Carta A Las Maestras de Sordos 2010

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Carta a las maestras de sordos. Carlos Snchez, 2010.

Carta a las maestras de sordos


Carlos Snchez
Compaeras:

Han pasado casi 25 aos desde el momento en que, con un amplio consenso por
parte de docentes y profesionales del rea, en todas las escuelas del pas se
adopt el modelo bilinge y bicultural para la educacin de los sordos. Desde ese
entonces, abocados a la tarea de abrir nuevos caminos sobre la base de una
conceptualizacin original de la sordera y de las personas sordas, transcurrieron
aos de esperanzas y de esfuerzos, pero tambin de desnimo y de frustraciones.
La liberacin de la lengua de seas, la incorporacin de numerosos adultos sordos
como auxiliares en las escuelas, y el acceso de muchos jvenes sordos a la
enseanza media, son logros indudables. Igualmente lo son el fortalecimiento de la
identidad y la ampliacin de las expectativas individuales y comunitarias de la
Comunidad Sorda. Pero junto a esos logros, es preciso sealar los fracasos: la
educacin no ha garantizado un ptimo desarrollo de las reas del lenguaje y
cognitiva. En su inmensa mayora, los sordos que culminan la enseanza bsica y
media presentan dificultades insalvables en lo que concierne al pensamiento
complejo, en la dimensin abstracta, metafrica, terica.
Al tiempo que denunciamos esta realidad, proponemos revisar exhaustivamente el
modelo educativo bilinge y bicultural, profundizar sus fundamentos tericos y
evaluar las prcticas correspondientes, para plantearnos un objetivo preciso e
inmediato: promover el acceso de los nios y jvenes sordos a la dimensin
abstracta y enriquecer su pensamiento. Y sobre esa base, facilitar el acceso al
dominio de la lengua escrita y al conocimiento humanstico y cientfico.
La concepcin socio-antropolgica y
el modelo educativo bilinge y bicultural
Esta nueva conceptualizacin conocida como socio-antropolgica se opuso
radicalmente a la concepcin tradicional mdico-rehabilitadora que se haba
impuesto de manera autoritaria durante ms de un siglo. La sordera ya no fue
considerada como una enfermedad que hay que combatir, ni las personas sordas
percibidas como enfermos que hay que rehabilitar. La sordera se concibi como
una condicin que es preciso respetar y las personas sordas como miembros de
una comunidad lingstica minoritaria, que hablan una lengua propia y que
desarrollan una cultura tambin propia.
La conceptualizacin socio-antropolgica de la sordera se bas en un hecho
cientfico irrefutable: el descubrimiento de que las lenguas de seas que
constituyen el medio de expresin por excelencia de las personas sordas no son un
remedo mmico de la lengua hablada por los oyentes, sino que tienen una
estructura propia en todo comparable a la de las lenguas naturales, y cumplen las
mismas funciones que cumplen estas lenguas. Las funciones que cumplen todas
las lenguas naturales son de una importancia superlativa para todos los seres
humanos, porque ellas permiten una comunicacin irrestricta entre sus usuarios, y
contribuyen de manera decisiva al desarrollo del pensamiento.

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La adquisicin normal del lenguaje y el desarrollo de un pensamiento complejo,


