Tipologia Biblica 1a PDF
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B. D. CHILTON, The Aqedah: a Revised Tradition History: Catholic Biblical Quarterly 40 (1978), pp. 514-546;
del mismo autor, Isaac and the Second Night: a Consideration: Biblica 61 (1980), pp. 78-80 (contiene
observaciones importantes sobre el origen de la tradicin de la aqed Para un estudio sobre el sacrificio de Isaac
vase: J. DOUKHAN, The Center of the Literary Structure ofe Genesis en AUSS, 1993, pp. 17-28; Y. ELBAUM,
From Sermon to Story: The tranformation of the Akedah, en Prooftexts, 1986, pp. 97-116; R. HAYWARD,The
Present State of Research into the Targumic Account of the Sacrificee of Isaac, en JJS 1981, pp. 127-150.
2 El sacrificio de Abraham ha servido de inspiracin y comprensin de su propia experiencia personal al filsofo
existencialista dans. SREN KIERKEGAARD, Temor y Temblor, Losada, Buenos Aires 2003. El autor plantea
como problema los lmites de la fe ms all de la angustia y la locura. Se cree que la metfora de sacrificio
abrahamico esconda los propios sentimientos de KierKegaard hacia la que fuera su novia Regina Olsen y su
definitiva separacin. El acto de fe, parece estar vinculado en algunos pasajes al amor. Quien ama como quien cree,
no reconoce obstculos ni los problemas del mundo.
Cf. Nota de Gn 22, 1-19, en CEE, Sagrada Biblia, B.A.C., Madrid 2010, p. 35.
la historia bblica del sacrificio de Isaac. El lugar de "la piedra del sacrificio de
Isaac" (la Sagrada Piedra de Abrahn) fue elegido por el rey David para construir un
santuario que albergara el objeto ms sagrado del judasmo, el Arca de la Alianza.
En la explanada se encuentran tambin dos de los templos ms importantes del
islam: la Mezquita de Al-Aqsa, que es la mayor mezquita de Jerusaln, y la Cpula
de la Roca, construidas ambas en el siglo VII. La segunda debe su nombre a que
alberga en su interior la que segn la tradicin es la piedra sobre la que
Abraham se dispuso a sacrificar a su hijo (Ismael, y no Isaac, segn el Corn); desde
esa misma piedra fue elevado Mahoma al cielo, dice la tradicin musulmana. La
cpula es uno de los lugares ms representativos de la ciudad.
Cf. ALEJANDRO DIEZ MACHO, Trgum Neofiti I, Centro Neocatecumenal Diocesano, Madrid 1980, p. 41.
Segn las prescripciones rituales, para que un sacrificio fuera vlido, la vctima habr de ser macho, sin defecto,
buey, oveja o cabra. No ofrezcis nada defectuoso, pues no sera aceptado (Lv 22, 19-20). El cordero pascual, por
ejemplo, se elega de entre la oveja ms mansa del rebao Lo escogeris entre los corderos o los cabritos (Ex 12,
5). Kiko Argello ha musicalizado un canto dedicado a Mara como La cordera de Dios, Madre de Aquel que ser
llamado El cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn 1, 29) cordero sin tacha ni mancilla, Cristo (1 Pe
1, 19). El estribillo del canto dice as: Que amarga es el agua, Mara, Cordera de Dios, humilde cordera, que no te
resistes al mal: Madre de Jess y madre nuestra, ruega por nosotros. Efectivamente si Isaac-Cordero es figura de
Cristo-Cordero, Mara es la Cordera mansa de Dios que nos ha proporcionado el cordero de nuestra salvacin: En
esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que en que l nos am y nos envi a su Hijo
como propiciacin por nuestros pecados (1 Jn 4, 10). Dios, en cambio, en comparacin con Abraham no perdon
ni a su propio Hijo, antes bien le entreg por todos nosotros (Rom 8, 32).
5
Cf. D. RUIZ BUENO, Actas de los mrtires, BAC, Madrid 1956, (2 ed.); A.G. HAMMAN, El martirio en la
antigedad cristiana, DDB, Bilbao 1998.
de Dios; y dijo: Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que est en pie a
la diestra de Dios (Hch 7, 55-56). En nuestro caso, los ojos de Isaac estaban mirando
a los ngeles.
