Proceso Sumario

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EL PROCESO PENAL EN EL SALVADOR ATILIO RAMREZ AMAYA*

SUMARIO:

1. Introduccin. 1.1. Marco histrico. 1.2. Normativa vigente constitucional e internacional sobre derechos humanos constrascendencia procesal penal. 1.4. Proteccin de los derechos humanos al margen de la justicia y su significado para el proceso penal. 1.5. Proteccin de los derechos humanos y proceso penal. Estado doctrinal de la cuestin. 1.6. El reflejo, en los medios de comunicacin, del proceso penal y de la persecucin pena.l. 2. Evolucin del proceso penal. 2.1. Evolucin del proceso penal desde la Independencia. 2.2. Reformas de las ltimas dcadas. 3. El derecho vigente. 3.1. Principios del proceso penal enunciados en el Cdigo. 3.2. Tribunales penales. 3.3. Partes. 3.4. Medidas coactivas. 3.5. Regulacin de la prueba. 3.6. Fases del proceso. 3.7. Trmino del proceso. 3.8. Medios de impugnacin. 3.9. Procedimientos especiales. 3.10. Consecuencias econmicas del proceso. 4. Proyectos de reforma. 4.1. Principios fundamentales del proyecto. 4.2. Estructura del Proyecto. 4.3. Principios bsicos y garantis constitucionales desarrollados en el Proyecto. 5. Conclusiones.

1. INTRODUCCIN 1.1. MARCO HISTRICO

En l980, las crecientes tensiones sociales y polticas originadas sobre todo por la desigual reparticin de los medios de produccin, explotaron en El Salvador en una guerra civil. A mediados de 1979 en Nicaragua el dictador Anastasio Somoza Debayle haba tenido que abandonar el pas ante el inminente triunfo del Frente Sandinista para la Liberacin Nacional; Somoza fue aislado por la comunidad internacional por las violaciones a los derechos humanos. En El Salvador algunos militares se percataron de que se haca necesario e inmediato realizar cambios en la direccin poltica del pas para evitar la guerra. Por eso la fuerza armada misma y la Embajada Norteamericana, decidieron derrocar al Presidente General Carlos Humberto Romero. El 15 de octubre de 1979 algunos cuarteles y destacamentos militares se declararon en rebelin y, sin que se disparara un tiro, el ltimo presidente militar de El Salvador abandonaba el pas rumbo a Mxico. Ese mismo da los golpistas se comprometieron a frenar las violaciones de los derechos humanos y la violencia poltica; tambin anunciaron medidas para lograr una distribucin equitativa de la riqueza nacional, las cuales consistan sobre todo en una reforma agraria y reformas al sistema de la banca y del comercio exterior. Para gobernar se form la Junta de Gobierno Revolucionaria, integrada por dos militares y tres civiles. En la poblacin se diferenciaron las fuerzas de izquierda y las de derecha. Lo mismo sucedi entre los militares. Varios promotores del golpe del 15 de octubre fueron marginados, y el grupo de oficiales jvenes comprometidos con el programa de reformas sociales tuvo que subordinarse a los oficiales retrgrados pero de mayor jerarqua que no compartan ideas de reforma. El Arzobispo de San Salvador, Monseor Oscar Arnulfo Romero, por medio de sus homilas dominicales transmitidas por radio, haca constantes llamados a la reconciliacin para intentar frenar la espiral de violencia desatada en el pas. Las homilas de monseor Romero se tornaron crticas al gobierno de la Junta y los cuerpos de seguridad, dependientes de la fuerza armada, acusndolos de varios asesinatos y constante persecucin de civiles indefensos. * Ex-Magistrado de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador.

En su ltima homila, Monseor Romero hizo un llamado a los militares para que en el nombre de Dios, cesara la represin contra el pueblo, y a los soldados para que no obedecieran las rdenes de disparar dadas por los militares. Al da siguiente, lunes 24 de marzo de 1980, el arzobispo fue asesinado mientras oficiaba misa en la capilla del hospital La Divina Providencia, en San Salvador. Sus funerales, en la catedral de San Salvador, terminaron en medio del estallido de bombas y balazos que comenzaron desde el Palacio Nacional, custodiado por la Guardia Nacional. A consecuencia del pnico y atropellamiento de la gente y de los disparos de los militares, murieron decenas de personas. Las escenas de ese trgico da fueron transmitidas por la televisin en todo el mundo: Quedaba claro que se haba silenciado una de las ltimas voces que clamaban por el dilogo y la conciliacin en la sociedad salvadorea. Podemos afirmar que en ese momento se declar la guerra civil que dur 12 aos. Durante los meses restantes de 1980, el pas se sumi totalmente en la violencia. El conflicto salvadoreo adquiri importancia continental para luego desbordarse mundialmente. En efecto, Estados Unidos consideraba a Centroamrica como su "patio trasero" y, luego del triunfo sandinista en Nicaragua, la regin tom la categora de zona de confrontacin con la Unin Sovitica. La administracin del Presidente Jimmy Carter decidi que El Salvador no sera otra Nicaragua, y aprob una partida de 6 millones de dlares como ayuda militar, pero con la condicin de que en ese pas se respetaran los derechos humanos. (Al final de la guerra la ayuda norteamericana para la guerra ascenda a ms de un milln de dlares diarios). En ese mismo ao 1980 fue elegido presidente de Estados Unidos Ronald Reagan, enemigo declarado de la Unin Sovitica, de Cuba, de Nicaragua y de todos los movimientos de liberacin nacional. Los asesores y estrategas del Departamento de Estado y del Pentgono vieron como gran peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos la lucha de la izquierda en El Salvador: teman que pudiera generarse el "efecto domin", pues si Nicaragua haba cado en manos de un gobierno revolucionario de tendencias izquierdistas, caera El Salvador y luego Guatemala. La poltica de Estados Unidos hacia El Salvador durante la administracin Reagan busc de todas formas frenar el avance de la revolucin; pretendan que las fuerzas armadas salvadoreas derrotaran a los guerrilleros sin que fuese necesario usar tropas de combate norteamericanas. Las elecciones de 1984 llevaron a la presidencia de la Repblica al ingeniero Jos Napolen Duarte, quien convoc a la primera reunin de dilogo para la paz en La Palma, Chalatenango. Esta reunin entre gobierno y guerrilla, igual que las siguientes, no tuvo resultado alguno en que pudiera visualizarse el final de la guerra. Adems, el gobierno norteamericano segua pensando en que, con el apoyo que le brindaba al ejrcito salvadoreo, y cortando las fuentes de suministro de armas y municin a la guerrilla, sera posible una victoria militar sobre el FMLN. La guerra se agudiz y llegaron a contabilizarse cerca de 80 mil muertos en el conflicto, la mitad de los cuales la constituan civiles desaparecidos, torturados y asesinados por los llamados "escuadrones de la muerte". En noviembre de 1989, el FMLN lanz una ofensiva general en todos el pas concentrando sus mayores ataques en San Salvador, San Miguel y Usulutn. Las poblaciones del rea metropolitana Mejicanos, Soyapango, Cuscatancinco y Colonia Zacamil cayeron en manos de la guerrilla. Los ataques se mantuvieron recios cerca de 10 das. Las fuerzas de izquierda crean que el pueblo se insurreccionara, pero no sucedi tal cosa. El ejrcito se conmovi y por orden de los militares fueron asesinados seis sacerdotes jesuitas de la Universidad Centroamericana incluyendo a su rector el padre Ignacio Ellacura. Este crimen conmocion mundialmente a la opinin pblica. Tanto analistas polticos extranjeros como nacionales llegaron a la conclusin de que la guerra estaba empantanada y empatada. En ese momento la guerrilla haba conseguido misiles antiareos para combatir la fuerza area, lo que vino hasta cierto punto a alterar el ritmo de la guerra y la capacidad ofensiva de ambos bandos. Tambin en el nivel mundial sucedan cambios insospechados en la poltica de las grandes potencias, en el este de Europa y sobre todo en la Unin Sovitica. Entonces los Estados Unidos expresaron su voluntad poltica de apoyar el final de la guerra por medio de una solucin negociada. El 4 de abril de 1990 en Ginebra, Suiza, el Secretario General de la ONU y representantes del gobierno y del FMLN firmaron un acuerdo que estableci la normativa de la negociacin de paz, y las

partes se comprometieron a no retirarse del proceso de dilogo. Desde esa fecha, aun cuando la guerra continuaba, se inici un proceso complejo de reuniones y consultas en distintos pases que culmin con el documento de Chapultepec, Mxico. En septiembre de 1991 las partes firmaron el llamado Pacto de Nueva York, en el que se dispuso la creacin de la Comisin para la Consolidacin de la Paz, COPAZ, compuesta por el gobierno, el FMLN y los partidos polticos con representacin en la Asamblea Legislativa. Se estableci que COPAZ tendra amplias facultades de supervisin y control sobre el cumplimiento de lo que se pactare. Tras intensas negociaciones y en un acto dramtico, la medianoche del 31 de diciembre de 1991 se firm el Acta de Nueva York, en la que se anunciaba que haban concluido las negociaciones y que el acuerdo final de paz se firmara el 16 de enero de 1992.1 1.2. LA SITUACIN DE LOS DERECHOS HUMANOS

La vigencia y proteccin de los derechos humanos en El Salvador en la actual etapa de posguerra, gira alrededor de la aplicacin de los acuerdos de paz y de su ejecucin real en forma sostenida. Para los salvadoreos, el ncleo de los problemas ha residido en la desigual distribucin de la riqueza y en el desbordamiento de la violencia con la guerra, sobre todo en las constantes violaciones por parte del aparato militar; este ltimo, precisamente por la actividad blica, adquiri vida propia e independiente de los otros mecanismos estatales para convertirse en centro generador de los mayores ataques a los derechos humanos. Indudablemente la tortura, las desapariciones forzadas y la muerte estatalizada casi se han erradicado. Aunque existen casos aislados en que las vctimas han aparecido con seales de tortura, se trata de acciones no institucionalizadas. Analizando la situacin de los derechos humanos durante el primer trimestre de 1995, la Procuradura para la Defensa de los Derechos Humanos indica que recibi en enero 335 denuncias; en febrero, 342 y en marzo, 374. Lo anterior demuestra que no basta nicamente la sola voluntad de proteccin, ni disposiciones legales que penalicen o castiguen las violaciones. As vemos que la responsabilidad judicial en la comisin de las violaciones aument, respecto a la totalidad de los presuntos responsables, de un 26,9 % en enero a un 35,1 % en marzo; mientras que la presunta responsabilidad de agentes de la Polica Nacional Civil en la comisin de infracciones a los derechos humanos, se acrecent del 26,6 % en enero al 31,9 % en marzo. Las denuncias recibidas por la Procuradura para la Defensa de los Derechos Humanos en el primer trimestre de 1995, muestran que aun las instituciones cuya atribucin es asegurar el cumplimiento de las normas de proteccin a los derechos humanos de los salvadoreos, tienen serias deficiencias, tornndose en factores de violacin y fuente misma de ataques a tales derechos. En efecto, revisando las denuncias recibidas, aparece que las infracciones a las garantas del debido proceso legal suman 4,40, lo que representa el 41,5 % del total de violaciones. Le siguen 231 violaciones del derecho a la libertad personal, que representan el 21,8 % del total de las violaciones. Tambin en la referida institucin se recibieron 174 casos de violacin de los derechos a la vida y a la integridad personal, rubro que constituye el 16,4 % de las violaciones a los derechos de los salvadoreos durante los meses de enero, febrero y marzo de 1995. A partir de la toma de posesin de la Asamblea Legislativa en 1994 y sobre todo desde marzo de 1995, la reforma para imponer la pena de muerte por delito ha sido pblicamente avalada por diputados, alcaldes y gobernadores del partido ARENA, especialmente por la Presidenta del Congreso o Asamblea Nacional, Gloria Salguero Gros. Hace pocos meses, El Salvador reconoci la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Recordemos que el art. 4.3 de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos dice: "No se restablecer la pena de muerte en los Estados que la han abolido". Adems, en el marco de la Conferencia Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos,
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Alvarenga, Patricia y otros. Historia de El Salvador (Tomo II). El Salvador: Edit. Ministerio de Educacin, 1994

realizada en noviembre de 1969, la cual origin la suscripcin de la Convencin Americana o Pacto de San Jos, El Salvador junto a otras trece naciones firm una declaracin que dice: ...declaramos solemnemente nuestra firme aspiracin de ver desde ahora erradicada del mbito americano la aplicacin de la pena de muerte y nuestro indeclinable propsito de realizar todos los esfuerzos posibles para que, a corto plazo, pueda suscribirse un Protocolo adicional a la Convencin Americana de Derechos Humanos que consagre la definitiva abolicin de la pena de muerte..." La delincuencia y su exagerada publicidad ha pasado a ser tema diario de los salvadoreos, lo cual ha originado una sostenida campaa de "ley y orden". La percepcin en los medios de comunicacin sobre el real o exagerado crecimiento de la delincuencia, ha deformado en algunos sectores las reacciones al fenmeno, llegando incluso a publicitarse una especie de legtima defensa en acciones privadas de castigo a los infractores. Han surgido grupos que, fuera de los mecanismos estatales, reivindican facultades para combatir la delincuencia; se autodenominan "Comando Ejecutivo Antidelincuencial", "Comando Antidelincuencial y de Limpieza Social" o sencillamente "La Sombra Negra, este ltimo el ms temido por atribursele ms de 50 ejecuciones, y por el anuncio de que ejecutar a los salvadoreos deportados de Estados Unidos que hayan tenido problemas de delincuencia en ese pas o que se vistan como "los cholos" de Los Angeles, California. Histricamente, en El Salvador la existencia de organizaciones para combatir el crimen con facilidad ha sufrido un proceso de decantacin y politizacin: comenzaron con acciones de limpieza delincuencial que con el tiempo han llegado a ser verdaderos instrumentos de represin poltica. Es la historia de los comandantes cantonales, honrados campesinos que terminaron formando una organizacin paramilitar llamada ORDEN, disuelta por los acuerdos de paz. Tambin estos mismos honrados campesinos y agricultores se militarizaron durante la guerra y formaron la base de las llamadas "defensas civiles", bajo el mando de la fuerza armada. A estos grupos ya los vimos amenazar y reprimir la delincuencia, pero luego tambin los vimos transformar su conducta materializando amenazas contra personas y organizaciones que realizaban actividades cvicas y polticas dentro de la legalidad, pero que no apoyaban al gobierno ni a los militares, sino que se pronunciaban contra ellos. Para los salvadoreos ha sido dolorosa la experiencia alcanzada por el irrespeto a los derechos humanos elementales, en el cual han participado como autores grupos ilegales armados que luchaban para "salvar la patria y salvaguardar los valores supremos de los salvadoreos". La mxima expresin de grupos ilegales fueron los "escuadrones de la muerte", constituidos por elementos de la fuerza armada como ejecutores de disidentes polticos, y cuyo financiamiento provena de sectores retrgrados de la oligarqua enquistados en el partido ARENA. La realizacin de ejecuciones arbitrarias, adems de causar dolor a las vctimas y a sus familias, produce terror en el vecindario y en las posibles vctimas. Pero tambin descubre la fragilidad de los mecanismos policiales, que no tienen capacidad para prevenir las acciones de justicia privada. Asimismo, tempranamente hacen aflorar opiniones favorables a la reestructuracin de los escuadrones de la muerte, sobre todo cuando son funcionarios del gobierno, diputados y gobernadores quienes expresan aprobacin a los actos de la "sombra negra". Estos grupos ilegales surgen sobre la base de una relativa impunidad: creen que pueden violar las leyes y que no existe en el pas autoridad capaz de sancionarlos.2 1.3. NORMATIVA VIGENTE CONSTITUCIONAL E INTERNACIONAL SOBRE DERECHOS HUMANOS CON TRASCENDENCIA PROCESAL PENAL

Este tipo de normas gira sobre las garantas al debido proceso y las llamadas garantas judiciales. Para evitar repeticiones innecesarias de disposiciones legales, se presentan por su nombre las garantas procesales vigentes en El Salvador, relacionndolas con las normas internacionales, pero sin trasladar su texto.3

"Conciencia ", publicacin de la Procuradura para la Defensa de los Derechos Humanos, ao 2, No. 008. San Salvador: 1995. 3 "Instrumentos internacionales sobres derechos civiles y polticos". Seleccin. El Salvador: Edit. LEA, 1994.

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Derecho a que se respete el principio delegalidad del proceso penal Constitucin de la Repblica, arts. 13 y 15. Cdigo Penal, arts. 1 y 79. Cdigo Procesal Penal, arts. 2, 3, 8 y 150. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos de las Naciones Unidas, arts. 14 y 15. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art.9. Convenios de Ginebra de 1949, art. 3 n 1.d. Protocolo Segundo de 1977 adicional a los Convenios de Ginebra, art. 6 N 23.c. Derecho a que se respete el principio de responsabilidad en materia penal Constitucin de la Repblica, art. 12. Cdigo Penal, arts. 2, 32 y siguientes; y 44 y siguientes. Cdigo Procesal Penal, arts. 505 y 506. Derecho a la pronta y cumplida justicia penal Constitucin de la Repblica, art. 182 N 5. Cdigo Procesal Penal, arts. 96, 110 y siguientes; 123, 300,395, 405, 407, 505, 713 y 725. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, art. 14. Declaracin Americana de los Derechos del Hombre, OEA, art. XVIII. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, arts. 8 y 25. Derecho a ser juzgado por tribunales competentes, independientes e imparciales Constitucin de la Repblica, arts. 172 y siguientes. Cdigo Procesal Penal, arts. 2, 9, 12, 28, 116, 379 y 383. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, art. 14 N 1. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 8 N 1. Convenios de Ginebra de 1949, art. 3 N 1.d. Protocolo Segundo de 1977 adicional a los Convenios de Ginebra, art. 6 N 2. Derecho de igualdad ante la ley y ante los tribunales de justicia Constitucin de la Repblica, art. 3. Cdigo Penal, art. 16 y siguientes. Cdigo Procesal Penal, art. 7. Declaracin Univerasal de Derechos Humanos, ONU, arts. 1 y 7. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, art. 14 Ns. 1 y 3. Declaracin Americana de los Derechos del Hombre, OEA, art. II. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 8 N 2. Garanta de audiencia Constitucin de la Repblica, art. 11. Cdigo Procesal Penal, art. 3. Declaracin Univerasal de Derechos Humanos, ONU, art. 10. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, art. 14. Declaracin Americana de los Derechos del Hombre, OEA, art. XXVI. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 8. Derecho de peticin y respuesta Constitucin de la Repblica, art. 18. Declaracin Americana de los Derechos del Hombre, OEA, art. XXIV. Derecho a gozar de la irretroactividad de la ley penal Constitucin de la Repblica, art. 21. Cdigo Penal, arts. 12, 13 y siguientes. Cdigo Procesal Penal, arts. 2 y 8. Declaracin Univerasal de Derechos Humanos, ONU, art. 11.

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Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, art. 15. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 9. Protocolo Segundo de 1977 adicional a los Convenios de Ginebra, art. 6 N 2. c. 9. Derecho a gozar de la publicidad del proceso penal, o derecho a disponer de un juicio pblico Constitucin de la Repblica, art. 12. Cdigo Procesal Penal, arts. 97, 302, 376 y 379. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, art. 14 N 1. Declaracin Americana de los Derechos del Hombre, OEA, art. XXVI. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 8 N 5. Derecho a que un mismo juez no intervenga en diversas instancias en el mismo proceso penal Constitucin de la Repblica, art. 16. Cdigo Procesal Penal, art. 4. Derecho a que se abran juicios fenecidos Constitucin de la Repblica, art. 17. Derecho a no ser enjuiciado ms de una vez por la misma causa Constitucin de la Repblica, art. 11. Cdigo Penal, art. 1. Cdigo Procesal Penal, art. 4. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, art. 14 N 7. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 8 N 4. Derecho de proteccin contra la detencin ilegal y arbitraria Constitucin de la Repblica, arts. 5 y 11. Cdigo Penal, arts. 218, 219 y 221. Cdigo Procesal Penal, arts, 241 y siguientes, 691 N 6. Declaracin Univerasal de Derechos Humanos, ONU, art. 9. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, art. 9. Declaracin Americana de los Derechos del Hombre, OEA, art. XXV. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 7 N 3. Derecho de los detenidos a ser informados de manera inmediata y comprensible de sus derechos y de los motivos de la detencin Constitucin de la Repblica, art. 12. Cdigo Procesal Penal, art. 46 N 5.a. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, arts. 9 N 2; y 14 N 3.a. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 7 No 4. Protocolo Segundo de 1977 adicional a los Convenios de Ginebra, art. 6 N 2.a. Derecho a que las rdenes de detencin sean escritas y emanadas de autoridad competente Constitucin de la Repblica, art. 13. Cdigo Procesal Penal, art. 241. Derecho de proteccin contra la tortura, los tratos crueles, inhumanos o degradantes; y las penas perpetuas, infamantes o proscriptivas; as como a ser tratado humanamente y con respeto a la dignidad Constitucin de la Repblica, art. 27. Cdigo Penal, art. 170 a 174; 180, 183, 195 N 1, 199, 218 N 1, 222, 225, 428, 488 y 500. Cdigo Procesal Penal, arts. 46 Ns 2, 5b; 139 inciso segundo; 382, 691 y siguientes; y 712. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, arts. 7 y 10. Declaracin Americana de los Derechos del Hombre, OEA, arts. XXV y XXVI. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, arts. 5 Ns 1 y 5 N 2. Protocolo Segundo de 1977 adicional a los Convenios de Ginebra, art. 4 N 2 a.e.

