Techne y Praxis
Techne y Praxis
Techne y Praxis
Resumen
La distincin clsica entre techne y praxis, destacada entre otros por Heidegger, Gadamer, Arendt, es central para comprender el estatuto del saber en la era tcnica (moderna, posmoderna, hipermoderna, transmoderna) La tecnociencia ha ampliado el concepto de arte y esto tiene profundas consecuencias para pensar ldica y estticamente, la paideia del porvenir y del presente. Qu implica la apertura a otros lenguajes, su profusin, su imbricacin, su fusin en la cultura virtual? Cul es el paradigma de hombre actual? El tcnico?, El artista? Palabras claves: techne, paideia, saberes, hipermodernidad, lenguajes.
Abstract
The traditional distinction between techne and praxis, prominent among others by Heidegger, Gadamer, Arendt, is central to understanding the statute of knowledge in the technical age (modern, postmodern, hypermodern, transmodern) Technoscience has expanded the concept of art and this has profound consequences for thinking entertaining and aesthetically, the paideia of the future and present. What does involve the opening to other languages, its profusion, embedding its merger into the virtual culture? What is the current paradigm of man? The technician?, the artist? Key words: techne, paideia, knowledges, hipermodernity, languages. 113
Son las ciencias y la tecnociencia lo que ms horizontes abre hoy, lo que inventa el porvenir, cambia el presente y la vida, inspira a los creadores Gilles Lipovetsky: Los tiempos hipermodernos. Ciencia, Arte, Tcnica, hacen un juego de interrelaciones que se hace sentir en la poca de las comunicaciones y de desarrollo tecnolgico, especialmente alrededor de la exigencia de una Paideia o formacin del hombre presente y del porvenir. La posibilidad de pensar la educacin desde el significado de la Techne en un tiempo en que predominan las suspicacias sobre el futuro de la humanidad, pareciera una tarea intil y sin sentido. Queremos sin embargo, pensar aunque sea muy esquemticamente, en la posibilidad de esa paideia en donde suenen las sugestivas perspectivas de Nietzsche y de su resonancia en Vattimo, Gadamer, Heidegger, Arendt y Lipovetsky, entre otros. Si bien la tcnica se ha erigido como la armazn del planeta, masificando toda actividad humana y creando todas las posibilidades para la produccin y el consumo, revelndose como poder, dominio y control al servicio de objetivos sociales, polticos y financieros bien definidos, esto no impide que la tcnica, pueda pensarse tambin como arte, creacin y produccin simblica humana en la que se imbrican los saberes de la ciencia y de la filosofa. Esto sin duda, produce un impacto en la educacin humana, en las instituciones y en las reflexiones sobre ella, porque la tcnica ofrece modelos de hombres y mujeres en las que son configuradas las imgenes de s mismos y del mundo. La tcnica, el arte y la ciencia fusionadas estn modificando la percepcin, la reflexin y la lectura que se hace de la vida y del mundo, porque ellas han irrumpido como pluralidades de imgenes y de discursos configurando nuevos lenguajes. La Paideia o paradigma de hombre culto, ilustrado o formado, no puede escaparse de las transformaciones presentes. Esto no significa que haya que aceptar la autosuficiencia de alguno de los lenguajes (arte, ciencia, tcnica) o la preeminencia de uno de ellos sobre otros. No se pretende plantear ac una suerte de Paideia alternativa a la existente; nuestra idea es ms bien pensar desde la crtica filosfica y hermenutica acerca del tipo humano que se plantea formar en la era tcnica, tomando en cuenta el concepto de techne. Es acaso el hombre, analista de lenguajes o animal simblico?, es el artista, el tcnico, el cientfico?, quin es el hombre que sabe en la era tcnica? Asumir que los lenguajes de la ciencia, el arte y de la tcnica son todos necesarios al hombre y a su formacin, no excluye la crtica de ellos y de cualquier pretensin que coloque la educacin, la formacin, al servicio de cualquier estructura o poder, que no sea el de la libertad, la creacin, la palabra, la imaginacin, necesarias todas para afirmar la vida, la exuberancia de la vida.