rasgos propios y especficos de la especie humana, no seran posibles si los nios
no tuviesen acceso desde las etapas ms tempranas de la vida a una lengua
natural. Los nios oyentes desde que nacen se encuentran inmersos en un entorno
en donde los adultos utilizan espontneamente una lengua natural. Los nios
sordos slo pueden dominar a cabalidad la lengua de seas, por lo que si no tienen
la oportunidad de apropiarse de esa lengua desde el momento mismo en que se
diagnostica la sordera, no podrn desarrollar normalmente su lenguaje y su
capacidad intelectual se ver limitada. Los nios sordos hijos de padres oyentes no
cuentan con hablantes competentes de la lengua de seas en su entorno familiar,
por lo que es la escuela la institucin llamada a darles la oportunidad de estar en
contacto permanente, espontneo y significativo con la lengua natural que les
permitira adquirir normalmente el lenguaje y optimizar el desarrollo de la
inteligencia.
El modelo bilinge y bicultural
El modelo bilinge y bicultural se formul tomando en cuenta todos estos datos, y
se propuso como objetivo prioritario garantizar la adquisicin normal del lenguaje y
optimizar el desarrollo cognitivo, a travs de un nico expediente: la utilizacin
irrestricta de la lengua de seas natural de los sordos, como lengua nativa y como
medio privilegiado para la recepcin de la informacin y la adquisicin de
conocimientos. Adems, slo sobre estos cimientos cabra la posibilidad de que los
nios sordos estructurasen una personalidad sana y una identidad definida. Slo
as los sordos dejaran de ser ciudadanos de segunda, para integrarse por derecho
propio a la sociedad, conservando y enriqueciendo su propia cultura, en el respeto
de la Comunidad Sorda como de toda minora tnica, cultural o de cualquier otra
naturaleza, haciendo realidad un derecho humano inalienable y un principio
constitucional.
Han pasado casi 25 aos. Mirando hacia atrs pero con la mente puesta en el
futuro, hacemos un alto para preguntarnos en qu medida se han logrado los
objetivos antes sealados. Y as, consideramos que es llegado el momento de
hacer una evaluacin crtica, profunda y objetiva, de nuestra experiencia, rica a no
dudarlo, aunque no siempre fecunda. Es imperioso volver a analizar las bases
tericas y las diferentes prcticas adelantadas en estos aos, tomando en cuenta
no slo lo ocurrido en nuestro medio, sino tambin en otros pases
latinoamericanos y en distintas latitudes que adoptaron, siguiendo nuestro ejemplo,
el modelo bilinge y bicultural en cuyo desarrollo e implantacin nuestro pas fue
pionero.
Con base en ese anlisis, actualizando nuestros conocimientos y valorando las
nuevas circunstancias, estaremos en condiciones de evaluar los resultados
obtenidos, y en consecuencia, revisar, rectificar y reorientar el modelo. Una nica
meta es la que nos ha orientado y nos sigue desafiando: optimizar el desarrollo
individual y colectivo de las personas sordas en todos los aspectos, darles la
oportunidad de capacitarse para participar por derecho propio en las tomas de
decisiones que les conciernen, ser ciudadanos de primera, respetando su lengua,
y su cultura, para que se integren a la sociedad como ciudadanos de primera y no
como discapacitados que requieren de la caridad de los sedicentes normales.

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No hay razones para no seguir apoyando firmemente el modelo bilinge y


bicultural. Pero como lo hemos venido diciendo desde un comienzo: no se trata de
ensear ni una ni dos lenguas. Se trata de respetar el derecho de todo nio que
vive en un entorno en el que se usan dos lenguas, de recibir su enseanza bsica
en su lengua nativa. Esa lengua nativa, primera lengua, debe ser utilizada (y no
enseada, de ninguna manera!, porque ninguna lengua se le puede ensear a un
nio, sino que ste la adquiere en un entorno apropiado) para transmitir
conocimientos y valores de una cultura, en este caso de la cultura sorda (que tiene
sus propios rasgos y no es una mezcla con la cultura oyente, por ms que son
reales e inevitables los prstamos lingsticos y culturales). El espaol escrito
(que por razones fisiolgicas, por su carcter visual se supone sera ms accesible
a los sordos) y el espaol oral, deben ser ofertas de la enseanza de una escuela
de sordos, pero no imposiciones curriculares.
Puede haber todos los modelos bilinges que se quiera, pero para poder llamarse
tales, todos tienen que tener usuarios competentes de la lengua de seas natural
de los sordos todo el tiempo, desde que suene el timbre de entrada hasta que
suene el de salida. Y no digo manoteadores de seas, por ms conocedores de
todas las seas de LSV que puedan ser, sino gente que domine los aspectos
morfosintcticos y semnticos de la lengua para poder transmitir no slo datos sino
cultura, no slo hechos sino sentires, no slo ser capaz de informar sino de formar.
Los resultados del modelo
No debemos ni queremos llamarnos a engao. Los sordos que egresan de la
enseanza primaria, los sordos que culminan el bachillerato y los pocos sordos que
logran obtener un ttulo universitario no tienen ni remotamente la misma formacin
que sus pares oyentes. A ms de dos dcadas de la liberacin de las manos en las
escuelas y del reconocimiento de la lengua de seas como lengua natural de la
Comunidad Sorda, podemos apreciar la siguiente realidad:
a) Los sordos confrontan serias carencias en el desarrollo del lenguaje, y
hacen uso de una lengua de seas pobre tanto en contenidos como en
recursos funcionales.
b) No han alcanzado un mnimo dominio de la lengua escrita, y si bien gracias
a los telfonos celulares y a la tecnologa informtica ahora escriben y leen
mensajes breves, stos slo se refieren a informaciones puntuales y
concretas. Lejos estn los sordos de poder comprender y mucho menos
apreciar textos como novelas, poesas o ensayos en materia cientfica o
humanstica.
c) En la generalidad de los casos no han alcanzado a plenitud el nivel de
pensamiento abstracto, no han desarrollado un pensamiento complejo ni
han tenido acceso a la dimensin metafrica. Como expresin de estas
carencias, los sordos no usan refranes en lengua de seas y no entienden
los que usamos los oyentes. No estn en capacidad de apreciar lo
imaginario, lo fantstico, ni pueden reflexionar tericamente sobre aspectos
esenciales de nuestra cultura, tanto en plano cientfico como en el
humanstico.
d) Como no poda ser de otra manera dadas las condiciones sealadas, los
sordos en general poseen nulos o muy rudimentarios conocimientos en

