Copleston Frederik Filosofias y Culturas
Copleston Frederik Filosofias y Culturas
Copleston Frederik Filosofias y Culturas
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FILOSOFIAS
Y CULTURAS
Traduccin de
BEATRIZ EUGENIA LVAREZ KLEIN
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NDICE
Prefacio
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El concepto de religin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
La filosofa y la religin en el pensamiento de la India
El pensamiento y la religin budistas . . . . . . . . . . . . .
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El concepto de ley . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Generalizaciones a partir de la historia de la filosofia
Tienen estas generalizaciones algn inters para el filsofo? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
La teora de la ley emprica de la explicacin histrica
y la historia de la filosofia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Bibliografa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Eplogo
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NDICE
PREFACIO
Ttulo original:
Philosoplries and Cultures
1980, Frederick C. Copleston
Publicado por Oxford University Press, Oxford
ISBN 0-19-213960-6
ISBN 968-16-1406-2
Impreso en Mxico
ESTE libro es, en esencia, el texto del primer ciclo de conferencias Martn D' Arcy, celebradas en Oxford durante el perodo cie otoo de
1978. El padre Martn D'Arcy fue maestro titular de Campion Ea!!
en la Universidad de Oxford de 1933 a 1945. Durante los ai1os que
permaneci en Oxford, antes y despus de su nombramiento como
maestro titular, fue una figura conocida y respetada en !a vida
de la Universidad. Tuvo adems un amplio crculo de <u11:gc's fuera de
Oxford, tanto en la Gran Bretaa como en el extranjeo, soi:Jc tedo en los Estados Unidos, pas al que se senta profundamente ligado y donde pas pocas felices hacia el final de su vida. Sus libros
-muchos de los cuales han sido traducidos a otros idiomas- !o dieron a conocer en un crculo an ms amplio. Despus de su mt:crtc,
en 1976, el reverendo B. Winterborn, S. J., entonces maestro ti~.;;;"
de Campion Hall, pens en organizar una serie anual de conferencias en homenaje a su memoria. La realizacin de este proyecto se
hizo posible gracias a la cooperacin de los amigos britnicos y extranjeros de Martn D' Arcy y de Campion Hall. El autor de estas
lneas fue invitado a dar el primer ciclo de conferencias.
Sucede que el primer conferenciante del ciclo Mati:. D'A.rcy es
un historiador de ia filosofa. Pero no est previsto que :::>dos los
ciclos subsiguientes vayan a tratar necesariamente de temas fib~fi
cos. Probablemente los siguientes conferencistas sern representantes de diversas disciplinas. Pero si bien se supone que las conferencias
deben tener un nivel adecuado para un pblico universitario, no se
pretende que sean tan especializadas que slo puedan entenderlas los
estudiantes de una materia acadmica limitada, como la filosofa, teologa, fsica, historia o arqueologa. Se pretende que lleguen a un pblico ms amplio. Este aspecto de las conferencias
Martn D' Arcy me estimul a aventurarme en campos en los que
no soy especialista ni puedo esperar serlo, por razones de edad. Sin
embargo, sera conveniente hacer algunos comentarios para explicar por qu me arriesgu a tratar temas relacionados con el pensamiento de China, de la India y del Islam.
Dado que he escrito bastante sobre la hi~toria de la filo~ofa occidental en los ltimos aos me he interesado en el estudio de la filosofa comparada, en sealar las semejanzas y las diferencias entre
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veces he hecho referencia a una autoidea a determinada persona,
En todo caso, st bten alguna~b .
ridad, no ~e. aventu:o ~ a~:st~~: ~~~itir que yo la haya entendido
cedido la importancia que esa percuando qmza no este dtsp
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ro de la humanidad sobre a tierra.
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El proyecto de comparar las filosofas de diferentes culturas implica tres presuposiciones: que sabemos qu es la filosofa y podemos
distinguirla de otras disciplinas; que podemos identificar culturas
distintas, y que podemos entender el pensamiento de otras culturas
diferentes de la nuestra. No podemos discutir ampliamente estas presuposiciones. Pero algunos comentarios breves servirn para demostrar q_u~ no soy ciego al hecho de que estoy haciendo ciertas presuposiciOnes.
Por lo que toca a la naturaleza de la filosofa, no comenzar por
una definicin que estipule lo que, en mi opinin, deba ser la filosofa o recomiende un concepto de la filosofa en particular cuando
son posibles otros conceptos (las diferentes concepciones de la filosofa forman parte de la historia de la filosofa). Esta parece ser una
accin evasiva; sin embargo, para los fines que perseguimos, entenderemos por "filosofa" todo lo que puede entenderse por esta pa-
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a filsofos como Spinoza, Bergson y Husserl de la corriente principal de la Ctlo~oi:~l occidental y colocarlos en un compartimiento separado sencillamente porque son de origen judo.
Por lo que toca a la tercera presuposicin, a saber, que podemos
c,omprender el pensamiento de culturas distintas de la nuestra, adoptar la posicin que dicta el sentido comn: si bien puede ser muy difcil
en ciertas ocasiones entender los modos de pensar y las reacciones
de la gente que pertenece a otras tradiciones culturales, esto no impide que existan diversos grados de comprensin y diversos grados
de incomprensin. Ciertamente, es posible definir la "comprensin"
en el contexto de tal manera que resulte cierto por definicin
que una tradicin cultural no puede ser comprendida por alguien que
pertenece a otra cultura. Si, por ejemplo, se definiera el budismo
en una forma tal que fuera necesario ser budista para comprenderlo, se seguira de esto que ninguna persona que no sea budista puede entender el budismo. O bien, puede argumentarse, por ejemplo,
que mientras una persona perteneciente a la cultura occidental piensa
que entiende uh texto chino antiguo, en realidad est comprendiendo una construccin mental propia, y no la mente de los autores
chinos. Al parecer, de ser aceptado este argumento, dara al traste
con toda comprensin histrica, tal como la concebimos normalmente. Se hace referencia al tema de la comprensin en el eplogo
de este libro. Sin embargo, para los fines del mismo, me adhiero
a la visin, dictada por el sentido comn, de que puede haber diversos grados de comprensin y de que la distincn entre sta y la incomprensin no es vana.
FACTORES EXTRAFILOSFICOS
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nuestros das". Sin embargo, aunque Russell realmente hizo referencia a estas circunstancias, difcilmente puede afirmarse que haya
desarrollado por completo el programa que indica el subttulo.
Cules se consideran factores extrafilosficos en este contexto?
Desde luego, incluyen las situaciones econmicas, sociales y polticas, as como la religin y la ciencia. Pero tambin incluyen factores
psicolgicos. As, en ocasiones algunos historiadores de la filosofa
han sido acusados, por ejemplo, por el escritor espaol Miguel de Unamuna, de que tratan a los filsofos del pasado como si fueran tan slo
mentes o intelectos y no como seres humanos de carne y hueso, con
deseos, pasiones e intereses personales que influyen en su pensamiento filosfico.
Por lo que toca a las quejas en contra de los historiadores de la
filosofa, parece que su validez es cuestionable. Si un historiador desea poner nfasis en el trasfondo social y poltico del pensamiento
filosfico, desde luego puede hacerlo. Sin embargo, en trminos generales, es de desear que siga una poltica de economa, concentrando su atencin en problemas, teoras y argumentos filosficos y en
las conexiones internas entre movimientos y sistemas y limitando la
discusin de los factores extrafilosficos al mnimo requerido para
la comprensin y para no confundir al lector, intentando hacer una
relacin general de la vida social, intelectual y poltica del hombre.
En cuanto a los factores psicolgicos, si bien el conocimiento de
la persona puede facilitar la comprensin del espritu que anima su
pensamiento, _como en el caso de Nietzsche o de Kierkegaard, el historiador debe mantenerse a toda costa apartado del psicoanlisis no
profesional. Adems, un enfoque psicolgico de la historia de la filosofa puede dar fcilmente la impresin de que es posible resolver
los interrogantes relacionados con la verdad o la falsedad de las teoras o sobre la validez o invalidez de los argumentos mencionando
los factores psicolgicos que se considere que influyeron en el
pensamiento del filsofo. Esto es algo que debemos evitar. Las especulaciones sobre las preferencias sexuales de Wittgenstein no aportarn nada a la discusin sobre lo adecuado o lo inadecuado de su
teora-imagen de la proposicin como la desarrolla en el Tractatus.
Desde luego, es vlido hacer estudios psicolgicos de los filsofos
cuando se cuenta con datos suficientes que los apoyen. Pero los ms
indicados para realizar estos estudios son los psiclogos, siempre y
cuando tengan algunos conocimientos de filosofa. 1 O bien, lo que
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FILOSOFA GRIEGA
En el caso de la filosofa griega, el ejemplo ms obvio de la influencia de factores extrafilosficos en la filosofa es, sin duda, la relacin entre la organizacin griega en ciudades-estado y el pensamiento poltico de Platn y de Aristteles. Pero es de esperarse que la
sociedad poltica real influya en el pensamiento de aquellos filsofos que se ocupan de la teora poltica. Porque, a menos que un filsofo poltico se proponga limitarse a hacer afirmaciones tan amThe Story of a Human Philosopher, de H. A. Reyburn, en colaboracin con H. B.
Hinderks y J. G. Taylor (Londres, 1948). De mayor profundidad es el estudio cxistencialista de Karl Jaspers, Nietzsche: Anlntroduction to the Understanding oj His
Philosophica/ Activity, traducido por C.F. Wallraff y F. J. Schmitz (Tucson, A rizona, 1965).
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plias que se apliquen ms o menos a cualquier sociedad civil, naturalmente pensar en trminos de la organizacin social real de su
tiempo. Es la sociedad existente, esto es, la que existe dentro de sus
horizontes, la que constituye su tema de reflexin y, tal vez, la que
acepta. De hecho, qu ms puede hacer si le iP..teresa una reforma?
Incluso si plantea un estado ideal, su punto de partida debe ser el
estado real. Y el primero ref1ejar al segundo de maneras especficas.
Sin embargo. no se trata simplemente de Platn, Aristteles y la
polis griega. Naturalmente, los tericos polticos cristianos del medievo pensaban ~n trminos de las relaciones entre el estado feudal
(o, en algunos casos, el imperio) y la Iglesia, mientras que Hegel
pensaba en trminos del estado nacional de su poca y pareca incapaz de ampliar su horizonte ms all de la dialctica de los "espritus nacionales". Desde luego, el horizonte de Carlos Marx era ms
amplio, en el sentido de que esperaba una sociedad mundial verdaderamente humana. Pero obviamente su pensamiento se vio influido por su anlisis de la sociedad industrial contempornea. Apenas
puede negarse que la teora marxista (la teora del propio Marx, es
decir, independientemente de su desarrollo posterior) refleja de manera especfica una determinada fase ele la revolucin industrial. Si
despus se convirti en un conjunto de dogmas, ese es otro asunto.
Tampoco es una cuestin solamente de la cultura occidental. Los
filsofos chinos que se ocuparon de la teora poltica y la reforma
social pensaban naturalmente en trminos del mundo social y poltico chino de su poca.
Puede decirse que aun cuando el filsofo poltico tome la organizacin social y poltica de su medio como su punto de partida, nada
le impide hacer afirmaciones que sean vlidas para cualquier sociedad que responda a la descripcin de una sociedad poltica. No tengo intenciones de negar esto; simplemente cito .lgunos ejemplos
de la influencia de los factores extrafilosficos en el pensamiento
filosfico. Y la filosofla poltica es una fuente obvia, porque es ms
concreta y menos abstracta que algunas otras ramas de la filosofa
en un sentido real.
Es evidente que debemos tomar precauciones al hablar de los factores extrafilosficos. Supongamos que menciono el fermento intelectual en Atenas en el siglo v a.c. como el medio del que surgi
el intento de Platn de demostrar que la mente humana es capaz
de reconocer valores objetivos y normas morales absolutas, as como su desarrollo, por lo menos en esbozo, de la teologa filosfica
como reaccin al escepticismo religioso. Si pensamos que esto implica que el proceso de cuestionamiento que constituy el fermento
intelectual fue un factor extrafilosfico, obviamente podremos responder que el tipo de cuestionamiento radical al que se refiere Platn en sus dilogos era de carcter filosfico. Al parecer, este es el
caso. Al mismo tiempo, puede argumentarse que el cuestionamiento se vio intensificado por un factor social, a saber, la variedad de
credos, convicciones morales y costumbres que proliferaron entre
los griegos.
Una cosa ms: cuando omos hablar de la influencia de los factores extrafilosficos en la filosofa, naturalmente tendemos a pensar primeramente en factores que existen en la actualidad. La organizacin griega en ciudades-estado en relacin con su influencia en
la teora poltica de Platn y de Aristteles es un ejemplo obvio. No
obstante, hay que agregar que la ausencia de un factor determinado
puede tambin influir en la filosofa. Desde luego, esto no quiere
decir que un factor inexistente pueda funcionar como agente causal. Significa que la filosofa puede ser influida en cierta clirec~i?n
por una situacin dada, debida a la ausencia de un factor. Un ejemplo es la manera como la filosofa griega ofreci una gua para
la vida y lleg a extender cada vez ms ciertos modos de vida, y en
algunos casos, incluso un camino hacia una meta religiosa. En la antigua Grecia la religin era de culto, no dogmtica, y no haba
una autoridad 1miversal reconocida para la enseanza de la tica o
de la religin. Aquellos a quienes por uno u otro motivo no satisfacan las tradiciones mticas ni las ticas y religiosas deban volverse
hacia la filosofa, aunque fuera slo para justificar su escepticismo.
Naturalmente tendemos a pensar en la filosofa griega primitiva como expresin de un espritu inquisitivo desinteresado, pero no falto
de inters, en su bsqueda del conocimiento del ambiente fsico del
hombre, de la naturaleza real del mundo que nos rodea. Esta lnea
del pensamiento fue posible gracias a la civilizacin urban? rela.tivamente estable de las ciudades griegas jnicas y del sur de !taha.
Obviamente, este punto de vista representa un aspecto real del pensamiento griego antiguo; pero no debemos olvidar, por ejemplo, los
elementos religiosos en las sociedades pitagricas o las implicaciones ticas del pensamiento de Herclito. Con Platn, la filosofa se
transforma claramente en una autntica sabidura vital. Y con el fin
de la organizacin en ciudades-estado autnomas y el surgimiento,
primero, del imperio helenstico, y despus, del romano, encontra-
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mos que se hace hincapi cada vez mayor en la tica y en las formas
de alcanzar la paz interior y la verdadera felicidad. Decir esto no es
negar, por ejemplo, que los estoicos desarrollaron la lgica, la epistemologa y la cosmologa. Es una cuestin del acento que se pone
en las filosofas helenstica y romana.
Pese a la prevalencia de lo que podramos describir como predicadores filosficos populares, ciertamente es posible exagerar el grado en el que, por as decir, se dej navegar a la deriva a los individuos, en el antiguo mundo postaristotlico y stos acudieron a la
filosofa en busca de una gua para vivir. Pero parece claro que con
el desarrollo del eStoicismo, del epicuresmo y del neoplatonismo (y hasta cierto punto, del escepticismo) en la sociedad helenstica y romana, la filosofa satisfaca una necesidad de los ciudadanos de
mayor inclinacin intelectual. Despus de todo, cuando algunos autores del cristianismo primitivo se mostraban hostiles a los filsofos,
bsicamente estaban pensando en los filsofos como proselitistas de
ciertos modos de vida, como guas indignos de confianza.
Este tipo de situacin no era privativo del mundo grecorromano.
En la India, por ejemplo, la funcin de la filosofa como gua para
la vida era incluso ms marcada. Pero este es un asunto del que se
hablar despus.
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han sugerido un paradigma de mtodo. As, mientras que en el pasado algunos filsofos buscaban el paradigma del mtodo en las matemticas, algunos de sus sucesores lo buscan en la ciencia emprica. Por ejemplo, algunos filsofos han propuesto para la metafsica un mtodo anlogo al de hiptesis, deduccin y comprobacin. Se
ha sugerido que si un filsofo desarrolla una visin de la realidad
sobre la base de la reflexin sobre ciertos aspectos. del mundo, poc
dr poner su visin a prueba, investigando si es o no compatible con
otros aspectos del mundo o con otros aspectos o campos de la experiencia humana. Por otra parte, algunas veces el desarrollo del
conocimiento cientfico ha sugerido problemas al filsofo, o por lo
menos ha proporcionado un factor relevante en un problema. Por
ejemplo, como sabe todo estudioso de la filosofa moderna, la fsica
clsica o newtoniana es importante para comprender la problemtica
de Emmanuel Kant. Por otra parte, las teoras cientficas pueden
sugerir temas de reflexin, como en el caso de la filosofa de la
evolucin de Henri Bergson. Es ms, una vez que la ciencia se ha
desarrollado lo suficiente, puede convertirse en el tema de una nueva
discipiina filosfica, la filosofa de la ciencia. Adems, el desarrollo del
conocimiento cientfico puede ejercer. y lo ha hecho, una influencia en las concepciones de la naturaleza, funcin y alcance de la filosofa. Es esta ltima forma de influencia la que aqu nos ocupa.
Si tenemos en mente el amplio significado que se dio alguna vez
a la palabra "filosofa", y despus, el proceso por el cual las diversas ciencias se han desarrollado como disciplinas tndependientes, es
casi inevitable que lleguemos a la conclusin de que estas ciencias
han ido absorbiendo ciertas reas que antes se consideraban pertenecientes a la filosofa. Ciertamente, algo qued. Porque hay problemas y temas que han sido tratados en el pasado por los filsofos,
pero que, por su misma naturaleza, no pueden ser tratados por-ninguna ciencia en particular. Por ejemplo, la palabra "Dios" no es
un trmino cientfiCo, por lo menos no si con ella expresamos una
realidad trascendente. Al mismo tiempo, el desarrollo de las diversas ciencias y del conocimiento cientfico pueden sugerir fcilmente
que el mtodo cientfico ha ido sustituyendo a la especulacin filosfica y al razonamiento a priori como los medios apropiados para
alcanzar el conocimiento de la realidad, y que si hay reas en las
que no es posible aplicar el mtodo cientfico, es porqu~ trascienden el alcance del conocimiento humano. En otras palabras, surgen
preguntas como las siguientes: tiene la filosofa un campo propio?
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de las diversas ciencias en particular. Por ejemplo, puede argumentarsc, no tanto que la naturaleza de la filosofa haya cambiado, sino que el desarrollo de las ciencias particulares sirve para purificar
la filosofa, en el sentido de que la despeja de adherencias y contribuye a revelar la verdadera naturaleza del pensamiento filosfico.
Segn el profesor Karl Jaspers, por ejemplo, el desarrollo de las diversas ciencias debera ayudarnos a comprender que la filosofa no
es una de ellas, aliado de otras disciplinas cientficas, ni una especie
de superciencia. No es en absoluto una ciencia. No demuestra la verdad ele determinadas tesis del modo como la metafsica dogmtica
intentaba, segn la describa Kant, probar la verdad de ciertas doctrinas. l'vls bien, abre la mente al significado y la importancia existenciales de ciertos problemas y arroja luz sobre la posibilidad de
eleccin del hombre. As, de acuerdo con Jaspers, si hacemos del
hombre el objeto e intentamos probar la libertad, estaremos condenados al error. Desde el punto de vista del espectador, el hombre
no es libre. Como lo plantea Kant, en el orden de los fenmenos,
el hombre est determinado. Al mismo tiempo, el filsofo puede
arrojar luz sobre la realidad de la libertad al intentar hablar desde
el punto de vista del agente. (Puede argumentarse que, si se va a
hablar, es inevitable que se adopte una perspectiva externa. Por ejem-
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Conversando con un ftlsofo sovitico, le pregunt si todos los estudiantes de su universidad tenan que estudiar algo de ftlosofa. Respondi
que s. Admita que muchos de ellos no eran aptos para una verdadera reflexin filosfica; pero, deca, "pensamos que es importante que tengan un marco de referencia para la vida". Que el marxismo constituya o no un marco de referencia aceptable para la
vida es irrelevante. El hecho es que en nuestra cultura occidental
moderna podemos advertir una necesidad que puede influir en las
concepciones de la ftlosofa y de su funcin. Algunas personas se han
sentido inclinadas a buscar la iluminacin en el Oriente. Pero este no
es un fenmeno del que tengamos que ocuparnos por el momento.
Si alguien pregunta cul es mi propia visin de la naturaleza y la
funcin de la filosofa, nicamente puedo responder que desconfo
de las definiciones restrictivas de la filosofa. Obviamente, los filsofos tienen visiones distintas de lo que es vlido en filosofa, y tienen todo el derecho de expresar sus convicciones. En la medida en
que es posible interpretar las definiciones que ofrecen como expresiones de juicios valorativos y como recomendaciones de que se centre
la atencin en tal o cual enfoque o lnea de reflexin, apenas podemos afirmar que los filsofos no tienen derecho a ofrecer esas definiciones. Yo desconfo de las aseveraciones dogmticas de que tal
o cual tipo de filosofa no es w absoluto filosofa. No deseo que
se piense, por ejemplo, qe el tipo de filosofa quE.! representa el pensamiento de Karl Jaspers sea el nico tipo de filosofa vlido, ni que
una persona que centra su atencin, digamos, en la filosofa crtica
no est haciendo filosofa. En todo caso, no me he preocupado por
promover la causa de ninguna tradicin filosfica o lnea de pensamiento en particular. Simplemente he estado intentando ilustrar, con
ayuda de algunos ejemplos escogidos, la influencia que pueden ejercer los factores extra filosficos en la filosofa. He subrayado la influencia del desarrollo de las diversas ciencias en lo que se refiere
a la filosofia posmedieval. Sin embargo, en el caso de algunas filosofas, como la de Karl Jaspers, podems considerar que la filosofa responde a la necesidad de un marco de referencia para la vida
en una situacin cultural en la que ciertamente no pueden darse por
sentadas las presuposiciones comnmente aceptadas por la cristiandad medieval.
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medieval, el pensamiento creativo tendi a salir cada vez ms de manos de la Iglesia y pasar a los representantes de la burguesa emergente, as como a reflejar este desarrollo de diversas maneras. Ms
tarde, con la revolucin industrial, los intereses, reales o supuestos,
del proletariado encontraron su expresin en los escritos de pensadores tales como Marx y Engels; en su mayora, provenan de la clase
media, pero su pensamiento se vio fuertemente influido por la situacin econmica y social de la poca, a la luz de la cual interpretaron el pasado. 3
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CONCLUSIONES
seres intermediarios, que ya exista desde antes, a la sociedad feudal. Pero si bien esto puede ser verdad, se requerira de una investigacin mucho ms detallada que la que podra hacerse aqu para
fundamentar esta afirmacin. Por otra parte, no sera fcil tratar
en un solo captulo cuestiones tales como si la visin de Kant reflejaba un concepto burgus o hasta qu punto el idealismo alemn
de las primeras dcadas del siglo XIX era una expresin del movimiento romntico. De manera que me he limitado a algunos ejemplos generales de la influencia de los factores extrafilosficos en la
filosofa, aun bajo el riesgo de sefialar algo demasiado obvio.
Al parecer, vale la pena plantear algunas preguntas. No es correcto decir que no ha habido ciencia en el Oriente, que no ha habido un inters por los estudios cientficos. Al mismo tiempo, est claro
que la ciencia y la tecnologa occidentales modernos se han extendido hacia el Oriente y que en algunos pases se han arraigado. Por
lo tanto, podemos suponer con un margen de seguridad que en aquellos pases en los que hay una tradicin filosfica antigua, el desarrollo de los estudios cientficos influir en el pensamiento filosfico.
Ciertamente, no es slo una cuestin del futuro. En algunos casos
ya hay manifestaciones claras de esta influencia. Por ello se plantea
la pregunta de si debera o no considerarse que las tradiciones
filosficas antiguas estn muertas o son obsoletas, o bien, en caso
contrario, qu cambios debern sufrir si han de sobrevivir. Hemos
recordado algunas maneras como ha influido el desarrollo del conocimiento cientfico en la filosofa occidental. Estn destinadas
las concepciones modernas occidentales de la filosofa a suplantar
a todas las dems ideas? o pueden todava aportar algo a la filosofa en general las tradiciones filosficas de otras culturas distintas
de la nuestra, sugiriendo, quiz, problemas o enfoques de los problemas que hemos ignorado o tendido a pasar por alto? Tal vez
no estemos en posicin de responder a todas estas preguntas. Pero
podemos tenerlas en mente cuando hablemos de las filosofas de otras
culturas. No debe darse simplemente por hecho que las otras culturas no tienen nada que aportar al pensamiento filosfico. Es muy
posible que la filosofa occidental haya avanzado en algunos aspectos, en un sentido valorativo de la palabra "avance"; pero tambin
es posible que algunos elementos de valor hayan quedado olvidados
u oscuros, y que, de una u otra manera, la reflexin sobre las tradiciones filosficas no occidentales pueda servir para remediar una
cierta miopa prevalente.
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Para ser exactos, esta aseveracin expresa una interpretacin, ms que un hecho
"llano" o ''desnudo". Sin embargo, en comparacin con otras interpretaciones obvi:Jrnente divcrgemes, puede hablarse de un hecho histrico.
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LA FILOSOFA DE LA INDIA
No se conocen las fechas exactas del nacimiento y la muerte de Sruhkara como ocurre con tantas otras fechas en la historia de la India hasta pocas relativ~mente modernas. Lo Upanishads ms antiguos fueron escritos entre 800 y 400 a.c. Las fechas
qu_e generalmente se dan para Buda son, aproximadamente, 563-483 a.c., Vardha~ana, el "Gran Hroe" .del jainismo, vivi alrededor del afio 500 a.c ... pero el jaimsmo pare~e .haber surgido mucho antes. En todo caso, es probable que existiera
ya ? .n;atena!Jsm? desde e~ siglo VI a.c. Las filosofas vdicas pasaron a ser sistemas
d.eflmt1vo~ despues de ~~s tlempos de ~uda; pero sus races datan de un perodo antenor. Se dice que el Samkhya es el sistema filosfico vdico ms antiguo.