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Convenios de Ginebra de 1949, art. 3 N 1 a. c. 17. Derecho a no ser obligado a declarar contra si mismo, ni a confesarse culpable Constitucin de la Repblica, art. 12. Cdigo Procesal Penal, arts. 46 No 2, 46 N 5b, 191, 494, 495 y 498. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, art. 14 N 3.g. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 8 N 2.g. Protocolo Segundo de 1977 adicional a los Convenios de Ginebra, art. 6 N 2.f. Derecho de los detenidos a no ser obligados a ejecutar trabajos forzados o de otra ndole que afecten su dignidad Constitucin de la Repblica, art. 4. Cdigo Penal, arts. 218 N 5, 222 y 223. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, arts. 8 y 10. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 6 N 2. Protocolo Segundo de 1977 adicional a los Convenios de Ginebra, art. 5 N 2.e. Derecho a ser juzgado por tribunales establecidos por la ley; derecho de acceso a los tribunales de justicia; derecho del reo a ser remitido ante los tribunales competentes en el plazo legal; derecho a proteccin judicial; derecho a disponer de un procedimiento sencillo y breve que lo ampare contra actos de la autoridad que violen sus derechos constitucionales Constitucin de la Repblica, arts. 15 y 181. Cdigo Procesal Penal, art. 143. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, art. 9 Ns 3 y 4. Declaracin Americana de los Derechos del Hombre, OEA, arts. XVIII y XXVI. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, arts. 7 N 5, 7 N 6; y 25. Convenios de Ginebra de 1949, art. 3 N 1.d. Derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable o a ser puesto en libertad sin dilaciones indebidas Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, arts. 9 N 3, y 14 N 3.c. Declaracin Americana de los Derechos del Hombre, OEA, art. XXV. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 7.5.

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Derecho a la defensa y asistencia de abogado. Derecho a estar protegido contra la incomunicacin Constitucin de la Repblica, art. 12. Cdigo Procesal Penal, arts. 3, 46 Ns 3 y 5 a; 62 y siguientes; y 378. Declaracin Univerasal de Derechos Humanos, ONU, art. 11. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, art. 14 N 3 b.d. Convencin sobre los Derechos del Nio, ONU, art. 37. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, arts. 8 N 2 c.d.e. y 27. 2. Protocolo Segundo de 1977 adicional a los Convenios de Ginebra, art. 6 N 2.a. Acuerdo de San Jos, Costa Rica, N 2 literal e., celebrado entre el gobierno y el FMLN en 1990. Las personas detenidas tendrn, adems, los derechos humanos y libertades fundamentales reconocidos por la Constitucin, por los tratados internacionales sobre derechos humanos y las leyes secundarias, en la misma medida en que las personas no detenidas, con las restricciones propias y naturales de su encarcelamiento legal, y con la nica excepcin de las personas condenadas, que como parte de la condena tienen restringidos ciertos derechos civiles y polticos, entre ellos: el ejercicio de la patria potestad, los derechos de ciudadana, el derecho a optar a cargos o empleos pblicos, el derecho a participar en el consejo de familia, el derecho al sufragio, el derecho a participar en partidos polticos y el derecho a gozar de la calidad de salvadoreo naturalizado. Entre los derechos humanos que deben respetrseles a las personas detenidas, ya sean procesadas o condenadas, estn: el derecho a la alimentacin bsica, derecho a la salud, derecho a la educacin, derecho al trabajo, derecho a estar recluido en condiciones humanas y dignas, a gozar de condiciones aceptables de salubridad e higiene, y a gozar de proteccin contra los rigores del clima y los peligros de conflictos armados. Las mujeres detenidas tendran derecho a estar separadas de los hombres y a estar bajo vigilancia inmediata de personal carcelario femenino. Otros son: el derecho de los procesados a estar separados de las personas condenadas, derecho a la libertad religiosa, derecho a la libertad de reunin y asociacin, derecho a la libertad de pensamiento y libre expresin y derecho al reconocimiento de la personalidad jurdica.

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Derecho a la presuncin de inocencia Constitucin de la Repblica, art. 12. Cdigo Procesal Penal, art. 46 N 1. Declaracin Univerasal de Derechos Humanos, ONU, art. 11. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, 14 N 2. Declaracin Americana de los Derechos del Hombre, OEA, art. XXVI. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, arts. 5 N 4; y 8 N 2. Protocolo Segundo de 1977 adicional a los Convenios de Ginebra, art. 6 N 2.d. Derecho al habeas corpus, al amparo y a pedir la inconstitucionalidad de las leyes Constitucin de la Repblica, arts. 11, 182 N 1, 183 y 247. Ley de Procedimientos Constitucionales, arts. 6 y siguientes; arts. 12 y siguientes; arts. 38 y siguientes. Derecho a no sufrir prisin por deudas Constitucin de la Repblica, art. 27. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, art. 11. Declaracin Americana de los Derechos del Hombre, OEA, art. XXV. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 7 N 7. Derecho a ser asistido gratuitamente por intrprete en el proceso penal Cdigo Procesal Penal, arts. 94 y 231. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, art. 14 N 3.f. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art.8 N 2a

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Derecho a que no se aplique analgicamente la ley penal Cdigo Penal, art. 4. Cdigo Procesal Penal, art. 2. Derecho a estar presente en el juicio respectivo y a que durante la realizacin de un acto procesal no se impida la libre movilidad del imputado Constitucin de la Repblica, arts. 11 y 13. Cdigo Procesal Penal, art. 46 N 4. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, art.9 Protocolo Segundo de 1977 adicional a los Convenios de Ginebra, art. 6 N 2.e. Derecho a presentar prueba ya pedir al juez la prctica de diligencias judiciales Cdigo Procesal Penal, arts. 118, 119, 120, 134, 199 N 2, 200, 210 inciso 3, 218, 304 y siguientes. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, art. 14 N 3 e. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 8 N 2.f. Derecho del imputado a que no se considere como prueba vlida en el proceso la confesin extrajudicial obtenida con violencia o coaccin Constitucin de la Repblica, art. 12 inciso ltimo. Cdigo Procesal Penal, arts. 494 y 495. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 8 N 3. Derecho a que se cumplan los requisitos legales para la validez probatoria de la confesin extrajudicial Cdigo Procesal Penal, arts. 142 y 496. Derecho a gozar del beneficio de la responsabilidad penal individual; y a que la pena no trascienda la persona del delincuente Constitucin de la Repblica, art. 12. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 5 N 3. Protocolo Segundo de 1977 adicional a los Convenios de Ginebra, art. 6 N 2.b. Derecho del imputado a que el juez le haga saber inmediatamente sus derechos Cdigo Procesal Penal, arts. 46, 121 y 188. Derecho del detenido a ser interrogado por autoridad judicial dentro de las 24 horas de su consignacin al tribunal Cdigo Procesal Penal, art. 189. Derecho del imputado a que su declaracin judicial indagatoria no sea requerida bajo juramento, promesa o engao Cdigo Procesal Penal, art. 191 inciso segundo.

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Derecho del imputado a declarar ante juez competente las veces que sea necesario para su defensa Cdigo Procesal Penal, art. 195. Derecho del imputado a estar solo ante el juez y las partes al momento de rendir su declaracin judicial Cdigo Procesal Penal, art. 197. Derecho del imputado a que se garantice el secreto y la libertad de los jurados en su deliberacin y decisin Cdigo Procesal Penal, arts. 362 y siguientes. Derecho a disponer de un recurso efectivo y gil ante tribunales superiores competentes; a que los condenados sean informados, al momento de la condena, de sus derechos a interponer recursos judiciales y de otro tipo, as como de los plazos para ejercer esos derechos Cdigo Procesal Penal, arts. 389 y siguientes; y 509 y siguientes. Declaracin Univerasal de Derechos Humanos, ONU, art. 8. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, art. 14 N 5. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 7 N 6; 8 N 2.h. y 25. Protocolo Segundo de 1977 adicional a los Convenios de Ginebra, art. 6 N 3. Derecho de las partes a interponer recursos ordinarios y extraordinarios Cdigo Procesal Penal, arts. 389 y siguientes; 509 y siguientes; 513, 520, 539, 550, 563, 567 y 606. Derecho a solicitar los beneficios de los recursos de gracia (amnista, indulto, conmutacin de la pena) Cdigo Procesal Penal, arts. 649 y siguientes. Protocolo Segundo de 1977 adicional a los Convenios de Ginebra, art. 6 N 5. Derecho a gozar de indemnizacin por error judicial y a obtener reparacin en casos de detencin ilegal Constitucin de la Repblica, art. 17. Cdigo Penal, art. 150. Cdigo Procesal Penal, arts. 46 N 5; 615 y 616. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, arts. 9 N 5; y 14 N 6. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 10. Derecho a que las pruebas sobre la delincuencia sean apreciadas por el juez conforme a reglas de sana crtica Cdigo Procesal Penal, arts. 488 y 498. Derecho a que el juez, en toda resolucin en que se deba hacer valoracin de la prueba, la fundamente con toda precisin Cdigo Procesal Penal, arts. 489 y 507. Derecho a que no se consideren como pruebas las declaraciones de coautores y cmplices Cdigo Procesal Penal, arts. 499 y 499-A. La anterior regla tiene como excepciones los delitos de secuestro, extorsin y trfico de drogas.

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Derecho a que no se aplique la ley penal a los menores de 18 aos Ley del Menor Infractor. Cdigo Penal, art. 16. Cdigo Procesal Penal, arts. 45 y 196. Derecho de los menores procesados a un tratamiento judicial especial; y a ser llevados ante los tribunales de menores con la mayor celeridad posible Constitucin de la Repblica, art. 35. Cdigo Procesal Penal, art. 196. Ley del Menor Infractor. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, art.10. Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 5 N 5. Convencin sobre los Derechos del Nio. Cdigo de Familia, arts. 344 y siguientes. Derechos de los menores de 18 aos, de las personas mayores de 70 aos y de las mujeres en estado de gravidez o madres de menores de corta edad, a estar protegidos contra la pena de muerte Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 4 N 5. Protocolo Segundo de 1977 adicional a los Convenios de Ginebra, art. 6 N 4. Derecho del titular del bien jurdico lesionado a ejercer la accin para acusar por delitos que den lugar a procedimiento de oficio; y del ofendido o terceras personas a presentar denuncia judicial Cdigo Procesal Penal, arts. 50, 85 y siguientes; y 125 y siguientes. Derecho del ofendido a ejercer la accin civil y al pago de indemnizacin de perjuicios, reparacin de daos y restitucin Cdigo Penal, art. 130 y siguientes. Cdigo Procesal Penal, arts. 69 y siguientes; 89 y siguientes; 267 y siguientes; 508; y 629 y siguientes. Derecho de toda persona a que se respeten las garantas judiciales indispensables para la proteccin de los derechos inderogables en los estados de excepcin Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 27 N2. PROTECCIN DE LOS DERECHOS HUMANOS AL MARGEN DE LA JUSTICIA Y SU SIGNIFICADO PARA EL PROCESO PENAL

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1.4.

En El Salvador la efectiva realizacin de los derechos humanos depende primordialmente del fortalecimiento de las instituciones nacionales responsables, directa o indirectamente, de su proteccin y defensa. Es una responsabilidad estatal. El Estado debe crear y organizar los medios para cumplir con esa obligacin; el gobierno tiene que activarse en ese sentido, sin perder de vista el adecuado funcionamiento del marco institucional previsto por los acuerdos de paz para el logro efectivo de la legalidad en la actuacin estatal en materia de derechos humanos. Sabemos que existe una tendencia de mejora cualitativa en la situacin de los derechos humanos, ya que durante los primeros meses de 1995 son pocas las denuncias de violaciones de los derechos humanos motivadas politicamente. Este cambio de la situacin permiti, a la Comisin de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en su cuadragsimo noveno perodo de sesiones (marzo de 1995), dar por finalizado, despus de 14 aos, el mandato de su experto independiente para El Salvador. Al mismo tiempo, la Comisin pidi al Alto Comisionado que facilite la ejecucin de un acuerdo de cooperacin tcnica en derechos humanos entre el Centro de Derechos Humanos y el Gobierno de El Salvador. Sin embargo, el aumento de la delincuencia comn, la continuacin de la violencia organizada en el pas, y la fuerte reaccin de algunos sectores sociales, en algunos casos ante las demoras en el

cumplimiento de los acuerdos de paz an pendientes, son hechos que han puesto en evidencia la necesidad de un mayor esfuerzo en el cumplimiento de los compromisos derivados de los acuerdos y en la coherente consolidacin de la institucionalidad que de ellos emerge, de tal suerte que el Estado est en condiciones de garantizar el irrestricto respeto a los derechos humanos. Como dice el XIII Informe del Director de la Divisin de Derechos Humanos de la ONUSAL al Secretario General de la ONU (marzo de 1995), es urgente acelerar el proceso de modernizacin y depuracin del rgano Judicial y fortalecer la capacidad de investigacin de la Polica Nacional Civil, a fin de combatir la impunidad, por considerar esta como fuente principal de violaciones a los derechos humanos. De finales de 1994 a 1995 hubo grandes avances en el proceso de consolidacin de las instituciones implicadas en la defensa y proteccin de los derechos humanos, como son la manifestacin de la Corte Suprema de Justicia de llevar adelante el proceso de depuracin del rgano Judicial, la conclusin del despliegue de la Polica Nacional Civil y de la disolucin de la Polica Nacional, y la ratificacin del Protocolo Facultativo al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, instrumento que otorga a las vctimas de violaciones, una vez agotados los recursos jurisdiccionales domsticos, la posibilidad de interponer denuncias ante el Comit de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Tambin se ratific el Protocolo Adicional de la Convencin Americana de Derechos Humanos sobre derechos econmicos, sociales y culturales, conocido como Protocolo de San Salvador. Se acept, al fin, la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, nico tribunal internacional del sistema interamericano de proteccin de los derechos humanos. Todos los dems pases de Centroamrica y ms de 17 naciones americanas ya haban aceptado la competencia de la Corte. En el mismo sentido tiene vigencia, tambin al fin, en el pas la Convencin de las Naciones Unidas contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos y Degradantes, con lo que se acepta la competencia del Comit contra la Tortura para efectuar investigaciones y pronunciarse acerca de violaciones sistemticas. Para completar ese adelantado proceso de consolidacin institucional, durante marzo de 1995 se eligi, como Procuradora para la Defensa de los Derechos Humanos, a la doctora Victoria Marina de Avils, jurista ampliamente reconocida por su compromiso en esta materia. Pero no slo al Estado corresponde el afianzamiento de los derechos humanos y el control de la legalidad en su proteccin, sino que es deber de todo ciudadano cooperar por su vigencia. En El Salvador, con el fin de la guerra, se abrieron suficientes espacios para que la sociedad civil organizada en entidades privadas llamadas Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), colabore con el Estado en la proteccin de los derechos humanos. Estas ejercen una efectiva proteccin al margen de la justicia estatal no slo en cuanto a la tutela, sino tambin por su denuncia sostenida que repercute en prevencin. Recordemos que la institucionalidad en El Salvador sigue siendo frgil y necesita voceros no gubernamentales que tengan credibilidad ante el pueblo y ante la comunidad internacional. 1.5. PROTECCIN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y PROCESO PENAL. ESTADO DOCTRINAL DE LA CUESTIN

En El Salvador nos encontramos en un proceso de reforma del sistema penal. Ya desde 1986 la desaparecida Comisin Revisora de la Legislacin Salvadorea (CORELESAL) hizo pblico un documento de "Polticas Generales" para orientar el trabajo de esa Comisin. En ese documento se haca notar que los grandes problemas del sistema radicaban en su ineficacia funcional, originada por: la tardanza en resolver los conflictos, la carencia de investigadores especializados, la insuficiente infraestructura de laboratorios tcnicos forenses, la desproteccin jurdica del imputado, la pena anticipada por medio de la detencin provisional, la falta de programas de readaptacin de los reos, el excesivo nmero de juicios que se tramitan en los juzgados; todo esto repercute indudablemente en el desamparo de los derechos humanos fundamentales. El mismo informe consideraba que, a pesar de que el hombre es el destinatario de la ley, en la prctica la administracin de justicia era sumamente formalista, circunstancia que deriva de la ausencia de un enfoque humanista, sobre todo en el rea penal; por esta razn, nuestro proceso penal resulta lento, ineficiente e inadecuado; ignora el hecho de que se juzga a seres humanos y que los ofendidos deben tener proteccin de sus derechos por parte del Estado. Esa situacin contradice los tratados internacionales suscritos, de cumplimiento obligatorio.

Se consider la necesidad de una pronta reforma de todo el sistema penal, reforma que, en lo que al proceso penal se refiere, deber orientarse hacia la constitucionalizacin de la ley procesal penal, su simplificacin y su tecnificacin. Se rechaz la idea de transformaciones parciales y priv la de una reforma integral de los procedimientos. Por supuesto que todo el sistema penal ha sido objeto de la corriente reformista total; as se ha emprendido con el Cdigo Penal, las leyes de menores, las que se refieren a la ejecucin de sentencias y su vigilancia y, por supuesto, con el proceso penal. Este, con su lentitud, se ha tornado en fuente de violacin de derechos humanos de los detenidos, adems de que no garantiza los derechos del procesado, ni contribuye a una adecuada investigacin del delito y de los presuntos responsables. Adelantando cuestionamientos, podemos afirmar que en el proceso penal vigente se le da mayor importancia y tratamiento a la llamada fase de instruccin, de tipo inquisitivo, que prcticamente se traga y anula la fase contradictoria. El problema no solamente es de reforma de las leyes sino que es ms sustancial; sabemos que no son las meras normas las que cambiarn la ineficiente administracin de justicia: adems debe modernizarse el rgano Judicial. Junto a las reformas constitucionales y legislativas establecidas por los acuerdos de paz, la construccin de un nuevo y eficiente sistema de administracin de justicia exige la programacin y ejecucin de un proceso de modernizacin y profesionalizacin del rgano Judicial que permita enraizar fuertemente una nueva prctica judicial. La Corte Suprema de Justicia ha comunicado sus propsitos de modernizar el sistema judicial, erradicar la corrupcin, capacitar a los funcionarios judiciales, evitar la tardanza de la justicia y contribuir a la eficacia de los mecanismos de proteccin social y de los rganos auxiliares. Otra accin que la Corte se ha propuesto es la revitalizacin de la capacidad de jueces y del personal de colaboradores, por medio de la Escuela de Capacitacin Judicial. En sus informes, ONUSAL destaca que, por medio de evaluaciones en actividades de capacitacin, lleg a descubrir que los jueces y fiscales carecen de preparacin bsica en muchas materias, especialmente en relacin con el derecho internacional de los derechos humanos y, lo ms inexplicable, que desconocen y no aplican las normas de la propia Constitucin de El Salvador. Esta carencia de conocimientos sobre las normas se agudiza al apreciar las deficiencias en cuanto a la interpretacin y razonamiento jurdicos, expresada en la aplicacin literal y desarticulada de la ley ordinaria y el marcado nfasis en los aspectos procesales sobre los sustantivos. Tambin el mismo organismo de la ONU constat la existencia de notorias insuficiencias, las cuales abarcan aspectos elementales, como la incapacidad de resumir o la de formular exposiciones, que surge tanto de una dificultad para aislar hechos relevantes como de la falta de prctica en el anlisis razonado. Lo anterior indica la necesidad de fortalecer la Escuela en el rea de formacin de jueces y de desarrollar programas de profesionalizacin en derechos humanos.4 ONUSAL seala tambin una serie de irregularidades que generan, en el proceso penal, la desproteccin de los derechos humanos. Por ejemplo: la inexistencia de control judicial sobre las actividades de la Polica Municipal, la ausencia de su sede de los jueces de paz los fines de semana, la falta de un mejor sistema de control judicial para la ejecucin de las rdenes judiciales de captura por parte de la Polica Nacional Civil, las dificultades que afrontan las autoridades para disponer de abogados defensores durante los procesos, y la inexistencia de una interrelacin entre jueces y polica que permita a aquellos orientar a los miembros de la Polica sobre la manera de diligenciar los procesos de instruccin penal. Tambin son notorios los problemas entre fiscales y policas en cuanto a que la Fiscala carece de una real direccin funcional sobre las unidades de la Polica, aspecto que contradice lo dispuesto en la Constitucin de la Repblica. Por eso la reforma procesal penal en El Salvador est encaminada a despojar al proceso de todas las caractersticas del sistema inquisitivo, que como sabemos, ha sido la base del sistema penal salvadoreo y de los dems Cdigos latinoamericanos.

"XIII Informe del Director de la Divisin de Derechos Humanos al Secretario General". El Salvador: ONUSAL, 1995.

1.6.

