Ciudadanización

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Repblica Bolivariana de Venezuela Ministerio del poder popular para la educacin Superior Universidad Iberoamericana del Deporte Coro

Estado Falcn rea: Actividad Fsica y salud

Realizado por: - Jeddyfred, Bustillos - Mervin Pirona - Rusmely Hernndez - Karelys Morles - Melvin Noroo

Santa Ana de Coro; diciembre de 2009

Ciudadanizacin La ciudadanizacin surge como un concepto y estilo de vida que comprende acciones y conductas cvicas que favorecen los procesos democrticos. Fortalece las organizaciones de la Sociedad Civil, facilita y promociona los procesos de participacin y transformacin socioeconmica. La transicin requiere de la participacin de todos. Con informacin oportuna, clara y suficiente, tendremos la posibilidad de aportar nuestras ideas, opiniones, experiencias y sugerencias para el mejor logro de los objetivos prioritarios, los estratgicos y aquellos a largo plazo que somos capaces de sostener an antes que se anuncian ineludibles. Globalizacin y Ciudadanizacin La globalizacin significa, por sobre todo, una transformacin radical de nuestro marco de referencia. Cuestiona las formas heredadas de vida social y exige una recomposicin del vnculo social. El fenmeno de la globalizacin est minando o disminuyendo la gobernabilidad, la capacidad colectiva. La pregunta central que urge responder es la siguiente: Qu nuevas formas hay para (re) construir ciudadana, para lograr unir el vnculo horizontal (el estar y actuar juntos) con la relacin vertical Dentro de este contexto se ha puesto de actualidad un concepto tan antiguo como el de ciudadana. El sistema poltico depende de la disponibilidad de los ciudadanos a comprometerse en la cosa pblica lo que implica la identificacin del ciudadano con su comunidad. El hecho de saberse y sentirse ciudadano de una comunidad, puede motivar a los individuos a trabajar por ella. El desafo presente y futuro del sistema poltico y de la convivencia democrtica no consiste slo en recomponer su relacin con la ciudadana, sino en apostar a la construccin de una ciudadana capaz de ser agente de su futuro individual y colectivo, as como de los espacios privados y pblicos. Desde el ngulo del ciudadano significa asumir el desafo de pasar de una conciencia de los derechos a una conciencia de los deberes y responsabilidades. En ltima instancia, el desarrollo humano es tambin una responsabilidad individual que pasa, entre otras cosas, por asumir un rol activo en la esfera pblica. Para promover el desarrollo humano es necesaria una ciudadana activa. Participacin Ciudadana Eficaz La participacin poltica no slo implica que las personas elijan a sus autoridades y delegue en stas toda la responsabilidad del gobierno y la toma de decisiones, sino tambin importa una permanente actitud de colaboracin y cogestin en dicha toma de decisiones. Brnner concibe participacin poltica como la participacin de los ciudadanos en una actividad que intenta, o tiene por efecto, influir sobre la accin del gobierno; ya sea directamente, afectando la formulacin o implementacin de las polticas o, indirectamente, influyendo sobre la eleccin de las personas que hacen esas polticas [Brnner, 1997].

