Miller

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 26

0707

Docum entos de Trabaj o

LA NOCIN DE CONVENCIN SOCIAL


UNA APROXIMACIN ANALTICA
LUIS M. MILLER

(IESA-CSIC, Crdoba)

ABRIL, 2007

IESA WORKING PAPER SERIES www.iesaa.csic.es

LA NOCIN DE CONVENCIN SOCIAL*


- UNA APROXIMACIN ANALTICA -

LUIS MIGUEL MILLER MOYA RESUMEN El objetivo de este artculo es la integracin de las nociones econmica y sociolgica de convencin social en una nica definicin analtica. Para ello, este comienza estableciendo una distincin entre la nocin de convencin predominante en la teora econmica, o convencin de comportamiento, y la nocin sociolgica de convencin, o convencin normativa. La primera es definida como una regularidad social arbitraria, indeterminada y estable, mientras que la ltima es definida como un principio de accin que prescribe cmo comportarse en determinadas situaciones. Tras desarrollar ambos conceptos, estos son integrados en una definicin dual de convencin social. El trabajo concluye con una tipologa de convenciones sociales derivada de la definicin propuesta. Palabras clave: sociologa analtica, convenciones sociales, teora econmica, teora sociolgica. ABSTRACT This paper aims to integrate both economic and sociological notions of conventions in a single analytical definition. To this end, it starts by distinguishing conceptually between the prevailing notion of convention in economic theory, or behavioral convention, and the sociological notion of convention, or normative convention. The former is defined as an arbitrary, indeterminate, and stable social regularity, whereas the latter is defined as a principle of action prescribing how to behave in certain situations. After developing both concepts, they are integrated in a dual definition of social convention. The paper concludes presenting a typology of social conventions derived from the proposed definition. Keywords: analytical sociology, social conventions, economic theory, sociological theory.

Este trabajo se ha beneficiado de las crticas y comentarios de Fernando Aguiar, Pablo Braas, Andrs de Francisco, Francisco Herreros, Ana Len, Jos Mara Maravall, Jos Antonio Noguera e Ignacio Snchez Cuenca. Del mismo modo, se ha beneficiado de la concesin de un Proyecto I+D financiado por el Ministerio de Educacin y Ciencia y el FEDER, con referencia SEJ2006-00959/SOCI. Obviamente, la responsabilidad sobre el contenido del texto es enteramente ma. Strategic Interaction Group, Max Planck Institute of Economics (Jena, lemania) e Instituto de Estudios Sociales Avanzados, Consejo Superior de Investigaciones Cientficas (Crdoba, Espaa), Campo santo de los mrtires 7, 14004, Crdoba. E-mail: [email protected]

INTRODUCCIN

No podramos hablar de sociedad sin convenciones sociales. Sin ellas los humanos nos sentiramos perdidos en toda interaccin social, sin saber cmo actuar en cada encuentro con los dems, desbordados por la necesidad de reinventar cada pauta de comportamiento en la sociedad. As, resulta imposible imaginar un contrato de compraventa sin medio de intercambio alguno, como el papel moneda, o una celebracin digamos una boda en la que los participantes no conocieran la indumentaria que han de llevar. Difcil sera emprender cualquier bsqueda en un diccionario o enciclopedia, si no existiese un modo de ordenar los volmenes o si las palabras estuvieran dispersas en lugar de seguir un abecedario. Tan obvia nos resulta la existencia de convenciones sociales, que rara vez caemos en la cuenta de nuestra experiencia cotidiana con ellas1. Asumimos que existen sin preguntarnos acerca de las condiciones de su existencia; sin cuestionarnos, adems, si existen otras alternativas a las mismas. Pero lo cierto es que sera difcil escapar de una convencin sin caer en otra o sin caer en otro marco regulativo que nos ayude a desenvolvernos en nuestra sociedad.

A pesar de este contacto diario con las convenciones sociales, no resulta tan sencillo el hecho de explicarlas desde un punto de vista terico. Como tratar de hacer evidente en este artculo, explicar la emergencia, la evolucin y el ocaso de las convenciones sociales ha sido un objetivo perseguido por un buen nmero de filsofos y

En realidad, normalmente slo nos damos cuenta de que nos hallamos en presencia de una convencin social cuando nuestras creencias o nuestro comportamiento chocan contra sta. La literatura est plagada de ejemplos en este sentido. Por citar slo uno bastante revelador, he elegido el siguiente fragmento de Lolita, la universal obra de Nabokov, en la que el protagonista Humbert Humbert se refiere del siguiente modo a su esposa: Charlotte, que no se daba cuenta de la intrnseca falsedad de las convenciones y normas de conducta a las que se atena (Nabokov, 2002: 105).

cientficos sociales2 sin que, por el momento, dispongamos de una teora que haya cerrado el debate acerca de qu son y por qu existen. En este trabajo pretendo realizar una pequea aportacin a dicha discusin. Intentar mostrar el camino seguido por distintos tericos sociales para desvelar los interrogantes que nunca nos planteamos en nuestra experiencia cotidiana con las convenciones sociales.

Como punto de partida dir que una convencin es un tipo especfico de institucin humana3. En otras palabras, dentro del conjunto ms amplio de las instituciones humanas se encuentra el subconjunto de las convenciones sociales. Si bien esta primera observacin podra ser aceptada por la mayora de tericos sociales, la cuestin de qu caractersticas definen el subconjunto de las convenciones sociales no parece tan clara. A lo largo de este ensayo tendremos la oportunidad de contrastar buena parte de las teoras contemporneas de las convenciones sociales. Sin embargo, antes de esto, y ya que he definido la convencin como un tipo especfico de institucin, parece lgico comenzar la argumentacin con una breve exposicin acerca de qu es una institucin.

