Emilio Salas
El Gran Libro
Una obra excepcional, distinta
a todo lo publicado
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RosinBookEmilio Salas
El Gran Libro
Una obra excepcional, distinta
a todo lo publicado
intermedio editores
RoBiNBookINTRODUCCION
13
Introduccion
A raiz de la publicacién de los dos voltimenes de El arte de echar las
cartas dedicados a la baraja espanol el primero y a la baraja france-
sa el segundo, han sido muchos los requerimientos para que comple-
tara mi trabajo con un tercer volumen dedicado al Tarot.
En realidad, y a pesar de que este libro que ahora tienen en sus
manoses la demostracion de que he cedido a tales requerimientos, sigo
opinando -e intentaré demostrarlo- que el Taroi es mucho mas que un
sistema adivinatorio, ya que encierra toda una filosoffa de la vida por
no decir un concepto alobal del Cosmos: porque del mismo rodo que
el Ching resume toda la tradicion esotérica de Oriente, el Tarot resu-
me la de Occidente, hallandose profundamente enraizado con la ca-
bala, el hermetismo, la numerologia, la astrologia y el simbolismo de
colores y formas, sin limitarse en exclusiva a una sola de dichas disci-
plinas como pretenden quienes lo consideran una cébala grafica y afia-
den a las laminas del Tarot letras hebraicas y simbolos astrolégicos.
En mi trabajo he dedicado una atencién preferente a la cdbala, y
en especial al Sefer Yetsird, para demostrar la imposibilidad de una
identificacién total entre Tarot y cabala -sin negar por ello la gran in-
fluencia de la segunda sobre el primero-, asi como al simbolismo de
colores y formas, simbolismno que hasta finales del Medicevo fue cui-
dadosamente tenido en cuenta por cuantos intentaban plasmar grafi-
camente sus ideas, incluyendo a los pintores bizantinos de iconos, casi
siempre monies, y es de lamentar. que la Iglesia catélica, que hasta en-
tonces lo habia adoptado en todos sus simbolos y ornamentos lo haya
abandonado, del mismo modo que al abandonar su lengua madre tam-
bién perdi6 el poder del sonido, que en los actos magicos trascen-
dentes como la Santa Misa, les confiere un poder y una trascendencia
muy superior al que les otorga el mero significado de las palabras
Aclarado esta, que considero fundamental, debo aftadir que este li-
bro puede estudiarse de dos maneras distintas seqtin cual sea el inte-
rés del lector.
Si realmente desea conocer la ensefianza esotérica del Tarot le re-
comiendo no se pierda nada, pues cuando lo finalice descubriré que
incluso lo que en un principio podria parecer banal tiene su trascen-
dencia, y si en el estudio detallado de los arcanos mayores he inclui-
do una meditacion sobre cada uno de ellos, es a modo de ejemplo y14
EL GRAN LIBRO DEL TAROT
punto de partida para la meditacin que metédicamente deberia rea-
lizar cada uno de nosotros si realmente desea profundizar en su cono-
cimiento,
Silo tinico que le interesa es la utilizacién del Tarot para la adivi-
nacién, puede empezar directamente en la tercera parte prescindien-
do de las dos primeras, e incluso de cuanto le parezca superfluo en la
tercera; sin embargo, si es un cartomantico conscienle, estoy seguro
de que tarde y temprano reiniciaré la lectura desde un buen principio.
Porque no descubro nada si digo que todas las técnicas adivinato-
tias -incluida la basada en el Tarot- se fundamentan en el uso de las
faculiades paranormales latentes en todos y cada uno de nosotros,
que normalmente se manifiestan en lo que llamamos intuicién y que
podemos definir camo la facultad que permite conocer cosas, hechos
0 situaciones que logicamente deberian ignorarse, y sin que dicho co-
nocimiento llegue a través de los cinco sentidos tradicionales.
Y el conocimiento paranormal casi siempre precisa de un soporte
material que ayude a concentrarse en el sujeto de la buisqueda o sirva de
lazo de unién con el mismo, y es innegable que el Tarot es ideal para
ello; pero ademas, cuando se usa conscientemente y de buena fe, di-
chas facultades paranormales se van acrecentando poco a poco y se va
descubriendo la existencia de un mundo interno que permanecia des-
conocido, siendo inevitable la aparicién del interés por el esoterismo.eae
La historiaLOS ORIGENES DEL TAROT
7
1. Los origenes del Tarot
‘Aun cuando Court de Gebelin, Eliphes Levi y sus seguidores pretenden
que el Tarot es el libro sagrado de Thot ~el Hermes egipcio-y contie-
ne toda la tradicion oculta de la humanidad, debemos reconocer que
su antigiiedad no puede remontarse mas alla del siglo Xm, del mismo
modo que tampoco es cierto que fueran los gitanos quienes lo intro-
dujeran en Europa desde Egipto; y ello por los siguientes motivos
1. Silos gitanos insinuaron un origen egipcio y hablaron de su pa-
{ria como del spequefio Egipto», lo hicieron para lograr salvoconduc-
tos de los soberanos europeos, pero actualmente esta demostrado que
proceden de una amplia zona que abarca las orillas del mar Caspio y
todo el este y noroeste del mismo, si bien es cierto que en sus prime-
ras migraciones anteriores al siglo | llegaron hasta la India, Turquia y
Egipto.
