PAGOLA-Jesús de Nazaret hoy-VOLVER A JESUS PDF
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Pasividad generalizada
Para m, el dato ms significativo puede ser este tercer punto, aunque de esto no se
hable demasiado. El rasgo ms generalizado de los cristianos que no han abandonado la
Iglesia es, seguramente, la pasividad. Evidentemente hay un nmero muy importante y
muy valioso no lo quiero olvidar- de cristianos y cristianas que viven muy comprometidos
en grupos, comunidades, parroquias, plataformas, reas de marginacin, proyectos
educativos, pases de misin No hay duda de que hay una minora muy importante, y que
va a ser ms importante y ms significativa todava en el futuro. Pero eso no impide ver
que la actitud mayoritaria es la pasividad.
Durante siglos hemos educado a la masa de los fieles para la sumisin, la docilidad, el
silencio, la pasividad El cristianismo se ha organizado como una religin de autoridad y
no como una religin de llamada a todo el pueblo de Dios. Y las estructuras que han ido
naciendo a lo largo de los siglos no han promovido la corresponsabilidad del pueblo de
Dios.
En la prctica se ha hecho, del movimiento de Jess, una religin en la que la
responsabilidad de los laicos y laicas, en buena parte ha quedado anulada. Y aun despus
del Concilio, aunque el lenguaje ha cambiado, se puede decir que todava en muchos
mbitos y ambientes no se les necesita para pensar, proyectar y menos an para decidir
cmo ha de ser la marcha actual de la Iglesia hoy.
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Es posible la conversin?
No nos satisface la ingenua conviccin de que haya una frmula mgica para los grandes
desafos de nuestro tiempo; no, no hay frmulas mgicas. No ser una frmula la que nos
salve, pero s una persona, y la certeza que ella nos infunde: Yo estoy con vosotros.
Esa conversin no es un esfuerzo que se le pide solamente a la jerarqua; ni que
hemos de exigir solamente a los religiosos y a las religiosas, a los telogos y a las
telogas, a un sector muy concreto de la Iglesia. Es una conversin a la que nos tenemos
que sentir llamados todos en la Iglesia. Yo suelo hablar de una conversin sostenida a
lo largo de muchos aos, de muchas dcadas; una conversin que hemos de iniciar ya las
generaciones actuales, sin esperar a nada ms, y que hemos de transmitir como talante,
como espritu a las generaciones futuras.
Despus de veinte siglos de cristianismo el corazn de la Iglesia necesita conversin
y purificacin y, en unos momentos en que se est produciendo un cambio socio-cultural
sin precedentes, la Iglesia necesita una conversin sin precedentes, un corazn nuevo
para engendrar de manera nueva la fe perenne en Jesucristo, pero esta vez en la
sociedad moderna.
No slo aggiornamento
necesario porque, si la Iglesia quiere realizar su misin, tiene que encarnarse en cada
poca, en cada cultura, en cada tiempo.
Yo hablo de volver al que es la nica fuente y el origen de la Iglesia, el nico que
justifica su presencia en la historia y en el mundo. Estoy hablando de dejarle ser, al Dios
encarnado en Jess, el nico Dios en la Iglesia, el Abb, el amigo de la vida y del ser
humano. Y slo desde esta conversin ser posible el verdadero aggiornamento.
No slo cambios
Me parece que es lo primero. Dar pasos hacia mayores niveles de verdad, en nuestras
vidas, nuestros grupos, nuestras comunidades, nuestras parroquias, nuestra Iglesias
diocesanas y, naturalmente, tambin en las instancias centrales de la Iglesia. En este
sentido, voy a desarrollar dos pequeos puntos.
su mensaje, sin ser una Iglesia oyente de la Palabra como deca el gran telogo Karl
Rahner-. Es un error creer que Dios tiene que llevar hoy a cabo su misin salvadora en el
mundo ajustndose exactamente a los caminos que nosotros le tracemos, sin revisar si
estn o no viciados por nuestra cobarda y nuestra mediocridad. Y es un error pretender
contar con la bendicin de Dios, incluso para mantener y desarrollar, muchas veces con
buena voluntad, nuestros propios intereses eclesisticos.
Por qu nos sentimos tan seguros? Por qu condenamos con tanta facilidad el
pecado en el mundo y somos tan ciegos para ver nuestro propio pecado? Por qu Jess
se va a identificar con nuestra manera, poco fiel a veces, de vivir tras sus pasos? Por
qu va a confirmar nuestras incoherencias y nuestras desviaciones del evangelio? Por
qu va a estar Cristo a nuestro servicio si nosotros no estamos al servicio del Reino de
Dios? No seremos ciegos que quieren conducir hoy, a otros ciegos?
2. Recuperar la identidad de seguidores de Jess
Aqu tambin voy a apuntar solamente dos aspectos.