EL REFLEJO, EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIN, DEL PROCESO PENAL Y DE LA PERSECUCIN PENAL

Los medios de comunicacin social en algunos casos, por cierto muy pocos, han ejercido presin sobre los jueces para que resuelvan en determinado sentido. Generalmente se ha tratado de casos en que de alguna manera, como vctima o imputado, un miembro de la prensa ha tenido especial inters en que se resuelva en su favor. Lo grave es que la publicidad masiva y tendenciosa del caso hace que el procesado se encuentre condenado antes del da del juicio. Recordemos que en El Salvador existe el sistema del jurado popular para la mayora de delitos; y este tribunal se conforma con cinco personas legas que son fcilmente influenciables por la oratoria de acusadores y defensores, pero mayormente por la prensa, ya que adems de la presin que ejerce, genera miedo en los miembros del jurado que no quieren verse pblicamente sealados. La prensa escrita, sobre todo, publica fotografas con pies de grabado groseros y tendenciosos que, sin lugar a dudas, tuercen la normal marcha del proceso para condenar a alguien que no goza de su aprecio. Recordemos que acabamos de salir de una guerra en que la sociedad salvadorea se militariz y los jueces tuvieron que vivir bajo el miedo de la fuerza armada, sin contrariar sus deseos ni a sus miembros, y sin poder siquiera expresar el desagrado. Una actitud de crtica o de desobediencia hacia el instituto castrense poda haber sido mortal. Luego vino el informe de la Comisin de la Verdad, que conden al rgano Judicial, especialmente a la Corte Suprema de Justicia, la cual tuvo que cargar con los errores tradicionales de las anteriores Cortes. Tambin el informe observaba que haba algunos jueces corruptos que no deban seguir en el rgano Judicial. De aqu procede el desprestigio de que actualmente son vctimas todos los jueces, incluso aquellos de reconocida honorabilidad. En relacin con el proceso de reforma, la prensa salvadorea no se queda a la zaga en mostrarse reaccionaria. Sus propietarios la utilizan para crear confusin y orientar equivocadamente a la ciudadana acerca de la reforma. En los editoriales de El Diario de Hoy y La Prensa Grfica, los peridicos de mayor circulacin y con gran tiraje en la Repblica, se ha dicho que con el proyecto de reforma se estn trasplantando instituciones de Estados Unidos de Amrica con la idea de homologar nuestras leyes al esquema norteamericano. Basta ver un ejemplo de esa campaa de "ley y orden" publicado en El Diario de Hoy: "...ya se rest valor probatorio a la confesin extrajudicial y se impusieron para los acusados similares garantas a las que hay en los Estados Unidos. El resultado es que se dificulta la investigacin del delito y el procesamiento de los sospechosos o capturados (...) continuamente los jueces estn sobreseyendo en favor de delincuentes por errores del procedimiento. La ley establece, que al interrogar a un presunto ladrn u homicida, tiene que estar presente un abogado, pero no dispone, como contrapartida, que deben (sic) haber mdicos y medicinas en los centros de salud para asistir a sus vctimas (...) Igual sucede con el problema de las maras juveniles. Las reformas que se proponen beneficiarn a muchos sujetos involucrados en esas pandillas, pero no van a contribuir a la defensa ni de los pobladores de los lugares donde las maras actan (...) Lo que ocurre en otros pases debe movernos a decretar leyes que detengan ese desligamiento hacia la anarqua en que ha cado buena parte del mundo (...) En cuanto a los Estados Unidos, cuyas reformas nos estn sirviendo de modelo es suficiente ver los programas de televisin o leer lo que sucede con la juventud, para pensar que algo anda muy mal en todo este asunto." Para el caso, el proyecto de reforma del sistema penal desarrolla a plenitud los derechos y garantas contenidos en la Constitucin en favor de todos los salvadoreos. La Constitucin no ha sido promulgada para proteger solamente a los delincuentes. Como ya hemos enunciado, uno de los grandes problemas del sistema penal salvadoreo es su gran deficiencia para investigar el delito: potencia que los jueces utilicen la detencin provisional, la confesin extrajudicial y las presunciones de culpabilidad como mecanismos ms usuales para violar los derechos humanos. Un sistema penal que pretenda estar en consonancia con su estado de derecho, debe funcionar manteniendo adecuado equilibrio entre la eficiencia de la investigacin del delito y el respeto a las garantas individuales.

Tampoco es cierto lo que dice otro peridico en un editorial, respecto de que las reformas del proceso penal se hayan convertido en trabas para la actuacin efectiva de los jueces contra la delincuencia. Lo cierto es que nuestros jueces carecen de los instrumentos adecuados para coordinar la instruccin de un proceso penal y tomar decisiones basadas en pruebas confiables. 2. EVOLUCIN DEL PROCESO PENAL 2.1. 2.1.1. EVOLUCIN DEL PROCESO PENAL DESDE LA INDEPENDENCIA Subsistencia y evolucin posterior de la estructura colonial

Como es sobradamente conocido, en cuanto a la administracin de justicia, El Salvador form parte, durante casi todo el perodo colonial, de la Capitana General de Guatemala. Era gobernado conforme a las leyes generales de Indias y por medio de organismos comunes a todos los pases colonizados: ayuntamientos, intendencias, corregimientos y cabildos, principalmente. En la primera Constitucin de El Salvador, de 12 de junio de 1824, se estableci que la potestad de aplicar las leyes en las causas civiles y criminales pertenece exclusivamente a los tribunales; as, ni el cuerpo legislativo ni el gobierno podran en ningn caso ejercer las funciones judiciales, ni avocarse causas pendientes, ni mandar a abrir juicios fenecidos. Tambin deca que las leyes sealarn el orden y las formalidades del proceso, que sern uniformes para todos los tribunales; a estos se les prohiba ejercer otras funciones que no fueran las de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, as como suspender la ejecucin de las leyes, ni se les permita hacer reglamento alguno para la administracin de justicia. La misma Constitucin deca que, en materia criminal, las leyes arreglarn la administracin de justicia de tal manera que el proceso se forme con brevedad y sin vicios, a fin de que los delitos reciban un pronto castigo. Tambin dispona que la declaracin del arrestado fuese sin juramento; que a nadie deba tomarse en materia criminal sobre hecho propio. Al tomar la confesin al reo se le deberan leer ntegramente todos los documentos y las declaraciones de los testigos, con los nombres de estos, y si por ellos no los conociere, se le daran cuantas noticias pidiere para venir en conocimiento de quines son. El proceso de all en adelante sera pblico, del modo y la forma que determinaban las leyes. El 29 de abril de 1825 se decret la Ley sobre Vagos, Coimes y Mal Entretenidos. Esta declaraba que los jefes polticos, los alcaldes y regidores de todas las municipalidades velaran, muy eficazmente y bajo la responsabilidad ms estrecha, por quienes no tuvieran empleo, oficio, ni modo de vivir conocido. Deban perseguir a los vagos, holgazanes, mal entretenidos y coimes, considerarlos suspensos en los derechos de ciudadana y reducirlos a prisin, previa sumaria que justificara sus malas cualidades. No era preciso realizar esta sumaria para reducirlos a prisin cuando los vagos fueren arrestados por las rondas, ya porque los encontraran ebrios, ya por haberlos sorprendido in fraganti en algn delito, aunque fuese leve, o en virtud de queja de padre, tutor, curador o maestro de oficio; pero dentro de 48 horas tendra lugar el proceso verbal para juzgar el delito de vagancia. El referido decreto autorizaba a los jefes polticos o a los primeros alcaldes de cada poblacin para que, con la conveniente frecuencia, realizaran "levas" para recoger a los que no tenan ocupacin, ni ejercan oficio, ni tenan algn modo conocido de vivir. A aquellos jefes polticos, alcaldes, regidores y alcaldes auxiliares de barrio que, teniendo noticia de la existencia de algn vago o mal entretenido, no tomaran inmediatamente providencias para justificarle la vagancia, aprehenderle o perseguirle como tal vago, los castigaban con una multa de veinticinco duros la primera vez, con el duplo la segunda, y la tercera vez se los suspenda del cargo de uno a seis meses. El 24 de julio de 1840 se dict la primera Ley Reglamentaria para los Tribunales y Juzgados del estado que facultaba a la Corte Suprema de Justicia, en corte plena, para que conociera de todas aquellas causas que, al 15 de septiembre de 1821, se hallaban pendientes en ltimo recurso. El Poder Judicial estaba organizado en la Suprema Corte de Justicia y tribunales inferiores. Haba Corte Plena, Cmara de Tercera Instancia, cmaras de segunda instancia, jueces de primera instancia y alcaldes. La

Cmara de Tercera Instancia la componan el presidente de la Corte y los dos magistrados que no hubieren conocido del negocio en segunda instancia. Las de segunda instancia se componan de dos magistrados; y conocan en grado de apelacin de todas las causas civiles y criminales en que se hubiere otorgado este recurso. Los jueces de primera instancia conocan de todas las causas civiles y criminales que ocurrieran en sus respectivos territorios, y en San Miguel, San Vicente y Santa Ana, a prevencin; tambin conocan en apelacin y revisin de las demandas civiles y criminales que hubieren terminado los alcaldes en juicio verbal. Los alcaldes de los pueblos conocan de todas las demandas civiles que no pasaban de 200 pesos, y de los negocios criminales por injurias o faltas livianas, con apelacin al juez de primera instancia, cualquiera que fuese la cantidad que se litigara o pena que se impusiera. El 17 de diciembre de 1825 se decret una ley de carcter federal segn la cual correspondera, a las cortes superiores de justicia de los estados, el conocimiento de las causas de cualquier clase que, al 15 de septiembre de 1821, se hallaban pendientes en ltimo recurso, y que deba conocer en aquella poca el Tribunal Supremo de Justicia de Espaa; entendindose siempre que las causas versaren entre sbditos de un mismo estado; y que en los mismos casos correspondiera igualmente a las cortes superiores el conocimiento de los negocios de que, antes del sistema constitucional de Espaa, conoca en ltima instancia el Consejo llamado de Indias. Para resolver una situacin parecida, se dict el decreto legislativo del 24 del marzo de 1827 sobre la manera de sentenciar las causas criminales anteriores al primer Cdigo Penal. Deca que la Corte Superior de Justicia, sin faltar a la observancia del artculo 52 de la Constitucin Federal, debera pronunciar sus fallos en las causas criminales pendientes antes de la publicacin del Cdigo Penal (decretado el 13 de abril de 1826), conforme a la prctica recibida en los tribunales, por un prudente arbitrio del juez, considerando las circunstancias de la persona, hecho, lugar y tiempo. A los reos retenidos en las crceles desde que debi pronunciarse su sentencia y destinrselos a cumplir sus condenas, se les compensara por un prudente arbitrio el tiempo corrido hasta la notificacin del fallo que recayera por virtud de esa resolucin. Lo anterior tambin tena aplicacin, en similares trminos, con los jueces de primera instancia y letrados, al extender su dictamen, cuando se los hubiera consultado.5 Resulta de suma importancia destacar que el decreto-ley de las Cortes Espaolas del 11 de septiembre de 1820 sobre substanciacin de las causas criminales en las colonias, tuvo vigencia en El Salvador por que lo reconoci as el artculo 122 de la Ley Orgnica del 21 de octubre de 1847. Esta ley comenzaba diciendo que todos, sin distincin alguna, estaban obligados, en cuanto la ley no los eximiera, a ayudar a las autoridades cuando fuesen interpelados por ellas para el descubrimiento, persecucin y arresto de los delincuentes. Entonces, toda persona de cualquier clase, fuero o condicin que haya sido, cuando tuviera que declarar como testigo en una causa criminal, estaba obligada a comparecer para ese efecto ante el juez que conoca de ella, luego de ser citada, sin necesidad de previo permiso del jefe o superior respectivo. Esta ley posee una especial importancia histrica: por primera vez El Salvador cuenta con un cuerpo ordenado de procedimientos penales que guan a los funcionarios judiciales. El artculo 10 deca: "Como el nico objeto de los sumarios, es y debe ser la averiguacin de la verdad, averiguada que sea plenamente por la comprobacin del cuerpo del delito y por la confesin del reo, o por el dicho conteste de testigos presenciales, de modo que se pueda dar cierta sentencia, debe terminarse el sumario y procederse al plenario desde luego". Despus, por decreto legislativo de 13 de marzo de 1835 se suprimi el papel sellado que se usaba en las causas criminales, las cuales seguiran sustancindose en papel comn. Es valioso sealar que, a las dos leyes anteriormente mencionadas, se les dicto una instruccin, con fecha de 2 de abril de 1831, para el orden de los procedimientos de los juzgados de primera instancia en las causas criminales. Esta vena a complementarlas, y se ordenaba as un verdadero cuerpo legal de procedimientos penales. De esta forma complementado el procedimiento penal, se indicaba que el juicio criminal tiene por objeto la imposicin de la pena en que ha incurrido el delincuente. Los modos de proceder en las causas criminales, eran: 1- por acusacin o querella; 2- por denuncia; 3- por pesquisa o de oficio, por el juez. Se
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Menndez, Jos Isidro. "Recopilacin de las Leyes de El Salvador". El Salvador: Edit. Imprenta Nacional, 1956.

defina la acusacin como la accin mediante la cual se pide al juez que castigue el delito cometido; se prev que no podrn ser acusados: 1- el loco, furioso o mentecato, ni el menor de 10 aos y medio; 2- el menor de 14 aos y mayor de 10 y medio, por delitos de lujuria, pero s por los dems delitos; 3- el que por sentencia vlida hubiese sido absuelto del mismo delito de que se le acusa, de no ser que la primera acusacin se hubiese hecho engaosamente para librarlo. El mismo cuerpo de leyes regulaba que el juicio criminal tena dos partes: una, es el juicio informativo; y otra, el juicio plenario que sigue a este. Complementando las anteriores leyes se dict tambin, el 3 de marzo de 1854, un decreto-ley que impona determinados procedimientos para la persecucin y el castigo de los ladrones famosos y dems reos de robos o hurtos calificados. Luego de una larga enumeracin sobre quines eran esos ladrones famosos, el artculo primero de la ley conclua diciendo que a ellos se les deba imponer la pena capital. Se indicaba que, para imponer la pena de muerte a los ladrones famosos, era condicin indispensable que la cantidad hurtada o robada pasara de 25 colones. Cuando los reos condenados a muerte pasaban de cuatro, todos deban ser fusilados; pero si el nmero era mayor, se ejecutaba la pena capital en el cabecilla o cabecillas, y tres ms de los que aparecan con circunstancias ms agravantes, ya en el hecho que se juzgaba o ya en los antecedentes de su vida pasada; pero si todos tenan igual delincuencia, eran designados por la suerte. 2.1.2. Evolucin autnoma e importancia del derecho comparado

Por acuerdo del 12 de junio de 1854, se nombr al jurista y cura Jos Isidro Menndez para que formara una recopilacin de todas las leyes que se encontraban vigentes en El Salvador hasta esa fecha. El gobierno aprob la recopilacin presentada por el padre Menndez; y la vigencia de las leyes que contena qued reafirmada el 1 de septiembre de 1855. En esa recopilacin estn todas las leyes, decretos e instrucciones vigentes hasta la fecha de su promulgacin.6 En 1843 el gobierno haba encomendado al mismo padre Isidro Menndez para que redactara un proyecto de Cdigo de procedimientos judiciales y de frmulas, que dicho jurista elabor, pero que no se aprob hasta en enero de 1858, razn por la cual no qued comprendido en la famosa Recopilacin. Como ley procesal ese cuerpo normativo era unificador, no separaba el procedimiento de los juicios civiles de los procedimientos en causas criminales. El Cdigo se llam de Procedimientos Judiciales. El Cdigo de Frmulas constitua un solo cuerpo con el de Procedimientos Judiciales, y tambin tenda a unificar las frmulas de las actuaciones en todos los procedimientos, as como el formato de las escrituras y actas notariales. Adems contena modelos (machotes) de demandas, escritos, autos, sentencias interlocutorias y definitivas, tanto para lo civil como para la materia penal. Mediante decreto ejecutivo de fecha 3 de abril de 1882, se tuvo como ley de la Repblica el Cdigo de Instruccin Criminal, que derog todos los procedimientos penales contenidos en la Recopilacin del padre Menndez y que tuvo como modelo la Ley de Enjuiciamiento espaola de esa poca. Por iniciativa de la Corte Suprema de Justicia y del Presidente de la Repblica, la Asamblea decret, el 11 de octubre de 1973, el Cdigo Procesal Penal que no entr en vigencia hasta el 15 de junio de 1974; este derog el de Instruccin Criminal, as como todas las reformas que haba sufrido (cerca de 60), las cuales estaban contenidas en multples decretos. En esa misma fecha tambin entr en vigencia un nuevo Cdigo Penal, que derog el de 1904 (este ltimo tena como patrn el espaol de 1870); asimismo entraron en vigencia el Cdigo de Menores y la Ley del Rgimen de Centros Penales y de Readaptacin. Toda la reforma del sistema penal formaba parte de una misma corriente reformadora que corri por Amrica Latina, principalmente por Centroamrica, en donde todos los pases conocieron una nueva legislacin, al parecer exigida por el gobierno de los Estados Unidos de Amrica (presidido por Kennedy)
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dem.

para poder gozar de los emprstitos y beneficios de la llamada "Alianza para el Progreso". Nuestra estrenada legislacin penal no tuvo un desarrollo autnomo, propiamente salvadoreo, sino que fue influida por las corrientes doctrinales de su poca, en especial por los trabajos del Cdigo Penal Tipo. La obra de don Luis Jimnez de Asa tuvo un gran peso en las reformas, que fueron impulsadas en El Salvador por don Manuel Castro Ramrez. 2.2. REFORMAS DE LAS LTIMAS DECADAS

El Cdigo Procesal Penal vigente ha sufrido varias reformas principales, las que comenzaron casi inmediatamente despus de su entrada en vigencia, el 15 de junio de 1974. Slo durante ese ao se aprobaron cuatro reformas; luego vinieron las de 1977, 1980, 1981, 1986, dos en 1987, 1990, 1992 y 1993. En la Asamblea Legislativa tambin se encuentran pendientes varios proyectos de reforma que posiblemente nunca sern ni siquiera discutidos por hallarse dentro del proyecto total de Cdigo Procesal Penal, en estudio en la referida Asamblea y con muchas posibilidades de que lo aprueben este mismo ao. De entre todas las reformas, hay que destacar las relacionadas con la vigencia o violacin de los derechos humanos mediante el procedimiento penal. Para el caso sealamos las del 24 de octubre de 1977, que agregaron presunciones de culpabilidad; ahora hay dos artculos que regulan las presunciones en hurto y robo y otras presunciones ms. Conforme la ley, es presuncin legal de culpabilidad en los delitos de hurto y robo, el hallazgo de las cosas hurtadas o robadas en poder del imputado o en el lugar donde las hubiere guardado u ocultado; tambin lo es la enajenacin o el depsito posterior que de la cosa hurtada o robada realizare el imputado. La compra-venta de ganado sin los requisitos que la ley seala, constituye presuncin legal de culpabilidad en el delito de abigeato. Luego casusticamente se enumeran ms de 16 "presunciones de culpabilidad". Este sistema es utilizado con frecuencia por los jueces para detener a las personas sin recabar mayores datos, ni realizar una verdadera investigacin. Tales presunciones son fuente de violaciones de los derechos humanos (arts. 503 y 504 Pr.Pn.) El 23 de mayo de 1980 se reform la procedencia de la excarcelacin. La ley dice que la excarcelacin del imputado contra quien se hubiere decretado detencin provisional proceder, salvo las excepciones que el Cdigo establece, cuando el delito estuviere sancionado con multa o con pena privativa de libertad que no exceda del lmite mximo de tres aos de prisin. La reforma se dio en el sentido de agregar "excepciones" a la excarcelacin: enumer ms de 40 casos en que, por disposicin de la ley, no se poda gozar de excarcelacin (arts. 250 y 251 Pr. Pn). Adems, el legislador ha utilizado el subterfugio de reformar tambin el Cdigo Penal, aumentando la pena a varios delitos que estaban penados hasta con tres aos o menos, para que pase de los tres aos y exceda el lmite que el mismo Cdigo ha sealado. Esta situacin ha generado el abultamiento del problema del preso sin condena en El Salvador. Otra reforma entr en vigencia el 22 de abril de 1986. Dice que, en los casos de secuestro, extorsin y trfico de drogas, las declaraciones de los coautores o cmplices de un mismo delito son vlidas y se apreciarn como prueba cuando, aplicando las reglas de la sana crtica, concuerden con las otras pruebas del proceso (art. 499-A Pr. Pn). La reforma ms voluminosa se realiz el 5 de julio de 1990, pero los cambios efectuados en su mayora fueron cosmticos. La reforma ms garantizadora para el imputado entr en vigencia el 12 de mayo de 1992, y concuerda con los preceptos constitucionales. Est dirigida a los derechos del imputado, a la defensora, a la obligacin de los rganos auxiliares, a la detencin en flagrancia y a los motivos de nulidad. Con claridad dice que a todo imputado se lo considerar inocente mientras no se declare su culpabilidad en sentencia ejecutoriada, de conformidad con la ley y mediante juicio pblico. Tambin hubo reformas relacionadas con las nuliudades, en el sentido de que ningn acto procesal se declarar nulo si la nulidad no est determinada por la ley. Se agregaron como causas de nulidad las siguientes: 5- cuando no se hubiere provedo de defensor al imputado detenido, desde el inicio

de las diligencias extrajudiciales o del proceso; 6- cuando el juez no hubiere sustituido al defensor cuando este no proponga prueba durante el plenario, ni manifieste expresamente que desiste de ello o no hubiere presentado alegato de bien probado en los casos en que est obligado; y 7- cuando se dicte sentencia sin someter el proceso al conocimiento del jurado (arts. 550 y 551 Pr. Pn.). Las ltimas reformas de importancia son dos. La primera dice que la excarcelacin proceder por delitos sancionados con pena privativa de libertad que exceda del lmite de los tres aos, cuando en el proceso exista la prueba necesaria que hiciere presumible que operar una causal de justificacin o de inculpabilidad. La segunda reforma los artculos 550 y 551 Pr. Pn. al establecer que ningn trmite ni acto de procedimiento se declarar nulo si la nulidad no est expresamente determinada por la ley; y aun en este caso no se declarar la nulidad si apareciere que el defecto que la motiv no ha producido ni puede producir perjuicio o agravio al derecho o defensa de la parte que la alega o en cuyo favor se ha establecido. Cuando se declare la nulidad de un acto, esta invalidar slo los actos posteriores que dependan de l, siempre que la invalidez sea indispensable para reparar el agravio de la parte que lo alega. Al declararla, el tribunal determinar, adems, a cules actos anteriores o contemporneos alcanza la nulidad, por conexin con el acto anulado; y ordenar, cuando sea necesario y posible, la reposicin de los actos anulados. El Cdigo sealaba como causal de nulidad cuando no se hubiere provedo de defensor, al imputado detenido, desde el inicio de las diligencias extrajudiciales o del proceso. Esta causal se reform diciendo que hay nulidad cuando no se hubiere provedo de defensor al imputado detenido en los trminos expresados en los incisos tercero y cuarto del art. 62, es decir, desde el momento en que el imputado estuviere en detencin a la orden de la polica. Con esto se abri un gran margen a ilegalidades de la polica en los momentos anteriores a la detencin del imputado. Estas reformas son producto de las campaas de "ley y orden". Como ya se indic anteriormente, ante la Asamblea Legislativa se han presentado varios proyectos de reforma parcial al proceso penal, pero tambin est presentado un proyecto que reforma todo el Cdigo, el cual, como veremos oportunamente es el mejor de todos los proyectos habidos en esta materia.

