Ly

dia Dare
THE TAMING OF THE WOLFE
SINOPSIS:

l nunca poda perder el control....

Dashiel Thorpe, conde de Brimsworth, ha pasado toda su vida luchando contra el
lobo que lleva dentro. Pero cuando llega la luna llena, Dashiel necesita ayuda. Un
encuentro fortuito con Caitrin Macleod en una noche de luna llena, los une
irrevocablemente, y la impetuosidad de Dash los meter a ambos en una pesadilla.

Ella nunca lo vio venir....

Caitrin Macleod no es una tranquila joven de campo, si no que ella es una bruja con
extraordinarias habilidades. Pero cuando se trata de Dashiel, ella es incapaz de luchar
contra su verdadera naturaleza como lo es l. Sus sentidos se encuentran abrumados por
lo que ella vuelve corriendo a la seguridad y proteccin de su Escocia natal.
Pero Dashiel est decidido a seguirla ella es la nica mujer que puede liberarlo de
un destino peor que la muerte. Y Caitrin, en ltima instancia, tendr que decidir si huye del
peligro o del verdadero amor.

Uno

Westfield Hall, Hampshire

Enero 1817

Caitrin Macleod jur que nunca volvera a poner un pie en Inglaterra otra vez o al
menos, guardara su distancia de los licntropos en el futuro.
Ella par su paseo para mirar por la ventana de su recmara, su aliento empaaba
el cristal, su respiracin se reflejaba en forma de vapor. Ella lo borr con la palma de su
mano y mir fijamente hacia fuera en la oscuridad. Ella se haba quedado en su habitacin
todo el da y ahora la mayor parte de la noche.
Era ms seguro para todo el mundo de esta manera.
Las visiones haban comenzado hace algunos das, visiones salvajes donde ella vio
lobos y a sus compaeros juntos bajo la luz de la luna.
Haba varios de ellos, seguramente todos parte de una familia de Licntropos.
Ella se encontraba bastante unida a aquellos licntropos en particular, porque su
hermana de aquelarre, Elspeth, se haba casado con uno de los miembros de esa familia.
La mayor parte del da, ellos eran simplemente la familia Westfield, pero una noche
de cada mes, los miembros masculinos caminaban en cuatro pies en vez de dos bajo la luz
de la luna llena.
Generalmente aquellas visiones no eran molestas; ya que ella las usaba bastante a
menudo. Pero oculto alrededor de los bordes de sus visiones se encontraba un lobo
salvaje, un forastero, uno peligroso.
Los Westfields eran conscientes de la amenaza y ciertamente, se haban preparado
para manejarlo. Antes ese mismo da, ella haba comenzado a ver en sus visiones un lobo
dorado, uno salvaje. Ella saba que antes de que la noche hubiera terminado l causara
algn dao.
Pero no poda decirles a los dems lo que ella haba visto, o poda arriesgarse a
afectar el futuro. Y ella no quera ser la persona que interrumpira el orden natural de los

acontecimientos. Los resultados podran ser desastrosos. Para evitar romper aquella regla
tcita, ella se haba encerrado en su habitacin de huspedes en Westfield House y haba
rechazado salir de ella, no pondra un pie fuera de su habitacin y slo lo hara
brevemente para tomar sus comidas. Ella realmente deseaba hacer algo para que la
ayudara a pasar el tiempo. Debido al largo tiempo que haba paseado por su habitacin,
no pasara mucho tiempo ms para que a ella agujereara la alfombra del duque, aquel
pensamiento le provoco una sonrisa.
Caitrin cerr sus ojos fuertemente e intent ver la visin de los lobos Westfield en
su mente. Ella suspir con mucha alegra cuando observo que todo estaba bien. El peligro
para ellos haba pasado, y ahora ella era libre de dejar la prisin que ella misma haba
fabricado. Ninguno de ellos regresara hasta que el sol se elevara en el cielo. La finca se
encontraba vaca excepto por ella y algn criado que todava se encontraba despierto.
Nadie sabra si ella tomaba su bata de seda para bajar por las escaleras y recuperaba su
libro mientras todos estaban lejos. Tal vez entonces ella podra tratar de dormir unas
cuantas horas.
Ella cruz la puerta de su recmara y la abri silenciosamente. Con los pies
descalzos, ella camino a lo largo del pasillo y bajo la escalera principal. En el ltimo
escaln, se acord de haber dejado su libro en el estudio del duque, Cait doblo en la
esquina del oscurecido estudio y se detuvo en seco.
Parado detrs del escritorio del duque se encontraba un hombre alto. La mayor
parte de l se encontraba oculto en las sombras, pero pudo ver su cara cuando se filtr la
luz de la luna mediante las cortinas cadas. l era un Adonis rubio, alto y delgado, tena un
vago recuerdo de l, tal vez de una de sus visiones, se cre una inquietud dentro de ella.
Un pequeo jadeo escapo de su garganta cuando l poso su mirada mbar en ella.
"Lo Siento no conozco a nadie que se levant a esta hora" Ella daba la vuelta para
marcharse.
"No se vaya, " dijo l. Entonces l cerr sus ojos y suspir fuertemente.
"Usted necesita algo del estudio de Blackmoor?"
"S dej un libro aqu ayer cuando vine a buscar a su Gracia. Dijo ella. Ella dio un
vistazo rpidamente alrededor de la habitacin, aunque ella no vio inmediatamente su
copia del Patrocinio de Mara Edgeworth. "Quizs lo dej en la biblioteca.
lleven.

"Quizs yo debera correr tan rpido de esta habitacin como mis piernas me

"Tiene problemas para dormir? "l pregunt, su tono increblemente familiar,

como si la conociera de toda una vida.
"De vez en cuando, solo cuando no puedo sacar algunos pensamientos de mi
cabeza."
"Por qu le haba dicho esto? Probablemente a l no le gustara enterarse como
sus visiones jugaban en su mente a todas las horas del da y la noche, previniendo el resto.

l camino alrededor del escritorio y coloc una cadera sobre l. Sus caderas eran
estrechas, sus hombros amplios.
Para de comerte con los ojos el cuerpo del hombre, Cait. Sus ojos se estrecharon
en ella, como si l supiera que guardaba un secreto, cerr sus ojos y trat de conseguir
una visin de l, algo que le dijera quin era l.
Pero su mente estaba en blanco, lo que la dej muy desconcertada.
Su mente en blanco?-. Jams le haba sucedido algo parecido.
"Yo no puedo ver su futuro, " murmur bajando su respiracin. " Perdn? l
levant una ceja en ella.
"Ah, hay esta mi libro, " dijo ella, rindose de l, esperando que creyera que ella no
era muy cuidadosa. Ella recogi un libro pequeo, de cuero negro que estaba sobre el
escritorio detrs de l. No era el suyo, pero esto era lo que necesitaba para salir
rpidamente de all. Antes de que ella pudiera girar, l extendi la mano y la agarr por la
cintura.
Solo pudo pronunciar un jadeo mientras que l la apretaba contra su cuerpo, su
aliento la calmaba.
"Qu eres t?" empez a decir, pero l le tap la boca con la suya, sus labios la
abrazaron con fuerza y urgencia.
No debera dejar que un hombre al que nunca haba conocido antes se tomase
tales libertades, pero ola tan bien, se sinti tan bien, saba tan bien.

Su lengua se levant para recibir un gemido de placer que sali de su garganta. El

corazn le lata con fuerza mientras l Inclin su cabeza y profundiz el beso.

Cait haba besado antes, pero nunca como esto, nunca tan a fondo que ella no
poda pensar directamente. Nunca tan expertamente que sus piernas amenazaban con
doblarse. Nunca con tanta pasin que ella podra ahogarse en ello.
l tir su cabeza hacia atrs y mir sus ojos, con cuidado l tir un mechn de su
cabello, dirigiendo su cabeza hasta que esta se inclinara hacia un lado, exponiendo su
cuello.
Casi salt cuando sus labios rozaron ligeramente como una pluma un lado de su
mandbula mientras arrastraba un beso por su garganta. l tir del cuello de su camisn y
su bata hasta que estos se abrieron, dejando al descubierto su hombro. Con su mirada ella
se estremeci.
Cuando alcanz el lugar donde su cuello se encontraba con su hombro, l succiono
aquel punto sensible y luego la pellizc con suavidad. Era la cosa ms sensual que alguna
vez haba experimentado, mareada ella oy un gemido escapar de su garganta. Ms, ms,
por favor.
l la pellizc otra vez, luego abri su amplia boca y mordi la delicada piel de su
hombro, sacndola al instante de la neblina inducida por la pasin.
"Ay!" Grit y golpe su hombro. "Eso duele.
El dolor de la mordedura se abri camino por el rea de su cerebro empapada por
la lujuria, que ella nunca haba sabido que existiera, y ella lo golpeo otra vez. En un
momento, l la haba tenido ms caliente que el fuego de la chimenea durante una noche
fra de invierno y al siguiente, levantaba su mano a su cuello para valorar la herida que l
haba creado sobre su hombro.
Ella lo golpe en el pecho. "Por qu me mordiste, t gran patn?" Pregunt
mientras se frotaba la herida, secndose la pequea cantidad de sangre de la mordida y
frunciendo el ceo en l.
"No lo s" comenz l.
Pero ella no lo dej explicar porque se dio la vuelta y huy del estudio.
"Vuelve", l la llam en voz baja. Ella lo escuch, pero igualmente corri por el
pasillo y por las escaleras tan rpido como sus pies la llevaran.
Cait cerr de golpe la puerta de su habitacin, tiro el pequeo libro de cuero a la
cama,
y
corri
al
espejo.
Dejando al descubierto su hombro, ella valor la herida, que se pareca a una mordedura
en forma de media luna, la misma forma que su boca.

Maldicin! l la haba mordido. Y por su vida, que no poda entender por qu.
Bueno, ella no iba a permanecer alrededor de Westfield Hall y dejar que cualquier
otro husped del duque la mordiera.
Ni siquiera porque pareciera un dios griego y ola delicioso, como al aire libre y a
ctricos. Eran cerdos ingleses maleducados, la mayora de ellos, y ella ya se haba llenado
bastante.
Las mejillas de Cait estaban en llamas cuando record estar de pie tan cerca del
hombre en el estudio. Ella se haba comportado como una prostituta comn, era slo otra
razn para que se fuera a Edimburgo lo antes posible. Era evidente que estaba perdiendo
la cabeza.
Ella siempre se enorgulleca de su comportamiento, aunque careca seriamente de
este en el estudio. El hombre era tan misterioso. En sus veinte aos, ella nunca haba
encontrado a nadie cuyo futuro, inmediato o de alguna otra manera, no se le viniera a su
cabeza.
El Adonis rubio le pareci una pgina en blanco sin nada escrito en l, no poda
culparse
a
s
misma
por
ser
curiosa,
verdad?
La mordedura sobre su hombro la quemaba ligeramente, y frunci el ceo con una oleada
de irritacin, ya se haba quedado en Inglaterra ms tiempo del que haba planificado. Era
hora
de
irse
a
casa.
Cait piso muy fuerte la campanilla y tir con fuerza. Ella probablemente despert a cada
criado en la residencia, pero en este momento, se encontraba muy molesta para
preocuparse. Tena que salir de Hampshire, deba dejar Inglaterra por su bien y nunca
deba mirar hacia atrs.

Dashiel Thorpe, conde de Brimsworth, se hundi en el gran silln de cuero del

Duque de Blackmoor y enterr su cara entre las manos.
Qu haba hecho? Por supuesto, l saba la respuesta a eso.

Bajo el poder de la luna llena, haba mordido a una muchacha que ni siquiera
conoca, por el amor de Dios. l debera haberse encadenado esta tarde, no debera haber
estado vagando por ah libre.
Cmo los otros licntropos lograban controlarse a s mismos? Dash gimi en voz
alta. Sus circunstancias haban ido de mal en peor, en un abrir y cerrar de ojos tomo una
mala decisin.
La imagen de la muchacha escocesa tan angelical inund su mente, ella ola tan
delicioso, como a madreselva fresca. Dnde uno encuentra madreselva en enero?
El hecho de que ella era impresionante no ayud, no haba estado en control de sus
pensamientos o acciones desde el momento en que ella entr en el estudio de Blackmoor.
Qu estaba haciendo en el estudio en medio de la noche durante una luna llena de todos
modos? No saba que habitaban Licntropos en la residencia?
No saba que era peligroso ir dando vuelta mirando y andando por ah con
hombres como el cerca?
Dash mir cuando sus dedos haban tomado el libro, y l se encogi. Al principio,
haba sido divertido cuando ella haba recogido su pequeo diario, afirmando que era
suyo. Pero l no tena intencin de dejarla huir con l.
El contenido no era apto para los ojos de una dama, la revista sostena detalles
sobre todas las prostitutas en los alrededores de Covent Garden, descripciones fsicas,
direcciones, especialidades de clases y posiciones.
La idea de la lectura hizo que se le revolviera el estmago. Mirar al pequeo ngel
escocs por la maana sera ms difcil si hubiera ledo tan solo una entrada.
Afrontarla por la maana? Dios mo, no haba tenido intencin de morder a la
muchacha, aunque nunca olvidara la sensacin que haba experimentado cuando haba
marcado su piel. Fue ms intenso que cualquier liberacin que jams hubiera disfrutado
en su vida.
Era mejor no pensar en eso, o l iba a ir tras ella y terminar lo que haban
empezado.
Ni siquiera el duque de Blackmoor ni el Major Forster le perdonara aquella
indiscrecin.
Y l ya estaba en bastantes problemas con los Westfield. Si tena alguna esperanza
de encontrar un mentor licntropo, tendra que ser honesto con ellos acerca de sus
acciones ms recientes.

Era la nica manera de ganar su confianza, despus de todo lo que haba tratado de
hacerles.
Dash no estaba acostumbrado a pedir ayuda a nadie, y la idea no se ajustaba bien
con l. Durante sus veintisis aos, haba sufrido en silencio, sin entender qu o quin era.
Y ahora que saba, tena que saber ms. Tena que encontrar una manera de ganarse el
perdn de los Westfields. Era la nica manera de para obtener la salvacin.
l oy al mayor Forster antes de que el viejo lobo abriera la puerta del estudio. El
oficial jubilado pareca mucho ms en paz que hace unas horas. Dash deseada poder decir
lo mismo de l.
El anciano se aclar la garganta. "Bueno, veo que se las arregl para quedarse
quieto.
Eso es algo".
"Mord a una muchacha." Las palabras salieron volando de la boca de Dash antes
de que pudiera detenerlas.
Los ojos marrones del Mayor Forster se redondearon por la sorpresa. "Cmo
dice?"
Dash sacudi la cabeza mientras se apresuraba a explicar. "Yo no fui a buscarla, ella
vino a m, y yo era dbil"
"Dnde la mordi?"
"Aqu, en el estudio de su gracia", Dash gimi.
"No donde," dijo el mayor. "Sino en qu parte de su cuerpo?"
"Qu diferencia hay?" Comenz Dash, pero entonces algo peligroso brill en los
ojos del mayor.
Dash se refiri a la zona en la que el cuello se encontr con su hombro. "Aqu".
"Ests diciendo que reclam a esa mujer?"
"No estoy seguro", admiti Dash mientras cerraba los ojos para bloquear la
desaprobacin del hombre. "Pens que debera saber."
dos."

"Dios mo!" El mayor se quej. "Ahora vamos a tener la ira de Blackmoor sobre los

Dash abri los ojos. Qu quiso decir el mayor con eso? "Nosotros dos?"
El oficial se pas una mano por la cara. "Yo tena que vigilarte", gru l.
Luego baj las manos y apunt una mirada intimidante hacia Dash. "Quin era
ella?"
Dash se encogi de hombros. "No lo s, ella era hermosa, de cabello rubio suelto y
ojos azules".

l Mayor Forster trag saliva. "Ella te hablo?", l pregunt en voz baja.

Dash asinti. "Y ella era escocesa?" Pareca como si las palabras fueran arrancadas
de l.
"S", admiti Dash. "Usted sabe quin es ella." Eso era evidente.
El mayor se estremeci y se frot las sienes como si la accin aliviara su dolor. "S,
conozco a la muchacha, Conoca a su madre, tambin. Esto no es bueno, Lord Brimsworth.
No es bueno en absoluto".
"Bueno, seguramente, hay algo que se pueda hacer. No era mi intencin morderla,
y ella"
"No funciona de esa manera, mi Lord. Cuando la mordi, la luna estaba llena.
T la has reclamado como tu compaera licntropa bajo una luna llena.
Estas conectado con la chica ahora, que Dios los ayude a los dos".
"Bueno, qu significa eso?"
"Esto significa", el oficial comenz mientras se sentaba en una de las sillas de cuero
del duque, "que es tu compaera de aqu hasta que uno de ustedes muera".
"Mi compaera?" Dash mir boquiabierto. "Pero yo no conozco a la chica,
seguramente algo como esto tiene que haber ocurrido antes, tiene que haber una manera
de remediarlo"
"Brimsworth, esta no es la primera vez que un licntropo, bajo el hechizo de la luna
llena, ha reclamado a un compaero no planeado.

"El comandante se estremeci. " No s de ningn caso donde hubiera un final feliz.

"Por qu?" Dash-pregunt mientras se hunda en su asiento frente al viejo oficial,

su corazn martilleando en su pecho, todava no estaba listo para creer que no haba una
manera de salir de la situacin.
"Debido a que la chica no te ama, mi Lord, usted mismo ha dicho que ni siquiera la
conoca.
Casarse con uno de nosotros, aparearse con uno de nosotros, es bastante difcil
para las mujeres que nos aman en algunos das del mes.
"Pero usted se ha conectado a una mujer que no se preocupa por usted, y no est
obligada por las mismas reglas que se aplican a usted o a m.
Mientras que para usted ser imposible tomar a otra mujer en la cama, la seorita
Macleod puede casarse con quien quiera. Y usted estar completamente solo hasta que la
conexin sea rota".
La prediccin le preocupaba sobre ms de un frente, Dash no era un extrao para el
entretenimiento con mujeres en su habitacin.
No poda imaginarse no estar en condiciones de hacerlo ms, l no estaba seguro
de creerle an al hombre. No era posible que perdiera ese deseo.
Pero lo que ms le molestaba era que su ngel de Escocia podra elegir a otro
hombre sobre l, eso no parece justo.
El pensamiento de la criatura encantadora que haba sostenido en sus brazos esa
misma noche, casndose con otra persona era como una espada en su corazn. Lo cual no
tena mucho sentido. l ni siquiera conoca a la muchacha.
"La Seorita Macleod", l pregunt. Al menos tena un nombre.
El Mayor Forster asinti. "Caitrin. Es una amiga de mi hija Elspeth".
Dash salt de su asiento. "Voy a tener que hablar con ella."
"No hars tal cosa", gru el viejo oficial. "Y usted no va a decir una palabra de esto
a nadie hasta que pueda resolver qu hacer".
"Pero, yo"

"Sintate," ladr el Mayor Forster. "Por si lo has olvidado, Lord Brimsworth, usted
no es un invitado bienvenido en Westfield Hall. Sus pecados son numerosos y los sabemos
pero lo ms importante es que usted es un Licntropo salvaje, incontrolable.
Y si usted cree que voy a permitir que aceche en los pasillos de esta casa, est
muy equivocado.
El aire sali rpidamente de los pulmones de Dash. "Es por eso que he venido por
ayuda, seor. Necesito un mentor, y"
"Usted est aqu porque Su Gracia, Lord Benjamn y yo impedimos que Lord William
lo destrozara cuando intent reclamar a su esposa esta misma noche. Ahora sintese
mientras pienso, "el hombre se lo orden con brusquedad.
"Tratar de reclamar a la esposa de Lord William fue una mala decisin de mi parte,"
comento Dash, si pudiera simplemente explicarme.
"Le dije: 'Sintese'" el mayor gru.
Dash se sent en una silla y observ una serie de emociones a travs de la cara del
otro hombre.
Por ltimo, el mayor se frot la barbilla. "Usted realmente necesita un mentor, y
tengo que mantenerlo lejos de los Westfields".
"No pienso hacerles nada malo."
"Como ya se ha escapado de m una vez, mi Lord, por favor entienda que no tengo
la intencin de confiar en su palabra".
Dash poda ver el punto del hombre.
"Mi familia es oriunda de Glasgow, tengo un primo, un constructor de barcos, que
todava vive all, estoy seguro.
Yo lo puedo convencer para que lo tome bajo su brazo".
Glasgow? Dash sacudi la cabeza. No conoca a nadie en Glasgow, e ir all no
resolva su situacin con la seorita Macleod. "Pero la chica"
"No necesita un lobo salvaje en su camino, ni va a tolerar a uno. Usted puede
confiar en mi palabra con respecto a esto. Una vez que usted tenga el control de s mismo,
usted puede ir a buscarla y ver que debe hacer con el lo que ha provocado. "

Dos

"Lord Brimsworth," el Mayordomo del duque de Blackmoor lo llam desde la

puerta del estudio. "Su coche ha llegado."
Dash haba enviado a su carro para que lo llevase a Glasgow, junto con una carta de
introduccin del mayor a su primo el constructor de barcos, el Sr. Niall Forster. Dash se
levant de su asiento y se acerc al viejo mayordomo. Sin embargo, haba algo que tena
que hacer antes de partir hacia Escocia. "Me gustara hablar con la Seorita Macleod
primero, si no te importa, Billings. "
El viejo criado le frunci el ceo. -"Me temo que eso no es posible, mi seor."

No es posible? Dash resisti el impulso por resoplar. No quera pasar ms tiempo

en Westfield hall del que era absolutamente necesario, pero el ver a Caitrin Macleod antes
de irse a Glasgow era de suma importancia, si realmente se conect a la chica hasta el fin
de los tiempos, sera mejor si se ponan algunas cosas en orden antes de partir.
"No me ir hasta que no hable con la seorita Macleod."
Lord.

El mayordomo suspir irritado. "La seorita Macleod ya no est en la residencia, mi

"Ya no est en casa?" Reson el eco de Dash. Cmo era eso posible? Slo unas
horas antes, haba besado a la chica, la sostuvo contra l, y la reclam.
"Yo creo que ha regresado a casa, seor."
Ella se fue sin hablar con l, sin darle la oportunidad de explicarle? Dash meti la
mano en el bolsillo y arrug la carta del mayor en su puo. l sali de la casa y fue
inmediatamente asaltado por su olor de madreselva, sigui bajando los escalones de
piedra y tir para abrir la puerta de su coche de viaje. Dash se apoy contra los cojines y
mir al lugar vaco a travs de l. El viaje iba a ser uno muy largo.
"Glasgow?" Su cochero, Renshaw, pregunt desde la puerta abierta.
Dash asinti con la cabeza. El Mayor Forster no le haba dado ninguna opcin en el
asunto. Glasgow, por Dios, seguramente el viejo oficial podra haberle encontrado un
mentor en Inglaterra, alguien que no quedara tan lejos. El viaje durara para siempre por el
camino del norte sobre todo a mediados del invierno. Quizs Forster pens que el caera a
su muerte en los Apeninos, tal vez ese era el plan del anciano.
Dash suspir. "Estoy un poco con prisa, Renshaw, pero la seguridad es de suma
preocupacin, mira los caminos, quieres?

Caitrin distradamente frot su hombro mientras tiraba de la manta azul de viaje

sobre sus piernas.
A pesar de que su don de la visin le permita ver muchas cosas que no debera,
incluidas muchas escenas ntimas, slo se cernan los bordes de aquellas imgenes. Ella

nunca vio lo que pasaba en realidad entre hombres y mujeres despus que las puertas se
cerraban. Por esa razn, ella estaba muy contenta, hasta ahora.
Quera ms que nada poder preguntar si era normal que un hombre en medio de la
pasin la mordiera en la clavcula, pero eso sera terriblemente inadecuado. A quin en el
mundo ella podra preguntarle? Todas sus hermanas aquelarre en Escocia eran doncellas,
justo como ella. Aparte de Elspeth, por supuesto, a quien acababa de dejar atrs en
Hampshire. Cait suspir profundamente.
"Se encuentra bien, seorita?" Su criada, Jeannie, pregunt desde donde ella
descansaba en el otro lado.

La pregunta sac Cait de su ensueo, pero por poco. "Qu decas?", Murmur
mientras se apretaba el cuello de su vestido de viaje ms para cubrir la marca.
"Le pregunt si est bien," Jeannie repiti, frunciendo las cejas.
"Estoy bien, y no puedo imaginar por qu quieres pensar lo contrario. "Cait cerr
los ojos y apoy la cabeza contra los cojines de cuero.
"Estoy preocupada por usted, eso es todo, primero dejamos Westfield Hall en la
oscuridad de la noche como ladrones. Usted ni siquiera le dijo adis a la seora Elspeth. Y
ahora usted esta tan inquieta que no puede ni siquiera dormir".
Cait levant la cabeza y mir a su doncella. Jeannie era varios aos mayor que Cait,
una dcada ms o menos.
Tal vez podra preguntarle, Caitrin sacudi ese pensamiento tan rpido como surgi.
"Tiene algo que ver con el mordisco de amor en su cuello?"
Cait tiro de su cuello ms de lo normal. "Yo no s lo que dices," jade.
"S, lo sabe." Jeannie sonri y asinti con la cabeza, haciendo que sus rizos oscuros
subieran y bajaran. "Usted no puede mentirme a m, seorita soy quien le arregla el
cabello a usted, y tengo mucho tiempo con usted, desde que era pequea. Y eso sin duda
es un pequeo mordisco de amor bajo su odo, all. Eso no estaba all ayer".
"Bajo mi odo?" Caitrin hizo eco de la sorpresa, arrastrando los dedos por su
cuello. Jeannie no estaba hablando de la mordedura. El maldito hombre dejo otra marca?

"S", confirm a la criada. "Quin era l? Y qu le hizo para que quiera correr
hacia Edimburgo cuando ustedes obviamente lo disfrutaron tanto? "
"Disfrutamos?" Jade Caitrin. Luego murmur en voz baja: "Yo tengo que irme
lejos." Pero lo haba disfrutado, justo hasta el momento en que la confundi con un
pedazo de carne.

"Usted no puede mentirme a mi seorita, soy como su propio pap, tal vez incluso
mejor." Ella sacudi un dedo hacia Caitrin juguetonamente. "Por lo tanto, no puede
enredarme incluso aunque lo intente".
Esto era demasiado embarazoso para discutirlo despus de todo.
"Quin era?" Jeannie persisti.
"Yo no s quin era," Caitrin finalmente admiti.
"Oh, un hermoso extrao?" Jeannie dejo que su voz se calmase y arqueo las cejas.
"Dnde lo conoci?"
"En el estudio del Duque Blackmoor." Caitrin suspir finalmente.
"Yo estaba buscando un libro."
"Y?" La doncella la incito.
"Y l... me bes." Cait se encogi de hombros, sin saber qu ms decir.
Jeannie se recost contra los cojines y mir a su ama con cautela.
"Sin siquiera presentarse adecuadamente. " Su padre no lo aprobara".
"T no eres Pap, Jeannie, promteme que no se lo dirs.

"Por favor, Jeannie", declar Caitrin. Su padre no estara del todo contento con la
situacin, y nada se podra hacer al respecto, de todos modos.
"Acaso este hombre la agarro a usted, seorita?"

"Bueno," Cait dud, sintindose de repente protectora hacia el hombre, a pesar de

que era un pensamiento ridculo. "l me agarr," admiti. "Pero la mente no lo hace sola ",
aadi rpidamente.
Entonces ella solt una respiracin profunda y se arm de valor finalmente para
preguntar: "Por lo tanto, las mordeduras de amor, como ustedes la llaman, son lo que
generalmente sucede entre un hombre y una mujer?"
"S, eso y mucho ms, pero su marido le ensear todo lo que necesita saber con
respecto a eso. Usted necesitara de la gente como yo".
Un marido. "Si alguna vez encuentro uno", dijo Cait, levantando ambas manos en
seal de rendicin. "No importa... no es "importante".
"Pero este hombre..." Jeannie comenz.
Cait sacudi la cabeza. "Est en Hampshire, y nosotras estamos en camino de
regreso a Edimburgo. No lo ver otra vez." Ella tiro su cabeza hacia atrs y fingi dormir,
con el corazn un poco ms pesado de lo que haba sido antes de la conversacin.

El ligero olor a madreselva haba torturado a Dash todo el da. l gru mientras
miraba por la ventana hacia la oscuridad que rodeaba al coche.
Todo lo que necesitaba era seguir el olor de la seorita Macleod durante quince
das para volverse completamente loco, l resopl para s mismo y se apoy en los cojines.
A quin estaba engaando? Ya haba perdido la cabeza, viajar a Glasgow para
preguntar por un constructor de barcos para que fuese su mentor. Suspir.

Pareca una locura, por el lado positivo, si su padre se enteraba de esto, las noticias
probablemente empujaran al viejo perro hacia el borde, quizs Dash debiese enviar una
carta informando a su padre de sus planes.

l neg con la cabeza ante esa idea, no hay razn para despertar ese nido de
avispas. Con un poco de suerte, el Marqus de Eynsford olvidara incluso que tuvo un hijo,
despus de veintisis aos las probabilidades no estaban particularmente en favor de Dash
en ese sentido, pero un hombre siempre poda esperar un poco de ayuda.
Quizs Glasgow no sera tan malo despus de todo, despus de todo la seorita
Macleod se diriga all, l podra vigilarla. Asegurndose de que nadie se la arrebatara
antes de que l tuviera la oportunidad de cortejarla adecuadamente, una imagen de su
ngel escocs brill en su mente, cabello de oro, tan suave y largo que quera envolver un
rizo alrededor de su dedo y simplemente acariciarlo con el pulgar, ojos azules claros con el
color de un cielo sin nubes, labios tan perfectamente besables que se endureci con tan
solo pensar en ellos.

No, una vez ms ese pensamiento, Glasgow podra ser exactamente lo que
necesitaba.
El coche desaceler, y Dash mir por la ventana. Se dio cuenta de un punto de luz
en la distancia que se haca ms brillante mientras el carruaje se acercaba, una posada,
gracias a Dios, podra dormir un poco despus de los ltimos das que haba soportado.
El carro divag hasta detenerse en el patio de entrenamiento y Dash ni siquiera
esper a que Renshaw detuviera sus pasos. Abri la puerta y salto afuera, para detenerse
en el instante en que el olor de la madreselva le hizo cosquillas en la nariz. La Seorita
Macleod estaba definitivamente aqu, tena que ser. Su aroma floral era ms fuerte aqu
que el que haba estado todo el da en la carretera.

Qu golpe de suerte! Podran tener una conversacin sobre lo que haba ocurrido
la noche anterior y arreglar algunas cosas.

Por ltimo, con un objetivo en su mente, Dash se dirigi directamente a la cantina.

Sin lugar a dudas, ella estaba aqu. El aroma de la seorita Macleod era tan abrumador
que tena que apretar los dientes para no gruir en voz alta por ella.
Sus ojos recorrieron a travs del cuarto oscuro, pasando por algunos lugareos que
estaban bien ebrios, un hombre moreno con un nio en sus rodillas, un par de mozas
rollizas de taberna, y un camarero corpulento que luca una nariz bulbosa y una coronilla
calva. Ah, perfecto. Dash sonri, justo el hombre que necesitaba.
Elogi al dueo con un gesto de la mano.
"S, seor?" El hombre trep hacia adelante.
"Necesito alojamiento para la noche."
"Por supuesto." El hombre asinti con la cabeza.
"Pero primero," comenz Dash, "Estoy buscando a una mujer."
Los ojos oscuros del tabernero brillaron. "Estoy seguro de que puedo encontrar a
alguien que le haga compaa, seor."
El hombre mir ms profundamente en la taberna.
Dash sacudi la cabeza, sin duda era la primera vez que el rechazara una oferta de
compaa.
l slo estaba interesado en una mujer en ese momento. "No me ha entendido.
Estoy en busca de una mujer que viaja por este camino tambin, mi prima del norte. La
Seorita Macleod.
El tabernero se ech hacia atrs sobre sus talones. "Cmo dice, seor?"
"Esta la seorita aqu?" Dash grit.
Antes de que el camarero pudiera responder, Dash oy, la delicada cadencia de su
voz que provena de un comedor privado en la parte posterior.
"No importa." Dash pas junto al hombre y se abri paso entre la multitud hacia la
parte posterior de la sala donde una pesada puerta de roble lo separaba de la chica en la
que haba pensado la mayor parte del da.
Dash respir hondo y empuj lentamente la puerta abierta.

Ella estaba fascinante como lo haba estado la noche anterior.

Sin darse cuenta de su presencia, Caitrin Macleod convers con una mujer mayor,
una dama o una acompaante de algn tipo. Dash frunci el ceo, si la mujer la hubiera
estado vigilando la noche anterior, l no estara en la situacin actual. Bueno, l todava
estara de camino a Glasgow, pero no estara atado a la seorita Macleod para el resto de
sus das. Aunque, ahora que ella estaba dentro de su lnea de visin, l no poda encontrar
en su alma algo que lamentara el giro de los acontecimientos.
Dash se burlaba de s mismo. Todava deba encontrarse hipnotizado por la luna
para mantener tales pensamientos. A continuacin, una idea aterradora le vino a la
cabeza. Qu pasa si, desde que haba reclamado a la muchacha, no poda sacarla de su
mente? Y si haba perdido el poco poder que tena sobre sus propios pensamientos?
Exactamente cmo lo encadenaba a l?

El sonido estrangulado que l oy debe haber venido de l, porque la mirada fija de

seorita Macleod se dispar hacia la puerta.
Sus ojos se encontraron, y todo el aire de los pulmones de Dash escap, sus ojos
azules se encontraron con los suyos, y por un momento el mundo se senta bien, como si
todo tuviera sentido.
Pero entonces ella comenz a tartamudear, y tosi, lo que haba estado masticando
tan bien ahora estaba alojado en su garganta. Ella se puso roja y luego un poco de color
prpura. Cuando Dash sali de su trance se dio cuenta de que era mejor hacer algo, l
sali hacia adelante, le dio tirn a la silla y comenz a acariciar su espalda. Cuando un grito
ahogado fue su nica recompensa, le dio una palmada en la espalda un poco ms fuerte.

De repente, ella tosi violentamente y solt una gran inhalacin de aire, las
lgrimas brotaban de sus ojos cuando se volvi hacia l, l senta la extraa obligacin
para quitar las lgrimas con las yemas de sus pulgares. Tan extrao, era una sensacin que
nunca haba sentido antes.
"Ests bien?", Le pregunt despus de que l trag el nudo en su garganta.
Estaba completamente sorprendido cuando sus ojos se estrecharon y se posaron en
el hombro.

Ella pis muy fuerte con el pie e hizo una bola con los puos y gru: "Oh, usted!"
"Feliz de verme?" l le dirigi una sonrisa a ella, que nunca dej de servir con
criadas o mozas. "Te fuiste antes de que tuviramos la oportunidad de hablar esta
maana."
"Seorita", pregunt su compaera, ponindose de pie y mirando a Dash.
Pero su ngel escocs no respondi, ella dio media vuelta y sali corriendo del
comedor privado.

Dash la persigui por la taberna y por el patio, pero l la alcanz antes de que
pudiera redondear un pequeo muro de piedra que desapareca en la oscuridad.
"A dnde diablos va usted?" Dash exigi saber mientras la agarraba por el codo.
"Cmo se atreve usted a tocarme?", Dijo entre dientes contra l, tirando de su
brazo. Sin esperar una respuesta, ella sali por unos adoquines que conducan lejos de la
posada.
Dash la sigui, sintindose como un cachorro persiguiendo a su amo. "Seorita
Macleod," l la llam.
Ella se dio la vuelta y dispar una rpida mirada en l. "Qu quiere?" Le dijo.
"Tengo que hablar con usted," dijo, cerrando la distancia entre ellos.
"Cmo me ha encontrado?" Ella frunci el ceo al mirar hacia l.
Cmo podra evitarlo? Su aroma lo haba molestado todo el da. Dios, eso sonara
ridculo.
"Un poco de buena suerte de mi parte", le dijo.
"Qu quiere?" Escupi. Pero que pequea tan fiera era, con sus ojos azules
parpadeando de indignacin.
Ah, pero el necesitaba estar en control de s mismo, para as poder actuar como los
otros licntropos, para poder tenerla en sus brazos.
"Usted", l admiti antes de que pudiera detenerse.

Ella deba imaginarlo como el hombre ms loco, mordindola la noche anterior,

persiguindola en la oscuridad esta noche. Fue un absoluto milagro que ella haba parado
en una posada, cualquier mujer cuerda de mente habra huido tan lejos y tan rpido como
pudiera.
La seorita Macleod sacudi la cabeza ante l como si fuera una especie de
mosquito inquietante. "Yo? Para qu?", pregunt ella, su voz sonando melodiosa a
medida que aumentaban su irritacin.
"Usted pregunto lo que quera, seorita Macleod, la quiero. "Entre otras cosas que
l nunca podra explicarle a ella. Por lo menos no ahora.

TRES

Cait parpade hacia l, creyendo que no lo haba odo bien, trat de ignorar las
palpitaciones en su vientre que su confesin le provoco en su interior y se centr en su
lugar en sus ojos color mbar, concentrarse en su futuro. Un destello de algo que sera ms
que provechoso, su maldito poder nunca le haba fallado hasta ahora.
La fresca brisa le revolvi el cabello de oro, y sus ojos cayeron hacia sus labios, el
calor la inund, y la mordedura en el hombro le quemaba, suavemente toc la herida que
le haba hecho.

Sin embargo, ninguna visin lleg a ella, absolutamente ninguna. l era un

completo enigma, que era ms que desconcertante. Cait nunca haba intentado tanto
examinar el futuro de alguien, por supuesto, ella nunca lo haba necesitado antes, pis
muy fuerte con el pie por la frustracin y sostuvo un grito. Por qu no poda ver algo de
l? Por qu su regalo le fallaba cuando ms lo necesitaba?
"Te quiero," repiti, con su voz grave retumbando en ella.
Ella recuper sus sentidos y golpe sus manos en las caderas. "Me quieres,
verdad?". Pregunt altivamente.
Una pequea sonrisa inclin las comisuras de su boca. "No tienes ni idea."
Ella frunci el ceo. Cmo se atreve a encontrar esto divertido? "Bien, por usted o
cualquier otra persona, para el caso.
As que puede dar la vuelta y volver a Hampshire donde usted pertenece.
La sonrisa desapareci de sus labios. "Me temo que eso no es posible."

"Es muy posible", le inform. "usted simplemente tiene que volver a su coche e ir a
otro lado. No tengo nada ms que decirle".
Sacudi la cabeza y sus ojos se oscurecieron cautivadoramente. "Huira de m otra
vez? Usted me golpeo como una chica con un poco ms de fuego. "
Un poco ms de fuego? Dese que su hermana de aquelarre, Blaire, estuviera all
con ella. La bruja guerrera poda chamuscar al hombre hasta que l hubiera tenido
suficiente fuego para toda su vida.
"Yo ni siquiera s quin es usted".
"Permtame poner remedio a eso", dijo suavemente. "El conde de Brimsworth, a su
servicio."
Brimsworth? Cait reconoci su nombre inmediatamente y retrocedi un paso
tentativo. Ella bien no podra saber su futuro, pero si saba lo suficiente de su pasado. l
era un hombre del que debiera quedarse lejos, era peligroso, y, peor an que eso, era un
Licntropo, los cuales eran perros desagradables, ella apenas era capaz de tolerar al que
se haba casado con Elspeth.
Esta conversacin haba terminado, no necesitaba un licntropo en su vida, no
importa lo mucho que hiciera que su corazn se acelerase, Cait inclin la nariz en el aire y
lo nivel con lo que esperaba fuera su ms helada mirada.
"Sus servicios ya no se necesitan, Lord Brimsworth, ahora de la vuelta y vuelva a
Hampshire o de donde haya salido".
Un msculo se movi en su mandbula, y Cait trag nerviosamente. Brimsworth dio
un paso ms cerca de ella y le dijo: "No hay nada para m en Hampshire, muchacha, mi
futuro est en Glasgow".
Lo Arruino! Por qu tena que decir el futuro? Cait casi se atraganto con su
lengua. Por qu el ingls se diriga a Escocia? Y por qu a Glasgow? Crea que se diriga
all? Bueno, no estara sorprendido al encontrar que estaba equivocado.
Desde luego no iba a corregir su suposicin.
Pero qu si su padre se encontraba a Brimsworth en Glasgow en uno de sus
muchos viajes de negocios? Cait sacudi su cabeza por su propia insensatez, su padre
nunca encontrara a Lord Brimsworth.
vez

Por otra parte, ella no haba pensado que pondra los ojos sobre un hombre otra
tampoco.

Qu pasa si Jeannie le dijera a su Padre lo que Brimsworth le haba hecho? Y luego que
pasara si ellos realmente se encontraran en Glasgow?
Su pap estaba all bastante a menudo. El vientre de Cait se desplom, lo que ella
no dara para predecir el futuro del hombre.
"Usted no puede ir all", chill.
La sonrisa encantadora del conde regres. "Yo no saba que necesitaba su permiso
para viajar al norte, Seorita Macleod".
Cait tomo coraje y meti un dedo en su pecho.
l captur su mano y un hormigueo corri por su piel debido a su tacto, luego
levant la mano a sus labios y le bes los nudillos mientras su mirada la abrasaba.
"Desde ayer por la noche, no he sido capaz de pensar en otra cosa que usted y su
delicioso aroma."
El corazn traicionero de Cait lati rpidamente, aunque ella prefiri ignorarlo y se
desprendi de la mano de su captor.
"De algn modo dudo que entre sus actos de venganza, mi lord, usted se haya
preocupado por pensamientos acerca de m o de mi olor", respondi ella con aspereza.
Ech la cabeza hacia atrs y solt una carcajada. "Ah, as que usted sabe lo que
soy."
Ella no encontr la idea remotamente graciosa y ella asinti bruscamente, cruzando
los brazos sobre su pecho. "Usted secuestro a Lord William y planeo hacerle dao." No, es
que ella alguna vez se hubiera preocupado de una u otra manera por Lord William.
Pero expresar los crmenes del conde slo podra ayudarle en este punto,
Brimsworth se encogi de hombros. "Entonces usted tambin debe saber que lord William
entr en una competicin conmigo por su propia voluntad, luego hizo trampa, no me tom
demasiado bien eso".
No, l no pareca el tipo de hombre... no, Licntropo,... quin aceptara de buen
grado ser engaado?
Cait no tena la intencin de permanecer en el fro para continuar esta ridcula
conversacin.

"Honestamente, mi Lord, no tengo ningn deseo de aplaudir o ridiculizar las

decisiones tomadas por Lord William y su novia, el asunto es discutible, al menos. Ahora, si
me perdona, estoy seguro de que mi doncella est muy preocupada".
Luego se volvi hacia la posada. Casi esperaba que Brimsworth la persiguiera, como
al parecer haba estado haciendo todo el da. Pero sus pasos no sonaron detrs de ella, no
debera haber estado decepcionada por eso.
Era lo mejor, despus de todo. No tena espacio para ms licntropos en su vida de
todos modos.
Cait entr en la cantina y trat de evitar las visiones del futuro de los otros clientes
"que le asaltaban a su mente, un hombre se sent llorando sobre la cama de un ser
querido, su esposa, Cait asumi. Una moza de taberna en el otro lado estaba a punto de
descubrir que era una mujer embarazada, el corpulento tabernero tropezara en un
agujero y se torcera el tobillo.
Se concentr en la puerta del comedor privado y se sinti aliviada cuando ella pas
por encima del umbral y bloque todos los lugares no deseados. Ella no haba apreciado el
hecho de que su mente estaba clara y sin carga cuando estaba con el conde de
Brimsworth. Eso en s fue bastante desconcertante, en cuanto se cerr la puerta de la sala
de comedor, Jeannie le ech los brazos y la bes en la mejilla. "Ah, seorita, yo estaba muy
preocupado por usted."

"Estoy bien, Jeannie", dijo.

"Nunca haba visto que usted se comportara de tal manera. Quin era ese
hombre? Y por qu usted corri de esa manera? "
"Lord Brimsworth", dijo Cait casualmente. "l es un conocido de los Westfields."
Su criada frunci el ceo. "Y el resto. Por qu usted corri hacia fuera? ", pregunt
de nuevo.
Cait debera haber sabido mejor que Jeannie no lo dejara ir tan fcilmente. "He
pasado un largo da, y slo quiero ir a la cama. Puedes guardar la Inquisicin espaola
hasta maana? "
Pero ella ya haba decidido que iba a confiarle a su criada y que iba a guardarse
para ella.

Jeannie se escabull un poco lejos. "Yo creo que el seor Macleod lo aprobara,
seorita"
"Tonteras," Cait respondi despreocupadamente. "No hay nada que aprobar, no,
vamos a ver a su seora de nuevo de todos modos. "Ellos se dirigan a dos ciudades
diferentes, despus de todo, ellas perderan a Brimsworth en la maana, y eso sera todo.

"Seor", el tabernero lo llam desde el otro lado del patio.

Dash ignor al hombre ya que no estaba de humor para mantener compaa, su
mente segua recuperndose de su conversacin con la seorita Macleod. Los pocos
momentos que haba pasado en su presencia le haban revuelto la sangre de una manera
como nunca haba experimentado antes. Bueno, salvo la noche anterior, y el momento en
que ella se alej de l haba sido muy doloroso.
Fue una reaccin normal al ver a su pareja? Era una tortura estar tan cerca de ella
ya que ella irradiaba calor directamente a su alma, pero no poda tocarla, no poda
saborearla. l no tena ningn derecho en absoluto sobre ella, a excepcin de la marca que
le haba dejado en el cuello.
Toda la prueba fue un tormento cruel, la horrible prediccin del comandante se
repeta en su cabeza, ella no estaba sujeta a las mismas reglas que l. Dash pens que no
podra sobrevivir a desearla toda una vida si ella despus lo rechazaba y escoga a otro, as
las cosas, l necesit cada poco de autocontrol que l posea para no saltar la escalera,
encontrar la habitacin de Caitrin, y reclamarla de un modo mucho ms ntimo.
"Seor!", El tabernero llam de nuevo.
Dash quera romper al hombre en dos, sali de las sombras. "S?"
Una expresin de alivio se instal en el rostro del hombre corpulento. "Ah, ah est
usted. Pens que podra haberse marchado".
"Qu quiere?" Pregunt Dash, sin siquiera molestarse en mantener un tono
conversacional.

El tabernero trag saliva con nerviosismo y se apresur a explicar. "La llave de su

habitacin, seor. Es la primera a la izquierda, haba otro muchacho que la quera. Pero
como se la promet a usted primero...
Hay algo ms que pueda hacer por usted, seor? "
Dash se rasc la barbilla. "En realidad, hay algo que puede hacer por m, y esto
implica a aquella joven que pregunt sobre cuando llegu, mi prima. "

CUATRO

Caitrin suspir profundamente mientras se sacaba las horquillas del pelo y lo

dejaba caer sobre sus hombros.
"Cansada, seorita?" Pregunt Jeannie mientras doblaba el vestido de viaje de
Cait y ayud a su seora con su camisn.
Cait se recost pesadamente. "No tienes ni idea." Estar en lugares con mucha gente
era completamente agotador, no importa lo mucho que trate de bloquear los nombres,
caras y futuros, no poda hacerlo. A excepcin de los momentos que pas con el apuesto y
peligroso Lord Brimsworth, aquellos momentos eran tranquilos, estaban en calma.
Las nicas emociones que enturbiaban estaban dentro de ella, ella no reciba nada
de las personas que la rodeaban, era casi el cielo.
El deseo de calma casi le daba ganas de buscar a su seora de nuevo, slo para
poder ver si era verdaderamente un hombre que podra traerle paz. Incluso ahora, ella vio
a Jeannie en su imaginacin mientras sala de la habitacin mientras Caitrin dorma para ir
a reunirse con su pretendiente, el cochero de Cait, Lamont.
"Por qu no sigues adelante y te vas, Jeannie?" Cait finalmente pregunt, tratando
de mantener la irritacin de su voz.

"Ir a donde, seorita?" Replic la dama, fingiendo confusin.

"t sabes perfectamente a dnde", reprendi Cait. "No puedes mentirme a m, ya
sabes".
"En verdad, seorita", comenz la criada, pero Cait levant una mano para
hacerla callar.
"Por favor, no me mientas, Lamont est esperando por ti. "Ella trat de domar su
sonrisa hacia la mujer. "Ve," dijo, espantando a Jeannie hacia la puerta con las manos, la
nica cabeza en la que ella quiso estar era la propia. "fuera. "
"Esta segura que no necesita nada ms de m?"
"Positivo". Suspir Cait.
La mujer casi salt por la puerta, dentro de unos momentos, la criada se envolvera
en los brazos del cochero, y no volvera hasta la maana. Oh, si la vida fuera realmente as
de simple.
Cuando Cait estaba sola, ella todava vea fragmentos del futuro, pero cuando no
venan llegaban todos juntos de una vez, eran ms como un sueo. Como ver a los actores
en el teatro, cuando venan todos ellos a la vez, era ms bien una pesadilla.
Ella se acerc a la ventana y descorri las cortinas.
La luna an estaba en lo alto del cielo, ella observo un movimiento y la parte
superior de una cabeza rubia a travs del patio de la posada.
Lord Brimsworth? No, eso deba ser una ilusin.
Deseosa? Ella se burlaba de sus propios pensamientos, ella deseaba que el Adonis
rubio viniera a masticar su clavcula un poco ms, era la paz que ella deseaba.
En tan solo unos momentos, una pequea lluvia de piedras golpe la ventana, mir
hacia abajo y vio al hombre sealando con sus brazos, como si quisiera que levantara la
ventana.
Ella sacudi la cabeza con vehemencia y dejo caer las cortinas en su lugar.
Otra lluvia de pequeas piedras golpe la ventana, tal vez l se ira si ella aceptaba,
ella empujo de nuevo las cortinas y abri el cristal chirriante, el aire fro se precipit en la
habitacin, deslizndose debajo de su camisn.

"Lord Brimsworth, qu es lo que quiere?" Ella frunci el ceo.

El llam de nuevo, su voz son un poco ms tranquila, "A usted". l sonri.
Su corazn se encogi, l tena la sonrisa ms increble, con dientes blancos y
rectos. Pero tambin era peligroso, ella se movi para cerrar la ventana y las piedras
golpearon otra vez. Ella se qued sin aliento.
"Est tratando de matarme?", Dijo entre dientes.
"Tengo una excelente puntera, seorita Macleod," dijo, completamente relajado.
"Si hubiera querido hacerle dao, ya lo habra hecho. "
Supuso que era verdad, podra haberle hecho dao en el estudio de Blackmoor o
en el sendero empedrado esta noche si eso tuviera en mente.
"Yo slo quiero un momento de su tiempo", agreg.
"no puede acaso esperar hasta la maana?"
"Usted no va a estar sola en la maana", dijo, levantando una ceja.
No poda ver su futuro. Por lo tanto, ella no saba si eso era cierto, pero fue
interesante saber que, desde esta distancia, su futuro estaba totalmente en blanco para
ella, mientras que los de los otros "todava se encontraban a su alrededor.
Caitrin escuch un grito desde la habitacin contigua a la suya, a continuacin, una
maldicin gutural, se tap los odos con sus dedos y cerr los ojos con fuerza. Ya poda ver
el futuro de los ocupantes de la habitacin. Y no haba una maldita cosa que pudiera hacer
al respecto, esta vez, incluso las futuras emociones la golpearon, lo que la hizo doblarse de
dolor.
"Seorita Macleod?" Oy desde la ventana abierta.
"No puedo hacer esto ahora", murmur para s.
"No puede hacer qu?", l pregunt.
Cmo haba odo l su queja tranquila?
Caitrin levant la almohada de la cama y se envolvi con ella sus odos, tratando de
amortiguar algunos de los sonidos provenientes de la habitacin cercana. No pudo
lograrlo, se dej caer al suelo y levant las rodillas a su pecho y se meci, tratando de
encontrar un ritmo calmante que podra sacarla del tiempo y del espacio.

"Si no me contesta, seorita Macleod, voy a entrar ah."

Ella no poda responder, el sentimiento de cualquier cosa era demasiado doloroso.
Ella escucho un fuerte golpe contra la parte exterior del edificio y luego vio dos
manos que agarraban el alfizar de la ventana, inclin la cabeza y se qued con los ojos en
sus rodillas, que venga, que viniera.
No poda ser peor que lo que estaba experimentando en ese momento.
"Aughhh!" Ella gimi en voz alta mientras el cruzaba la habitacin y se diriga hacia
ella. Entonces l la tocaba, y su mundo se qued en silencio, las imgenes en su mente
desaparecieron. Lo nico que oa era el canto de los grillos desde fuera de la ventana y el
relincho de un caballo en los establos.
Ella se levant y le ech los brazos al cuello, abrazndolo con fuerza.
Lord Brimsworth la atrap en el aire y no la solt cuando ella lo agarr
frenticamente.
"Finalmente feliz de verme?" l se rio en voz baja al odo mientras le acariciaba la
espalda.

Dash nunca haba estado tan asustado hasta cuando l la haba odo gritar de dolor,
fue realmente extrao, ya que por lo general le daba poca importancia a los sentimientos
de los dems. Pero l no era capaz de no preocuparse por los de ella, se aferr a su cuello
con fuerza, sus curvas moldeadas contra la longitud de su cuerpo, era una pequea cosa
diminuta. Sus pies colgaban sobre el piso mientras l simplemente la sostena frente a l,
con la mejilla apoyada en su hombro.
"No me dejes", susurr.
"No lo har", le asegur mientras mova su cabeza para mirarla. La masa ondulada
de su cabello caa sobre sus manos, los extremos le hacan cosquillas en los dedos, quera
enterrar su cara en ellos y beber del aroma que lo haba estado volviendo loco durante
todo el da.
"Quieres decirme qu pas?" le dijo.

Ella neg con la cabeza en su hombro, y slo entonces l se dio cuenta de que su
camisa estaba hmeda, ella haba estado llorando, su corazn se apret por ella.
Casi sin aliento por la emocin de la primera vez, no saba cmo reaccionar. Qu
era
ello?
Empata? Compasin? Afecto? l no estaba seguro como llamarlo, pero l nunca lo
haba sentido antes
Dmelo", dijo. "Yo podra ser capaz de ayudar."
Ella levant la cabeza y solt sus brazos, de inmediato quiso patearse a s mismo
por hacer o decir algo que la hiciera alejarse de l.
Sin mirarlo a los ojos, dijo con una voz infantil, "En la habitacin de al lado, hay una
nia pequea que no debera estar all, ese que est ah no es su padre, si se queda en esa
habitacin, algo horrible va a sucederle a ella".
"Cmo sabes eso?"
"Yo no puedo decrselo," dijo ella, finalmente encontrando su mirada, su mano no
se apart cuando le toc el brazo.
Era casi como si el la anclara de alguna manera. "No se supone que debera decirle
tanto como ya lo he hecho. "
Pero puede hacerle dao. Puede ayudarla? "
"Lo intentar," l comenz, pero su rostro se arrug por la preocupacin, se inclin
y la bes en la frente. "Lo har.
Estar usted bien durante un momento?", l pregunt. "Voy a volver."
Ella asinti mientras se le tensaba el cuerpo, como si estuviera preparndose para
un ataque. Entonces ella alejo su mano de su brazo, l averiguara de qu se trataba y
rpidamente y silenciosamente, l se escap por la puerta.
Cuando se fue, las visiones volvieron, tomando una respiracin onda por su
intensidad. Ella avanz lentamente por la cama y se acurruc en un rincn, meciendo su
cuerpo despacio, encontrando un ritmo que la calm.
En un abrir y cerrar de ojos, ella oy una conmocin en la habitacin al lado de la
suya. Era como si el sol comenzara a brillar, borrando las sombras en su mente, gracias a
Dios. La nia estara ilesa, el autor seria puesto a la justicia, todo ira bien, ella suspir.

Hubo un rasguo suave en la puerta justo antes de que esta se abriera y Lord
Brimsworth
se
deslizara
hacia
el
interior.
"Eso fue interesante", dijo lentamente, moviendo la cabeza con incredulidad. "Pienso que
usted le salv la vida a aquella nia.

"Yo no hice nada," dijo en voz baja, toda la lucha haba desaparecido de su cuerpo.
"Ustedes lo hizo." No quera nada ms que cerrar los ojos y dormir.
Pero Brimsworth estaba en su habitacin, y ella llevaba un camisn. Y slo hace un
momento, ella haba estado agarrndolo como si ella lo necesitara ms que nada en el
mundo. Ella no lo necesitaba, desde luego, pero ella necesitaba la paz que l le ofreca.
l se sent al lado de su cama y le tendi una mano, ella coloc la suya dentro de la
de l, y sus fuertes dedos se cerraron alrededor de los suyos. L mostro una media sonrisa.
"Puedo quedarme contigo un rato?", Pregunt, su voz un poco ms ronca que antes. "Me
gustara saber que ests a salvo."
"Mi doncella volver ", comenz.
"Me habr ido antes."
Por lo general, Cait poda confirmar o negar cuando alguien le hace una prediccin
as. Pero no con l. Se atrevera a confiar en l?
Ella anhelaba la tranquilidad que poda traerle en ese momento ms de lo que
quera algo en todo el mundo, unas pocas horas de paz, eso era todo lo que quera.
Adems, nadie saba que estaba all.
"Cmo entraste por la ventana?" Le dijo.
l se rio y se recost en un lado de la cama, con una mano debajo de la cabeza y la
otra agarrndola a ella. "Eso es parte de una historia", dijo acercndola.
Luego le pregunt: "Cmo te enteraste de la chica?"
"Eso es parte de una historia, tambin," ella lo imit.
l se rio y rod hacia ella, la pendiente en el centro de la cama hizo que ella
tambin rodara hacia l. Se qued inmvil mientras retiraba el escote de su camisn y
examin la herida en su hombro.

Suspir profundamente antes de inclinarse y tocar con sus labios la zona, sus labios
no eran ms que un susurro sensible a travs de su piel.
"Lo siento si te hice dao", dijo con una voz que apenas poda or. "Pero no lamento
lo que hice. "
El rodo lejos de ella y puso algunos centmetros entre ellos, pero an estrechaba su
mano.
Dentro de unos momentos, la paz en su mente permiti que el sueo la alcanzara. Y
Cait fue a la deriva a un lugar donde los nicos sueos que ella vio eran los propios.

CINCO

La luz de la maana invadi la pequea habitacin de Cait y ella se incorpor de un

salto. Haba realmente permanecido en la cama con Lord Brimsworth? Ella se encogi y
cay hacia atrs, bloqueando la luz del sol con su brazo. Qu haba estado pensando? Ella
se haba comportado como una joven bruja que no entenda sus poderes, se haba
comportado como una tonta.
Ella se haba comportado imprudentemente.
Rara vez ella se iba de casa, y slo lo haba hecho en este caso porque la familia de
Elspeth la necesitaba a ella en Hampshire, en el viaje a Westfield Hall, ellos slo haban
parado para cambiar caballos nunca pasaron la noche en una posada a lo largo del camino.
Desde luego, ella haba estado corriendo con un poco de prisa entonces, y dormir en una
cama en la noche era un lujo para el cual ella no haba tenido tiempo.

Ella debera haber sabido mejor las consecuencias de pararse a pasar la noche,
estaba acostumbrada a las visiones de Jeannie y Lamont. Pero estar a solas con tantas
personas desconocidas haba sido un esfuerzo ms que abrumador, Cait gimi.
Odiaba pensar en s misma como una persona dbil, pero no haba otra palabra
para sus acciones la noche anterior, si Lord Brimsworth no hubiera llegado cuando lo
hizo...

Cait gimi ms fuerte, l hombre la haba visto en su peor momento, eso fue
bastante embarazoso. Nadie la haba visto as desde que su madre le haba enseado a
usar sus poderes.
"Esos dos gemidos, seorita Macleod. Est usted bien? "La suave voz de Lord
Brimsworth le llego desde una silla cercana, se le rompieron los nervios que le quedaban.
El hombre estaba todava aqu?
Cait se qued sin aliento y tir de la manta alrededor de su barbilla. "Fuera de mi
habitacin, seor!"
l se rio suavemente y dej que sus pies cayeran desde donde los tena apoyados
en la esquina de la cama. "Es un poco tarde para la modestia, querida."
El corazn de Cait lata en los odos. "Q-qu est haciendo aqu?" Su voz son
como un chillido.
"Quera asegurarme de que estabas bien y que era capaz de dormir."
Cait frunci el ceo hacia el techo, sin atreverse a mirarlo. "Yo no necesito una
niera, Lord Brimsworth".
"He pasado la noche contigo, ngel, creo que podemos prescindir de las
formalidades, no crees?"
Ese era su plan? Cait se sent y tir de las mantas a su alrededor, mirndolo. "Eso
es lo que quiere usted comprometerme?"
Mirarlo probablemente fue un error. Hasta ahora, todos sus encuentros haban sido
en la noche y ella no haba tenido ni idea de lo guapo que era, a la luz del da. Su cabello
rubio estaba despeinado, irradiando el calor del sol. Sus ojos color mbar, con manchas de
verde, oscurecidos por la sorpresa.
"Eso sera muy descorts, y yo nunca hara una cosa tan deplorable."

Pero secuestrar al hermano de un duque era aparentemente aceptable, aunque

Caitrin mantuvo ese pensamiento para ella misma, no quera colocarse en la posicin de
defender a los Westfields de nuevo. Su rivalidad con Brimsworth no tena nada que ver con
ella, y su preocupacin ms urgente era conseguir que cierto conde saliera de su
habitacin antes de que alguien supiera que estaba all.

"Usted dijo que no se quedara mucho tiempo," le record.

Lord Brimsworth se levant de su asiento y se par frente a la ventana, mirando
hacia fuera abajo hacia el patio.
Ella no poda dejar de notar la manera en que sus pantalones se abrazaban a sus
poderosos muslos, y ella aspiro su aliento sorprendida.
l era un hombre muy guapo que haba sido muy amable con ella la noche anterior.
Si ella no fuera cuidadosa, perdera la cabeza en cuanto a l se refera. Y a pesar de la
forma en que la hizo contener el aliento y causaba alborotos en su vientre, l era
peligroso. l era un licntropo.
"Yo dije que iba a salir antes de que su criada regresara", comenz en voz baja.
"Nunca lo hizo."
Era su imaginacin, o l sonaba enojado? "Estoy segura de que est con mi
cochero".
"Ella la abandon ayer por la noche, cuando es obvio que necesitaba que alguien
se quedara con usted."
Cait se alegr de que sus ojos an estuvieran en el patio debajo de ellos, eso le dio
la oportunidad de buscar por la cama y atar la bata con fuerza alrededor de ella,
ponindolos en igualdad de condiciones. "Creo que usted debera marcharse, mi Lord".
Mir por encima de su hombro y asinti. "Muy bien, eso me dar tiempo para
buscar a su criada".
"Usted no va a hacer tal cosa!" Cait golpe los puos en la cintura. "Jeannie es mi
criada, y usted no tiene ninguna autoridad sobre ella".
"Todava no", murmur, aunque ella lo escuch con claridad.
"Y qu se supone que eso significa?", pregunt ella, incapaz de mantener el tono
punzante de su tono. Lord Brimsworth se dirigi hacia ella, recordndole que la bestia se
acercaba, luego se detuvo, muy suavemente y roz sus labios sobre su frente, y se dirigi
hasta la puerta. "Usted me encontrara abajo para el desayuno".
Cait lo mir boquiabierta, nadie jams le dio rdenes, ni siquiera su padre, incluso
dentro de su aquelarre, ella era la lder.
"Le dije al tabernero que era mi prima, usted puede reunirse conmigo
tranquilamente para compartir una comida juntos, nadie preguntara nada. "

El ni siquiera le pregunto si quera reunir con l. "Primo?"

Lord Brimsworth le sonri. "Yo habra dicho" esposa "si hubiera sabido que iba a
pasar la noche con usted, lo tendr en cuenta la prxima vez.
A Dash le encanto la mirada de estupefaccin en el rostro de Caitrin Macleod.
Obviamente nadie le ordenaba a ella, sus mejillas se haban sonrosado ligeramente, y su
linda boca cay abierta. Probablemente era mejor no pensar en esa boca, o saltara
encima de ella de nuevo y hara un uso adecuado de ella.
La noche anterior haba sido una tortura, tratando de conciliar el sueo en una silla
incmoda, cuando l realmente quera estar bajo la colcha con ella, haba sido una noche
particularmente difcil. Cada pequeo sonido que ella hizo bombeaba sangre a sus
regiones inferiores, en cuanto estuviera listo con su mentor, su meta ms alta seria
convencerla de casarse con l, ms temprano que tarde, o bien podra explotar.
Esperando en la taberna a la criada de Caitrin que volva de ver a su amante Dash
not a una moza a travs de la habitacin batiendo sus pestaas hacia l.
En el pasado, la semana pasada, de hecho, el no habra perdido la oportunidad de ir
a la cama con la muchacha, ella tena una buena figura, unos ojos marrones redondos y
cabello oscuro brillante.
Tales encuentro haban sido banales para l; pero ahora l no encontr nada
significativo en absoluto en el aspecto de la muchacha, entonces l reenfoc su atencin
sobre la entrada exterior.
Ahora que l pensaba en ello, l no haba encontrado a una mujer remotamente
atractiva desde la noche en que l reclam a Caitrin en el estudio del Duque de Blackmoor.
l no haba comprometido ningn pensamiento a otra mujer, excepto que ahora notaba el
cambio en s mismo.
"Ah, Lord Brimsworth", comenz el tabernero, dando un paso al otro lado de la
habitacin mientras se apoyaba en gran medida en un bastn. "Entiendo que usted desea
el comedor privado esta maana."
Dash inclin la cabeza. "S. Mi prima se me unir pronto".
"Por supuesto, mi Lord, le voy a mostrar el camino".
Dash no se movi de su asiento. "Prefiero esperar a mi prima aqu."
Y observar cunto tiempo necesita esa criada para sacar los brazos de su amante.

"Como usted desee. "

En ese preciso momento, la puerta se abri lentamente, y la criada de Caitrin cruz
el umbral.
"Perdone, seor", le dijo al tabernero, mientras mantena sus ojos sobre la morena
tmida que estaba tratando de colarse por las escaleras de los dormitorios. "Seorita" Dash
la llamo, rpidamente cruzando el piso. "Me gustara hablar con usted."
La criada volvi a su voz, y arrug las cejas. "Mi Lord?"
Dash se alzaba sobre la mujer y no pudo evitar una mueca en su rostro. La mujer
haba abandonado su deber con Caitrin y su pobre ngel haba estado llorando por ello.
"Es su prctica estndar dejar a su seora desatendida?"

"Lord Brimsworth" la voz de Caitrin se filtraba hacia l desde lo alto de las

escaleras. "Ya hemos tenido esta conversacin.
"Prima Caitrin", respondi, volviendo sus ojos en ella, era impresionante, con sus
cabellos rubios anudados sobre un hombro, su vestido de viaje azul era til, pero mostraba
su forma curvilnea de la misma manera.
Por un momento, la boca de Dash se sec. "Qu maravilloso es verte de nuevo,
usted y su criada deben realmente unirse a m para el desayuno."
"Qu generoso es usted, primo," le devolvi Caitrin, su mandbula apretada por la
irritacin y un fuego azul brill en sus ojos.
El tabernero se aclar la voz. "La habitacin est lista, seor."

"Excelente!" Respondi Dash, alcanzando su brazo por la escalera para tomar la

mano de Caitrin. "Vamos, querida".
Cuando lleg al ltimo escaln, meta la mano en el hueco de su codo. Se senta
con derecho estando all, la condujo por el pasillo hasta el comedor privado y le ofreci un
asiento para ella y para la criada que tomo el lugar al lado de su seora.
"Bien," comenz, "cuando llegue a Glasgow, tengo la intencin de llamar al seor
Macleod e informarle del personal mediocre a su servicio".

"Mi Lord!" Caitrin dijo entre dientes, y sus mejillas adquirieron un tono ms
plido.
"Pido su perdn", exclam la dama.
"Usted debera haber estado con su seora la noche anterior en lugar de entretener
a algn pretendiente, Y...
"Le dije a usted, que esto no es de su preocupacin". Caitrin salt de su asiento,
mirndolo a l.
"Todo lo que es acerca de usted me concierne," le inform.
Pareca como si ella hubiera olido algo asqueroso, y ella cruz los brazos sobre su
pecho. "Usted es un mal educado, y yo no he pedido su ayuda, y tampoco la quiero. "
Eso es verdad. Dash asinti. "Bueno, yo voy a drsela de todos modos, muchacha."
"Usted no tiene derecho", continu.
"Tengo ms de lo que crees", respondi.
"Ven, Jeannie. He escuchado suficiente. "Con eso, Caitrin se alej de la mesa, le
mand una ltima mirada mordaz, y luego sali pisoteando desde el comedor, remolcando
a su criada hacia la derecha con ella.
Dash suspir. Ella iba a ser tan testaruda sobre todo?

SEIS

Cmo se atreva a regaar a su dama! De todos los hombres arrogantes, irritantes,

desagradables que alguna vez se hubiera encontrado, l tena que ser el peor.
Y encima de eso, incluso la haba amenazado con visitar a su padre para decirle
sobre la desaparicin de Jeannie.
Y por qu cree que viva en Glasgow? No es que ella se viera obligada para
corregirle su error. Aun as, era extrao. Es por eso que se diriga a Glasgow? l pensaba
que ella viva all? Eso sin duda era una sorpresa, no?

