El documento presenta los fundamentos teóricos de la tildación en español. Explica que la tilde surgió en la Grecia antigua y fue adoptada por el latín y las lenguas romances. En español, la tilde se incorporó en el siglo XV aunque su uso no se sistematizó hasta hace poco. También analiza los fundamentos históricos y etimológicos de la tildación, señalando que palabras patrimoniales y cultismos presentan casos de doble acentuación.
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El documento presenta los fundamentos teóricos de la tildación en español. Explica que la tilde surgió en la Grecia antigua y fue adoptada por el latín y las lenguas romances. En español, la tilde se incorporó en el siglo XV aunque su uso no se sistematizó hasta hace poco. También analiza los fundamentos históricos y etimológicos de la tildación, señalando que palabras patrimoniales y cultismos presentan casos de doble acentuación.
Título original
Fundamentos Teoricos de La Tildacion en Espanol-m Bartra
El documento presenta los fundamentos teóricos de la tildación en español. Explica que la tilde surgió en la Grecia antigua y fue adoptada por el latín y las lenguas romances. En español, la tilde se incorporó en el siglo XV aunque su uso no se sistematizó hasta hace poco. También analiza los fundamentos históricos y etimológicos de la tildación, señalando que palabras patrimoniales y cultismos presentan casos de doble acentuación.
El documento presenta los fundamentos teóricos de la tildación en español. Explica que la tilde surgió en la Grecia antigua y fue adoptada por el latín y las lenguas romances. En español, la tilde se incorporó en el siglo XV aunque su uso no se sistematizó hasta hace poco. También analiza los fundamentos históricos y etimológicos de la tildación, señalando que palabras patrimoniales y cultismos presentan casos de doble acentuación.
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SEGUNDO ENCUENTRO NACIONAL DE CORRECTORES DE TEXTOS
HACIA LA PROFESIONALIZACIN Y EL RECONOCIMIENTO DEL CORRECTOR
LIMA, 15 Y 16 DE FEBRERO DE 2013
FUNDAMENTOS TERICOS DE LA TILDACIN EN ESPAOL
Marco Bartra Bazn
Introduccin
Si bien el tema de la acentuacin y la tildacin ha sido uno de los campos ms trabajados en la ortografa de la lengua espaola, esto no ha impedido que se convierta en un tema de discusin en las ltimas dcadas por parte de lingistas, gramticos y, particularmente, correctores. Las tres publicaciones de la Real Academia Espaola (RAE) sobre la ortografa de 1969, 1974 y 1999 sirvieron para enmendar yerros en el establecimiento de las reglas del uso de la tilde que, aun cuando eran conocidas, no tenan una sistematizacin que las librara de polmica. Aun as, estos breves tratados acadmicos no pudieron solucionar los debates sobre el uso de la tilde en ciertas palabras que, o bien salan del patrn acentual general del espaol, o bien se constituan en casos especiales de tildacin.
De ese modo, la RAE, con el apoyo de la Asociacin de Academias de la Lengua Espaola (Asale), public, a finales de 2010, su primer manual sobre ortografa verdaderamente fundamentado y documentado. Hoy por hoy, la nueva Ortografa de la lengua espaola viene sirviendo tanto a estudiosos como a usuarios del espaol para despejar sus dudas con relacin a ciertos fenmenos ortogrficos que an no haban sido solucionados. No obstante, en el caso especfico de la acentuacin y la tildacin, todava hay cosas que no son del todo claras y que pueden llegar a ser un dolor de cabeza para quienes nos abocamos a la tarea de corregir. Una de ella y quiz la ms problemtica es la que se refiere a cmo normar el uso de este signo diacrtico en los casos de tildacin especial, pues, como deca el lingista Juan Martnez Marn, la historia de la ortografa espaola ha consistido [] en
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una pugna entre quienes han defendido el principio de la pronunciacin (criterio fonolgico) como esencial y los que al lado de este sitan el etimolgico y el del uso (1992: 129).
A continuacin, veremos cmo la tildacin nos va servir de botn de muestra para analizar este dilema. Pero, primero, haremos un breve repaso histrico del ingreso y el desarrollo de la tilde en la escritura de la lengua espaola para, posteriormente, centrarnos en los fundamentos que hacen que la tildacin tenga su razn de ser, as como en los fundamentos que hacen de este signo diacrtico un elemento ms complejo de lo que parece.
1. El fundamento historico
Evidentemente, en estos momentos no estaramos hablando del problema de la tildacin en espaol si no hubiera un motivo para ello, es decir, si nunca se hubiera creado la tilde. Ahora que discutimos sobre las formas de escritura de las palabras, de los signos de puntuacin que las ordenan en los textos y, en este caso, del signo que marca la acentuacin de nuestra lengua, no podemos olvidar que estas creaciones lingsticas surgieron en la Grecia Antigua. Los gramticos griegos, a la vez que daban origen a la puntuacin en la escritura, se centraron en otro signo que pudiera cumplir la funcin de representacin de los patrones acentuales de su lengua. Pero, como el griego antiguo era una lengua eminentemente tonal, esto llev a los gramticos alejandrinos a idear un sistema de acentuacin grfica formado por tres diacrticos distintos: el acento agudo (), que indicaba un ascenso del tono; el grave (`), que supona tambin una elevacin, pero menor; y el circunflejo (), que reflejaba una elevacin y un descenso tonal sucesivos (RAE & Asale, 2010: 214).