Esta es la escena del relato al que Kiko Argello ha puesto msica con su canto
Aquedah, he aqu su letra: S. Era todava noche cuando Abraham se dispona a
sacrificar a su hijo; los dos se miraban fijamente cuando le dijo su hijo Isaac:
AQUEDAH, AQUEDAH AQUEDAH, AQUEDAH. (BIS); S. tame, tame, Padre mo,
no sea que por miedo me resista y no sea vlido tu sacrificio y los dos seamos
rechazados. S. TAME, TAME FUERTE, PADRE MO, QUE YO NO ME RESISTA
(BIS).
.
Cf. FRANCESCO G. VOLTAGGIO, La oracin de los padres y madres de Israel. Investigacin en el Trgum del
Pentateuco. La antigua tradicin juda y los orgenes del cristianismo, EVD, Estella (Navarra) 2010, p. 149.
cuanto oste la voz de su Verbo, en tu descendencia sern bendecidos todos los pueblos
de la tierra7.
Segn el exegeta Francesco G. Voltaggio, Abrahan pide a Dios que en virtud del
memorial de la Aqedah de Isaac sean perdonados los pecados del pueblo de Israel,
mientras que en TgN y TgPsJ peda que el pueblo fuese salvado en la hora de la
angustia: se declara aqu el explcitamente el valor expiatorio de la Aqedah de Isaac8.
Cf. MOSHE FRANK, La esencia de Israel (Rosh Hashana Yom Kipur Sucot, DDB, Bilbao 1990, p. 40.
Aquedah de su padre Isaac y escucha la voz de sus splicas y los oye y los libra de toda
tribulacin, porque las generaciones que surjan despus han de decir: en el monte del
santuario de Yahveh donde Abrahn ofreci a su hijo Isaac, en este monte se le
manifest la Gloria de la Shekinh de Yahveh. Esta bendicin, en la tradicin rabnica,
ha quedado ligada al toque del cuerno del shofar13 que evoca, cada vez que se toca, el
sacrificio de Isaac, en el que Abrahn super la prueba del sacrifico de la fe y en su
lugar se le orden que sacrificara un carnero. El shofar es un cuerno de carnero, el
hecho de que el shofar ideal sea el cuerno torcido de un carnero, recuerda al pueblo
judo el sacrificio de Abrahn cuando ste estuvo a punto de matar a Isaac, su propio
hijo, en obediencia a Dios, aunque luego fuera necesariamente Dios quien le ordenara
tomar la vida de un carnero en vez de la de su hijo. De esta forma, la curva del cuerno
representa la manera en la que el corazn humano se dobla en contricin ante Dios. Su
toque recuerda al piadoso hebreo la gran prueba de Abrahn y le invita a entrar en las
pruebas de su vida con la confianza de que Dios, tambin en su caso, proveer con su
Misericordia, en atencin al Aquedah de Isaac.
De todos los animales el predilecto es el carnero macho, en recuerdo del carnero que enred sus cuernos y fue
sacrificado en lugar de Isaac. Cf. MOSHE FRANK, O. cit., p. 39 (para conocer El sonido del Shofar y sus
significados, pp. 29-33).
14
Cf. La oracin de los padres y las madres de Israel, p. 150.
Una tradicin tanata recogida en la Mekilta de R. Ismael especifica que la sangre que Dios ve en las jambas de las
puertas y gracias a la que Israel ser salvado es la sangre de la Aqedah de Isaac. En la tradicin, la sangre y las
cenizas de Isaac, smbolo de su mrito, llegan a ser, al igual que la sangre del cordero pascual (Ex 12,14), un
memorial. Cf. FRANCESCO G. VOLTAGGIO, O. cit., p. 151.
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plural del texto evocado (Is 53, 5 se ha vuelto aqu singular: en el fondo, segn Juan,
slo hay un pecado, la oposicin del mundo que se opone a Dios. Pues bien, por medio
de su entrega Jess ha destruido ese pecado, volviendo a pone a los hombres ante el
misterio de Dios.
