Serenidad y Paciencia
Serenidad y Paciencia
Serenidad y Paciencia
Entra un DOCTOR. Se dirige al público
DOCTOR: Entre las profesiones más atacadas, se encuentra la medicina. Que cobramos mucho. Que
hacemos operaciones innecesarias, que nos aprovechamos de las pacientes o que en contubernio con
laboratorios venales, recetamos medicinas que no sirven para nada. Que a veces se nos olvidan pinzas o
gasas en los cuerpos cuando operamos, en fin. La lista es larga. Pero no todos los médicos somos así, no.
Los habemos muy serios, respetables y humanitarios. Con un gran sentido del deber, del servicio. Y sé que
en este espectáculo están...señalando a ciertas personas. Profesiones. Yo por eso me he permitido venir
hasta acá para hacer, no precisamente una defensa del honorable cuerpo médico, sino para decirles que no
todos somos corruptos, sinvergüenzas ni transas. Cuando gusten pueden visitarme en mi consultorio o
preguntarle a mi clientela...Por más que le busquen, no hallarán queja alguna de un servidor(se oye que
tocan a la puerta) Con su permiso.
En la puerta aparece un PACIENTE
DOCTOR: ¡ Don Salustio Robles ! Pásele por favor. Lo estaba esperando.
PACIENTE: Buenas tardes, doctor ¿cómo está?
DOCTOR: No tan bien como usted. Que...saludable se ve. Qué envidia. Me debería pasar la receta.
PACIENTE: Ay, doctor. No se burle. Si viera cómo me siento. No me cesan los dolores.
DOCTOR: Pero siéntese por favor. Esos dolores que menciona son naturales. No debe preocuparse.
PACIENTE: Es que no me dejan ni dormir, doctor. Las pastillas ya no me hacen. Ay, me la paso en un grito.
DOCTOR: Le aseguro que en tres meses ya está del otro lado. Eso júrelo. Cosa de esperar, de tener
paciencia. Serenidad. No se me desespere.
PACIENTE: Sí, doctor... ¿y cómo salí de los análisis?
DOCTOR: Perfecto. Es más, por aquí los tengo, permítame...Causó sensación en el laboratorio. Está en boca
de todos.
PACIENTE: ¿De veras?
DOCTOR: Por supuesto. Luego luego me llamaron ¿ya sabe del caso del señor Robles? Sí, señorita ¿es usted
su médico? Sí, caray ¿no es para sentirse orgulloso?
PACIENTE: Ay, si usted lo dice.
DOCTOR: En todo salió positivo. A eso le llamo un caso completo. Mire.
PACIENTE: Ajá... ¿y qué es lo que tengo?
DOCTOR: (Minimizando) Nada. Una...pequeña proliferación de células. Nada del otro mundo pero sí lo voy a
molestar cuando pueda venir, con una pequeña incisión que hay que practicarle. Cuando guste. No hay
prisa.
PACIENTE: ¿Incisión?
DOCTOR: Sí, una aberturita. Rápida...Nada más para estar seguro. Ya sabe que no me gusta dejar las cosas
a medias. Ante todo, responsabilidad.
PACIENTE: ¿Y cuándo tendría que ser eso?
DOCTOR: Cuando pueda o quiera. No tiene que ser ahorita. Un mes, dos. Una semana. Ahora que si puede
venir mañana, mejor.
PACIENTE: (Tras pausa. Amoscado) Entonces es urgente.
DOCTOR: No, no. Yo decía mañana porque...no tengo nada qué hacer. Hay que aprovechar el tiempo, no
desperdiciarlo (se ríe) A propósito de aprovechar el tiempo ¿usted se divierte, señor Robles? ¿Se da buena
vida?
PACIENTE: ¿Por qué me pregunta eso, doctor?
DOCTOR: Simple curiosidad. Un poco de esparcimiento siempre es recomendable y más si está uno...un
poco indispuesto.