"Lo siento, seorita," Jeannie sollozaba detrs de ella. "Yo no pens que usted me
necesitara. Y lo hizo, dijo ella, ella grit cuando Caitrin tir de ella hacia la escalera.

"Lo hiciste muy bien, Jeannie", dijo distradamente, tratando de calmar a la criada.
Caitrin llam al posadero al pasar, "Por favor enve nuestro desayuno arriba y envi
a alguien a recoger mi bal."
El hombre sorprendido empez a hablar, pero ninguna palabra sali de su lengua
aparte de un gruido. Sus mejillas se enrojecieron.
"Hay algn problema?" Pregunt Cait, usando su tono altivo.
"No, seorita, pero su seora dijo"
"Su seora", se burl, "l no toma las decisiones por m."
"S, seorita," respondi el hombre, evitando su mirada.
Caitrin tir de Jeannie por las escaleras y entr en su habitacin. Mir a su
alrededor y quedo sorprendida de ver que todas sus cosas haban desaparecido. Por qu
sus cosas ya no estaban? Brimsworth!. Ella golpeo la pared con la palma de la mano en
seal de frustracin.
"Todo esto es mi culpa", dijo Jeannie en voz baja mientras se retorca las manos.
"Nunca debera haberla dejado a usted."
Caitrin le palme la mano. "Trata de calmarte, Jeannie. Ahora qu se supone que
ese conde arrogante ha hecho con nuestras cosas? "
Jeannie neg con la cabeza. "Yo no sabra decirle, seorita"
Pero Lord Brimsworth podra decrselo, y Caitrin se asegurara de eso. Gir sobre
sus talones, pisoteo muy fuerte por las escaleras, y tropez directamente a los brazos del
hombre que haba provocado su ira.
Las manos de Lord Brimsworth se acercaron para atraparla, una mano se deslizo
alrededor de su cintura mientras la otra se trasladaba para sostenerla. Ella se qued sin
aliento cuando una mano roz la parte inferior de su pecho. A continuacin, todo el
aliento que contena sali de su cuerpo, le encantara decir que fue a causa de su locura.
Pero, la verdad, es que fue a causa de su contacto, l le quit el aliento, y l la
sostuvo
desde
el
principio.
Ella levant la cabeza para mirar al conde.

"Esa no fue la intencin, seorita Macleod," dijo en voz baja. Luego se ech a rer
mientras negaba con la cabeza con consternacin. "Muy agradable, pero seguramente no
intencionado."
"Djeme ir." Ella empuj contra su pecho firme.
"Mis disculpas," dijo en voz baja mientras su mirada segua buscando su rostro,
aunque no hizo ningn movimiento para liberarla.
Cait lo golpe en el hombro con la palma de su mano. "Ahora!" Le grito.
"Oh, por supuesto." l la apart de l, como si acabara de recordar que ella estaba
all, o ms probablemente de que estaban en un lugar pblico. Mir detrs de ella.
"Dnde est su criada? La ha abandonado de nuevo? "Sus cejas se juntaron.
"Ella no me ha abandonado, y ella no lo hizo anoche, la deje salir. "Ella lo miro
fijamente. "As que deje de preocuparse por ella."
l asinti con la cabeza rpidamente. "Debera estar preocupado, dudo que su
padre aprobara sus acciones".
"Jeannie es una buena criada. Ella est enamorada y el de ella".
"Amor?" Resopl Brimsworth. "Es ms como la lujuria."
"Ciertamente, usted no es ajeno a las ms bajas emociones ", dijo, y luego sinti
como el color suba por su mejillas.
"Cmo sabe a lo que soy o no soy familiar? Slo hemos dormido juntos una vez"
"Dormimos juntos?", Dijo entre dientes. "No hicimos nada de eso."
"S, muchacha, lo hicimos, y tengo la intencin de hacer mucho ms de lo mismo.
Con excepcin de un poco menos de dormir para la prxima vez".
Cait no poda creer su audacia. Ella realmente debe haber hecho el ridculo ayer
por la noche para pensar que pudiera decirle algo as a ella. "Y si tengo objeciones a sus
proyectos?"
"Usted simplemente no puede oponerse." l se encogi de hombros, el eptome de
la confianza masculina, ella solamente quera pegarle".
Usted siempre piensa salirse con la suya? ", Le dijo.

"Y usted?" Le espet.

Por supuesto, que esto sera una batalla de voluntades con ella. Estaba
acostumbrada a estar al mando, a hacer lo que quera hacer. Y, probablemente, no ms
que eso, ella era completamente encantadora.

Dash meti la mano en el hueco de su brazo y la arrastr escaleras arriba por el

pasillo hacia una habitacin para dormir sin utilizar, el cul era el nico lugar donde poda
estar seguro de algo de privacidad.
Empuj la puerta de par en par, entr y tir de ella con l.
"Tenemos que hablar", dijo, mientras cerraba la puerta y se apoyaba pesadamente
contra ella.
"Sobre qu?" Caitrin grito, mirando alrededor de la habitacin como si buscara
una ruta de escape.
"Nosotros", dijo l con impaciencia.
"No hay un 'nosotros'", ella se burl.
"Obviamente hay algo entre nosotros."
"S, una mordedura de perro," resopl mientras distradamente frotaba su hombro.
"Una que todava me duele", murmur.
As que ella saba lo que era? Eso fue fortuito, tendra que explicarle a su maestro
y pedirle que tuviera paciencia mientras l estuviera en la formacin. Quiz pudiera
entrenar con l durante el da y hacerle la corte a Caitrin por la noche, usando todo su
tiempo a su favor.
Dash sonri y dio un paso hacia ella mientras ella daba un paso atrs.
l avanzo un paso, ella estuvo a punto de tropezar con una pequea mesa que
estaba en el camino hacia atrs. Dash quiso cogerla para que no cayera, pero ella puso sus
manos a la defensiva.
"He estado caminando por mi cuenta desde hace aos, mi Lord, no necesito su
ayuda con esa simple tarea".
"Dashiel."
"Perdn?"
"Mi nombre es Dashiel", continu. "Me gustara orlo de sus labios." A l le gustara
mucho.
"Bueno puede esperar mucho tiempo para eso, Lord Brimsworth", respondi ella
con descaro.

"Dashiel." No poda mantener las comisuras de sus labios fijas, al ver la mirada
obstinada en la cara de ella. Era encantadora, su pequea ngel terca.
"Lord Brimsworth, esto es muy inadecuado," dijo ella. "Y he estado a solas con
usted durante demasiado tiempo".
"Y", l pregunt, feliz, ahora que por fin la haba acorralado.
"Y yo voy a estar arruinada si alguien se entera." Su voz tembl un poco mientras el
levantaba sus brazos y toc la pared con sus manos, poniendo su peso all mientras se
inclinaba hacia ella. "Ningn hombre decente va a querer casarse conmigo".

"Es eso lo que quieres?", Le pregunt, y luego inhalo su olor a madreselva, el

corazn le lata como el tic-tac de un reloj con demasiada fuerza. "Un hombre decente?"
"S," dijo ella, cerrando los ojos mientras dejaba que su aliento soplara sobre la
concha de la oreja.
"No pienso que usted estara satisfecha con un hombre decente." Dash quera
rerse, pero se contuvo por miedo a arruinar el momento. "Usted se cansara de l
rpidamente."
"Y porque usted piensa eso de m?" Pregunt.
Entonces l casi toc sus labios con los suyos, pero no del todo. Despus de un
momento, ella se adelant la ltima pulgada y cerro el espacio restante cuando ella
tmidamente le dio un beso y luego se estremeci como si ella comprendiera como
fcilmente ella cay en sus manos.
"Es porque yo s sobre usted," susurr l contra sus labios mientras l movi una
mano y la uso para desatar los lazos en su cuello, el material susurr suavemente.

Su mano se acerc para agarrar la suya, pero sus ojos permanecan cerrados.
"Detente," dijo en voz baja.
"Djame ver tu hombro." l tir de los cordones otra vez.
Sus ojos inmediatamente volaron para encontrarlo. "Por qu", pregunt ella, con la
duda escrita en sus rasgos.

"Quiero ver la magnitud del dao que te hice", dijo, tratando de parecer una
disculpa adecuada, era una mirada que l haba dominado cuando era un muchacho joven
para mantener el carcter de Eynsford a raya. "No fui capaz de ver mucho en la oscuridad
ayer por la noche. "
"Y eso es todo?" El escepticismo nubl los ojos de color azul claro.
"En realidad, me gustara ver ms que eso." l no pudo evitar sonrer. "Pero, por
ahora, esto es lo que voy a hacer. Me hara sentir terrible si te lastim gravemente. "Esa
parte era cierto, por lo menos. l se senta como el peor tipo si l la hubiera herido
innecesariamente.
"Usted nunca me dijo por qu haba sentido la necesidad de morderme, Lord
Brimsworth," dijo mientras le quitaba los lazos de su vestido de las manos y simplemente
tir del cuello de su vestido, dejando al descubierto su cuello y el hombro a l.
"Dashiel", el repiti. l valor la herida sobre su hombro. No era demasiado mala,
un poco roja alrededor de la seal de la mordedura. Usted realmente no sabe por qu lo
hice?" Ella saba porque lo hizo, despus de todo. De hecho, ella poda saber ms acerca
de ser un licntropo que l.
"No tengo ni idea." Pareca completamente atnita, y l le crey.
Dash suspir profundamente. Este no era el momento ni el lugar para decirle sobre
una reclamacin.
Ni siquiera estaba seguro de que l lo saba todo, la situacin estaba en lo alto en la
lista de preguntas que tena para su mentor en Glasgow.
Adems, Dash necesitaba que a ella le gustara un poco ms antes de que l le
dijera la verdad acerca de su mordedura.
A juzgar por el olor de ella, ella estaba bastante interesada en l ahora, pero no era
lo mismo.
Y aunque ella le intrigaba ms de lo que hubiera imaginado, no era suficiente para
hacer que divulgara sus secretos an.
A fin de cuentas, l podra haber elegido un peor compaero.

Caitrin era hermosa, inteligente y terca. Hizo una mueca en el pasado. "Deje que la
pasin me alcanzara", dijo mientras se encoga de hombros.

"Realmente me beso tiempo atrs, usted lo sabe."

"S, lo hice."
"Bsame ahora", l inst suavemente.
Justo cuando sus labios tocaron los de ella, la puerta se abri de golpe. Dash meti
su cabeza en su pecho y mir por encima del hombre, donde un hombre grande y
corpulento pareca a punto de golpearlo.
"Un momento, si no te importa", le grit.
"Estoy arruinada", ella susurr mientras enterraba la cara en su cuello, sus manos
que agarraban su chaleco en sus puos.
"Yo me encargo de esto", le asegur. Tal vez no de la manera que le gustara
hacerlo. Pero lo hara, hara lo correcto por ella, incluso si tena que matar al intruso.
"Seorita Macleod," el hombre corpulento la llamo, y Dash no poda omitir su
acento escocs. "Esta bien?"

Lamont.
Cait se estremeci y dese poder desaparecer con un chasquido de sus dedos. Por
desgracia, eso no era una habilidad que alguna vez haya aprendido. Su cochero nunca la
mirara de la misma manera despus de esto. Y si el hombre lo mencionaba a su padre?
Ella gimi, la vida siempre ha sido complicada, aunque nunca tanto como lo haba
sido desde que el conde de Brimsworth entr en su vida.

Dashiel la puso lejos de l y gir sobre sus talones. "Se acostumbra a llamar."
Lamont le prest poca atencin y le hablo a ella. "Seorita, Est bien? Jeannie dijo
que la haban despedido."
En un abrir y cerrar de ojos, Dashiel tena la chaqueta de Lamont en sus manos y
sostuvo al cochero corpulento contra la pared, result tan rpido que Caitrin jade.
"Si Jeannie hubiera permanecido en su puesto," el conde gru, "no habra ninguna
razn para que la hubiesen despedido".
"Mi Lord!" Cait le tir de la chaqueta, pero no pudo ser persuadido de su
propsito.
"P-pero-" Lamont tartamude.
"Y si tienes la intencin de mantener su puesto, usted no impugnara el buen
nombre de la seorita Macleod."
Los ojos oscuros del cochero se abrieron con sorpresa. "O por supuesto no '."
Dashiel libero al hombre y Lamont se desliz por la pared hasta que sus pies
tocaron el piso. Tir del cuello de su camisa, mientras su mirada se pos en Caitrin.
"Jeannie dice que su bal est perdido y adems".
El conde se volvi hacia Cait y sonri tmidamente. "Yo iba a hablarte de eso. A
medida que nos dirigimos al mismo lugar, deberamos ir juntos, su coche puede seguir al
mo. "
Excepto por un pequeo hecho de que de hecho no viajaban al mismo lugar. Ella
deba probablemente mencionar esto, pero no estaba segura del poder que tena sobre
ella. No mientras se comportaba como un rigorista, no mientras ladraban rdenes y
esperaba que ella y sus criados le obedecieran a la carta. Adems, no haba mentido
tcnicamente. Ella nunca le haba dicho que viajaba a Glasgow, que el por alguna razn
asumi, y ella se haba olvidado de corregirlo.
Cait suspiro de exasperacin, los licntropos eran todos iguales, matones
bravadores y arrogantes. Ella haba visto esas mismas cualidades en otros de su especie y
no los hallo remotamente atractivos. "Entonces porque usted tiene mis cosas, Lord
Brimsworth? "
Sus ojos mbar centellaron. "Suponiendo que Jeannie pueda servir como
acompaante adecuada, no veo ninguna razn por la que no deberamos hacernos
compaa, seorita Macleod, s que va a hacer de mi viaje ms agradable".

Cait quera que su corazn no latiera de esa manera cuando l la miraba de esa
manera. "No estoy segura si Jeannie querr pasar tiempo con usted, despus de que usted
haya amenazado su sustento. "Adems, no tena intencin de viajar a Glasgow con el
hombre. Tendra que encontrar una manera de abandonarlo antes de que llegaran a la
frontera. Pero eso no debera ser demasiado difcil para una bruja de su talento.
Dashiel sonri con desenfado. "Si ella puede demostrar su lealtad, yo podra ser
persuadido para no hablar de la indiscrecin de anoche.
Canalla chantajista.
El suspiro de alivio de Lamont reson en todas partes de la pequea habitacin. En
este momento no senta el menor inters de Cait para castigar al conde por su
comportamiento tan torpe, eso poda esperar hasta ms tarde.
Ella pego una sonrisa fraudulenta en su rostro. "Eso parece muy justo, mi Lord."
Quin se crea l para intimidarla as? Ella iba a ensearle al conde de
Brimsworth una leccin que no olvidar jams, pero el tiempo lo es todo.

SIETE

Dash estaba bastante contento con su xito. Caitrin Macleod viajaba en su carro,
directamente frente a l, no en mucho tiempo la tendra en su cama, tambin. l casi
gimi en voz alta por el pensamiento, pero con las miradas que su doncella disparaba
continuamente contra l, eso no era particularmente una buena idea.
Apoy la cabeza contra los cojines y su mirada cay en Caitrin, tena el aspecto de
un ngel a la luz del da, tambin, sentada correctamente con las manos cruzadas en su
regazo. No poda dejar de imaginarse lo que se sentira al tener sus manos sobre su piel
desnuda, el cielo en todos los sentidos de la palabra.
Caitrin volvi su mirada de la ventana y poso sus ojos azules en l. Un idiota eso
era, el aliento de Dash qued atrapado en su garganta, l logr recuperarse y esperaba
que no se diera cuenta. "Era muy agradable no viajar solo."
Una tmida sonrisa ilumin su rostro antes de que ella la sofocara. "Por qu se
dirige a Glasgow, mi Lord?"
"Ya se lo dije, seorita Macleod. Mi futuro est ah. "En todos los sentidos.
l realmente debera pedirle al padre de la muchacha su mano. Hacer las cosas
correctamente, l no haba pedido la mano de Prisca Hawthorne hasta que fue demasiado
tarde. Adems, l no haba estado enamorado de Prisca Hawthorne.
l no poda creer en la emocin, pero ella le gustaba bastante.
Ella sera la condesa perfecta, era hermosa, preparada, y podra llevar una casa sin
ningn esfuerzo en absoluto. Haba incluso jugado el galn, pero eso no haba bastado
para que William Westfield se la arrebatara bajo la propia nariz de Dash.
La prdida de Prisca haba sido un duro golpe para su ego, pero su corazn no se
haba visto afectado. Mirando a la hermosa rubia frente a l, tan diferente de Prisca en casi
todos los sentidos, Dash no estaba seguro si podra sobrevivir si perda Caitrin, pero era
debido
a
la
conexin
que
lo
ataba,
o
era
algo
ms.
Ella era una dama, no haba ninguna duda al respecto, por la forma en que se
comportaba con tanto orgullo. Sin embargo, una escocesa? Poda imaginar la mirada en
el rostro de su padre cuando l se enterara. Si la noticia de que era licntropo no acababa

con el viejo buitre, una nuera escocesa podra hacer el truco, ese pensamiento trajo una
sonrisa a la cara de Dash.
"Qu es lo que piensa, mi Lord?" Caitrin le pregunt.
"Estaba pensando en mi padre." No es que el poderoso marqus de Eynsford era su
verdadero padre, pero haba alguna probabilidad de que el viejo vicioso no lo supiera, en
todo caso a Dash no le importaba.
estoy pensando que tal vez debera tirarme a sus pies
Un tono rosado ti sus mejillas, y Dash reprimi una sonrisa, ella no era inmune a
los halagos, haba que tenerlo en cuenta.
La criada irritante se aclar la garganta, por lo que debe haberle dado algo al
mirarlo a la cara. Dash levant una ceja, desafindola a decir algo, despus de la forma en
que ella descuid sus deberes, era muy conveniente la oportunidad para tratar de darle un
escarmiento.
Una risita escap de la garganta de Caitrin y l le devolvi la mirada a ella, que le
sentaba tan bien. "Usted siempre vivi en Glasgow, seorita Macleod?"
La criada carraspe.
Caitrin volvi la mirada por la ventana. "Papa tiene tierras en Berwickshire, pero he
estado all solo una vez".
Slo una vez? Eso fue extrao. Desde que era joven, haba estado arrastrando los
pies por la ancestral casa en Kent o por la casa en Yorkshire y por todos los dems bienes
Eynsford. Lo fue hasta los trece aos, cuando l comenz con los cambios, que los viajes se
detuvieron.
Su padre lo llamaba que era un nio demonio, un monstruo. Dash haba sido
encerrado cada luna llena, ya sea por orden del marqus o de l mismo. La primera vez
que haba estado libre, Caitrin Macleod se haba tropezado en su camino. Fue el destino?
"A m no me gusta viajar tanto", explic, interrumpiendo sus pensamientos.
Eso no tiene ningn sentido en absoluto. Dash mir alrededor del coche.
"Entonces por qu viajo a Hampshire? No es un viaje corto".
Ella se encogi de hombros. "Elspeth me necesitaba."

"La esposa de Lord Benjamn", se pregunt, aunque l saba que tena que estar en
lo cierto, la mujer de pelo rojo era la hija del Mayor Forster y tena acento exacto como el
de Caitrin.
decir".

Ella asinti con la cabeza. "ramos muy cercanas, como hermanas, se podra
"Y ella te necesitaba en Hampshire?"

Los ojos azules de Caitrin miraron hacia abajo a sus manos. "Usted no lo
entendera, mi Lord."
"Entonces podra explicrmelo."
Sus manos comenzaron a inquietarse en su regazo. "Yo no creo que sera sabio."
Dash frunci el ceo ante su respuesta, ella no confiaba en l, tendra que hacerla
cambiar de opinin, tan pronto como descubriera cmo.

Todo el da en un coche con el conde de Brimsworth. Caitrin suspir. Ella no estaba

cumpliendo muy bien su promesa de mantenerse alejada de los licntropos, lo cual era un
poco frustrante. Despus de observar como Benjamn Westfield haba cortejado Elspeth,
haba pensado que conoca bien el arsenal de trucos que los licntropos utilizan para
capturar a las mujeres.
Pero Dashiel era diferente, tan pronto como ella decidi que lo odiaba, l haba
colocado su mente boca abajo, como lo haba hecho la noche anterior, no tendra que
haberse quedado toda la noche con ella, pero fue muy dulce de su parte preocuparse por
ella, de esa manera.

Luego tuvo que darse vuelta y despus tuvo que hacer algo tan despreciable como
amenazar con exponer a Jeannie y manipular a Cait para que fuese en su carruaje.

Su mente segua zumbando por esa situacin, aunque estaba segura de que una
solucin se presentara.
Cait oy un ligero golpe y giro para encontrar a Jeannie durmiendo, con la cabeza
apoyada en el otro lado del carro, entonces lo oy rer muy silenciosamente.
"No puedes evitarme por ms tiempo, Caitrin", dijo Dashiel sin problemas.
Cait se llev una mano al pecho por la sorpresa. "Yo no s qu es lo que piensa de
mi Lord."
"Ests escondiendo algo de m, porque yo quiero saber todo sobre usted, cada
detalle, pero est escondindose tras las faldas de su criada".
Sus mejillas se calentaron por la acusacin. "Por supuesto que no lo hago! '", dijo
entre dientes. "Y yo no le he dado permiso para utilizar mi nombre de pila".
"Ah, s". l le gui un ojo. "Tenemos que cumplir con las formalidades de nuestra
clase, seorita Macleod, casi lo he olvidado, gracias por recordrmelo, tiendo a olvidar
mis modales cuando estoy con usted".
Cait distradamente froto su hombro. "Tenia usted modales para empezar?" Ella
murmur.
Una vez ms se rio entre dientes, un sonido que casi la hizo sonrer con l. Casi,
pero no del todo.
Luego se encogi de hombros y dijo: "Estaba abrumado por el momento, no hay
otra manera de justificarlo".
Caitrin decidi mirar por la ventana y evitar sus ojos color mbar, que de repente
parecan mirar en ella en lugar de a ella.
"Hblame de la noche anterior," incit l. "Me di cuenta de la pareja en la taberna,
pero nunca podra haber sabido qu tipo de villano era el hombre.
Cmo te enteraste de lo de la chica? Y cmo se enter de algo que an no haba
sucedido? "l levant una mano cuando estaba a punto de hablar.
"No es que me importe, por supuesto, me gusta cuando te lanzas a mis brazos,
sintase libre de hacerlo en cualquier momento."
Exactamente, no recuerdo estar arrojndome a sus brazos.

"La nia, seorita Macleod. Cmo lo supo? "

Ahora, cmo podra explicarlo? "Yo los vi abajo, tambin," Caitrin minti sin
problemas. Ella haba sabido mentir sobre su don de la clarividencia durante aos, fue
fcil para ella. "algunas cosas no parecan correctas con ellos".
Sus ojos se estrecharon mientras le apreciaba la cara. "Puedo escuchar cuando los
latidos de su corazn se acelera", dijo suavemente. "No puedo decir si ests ansioso
porque me est diciendo una mentira, o si es porque te gusto yo. "Sonri maliciosamente
hacia ella.
"Le puedo asegurar que no es por usted." Ella se incorpor un poco ms derecha.
es?"

l se inclin hacia delante con los codos apoyados en las rodillas. "Entonces, qu

A decir verdad, tan solo una mirada a sus ojos hizo que su corazn latiera ms
rpido. Tena una manera de hacerla sentirse desnuda, a pesar del hecho de que estaba
completamente vestida, ella se retorci en su asiento.
l se rio entre dientes una vez ms y se ech hacia atrs, un ejemplo supremo de un
hombre relajado. "Eso es lo que yo pienso".
Caitrin quera nada ms que despotricar sobre su actitud de superioridad. Pero el
sueo de su criada no le permita decir lo que quera decir, en cambio, ella junto sus labios
con gran esfuerzo para guardar silencio.

Cuanto ms Caitrin frunca los labios, ms Dash quera besarlos, su misma

existencia era una tortura para l, a pesar de que pareca ajena a su difcil situacin, si
pudiera conseguir de nuevo hablar con ella, poda concentrarse en sus palabras para
distraerse.
"Tiene hermanas o hermanos mayores?" Alguien que debiera preocuparse por
usted para cuando lleguen a Glasgow.

Ella neg con la cabeza. "No. Soy hija nica, a pesar de que tengo un pequeo
grupo de amigas a las cuales son muy cercana, podra decirse que somos como hermanas
en muchos sentidos".
Dash tena algunos amigos, pero ninguno tan cercano para considerarlos familia.
Por supuesto, l nunca pudo confiar en nadie lo suficiente como para divulgar el oscuro
secreto que mantena oculto, lo que no dara por haber sido criado en algn lugar que lo
aceptara.
"Su mirada se encuentra muy lejos, mi Lord." Su voz suave y melodiosa alcanz los
recovecos de su mente y lo trajo de vuelta al presente.
"No es nada de importancia, se lo aseguro."
"Y usted? No tiene hermanos? "
"No que yo sepa", admiti. Honestamente, quin sabe cuntos nios su verdadero
padre haba engendrado?
La risa tintineante de Caitrin le calent el alma. "Qu se supone que significa eso?"
Probablemente no debera haber dicho eso, quera casarse con la muchacha.
Confesar ser un hijo bastardo no era la mejor manera para convencerla. "Uno
nunca sabe", respondi l.
Ella inclin la cabeza hacia un lado como si lo evaluara, y l no le dara la bienvenida
al escrutinio.
Qu secretos iba a descubrir, con slo mirarlo?
"Mi padre quera muchos hijos, pero slo fue bendecido conmigo, algo que ha
lamentado por aos. "No estaba seguro de por qu le dijo eso, haba algo en la hermosa
mirada color azul de sus ojos que le hizo querer confesarlo todo.
Caitrin se mordi el labio inferior, la visin de lo que hizo volvi a sus pantalones
dolorosamente apretados. "Su padre no es ningn licntropo?"
Dash casi se cay de su asiento. Cmo iba a saberlo? l sacudi la cabeza,
aturdido.
Luego tom una mirada de soslayo a la criada que dorma. "No y es un hecho,
segn el mayor Forster, significa que probablemente no es mi padre. "l lo haba dicho, no
tena sentido tratar de ocultarlo, su mera presencia tirara de l de todos modos.

Tena los ojos azules muy redondeados por la sorpresa. "Y su madre?"
"Muerta, ella muri al dar a luz, llevndose el secreto de mi padre con ella. "
"Oh. Eso debe ser difcil.
Dash solt un suspiro que no saba que sostena. "Es muy amable por no juzgarme."
"Usted es apenas responsable de sus propias circunstancias, mi Lord."
l se inclin a travs del coche y tom sus manos entre las suyas. "Dashiel o Dash, si
usted prefiere."
Ella neg con la cabeza. "Yo no creo que sea apropiado".
Probablemente no, pero el deseo de or su nombre en sus labios casi lo estaba
volviendo loco. "No dir nada.
Sus ojos brillaron diablicamente, como si compartieran un secreto. "Dashiel, por
qu dice que su futuro est en Escocia?"
Era el paraso por orle decir su nombre, y Dash casi gimi. Se inclin hacia delante
para tocar sus labios con los suyos, su dulce aliento lo abarco, y su suave suspiro era casi su
perdicin, ella no quiso retirarse, ella no se resisti, ella no se quej, ella no lo aborreci
por lo que era.
"Porque eres mi futuro", susurr el a travs de sus labios. "Porque me voy a casar
con usted cuando lleguemos a Glasgow, despus de que te haya cortejado correctamente
y pidiera el permiso a su padre, por supuesto. "El apret los labios con los suyos de nuevo
rpidamente y se sent otra vez, incapaz de evitar mover el pie por el entusiasmo ante la
sola idea.
Una risa sorprendida se le escap a ella. "No recuerdo haber escuchado una
propuesta de matrimonio que viniera de sus labios a mis odos, mi Lord".
Y ella no lo hara tampoco todava porque si le preguntaba podra rechazarlo, sera
mejor discutir la situacin con su padre. "No hay de qu preocuparse, te voy a hacer una
condesa muy rica, Caitie".
"Nunca nadie me ha llamado Caitie," resopl mientras se recostaba contra los
cojines, fruncindole el ceo. Dash no pudo evitar sonrer porque ella era tan adorable.
"Entonces es una expresin de cario, no es cierto? Se recost contra su propio asiento.
"Caitie, mi ngel," suspir dramticamente.

"Es usted insufrible '."

"Yo podra decir lo mismo de ti, ngel."
"Entonces, por qu quiere casarse conmigo, o acaso bromea?"
"Hay varias razones, en realidad."
"Y son?" ella solicito.
"Para empezar, me caes bien", dijo, guindole un ojo.
Ella frunci el ceo. "Y?"
"Y t eres hermosa."
Ella puso los ojos en blanco.
l se rio en voz alta, pero lo suficientemente suave para no despertar a la criada
que dorma. "Y t me desafas."
Quiere esa clase de desafo todos los das por el resto de su vida?"
"Yo no tengo mucha opcin, ngel."
Ella arrug la cara. "Eso no tiene ningn sentido."
Dash suspir, se compadeci de ella, y decidi contarle toda la verdad, o por lo
menos tanto como l saba. "Ya te reclam."
"Bueno, indirectamente." Ella cruz los brazos sobre su pecho.
"No es tan fcil, el Mayor Forster dice que cuando un Licntropo reclama a su
compaero, es... "Hizo una pausa, mirando la palabra adecuada. "Permanente", dijo
finalmente.
Cait entrecerr los ojos hacia l. "Permanente?" Repiti ella.
"Si la situacin fuera perfecta, la hubiera cortejado y se habra enamorado de m,
soy bastante irresistible. "l sonri abiertamente.
Cait mir por la ventana mientras su corazn empezaba a latir rpidamente, y l
alcanz a ver una sonrisa mientras la trataba de reprimir. "Ustedes realmente estn llenos
de autoconfianza."

"Voy a asumir su respuesta que significa que se ha sumado al plan?" l se rio entre
dientes cuando un rubor ti sus mejillas.
"Deben ser los licntropos siempre incomprensibles?"
"Nosotros no lo sabemos todo, Caitie," murmur l. "Por ejemplo, yo no s si usted
est dispuesto a aceptarme, tal y como soy, s que me quieres, lo he sabido desde la
primera noche. Pero podrs amarme? No me imagino tanto, nadie lo ha hecho nunca.
Dash mir por la ventana, una vez ms le haba admitido cosas a Caitrin que
preferira haber dejado sin decir, ni siquiera poda mirarla por miedo de ver el rechazo que
estaba seguro que vera en sus ojos.

Cait lo mir fijamente a travs del coche. La reclam para siempre! Cmo poda
haber hecho una cosa as? No tena que suceder as, no debera haber sucedido.
Ella lo habra visto, si lo fuera. Y ahora todo est arruinado no se puede ir en contra
de la tela del destino. Ahora ella tena que considerar todo lo que l le tena para ofrecer.
Ella neg con la cabeza. En qu estaba pensando? Cmo iba a considerar tal
cosa? Ella tena que haber impuesto al aquelarre, y casndose con algn seor ingls ella
apenas conoca lo que haba en su futuro.
Jeannie parpade con los ojos abiertos, y la muy extraa conversacin lleg a su fin.
Los tres cabalgaron en silencio hasta que el sol empez a hundirse en el horizonte.
Finalmente Cait rompi el silencio cuando el coche rod a una parada fuera de una
posada. Cambiaremos los caballos para poder continuar '", le inform a su doncella.
"No." Dashiel neg con la cabeza. "Todos necesitamos un poco de descanso. Nos
quedaremos aqu por la noche.
Sus ojos mbar bailaron con algo que ella no pudo identificar, pero tena un nudo
en su vientre y el pnico corra por sus venas.
"No haremos tal cosa", declar mientras la ayudaba a bajar del coche. "Tal vez a su
seora le gustara, y creo que es una idea maravillosa. Pero pienso seguir adelante".
" Tiene que usted discutir con todo que digo? "l pregunt

"Usted no tiene que dictarme como si tuviera algn compromiso conmigo? Hice
todo el camino a Hampshire por m misma, y le aseguro que puedo encontrar mi propio
camino a casa".
"Eso no va a suceder." De repente se vea oscuro y peligroso. "Te necesito, seorita
Macleod."
No estaba preparada para discutir ms este asunto, especialmente frente a Jeannie.
"No voy a permitir a un sabueso conmigo por el resto de mis das, mi Lord. No voy a
aguantarlo".
"Est usando la palabra sabueso para probar su punto, supongo." Sacudi la
cabeza, con una leve sonrisa en sus labios. "Me han llamado cosas peores, seorita
Macleod, mucho peores. " Una sombra cruz su cara mientras apretaba la mandbula.
"Yo no tolero bien los lugares concurridos como este", finalmente admiti. Ella ya
poda ver los futuros de personas que no conoca. Ella cerr los ojos y respir hondo.
"No te preocupes, yo te proteger. "
Por alguna extraa razn, ella confi en que lo intentara, y eso le preocupaba ms
que los pensamientos de un centenar de futuros nublados en la cabeza. Tena que hacer
algo con respecto a Dashiel Thorpe antes de que fuera demasiado tarde. Antes de que ella
perdiera su corazn y su mente por ese hombre, y ella tema hacerlo ms temprano que
tarde.

OCHO

Dash entr en la taberna con Caitrin siguindolo muy de cerca. La mujer no

confiaba en l, para confiarles sus necesidades. Nunca haba tenido que cuidar de otra
persona, pero tena que admitir que le gustaba bastante, si tan slo le hubiera dejado que
lo intentara.
Se volvi para hacerle una pregunta y fue sorprendido rpidamente por el gesto de
dolor que se apreciaba en su rostro.
"Ests bien?", Le pregunt mientras la tomaba por su codo.
"Bien," ella dijo mientras apretaba sus dientes, sus bonitos ojos azules se cerraron
hermticamente por un momento, entonces los abri lentamente y suspir. "Estoy bien",
dijo un poco ms agradablemente.
"Usted no est bien", la contradijo mientras alzaba la barbilla de ella con un dedo,
obligndola a mirarlo.
"Yo le dije que no quera parar." Ella gir la cabeza para librarse de su atencin.
"Pero usted no escucha, bestia, si su plan es hacer que me quede, puede por lo menos
dejarme ir a mi habitacin.
El posadero sonri desde detrs de su mostrador. "Una habitacin para usted y su
esposa, seor?"
"S," l comenz, pero Caitrin lo interrumpi.
"Dos por favor?"
"Nosotros solo necesitamos una", dijo Dash, forzndose a no levantar su labio en
seal de advertencia, tom toda su fuerza impedirle actuar como la bestia que l
realmente era.
"Necesitamos dos" Caitrin insisti, mirndolo a l en lugar de al posadero.
Dash se rasc la barba en el mentn por un momento, haba batallas ms grandes
que ganar, l asinti con la cabeza ligeramente. "Mi esposa prefiere su espacio."
El posadero sonri mientras se giraba para conseguir otra llave.

Un momento despus, Dash hizo seas a ella para que subiera las escaleras.

Observ el fcil balanceo de sus caderas e inmediatamente deseo que ella fuera su
esposa, en toda la extensin de la palabra, lo que no dara para envolver sus brazos
alrededor de ella y atraerla hacia l sin restricciones. Por ahora, l tomara una sonrisa.
Sonre para m, muchacha.
Por supuesto, no lo hizo, ella encajo la llave en la cerradura y la gir, luego se
desliz dentro de su habitacin. Pero antes de que pudiera cerrar la puerta, l meti la
bota en la abertura para evitar que se cerrara y luego intervino detrs de ella, apoyndose
pesadamente contra la puerta.
"Oh, no, usted no debera estar aqu, Lord Brimsworth," ella le dijo, sacudiendo la
cabeza mientras avanzaba hacia l. "Mi doncella llegar en cualquier momento, y usted
debera irse antes."
"Te necesito", le dijo, y luego observ su cara para medir su reaccin, sus cejas se
unieron como si estuviera frunciendo el ceo.
"Ya lo dijo en el coche", le record. "Pero no quiso decirme para qu me necesita, si
usted piensa que es para ayudarlo a encontrar el camino hacia mi cama "l puso un dedo
en sus labios para detener su diatriba.
Ella balbuce, moviendo los labios contra la punta de su dedo, y que el cielo le
ayudara, l no poda seguir as cuando en realidad quera rodearle la cintura con sus
brazos y atraerla hacia l.
Ella no emiti ningn ruido, tal vez la manera de conseguir que la mujer se callara
era besarla. O, al menos, hacerle creer que iba a besarla, infierno, l quera besarla todo el
tiempo, entonces l no tendra que actuar el papel de un pretendiente devoto, porque l
realmente era uno. Tal vez haba llegado el momento que le dijera la verdad de su
situacin, tal vez ella no iba a luchar ms.
"Sabes lo que significa reclamar a tu pareja?"
"Lord Brimsworth" ella jadeo. "Estoy sorprendida de que se comporte tan tosco en
mi presencia." l puso su dedo en sus labios, esta vez ella habl a su alrededor. "Yo no
dejare que usted me distraiga.

En verdad, l era el que estaba distrado, haba planeado decirle sobre la

reclamacin de un compaero licntropo, lo que esto quera decir y que l ya la haba
reclamado como suya. Pero cmo iba a hacer eso cuando se vea tan hermosa? Sus labios
carnosos y sensuales, sus ojos bailaban con fuego azul, ella ola a madreselva y todo
mezclado ola a deseo.
Sus labios se movieron contra su dedo mientras continuaba su diatriba, su pantaln
se sinti demasiado ajustado, l se reprendi a s mismo por sus propios pensamientos
indecentes, pero ella era tan malditamente hermosa. Cmo no pensar en todos los
placeres carnales que le podra ensear? La idea hizo que su mente vagara por un
momento.
"Lord Brimsworth." Ella le dio un codazo para que volviese al presente.
Dash enrosco la mano por su cabello para que pudiera acariciar la parte posterior
de su cabeza. "La reclame para m la primera vez que te vi ", admiti finalmente. "Usted no
ser capaz de deshacerse de m, porque no voy a dejarla".
"Usted est muy lleno de autoconfianza, mi Lord." Ella no era inmune a l, no
importa lo mucho que tratara de negarlo. Poda or su corazn que se aceleraba con su
toque. "y un poco ms cuando se reclama a un compaero con un beso en el estudio de
su gracia. "Ella se sonroj brillantemente cuando se dio cuenta lo que le haba dicho.
Si slo eso fuera cierto. Si es as, l sera capaz de alejarse de ella. Pero sera capaz
de hacer eso si pudiera? No estaba seguro.
"Vamos a tener que terminar esta conversacin en otro momento, ngel." Antes de
Jeannie tuviera la oportunidad de tocar en la puerta, Dash la oy acercarse, y l no poda
ocultar su mueca, la mujer estaba ah cuando l no la quera y no estaba cuando su seora
tena necesidad de ella. Tendra que contratar para Caitrin una mejor criada para que
sirviera a su condesa. "Cene conmigo otra vez esta noche."
mi

Caitrin frunci el ceo, y su adorable nariz se arrug. "Yo no suelo recibir rdenes,
Lord, esto es una cualidad desagradable encontrada en su clase".

A continuacin, se escuch un ruido proveniente de la puerta, la criada inepta por

fin haba llegado a su puesto. "Venga", le gru, mientras mantena sus ojos fijos en
Caitrin. "Solicite un bao, vaya refrescarse, y voy a recuperarla en una hora".
En ese momento, la puerta se abri y entr Jeannie.

Dash ignor a la mujer y tom la mano de Caitrin en la suya y roz con sus labios
sus nudillos.
"Hasta entonces, ngel."

Caitrin se arm de valor para el momento en que le solt la mano, cuando los
futuros de todo el mundo volvan corriendo de nuevo en su mente, los cortos indultos que
se le ofrecan eran el mayor de los regalos, sin embargo, l era un ingls, arrogante y
engredo... Con los ojos de color mbar ms fascinantes.
Ella neg esa idea de su mente y extrajo su mano rpidamente del agarre del
licntropo. Inmediatamente, ella fue asaltada por las imgenes perdidas del futuro de
esas personas extraas.
Cuando ella regresara y atravesara las puertas de la su casa, ella caera de rodillas y
besara el suelo, y se negara a volver a salir de su casa.
Una vez que ella vea el futuro de una persona en particular, no la perseguira otra
vez a menos que se concentrara otra vez en su mente. En casa, ella ya haba visto el futuro
de su padre, el del mayordomo, y los lacayos, el cocinero, y cada dama en la residencia.
Esto era un alivio el no ser inundados con pensamientos indeseados, como lo haban sido
las ltimas semanas.

"Debido a que usted quera parar aqu, mi Lord, creo que voy a descansar un poco y
lo ver a usted en la maana '".
Dashiel neg con la cabeza. "Me temo que debo insistir."
Cait le frunci el ceo. Insisto, de verdad. "va a tratar de chantajearme ahora?"
Una sonrisa lobuna adornaba sus labios. "Si tengo que hacerlo. Ser necesario,
seorita Macleod? "

Ella realmente lo odio por eso, si l no hiciera que sus rodillas se volvieran dbiles o
pareciera tan preocupado por ella, sera fcil rebajarlo todo junto. Cait tampoco lo uso.

Slo hubo otro hombre que haca que le temblaran las rodillas, pero no tenan
futuro juntos, no importaba lo mucho que Cait deseara lo contrario. Y nadie la haba
mirado con tanta preocupacin ni de la forma en que Brimsworth lo hizo. El resto de las
brujas de su aquelarre siempre venan a ella para pedirle consejo y garantas de que las
cosas
Iban a salir bien.
Era bueno tener a alguien que se preocupara por ella, para variar, a alguien muy
guapo. Qu vergenza que l era un licntropo! Y qu desconcertante que no pudiera
ver lo que el futuro le deparaba para l?
"Seorita Macleod?", Dijo el conde, mientras daba un paso hacia ella.
Deba haber estado perdida en sus pensamientos, Cait sacudi la cabeza y dio un
paso hacia atrs. "Slo estaba pensando, mi lord".
Una expresin de alivio pas por su rostro, y l sonri. "Cenamos? Tenemos
mucho que discutir".
Si lo haca, podra poner su corazn en peligro, y Cait no poda permitir eso. Su
aquelarre dependa de ella, y enamorarse perdidamente de un licntropo no beneficiaba a
nadie, tendra que escapar de l esta noche. "Estoy cansada, mi Lord. Por qu no sube
despus de mi bao a ver si me siento bien para bajar? "
"Ser un honor." Y con eso, se fue y se llev con l todo el calor en la habitacin.
Cait escucho un zapato golpeando contra las tablas de madera del piso y luego se dio
cuenta de que Jeannie tena el ceo fruncido.
"Yo que usted me preocupara por ese hombre", murmur la doncella.
Cait se dej caer sobre la cama y se qued mirando las manchas del techo por
encima de ella. "Mantn la voz baja", susurr. "Puede ornos."
Los ojos de Jeannie se dispararon a la puerta, que estaba todava cerrada. "l puede
escucharme." Pero ella no bajo su voz.
Cait sonri. "Confa en m, Jeannie, l puede".

Jeannie se adelant, cogi las manos de Caitrin y susurr con vehemencia: "Qu
est haciendo, Srta. Cait? l es un bandido de la peor calaa, Lamont dice que l fue quien
golpe a Lord William en la cabeza y lo encadeno a una cama para que pudiera robarse a
la esposa de Lord William".
Cait saba todo acerca de sus crmenes contra los Westfields, pero ella no estaba
dispuesta a discutir la situacin con Jeannie.

Adems, tenan que hacer algo ms importante, escapar. Las pociones no eran su
especialidad en la que Elspeth y Sorcha destacaban, pero Cait era una bruja, por lo que ella
sera capaz de manejar lo que se requera.
"Te voy a dar una lista de ingredientes que necesito y que se encuentran en el
pueblo."
Jeannie parpade. "Ingredientes"?
"S", susurr. "En alguna parte tengo la receta de lady Elspeth para un proyecto
para dormir." Una que ella realzara con la manzanilla y la lavanda y unas pocas palabras
mgicas.
Cuando Lord Brimsworth venga a llevarla a cenar, ella lo invitara a tomar el t y
luego se asegurara de que el hombre dormira lo suficiente para que pudiera alejarse lo
suficiente de l. Cuando se despertara, l estara dispuesto a renunciar a esa tonta
persecucin, la frente de Jeannie se arrug. "Proyecto para Dormir?"
"Creo que su seora tendr necesidad de una buena noche de sueo, asegrese de
que Lamont se prepare para salir esta noche".
Los ojos de Jeannie se iluminaron mientras ella pareca entender el plan de Cait. "S,
seorita"
"Yo no quiero perder el tiempo, quiero ir a casa, Jeannie."
"Tendr todo lo que necesita."

Caitrin luch para no poner los ojos en su doncella mientras esta se retorca las
manos y caminaba de un lado a otro a travs de la habitacin.

"Nunca podr engaarlo, Seorita l no es ningn tonto. l va saber exactamente

lo que sucede tan pronto entre a la habitacin ", dijo Jeannie, con la voz temblorosa por la
preocupacin.
"Shh!" Caitrin frunci el ceo. "Silencio". Cuntas veces tena que recordrselo a
la mujer? Si ellas hubieran mantenido su voz a un susurro, todo lo que Dashiel oira sera
un silbido bajo, algo que haba aprendido por tratar con Benjamn Westfield. Ella nunca
haba conocido hasta ahora, lo til que este conocimiento podra llegar a ser.
"A l no le va gustar esto, dijo Jeannie. "Todo estar bien", le asegur a su
doncella, haciendo apenas un sonido.
"Lamont est listo?" Caitrin mir por encima del hombro a su doncella, que
todava se vea preocupada.
Jeannie asinti. "l y Boyd dijeron que estaran listos cuando usted lo estuviera".
Caitrin trat de ocultar la sonrisa que se cruz su rostro. El exceso de confianza le
haba causado ms de un vez que una pocin fallara, y esto era demasiado importante.
"Usted esperara a su seora para la cena, supongo? Pregunt Jeannie, con el
ceo fruncido.
"No, yo no saldr de esta habitacin.

A l lo estar esperando el sueo en el momento en que se est bebiendo el T. Si

alguien pregunta por l abajo, l tuvo un sueo muy pesado".
"Eso espero", resopl Jeannie.
"S." Tena que detenerlo. Para poder escapar mientras ella tuviera la oportunidad y
los medios para hacerlo. "Voy a invitarlo a tomar el t cuando venga acompaarme para la
cena. "
Jeannie suspir pesadamente.
"Slo asegrate que el coche est listo para partir, necesitaremos irnos tan pronto
como l se duerma".
"Los bales ya se encuentran en el coche, seorita, pero voy a ir a ver a Lamont y a
Boyd otra vez."

Perfecto. Necesitaba que Jeannie a saliera de la habitacin para que pudiera aadir
su magia a su pocin, una vez que la criada sali por la puerta, Caitrin se apresur a
encantar las hojas de t.
Por lo general, la lavanda y t de manzanilla simplemente ayudan a relajarse a una
persona, lo beba ella misma cuando tena dificultades para descansar. Pero ella
necesitaba hacer algo ms fuerte que simplemente relajar a su seora.
Era arrogante, era desagradable, era irritablemente molesto. Dej que los
pensamientos construyeran su ira mientras frotaba las hojas secas de manzanilla y flores
de lavanda entre las manos hasta que se calentaran por la friccin del movimiento. Sus
dedos comenzaron a calentarse an ms cuando dej que su ira e irritacin se infundieran
en las flores.
l le haca sentir cosas que nunca haba sentido antes, cosas peligrosa, poda ver
las plantas secas, que se volvieron rojas como brasas. Una lluvia de chispas cay de sus
manos al recipiente cuando lanz los ingredientes y los dej caer.
"Cadail, Madadh-allaidh, cadail."

Caitrin abri los ojos y sonri, nunca haba tenido un impulso tan fuerte para una
pocin en el pasado. Pero su seora le inspir, ella contuvo una risita mientras se
imaginaba su pocin infundada por la clera envindolo a un profundo sueo, lo
suficientemente profundo para que ella fuese capaz de escapar de l, lo suficientemente
profundo para que ella ganara este pequeo triunfo.
Caitrin hizo los arreglos para el t especial para que fuese remojado y entregado
cuando estuviera listo, entonces ella se ech hacia atrs con una sonrisa en su rostro y
esper.

Dash se paseaba de un lado a otro de la habitacin como un animal enjaulado, ella

estaba justo al lado.

Estaba tan cerca que poda orla moverse en su habitacin, estuvo susurrando por
alguna razn, pero la lenta manera de conducir esto lo llevaba a la locura.
Qu estaba haciendo all?
Dash levant la cabeza y olfate, el olor a la lavanda le toc la nariz. Tal vez ella
haba ordenado un bao con un jabn de lavanda, tuvo que admitir que estara
decepcionado si se baaba en lavanda en oposicin al olor de madreselva que sola llevar.
Sin embargo, el pensamiento de ella desnuda en un bao lo hizo ponerse
inmediatamente duro, maldita mujer. Ella iba a garantizar su permanencia en la confusin,
los pensamientos de ella cuando estaba completamente vestida ya eran bastante malos,
ahora los pensamientos de ella desnuda eran ms de lo que poda soportar.
Pero entonces la oy tararear y sus pasos se movieron a travs de la habitacin, si
ella no estaba en el bao, podra empujar de su mente los pensamientos de ella desnuda.
Aunque lo dese, de todos modos.
La puerta se abri, y los odos de Dash inmediatamente se levantaron, ciertamente,
ella no tena intencin de comer sin l. La oy hablar en voz baja con alguien en la puerta.
Abri su puerta y entr en el pasillo, no le importaba si saba que estaba escuchando.
Tena que saber lo que ella estaba haciendo.

Una criada se qued en las puertas de Caitrin, y ella le indic hacia el interior con
una bandeja. T? Haba pedido el t.
As que ella evitaba la cena con l entonces.
Dash se interpuso en su puerta abierta, mientras la criada sala de la habitacin.
Caitrin estaba hermosa, sus rizos colgaban por la espalda, desafindolo a tocarlos, para
enterrar su cara en ellos.
"Dash, qu ests haciendo?" Jade, tirando de ella para apretarla con su cuerpo.
"No est vestida para la cena."
Caitrin sonri lentamente, lo que lo desarm por completo, era hermosamente
encantadora, no era de extraar que l la hubiera reclamado esa noche. Entre ella y el
poder de la luna, haba estado completamente indefenso.
Todava lo estaba.

"No me senta bien para ello, as que ped un t en su lugar. Quiere usted tambin
un poco? "
"Cmo dice?" Realmente le pidi que fuera a su habitacin para el t? Su corazn
se dispar un poco.
"T, Dash." Ella se rio. "Quiere un poco de t?"
Entr en la habitacin y rpidamente cerr la puerta detrs de l antes de que
cambiara de opinin.
Cait volvi a caminar, y l se acerc a ella, frente a su espalda, si l diera un paso
ms cerca, haba tenido su parte inferior en sus caderas, respir hondo y sonri. Todava
ola a madreselva.
Ech un vistazo por encima de su hombro al or sus latidos acelerndose, dio dos
pasos hacia atrs. "Est usted bien?".
l asinti con la cabeza. "Qu es ese olor?"
"Oh, es lavanda y manzanilla en el t", dijo mientras se giraba y le ofreci una taza.
Luego tom la suya y se sent en la cama, arrastrndose hacia donde poda
apoyarse en la pared, l tir de la colcha hasta cubrir sus pies. "Una vez ms, me
encuentro en una situacin inadecuada contigo, Dash".
Le encantaba el sonido de su nombre en sus labios. "Prometo no decirle nada a
nadie." Se dej caer en una silla al otro lado de la habitacin y trat de parecer un perfecto
caballero. Slo que no lo era, l lo saba por lo que le hizo a ella.
Sus labios se fruncieron mientras soplaba el borde de su taza de t. l nunca haba
aspirado el aroma de una taza de t, pero en ese momento...
"Le gusta el t?" Pregunt ella, con su ritmo cardaco acelerado.
l tom un sorbo de t. "Es bastante bueno, en realidad."
"Mi propia receta especial." Ella le sonri de nuevo.
"Eres muy talentosa."

"Oh, no tiene ni idea", coment ella con aire ausente mientras tomaba otro sorbo y
luego l apoyaba su cabeza en el respaldo de la silla.
"Me encantara tener la oportunidad de descubrir todos sus talentos ocultos."
"Usted me adula, mi Lord."
Hara mucho ms que eso, si le diera la oportunidad. "No puedo ser el primer
hombre que la halaga." l tom otro sorbo de su t, realmente el sabor era notable, como
nada que hubiera probado antes.
"Podra haber habido uno o dos que lo intentaron."

Dash golpeara a cualquier persona hiciera algo as en el futuro. "Hay alguien

esperando por usted en Glasgow?" Lo mejor es saber lo que se enfrentaba.
Caitrin mir a su taza de t. "Eso no debera realmente preocuparle".
Era peor de lo que l pens, Dash trat de mantener el gruido de su voz. "Quin
es l?"
"No me gusta que los perros me ladren, mi Lord. Debera hacerlo bien en recordar".
"Por el amor de Dios, Caitie, responde a la pregunta. Hay algn chaval escocs
esperando para transportarte frente a un altar a tu regreso? "Dash tom un largo trago de
t para desviar la importancia que su respuesta tena para l.

Caitrin neg con la cabeza. "Hubo alguien", admiti en voz baja. "Pero ya no tiene
importancia."
Cmo era eso posible? Ella era la chica ms bonita en la que haba puesto los ojos,
al menos habran multitudes de hombres que esperaran su regreso eso era ridculo.
"Quin era?" La visin de ella antes sus ojos comenz a desdibujarse. Qu extrao que
podra causarle mareos, los celos?
"Dash", escuch su voz, como si se encontrara a una gran distancia.

"Dash?" En esta ocasin, ella estaba an ms lejos.

Abri la boca para responder, pero se vio incapaz de hacerlo. Ni siquiera le

importaba. Estaba tan cansado.
Tan, tan cansado, cerr los ojos brevemente, molesto al ver que se negaban a abrir
por ms que quisiera.
Y, antes de que l se diera cuenta, estaba soando con una nia con el pelo rubio
que ola a primavera y a madreselva.

Cait se levant y cruz la habitacin para mirarlo ms de cerca. La haba mirado

aturdido y confuso, y un poco de culpa se cruz por su mente. Esto era realmente lo que
tena que hacer? Por supuesto que s, ella no poda permitir que aquel hombre agrediera
sus sentidos.
"Dash", pregunt ella con cautela. l pareca estar en un sueo profundo.
Se atrevera a esperar? "Dash", lo llam otra vez mientras le sacuda el hombro. l
no se movi, ella puso un dedo debajo de su nariz, feliz de sentir que entraba y sala aire.
No tena idea de cunto tiempo iba a dormir. As, que rpidamente se puso su vestido de
viaje, envolvi su camisn en una bolsa, y estaba lista para irse por la puerta.
Pero en el ltimo momento, ella lo miro, un mechn de pelo dorado le caa sobre la
frente, cruz la habitacin y lo peino hacia atrs, y luego le dio un beso en el mechn.
"Duerme bien, Dash ", murmur, y luego sali por la puerta.
Encontr a Jeannie en la taberna y pidi su coche.
"Esta es una mala idea, seorita," Jeannie le susurr con vehemencia. "Yo creo que
no va a tomar muy bien que haya sido engaado".
"S, ya lo s," Cait sise. "Pero ya est hecho".
Cait permiti Lamont pusiera el coche en movimiento, en un momento el coche
salto por el movimiento, ella casi poda volar. Entonces el coche fue ms lento. Ella gimi.
Y ahora qu?
Jeannie levant la cortina y se asom. "Parece que es el coche de su seora",
murmur.
"Yo le dije que ese trabajo no funcionaria."

Ella escuch el llamado del conductor de Dash, pero no poda distinguir las
palabras.
Entonces oy a Lamont devolver la llamada. l se rio y dijo: "No hay necesidad de
preocuparse, parece que su seora ha decidido pasar la noche, pero mi seora debe
continuar".
Algunas palabras ahogadas volvieron, entonces Lamont dijo, "Dudo que le gustara
si usted lo molestara ahora.
Estaba arriba de la escalera con dos mozas la ltima vez que lo vi. "
El cochero de Dash se rio. "Debe estar de vuelta a sus actividades habituales, ya era
hora".
Caitrin jade, entretenerse con dos mozas era su prctica habitual? El muy
bellaco! De repente se sinti mucho mejor acerca de su decisin.
El coche se tambale de nuevo y finalmente se puso en marcha.

NUEVE

Qu es ese golpeteo incesante? Dash se inclin hacia adelante y apoy los codos
en las rodillas, parpade con sus ojos muy abiertos solo para encontrar la habitacin
inundada por la luz del da, que le mand un disparo de dolor hacia la parte posterior de la
cabeza. Cerr los ojos con fuerza.
"Milord?" La voz de pnico de Renshaw se filtrada a la habitacin.
La cabeza de Dash palpitaba, n poda recordar haberse encontrado tan perjudicado
como en ese momento, como si su cerebro fuera a ser partido en dos. Ni siquiera las
noches ms libertinas en las que sala de juerga y a emborracharse lo hicieron sentirse tan
miserable.
Los golpes empezaron de nuevo.
Dios mo, Qu es ese ruido? Y dnde diablos estaba?
"Lord Brimsworth!" Grit al cochero.
Debe el hombre gritar tan fuerte? Entonces oy un tintineo que reson
dolorosamente en su cerebro.
l gimi, un momento despus, sinti una mano en su hombro.
"Lord Brimsworth," dijo la voz de Renshaw de nuevo, slo que esta vez mucho ms
cerca, resonando en sus odos.
Dash consigui abrir un ojo, este era el sueo ms extrao, nunca haba
experimentado nada as, estaba dispuesto a despertar ahora y terminar con la niebla que
abarcaba su cerebro.
El rostro de Renshaw estaba plido, pero suspir con alivio. "Gracias a Dios, mi
Lord, pens que algo le haba sucedido".
Dash abri la boca para hablar, pero no sali ningn sonido, su lengua se senta
pesada y seca.
"Est bien?" El posadero corpulento rode al cochero y se embols un anillo lleno
de llaves, ah, eso deba haber sido el tintineo que haba odo.

Dash abri el otro ojo y se centr en los dos hombres frente a l, que estaban
bloqueando la luz cegadora. "agua", dijo con voz ronca.
"Por supuesto." El posadero sali apresuradamente de la habitacin, dejando a
Dash con su cochero, que se inclin sobre l, frunciendo el ceo.
"Qu pas, mi Lord?"
Eso era lo que Dash deseaba saber. "No lo s." Me duele decirlo, pero "Dnde
estoy?"
"Northampton", respondi el conductor. "Donde nos detuvimos para pasar la
noche con la seorita Macleod".

Caitrin, su corazn dio un vuelco. Estaba bien? La noche volvi a l en un instante,

ella lo haba invitado a tomar el t, y l tena la intencin de comportarse, pase la mirada
por la habitacin, pero no poda ver ningn rastro de ella. "Dnde est?"
Renshaw frunci el ceo. "Ella se fue esa noche, mi Lord."
Algo hizo que se le apretara el estmago. "Te dije que tenamos que viajar con
ellos,
Renshaw. "Su voz se haca ms fuerte a medida que su memoria comenzaba a
aclararse.
El cochero movi los pies. "Bueno, su conductor dijo que estaba ocupado con un
par de mozas y haba cambiado de opinin acerca de ir a Escocia".

"Sus rdenes vienen de m, no de un maldito cochero escocs!". La furia comenz

a construirse dentro de su pecho, las conversaciones en voz baja, la invitacin a tomar el
t. El dolor de cabeza que an lata en su cerebro.
Haba olor de lavanda en su habitacin mucho antes de que el t hubiera llegado.
Ella lo haba envenenado!
Se agarr de los brazos de la silla y se dio cuenta de que su espalda estaba
adolorida de dormir toda la noche en la silla de respaldo alto, cuando l alcanzara a Caitrin

Macleod, la iba a tirar por encima de su rodilla y se asegurara que ella supiera quien
estaba a cargo. "Asegrese de que el coche est listo."
El posadero bulla con una jarra de agua. "Aqu est mi Lord."
Dash tom la taza que le ofreca y se bebi el contenido de un solo trago, se levant
slo para encontrar que sus piernas temblaban como las de un potro recin nacido y la
habitacin giraba un poco, Renshaw dio un paso adelante para estabilizarlo.
"Vuelve a Londres, Lord Brimsworth?"
"No!" Rugi, fue un error, ya que el estruendo reson en sus odos. "Tengo que
llegar a Glasgow.
Y tenemos que atraparla antes de que llegue. "Por el amor de Dios, era sordo?
Los ojos oscuros del cochero se dirigieron al suelo. "Por supuesto, mi seor, pero
tienen una gran ventaja talvez nunca vamos a capturarlos. "
"Es slo un par de horas," rugi Dash, y su cochero era ms ligero, eran solamente
ellos dos mientras el carruaje de Caitrin era cargado con pesados bales de ropa y todo
con lo que viajaba, su vanidad sera su perdicin.
Renshaw levant la mirada, haciendo una mueca cuando l dijo: "No son horas,
milord. Ella se fue hace dos das. "

Dos das! Cmo fue posible que estuviera ido por tanto tiempo? El corazn de
Dash se hunda mientas su ira se elevaba an ms.
As planeaba matarlo, con un t venenoso? Ciertamente, ella no creera que
pudiera asesinar a un Lord Ingls y salirse con la suya, eso s que era suerte estar
conectado de por vida a una chica que le gustara verlo seis pies bajo tierra.
"Tengo toda la fe del mundo en ti, Renshaw. Eso s, ten cuidado".

La lluvia golpeaba el campo, y un relmpago ilumin el cielo oscurecido, ms de

una vez, el cochero de Cait se desliz por la pista fangosa, tenan que parar, la nica
pregunta era dnde.

Cait cerr los ojos y se concentr en el futuro de su cochero, pero no poda ver
nada.
Un trueno sacudi sus nervios, y lo nico que poda hacer era rezar para que el
conductor pudiera encontrar refugio para ellos pronto, esta era la ltima vez que viajaba
sin el control del clima de Rhiannon, bueno el tiempo era una necesidad para cualquier
excursin en el futuro.
Jeannie se asom por la ventana, le temblaban las manos sobre el regazo.
"Vamos a estar bien", Cait trat de tranquilizarla.
"Est segura?" Los ojos de su criada se dispararon hacia ella, Jeannie nunca vino
directamente y le pregunt cosas como esas. Ella nunca reconoci abiertamente los
poderes de Cait, generalmente ignoraba cualquier cosa que pudiera ser difcil de explicar.
Ella debi estar aterrorizada para hacerlo ahora.
Cait forz una sonrisa en los labios y asinti. "Lamont es un excelente conductor. l
ha pasado por peores climas".
"Estoy segura." Jeannie suspir y pareca ms tranquila.
Cait ojal pudiera ser apaciguada con la misma facilidad, ella haba tenido un
constante dolor en su estmago desde que haban dejado Northampton hacia cuatro das.
Era una tontera, pero echaba de menos la comodidad que Dashiel Thorpe le ofreca.
Ella apoy la cabeza en un lado del coche y se pregunt por ensima vez si haba
cometido un error en lo que concerna al conde.
Apenas conoca al hombre. Cmo iba a fallarle? Un relmpago ilumin el interior
del coche en el mismo momento que un trueno retumb por encima.
Antes de que Caitrin colocara en orden su mente, se oy un choque de astillas y el
carro se sacudi hacia un lado, tanto Lamont como Boyd bramaban una maldicin
escocesa tras otra, los odos de Cait casi se quemaban.
La puerta del coche se abri de un tirn, y el conductor mir dentro, el agua de
lluvia se verta sobre l. "Un rbol bloquea nuestro camino, y la rueda trasera se ha
quedado atascado en el barro.
Cait cerr los ojos y tom aire. "Hay una posada a slo una milla de distancia." Vea
eso claramente en su mente ahora que haban dejado de moverse. "Podemos hacerlo a
pie."

Jeannie se qued sin aliento. "Nos ahogaremos si vamos por ah."

Pero no lo haran, Cait vea una chimenea caliente y un gerente amable y algo...
cmodo, aunque no poda ver bastante bien lo que era, pero, si poda verse a s misma
dentro de la posada, ellos lo lograran. "Solo tienes que confiar en m."
Se envolvi con la manta de viaje Macleod sobre su cabeza y sali a la lluvia, sus
botas medio se hundieron en el camino fangoso, pero no le presto ninguna atencin, tena
que mantener la mente enfocada en la bsqueda de la posada.
Como Lamont y Boyd luchaban para calmar a los caballos y asegurar el coche, Cait
comenz ir hacia la civilizacin, Jeannie la sigui detrs mientras luchaban contra el viento
y la lluvia que las golpeaba.
Cait finalmente descubri un clido resplandor en el horizonte y pudo distinguir
una seal oscilante en la distancia, slo un poco ms lejos.
Helada y empapada, sigui adelante, ahora poda or la risa que se escapaba de la
posada, el Cisne Negro est a slo unos metros de distancia, ella abri la puerta de la
taberna y se precipit dentro.
Todos los sonidos de risas se detuvieron, y el agua empez a reunirse a sus pies.
Haba un tipo de aspecto alegre, el hombre de su visin, se precipit hacia adelante.
"Cielos, seorita! Ests bien? "

Cait tena ganas de llorar, estaba tan aliviada de haber encontrado el lugar. "Mi
coche se ha quedado atascado en el barro."
Ella estornud. "Tendr una habitacin extra aqu."
Vio un movimiento por el rabillo del ojo y se volvi hacia un grupo de hombres
jugando a las cartas en la esquina, comodidad. La sensacin se apresur a regresar a ella,
entonces Alec MacQuarrie, tan guapo como siempre, se levant de su asiento. "Caitrin
Macleod, eres t?"

DIEZ

Dash sinceramente dudaba si haba estado tan enojado en su vida como lo estaba
en ese mismo momento, haba estado persiguiendo Caitrin Macleod durante das. Cada
da, sigui su aroma de madreselva, que lo llevaba cada vez ms cerca de ella y a la
frontera con Escocia.
La lluvia haba oscurecido el aroma en las ltimas horas, pero sera una tontera
dejar la

Gran Ruta del Norte en la que haban estado viajando, l la alcanzara tarde o
temprano. Sin embargo, a l realmente le gustara que la lluvia se detuviera para que
pudiera coger su olor de nuevo, slo para estar seguro.
Su coche era ligero, y rpido, haba empujado cada conjunto de caballos ms all de
lo que normalmente se espera de este tipo de criaturas.
De hecho, l empuj a su cochero hasta el punto de que Renshaw no hizo nada
pero frunca el ceo hacia l.
Dash mir hacia la oscuridad que cubra el cielo de la fuerte tormenta y dejo que
un poco de agua callera sobre l.
Haba sentido una gran satisfaccin cuando vio al cochero de Caitrin detenido a un
lado de la carretera, las ruedas hundidas profundamente en el lodo que el dudaba que un
equipo de seis personas pudieran tirar del transporte para sacarlo libre, con una mirada
preventiva de desprecio en su rostro, l haba saltado de su propio coche y se dirigi hacia
donde estaba Caitrin, sus sirvientes estaban tratando de desenganchar los caballos y a las
bestias asustadas, l los ignor y se dirigi hacia la puerta.

La abri y asom la cabeza, esperando ver a la seorita Caitrin Macleod sentada

con relativa comodidad, pero el coche estaba vaco. Maldita sea!
"Dnde est la seorita Macleod?" Dash grito a los conductores.
El que haba pillado besando a Caitrin se gir y seal el camino. "Caminaron hacia
esa direccin".
"Hay una posada cerca de aqu?" Grit l, luchando por hacerse or por encima de
la lluvia.
"Ella dijo que haba", respondi el hombre cuando finalmente liber a los caballos y
los dos cocheros saltaron encima de ellos.
"T la dejaste ir hacia all sola?" Dash gru, haciendo que el cabello en la parte
posterior de su cuello, se erizara, l les hara un grave dao a sus incompetentes sirvientes,
si algo le suceda.
"No, ella tiene a Jeannie con ella," el cochero le llamo de nuevo antes de que l se
volviera al caballo y desapareciera en la oscuridad.

Dash se dirigi hacia el rbol cado que hizo que el camino fuese intransitable y lo
levanto casi sin esfuerzo, feliz de que Renshaw no poda verlo en la oscuridad, cuando el
camino estaba despejado, l camin de regreso a su coche.
"Hay una posada adelante, ah es donde nos detendremos.
Se subi al coche y golpe los dedos por la consternacin, cuando llegara a la
posada, encontrara Caitrin, se asegurara de que se encontraba bien, y luego la
arrastrara a una habitacin privada donde pudieran hablar, dejara bien en claro que l no
apreciaba ser envenenado y mucho menos asesinado, le exigira una explicacin por su
comportamiento, y una disculpa, y su mano en matrimonio.
Tal vez no en ese orden.
Su coche se detuvo delante de El Cisne Negro. l apret el paso y salt al suelo,
inmediatamente hundindose en el barro.
Cuando tuvo un pie libre solt una maldicin.
Entr en la posada y se detuvo en seco, su aroma de madreselva se borraba por el
olor a cerveza y cuerpos hmedos, ella estaba sin duda all, en alguna parte, sacudi la
cabeza, lanzando gotas de agua en todas las direcciones.
Entonces la vio, incluso con su piel empapada, con el pelo pegado a la cabeza, ella
estaba radiante. l resopl, dios, l era un idiota embrutecido incluso despus de lo que
haba tratado de hacerle.
Pero entonces lo vio, su mano estaba aprisionada por un hombre, y l tena sus
labios en los nudillos, su mirada era demasiado familiar para la comodidad de Dash. Dio
dos grandes pasos hacia adelante y se par junto a Caitrin.
"Si desea mantener los dedos, le sugiero que quite su mano de la persona de la
seorita Macleod," l gru.
Los ojos del hombre se dispararon y la sonrisa desapareci de su rostro, pero no
afloj su agarre de Caitrin. "Los labios tambin", Dash grit. "Usted encontrar muy difcil
sonrer sin ellos."
"Amigo suyo, seorita Macleod?" levant una ceja el desconocido con leve
diversin.
"Su prometido," Dash grit antes de que Cait pudiera responder, luego tom su
antebrazo y ella se volvi hacia l. "Tenemos que hablar."

