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METEORITOS Y METEOROS EN COSTA RICA (VERDADEROS, POSIBLES Y FALSOS) Gerardo J. Soto Consultor, Apdo. 360-2350 San Francisco de Dos Ros, Costa Rica correo-e: [email protected] (Recibido 12/1/05; Aceptado 14/2/05)
ABSTRACT: Geological, documentary (since 1799) and anecdotal (second half of the 20th century) information on meteorites and meteors in Costa Rica has been compiled. There is only one case of sighting and recovering a meteorite, in Heredia on April 1st, 1857, from which a fragment (2.9 g) is preserved in Costa Rica. It is an H5 chondrite with olivine, bronzite and metallic minerals, probably originated in the asteroid 6 Hebe. Two more meteorites would have landed in 1912 and 1962 or 63, though we lack of the rock proof. There are also three documented cases of fireballs, two false fireballs (cases of anthropogenic bodies), four doubtful cases (possible anthropogenic bodies), and two supposed impact craters that resulted not to be true. According to world extrapolations, probabilities that a meteorite weighting >1 kg falls in Costa Rica, are 0.44/year, despite it would be expectable to recover a meteorite in Costa Rica every 1200 years of history. The legal deficiencies about the property of meteorite falls and insurance against meteorites are discussed. Keywords: Costa Rican meteorites, meteors, Heredia chondrite, meteorite fall probabilities, property, insurance. RESUMEN: Se ha recabado informacin geolgica, documental (desde 1799) y anecdtica (segunda mitad del siglo XX) sobre meteoritos y meteoros en Costa Rica. Un nico caso de avistamiento y recuperacin de un meteorito se dio en Heredia el 1 de abril de 1857, del cual se conserva un fragmento de 2,9 g en Costa Rica. Se trata de un condrito H5 con olivino, broncita y minerales metlicos, probablemente originado en el asteroide 6 Hebe. Dos meteoritos ms habran cado en 1912 y 1962 63, pero se carece de las pruebas rocosas. Hay tres casos documentados de bolas de fuego, dos falsas bolas de fuego (casos de cuerpos antropognicos), cuatro casos incgnitos (posibles cuerpos antropognicos), y dos supuestos crteres de impacto que resultaron no serlo. Con base en extrapolaciones mundiales, las probabilidades de que caiga un meteorito en Costa Rica, con un peso de al menos 1 kg son de 0,44/ao, aunque sera esperable recuperar un meteorito cada 1200 aos de historia. Se discuten las lagunas legales que existen sobre la propiedad de meteoritos cados y seguros contra meteoritos. Palabras clave: Meteoritos de Costa Rica, meteoros, condrito Heredia, probabilidades de cada meteortica, propiedad, seguros.
INTRODUCCIN A pesar de que el estudio cientfico de los meteoritos data desde el trabajo pionero de Ernst Chladni en 1794, hasta hace unas cuatro dcadas, los meteoritos eran un grupo de rarezas estudiadas por unos cuantos cientficos cuasiesotricos, con tal de conocer de una manera directa, la ms asequible, la composicin de los planetas del Sistema Solar. Aparecieron luego, trabajos autnticamente seminales (verbigracia Mason, 1962), que marcaron un hito, tanto por su exposicin para los especialistas, como para los legos. En 1963 vieron la luz varias publicaciones cientficas que trataban sobre el famoso Crter del Meteoro, en Arizona, y sobre las estructuras circulares, que discutan si eran volcnicas o el producto de impactos de meteoritos (un completo recuento histrico se encuentra en French, 1990). Tambin, algn tiempo atrs se pens que los crteres de la Luna y de los otros planetas terrestres eran de origen volcnico, hasta que se tuvo la certeza de su origen por impactos meteorticos, a lo cual cooper, con mucho, el muestrario de rocas lunares tradas por las misiones Apolo. La gran revolucin en el estudio de los meteoritos la caus, al inicio de los aos ochenta, la hiptesis de Alvarez et al. (1980), de que la gran extincin masiva a finales del Cretcico, hace 65 Ma, fue causada por un gran impacto de un meteorito que lanz billones de toneladas de polvo terrestre y extraterrestre hacia la atmsfera y caus un invierno letal, incluso para los dinosaurios. Diez aos despus, se supo que el lugar ms probable de ese impacto fue en la actual costa de Yucatn, cerca del poblado de Chicxulub, causado por un meteorito que ha de haber tenido unos 10 km de dimetro (Hildebrand et al., 1991). Sin embargo, estas cattrofes son escasas. Son ms comunes los visitantes ptreos de tamao ms moderado, de apenas unos metros o decmetros. Caen de vez en cuando, y muchos de ellos no llegan a tocar la superficie terrestre, sino que se consumen en su ingreso a la atmsfera. En este ensayo se repasan algunos casos conocidos de meteoros, bolas de fuego, meteoritos, impactos, falsos meteoritos e incgnitas, documentados histrica y anecdticamente en
Costa Rica. No es absolutamente exhaustivo, por lo que queda pendiente la tarea de ampliar el listado aqu mostrado.
Meteoroides, meteoros y meteoritos: cuerpos extraterrestres Vagando a travs del Sistema Solar en rbitas elpticas, estn los meteoroides, con tamaos que oscilan entre unos 10 km a menos de un mm, productos de colisiones entre asteroides o cometas desintegrados. Cuando se aproximan a la Tierra y son atrados por su fuerza gravitacional, entran a la atmsfera, donde la friccin los calienta hasta la incandescencia, y se les llama meteoros (conocidos como estrellas fugaces). A los ms brillantes, que dejan una estela en el cielo, se les llama bolas de fuego, y son los que alcanzan tamaos ms grandes que un guijarro. Mientras los meteoroides pasan por la atmsfera, se vaporizan, funden y fragmentan, y si no son consumidos totalmente en su ingreso al planeta, llegan a la superficie: estos son los meteoritos. Algunos, como el mencionado de Chicxulub, son enormes moles, capaces de causar una gran catstrofe. Solo los ms grandes y compactos meteoroides tocan la superficie como meteoritos a gran velocidad. Muchos otros son microscpicos -micrometeoritos-, que descienden a baja velocidad por el roce con el aire, para depositarse finalmente en tierra o en el fondo ocenico. Hay tres clases de meteoritos: los frreos, compuestos principalmente de hierro y nquel, muy densos; los ptreos, los ms abundantes, compuestos de silicatos densos de hierro y magnesio, y los frro-ptreos, intermedios entre los anteriores. Los asteroides parentales de los meteoritos se formaron como cuerpos kilomtricos con ncleo metlico y el resto silictico, que formaron protoplanetas errantes al principio del Sistema Solar, y permanecen, aunque fragmentados. Tales cuerpos nos han dado la edad del Sistema: se enfriaron hace 4560 millones de aos (detalladas dataciones radiomtricas en Hutchison, 1992, y sobre los cuerpos parentales,
en McSween, 1999). Debido a que los meteoritos contienen materiales del Sistema Solar primigenio, son fuente importante de informacin sobre el origen y evolucin de la materia csmica. Su singularidad radica en que son cuerpos extraterrestres, la mayora son los ms viejos y primitivos del Sistema, y algunos provienen de la Luna y Marte. Algunos de ellos adems, han sido tocados por polvo estelar proveniente de otras estrellas o sistemas solares. Puesto que los mares son tres cuartas partes de la superficie terrestre, y si de la superficie continental sustraemos los desiertos fros y calientes, es evidente el porqu los meteoritos avistados y recuperados al ao en el mundo, son contables con los dedos de una mano. No es fcil encontrar meteoritos. Como ejemplo China, un pas de 107 km2 y larga historia documentada (~4000 aos), tiene uno de los registros de meteoritos ms documentados: cerca de 700. El ms antiguo relato de una cada meteortica, en el ao 645 a.C. proviene de China, as como la documentacin del uso de un meteorito frrico en una hoja de un arma del siglo XIII a.C. (Lin et al., 1995). Si extrapolamos la extensin, la historia y la cantidad de meteoritos hallados en China, y la comparamos con Costa Rica, se infiere que se podra recuperar un meteorito en Costa Rica cada 1200 aos de historia. De hecho, en Amrica Central slo hay tres meteoritos documentados como vistos caer y recuperados (Graham et al., 1985): el llamado Rosario, encontrado en 1896 en Honduras, un meteorito frrico (octaedrito con grandes bandas de Widmannsttten) del cual existen muestras en Nueva York (2 kg), en el Museo Britnico (118 g) y en el Museo de Pars (200 g); el Chinautla, recuperado en 1902 en Guatemala, que tambin es frrico (un octaedrito medio con una masa de 5,7 kg), de los cuales, 1200 g estn en el Museo Britnico y 133 g en Pars, y el tercero es el meteorito Heredia, cado en Costa Rica, del que se dan detalles en este trabajo. Por otra parte, una vistosa bola de fuego se vio a lo largo de gran parte de Nicaragua el 26 de abril de 1997, errneamente reportada como un meteorito, pues no hubo recuperacin de cuerpo (detalles se pueden encontrar en Strauch, 1997).
