Corteza Cerebral

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CORTEZA CEREBRAL

HEMISFERIOS CEREBRALES
Los hemisferios cerebrales constituyen la región más voluminosa del sistema nervioso, en
conjunto tienen forma ovoidea, siendo más redondeados en el extremo anterior. Ellos están
separados por una profunda cisura interhemisférica la que contiene la hoz del cerebro que es
una dependencia de la duramadre. En la superficie de los hemisferios se describen las
circunvoluciones o giros, separados por los surcos y cisuras. Cada hemisferio está subdividido
en lóbulos.

Estos son los lóbulos frontales, parietales, temporales, occipitales y de la ínsula. El lóbulo
frontal es el más anterior, está separado del parietal, por la cisura central. La cara lateral y
superior de este lóbulo tiene tres surcos que delimitan cuatro circunvoluciones. El surco
precentral es paralelo a la cisura central y delimita con esta la circunvolución precentral. Los
surcos frontales superior e inferior, delimitan las circunvoluciones frontal superior, media e
inferior. En la cara inferior o superficie orbital del lóbulo frontal se describen los surcos:

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olfatorio, lateral, medial y orbital transverso. Estos delimitan las circunvoluciones: recta, orbital
medial, orbital posterior, orbital anterior y orbital lateral.

En la cara medial este lóbulo presenta la circunvolución frontal superior y entre ésta y el
cuerpo calloso encontramos la circunvolución cingulada, separada por la cisura calloso
marginal. En la zona anterior del cuerpo calloso y por debajo del rostrum se localiza la
circunvolución subcallosa que se considera área olfativa primaria. También es posible
localizar en esta cara el lobulillo paracentral en relación al extremo superior de la cisura
central.

En el lóbulo frontal se describen el área motora primaria (4), el área motora secundaria (43),
el área motora suplementaria, la corteza premotora (6 y 8), el área prefrontal (9 a 12), el área
del lenguaje hablado de Broca (44, 45), el área olfativa primaria en la circunvolución
subcallosa. Todas estas áreas participan en una variedad de funciones tales como iniciar
movimientos voluntarios, conductas emotivas y de memoria de larga duración, producción de
lenguaje hablado, olfación.

El lóbulo parietal se localiza por detrás de la cisura central y sobre la cisura lateral. Hacia
posterior su límite es la proyección de la cisura parieto-occipital. Este lóbulo contiene los
surcos postcentral e intraparietal, los que delimitan: la circunvolución postcentral y los
lobulillos parietal superior y parietal inferior. En este último se describen las circunvoluciones
supramarginal en relación a la cisura lateral y la circunvolución angular en relación al extremo
posterior del surco temporal superior.

En el lóbulo parietal se encuentran el área sensitiva primaria (áreas 1,2,3), parte del área
sensitiva secundaria y las áreas asociativas 5 y 7 del lobulillo parietal superior. También están
el área 40 en la circunvolución supramarginal. Se sabe que una lesión de esta última área
produce agnosia táctil (Incapacidad de reconocer objetos familiares por medio del tacto).

El lóbulo temporal se encuentra por debajo de la cisura lateral y por delante de la proyección
de la cisura parieto-occipital. En este lóbulo se describen las circunvoluciones temporales
superior, media e inferior, separadas por los surcos temporales superior e inferior. Las áreas
funcionales que se describen en este lóbulo son el área auditiva primaria ( 41) el área auditiva
secundaria (42), una área olfativa primaria en el uncus y áreas asociativas superiores.

El lóbulo occipital se encuentra posterior a la cisura parieto-occipital. En la cara externa o


lateral se describen las circunvoluciones occipital superior e inferior separadas por el surco
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occipital lateral. También se encuentra aquí el surco lunatus. Por la cara medial este lóbulo
presenta la cisura calcarina, alrededor de la que se encuentra el área visual primaria(17), en
las circunvoluciones pericalcarinas. Las áreas visuales asociativas corresponden a las
áreas 18 y 19, las cuales rodean al área 17.

En la cara inferior de la región media y posterior del cerebro se encuentran las


circunvoluciones para hipocampal en cuyo extremo anterior y medialmente se localiza el
uncus. Hacia lateral está el surco colateral que separa de la circunvolución témporo-occipital
medial. Por último el lóbulo de la ínsula se encuentra oculto en el fondo de la cisura lateral.
Este lóbulo tiene varias circunvoluciones cuya estimulación produce respuestas de tipo
visceral.