3. EL DERECHO VIGENTE 3.1. 3.1.1. PRINCIPIOS DEL PROCESO PENAL ENUNCIADOS EN EL CDIGO Estructura del Cdigo vigente

La Asamblea Legislativa decret el Cdigo Procesal Penal el 11 de octubre de 1973 y no entr en vigencia hasta el 15 de junio de 1974. Lo integran cuatro libros. El primero de ellos determina los rganos que ejercen jurisdiccin, y distingue entre lo que debe entenderse por jurisdiccin y por competencia. En el libro segundo se comienza con los tres tipos de juicios que contiene el Cdigo, es decir, ordinarios, sumarios y verbales. Luego regula minuciosamente la instruccin, con sus actos iniciales; lo que es la prueba del cuerpo del delito y de la delincuencia; la detencin del imputado y su excarcelacin. El libro tercero trata de los recursos, sus trmites y de la ejecucin de la sentencia; comprende, as, recursos ordinarios y extraordinarios, de las sentencias en segunda instancia y de las nulidades. Tambin establece la procedencia y regulacin de la libertad condicional, y trata sobre la rehabilitacin de los derechos polticos perdidos por sentencia. Finaliza con los ocursos de gracia: amnista, indulto y conmutacin. El libro cuarto contiene las disposiciones relativas a la vigilancia de los centros penales y de readaptacin. 3.1.2. Principios generales del Cdigo vigente

El Cdigo tiene un ttulo preliminar con los principios generales que lo inspiran. Por su propia lectura estos son: a- los que tratan sobre la naturaleza, objeto y clasificacin del juicio penal y de los procedimientos especiales; b- el de legalidad procesal; c- el de singularidad del proceso penal; d- el de gratuidad de la justicia penal; e- el de igualdad ante la ley procesal penal; y f- el de aplicacin en el tiempo de la ley procesal penal. No es del caso discernir en este momento si doctrinalmente, en realidad, tales enunciados son, o no son, principios procesales penales. Estamos ante el hecho cierto de que el Cdigo as lo enuncia. 3.1.3. Principio de oficialidad, accin popular, accin privada

Si por principio de oficialidad debemos entender la administracin de justicia penal como una funcin eminentemente estatal, podemos afirmar que tal principio no ha tenido plena vigencia en El Salvador. Aunque la funcin jurisdiccional est a cargo de rganos especiales, y la iniciativa de la investigacin se halla a cargo de la Polica, la iniciativa de la accin por parte de la Fiscala es deficiente, por lo cual es deficiente tambin el mantenimiento de la accin, situacin que se origin en la falta de preparacin tcnica de sus miembros. Tambin falla el principio en cuanto a la defensa. Recordemos que en El Salvador los necesitados de defensa son los ms pobres de la tierra. Si bien es cierto que existe la defensa pblica, dependiente de la Procuradura General de la Repblica, y que el juez puede nombrar defensor de oficio llegado el caso, ambos recursos son dbiles. La defensora pblica an es deficiente por falta de preparacin tcnica y porque no alcanza a cubrir el territorio nacional. En cuanto a la defensora de oficio, tambin podemos afirmar que es deficiente; es difcil para el juez encontrar un buen defensor de oficio, y los que se encuentran no es que no sean buenos, sino que no existe la cultura vocacional de servir como defensor gratuito. 3.1.4. Principio inquisitivo y acusatorio

Para algunos la administracin de justicia en El Salvador se desenvuelve dentro del marco del llamado proceso penal mixto, que en verdad, es de tipo inquisitivo atenuado por una etapa final que tiene el nombre de contradictoria, denominada plenario, pero que casi nadie utiliza porque la prueba viene recogida desde la etapa de instruccin. No obstante, el juicio ordinario finaliza con una audiencia oral en la cual cinco personas legas, llamadas jurados, deciden sobre un veredicto de culpabilidad o de inculpabilidad, con lo que se pretende hacer creer que tenemos un juicio oral y pblico. Estamos en presencia de un proceso cuasi inquisitivo que desconoce las garantas del proceso acusatorio. El proceso vigente se caracteriza por la concentracin de la jurisdiccin en un solo rgano, en cuyo nombre se administra justicia por delegacin expresa del mismo rgano. Esa delegacin de funciones corre desde la cpula hasta los tribunales inferiores, en los cuales el juez, como administrador, delega tambin en sus empleados y secretario la facultad de interrogar al imputado y testigos, aunque l no est presente. Adems el juez est facultado para iniciar y concluir el proceso sin que otro rgano lo incite a hacerlo; por su parte, el denunciante no est obligado a probar lo que afirma ni a sostener la acusacin durante el juicio. Toda la importancia del proceso vigente pesa sobre la instruccin. Esta fase tiene una preponderancia superlativa: se "traga" el juicio y en ella queda decidida la suerte del imputado. 3.1.5. Otros principios

Existen en la ley ciertos principios doctrinarios reconocidos en el nivel de enunciados programticos pero sin aplicacin prctica, como luego sealaremos. Algunos otros principios que la doctrina ha desarrollado son totalmente desconocidos por la legislacin salvadorea vigente, tales como el de oportunidad y el de proporcionalidad. El principio de legalidad, como lo expusimos anteriormente, es base obligada en el texto de la ley y en la Constitucin (arts. 2 y 3 Pr. Pn.; art.15 Cn.). En cuanto a los principios de publicidad y oralidad, la Constitucin indica que a toda persona a quien se impute un delito, se la presumir inocente mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley y en juicio pblico. Como tambin ya se ha dicho, en El Salvador se tiene tribunal del jurado para conocer de algunos delitos; este lo integran cinco personas, que se llaman jurados. Unido al principio anterior se halla el de la audiencia a las partes. El imputado tiene derecho, desde el momento de su detencin, a que se le informe y oiga acerca de las causas de su detencin y de lo que sucede en su proceso. El Cdigo establece que durante la instruccin las resoluciones se notificarn a las partes, personalmente si concurrieren al tribunal o por edicto en caso contrario, aunque hubieren sealado lugar para que se hagan las notificaciones. Durante la fase contradictoria todas las resoluciones se notificarn a las partes personalmente en la oficina del tribunal si concurrieren a l o en el lugar que hubieren sealado; en caso contrario, se har por edicto. Si las partes tuvieren en el proceso defensor o apoderado, a estos se har las notificaciones; salvo el auto de detencin, el auto de elevacin a plenario o el de llamamiento a juicio y la sentencia definitiva, que se notificarn tambin personalmente al imputado detenido. Desde el auto de elevacin a plenario, todo acto o diligencia se practicar en audiencia pblica y previa citacin de partes, bajo pena de nulidad. La ley autoriza al juez para que, en cualquier momento del trmino de prueba, puedea ordenar que se practiquen las diligencias que considere conducentes al mejor esclarecimiento de los hechos. Para evitar la costumbre de llevar testigos al tribunal cuando la parte no est presente, el Cdigo impone que toda diligencia de prueba deber practicarse en el plenario, en el trmino respectivo previo sealamiento de lugar, da y hora y cita de las partes con un da al menos de anticipacin, bajo pena de nulidad. El principio de inmediacin es violado por el peso que en el Cdigo vigente tiene el principio de oficiosidad, que como indicamos permite que el juez sin ser instado o excitado por nadie, de oficio active el proceso, sin que el Ministerio Pblico o los partes se lo pidan. Por consiguiente, la prueba se recoge en algunos casos sin presencia de ninguna de las partes.

3.2. 3.2.1.

TRIBUNALES PENALES Jueces unipersonales

Son jueces unipersonales los jueces de paz y los jueces que conocen en primera instancia. Son de primera instancia mixtos los que conocen de la materia penal, mercantil, de inquilinato, civil y laboral. Desde hace algn tiempo se tiende a la especializacin por materia, pero an hay jueces mixtos. Tambin conocen en primera instancia los jueces de lo penal, de lo civil, de lo mercantil, de inquilinato, de lo militar, de trnsito, de lo laboral, de hacienda, de familia y de menores, en sus respectivas materias. Como dice la ley, los jueces de primera instancia del ramo penal conocern de todos los procesos por delitos sujetos a la jurisdiccin comn y, en su caso, de las faltas sujetas a la misma jurisdiccin. El juez militar (antes eran cuatro jueces, despus de la guerra solamente hay un juez militar con competencia en toda la Repblica), conoce de los delitos y faltas exclusivamente militares; en caso de concurso real el juez militar conocer de su respectiva competencia, pero si se tratare de concurso ideal de delitos, conocer el juez de lo comn sin someter la causa al conocimiento del jurado.(arts. 16 y 20 Pr. Pn.). Los jueces de hacienda conocern privativamente de los delitos de contrabando y de defraudacin de la renta de aduanas; de peculado; malversacin; enriquecimiento ilcito; falsificacin de sellos oficiales, billetes de lotera nacional, seas y marcas oficiales; falsificacin de moneda y valores equiparados a ella; y de cualquier otro delito que afecte los intereses del erario nacional o municipal o de las instituciones oficiales autnomas, cualquiera que sea el grado o la naturaleza de la economa (art. 17 Pr. Pn.). Los jueces de trnsito conocen privativamente de las infracciones culposas resultantes de accidentes de trnsito. Y los jueces de menores, de las conductas de los menores de 18 aos comprendidas en la "Ley del Menor Infractor" (art. 18 Pr. Pn.). En todas las poblaciones de la Repblica hay un juzgado de paz a cargo de jueces profesionales a los que corresponde el conocimiento de las faltas de que trata el Cdigo Penal. Tambin los jueces de paz son competentes para practicar las primeras diligencias de instruccin en todos los delitos comunes que se cometan dentro de su comprensin territorial y todas las dems diligencias que les sometan los jueces de primera instancia y dems tribunales de justicia. Los jueces de paz son los jueces de menor jerarqua (art. 19 Pr. Pn.). 3.2.2. Tribunales colegiados Son tribunales colegiados las cmaras de segunda instancia, la Corte Suprema de Justicia y sus salas. 3.2.3. Jueces profesionales y jueces legos

En El Salvador no existen jueces legos. Para ser juez de paz, el de menor jerarqua en el rgano Judicial, se necesita mnimamente ser abogado de la Repblica, del estado seglar, mayor de 21 aos, de moralidad y competencia notorias, estar en el goce de los derechos de ciudadano y haberlo estado en los tres aos anteriores a su nombramiento. Los jueces de paz estn comprendidos en la carrera judicial. 3.2.4. Juez legal

El artculo 15 de la Constitucin dice que nadie puede ser juzgado sino conforme a leyes promulgadas con anterioridad al hecho de que se trate, y por los tribunales que previamente haya establecido la ley. Lo mismo dice el artculo 2 del Cdigo Procesal Penal. En la actualidad se respeta este principio del juez natural o juez legal. 3.2.5. Motivos de recusacin y abstencin

Segn nuestra ley procesal penal, los jueces y magistrados que conocen en materia penal, pueden estar impedidos para conocer en determinado proceso y excusarse con justa causa, y pueden tambin ser recusados. Son causas legtimas de recusacin, de excusa o de impedimento, las

establecidas en las leyes procesales civiles. Ser tambin causa de impedimento o de recusacin el hecho de que el funcionario haya intervenido en el proceso como defensor, fiscal, acusador o perito (art.36 Pr. Pn.).

3.2.6.

Tribunales especiales

En El Salvador no tienen cabida los tribunales especiales; as, estan prohibidos o se consideran no existentes los jueces ad-hoc, es decir aquellos no previstos ni establecidos con carcter de generalidad en las reglas de competencia. Durante la guerra funcionaron tribunales especiales, y los juzgados militares conocieron de casos de civiles, pero actualmente no existe ningn tribunal especial (arts. 13 y 15 Cn.; Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU; arts. 14 y 15 Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA; art. 9 Convenios de Ginebra de 1949; art. 3 n1d, Protocolo Segundo de 1977, adicional de los Convenios de Ginebra art. 6 2c.). 3.3. 3.3.1. PARTES Fiscala y rganos de auxilio

En El Salvador son sujetos procesales que intervienen por mandato legal en el proceso: 1- el Ministerio Pblico, 2- el imputado, 3- el acusador, 4- el defensor, 5- la parte civil, 6- el civilmente responsable, y 7- los cooperadores. El Ministerio Pblico lo ejercern el fiscal general de la Repblica, el procurador general de la Repblica y el procurador para la defensa de los derechos humanos, quienes son elegidos por la Asamblea Legislativa. Corresponde al fiscal general de la Repblica, adems de otras facultades: a) Defender los intereses del Estado y de la sociedad. b) Promover de oficio o a peticin de parte la accin de la justicia en defensa de la legalidad. c) Dirigir la investigacin del delito, y en particular de los hechos criminales que han de someterse a la jurisdiccin penal. Para tal fin, bajo la direccin de la Fiscala General de la Repblica funcionar un organismo de investigacin del delito, en los trminos que defina la ley. Ello no limita la autonoma del juez en la investigacin de los hechos sometidos a su conocimiento. El organismo de investigacin del delito practicar con toda diligencia cualquier actuacin que le fuere requerida por un juez para los propsitos sealados. d) Promover la accin penal de oficio o a peticin de parte (arts. 191, 192 y 193 Cn.). No obstante toda la buena voluntad y la gran variedad de cursos de capacitacin que reciben los fiscales, la verdad es que el adelanto en captar los conocimientos legales es sumamente lento, al grado de calificarse como deficiente la actuacin de los auxiliares del fiscal general. Esto es preocupante de cara a la implementacin de un nuevo proceso penal, en que la fiscala tendr a su cargo la promocin de la accin penal. Parte de la deficiencia ha estribado en los bajos sueldos de los fiscales. En la actualidad los salarios se han mejorado, pero an no se ven los resultados. Posiblemente sea cuestin de tiempo para que la Fiscala est a tono con las reformas venideras. En la actualidad la Fiscala y los tribunales de justicia tienen como auxiliares a la Polica Nacional Civil y al rgano de investigacin del delito que supuestamente deba estar bajo la direccin de la Fiscala General, pero desgraciadamente el Ejecutivo le escamote esa estructura y el tal rgano en realidad se halla bajo la direccin de la Polica Nacional Civil.7 Como dice el XIII Informe de ONUSAL, se observa una falta de desarrollo de las actividades de investigacin que le corresponden a la Polica Nacional Civil para la persecucin del delito. En las unidades de despliegue territorial la labor investigativa es casi inexistente, ya que el 15% del total del personal esta asignado a tales tareas, 75% realiza trabajos de diligenciador dentro de las unidades y no en el terreno. A ello debe sumarse la drstica escasez de medios materiales aptos para la investigacin del delito. Son prcticamente inexistentes las diligencias que impliquen algn tipo de actividad investigativa por parte de la Polica Nacional Civil. Es una constante que no se aporta un relato policial de
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"Acuerdos de Chapultepec". El Salvador: Secretara Nacional de Comunicaciones, 1992.

los hechos, los que solamente surgen de la declaracin del ofendido, que textualmente se transcribe en las diligencias extrajudiciales. En ciertos casos, adems de que no se relatan los hechos, la Polica ha calificado jurdicamente las conductas sin aportar elementos de juicio al juez. Esto repercute negativamente en los procesos judiciales generando impunidad, pues los jueces no pueden ordenar detenciones sin prueba. Aunque el Cdigo Procesal Penal es claro al prohibir las detenciones por simples faltas, se ha constatado que ms de la mitad de las detenciones practicadas por la Polica son por faltas, como ebriedad escandalosa, prostitucin o ria, y no por delitos. Esto muestra que la Polica no centra su atencin en los crmenes graves; incluso existen casos especiales en los que ella ha demostrado una ineficiencia casi inexplicable.8 3.3.2. Acusador privado (querellante)

El Cdigo dice que tendrn accin para acusar por delitos y faltas que den lugar a procedimiento de oficio, los titulares del bien jurdico lesionado o puesto en peligro, sus representantes legales, su cnyuge y sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad, mayores de 21 aos. Tambin todo ciudadano mayor de 21 aos, que sepa leer y escribir y est en el ejercicio de los derechos polticos, tendr accin para acusar por los delitos oficiales que cometan los funcionarios o empleados pblicos y por los que se cometan contra la libertad del sufragio. La acusacin precisa de una serie de requisitos formales en cuanto a su contenido; deber hacerse por escrito detalladamente y mediante apoderado. En el lenguaje comn forense se utiliza la palabra acusacin, mientras que las expresiones querella y querellante resultan novedosas; no obstante, en las primeras leyes patrias s se las empleaba. 3.3.3. Vctima o perjudicado

En el actual sistema procesal la vctima no tiene categora de sujeto procesal y se la considera nada ms que como titular del bien jurdico lesionado o puesto en peligro; se le conoce con el nombre de "ofendido". Por supuesto que como perjudicado puede utilizar la accin civil, pero eso no es comn, a pesar de que en la ley se le dediquen dos captulos, uno como parte civil, y el otro que trata de la responsabilidad civil subsidiaria. El Cdigo Penal dice que toda persona responsable de un delito o falta, lo es tambin civilmente. As, todo el que haya sufrido dao que provenga del delito, tiene derecho a la reparacin e indemnizacin. Las consecuencias civiles del delito comprenden: 1- la restitucin, 2- la reparacin del dao causado, 3- la indemnizacin de perjuicios y 4- las costas procesales (arts. 130 y 131 Pn.) 3.3.4. Acusado

La ley se refiere al acusado con los nombres de "el imputado" o "el procesado", principalmente. La expresin "acusado" no pertenece a nuestro lenguaje procesal; se la utiliza nicamente en la oratoria forense durante el desarrollo de la vista pblica ante el tribunal del jurado. Tiene calidad de imputado toda persona mayor de 18 aos, contra quien se ha iniciado proceso penal por atribursele el haber cometido una infraccin penal o haber participado en ella. Tambin se considera imputado a aquel que hubiere sido detenido por atribursele participacin en un hecho delictivo, y a que, sin estar en detencin, apareciere sindicado en las investigaciones de la Polica (art. 45 Pr. Pn.). Cuando se trata de los derechos del imputado, el Cdigo Procesal Penal dice que a todo imputado se lo considerar inocente mientras no se declare su culpabilidad en sentencia ejecutoriada, de "XIII Informe del Director de la Divisin de Derechos Humanos al Secretario General. El Salvador: ONUSAL, 1995.
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conformidad con la ley y mediante juicio pblico. Asimismo se le debern asegurar las garantas necesarias para su defensa, hacindosele saber sus derechos de manera inmediata y comprensible, por parte del tribunal o del rgano auxiliar o autoridad que realice su captura. Ante la persistente campaa de "ley y orden" durante cerca de tres aos, ha habido una involucin en el tratamiento de algunos derechos del imputado, cuando se presentan casos lmites. Hasta junio de 1994, exista la prctica judicial, generada desde la Sala de lo Penal de ese entonces, segn la cual se penaba con nulidad la violacin de los derechos del imputado, sobre todo el de ser asistido en forma inmediata desde el inicio de las diligencias extrajudiciales por un defensor. El Cdigo Procesal Penal, en el art. 551. N 5, dice que "cuando no se le hubiere provedo de defensor al imputado detenido, desde el inicio de las diligencias extrajudiciales o del proceso" habr nulidad del proceso, la cual, segun el tema de la misma disposicin citada, es una nulidad absoluta. Y el art. 552 Pr. Pn. claramente dice que las nulidades absolutas no podrn cubrirse ni aun con expreso consentimiento de las partes y debern declararse a pedimento de estas o de oficio, en cualquier estado o grado del proceso. La Polica a menudo remite imputados a quienes se les ha violado el derecho relacionado o contra los cuales se ha recogido prueba ilegal, por lo que los jueces tienen que declarar nulo lo actuado y poner en libertad al detenido, ya que tal violacin no puede subsanarse. Algunos diputados y funcionarios pblicos del partido ARENA, principalmente, han puesto el grito en el cielo porque en casos de narcotrfico o violaciones sexuales, en donde se haban violado los derechos mencionados, los jueces ordenaron la libertad. Decan, o queran decir, con ello, que los jueces eran corruptos; adems, que los detenidos por narcotrfico o por violacin no tenan derechos y haba que decretarles la detencin con la sola remisin de la Polica y sus actas nulas. Pero lo decepcionante es que la Corte Suprema de Justicia misma sustente tales criterios al tomar por asalto tales casos y obligar a los jueces a decretar las detenciones, so pena de ser sospechosos de corrupcin y suspendidos como jueces. Tambin la Corte les dio instrucciones para que, en esos casos, declararan la nulidad pero que no pusieran libre al detenido, abriendo otro nuevo trmino de inquirir para reponer las diligencias nulas. 3.3.5. Abogados defensores y otros asesores de las partes