POSIBLES METEORITOS DEL PASADO EN COSTA RICA En los ltimos miles de aos, es seguro que hayan cado meteoritos en el territorio costarricense. El problema es encontrarlos o identificarlos. En la Luna sin atmsfera, o en Antrtida cubierta de nieve, seca y fra, los meteoritos se conservan inalterados, prstinos, y son fciles de divisar. En cambio, con la abundante vegetacin en sitios tropicales, las posibilidades de distinguir meteoritos en el terreno, son bajas. Adems, la humedad ambiental y del suelo, degradan aceleradamente los meteoritos, por sus componentes metlicos y silicticos. Por ambas razones, son casi inencontrables en Costa Rica. Nos queda, sin embargo, una huella por seguir como documento de cadas meteorticas pasadas: los crteres de impacto. Se analizan dos casos que se propusieron y resultaron no ser crteres de impacto (Cuadro 1; Fig. 1). Algunas formas circulares de hasta un kilmetro de dimetro (como el Bajo de la Rosa, al noroeste del volcn Iraz), han sido interpretadas como crteres, ya fuera de impacto o volcnico, pero suelen resultar geoformas de deslizamiento y erosin, bastante frecuentes en Costa Rica, pero no relacionadas con impactos.
El falso crter meteortico de la laguna de Ro Cuarto La laguna de Ro Cuarto se localiza cerca del poblado homnimo, entre San Miguel de Sarapiqu y Aguas Zarcas (Fig. 1), en el inicio de las llanuras del norte del pas. Su forma es casi circular y tiene unas 40 hectreas de superficie, con paredes internas de fuerte pendiente, que bajan entre 5 y 20 m entre el borde y el nivel de las aguas. A pesar de que don Anastasio Alfaro (1924) haba escrito que esta oquedad era de origen volcnico, en 1978 la revista Gentes y Paisajes (Salguero, 1978) public un reportaje en el que haca eco de la hiptesis lanzada por la Motorola Aerial Sensing Inc., cuyos personeros, basados en imgenes de radar, supusieron que el hoyo ocupado por la laguna, fuese un crter de impacto.
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REVISTA GEOLOGICA DE AMERICA CENTRAL Cuadro 1 Ubicacin de meteoritos, bolas de fuego, falsas bolas de fuego, falsos crteres de impacto e incgnitas en Costa Rica N Fig. 1 Meteoritos 1 2 3 Bolas de fuego 4 Evento Latitud N Longitud W
Heredia 1857 San Pedro de Pos 1962-63? Tortuguero (dudoso) 1912 Cartago 1910 Miramar 1991 Punta Mala 1999 Limn 1990 Florencia 1994 Ro Cuarto Savegre Barva 1905 La Cruz 1993 Lomas de Barbudal 1994 Ro Tuln 1995
10,000 10,083 10,516 10,000 10,096 09,058 10,000 10,364 10,358 09,450 10,023 11,020 10,483 09,666
84,120 84,248 83,710 Entre 83,750 y 86,000 84,731 83,631 83,028 84,477 84,219 83,959 84,126 85,624 85,392 84,500
Fig. 1: Ubicacin de meteoritos, bolas de fuego, falsas bolas de fuego, falsos crteres de impacto e incgnitas en Costa Rica (nmeros y detalles segn el Cuadro 1).
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Empero, un anlisis ms detallado, tanto geomorfolgico como geovulcanolgico (vase por ejemplo Alvarado, 1989) ha permitido corroborar el origen de este paisaje por un evento volcnico de explosin, que desecha totalmente la hiptesis de crter por impacto meteortico.
El supuesto crter de impacto de Savegre En un mapa geolgico-fotogeolgico con fines hidroelctricos, de la cuenca del ro Savegre (Dengo & Escalante, 1980), sobresala una estructura de 600 m de dimetro, sospechosamente circular cerca de la confluencia de los ros Savegre y Divisin (Fig. 1), sobre rocas sedimentarias de edad terciaria, muy cerca de una falla, por lo que los autores sugirieron que podra ser un crter por impacto de meteorito. Una visita posterior de algunos gelogos del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), desech la teora del crter de impacto, y ms bien lo catalogaron como una crcava de erosin (S. Mora, com. oral, 1995). Parece muy improbable que se preserve una estructura de este tipo, de tamao tan modesto, en un ambiente tan agreste como el de esa zona, por lo que la explicacin ltima es plausible.