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La Paideia de la era tcnica estara obligada a considerar la presencia de mltiples lenguajes y de los encuentros y desencuentros entre ellos. As como considerar el dilogo con la tradicin que no es posible obviar. El arte, la filosofa y la ciencia vistas como metforas, como saberes rigurosos y creadores, tienen una dbil presencia en las instituciones culturales, acadmicas y escolares, por eso hay que buscar el valor, el ideal de una Paideia global, integral, no integradora, transgresora, irnica y ms liviana que ponga en juego todas las capacidades reflexivas y expresivas y que se abra a otras maneras de experimentar los saberes, el saber, la techne. La Paideia del presente, amorfa aun, se est definiendo como virtualizacin, como disolucin de las referencias clsicas en una especie de babelizacin discursiva. El hombre telemtico que se est configurando por las redes de la informacin, estara sustituyendo al hombre maquina moderno. Lipovetsky1 ha delineado al hombre hedonista, individualista, como el prototipo de la era posmoderna y narcisista y que es la expresin de la gran crisis cultural y espiritual de la modernidad, los procesos de personalizacin seran la consecuencia no tanto del desarrollo tecnolgico como s de una revolucin individualista. 115 Pensamos que este individualista es el hombre global de hoy y que l es slo una cara de la moneda. Tambin est el otro, el marginado, el excluido, de la tcnica, del consumo, del arte y de la ciencia. Nos preguntamos cmo la Paideia podra recuperarlo, acaso no es ste marginado de la cultura y de la tcnica, el que slo recibe los desechos de la cultura y no una verdadera formacin? El hombre de la virtud, el virtuoso griego, hoy es desplazado por el hombre consumidor, quien depende totalmente de la tecnologa, sin la cual no puede crear, producir, pensar, fabricar, y que ha llenado su vida de objetos tcnicos. Sin embargo paradjicamente, es con la tcnica y el saber, como el hombre puede sustraerse de cualquier lgica de sumisin. El hombre tcnico, el especialista, el experto, pudiera concebirse como un ser fragmentado, pero, la multiplicidad y profusin de lenguajes que existen como rasgo definitivo de la era tcnica, lo llevan al encuentro de otros lenguajes con los que es posible el artista tcnico, el cientfico artista, un hombre que modifica su horizonte de sentido en la diversidad de los saberes. Cmo la cosmovisin cosmopolita de la era tecnolgica est hoy afectando la formacin humana? Acaso se puede hablar de una moral tecnolgica?
1: La Era del vaco, Ensayos sobre el individualismo contemporneo, Barcelona, Espaa, Editorial Anagrama, 7 edicin, 1994, p. 107 y ss.
El problema es replantearse la paideia en el contexto de la relacin arte, ciencia y tcnica en un mundo de imperio tecnolgico, en el cual las finalidades (Telos) de los discursos ideolgicos y las referencias a lo trascendente, pareciera que han desaparecido. Sbastien Charles2 en su profunda lectura de Lipovetsky, sugiere que en la cultura hipermoderna en la que predomina el individualismo, aun es posible la existencia de ideales ticos. De all que pensar el asunto de la responsabilidad individual y colectiva se vuelva central para el porvenir de la cultura. Es as, como un mundo amenazado por los efectos perversos del desarrollo tecnocientfico y por la prdida del sentido de los grandes proyectos polticos, exige de regulaciones ticas y deontolgicas. Dice Sbastien Charles que es necesario valorar la inteligencia de las personas, movilizar las instituciones y preparar a nuestros hijos para los problemas del presente y del futuro3 116 En la sociedad hipermoderna aumenta la dificultad de vivir, y lo trgico se padece en lo ms personal e individual, de all, que la responsabilidad es un imperativo del presente. Pensar entonces, en la formacin emancipadora, creadora y en la techne de hoy, se posibilita slo en un nuevo mbito tico, paradjico, meditico y democrtico. La relevancia de esta concepcin se manifiesta con una gran potencia para pensar la paideia de la era tecnolgica.
