Este documento analiza dos películas dirigidas por François Ozon, En la casa y Joven y bonita, que exploran temas como la sexualidad, la moralidad y los límites entre lo privado y público de una manera que desafía las convenciones sociales y cinematográficas.
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Este documento analiza dos películas dirigidas por François Ozon, En la casa y Joven y bonita, que exploran temas como la sexualidad, la moralidad y los límites entre lo privado y público de una manera que desafía las convenciones sociales y cinematográficas.
Este documento analiza dos películas dirigidas por François Ozon, En la casa y Joven y bonita, que exploran temas como la sexualidad, la moralidad y los límites entre lo privado y público de una manera que desafía las convenciones sociales y cinematográficas.
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Dos jvenes al asecho
Por Justo Planas
En Dans la maison (2012), durante una simple leccin de narratologa, el profesor le ensea a su pupilo que todo el arte de escribir una historia consiste en asignarle un Deseo al Protagonista e interponer entre ambos mltiples Obstculos. Poco hay que objetarle a esta sencilla explicacin que, en efecto, forma parte del ABC de un buen cuentacuentos, salvo que la frmula resulta inservible para comprender tanto este filme como Jeune et jolie (2013). Dirigidos ambos por Franois Ozon, En la casa y Joven y bonita son dos filmes poderosos, con los cuales no sobraran los adjetivos de elogio, y que descansan sobre el imn de dos protagonistas jvenes, casi nios, vctimas y a la vez victimarios de una sociedad roda por la rutina de su conformismo. Hollywood produce como chorizos pelculas sobre adolescentes que se rehsan al destino que su medio les tiene asignado. Pero Ozon se distancia de cualquiera de ellas introduciendo su dedo sin contemplacin en nuestros escrpulos sexuales, morales, en los lmites que trazamos entre lo privado y lo pblico, hasta remover los cimientos de nuestra propia existencia. Tanto uno como el otro filme si aceptamos el cine como una experiencia de crecimiento espiritual logran descubrirnos cunto de incivilizado se esconde en nuestro paso cotidiano por los das del almanaque. Y todo comienza por el acto mismo de ver una pelcula. Cuando el profesor de literatura de En la casa, recibe la tarea de un alumno que le cuenta su cnica y calculada incursin en el hogar de un compaero de aula, se debate entre denunciarlo o seguir leyendo en calidad de cmplice sobre las siguientes incursiones del muchacho dans la maison. Su s al placer de continuar participando (es decir, leyendo), convierte la pelcula en una casa de espejos donde los roles de escritor, crtico, pblico y personajes se alternan revelando sus dimensiones ticas, estticas y existenciales. Nosotros, los espectadores, quedamos por supuesto atrapados en esa madeja de concupiscencias y nuestro deseo de ver y participar queda irremisiblemente atado a la voluntad del protagonista sin saber a ciencia cierta por qu ha decidido echar a rodar la primera bola de nieve de la avalancha. En Joven y bonita, tampoco sabemos el por qu, solo asistimos a las citas que una adolescente de 17 aos, de clase media, organiza con hombres de todos tipos y edades para prostituirse. Franois Ozon no nos ofrece pistas obvias para deducir los mviles de la protagonista. La vida de su familia, aunque mediocre y aburrida, no parece estar plagada de inhibiciones sexuales ni restricciones a los hijos. Y por otra parte, el dinero no se encuentra entre las urgencias de la jeune et jolie. El contacto con un anciano que le paga por sexo y luego su esposa se convierten escandalizados nosotros los espectadores normales en experiencias particularmente sensibles, que valen la pena de otros encuentros menos afortunados. Lejos de lo que pueda aparentar cualquiera de estas sinopsis, y atendiendo a filmes anteriores suyos como Le temps qui reste (2005), Franois Ozon no es un director de platos rotos y camisas quitadas. La naturalidad con que narra lo excepcional ayuda a que la adrenalina y las lgrimas no perturben la maquinaria de la razn que es a fin de cuentas la que l aspira a echar andar en sus espectadores. Sus protagonistas son en cierta medida criaturas antisociales, incapaces de moverse segn las reglas que dicta el ajedrez de la vida. Los filmes de Franois Ozon realizan otro tanto con las reglas del cine, juegan a aceptar las convenciones como si ello fuera per se una declaracin de rebelda. Y nosotros, adocenadas butacas de una sala oscura, quedamos magnetizados ante su sencillez, sin comprender la hondura del atrevimiento.