DOCUMENTOS HISTRICOS Las Lenidas (lluvia de meteoros) de noviembre de 1799 Cleto Gonzlez Vquez reprodujo en su libro sobre eventos naturales en Costa Rica (Gonzlez, 1910), una nota dirigida al Capitn General en Guatemala, por el entonces gobernador Toms de Acosta, fechada el 20 de noviembre de 1799, sobre una lluvia de meteoros acaecida en la noche entre el 11 y 12 de noviembre. La descripcin de Acosta parece bastante exagerada, en tanto que usa hiprboles como: Muchas eran de tal magnitud que parecan globos de fuego, carcaces encendidos, y arrojaban tan copiosas y gruesas chispas que caan algunas hasta el suelo..., ...slo he sabido de una que cay en el pueblo de los indios de Tobosi, como una legua de esta
ciudad, la cual dicen estos ardi largo rato en gruesa llama y proporcin que esta disminua tomaba un color azul, la expresin de que llovi fuego slo se aparta de la realidad en que no cay en tierra todo el que se desprendi de la atmsfera. Don Cleto acota que el fenmeno lo presenci Humboldt desde Cuman y del cual publica Flammarin en su Astronoma de las Damas el grabado dibujo del navegante ingls Ellicott, testigo presencial. En efecto, Humboldt y Bonpland (este ltimo que se haba levantado para gozar del fresco en la galera los percibi primero a las 2? de la maana: Humboldt, 1941, Tomo II, p. 230) observaron la lluvia de meteoros estando en Cuman, Colombia, y luego realizaron una minuciosa investigacin del fenmeno, preguntando dondequiera que fueron en Sudamrica. Acota Humboldt que Cul no sera mi admiracin cuando al volver a Europa supe que el mismo fenmeno haba sido reparado en una extensin del globo de 64 de latitud y 91 de longitud, en el ecuador, en la Amrica meridional, en el Labrador y en Alemania! (Humboldt, 1941, Tomo II, p. 234). Posteriormente, en su obra Cosmos (Humboldt, 1844), dio una amplia explicacin cientfica al fenmeno, asocindolo con las estrellas fugaces y los meteoritos. Esta lluvia de meteoros ocurre a mediados de noviembre cada ao, y es conocida hoy como Las Lenidas, porque parece radiar de la constelacin de Leo. Los eventos ms brillantes se suceden cada 33 a 34 aos (por ejemplo Humboldt haba anotado que en 1866 la haban visto en Cuman y en Quito). Una de las ms notables ocurri en 1966, cuando se pudieron observar hasta 19 000 meteoros por hora en el suroeste de Estados Unidos. En el 2001, tambin importante, el pico lleg a 8 000 meteoros por hora contados en el sur de Japn. Por la posicin de la Tierra, no todos los puntos del planeta tienen la misma visin cada ao. El primero de que se tiene noticia ocurri en el ao 585 d.C., aunque los ms significativos empezaron en el siglo IX y no habrn ms despus del ao 2164 (un profuso detalle de Las Lenidas se puede encontrar en Littmann, 1998).
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El meteorito Heredia: 1o de abril de 1857 Entre las 7 y 8 de la noche del 1o de abril de 1857, la poblacin del Valle Central de Costa Rica fue sorprendida por una bola de fuego, que cruz San Jos y caus un impacto detonante en Heredia (Fig. 1). Una resea de este evento se encuentra en el libro de Don Cleto (Gonzlez, 1910), y algunas acotaciones adicionales fueron hechas por Soto (1989a y b). El peridico La Crnica de Costa Rica del 4 de abril describi que la Capital se vio repentinamente iluminada por un meteoro que cruz de Sur Norte lanzando grandes exhalaciones. El mismo peridico refiere (en su edicin del 9 de mayo) que el meteoro... lanz....unas grandes piedras negruzcas, metlicas y como de unas cinco o seis libras de peso, que en vano hemos querido analizar. El aspecto negruzco exterior es comn en estos cuerpos, pues se trata de una corteza generada por fusin de la zona externa a causa del calor desarrollado durante la friccin con la atmsfera. Domeyko (1859) describi por primera vez las muestras obtenidas, reportando que stas eran varias, la mayor de ms de 1 kg de peso. El meteorito apareci nominado en el listado Bchner (1863) como Heredia, debido al lugar de su impacto. Luego fue estudiado un poco ms en detalle por Mason (1963), quien lo catalog como uno del tipo H5, una condrita olivino-bronctica brechiada, con 18% de olivino. Las condritas pertenecen al grupo de los meteoritos ptreos y son los ms antiguos y casi inalterados a travs de toda la historia del Sistema Solar. Se les llama as porque tienen cndrulos, que son esferitas de silicatos de tamao milimtrico. Las condritas del tipo H son las que tienen la ms alta cantidad de hierro, presente en el olivino, la broncita y en parte en estado metlico (Fig. 2). Los nmeros que siguen a la H son una clasificacin petrolgica que indica el grado de alteracin de los cndrulos por efecto del calentamiento a lo largo de su historia. El nmero 5 indica un grado alto de metamorfismo por calor, que hace los cndrulos menos distinguibles. Schultz & Kruse (1983) lo catalogaron como un meteorito rico en gases. Con base en las caractersticas fsicas observadas
Fig. 2: Fotografa del espcimen del meteorito Heredia exhibido en la Escuela Centroamericana de Geologa de la Universidad de Costa Rica. Las reas brillantes en la parte izquierda, arriba de la cara frontal superior y del lado derecho de la cara frontal inferior corresponden con minerales metlicos.
por los astrnomos en los asteroides y su comparacin con las de los meteoritos, se ha podido especular cules asteroides son los cuerpos de origen de los diferentes tipos de meteoritos. Los de tipo H, con alta probabilidad proceden del asteroide 6 Hebe, que tiene 185 kilmetros de dimetro y est en el cinturn principal de asteroides (vanse detalles de los cuerpos de origen de los meteoritos en McSween, 1999). De tal manera que el meteorito Heredia, muy probablemente procede de ese asteroide. Aunque en Costa Rica no se reportaba que hayan quedado muestras del cuerpo extraterrestre, hasta el ao 1999 haba quince institutos en el mundo que guardaban fragmentos de l y cinco con secciones delgadas (Cuadro 2). Algunos otros fragmentos en colecciones privadas no son conocidos, pero probablemente existen.
SOTO: Meteoritos y meteoros en Costa Rica Cuadro 2 Instituciones del mundo con muestras del meteorito Heredia N 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 11 13 14 15 1 2 3 4 5 Institucin, ciudad, pas Instituto de Mineraloga, Universidad de Gotinga, Alemania Escuela de Minas de Pars, Francia Instituto de Mineraloga y Petrografa, Universidad de Tubinga, Alemania Museo de Historia Natural de Londres, Inglaterra Museo de Historia Natural de Pars, Francia Coleccin DuPont, Nueva Jersey, EE.UU. Museo de Historia Natural de Viena, Austria Museo Field de Historia Natural de Chicago, EE.UU. Museo Estadounidense de Historia Natural de Nueva York, EE.UU. Observatorio Tiara, Colorado Springs, EE.UU. Coleccin del Observatorio Vaticano, Roma Universidad Estatal de Arizona, en Tempe, EE.UU. Museo de Historia Natural de la Universidad Humboldt, Berln, Alemania Museo del Servicio Geolgico de Canad, Ottawa Museo del Servicio Geolgico de la India, Calcuta Secciones delgadas Museo de Historia Natural de la Universidad Humboldt, Berln, Alemania Instituto de Mineraloga, Universidad de Gotinga, Alemania Museo de Historia Natural de Londres, Inglaterra Museo de Historia Natural de Pars, Francia Museo Real de Ontario, Toronto, Canad Peso (g) 410,0 80,0 68,9 52,5 37,5 33,0 24,0 9,5 7,5 5,7 5,0 4,0 2,4 2,0 1,0 -
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En marzo de 1999, la New England Meteoritical Services (NEMS) list en su catlogo de ventas una pequea pieza < 1 cm3 del meteorito Heredia (de 2,9 g). Este pequeo espcimen (aprox. 5mm x 8mm x 10 mm, Fig. 2) lleg a la NEMS probablemente adquirida del Prof. Terry Schmidt, quien laboraba en el Tiara Observatory, de donde
pas a la NEMS (R. Kempton, com. escrita, 2003), y de all adquirido para una coleccin personal. Fue repatriado a Costa Rica en el 2002, y luego donado a finales de ese ao a la Coleccin de Minerales y Rocas de la Escuela Centroamericana de Geologa de la Universidad de Costa Rica, donde actualmente se exhibe (Soto, 2003; Figs. 2 y 3).