En un artculo seminal, Crawford y E. Ostrom (1995: 582) afirman que las instituciones son regularidades duraderas en la accin humana en situaciones estructuradas por reglas, normas y estrategias compartidas, as como por el mundo fsico. Del trabajo de ambas autoras se deduce que en toda institucin pueden ser
Desde clsicos del pensamiento filosfico como David Hume, hasta filsofos analticos de la segunda mitad del siglo XX, como David Lewis, Edna Ullmann-Margalit o Margaret Gilbert; desde clsicos de la teora sociolgica como Ferdinand Tnnies o Max Weber, hasta socilogos contemporneos como los pertenecientes a la escuela francesa de la Economa de las Convenciones; desde clsicos del pensamiento econmico como John Maynard Keynes o Thorstein Veblen, hasta tericos de juegos contemporneos como Ken Binmore o Robert Sugden. 3 En la segunda mitad del siglo pasado asistimos a un renacimiento de propuestas de marcos tericos integrados que pretenden contribuir a resolver la cuestin de la emergencia, la evolucin y el mantenimiento de las instituciones sociales. Ver, entre otros, Schotter (1981), Williamson (1985), North (1990), Hechter, Opp y Wippler (1990), Ostrom (1990) o Knight y Sened (1995).
2

distinguidos, al menos desde un punto de vista analtico, dos componentes: un componente de regularidad duradera y estable en el comportamiento humano y un componente estructurante4, constituyente o normativo que, a modo de prescripcin, ordena dicha regularidad de comportamiento.

Esta consideracin de la doble naturaleza de las instituciones, tan clara en el planteamiento de Elinor Ostrom (Crawford y E. Ostrom, 1995; E. Ostrom, 2005), no puede decirse que haya calado hondo en las propuestas tericas en torno a dicho tema procedentes de las distintas ciencias sociales. Muy al contrario, ante la pregunta acerca de qu es una institucin, diversas corrientes tericas han aportado respuestas diferentes, a veces contrapuestas. Sin embargo, a pesar de ello, y gracias al trabajo de Crawford y E. Ostrom (1995) mencionado anteriormente, es posible agrupar tales propuestas en torno a dos grandes bloques.

El primero de estos bloques es el que considera las instituciones como equilibrios sociales; basado en las propuestas tericas de autores como Menger (1963) o Hayek (1945; 1967) y en elaboraciones ms recientes como las de Riker (1980), Schotter (1981) o Sugden (1986). Este primer grupo de propuestas, cuya influencia sobre la teora econmica de las instituciones ha sido determinante, pone el nfasis en el componente de regularidad de comportamiento presente en toda institucin humana y, de forma muy resumida, entiende sta como una pauta estable de comportamiento en sociedad. El segundo grupo de propuestas es ms heterogneo e incluye a dos subgrupos a los que Crawford y E. Ostrom (1995: 582) han denominado enfoque de las instituciones-como-normas y enfoque de las instituciones-como-reglas. El primero
La nocin de institucin que aqu empleo es bastante similar a la nocin de sistema empleada por Giddens (1979; 1984).
4

de ellos incluye a autores como Lewis (1969), Ullmann-Margalit (1977) o Coleman (1987; 1990a; 1990b), mientras que el segundo puede encontrarse en los trabajos de V. Ostrom (1980; 1987; 1991), Willianson (1985), North (1986; 1990) o E. Ostrom (1986; 1990). A pesar de las diferencias entre estos dos subgrupos, ambas aproximaciones se centran en los constreimientos lingsticos (hablados, escritos o prescripciones o consejos entendidos tcitamente) que influyen de forma conjunta sobre las preferencias y el comportamiento optimizador de los actores (Crawford y E. Ostrom, 1995: 582).

De un modo similar a lo ocurrido con el concepto de institucin social, tambin las propuestas tericas acerca de la nocin de convencin social pueden ser encuadradas en torno a dos grupos de aproximaciones tericas. Un primer grupo, predominante en la teora econmica contempornea, considera las convenciones sociales como regularidades arbitrarias y estables en el comportamiento humano. Debido a la prominencia del componente conductual en este tipo de explicaciones, en lo que sigue denominar a la nocin de convencin resultante convencin de comportamiento. Una segunda aproximacin, anclada en los fundamentos metodolgicos de clsicos de la sociologa como Ferdinand Tnnies (1907) o Max Weber (1964)5, hace hincapi en el componente normativo de las convenciones sociales y, por tanto, me referir a la misma como convencin normativa.

En

este artculo me ocupar de caracterizar ambas propuestas tericas por

separado para, en un ltimo punto antes de las conclusiones, especular sobre la posibilidad de una integracin terica de ambas propuestas.

En realidad, las referencias contemporneas a una nocin normativa de convencin citan predominantemente a Weber, y este a su vez hace referencia a Tnnies como una antecedente de su nocin de convencin social.