Los ojos de Caitrin se estrecharon en l, pero su mirada se centr ms en la

coloracin azulada de sus labios mientras ella parloteaba, "Estoy ocupada en este
momento, Lord Brimsworth." Ella se solt de su agarre, para alguien tan pequea, era
bastante fuerte. Pero, por supuesto, no era rival para un licntropo.
l la dej alejarse.
"Y con respecto a la propuesta no recuerdo haberla aceptado, tampoco recuerdo
que usted haya preguntado. "l no perdi hincapi en la ltima palabra.
l.

El hombre se rio. "Ella no acepto la ma, tampoco", dijo, y extendi su mano hacia

"Alec MacQuarrie", se present. "Soy un viejo amigo de la seorita Macleod de

Edimburgo."
Edimburgo? Dash ni siquiera consider aceptar la mano tendida del hombre.
Caitrin le dio un codazo lo suficientemente fuerte en el estmago para hacerlo
gruir. "Finja por lo menos que tiene buenos modales sise.
l lo hizo a regaadientes, tom la mano del seor MacQuarrie, pero resopl
mientras lo haca.
"Este patn detestable es Lord Brimsworth." Cait envolvi sus brazos alrededor de
ella, tiritando con delicadeza.
"Estn viajando juntos?" Pregunt MacQuarrie con preocupacin.
"S," comenz Dash.
Pero Cait dijo, "No", en el mismo momento. "El hecho de que estamos viajando, en
el mismo camino no significa que estemos viajando juntos".
"Voy a tener que hablar con usted ahora, Caitie", dijo Dash lentamente, l no sera
reprendido, y ciertamente no en frente de MacQuarrie, que pareca demasiado interesado
en la situacin.
"Caitie?" MacQuarrie murmur, rascndose la barbilla, es evidente que el hombre
estaba tratando de averiguar porque Dash usaba ese apodo y no su nombre de pila.
Caitrin suspir. "Me voy a mi habitacin a secarme", dijo. "Lo ver ms tarde, Sr.
MacQuarrie? No estar ocupado? "

"No ahora no," dijo con una gran sonrisa mientras ella desapareca por las
escaleras. "nase a m para la cena?" llam a su espalda.
"Estaramos encantados", gru Dash. "Muchas gracias por la oferta."

Caitrin entr en su habitacin, feliz de ver un fuego ardiendo en la chimenea, le

castaeteaban los dientes por lo que tema que despertara a sus vecinos mientras
levantaba sus manos temblorosas hacia las llamas, quera sacarse su ropa empapada, no
deseaba nada ms que quitrsela. Pero Jeannie an no haba vuelto arriba ya que haba
querido esperar a Lamont para que llegase.
Pero si ella no se sacaba su ropa mojada, tena miedo de coger su muerte, se puso
de pie y tir de los cordones con dedos temblorosos que se negaban a trabajar.
Un fuerte golpe son en la puerta. "Caitrin," la llamaba Dash.
"Vete", respondi ella, su mandbula temblando tanto que dudaba incluso que no la
oyera. Cmo se atreva a presentarse en la puerta despus del espectculo que haba
dado frente a Alec?
"Cait?" Volvi a llamar. "Ests bien?"
"Estoy bien", se esforz a travs de los labios dolorosos.
"Pues no suena bien", respondi l, entonces la puerta se abri un poco.
"Vete!" Le grito Cait, pero l abri la puerta y entr, cerrndola detrs de l. "No
tiene ningn derecho a estar aqu".
"Est perfectamente bien, y t lo sabes," dijo l bruscamente mientras se diriga
hacia ella y le levant la barbilla para mirarla a los ojos. "Qu pasa?"
"N-nada," ella tartamude. "Tengo-fro".
Dash pas las manos por sus brazos. "Hay que sacarte la ropa mojada."
Ella levant los dedos y dijo: "Yo puedo trabajar con los cordones. Puede ir a
buscar a Jeannie por m? ".

En cuestin de segundos, sus dedos giles tiraron de su vestido hasta que haba
deshecho todas sus ataduras, refunfuando algo sobre su doncella inepta, la parte
delantera de su vestido caa libremente hacia adelante, Cait se aferr a ella, pero la
verdad es que no quera nada ms que dejarla caer al suelo.
"Puede irse ahora", ella pregunt.
"No hasta que est caliente."
"Yo puedo manejar eso por m misma", dijo ella, deseando nada ms que l
desapareciera para que pudiera arrojar al piso todo su vestido de viaje empapado.
"No voy a mirar", dijo l en voz baja mientras tomaba las mangas de su corpio y lo
dejaba caer sobre sus caderas. Ella cerr los ojos para evitar la intensidad de su mirada.
"Debe creer que soy una tonta verdad, Dashiel?" Ella charlaba, con la mandbula
adolorida por el fro.
Su voz sonaba un poco ms ronca cuando respondi. "Yo nunca la acusara de ser
tonta.
Hermosa, s, preciosa, absolutamente. "Sus ojos barrieron sobre ella. "Deliciosa, sin
duda."
l bajo el aliento, y dijo una ltima palabra que sonaba como "mo". Pero no poda
estar segura.
"Pretende ser todo un caballero, verdad?", Dijo. Pero ella estaba tan feliz por su
ayuda que no lo poda alejar, ya el calor del fuego calentaba su piel. O era su mirada, que
le haca parecer casi como si quisiera devorarla?
Cuando l se detuvo en su camisa, coloco sus manos agarrando sus caderas
mientras se arrodillaba frente a ella, sus ojos recorrieron su cuerpo hasta que sus pezones
traidores respondieron, pero entonces l simplemente desliz sus manos por debajo de la
tela transparente y se la tiro sobre su cabeza.
Cait inmediatamente cruz los brazos sobre su pecho y se alej de l.
"Jesucristo", l murmur a sus espaldas, un gemido le sigui, uno que estaba
cargado de...algo.
Cait cerr los ojos con fuerza. "Arruinada y mortificada, todo a la vez", dijo.
Una manta cay alrededor de sus hombros, y ella la agarr.

"No hay necesidad de estar mortificada, ngel," dijo l, mientras la haca girar para
que lo mirara, l sonri tmidamente.
"Perdn por mi comentario, no soy nada ms que un hombre, un hombre que
acaba de tener una visin de todo lo que quiere en la vida. "
"De m? Desnuda? "Jade.
"Por supuesto." Se inclin rpidamente y le bes la mejilla.
"Gracias", dijo, por fin para reunirse con su mirada de color mbar. "Por ayudarme
con mis cosas".
"Jugara a la doncella cualquier da, ngel."
Haba fuego ardiendo debajo de la superficie en la piel del hombre, ella lo saba
muy bien. Sus prpados estaban medio cerrados con el deseo y ella vio la subida del pulso
en su cuello.
l se quit la chaqueta y la arroj a un lado de la habitacin mientras l respiraba
profundamente. "Licntropos tienen una increble cantidad de calor corporal ", explic l
mientras se desabrochaba los botones de su chaleco.
"Me alegro," dijo ella mientras el tiraba de su camisa por la cabeza, no poda alejar
la mirada de su pecho, sus hombros, su estmago, la pequea lnea de pelo que
desapareca en sus pantalones. l se rio entre dientes ligeramente antes de que l la
levantara y la sentara en una silla cerca del fuego.
Colocndola sobre su regazo, l dijo: " Probable no te va a gustar esto, pero tienes
que tocar mi cuerpo, Caitie, mi piel contra la tuya".
Oh, a ella le gustaba mucho, pero en cambio dijo: "Te deseo", y se movi para
levantarse de su regazo, sin embargo, el tir de ella hacia abajo con un brazo alrededor de
su cintura.
"Yo slo quiero cuidar de ti", dijo l en voz baja mientras su mano se movi para
acunar su rostro, se vea tan sincero que dej que su cuerpo se suavizara contra el suyo. l
tir de la manta hasta que fue sacada de entre ellos, y luego la acomod sobre sus
hombros, estaba casi tan caliente como el fuego de la chimenea.
Sus pechos se apretaban contra la dura pared de su pecho.
"Debera conseguir una recomendacin por esto", murmur l.

"Valoro una confrontacin. Le dijo Cait"

Pero se interrumpi.
"Cuida de m", susurr ella.
"Mientras me lo permitas", dijo mientras su mano se mova en un crculo lento
contra su espalda desnuda.
Cait cerr los ojos mientras apoyaba la cabeza en su hombro desnudo, y un suspiro
de satisfaccin escap de sus labios.
l se rio entre dientes. "Yo tambin te extra."
"Arrogante como siempre", respondi ella, dejando que sus dedos se arrastraran a
travs de la extensin de sus hombros, permitiendo que el calor de l calentara cada parte
de ella.
"Es por eso que me has abandonado para que muriera?"
Cait debi haberlo escuchado mal, levant la cabeza para mirarlo a los ojos, vio el
dolor reflejado en su rostro, y le dola el corazn al verlo. "que lo he dejado para morir?"
envenenaste mi t. Tal vez recuerdes eso? "
Cmoda como estaba en su regazo, ella no iba a dejarlo que la llamase asesina. "Yo
ciertamente no le he colocado veneno en el t".
l levant una ceja, indignado, con sus ojos clavados en los de ella.
Cait se encogi de la intensidad. "Yo no le di a usted veneno", repiti. Luego se
mordi el labio inferior. "Yo-Yo le di una pocin para dormir."
"He dormido durante dos das!", l gru.
"Podra haber sido una pocin fuerte para dormir ", admiti mientras se retorca,
tratando de quitarse ella misma de su regazo.
Su agarre se apret. "No va a ir a ninguna parte hasta que tengamos algunas cosas
en orden, Caitrin."
"Djame ir, perro Ingls mal educado."
"Deja de moverte", orden. "Necesitas mi calor."

"Me las arreglar".

Sus ojos color mbar se oscurecieron. "No me vas a alejar, Caitie, no importa
cunto te esfuerces.
Y no me vas a envenenar de nuevo, y no vas a huir de m otra vez. "
Poda or la determinacin en su voz, y Cait se estremeci. "Yo no le he
envenenado."
Su rostro se suaviz y sus hbiles manos se movieron a travs de su cuerpo,
calentndola. "Y no ms pociones para dormir de nuevo.
La idea de estar conmigo es tan terrible que quisiste huir? "Dash la cambi en sus
brazos y toc suavemente sus labios con los de l.
Cait sinti como su calor abarcaba cada parte de ella, y ella se estremeci por su
conciencia, queriendo que cada parte de l la tocara.
"Cules son las probabilidades?," la voz de Jeannie la precedi en la habitacin,
"que se encontrara al Sr. MacQuarrie aqu". Los ojos de la doncella aterrizaron en Caitrin
que se encontraba en los brazos de Dash y su boca cay abierta.
"Por favor, Jeannie!" Cait le rog, "no grites."

ONCE

Dash gimi cuando la criada cerr la puerta, como lo arruinaba todo la mujer, nada
haba cambiado, ella todava no estaba cuando la necesitaba Cait y siempre apareca en los
momentos ms inoportunos.
En ese mismo momento, la plenitud de los pechos suaves de Cait se apretaban
contra su pecho y lo quera ms que nada era probar esos pezones rosados que haba
vislumbrado fugazmente por su camisa mojada.
"Seorita Macleod!" dijo Jeannie entre dientes.
Caitrin empez a revolverse en su regazo, pero Dash envolvi su brazo alrededor de
su cintura. "Parece mal ", l susurr. "Pero si se pone de pie, se ver peor."
Sus ojos azules se centraron en l, y ella asinti con la cabeza. "Jeannie, dame un
momento, por favor?"
La criada golpe las manos en sus caderas y sacudi la cabeza. "Yo no s qu decir."
"Su seora llamar cuando est lista para usted." Dash clav en la dama una mirada
irritante.
"Sugiero que usted est disponible para atender sus necesidades, por una vez."
"Seorita"
"Jeannie, por favor", rog Caitrin. "Un momento".
La criada resopl su descontento mientras caminaba hacia fuera de la habitacin,
dejndolos solos, Dash deslizo a Cait de su regazo y le envolvi la colcha con fuerza a su
alrededor.

Se inclin hacia delante en su asiento, para no tener que mostrar la estrechez de

sus pantalones. "Una vez que seas mi esposa, Caitie, eso no importara".
Ella neg con la cabeza. Lo deje durmiendo porque pens que eso le ayudara
para que volviera a sus cinco sentidos acerca de todo esto. "
Todo lo que haba hecho solo hizo ms fuerte su determinacin, ella era su
compaera, por casualidad o por diseo, ser separado de ella era fsicamente doloroso,
todo lo que poda pensar mientras corra hacia el norte era en acostarse con ella,
hacindola suya en todos los sentidos, pareca que era lo nico que podra aliviar el dolor
en su corazn.
Yo no soy como los dems hombres. Puedo or a tu corazn que se acelera cuando
te toco, puedo oler tu cuerpo y saber que ansa el mo, yo no voy a ir a ninguna parte,
Caitie."
"Seorita Cait!" Jeannie se lament afuera de la habitacin.
Dash gru. Apenas poda esperar para sustituir a la sierva torpe con alguien de
confianza.
"Ustedes necesitan salir." Caitrin frunci el ceo.
"Por ahora." Dash se levant de su asiento y se coloc la camisa por encima de su
cabeza. "Voy a estar esperando junto al Sr. MacQuarrie. "Cogi su chaleco y la chaqueta.
"No nos hagas esperar."

Cait no estaba segura de que si era una bendicin o una maldicin que Lamont y
Boyd hubieran logrado arrastrar uno de sus bales al acceso del El Cisne Negro, no tener

nada seco que llevar le habra dado una excusa para evitar la cena con los dos hombres
que tanto haban insistido para que se casara con ellos.
Ella haba querido aceptar Alec MacQuarrie cada vez que l se lo haba pedido, al
menos l le haba preguntado a ella, a diferencia de aquel ingls tosco, pero no poda
casarse con Alec entonces, y ella no poda casarse con Alec ahora, su futuro no haba
cambiado, y ella no era una parte de ello.
Y cmo se supona que iba a sentarse a la mesa con el hombre? Especialmente con
Dashiel Thorpe presente. Quin saba lo que dira, el maldito conde hace todo ms
complicado? Sus emociones eran un revoltijo, gracias a l.
"Seorita Cait, Como mantendr todo esto en secreto para el Sr. Macleod.
" Tu eres la nica que me ha visto, Jeannie. Y ya que Lord Brimsworth debe ir a
Glasgow,
nadie le dir nada a Pap, " dijo Cait, tratando otra vez de tranquilizar a su criada.
Jeannie se alisaba la falda de lana azul. "No es el conde por quien estoy preocupada sino
por el Sr.MacQuarrie los ha visto a los dos juntos, l puede decirle algo a su padre cuando
lo vea. "
Los hombros de Cait se hundieron hacia adelante, Alec no haba estado en
Edimburgo por meses, despus de que sospechara que ella era una bruja, l haba salido
hacia Inglaterra sin decir una palabra.
Responder Dashiel Thorpe de la misma manera? Cait frunci el ceo ante la idea,
no era su asunto. l tarde o temprano se cansara de la persecucin de la manera que
todos los dems hicieron.

Alguien llam a la puerta, Cait asinti para que Jeannie respondiera. Alec
MacQuarrie estaba en la puerta, sus clidos ojos castaos se centraron en ella. "Usted es
un regalo para la vista, Cait."
Alec MacQuarrie, un da estaba en Edimburgo, y al siguiente desapareci sin decir
una palabra. "
l le ofreci su brazo, que Cait acepto. La remolco hacia la escalera y baj la voz. "T
eres uno de ellas, verdad?" Su boca se sec. "Una de ellas?" Repiti ella. "Yo no
comprendo lo que quieres decir."
"El COIG", l respondi.

El COIG, las cinco brujas mticas de su aquelarre, con poderes que pasan de madres
a hijas por generaciones. Sin embargo, para los miembros esto era un secreto.
Cait sonri, como si fuera una nia tonta. "No crees en los cuentos de hadas,
Alec?"
"T eres la vidente," dijo en voz baja. "Y Elspeth es la sanadora, y."
El pie de Cait vacil en los escalones, no se les permita hablar acerca de su
aquelarre, excepto con su familias, que ya conocan la verdad. Ella neg con la cabeza.
"eso es algo ridculo."
El baj la mirada hacia ella con una intensidad oscura. "Es por eso que dijiste que
no veas un futuro para nosotros.
No importa lo mucho que te presion, no cambiaste de parecer".
Cait slo poda mirarlo.
"Pero yo prefiero hacer mi propio destino, Cait."
"Estoy segura de que lord Brimsworth est esperando por nosotros", murmur.
Alec se tens en su brazo. "Lo has visto en tu futuro?"
Cait sacudi la cabeza. "No", respondi ella con sinceridad.
l dej escapar un gran suspiro. "Bueno." Entonces l continu dirigindola por las
escaleras, bordando la cantina. "Brimsworth ha asegurado una habitacin privada."
La cabeza de Cait nadaba y las palabras no salieron de su boca, todo era una espiral
fuera de su control.
Alec no poda renovar su pleito con ella, adems su destino estaba por otro camino,
y luego
"Caitie." Dash sali de un comedor privado en el otro extremo de la habitacin, su
mirada mbar se encontraba fija en ella y dejndola ligeramente sin aliento. l frunci el
ceo cuando sus ojos se posaron en la mano escondida en el hueco del brazo de Alec.
"Dnde lo conociste?" Alec se quej en voz baja.
Cait inclin la cabeza para ver mejor el hombre del que tontamente se haba
enamorado como una chica joven. "Westfield Hall."

Alec frunci el ceo. "Y pens que Ben era mi amigo."

Antes de darse cuenta, Dash estaba frente a ella, tomando su otro brazo con su
mano. Irradiando calor desde su cuerpo lo que le ocasion un pequeo hormigueo en su
piel.
"Me alegro de ver de que ya no ests tan fra, ngel."
Alec la mir, con una pregunta sobre su rostro. "fro? ngel? "
"S, despus de estar caminando bajo la lluvia", admiti ella, lanzando una mirada a
Dashiel, tena la sensacin de que iba a ser una larga noche.

DOCE

Dash nunca haba sido ignorado tan bien en su vida, a menos que l contara el
nmero de interacciones con su padre. El marqus tena una manera de hacer sentir a
Dash insignificante, algo que l haba estado acostumbrado mientras creca a lo largo de
los aos despus de que sus rasgos licntropos se haban vuelto evidentes.
Pero l nunca haba querido formar parte de un grupo tanto como haba querido en
ese momento durante la cena en el Cisne Negro.
Lo ms importante es que quera ser parte del grupo de Alec MacQuarrie y del de
Caitrin. l quera ser un amigo de confianza, quera que Cait lo mirara con cario como lo
hizo con MacQuarrie.
"recuerdas la vez que Sorcha te convenci para subir al rbol en el jardn y caste
de l?"
Caitrin rio suavemente. "S, me acuerdo pens que haba cado a mi muerte."
"Entonces, en el ltimo momento, estaba cayendo a travs del aire y al siguiente,
yaca en una cama blanda de hojas, era casi como si hubieran sido colocadas all para
amortiguar su cada. "
Dash seal que ella se neg a encontrarse con los ojos de Alec cuando respondi,
fingi inters en la comida. "S, fue un milagro."
"Un milagro?" Dash pregunt lentamente, Cait alz los ojos y lo mir, haba una
sutil advertencia all. l solo lamentaba que l no supiera lo que era.
"S," dijo mientras tomaba un sorbo de vino y evit discutir ms el tema.
"Por lo tanto, Brimsworth," dijo MacQuarrie mientras el enfocaba sus ojos oscuros
en Dash. "Cules son sus pensamientos sobre el destino predeterminado?"
Dash trag saliva. Qu diablos quiso decir el hombre con eso? Saba de su
conexin con Caitrin?

"Creo que las cosas sucedan de la manera que se supone que son", respondi
enigmticamente.
El cultivado escocs sonri con malicia. "Qu desgracia para usted, entonces."
"Qu significa eso?" Dash pregunt mientras apualaba un trozo de cordero.
MacQuarrie se encogi de hombros. "Slo que creo que un hombre debe hacer su
propio futuro, yo no creo que mi vida este planeada a pesar de mis deseos y
necesidades".
El rostro de Cait se volvi un poco morado, que hizo Dash estuviera seguro de que
ella omita algo importante.
l hara que ella se lo digiera despus, le hubiera gustado poder tomar su mano
entre las suyas y calmarla, aunque eso era imposible con el escocs compartiendo su
mesa.
"As que, dgame, seor MacQuarrie," comenz Dash ", conoce a Cait de toda la
vida?"
MacQuarrie asinti. "La mayor parte de la misma, sal de Edimburgo cuando era un
nio para asistir a Harrow, pero he estado en casa con bastante frecuencia en los ltimos
aos".

Ah estaba de nuevo, Edimburgo. Dash se volvi para mirar hacia Caitrin. "Yo estaba
seguro de que Glasgow era su casa".
Ella se movi un poco incmoda. "No estoy segura porque usted tiene esa idea, mi
Lord, ciertamente nunca he dicho tal cosa".
No, pero ciertamente haba dejado que creyera eso, y volvi todo su plan al revs.
Cmo
Iba hacerlo l para cortejarla en Edimburgo y entrenar con su mentor en Glasgow,
al mismo tiempo"
La familia Forster es de Glasgow, usted y Lady Elspeth son cercanas, entonces
solamente
asum
"
" Lady Elspeth tambin es oriundo de Edimburgo, " MacQuarrie lo inform ms bien con
aire de suficiencia.

Dash necesitaba todo su autocontrol para no golpearlo por la mirada satisfecha

que tena el hombre
"De verdad?" Gru.
"Vivi toda su vida en las afueras de la ciudad hasta que se cas con mi buen amigo
Benjamn Westfield".
peor?

Perfecto, el maldito hombre era un amigo de los Westfields Podra su suerte ser

"Aunque yo solo he tenido ojos para la seorita Macleod." El arrogante escocs

alcanzo a cubrir la mano de Cait con la suya y Dash gru, obligndose a mantener su
control.
Cait tir de su mano lejos de la de MacQuarrie, y el hombre se ech a rer. "Ser un
poco o demasiado terco puede ser bueno, debo admitir. "
"Alec" ella jadeo.
Dash se molest con el sonido del nombre de otro hombre en sus labios, era como
si ella lo conociera de toda la vida, lo que en verdad, probablemente as seria.
El hombre tena una ventaja sobre Dash, tena una lista de entretenidos recuerdos
que poda recitar a toda prisa, Dash slo tena unos momentos robados de pasin. No
haba comparacin, era como ver a Prisca con William Westfield, todo de nuevo, slo que
peor.
Nunca sinti una conexin con Prisca como la que tena con Caitrin, l no se
recuperara si la perda.
"Est bien," se rio Cait. "Lo admito, puedo ser un poco terca a veces".
"Un poco?" Los dos hombres lo dijeron a la vez, Dash no pudo ocultar su sonrisa
por su reaccin exagerada cuando ella se ech hacia atrs de repente y resopl como si la
hubieran afrontado.
"Mucho," dijo finalmente. "Y sin embargo, ustedes dos todava quieren pasar
tiempo conmigo, as que algo tengo que estar haciendo bien. "
All estaba su Caitie, Gritona como el da era largo, l amaba su sentido comn.

"Ciertamente ayuda que usted sea hermosa", dijo Dash, sonriendo suavemente
hacia ella. Un rubor trep por sus mejillas, un punto para el equipo de Brimsworth, era
todo lo que poda hacer para no sonrer burlonamente.
"La belleza se desvanece", declar MacQuarrie suavemente. "Lo que tiene Caitrin
durar para siempre, es parte de ella, y parte de lo que la hace tan perfectamente
adorable".
Adorable, Dash casi se atragant con el vino, nunca haba amado a una mujer en su
vida. l haba estado en la cama con ms mujeres de lo que poda recordar, pero nunca
haba adorado sinceramente a ninguna.
"Alec, qu ests haciendo en Leeds? Pens que estabas en Londres, Elspeth dijo
que ella y Benjamn haban cenado no hace mucho tiempo. "
El escocs se ech hacia atrs en su silla y la mir. "S, lo hice, Lord Hallam tiene
una casa de caza en la zona, y me invit la semana pasada, Elspeth pareca feliz".
Caitrin sonri. "Lo es, Benjamn finalmente termin esa monstruosidad de casa que
estaba construyendo'.
tienes que verla".
MacQuarrie dirigi su atencin a Dash. "Has conocido a las otras b-?" l gru y
corto abruptamente sus palabras mientras se frotaba la espinilla. "No tienes que darme
patadas muchacha ", dijo en voz baja, pero Dash escuch cada palabra. "Tu secreto est a
salvo conmigo."
"Qu secreto sera?" Dash odiaba la idea de que ellos mantuvieran un secreto que
no queran que supieran.
"No hay ningn secreto, mi Lord," dijo Cait. "Es referente a mis amigas, las jvenes
con las que paso la mayor parte de mi tiempo".
Mis amigas son como mis hermanas, era evidente que se haba perdido de algo
importante. "Hblame otra vez de ellas."
Ella abri la boca para hablar, pero antes de que pudiera pronunciar un sonido,
MacQuarrie habl. "Ya se ha encontrado con Elspeth?"
Dash asinti. "La esposa de Benjamn Westfield."
"S, slo estar en la habitacin con ella puede hacer que uno se sienta mejor, por
diez. Luego est Rhiannon Sinclair, Blaire Lindsay, y Sorcha Ferguson. Rhiannon casi

siempre se puede encontrar afuera de las puertas, ella est lo suficientemente chiflada
como para estar afuera bajo la lluvia torrencial".
"Ella no es ninguna chiflada ", Caitrin interrumpi:" El hecho de que a ella le gusta
los elementos no significa que ella este loca".
"Y Blaire puede disparar una flecha recta como ninguno de los otros hombres en
Edimburgo.
Finalmente tuvimos que dejarla de invitarla en asuntos de eventos deportivos, o
nos hara parecer dbiles".
"Tal vez son dbiles?", Dijo Caitrin bajito, obviamente, para provocar al hombre.
"Y Sorcha", pregunt Dash.
"Sorcha no es ms que un nia," dijo MacQuarrie con nostalgia.
"Ella es la ms joven de mi crculo de amigas, Dijo Caitrin.

Muchas mujeres estn casadas para su edad ", record el escocs.

"Sorcha hace que los que estn alrededor de ella quieran ser una mejor persona."
MacQuarrie se encogi de hombros.
"Todo el que la conoce la ama."
Caitrin suspir, con un poco de dolor en su tono, aunque Dash no tena ni idea que
la coloco triste.

Caitrin trat de mantener el tono de melancola de su declaracin. Pero, en

realidad, se mostraba que ella tena un cario evidente por Alec MacQuarrie, y, en algn
momento, una comprensin mutua se haba hecho evidente, una que se encontrara con
ella durante toda la vida. Pero no importa lo bien que encajaran, Cait ya saba que era para
otra persona, l no era suyo y nunca lo sera.
Ella mir al otro lado de la mesa a Dashiel Thorpe, que haba mantenido modales
impecables durante toda la comida, l era un hombre inteligente, cuyo salvajismo sin
duda deba ser a causa de su desventaja, fue gratificante ver que poda deshacerse de l
cuando tena que hacerlo y convertirse en un perfecto caballero.

"Cules son sus planes para el futuro?, Sr. MacQuarrie", pregunt Dash.
Alec se encogi de hombros. "No tengo planes por el momento, voy a volver pronto
a casa, me imagino, y en resumen gestionare mis propiedades, voy a tomar un breve
respiro de la realidad en este momento".
"Tomar respiros de la realidad por lo general indican que uno no est contento con
su suerte en la vida."
Los ojos de Alec se estrecharon, y l baj la copa de vino. "No estoy contento con
mi suerte en la vida, soy infeliz por no tener una oportunidad para la vida que quiero."
"Pero le espera algo mucho mejor, Alec," dijo Cait, detenindolo. "Confa en m en
esto."
"Cmo podra ser mejor si no ests en l?" Gru Alec.
Oh, querida, esto es realmente un mal momento para esta conversacin, en
particular, con la sospecha de Alec de que sea un miembro de la COIG.
"Voy a estar en ella, simplemente no en el camino que quieres ahora".
"Y si yo no te quiero en mi vida, aparte de en ese lugar?"
Caitrin abri la boca y se ech hacia atrs. "Esa es la cosa ms cruel que alguna vez
has dicho de m." Ella sinti como las lgrimas picaban sus prpados y se levant
rpidamente.
Alec dio un paso hacia ella, con el dolor grabado en su frente, inmediatamente se
dio cuenta de sus palabras y se arrepinti por lo que haba dicho, pero l ya las haba
dicho. Y no haba vuelta atrs.
Antes de que Alec pudiera tocarla, Dash se interpuso entre ellos. El hombre era
muy rpido, esto deba ser un rasgo licntropo. l inclin su rostro hacia l para que
pudiera mirarlo hacia arriba.
"Puedo llevarte a tu habitacin? " dijo Dash a Cait
"Cait," intent Alec.
Pero ella no estaba de humor para escuchar nada ms de l, no en ese momento.
"S, por favor" le dijo a Dash, quien inmediatamente desliz su brazo alrededor de ella y la
acompa desde el comedor.

La mano de Dash en la cintura de Caitrin la calent a travs de su vestido todo el

camino mientras pasaban por delante de clientes en la taberna hacia la escalera.
"Obviamente ests ocultando algo de m", l le susurro.
Cait gir la cabeza para mirarlo, ella no iba hacerlo ahora, no otra vez. No aqu. No
despus de la conversacin con Alec.
"Y qu si lo estoy?" Pregunt con aspereza. "Yo no le debo nada, mi Lord.
Mi vida es slo ma, para que usted no pueda decir nada sobre ella.

TRECE

Eso estuvo bien, Dash se reprendi a si mismo mientras vea a Caitrin dirigirse hacia
las escaleras. l no debera haberla empujado hasta el lmite, despus de todo, l solo
tena que acompaarla hasta su habitacin, tendra que haber mantenido su maldita boca
cerrada.
Pero tantas preguntas lo fastidiaban despus de la incmoda cena que
aparentemente fue incapaz de mantener por ms tiempo con ellos.
"Caitie," l la llam, pero ella se neg a dar la vuelta para mirarlo.
l tuvo que reclamar a una muchacha escocesa con carcter, verdad? No poda
haber buscado una dama ms sumisa.
Una seorita inglesa que seguira todos sus dictados y hara de su vida ms fcil, l
no tena nada excepto que culpar a su propia impulsividad de su predicamento.

Dash ni siquiera estaba seguro de si se trataba de un predicamento, cada vez que

sus ojos se fijaban en Caitrin, senta un tirn en el pecho. Fue porque l la haba
reclamado, o haba algo ms? Algo predeterminado? No se senta como si estuviera aqu
a causa de un accidente, debido a una prdida momentnea del control. Se senta como si

l la conociera de siempre, sin embargo, l no la conoca en absoluto, por el amor de Dios,

l ni siquiera saba hasta esta tarde que ella viva en Edimburgo.
Dash dej escapar un suspiro y se volvi hacia el comedor privado, puede que no la
conociera en absoluto, pero Alec MacQuarrie seguramente lo hizo y poda obtener
respuestas de una u otra fuente.
Encontr al hombre tomando un whisky, MacQuarrie baj su vaso y se inclin hacia
adelante en su asiento. "Bueno, eso fue ms rpido de lo que esperaba."
"Ah, s?" Dash cerr la puerta detrs de l. "Qu esperabas?"
MacQuarrie se encogi de hombros, y luego se sirvi otra copa. "Ella no lo ve en su
futuro tampoco, verdad?"
Dash apret los dientes. Cmo diablos aquel canalla lo saba? "Ella no tiene ni la
menor idea de lo que va a suceder en el futuro con usted o conmigo. Habla como si ella
fuese una adivina".
El escocs solt un bufido. "Puede que se sorprenda."
Dash frunci el ceo ante MacQuarrie, que obviamente no era de los que poda
manejar el licor.
El escocs levant su copa en un brindis simulado. "Yo le deseara buena suerte en
su bsqueda, pero la verdad es que no. "Bueno, eso fue honesto, Dash seal una de las
sillas vacas. "Te importa?"
"Srvase usted mismo".

Dash se desliz en el asiento y mir al hombre frente a l.

Alec MacQuarrie se observaba positivamente torturado, Era un preludio

misterioso de su propio futuro?
La idea le provoc un escalofro por la espalda. "Sabe hay algo que ella est
manteniendo oculto de m".

MacQuarrie lo nivel con una mirada helada. "Si me pregunta para que divulgue
sus secretos, puede aguantar la respiracin, preferira morir primero".
Bueno, eso era una opcin y no una que Dash se opusiera particularmente.
"Lastimarla no es parte de mi agenda".
"Y cul es su agenda?"
Dash suspir, si no cambia por el momento. "Tengo la intencin de reunirme con el
seor Macleod y pedirle la mano de Caitrin. "Y aprender a ser un pequeo lobo bueno, no
es que MacQuarrie necesitara saber esto del pasado.
El escocs se burl mientras levantaba su copa a los labios. "Angus Macleod me dio
su bendicin, usted puede ver lo bien que me fue,
Cait toma su propia decisin, as podra reducir sus prdidas, ella no cambiara de
opinin".
Por supuesto, Dash no poda renunciar, su vida estaba condenada a menos que
pudiera convencerla de que se casara con l.
"Macleod le dio su permiso, pero ella lo rechaz?". Chica obstinada, haba
pensado a ciencia cierta, si poda obtener la aprobacin de su padre, no tendra ms
remedio que aceptarlo.
MacQuarrie asinti. "Ella tiene a su padre envuelto alrededor de su bonito dedo
meique. l la deja hacer sus propias decisiones".
Maldita sea! Esto se agrava por momentos, ella le haba dicho una y otra vez que
ellos no tenan un futuro. Qu poda hacer para conseguir que Caitrin cambiara de
opinin? O qu podra hacer para que el seor Macleod pusiera su pie en el suelo y la
hiciera entrar en razn? La respuesta salt a su mente, y l se estremeci.
l no haba querido tomar su inocencia, pareca un acto tan cobarde y era
completamente innoble sin su anillo en el dedo. Pero el resto de su futuro estaba en juego,
teniendo en cuenta la situacin, l podra seducirla, no podra seguir rechazndolo
despus de eso, entonces l la tendra por el resto de sus das.
No era un plan verdadero, pero no tena mucho con que trabajar, y mirando el
dolor, la expresin en el rostro de Alec MacQuarrie lo hizo an ms cautelosos para no
terminar acabando como el escocs. Pero MacQuarrie podra encontrar a alguna otra
mujer, eso no era una posibilidad para Dash.
"Te ves muy serio de repente." MacQuarrie interrumpi sus pensamientos.

"Simplemente ha sido un largo da de viaje." En verdad, haba tenido varios das

largos de viaje, corriendo a travs de Inglaterra para alcanzar a su ngel escocs. "Creo que
me retirar temprano."
MacQuarrie levant su copa de nuevo. "Duerma bien, Brimsworth, puede que le
siga a Escocia, y puede que usted necesite toda su inteligencia".
Dash ni siquiera se preocup de controlar el gruido en su voz. "Pngase en mi
camino, MacQuarrie, y se va a arrepentir. "

"Lamont dice que el eje del coche est roto, seorita", dijo Jeannie antes de que
Cait atravesara el umbral.
El corazn le dio un vuelco, un eje agrietado, eso no sonaba nada bien, Cait suspir.
"Aydame a salir de este vestido, Jeannie".
"Pero el cochero, Seorita."
Ella neg con la cabeza. "El problema va a estar all maana, voy a pensar en ello
despus".
Jeannie hizo un trabajo rpido con el vestido y ayud a Cait con el camisn. "Tal vez
el Sr. MacQuarrie podra ser de ayuda", sugiri su doncella.
"Tal vez", respondi Cait para apaciguar a la mujer, pero ella no le pedira a Alec
MacQuarrie si poda ayudarla a cruzar Queen Street, l hizo parecer como si esta situacin
en la que se encontraban era culpa suya, l fue el...
l era el que estaba destinado a enamorarse de otra persona, al menos tenan un
futuro. Ella no tena ni idea de lo que le esperaba a ella.
"Le dije a Lamont"
"Vamos," le dijo Cait. "Voy a estar bien."
"Pero el conde"
"No hay ninguna preocupacin con Brimsworth, yo soy quien te ordena".

Jeannie no necesit de mucha persuasin, y ella sali por la puerta un momento

despus. Cait apag la lmpara, se sent en la cama, y vio las sombras de la luna danzar en
la pared.
El sueo era difcil de alcanzar, a pesar del agotamiento, como de costumbre, fue
invadida por el futuro de los clientes que se haban hospedado en la posada, pero ningn
futuro de ellos era particularmente preocupante. No le abrumaban los sentidos o la
hacan desear sacarlos de s misma, algunos incluso eran alegres, como la mujer que
recibira una oferta de matrimonio a la maana siguiente, o la esposa del tabernero, que
pronto sera abuela.
Ella ni siquiera trat de contener su sonrisa, aunque los futuros eran alegres,
todava tena suficiente problemas para dormir, por ltimo, se sent en la cama y deseo
no haber enviado a Jeannie tan lejos, de modo que podra haber enviado a la mujer por
un brandy.
En ocasiones, los espritus le proporcionaban un espacio para escapar de su propia
mente. Cait suspir y volvi sus piernas sobre el lado de la cama, si tena algo para leer,
eso ayudara. Quizs Jeannie encontr su libro antes de salir de Westfield Hall.

Cait volvi a encender la lmpara junto a la cama, luego se inclin y rebusc en su

bal. Hizo a un lado su ropa y artculos personales, con la esperanza de encontrar su copia
del Patronato entre sus cosas, pero fue en vano, pero entonces, su mano se cerr en torno
a un pequeo libro encuadernado de cuero, tir de este y cay en su cama.
Cielos! El libro que le haba sacado del estudio del duque de Blackmoor, no haba
querido robar esa cosa, esperemos que a su gracia no le haga falta, ella tendra que
devolverlo a primera hora de la maana.
Pero mientras tanto, tal vez fuera lo suficientemente aburrido para ponerla a
dormir, Cait se hundi bajo la colcha, abri el libro, y se sorprendi al ver que un caballero
haba escrito las palabras
"Asilo para rameras y herejes." Luego, en letra ms pequea deca: "Brimsworth."
Ella recogi el libro de Dashiel? El recuerdo de su primer encuentro brill en su
mente. Ella, haba estado con l en el estudio de Blackmoor, no haba querido que nadie
supiera que andaba a escondidas, pero ella, haba ido para encontrar un libro y consider
necesario que deba irse con uno, as que, ella, tomo lo primero que vio. Por qu l no
haba dicho algo?

Ella, no le haba dado importancia a ese pensamiento hasta que ella abri el diario
escrito a mano y leyera las pginas escritas en la pgina siguiente.

Aunque la seorita W. suelta un silbido por la nariz cuando ella est cerca de la
felicidad, ella se mueve bastante fcil hasta el fin. Una persona que se llama caballero
debera aprender a ignorarlo, o, probablemente le recordara a una cacera, donde los
sabuesos que se utilizan creen que tienen que empezar de nuevo cuando suene el silbato.
Si se puede pasar por alto el ruido, ella vale muy bien la molestia. Ya que si a uno le
provocara silbar, ella hara todo lo que un caballero desee.

Cait golpe el libro cerrado, ella lo apret con fuerza en sus manos, que temblaban
ms que un poco.
Por qu Dashiel escribi algo as? Lo arroj sobre la mesa de noche y sacudi la
mano, como sola hacer cuando estaba ofendido por la suciedad que se le pegaba a la piel
cuando ayudaba a Sorcha con sus plantas.
Qu cosa tan horrible el escribi!
Sin embargo, como Dashiel pudo hacer tal cosa? La intimidad se supona que era
algo sagrado, algo compartido con amor y dignidad, ella resopl, no haba mucha dignidad
y de eso estaba segura, no haba amor en los comentarios que haba hecho.
Ech un vistazo al libro y no poda dejar de preguntarse si el resto de las pginas
serian igual.
Por supuesto, sera horrible por parte de ella echar un vistazo, extendi los dedos
tentativamente hacia el libro, entonces lo arrebat de nuevo y tir la colcha sobre sus
hombros, apretando sus ojos con fuerza.
Ella abri un ojo, luego se sent rpidamente y cogi el libro, mir furtivamente
sobre el cuarto, abri una pgina en el centro y comenz a leer.

En una pequea casa en la calle Shelton viven tres hermanas. Dudo mucho de que
sean verdaderamente hermanas, pero viven vidas muy respetables como tales por el da.
Pero vllale a ver en una visita de noche, y usted quedara muy sorprendido. Si alguna vez
hubiera hermanas que se quisieran tanto como estas tres, me gustara muchsimo
encontrarlas. Para estas era de gran alegra en hacer un mnage de s mismas. Al

principio, pens que no me invitaran a participar. En realidad, mirando solo a la morena

separando los muslos de la pelirroja y sumerga su cara

Cait cerr el libro otra vez, y luego lo arroj al otro lado de la habitacin donde
golpe la pared con un ruido sordo, ella debera haber tirado el pedazo de basura en el
fuego.
Un suave golpe son en la puerta, el corazn de Cait salt a su garganta, se arrastr
a travs de la habitacin y cogi el libro y, a continuacin corri de nuevo a la cama, lo
meti debajo de la colcha.
Luego se pas una mano por su cabello suelto y abri la puerta.

Catorce

Dash se debata consigo mismo por la accin que debera tomar, pero no importa el
tiempo que contemplara la situacin, pareca que la nica forma en que podra ser capaz
de ganar la mano de Caitrin sera seducirla. A pesar de que era muy poco caballeroso y
que preferira en realidad ganrsela, una simple seduccin tendra que bastar. l saba que
ella todava estaba despierta porque la poda or en su habitacin despus de que su
doncella se haba ido una vez ms por la puerta.
En un principio haba asumido que estaba soando, porque su corazn tena la
velocidad de un caballo a galope, extrao, ya que la mayora de las personas que haba
conocido en su vida tenan un ritmo cardaco constante si estaban enojados o
apasionados, se les aceleraba, y si estaban cansados, se les reduca la velocidad, pero el
suyo era errtico. Estable cuando estaban en la carretera o cuando la tocaba, pero salvaje
cada vez que se detenan en un lugar nuevo, era agotador tratar de interpretar todas las
seales que su cuerpo le daba.

Despus de haber odo sus pasos. Qu demonios estaba haciendo?

Se arm con una botella de whisky y dos vasos, y luego se dispuso a cumplir con su
destino, cuando llam suavemente a la puerta, oy que arrastraba los pies por la
habitacin durante un momento, entonces ella movi la puerta una pulgada y se asom.
"Qu es lo que quiere, Lord Brimsworth?", pregunt, entrecerrando los ojos en l
y mirando como una institutriz sin sentido del humor.
"Vengo con regalos", dijo, sin saber cmo proceder despus de su recepcin tan
fra.
"No tengo ninguna necesidad de regalos", dijo secamente, soplando el pelo de sus
ojos con una respiracin rpida.

l se apoy en el marco de la puerta, evitando que se cerrara, ella tendra que

empujarlo antes de que pudiera hacerlo. Por desgracia, pareca perfectamente capaz de
hacerlo en este momento. "Sigue enojada conmigo?"
"Oh, no tiene ni la menor idea de lo que siento por usted", le espet, con un tono
de voz tan cortante como un cuchillo.
"Djame entrar para que me diga."
"No."
"Por favor", dijo l en voz baja.
"Deja caer su voz en un susurro ronco y espera que me valla a derretir a sus pies
como todas las dems mujeres", le dijo, mientras se encontraba con sus ojos helados y no
dudaba.
"No tengo otras mujeres", dijo, de pie en lo alto de la puerta, podra decir esto con
suma verdad.
Ella solt un bufido. "Por alguna razn, le creo."
"Djame entrar, Caitie."
Ella no parpade en ningn momento a su orden.
"Caitrin", l comenz.
"No me haga esto Caitrin", ella se rio, el sonido completamente sin humor. "Yo s
exactamente qu clase de hombre es usted, y no tengo ningn deseo de estar con usted.
Ni ahora ni nunca, as que, buenas noches, Lord Brimsworth."
Se movi a cerrar la puerta, pero ella no era rival para su fuerza superior, l pas
junto a ella por el cuarto, pateando la puerta que se cerr detrs de l.
"Qu es, Cait?"
"Bueno, ahora que usted est en mi habitacin sin una invitacin." Ella cruz los
brazos debajo de sus pechos y un mechn de pelo rubio vol por su cara.
"Y qu la hizo enojarse conmigo antes de que me invitara a m mismo a su
habitacin, Caitie?" Dej los vasos y la jarra de whisky sobre la mesa y esper su
respuesta.

"Yo no s de lo que est hablando," ella respondi, con tono arrogante y molesto.
ella.

"S, si lo sabe", dijo l mientras serva dos vasos de la fuerte bebida y le dio uno a

Tal vez ella se ablandara si se estaba emborrachando, de hecho, ella se lo quit y lo

bebi de un trago grande y rpido.
Se qued impotente para ayudarla mientras ella contena el aliento y sus ojos
comenzaron a rodar. "Qu era eso? Ella pregunto.
l se encogi. "Lo siento mucho", le dijo mientras la tomaba por los hombros con
las manos para mirarla a los ojos. "Es whisky, debera haberle advertido. "
"S, eso habra estado bien," jade, encontrando al fin el aliento.
"Lo siento, Caitie," dijo de nuevo.

"Ustedes parecen ser muy hbil diciendo" eso ", le susurr. Luego tom el vaso de
su mano y bebi su copa tambin, esta vez, el fuerte licor no la golpe tan duro.
"Por qu hiciste eso?", le pregunt mientras miraba fijamente el vaso vaco que
ella sostena en su mano.
"Porque me dio la gana." Ella se encogi de hombros. "No es por eso que usted
hace las cosas, Lord Brimsworth?
Solo porque le da la gana? "Ella hizo el ltimo sonido como el ms vil de todas las
palabras.
"Si yo hiciera todo lo que quisiera hacer, seorita Macleod," l tir hacia ella,
imitando su tono, "Me gustara besarte ahora mismo en lugar de tratar de averiguar lo que
est pasando por esa linda cabecita tuya".
"Tendra miedo si mirara lo que pasa dentro de mi cabeza, Dash," ella le dijo
mientras cruzaba la habitacin y se verta otro vaso de whisky, este era mucho ms
completo que los dos primeros, y llevo el vaso a la cama con ella, bebiendo a sorbos
mientras caminaba.
"Por qu habra de tener miedo?", l pregunt mientras caminaba hacia ella, los
pies de Cait estaban desnudos, y su camisn estaba subido lo suficientemente alto para
que pudiera ver una buena parte de su tobillo, casi perdi el aliento. De todas las mujeres

con las que haba estado, l nunca haba estado con una que lo hiciera sentir
completamente inepto, como un muchacho inexperto, hasta Caitrin.
"Porque ella siempre estaba hermosa."
Ella se qued mirando su vaso, que estaba casi vaco, como si se preguntara porque
el contenido se haba ido.
"Por qu te enojaste conmigo?, Caitie", le pregunt mientras se sentaba en el
borde de la cama y alcanzando el borde de su vaso al lado de su cara.
Mientras que ella le dijo: "Podra hacer eso", ella apret su cara contra su mano,
acaricindose distradamente contra l como un gatito, que en cualquier momento,
esperaba a ronronear. Pero entonces sus garras volvieron a salir. "Usted nunca podra estar
con una sola mujer".
"Ah es donde te equivocas, podra decirle la verdad
explicarle".

si tan solo me dejara

"Si silbo como la Seorita Quienquiera, seguir siendo fiel a m? O voy a tener
que seguir leyendo el pequeo libro?
"Qu?" Dash sacudi la cabeza.
Era evidente que estaba ebria.
Tena los ojos vidriosos, y su discurso se suspendi, se hundi contra la almohada.
"Su libro, Dash, lo he ledo. "Asilo para Rameras", o como sea que lo llamo".
Dios mo! Su corazn se encogi al darse cuenta de lo que estaba hablando, quera
golpearse a s mismo en la cabeza. Todos sus pecados carnales expuestos. "No es lo que
piensas, Cait. Cunto alcanzo a leer? "
"Dos pginas. Era todo lo que poda soportar. "Ella bostez con la boca bien abierta.
est?".

"Maldita sea," gru Dash. Cmo podra enfrentarla, a la luz del da? "Dnde

l tendra que tirarlo a la chimenea slo para asegurarse de que nunca volvera leer
otra palabra maldita de nuevo.
"le gustara saber el paradero del libro, cierto?" Ella se burl de l, una risa
perezosa cruzo sus rasgos mientras sus ojos se cerraban.

"No te vayas a dormir, Caitie." l sacudi su hombro. "Dnde est mi libro?"

"Vete, Dash," dijo mientras se alejaba de l.
l quera gritar, l haba hecho un lo muy real con esto.
l haba planificado hacerla perder la compostura, entonces su inocencia. Pero la
nica cosa perdida era las pruebas de su modo de vivir libertino en el pasado.
Perdi l, no ella.
Todava tena que estar en alguna parte, se dedic a buscar en su habitacin.
Dash mir alrededor de la habitacin, no estaba mintiendo no estaba en ninguna
parte. Abri el cajn de la mesa de la cabecera, pero estaba vaco, se dej caer de rodillas
y levant el borde de la colcha y mir debajo de la cama, nada ms que polvo, se puso de
pie otra vez, sabiendo que se estaba perdiendo de algo obvio.
Su bal! Tena que estar all. Pareca como si alguien hubiera estado hurgando a
travs de l, cruz la habitacin en un instante y clavo las manos en sus cosas. Unas
zapatillas suaves, vestidos de lana y muselina, una manta escocesa azul y verde, camisas
de seda fina, esto ltimo lo hizo gemir en voz alta. Conoca cmo era en slo una camisa,
pero ningn diario. Qu demonios haba hecho con l?
La puerta se abri, y la criada de Caitrin qued en el umbral, Dash debera haber
escuchado que vena. Maldita sea! Pero haba tantos sonidos diferentes en la posada que
no poda haber conocido que las suaves pisadas que haba odo hace un momento se
detendran en la puerta de Cait.

El rostro de Jeannie contorsionado por la sorpresa y luego la ira cuando sus ojos se
posaron en l. "Mi Lord!" Ella jade. "Qu estis haciendo en la habitacin de la seorita
Macleod?"
Dash se levant de su lugar y se dio cuenta demasiado tarde de que todava
sujetaba uno de los camisones en sus manos. l lo tir rpidamente de nuevo en el bal.
"Dej algo aqu antes, estaba en buscndolo. "
La criada resopl. "Bueno, no creo que se mezclara con las cosas de la seorita
Macleod. Bien con su permiso, creo que voy a buscar al Sr. MacQuarrie".

El Sr. MacQuarrie podra irse directamente al diablo, pero Dash no estaba

preparado para que todo el mundo se enterara de su diario, por lo que asinti
bruscamente y se dirigi hacia la puerta.
Detrs de l, Caitrin suspir y mir por encima de su hombro al verla, incluso
durante el sueo, ella era la mujer ms hermosa en la que jams haba puesto los ojos. Y
ahora que lo conoca todo lo reprobable que haba sido, Dash tena que enmendarse.
Desde Caitrin Macleod haba entrado en su vida, no haba deseado a otra mujer de
ninguna manera y nunca lo hara.
Cmo poda hacer que se olvidara de su diario y aceptara casarse con l?
"Mi Lord!" dijo Jeannie entre dientes, dando golpecitos con el pie en las tablas de
madera del suelo.
De vuelta al presente, pas junto a la sirvienta sin decir una palabra o dar otra
mirada hacia atrs, su plan para seducir y arruinar a Caitrin haba sido totalmente
frustrado.

QUINCE

Caitrin despert con un martilleo en la cabeza. Cunto whisky haba bebido? Y su

hombro dola, ella se puso de espaldas y coloc un brazo sobre los ojos para bloquear el
sol. Algo duro se le clav en la espalda, ella gimi y se movi otra vez, tratando de alcanzar
el objeto, un libro de cuero pequeo.
Cerr los ojos, el diario de la maldad de Dashiel Thorpe.
Arroj el elemento ofensor a travs de la habitacin, y aterriz de nuevo en el
interior de su bal abierto.
Ella no quera volver a ver el maldito libro otra vez mientras ella viviera, gracias al
maldito libro, ella haba ido a la cama con imgenes de tres mujeres en la cama juntas. Al
menos podra ir el resto de su vida sin que tales ideas que invadieran sus pensamientos
otra vez.
Un golpe vino desde la puerta. "Entre", se quej.

Jeannie se desliz hacia el interior, con una sonrisa gigante en la cara, Cait frunci el
ceo a su doncella. Por qu tena que ser tan feliz por la maana?
"Fue tan agradable el seor MacQuarrie ofrecer su coche para llevarnos el resto del
camino."
Alec, el eje roto, la cabeza de Cait comenz a palpitar ms fuerte. "No tengo
ninguna intencin de viajar hasta el prximo pueblo con el Sr. MacQuarrie".
La sonrisa de Jeannie se evapor. "Pero, seorita Catie, anoche usted dijo"

"Yo no recuerdo lo que dije." En verdad, no poda recordar lo que haba dicho la
noche anterior, pero se acord de las palabras poco amables de Alec, y, por el momento, la
nica persona cuya compaa deseara menos que Dashiel Thorpe era la de Alec
MacQuarrie. "Pregunta a Lamont si puede rentar un medio de transporte, Jeannie. "
"Muy bien, seorita, pero tiene ms sentido para Boyd y Lamont quedarse con el
coche de su padre hasta que las reparaciones se llevan a cabo y luego traerlo hasta
Edimburgo".
Cait lade la cabeza hacia un lado y apunt a su doncella con una mirada irritante.
"Yo no acepto la ayuda del Sr. MacQuarrie y eso es final".
Despus de su doncella hizo una reverencia a medias y se escabull de la
habitacin, Cait sac un grueso vestido de viaje de lana de su bal, llamaron a la puerta y
mir hacia ella. Ninguna visin le vino a la cabeza, eso slo poda significar que el conde de
Brimsworth estaba al otro lado.
Cait ignor el golpe y dio un paso a su camisn, entr en su camisn, pero los
golpes se hicieron ms fuertes.
"S que ests ah, puedo orle, "la voz de Dash llamndola a travs de la puerta.
"Puede acaso dejar a una chica vestirse en paz? ", Murmur.
Su voz se suaviz notablemente, y casi poda imaginar que se inclinaba para mirar a
travs del ojo de la cerradura cuando l contest, "No est vestida todava?"
Cait hizo rodar los ojos, no tena nada ms que decirle, se puso el vestido de lana
sobre su cabeza y se movi a travs de la cama, decidida a bloquear su molesta presencia.
"Caitie, si no abres la puerta, la voy a romper."

Ella solt un bufido. "Se comporta tan bien como siempre," ella regres. "Vyase,
Lord Brimsworth."
"Realmente eres la chica ms obstinada, Caitrin, ahora abre la puerta y deja de ser
tan difcil. "
Ella era difcil? "Perro arrogante", refunfu entre dientes.
"Tengo un odo excelente," le record a travs de la puerta.
Cait suspir, no importa qu, l no se iba, se desliz de la cama y se acerc a la
puerta.
Ella la abri y mir al airado ingles ante ella. Lo arruina todo, siendo tan guapo casi
le robaba el aliento! "Yo no tengo nada que decirle, Brimsworth."
"Toma mi coche a Edimburgo," dijo en voz baja. "Puedo seguir Glasgow a caballo."
Ella cruz los brazos sobre su pecho, as que haba odo su conversacin con
Jeannie. "Escuchar conversaciones ajenas, es de mala educacin, usted es un lord Ingls,
se podra pensar que era un poco ms civilizado".
"No puedo evitarlo." Golpeando un odo. "No importa donde me encuentre,
siempre oigo tu meldica voz."
Cait cerr los ojos. "Guarde la adulacin para a alguien que lo quiera."
l frunci el ceo, como si ella le hubiera hecho dao, Cait sinti una punzada de
culpabilidad, pero slo por un momento, sus hazaas escandalosas an estaban frescas en
su mente.
"El hotel no tiene coches de alquiler, Caitie. Al menos djame hacer esto por ti".
Cait contuvo el aliento, no esperaba eso de l, desde el principio, l buscaba la
manera para poder estar con ella a solas. l realmente ira a Glasgow solo, afuera con el
fro aire de enero? "De repente un caballero?"
Dash dio un paso hacia ella y roz con sus nudillos la mejilla. "Cualquier cosa por
verte sonrer en mi direccin".
Ella no pudo evitar la sonrisa que tiraba de sus labios.
"Ah, ah est", dijo en voz baja. "La chica ms guapa de toda Gran Bretaa."

Un mechn de su cabello dorado colgaba de sus ojos, y sus dedos se moran de

ganas de colocarlo de nuevo en su lugar, pero animndole no le hara ningn bien. "No me
gustara imponerme, mi Lord por su coche, ella aclar.
Pero entonces le dijo algo que realmente estaba en el fondo de su mente. "Esta
realmente dirigindose a Glasgow?"
Una expresin sombra se instal en su rostro, y l asinti con la cabeza.
"Por qu?"
"Porque tengo que aprender a tener cuidado", l se acerc un poco ms, entonces
Dash hizo un gesto hacia el pasillo. "Dgales que va a tomar mi coche".
Qu otra cosa poda hacer? Cait asinti, todava sorprendida por su generosidad,
ella no pudo evitar preguntarse qu le esperaba en Glasgow. Haba sido una tontera
pensar que haba recorrido este camino simplemente para seguirla, ella se haba sentido
tan halagada, pero tonta de la misma manera, hubiera sido tan agradable, supuso, si su
viaje se hubiera inspirado en ella, lo que era una idea romntica tan tonta.
"Gracias a ustedes, seor."

Sus ojos azules se suavizaron cuando se posaron sobre l, y Dash tuvo que
esforzarse para no gritar de alegra, con gusto desafiara el glido aire de todo el camino
hacia Glasgow o su casa en Edimburgo si es donde ella quera ir, si eso significaba que ella
viaja en su coche. Mandando a MacQuarrie al diablo por tratar de mantenerla lejos.
"Te unirs a m para el desayuno?", le pregunt en voz baja, consciente de que
estaba presionando su suerte.
Caitrin le dedic una hermosa sonrisa. "Esta realmente preguntando, mi Lord? He
estado tan acostumbrada a que dictara todos mis movimientos".
Slo porque haba estado convencido de que si l le diera una opcin, podra
hacerla cambiar de opinin, esta maana, sin embargo, se sinti lo suficientemente seguro
de su respuesta a la pregunta, despus de todo, ella ya haba aceptado la oferta de su
coche. Qu era un poco de comida entre compaeros destinados?

Ella asinti con la cabeza. "Creo que me gustara."

Dash le ofreci el brazo y no pudo evitar la sonrisa que se dibuj en su cara cuando
ella acept, las cosas estaban sin duda mejorando para l.
Si pudiera encontrar una manera de conseguir su diario de vuelta..., estaba a punto
de abordar el tema con ella esta maana, pero ella le sonrea, e iban a compartir el
desayuno juntos, tendra que encontrarlo ms tarde.
Cuando empezaron a bajar las escaleras, Alec MacQuarrie entr por la puerta de la
posada, sus ojos inmediatamente encontraron a Caitrin. "Qu quieres decir con que no
me dejas que te lleve a Edimburgo?"

Ella se puso rgida al lado Dash, y le apret el brazo, l inclin la cabeza hacia un
lado y levant la frente en direccin del escocs. "Me dirijo a Escocia, de todos modos,
MacQuarrie, la seorita Macleod acept usar mi coche".
El rostro de Alec MacQuarrie se calent, y Dash no podra reprimir una sonrisa,
pero no lo hizo porque pens que a Caitrin no le agradara.
"l?" Farfull MacQuarrie. "Por el amor de Dios, Cait!"
Le dirigi su mirada ms glacial a su compatriota. "Me temo que no puedo estar en
tu vida, Alec. No en el sentido que quieres, de todos modos es mejor as.
MacQuarrie frunci el ceo y se quej: "Yo nunca renunciare a ella, Brimsworth",
pero su comentario era demasiado blando para cualquier persona que Dash deseara or.

DIECISEIS

Cubierta con su manta de viaje, Cait mir por la ventana del coche de Brimsworth.
El conde la mir mientras iba magnfico a lomos de su caballo, viril y fuerte, aunque por el
momento, l tambin pareca que estaba congelndose. La ltima vez que volvi a sonrer
y guiarle el ojo a ella, sus ojos haban perdido su brillo, quizs ella debera invitarlo
adentro del coche, ella tena a Jeannie de acompaante, despus de todo.
Suspir al pensar, eso fue probablemente lo que l quera, adems, l tena la
sangre caliente de un licntropo corriendo por sus venas, estar bien.
No fue hasta unas horas despus de que ella lo busc y vio la lluvia, era un mero
roco, pero l levant sus manos ahuecadas para soplar un clido aliento en los dedos y la
culpa le desgarr el corazn a Caitrin. Ella estaba haciendo al pobre hombre viajar con el
fro y la lluvia cuando haba una gran calidez en su propio coche.
Ahora se senta terrible, Jeannie debe haber visto la expresin de su cara, porque se
quej y dijo: "Yo me preguntaba cunto tiempo pasara antes de que usted lo invitara,
seorita"
"l parece tener fro, y yo no puedo hacerlo cabalgar por mucho ms tiempo,
tendremos que dejarlo adentro."
"Parece que todo el mundo estara ms cmodo si el seor MacQuarrie invitara al
conde amontar en su coche".
"Es obvio MacQuarrie no va hacer eso?" Caitrin no saba si quera patear a Alec
por la situacin. "Tenemos que sacarlo de la lluvia."

Jeannie pidi al conductor que se detuviera, y Caitrin no pudo evitar sonrer cuando
Dash abri la puerta y asom la cabeza en el interior.
"Usted necesita algo de m, eh?" l sonri ampliamente mientras se sacaba el
sombrero de la cabeza y lo arrojaba en el asiento vaco junto a Jeannie.
"Yo no s qu decir," empez.
l se rio entre dientes mientras suba en el interior, dejando caer su abrigo
empapado en el banco junto a su sombrero, para poder sentarse al lado de Caitrin.
"Admtalo, seorita Macleod," brome, "que me echaba de menos."
"Sent lstima por usted, mi Lord." Cait luch contra la sonrisa que amenazaba con
salir.
"Compadzcase del hombre con el corazn roto que me oblig a montar fuera de
su coche!"
"Hay que tener un corazn antes de que uno pueda afirmar de que se ha roto", ella
comento.
"Oh, t me hieres, ngel," l se rio.
Jeannie tosi ruidosamente en su lado del carro, como para recordarles su
presencia.
Dash baj drsticamente su voz. "Yo voto que demos un paseo junto al
MacQuarrie.

Sr.

Qu dices? "
Cait no pudo contener su risa cuando vio la mirada avergonzada en el rostro de
Jeannie. Ella alcanzo a tocar la rodilla de su doncella. "l no piensa eso", dijo.
"Lo dudo mucho, seorita," Jeannie escupi mientras miraba en su direccin.
Dash le gui un ojo, mientras a la mujer le subi un pequeo rubor. Entonces l
alcanz y toc con frgidas manos la mejilla de Cait, ella salt hacia atrs y chill. "Ah,
tiene fro.
"Y dolor, he estado a horcajadas en un caballo ms de lo que he estado en mucho
tiempo", l se quej, estirando las piernas.
Usted intenta hacerme sentir culpable, verdad?" Cait sacudi la cabeza."

"Estoy contenta que haya vuelto a sus sentidos", dijo antes de que l agachara la
cabeza y la besara en la mejilla.
Cait sinti el calor correr por su cara. "Usted no debera haber hecho eso", ella le
reprendi.
"No pude evitarlo, me puede castigar ms tarde. "l movi las cejas de forma
espectacular.
"Usted es terrible", se rio Cait.
"Y te encanta."
"Yo no puedo dejarte ir tan lejos."
vaya?"

Inclinando la cabeza y susurrndole al odo. "Entonces, Hasta dnde va a dejar que

Jeannie se cruz de brazos y mir por la ventana, sacudiendo la cabeza, con los
labios apretados con tanta fuerza que lneas blancas aparecieron a su alrededor.
"Pens que podramos comer en la prxima parada antes de que resolvamos lo
nuestro por la noche."
Cait hizo una mueca, otra noche horrible en una posada, prefera contar todas las
piedras del asiento del Rey Arturo y luego ordenarlas segn su forma y tamao.
"Qu es lo que busca?" Pregunt Dash, con tono de preocupacin en su voz.
Cait se encogi de hombros, sabiendo que no poda realmente hablarle de las
visiones y de todos los futuros que la molestaban a ella en esos lugares. "Estoy apurada
por llegar a casa, es todo." Bueno al menos esa era la verdad.
"Quiere conducir toda la noche?" l distradamente se frot los muslos
rpidamente, creando friccin y calor contra los pantalones de montar de cuero.
"Slo si piensa que su conductor es capaz."
Dash se ech a rer. "Si l piensa, que usted dud de sus capacidades, Renshaw lo
considerara un asunto de orgullo. "Su sonrisa se desvaneci y l asinti con la cabeza en
su direccin. "Si quiere viajar a travs de la noche, me ocupare de ello, Caitie".
"Eso suena maravilloso," ella suspir, Cait levant el borde de su manta escocesa y
la coloc sobre su regazo.

Se detuvo y la mir. "Gracias."

"Por qu?"
"Por mostrarme tal bondad, ngel."

Dash no poda recordar un momento en que alguien lo hubiese cubierto con una
manta o que se hubiesen preocupado por su comodidad, su madre haba muerto al nacer,
y su padre haba tomado con gran orgullo la contratacin de enfermeras, institutrices y
tutores que no tenan un hueso para la crianza en sus cuerpos.
Por lo tanto, no se sorprendi al descubrir que ella toc un parte de su corazn
cuando le haba ofrecido la esquina de su manta.
Cait se volvi hacia l con el ceo fruncido. "Puedo hacerle una pregunta?"
Su mano se desliz hasta tocar su pierna bajo la manta escocesa, y Dash se esforz
por mantener a raya la lujuria que su suave toque envi a travs de l. Los viajes a travs
de la noche de repente parecan la mejor idea que haba tenido en mucho tiempo. Si Cait
no tena cuidado, se tirara encima de ella en ese mismo momento.
Muvela slo un poco a la izquierda, ngel.
"Cmo dice?" ella pregunto

"Puedo hacerle una pregunta."

"Cualquier cosa", l respondi. Y se sorprendi al ver que lo deca en serio.
"Amaba a Prisca Hawthorne?"
Dash se estremeci, y su ardor desapareci, ella no podra haber elegido un tema
peor. Bueno, ella podra haber preguntado sobre su diario, eso habra sido peor, pero no
por mucho.
"Usted le pregunto si quera casarse con usted," Caitrin pronuncio. "As que,
supongo que usted debe haberla amado."
"Yo no ira tan lejos..."
Ella lo empuj con el codo cuando l dej de hablar, y Dash casi gru, l debera
de haberse quedado en el caballo, sin importar cuanto fro haca.

"Cmo la conoci?"
"Uno de sus hermanos es amigo mo, la conoc cuando l me invit a pasar las
vacaciones en Hampshire".
"Lo dice como si usted viniera de otro lugar."
"De Kent", l respondi. "Aunque han pasado aos desde que he estado en casa." Y
l no tena intencin de regresar hasta que el viejo buitre se haya ido.
"Ya veo", dijo ella, y por un momento pens que tal vez ella realmente vio por l.
"Estaba triste cuando Prisca se cas con Lord William?"
"Francamente?"
"No." Ella hizo rodar los ojos.
Dios, quera besarla. "No, no estaba triste cuando ella se cas con Lord William, yo
estuve enojado y celoso por un tiempo, no me gusto perder, pero no estaba triste.
"Qu hizo acerca de ella?"