CORTEZA CEREBRAL
La corteza cerebral es un manto de sustancia gris que cubre los hemisferios y cuya
manifestación externa corresponde a las circunvoluciones. En la corteza cerebral existen
intrincados circuitos neuronianos que son responsables de la capacidad de analizar,
interpretar, y almacenar, la información que a ella llega. Toda esta información nos
permite tener la percepción de lo que sucede a nuestro alrededor. Por lo tanto la corteza es la
estructura donde se realizan las funciones cerebrales superiores del individuo y representa
aproximadamente el 40 % del peso total del encéfalo.

La corteza cerebral se clasifica en tres tipos estructuralmente diferentes. Por un lado está la
denominada Arquicorteza, que se considera filogenéticamente muy antigua y que en el
hombre está representada por el hipocampo y giro dentado. Esta corteza tiene tres capas que
son: 1) capa molecular, 2) la capa piramidal y 3) la capa polimorfa.

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Otro tipo de corteza es la paleocorteza que tiene cuatro capas y que en el hombre está
representada por el subiculum área vecina a la circunvolución parahipocampal,, el uncus y
sustancia perforada anterior. Por último está la neocorteza que ocupa la mayoría de la
superficie que se observa en el cerebro. El grosor de esta neocorteza varía entre 4 mm en la
circunvolución precentral a alrededor de 1,5 mm en el área 17 (profundidad de la cisura

calcarina).

ORGANIZACION HORIZONTAL

La neocorteza está constituida por seis láminas o capas horizontales, numeradas desde la
superficie hacia la profundidad.
Ellas son: 1) Capa molecular o plexiforme. Esta capa es la más superficial, contiene
principalmente fibras nerviosas que derivan de las dendritas apicales de las neuronas
piramidales subyacentes y de los axones de las neuronas piramidales invertidas, también
llegan aquí algunos axones provenientes del tálamo y de fibras comisurales. Se pueden
encontrar unas pocas neuronas horizontales de Cajal.

2) Capa granular externa, constituida por una gran cantidad de neuronas estrelladas o
granulares y pequeñas neuronas piramidales. Las dendritas de estas neuronas terminan en la
capa molecular mientras que sus axones se dirigen a las capas más profundas y algunos
pasan a la sustancia blanca.

3) Capa piramidal externa, formada por neuronas piramidales de tamaño mediano y grande.
Las dendritas de estas neuronas terminan en la capa molecular mientras que sus axones se
dirigen alas capas más profundas proyectándose luego hacia otras áreas corticales,
especialmente del hemisferio del lado opuesto.

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4) Capa granular interna formada por neuronas estrelladas distribuidas en forma muy
compacta. En esta capa existe también una concentración de fibras horizontales conocidas
como banda externa de Baillarger.

5) Capa piramidal interna formada por grandes neuronas piramidales algunas neuronas
estrelladas y pirámides invertidas o neuronas de Martinotti . Aquí también existe una banda de
fibras conocida como banda interna de Baillarger. En la corteza motora primaria existen
neuronas piramidales gigantes que reciben el nombre de neuronas de Betz. Estas dan origen
aproximadamente al 3% del haz corticoespinal.

6) Capa multiforme formada por neuronas de variadas formas. Entre ellas están las neuronas
fusiformes, piramidales modificadas, neuronas de Martinotti.

En general se puede decir que las capas 1, 2 y 3 funcionan fundamentalmente como


asociación intracortical, mientras que la capa 4 recibe la mayoría de las proyecciones
específicas del tálamo. Las capas 5 y 6 son fundamentalmente las capas eferentes de la
corteza. De ellas se originan las proyecciones hacia: a) otras áreas corticales del mismo
hemisferio, b) otras áreas corticales del hemisferio del lado opuesto, y c) núcleos
subcorticales.

Organización columnar vertical de la corteza Numerosos estudios han demostrado que la


corteza funciona en verdaderos módulos de columnas verticales que analizan aspectos
diversos de la información que llega a la corteza. Esta organización columnar vertical es difícil
de visualizar morfológicamente.

Fibras de asociación
Las fibras de asociación corresponden a axones de neuronas que proyectan a otras áreas
corticales tanto ipsi como contralateralmente. Algunas de estas fibras conectan
circunvoluciones vecinas, o áreas adyacentes de la misma circunvolución. Estas fibras cortas
de asociación pueden proyectarse sin salir de la corteza (son intracorticales), otras de hecho
salen a la sustancia blanca (sub corticales) para luego llegar al sitio de destino.

