1 - 2007 - R. Santillán G. - Hacia Un Concepto Operativo de Cultura
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1 - 2007 - R. Santillán G. - Hacia Un Concepto Operativo de Cultura
Santillán Güemes 1
Concepto operativo de cultura
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MODELOS Y POLÍTICAS
sus mentores consideran que “todo eso” que hacen, piensan, dicen, bailan, cantan,
festejan, intercambian, producen algunos sectores sociales rurales y urbanos nada
tiene que ver con “la“ cultura. Porque, claro, ¿cómo van a tenerla esos subsectores
sociales expulsados, excluidos y sobrantes de la vida que, como bien dice Arturo
Sala, están “tirados ahí”?
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BREVE HISTORIAL
Muy en grandes líneas podría afirmarse que en la actualidad coexisten dentro del
campo de las políticas culturales y su gestión múltiples concepciones de cultura las
que podrían ser agrupadas de la siguiente manera:
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Como es sabido el verbo operar y sus derivados (operación, operante, operativo, operador) remiten,
más allá de su especificidad médica, a: intervención, maniobra, ejecución de una cosa, lo que obra y
hace su efecto, funcionamiento, manejo. Por eso en esta oportunidad en vez de preguntarnos qué es
la cultura se dará cuenta, más que nada, de los usos que se han hecho y se hacen de la misma.
5
Ver en este Cuaderno la entrevista a Pablo Wisznia quien complementa estos conceptos.
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Concepto operativo de cultura
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Klemm incorpora en su definición “costumbres, información y destrezas, vida doméstica y pública,
en la guerra y en la paz, religión, ciencia y arte”. Además considera que la cultura "se manifiesta en
las ramas de un árbol si están deliberadamente conformadas; en la fricción de maderas para obtener
fuego; la cremación del cadáver del padre fallecido; la pintura decorativa de un cuerpo humano; la
transmisión de la experiencia pasada a la nueva generación Ver: MAGRASSI, G. y otros (1986):
Cultura y Civilización desde Sudamérica. Buenos Aires, Búsqueda – Yuchán, p. 23.
7
Tylor considera a la cultura como “ese todo complejo que incluye conocimientos, creencias, arte,
moral, ley, costumbres y toda otra capacidad y hábitos adquiridos por el hombre en tanto miembro de
una determinada sociedad”. Ver: MAGRASSI, G. y otros, op. cit. p. 25.
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Concepto operativo de cultura
Desde hace más de dos décadas se han comenzado a plantear políticas que
tienen como objetivo estratégico la realización de la democracia cultural
considerada como un sistema que pretende repartir "en forma equitativa entre los
grupos sociales los espacios y recursos de la cultura, dando así a todos igual
oportunidad de desarrollar sus propios valores y de acceder a los creados por
otros pueblos. Sería el (ejercicio del) pluralismo cultural”16.
Hoy este tipo de política cultural apunta principalmente a: la construcción de
ciudadanía y de sentido de comunidad, la recuperación del sentido de lo público, la
valoración de la creación sociocultural autónoma tanto privada como comunitaria, la
inclusión social, la promoción de un pleno acceso a los bienes simbólicos, la puesta
de límites al “fundamentalismo” del mercado, el pleno ejercicio de los derechos
culturales y, en síntesis, la realización de un proyecto de vida más justo, dialógico,
concertante y solidario o, dicho de otra manera, la creación de nuevas formas de
vivir (dignamente), en comunidad con un sentido 17.
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Algunos autores hablan de “difusionismo”, a secas o de “difusionismo cultural”.
14
TRILLA BERNET, JAUME (1997): "Concepto, discurso y universo de la animación sociocultural".
En: TRILLA, JAUME (coordinador): Animación Sociocultural. Teorías, programas y ámbitos.
Barcelona, Editorial Ariel, p. 16.
15
COLOMBRES, ADOLFO (1990): Manual del Promotor Cultural. (I) Bases teóricas de la acción.