2: El individualismo paradjico En Gilles Lipovetsky, Los tiempos hipermodernos, Barcelona, Espaa, Editorial Anagrama, 2006, p. 39 y ss. 3: Ibid. p. 49
El animal laborans4 es la categora utilizada por Hannah Arendt para referirse al hombre que se agota en su relacin directa con la naturaleza, en un trabajo interminable que asegura apenas su supervivencia y en el cual l se consume a s mismo. Su actividad repetitiva se limita a la necesidad biolgica. El homo faber, no reproduce, sino que produce objetos y obras que perduran, desafan a la naturaleza y crean un mundo. El homo faber abandona el nivel biolgico mediante la transformacin de su entorno que involucra la creacin de productos. El producir obras que perduran incluye al artista creador, quien va ms all de los tiles y de la utilidad de las cosas, y por eso la obra de arte forma parte de acuerdo a Arendt, del producir del homo faber. El arte es parte del mundo creado en el que la utilidad no es el nico significado. Las obras de arte dan consistencia y estabilidad al mundo. Es como si la estabilidad mundana se hubiera hecho transparente en la permanencia del arte, de manera que una premonicin de inmortalidad, no la inmortalidad del alma o de la vida, sino de algo inmortal realizado por manos mortales, ha pasado a ser tangiblemente presente para brillar y ser visto, para resonar y ser odo, para hablar y ser ledo5 Las obras de arte son objetos no comunes de la produccin, ellas en su unicidad, en su inutilidad no son intercambiables. Los productos del arte son derivados de la actividad del pensar, entendida como la bsqueda del sentido y como lo contrario del conocer. En la creacin artstica predomina el pensar, como el retiro que hace el artista del mundo; para Arendt pensar y conocer son cosas distintas; El pensar es la fuente para la actividad artstica, mientras que el conocer es la fuente para la produccin de cosas de uso6 El pensar se conecta con la filosofa, con la metafsica; en cambio el conocer se despliega en las ciencias. De acuerdo a esto el arte se emparenta con la metafsica y las ciencias con la tcnica. As el artista, el creador es bsicamente, el que piensa, es quien realiza la circunvalacin del sentido. Se puede decir que el artista, discurre sobre los sentidos de la experiencia y de sus posibilidades en todos los espacios, no siendo incondicional al xito, a la eficacia, o a la produccin masiva, sino slo a la libertad de crear. El homo faber transforma y se transforma, creando. l no es reductible al fabricante. En el concepto griego, sera no la cosa creada, sino el movimiento de creacin, lo que define al artista.
4: La condicin Humana, Barcelona, Editorial Seix Banal, 1974, p.193 y ss. 5: Ibid. p. 224 6: Jonas, Hans. Actuar, conocer, pensar. La obra filosfica de Hannah Arendt En: Fina Biruls (comp), Hannah Arendt El orgullo de pensar, Espaa, Editorial Gedisa, 2000, p.32.
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Sin embargo, Arendt es pesimista al ver que en la era moderna el homo faber es derrotado y cae nuevamente, a la escala del animal laborans. Una Paideia arendtiana partira de la libertad humana que se crea y recrea ms en el espacio de la poltica; sera una Paideia que recupera la capacidad de pensar, capacidad que segn ella, est amenazada por las tiranas y porque el hecho de pensar, es cada vez ms el privilegio de unos pocos. Al animal laborans y al homo faber, nosotros le agregaramos el animal simblico, el que piensa, crea smbolos y comunica, ste es el hombre libre y creador, el que recrea y tambin interpreta el mundo. El mundo en el que cada nuevo acontecimiento es interpretacin es, de hecho, un mundo constituido exclusivamente por smbolos y signos7 Vattimo ha dicho que la libertad de los smbolos y la capacidad de simbolizacin no se da slo en el arte y en los artistas, sino que es inherente a la propia existencia histrico concreta del hombre. Toda la actividad humana y su existencia, es en ese sentido, trgica y dionisaca. El conocimiento es as, smbolo producido por el hombre y ese smbolo, conocimiento, corre el riesgo siempre de anquilosarse en un sistema metafsico. Los smbolos pueden convertirse en fetiches y ser funcionalizados por las estructuras de dominio, pero ellos tambin pueden ser el mbito de la liberacin humana. El