LA TEORA ECONMICA Y LAS CONVENCIONES DE COMPORTAMIENTO

Pensemos en el siguiente ejemplo. Cuando tomamos el autobs o el metro, entramos en un teatro o en un cine donde los asientos no estn numerados o intentamos comprar algo en una tienda abarrotada de clientes, generalmente seguimos una pauta de comportamiento en la que la prioridad sobre recursos escasos es asignada segn el orden de llegada. As, por ejemplo, si el autobs dispone de veinte asientos, slo los veinte primeros viajeros que accedan al mismo se sentarn6. Dicha pauta conductual, o convencin de comportamiento en la terminologa que empleo en este trabajo, ha despertado el inters terico de un buen nmero de filsofos analticos y tericos econmicos en las cuatro ltimas dcadas. Sin embargo, la historia de la nocin conductual de convencin es algo ms antigua. La gran mayora de estos autores citan el antecedente de la nocin de convencin propuesta por el filosofo de la ilustracin escocesa David Hume (1978 [1740]; 1975 [1777])7.

Aunque no existe un consenso pleno sobre la definicin econmica de convencin, todos los autores que la manejan estaran de acuerdo en al menos tres de sus caractersticas8: en primer lugar, una convencin es una regularidad de hecho en el comportamiento social; en segundo, una convencin es una regularidad de

Esto ser as siempre que la convencin de comportamiento mencionada no entre en conflicto con otras convenciones alternativas, tales como ceder el asiento a una persona mayor, ceder el asiento a una mujer embarazada, etc. 7 Ver, entre otros, Lewis (1969), Schotter (1981), Sugden (1986; 1989; 1998), Skyrms (1996), Young (1993; 1996; 1998a; 1998b) y Binmore (1998; 2005). 8 No todos los economistas estaran de acuerdo con esta afirmacin y quiz necesite ser aclarada. La afirmacin no tendra ms problemas si slo nos referimos a la corriente principal de la economa contempornea (mainstream economics), fundamentada en los supuestos de la teora de la eleccin racional y la teora de juegos. Sin embargo, Latsis (2004; 2005; 2006) se refiere al precedente en el uso de una nocin de convencin bien distinta por autores como Keynes (1973: captulo 12) o Veblen. El uso que estos clsicos del pensamiento econmico dan al concepto de convencin poco tiene que ver con las tres caractersticas presentadas a continuacin. Para una interpretacin reciente de la nocin de convencin en Keynes, ver Bibow, Lewis y Runde (2005).

comportamiento arbitraria y, en tercero, una convencin es una regularidad de comportamiento estable. A continuacin, expondr brevemente a qu se refieren estos tericos con cada una de estas caractersticas.

Una convencin es una regularidad de hecho en el comportamiento de un determinado grupo debido a que supone la pauta de comportamiento realmente seguida por dicho grupo en una situacin recurrente de interaccin social (Lewis, 1969: 42; Schotter, 1981: 10 y Young, 1996: 105). Por tanto, las convenciones son pautas de comportamiento empricamente observables. Por ejemplo, saludar con un simple buenos das cuando uno llega al trabajo es la convencin establecida en mi centro de trabajo; pero, si me encuentro con un colega fuera del mismo, la convencin es estrechar las manos si el encuentro se produce entre dos hombres y dar dos besos si una de las dos partes es una mujer. En general, todas las regularidades de comportamiento relacionadas con los buenos modales son consideradas

convenciones, ya que suponen la regularidad de comportamiento predominante en una situacin particular de interaccin social. Pero las convenciones no slo estn relacionadas con la educacin y el civismo, sino tambin con muchos otros aspectos sociales y econmicos. Algunos ejemplos recurrentes de convenciones incluyen: adherirse a un determinado modo de vestir, usar una palabra con su significado convencional o multitud de aspectos relacionados con los mercados y la actividad econmica, tales como los diferentes medios de intercambio, los estndares industriales o las reglas de contabilidad. En todos estos casos la convencin supone una prctica habitual.

En segundo lugar, los tericos econmicos asumen que una convencin es arbitraria ya que supone nicamente la puesta en prctica de una de las mltiples regularidades potenciales que podran emerger en una situacin recurrente de interaccin social (Lewis, 1969: 70; Coleman, 1990a: 248; Binmore, 1994: 290). Volvamos al ejemplo del autobs. En distintas sociedades y situaciones histricas hemos podido observar diversas soluciones a un problema aparentemente tan simple como repartir el nmero (escaso) de asientos disponibles en un autobs entre todos los viajeros dispuestos a utilizarlos. As, podemos pensar en las convenciones racistas norteamericanas en la primera mitad del siglo XX o la convencin de ceder el asiento a una mujer en sociedades cargadas de convenciones de gnero. Sin embargo, a la hora de evaluar esta segunda caracterstica, planteo una salvedad al modo como la entienden los economistas. Aunque stos en no pocas ocasiones afirman que las convenciones son completamente arbitrarias (ver, por ejemplo, Binmore, 1994: 290), creo que es ms correcto sustituir esta idea de una completa arbitrariedad por lo que denomino rango limitado de arbitrariedad e indeterminacin. De este modo, dir que las convenciones tienen un rango limitado de arbitrariedad en tanto que, aunque generalmente somos capaces de pensar en regularidades sociales alternativas a la convencin establecida, stas no son ilimitadas. Pensemos por ejemplo en las convenciones que regulan el saludo en distintas sociedades. Este rango limitado de arbitrariedad hace que el resultado del problema de interaccin social en el que emergen las convenciones sea indeterminado, es decir que no pueda ser deducido directamente de la estructura interna del propio problema.