(6) Apocalipsis. 1 El libro del Cordero degollado (Ap 5, 5-7). En el contexto anterior
se comprende la imagen del Cordero como personaje central del Apocalipsis, en la gran
visin del Libro: Ap 5. La escena anterior (Ap 4) ha presentado a Dios sentado sobre el
trono. Lleva en su derecha el libro de la historia de los hombres. Nadie puede abrirlo y
el profeta llora. Entonces uno de los ancianos me dijo: no llores, ha vencido el len de
la tribu de Jud, el descendiente de David para abrir el libro y desatar sus siete sellos.
Entonces, entre el trono con los cuatro vivientes y el crculo de los ancianos, vi un
Cordero: estaba de pi, como sacrificado; tena siete cuernos y siete ojos que son los
siete espritus de Dios enviados a la tierra entera. Se acerc y recibi el libro de la mano
derecha del que est sentado sobre el trono. Cuando recibi el libro, los cuatro vivientes
y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero... cantando un canto nuevo:
Digno eres de recibir el libro y de solar sus sellos, porque fuiste degollado y con tu
sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nacin (Ap 5, 5 9).
Normalmente, en los textos apocalpticos (como en Dan, 4 Es, 2 Bar), suele haber
primero una visin enigmtica y despus viene la aclaracin, hecha por un ngel o
hermeneuta superior. Aqu se invierte el orden: primero hay una palabra, de tipo
israelita (el anciano habla al profeta del len vencedor: Ap 5, 5) y luego viene la visin
de tipo cristiano (el profeta mira y ve un cordero: 5, 6). Desde ese fondo se entiende la
escena. Lloraba el vidente pues nadie poda abrir el Libro (Ap 4, 4). Un Anciano con
funcin de ngel (cf. 7, 13; 10, 4.8; 17, 1 etc.) le consuela: Ha vencido el Len de Jud
(cf. Gen 49, 9: reino davdico), como rey de estepa o selva, animal poderoso, conforme
a una imagen conocida en Israel (cf. 1 Mac 3, 3-4; 4 Es 10, 60-12, 35) y su entorno. Ha
vencido el retoo, descendiente, de David (del rbol de Jes: cf. Is 11, 1.10). Del plano
animal (len) se pasa as al reino al vegetal: rbol fuerte que revive y crece, cargado de
vida y futuro, ser el Cristo. El anciano dice al profeta que el len-retoo ya ha vencido,
de manera que l puede abrir el libro cerrado, donde se contiene todo el despliegue de la
historia del Apocalipsis. Pues bien, cuando el vidente mira no descubre un len sino un
Cordero (arnion) degollado, de pie, victorioso, en el centro del corro que forman los
vivientes del tetramorfo y los ancianos.
La identidad del Cordero. Hemos visto al Cordero. Ahora debemos precisar
mejor su sentido dentro del Apocalipsis. (a) Podra ser carnero luchador. Algunos
piensan que el arnion que ha visto Juan no es un cordero, sino el carnero fuerte (Aries)
de la constelacin celeste, animal de guerra, como el de Dan 8, 3-7. Varios textos
apocalpticos (Test XII Pat y 1 Hen 89-90) presentaban la batalla final como combate de
animales. En ese fondo debera entenderse el arnion-carnero del texto (cf. Ap 6, 15-16;
14, 1-5; 17, 14). (b) Es Cordero degollado, pues Juan le llama as (es arnion),
aadiendo que est degollado; no es carnero luchador (que se dice en griego krios,
en los textos ya citados de Daniel LXX). Vence por su muerte, como el Siervo de Is
53; es signo pascual, salva a los hombres por su sangre (Ap 5, 9; 7, 14; 12, 11), no a
travs de una guerra militar. (c) Es Cordero de la akedah (sacrificio de Isaac:
Gen 22)? La tradicin juda ha destacado (cf. Targum de las Cuatro copas) la
importancia csmica y salvadora del cordero de Isaac y en esa lnea podran
entenderse algunos elementos de este cordero mrtir mesinico de Ap 5. Sea como
fuere, la imagen del Cordero Degollado emerge de la tradicin israelita, de un modo
especial de Is 53, 7 donde se presenta al Siervo de Yahv como cordero llevado al
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matadero. La novedad del Apocalipsis est en que lo ha identificado con Jess, Hijo
del hombre, presente en las iglesias (Ap 2-3) y descubrirle como degollado de hecho.
