Libro Música y Poder Político - El Caso Tachirense (1869-1929)
Libro Música y Poder Político - El Caso Tachirense (1869-1929)
Libro Música y Poder Político - El Caso Tachirense (1869-1929)
NDICE
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PRLOGO
En cierta tradicin historiogrfica, de culto ferviente entre nosotros, la historia est escrita con los nombres de los actores principales
de las gestas militares o de hechos medidos en cifras que poco o nada
dicen de la vida de unos hombres que dieron sentido a su particular
existencia local y que por ello pudieron proyectarse ms all de los
confines a los que los avatares histricos y las prcticas de los gobernantes nacionales les haban confinado.
Sin embargo, nada es tan necesario como poner ante los ojos
ciertas cosas cuya existencia puestas de manifiesto vienen a dar un
paso en el necesario acercamiento al ser de un pueblo y de su existencia colectiva. Estas cosas, invisibles ante la mirada oficial de ayer y de
hoy, no pasan desapercibidas para el intelectual serio y concienzudo.
Justamente, la investigacin del Prof. Luis Hernndez expone
la esencialidad de la vida social de una pequea provincia que es la
sustancia de fondo del poder andino que tan consistentemente se
hizo presente en la poltica venezolana en los ltimos cien aos, que
ya es mucho decir para una joven repblica que no va ms all de los
doscientos aos.
El abordaje es inusual en un trabajo de historia poltica. A la
manera de los grandes pensadores decide relacionar poder poltico y
msica en el contexto de una sociedad que nace al acontecer republicano con el vigor, orgullo y sentido de pertenencia de unos hombres
asediados por el abandono y el abuso de poder de las autoridades de
un pas sacudido por la inestabilidad poltica.
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las casas particulares hasta los distinguidos clubes como el Tchira o en el muy distinguido Saln de Lectura de San Cristbal. Es
delicioso conocer aquellos programas de msica culta en el detalle
de sus promotores, ejecutantes, compositores e intrpretes de diversos
gneros universales y locales.
Tambin la msica, propiciada por los gobernantes, corra por las
calles. Bajo su influjo se nos muestra cmo se transforma la infraestructura de la ciudad, sus plazas y parques, para asistir a la retreta, como
entretenimiento de la gente y con frecuencia en honor al gobernante.
La msica sublimando la poltica, el poder legitimndose por la msica en los tiempos del florecimiento cultural del Tchira. Luego, se
muestra la decadencia de la msica en las frreas manos de aquellos
hombres, tachirenses tambin, que gobernaron al pas en el primer
tercio del siglo XX; los msicos, como lo muestra la investigacin del
Prof. Hernndez, fueron tratados como delincuentes, como subversivos resignados trabajadores que deban cumplir inexorablemente las
rdenes del tirano dictador poltico y del tirano dictador musical A
esta decadencia se aadi la llegada, adems, de la industria musical;
son los ltimos tiempos analizados en esta obra.
Quizs, sin proponrselo, el autor ha inscripto su obra dentro de
aquellas miradas de hombres sabios que conocen el poder de la msica
como poder formador del alma humana individual y colectiva. Tal es
la tesis de Platn al reflexionar sobre asuntos polticos. Tal tambin
la creencia de antiguas y sabias culturas, como la china. Al leer este
trabajo de Luis Hernndez usted pensar inmediatamente, al igual que
yo, en el Juego de Abalorios de Hermann Hesse. A la msica, recuerda
Hesse, se le atribua una misin directiva en la vida de la comunidad; se
identificaba el bienestar de la msica con el de la sociedad, la cultura,
de la moral y an del reino en el caso de la China legendaria.
Este trabajo que ustedes leern con gusto por su excelente prosa,
es realmente el fruto de una enjundiosa investigacin historiogrfica
realizada por un hombre que rene en s las cualidades del virtuoso
de la msica, el estudioso de la historia y la poltica y de la gerencia
pblica de la cultura. Tal es el fundamento del quehacer del Prof. Luis
Hernndez.
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INTRODUCCIN
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A MANERA DE RESUMEN
Desde 1856, ao en que logr su ereccin como provincia autnoma, separndose de Mrida, el Tchira pudo reunir los ms variados
elementos culturales que lo transformaron en crisol del pensamiento
y de la accin. Es tal vez, el nico caso en la convulsionada Venezuela
de la segunda mitad del siglo XIX, en que, a diferencia de episodios
fratricidas y de continuas tragedias de desolacin, guerra y muerte,
fue posible conformar un espacio particular para la educacin, la
cultura, el afianzamiento de la identidad y la fabricacin de una delicada urdimbre de tejido social. Se hizo tambin dentro de un gran
aislamiento geogrfico, principalmente de Caracas, cuyos gobiernos
desatendieron los persistentes llamados y requerimientos de sus habitantes que perseguan el progreso. De igual manera, el territorio
fue anexado durante veinte aos al llamado Gran Estado Los Andes,
dominado desde Mrida y Trujillo, dejando a la deriva las iniciativas
de la peculiar sociedad civil que se gestaba en tan florido espacio.
Sus monitores comprendieron la dimensin de la obra que deberan
realizar a expensas del Estado, que hizo caso omiso de su obligacin.
Con la sede del poder poltico distante de San Cristbal, se gest
entre los aos 1879 y 1899, uno de los ms grandes crecimientos econmicos manifestados en el pas. La produccin del caf y su dinmica
capitalista, efectuada por casas comerciales europeas, particularmente
alemanas, colocaron los nmeros de las finanzas nacionales en dgitos
jams conocidos, concluyendo en una floreciente bonanza que cambi la faz de la distante comarca. A ella llegaron los ms prestantes
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CONTRERAS SERRANO, Juan Nepomuceno. CENTENARIO DE LA PROVINCIA DEL TCHIRA. Ejecutivo del Estado Tchira. San Cristbal. 1956. Pg. 19.
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MONTILLA, Jos Abel. EL TERRUO, LA PATRIA Y EL MUNDO. Biblioteca
de Autores y Temas Tachirenses. Tomo n 72. San Cristbal. 1977. Pg. 34.
5
CARRERO, Manuel. CIPRIANO CASTRO. EL IMPERIALISMO Y LA SOBERANA NACIONAL VENEZOLANA. 1895-1908. Biblioteca de Autores y
Temas Tachirenses. Tomo n 172. Caracas. 2000. Pgs. 58 y 59.
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de saber querer y odiar, de preferir unas cosas y rechazar otras. Es decir de ser
llanero, o andino, de ser oriental o guayans.13
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Luego de haber obtenido su gentilicio, los tachirenses o tachireos22, trmino empleado por el gobernador Pascual Casanova para
llamar a los habitantes de la novel provincia, siempre demostraron su
rebelda cuando la entidad fue anexionada al Zulia o en ltimo caso
al Estado Los Andes.
Un Tchira feudal y brbaro?
En una parte de la historiografa nacional se ha tenido la desviada creencia de considerar al Tchira como un mundo de salvajes,
de brbaros. Su aislamiento, los intrincados caminos para abordarlo
y la poca investigacin que se ha realizado en tal sentido, conducen
a mostrar una incierta apreciacin. Es desde 1899, con los sucesos de
la Revolucin Liberal Restauradora, cuando empieza a tomarse inters por esa tierra de montaeses, que desde luego, no eran ningunos
VILA, Marco Aurelio. Ob. Cit. Pg. 39.
CHIOSSONE. Ob. Cit. Pg. 99.
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BORJA, Rodrigo. ENCICLOPEDIA DE LA POLTICA. Fondo de Cultura Econmica. Mxico. 1997. Pg. 57.
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CONTRERAS SERRANO, Juan N. Ob. Cit. Pg. 38.
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Concluye, enfatizando que ese mal podemos conjurarlo realizando la formacin del grande Estado compuesto de las pequeas
secciones del Tchira, Mrida y Trujillo.25
Sin embargo, la violencia continu. Las afrentas personales,
los abusos de autoridad y el vejamen pblico sucedidos entre 1882
y 1886, en la Seccin Tchira gobernada por Marcos Rodrguez y
Francisco Alvarado26, fueron sustituidas por los episodios de la llamada
La Aclamacin Nacional, proceso que permiti la vuelta al poder
de Guzmn Blanco entre 1886 y 1888. En consecuencia, La Voz del
UNIN DE LA CORDILLERA. San Cristbal. 4 de diciembre de 1878.
dem.
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CRDENAS, Horacio. BIBLIOGRAFA Y HEMEROGRAFA DEL ESTADO
TCHIRA. Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses. Tomo n 107. Caracas.
