Comentario Coplas

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Comentario de texto: Coplas por la muerte de su padre, de Jorge Manrique

(Poemas de la página 159 del libro de texto)

1. Introducción

Los poemas propuestos para comentar pertenecen a las Coplas por la muerte de su
padre, de Jorge Manrique, poeta culto y cortesano del siglo XV, que encarnó al
prototipo de caballero medieval castellano, aunando las armas y las letras.

Las Coplas son una elegía en la que se distinguen tres partes, en función de los temas
tratados: una primera, en la que se recogen reflexiones acerca de la vida y la muerte
según el pensamiento medieval, como la fugacidad de la vida terrenal, la vida como río,
la muerte a todos iguala, o la vida terrenal concebida como paso para alcanzar la
celestial. Una segunda parte dedicada a la evocación de personajes históricos de la
época, haciendo clara alusión a la vida de la fama. Con todo, el tópico del ubi sunt?
recuerda al lector que este tipo de vida no es todavía la verdadera. Finalmente, una
tercera parte desarrolla dos núcleos temáticos complementarios; por un lado, el elogio al
padre muerto; por otro lado, la representación alegórica de la muerte del padre a través
del diálogo entre don Rodrigo y la muerte.

Las Coplas están formadas por 40 estrofas o coplas de pie quebrado, compuesta cada
una de ellas por dos sextillas.

2. Tema

Las coplas que nos ocupan (de la XXXIII a la XXXVIII) pertenecen a la tercera y
última parte de la obra, en la que confluyen la alabanza al maestre don Rodrigo, la
representación alegórica de la llegada de la muerte y la caracterización de las tres vidas,
la terrenal, la de la fama y la eterna, así como la aceptación de la muerte por parte de
don Rodrigo.

3. Estructura
3.1.Estructura interna

De acuerdo con los temas apuntados en el apartado anterior, se puede dividir el


fragmento en tres partes:
a) La copla XXXIII, en la que una voz narradora destaca al maestre como modelo
de caballero cristiano: valeroso, servidor del rey y protagonista de innumerables
hazañas. También se advierte de la aparición de la muerte.
b) De la copla XXXIV a la XXXVII, en la que la muerte va a buscar a don
Rodrigo, recordándole dos cosas fundamentales; por una parte, la necesidad de
mantener el valor y el honor para enfrentarse al paso final que es la muerte. Por
otra parte, que para acceder a la vida eterna, es necesario haber sido en vida
buen cristiano y buen militar.
c) La copla XXXVIII, en la que el maestre acepta la llegada de la muerte con
valentía y serenidad, pues es voluntad divina.
3.2. Estructura externa

El fragmento propuesto, está constituido por seis coplas de pie quebrado que siguen el
siguiente esquema en consonante: 8a 8b 4c 8a 8b 4c – 8d 8e 4f 8d 8e 4f.

EJEMPLO DE CÓMO SE ANALIZA CADA UNA DE LAS COPLAS. Copla XXXIII:


8 –ida, 8 –ey, 4 –ero, 8 –ida, 8 – ey, 4 –ero – 8 –aña, 8 –ar, 4 –erta, 8 –aña, 8 –ar, 4 –
erta.

4. Análisis formal

En la copla XXXIII, la anáfora permite dar énfasis a las hazañas acometidas por el
maestre; así, tras el adverbio “después”, se destacan tres ideas fundamentales: la
valentía por arriesgar su vida por el bien común (versos 1 a 3), servir al rey y ser, por
tanto, fiel vasallo (versos 4 a 6) y las innumerables gestas realizadas (versos 7 a 9). Tras
el elogio, aparece la muerte personificada (pues “llama a su puerta”) y, por tanto,
representada de forma alegórica; este hecho permite a Jorge Manrique crear un efecto
dramático y, por tanto, dotar de voz propia a la figura de la muerte.

En la siguiente copla, la muerte, en primera persona, invita a don Rodrigo a abandonar


la vida terrenal, engañosa y superficial, y apela a su valor (a través de la metáfora
“corazón de acero”) y a su virtud (“hezisteis tan poca cuenta por la fama”) para
enfrentarla debidamente.

En la copla XXXV, la muerte aparece en forma de metáfora bélica “la batalla


temerosa”; se trata de la última hazaña que debe realizar el maestre antes de alcanzar la
vida eterna. Se establece, asimismo, una comparación y un contraste entre la vida
terrenal (“perezedera”) y la del honor (“más larga y gloriosa”), destacando esta última
como mejor que la primera.

En la siguiente copla, la muerte caracteriza la vida terrenal en clave negativa


“mundanal, pecados infernales”, en contraposición a la vida del honor, que se alcanza
sólo a través de la religión (“oraciones y lloros”) y de la guerra santa (“trabajos y
aflicciones contra moros”)

En la copla XXXVII, la muerte destaca, nuevamente, el heroísmo del maestre “sangre


derramastes de paganos, en este mundo ganastes por las manos”, concluyendo que don
Rodrigo se ha ganado la vida eterna.

En la última copla, habla en primera persona el maestre. Establece un contraste entre


vida terrenal (“vida mezquina”) y la eterna (“divina”) para, a continuación, aceptar su
muerte con valor y dignidad, como se hace patente observando la caracterización que él
mismo hace de su morir: “con voluntad plazentera, clara y pura”.

5. Conclusión

El análisis de estas coplas muestra como la intención de Jorge Manrique, además de


llorar la pérdida de su padre, es de tipo ideológico: a lo largo de las coplas analizadas se
repiten los mismos temas y las mismas ideas, que pueden resumirse de la siguiente
manera: para conseguir la vida eterna, es necesario no dejarse llevar por los placeres
mundanales y llevar una vida esforzada por el bien común (la labor militar), y siguiendo
los valores cristianos; buen ejemplo de ello, fue el maestre don Rodrigo, que constituye
un modelo de caballero cristiano.

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