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pluralistas, si bien en el budismo Mahayana haba una marcada tendencia a reintroducir el Absoluto, algunas veces concebido como el
"Vaco", lo indescriptible, la Realidad ltima (paramartha). Entre las escuelas que reconocan o llegaron a reconocer la autoridad
de los Vedas, y que por ello se conocen como las escuelas vdicas,
la Nyaya, la Vaisesika, la Sarkhya, la Yoga y la MTmamsa fueron
todas exponentes del pluralismo. Por ejemplo, la escuela Samkhya
sostena que haba una pluralidad de almas o, ms precisamente,
de sujetos puros, aun cuando consideraba las cosas fsicas como
productos de una causa sustancial inmanente, Prakrti. Ni siquiera
podemos identificar la escuela Vedanta con el monismo. As, en el
siglo XI d.c., despus de Samkara, Ramanuja defendi lo que
algunos han descrito como un no-dualismo calificado, una especie
de pantesmo, mientras que en el siglo XIII Madhva sostena la realidad del sujeto humano del yo y la de las cosas que constituyen, en
sus interrelaciones, el mundo fsico. Es posible que Samkara haya
sido el pensador Vedanta de mayor influencia, y bien puede ser cierto decir que mientras en Occidente predominaba el pluralismo, en
la India el monismo lleg a ocupar el lugar central. Pero no deja
de ser un error identificar la filosofa clsica de la India con el
monismo. Hubo una diversidad mucho mayor que la que supone
esta identificacin. Obviamente, el pluralismo fue la visin original
de la India, y sigui siendo la doctrina de la mayora de las escuelas
filosficas. Incluso la tradicin Vedanta lleg a asimilar el pluralismo, en gran parte bajo la influencia de la religin, pero tambin
debido a un respeto por la experiencia ordinaria.
Otra impresin comn es que el pensamiento filosfico siempre
ha sido y contina siendo profundamente religioso, que prcticamente se le puede identificar con la religin esotrica, mientras que
en Occidente la filosofa ha tendido a separarse de la religin y de
los intereses religiosos. En cierto sentido es correcta esta idea de la
filosofa de la India; pero es importante comprender en qu sentido. En un captulo posterior diremos ms acerca de las relaciones
entre la filosofa y la religin. Aqu nos ocuparemos del carcter religioso de la filosofa de la India en particular.
En Occidente tendemos a asociar la religin con la creencia en los
dioses, por ejemplo, en el caso de la Grecia antigua., o en Dios, en
el sentido de una deidad personal trascendente. Esto no implica que
simplemente identifiquemos la religin con estas creencias. Es ms,
en la poca moderna ha habido varios intentos de definir la religin
38
LA FILOSOFA DE LA INDIA
de tal manera que no incluya la creencia en una realidad divina como un rasgo esencial. Estos intentos pueden tener distintos motivos. Por ejemplo, puede ser que se quiera encontrar una definicin
suficientemente amplia como para que abarque el budismo y posiblemente algunas actitudes que pueden describirse como religiosas,
aunque no impliquen ninguna creencia explcita en una realidad divina. Pero tambin se han hecho intentos de redefinir la r~ligin con
b.~se e? la conviccin de que el creer en Dios no representa una opcwn vtva para la "mente moderna". Sin embargo, al parecer est
claro que, para el comn de la gente, el concepto de religin incluye
la creencia en Dios.
Si nos adherimos a esta idea comn de la religin, apenas si podremos ~firmar que la filosofa de la India en conjunto era religiosa. Obvtamente, la escuela materialista era atea. Pero tambin lo
era el jainismo. Y en su forma original, el budismo no incluye ninguna creencia en Dios. (Es muy difcil, si no imposible, obtener un
cierto conocimiento del "budismo original". Pero al parecer es claro que Buda se abstuvo de hacer pronunciamientos metafsicos.) Entre las escuelas vdicas, puede describirse la Nyaya como testa (es
decir que, c,omo la Vaisesika, lleg a adoptar el tesmo), mientras que
la escuela Sarhkhya-Yoga reconoca un ser relativamente supremo,
ISvara. Sin duda, el acento que pone la escuela Mlmamsa en los ritos
de sacrifici? presupuso alguna vez la fe en las deidades vdicas; pero estas detdades parecen haberse transformado, con el tiempo, en
tipos heroicos o en ideales personificados, y el que se creyera o
no en ellos era indiferente, aun cuando la idea de un ser supremo
cobr preponderancia con Kumarila. Por lo que toca a la tradicin
Vedanta, incluye diversos puntos de vista. Para Samkara el concepto de un Dios personal perteneca al mundo de los fenmenos
en el sentido de que representaba el modo como se apareca ant~
la conciencia religiosa devota el Brahmn impersonal o suprapersonal. Sin embargo, el pensamiento de Ramanuja y, sobre todo, el
de Mad~va eran mucho ms cercanos al tesmo. En general, podemos dectr que en las escuelas vdicas la creencia en Dios cobr importancia cuando la filosofa en cuestin se asoci a la religin con
el movimiento de la bhakti, cuya expresin literaria suprema fue el
G!ta.
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de orientacin religiosa. Ya que, aparte de la escuela materialista (qu consideraba que la mente o alm~ era epifenomen.al y no.dab.a
cabida a una doctrina de liberacin fmal), el pensamiento fllosofico lleg a estar orientado hacia la liberacin del espritu humano
de los efectos de las acciones malignas y de las reencarnaciones sucesivas, hacia la iluminacin y hacia lo que podramos llamar la salvacin. Por ejemplo, si bien la filosofa jainista era atea, difcilmente
podemos describirla como irreligiosa. I~dependienteme~te de q.ue
el jainismo como religin haya dado cabtda a algunas detdades hmdes, los pensadoresjainistas consideraban que el alma purificada
se una a los sabios jainistas en su estado de conocimiento total Y
de paz y felicidad infinitas. Si excluimos la escuela materialista primitiva, podemos decir que todas las escuelas, ~anto v~dica~ co?;o
no vdicas, ofrecan formas de vida- que conductan a la Ilummacwn
y a la liberacin. As, las escuelas tendan a ser algo ms que agrupaciones de gente dedicada al estudio y al desarrollo (o preservacin) de tal o cual tradicin filosfica, puesto que tambin se proponan iniciar a sus discpulos en una forma de vida 9ue los llevara
a la iluminacin o a la liberacin. Seguramente este t1po de escuelas
filosficas no podan ejercer una atraccin popular generalizada ni
ocupar el lugar de la religin popular. Con frecuenc~a sus doct~inas
eran demasiado abstrusas como para que eso ocurnera. Por eJemplo, el pensamiento de Nagarjuna, principal representante de la llamada escuela del Vehculo Medio del budismo Mahayana, era demasiado difcil como para que lo apreciara el vulgo. Con el paso
del tiempo surgieron sectas budistas como la secta Jo~o en el Japn, que haca hincapi en el Buda eterno como el. me?1o para llegar al paraso. Pero cuanto ms atraccin popular e)erci~ ~na secta,
menor era el contenido filosfico, o por lo menos metafisico, de sus
doctrinas. En todo caso, nos ocuparemos aqu de la filosofa, no
de la religin popular. Sin embargo, el atractivo limitado de la teora
filosfica no resta validez a la afirmacin de que, en trminos generales, tanto las escuelas vdicas como las no vdicas ofrecan teoras
que formaban la base de un modo de vida dirigido hacia la liberacin y la iluminacin.
El hecho de que mencionemos una orientacin del pensamiento
hacia la iluminacin y la liberacin espirituales puede fcilmente sugerir a la mente occidental que las escuelas eran en realidad sectas
religiosas y que no puede esperarse de ellas una reflexin filosfica
seria.
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obstante, los materialistas no aceptaban la idea de las realidades espirituales y reconocan nicamente la percepcin sensorial.
Afirmar que la percepcin es una fuente de conocimiento obviamente no es lo mismo que afirmar que es la nica fuente de conocimiento. La mayora de las escuelas de la India aceptaban tambin
la inferencia y el testimonio. No obstante, los materialistas, los Carvakas o Lokayatas, parece que rechazaban la inferencia y aceptaban
slo la percepcin sensorial. El problema es que nos vemos obligados a depender principalmente de los informes de los crticos para
obtener inform~cin sobre la escuela materialista. (La escuela tena un origen antiguo que se remonta a los tiempos prebudistas. Pero
sus textos han desaparecido. Si bien la escuela prcticamente desapareci como tal, no necesariamente debe deducirse que no
sobrevivi una visin materialista.) As, resulta muy difcil saber cmo debemos entender el rechazo de la inferencia por parte de los
materialistas. Jain y otros lgicos de la India objetaban que si se
retara a un filsofo Carvka a defender su idea de que la percepcin sensorial es la nica fuente de conocimiento, y si este filsofo
se mostrara renuente a recurrir al mero dogmatismo, tendra que
dar un mo 1.ivo, procedimiento que equivaldra a utilizar la inferencia como fuente de conocimiento. Este tipo de objecin implica que
los Carvakas rechazaban totalmente la inferencia. No obstante, existe
la conjetura de que ios materialistas, ms que rechazar del todo la
inferencia, argumentaban que la inferencia inductiva no poda ofrecer la segundad o certeza que ofrece la percepcin. Por ejemplo,
si de la ocurrencia de x inferimos la de un suceso y no percibido, lo
hacemos sobre la base de una conviccin general sobre la relacin
entre x y y. Pero la percepcin no revela las conexiones universales. Por lo tanto, corremos un riesgo cuando inferimos y de x, no
puede decirse que conozcamos la verdad de nuestra conclusin, a
menos que podamos confirmarla al percibir, realmente, la ocurrencia
de y. De cualquier manera, parece claro que los Crvakas reconocan
slo la percepcin sensorial como la fuente de cierto conocimiento.
Como ya se dijo, otras escuelas aceptaban tambin la inferencia. Y
tanto la escuela Nyya como los lgicos budistas desarrollaron una
teora lgica.
Es necesario decir algo sobre el testimonio como fuente de conocimiento. El testimonio tiene una importancia prctica obvia en la
vida humana. Sin embargo, si se nos retara a defender nuestra aceptacin del testimonio, tendra!JlOS que recurrir a la inferencia. Por
lo tanto, puesto que los filsofos Carvaka rechazan la inferencia como fuente de cierto conocimiento, es natural que tambin rechazaran el testimonio. Sin embargo, este asunto tiene otro aspecto. Una
de las razones por las cuales varias escuelas aceptaban el testimonio
como fuente de conocimiento era su confianza en los textos sagrados como expresin de una sabidura impartida a los sabios en tiempos antiguos. Es obvio, por ejemplo, que la doctrina Vedanta de
Brahmn se deriv de los Upanishads. Ah se representaba a Brahmn no slo como imperceptible a los sentidos, sino tambin como
trascendente al pensamiento discursivo, por lo que slo poda confirmarse el testimonio de los textos sagrados mediante la percepcin
no sensorial, una aprehensin intuitiva de la realidad, y negativamente,
demostrando que otras visiones de la realidad se contradecan a s
mismas y eran insostenibles. Podramos decir que el testimonio fue
primero. Por ello podemos entender por qu varias escuelas lo aceptaron como una fuente especfica de conocimiento.
Hemos mencionado la percepcin, la inferencia y el testimonio
como fuentes de conocimiento especficas. De hecho, las teoras sobre este asunto eran ms complejas que lo que sugiere esta triple
divisin. Por ejemplo, los jainistas consideraban lo que llamaban
"reconocimiento" como un tipo distinto de conocimiento. ste se
refera tanto al reconocimiento de una semejanza (como cuando se
considera que A es semejante a B) como al reconocimiento de una
entidad (por ejemplo, cuando se reconoce a Toms, adulto, como
la misma persona que Toms cuando era nio). Podramos querer,
de hecho, reducir el conocimiento en este sentido a la percepcin y
la memoria. Sin embargo, mientras los filsofos jainistas admitan
que se presuponan la percepcin y la memoria, consideraban que
el reconocimiento estaba por encima de ellas. Por otra parte, Kumarila, principal pensador de una de las subescuelas de la tradicin
M1mams, admita tres fuentes de conocimiento adems de la
percepcin, el testimonio y la inferencia. Una de ellas era la "no aprehensin", es decir, la aprehensin de hechos negativos. Supongamos
que estoy buscando un libro en mis estantes. El libro es un objeto perceptible. Por lo tanto, una vez satisfechas ciertas condiciones, tales como la presencia de luz suficiente, el libro debera ser
visible, si es que se encuentra en uno de mis estantes. Sin embargo,
pese a que lo he buscado exhaustivamente, no lo veo. Capto su no
existencia en los libreros, es decir, su no presencia o su ausencia,
por medio de la no aprehensin.
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Obviamente, en el caso de un objeto como un libro, la percepcin podra revelar su presencia en otro lugar. Es ms, si s que el
libro existe y no lo encuentro en mis estantes, puedo suponer legtimamente que est en algn otro sitio, tal vez que lo prest a un amigo. Pero si no es posible conocer la existencia de un determinado
objeto por medio de cualquier otro de los cinco pram"imas (fuentes
de conocimiento), se conoce su no existencia absoluta a travs de
la no apreh~nsin.
Prabhkara, el pensador ms importante de otra subescuela MImansa, se negaba a reconocer la no aprehensin como una fuente especfica de conocimiento. Segn l, nuestro conocimiento de la no
presencia o la inexistencia de x podra explicarse en trminos de percepcin e inferencia. Veo~ por ejemplo, los libros a, by e en un estante, e infiero que el libro d no est ah. A esto respondera Kumarila que, antes de que podamos inferir la ausencia del libro d del
estante, tendramos que percibir la presencia de los libros a, b y e
como calificada negativamente, es decir, percibir que no incluye la
presencia del libro d. Pero slo los objetos presentes pueden afectar
un rgano sensorial y causar la percepcin sensorial. Por lo tanto,
se requiere de la no aprehensin para captar el hecho negativo de
la no presencia del libro d.
No pretendemos sugerir que Kumarila tuviera razn al postular
la no aprehensin como na fuente de conocimiento especfica e irreductible. Simplemente estamos sealando algunas caractersticas de
la filosofa de la India. En primer lugar, parece claro que la discusin que entablaron los filsofos de la India en torno del conocimiento
mostraba un alto grado de complejidad que tambin aparece en su
discusin de otros temas. En segundo lugar, algunas de las cuestiones
discutidas pueden aislarse y tratarse separadamente. Un ejemplo es la
cuestin de si la percepcin es directa o indirecta. Pero, en tercer
lugar, no se justifica la afirmacin de que el marco metafsico y religioso es indiferente a las teoras del conocimiento de la India y a
su comprensin de ellas. Arriba se hizo referencia a la percepcin
no sensorial, cuyo planteamiento no slo da cabida a la percepcin de los estados mentales o a la introspeccin, sino tambin
a la aprehensin intuitiva que implica la idea de la iluminacin. Tambin se ha hecho referencia a la aceptacin del testimonio como un
pramana o fuente de conocimiento especfica por parte de la mayora de las escuelas. Como ya se ha dicho, la confianza en el testimonio desempea un papel importante de la vida humana en cualquier
.,
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LA FILOSOFA DE LA INDIA
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Las relaciones entre determinadas lneas de la investigacin filosfica y la reflexin, por una parte, y la orientacin general de la filosofa de la India (exceptuando el materialismo) hacia la iluminacin
y la liberacin, por la otra, pueden ilustrarse ms ampliamente haciendo referencia al problema del error. Independientemente de cules sean las fuentes o las formas de llegar al conocimiento, obviamente es natural que se pregunte: cmo podemos estar seguros de
que lo que consideramos conocimiento realmente lo es? Despus
de todo, el error es un fenmeno bastante comn. Entonces, cmo
podremos distinguir entre lo verdadero y lo falso?
Al pensar en estas cuestiones, los filsofos de la India tendan
a concentrarse en el conocimiento de los objetos perceptibles. Dado este enfoque, naturalmente sera de esperar que encontrramos
una insistencia en la comprobacin emprica como medio de determinar la verdad o la falsedad de las aseveraciones. Esta insistencia era una
caracterstica pronunciada de la escuela Nyaya-Vaisesika. Supongamos que afirmo saber que una cierta sustancia es agua. Si se descubre que esa sustancia produce los efectos caractersticos del agua,
como mitigar la sed, entonces mi afirmacin es vlida. Es decir, se
verifica la aseveracin de que una determinada sustancia es agua.
Sin embargo, si no se llenan las expectativas, mi afirmacin pierde
su validez, y puede concluirse que estaba yo en un error y que tom
la sustancia por algo que no era. El error fue subjetivo, es decir que
la interpretacin errnea estaba en mi mente. Debe predicarse la falsedad del juicio o afirmacin, no la de la cosa. Porque sta era simplemente lo que era, aun cuando yo la haya interpretado de manera
equivocada.
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LA FILOSOFA DE LA INDIA
Los filsofos Nyaya-Vaisesika tendan a hablar como si fuera necesario que todo conocimiento aceptado tuviera que ser validado ele
esta manera. Por lo tanto, podra objetarse que ellos mismos planteaban la existencia de tomos imperceptibles y eternos que nicamente
se tornaban perceptibles en cierto nivel de combinacin y cuya
existencia no poda probarse mediante la verificacin emprica.
Pero, por supuesto, la existencia de tomos, se infera 2 y, como hemos visto, la escuela Nyya-Vaisesika aceptaba la inferencia como
fuente de conocimiento. Es ms, ya se mencion que, al discutir el
error, los filsofos de la India tendan a concentrar su atencin en
el conocimiento de los objetos perceptibles. De cualquier manera, la
escuela Nyaya-Vaisesika haca hincapi en la necesidad de comprobar empricamente las afirmaciones -aunque no se dice cuntas
pruebas se requeran- para poder considerar que una afirmacin
quedaba verificada. Este enfoque se basaba en el sentido comn. Si
un objeto del cual se afirmaba que era una manzana se comportaba,
por as decir, como una manzana, y no como una pelota pintada de
tal manera que pareciera una manzana, qu ms se necesitara para
dar fundamento a la afirmacin de que realmente era una manzana?.
Obviamente es cierto que cuando surgen dudas sobre la verdad
de una afirmacin relacionada con un objeto perceptible, nos vemos obligados a recurrir a la comprobacin emprica, si es que es
posible y si considerams que vale la pena hacerlo. Si alguien nos
dice que uno de los objetos del museo de Madame Tussaud es un
polica y ponemos en duda la veracidad de esta afirmacin, podemos mirar el objeto con ms detenimiento, hablarle, sentirlo, etc.
Al mismo tiempo, si para confirmar la validez de la afirmacin
de que una aseveracin es verdadera es necesario demostrar que otra
afirmacin es verdadera, y la verdad de sta tiene que validarse demostrando que una tercera afirmacin es verdadera. entonces, al parecer, nos encontramos envueltos en una regresin infinita, a menos
que en algunos casos el conocimiento se confiera autenticidad por
s mismo, o, si se prefiere, que se manifieste la verdad. De hecho,
esto es lo que sostenan algunas escuelas de la India, como la Mimamsa.
Con seguridad, acostumbraban afirmar, sencillamente, que el
2 Es necesario poner a prueba esta aseveracin. Se supona que las personas santas o iluminadas eran capaces de percibir los tomos por medio de la percepcin no
sensorial.
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si p estaba en conflicto .con el conocimiento establecido,3 se utilizaba la coherencia como una prueba de la verdad, ms que como
su definicin. Si por "conocimiento" entendemos principalmente
el conocimiento de los objetos perceptibles, es natural que se considere que la verdad es una correspondencia entre una aseveracin y
el estado de las cosas que supuestamente representa esta aseveracin.
Sin embargo, la filosofa de Samkara, el Advaita Vedanta, nos
lleva a enfrentar una situacin diferente. Se considera que la pluralidad de los yos y de las cosas, todo el universo de la pluralidad, es
una apariencia, que no es verdaderamente real. No obstante, el conocimiento, tal como lo concebimos normalmente, implica una distincin entre el sujeto y el objeto, entre el conocedor y lo conocido.
Incluso en la conciencia del yo se hace una distincin entre el yo
sujeto y el yo objeto. Hay que deducir, por lo tanto, que el conocimiento pertenece a la esfera de la apariencia? En este caso se puede
preguntar cmo puede Samkara afirmar, de manera justificada,
conocer e, ~la realidad emprica es la apariencia de Brahmn? Por
que el conocimiento que se afirma poseer es en s una apariencia.
Entonces, no es acaso toda la filosofa no dualista simplemente un
fenmeno, un sueo?
En primer lugar, es importante que entendamos que cuando Samkara describe el mundo de la pluralidad como la apariencia de Brahmn, no quiere decir que se encuentre en el mismo nivel que lo que
llamamos sueo, y menos an que no sea nada. PueJen encontrarse
semejanzas entre el mundo de la vigilia y un sueo cuando se le contrasta con el Absoluto en s; pero es suficientemente real en comparacin con el mundo de los sueos, en el sentido ordinario de esta palabra.
Hay que decir que nuestro mundo de la vigilia es un mundo pblico, mientras que el mundo de mis sueos es un mundo privado, an cuando las imgenes de mis sueos sean representaciones
de objetas que existen en el mundo pblico.
Por lo tanto, dentro del marco de este mundo pblico, es importante hacer distinciones entre la verdad y la falsedad, entre el conocimiento y el error. As, Samkara puede tratar, por ejemplo, el error
de una manera bastante directa y comn. Cuando discute la percep3 Al hablar del conocimiento por inferencia, Kumarila, el filsofo Mtnamsa, hizo hincapi en el elemento de novedad. Es decir, consideraba la inferencia como fuente
de un conocimiento nuevo o adicional.
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cia que contradijera la afirmacin referente al Brahmn rnetafenornnico que figura en los textos sagrados.
Sin embargo, hubo que discui.;i' esto, ya que obviamente los pluralistas afirmaban que la experiencia contradeca de hecho el monismo. Corno respuesta, los Advaitines intentaron demostrar que
las teoras de las escuelas pluralistas eran insostenibles. Por ejemplo, los filsofos de la escuela SariJ.khya-Yoga planteaban una pluralidad de yos o espritus eternos adems de la sustancia primigenia, Prakrti, a partir de la cual evolucionaban todas las entidades
materiales. En el hombre se combinaban el espritu y la materia. Sin
embargo, segn Sarhkara, nunca se haba explicado la relacin entre el espritu y la materia. De hecho, no era posible comprenderla.
Y la conclusin a la que se llegaba era que no se poda predicar al
mismo tiempo la realidad del espritu y la de la materia, por lo menos en el mismo sentido. Huelga decir que, para Sarhkara, lo real
era el espritu, mientras que la materia era fenomnica. Por otra parte,
aunque la distincin entre sujeto y objeto en la conciencia funcionaba para fines prcticos y para el conocimiento cientfico, la relacin
entre ambos factores era filosficamente ininteligible. As describamos la relacin en trminos de contacto o en trminos de inherencia,
surgen dificultades insalvables. De esta manera, tenernos que
concluir que la conciencia emprica, que implica la distincin entre
objeto y sujeto, es fenomnica, es decir, no del todo real. En pocas
palabras, los Advaitines argumentaban que era el pluralismo, no el
monismo, el que daba lugar a las antinomias o contradicciones. La
filosofa Advaita dejaba intacto el mundo fenomnico, por as decir,
en su propio nivel, el nivel de la apariencia; mientras que la doctrina
del Absoluto, que trascenda las distinciones y las relaciones, estaba libre de las dificultades que surgan cuando se daba por hecho
que las distinciones eran completamente reales.
Se desarroll un enfoque ms positivo del no dualismo a modo
de una reflexin sobre el yo. Para Sarhkara, el yo es, en un sentido
real, la llave hacia la realidad. Insiste en que la existencia del yo es
indudable, ya que cualquier manifestacin de duda implica la existencia de aquel que duda. 6 Pero de esto no necesariamente se deduce
que se conozca la naturaleza del yo. Segn Sarhkara, el yo emprico, que tiene conciencia de s mismo corno distinto de otros yos, es
fenomnico. Sin embargo, decir esto equivale a decir que es la apa-
4 Me refiero a Brahmn en un sentido impersonal, ya que para Samkara el concepto de un Dios personal es una apariencia del Absoluto. Podemos referirnos de
una manera personal, a Saguna-Brahmn, el creador personal; pero Saguna-Brahmn
es la apariencia del suprapersonal, Nirguna-Brahmn. Por lo tanto, si estamos hablando de la realidad metafenomnica es preferible que nos refiramos a ella en una
forma impersonal.
5 Los Advaitines tendan a hablar como si fuera posible conocer la naturaleza del
mundo emprico como apariencia por medio del razonamiento. Los crticos objetaban que no podamos conocerla sin conocer a Brahmn (la Realidad en oposicin
a la Apariencia), y segun las premisas de los Advaitines, esto no era posible.
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6 Lo que dice Samkara sobre este tema invita a hacer una comparacin con algunas aseveraciones de San Agustn y de Descartes.
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riencia de algo. Es la apariencia del yo como una entidad metafenomnica, como atman, la que presupone la conciencia emprica y la
que sin embargo elude la objetivizacin.7 El atman trasciende la individuacin, salvo en el nivel de la realidad fenomnica, es decir, en
el del yo emprico. Esto significa que es uno con el Atman universal,
la reulidad ltima de Brahmn. No es posible expresar en palabras
esta unidad, excepto en una forma que inevitablemente la distorsiona. Slo es posible captarla por medio de una aprehensin intuitiva
en la que desaparece la distincin entre sujeto y objeto. sta es la
iluminacin.
Si estuviramos discutiendo la metafsica de Samkara con miras
a una evaluacin crtica, obviamente tendramos que estar atentos
a los problemas que surgen en torno la realizacin entre la apariencia y la realidad, problemas similares a los que presenta el idealismo absoluto de F.H. Bradley. Sin embargo, en ;ste contexto nos
ocupamos simplemente de la relacin entre la metafsica de Smhkara y su teora del conocimiento. Yo sostengo, en efecto, que una teora segn la cual hay diversos grados de realidad requiere de una
tt:ora de diversos grados de conocimiento y de verdad.B Si suponemos que la realidad ltima es el Uno mismo, por as decir, constituido por una sola pieza, que trasciende las distinciones y las relacion(s, obvbmente no es posible aprehenderlo mediante una forma
de conocimiento que implique la distincin entre sujeto y objeto.