Por ltimo, los tericos econmicos asumen que una convencin es una regularidad estable de comportamiento. Aunque la mayora de los tericos mencionados

anteriormente estn de acuerdo con este enunciado, no todos lo estn en el significado preciso de este criterio de estabilidad. As, mientras autores como Lewis (1969) justifican la estabilidad de las convenciones a travs de la reconstruccin del proceso de razonamiento de aquellos implicados en la situacin de interaccin social en la que una convencin particular emerge9, otros, como Sugden (1986; 1989), basan su explicacin en el desarrollo de disposiciones de comportamiento a travs de un proceso adaptativo, que tarde o temprano conduce a los individuos a coordinarse en una convencin concreta. Esta ltima interpretacin ha llevado a un buen nmero de tericos econmicos a definir una convencin como una combinacin de estrategias evolutivamente estables. As, desviarse de la convencin por ejemplo circular por la derecha en el Reino Unido supone siempre un comportamiento subptimo y la propia dinmica de la interaccin social forzar a los individuos a conformarse con la convencin10.

A partir de la aplicacin de las tres caractersticas contenidas en la definicin econmica de convencin social regularidad de hecho, rango limitado de arbitrariedad e indeterminacin y estabilidad se pueden definir las condiciones mnimas para que una convencin se mantenga (sea estable). Sin embargo, poco se puede decir acerca de qu convencin entre aquellas convenciones potenciales que se ajustan a la definicin propuesta acabar siendo la convencin establecida. Esto remite al problema de por qu los sujetos se conforman con una convencin y no con otra. Y

Este tipo de argumentacin enfatiza la idea de que las convenciones se refuerzan a s mismas (selfenforcing character). Para una discusin reciente en torno a dicho argumento, ver Cubitt y Sugden (2003). 10 Young (1996) argumenta cmo la convencin que implica conducir por la derecha en el Reino Unido emergi de forma ms o menos espontnea en este pas en el siglo XVIII. Francia y Suecia, por el contrario, suponen claros ejemplos del establecimiento de la norma que prescribe conducir por la izquierda a partir de un decreto y no de formal convencional. Sobre la diferencia entre decreto y convencin, ver Ullmann-Margalit (1977: cap. III).

sta es la preocupacin central de la aproximacin sociolgica a la nocin de convencin social que presentar en el siguiente apartado.

LA TEORA SOCIOLGICA Y LAS CONVENCIONES NORMATIVAS

En el ao 1989, dos dcadas despus de la publicacin de la influyente obra de Lewis (1969) precursora de la nocin de convencin manejada por los tericos econmicos, se produjeron dos hechos importantes en el desarrollo de la historia moderna del concepto de convencin social. Por una parte, la filsofa Margaret Gilbert public su libro On Social Facts, cuyo captulo sexto est dedicado a realizar una crtica de la propuesta de Lewis, en primer lugar, y a la reconstruccin de una nocin de convencin social anclada en los fundamentos metodolgicos de la sociologa de Max Weber, en segundo. La referencia al concepto de convencin en Weber se hace explcita en la primera pgina de este captulo sexto (Gilbert, 1989: 315)11. Por otra parte, en este mismo ao, un grupo de socilogos y economistas franceses, conocidos posteriormente como la Escuela Francesa de la Economa de las Convenciones, publicaron un nmero monogrfico de la Revue Economique sobre Economa de las Convenciones. En ste se puede encontrar una introduccin de carcter programtico escrita por algunos de los autores ms destacados de esta escuela, tales como: Jean-Pierre Dupuy, Franois Eymard-Duvernay, Oliver Favereau, Andr Orlan, Robert Salais y Laurent Thvenot (Dupuy et al, 1989)12. Este grupo de pensadores franceses comparten con Gilbert la

Gilbert tambin hace referencia a la nocin de convencin en Weber en artculos anteriores a On Social Facts (ver, por ejemplo, Gilbert, 1983: 242). 12 Aunque los argumentos defendidos por diferentes autores dentro de esta corriente son variados, tres compilaciones publicadas recientemente pueden dar una imagen bastante completa de lo que esta escuela de pensamiento supone. Se trata de Batifoulier (2001), Favereau y Lazega (2002) y Orlan (2004).

11

10

crtica de la nocin conductual de convencin desarrollada por Lewis y la propuesta de un concepto de convencin social ms cercano al ya desarrollado por Weber (1964)13.

Como en tantos otros ejemplos, las propuestas sociolgicas que pueden situarse bajo la etiqueta de convencin normativa resultan bastante ms heterogneas que la nocin econmica de convencin de comportamiento. Para reconstruir el tipo ideal de la nocin sociolgica de convencin, seguir principalmente la propuesta de Gilbert (1989), complementndola con la propuesta original de Weber y con otras aportaciones que se irn apuntando ms adelante.

A partir de la nocin de convencin social definida por Gilbert (1989), una convencin normativa es, en primer lugar, un principio de accin aceptado de forma conjunta, un fiat de grupo con respecto a cmo uno tiene que actuar en determinadas situaciones (Gilbert, 1989: 377). La aceptacin de este principio, o fiat, es tcita en tanto que ste no necesita ser explcito para que sea seguido por una poblacin concreta. Adems, el principio es aceptado de forma conjunta del modo que queda expresado en la siguiente oracin: nosotros aceptamos el principio P, en tanto que yo soy uno de nosotros, yo acepto el principio P. Un ejemplo de convencin conocido por todos puede servir para ilustrar este argumento. Al referirnos a la convencin existente en Espaa de vestir de negro en un funeral, sta podra ser formulada del siguiente modo: dondequiera que un espaol se encuentre en un funeral vestir de negro. En tanto que yo vivo en Espaa, dicho principio sera mi principio en la situacin referida.

La referencia explcita al concepto weberiano de convencin no se reduce a estos autores. Por ejemplo, en un artculo reciente, Biggart y Beamish (2003) realizan un repaso a la nocin sociolgica de convencin en el que tambin enlazan sta con la propuesta de Weber.