PACIENTE: La verdad, no...
DOCTOR: ¿Por qué no se va de viaje? ¿Se da la gran vida? Salga con mujeres, reviéntese. Baile, cante, sea
feliz. Ahora que puede.
PACIENTE: ¿Ahora que puedo, doctor?
DOCTOR: S-sí. Digo, de anciano no va a poder. A eso me refiero.
PACIENTE: (Sonriendo anémicamente) Ah
DOCTOR: Váyase a la playa, tome el sol pero ya, apúrese ¿tiene sus papeles en orden?
PACIENTE: ¿Papeles, doctor?
DOCTOR: Sí, licencia, impuesto predial, luz, teléfono. Testamento.
El PACIENTE mira con horror al galeno
DOCTOR: Yo lo tengo al día.
PACIENTE: ¿Qué es lo que tengo, doctor?
DOCTOR: Ya le dije. Un simple carcinoma hipofísico parietal con ramificaciones troncales y numerosas por
todo su cuerpo. No vale la pena extirparlo. Si fuera importante, sí. Pero ¿para qué hacerlo gastar en una
operación innecesaria? Si yo fuera otro médico, lo haría para ganarme una lana extra. Lo siento pero usted
se topó con un médico honrado. Ese dinero mejor gásteselo en una pachanga, en un viaje. Pero ya, señor
Robles. No se me espere mucho.
PACIENTE: ¿Y cuál es la prisa, doctor?
DOCTOR: No, ninguna. Yo digo por la inflación. El dinero vale menos cada día que pasa. Esa es mi
apuración. No me malinterprete por favor.
PACIENTE: Ah.
DOCTOR: ¿Usted cree en Dios, señor Robles?
PACIENTE: Sí ¿por qué?
DOCTOR: Por nada. Llevo una estadística. Parece mentira pero los pacientes que llevan una buena relación
con Dios, sufren menos. Quiero decir, no se angustian tanto.
PACIENTE: Sí, voy a misa los domingos.
DOCTOR: ¿Y se confiesa y comulga?
PACIENTE: Sí, sí.
DOCTOR: Eso me tranquiliza. Qué bueno ¿y qué opina del país, señor Robles? ¿De la crisis? ¿De la
devaluación?
PACIENTE: ¿Eso qué tiene que ver con mi enfermedad?
DOCTOR: No, nada. Es para hacer plática.
PACIENTE: Pues...está mal ¿no?
DOCTOR: Y la contaminación. El día menos pensado, todos amanecemos muertos ¿y para dónde se hace
uno? No hay dinero para cambiarse a otra ciudad y si lo hubiera, no nos quieren en provincia. Todo tan caro.
La violencia...El dinero que no alcanza para nada. Los secuestros. Con todo eso ¿no le dan ganas a usted de
morirse? Sinceramente ¿a poco no?
PACIENTE: Bueno, tanto como morirse...
DOCTOR: Cómo no. Luego los impuestos, la inflación, la Bolsa. Andan diciendo que van a congelar las
cuentas bancarias. Este país se va a ir al carajo, señor Robles ¿y qué hace uno? ¿Nada? ¿Qué puede
hacerse? Solamente colgar el tenis.
PACIENTE: (Tras pausa) ¿Carcinoma no es cáncer, doctor?
DOCTOR: Mmmmh. Sí.
El PACIENTE lanza un aullido de horror.
DOCTOR: Pero hay enfermedades más feas. Ahí tiene el Sida, la rabia, el mal de Parkinson ¿sabe cómo se
muere la gente de tétanos?
El PACIENTE se incorpora y le suelta un bofetón al DOCTOR para marcharse.
DOCTOR: Digo. Habemos médicos serios, responsables pero desgraciadamente no siempre los pacientes
están a la altura de esos doctores. Abuelita de Batman que no. Con su permiso.
El DOCTOR se marcha muy digno.