Los siete cuernos son su fuerza, el poder de Dios, y se identifican en algn sentido con
los siete ojos del mismo Dios que acta de forma poderosa sobre el mundo. Juan nos
haba saludado de parte de los Siete Espritus (Ap 1, 4) que eran entorno, irradiacin de
fuego, del poder de Dios (4, 5). Pues bien, ahora descubrimos que esos espritus son
ojos del Cordero que, asumiendo el poder de Dios (cuernos), dirige su mirada hacia
todos los misterios de la realidad (cf. 3, 1). Slo el Cordero posee los Espritus (ojos) de
Dios y puede abrir el Libro, revelando sus secretos. El Mesas de Dios es un Cordero
sacrificado que todo lo ve, que lo puede todo. Toda trama posterior de Ap, hasta las
Bodas del Cordero (21, 1-22, 5) brota de esta imagen: el Esposo final de la historia no
es un demiurgo machista sino el Cordero dbil que se desposa en amor con la
humanidad. Juan ha formulado as su clave hermenutica ms honda. En una
perspectiva convergente se sita la imagen en Juan evangelista, que presenta a Jess
como cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn 1, 29.36).
c. En la tradicin paulina: Rom 8, 32; 12, 1; Hb 11, 17-19
Abraham ha visto el Da de Jess (como Isaas vio su gloria, 12, 41), de
lejos, primero en el nacimiento de su hijo Isaac, que provoc la risa de Abraham (Gn
17, 17) y, ahora, en este segundo nacimiento de Isaac, en el monte Moria, donde Dios
se lo ha devuelto resucitado: Por la fe, Abraham, sometido a la prueba, present a
Isaac como ofrenda, y el que haba recibido las promesas, ofreca a su unignito,
respecto del cual se le haba dicho: Por Isaac tendrs descendencia. Pensaba que
poderoso era Dios aun para resucitar de entre los muertos. Por eso lo recobr para
que Isaac fuera tambin figura (Hb 11, 17-19)17. S, en el monte Moria apareci la fe
sobre la tierra, como afirma la letra del canto del Aquedah: Venid y ved la fe sobre la
tierra, venid y ved la fe sobre la tierra, el Padre que sacrifica a su hijo, y el hijo
querido, que le ofrece su cuello. Es la misma fe que ha visto y confesado en el monte
Glgota el centurin romano: Al ver el centurin, que estaba frente a l, que haba
expirado de esta manera, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios (Mc
15, 39)18.
En .la teologa paulina, Jess es el Hijo unignito al que el Padre no perdon,
antes bien le entreg por todos nosotros (Rom 8, 28) para el perdn de los pecados,
para que vinisemos a ser justicia de Dios en l (2 Cor 5, 21).
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Lit. parbola. La salvacin de Isaac es figura de la resurreccin universal y tambin, segn una tradicin
exegtica constante, de la pasin y de la resurreccin de Cristo. Cf. BIBLIA DE JERUSALN, Nota de Hb 11, 19.
Efectivamente, los Padres han visto en el sacrificio de Isaac la figura de la Pasin de Jess, el Hijo nico. Jess
mismo, en Jn 8, 56, se declara el verdadero objeto de la promesa hecha a Abraham, la verdadera causa de su alegra,
el Isaac espiritual.
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Hay exgetas como JOACHIM SCHOPS, The sacrifice of Isaac in Pauls Theology: Journal of Bibl. Studies,
1946, pp. 385ss, que han estudiado la influencia de la tipologa del sacrificio de Isaac en la teologa paulina de la
redencin. Segn Schops, San Pablo, presenta frases que parecen aludir al relato del Gnesis. As, por ejemplo, en
Rom 8, 32 escribe: El Padre no perdon (efisato) a su Unignito; lo cual, como ya Orgenes haba observado,
parece una clara alusin al Gn 22, 16. As mismo, bien que en este caso es ms indirecta, podra haber algn nexo
entre Rom 3, 25 (protheto) y Gn 12, 8. Shops deduce a la luz de estos nexos haber existido alguna influencia de la
teologa judaca acerca del sacrificio de Isaac sobre la teologa paulina de la redencin.
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toda su luz cristolgica, pero interpretado en el contexto de una liturgia penitencial, nos
ofrece su dimensin evocativa de reconciliacin.