Dash se pas una mano por la cara. Cmo iba a volver al caballo sin que pareciera
un tonto? Respir profundamente y le dijo la verdad. "Prisca era hermosa, ella era
encantadora e inteligente, habra sido un excelente condesa. "
"Pero?"
"Pero ella no era para m." Se encogi de hombros. "Siempre hace tantas
preguntas?"
"S, lo hace," murmur la sirvienta al otro lado del coche.
"Por qu ella no era importante para usted?"
"Bueno, eso es bastante obvio, no?"
"No." Sus cejas se estrecharon. "Quiere que hablemos de eso?"
"Porque t tienes un gran significado para m, ngel."
"Vamos a ver eso", fue su nica respuesta, luego quit la mano de su pierna, y
simplemente mir por la ventana.
Dash no estaba seguro de qu hacer con sus preguntas, pero l pens que era una
buena seal de que sintiera curiosidad por l, como el coche desaceler en la prxima
posada, se encontraba bastante satisfecho con sus circunstancias. l bajo y la ayudo a salir.
"Tengo que hacer algunos preparativos. Va a estar bien? ", l pregunt.
"S, slo necesito estirar un poco las piernas."
Ella le sonri, y Dash lo sinti hasta su alma. l neg con la cabeza mientras se
alejaba.
Ella realmente era un desafo, pero l empezaba a pensar que vala la pena.
Cait lo vio alejarse, disfrutando ms de lo que debera de su caminar tan arrogante,
de eso estaba segura.
"Bien por lo menos no te ha dejado en pedazos" dijo una voz profunda detrs de
ella, ella se dio la vuelta para encontrar Alec caminando hacia ella.
"S, todava estoy en una sola pieza, Sr. MacQuarrie. No, gracias a usted".
"Yo?"

"Usted podra haberle ofrecido dejarlo subir en su coche cuando usted se dio
cuenta de que caminara bajo la lluvia."
"Por qu querra hacer eso?"
"Para ser agradable?"
"Con l? Te has vuelto completamente loca, Cait? No confi en l, mucho menos
sufrira con su presencia durante todo un da."
"De hecho, l es un buen caballero." Cait ni siquiera se dio cuenta de que lo estaba
defendiendo hasta que las palabras salieron de su boca, aun as, era cierto. "Fue una
compaa agradable."
"No est bien, Caitrin," dijo Alec en voz baja. "Usted no debera estar a solas con
ese hombre."
"Yo no estaba a solas con l, tena a Jeannie conmigo".
"Gran ayuda seria si l decidiera tomarse libertades con su persona."
"El no hara tal cosa!" Insisti Cait, pero su mente se inund con el recuerdo de
cuando ella estaba desnuda en su regazo la noche que haba estado atrapada en la
tormenta.
Se dio cuenta en ese instante que anhelaba a Dashiel Thorpe en ms de un sentido,
que era un problema, l no era suyo ms de lo que Alec MacQuarrie lo era. Cmo se
haba metido en semejante lo?

Alec se burl mientras daba un paso hacia ella. "No seas tonta, Cait, el hombre no
es un caballero, conde o no, hay algo peligroso en l, puedo poner mi dedo sobre eso.
Pero no me gusta la forma en que te mira".
Ciertamente, no era la primera vez que haba odo eso, pero ella no estaba de
humor para orlo de Alec.
Cait entrecerr los ojos hacia l. "Cmo me mira es difcilmente su preocupacin."
"Al diablo si no lo es", respondi l. "Sabes que siempre cuidar de ti, y t sabes
que te quiero y"

"No" por mucho tiempo, Alec, y cuando"

"Ni una palabra", gru l. "Puede ver las cosas, Cait, pero no puede saber que est
en mi corazn."
Pero ella saba quin estara en su corazn, y no poda modificar el camino del
futuro de Sorcha.
Cait le dio la espalda a Alec y se dirigi hacia la posada, no iba a tener esta
conversacin de nuevo, siempre terminaba de la misma manera, con ninguno de los dos
ganando. Si l saba tanto sobre sus habilidades, por qu no poda aceptar que ella
conoca el futuro mejor que l? Arruinarlo solo hara esto ms difcil!
Mientras se acercaba a la puerta de la cantina, esta se abri y Dash sali a travs de
ella. Una sonrisa clida adornaba sus labios, y se maldijo por encontrar consuelo en su
mirada mbar. No sera agradable si ella lo viera en su futuro?

DIECISIETE

Dash se sinti aliviado cuando subieron de nuevo al coche despus de la cena, ni

Caitrin ni
MacQuarrie dijeron dos palabras sobre la comida, y mientras que l fue consolado
por el hecho de que el escocs no tena ganas de entrometerse, odiaba ver a su ngel tan
infeliz.
Cait tir de la manta escocesa Macleod sobre s misma y se acurruc en una bola en
una esquina del coche. La criada le lanzo una mirada acida y le frunci el ceo a Dash
mientras tomaba el lugar junto Caitrin, pero l le devolvi la mirada.

No estaba seguro de por qu Cait insista en viajar directamente a travs de la

noche, ella actuaba como si los demonios la estuvieran persiguiendo para salir de
Inglaterra. El aspecto ms desalentador de la situacin era que su ritmo no le permite la
oportunidad de seducirla. l haba anticipado moverse a escondidas en su habitacin cada
noche mientras viajaban, infierno, haba soado con ello.
Y aunque Caitrin estaba dentro de la longitud del brazo en el coche, an tena que
tratar con su doncella inepta.
Cmo poda convencer a Caitrin casarse con l si l no tena la oportunidad de
meterse en sus sbanas?
En poco tiempo, se encontr escuchando los ronquidos de Jeannie y los suspiros de
Cait. Su ngel rubio realmente pareca haber sido enviado desde el cielo, con esos labios
de capullo de rosas tan besables y sus suaves pestaas descansando sobre sus mejillas. l
no podra haber reclamado por error a un compaero ms apropiado. Qu suerte que no
haba sido su Criada con quien haba cruzado su camino aquella noche en el estudio del
duque de Blackmoor!
De repente, el corazn de Cait se aceler y ella se despert, ella jade y Dash la
arrastr contra su regazo. "Est bien, cielo. Estoy aqu ", la clamo l.

Se aferr a su chaleco y enterr la cara en su pecho.

"Oh, Blaire," murmur miserablemente.
"Blaire?", Repiti l. "La muchacha que hace que todos los hombres en Escocia
parezcan dbiles?"
Ella asinti con la cabeza, empapando su camisa con sus lgrimas.
"Caitie," dijo l en voz baja, acariciando su espalda. "Fue slo un sueo, ngel."
"No," dijo sollozando. "haba un monstruo."
"Shh". l la abraz, haciendo caso omiso de la palabra "monstruo", como lo haban
llamado ms veces de las que pudiera contar. "Vuelve a dormir, Caitie, todo va a estar
bien. "
Se enderez y lo mir directamente a los ojos, con la luna menguante que entraba
por la pequea ventana del carro, l no poda omitir la intensidad de su mirada fija.

"Yo s lo que te digo creme."

"Yo te creo", l trat de asegurarle, en la oscuridad, con su excelente visin, poda
ver el terror en sus ojos y su corazn dio un vuelco, odiaba verla tan llena de pavor.
"Trata de dormir." Cait sacudi la cabeza. "Yo no quiero ver esos ojos muertos de
nuevo."
"Ojos muertos?"
" Negro y muerto ", ella susurr. "Yo te lo digo, Dash, Blaire est en peligro. La
criatura que la acecha... ha muerto".
"Caitie, es slo un sueo."

Cait quera creer eso ms que nada, pero sus visiones nunca se haban equivocado,
su corazn corra por las imgenes inquietantes de su amiga que se encontraba en grave
peligro por la oscuridad que la rodeaba. Tena que llegar a Blaire, advertirle del gran
peligro que la rodeaba, gracias al cielo, que planeaban conducir directamente.
Cait cerr los ojos con fuerza, deseando que ella reconociera el bosque en el que
ella haba visto Blaire y la acechaba el monstruo. Pero ella no poda ubicarlo, estaba segura
de que nunca haba visto ese lugar antes. Si ella hubiese estado alguna vez all, habra
recordado lo accidentado del terreno y los espesos bosques.
Esos pensamientos se desvanecieron mientras la clida mano de Dash acariciaba en
crculos su espalda en un intento aparente por consolarla, y en ese momento ella quera
desesperadamente su comodidad, ms que la razn.
Sin dar pensamiento a las consecuencias de sus acciones, Cait se inclin hacia
delante en la oscuridad y apret los labios con los suyos.
Un jadeo sorprendido se escap de Dash, pero se recuper rpidamente,
agarrndola como si l fuera un hombre condenado y ella fuese su salvacin. La boca de
Dash vag sobre la de ella al igual que sus fuertes manos ahuecaron su trasero y ella se
coloc ms firmemente en su regazo.
l gimi contra sus labios, instndola a abrirlos para l.
Su clida lengua barri dentro de su boca, tocando la suya, y Cait no poda
acercarse lo suficiente a l, ella ahuec su mandbula y se deleit con el sabor de l.

Dondequiera que el la tocaba, ella volva a la vida, con ganas de ms y ms de l con cada
movimiento de sus manos sobre su cuerpo.
"Dios, Caitie", dijo l con voz ronca mientras retiraba sus labios de los de ella y los
apoyaba en la frente de l.
"Usted me deshar aqu."

Al otro lado del carro, un sonoro ronquido de Jeannie les record que no estaban
solos. Cait se coloc hacia atrs rpidamente, sorprendida ante su propia conducta
lasciva. "Yo no s lo que me pas", trat de disculparse.
Dash se acerc ms a ella y la cubri con la manta en sus piernas. "No me importa,
muchacha aunque preferira no tener una audiencia".
Cait escondi la cara en su pecho, contenta de que estaba oscuro, as que no podra
ver el rubor que ella sinti en sus mejillas.
"Pronto", l prometi al lado de su oreja, enviando una oleada de escalofros a
travs de su piel.
Ella trag saliva, sin saber qu decir, debera corregirle su suposicin, pero ella no
tena el corazn para hacerlo, una vez ms, sus manos acariciaron su espalda, y ella
comenz a relajarse.
"Trate de dormir, ngel."
Pero ella no quera dormir, no quera ver a la criatura muerta, ella no quera verlo
cazar a Blaire. Cait sacudi la cabeza, obtener una imagen ms clara de Dashiel Thorpe
mantendra su mente ocupada, busc algo que decir y luego se acord de su extraa
expresin, cuando habl de su casa.
"Por qu no has visitado Kent en aos, Dash?"
l se qued quieto. "Preguntas", l le pregunt en voz baja. "No ests cansada?"
Cait se encogi de hombros. "Tengo curiosidad."
"El marqus y yo no disfrutamos de la mutua compaa. Es mejor as".
Su padre, que no era realmente su padre. "No siente curiosidad de encontrar a su
verdadero padre?"

Dash suspir. "No he pensado mucho en ello, yo no creo que sea posible
encontrarlo".
"l Mayor Forster podra ayudar ", ella sugiri. "Su sociedad tiene registros. l
podra tener un sugerencia sobre como continuar".
"Para qu?", le pregunt.
"As puedes averiguar quin eres? De dnde viniste? "

Dash casi la empuj de su regazo, no quera nada ms en ese momento que estar
lejos de sus preguntas y los pensamientos no deseados que le trajeron con ellas. Pero ella
tom su mejilla en su mano y lo mir a los ojos, en silencio negndose a dejar que la
apartara.
"Yo s de dnde vengo", gru.
Pero ella no se dej intimidar por el tono fanfarrn. "De dnde?" Le pregunt en
voz baja, mientras se relajaba y colocaba la cabeza sobre su corazn. "De dnde vienes?"
"Vengo de una puta que se entreg a una bestia", dijo sin rodeos y luego golpe su
mano
a travs de su cara con frustracin. Ella levant su cabeza para mirarlo.
As es como la culpa se senta?
Lo siento, Caitie, no debera haber dicho eso. "
"Tal vez viniste del amor", dijo en voz baja mientras una suave sonrisa inclinaba las
comisuras de sus labios.
"Amor", l reson. l debe haber escuchado mal.
"S, tal vez tu madre amaba a tu padre, y t eres el producto de ese amor.
"Cuentos imaginarios de amor y vida corren por su mente cundo usted piensa en
mi situacin?
Nunca me han tomado por un romntico, ngel".
Ella le dio un codazo en el estmago con su codo. "Yo creo en el amor", dijo ella en
voz baja mientras se cepillaba un mechn de pelo de su frente.

Dash casi derretido con ese toque, ofrecido de manera desinteresada. "Caitie,"
gimi l mientras tiraba de su mano y le colocaba un beso en la palma.
"Dashiel", gimi ella, burlndose de su tono.
"T eres de esa clase, no es as?", le pregunt. Luego cubri a ambos con la manta
"Oh, mi padre sin duda espera que s", se rio, mientras se retorca en su regazo para
mayor comodidad.
Se movi a travs de su ingle y l tiro su cabeza hacia atrs, cerr los ojos y respir
profundo.
"Podra quedarse quieta?" l suspir.
"Lo siento", murmur. "Puede dejarme."
"Me gusta abrazarte", admiti l, deslizando una mano por su espalda, aunque a l
le gustara hacer mucho ms, pero dicindoselo solo obtendra que lo sacara del carro.
"Si Jeannie se despierta, ella se escandalizara."
"Incluso tu criada no me puede impedir sostenerte", insisti l. "Prometo que mis
intenciones son honorables. En su mayora, de todos modos.
Cait se sent y lo mir a los ojos. "Todas ellas?"
Su olor se arremolin a su alrededor, y Dash lucho con su instinto bsico de gruir
en voz alta. "No cuando me miras de esa manera, no. "Le toc el pecho y la anim a
recostarse hacia abajo, si lo miraba una vez ms con esos labios entreabiertos, l tendra
que ponerse a usarlos.
Ella suspir cuando coloco su cabeza sobre su pecho. "Si pudiera tener una cosa,
algo que quisiera por encima de todas las dems, cul sera?"
"A ti", dijo l rpidamente, sin siquiera pensarlo.
"Yo no soy 'parte de su futuro ", dijo mientras le daba un codazo.
"Sigues diciendo eso, pero puede suceder de manera distinta".
"Patn obstinado."
"Bruja obstinada."

"No tienes ni idea," susurr ella.

DIECIOCHO

Caitrin no estaba seguro de cundo sucedi, pero se despert durante la noche

para encontrar la cama debajo de ella movindose, se agarr por el lado del colchn y
salt cuando los dedos de alguien se enroscaron con los de ella.
"Shhh..." le oy susurrar en su odo, ella levant la cabeza para mirar a dash
pesadamente con sus ojos. "Si haces ruido, despertars al guardia", se rio y asinti con la
cabeza hacia Jeannie, que dorma pesadamente en el otro lado del coche.
"Se me olvid donde estaba durante un momento", murmur mientras inhalaba
profundamente, su aroma ctrico caliente.
"Yo no lo hice."
Sinti sus labios tocando la parte superior de su cabeza. "Tan tierno", ella murmur.
"Ese es un sentimiento que nunca se ha utilizado para describirme antes." l ri
suavemente.
El sonido de las gotas de lluvia que golpeaban lentamente la parte superior del
carro le llam la atencin. "Encantador y yo que pensaba empujar la puerta del carro
para que pudieras ver la salida del sol y pudieses disfrutar del clima".
El repiqueteo de la lluvia se convirti en un sonido constante de un fuerte
aguacero, haciendo su suave Comentario ms difcil de escuchar.
"Eso es muy amigable de usted", dijo secamente mientras haca un pobre intento
de parecer feroz. "He sufrido toda la noche con tu trasero en mi regazo, y ahora me
quiere hacer retroceder al fro? Tiene el corazn en alguna parte? "l juguetonamente
tir del cuello de su vestido, como si buscara un lugar oculto donde la amabilidad y el
cario pudieran habitar.
Dej de tirar cuando haba desnudado su cuello y la parte superior de su hombro,
donde su marca estaba situada, ella tmidamente se cubri con la mano.
"Todava te duele?"

Ella se limit a negar con la cabeza.

"Llevas mi marca. No te gusta eso? "
"No." Y curiosamente, lo deca en serio.
l tir de su mano que descansaba encima de l y presion suavemente sus labios
all, un temblor se movi a travs de su cuerpo, el temblor ms delicioso.
Sus labios hicieron un camino de fuego por el lado de su cuello, sus dedos
presionaban suavemente los mechones de cabello a distancia.
"Pero si me muerde una vez ms, voy a colocarlo debajo de la lluvia."
A continuacin, sus dientes recorrieron suavemente el lado de su cuello, su vientre
se retorca, el vello de sus brazos se erizo. Cmo le hizo esto a ella? Ech un vistazo a
Jeannie, que an dorma profundamente.
l ajusto la manta de viaje que todava los cubra a los dos. "Te dir si se despierta".
Su cabeza se apoy en su hombro, por lo que no tuvo que hacer nada ms que
inclinar la barbilla para besarla, Cait ni siquiera pensaba en resistirse, ella lo espero con la
boca abierta y luego lo recibi como tal avidez como si quisiera tomarla.
El calor de su mano se filtraba a travs de su vestido hasta que aterriz en su
cintura, su pulgar dibujo perezosos crculos mientras su mano se deslizaba lentamente
hacia su pecho, que de repente se encontraba demasiado pesado y adolorido, sin
embargo, el blsamo para su dolor fue cuando l finalmente lo tom en su mano.
Cait retiro sus labios de los suyos cuando golpe el pulgar a travs de su pezn, ese
golpe apacible tocaba un lugar profundo dentro de ella, un lugar que no saba que exista.
"Quieres que me detenga?", l pregunt en voz baja.
Ella tom su mano entre las suyas y la apret con ms fuerza contra su pecho.

Ah estaba su respuesta, la bestia dentro de Dash se regocij, su pequeo ngel

rubio le gustaba el placer que le entregaba.
Cuando ella meti la cabeza debajo de su barbilla y empez a hacer ruiditos
maullando, eso era todo lo que Dash poda hacer para no aullar a los cielos.
Se forz a moler su ereccin en el lado del muslo que descansaba ella en su regazo.
Pero era difcil, era plenamente consciente de que su pequeo juego tendra que
parar en un momento o que despus estara demasiado ido para preocuparse de que si su
criada dorma o no en el coche.
Mir a Jeannie, cuya mandbula todava floja por el sueo, el peso de sus
respiraciones era fcil de escuchar con sus odos de licntropo.
Cait comenz a inquietarse en su regazo, su corazn lata a un ritmo frentico
mientras jugaba con ella.
"Dash", gimi en voz baja.
"S, ngel?"
"Qu ests hacindome?" Ella levant la barbilla y le bes en la mandbula
erizada, sus palabras lo baaron como la dulce meloda de campanas de viento.
"Yo pienso que te voy a llevar al placer", l se rio. "Si no, entonces estoy hacindolo
todo mal."
"No," ella jade mientras pellizcaba suavemente la punta de su pecho con el ndice
y el pulgar. "No haces nada mal".
"Hmm," l estuvo de acuerdo. "Tu cuerpo me dice que estoy haciendo las cosas
bien."
Ella asinti con la cabeza, apretando la cara contra l para cubrir su vergenza.
"Puedo decir lo mucho que me quieres", admiti l. "Est en los latidos de tu
corazn, y tu aroma a madreselva que es an ms embriagador "cuando tu cuerpo se
calienta con el deseo.

Su mano se desliz hacia abajo y comenz a recoger su vestido de viaje,

levantndolo centmetro a centmetro gloriosamente.

Cuando lo tena hasta las rodillas, l le reajust la manta que se encontraba sobre
ella, ansiando lo que haba debajo como ninguna otra cosa en el mundo.
Cait no protest cuando arrastr su mano hasta sus medias o cuando sus dedos
anduvieron por delante de las ligas, pero justo cuando estaba a punto de tocar su calor,
que llamaba a la bestia dentro de l como nada antes, la criada se movi en su asiento.
Dash cerr los ojos y su cuerpo qued inmvil, fingiendo dormir y tragando un gruido
irritado.
l casi poda sentir la desaprobacin de la criada mientras miraba por encima de
ellos, en realidad, en realidad el camino que sostuvo con Cait era muy inadecuado, a pesar
del hecho de que el observador casual no poda decir que tena la mano bajo sus faldas.
La criada inhalo y rodo hacia otro lado, colocndose ms cmoda, cerr los ojos y
se volvi a dormir en un momento.
Dash tir del dobladillo del vestido de Cait hacia abajo, quera dar una palmada a
sus propios dedos por ser tan valientes para tocarla en un coche cuando no estaban solos,
un licntropo salvaje, eso es todo lo que fue y todo lo que haba sido alguna vez. Ahora
nunca, el seria lo suficientemente bueno para los gustos de Caitrin Macleod.
"Lo siento", l dijo.
"No digas eso," dijo ella mientras cerraba la mano alrededor de la l y se la llevo a
los labios, en la que le dio un beso rpido en la palma de su mano, sinti la curva de su
sonrisa contra su piel.
Ella no tena ni idea de lo que sus suaves toques hacan con l, y ella
probablemente estara aterrada si conociera la base de sus instintos realmente. Cmo iba
a pedirle que lo aceptara cuando apenas tena control alguno de s mismo?
Niall Forster. El nombre reson en los odos de Dash, si tena alguna esperanza de
ganar a Cait, de ser digno de ella, tena que llegar al seor Forster, ms temprano que
tarde. No haba otra manera de Dash para mantenerla a salvo de la bestia en su interior,
tena que aprender a controlarlo, necesitaba a Cait.
Cait con impaciencia baj del coche cuando se detuvieron para cambiar caballos en
Newcastle upon Tyne.
Sus piernas estaban rgidas y le dola la espalda, saba que deba despertar Dash,
con sus largas piernas, tendra que dolerle mucho ms que a ella. Pero su mente tena tal
revoltijo, que necesitaba un poco de tiempo para s misma.

Cuando Alec MacQuarrie se puso delante de ella, sus ojos oscuros llenos de furia,
Cait al instante lament no despertar a Dash de su sueo. "Te importara decirme por qu
nos estamos moviendo a este ritmo? Mi cochero casi se qued dormido en el camino,
Caitrin".
Ella inclin la nariz en el aire, nivelndola con su altiva mirada. "Bueno, me
preguntaba porque me seguas, por supuesto, puede descansar un poco aqu y luego
regresar con sus amigos en Leeds".
Dio un paso adelante y tom su codo en sus manos. "Y dejarte con Brimsworth?
Primero tendran que poner una bala en mi pecho".
"No me tientes", se quej Cait.
"En qu piensas, Cait? El hombre no debe estar tan de cerca de usted, como bien
conoce". l frunci el ceo, haciendo que se sintiera como una nia rebelde.
"Y no debera tratar de manipularme", entonces se volvi, tirando el brazo de su
agarre. Entonces comenz a ir hacia el Tyne, ignorando la forma en que el viento azotaba
a sus faldas.
"Cait", l llam, corriendo tras ella. "Espera".
Pero ella se neg a detenerse.
"Por lo menos tomar tu manta de viaje," grit.
Lo cual, en verdad, debera haber hecho, haca mucho fro, pero no quera mirar
hacia atrs, hacia l. Ella no le dara esa satisfaccin. Que estalle Alec MacQuarrie! Entre
ms pronto se diera por vencido en esa tonta bsqueda de ella, mejor sera para todos los
involucrados.

Cait cruz los brazos sobre su pecho y se frotaba las manos de arriba hacia abajo,
tratando de calentarse.
No prest atencin a los hombres que se encontraban en el patio mientras ella
pisoteaba muy fuerte delante de ellos, por un pequeo sendero hasta el ro. Supuso que
era bueno tener aire fresco, aunque sera bueno si se trataba de un lugar un poco ms
caliente.
Se detuvo en la orilla del agua y mir a la aldea, desde su lugar, vio un puente sobre
el ro y un castillo grande descansando sobre una colina.

Un trueno retumb a lo lejos, y ella se estremeci.

"A este ritmo," la voz de Dash sali desde detrs de ella, " debe de estar en
Edimburgo maana". Ella se dio la vuelta para encontrarlo tendindole una manta
escocesa, la que fcilmente acepto envolvindola a su alrededor de su brazos.
Ella asinti con la cabeza rpidamente, mientras ms pronto llegara a casa, sera
mejor.
"Abr los ojos y te habas ido", le inform a ella, con los ojos clavados en ella como
si estuviera buscando algo.
"Yo no quise despertarlo, estaba durmiendo tan plcidamente."
"Slo descansando mis ojos, slo puedo descansar un poco de las miradas que tu
criada me enva"."
Ella tiene buenas intenciones".
El viento tir su cabello dorado, y su mirada mbar la calent desde adentro hacia
afuera, mientras recordaba la intensidad de su beso y la sensacin de sus manos sobre su
pecho. Cait tuvo que apartar la mirada para evitar sonrojarse bajo su mirada, sus ojos se
posaron de nuevo en el castillo a travs del Tyne, y ella deseaba que pudieran llegar a
Edimburgo incluso antes.
Las manos de Dash rodaron alrededor de su cintura, y la sujetaron por la espalda.
"Algo en el castillo tiene tu atencin?"
Ella no debiera sonrer, no debera dejar que la abrazara as, pero se senta tan bien,
tan reconfortante.
"Ha ido alguna vez a Edimburgo?"
"No." Su clido aliento calent su mejilla derecha antes de que l la besara.
Cait cerr los ojos, disfrutando de la sensacin de l sostenindola con su aroma
ctrico que envolva sus sentidos.
"Tienes que visitar el Castillo de Edimburgo, eso colocara a ustedes a los ingleses
con mucha vergenza".
l se rio entre dientes, sujetndola con ms fuerza. "Mi pequeo orgulloso ngel
escocs."

A ella le gustaba la forma en que dijo eso, a ella le gustaba la forma en que hizo
aletear su vientre, aunque ella saba en su corazn que no debera.
"Pero, Caitie", continu l en voz baja, "Edimburgo no es mi destino."
El corazn de Cait se desplom con esas palabras, haba estado jugando con fuego,
y, al igual que siempre, era ella la que iba a salir quemada por su necesidad. Por supuesto,
Dashiel Thorpe se mova independientemente de lo que estaba destinado a hacer, y ella
una vez ms se quedara atrs.
Ni siquiera haba tenido la intencin de que sucediera, haba tratado de ser
inteligente en lo que a l se refera, lo mantena a distancia, lo alimento con un somnfero,
y salt a ella en la oscuridad de la noche. Pero aun as, haba logrado colarse en su corazn
slo para romper su deseo con agua helada que puede que tambin provenga del Tyne.
Nada de eso era justo. No tena derecho a un poco de felicidad?
Cait dio un paso desde la comodidad de sus brazos y apret con ms fuerza la
manta alrededor de sus hombros.
"Brimsworth!" Alec llam desde la distancia, y Cait gimi. Tena que tratar con l
ahora tambin?
Dash se apart de ella y volvi su atencin hacia el irritante intruso. "Ah,
MacQuarrie".
Alec frunci el ceo al conde. "Quera invitarlo a venir conmigo hoy."
Cait resisti el impulso de poner los ojos en blanco, la cortesa con toda seguridad
no era la meta de Alec, con una sonrisa encantadora, Dash inclin la cabeza en aceptacin.
"Qu generoso, MacQuarrie, sera un honor compartir su transporte hoy, sin
embargo, debo rechazar!"
"Por supuesto que es necesario," gru Alec.

DIECINUEVE

Dash trat de mantener el gruido de su voz, dejar a Cait con el escocs arrogante
no era su eleccin, pero era eso o a ponerla en peligro con su propia presencia.

"Me temo que me ha entendido mal, MacQuarrie, voy a contratar un caballo de

aqu para ir haca Glasgow, confo en que usted pueda ver que la seorita Macleod vuelva
a Edimburgo con seguridad"
"Cmo dice?" Pregunt el escocs, el hombre no lo poda haber mirado ms
sorprendido aunque a Dash le hubiese crecido dos cabezas y le hayan brotado alas.
Los ojos fros de Cait observaban a Dash de arriba a abajo. "No hay necesidad de
que alquile un caballo, mi Lord, puede ocupar su carro no tengo ms uso para l".
Ella estaba irritado con l y un poco furiosa, si interpretaba sus palabras y su ceo
correctamente.
"No seas imprudente, Caitie, mi coche la llevar con seguridad a Edimburgo"
Ella neg con la cabeza. "Estoy seguro de que el Sr. MacQuarrie no le importara mi
compaa para el resto del viaje, nos dirigimos al mismo lugar, despus de todo."
MacQuarrie puede irse directo al infierno. "Le dije desde el principio que Glasgow
era mi destino."
Y la nica esperanza que tena para su salvacin.
"Bueno, yo no lo voy a mantener por ms tiempo, tan pronto como Renshaw
mueva mis maletas desde su coche al del Sr. MacQuarrie, puede partir".
Un gruido brot de la garganta de Dash, maldita la bestia dentro de l. l no
estaba en control de su sangre una vez ms, la noche anterior, en la que se haba envuelto
en sus brazos era prueba de ello.
Qu es lo quera de l? Seguramente se daba cuenta de que era demasiado
peligroso estar cerca de ella en este momento? Lo haba demostrado cuando le haba
levantado el vestido. Ni siquiera estaban solos, por amor de Dios, ella se mereca algo
mejor.
Dash volvi su mirada hacia MacQuarrie, si el sinvergenza tocaba un pelo de la
cabeza de Cait, Dash le arrancara los miembros uno por uno.
"Vas a mantenerla a salvo hasta que llegue con su padre."
"La seguridad de Caitrin siempre ha sido mi ms alta prioridad."

Dash ignor la mirada de pura traicin que se reflejaba en el rostro de Caitrin. Una
vez que l fuera un licntropo controlado, le dara las gracias por su sacrificio. "Te ver tan
pronto como me sea posible, muchacha."

l no estaba seguro de lo que ella quera decirle, pero lo que fuera, cambi de
opinin y se mordi la lengua, entonces Cait fingi una sonrisa.
"Bueno, me gustara desearle la mejor esperanza para el viaje y que Glasgow sea
todo lo que esperaba". Luego gir sobre sus talones y se dirigi hacia los coches.
"Me vas a extraar cuando me vaya", la llam mientras se marchaba.
De hecho, si tuviera que adivinar, dira que ya lo estaba echando de menos, su
reaccin era la prueba de que senta algo por l. No saba exactamente lo que senta, pero
era algo, eso era un comienzo.
"Yo no apostara eso si fuera usted," disparo hacia l por encima del hombro.
"Yo podra amarte con tanta facilidad," solt de repente, y lo hara o por lo menos
con lo que saba del amor.
Ella se detuvo en seco y ech la cabeza hacia un lado para verlo mejor. "Tiene un
camino poco convencional sobre esto". Sus ojos azules brillaron de indignacin. "Buena
suerte en su viaje". Luego reanud su camino hacia el coche de MacQuarrie.
Los criados del escocs ya estaban trasladando sus pertenencias a su coche, Dash
apret los dientes.
Qu se supona que deba hacer? Ella se negaba siquiera a mirarlo, no tena idea
de cunto tiempo su formacin tomara. Por lo tanto, no poda hacerle ninguna promesa a
ella, ni siquiera poda decirle cmo irrevocablemente estaba atada a l, todava no.
Tena que dejarla ir, y rezar que lo estuviera esperando cuando por fin llegara a
Edimburgo.
MacQuarrie iba rpidamente tras de Cait y tir de la puerta de su carro dejndola
abierta para ella, agach la cabeza y entr sin siquiera mirar atrs.
"MacQuarrie," Dash grit.

El hombre se volvi hacia l, mirndolo demasiado satisfecho consigo mismo. Dash

estaba delante de l en tres pasos, se movi tan rpido que el escocs dio un paso hacia
atrs, sorprendido.
"Si llega lesionada o daada de alguna manera antes de que la deposite a ella en las
buenas manos de su padre, lo encontrar y no ser feliz cuando lo haga. Ha quedado
claro? "
"Vamos, Brimsworth. Si alguien le ha hecho dao, eres t. "l se sacudi con los
nudillos la chaqueta. "Yo acabo de obtener la buena fortuna de recoger los pedazos de su
corazn".
"Slo recuerde que no importa cuntos pedazos quiera salvar, todos ellos me
pertenecen a m", gru ferozmente.
"Creo que la seora no est de acuerdo," respondi MacQuarrie, luego se volvi y
se meti en el carro, que parti en cuanto la puerta se cerr.

Cuando finalmente lleg Dash a la modesta casa del constructor naval en las
afueras de Glasgow, casi llor de alivio. Subi los escalones de piedra gris, respir hondo,
luego levant el metal fro y golpe la pesada puerta de roble, pareca como si se quedara
all para siempre, como un colegial incmodo en espera de la admisin. Dash estaba
dispuesto daar fsicamente a quien abriera la puerta, simplemente por hacerlo esperar
ms de lo necesario.
Por ltimo, unas fuertes pisadas sonaban desde el interior y luego la puerta se abri
de golpe. El mayordomo de Forster mir con su larga nariz a Dash.
"Las entregas se realizan por atrs", dijo el gigante cuando se volvi y comenz a
cerrar la puerta.
Dash rpidamente se mir a s mismo, tena que admitir que pareca un mendigo
comn que puede uno encontrarse en la calle, aunque con ropa mucho ms de moda.
Meti la bota en la puerta antes de que el mayordomo se la cerrara en las narices,
l slo se estremeci por un poco de dolor que duro solo por un momento, luego meti la
mano en el bolsillo interior de su chaqueta y sac la andrajosa carta que el Mayor Forster
haba escrito para presentarlo al constructor naval.
Se la tendi. "Ver al Sr. Forster ahora".

Nuevamente Dash mir su ropa y se sacudi el polvo, mientras el mayordomo

tomaba la carta y le cerraba la puerta en las narices, Dash supuso que podra haber
entrado a la fuerza en el interior, pero que probablemente no habra dado una buena
primera impresin. Y necesitaba la ayuda de Niall Forster ms de lo que jams haba
necesitado la ayuda de cualquier otra persona en su vida.
Haba corrido la mayor parte del camino del condado de Durham, una vez que se
haba frustrado por la velocidad de su propio coche, la nieve que haba empezado a caer,
junto con las carreteras resbaladizas, haba hecho que viajara a paso de caracol. No tena
tiempo que perder, tena que volver con Cait y tena que hacerlo rpidamente. Por lo
tanto, haba partido a pie, siguiendo sus instintos todo el camino a Glasgow, hasta la
puerta de Forster.
Tena salpicaduras de barro hasta las rodillas, e incluso senta una lnea de fango en
la mejilla cuando l la froto enviando un poco de calor hacia la cara. La verdad se ha dicho,
Dash probablemente tendra que cerrarle la puerta en la cara a cualquier persona que se
presentara en su casa como l se encontraba en ese momento. Sacudi la cabeza con
desaliento. Cmo se haba reducido a esto?
La puerta principal se abri una vez ms, y el mayordomo le hizo un gesto hacia su
interior, tom el abrigo de Dash, y, cuando Dash se movi para seguir por el pasillo, ambos
se dieron cuenta de los grumos de barro que estaban cayendo de sus botas, con un suspiro
de frustracin, Dash se sent y tir de las botas de sus pies.
Infierno, l tendra que caminar con los pies descalzos, si tena que hacerlo, nunca
haba profesado ser un caballero.
"Satisfecho?", Gru.
"Absolutamente", fue la nica respuesta del hombre.
Con un corto gruido que no pareca molestar al gigante en lo ms mnimo, Dash lo
sigui por el pasillo a una pequea biblioteca. Las paredes estaban cubiertas con dibujos
de barcos de todos los tamaos y los estantes estaban llenos de libros y modelos de
grandes y pequeos veleros.
Un hombre de pelo gris se levant de detrs de la gran mesa a un lado de la
habitacin y empujo sus gafas con firmeza sobre la nariz, l no dijo ni una palabra, ni
siquiera llego a tomar la mano de Dash cuando la extendi. El hombre simplemente seal
la silla frente a l, Dash se hundi en ella como un nio.
Justo cuando pensaba que el hombre nunca hablara, puso la carta sobre la mesa y
junt las manos delante de s mismo. "Ha conseguido bastante salmuera para los
pepinillos, no?".

"'Un pepinillo" sera una descripcin muy generosa para mi situacin actual, seor.
"Dash se senta bastante desnudo en calcetines, con tierra de pies a cabeza. No se haba
sentido tan expuesto desde que era muy nio pequeo o por lo menos desde la ltima vez
que haba visto a su padre.
"Por qu ests aqu?" Pregunt el seor Forster.
"Todo debe estar en la carta del comandante, seor", dijo Dash, haciendo un gesto
hacia el papel.
"Estoy seguro de que lo est, pero me gustara orlo de tus propios labios, hijo", dijo
Forster en voz baja.
"Qu es lo que ya sabes?" Pregunt Dash, sin saber muy bien por dnde empezar.
"Nada", le ofreci el seor Forster.
Dash no estaba muy seguro de si crea eso, pero no tena mucha eleccin. "Mi
nombre es
Dashiel Thorpe, Conde de Brimsworth, heredero del Marqus de Eynsford".
"Aproximadamente traducido, significa que tiene ms dinero que sentido."
Dash suspir. "Probablemente, seor."
"Qu puedo hacer yo por usted, Dashiel? Est bien si lo llamo Dashiel? "
Es una prueba de algn tipo? "Puedes llamarme como quieras, siempre y cuando
usted me puede ayudar. Vera, hay una chica... "Dash comenz.
"Una vctima de la ferocidad de usted, no?"
"Yo no la llamara exactamente su vctima."
"Cmo quiere llamarla?"
"Bueno, su nombre es Cait."
Sr. Forster tom la carta y ley rpidamente, sus ojos se abrieron por la sorpresa, y
luego mir por el borde de sus gafas de lectura. "La seorita Macleod?"
"S, seor." No poda dejar de sonrer un poco cuando l contest, slo la idea le
trajo una sonrisa a los labios de Dash.

"Bueno, ustedes seguramente vera el problema en este punto, Dashiel."

Lo cual era algo Dash no necesitaba recordarlo.
"Esta seorita Macleod es un amiga de la hija de Desmond, correcto?"
Dash asinti.
El anciano se rio entre dientes. "Y una Macleod, nada menos. S, muchacho, creo
que Desmond lo ha enviado al lugar correcto".
Dash casi sinti como se elevaba un peso de su pecho, las palabras de Forster era la
primera buena noticia que haba odo en mucho tiempo. "Me alivia or eso, seor."
Sr. Forster suspir. "As que dime, Que siente la chica Macleod despus de todo
esto?"
"Ella me quiere, la mayor parte del tiempo".
"Usted espera que lo haga."
"S, lo creo." l tom una respiracin profunda. "Ya ve, me temo que estoy
locamente enamorado de ella."
Los ojos verdes del constructor naval brillaron de alegra. "Eso es algo bueno,
muchacho, ya que van a estar atados para toda la vida".
"Necesito su ayuda, seor, como nunca he necesitado nada ms, pero necesito que
me ensee rpidamente porque tengo que ir a Edimburgo sin demora".
"Para convencer a la encantadora seorita Macleod de su amor por ella?"
"S, y tengo que hacerlo antes de que alguien se me adelante", explic Dash. "Por lo
tanto, tengo un poco de prisa. Cunto tiempo durar esta capacitacin? "

"Toda una vida, en la mayora de nosotros", Forster suspir.

"No tengo tanto tiempo." Dash se levant para caminar, de pronto fue consciente
de sus calcetines nuevo, lo que lo haca sentir como un tonto completo.
El Sr. Forster tamborile con los dedos sobre el escritorio y le confes: "Mi esposa
muri hace unos aos."

"Lo siento mucho." Dash poda ver el dolor escrito en la cara del hombre.
El constructor lo mir a los ojos. "Si puede ganar el corazn de la Seorita Macleod,
estarn condenados hasta que usted, o ella, mueran. "l tom una respiracin profunda.
"Y ahora que he experimentado la prdida, no se lo deseo a nadie, por lo tanto, dadas las
circunstancias, creo que deberamos ir a Edimburgo juntos, muchacho.
Por lo tanto, tiene una buena oportunidad para ganar el corazn de su dama
enamorada.
"En serio?" El corazn de Dash estaba a punto de saltar de su pecho por la
emocin. Pero el recuerdo de Cait en el coche le haba cuestionado la sabidura de su
aventura. "Va ser seguro estar cerca de ella?
Casi pierdo el control cuando estaba con ella, esperaba que cuando fuera tuviera el
control total de la bestia dentro de m".
El Sr. Forster tir la cabeza hacia atrs y solt una carcajada. "El control de la
bestia", l se rio. "Mi querido muchacho, usted puede controlar a la bestia, usted es la
bestia es una parte de usted, no el enemigo".
Dash se burlaba, lo que no dara para matar a la bestia e ir en busca de Caitrin
como un hombre normal.
Una de las cejas de Forster se levant ante la sorpresa de Dash.
"Eso ser su primera leccin, a continuacin, podemos hablar de ello en el camino
a Edimburgo. "
No le gustaba que se rieran de l, pero si Forster poda ayudarle, Dash aceptara
todo lo que ofreciera sin quejarse. "Gracias por hacer esto por m."
"Bueno, esta de suerte, estoy de humor para una buena historia de amor, y usted
es el nico licntropo que golpe a mi puerta hoy. "

Si Dash estuviera en forma de lobo, su cola golpeara contra el suelo, estaba tan
entusiasmado con la perspectiva de ver a Cait de nuevo.
Forster indic a Dash que se colocara de pie y lo siguiera. "Usted debe de estar
deseando, hablar con su padre y si viajamos por la noche, podemos estar all por la
maana".

"Eso es un alivio, seor."

"Bueno, slo espero que no sea demasiado tarde. Tiene un rival, cierto? "
Dash asinti.
"Usted me puede decir todo acerca de l en el coche, soy demasiado viejo para
correr todo el camino a Edimburgo".

VEINTIUNO

A este paso, debe estar en Edimburgo maana, las palabras de Dash resonaban en
los odos de Cait, l sin duda deba de haberse equivocado en eso, no? Otra lnea para
aadir a su creciente lista de pecados. No es que l podra haber previsto los caminos
fangosos que amenazaban con tragarse el coche de MacQuarrie a lo largo del camino, si
no que reduca su velocidad diez veces. Aunque sera demasiado tarde para Cait decir que
haba previsto la situacin de aquel poco particular futuro en su mente, no importaba ella
todava colocaba la culpa a Dashiel Thorpe.
Tan pronto como vio a los armamentos escoceses desde la vista desde su ventana,
ella dej escapar un suspiro de alivio, estaba lejos de estar satisfecha por pasar la noche
en otro hostal, pero era mucho menos deseosa de andar por la peligrosa carretera de
noche. Por lo menos si Dash hubiera estado con ella, podra haber bloqueado el futuro de
los extraos de su mente.

Ella suspir, patendose por querer estar con l tanto.

"Ese es otro suspiro, Cait," Alec le inform.
Ella lo mir.
"No me mires as. Estoy atrayendo tu atencin, no has hecho nada ms que suspirar
por las ltimas horas. Te sientes bien? "
Cait resopl. "Alec estoy bien, solamente estoy cansada por estar todo el da en la
carretera".
El coche divag hasta detenerse, y el propio Alec suspir, la irona no pas
desapercibida para Cait. A continuacin, el hombre abri la puerta y la ayud a salir.
"Tena la esperanza de que tener este tiempo te ayudara para cambiar de opinin,
Caitrin."
Ni siquiera se molest en mirarlo. Cul era el punto de participar con el mismo
argumento otra vez?
"Me conoces de toda la vida, Alec MacQuarrie. Me habis visto cambiar de
opinin una vez que me he decidido? "
Alec no tuvo tiempo para responderle antes de que la puerta se abriera y las
carcajadas se filtraran desde la cantina al patio helado, lista para lavar el polvo del viaje de
su piel, Cait pas junto a Alec hacia la entrada. No poda esperar a tumbarse en una cama,
que tena la esperanza de que fuese confortable, pero a estas alturas, cualquier cama sera
un regalo del cielo.
Cait entr en la taberna, agradecida por la calidez que emanaba de una gran
chimenea en el lado lejano del cuarto oscuro. Su espalda y piernas estaban tan dolorosas
que se senta como si ella hubiese caminado todo el camino de Hampshire. Ella lanz un
suspiro de alivio, pero luego la momentnea sensacin de confort ceso de inmediato.
Instintivamente, Cait dio un paso hacia atrs, chocando con lo que pareca una
pared de ladrillo. Ella lade la cabeza a un lado y se encontr mirando fijamente a unos
ojos oscuros de uno de los hombres ms llamativamente guapos que jams haba visto.
Una leve sonrisa se instal en el rostro del hombre, haciendo su mandbula
cincelada ms pronunciada. "Seora". Sus ojos se clavaron en el costado de su cuello
donde Dash la haba marcado. "Perdname, yo no la haba visto."

Cait no pudo encontrar su voz, haba algo un poco intoxicante acerca de su

presencia, y trag, flashes rpidos de una horripilante batalla medieval se intercalaron en
la mente de Cait.
Ella contuvo la respiracin y se qued mirando al caballero bien vestido.
"Qu es?", Susurr, ms para s misma que para l.
Ella saba que l la oy, sin embargo, cuando una oscura ceja se levant por la
diversin. "Una pregunta mejor, querida, qu es usted?"
En la mente de Cait, vio un hilillo de sangre en el cuello delgado de una mujer, que
se arqueaba de placer, instintivamente levant la mano para cubrir la marca en su propio
cuello mientras la visin del hombre mordiendo a una mujer pasaba por su mente. Ella
debera haber tenido miedo, debera haber corrido hacia el fro de la noche.
m?"

Caitrin! "Alec llam desde la puerta. "Crees que es posible que podra esperar por

La sonrisa del caballero se ampli. "Ah, seor, creo que su esposa estaba
simplemente esperando escapar del enfriamiento de sus huesos".
Cait resopl, que era bastante poco femenino, pero no poda evitarlo. "Esposa, de
verdad," murmur para ella misma.
El apuesto caballero tom aire con su declaracin, y los ojos de Alec se redujeron
en Cait.
"Tienes que llamar la atencin donde quiera que vayamos?"
Un fro dedo inclin la barbilla de Cait hasta que se encontr con la mirada oscura
del caballero Ingls. "Este hombre la deshonrado?" Su mirada se pos de nuevo en su
cuello.
Alec ciertamente le haba molestado, pero nunca haba sido deshonroso. "No,
seor, l es slo un viejo amigo, un poco irritante."
Un vistazo de tristeza cruzo por el rostro de aquel hombre. "Los viejos amigos
pueden ser irritantes hasta que se van, entonces uno encuentra que los echa de menos
terriblemente".
Cait no estaba muy segura de lo que quiso decir con eso, y ella no tuvo la
oportunidad de preguntarle. Alec la agarr del brazo y la tir lejos del extranjero. "Has
perdido la cabeza?"

Cuntas veces se lo haba estado preguntado, en los ltimos quince das? "Yo
necesito que nadie me rescate, Alec MacQuarrie".
El caballero encantador rio. "Perdone mis modales, seor, permitidme que me
presente. El Conde de Blodswell a su servicio".
La boca de Alec se abri. "Blodswell?"
"Lo conozco?", Pregunt el hombre.
Alec sacudi la cabeza. "Alec MacQuarrie. La Tercera Cruzada era un inters
particular para m".
Con una tmida sonrisa, Blodswell se encogi de hombros. "A menudo es difcil vivir
a la sombra de un famoso antepasado".
Cait mir de un hombre a otro. De qu estaban hablando?
Alec debi ver su confusin, porque l sonri y se compadeci de ella. "Sir Matthew
Halkett se convirti en el primer conde de Blodswell, luch junto a Ricardo Corazn de
Len. Era un valiente Caballero normando de leyendas, los que se enfrentaron a l huan
con miedo, incluso despus de su gran actuacin en el campo de batalla, el hombre
regres a su casa completamente ileso, sin siquiera con el ms mnimo rasguo.
"Pero la sangre brotaba de su espada cada vez que l la tomaba, de ah el nombre
que el rey le dio -Blodswell u oleaje de sangre ", explic Alec. "El condado fue concedido
al caballero cuando volviera a Inglaterra".
Una sonrisa ilumin el rostro de Blodswell. "Estoy seguro de que sir Matthew se
habra honrado de conocer que su leyenda sigue viva an en los tiempos que corren".
"Por supuesto", rugi
investigando las cruzadas.

Alec. "Pas gran parte de mi tiempo en Cambridge

Fascinante en un ambiente acadmico ".

"Absolutamente fascinante en un ambiente contemporneo," dijo Cait en voz baja.
Como Alec se apart de ellos para hablar con el dueo, el conde de Blodswell volvi
la mirada a la marca en su cuello. "Esa no es la marca de mi clase."
"Si tuviera conocimiento de usted, mi Lord, probablemente podra formular una
respuesta ms adecuada."

Una esquina de su boca se levant por la diversin. "Yo podra decir lo mismo."
Un destello del futuro la golpe, trayendo tanto consuelo que ella lanz un suspiro
de alivio. "Usted sabr lo suficiente acerca de mi especie con el tiempo, seor. "Ella gir,
pero entonces se devolvi sobre su hombro,
"Disfrute del buen tiempo, mi Lord, mientras usted todava puede."

Cait daba vuelta y ms vueltas en la cama, visiones de espadas ensangrentadas y

garrotes brillaron en su mente, entonces vio a Blaire corriendo junto a un lago congelado
perseguida por una figura oscura.
Se despert con un grito de sorpresa y se sent de golpe, sin aliento, chorreando
sudor. Un sueo, era slo otro horrible sueo, pero saba que no lo era, Blaire estaba en
problemas; Cait poda sentirlo en sus huesos.
Se dej caer sobre la almohada rada, golpeando accidentalmente la cabeza contra
la pared en el proceso.
Un suave golpe son en la puerta. "Caitrin?" La voz susurrada de Alec llen la
habitacin.
Suspir, se desliz desde la cama y camin a travs del frio suelo de madera, Cait
abri la puerta y cruz los brazos sobre el pecho.
"Justamente que piensas que haces en mi puerta en medio de la noche?, Alec
MacQuarrie? "
Una expresin de alivio cruz su rostro. "Yo te o gritar y quera asegurarme de que
estabas bien."
Deseaba que Dash estuviera delante de ella, pero Dash haba desaparecido.
"Estoy bien," gru mientras se frotaba con dolor la parte posterior de su cabeza.
"Slo un mal sueo, entonces?" Pregunt Alec.

El peor sueo que nunca tuve, Blaire estaba en un peligro mortal, Cait estaba
segura de ello. Ella cerr los ojos e Intent ver Blaire, trat de encontrar su aura, pero no
sirvi de nada, todo lo que Cait poda imaginar era barrido por la oscuridad.
No! Ella se sujet de la puerta para no caerse, Blaire no estaba en peligro de
muerte, ella estaba muerta.
Si ella misma hubiera estado en casa, tal vez entonces lo habra visto antes.
"Cait" La voz de pnico de Alec apenas filtr en su mente, pero Cait lo empuj hacia
afuera.
Se concentr en su aquelarre, vio a Elspeth en Hampshire y saba que estaba a
salvo y feliz con Benjamin y su familia, una imagen de Rhiannon destell en su mente,
estaba sola en la Silla de Arturo, mirando hacia Edimburgo bajo un manto de nieve fresca,
y Sorcha. Cait llamaba el aura de Sorcha, la bruja ms joven dorma en su habitacin,
clida y confortablemente, con un poco de tierra para macetas bajo sus uas.
"Caitrin!"
Una vez ms Cait trat de concentrarse en Blaire, la llam a su mente, pero no
haba nada. Nunca antes ella haba sido incapaz de encontrar a alguien que estaba
buscando.
Los fuertes brazos de Alec la agarraron del hombro y comenz a sacudirla, los ojos
de Cait se abrieron, y ella parpade para contener las lgrimas.
"Slo quiero llegar a casa," dijo en voz baja.
Alec asinti con la cabeza, el pnico grabado por la frente. "Saldremos a primera
hora de la maana."
"No Ahora! ", Insisti. No haba tiempo que perder, no ms paradas, no importa
qu. "Si no me llevas, lo har sola Alec".
"Caitrin", comenz l.
"Tengo que ir a casa, Alec, ahora.".
No tena ni idea de lo mucho que era estar en un lugar familiar, en algn lugar que
pudiera acurrucarse como un baln y sollozar, en algn lugar que pudiera descansar.

"Cait, es demasiado peligroso, mi cochero se dormir a mitad de camino, si no nos

tomamos un descanso, nunca desde que salimos de Leeds, lo he empujado tan fuerte,
tratando de mantenerme al da contigo."
Ella asinti a regaadientes, el conductor de MacQuarrie era tan slo un hombre,
despus de todo, tendra que descansar a lo largo del camino. "Podemos al menos salir
con la salida del sol?"
"Por supuesto", afirm Alec. Mantuvo una pregunta en su mirada. "Tu sueo. Has
visto algo?", le pregunt. "Algo de lo que tienes miedo?"
Ella neg con la cabeza rpidamente. "No es lo que veo, Alec, es lo que no veo".
"No s de lo que ests hablando, Caitrin, no estoy lo suficientemente familiarizado
con tu don."
"Es ms una maldicin que un don," ella espet.
"Dime lo que viste o lo que no viste. "Sacudi la cabeza en la confusin.
"Yo no puedo encontrar Blaire."
"Es probable que este en casa practicando con el sable de Aiden Lindsay, estoy
seguro de que est bien".
"Si ella estaba en su casa, yo sera capaz de verla", susurr con fiereza. "Me gustara
ser capaz de sentirla.
Para poder encontrarla".
"En serio?"
"S. Pero no la veo en absoluto, no est en Edimburgo. "Las lgrimas quemaron en
sus ojos, y ella se los limpi mientras rodaban por sus mejillas. "Creo que podra estar
muerta."
"Te ha sucedido esto antes?" l le pregunto, mirndola detenidamente a los ojos.
"Nunca, bueno, con Brimsworth, yo no puedo ver su destino, pero no es "lo
mismo".

VEINTIUNO

"De dnde cree que esta la necesidad para controlar la bestia dentro usted?" Niall
Forster le pregunt mientras se apoyaba en los cojines de su coche.
Qu pregunta ms ridcula, Dash sacudi la cabeza. Haba llegado a Forster por
ayuda real. "Si no puedo tener el control de la bestia, entonces podra herir a Caitrin, no
puedo permitir que eso suceda".
Los ojos verdes de Forster se centraron en Dash. "Usted es quien puede decidir si lo
permite o no". Debe aceptar su lado licntropo, no puede ser reprimido y escondido,
Dashiel, es parte de usted tanto como su pelo rubio y su herencia Inglesa".

Herencia Inglesa, Dash solt un bufido. Quin iba a decir que su herencia era
inglesa? Su padre podra ser probablemente una rana o incluso un perro irlands.
"No me est ayudando, Forster, no voy a ser capaz de confiarme con Caitrin si no
me puedo controlar a m mismo".
"Necesita abrazarse a ello, muchacho."
Eso pareca exactamente lo que no deba hacer. "Usted no parece imprudente.
Tampoco el mayor ni ninguno de los hombres Westfield, pero siempre si se mira por
debajo de la superficie, el enmascaramiento toma aos, pero siempre est ah".
"Por supuesto, est ah, es parte de nosotros, y yo me siento muy cmodo en mi
piel.
Y si usted quiere la misma paz, lo que necesita es aceptar esa parte de usted".
Dash cruz los brazos sobre su pecho y suspir.
Forster le sonri como si l era el ms simple de los simplones. "Puedo ver que
acerca de esto es un ingls obstinado, as que voy a cambiar de tctica '. Qu sabe acerca
de la muchacha Macleod? "
Que ella es la nica mujer para Dash. "Ella es hermosa." Sonri imaginando a su
descarada sonrer. "Ella es inteligente, tiene una mente propia, que nadie tiene una
esperanza de cambiar sin intervencin divina".
Forster rio entre dientes. "Suena como su madre."
La boca de Dash se abri. "Usted conoce a la madre de Caitie?"
Forster frunci el ceo. "No, pero Desmond tuvo unos pocos encuentros con la
vieja bruja. He odo de ella durante aos, espero, por el bien de usted, que la chica sea un
poco ms maleable que su madre".
"Bruja" es algo bastante poco halageo que decir acerca de la madre de mi futura
esposa, gru Dash desde su garganta.
"Ah, as que usas a la bestia para intimidar a otros." La mirada de Forster barri a
Dash. "No es de extraar que tengas miedo de aceptar quien eres, ya que te intimidas a ti
mismo tambin."
"l mayor me dijo que me ayudara a controlar a la bestia."

Forster neg con la cabeza. "Lo dudo mucho. Su carta solo me deca que yo era solo
su mentor, eso no es lo mismo, Dashiel. "

Justo cuando Caitrin estaba empezando a pensar que no volvera a ver el horizonte
de Edimburgo de nuevo, finalmente le lleg la vista desde la ventana del pequeo coche.
Ella dej escapar un suspiro, durante los dos ltimos das, haba buscado a Blaire en vano.
La esperanza que tena de salvar a su amiga haba ido desapareciendo poco a poco.
Con el corazn encogido, sonri con tristeza a la vista familiar de Charlotte Square y
a la casa de su padre.
Desde esa fatdica noche en la posada, Alec haba estado bastante callado, l gru
en varias ocasiones cuando cambiaba de posicin los brazos y las piernas, mientras trataba
de estar cmoda en el carruaje que era empujado a travs de la traicionera carretera.
Pero en la mayor parte del camino, haba dicho muy poco, evidentemente, hablar de su
don lo haba asustado en silencio.
Ella se reprendi a s misma por decir algo sobre ello, el hecho de que ella era una
bruja, era un secreto. Era un secreto que slo poda decirle a su esposo.
Nadie deba saber de sus habilidades, era demasiado peligroso para todos los
miembros de la COIG.
Por ltimo, el coche desaceler en frente de su casa, ella ni siquiera espero a que
dejara de moverse ella salt y corri hacia los escalones de piedra de la entrada. Findlay
abri la puerta justo cuando se estaba acercado.
"Bienvenido a casa, seorita", dijo l mayordomo.
"Dnde est mi padre?" Pregunt ella rpidamente, tena que encontrarlo, tena
que hablar con alguien que saba todo sobre ella. Tena que contarle todo, o simplemente
perdera su mente, ella necesitaba a alguien seguro.

"Creo que est en su despacho, seorita", le inform Findlay. Ella se dirigi en esa
direccin, slo detenindose brevemente cuando l le pregunt: "Qu voy a hacer con el
seor MacQuarrie, seorita Macleod?"
"Slo... Ponlo en algn lugar", dijo con un gesto negligente de la mano, luego
continu por el pasillo.
El estudio de su padre ola como a casa, al igual que todas las cosas familiares. El
olor de cigarro fumado recientemente flotaba en el aire, el aroma de la locin de afeitar
de su padre la recibi por la nariz y aspir profundamente. Qu alivio de estar en casa!
Ella vol a travs de la habitacin a los brazos de su padre antes de que l pudiera
quitarse las gafas de lectura.
"Oh, Cait, te he extraado tanto, estoy tan contento de que ests en casa ",
canturre mientras la abrazaba, su brazos fuertes la ayudaba a aliviar en parte la carga
que llevaba.
"Yo tambin, necesito hablar de algo importante".
"Ests bien?", le pregunt, mientras la valoraba de la cabeza a los pies.
"Por qu todo el mundo est preguntando por m?" Suspir ella mientras
levantaba una mano para frotarse la frente.
Cundo fue la ltima vez que dormiste? Qu tiene de malo?
l la llev al sof y se sent a su lado. "Dime que problemas tienes".
"Yo no puedo encontrar a Blaire."
"no puedes encontrarla?"
"S, no puedo verla, no la veo en absoluto, creo que algo le ha sucedido, dime,
pap? Ella muri mientras yo no estaba? "

"Oh, querida, Hace un tiempo atrs, el Capitn Lindsay recibi una notificacin de
su abogado acerca de una propiedad cerca del lago Calavie, no me recuerdo bien el
nombre. De todos modos, el muchacho estaba tan ansioso de poner los ojos en ella, hizo
sus maletas subi a Blaire y a Brannock al coche y quiso ir a verlo por s mismo. "

"Lago Calavie?" Cait pens que jams haba odo hablar de ese lugar antes, sinti
que un peso se levantaba de su corazn, no habra podido buscar a Blaire all, o
dondequiera que estuviera.
Su se puso de pie y se acerc a su mesa, rebuscando en su correspondencia. "Una
nota lleg a nosotros es de ella. "l le ofreci la nota.
Cait la rasgo como si contuviera la luna y las estrellas, desdobl el papel y sonri a
la escritura bastante masculina de Blaire.

Querida Caitrin,
Espero que hayas vuelto antes de recibir esta carta, pero si ese no es el caso, espero
que todo haya ido bien con Elspeth. Estoy segura de que llegaras a tiempo. Siempre lo
haces, Rhiannon estaba mirando unas tiendas, y Sorcha est en su propio pequeo mundo,
como siempre.
Aiden estaba fuera de s cuando se enter de su herencia. Mientras que cualquier
persona sensata esperara que la nieve se derritiera y el hielo se descongele antes de salir
a travs de las Highlands, mi hermano estaba bastante impaciente por hacer el viaje.
Debes estar aliviada de no estr aqu conmigo. El castillo Briarcraig es absolutamente
terrible. Todo el lugar apesta a mosto y a decadencia. Sigo pensando que hay alguien
muerto aqu y nadie se tom el tiempo para enterrar al pobre, es fcil entender por qu
dejaron las ruinas del castillo para nosotros, nadie sera tan tonto como para desearlo.
Brannock y yo estamos muy ansiosos por volver a la civilizacin, como te podrs
imaginar. Estamos a la espera de que los caminos sean lo suficientemente seguros para
viajar, y luego vamos a salir de este lugar. Si Aidan vuelve con nosotros o no, me tiene sin
cuidado.
Te echo de menos,
Blaire Lindsay

Cait presiono la carta en su corazn y respir hondo mientras se limpiaba las

lgrimas de felicidad en sus ojos.
Nunca haba estado tan feliz de leer una misiva antes en su vida.
Su padre se sirvi un vaso de whisky. "Te sientes mejor ahora?"

"Oh, s," ella suspir. "Pens que algo terrible le haba sucedido a ella, no poder
verla casi me volva loca. Yo nunca he podido no ver el futuro de alguien que yo desee,
bueno, no hasta mis recientes viajes, pero eso no viene al caso".
Una pequea sonrisa inclin las comisuras de los labios de su padre, como si l
supiera un secreto que ella no. "Te encontraste a alguien cuyo futuro no puedes ver? Se
reunieron." l se rasc la barbilla.
"Esto te sucede con un hombre, verdad?"
"S, un hombre, es extrao, pap. Yo no puedo ver su futuro, en absoluto cuando lo
intento, no sale nada por ms que trate de concentrarme en su destino, ha sido bastante
frustrante".
"Esto es una buena cosa", dijo su padre, y luego lanz un largo suspiro, una sonrisa
llena ahora cruzaba sus labios.
Cait le frunci el ceo, ella apenas se referira a su trato con Dashiel Thorpe como
una experiencia positiva. "Por qu esto es algo bueno?"
"Es el camino que tiene que ver con tu don, Cait."
l se frot la frente. Por qu su padre hablaba con acertijos?
"Djame ponerlo de esta manera." Se sent a su lado, sin dejar de sonrerle como
un tonto. "Tu madre no poda ver mi futuro, tampoco."
"No." Cait sacudi la cabeza, estaba equivocado. "Mam me conto que tan pronto
como te vio se enamor".
"Amor a primera vista", admiti l, acariciando su pierna. "Pero ella no poda ver a
mi destino."
Cait qued asombrada con su padre, y la habitacin comenz a girar un poco, esto
no tiene ningn sentido en absoluto.
"Estas segura?"
Pareca una cosa bastante importante para que su madre la dejara fuera de su
entrenamiento.
l se rio entre dientes. "S, muchacha, estoy seguro."

"Bueno, por qu no?", pregunt Cait, seguro de que ella omiti algn detalle vital
que hara que todo se despejara.
Su padre se encogi de hombros. "No estoy seguro, no hay textos para explicarlo,
siempre supuso que era porque yo era el que estaba destinado para ella, y eso es porque
lo de nosotros fue destinado a ser natural y no obligado por ninguna visin, un matrimonio
no puede sobrevivir si un miembro siempre est enojado con el otro por cosas que el otro
an no ha hecho".

Cait ignor la sabidura en eso, porque no era justo, durante aos, ella haba estado
esperando al hombre con quien se casara, quera ver su vida entera y feliz demostrada
antes de que ella viera primero al hombre. Ella haba visto todos los dems futuros, los
buenos y los malos, ella debera haber vislumbrado algo del propio.
"Posiblemente el hombre no puede significar algo para m ", susurr.
"No estoy de acuerdo con eso," dijo una voz profunda desde la puerta, se volvi
para encontrar a Dashiel Thorpe all de pie, mirando tan agradablemente como cuando la
haba dejado. Y con su odo de licntropo, l haba odo todos y cada uno de los
comentarios de su padre, ella gimi en voz alta.
Findlay frenticamente trat de bloquear a Dash mientras entraba en la habitacin,
pero el mayordomo fracas miserablemente.
"Le dije a su seora que lo hara anunciar, pero al parecer tena una mente propia."
"Una mente propia, dices?" El padre de Cait observ cmo cruzo la habitacin y
acept la mano extendida de Dash.
"Es algo muy bueno cuando la mente de uno puede ir por s misma. En particular,
cuando se tiene a alguien como Cait a su alrededor. "
Ella no estaba muy segura de que le gustaba la forma en que su padre dijo esto.
"Dashiel Thorpe, Conde de Brimsworth, heredero del Marqus de Eynsford," se
introdujo Dash a s mismo, lleno de pompa y circunstancia, mientras le ofreca una leve
reverencia.

La sonrisa de su padre se desvaneci un poco. "Ah, Ingls, Verdad?"

"Me temo que s," Dash respondi con un gesto fingido. "Su hermosa hija me
rega sobre este hecho todo el camino desde Hampshire, hasta que conoc a Caitrin
Macleod, no tena que pedir disculpas por mi nacionalidad".
Su padre se rio de eso. "Un ingls con sentido del humor. Cmo novela?, dgame,
Lord
Brimsworth, que lo trae a Edimburgo?"
"Bueno, seor, he venido a pedir la mano de su hija."
Un chillido escap de la garganta de Cait, estuvo a punto de atragantarse con la
lengua. Primero l la abandon y luego, sin previo aviso, aparece de la nada a pedir su
mano. Cuando ella colocara sus manos en su cuello...
"Ya veo", continu su padre. "Y dnde se encuentra usted en la ciudad?"
Dash sacudi la cabeza. "Corramos tan rpido para llegar hasta aqu, seor, no he
tenido tiempo para pensar mucho en eso. Hay alguna bonita posada que pueda
recomendar? "
Su padre pareca estudiar a Dash con ojos astutos. "Ha realizado realmente todo el
viaje desde Hampshire con mi hija?"
Cait trag saliva, recordando por un momento la indecencia que haba
experimentado en manos de Dash a lo largo de la Gran Ruta del Norte. Ella se dio la vuelta
para ocultar el rubor que estaba segura que se desliz hasta sus mejillas.
Que el cielo la ayudara si su padre se enteraba de sus indiscreciones.
"Bueno, la mayor parte del camino", coment Dash. "Nos separamos unos das,
despus de que me dieron un somnfero particularmente potente, y luego otra vez cuando
tuve que ir en busca de un amigo".
"Un amigo", Cait reson, alguna puta de su pequeo libro, sin duda.
Pero su padre ignor sus palabras, centrndose en cambio en la historia de Dash.
"Ella hizo una pocin," l le arrojo a Cait.
"He hecho una excepcin." Mir airadamente a Dash. Cmo se atreve a sacar el
tema? Y cmo se atreva abandonarla a ella para ir a buscar alguna ramera en Glasgow?

Su padre se rio de nuevo. "Bueno, en ese caso, Lord Brimsworth, usted

probablemente debera permanecer aqu como nuestro invitado."
Sobre el cadver de Cait.
"Gracias, seor", respondi Dash, y pareca tan sincero que casi le crey.
Su padre se burlaba, como si la oferta no fuese nada. "Es lo menos que puedo
hacer y darle las gracias por traer a Caitrin segura a casa".
"Segura?" Se burl Cait. "Slo si el considera que abandonarme antes de la
frontera se considerara llegar a casa sana y salva".
Los ojos de color mbar de Dash brillaron en ella, y el aliento de Cait qued
atrapado en su garganta, luego concentro su atencin de nuevo en su padre. "Su oferta es
muy generosa, seor, pero tengo un amigo que viaja conmigo", empez Dash.
Cait estaba segura de que su cara estaba en llamas. Haba trado a algunas de sus
amigas a su casa?
El seor Macleod onde a Dash en el silencio.
"Su amigo es bienvenido tambin."
"Y si no es demasiado tarde para una imposicin", continu Dash, "Me gustara
tener la oportunidad de hablar con usted en privado. "l dijo esto ltimo en voz baja.
"Creo que s, despus de todo ha viajado desde tan lejos con mi hija."
"Papa", las mejillas de Cait estaban en llamas, ella estaba en la habitacin. Quera
meterse debajo del sof y morir de vergenza. Pero no le hara ningn bien dejarlos a ellos
para trazar su futuro, eso era de ella, y ella deba tener algo que decir en ello. "Les
importara darme unos minutos a solas con su seora?"