Buenos Aires, Humanitas - Colihue, Tomo I, p. 53. Subrayados nuestros.
16
COLOMBRES, ADOLFO Op. cit., p. 176.
17
Varios de los ítems mencionados forman parte del documento preparatorio del Primer Congreso de
Cultura realizado en Mar del Plata en el año 2006.
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Concepto operativo de cultura
La antropología dejó en claro que “todo lo hecho por el hombre es cultura” lo que,
indudablemente, es correcto. Pero, en este caso el peligro que se corre es caer en
una oposición “mecánica” a la citada noción restringida y elitista de cultura para la
cual, como ya se dijo, “la cultura es (solo) una parte”. De optar por concepción
antropológica en “crudo” lo que se gana en amplitud se pierde en operatividad que
es justamente lo que estamos buscando: soportes teóricos y metodológicos que
ayuden a explorar y pensar la vasta realidad en función de intervenir creativa y
democráticamente en ella.
Leopoldo Marechal decía: “de todo laberinto se sale por lo alto”. Y lo recuerdo
porque, a mi entender, en la resolución de la aparente contradicción entre “todo
es cultura” / “cultura es una parte” (ciertas artes, ciencias, letras, espectáculos),
en la "trascendencia" (elevación) o superación de los “contrarios” está la clave para
abrir y articular política y creativamente algunos de los modelos que estamos
presentando.
18
Ver SANTILLÁN GÚEMES, R. (1985): Cultura creación del pueblo. Buenos Aires, Guadalupe;
(2000: a): Op. cit.. y (2000: b): “Educación y cultura”. Conferencia Iberoamericana de Ministros de
Cultura, Ciudad de Panamá, Panamá, 5 y 6 de septiembre de 2000. En:
http://www.oei.es/santillan.htm
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Concepto operativo de cultura
d) Las relaciones que la comunidad establece con lo que ella vive y califica
como “trascendente”. Con todo aquello que es sentido y expresado como
desbordante respecto de lo humano y que fue denominado de las más diversas
maneras: lo sagrado, lo sobrenatural, el misterio, lo indeterminado, lo incognoscible,
lo numinoso, etc. Según los casos habrá una afirmación o una negación de esta
relación pero lo que se torna representativo, a la hora de hacer diagnósticos por
ejemplo, es el mero hecho de tenerla en cuenta sin ontologizarla e intentando
comprenderla desde el código del “otro”..
19
Una primera versión de esta definición fue desarrollada por un equipo de antropólogos formado por,
además del que suscribe, Mariano Garreta, Graciela Palmeiro, Daniel López, Eugenio Carutti y Carlos
Martínez Sarasola. Ver: CARUTTI, E. y otros (1975): El concepto de cultura. Salta, Facultad de
Humanidades, UNSA. Ver también: SANTILLÁN GÜEMES, R. (1985): Op. cit. y GARRETA, Mariano y
BELLELLI, Cristina (1999): La Trama Cultural. Textos de antropología y arqueología. Buenos Aires,
Ediciones Caligraf. En este libro M. Garreta expone su propia versión de la definición en cuestión.
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Concepto operativo de cultura
En todos los casos lo que se debe remarcar es lo sistémico porque, como bien
dice Rodolfo Kusch21, “el concepto de cultura comprende una totalidad”, una
gestalt 22 en la cual se da, agrego, una interacción recíproca entre: estructura,
sentido, configuración y proceso.
Al señalar estos aspectos quiero ratificar algo que, por más obvio que parezca,
no puede dejarse de lado: el hecho de que hoy en día es prácticamente imposible
encontrar, a nivel planetario, formas de vida (culturas) "puras" al estilo del ñande
reko / tekoha de los guaraníes a principios del siglo XVI. Sólo encontramos
heterogeneidad, complejidad, conflictividad y cambios cada vez más drásticos,
vertiginosos y violentos. Un entrecruzamiento de tiempos culturales en fricción 23.