E! conocimiento en este sentido debe pertenecer a la esfera de la apariencia. Si realmente se puede conocer el Absoluto, este conocimiento
debe ser por una aprehensin intuitiva que trascienda la distincin
entre sujeto y objeto. Debo confesar que dudo seriamente que el trmino "conoc.imiento" siga teniendo significado cuando se le utiliza
as. Como quiera que sea, si aceptamos la teora metafsica de que
in realidad es un Uno que trasciende la distincin y las relaciones,
y si queremos sostener, adems, que es posible llegar a conocer el
Uno, tendremos entonces que postular una aprehensin intuitiva en
la que sujeto y objeto sean una misma cosa, as como colocar el conocimiento -en la medida en que implique la distincin entre sujeto Y objeto- en un nivel inferior al de la verdadera iluminacin.
7 La doctrina del atman de Sarnkara invita a compararla (quiz tambin a contrastarla) con la teora occidental del ego trascendental o puro, tal como lo encontra
mos, por ejc:mplo, en la filosofa de Fichte.
H Los fiksofos Dvaita Vedanta, como Madhva, rechazaban la teora de los gra
dos de verdad y realidad.
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la sociedad por medio de la educacin y el desarrollo moral fue fundamental. Se ha puesto en duda la tradicin de que existi un contemporneo mayor que Confucio llamado Lao Ts, autor de la obra
conocida como el Lao Ts o Tao te Ching; sin embargo, las primeras etapas del taosmo corresponden al perodo al que nos referimos, incluso cuando el Lao Ts sea una antologa.
Sera un error considerar que el inters de todas las primeras filosofas chinas se centr exclusivamente en la moral y en la reforma
social. La escuela de nombres antes mencionada, manifestaba muy
poca preocupacin al respecto.8 Por su parte, los tericos del YingYang se dedicaban principalmente al estudio de temas cosmolgicos a travs de los principios fundamentales del cambio csmico Y
de los 'cinco agentes' o elementos activos derivativos? aunque sus
especulaciones llegaron a incluir una teora de los ciclos histricos
y del concepto de equilibrio o armona en la sociedad. En todo caso
el confucianismo, el mohsmo y el taosmo tuvieron como antecedente comn una etapa de agitacin que hizo surgir problemas a los
que estas filosofas, a su manera, trataban de dar solucin.10 Lo
mismo podra decirse del movimiento legalista, sobre el cual haremos mayor referencia a continuacin.
Sin embargo, no podra concluirse que las ideas de Confucio y de
los sabios taostas puedan ser consideradas justificada Y simplemente como una respuesta al periodo de desunin e inquietud polticas
en que stos vivieron. Durante el perodo de la dinasta Shang, como
se afirma despus en el Libro de los ritos, hubo una gran preocupacin por honrar y servir a los seres espirituales, incluyendo a
la deidad personal nacional. Se consideraba que los seres espirituales
eran responsables de los eventos naturales, fueran stos benficos o
nocivos, y que tomaban parte activa en los asunt~s de los homb_r~s.
Constantemente se buscaba su ayuda y se ped1a su aprobac10n.
Sin embargo, durante el siguiente perodo, bajo el dominio de los
62
8 Los lgicos de esta escuela s estaban preocupados, en part~, por "rectificar l~s
nombres" (haciendo que correspondieran los nombres y las reahdadcs), YConfuc10
y sus discpulos dieron una aplicacin moral y social a est.a idea. Pero los mie_m.bros
de la escuela de los Nombres parecen haberse interesado solo en sus aspectos log1cos.
9 Metal, madera, agua, fuego y tierra.
10 No debe imaginarse que el perodo de desunin implica una reca~a en el b~_r
barismo. Se emprendieron obras de irrigacin y se desarroll el comerciO. Tamb1en
podemos mencionar lo que se conoce como el :er.odo de los "E~tados en C:.ue~ra:
(desde alrededor de 403 hasta 222 a.c.). para d!stmguirlo del pcnodo de la pnn:avera y del otoo" que le precedi, y que vino despus de la muerte de Confuc10.
63
11 El mandato, en la Oda 235, de no dar importancia a los antepasados ha causado algunos problemas a los comentadores. Damos por hecho aqu que el mandato
original era, literalmente. no dar importancia a los antepasados.
12 Quiz podra sugerirse que el Uno era una proyeccin del ideal de unidad social. Pero el carcter del antiguo pensamiento taosta es opuesto a cualquier interpretacin de este tipo.
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trminos de la estructura jerrquica de la sociedad feudal. Para Confuc~o la familia era la sociedad bsica; las principales obligaciones
s?ciales de una persona dependan de su posicin dentro de ella, por
eJemplo_ como madre, padre o hijo mayor, y la benevolencia o el
am_or, virtud confuciana fundamental, deba ser practicada priorit~namente den:ro de la familia y de ah extenderse para incluir, por
ejemplo, las actitudes para con los gobernantes. Se ha sugeridoi3 que
este nfasis en los lazos familiares y en la supremaca de las obligaciones ?~cia el in~erior del crculo familiar reflejaba la posicin de la
familia ~n la VIda agrcola de China. En efecto, el estado ideal para
Confucw era en realidad la familia, en el sentido amplio. Desde este punto de vista el emperador tena la obligacin de ser un ejemplo
moral adecuado, as como de facilitar y promover la educacin moral de los ci~?adanos. La virtud no poda ser implantada por medio
de la coerciOn o la fuerza, y mientras menos necesario fuera emplearlas, mejor. Por supuesto que el emperador o el rey tenan que
contar co~ s.us administradores y jueces, pero su labor ms importante consistla en honrar al Cielo, guiando a sus sbditos con su ejemplo moral.
Obviamente este punto de vista supona dos cosas. En primer lugar,
que los seres humanos son capaces de responder al ejemplo moral
Y a la educacin. Quiz Confucio no lleg a afirmar tan explcitamente como Mencio que el hombre es bueno por naturaleza. Sin
embargo, la interpretacin de Mencio estaba sin duda justificada.
Por supuesto que Confucio estaba consciente de que el hombre poda volverse malo, pero consideraba que los seres humanos nacan
no slo _con la capacidad para poder distinguir entre el bien y el mal,
e_n:re lo c~rrect~ y lo incorrecto, sino tambin con inclinaciones positivas hacia la virtud. 14 Hsn Tzu, que vivi en el siglo III a.c. sostuv? que el hombre era malo o tenda hacia el mal por naturaleza.ts
Sm embargo, consideraba que el hombre no poda volverse bueno
sin el autocontrol y la educacin moral necesarios, ya que por naturaleza se vea atrado por deseos egocntricos, como el deseo de pla13 Fung Yu-lang, por ejemplo, lo sugiri.
14
Algunas vec~s Confucio utiliz la palabra }en en el sentido de benevolencia 0
de a~or en particular, y algunas veces en el sentido de la virtud en general de la
cualidad de "humano".
'
15
. .Puede deci:se que Hsn Tzu represent una tendencia naturalista en el confucmmsmo. Consideraba. que c_I Ciclo era ms afn a la naturaleza que a un ser divino.
De hecho, negaba la ex1stenc1a de los seres espirituales y la inmortalidad del hombre.
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1
65
cer sexual y de bienestar individual, que exclua a los dems. Podra decirse que al reconocer la fuerza del deseo, Hsn Tzu asumi
una actitud realista. Incluso ms tarde se dieron discusiones sobre
la naturaleza del deseo; sin embargo, el acento que Confucio y Mencio pusieron en la capacidad innata del hombre para alcanzar la virtud moral coincida con su idea sobre la funcin de educador moral
del gobierno.
La segunda implicacin del punto de vista de Confucio es que los
criterios morales no son puramente convencionales; que son reconocidos por el hombre, y no producidos por l. De hecho, las normas
y valores ticos tenan para Cbnfucio una base metafsica. Pensaba
que emanaban misteriosamente del Cielo, aunque su existencia
no estuviera determinada arbitrariamente por los deseos de una
deidad personaf.l 6 Se ha dicho que Confucio, despus de aceptar los
ideales morales tradicionales, los puso en el universo y posteriormente los tom del Cielo. Como quiera que esto haya sido, el hecho
es que pens que el hombre moralmente bueno y la sociedad bien
organizada estaban en armona con el universo o con el Cielo.
Los mohstas, seguidores de Mo Tzu,11 constituyeron una escuela
sumamente importante en la antigedad, hasta el inicio de la dinasta
Han (206 a.c.). Coincidan con Confucio y sus discpulos en la necesidad de una reforma moral, en abstracto. Al mismo tiempo, exista una franca oposicin entre ambas escuelas. Los mohstas, por
ejemplo, propagaron el ideal del amor universal sin preferencia o
discriminacin, idea que fue atacada enrgicamente por Mencio,
quien arga por ejemplo que el que uno debiera amor a los padres
de otros tanto como a los propios resultaba antinatural y subverta
el orden propio de las cosas. Asimismo los mohstas eran ms abiertamente religiosos que los confucianistas, insistan en la creencia en
los seres espirituales,I 8 y subrayaban la idea de que haba que actuar
correctamente porque sa era la voluntad del Dios del Cielo. Es ms,
16 Para Confucio, la palabra "Cielo" retena algo del significado de un Seor supremo personaL Ciertamente no se le puede calificar de irreligioso. Pero se abstuvo
de hablar de los seres espirituales, de los espritus de los antepasados y de la vida
despus de la muerte.
17 No es posible determinar con precisin las fechas de Mo Tzu. Parece que naci
antes de que muriera Confucio; pero en todo caso, le sobrevivi por poco tiempo.
18 De manera un tanto extraa, los mohistas insistan en la existencia de seres espirituales, aunque criticaban la celebracin de ritos en su honor. Los mohstas acusaban a los confucianistas de fomentar ritos y ceremonias onerosos, a la vez que no
crean en la existencia de los seres en cuyo honor se celebraban estos ritos.
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67
el gobierno sera beneficioso si evitaba cualquier accin que obstaculizara o impidiera el libre desarrollo de la naturaleza de la gente.
A estas ideas se les di una base metafsica, o ms bien, se les pre19
sent como derivadas de premisas metafsicas. El Tao, la realidad ltima, la madre sin nombre de todas las cosas,2 no acta en
sentido estricto; sin embargo, todas las cosas fluyen de l. Acta
espontneamente porque es lo que es, sin intencin ni proyectos
artificiales. Esta actividad espontnea y natural puede observarse
en los objetos inanimados, como los rboles, y en los animados, como los animales. El ideal para el individuo humano es tambin el
de la accin espontnea de acuerdo con su propia naturaleza. De
este modo, el hombre ser uno con el resto de la naturaleza. En
efecto, en el Tao omnipresente, todos los objetos estn unificados
y son uno en un sentido real. El ideal para el hombre es reconocer
esta unidad en s mismo para vivir en armona con el universo. Si
la vida es una manifestacin del mundo fenomnico, la muerte tambin lo es, y el hombre sabio simplemente acepta; al morir regresa
a aquello de lo cual provino.
El confucianismo y el taosmo eran francamente opuestos en
algunos aspectos. Sin embargo, ambos se oponan junto con los mohstas a los legalistas, que tan slo estaban preocupados por la administracin eficiente del Estado. Segn la escuela legalista, la realidad social y poltica no poda modificarse a travs de exhortaciones y el buen ejemplo; mucho menos poda verse remediada por el
simple hecho de que cada persona siguiese su propia naturaleza. La
realidad slo poda modificarse por medio del mandato legislado,
basado en sanciones. Por eso los legalistas hacan hincapi en los
conceptos de poder poltico, dominio de la ley y uso de castigo por
violaciones a la ley. La gente de criterio cerrado podra pensar que las
ideas de los legalistas eran ms prcticas que las de los confucianistas y, sobre todo, que las de los taostas; desgraciadamente para su
!~Tambin se habla del Tao, el Camino, para referirse a aquello por lo cual el camino es el Camino.
20 El Uno no es una cosa en oposicin a o!ras. En este sentido, no tien~ nombre.
Sin emba(go, es inmanente a todas las cosas, mcluso al excremento y .la onna, c?mo
se afirma en el Chuang Tzu. Cuando se dice en el Lao Tzu que el C1elo Y la T1erra
no son humanos, sino que miran las cosas como si f~eran de ~tilera, al igu~l que
los sabios no debe entenderse como una defensa de la mhumamdad en el senttdo de
dureza o crueldad. Lo que esto quiere decir es que el Cielo y la Tierra no son ~elin
drosos, por as decir, y que tambin los sabios ven a las personas como expresiOnes
de la realidad.
68
LA FILOSOFA CHINA
Consideremos ahora algunos aspectos del desarrollo posterior de estas ideas filosficas. El confucianismo fue elevado a la categora
de filosofa del Estado en el afio 136 a.c., bajo el emperador Wu de
la dinasta Han. Tanto el confucianismo como el taosmo se haban
opuesto a las ideas de los legalistas. Sin embargo, el confucianismo
resultaba obviamente ms apropiado que el taosmo como marco
de pensamiento para los miembros del servicio civil imperial, por
tratarse de un sistema de tica social que haca hincapi en las obliga-
LA FILOSOFA CHINA
21 E
o la esencm
del ser humano, lo eran del elemento act1vo.
s mas,
as como el Cielo limitaba la actividad del principio csmico pasivo
para que no interfiriera, por eiemplo, con la llegada de la primavera 0 el verano (que correspondan al principio activo), as los deseos
y los sentimientos del hombre deberan ser debilitados y restringidos para evitar que se volvieran incontrolables. Slo as poda asegurarse la armona entre los hombres y en el universo. Para esto era
necesaria la educacin, que comprenda dos aspectos. El pueblo deba pedir la yuda del gobernante para completar su educacin, para
as permitir que su bondad potencial se manifestara, mientras que
la funcin del gobernante era obedecer el mandato del Cielo Y promover la educacin moral de los ciudadanos. En las relaciones sociales entre padre e hijo, hermano mayor y menor, gobernante y
gobernados, el primer miembro de cada par constitua el Yang, mientras que el segundo representaba el Ying, el principio activo [sic].
Pese a que algunas de estas ideas pueden obviamente parecer
ingenuas a la mentalidad moderna, expresaban una necesidad sentida en el confucianismo, a saber, contar con una base cosmolgica
21 Obviamente, podra utilizarse el trmino "naturaleza humana" (hsing) en un
sentido ms extenso que incluyera el deseo y el sentimiento. En un sentid<;_ ms estrecho se aplica a la naturaleza humana que posee las virtudes confucianas, tales corno
la benevolencia (ver nota 14), en embrin o en potencia.
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71
para su humanismo tico. Sin duda siempre existi, hasta cierto punto, un fundamento cosmolgico o metafsico implcito en la nocin
del mandato del Cielo y en la armona del sabio con el universo.
Sin embargo, la absorcin de la cosmologa Ying-Yang supuso una
estructura cosmolgica ms explcita. Resulta comprensible que algunos confucianistas consideraran tales ideas como agregados indeseables; pero la tendencia a desarrollar especulaciones cosmolgicas se intensific posteriormente en el neoconfucianismo.
Huelga decir que cualquier filosofa oficial, patrocinada desde el
gobierno, tiende'a fosilizarse o a degenerar en un escolasticismo rido. Ante todo, su funcin como ideologa estatal es conservar el orden establecido ms que fomentar un cuestionamiento radical. Sin
e~bargo, a condicin de que otros modos de pensar no estn prohibidos, los lazos entre una filosofa particular y el regimen poltico
puede estimular otras maneras de pensar llenas de nueva vida. Un
ejemplo de ello es el desarrollo del neotaosmo en China.
Sin embargo, la razn para el desarrollo del neoconfucianismo
es diferente. En los ltimos aos de la dinasta Han, China se dividi, Y en el ao 220 d.c., despus de su cada, sobrevino un perodo
de corrupcin, guerra e inestabilidad poltica que trajo consigo un
profundo deterioro econmico. Esta situacin estimul el inters por
la filosofa, especialmente el taosmo, que se asociaba a una actitud
de repliegue y de distanciamiento de la vida poltica. (En el ao 589
d.c., bajo la dinasta Sui, el imperio se reunific despus del perodo
de las dinastas del Norte y del Sur.)
Sin embargo, no se trataba simplemente de una actitud escapista,
de bsqueda de refugio ante los problemas de la poca. Mientras
que los confucianistas se inclinaban a pensar que la existencia de ciertas
instituciones estaba determinada por el Cielo;22 y que el correspondiente sistema de tica social era eternamente vlido los neotaostas
o al menos algunos de ellos, si bien haban retomad~ ciertos elemen~
tos de la tica confuciana e incluso algunas de las reglas morales,
sostenan que las instituciones y las costumbres que haban sido tiles en un momento dado podan volverse anacrnicas y dainas, ms
que contribuir al libre desarrollo de las potencialidades del hombre.
Este punto de vista coincida con el rechazo original del taosmo a
atribuir ciertos valores convencionales humanos a la realidad en ge-
Sin emb~rgo, haba algu~os confucianistas de mentalidad naturalista que utilizaban poco la Idea de que el C1elo pudiese querer cualquier cosa.
23 Esta idea no era nueva. En el Lao Tzu se describa el Tao como el vaco, mientras que el Chuang Tzu (por ejemplo, en el captulo 12) dice que el. Tao se. origina
del no ser (aunque esta no es la nica manera de expresarlo). Kuo Hsmng objet que
el ser no poda originarse del no ser.
22
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.t
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Pero el acento en el estudio objetivo de los principios Y de la forma de las cosas pudo haber sido suficiente para estimular un cambio hacia el conocimiento cientfico, aun cuando, de hecho, esto no
haya ocurrido. 25
Dentro de las tendencias del neoconfucianismo que algunos llaman idealistas, y que florecieron sobre todo b&,jo la dinasta Ming,
se puso ms insistencia en el auto~onocimiento, de la mente, en es~e
cial en los principios morales mnatos. Segun Wang-Yang-mmg
(1472-1529), la investigacin de los principios especficos de
o.bjetos externos tiende a dispersar la atencin de la mente ~ a mqmetarla, y la paz y la tranquilidad slo pueden alca.nzarse SI la ~ente
busca el bien supremo dentro de s misma, espec1alT?ente hac1en~o
uso y practicando los principios del Jen (humamdad o esencia
humana).
.
.. ,
.. ,
Podramos agregar que Wang Fu-ch1h, que VIVI~ la tra.nsicton entre los perodos Ming y Manch (1619-1692), al m1~mo tiempo q~e
aceptaba los conceptos de principio, fuerzas matenales, subs~anc1a
y funcin, rechazaba toda teora que tuviese que ver con. en~1~ades
abstractas como el Gran Absoluto, la Va o Tao Y el pnnc1p1o de
la Naturaleza. Segn l, el mundo estaba formado ta~ s~l~ por objetos concretos. Podemos hacer una distincin ent:e pnncipio Y ~uer
zas naturales, pero no tienen existencia independiente. Los ta01s:as
consideraban el no-ser como una locura. Un perro no es un coneJo;
pero no existe una entidad denominada no~ser, ni el Vaco absoluto
del budismo se refiere a realidad alguna, m tampoco el Gran Absoluto 0 Principio de la Naturaleza del neoconfucianismo, a men~s
que se trate simplemente de una manera global de hacer referencia
a los principios de los objetos concretos.
.
..
.
Es suficiente lo aqu expuesto para sefialar la ImpreclSln que Significara afirmar que los filsofos chinos no tenan int~r~ en los temas cosmolgicos y metafsicos. Incluso en el confuci.amsmo, ~ue
muchas veces es considerado simplemente como un sistema. t~co,
se hizo sentir la necesidad de una visin del mundo que sirVI~ra
como base a la teora tica. Esto resulta lgico, ya que el confucianismo se centraba en el tema de la naturaleza humana, y los seres
humanos son, obviamente, parte de un todo ms amplio. Es I?s,
desde sus inicios, existi la conviccin de que el sabio confucmno,
estaba en armona con el cielo, con el universo como UD todo, as1
!os
25
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prctico; los budistas, los taostas y los confucianistas estaban preocupados por lo que ellos consideraban un tipo de vida deseable para
el hombre. Por ello, no es de extraar que con frecuencia encontremos en la filosofa china una cierta insistencia en la estrecha relacin entre el conocimiento y la accin.
Es obvio que Confucio consideraba que el conocimiento tico derivaba de la accin y la auto-formacin morales. As, por ejemplo,
los gobernantes deban conocer el mandato del Cielo o de la Va
para poder dirigir a su pueblo en armona con este tipo de conocimiento. Sin embargo, para encontrar una exposicin explcita de la
relacin entre el conocimiento y la accin,. es necesario incursionar en
perodos posteriores. Por ejemplo, Chu Hsi, el neoconfucianista del
siglo XII, escribi que el conocimiento y la accin son indispensables el uno al otro. Desde el punto de vista del orden, es decir, desde
una perspectiva temporal, el conocimiento viene primero, pero desde el punto de vista de la importancia, la accin ocupa un lugar predominante. Es indispensable conocer para poder actuar; pero si alguien posee un conocimiento y no es capaz de actuar de acuerdo
con l, su conocimiento se vuelve vano o superficial. Slo a travs
de la accin se obtiene la experiencia que transforma la cualidad de
todo conocimiento. Es necesario actuar sobre lo ya conocido y
profundizar el conocimiento con miras a perseverar en la accin.
Wang Yang-ming (1472-1529) expres este punto de vista incluso
ms enrgicamente; este personaje, que desempe varios cargos administrativos, pese a que tuvo enemigos y, en consecuencia, algunos problemas, afirm que no se trataba simplemente de decir que
es necesario tener conocimiento antes de actuar y que el conocimiento
debera llevar a la accin. Sin duda esto es cierto; sin embargo, equivale a sostener que el conocimiento y la accin son objetos diferentes, mientras que para Wang Yang-ming constituan una unidad. La
accin es el complemento del conocimiento y, sin accin, lo que aparentemente es conocimiento, no lo es en realidad. Por ejemplo, tendemos a pensar que un hijo puede saber cules son sus obligaciones
para con sus padres y, sin embargo, no cumplir con ellas, y que por
lo tanto el conocimiento y la accin deben ser independientes, aun
cuando el primero debe conducir a la segunda. Sin embargo, en realidad, el "conocimiento" del hijo no es realmente conocimiento, ya
que si lo fuera se vera complementado por la accin. Esta doctrina
podra recordarnos la concepcin que Josiah Royce tena sobre las
ideas como acciones incipientes o inicios de la accin.
En la seccin anterior present la especulacin cosmolgica y metafsica en China como una corriente que intent proporcionar una
doctrina etica que tuviera una base o marco de referencia slidos.
Esta apreciacin est sujeta a mltiples objeciones. Por ejemplo, podra objetarse que la especulacin cosmolgica se remonta a pocas
muy remotas del pensamiento chino y que sus orgenes estn probablemente relacionados con la prctica de la prediccin. A este punto de vista que acabo de presentar podra objetrsele que no hace
justicia a todos aquellos pensaaores chinos que tuvieron un inters
genuino en los temas cosmolgicos en s mismos. Sin embargo, este
tipo de aproximacin por lo menos resalta la primaca de la tica
dentro del pensamiento chino. No obstante, la tica tena un sentido
26
Debo esta distincin al profesor Fung Yu-lan. La expresin "el budismo en China" se refiere al budismo impurtado de la India, mientras que el "budismo chino"
e.s el budismo absorbido por la cultura.
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Como era de esperarse, en el caso de un confucianista, el contexto principal de la teora de Wang Yang-ming sobre la unidad del
conocimiento y la accin es un contexto tico. A la vez, la teora
es~. expresada de modo bastante general, sin ninguna restriccin explicita a la esfera de la tica. Algunas de las afirmaciones de Wang
Yang-ming dan lugar a ciertas preguntas. Por ejemplo, consideremos su afirmacin de que slo es posible saber lo que es el dolor
cuando ste se ha experimentado en carne propia. Sin saber lo
que es el dolor equivale a conocerlo por experiencia la afirmacin
resulta tautolgica. Sin embargo, si interpretramo~ que 'conocer
lo que es el dolor' se refiere al conocimiento cientfico de la naturaleza del dolor, podra cuestionarse la veracidad de la afirmacin.
En todo caso, resulta claro que se da un sentido bastante amplio
a. lo~ conceptos ~e 'co.nocimiento' y 'accin'. El concepto de conocimiento parece mclUir no slo el conocimiento mismo sino tambi? conocimiento por experiencia, y al parecer la accin incluye
actlVIdad.es tales como el sentir. Segn Wang Yang-ming, cuando
uno percibe un mal olor (lo conoce) de inmediato siente disgusto
(acta).
:1
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-1
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27 Sobre este tema. ver los escritos de Joseph Needham. tales como Science & Civilization in China, Vol. 2 History oj scientific thoughty Clerks and Crajtsmen in
China and the West.
28 Los chinos tenan relojes mecmcos, aunque bastante estorbosos, antes de la
lle_gada a China del jesuita Matteo Ricci, que llev relojes y otros instrumentos hacia
fines. del siglo XVI. Ricci muri en Pekn en 1610.
PoR ''Religin histrica'' entiendo una religin que existi o que existe como fenmeno social y cultural. En otras palabras, una religin
que existe ya como dato histrico cuando el filsofo comienza a
reflexionar sobre la religin. As, podemos distinguirla de una
religin inventada por un filsofo y que comprenda, por ejemplo,
aquellas creencias que el filsofo considere que aceptaran los seres
humanos si fueran totalmente racionales, de acuerdo con el criterio de
racionalidad del filsofo. Me parece que un ejemplo de este ltimo
tipo sera el concepto de "religin natural" propuesto por algunos
filsofos de la Ilustracin en el siglo XVIII.
Hay que admitir que es difcil hacer distinciones tajantes de este
tipo. Augusto Comte invent una religin: la religin de la Humanidad. Supongo que es lcito considerarla como un fenmeno social
histrico en cuanto fue adoptada por los miembros de una especie
de iglesia positivista pero apenas si floreci. Obviamente, esta religin representaba ciertas ideas excntricas del famoso filsofo positivista y fue incapaz de ganarse adeptos, aun entre aquellos que
aceptaban la lnea general de pensamiento expresada en la filosofa
de Comte. A mi juicio, la existencia, muy limitada, de una iglesia
positivista no resta validez ni utilidad a la distincin que se mencion arriba.
En este contexto nos ocupamos slo de las religiones histricas
que existieron en las culturas que tenan una tradicin filosfica reconocible y, por lo tanto, en las que poda haber interrelaciones
entre la filosofa y la religi0n.