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todas las materias: historia, geografa, filosofa, ciencias naturales, qumica,


fsica, matemticas, artes, etc.
De nada vale destacar algo que lejos de ser estimulante podra ser sentido como
cruel irona: los casos excepcionales de sordos exitosos en el mbito del
conocimiento o de las artes. Porque en su inmensa mayora esos xitos dependen
de factores aleatorios, tales como la edad en que la persona dej de or, de la
audicin remanente o de la ayuda externa por parte de sus padres y sus
profesores, ayuda que se traduce por lo general como condescendencia. Para la
gran mayora de las personas sordas, el camino hacia el desarrollo pleno de su
personalidad, tanto en lo cognitivo como en lo emocional, se encuentra bloqueado
por los obstculos insalvables sealados. El da en que deje de ser noticia el hecho
de que un sordo se haya graduado de abogado, de arquitecto o de antroplogo,
recin entonces podramos pensar que los sordos no apenas algunos sino todos
ellos se desempean exitosamente en nuestras sociedades de hablantes.
Mientras tanto, es preciso advertir que el xito de unos pocos que se cuentan con
los dedos de una mano no debe hacernos relegar al olvido el fracaso de miles que
no hacen bulla
La causa del problema y sus consecuencias directas
Lo primero y seguramente lo ms importante que no funciona en el modelo
bilinge y bicultural es que los maestros no son usuarios competentes de la lengua
de seas, y que lejos de aprenderla con el curso del tiempo, por el contrario, la
desaprenden cada vez ms al utilizar sistemticamente un espaol signado de
compromiso. Esto es gravsimo porque a los ojos de los nios, la figura de prestigio
que es el maestro habla bien y habla de cosas importantes, serias, que escriben
en el pizarrn y ellos no los entienden! mientras que los sordos que son los
auxiliares del maestro, hablan mal porque hablan corto, hablan en lengua de
seas, y eso s se supone que los nios entienden. En tales circunstancias, todo se
desvirta, la personalidad de los pequeos sordos se distorsiona y la identidad se
enturbia La cultura sorda pasa a ser slo un membrete que nadie sabe a qu se
refiere. Es ms, en estos momentos el Ministerio de Educacin en Venezuela est
cuestionando la realidad de una cultura sorda, y rechaz que un diplomado de un
prestigioso instituto de educacin superior en Caracas llevara el ttulo de Cultura
Sorda
El diagnstico es inequvoco: en las escuelas de sordos no hemos podido
configurar el entorno lingstico requerido. Los maestros, en su inmensa mayora,
no son usuarios competentes de la lengua de seas y utilizan un espaol signado
ms o menos sistemtico. Los maestros se ven obligados a pasar programas con
contenidos que sus alumnos entienden poco y mal, y son los modelos lingsticos
obligados durante varias horas al da, modelos obviamente que distorsionan la
lengua de seas natural. Por su parte, los intrpretes se ven en aprietos para
traducir sin interpretar o para interpretar sin traducir, recurriendo al deletreo digital
cuando no conocen una sea o introduciendo seas que corren el peligro de ser
vacas de contenido para los sordos. Estos, por su parte, todava se encuentran
enfrascados en cuestiones secundarias, centrados en evitar los sinnimos, en el
intil intento de unificar las seas, lamentablemente secundados por especialistas y
autoridades que desconocen el tema. Por ltimo, los alumnos, que son los
destinatarios finales de la educacin, slo pueden hablar libremente la lengua de