La mirada de su padre, pas a travs de ella, como si estuviera buscando algo vital.
"Quieres estar a solas con el conde, al mismo hombre, que si no me equivoco, habis
drogado para deshacerse de l en algn lugar a lo largo del camino?"
Cait asinti con la cabeza.
"Bueno, despus de tanto tiempo pasado con su seora, yo no veo qu dao
podra hacer unos minutos ms. Entonces su padre se dirigi a la puerta y mir por

encima del hombro a Dash. "Voy a dejar que Findlay tome sus cosas y las deje en una de
las habitaciones. "
"Gracias, seor Macleod."
Lord."

"No me des las gracias hasta que hayamos tenido nuestra conversacin privada, mi

Luego se march, dejndolo a solas a Cait con Dash. Y ahora que ella lo tena todo
para s misma, no estaba segura de qu decirle, l tomo la opcin por ella, sin embargo,
cuando l dijo: "Disculpe por un momento".

VEINTIDOS

Dash no poda entender por qu Caitrin frunca el ceo hacia l, slo se haba
apartado por un momento para preguntar al Sr. Forster cmo proceder, el antiguo astillero
haba sonredo, le dio unas palmaditas en la espalda a Dash y apresuradamente le susurr
unas palabras al odo.
Ella era la que tena que guardar secretos y, a partir de los sonidos de ellos, que
eran bastante grandes. l no haba puesto todas las piezas juntas, sin embargo, no estaba
muy seguro de que juntara todas las piezas, pero el comenzara a unirlas.
No quera hacer demasiado hincapi, sin embargo. Al seor Macleod le gustaba,
fue un golpe que ni siquiera se haba atrevido a esperar, ahora, si tan slo pudiera
conseguir que Cait le sonriera de nuevo, todo sera perfecto, slo con verla le tranquiliz
su alma, y escuchar las instrucciones de Forster sera mucho ms fcil si supiera que Cait lo
aceptara.
Dash cruz la habitacin hasta donde estaba sentada ella en un pequeo sof y la
tom de la mano, l tir de ella hasta dejarla de pie y envolvi sus brazos alrededor de su
cintura. Ella encajaba perfectamente all que no pudo evitar sonrer. Cmo se le haba
escapado esta propiedad de ella?
Pero el ceo de Cait se profundiz, Dash suspir al verla. "Qu pasa, ngel?"
Sus ojos claros se clavaron en los suyos. "Despus de que me dejaste a un lado de la
carretera, y ahora apareces de la nada, y preguntas por mi mano. "
"Tan pronto como sea posible", l estuvo de acuerdo.
"Y l dir que s."
"Es bueno saberlo."
Cait le dio un manotazo en el pecho.

l le gui un ojo. "Me parece que no puedo evitarlo, sabes que es lo que he
querido desde el primer da".
"No, yo creo que me queras engullir el primer da."
Se ech a rer, tan aliviado de que no estaba condenado a una vida sin ella. "No,
muchacha, esa fue la primera noche, el primer da, yo quera casarme contigo".

Ella se alej de l. ". Yo quera mantener una distancia aqu, puede ir al cardo y a la
espina. Ah es donde Benjamn se qued, Findlay puede darle indicaciones a su hombre, es
agradable y limpio y... "
Dash sinti una leve ligereza en l. "No me empujes lejos, Caitie, he viajado tanto y
tan fuerte para llegar hasta aqu"
"Yo no le he pedido que viniera."
"Pero he venido de todos modos porque eres mi compaera destinada," l gru.
"Lo s, t lo sabes, incluso tu padre lo sabe, as que deja de hacerlo difcil. "
No haba querido sonar de mal humor, pero haban sido unas largas cuarenta y
ocho horas, primero correr a travs cuatro condados, entonces el sufrimiento a travs de
cuatro horas de conferencias con respecto a su bestia interior, y ahora que Dash estaba
tan cerca de conseguir todo lo que quera, ella le estaba diciendo que se fuera.
No tengo miedo de ti Dash, pero no estoy de humor para esto. He pasado los
ltimos dos das pensando a que una de mis amigas ms queridas yaca muerta porque no
estaba aqu para mantenerla fuera de peligro. Estoy exhausta y agotada, y no quiero hacer
esto ahora."
No tena ningn sentido precipitarse en todo, a pesar de que poda ver la angustia
en sus bonitos ojos.
"Caitie, no tenemos que hacer esto ahora, pero yo me quedo aqu, tu padre me lo
ha pedido, y estoy aceptando su oferta. "
"Quieres pedirle mi mano", dijo en voz baja.
"Por qu diablos no?" Sinti que su temperamento empezaba a subir, y la sangre
empez a hervirle.
"Porque yo no lo quiero."
El corazn de Dash se hundi, ella lo negaba, y l ni siquiera se lo haba preguntado
todava. "Yo s que soy un poco salvaje", le confes. "Sin embargo, estoy trabajando en
eso, es por eso que tuve que ir a Glasgow".
Ni siquiera saba lo que era hasta hace un mes, siempre le haban dicho que era un
monstruo.

Encadenado durante cada luna llena, salvo en la ltima, para proteger a los dems
de l. Tal vez si ella entendiera, sera diferente, por otra parte, tal vez no. Y no poda correr
el riesgo, estara condenado sin ella.
"Voy a tener que hablar con tu padre, Cait, y le voy a pedir tu mano".
Ella frunci los labios. "Eso no va hacer ningn bien, y no voy a casarme, no importa
lo que pase, no "ahora".
Dash apret los dientes. Por qu la chica tena que ser tan difcil? l saba que ella
estaba contenta de verlo, lo podra decir en el momento en que entr en el estudio.
"No ests tan segura de ello." l se dirigi a la puerta, esperemos que el seor
Forster pudiera tener algn consejo sobre cmo pasar de aqu.

Cait se desplom de nuevo en el sof de su padre, estaba segura de que su corazn

se rompa, y ella estaba tan confundida, quera a Dashiel Thorpe de muchas maneras, y
ella lo haba echado de menos desesperadamente, pero no saba qu hacer con l.
Era encantador, a continuacin, exasperante, amable, entonces dominante. Cmo
iba a pasar su vida con un hombre que no poda leer? Y qu era exactamente tan
importante en Glasgow? Nunca se lo dijo.
Encima de todo eso, el patn insoportable se neg a darle tiempo siquiera a pensar
en la situacin, insistiendo en hablar con su padre inmediatamente. Y todava no le haba
pedido que se casara con l, durante sus viajes, l le dijo que ella se casara con l, y ahora
que estaban en Edimburgo, se estaba comportando de la misma manera.

Bueno, ella no iba a atarse de por vida a un hombre que no confiaba en ella lo
suficiente para darle siquiera un pensamiento.
Cait se levant de su asiento y mantuvo la cabeza alta, no importa lo que pensara
su padre, tena que convencerlo de no aceptar la oferta de Dash, abri la puerta, dispuesta
a ir en busca de su padre, pero lo encontr en el pasillo.

Jeannie estaba a sus pies, las lgrimas corran por su rostro. "Trat de detenerla,
seor Macleod, pero ella no me escuchaba, y entonces pas la noche en su habitacin ms
de una vez a lo largo del camino."
Cait respir mortificada, ni en sus sueos ms salvajes habra podido haber
imaginado que Jeannie ira corriendo hacia su padre, que la traicionara de tal manera.
Cmo no la haba visto ella?
Vio que los ojos de su padre se movan de forma palpitante desde Jeannie hasta
aterrizar directamente en ella, su rostro se endureci, como una piedra, nunca haba visto
una mirada tan feroz en sus ojos antes.
"No te preocupes, Jeannie", dijo, manteniendo sus ojos en Cait. "Maana Lord
Brimsworth y Caitrin tiene una cita con el Sr. Crawford".
El Sr. Crawford? El vicario? Si Cait fuera el tipo que se desmayara, se habra
desmayado all, incluso aun as, todo lo que ella era capaz era de jadear.
"Papa" Te lo ruego.
"La sociedad tiene reglas, Caitrin, y an t tienes que seguirlas, sugiero que
busques al conde, tendremos esa conversacin privada ahora en lugar de ms tarde. "
Ella trag saliva.
"Y para mantenerte ocupada ser mejor que comiences a enviar las invitaciones.
Asimismo, te mantendrs ocupada mientras hablo de algunos asuntos con su seora".
"Pero, yo haba planeado estar all cuando quisieras hablar con l", protest ella.
"Tengo algunas cosas que tengo que decirle a su seora que no necesitas
escuchar", espet. "He dejado que te manejes sola la mayor parte de tu vida, Caitrin,
pero, en esto, voy a hacerlo a mi manera. "l le indic que pasara a la sala".

"Pero, pap..." Dej que las palabras murieran en su garganta cuando vio la mirada
tormentosa en su rostro.
"Ahora!", l espet.
Caitrin volvi y corri por el pasillo hacia la escalera, ella escuch el llamado de su
padre a Findlay que le deca: "Encuentre a su seora y triganlo a mi estudio."
Entonces la pesada puerta de roble se cerr de golpe.

Dash se sent en la silla frente al padre de Cait y respir hondo, en toda su vida,
nunca haba esperado estar tan nervioso como un perrito regaado cuando pidiera la
mano de una mujer. l no se haba sentido as en absoluto cuando haba pedido la mano
de Prisca Hawthorne, haba estado todo lleno de pompa y de orgullo.
Ahora, l no tena nada en absoluto, su destino estaba en las manos de este
hombre, bueno, ms o menos, siempre poda tirar a Caitrin por encima del hombro y
largarse con ella. Y nadie iba a ser capaz de detenerlo, aparte del seor Forster que era un
licntropo, despus de todo.
Pero haba una parte de l que realmente quera hacer esto bien, quera pedir su
mano y ser aceptados porque l le demostrara a su padre que poda cuidar de ella y
siempre lo hara, l no dudo un poco.
"Usted ama a mi hija?" Mr. Macleod retumb mientras caminaba hacia el
aparador para servirse una copa.
Dash se aclar la garganta rpidamente y dijo: "S, seor, lo hago."

El seor Macleod le tendi un vaso de lquido, y Dash lo tom, notando que su

mano temblaba un poco, l resopl ante su propia situacin.
"Un poco nervioso, verdad?"
"Bueno, an tiene que aprobar mi propuesta, seor", admiti Dash. "Usted tiene mi
futuro en sus manos".
"Qu hara si digo que no?" El hombre se sent y estrech su mirada en Dash.
"Me gustara decir que yo acepto su decisin, pero estara mintiendo, seor ",
respondi Dash con toda sinceridad.
El hombre se defendi con una sonrisa.
"Qu le gusta de ella?" Pregunt el seor Macleod mientras l buscaba
distradamente en un cajn. "Su simpata? Su deseo de agradar? Sus actos
desinteresados de buena voluntad? "
"Honestamente, seor?" Pregunt Dash, luego esper a que el seor Macleod
cabeceara. "Ella es obstinada y odiosa como el diablo, y no he visto mucho de su buena
voluntad."
"Entonces es su belleza, lo que ama?"
"Eso sin duda ayuda", admiti Dash, iba mal el ceo fruncido del Sr. Macleod era
prueba de ello.
"Mi hija no es tan fcil de llevar."
"Estoy al tanto de eso. Pero, seor, creo que ests siendo un poco duro, ella es
hermosa. Pero tambin tiene un buen corazn, y creo que ella es mi otra mitad. "
"Qu har ahora? Estaba preguntndome dado que ella lo dej dormir en su
habitacin durante los viajes eso le hizo enamorarse de ella. "
Despus de un momento, Dash se dio cuenta de que su boca estaba abierta, y se las
arregl para cerrarla.
"Usted piensa que no soy consciente de lo que sucedi con mi hija?"
"Nunca le hice nada" Dash empez.

Pero el hombre mayor le interrumpi. "La doncella me inform que durmi en su

habitacin en ms de una ocasin, no puedo creer que ande dando libremente sus
favores, pero tambin la he descuidado por no ensearle acerca de hombres como
usted."
Dash se puso en pie, no iba a dejar que nadie asumiera lo peor de Cait, incluso si
era su padre. "Dorm hasta tarde en su cuarto seor solo porque ella me necesito."
"Todas las mujeres lo necesitan, a usted, mi Lord?"
Dash pellizc el puente de su nariz entre el pulgar y el ndice, tratando de hacer
retroceder el dolor en la cabeza que se fue construyendo poco a poco. Esto haba sido
mucho ms fcil cuando lo haba hecho con el padre de Prisca Hawthorne, y cuando haba
practicado con el Sr. Forster en el coche.
"La doncella sala a escondidas todas las noches para ir a ver a su cochero, dejando
Caitrin sola," Dash finalmente gru.
de l.

Los ojos del seor Macleod se estrecharon. "Contine". l junt las manos delante

"Y durante la noche, poda or su llanto a travs de las paredes, no estoy seguro de
por qu, seor Macleod, pero mi presencia pareca traerle paz".

Su padre frunci el ceo ligeramente. "Ese tipo de lugares pueden ser muy duro
para ella, a veces," admiti.
Por lo menos el hombre era consciente del problema, "Honestamente, seor, fui
con ella para calmarla, no para ensuciarla.
"Y usted? La calmo? "
"S".
"Yo no s si debera estar enfadado por el hecho de que usted la calmaba para
empezar o si debo estar sorprendido por el hecho de que ella se consol con usted, es
tpicamente un alma solitaria, al margen de su crculo de amigas".
Dash se encogi de hombros y se recost en la silla y cogi su vaso de licor. "Mis
intenciones eran nobles".
"Y usted la acept, a pesar de que ya sabe que es una bruja?"

"Ella es una bruja?" Dash saba que sus ojos deban de haber rodado con sorpresa,
esa posibilidad no se le ocurri.
El seor Macleod cerr los ojos y movi la cabeza, suspirando profundamente. "S,
as es como consigui ese poder".
Dash se senta como si el viento lo hubiera golpeado. "Poder", l hizo eco.
Su padre asinti con la cabeza. "S, igual que su madre, ella puede ver el futuro de
todos aquellos con lo que tiene contacto, en un entorno desconocido es asaltada por
visiones continuas de lo que est por venir, se supone que puede ser muy doloroso".
Un milln de pensamientos se agolpaban en la mente de Dash mientras se repeta
el viaje de principio a fin.
Eso por eso que saba sobre el villano en la habitacin al lado de ella en la primera
posada del camino, por eso que quera ir directamente, para evitar los horrores de una
posada tras otra.
Una bruja! Niall Forster no haba insultado a la madre de Cait cuando la llam as,
no estaba ms que siendo preciso.
Entonces, un momento particular de su viaje sobresali, y Dash frunci el ceo.
"Es as como ella fue capaz de hacerme dormir durante das, por algn poder mgico?"
El seor Macleod finalmente se ech a rer. "S, as es, ella no hace pociones muy a
menudo, debi haber estado bastante enfadada con usted".
"Est enfadada mucho", admiti Dash, dios mo, qu otra cosa era que ella capaz
de hacer? Haba reclamado a una bruja? Su Caitie. An era difcil de creer.
"Ella todava lo est?"
La pregunta del hombre trajo Dash de vuelta al presente. "Cmo dice?"
"Me dijo que est muy enfadada con usted."
Dash asinti. "S, pero creo que es por lo que hay entre nosotros."
"Y qu sera eso exactamente?"
No importa que el seor Macleod le hubiera contado la verdad sobre Cait a Dash, l
no poda decirle al hombre que haba reclamado a su hija bajo el poder de la luna llena.
Ningn hombre querra tal futuro para su hija.

"La amo", confes, en su lugar, bruja o no, era su futuro, y l la amaba. "Quiero
casarme con ella. Quiero estar con ella para siempre, no me importa si ella puede ver
futuros o poner hexgonos en la gente".
El seor Macleod rio. "Ella es apenas esa clase de bruja."
Bueno, Dash supuso que era bueno, no estaba seguro, l suspir. "Slo quiero
tiempo para hacerle ver que podemos hacer que esto funcione. Me puede dar su
permiso para casarme con ella? "
"Oh, s", dijo su padre mientras agitaba su mano ausente. "O piensa que le digo a
cualquiera que mi hija es una bruja? No, Lord Brimsworth, yo insist en que se casaran tan
pronto como me enter de que ella no poda ver su futuro, eso indica que era el indicado
para ella no solo por el deseo de tenerla. "Dispar a Dash una mirada que deca. "Y
ciertamente no porque sea un lord Ingls."
"No hay mucho que pueda hacer sobre este hecho, seor." Dash Sonri.

"Eso puede ayudarle tal vez por haber nacido fuera de Escocia." l Sr. Macleod
rebusc en el cajn de su escritorio hasta que finalmente encontr lo que buscaba. Sac
una pequea caja y se la entreg a Dash.
"Me encantara que usara el anillo de su madre, estoy seguro de que podra
comprarle uno, pero me gustara que Cait lo usara si ella quiere, y podra ganar algunos
favores con este presente para ella".
"Usted la conoces tan bien," murmur Dash, a decir verdad, no tena anillo para
ofrecerle a su futura esposa.
Y l no tiene ninguna herencia Thorpe sobre l, su padre nunca lo haba
considerado digno de la familia, y mucho menos llevar un recuerdo de ella en todo
momento.
Abri la cajita y mir la banda de oro delicada, adornada con un rub tan oscuro que
era casi negro.
"Hay una leyenda sobre esa piedra," le dijo Angus Macleod. "Dicen que fue una vez
el ojo de un dragn".

Dash resopl, qu tontera, licntropos y brujas eran una cosa, pero los dragones
eran otra cosa.
"Puede rerse todo lo que quiera", dijo su padre. "La madre de Fiona, que en paz
descanse, dijo que una vez que su abuela le dijo en una ocasin cmo el COIG derrot a la
temible criatura. "
"El COIG?"
l Mr. Macleod lo mir directamente a los ojos. "Quiero ser muy claro en una cosa,
si hiere a mi hija o la hace sufrir de alguna manera, no solo a sus poderes debera temer.
Me entendi? "
"Entiendo completamente." A pesar de que no tena ni idea de lo que significaba.
Quera decir el seor Macleod que iba a tener que responder ante l? O, a una potencia
an mayor?
"Bueno, entonces est decidido, maana se casaran y "
"Pero las amonestaciones," comenzaron Dash.
El anciano se rio. "Estamos en Escocia, Brimsworth, tener a tiempo las
amonestaciones estara bien, pero no podemos darnos el lujo de semejante tontera,
dadas las circunstancias. Sera mejor que lo vea a usted y a Cait obligado por el
matrimonio tan pronto como sea posible. Voy a ser multado por un matrimonio irregular,
pero es ciertamente factible. As que el Sr. Crawford los casar a ustedes maana, y eso es
todo. "
Dash se levant y estrech la mano del padre de Caitrin, se supone, en definitiva,
que le haba ido mejor de lo que esperaba, qu alivio no tener que esperar otras tres
semanas para oficialmente hacerla suya!
"Hay una cuestin de la dote que discutir, mi Lord, pero eso puede esperar hasta
maana".
"No tengo necesidad"
"Pero yo s, usted entender cuando tenga una hija propia".
"S, seor", acept Dash, poda proporcionar al hombre un poco de placer, si era
verdad lo que quiere. "Voy a tener que encontrar a Caitrin", coment cuando salieron del
estudio hacia el pasillo.

"Eso va a ser un poco difcil, seor," anunci el mayordomo a slo unos metros de
distancia.
"Por qu?" Los dos hombres le preguntaron al mismo tiempo.
"Se ha ido."

VEINTITRES

Caitrin slo haba paseado por su habitacin un momento antes de que ella se
lavara y se cambiara de vestido, entonces fue en busca de sus amigas, estaba a punto de
ser encerrada en un matrimonio que no quera. No haba forma en que ella estara
encerrada en su habitacin, como un nio que haba sido reprendido y enviado a la cama
sin la cena.

La ventana cruji un poco cuando Caitrin empuj y pas por encima del borde, su
pie encontr fcilmente el enrejado de rosas que abrazaba la pared, todo el camino hasta
el techo.
Rpidamente baj y cay sobre los dos pies al saltar sobre el rosal en la parte
inferior. Aprender a hacer eso tomaba aos, adems ella no poda haber vuelto a casa con
un vestido lleno de espinas y araazos en las piernas.
No deba haber ninguna prueba de sus reuniones nocturnas con sus hermanas
aquelarre.
Cerr los ojos y de inmediato vio que Rhiannon y Sorcha estaban en los
invernaderos Ferguson. Ella sonri mientras se diriga en esa direccin.

Sorcha grit y se arroj en brazos de Cait tan pronto como ella se acerc al
invernadero y Rhiannon sonri suavemente.
"Estoy tan contenta de estar en casa. Cmo est Elspeth? Qu sucedi en
Hampshire con el tiempo? "Sorcha hacia pregunta tras otra, mientras que Rhiannon se
limit a sonrer, Rhiannon era mucho ms de la clase que creaba un viento suave para
cepillar tu mejilla que la de abrazarte. Y Cait siempre haba apreciado esto alrededor de
ella.
"Habis visto a Lord William?", pregunt Sorcha, con una tonalidad de ensueo en
su voz, Cait suspir. Porque Sorcha estaba obsesionado con los hombres licntropos?, ella
nunca lo haba entendido, no hasta recientemente, sin embargo.
"S, y me encontr con su esposa."
Los oscuros ojos de Sorcha se abrieron ante eso. "Su esposa?"
"Es lo mejor," Cait se lo dijo con la mayor dulzura posible. "Ya tenemos suficientes
licntropos en medio de nosotras." No quera quitarle importancia, pero no quera entrar
en detalles en ese momento.
Sorcha frunci el ceo. "Yo no puedo estar de acuerdo con eso, ninguno de ellos
est en medio de nosotras, incluso Benjamn estuvo aqu".
"S," estuvo de acuerdo Rhiannon. "Pero l y Elspeth estarn de regreso pronto,
estn en su derecho, Cait?"

Ella asinti con la cabeza. "nosotras no sabemos si ella va a entregar a su hija aqu,
a nuestro crculo."
"Le preocupaba que los Westfields no la aceptaran. Est bien? "Sorcha se mordi
el labio inferior.
Cait les dijo todo sobre el viaje, o la mayor parte, mientras tomaban el t en el
invernadero, entonces Rhiannon se qued inmvil mientras miraba por encima del
hombro de Cait hacia la puerta. "Parece que tenemos visitantes" murmur.
Cait gimi al or la voz de su padre detrs de ella. "Mire, yo le dije que las
encontraramos aqu" dijo en voz alta, se dio la vuelta y se sorprendi al encontrarlo de pie
con Dashiel.
"Y yo que pensaba que al fin era libre de ellos, aunque slo fuera por un momento.
"Ella dej caer la cara en sus manos.
"Cait," la llamaba Dashiel. "Puedo hablar contigo un momento?"
"No" en este momento, Lord Brimsworth, "ella llam. "Estoy un poco ocupada."
"Creo que voy a ir a visitar a Seamus Ferguson y dejar que se enfrenta a la ira de las
mujeres, Brimsworth".
Su padre se rio entre dientes antes de abandonar a Dash, riendo tan fuerte que se
oa a travs de la puerta cerrada.
Rhiannon dijo en voz baja en su odo, "Un rayo?"
"No" en interiores ", susurr Cait.
"Puedo utilizar lo suficiente para que lo golpee en los pantalones."
Dash se acerc hasta quedar justo detrs de Cait. "Aprecio el sentimiento, pero la
nica que me sacara de mis pantalones es Cait, maana".
Un jadeo fue la nica respuesta de Rhiannon, y Sorcha que se taparon la boca para
rer. Luego se sonroj y se rio ms fuerte.
"Le hizo un guio a ella?"
"Yo no, mi ngel."

Cait se puso de pie junto a l. "Comprtese", dijo mientras le daba un codazo en el

estmago.
"Presntanos a tu amigo", sugiri Sorcha.
"Sorcha Ferguson, Rhiannon Sinclair, este es Dashiel Thorpe, Conde de Brimsworth
y no es mi amigo", se quej Cait.
"Eso es correcto, yo slo soy su prometido. "l puso su brazo alrededor de sus
hombros.
"Prometido?" Rhiannon pregunt y Cait estaba segura de que sus ojos color
avellana no podran ser ms amplios.
"Estaremos casados maana" Dash le inform, sonando un poco orgulloso de ello.
"Estaremos?" Gimi Cait, sin embargo, un pequeo pedazo de su corazn dio un
salto en ese pensamiento.
l tir de su barbilla. "Lo estaremos, as que deja de poner mala cara".
"Yo no pongo mala cara."
"S, lo haces."
Rhiannon se inclin y murmur algo a Sorcha, que la hizo rer de nuevo.
"Qu dijiste?" Pregunt Cait.
"Nada." Rhiannon se encogi de hombros, con una sonrisa tirando de las comisuras
de su boca.
"Qu te dijo, Sorcha?"
Pero Dash la interrumpi. "Ella dijo que pensaba que finalmente pudiste haber
encontrado a un partido."
"Cmo me escucho?". Rhiannon se levant, un fuerte viento azotaba el pelo de
Dash.
"Nada lo suficientemente nefasto para requerir una de tus tormentas," sise Cait.
"Entonces, cmo?"

"Es una bestia!" Sorcha aplaudi con alegra. "Apuesto a que es igual que el Seor
Benjamn y su hermanos! Estoy en lo correcto? "
Dash levant una ceja hacia Cait, como pidiendo permiso para responderle a la
chica ms joven en cuestin, ella asinti con la cabeza rpidamente y se encogi de
hombros. "Ellas conocen a los Westfields."
"Ah." Dash sonri, eso lo resume todo. "Pues s, es cierto, soy un licntropo".
"Oh, una bestia propia!" Exclam Sorcha. "Yo tambin quiero uno!"
"Hay que tener cuidado con ste," le inform Cait. Muerde".
Dash la pellizc en el trasero, y ella le lanz una mirada que habra hecho que la
mayora de los hombres se mantuvieran a distancia.
"Damas, s que usted acaban de reunirse con Caitrin, pero es imprescindible que
hable con ella.
Ser muy inquietante si me la llevo lejos? "
"Oh, no hay necesidad de llevrsela." Sorcha rio, tirando Rhiannon por el codo.
"Vamos hay dejarlos un tiempo solos. "Como Sorcha camin hacia ellos, ella se acerc y
frot amorosamente un capullo de rosa cerrado. Despus de que se abri bajo sus caricias,
ella lo arranc y se lo tendi a Dash, l lo tom con una pequea sonrisa y una reverencia
y luego se lo meti en el ojal de su chaqueta.
Cuando se fueron, Dash la mir. "Ms brujas, supongo?"
As que saba? Su padre debi haberlo dicho, no es que Rhiannon o Sorcha
hubieran mantenido en secreto sus poderes, supuso que era una buena seal de que no
hubiera corrido por las colinas. Y fue inevitable, supuso, que l iba a aprender todo lo
dems, sobre todo porque no tena otra opcin de este matrimonio. "Hay cinco de
nosotras."
Dash la sorprendi diciendo: "Yo no te he obligado a un matrimonio que no
deseas."
"No?" el corazn de Cait cay al piso.
"Pero te pido que me des una oportunidad para influir en ti. "
"Y cmo podra hacer eso?" Susurr cuando sus labios se cernan por encima de
ella.

"Tengo la intencin de seducirte." Luego se inclin y le cubri los labios con los
suyos, presionando con insistencia hasta que se abri para l y su lengua poda barrer en
su interior.
Todo pensamiento consciente se fue de su cabeza cuando l levant sus brazos para
envolverlos alrededor de su cuello, en agradecimiento ella se puso de puntillas para
presionarse contra l.
"Ms fcil de lo que pensaba", murmur l, sonriendo contra sus labios antes de
que se apartara.
Ella tir de su cuello para traerlo de vuelta a ella, no te detengas ahora, sedceme
por favor., ella se quej.
"Qu tan grande es este invernadero?", le pregunt, con una amplia sonrisa, que
el hombre no poda disimular.
"Es enorme, por qu?"
Dash la tom en sus brazos y dobl una esquina, serpenteando a travs de filas y
filas de plantas, rboles y otros artculos que Sorcha utilizaba en su trabajo, cuando
llegaron a la pared del fondo, la nica que no posea ventanas, lentamente la solt y la
dej deslizarse por su cuerpo. l gru cuando ella se desliz a travs del bulto de sus
pantalones.
"Lo siento", susurr ella, sin saber por qu lo senta, pero el hombre pareca
aguantar el dolor.
"No lo sientas, puedes arreglarlo maana. "
"Qu?"
"Nada", se rio mientras empezaba a tirar de los cordones de su vestido.
"Qu ests haciendo?"
"Seducirte." en cuanto l la haba descubierto, sus labios bajaron por su cuello
hasta su clavcula.
Se detuvo brevemente para besar tiernamente la marca del mordisco que haba
dejado en ella.
"Estas tratando de seducirme, aqu."

Dash tir de su cabello hasta que ella inclin la cabeza para exponer ms de su
cuello, lami y mordisque la bajada de su pecho.
"Eso es un reto, Cait?" Incluso en las sombras de los naranjos, pudo ver el brillo en
sus ojos.
"No" un desafo ", ella dijo mientras el tiro el vestido de su hombro y expona la
cima de su pecho. "Es un hecho. Esto no es apropiado.
"Debes pensar que soy un maldito acerca de lo apropiado? Si es as, no me
conoces muy bien. "
Su mano acarici su pecho, su pulgar rozo el pico erecto, ella tema que se derretira
en la mesa, luego el dio un paso ms y se inclin para llevrselo a la boca.
Cait gimi en voz alta mientras tomaba la parte posterior de su cabeza y enhebraba
los dedos a travs de su cabello.
"Shhh", l se rio, el sonido era como agua caliente sobre una cascada, salvaje e
indmito. "No es apropiado hacer tanto ruido".
"Oh, cllate." Ella lo atrajo an ms cerca. "Dash", ella suplic.
"S, ngel"
"Qu ests hacindome?"
"Seducindote," dijo distradamente mientras empezaba a recoger la falda con sus
manos, mientras sus dedos rozaban los muslos, a travs de las ligas, y tocaban la
hendidura entre sus piernas.
"Me ests haciendo el amor?"
l levant la cabeza y respir por la boca, "Quieres que lo haga?"
Ella tembl bajo su intensidad.
"Yo quiero" Ella se detuvo, incapaz de ponerlo en palabras.
"Qu quieres?" Sus dedos sondeando su calor, su pulgar presionando ligeramente
pero insistentemente contra el lugar que ms le dola.
"A ti!"-Ella exclam-. "Te quiero a ti!"

"Entonces me tendrs", dijo, retirndose de su cuerpo, luego le enderez la ropa y

miro su pelo, que se haba desordenado. "Maana."
La bes en la frente y se dio la vuelta, dejndola all sola, con el pulso aun
golpeando en lugares secretos con una necesidad que ella no podra satisfacer.
Pero l poda, y era muy consciente de ello.

VEINTICUATRO

Dash sonri al salir del invernadero, muy satisfecho de s mismo. Ella lo deseaba, lo
haba sabido, pero orla decir las palabras le trajo ms alegra de lo que podra haber
imaginado.
Se maravill de su propia capacidad de alejarse de ella, el olor de su deseo y el
rpido ritmo de su corazn, batiendo con entusiasmo, habra sido un preludio para el
desastre antes de que l hubiera conocido a Cait. Pero, por alguna razn, quera hacer
todo bien con ella, quera ser respetable, l quera ser su marido.
Por lo tanto, haba apisonado su propia concupiscencia, empuj a la bestia ms
lejos. l no la tomara como un tipo corriente en un lugar pblico, haba tentado al destino
slo sosteniendo su pecho desnudo en la mano mientras se lo llevaba a la boca.
Dash se ajust los pantalones y se record a s mismo que al da siguiente iba a ser
suya, empez a caminar por el pasillo, con la esperanza de que un criado lo podra dirigir al
seor Macleod. Entonces oy una gruido infeliz, y un hombre del tamao de un pequeo
ogro entro en su camino, los brazos del hombre eran del tamao de los troncos de los
rboles, y l mir amenazadoramente a Dash.
"Usted es Brimsworth", le pregunt.
Sorprendido en el silencio, Dash asinti.
"Y piensa que puede tomar a Caitrin de m?"
Quin diablos era ese hombre? Y por qu crea que poda reclamar a Cait?
"Exactamente, quin es usted?"

"Wallace Ferguson, y entiendo que pidi la mano de Cait. "

Dash asinti con la cabeza una vez ms, le haba preguntado a Cait en ms de una
ocasin si alguien esperaba por ella en casa. Ya se haba encontrado con Alec MacQuarrie
y ahora con Wallace Ferguson. Cuntos otros Escoceses estaban all esperando por ella?
Era una buena cosa que ellos se iban a casar maana.
"Angus Macleod me ha dado su bendicin, tal vez lo invitemos a la fiesta".
Wallace Ferguson gru. Y a pesar de que era ms o menos del tamao de un
elefante beb, Dash era un licntropo, el hombre no lo asusto, no mucho de todos modos.
A pesar de que el gigante, posiblemente, podra tener algn especie de energa
desconocida.
"Wallace" Una de las amigas de Caitrin, la linda chica de pelo oscuro que pareca un
espritu del bosque, surgi de detrs del escocs de gran tamao, luego flot hacia ellos y
dej escapar un suspiro. "Yo lo siento, Lord Brimsworth, pero mi hermano tena su corazn
puesto en Caitrin para que se casaran, usted tiene que perdonar sus malos modales".
El gigante frunci el ceo cuando sus ojos recorrieron a Dash como si lo estuviera
evaluando.
"Ya veo", respondi Dash.
"Wallace, pap me envi para encontrarte, l y el seor Macleod estn en la
biblioteca. Les gustara que ustedes se reunieran con ellos all. "Ella lo ahuyent con sus
manos y una mirada impaciente. El patn de gran tamao gru un poco cuando l se
apart de ellos, aunque Dash estaba seguro de que era slo un gruido humano destinado
a asustarlo. Si el hombre quera or un gruido real, Dash se lo dara.
Con los hombros cados hacia delante, Wallace Ferguson pisoteo por el pasillo y
dobl en una esquina, desapareciendo de la vista, Dash volvi su atencin hacia el espritu
del bosque. "Eres Sorcha?"
Su sonrisa ilumin el pasillo. "S, mi Lord, es agradable
buscando al seor Macleod?"

hacer amistad, est

l asinti con la cabeza.

"Bueno, tal vez debera esperar un poco, Wallace no est con el mejor estado de
nimo de esta tarde. Dejo a Cait en mi invernadero? "
"S."

"Bueno, me han enviado para encontrarla, tambin, tenemos invitaciones que

enviar para maana por la noche. "
Angus Macleod le haba dicho en el camino que iban a invitar a la mitad de la
ciudad para celebrar con ellos la noche siguiente. Todo pareca bastante precipitado.
"Necesitas ayuda con las invitaciones?"
Sorcha se ech a rer cuando ella se dirigi el invernadero. "Es muy amable, pero
eso es de conocimiento de cualquiera en Edimburgo".
"Todava puedo ser de ayuda." l sigui a la chica al interior del invernadero, donde
sus ojos aterrizaron inmediatamente en Caitrin.
Slo la visin de sus labios hinchados por los besos le hizo preguntarse cmo haba
tenido la fuerza para salir de la habitacin en primer lugar, ella cruz los brazos debajo de
su pecho y pareca incapaz de mirarlo a los ojos.
"Ah estas!" La dulce voz de Sorcha vino de su lado. "Estamos empezando las
invitaciones".
"Ah, s?", Dijo Cait, centrando sus ojos en la joven bruja.
"Por supuesto." Sorcha se apresur hacia Cait y enlaz su brazo con el de su amiga.
"Tienes que decidir a quienes hay que enviarlas".
"Te importa si les acompao?", pregunt Dash.
Cuando Cait finalmente lo mir, un rubor rosado se pos en sus mejillas. "Si
quiere".
Le gui un ojo y le encanto cuando su rubor se oscureci. "Acabo de conocer al
encantador hermano de la seorita Ferguson, creo que lo mejor es que lo tenga en la
mira".
Sorcha se ech a rer. "Yo casi tena miedo de que Wallace lo golpeara, pero si usted
es realmente tan fuerte como el seor Benjamn, no tendr nada de miedo de mi
hermano".
"l no tiene un poder mstico", pregunt Dash, volviendo su atencin hacia el pelo
oscuro de la muchacha. Ella se rio. "Pura suerte, es mi medio hermano, no es que importe,
porque slo las mujeres en mi familia han tenido poderes msticos, aunque estoy
empezando a preguntarme acerca de la prxima generacin.

Elspeth tiene a Ben, y ahora usted tiene a Caitrin. "Mir a Cait. "Cmo saldrn sus
hijos?" Ella se pregunt en voz alta.
"Estoy seguro de que van a llevar a los rasgos de su padre, al igual que otros
muchachos Licntropos".
Sorcha cabece, como si eso tuviera sentido. "As que piensa que esto sigue una
pauta de algn tipo?
Conseguiremos todas nuestro propio licntropo"? Cait frunci el entrecejo
mientras diriga a su amiga hacia la salida. "Segn mis conocimientos cuntas veces te lo
he dicho, Sorcha, he visto al hombre con el que te casaras y es no es un licntropo".
Dash se apresur a seguirlos hacia el pasillo.
"Estas segura, Cait? Tal vez es un licntropo, y t lo conoces".
Solt un largo suspiro. "l no es un licntropo, Sorcha, estoy segura de ello, ahora,
no ms, por favor. "

Cait estaba consciente de los ojos de Dash sobre su espalda en todo el camino
hasta el pasillo y luego por el siguiente. Su corazn an lata violentamente por su
seduccin, quera maldecirlo por lo que hizo, incluso aunque ella saba que era para mejor.
Maana, le haba prometido.
Maana iba a ser su marido, aunque ella todava no estaba muy segura de cmo se
senta al respecto. Ella lo quera, lo necesitaba, estaba a mitad de camino de enamorarse
de l. Pero era un matn, y a ella no le gustaba el control que pareca tener sobre ella.
"Aqu estamos", Sorcha casi cantaba cuando llegaron al saln amarillo de Ferguson.
En el interior, se encontr con Rhiannon sentada en un escritorio con una pila de
hojas de papel, un tintero y una pluma, sus ojos se abrieron por la sorpresa cuando
aterrizaron en Dash.

"Lord Brimsworth, nos ayudara con las invitaciones?"

Cait mir por encima del hombro, Dash sacudi la cabeza. "Yo, slo parece que no
puedo alejarme de mi hermosa novia".
Sorcha suspir junto a ella. "No les recuerda a Lord Benjamn?"
"Un poco", admiti Rhiannon.
Cait se sent en un sof de brocado de color amarillo, mientras que Sorcha eligi un
asiento frente a Rhiannon, entonces Cait nivel su mirada sobre Dash. "Usted sabe cul
es el rasgo ms irritante de Benjamn Westfield?"
Una sonrisa fcil sali sus labios, y l apoy su hombro contra la puerta. "No dime,
ngel".
"Cada una de nosotras tenemos nuestras propias capacidades", comenz Caitrin,
"como probablemente ha adivinado, Rhiannon puede controlar el clima dentro y fuera,
Sorcha puede hacer que las cosas vuelvan a la vida o se marchiten y Elspeth puede curar
casi a cualquier persona, con slo las puntas de sus dedos".
l asinti con la cabeza como si entendiera todo eso. "Qu maravilloso regalo!"
"S," estuvo de acuerdo Cait. "Ella ha ayudado a muchas personas a travs de los
aos, pero Benjamn no lo aprueba y ha sido un poco matn acerca de eso. Y yo ni siquiera
debera haber ido a Hampshire en primer lugar, si la hubiera dejado simplemente usar sus
poderes para curar a su madre, patn obstinado".
La frente de Dash se frunci, y l dio un paso en la habitacin, cruz los brazos
sobre su amplio pecho.
"As que tengo que agradecerle a Lord Benjamn por conducirla hacia m?"
Ella frunci el ceo, ese no era el punto de la historia. "Lo que estoy diciendo, Dash,
es que"
"Ese Westfield es un patn terco, s, Caitie, te escuch, pero nunca podra haberte
encontrado si no hubieras llegado a Hampshire, as que voy a tener que enviarle una
muestra de mi gratitud."
Sorcha lanz otro suspiro melanclico y Cait pens que iba a gritar. Cmo podra
su amiga encontrar encanto en esas caractersticas? "Bueno puede encontrar algo que
hacer? Creo que vamos a estar ocupadas aqu el resto del da."

"El resto del da?" l arque una ceja divertida en su direccin.

"S, y la mayor parte de la noche, tambin, tal vez voy a estar demasiado cansada
incluso para ir con usted a la iglesia maana".
l se rio entre dientes. "Vas a estar all, Caitie, no lo puedes negar aunque lo
quieras, pero ambos sabemos que me deseas". Luego se inclin a sus amigas. "Seoras,
confo en que voy a verlas a las dos en la maana."
Rhiannon asinti y reprimi una sonrisa, y Sorcha rio. "No nos la perderamos por
nada del mundo, mi lord".
Finalmente, Cait se volvi hacia sus dos hermanas aquelarre y frunci el ceo. "Yo
no s por qu me voy a casar con ese matn".
"porque lo amas ", dijo Sorcha, sonriendo.
Caitrin solt un bufido, si la amaba, l nunca se lo haba dicho, no quera
admitrselo a sus amigas. "Por lo tanto, las invitaciones?"
"Bien esto es lo que tenemos que hacer", dijo Rhiannon. "Slo necesitamos algunas
direcciones."
Cait asinti. "Los Colsons", ella comenz. "Y los Gillespies." Entonces ella se detuvo
cuando su corazn se senta pesado. "No me gusta que Elspeth y Blaire no estn aqu, no
se siente bien."
Sorcha se encogi de hombros. "Ninguna de ustedes estaban all por Elspeth,
aparte de m."
Cait le frunci el ceo. "Yo estaba recuperndome en cama" de un ataque de lobo."
"Aun as no estaban all, adems, Elspeth lo entender, ella cree en el amor
verdadero".
Sorcha y sus ideas extravagantes, Cait sinti un ascenso de ira por lo segundo.
"Pero Blaire..." La culpa se clav sobre ella, haba visto esa visin terrible del futuro
de Blaire, y, a pesar de que saba que su amiga estaba segura, no saba por cunto tiempo
ms sera as.
"Qu pasa con Blaire?" Rhiannon pregunt en voz baja.

Cait sacudi la cabeza. "Tuve una visin, y yo no reconozco el lugar, pero estaba
oscuro y ella estaba siendo perseguida por una criatura muerta, de ojos negros, pareca
como si fuera a cazarla. "Estaban en un lugar que Cait nunca haba visto antes. En este
momento, Blaire fue al castillo de Briarcraig, un lugar al que Cait nunca haba ido, su
corazn se encogi.
Tena que llegar a ella, para advertirle antes de que fuera demasiado tarde, salt del
sof y se dirigi a la puerta.
"Caitrin!" Sorcha la llam. "Las invitaciones".
"Invita a quien quieras."
Vol por los escalones de la Casa Ferguson a las calles de Edimburgo y corri hacia
su casa.
Apenas se dio cuenta de los otros peatones mirndola mientras corra a toda
velocidad, en cuestin de minutos, ella corra por los escalones de la casa Macleod, Findlay
abri la puerta para ella, y casi chocaron. "Necesito un coche, Findlay, y una maleta".
"Est corriendo de su futuro marido?"
Alec MacQuarrie sali al pasillo de una sala.
Caitrin lo mir boquiabierta. "Qu ests haciendo aqu?"
"He estado esperando para hablar contigo todo el da," dijo Alec.
l no haba regresado a su casa? Haba estado esperando aqu desde la maana?
Le deba algo mejor que eso, pero no poda hacerlo ahora, tena que encontrar la
manera de llegar al lago Calavie. "Alec, no tengo tiempo ahora, pero"
"De verdad te casaras con Brimsworth?"
Cait trag, ella realmente pensaba eso, estaba lista, pero tendra que esperar. Las
palabras se quedaron atrapadas en su garganta, pero se las arregl para asentir.
l se acerc a ella, sus ojos oscuros llenos de dolor y pesar. "No lo hagas, Cait, voy a
hacer lo que quieras, antes de que lleves esto demasiado lejos".

No poda tener esta conversacin con Findlay mirando, as que agarr del brazo a
Alec y lo arrastr de vuelta a la sala, donde haba estado diligentemente esperando todo el
da, rpidamente cerr la puerta detrs de ella. "Alec, por favor."
"Yo soy el que te lo pide, Cait, no s lo que ves de m, pero yo s lo que hay en mi
corazn, y te amo."
Alec la amaba, l se lo haba dicho antes, y sin embargo ella se casara con un
hombre que nunca le haba dicho esas palabras a ella, pens que su corazn podra
romperse. "Yo no soy para ti, Alec, creme".
"Yo no debera tener alguna opinin que decir con respecto a eso?", l pregunt,
con la voz afligida.
Las lgrimas empezaron a caer por la mejilla de Cait, no era justo. "Por favor, esto es
bastante difcil para m como lo es para ti, Alec, y me preocupa Blaire".
"Ella no est aqu?"
l al parecer estaba inconsciente de todo lo que haba ocurrido hoy, con la
excepcin de su compromiso, ella neg con la cabeza. "Ella est en un castillo cerca del
lago Calavie, en el Castillo Briarcraig, donde quiera que quede. Est en las Highlands en
alguna parte, tengo que conseguir llegar a ella."
Alec le apart las lgrimas con la yema del pulgar. "Voy a ir con usted, la
encontraremos juntos".
Cait parpade, no saba qu decir, pero saba que no poda aceptar su ofrecimiento,
sera lo ms inconcebible que poda hacer.
"Ven conmigo, Cait", le dijo. "Yo te amare todos los das de mi vida, te lo juro."
Ella neg con la cabeza. "No puedes ir conmigo, no puedes hacer esto ms difcil,
Alec.
l inclin la cara hacia arriba para mirarla. "De verdad quieres casarte con
Brimsworth?"
Ella quera casarse con Dash? Ella no quera ser obligada a hacerlo, pero ella lo
quera. Alec mereca una respuesta honesta, tal vez lo ayudara a moverse a su sendero
destinado, Cait asinti.
Su rostro se retorci de agona, y Cait sinti una nueva oleada de lgrimas que se
arrastraban por sus mejillas, en otra vida, Alec MacQuarrie habra sido el hombre para ella.

"No puedes ir tras Blaire entonces, Caitrin, se supone que debes casarte con el
hombre maana".
"Pero tengo que ir", subray ella. "Blaire est en peligro."
Dash entender, haba que explicrselo a l y l... creera que ella estaba huyendo
de l de nuevo.
"Alguna vez me amaste?" la voz tensa de Alec le desgarraba el corazn.
"S," ella se ahogaba. "Pero nuestros caminos nos separaban."
l baj la cabeza y apret sus labios contra los suyos, era tierno y dulce y hasta
ahora estaba muy lejos de sentir la pasin que la abarcaba cuando se encontraba en los
brazos de Dash, fue un adis a lo que pudo haber sido.
Lentamente, levant la cabeza y la mirada de angustia en sus ojos oscuros le
retorci su estmago en nudos. "Yo no puedo estar aqu y ver cmo te casas con l", le
susurr. "Por lo tanto, voy a ir a buscar a Blaire, t debes permanecer aqu". Entonces l
se alej de ella. "El Castillo Briarcraig por el lago Calavie?"
Ella logro asentir.

Alec abri la puerta y contuvo el aliento estrangulado, Cait miro por encima para
ver a Dashiel Thorpe de pie en el pasillo.
"La Seorita Ferguson dijo que estaba alterada y que se haba ido a toda prisa," dijo
el suavemente, aunque sus ojos mbar parecan llenos de rabia.
Alec asinti con la cabeza hacia Dash. "La mejor de las suertes, Brimsworth."
"Y a usted, MacQuarrie." Respondi Dash, pero l no quitaba los ojos de Cait.
La puerta se cerr suavemente detrs de Alec, y Cait se volvi para mirar por la
ventana mientras se alejaba.
Su paso era fuerte, pero la manera en que sus hombros descendan casi le rompi
el corazn.
Ella se limpi una lgrima de su mejilla.

VEINTICINCO

"Volviste corriendo aqu para tener una cita con MacQuarrie?" Exigi saber Dash,
la ira corra por sus venas, y le estaba resultando difcil controlar su temperamento.
Ella sorbi su nariz y le dio la espalda a la ventana con vista a la acera.
Tom una respiracin profunda, MacQuarrie haba desaparecido, que era lo que
haba querido desde que haba conocido al hombre, Dash se acerc lentamente a la sala
hasta que l estaba detrs de Cait mientras miraba fijamente por la ventana, el corazn le
dola un poco cuando se sec una lgrima de la mejilla.

Dash cerr los ojos con fuerza, l no poda tocarla, no hasta que supiera lo que
haba en su corazn.
"Si lo amas tanto, puedo ir y traerlo de vuelta para ti", le dijo. Esto lo matara, pero
lo hara, tendra que sufrir las consecuencias.
Se dio la vuelta con rapidez hasta que se enfrent a l, un fuego azul ilumino sus
ojos., entonces ella empujo un dedo en su pecho.
"Si yo lo amara, le habra pedido que se quedara conmigo en vez de pasar mi vida
con una bestia pero en cambio me he condenado a m misma a pasar toda una vida
contigo".
"Si me encuentra tan detestable, Caitie..." Dej que su voz se apagara. "Maldita sea
al infierno", le grito, se pas una mano por el pelo frustrado. "Te quieres casar conmigo o
no? Puedes aceptar quin soy? "Cait se volvi para mirar por la ventana, ella no
respondi.
Esa fue toda la respuesta que necesit, rpidamente el cuarto, precipitndose
arriba hacia la escalera a sus cuartos prestados lo ms rpidamente que pudo, conseguira
sus cosas, encontrara a Niall Forster, llamara a su coche, y estara fuera de su vida para
siempre. Sus rpidos pasos golpeaban contra el piso de madera mientras corra detrs de
l, pero a ltimo minuto, ella gir y entr en otra direccin, era preferible as, podra salir
sin hacer una escena.
Le arranco el corazn, y l estara condenado a vivir una vida en solitario, pero
podra encontrar una cantidad mnima de felicidad, aunque ya no estuviera en su vida; que
fue aparentemente lo que dese.
Dash vio al seor Forster asomar la cabeza por la puerta contigua a la suya,
entonces el viejo sonri y tir la cabeza hacia atrs y cerr la puerta antes de Dash pudiera
preguntarle qu deba hacer, algunos mentores resultaban as.
l irrumpi en su habitacin y abri su maleta.
"No debera olvidar su revista de libertinaje, Lord Brimsworth," Cait se burl desde
la puerta, donde le tenda su pequeo diario encuadernado en cuero.
"Ya no lo necesito, puedes tirarlo al fuego. "Ya no era de ninguna utilidad para l, si
no poda estar con ella, no podra estar con nadie. Pero lo hara si pudiera? Si a l
realmente le preguntaran tendra que decir que no, quera Cait, y por Dios, l slo quera
Cait.

No ms mujeres, Lord Brimsworth? lo incit desde la puerta. "Sin duda

necesitar el diario para que pueda encontrar a alguna actriz rellenita que pueda hacer
esa pequea artimaa con la lengua".
Cerr los ojos y los dejo inmviles, haciendo una mueca, era evidente que haba
ledo ms de su libro. "Eso fue en el pasado ", l murmur.
Luego abri su pequeo diario, hoje algunas pginas, y ley en voz alta:

"Lord Ridgely me dijo hoy que planea jubilar a su encantadora amante, ya que ha
descubierto de repente que ama a su esposa y desea ejercer tanto la lujuria y el amor con
una nica persona, yo no puedo imaginarme jams sintiendo una emocin tan irracional
como el amor, creo que es un mito inventado por aquellos que crean en cuentos de hada y
sueos.
Puedo pagarle a la mujer una visita?"

Dash gru silenciosamente en su garganta, alguna vez ese ruido detendra a los
hombres adultos en su paso.
Pero Cait slo entrecerr los ojos, levant la mano y tir el libro por su cabeza con
tal fuerza que l tena que agacharse o posiblemente le habra sacado los ojos.
Con eso, Dash dio un paso hacia ella, la tom por la cintura y la atrajo rpidamente
contra l, ella luch y lo golpe en el pecho hasta que le cogi las muecas en la mano y se
las coloco detrs de la espalda, encarcelndola contra l.
"Yo creo en cuentos de hadas y en los sueos, mi Lord." Ella tena la barbilla muy
alta, cuando la mir.
"Dejaste que te besara?" l saba que ella lo haba dejado, haba odo la mayora
de las palabras que haban hablado en voz baja en el saln con claridad a travs de la
puerta cerrada, y an poda oler a MacQuarrie en ella, cuando ella no respondi el repiti
la pregunta.
"No es as?"
"S, lo hice."

l volvi a gruir, dios ayudara a MacQuarrie despus de que Dash pusiera sus
manos sobre l.
"Tena que saber", dijo ella en voz baja, volviendo toda su atencin hacia ella.
"Tenas que saber qu?"
"Tena que saber si..." Sus palabras salieron rotas, ahogado por un sollozo. "... Si sus
besos me hacen sentir como los tuyos. Ella resopl con fuerza. "Y yo tena que decirle
adis."
Dash senta dolor fsico cuando sus ojos se llenaron de lgrimas, afloj su abrazo de
sus manos y ella enterr el rostro en su chaqueta.
"Y su beso... no te hace sentir como los mos?" Su mundo entero dependa de la
respuesta a esa pregunta.
"No", murmur contra su pecho.
"No?" Sin atreverse a esperar
"Dilo de nuevo."
"Nadie me hace sentir de la forma en que t lo haces", admiti al fin.
Entonces Cait sac su barbilla y Dash no pudo resistirse a la invitacin, cuando toc
sus labios ella, se estremeci en sus brazos y su pulso lata como loco.
"Quiero arrancarte la ropa y ponerte sobre la cama, luego hacer el amor contigo
durante horas ", l le susurr al odo.
"Entonces, qu es lo que te detiene?"
"An debes decir tus votos hacia m."
"Todava tienes que preguntarme."
"Yo te lo pregunte, pequea bruja!" Dash gru.
"No, nunca lo hiciste bestia!" Ella le dio un puetazo en el hombro.
"Soy una bestia," l murmur. "Maldita sea". Ella lo mir, con los ojos todava
hmedos con el dolor que le haba causado, l se dej caer de rodillas ante ella.

"Caitrin Macleod, me haras el honor de ser mi esposa?"

"Es lo mejor puedes hacer", pregunt ella, con lgrimas brillando en sus pestaas,
pero con una sonrisa en su rostro.
"Qu ms quieres de m, Cait?"
Ella gir su cuerpo y se sent en su rodilla extendida, entonces ella coloco su mano
alrededor de su oreja, se inclin y le susurro: "Quiero todo de ti."

Cait chill cuando Dash la tom en sus brazos, cerro de una patada la puerta del
dormitorio, y la arroj en el centro de la cama.
"Las nias traviesas que se burlan de los lobos grandes y malos merecen ser
castigadas", dijo con una media sonrisa en su rostro cuando cay encima de ella y la
empuj hacia la cabecera.
"Te he contado el momento en que fui atacada por un lobo?"
l se qued quieto sobre ella. "Por un licntropo?"
"No, por un lobo real, Elspeth tuvo que sanarme".
"Qu sucedido, Caitie?"
"Fue un mal juicio de mi parte lo que me puso en esa situacin."
"Eso no lo dudo", l brome. "Dime, de todos modos."
Cait suspir. "En ese momento, me opona totalmente a la relacin de Elspeth con
Benjamn Westfield, y haba ido a dar un paseo por el bosque con Jeannie para despejar mi
mente, me coloco un poco molesta cuando las personas no ponen atencin a mis
consejos".
"Lo tendr en cuenta." l le sonri. "Qu pas?"
"Bueno, en ese momento yo no estaba colocando atencin por donde yo iba, y me
encontr con una guarida de lobos." Ella se encogi de hombros.
"La madre era protectora con sus cachorros."
Una sombra de algo cruz por su rostro.

"Qu es?" Ella pregunt mientras le alisaba el pelo de la frente.

Dash cerr los ojos y apret la mejilla contra su mano, luego se volvi y bes el
centro de la palma de su mano. "No es nada", dijo con aire ausente.
Cait se sent. "No es 'nada'."
"Crees que soy tonta."
"Ya lo creo tonto, gran patn, ahora dime lo que ests pensando, yo no puedo leer
la mente".
"Eso es correcto, soy el nico hombre al que no puedes verle el futuro, l tir
juguetonamente de un mechn de su cabello.
"Lo que ahora me recuerda," ella gru. "Que dejes de cambiar el tema."
Dash cerr los ojos y respir, como si estuviera armndose de valor. "Me pregunto
si vas a ser tan protectora con nuestros cachorros como la madre loba lo fue?"
Cait cruz las piernas debajo de ella, metiendo la faldas a su alrededor. "Nosotros
realmente no tendremos cachorros". Dash se rio. "Por suerte, creo, aunque no estoy
completamente seguro. Yo ni siquiera saba lo que era, hasta que conoc a los Westfields,
pens que era una especie de monstruo, una anomala, una broma cruel del destino.
'Revelations' fue un libro especialmente difcil para llegar a m a travs de mis
estudios de teologa".
Cait trat de resolver el problema en su cabeza. "Por lo tanto, el padre que tu
creas que era tu padre nunca te dijo lo que eras, tampoco? Creciste completamente sin
ninguna idea de que eras un licntropo?
Caitrin poda ver que ella haba tocado un lugar donde nadie antes lo haba tocado.
"Piense en ello como si tuvieras el don de la clarividencia, pero slo se les permita
usarlo de vez en cuando, y cuando lo utilizamos, era incontrolable. Tanto es as que tuvo
que obligarse a impedir el uso de esa parte de ti mismo, una parte con que se nace, un
regalo que se supone que es una parte de ti, si slo se pudiera encontrar la manera de
utilizar la maldita cosa. "
"Eso sera positivamente terrible."
"Y cuando se les permita usarlo, no tena idea de cmo controlarlo."

"Solo te puedes convertir en lobo durante la noche de la luna llena?"

"Slo durante una noche, correcto. "De repente se vea muy serio.
"As que, voy a ser capaz de observarte en tu forma de lobo, para cuando tenga que
prepararme para nuestros cachorros".
Ella se ech a rer con esa ltima palabra, exagerando ms de lo necesario. "Voy a
estar bien con ello, pero te dir en este momento que lo nico que tienes permitido es
mordisquear los dedos".
l le tom la mano y la apret. "No, No va a ser as. "
"Qu quieres decir?"
"Quiero decir que voy a compartir cada parte de m contigo, Caitie, y yo te har
feliz, voy a ser un buen padre. Incluso podra mordisquearte en varias partes, pero yo no
voy a compartir la noche de luna llena contigo".
"Sin embargo, Ben y Elspeth estn juntos cuando est la luna llena, y tambin los
otros hermanos Westfield y sus esposas".
"Ellos no son como yo." Se sent y tom sus manos entre las suyas. "No son
salvajes, estn controlados".
l desprendi el hombro de su vestido. "Mira que te he hecho dao, y ni siquiera lo
pretenda".
"Solo queras seducirme."
"Oh, todava quiero eso, bastante, " l gru mientras se sentaba y la haca rodar
por debajo de l. Su rodilla rpidamente se desliz entre sus piernas y las abra.
"Espera." Ella golpe su hombro, lo que lo oblig a retirar sus labios de un lado de
su cuello, donde hacan cosquillas en un camino hacia la oreja.
"S, ngel," suspir mientras levantaba la cabeza.
"Tengo que decirte algo."
"No puede esperar? Te estoy haciendo el amor aqu".

"Cambiaste de tema, Dashiel Thorpe, puedo ver a travs de ti. "Ella tom su rostro
entre sus manos y le oblig a mirarla, con los ojos como piscinas mbar que seguramente
podran ahogarla
"Yo amare a nuestros cachorros, y los proteger con mi vida, si es necesario, el
hecho de que podran ser licntropos, no me hace tratarlos de manera diferente, salvo, tal
vez, amarlos ms, porque son parte de ti. "
l la bes suavemente y tiernamente, hasta que ya no pudo hacerlo por ms
tiempo, l presion su frente contra la de ella y respir, "Si no sales de mi habitacin, no
voy a ser responsable de lo que haga contigo. "
"Me atrevo ", ella se rio.
"No," dijo mientras la haca rodar fuera de la cama. "Quiero hacer esto bien." l la
ayud a levantarse y la empujo hacia la puerta.
"Yo nunca he hecho nada honorable en mi vida, ngel. Hasta ahora, fuera".
Su despedida fue casi dolorosa, y Cait no poda esperar hasta el da siguiente para
casarse con el gran patn.
Dash finalmente la empuj a su cuarto y cerr firmemente la puerta tras l, a
continuacin, la cerradura tintineo como una ltima barrera entre ellos.
"Dashiel," susurr suavemente a travs de la rendija de la puerta.
Lo oy rer al otro lado. "Vete a tu cuarto, Caitrin, antes que me olvide mi voto para
esperar y hacer esto correctamente, voy a tener tus faldas alrededor de las orejas, y ni
siquiera voy a recordar lo que sucedi".
"Promesas, promesas", brome de nuevo.
Asuma el pensando mientras oy un puo golpeando la puerta.

Los mentores deben ser tiles, o cual era el punto de tener uno? Dash volvi a
llamar en la puerta de Forster. Dnde estaba el hombre, por el amor de Dios? Entonces
oy los viejos pasos del licntropo por las escaleras.

Se dio la vuelta y vio a su mentor detenerse, tena un brillo en sus ojos verdes.
"Asumo que todo resulto bien con tu prometida."
Dash le frunci el ceo. "Necesito tu ayuda, Forster."
El hombre neg con la cabeza e hizo un gesto hacia Dash para entrar en su
habitacin. Luego se uni a l y cerr la puerta detrs de ellos.
"Qu ayuda necesitas, Dashiel? Sonaba como si tuvierais todo "bajo control".
Control, l dijo la palabra como si fuera una maldicin. "Me voy a casar con Caitrin
maana."
"S, lo he odo, felicitaciones.
Dash se pas una mano por su cabello. Cmo podra el hombre no ver su
angustia? "Qu debo hacer, Forster? Cundo Caitrin es todo para m? "
El viejo se ech a rer. "Estoy seguro de esa parte, muchacho. Realmente tienes un
diario de libertinaje? "
Dash gimi, as que Forster haba odo cada palabra que Cait le haba dicho, no es
que l debera haberse sorprendido. "Eso fue hace una eternidad."
Forster se dej caer en una silla de madera junto a una ventana y sacudi la cabeza.
"Ha habido claramente mujeres en el pasado, Dashiel, si no pregntame a m".
Dash se pas una mano por la cara, Niall Forster iba a ser la muerte de l. "He
tenido mi parte de rameras, seor, pero Cait... "
"Antes, en tu vida anterior, cmo iban las cosas con las muchachas con que te
habis acostado?"
Nunca nadie le haba preguntado esa pregunta a l antes, y realmente preferira no
discutir los detalles.
El anciano neg con la cabeza, mientras una expresin de impaciencia cruz su
rostro. Aunque Dash pens que Forster no tena ningn derecho a ser impacientes acerca
de una maldita cosa.
"Habis podido controlarte a ti mismo o la bestia interior tomaba el control?"

Eso es lo que estaba pidiendo? Dash dej escapar un suspiro de alivio. "Luch para
tener el control."
Forster asinti con la cabeza. "Me lo imaginaba, slo quera estar seguro." l
tamborile con los dedos sobre el brazo de su silla. "Tienes que aceptar lo que eres,
Dashiel. As como la seorita Macleod parece aceptar la verdad sobre nosotros, trtala
con una pgina de tu libro, por lo tanto, deja que ella conozca cada parte de tu alma".
"Ests diciendo que la bestia la debe tener a su manera?"
Forster suspir. "Ustedes hablan de ella como si no fuera una parte de nosotros, es
su camino, tu eres la bestia, Dashiel.
Acptalo. "
El hombre era tonto, acptalo, no era ms que un montn de tonteras. La bestia le
hara dao a Caitrin y Dash nunca podra permitir que eso sucediera.
"Cundo fue la ltima vez que habis tenido una corrida refrescante?"
Dash sacudi la cabeza, Forster era realmente un tonto. "Una corrida
refrescante?"
"S, slo corriendo por el bosque o en una pradera abierta, el golpe de aire fresco" a
travs de tu pelo"
"Corr todo el camino desde el condado de Durham a Glasgow."
Un suspiro escap de Forster. "Eso no fue una carrera refrescante."
"Casi", coincidi Dash.
"Eso no lo es lo que estoy preguntando, Dashiel, solo estaba tomando un poco de
prisa cuando se iba desde Inglaterra.
Lo que estoy sugiriendo es una carrera salvaje por el parque, ayuda a ponerse en
contacto con la bestia dentro de nosotros.
Vamos a soltarlo en un lugar seguro".
"Un lugar seguro?"

Por ltimo, Forster sonri. "Yo puedo decirle el lugar, la silla de Arturo es el punto
ms alto en Edimburgo. Es lo que queda de un antiguo volcn, de todos modos, la leyenda
dice que el lugar tiene propiedades mgicas.
"Ir a la base de la colina en el lago Dunsapie, tienen un largo efecto refrescante '.
Puede pensar en su bestia, puede pensar en sus nupcias.
Slo escuche la brisa, de la vuelta al lago, cierre los ojos y absorba su interna y
corra libremente por la silla de Arturo".
Ese era el consejo de su mentor? Los hombros de Dash se hundieron hacia
adelante. Estaba verdaderamente condenado, tena que aprender a doblegar a la bestia,
aprender a controlarla.
No le haca falta convertirse en uno con l, l no tena que aceptarlo como parte de
s mismo. Qu tonteras? Obviamente, el mayor Forster lo haba enviado en una misin
intil cuando lo envi con su primo.
Tal vez ese era su penitencia por torturar a Lord William y a Prisca Hawthorne como
lo haba hecho, l suspir profundamente.
"Dejar de pensar", el Sr. Forster inst a que se diera la vuelta y Dash le dio en el
hombro un no muy suave empujn, Dash se tambale hacia delante, un gruido sali de
su garganta. Se volvi hacia el viejo astillero, por lo frustrado que estaba, listo para
desnudar sus dientes en el viejo licntropo, pero antes de que pudiera siquiera levantar el
labio, el anciano levant la mano y golpe Dash justo en el medio de la frente.
"Ay!" Dash grit al llegar a frotar la zona ofendido. "Por qu ha hecho eso?"
El Sr. Forster sacudi un dedo en la cara de Dash. "Si pensabas que me podas
intimidar con un ceo o un gruido, tienes que pensarlo mejor, cachorro."

"No tena que golpearme " Dash murmur mientras distradamente se frotaba la
cabeza.
"Usted debera ser feliz que no tomo un papel de peridico enrollado pequeo
ingrato"
Forster murmur para s mientras se apartaba de Dash. "Vengo aqu por una
historia de amor, y todo lo que consigo es un licntropo agresivo que no escucha lo que le
digo, tanto miedo le da una simple carrera hacia la Silla de Arturo, como ya he indicado."

"No tengo miedo", Dash trat de explicar.

"Dashiel," dijo el anciano. "Tiene miedo, miedo de lo que pueda encontrar cuando
se permita a si mismo ser todo lo que podra ser. "l se dio la vuelta, con tristeza en sus
ojos, al instante Dash lament su beligerancia. "Le puedo decir ahora mismo que un
licntropo no puede amar a otro hasta que no se ama a s mismo, Dashiel. "
l se amaba a s mismo. No es as? Y le encantaba Cait, saba que amaba Cait.
"Puedes ir all y lamentarse del viejo tonto que soy, o puedes ir y seguir mis
instrucciones. La eleccin es tuya".
Dash gimi para su interior mientras se giraba y se escabulla de la habitacin,
sintindose como un perrito regaado con su rabo entre las piernas. El Sr. Forster estaba
decepcionado de l, al igual que su padre lo haba estado toda su vida.
La diferencia fue que en realidad le importaba si el seor Forster estaba enfadado
con l o no, a diferencia de su padre, el anciano haba intentado ayudarle. Se lo deba a l,
por lo menos deba seguir su consejo, Dash no tena ninguna duda que era una tontera,
pero a peticin del anciano, lo hara.
Dash sali al fro y tir de su capa sobre su cuerpo. "Ser uno con la bestia ", cantaba
para s mismo. "Disfrute de un refrescante paseo." Resopl en voz alta en el pasado.
Dash se concentr en no frenarse a s mismo y simplemente dej que su cuerpo se
moviera, tena una idea bastante buena de donde se encontraba la Silla de Arturo, aunque
era imposible ver a travs de la densa niebla que cubra la zona.
Mientras corra, el frescor de la noche se desliz por su piel, en lugar de maldecir el
fro, lo abraz. El aire ola a limpio, los sonidos de la noche fueron sonidos inocentes del
agua acunndose contra el lago, no eran sus propios pensamientos lo que era una
decepcin, tena que admitir que era algo liberador disfrutar de la tranquilidad de la
noche, tom una respiracin profunda, la bestia dentro de l se calm.

La niebla se hizo ms espesa al llegar a la base del asiento de Arturo. Nunca haba
visto una niebla tan pesada que abarcaba todo, como si se envolviera alrededor de la base
de la ladera, ocultndolo de la vista. Se guio ciegamente buscado con la mano y busco
puntos de apoyo para subir por el lado de la pequea montaa.
El viento lo levant, lo zarandeo mientras segua a escalando la pared. Era una
cuestin de orgullo en este punto, encontrara la punta de la Silla de Arturo, Dash cerr los
ojos y respir profundamente, luego rpida y velozmente corri hacia el pico.