De hecho, en algunos casos puede haber diferencias de opinin
en cuanto a si es adecuado o no describir x como una religin. Por
ejemplo, algunos autores han sostenido que el budismo es ms bien
un sistema tico que una religin. Si este juicio se basa en el hecho
de que el budismo no incluye la creencia en un Dios personal trascendente, entonces presupone una definicin de la religin en la que
se tome como paradigma el tesmo, tal como lo ejemplifican el judasmo, el cristianismo y el Islam. Puede adoptarse este tipo de de82
83
finicin, si se desea; pero es un hecho que, segn algunas definiciones ms amplias de religin que han sido propuestas, el budismo s es una religin. Adems, cmo podramos describir el budismo de la Regin Pura -en el cual aquellos que invocan el
nombre de Amitabha Buda son admitidos en el paraso occidental por
la gracia de Buda- sino como una religin? Algunos autores distinguen entre el budismo como reiigin y el budismo como ftlosofa. (El
budismo de la Regin Pura del Japn haca especial hincapi en la
salvacin por la fe nicamente). Sin duda, puede hacerse una distincin aproximada de este tipo, y de hecho, es necesario hacerla si se
quiere discuth la filosofa budista; pero hay que recordar que el pensamiento de las escuelas budistas surgi dentro, y no fuera, del
budismo. Si bien la mayora de los adeptos del budismo no poda apreciar la especulacin abstrusa de algunas sectas o escuelas budistas como una religin popular, las escuelas no perdieron nunca de vista la
concepcin budista de la meta ltima de la vida humana.
No es arriesgado suponer que la mayora de la gente considera
el budismo como una religin. El caso del confucianismo es muy
distinto. Con seguridad, puede decirse que el confucianismo ocup
un sitio casi tan importante en China como lo eran la religin y
el derecho en el mundo occidental. Es ms, hubo varios intentos de
convertir al confucianismo en una religin. Pero ninguno tuvo xito. Y si bien de acuerdo con algunas definiciones muy amplias de
religin puede incluirse el confucianismo entre las religiones, muchas personas juzgaran que el describir as la ideologa oficial o
la doctrina tica y social de la China imperial podra conducirnos
al error.
Entonces, si se adopta como paradigma una definicin basada en
la seleccin de una o varias religiones, se estar excluyendo de stas
una cosa que generalmente se considera una religin, o bien se la
juzgar deficiente en la medida en que le falte tal o cual caracterstica
mencionadas o implcitas en la definicin. Sin embargo, si se adopta
una definicin muy amplia que abarque todo lo que comnmente se
describe como religin, podra verse que cubre tambin ciertos
fenmenos que muy pocos calificaran de religiosos. No obstante,
las definiciones amplias son tiles: pueden servir para hacer vacilar
ciertas ideas convencionales firmemente arraigadas y permitir que
advirtamos actitudes religiosas que antes no reconocamos como
tales. Pero, puesto que no queremos vernos envueltos en una discusin prolongada de estos temas, nos limitaremos aqu a ciertos
aspectos de las relaciones entre la filosofa, por una parte, y el hinduismo, el Islam y el cristianismo, por la otra.
84
2 Algunos
85
4 Aqu se utiliza la palabra "yogui" en un sentido general. Con el paso del tiempo
surgi y se desarroll una escuela Yoga especfica (generalmente asociada a la escuela Samkhya), pero algunas veces, como aqu, se utiliza la palabra "yogui", no en
el sentido limitado de las tcnicas empleadas por la escuela Yoga, sino en un sentido
ms amplio, que cubre la contemplacin introspectiva en general, la bsqueda de
la realidad absoluta dentro del yo.
5 El iitman no es "apariencia". El yo emprico individual es de naturaleza,pura
86
ligin. Sin embargo, aun cuando sus ataques a otros pensadores eran
algunas veces excesivos en su tono, 8 ciertamente contaba con buenos argumentos en contra del monismo.
Las escuelas Advaita y Dvaita eran diametralmente opuestas.
Dentro de la tradicin Vedanta hubo otra lnea de pensamiento
que generalmente se conoce como no-dualismo calificado, cuyo
expositor, Ramiinuja, vivi en el siglo XII y fue, por lo tanto, posterior
a Sarhkara y anterior a Madhva. Por una parte, el pensamiento de
Ran~muja represent una reaccin en contra del monismo de la escuela
Advaita. Esto es, defenda la tradicin religiosa del culto y la devocin y, por ende, sostena que deba haber una distincin entre el
espritu humano y Brahmn, concebido como una entidad personal. Ya que, sin esta distincin, el culto y la devocin a Dios careceran de sentido. Por otra parte, Ramanuja no tena intenciones de
dejar fuera aquellos pasajes de los Upanishads en los que se afirma
claramente la unidad del espritu humano con Brahmn. As, su tarea como filsofo consisti en encontrar una manera de reconciliar
estos dos puntos de vista. En su intento por lograrlo, utiliz la analoga de la relacin entre el alma y el cuerpo. Por una parte, no podemos sencillamente identificar el alma con el cuerpo sin hacer una
distincin entre ambos. Por la otra, no podemos considerarlos
como dos entidades totalmente separadas. Sin el alma, el cuerpo
humano no es el cuerpo humano. Y es el alma la que dirige sus acciones.
De manera similar, puede considerarse que el mundo de los seres
sensibles y de los seres no sensibles es el cuerpo de Dios, el cuerpo
cuya causa eficiente y material es Dios. Al parecer, se inferira de
esto que los cambios en las criaturas son cambios en Dios, y que
si se mueve una criatura, se mueve Dios. Sin embargo, Ramanuja
sostena la inmutabilidad de Dios en s, de su naturaleza esencial.
nicamente puede cambiar en el cuerpo que procede de l y que depende de l como su alma. Obviamente, se requiere de alguna distincin como la que hace la filosofa de Spinoza entre Natura naturans y Natura natura/a. 9
apanencm corresponde a Nirguna-Brahmn el Absoluto suprapersonal. Obviamente, esta filosofa habr de hacer hincavi en el conocimiento. Por una parte, no se trata de lograr la uni; del yo interior con
Brahmn, sino de recoqpcer que esta unin es un hecho, si bien est
oc~lta bajo el velo .de la ignorancia. Por otra parte, en lo que se
refiere a la vida prctica cotidiana y al conocimiento, lo Mltiple es bastante real; pero slo se le llega a percibir como apariencias
que ocultan el Uno en un nivel superior del conocimiento. As,
como para Spinoza, es de gran importancia una teora que afirme
la existencia de diversos grados de conocimiento. 6
En cuanto a la escuela "dualista" o Dvaita Ved~mta, uno de cuyos representantes de mayor importancia fue Madhva (en el siglo XIII), observaremos que predomina una lnea ms testa de los
Upanishads. Se pone acento en la devocin, el amor y el servicio a
Dios; este acento implica una distincin entre el espritu humano
Y Dios. Hay una relacin yo-t para utilizar una frase tomada de la teologa moderna. En la escuela Dvaita Ved~mta, la conciencia del yo se
hace explcita, por as decir, a travs del aspecto devocional de la
religin hind, del movimiento de la bhakti. Pero si bien es cierto
que la filosofa de Madhva tiene sus races en la religin, no por
ello deja de ser filosofa. Madhva no slo apela a los textos sagrados
sino tambin a la experiencia, a nuestra experiencia de la pluralidad,
Y. ~ parece una tontera hablar de una forma de conocimiento
que trascienda la relacin sujeto-objeto. As como para el fenomenlogo moderno la conciencia es esencialmente conciencia de, para
Madhva el conocimiento es en esencia conocimiento de. Esto implica una distincin entre el sujeto conocedor y lo conocido, y no podramos hablar de una manera inteligible de un conocimiento que
trascienda esta distincin. Madhva se opona firmemente a los Advaitines Y los acusaba, algo injustamente? de haber destruido la remente fenomnica; pero no lo es el yo interior y permanente, el tman, que es uno
con Brahmn.
6
Para Spinou, lo Mltiple es ya, por as decir, los diversos modos de una sola
sustancia. Pero m1 necesariamente se reconoce a stos corno tales. La teora de los
diferentes niveles o grados de conocimiento es una caracterstica importante del pensamiento de Spinoza.
7
Sari1kata no abrigaba la ms mnima intencin de destruir la religin. Era un
reformud.f religioso, y se dice que fund varios monasterios. No pretenda privar
a la gente de su fe. Pero desde luego, an as, Madhva pudo afirmar que el aceptar
87
la idea del Absoluto suprapersonal era incompatible con la actitud religiosa correcta, tal corno l la entenda.
s Madhva tenda a condenar al infierno a aqullos con quienes estaba en profundo desacuerdo. Parece haber sido el nico, entre los pensadores ms conocidos de
la India, que abraz la creencia en un castigo sin fin. Algunos autores han dado por
hecho que torn prestada la doctrina del infierno del cristianismo. Es posible; pero
la mera posibilidad no basta para fundamentar una aseveracin categrica en el sentidJ de que A torn una idea prestada de B.
9 Vale la pena sealar que en ocasiones Riimanuja, y despus Madhva, traduje-
88
La filosofa Vedanta es un ejemplo claro de la reflexin filosfica que se origina en el seno de la religin y que permanece dentro
de sta. Por este motivo la eleg como ejemplo de un tipo de relacin entre la filosofa y la religin. Como pudo observarse en el segundo captulo de este libro, todas las escuelas vdicas tenan una
orientacin religiosa en cierto sentido. Pero en el caso de algunas
escuelas, sus orgenes remotos son oscuros. Y algunos rasgos como
la lgica Nyaya y el atomismo Vaisesika, no se derivaban simplemente de la reflexin en torno de Jos textos sagrados. De hecho, podemos decir que la escuela Mmms tuvo su origen en el seno
de la religin y permaneci dentro de ella. Pero la escuela Vedanta es
la ms famosa y la que ms influencia tuvo.10 Para aqueJios que slo tienen un conocimiento superficial del pensamiento clsico de la
India, suele representar la filosofa de la India en general.
de luego, es muy arriesgado afirmar que se tiene cierto conocimiento del budismo original; pero est bastante claro que el mensaje
de Buda era simple, por Jo que toca a la comprensin (obviamente, la
prctica es otro asunto), y que la especulacin metafsica no formaba parte de l. 12
Hasta el mensaje relativamente simple del budismo original dio
lugar a ciertos interrogantes entre las mentes habituadas a la reflexin. Por ejemplo, se consideraba que todas las cosas eran fenomnicas. Es decir, que no eran autosuficientes. Su existencia era el efecto
y dependa constantemente de las condiciones; y stas eran transitorias, puesto que se encontraban en un estado permanente de cambio. Esto se interpretaba como que no hay cosa alguna que tenga
una sustancia o una esencia inmutable. El yo no es una excepcin.
En otras palabras, rechazaban la teora del iitman, del yo interior
permanente. El yo consista en una sucesin de estados. Surgi entonces la pregunta de si tena cada uno de ellos una duracin. Para decirlo en otras palabras, la idea general de lo efmero de las cosas
(todas las cosas cambian y son transitorias) condujo a un anlisis
lgico o filosfico de la idea, y se desarroll la teora de la momentaneidad, de los estados momentneos, en el budismo Hinayana. Obviamente, esta teora dio origen a algunos problemas para explicar
el sentido de una identidad personal continua, y el rechazo por parte
de la escuela Sautrantika de la idea de que existe un elemento esttico en la vida, por as decir, de un estado mental, no redujo este tipo
de problemas. Porque si cada elemento sucesivo fuera un momento
que se desvanece, cmo podra causar el siguiente estado? No
habra tenido tiempo, por as decir, de causar nada. Cmo se
explicara la memoria? No es de extraar que con el paso del tiempo
haya surgido una tendencia a reintroducir la idea del yo permanente,
representada en el budismo de la India por los Pudgalavadines.
Pero no se trataba simplemente de una cuestin de memoria. El
budismo enseaba que el ser humano era afectado por las acciones
buenas y malas. No obstante, si el yo era reducible a estados momentneos sucesivos, cul era entonces el agente de las acciones buenas o malas? El budismo Hinayana en general trata de resistir cual-
89
12 Los pensadores del budismo Mahayana tendan a afirmar que sus enseanzas
expresaban una doctrina esotrica impartida por Buda hacia el final de su vida a ciertos
discpulos elegidos, y que el budismo Hlnayana representaba una etapa del camino.
El mero hecho de que lo afirmaran indica que tenan conciencia de la diferencia entre sus especulaciones y lo que otros afirmaban que era la autntica doctrina de Buda.
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-.
91
ni salvados. Asimismo, nadie alcanza la iluminacin. Estas afirmaciones pueden parecer no slo paradjicas, sino tambin incompatibles como las creencias budistas acerca del destino humano. No
obstante, es de suponer que se extraan conclusiones de la concepcin fenomnica del mundo. La distincin entre el salvador y el salvado es de carcter fenomnico. Tambin lo es la distincin entre
el iluminado y el no iluminado. Todos los fenmenos son "vacos",
y en ltima instancia, lo nico que existe es el Vaco. Una vez ms,
cobra importancia la pregunta de si ha de entenderse el Vaco como
No Ser en un sentido literal o en el sentido de un Absoluto vaco
para nosotros en la medida en que trasciende nuestro pensamiento
y nuestro lenguaje.
Hemos estudiado brevemente la tradicin Vedanta y la filosofa
budista como ejemplos de religiones que dan origen a la filosofa
mediante la instrumentacin de la reflexin. Sin embargo, el hecho
de que se las haya estudiado separadamente no implica que fueran
del todo heterogneas. De hecho, existe una semejanza obvia entre
cierras formas del budismo Mahayna y la filosofa de Sarhkara.
Es ms, el propio Sarhkara -como lo hizo, antes que l, el budista
Nagarjuna- criticaba algunas de las ideas budistas de la causalidad (sin embargo no podemos discutir aqu hasta qu punto puede
haber influido en Sarhkara la filosofa del Vehculo Medio de Nagrjuna; en todo caso, Sarhkara no adopt el mtodo dialctico caracterstico de Nagarjuna.
po, hay algunos pasajes del Corn que parecen implicar una doctrina de la predestinacin divina. Por ejemplo, en varias ocasiones se
afirma que Dios pierde a los malhechores.16 Por lo tanto, cuando los
musulmanes comenzaron a reflexionar seriamente sobre las implicaciones de lo que se deca en el Corn, naturalmente surgi la
discusin en torno la cuestin de la libertad humana. Tambin se
preguntaron si era posible conocer los preceptos morales sin la
revelacin. Si todos los seres humanos estn sujetos al juicio divino,
independientemente de que conozcan o no el Corn y sus enseanzas
o hayan recibido la revelacin, entonces debe series posible descubrir, mediante el uso de la razn, los principios de conducta que deben observarse para alcanzar la salvacin. O acaso arregl Al las
cosas de manera que aquellos que no se vieran favorecidos por el
conocimiento revelado estuviesen condenados al infierno?
Desde luego, estas preguntas surgieron y se discutieron en un marco teolgico, y los distintos grupos de telogos ofrecieron respuestas diversas. El desarrollo del pensamiento filosfico en una escala
mayor se debi al contacto del Islam con otras culturas, ya sea a
travs de la literatura o por la expansin del Islam fuera del mundo
rabe. As, en el curso de su desarrollo en Persia, el pensamiento
islmico estuvo en contacto con las ideas de Zoroastro y aun con
la filosofa de la India. Es difcil, claro est, determinar hasta qu
punto influyeron en los pensadores musulmanes las ideas religiosas
y filosficas de las culturas ya existentes. Pero era de esperar que,
en el nivel intelectual, los conquistadores se vieran afectados por el
pensamiento de los pueblos cultos que se encontraban bajo su dominio, aun cuando se proponan mantener la religin del Islam.
Por lo que toca a Occidente, el contacto ms importante fue el
que tuvo el Islam con la filosofa y la ciencia griegas a travs de la
literatura. Los eruditos cristianos de las escuelas nestoriana y monofisita del Medio Oriente tradujeron al sirio obras de Aristteles
y de otros filsofos griegos, as como escritos sobre matemticas y
medicina. Los conquistadores rabes prcticamente no interfirieron
con este trabajo. De hecho, cuando la dinasta de los Abasidas ascendi al poder en Bagdad, los gobernantes dieron la bienvenida a
92
EL ISLAM Y LA FILOSOFA
Sin duda, el mensaje de Mahoma (c. 570-632 d.c.) les pareca sumamente simple a sus discpulos inmediatos: hay un solo Dios, y
Mahoma es su profeta. (Se consideraba que Mahoma era el ltimo
Yel ms grande de los profetas, pero no el nico. El propio Mahoma reconoca a Moiss, por ejemplo, como un profeta.) Supongo
que esta simplicidad ha sido uno de los mayores atractivos del Islam. Sin embargo, el Corn dio lugar a algunas preguntas en la mente
reflexiva. Por ejemplo, la gente debe obedecer la voluntad de Al,
y en el texto sagrado abundan las referencias a los premios y castigos en la vida futura. As, sera natural suponer que los seres humanos son libres de obedecer o desobedecet, y que aquellos que
reciben un castigo despus de la muerte son castigados por haber
hecho algo que pudieron haberse abstenido de hacer. Al mismo tiem
<
93
16 Cf. captulos (suras) 14, 16,45 y 61. Me parece que el Corn presupone claramente que el hombre es libre de obedecer o desobedecer. Sin embargo, los telogos Mu'taz~litas, que hacan hincapi en la libertad del hombre y el poder de la razn, eran
vtstos por sus colegas conservadores como culpables de haber contaminado la ortodoxia religiosa.
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17 En aquel tiempo se atribuan a Aristteles, por error, algunos tratados neoplatnicos. Adems, haba comentadores 1eoplatnicos de la obra de Aristteles.
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18 Ver Averroes on the Harmony of Religion and Philosophy, traduccin, introduccin y notas de G.F. Hourani. Por cierto, es incorrecto atribuir a Averroes, como lo han hecho algunos autores, la idea de que una proposicin puede ser verdadera y falsa a la vez.
19 Al-Ghaza!i, que era filsofo, atac a Al-Farabi y a Avicena de manera sistemtica. A verroes escribi una rplica; pero no por esto dejaron de despertar sospechas
sus propias ideas.
20 Hace algunos aos el autor convers con un musulmn de origen pakistano que
ocupaba una posicin elevada en el mundo de la educacin y que pensaba justamente as.
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97
los telogos musulmanes conservadores, ya que haca de la filosofa el juez de la verdad expresada en la revelacin. Sin embargo, en
las lneas de pensamiento que culminaron en la gnosis o sabidura
persa, el pensamiento filosfico estaba estrechamente ligado a la religin, y no tanto a la religin esotrica musulmana como a la espiritualidad mstica y esotrica del Islam. Por ejemplo, Mulla Sadr
sostena que slo era posible aprehender la unidad del ser por medio
de la iluminacin mstica, y Sabzawa, que era a la vez mstico
y filsofo, pensaba de modo muy similar. As, la filosofa tiende a
convertirse en una explicacin conceptual de lo que se aprende por
medio de la iluminacin espiritual. Obviamente, no todos juzgan
aceptable este tipo de filosofa. Y nos preguntamos si podr sobrevivir el Islam, en vista de las influencias occidentales. No obstante,
podemos sealar que el factor bsico de unificacin entre los musulmanes es la religin. Y si la filosofa en el Islam se divorciara
por completo de la religin, 24 ciertamente la fe religiosa se vera
afectada.
FILOSOFA Y RELIGIN MODERNAS OCCIDENTALES
Posiblemente se piense que lo que se ha dicho en este captulo hasta el momento es parcial o indebidamente selectivo. Por ejemplo,
se tom en cuenta la escuela Vedanta como un ejemplo obvio de
una reflexin filosfica de origen religioso que se origin en el seno
de la religin. Sin embargo, podemos discernir otros intereses en
la filosofa de la India en conjunto. Podemos encontrar fcilmente
ejemplos de una curiosidad "desinteresada" en la naturaleza del universo fsico.
Sin duda, esto es cierto y se aplica tambin, aunque de manera
distinta, a la filosofa griega. Es decir, se puede hacer hincapi en
el espritu cientfico del pensamiento griego a un grado tal, que se
subestimen o incluso se ignoren sus filiaciones religiosas y la orientacin hacia la religin de !as diversas etapas de la filosofa griega.
La opinin de que en la Grecia europea el pensamiento filosfico no
24 Desde luego, esto ha ocurrido en algunos casos aislados. Pero arriba se hace
referencia al pensamiento filosfico en general. Me parece que para que el islamismo
siga siendo viable en el nivel intelectual, es muy necesario que se repiense su filosofa
de orientacin religiosa. Esta era, ms o menos, la visin que propona Mohammcd
lqbiil (1877-1938), un filsofo musulmn de origen pakistano, en su Reconstmction
of Relirious Thourht in Islam (Londres, 1951).
98
25 Algunos telogos deseaban liberar la fe y la teologa cristianas de lo que consideraban como la contaminacin de la metafsica grecoislmica. No obstante, tambin circulaba una idea ms rigurosa de lo que constitua una prueba, una demostracin lgica. Esto puede verse, por ejemplo, en el pensamiento de Nicols d' Autrecourt. Algunas de sus ideas pueden ser calificadas de "empiristas", por lo que se
refiere a su Ct'ntenido. Pero su enfoque era lgico. Se ha probado tal o cual teora
en un sentido cstrit-to de la palabra "prueba"?
99
100
mundo. Es ms, se entiende que todas las formas de lenguaje religioso, ya sea la cristiana, la budista o cualquier otra, expresa una
forma de vida en la que est arraigada. Por otra parte, en la medida
en que se considere que el filsofo es capaz de juzgar todas las religiones desde el exterior, se arguye que slo aquellos que participan
en la forma de vida en la que est arraigado y se expresan en l, podnin comprender un juego de lenguaje dado. 26 Puede juzgarse que
e::le argumento expresa una comprensin de la religin basada en
algn tipo de experiencia religiosa.
El autor tiene sus reservas en cuanto a la teora de los juegos de
lenguaje, si se conciben estos juegos como totalmente autnomos,
en un sentido que implica que la persona que no participa de la forma de vida relevante ni utiliza en realidad el lenguaje correspondiente,
es incapaz de entenderlo, y en el sentido de que no existen criterios
que puedan aplicarse, por as decir, ms all de cierto lmite. Ahora
bien, tenemos alguna justificacin para hacer una distincin tajante
entre aquellos que estn dentro de la religin y Jos que se encuentran fuera de ella? Debemos dar cabida a todos los diversos grados.
Por otra parte, si en una religin se hacen afirmaciones que supuestamente aseveran los hechos relacionados con el asunto que se
discute, me parece bastante legtimo que se pregunte si estas
afirmaciones se conforman o no a las condiciones que puedan
modificar su significado. Es ms, si postulamos la existencia de
juegos de lenguaje totalmente autnomos, al parecer estaremos
implicando que puede haber un lenguaje a la vez pblico y privado:
pblico, en el sentido de que lo utilizan y lo entienden los miembros
de un grupo o sociedad, y privado, en el sentido de que un extrao
no puede entenderlo. Podra existir realmente un lenguaje que slo
entiendan de hecho los miembros de un grupo determinado. De acuerdo con la lgica, no es imposible que de hecho nicamente los chinos
conozr.an y entiendan la lengua china. Pero aqu nos ocupamos de la
inteligibilidad en principio. Desde luego, podramos decir que es cierto, por definicin, que slo un cristiano entiende el cristianismo. Para
esto, basta con atribuir a la expresin "entender el cristianismo"
un significado tal, que necesariamente se derive que aquellos que
26 Debemos cn!er que, mientras que el lenguaje de primer orden no es comprensible para aqueilos que no toman parte en la forma de vida relevante, s lo es, en
cambio, lo que se dice del lenguaje de segundo orden? No veo cmo pueda ser as.
Si, por ejemp~::>, SI! considera el lenguaje de la teologa cristiana como de segundo
orden, cmo es po:.ible entenderlo, si no se entiende el lenguaje de primer orden?.
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CONCLUSIONES
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"yo" debe entenderse como un concepto que har.e refPrencia al cuerpo vivo y no a algo distinto al propio cuerpo.
Al parecer, algunos materialistas han sostenido que el alma y el
cuerpo son una misma cosa, en el sentido de que slo existe el cuerpo. Ellos argumentaban que no exista ningn tipo de evidencia que
pudiera apoyar la visin de que despus de la muerte un alma se
separa del cuerpo. Sin embargo, otros materialistas defendieron apa::
rentemente un punto de vista algo ms complicado, al afirmar que
la conciencia constitua un epifenmeno o un producto intermedio
del proceso de organizacin de la materia. Segn ellos, exista un
yo emprico o ego que no poda ser identificado simplemente con
el cuerpo tangible; pero argumentaban que no haba suficientes razones para suponer que el yo emprico o conciencia constitua una
entidad substancia que sobreviva a la muerte.
Los materialistas eran dogmticos en el sentido de que sostenan
una doctrina particular que exclua la creencia en un alma inmortal
y que determinaba su interpretacin de frases y afirmaciones que
a primera vista parecan entrar en conflicto con el punto de vista
materialista. No obstante, parece ser que en el perodo prebudista
existieron escpticos que dudaron de la posibilidad del conocimiento (cosa que los materialistas no hacan) y que se abstr&vieron de juzgar. El Katha Upanishad predica la doctrina de atman, pero quiz
pudiramos encontrar en l referencias a actitudes escpticas cuando el ni.o Nachiketas le dice a su padre: "Cuando un hombre muere surge esta duda: unos dicen que l 'es' mientras que otros dicen
que l 'no es' ".El ni.o desea escuchar la verdad, pero es consciente del conflicto de opiniones del cual surgi el escepticismo.
Sin duda los budistas no eran materialistas; no identificaban las
funciones mentales con las fsicas. De hecho, conforme pas el tiempo surgi la escuela idealista Y ogacara dentro del budismo Mahayana, relacionada con el nombre de Vasubandhu, para la cual slo
exista la conciencia y que tuvo que explicar el surgimiento de la conciencia emprica, la distincin entre el despertar y el dormir y los
fenmenos como el error. Sin embargo, aunque los budistas no eran
materialistas tampoco aceptaban la teoda de un yo permanente, substancial o atman.Resulta difcil saber si Buda mismo neg categricamente la existencia de iitman o si simplemente se abstuvo de juzgar
la existencia o inexistencia de un sujeto permanente de estados cambiantes. De cualquier modo, sus seguidores aportaron un anlisis
fenomenolgico del yo. Para ellos exista una continuidad de esta-
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supuesto que no todos los pensadores budistas cerraron los ojos frente a estos problemas; pero el hecho es que es muy difcil imaginar
una posible solucin satisfactoria a este tipo de problemas. Se supona que en casos excepcionales una determinada persona poda
recordar sus vidas pasadas. Pero, cmo es posible esto si partimos
de un anlisis fenomenolgico del yo ser?