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seas en los recreos o en momentos parcelados durante la hora de clase, cuando


la maestra deja de hablar y el auxiliar sordo se ve relevado de la obligacin de
repetir lo que se supone que el maestro quiere decir
La primera consecuencia de esta situacin es que los sordos no han logrado un
desarrollo pleno del lenguaje ni han podido enriquecer el nico vehculo de que
disponen para alcanzar ese desarrollo, su lengua de seas natural, empobrecida y
mutilada en sus contenidos y en sus funciones. A riesgo de ser repetitivos,
debemos replantear con ms crudeza que nunca las primeras interrogantes que
nos hicimos a pocos aos de comenzar la implantacin del modelo bilinge y
bicultural en nuestro pas:
Pregunta: Quines hablan lengua de seas en la escuela? (No espaol signado,
por favor!)
Respuesta: Los nicos que hablan lengua de seas respetando su gramtica, son
los sordos cuando hablan entre ellos.
Pregunta: Dnde se habla lengua de seas en la escuela? (No en situaciones
pedaggicas estructuradas, sino en interacciones espontneas y significativas)
Respuesta: Slo la hablan sus usuarios nativos durante los recreos, antes o
despus de entrar a clase, en todo caso fuera de las aulas.
Pregunta: De qu se habla en lengua de seas?
Respuesta: Se habla de temas banales, inmediatos, con escasos o nulos
contenidos abstractos, excluida la dimensin metafrica.
As comprobamos, con pena y sin gloria, que las respuestas siguen siendo las
mismas que obtuvimos hace ya ms de dos dcadas, respuestas que son de todos
conocidas, pero que pareciera que se quieren mantener en secreto, un secreto a
voces:
Por supuesto que los sordos deberan adquirir primero la lengua de seas, como
sucede con todo nio que habla absolutamente bien a los cinco aos, y con esa
base est en capacidad de alfabetizarse (siendo oyente) y adentrarse en el mundo
de lo escrito (sea sordo u oyente) de la mano de un adulto. Pero para eso es
imprescindible que los nios sordos vivan por lo menos ocho horas al da en un
ambiente en el que los adultos hablen entre s y con los nios en lengua de seas.
Pero tambin debemos tomar en cuenta que los adultos sordos hablantes fluidos
de la lengua de seas deben estar en capacidad de hablar de temas que ahora no
conocen y hacerlo en la forma en que los nios puedan aprehenderlos, hacerlos
suyos, internalizarlos. Yo no s a qu edad los nios sordos hijos de padres
oyentes hacen las preguntas que hace todo nio oyente acerca del nacimiento y de
la muerte, de la sexualidad y de las finanzas familiares, y acerca de los por qu de
todas las cosas. Pero es a estas cosas que me refiero cuando digo lo que digo
sobre los adultos sordos. Ya hemos hablado en otras oportunidades de los juegos,
y de la dimensin imaginaria, mostrando las evidentes carencias que se aprecian
en estos aspectos.
La segunda consecuencia es que en estas condiciones, es absolutamente
impensable que los sordos puedan apropiarse de ciertos conocimientos que exigen
un desarrollo del lenguaje y un desarrollo intelectual normales. Entre estos