1992. Pg. XXX.
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La reaccin meridea argument que con esas tendencias autonomistas, los tachirenses se reduciran a la condicin de parias,
pues ante las autoridades nacionales no se oira nuestra voz. Los
tachirenses respondieron que
es mejor conservar la dignidad y el buen crdito en un pequeo territorio que
no la desconfianza en una vasta extensin. Es muy triste vivir aniquilado,
empobrecido, de esperanzas desvanecidas, siguiendo una vida indiferente y
adormecida bajo el imperio de quien de ninguna manera puede jams hacerle
feliz.33
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Usando sus argumentos de abogado, Morantes rechazaba la imposicin de gobernantes que no conocan la realidad de la regin, es
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servicio del pas y que sostuvieron con tenacidad ejemplar y con aliento de poderosa energa, digna quiz de mayor causa, pero no por eso menos benemrita,
lo que crea su derecho. En ese pasado fecundo, en esa lucha embravecida, se
form esa plyade de hombres de que la restauracin, dirigida por uno de los
varones ms esclarecidos de este suelo, el Gral. Castro, ha esparcido por todo
el mbito de la Repblica, distinguindose en todas partes por su carcter viril
y su capacidad. Los directores de la Nacin y de algunos Estados bebieron en
aquellas fuentes y tendrn puesto distinguido en nuestra historia.38
La subjetiva apreciacin deja a un lado a sus opositores. El triunfador aqu escribe la historia, sin advertir que, de un momento a otro,
todo cambiara. En 1908, un golpe de Estado condujo a Juan Vicente
Gmez al poder, deponiendo a su compadre Cipriano Castro. Este
mandato concluir con su muerte en diciembre de 1935, por lo que,
por razones de la demarcacin del perodo a estudiar, se est ante la
presencia de gobiernos que interpretaron el hecho cultural como un
campo para destacar el mbito musical, excluyendo las otras artes.
Entretanto, los gobernantes del Tchira, siendo este autnomo o
dependiendo de la jurisdiccin de Mrida, mantuvieron particulares
relaciones con la msica, sus cultores y sus instituciones, siendo algunos destacados ejecutantes. Una peculiar relacin se evidencia. Por
lo tanto, las posturas de la poltica cultural fueron manifestadas de
manera tcita, pero determinante.
El Tchira como marco geogrfico permiti, entre 1869 y 1929, la
exposicin de variadas expresiones culturales y sociales. La ciudad de
San Cristbal, en particular, fue epicentro de importantes comercios
de origen europeo, importadores de mercancas y exportadores de caf.
Dos colegios federales, algunos nacionales y otros municipales fueron
albergue para la juventud que buscaba superarse. Se constituyeron
bandas de msica muy incipientes, algunos conjuntos instrumentales,
organizaciones de mnima estructura, y solistas locales ofrecieron su
talento en peculiares espacios a travs de recitales, veladas y conciertos,
en los que participaron generales, doctores, institutores, estudiantes,
seoritas de reconocidas familias, funcionarios pblicos, comerciantes,
oficinistas, hasta msicos de oficio.
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Muchos peridicos y escasos libros fueron publicados por escritores regionales. Algunos de ellos dejaron sus producciones en las pginas, luego archivadas por celosas hemerotecas, como la de don Tulio
Febres Cordero en Mrida. La institucionalidad, el afianzamiento del
territorio, los llamados valores regionales fueron traducidos en himnos,
escudos y banderas. La ciudad mostraba su adelanto urbanstico con
nuevos barrios, parques, plazas, bustos y estatuas, y los progresos de
la tcnica como el alumbrado elctrico, el telgrafo, el telfono, el
cine, el fongrafo, la mquina de escribir, el ferrocarril y el automvil
asombraban a los maravillados parroquianos.
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La tercera noticia, hasta ahora hallada, es la creacin de la Sociedad Filarmnica de San Cristbal, cuya acta de instalacin en el
Colegio del Tchira por parte de los ciudadanos Antonio Mara Delgado, Luis Felipe Briceo, Manuel Hernndez, Jos Ignacio Crdenas
EL CONTADOR. San Cristbal. 1 enero de 1894.
LIBRO DE LA COFRADA DE NUESTRA SEORA DEL ROSARIO DE CHIQUINQUIR. (1774-1850) Archivo de la Iglesia Parroquial de Lobatera. Tchira.
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CONTRERAS SERRANO, Juan Nepomuceno. Ob. Cit. Pg. 32.
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El Boletn Comercial editado en Triba por Jos Trinidad Colmenares, public en varias ediciones de 1897, la lista de los docentes
musicales esparcidos por el Tchira, denotndose la importancia de
esta actividad. La enseanza artstica era dirigida por el militar Florentino Vargas en Coln; Luis Gonzaga Vivas y Santos Colmenares en
Lobatera; Romn Sosa y Jess Mara Mora en Seboruco; el merideo
Emilio Muoz y el colombiano Ramn Vera Guerrero en La Grita;
los colombianos Alejandro Fernndez, Domingo Bolvar y Gabriel
Bargall en Rubio; el maestro Rosario Aez y la seora Florinda de
Avendao en Triba; Jess Velasco Bustamante y Abraham Parada en
Capacho, advirtiendo que el primero llegara a ser general y presidente
del Estado, adems de cuado de Cipriano Castro. En San Cristbal la
profesin estaba representada por el funcionario municipal y violinista
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muchachos estn listos para el primer concierto pblico. El que agrada tanto
al general Olivares, que decide pagar diez bolvares por actuacin a cada uno
de los ejecutantes de la que ms adelante ser la nueva Banda del Estado.58
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quien solicit ante la Corona autorizacin para fundar en Caracas la Congregacin del Oratorio de San Felipe Neri. Logr congregar en el Oratorio
a los msicos de Caracas, a los aspirantes a compositores o ejecutores y a los
aficionados y, adems, aglutinar aquellos elementos dispersos y sistematizar la
enseanza hacindola accesible a los jvenes. Se le considera como el propulsor
de la msica en Caracas.65
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cin Pblica del 20 de enero de 1904 estableci como parte del mismo
la enseanza de la msica, por lo cual sta qued adscrita al Ministerio
de Fomento, hasta la creacin del Ministerio de Instruccin Pblica.66
Para finalizar las consideraciones sobre la intervencin estatal
en la formacin de msicos en el Tchira, la escuela de Alejandro
Fernndez de 1926 no tuvo mayor trascendencia por su enfermedad
y posterior muerte en 1934. Sera en el gobierno de Jos Abel Montilla, a partir de 1939, cuando otro esfuerzo oficial concluira con la
fundacin de la Academia de Msica del Estado en 1942, dirigida
por Luis Felipe Ramn y Rivera, segn decisin del presidente del
Estado, mayor Francisco Angarita Arvelo.67 En el orden eclesistico,
la entidad no vivi un surgimiento esttico planteado por la Iglesia,
como sucediera en Caracas con el padre Sojo. Tampoco se logr la
implementacin de estudios superiores musicales para la formacin
de compositores o ejecutantes a un superior nivel.
No hubo en ese perodo una enseanza musical sistemtica,
mucho menos institucional, bien fuera pblica o privada. Todo se circunscriba a la realizacin de los mencionados actos culturales con la
participacin de alguna banda compuesta por msicos independientes,
la presencia de algn regular solista, instrumentista o cantante acompaado al piano. La actividad musical se circunscriba a la difusin de
obras semiclsicas y populares en retretas organizadas a tal efecto y
ejecutadas en plazas pblicas, adems de las veladas en algunas casas
de la ciudad.
La Venezuela de la segunda mitad del siglo XIX estaba sumergida
en una vorgine social que origin contiendas fratricidas, estableciendo, en el caso de Los Andes, semifeudos gobernados por hombres casi
ignaros provenientes de otras regiones del pas. El panorama educacional era lamentable, igualmente el artstico. Lo sostiene Felipe A.
Massiani, al decir que
Iniciada ya la segunda mitad del siglo XIX, Venezuela se encontraba en
situacin de franco estancamiento. Las guerras civiles, con sus vctimas y
PEN, Jos y GUIDO, Walter (directores). ENCICLOPEDIA DE LA MSICA EN VENEZUELA. Fundacin Bigott. Caracas. 1998. Tomo I. Pg. 405.
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INSTITUTO AUTNOMO ESTADAL DE MSICA. Academia de Msica
del Tchira. Bodas de Plata. San Cristbal. 1962. Pg. 5.
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La presencia estatal se haba consumado en muchos de los aspectos del hecho cultural. La iniciativa particular se redujo desde
comienzos del siglo XX a unos cuantos actos presentados en los clubes
sociales, en el Saln de Lectura y en el Teatro Garbiras, aforo inaugurado el 1 de octubre de 1904, por instancia de la familia Semidei
LIBRO DE DECRETOS. Gobernacin del Estado Tchira. San Cristbal. 1928.
Archivo General del Estado Tchira.
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STRONG, Roy. ARTE Y PODER. Alianza Editorial. Madrid. 1984. Pg. 21.