El Cdigo dispone, en el art. 62 Pr. Pn., que el imputado tiene el derecho irrenunciable a hacerse asistir y defender por persona que nombre, desde que se encuentre detenido a la orden de un rgano auxiliar de la administracin de justicia o desde que se inicie el proceso en el tribunal correspondiente. Si el imputado fuere persona autorizada legalmente para ejercer la defensora, podr defenderse personalmente si as lo pidiere. Desde el momento en que el imputado estuviere en detencin a la orden de un rgano auxiliar de la administracin de justicia, si no pudiere, no quisiere defenderse por s, no nombrare defensor, o este por cualquier causa no se apersonare dentro del plazo de tres horas, el rgano auxiliar lo comunicar inmediatamente y por cualquier medio idneo a la Procuradura General de la Repblica para que le asigne un defensor pblico. Si esto no fuere posible, el instructor de las diligencias solicitar inmediatamente al juez de turno el nombramiento de un defensor de oficio, quien en el acto proceder a su designacin, y el rgano auxiliar le notificar al defensor para que dentro de tres horas, y previa aceptacin, intervenga en las diligencias extrajudiciales. En el pas pueden ejercer la defensora los abogados, el procurador general por s o por medio de los defensores pblicos que l designa y los estudiantes de derecho que han cursado la materia de procesal penal. Estos ltimos ya haban sido excluidos de poder ejercer la defensora pero temporalmente, hasta la aprobacin de las prximas reformas, pueden hacerlo. No obstante, la tendencia es que solamente los abogados pueden defender. Tambin existe la defensora de oficio, hecha por el juez, quien para su nombramiento designar preferentemente a un abogado o a un estudiante de derecho que rena las cualidades necesarias. La defensora de oficio es gratuita (art. 65 Pr. Pn.). No es una constante que la Polica le conceda de buena gana las garantas al defensor; adems siempre trata de escamotearle los derechos al reo, para lo cual alegan que los defensores entorpecen la

investigacin y le aconsejan al imputado que no confiese su participacin delictual. Esto ha dado lugar a muchos choques y malos entendidos entre Polica y defensores, y ha llegado a convertirse en fuente de nulidades que obligan al juez a declararlas, con visible malestar de la Polica, que siempre pretende que el juez no conceda libertad a nadie consignado por ella.

3.4. 3.4.1.

MEDIDAS COACTIVAS Detencin policial

La Polica tiene la funcin de cooperar con la administracin de justicia en la investigacin de los delitos perseguibles de oficio, procurando descubrir a los presuntos culpables para ponerlos a disposicin de los jueces junto con los elementos de prueba y efectos del delito que se hubieren incautado. En consecuencia, al tener conocimiento de la perpetracin de un delito perseguible de oficio, debern proceder a su investigacin para reunir datos y allegar pruebas. En lo referente a la detencin, la Constitucin enuncia que ...ningn rgano gubernamental, autoridad o funcionario podr dictar rdenes de detencin o de prisin si no es de conformidad con la ley, y estas rdenes debern ser siempre escritas. Cuando un delincuente sea sorprendido infraganti, puede ser detenido por cualquier persona, para entregarlo inmediatamente a la autoridad competente (...) La detencin administrativa no exceder de setenta y dos horas, dentro de las cuales deber consignarse al detenido a la orden del juez competente, con las diligencias que hubiere practicado (...) La detencin para inquirir no pasar de setenta y dos horas y el tribunal correspondiente estar obligado a notificar al detenido en persona el motivo de su detencin, a recibir su indagatoria y a decretar su libertad o detencin provisional, dentro de dicho trmino..."(art.13 Cn.). La Polica podr proceder a la captura de una persona, aun sin orden judicial, en los casos siguientes: 1. En el momento de disponerse a cometer un delito. 2. Cuando se haya fugado de algn establecimiento penal o de cualquier otro lugar de reclusin. 3. Si mediare orden escrita emanada de autoridad no judicial. En cualquiera de los tres supuestos anteriores, el miembro del rgano auxiliar que verificare la detencin deber presentar inmediatamente al detenido al cuerpo a que perteneciere, para que dentro de las 72 horas despus de la captura sea presentado a la autoridad competente (art. 243 Pr. Pn.). Tambin sucede a menudo que los agentes de Polica capturan por impulso propio, sin orden de captura, creyendo que ellos son "la autoridad administrativa". Esto genera violaciones a los derechos del imputado que, en algunos casos, traen como consecuencia la libertad del encausado con el consiguiente malestar de la Polica que con gran tranquilidad, en forma irresponsable, dice que los jueces son "corruptos" por no avalar sus actuaciones ilegales. Lo relatado es un mal endmico en nuestros cuerpos auxiliares de la administracin de justicia. 3.4.2. Prisin preventiva

En el lenguaje procesal penal salvadoreo, la prisin preventiva es conocida como "detencin provisional". Tambin la detencin preventiva en El Salvador es la fuente del fenmeno del preso sin condena y de relegar el principio constitucional de la presuncin de inocencia a una simple declaracin terica sin aplicaciones prcticas. Por eso, sin temor afirmamos que la detencin provisional ha operado en nuestro medio en franca oposicin a los derechos humanos y dems garantas constitucionales, y ha llegado a convertirse, como en otros pases, en una pena anticipada. Los jueces la utilizan indiscriminada y represivamente en todos los delitos, lo que provoca un fuerte desequilibrio y una marcada inestabilidad dentro del sistema procesal salvadoreo. Es su taln de Aquiles. La ley dice que para decretar la detencin provisional se requieren las circunstancias siguientes: 1. Que conste suficientemente probada la existencia de un delito. 2. Que haya elementos de juicio suficientes para estimar que el imputado tuvo participacin en el delito.

No obstante, bastar con que se cumpla la segunda circunstancia para decretar la detencin provisional cuando se trate de los delitos de homicidio doloso o agravado, violacin, secuestro, estragos, hurto, robo, estafa, extorsin y actos de terrorismo (art. 247 Pr. Pn.). Al final del artculo 138 Pr. Pn., luego de sealar las obligaciones y facultades de la Polica, el Cdigo deja abierta para el juez una facultad que ha transformado en represivo todo el sistema penal del pas. Se trata de la siguiente disposicin: Las indagaciones y declaraciones de ofendidos, vecinos del lugar y testigos de importancia sern tenidas por el juez en conjunto, como ELEMENTOS DE JUICIO SUFICIENTES para el solo efecto de DECRETAR LA DETENCIN PROVISIONAL del imputado si de ellas resultare que ste tuvo participacin en el hecho delictivo; en todo caso el juez deber verificarlas a la mayor brevedad a efecto de confirmar o revocar la detencin provisional". Luego, como ya indicamos, el art. 247 Pr. Pn. dice que para decretar la detencin provisional, casi siempre, se requiere "que haya elementos de juicio suficientes para estimar que el imputado tuvo participacin". Entonces los jueces, sin mayor acuciosidad ni esmero, sin preocuparse de recoger la prueba, sencillamente deciden aplicar el referido inciso penltimo del art. 138 y detienen a todo reo que les presenten con las diligencias de la Polica. Y aunque la misma disposicin obligue a verificar con la mayor brevedad el contenido de esas actas a efecto de confirmar o revocar la detencin decretada, el juez deja dormir tal investigacin y mantiene detenido al imputado. Esta normativa ha producido que el proceso se estanque, que no camine, y que el reo cumpla la pena sin haber pasado por un juicio. 3.4.3. Alternativas a la prisin preventiva

Cuando tocamos el tema de las reformas de las ltimas dcadas, abordamos el problema de la excarcelacin haciendo notar cmo la campaa de "ley y orden" mantenida en El Salvador desde que se vislumbrara el final de la guerra, hizo que el legislador elevara las penas sobre tres aos a muchos delitos para que no gozaran de la excarcelacin. Adems, el gobierno de la nacin tom esas medidas, pese a carecer de toda orientacin poltica criminal y ser inepto para encontrar una mejor solucin. La excarcelacin procede cuando se ha decretado detencin provisional en delitos sancionados con multa o pena privativa de libertad que no exceda del lmite mximo de tres aos de prisin, salvo las excepciones que el Cdigo establece. En mayo de 1980, como dijimos, se reform el Cdigo (art.251 Pr. Pn.) en lo que respecta a la excarcelacin, agregando un enorme listado de delitos que ya no seran excarcelables, los cuales sumaban aproximadamente 40 nuevas excepciones. Luego vinieron las reformas de 1990, que elevaron la penas sobre tres aos a algunos delitos para que no fueran excarcelables. La excarcelacin se har efectiva, por regla general, mediante fianza personal, y en determinados casos con caucin juratoria. La fianza podr sustituirse por depsito de dinero o en ttulos valores o por la Constitucin de hipoteca sobre bienes inmuebles (art. 253 Pr.Pn.). Para cualquier excarcelacin los jueces de San Salvador, que son 25, han inventado el trmite de que se pida informes a los otros tribunales de la ciudad preguntando si el solicitante tiene proceso en ese juzgado. Los jueces contestan ms o menos en el trmino de un mes; mientras tanto, el solicitante sigue detenido. Esta es una psima costumbre de los jueces de San Salvador que no tiene ninguna base legal. Adems casi ningn juez concede la excarcelacin utilizando la caucin juratoria, ya que por disposicin de la misma ley esta procede cuando "...se tratare de persona que viviere de su trabajo diario y estuviere imposibilitada por su estado econmico de ofrecer caucin, siempre que probare su pobreza y buena conducta con testigos idneos". Con esa disposicin los reos pobres, que son la mayora, precisamente por ser pobres se encuentran imposibilitados de probar su pobreza y buena conducta con "testigos idneos". Entonces los jueces recurren a la fianza personal, que ha generado una de las variantes del fenmeno conocido como "los sacadores" de los jueces. Esta cuestin consiste en que, en muchos tribunales del pas, casi en todos los de San Salvador, hay "amigos del alma" del seor juez que siempre estn presentes y aptos para servir de fiadores personales del reo, previo pago del 10% de la cantidad pedida como fianza. Cuanto ms alta es la cantidad por afianzar, mayor es el beneficio

econmico del fiador. Esto ha dado lugar a que se piense que algunos jueces estn en el negocio de las fianzas por medio de su "sacador". No est de ms explicar que el sacador" no solamente se utiliza en las fianzas, sino tambin en todas las dems diligencias que puedan interesarle al imputado. En resumen, el "sacador" es la expresin de la corrupcin personal de algunos jueces. 3.4.4. Exmenes corporales, observacin en puestos psiquitricos

Cuando el imputado compareciere ante el juez y este notare que presenta sntomas manifiestos de enfermedad mental, grave perturbacin de la conciencia o desarrollo psquico retardado, o si durante el curso del proceso fuere informado de ello por el encargado del lugar donde estuviere recluido o as lo manifestare cualquiera de las partes, con fundamento razonable a juicio prudencial del juez, este ordenar el examen por un perito psiquiatra para que dictamine sobre la naturaleza de la enfermedad y si esta es anterior o posterior al delito. Si para practicar el examen, el perito requiere un perodo de observacin y el traslado del imputado a un hospital psiquitrico, el juez ordenar el traslado bajo custodia y conceder el perodo de observacin por 30 das como mximo. Si por los sntomas y antecedentes que presentare el imputado, el perito psiquiatra llegare a concluir que cuando cometi la accin delictiva padeca de enfermedad mental o de grave alteracin de la conciencia o que se trata de un sujeto de desarrollo psquico retardado, as lo declarar categricamente y por escrito al juez (arts.467 y 468 Pr. Pn.)9. En lo referente a los exmenes corporales, estos se efectan generalmente a peticin del procesado cuando comparece ante el juez. Tambin cuando se nombrare defensor en las diligencias de la Polica, aquel puede pedir que se practique reconocimiento mdico al detenido a efecto de constatar si no ha sido objeto de coaccin fsica o moral desde el momento de su detencin (art. 66 Pr. Pn.). 3.4.5. Registro, puestos de control, redadas policiales

El Cdigo, al hablar de la comprobacin del delito y de la delincuencia (y no como medidas cautelares) trata, en el captulo segundo, del registro del lugar, requisa personal, secuestro y comiso. El juez de primera instancia, a solicitud del fiscal o de oficio, podr ordenar el registro de determinado lugar cuando existan motivos suficientes para presumir que ah se encuentra el imputado o un condenado o que puedan hallarse objetos pertinentes al delito. El juez podr proceder personalmente al registro o delegar la diligencia en un juez de paz (art. 176 Pr. Pn.). No obstante lo dicho anteriormente, la Polica podr proceder al allanamiento sin previa orden judicial y a cualquier hora: 1. en persecucin actual de un delincuente; 2. por desorden escandaloso que exija inmediata intervencin; 3. cuando se oigan voces dentro de una casa que anuncien que se est cometiendo un delito o cuando se pida auxilio; 4. cuando se tenga conocimiento de que un local se utiliza para prcticas escandalosas y deshonestas de tipo colectivo o para el consumo de drogas; y, 5. cuando se presumiere que en determinado lugar hay armas, municiones o explosivos, para fines subversivos o para cometer delitos contra la paz pblica o contra la existencia y organizacin del Estado. Existen otras situaciones en que no se puede proceder sin orden judicial, pero la Polica no se acostumbra a actuar dentro de la legalidad y pretende asimilar cualquier caso al art. 181, para lo cual aducen, adems, que no pueden confiar en los jueces cuando se trata de narcotrfico. Casos en que la
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El Salvador, Cdigo Penal.

polica viol las garantas constitucionales, fueron declarados nulos por la Sala de lo Penal y los reos fueron puestos en libertad. La Polica sigue creyendo que lo que no se acomoda a su ilegal proceder constituye corrupcin. Durante algn tiempo la referida Sala tuvo reuniones con este cuerpo para explicarle la necesidad de la orden judicial para ordenar registros y allanamientos en casos no excepcionales, pero su comprensin no fue muy exitosa. Realmente es difcil querer romper con toda una poca de prepotencia e ilegalidad policial. En El Salvador sigue siendo comn la prctica de las redadas en los barrios pobres y de concentracin de espectculos pblicos, o en salones populares donde se expenden bebidas fuertes o cerveza. En estas redadas la Polica casi nunca captura a verdaderos delincuentes, aunque el nmero de detenidos es alto. Pero atemoriza a las personas y se legitima a s misma y ante la alta sociedad haciendo creer que realiza una gran labor de profilaxis social. A tales detenidos, que no han cometido ningn delito, se los remite a los tribunales por contravenciones o faltas, pero previamente se los exhibe en televisin y peridicos como delincuentes peligrosos. En cambio, durante 1994 la Fiscala General de la Repblica inici 71 procesos penales contra miembros de la Polica Nacional Civil por participacin en hechos delictivos. Pero la Unidad de Investigacin Disciplinaria de la Polica solamente inici expedientes para la sancin administrativa en ocho de esos casos. En marzo de 1995 la referida Unidad tramitaba 780 expedientes, de los cuales 116 correspondan a faltas graves y muy graves. La falta de celeridad por parte de esa instancia policial, en especial en aquellos casos relativos a violaciones graves de los derechos humanos, tales como ejecuciones arbitrarias, torturas o malos tratos, hizo que ONUSAL se presentara ante la Direccin General de la PNC, lo que oblig a esa Direccin y al Viceministro de Seguridad Pblica, a hacer pblico compromiso de resolver los casos sujetos a investigacin. Hasta el momento este compromiso ha sido otra promesa incumplida ms. 3.4.6. Medidas cautelares

En nuestro lenguaje procesal penal, la expresin "medidas cautelares" no es usual. Esto no quiere decir que no se conozcan en particular algunas providencias que constituyen medidas cautelares, pero el Cdigo las trata en la instruccin como elementos de prueba del cuerpo del delito, como veremos oportunamente. 3.4.7. Medidas cautelares reales para asegurar la ejecucin de la sentencia

Las medidas cautelares reales para asegurar el procedimiento son propiamente: la hipoteca, y el depsito de dinero o de ttulos valores. Las otras medidas para ese fin son exclusivamente personales. Pero la medida cautelar real que existe en nuestro sistema para garantizar la ejecucin de la sentencia, es el embargo. En efecto, siempre que el juez de primera instancia decretare o confirmare la detencin provisional de una persona, ordenar el embargo preventivo de sus bienes o de los del civilmente responsable, en cantidad suficiente para garantizar la responsabilidad civil y el pago de las costas procesales. El embargo podr sustituirse mediante consignacin de la cantidad fijada, el depsito de ttulos valores, la Constitucin de hipoteca o la prestacin de fianza a travs de institucin financiera (arts. 267 y 270 Pr. Pn.).

3.4.8.

Intervencin del correo y del telfono

En el Cdigo Penal el ttulo cuarto, captulo cuarto, dentro de los delitos contra la libertad, se trata de los delitos contra la inviolabilidad del secreto. Aqu estn los relativos a violacin de correspondencia e interceptacin de comunicaciones telegrficas y telefnicas (arts. 231, 232, 233 Pn.), que son el desarrollo del principio constitucional del art. 24 Cn: "La correspondencia de toda clase es inviolable, interceptada no har fe ni podr figurar en ninguna actuacin, salvo en los casos de concurso y quiebra. Se prohbe la interferencia y la intervencin de comunicaciones telefnicas."10 No obstante la rimbombante declaracin constitucional, el servicio secreto de la Fuerza Armada mantiene vigilancia sobre los disidentes polticos y sobre altas personalidades del Estado. Reciente est el caso, que se dio a la publicidad en peridicos, radio y televisin, de la interferencia de telfonos del entonces Presidente Cristiani, de quien grabaron una conversacin con el actual Presidente Caldern Sol, entonces Alcalde de San Salvador. 3.4.9. Imposicin provisional de medidas de seguridad El Cdigo Penal dice que podrn aplicarse medidas de seguridad en los casos siguientes: 1. A quienes fueren declarados inimputables en un juicio penal. 2. Cuando por causa de enfermedad mental del delincuente se interrumpiere la ejecucin de la pena. 3. A quienes cometieren delito y fueren toxicmanos crnicos o enfermos alcohlicos. 4. A los semimputables peligrosos. 5. Cuando al sujeto se lo declare delincuente habitual o profesional. 6. Cuando durante el cumplimiento de la condena el reo observare notoria mala conducta. 7. Cuando cumplida la sentencia, el juez estime que la eficacia de la pena ha sido nula en lo relativo a la readaptacin del delincuente, fundndose para ello en la viciosa conducta del reo, en sus hbitos de vagancia y en cuantos ndices pudieran hacer presumir que el rgimen penal a que el delincuente estuvo sometido no alcanz el fin propuesto (art. 110 Pn.). Las medidas de seguridad se aplicarn solamente a los sujetos peligrosos que hayan cometido un hecho previsto en la ley como delito(art. 113 Pn.). Antes estaba vigente la llamada Ley de Estado Peligroso, que era todo un poema a la violacin de los derechos humanos. El Cdigo Penal vigente tom parte de esa ley y cre un ttulo denominado medidas de seguridad, que era un trasplante de aquella al Cdigo que entr en vigencia, junto con el Procesal Penal, el 15 de junio de 1974, derogando tcitamente la ley de Estado Peligroso. Esa ley tena un procedimiento que el Cdigo Penal no trasplant ni a su cuerpo, ni al Procesal Penal, por lo cual en la actualidad no existe procedimiento para imponer las medidas de seguridad.

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Constitucin de El Salvador

3.5. 3.5.1.

