son
elementos distintos que pueden existir separados los unos de los otros, o si son
funciones o modos de expresión del ser del hombre. Generalmente se cree que estos
elementos son funciones o modos de expresión del ser del hombre, y hay razones para
creer esto. Sin embargo, en la Biblia se hace referencia al alma, espíritu, corazón, carne
y mente, de tal manera que ninguno de esos términos puede representar toda la
naturaleza inmaterial del hombre. En un estudio juicioso del texto Bíblico, sin ningún
tipo de prejuicios doctrinales, se puede descubrir la verdad con respecto a cada una de
estas facultades del “hombre interior”. El significado que dichos términos tienen en la
escritura hay que descubrirlo según el uso que se les da en el texto sagrado.
En este punto surge una pregunta obligada que ha unido y separado a los teólogos de
todas las generaciones:
Se puede ver, sin embargo, que hay una gran diferencia cuando se habla de cuerpo y
alma que cuando se habla de cuerpo y espíritu y que así mismo se puede apreciar en los
textos Bíblicos una verdadera y profunda distinción entre alma y espíritu, sin embargo
muchas veces los términos alma y espíritu se usan como sinónimos, es decir, como si
fuesen iguales. Así que la controversia la encontramos entre las distinciones y las
similitudes.
Se mostrará en este estudio que la Biblia, cuando lo requiere le asigna a los términos
alma y espíritu distintos significados; y cuando no se tiene en cuenta distinción
específica, la Biblia los emplea en forma intercambiable. En otras palabras la Biblia
apoya tanto la dicotomía como la tricotomía.
De manera que nuestro estudio debe ser una exégesis integral y sin prejuicios, cuidando
de ver lo que el texto sagrado dice sin forzar al texto a que diga lo que nosotros
queremos. La distinción entre el alma y el espíritu es tan incomprensible como la misma
vida; y todos los esfuerzos que se hagan para establecer definiciones tendrán que ser
siempre insatisfactorios. Para confirmar lo que se acaba de decir con respecto al uso que
la Biblia le da a los términos alma y espíritu, observemos lo siguiente:
1. El término espíritu se usa libremente para indicar la parte inmaterial del
hombre. Comparemos las siguientes citas
a. 1 Co 5:3 Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en
espíritu,
b. 1 Co 6:20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues,
a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
c. 1 Co 7:34 … para ser santa así en cuerpo como en espíritu
d. Stg 2:26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la
fe sin obras está muerta
2. El término alma también se usa para indicar la parte inmaterial del hombre.
Comparemos las siguientes citas
a. Mat 10:28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no
pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el
cuerpo en el infierno
b. Hch 2:31 viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su
alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción
c. 1 Pe 2:11 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que
os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma
3. Los términos alma y espíritu a veces se usan en forma paralela, por ejemplo en
a. Luc 1:46-47 Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi
espíritu se regocija en Dios mi Salvador
4. De igual manera, las mismas funciones generales se atribuyen tanto al alma
como al espíritu, veamos las siguientes citas:
a. Mar 8:12 Y gimiendo en su espíritu
b. Jn 11:33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la
acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se
conmovió
c. Mat 26:38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la
muerte
d. Jn 12:27 Ahora está turbada mi alma
5. Sobre los que parten de esta vida, a veces se dice que son almas y otras veces
que son espíritu.
a. Gen 35:18 Y aconteció que al salírsele el alma (pues murió)
b. 1 R 17:22 Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él,
y revivió
c. Mat 27:50 Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó
el espíritu
d. Hch 2:27 Porque no dejarás mi alma en el Hades
6. Así también se nos presenta a Dios como alma y como espíritu
a. Is 42:1 He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi
alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá
justicia a las naciones
b. Je 9:9 ¿No los he de castigar por estas cosas? dice Jehová. De tal nación,
¿no se vengará mi alma?
c. Jn 4:24 Dios es Espíritu
d. He 10:38 Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi
alma
Los que basan sus conclusiones sobre estas generalidades han afirmado que la Biblia
enseña solamente la dicotomía. Pero contra esa posición esta la verdad Bíblica de que
muy a menudo estos términos no pueden utilizarse intercambiablemente. En este punto
debe observarse que existe la más estrecha relación entre el espíritu humano y el
Espíritu Santo; relación tan estrecha que en algunos textos no es posible distinguir a que
se refiere, si al Espíritu Santo o al espíritu del hombre.