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estren el Himno Natalicio del Libertador del compositor Jos Consolacin Colmenares, quien ejecut do de violines con Eloy Galaviz.78
Colmenares sera maestro de msica de Cipriano Castro y padre del
ltimo gobernador tachirense msico, el abogado Abigal Colmenares.
Los actos del 5 de Julio fueron amenizados en 1887 con una retreta en la Plaza Bolvar79, interpretada por la llamada Banda de los
Cachacos, organizacin integrada por algunos notables de la ciudad
que usaban palt levita en sus paseos musicales. En su afn de imponer
fiestas patrias, el Estado, persiguiendo la reunin de los pobladores en
el estrado pblico, utiliz el estamento musical para su propsito. En
este orden celebr, en julio de 1888, el centenario del nacimiento del
coronel Antonio Rangel, prcer merideo y oficial de caballera del
Ejrcito venezolano en la guerra de Independencia, de quien no se
conmemorara otro recuerdo a su memoria en el Tchira. En el paseo
de msica, la banda del distrito interpret el Himno Nacional y
hubo retreta en la Plaza Coln80, destacndose la interpretacin del
Gloria al Bravo Pueblo que el yugo lanz, en la presentacin del da 4,
lo que podra considerarse como la primera vez que los habitantes de
San Cristbal, escucharan el canto patritico declarado oficial por el
presidente Guzmn Blanco, el 25 de mayo de 1881. Ante la distancia
y desconocimiento de la partitura es probable que lo hayan arreglado
para banda, tomndolo de la versin oficial para piano editada en 1883
por el pianista cumans Salvador Narciso Llamozas. Al da siguiente,
5 de julio, la banda recorri la ciudad en la maana y luego de una
procesin, continu un paseo hacia la plaza Coln.81 De esta plaza,
no hay en la actualidad, referencia alguna.
En ese julio de 1888, el Estado tachirense, en la cualidad de
Seccin del Gran Estado Los Andes, festej, dentro de su propio
esquema cultural, tal vez no compartido en Mrida o en Trujillo por
razones de cercana y afecto, la fiesta nacional colombiana del 20 de
Julio. Igual lo hara en 1919, al celebrar el centenario de la Batalla de
Boyac. La misma banda de msica, que podra ser la Banda Marcial
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Cabe sealar que en los sitios donde esta clase demostr sus
facultades artsticas no qued vestigio alguno de esas actuaciones.
Muchos de sus protagonistas no transmitieron esa tradicin cultural
a sus descendientes. La posterior integracin de los clubes sociales fue
el reducto de una clase que dej en los msicos la ejecucin del arte,
tratndolos, inclusive, con desprecio, creando para ellos su propia
puerta de atrs para entrar y salir, y su cubculo, por no decir camerino, impidiendo el contacto con los seores de la fiesta. Entonces,
qu pudo quedar de intencin sana hacia la msica por estas clases?
Solo la veleidad de una facultad artstica que qued refugiada en esos
salones, luego vacos y nostlgicos, en los que no germin el respeto
hacia el arte, ni hacia sus cultores de calle. Bien lo describi Mariano
Picn Salas, cuando asever que
No nos interesa, por ejemplo, la Cultura que sirve tan slo como el aditamento
decorativo de una clase esnob; la Cultura para conversar en el club o para
tomar el t, a la manera londinense, entre mujeres exquisitas, la nica Cultura
egocntrica, narcisista, intil y culpable a que aspir durante mucho tiempo
una sociedad decadente y ociosa.98
Club Tchira
PICON SALAS, Mariano. COMPRENSIN DE VENEZUELA. Antologas y
Selecciones de la Biblioteca Popular Venezolana. Ediciones del Ministerio de Educacin Nacional. Tomo 34. Caracas. 1949. Pg. 149.
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Pasodobles y toros
Un peculiar festejo social que convoca gran parte de la poblacin es la fiesta taurina. Las corridas de toros son de vieja data en el
Tchira. En 1774, el citado Libro de la Cofrada de Lobatera registra
la donacin de seis toros para la festividad de la Chiquinquir con la
obligacin de que se coman cada ao.102 Esta herencia espaola surgi
desde 1912, afianzndose durante los aos del mandato regional de
Eustoquio Gmez. Es una forma de vivir de este pas, donde
hay espectculo taurino y hay aficionados de todos los niveles y tipos, de los
ms comunes hasta los enciclopdicos, muchos de ellos con frecuentes viajes
a Espaa para disfrutar de un espectculo tan viejo como los fenicios, quienes
llevaron el toro al pas de los conejos, como llamaban a Iberia.103
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Curiosamente, uno de sus integrantes, el fabuloso trompetista y cornetista Federico William Hollingsworth, era novillero y actuaba bajo
el alias de Recajo II.106
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Club 19 de Abril
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Nicols Costantino
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Luis Felipe Medina Prada desempeaba en Triba, en 1918, el oficio ejercido espordicamente por maestros de la vecina San Cristbal.
Asistiendo al msico Pedro Elas Garca, se logr en esa localidad la
ejecucin de la misa de Bordesse a dos voces en las fiestas patronales
de ese ao140, repitindolo en diciembre en la fiesta de la Inmaculada
Concepcin. Garca se present como Maestro de Capilla, Director
LA LIMOSNA. Rubio. 15 de junio de 1895.
EL ALDEANO. Rubio. 25 de mayo de 1912.
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EL ALBUM CATLICO. Triba. 16 de octubre de 1918.
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de Bandas y Orquestas, ofreciendo en 1911 sus servicios como afinador de pianos y rganos, adems de fabricar casullas, dalmticas
y frontales, entre otras vestiduras religiosas.141 Dentro de su ruta itinerante como supervisor Nacional de Educacin, el pedagogo Miguel
ngel Granado, compositor del Himno Al rbol y de la msica del
valse Recuerdos del Tchira, actu en Triba en los oficios de junio de
1919 junto al sacerdote italiano Jos Casazza142, director del Colegio
Salesiano de esa poblacin.
Desde la segunda dcada del siglo XX, Pedro Mara Monsalve,
comenz en San Cristbal, su magisterio como organista del Templo
de San Sebastin, Iglesia Matriz y posterior Catedral. Comenz a
impartir clases en este ramo en 1914, siendo solvente organista itinerante con su armonio porttil en las visitas pastorales realizadas por
el primer obispo de San Cristbal, Toms Antonio Sanmiguel, quien
lleg a sta en 1923.143
Ms all de la ejecucin de esas partituras de relativa sencillez, no
hay referencia sobre el desarrollo del arte religioso musical tachirense
durante esos aos. Tampoco del surgimiento de un gran creador de
obras, ni del montaje de solemnes partituras, menos de la instalacin
de rganos profesionales en algn templo del Tchira, como se hiciera
en la vecina Mrida. Es consecuencia de la ausencia de grandes ejecutantes de este instrumento y de verdaderos cultores de la msica
sagrada. El Estado no se inmiscuy en este aspecto, pero tampoco la
iniciativa civil o la jerarqua eclesistica hizo algo para remediar tan
notorio vaco.
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Msica y Teatro
A pesar de las imbricadas vas de comunicacin de fines del siglo
XIX, varias compaas de teatro procedentes de Caracas se presentaron
en San Cristbal. En la capital tachirense, uno de sus ex presidentes,
el zuliano Arstides Garbiras, quien gobernara en 1876145, sufrag a
sus expensas la construccin de un teatro146, tarea que continu su
familia, ante todo su yerno Jos Mara Semidei, inaugurndolo el 1 de
octubre de 1904, confirmndolo Arturo Guillermo Muoz al sostener
que Arstides Garbiras, mdico y poltico, periodista y poeta nacido
en Maracaibo, construy el primer teatro en San Cristbal y cre un
grupo teatral, nico en el Tchira.147
Teatro Garbiras
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Matriz de San Cristbal.155 Igualmente vivi en San Cristbal un hombre del Renacimiento, funcionario pblico, militar, pintor y msico,
Ramn Pino Faras, quien elabor el Escudo del Tchira decretado
oficialmente en 1905.156
El colombiano Mario se estableci en la capital tachirense en
1911.157 En su taller de pintura y fotografa ense esta ltima disciplina
a un joven msico de la Banda del Estado, discpulo de Nicols Costantino, quien comenz con la ejecucin del genis. Santos Zambrano
Daz es el nico ejemplo de alguien residente en la ciudad, nativo de
ella, que ejerciera las artes plsticas con cierta notabilidad. En enero de
1917, el novel escultor realiz un pequeo busto en greda del general
Uribe Uribe. El trabajo en honor del militar colombiano que pernoct en tierras tachirenses en 1901, demostr las cualidades del artista
pues sin maestros, ni educacin acadmica alguna, logr imprimir a
la arcilla el resaltante gesto del guerrero y tribuno liberal. El llamado
de la crnica era para que sus manifiestas cualidades artsticas no se
ahogaran en la indiferencia y poquedad de nuestro medio.158
En octubre de 1917, Zambrano pint un leo de Rubn Daro,159 y
en mayo de 1919 molde un busto del Nazareno. De nuevo, la crnica
exclamaba la ayuda para este artista del espectro plstico, rea que no
recibi aportes del Estado, exceptuando la orden oficial de elaborar
los frescos del Palacio de Gobierno inaugurado en 1907, realizados por
el mencionado italiano ngel Nferi.160 Sobre Zambrano, el llamado
de la prensa resaltaba
la disposicin innata que posee este artista del terruo, bien merecen se
tomaran en cuenta para que medios y estmulos proporcionados a edad conveniente, permitieran que ste que hoy pasa como un virtuoso ignorado, fuera
maana una autntica gloria del terruo, merced a un estudio suficiente que
HORIZONTES. San Cristbal. 6 de abril de 1907.