mundo cientfico tcnico de alguna manera, es la victoria dionisaca contra la opresin humana, la liberacin simblica es la rebelin de la creatividad dionisaca revelada en la ciencia y en la tcnica. Los desarrollos tcnicos han llevado al hombre a nuevos modos de relacin y de conocimiento de la naturaleza, ya no con visiones metafsicas o totalizadoras. En el inventar humano, nuevas formas de desafo y sometimiento de la naturaleza emergen mediante las tecnologas y con ellas se despliega la verdadera existencia dionisaca8 Vattimo ha destacado en el pensamiento de Nietzsche, el nexo entre la liberacin simblica y la liberacin humana; la ciencia y la tcnica hacen posible una nueva humanidad y unos modos de vida siempre nuevos, en los que se manifiesta la exuberancia experimental del hombre como creador de smbolos. El hombre, o mejor ultrahombre de Nietzsche, -ultra- porque est ms all del hombre viejo metafsico y ha sobrepasado etapas, es el creador de smbolos que ha superado los esquemas de dominio, fetichistas y de repeticin, vive sin trascendencia,
7: Vattimo, Gianni. El Sujeto y la mscara, Nietzsche y el problema de la liberacin. Barcelona, Ediciones Pennsula, 1998, p. 275. 8: Ibid. pp. 308 - 309
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sin opresion y es capaz de decidir ser libre; ya no vive con las certezas, sino con la incertidumbre, ya no vive en un mundo de causas y efectos, sino en uno de creacin continua, ya no vive para conservar un poder sino para liberarlo, es la esencia del crear. Segn Diego Snchez Meca9 es en la creacin artstica y no en la actividad cognoscitiva en donde podemos comprender el paradigma nietzschiano, en el que se disuelve todo dogmatismo y absolutismo de la razn. Es con la ptica del arte que ese paradigma aspira a ilustrar el fondo dionisaco de toda creacin humana. Lo dionisaco en Nietzsche es interpretado como una fuerza excitadora, intensificadora y exaltadora, tanto de los sentidos como de los afectos, que se manifiesta en la creacin humana, en la ciencia, en la tcnica y en el arte. Lo dionisaco y apolneo son las especies de embriaguez que se expresan en el ver, representar, reproducir, y transformar del artista y que estn asociadas a la sugestin y a la capacidad de cambiar las formas. Suerte de metamorfosis en la que lo dionisaco altera, imita, representa, comunica lo que se siente, lo trgico de la vida. Al hombre dionisaco le resulta imposible no comprender una sugestin cualquiera, l no pasa por alto ningn signo de afecto, posee el ms alto grado del instinto de comprensin y de adivinacin, de igual modo que posee el ms alto grado del arte de la comunicacin.10 La embriaguez dionisaca intensifica el sistema entero de los afectos es por ello que el artista tiene un gran poder de expresar, comunicar y de manifestar todas las fuerzas del representar, reproducir, transformar y transfigurar el mundo. Es por el lenguaje que el artista, hombre dionisaco, domina el arte de la comunicacin. Lo trgico dionisaco se convierte as, en el valor ms relevante para comprender el pathos de nuestra poca. Nietzsche encuentra en el artista, al homo ludens, el len que se vuelve nio expresa al que juega sin preocupacin, en donde crear se asocia a jugar al juego divino del crear11. Esta idea del artista que juega, se incorpora a la posibilidad de una paideia, trayendo otros aires al terreno de la educacin en el que tanto cientificismo e instrumentalismo han reducido la educacin a experimento, a clculo, a administracin; olvidando su finalidad: una formacin que es creadora. Nietzsche no elabora precisamente una tesis sobre la educacin de la nueva humanidad. Sin embargo, en sus ideas estn delineados algunos elementos para pensar en una paideia hermenutica. En la crtica que hizo de la modernidad y especialmente de la decadencia de la cultura alemana, Nietzsche da cuenta de la falta de educadores y de la ausencia del pensar en las escuelas. Cuestion el adiestramiento
9: En torno al Superhombre, Nietzsche y la crisis de la modernidad, Barcelona, Espaa. Editorial Anthropos, 1989, p. 68. 10: Nietzsche, F. Crepsculo de los dolos o como se filosofa con el martillo, Madrid, Espaa, Alianza Editorial, 1979, p. 92 11: _________________ , As Hablo Zarathustra, Barcelona, Espaa, Editorial Bruguera, 1974, p.63.