Fig. 3: Certificado de autenticidad del espcimen de la figura 2, expedido por la New England Meteoritical Services.
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Datos hemerogrficos de meteoros a principios del siglo XX Algunos diarios nacionales dieron numerosos informes de sismos o eventos astrofsicos en sus pginas entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX (Peraldo, 2003). Hay una serie de reportes, sobre todo en El Noticiero, que se prest a dar informaciones poco conocidas en otros medios, y que curiosamente no aparecen citadas en el libro de Gonzlez (1910) ni en trabajos de otros estudiosos de la poca, lo que en parte hace dudar de la total veracidad de las informaciones. Algunas de ellas, disponibles en las hemerotecas costarricenses, han sido recopiladas por G. Peraldo (UCR), quien amablemente ha cedido copias: El Noticiero del 13 de noviembre de 1903 da cuenta de Un blido el da 9 de noviembre, a las 10 h 23 m y direccin SSW. No presenta ms detalles ni localidades. El Noticiero del 2 de diciembre de 1905 refiere que El lunes pasado [27 de noviembre], se vio en Barva un aerolito como a las 10 1/2 de la noche, se desprendi del oeste y corri hacia el este. La bola de fuego como se le llamaba era del tamao de una bola de ftbol, pas a corta distancia del suelo como a 300 m. y al apagarse se oy una detonacin sorda como de un caonazo y enseguida como lmparas elctricas que hayan hecho descarga. El Noticiero del 17 de mayo de 1906: [El] 15, a las 10 h 19 m hubo un trayecto de un blido con trayecto SSW - NNE por espacio de unos 10 seg. No menciona detalles sobre las localidades. La Prensa Libre del 7 de noviembre de 1907: Anoche hubo una lluvia de exhalaciones estelares. Una observacin cerca de las 9 de la noche y con direccin NO, 5 exhalaciones. Eran estas brillantes y desplegaban a su paso difusas bandas luminosas. Una persona Alvarado vio tres en el intervalo de 15 minutos caer en direccin SO. El tercer aerolito era mayor que sus dos compaeros y tena un tinte rojo acentuado. Pocos segundos despus de ocultar y en la direccin que lo hizo hubo algo as como un incendio que estall iluminando el espacio.
El Noticiero del 13 de noviembre de 1910: El 10 a las 3 a.m. fue visto en el cielo una bola luminosa [que] alumbr el espacio como la de la noche del terremoto [ver el siguiente subcaptulo sobre la bola de fuego del 4 de mayo], haciendo un espantoso ruido. Este fenmeno fue presenciado por numerosas personas. El Noticiero del 6 de junio de 1912: Desde Tortuguero 3 [de junio]: Los vecinos vieron desde la cumbre de un cerro, a eso de las 7 de la noche, [que] descenda paulatinamente una bola de fuego que despeda chispas. Una explosin parecida al estampido de un caonazo. El aerolito se haba estrellado contra un rbol de coposo ramaje. En el lugar del suceso se poda observar (minerales) como si hubieran estado en un horno de fundicin. Los primeros cinco reportes parecen coincidir con bolas de fuego, pero debido a que no hay mayores evidencias ni reportes de estudiosos, se tienen como dudosos, y solo destaca el de Barva, por dar detalles de localidades de observacin. El sexto, califica igual, excepto que la descripcin de que los fragmentos tenan el aspecto de trozos de fundicin, coincide con las tpicas cortezas de fusin de los meteoritos durante su trayecto en la atmsfera. Para tales pocas y nuestro entorno, estas rocas meteorticas eran poco conocidas, lo que le da cierto grado de credibilidad al reporte, pero como no se conservaron fragmentos, ni nadie los estudi, se califica como dudoso.
Una gran bola de fuego: 4 de mayo de 1910 Don Anastasio Alfaro suscribi un informe del Museo Nacional sobre el terremoto de Cartago del 4 de mayo de 1910, publicado dentro de los anexos del libro de don Cleto (Gonzlez, 1910). Cuenta don Anastasio que, por indicacin del gelogo estadounidense Jaggar, se imprimieron unas hojas de cuestionarios sobre el terremoto que se distribuyeron por todo el pas y de las cuales recibieron una clida respuesta. Uno de los aspectos llamativos, aparte del terremoto como tal, lo anota don Anastasio como un aparte titulado Iluminacin posterior, que textualmente dice:
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Hay igualmente gran nmero de observadores que aseguran haber visto un blido, que pas de E. O. Sobre la cordillera volcnica, desde el Turrialba hasta atravesar la pennsula de Nicoya, siguiendo, poco ms o menos, el paralelo 10 L.N. Con respecto la hora, vara mucho pero todos estn de acuerdo en que pas rpidamente, poco despus del terremoto, algunos estimaron el intervalo, entre uno y otro fenmeno, en segundos solamente, pero otros dicen que fu un cuarto de hora ms tarde veinte minutos. Algunos testigos presenciales, como la abuela materna de I. Boschini (com. oral, 1990), que viva en Cartago cuando el terremoto, han referido la historia de la bola de fuego despus del terremoto, con certera precisin y detalle. A pesar de que en varios terremotos se han observado fenmenos luminosos en el cielo, similares a auroras boreales, de los cuales incluso hay testimonios objetivos de gelogos (P. Denyer, com. escrita, 2004), me parece que no cabe ninguna duda de la ocurrencia de la bola de fuego (y no simples luminosidades), pero esta no tiene ninguna relacin con el terremoto, ni parece tenerla con el cometa Halley, que en ese momento se mostraba en los cielos terrestres (este evento astrofsico no se recaba en este trabajo debido a que es mundialmente conocido). Parece una casualidad impresionante, pero s ocurri el fenmeno del meteoro. En el caso de que hubiera sido acompaado de sonidos, no hay reportes, y si hubo un meteorito asociado, con seguridad cay en el Ocano Pacfico (Fig. 1). Este evento inspir al clebre escritor Carlos Gagini, que incluy una descripcin literaria en su cuento El Tesoro del Coco (reproducido en una antologa: Gagini, 1974): Eran las seis y media de la tarde cuando divisamos la rada a donde nos dirigamos. Pero en aquel instante el ocano se agit de una manera extraa y con rumor formidable, mientras un resplandor rojizo ilumin el cielo, un enorme globo de fuego surc el firmamento y fue a sepultarse en las aguas del Golfo de Nicoya. Tan inexplicable fenmeno fue lo nico que nos ocurri
durante la travesa. Tal travesa, en su cuento, ocurra el 4 de mayo de 1910, a su regreso de haber desenterrado el tesoro de la Isla del Coco.