2. Su primera aparici6n en Europa tuvo lugar en la desemboca-
dura del Elba en 1417, y a pesar de darse cuenta de inmediato del
valor adivinatorio que encerraba el Tarot (ya se habla de ellos y de sus
talentos cartomanticos en un documento de 1422) en dicho aio de
1417 las cartas -y por lo tanto el Tarot- ya eran conocidas en Italia y
posiblemente en Espafia, como veremos més adelante.
Tambien se ha especulado sobre un origen lejano de! Tarct, ya sea
de China, de la India 0 de los arabes, pero tambien estamos en condi-
ciones de poder demostrar que ninguno de estos origenes puede ser
verdadero, como veremos al analizarlos uno a uno,
ORIGEN CHINO
En un diccionario chino publicado en 1678, el Ching-tsze-tung, se
cuenta que hacia el afio 1120 un oficial propuso al emperador Huei-
Song un juego de su invencién consistente en treinta y dos tabletas de
marfil divididas en tres series de nueve piezas cada una y otras tres
piezas fuera de serie; el numero de treinta y dos es debido a que dos
de dichas piezas son dobles. Algunas de estas tabletas estaban relacio-
nadas con el Cielo, otras con la Tierra y el resto con el hombre o con
nociones abstractas, como la muerte por ejemplo.
Posteriormente estas tabletas de marfil también se fabricaron enEL GRAN LIBRO DEL TAROT
18
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Cartas chinas
4. Elejemplar mas antiguo que se conoce, realizado hacia el afic 1400 y encontrado en el oasis de Turia,
segun Carter. 2. Troe cartes numerales y tres triunfos de una serie moderna, segun Culin. 3. Diez peque-
fas cartas modernas, segun Van Rijnberk,LOS ORIGENES DEL TAROT
1g
hueso y en papel. ya pesar de que algunos consideraron que se trata-
ba de un juego similar al dominé, la palabra phai con que se las de-
signa significa «cartay
No obstante, estos juegos de cartas chinos son tan distintos de los
nuestros, tanto por su aspecto como por su contenido y reglas de ju
go, que cabe decir de ellos lo mismo que de la pélvora y del papel: it
cluso si fueron los primeros en usarlas no por ello fueron conocidas y
copiadas por los europeos. Y también debemos afiadir que las mas an-
tiguas cartas chinas conocidas son de principios del siglo XV, y diga lo
que diga el diccionario chino no existe ningun documento de la épo-
ca que confirme la antigliedad que se intenta atribuirles.
Pero si haciendo volar la imaginacion queremos hallar una corre-
lacion entre nuestras cartas y las chinas, ¢por qué no creer que Mar-
co Pola 0 alguno de sus marineros hubiese llevado consigo un mazo
del Tarot, del cual hubiera partido la idea del oficial chino? No olvi-
demos que los viajes de Marco Polo tuvieran lugar entre los afios
1260 y 1295, y por aquellas fechas es muy posible -por no decir se-
gura- la existencia del Tarot en Italia: ademas, Marco Polo partio de
Venecia, y los mas antiguos Tarots que se conocen son los Tarocchi
venecianos
Y sia pesar de todo insistiéramos en buscar una idea que hubiera
podido inspirar la creacién del Tarot (pero no de las cartas de juego)
en tan lejano pais, deberiamos inclinarnos por el | Ching y su intento
de concentrar en tinas pocas imagenes una inmensa sabiduria.
Pero debemos ser mas realistas y no olvidar que la idea de quardar
nuestros conocimientos para la posteridad, y a ser posible en la forma
mas concentrada y universal, es decir, a través de simbolos, es algo in-
herente @ toda la humanidad y en todos los tiempos, desde las escenas
de caza de las cuevas de Altamira hasta la tableta lanzada al Cosmos
por la NASA para hacer saber a los posibles moradores de otros mun-
dos la existencia del hombre y e! punto conereto del espacio en que
nos hallamos.
Es por ello, y a que en el fondo la mentalidad humana es idéntica
a través del tiempo y del espacio, que las mismas o similares ideas
pueden florecer simultaneamente -o casi- en lugares totalmente inde-
pendientes los unos de los otros.
ORIGEN HINDU.
