15 Leyendas y 15 Mitos
15 Leyendas y 15 Mitos
15 Leyendas y 15 Mitos
Leyenda Maya Una maana llena de sol, la colibr, o xdzunum que es su nombre en lengua maya, estaba parada sobre la rama de una ceiba y lloraba al contemplar su pequeo nido a medio hacer. Y es que a pesar de que llevaba das buscando materiales para construir su casa, slo haba encontrado unas cuantas ramas y hojas que no le alcanzaban. La xdzunum quera acabar su nido pronto, pues ah vivira cuando se casara, pero era muy pobre y cada vez le pareca ms difcil terminar su hogar y poder organizar su boda. La xdzunum era tan pequea que su llanto apenas se escuchaba; la nica en orlo fue la xkokolch, quien vol de rama en rama hasta encontrar a la triste pajarita. Al verla, le pregunt: Qu te pasa, amiga xdzunum? Ay! Mi pena es muy grande solloz ms fuerte la xdzunum. Cuntamela, tal vez yo pueda ayudarte dijo la xkokolch. No! Nadie puede remediar mi dolor chill la xdzunum. ndale, platcame qu tienes insisti la xkokolch. Bueno accedi la xdzunum. Fjate que me quiero casar, pero mi novio y yo somos tan pobres que no tenemos nido ni podemos hacer la fiesta. Uy! Eso s que es un problema, porque yo soy pobre tambin respondi la xkokolch. Lo ves? Te lo dije, nadie me puede ayudar grit la xdzunum. No llores, esprate, ahorita se me ocurre algo asegur la xkokolch. Las dos aves pensaron un rato; desesperada, la xdzunum ya iba a llorar de nuevo, cuando la xkokolch tuvo una idea:
Mira, t y yo solas no vamos a poder con la boda. Tenemos que llamar a otros animales para que nos ayuden. Apenas acab de hablar, la xkokolch enton una cancin en maya, que deca as: U tul chichan chiich, u kat socobel, ma tu patal xun, minaan y nuucul.
De esta forma, la xkokolch contaba que una pajarita se quera casar, pero no tena recursos para hacerlo. Luego repiti la cancin; como su voz era tan dulce, algunos animales y hasta el agua y los rboles se acercaron a escucharla. Cuando ella los vio muy atentos a sus palabras, les pidi ayuda con este canto: Minaan u xbakal, minaan u nokil, minaan u xanbil, minaan u xacheil, minaan u neenel, minaan u chu-c, minaan u nectel. Con esas palabras, la xkokolch les explicaba: No tiene el collar, no tiene el vestido, no tiene los zapatos, no tiene el peine, no tiene el espejo, no tiene los dulces, no tiene las flores. Mientras la xkokolch cantaba, la xdzunum derramaba gruesos lagrimones. As, entre las dos lograron que todos los presentes quisieran ayudar. Por un momento, se quedaron callados, luego, se escucharon varias voces: Que se haga la boda, yo dar el collar dijo el ave xomxanl, dispuesta a prestar el adorno amarillo que tena en el pecho. Que se haga la boda, yo dar el vestido ofreci la araa y empez a tejer una tela muy fina para vestir a la novia. Que se haga la boda, yo dar los zapatos asegur el venado. Que se haga la boda, yo dar el peine prometi la iguana y se quit algunas pas de las que cubren su lomo. Que se haga la boda, yo dar el espejo afirm el cenote, pues su agua era tan cristalina que en ella podra contemplarse la novia. Que se haga la boda, yo dar los dulces se comprometi la abeja y se fue a traer la miel de su panal. Con eso, ya estaba listo lo necesario para la boda. La xdzunum llor de nuevo, pero ahora de alegra. Luego, vol a buscar al novio y le dijo que ya podan casarse. A los pocos das, se celebr una gran boda, y por supuesto, la xkokolch fue la madrina. En la fiesta hubo de todo, porque los invitados llevaron muchos regalos. Desde entonces, la xdzunum dej de lamentar su pobreza, pues supo que contaba con grandes amigos en el mundo maya.
Despus los dioses preguntaron: -Y quin ms? -Se miraron unos a otros, y ninguno se atreva a ofrecerse para aquel oficio. -S t el otro que alumbre -le dijeron a Nanahuatzin, que era un dios feo, humilde y callado. y l obedeci de buena voluntad. Luego los dos comenzaron a hacer penitencia para llegar puros al sacrificio. Despus de cuatro das, los dioses se reunieron alrededor del fuego. Iban a presenciar el sacrificio de Tecuciztcatl y Nanahuatzin. Entonces dijeron: -Ea pues, Tecuciztcatl! Entra t en el fuego! y l hizo el intento de echarse, pero le dio miedo y no se atrevi. Cuatro veces prob, pero no pudo arrojarse Luego los dioses dijeron: -Ea pues Nanahuatzin! Ahora prueba t! -Y este dios, cerrando los ojos, se arroj al fuego. Cuando Tecuciztcatl vio que Nanahuatzin se haba echado al fuego, se avergonz de su cobarda y tambin se avent. Despus los dioses miraron hacia -Por ah aparecer Nanahuatzin Hecho Sol-. Y fue cierto. el Este y dijeron:
Nadie lo poda mirar porque lastimaba los ojos. Resplandeca y derramaba rayos por dondequiera. Despus apareci Tecuciztcatl hecho Luna. En el mismo orden en que entraron en el fuego, los dioses aparecieron por el cielo hechos Sol y Luna. Desde entonces hay da y noche en el mundo.
El Haninco
Leyenda Maya Mucho tiempo perd tratando de concurrir a una ceremonia india, a una hanincol (comida de milpa) que hacen los maya con el objeto, unas veces, de agradar a los dioses, y otras, de desagraviarlos. Haba rogado a los hechicero que me permitieran la entrada, pero todos se haban negado porque yo tambin me haba negado a que me santiguaran: (santiguar es someter a una persona a ciertos baos, con hierbas, hechiceras, etc.) En las ceremonias de las comidas de milpa se admite a mujeres cuando se va repartir el alimento. Al fin me resolv a todo y lo comuniqu al men. As fue como logr concurrir a la comida. Y ahora les narrar lo que v; lo que o no, pues fue todo en maya, idioma que no entiendo. La ceremonia se hizo en un pueblo llamado San Juan Bautista Sahcabchn o Alto Sahcabchn, por estar ubicado en la cresta de un cerro de roca viva. El maestro de la escuela, un joven llamado Mario Flores Barrera, me avis con anticipacin; llena de alegra camin a caballo toda la noche en que la Luna plateaba los rboles y alumbraba el camino. Llegu al amanecer. All arriba estaba el pueblo. Sub a l, llam a una puerta y al punto asom su risuea cara el maestro que me salud. Hoy ser la fiesta, me dijo con acento de satisfaccin. Nos desayunamos con pan y caf y luego me llev a la casa del men quien me recibi solcito, pero desconfiado. Est resuelta a que le santigen?- me pregunt. El maestro me mir, incrdulo de que pudiera aceptar eso. S le respond, y en pocos minutos qued santiguada y oliendo a romero y ruda. Salimos los tres y nos sentamos en el brocal de un pozo, y el hechicero contest as mi interrogatorio. -Por qu harn el hanincol? -Para desagraviar a los dioses. El dueo de la milpa que se ha de sembrar tiene un hijo enfermo, seal del disgusto del Nohoch-Tat (Gran Seor). Luego me ense varias palabras mayas, el nombre de los vientos, etc., para que pudiera entender, y me llev a la casa donde el muchacho estaba enfermo. Quiere verlo?, me dijo. S- le respond.