13

11

En segundo lugar, la fuente de obligatoriedad del principio en cuestin radica en la existencia de mecanismos de aprobacin de los comportamientos que se ajustan al principio y de mecanismos de desaprobacin de los comportamientos contrarios a ste. Siguiendo en este punto al propio Weber (1964), estos mecanismos pueden ir desde una mirada sutil de desaprobacin hasta el boicot declarado (la condena al ostracismo social) por parte de los miembros del grupo. Uno puede obtener una prueba experimental de esta segunda caracterstica vistiendo de rojo en el prximo funeral al que asista14.

En tercer lugar, para Gilbert (1989: 367), aunque no son lo mismo, existe una analoga llamativa entre el deber de una convencin social [] y el deber de un acuerdo explcito. En ambos casos, uno no puede decidir individualmente que un acuerdo o una convencin dejan de tener validez, ni puede establecer unilateralmente un nuevo acuerdo o convencin. En este sentido, ambos conceptos tienen un carcter colectivo. Por ejemplo, aunque considere que vestir formalmente no es necesario para llevar a cabo mi trabajo diario, yo no puedo establecer por m mismo que la convencin que prescribe vestir formalmente deja de existir en mi centro de trabajo.

Por ltimo, aunque una convencin puede basarse en razones morales, el carcter normativo de las convenciones no tiene por qu coincidir desde un punto de vista lgico con el carcter normativo de las normas morales (Weber, 1964). As, mientras las normas morales distinguen entre buenas y malas acciones, las
Es preciso aclarar que Gilbert (1989) no incorpora esta segunda caracterstica a su definicin de convencin social. Para la filsofa analtica norteamericana, la normatividad intrnseca presente en todo principio como argumentar ms adelante es suficiente. Sin embargo, paree obvio que si un principio, por el mero hecho de existir, genera normatividad, los participantes en el mismo se sentirn obligados a recriminar a aquellos que se desvan del mismo su comportamiento. Y dado que esta es la base de la nocin weberiana de convencin, he considerado pertinente incluir esta segunda caracterstica en la caracterizacin de la nocin sociolgica de convencin.
14

12

convenciones normativas proporcionan una base para el juicio acerca de lo apropiados que son los actos propios y ajenos (Biggart y Beamish, 2003: 444). Dado que he definido una convencin normativa como un principio general de accin, la normatividad contenida en sta puede ser explicada del mismo modo que Gilbert lo hace para los principios: en buena lgica, si esto o lo otro es tu principio, entonces, desde tu propio punto de vista, tienes una razn para conformarte (Gilbert, 1989: 374). Y dicha conformidad es independiente de posibles argumentos morales. Pensemos en la convencin ya referida de vestir de negro en un funeral. Para que definiramos dicho principio como un principio moral deberamos poder decir algo acerca de la razn ltima que cada individuo tiene para seguir dicho principio. Sin embargo, a poco que indaguemos sobre la multiplicidad de motivaciones individuales que pueden conducir a dicho comportamiento social nos damos cuenta que vestir de negro en un funeral no est obligatoriamente ligado a un valor intrnseco (value)15. Por ejemplo, uno puede seguir la convencin vestir de negro en un funeral tanto si considera que dicha convencin es buena intrnsecamente, como si piensa todo lo contrario. En el primero de los casos tiene una motivacin intrnseca para seguir la convencin; en el segundo, puede seguirla simplemente por imitacin, anticipando la desaprobacin de las personas que le rodean o por cualquier otro motivo.

Las cuatro caractersticas presentadas establecen una base para explorar el carcter normativo de las convenciones sociales y, como argumentar en el siguiente apartado, suponen un complemento necesario para la nocin econmica de convencin.

15

Utilizo aqu el trmino valor intrnseco (value) en el sentido empleado tradicionalmente por la sociologa, es decir como una creencia compartida de lo que es considerado bueno/deseable o malo/indeseable en el seno de una sociedad determinada.

13

UNA DEFINICIN INTEGRADA DE CONVENCIN SOCIAL

Tanto Weber (1964: 264), como ms recientemente Kliemt (1986: 169), han puesto de manifiesto el peligro de confundir las regularidades de hecho que observamos en la conducta humana con el conjunto de principios que contribuyen a la regulacin normativa de dicha conducta. En otras palabras, no podemos olvidar el carcter bifronte de las convenciones sociales16. Por ello, cualquier definicin del concepto de convencin social debera responder al menos a las dos preguntas siguientes: (1) Qu caractersticas definen el tipo de regularidad de hecho al que denominamos convencin social? (2) Por qu los sujetos individuales ajustan su comportamiento a dicha regularidad? Si la definicin presentada a continuacin responde satisfactoriamente a ambas preguntas, se puede afirmar con cautela que disponemos de una definicin provisional que da cuenta de lo que intuitivamente denominamos convencin social. Sin ms, defino convencin social como:

Una regularidad R empricamente observable en el comportamiento humano que cumple las siguientes caractersticas: (1) se trata de una regularidad R arbitraria e indeterminada, en tanto que podra ser identificada una regularidad alternativa R que respondiera de igual forma a la demanda originada por la estructura de la situacin de interaccin social a partir de la cual ha surgido R; (2) se trata de una regularidad estable, cuya estabilidad puede deberse a dos motivos: bien los individuos no tienen incentivos para desviarse de la misma (problemas puros de coordinacin en los que existe una coincidencia plena de intereses entre los participantes) o bien cualquier desviacin de la convencin est penalizada por la desaprobacin de aquellos que participan en ella, ya que para stos dicha desviacin no supone slo comportarse de forma diferente a la regularidad R, sino que supone desviarse de un principio normativo. Ambos motivos no son excluyentes17.