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conocimientos que los sordos no pueden hacer suyos es preciso ubicar, sin duda
alguna a la lengua escrita considerada no como una materia instrumental sino
como un registro particular del lenguaje, que cumple funciones cognitivas
superiores. Pero tambin el conocimiento cientfico, tanto en lo que concierne a la
investigacin como a sus aplicaciones prcticas, ciencia y tecnologa. Y a esto se
suma la capacidad de apreciacin y de creacin artstica en sus ms diversas
expresiones: literatura, pintura y escultura, teatro y cine.
Los docentes hacen todo lo que pueden para comunicarse, a falta de lenguaje, es
decir, a falta de una lengua que cumpla las funciones que debera cumplir, ser el
vehculo para la interaccin y para el enriquecimiento del pensamiento. Y para ello
recurren a todo tipo de maniobras, en lugar de enfrentar el problema de fondo, en
realidad el nico problema que est haciendo fracasar la educacin bilinge: el
dominio insuficiente de la lengua de seas. En estas circunstancias, no es raro que
hagan de necesidad virtud. As, tienen la conviccin de que los sordos son
visuales (como si la lengua de seas natural no lo fuera), por lo que toda
narracin, toda explicacin va precedida o acompaada por ilustraciones, grficos,
dramatizaciones, escrituras en la pizarra, como si eso pudiese resolver la falta de
lenguaje.
Nada de esto puede solventar el problema, porque: qu ilustracin puede
expresar sentimientos tales como la envidia de la madrastra de Blancanieves, la
resignacin de Cenicienta, la curiosidad de Caperucita o la vanidad del ogro del
Gato con Botas, de modo tal que los nios los comprendan? Pero esto no es nada:
cmo ilustrar la digestin, la absorcin alimenticia, el transporte de oxgeno por la
hemoglobina, o la fotosntesis, sin una explicacin verbal que las haga inteligibles?
o cmo dramatizar el teorema de Pitgoras o los sistemas de ecuaciones, los
postulados socrticos o el ideario robinsoniano?
Es como si un docente venezolano asumiese la obligacin de dar clases a nios
japoneses, nios que no hablasen espaol ni pudiesen aprenderlo. A falta de una
lengua comn que haga posible la enseanza, el maestro hara todo lo que
estuviera en su poder para hacerse entender. Y eso es lo que sucede, con la
peculiaridad de que nadie parece querer tomar conciencia de esta situacin, o al
menos hacerla explcita, y por qu no, denunciarla, cuestionarla, rechazarla y
corregirla. No hace falta ir muy lejos para confirmar la verdad de lo que estamos
sealando. Tomemos un ejemplo.
En varias escuelas de sordos que visitamos recientemente, en Venezuela y en
otros pases de Amrica Latina, por casualidad tal vez, maestros de 5 y 6 grado
daban el tema de la conservacin del ambiente. En todos los casos, el nivel del
planteamiento por parte del docente hubiera sido adecuado a una clase de
preescolar o de 1er grado para nios normalmente oyentes, pero de ninguna
manera para un grupo de la segunda etapa de educacin bsica. Seguramente en
procura de la mayor claridad, las lminas que ilustraban el tema eran de un
simplismo insultante para muchachos y muchachas de 12, 13 y 14 aos, si no
mayores, acompaadas de textos absolutamente incomprensibles para ellos. En
todos los casos, la conclusin de la clase, forzosamente dramatizada, no fue
mucho ms all de la advertencia de que arrojar basura en la calle era malo y que
por el contrario, recoger la basura en recipientes apropiados era bueno.
Impensable hablar del calentamiento de la tierra, del efecto invernadero, de la