Existen también largos fascículos de asociación para conectar áreas más lejanas. Entre éstos
están los conocidos fascículos: longitudinal superior, arqueado, occipitofrontal inferior,
longitudinal inferior, uncinado, occipital vertical. Existe otro grupo de fibras de asociación que
conectan ambos hemisferios recíprocamente. Estas son las fibras comisurales, entre ellas
tenemos aquellas que forman el cuerpo calloso, el fórnix, y la comisura blanca anterior.
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Fibras de proyeccion
Estas fibras incluyen tanto fibras que se originan en la corteza cerebral y que se dirigen a
estructuras subcorticales, como aquellas que se originan en estructuras sub corticales y
terminan en la corteza cerebral. Las fibras de proyección corticofugas se dirigen al tálamo,
cuerpo estriado, hipotálamo, sustancia negra, núcleo rojo, formación reticular, colículos,
núcleos motores del tronco encefálico y médula espinal. Estas fibras de proyección
transcurren por la cápsula interna, la cápsula externa y los pedúnculos cerebrales.

Cápsula interna
Es la principal estructura de sustancia blanca del cerebro, que contiene las fibras de
proyección. Tiene la forma de un abanico el que en un corte horizontal muestra claramente las
regiones que se distinguen en ella, estas son el brazo anterior, la rodilla y el brazo posterior de
la cápsula interna. El brazo anterior contiene las fibras del lóbulo frontal hacia : a) tálamo
(núcleo dorso-mediano) y viceversa, b) desde corteza cingulada a núcleo anterior del tálamo y
viceversa, c) núcleos pontinos, d) hipotálamo, e) cuerpo estriado (cabeza n. caudado).

La rodilla de la cápsula interna contiene las fibras: a) córtico-nucleares, b ) algunas fibras


córtico-reticulares y c) fibras tálamo-corticales hacia corteza motora y premotora. El brazo
posterior de la cápsula interna contiene: a) via córtico espinal, ordenada somatotópicamente
(miembro superior representado en la zona anterior, tronco en la zona media y miembro
inferior representado en la zona posterior), b) vía córtico rubral, c) la radiación talámica
superior (hacia la corteza parietal ), d) radiación talámica posterior que compromete al núcleo
pulvinar. Por último las porciones e) retrolenticular y f) sublenticular de la cápsula interna
proyectan hacia las cortezas visual primaria y auditiva primaria respectivamente.

Aspectos funcionales de la corteza. Áreas sensitivas.

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La corteza somatosensorial primaria incluye la circunvolución postcentral y su extensión
medial en el lobulillo paracentral (áreas 1,2 y 3). Recibe las proyecciones del núcleo ventral
posterolateral del tálamo ordenadas somatotópicamente, es decir el homúnculo sensitivo tiene
la cabeza representada en la región ventral cerca de la cisura lateral, luego el miembro
superior, el tronco y el miembro inferior hacia el lobulillo paracentral. La representación tiene
diferente tamaño, siendo más grande para la cara, la lengua y la mano.

El área sensitiva secundaria, se localiza en el extremo inferior de la circunvolución postcentral,


también está somatotópicamente organizada respecto a las modalidades de tacto, sentido de
posición, presión y dolor. La información somatosensorial es procesada luego en áreas de
asociación del lobulillo parietal superior (áreas 5 y 7) y el giro supramarginal (área 40). En
estos niveles se produce la integración de la información lo que permite la percepción de la
forma, textura, tamaño, y la identificación de un objeto al tocarlo con las manos. Estas áreas
tienen abundantes y desarrolladas conexiones recíprocas con el pulvinar del tálamo. Las
lesiones del área 40 producen agnosia táctil.

La corteza visual primaria corresponde como se mencionó anteriormente a las


circunvoluciones pericalcarinas superior e inferior (área 17). Estas reciben la radiación
óptica del núcleo geniculado lateral del tálamo. La función principal de estas áreas es
fusionar la información que viene de ambos ojos (visión binocular) y analizar la
información respecto de la orientación de los estímulos en el campo visual. En estas
áreas existen neuronas detectoras de líneas rectas con cierta orientación en el espacio.
La corteza visual secundaria o extraestriada corresponde a las áreas 18 y 19. Además
existen otras áreas de asociación como la circunvolución angular, corteza del lóbulo
temporal (20 y 21), que analizan aspectos más complejos de la información. La lesión
del área 17 produce ceguera completa de una zona del campo visual cuya extensión
dependerá del tamaño del área lesionada. Por otro lado se sabe que la lesión de la
circunvolución angular del hemisferio dominante produce en el individuo la
incapacidad para comprender los símbolos y expresarse a través de ellos. Esta área es
fundamental para la comprensión de una imagen visual.