16

Recordar la definicin de institucin social de E. Ostrom y Crawford (1995) presentada en la introduccin de este trabajo. 17 Ntese que en esta definicin he empleado slo una de las estrategias posibles para captar el carcter dual de las convenciones sociales. En concreto, siguiendo la nocin de principio en Gilbert (1989), he

14

Aunque analticamente resulte necesario separarlos, hay que decir que regularidad y principio no son entidades independientes sino que forman parte de la misma nocin de convencin18.

Tras hacer explcita mi definicin de convencin social, es preciso preguntarse si sta es capaz de responder a las dos preguntas lanzadas ms arriba la primera acerca de las caractersticas que definen el tipo de regularidad de hecho al que denominamos convencin social y la segunda acerca de las razones que llevan a los sujetos a ajustar su comportamiento a dicha regularidad. La respuesta sera un s, al menos un s provisional. En primer lugar, a travs de las caractersticas de arbitrariedad y estabilidad podemos distinguir las convenciones sociales de otras regularidades empricamente observables en el comportamiento humano. Siguiendo de nuevo a Weber, las convenciones no pueden ser clasificadas como costumbres, ya que en estas ltimas falta la aprobacin y desaprobacin del resto. Las convenciones son distintas a lo que denominamos moda, en tanto que esta ltima es efmera por definicin y no estable como las convenciones. Las convenciones pueden coincidir con las situaciones de intereses, aunque slo en un escenario de condiciones muy concreto: cuando nos hallamos ante problemas puros de coordinacin (coincidencia de intereses)19. Por tanto,

incluido en la definicin esta idea de principio como una motivacin individual distinta a la maximizacin del propio inters propia de las explicaciones econmicas. 18 Esta doble naturaleza de las convenciones ha sido puesta de manifiesto, empleando trminos distintos, por otros autores, especialmente algunos de los integrantes de la Escuela Francesa de la Economa de las Convenciones. Por ejemplo, Favereau (1986) habla de Convencin1 para referirse a un tipo de representacin social o colectiva, y de Convencin2 para referirse a una pauta de comportamiento interindividual; Batifoulier (2001) distingue entre modos convencionales de evaluacin, para referirse a convenciones de pensamiento, y reglas convencionales, para referirse a convenciones de comportamiento; Orlan (1999) utiliza la nocin de convencin de interpretacin para referirse al componente evaluativo o normativo de las convenciones. 19 A las diferencias existentes entre la nocin de convencin social con otras regularidades de comportamiento habra que aadir la diferencia de la misma con otro tipo de instituciones humanas, como la diferencia con las normas morales a la que me he referido con anterioridad o la diferencia con las

15

estoy en condiciones de afirmar que he respondido satisfactoriamente a la primera de las preguntas planteadas. En cuanto a la segunda pregunta, relativa al carcter normativo de la convencin, he identificado dos mecanismos que actan como explicaciones plausibles del porqu de la aceptacin de las convenciones. El mecanismo ms general seala la normatividad intrnseca a todo principio como principal estmulo de la conformidad con la convencin. Una principio que no slo proporciona una motivacin (normativa) individual como seala Gilbert (1989), sino que posibilita la labor de control de las acciones individuales por parte de los miembros de la poblacin objeto del principio como ya sealara Weber (1964) y, ms recientemente, Biggart y Beamish (2003). En situaciones muy concretas problemas puros de coordinacin la funcin cognitiva de las convenciones sociales es suficiente20.

Como ltima defensa de la definicin dual de convencin social propuesta, presentar la siguiente tabla (tabla 1), en la que se puede observar cmo el mayor o menor peso de las caractersticas de regularidad y de principio en la convencin nos permite derivar una tipologa de convenciones sociales cuyo poder explicativo es mayor del que se derivara de una definicin unidimensional de la nocin de convencin social.

normas legales. En contraste con estas ltimas, en las convenciones falta el cuadro especializado de personas encargadas de hacer cumplir las leyes (Weber, 1964). 20 Por funcin cognitiva me refiero a cmo las convenciones sociales, en situaciones de coincidencia de intereses, suponen un mecanismo de coordinacin de las expectativas individuales. Por ejemplo, en Espaa yo conduzco por la derecha (accin), espero que el resto conduzca por la derecha (expectativa de primer orden) y espero que el resto espere que todo el mundo conduzca por la derecha (expectativa de segundo orden). Para una aproximacin formal a esta funcin cognitiva, ver Sacconi y Moretti (2002).

16

Tabla 1: Tipologa de convenciones Principio difuso Regularidad muy extendida Regularidad poco extendida Convenciones emergentes Convenciones difusas Principio bien definido Convenciones establecidas Convenciones decadentes

As, denomino convenciones emergentes a aquellas que responden a situaciones donde se empieza a extender una regularidad de comportamiento en el seno de una poblacin aunque todava no est claro el principio normativo, es decir, no est clara cul es la conducta prescrita en una situacin recurrente de interaccin social. Podemos encontrar multitud de ejemplos cotidianos en situaciones novedosas, como los nuevos usos del lenguaje en el mbito de las nuevas tecnologas (mensajes SMS, correos electrnicos, chats, etc.).