REGULACIN DE LA PRUEBA Principio de la verdad material

Segn nuestro Cdigo, el juicio penal tendr por objeto establecer la existencia de una infraccin penal, averiguar quin o quines la cometieron y sancionar o absolver a las personas que resultaren o fueren declaradas culpables o inocentes. Entonces, al juez le corresponde desentraar la verdad real de lo sucedido, o sea, adecuar la realidad ontolgica con la nocin ideolgica que se tiene del hecho cometido. El juez en nuestro sistema es juez instructor y juez sentenciador al mismo tiempo, por lo cual debe desarrollar una amplia investigacin y gozar de gran margen de autonoma en sus decisiones. Los jueces son receptores de pruebas e indicios que generalmente provienen de los rganos auxiliares, es decir, de la Polica. Desgraciadamente el juez instructor tiene como prctica usual delegar funciones en sus empleados, por lo que no presencia directamente el ingreso de la prueba. Es normal que el juez no conozca nunca al testigo que declar ante un empleado del tribunal. Tambin es corriente que el juez instructor delegue en otro juez la prctica de una diligencia para obtener prueba. En algunos juicios de importancia ha sido notorio que los imputados no han tenido participacin en el hecho, incluso los mismos parientes de la vctima han declarado ante el juez que tal imputado no es el autor del delito, pero las diligencias policiales lo presentan como el verdadero autor. Los jueces en estos casos utilizan el recurso de Pilatos: lavndose las manos, se abstienen de sobreseer y elevan a plenario el proceso, apegados a una disposicin del Cdigo que dice: cuando en el proceso hubiere suficiente prueba de la delincuencia del imputado y hubiere tambin suficiente en descargo, el juez se abstendr de sobreseer; pero la misma disposicin dice que, no obstante, si ambas pruebas no son excluyentes del hecho principal sino que se complementan en su conjunto, el juez, de acuerdo con la sana crtica y tomando en consideracin la naturaleza del hecho y de la prueba, el nmero de testigos y la calidad de estos, podr sobreseer (art. 279 Pr. Pn.11). 3.5.2. Medios de prueba

Segn nuestro sistema procesal, la prueba es el medio determinado por la ley para establecer la verdad de un hecho controvertido. Los medios de prueba estn legalmente comprendidos en el Cdigo Procesal Penal a partir del artculo 150, en el ttulo III, que trata de la comprobacin del delito y de la delincuencia, captulo primero, denominado Cuerpo del Delito. Se comienza diciendo que la base del procedimiento en materia penal ser la comprobacin de la existencia de un hecho que la ley reputa delito. Luego se sigue por la inspeccin, distinguiendo entre los delitos que dejan seales y los que no dejan seales, y que en los primeros la comprobacin de su existencia podr establecerse por cualquier medio de prueba. Igual regla rige para los otros, pues indica la ley que cuando las seales hubieren desaparecido, se justificar el cuerpo del delito por cualquier medio legal de prueba. 3.5.3. Derechos de peticin de prueba

En los delitos de accin privada o cuando se acuse en los que dan lugar a procedimiento de oficio, el acusador est obligado a la prueba. En las formalidades de la acusacin deber expresarse la relacin circunstanciada del hecho, con sealamiento del lugar, hora, da, mes y ao en que se ejecut; as como las diligencias que debern practicarse para establecer el hecho o una relacin de aquellas con las que ya se hubiere comprobado (art. 56 Pr. Pn.). El fiscal, en los delitos en que intervenga, al hacer el requerimiento deber proporcionar la indicacin de las diligencias que considere urgentes para la averiguacin del hecho. En cambio, el denunciante no ser parte en el proceso penal; en consecuencia, le sern rechazados de oficio todos los escritos y peticiones que presentare con posterioridad a la denuncia (arts. 133 y 129 Pr. Pn.).
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Cdigo Procesal Penal.

En nuestro sistema la fase contradictoria est dentro del plenario; y dentro de este la ley ha incluido un captulo llamado "La prueba", que nadie utiliza, porque los elementos de prueba ya se recogieron en la fase de instruccin. Como hemos dicho, la prueba se incorpora al juicio mediante lectura de actas. 3.5.4. Prohibicin de realizacin de prueba. Prohibicin de aprovechamiento de la prueba

Como ambos temas son coincidentes, los trataremos en un solo apartado dedicado a la prueba prohibida. Estamos en presencia de resultados obtenidos mediante violacin de los derechos fundamentales del imputado; resultados que lo incriminan y que, de no ser por la ilegalidad de su obtencin, podran sustentar una condena. La Constitucin estatuye que a toda persona a quien se impute un delito, se la presumir inocente mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley y en juicio pblico, en el que se le aseguren todas las garantas necesarias para su defensa. A la persona detenida no se la puede obligar a declarar; las declaraciones que se obtengan sin la voluntad de la persona carecen de valor;quien as las obtuviere y empleare incurrir en responsabilidad penal (art.12 Cn.). En el mismo sentido manda que la correspondencia de toda clase es inviolable; interceptada no har fe ni podr figurar en ninguna actuacin, salvo en los casos de concurso y quiebra. Se prohbe la intervencin de comunicaciones telefnicas (art. 24 Cn.). Concordante con lo anterior existe en el Cdigo el delito de incapacidad compulsiva: "El que sin motivo legtimo colocare a otro, sin su consentimiento, en un estado letrgico o hipntico o en estado de incapacidad de entender y de querer, ser sancionado con prisin de seis meses a un ao" (art. 227 Pn.). Tambin se pena como delito la violacin de correspondencia y la interceptacin de comunicaciones telegrficas o telefnicas (arts. 231 a 234 Pn.). El delito de actos arbitrarios pena al funcionario o empleado pblico que realizare, o permitiere que un tercero lo hiciere, cualquier acto ilegal o arbitrario, vejacin o atropello contra las personas o dao en los bienes, o usare de apremios ilegtimos o innecesarios para el desempeo de la funcin o servicio (art. 428 Pn.) Tambin constituye delito la detencin del delincuente in fraganti cuando la autoridad que lo captura no diere cuenta con el detenido a la autoridad judicial, despus de transcurridas 72 horas (art. 219 Pn.) Segn vemos en los informes de la Procuradura para la Defensa de los Derechos Humanos, quienes estn en primer lugar como violadores de los derechos humanos son la Polica y los jueces, en ese orden. De la violacin a los derechos constitucionales no puede haber aprovechamiento de la prueba obtenida. Por esa razn, la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia, desde 1992 al primer semestre de 1994, sent jurisprudencia al declar nulas varias sentencias en que se haba obtenido prueba prohibida, y al ordenar la libertad del imputado, sin importar el tipo de delito o delitos, en el entendido de que no existen procesados de primera o segunda clase; se generaron fricciones con la Polica al declarar ilegal el procedimiento de obtener confesiones o allanar viviendas o negar el derecho de defensa, en violacin de los derechos fundamentales de cualquier salvadoreo. 3.5.5. Reglas de la prueba, valoracin de la prueba

Las reglas sobre la prueba se encuentran propiamente en el Cdigo Procesal Penal, bajo el rubro de disposiciones generales de la prueba. Se enuncia que las disposiciones sobre prueba contenidas en el ttulo correspondiente son aplicables a todos los casos en que se tenga que resolver sobre la existencia

de la infraccin penal investigada y sobre la delincuencia del imputado, salvo las disposiciones especiales consignadas en el Cdigo (art. 487 Pr. Pn.). Las pruebas sobre delincuencia apreciarn segn las reglas de la sana crtica, utilizando un sistema racional de deducciones que guarde concordancia con las dems pruebas del proceso, con facultad de fijar, en cada caso, los hechos que deben tenerse por establecidos, mediante el examen y valoracin de estas, cualquiera que sea su nmero o entidad (art. 488 Pr. Pn.) En el derogado Cdigo de Instruccin Criminal la prueba ya estaba tasada. El Cdigo vigente innov sentando las bases del sistema de la sana crtica, cuyas elementales reglas quedaron anteriormente expuestas. Tambin, por contar con el tribunal del jurado para el juzgamiento de los delitos, para el cual se halla exclusivamente el sistema llamado de la ntima conviccin. En el Cdigo vigente an subsisten rezagos de la prueba tasada, pero son explicables por la falta de experiencia y, sobre todo, falta de prctica por parte de los juzgadores. El legislador crey que a la inspeccin, a la prueba instrumental, a la prueba documental, a la pericial y a la confesin, haba que dotarlas de ciertos mecanismos que guiaran al juez en su mejor aplicacin, sealando cundo alguno de esos medios de prueba debe tenerse por prueba suficiente. La llamada ntima conviccin es el sistema probatorio que utiliza el tribunal del jurado al emitir su veredicto. 3.5.6. In dubio pro reo

Este principio no se encuentra en forma expresa, pero del contexto de varias disposiciones fcilmente se llega a l. El Cdigo ordena que en los juicios de que conozca el jurado, el veredicto de culpabilidad o inculpabilidad del procesado es la base para la sentencia definitiva condenatoria o absolutoria, la que debe pronunciar el juez dentro del trmino de 30 das a partir de la vista pblica de la causa (art. 505 Pr. Pn.). Recordemos que la Constitucin y el Cdigo proclaman que a toda persona a quien se impute un delito, se la presumir inocente mientras no se prueba su culpabilidad conforme a la ley y en juicio pblico; por consiguiente, no es posible presumir su culpabilidad. Pero este principio se rompe con las famosas presunciones legales de culpabilidad, ya relatadas, de los artculos 503 y 504 del Cdigo Procesal Penal, que dan al traste con el in dubio pro reo. En los juicios de que no conozca el jurado, se pronunciar sentencia condenatoria cuando en el proceso haya prueba suficiente que demuestre, sin dejar duda, la existencia del hecho punible y lleve al espritu del juez la certeza de la verdad sobre la participacin y culpabilidad del imputado en la infraccin penal. En la sentencia en que conoce el jurado, no se presentan mayores problemas porque el veredicto es una verdad jurdica innegable, slo atacable por medios especiales y causas determinadas, conocidas como nulidades del veredicto. Pero en esta situacin, habiendo conocido el jurado, el juez en la sentencia nicamente consignar el veredicto diciendo que su fallo se fundamenta en l, sin hacer valoracin sobre la prueba rendida respecto del cuerpo del delito y la delincuencia, pudiendo valorar nicamente las relativas a las circunstancias modificativas de la responsabilidad. Pese a que las disposiciones legales son claras, los jueces, cuando se trata del fundamento de la sentencia en que no conoce el jurado, creen que la prueba que sirvi para decretar la detencin preventiva es la misma que debe utilizarse en la sentencia definitiva, con lo que se hallan, por consiguiente, obligados a condenar. Y condenan. 3.6. 3.6.1. FASES DEL PROCESO Investigacin policial o por el fiscal

El fiscal general de la Repblica, siempre que tenga conocimiento de la comisin de un delito perseguible de oficio, requerir por s o por medio de los agentes auxiliares al juez competente para que inicie la instruccin del correspondiente informativo; y, por s o por medio de sus agentes auxiliares, procurar recabar las pruebas y antecedentes necesarios para presentarlos al juez competente. Estas diligencias servirn como datos en la investigacin judicial. Y si en tales diligencias apareciere algn testigo presencial del hecho, incontinenti de su examen se presentar al juez competente, aun cuando no se hubiere hecho requerimiento alguno. La funcin principal de los rganos auxiliares de la administracin de justicia, la Polica, es la de colaborar con el juez en la investigacin de los delitos perseguibles de oficio, procurando descubrir a los presuntos culpables para ponerlos a disposicin de los jueces junto con los elementos de prueba y efectos del delito incautados. Con los grandes cambios polticos operados en El Salvador luego del Acuerdo de Paz de Chapultepequec y del final de la guerra, las reformas a la Constitucin entregaron al fiscal la investigacin del delito; como nico rgano auxiliar de la justicia qued la Polica Nacional Civil (PNC), ya que la Polica Nacional fue disuelta por los acuerdos de paz. La Constitucin pone bajo la direccin de la Fiscala un organismo de investigacin del delito, pero el Ejecutivo, por medio de un decreto, pas ese rgano a los engranajes de la PNC. Si bien este rgano ya funciona, lo maneja exclusivamente la Polica. Como siempre se haba alegado que la Fiscala no estaba preparada para investigar, se decidi poner bajo su mando un rgano especializado en tcnicas policiales, pero el mismo viejo argumento ha servido de fundamento para que solamente en el papel de la Constitucin, la Fiscala tenga en sus manos esa tarea. En la actualidad la Polica Nacional Civil, con su aparato especial, es quien dirige la investigacin; decide qu delitos y a qu personas se debe investigar y, desgraciadamente, en casos especiales dirige la investigacin por otros cauces y hacia otras metas. Por consiguiente, todo lo dispuesto en el Cdigo Procesal Penal y en la Constitucin no tiene vigencia. Tal como estn las cosas en la actualidad, la Polica se ha tragado a la Fiscala. 3.6.2. Instruccin judicial

La fase de instruccin es la dominante en todo el proceso penal salvadoreo. Tambin se conoce con el nombre de "sumario". De ella trata casi la mitad de todas las disposiciones del Cdigo Procesal Penal. Corre desde la iniciacin del proceso hasta la parte correspondiente a su clausura por sobreseimiento, declaratoria de falta, llamamiento a juicio o elevacin a plenario. La instruccin tendr por objeto practicar los actos y diligencias necesarios para comprobar la existencia del delito y establecer quin o quines son los responsables, as como las circunstancias que excluyan, atenen o agraven la responsabilidad del imputado o de los imputados. Comprender todas las diligencias judiciales que se lleven a efecto desde el auto cabeza de proceso hasta que se estime suficientemente depurado el informativo, inclusive el auto de sobreseimiento, en su caso (art. 115 Pr. Pn.). La instruccin estar a cargo del juez competente, quien deber conocer inmediatamente el hecho; pero la misma ley lo faculta para delegar funciones en otros jueces. En consecuencia, el juez procede a ordenar y realizar reconocimientos forenses y dems peritajes, los cuales por ley debern hacerse en su presencia, para lo cual hay una redaccin ritual en todas las actas y diligencias que el juez realiza: "Ante m, Fulano de Tal, Juez de...". Esto ha obligado a que los jueces con competencia en lo penal, en San Salvador, hagan turnos de 24 horas, a fin de que siempre est de turno un juez en la ciudad. En las otras poblaciones, los jueces siempre estn de turno. El juez debe trasladarse al lugar donde ocurrieron los hechos hacindose acompaar de los mdicos forenses, no importa la hora que sea, en los casos de delitos contra la vida o la integridad personal. 3.6.3. Fase intermedia

En el proceso penal salvadoreo, la fase intermedia propiamente tal no se encuentra destacada como una etapa, pero siguiendo la doctrina procesal nos ubicamos en ella al finalizar la instruccin. As, cuando dentro del plazo del referido artculo 123, el juez estimare que se han practicado las diligencias conducentes al esclarecimiento de los hechos investigados y no procede el sobreseimiento, dictar auto de elevacin a plenario, sin que sea necesario que la instruccin est agotada, quedando al criterio prudencial del juez la estimacin sobre la suficiencia de la depuracin (art. 297 Pr. Pn.). Cosa parecida sucede con la oportunidad del sobreseimiento, pues en cualquier estado de la instruccin en que el juez llegare al convencimiento de que el hecho investigado no est tipificado como delito, o apareciere prueba suficiente de que el imputado obr en estado de inimputabilidad o de que est extinguida su reponsabilidad penal, o se comprobare la excepcin de cosa juzgada, el juez dictar auto de sobreseimiento (art. 276 Pr. Pn.). En los juicios sumarios, por delitos que no van a jurados pues se hallan sancionados con pena de prisin que no excede de tres aos o con multa, cuando en la instruccin constare la prueba suficiente del cuerpo del delito y existiere contra el imputado la prueba necesaria de su participacin, el juez proveer el auto de llamamiento a juicio (art. 401 Pr.Pn.). Si el juez, en cualquier estado de la instruccin, viere que el hecho investigado constituye falta, dictar resolucin motivada declarndolo as, ordenando la libertad del imputado y la remisin del proceso al correspondiente juez de paz para su tramitacin. Tanto para elevar a plenario, llamar a juicio, sobreseer o declarar falta, el juez tiene que hacer apreciacin de toda la fase de instruccin, realizando crticamente la valoracin de la existencia del hecho punible y de la delincuencia o participacin del procesado. 3.6.4. El juicio oral

En El Salvador aparentemente tenemos un juicio oral y pblico que se desarrolla en la fase conocida como plenario, al grado de que, al hablar, es corriente decir el juicio plenario. Esta fase del proceso, por manifiesta declaracin de la ley, tiene por objeto discutir contradictoriamente los elementos de juicio recogidos en la instruccin y recibir las pruebas que la acusacin y la defensa propongan y las que de oficio estimare conveniente ordenar el juez, a fin de establecer la culpabilidad o la inocencia del imputado y dictar la sentencia que proceda. El juez eleva a plenario una causa cuando estima que ya se han practicado todas las diligencias conducentes al esclarecimiento de los hechos investigados y no procede el sobreseimiento. No es necesario que toda la instruccin est completamente agotada, si a criterio prudencial del juez se estima suficientemente depurada (arts. 296 y 297 Pr. Pn.). El plenario corre desde el auto de elevacin hasta la sentencia de primera instancia. Esta fase contradictoria tiene un trmino ordinario de prueba de ocho das, dentro del cual cabe discutir los elementos de juicio recogidos en la instruccin, as como la recepcin a pruebas. Pero en la realidad no se discute nada ni se recoge prueba alguna, pues los elementos y medios de prueba ya fueron ingresados vlidamente al proceso, sin contradiccin alguna, durante la instruccin; al grado de que la generalidad de los litigantes renuncian al trmino de prueba para poder llegar a la vista pblica. El tribunal del jurado lo integran cinco personas legas llamadas jurados, que debern responder a la siguiente pregunta: "Tiene el jurado la ntima conviccin de que el imputado es culpable?" (arts. 315 y 331 Pr. Pn.). La vista pblica de la causa ser presidida por el juez de primera instancia, o por el magistrado presidente de la cmara en su caso, quien dirigir los debates, ordenar las lecturas necesarias y har las advertencias sobre alegatos no pertinentes al establecimiento de la verdad, sin coartar el ejercicio legtimo de la acusacin y la libertad de la defensa (art. 340 Pr. Pn.).

Concluida la votacin se har constar en acta que, habiendo deliberado los jurados sobre la pregunta sometida a su decisin, declaran solemnemente y bajo la promesa que han prestado, que el imputado es culpable o no es culpable del delito que se le atribuye, segn lo haya resuelto la mayora. Luego los jurados llaman al juez, quien a su vez llama a las partes y permite la entrada del pblico para que el presidente, si quiere, lea el veredicto. Si no, lo hace el juez. Con esto termina el "juicio oral" en El Salvador. 3.7. 3.7.1. TRMINO DEL PROCESO Sentencia

En la sentencia el juez, a nombre de la Repblica de El Salvador, concluir con la parte resolutiva, en la que, segn el caso, se condenar al imputado por el delito que haya sido materia del proceso, imponindole la pena principal y las accesorias que corresponda, o se lo absolver de culpa por la accin entablada, ordenndose, cuando fuere el caso, su libertad o la cesacin de las restricciones impuestas. Tambin en la sentencia condenatoria el juez resolver sobre el monto de la responsabilidad civil, la persona que deba percibirla y los obligados a satisfacerla. El veredicto absolutorio no impide que el juez en la sentencia se pronuncie sobre la accin civil, si fuere procedente. 3.7.2. Sobreseimiento

Como ya se ha indicado, en cualquier estado de la fase de instruccin en que el juez llegare al convencimiento de que el hecho investigado no est tipificado como delito, o apareciere prueba suficiente de que el imputado obr en estado de inimputabilidad o de que est extinguida su responsabilidad penal, o se comprobare la excepcin de cosa juzgada, el juez dictar auto de sobreseimiento. En los dems casos, el sobreseimiento se proveer al estar suficientemente depurado el informativo (art. 276 Pr. Pn.) El sobreseimiento procede en los siguientes casos: 1. Cuando el hecho que hubiere dado motivo al sumario no estuviere tipificado en la ley como delito. 2. Cuando no hubiere prueba suficiente del cuerpo del delito. 3. Cuando no existiere contra el imputado la prueba necesaria de su participacin. 4. Cuando resultare exento de responsabilidad el procesado por estar suficientemente probada cualquiera de las causas que excluyen la responsabilidad. 5. Por la extincin de la responsabilidad penal o por la excepcin de cosa juzgada. La falta de preparacin tcnica en los conocimientos penales hace que la Fiscala apele de todo sobreseimiento apelable, aunque la resolucin del juez no slo est apegada a derecho, sino que sea justa. Hay una orden general del fiscal superior, de apelar de todo. Esto causa un enorme atraso en la sustanciacin de los procesos, llena las cmaras de apelacin innecesariamente y agrava la situacin penitenciaria. 3.7.3. Cosa juzgada y revisin

En nuestro sistema penal no existe propiamente la cosa juzgada como categora que afecte al reo en cuanto a su condena inamovible. En efecto, el artculo 14 del Cdigo Penal, al tratar de la aplicacin de la ley penal en el tiempo, dice que si la promulgacin de la nueva ley cuya aplicacin resultare favorable al condenado se produjere antes del cumplimiento de la condena, deber el tribunal competente modificar la sentencia en lo relativo a la pena de acuerdo con las disposiciones de la nueva ley. Si la condena hubiere sido por un hecho considerado como delito por la legislacin anterior y la nueva ley no lo sanciona como tal, se ordenar la inmediata libertad del reo, quien gozar del derecho de rehabilitacin.