En una hamaca estaba el joven calenturiento. El men le pregunt por su salud, y l casi no contest. Su nimo estaba cado ms que por la fiebre, por el temor de que le hubiera castigado el dueo del monte. El men sac de su morral un bollo de pozole lleno de moho que de amarillo pasa a verde. Lo mezcl con agua, lo endulz con miel y se lo dio al enfermo. Las mujeres de la casa, durante la noche, mojan maz y lo muelen en metates para hacer una bebida refrescante llamada sacab. Este se reparte entre los que van a asistir a la ceremonia. En la ocasin a que me refiero me dieron una racin, por la cual me sent invitada. Marchamos luego a la ceremonia o que diga, adonde iba a efectuarse. El dueo de la sementera y sus trabajadores estaban ocupados. Unos abran una fosa en la tierra; otros, en grandes calderos cocan maz, frijol y tostaban semillas de calabaza, que molan luego para formar una masa de estos tres productos, la cual recogan en bolas. Teniendo ya las bolas sobre hojas de roble o pltano, se extiende primero la masa de maz haciendo una tortilla grande y se forma una de semilla de calabaza: luego, una de frijol, y as sucesivamente, hasta llegar a nueve. Estos huahes (panes) se envuelven en las mismas hojas; uno de ellos es ms grande que los otros. Mientras esto se lleva a efecto, en la fosa abierta se ha colocado gran cantidad de lea, que arde y calienta casi hasta calcinar algunas piedras grandes. Por otro lado, en ollas tambin grandes se cuecen pavos y gallinas, y en un caldero se hace el cool (atole salado). En un caldero se pone el caldo de gallina y pavos, destinado a preparar el choc (caliente). El men, con toda parsimonia, toma dos velas que enciende, y, seguido de unos hombres que llevan en tablas los huanes (panes) y de todos los invitados, llega a la ardiente fosa. Y dice as: lakn-ik, xikn-ik, nohol-ik, xamn-can (vientos de oriente, del poniente, del sur y del norte; sed benvolos). Luego hace mil contorsiones, brinca de un lado para otro de la fosa, saca con las manos, del fuego, las candentes piedras, y slo deja unas en el fondo, sobre las cuales se colocan los panes. La piedras extradas se acomodan encima y se recubre la fosa con tierra y gajos de roble. Retornan el brujo y su comitiva al lugar primitivo, donde se ha colocado una mesa, que tiene encima una cruz cristiana, tres velas grandes, tres medianas y tres chicas. Tambin hay incienso, rudas, albahacas, flores, dulces, cigarrillos, etc. Se han llevado a la mesa los pavos y las gallinas condimentadas y cocidas. Debajo de la mesa est el gran caldero de cool, el jugo de gallina y pavos, etc. El men parece perder su personalidad de hombre, y en medio de gesticulaciones y contorsiones, conjura a los vientos malo y llama a los buenos; levanta en sus manos las ramas de albahaca y ruda, y blandiendo la cruz cristiana aleja a los viento malos. como regalo a los buenos arroja a los cuatro vientos jicaradas de miel y balch. Luego cae en xtasis, oculta su rostro entre las manos, y tomando enseguida el inciensario, marcha hacia la fosa; al
llegar a sta levanta aqul al cielo y mucha manos de hombres destapan la fosa, de donde extraen los huanes. Todas caminan hacia la mesa y el brujo cierra la procesin. El pan ms grande es el que se pone en una mesita aparte. Apenas desenvuelto, muchas manos arrancan trozos, hirviente an y los depositan en el caldo de pavos y gallinas, donde otras manos lo baten y disuelven. As se prepara el choc . Terminado esto, el men reparte entre los concurrentes balch en jicaritas. Hay que tomarlo, pues es malo tirarlo o despreciarlo. Luego el hechicero da a cada persona presente un cigarro gigante, al que debe darse dos o tres fumadas. Esos cigarros son recogidos por un brujo en hojas de almendro o higuerilla, con el fin de que sus manos no los toquen, los lleva a la mesa y los riega con brebajes. Inmediatamente se toma a todos los nios que han asistido a la ceremonia y se les pone de rodillas, con las manos cruzadas sobre el pecho. El men les da balch dulce, choc, cool, dulces, trozos de pavos, pero todo en la boca. (Los nios representan a los aluxes, y el men les da de comer con la mano, ellos no pueden tocar nada con las manos). Terminada esa comida, se aleja a los nios, y con una jcara grande se pone una buena racin de todo lo que hay, de lo mejor, un gran trozo de pan y los cigarros, todo lo cual toma el men pues es la ofrenda destinada al Nohoch-Tat (padre o dueo de monte). El hechicero llega a la fosa y en el centro de ella coloca la jcara grande y todo lo dems. A una seal del men la fosa es cubierta de tierra y casi ni queda seal de ella. Se cree que durante la noche el dueo de bosque tiene all su banquete, y que sus hijos, los aluxes le hacen compaa y fuman en rueda sus cigarros. Cuando el men vuelve al lugar de la comida, todo se transforma en fiesta, se reparte lo que an queda, se da al dueo de la milpa, a sus hijos y trabajadores, de todo lo que hay, y luego a los visitantes. Esta es ya la comida terrenal. Todos comen, todos beben. El men viene a m con una pierna de pavo en la mano y me dice: No come?, y me trae un trozo de muslo de pavo. Yo estaba sentada en una hamaca suspendida en medio de dos rboles, especialmente para m, frente a la mesa de la ceremonia. Era tal mi proximidad a la mesa, que materialmente estaba baada en miel y balch, pues me salpic el men cuando arroj esos lquidos al aire. Termin la ceremonia -me dijo el men-. El enfermo est curado. Entre los comensales vi a Pedro, que coma y rea con mucha gana.
Pedro -dijo el men- ven aqu, pues quera demostrarme su poder. El muchacho obedeci la orden. Ya no tena calentura, haba recobrado la salud. En ese momento di la razn al men y al enfermo. Estaba curado. Haba que reconocerlo. Mas luego pens que ese hombre sagaz aprovechaba la ignorancia y fe de los descendientes de los xius y cocomes. Me retir pensativa. Soy una de los que creen que lo ms de los indios mayas no padecen ciertas enfermedades gracias que ingieren frecuentemente, las dosis de penicilina que se encuentran en el moho del pozole, que siempre comen con sal e sus milpas. Se cur el muchacho? Sera por el favor de los dioses o por la accin de la medicina que le dio el men en el pozole? Tal vez ni el hechicero lo sepa. Tal pensaba yo despus de la peregrina ceremonia que me dej la impresin de un sueo fantstico
Los xocoyoles
Leyenda nhualt Cuentan los que vivieron hace mucho tiempo, que haba un hombre que no crea en la palabra de sus antepasados. Le contaban que al caer una tormenta con truenos y relmpagos salan unos nios llamados xocoyoles. Los xocoyoles son los nios que mueren al nacer o antes de ser bautizados. A esos nios les salen alas y aparecen sentados encima de los cerros y los peascos. Cuentan que esos pequeitos hacan distintos trabajos: unos regaban agua con grandes cntaros para que lloviera sobre la tierra; otros hacan granizo y lo regaban como si fueran maicitos; otros hacan truenos y relmpagos con unos mecates. Por eso omos ruidos tan fuertes y nos espantamos. Pero el hombre no crea. Un da, despus de una gran tempestad, se fue a cortar lea a un cerro de ocotes. Cuando lleg vio a un nio desnudo, que tena dos alas, atorado en la rama de un ocote. El hombre se sorprendi, sobre todo cuando el nio le dijo: - Si me das mi mecate que est tirado en el suelo, te cortar toda la lea que salga de este ocote. En verdad - S, en verdad lo har. lo hars? le pregunt el hombre.
Como pudo, fue uniendo varios palos. Al terminar puso el mecate en la punta y se lo dio. Cuando el nio tuvo el mecate en sus manos, le dijo al hombre que se fuera y regresara al da siguiente a recoger su lea. El hombre se fue y el xocoyol comenz a hacer rayos y relmpagos. EL ocote se rompi y se hizo lea. Cuando el nio termin su trabajo se fue volando al cielo a alcanzar a sus hermanos xocoyoles. Al da siguiente el hombre lleg al bosque y vio mucha lea amontonada; busc al xocoyol y no lo encontr por ningn lado. A partir de ese da comenz a creer lo que le decan sus abuelos.