LA IDEA RESTAURADORA. San Cristbal. 6 de octubre de 1905. Igualmente se encontr el texto oficial del Decreto. Archivo General del Estado Tchira.
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HORIZONTES. San Cristbal. 2 de julio de 1911.
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HORIZONTES. San Cristbal. 13 de enero de 1917.
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EL PUEBLO. San Cristbal. 3 de octubre de 1917.
160
HERNNDEZ CONTRERAS, Luis y APARICIO HERRERA, Gregorio.
CRNICA VISUAL DEL TCHIRA. Municipio San Cristbal. N 5. Fototeca
del Tchira. Mrida. 2004. Pg. 4.
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Msica y Letras
El mundo de las letras corri igual suerte. Para 1876, algunas
pequeas obras y opsculos fueron editadas por Domingo Guzmn
(1852), Rafael J. Castillo (1864), Juan de Dios Bustamante (1865) y
Jos Miguel Crespo (1873) con temas parlamentarios, sagrados, gra161
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1910174, ao de la fundacin de su Biblioteca circulante,175 y se cumpli con una edicin de sus Juegos Florales, siendo galardonados en
la primera justa el sabio Tulio Febres Cordero, en prosa, y el abogado
merideo Jos Rafael Gonzlez Uzctegui en verso.176
En 1911, con motivo del centenario de la fecha patria del 5 de
Julio, volvi a realizarse otra contienda intelectual de esta naturaleza,
surgida del sector privado.177 El Estado mantuvo un relativo apoyo
subsidiario mensual a la organizacin, destacado por algunos mandatarios regionales como Juan Alberto Ramrez178, quien impuls la
construccin por parte del Gobierno Nacional de Juan Vicente Gmez,
de su primera sede propia, inaugurada el 24 de julio de 1929.179
Indudablemente, el Saln de Lectura ha representado un centro
de formacin, difusin y promocin cultural, auspiciado por la iniciativa particular y fomentado por el Estado, sin participacin alguna en
sus postulados. Represent siempre el espacio donde
peridicamente se dictaban conferencias sobre diversos tpicos histricos,
cientficos, morales y humansticos, disertaciones a las cuales se invitaba a
travs de la prensa y hojas volantes y que eran posteriormente reseadas y a
veces reproducidas en su totalidad en los mismos medios.180
96
en 1912, para sealarle que lo mejor del pensamiento venezolano del siglo
XIX estaba perdido en folletos y en incompletas colecciones de peridicos.181
Msica y Periodismo
Estrecha relacin se mantuvo entre la msica y el periodismo,
disciplina sta emprendida en el Tchira por un colombiano, Domingo Guzmn Escandn, fundador del Eco del Torbes en 1845, ejercicio
intelectual considerado por Arturo Cardozo como la actividad ms
notable en el mbito cultural, desplegada por los egresados de la
Universidad y de los Colegios en estas tribunas.182 Algunos de los
redactores, directores o creadores de peridicos eran msicos activos,
buenos aficionados, pero ante todo amantes de las artes. En otros casos,
los compositores rindieron homenaje a medios locales con partituras
creadas a tal efecto.
VELSQUEZ, Ramn J. Ob. Cit. Pgs. 31 y 32. Luego, el propio Dr. Velsquez
fundara en 1961 la Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses, recogiendo gran
parte de ese pensamiento disperso en casi 200 tomos.
182
CARDOZO. Ob. Cit. Pg. 104.
181
97
98
99
100
Antenoche fue ejecutado el gran vals que el profesor don Alejandro Fernndez
tuvo la fineza de dedicarnos con el nombre de nuestro diario. Al or la introduccin todos comprendimos que la inspiracin del maestro compositor vino
de muy alto, y luego lo comprobaron las cinco partes siguientes. La ejecucin
estuvo a la altura de la pieza. Por todo esto el vals fue muy aplaudido y el
profesor Sr. Fernndez felicitado cordialmente en particular.199
Portada de Horizontes
199
101
102
religiosa y a las directrices de los gobernantes que muy poco o nada hacan por
el fomento de la educacin y la cultura an en los niveles ms primarios.202
De igual manera no se compusieron cuerpos de danza, ballet, elencos teatrales o se constituy una verdadera escuela de artes plsticas.
No quedan vestigios de creaciones dramatrgicas, cuadros de baile,
montajes de cuadros escnicos o retratos oficiales de los mandatarios.
Esto se debi, simplemente por la ausencia de competentes artistas
y representantes de estas artes en el orden profesional. No haba
oficiantes con prestancia y el Estado no manifest inters alguno por
promoverlo. Al menos, para las letras estaban los espacios del Saln
de Lectura. Nada ms. Estos eran sitios destinados para veleidosos y
esnobistas.
En razn del periodismo, puede notarse la gran prestancia de esos
caballeros que realizaban las ms mltiples ocupaciones. Eran militares,
polticos, funcionarios pblicos, institutores, msicos y periodistas. En
este sentido, el procurador Ascensin Nio y el educador Hermenegildo Rivera, resumen parte de esa particular clase dirigente cultural,
que dej en esas pginas del peridico de ayer, la crnica diaria de esta
ciudad en sus ms variantes facetas.
Todo el orden estructural de la misma en sus sucesos diarios fue
relatado por esos artistas del pentagrama, de la pluma y de la imprenta,
que entendieron que el oficio de msico, como ellos lo ejercieron, por
iniciativa propia, como respuesta de la sociedad civil ante la anomia
del Estado, iba ms all de una retreta, de una tocata, de una velada.
Fueron verdaderos lderes y monitores sociales que incursionaron los
rdenes conductuales de una sociedad que hizo tejido social inspirada
por la msica.
El Tchira de la segunda mitad del siglo XIX fue liderado por
lderes con plena responsabilidad de su papel como monitores sociales.
Luego de la cercana del poder poltico, es decir, con la capital del
Tchira establecida en San Cristbal, con la vuelta a la autonoma
desde 1899, con la intervencin del Estado en lo cultural a travs de
GONZLEZ ESCORIHUELA, Ramn. LAS IDEAS POLTICAS EN EL TCHIRA. Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses. Tomo N 115. Caracas. 1994.
Pg. 33.
202
103
San Cristbal a comienzos del siglo XX. Carrera 7 con calle 8, casa de Matas Vivas
104
105
Federico Chacn
106
107
108
recen. Sin la luz y sin asientos, las familias pasarn oyendo una pieza
y no permanecern en la plaza durante la retreta.211
El Estado, sostenedor de la Banda que mejoraba en su conformacin tcnica, esttica e institucional bajo la direccin de Alejandro
Fernndez, comprendi que la construccin de un sitio particularmente diseado para su ubicacin, permitira una mayor atencin del
pblico ante la nica diversin colectiva que ofreca la ciudad, an
no invadida por los elementos de la industria cultural que ya estaban
en camino como el cine, el fongrafo y la radio.
El general Jess Velasco Bustamante, presidente del Tchira,
msico y compositor que orden la construccin de una glorieta en
la Plaza Pez, inaugurndola el 28 de marzo de 1909. Argument este
paso en razn de satisfacer
las necesidades de los pueblos de su mando, (y) hace todo cuanto est a su
alcance para que la renta de fomento sea repartida equitativamente entre
todos los distritos, al propio tiempo que procura con solcito inters que esta
renta sea empleada en obras de verdadera utilidad y progreso.212
109
110
Los ms prestantes oradores intervinieron resaltando la magnfica obra, entre ellos el secretario General de Gobierno, Pedro Len
Arellano, y el doctor Teodosio V. Snchez, quien habl en nombre del
cnsul de Colombia en San Cristbal. Varios sectores de la colectividad
se hicieron presentes, y hasta la colonia siria, representada por el notable comerciante Luis Baclini ofrend ante el nuevo monumento,
que mostraba por primera vez en San Cristbal por medio de una
219
111
112
Ejecutivo y del Poder Judicial. El decreto original dispona que el edificio sera sede de la Ilustre Corporacin Municipal y las Oficinas de
su dependencia, la Gobernacin del Distrito y el Cuartel de Polica.222
Viviendo en esa zona, adems de amante de la msica y del cine,
Gmez institucionaliz las retretas y las vistas cinematogrficas en el
Parque Sucre, frente a su casa, desde cuya entrada se instalaba con los
suyos en deleite diversivo. La Plaza Pez pas a ser un sitio desolado
los jueves y domingos de retretas.