A la luz de la teologa cantada, percibimos que todo canto bblico puede ser
objeto de interpretacin dependiendo del siz im leben en el que aparece contextualizado,
bien la tradicin litrgica, bien por la oportunidad sacramental, bien por su ubicacin
mistaggica.
En concreto, el canto del Aquedah es cantado en las Comunidades
Neocatecumenales como un canto penitencial, pascual y eucarstico. Ya he apuntado
anteriormente que esencialmente la llamada del shofar es una llamada hacia el
arrepentimiento, una llamada que estimula una respuesta muy especial en el pueblo, que
es invitado a recordar la devocin y fidelidad a Dios a la que debemos aspirar, similar a
la de Abrahn22. En el contexto de las celebraciones penitenciales, hacer presente el
sacrificio de Abrahn con este canto, nos ayuda a descubrir nuestras resistencias a la
gracia y a la voluntad de Dios. Pero, al mismo tiempo, nos pone delante cmo Dios,
frente a nuestros pecados, ha provisto el cordero que quita el pecado del mundo, a Jess
el cordero manso y humilde el mismo que, sobre el madero, llev nuestros pecados en
su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros pecados, viviramos para la justicia; con
cuyas heridas habis sido curados (1 Pe 2, 24).
Es un canto que invita a la esperanza, a saber, que Dios provee siempre un
cordero en medio de nuestras pruebas, angustias y sufrimientos: Hijos mos, os escribo
esto para que no pequis. Pero si alguno peca, tenemos un abogado ante el Padre: a
Jesucristo, el Justo. l es vctima de propiciacin por nuestros pecados, no solo por los
nuestros, sino tambin por los del mundo entero (1 Jn 2, 1-2). Pero es, tambin, un
canto pascual, Isaac es figura de la pasin de Cristo, de su muerte y resurreccin.
Abrahn ha visto el Da de Dios, la Pascua de Jesucristo, Abrahn ha contemplado al
Dios que pasa sacando de la matriz muerta de su esposa, Sara, la vida, y de la muerte de
su hijo Isaac, en su corazn, ha hecho brotar la Resurreccin: el Isaac devuelto a su
padre, es figura de Jesucristo resucitado abrazndose y rindose con su Padre, en un
abrazo de Amor que es don increado, el Espritu Santo.
Por ltimo, el Aquedah es un canto eucarstico, dentro de las celebraciones, se
suele cantar en el momento de la comunin del Cuerpo de Cristo, para hacer presente la
espiritualidad de la inmolacin, de la donacin total a la voluntad del Padre, que pasa
siempre por aceptar entrar en el sufrimiento, en la muerte, como paso previo, para poder
experimentar la resurreccin; es en el momento de la comunin, cuando le pedimos al
Padre que podamos ofrecer nuestros cuerpos como una vctima, santa, agradable a
Dios (Rom 12, 1), o, como pedimos en la Plegaria Eucarstica III: Que l nos
transforme en ofrenda permanente. En este contexto eucarstico, la comprensin
cristolgica del canto, se percibe con toda claridad: el monte Moria es una anticipacin
del monte Glgota, Isaac, cargado con el leo es figura de Jess cargando con la cruz; la
ofrenda del hijo por parte del padre es figura de la ofrenda que el Padre del Cielo nos ha
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En la oracin la Aqedah de Isaac es un memorial para Dios, gracias al cual la salvacin se hace actual para Israel
en cada generacin: gracias a ese evento, donde es central el aspecto sacrificial, el Israel orante ser salvado de la
hora de la angustia, la misma hora en la que Abraham e Isaac han entrado y han salido con perfecta integridad de
corazn en el cumplir la voluntad de Dios. En este sentido es importante la traduccin de M y de TgF, donde
Abraham pide a Dios el perdn de los pecados en virtud de la atadura de Isaac. La insistencia sobre la identificacin
Moria/Templo puede contribuir a subrayar el aspecto sacrificial de la ofrenda de Isaac, el cual es atado as en el lugar
de los futuros sacrificios. Cf. La oracin de los padres y las madres de Israel, p. 152.