Chatto afirma que la baraja proviene del antiquo juego de ajedrez
de los cuatro reyes, el Chaturafi, del que se derivé un juego de cartas
que consta de diez series representando a las diez avatares de Vishnit
y conteniendo doce carias cada serie: dos figuras, el rey v el visir, v
diez cartas de puntos numeradas del uno al diez. Todas estas cartas
son redondas, lacadas y muy pesadas, y se requiere una portentosa
imaginacién para reconocer en ellas el juego del ajedrez,
‘Abundando en lo mismo, Boiteau ¢’Ambly afitma que las cartas
Cartas hindtes20
EL GRAN LIBRO DEL TAROT
proceden de la India, desde donde nos fueron aportadas por pueblos
némadas que luego se denominaron gitanos o zingaros y fueron ex-
pulsados de dicho pais por los musulmanes. Sobre dicha afirmacion
sélo tenemos que remitimnos al inicio de este capitulo cuando citamos
a los gitanos.
Por otra parte -y como muy bien dice Merlin— fueron los hindties
quienes copiaron o adaptaron las cartas europeas, pues cuando los
primeros navegantes portugueses desembarcaron en las costas de la
India va hacia un siglo que en Europa se conocia el Tarot y se jugaba
a las cartas, y todas las cartas hindties conocidas son posteriores a di-
cha época.
ORIGEN ARABE
Bussi, en su Historia de Viterbo, afirma que segin Covelluzzo
een 1379 las juegos de cartas fueron introducidos en Viterbo proce-
dentes del pafs de los sarracenos, donde reciben el nombre de nayb»
Nayb es tina palabra indostanica que significa virrey 0 gobernador,
y su similitud con la palabra «naipe» ha dado origen a que dicha hipo-
tesis fuera recogida por otros autores. Sin embargo, Covelhizzo ha-
blaba en pasado, pues vivié en el siglo xv, es decir, un siglo despues
de 1379, y ademas, en dicha fecha el Tarot ya era conocido en Euro-
pa, come veremos més adelante, Pero ¢es éste el origen de la palabra
«naiper? Y gpor qué no puede serlo el hebreo nabi (profecia) o el ho-
landés knaeps (papel)?
Por otra parte, no debemos olvidar que en el Coran se prohibe la
representacion de la figura humana, y si bien los musulmanes de la In-
dia a veces olvidaron este precepto, los arabes lo observaron riguro-
samente hasta fechas muy recientes, por lo cual no podemos aceptar
que fueran ellos quienes crearan el Tarot o que actuaran de interme-
diarios en su propagacion: y en caso de que hubiera sido asi, gcomo
es que no nos ha llegado ninguna furibunda catilinaria contra los au-
tores de semejante herejia, como seria lo mas logico?
LAS CARTICELLAS
La primera referencia escrita que se refiere al Tarot con toda se-
gutidad se remonta a 1227 y nos dice que Has nifios italianos son ins-
truidos en el conocimiento de las virludes mediante unas laminas que
denominan carticellas».
‘Una muestra de estas carticellas, cuya descripeién nos recuerda de
inmediato a los cromos infantiles que todavia hoy colaboran en la edu-
cacién de los nifios, podria serlo el llamado Tarot de Mantegna o Car-
tas de Baldini, que en realidad no fue creado ni por Mantegna ni por
Baldini, sino por Francesco del Cossa, y fue grabado en Ferrara en la
segunda mitad del siglo kv.LOS ORIGENES DEL TAROT 21
EL TAROT DE MANTEGNA
De dicho Tarot se conocen dos tipos, el primero de los cuales
~considerada como el original—fue grabado en 1460, vel segundo la
pretendida copia~ en 1488, siendo mucho mas bello que el original.
‘Ambas variantes se componen de cincuenta cartas de 10 = 18 cm,
divididas en cinco series de diez cartas cada una y cistribuidas como
sigue:
SERIE E. LAS CLASES SOCIALES
I Misoro Mendigo
T Fameio Valet o criado
tt Arfixan Ariesano
ci Merchadante Mercader
Vv Zintilomo Gentilhombre
i Chavalier Caballero
VIL Doxe Dux 0 Dogo
Vit Re Rey)
VII Imperator Emperador
x Papa Papa
SERIED LAS MUSAS
XI Caliope Musa de la elocuencia
Xl Urenia Musa de la astronomia
Xill Terpsicore Musa del canto y la danza
Xl Erato Musa de la poesia elegiaca
XV Polimnia Musa de la poesia lirica
XVI Talia Musa de la comedia
XVII Melpomene Musa de la tragedia
XVII Euterpe Musa de la misica
XVII Clio Musa de la historia
XX Apollo El Sefior de las Musas
SERIE C. ARTES Y CIENCIAS
XXI Grammatical Gramatica
XXxIl Loica Logica
XXII Rhetorica Retérica
XXIII Geometria Geometria
XXV Aritmetricha Aritmética
XXVI Musicha Misica
XXVII Poesia Poesia
XXVIII Philosofia Filosofia22
Reproduccién de algunas
laminas del Tarot
de Mantegna
EL GRAN LIBRO DEL TAROT
XXVIlll ——Astrologia Astrologia
XXX Theolegia Teologia
SERIE B. VIRTUDES Y PRINCIPIOS COSMICOS,
XXXI liaco Genio de! Sol
XXX Chronice Genio de la Luna
XXXII Cosmico Genio del mundo
XXXII Temperancia Templanza
XXXV Prudencia Prudencia
XXXVI_—-Forteza Fortaleza o Fuerza
XXXVI lusticia Justicia
XXKVIL —Charita Caridad
XXXVI Speranza Esperanza
XXXX Fede FeLOS ORIGENES DEL TAROT
SERIE A. LOS PLANETAS Y LAS ESFERAS.