Las convenciones establecidas son aquellas en las que podemos identificar el principio que gua la accin de forma precisa y donde la regularidad de comportamiento definida por tal principio est suficientemente extendida. Una caracterstica interesante de las convenciones establecidas es que, a menudo, las personas tienden a olvidar el carcter arbitrario de las mismas y las ven como totalmente necesarias. Con respecto a la convencin que prescribe conducir por la izquierda en el Reino Unido, Binmore (1994: 290) afirma que algunos creen que conducir por la derecha ms que arbitrario es perverso. Los britnicos, por ejemplo, dicen que es razonable conducir por la izquierda porque los diestros pueden mantener la mano y el brazo que dominan ms en el volante mientras usan la zurda para cambiar de marcha.

17

Las convenciones difusas representan normalmente situaciones de transicin donde ni est claro el principio predominante en un momento determinado, ni se observa una regularidad que se impone sobre el resto. Por ejemplo, un colega ingls me sealaba que, una vez que la convencin que supone estrechar la mano de modo formal ha cado en desuso entre los jvenes britnicos, y no habindose incorporado una prctica distinta, stos no saben muy bien qu frmula emplear al saludar a otra persona. Un caso parecido ocurre cuando el encuentro se produce entre dos personas de nacionalidad distinta, donde existen principios que prescriben comportamientos distintos en lo que al saludo se refiere. Un tercer ejemplo de convencin difusa lo encontramos en sociedades multilinges en las que cualquier conversacin comienza con un problema de coordinacin previo para determinar qu idioma va a ser empleado en la misma21.

Por ltimo, las convenciones decadentes responden a situaciones donde, aunque est bien definido el principio que gua la conducta, dicha prctica est en claro proceso de transformacin o desaparicin. En pases como Espaa ste es el caso de las convenciones que implican comportamientos diferenciados por gnero, tales como la convencin que prescribe servir primero a las mujeres en la mesa, ceder el paso a una mujer al atravesar una puerta, etc.

CONCLUSIONES

Este trabajo comenzaba poniendo de relieve una llamativa laguna en la investigacin social contempornea: aunque es imposible concebir una sociedad sin convenciones, las
21

Un caso extremo de los problemas de coordinacin presentes en una sociedad multilinge lo encontramos en Sudfrica donde en la actualidad conviven once lenguas oficiales.

18

distintas ciencias sociales han sido incapaces de ponerse de acuerdo sobre las caractersticas que definen a stas, as como los mecanismos que posibilitan su existencia. En este sentido, el objetivo principal de este artculo ha sido establecer una definicin provisional del concepto de convencin social que pueda servir como base para investigaciones tericas y empricas posteriores. En el proceso de construccin de tal definicin he planteado otras cuestiones, tales como la diferencia entre la nocin de convencin empleada por los tericos econmicos y aquella manejada por los socilogos; la diferencia entre la nocin de convencin y otros conceptos, como los de costumbre, moda, situacin de intereses, norma moral o norma moral; o el establecimiento de una tipologa de convenciones en relacin con la mayor o menor presencia de los componentes de la definicin de convencin propuesta.

La principal conclusin alcanzada ha sido constatar que una definicin analtica de convencin social requiere de una naturaleza dual, un carcter bifronte. Tal como han sealado otros autores para el caso de las instituciones (Kliemt, 1986; Crawford y E. Ostrom, 1995; E. Ostrom, 2005), las convenciones son, al mismo tiempo, tanto regularidades estables en el comportamiento social como principios normativos que guan dicho comportamiento. Cualquier aproximacin al estudio de las convenciones sociales no debera olvidar esta dualidad, si no quiere acabar presentando una imagen excesivamente simplista de uno de los conceptos ms complejos que podemos encontrar en el seno de las ciencias sociales.

19

REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS BATIFOULIER, P. (2001), Thorie des conventions, Pars, Economica. BIBOW, J., P. LEWIS y J. RUNDE (2005), Uncertainty, Conventional Behavior, and Economic Sociology, American Journal of Economics and Sociology, Vol. 64 (2), pp. 507-532. BIGGART, N. W. y. T. D. BEAMISH (2003), The Economic Sociology of Conventions: Habit, Custom, Practice, and Routine in Market Order, Annual Review of Sociology, Vol. 29, pp. 443-464. BINMORE, K. (1994), Teora de juegos, Madrid, McGraw Hill. (1998), Just Playing. Game Theory and the Social Contract, The MIT Press. (2005), Natural Justice, Oxford, Oxford University Press. COLEMAN, J. S. (1987), Norms as Social Capital, en G. Radnitzky y P. Bernholz (eds.), Economic Imperialism, Nueva York, Paragon. (1990a), Foundations of Social Theory, Cambridge (MA), Harvard University Press. (1990b), On the Emergence of Norms, en M. Hechter, K. D. Opp y R. Wippler (eds.), Social Institutions: Their Emergence, Maintenance and Effects, Berlin, Walter de Gruyter. CRAWFORD y OSTROM (1995), A Grammar of Institutions, American Political Science Review, Vol. 89 (3), pp. 582-600. CUBITT, R. P. y. R. SUGDEN (2003), Common Knowledge, Salience and Convention: A Reconstruction of David Lewis' Game Theory, Economics and Philosophy, Vol. 19, pp. 175-210.