En El Salvador existen los llamados ocursos de gracia, entre los cuales est la conmutacin, en virtud de la cual la pena principal impuesta por sentencia ejecutoriada puede sustituirse por otra menor, por la conmutacin. Esta gracia, que de acuerdo con la Constitucin corresponde al Ejecutivo, podr otorgarse a los condenados de toda clase de delitos por sentencia ejecutoriada. Los otros ocursos son la amnista y el indulto, que tambin pueden cambiar la sentencia ejecutoriada. El recurso de revisin en El Salvador est diseado para casos especialsimos, cuando hay sentencia ejecutoria, en los siguientes supuestos: 1. Cuando conste de modo indudable que el delito slo pudo ser cometido por una persona y resultaren dos o ms personas condenadas en virtud de sentencias contradictorias por el mismo hecho. 2. Cuando alguno haya sido condenado como autor, cmplice o encubridor real por homicidio de una persona que hubiere desaparecido, si se presentare esta o alguna prueba fehaciente de que vive. 3. Cuando alguno haya sido condenado por rapto con desaparicin de la vctima, si despus de la condena se encontrare a la persona desaparecida, o se demostrare que sobrevivi a la desaparicin, o que el condenado no tuvo culpa de su muerte. 4. Cuando la sentencia se apoye en documentos o dictmenes declarados falsos o en declaraciones de testigos condenados por falso testimonio. 5. Cuando, despus de la sentencia, sobrevengan o se descubran nuevos hechos o elementos de prueba que hagan evidente la inocencia del condenado o la constatacin de la existencia del delito. Proceder tambin el recurso de revisin cuando se hubiere dictado una sentencia sin aplicar retroactivamente una ley penal ms benigna, siempre que no se hubiere recurrido en apelacin o casacin (art. 606 Pr. Pn.) El recurso de revisin tal como se encuentra en la legislacin salvadorea es para casos lmites que pudieran contarse, como realmente tratados, con los dedos de una mano. 3.8. 3.8.1. MEDIOS DE IMPUGNACIN Hbeas corpus, amparo

Nuestro sistema procesal en materia de impugnacin de las resoluciones y sentencias, conoce los llamados recursos ordinarios y extraordinarios. Los ordinarios son: explicacin y aclaracin, revocacin, apelacin y su interposicin de hecho. A continuacin se trata de las nulidades. Luego pasa a los recursos extraordinarios, a saber, queja por atentado, queja por retardacin de justicia, casacin y revisin. El hbeas corpus y el amparo son juicios constitucionales tratados en la Ley de Procedimientos Constitucionales. El amparo se concede para otras materias. De plano hay que aclarar que el amparo en la forma como se lo conoce que es conocido en otros pases, como Mxico, para nosotros en materia penal est captado en el recurso extraordinario de casacin y en el hbeas corpus. Por consiguiente, en materia penal no existe el amparo en El Salvador. El artculo once de la Constitucin declara: "Toda persona tiene derecho al hbeas corpus cuando cualquier autoridad o individuo restrinja ilegalmente su libertad". La Constitucin misma dice que la Corte Suprema de Justicia tendr una Sala de lo Constitucional, a la cual le corresponde conocer, entre otras cosas, del hbeas corpus (art. 174 Cn.). El recurso se tramita ante la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, si la persona agraviada reside en la San Salvador, o si as lo prefiere, o ante la correspondiente cmara de segunda instancia, si reside fuera de la capital. El hbeas corpus es una accin en el nivel constitucional destinada a proteger la libertad personal.

Hubo una poca en que este recurso fue utilizado por la Sala para encargarse de causas pendientes ante los jueces, tomando por asalto el juicio, ya sea para resolver en su favor del procesado o para atrasar el juicio al no devolverlo al tribunal de origen sino hasta haber resuelto el problema, generalmente de tipo poltico. 3.8.2. Queja

La queja pertenece a los recursos extraordinarios y se divide en queja por atentado y queja por retardacin de justicia. En ambas modalidades conocer el tribunal que debiera conocer en apelacin o casacin, aunque esta no tuviere lugar. Cabe comentar que los litigantes no usan estos recursos, sobre todo el de retardacin de justicia, a pesar de que muchos jueces se caracterizan precisamente por su lentitud en resolver. El motivo que se aduce es el temor de incomodar al juez y convertirlo en un enemigo procesal. 3.8.3. Apelacin

Entendido como el recurso que se le concede a un litigante que ha sufrido agravio por la sentencia del juez inferior, para reclamar de ella y obtener su revocacin por el juez superior, la apelacin es un recurso ordinario que causa instancia. Se otorga de las sentencias definitivas y de las dems resoluciones apelables, sealadas en el Cdigo Procesal Penal. Estas resoluciones son taxativas en el sentido de que solamente pueden apelarse aquellas a las que la ley expresamente les concede apelacin. No existe la apelacin en general. El trmino para interponerse es dentro de los tres das contados desde el siguiente al de la notificacin respectiva (arts. 520 y 521 Pr. Pn.). La apelacin es el recurso ms tramitado en la administracin de justicia salvadorea. Parte del hecho de que se lo use normalmente, se debe al empleo que la Fiscala hace de l. Como vimos al tratar del sobreseimiento, la Fiscala apela de toda resolucin apelable dictada en favor del reo. Es un recurso cuya tramitacin, segn la ley, no debera pasar de unos 30 das; pero las cmaras de segunda instancia tardan, en algunos casos, tres o cuatro meses en resolver, y en la mayora su tramitacin lleva seis meses o ms. Por ese motivo, los defensores procuran no utilizar el recurso y prefieren ir al jurado a decidir la suerte del procesado. 3.8.4. Casacin

La casacin es otro de los recursos menos utilizados por las partes. Lo conoce la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia, pero cuando la Sala ha conocido en segunda instancia, la Corte en pleno conoce de este. Es un recurso extraordinario. El recurso de casacin slo podr interponerse contra las sentencias y autos interlocutorios definitivos pronunciados por las cmaras de segunda instancia, o por la Sala de lo Penal en su caso, en las causas seguidas por delitos que tengan sealada una pena privativa de libertad cuyo mnimo sea o exceda de tres aos de prisin. Tambin podr iterponerse contra la sentencia que deniegue la suspensin condicional de la ejecucin de la pena (art. 568 Pr. Pn.). El recurso se fundamenta en motivos de fondo o de forma. El motivo de fondo es por violacin, aplicacin indebida o errnea interpretacin de la ley sustantiva en una serie de casos que la ley taxativamente enumera. Igual cosa sucede con el motivo de quebrantamiento de las formas del proceso. En este caso, para admitir el recurso por quebrantamiento de forma, es indispensable que se haya reclamado la subsanacin de la falta mediante el recurso de apelacin o el recurso de hecho, en su caso, salvo que el reclamo hubiere sido imposible (arts. 570, 571, 572, 573 y 574 Pr. Pn.). Como dijimos anteriormente, este recurso se tramita poco debido a las dificultades nacidas de la ley misma; pero tambin la Sala de lo Penal es lenta en su tramitacin, al grado de que, desde julio de 1994 hasta la fecha, esta solamente ha sentenciado un recurso de casacin.

3.9. 3.9.1.

PROCEDIMIENTOS ESPECIALES Procedimiento contra ausente

Una vez terminada la instruccin, cuando no proceda el sobreseimiento y el procesado no hubiere sido capturado o se hubiere fugado antes de nombrar defensor, el juez dictar nuevas rdenes de captura y lo emplazar por un solo edicto, con 15 das de trmino, para que se presente a manifestar su defensa. Cumplido ese trmino sin que el imputado hubiere comparecido ni nombrado defensor, el juez lo declarar rebelde y suspender el procedimiento; pero si dentro del trmino de la prescripcin fuere capturado o se presentare o nombrare defensor, cesar la rebelda y se continuar el procedimiento (arts. 290 y 292 Pr. Pn.). 3.9.2. Procedimiento abreviado o acelerado El actual sistema procesal penal no conoce ningn procedimiento abreviado o acelerado. 3.9.3. Procedimiento de faltas

Corresponde a los jueces de paz el conocimiento de las faltas en juicio oral y pblico. La tramitacin es sencilla: El juez recibe declaracin indagatoria al remitido por falta e inmediatamente proveer de auto de libertad bajo caucin juratoria. Los imputados por falta ingresan al juzgado de paz por detencin de la Polica, que no remite a todos los faltistas, sino casi solamente a ebrios o escandalosos, y ms que todo "sospechosos" de delinquir detenidos por sus caras y forma de vestir o por estar en determinados lugares. Ms de la mitad de todas la detenciones de la Polica en El Salvador, son por faltas. Para algunos jefes policiales las faltas han sido fuente de ingresos econmicos ilegales. La ley no autoriza esos cobros por supuestas multas, los cuales en realidad constituyen delito de exaccin, penado por el Cdigo Penal en el artculo 443. A las personas capturadas por prostitucin, ebriedad o disparo de arma, la Polica ha cobrado por ponerlos libres el equivalente a unos 20 dlares por persona. Esta ilegalidad ha bajado un poco, pero se mantiene; y tambin es cometida por muchos jueces de paz. Las faltas estn contenidas en el libro tercero del Cdigo Penal. Hace cien aos, en 1886, se dict una Ley de Polica que tcitamente est derogada por la Ley de Estado Peligroso y por el Cdigo Penal, que en conjunto tratan los mismos casos. No obstante, la Polica alega la actual vigencia de aquella Ley de Polica, pues le sirve de base para detener a cualquier persona y cobrar multas que la ley no impone. La misin de observadores de las Naciones Unidas (ONUSAL) en varias oportunidades ha sealado que, con la finalidad de revertir las prcticas de detenciones arbitrarias por faltas de polica, debe derogarse expresamente la antigua Ley de Polica de 1886 y, de una vez por todas, trasladar la competencia total de esas faltas a las autoridades judiciales. No est de ms recordar que la ley dice que a nadie se le podr capturar por falta si no es en el acto de cometerla; y aun en este caso, si el imputado diere fianza o caucin juratoria, el juez lo pondr en libertad (art. 249 Pr. Pn.) 3.10. CONSECUENCIAS ECONMICAS DEL PROCESO

3.10.1.Costas judiciales y de la defensa En El Salvador las costas judiciales no pertenecen a la categora de penas. Estas son nicamente la prisin y multa, como penas principales; y la inhabilitacin, absoluta o relativa, como accesorias.

Las costas estn tratadas como consecuencias civiles del delito, junto a la restitucin, la reparacin del dao causado y la indemnizacin de perjuicios. Recordemos que en el procedimiento tenemos el embargo como medida cautelar; por eso el juez de primera instancia, cuando decreta o confirma la detencin provisional, ordena el embargo preventivo de los bienes del imputado en cantidad suficiente para que garanticen la responsabilidad civil y el pago de las costas procesales (art.267 Pr. Pn.). Las costas debern imponerse en la sentencia condenatoria, resolviendo todo lo relativo a la responsabilidad civil, la persona que deba percibirla y los obligados a satisfacerla. Pero casi ningn juez fija ese monto, sino que condena en abstracto, es decir, en El Salvador no se hace efectivo el pago de las costas procesales. En cuanto al costo de la defensa, cada imputado hace arreglo econmico con su defensor y no existe lmite en la cuanta. Se supone que los defensores pblicos de la Procuradura General y los de oficio, puestos por el juez, realizan una funcin social gratuita. 3.10.2.Devolucin de los objetos intervenidos Cuando los objetos secuestrados ya no interesen a los fines del proceso, se entregarn en cualquier estado de este a quien pruebe tener derecho con obligacin de presentarlos cuando se le ordene. Si no se supiere o no compareciere el presunto dueo o poseedor o mero tenedor, podr disponerse el depsito de tales objetos en persona responsable, previa su valuacin y mediando fianza que el juez determinar en consideracin de la valuacin e importancia de los objetos. 3.10.3.Confiscacin, decomiso El juez podr disponer que se conserven o recojan los objetos o instrumentos del delito o sujetos a comiso o que puedan servir como medio de prueba; para ello ordenar el secuestro de estos cuando sea necesario. Si los objetos secuestrados fueren de uso prohibido o de ilcito comercio, el juez ordenar su comiso, y no se devolvern a quien los tena en su poder aunque no llegare a comprobarse la existencia del delito. Las armas de fuego de cualquier clase, en especial los pertrechos o elementos de guerra, que hubieren cado en secuestro o fueren remitidos por los rganos auxiliares y las de dotacin legal o reglamentaria de la Fuerza Armada u rganos auxiliares, sern remitidas de inmediato, en depsito y a la orden del tribunal en el Departamento de San Salvador, al Ministerio de Defensa y, en el resto del pas, a los respectivos comandantes departamentales. Los jueces ordenarn que las diligencias que respecto a los objetos decomisados fuere necesario practicar, se realicen en los organismos militares donde hubieren sido remitidas (art. 187 Pr. Pn.). La Constitucin enfatiza en que en ningn caso podr secuestrarse, como instrumento del delito, la imprenta, sus accesorios o cualquier otro medio destinado a la difusin del pensamiento (inciso 2o, art. 6 Cn.). Los objetos secuestrados o decomisados han sido distrados, en algunas oportunidades, de los tribunales o de la Polica, dndoles un uso personal; tal el caso de los vehculos de modelos recientes acaparados por la unidad policial contra los narcos y por algunos jueces. 3.10.4.Indemnizacin a la vctima y al perjudicado La ley dice que toda persona responsable de un delito o falta lo es tambin civilmente. Todo el que haya sufrido dao que provenga del delito, tiene derecho a la reparacin e indemnizacin (art. 130 Pn.).

Hemos visto que las consecuencias civiles del delito comprenden: la restitucin, la reparacin del dao causado, la indemnizacin de perjuicios y las costas procesales (art. 131 Pr.Pn.). Aunque prcticamente no ha tenido repercusiones por no estar desarrollado en ninguna ley, la Constitucin impone que en caso de revisin en materia penal, el Estado indemnizar, conforme a la ley, a las vctimas de los errores judiciales debidamente comprobados (art. 17 Cn.). 4. PROYECTOS DE REFORMA 4.1. PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL PROYECTO

Tratamos los dos temes en este mismo apartado porque de la sola presentacin que seguidamente haremos de nuestra reforma, es comprensible la influencia del Cdigo procesal modelo, proyecto Julio Maier y el Cdigo Procesal Penal de Guatemala, cuyos autores principales han sido Julio Maier y Alberto Binder. El Dr. Alberto Binder ha sido el redactor principal del proyecto de Cdigo Procesal Penal para El Salvador. La nota mediante la que el Ministerio de Justicia presenta en 1994 el Proyecto de Cdigo Procesal Penal a la Asamblea Legislativa, se refiere a la necesidad de modificar ntegramente el proceso penal salvadoreo, incorporando un sistema moderno, oral y pblico, cuyos principios fundamentales son: a) El principio de oficialidad: Este permitir entender la administracin de justicia como una funcin eminentemente estatal, concretable a travs de rganos especiales a cuyo cargo est no solo la aplicacin de la ley penal o funcin jurisdiccional (tribunales o jueces), sino tambin la investigacin (polica represiva), la iniciativa y mantenimiento de la accin (Fiscala General de la Repblica) y la defensa pblica o de oficio cuando el acusado no designe voluntariamente a un profesional de su confianza. El principio de oficiosidad: La promocin y ejercicio de la accin penal corren a cargo de un organismo estatal. La Fiscala General de la Repblica estar obligada a investigar e intervenir en todo hecho delictuoso; no es necesario, para ello, que sea instada o excitada por otro rgano oficial o por particulares, por lo que el juez queda inhibido para actuar de oficio y, en consecuencia, resulta ilegal que conozca de un delito sin ser requerido formalmente por la Fiscala. El principio de la legalidad: Dadas las condiciones mnimas suficientes para considerar que un hecho es constitutivo de delito, tanto la polica de investigacin como la representacin fiscal estn en la obligacin de promover y ejercer la accin penal hasta que se agote. El principio de la verdad real o material: El juez o tribunal debe desentraar la verdad real de lo sucedido, es decir, debe adecuar la realidad ontolgica con la nocin ideolgica que se tiene del hecho; para tal efecto, es importante que desarrolle una labor de amplia investigacin para obtenerla. La inmediacin: Todos los medios de prueba deben ponerse en conocimiento de los sujetos procesales directa y simultneamente. La oralidad: Este principio, que rige sistema acusatorio y representa el medio original y natural de la expresin del pensamiento humano, permite al juzgador una verificacin directa de los testimonios, al percibir las reacciones falsas del testigo; adems proporciona una mayor agilidad y tramitacin del proceso; La concentracin y continuidad: Entre la recepcin de la prueba y el pronunciamiento o fallo judicial, debe haber una aproximacin inmediata. La identidad fsica del juzgador: los Jueces que han recibido y evacuado la prueba durante el debate, deben ser los mismos que resuelven el asunto. La publicidad del debate: Este funciona como un medio directo de participacin y control popular del proceso, dado que en un rgimen democrtico las decisiones de los jueces son pblicas y supervisadas por los ciudadanos. La libertad de prueba: En el proceso penal todo puede probarse y por cualquier medio vlido. La comunidad de la prueba: Todo elemento probatorio que haya sido propuesto por la Fiscala o por la defensa, es comn a todos los sujetos de la relacin procesal.

b)

c)

d)

e) f)

g) h) i)

j) k)

l)

m) n)

o)

p)

La sana crtica: Supone las reglas del correcto entendimiento humano en la mente del juzgador, como la lgica, la psicologa y la experiencia comn, por las cuales el juez valorar en el juicio penal cualquier tipo de prueba con absoluta libertad. El in dubio pro reo: Ni la duda ni la probabilidad son suficientes para emitir juicio de culpabilidad contra el reo; se requiere la certeza. La inviolabilidad de la defensa: En el procedimiento penal debe estar consagrado el principio constitucional de la presuncin de la inocencia y el derecho de defensa; por esto, al imputado no se lo debe obligar a declarar o actuar en contra de s mismo, ni exigrsele protesta de decir verdad o presionrlo para aportar prueba de cargo. La contradiccin: Este principio es un mecanismo de control de las partes hacia el juez y de las partes entre s; y significa que estas deben ser odas por el juez en igualdad de circunstancias; adems, se les debe permitir la aportacin de pruebas pertinentes y tiles, as como argumentar lo que estimen necesario para la defensa de sus respectivos intereses. La fundamentacin de la sentencia: La sentencia debe estar fundamentada necesariamente en toda clase de prueba que se haya evacuado durante el debate de la fase oral pblica, sin que se deban considerar los elementos de juicio llevados al proceso en la etapa de instruccin. El Proyecto consta de cinco libros, cuyos contenidos se distribuyen de la siguiente forma: Libro primero: Disposiciones generales. Libro segundo: Procedimiento comn. Libro tercero: Procedimientos especiales. Libro cuarto: Recursos. Libro quinto: Ejecucin.

4.2.

ESTRUCTURA DEL PROYECTO

Siguiendo la moderna doctrina, el Proyecto est organizado y estructurado en cinco fases que cumplen objetivos especficos para encontrar la verdad material y ofrecer una mejor administracin de justicia penal: 1. Fase de instruccin, tambin denominada fase de investigacin o preparatoria. Su objetivo principal consiste en la adecuada preparacin de la acusacin o del juicio. 2. Fase intermedia, que consiste en analizar o criticar, en forma tcnica, el resultado obtenido de la instruccin. 3. Fase del juicio. Esta es la etapa ms importante del proceso penal; tiene el propsito de discutir el objeto de la imputacin. 4. Fase de control del resultado del juicio. En ella las partes tienen expedito el camino para poder controlar la sentencia por medio de los recursos. 5. Fase de ejecucin de la sentencia. En esta ltima etapa se procede a ejecutar la decisin final del juicio.

4.3.

PRINCIPIOS BSICOS Y GARANTAS CONSTITUCIONALES DESARROLLADOS EN EL PROYECTO Juicio previo

4.3.1.

Art. 1 del Proyecto. Nadie podr ser condenado o sometido a una medida de seguridad sino mediante una sentencia firme, dictada luego de probar los hechos en un juicio oral y pblico, llevado a cabo conforme a los principios establecidos en la Constitucin, el derecho internacional y en este Cdigo, con observancia estricta de las garantas previstas para las personas y de las facultades y los derechos del imputado. La garanta de juicio previo implica que la reaccin penal del Estado debe ser producto de un proceso regularmente tramitado. El derecho a gozar de la publicidad en el proceso penal se fundamenta en: el art. 12 de la Constitucin; en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, art. 14 n 1; en la Declaracin Americana sobre Derechos y Deberes del Hombre, OEA, art. XVI; y en la Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 8 n 5. 4.3.2. Legalidad del juez y del proceso

Art. 2 del Proyecto. Nadie podr ser sometido a procedimiento sino conforme a las leyes preexistentes al delito o falta que se le impute, ante un tribunal competente instituido con anterioridad por la ley. Existe legalidad en el proceso cuando se realiza por hechos previstos como delitos o faltas en la ley penal vigente desde antes de verificarse el hecho; lo mismo en cuanto al juez, que debe estar instigado con anterioridad. El artculo 15 de la Constitucin indica que nadie puede ser juzgado sino conforme a leyes promulgadas con anterioridad al hecho de que se trate, y por los tribunales que previamente haya establecido la ley (Constitucin, arts. 13 y 15; Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, ONU, arts. 14 y 15; Convencin Americana sobre Derechos Humanos, OEA, art. 9; Convenios de Ginebra de 1949, art. 3 n 1 D; y Protocolo Segundo de 1977, adicional de los Convenios de Ginebra, art. 6 n 2 C.). 4.3.3. Independencia e imparcialidad del juez

Art. 4 del Proyecto. El conocimiento de los hechos punibles y el control de la ejecucin de la pena y de las medidas de seguridad corresponder a jueces independientes e imparciales, slo sometidos a la Constitucin, al derecho internacional y a las leyes. Nadie puede ser juzgado dos veces por las mismas personas, en una misma causa, aunque se trate del conocimiento de un recurso. Desde el inicio del procedimiento, las autoridades administrativas y judiciales consignarn en sus actuaciones y valorarn en sus decisiones no slo las circunstancias perjudiciales para el imputado sino tambin las favorables a l. Por ningn motivo los otros rganos del Estado podrn arrogarse el conocimiento de las causas, ni la reapertura de las terminadas por decisin firme, tampoco interferir en el desarrollo del procedimiento. La justicia solamente es posible si quienes la administran son respetados. El rgano Judicial es el encargado de proteger los derechos de las personas frente a los actos arbitrarios de los otros rganos del Estado. Por ello urge una real independencia de los encargados de administrar justicia. Un juez es independiente cuando goza de libertad de decisin sobre los asuntos que a l se someten, cuando puede resolver una controversia sin atender a influencias o presiones, rdenes o intromisiones de personas o sectores.