Huitzilopoxtli
Leyenda mexicana Tuve que ir, hace poco tiempo, en una comisin periodstica, de una ciudad frontera de los Estados Unidos, a un punto mexicano en que haba un destacamento de Carranza. All se me dio una recomendacin y un salvoconducto para penetrar en la parte de territorio dependiente de Pancho Villa, el guerrillero y caudillo militar formidable. Yo tena que ver un amigo, teniente en las milicias revolucionarias, el cual me haba ofrecido datos para mis informaciones, asegurndome que nada tendra que temer durante mi permanencia en su campo. Hice el viaje, en automvil, hasta un poco ms all de la lnea fronteriza en compaa de mister John Perhaps, mdico, y tambin hombre de periodismo, al servicio de diarios yanquis, y del Coronel Reguera, o mejor dicho, el Padre Reguera, uno de los hombres ms raros y terribles que haya conocido en mi vida. El Padre Reguera es un antiguo fraile que, joven en tiempo de Maximiliano, imperialista, naturalmente, cambi en el tiempo de Porfirio Daz de Emperador sin cambiar en nada de lo dems. Es un viejo fraile vasco que cree en que todo est dispuesto por la resolucin divina. Sobre todo, el derecho divino del mando es para l indiscutible. Porfirio domin- decaporque Dios lo quiso. Porque as deba ser. No diga macanas! contestaba mister Perhaps, que haba estado en la Argentina. Pero a Porfirio le falt la comunicacin con la Divinidad... Al que no respeta el misterio se lo lleva el diablo! Y Porfirio nos hizo andar sin sotana por las calles. En cambio Madero... Aqu en Mxico, sobre todo, se vive en un suelo que est repleto de misterio. Todos esos indios que hay no respiran otra cosa. Y el destino de la nacin mexicana est todava en poder de las primitivas divinidades de los aborgenes. En otras partes se dice: Rascad... y aparecer el.... Aqu no hay que rascar nada. El misterio azteca, o maya, vive en todo mexicano por mucha mezcla social que haya en su sangre, y esto en pocos. Coronel, tome un whisky! dijo mister Perhaps, tendindole su frasco de ruolz. Prefiero el comiteco respondi el Padre Reguera, y me tendi un papel con sal, que sac de un bolsn, y una cantimplora llena de licor mexicano. Andando, andando, llegamos al extremo de un bosque, en donde omos un grito: Alto!. Nos detuvimos. No se poda pasar por ah. Unos cuantos soldados indios, descalzos, con sus grandes sombrerones y sus rifles listos, nos detuvieron. El Viejo Reguera parlament con el principal, quien conoca tambin al yanqui. Todo acab bien. Tuvimos dos mulas y un caballejo para llegar al punto de nuestro destino. Haca luna cuando seguimos la marcha. Fuimos paso a paso. De pronto exclam dirigindome al viejo Reguera: Reguera, cmo quiere que le llame, Coronel o Padre? Como la que lo pari! buf el apergaminado personaje. Lo digo repuse porque tengo que preguntarle sobre cosas que a mi me preocupan bastante. Las dos mulas iban a un trotecito regular, y solamente mister Perhaps se detena de cuando en cuando a arreglar la cincha de su caballo, aunque lo principal era el engullimiento de su whisky. Dej que pasara el yanqui adelante, y luego, acercando mi caballera a la del Padre Reguera, le dije:
Usted es un hombre valiente, prctico y antiguo. A usted le respetan y lo quieren mucho todas estas indiadas. Dgame en confianza: es cierto que todava se suelen ver aqu cosas extraordinarias, como en tiempos de la conquista? Buen diablo se lo lleve a usted! Tiene tabaco? Le di un cigarro. Pues le dir a usted. Desde hace muchos aos conozco a estos indios como a m mismo, y vivo entre ellos como si fuese uno de ellos. Me vine aqu muy muchacho, desde en tiempo de Maximiliano. Ya era cura y sigo siendo cura, y morir cura. Y... ? No se meta en eso. Tiene usted razn, Padre; pero s me permitir que me interese en su extraa vida. Cmo usted ha podido ser durante tantos aos sacerdote, militar, hombre que tiene una leyenda, metido por tanto tiempo entre los indios, y por ltimo aparecer en la Revolucin con Madero? No se haba dicho que Porfirio le haba ganado a usted? El viejo Reguera solt una gran carcajada. Mientras Porfirio tuvo a Dios, todo anduvo muy bien; y eso por doa Carmen... Cmo, padre? Pues as... Lo que hay es que los otros dioses... Cules, Padre? Los de la tierra... Pero usted cree en ellos? Calla, muchacho, y tmate otro comiteco. Invitemos le dije a mster Perhaps que se ha ido ya muy delantero. Eh, Perhaps! Perhaps! No nos contest el yanqui. Espere le dije, Padre Reguera; voy a ver si lo alcanzo. No vaya me contest mirando al fondo de la selva . Tome su comiteco. El alcohol azteca haba puesto en mi sangre una actividad singular. A poco andar en silencio, me dijo el Padre: Si Madero no se hubiera dejado engaar... De los polticos? No, hijo; de los diablos... Cmo es eso? Usted sabe. Lo del espiritismo... Nada de eso. Lo que hay es que l logr ponerse en comunicacin con los dioses viejos... Pero, padre...! S, muchacho, s, y te lo digo porque, aunque yo diga misa, eso no me quita lo aprendido por todas esas regiones en tantos aos... Y te advierto una cosa: con la cruz hemos hecho aqu muy poco, y por dentro y por fuera el alma y las formas de los primitivos dolos nos vencen... Aqu no hubo suficientes cadenas cristianas para esclavizar a las divinidades de antes; y cada vez que han podido, y ahora sobre todo, esos diablos se muestran. Mi mula dio un salto atrs toda agitada y temblorosa, quise hacerla pasar y fue imposible. Quieto, quieto me dijo Reguera. Sac su largo cuchillo y cort de un rbol un varejn, y luego con l dio unos cuantos golpes
en el suelo. No se asuste me dijo; es una cascabel. Y vi entonces una gran vbora que quedaba muerta a lo largo del camino. Y cuando seguimos el viaje, o una sorda risita del cura... No hemos vuelto a ver al yanqui le dije. No se preocupe; ya le encontraremos alguna vez. Seguimos adelante. Hubo que pasar a travs de una gran arboleda tras la cual oase el ruido del agua en una quebrada. A poco: Alto! Otra vez? le dije a Reguera. S me contest. Estamos en el sitio ms delicado que ocupan las fuerzas revolucionarias. Paciencia! Un oficial con varios soldados se adelantaron. Reguera les habl y o contestar al oficial: Imposible pasar ms adelante. Habr que quedar ah hasta el amanecer. Escogimos para reposar un escampado bajo un gran ahuehuete. De ms decir que yo no poda dormir. Yo haba terminado mi tabaco y ped a Reguera. Tengo me dijo , pero con mariguana. Acept, pero con miedo, pues conozco los efectos de esa yerba embrujadora, y me puse a fumar. En seguida el cura roncaba y yo no poda dormir. Todo era silencio en la selva, pero silencio temeroso, bajo la luz plida de la luna. De pronto escuch a lo lejos como un quejido largo y aullante, que luego fue un coro de aullidos. Yo ya conoca esa siniestra msica de las selvas salvajes: era el aullido de los coyotes. Me incorpor cuando sent que los clamores se iban acercando. No me senta bien y me acord de la mariguana del cura. Si seria eso... Los aullidos aumentaban. Sin despertar al viejo Reguera, tom mi revlver y me fui hacia el lado en donde estaba el peligro. Camin y me intern un tanto en la floresta, hasta que vi una especie de claridad que no era la de la luna, puesto que la claridad lunar, fuera del bosque era blanca, y sta, dentro, era dorada. Continu internndome hasta donde escuchaba como un vago rumor de voces humanas alternando de cuando en cuando con los aullidos de los coyotes. Avanc hasta donde me fue posible. He aqu lo que vi: un enorme dolo de piedra, que era dolo y altar al mismo tiempo, se alzaba en esa claridad que apenas he indicado. Imposible detallar nada. Dos cabezas de serpiente, que eran como brazos o tentculos del bloque, se juntaban en la parte superior, sobre una especie de inmensa testa descarnada, que tena a su alrededor una ristra de manos cortadas, sobre un collar de perlas, y debajo de eso, vi, en vida de vida, un movimiento monstruoso. Pero ante todo observ unos cuantos indios, de los mismos que nos haban servido para el acarreo de nuestros equipajes, y que silenciosos y hierticamente daban vueltas alrededor de aquel altar viviente. Viviente, porque fijndome bien, y recordando mis lecturas especiales, me convenc de que aquello era un altar de Teoyaomiqui, la diosa mexicana de la muerte. En aquella piedra se agitaban serpientes vivas, y adquira el espectculo una actualidad espantable. Me adelant. Sin aullar, en un silencio fatal, lleg una tropa de coyotes y rode el altar misterioso. Not que las serpientes, aglomeradas, se agitaban; y al pie del bloque ofdico, un cuerpo se mova, el cuerpo de un hombre Mister Perhaps estaba all. Tras un tronco de rbol yo estaba en mi pavoroso silencio. Cre padecer una alucinacin; pero lo que en realidad haba era aquel gran crculo que formaban esos lobos de Amrica, esos