Abraz la fuerza que vino de ser licntropo, ya que le permiti tirar de su cuerpo
hasta la ladera de la montaa escarpada.
Cuando por fin lleg a la cima, y se volvi para mirar hacia abajo hacia la ciudad de
Edimburgo, sin embargo, la niebla era tan espesa que no poda ver nada. Ni siquiera poda
ver el suelo bajo sus pies.
Dio un paso adelante y se sorprendi al encontrarse de repente en un rea libre de
la niebla con un fuego tostado que quemaba lentamente, el inclin la cabeza hacia un lado
y escuch una suave voz cerca.
Y fue entonces cuando se dio cuenta del montn de ropa tirada en el suelo junto al
fuego. Un vestido de lana.
Una camisa y Medias, se volvi para mirar a su alrededor, completamente
desconcertado. Si haba tropezado en una cita? Una cita entre amantes?
"Debera haber adivinado que usted no prestara atencin a la densa niebla que
puse en su camino, Lord Brimsworth".

"Perdn", llamo de nuevo hacia el sonido.

"El viento que casi lo golpe del lado de la colina, y la niebla que obscureci su
camino.
Era mi don'. Yo no estaba de humor para nadie, pero usted era implacable."
Dash mir la pila de ropa. "Parece que no esperaba compaa", estuvo de acuerdo.
Luego se dio la vuelta a la pila de ropa. "Cul eres t?", Pregunt, plenamente
consciente de que tena que estar hablando con una de las hermanas de aquelarre de Cait,
si tan slo pudiera recordar que poderes tenan. Una de ellas poda controlar el clima, no
era el espritu del bosque, la otra, "Rhiannon", fue todo lo que dijo. Oy el vestido,
sacudiendo las arrugas del mismo.
Haba una bruja desnuda detrs de l, hubo un tiempo en que haba estado fuera
de s por la lujuria, la bestia habra tratado de asumir el control y consumirla, sin embargo,
la bestia no quera saber nada de esta bruja, Dash slo quera a Cait, y sinti una simpata
instantnea por la bruja del clima, l estaba un poco desconcertado.
Tom una respiracin profunda. "Seorita Sinclair", comenz.
"Tiende a menudo caminar desnuda por la silla de Arturo?"

"Slo cuando me estoy sintiendo particularmente triste, la verdad", admiti con un

suspiro. "Cuando estoy estancada, me gusta venir aqu y dejar que mis emociones causen
todos los estragos que les gusta. Sabe por eso la gente del pueblo piensa que hay un
volcn dentro de la montaa? "
"No lo hay?"
"Pudo haberlo habido en algn momento", se encogi de hombros. "Pero los
disturbios de aqu son por lo general cosa ma."
l se volvi hacia ella, feliz de encontrarla ahora vestida.
"Le importara hablar de la causa de su estado de nimo triste?"
"No" especialmente ", suspir de nuevo. Una lluvia fra lo empapo al instante. "Oh,
lo siento," dijo mientras se limpiaba una lgrima de debajo de su ojo. "No tena intencin
de hacer eso".
Dash sacudi la cabeza, lanzando gotas de agua fra en todas las direcciones.
"Acrquese al
Brimsworth."

fuego, voy a enviar una brisa clida para que se seque, Lord

La niebla se agit, empujando un viento suave que calentaba sus huesos de apoco.
"Yo le ofrecera un t, pero no estaba preparada para visitas ", dijo mientras le
indicaba un tronco junto al fuego. "Pero ustedes puede sentarse, si gusta."
"Debo volver," Dash coment distradamente, estaba completamente fuera de su
elemento, atrapado en una cima de montaa en un crculo de niebla con una bruja
melanclica que controlaba el clima.
"Voy a despejar la niebla para usted en un momento," dijo en voz baja. "Yo slo
necesito unos minutos ms."
Dash se sent con cuidado y extendi las manos hacia el fuego, las llamas saltaron
hacia l, lo suficiente para darle calor, pero no para chamuscarlo.
Es decir, si l se quedaba muy quieto.
"No se preocupe no le van hacer dao, puede descansar".
"Eso es muy fcil para usted, Seorita Sinclair, tengo la sensacin de que slo he
visto una pequea muestra de sus poderes esta noche. "

Una sonrisa cruz sus labios. "Muy cierto."

"Por qu tan triste?" l pregunt finalmente, senta una gran simpata por esta
bruja, su dolor era grande, y casi poda sentir el viento, la lluvia y el fro.
"Es difcil decir adis a los buenos amigos", dijo en voz baja. Entonces ella solt:
"Cait ya ha visto el futuro de Sorcha, es uno feliz. "
"No ha visto uno para usted verdad?"
"No" todava". Ella se encogi de hombros. "Si ella lo ha visto no me lo dijo, ella ha
visto uno para Blaire por lo que no me preocupo demasiado.
Un relmpago atraves el cielo. "Maldito sea todo", ella solt.
Dash levant las cejas y mir hacia el cielo, y luego le lanz una mirada diciendo.
"S, ese fue mo."
Le apostara que puede tirar al diablo con una rabieta de su genio si tiene la
provocacin correcta, Seorita Sinclair"
Por fin sonri. "No me tiente." Se levant y se sacudi el polvo de sus faldas, su
mano se movi hacia sus labios, ella sopl suavemente, y la niebla comenz a moverse.
En unos momentos, se haba disipado por completo, la ciudad de Edimburgo estaba
debajo de ellos. l poda incluso ver la Plaza de Charlotte y la casa de Cait, se la imagin
cmoda en su cama, el cubrecama metindose debajo del mentn, entonces se imagin
envuelto alrededor de ella.
"Hgala feliz, Lord Brimsworth."
"Nunca dude de ello", le garantiz. Y, por una vez, la bestia dentro de l no estaba
pidiendo que hiciera lo contrario de lo que su corazn deseaba.

VENTISEIS

La maana no poda llegar lo suficientemente rpido, Dash necesitaba a Caitrin

como necesitaba el aire para respirar.
Slo un par de horas ms, haba estado esperando por casi dos semanas, unas
horas ms no lo iban a matar.
Simplemente pareca que lo haran.
En realidad, l podra utilizar un poco de whisky fuerte, eso debera ayudarlo a
dormir.
Toda la casa estaba en silencio, as que en silencio se dirigi a la primera planta por
el pasillo hacia el estudio de Angus Macleod.
Dash poda ver una luz clida debajo de la puerta e inclin la cabeza hacia un lado.
Haba dejado el padre de Caitrin fuego en la chimenea? Golpeo suavemente.
"Adelante", lo llamo su futuro suegro.
Dash abri la puerta y asom la cabeza para encontrar al hombre estudiando
detenidamente los documentos de su escritorio. "Espero no molestarlo, seor."
"Ah, Lord Brimsworth, adelante, permanec con los Ferguson para la cena de esta
noche., espero que me hayan echado de menos. "

Dash sacudi la cabeza y luego cerr la pesada puerta de roble tras l. "De hecho,
llev la cena a mi habitacin".
"Nervioso?", pregunt el escocs, sealando uno de los asientos de cuero negro
frente a su escritorio.
"Un poco", afirm Dash, pero slo porque tendra a Caitrin toda para l al da
siguiente. Ella seria suya, y lo nico que poda pensar era en su noche de bodas. No sera
bueno decirle esto al hombre que lo nico que poda pensar era en rodar con su hija
debajo de l y tomarla como un esposo toma a una esposa. Mientras Dash se dejaba caer
en la silla, el seor Macleod se levant de la suya. "quisiera algo de beber, mi Lord?"
l asinti con la cabeza, esperando que l no pareciera demasiado ansioso, no
quera que el hombre pensara que era un borracho.
Cundo comenz a preocuparse de lo que los otros pensaran de l? "Gracias, eso
estara bien. "
Angus Macleod comenz a verter un poco de whisky de una botella de su aparador,
y luego levant su mirada hacia Dash. "Caitrin me dice que usted es de la misma variedad
de bestias que Benjamn Westfield y Desmond Forster".
"Le molesta?"
Su futuro suegro, sonri, dando un paso adelante y ofrecindole a Dash una de las
copas. "Acaso soy juez, Brimsworth? Me cas con una bruja, y engendre a una".
Bueno, eso era generoso de su parte, aunque no era exactamente lo mismo, Dash
se relaj un poco.
"Dado que est despierto," Angus Macleod comenz, " Bien podramos terminar
nuestra conversacin anterior."
"Seor?"
"La dote de Caitrin."
De alguna manera, con todos los eventos de la tarde, haba olvidado eso. "Por
supuesto."
"Que tierras posee?"
Dash se encogi de hombros. "Tengo un conjunto de habitaciones en Londres, todo
lo dems es parte del marquesado.

Las propiedades de Eynsford son extensas, ah est el asiento de la familia, la casa

solariega de Kent, una casa de caza en Derbyshire, una casa en Mayfair, casas rurales,
tanto en Gloucestershire y Cambridgeshire".
"Bueno, puede aadir una casa en Berwickshire a la lista."
Dash se puso cmodo por la sorpresa, no haba esperado eso, sinceramente, no
esperaba nada salvo unos pocos cientos de libras. Haba dejado toda su herencia para
Caitrin. "A su hija no le gustara viajar".
"Ah, bueno," el hombre se ech a rer, "Tendr que esperar meter la cuchara en la
pared antes de que pueda tomar la casa Macleod de m".
Una extraa calidez corri por el cuello de Dash. "Eso no es lo que quera decir,
seor"
Angus Macleod se rio un poco ms. "Buena suerte para usted, Brimsworth
Entonces su sonrisa se desvaneci mientras se acomodaba en el asiento detrs de
su escritorio. "De todos modos, la propiedad Mordington es de Cait, en realidad, era la
dote de su madre, y algn da va a pertenecer a su hija.
"Es la sede ancestral de los videntes, aunque slo la lnea de Cait ha sobrevivido a la
caza de brujas de los ltimos siglos, al menos hasta donde conocemos. Ya tiene un secreto
propio, no tengo que decirle cun imperativo es que nadie fuera de la familia descubra lo
que es".

Entonces, por qu pareca como si Alec MacQuarrie ya conoca esa informacin?

Dash sacudi el pensamiento y se trag el resto de su whisky, Cait lo eligi, no a
MacQuarrie. "La proteger con mi vida, seor".
Angus Macleod asinti. "Me alegro de escucharlo, suena como si el hijo
primognito fuese bastante cuidadoso. Por otro lado, las hijas a menudo son ignoradas,
como Cait es mi nica hija, en el caso de ella, y me gustara asegurar tambin a sus hijas.
"Qu piensa tu padre acerca de este matrimonio?"
"l no sabe nada todava, seor Macleod, ha pasado bastante tiempo desde que
hemos intercambiado correspondencia".
El padre de Caitrin se levant de su escritorio y mir a Dash. "Bueno, usted tiene
necesidad de arreglar eso, muchacho."

Dash se enfad ante la censura, Angus Macleod no sabe nada acerca de su vida.
"Hay todo tipo de crculos dentro de la COIG, Brimsworth. La primera es entre las
brujas mismas, si no estn en armona con las dems, pueden causar estragos con sus
poderes. Y el segundo crculo est dentro de su familia se debe reparar cualquier fisura
que tenga. Cait necesita a su crculo familiar fuerte".
Entonces el hombre se dirigi a la puerta. "Eso es todo el consejo no solicitado que
tengo para usted esta noche, me voy a la cama porque maana tengo que renunciar a mi
nica hija".
El seor Macleod se desliz en la oscuridad de la sala, dejando boquiabierto a Dash
por su forma de desaparecer.
Reparar la grieta con su padre? Honestamente haba esperado no volver a ver al
viejo de nuevo. Dash sacudi la cabeza ante el pensamiento, sera un da fro en el hades
antes de que le dirigiera un par de lneas al buitre vengativo.
Se levant de su lugar y se dirigi a su habitacin, el whisky haba ayudado a opacar
sus sentidos, y rog que el sueo lo encontrara pronto.

Caitrin mir en el espejo su reflejo, su ligero vestido de seda azul era agradable,
pero simplemente agradable, no era exactamente lo que ella hubiera querido como un
vestido de novia, pero tendra que servirle, no le haba dado tiempo para algo nuevo. Una
cinta blanca amplia descansaba debajo de sus pechos y los hizo parecer un poco ms
grandes de lo que realmente eran, con suerte, Dash no estara decepcionado. Por
supuesto que ya los haba visto a travs de su camisa mojada.
Detrs de ella, Sorcha se qued sin aliento. "Oh, Cait! Te ves muy bella. "La joven
bruja dej caer una pequea valija en la cama y Cait corri hacia adelante para besar
ambas mejillas. "Una novia tan bonita."
Espero que a su seora le guste este vestido viejo".
Sorcha le orden. "Slo sonrisas en el da de tu boda, no quiero ver lneas a travs
de tu frente. Y el vestido no es tan viejo, solo lo llevaste una vez antes de irte a Inglaterra.
Y estoy segura de que a lord Brimsworth le encantar, te encuentras radiante. "Hizo una
pausa slo para tomar un respiro. "Ya se ha ido a la iglesia, creo que est muy ansioso".

Cait asinti. "Supongo que estoy bastante nerviosa yo tambin."

Los ojos oscuros de Sorcha se iluminaron. "Oh, Cait! Promteme que me dirs lo
que me espera en mi noche de bodas'.
Yo no quiero tener esperar para poder conseguir la conversacin de mis tas ".
La boca de Cait se abri, ella no haba tenido ningn tipo de conversacin con
nadie, y a la nica persona que se sentira cmoda pidindole preguntas era a Elspeth, a
pesar de que todava estaba en Inglaterra, Cait imagino que tendra que arreglrselas por
su cuenta. Despus de todo, Dashiel saba lo que estaba haciendo.
"Lo prometo", de alguna manera logr decirlo.
Sorcha se ech a rer. "Un rubor bonito, eso es agradable. "Luego volvi a la cama y
abri la maleta.
"Traje brazadas de la madreselva para el cabello, creo que debes llevarlo arriba,
Rhiannon promete un inusualmente da agradable".

La iglesia estaba escasamente poblada, con tan slo los amigos ms cercanos de los
Macleods. Dash pens que era bueno, mientras menos gente conociera, menos tendra
que recordarlos y su mente ya estaba bastante preocupada.
Se pase por el camino delante del altar de la pequea iglesia, tratando de no
centrarse en el vicario, el Sr. Crawford, que estaba sentado en el banco del frente
ensayando sus lneas. El vicario se frot la cabeza ms de una vez, y slo viendo al hombre
hizo que los nervios de Dash estuvieran peor. Dnde diablos estaba Cait?
Ella no lo abandonara otra vez?, verdad?
El Sr. Forster le palme el brazo a Dash. "Ella estar aqu pronto, muchacho."
Angus Macleod camin por la puerta de la parte posterior de la iglesia, con una
gran sonrisa en su rostro.
"Se encuentra bien, mi Lord? Usted parece un poco mareado".

"Estoy bien." Dash consigui asentir.

"Ah, Angus." El Sr. Crawford se levant de su lugar. "Hace un da
sorprendentemente clido hoy. Eso es una buena seal para un matrimonio duradero y
feliz, no? "
Dash se dio cuenta que Rhiannon Sinclair sofocaba una sonrisa mientras se sentaba
en la segunda fila de bancos. As que esto era su obra? Era una chica interesante.
No tuvo tiempo de contemplarla ya que la puerta trasera se abri de nuevo y entr
Caitrin a la iglesia con Sorcha Ferguson siguindola detrs de ella.
La boca de Dash se sec, Cait estaba impresionante, incluso ms de lo normal. Su
pelo rubio estaba amontonado en la cabeza, y llevaba una corona de madreselva.
Sorcha tomo la pelliza de Cait y le entreg un ramo de rosas de color rosa y blanco,
Dash no pudo evitar la sonrisa que cruz sus labios. Tan pronto como la ceremonia
terminara, l iba a sacarle ese vestido azul a su novia, ella se sonroj, como si pudiera leer
sus pensamientos, y Dash deseo por un momento que pudiera ver lo que le tena
reservado para ella.
"Caitrin est aqu, el Sr. Crawford," dijo el seor Macleod, trayendo a Dash de vuelta
al presente. "Estn listos para empezar?"
El vicario asinti y sac su Biblia del primer banco, Dash contuvo el aliento mientras
Caitrin camin por el pasillo, nunca quitaba sus ojos de l. El seor Macleod la encontr a
mitad de camino y le ofreci el brazo.
"Mi nia querida", le susurr: "Estas hermosa."
Ella sonri a su padre y luego volvi su atencin de nuevo a Dash, Cait se detuvo
delante de l, el seor Macleod le coloco la mano en la de Dash, luego se desliz detrs de
ellos y se sent.
"Me alegro de que lo hicieras", dijo Dash entre dientes.
"Estaba justo a tiempo", le inform.
l suspir, sabiendo que era una tontera. "Estoy ansioso, ngel."
El Sr. Crawford se aclar la garganta, obteniendo la atencin de todos. "Slainte
mhor Agus un h-uile beannachd duibh".
Dash mir a Cait que sonrea beatficamente hacia l.

"Repita despus de m, Lord Brimsworth. ' Yo, Dashiel Jameson Aberdare Thorpe:
Tomo, a Caitrin Louisa Macleod, para que sea mi esposa ante Dios y estos testigos. '"
Dash respir hondo, hace un mes, nunca hubiera imaginado que estara en Escocia,
sosteniendo las manos de una chica que conoca todos sus secretos y que de alguna
manera lo quera de todos modos. "Yo, Dashiel Jameson Aberdare Thorpe, te tomo a ti,
Caitrin Louisa Macleod, para ser mi esposa ante Dios y estos testigos".
A su lado, Caitrin suspir y apret sus manos, la amaba ms de lo que nunca haba
pensado que fuese posible.
El Sr. Crawford mir a Cait y sonri clidamente. "Y ahora usted, seorita Macleod,
repita las palabras: "Yo, Caitrin Louisa Macleod: Tomo a, Dashiel Jameson Aberdare
Thorpe, como mi marido ante Dios y estos testigos. '"
Su voz solo se sacudi un poco mientras repeta las palabras, sus ojos de color azul
claro se cernieron sobre l, l corazn de Dash salt ante el sonido, ella era suya.
"Tiene el anillo, mi Lord?", Pregunt el vicario, rompiendo con su tranquila
celebracin.
La mirada de Caitrin se dispar hasta llegar a l, sus cejas dibujadas juntas. "Est
bien si no tiene uno ", ella murmur.
Dash dio unas palmaditas en los bolsillos hasta que encontr el bulto de la caja del
anillo. Luego lo sac y dijo: "Tengo todo lo necesario, ngel. "Abri la cajita y le mostr el
contenido.
Su grito se oa alrededor de la iglesia mientras levantaba sus dedos a la boca y los
ojos se llenaban de lgrimas.
"Lo puedo colocar?" A Dash ni siquiera le importaba si la sonrisa en su rostro era
tan juvenil como un cachorro que reciba un regalo.
Ella asinti con la cabeza rpidamente, tendindole la mano.
"Que se adapte a la perfeccin", susurr mientras lo desliz en su dedo.
"As ser," susurr ella.

VEINTISIETE

Caitrin se coloc de puntillas para presionar sus labios contra los suyos, esperando
un beso rpido antes de que saludaran a sus invitados y se dirigieran a la celebracin con
amigos y familiares. Pero Dash obviamente tena otras ideas, porque cuando ella lo bes,
sus manos agarraron sus codos, animndola a envolverlos alrededor de su cuello mientras
sus manos se deslizaron alrededor de su cintura y la atraa hacia l.
Atrs qued la dulzura que haba mostrado cuando se mantena bajo control, en su
lugar haba una pasin ardiente que le quito el aliento, sus labios se separaron
inmediatamente, su lengua barriendo el interior. Casi se senta con la necesidad de llorar
con pasin cuando l gimi y comenz a mover las manos hacia abajo, hacia su trasero.
De repente Dash salt hacia atrs. "Ouch", gru mientras la soltaba.
"Qu es?" Pregunt Cait, llegando a tocar un lado de su cara.
"No lo s, pero me doli," murmur Dash.
"Ustedes estn en una iglesia", dijo Rhiannon, sonriendo mientras caminaba hacia
ellos.
"Rhi!" Dijo Cait entre dientes. "Dime que hiciste!"
"Oh, slo fue una pequea cantidad de relmpagos, y fue por su propio bien,"
susurr en voz baja mientras tena la audacia de tirarle un guio a Dash.
"Acaba de...?" Dash dej que su voz se desvaneciera, sacudiendo la cabeza con
asombro.
"S, lo hizo, lo siento mucho, "Cait se apresur a aadir. "Ella debera comportarse
como si tuviera modales".
"Se lo mereca, Caitrin", dijo su padre detrs de ella. "l puede ser tu marido, pero
l necesita comportarse de forma educada. "Se inclin ms cerca de Dash y le dijo:" Debe
ser muy feliz de que slo lo haya golpeado con un poco, muchacho, ella tiene mucho ms
que podra haberle arrojado".

Dash tosi en su mano, escondiendo la sonrisa en su rostro, al menos no haba

ofendido terriblemente al padre de Caitrin cuando haba intentado devorarla sin pensar.
"Mis disculpas," l ofreci.
El padre de Cait extendi los brazos abiertos a ella, y ella cay en ellos. "Estoy muy
orgulloso de ti", susurr.
"Y tu madre tambin lo estara." l levant la mano izquierda y le dio un rpido
beso en el anillo de rub.
que s.

"De verdad quieres que tenga esto padre?" Pregunt ella, rezando para que dijera

"Yo ya te lo he dado, se lo di a tu marido. "Puso la mano de Cait en la Dash. "Y no

puedo pensar en un lugar ms bonito para mostrarlo".

Si Dash no estaba dentro de ella pronto, seguramente perdera su mente, haba

pasado las ltimas dos horas socializando con sus amigos y los amigos de su padre, fue la
nica vez que haba apreciado todo lo que su padre haba hecho por l, ya que l saba
cmo socializar en sus conversaciones, slo que no practicaba a menudo.
Pero l quera a Cait, la deseaba con una intensidad que ni siquiera l entenda.
Haba tenido a mujeres debajo de l, encima de l, y en todas las posiciones desde la
primera vez que haba estado con una criada a la edad de catorce aos, pero nunca haba
sentido el deseo de tener una mujer, de acariciarla, de darle placer. Luego de hacerlo una y
otra vez hasta que ambos estuvieran saciados, entonces dormira y lo hara un poco ms.
En varias ocasiones, haba sido arrastrado lejos por sus amigos o un conocido u otra
persona. Y cada vez, senta un dolor fsico en su partida.
La quera y de la peor manera, Dash hizo su camino a travs de la sala Macleod para
buscarla, ya era hora de que estuvieran solos.
Ya era hora de que l la amara, ella se inclin hacia l e inclin la cabeza para
sonrerle cuando desliz su brazo alrededor de sus hombros. Se senta como en casa, o por
lo menos lo que l imaginaba un hogar y como una familia debera sentirse.
Pero entonces un fuerte viento azoto su pelo.

"Es una advertencia?", Pregunt, forzando una sonrisa agradable que no se senta
cuando se dirigi a Rhiannon Sinclair.
"Slo un recordatorio, mi Lord," dijo la chica en voz baja, ella se acerc y se inclin
como si le estuviera contando un secreto simple. "Si alguna vez le hace dao a nuestra
hermana, tendr a cuatro de nosotras con quien tratar.
Y Blaire no est aqu, as que puede hacerse una idea de lo que ella tiene que
ofrecer".
"Estoy temblando de manera positiva", coment Dash, tratando de mantener el
gruido de su voz, si las brujas crean que podan mantener a Cait lejos de l, estaban muy
equivocadas.
Tan casualmente como sea posible, se volvi se volvi hacia Cait y le dijo en voz
baja al odo: "Crees que podramos estar solos, pronto? Me gustara hacer el amor con mi
mujer".
Ella trag tan duramente que l poda orla. "Ahora?"
l levant la barbilla hasta que sus ojos azules se encontraron con los suyos. "Por
favor", l dijo. Por favor, slvame de esta tortura.
"S, podemos ir", le dijo, y luego se volvi para abrazar a Rhiannon y a Sorcha, la
joven tena vrtigo de la emocin.
"No tienes que olvidar tu promesa, tienes que decirme todo al respecto".
"Shh!" Dijo ella, tratando de calmar al espritu del bosque.
Dash tir de sus dedos tan suavemente como le era posible, hasta que finalmente la
hizo avanzar hacia la puerta. "Si una persona ms te detiene, yo no ser responsable de
mis acciones", l gru.
"Oh, como una bestia", brome ella, con una sonrisa en su rostro.
"Ests bien?" Sus lgrimas tiraron de su corazn.
"S, lo estoy." Ella subi al carruaje.
"Qu es lo que se supone que debes informar a la bruja ms pequea?"

Cait hizo un gesto con indiferencia, pero su mano temblaba un poco en el aire. "Ella
quiere saber qu sucede en la cama de matrimonio. "Un rubor se desliz hasta sus
mejillas.
Dash tir de ella a su regazo. "Vas a tener que aprender un poco sobre ello tu
misma, ngel, antes de que pueda decirle todo. "l la meti con fuerza en su regazo y la
mir a los clidos ojos azules, luego le susurr a ella. "Pero no te preocupes, voy a tratar
de ser un buen maestro.
Ella se estremeci en sus brazos.
Cait casi salt cuando l le roz la mejilla con la mano. "Por qu tan voluble,
ngel? Puedo decir que me quieres, tu pulso late con la fuerza de un loco. "l apret los
labios contra el costado de su cuello y luego gimi en voz alta: "Si no llegamos a donde
quiera que vamos pronto, me voy a deshonrar a m mismo en el carro. "l mir por la
ventana mientras el coche iba ms lento. "A dnde vamos?"
"Se supona que iba a ser una sorpresa, pero lo averiguaras bastante pronto, la casa
de Elspeth est vaca, desde que Westfield construy su enorme propiedad, y ya que
estn en Hampshire de todos modos, Rhiannon y Sorcha la arreglaron un poco y para que
pasemos all esta noche. "
El corazn de Dash se hinch un poco, haba hecho planes para ellos para que
estuvieran solos. "A solas contigo? Cmo es que tendra tanta suerte? "No poda
recordar a nadie jams haber planeado una sorpresa para l, nadie nunca se haba
preocupado lo suficiente.

El coche desaceler y Dash abri la puerta, sali afuera, tomo la mano de ella en el
hueco de su brazo, y contempl la pequea casa de campo. "Un lugar encantador",
remarco.
Cait gir el pestillo de la puerta y entr.
l interior le quit el aliento cuando ella fue inmediatamente asaltada por el
agradable aroma de las flores. El fuego ruga en la chimenea donde unas mantas se haban
arrojado sobre la alfombra, las ventanas estaban cubiertas con enredaderas colgantes que

se retorcan y giraban, sus hojas y flores bloqueaban toda la luz de la habitacin, lo que los
dejaba en la oscuridad, solo con la luz de la chimenea y las velas colocadas alrededor de la
habitacin.
"La obra de Sorcha, supongo?" Dash se rio, con la boca abierta mientras observaba
todo lo que la chica haba hecho. "No tena idea de que ella era tan talentosa."
"Oh, ella solo le dice a las plantas lo que tienen que hacer y ellas lo hacen." Cait se
encogi de hombros y luego se ocup de una de las flores que colgaban de la pared.
Dash puso sus brazos alrededor de su espalda, y la atrajo lentamente hacia l. "Por
qu tan inquieta? Asustada? "
Ella olfate. "No tengo miedo".
"Entonces, por qu tiemblas?", Le pregunt mientras sus manos se deslizaron por
su vientre para ahuecar la plenitud de sus pechos, levant un brazo y lo engancho detrs
de su cuello, lo que hizo que la cabeza cayera hacia su hombro.
Su clido aliento sopl sobre su cuello, y ella dijo en un grito ahogado, "No he
hecho esto antes".
l la gir en sus brazos hacia l, alz su cara hacia l, y le dijo: "Yo no te har dao,
Caitie. "Ella asinti rpidamente antes de que Dash la levantara y cruzara la habitacin con
ella para dejarla sobre las mantas amontonadas frente al fuego.
"Dash", dijo ella, apretando su mano contra su pecho para detenerlo.
"S, ngel", le pregunt distradamente mientras desataba lentamente los cordones
de su vestido, al parecer teniendo un gran placer de alargar el momento.
"Yo no puedo ver tu futuro."
"S que no puedes ver el nuestro, eso es una buena cosa, Caitie."
"No" para m ", protest ella, pero ella levant sus brazos cuando l tena su vestido
suelto para que pudiera sacarlo por sus hombros, luego levant su trasero cuando l
golpe su cadera para poder deslizar su vestido por las caderas y echarlo a un lado,
dejndola en nada ms que su camisa y medias. Cmo lo haba hecho con tanta rapidez?
De inmediato cruz los brazos sobre el pecho.
"Has realizado esto con un montn de mujeres, Dashiel?" Pregunt ella, mirando
su rostro de cerca por una reaccin, sus ojos se estrecharon ligeramente.

l se qued quieto, sin siquiera tocarla, su mirada mbar casi tragndola. "Debes
saber, Caitrin, que nunca he hecho esto con nadie".
"No puedo creer lo que me dices, Dash. Tu libro"
l la detuvo con un dedo en los labios. "Eso no era nada como esto." Se pas una
mano por el pelo.
No te enojes conmigo, debera haber mantenido mi gran boca cerrada. "Las
lgrimas pinchaban en la parte posterior de sus prpados.
"No estoy enojado contigo, Cait, tienes una buena razn para tener dudas, soy un
licntropo, eso es suficiente para hacer que cualquier mujer tenga miedo, lamento no
haber hablado de esto antes.
l se apoy en la parte delantera del sof y extendi sus piernas, luego la tom y la
coloco en el medio, acunando su frente con su espalda.
"Cierra los ojos", le dijo en voz baja.
Cait los cerr con un suspiro mientras descansaba su cabeza sobre su hombro y se
relajaba en l. "Yo no s cmo ser esto, "admiti finalmente.
"Hay que dejar que algunas cosas simplemente suceden" dijo Dash mientras sus
manos se movieron hasta sus pechos una vez ms, sin prembulos, le acariciaba los
pezones, ella se defendi con un jadeo. "Justo como esto".
Su aliento roz su oreja.
"Deja de tratar de predecir qu tan bien te amar, porque, si yo no lo hago bastante
bien la primera vez, planeo hacerlo de nuevo. "Otro golpe en su pezn hizo que arqueara
la espalda. "Y otra vez." Su mano camino por su estmago hacia los rizos que se
encontraban en la unin de sus muslos. "Y otra vez," gru cuando los dedos finalmente
se sumergieron en su calor.
La acarici, la sensacin no era desagradable, pero no era lo que ella haba
esperado. "Eso est bien?"
"S," ella jade cuando un dedo la acarici donde lata su pulso y luego se deslizaba
dentro de ella, ella arque la espalda, completamente avergonzada de la forma en que la
hizo reaccionar.
"As de mojada para m." l jade con cada respiracin.

"Dash, por favor!" Exclam.

"Por favor, qu?", l brome mientras sus dedos se movan en el interior de ella
para acariciarle los pliegues y viceversa.
"Yo no puedo ms!" Finalmente lloro. "Yo no puedo ms qu pasa despus?"
"No te preocupes, ngel, te lo voy a mostrar ", dijo mientras la gir en sus brazos y
comenz a trabajar con su propia ropa, tirando de su camisa sobre su cabeza.
Haba visto ese pecho antes, pero no lo suficientemente cerca para tocarlo,
extendi una mano vacilante.
Su pecho palpitaba contra sus dedos antes de cerrar su mano alrededor de l.
"Si me tocas, me deshars, muchacha."
"Pero..." ella protest.
l la convenci para levantar los brazos para que pudiera tirar de su camisa sobre su
cabeza, entonces ella se sent delante de l completamente y totalmente desnuda, aparte
de sus medias de seda con la ligas rosa que Sorcha insisti en que usara. "Debo
quitrmelas?"
l neg con la cabeza. "Me gustan. "Le sonri suavemente.
Su ternura y consideracin tocaron su corazn, ella se ech hacia atrs y extendi
los brazos hacia l.
El contacto de su pecho desnudo movindose a travs de ella mientras l la cubra
era sublime. Se movi debajo de l, instndole a moverse un poco ms rpido. Qu
haca? No tena ni idea, el detuvo un beso abajo en el lado de su cuello, y ella lleg a
enhebrar sus manos por el pelo.
"Nunca esper que fueras tan complaciente, Caitie", l brome. "Normalmente
eres como el fuego."
"Estoy un poco preocupada bestia." Ella no pudo evitar rerse de l. Era el tipo de
persona que slo se encontrara debajo de l, incluso si se trataba de su primera vez? Por
supuesto que no. "Pero si insistes... Scate los pantalones ella le orden.

"No estoy dispuesto a sacrmelos", l se rio, se inclin para tomar su pezn en la

boca. Ella arque la espalda, tirando de su cabello para acercarlo. "Si me los quito, voy a
tener que estar dentro de ti.
Y t no ests completamente lista. "
"Creo que lo estoy." El hombre hablaba con acertijos, y su cabeza ya estaba girando
con la forma que su spera lengua erosionaba las sensibles puntas de sus pechos mientras
l iba y vena, de ida y vuelta.
"Qu debo hacer?"
"Nada, puedes estar tranquila para poder trabajar.
"Quieta? Quieres que est tranquila? "
"Puedes hacer todo el ruido que quieras, ngel. Pero, por favor, deja de hablar. "Su
mano recorri su vientre y se detuvo sobre su montculo, donde le presionaba y se meca
contra la palma de su mano mientras sus dedos se perdan a travs de su calor.
"Si puedes hacer ruido cuando hago esto", dijo mientras separaba sus pliegues y
tocaba el centro de ella.
Ella se qued sin aliento y se meci contra l, grit cuando l movi el pulgar por el
pezn que era su centro de placer, con la boca todava devorando sus pechos.
"No ests jugando limpio."
"Nunca dije que lo hiciera." l levant brevemente la cabeza para responder.
"Fuera los pantalones, Brimsworth," gru ella, el ruido ajeno a sus propios odos.
"Como la mujer quiera," susurr.
Final, finalmente l se aliviara este dolor, por ltimo, l la tomara y la hara suya.
Cuando regres a ella, abri sus piernas con la rodilla y luego se acomod
totalmente entre sus muslos, algo caliente y duro presionaba en su lugar ms secreto.
"Nunca he querido nada ms de lo que te he querido a ti," le susurr.
"Entonces tmame lobo grande."
"Bruja", gru l cuando ella pas la mano por su pecho.

"Dices eso como si fuera un insulto."

Apenas poda respirar la ltima palabra ya que sondeaba su centro, presionndose
con ella insistentemente.
"Eso es todo, Caitie, dime cuando ests lista. "Se mantena por encima de ella,
mirando profundamente en sus ojos, sus profundidades mbar la llamaban.
"Hazme tuya", le suplic. Entonces l se empuj a s mismo totalmente en su
interior en un golpe rpido, un breve momento de dolor la sacudi de su bruma llena de
pasin.
"Te amo, Caitie", le dijo l, con la frente tocando la de ella mientras respiraba con
dificultad, quedando completamente inmvil dentro de ella, sus dedos se deslizaron entre
ellos para que pudiera avivar el fuego dentro de ella.
Arriba, arriba, hasta que ella se dejara llevar, l comenz a moverse lentamente
dentro de ella, sus movimientos lentos que lo conducan como un loco, combinada con el
movimiento lento y constante de sus dedos.
"No te detengas," le orden, tirando con dureza de su cabello para que la mirara.
"Te deseo mi bestia ", ella exclam.
A sus rdenes, sus trazos se profundizaron, el ritmo aument y su respiracin
soplaba con mayor dureza a travs de su piel, l gru, con los brazos deslizndose debajo
de ella mientras apretaba ms y ms profundo de lo que nunca haba esperado. Hasta que
ella comenz a seguir el ritmo de su cuerpo, dando un empuje para cada empuje.
La presin para la presin, el placer por el placer.
"Dash!" Grit cuando la pasin se apoder de ella en una dulce liberacin,
empujndola hacia el placer, lleno de promesas que ni siquiera saba que estaba all, sigui
todava revoloteando a su alrededor y luego se calm para que pudiera sacar el ltimo
poco de placer de l, permaneci dentro de ella por un momento, sobre ella.
Luego levant la cabeza y mir hacia abajo sobre ella, secndose el pelo de la frente
sudorosa. Su licntropo trataba de estar tranquilo y complaciente, pero debajo de todo
eso, todava era un poco salvaje.
"Yo no s lo que viene despus. Lo hacemos de nuevo? "Ella se rio ante la mirada
afligida en su rostro.
l se rio entre dientes. "Necesito un momento, ngel."

A Cait le gusto el sonido de eso, y ella apoy la cabeza contra su pecho, disfrutando
de la sensacin de sus brazos abrazndola con fuerza.

Veintiocho

Dash rod debajo de ella y le hizo el amor de nuevo. Trat de tener en cuenta que
esto era nuevo para ella y debera tener cuidado, pero ella tena otros planes. Ella le rog
que la tomara ms duro y ms rpido que antes, y Dash necesito todo su control para
mantener su ferocidad en jaque. Si l la daaba, nunca se lo perdonara.
Su pequea bruja finalmente pareci saciada y dej caer la cabeza sobre su pecho,
Dash coloco una manta sobre ella para mantener el fro lejos de ellos durante la noche.
Luego acun a Caitrin contra l y lanz un suspiro de alivio cuando su calor se extendi
sobre cada parte de l, l nunca podra llenarse de ella. Ella era todo lo que siempre haba
querido y ms, todo envuelto en el paquete ms bonito. "Trata de dormir, ngel."
"Me estas ordenando de nuevo?" Se cubri un bostezo con su delicada mano.
Dash se rio entre dientes. "Yo soy tu amo y seor ahora, Caitrin." Ella le dio un
codazo en la cara, y l rio ms fuerte. "Adems, vas a necesitar tu fuerza maana."
"Ah, s?" Tomo su delicada mano sobre su pecho.
"Mmm", admiti l, apretando su agarre sobre ella. "Puede que no te permita salir
de la cama por una semana."
Caitrin rio suavemente. "No estamos en una cama, Dashiel."
l sonri en la oscuridad mientras miraba sus ojos. "Buenas noches, muchacha."

Dash saba el momento en que se qued dormida, cuando su respiracin se hizo

rtmica y su cuerpo qued inerte contra el suyo, cansado como estaba, Dash no era capaz
de quedarse dormido, estaba demasiado sorprendido por su buena suerte, para el resto
de su vida, podra hacer el amor con Caitrin y despertar cada maana con ella en sus
brazos.
Nunca antes haba sido responsable de cualquier persona que no fuese l mismo,
ella era suya, en todo el sentido de la palabra. Y cada suspiro que pronunciaba, cada vez
que respiraba, le fascinaba, no quera perderse ni un momento de ella.
"Vuelve a casa, Dashiel," ella susurr en su sueo, agarrndolo ms fuerte.
Pero l estaba en casa. "Shhh, Caitie, estoy aqu." Le pas la mano por la espalda,
tranquilizndola.
Cuando ella se relaj, mir alrededor de la casa de Elspeth Westfield, l no estaba
en casa exactamente. Pero donde Caitrin estuviera, l estara a su lado, y tena la
sensacin de que eso quera decir Edimburgo, su vida estaba aqu, y no poda imaginar su
partida, Dash suspir. Tal vez debera buscar una casa para ellos tan pronto como fuese
posible, Dash no quera vivir con Angus Macleod. Pero l no saba cmo encontrar en la
ciudad un buen un lugar propio, tendra que contratar a un agente por la maana para
iniciar su bsqueda.
El corazn de Caitrin comenz a acelerarse, lo cual lo distrajo de sus pensamientos.
Entonces su respiracin sali rpidamente, y antes de que Dash pudiera responder, su
esposa se sent de golpe y jade como si desesperadamente necesitara aire.
"Caitrin", le dijo. "Ests bien, estoy aqu. "Envolvi sus brazos alrededor de ella.
Ella tom una respiracin angustiada y tembl.
"Caitie, qu es?"
Ella neg con la cabeza. "Yo no lo s".
"Estabas soando?", se pregunt. "Es tu amiga de nuevo?"
"No, no era Blaire. "Su corazn empez a detenerse a un ritmo normal. "Era un
hombre."
"Un hombre?" No estaba para nada contento con la perspectiva de los otros
hombres que la visitaban en sus sueos.

"En mi sueo, creo que vi el pasado ", explic. "Pero no s si est correcto, mi don
es ver el futuro, no las personas o acontecimientos que ya han sucedido.
"Viste el pasado en tu sueo?"
Ella asinti con la cabeza contra su pecho. "El hombre, el anciano", aclar, "no tena
polvo en su cabello."
Una intranquilidad comenz a formarse en la boca del estmago de Dash, pero l la
dej continuar.
"l estaba con dolor y..." Se sent y lo mir directamente a los ojos. Estaba
llamndote a ti."
Dash cerr los ojos, no quera escuchar nada ms.
"Pero por qu estaba llamndote? Sabes quin era? "
Dash tena una idea bastante buena. "Has sido muy vaga", evadi. "Cmo voy a
saber quin era?
Cait le frunci el ceo. "T sabes quin es, puedo orlo en tu voz. Quin es, Dash? "
Hizo una mueca cuando l pregunt: "Tiene una nariz torcida? Barbilla fuerte? "
Ella suspir con alivio. "S. Quin era? Qu quiere de ti? Tan extrao es ver el
pasado.
Dash sacudi la cabeza. "Yo no creo que haya sido el pasado, Caitie, suena como mi
padre Eynsford.".
Una mirada de confusin se instal en su rostro. "Pero l pareca"
Dash saba muy bien lo que el hombre pareca. "Como una pgina de la ltima
generacin", termin por ella.
"l todava llevaba una peluca y polvos en su pelo, l piensa que la moda actual es
indigna y ms bien comn.
Caitrin pas los dedos por su pelo. "l estaba llamndote, Dash."
"No le sorprender saber que no estoy en Inglaterra?", Respondi secamente.

"Yo no s lo que sucedi entre ustedes dos, pero hay una razn por la que tuve mi
sueo.
"Y por qu es eso?"
"No estoy segura, pero tienes que verlo."
Dash volvi la cabeza y bes la palma de su mano. "Hice mis votos el da de hoy,
Caitie y no te vas a librar de m tan fcilmente. "
"No quiero alejarme de ti, pero tienes que ir con l, es importante".
"Nada es ms importante que t, yo no te voy a dejar el da despus de nuestra
boda y ciertamente no correr al lado de ese miserable".
"Se est muriendo", dijo Cait suavemente.
No fue capaz de cuidar de l durante toda su vida, el marqus lo haba reprendido y
lo despreciaba, lo haba mantenido bajo llave y maldecido su existencia. A Dash no le
importaba volver a ver al anciano. "No lo suficientemente pronto."
Ella golpe el pecho. "Eso es terrible."
"Caitie", empez a decir, pero ella meti su dedo en el pecho.
"Escchame, Dashiel Thorpe, tienes que ver al hombre, es importante, pero no
podrs verlo si no vas. "
"No te voy a dejar", insisti Dash. Se haba pasado toda su vida necesitando a
alguien que lo entendiera, alguien que se preocupara por l. Cait no haba admitido a
amarlo, pero su afecto era lo ms cercano que jams haba tenido, y l no estaba
dispuesto a correr hasta el final de Kent para ver al hombre que haba hecho su existencia
miserable.
"Me voy contigo", dijo con determinacin.
Dash resopl. Te vi en cada posada durante el camino a aqu, Caitie, no puedes
estar al alrededor de todas esas personas extraas, no te voy a torturar de esa manera. No
te voy a pedir eso, y yo no tengo ningn deseo de volver a Eynsford Park, no importa de
todos modos. "
pecho.

"Mientras tu vayas conmigo, voy a estar bien", susurr, tocando sus labios contra su

"Cait!" Gimi. "No trates de convencerme, no voy a ir".

"Mientras t me ests tocando ', puedo bloquear todas las imgenes", admiti
Caitrin.
Dash se ech hacia atrs y la mir, perfilado por la tenue luz de la chimenea.
"Bloquear las imgenes ". "Qu quieres decir con eso?"
"Quiero decir," ella suspir, "Tu toque es el remedio para el dolor de los
sentimientos de todos esos extraos cuando viajo, no estoy plagada de los futuros de los
que me rodean cuando t me tocas. "Ella entrelaz sus dedos con los suyos. "Tenemos que
ir a ver al marqus, Dash, de lo contrario yo no soara con l."
Ella pareca inquebrantable, y Dash dej escapar un suspiro, no poda creer que
estuviera obligndolo a hacer esto.
Era verdaderamente un tonto enamorado por tan solo considerarlo.
"No me puedo imaginar lo que vamos a ganar con esto."
Cait sacudi la cabeza. "Sea lo que sea ser revelado." Entonces ella sonri. "Oh, y
si calculamos correctamente, nos encontraremos a Elspeth y a Benjamn en el camino,
ellos slo han empezado su viaje."
Maravilloso, un hermano Westfield y su padre en el mismo viaje, Dash ni siquiera
intent detener el gruido que escap de l.

Caitrin pareca estar envuelta en un capullo oscuro que la abarcaba con calor, la
sensacin era completamente desconocida como a menudo haca tanto fro en Escocia.
Ella suspir, perfectamente contenta de quedarse envuelta as para siempre.
"Caitie." Ella oy su nombre de tan lejos. "Caitie." Escucho la voz de Dash de
repente mucho ms fuerte, junto a su odo.
"Hmm?" Ella dijo perezosamente.
"Haces pequeos sonidos muy encantadores cuando duermes, ngel ", l se rio
entre dientes.
Ella parpade con los ojos abiertos para encontrarse mirando el esculpido pecho de
su marido, ligeramente espolvoreados con el pelo de color oro, Cait sonri mientras los

recuerdos de la noche anterior brillaban en su mente, y ella no poda recordar ser tan feliz,
ella le dio un beso en la clavcula.
"Buenos das, mi Lord."
Los dedos de Dash realizaron crculos en su espalda.
"Buenos das, mi Lady. Cmo has dormido? "
Cait levant la cabeza para mirarlo. "Eres muy caliente, no
necesidad de una manta nunca ms.

creo que tenga

Una sonrisa sali de sus labios, y l la hizo rodar por debajo de l. "Ests
sugiriendo que te cubra da y noche?
Cait rio.
"Eso se puede arreglar, muchacha." l acaricio con su nariz su cuello, haciendo que
un hormigueo corriera a travs de su piel.
"Cunto tiempo podemos permanecer aqu en casa de Westfield?"
"En el momento en que regresamos de Kent, Elspeth ya estar de regreso."
Dash se detuvo, y luego levant la cabeza y la atraves con su mirada mbar. "No
estas realmente hablando en serio, verdad?
Cait le frunci el ceo. Crea que su poder era algo para tomar a la ligera? "Por
supuesto que hablo en serio, Dashiel, tenemos que salir hoy.
Frunci el ceo. "El da de hoy? Caitie, quiero encontrar un corredor hoy para que
nos ayude a encontrar un hogar propio, y acabamos de terminar un largo viaje, me
gustara una semana o ms para recuperarme de eso, y
"Hoy", insisti ella, empujndole el pecho. "Tuve mi sueo anoche, tenemos que
salir para Kent hoy durante el da. "
l gru y se apart de ella. "No quiero hacer esto, Cait, no quiero viajar todo el
camino a
Eynsford Park y visitar a mi padre, quiero construir nuestra vida aqu y mirar hacia el
futuro.

Poda or el dolor en su voz, y su corazn le dola por l, el marqus deba ser un

hombre horrible, pero su sueo significaba algo y no poda ignorarlo. Su madre poda
haber sido negligente por no mencionar ciertas cosas como que no sera capaz de ver el
futuro de su marido, pero ella haba sido muy clara acerca de seguir sus premoniciones.
Hacer caso omiso tendra terribles circunstancias, Cait no estaba muy segura de lo
que quera decir, pero no haba nada en su vida que ella estuviera dispuesta a poner en
riesgo para averiguarlo.
"Tenemos que ir hacia all, Dash," dijo ella en voz baja. "Me hubiera gustado
quedarme, tambin, pero mi sueo...
l asinti con la cabeza ligeramente en seal de asentimiento. "Si sientes que es
necesario, vamos a viajar hoy.
Cait se incorpor y ech los brazos alrededor de l, aliviada de que l entenda la
importancia de su poder, ella no pudo evitar sonrer, Dash no sera el mismo presuntuoso
dictatorial que Benjamn Westfield era con Elspeth, l respetaba su don, quera llorar de
alegra.

VEINTINUEVE

Mientras Dash descenda los escalones de la casa Macleod y se acercaba a su

cochero, no poda creer como haba accedido a este viaje. El medio de transporte ya
estaba cargado con los bales de su esposa, Renshaw pareca que estaba dispuesto a
renunciar a su puesto, el pobre hombre haba conducido a travs de los brutales vientos y
tormentas para llegar aqu, y ahora Dash le haca dar la vuelta y hacerlo de nuevo.
Al menos Dash y su novia iban al sur, no habra escoceses arrogantes tratando de
robarle a Cait bajo sus narices, no habra criadas irritantes que hacer frente en esta
ocasin. Esta vez, Dash poda tocar a Caitrin cuando quisiera sin miedo a ser descubierto.

En el frente de su coche, Sorcha Ferguson y Rhiannon Sinclair se reunieron en torno

a Caitrin, mientras se despedan, mientras su esposa les aseguraba a sus amigas que no se
iran por mucho tiempo, una mano golpe a Dash en la espalda, se dio la vuelta para
encontrar a Angus Macleod sonrindole.
Cuidara de mi nia, verdad, Brimsworth?"
"Con mi vida", asegur a su suegro.
El viejo escocs le gui un ojo. Ella dice que quiere encontrar una casa para
ustedes para cuando vuelvan? "
Dash asinti. "Yo no quiero tomar ventaja de su generosidad, seor."
Angus Macleod ech la cabeza hacia atrs y solt una carcajada. "Usted es un mal
mentiroso, muchacho, usted quiere a mi hija toda para usted mismo.
Era tan fcil de leer?
"Yo era de la misma manera con Fiona hace tantos aos", continu Macleod.
"Cuando vuelva, voy a tener un corredor y puede buscar en Edimburgo un hogar adecuado
para ustedes, usted la ama con todo su corazn Verdad?"
"S, seor." Dash estrech la mano de su suegro, entonces mir por encima del
hombro para encontrar Niall Forster que lo observaba con una mirada de leve diversin.
Dash asinti con la cabeza en direccin al hombre. "Seor, gracias por todos sus
consejos."
Forster se adelant y neg con la cabeza. "A pesar de todo lo que le aconseje no
prest atencin, Dashiel?"
De alguna manera, Dash fue capaz de mantener un gruido antes de que escapara
de su garganta. El viejo simplemente no lo entenda, Forster se haba criado sabiendo lo
que era, aprendiendo a controlarse a s mismo; Dash no.
Si permita a la bestia dentro de l tener carta blanca, Caitrin podra estar en grave
peligro. Ningn asunto la amenazara aunque llamara a la libertad dentro de, Dash era
suficientemente caballero en el exterior para mantener a la bestia a raya. "Por el contrario,
la carrera fue muy refrescante."
El constructor naval baj la voz, para que slo pudiera escuchar Dash. "Si pones
atencin a lo que he dicho, Dashiel, no hay ningn dao que puedas hacer, acptate,
abrzate a ti mismo o sers condenado.

Qu pensamiento tan alegre! Dash frunci el ceo al hombre. "Creo que tengo
todo bajo control, seor."
"S", coment Forster. "Ese es el problema, amigo."
Dash no estaba de humor para ms palabras de Forster, por lo que se inclin,
dejndole saber que la conversacin haba llegado a su fin. "
Que tenga un buen viaje
de regreso a Glasgow."
Luego llam la atencin de Caitrin en el frente del coche, donde an estaba
charlando con sus amigas. "Lady Brimsworth, est usted lista?"
Cait le sonri y sali por el costado del carro, Dash abri la puerta para su esposa y
la ayud a subir. Antes de que pudiera subir con ella, sinti que alguien tiraba de su
chaqueta.
Dash se dio la vuelta para encontrar a Sorcha de pie detrs de l, con lgrimas que
se arrastraban por sus mejillas. "Yo me encargo de ella, muchacha, no hay necesidad de
preocuparse, estaremos de vuelta antes de que te des cuenta".
Ignor el gemido de su cochero ante esas palabras, iba a tener que aumentarle la
paga al hombre si quera mantener sus servicios.
Sorcha se acerc a l y le entreg un ramillete de flores de color prpura.
"Wisteria", dijo en voz baja. "Es para un viaje seguro."
Dash acept las flores y levant la mano enguantada de Sorcha a los labios.
"Gracias, seorita Ferguson, eso fue muy atento."
Luego se meti en el coche y golpe en el techo para que Renshaw partiera.
El coche se tambale hacia delante y Caitrin se instal a su lado, apoyando la
cabeza sobre su brazo, su mano aterriz suavemente en su pecho y suspir, una vez se
haba burlado del amor. Pero, ya no, no tena duda de su existencia, ya que casi lo abrum
con cada respiracin que tomaba.
"Ha pasado mucho tiempo desde que viste por ltima vez a tu padre?, Dash",
pregunt en voz baja mientras sus dedos comenzaron a moverse lentamente sobre su
pecho.
"Lo suficiente."
"Espero que siga vivo cuando lleguemos all, me gustara conocer al hombre que ha
hecho tu vida tan miserable.

"Planeas hervirlo en aceite, ngel?" l no pudo evitar rerse de la imagen. "O

envenenarlo con una de tus pociones?"
Cait suspir con tristeza.
l le dio un codazo suave. "Qu sucede?"
"No dejo de pensar cuan solitario debe estar. Nunca se volvi a casar despus de
que tu madre muriera? "
"Ninguna mujer de mente sana se casara con l." Tom a un pedazo de pelusa
imaginaria del pantaln de su pierna.
"Tu madre se cas con l."
"Ella tambin se dej seducir por un licntropo, su situacin mental es todava
desconocida para m".
Ella le dio un puetazo en el hombro y se sent, con la boca bien abierta con
indignacin. "Cmo puedes decir tal cosa?" Ella se qued sin aliento.
"Oh, vamos, Caitie," dijo, tratando de calmarla mientras se alejaba a s misma de l
por completo.
"No quise decir eso", finalmente l dijo, aunque no tena ni idea de por qu ella
estaba tan disgustada con l, Cait no le hizo caso y se qued mirando por la ventana
opuesta.
"Qu he hecho?" Pregunt finalmente cuando el silencio se hizo ensordecedor.
"Nada." Dijo ella mientras se daba vuelta.
"ngel", l comenz.
"No me digas ngel, Dashiel Thorpe, si piensas insultarme y luego esperas que caiga
directo a tus brazos slo porque eres encantador estas muy equivocado".
"Cundo te he insultado?" Malditas mujeres, nunca se les entiende.
"Tu dijiste que el estado mental de tu madre estaba en duda, porque se dej
seducir por una bestia". Ella levant una ceja y luego pas la mirada por el cuerpo de l.
"Oh." l suspir fuertemente. "No me refiero a ti, Caitie, t no tenas oportunidad
contra mi encanto. "l la mir por el rabillo del ojo.

Una sonrisa tir de las comisuras de su boca, a pesar de que luch, luego ella tir
del cuello de su vestido, dejando al descubierto su hombro. "Poda luchar contra tu
mordedura? Una vez que enterraste tus dientes en m ya estaba hecho y no es como si
tuviera muchas opciones verdad?"
"Oh, tenas varias opciones, podras haber elegido a MacQuarrie, podas haber
seguido adelante. "l la tomo en brazos y la coloco en su regazo, a pesar de sus luchas. l
baj la voz. "Pero no lo hiciste, debido a que me amas, incluso si digo las cosas mal a veces
y sea completamente inapropiado".
Ella dej de moverse en su regazo, gracias a Dios. Si su trasero se hubiese meneado
contra de l una vez ms, la bestia habra estado bajo sus faldas, aunque ella estuviera
enfadada con l.
"Eres un patn", dijo mientras se calmaba y apoyaba la cabeza contra su pecho.
"Lo s, lo siento. "Ella le dej que le cepillara el pelo de la frente. "Perdname".

Perdonarlo? Y que el muy patn se quitara esto tan fcilmente? No con mucha
probabilidad.
"Quizs maana", dijo ella, incapaz de detener la risa que estall.
"Tienes alguna prediccin sobre lo que va a ocurrir cuando lleguemos a Kent?" Su
frente se vio empaada por la concentracin.
"Yo no puedo ver el futuro que te concierne." Si tan slo pudiera, podra hacer esto
mucho ms fcil para los dos. "Estas preocupado?"
"No nos separamos en buenos trminos, ngel, mi padre probablemente detesta
mi sola presencia, al igual que lo ha hecho todos los das desde que nac".
"Eso no tiene sentido con lo que vi en mi sueo, Dash. l te necesita, solamente no
entiendo porque".

El la coloco ms cerca de l, y ella estaba contenta con que solamente la abrazara

durante un tiempo mientras colocaba la cabeza debajo de su barbilla.
"l sabe que yo no soy su hijo," dijo Dash finalmente en voz baja. "l mismo me lo
dijo, no le crea en ese momento, pens que era su decepcin la que hablaba.
"l sabe quin es tu verdadero padre?"
El hizo que su cabeza se moviera de lado a lado mientras responda. "No, y si lo
sabe, no me lo dijo".
"No quieres saber?"
l se encogi de hombros.
"Por supuesto que quieres", ella murmur.
"Sera bueno saber," dijo finalmente, aunque nunca haba pensado mucho en ello.
De qu sirve saber esto ahora? "Pero si no fuese importante, yo no estara haciendo este
viaje, si no fuera por ti". l le dio un codazo juguetonamente a ella.
"Las cosas que hago por amor."
"Slo estas esperando para colocarte bajo mis faldas de nuevo," dijo ella, sintiendo
como el color suba por su rostro mientras l reaccionaba ante su comentario, ella tom
su barbilla con la mano y le dio un beso rpido.
"No trates de distraerme con tus besos, ngel," gru. "Me gusta la idea, la que
acabas de tener, vamos a volver a eso".
"Eres incorregible." Pero, a decir verdad, le gustaba ser una con l, le gustaba su
cercana.
Tenerlo dentro de ella era ms de lo que nunca haba soado que sera. "No
podemos hacer esto en un coche".
l la mir con las cejas levantadas. "Y por qu no?" l dejo caer su voz "Te puedo
tomar donde yo quiera."
Cait poda sentir la loca carrera de su pulso y saba que l poda escucharlo, y
tambin uno en la unin de sus muslos comenz a golpear tambin. El hombre slo tena
que hablar de tomarla, y ella se calentaba como el fuego alimentado en un fro da de
invierno.

"Me encanta la forma en que reaccionas para m", l murmur mientras la

levantaba y colocaba cada pierna a un lado de l para colocarla a horcajadas sobre su
regazo, sus manos ahuecaron su trasero, atrayndola tan cerca que ella poda sentir la
protuberancia de l contra su muslo.
"No puedo hacerlo as," ella susurr, ligeramente escandalizada, pero muy excitada
al mismo tiempo, Dash la distrajo hablando mientras l aflojaba el corpio de su vestido.
"Podemos hacerlo en cualquier lugar, ngel, podemos hacerlo de pie. "Podran?
Podemos hacerlo acostados."
Ella asinti con la cabeza, cada vez ms distrada mientras l tiraba hbilmente de
su corpio hacia abajo y dejaba al descubierto sus pechos al fresco aire, las cimas de sus
pechos se endurecieron de inmediato. "Y podemos hacerlo en un coche."
"S, estoy empezando a darme cuenta de eso", ella dijo casi sin aliento mientras
levantaba su pecho a la boca y lentamente tiraba de la cima hacia el interior, sin apartar
los ojos de ella. Ella avanz poco a poco en su regazo, tratando de conseguir estar un poco
ms cerca de l.
"Fcil", dijo l rpidamente, cuando ella hizo un mal movimiento.
"Lo siento, me refiero que no quiero hacerte dao".

"Es un dolor delicioso, ngel, no te preocupes. Tratando de mantener a la bestia

bajo control. "l se desabroch los pantalones y se deleit con la piel suave que cubra su
dureza contra su muslo.
"Suave", ella pregunt.
"Perdn?", Su cabeza se levant. "ngel, no hay nada suave en m en este
momento," l se rio entre dientes.
"Puedo tocarte?" De repente estaba curiosa por ver y sentir la parte de l que la
llenaba tan bien.
l levant las manos detrs de la cabeza y se recost contra los cojines. "Puedes
tocarme donde quieras de todos modos me gusta. "Una sonrisa traviesa jugo alrededor de
su boca.
Cait se puso cmoda para poner suficiente espacio entre ellos para que ella pudiera
tenerlo en su mano, l solt una respiracin rpida, y ella lo solt an ms rpido. "Te he
hecho dao?"

"Ese fue un suspiro de placer, no de dolor, pero no estoy seguro de cunto ms

placer puedo tomar, para ser honesto. Podramos terminar esta exploracin ms tarde?"
Sus manos se deslizaron de nuevo por debajo de la falda para que pudiera acariciar
su trasero desnudo y tirar de ella hacia adelante, donde ella descansaba sobre l. Luego le
dio un codazo en su centro, amasando su trasero mientras tiraba de ella y la llenaba de un
golpe rpido.
Cait levant sus brazos alrededor de su cuello y le permiti llevar su danza,
subiendo y cayendo mientras la levantaba y la bajaba con sus manos sobre sus caderas,
una mirada muy curiosa cruz su rostro mientras se acercaba al pice de su placer y lo
mir a los ojos. Su mano se desliz entre ellos y la llevo a las alturas.
Ella estuvo encima de l durante algunos momentos preciosos, su corazn se
apret contra l, luego ella se incorpor y tiro hacia atrs su camisa en el cuello. "Llevas la
marca de la bestia."
l mir hacia abajo para ver lo que ella se refera. "Mi marca de nacimiento?"
"S, es como la de Elspeth, la he visto toda mi vida. Ves cmo est formada como la
luna?"
"Nunca le he prestado mucha atencin a eso", dijo, l quitando sus manos
suavemente.
"puedo hacer esto", protest ella, inclinndose para poner sus labios sobre su
marca. "Me gusta, sin embargo, otros pueden decir que estoy loca por amar a un
licntropo, "ella se rio contra su cuello, donde se inclin y le dio un beso rpido.
"O eso," l gru.
"Quiero decir, porque pude escucharlo."

TREINTA

"Estn all!" Cait casi grit mientras miraba por la ventanilla del coche en la posada
del violn y el gato.
Dash suspir, durante la ltima semana, l haba visto a su esposa ponerse ms
entusiasmada ante la perspectiva de reunirse con Elspeth Westfield, ahora, al parecer, el
tiempo estaba sobre ellos.
"Y ests segura de que estn aqu?", pregunt Dash, l no tomara la misma alegra
que ella, pero l no estaba ansioso por reunirse de nuevo con Benjamn Westfield, ni con
su esposa. l no haba sido exactamente un husped bienvenido cuando se haban visto
anteriormente.
"Por supuesto, que estoy segura, mira, all est el coche de Benjamn".
Dash se asom por la ventana, efectivamente, all en el patio contra el sol poniente,
el emblema de los Westfield estaba estampado en el lateral del carro, un lobo orgulloso,
de color dorado y azul. "Parece que verdaderamente estn aqu.
Ella ahuec su mandbula en sus manos. "No te preocupes, estoy segura de que se
han olvidado de todo ese asunto con la abduccin de Lord William y... "
Algo que l dudaba, Dash se estremeci, no haba sido su mejor momento. Los
Westfields eran un grupo leal, l no era parte de su manada, y nunca lo sera.
Sin embargo, l no era un cobarde, empuj para abrir la puerta del coche y ayud a
Cait a bajar del carruaje, al acercarse a la taberna, Dash serpenteaba su brazo alrededor de
su cintura.
Abri la puerta y dirigi a Caitrin hacia el umbral, luego se lanz hacia l el
posadero tan rpido que perdi el control sobre ella, Cait se ech hacia atrs y Dash se

precipit hacia adelante, colocando su mano en su espalda, con la esperanza de quitarle

su dolor. Mientras l la tocaba, ella no sera asaltada por los futuros de desconocidos.
Ella tomo aliento y luego levant la vista hacia l. "Es mi culpa, no estaba
pensando."
"Estaba muy emocionada." Dash enganch su brazo con el suyo, decidido a que no
sucediera de nuevo, el verla con angustia le desgarr el corazn. Era una cuestin de
orgullo para l que l, y slo l, poda mantener las imgenes no deseadas fuera de su
cabeza. Destinos predeterminados, si no era un creyente antes, sin duda lo era ahora.
Dirigi a su esposa hacia el esbelto, posadero que se encontraba detrs de la barra.
Dash asinti con la cabeza en seal de saludo.
"Mi esposa y yo requerimos alojamiento, seor."
"Por supuesto", respondi el hombre.
"Y creo que mis amigos estn aqu tambin", Caitrin interrumpi: "Lord Benjamn
Westfield y Lady Elspeth".
El hombre se rasc la barbilla. "En efecto, seora, su seora ha reservado uno de
los comedores privados esta noche.
Caitrin casi resplandeci. "Cul, seor?"
Pero no haba necesidad de preguntar, Benjamn Westfield tena un odo que
igualaba al de Dash, y el sonido de su nombre, obviamente, lo haba escuchado con su
poderoso odo. El licntropo se presentaba al final de la taberna, con la puerta del
comedor privado abierta en una mano.
"Caitrin Macleod", l pregunt, aunque sus ojos color avellana se nivelaron sobre
Dash. "Qu ests haciendo aqu, muchacha?"
Cait comenz a moverse hacia el hombre, pero Dash mantuvo su dominio sobre ella
esta vez. "Cuidado, ngel," le susurr a ella.
Westfield capt sus palabras, Dash podra decirlo por la forma en que su ceo se
frunci un segundo despus, Cait mir a Dash, a continuacin, miro al otro lado de la
taberna en direccin del otro licntropo.
Un momento despus, Elspeth Westfield asom la cabeza en la taberna, sus rizos
ardientes se balanceaban en cada movimiento, y su rostro se ilumin de alegra. "Cait!"

La pelirroja embarazada se lanz desde la habitacin y ech los brazos alrededor

del cuello de Caitrin. "Dios del cielo! Eres la ltima persona que esperaba ver aqu. Qu
ests haciendo aqu? Por qu huiste de Westfield Hall en medio de la noche? Y qu...?
"Sus ojos verdes finalmente aterrizaron en Dash. "Lord Brimsworth."
"Lady Elspeth," dijo suavemente. "Qu bueno verle de nuevo, Cait estaba segura de
que la encontraramos aqu.
Lady Elspeth parpade, aparentemente perpleja por las palabras, sin embargo, esa
indisposicin no afligi a su marido que cruz el piso en unas pocas zancadas para dejar
caer una mano protectora en el hombro de su esposa. "Quizs se nos debiera unir para la
cena, sugiri Lord Benjamn.
Cait apret la mano de Dash, y no importaba lo incmodo que se senta en ese
momento, el amor y l afecto de su gesto le calent el corazn. "Gracias, Westfield, Lady
Brimsworth y yo estamos bastantes cansados de nuestro viaje".
No estaba seguro de quien fue ms fuerte el grito, si fue de Lord Benjamn o su
esposa. Cuando lady Elspeth se recuper de la impresin ella rpidamente bes las
mejillas a Caitrin. "Bueno, enhorabuena! Deben unirse con nosotros.
Eso suena como si tuvieran un cuento que contar.
***
Como Cait mir fijamente a travs de la mesa a su mejor amiga en el mundo,
esperaba con todas sus fuerzas que Elspeth y Ben encontraran una forma de aceptar a
Dash. Como miembros del COIG, ellos estaran en la vida de los otros, hasta el fin de los
tiempos, sera mejor para todos si se llevaran bien.
"Entonces," comenz Benjamn mientras empujaba una copa de vino hacia Dash,
"te has casado con Caitrin?"
Vio que su marido asinti y tom nota de la contraccin muscular en su mandbula.
"Tuve la suerte de convencer Caitrin de aceptar mi propuesta."
"Cuando sucedi esto?" Pregunt Elspeth, moviendo nerviosamente la comida por
el plato.
"Ustedes deben comer," Caitrin le record.
Su amiga neg con la cabeza. "Ms tarde, quiero or todo sobre l".