Podra argumentarse que los pensadores budistas no estaban tan
preocupados por la validez o falsedad de sus teoras ni por su consistencia lgica como por demostrar su valor pragmtico. Por un
lado queran ayudar a la gente a apropiarse del "vaco" o del carcter no-substancial de los fenmenos y la doctrina del no-yo era muy
poderosa para alcanzar este fin. Por otro lado, deseaban que la gente
entendiera su responsabilidad moral y la necesidad de purificarse
para alcanzar los objetivos de la vida, y la doctrina de la transmigracion era til para este propsito. Desde el punto de vista budista
no era realmente importante si las dos teoras tenan una coherencia
lgica. Nagrjuna sostena que ninguna afirmacin es cierta por s
misma. Si decimos "esto es", debemos agregar "y esto no es". Si decimos "esto no es", debemos agregar "y esto es". Tambin deberamos
agregar "esto ni es ni no es". Sin embargo, aunque este tipo de respuesta puede expresar el punto de vista de los pensadores budistas
y su voluntad de vivir con contradicciones aparentes, es poco probable que resultara completamente satisfactorio para la mente occidental, con su preocupacin por la consistencia lgica.
Por lo que respecta a las escuelas vdicas, se haba mencionado
antes que en su gran mayora profesaban el pluralismo. Dentro de
este contexto, esto significa que las escuelas vdicas, con la excepcin de la Advaita Ved~mta, aceptaban la existencia de una pluralidad de ser como una verdad absoluta, y digo "verdad absoluta" por
la siguiente razn. La escuela Advaita Vedanta no negaba la existencia de una pluralidad del yo o de centros de conciencia a nivel
de la realidad y la experiencia fenomnicas. Sin embargo, se negaba
a aceptar dicha pluralidad como un componente de la realidad absoluta. En ltima instancia todos los yo eran uno con Brahmn. Las
otras escuelas vdicas no consideraban a la pluralidad como algo
susceptible de trascenderse por completo.
Las escuelas vdicas ofrecieron un sinnmero de argumentos para
probar la existencia de yos no materiales. Los filsofos de la escuela Nyaya-Vaisesika, por ejemplo, argumentaron que la existencia del
yo poda reconocerse como el sujeto comn de experiencias tales ca-
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'!
.,
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mo el placer y el dolor. Cuando digo "me siento halagado" soy consciente de mi yo como sujeto de una experiencia placentera, y cuando digo "siento dolor" soy consciente de mi ser como sujeto de una
experiencia dolorosa. Sin embargo, el sujeto en ambos casos es el
mismo. Puedo decir: "Senta dolor, pero ahora siento placer."
Para poder reconocer el elemento de continuidad cuando se experimentan diversos sentimientos y deseos, es necesario demostrar la
existencia de un yo continuo; de nuevo, mientras que los sentidos se
apropian de distintos objetos o aspectos de un mismo objeto, la
informacin sensitiva se integra en una experiencia nica total, y es por
eso que debemos postular la existencia de un alma que no es en s
misma un sentido. La memoria, al igual que las actividades humanas intencionadas, tambin es testigo de la existencia de un ser permanente. Por su parte, la pluralidad de almas o yos podra demostrarse, por ejemplo, por medio de la diversidad de experiencias. Mi
dolor no es tu dolor. T puedes desear algo y yo no desearlo, y podemos tener ideas diferentes.
La tradicin Sarilkhya-Yoga hizo hincapi en la diferencia entre
el sujeto y el objeto a nivel de la conciencia. La existencia de un objeto de conciencia supone la existencia de un sujeto de conciencia,
que no es en s mismo un objeto. Este sujeto es el purusha. Sin embargo, no es razonable afirmar la existencia de un solo sujeto, ya
que si lo hacemos, no pdremos explicar las diferencias obvias que
existen entre los individuos considerados como centros de conciencia y sujetos de experiencia.
Los filsofos de la escuela de Mimamsa pusieron mayor insistencia en el estudio de los textos sagrados que, por ejemplo, los filsofos de Nyaya, y solan afirmar que los argumentos vdicos acerca
de las recompensas y los castigos despus de la muerte suponan la
existencia de yos o almas distintos a los cuerpos. Sin duda alguna
esto era cierto. Sin embargo, constitua un argumento basado en la
autoridad de las escrituras, y la escuela de Nyaya pona muy poca
atencin a esta corriente de pensamiento. Sin embargo, la escuela
de Mirnarnsa apoy la idea de la existencia de una pluralidad de yos
al argumentar que si las almas fueran idnticas, una con el atman
universal, no sera posible explicar la diversidad de experiencias de
los seres humanos individuales ni las mltiples acciones intencionadas de los diferentes cuerpos. Podramos agregar que en la escuela
de Mimamsa existieron diversos puntos de vista sobre la forma en
que podra comprobarse la existencia del alma o del yo. Segn
111
112
yo liberado con el ego emprico cambiante. Es decir, el yo permanente, que alcanza o puede alcanzar la liberacin final, debe distinguirse de la pluralidad de mentes, cada una de las cuales est
vinculada a una encarnacin terrestre particular. Y qu puede ser este
yo permanente si no el sujeto trascendental que corresponde al ego
trascendental de la filosofa occidental? Aunque esto puede recordarnos el intelecto activo o agente de Aristteles, no debemos forzar esta comparacin, ya que el purusha del sistema Samkhya no
fue concebido como una substancia o entidad activa en s misma. 1
Puede ser difcil entender a primera vista por qu era necesario
para los filsofos Sa:rhkhya postular la existencia del purusha, en
vista de que consideraban que tanto los sentidos como lo que nosotros denominaramos mente, evolucionan a partir del Prakrti, la materia en evolucin y en proceso de autodesarrollo. Una de las respuestas era que el desarrollo de la Naturaleza existe en funcin del
espritu o alma.. Otra, como hemos visto, es que la consciencia
presupone un sujeto que trasciende la objetivizacin. P.ero incluso
si estas respuestas nos satisfacen, podemos preguntarnos todava por
qu la escuela de Samkhya tuvo que postular una pluralidad de los
yos espirituales. Cmo es posible distinguir un purusha de otro,
cuando el purusha trasciende toda caracterstica distintiva? Esta es
una pregunta que siempre plantearon los filsofos del Advaita Vedanta (Madhva tambin se hizo la misma pregunta). Lo que ellos
cuestionaron del punto de vista Samkhya no era tanto su concepcin del yo (como conciencia pura en la que sujeto y objeto son uno)
como la compatibilidad de esta nocin con la afirmacin de la existencia de una pluralidad de yos.
Segn Sa:rhkara, el gran filsofo de la escuela de Advaita Vedanta, la existencia del yo es evidente. Cuando alguien duda, est
afirmando su propia existencia. Ningn hombre puede poner en duda
seriamente la existencia del yo, aunque puede desconocer el carcter
de su naturaleza. Es precisamente este tema el que interesa a
Sarhkara, no slo como ejercicio terico, sino fundamentalmente
porque desde su punto de vista es de suma importancia para el hombre liberarse de la ignorancia de su verdadero yo. En otras palabras,
la liberacin, el fin de la vida y la plena realizacin de la verdad propia del yo interno, constituyen una y la misma cosa.
1 La visin del purusha como inactivo fue una de las teoras de la escuela Saxhkhya atacadas por Madhva, el filsofo Dvaita Vedanta.
113
Resulta innecesario recordar que Samkara rechazaba la identificacin materialista del yo con el cuerpo. Puedo objetivizar mi cuerpo Y ~~bo ser distinto de l. La teora budista de la momentaneidad
tamb1en fue rechazada por insostenible. La experiencia de la memoria, por ejemplo, nos demuestra que existe un yo que trasciende
los estados mutables y puede unificarlos en una sola conciencia. El
yo i~dividual es, por lo tanto, un sujeto permanente, un sujeto que
~erc1b~ Y_ que conoce los objetivos aunque no los crea. En cierto sentid~, Samkara puede considerarse un realista. Es decir, situados en
elmvel de la experiencia, en el cual puede hablarse de almas individuales, no podemos sostener que los objetivos fsicos son simplem~?te creaciones mentales del yo. El yo es sujeto, pero es un "testigo , un conocedor, ms que un creador.
A esto podra objetarse que la conciencia es intermitente. Al dorm~r ~in soar el alma no es conscieme. Por lo tanto, no puede descnbirse adecuadamente como siendo en esencia SUJeto. Cuando
se duerme sin soar, el yo deja de existir o, si lo consideramos una
r:_ea~idad perm~nente, deja de asumir el papel de sujeto. Sin embargo,
Samkara considera que el yo es consciente incluso cuando duerme
sin soar, aunque en este estado el sujeto y el objeto sean lo mismo.
Desca;te~ s?stena ~ue el alma era esencialmente un sujeto pensante. A.>I, Samkara afirmaba que el yo (jiva) es esencialmente sujeto.
Para ar~um~ntar esto tuvo que postular la existencia de una forma
de conciencia ~~e. difiere de la conciencia propia de la vigilia.
Durante la VIgilia el ser es consciente de la distincin no slo entre l Y los objetos fsicos, sino tambin con respecto al resto de los
yos. En otras palabras, a escala de la realidad fenomnica y de lo
q.ue 1~ m~yor parte de l~ gente considera la nica forma de exper:Ie~cia existe una pluralidad de yos. Sin embargo, de acuerdo con
Sa~kara, ,el.yo individual es, en realidad, una manifestacin del yo
umversal umco. Los mltiples yos de la realidad fenomnica son todos apariencias d; Brah~n ,Y son, por lo tanto, uno, un tanto que
todo~ ~?n Brahman mamfestandose. El organismo psicofsico es una
apa~IC!On del A~solu.to, pero es importante recordar que el yo en
s.I mismo, por as decirlo, es real. Lo que es fenomnico es la pluralidad d~ yos, no el yo interior o verdadero que es uno con Brahmn.
Es~a urudad c?n Brahmn es per~anente, es siempre un hecho ontolgico, pero de nmguna manera es Siempre reconocido. Para reconocer el
verdadero yo de uno mismo es necesario penetrar o hacer a un lado los
velos de la ilusin o la apariencia. Y si una persona comprende que
115
es una con Brahmn y, por lo tanto, una con el resto de los yos,
esta verdad necesariamente influye sobre la actitud de la persona hacia los dems en el mundo fenomnico. De hecho puede parecer imposible asimilar esta verdad argumentada en la medida en que toda
conciencia es conciencia de algo y esto implica una distincin. Sin
embargo, SariJ.kara habla de un nivel ms elevado de conciencia en
el que objeto y sujeto son idnticos. En este sentido Brahmn mismo podra describirse como conciencia pura.
La filosofa de Samkara, con su ideal de alcanzar la unin con
el absoluto impersonal o suprapersonal, fue incapaz, obviamente,
de atraer el inters popular. Como ya se haba se.alado en el captulo sobre religin, surgieron lneas de pensamiento dentro de la escuela Vedfmta que guardaban una mayor relacin con el culto religioso. Sin embargo, seria incorrecto suponer que los pensadores que
representaron esta lnea de pensamiento estaban preocupados tan
slo por las demandas e implicacciones del culto religioso o incluso
por los pasajes ms destas de los textos sagrados. Por ejemplo, Ramanuja, el exponente de lo que se ha denominado no-dualismo calificado, afirmaba que la teora de la conciencia pura era realmente
una tontera. Es decir, la distincin sujeto-objeto es esencial para
la conciencia, y al hablar de una conciencia en la que no existe esta
distincin se est haciendo mal uso del lenguaje. Resulta muy aceptable postular la existencia de un tipo superior de percepcin a travs de la cual el yo percibe a Brahmn y su propia unidad con ste.
Sin embargo, el hecho es que la percepcin sigue suponiendo una
distincin entre el que percibe y lo percibido, y la percepcin que
no supone la percepcin de algo, lo cual implica una distincin, no
tiene sentido.
Los argumentos que Ramanuja utiliz en contra de Sarhkara tuvieron un peso considerable. No obstante, su propio no-dualismo
calificado dio lugar a muchas dificultades, sobre todo porque quiso
sostener al mismo tiempo que el yo era distinto de Dios, y que Dios era
la nica realidad. No resulta extrao que ms tarde Madhva interpretara
la famosa afirmacin de los Upanishads de que "eso eres t" como
una referencia a la semejanza entre el yo y Dios. Segn este punto
de vista, la ignorancia que era indispensable superar no era la ignorancia sobre la identidad del alma con Brahmn, sino la ignorancia
sobre la relacin entre el yo y Dios, en esencia dependiente de Dios.
Quiz hayamos dedicado demasiado espacio a la India. Sin embargo, la bsqueda del yo verdadero o de la verdadera naturaleza
114
116
Al estudiar el pensamiento chino sobre el ser humano nos encontramos frente a un enfoque predominantemente tico. Su centro de
inters lo constituye el hombre como agente moral y el perfeccionamiento moral de su naturaleza. Los pensadores chinos de hecho
tratan algunos temas psicolgicos, pero el contexto de su reflexin es
tico. La discusin sobre el sentimiento y el deseo constituyen el ejemplo obvio en este sentido. Debido a que Mencio sostena que el hombre era bueno por naturaleza y el sentimiento pareca pertenecer a
la naturaleza humana, obviamente insisti en sentimientos tales corno la conmiseracin, con la cual, desde su punto de vista,
el hombre contaba por naturaleza y que era claramente loable. Sin
embargo, es obvio que desde el punto de vista moral, algunos sentimientos podan ser descritos como malos o indeseables, y durante
la dinasta Han, en el siglo 11 a.c., encontramos a Tung Chung-shu
que sostena que los sentimientos relacionados con el ying eran la
fuente del mal. En tal caso, cmo podra afirmarse, como Mencio
lo haca, que el hombre es bueno por naturaleza si, por as decirlo,
los sentimientos estn firmemente arraigados en la naturaleza humana? La solucin obvia fue argumentar que el ser humano es potencialmente bueno y no simplemente bueno por naturaleza, y que esta
bondad potencial debe ser desarrollada a travs de la educacin. La
capacidad de juicio moral, de rectitud y de determinacin en el hombre deben ser desarrolladas para que la mente pueda ser capaz de
controlar sus sentimientos y deseos. Sin embargo, surgen dos preguntas: Estamos calificados par hacer juicios tan generales como que
los sentimientos son algo bueno o, por el contrario, algo malo? Wang
Ch'ung, en el siglo 1 d.c., consider injustificadas ese tipo de generalizaciones tan amplias. En segundo lugar, est muy bien hablar de
los sentimientos que controlan la mente; pero, acaso los sentimientos no pueden ser considerados como parte de la mente, como fenmenos mentales?
Segn Ch'eng 1, que vivi en el siglo XI y fue uno de los padres
fundadores del neoconfucianismo, el hombre originalmente fue
investido de naturaleza (humana), que, considerada como el amo
del cuerpo, se ha llamado mente. Los sentimientos son expresiones
de la mente, es decir, fenmenos mentales. Sin embargo independientemente de que consideremos la mente en s misma o en trminos
abstractos, sus expresiones, tales como el pensamiento y los sent-
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pasados disfrutaran de la felicidad del paraso. Sera una exageracin evidente considerar que el pueblo chino en conjunto se negaba a creer en una vida despus de la muerte. Sin embargo, en Jo que
concierne a los filsofos confucianistas, era notorio su desinters
por el tema. Su inters principalmente por la reforma moral y social
en esta vida los llevaba a considerar que la especulacin sobre cualquier otra vida constitua una distraccin indeseable e innecesaria.
Por otra parte, no crean que fuera posible contestar las preguntas
sobre la posibilidad de una vida despus de la muerte. Ambas actitudes encontraron expresin en proverbios que se han atribuido al
propio Confucio. Algunos filsofos como Wang Ch'ung, del siglo 1 d.c., negaban rotundamente la inmortalidad sobre la base de que
no exista nada que pudiera sobrevivir. No obstante, la actitud confuciamsta en general consisti en abstenerse de hacer cualquier pronunciamiento sobre el asunto y afirmar la idea de la inmortalidad
de la influencia a travs del buen ejemplo o de la enseanza escrita.
En lo que se refiere a influencia continua, Confucio y Mencio seguan muy vivos.
Podra esperarse que los filsofos taostas, con su preocupacin
por entrar en armona con el universo, desarrollaran alguna teora
sobre la sobrevivencia. Sin embargo, debe recordarse que el Absoluto taosta constitua en s mismo el universo, considerado como
uno. El universo se consideraba en estado de transformacin
permanente (es decir, como en su autoexpresin; el Uno en s
mismo, como substancia, no cambia, aunque lo hiciera como funcin
al manifestarse en todos los objetos); y el nacimiento y la muerte
formaban parte de este proceso. Segn el sabio taosta Chuang Tzu,
el hombre sabio acepta la muerte como un fenmeno natural y esta
aceptacin forma parte del proceso de armona con la naturaleza o el
universo. El Tao no era en s mismo un objeto visible, con una forma, figura o caractersticas particulares. Y la mente de un hombre
no constitua un objeto visible y tangible, y en este sentido era algo
espiritual. Sin embargo, de acuerdo con Chuang Tzu, cuando el
cuerpo se desintegra, la mente se va con l. As, no es de extraar
que, cuando los seguidores del taosmo religioso buscaban la inmortalidad, la buscaban en este mundo. A pesar de sus declaraciones
msticas, dentro del taosmo existi una marcada tendencia
naturalista.
No puede decirse lo mismo del budismo, ya que como se sugiri
antes, el anlisis fenomenolgico del yo o la doctrina del no-yo ape-
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Resulta innecesario afirmar que los filsofos chinos eran conscientes del hecho de que los seres humanos compartan ciertas caractersticas con algunos objetos, al propio tiempo que posean determinadas caractersticas particulares. En ocasiones insistan en las ca-
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La psicologa aristotlica, como todos sabemos, influy en la filosofa de la Edad Media tanto en el pensamiento cristiano como
en el islmico. Esto signific, independientemente de lo que pensaran algunos escritores espirituales, que filsofos como Santo Toms
de Aquino consideraran al ser humano no como una yuxtaposicin de
dos substancias -alma y cuerpo-, sino como una substancia
nica, el alma concebida como la "forma" o entelequia del organismo
vivo, sensible, emotivo, pensante y volitivo. Sin duda alguna, existi
cierta controversia sobre si deba considerarse el agente intelectual
del tercer libro del De Anima de Aristteles como una funcin
del alma humana, como lo conce.ba Santo Toms, o bien como
una Inteligencia independiente, lo ms bajo dentro de la jerarqua
de Inteligencias independientes, como lo conceba, por ejemplo
Avicena. Sin embargo, esto no altera el hecho de que los filsofos
medievales hablaran del ser humano en trminos de una substancia
nica dentro de la cual existen diversos componentes bsicos, y no
en trminos de un dualismo como el que ms tarde habra de defender Descartes.
Sin embargo, durante la Edad Media existi una importante fe
religiosa tanto dentro del cristianismo como dentro del mundo islmico. Por ejemplo, Santo Toms, como buen telogo cristiano, crey
que el hombre era capax Dei, esto es, capaz de unirse con Dios, no
solamente por su propio esfuerzo sino tambin a travs de la cooperacin con la gracia divina. En trminos generales, Santo Toms
coincide con los filsofos Vedanta de la India y con Plotino del mundo antiguo, al considerar al hombre como un ser que tiende a la unin
con la realidad ltima. Por supuesto que existieron diferencias entre ellos, pero esto no es lugar para discutirlas. El hecho es que Santo Toms, en su intento por adecuar la psicologa aristotlica a la
fe cristiana, transforma el punto de vista aristotlico sobre la actividad suprema que le presenta al hombre (me refiero al pasaie sobre
la actividad terica en la tica) en una visin sobrenatural de Dios
como meta de la vida del ser humano.
Obviamente, esta concepcin de la meta u objetivo ltimo de la
vida humana est relacionada con la creencia en la inmortalidad.
Desconocemos lo que Aristteles pensaba personalmente acerca de
la inmortalidad personal, como bien destaca. Juan Duns Scoto; sin
embargo, Santo Toms, un cristiano ortodoxo, crea en ella. No obstante, en la medida en que adopt muy seriamente la visin aristotlica del ser humano como substancia nica, tuvo que sostener la
idea de que el alma descorporizada era, en sentido estricto, una persona. Al parecer, dentro de un universo testa bien llevado podra
esperarse la resurreccin del cuerpo, aunque no sepamos cmo se
lleva a cabo. La creencia en la resurreccin del cuerpo era totalmente ajena a Aristteles, pero formaba parte del cristianismo ortodoxo.
Tambin form parte del pensamiento musulmana, como puede
desprenderse de la lectura del Corn. Si bien los aristotlicos neoplatnicos, como Avicena (m. 1037) reservaron un espacio dentro
de sus teoras psicolgicas tanto para la posibilidad de una revelacin proftica como para la inmortalidad personal, no llegaron a
creer abiertamente en la resurreccin del cuerpo. Segn Avicena, el
pronombre "yo" hace referencia al alma y no al cuerpo, y esta visin
es ms neoplatnica que aristotlica. Sin embargo, Averroes, el eminente comentarista de Aristteles que vivi en el siglo XII, sostuvo
que, en la medida en que la materia constitua el principio de la individualidad, no haba la menor posibilidad de distinguir entre las
almas descorporizadas y las mentes. Por lo tanto, al parecer rechazaba la idea de la inmortalidad personal, y en mltiples ocasiones
se le ha interpretado de esa manera. De hecho, l manifest su creencia en la resurreccin del cuerpo, de acuerdo con la fe musulmana;
sin embargo, parece claro que la concibi de tal manera que el alma
adoptaba la forma de un cuerpo astral o neumtico, y no en trminos de una revivificacin literal del cuerpo que perece despus de
la muerte.
Por lo tanto, podemos afirmar que la teora psicolgica del cristianismo y del pensamiento islmico medieval tuvieron que hacer
coincidir sus proposiciones con las creencias religiosas existentes. Es
cierto que se hizo un mayor esfuerzo por armonizar sistemticamente
dichas creencias en el cristianismo que en el Islam, en la medida en
que la gran mayora de los filsofos cristianos eran telogos, mientras que los pensadores musulmanes, que se apoyaban en el aristotelismo y en el neoplatonismo, consideraban las doctrinas islmicas
como una forma pictrica o imaginativa de representar la verdad.
Sin embargo, debemos agregar que en el mundo islmico la teora
psicolgica se relacion de manera cada vez ms importante con la
teosofa y la espiritualidad musulmana, que orient las relaciones
humanas hacia el encuentro con Dios. As, en el pensamiento Sufi se
otorga especial atencin a la clasificacin de los estados sucesivos
o "estaciones" en el ascenso espiritual del alma. (Las "estaciones" relativamente permanentes, que se alcanzaban por medio del esfuer
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zo humano, se distinguan de las "estaciones" transitorias, que se alcanzaban simplemente a travs de la gracia divina).
Pese a la existencia de mltiples enfoques, reiteraciones e ideas,
es razonable afirmar que en cierto sentido las teoras psicolgicas de la India, China, la Grecia Antigua, en el cristianismo medieval y en el Islam, compartan algunos rasgos, en particular haber
precedido al surgimiento de ciencias especficas como disciplinas independientes. Con esto no pretendo sugerir que no se prestara atencin a la observacin emprica. No era este el caso. Lo que quiero
decir es que la teora psicolgica se consideraba como parte integral
de la filosofa y cultivada dentro de una amplia visin del mundo.
De hecho, incluso en Occidente, despus de la Edad Media, se sigui considerando a la psicologa como parte de la filosofa mucho despus de que las ciencias fsicas comenzaran a desarrollarse
separadamente de sta. Es hasta fechas muy recientes que las diversas disciplinas psicolgicas han ocupado un espacio independiente
al margen de la filosofa.
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Si revisamos el artculo sobre psicologa de la Enciclopedia Britnica (volumen 18, 1973), nos encontraremos con la afirmacin de que,
si bien la psicologa surgi como parte de la filosofa, desde fines
del siglo XIX se convirti en una ciencia experimental independiente. Por supuesto que esta afirmacin no puede entenderse como una
negacin del hecho emprico de que un gran nmero de disciplinas
psicolgicas o subdisciplinas como la psico!oga anormal, comparativa, experimental, industrial, fisiolgica y social, surgieron como
ramas de una ciencia, ms que de la filosofa. Tambin podra darse el caso de que algunas teoras psicolgicas se consideraran teoras cientficas sin que exista la posibilidad de sostener este tipo de
afirmaciones. Me refiero a aquellas teoras que difcilmente pueden demostrarse empricamente, sobre todo considerando que sus
representantes probablemente no estaran dispuestos a aceptar que
cualquier acontecimiento o fenmeno podra cuestionar la validez
de su teora. Una teora de este tipo puede ser iluminadora, pero
en todo caso, su carcter de hiptesis emprica sera muy discutible.
Pero no debemos detenernos en este tema. La pregunta que quiero
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cer una seleccin entre los posibles significados sin echar mano de
una idea reguladora. Para expresar esto en trminos tautolgicos,
podemos afirmar que la interpretacin que hace un filsofo del lenguaje cotidiano es una interpretacin filosfica. Por supuesto que
este tipo de interpretacin puede dar sentido a una gran diversidad
de formas de hablar, as como presentar un panorama coherente;
pero no por eso deja de ser una construccin filosfica. Es obvio
que El concepto de lo mental de Gilbert Ryle (Londres, 1949), es
una obra filosfica, independientemente de que estemos o no de
acuerdo con lo ah expuesto. En otras palabras, una de las cosas
que el filsofo puede hacer dentro del campo de la psicologa es explicitar las implicaciones del lenguaje cotidiano. Esta tarea no est
exenta de valor en la medida en que la manifestacin concreta de
la experiencia del hombre sobre s mismo nunca deja de tener un
significado.