XXXXL Luna La Luna
XXXKIL Mercurio. Mercurio
XXXXI Venus Venus
XXXXI Sol EISol
XXXKV Marte Marte
XXXXVL —_ lupiter Jupiter
XXXXVII_ Saturno Satumno
XXXKVIIL Octava Sphera La Octava Esfera
XXXXVIIL Primo Movile El Primer Movil
XXXKX Prima Causa La Causa Primera
Entre estas cincuenta laminas podemos reconocer algunas de las
figuras del Tarot, como Ei Emperador, El Papa, El Enamorado, El Ca-
mo, La Justicia, El Ermitafio, La Fuerza, La Templanza, La Luna, £1
Sol, El Loco, La Sota de Espadas, La Sota de Copas y El Rev de Bas-
tos; y si bien existen algunas diferencias en los dibujos, también exis
ten similitudes muy significativas.
Asi ocurre por ejemplo entre El Loco y Misero, ambos con un pe-
tro mordiéndoles la pierna; La Justicia, con la espada y la balanza; La
Templanza, trasvasando agua de una jarra a otra {0 echandole agua al
vino}; La Fuerza, que tanto se representa mediante una mujer domi-
nando a un leén como rompiendo una columna...
De todo ello podemos deducir que tanto las laminas del Tarot de
Marsella como las del de Mantegna poseen un origen comin que muy
bien podria cifrarse en las carticellas de que nos habla la cita de 1227.
Por una parte, en una fecha que ignoramos se afadieron los arcanos
menores para componer la baraja de juego (a menos que ya se crea-
ran unas carticellas con baraja incluida), mientras que por otra se si-
guieron creando y copiando colecciones de carticellas. De todas ellas,
Jas minas de Mantegna serfan las més antiguas que se han conserva-
do; nadie puede creer que sirvieran para jugar, y, si bien resultan algo
pedantes al enumerar (es decir, ordenar rigurosamente de inferior a
superior) los conceptos que contienen, del mendigo al Papa por ejem-
plo, no puede negarse que st finalidad es claramente pedagdgica.
23EL GRAN LIBRO DEL TAROT
2. La evolucién del Tarot
El verdadero problema que se nos presenta cuando intentamos situar
en el tiempo la aparicion del Tarot y su posible evolucion, consiste en
Ja escasez de ejemplares, muchas veces laminas sueltas que no llegan
a formar un juego: y cuando se recupera uno completo (6 casi) es muy
dificil saber con certeza si se trata de un original o una copia, o sino es
el que se crefa, como sucedié con el Tarot llamado de Carlos VI.
Y es que las léminas del Tarot debian pintarse sobre delgadas lé-
minas de marfil, hueso, pergamino y, posteriormente, papel, sopor-
te delicados y de dificil conservacion. Sia esto aftadimos que pintarlas
a mano las encarecia notablemente. se comprenderé que fuesen tan
pocas las colecciones que llegaron a realizarse y que sdlo los verdade-
ros potentados pudiesen permitirse el lujo de encargarlas.
Luego, a finales del siglo xml y principios del xiv, la fabricacion del
papel alcanzé cierto desarrollo, y posteriormente, con la invencién
del grabado pudo popularizarse la fabricacién de barajas, pero la cali-
dad resultante disminuyd notablemente y las colecciones verdadera-
mente artisticas siguieron pintindose a mano
PRIMERAS MENCIONES DIRECTAS
Pero sigamos con el orden historico; la primera mencién directa
sobre la baraja es de 1299 y figura en un manuscrito escrito en Siena
por Pipozzo di Sandro titulado Trattato del governo della familia, en
el que se menciona la existencia de los naibis, que es el primer nom-
bre con el que se conocen las cartas de juego.
Mas adelante, en 1332, Alfonso XI de Castilla recomienda a sus
caballeros que se abstengan de jugar a los naipes, y también a partir
de 1310 proliferan en Alemania las prohibiciones contra dicho juego.
siendo una de las mas interesantes la del padre Johannes (de 1377)
que ademas cita seis tipos distintos de barajas, entre las cuales existe
una de setenta y ocho carias que s6lo puede tratarse de
A partir de aqui se multiplican las menciones y prohi
toda la cristiandad, y de todas ellas nos limitaremos a mencionar tres
a causa de su importancia.
