Tutorial XII - Aguada
Tutorial XII - Aguada
Tutorial XII - Aguada
“Aguada”
1. Introducción
La aguada es una técnica húmeda monocromática. De forma estricta consiste en diluir tinta
china negra en agua, variando su concentración, pintando nuestro dibujo con distintos tonos de
gris. Se aplica con pincel, creando manchas o zonas tonales y efectos de claroscuro. También
se pueden dibujar líneas, siempre que estén hechas con pincel.
En una interpretación más amplia, aguada será cualquier trabajo monocromático hecho a pincel
y agua, pudiéndose utilizar acuarelas en un solo color, tinta china de colores (rojo, sanguina,
pardo, verde, azul, etc), tinta de estilográfica e incluso café.
En una aguada podemos dar algunos “toques” de otro color utilizando incluso, una técnica
distinta. A esto se le llama “iluminar”. Ejemplo: podemos “iluminar” una aguada sepia con
toques de pastel blanco o creta.
2. Acercamiento histórico
Los orígenes de la aguada se funden con los de otras técnicas húmedas: acuarela, témpera,
gouache… las tribus en el Paleolítico intervenían pictóricamente en las cuevas de formas
diversas, aplicando sobre las paredes y techos pigmentos térreos, pigmentos animales (sangre)
y hollín unas veces vehiculados en agua y otras en grasa. Posteriormente, en las culturas
antiguas (Egipto, Grecia, Roma…), se siguieron utilizando pinturas al agua para representar la
cosmogonía y diversos aspectos de la vida social y religiosa, aunque a menudo eran pinturas
polícromas.
En la Edad Media se utilizó la tinta y la pluma como herramienta de dibujo en los códices
miniados. Los pergaminos se preparaban previamente con hiel de buey mezclada con clara de
huevo, o bien con una solución de cola con miel. La mayor parte de ellos se miniaban con
varios colores, e incluso pan de oro.
En Extremo Oriente, la aguada se desarrolló en China durante la dinastía Tang (618 – 917 d.c)
bajo el nombre de Sumi-e o Suiboku (墨絵; también "水墨画;" 'suibokuga') y se implantó como
estilo a lo largo de los siglos X al XII. En el siglo XIV, pasó a Japón a través de los monjes
budistas zen, quienes veían en ella una forma de meditación. Hacia el final del siglo XV, el
sumi-e en Japón sale de los monasterios budistas al mundo del arte en general, incorporando
los artistas una mayor plasticidad y sentido decorativo, cualidades que han permanecido en el
sumi-e hasta la actualidad.
Recordamos la información aportada en el “Tutorial VIII – Plumilla”… La tinta china negra está
compuesta por pigmento “negro humo” aglutinado con goma arábiga o bien cola de pescado.
Su diluyente es el agua. Se vende sólida, en forma de barras o pastillas, y también líquida.
La tinta sepia, utilizada con frecuencia por los artistas del Renacimiento, se ha obtenido
tradicionalmente de la segregación de ciertos moluscos como la jibia, a la que se añade goma
arábiga.
4. Herramientas y materiales
Además hemos de tener en cuenta otros materiales auxiliares: goma enmascaradora, cinta
adhesiva de pintor, trapos para limpieza, recipiente para agua, esponja, papel secante…
Si utilizamos la técnica tradicional japonesa, utilizaremos además un XXX
Según Gimena Ferrari, para hacer sumi-e o aguada japonesa se requieren cuatro elementos:
- La barra de tinta (Sumi), hecha con las cenizas de bambú o de pino.
- La piedra abrasiva que sirve de tintero (Suzuri). Los suzuris son piedras ligeramente
cóncavas, habitualmente de pizarra. Su tipología varía: los suzuris chinos tienen aspecto
5. Procedimientos
Vamos, en primer lugar, a conocer el modo en que debemos preparar la tinta china si
disponemos de ella en su forma sólida. Después conoceremos los procedimientos más
empleados para pintar a la aguada.
Sumi-e:
En el tintero depositaremos una pequeña cantidad de agua. Después frotaremos circularmente
la barra de tinta contra la piedra abrasiva, hasta obtener una cremosa tinta negra. A partir de
ella, en varios cuencos, podemos preparar distintos tonos de gris que faciliten la realización de
nuestra aguada.
Aporto las instrucciones para pintar sumi-e que Gimena Ferrari (pág. Web ya mencionada)
sugiere:
“Mientras se prepara la tinta el artista permanece en silencio concentrado en
el sujeto de su pintura. El pincel se sostiene de forma perpendicular al papel
de arroz, entre el dedo índice y el pulgar. La muñeca debe permanecer
inmóvil y el brazo no debe apoyarse. La pincelada es libre pero controlada.
Lo que se busca con esta pintura es captar la esencia del sujeto, su espíritu,
no tanto su apariencia. Es una pintura simbólica y espiritual llena de
sutilezas, la belleza no se encuentra en la apariencia sino en lo que se
representa.”
Es decir: para hacer sumi-e pasamos unos minutos preparando nuestra tinta al tiempo que
hacemos un silencio interior… en el cual el motivo a representar toma cuerpo. Después, con
ese único pensamiento en la cabeza, lo plasmamos en el papel con movimientos simples y
significativos. El sumi-e requiere (y aporta) una gran paz interior, constituye una forma de
meditación y de encuentro con el “aliento poético”.
En esta forma de aguada, el artista debe vaciarse de sí mismo, se convierte en un medio para
representar la “identidad” de los objetos. El sumi-e tiene un sentido trascendente de fusión con
el “Tao”, la Energía que constituye todo lo conocido, la Unicidad.
Procedimientos occidentales:
Los procedimientos occidentales buscan más representar “lo exterior” (aspectos formales) del
objeto, o el interior emocional del artista (sus sentimientos ante lo que observa), que la “esencia
En primer lugar se recomienda fijar el papel a un soporte rígido (cartón o madera) para
controlar su alabeamiento Después es necesario hacerse una idea global de lo que se va a
representar y de la distribución compositiva de manchas y formas. Muchos artistas hacen un
boceto inicial en una hoja aparte. Otros marcan someramente la superficie con lápiz. Decididos
ya a aplicar la tinta, básicamente hay dos procedimientos, igual que en la acuarela.
- Procedimiento “en seco”: se aplica la tinta directamente sobre el papel, sin mayores
preparaciones. Los trazos aparecen claramente delimitados generando bordes definidos
y manchas contundentes. Se aplica la tinta en varias capas y se deja secar el papel entre
una fase y otra. Se suele empezar por los tonos más claros, para ir superponiendo
aguadas de cada vez mayor intensidad hasta obtener las máximas oscuridades.
También se puede pintar por “zonas” aproximándonos, desde el principio, al tono local
deseado.
- Procedimiento “en húmedo”: con un pincel grande y plano se humedece previamente el
papel, aplicando la tinta inmediatamente después. Los trazos se funden generando
contornos brumosos y atmósferas etéreas, las formas se pierden y quedan sólo
sugeridas, aparecen efectos inesperados consecuencia de la textura del papel y de las
diferencias de humedad.
Aguadas al café:
- El café es altamente hidrosoluble, lo cual dificulta el trabajo de superposición de capas…
ha de ser rápido y sin insistir sobre la anterior, la cual debe estar perfectamente seca. Si
no, es preferible aplicar directamente la intensidad deseada.
- Por otro lado, su baja capacidad de penetración, permite limpiarlo fácilmente y sacar
“luces” hasta casi recuperar el color original del papel.
6. Bibliografía