aullantes coyotes ms fatdicos que los lobos de Europa. Al da siguiente, cuando llegamos al campamento, hubo que llamar al mdico para m. Pregunt por el Padre Reguera. El Coronel Reguera me dijo la persona que estaba cerca de mest en este momento ocupado. Le faltan tres por fusilar. FIN
Al principio, el tigre crey que la cola del tlacuache era un leo; pero cuando lo vio correr, empez la persecucin. ste, al ver que el animalote le pisaba los talones, cogi la brasa y la guard en su marsupia. El tigre anduvo mucho sin encontrarlo, hasta que por fin lo hall echado de espaldas, con las patas apoyadas contra una pea. Estaba all, descansando tranquilamente y contemplando el paisaje. El tigre salt hacia el tlacuache, decidido a vengar todos los agravios. -Pero, compadre, por qu? - le dijo el tlacuache-. No ves acaso que estoy sosteniendo el cielo? Ya casi se nos viene encima y nos aplasta a todos. Podras mejor ayudarme, quedndote en mi sitio mientras yo voy por una tranca. De esa manera estamos salvados. El tigre, muy asustado, acept colocarse en la misma posicin en la que estaba el tlacuache, apoyando las patas contra la pea. -Aguanta hasta que venga, compadre. No tardar -dijo el tlacuache. El tlacuache sali disparado, mientras el tigre se quedaba ah, patas arriba. Pas un ratote y el tigre ya se haba cansado. -Qu andar haciendo este tlacuache bandido que no viene? -protestaba el tigre. Sigui esperando, sin moverse. Pronto ya no pudo ms. -Me voy aunque el cielo se venga abajo -pens y se levant rpidamente. Se asombr de ver que no pasaba nada, que las cosas seguan en su sitio. El tlacuache lo haba engaado otra vez. Sali a buscarlo enfurecido. Lo encontr en la punta de un peasco, comiendo maicitos, a la luz de la luna llena. En cuanto el tlacuache lo vio venir, hizo como que contaba los granos y se apresur a decirle: -Mira compadre, ves esa casa que est all abajo? Ah venden ricos quesos, podemos comprar muchos con este dinerito. -Pero no veo cmo llegaremos a esa casa. -Es fcil compadre. Cuestin de pegar un salto. Ya otras veces ha saltado y nada me ha pasado -argument el tlacuache. -Bueno, saltemos juntos. No vaya a ser que te quedes aqu arriba o que llegues primero abajo y te escapes. Mientras el tigre recogi los maicitos, pensando que eran dinero, el tlacuache aprovech para encajar su cola en una grieta, sin que el otro se diera cuenta. Los dos se pararon en el borde de la pea. Cuando el tigre dijo: "ya!", el tlacuache salt pero no se movi de su sitio pues tena la cola encajada.
El tigre peg un gran brinco y vol derechito hacia la luna llena, hasta desaparecer. Por fin, herido y exhausto, el tlacuachito lleg hasta el lugar donde estaba los otros animales y los huicholes. All, ante el asombro y la alegra de todos, deposit la brasa que guardaba en su bolsa. Todos saban que tenan que actuar rpidamente para que el fuego sobreviviera. As que levantaron al fuego, lo apapacharon y lo alimentaron. Pronto creci una hermosa llama. Despus de curar a su bienhechor, los huicholes bailaron felices toda la noche. El generoso animal, que tantas peripecias pas para siempre proporcionarles el fuego, perdi para siempre el pelo de su cola; pero vivi contento porque hizo un gran beneficio al pueblo. En cambio, cuenta la gente que el tigre fue a caer en la luna y que todava se le puede ver ah de noche, parado con el hocico abierto.
El pueblo huichol es un grupo indgena mexicano que habita en el norte de Jalisco y parte de Nayarit, Zacatecas y Durango. Este grupo conserva hasta ahora costumbres muy antiguas. Los hombres visten pantaln y camisa de manta blanca con algunos bordados, faja y sombrero. Las mujeres usan falda amplia, blusa de percal, un paliacate sobre la cabeza y, en ocasiones, el quechqumitl, que es un pequeo jorongo triangular. Los huicholes se dedican a la artesana, la cual est muy relacionada con sus creencias. Ellos quieren a las cosas de la naturaleza como quieren a algn familiar cercano. Dicen que sus "abuelos" son el sol y el fuego; sus "abuelas", la fertilidad, la luna y la tierra, sus "tas", la lluvia y las tormentas. Por eso los representan en sus bordados y otros trabajan artesanales.
Pero los sacerdotes, los siete sacerdotes de la caverna del trueno no estuvieron conformes con aquella invasin de los extranjeros que traan consigo una gran cultura y se fueron a la cueva a producir truenos, relmpagos, rayos y lluvias y torrenciales aguaceros con el fin de amendrentarlos. Llovi mucho y durante varios das y sus noches, hasta que alguien se dio cuenta de que esas tempestades las provocaban los siete hechiceros, los siete sacerdotes de la caverna de los truenos. No siendo amigos de la violencia, los totonacas los embarcaron en un pequeo bajel y dotndoles de provisiones y agua los lanzaron al mar de las turquesas en donde se perdieron para siempre. Pero ahora era preciso dominar a esos dioses del trueno y de las lluvias para evitar el desastre del pueblo totonaca recin asentado y para el efecto se reunieron los sabios y los sacerdotes y gentes principales y decidieron que nada podra hacerse contra esas fuerzas que hoy llamamos sencillamente naturales y que sera mejor rendirles culto y pleitesa, adorar a esos dioses y rogarles fueran magnnimos con ese pueblo que acababa de escapar de un monstruoso desastre. Y en ese mismo lugar en donde haba el templo y la caverna y se ejerca el culto al Dios del trueno, los totonacas u hombres sonrientes levantaron el asombroso templo del Tajn, que en su propia lengua quiere decir lugar de las tempestades. Y no slo se rindi culto al Dios del Trueno sino que se le implor durante 365 das, como nmero de nichos tiene este monumento invocando el buen tiempo en cierta poca del ao y la lluvia, cuando es menester fertilizar las sementeras. Hoy se levanta este maravilloso templo conocido en todo el mundo como pirmide o templo de El Tajn en donde curiosamente parecen generarse las tempestades y los truenos y las lluvias torrenciales. As naci la pirmide de El Tajn, levantada con veneracin y respeto al Dios del Trueno, adorado por aquellas gentes que vivieron mucho antes de la llegada de los extranjeros, cuando el mundo pareca comenzar a existir.
La Vainilla
Cuentan que Xanath, hija de nobles totonacas, clebre por su belleza, viva en un palacio cercano al centro ceremonial de Tajn, sede de su pueblo. Cierto da en que la joven acudi a depositar una ofrenda sobre el plato colocado en el abdomen de Chac-Mool ("Mensajero Divino"), encontr casualmente a Tzarahun (jilguero), un alegre doncel al que le agradaba silbar, y surgi entre ambos amor a primera vista. Sin embargo, el romance mostr dificultades para prosperar, porque Tzarahuin era pobre y viva en una choza humilde rodeada de tierra frtil en que abundaban las anonas, las pias y las calabazas. A pesar de la diferencia de clases, los enamorados se reunan casi a diario, de manera fugaz, cuando el mancebo llevaba al mercado la cosecha de sus siembras, y en poco tiempo una sincera pasin se apoder de sus corazones. Una tarde en que Xanath pas junto al templo sagrado de los nichos, la sorprendi la mirada penetrante del dios gordo, que se caracterizaba por su vientre abultado, la frente rapada y su triple penacho; y desde entonces el seor de la felicidad se dedic a cortejarla. La doncella logr esquivarlo en un principio, mas el astuto dios encontr la forma de revelarle sus sentimientos y, al ser rechazado, su alegra habitual se torn en clera y amenaz a la joven con desatar la furia de Tajn, si no acceda a sus reclamos amorosos. La advertencia hizo temblar de miedo a Xanath, pero no traicion a Tzarahun. El astuto dios gordo resolvi entonces ganarse la confianza del padre de la joven para que influyera en el nimo de Xanath. Lo invit a su palacio, le revel secretos divinos y cuando manifest inters por la linda muchacha, recibi completo apoyo para casarse con ella. Xanath hubo de soportar un mayor acoso del testarudo dios y su padre la oblig a aceptar una nueva cita, que resultara fatal, pues luego de haber dado otra negativa al seor de la felicidad, ste, irritado, lanz un conjuro sobre la doncella y la transform en una planta dbil de flores blancas y exquisito aroma: la vainilla. Y si bien el dios crey vengarse, lo cierto es que mientras de l existen slo vagos recuerdos, en cambio, tenemos muy presente en nuestros das a la planta orquidcea cuya esencia es muy apreciada en la cocina y la pastelera de muchas partes del mundo.