"Bueno," comenz a Cait, "nos encontramos en Westfield Hall, y luego Dash y yo

nos conocimos en el camino a Escocia.
Cuando llegu a casa, l me convenci."
Elspeth nunca aceptara la versin de los hechos, pero espero que no la cuestionara
con los hombres presentes, ms tarde, cuando estuvieran a solas, Cait le confiara todo a
su amiga, el resto de las brujas saba la verdad, de todos modos.
"El comandante dijo que te haba enviado a Glasgow", dijo Ben, entrecerrando los
ojos en Dash.
"l lo hizo, el Sr. Forster me acompa a Edimburgo, no es que sea de tu
incumbencia", su marido gru.
Elspeth puso una mano sobre Ben. "Est claro que Cait es feliz, slo debemos
desearles lo mejor".
Ben Westfield refunfu algo en voz baja, pero Cait estaba segura de que no eran
sus mejores deseos.
Ella ignor al marido de su amiga, como sola hacer.
"Extremadamente felices", ella confirm, sonriendo a Elspeth. "De hecho, estamos
en nuestro camino para visitar al padre de Dash en Kent".
Cuando terminaron de cenar, Elspeth rode la mesa y apret el hombro de Cait.
"Quieres salir a caminar conmigo?"
As ella podra llegar a la verdad, Cait sinti a Dash tensarse a su lado, y ella le
dedic una sonrisa. "Voy a estar bien, mientras nos alejemos de la posada, las visiones me
molestaran menos".
l dej escapar un suspiro. "Ten cuidado, de acuerdo?"
Cait asinti, Dash desliz sus brazos alrededor de su cintura y le dio un beso en la
frente. "Te quiero."
"Yo te quiero, tambin, volveremos pronto".
Cait sigui a Elspeth travs de la taberna por la puerta principal del edificio. La
parte de que era muy feliz de ver a su hermana bruja pele con el lado que mantena
lealtad a Dashiel.

"Por qu te est mirando tan preocupado?" dijo Elspeth distradamente mientras

ella se puso a caminar a su lado.
"Elspeth," comenz Cait, entonces se detuvo y sacudi la cabeza. "l no aprueba lo
que hago"
"Yo no era consciente que tenamos que tener la aprobacin de los cnyuges, Cait."
Los ojos de la bruja pelirroja bailaron con algo que Cait no poda identificar, pero
posiblemente haba un poco de complacencia en su mirada. "Recuerdo vagamente que te
opusiste a mi matrimonio con Ben, hiciste que Rhiannon sacudiera la ciudad con una
tormenta furiosa. "Entonces ella se rio y rompi la tensin. "Pero, al menos, tuviste la
oportunidad para ir a mi matrimonio, yo no puedo decir lo mismo del tuyo. T eres mi
mejor amiga.
"No hubo tiempo" Cait murmur, con la esperanza de que Elspeth lo entendera.
"Por qu no? Cul es la prisa? "
"Cul era la prisa con Benjamn y contigo?" Cait le lanz una mirada significativa.
"Me haba arruinado, si no te acuerdas correctamente."
Cait slo levant las cejas hacia ella y puso las manos en las caderas.
Elspeth prendi inmediatamente. "Te arruino? Fue a propsito? Siempre he
sospechado que Ben me arruino a propsito. "Ella se ech a rer.
"A Westfield nunca le import si te arruinaba o no, l simplemente te quera".
"No ms de lo que yo lo quera a l ", dijo Elspeth suavemente, una leve sonrisa
apareci en su rostro. "Sin embargo, Ben y Brimsworth no se encuentran cortados por la
misma tijera".
Elspeth debe haber visto la furia que gritaba en el cuerpo de Cait con ese
comentario porque se apresur a aadir: "Aunque no me atrevera a juzgarlo porque no
he pasado mucho tiempo con l."
La comparacin de Benjamn Westfield a Dashiel Thorpe era como comparar
manzanas con naranjas.
"Por qu dejaste Westfield Hall en medio de la noche sin siquiera mirar atrs?"
Ahora, ella llegaba al punto es cuestin. "Es una larga historia", dijo ella.

"Entonces debes comenzar con el principio."

"Conoc a Dash", se encogi de hombros Cait. "El resto de ustedes estaban", le
dirigi una mirada a Elspeth, en el bosque. No haba nadie ms alrededor y nos
acabamos topando en el interior de la casa".
"Y fue amor a primera vista?"
Ms como amor a la primera mordida, Cait no respondi y sigui caminando.
"Qu paso, Cait?" Elspeth pregunt en voz baja. "Siempre asum que Alec..."
Cait suspir. "T sabes que Alec MacQuarrie y yo no estbamos destinados a estar
juntos."
S. Lo dijiste, pero nunca he entendido por qu, l hombre ha estado enamorado
de ti toda su vida.
"No lo vea conmigo."
"No porque no lo hayas visto en tu futuro, no significa que no suceder, slo
porque no vieras especficamente a ustedes dos con un nio o dos no significa que no
sucedera. Yo espero que la falta de una visin no te haya llevado a una boda con el
hombre equivocado".
El hombre equivocado, Cait hizo una mueca. Sera bueno si Elspeth tuviera un poco
de fe en ella. Sin embargo, su amiga la conoca mejor que nadie en el mundo, y Cait no
poda mentirle. "Vi a Alec con otra persona.
Y estaban tan felices, no tena ms remedio que dejarlo ir".
Elspeth se qued sin aliento. "Con quin estaba?"
"Yo no puedo decirte," gimi Cait. "Podras cambiar los acontecimientos en el
futuro, no puedo correr el riesgo."
"Podas verte a ti misma con Dashiel Thorpe en el futuro?"
"No." Cait dio la vuelta y sac un tallo alto de la hierba de donde anduvieron. "No
puedo ver ningn futuro con l en absoluto."
"Oh, Cait," suspir tristemente Elspeth.
"No es" lo que piensas ", explic. "Mi madre no poda ver a mi padre, tampoco."

"En serio?"
"S, de verdad, es el camino de las cosas, dice mi padre, ya sabes que sucede
conmigo, soy asaltada por cada futuro que existe, y l solamente debe tocarme para
aclarar mi mente, por lo que me siento ms tranquila que antes
Su amiga tomo las manos entre las suyas y las apret. "Est bien, te lo digo yo, es
adecuado para m".
Elspeth le devolvi el apretn. "El conde tiene un poco de pasado, y eso me
preocupa, pero si puedes ser feliz con l, voy a estar feliz por los dos".
Cait tir a Elspeth cerca para un abrazo.
"Estoy muy contenta de que me haya reclamado," suspir Cait.
Elspeth se qued helada. "Por qu piensas que te reclam como suya? No hemos
tenido una luna llena desde la noche que dejaste Westfield Hall.
Cmo podra haberte reclamado? "

TREINTA Y UNO

Dashiel Thorpe nunca haba estado tan incmodo en su vida como cuando estuvo
sentado en la mesa de Benjamn Westfield. La sagaz mirada avellana del hombre lo
observo de arriba abajo, el pelo en la parte posterior del cuello de Dash se erizo.
"La seorita Macleod significa mucho para mi esposa, Brimsworth," el hombre
finalmente se lo dijo mientras levantaba un vaso de whisky a los labios.
"Te refieres a mi condesa?, no? Ella no es ms Macleod, pero Lady Brimsworth le
agradecera si usted recordara eso."
Dash saba que estaba actuando un poco exageradamente, pero l era un conde,
despus de todo, si alguien tena el derecho para comportarse de tal manera, ese era l.
"Es algo muy difcil para m conciliarlo en mi mente, mis disculpas ", dijo Westfield
mientras miraba hacia Dash y llenaba su vaso.
"Aceptado", gru Dash.
Westfield respir profundo. "Yo tengo que decirle, que parece un hombre
cambiado, tal vez ella es buena para ti".
"No estoy seguro de lo que quieres decir." Aunque Dash tena una idea bastante
buena, pero slo quera escuchar al hombre decirlo.
"Tal vez Caitrin saca lo mejor de ti," Westfield le aclar. "Usted ha perdido un poco
el salvajismo que tena, como cuando un perro persigue a un zorro, no del todo, que
conste, pero un poco".
"Es difcil sacudirse el perro, no es as, Westfield? En particular, cuando nacemos
con l en nosotros, ya sea lo queramos o no."
"Lo queramos o no?" dijo Lord Benjamn. "Eso suena como si hubieras aceptado
quin eres".

El hombre pareca Niall Forster, y Dash no estaba ansioso por escuchar de nuevo la
forma en cmo deba abarcar la bestia dentro de l. l bebi el resto de su bebida en un
gran trago y empuj el vaso hacia Westfield para una recarga. "Yo soy un licntropo, como
usted, no hay nada ms que discutir".
Benjamn Westfield se eriz visiblemente. "Bueno, no todos los licntropos son
iguales, obviamente."
Antes de que Dash pudiera responder a ese comentario bastante poco halageo,
Lady Elspeth ingreso en el comedor privado, con Cait que la segua de cerca y que la
llamaba.
"Elspeth, espera", su encantadora esposa le suplicaba.
Al or el tormento de su voz de inmediato se puso en pie. "Qu es, Caitie?"
Elspeth vol por la habitacin a los brazos de Westfield, y luego dijo con
vehemencia: "Creo que lo hizo, Ben, l la reclamo la ltima noche, la noche de la luna
llena. La reclamo despus de conocerla por no ms de unos pocos minutos".
"Quieres decir que...?" Westfield dej que sus palabras se apagaran, mientras sus
ojos color avellana adquirieron un brillo asesino.
"S, l la reclamo."
"Maldita sea," Dash murmur antes de empujar a Cait con seguridad a un lado
antes de que tomara el primer golpe que Westfield arroj sobre su barbilla. l choc
contra el aparador, y la pieza del mueble se astillo por la fuerza de ese golpe
trascendental.
El jadeo de Cait hizo eco en sus odos.
Dash se qued all por un momento, frotndose la mandbula, como Licntropo
enfurecido lo mir. Luego dijo: "Estoy seguro de que me lo mereca, Westfield." l se puso
de pie mientras Cait iba a evaluar sus lesiones.
l mir a su atacante sin pestaear y gru: "No siempre he sido un hombre de
honor, pero si vuelves a hacer eso, voy a hacer mi mejor esfuerzo para aplastarte.
"No puedo creer que hayas hecho esto, Elspeth," Cait le dijo a su amiga.
Dash puso su brazo alrededor de los hombros de Cait y la atrajo hacia l. "Est bien,
tena que recibir uno, ngel."

"No tena derecho para golpearte as", insisti Cait, ponindose de puntillas para
besar a un lado de su mandbula, que ya estaba sanando.
"S, tena derecho, ngel. "Una sonrisa tir de las comisuras de su boca. "l tiene el
honor en su mente, pero creo que l est pensando que te reclame de una manera un
poco diferente de la que en realidad lo hice."
"No s qu quieres decir." Ella parpade hacia l.
l la bes en la frente.
Dash dirigi a Westfield un comentario en voz baja que slo otro par de odos
licntropos poda or. "Yo no lo hice hasta que me cas con ella."
"Entonces, qu hiciste?" El hombre pareca totalmente desconcertado.
"Yo la reclam como mi compaera licntropa, sin ninguno de los beneficios.
"l arque las cejas ante el hombre, aun hablando en voz baja.
Los ojos de Westfield se abrieron por la sorpresa, y se vea un poco enfermo. "Yo no
saba que se poda hacer eso."
"Yo tampoco", Dash se rio entre dientes. "Pero tuve suerte." Acerco a Cait de nuevo
y dej caer un beso en su cabello, apretndola con fuerza. "As que tuvimos suerte", dijo
finalmente con una voz para que ella oyera.
Ella simplemente le acarici la mandbula, el amor por l brilla en sus ojos azules.
"Yo no entiendo", dijo Elspeth, sus ojos que destellaban fuego, Westfield
probablemente tena las manos llenas con esa pequea pelirroja.
"Te lo explicare, despus," su marido respondi mientras le ofreca una silla a ella
en la mesa, entonces el rostro del hombre se ilumin y se frotaba la barbilla. "Esto
realmente es muy apropiado, en realidad."
Dash hizo lo mismo, manteniendo el asiento de Cait para ella, luego se dej caer en
su silla mientras Benjamn Westfield le pas la botella de whisky. "Gracias."
El otro licntropo sonri como si disfrutara de una broma privada. "Usted sabe que
su esposa ha tenido un deleite especial antagonizando conmigo", pregunt Westfield. "Me
ha llamado perro, sabueso y perro callejero, entre las cosas ms desagradables".
Cait se tens a su lado. "S, y en su caso, Benjamn, son todas muy precisas."

Westfield inclin la cabeza hacia atrs y solt una carcajada, voy a disfrutar
completamente viendo cmo lleva a cabo esta obra. "Movi la mano, haciendo un gesto
para abarcar tanto a Dash como a Cait. "Supongo que ella lo obligo a residir en
Edimburgo?"
Dash sacudi la cabeza. "Caitie no ha hecho ninguna demanda sobre m." No es que
no lo hubiera hecho si lo pidiese.
Los ojos de Westfield se agrandaron. "En serio?"
Caitrin se inclin hacia delante, nivelando a la mirada del hombre. "Dashiel no
necesitaba convencimiento, nunca se le ocurrira hablar de mi aquelarre, a diferencia de
cualquier otro mestizo pulguiento que pudiera hablar".
"Ah, s." Westfield dirigi su atencin a Dash. "Creo Caitrin te castigar ms de lo
que mi hermano nunca podra haber esperado.
Dash apret la mano de Cait. "No encuentro el matrimonio con mi hermosa bruja
un castigo ms bien como un premio que no merezco".
La mirada de preocupacin en el rostro de la seora Elspeth se desvaneci, y ella
realmente le sonri. "En ese caso, Lord Brimsworth, bienvenido a nuestro crculo.
Dash le gui un ojo. "Mucho mejor que la bienvenida que recib de la seorita
Sinclair".
Cait suspir dramticamente. "Rhi lo sorprendi, justo en el centro de la iglesia.
Puedes creer eso? "
Westfield asinti. "Tienes suerte de que eso es todo lo que tienes, yo fui atacado
por una hiedra muy decidida, mi coche fue destruido por un rayo, y bolas de fuego fueron
arrojadas a mi cabeza".
"Por favor." Los ojos azules de Cait brillaron con malicia. "Fue una bola de fuego,
Benjamn, t ya no eres un nio".
Era el turno de Dash de rer....

Era difcil no unirse a la risa de Dash, aunque Caitrin logr ocultar su sonrisa,
molestar a Benjamn Westfield era una de sus actividades favoritas, pero la bola de fuego
la haba hecho pensar en Blaire.
Mir al otro lado de la mesa a Elspeth. "Cuando llegues a casa, puedes ir a ver a
Blaire?"
"Est enferma?"
La leve molestia en la mirada en el rostro de Benjamn se convirti rpidamente en
un ceo fruncido, y Cait le hubiera gustado tener el poder de lanzar bolas de fuego ella
misma. Si una de sus hermanas brujas estaba enferma, Elspeth la querra curar, sin
embargo, su molesto esposo tratara de impedrselo. Adems, no se le habra dado el
poder de curar a Elspeth si no iba a usarlo.
"Ella no est enferma". Ella envi a Benjamn una mirada mordaz. "Yo no la he visto,
estaba en algn castillo en las montaas cuando nos fuimos, una monstruosidad que al
parecer Aiden hered, de todas formas, he tenido una serie de visiones atemorizantes
sobre ella, por lo que el Sr. MacQuarrie fue a ver como estaba por m."
Elspeth se inclin hacia delante, de inmediato. "Visiones atemorizantes?"
Cait asinti. "Fue como si algo, algn mal la estuviera cazando, para m l no se
siente como un hombre regular, no hay vida en l. "Ella se rio de s misma. "Estoy sonando
como una loca, pero yo no s cmo explicarlo mejor que eso. "
"Alec MacQuarrie fue tras ella", pregunt Benjamn.
Cait ignor el gruido que provena de su esposo ante la mencin del nombre de
Alec. "S."
"Bueno, estoy seguro de que estar bien, entonces," le asegur Ben.
"No hay un hombre ms honorable para que la encuentre".
Dash se levant de su asiento, al parecer la charla de Alec MacQuarrie no lo dejo
demasiado bien. "Bueno, ha sido un da muy largo, es agradable ponerse al da con usted,
Westfield, Lady Elspeth".
Caitrin lentamente se levant tambin y enganch su brazo con Dash. "Estoy muy
cansada." Mir al otro lado de la mesa a Elspeth. "Te ver en la maana."
Tan pronto como recuperaron la llave del posadero, Dash dirigi a Cait por las
escaleras hacia su habitacin.

Sus ojos color mbar se clavaron en ella mientras giraba la llave en la cerradura.
Ella entr en la habitacin con la mano de Dash en su cintura, haba sido muy
cuidadoso de no dejar que ninguna visin invadiera su mente, por lo que ella estaba muy
agradecida.
"Pareca como una especie de acuerdo, alabando las muchas virtudes de Alec
MacQuarrie."
l cerr la puerta detrs de ellos.
Cait se levant de puntillas para darle un beso en su mandbula. "No hay necesidad
de que ests celoso, Dash.
Mi corazn es tuyo".
l desliz sus brazos alrededor de ella y la atrajo hacia su dureza. "Yo no pienso
renunciar nunca hacia ti. "Sus labios descendieron sobre los de ella.
"Yo s que lo quieres de vuelta, y me obligars a tratarlo", dijo cundo sus labios
dejaron de arrastrarse por un lado de su cuello.
"Descarada pequea bruja", Murmur mientras sus dedos se pusieron a trabajar en
los cierres de su vestido, en cuestin de segundos, se qued desnuda ante l, a excepcin
de sus ligas y medias.
"Por qu siempre me desnudas paro que dejemos de hablar de estas cosas?" Le
pregunt distradamente mientras l dio un paso atrs para trabajar en su propia ropa.
"Para darte algo ms de qu quejarte?", Dijo l con una gran sonrisa.
"Oh, no tienes sentido del humor en lo ms mnimo!" Ella gimi mientras miraba
alrededor buscando algo para tirarle, pero antes de que pudiera recoger un arma, l la
levant en brazos y la deposit de espalda y en el centro de la cama. l llev su mano a su
pie mientras la miraba fijamente.
"Yo no te quite las medias, ngel, porque si te las quitaba, tendra que darte unos
besos en algunos lugares inapropiados.
Ella se incorpor sobre los codos. "Cmo?" Sinti como el color suba por sus
mejillas mientras levantaba una ceja.
"Quieres que te lo muestre, mi pequea inocente?"

Ella estaba muy feliz de escuchar su voz temblar un poco cuando dijo: "Si insistes."
Dash tir de las cintas de su liga izquierda hasta que se haba aflojado, entonces
comenz a deslizarla lentamente la media por su pierna, ella suspir fuertemente.
Inclin la pierna lo suficiente para dejar al descubierto su trasero, l la golpeo lo
suficientemente alto para que pudiera ser odo alrededor de la habitacin. El golpe no le
dola a Cait, sino que lo que ms la sorprendi fue que ella contuvo el aliento.
"Paciencia", dijo l, con los ojos muy atentos en su proyecto.
"La paciencia no es una virtud que tengo, Dash, siento mucho decrtelo, pero lo
averiguaras muy pronto, de todos modos".
l se ech a rer a carcajadas.
Pero entonces su pie estaba desnudo y sus labios tocaron el interior de su tobillo,
un escalofro estremeci su columna vertebral.
Dash hizo su progresin hasta la pantorrilla convirtindola en una experiencia
encantadora, sus labios adorando cada centmetro de su carne y dejando sensible su piel.
"Dash", dijo ella, tratando de llamar su atencin, su lenta tortura la volvera loca.
"S", l respiraba contra la parte interior de su muslo mientras abra sus piernas un
poco con las manos.
Cait jade cuando con mucha ternura el raspaba con los dientes a travs de la piel
sensible de la cara interna del muslo.
"Nada."
Cait se encontr agarrando las sbanas con fiereza en sus manos mientras sus
labios viajaron ms lejos y ms arriba, alternando entre molestos lamidos y aperitivos
tentadores, hasta que su sangre estaba lista para hervir.
Luego hizo lo impensable, toc con sus labios el mismo centro de ella, Cait salt y
trat de deslizarse de la cama.
"No deberas estar haciendo eso."
Pero l puso sus brazos alrededor de la parte exterior de los muslos para atraerla
hacia abajo, sostenindola firmemente en su lugar.

"Por qu no?", le pregunt, empeado en su tarea.

"No es adecuado ", dijo Cait, seguido de un gemido de puro placer mientras la
lama a travs de su centro.
Levant la cabeza por un momento y dijo: "Te lo advert que iba a tener que hacer
cosas que eran totalmente inadecuadas si te quitaba las medias y tu nico comentario fue:
"si insistes."
Sus lamidas lentas a travs de sus pliegues rpidamente se hicieron ms y ms
fuertes hasta que l coloco sus dedos dentro de ella, Cait apoy la cabeza contra la colcha
y le permiti que la llevara ms alto hasta que termino arquendose contra su boca y sus
manos y ella gritaba su nombre.
Entonces, tras una lamida rpida en el punto en que el pulso lata entre los muslos,
ella se elev hasta la cima, en la que l era su ancla y le brindaba una sensacin
maravillosa.
Cuando haba escurrido cada pedacito de ella de placer y, slo entonces, se
arrastr hasta la cama y mir hacia ella.

"Ests bien?", le pregunt mientras le cepillaba el pelo de la cara.

"Me gusta lo inapropiado", ella suspir, todava temblando por dentro.
Se rio mientras se introduca en su interior de un solo golpe. "Lo s." Entonces l
hizo que envolviera sus pies alrededor de su espalda para que pudiera tomarla an ms
profundo.
Una vez que la haba llevado de vuelta a la parte superior desde ese hermoso
precipicio, se uni a ella, que trmino siendo la sensacin ms maravillosa de todas.

TREINTA Y DOS

Desde el coche, Cait despidi a Elspeth y a Benjamn, y luego se sec una lgrima
de su mejilla cuando el transporte se tambale hacia delante. Dashiel la envolvi en sus
brazos y le dio un beso en la parte superior de la cabeza. "No pasar mucho tiempo antes
de que la vuelvas a ver, ngel."
Aunque no poda ver lo que le deparaba el futuro para ella y Dash, de alguna
manera ella saba que l estaba equivocado, este viaje en el que estaban durara ms
tiempo que lo que cualquiera de ellos esperaba, a Cait le hubiera gustado tener alguna
idea de lo que estaba reservado para ellos.
Dos das ms tarde, su coche cruz la frontera invisible que marcaba el lmite de
Eynsford

Park, Cait sinti el cambio en su esposo casi al instante. Se haba ido el amoroso y
considerado hombre con el que se haba casado, si no lo hubiera conocido mejor, habra
pensado que alguien lo haba reemplazado con un irritante duplicado.
Mir por la ventana, observo la casa solariega que se haca ms grande a medida
que se acercaban, Dash tena los brazos cruzados sobre el pecho y su espalda estaba
rgida, l pareca estar preparndose para un encuentro de lo ms desagradable. Cait trag
nerviosamente, su aprehensin slo la hizo estar ms ansiosa.
bien?"

Cait se desliz ms cerca de l en el banquillo y le toc el brazo. "Dash, estas

l gru esquivamente, entonces el coche retumb en una parada, Dash no salto

como haca por lo general, en cambio, tom una respiracin profunda y permiti que
Renshaw abriera la puerta. Despus de que descendi, se volvi y le tendi la mano a Cait,
cuando sali a la luz del sol, Cait miro hacia la gran mansin barroca de piedra arenisca
que se alzaba ante ellos, trag saliva cuando vio en su mente a un anciano frgil, que se
encontraba en cama. Aparte de su camisn, slo llevaba una peluca empolvada y tena el
ceo fruncido.
Dash meti la mano en el hueco de su brazo, y la visin se desvaneci como si
nunca hubiera existido.
Eso no hizo nada para aliviar sus temores, sin embargo.
Subieron por la escalera, entre los grandes pilares de piedra, a Cait la asombraba el
tamao del lugar. Era an ms grande que Westfield Hall, al acercarse a la enorme puerta,
esta se abri, y fueron recibidos por un antiguo mayordomo que pareca que poda haber
estado en servicio durante el reinado de Jaime II. Cmo el hombre tena la fuerza para
abrir la puerta era un completo misterio?
Cait mir alrededor de la sala principal, suelo de mrmol y pilares, era tan
grandioso como ningn lugar que ella hubiera visto alguna vez.
"Price", dijo Dash a modo de saludo.
"M-mi Lord!" El mayordomo tropez con sus palabras. "No lo esperbamos, Lord
Brimsworth."
Dash se dirigi a Caitrin por encima del umbral, aunque sus ojos no se apartaban
del viejo sirviente. "Por favor, prepara una habitacin para mi esposa y para m, no s
cunto tiempo nos quedaremos".
Price asinti con la cabeza. "Por supuesto, mi Lord."

"Y, Price, me gustara ver a mi padre." l llev a Caitrin ms abajo por el pasillo a
una sala inmaculada que era de puro blanco con detalles en oro.
Cait ni siquiera se quera sentar en el elegante sof por temor a molestar la
naturaleza prstina de la habitacin. "Este lugar es"
"Una prisin sangrienta," Dash se quej en voz baja.
"Iba a decir espectacular." Los ojos de Cait brillaron hacia l, tena la mandbula
apretada, y sus ojos color mbar estaban tan fros que se estremeci.
"Hmm", refunfu l. "Nunca lo pens de esa manera."
"Dash", empez a decir ella, tocndole el pecho. "Estoy segura de que vas a estar
bien."
Una sonrisa torcida apareci en su rostro. "No puedes saberlo, Caitie, y yo lo dudo
mucho."
"Por qu no subes para ver a tu padre, Dash? Puedo entretenerme un rato".
Dash se estremeci visiblemente, y luego lo vio enderezar su columna vertebral y
sacudir la cabeza. "Tienes miedo de encontrarte con el viejo buitre?"
Cait suspir. "No tengo miedo, si lo que necesitas es que vaya contigo, lo har, slo
pens que quizs podras querer pasar un tiempo a solas con l."
"Por qu querra verlo a solas? Si no hubieras insistido en este viaje, ni siquiera
estara aqu". l se removi nerviosamente y frunci el ceo.
Cait tens sus propios hombros. "Me gustara conocerlo, entonces." Meti la mano
en el hueco de su brazo, su msculo sobresala debajo de sus dedos. Ella tir de l hasta
detenerse cuando comenz a moverse.
"Dash", susurr.
"Qu es, Cait?", l suspir.
"Slo quera decirte que te amo." Ella se puso de puntillas para presionar sus labios
contra los suyos rpidamente, l inmediatamente la tom en sus brazos y hundi el rostro
en su cabello, inhalando profundamente.
"No puedo hacer nada de esto sino estas a mi lado", dijo finalmente, y entonces
tiro de ella hacia las escaleras.

Cait crea en l, crea que haba bondad en l, crea que poda ser digno de ella,
estaba decidido a probar que ella tena razn.
Llam rpidamente a la puerta de su padre, una criada pequea abri la puerta una
pulgada, lo suficiente para que l la viera.
"Muvete hacia un lado", dijo Dash, Cait le dio un puetazo en el brazo.
"Qu?", le pregunt, sin entender el motivo de su censura.
"Tu preguntas qu", ella gru, cruzando los brazos debajo de sus pechos.
"Contrlate a ti mismo."
La puerta se abri rpidamente despus de su cortesa, Dash la llev a la habitacin
con su mano en su espalda, la doncella hizo una reverencia con un rpido "Milord, mi
lady," su mirada apuntando hacia la puerta abierta, como si ella ansiara huir.
El olor de un cuerpo sin lavar de inmediato encontr a Dash cuando entraron por la
puerta, luch para evitar cubrirse su nariz, tom el brazo de Cait en su mano y la gir. "Te
tienes que ir, este no es un lugar para ti."
Ella se llev una mano a su pecho y le sonri suavemente a l. "Estoy aqu por ti,
Dash, no por otra cosa
"Quin est ah?", dijo una voz spera. "Si es el mdico sanguinario, dile que se
vaya al diablo, voy a morir a su debido tiempo, cuando est listo y no un momento antes."
Cait se apart mientras Dash se acerc a la cama.
"Siempre hace todo a su debido tiempo, verdad, padre? Por qu su muerte
debera ser diferente? "
Dash intent de modular su tono, sin mostrar emocin alguna, Eynsford no
apreciaba las muestras de emocin, una leccin que aprendi hace muchos aos.
"Quin est ah?", Su padre llam desde la cama.
"El Monstruo de Eynsford ha regresado," dijo Dash mientras entraba en la lnea de
la vista del hombre, en todos los aos, Dash nunca haba visto la mirada del marqus tan...
vulnerable. Ya no era tan fuerte y robusto, Eynsford todava llevaba la maldita peluca, pero
su rostro estaba demacrado y su piel tan plida que Dash podra haber visto a travs de
ella si l hubiera mirado lo suficiente.

Dash dudaba de que el hombre incluso fuese capaz de sostener su propio peso, tan
ligero como estaba ahora.
Por un breve momento sinti una punzada de remordimiento por lo que podra
haber sido, aunque pas lo ms rpidamente posible.
"El bastardo de Eynsford, el flagelo de Eynsford, el monstruo de Eynsford. Cul es
la diferencia? Fuera."
La mente del hombre an funcionaba, sin embargo, era el mismo viejo
sinvergenza putrefacto, a pesar de su decrpito estado. "Encantador como siempre, por
lo que veo," Dash respondi.
El anciano solt un bufido. "Has venido para garantizar tu herencia, muchacho? No
te preocupes, yo no te he desheredado, no por falta de intentos, malditas vinculaciones,
sin embargo, todava tendrs que esperar hasta que tome mi ltimo aliento.
Volvi la cabeza hacia el otro lado, como si se negara a reconocer la presencia de
Dash.
"Por lo menos yo nunca tendr que ver tal parodia con mis propios ojos, un
monstruo como tu heredando todo lo que he construido, mi asiento de la familia, mi
riqueza es intolerable".
Cait se acerc al lado de Dash y tir de su manga. "Presnteme," le susurr.
Era increble que pudiera estar tan tranquila con todo esto, Dash se encogi de
hombros. "Padre, aunque me repugna la idea de ponerla en su camino lleno de odio,
quiero presentarle a mi esposa, Caitrin Brimsworth".
"El monstruo tiene una novia?" El viejo se qued sin aliento, luego tosi tan fuerte
que Dash tema que iba a expirar ante sus propios ojos, pero el marqus finalmente se
calm y se recost contra las almohadas, agotado.
"Es usted una especie de anomala, tambin, Lady Brimsworth? Por qu ms
podra llevarse tan bien con alguien como mi hijo?", se rio de la palabra", cmo su
marido? Esto se debe a que va a ser terriblemente rico cuando finalmente pase?, no es
as? "Se toc la sien con el dedo ndice. "Parece que encontraste un ser inteligente que te
tolerara, Dashiel."
"En realidad, mi Lord, soy una bruja," Cait lo dijo mientras se acercaba al viejo, Dash
le envi una advertencia con la mirada que ella ignor rpidamente.

El marqus gru. "Y tiene un sentido del humor que va con sus ganas de morir,
veo".
El dejo que el hombre creyera que estaba bromeando, a l no le importaba.
"Es un placer conocerlo, seor," dijo finalmente, a pesar de que su cara le dijo la
verdad. No fue un placer en absoluto, su delicada nariz se arrug, probablemente por el
olor., y ninguna sonrisa ilumin su hermosa cara.
"Una muchacha escocesa?" El marqus parpade sus ojos plateados.
"S." Cait inclin la cabeza, y luego ella lo sorprendi cuando dijo: "Una chica
escocesa que no tiene miedo de decir, que huele terrible. "Se dio la vuelta y le indic a la
criada para abrir la ventana.
"l no quiere que la abra, mi Lady," dijo la criada.
Cait.

"Si l quiere cerrarla, l tendr que levantarse y cerrarla por s mismo," respondi

La chica dud hasta Dash asinti con la cabeza para que ella siguiera la orden,
entonces la joven doncella se apresur a cumplir sus rdenes, el olor deba molestarla,
tambin. No haba ningn olor tan desagradable como la de un cuerpo postrado en cama
sin lavar.
Una vez que la ventana estaba abierta, Cait inhal una bocanada de aire fresco.
"Eso est mejor ya, llame un bao para el marqus, necesita uno. "La criada vacil de
nuevo.
Cait dijo con rapidez y decisin, Ahora!"
La chica rpidamente tom atencin, corriendo de la habitacin tan rpido como
sus pies se movieron. "Ahora necesitamos ropa limpia ", murmur para s misma. "Y un
pijama limpio." Ella mir rpidamente alrededor de la habitacin.
"Cait," comenz Dash, no importaba lo que hiciera, no seran apreciados sus
esfuerzos.
"No estoy seguro de que esto sea una buena idea."
Cait lo sorprendi por completo cuando se sent en el lado de la cama de su padre
y tom y tom la mano nudosa del anciano.

"Su olor es terrible, y yo, y su seora, "ella dijo, haciendo un gesto hacia Dash," le
gustara pasar un tiempo con usted. Va a consentir un bao y una limpieza por m?
"Entonces ella hizo lo impensable y bati sus bonitos ojos azules hacia el hombre.
Ella poda encantar casi a cualquier persona con un parpadeo de sus pestaas y ella
se aprovech de ello.
Su padre asinti con aire ausente. "Lo har por ti, no por l, claro est, pero lo har
por ti, porque eres una cosita bonita, y porque ha pasado un largo tiempo desde que he
sido un anfitrin en mi propia casa".
El corazn de Dash se hinch a tal punto que estaba listo para estallar, Cait haba
roto el hielo de l, de alguna manera logro suavizar al viejo buitre, lo estaba haciendo todo
bien, teniendo xito donde el habra fallado, ella estaba haciendo lo imposible.
Estaba siendo Cait, el amor de su vida.

TREINTA Y TRES

"Es un hombre encantador," dijo Cait mientras ella se dej caer pesadamente en la
cama de las habitaciones de invitados. "Yo no puedo ver porque no queras hacer el viaje".
Dash se sent junto a ella y la bes en la parte superior de la cabeza.

"Pero t eres increble, Cait, nunca lo habra credo si no lo hubiera visto con mis
propios ojos".
"Creer que?" Ella inclin su rostro para verlo.
"Convertiste al viejo len grun en un manso gatito."
No pudo evitar el gruido que se le escap, nadie que jams hubiera puesto los
ojos en el marqus de Eynsford sera capaz de llamarlo un gatito manso, el hombre era una
bola de ira contenida.
"No lo creo, slo tengo un poco de prctica en la gestin de los hombres difciles".
"De hecho", pregunt Dash, con su frente alta con la diversin.
Cait le sonri. "Hmm. Mi esposo, por ejemplo, es un hombre muy difcil."
Ms rpido que un rayo, Cait estaba de espaldas con Dash cernindose sobre ella.
"Te refieres a que puedes manejarme, ngel? Sali un gruido gutural, pero una sonrisa
pcara se inclin en sus labios.
El deseo recorri a Cait y se instal bajo su vientre, slo haca falta una mirada de
l para hacer que su interior se derritiera, ella se rio y tir de su oreja. "Todos los das de
mi vida."
"Bruja", la acus, bajando su boca a la de ella.
Pero antes de que pudiera devolverle el beso, llamaron a la puerta y tubo que
apartarse de ella a regaadientes.
"Entre", l llam.
Cait hizo subir sus brazos cuando la puerta se abri y el mayordomo anciano mir
dentro del umbral. "Lord Eynsford est pidiendo por lady Brimsworth."
A pesar de que no haba ningn lazo de sangre entre Eynsford y su marido, y slo
compartan la animosidad,
Cait poda sentir la decepcin de Dash, incluso despus de todo este tiempo,
pareca que ansiaba la aprobacin de su padre o quizs simplemente su aceptacin, se
levant y se alis las arrugas de su vestido.
"Gracias, Price, pero estoy bastante cansada por el viaje, quizs Lord Brimsworth
pueda acompaarlo por un tiempo."

Dash sacudi la cabeza. "Vamos, Caitie, es a ti a quien quiere ver".

"T eres su hijo," respondi ella, aunque ambos saban que no era cierto.
Dio un paso hacia ella y baj la voz. "Tu viste la visin, sabes que significaba algo,
estuve de acuerdo con su rechazo hace muchos aos".
Ella no le crea, sin embargo, su voz casi se agriet, y eso pareci un signo muy
revelador para Cait. Todava, ella no lo empujara para hacer algo que lo hiciera sentirse
incmodo.
Ella le apret la mano. "Muy bien, mi Lord"
Dash le sonri, animndola a seguir, entonces Cait dio un paso alrededor de l hacia
donde Price todava estaba esperado en el pasillo, sigui al antiguo mayordomo a la otra
ala de la casa donde golpeo la puerta antes de que la abriera para ella.
"Lord Eynsford, su seora est aqu."
La habitacin ola un poco mejor esta vez, y el marqus, acostado en su cama,
pareca como si tuviera un poco ms de color en sus mejillas, Cait entr y cruz la
habitacin, dejando caer una reverencia, una vez que lleg a su suegro. "Mi Lord, se le ve
bien."
Una mueca cnica tir de sus labios. "Eres una mentirosa, Lady Brimsworth, pero
una bonita, le conceder eso. "Seal una silla de madera junto a su cama. "Sintase."
Cait ni siquiera era parte licntropo, pero se senta como si estuviera siendo
ordenado ah como a un perro, se sent de todos modos. "Usted quera verme?"
Un suspiro escap de sus labios. "Un consejo, mi seora, tome sus cosas y corra tan
rpido y tan lejos de mi hijo como le sea posible."
Cait contuvo el aliento, se supone que no debera estar sorprendida por el hombre,
pero lo estuvo de todos modos.
"Lord Eynsford."
El marqus no se conmovi por su tono castigador. "Pareces una dama
encantadora, y prefiero no verla dolida por gente como l, no estar mucho en este
mundo, y hay muy poco que pueda hacer, pero me encargar de que Brimsworth le
asiente un subsidio agradable. Y...
"No voy a dejar a mi marido", dijo con ms dureza de lo que pretenda.

El miedo destell en sus ojos y su piel plida se volvi an ms plida. "La luna llena
est a slo das de distancia, mi seora, puedes confiar en m... que no querrs estar con l
entonces, usted no querr ver el monstruo que habita en l. "
"Yo s lo que es", dijo Cait suavemente. "Lo que es capaz de hacer y no es un
monstruo".
Eynsford cerr los ojos. "Me pregunto si Philippa saba lo que era su verdadero
padre."
El rostro del marqus se retorci de dolor. "Usted puede pensar que sabe lo que es,
y estoy sorprendido, pero no es posible saber lo que puede y va a hacer con usted, Lady
Brimsworth, yo no creo que mi esposa lo supiera, porque ella nunca fue la misma.
Un malestar repugnante se instal en Cait.
Eynsford saba quin era el padre de Dash-su verdadero padre.
Poda orlo en su voz, ella se inclin hacia delante en su silla y agarr su mano fra y
temblorosa.
"De quin estamos hablando, mi Lord?"
"Brimsworth," escupi el nombre, sus ojos se estrecharon ahora con desprecio.
"No ha estado prestando atencin?
Cait asinti. "Por supuesto, seor, yo no estaba segura si todava estbamos
hablando de Dashiel o de quien lo engendro".
Eynsford apart la mano de ella y dio un respingo. "No he hablado del nombre de
ese canalla en casi tres dcadas. Por qu iba yo a hablar de l? "
l lo saba, Cait dej escapar un suspiro de alivio. Cmo iba a conseguir que el
marqus divulgara la informacin? "Yo puedo ver que usted es consciente de quin era."
"Por supuesto que lo saba", se quej, luego le vinieron una serie de toses que
sacudan su cuerpo.
Cait corri a una mesa y le sirvi un vaso de agua de una jarra de porcelana,
regres y le llev la copa a los labios.
Cuando termin, el marqus le roz la mano y luego se hundi en las almohadas,
cerrando los ojos grises una vez ms. "Traje a ese canalla a mi casa."

Cait escuch en silencio por temor a que cualquier interrupcin pudiera poner fin a
su historia, ella volvi a su asiento y tom su mano una vez ms.
"Tonto de m", continu Eynsford, pasndose la lengua por los labios resecos. "Me
sent halagado por su alabanza de mis discursos en los Lores, fui vanidoso, me parece.
Se qued en silencio por un tiempo, y Cait imagin que estaba relatando hechos
pasados, como la lectura de las pginas de un libro. "No tena forma de saber que el
hombre era un monstruo, que se llevara a mi esposa al bosque y le revelara al verdadero
animal que era".
Eynsford hizo una mueca y sus palabras se desaceleraron como si los recuerdos
fuesen dolorosos.
"Philippa, tan joven y bonita, ella haba estado tratando de darme un heredero por
tanto tiempo, era viejo aun entonces, creo que ella se enamor de aquel hombre. Yo
estaba molesto cuando me enter de su relacin, y yo saba que el nio no era mo cuando
me dijo que lo estaba esperando, pero ella prometi no verlo nunca ms, permit que
descansara con esa promesa.
Necesitaba un heredero". Los ojos subieron para encontrar Cait, como si en
silencio le pidiera que lo comprendiera.
Regres con cicatrices en el cuello, y creo firmemente que fue esa noche con
Radbourne que mat a mi Philippa porque no pudo sobrevivir al nacimiento de esa cosa
que todos llaman mi hijo".
Dash, Eynsford lo culp por la muerte de la marquesa.
Poda or el dolor an en su voz, a pesar de que no era justo, poda entenderlo,
ningn hombre disfrutaba siendo engaado.
Caitrin revis las palabras del marqus, Radbourne. Ella tena un nombre, as como
el inicio de una muy triste historia, el marqus pens que la madre de Dash haba quedado
dbil y con cicatrices de su encuentro con Radbourne bajo la luz de la luna llena.
Cait trag el miedo que la historia le provoco ya que le record a ella.
Ella supuso que tena las mismas cicatrices, marcas de una mordedura como
cuando Dash la haba reclamado, sin embargo, ella no se vio afectada, aparte de un breve
momento de dolor. Y Elspeth no pareca estar peor despus de su matrimonio con
Benjamn, tena lmites de energa, de hecho, incluso para una mujer embarazada.

Eynsford volvi la cabeza y la atraves con sus ojos plateados. "Usted dice que sabe
lo Dashiel es, pero estoy preocupado por usted, debe salir antes de la luna llena, mi Lady.
No es demasiado tarde para usted, no quisiera que otra mujer estuviera sujeta al
mismo destino que mi Philippa, ser forzada a llevar un monstruo dentro de su propio
cuerpo.
Cait se levant de su asiento y le dio un beso en la frente al marqus, no lleg a
parecer el tirano que ella esperaba. l haba sufrido su propia angustia, entonces ella le
sonri.
"Gracias a usted por su preocupacin, mi Lord, por favor, no se preocupe por m,
Dashiel es muy clido y considerado, l nunca me hara dao".

Dash no estaba tan seguro de eso, nunca le hara dao a ella intencionalmente,
pero no tena el control de s mismo durante una luna llena, dudaba incluso que alguna vez
lo tendra en el futuro.
El escuchar a escondidas no era algo que pudiera controlar bien, y sobre todo
cuando la suave voz de Cait estaba en los alrededores, Radbourne. Ni siquiera haba odo
el nombre, ni siquiera saba quin era el hombre, su padre, conociendo el nombre era
como si trajera al hombre a la vida, hacindolo real para el por primera vez en la historia.
Dash pas las manos por las paredes de piedra oscura de la bodega sin ventanas, el
olor a humedad de la habitacin le trajo muchos recuerdos, ninguno de ellos buenos,
como las noches que pas encadenado en esta habitacin.
El marqus haba insistido en que era por su seguridad, pero realmente era por la
seguridad de todo el mundo en Eynsford Park.
Las clases estaban tan incrustadas en la mente de Dash que incluso despus de que
haba dejado la Eynsford House, l mismo se ataba y se esposaba antes de cada luna llena
para mantener a salvo a los que lo rodeaban. A pesar de que no tena intencin de
aparearse con Caitrin durante una luna llena, la inquietante historia del marqus slo
solidifico esa decisin en la mente de Dash, nunca se perdonara si l hera a Caitrin.

Un crujido en el otro extremo de la bodega le haba anunciado la llegada de un

criado, y Dash dio un paso ms en la oscuridad de la habitacin, luego, sus fosas nasales
fueron atacadas por el olor a la madreselva, y cerr los ojos.
Cmo lo haba rastreado Caitie a este lugar alejado de la mano de dios?
"Dash", ella llamo en voz baja mientras empujaba la puerta abierta.
"Vuelva arriba, Cait, "Dash la llamo, negndose an incluso a mirarla, el no dese
que viera la evidencia de la bestia que viva dentro de l.
"Estar arriba en un momento."
"Quera hablar contigo," dijo ella, mientras miraba alrededor la habitacin.
"Qu ests haciendo aqu?"
"No deberas estar aqu", dijo l, sabiendo que su tono era un poco demasiado
duro.
"Y, por qu no?", pregunt ella, maldita mujer.
"Porque est sucia", l minti.
Ella solt un bufido. "Piensas que nunca he visto la suciedad antes?"
Dash suspir y se acerc a ella, listo para conducirla fuera de la habitacin, usando
la fuerza fsica, si era necesario, si vea los grilletes en las sombras de la habitacin, se vera
obligado a enfrentarse a sus preguntas.
Por suerte, ella dej que la alejara.
cara.

"Acabo de terminar de hablar con tu padre", dijo ella, con una sonrisa astuta en su
"S, lo s."
"Cmo lo sabes?" Ella se detuvo y lo encar, con las manos en las caderas.
Dash seal sus orejas con un suspiro y colocando los ojos en blanco le dijo:

"Encantado de conocerte, Cait, soy un licntropo, tenemos una audicin

extrasensorial".

Ella se rio, justo cuando estaba totalmente preparado para ser un asno, ella se rio.
Maldita fuera por ser tan perfecta.
"Realmente puedes escuchar tan lejos?" Ella se suaviz y se apoy en l, encajaba
tan perfectamente all que no pudo evitar envolver su brazo alrededor de ella.
"Puedo or a los mozos de cuadra que hablan de la carrera de caballos que se
aproxima." Inclin la cabeza para escuchar de nuevo. "Puedo escuchar a las criadas de la
cocina parloteando acerca de cmo ha vuelto el monstruo a casa y cmo van a ser
solicitados para irse antes de la luna llena y pude orte hablar de mi familia con mi padre,
s, lo escuche todo. "
"Y?" Pregunt ella, con una pequea sonrisa en las comisuras de la boca.
"Y qu?", l pregunt. Era ms bien un gruido y l era consciente de ello.
"Y el marqus me dijo quin es tu padre." Sus ojos azules brillaban de alegra.
"Radbourne." Dash asinti.
"Sabes quin es?"
"No tengo ni idea," Dash respondi, y luego se inclin para besarla en la frente,
deba huir de ella antes de que dijera o hiciera algo para trastornarla.
"Tengo que ir a hablar con el mayordomo de mi padre, y echar un vistazo a algunos
de sus libros. Vas a estar bien si te dejo un rato? "
Cait se tens, al parecer, poda ver a travs de l.
"Estoy perfectamente bien por m misma, pero no podrs salir corriendo de m. "
Ella apart un mechn de pelo de su frente, l cerr la mano alrededor de la de
ella y se la llev a sus labios.
"A medida que la luna llena est llegando, se hace ms difcil mantener el control,
lo siento".
"Si hubiera querido un hombre que estuviera en control todo el tiempo, me habra
casado con otra persona, no es como si no tuviera ofertas. l volvi a alejarse, pero ella lo
agarr.

"Yo saba lo que eras antes de casarme contigo y te quera de todos modos y
siempre lo har. Ahora, corre si es lo que necesitas para pasar el mal humor, pero no
puedes echarle la culpa a la luna o al hecho de que crees que podras hacerme dao
porque yo nunca creer que podras hacer algo as.
"Me gustara estar tan seguro", l suspir. "Te ver en la cena." Se volvi para
caminar por el pasillo, sintiendo como si su mirada fuera lo suficientemente caliente para
agujerearle la espalda.
"La cena ser en el cuarto del marqus '" ella lo llam.
"Bruja", l murmur, sacudiendo la cabeza, incapaz de contener su sonrisa.
"Gran patn", dijo entre dientes.
"O eso" l llamo.
"Lo dije para que lo oyeras!"
Dash no pudo evitar rerse, slo su Caitie poda llevarlo desde las profundidades del
infierno a un lugar donde no poda dejar de sonrer, maldita mujer.

TREINTA Y CUATRO

Cait sent en el borde de la cama del marqus y lo ayud a ponerse su bata

mientras los criados se alborotaron, instalando una pequea mesa con finos linos, vajilla y
plata.
"Me pregunto dnde est Dashiel", murmur para s misma mientras se levant y
se acercaba a la ventana de nuevo. "Le dije que cenaramos con usted aqu."

El anciano gru en respuesta, Dash podra no ser su hijo natural, pero s

compartan algunos rasgos.
"Esta seguro que no quiere sentarse en la mesa?", pregunt Cait mientras una
sirvienta ahuec las almohadas detrs del marqus y le ayudaba a incorporarse.
"No creo que tenga las piernas para eso, mi Lady, pero estoy muy feliz de tener su
compaa, incluso si Dashiel no est aqu, ha pasado un largo tiempo desde que he
compartido una comida con una dama".
"Incluso si esa dama slo puede ser la ma?" Dash retumb mientras caminaba a
travs de la habitacin, Cait estaba tan feliz de verlo que ni siquiera poda regaarlo por su
tardanza. l se inclin y la bes le dijo en voz baja. "Siento llegar tan tarde, es
terriblemente desconsiderado de mi parte no llegar a tiempo para un compromiso de una
cena", dijo mientras se inclin rpidamente hacia su padre.
"Muy formal, verdad?" Murmur Cait.
Dash se volvi y le gui un ojo. "Algunos de nosotros nos gusta estar al lmite en la
formalidad."
El marqus, finalmente, dijo desde su cama: Ni an el hecho de que ella es suya
podra hacerme tenerle aversin a ella, Dashiel.
Cmo encontr a tal esposa? "
Ella desliz su mano en la de l y la apret suavemente. "Abajo, muchacho," ella
susurr.
Dash inmediatamente se relaj y dijo a su padre: "Me tropec con ella por
casualidad, en realidad, yo estaba visitando a unos amigos, y todos haban salido a una
tarde de entretenimiento. l le lanz una gran sonrisa a Cait.
"Ella tropez con mi camino cuando buscaba un libro en el estudio
Solo paso por donde yo estaba secuestrado y supe de inmediato que tena que
reclamarla como ma.
Cait tuvo que luchar para no rerse de su giro en la historia.
"Incidente afortunado all, Dashiel, debes considerarte muy afortunado, podra
haber salido mucho peor". "En eso, nosotros concordamos, " Dash dijo mientras sostena
la silla de Cait en la mesa, despus se sent, y tom un lugar a su lado y le indic a los
criados que comenzaran a servir la comida.

"Cunto tiempo piensas permanecer en Eynsford?", pregunt el marqus mientras

un sirviente colocaba sopa en su plato.
Cait mir a Dash, quien se encogi de hombros. "Hasta que mi condesa se haya
llenado de ti."
"Entonces qu?" Pregunt el anciano mientras llevaba una cucharada de sopa a la
boca.
Dash sacudi la cabeza. "Nunca lo he conocido por estar interesado en mis planes,
seor."
"Estoy seguro de que hay muchas cosas que no conoces", le espet su padre.
Cait reprimi un suspiro, sus sensibilidades no hacen esta comida ms agradable.
"Ahora volveremos a casa ", le dijo con dulzura. "Dashiel ha contratado a un agente en
Edimburgo, y buscaremos una residencia cerca de mi padre y sus amigos".
Los ojos acerados del Marqus se centraron en ella como si ella fuese una especie
de extranjera. "Escocia? Sin duda es una broma".
Cait sonri tan dulcemente como pudo. "Como soy escocesa, no puedo imaginar
por qu piensa que es una broma, mi Lord."
Eynsford agit su nudosa mano en un crculo, como para abarcar toda la habitacin.
"Brimsworth tiene un deber, querida, no creo que haya escapado de su atencin
que me estoy muriendo, si tuviera una eleccin de dejar mis propiedades a alguien ms...
bien, a alguien ms adecuado, yo lo hara, pero el destino no fue amable conmigo, en este
respecto, y su marido es mi heredero, he trabajado toda mi vida construyendo mi imperio,
y Brimsworth no puede ver a que se ejecute correctamente desde Edimburgo. "
l se burl del pasado como si el mero pensamiento de Escocia le dejara un mal
sabor en la boca.
"Nunca me ha necesitado hasta ahora, seor", dijo Dash amistosamente, usando un
tono que Cait oy raro en l.
Muy extrao, ya que ella hubiera esperado un gruido. "Adems, es importante
para Cait estar cerca de su padre."
Cerca de su aquelarre que era lo que quera decir, y el corazn de Cait se calent
con sus palabras, no haba hecho ninguna exigencia a Dash, pero l saba lo que era
importante para ella.

l saba lo que necesitaba, y estaba dispuesto a darlo por ella.

El marqus frunci el ceo hacia abajo, hacia la sopa, como si no tuviera apetito por
mucho ms tiempo, entonces levant la mirada hacia su hijo. "No pasar mucho tiempo,
Dashiel, antes de que seas un par del reino, rara vez nos hemos visto con otros ojos, pero
no me esperaba que le dieras la espalda a tu deber".
Dash suspir. "Lo haces sonar como si Edimburgo estuviera en el otro lado del
mundo, le aseguro que no lo est, Padre. "
Pero estaba lo suficientemente cerca? Cait envi a su marido una mirada de
soslayo. Estaba siendo egosta por querer alojarse en Escocia? El crculo de su aquelarre
nunca se haba roto, aunque saba que en el tiempo que vendra, Elspeth pasara una
buena cantidad de su tiempo en Inglaterra, tal vez era hora de un cambio, dese poder ver
lo que se supona que iba a suceder.
"La sesin comenzar pronto", comenz el marqus. "No tienes la intencin de
tomar mi asiento en los Lores?"
"Todava estas entre los vivos," Dash respondi en voz baja.
El anciano neg con la cabeza. "No voy a estarlo en el momento en que comience la
sesin."
Un manto de silencio cay sobre la noche, y Cait mir de un hombre a otro, nunca
haba imaginado que se encontrara a s misma casada con un Lord Ingls, el pensamiento
nunca haba entrado en su mente hasta que sucedi.
As muchos de sus compatriotas haban huido de Escocia durante los espacios
libres, expulsados de sus pequeas fincas en busca de oportunidades en Canad y Estados
Unidos, tener la voz de Dash en la Cmara de los Lores podra ser una feliz circunstancia
para sus compaeros escoceses. "Estoy seguro de que mi marido tiene toda la intencin
de cumplir con sus obligaciones, mi Lord."
Dash gru a su lado, en verdad, no necesitaba que hablara por l.
Ella volvi con la sonrisa ms encantadora a su marido, con la esperanza de
apaciguarlo. "Los Westfields estarn en Londres para la temporada... as puede reunirse
con algunos de su condicin, pero ese es el plan para los aos futuros.
"Qu tiene que eso?" El marqus frunci el ceo. "Y quines son los Westfields?
Se refiere a la familia de Blackmoor? "

Cait asinti con la cabeza a su suegro. "Mi querida amiga se cas con el hermano
menor de su gracia.
Ellos residen en Edimburgo la mayor parte del ao, pero planean
temporada en Londres cada primavera.

pasar la

"Hmmph". El ceo de Eynsford oscureci. "El duque actual no ha hecho nada para
recomendarse, l nunca ha tomado su asiento.
Anda demasiado ocupado persiguiendo faldas y apostando para ser de alguna
utilidad para el pas". Sus ojos plateados sostuvieron la mirada de Dash. "Es esa la clase
de compaeros con los que pretendes estar?"
Sin duda era el tipo de hombre que Dash haba sido antes de casarse con Cait, su
pequeo diario le haba dado la indicacin, aunque se mordi la lengua, dijo que sus das
de desenfreno haban terminado, y ella crea en l. Dash miro al marqus. "Tengo la
intencin de ser el tipo de hombre que cuida de su familia en primer lugar, cumple sus
obligaciones con ellos, y luego ve a todos los dems."
El marqus gru, pero pareca estar aplacado por el anuncio de las intenciones de
Dash. "Trata de hacer un mejor trabajo de lo que hice ", dijo finalmente.
"Eso me deja con poco margen para el error, verdad, padre?" Dash respondi
secamente antes encontrarse con la mirada del anciano.
El marqus resopl con fuerza justo antes de que tirara la cuchara en el cuenco con
un fuerte ruido. "Yo no podra dejar que un monstruo arruinara todo en lo que haba
trabajado, era una cuestin de juicio, uno que probablemente hara otra vez. "
Dash se puso de pie lentamente. "Yo no soy un monstruo."
Cait hizo seas a todos los siervos de dejar la habitacin a toda prisa, tan pronto
como todos ellos iban y venan por la puerta, se puso de pie al lado de Dash y desliz su
mano en la suya. l la apret suavemente mientras miraba abajo hacia ella y sonri
suavemente, Dash continu su discurso. "Yo soy un licntropo, padre."
"Qu tontera es esa?" Vacil el marqus, tropezando con sus palabras,
sorprendido.
"No es una tontera, es la verdad.
Me inclin a creer toda la vida que yo era una anomala, pero yo me he reunido
recientemente con ms hombres como yo, somos licntropos, hombres lobo, si quiere
verlo as".

"Basura", se quej el marqus.

"No es basura" Dash grit mientras l golpe con la mano abierta sobre la mesa.
"Es la verdad, slo eres demasiado ciego para verlo
demasiado terco para pensar que poda ser otra cosa que ese nio bastardo que
mato a su esposa"
"No hables de ella!" le grito el marqus, con la cara enrojecida.
Cait corri a su lado con un vaso de agua mientras el hombre farfull y tosi,
levant una mano para que ella diera un paso hacia atrs.
"Por qu no puedo hablar de ella?" Dash pregunto hacia la habitacin en general,
dirigiendo su pregunta a nadie en particular.
"Tu", dijo el marqus mientras sealaba con el dedo a Dash, "no puedes hablar de
ella, porque t eres quien la mat, por Dios! T y tu verdadero padre el monstruo que
era".
El aliento que Dash tomo fue casi doloroso para Cait.
Se cubri el corazn con su mano cuando Dash la solt, luego se acerc a l, pero
fue tan rpido que estaba fuera de su alcance casi inmediatamente.
"Yo no la mat." Dash hizo esa pequea declaracin, su voz tranquila, pero concisa.
"Y tampoco Radbourne".

Dash vio que todo el color de la cara de su padre se iba ante la mencin de su
progenitor. "Lo hizo", lo hizo el marqus insisti. "Se la llev al bosque bajo la luz de la luna
llena, y l"
Dash levant una mano y gru, parando con eficacia el recuento de los
acontecimientos de su padre, l no necesitaba que le digieran lo que Radbourne haba
hecho.

Dash hizo seas para que se acercara Cait. "Nosotros los licntropos, la mayora de
nosotros, podemos tomar a nuestras verdaderas compaeras en el bosque con nosotros, o
en cualquier otro lugar. Cuando las reclamamos como propias, es hermoso, no es
degradante, como sugieres. "l mir a los ojos azules de Cait, y su corazn se expandi, era
tan preciosa, tan confiada, tan condenadamente perfecta. l pas una mano a lo largo de
su mejilla. "Caitrin lleva mi marca, la marca que significa que es mi verdadera compaera
licntropa, ella era para m. "
"Blasfemo", su padre le gru.
"Es cierto", dijo Cait tranquilamente desde su lugar junto a l.
Dash no poda dejar de atraerla a sus brazos y darle un beso en la frente, ella
siempre lo defendera, ella siempre estara a su lado, era lo nico que jams tuvo.
La voz de Cait era un poco ms fuerte la prxima vez que hablo. "l no es un
monstruo, mi Lord, nunca lo ha sido, es un licntropo, como l dice, s de otros de su
clase. "Ella se movi para sentarse en el lado de la cama de su padre, tal era la bondad en
ella, casi lo suficiente para templar el fuego de Dash, pero no del todo.
"Pero la luna viene", dijo el marqus con dureza, sus palabras se arrastraron, hasta
Dash. "Evidentemente, nunca lo ha visto cuando hay luna llena".
"Lo ha visto usted?" Cait le espet.
Dios, amaba a esa mujer, l quera envolverla en sus brazos y nunca dejarla ir, no
dejara que nada la daara, ni siquiera l mismo.
"Yo fui el primero en ponerle grilletes cuando vi el dao que poda hacer." El
mentn de su padre sobresala hacia arriba con una inclinacin terca.
"Usted lo dice como si estuviera orgulloso de ello, mi Lord."
"Orgulloso de tener encadenado al monstruo? S, lo estaba. "El color rojo regreso
a las mejillas del hombre.
Obviamente, l estaba dispuesto a luchar. "No poda dejar que le hiciera dao a
nadie."
"Y l lo admiti libremente", dijo Dash en voz baja mientras se hunda pesadamente
en una silla. "Puedes parar, Cait, l nunca lo entender, morir como un hombre amargado
y solitario un anciano que no tiene a nadie para amarlo".

"Nunca he necesitado a nadie que me ame, yo soy un hombre de recursos, mira mi

posicin en la Casa de los Lores, mira mis tierras, mira todo esto. "Hizo un gesto a su
alrededor. "No he fracasado en nada"
"S, lo hiciste." Dash se puso de pie sobre sus piernas que estaban un poco
inestables y cruz la habitacin, tir una cortina en la pared hasta que se desliz hacia
atrs para revelar un retrato de su madre, estaba casi impresionante dulce con su belleza
de rizos dorados que ondeaban sobre sus hombros, con una sonrisa tranquila que
adornaba un juego de labios y ojos tan verdes que el artista deba haberla embellecido.
Cuando Dash era ms joven, se colaba en la habitacin cuando el marqus se haba
ido y estudiaba el retrato de la mujer con la cara sonriente que pareca tan feliz. Y soaba,
soaba con una vida que nunca podra tener porque los monstruos no encuentran la
felicidad.
Dash se refiri a la pintura. "Has fallado en esto."
"No he fallado en nada", el hombre gru, su respiracin cada vez ms trabajada.
"Cierra la cortina, yo no quiero verlo".
"Su sonrisa te hace sentir triste, padre? Esto debi haber sido pintado antes de
conocerte, ella en realidad se ve contenta, eufrica, incluso".
"Eso se termin pocos das antes de tu nacimiento, cuando ella estaba embarazada
de ti". Se burl de la ltima palabra, que vol de su boca.
La voz de Cait lleg a sus odos. "Ella te amaba a ti, Dash, puedes verlo en la pintura,
pienso que fue feliz al verte nacer".
"Silencio!" Grit el marqus. "Fuera! Ustedes dos, fuera! "Entonces una nueva
ola de la tos se apoder de l.
Como Cait se inclin hacia adelante para ofrecer al hombre un poco de agua, Dash
vio el movimiento del marqus con el rabillo del ojo. Pero se senta tan fuera de orden,
dndose cuenta de que su madre estaba feliz de estar con el nio, con l, que l no pudo
evitar lo que sucedi despus. Su padre levant el brazo e hizo girar con todo su poder el
dorso de la mano, realizando un sonido crujiente cuando golpe a Cait en la cara. Ella
aterriz en el suelo con un ruido sordo.
"Dije fuera" gru el anciano.

Dash no poda ver nada ms que rojo detrs de sus prpados, estaba furioso. Cruz
la habitacin en tres rpidos pasos, coloco a Cait de pie, y luego la empujo
inmediatamente detrs de l.
En algn lugar en el fondo de su mente, la sinti tirando frenticamente sobre su
brazo, tratando con toda la fuerza que tena evitar que se moviera hacia su padre, pero su
leve movimiento no era rival para l.
l puso sus manos alrededor de la garganta del marqus y en realidad sinti una
oleada de alegra ante la idea de matar al viejo, el rostro de Eynsford se puso rojo, luego
morado. Luego se hundi en las almohadas tratando de luchar contra l.
Ya que tirar y suplicar no haba funcionado, la suave voz de Cait dijo muy
claramente en su odo, "Por favor, Dash, te quiero no hagas esto. "Entonces ella lo repiti,
tirndolo a l desde la neblina que cubra su mente.
Dash mir al anciano moribundo bajo sus manos y aflojo su agarre.
El marqus se qued sin aliento durante un tiempo. "Se lo dije, siempre ser un
monstruo", su padre lo dijo con voz ronca, luego seal con un dedo dbil a Dash.
"Siempre! No puedes correr lo suficientemente rpido ni lo suficientemente lejos para
dejar atrs el monstruo que hay en tu interior".
"Si alguna vez tocas a mi mujer de nuevo, te matar", gru Dash, luego se
apresur a salir de la habitacin, escapaba tan rpido y furiosamente como poda, a pesar
de las splicas de Cait de que la esperara. A pesar de sus splicas de que parara, a pesar de
que todava estaba lvido de rabia.

Treinta y cinco

Acostada en la cama, Cait cerr los ojos y dese que Dash volviera a ella, no tena
pistas de dnde buscarlo, Eynsford Park era muy grande, y ella no conoca el camino
alrededor en absoluto, especialmente en la oscuridad. No iba a encontrar a Dash hasta
que quisiera ser encontrado, aunque Cait estaba segura que donde quiera que fuera, l
saba que ella lo estaba esperando. Tena que haberla odo llamarlo por su nombre en la
ltima hora, no haba nada que hacer ms que esperar, y tal vez hacer un poco de
investigacin.
Por lo menos, le mantendra la mente ocupada ahora que su marido haba
escapado, Cait rod hacia un lado y abri la copia de Debrett de Eynford, ella pas las
pginas, en busca de la entrada de la derecha, fue a travs de la lista de los duques,
Radbourne, aparentemente, no era un marqus o un conde, tampoco, luego sonri
cuando por fin encontr la pgina que buscaba.
"Radbourne de Baslow, Derbyshire, vizconde," susurr para s misma mientras sus
dedos se perdan a travs de las palabras.
El primero en la lnea era un Timoteo Hadley en 1573, Cait ech un vistazo a la
parte inferior de la pgina, luego alcanzo a un Clarence Hadley en 1596, pas dos pginas,
luego dos ms, hasta que sinti como se estaba acercando a la lista que necesitaba.
All estaba, el actual vizconde Radbourne era Archer Hadley, nacido en 1793, pero
que lo hara ms joven que Dash, subi un prrafo, y luego una sensacin de malestar se
hizo cargo de ella, si el actual vizconde Radbourne era ms joven que Dash, entonces su
padre natural se haba ido, Dash nunca tendra la oportunidad de conocer al hombre, l
nunca sabra lo que era tener a un padre.
Con un dedo tembloroso toc el nombre de Edward Hadley, nacido 1765, muerto
1797. Dios del cielo! l se haba ido hace casi veinte aos.
"Edward Hadley se cas con Violet Archer en 1792, la hija mayor de John Archer, el
sexto
Baron Wardley, l tuvo con su esposa tres hijos, Lord Archer Hadley, el vizconde
actual, nacido 1793, Weston Hadley, nacido 1795 y su gemelo, Grayson Hadley, nacido en
1795, "murmur en voz baja.
Cait se qued mirando las palabras en la pgina, Edward Hadley haba
desaparecido, pero Dash tena tres hermanos, tres hermanos que nunca haba conocido,
no saba que existan, no estaba segura de cmo iba a reaccionar a la noticia, y ella
suspir. Cunto tiempo iba a mantenerla para ella?

Dash merodeaba por los terrenos de Eynsford Park, maldiciendo a Eynsford por ser
un pedante tan miserable, por dejar que el viejo an llegara a l, y a Cait por hacer que el
viniera a este horrible lugar para empezar. Quera salir corriendo, correr lo ms lejos que
pudiera, las palabras a su padre no dejaban de resonar en sus odos, siempre sera un
monstruo, no quera que fuera verdad, pero saba en su corazn que as era.
Otros licntropos lograron controlar la bestia que viva en su interior, para
aprisionarlo cuando fuese necesario.
l nunca tendra esa clase de poder sobre s mismo, era demasiado salvaje.
Si Caitie no le hubiera pedido que se detuviera, habra sacado todo el aire del
cuerpo de su padre. l no lo dudaba por un momento, todava tena la necesidad de
hacerlo, para asaltar hacia el interior de la casa seorial y acelerar la desaparicin del viejo
buitre.
Dash aument su andar, llegando a la rectora de Eynford, el viejo edificio de
arenisca llam su atencin a la luz de la luna, y se detuvo en seco.
Se pregunt si el seor Nelson segua all, empleado por su padre.
Durante algunas de sus horas ms oscuras como nio, l haba tomado consuelo en
las enseanzas del viejo rector, la paz, el perdn, la responsabilidad.

Dash se apoy en la valla de piedra y se qued mirando la vieja puerta de madera

que daba a la residencia del rector, ningn latido vena desde dentro, ninguna respiracin,
no es que le sorprendiera, el Sr. Nelson estaba bastante viejo cuando Dash era un nio. Sin
embargo, los recuerdos de la cara amable del anciano y palabras suaves se apoderaron de
l y le trajo un poco de paz.
Cait lo acept, lo saba en su corazn, poda verlo en sus ojos cada vez que ella lo
miraba. Dash sonri mientras su imagen se filtraba en su mente, casi poda oler su pelo
rubio con su aroma de madreselva. Se mereca algo mucho mejor que l, se mereca un

hombre que no fuese salvaje y peligroso, si l fuese ms honorable de alguna manera, no

la habra obligado a estar en su vida, pero haba sido un asno egosta.
Tal vez no era demasiado tarde, tal vez an poda protegerla de s mismo, poda
enviarla de vuelta a Edimburgo, donde sus hermanas aquelarre esperaban su regreso.
Dios, era un tonto. Cmo dej que el marqus consiguiera enojarlo? Dash tom
una profunda y relajante respiracin y luego otra mientras observaba la danza de rayos de
la luna alrededor de la casa parroquial.
Cuando su alma pareca estar ms en paz, l camin hacia la casa solariega, con la
esperanza de que Cait aceptara sus disculpas.
Hizo caso omiso de la mirada de reproche que Price le dispar mientras caminaba
por la puerta principal, el mayordomo podra irse directamente al diablo, Dash no le dio ni
un pice por lo que el hombre pensaba de l, de todas las personas que actualmente
habitan en Eynsford Park, slo Cait le importaba.
Dash la encontr durmiendo en su cama en un camisn de gasa, situada encima de
la colcha, su gloriosa cabellera cubra un hombro. Pareca un ngel, tan etrea y celestial,
debi haberlo esperado durante horas hasta que regresara.