CASOS ANECDTICOS El meteorito frrico de San Pedro de Pos (1962?-63?) Con motivo del Ciclo de Conferencias Geolgicas de Costa Rica, celebradas en San Jos en setiembre de 1980, se mont una exhibicin de minerales y rocas en los ventanales de la Librera Universal, en la Avenida Central. Una de las muestras ms llamativas era un meteorito metlico, que muchos gelogos an conservan en su mente, aunque no recuerdan su procedencia. Mario Fernndez Castro, gelogo y profesor en la Universidad de Costa Rica, cont la historia de este meteorito. Corra 1962 1963, cuando l laboraba en la Direccin de Geologa, Minas y Petrleo, en donde haba un espacio fsico para evacuar consultas de gente que llegara con preguntas sobre rocas y minerales o cualquier tpico afn. Dice don Mario que un da lleg un campesino con un saco de gangoche, en donde llevaba cuatro o cinco fragmentos de rocas muy pesadas. El campesino relat que una noche algunos das atrs, vio en un cerrito cerca de su casa en un cafetal de su propiedad en San Pedro de Pos (Fig. 1), algo as como un juego de plvora, sbito y fugaz. Al da siguiente se fue al cafetal a ver si encontraba algo, y en efecto, hall unas piedras negras que no haba visto antes. Esas eran las rocas que haba cargado en el saco de gangoche y que ahora le estaba enseando. A don Mario le llam la atencin el aspecto denso de las rocas, con una parte de costra fundida y otra cristalizada. Pens en un meteorito, y entonces la curiosidad le hizo preguntarle de manera emocionada al campesino, el dnde, el cmo y el cundo. Esto hizo entrar en sospechas al visitante, y continu con evasivas, de modo que no hubo forma de obtener ms informacin. Le regal una de las muestras de roca y se march. No se supo de l nunca ms. Tena pues, don Mario en sus manos, una muestra de un posible
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meteorito. Aos despus, se hizo un corte de la roca y se apreciaron estructuras de Widmansttten, tpicas de un meteorito frrico. Despus de aquella exposicin, se le devolvi la muestra a don Mario, quien como buen gelogo, la guard en su coleccin. Al cabo de los aos, sin embargo, la roca se ha extraviado y no se ha podido tener acceso a ella.
La presunta bola de fuego y meteorito de Limn, 15 de abril de 1990 El jueves 19 de abril de 1990 se recibi en la Seccin de Sismologa e Ingeniera Ssmica del ICE, un telefonema del gelogo Mario Fernndez Arce (Universidad de Costa Rica) informando de una llamada que relataba la cada de una bola de fuego cerca de Limn, y la recuperacin de un objeto que pareca ser el causante del fenmeno. El informante, Sr. Virgilio Vindas, funcionario de JAPDEVA, corrobor la informacin. Segn el Sr. Vindas, tres guardas del muelle de JAPDEVA vieron caer, cerca de las 11:00 p.m. del domingo 15, una bola de fuego encendida, con un zumbido, cerca del tajamar, unos 50-100 m, mar adentro. El mircoles 18, cerca de las 17:30 horas, un buzo vio dentro del agua, en el punto de la cada del objeto mencionado, una bola rojiza, brillante que sac del mar. Al contacto con la atmsfera, el objeto eman gases que le quemaron el guante, por lo que lanz el cuerpo extrado en un sitio entre el acceso al muelle y el tajamar, que es un relleno de detritos. En ese momento, el tamao del cuerpo era como el de una bola de ftbol (unos 25 cm de dimetro) y continu emanando gases nauseabundos (esto es: se estaba oxidando rpidamente), y quem la vegetacin y el suelo en un radio de pocos centmetros. El objeto fue interpretado por turistas que se encontraban en el muelle, como un meteorito. El Sr.Vindas oy del asunto y acudi al sitio, donde logr rescatar un fragmento (0,5 cm3) antes de que el cuerpo se quemara totalmente. Segn el Sr. Vindas, los gases eran densos, blancos, de olor a quemado. Al raspar el objeto, se quemaba con ms facilidad y daba la impresin de estar encendido.
El da 20, se examin el resto recobrado, conservado dentro de una botella con agua. Tena una consistencia slida, no deformable, de color rosa-naranja, y al ser sacado del agua, tuvo una reaccin exotrmica con desprendimiento de vapor blanco, de olor cido, nauseabundo. Se descart la posibilidad de que fuera un resto de satlite artificial o un meteorito. En el sitio de extraccin se comprob que el objeto quem las plantas en unos decmetros a la redonda y calcin parcialmente el relleno arcillo-arenoso que lo subyaca (dando un color pardo-naranja). Al remover el detrito, pequeas partculas revueltas en l, reaccionaron con el aire, con las mismas caractersticas descritas y un sonido de ignicin. Se tom una muestra del detrito del relleno y se transport a San Jos, junto con el residuo recuperado, para un anlisis. Se comprob la ausencia de radiactividad en el Laboratorio de Fsica Nuclear de la Universidad de Costa Rica (atencin del fsico nuclear MSc. Alfonso Salazar). Luego, el Dr. Julio Mata, de la Escuela de Qumica de la UCR, analiz la muestra y determin que era fsforo de alta pureza. El Prof. Mata, en una nota del 26 de abril de 1990, escribi sobre el anlisis: me conduce a informar que se trata de fsforo elemental (variedad blanca). Ya que este elemento es constituyente de bombas incendiarias, y las extraas referencias de los testigos en cuanto a su aparicin, le sugiero que informe de este asunto al despacho del Ministro de Seguridad Pblica [una copia de la nota fue dirigida al Ministro de ese ramo]. El 5 de junio le envi una nota al Dr. Glenn J. MacPherson, curador asociado de la Divisin de Meteoritos del Instituto Smithsoniano en Washington. En la carta le explicaba suscintamente el hecho, y le resaltaba que no era radiactivo y el anlisis qumico evidenciaba ser fsforo puro. Le haca cuatro preguntas: 1- Si haba algn meteorito o cuerpo csmico conocido hecho de fsforo; 2- si haba algn tipo de combustible para satlite artificial compuesto de fsforo; 3- si haba alguna otra posibilidad que no fuera antropognica para el componente de la bola de fuego, y 4- en el caso de que fuera material antropognico, si l tena alguna idea de qu poda ser. El 20 de junio, MacPherson contest:
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Ciertamente, el comportamiento del material al removerse del agua, es tpico del fsforo blanco. No hay material conocido en la Tierra o el espacio que est compuesto de fsforo elemental; el material encontrado en Costa Rica es casi ciertamente de origen humano. Es comnmente usado por los militares, como balas trazadoras para seguir el campo de artillera; esto podra estar en entera consistencia con la observacin de l cayendo a tierra. El fsforo se quema inmediatamente en contacto con el aire, y cuando es disparado de una pistola, deja una traza claramente visible tras l. Esto permite a los disparadores ver su objetivo y ajustarlo. Yo creo que este es el origen de esta bola de fuego. El fsforo blanco es peligroso y venenoso. Usted debera presentar una queja ante las autoridades militares locales. Fue muy bueno que el buzo que la recogi [la muestra que estaba en el lecho marino] usaba guantes, porque produce quemaduras muy dolorosas que son lentas de sanar. Por algn motivo desconocido, alguien dispar la bala de fsforo en Limn. Un caso de una bola de fuego, pero no de carcter meteortico, sino antropognico.