El Espíritu Santo actúa en el espíritu humano y por medio de él; pero esto mismo no
puede decirse con respecto al alma. Por ejemplo cuando en Romanos 8:16 se afirma: El
Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
La Biblia afirma que el alma del hombre puede perderse, pero esto no se afirma del
espíritu del hombre. Mt 16:26 afirma: Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare
todo el mundo, y perdiere su alma?
Los tres pasajes Bíblicos importantes que distinguen entre alma y espíritu son los
siguientes:
1 Co 15:44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay
cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.
1 Ts 5:23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro
ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de
nuestro Señor Jesucristo
Heb 4:12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda
espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y
los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón
Se ha escrito mucho con el propósito de armonizar estos tres pasajes con el punto de
vista de que el hombre es solo cuerpo y alma. En este esfuerzo se pasa a menudo por
alto el contenido de 1 a los Corintios capítulo 15:44. “Se siembra cuerpo animal,
resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual”
más bien un cuerpo formado por y para un principio de vida que es un espíritu y
cabalmente apropiado para el servicio del mismo.
Para una mayor claridad pasemos a considerar cada uno de los elementos que
constituyen la parte inmaterial del hombre que son el alma, el espíritu, el corazón y la
carne.
Se puede resumir con las palabras de Cremer que “Nephesh (alma) en el hombre es el
sujeto de la vida personal, de lo cual se deduce que el espíritu es el principio.
Para el término alma en el nuevo testamento aparece la palabra psuche más o menos en
las mismas condiciones en que aparece en el antiguo testamento.
Así, leemos en Juan 19:30, sobre Jesús, “…Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el
espíritu” y por otra parte en el mismo evangelio en Juan 10:15 dice Jesús “pongo mi
vida (alma) por las ovejas”. Y en Mateo 20:28, se nos dice que el Hijo del Hombre vino
para dar su vida (su alma, no su espíritu)
Mat 20:28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir,
y para dar su vida en rescate por muchos.
Esta diferencia es característica. Porque el espíritu del hombre (el pneuma) tiene una
relación con Dios que es diferente a la relación que tiene el alma con Dios. El espíritu
(pneuma) del hombre es el soplo de Dios en la criatura, el principio de vida que se
deriva de Dios. Por otra parte, el alma del hombre (psuche) es la posesión individual del
hombre, aquello que distingue a un hombre del otro y que lo distingue de la naturaleza
inanimada.
Esta distinción permite comprender aquellas expresiones del nuevo testamento que
tratan sobre la salvación del alma, veamos algunas:
Hechos 2:27 Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu
Santo vea corrupción
Hebreos 10:39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición,
sino de los que tienen fe para preservación del alma
Santiago 1:21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de
malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede
salvar vuestras almas
El término Ruach, se usa a menudo como hálito como en Job 12:10 “En su mano está el
alma de todo viviente, Y el hálito de todo el género humano”.
2Th 2:8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el
espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;
Podemos avanzar un poco más hacia arriba cuando encontramos al espíritu humano en
su relación con el Espíritu Santo de Dios.