La primera es la del notario de Marsella Laurent Aycardi, de 30 de
agosto de 1381, que al hacer el inventario de los bienes legados por
uno de sus clientes, cita entre joyas y muebles valiosos un juego de nai-LA EVOLUCION DEL TAROT
pes, lo que nos da una idea de lo apreciadas que lleaaban a ser las co-
lecciones iluminadas a mano.
La segunda y més famosa es de 1392, y pertenece al Registro de
las Cuentas Reales de Carlos VI de Francia, en e! que el tesorero ano-
ta de pufio y letra: «Paguense cincuenta y seis sueldos parisienses a
Jacquemin Gringonneur, pintor, por tres juegos de naipes en oro y di-
versos colores y divisas, hechos para el esparcimiento del dicho Sefior
Rey». Esta mencién es la que dio origen a la hipétesis de que Grin-
gonneur era el inventor de la baraja; lo que si bien es falso al menos
Corrobora una vez mas el alto precio que alcanzaban las barajas pinta-
das a mano.
La tercera referencia es de 1393 y pertenece al moralista y edu-
cador G, B. Morelli, que recomienda las laminas de los naibis como
instructivas y provechosas para la educacion de los nifios, lo que con-
firma nuestra presunci6n sobre la identidad de origen entre Tarots y
carticellas.
También es indudable la mayor antigtiedad del Tarot sobre la ba-
raja de juego, pues hasta finales del siglo xiv no empiezan a coexistir
ambos tipos de barajas (o al menos las menciones sobre las mismas)
yes innegable que con la eliminacién de los arcanos mayores y la re-
ducci6n progresiva de su tamafio, la baraja comin no tard6 en elimi-
nar casi por completo al Tarot como juego popular. Lo contratio iria
contra toda légica, pues no tiene el menor sentido complicar un juego
sencillo con la inclusion de veintidés cartas inttiles.
Lo que de momento resulta imposible averiguar con certeza es cémo
se ide6 el Tarot y en qué otros juegos se inspiraria (dejando de mo-
mento de lado su posible, aunque no probable, identidad con la caba-
la). De entrada debemos eliminar las hipétesis sobre un origen orien-
tal, arabe o egipcio, como ya hemos demostrado, por lo cual debemos
limitarnos a aquellos otros juegos que ya existian en los paises medi-
terréneos en el siglo Xtt, y es sobradamente conocido que los dados ya
eran practicados por griegos y romanos, y que estos tltimos practica-
ban un juego de competicion, el de los soldados (al que llamaban lu-
dum fatrunculorum), que en cierto modo se parecia a nuestro juego
de damas, pues se trataba de encerrar al conirincante de manera que
no le quedase espacio para moverse (lo que se llamaba ad incitos re-
digere), y en parte al ajedrez, pues algunas de sus piezas se movian
‘camo nuestros peones (calculi ordinarii), mientras que otras podian
avanizar ¢ ‘intas direcciones e incluso saltar (calculi vagi). Por tlti-
mo, cabe recordar que el ajedrez fue introducido en Europa no mucho
més tarde del siglo wi o vu.
‘Que en la idea de combinar un juego de puro azar y con puntos
numerales como los dados, con otro de célculo y competicin, como
al juego de los soldados, pudiera hallarse el germen que inspird la
baraja, quizés sea una hipétesis més que aftadir a las ya existentes,
pero con muchos mas visos de verosimilitud,
Lo que ya resulta més dificil de explicar es la inclusién de los arca-
nos mayores, que ademas de ser intitiles para el juego lo complican
2526
EL GRAN LIBRO DEL TAROT
extraordinariamente, Pero para ello deberemos situarnos en el e
tude la época.
LA INQUISICION EN EL ORIGEN DEL TAROT
En sus inicios la Iglesia fue como una comunidad de socorros mu-
tuos constituida por gentes humildes: artesanos pobres, viudas, huér-
fanos, esclavos, etc., formando asambleas de fieles con abjeto de
prestarse mutuo auxilio, rezar y propagar la nueva fe. Pero al negarse
a reconocer el culto al emperador —base y fundamento del Imperio ro-
mano- y dado que sus principios religiosos implicaban una revuelta
contra el sistema social existente, fueron considerados enemigos pu-
blicos, y como tales, perseguidos, torturados y masacrados implaca-
blemente.