La bola de fuego del 15 de enero de 1991 Una bola de fuego fue reportada como vista en Costa Rica, el 15 de enero de 1991, a las 03:03 a.m., en Miramar, observada por Elaine EureHenderson. As fue reportada en el Boletn del Global Volcanism Network, que para esos aos an inclua informacin de meteoritos y meteoros en sus pginas (GVN, 1991). No existe ningn otro dato disponible, ni pude nunca, localizar a la observadora.
seor Scott- era de color rojo brillante, del tamao de una bola de basquetbol y tena una estela o cola luminosa roja a su paso, con centro verdoso. La trayectoria era de N a S, a mediana velocidad, con un ngulo de cada de cerca de 15-20 con respecto a la horizontal. El Sr. Scott desaceler el vehculo a unos 25 km/h al observar el fenmeno, que se prolong por 10-15 segundos. Luego, el meteoro fue observado caer a una distancia estimada de 1 a 3 km al este de la carretera, en terrenos del Parque Nacional de Guanacaste, y vieron mantenerse durante varios segundos el resplandor en tierra, similar a una hoguera. Debido a que el vehculo an estaba en marcha, no oyeron ningn sonido durante su paso, ni durante el impacto. El rea del posible impacto del meteorito estara entre las coordenadas 1100,651101,71 latitud norte y 8536,59-8538,24 longitud oeste (un rea de unos 6 km2). Se consult a guardas de un puesto de vigilancia distante 3 km del posible impacto, pero debido a la hora, no notaron nada anmalo. No se obtuvieron otros reportes de testigos del fenmeno. El lugar del posible impacto fue visitado en compaa del gelogo Hctor Flores con el apoyo de la Comisin Nacional de Emergencias-, el da 5 de abril. El terreno es parcialmente plano, pero cortado por valles profundos y abruptos, con vegetacin de bosque seco, bajo y duro y pastos aislados. Debido a estas limitantes, y a la pobre definicin del sitio exacto de impacto, este no fue encontrado. El hecho adems, de su trayectoria desde el lado nicaragense, y que hayan descrito una hoguera tras el impacto, no es tpico de un meteorito, sino de algo antropognico. Es solo una hiptesis plausible.
Florencia, 14 de abril de 1994 La bola de fuego? y meteorito? de La Cruz, 23 de marzo de 1993 El da 23 de marzo de 1993, cerca de las 00:50 de la madrugada, los seores Roberto Scott y Jos Santos Carrillo Castillo observaron una bola de fuego desde su automotor cerca de 5 km al sur de La Cruz, en la vecindad de la frontera con Nicaragua. El meteoro -segn palabras del El da 16 de abril de 1994 el diario La Nacin public el titular Meteoro cay en San Carlos (pg. 16A). Esa misma semana, el semanario en ingls The Tico Times hizo eco de la noticia y la titul ms atractiva: Meteorite Scares School Children [Meteorito asusta a nios escolares, pg. 7], especficamente en Florencia.
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La nota deca que un grupo de nios observ una bola de fuego rosada que se desprendi del cielo como a las 6:30 de la noche, perdi altura y cay en un lote. Al chocar contra la tierra se fue derritiendo en forma circular, las llamas que provoc quemaron unos sesenta metros cuadrados, y unos diez minutos despus, la bola se consumi. Literalmente atribuan el hecho a que aparentemente, se trataba de un meteorito o estrella fugaz, un cuerpo slido espacial que se desintegra al entrar en contacto con la atmsfera. Al leer lo de la quema del lote, entramos en sospechas, pues los meteoritos son fros, y al ingresar en la atmsfera y quemarse por friccin, solo se funde una parte externa, pero el interior permanece fro. Si tocan tierra, llegan tibios o ligeramente calientes, pero no tanto para causar un fuego. Procedimos (junto con G.E. Alvarado y Chico Arias) a visitar el sitio y comprobamos la noticia respecto a la quema del charral. Recabamos adems testimonios y concluimos, de que no se trataba de un meteorito. Dos das despus, se supo por los telenoticieros, que lo que haba causado la bola de fuego, era una bengala de alto poder, disparada por un individuo no identificado. Otro caso de bolas de fuego causadas por trazadores blicos o similares, como el de Limn y quizs el de La Cruz. Otro intento fallido por encontrar un meteorito.
La supuesta explosin de un meteoro, 11 de julio de 1995 Cerca de las 9 a.m. del 11 de julio de 1995, una explosin fue escuchada en varios lugares del Valle Central y el Pacfico central, lo que caus alarma, especialmente en los poblados de La Gloria de Puriscal y San Gabriel de Turrubares. La Guardia Rural de Turrubares contact a la Red Sismolgica Nacional (RSN: ICEUCR), quienes realizaron una inspeccin de campo y brindaron un informe (Rojas, 1995). No se debi a ningn sismo, ni a explosivos, ni a un percance areo. El informe desech un impacto meteortico debido a que no se observaron evidencias claras de quemaduras en la vegetacin u hojas de los rboles ni radiactividad. Como se discuti, sin embargo, los meteoritos llegan fros y son incapaces de provocar quemaduras o incendios y menos radiactividad, porque no tienen contenidos altos de materiales radiactivos. No encontraron ningn impacto, tampoco. Lo que s encontraron fue un deslizamiento de cerca de una hectrea en una ladera de la margen derecha del can del ro Tuln. El informe sugiri una posible detonacin de un aerolito en las capas atmosfricas intermedias, sobre ese sector. Sin embargo, esta explicacin tampoco parece plausible, pues si as hubiera sido, a pesar de la hora matutina, un evento de esta magnitud hubiera tenido, como caracterstica ms conspicua, la generacin de una bola de fuego, que hubiera sido visible por un trayecto considerable, y este no fue el caso. Nadie vio nada. En mi opinin, el deslizamiento per se, sbito, debera ser la explicacin ms creble del ruido escuchado, aunque por supuesto, no explicara la enorme rea donde se escuch. Una incgnita ms, pero no atribuible a meteoros o meteoritos.
Lomas de Barbudal, 22 de abril de 1994 A principios de mayo de 1994, el colega Guillermo E. Alvarado recibi una llamada telefnica de su amigo gegrafo Minor Moya, en la cual le contaba de una bola de fuego vista el da 22 de abril por dos vecinos de Lomas de Barbudal, unos 15 km al suroeste de Bagaces. Uno de ellos qued encandilado por el suceso, que vena de norte a sur, pero no estaban seguros si hubo o no estruendo o si hubo un impacto. El sitio del posible impacto estara entre las Lomas de Barbudal y la Hacienda El Peln de la Bajura. Guillermo se aperson algunos das despus, a buscar el sitio, con resultados infructuosos. No deja de resultar sospechoso que fuera otra bola de fuego, con un trazo de norte a sur, similar al de La Cruz.