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brutal utilizable para el servicio del Estado. Pero, lo ms grave es que la escuela no forme para la vida. l deseaba que la escuela fuese el lugar donde se aprendiera a pensar, a pensar como a bailar. bailar en todas sus formas, el saber bailar con los pies, con los conceptos, con las palabras12 Vattimo13 ha interpretado este baile como el baile con los dioses; y como la produccin de sentidos por parte del hombre que ha convertido el mundo en la sede de la creacin de smbolos. Los dioses son los smbolos, los significados que le sirven al hombre para justificar su existencia. Es la capacidad simblica la que caracteriza al hombre en su relacin con el mundo y que supone una potenciacin y una liberacin del mismo. La Techne, el concepto que permite pensar la paideia en la era tcnica Gadamer para definir la techne, parte de Aristteles por considerarlo el filsofo que logr delimitar entre el saber terico y el saber moral (episteme y phrnesis). A Gadamer le interesa especialmente indagar acerca del saber moral y es por eso que se detiene ms en la sabidura tico poltica que en la de tipo terica y tcnica. Este nfasis en lo moral poltico despert la crtica de Vattimo que acus a Gadamer de plantear una especie de ideologa, en la que se reivindica el humanismo como una suerte de terapia de los males del hombre contemporneo. Al referirse a la techne Gadamer dice: la direccin del hacer por el saber aparece sobre todo y de manera ejemplar, all donde los griegos hablan de Tekhne. Esta es habilidad, es el saber del artesano que sabe producir determinadas cosas14 La techne coincide con el saber moral porque ambos, segn Gadamer, coinciden en ser saberes previos que determinan y guan la accin humana y contienen la aplicacin del saber a cada situacin concreta. Tekhne, saber producir, se corresponde con la perfeccin de la conciencia moral, pero no son la misma cosa. El saber que gua el producir se distingue del saber que se tiene de s. El saber de la phronesis es un saber que afecta al humano, es lo que tenemos que hacer y no pretende comprobar nada. El que decide moralmente ha aprendido por educacin y sabe qu es lo correcto, su hacer prctico est guiado reflexivamente y afecta al vivir correctamente en general. La techne se aprende y puede olvidarse, el saber moral no, una vez aprendido no puede olvidarse. El saber tcnico a diferencia del moral, sirve a fines particulares.
12: Crepsculo de los dolos, op. cit p. 84 13: El Sujeto y la mscara, op. cit p. 266 14: Gadamer, Hans-Georg, Verdad y Mtodo, I, Salamanca, Ediciones Sgueme, 1997, p. 386.
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Los saberes terico, tcnico y prctico moral, influyen directamente en el ser humano y se traducen en formacin, en la paideia. Gadamer no logra establecer claramente las relaciones entre el saber productivo que es para l la tekhne, el saber praxico (phronesis) y el saber tcnico especializado, l considera que el saber ms importante es finalmente, el saber poltico del hombre de Estado, el que constituye para l el saber ms urgente en la actualidad. l busca una tekhne suprema, una tekhne poltica, para l hay una tensin entre los saberes y esto viene desde los griegos. Hoy se puede hacer la distincin cualitativa entre el tcnico y el poltico, pero falta definir el saber del hombre de Estado. Los saberes de hoy, adems estn constreidos por la regulacin lingstica que ha impuesto un orden, un dominio, un lmite a lo que es legtimo y vlido decir. Mientras las mayoras estn adormecidas por el sueo tecnolgico, slo una pequea minora est consciente de las regulaciones lingsticas y del control que se est ejerciendo sobre las conciencias, manteniendo los prejuicios y las distorsiones. De todas maneras, hay un optimismo en Gadamer cuando sostiene que a partir de la crtica a la ciencia, tomaremos conciencia del tiempo que vivimos, tiempo en el que en las que las diferencias puedan ser solventadas con una educacin para la tolerancia.15 Las transformaciones tecnolgicas que vivimos tienen mucho de fantasmagrico, en comparacin con la realidad constante de nuestras concretas y singulares vidas. Una paideia segn Gadamer, sera entonces para rectificar la conciencia mediante, si es posible aun, el dilogo permanente entre las diferencias existentes entre los hombres y las comunidades.