Una Iglesia formada por cristianos que se relacionan con un Jess mal conocido,
vagamente captado, confesado slo de manera abstracta, un Jess mudo, del que no se
puede escuchar nada especial para el mundo de hoy, un Jess apagado, que no seduce,
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que no llama, que no toca a los corazones es una Iglesia que corre el riesgo de irse
apagando. Una Iglesia sin Jesucristo sera una Iglesia acabada.
Necesitamos una Iglesia marcada por la experiencia de Jess; impulsada por
creyentes que tienen conciencia de vivir desde l y para su proyecto del Reino de Dios.
Cristianos y cristianas que pertenecen a Jess y que, slo por ser de Jess, pertenecen
a la Iglesia y estn en ella contribuyendo humildemente a hacerla ms fiel a l.
Qu necesidad tenemos de cristianos y cristianas que, en todos los niveles de la
Iglesia, vayan introduciendo entre nosotros a Jess como lo mejor, lo ms valioso, lo ms
atractivo, lo ms amado! Jess, nuestro Maestro y nico Seor!
Y no importa dnde est cada uno y qu responsabilidad tiene porque a todos se nos
invita a colaborar en una tarea difcil pero apasionante, atractiva; la tarea de ir pasando,
en la historia del cristianismo, a una fase nueva, ms fiel a Jesucristo. Todos podemos
contribuir a que en la Iglesia se le viva y se le sienta a Jess de una manera ms intensa
y nueva. Todos podemos hacer que, all donde nos movemos, la Iglesia sea un poco ms de
Jess, y que su rostro sea ms parecido al suyo.
3. Hacia una nueva figura de Iglesia
No es fcil decir qu pasos concretos tendramos que dar. Naturalmente no es tarea
de un telogo, de una persona o de otra Va a tener que ser fruto de un trabajo largo.
Yo voy a sealar dos aspectos.
milagro, una parbola, la navidad, la semana santa y que en nuestros pequeos grupos y
comunidades no estemos reavivando nuestra vida en torno al relato evanglico de Jess!
Los evangelios, precisamente porque fueron escritos para generar nuevos creyentes
y nuevos seguidores, son, antes que nada, relatos de conversin. Y piden ser escuchados,
estudiados y meditados, en actitud de conversin. Los evangelios invitan a un proceso de
cambio, de seguimiento a Jess, de identificacin con su proyecto. Y en esa actitud de
conversin, sostenida dominicalmente, los evangelios han de ser ledos, predicados,
comentados, meditados, repensados y guardados como lo mejor que tenemos de Jess.
Sus evangelios guardados en el corazn de cada creyente y en el corazn de cada
parroquia, de cada comunidad cristiana.
Me parece que, un punto de partida y de arranque para ir creando otro clima, son
estos grupos de Jess.
Creo que los creyentes y las creyentes que se pongan de verdad en contacto vivo con
el relato de Jess en los evangelios, sern los que conocern la experiencia de sentirse
reengendrados con Jess a una nueva forma de vivir su adhesin a l. Porque, qu se
aprende de los evangelios? No se aprende fundamentalmente doctrina; se aprende un
estilo de vivir, el estilo de vivir de Jess. En los evangelios se aprende una manera de
estar en la vida, un modo de habitar el mundo, un modo de interpretarlo, de tratarlo; una
manera de crear la historia hacindola mejor.
Lo primero que se aprende de Jess es su manera de ser, su manera de amar, de
confiar en el Padre, de preocuparse por el ser humano. Y yo entiendo que ese esfuerzo
por aprender a pensar como Jess, a sentir como l, a amar la vida como l, a vivir como
l, a compadecernos de los que sufren como l, a esperar en el Padre como l tenemos
que clavarlo en el centro de la Iglesia, en el centro de los grupos, de las pequeas
comunidades cristianas y de las parroquias.
Eso es lo primero que hemos de cuidar. Ah se puede ir gestando una nueva Iglesia.
En estos momentos no podemos dedicarnos a cosas accidentales, secundarias; tenemos
que ir a lo esencial.
Hemos de concebir a la Iglesia como una realidad viva, que est en gnesis
permanente, engendrndose permanentemente del Espritu de Jess recordado en los
evangelios. No tenemos que pensar que la Iglesia ya est hecha y ahora la tenemos que
adaptar a estos tiempos. La Iglesia es el cuerpo de Cristo, la que le da cuerpo a Cristo;
por eso la Iglesia, en cada poca, en cada momento y en cada pas tiene que irse
gestando y naciendo de Jess.
Por eso, nuestra tarea primordial no es ser fieles a un cristianismo del pasado,
desarrollado en otros tiempos, para otras culturas. Lo que nos ha de preocupar hoy no es
repetir el pasado; aprender del pasado s, pero vivir el presente y abrirnos al futuro. Lo
que nos tiene que preocupar es hacer posible hoy el nacimiento de una Iglesia y de unas
comunidades capaces de reproducir con fidelidad la presencia de Jesucristo y capaces
de actualizar su proyecto en la sociedad actual.