20

DUPUY, J. P., F. EYMARD-DUVERNAY, O. FAVEREAU, A. ORLAN, R. SALAIS y L. THVENOT (1989), Introduction, Revue Economique, Vol. 2, pp. 141-145. FAVEREAU, E. (1986), "La formalisation du rle des conventions dans l'allocation des ressources", R. Salais y. L. Thvenot (eds.), Le Travail Marchs, rgles, conventions, Paris, Economica. FAVEREAU, O. y E. LAZEGA (2002), Conventions and Structures in Economic Organization, Cheltenham, Edward Elgar. GIDDENS, A. (1979), Central Problems in Social Theory, Berkeley, University of California Press. (1984), The Constitution of Society: Outline of the Theory of Structuration, Berkeley, University of California Press. GILBERT, M. (1983), Notes on the Concept of Social Convention, New Literary History, Vol. 14 (2), pp. 225-251. (1989), On Social Facts, Londres, Routledge. HAYEK, F. A. von (1945), The Use of Knowledge in Society, American Economic Review, Vol. 35, pp. 519-530. (1967), Notes on the Evolution of Rules of Conduct, en F. A. von Hayek, Studies in Philosophy, Politics, and Economics, Chicago, University of Chicago Press. HUME, D. (1975 [1777]), An Enquiry concerning the Principles of Morals, Oxford, Oxford University Press. (1978 [1740]), A Treatise on Human Nature, Oxford, Oxford University Press.

21

KEYNES, J. M. (1973), The General Theory of Employment, Interest and Money, en J. Keynes, The Collected Writings of John Maynard Keynes (Vol. VI), Londres, Macmillan. KLIEMT, H. (1986), Las instituciones morales, Barcelona, Editorial Alfa. LATSIS, J. S. (2004), Theories and the Arbitrary Economy, Universidad de Cambridge. (2005), Is there redemption for conventions?, Cambridge Journal of Economics, Vol. 29, pp. 709-727. (2006), Convention and Intersubjetivity: New Developments in French Economics, Journal for the Theory of Social Behavior, vol. 36 (3), pp. 255-277. LEWIS, D. (1969), Conventions. A Philosophical Study, Oxford, Basil Blackwell. MENGER, K. (1963), Problems in Economic and Sociology, Urbana, University of Illinois Press. MILLER, L. M. (2006), Coordinacin y convenciones: Una aproximacin desde la teora de juegos, en prensa. (2007), Coordinacin y convencin: Un estudio terico y experimental de la nocin de convencin social, tesis indita, Universidad Complutense de Madrid. (2007), Coordinacin y accin colectiva, Revista Internacional de Sociologa, n 46. NABOKOV, V. (2002 [1955]), Lolita, Barcelona, Anagrama. NORTH, D. (1990), Institutions, Institutional Change, and Economic Performance, Nueva York, Cambridge University Press. ORLAN, A. (1999), Le pouvoir de la finance, Paris, Odile Jacob. 22

(2004),

Analyse

conomique de France.

des

conventions,

Pars,

Quadrige/Presses

Universitaires

OSTROM, E. (1986), An Agenda for the Study of Institutions, Public Choice, Vol. 48, pp. 3-25. (1990), Governing the Commons : The Evolution of Institutions for Collective Action, Nueva York, Cambridge University Press. (2005), Understanding Institutional Diversity, Princeton, Princeton University Press. OSTROM, V. (1980), Artisanship and Artifact, Public Administration Review, Vol. 40, pp. 309-317. (1986), A fallabilists Approach to Norms and Criteria of Choice, en F. K. Kaufmann, G. Majone y V. Ostrom (eds.), Guidance, Control, and Evaluation in the Public Sector, Berlin, Gruyter. (1991), The Meaning of American Federalism: Constituting a Self-Governing Society, San Francisco, Institute for Contemporary Studies Press. RIKER, W. (1980), Implications from the Disequilibrium of Majority Rule for the Study of Institutions, American Political Science Review, Vol. 74, pp. 432-446. SACCONI, L. y. S. MORETTI (2002), Fuzzy norms, default reasoning and equilibrium selection in games under unforeseen contingencies and incomplete knowledge", LIUC Papers, pubblicazione periodica dell'Universit "Carlo Cattaneo". SCHOTTER, A. (1981), The Economic Theory of Social Institutions, Cambridge, Cambridge University Press.

23

SKYRMS, B. (1996), Evolution and the Social Contract, Cambridge, Cambridge University Press. SUGDEN, R. (1986), The Economics of Rights, Co-operation and Welfare, Oxford, Basil Blackwell. (1989), Spontaneous Order, Journal of Economic Perspectives, Vol. 3 (4), pp. 8597. (1998), Conventions, P. Newman, The New Palgrave Dictionary of Economics and the Law, Albany, Macmillan. TNNIES (1909), Die Sitte, Frankfurt am Main, Rtten & Loening. ULLMANN-MARGALIT, E. (1977), The Emergence of Norms, Oxford, Oxford University Press. VAN LANGE, P., W. LIEBRAND, D. MESSICK y H. WILKE (1992), Introduction and Literature Review, en D. Messick, H. Wilke y W. Liebrand, Social Dilemmas. Theoretical Issues and Research Findings, Oxford, Pergamon Press. WEBER, M. (1964 [1922]), Economa y sociedad, Madrid, Fondo de Cultura Econmica. WILLIANSON, O. E. (1985), The Economic Institutions of Capitalism: Firms, Markets, Relational Contracting, Nueva York, Free Press. YOUNG, H. P. (1993), The Evolution of Conventions, Econometrica, Vol. 61, pp. 57-84. (1996), "The Economics of Convention", Journal of Economic Perspectives, Vol. 10 (2), pp. 105-122.

24

(1998a), Individual Strategy and the Social Structure: An Evolutionary Theory of Institutions, Princeton, Princeton University Press. (1998b), Social Norms and Economic Welfare, European Economic Review, Vol. 42, pp. 821-830.

25

También podría gustarte