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desaparicin de los glaciares, del aumento del nivel de los mares, de la vulneracin
de la capa de ozono o del incremento del anhdrido carbnico en la atmsfera, y de
las consecuencias de todo esto Lo peor del caso es que los docentes parecan
estar satisfechos con esta actividad, es de suponer porque aceptaban - tal vez sin
hacerlo explcito ni siquiera para ellos mismos - la realidad de que sus alumnos
sordos no podran ir ms all de esos lmites impuestos injustamente por la falta de
una lengua natural.
Tratemos de ser claros: si los maestros de sordos no son usuarios competentes de
la lengua de seas y si no pueden expresar a viva voz las carencias que a ojos
vista exhibe el sistema educativo es porque no han tenido la formacin adecuada.
Y esto es responsabilidad de las autoridades, tanto ministeriales como acadmicas.
Pareciera que unas y otras no conocen o no reconocen la importancia de la lengua
de seas para el desarrollo lingstico, cognoscitivo, afectivo-emocional y social de
los nios y jvenes sordos, por ms que la lengua de seas haya sido reconocida
oficialmente como la lengua propia de la comunidad de los sordos, as como tantas
lenguas lo son para las comunidades indgenas. Pero a la hora de la verdad, ni en
las escuelas ni en las universidades se exige que para desempear el cargo de
maestro de sordos es preciso dominar con fluidez la lengua de seas, y
concomitantemente, es preciso evitar el uso del espaol signado, que sigue siendo
prctica corriente en el mbito escolar.
A ttulo de ejemplo, sealemos que en una de las principales instituciones
universitarias que forman docentes en educacin especial en la mencin de
deficiencias auditivas, los estudiantes de esa carrera reciben informacin sobre
pedagoga general, didctica, desarrollo infantil, neuroanatoma y neurofisiologa,
sobre las causas de la sordera y los aspectos clnicos de esa discapacidad, y
eventualmente sobre la lingstica de las lenguas de seas. Pero pocas son las
oportunidades que tienen para acceder al dominio de la Lengua de Seas
Venezolana. En efecto, en el pensum de estudio slo estn previstas en un
semestre, cuatro horas de clase semanales de lengua de seas por semana, y en
dos semestres, tres horas de clase semanales, stas ltimas como actividades
optativas. Con esa formacin saldrn a dictar clases en un modelo bilinge y
bicultural que exige sin lugar a dudas, que la enseanza sea impartida en Lengua
de Seas Venezolana.
Por qu los estudiantes de medicina a lo largo de varios semestres deben
concurrir durante varias horas diarias a los hospitales, incluyendo la realizacin de
guardias nocturnas, para aprender a realizar el examen fsico del paciente, as
como maniobras clnicas e intervenciones quirrgicas, porque eso no puede
aprenderse tericamente? Y por que, entonces, los estudiantes para maestros de
sordos no pueden incorporarse durante varias horas al da y durante varios
semestres a la comunidad de los sordos, participar en sus actividades sociales, de
modo de sumergirse en la dinmica de la lengua de seas y apropiarse de la
misma por derecho propio? La nica respuesta a esta interrogantes es que las
autoridades no han tomado conciencia del problema, y prefieren manejarse con
nmeros y no con realidades. Slo el desconocimiento de la realidad puede
explicar que, contrariando los aportes ms recientes de la lingstica, la
psicolingstica y la sociolingstica, se pretenda incluir a los nios sordos en las
escuelas regulares, privndolos definitivamente de toda posibilidad de desarrollo
normal.

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Recordemos al maestro Simn Rodrguez cuando advierte a las autoridades:


Piense la Direccin de Enseanza en formar maestros, antes de abrir
escuelas. Tantos millares de nios frecuentan tantos centenares de
escuelas dicen los Ministros en sus mensajes. As sern las escuelas, y as
saldrn los nios de ellas! (Consejos de Amigo)
Desarrollo intelectual y lengua escrita
Como ya lo sealamos al comienzo de este trabajo, lo nico que el modelo bilinge
y bicultural exige es respetar el derecho del nio sordo a recibir la educacin bsica
en su lengua nativa, la lengua de seas natural que usan los sordos en el lugar
donde viva. Va de suyo que se le ofrecern en todos los casos, las mejores
oportunidades para que adquiera el mayor dominio posible del espaol, tanto en su
forma oral y sobre todo en su forma escrita.
Debido a una mala interpretacin de lo que debe ser un modelo educativo bilinge
y bicultural, en muchas, si no en todas las escuelas, se piensa en la obligatoriedad
de que el educando aprenda el espaol como segunda lengua. Como ya qued
definitivamente demostrado que la oralizacin es imposible, al menos con los
mtodos utilizados hasta ahora, en los sordos pre-lingsticos, la preocupacin se
ha centrado en la enseanza del espaol escrito. Es ms, existen fuertes razones
para pensar que en ms de una escuela, la enseanza de la lengua escrita ha
ocupado el lugar, con las mismas intenciones y expectativas, que ocup
anteriormente la lengua oral. Quiero decir, casi como una obsesin pedaggica, la
alfabetizacin del sordo sera la prueba de hominizacin, como lo fuera en otra
poca la oralizacin.
Cierto, existe un malentendido en la comprensin de los fundamentos de la
educacin bilinge; pero por qu ese malentendido se mantiene inmutable y
pertinaz a lo largo del tiempo y a pesar de los fracasos que exhibe? Es preciso
calar muy hondo en la ideologa de la sordera para poder dar cuenta de este
fenmeno: todava se sigue pensando que el sordo no puede quedar librado a s
mismo, sino que para ser reconocido como ciudadano, como partcipe de la
sociedad, debe usar inexorablemente los recursos comunicacionales que utilizan
los oyentes. Se mantiene la idea de la superioridad de nuestra lengua (oral o
escrita) frente a la lengua de seas.
Sin embargo, no podemos dejar de hacer todos los esfuerzos que estn a nuestro
alcance para facilitar el acceso de los sordos a la lengua escrita. No por las
razones que denuncibamos en el prrafo anterior, sino porque la lengua escrita
constituye un registro particular del lenguaje, que cumple con funciones tambin
particulares. La lengua escrita no es un sucedneo de la lengua oral, sino un
idioma propio, que hace posible la adquisicin de conocimientos y el
enriquecimiento del pensamiento que no pueden lograrse sin ella. En los albores
del siglo XXI la lengua escrita marca una diferencia, forma parte de la civilizacin
occidental en un mundo globalizado, en los albores del siglo XXI, el dominio de la
lengua escrita marca una gran diferencia. Saber leer es tener la oportunidad de
apropiarse de conocimientos fundamentales, es un instrumento para empoderar al
individuo y a la colectividad.