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4. Reavivar la esperanza
Soy muy consciente de que, en estos momentos, la Iglesia no necesita slo crtica, ni
mucho menos; no necesita slo verdad, necesita tambin aliento para reavivar su
esperanza. Pero la esperanza no va a nacer de discursos, de palabras, de estmulos. Creo
que necesitamos construir unas nuevas bases que hagan posible la esperanza; una
esperanza realista, desde una perspectiva cristiana, slo se puede fundamentar en el
Dios encarnado en Jesucristo.
No sabemos cundo ni cmo ni por qu caminos actuar Dios para seguir impulsando
su reinado; lo que no podemos hacer es mirar al futuro slo desde nuestros clculos y
previsiones. La Iglesia no puede disponer de su destino, no puede fundamentar su
porvenir en s misma; nuestra esperanza est slo en Dios. Slo Dios salva, y Dios seguir
incansable, llevando adelante su proyecto de salvacin en el mundo. Dios seguir haciendo
realidad, dentro y fuera de la Iglesia, con nosotros o sin nosotros, su plan de salvacin.
Dios no se echa atrs, la secularizacin moderna no pone en crisis a Dios, y nuestra
mediocridad no va a bloquear su accin salvadora. Dios es Dios, y no se nos tiene que
olvidar. El Dios de Jesucristo es nuestro mayor potencial de esperanza.
Qu hemos de hacer nosotros?
Creo que la esperanza la viven los que estn ahora preparando nuevos tiempos; no los
que estn como espectadores que slo se lamentan, se quejan, gritan, discuten y no
aportan ms. Slo los que estn tratando de abrir nuevos caminos son los que nos van a
traer esperanza.
Todos, aunque sea de manera humilde, podemos ir empujando, paso a paso, a la
Iglesia a ser ms de Jess de lo que hoy es. Habr que inventar recetas, pero muchas
recetas se quemarn. Habr que seguir muchos caminos errados para ir descubriendo
cul es el camino acertado. Hace pocos meses lea lo que deca un telogo de Pars: es
fcil que la Iglesia necesite todo un siglo para acertar a situarse y a situar el mensaje y
el Espritu de Jess en la sociedad moderna. Un siglo bien pensado, no es nada; han
pasado 50 aos desde el Concilio
Habr que empujar a la Iglesia, habr que inventar recetas pero, sobre todo, hemos
de promover otro clima; solamente en otro clima ser posible vivir con ms esperanza.
Necesitamos respirar de manera nueva el evangelio; se nos est pidiendo movilizarnos,
para replanternoslo todo desde una fidelidad nueva a Jess. Dios es insondable, Dios es
una gran sorpresa; yo estoy convencido de que al cristianismo le esperan grandes
sorpresas todava. Jess no ha dado todava lo mejor; yo no lo ver, pero lo intuyo.
Cmo se puede preparar esto? Cmo se puede preparar el futuro y tener
esperanza cuando parece que no hay futuro? No hay recetas concretas, pero hay
caminos de bsqueda, aunque no nos demos cuenta. Abramos los ojos: hay parroquias muy
humildes, que no son las grandes catedrales, que estn en la periferia, en las que hay un
clima nuevo, donde se hacen gestos y se viven compromisos que apuntan hacia un estilo
nuevo y ms convincente de seguimiento a Jess. Y hay grupos y plataformas que estn
llevando a la gente a un cristianismo de mejor calidad humana, y de calidad evanglica
ms autntica.
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Hay una manera nueva de percibir el evangelio, hay una conciencia cada vez ms viva
de ser seguidores de Jess. Yo ya s que iniciar caminos nuevos de conversin nos est
exigiendo a todos mayores niveles de fe y de amor a Jess. Pero hay caminos que ya se
pueden ir abriendo de manera germinal; quizs muchos quedaremos quemados en el
camino, pero no importa. Jess dijo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, no
ser fecundo. Necesitamos personas que se quemen; su vida tendr alguna pequea y
humilde fecundidad. Preparar germinalmente nuevos caminos.
Iglesia vamos a estar entre los ltimos; eso no es una desgracia, sino que puede ser una
verdadera gracia. Una Iglesia con poco poder, una Iglesia frgil y vulnerable. No es una
desgracia, es caminar con ms verdad. Vamos a estar entre la espada y la pared. Vernos
mal no es malo, puede irremediablemente dirigirnos hacia el evangelio y hacia Jesucristo.
Jess lo anunci, posiblemente pasando por Magdala, una pequea ciudad donde se
encontr con Mara; esta ciudad era famosa por las conservas, los salazones; haba
mucha sal que se traa del mar Negro y la sobrante, la mala, estaba amontonada por las
calles, abandonada Jess dijo en alguna ocasin: fijaos en la sal, cuando pierde su
sabor, todo el mundo la pisotea
No nos defendamos mucho porque, si muchas veces el mundo actual nos est
pisoteando, es, en parte, porque no encuentra en lo que nosotros le ofrecemos como sal,
el sabor que necesita para creer en la Buena Noticia de Jesucristo. Yo creo que lo
importante es seguir caminando como dice la Carta a los hebreos, fijos los ojos en Jess
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