20
Un buen ejemplo, al respecto, es la idea de ñande reko de los guaraníes (que incluye el tekoha).
Ver SANTILLÁN GÚEMES, R. (2000: a), Op. cit. Dicha noción guaraní podría asimilarse a la idea de
cultura como “arte de vivir” planteada por José Nun en la Revista BePé, Buenos Aires, Año I, Nº 1,
Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares (CONABIP).
21
KUSCH, RODOLFO (1976): Geocultura del hombre americano. Buenos Aires, Ediciones García
Cambeiro, p. 114.
22
Ver: PERLS, FRITZ (1976): El enfoque guestáltico. Chile, Editorial Cuatro Vientos”.
23
Ver: SALA, ARTURO (2004). “La antropología y los derechos humanos”. En: EROLES, C.;
GAGNETEN, M. M. y SALA, A.: Antropología, Cultura Popular y Derechos Humanos. Buenos Aires,
Espacio Editorial. Otro valioso aporte en este sentido es el que hace ANSALDI, WALDO (1993): “El
tiempo es olvido y es memoria, pero no sólo por esto es mixto”. En: COLOMBRES, ADOLFO
(compilador): América Latina: el desafío del tercer milenio. Buenos Aires, Ediciones del Sol. Ansaldi
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Concepto operativo de cultura
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LA CULTURA COMO PRODUCCIÓN DE SENTIDO
contener las claves que otorgan sentido al estilo general de vida y, a su vez, a los
modos concretos de garantizar la reproducción de esas claves.
Lo dicho se viabiliza a través de múltiples dispositivos de comunicación (verbal,
no verbal, contextual) que posibilitan la construcción y transmisión (tradición
oral, ejemplaridad y, hoy, educación formal y no formal más la influencia
mediática e informática) de:
Ya desde fines del siglo XIX pensadores como Dilthey, Rickert y Weber
reflexionando sobre las llamadas ciencias del espíritu o de la cultura introducen
categorías como valor, significado, fin y despliegan metodologías que tienen como
eje la comprensión y no la explicación causal tal como lo hacen las ciencias
naturales.
En las últimas décadas la antropología y la sociología de la cultura fue
influenciada por los planteos de Clifford Geertz 30 quien, siguiendo la línea de Max
Weber, considera que “el hombre es un animal inserto en una trama de
significaciones que él mismo ha tejido” y que la cultura es “esa urdimbre” cuyo
análisis está a cargo de una ciencia interpretativa en busca de significaciones”.
El mismo García Canclini en un momento asevera que la redefinición del
concepto de cultura en tanto “el conjunto de procesos donde se elabora la
significación de las estructuras sociales, se la reproduce y transforma
mediante operaciones simbólicas” la reubica en el campo político31.
Por su parte el crítico e investigador paraguayo Ticio Escobar afirma que “lo
cultural es lo social mismo considerado desde un cierto punto de vista: el del sentido
que inventan los sujetos colectivos para organizar su experiencia del mundo y
comprender lo inexplicable: el fundamento y el origen, el deseo y la muerte. La
cultura es la propia sociedad en cuanto se imagina a sí misma y se autointerpreta a
través de metáforas y discursos, de reflexión y de poesía32”.
Muchas de las últimas definiciones de cultura proporcionadas por la línea
denominada Estudios Culturales, también acentúan ese aspecto. J. Hartley 33 define
cultura de la siguiente manera: "La producción y reproducción sociales de sentido,
significado y conciencia. La esfera del sentido, que unifica las esferas de la
producción (la economía) y de las relaciones sociales (la política)". El mismo autor,
en la p. 323, define sentido como: "El alcance de cualquier significación. El producto
de la cultura". Es sumamente sugestivo y de gran potencial operativo ese papel
articulador que le asigna a la cultura.