Las observaciones anteriores podran dar la impresin de que considero el lenguaje cotidiano no slo como algo fijo, sino tambin
como equivalente del ingls comn. Sin embargo, sa no es mi
intencin. Por supuesto que el filsofo tiende a reflejar en su versin del lenguaje cotidiano el lenguaje con el cual est ms familiarizado. De hecho. es muy sabio de su parte hacerlo. Al mismo
tiempo hay cabida para un estudio comparativo del lenguaje cotidiano de diversas culturas. Y tal vez nos encontremos con que las
visiones implcitas sobre el ser humano ah expresadas difieren en
algn aspecto. Otro elemento que es importante destacar es que el
lenguaje cotidiano puede contener creencias y teoras susceptibles
de crtica. Pero esto ha sido ampliamente aceptado, y no quiero hacer proposiciones en ese sentido, aunque considero que una investigacin comparativa podra ser de mucho valor.
Como quiera que sea, de lo anterior no puede desprenderse que
el filsofo deba limitarse a reflexionar sobre el lenguaje cotidiano
Y. ol~i~arse, por ~jemplo, de los descubrimientos de la psicologa fisJO!ogica o expenmental. Por un lado, yo creo que es posible desarrollar una filosofa de la ciencia en relacin con la psicologa, as
como existe la filosofa de las ciencias naturales. Por el otro, existen ciertas preguntas que surgen dentro de la ciencia y que el filsofo bien podra hacer suyas. Por ejemplo, si bien es cierto que los
trasplantes de cerebro seran mucho ms difciles de hacer que los
trasplantes de corazn, no podemos decir de antemano que sean absolutamente imposibles. Si ese tipo de operaciones pudieran reali-
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el Libro de la historia. Es una coleccin de documentos relacionados, al menos supuestamente, con la antigedad, y sin duda se le
han aadido algunas partes o incluye partes falsificadas. Pero el hecho de que se le reconozca como una obra bsica ilustra el inters
de los chinos en la conservacin de los registros histricos. Otra obra
antigua, que se ha atribuido tradicionalmente a Confucio, son. lo.s
Anales de la primavera y del otofio. Ninguna de estas obras se limitaba a lo que normalmente llamaramos historiografa. Pero ambas
contienen material histrico.
Los chinos estaban orgullosos, con toda razn, de su civilizacin
antigua. De hecho, llegaron a pensar que China era prcticamente
sinnimo del mundo civilizado. Sin embargo, tom tiempo para que
se desarrollara el sentimiento de unidad nacional. Y no fue sino hasta
la dinasta Han cuando se intent escribir una historia completa de
China. (Bajo la dinasta Han se consolid la unidad que se haba
alcanzado durante un perodo breve bajo la dinasta Ch'in.) Ssu-ma
T'an, fallecido en el ao 110 a.c., inici la obra conocida como los
Anales del Gran Historiador, que fue terminada por su hijo, Ssu-ma
Ch'ien (el hijo sucedi al padre en el cargo de Gran Historiador).
Esta obra trata de la historia de la nacin china a partir del
legendario emperador Yao. Otra obra notable es la Historia de la
Antigua Dinasta Han. La recopilacin se debe principalmente a Pan
Ku, y el libro trata del perodo que va de 200 a.c. a 22 d.c. Se ~icieron
otras obras histricas bajo las dinastas T'ang y Sung; la mas notable es, quiz, el Gran Espejo, escrita por Ssu-ma Kuang Y sus compaeros en el siglo XI.
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. .
Los pensadores chinos tenan conciencia de la contmmdad de la
civilizacin china; pero, por supuesto, tambin eran conscientes de
los cambios histricos, de la alternancia entre los perodos de consolidacin y los de desunin, de armona y de falta de armona, de
un proceso de cambio que durante muchos siglos concibieron com.o
cclico, anlogo a la sucesin de las fases lunares y a la alternancia
de las estaciones.
En la mente de los pensadores chinos predominaba el ideal de la
armona. Por supuesto que este ideal se encontraba en el taosmo,
en la idea de la armona entre el individuo humano y la naturaleza,
cuyo universo se manifiesta en el hombre. Tambin figuraba en el
confucianismo, con su ideal de la armona en la familia, en la
comunidad local, en el estado y finalmente en el universo. Por ejemplo,
deb.e haber en el individuo una armona entre los factores racionales
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la naturaleza cambian constantemente, podemos concluir que las instituciones que son adecuadas en una determinada situacin histrica
pueden ser bastante inadecuadas en otra. Segn Wang Fu-chih, Confucio estaba consciente y as lo reconoci, que la sociedad evoluciona
y se abstuvo de presentar cualquier modelo detallado de organizacin
social.
La teora de que la historia consiste en ciclos sucesivos prevaleci durante siglos. Cobr preponderancia una visin evolutiva distinta
de la de los ciclos, ligada al movimiento de reforma social y poltica en las liimas dcadas de la China imperial. Un exponente destacado de esta visin fue K'ang Yu-wei (1858-1927), quien intent
persuadir al emperador para que iniciara una poltica reformista ,
pero cuyos planes se vieron truncados por la formidable emperadora viuda. Es probable que su idea del progreso histrico estuviera
inspirada, por lo menos en buena medida, en el pensamiento occidental; pero gustaba de atribuirla a Confucio, a quien consideraba
un reformador. En pocas palabras, K'ang Yu-wei distingua tres eras
sucesivas: la era del caos, la era de la paz ascendente y la era de la
gran paz o de la gran unidad. Mantuvo la teora de los ciclos, en
el sentido de que, para l, cada una de estas eras estaba a su vez
constituida por versiones menores, podramos decir, de los perodos de caos, paz ascendente y gran paz, pero consideraba que se atena al curso del progreso general. La era de la gran paz resida en
el futuro, y en ella se trascendera la divisin en estados nacionales,
desaparecera la discriminacin racial, lo mismo que la propiedad
privada, y se alcanzara la igualdad entre hombres y mujeres. Sin
embargo, nunca llegara a completarse la progresin, puesto que
prcticamente sera imposible que se enriqueciera an ms la vida
humana.
Una vez constituida la repblica de China, K'ang Yu-wei adopt una actitud muy diferente e intent que se reconociera el confucianismo como la religin del Estado, e incluso pretendi que se
restaurara el Imperio. Pero a pesar de este cambio de actitud, su
filosofa de la historia es optimista y universal. En la China moderna, las teoras anteriores han sido reemplazadas por una interpretacin de la historia de inspiracin marxista. Pero sta es tambin,
a su manera, optimista y universal. Ser interesanta observar qu
se hace del universalismo marxista en su confrontacin con el orgullo y las aspiraciones nacionalistas.
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IBN JALDN
Cuando nos volvemos hacia el Islam, tendemos a pensar de inmediato en el notable filsofo del siglo XIV Ibn Jaldn. Puede parecer que no tiene sentido buscar ideas sobre la historia en los primeros das del Islam. Sin embargo, los estudiosos han argumentado, con razn, que Mahoma contribuy en mucho a ampliar la
concepcin de la historia que exista ya entre las tribus rabes a las que
dirigi su mensaje. Es obvio que Mahoma no era un filsofo, ni era
dado a la especulacin terica. Y los estudiosos en cuestin no afirman que lo haya sido. Lo que quiero decir es lo siguiente: las tribus
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ellos. Sin embargo, es necesaria la organizacin urbana para satisfacer necesidades ulteriores y para llevar una vida ms sedentaria y
tranquila. Esta vida urbana es la base de la civilizacin, en el sentido de que el desarrollo de la literatura, del arte y de las ciencias la
presupone. En un principio, la monarqua o la dinasta en el poder
es la encargada de mantener la solidaridad original y la cohesin social, de la que es representante. Pero con el paso del tiempo, a medida que avanza la civilizacin, los ciudadanos adoptan una actitud
suave y de bsqueda de s mismos, mientras que el gobernante tiende a monopolizar el poder, a explotar sus privilegios y a mantenerse
a distancia de sus sbditos. La solidaridad y la fortaleza disminuyen gradualmente, hasta que la sociedad es conquistada o absorbida por otro poder. Este proceso se repite constantemente. Esto no
quiere decir que se repitan los acontecimientos en particular, sino
que el ascenso y la cada de las sociedades siguen un esquema recurrente comn. De manera que, segn Ibn Jaldn, una dinasta pasa por cinco etapas, que van desde la primera apropiacin exitosa
de la autoridad hasta el derrocamiento. Pero las formas precisas que
adoptan las diversas etapas dependen de determinadas condiciones.
Obviamente, lo que dice Ibn Jaldn de la solidaridad y la fuerza expresa una cierta simpata por la vida vigorosa y primitiva de pueblos tales como los bereberes. Al mismo tiempo, insiste en que Dios
dio a los hombres el poder del pensamiento y la capacidad de adquirir conocimientos e incrementarlos, as como de desarrollar sus
habilidades y de mejorar la calidad material de la vida. Se requiere
de la civilizacin para que el hombre realice sus potencialidades y,
segn Ibn J aldn, cuanto ms grande es una sociedad, ms alto
es el grado de civilizacin que puede alcanzar. Al mismo tiempo,
la civilizacin urbana lleva en su seno las semillas de su propia decadencia, y la sociedad en cuestin termina por ceder su lugar a una
sociedad ms vigorosa. Sin duda, lbn Jaldn pensaba que las conquistas rabes, como la conquista del imperio sasnida, seguan este proceso.
Desde luego, la historiografa no desapareci en el mundo islmico despus de la poca de lbn Jaldn; pero s tendi a tener un
carcter local, es decir que se ocupaba de la historia o de ciertas etapas de la historia de un determinado pueblo o estado musulmn,
como Persia o el imperio turco. En cuanto a la filosofa de la historia, bien podemos decir que lbn Jaldn no tiene rival en el mundo
islmico.
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En vista del abundante material sobre este tema, sera tonto tratar
de recapitular aqu el desarrollo de la filosofa de la historia en el
pensamiento occidental. En vez de intentarlo, estudiaremos algunas
consideraciones al respecto.
Da la impresin de que algunos autores piensan que, a diferencia
de la filosofa crtica de la historia o de la metahistoriografa, la filosofa especulativa de la historia depende de supuestos teolgicos
o metafsicos. Si por ello quieren decir simplemente que la filosofa
especulativa de la historia puede depender, como lo ha hecho algunas veces, de este tipo de supuestos, entonces es obvio que estn en
lo correcto. Por ejemplo, la interpretacin de la historia que hace
San Agustn en su Ciudad de Dios presupone ciertas creencias teolgicas, como la creencia en un Dios creador personal que cre el
mundo con una finalidad y cuya providencia interviene en la historia, si bien de maneras generales oscuras para nosotros, a menos que
Dios nos las revele. De hecho, puede describirse esta visin de la
historia humana de San Agustn como una teologa de la historia,
en el sentido de que ve la historia a la luz de la fe cristiana. Es la
suya una visin cristiana de la historia. Por otra parte, es cierto que
Hegel intenta demostrar que su visin de la historia como un proceso teleolgico racional estaba sujeto a comprobacin emprica;
pero es bastante clara la influencia de su metafsica, de su teora
de la realidad o del Absoluto. Como ya se ha sealado, su filosofa de
la historia forma parte de su sistema de idealismo absoluto. Si la
historia es la autorrealizacin del Absoluto como espritu, entonces
debe tener un propsito, una meta. En general, podemos decir
que en cualquier filosofa de la historia basada en la conviccin de que
la historia del hombre tiene una finalidad o una meta determinada,
independientemente de los fines que se propongan alcanzar los seres humanos, una meta a la que se va llegando progresivamente, aunque los hombres no sean conscientes de ello, hay presuposiciones
teolgicas o metafsicas. Y si consideramos como filosofa especulativa de la historia nicamente aquellas filosofas en ias que encontramos dichas presuposiciones, entonces es cierto, por definicin,
que toda filosofa especulativa de la historia depende de supuestos
teolgicos o metafsicos.
Sin embargo, si consideramos que la filosofa especulativa de la
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ria depende, por su propia naturaleza, de supuestos teolgicos o metafsicos, no pretendo condenar la poltica de desarrollar una teora
general de la historia a la luz de estos supuestos. Sobra decir que
est justificado reprobar cualquier intento de ocultar las presuposiciones o de hacer creer que no existen estas presuposiciones cuando
es un hecho que las hay. Pero no hay razn, por ejemplo, para que
un pensador cristiano no explore las implicaciones de sus creencias
en relacin con la historia. Tampoco hay motivos para que el idealista absoluto no interprete la historia a la luz de la filosofa con
la cual est de acuerdo. Sera distinto si la elaboracin de este tipo
de teoras de la historia implicara la negacin o la distorsin de los
hechos histricos. Pero no crt:o que sea el caso. Si pensamos, por
ejemplo, en la interpretacin de la historia de San Agustn, veremos
que emite juicios sobre la importancia relativa que estn ligados a
su fe cristiana. As, es evidente que, para l, la dialctica entre lo
que llama la Ciudad de Jerusaln y la Ciudad de Babilonia tiene una
importancia absoluta mayor que el ascenso y la cada de los imperios y los reinos. Pero esto no lo obliga a negar los hechos histricos
relacionados con el ascenso y la cada de Asiria, Babilonia o Roma.
Lo que hace es mostrar lo que considera el significado interior de la
historia a la luz de la fe cristiana. Obviamente, aquellos que no compartan la fe de San Agustn no ofrecern una interpretacin similar
de la historia. Pero esto no significa que San Agustn haya incurrido en una prctica de dudosa reputacin. Sus presuposiciones son
bastante claras, y no pretende ocultarlas.
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dad prctica. Asimismo, uno puede estar interesado en el conocimiento por el conocimiento mismo, en satisfacer la curiosidad
intelectual, que para Aristteles constitua el factor del estmulo en
la investigacin terica. Pero tambin es posible que el inters terico vaya acompaado de un inters o propsito prctico, o que ste
lo sobrepase. Por ejemplo, mientras los filsofos chinos ms antiguos se inclinaban a buscar ejemplos morales en el pasado, aquellos
que desarrollaron teoras cclicas de la historia consideraban que as
desempeaban una tarea que sera til a los gobernantes y sus consejeros para hacer predicciones. Por ejemplo, en el siglo XI Ssu-ma
Kuang escribi una historia de China titulada Espejo global auxiliar para f{Obernar. Por otra parte, en el siglo xx, Oswald Spengler
sostuvo que su teora de los ciclos permita predecir el futuro de la
civilizacin occidental. Para Spengler, si tenemos conciencia del curso
de la vida de las civilizaciones y podemos determinar a qu punto
de este curso ha llegado la civilizacin occidental, entonces podremos predecir la siguiente etapa. Supongo que este conocimiento nos
permitira retardar un poco el proceso; pero la analoga que plantea
Spengler entre la vida de una civilizacin y la de un organismo sugiere que no es posible declarar totalmente falsa la prediccin de las
etapas de debilitamiento del poder y de senilidad.
Acabamos de hacer referencia a las teoras cclicas de la historia.
Sin embargo, no necesariamente va ligado al nfasis en los ciclos
recurrentes un inters prctico por descubrir las leyes de la historia.
De hecho, en un pasaje de su Dialctica de la naturaleza, Engels sugiere que el desarrollo de las potencialidades de la materia procede
por medio de ciclos. Pero la teora de la historia de Marx, tal como
se nos presenta comnmente, da la imagen de un avance dialctico
continuo desde la sociedad primitiva hasta que se llega a la sociedad
humana ideal. En cierto sentido, hay un equcma recurrente, por
ejemplo, el surgimiento de una nueva clase que termina por reemplazar a la clase hasta entonces dominante. Pero se supone que en
la sociedad ideal desaparecern las clases econmicas, tal como las
define Marx. Y el describir el materialismo histrico como una teora cclica de la historia podra conducir a errores, si bien los marxistas confan en que conocen las leyes de la historia, por lo menos
mejor que el resto de la gente.
En realidad, la idea bsica es sta: estamos habituados a la idea,
que se remonta a Francis Bacon, de que no podemos controlar la
naturaleza o ponerla al servicio de nuestras necesidades, a menos
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sos llamaran sus objetos formales. Esto no quiere decir que no pueda
elaborarse una sntesis de este tipo. Lo que quiero decir es que difcilmente satisfara a la persona que busca una visin integral de la
historia. Tendra que ser una sntesis que tomara en cuenta las teoras propuestas por las diversas ciencias sociales, as como las leyes
que hayan podido formular y que, por este motivo, tengan como
fin trazar una imagen general del hombre en su desarrollo histrico
y social. Desde luego, esta imagen sera provisional, estara sujeta
a revisin y podra ser rechazada por cualquier ciencia social en particular. Pero en todo caso, presupondra las ciencias sociales en su
desarrollo hasta la actualidad, en vez de excluirlas.
Alguien puede comentar que sera mucho ms probable que la persona insatisfecha con la idea de que la filosofa especulativa de la
historia se est disolviendo, por as decir, en la historiografa y las
diversas ciencias sociales, encontrara lo que busca en el marxismo,
y no en una sntesis del tipo que se mencion arriba. En nuestro contexto se excluye toda filosofa especulativa de la historia que est
ntimamente ligada a presuposiciones teolgicas o idealistas. Puede
decirse que el marxismo se encuentra libre de stas. Al mismo tiempo, asegura conocer las leyes del desarrollo social, y segn l, la
historia del hombre se dirige hacia una meta ideal. Para Carlos
Marx, el hombre hace la historia, aunque, por supuesto, su libertad
de actuar est limitada por la situacin histrica en que se encuentra. Es ms, para que la accin tenga xito es necesario respetar tanto
las leyes naturales como las del desarrollo social. Sin embargo, el
conocimiento de las leyes histricas permite al hombre ver en qu
direccin se mueve la historia y actuar de manera apropiada. As,
puede decirse que el marxismo afirma que revela el secreto de la historia y confiere poder a travs de esta revelacin. No es acaso ste
uno de sus principales atractivos?
Sin duda, la respuesta a esta pregunta es afirmativa. Pero la teora marxista de la historia parece tener dos aspectos. Por una parte,
implica, al parecer, una visin de la historia como un proceso teleolgico, un proceso dirigido hacia una meta, que resulta difcil de conciliar con el materialismo de Marx. Ciertamente, no hay razn, de
acuerdo con las premisas de Marx, para que los actos del hombre
no estn dirigidos hacia una finalidad. Puesto que no niega la existencia de la mente, su materialismo lo obliga a afirmar la prioridad
de la materia sobre la mente o espritu, pero no la inexistencia de
esta ltima. No obstante, si juzgamos que la teora de la historia
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Es probable que el punto de vista que acabamos de delinear d lugar a algunas protestas. Uno de los grandes atractivos de la filosofa especulativa de la historia es que ofrece visiones integrales de la
historia del hombre. Sin embargo, cuando se dice que est cediendo
su lugar a las ciencias sociales, naturalmente se da la impresin de
que se est resquebrajando esta unidad y de que le seguir la fragmentacin, puesto que existen varias ciencias sociales, como la economa, la antropologa, la sociologa, la psicologa social y la politologa. De hecho, puede resultar difcil hacer distinciones precisas
entre algunas de las disciplinas que han surgido bajo diferentes nombres, tales como la antropologa cultural y social. Pero presumiblemente las diversas disciplinas corresponden a diferentes aspectos de
un tema comn o a especializaciones o focos de atencin que pueden distinguirse. En todo caso, es indudable que. desde la poca de
Augusto Comte se ha ido fragmentando la ciencia social. Obviamente, no hay ninguna objecin a esto desde el punto de vista cientfico. Nadie se opone a la existencia de varias ciencias naturales. Entonces, por qu habra de oponerse alguien a que haya una pluralidad de ciencias sociales? Pero esto no es lo que se discute en este
contexto. Lo importante es lo siguiente. Dado el desarrollo, perfectamente legtimo, de una pluralidad de disciplinas o subdisciplinas
sociales, probablemente la sugerencia de que la filosofa especulativa de la historia ha cedido o est cediendo su sitio a las ciencias
sociales cause una gran insatisfaccin en aquellos que se sienten
atrados hacia la filosofa especulativa de la historia precisamente
porque presenta una visin integral de la historia. Si alguien se siente
fuertemente atrado por ella, sin duda pensar que, aun cuando las
ciencias sociales han tomado para s parte de lo que antes se consideraba territorio de la filosofa, debe haber cabida para una sntesis
o una visin integral, y que es deseable que se realice esta sntesis.
Cmo sera esa sntesis? Es improbable que consista simplemente en una planeacin de la ciencia social, en una enumeracin de
las relaciones entre las diversas disciplinas importantes en trminos
de sus enfoques y mtodos y procedimientos y de lo que los estudio-
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de Marx implica que se alcanzar una determinada meta y que todos los seres humanos son instrumentos para la realizacin de esa
meta, a la cual se acabar por llegar de cualquier manera, dirase
que esta visin de la historia parece ser un residuo de la de Hegel,
sin las premisas metafsicas hegelianas que justificaban una interpretacin teleolgica de la historia. Por otra parte, podemos considerar que Marx intent fundar una ciencia de la historia por medio
del reconocimiento y la formulacin de leyes histricas. Y si pensamos que ste es el aspecto realmente significativo del pensamiento
de Marx, juzgaremos que tena esperanzas cifradas en el desarrollo
ulterior de las ciencias sociales. El propio Marx nunca escribi un
tratado extenso sobre la concepcin materialista de la historia. Aparte
de algunos estudios de lo que llam el modo asitico de produccin,
centr su atencin principalmente en un anlisis crtico de la sociedad capitalista o burguesa. Y, por lo menos desde un punto de vista, podemos decir que sus interpretaciones de la historia son una
hiptesis emprica o un programa de investigacin, un intento de
fundar una ciencia, o al menos un enfoque cientfico, de la historia.
Se entiende que tenemos conciencia de que Marx estaba comprometido con una causa revolucionaria, y que sera bastante inadecuado
pensar que su inters en la formulacin de las leyes histricas era
puramente terico. Sin duda, tambin estamos conscientes de que
se ha complicado la situacin debido al uso que han hecho de las
ideas de Marx los que se dicen sus seguidores y guardianes de la verdad, quienes han transformado en dogma una hiptesis estimulante
y provocadora aunque ciertamente no infalible. Sin embargo, estas
consideraciones no impiden que veamos en el pensamiento del propio Marx una especie de transicin entre la filosofa especulativa de
la historia y la ciencia social.
cado ulterior al que revelan o pueden revelar los historiadores, es probable que centre su atencin en lo que se conoce como filosofa crtica de la historia, siempre y cuando tenga inters en la filosofa de la
historia.
El objeto directo de reflexin de la filosofa crtica de la historia no es tanto la historia en s como la historiografa. Esto no implica que no se haga referencia a la historia, en el sentido del fenmeno sobre el cual escriben los historiadores. Lo que pasa es que los
problemas de los que se ocupa son principalmente aquellos que surgen
de la reflexin sobre la historiografa. Si se ha dicho muy poco sobre
la filosofa crtica de la historia en este captulo, es porque, como ya
se explic, es un fenmeno occidental moderno. De hecho, encontramos comentarios sobre la escritura de la historia en las obras de ciertos historiadores chinos y en las de Ibn Jaldn; pero la filosofa
crtica de la historia, tal como la conocemos a travs del movimiento
analtico, presupone la historiografa de los siglos XIX y xx. Sin embargo, la filosofa especulativa de la historia, que responde al deseo
del hombre de comprender el movimiento de la historia en el que se
encuentra, est ms difundida. Y por este motivo nos hemos concentrado en ella.
Pero no ha de pensarse por esto que el autor tiene una posicin
desfavorable hacia la filosofa crtica de la historia o que no reconozca en ella ningn valor. Algunos de los problemas pueden parecer rompecabezas tericos de escasa importancia prctica. Por
ejemplo, puede encontrarse un motivo admisible en apariencia
para rechazar el concepto de objetividad histrica, y resulta difcil encontrar respuestas a algunas de las preguntas planteadas que
satisfagan a quienes aceptan este concepto. Pero de cualquier manera,
obviamente no es probable que renunciemos a nuestra conviccin comn
de que existe una diferencia entre la ficcin y la historiografa, y
sin duda seguiremos empleando el mismo tipo de evidencia que solemos utilizar para distinguir entre una historiografa ms objetiva
y una menos objetiva. De hecho hay otros problemas de naturaleza
tal, que el aceptar una cierta solucin podra muy bien repercutir
en la historiografa. Por ejemplo, si los historiadores aceptasen la
teora de que sus explicaciones de los acontecimientos histricos son
deficientes, en la medida en que apelan tcitamente a leyes generales que se dejan sin formular, sera factible que por lo menos alteraran la estructura de sus explicaciones. Sin embargo, en conjunto,
los problemas de la filosofa crtica de la historia pueden resultar
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se posee el conocimiento "cientfico" definitivo) y se preste la debida atencin a los diferentes puntos de vista sobre lo que debe hacerse. Y no es ilgico afirmar, por ejemplo, que es ms importante para el bienestar de la humanidad establecer y preservar la paz en el
mundo, que discutir de qu manera puede obtenerse un conocimiento
objetivo mediante el estudio del pasado, cuando ste,_ P?r definicin,
no existe. Sin embargo, exigir a los filsofos que hmiten su atencin a los temas relacionados con la reforma social es una muestra
de intolerancia y de estrechez de criterio. Es ms, si lo anterior equivale a exigir a todos los filsofos que abracen y traten de promover
un determinado programa sociopoltico, y si triunfa esta exigencia,
ser la destruccin de la reflexin filosfica genuina. En todo caso,
la investigacin terica forma parte de la vida cultural del hombre,
aun cuando no tenga una relacin inmediata con el compromiso
social.
Para resumir, terminaremos con una referencia al p~dre M~rtin
D' Arcy, a cuya memoria estn dedicadas las conferencias que mtegran este libro. En la introduccin a su obra El significado Y la importancia de la historia. Una perspectiva cristiana, 4 plante Y discuti la posibilidad de que el cristianismo contribuyera en algo a la
filosofa de la historia. Crea en esta posibilidad; pero reconoca que
en una interpretacin cristiana de la historia "se apela a doctrinas
que son aceptadas sin que se las cuestione, y que, por 1? tanto, estn fuera del dominio del historiador". Lo que se ha d1cho en este
captulo habr puesto en claro, sin duda, que fundamentalmente
estoy de acuerdo con este argumento y que no me opongo en absoluto a que se exploren las implicaciones de cualquier conjunto de
presuposiciones relacionadas con la historia, siempre que s~ reco~ozc~
la presencia de dichas presuposiciones. En cuanto a la fllosofla cntica de la historia, quienes hayan conocido a Martin D' Arcy estarn
conscientes de que no se senta atrado por lo que algunos han llamado la "filosofa de Oxford". Sin embargo, es un hecho que l
mismo discuti ciertos problemas de la filosofa crtica de la historia, como la naturaleza de la explicacin histrica. Ciertamente no
habra rechazado la filosofa crtica de la historia como carente de
valor, aun cuando le atraa en gran manera la filosofa especulativa
de la historia.