El mole poblano.
Cuenta la leyenda, que en una ocasin Juan de Palafox, Virrey de la Nueva Espaa y Arzobispo de Puebla, visit su dicesis, un convento poblano le ofreci un banquete, para el cual los cocineros de la comunidad religiosa se esmeraron especialmente. El cocinero principal era fray Pascual, que ese da corra por toda la cocina dando rdenes ante la inminencia de la importante visita. Se dice que fray Pascual estaba particularmente nervioso, y que comenz a reprender a sus ayudantes, en vista del desorden que imperaba en la cocina. El mismo fray Pascual comenz a amontonar en una charola todos los ingredientes para guardarlos en la despensa, y era tal su prisa, que fue a tropezar exactamente frente a la cazuela, donde unos suculentos guajolotes estaban ya casi en su punto. All fueron a parar los chiles, trozos de chocolate y las ms variadas especias, echando a perder la comida que deba ofrecerse al Virrey. Fue tanta la angustia de fray Pascual, que ste comenz a orar con toda su fe, justamente cuando le avisaban que los comensales estaban sentados a la mesa. Un rato ms tarde, l mismo no pudo creer cuando todo el mundo elogi el accidentado platillo. Incluso hoy, en los pequeos pueblos, las amas de casa apuradas invocan la ayuda del fraile con el siguiente verso: "San Pascual Bailn, atiza mi fogn".
LA LLORONA
Leyenda Mexicana del Periodo Virreinal Consumada la conquista y poco ms o menos a mediados del siglo XVI, los vecinos de la ciudad de Mxico que se recogan en sus casas a la hora de la queda, tocada por las campanas de la primera Catedral; a media noche y principalmente cuando haba luna, despertaban espantados al or en la calle, tristes y prolongadsimos gemidos, lanzados por una mujer a quien afliga, sin duda, honda pena moral o tremendo dolor fsico. Las primeras noches, los vecinos contentbanse con persignarse o santiguarse, que aquellos lgubres gemidos eran, segn ellas, de nima del otro mundo; pero fueron tantos y repetidos y se prolongaron por tanto tiempo, que algunos osados y despreocupados, quisieron cerciorarse con sus propios ojos qu era aquello; y primero desde las puertas entornadas, de las ventanas o balcones, y enseguida atrevindose a salir por las calles, lograron ver a la que, en el silencio de las obscuras noches o en aquellas en que la luz plida y transparente de la luna caa como un manto vaporoso sobre las altas torres, los techos y tejados y las calles, lanzaba agudos y tristsimos gemidos. Vesta la mujer traje blanqusimo, y blanco y espeso velo cubra su rostro. Con lentos y callados pasos recorra muchas calles de la ciudad dormida, cada noche distintas, aunque sin faltar una sola, a la Plaza Mayor, donde vuelto el velado rostro hacia el oriente, hincada de rodillas, daba el ltimo angustioso y languidsimo lamento; puesta en pie, continuaba con el paso lento y pausado hacia el mismo rumbo, al llegar a orillas del salobre lago, que en ese tiempo penetraba dentro de algunos barrios, como una sombra se desvaneca. "La hora avanzada de la noche, - dice el Dr. Jos Mara Marroqu- el silencio y la soledad de las calles y plazas, el traje, el aire, el pausado andar de aquella mujer misteriosa y, sobre todo, lo penetrante, agudo y prolongado de su gemido, que daba siempre cayendo en tierra de rodillas, formaba un conjunto que aterrorizaba a cuantos la vean y oan, y no pocos de los conquistadores valerosos y esforzados, que haban sido espanto de la misma muerte, quedaban en presencia de aquella mujer, mudos, plidos y fros, como de mrmol. Los ms animosos apenas se atrevan a seguirla a larga distancia, aprovechando la claridad de la luna, sin lograr otra cosa que verla desaparecer en llegando al lago, como si se sumergiera entre las aguas, y no pudindose averiguar ms de ella, e ignorndose quin era, de dnde vena y a dnde iba, se le dio el nombre de La Llorona." Tal es en pocas palabras la genuina tradicin popular que durante ms de tres centurias qued grabada en la memoria de los habitantes de la ciudad de Mxico y que ha ido borrndose a medida que la sencillez de nuestras costumbres y el candor de la mujer mexicana han ido perdindose. Pero olvidada o casi desaparecida, la conseja de La Llorona es antiqusima y se generaliz en muchos lugares de nuestro pas, transformada o asocindola a crmenes pasionales, y aquella vagadora y blanca sombra de mujer, pareca gozar del don de ubicuidad, pues recorra caminos, penetraba por las aldeas, pueblos y ciudades, se hunda en las aguas de los lagos, vadeaba ros, suba a las cimas en donde se encontraban cruces, para llorar al pie de ellas o
se desvaneca al entrar en las grutas o al acercarse a las tapias de un cementerio. La tradicin de La Llorona tiene sus races en la mitologa de los antiguos mexicanos. Sahagn en su Historia (libro 1, Cap. IV), habla de la diosa Cihuacoatl, la cual "apareca muchas veces como una seora compuesta con unosatavos como se usan en Palacio; decan tambin que de noche voceaba y bramaba en el aire... Los atavos con que esta mujer apareca eran blancos, y los cabellos los tocaba de manera, que tena como unos cornezuelos cruzados sobre la frente". El mismo Sahagn (Lib. XI), refiere que entre muchos augurios o seales con que se anunci la Conquista de los espaoles, el sexto pronstico fue "que de noche se oyeran voces muchas veces como de una mujer que angustiada y con llor deca: "Oh, hijos mos!, dnde os llevar para que no os acabis de perder?". La tradicin es, por consiguiente, remotsima; persista a la llegada de los castellanos conquistadores y tomada ya la ciudad azteca por ellos y muerta aos despus doa Marina, o sea la Malinche, contaban que sta era La Llorona, la cual vena a penar del otro mundo por haber traicionado a los indios de su raza, ayudando a los extranjeros para que los sojuzgasen. "La Llorona - cuenta D. Jos Mara Roa Brcena -, era a veces una joven enamorada, que haba muerto en vsperas de casarse y traa al novio la corona de rosas blancas que no lleg a ceirse; era otras veces la viuda que vea a llorar a sus tiernos hurfanos; ya la esposa muerta en ausencia del marido a quien vena a traer el sculo de despedida que no pudo darle en su agona; ya la desgraciada mujer, vilmente asesinada por el celoso cnyuge, que se apareca para lamentar su fin desgraciado y protestar su inocencia." Poco a poco, al travs de los tiempos la vieja tradicin de La Llorona ha ido, como decamos, borrndose del recuerdo popular. Slo queda memoria de ella en los fastos mitolgicos de los aztecas, en las pginas de antiguas crnicas, en los pueblecillos lejanos, o en los labios de las viejas abuelitas, que intentan asustar a sus inocentes nietezuelos, dicindoles: Ah viene La Llorona!