113
Eliodoro Ocanto
En algunas ocasiones, la festividad poltica del rgimen se efectu tambin en la llamada Plaza 19, frente a la crcel y el cuartel, en
el antiguo sitio de Cuatro Esquinas, es decir, calles 5 y 6 con carreras
2 y 3. Eustoquio Gmez inaugur la Plaza 19 de Diciembre el 19 de
diciembre de 1915, poniendo en uso ese da el Parque Sucre.226 La
Plaza 19, como la llamaba el pueblo, sirvi para recordar el ascenso
de los Gmez al poder, para efectuar las corridas de toros, celebrando
asimismo los festejos de enero y algunas retretas en tan especial fecha, con esplndida iluminacin, vistas cinematogrficas, bellsima
pirotecnia, y globos de mltiples formas y colores.227
226
227
114
Plaza 19 de Diciembre
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Teatro Garbiras
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Guillermo Bolvar
HORIZONTES. San Cristbal. 10 de enero de 1905.
HORIZONTES. San Cristbal. 5 de enero de 1905.
271
LA IDEA RESTAURADORA. San Cristbal. 19 de enero de 1905.
272
HORIZONTES. San Cristbal. 14 de enero de 1905.
273
MARGHELLA y LEN. Ob. Cit. Pg. 88.
269
270
127
Doa Zoila vuelve a su tierra. La Exposicin regional. Loas y elogios con msica
Desde comienzos de diciembre de 1905 se adverta sobre la
inminente visita de la Compaa de Zarzuela y Versos de Guillermo
Bolvar y Sebastin Daz Pea. El primero, precursor del teatro venezolano es citado por la referida Enciclopedia de la Msica en Venezuela
editada por la Fundacin Bigott, como nativo de La Guaira, quien ya
actuaba, en 1881, con una destacada carrera ejercida en varios pases
de Amrica Latina.274
Daz Pea era un notabilsimo pianista, director y compositor
nativo de Valencia, cuyo vnculo musical al gobierno de Cipriano
Castro fue ms que evidente por las obras que compuso. Su msica era
conocida en el Tchira, pues la Banda del Estado dirigida por Alejandro Fernndez haba interpretado varias partituras suyas, destacndose
los valses Club Victoria en diciembre de 1903;275 Zoila (en alusin a la
primera dama de la Repblica) en enero de 1905;276 La Reforma en
marzo de 1905;277 y El Pacificador, dedicado al valiente general Juan
Vicente Gmez, ejecutado en mayo de 1905.278
128
129
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Ob. Cit.
131
Zoila de Castro
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136
El Cuarteto Colombiano
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139
140
Afinando el piano
Una evidente influencia musical la constituy la presencia en la
ciudad de varios tcnicos reparadores y afinadores de pianos, quienes
por unas temporadas pernoctaban en la ciudad, a la que se llegaba,
partiendo desde Caracas, antes de 1925, en un viaje no menor a tres
semanas, por lo que la estancia de estas personas o de las agrupaciones
artsticas, no poda ser menos a tres meses. Los tcnicos reparadores
provenientes de Caracas, Maracaibo, Colombia u otros lugares, ofrecan adems de su compleja labor artesanal, algunas clases de msica
a quienes lo solicitaran.
De este modo, hay datos sobre la presencia de Apolidoro Torres
en 1913, quien anunciaba su especialidad en la reparacin de pianos,
cajas meldicas, armonios, mquinas de coser, armas de precisin,
etc.331 R. Rosell, agente de ventas de los autopianos americanos
Koela-Kimball en 1916, deca proceder de una gira por Centro y Sur
Amrica como reparador de pianos y autopianos, ofreciendo sus
servicios profesionales a la distinguida sociedad de sta y garantiza el
trabajo que se le encomiende.332 Mientras que Adolfo de Pool, prestigioso msico curazoleo radicado en Maracaibo, maestro de baile,
331
332
141
142
Los criterios de inmigracin de esos aos rechazaban indiscriminadamente a los chinos, judos o espaoles, favoreciendo a los
colombianos.337 Los llaneros dejaron su marcada huella en la msica
popular desarrollada en el Tchira del siglo XIX, destacndose la figura
del apureo Justo Telsforo Jaime, nacido en Periquera y apodado El
llanero, quien como viejo arreador de ganado o cagn que transit
la Selva de San Camilo, en el duro trabajo de llevar las reses a San
Cristbal, gust de estos parajes, cas con una tachirense y entabl
sana amistad por su condicin de buen msico, prestante director y
solvente compositor.
Luego de la interpretacin de su popular valse El campo est
florido, la orquesta de Jaime ejecutaba, segn un testigo de la poca,
pasodobles, polcas, pasillos, mazurcas, bambucos y las virginias y lanceros, introducidas estas dos ltimas por el general Osuna, llenaban los
programas, que se discutan y se requeran en splicas romnticas de
fino corte medioevo.338 Jaime compuso, como ya se refiri, el primer
joropo tachirense, llamado Punta e soga, en razn de su viejo oficio
pastoril. Fue el ltimo director de la Banda Sucre, bajo el auspicio
particular, luego condujo la de Triba falleciendo en sta en junio de
1918.339
143
144
Una caracterstica comn de estos forasteros era su inmediata y sincera identificacin con las aspiraciones de la nueva tierra natal. Generalmente se casaban
con mujeres tachirenses y se dedicaban a crear un patrimonio y a fomentar
nuevas empresas, sin pensar en el retorno a la tierra que haban dejado atrs.
Sus contemporneos a menudo los consideraban como tachirenses, y por lo
tanto, no es raro encontrar entre los ms esclarecidos voceros de los intereses
del Tchira a personas que no eran nativos de la regin.342
Alexander Bou
145
Durante sus estancias en esa San Cristbal de 1880 aproximadamente, el seor Rode se reuna con otro compatriota suyo, el seor
Birtner, director de la casa Minlos Breuer & Co. Ambos alquilaron
una casa y en ella tocaban por las tardes.
Desde entonces - relata Rode - mejor mi estilo de vida. Cuando ya sabamos
lo suficiente como para tocar a cuatro manos una sinfona de Beethoven o algo
parecido, invitamos a gente como el seor Bou, y esto me puso en relaciones
con la familia de ste.345
Henrique Rode
345
146
Influencia colombiana
Pero indudablemente, otra gran parte de esa influencia es colombiana. De all llegaron msicos, maestros, institutores, periodistas,
impresores, compaas lricas, elencos teatrales, posaderos, artesanos, militares, mdicos, sacerdotes, diplomticos, poetas y artistas
de verdadero renombre. Esta combinacin de recogedores de caf
y doctores se plasm en bambucos, pasillos, valses, tiples, bandolas,
violines y pianos. Toda una conjuncin que marc con nombres y
apellidos esa innegable penetracin cultural, expuesta tambin por
Arturo Guillermo Muoz indicando que los maestros, periodistas y
profesionales colombianos sobresalan en las actividades culturales de
los principales pueblos del Tchira; ellos dirigan colegios, escuelas y
bandas musicales, editaban peridicos y ejercan sus profesiones de
mdicos, farmaceutas y odontlogos.348
dem. Pg. 88.
MUOZ, Arturo G. Ob. Cit. Pg. 67.
348
MUOZ, Arturo G. Ob. Cit. Pg. 68.
346
347
147
En lo estrictamente musical, los nombres de Julio Quevedo, Secundino Jcome, Alejandro Fernndez, Abel Briceo, Teodosio V. Snchez, Eleazar Guerrero, Saturio Rangel y Celso Prez estn vinculados
a Colombia, la tierra donde nacieron y desde donde partieron llevando
su savia musical al Tchira, en el que unos se refugiaron dejando en
esta tierra sus restos. En 1889 se comentaba la presencia en Rubio de
un hbil tiplista, o ejecutante del tiple, instrumento de gran uso en
el acompaamiento de la msica popular de ese pas, popularizado
entre otros, por el general Francisco de Paula Santander, ejecutante
del mismo, quien se encarg de darle cabida social y difusin349. Este
caballero, Antonio Escobar, quien ejecut bellsimos trozos de su
repertorio estuvo acompaado de los seores Bernardo Murillo, Manuel Santander, quien era a la vez juez del Distrito Junn, y Alejandro
Fernndez, joven director de la Banda de esa localidad.350 Luego, se
manifestaran las ya reseadas presencias de Julio Peuela (pianista),
Simn Domingo Bolvar (director), Julio Angulo Lewis (violinista),
Luis David Villamizar (pianista) y Gabriel Bargall (cantante).