La bola de fuego del 12 de junio de 1999 El Diario Extra del 16 de junio de 1999 public un artculo (pgs. 16-17) titulado Vecinos de Punta Mala ratifican las versiones sobre presunto meteorito, da cuenta de una bola de fuego que cruz el cielo desde el mar hacia el
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continente, cerca de la medianoche. El poblado queda en la desembocadura del ro Grande de Trraba, y la descripcin es de una bola de fuego como un bombillo gigante, el cual sali del mar por detrs de la isla Garza [una de las islas del estuario del ro] y cruz el espacio para luego caer detrs de la montaa. El color era amarillo y dej una estela blanca que desapareci mientras la bola caa tras la montaa de la Fila Costea, con un estruendo como la explosin de una carga de dinamita. La descripcin es tpica de un meteoro que provoca una bola de fuego. El fuerte sonido no necesariamente implica un impacto, sino que podra ser la fragmentacin del meteoro en la atmsfera alta. Si cay un meteorito, ste debe haberse estrellado en algn lugar montaoso de las filas Alta, Martima o Margarita, donde es improbable encontrar el sitio de su llegada a tierra. Sin embargo, por las caractersticas acotadas por los numerosos testigos del fenmeno, estoy de acuerdo en calificarlo como una autntica bola de fuego.
PROBABILIDADES DE QUE CAIGA UN METEORITO EN COSTA RICA Como se expuso atrs, la cada de meteoritos de tamaos encontrables, es en realidad un evento raro, y solo los micrometeoritos son muy frecuentes, pero de tan nfimo tamao, que pasan inadvertidos en general. Durante las primeras centenas de millones de aos de historia del Sistema Solar, la tasa de bombardeo de meteoritos no solo era ms alta, sino que las dimensiones de los blidos eran enormes, y aun de vez en cuando en la historia geolgica terrestre ocurren grandes impactos (vase por ejemplo Grieve, 1988; 1994). Conforme ha pasado el tiempo, la cantidad y tamao de meteoritos ha ido disminuyendo. Necesitamos adems que los meteoritos que vagan fuera del cinturn principal de asteroides tengan rutas de colisin posible con la Tierra, las cuales son caticas (Wisdom, 1985). Y aun as, muchos de esos meteoritos acaban consumindose durante el vuelo en la atmsfera terrestre (entre el 30% y 60%). Con base en clculos hechos por Halliday et al. (1989), que mantuvieron una red
de observacin de bolas de fuego en Canad durante once aos, y haciendo las extrapolaciones para Costa Rica, asumiendo una tasa de cada similar en todas las latitudes de la Tierra (cosa que no es completamente cierto, porque la teora predice que por cuatro cadas de meteoritos en el ecuador solo habran tres en los polos: Hutchison & Graham, 1993), podemos decir que las probabilidades de que caiga un meteorito en Costa Rica, con un peso de al menos 1 kg es de 0,44/ao, nmero que pareciera muy alto. Son probabilidades de que caiga, pero de eso a que se observe y se recupere, marca un trecho muy grande. Segn el ejemplo comparativo citado de China, sera esperable recuperar un meteorito en Costa Rica cada 1200 aos. Si tomamos como comparacin la dcada de los noventa del siglo pasado, cuando tenemos una cobertura de poblacin en casi todo el territorio nacional y medios de comunicacin eficientes, notamos solo dos eventos observados de bolas de fuego (enero 1991 y junio 1999; Fig. 1), que nos da un promedio de una cada 5 aos. Al menos el orden de los nmeros de probabilidades y de observaciones coinciden (4,4 probables contra 2 observados). Por otra parte, se ha visto un meteorito caer, ser recuperado y conservado en siglo y medio, y a lo sumo dos ms, de los que no se conserva prueba fehaciente, lo cual podra ser un nmero relativamente alto, comparado con lo esperable.
DISPUTAS POR PROPIEDAD Me he preguntado varias veces sobre los derechos de propiedad de un meteorito que caiga en Costa Rica. Un meteorito es una roca y como tal, est compuesta de minerales. El Diccionario de Trminos Geolgicos del Instituto Geolgico Estadounidense (Bates & Jackson, Eds., 1984) define un depsito mineral como una masa de material mineral que ocurre naturalmente, usualmente de valor econmico, sin distingo de su modo de origen. Parece lgico, en mi opinin, que entonces la explotacin de un meteorito se rija por los principios de la Ley N 6797, el Cdigo de Minera (1982), y el Decreto N 29300-MINAE, Reglamento al Cdigo de
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Minera (2001) de los cuales se transcriben algunos artculos y notas, para discutir sus alcances, que por supuesto son interpretativos, pues no hay referencias explcitas a meteoritos. El artculo 1 del Cdigo dice que El Estado tiene el dominio absoluto, inalienable e imprescriptible de todos los recursos minerales que existen en el territorio nacional y en su mar patrimonial, cualquiera que sea el origen, estado fsico o naturaleza de las sustancias que contengan... el Estado podr otorgar concesiones para el reconocimiento, exploracin, explotacin y beneficio de los recursos minerales, conforme con la presente ley. El Reglamento no define recurso mineral, pero s recurso indicado en el acpite 44) del artculo 4: El que se estima que representa un inters econmico intrnseco sobre la base de una exploracin general que confirme las principales caractersticas geolgicas de un yacimiento y que suministre una estimacin inicial de sus dimensiones, forma, estructura y contenido. Luego, el artculo 27 del Cdigo escribe: El respectivo Ministerio podr otorgar directamente una concesin de explotacin, sin necesidad de exigir el cumplimiento previo de la etapa de exploracin, cuando los minerales estn a la vista o sea evidente su existencia, previa elaboracin y aprobacin del correspondiente proyecto de explotacin. Explotacin est definido en el acpite 21) del artculo 4 del Reglamento: Extraccin de minerales de un yacimiento de acuerdo a tcnicas mineras de superficie o subterrneas. Adems, el artculo 39 del Cdigo: Los yacimientos de placer ubicados en terrenos baldos o en el lecho mismo de un ro o quebrada, sobre los cuales no hubieran derechos mineros previos, podrn ser aprovechados libremente, siempre que el lavado se efecte a mano. Y el artculo 41 del Cdigo: Cuando un yacimiento de placer se encuentre en un terreno cercado y ste sea de dominio privado, el propietario ser el que tenga prioridad para efectuar los trabajos de aprovechamiento, pero deber reconocer un porcentaje de la explotacin del yacimiento a quien lo hubiese descubierto; tal reconocimiento se har de acuerdo con el estudio tcnico que deber realizar la Direccin de Geologa, Minas e Hidrocarburos.
A pesar de que un meteorito es de procedencia extraterrestre, es un recurso mineral que tiene un valor econmico de mercado definido internacionalmente segn su tipo, y si cay en el pasado, o si cae en algn momento, se encuentra en el territorio nacional. Por tanto, segn el artculo primero transcrito, independientemente de su origen o naturaleza, el Estado tiene dominio sobre l, pero no su propiedad. Aunque estrictamente hablando, un meteorito no es un yacimiento de placer, se comporta como tal: est suelto y a la vista, parcialmente enterrado, a lo sumo. Han de tomar en cuenta no slo los pequeos meteoritos de algunos g kg de peso, que pueden ser una o varias piezas, sino la posibilidad de que caiga algn da un meteorito grande, que se fragmente y forme todo un campo de cada, con especmenes de gran tonelaje. En el caso de los especmenes pequeos, se puede aplicar el artculo 39, de modo que basta tomarlos con la mano, y pueden ser aprovechados libremente por su descubridor, siempre que sea en terrenos baldos, o bien en propiedad privada, por su dueo. En caso de ser piezas de gran tamao, o mltiples, podr el dueo explotarlo con base en el artculo 41. Pero si algn cientfico, o cualquier otra persona lo descubren, podr hacer uso de este mismo artculo para exigir su parte. A lo sumo, necesitaran cumplir el artculo 27. Es solo mi interpretacin, pues no hay precedentes en Costa Rica. Cito un antecedente histrico en el extranjero: En Estados Unidos, debido a un sonado caso ocurrido en 1902, cuando un individuo descubri y extrajo secretamente un meteorito de 12 700 kg de una propiedad, pero luego fue demandado por los dueos del terreno para reposeer la roca, existe el precedente legal de que un meteorito pertenece al dueo del terreno sobre el cual cay (McSween, 1999; pg. 10).