Porque el hombre no es más que una criatura a la cual Dios le ha impartido la vida de su
Espíritu: la vida, pues, no es otra cosa que un resultado del soplo de Dios. De ese modo,
la vida y la muerte se explican en forma realista, como el acto de impartir o de quitar el
hálito de Dios, como lo expresa el libro de Job:
Job 27:3 Que todo el tiempo que mi alma esté en mí,
Y haya hálito de Dios en mis narices,
Job 33:4 El espíritu de Dios me hizo,
Y el soplo del Omnipotente me dio vida
Job 34:14 Si él pusiese sobre el hombre su corazón,
Y recogiese así su espíritu y su aliento,
Job 34:15 Toda carne perecería juntamente,
Y el hombre volvería al polvo
La Biblia enseña algunos aspectos del espíritu del hombre que pueden parecerse a los
aspectos del alma, veamos algunos:
1. El espíritu del hombre puede revivir. Gen 45:27 Y ellos le contaron todas las
palabras de José, que él les había hablado; y viendo Jacob los carros que José
enviaba para llevarlo, su espíritu revivió
2. El espíritu del hombre puede angustiarse. Sal 143:4 Y mi espíritu se angustió
dentro de mí; Está desolado mi corazón.
3. El espíritu del hombre puede abatirse. Pro 15:13 El corazón alegre hermosea el
rostro; Mas por el dolor del corazón el espíritu se abate
4. El hombre de espíritu fiel es el que resiste los chismes y la murmuración. Pro
11:13 El que anda en chismes descubre el secreto; Mas el de espíritu fiel lo
guarda todo
5. Y donde se ha sentido vivamente el pecado, hay espíritu quebrantado, que se
considera como un sacrificio hacia Dios. Sal 51:17 Los sacrificios de Dios son
el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh
Dios
Por otra parte cuando el hombre se somete bajo el poder del pecado, su mente sigue una
nueva dirección y resulta en una serie de conductas que la Biblia contempla y advierte
claramente, veamos por ejemplo:
1. Cuando al hombre lo domina el espíritu de fornicaciones, como dice Oseas 4:12
Mi pueblo a su ídolo de madera pregunta, y el leño le responde; porque espíritu
de fornicaciones lo hizo errar, y dejaron a su Dios para fornicar
2. Bajo el señorío del pecado, el espíritu del hombre se hace altivo. Pro 16:18
Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de
espíritu.
3. Bajo el señorío del pecado, el hombre, en vez de ser sufrido de espíritu, se hace
necio, porque el enojo reposa en el seno de los necios y se apresura en su
espíritu a enojarse. La Palabra advierte sobre esto y aconseja en Ec 7:8-9 Mejor
es el fin del negocio que su principio; mejor es el sufrido de espíritu que el
altivo de espíritu. No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo
reposa en el seno de los necios.
El alma aunque es similar con el espíritu, tiene algunos matices de significado que no
los tiene el espíritu; el alma es la que representa al individuo. El hombre es espíritu, por
cuanto depende de Dios. El hombre es un alma, porque a diferencia de los ángeles, tiene
cuerpo, lo que lo relaciona con la tierra. De acuerdo con Auberlen, cuerpo, alma y
espíritu no son otra cosa que la base real de los tres elementos del hombre:
1. Cuerpo, para tener conciencia del mundo externo
2. Alma para tener conciencia propia y
3. Espíritu para tener conciencia de Dios.
Iniciamos nuestro estudio diciendo que para referirse al “hombre interior”, la Biblia
emplea los términos: alma, espíritu, corazón, carne y mente. Pasemos ahora a
examinar el CORAZON del hombre.
Pero una de las mayores revelaciones Bíblicas, las encontramos en los siguientes textos,
los cuales muestran como a lo largo de la historia del hombre en el relato Bíblico,
muestran como se manifiesta la maldad del corazón del hombre y al final, en la
dispensación de la gracia salvadora por medio de la persona y la obra de nuestro Señor
Jesucristo, podemos hallar revelaciones que están llenas de esperanza y comprueban que
el corazón se puede purificar por la fe en Jesucristo, veamos estos textos, partiendo
desde los orígenes:
Gen 6:5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y
que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo
solamente el mal
Isa 6:10 Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus
ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón
entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad.
Jer 17:9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién
lo conocerá?