El cocay
Leyenda Maya Quiz alguna noche en el campo hayas visto una chispa de luz que brilla y se mueve de un lado a otro; esa luz la produce el cocay, que es el nombre que le dan los mayas a la lucirnaga. Ellos saben cmo fue que este insecto cre su luz, esta es la historia que cuentan: Haba una vez un Seor muy querido por todos los habitantes de El Mayab, porque era el nico que poda curar todas las enfermedades. Cuando los enfermos iban a rogarle que los aliviara, l sacaba una piedra verde de su bolsillo; despus, la tomaba entre sus manos y susurraba algunas palabras. Eso era suficiente para sanar cualquier mal. Pero una maana, el Seor sali a pasear a la selva; all quiso acostarse un rato y se entretuvo horas completas al escuchar el canto de los pjaros. De pronto, unas nubes negras se apoderaron del cielo y empez a caer un gran aguacero. El Seor se levant y corri a refugiarse de la lluvia, pero por la prisa, no se dio cuenta que su piedra verde se le sali del bolsillo. Al llegar a su casa lo esperaba una mujer para pedirle que sanara a su hijo, entonces el Seor busc su piedra y vio que no estaba. Muypreocupado, quiso salir a buscarla, pero crey que se tardara demasiado en hallarla, as que mand reunir a varios animales. Pronto llegaron el venado, la liebre, el zopilote y el cocay. Muy serio, el Seor les dijo: Necesito su ayuda; perd mi piedra verde en la selva y sin ella no puedo curar. Ustedes conocen mejor que nadie los caminos, las cavernas y los rincones de la selva; busquen ah mi piedra, quien la encuentre, ser bien premiado. Al or esas ltimas palabras, los animales corrieron en busca de la piedra verde. Mientras, el cocay, que era un insecto muy empeado, volaba despacio y se preguntaba una y otra vez: Dnde estar la piedra? Tengo que encontrarla, slo as el Seor podr curar de nuevo. Y aunque el cocay fue desde el inicio quien ms se ocup de la bsqueda, el venado encontr primero la piedra. Al verla tan bonita, no quiso compartirla con nadie y se la trag. Aqu nadie la descubrir se dijo. A partir de hoy, yo har las curaciones y los enfermos tendrn que pagarme por ellas. Pero en cuanto pens esas palabras, el venado se sinti enfermo; le dio un dolor de panza tan fuerte que tuvo que devolver la piedra; luego huy asustado. Entre tanto, el cocay daba vueltas por toda la selva. Se meta en los huecos ms pequeos, revisaba todos los rincones y las hojas de las plantas. No hablaba con nadie, slo pensaba en qu lugar estara la piedra verde. Para ese entonces, los animales que iniciaron la bsqueda ya se haban cansado. El zopilote volaba demasiado alto y no alcanzaba a ver el suelo, la liebre corra muy aprisa sin ver a su
alrededor y el venado no quera saber nada de la piedra; as, hubo un momento en que el nico en buscar fue el cocay. Un da, despus de horas enteras de meditar sobre el paradero de la piedra, el cocay sinti un chispazo de luz en su cabeza: Ya s dnde est! grit feliz, pues haba visto en su mente el lugar en que estaba la piedra. Vol de inmediato hacia all y aunque al principio no se dio cuenta, luego sinti cmo una luz sala de su cuerpo e iluminaba su camino. Muy pronto hall la piedra y ms pronto se la llev a su dueo. Seor, busqu en todos los rincones de la selva y por fin hoy di con tu piedra le dijo el cocay muy contento, al tiempo que su cuerpo se encenda. Gracias, cocay le contest el Seor veo que t mismo has logrado una recompensa. Esa luz que sale de ti representa la nobleza de tus sentimientos y lo brillante de tu inteligencia. Desde hoy te acompaar siempre para guiar tu vida. El cocay se despidi muy contento y fue a platicarle a los animales lo que haba pasado. Todos lo felicitaron por su nuevo don, menos la liebre, que sinti envidia de la luz del cocay y quiso robrsela. Esa chispa me quedara mejor a m; qu tal se me vera en un collar? pens la liebre. As, para lograr su deseo, esper a que el cocay se despidiera y comenz a seguirlo por el monte. Cocay! Ven, ensame tu luz le grit al insecto cuando estuvo seguro de que nadie los vea. Claro que s dijo el cocay y detuvo su vuelo. Entonces, la liebre aprovech y zas! le salt encima. El cocay qued aplastado bajo su panza y ya casi no poda respirar cuando la liebre empez a saltar de un lado a otro, porque crea que el cocay se le haba escapado. El cocay empez a volar despacio para esconderse de la liebre. Ahora, fue l quien la persigui un rato y en cuanto la vio distrada, quiso desquitarse. Entonces, vol arriba de ella y se puso encima de su frente, al mismo tiempo que se iluminaba. La liebre se llev un susto terrible, pues crey que le haba cado un rayo en la cabeza y aunque brincaba, no poda apagar el fuego, pues el cocay segua volando sobre ella. En eso, lleg hasta un cenote y en su desesperacin, crey que lo mejor era echarse al agua, slo as evitara que se le quemara la cabeza. Pero en cuanto salt, el cocay vol lejos y desde lo alto se ri mucho de la liebre, que trataba de salir del cenote toda empapada. Desde entonces, hasta los animales ms grandes respetan al cocay, no vaya a ser que un da los engae con su luz.
Dioses mayas.
El dios principal del Panten Maya era Hunab-Ku, quien haba creado el mundo y a los hombres partiendo del maz. Su esposa era Ix-Axal-Uch. Otros dioses eran: Itzam-N, hijo de Hunab, era el Seor de los Cielos, la Noche y el Da. Se lo representaba como una serpiente. Era un dios benvolo. Ixchel, esposa de Itzam-N, era la diosa de la Luna, de las mareas, los partos y la medicina. Kukulcan, la serpiente emplumada (por influencia de las creencias aztecas), era el DiosTrueno, el dios de la atmsfera. Chac Mol era el Dios de la Lluvia. Principalmente en el templo de Chichn Itz se realizaba su culto. Ah Puch era la diosa de los muertos, era malvada, estaba relacionada con la guerra y los sacrificios humanos. La representaban con cabeza de bho y cuerpo humano, o en forma de esqueleto con campanilla. Ixtab era la diosa de los suicidas. Yum Kax era dios del maz y de los bosques. Zotzilaha Chimalman habitaba una caverna de murcilagos, era el siniestro prncipe de la oscuridad, cercano a los infiernos (En Popol Vuh se lo llama Camazotz). Ahau Kin es dios del Sol. Ah Muzenkab era dios de la miel y las abejas.
Ah-Puah era dios del pez. Akna era la diosa de la fecundidad humana, mientras que Acat era el dios que formaba los fetos en los vientres maternos. Ecalchot era el dios del Viento. Mutuldzec era el dios de tempestades. Estoa son algunos de los muchos dioses en uno de los panteones ms numerosos y complejos de la mitologa.
Las sirenas.
En la mitologa griega, las sirenas eran criaturas fabulosas mitad mujer y mitad pjaro, parecidas a las arpas. Eran hijas del dios ro Aqueloo y de una musa que puede ser: Melpmene (tragedia), Terpscope (danza) o Estrope (poesa). El nmero de estas criaturas es variable, pueden ser tres, cinco u ocho. Las sirenas eran compaeras de Persfone y cuando Hades la rapt, no pudieron salvarla y la diosa Demter (madre de Persfone), las convirti en criaturas hbridas como venganza. Estas criaturas vivan en la isla de Artemisa, tenan forma de mujer de la cabeza a la cintura y la parte inferior, era una cola de pescado. Su canto melodioso como el de un ave, atraa a los marineros anuncindoles los placeres del mundo subterrneo engaosamente, para hacerlos zozobrar y poder comer sus cuerpos. En la Odisea, cuenta Homero que cuando el barco de Odiseo (Ulises) pas frente a la isla de las sirenas, hizo que la tripulacin sellara sus odos con cera, para que no escucharan el canto de las criaturas. Pero Odiseo tena gran curiosidad por or su voz, para lo que ide un plan, se hizo atar al mstil del barco y exigi que no le permitieran soltarse, sin importar lo que pasara. Ante el fracaso sufrido, las sirenas se lanzaron al mar y murieron ahogadas. Fuera de la ficcin, tenemos testimonios de navegantes que afirman haberse encontrado con estos seres mitolgicos, entre ellos, Cristbal Coln, quien testimonia en un escrito de 1493, que haba visto una sirena frente a las costas de lo que actualmente es la Florida. En su testimonio comenta que las sirenas no son tan hermosas como cuenta la mitologa y que sus rostros tenan formas de hombre. El explorador John Smith declar haber visto a uno de estos seres cuando se sumerga en las aguas del mar Caribe y que tena el cabello largo de color verde y que era atractiva, tanto como para cautivar a cualquier hombre
Las Moiras
Las Moiras son la personificacin del destino, pertenecen a la mitologa griega y su equivalente romano son las Parcas. En principio, cada ser humano tena su Moira o destino, pero este concepto evoluciona y luego de las obras de Homero, La Ilada y La Odisea, se adopta el concepto de las tres hermanas. Siendo la personificacin del destino, tienen como funcin, regular la vida de todo mortal,
asignndole suertes y desgracias. En algunas versiones, las Moiras seran hijas de Zeus y Temis, pero en otras, son hijas de Nix, la Noche, diosa que tena la capacidad de engendrar por s sola. Las Moiras son tres hermanas: Cloto (la ms joven, la que hila), Lquesis (la del medio, la que teje el destino) y tropos (la ms vieja, la que corta los hilos). Estas deidades deben asegurarse de que el destino se cumpla segn lo planeado, incluso el destino de los dioses. Ellas asisten al nacimiento de cada persona, hilan su destino y luego predicen su futuro. Una de las representaciones ms extendida de estas deidades las personifica como tres mujeres de aspecto severo, a Cloto se la presenta con una rueca, a Lquesis con una pluma y a tropos con una balanza. Originariamente, estas deidades se asociaban con el nacimiento, ya que era en ese momento, que se decidan los acontecimientos de la vida y el momento de la muerte. Con el tiempo, el mito evolucion al de las tres hermanas, donde el destino era determinado por un hilo de lana blanca o dorada, que marcaba los momentos de felicidad, o uno de lana negra que marcaba los momentos de dolor. Cloto es quien preside los nacimientos llevando un ovillo de lana con el que hila el destino de los hombres. Su hermana Lquesis, enrolla el hilo en un carrete con el que dirige el curso de la vida, y la anciana tropos, toma el carrete con el hilo de la vida y lo corta con sus tijeras de oro, y su decisin debe ser acatada. Su equivalente romano son las Parcas: Nona, Dcima y Morta.