Pero a partir del siglo Iv, triunfante la Iglesia y reconocidos por Teo-
dosio los decretos del Concilio de Nicea, ésta se convirtié en una es-
pecie de repuiblica religiosa gobernada por los abispos y metropolita-
Nos, y poco a poco se transformé en un verdadero imperio soterrado
que tras miltiples vicisitudes alcanzé su maximo poder con el des-
membramiento del Imperio carolingio, y a partir del siglo Xt inicia una
lucha a muerte primero contra los ~paganos, es decir, contra todos
aquellos que se resistieron a aceptar la religion triunfante y someterse.
al yugo del papado, y luego contra las herejfas, tanto-las que consis-
tian en desviaciones de la fe, como en rebeldias ante la relajacion de
Ja Iglesia y su desvio de la finalidad espiritual para convertirse en un
poder material absoluto.
Podriamos decir que la Iglesia medieval se toma la revancha de las
persecuciones sufridas y se va haciendo mucho mas implacable, bru-
tal y sanguinaria que sus antiguos perseguidores, hasta culminar en la
creacion de la «Santer Inquisici6n, que iniciada por Inocencio Ill en 1198
para combatir a los albigenses, cobré rango oficial a partir de 1229 en
el Concilio de Tolosa.
Si nos fijamos bien en las fechas citadas, nos daremos cuenta de
que ya nos hallamos situados en el tiempo en que debid de nacer el
Tarot. Por lo tanto, es casi seguro que para preservar de la implacable
persecucion de la Iglesia las verdades y conocimientos -que por dicho
motivo empezaron a ser «ocultosi, y poder transmitirlos, era necesa-
rio utilizar todos los medios imaginables, desde grabados e imagenes
en las piedras de las catedrales, a la inclusion de unas carticellas espe-
ciales entre las laminas de un juego creado sequramente por el mismo
hereje o comunidad de herejes. Y es que cuando el pensamiento no pue-
de expresarse libremente a través de la palabra y la escritura, se ve for-
zado a esconderse en simbolos e imagenes que sdlo revelan su men-
saje a quienes saben profundizar més alla de su inocente apariencia.LA EVOLUCION DEL TAROT
a
EL TAROT DE CARLOS VI
Fn la Biblioteca Nacional de Paris se conserva un juego de dieci-
siete laminas de un tamafio de 19 x 10 cm legado a Luis XVI por Ro-
ger de Gaignieres en 1711, que durante mucho tiempo se crey6 que
formaba parte del Tarot pintado por Gringonneur en 1392, pero pro-
cedente en realidad del norte de Italia, seguramente de Venecia, y pin-
tado a finales del siglo xv
Dichas laminas carecen de leyendas y la numeracin que figura
en algunas de ellas es posterior, pero no existe la menor duda de que
formaban parte de un Tarot. Todas ellas estan pintadas a mano sobre
pergamino por un excelente artista, y si bien presentan algunas dife-
rencias con el modelo que consideramos clasico, ésias parecen ser
debidas al deseo del artista de mejorar su calidad pictoriea, por cierto
muy elevada
Estas cartas son: El Emperador, El Papa, E] Enamorado, Fl Carro.
La Justicia, El Ermitario, La Fuerza, El Ahorcado, La Muerte, La Tem-
planza, La Torre, La Luna, El Sol, El Juicio, El Mundo, El Loco y el
Valet o Sota de Espadas.
Como vemos, y a pesar de lo que se crefa, el Tarot de Carlos VIno
es el mas antiguo que se conoce, pero a pesar de tado sigue siendo el
mas famoso y por ello lo mencionamos en primer lugar.
Anteriores al mismo son varios juegos, todos ellos procedentes del
norte de Italia, especialmente de Milan, Bolonia, Ferrara, Venecia y
Florencia.
a EL TAROCHINO DE BOLONIA
Es un juego reducido a sesenta y dos laminas por la supresion de
los doses, treses, cuatros y cincos de los arcanos menores, y se cree
que fue creado por Francesco Fibbia, principe de Pisa, mientZas se ha-
llaba exilado en Bolonia, donde fallecio en 1419.
Los arcanos mayores no llevan ninguna leyenda y El Papa, La Pa-
pisa y El Emperador han sido substituidos por figuras de moros, segu-
ramente porque la copia que nos ha llegado fue realizada después de
la anexion de Bolonia al Estado Pontificio en 1513, 0 quizas por ha-
berse creado dicho Tarochino con posterioridad a esa fecha y no por
Fibbia, como se afirma.