En 1901, en el Hotel Central se realiz una velada con el msico
colombiano Ramn Lamus G.351 Al tiempo se notaba la presencia en
la Banda Sucre de las composiciones del maestro Celso Prez, entre
ellas el valse La Idea Restauradora, dedicado al peridico homnimo,
ejecutado en las retretas del jueves 16 y domingo 19 de octubre de
1902.352 El mismo Prez, instrument, por orden del mdico, msico
y poltico Samuel Nio, seis composiciones, las cuales ste obsequi
a la Banda Sucre.353
Las remembranzas geogrficas de un lado y otro de la frontera
eran expuestas por esos creadores colombianos. Eleazar Guerrero
escribi el valse En el Tchira,354 mientras que Alejandro Fernndez
compuso la polca La Herona Cucutea.355 Otro ejemplo de evocacin
PORTACCIO FONTALVO, Jos. COLOMBIA Y SU MSICA. Volumen 2.
Bogot. 1995. Pg. 226.
350
EL MUNICIPIO. Rubio. 16 de noviembre de 1889.
351
LA IDEA RESTAURADORA. San Cristbal. 24 de abril de 1901.
352
LA IDEA RESTAURADORA. San Cristbal. 15 de octubre de 1902.
353
LA IDEA RESTAURADORA. San Cristbal. 19 de noviembre de 1902.
354
LA IDEA RESTAURADORA. dem.
355
LA IDEA RESTAURADORA. San Cristbal. 16 de octubre de 1903.
349
148
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364
150
151
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154
Tal como lo expresaron estos pensadores, los mtodos de persuasin de las industrias culturales eran fundamentalmente los mismos en
los regmenes de dictadura y en los liberales.382 En pleno desarrollo
poltico del severo rgimen de Gmez, la masificacin de aparatos
mecnicos y electrnicos reproductores del sonido, invadi el mercado
tachirense, particularmente en San Cristbal. Pianos y pianolas, discos,
gramfonos, victrolas, salones ortofnicos, nombres transnacionales
jams escuchados, novedosos bailes de moda, y aparatos receptores de
radio, se hicieron presentes en cambote desde el tercer lustro del siglo
XX, la era que transform para siempre el mundo. Se oa msica para
olvidar la poltica. Se pona el disco de piedra de 78 rpm para disipar
la Primera Guerra Mundial.
382
383
dem.
HORIZONTES. San Cristbal. 28 de enero de 1905.
155
Pianos y pianolas
Los pianos, en su mayora verticales, pesados armatostes que por
imbricados caminos llegaron a los parajes tachirenses, eran ofrecidos
por tranquilos o escandalosos sitios de esparcimiento, que vendan el
suyo propio en razn de los nuevos discos. A fines de 1922, Miguel
ngel Granados, propietario de un botiqun, sala de su piano y hasta
de su gramfono con discos.385
Entretanto, las pianolas, reproductoras mecnicas de variadas
piezas musicales a travs de la ejecucin de un rollo perforado, eran la
sensacin de los clubes y otros sitios de diversin. El afamado Almacn
Americano de Caracas, propiedad de William H. Phelps, a travs de su
representante en San Cristbal, Arecio Urdaneta, ofrecan en febrero
de 1917, pianos, pianolas, gramfonos y discos Vctor.386 Igual oferta
hizo la firma norteamericana Wurlitzer, representada por su agente
local Marcelino Hernndez Mantilla, quien fuera presidente del Saln de Lectura en 1917 y 1923.387 Estos instrumentos musicales eran
considerados como los ms perfectos, y su nombre, estampado en
la tapa de un instrumento representa lo mejor que hay en su clase.388
La Casa Americana ofreca igualmente los pianos Milton,389 misin
comercial que cumpla el Bazar Amrica con sus pianolas elctricas
recin importadas.390
Las pianolas comenzaron a ser cambiadas por las nuevas innovaciones. Una Eoliam, con setenta y cinco rollos de msica selecta,
clsica alemana, aires espaoles y bambucos colombianos, se venda
en mayo de 1915 por mil doscientos bolvares.391 Un espacio diversivo,
GONZLEZ ESCORIHUELA, R. Ob. Cit. Pg. 40.
UNIN, PAZ Y TRABAJO. San Cristbal. 6 de diciembre de 1922.
386
HORIZONTES. San Cristbal. 26 de febrero de 1917.
387
EL ANDINO. Rubio. 9 de mayo de 1925.
388
HERALDO DEL TCHIRA. San Cristbal. 24 de abril de 1925.
389
VOZ DEL SIGLO. San Cristbal. 17 de marzo de 1927.
390
DIARIO CATLICO. San Cristbal. 2 de enero de 1925.
391
HORIZONTES. San Cristbal. 3 de mayo de 1915.
384
385
156
Anuncio de pianola
EL PUEBLO. San Cristbal. 13 de marzo de 1920.
CIRANO. Coln. 22 de junio de 1926.
394
HERALDO DEL TCHIRA. San Cristbal. 15 de septiembre de 1925.
395
EL TCHIRA. San Cristbal. 12 de mayo de 1927.
392
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159
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Anuncio de discos
161
162
Nemecio Parada
Los tachirenses no fueron ajenos a los adelantos tcnicos. Supieron en octubre de 1929 de algo llamado televisin, la que consistira
en poder contemplar una sala con sus moradores, an no hemos
llegado a la realizacin de ese adelanto, sin embargo no estamos lejos
de l, pues ya se hacen ensayos sobre la radiogrfica difusin de escenas
cinemticas que cada uno podr contemplar en el teln de su casa.420
En pleno gobierno de Gmez lleg la industria cultural al Tchira.
El terror de las persecuciones, carcelazos, vejmenes y exilios se mitig
con el extrao sonido de aires forneos que transformaban todo el
EL TCHIRA. San Cristbal. 29 de mayo de 1926.
VOZ DEL SIGLO. San Cristbal. 3 de noviembre de 1927.
420
VOZ DEL SIGLO. San Cristbal. 3 de octubre de 1929.
418
419
163
164
Desde 1926 se ciment el poder de la industria cultural. Sin contaminantes humos, sus productos cambiaran rotundamente las formas
de pensar y ser de las gentes. Cuando se escuch la radio por primera
vez en la vieja villa, por su parlante son algo ms all de la dominical
retreta interpretada por la Banda Marcial Caracas. Se evidenciaba,
sin duda, una divisin entre clases. Jorge Bosch, pensador argentino,
en su obra Cultura y Contracultura, expone crudamente esa realidad
vivida, dejando una gran duda en su interrogante.
El rasgo estructural ms notable de la cultura de Occidente y muy particularmente de Amrica Latina hacia el final del siglo XIX y comienzos del
XX, es la escisin; hay un corte tajante entre la cultura de las grandes masas
populares analfabetas o semianalfabetas, y la cultura de las lites. La primera
estaba reducida a lo que se suele llamar folklore: cuentos, leyendas, canciones,
bailes, coplas y estribillos; la segunda estaba imbuida de lo ms refinado de la
cultura europea, con importantes componentes cientficos y tecnolgicos. La
primera era simple, esttica y rigurosamente limitada; la segunda era compleja, dinmica y expansiva ms all de todo lmite. Cul de estas dos culturas
defina la identidad cultural de Amrica Latina?422
165
MSICA Y POLTICA
La msica en el poder
En el caso tachirense que se estudia, una constante permanece en
la actividad musical: la relacin de los actores musicales con el poder
poltico. En consecuencia, no por casualidad, cinco ex presidentes del
Tchira fueron msicos profesionales. Integran esta exclusiva lista el
general Cipriano Castro (gobernador constitucional de la Seccin
Tchira del Gran Estado Los Andes entre 1888-1890); el general Jess
Velasco Bustamante (1907-1909); el general Ascensin Nio (encargado de la Presidencia, en su condicin de titular de la Corte Suprema
de Justicia del Tchira, entre el 20 y 26 de febrero de 1910); el general
Juan Alberto Ramrez (1925-1929) y el abogado Abigail Colmenares
(1937-1938). Esto significa un hecho de resaltante trascendencia, tal
vez nico en Venezuela.
La msica y el poder poltico se abrazaron en esta regin de manera peculiar. El Estado interventor en cultura y las formas cmo lo hizo,
las partituras, serenatas y veladas dedicadas al poder, los gobernantes
artistas, las disposiciones administrativas, entre otras manifestaciones,
evidencian esta marcada relacin, que por peculiares condiciones se
dio en este territorio aislado.