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4 Nueva York 1959. No est claro por qu en este libro el padre D'Arcy prefiere
atribuir un mism'o significado a los trminos "filosofa de la historia" e "historicismo".
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Sin embargo, aunque es perfectamente correcto decir que debe hacerse una distincin entre persuasin y prueba, esto no afecta realmente al interrogante de si existen o no problemas filosficos recurrentes. La reaparicin constante de un problema necesariamente
sugiere que de hecho no ha sido resuelto, tal vez incluso que no es
posible resolverlo, al menos del modo o modos como se ha intentado. No obstante, dada la distincin entre persuasin y prueba, es
factible que surja un problema, aun cuando en realidad haya sido
resuelto en el pasado.
A primera vista, parece haber problemas filosficos recurrentes,
descritos por algunos como los problemas perennes de la filosofa,
frase que, supongo, presenta visualmente un sentido honorfico. Las
personas inclinadas a la metafsica podrn mencionar el problema
del Uno y lo Mltiple, y sealar que este tema se discuti repetidamente no slo en la filosofa occidental desde los filsofos griegos
hasta Hegel y Bradley, por ejemplo, sino tambin en las filosofas
de otras culturas. Por ejemplo, lo discutieron los filsofos Vednta
de la India, los taostas y los neoconfucianistas en China, los pensadores del budismo Mahyana y los filsofos islmicos hasta Sabzawar'i, en el siglo XIX. Tambin podemos considerar como recurrente el problema de Dios. Y si se nos dice que el inters en este problema no constituye un rasgo prominente de la filosofa contempornea de este pas, podemos mencionar entonces el problema de la libertad del hombre (en un sentido psicolgico, no poltico). Podemos argumentar que este problema ha reaparecido en mltiples ocasiones y que todava se le somete a discusin. Es ms, lo discuti
el islamismo en sus inicios, y la filosofa china lo mencion, por lo
menos, en una discusin sobre el fatalismo. Por ltimo, tambin podramos considerar como un problema recurrente la cuestin de si
los valores son simplemente relativos o si son absolutos en algn
sentido y constituyen una ley moral universal. Esta pregunta se plante en la Grecia antigua y se sigue planteando todava. Por otra parte,
est la cuestin de la supervivencia del hombre. Es posible que no
odas las filosofas de aquellas culturas en las que se ha desarrollado el pensamiento filosfico manifiesten un mismo grado de inters
en ella. Pero aun en vista de esto, parece ilustrar el concepto de problema recurrente.
En el prrafo anterior se utilizaron deliberadamente las expresiones "a primera vista" y "en vista de". Porque es discutible que
lo que se dice de los problemas recurrentes de la filosofa est basado en una impresin superficial incapaz de resistir un examen crtico. Pinsese, por ejemplo, en el llamado problema del Uno y lo Mltiple. Cul era, exactamente, el problema? Se trata de si existe o
no un Uno? En ese caso, estamos preguntando, por ejemplo, si hay
buenos motivos para afirmar que lo mltiple depende ontolgicamente de un Uno que lo trasciende? O estamos preguntando si existe
una interrelacin tal entre las cosas, que constituyan todas un solo
sistema en desarrollo, es decir, si existe el mundo como una totalidad? Pero si suponemos que hay o debe haber una realidad absoluta, cmo habremos de interpretar el problema del Uno y lo Mltiple? Pensamos que se trata de un problema de la relacin entre el
Uno y lo Mltiple. No obstante, el significado preciso de esta pregunta depende de la naturaleza de nnestras presuposiciones. Si, por
ejemplo, presuponemos que solamente existe una realidad y que lo
Mltiple es el conjunto de las apariencias de esa realidad, nos vemos ante la tarea de describir, si es que podemos, la relacin entre la apariencia yla realidad. En cambio, si damos por sentado que
lo Mltiple no es el conjunto de las apariencias del Uno, sino que
stas lo constituyen en la medida en que se relacionan entre s, entonces no se plantea en la misma forma la cuestin de la relacin
entre la apariencia y la realidad. En otras palabras, puede resultar
engaoso decir que filsofos tales como Parmnides, Platn, Plotino, Santo Toms, Spinoza, Hegel, Bradley, Avicena, Mulla Sadra,
Sabzawar"i, Sarhkara, Madhva, Lao Ts y Chu Hsi, se ocuparon todos del problema recurrente del Uno y lo Mltiple. Por que esto implica que todos se ocuparon del mismo problema exactamente; pero es necesario que veamos los problemas de los cuales se ocuparon
en realidad a la luz de sus diversas creencias y presuposiciones, que
no eran las mismas para todos.
Puede aclararse este asunto si tomamos en cuenta el problema de
la libertad del hombre. Posiblemente nos inclinemos a decir que tanto
los primeros pensadores islmicos, tales como los Mu'tazilites, como Emmanuel Kant, se ocuparon del problema de la libertad humana, lo cual implica que el problema era el mismo en ambos casos.
Pero supongamos que estudiemos el problema en cada uno de ellos.
Los primeros pensadores musulmanes toparon con problemas que
surgieron a partir de los modos de hablar del Corn. Por u.na parte,
el llamado a obedecer los mandamientos divinos y la doctrina de
la recompensa y el castigo parecen implicar que el hombre es libre
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de obedecer o desobedecer. Por la otra, los textos afirmaban, o parecan afirmar, que todos los acontecimientos incluyendo los actos del
hombre, tenan su causa en Dios. De ah que se planteara la pregunta de si era posible reconciliar las dos maneras de hablar, o si era
necesario sacrificar una de eUas en aras de la otra. Por lo tanto, cuando los Mu'tazilites defendieron la libertad del hombre, y sus opositores pusieron en duda su ortodoxia, el debate se llev a cabo en
un contexto teolgico. Sin embargo, en el caso de Kant, el contexto
era ms bien el de la fsica clsica o newtoniana. Si el mundo es un
sistema de cuerpos en movimiento, un sistema regido por leyes mecnicas, puede el hombre ser una excepcin? En qu sentido podemos -si es que podemos- describirlo, con justificacin, como
libre? No obstante, si interpretamos los problemas en trminos de
sus respectivos contextos, deberamos hablar, al parecer, de dos problemas distintos, ms que de un solo problema recurrente.
Algunos autores parecen haber forzado su crtica de la idea de
la existencia de problemas recurrentes a tal grado, que el supuesto
problema recurrente se desintegra en una serie de problemas distintos que ni siquiera guardan una cierta semejanza entre s. Sin embargo, si aceptamos determinadas versiones del asunto, esto parece
implicar que somos incapaces de comprender los problemas de los
filsofos del pasado, en la medida en que es necesario ver los problemas de los filsofos de otras sociedades y otras culturas desde una
perspectiva diferente de la nuestra, si es que queremos comprenderlos.
Cuando creemos haberlos entendido, sucede que estamos formulando problemas en trminos de nuestra propia perspectiva y atribuyndolos al pasado. Y cuando decimos que los filsofos de diversas
culturas han discutido o discuten problemas semejantes, no es tanto que exista realmeate una semejanza entre ellos, como que nosotros
mismos se la atribuimos.
Al parecer hay bases slidas para criticar que se hable de problemas recurrentes, por ejemplo, que no admite diferencias que resultaran evidentes si se interpretaran los problemas, tal como se plantearon
en las diversas pocas, en trminos de sus respectivos contextos. Al
mismo tiempo, parece ser que puede haber semejanzas entre unos
problemas Y otros. As, los problemas relacionados con la libertad
del hombre son semejantes en el sentido en que no son similares a
los problemas relacionados con la induccin cientfica. Posiblemente
se prefiera hablar de problemas especficos, ms que de problemas
recurrentes. Como hemos visto, pueden darse motivos para apoyar
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Quiz nos impresione una aseveracin como la de que "no podemos trascender nuestra poca"; pero cmo debemos entenderla?
En realidad es obvio que en un sentido es verdadera. Por ejemplo,
un ser humano nace en una situacin histrica dada. No puede trascender esta situacin y ser un espectador externo de toda la historia. Puesto que vivimos dentro, no fuera, de la historia. Si yo nac
en el siglo xx y soy ciudadano del Reino Unido, no puedo ser a
la vez ciudadano de la antigua Atenas o de la China imperial bajo
la dinasta Han. An si creo en la transmigracin y pienso que alguna
vez fui guerrero en la antigua India o un mono que se balanceaba
de rama en rama, ahora no soy ninguna de estas cosas. No puedo
vivir ahora en la antigua India, como tampoco puedo estar en el futuro, en el mundo del tercer milenio despus de Cristo.
Se nos objetar que la aseveracin de que no podemos trascender
nuestra poca no tiene como fin expresar verdades tan obvias. Debe
entendrsela en un sentido ms complicado. Quiz signtfique, por
ejemplo, que concebimos el pasado desde la perspectiva del presen-
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Sin bien puede resultar muy difcil para un occidental moderno entender los modos de pensamiento expresados, supongamos, en el Tao
te Ching (o Lao Tzu) o en el Chuang Tzu, prcticamente todos consideramos que son posibles diferentes grados de comprensin, y de
que en este sentido podemos trascender nuestro tiempo. Puede decirse que nuestra afirmacin est injustificada, y que recurrir al sentido comn es ingenuo. Pero nuestra afirmacin no es arbitraria.
Est basada en la experiencia sobre el trabajo realizado, por ejemplo, en la exploracin del pensamiento medieval.
Sin duda, el europeo o el americano del siglo xx difiere en muchos aspectos del ciudadano ateniense de la poca de Pericles o del
japons de los tiempos del prncipe Shotoku (el prncipe Shotoku
Taishi, que fue regente de 592 a 622, influy en la expansin del
budismo en el Japn y escribi comentarios sobre tres textos budistas). Pero todos somos seres humanos y tenemos ciertas necesidades, y existe un elemento de continuidad. Es perfectamente natural
que tendamos a interpretar el pasado a la luz de su importancia para el presente o de su relacin con l. Al mismo tiempo, parecera
una exageracin sugerir que una interpretacin del pasado no es sino
una proyeccin de nosotros mismos y de nuestra sociedad y nuestro
mundo. Y puede decirse que en la medida en que seamos capaces
de entender una sociedad o un sistema filosfico del pasado en sus
propios trminos, podemos trascender nuestra poca.
Puede decirse que esta descripcin del relativismo histrico es una
caricatura. El relativista no est obligado a negar que sea verdad
en algn sentido que algunas personas comprenden mejor que otras
el pensamiento filosfico de otra poca, sociedad o cultura. Si dos
personas contemplan un paisaje desde la cima de una montaa, puede
decirse que, en trminos generales, comparten una misma perspectiva. Pero esto no modifica el hecho de que uno pueda ver con mayor
claridad que el otro o sea ms capaz de interpretar lo que ve. Asimismo, existen ahora pruebas del pensamiento de los antiguos sabios
taostas, y se las ve desde una perspectiva propia del siglo XX. Pero
hay ciertos criterios aceptados para interpretar estas pruebas, y
una persona puede estar ms capacitada que otra para interpretar
su significado, empleando estos criterios. Por otra parte el
relativista no est necesariamente obligado a s<;>stenerque slo existe
una perspectiva. Podra muy bien admitir que puede habet. una perspectiva comn a todos los seres humanos, y que dentro de este marco
hay diversas perspectivas personales, sociales y culturales. Presum-
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Detengmonos un poco en la aseveracin de Hegel de que una filosofa es su propia poca expresada en pensamiento. Tommosla por
s misma y pensemos que implica que cualquier filosofa est condicionada de tal modo por la historia, que no puede existir un sistema
filosfico perennemente verdadero que slo se necesite transmitir
a las generaciones subsiguientes como la verdad definitiva. El propio Hegel afirmaba la existencia de una filosofa perenne, pero con
esto se refera al desarrollo o progreso del pensamiento filosfico
a travs de los siglos, en y a travs de sistemas especfios con sus
elementos contingentes condicionados por la situacin histrica. Obviamente, estoy empleando la frase "filosofa perenne" en un sentido
bastante diferente. De modo que, olvidemos a Hegel y pensemos simplemente en la aseveracin de que cualquier sistema filosfico est
condicionado por la historia en un sentido que le impide ser perennemente verdadero, vlido para todos los tiempos.
Es muy probable que un historiador de la filosofa simpatice con
este punto de vista. En el prrafo anterior mencionamos la idea de
un sistema filosfico que se transmite de una generacin a otra como la verdad definitiva. Se objetara en seguida que la doctrina no
hace al filsofo. Esto es cierto. De hecho, podra replicarse que se
tratara, no tanto de adoctrinar a la gente, sino de que sta probara
por s misma la fuerza de los argumentos y la verdad de las conclusiones. Pero los historiadores de la filosofa tienden a permanecer
escpticos ante la aseveracin de que existe o podra existir un sistema filosfico que se impusiera como la verdad final y definitiva.
Quiz admitiran que la idea de un sistema definitivo es una meta
ideal; pero no es probable que confen en que se pueda llegar a desarrollar un sistema de este tipo, puesto que cada sistema real estara condicionado histricamente y reflejara su marco cultural de manera especfica.
La frecuencia con la que el recientemente fallecido profesor
C.E.M . .Toad utilizaba las palabras "todo depende de lo que usted
entienda por ... '' causaba irritacin a algunas personas y diverta a
otras. Si se pregunta, por ejemplo, qu pensaba el de la democracia, es probable que hubiera dicho: "Todo depende de lo que usted
entienda por democracia". Esto puede resultar de "veras irritante,
sobre todo si uno ignora en realidad Jo que quiere decir. Pero la actitud de Joad era perfectamente razonable. De manera que apenas
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Puede decirse que esta aseveracin es necesariamente verdadera en virtud del sig-
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haber proposiciones necesariamente verdaderas. tambin debemos admitir que algunas de stas pueden formar parte de sistemas filosficos condicionados histricamente. No debemos saltar de la premisa
de que las visiones del mundo estn condicionadas histricamente
a la conclusin de que todas las aseveraciones implcitas en esa visin del mundo estn condicionadas histricamente en el sentido de
que su verdad sea relativa a una situacin histrica pasajera.
En este caso, nos preguntamos si no sera posible desarroilar un
sistema filosfico perennemente verdadero que constara slo de proposiciones necesariamente verdaderas. Presumiblemente la respuesta
es s, siempre y cuando sea posible ordenar. las proposiciones de tal
manera que integren un sistema. Se satisfara esta condicin si se
pudiera demostrar, por ejemplo, que de una proposicin ltima y
absoluta se deducen otras en un orden especfico. Es de suponer que
tendramos as un sistema perennemente verdadero. Sin embargo,
aun si fuera posible desarrollar un sistema de este tipo y se llegara
a hacerlo, reflejara una concepcin de la filosofa bastante estrecha. Con o sin razn, la gente espera que los filsofos no se limiten
a enunciar proposiciones analticamente verdaderas. Al mismo tiempo, no me sentira yo dispuesto a aseverar que es imposible construir un sistema perennemente verdadero en el sentido que se mencion, aunque posiblemente su relacin con la realidad sera un tema
de controversia.
LA COMPRENSIN DE OTRAS CULTURAS DISTINTAS DE LA NUESTRA
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tico, que evita la elaboracin de visiones de! mundo al estilo antiguo, ha centrado su atencin en e! hombre.
Evidentemente, Alois Dempf tena conciencia de las diferencias
entre las diversas tradiciones filosficas, que no podan explicarse
simplemente en trminos de este esquema ge!'leral. Por ende, ~or
mul una serie de hiptesis auxiliares. Por eJemplo, algunas diferencias podan explicarse en trminos sociolgicos. Digamos, si una
crisis cultural adoptara la forma de un choque entre la aristocracia
y una clase sacerdotal, y esta ltima saliera vencedora, el resultado
sera una filosofa de orientacin teolgica. En cambio, si el choque
fuera entre la aristocracia y la burguesa, y sta triunfara, tendramos como resultado una filosofa laica o seglar. Dempf tambin ofreci explicaciones psicolgicas de las diferencias. Por ejemplo, en la
etapa cosmolgica del pensamiento, asoci el idealismo subjetiv?
al predominio de la voluntad; al idealismo objetivo co~ el p:ed~~~
nio del intelecto (Vernunft); al naturalismo con el de la 1magmacwn,
y al materialismo con el de la razn calculadora (Verstand). Por otra
parte, en la fase antropolgica o personalista, Dempf asoci el predominio de la tica a la voluntad; el de la orientacin mstica, a la
emocin, y el de la interpretacin metafsica del hombre Y su vida,
al intelecto. Por supuesto, tambin admita la influencia de factores
tales como la religin y la vida econmica en la filosofa.
La idea de un esquema o un ritmo recurrente en las filosofs de diferentes culturas es similar, por ejemplo, a la idea de Spengler de un
esquema recurrente en las vidas de las civilizaciones. Es ms, si se piensa que el desarrollo histrico de la filosofa sigue un determinado
esquema general, y si las diferencias entre las filosofas de distintas
culturas pueden explicarse en trminos de causas que puedan descubrirse, presumiblemente podemos formular leyes que nos permitan
hacer predicciones. De hecho, Dempf vislumbr estas leyes, Y asign la tarea de formularlas a lo que llamaba "la razn histrica".
Al mismo tiempo, Dempf no deseaba apoyar el determinismo ni
una teora rgida de los ciclos. Reconoca lo que descubri.como "la
razn constructiva", lo cual nos permite ver, por ejemplo, la parcialidad de una determinada teora o posicin filosfica. En este caso, suponemos que no es necesario que se repita la teora. En realidad, Dempf consideraba que la filosofa estaba adoptando una po~
tura cada vez ms autocrtica y autolimitante, y al parecer no ve1a
la filosofa personalista simplemente como la etapa final del pensamiento filosfico de una cultura, sino tambin como un avance, en
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Un punto en favor del esquema de las tres etapas sugerido por Dempf
es que, mientras por una parte la imposibilidad de declararlo falso
no es obvia, por la otra no se encuentra tan estrechamente ligado
al desarrollo del pensamiento filosfico en una cultura especfica,
que resulte sorprendente verla ejemplificada en todas las culturas
en las que se desarroll la filosofa. Supongamos que afirmo haber
descubierto que todas las filosofas siguen un esquema de objecin
y rplica. Tal vez el lector se inclinar a comentar que, lejos de ser
un descubrimiento nuevo, podra postularse de antemano la manifestacin universal de este esquema, en vista de la naturaleza de la
filosofa.' Porque si descartamos el "filosofar", que consiste en re1
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2 En el libro que se mencion arriba, lo que Dempf entenda por "filosofa china"
no iba ms all del siglo 1 a.c. En su opinin, dispona an de demasiado poco material de estudio para poder tratar adecuadamente la filosofa china posterior.
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dad, al menos podemos tratar la filosofa de la antigedad y la medieval como totalidades, incluso a pesar de que es muy dificil, por
ejemplo, determinar cundo comenz y cundo termin la Edad
Media.
Sera prcticamente imposible intentar probar en este captulo el
esquema de las tres etapas, aplicndolo a la filosofa occidental en
conjunto y a cada uno de Jos perodos en los que podramos dividirla.
Por lo tanto, deberemos contentarnos con unas cuantas observaciones para ilustrar el asunto en general.
Pensemos unos instantes en la antigua filosofa griega. Se ha considerado por tradicin que esta filosofa es predominantemente cosmolgica, que se ocupa de la naturaleza del mundo en el cual nos
encontramos. Tal vez parezca que presupona, no una crisis cultural, sino el establecimiento de una civilizacin urbana relativamente
estable en las ciudades griegas de Jonia y del sur de Italia, de un
medio que permita la libre expresin de un espritu de indagacin
objetiva, de la curiosidad sobre la que habla Aristteles. En otras
palabras, puede parecer que la reflexin en tomo de la filosofa griega
antigua indica que es falso el argumento de que el comienzo de la
filosofa en cualquier cultura presupone una crisis cultural que intenta resolver. Obviamente, en este caso es igual que pensemos en
trminos de la filosofa occidental en conjunto o de la filosofia griega como una unidad aparte.
Sin embargo, tambin podra argumentarse que la crisis consista
precisamente en el desarrollo de la civilizacin urbana griega, en el
sentido de que proporcion un medio ms complicado, en el cual se
ponan en duda las creencias y los mitos tradicionales. En otras palabras, puede argumentarse que los antiguos filsofos griegos intentaron superar una crisis cultural, esto es, en la medida en que su
pensamiento estaba orientado a reemplazar el mito por una reflexin
filosfica razonada. Ciertamente puede parecer que los aspectos cosmolgicos de la antigua filosofa griega dan a esta interpretacin una
apariencia artificial y forzada. Pero, desde luego, haba otros aspectos, sociales, ticos y religiosos. Si estuviramos dispuestos atachar a los antiguos filsofos griegos de cientficos primitivos y a
considerar a Scrates como el primer filsofo verdadero de Grecia,
ciertamente podramos identificar la crisis con la iluminacin del siglo v en Atenas, y confirmar as la aplicabilidad de la teora de las
tres etapas. Sin embargo, ste no es un procedimiento que me parezca recomendable. Al parecer, la descripcin ms adecuada para
los presocrticos es la de filsofos. Aun as, podran llegar a encontrarse motivos para afirmar que la filosofa antigua realmente represent o encarn una respuesta a una crisis cultural.
Un ejemplo ms debera bastar. Si tratamos la filosofa medieval
como una unidad aparte y queremos argumentar que en su etapa
final era de carcter antropolgico o personalista, podemos hacer
referencia a varios rasgos del pensamiento de la Edad Media tarda.
Podramos mencionar, como un ejemplo, la queja, comn en ese
tiempo, de que los estudios acadmicos eran ridos y de qu~ se
encontraban muy lejos de Jos aspectos del hombre que Jos crticos
juzgaban importantes; tambin podramos hacer hincapi en el desarrollo del misticismo especulativo como lo representan autores tales
como Eckhart y Gerson. En este caso, podramos incluso afirmar
que el propio estudio de la lgica -a cuya prominencia se deba,
en parte, esta impresin de aridez- representaba una etapa antropocntrica de la filosofa, en el sentido de que el pensamiento
humano era su objetivo de estudio. Seguramente, algunas veces la crtica que hacan los filsofos del siglo XIV de los argumentos y las
teoras metafsicos de sus predecesores guardaba una relacin estrecha con el argumento de que la pureza de la fe cristiana haba sido
contaminada por la metafsica greco-islmica. 3 As, podraargumentarse que el movimiento crtico se ocupaba de las doctrinas cristianas, no de la persona humana. Sin embargo, se ocupaba indirectamente del hombre. Por ejemplo, una de las objeciones al tipo de
metafsica expuesto, digamos, por Avicena, era que, en efecto,
representaba el universo como un sistema imbuido para la necesidad; obviamente esta visin tendra implicaciones relacionadas con
el ser humano.
No obstante, tambin es posible argumentar que lo que algunos
describen como misticismo especulativo era ms bien una teologa
que una filosofa. Lo que Gerson exiga, por ejemplo, era que se
pusiera ms hincapi en la vida cristiana, o en el ascenso del alma
hacia Dios; en otras palabras, que se diera un lugar mucho ms prominente a la teologa asctica y mstica, y que se prestara atencin
al hombre como un todo, y no slo a su comprensin intelectual
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si damos por hecho que nuestra identificacin de las diversas culturas es ~atisfactoria, la validez de la tesis de que puede observarse
un esquema recurrente comn de desarrollo depende en buena medida de cules sean los rasgos de una tradicin filosfica en los que
elijamos insistir, y de la probabilidad de que existan diferentes juicios al respecto, esto es, sin emitir juicios obviamente truculentos.
Puede decirse de esto que es mucho el ruido y pocas las nueces.
Despus de todo, cualquier hiptesis emprica es revisable en principio. Qu importa si son posibles varias hiptesis diferentes? Puede haber interpretaciones bastante distintas del.pensamiento de un
filsofo individual, como Platn o Kant. Por lo tanto, es natural
que se piense que ser posible trazar imgenes bastante diferentes
del desarrollo de la filosofa en una cultura dada. Si no se considera
que la posibilidad de que existan diferentes intepretaciones del pensamiento de un filsofo individual es una buena razn para abandonar los intentos de interpretarlo, por qu ha de juzgarse enton:
ces que la posibilidad de trazar imgenes bastante diferentes de las
filosofas de las diversas culturas es una razn convincente para
abstenerse de indagar si existe o no un esquema recurrente de desarrollo en las filosofas de estas culturas? Seguramente habr diferencias si las culturas son realmente distintas, y podemos tratar de
ponerlas de manifiesto. Pero tambin es un asunto de legtimo inters preguntarse si hay un elemento comn, un esquema comn de
desarrollo, que sea discernible pese a las diferencias.
Este tipo de argumento no slo es comprensible, sino tambin vlido. Sin embargo, se basa en un malentendido. Como ya se dijo,
no tengo intenciones de condenar que se pregunte si existe o no
un esquema comn de desarrollo en las filosofas de diferentes culturas. Parece ser un tema de inters considerable. Al mismo tiempo
es dudoso que preguntarse esto d como resultado lo que se podra describir propiamente como el conocimiento de una ley que nos
permita predecir el futuro de la filosofa. Si nos proponemos interpretar a Platn, a Kant o a Hegel, es improbable que estemos interesados en la prediccin. Nos interesar la exgesis, y quiz tambin la .evaluacin. No obstante, si emprendemos la tarea de investigar si se observa o no un esquema recurrente de desarrollo comn
a todas las distintas culturas, podemos muy bien tener en mente descubrir una ley del desarrollo del pensamiento filosfio, una ley que
nos permita hacer predicciones. Pero aun si decidimos <fue en las
culturas del pasado el desarrollo de la filosofa generalmente ha se-
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Sin embargo, podra argumentarse que, si bien puede resultar difcil demostrar que hay una ley general que rige el desarrollo del pensamiento filosfico, anloga a la ley de las tres etapas formulada
por Augusto Comte, es decir, una ley que rige la historia de la
humanidad, es muy posible que puedan formularse leyes ms especficas relacionadas con el desarrollo de la filosofa. Puede haber,
por ejemplo, determinadas secuencias recurrentes que permitan formular leyes basadas en la experiencia y dotadas de una cualidad
proftica. Obviamente, si pretendemos discutir la pregunta de si la
reflexin en torno del desarrollo histrico de la filosofa permite o
no formular leye.s, es deseable que tengamos una idea clara de lo
que se ha de entender por ley. Puesto que no nos ocupamos de los
preceptos morales ni de la ley en el sentido de la ley real del Estado,
tenemos que buscar un paradigma en la ciencia. Topamos entonces
con la dificultad de que a los cientficos activos por lo general no
les causa ningn problema afirmar de manera explcita cules son
las condiciones necesarias para que pueda considerarse que p es una
ley; mientras que puede haber diferencias de opinin entre los filsofos de la ciencia. Tal parece que si queremos discutir el tema de
las leyes en relacin con el desarrollo histrico de la filosofa, deberamos buscar nuestro paradigma en la ciencia social, ms que en
la ciencia fsica. Pero dado que la ciencia fsica se desarroll antes
que la social, sta ha tendido a ver en la primera un paradigma, aun
cuando no tard en darse cuenta de que su norma no era la de una
ley estrictamente universal. (Esto no quiere decir que la ciencia fsica simplemente utilice el concepto de una ley estrictamente universal, que no es el caso.)