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hecho de su Hijo, al que no perdon (Rom 8, 32) o como dice el Pregn Pascual
por rescatar al esclavo has sacrificado al Hijo!23. El cordero sacrificado era una
figura del cordero de Dios que quita el pecado del mundo y la salvacin de Isaac de la
muerte es una tipologa24, una prefiguracin de la resurreccin de Jesucristo25.
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pero en una dimensin nueva, que puede ser el principio del pueblo de la promesa,
pueblo de Dios, porque Abrahn reconoce la propiedad de Dios sobre Isaac, por encima
de su relacin de padre. Abrahn no tiene que sacrificar al hijo de su carne; tiene que
ordenarlo al hijo de su fe.
En Isaac vivo, hijo de la fe, est el hijo de la carne agrandado en dimensin
infinita. Este es el hijo de la promesa, el que salva a Abrahn porque no se lo reserv.
La actitud del patriarca es creadora del pueblo de Dios en el mundo. Abrahn est para
su hijo y para su pueblo en la relacin que nace de la total confianza en Dios. Se funda
en la humana, pero sta es agrandada por aquella.
"At a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar encima de la lea. Abrahn tom el
cuchillo... -"Abrahn!, no alargues tu mano contra tu hijo. Ya he comprobado que
respetas a Dios, porque no me has negado a tu hijo, tu hijo nico". Tampoco t, Padre
mo, has perdonado la vida de tu Hijo, tu Hijo amado, tu Hijo nico.
Qu misterio se esconde en el abismo de ese sacrificio? El abismo del amor, del
Padre Dios a la humanidad, y de Abrahn a Dios. Isaac qued con vida, la misma que
antes de haber sido puesto en el altar tena.
"Cogi Jess a Pedro, a Santiago y a Juan y subi con ellos a una montaa alta
y apartada. All se transfigur delante de ellos: sus vestidos se volvieron de un blanco
deslumbrador" (M 9,2). Marcos, imaginativo en los colores, describe el color brillante
de los vestidos de Jess. Slo Mateo describe "su rostro que brill como el sol" (17,2).
Qued Isaac vivo en Moria, en el Tabor, Jess, transfigurado como en la Resurreccin.
Lo necesitaban aquellos discpulos que, acababan de escuchar que Jess tena que ser
ejecutado, y se haban llenado de ensombrecida tristeza con esa profeca. Y lo
necesitaba la Iglesia entera, dbil, enferma, que no ha alcanzado an la madurez de la fe
de Abrahn. Necesitamos alcanzar en la contemplacin una chispa de esa
transfiguracin para seguir caminando.
c. Modelo de nuestro tinerario espiritual hacia la Pascua
Tambin, para nosotros hoy, la figura de Isaac se transforma en modeloparadigma de nuestro itinerario espiritual camino de la Pascua vivido como un nuevo
xodo a travs del desierto cuaresmal, para que, llegados a la montaa santa, con el
corazn contrito y humillado, reavivemos nuestra vocacin de pueblo de la alianza
(Prefacio V de Cuaresma). Todos hemos de preguntarnos hoy: Quin o cual es el Isaac
que el Padre me invita a sacrificar en esta Pascua? Y pedirle al Padre Todopoderoso que
l transforme nuestra vida en una ofrenda permanente, para que gocemos de su heredad
con Abrahm, Isaac, Mara, la Virgen Madre de Dios, los apstoles y los mrtires, y
todos los santos por cuy intercesin confiamos obtener siempre su ayuda
(Conmemoracin de los Santos de la Plegaria Eucarstica III):
d. Comprensin mariolgica del Aquedah
En el Camino Neocatecumenal la figura de la Virgen Mara es presentada como
el paradigma de la fe. En este punto, converge con la figura de Abrahn, tal y como
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Publicada el ao 1997.
Citado por R. BLZQUEZ, en Mara en el Camino Neocatecumenal, en Transmitir el Evangelio de la verdad,
Cultural y Espiritual Popular, S.L., Madrid 1997, p. 249.
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ORACIN
Oh Dios, Padre supremo de los creyentes, que multiplicaste
sobre la tierra los hijos de la promesa con la gracia de la
adopcin y, por el misterio pascual, hiciste de tu siervo
Abraham el padre de todas las naciones, como lo habas
prometido: concede a tu pueblo responder dignamente a la
gracia de tu llamada. Por Jesucristo nuestro Seor29.
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