Apag la lmpara y luego arrojo rpidamente la chaqueta y el chaleco antes de

arrojar su camisa a una silla cerca de la cama.
Cuando se sent a su lado para tirar de las botas, Cait rod hacia l, con una sonrisa
en sus labios tentadores, Dash apart un rizo de su cara para que pudiera verla mejor. "Te
amo, Caitie, lo siento si soy una bestia tan ingobernable".
Ella suspir en sueos, y l no pudo evitar sonrer ante la forma en que el sonido lo
tranquiliz. l tir las botas, luego termino con el resto de su ropa, suavemente, baj la
colcha de debajo de ella y tir hacia arriba por encima antes de deslizarse en la cama junto
a ella.
Dash se acost, pero se sent de nuevo a la vez cuando algo duro lo golpe en la
cabeza, sac un libro de debajo de la almohada y frunci el ceo.
Qu demonios estaba haciendo ella con un libro en la cama? La respuesta era
obvia, sin embargo, deba haberla ayudado a pasar el tiempo mientras esperaba a que su
marido descarriado hiciera acto de presencia, y una nueva ola de culpa se apoder de l.

Dash mir el ttulo, nobleza de Debrett de Inglaterra, Escocia e Irlanda? No era

exactamente una lectura ligera, era peor que el Gnesis.
Tir el libro a la silla donde su camisa estaba, pero cay al suelo con un ruido sordo.
Frunci el ceo al or y se dej caer contra la almohada. Podra no seguir su camino?
"Dash?", Dijo Cait adormilada.
"No quise despertarte, vuelve a dormir, Caitie ", dijo, mientras se acurrucaba contra
l, su dulce aroma le haca burla en la nariz.
"Estas bien?" Ella pregunt.
"Estoy bien." Antes de que las palabras salieran de su boca, ella le golpe el pecho.
"Entonces estas en problemas."
"S, mujer, estoy en problemas", admiti l, frotando una mano en el lugar en que
lo asalto. "Sin embargo, no hay necesidad de pegarme".
Cait se sent y lo mir profundamente a los ojos. "Llam y te llam tonto", ella se
quej.
"Deberas haber regresado."
"Yo no estaba en condiciones de estar cerca de ti, Cait, confa en m. "
"Escchame, Dashiel Thorpe." Un dedo delgado se le clav en el pecho. "Yo soy tu
esposa, no te puedes ir y mantenerte alejado tantas horas en la noche, yo no puedo saber
lo que piensas, y yo estaba preocupada por ti".
Dash suspir, sin saborear la pelea, estaba demasiado cansado para eso. "No hay
nada de qu preocuparse, Caitie, soy un licntropo. Qu crees que me va pasar a m? "
"El hecho de que eres un licntropo no significa que eres invencible, Dash," dijo en
voz baja.
l la tiro hacia l y le roz los labios con los suyos. "No me castigaras, muchacha, ha
sido un largo da".
"Yo desconozco lo que suceder." Los brazos de Cait se deslizaron alrededor de su
cuello, y lo mantuvo apretado. "Pero eres parte de m ahora, Dash, no puedes salir
corriendo."

"Caitie", susurr antes de besarla de nuevo. "No es seguro para ti estar a mi

alrededor cuando estoy fuera de control".
Su dulce aliento sopl en sus labios, y Dash gimi mientras ansiaba encontrar
consuelo en su interior, para borrar toda la angustia y el dolor del da dentro de Cait.
"Estas bajo control ahora?", ella pregunt, mientras sus dedos se arrastraron por
su pecho.
Dash la hizo rodar por debajo de l. "Molestando al lobo", pregunt contra su piel
suave, rozando su hombro con los dientes. "Esa es una muy buena manera de conseguirse
una mordida."
Cait rio. "Ahora, quin es quin?"

Dash amaba despertarse con Cait en sus brazos, sus pechos desnudos presionando
contra l, con el pelo extendido sobre el pecho.
Ella se movi hacia un lado y luego levant sus brazos para mirarlo. "Buenos das."
Sus suaves ojos azules brillaron.
Nunca haba visto un espectculo ms hermoso, y Dash contuvo el aliento, tratara
con el futuro ms tarde, cuando ella no pareca tan desesperadamente necesitada de un
beso.
"Buenos das, ngel," l susurr, inclinndose para rozar sus labios contra los suyos,
ella saba celestial, como las bayas dulces de verano.
Despus de un momento, Cait jade y se ech hacia atrs.
"Qu?", l pregunt, sintiendo como si su juguete favorito le hubiese sido
arrebatado de sus manos.
Cait ech la pierna sobre el borde de la cama. "Se me olvid, le dije a Price que le
ayudara con el desayuno del marqus."
Dash no pudo evitar el gruido que escap de l cuando lleg con ella. "El hombre
se ha alimentado a s mismo durante siete dcadas, pienso que puede hacerlo solo".

De pie frente a l, Cait cruz los brazos sobre sus pechos deliciosos. "l no est
comiendo bien, Price dijo que el poco de sopa que comi anoche fue ms de lo que ha
comido en mucho tiempo".
"Si l decide morir de hambre por s mismo, no veo por qu tenemos el derecho a
interponernos en su camino." Dash mir hacia el techo para evitar la mirada mordaz que
l saba que ella le dirigi.
"Es una cosa horrible que digas eso, Dashiel Thorpe."
Tal vez, pero l no se inmut por su protesta y se centr en una pequea grieta en
la moldura. "Es un hombre horrible."
Ella resopl y luego camin hacia el vestidor, en un instante, Cait grit cuando su
pie hizo contacto con algo pesado y ella cay sobre su trasero. "Ay!"
Dash salt de la cama para ayudarla.
Cait ignor su mano extendida mientras apretaba el tomo de Debrett contra su
pecho. "Dash, hay algo, que tengo que decirte".
l frunci el ceo ante el libro en sus brazos. "Tengo algo que decirte, Caitie, esa
cosa me golpeo en la parte posterior de la cabeza la noche anterior, no deberas andar por
ah escondiendo libros bajo las almohadas".
Una sonrisa beatfica ilumin su rostro, y luego estall en un ataque de risa.
Era evidente que l se haba perdido de algo. "Qu es lo que es tan divertido,
muchacha?"
"Ah es donde haba escondido, tu pequeo diario malvado, bajo mi almohada".
Era evidente que haba perdido la cabeza esta maana, Dash se pas una mano por
el pelo. "Imposible, yo queme esa cosa. Tu cabeza est bien? Te golpeaste cuando te
caste? "
Cait se rio an ms fuerte. "No, seas tonto mi lobo, aquella noche en la posada
cuando lo estabas buscando, lo haba escondido debajo de mi almohada, t estabas
buscando en mi bal, a travs de mis ropas y cajones".
Ella cay hacia atrs, casi sin aliento por su risa. "Me gustara que hubieses visto tu
rostro cuando Jeannie entr y te vio".
Dash nivelo su mirada ms mordaz. "Pens que estabas dormida."

Ella se puso de pie, sin soltar el pesado tomo contra su pecho. "Bueno, estabas
equivocado, estoy segura que no ser la ltima vez. "Cait se inclin y bes su frente.
"Encontr a Radbourne la ltima noche. "Ella le dio el libro a l.
La boca de Dash se abri, eso es lo que haba estado haciendo.
"No estoy seguro de estar listo para encontrarlo, Caitie."
Sus ojos claros comenzaron a humedecerse, y sus labios se apretaron. "Lo siento,
Dashiel, pero es demasiado tarde."
Radbourne estaba muerto, poda verlo en su expresin torturada. "Cunto
tiempo?" le dijo ahogadamente.
Hace unos momentos, no estaba seguro si estaba preparado para encontrar a su
padre, y ahora saba que nunca tendra esa oportunidad, senta su corazn en la boca del
estmago.
"Cunto tiempo?" Repiti ella, sacudiendo la cabeza por la confusin.
"Cunto tiempo ha pasado desde que se fue?"
"Oh," dijo en voz baja. "Veinte aos, lo siento".
Dash sacudi la cabeza, no debera importarle, l ni siquiera saba el nombre del
hombre hasta ayer. No debera importarle que l se hubiera ido, pero de alguna manera lo
hizo, pero no tena ningn sentido en absoluto.
"Su nombre era Edward Hadley"
Dash levant la mano, en silencio para detenerla, no quera saber nada ms, sus
entraas se apretaban, y l no quera que ella viera que lo debilit.
Los ojos de Cait se suavizaron, y ella se acerc a l. "Hay ms, Dash."
"No quiero orlo, Caitie."
Ella frunci los labios obstinadamente. "tienes hermanos," dijo ella bruscamente.
"Hermanos", el eco hizo que la habitacin empezara a dar vueltas.
Cait asinti. "Tienes tres hermanos."

TREINTA Y SEIS

Tras reflexionar sobre ello, Caitrin pens que podra haber sido una mala idea
decirle a Dash de sus hermanos, l se haba lanzado sobre su pantaln y la camisa y sali
de la habitacin sin decir nada ms. Sin importar la cantidad de splicas o llamadas a su
nombre lo hicieron volver a sus sentidos, fue la segunda vez en pocos das que l se haba
marchado, dejndola sola.
"Dios del cielo," ella gru para sus adentros. "Lobo temperamental." Era tan
frustrante que no pudiera ver su futuro, le hubiera trado un poco de alivio si pudiera saber
por lo menos que estaba a salvo.
Cait suspir mientras rpidamente se vesta sin la ayuda de una criada y se arregl
el cabello en un moo sencillo, ella y Dash iban a tener una conversacin seria sobre sus
salidas maleducadas y su tendencia a pensar.
Justo cuando ella se diriga a la puerta, oy un leve golpe, la abri para encontrar al
mayordomo en el pasillo, haciendo muecas. "Price, qu es?"
El anciano neg con la cabeza. "Es su seora, Lady Brimsworth, est
desapareciendo ante mis ojos, y."

"Lo pondr a comer algo, Price." Cait sonri, con la esperanza de consolar al
hombre. "Estoy segura de que va estar bien", minti.
Aunque "bien" era probablemente un trmino relativo, lo que s saba, lo que pudo
ver claramente, era que para el marqus de Eynsford no habra otro da. Lo que ella no
saba era si iba a encontrar la paz con su hijo antes de morir, y viceversa.
Se arm de valor para un da difcil, Cait sigui a Price a la habitacin del marqus.
"Nunca he visto a su seora querer a alguien como a usted, mi Lady, me alegro de que lo
haya venido a visitar".
Cait apret la mano de Price. "Usted es un elogio para la lealtad".
El mayordomo se arregl un poco ante sus palabras, lo que calent el corazn de
Cait. Llam una vez en la puerta del marqus "antes de permitirse entrar" Buenos das,
Lord Eynsford ", grit alegremente.
Las cortinas estaban cerradas y muy poca luz se filtraba a la habitacin, la
respiracin trabajada del Marqus se oa desde la puerta, y Cait cruz rpidamente la
habitacin junto a su lecho, dese que Elspeth estuviera aqu, ya que podra facilitar la
muerte de ese hombre.
Cait se acomod en un silln de cretona a su lado y le enderez la peluca.
"Entiendo que la avena est en el men para el desayuno, mi Lord"

l frunci el ceo. "No voy a comer eso, ni siquiera por ti. "
Cait rio suavemente. "No es mi favorita tampoco", confes. "Un amiga ma siempre
realiza cosas horribles, no entiendo como ella tiene estmago".
"Me estoy muriendo, Lady Brimsworth."
"Yo lo s." Cait estudi su rostro antiguo, incluso el poco de color que tena el da
anterior se haba ido, pero su mente segua aguda, y su lengua tan cortante como siempre.
"Y yo no voy a comer algo que no quiero."
Poda ver su punto, Cait le puso la mano sobre la suya. "No lo obligare a comer la
avena, mi Lord. Hay algo que quiere que haga? "
El marqus neg con la cabeza. "Qudate aqu, habla conmigo, ha pasado una
eternidad desde que alguien ha hablado conmigo".

Cait asinti. "Por supuesto, mi Lord. Qu vamos a hablar? "

"Escocia", l sugiri antes de que la tos sacudiera su cuerpo, moviendo la cama
debajo de l.
Escocia? Estaba literalmente en su lecho de muerte, sin embargo, l quera hablar
de tonteras Qu tal de Dashiel? ", Sugiri en cambio, mientras le ofreca un trago de
agua.
Eynsford se estremeci y neg la bebida apretando la boca cerrada.
Cait volvi a su asiento. "Usted mismo ha dicho que se est muriendo, mi Lord.
No le gustara deshacer la animosidad que hay entre usted y Dash antes de que sea
demasiado tarde? "
l neg con la cabeza. "Lo hecho, hecho est, querida, no tiene que ser as para
usted, sin embargo, la luna llena es esta noche, pero no es demasiado tarde para que
vuelvas a tus sentidos y te escondas lejos del monstruo".
Cait trat de ser paciente con el hombre, era viejo, se estaba muriendo, pero l no
entenda. "l no es un monstruo ", dijo en voz baja. "El linaje de los licntropos era uno
benvolo." O eso es lo Benjamn Westfield deca con bastante frecuencia. "Nos han
ayudado a dar forma a la historia como ya sabe, y Dash es tan noble como sus
antepasados.
l frunci el ceo, cruzando los brazos delgados sobre el pecho, pero Cait se dio
cuenta de que estaba escuchando, respir hondo y continu.

Viendo el sol como comenzaba a establecerse desde el viejo escritorio de su padre,

la inquietud se apoder de Dash y l se centr en el libro delante de l. Haba estado
temiendo la llegada de esta luna ms que ninguna antes, a pesar de que nunca haba sido
especialmente aficionado a cualquiera de las noches de luna llena, hasta hace un mes, l
siempre la haba pasado con grilletes y encadenado, solo, luchando contra el dolor que
viene con estar fuera de control.

No le haba confiado sus planes an a Cait, como ella haba estado encerrada con
su padre, susurrando la mayor parte de la maana, no quera interrumpir, no quera ver a
ninguno de ellos. Y ahora como Eynsford Park fue envuelto en el resplandor de un da lleno
de sol, decidi que sera mejor tomar el camino del cobarde, e escabullirse como un
ladrn y enfrentarse a la luna llena solo, antes de que lo hechizara para que l se quedara
all y aceptara el riesgo de lo que podra hacer.
l simplemente no poda, no era posible, bajo ninguna circunstancia estar con Cait
durante la luna llena. La nica forma en que ella estara a salvo era si estaba esposado y
encadenado en la misma habitacin donde su padre por primera lo haba dejado
enfrentarse a la bestia dentro de l en esa noche de luna llena hace mucho tiempo.
Dash estara envuelto en los hierros que odiaba, pero ella estara a salvo, que era lo
ms importante.
Haba contemplado brevemente dejar Eynsford Park antes de la luna llena, pero sin
medios adecuados para asegurarse a s mismo, l acababa de oler su aroma a madreselva
al otro lado del ro. Infierno, l probablemente la olera si estaba en el camino de vuelta a
Londres, entonces estara corriendo por el bosque hasta volver a ella, y probablemente lo
lograra. As que se encadenara en la sala abajo de las escaleras, esperaba que funcionara
bien, o al menos era lo mejor que poda hacer por ahora.

Consider enviar a alguien a limpiar la habitacin para que fuese un poco ms

habitable. Pero haban pasado aos con telaraas y polvo, poda pasar una noche ms as,
record la forma en que haba despertado en brazos de ella en la maana, su dulce aliento
haciendo cosquillas al vello de su pecho y sus manos sobre su piel.
La lujuria inmediatamente empez a nublar su cerebro, y luego escucho sus suaves
pisadas por el pasillo, maldicin, por supuesto, ella lo buscaba cuando se senta
melanclico.
La puerta del estudio se abri y ella asom la cabeza en su interior. "Dash", grit en
voz baja, luch por ignorarla por un momento, slo necesitaba tiempo suficiente para
despejar su cabeza. "Dash", lo intent de nuevo, esta vez con mayor urgencia.
"Qu es, Cait?" l ladr, inmediatamente arrepentido por su tono. Pero ni siquiera
levant la mirada hacia la de ella, no poda, porque l no quera ver su amor por l que
brillaba all. Por ltimo, no poda evitar mirar hacia ella tan brevemente.
"Veo que estas de buen genio, Dashiel," dijo con severidad mientras colocaba sus
manos sobre sus caderas y lo fulmin con la mirada. Dios, esas caderas que slo quera
aferrarse a ellas para poder montarla en la noche.

Cerr el cajn de su escritorio, tratando de llamar a su deseo. "Estoy ocupado,

Caitrin."
"S, puedo ver eso, y t eres un gran patn. "
Finalmente l tir su pluma sobre el escritorio y se recost. "Qu has estado
haciendo?"
"Oh, ahora tienes inters", pregunt ella sarcsticamente.
"Cait," l gimi mientras se pellizcaba el puente de la nariz entre el pulgar y el dedo
ndice en seal de frustracin.
"La tos de tu padre empeor durante la noche, y l ha pasado un momento difcil
por la misma."
"Lamento escuchar eso," Dash murmur, bajando la cabeza hacia su libro de
contabilidad para considerar los nmeros que haba alineados en filas ordenadas.
"Maldita sea", dijo mientras cerraba el libro. "Qu haces aqu, Cait?"
"Necesito una razn para visitar a mi marido?" Sus ojos azules brillaban con
irritacin.
"No, pero me imagino que tienes uno, as que".
Cait cruz la habitacin hacia l, sus medias susurrando en voz baja mientras se
mova lentamente en su direccin, eso lo hizo pensar en la ltima vez que haba retirado
sus medias y la nueva forma en que le haba hecho el amor a ella.
"Debes ir a visitar a tu padre, Dash, me temo que su tiempo aqu no ser mucho
ms largo".
"Esperas que vaya a envolver mis manos sobre su cuello y le facilite su muerte? Si
es as, vamos a apresurar su paso, Cait".
Dash vio la sutil advertencia de ira en el enrojecimiento de su cara, ella se volvi
rpidamente y cogi un florero de una mesa y se lo lanz con todas sus fuerzas,
directamente a la cabeza.
l se agach y el vaso vol junto a su odo, tan cerca que poda sentir el viento que
cre. "Cait", l gru mientras tomaba los fragmentos rotos que yacan esparcidos sobre
la alfombra.

"Corriste de m dos veces, Dash, no me buscaste durante todo el da, y he estado

pacientemente esperando.
Pero el tiempo ha llegado su fin, y t necesitas ir a ver a tu padre. "Ella piso fuerte
con su diminuto pie. "Te vas a arrepentir si no vas a verlo, est preguntando por ti".
Los odos de Dash se animaron. "Por qu hara una cosa tan tonta? Aborrece el
suelo que camino".
"Necesita verte." Ella se encogi de hombros. "Eso es todo lo que se".
Dash se pas una mano por la cara y respir hondo.
"Me necesitas para que valla contigo?"
Sus palabras se escaparon en un suspiro. "Yo no puedo hacerlo solo, yo no puedo
garantizar que va a estar mejor debido a mi visita, si sobrevive a ella. "
"ir contigo", ella resolvi.
"Si crees que es mejor," Dash se quej mientras caminaba rpidamente por delante
de ella, conteniendo la respiracin mientras se acercaba a ella por temor a desatar la
bestia dentro de l simplemente inhalando su hermoso olor.
"Bruja obstinada", l murmur.
"Patn Irritable," murmur ella al mismo tiempo.
Dash intent, sin xito, reprimir una sonrisa.

Cait lo sigui, consciente de la batalla que se libraba en su interior, la bestia en l

quera gobernar, mientras que el hombre en l quera arrebatarle el control de nuevo, y el
nio en l todava quera la aprobacin de su padre.
Esa fue la parte ms triste, sabiendo lo mucho que Dash anhelaba el amor de
Eynsford. Sabiendo lo mucho que deseaba que le perteneciese, aunque slo fuese por un
momento, al igual que una palabra fuera de lugar poda dejar cicatrices eternas, una
palabra bien pensada podra sanar viejas heridas.

Dash llam suavemente a la puerta antes de entrar en la habitacin de su padre y

camino lentamente hacia la cama, el marqus estaba tan quieto, que de inmediato vio el
miedo en los ojos de Dash, ella vio su pena, y se le rompi el corazn.
"Mi Lord," ella llam a la forma que dorma.
Luego sonri cuando l se quej en voz baja, "Vete". Oy la debilidad de su tono y
vio cmo l luchaba por abrir los ojos.
"Dashiel est aqu", ella dijo.
El marqus abri los ojos, buscando por la habitacin hasta que encontr Dash de
pie a su lado. "Vienes a terminar el trabajo?"
"Vine porque Caitrin dijo que pregunt por m." Dash la fulmin con la mirada.
"Por qu diablos iba a hacer eso?"
Ella se encogi de hombros cuando el marqus confirm su mentira, pero qu otra
cosa iba a hacer?
tarda.

Los dos eran demasiado tercos para su propio bien, incluso ahora, a esta hora

Dash mir como si pudiera cometer asesinato, slo que iba dirigida a ella en esta
ocasin. Cait luch para no estremecerse. "Si l hubiera estado pensando con claridad,
habra pedido hablar contigo", dijo, con la esperanza de que ambos, padre e hijo
simplemente aprovecharan el tiempo que les quedaba.
"Parece como si mi esposa ha tomado para s misma torturarnos a ambos," gru
Dash. "Y ya que ninguno de nosotros tiene deseo de que yo est aqu, voy a retirarme".
El marqus dijo en voz baja: "Ya que ests aqu, t tambin puedes quedarte."
Dash se sent tan rpidamente en el borde de la cama de su padre, que Cait tir del
lbulo de su oreja y se pregunt si se haba perdido el mandato para sentarse, pero all
estaba l, mirando tan ansioso como un cachorro a la espera de un cario, casi le rompi
el corazn.
"Cmo ests?" Pregunt Dash.
"Muriendo", dijo el anciano con voz ahogada, arrastrando la tos a travs de su
cuerpo.

"Lo siento", dijo Dash en silencio.

Cait inmediatamente se pregunt a qu se refera. Estaba arrepentido de que su
padre se estuviera muriendo? Lo senta por la forma que sufra? Lo senta por las
acciones pasadas? Lo siento por ser un bastardo? Ella esper, casi tan ansiosa como Dash
pareca estarlo.
Las lgrimas se reunieron en sus ojos cuando el anciano se acerc y cubri la mano
de Dash con la suya.
"Soy yo quien debe decir que lo siente, hijo." Ella poda jurar que Dash tembl un
poco. Pero l se sent en silencio y dejo que el marqus continuara. "Parece que me
encanta tu esposa."
Dash se rio, con su voz un poco cambiante. "Yo no estoy muy preocupado de que la
mantienes lejos de m".
El marqus hizo un gesto a Cait y le pregunt: "Va a abrir la cortina de all?" Seal
hacia la que ocultaba el retrato de su difunta esposa, Cait corri feliz para revelar la
imagen de la mujer tan sonriente tan hermosa.
"Eso es todo, ahora," Eynsford murmur, colocndose pacficamente contra las
almohadas, una dbil sonrisa apareci en sus labios.
Dash no realiz ningn ruido.
"Ella te amaba", el marqus finalmente admiti. "Ella estaba muy feliz por estar
embarazada, no hablaba de nada ms que de su deseo de tenerte en sus brazos".
"Por qu nunca me lo dijiste?" pregunt Dash en voz baja.
"Yo estaba enojado. La alejaste de m, incluso antes de tu nacimiento, ella te amaba
y te cuidaba ms de lo que nunca cuido de m, y entonces ella se haba ido, debido a tus
orgenes, era fcil suponer que la mataste.
Y as aliviar mi culpa, yo no fui capaz de ayudarla a ella al final, nadie pudo".
"Ella me amaba?" Dash repiti, y esta vez, Cait tuvo que apartarse para no
derramar lgrimas en ambos. Lo dems tendra que brotar como un enorme crisol de
riego.
"Ella lo hizo", Eynsford susurr. "Y, aunque nunca entend a la bestia dentro de ti,
tu seora me lo explic todo hoy, as que siento que tengo que arreglar las cosas, mientras
todava tengo tiempo."

"No es importante", comenz Dash.

El marqus levant un dedo, y Dash inmediatamente se calm, como un buen
perrito pequeo. "He sido un tonto, Dashiel, y lo siento, me siento orgulloso de dejarte
todas mis posesiones mundanas, y te dejo tambin mi respeto, as, hijo ahora vete para
que pueda descansar".
"Pero", dijo Dash, como si necesitase decir una o dos cosas suyas.
Con los ojos ya cerrados, Eynsford apret la mano de Dash y Cait observ con
asombro como Dash mantena apretada la del marqus con fuerza.
Cuando su padre dorma, Dash traslad una silla al otro lado de la habitacin y se
sent en ella. "Creo que me quedar un poco" murmur l, sus palabras ahogadas por la
emocin.
Cait sali silenciosamente de la habitacin, cerrando la puerta suavemente detrs
de ella. Padre e hijo necesitaban un poco de tiempo a solas y ella les dara eso a ellos.

TREINTA Y SIETE

Cait paseaba de un lado a otro por la entrada de Eynsford Park, rechinando los
dientes tan fuertes que Price disparaba miradas de preocupacin en su direccin.
"Ests seguro que no ha dejado una nota? O no le dijo a nadie dnde estara,
Price? "
"Estoy seguro, mi Lady," dijo el mayordomo estoico, evitando su mirada.
"Estn todos los caballos en los establos?"
Finalmente l la mir. Lo estn. Acabo de enviar a Owens para verificarlo, su
seora no se march a caballo".

Haban pasado horas desde que Dash haba desaparecido, segn Price, l se qued
con su padre hasta que el hombre finalmente se durmi profundamente. Luego sali de la
habitacin de forma rpida y no lo haba vuelto a ver.
El sol se hunda en el horizonte mientras Cait miraba por la ventana del saln,
estaba deseando tener a Dashiel de pie junto a ella para que pudieran compartir la cada
del sol en el cielo y el ascenso de la luna, por lo que podran ser marido y mujer
licntropos y aparearse. Pero ella estaba sola, las sombras bailaban sobre los jardines, el
sol se hunda y la luna tomaba su lugar, pero Dash todava no apareca en ninguna parte
para poder ser encontrado.
"Est seguro que no sali con un viejo amigo, Price? Quizs se perdi con las idas
y vueltas, despus de haber estado con en el marqus durante todo el da.
El hombre infl su pecho hacia fuera, con la cara cada, como si ella le hubiera
asestado un duro golpe. "No he salido de mi puesto de vigilancia, mi Lady, y yo ya he
pedido a los lacayos de cada parte de la propiedad traer cualquier noticia, nadie lo ha
visto".
"Lo siento, Price, simplemente estoy preocupada".
Algo brill en los ojos del hombre, un poco de pena, tal vez? Si es as, Por qu
tendra que tener pena? A menos que... a menos que l supiera dnde estaba Dashiel.
Cait se le acerc lentamente, tratando de mantener una sonrisa agradable en su
rostro. "Tienes un poco de polvo en la manga, aqu, Price, "dijo casualmente mientras lo
alcanzaba para cepillar la manga de su chaqueta. As como haba pensado que sucedera,
el hombre estaba tan nervioso ante la idea de ensuciar la ropa con la que se encontraba y
con atencin comenz a buscar la tierra infractora.
"Yo no lo veo, mi Lady." Levant una mirada de cuestionamiento hacia ella.
"Limpiaste las chimeneas hoy, Price?", l se rio mientras se sacuda el polvo de su
hombro. "Mi mayordomo en casa nunca ha llegado a ser tan sucio."
"Tuve algunas tareas especiales para hacer hoy, mi lady. Cmo dijo? Se coloc un
poco ms alto y levant la nariz en el aire, de modo que no apreciaba su valoracin en
absoluto. Podra la vanidad del mayordomo ser su cada?
Tal vez.
"Cules fueron sus tareas especiales, Price?", pregunt casualmente mientras se
diriga de nuevo a la ventana para mirar otra vez en las profundas sombras.

"Yo... yo..."
Ella se volvi hacia l, dndole su mirada ms altiva. "S, Price?", Le espet.
"Quera limpiar una de las habitaciones que no hemos utilizado desde hace mucho
tiempo, mi seora."
"Y qu habitacin sera esa?, Price?" Ella entrecerr las cejas hacia l.
"Basta con que es una cmara antigua, Lady Brimsworth", l murmur.
"Por casualidad, pidi su seora que limpiara esta sala?"
"Cul mi Lord, mi Lady?" Price pregunt.
Eso fue ms que suficiente, Cait puso sus manos sobre sus caderas y pis fuerte con
el pie. "Usted sabe dnde podra estar mi marido, Price, le sugiero que me diga o voy a ser
una mujer muy infeliz, y a usted no le gustara verme cuando no estoy contenta".
"No me imagino, mi lady," Price se quej.
"Y bien?" Si el hombre no segua adelante, tendra que sacar sus hierbas y hacer
un t especial, slo para l, uno que quizs lo atormente por das, oh, s, eso sera muy
agradable.
"Yo no tengo nada que decirle, mi lady." l apret los labios en una delgada lnea.
"Por orden de quin?"
Price dijo: "El marqus?". Pero sali ms como una pregunta.
"As que quiere decirme que el marqus que est arriba luchando por respirar, se
preocupaba por una vieja habitacin con polvo y le dice que valla a limpiarlo?"
El hombre asinti con la cabeza rpidamente. "Eso es correcto."
"Dnde est la habitacin? Me gustara verla por m misma. "
"No puedo decirle." l frunci los labios de nuevo.
"Bien," dijo Cait. "Voy a preguntarle al personal hasta que alguien me diga lo que
quiero saber".

"Eso por eso que su seora me ha enviado solo, mi Lady, no quera que nadie lo
supiera".
"Seguramente alguien lo vio cuando iba y vena," dijo ella, burlonamente.
Se dio cuenta de que l lo pens mucho. "Oh, espero que no," por fin suspir,
cerrando los ojos a la vez hermticamente.
Cait baj la voz. "Voy a averiguarlo por lo tanto, ustedes podra querer hacer que
esto sea ms fcil para los dos, o me volver hacia adelante y lo sacare ahora".
"No se atrevera!" Grit Price.
"Est seguro de eso?", pregunt Cait mientras recoga una pieza imaginaria de
pelusa de la manga.
"El marqus ni siquiera est en la tumba todava!"
Caitrin sinti una pequea pena por su arrebato, pero slo dur un momento.
"Pero lo estar pronto, Price, por lo tanto, ustedes podra querer recordar quin llevar a
cabo los trminos de empleo".
Price baj la cabeza hacia atrs con seal de derrota y gimi. "El marqus me hizo
limpiar la habitacin." Dijo las dos ltimas palabras con suficiente inflexin para que Cait
diera un paso atrs.
"La habitacin?"
"S. La habitacin, el marqus hizo que limpiara la habitacin de Lord Brimsworth,
no se haba utilizado en varios aos, por lo tanto, la limpi, sbanas frescas, un buen
lavado. Debo admitir que es casi inhabitable, incluso tuve que traer una cama nueva trada
desde de arriba de las escaleras para sustituir a la antigua, su seora ha pasado las
noches de la luna llena en ella cuando se vea mucho peor".
"Entonces, por qu tena que estar limpio, ahora?"
"Me dijo que quera que su hijo se sintiera cmodo en esta noche que era tan
dolorosa para l."
"l lo hizo?" Cait cubri su pecho con la mano. "Que bien".
En ese momento, un lacayo se acerc a Price y dijo en voz baja: "Todas las criadas
se han ido de la propiedad, tal como lo pidi, y con poco tiempo que perder, debo aadir,
las cadenas ya se golpean all abajo".

Price abofete al nio en el lado de la cabeza. "Cuidado con la lengua alrededor de

la condesa." Asinti hacia Cait.
"Le ruego me disculpe, mi Lady."
Cait trat de juntar las piezas del rompecabezas en su mente, una habitacin sucia
que ahora estaba limpia.
Estaba un nivel ms abajo porque Owens lo haba dicho all, Cadenas, Cait sopl
con frustracin.
"Slo espero que las cadenas contengan al monstruo," Owens murmur mientras
se alejaba. "Nunca he sabido que l estuviera tan agitado desde tan temprano en la
noche."
l jadeo de Cait atrajo la mirada de Price.
"No puede ir por ah, mi Lady," dijo el mayordomo, corriendo hacia ella.
"Mi marido est en el stano? Ese lugar oscuro y sucio que vi el primer da que
estaba aqu? "
"No es tan sucio ahora" Price murmur, arrastrando los pies.
"Es ah donde est!" Grit mientras corra en esa direccin.
"A dnde va, mi lady?"
"Con mi marido!" ella llam de vuelta, incapaz de detener la sonrisa que cruz su
rostro al pensar en encontrarlo y pasar la noche con l bajo la luz de la luna.

Dash ya estaba luchando contra las cadenas, haba luchado su turno en forma de
lobo, tan pronto como la luna apareci por encima del horizonte, pero algunas cosas no
podan ser detenidas, y el surgimiento de la bestia era una de ellas, lo saba por
experiencia.

Ahora, la bestia dentro de l quera escapar de los grilletes y escapar de la bodega,

y luego ir a encontrar a su esposa y encontrar su camino lobuno con ella.
Pero eso no iba a suceder, l no lo permitira.
Dash no llevaba nada ms que la piel de oro que adornaba su cuerpo y un collar de
titanio que lo encarcelaba y le impeda ir a buscar el deseo de su corazn, se estremeci
ante la sola idea, una gota de baba caa de su boca a la tierra en el suelo de piedra.
El pelo en la parte posterior del cuello de Dash se levant cuando oy la suave voz
de Cait que lo llamaba por su nombre, l bail en cuatro patas, tirando de su cuello hasta
el punto del dolor, ella lo llam de nuevo, incapaz de resistirse, l levant su hocico en el
aire y se volvi para llamarla, un aullido profundo y rico.
Oh, Dios mo Qu haba hecho? Haba llamado por ella, tal vez ella no lo haba
odo, pero entonces oy sus suaves pisadas.
Dash gimi, bailando de nuevo por la agitacin. Cait! La necesitaba, la quera, pero
l no poda tenerla.
"Dash?", Dijo desde el otro lado de la pesada puerta de roble.
era.

Cait! l grit en la nica forma que saba, pero entonces record, record lo que l

l era un licntropo, era peligroso, l no poda tenerla, tal vez si l se sentaba en

silencio, ella se ira.
Las barras en la puerta se hicieron para mantener a Dash dentro, no para evitar
que otros entraran, as que no haba manera de impedirle entrar en la habitacin, l se
desliz en las sombras, caminando tan lejos como su correa le permitiera.
Tal vez si ella no lo vea, no dara un paso dentro de su celda.
Un golpe seco sonaba mientras Cait eliminaba las barras de la puerta, luego se
desliz hacia el interior. La puerta se abri, Dash se sent a la sombra y trat de
mantenerse y evitar correr hacia ella. A continuacin, el olor a madreselva de ella alcanz
su nariz extremadamente sensible y tuvo que lamer sus labios para no babear de nuevo.
"Dash", ella pregunt de nuevo mientras entraba ms en la habitacin.
Poda ver en la oscuridad total a causa de sus sentidos licntropos, pero su pequea
bruja no poda, lo record con gratitud. Ella se dio la vuelta y se fue, el corazn de Dash se
apret en su pecho.

La deseaba ms que el aire que respiraba, la deseaba ms que su prximo trago de

agua. l la quera a ella ms de lo que quera su propia existencia. Maldijo en su cabeza y
tir de las cadenas que lo una a la sala de piedra.
Un momento despus, un destello de luz le llam la atencin, ya que se filtraba a
travs de la rendija de la puerta que ella haba abierto, Dash inclin la cabeza hacia un lado
para que pudiera escucharla claramente, ella tarareaba un pequea pero animada
meloda. Cait abri la puerta completamente y dio un paso hacia atrs en el interior, con
una lmpara alta para que pudiera iluminar la habitacin, Dash se puso de pie y se agach,
gruendo, tena que salir. Ella acaba de hacerlo.
Cait salt y se puso una mano en el pecho. "Cielos! Me asustaste".
Bueno, ella debera tener miedo de un lobo salvaje, si no era as, la mujer era
simplemente una tonta. Y eso era una cosa que nunca haba asumido de ella, poda ser
molesta como el demonio, pero ella estaba completamente cuerda. Cait se dobl por la
cintura y coloco la lmpara en el suelo, luego dio un paso hacia l. l gru bajo su
garganta.
"Vas a dejar de hacer ese ruido?" Ella espet. "Simplemente quiero echarte un
vistazo. No voy a hacer nada que no quieras que haga. "
Dash volvi a gruir, no quera que hiciera nada, ese era el problema.
Cait se coloc las manos en las caderas y frunci el ceo, Dash estaba casi
abrumado por el deseo de sacar su pata por una sacudida, sacudi la cabeza para
despejarse, maldita mujer.
"Por qu estas atado as, Dashiel?", ella pregunt mientras caminaba hacia donde
su atadura lo anclaba a la pared de piedra.
Porque yo podra hacerte dao.
Cait pas sus dedos a lo largo de los eslabones de metal hasta que estuvo a su
alcance. Estaba tan cerca que poda oler su cabello, casi poda saborear el valle entre sus
pechos. Y entonces empez a pensar en el pequeo pliegue donde sus muslos se
encontraban con sus caderas.
"Pareciera que quisieras devorarme," dijo ella distradamente mientras se levantaba
y comenz a buscar en la habitacin algo. Qu podra estar buscando? Entonces oy el
ruido metlico del metal contra el metal, l gimi cuando ella encontr la llave. "Y ahora
suenas como si algo que comiste no cay bien en tu estmago".

No he comido nada, ngel, sino que podra devorarte y ni siquiera me veras venir,
no seras capaz de moverte lo suficientemente rpido para escapar de m.

Ella tendi la llave en sus pequeos dedos. "Yo tengo la llave de tu libertad."
Entonces ella tentativamente toco la parte superior de su cabeza y el collar de titanio se
abri en su cuello, en el momento en que era libre, Dash se sorprendi al sentir el dolor de
pasar de la bestia al hombre. l nunca haba cambiado a voluntad antes, sin embargo, all
estaba, su acortamiento nariz, las orejas se aplastaban, el pelo que retroceda.
Cuando se present ante ella como un hombre, una vez ms, cerr los ojos y
respir profundamente, se acerc ms, pero tena miedo de tocarla, en su lugar, decidi
decirle lo que haba en su corazn.
"Creo que has tenido la llave a mi libertad desde esa primera noche, Caitie."

TREINTA Y OCHO

Aunque se encontr con algo de seguridad en las profundidades de sus ojos

ambarinos, Cait todava temblaba cuando extendi una mano para tocarla y luego la
retir. Se balance hacia l como si no hubiera una atraccin invisible, pero rpidamente
se apart de ella.
Ella trat de mantener el temblor de su voz mientras se alejaba, pero era
plenamente consciente de que el resto de su vida dependa de este momento. "Dash",
empez a decir, pero l la interrumpi.
"Me imagino que estas completamente disgustada por la visin de m", dijo Dash
en silencio, se puso de pie con la espalda hacia ella, su cuerpo gloriosamente desnudo, sus
msculos brillando a la luz de las velas. No quera nada ms que tocarlo, pero tena la
sensacin de que no sera lo correcto, no para l, no para ella, no esta noche.
"No estoy disgustada". Resopl Cait.

"Asustada", l pregunt, en un tono un poco ms profundo.

"Has visto lo que soy, ahora entiendes por qu me coloco grilletes cuando hay luna
llena, no querras hacer frente a una bestia, y yo no lo esperara, tampoco, estas mucho
mejor sin m".
Cait luch contra la rabia ciega que se arrastraba por su espalda. "Piensas que soy
lo suficientemente dbil para dejarte fuera de mi vida, Dashiel Thorpe? " ella se acerc lo
suficiente para que pudiera sentir su aliento en la mejilla, pero l no la toc, se dio cuenta
de que quera, pero l se mantena bajo control.
"No eres dbil, Cait." l se toc la sien con el dedo ndice. "Eres muy inteligente".
"Estas lleno de elogios en la actualidad, por lo que veo," gru Cait. "Sin embargo,
veo un problema."
"No puedo evitar ser lo que soy, creme, si pudiera dejar de ser un lobo lo hara".
"Oh, cllate, eso no es el problema, tengo que mantenerme a tu alrededor, porque
sin m, quin mantendr a la gran bestia en su mejor comportamiento? l necesitaba a
alguien que le ayudara con los grilletes, necesitaba alejarlos de l.
O hervirlos en aceite hasta que se fundieran. Ella podra sacar las argollas porque
no se utilizaran para encarcelar a su marido nunca ms.
"Price puede hacer eso", murmur Dash, su rostro caa como ella haba esperado
que fuera, no quera estar encadenado, quera ser salvaje y libre, con ella. Pero las viejas
heridas corren profundamente, ella se dio cuenta de ello, ella no era una curandera, pero
poda ayudar con esto.
"Yo no puedo permitir poner a Price en peligro de esa manera", dijo, fingiendo un
suspiro. "Yo en cambio".
"Nunca he querido devorar a Price, ngel," l ofreci. "T, en cambio..."
Cait giro alrededor de la habitacin y se dio cuenta de la cama en la esquina.
"Estaba aqu, antes?"
"No la haba visto antes" Dash respondi con el ceo fruncido. "Creo que Price hizo
un trabajo aqu esta maana. "
"S, a las rdenes de tu padre."
La cabeza de Dash se levant. "Perdn?"

"Tu padre quera que limpiara esta habitacin para que pareciese lo menos posible
una prisin. "A Dash lo confundi su mirada, ella le explic: "l quera que te sintieras
cmodo." Cait estir los brazos por encima de la cabeza y bostez de forma espectacular.
"Y yo, por mi parte, estoy muy contenta de que lo haya hecho, estoy agotada".
"No puedes quedarte aqu, Caitrin, tienes que irte".
Cait permiti una sonrisa cruzar sus labios mientras tiraba de los cordones de su
vestido, hasta que se aflojaron y se quedaron abiertos en la parte delantera, Dash se
apart, flexionando sus manos a los costados.
Cait se despoj de su vestido, se sac su camisa por sobre su cabeza, y tir de todas
las horquillas del pelo, cada vez que cada una daba en el suelo de piedra, Dash se
estremeca una y otra vez. Si no fuera por el espontneo movimiento, habra jurado que el
hombre estaba hecho de piedra porque fue toda la respuesta que obtuvo.
Cuando ella estaba desnuda, camin lentamente hacia la cama, lo que permiti que
su hombro rozara su brazo mientras lo haca. Dash tembl un poco y se volvi hacia otra
direccin.
"Ven aqu, Dash," dijo ella en voz baja, a sabiendas de que la haba odo.
"No puedo, Cait." Las palabras salieron como un gemido torturado.
"Por qu no?"
"No quiero hacerte dao, Caitie, por favor, no lo hagas. "
Poda ver la batalla que libraba en su interior, y lo amaba an ms por el cuidado
que tena con ella.
"Traer los grilletes, voy a estar por aqu, al menos as podrs dormir un poco".
"Sinceramente, lo dudo."
"Ouch!" Cait de repente grit.
l estaba a su lado en cuestin de segundos. "Qu es? Ests herida? "
Ella sonri con una sonrisa pcara en l. "No" ya no", dijo mientras se pona de
puntillas y envolva sus manos alrededor de su cuello, ella presion su cuerpo desnudo
contra el suyo y se frot como un gato.

Las manos de Dash llegaron hasta la cintura para colocarla a distancia de l, para
que estuviera segura. "Eres una pequea bruja traviesa, "ella gru. Sin embargo, las
rodillas de l se encontraban en el fondo de la cama, ella empuj con todas sus fuerzas
hasta que l cay de espaldas sobre el cubrecama, ella aterriz encima de l, su cuerpo
presionado la longitud del suyo. Inmediatamente, sinti la dureza de l contra su vientre, y
movi sus caderas contra l, Dash apart la mirada y apret los dientes, como si se le
presentara una tortura despus de la tortura.
"Tengo algo que decirte, Dashiel," dijo, con tono de complicidad cuando se
incorpor, sus muslos se abran por encima de su abdomen mientras lo miraba fijamente.

"Que sea rpido, Caitie," l gru. "Yo no puedo aguantar mucho ms de esto."
Ella se acerc a su odo y le susurr: "A partir de hoy, las nicas cadenas que
llevaras son las mas. "Y la nica parte de tu bestia que jams estar encadenado es tu
corazn.

Dash cerr los ojos a la vista de sus pechos, tan cerca de su cara mientras ella se
inclinaba sobre l, que poda tocar fcilmente con sus labios el tenso pezn, pero levant
la cabeza.
Cait se incorpor, todava a horcajadas sobre l, con el pelo rubio colgando sobre
sus hombros, se llev un dedo a los labios y fingi mirar desconcertada. "Oh, me olvid
de algo que decirte? Yo te amo mi lobo, tal como eres. "Ella apoy su peso en la palma de
sus manos, que se apretaban contra su pecho. "Realmente piensas que puedes luchar
contra el amor que siento por ti? Qu puedes correr lo suficiente rpido o mantenerme lo
suficientemente lejos para dejarte? "
"Cait," la llamo Dash. "Yo podra hacerte dao. No lo ves? "

Ella se inclin para que su boca casi tocara la suya y respir en sus labios, "Me
gustara ver de qu se trata. "Sus ojos azules brillaban con el desafo. "Soy una bruja
poderosa, u olvidaste eso?"
"No, pero eso no quiere decir"
"Significa todo '", ella insisti.
"Cul es tu plan ahora?" l pregunto.
"Planeo hacerte el amor ", dijo ella, con el peligro parpadeando en sus ojos azules.
"Te vas a negar?"
"Tengo alguna otra opcin?" Gru Dash.
"Deja de mirarme tan angustiado, Dashiel," ella dijo, golpendolo en el pecho.
"Tu arruinaste el momento, gran patn".
"Disculpa", l murmur.
"Yo s que me quieres," dijo ella en voz baja mientras mova sus caderas sobre l,
dejando que se deslizara lo largo de su eje la resbaladiza humedad de su piel.
"Ms que el aire", l admiti, mirndola a los ojos por primera vez en toda la noche,
todo lo que l vio brillar fue su amor por l. Una alegra llen su corazn como ninguna
que jams haba sentido, dej que su mirada vagara por su cuerpo desnudo, ella era suya,
lo amaba tal y como era.
Ella grit cuando de repente la hizo rodar por debajo de l.
"Qu ests haciendo?" Se quej ella casi sin aliento.
"Todo lo que quiero", l gru mientras se morda los labios.
Se rio cuando una maldicin cruz sus labios.
"Dijiste que me queras", le orden con suavidad. "Ahora tmame como soy."
Cait levant la cabeza y le toc los labios con los suyos, tiernos y reverentes al
principio. Pero antes de que l pudiera incluso esperarlo, su lengua se desliz dentro de su
boca a la guerra con l.

"Me encantan tus labios, muchacha, pero quiero probar ms que eso ", dijo,
levantando las cejas mientras su mirada viajaba por su cuerpo.
Sin ninguna inhibicin, ella arque la espalda, atrayendo su pezn ms cerca de su
boca. El lentamente lo succiono, molestndola con su lengua spera y lentos lamidos,
hasta que ella casi ronroneaba debajo de l.
Luego se pas al otro pecho.
Finalmente l la llen de un golpe rpido, grit, pero eso slo aliment su pasin.
Nunca haba visto una visin ms bella, con la boca abierta y los ojos cerrados.
"Creo que te gustara tener
misericordia, ngel, " l respir, permaneciendo
completamente inmvil dentro de ella.
"Por favor, Dash," ella susurr.
Cait se sacudi debajo de l, con las piernas envolvindose a alrededor de su
cintura.
Le apart el pelo de la frente, y finalmente pudo ver la necesidad que brillaba en
sus ojos. "Si no empiezas a moverte pronto, voy a esforzarme para hacer tu vida
insoportable hasta que la luna comience a decaer".
"T brujita", murmur Dash. Su ngel era un demonio disfrazado, la pequea
descarada.
"Tmame, Dash", ella respondi mientras levantaba la cabeza y llova besos contra
su pecho, aun meciendo sus caderas.
l estaba sorprendido de que no tena la fuerza suficiente para devorarla, de no
hacerle dao. Quera un momento para disfrutar la sensacin, para disfrutar de un ciclo de
la luna, para disfrutar de ella y todo lo que ella representaba.
Finalmente, comenz a moverse, empalando toda la longitud de l en la vaina
hmeda de su cuerpo, sus ojos cerrados mientras la exprima, jadeos pequeos dejaron su
boca a cada paso, sus pechos an se apretaban contra su pecho, sus pezones se burlaban
de l sin cesar.
"Mrame, Caitie," le susurr en su odo.
Cait hizo lo que le ordeno, con las manos llegando a su cara. Observ con sensacin
embelesada mientras la llevaba, cada empuje ms difcil que el anterior, con los labios
entreabiertos por el deseo. l se movi ms y ms rpido.

Dash senta que podra explotar slo de la visin de su cuerpo delgado que se
mova bajo l y la forma en que sus ojos azules se movan.
"Quieres venir, Caitie?", l gru en su odo.
Ella asinti con la cabeza con fuerza.
"Deja que yo me ocupe de ti." Ella se haba ido demasiado lejos, incluso para
reconocer el tono sin sentido que haba utilizado.
Movi la mano entre ellos, para que pudiera frotar el bulto sensible de nervios que
era su centro.
Cait jade, sus movimientos cada vez ms inestable mientras se acercaba al clmax,
tena la boca abierta.
Ahora, con el cuerpo tenso, como un arco de flecha que estaba listo para ser
liberado.
"Eso es todo, Cait," la tranquiliz mientras inclinaba la cabeza y tomaba su pezn en
la boca, dibujando fuertemente la pequea cima perfecta. Cuando sobrepaso la cresta,
una lgrima rod por su mejilla, l la limpio con el pulgar. "Oh, Cait," l la tranquiliz.
"No debes darte demasiado crdito, Dashiel.
Siempre lloro cuando los licntropos hacen el amor en la noche de luna llena".
l rio entre dientes ligeramente.
Su carne hmeda se estremeci a su alrededor, y era todo lo que Dash poda hacer
para no seguirla en la liberacin, pero l no estaba dispuesto a poner fin a su encuentro,
no en el corto plazo.
Cuando el apretn de sus paredes internas, finalmente se detuvo, ella lo mir con
tanto amor en sus ojos que casi dola, una sonrisa tmida en su rostro. Dash se retir de
ella y la puso sobre sus rodillas.
Ella protest suavemente con un gruido de desagrado.
"Todava no he terminado, Cait", dijo mientras tomaba su mano y le mostr lo duro
que l segua.
"Oh," ella jade. "Lo siento."

"No". l la hizo callar con un pellizco en el hombro. "Voy a dejar que lo arregles."
Dash se desliz detrs de ella y presion su ereccin contra su trasero.
"Dash, que haces" empez a decir.
"S lo que hago, puedes confiar en que no te hara dao, ahora confa en que voy a
complacerte, tambin. Por mucho que lo desee o cmo quiera drtelo a ti, quiero tomarte
como una bestia toma su compaero".
Una sonrisa se dibuj en su rostro. "Qu es lo que estas esperando?"
Con un brazo alrededor de su cintura, Dash la dobl por la cintura, presionando sus
hombros hacia la cama. Luego se hundi dentro de ella en un solo movimiento fluido que
la hizo gritar de nuevo, por un momento, la duda entr en su mente, que haba sido
demasiado duro con ella.
Maldita su crianza licntropa, su vida entera se haba moderado.
l se haba perdido en...esto.
Finalmente, podra ser libre, podra estar entero, podra abrazar a la bestia dentro
de l y nunca mirar hacia atrs.
Ella se ech hacia atrs contra l, movindose sobre l. l puso sus manos
alrededor de sus caderas y estableci un ritmo tan antiguo como el tiempo. Se movi ms
fuerte que nunca antes y le dio ms placer del que fuese posible.
Y slo cuando ella estallo en torno a l una y otra vez y le rog le suplic que
terminara el dulce tormento que pronunci ante su cuerpo y alma que no poda seguir.
Cait se hundi en la cama, con la respiracin jadeante que entraba y sala en
enormes jadeos mientras l se derrumb encima de ella. Le apart el pelo de su hombro y
le bes suavemente la delicada piel que llevaba su marca.
"Mi pequea bruja", l murmur contra su piel.
"Mi bella bestia", ella susurr de nuevo, luego se puso a su lado y la tom en sus
brazos.

TREINTA Y NUEVE

"Lady Eynsford." Price se aclar la garganta, en la puerta de la habitacin de Caitrin.

Al or el nombre con el que se refera a ella, todava era a algo a lo que se estaba
ajustando a, a pesar de que haban pasado casi tres semanas desde que Dash haba
asumido el ttulo de su padre.
Con el tiempo, el nombre se sentira ms como el suyo, estaba segura.
De su pequeo escritorio, alz la vista hacia el antiguo mayordomo. "S?"
l asinti con la cabeza en deferencia a su posicin. "Su husped ha llegado, mi
Lady," dijo l, teniendo cuidado de no decir el nombre del hombre a quien ella se haba
dirigido.
Cait sali disparada de su asiento. "Est en la sala verde, Price?"
No estaba segura de cmo Dash tomara la intromisin en sus asuntos, en realidad,
tena una idea muy clara, l no estara feliz por eso, especialmente cuando le prohibi
hace semanas contactar a Lord Radbourne. Pero era lo mejor, si Dash se daba cuenta o no.

A pesar de que haba llegado a un acuerdo con los sentimientos del marques hacia
l y coloco muchos de sus viejos demonios a descansar, de vez en cuando, Cait todava
poda ver la mirada perdida en los ojos de su marido.
Y eso vena de no saber de dnde el realmente perteneca, haba visto esa
expresin en innumerables ocasiones en el rostro de Elspeth en el pasado, antes de que
ella se reuniera con su padre, el Mayor Forster.
Dash se lo perdonara, por lo menos eso esperaba.
Cait se dirigi hacia el saln verde, pero se detuvo en seco cuando Dash sali de su
estudio, bloqueando su camino, oli el aire y luego volvi su intimidante mirada mbar
hacia ella.
"Hay un licntropo aqu en Eynsford Park?"
Maldito olfato, ella habra preferido haber hablado con el vizconde antes de que
Dash se enterara de su llegada. Los preparativos hechos, advirtieron al hombre qu
esperar, Cait fingi una mirada de inocencia. "S, lo hay ", le dijo acercndose a l y
deslizando su mano por su musculoso pecho. "Y l es increblemente guapo, qu suerte
para m que estoy casada con l".
La mirada de Dash se ensombreci. "S cul es mi propio olor, Caitie, y ese no lo es.
Qu ests haciendo?"
"Te volviste ms sospechoso cuando te convertiste en marqus, Dash?" Ella se
puso de puntillas para presionar un beso en la mandbula, con la esperanza de seducirlo
antes de que se percatara de su plan.
"S, y con razn." l envolvi sus brazos alrededor de su cintura. "No he olvidado tu
potente somnfero, muchacha, nunca estoy muy seguro de lo que eres capaz".
Cait se rio, aunque ella saba que no haba querido decirlo exactamente como un
cumplido. "Se permite a una esposa tener algunos secretos, o no?"

No cuando uno de ellos era otro licntropo en su medio, el olor no familiar se hizo
ms fuerte, Dash frunci el ceo ante su encantadora esposa que estaba haciendo todo lo

posible para distraerlo. "Estas escondiendo algo". Oli el aire otra vez, definitivamente no
era un olor que reconociera.
No es un Westfield, no es Forster, neg con la cabeza tratando de colocarlo, en
vano. "Sera mejor para ti si confiesas tu nefasto esquema ahora".
"Yo puedo decirte una cosa, es una sorpresa. "Sus ojos azules brillaron con picarda,
lo que hizo que sus pantalones se apretaran vergonzosamente. Dios, l nunca podra
llenarse de ella. Por el momento, no quera nada ms que llevarla por las escaleras a su
habitacin y obligarla a decrselo, si l poda conseguir desvestirla, tendra la verdad en
menos de un segundo.
"No me gustan las sorpresas, ltima oportunidad, Caitie, "l gru suavemente.
"Dime y sino."
Ella juguetonamente lo golpe en el pecho. "Vuelve a tu guarida, mi Lord, voy a
llamar por ti cuando est lista".
Si pens por un momento que iba a dejarla tratar con algn licntropo extrao
estando cercana la luna llena, ella estaba muy equivocada.
Pero antes de que l pudiera atemorizarla con la verdad, un extrao apareci al
final del pasillo.
"Usted me est buscando?", pregunt el misterioso licntropo.
Era alto, ms joven que Dash por unos pocos aos y con el cabello marrn bastante
normal que era un poco ms de lo que estaba de moda, pero sus ojos, un mbar profundo,
parecan mirar a travs de Dash, Radbourne, su medio hermano, no tena duda en su
mente.
Los pulmones de Dash no soltaban el aliento que tenan, y sinti una sacudida en el
pecho y apretaba tanto los dientes que lo dejaban imposibilitado para hablar. Caitrin, al
parecer, no poda dejar las cosas como estaban, a pesar de que l le haba pedido
expresamente que no se metiera.
Su esposa dio un paso de su abrazo y camino hacia el otro hombre, le extendi la
mano en forma de saludo.
"Lord Radbourne, siento haberlo dejado esperando, yo estaba de camino para
cumplir con usted".
"He de suponer que es Lady Eynsford, entonces?", Pregunt el hombre,
levantando los dedos de Cait a los labios.

Dash no haba sentido tal destello de celos en toda su vida, en realidad sus manos
temblaban con un intenso deseo de tirar fsicamente a su hermano de su casa cuando sus
labios se demoraron demasiado tiempo en la piel de Caitrin.
Cait mir por encima del hombro a Dash, con una advertencia en sus ojos. "En
efecto." Ella se volvi hacia el hombre. "Gracias a usted por hacernos una visita."
"Bueno, que tengo que decir," el hombre lanz una mirada inquisitiva a Dash ", su
carta era ms que interesante."
Carta? Qu diablos haba dicho ella en esa carta? Un gruido escap de la
garganta de Dash. l no estaba listo para esa entrevista, puede que l jams estuviera listo,
Caitrin lo arruino por forzarlo.
"Qu mal educada por tenerlo esperando en el pasillo, por favor, mi Lord, vamos a
retirarnos a la sala".
Dash trag, a pesar de que no estaba preparado para esta conversacin, estara
condenado si dejaba a Cait conducirlo sin l, rpidamente se dirigi a su lado, dejando
caer su mano posesivamente sobre su hombro. "Despus de ti, querida."
Cait lo mir, sonriendo dulcemente, antes de preceder a los hombres a la sala
verde, los ojos de Radbourne bajaron a ver su tentador trasero hasta que el gruido de
Dash hizo ascender su mirada una vez ms. Hermano o no, si el hombre miraba en
direccin a Cait una vez ms, l le desgarrara su maldita cabeza.
Dash mir a su hermano, a parte de su color de cabello, ellos parecan tener un
aspecto similar. La misma nariz aristocrtica, la misma barbilla fuerte, sus ojos eran casi
idnticos, Dash le hizo un gesto hacia el interior del saln. "Por favor, Radbourne."
Una vez dentro, Dash reclam su lugar junto Caitrin en un oscuro sof damasco, sus
ojos brillaron por ella. "Cuando esto termine, te voy a tirar por encima de mi rodilla", le
susurr, aunque la rareza en los labios de Radbourne confirmaron que haba odo la
amenaza.
Su medio hermano se sent en una silla de respaldo alto, frente a ellos, y l sonri
encantadoramente a Cait. "Es un placer conocerla, Lady Eynsford, su correspondencia
captur mi inters en seguida".
Ella ni siquiera tuvo el buen sentido de parecer avergonzada por ignorar los deseos
de Dash. En su lugar, se sent hacia adelante en su asiento y respondi a Radbourne con
una muy bonita sonrisa. "Gracias a ustedes, mi lord, y este hombre bruto a mi lado, por
supuesto, es el marqus de Eynsford, espero que se considere aqu como nuestro invitado
mientras negociamos los detalles".

Negociar qu detalles? Dash estaba seguro de que su cara estaba ardiendo.

Qu exactamente estaba haciendo? "Cait" l se quej en voz baja.
"Supongo que ha trado los bocetos con usted, mi Lord," continu, ignorando por
completo a Dash.

"Cait", dijo l ms fuerte. "Me gustara saber exactamente lo que est pasando."
Finalmente, inclin la cabeza para verlo. "Se supona que iba a ser una sorpresa.
"Ella hizo un gesto a Radbourne con un movimiento de su mano. "El vizconde est
vendiendo un pedazo de tierra en Lancashire, haba planeado adquirirla para tu
cumpleaos, Dash".
Lo que ella en realidad haba planeado era enfrentarlo cara a cara con su hermano,
y su cumpleaos no era hasta un mes ms. "Qu dulce de tu parte pensar en m,
muchacha!"
Radbourne rio para sus adentros. "No estaba seguro de lo que iba a encontrar aqu,
pero esto ciertamente no lo era."
Dash frunci el ceo ante el hombre. "Qu significa eso?"
Su hermano se encogi de hombros y luego se dej caer en su silla. "Cuando recib
la noticia de Lady Eynsford sobre la propiedad en cuestin y se lo mencione a mi madre,
pens que ella iba a desmayarse.
Ella me dijo quin eres, Eynsford".
"Quin soy yo?" Dash reson.
Radbourne cruz las manos sobre el regazo. "Lo que no s es lo que quiere, es por
eso que he venido".
La boca de Dash se sec. Qu iba a decir a eso? l no quera nada de Radbourne.
Ahora que l examinaba realmente al hombre, observ que la ropa del vizconde
estaba unos aos fuera de moda y las botas fueron arrastradas terriblemente. "Puedo
preguntar por qu usted est vendiendo esta propiedad?", pregunt l, pero de alguna
manera l lo saba.

"Por la misma razn que cualquier familia noble vende sus terrenos, Eynsford,
dinero. Ahora seguiremos jugando estos juegos, seor? O va a decirme lo que quiere de
m? "
Cait se levant de su asiento. "Voy a dejarlos a ustedes solos."
"Oh, no, no," dijo Dash, tirando de su falda hasta que ella volvi a sentarse.
"T me metiste en este desastre". Luego volvi su mirada de nuevo a Radbourne.
"Hasta hace un mes, yo nunca haba odo su nombre, yo no quiero nada de usted".
"Entonces por qu la pretensin de traerme aqu?"
Cait suspir junto a l. "Debido a que era la excusa perfecta para traerlo aqu, mi
marido nunca lo habra buscado a usted por su cuenta".
Radbourne se rasc la barbilla. "As que, aqu estoy. Y ahora qu? "
Cait apret la mano de Dash y, a pesar de que estaba molesto con ella, la presin le
recordaba su amor. "Dganos todo acerca de su padre, no escatime ningn detalle".
Pero Dash habl al mismo tiempo. "Qu tan grave es su situacin financiera?"
"Dashiel!" Cait le rega, frunciendo el ceo hacia l.
Radbourne simplemente levant una ceja, mirando como si l encontrara diversin
en sus preguntas.
"Su padre muri cuando era joven?" Continu Dash.
"S, nuestro padre muri cuando yo era joven," Radbourne lo corrigi.
Cait abri la boca para hablar, pero Dash se acerc y le apret la rodilla, sin palabras
advirtindole que se quedara tranquila.
"Su esposa es encantadora", dijo Radbourne calladamente, sus ojos mbar
planeando sobre ella.
"Tal vez usted encontrar una propia algn da," Dash advirti al hombre
sutilmente. Luego cogi los bocetos que Radbourne haba trado. "Mi esposa es
entrometida, pero yo la amo, a pesar de ese hecho El abri el pergamino para echar un
vistazo a los dibujos. "Esta es una gran parcela de tierra."
Radbourne se limit a asentir.

"Vamos hacia mi estudio, para que podamos hablar sobre su situacin? Creo que
puedo ayudarle sin que usted venda sus propiedades".
Los hombres se levantaron y Caitrin se puso de pie para seguirlos. "Nos vemos ms
tarde, ngel," le dijo Dash a ella mientras besaba su frente.
Cait protest: "Pero"
"Te prometo que voy a contarte todo." No poda dejar de rer al ver su expresin
abatida, cuando llegaron al final del pasillo, oy decirle en voz baja, "Bestia"

"Escuch eso", l le dijo.

"Quise decirlo porque puedes escucharlo!" Volvi fuertemente, luego susurr: "Y
yo te amo."
"O eso, tambin," l la llam de nuevo, feliz cuando su risa alcanz sus odos.

EPILOGO

"Tus hermanos son una delicia." Caitrin sonri por encima del hombro a Dash
mientras se desabotonaba la parte posterior de su vestido.
l frunci el ceo en respuesta. "Son un paquete de demonios."
"Son una manada de licntropos," corrigi ella, saliendo de su vestido de cena. "Y
es muy obvio que han estado buscando a un lder para la manada".
Dash gimi. "Yo no firm por ese papel." l tir de la corbata y luego la tir a travs
de la habitacin, su chaqueta le sigui un momento despus.
Cait sinti como sus ojos aterrizaban sobre ella, quemndola a travs de su
camisola, y ella no pudo evitar sonrer. l era adorable en camisa, le encantaba verlo tan
relajado. Encontrar a sus hermanos le haba hecho mucho bien a l, no importaba que l
protestara lo contrario.
"Tambin es muy obvio cunto los adoras."
Una sonrisa asom en sus labios. "S, lo acepto", l admiti.
De hecho el viaje a Hadley Manor haba estado sanando a Dash, pareca haber
encontrado un propsito que haba estado desaparecido antes.

Ya no era un lobo solitario, un licntropo salvaje, ahora formaba parte de la horda

de los Hadley en ms de un sentido. Adems de que sus tres hermanastros lo aceptaron
sin rechistar en sus filas, incluso Lady Radbourne lo adoraba.
Cait recupero un camisn de gasa del armario, slo para que se lo arrebatara de su
alcance. Se dio la vuelta para ver a Dash tirarlo al otro lado de la habitacin. "Yo voy a
arrancrtelo en algunos minutos, Caitie, es mejor incluso que no te lo coloques.
"Estas muy seguro de ti, Dashiel."
"Y con razn, t no puedes mantener tus manos alejadas de m. "

Ella hizo rodar los ojos para no alentar a su esposo, entonces Cait camin alrededor
de l hacia la cama y cogi su chaqueta descartada desde el suelo era ms pesada de lo
que debera haber sido.
"Tomaste rocas y las escondiste en tu bolsillo como un muchacho?"
Su expresin se arruino, y l recogi la chaqueta. "Djame a m, Caitie."
Bien, l ciertamente ocultaba algo, ella se resbalo bajo su brazo y se desliz hacia el
otro extremo de la habitacin. "Qu estas escondiendo de m, Dash?" ella meti la mano
en el bolsillo y sus dedos encontraron un pequeo libro de cuero, Cait lo desliz de su
chaqueta y su boca se abri. Tu diario de libertinaje?
Ella frunci el ceo hacia l. "Me dijiste que lo habas quemado."
"Lo hice", dijo l con voz ronca. "No es el mismo libro, djame tenerlo".
Cait lo fulmin con la mirada. "Dashiel Thorpe, piensas que soy tonta? Este es el
mismo libro! "
Su rostro se coloc de un fuerte tono rojo. "brelo, entonces."
"Ya lo he ledo de principio a fin."
Su rubor se intensific, ella ni siquiera saba que era posible, Dash le arrebat el
diario de su mano y lo abri, y luego comenz a leer.
"No estoy seguro de lo que he hecho para merecer Caitrin, ella es mi ngel, mi
salvacin..."

La boca de Cait se abri. l haba escrito sobre ella?

"... Voy a pasar el resto de mi vida tratando de ser digno de su amor..."
Cait le ech los brazos al cuello y le bes el pecho, la mandbula y los labios, con la
esperanza de mostrarle que no tiene necesidad de demostrar su vala.
"... Y cuando ella me tiene en su cuerpo, es mgico." Dash sonri. "En particular,
cuando ella est en lo ms alto".
Cait lo golpe en el pecho y le arrebat el libro de su mano, procedi a leer unas
pocas lneas ms antes de que ella misma lo cerrara de golpe.
"Te has ruborizado hasta llegar a las races de tu cabello, ngel," Dash brome.
Cait ocult su vergenza, colocando la cara en su pecho.
Entonces Dash tir el libro a la cama y la envolvi en sus brazos
"No es el mismo libro, Cait, quem el otro, porque slo hay una mujer a la que
quiero recordar".

FIN