Por último citamos otra interesante definición, la del antropólogo brasileño Darcy
Ribeiro 34 quien en otro contexto y con otros fines (está teorizando sobre los
procesos civilizatorios) afirma: “En una sociedad considerada históricamente en
cierto lugar y en cierto tiempo, esos tres sistemas (el adaptativo, el asociativo y el
ideológico), en su carácter de cuerpos simbólicos de pautas socialmente
transmitidas de generación en generación, forman su cultura ".
Llegados a este punto y tomando como referencia lo dicho por los últimos autores
citados proponemos, por razones estrictamente operativas, y en función de
29
Citada en Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados de México,
“Definición en Cultura”. En:
http://archivos.diputados.gob.mx/Centros_Estudio/Cesop/Eje_tematico/d_cultura.htm
30
GEERTZ, CLIFFORD (1995): La interpretación de las culturas. Barcelona, Gedisa.
31
GARCÍA CANCLINI, NÉSTOR (1987): op. cit.
32
ESCOBAR, TICIO (1995): Sobre cultura y Mercosur. Asunción, Editorial Don Bosco / Ñandutí Vive.
33
Ver: O' SULLIVAN, T. y otros (1997): Conceptos clave en comunicación y estudios culturales.
Buenos Aires, Amorrortu, p. 87 y p. 323.
34
RIBEIRO, DARCY (1970): El Proceso Civilizatorio. Universidad Central de Venezuela, p. 28.
Subrayados nuestros.
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Concepto operativo de cultura
ampliar los modelos y enriquecer la práctica de los agentes del Sector Cultura lo
siguiente:
Soy consciente de que cuando hoy se habla del “campo de la cultura” se está
mentando un conjunto de instituciones y acciones relacionadas exclusivamente con
los distintos vericuetos del Sector Cultura (gestión oficial, privada o comunitaria)
pero, si observamos el esquema organizativo de dicho sector (ver recuadro) bajo la
férula de cualquier gobierno y / o institución privada, podemos darnos cuenta de que
las diversas actividades que se desarrollan tienen algo en común: el hecho de que,
aunque respondan a diversas ideologías políticas -que, por supuesto, desde “el
campo de la cultura integral” son construcciones culturales- las actividades
presentadas enfatizan y jerarquizan especialmente lo que denominamos el
“campo de lo cultural” (producción de sentido) y, dentro de éste, sólo algunas
de sus “parcelas", generalmente ligadas al “mundo” del arte y, hoy, al de las
industrias culturales. De esta forma se coarta la posibilidad tanto de intervenir en
otras áreas colaborando en la producción de significados o contenidos respecto de
las relaciones con naturaleza, la comunidad, las otras comunidades o “lo
trascendente” como en la promoción de culturas organizacionales específicas.
Todas las áreas de gestión cultural, cada una a su manera, apuntan con sus
acciones a preservar, promover y difundir determinado tipo de producción
simbólica y no otras que son excluidas y quedan en la sombra al igual que los
sujetos que la generan35. El problema aparece, como ya se dijo, cuando sólo se
apoya, produce y fomenta una gama de actividades y proyectos y no a otros y,
asimismo, cuando algunas corrientes políticas las presentan como la única o más
"alta" forma de expresión cultural de "la" sociedad, como la única manera de
organizar “la vida cultural institucionalizada”.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS
Es evidente que, desde este punto de vista, toda forma de desarrollo humano
es cultural y, por lo tanto: es imposible no “culturar”36. Es más: todas las áreas
de gobierno son culturales en tanto y en cuanto expresan determinados horizontes
de sentido, proyectos relacionales y decisionales (políticas) y estrategias de vida
compartida. Y esto implica una gran responsabilidad (cultural) por parte de los
funcionarios y agentes.
La participación social porque la cultura, mal que les pese a muchos, se sigue
caracterizando en gran parte, y más allá o más acá de las concreciones
individuales, por ser una creación colectiva y anónima. Un campo en el cual
los diversos grupos y / o comunidades se abocan, simultáneamente, a desplegar
múltiples “cultivos” enredados, contiguos y / o yuxtapuestos. Participar significa,
entre otras cosas, comunicar, anunciar, cooperar, entrar, mezclar, tomar parte,
comulgar, compartir. Desde nuestra propuesta no debe entenderse, entonces,
como el mero hecho de “tener una parte” sino como el derecho inalienable de
ser “parte de un todo”39.