Al parecer, se ha acordado que, para que se considere una aseveracin como una ley, sta no debe ser tautofgica y debe limitar el
campo de su~ posibilidades, en el sentido de que en principio es posible que sea falsa. Por lo tanto, podemos excluir las tautologas y
189
por supuesto, tambin las definiciones. Es ms, para que se considere una aseveracin como una ley, debe tener un carcter universal. Deberan excluirse las aseveraciones sobre cosas o personas en
particular y sobre una poca en particular. Evidentemente, no puede considerarse como ley una aseveracin como la que sigue: "El
presidente Brejnev se encuentra ahora de pie en el mausoleo de
Lenin, viendo pasar una marcha". Al mismo tiempo, tenemos que
admitir no slo las leyes estrictamente universales, sino tambin las
leyes estadsticas. Este parece ser un requisito para la reflexin tanto sobre la ciencia fsica moderna como tambin sobre las ciencias
sociales.
Qu diremos con respect a la verdad? Si estamos dispuestos a
aseverar que no es posible predicar la verdad o la falsedad de las
leyes, no nos haremos la pregunta anterior. Pero si no estamos dispuestos a adoptar esta postura, habremos de decir que p debe ser
verdadera para que se le considere una ley? Me parece que afirmar
que p es una ley equivale a afirmar que es verdad. Y si despus se
demuestra la falsedad de p, supongo que nos inclinaramos a decir
que, si bien se supona que era una ley, quedaba demostrado que,
despus de todo, no lo era. Al parecer esto implica que, para ser
una ley, p debe ser verdadera. Sin embargo, la dificultad estriba en
que, si en principio toda ley emprica est sujeta a revisin, no es
posible verificarla en un sentido que excluya esta caracterstica. Tal
vez podamos hacer una distincin entre las aseveraciones que tienen la apariencia de leyes, o cuasi-leyes, y las leyes propiamente dichas, entendiendo por "leyes" aquellas cuasi-leyes cuya verdad ha
sido suficientemente probada como para que la comunidad cientfica las reconozca como leyes, aun cuando sigan estando sujetas en
principio a revisin. Despus de todo, generalmente entendemos por
leyes cientficas aquellas aseveraciones que tienen la apariencia de
leyes y que son reconocidas como tales, aun cuando no excluyamos
la posibilidad de que sea necesario someterlas a revisin.
No obstante, parece ser que los cientficos no estn dispuestos
a aceptar cualquier generalizacin emprica como correspondiente a
la descripcin de ley. Y nos preguntamos entonces, cules son los
criterios para distinguir entre las leyes y las generalizaciones empricas que no pueden considerarse con razn como leyes? En general,
se ha sugerido que los cientficos no reconocen como ley ninguna
generalizacin emprica que no tenga una funcin visible dentro del
marco de una teora cientfica ni una relacin con las dems aseve-
190
teora. 4 Tal
raciones incluidas en la
vez sea ste el caso; pero presumiblemente es posible reconocer como tal una ley experimental
antes de que se integre al marco de una teora cientfica.
Lo que hemos dicho hasta ahora parece tener una aplicabilidad
limitada en el campo de la historia de la filosofa. Sin embargo,
si estamos buscando leyes en este campo, en todo caso podemos
excluir las tautologas, las definiciones y las aseveraciones singulares, y
tomar en cuenta solamente las generalizaciones universales del tipo
de "Todos los A son B" .5 Obviamente estas aseveraciones tienen
una cualidad predictiva. Si pretendemos llevar ms adelante nuestra discusin, tenemos que dar a la palabra "ley" un significado bastante amplio. Estamos acostumbrados a or hablar de la ley de
Parkinson. Y en una ocasin le una novela en la que uno de los
personajes enunciaba lo que llamaba, si mal no recuerdo, la "ley
de la manzana", como la idea de que no hay mal que por bien no
venga. Sin duda podemos imaginar casos en los que el bien fue lo
suficientemente asombroso e importante como para grabarse en la
mente y predominar sobre el mal, y en este sentido, la supuesta ley
presumiblemente expresaba una tendencia. Puede pensarse, de hecho, que hablar de la "ley de la manzana" es un chiste irrelevante. Pero algunos autores estn dispuestos a hablar de leyes, o por
lo menos de "cuasi-leyes", que sostienen tendencias tales como las
psicolgicas y que se cumplen bajo ciertas condiciones an no especificadas. El caso es, simplemente, que incluso si se considera deseable en teora que se d un significado universal claro y definido
a la palabra "ley", la prctica comn se encuentra muy lejos de es4 Esto no necesariamente significa que debe ser posible deducir una ley de otra
ley superior a ella, en el sentido en que Newton dedujo las leyes de Kepl~r a partir
de sus leyes generales del movimiento. Ya que puede haber leyes que funciOnen, por
lo menos por el momento, como definitivas. Por lo que toca' a la distincin entre
las leyes experimentales y las teoras, algunos filsofos han sostenido que estas ltimas incluyen trminos que se refieren a los inobservables, cosa que ~o. su7ede con
las leyes experimentales. Otros filsofos han argumentado que esta distmc1n entre
observables e inobservables es reladva, y que no es posible precisarla.
s Algunos filsofos han argumentado que si una "ley" se limita a expresar l~s r~
gularidades de hecho observadas ("los universales de hecho")t: no puede restnng1r
las posibilidades, puesto que no cubre las instancias no realizadas. Por ende, debe
haber un elemento de necesidad en las leyes. No obstante, los filsofos que defienden una lnea de pensamiento corno la de Hume no quieren reconocer este element?
de necesidad, y pretenden demostrar que, aun cuando las leyes expre~an las regul~n
dades observadas, pueden cubrir, sin embargo, las instancias no realizadas y ~estnn
gir as el campo de la posibilidad. Esto es otra muestra de una rea de conflicto en
la discusin del concepto de ley.
191
192
la filosofa de la India, fue anterior, no posterior, a la consolidacin y el desarrollo de las escuelas vdicas. Pero sin duda podramos
hacer frente a estos hechos, si quisiramos.
Seguramente podra argumentarse que en vista de las diferencias
entre las diversas filosofas, no deberamos hablar de secuencias recurrentes en el desarrollo histrico de la filosofa. Pero supongamos
que de hecho es posible discernir estas secuencias. En este caso
podemos formular generalizaciones basadas en la experiencia y que por
lo menos tienen una cierta fuerza predictiva, en el sentido de que
permiten predecir que si ocurre A, tambin B acabar por ocurrir.
Por lo tanto, si estamos dispuestos a describir estas generalizaciones como leyes, entonces podemos formular algunas leyes relacionadas con la historia de la filosofa.
193
Sin embargo, uno se pregunta si estas leyes o generalizaciones "universales de hecho", tienen algn inters para el filsofo. Es cierto
que la frase "tener inters" es relativa, puesto que nos lleva a preguntar para quin. Si una persona cree que la historia en general
est regida por leyes y que los acontecimientos histricos futuros
son predecibles en principio, por supuesto que puede interesarle descubrir leyes en relacin con el desarrollo histrico de la filosofa,
en la medida en que la historia de la filosofa es parte de la historia
en general. No obstante, es obvio que puede argumentarse que al
historiador de la filosofa no le interesa tanto el monismo como los
sistemas particulares, por ejemplo, las filosofas de Parmnides, Spinoza, Bradley, Sarhkara. As como a los historiadores polticos y
sociales les interesa principalmente la revolucin americana, la francesa o la rusa, ms que la revolucin en s, el historiador de la filosofa se interesa principalmente en las filosofas particulares como
entidades individuales y en las relaciones que guardan entre s. Puede replicarse que generalmente el historiador poltico y social concentra su atencin en un pas o una rea en particular, o bien en
un determinado perodo, y que se sobreentiende que un historiador de los Estados Unidos, por ejemplo, se interesa ms en la revolucin americana que en la francesa o la rusa. Pero es muy posible
que el historiador universal o el filsofo de la historia se interesen
194
en comparar las situaciones revolucionarias y sus resultados, y quiz procederan a tratar de formular una o varias leyes basadas en
su anlisis. De manera similar, al historiador de la filosofa griega
antigua obviamente le interesa la filosofa de Parmnides, ms que
la de Spinoza o la de Sarhkara. Pero es evidente que tanto el estudioso de la filosofa comparada como el filsofo de la historia de
la filosofa pueden distinguir entre los diversos tipos de filosofa
como .el.monismo, el pluralismo, el idealismo de diversos tipos, e
mater.~ahsmo y dems, y no tenemos motivos para pensar que no
deba mteresarle formular generalizaciones basadas en la reflexin
sob:e estos tip?s de filosofa y sobre las relaciones entre ellos, que
tuvieran una Cierta fuerza predictiva, aun limitada. No deberamos
decir que una cosa "tien:e inters", a menos que estemos dispuestos
~ esp,ecificar para qu clase o clases de gente afirmamos que tiene
mteres.
Como quiera que sea, resulta difcil concebir a un filsofo interesado en las secuencias recurrentes como tales. Supongamos que es
verdad que a la afirmacin del monismo realmente ha seguido, tarde
o temprano, la afirmacin y reafirmacin del pluralismo. Por lo tanto, si el nico factor que debemos tomar en cuenta es la existencia
de una secuencia recurrente, podramos igualmente predecir que si
se presenta en el futuro el pluralismo, tambin reaparecer el monismo (si todo lo dems es igual), o bien que si reaparece el monismo
tambin resurgir el pluralismo. Si un filsofo est dispuesto a pre~
decir lo segundo, pero no lo primero, esto se debe obviamente a
que considera falso el monismo, y verdadero el pluralismo. Desde
luego, un monista convencido adoptara otra postura. En ambos casos, la prediccin expresa una evaluacin crtica de las teoras filosficas. Y si los filsofos en cuestin formularan afirmaciones con
apariencia de leyes, stas reflejaran sus respectivas evaluaciones.
~e hecho ha~ ?tras posibilidades. Por ejemplo, alguien podra predeclf la reapanc1n del monismo, no porque lo creyera verdadero
sino porque pensara que el monismo se basaba en la psicologa, ;
por ende es probable que siguiera habiendo personas a quienes les
bastara, por razones psicolgicas, una visin monista del mundo.
Pero no podemos exponer aqu todas las posibilidades.
No pretendo sugerir con esto que la observacin de las secuencias
recurrentes en la historia de la filosofa no haya desempeado ningn papel en el razonamiento de los filsotos que hemos imaginado. Por
ejemplo, podramos sealar algunos casos en los que la afirmacin
195
del monismo ha sido sucedida, tarde o temprano, por la reafirmacin del pluralismo y buscar una explicacin en las naturalezas de
estos dos tipos de filosofa, y formular entonces cuasi-leyes. As, la
observacin de secuencias recurrentes asumira un papel en el proceso de razonamiento. Pero la cuasi-ley resultante no sera simplemente
una generalizacin basada en esta observacin. Sera el fruto de
la bsqueda de una explicacin, de una evaluacin crtica de los
tipos de filosofa en cuestin. Por lo tanto, si un pluralista convencido afirma que al resurgimiento del monismo en el futuro
seguira una reafirmacin del pluralismo, en realidad estara afirmando que el monismo era tal, que satisfechas ciertas condiciones,
como la continuidad de la reflexin filosfica, su afirmacin
provocara, tarde o temprano, una reafirmacin del pluralismo. Si
formulara este punto de vista en una cuasi-ley, podramos considerarla como parte de una teora filosfica, o bien como dependiente
de ella.
En un trabajo publicado en 1963, sugera yo que apenas si era
posible esperar algo ms en el futuro que "un movimiento dialctico, una recurrencia de ciertas tendencias y actitudes fundamentales
bajo diferentes formas histricas" (A History of Philosophy, VII,
pp. 440-441, Londres, 1963). Desde luego, por "diferentes formas histricas" quise decir diferentes filosofas. En cuanto a las tendencias, pensaba en la tendencia a plantear problemas metafsicos y a
tomarlos en serio, y en la tendencia a creer que no tiene sentido
discutir estos problemas. Mi prediccin de que reapareceran manifestaciones de estas tendencias ciertamente est basada, en parte,
en la reflexin sobre datos o fenmenos histricos. Por lo que se
refiere a la dialctica entre las dos tendencias, afirm que "esto es
lo que hemos tenido hasta la fecha, pese a los esfuerzos bien intencionados de llevar este proceso a su trmino'', y cit dos o tres ejemplos histricos de la tendencia metafsica. Obviamente, pude haber
mencionado varios ejemplos de ambas tendencias. Al mismo tiempo, relacion de manera explcita las dos tendencias en cuestin con
dos aspectos del ser humano. En otras palabras, mi prediccin
de que continuara la dialctica entre ambas tendencias no fue slo resultado de la observacin de secuencias recurrentes en la historia
de la filosofa. Fue tambin la expresin de una teora del hombre, de
una antropologa filosfica. De hecho, podra argumentarse que
interpret los datos histricos a la luz de esta teora. Y si hubiera
formulado explcitamente una cuasi-ley en relacin con las dos
196
tendencias, habra reflejado esta teora. Pudiera ser que otros filsofos rechazaran la teora, interpretaran el significado de los datos
histricos de una manera distinta, e hicieran una prediccin diferente. Esto no quiere decir que no pueda haber una discusin. Sin
embargo, presumiblemente sta se centrara en la evaluacin crtica
de ciertas teoras filosficas. Como lo suger, esto es lo que interesa
realmente a los filsofos. La cuestin de las leyes es secundaria.
LA TEORA DE LA LEY EMPRICA DE LA EXPLICACIN HISTRICA Y
LA HISTORIA DE LA FILOSOFA
197
lYY
198
1 .
EPLOGO
EPLOGO
EN LOS captulos anteriores se sealaron ciertas conclusiones relacionadas con determinadas preguntas. Por ejemplo, en el captulo vu
se argument que podemos hablar, con razn, de avances en ia filosofa, en un sentido valorativo de la palabra "avance", aun si no
podemos pensar en criterios de avance que no presupongan ningn
juicio de valor. Puede haber diversos tipos de avances. Por ejemplo, tienne Gilson argumentaba, pienso que acertadamente, que
Abelardo elev el nivel del pensamiento filosfico en la Edad Media. Y puede afirmarse que el movimiento analtico moderno se ha
esforzado mucho por elevar el nivel de claridad y precisin del pensamiento y del lenguaje en la filosofa occidental moderna. Obviamente, esta afirmacin presupone que apreciamos un pensamiento
claro y preciso. Pero qu filsofo estara dispuesto a afirmar que
aprecia el pensamiento oscuro e impreciso, cuando es posible lograr
la claridad y la precisin? Otro argumento es que tambin ha habido avances en la "penetracin", y se han dado uno o dos ejemplos
de ello. Los ejemplos se tomaron de la filosofa occidental. Pero podramos encontrar otros en las filosofas de otras culturas. Por ejemplo, yo estara dispuesto a argumentar que la tendencia de algunos
pensadores budistas a reintroducir el concepto de persona como
aqulla a la cual deberan atribuirse los estados, expresaba una
penetracin de las dificultades suscitadas por la teora de la momentaneidad al reducir el yo a una sucesin de estados efmeros.
Tambin se ha argumentado que, si bien han influido en la filosofa diversos factores no filosficos, y si bien las visiones globales
del mundo estn inevitablemente condicionadas por la historia de maneras especficas, reconocer esta situacin no equivale a apoyar una
teora puramente relativista de la verdad. Si fuera lo mismo, entonces rechazar una teora de este tipo implicara probablemente una
negativa a admitir un gran nmero de lo que podemos describir como hechos histricos, una poltica no muy recomendable. El punto
fuerte del relativismo cultural es que puede apelar a una gran cantidad de datos histricos. Pero no siempre es muy fcil dar con lo
que supuestamente implica el relativismo cultural. Una cosa es, por
ejemplo, sostener que el pensamiento de Aristteles estaba histri200
201
bt'1Luuu
b1J1LUIJU
l. Ul.
.I.UJ
EPLOGO
EPLOGO
diferentes tradiciones, costumbres, creencias religiosas e instituciones polticas y sociales. Pero todos estn integrados por seres humanos, y a todos les importa la pregunta "Qu es el hombre?"
En este libro hemos hecho referencia en varias ocasiones a la necesidad de una antropologa filosfica. Obviamente, esto no implica que
no haya habido antropologas filosficas hasta la fecha. Ciertamente
las ha habido y las hay. Sin embargo, existen posibilidad~s de que
los pensadores orientales y occidentales colaboren en esta tarea. Ya
se ha hecho algo en este sentido. Para dar un solo ejemplo, como
resultado de una conferencia entre filsofos orientales y occidentales se public un volumen titulado The Status of The Individual in
East and West (editado por C. A. Moore). Pero sin duda queda
mucho por hacer, en el sentido de examinar aquellas visiones apar~nten;ente distintas que pueden considerarse como complementarias,
discutiendo los puntos de divergencia e intentando evaluar los principios que podran llevar a una visin o una teora ms sinptica.
Por qu hablamos aqu de una antropologa "filosfica"? Se
ha mencionado u~a de las razones en este libro. En Occidente, el
ser ~um~no se ha convertido en el tema de diversas disciplinas que estudian diversos aspectos del hombre -el fisiolgico, el psicolgico
Yel social- y que se consideran como disciplinas cientficas. De modo que hay una cierta fragmentacin, y lo que se requiere es una
visin global que rebase los lmites de cualquier disciplina cientfica
particular. Esto no quiere decir que no puedan hacerse aseveraciones verdaderas sobre el ser humano anteriormente (desde un punto
de vista lgico) al desarrollo de las ciencias particulares o al estudio
comparativo de diferentes tradiciones filosficas. Al mismo
tiempo, es esencial que se tomen en cuenta los hallazgos cientficos
relacionados con el ser humano al desarrollar una antropologa filos?fica. No d~ben;os ignorarlos arguyendo que la filosofa es algo distmto de la Ciencia. Aun si esto significa que hasta cierto punto la
antropologa filosfica deber ser provisional o estar sujeta a revisin, en el mismo sentido en que 1() estn las hiptesis cientficas
en principio, no es razn suficiente para considerar como inexistente el conocimiento cientfico de la poca.
Sin embargo, hay algunos aspectos del hombre, de su experiencia
Ysus actividades que quedan fuera del alcance de las disciplinas cientficas particulares, por lo menos en parte. Y reflexionar sobre
diferentes tradiciones filosficas puede ayudarnos a recordar estos
factores, lo cual es especialmente necesario si nos encontramos en
'
206
EPiLUuU
EPILOGO
207
208
EPLOGO
EPLOGO
Pero cuando hablamos del futuro del mundo, presumiblemente estamos hablando del futuro del hombre, del ser humano. Cmo
pensamos con respecto al hombre no es un asunto trivial. Todos los
esfuerzos de la ingeniera social y todos los ataques a sta presuponen ideas del hombre, aun cuando estas ideas no se hagan explcitas
del todo. Es ms, estas ideas pueden tener repercusiones de alcance
mundial. De ah la necesidad de un dilogo intercultural, en el que
los filsofos pueden y deben intervenir.
Obviamente, estoy presuponiendo juicios de valor acerca de lo que
es deseable. No sabemos qu es lo que ocurrir en realidad. Hasta
donde sabemos, la especie humana puede eliminarse o reducirse a una
condicin muy primitiva. O podemos caer vctimas de una tirana
mundial. Ninguna de estas posibilidades es deseable, en mi opinin.
Lo que s es deseable es la formacin progresiva de una sociedad
mundial pluralista en la que se respeten las diferentes tradiciones culturales. Puede parecer absurdo sugerir que el estudio comparativo
de la filosofa pueda contribuir en alguna medida a alcanzar esta
meta. Algunas veces el autor lo juzga absurdo. Sin embargo, es un
hecho que slo puede al.canzarse esta meta a travs de la cooperacin de muchos elementos. Y a menos que desesperemos de la filosofa en general o pensemos que es un juego carente de implicaciones sociales, deberamos estar dispuestos a considerar que los
filsofos harn una aportacin, aunque sea modesta, al desarrollo
de una sociedad verdaderamente humana.
Hubo un filsofo chino, Wang Yuo-wei (1877-1927), que abandon la filosofa por la literatura a la edad de treinta afias, porque
las ideas que le atraan eran increbles, mientras que las teoras que
le parecan crebles eran repugnantes. Esto es comprensible. Pero,
como lo advirtieron pronto los pensadores chinos, el pensamiento
filosfico puede tener implicaciones prcticas, y subrayaban, algunas veces de manera excesiva, este aspecto. La filosofa tiene sus efectos, buenos o malos. Los filsofos sostienen opiniones diversas
sobre los efectos que juzgan deseables. Con mayor razn, debe
haber un dilogo o una discusin. El hecho de que intervengan juicios de valor no excluye la posibilidad de una discusin provechosa.
Podemos imaginar, de hecho, algunos casos en los que los juicios
de valor de las personas que discuten sean tan diametralmente opuestos, que stas se vean obligadas a interrumpir la discusin o incurran en el abuso. Pero me parece poco probable que se llegue a esta
situacin en un dilogo intercultural del tipo que tengo en mente.
209
lll
BIBLIOGRAFA
Esta bibliografia se limita a aquellos libros que son asequibles en ingls y,
con una o dos excepciones, a libros sobre filosofa china, islmica y de la
India. No se pretende que sea exhaustiva. No se mencionan artculos.
fines oj Indian Philosoplzy. Londres, 1958 (4a. edicin). (Constituyen buenas introducciones al tema.)
Hopkins, E.W., Ethics of India. Nueva Haven, 1924.
Matilal, TI.K. Epistemo/ogy, Logic and Grammar in Indian Philosophical
Analysis. La Haya y Pars, 1971.
Morgan, K. W. (editor), The Religion of the Hindus. Nueva York, 1953.
Potter, K. H., Presuppositions oj India's Philosophies. Nueva York, 1963.
Radhakrishnan, S., History oj Indian Philosophy. 2 vols. Londres, 1962.
(Escrito por un destacado filsofo de la India.)
Sinari, R.A., The Structure oj Indian Thought. Springfield, Illinois, 1970.
Smart, N., Doctrine and Argument in Indian Philosophy. Londres, 1964.
Zaehner, R.C., Hindu and Muslim Mysticism. Londres, 1960. Hinduism.
Londres, 1962 (rstica 1966).
Zimmer, H., Philosophies oj India, editado por J. Campbell. Nueva York,
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2. Obras generales. Primeras fuentes
Sacred Books oj the East, editado por Max M uJier. 51 vo1s. Oxford, 1875.
Reimpreso en Delhi, 1964. (Contiene obras chinas y de la India).
A Source Book in Indian Plzifosoplzy, editado por S. Radhakrishnan y C.A.
Moore. Princeton (Nueva Jersey), 1957. (Contiene selecciones y bibliografas de las primeras fuentes.)
Sources oj Indian Tradition, editado por W.T. de Bary. 2 vols. Nueva
York, 1964.
The Wisdom oj China and India. Ver bajo filosofa china, 2.
1. Ohras generales
212
BIBLIOGRAFA
BIBLIOGRAFA
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5. Budismo
i) PRIMERAS FUENTES
6. Materialismo
Conze, E., Buddhism: Its Essence and Deve/opment. Londres, 1951. Buddlzist Thou,;ht in India: Three Phases o.f Buddhist Philosophy. Londres,
1962. Thirty Years of Buddhist Studies. Ensayos seleccionados. Oxford,
1967. Further Buddhist Studies. Oxford, 1975.
(Ensayos seleccionados.)
7. Escuelas vdicas
i) PRIMERAS FUENTES
a) Srhkhya-Yoga
214
BIBLIOGRAFA
BIBLIOGRAFA
e) Vediinta
The Brahma Stra: The Philosophy of Spiritual Lije. Traducido por S. Radhakrishnan. Londres, 1960.
A Source Book of Advaita Vednta. Editado por E. Deutsch y J. A. van
Buitenen, Honolul, 1971.
Los Vedanta Stras con los comentarios de Samkara y Ramanuja y traducidos por G. Thibaut estn incluidos en The Sacred Books of the East,
Oxford, 1890-1896 y 1904.
ii) FUENTES SECUNDARIAS
215
C. fiLOSOFfA CHINA
ceton, Nueva Jersey, 1963. (Un libro utilsimo que contiene extractos
de los escritos de filsofos chinos, con una introduccin y material explicativo).
216
BIBLIOGRAFA
BIBLIOGRAFA
217
218
BIBLIOGRAFA
FILOSOFfA ISLMICA
l. Obras generales
BIBLIOGRAFA
1)19
2. Fuentes primarias
i) Ar.-FA:RA.Bi
AL-HAzALi
Al-Ghazii/iTahafut a/-Fa/sifah (Incoherence ojthe Philosophers). Traduccin inglesa de S.A. Kamali. Labore, 1958.
iv)
AVERROES
The Philosophy and Theology of A verroes. Traduccin inglesa de M. JamilUr-Rehman. Baroda, 1921. (Traduccin del Tratado Decisivo (Decisive
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Talzafut ai-Tahafut (Incoherence of the Jncoherence). Traduccin inglesa
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A verroes on the Harmony oj Religion and Phi/osophy. Traduccin inglesa
de G. F. Hourani. Londres, 1961.
v) lBN JALDN
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