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Pero qu pasa en las escuelas? Es verdaderamente pattico el espectculo que


ofrecen las aulas sobrecargadas de letras y slabas sin sentido, aulas a las que ha
vuelto a entrar por la ventana la clave de Fitzgerald de la mano de la obsesin
didctica por la lectura y la escritura. Y peor an el lamentable espectculo que
ofrecen los alumnos, inclinados sobre sus cuadernos durante horas, copiando y
recitando mecnicamente secuencias de palabras cuyo significado se les escapa.
Nunca mejor aplicable a esta situacin la descripcin que hace Simn Rodrguez
con respecto a las escuelas de la poca colonial:
pierden los nios el tiempo leyendo sin boca y sin sentido, pintando sin
mano y sin dibujo, calculando sin extensin y sin nmero. La enseanza se
reduce a fastidiarlos, dicindoles a cada instante y por aos enteros: as, as,
as y siempre as, sin hacerles entender por qu ni con qu fin; no ejercitando
las facultades de pensar. (Luces y Virtudes Sociales)
A los adultos sordos les cuesta enormemente entender una fbula, un cuento o una
poesa. Y son estos mismos adultos quienes en el aula de clase, narran cuentos
que no entienden, procuran traducir los contenidos dictados por el docente a
partir de un texto escrito en la pizarra, o se ven constreidos a desempear el
papel de diccionarios vivientes, bajo la mirada benvola o crtica del docente que,
obligado a seguir el mandato de un currculo hecho para oyentes, se niega a ver lo
estril de sus afanes. Lo que caracteriza la relacin del docente con sus alumnos
sordos es la incomunicacin, relacin descrita por una maestra de la localidad
riograndense de Caxias do Sul, en el Brasil, como basada en un pacto de no
entendimiento mutuo. Es ms fcil asentir con la cabeza y pasar a otro tema, que
intentar la imposible empresa de hacerse comprender, por una y otra parte, sordos
y oyentes.
La promocin de la lengua escrita a partir
del desarrollo del pensamiento abstracto
Cada vez ms pienso que las razones por las cuales los sordos no leen son las
mismas por las cuales la mayora de nuestra poblacin oyente tampoco lee: no
leen porque no saben leer (perogrullesco, vale!). Ahora, hablando corto y bien
qu es saber leer? Para eso me remito a Frank Smith (La comprensin de la
lectura. Ed. Trillas. 1982)
a)
saber
qu
se
puede
encontrar
en
un
texto
escrito
b) saber cmo se puede encontrar lo que se quiere encontrar en un texto
Para saber qu se puede encontrar en un texto escrito la persona tiene que haber
vislumbrado, de la mano de un adulto lector, que detrs de las lneas hay un
mundo diferente del mundo de la oralidad, de la cotidianidad, y que las cosas que
hay en ese mundo posible valen la pena. Con ese conocimiento esa visin, dira
yo el lector empieza a definir, a identificar y a conformar cosas, hechos e ideas
que pertenecen a ese mundo que va a ser construido por el lector a lo largo de
toda su vida.
Y para saber cmo se puede encontrar lo que podra estar en el texto, es preciso
desarrollar toda una tecnologa de la lectura, es decir, ir al encuentro del