Podemos distinguir tres modelos diferentes: el liberal, el comunitarista y el cvico republicano; en los que cambia radicalmente el concepto de ciudadana y la forma de gestionar la relacin entre emancipacin y tradicin: 1. Ciudadana liberal. El liberalismo considera prioritaria la proteccin de los derechos individuales frente a las demandas de grupo. Considera que los individuos se mueven por intereses particulares, que son previos incluso a la sociedad. Concibe el proceso democrtico como un compromiso estratgico de intereses. El Estado y toda su maquinaria institucional no es ms que una agencia de proteccin de estos derechos individuales que permiten a los ciudadanos perseguir con seguridad y libertad la realizacin de sus intereses particulares. La ciudadana queda recluida al mbito de la vida privada. El liberalismo es, por tanto, eminentemente individualista, y da preferencia a la exigencia de emancipacin individual, entendida como independencia privada, a costa de los sentimientos de pertenencia a comunidades o grupos tnicos, culturales o religiosos particulares, cuyas demandas grupales son a menudo desatendidas. 2. Ciudadana comunitaria. Para el comunitarismo las tradiciones a las que los individuos pertenecen inevitablemente son prioritarias sobre las exigencias de emancipacin individual. Un ciudadano siempre es tal dentro de una o varias tradiciones identitarias concretas, y por eso es preciso atender a los grupos antes que a los individuos, pues los individuos solo se forman como verdaderos ciudadanos en el seno de sus grupos de pertenencia. Los derechos colectivos o de grupo tienen prioridad sobre los derechos individuales, con el fin de establecer las condiciones reales para que no haya discriminacin en una sociedad multicultural. El comunitarismo se basa en el principio de que buenas cercas hacen buenos vecinos. El Estado es el encargado de levantar esas cercas entre los distintos grupos de manera lo ms equitativamente posible. 3. Ciudadana cvico-republicana. Al igual que en la tradicin liberal, el ciudadano republicano considera de mximo valor la libertad, pero no la entiende como independencia y ausencia de injerencia ajena, sino como autonoma frente al clericalismo de cualquier tipo y a la dominacin arbitraria. El Estado y las instituciones gubernamentales no son un mero instrumento para la proteccin de intereses privados, sino el medio de realizacin de la autonoma, que solo es posible alcanzar conjuntamente. Para el republicanismo, la emancipacin de los individuos, entendida como autonoma y lucidez frente a cualquier tipo de coaccin, slo es posible si los individuos se implican en la vida poltica y asumen como un ejercicio de responsabilidad cvica la participacin en la cosa pblica. A diferencia del liberalismo, esta participacin es condicin indispensable para que se d la igual libertad de todos los individuos. Este tipo de ciudadana cvicorepublicana viene encamada por el ideal de una ciudadana laica, que requiere individuos comprometidos con los deberes cvicos y no solo con los derechos, capaces de diferenciar entre lo pblico (universal) y lo privado (particular), para evitar todo tipo de discriminacin o dominacin arbitraria de una parte de la poblacin sobre otra. Esta es la nica manera de vivir nuestras diferencias, culturales o de opcin espiritual, sin necesidad de entrar en una lucha constante por el reconocimiento de derechos. La tradicin cvico-

republicana de la ciudadana promueve la cooperacin y el dilogo, fuente de acuerdos universalizables, frente a la negociacin, que siempre es de intereses particulares. Un cristiano, un musulmn y un ateo que han de convivir en una misma sociedad. La ciudadana: hacia una nueva modalidad Dada su complejidad, la ciudadana es un concepto esencialmente controversial que resulta difcil de definir. La esencia de la nocin depende de las circunstancias histricas o del referente terico. El anlisis clsico de la ciudadana se remonta a Grecia pero estas definiciones han sido cuestionadas y transformadas a travs de la historia. Aunque ha penetrado el discurso cotidiano de individuos e instituciones sociales, el concepto resulta vaco ya que cada quien lo llena con el contenido que ms le favorece (Shuck, 2002). El significado cambia segn el contexto en el que se utiliza ya sea en el marco de obligaciones y derechos, democracia, identidad o cultura. La mayora de las aportaciones no ofrecen teoras explcitas de la ciudadana, sino anlisis de temas afines que permiten conceptuar lo que significa ser ciudadano (Ochman, 2005). La nocin ha sido ampliamente abordada desde diversas perspectivas como la teora feminista, la reflexin sobre ciudadana que aparece en el contexto de las teoras de la democracia y de la cultura poltica cvica, o en lo grandes debates del pensamiento poltico y cultural. En un significado postmoderno, Smith (2002) considera al ciudadano como aquel miembro de cualquier grupo o asociacin, lo cual permite apreciar el proceso de despolitizacin del concepto. Los problemas para delimitar la nocin inician desde sus definiciones fundamentales ya que la mayora identifica la ciudadana con la existencia de condiciones mnimas que garanticen a los individuos la posibilidad de actuar como sujetos libres e iguales (Ochman, 2005, p.5). La identidad ciudadana, medios y consumo El debate candente e inagotable que pretende dar definicin al concepto de ciudadana (manifiesto principalmente en los tres modelos tradicionales; el republicano, el liberal y el comunitarista) vuelve evidente la transformacin y diversidad de la nocin subsumida a la exigencia de un mundo globalizado. En este contexto, se oportuna adems, la necesidad de hablar de dos nociones conjuntas; la identidad y la ciudadana. La coincidencia entre diversos autores se hace latente en la afirmacin de Giddens (2004, p. 62) con respecto a la identidad ciudadana. La identidad debe ser creada y recreada ms activamente que antes. Es indispensable renovar la identidad en una cultura destradicionalizada .Por ello la