Bodas de Guerrero
La creencia de que llevar contigo algo azul, algo nuevo, algo prestado y algo viejo tiene su origen en la poca victoriana. Desde entonces las futuras esposas creen en todos estos mitos y hacen lo posible porque el da de su boda no haga falta ninguna de estos elementos.
firmamento y danz solitaria entre sus olas en direccin sur. Entonces apareci el viento Boreas, que junto con la diosa Madre dieron origen a la enorme serpiente Ofin. Ms tarde, la diosa madre qued en cinta de Ofin, tras lo cual sta se transform en paloma y a su debido tiempo puso el huevo universal. La serpiente Ofin se enrosc siete veces alrededor del huevo hasta que empoll y lo abri. De l salieron todos los seres y elementos del Cosmos. Eurnome y Ofin fijaron su morada en el Monte Olimpo. Cuando Ofion irrit a su compaera adjudicndose el ttulo de autor del universo, sta le peg tan tremendo puntapi que le arranc los dientes y los arroj a la tierra al pie del Olimpo. Seguidamente la diosa cre siete potencias planetarias y coloc una Titnide y un Titn en cada una: Ta e Hiperin para el sol, Febe y Atlante para la luna, Dione y Cro para el planeta Marte, Metis y Geos para Mercurio, Temis y Eurimedonte para Jpiter, Tetis y Ocano para Venus, y Rea y Cronos para Saturno. Guardadores todos de la sucecin del tiempo. Sin embargo en esta armoniosa creacin faltaba el hombre, y entonces apareci Pelasgo, brot de los dietes de Ofin enterrados en el abismo de Arcadia. Pelasgo fue aclamado como jefe culturizador y precursor de la humanidad. Dioses y hombres se hallaban sometidos a las diosas y mujeres, y todos le rendan culto a la gran Diosa Madre.
Despus el esposo de Alcmena, Anfitrin, regres y se uni a ella. De ambas uniones Alcmena qued embarazada. El hijo de Zeus fue Heracles (Hercules en la tradicin latina) y el hijo de Anfitrin fue Ificles. Heracles fue desde su concepcin, el favorito de Zeus a lo cual Hera respondi con ira y celos, pues no soportaba la idea de que el hijo de otra mujer fuera tan querido para su divino esposo. As, la diosa decidi complicar el nacimineto de Heracles quien se qued 10 meses dentro del vientre de su madre. Y adems ella es la responsable de que el hroe tuviera que sufrir los Doce Trabajos y cuando era un beb de ocho meses, Hera le envi dos terribles serpientes para asesinarlo, sin embrago el nio supo defenderse sin problemas. Ahora bien, exista la condicin de que Heracles slo sera inmortal si mamaba de Hera y esto no iba a ocurrir con el consentimineto de la diosa. Sobre esta historia existen dos versiones. Primero, se cree que Hermes, el mensajero de los dioses, llev al nio a donde Hera mientras ella dorma y lo puso en su seno para que mamara la leche divina. Cuando Hera se despert y descubri a Heracles en su pecho lo retir brucamente y la leche sigui manando, se esparci por el universo y form la Va Lctea. La otra versin indica que Hera iba con Atenea paseando por el campo cuando vieron al nio descansando en la hierba. Atenea convenci a la diosa de que lo amamantara, pues era muy hermoso. Hera accedi, pero pronto Heracles chup la leche con tal violencia que hiri a la diosa. Hera lo apart de su seno vigorosamente y la leche sigui fluyendo hasta que form la Va Lctea.
"Los montculos se convertirn en ciudades, y las ciudades en montculos, y los palacios destruirn los palacios. Cuando tenga lugar este ocaso de los dioses los nicos sobrevivientes sern los dioses Atum y Osiris en forma de serpientes, desconocidos para la humanidad e invisibles para los dioses".
Atum, es el "Seor de los lmites del cielo", el creador del universo,el ser supremo, que surgi de Nu, para crear los elementos que lo componen. En l residen todas las fuerzas de la creacin. Como es un dios solar, se autogener en un ser y se pos sobre un montculo primordial que emerga. Este montculo se llam "Benben" cuyo fin era sostener al dios solar. Sin embargo la pregunta que se hacan es, cmo desde un slo principio masculino se dara nacimiento a su progenie. La respusta se hall en el "Texto de las Pirmides": "Al tomar su falo con las manos y eyacular, nacieron los gemelos Shu y Tenuf" Recordemos que Atum tena en s mismo cada poder csmico y a cada ser divino. Otras fuentes como el Papiro Bremmerman explica el nacimiento de los dos hijos de Atum de este modo: "Todas las manifestaciones empezaron a existir tras haber empezado yo a existir... no exista ni la tierra ni el cielo...Cre de m mismo todas las cosas... mi puo fue mi esposa...copul con mi mano... Estornud a Shu... Escup a Tenuf...Despus Shu y Tenuf dieron lugar a Geb y Nut De geb y Nut naci Osiris...Set, Isis Y Neftitis... dieron lugar a la poblacin de la tierra".
Estas nueve deidades forman la "Pesdyet" de la ciudad de Helipolis, conocida como La Enada. Tanto Shu como Tefnut se lo poda representar como leones. El jeroglfico que representa a Shu,es la pluma de avestruz, de este modo se lo ve a Shu, levantando los brazos para sostener a la diosa del cielo Nut que est arqueada sobre el dios tierra Geb.
En Los Textos de las Pirmides, se asocia a la diosa Tefnut con el roco y la humedad, donde tambin se sugiere que esta diosa era la atmsfera de los infiernos. Recordemos que de la unin de Shu y Tefnut nacieron Geb y Nut. Para los egipcios, la tierra era el principio masculino, de este modo Geb era el dios tierra, que personificaba las tierras de Egipto, mientras que la diosa del cielo Nut, personificaba al firmamento. Esta era una de las diosas ms representadas de La Enada. Nut engendr 4 hijos de Nut : Osiris, Isis, Set y Neftitis.Todos ellos representan el ciclo de vida y muerte en el Universo. Respecto a cmo explicaron los sacerdotes egipcios el nacimiento del dios solar Atum, diremos que se basaron en la "imgen del loto". De este bello jeroglfico dicen lo siguiente: "De Nu brot un loto, junto con la colina primordial, del que el dios Sol, surgi como un nio, aunque autogenerado". Es necesario que hagamos mencin de otros importantes jeroglficos como "El Ave Fnix". Ya mencionamos anteriormente en la interpretacin de los smbolos egipcios que Herdoto haba odo hablar de esta bellsima ave, sin embargo no la conoci sino a travs de pinturas y`papiros. Esta ave se pareca a una garza con un bello plumaje sobre su cabeza, que en los jeroglficos se llam "Benu" y que constituy el smbolo del nacimiento del dios Sol. En el Texto de Las Pirmides se lee una invocacin al dios Atum: "T surgiste, con el Benben, en la Mansin del Benu en Helipolis" Sin embargo, el Fnix herodotiano, es un pjaro semejante al guila de un plumaje rojizo y dorado. Se piensa que el ave a la cual Herdoto haca mencin en los dibujos no era realmente el Benu, probablemente era el buitre egipcio o el Halcn de Horus. Sabemos que el Benu jug un papel muy importante en los ritos funerarios.