EL TAROT DE VISCONTI-SFORZA
Las nobles familias Visconti y Sforza de Milan nos han legado un
juego, llamado por dicho motivo de Visconti-Sforza, que seguramente
es el mas antiguo de los que se conservan en buenas condiciones y
practicamente completo.EL GRAN LIBRO DEL TAROT
28
El Tarot de Carlos VI29
LA EVOLUCION DEL TAROT
E] Tarot de Carlos Vi30 EL GRAN LIBRO DEL TAROT
Algunas laminas del Tarot de Visconti-Sforza
Se supone que fue pintado entre 1432, ano en que tuvo lugar el
matrimonio de Francesco Sforza con Biance Maria Visconti que unio
a ambas familias, y 1466, en que murié el duque de Sforza. De las se-
senia y ocho cartas que lo componen, la Pierpont Morgan Library de
Nueva York adquitid treinta y cinco en 1911, la Academia Carrara
de Bérgamo pose veintiséis, y la familia Colleone, tambien de Bérga-
mo, olras irece, mientras que las cuatro restantes se han perdido.LA EVOLUCION DEL TAROT
La mayoria de las figuras corresponden al tipo clasico, pero otras
presentan variaciones mas 0 menos importantes. Asi por ejemplo, en
El Carro aparece una mujer en lugar de un hombre: La Templanza se
ve substituida por la Esperanza: e incluso existe una carta, La Caridad,
que no se corresponde con ninguna del Tarot
‘Algunos autores creen ver en estes diferencias una influencia de las
Minchiate florentinas de las que hablaremos a continuacién; pero en nues-
tra opinidn lo maximo que podemos deducir es que se trata de una prue-
ba mas del origen comtin de todos los Tarots a partir de las carticellas.
LA MINCHIATE FLORENTINA
A principios del siglo xv aparece en Florencia un Tarot ampliado,
ya mencionado en 1543 por Aretino con el nombre de germini, que
alcanz6 gran éxito en toda Italia ¢ incluso se exporté a algunas locali-
dades de Alemania y Francia
De las setenta y ocho cartas ya conocidas se suprimi El Papa,
pero se afiadieron las tres virtudes teologales, una virlud cardinal, La
Prudencia, los cuatro elementos y los dace signos del zodiaco, o sea,
veinte cartas nuevas, cor lo cual su niimero se eleva a noventa y sie-
te: cincuenta y seis arcanos menores y cuarenta y uno mayores, De es
tos tiltimos, los treinta y cinco primeros, llamados Papi, carecen de tt
tulo y se hallan ordenados con niimeros romanos; los cinco siquientes,
llamados Arie, carecen de titulo y numeracién, y se finaliza la serie con
E! Loco, también sin numerar ni definir.
Sulista es la siguiente:
1 EI Mago
I El Gran Duque
W El Emperador de Occidente
VV El Emperador de Oriente
Vv El Enamorado
vi La Templanza
Vil La Fuerza
Vil La dusticia
Ik La Rueda de la Fortuna
xX El Carro.
XI | Ermitatio
XI El Ahorcedo
Xill La Muerte
XIV El Diablo
XV La Tone
XVI La Esperanza
XVI La Prudencia
XVI laFe
xIK La Caridad
XX El Fuego
aL32
EL GRAN LIBRO DEL TAROT
Reproduceion de algunas laminas de la Minchiate Fiorentina (Ediciones ll Meneghello, Milan)LA EVOLUCION DEL TAROT
33,
XX El Agua
XXIL La Tierra
XXII El Aire
XXIV Libra
XXV Virgo
XXVI Escorpion
XXVIl Aries
XXVIl Capricornio
XXIK Sagitario
XXK Cancer
XXX Piscis
XXXIl Acuario
XXXII Leo
XXXIV. Tauro
XXXV Geminis
La Estrella
La Luna
EI Sol
E] Mundo
El Juicio Final
Loco
Por su parte, las figuras de los arcanos menores también carecen
de nombre y numeracién, y lo mas curioso es que los Caballeros (0
Caballos) se hallan representados por figuras mitad hombre y mitad ca-
ballo o monstruo,
Esta baraja, cuyas dimensiones variaban segiin la version de que se
tratara (50 x 100 mm 0 60 x 93 mm), desaparecié del mercado en la
segunda mitad del siglo xix.
EL TAROCHINO DE MITELLI a
Una continuacién del Tarochino de Bolonia es la grabada por el
bolories Giuseppe Maria Mitelli (1634-1718), con sesenta y dos lami-
nas, pero con La Papisa convertida en un segunda Papa, con lo cual
existen dos: uno sentado y otro de pie; El Emperador y La Emperattiz
son los Emperadores de Oriente y Occidente; El Ahorcado se subst
tuye por un hombre golpeando a otro con un martillo; El Ermitano se
converte en una figura alada apoyada en unas muletas, El Sol en Apo-
Jo y La Luna en Diana. En los arcanos menores también han sido el
mninadlos los doses, treses, cuatros y cincos
LA TRAPOLA
Finalmente, y como una continuacién de las simplificaciones inicia-
das con los Tarochines, aparece la Trépola (conocida en Francia comoEL GRAN LIBRO DEL TAROT
34
Algunas laminas del Tarochino de MitelliLA EVOLUCION DEL TAROT
Trebuchet); en realidad solo es una baraja de juego con treinta y seis
cartas por carecer de arcanos mayores; las cartas numerales se redu-
cena kas 1, 2, 7, 8, 9y 10, y las figuras a Valet, Caballo y Rey.