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techne. Ese saber es justamente el incipiente y constante mirar ms all y por encima de lo materialmente existente y disponible. Este estar ms all, pone primeramente en obra, de diferente manera y por caminos y en dominios diversos, lo que luego le otorga a lo materialmente existente y disponible su relativo derecho y posible determinabilidad y, con ello, sus lmites.16 La techne entonces es preguntarse ms all de lo fijado por la experiencia, Heidegger deja claro que este saber tiene una superioridad porque con la techne se hace y se mantiene patente todo lo que puede ser accesible, interpretable e inteligible; no es una techne porque su produccin implique habilidades tcnicas, instrumentos y materiales, sino porque es saber que pregunta y que pone en obra, efecta el ser como un ente o como no-ente; que en cada caso es de uno u otro modo. El creador hace aparecer lo no visto, y avanza hacia lo no-dicho; obra, es lo producido en el estado descubierto desocultado; descubrir el ente es una lucha contra el ocultamiento; es camino que acontece en el lenguaje y que nos permite trascender lo habitual y familiar; es ponernos en direccin a pensar el ser, nos pone en la perspectiva. Esta manera de asumir la techne es la clave para comprender el significado de la Filosofa, del pensamiento, del ser y del lenguaje; es colocndonos por encima y viendo ms all de lo inmediato, como podemos entender la <presencia> del ente como lo vieron los griegos, su concepto de verdad como desocultar y descubrir, y para la actualidad, es entender qu es la tcnica, la que aparece como la esencia, el ser de nuestra poca.
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La Nueva Paideia
La significacin de la hermenutica ha quedado en evidencia para aclarar el sentido de la techne, como el saber que no puede reducirse a lo productivo, al hacer. El hombre de la paideia en la era tcnica es bsicamente, el hombre que analiza y juega con la palabra, y crea lenguajes ya que necesita comunicar y comprender el lenguaje ficcional y de la realidad virtual. Los hacedores, creativos, artistas, hombres de saber, el investigador, son los pensadores que producen creativamente para mejorar la vida y para afirmarla. El hacer se funde con la ciencia, con el arte. El homo ludens, se confunde con el artista, el tcnico, hacedor de las artes aplicadas; el hombre culto y formado de hoy es el artista, el programador, el diseador, el que crea e interpreta los lenguajes tecnolgicos y aprovecha lo que el cientfico, el filsofo, ponen a su disposicin, pero, es adems y fundamentalmente el hombre que se reinventa y re-crea en un diverso e indito universo tico.
16: Introduccin a la Metafsica, Espaa, Editorial Gedisa, 5ta reimp, 2003, p.146
Bibliografa
Arendt, Hannah, La Condicin humana, Barcelona, Espaa, Editorial Seix Barral, 1974. Biruls Fina (comp) Hannah Arendt El orgullo de pensar, Espaa, Editorial Gedisa, 2000. Gadamer, Hans Georg, Verdad y Mtodo, I, Salamanca, Ediciones Sgueme, 1997. ______________________, Verdad y Mtodo, II, Salamanca, Ediciones Sgueme, 1998. Heidegger, Martin, Introduccin a la metafsica, Espaa, Editorial Gedisa, 5ta reimp. 2003. Lipovetsky, Gilles, La era del vaco, Ensayos sobre el individualismo contemporneo, Barcelona, Espaa, Editorial Anagrama, 7edicin, 1994. _______________ y Sbastien Charles, Los tiempos hipermodernos, Barcelona, Espaa, Editorial Anagrama, 2006. Nietzsche, Friedrich, As habl Zarathustra, Barcelona, Espaa, Editorial Bruguera, 1974. ________________, Crepsculo de los dolos o cmo se filosofa con el martillo, Madrid, Espaa, Alianza Editorial, 1979. Snchez Meca, Diego, En torno al superhombre, Nietzsche y la crisis de la modernidad, Barcelona, Espaa, Editorial Anthropos, 1989. Vattimo, Gianni, El sujeto y la mscara, Nietzsche y el problema de la liberacin, Barcelona, Espaa, Ediciones Pennsula, 1998.
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