Jer 4:14 Lava tu corazón de maldad, oh Jerusalén, para que seas salva.
¿Hasta cuándo permitirás en medio de ti los pensamientos de iniquidad?
1Co 2:7-9 Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la
cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno
de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido,
nunca habrían crucificado al Señor de gloria. Antes bien, como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son
las que Dios ha preparado para los que le aman.
Estudiemos ahora el cuarto término que la Biblia utiliza para referirse al “hombre
interior”, LA CARNE. Este cuarto término psicológico, introduce una realidad aún más
compleja que la que introducen los otros términos de ALMA, ESPÍRITU, CORAZON y
MENTE. La palabra carne (sarx en griego) se emplea en la Biblia de tres maneras
diferentes:
1. El primer uso de la palabra carne, se refiere a la parte material del hombre, en
este uso, no tiene ningún significado psicológico, y sólo se refiere a la sustancia
del cuerpo, así lo vemos en Hch 2:30-31 “Pero siendo profeta, y sabiendo que
con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la
carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, viéndolo antes,
habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su
carne vio corrupción”. En los dos casos en que se usa la palabra carne, se
refiere al cuerpo humano de Cristo.
2. El segundo significado Bíblico de la palabra carne, se refiere a las relaciones y
clasificaciones humanas. Cuando en 1 P 1:24 dice: “Porque: Toda carne es
como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se
seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta
es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada” Aquí la expresión “toda
carne”, se refiere a la gente que mora sobre la tierra, es decir, a cuerpos que
tienen almas y están vivos
3. El tercer uso Bíblico de la palabra carne es para designar aquello que se refiere
absolutamente a la parte inmaterial del hombre, con un claro sentido ético y
moral. Aislando el significado de la sustancia material, la carne bien pudiera
definirse como la naturaleza caída, es decir, como la disposición a pecar. La
carne manifiesta el yo del hombre, y al observar y evaluar esta manifestación,
puede ser que el cuerpo este incluido directamente, pero sin ninguna
contribución de importancia. El apóstol Pablo hablando de si mismo emplea de
esta manera el término carne, en Ro 7:18 “Y yo sé que en mí, esto es, en mi
carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo”
Así hemos descubierto que el término carne, cuando tiene significación se refiere a la
parte del hombre que por causa de la caída de Adán, se opone a Dios y a su santidad. Es
aquella naturaleza caída que, aunque se expresa por medio de las obras del cuerpo, se
debe distinguir del cuerpo mismo.
Todos estos textos nos clarifican que el mal está tanto en la carne como en la mente. La
Biblia enseña que la mente puede corromperse, Tit 1:15 “Todas las cosas son puras
para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su
mente y su conciencia están corrompidas”, pero contra esto, el apóstol Pedro afirma
que podemos y debemos ceñir los lomos de nuestro entendimiento, en 1 P 1:13-16
Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por
completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos
obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra
ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en
toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
Podemos concluir, resumiendo con respecto a los cinco elementos esenciales que
constituyen la parte inmaterial del hombre: alma, espíritu, corazón, carne y mente. Que
la Biblia presenta en una psicología sencilla toda la naturaleza y la constitución del
hombre. Todas se refieren a la vida y al ser viviente.
1. El espíritu del hombre, representa el principio de la vida
2. El alma del hombre, representa el sujeto de la vida
3. El corazón, representa el órgano de la vida
4. La carne, representa el ambiente de la vida
5. La mente, representa lo que se puede relacionar con la carne y el espíritu
Estos cinco elementos del ser del hombre constituyen la vida humana que la podemos
dividir como
1. La vida física,
2. La vida mental y moral
3. La vida espiritual
Hoy Nuestro Padre Dios, te llama, Él es fiel a su Palabra y nunca retarda sus promesas
sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que
todos procedamos al arrepentimiento. Porque el dice:
En tiempo aceptable te he oído,
Y en día de salvación te he socorrido.
He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.