"La presencia de Ptah es universal en los corazones y bocas de todos los dioses de todas las personas, de todos los rebaos, de todas las cosas vivientes que arrastran". De este modo, Ptah es superior a Atum, que gener vida a travs de su semen y sus dedos. El poder de Ptah, est en sus labios y en sus dientes, quiere decir que con solo pronunciar la identidad de cada cosa, genera un poder tal con su palabra que la creacin empez a existir. Lo que los ojos ven , los odos oyen y la nariz inspira va directamente al corazn y lo que determina el corazn luego lo traduce en palabras. As es como Ptah orden la creacin de los dioses y cmo se convirti en Ta-tenen"de quien surgi toda la vida". Para ellos orden la creacin de las ciudades, santuarios, los cultos, y las ofrendas.
Amn lo oculto.
Durante el Imperio Nuevo, los sacerdotes de Tebas crearon extensos himnos al dios Amn, considerndolo el dios creador de todo lo existente. En las estrfas del Papirus Leiden I 350 se encuentran alabanzas que hacen mencin de la existencia de un solo dios creador de todas las cosas del universo, un dios que "est ms all del sol y ms profundo que los infiernos".Su nombre encierra el significado de "lo oculto, o lo que se oculta a si mismo", porque su identidad es tan secreta que ni siquiera los dioses conocen su nombre autntico. "demasiado grande para escudriar en l y demasiado poderoso para conocerlo". La presencia de Amn es el reconocimiento de la ciudad de Tebas como un centro religioso importante. De este modo durante cinco siglos, Amn, fue el Seor indiscutido del panten egipto. Como gobernante del universo lo llamaron "Seor de los tronos de las Dos Tierras"y "Rey de Dioses". Con su imgen se construyeron fastuosos templos para adorarlo y capillas dedicadas a l. Constituy uno de los dioses de la Ogdada de Hermpolis. La Ogdada es el mito de la creacin perteneciente a esta ciudad. Se constituy con 8 dioses que formaron 4 parejas. Todos eran entidades personificadas en la materia primordial, con los dioses vistos como ranas y las diosas como serpientes. De este modo la creacin del universo se explica asi: "El caos ha sido conceptualizado en ocho extraas criaturas, adecuadas para habitar en el limo primordial". Las 4 parejas eran: Nu (dios rana)- Naunet( diosa serpiente) Het (dios rana)- Hauhet (diosa serpiente)
Kek (dios rana)- Kauket (d. serpiente) Amn (d. rana)- Amaunet (d.serpiente) De este modo Amn es un dios trascendente, que se autogener, por lo tanto est por encima de la creacin y preexiste en Tebas y en todo el Universo ms all de todos los dems dioses, para que la colina primordial (Nu) surja. Este es el acto de creacin de la materia primordial del cosmos. Amn es "el que se hizo a si mismo"y se desarrolla como dios solar que rejuvenece contnuamente. Por este motivo, su nombre en los monumentos es Amn-Ra (sol). Cada dios es una imgen proyectada de Amn, y el concepto de " la trinidad" se establece con tres dioses, la unin de ellos forman "la unidad" que es Amn : Ra es su cara, Ptah es su cuerpo y Amn su identidad oculta.
La realeza Osiris.
En Egipto durante las tres primeras dinastas se organiz una monarqua unificada por los faraones que se llamaban hijos de Horus, el Halcn. Este era el animal tutelar del Alto Egipto, con sus ridos desiertos a cada lado del valle. De all partieron los monarcas y all queran ser enterrados desde Menes y sus sucesores. Conservando el respeto debido al lugar de Edf, que es lugar de donde procedan, establecieron la capital del estado de ambos Egiptos, en el Delta, donde hoy est El Cairo, y se estableci un centro cultural y religioso, llamado Menfis. All exista desde la poca prefaranica un templo dedicado a Ptah. Junto a Menfis hubo un templo mucho ms venerado e importante para la humanidad que los egipcios llamaron "ON" y los griegos "Heliopolis", ciudad del sol, nombre con el cual se conoce todava al lugar. El lugar santo de Abusir era un recinto amurallado con una sola entrada, el de On-Helipolis era circular. El de Abusir era como un gran patio rectangular con un obelisco de chaparro. Segn referencias, ste era el smbolo del Universo. Todo al fin puede reducirse a formas geomtricas; cada cosa puede definirse con una forma esencial sin detalles y el mundo entero imaginarse concentrado en el obelisco. Desde la punta piramidal, el Sol derrama sus rayos angularmente sobre el tronco prismtico, que es el resto de lo creado. El obelisco contiene el Todo, desde el astro solar hasta el suelo. De este modo los sacerdotes de On conceban cada cosa como formulada por mera geometra o ecuacin. Y lo que se puede concebir plenamente es porque ya est creado en el intelecto, por consiguiente, la creacin es resultado de un sistema de formas, nmeros o acordes musicales.
Sabemos que en On- Heliopolis, adems del obelisco, exista un rbol sagrado, nico en Egipto, El rbol de Persea. Tena hojas como lenguas y frutos como peras o corazones. Eran smbolo de palabra y el pensamiento. Ha habido y existen an escuelas msticas, sobre todo el Asia, para las que la palabra perfecta es la definicin de cada cosa. Asi se explicara que por la emisin de cada palabra justa se crearan las cosas mismas. "Al principio, segn el evangelio de San Juan, era el Logos, la Palabra". Los faraones hijos de Horus hicieron compatible el respeto al Halcn con la veneracin de Ra, el Len y smbolo solar. Ms tarde, los farones ramsidas iban a Helipolis a recibir una especie de bautismo de Ra con un nombre de Ra, que hacan esmaltar en una joya y la pendan del rbol de Persea, consagrndose as hijos de Ra, adems de hijos de Horus. Asi tenemos ya dos maneras de formular el sistema del mundo sin preocuparse de la creacin: el sistema geomtrico y el oral donde la palabra tiene poder de creacin. Sin embargo exista otro mtodo para explicar la creacin. Herdoto, que visit el santuario, vi el lugar donde se guardaba el Ave Fnix, que muere cada quinientos aos y renace de sus cenizas. Con esta fbula se explica la creacin como un fenmeno biolgico: todo lo que existe procede de otro de su mismo gnero y no haya que atormentarse por descubrir su principio de la nada. Mientras en On-Helipolis, se pensaba y se viva de acuerdo a la regla de Ra, en el delta se concretaba el mito de Osiris. En Helipolis solo se intentaba explicar el orgen de las cosas, no se tenan soluciones para la muerte y la vida futura. Esta las proporcionaba Osiris.
Isis insiste a los escorpiones en la necesidad de ser cautos para que Set no se entere de su paredero. Finalmente Isis llega a su destino en la ciudad de las Dos Hermanas, en el delta del Nilo. Una noble acaudalada ve la llegada del extrao grupo y cierra rpidamente la puerta de su casa. A los siete escorpiones esto les parece extremadamente ofensivo y planea su venganza contra la mujer. Como preparacin, seis escorpiones cargan sus venenos individuales en el agijn del sptimo, Tefen. Mientras tanto una humilde campesina le ofrece a Isis el refugio de su casa. Esta muchacha es una contrapartida de la acaudalada noble. Despus Tefen se arrastra por debajo de la puerta de la casa de la acaudalada noble y ha picado a su hijo. La mujer sale desesperada a la calle pidiendo ayuda para su hijo que yace al borde de la muerte. Ahora se le devuelve su falta de hospitalidad con Isis ya que nadie responde a su llamada de auxilio. Sin embargo Isis, que a los ojos de los egipcios es ejemplo de madre no puede tolerar la muerte de un nio inocente y se compromete a devolver la vida del nio. Toma al nio pronunciando palabras de gran poder mgico, nombrando a cada uno de los escorpiones y por consiguiente dominndolos, Isis hace que la combinacin de venenos sea ineficaz en el nio. Por extensin, las palabras de su ensalmo sern aplicadas a cualquier nio que sufra una picadura de escorpin, si se recitan junto con la administracin de una prescripcin mdica de pan de cabada, ajo y sal. Una vez pasada su angustia y viendo a su hijo con salud, la mujer que haba negado su refugio a Isis se arrepinti: sac su proberbial riqueza e hizo un regalo a Isis y a la campesina mostrando la autntica hospitalidad egipcia con un extrao. El rasgo importante de este mito es que enfatiza el poder de la magia de Isis. Se preserva por su uso como ensalmo para "defenderse contra el veneno". La fuente es el papiro 1993 del Museo de Turn y data de la dinasta XIX hacia el ao 1200 antes de C.