Perdida la autonoma del Tchira por su anexin al Gran Estado
Los Andes de 1879, tres lustros despus, cuatro msicos suscriban, en
1894, un documento que exiga la autonoma del Tchira. Eloy Galaviz,
Jos Antonio Villafae, Hermenegildo Rivera y Pedro Telasco Pirela,423
son representantes de los ejecutantes de un arte que trascenda ms
all de las notas de su atril. El proceso concluy con la aprobacin
del anterior estado de cosas, es decir, la vuelta a la Constitucin de
1864 que reconoca la separacin entre Tchira, Mrida y Trujillo. Se
evidenciaba, adems, una gran indiferencia del Gobierno Nacional
hacia la regin tachirense, en tiempos de anarqua, como se expona
detalladamente en 1893.424
Varios msicos fueron activistas polticos y detentaron cargos de
decisin. Otros fueron funcionarios de menor jerarqua, como Antonio
423
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Palacio de Gobierno.1907
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171
Rgulo Olivares
En enero de 1911, bajo la administracin del general Rgulo Olivares se realizaron considerables erogaciones para el mantenimiento
de la Banda del Estado. La lista enumera la confeccin de uniformes,
adquisicin de instrumentos, transcripcin y copia de partituras,
arreglo de atriles y compra de enseres. El apoyo alcanzaba las bandas
de Coln, Capacho y la Escuela de Labores del Estado,453 beneficiada
con un catedrtico de msica y escritura.454 El mandatario regional
tambin cooperaba con las sociedades religiosas y otros entes civiles
con el envo de estas instituciones musicales oficiales y otras privadas
para engalanar sus actividades.455 En el caso de la banda oficial, el
presidente del Estado, general Pedro Murillo, dispuso en 1911 la realizacin de una matine los domingos, en particular para la asistencia
EL CIVISMO. San Cristbal. 17 de noviembre de 1909.
HORIZONTES. San Cristbal. 29 de abril de 1913.
453
HORIZONTES. San Cristbal. 27 de enero de 1911.
454
HORIZONTES. San Cristbal. 30 de julio de 1912.
455
HORIZONTES. San Cristbal. 30 de mayo de 1911.
451
452
172
de los nios y aquellas personas que por una u otra causa no pueden
asistir a las retretas.456
La dependencia directa de la banda del despacho del presidente
del Estado, le permita dictar rdenes de actuacin de la misma, adems de sus habituales retretas semanales y su participacin en fiestas
pblicas como las efemrides patrias. Era regular su presencia en
celebraciones especiales como actos del poder legislativo, ceremonias
de posesin de mandatarios, fechas patrias de colonias extranjeras,
sepelios de personalidades, inauguracin de obras fsicas y pronunciamientos polticos, lo cual no ha cambiado an, transcurrido un siglo.
Inveterada y perniciosa costumbre.
El Estado compone su Himno
En la funcin de brindarse sus smbolos de poder, el Estado cre
sus propios himnos, paradigmas de gloriosos recuerdos, empleados
exclusivamente para las grandes efemrides de la Patria.457 En el caso
tachirense, se logr en 1879, una partitura compuesta por Eloy Galaviz
con versos del poeta zuliano Arbonio Prez.458 Se presume, aunque no
se ha hallado documento oficial que lo confirme, la existencia de un
segundo canto con letra de Antonio Ramn Gonzlez, surgido en la
poca restauradora. Un tercer himno, es el actual, que data de 1913.
Su nica intencin fue separar la causa rehabilitadora de Gmez de
la restauradora de Cipriano Castro.
El Estado abri el concurso de composicin de la letra del himno
regional, pues como lo estableca el decreto de creacin
el Tchira necesita de un Himno del Estado para sus actos oficiales, que haga
presente a sus hijos el fuego del amor patrio, la memoria de los grandes hroes
y aliente sus nobles anhelos de alcanzar en el seno de la moral, la prosperidad
y grandeza que nos reserva el porvenir.459
Designado el jurado, ste recibi el secretario General de Gobierno las creaciones presentadas para ser analizadas. El presidente
HORIZONTES. San Cristbal. 24 de agosto de 1911.
HORIZONTES. San Cristbal. 21 de diciembre de 1912.
458
TUERCA Y TORNILLO. San Cristbal. 29 de marzo de 1913.
459
HORIZONTES. San Cristbal, 21 de diciembre de 1912.
456
457
173
Pedro Murillo
460
461
HORIZONTES. dem.
HORIZONTES. San Cristbal. 22 de abril de 1913.
174
175
464
465
176
Luis Varela
177
Rubn Gonzlez
178
Ramn Buenahora
179
Triste suerte le correspondi a Luis Felipe Ramn y Rivera, estudiante de viola en Caracas, quien pretenda una beca para superarse
en Europa. Decidi abordar al general Juan Vicente Gmez. En su
libro Memorias de un andino, relata que conceb entonces ir a Maracay
para tocar en presencia del dictador, y cuando l me preguntara qu
deseaba yo, le manifestara mis deseos.477
Ataviado de su viola y con una recomendacin de su maestro,
Ascanio Negretti, el joven Ramn lleg a Maracay, a Las Delicias.
La concurrencia esperaba al General y el msico haba ensayado un
trozo de una suite para viola de Alessandro Longo, acompandolo el
pianista Jos Prez Figuera. Aplaudida la llegada del dictador, Ramn
quiso avanzar hacia l siendo bruscamente detenido por dos guardias.
Superado el incidente, comenz a tocar. A los minutos fue interrumpido por un conjunto andino de cuerdas. Gmez ni se percat de lo
sucedido.
HERNNDEZ, L. DICCIONARIO. Pgs. 102 y 103.
RAMN Y RIVERA, Luis Felipe. MEMORIAS DE UN ANDINO. FINIDEF.
Caracas. 1992. Pg. 89.
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Yo mir al General, que no movi una mano ni hizo un gesto para indicarme
que me acercara, opt entonces prudentemente por retirarme y volver al rincn
de la orquesta. Met la viola en su estuche, di las gracias a los colegas, cog mis
papeles y me fui. Ellos me decan: No se vaya, qudese; mire que al final es
posible que el General lo llame para darle algo Yo les respond que no haba
ido all para implorar limosna. Y as termin aquel episodio, nico en mi vida
de artista, cuando yo, pobre iluso sin ningn apoyo de ningn pesado de la
poca, pretend lograr una beca para irme a Europa a estudiar.478
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gos suyos con la Banda del Estado en febrero de 1905.504 Del mismo
talante fue la serenata ofrecida por el compositor Arturo Arciniegas
al ingeniero Aquiles Iturbe, presidente del Tchira en 1909,505 quien
invitado por el general Pedro Murillo modesto y valeroso soldado
de la reconstruccin nacional, fue agasajado con un almuerzo y una
esplndida fiesta de campo, acompasada por modernos y escogidos
valses con que nos deleit la Banda del Estado.506 El doctor Digenes Escalante, secretario General de Gobierno en mayo de 1911, fue
obsequiado con la banda dirigida por Costantino con una fantasa
de la pera La Bohemia de Puccini, 507 en sus das previos al inicio de
su creciente carrera diplomtica. Otro secretario General, el mdico
Pedro Len Arellano, fue gratificado en su hogar con una serenata
interpretada por el violinista chileno Luis Palma durante su estancia
en la capital tachirense, llevado por varios jvenes intelectuales,
tambin cultivadores de la msica.508
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Eustoquio Gmez
Diferente fue la actitud del msico y general Juan Alberto Ramrez, propiciador de los dos nicos decretos que en esa poca se refieren
a la Banda del Estado como representante de la poltica cultural. Hizo
mencin a la Escuela de Msica creada el 1 de julio de 1927, la misma fecha en que remplaz a Costantino como director de la Banda,
sustituyndolo por Ramn Espinal Font. En el captulo de Instruccin
Pblica, el antiguo ejecutante del bombardino y presidente del Tchira entre julio de 1925 y junio de 1929, expres en el mensaje oficial
presentado ante la Asamblea Legislativa, en sus sesiones ordinarias
de 1927, que
en conocimiento de que exista en esta capital un nmero considerable de
jvenes con vocacin para el divino arte, sin recursos suficientes para dedicarse
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a su estudio, decret la creacin de una Escuela de Msica, que fue inmediatamente establecida, bajo la competente direccin del conocido profesor
Alejandro Fernndez. A esta Escuela, instalada en local cuyo arrendamiento
paga tambin el Gobierno, asiste un apreciable nmero de estudiantes, que
son otros tantos elementos que se preparan para formar maana en las filas de
los hombres tiles de la Repblica. (Seal, tambin que) la cantidad asignada
en la Ley de Presupuesto para el Saln de Lectura de esta ciudad, se ha venido
pagando religiosamente.518
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de admiracin o adherencia a una causa proselitista. Tambin destacaron como como soldados en el campo de batalla, o en el ejercicio de
notorias realizaciones como gobernadores, ministros, representantes
en cmaras legislativas y magistrados. De igual manera lograron resaltantes desempeos como periodistas.