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significado desestimando el significante (ir directamente de lo grfico al sentido sin


la intermediacin de lo sonoro), hacer uso de estrategias tales como la
anticipacin, el muestreo y la autocorreccin, y ser capaz de pensar, dialogar,
discutir con el autor y consigo mismo a medida que se navega por el texto. Nada
de esto puede ensearse, sino que se aprende sobre la marcha si se tiene la
suerte de contar con una buena brjula.
Los oyentes que no leen: no saben leer porque no han tenido la oportunidad de
estar en un entorno de lectura, es decir, interactuando en su propia lengua con
gente que lee, con usuarios competentes de la lengua escrita. Pero tienen, en
principio, las herramientas indispensables: un lenguaje acabado y un desarrollo
cognitivo normal.
Los sordos que no leen: no saben leer no slo porque no han tenido la oportunidad
de estar en un entorno de lectura, interactuando en su propia lengua con usuarios
competentes de la lengua escrita, sino porque para su mala suerte, la educacin no
les ha garantizado el desarrollo normal de su lenguaje, el enriquecimiento de su
propia lengua, y el acceso pleno a la dimensin abstracta, terica, metafrica, del
pensamiento.
Con un desarrollo trunco del lenguaje, que no ha podido ponerse al servicio del
pensamiento en todas sus posibilidades, y sin una lengua natural mediante la cual
pudiera establecerse una comunicacin plena, cargada de significacin, cmo es
posible pensar que los sordos pudieran apropiarse de la lengua escrita? Quienes
as piensan no conocen aspectos esenciales de la lengua escrita, de su naturaleza
y de sus funciones. Para acceder a la lectura, a la comprensin, a la apreciacin, a
la reflexin y al anlisis de un texto, es imprescindible que el individuo se maneje
en un plano cognitivo superior, que se mueva en el plano de la imaginacin y de la
fantasa, que ponga en accin el pensamiento abstracto. Porque la lengua escrita
impone un nivel de racionalidad distinto al que exige la lengua oral. A decir de
Vigotsky, citado por J. Foucambert en su libro Lenfant, le maitre et la lecture: La
lengua escrita es a la lengua oral como el lgebra es a la aritmtica. Toda persona
comn y corriente sabe calcular, la aritmtica se aprende de una manera casi
natural. El lgebra ya es otra cosa, pertenece a la dimensin abstracta, y no se
puede ensear con piedritas ni dibujos. El lgebra nos conduce a la reflexin
terica. As sucede con la lengua escrita y la lengua oral. Todos aprendemos a
hablar espontneamente, pero para aprender a escribir es preciso contar con una
informacin particular proveniente de un entorno determinado, sin el cual ese
aprendizaje es imposible.
Por eso, es imperioso plantear una revisin radical de la enseanza de la lectura,
una revisin desde la raz, es decir, desde el lenguaje y el pensamiento. La lectura
y la escritura no son tcnicas sino prcticas sociales cargadas de significacin.
Teniendo claros los fundamentos tericos, aceptamos el reto, all donde se viene
fracasando desde hace muchas dcadas. Se trata de garantizar un desarrollo
normal del lenguaje, de hacer uso de la lengua de seas como estipula el modelo,
e incentivar el pensamiento abstracto, enriquecer el pensamiento y de esta manera
abrirles a los nios y jvenes sordos la puerta de una dimensin intelectual que ha
permanecido cerrada desde que se impuso el oralismo a fines del siglo XIX.
Citemos nuevamente al maestro Simn Rodrguez:

http://www.cultura-sorda.eu

Carta a las maestras de sordos. Carlos Snchez, 2010.

Con respecto a la lengua, leerla es tan necesario como hablarla con pureza; pero
qu leer el que no entienda los libros? de qu hablar el que no tenga ideas?
No ser menester ir muy lejos a buscar un ejemplo con qu responder a esta
pregunta.
El Tratado sobre las Luces y sobre las Virtudes Sociales, en cuntas manos
caer que se dignen abrirlo?... Visto el ttulo cuntos habr que quieran leer el
libro?... emprendida la lectura cuntos la acabarn?... cuntos entendern bien
lo que hayan ledo?... cuntos partidarios habr ganado la Instruccin General?...
cuntos la protegern activamente?... y cuntos la pondrn en
prctica?!...?!...?!
Ideas!... Ideas primero que letras! La enseanza ha de ser verbal y las lecciones
conferenciales; todo otro modo no es ensear, sino confirmar o propagar errores.
(Luces y Virtudes Sociales)
Carlos M. Snchez
Venezuela

http://www.cultura-sorda.eu

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