SEGUROS CONTRA IMPACTOS DE METEORITOS Los meteoritos que caen en reas pobladas son pocos. Slo hay dos casos documentados de personas que hayan sido heridas por meteoritos al caer: en Japn en 1927 y en el estado de
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Alabama, EE.UU., en 1954. Este ltimo caso es el mejor documentado: un fragmento de un meteorito ptreo de 3,9 kg atraves el techo y el cielo raso de una casa, golpe una radio grande e hiri a una mujer que estaba recostada en un sof, quien sufri heridas en su cadera y abdomen (Swindel & Jones, 1956). Otro caso curioso es el del meteorito Nakhla, en Egipto en 1911, que mat a un perro. Como slo son casos aislados reportados en el mundo, se puede afirmar que el hecho de ser golpeado por un meteorito es extremadamente raro. Con base en los clculos que hicieron Halliday et al. (1985), extrapolados a Costa Rica, podramos decir que las probabilidades de ser alcanzado por un meteorito es de una persona cada 11 mil aos. A pesar de que los meteoritos pueden caer a cualquier hora, debido a la direccin de rotacin terrestre y de rbita de los meteoros, la mayora caen entre medioda y medianoche (Hutchison & Graham, 1993). Para tomar un ejemplo de un pas extenso, bien observado y extensamente poblado, tenemos que entre 1965 y 1992 se reportaron 19 recuperaciones de meteoritos cados en Estados Unidos. De ellos, 8 causaron algn dao a edificios. Uno de los ms inslitos fue el caso del 9 de octubre de 1992, a las 7:50 p.m., cuando un meteorito de 12 kg cay sobre un carro parqueado en el poblado de Peekskill, estado de Nueva York. Al or un fuerte ruido, el dueo del vehculo y un vecino descubrieron la roca, del tamao de un baln de ftbol, que haba entrado por el bal del carro y estaba indentada a la calle. Previamente, una intensa bola de fuego fue avistada en varios estados, precisamente a la hora del ftbol estadounidense universitario, y por eso se convirti en la bola de fuego ms filmada de la historia. Afortunadamente para el dueo del vehculo, tanto el carro como el meteorito fueron adquiridos por el Museo Estadounidense de Historia Natural de Nueva Cork (GVN, 1992; Norton, 2002). Una vez ms, con base en la extrapolacin de datos de Halliday et al. (1985), para Costa Rica, tendramos que las posibildades de tener daos en un edificio, es de uno cada 78 aos. Ante estos hechos y nmeros de probabilidades, aun tan bajos, habr alguna manera de asegurarse en Costa Rica contra los meteoritos? A
cualquier costarricense, su seguro social lo cubrir, por ser enfermedad, invalidez o muerte, segn sea el caso, puesto que es un accidente, slo que de ndole csmico-terrestre. Los seguros de vida deberan pagar si alguien muere, pues es un accidente. Qu sucede con bienes como vehculos automotores y edificios? En el caso de automviles (INS, 2004a) la Cobertura H riesgos adicionales, a pesar de que no explicita un evento tal (ni erupciones volcnicas), s incluye eventos naturales como temblor, terremoto, deslizamiento, derrumbe y rayo. Podra cubrir los daos, puesto que es un accidente causado por un objeto extrao, tal cual si fuera una roca desprendida de un paredn de la carretera, o la cada de un avin o un objeto desde l. En el caso de construcciones inmuebles (INS, 2004b), tampoco est contemplado explcitamente, pero las coberturas incluyen prcticamente cualquier dao causado por un evento natural, como rayo, cada de rboles, vientos huracanados, huracn o cicln, inundacin y deslizamiento, temblor y terremoto, erupcin volcnica y maremoto. Si una casa asegurada es impactada por un meteorito, el seguro debera pagar los daos? De cualquier manera, al reclamar los pagos en la denuncia respectiva ante el Instituto Nacional de Seguros, debe especificarse muy bien el caso, y ser el INS quien finalmente decida, luego de la evaluacin de un perito. Puesto que el impacto de aerolitos sucede contra casas y autos, aunque con muy bajas probabilidades, este tem no necesariamente debera estar escrito explcitamente en las coberturas de seguros, pero s ser considerado al pagarlo como un accidente.
EPLOGO No es mucho lo que se aporta al conocimiento de los meteoritos en Costa Rica. Lo que se saba del meteorito Heredia, solo es acrecentado por la presencia de un minsculo fragmento en las colecciones nacionales. De los otros dos posibles meteoritos quizs nunca se vean muestras que prueben, sin duda alguna, su existencia. De las bolas de fuego, solo queda el testimonio escrito no grfico-, que puede ser interpretado
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de una u otra manera. Quede, sin embargo, el germen de buscar y talvez encontrar un meteorito desconocido. Improbable, mas no imposible. En el futuro, caern. Me avisan.
AGRADECIMIENTOS A Monica Grady (Museo de Historia Natural de Londres) y Russ Kempton (NEMS), por la til informacin respecto al meteorito Heredia. A Gregorio Escalante, por sus datos y discusiones. A Mario Fernndez Castro por compartir su historia. A Guillermo E. Alvarado (ICE), por cooperar con ciertas bsquedas a las que pocos se hubieran atrevido, cooperar con material bibliogrfico y sostener discusiones con principio y final. A Chopo Flores y Luis Diego Morales (CNE) por tratar de encontrar lo inencontrable. A Percy Denyer (UCR) por revisar el texto, sus invaluables y crticas sugerencias, obtener un documento extraviado y la foto del minsculo espcimen de Heredia. A Giovanni Peraldo (UCR) por proveer material hemerogrfico difcil de obtener, y sus siempre estimulantes discusiones, compartiendo su erudicin. A Siegfried Kussmaul (UCR) por su revisin enriquecedora del texto final. A Linda Sjbohm por su ayuda en la parte grfica y por su criticismo al escrito. Al Instituto Costarricense de Electricidad por facilitar bsquedas de posibles meteoritos. A Luis A. Madrigal (ICE) por contribuir en la investigacin de material en la hemeroteca. A Fernando Alvarado (ICE) por realizar algunos comentarios al captulo de Disputas por propiedad. A las otras personas mencionadas en el texto por sus nombres, que con sus observaciones han hecho posible conocer ms sobre los meteoros en Costa Rica, aunque no fueran meteoritos los que cayeran.
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