Procedan de las ms diversas clases sociales, desde las ms humildes, mantenindose como tal hasta morir en una absoluta pobreza.
Otros ascendieron social y econmicamente, ascendiendo a otros
niveles por circunstancias militares y polticas. Tambin participaron
los inmigrantes que, por diversos motivos, llegaron al Tchira en la
segunda mitad del siglo XIX. Aqu se distribuyeron. Unos quedaron
en la trova popular que inici una tradicin de cultura oral que pudo
o no plasmarse en el pentagrama, y otros con formacin realizada, en
sus sitios de origen, se condujeron por la ruta acadmica que tuvo un
lmite por la falta de desarrollo tcnico. Un grupo actu en la plaza
pblica, mientras que otro nivel social hizo su ambiente en sitios cerrados como teatros, residencias particulares y clubes.
Un sector artstico pas a integrar las bandas, actividad que, surgida de la iniciativa privada, fue desarrollada por los msicos que tenan
a su vez otro oficio, como una profesin liberal, un grado militar o una
condicin econmica solvente. Cuando el Estado intervino el hecho
cultural fomentando la aparicin de bandas, el oficio fue exclusivo de
los humildes msicos que complementaban su prrico sustento con
tocatas particulares o modestos trabajos artesanales. Los seores de la
sociedad, como fueron llamados, hacan su msica en el club o en la
tranquilidad del hogar, complaciendo su sentido de lite.
En este crisol de ambiciones, ascensos sociales, discriminaciones,
y la presencia de arribistas, arrogantes, adulantes, ingenuos, pero
tambin de prestantes artistas, se desarroll la cultura musical tachirense entre 1869 y 1929. En el fondo, se persigui la ejecucin de la
msica como oficio ennoblecido en razn de la condicin social de
sus intrpretes, y viceversa. Esto permiti el desarrollo de la msica
desde la trinchera pblica a travs de la Banda del Estado, quedando
la iniciativa particular en la creacin de pequeas estudiantinas, orquestas tpicas, conjuntos instrumentales y la participacin del creador
musical como compositor y la aparicin de notables intrpretes.
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Ascensin Nio
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Fue admirador de la zarzuela, de la pera y de la msica en general, adems del baile. Foment la creacin de bandas, entre ellas
la del Tchira, auspiciada por su hermano Celestino, presidente del
Estado. Construy en Caracas el Teatro Nacional y el edificio sede de la
Academia de Bellas Artes, luego Escuela Superior de Msica de Santa
Capilla. Apoy las carreras artsticas del pianista Andrs Delgado Pardo
y del bartono Lucio Delgado.529 El primero de ellos compuso en Italia
la pera I due rivali, la que simboliza una de las pginas ms hermosas
de la historia militar del general Cipriano Castro.530 La Banda del
Tchira, durante la visita de su esposa a San Cristbal, en 1906, fue
denominada Banda Castro. Con su nombre tambin se distinguieron
la Plaza Castro de La Ermita, llamada desde 1912 Pez, y el Distrito
Castro, conocido como Capacho hasta la reforma constitucional
de noviembre de 1909. Protegi al compositor y pianista Sebastin
Daz Pea, y envi compaas de zarzuelas en giras por todo el pas,
recibiendo mltiples homenajes musicales por parte de compositores
como el propio Daz Pea, Francisco Mario, Alejandro Fernndez,
Vicente Cedeo y su cuado Jess Velasco Bustamante. Muri en
Santurce, Puerto Rico.
POLANCO ALCNTARA, Toms. ESQUEMA BIOGRFICO. En PINO
ITURRIETA, Elas (compilador) CIPRIANO CASTRO Y SU POCA. Monte
vila Editores. Caracas. 1991. Pg. 31.
528
LPEZ CONTRERAS, Eleazar. EL PRESIDENTE CIPRIANO CASTRO. Imprenta Nacional. Caracas. 1986. Pg. 72.
529
MILANCA, M. Ob. Cit. Pg. 249.
530
PEN, J y GUIDO, W. Ob. Cit. Tomo I. Pg. 506.
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Cipriano Castro
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arte musical, entre ellos, Delia Mara, quien estudi en el Conservatorio de Pars. Muri en Caracas. Su hermano, el temible mandatario
Rafael Mara Velasco Bustamante (c. 1874c. 1950), ingratamente
recordado como gobernador de Caracas durante el gomecismo, en el
arte musical fue discpulo del institutor colombiano Ramn Vera Guerrero, en sus tiempos de estudiante del Colegio del Sagrado Corazn
de Jess de La Grita, dirigido por monseor Jess Manuel Juregui,
en cuya orquesta se desempe como flautista.
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Parroquia Rubio (1892), jefe Civil y Militar del Distrito Junn (1900),
tesorero del Estado Tchira (1906), comandante de Armas de esta
entidad (1909), jefe Militar de la Frontera Venezolana con Colombia
(1910), comandante de Armas del Estado Bolvar (1913), presidente
de los Estados Nueva Esparta (1916), Sucre (1922) y Gurico (1929),
adems del Tchira, gobernndolo entre 1925 y 1929. En el campo
musical nunca olvid su relacin con su maestro y amigo Alejandro
Fernndez. En tal sentido, destituy a Nicols Costantino como director de la Banda del Tchira, designando en su lugar a Ramn Espinal
Font en 1927. Emiti el decreto de creacin de la Escuela de Msica
del Tchira en 1926, nombrando a Fernndez como director y us el
ordenamiento jurdico para regular las actividades de la Banda Oficial.
En su Mensaje Anual ante el cuerpo legislativo en 1927, destac su
poltica de apoyo a las artes y a la sociedad cultural Saln de Lectura.
Inaugur la Carretera Trasandina en 1925 y al ao siguiente promovi
la recepcin de la seal de radio en la capital tachirense, acentundose, la penetracin de la industria cultural. El director italiano Luis
Felipe Carbonell le dedic la marcha Viva la Paz (1910). A la muerte
de Gmez huy del pas muriendo en Ccuta.
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Aunque est fuera de los trminos planteados en esta investigacin, el mandatario Abigail Colmenares fue el quinto msico en
ocupar la titularidad del Poder Ejecutivo regional, desempendolo
entre 1937 y 1938. Tuvo el honor de participar en la inauguracin
de la segunda sede del Saln de Lectura, construida por el Gobierno
Nacional, puso en servicio la Plaza Pez y concedi las primeras vacaciones oficiales que disfrutaba el personal de la Banda del Estado,
en segura reminiscencia de sus das de msico, arte que aprendi en
el Colegio del Sagrado Corazn de Jess de La Grita, estudiando la
flauta con Ramn Vera Guerrero, Felipe Vidal y Hctor Gabaldn
(1893), e integr un conjunto con sus condiscpulos, entre ellos, el
citado Rafael Mara Velasco. Muri en Maracaibo en 1943.
Abigal Colmenares
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Garca, Hermenegildo Rivera, Rgulo Bustamante y el general Obdulio Cacique. Escribi una serie de valses, danzas y bambucos bajo
el lbum Guirnalda Musical Tachirense, publicado en 1888, teniendo
inters nacional al ser reseado por el peridico El Revisor de Puerto
Cabello, en 1891. Fue profesor de msica y canto en San Cristbal,
ciudad a la que sirvi desde su municipalidad como administrador
en la dcada de los ochenta, y como Secretario en 1893. Se opona a
la anexin del Tchira al Gran Estado Los Andes, suscribiendo este
parecer en documento pblico de 1894. Por su destreza en el violn
fue conocido como el Paganini venezolano. Mantuvo con su esfuerzo
propio la llama viva del ejercicio musical en esta capital donde muri.
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Teodosio V. Snchez
De notable presencia es el ingeniero bogotano Teodosio Velandia Snchez (c. 1860-1935) quien por su polifactica actividad
pareca un verdadero hombre del Renacimiento. En 1887 se dedicaba
a la enseanza de la msica en San Cristbal, ciudad a la que haba
huido por sus ideas liberales, siendo perseguido en su patria. Con el
pianista Diego Garca Escobar se dedic a los recitales piansticos a
cuatro manos. Fund el llamado Colegio del Tchira (1887) de orden privado. Cas con una tachirense, hija de un prestante militar.
Particip en el periodismo con El Tachirense, El Contador (1891) y El
Pincel (1895). Constituy su establecimiento comercial La Moda y se
dedic a la fotografa artstica. En 1897 figura como profesor de msica y fue activo msico en recitales con Diego Garca, Eloy Galaviz,
Hermenegildo Rivera, Ramn Vargas y su cuada, la cantante Alcira
Garca, enseando adems, los pasos de la cuadrilla, baile cortesano
de moda. Fue fundador del club El Vesubio y promovi la idea de crear
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Alejandro Fernndez
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Partitura de Jcome
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CONCLUSIONES
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BIBLIOGRAFA
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HEMEROGRAFA
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