urgencia de agregarle al trmino ciudadana aspectos como los sentimientos, las costumbres, la cultura y todos los rasgos que conforman la identidad. Cabe destacar que adems de los derechos reconocidos por los aparatos estatales, la participacin o el reconocimiento derivados de los tres modelos de la teora de ciudadana, ser ciudadano implica las prcticas sociales y culturales de la vida cotidiana que dan sentido de pertenencia. Anteriormente, el Estado ofreca la pauta para la participacin en la vida pblica, ahora el mercado establece la panacea sobre las formas de participacin a travs del consumo. Ya no es posible entonces hablar de una ciudadana simple. Ahora resulta pertinente complejizar la nocin hacia la construccin de una identidad ciudadana. Garca-Canclini afirma los consumidores podemos expandir el lado activo de nuestros comportamientos hasta llegar a reinventar la manera de ser ciudadanos (1999, p.64). Bajo estos presupuestos, los medios de comunicacin, que ahora forman parte de los usos y costumbres habituales de los individuos, ejercen una influencia importante. De tal forma, resulta necesario articular las diferentes modalidades de ciudadana de los escenarios contemporneos y antiguos en un aprendizaje de la nocin en relacin con los medios de comunicacin tradicionales y las nuevas tecnologas. Ciudadana meditica Hasta hace poco, la academia de estudios de comunicacin ha enaltecido el papel de los noticieros y el periodismo en general en la participacin democrtica, pasando por alto el potencial poltico de otras experiencias mediticas. Jones (2006) propone que para entender cmo los ciudadanos le dan sentido a la realidad poltica, primero se debe reconocer que hay una amplia seleccin y diversidad de medios que contienen alguna forma de contenido poltico. Desde la propuesta de Habermas (1974), los ciudadanos se convierten en un aparato pblico cuando encuentran los medios que les garanticen la libertad de expresar y publicar sus opiniones sobre temas de inters general. Cuando este aparato crece, la comunicacin requiere formas especficas de transmitir informacin e influenciar a aquellos que las reciben. Educar a la Ciudadana Existen tres grandes racionalidades o tradiciones del concepto de ciudadana. Cada una de ellas comporta un modelo de sociedad y de individuo, por lo que no vale un posicionamiento asptico o ingenuo. Hay que optar por alguna de estas concepciones de ciudadana: 1) liberal, el individuo como referencia prioritaria, o dirigida por una gramtica individualista que dira Apple; 2) comunitaria, lo social como prioritario; 3) ciudadana en el pluralismo democrtico y cultural, tambin denominada ciudadana republicana. Desde estas lneas nos posicionamos claramente dentro del tercer modelo,

pues en l tiene cabida el ideal que ms acertadamente define la realidad y el momento actual desde una perspectiva de compromiso social con la mejora, la equidad, el progreso y el respeto hacia el individuo y la comunidad. En primer trmino habra que partir de una consideracin bsica; la escuela pblica est especialmente orientada hacia la formacin de ciudadanos capaces de ejercer libre y responsablemente sus derechos y deberes para vivir productivamente en sociedad. Lo que hace que una escuela sea pblica es - fundamentalmente - que crea al pblico (al ciudadano) y hace que sta se sienta un poco menos diferente, incluso en su diversidad y ms parte valiosa de un mundo plural. Por ello ser relevante hablar de educar a la ciudadana. En segundo lugar parece pertinente en una sociedad que se autodenomina progresada socialmente, hacer hincapi en los llamados derechos sociales o de segundo orden y en retomar opciones de justicia que rearmen la propia democracia. En la escuela obligatoria de acuerdo a los principios de educabilidad y democracia deben progresar todos sin exclusin alguna. De ah que aparezca el sentido de obligatoria y para todos como uno de los principios bsicos de la escuela pblica (Gmez Llorente, 2000). Educar a la ciudadana, como va de emancipacin y bajo los parmetros de una educacin universal (obligatoria y gratuita) como base del bienestar general, era el gran ideal del proyecto ilustrado. Con esta educacin que se consideraba comn y sostn de la convivencia democrtica en la repblica se dotaba de identidad al ciudadano, la socializacin del ciudadano, su integracin social y su propia individualizacin. Pero desde que se alcanza la plena escolarizacin y por presiones postmodernas y neoliberales en una sociedad diversa se ve cuestionado. Como argumenta Bolvar (2001), aquel discurso pretendidamente progresista tiene ahora cierta dosis de conservador; en el curso de la historia se han entremezclado intenciones y realidades diversas en torno a l y no parece resurgir con fuerza suficiente el reivindicar la condicin de ciudadano activo en lugar de cliente satisfecho.

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