EL TAROT DE MARSELLA
Dello expuesto hasta ahora podemos deducir que en los inicios del
siglo XV existian numerosas colecciones de laminas -o de barajas, si
asi se prefiere- coincidentes en lo fundamental pero que diferfan en-
tre si en detalles secundarios, en los cuales sus creadores a veces da-
ban rienda suelta a su fantasia, con lo cual y tinicamente en lo acce-
sorio o mas comprometido (como por ejemplo la figura de La Papisa)
se apartaban del modelo preestablecido, cuyo origen debemos buscar
en.un inocente juego de diversion que llevaba incluida una serie de car-
ticellas de caracter esotérico.
A partir de dichas fechas, al mejorar y simplificarse los medios de
produccién gracias a la invencién del grabado, primero en madera y
luego en metal, prolifera la creacion de barajas que van separandose
de su finalidad esotérica para centrarse en la de diversién, lo que da
origen a la creacion simultanea de barajas sin arcanos mayores y de
Tarts mas 0 menos complicados o simplificados.
Un hecho curioso es que a pesar del origen italiano del Tarot se
impone rapidamente el modelo provenzal gracias a la simplicidad de
su dibujo y al acierto de los colores (o quizas por ser el que mejor con-
serva su espiritu tradicional) hasta el punto de ser exportado a la mis-
‘ma Italia. Es por ello que todos los modelos anteriores a 1760 poseen
sus leyendas escritas en francés, y s6lo a partir de dicha fecha empie-
zan a traducirse al italiano y demas idiomas nacionales.
Asta costumbre de editar las leyendas en francés se debe la exis-
tencia de una serie de divertidas errores de inscripcién a causa del des-
conocimiento de dicho idioma por quienes copiaban los Tarots. Asi
por ejemplo, un ejemplar manufacturado en Bruselas por Bodet a fi-
nales del siglo xvit se titula Cartas de Taraut en lugar de Cartes du Ta-
rot; en un ejemplar impreso en 1783 en Mumliswil por Schaer apare-
ce la leyenda «L’Moruxe en lugar de «L’Amoreuxe (El Enamorado}; en
otro editado en Bruselas por Keusters, Fl Mago recibe el nombre de
‘Le Rateleur (que en francés significa el rastrillador) en lugar de «Le
Bateleurs; y asi podriamos citar muchos otros ejemplos.
De estos modelos provenzales aparecen numerosos fabricantes dis-
tribuidos por doquier: Alemania, Francia, Italia, Bélgica..., cuyos nom-
bres solian inscribir en el dos de Oros y sus iniciales en Fl Carro y el
tres de Copas. Entre dichos modelos podemos destacar el grabado
por Carlos Burdel en 1751, el de Francois Bourlion de 1760 y el de
Nicolas Conver en 1761. En cuanto al Tarot de que se sirvié Court
de Gebelin, pertenece a la fabrica de barajas de la viuda Toulon (Veu-
ve Toulon) que existié en Marsella de 1750 a 1755
A partir de dichas fechas debemos centrar la historia del Tarot en36 EL GRAN LIBRO DEL TAROT
Las diez primeras laminas del Tarot de BurdelLA EVOLLCION DEL TAROT
la de quienes lo estudiaron y no en el propio Tarot, pues la inmensa
variedad de barajas que florecen en los siglos xix y XX se limitan a ser
variaciones y mas variaciones sobre el mismo tema; distintas repre-
sentaciones del valor «oculto» que cada autor quiere atribuirles; o me-
ramente al deseo de editar el propio Tarot toda lo cual en lugar de in-
formar y aclarar, a lo que conduce es a confusion sobre el verdadero
sentido del Tarot.
3738
EL GRAN LIBRO DEL TAROT
3. Los pioneros del Tarot
Court de Gebelin
Se COURT DE GEBELIN
En febrero de 1719 nacia en Ginebra el hijo de un pastor protes-
tante francés refugiado en Suiza. Se trataba de Antoine Court de Ge-
belin, que tras profesar Teologia en la Academia de Lausana se trasla-
da a Pars, donde llega a convertirse en portavoz de la comunidad pro-
testante
Durante toda su vida fue Court de Gebelin un apasionado estudio-
so de la mitologia y las religiones, especialmente desde el punto de vista
lingiiistico, y es por ello que se convierte en un enamorado de la es-
critura jeroglifica egipcia, en cuyos simbolos indescifrables cree adivi-
nar se encierran las verdades y misterios de una suprema sabiduria
Y como culminacién a esta biisqueda dedica los tiltimos afios de su
vida a recopilar sus conocimientos en una obra maestra, verdadero
monumento de erudicién, que iniciada en 1768 llegara a constar de
nueve voltimenes que verén la luz de 1773 a 1782, con el titulo ge-
nérico de Le Monde primitif analysé et comparé avec le Monde mo-
derne. En el tomo VIII, publicado en 1781, hallamos una disertacion
titulada «