37
Ver SANTILLÁN GÚEMES, R. (2001): “Lo cotidiano: principio y fin de la promoción cultural”, en:
SUBSECRETARÍA DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES: Los derechos de la cultura.
38
Ver: MARTÍNEZ SARASOLA, CARLOS y SANTILLÁN GÚEMES, R. (1983): “Libertad, creatividad y
participación. Tres pilares del futuro posible”. Editorial de: Revista CULTURA CASA DEL HOMBRE,
Buenos Aires, Año III, N º 5.
39
Idem nota anterior.
R. Santillán Güemes 15
Concepto operativo de cultura
[RECUADRO Nº 1]
LA CULTURA DEL SECTOR CULTURA
40
Como puede observarse en esta lista hemos "adjetivado la cultura" más de una vez: "cultura
joven", "cultura ecológica", etc. Este es un recurso interesante a utilizar siempre y cuando se tenga en
cuenta que el recorte que se hace, el "subcampo" que se crea es operativo y una parte dentro de una
totalidad social e histórica que lo contiene y dentro de la cual adquiere sentido.
R. Santillán Güemes 16
Concepto operativo de cultura
• Científicas: no siempre.
41
Ver: SANTILLÁN GÚEMES, RICARDO (2004): op. cit.
42
Ver: GARRETÓN, MANUEL ANTONIO / coordinador (2003): El espacio cultural contemporáneo.
Bases para una política cultural de integración. Chile, Convenio Andrés Bello, Fondo de Cultura
Económica.
43
Ver, en este mismo Cuaderno, la experiencia mexicana.
R. Santillán Güemes 17
Concepto operativo de cultura
• De cooperación internacional.
Como puede apreciarse muchas de las propuestas que aparecen en este tipo de
esquemas organizativos del Sector se siguen sosteniendo en la ya caracterizada
concepción restringida de cultura: la que la entiende como el cultivo especializado
de cierto tipo de a “artes, ciencias y letras”. Lo preocupante es que proyectos
como estos continúan vigentes incluso en el seno de gobiernos que se autodefinen
como “progresistas”. Por lo tanto no es desacertado decir que la principal
limitación de este modelo parece ser política más que formal y su cerrazón se
basa, más que en la mayor o menor cantidad y / o calidad de las ofertas en juego, en
las ausencias o exclusiones sociales que provoca. En principio porque no se
tiene en cuenta que, como bien dice Rodolfo Kusch 44: "Un hombre no es sólo su
cuerpo, sino también su manera de comer, su forma de pensar, sus costumbres, su
religión o, incluso, su falta de religión”. Y, ante todo, la dignidad con que se cumplen
dichas acciones.
Pero, además, lo que se esfuma es la voluntad política de generar estrategias
relacionadas con la promoción de: la participación y la creatividad social, el
desarrollo humano, el diálogo intercultural, la memoria colectiva, el
mejoramiento de la calidad de vida de todos los ciudadanos en un marco de
justicia.
Por lo tanto podría decirse, entonces, que la apertura de los modelos de
gestión cultural implica, previamente o la vez, otro tipo de apertura: la política.
[RECUADRO Nº 2]
LA CULTURA COMO RECURSO
cultura como recurso cobró una legitimidad que antes no tenía desplazando otras
interpretaciones de la cultura. Para él esta ya no tiene valor trascendente ni
tampoco opera como una manifestación de la creatividad popular dado que, más
bien, se ha convertido en un medio de legitimación “para”, entre otros objetivos:
46
COELHO, TEIXEIRA (2000): Diccionario crítico de política cultural: cultura e imaginario. México,
CONACULTA – ITESO, p. 125.