La corteza auditiva primaria se localiza en las circunvoluciones transversas (Heschl) de la


corteza temporal( área 41). En esta área termina la radiación auditiva proveniente del núcleo
geniculado medial del tálamo la que está tonotópicamente organizada. En esta área los tonos
graves están representados lateralmente en la corteza mientras que los tonos agudos están
representados en la zona medial. La función de esta área es detectar los cambios de
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frecuencia y de localización de la fuente sonora. Luego la información se dirige al área
auditiva secundaria

Área 42), donde sigue procesándose la información auditiva. Luego la información pasa a una
área asociativa superior (área 22) la que es fundamental para interpretar los sonidos
asociados a la comprensión del lenguaje hablado. Por lo tanto una lesión del área 22 hace
que el paciente escuche sin dificultad una conversación pero no entiende lo que en ella se
dice, ésta es una afasia auditiva receptiva.

La corteza del polo temporal ha sido llamada corteza psíquica por el hecho de que al
estimularla experimentalmente se evocan recuerdos relacionados con experiencia vividas
anteriormente. Por ejemplo se pueden obtener recuerdos de objetos que se han visto o de
música que se ha escuchado. También se pueden obtener alucinaciones visuales y auditivas
o ilusiones similares a lo visto, sentido u oído en la experiencia cotidiana. Pueden surgir
también sentimientos de temor.
Por ejemplo pacientes con tumores del lóbulo temporal suelen tener alucinaciones auditivas y
visuales en las que ven escenas que parecen reales de personas que no están presentes o
escuchan sonidos que no existen. El paciente suele tener conciencia de sus alucinaciones y
por lo tanto puede expresar sentimientos de temor.

Áreas motoras.
La corteza motora primaria se localiza en la circunvolución precentral. La estimulación
eléctrica directa de ella produce movimientos de los músculos esqueléticos. Este
procedimiento ha permitido saber que existe una representación de los músculos del cuerpo
humano en la circunvolución precentral somatotópicamente organizada. En ésta, la cabeza
está representada en la zona inferior, luego está el miembro superior, el tronco y por último el
miembro inferior en el lobulillo paracentral.

La corteza prefrontal o del polo frontal( 9, 10, 11 y 12) esta muy desarrollada en el hombre.
Esta corteza tiene extensas conexiones recíprocas con el núcleo dorsomediano del tálamo y
con otras áreas corticales del sistema límbico e hipotálamo. La lesión bilateral de esta corteza
produce cambios permanentes en la personalidad del individuo. Este se vuelve menos
excitable y menos creativo, desaparecen las inhibiciones.

Dominancia cerebral.

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El examen morfológico de los hemisferios cerebrales muestra que ellos son muy parecidos.
Sin embargo, es sabido que la actividad nerviosa en relación a determinadas destrezas es
predominante en un hemisferio respecto del otro. Por ejemplo la capacidad de generar
lenguaje hablado es realizada por un hemisferio que se dice que es dominante. Por otro lado
la capacidad de percepción espacial, de reconocimiento de rostros y expresión musical son
realizadas por el hemisferio no dominante.

Se estima que el 90% de las personas adultas son diestras, por lo tanto su hemisferio
dominante en la tarea de escribir es el izquierdo. Cifra similar se reporta para la producción de
lenguaje hablado. Trabajos realizados en neonatos han demostrado que número de axones
del haz córtico-espinal es mayor en el lado izquierdo (antes de decusarse) , lo que explicaría
la dominancia del hemisferio izquierdo.

Otros investigadores han demostrado que el área del lenguaje en la corteza cerebral adulta es
más grande en el lado izquierdo que en el derecho. Se cree que en el neonato ambos
hemisferios (en relación al lenguaje) tienen capacidades similares y que durante la infancia
uno de los hemisferios va predominado sobre el otro. Esto explicaría porque un niño de 5
años con una lesión del hemisferio dominante puede aprender a usar su mano izquierda
eficientemente y hablar bien cuando es adulto. Esto no es posible si la lesión ocurre en un
adulto.

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