La Constitucin consagra como una garanta fundamental la existencia de un Poder Judicial independiente e imparcial, tanto en el orden poltico como en lo funcional (arts. 86, 172 y 174 Cn.). 4.3.4. Principio de inocencia

Art. 5 del Proyecto. Todo imputado ser considerado inocente, y como tal ser tratado en todo momento, mientras no se declare su culpabilidad en sentencia ejecutoriada, conforme a las reglas establecidas por este Cdigo. La carga de la prueba corresponde a los acusadores. Asimismo, hasta esa declaratoria, ninguna autoridad pblica podr presentar a una persona como culpable o brindar informacin sobre ella en ese sentido a los medios de comunicacin social. Slo se podr informar objetivamente sobre la sospecha que pende sobre el acusado a partir del auto de apertura a juicio pblico. No obstante, el tribunal podr regular la participacin de los medios de comunicacin cuando la difusin masiva pueda perjudicar el normal desarrollo del juicio. El principio de inocencia es la base de un sistema penal que pudiera calificarse de democrticogarantista. La Constitucin lo regula en el artculo 12, de donde podemos desprender las siguientes observaciones: a) b) c) d) e) f) g) Slo la sentencia pronunciada luego de un juicio pblico tiene la virtud de declarar la culpabilidad de una persona, rompiendo su estado de inocencia. Al momento de la sentencia slo existen dos posibilidades: culpable o inocente. No hay terceras posibilidades. La culpabilidad debe ser jurdicamente construida. Esa construccin jurdica implica la adquisicin de un grado de certeza. El imputado no tiene que construir jurdicamente su inocencia. El imputado no puede ser tratado en ningn momento del trmite procesal como culpable. No pueden existir presunciones de culpabilidad. (Constitucin, art. 12, Declaracin Univerasal de Derechos Humanos art. 11, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos art. 14 n 2, Declaracin Americana sobre Derechos y Deberes del Hombre art. XXVI, Convencin Americana sobre Derechos Humanos arts. 5 n 4 y 8 n 2, Protocolo Segundo de 1977, adicional a los Convenios de Ginebra art. 6 n 2 D.

4.3.5.

Duda Art. 6 del Proyecto. La duda favorecer al imputado.

El principio de in dubio pro reo es un producto del principio de inocencia. Significa que en todos aquellos casos en los cuales no se tenga la certeza suficiente para probar algo contra el imputado o para condenarlo, es decir, cuando exista duda, debe aplicarse lo ms favorable a l. En todo caso la sentencia debe ser motivada y el juez resolver condenando solamente cuando tenga la certeza de la existencia del delito y de la participacin del imputado. Por las razones anteriores las presunciones sobre la existencia de un hecho o sobre la culpabilidad del procesado no deben operar nunca. Esas presunciones dan por cierto lo dudoso, y por seguro lo simplemente posible o probable. 4.3.6. Medidas cautelares

Art. 7 del Proyecto. Las nicas medidas cautelares aplicables en contra del imputado sern las que este Cdigo autoriza. Su aplicacin ser excepcional. Las medidas cautelares deben ser proporcionales a la pena o a la medida de seguridad que resulte del procedimiento. As una detencin provisional no debe sobrepasar nunca la amenaza penal mxima que est prevista en la ley; y nicamente se la autorizar mediante una resolucin judicial razonada y por el tiempo que subsista la necesidad de aplicarla. Su fundamento radica en la necesidad de garantizar la presencia del imputado en el proceso, en la indemnizacin por daos y perjuicios causados al ofendido, as como las costas procesales. Las medidas estn previstas como personales y reales. 4.3.7. Privacin de libertad

Art. 8 del Proyecto. La restriccin de la libertad del imputado durante el procedimiento slo ser admisible si existe peligro cierto de fuga, o cuando su libertad ponga en peligro un acto concreto de la investigacin, y siempre que dichos peligros subsistan. No se podr someter a nadie a detencin provisional si las condiciones carcelarias no garantizan la mnima afectacin de la libertad personal necesaria para evitar la fuga. Dicha detencin provisional ser proporcional a la pena que se espera. En ningn caso sobrepasar la amenaza penal mxima prevista en la ley, ni exceder el plazo de 12 meses para los delitos menos graves o de 18 meses para los graves. No se ordenar la detencin provisional en los delitos de accin privada, en los que no tengan prevista pena privativa de libertad o cuando, en el caso concreto, sea posible la suspensin condicional de la ejecucin de la pena. Esta figura es completamente novedosa en El Salvador en cuanto a las modalidades de su aplicacin, ya que la prisin provisional sin restricciones ha sido de normal aplicacin en todos los casos por nuestros jueces. Tal como ahora est diseada, es una medida excepcional basada en el principio de inocencia, cuya consecuencia es que el proceso penal debe iniciarse y seguirse, estando libre el imputado. En cuanto al peligro de fuga, el juez tendr que valorarlo considerando la gravedad del hecho, la entidad de la pena esperada, el arraigo familiar y social del imputado, entre otros. Por esa razn, esta medida se somete al principio de proporcionalidad mencionado. 4.3.8. nica persecucin

Art. 9 del Proyecto. Nadie ser perseguido penalmente ms de una vez por el mismo hecho. La sentencia absolutoria firme dictada en el extranjero sobre hechos que puedan ser conocidos por los tribunales nacionales, producir el efecto de cosa juzgada. Sabemos que una sola accin delictiva amerita un solo proceso y un fallo nico. Si se sobresee definitivamente en un proceso, ya no puede iniciarse otro por la misma causa. Este el principio del ne bis in idem. Se debe tratar de la misma persona, del mismo hecho y del mismo motivo de persecucin. Si se dicta sentencia absolutoria, el presunto infractor no puede ser procesado de nuevo por ese hecho aunque se presenten pruebas que lo vinculen como responsable. 4.3.9. Calidad de imputado

Art. 10 del Proyecto. Tendr calidad de imputado toda persona sealada como autor o partcipe de un hecho punible ante la Polica, la Fiscala o los jueces y, como tal, podr ejercer todas las facultades que la Constitucin, el derecho internacional y este Cdigo establecen, desde el primer acto del procedimiento hasta su finalizacin. El imputado puede exigir respeto: al principio de legalidad; a la pronta y cumplida justicia; a ser juzgado por tribunales competentes, independientes e imparciales; a la igualdad ante la ley y los tribunales; a la audiencia; a peticin y respuesta; a disponer de un juicio pblico; a no ser enjuiciado dos veces por la misma causa; a no ser detenido arbitrariamente; a ser informado del motivo de su detencin y de sus derechos; a la proteccin contra torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes; a no ser obligado a declarar contra si mismo; a ser juzgado por tribunales establecidos por la ley dentro de un plazo razonable; a la presuncin de inocencia; etc. 4.3.10. Inviolabilidad del derecho a la defensa. Defensa material Art. 11 del Proyecto. Ser inviolable la defensa en el procedimiento. El imputado tendr derecho a intervenir en todos los actos del procedimiento que incorporen elementos de prueba y a formular todas las peticiones y observaciones que considere oportunas, sin perjuicio del ejercicio del poder disciplinario por la autoridad correspondiente, cuando perjudique el curso normal de los actos o del procedimiento. Si el imputado est privado de libertad, el encargado de su custodia transmitir al juez, dentro de las 24 horas siguientes, las peticiones u observaciones que aquel formule, y facilitar en todo momento su comunicacin con el defensor. 4.3.11. Defensa tcnica Art. 12 del Proyecto. Todo imputado tendr derecho a la asistencia y defensa de un abogado desde el primer acto del procedimiento penal hasta el fin de la ejecucin de la sentencia. Si no designa un defensor, se solicitar de inmediato el nombramiento al Procurador General de la Repblica, y el defensor pblico que se nombre deber apersonarse dentro de las ocho horas de recibida la solicitud. Este derecho ser irrenunciable. Se entender por primer acto del procedimiento, cualquier indicacin judicial o administrativa que seale a una persona como posible partcipe de un hecho punible ante alguna de las autoridades encargadas de la persecucin penal que este Cdigo establece. El imputado podr defenderse por s mismo. En este caso el abogado defensor se limitar a garantizar la eficacia de la defensa tcnica. Toda violacin al derecho de defensa producir la nulidad absoluta de las actuaciones a partir del momento en que ella se haya realizado. El defensor tiene que ser un tcnico en la materia, un abogado. Como sabemos, en el proceso penal moderno el derecho de defensa es ejercido tanto por el defensor como por su patrocinado. 4.3.12. Derecho a intrprete

Art. 13 del Proyecto. El imputado que no comprenda correctamente el idioma castellano tendr derecho a elegir a un traductor o intrprete de su confianza para que lo asista como auxiliar en todos los actos necesarios para su defensa. Cuando no haga uso de ese derecho, se designar de oficio a un traductor o intrprete dentro del mismo plazo establecido en el artculo anterior. Este derecho es consecuencia directa del principio de defensa tcnica. Si el imputado no quisiera o no pudiera nombrar a un intrprete, la autoridad que conozca le asignar a un traductor o intrprete desde el primer momento de la persecucin penal y hasta el fin de la ejecucin de la sentencia. 4.3.13. La vctima Art. 14 del Proyecto. Se considerar vctima: 1. Al directamente ofendido por el delito. 2. Al cnyuge, al compaero de vida o conviviente, al hijo o padre adoptivo, a los parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad y al heredero testamentario, en los delitos cuyo resultado sea la muerte del ofendido. 3. A los socios, respecto de los delitos que afecten a una sociedad, cometidos por quienes la dirigen, administren o controlen, o sus gerentes, o por quienes dirijan o administren una sociedad controlada, controlante o vinculada. 4. A las asociaciones, en aquellos delitos que afecten intereses colectivos o difusos, siempre que el objetivo de la asociacin se vincule directamente con esos intereses. Art. 15. Derechos de la vctima. La vctima tendr derecho: 1. A intervenir en el procedimiento penal, conforme a lo establecido en este Cdigo. 2. A ser informada de los resultados del procedimiento, aun cuando no haya intervenido en l. 3. A ser escuchada antes de cada decisin que implique la extincin o suspensin de la accin penal, siempre que ella lo solicite. 4. A participar en la vista pblica, segn se estipula en este Cdigo. 5. A impugnar el sobreseimiento definitivo o la absolucin, aun cuando no haya intervenido en el procedimiento. Por primera vez en la legislacin penal salvadorea se hace un reconocimiento de la vctima y sus derechos. Ella es quien sufre la lesin del bien jurdico, siendo directamente afectada por el delito. Siempre mereci ser reconocida por la ley, pues nunca ha sido extraa al proceso. Ahora se le confiere el derecho a ser informada, y a constituirse en actor civil o querellante. 4.3.14. Igualdad Art. 16 del Proyecto. Los fiscales, el imputado, su defensor, el querellante, sus representantes y los dems intervinientes, tendrn la misma posibilidad de ejercer durante el procedimiento las facultades y derechos previstos en la Constitucin, el derecho internacional y en este Cdigo. El artculo 3 de la Constitucin seala que todas las personas son iguales ante la ley, y que para el goce de los derechos civiles no podrn establecerse restricciones que se basen en diferencias de nacionalidad, raza, sexo o religin. 4.3.15. Legalidad de la prueba Art. 17 del Proyecto. Los elementos de prueba slo tendrn valor si se han obtenido por un medio lcito e incorporado al procedimiento conforme las disposiciones de este Cdigo. No se utilizar informacin obtenida mediante torturas, malos tratos, coacciones, amenazas, engaos o cualquier otro medio que afecte o menoscabe la voluntad o viole los derechos fundamentales de las personas.

Tampoco ser utilizable un elemento de prueba obtenido en virtud de una informacin originada en un procedimiento o medio ilcito. Esta disposicin impide la ilicitud de una prueba dentro del proceso, ya sea por tener en s el vicio, o por la forma como ha sido obtenida, o por la manera como se la incorpor al proceso. La prueba ilcita acarrea nulidad del proceso, por lo que el juzgador inmediatamente debe poner en libertad al imputado detenido. 5. CONCLUSIONES I. II. III. GARANTA NORMATIVA DE LA PROTECCIN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN EL PROCESO PENAL SITUACIN EFECTIVA DE LA PROTECCIN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN EL PROCESO PENAL PROPUESTAS DE REFORMA

Como ya se dijo, en El Salvador existe la voluntad de todos los involucrados en la administracin de justicia para efectuar el cambio. Se ha discutido el Proyecto en decenas de encuentros y reuniones, para quedar tal cual se lo presentado a la Asamblea Legislativa, y como lo hemos reseado anteriormente. Creemos que es cuestin de pocos das para que el Congreso apruebe el nuevo Cdigo Procesal Penal. Tal como se ha relatado en los principios bsicos y garantas constitucionales, as como en la referencia a la estructura del Proyecto, no cabe la menor duda de que es un instrumento efectivo que garantiza la proteccin de los derechos humanos. Indudablemente surgirn problemas y nudos gordianos cuando se trate de echar a andar la ley. Esta trae cambios que tocan los principios autoritarios de algunos funcionarios pblicos que normalmente, por costumbre, realizaban investigaciones que atropellaban y afectaban los derechos humanos. Para algunos grupos de gran poder econmico, el Proyecto ser una "debilidad de la ley". No estarn de acuerdo con el respeto a los derechos de los imputados, sobre todo cuando se trate de delitos contra la propiedad y la niez. Tampoco con recortar las ilegalidades de la Polica, pues creen que esta debe seguir siendo dura con los detenidos y tener capacidad ilimitada de investigacin, principalmente en los delitos contra la propiedad. El derecho de defensa les parece un exceso de magnanimidad de la ley. En fin, creen que el Proyecto fracasar. Los cambios se enuncian en los principios que inspiran al Proyecto, relatados anteriormente. Es previsible que algunas innovaciones posiblemente problematicen el desenvolvimiento del proceso, pues muchas de las nuevas regulaciones nunca antes se han aplicado. No es posible que los jueces de instruccin desde el primer momento capten la direccin del Cdigo y se desacostumbren a no ser ellos los que sentencien en definitiva. Por eso el rgano Judicial debe mantener una sostenida capacitacin de los jueces y empleados que administran justicia penal. Esta capacitacin deber considerar que todos los jueces han recibido ms de una decena de cursos tericos con maestros de altos conocimientos acadmicos, pero sin prctica judicial; por ello, debe arrancarse de inmediato con una capacitacin de praxis judicial. Temiendo quedarnos cortos, sealamos puntos neurlgicos cuyo remedio debe preverse: a) El ejercicio de la accin penal en manos de la Fiscala, que deber dirigir la investigacin de los delitos y promover la accin ante los jueces. Por el momento, desde antes de que el Cdigo entre en vigencia, la Fiscala ha perdido la direccin de la investigacin del delito, sin que se haya movido una sola letra del texto constitucional, ni del Proyecto, en el cual, de palabras nada ms, la Fiscala dirige tal investigacin. Nuevamente resurge el poder de la Polica para orientar el curso del proceso. Es obligacin de los involucrados entregarle a la Fiscala esa funcin que por decreto le quit el Ejecutivo y que ocultaba el

hecho de que esa prepotencia policial fue uno de los motivos por los cuales hubo guerra en El Salvador. Esta situacin acarrear un quiebre en las relaciones entre los jueces y la Fiscala, la cual posiblemente, por no poder hacer otra cosa, dar por vlidas muchas actividades policiales y se convertir, as, en compaera de viaje del abuso policial. b) El ejercicio del principio de oportunidad. El Proyecto trae un cambio total admitiendo ese principio de la siguiente forma: En las acciones pblicas, el fiscal podr solicitar al juez que se prescinda de la persecucin penal de uno o varios de los hechos imputados, respecto de uno o algunos partcipes o se limite a una o algunas de las calificaciones jurdicas posibles, en los casos siguientes: 1. Cuando se trate de un hecho que por su insignificancia, por lo exiguo de la contribucin del partcipe o por su mnima culpabilidad, no afecte el inters pblico; 2. Cuando el imputado haya realizado cuanto estaba a su alcance para impedir la ejecucin del hecho o haya contribuido decisivamente al esclarecimiento de la participacin de otros imputados en el mismo hecho o en otro ms grave; 3. Cuando el imputado haya sufrido, como consecuencia directa del hecho, un dao fsico o moral grave; y, 4. Cuando la pena que corresponde por el hecho o calificacin jurdica de cuya persecucin se prescinde carece de importancia en consideracin a la pena ya impuesta, a la que corresponde por los restantes hechos o calificaciones, o a la que se le impondra en un procedimiento tramitado en el extranjero. Si el juez considera conveniente la aplicacin de alguno de estos criterios, solicitar la opinin del fiscal, quien dictaminar dentro de los tres das siguientes. El juez no aplicar un criterio de oportunidad sin el acuerdo del fiscal." Ni los jueces, y mucho menos los fiscales, poseen la cultura de la "oportunidad". En este momento todos los fiscales tienen orden de sus superiores de apelar de cualquier resolucin en favor del reo, aunque sea de una insignificancia manifiesta. Cuesta imaginarse a la Fiscala solicitando el principio de oportunidad. c) La prueba, su presentacin y anticipo. El Proyecto admite todos los medios de prueba, excepto los prohibidos expresamente por la ley. En lo principal, el anticipo de prueba indica que cuando sea necesario practicar un reconocimiento, reconstruccin, pericia o inspeccin cuya naturaleza o caractersticas los haga considerarse como actos definitivos e irreproductibles, o cuando deba recibirse una declaracin que, por algn obstculo difcil de superar, se presuma que no ser posible incorporar durante la vista pblica, cualquiera de las partes podr requerir al juez que lo realice. En la vista pblica, despus de que declare el imputado, se recibir la prueba comenzando por los dictmenes periciales. En seguida se proceder al interrogatorio de los testigos y a presentar el resto de la prueba. El Proyecto, en cuanto a las diligencias iniciales de investigacin referidas a las actuaciones de la Polica, es claro al afirmar que cualquier declaracin del imputado ante los policas que contenga una confesin expresa o implcita de los hechos imputados, as como cualquier prueba obtenida a partir de aquella, sern absolutamente nulas y no podrn utilizarse en el procedimiento, sin perjuicio de la responsabilidad administrativa y penal de quienes las reciban o utilicen (art. 238 Proyecto). Hasta este da toda la prueba de los procesos penales gira en torno a la confesin del reo, levantada en acta y remitida a los tribunales con las declaraciones de testigos y dems probanzas, lo que, en definitiva, sirve para condenar. Las nuevas concepciones del Proyecto implican un cambio total que rompe con la tradicin

Especial cuidado deber tenerse con el anticipo de prueba, en que la Fiscala y la Polica tratarn de meterse por la ventana de atrs de la justicia, pidiendo anticipos para evitar la presentacin de la prueba en la vista del juicio. Para precaver esta posible violacin, debern tener por vlido e incorporado al juicio todo anticipo de prueba que en la audiencia del juicio siga conservando sus motivos; pero en aquellos casos en que el testigo, principalmente, est en el pas o el suceso fatal no suceda, deber presentarse en la audiencia so pena de no ser vlido el anticipo. d) Las medidas cautelares. Estas solo se impondrn mediante resolucin judicial fundada y durarn el tiempo absolutamente imprescindible para cubrir la necesidad de su aplicacin. Tales son todas las clases de detencin, el allanamiento y las cauciones. Mencin especial amerita la detencin provisional en el Proyecto, por romper con toda una costumbre de encarcelamientos, muchas veces ilegales. La nueva regulacin establece que se podr ordenar la detencin provisional, despus de odo el imputado, cuando medien, en forma conjunta, los requisitos siguientes: 1) La existencia de elementos de conviccin suficientes para sostener razonablemente que el imputado es, con probabilidad, autor o partcipe de un delito. 2) La presuncin suficiente, por apreciacin de las circunstancias del caso particular, de la existencia de peligro de fuga o la posible obstaculizacin, por parte del imputado, de un acto concreto de investigacin. El auto que autoriza la detencin provisional fundar expresamente cada uno de los presupuestos que la motiva. Por lo expuesto en este documento de trabajo, la reforma procesal penal en El Salvador posibilita la proteccin de los derechos humanos. Precisamente por esa razn su implementacin necesitar vocacin humana, elementos materiales que le permitan desarrollarse y tcnicos en la materia que la activen.

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