Siglos despes, los gramticos latinos asimilaron muchas invenciones de sus predecesores griegos; no obstante, el caso de la acentuacin tuvo un desarrollo diferente. En latn, el acento estaba condicionado por la cantidad de la vocal de la penltima slaba. Esto es, si la vocal era larga, reciba el acento y la palabra era llana; en cambio, si esta era breve, el acento recaa en la slaba anterior y la palabra era esdrjula. De este modo, no se vio necesario marcar las diferencias acentuales, pues la distincin estaba
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3 MARCO BARTRA BAZN supeditada a la cantidad voclica de la slaba tnica. Con el paso de los siglos, la tilde fue quedando en el olvido, hasta que la revalorizacin de las obras grecorromanas, en el Renacimiento, permiti que las lenguas neolatinas utilizasen los acentos griegos en sus escrituras. Esto se debi a que, para esa poca (siglo XV), las lenguas descendientes del latn presentaban sistemas acentuales distintos del de su lengua madre. Con la cantidad voclica desaparecida y las nacientes normas ortogrficas, las lenguas romnicas adoptaron los acentos griegos.
Algunas de estas lenguas, como el francs, adoptaron los tres acentos clsicos y, aunque, en la actualidad, no cumplen funciones fonticas, han quedado en su escritura como una forma fosilizada de su incorporacin histrica (sicle, priode, tre). El italiano, por su parte, aun cuando fue una de las primeras lenguas en aadir acentos a su escritura, hoy los ha eliminado debido a sus nuevas reformas ortogrficas. Sin embargo, el caso del espaol es diferente. En un inicio, incorpor los acentos griegos, aunque sin un fundamento preciso y con mucha variacin de un acento a otro, pasando del grave, inicialmente, al agudo como es en la actualidad. Algunos estudiosos hablan del siglo XV como el primero donde se comienzan a emplear estos acentos (Villegas Botero: 2011), mientras que otros toman como referencia obras del siglo XVI como prueba ms antigua. Sea como fuere, la tilde, llamada pice por Antonia de Nebrija y rayuela por Juan de Valds (Martnez Marn, 1992: 132), lleg para quedarse.
No obstante, el establecimiento de este signo en el espaol sufri muchas variaciones hasta su sistematizacin en las ltimas dcadas. Por ejemplo, el acento grave se mantuvo en las palabras monosilbicas de una letra (, , ), tal como aparece en la primera obra acadmica, el Diccionario de autoridades de 1726. Pero sabemos, por principios lingsticos, que no podemos prescindir de la tilde como lo hacen otras lenguas. La ortografa del espaol, en ese aspecto, es muy clara al sealar que, si no tildramos las palabras, se generaran confusiones en la lectura. Pero, a su vez, no podemos tildarlas todas, sino solo aquellas que conforman los patrones menos frecuentes en la lengua, esto por un principio de economa.
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2. El fundamento etimolgico
Ahora bien, el proceso histrico por el que ha pasado el espaol lo ha hecho rico en vocabulario, pero tambin heterogneo. Hay muchas palabras provenientes directamente del latn que han llegado hasta nuestros das por una evolucin natural, pero tambin contamos con palabras que, si bien tienen estructuras morfolgicas grecolatinas, no han devenido en un desarrollo paulatino a travs de los siglos, sino que se han formado por la necesidad de tener palabras que designen nuevos significados. El primer grupo est formado por las palabras patrimoniales, mientras que el segundo, por los cultismos.
Estas palabras constituyen una importancia fundamental para las reglas especiales de tildacin, ya que muchas de ellas estn dentro del fenmeno de la doble acentuacin. Este fenmeno se entiende como la existencia de un cierto nmero de palabras que presentan ms de un acento prosdico, esto es, que pueden pronunciarse de dos formas sin dejar de ser la misma palabra, debido a que el cambio de la slaba sobre la que recae el acento prosdico no implica ningn cambio de significado ni de referencia del trmino. As, tenemos los casos aunque en menor medida de palabras patrimoniales que presentan formas con diferente acentuacin: una que conserva la forma etimolgica y otra que ha cambiado su acento prosdico, con la que coexiste. En este grupo, podemos mencionar las palabras farrago/frrago (farrgo) y pabilo/pbilo (paplus), que se suelen pronunciar esdrjulas aun cuando eran llanas en latn; y frjol/frejol y su variante frjol/frijol (faselus), que era llana originalmente y ahora convive con la forma aguda.
Sin embargo, el fenmeno de la doble articulacin afecta sobre todo a palabras que el espaol ha tomado de otras lenguas, ya se trate de cultismos de origen grecolatino o de prstamos de diversas lenguas a lo largo de su historia (RAE & Asale, 2010: 209). En este grupo, tenemos una lista ms numerosa de casos que ejemplifican este fenmeno. En cuanto a los cultismos, podemos tomar como ejemplo los casos de origen griego como osmosis/smosis e icono/cono, donde la forma etimolgica (llana) convive con la generalizada (esdrjula); igualmente, la alternancia
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5 MARCO BARTRA BAZN del latinismo medula/mdula muestra una situacin similar, donde la forma esdrjula (la antietimolgica) ha terminado por imponerse.
As mismo, podemos observar cultismos que reflejan la coexistencia de una forma etimolgica frente a una forma adecuada al patrn prosdico acentual ms comn del espaol. Estas parejas estn agrupadas en casos que presentan sufijos diminutivos o elementos compositivos que justifican su doble acentuacin:
Forma etimolgica Forma con patrn acentual adaptado olimpada olimpiada perodo periodo alvolo alveolo bronquolo bronquiolo zodaco zodiaco austraco austriaco manaco maniaco hemipleja hemiplejia parapleja paraplejia microscopa microscopia metempscosis metempsicosis nigromanca nigromancia quiromanca quiromancia
Como podemos apreciar, este apartado es por dems problemtico y confuso, tanto para el lector promedio, como para el escritor y, en particular, para el corrector. Escoger entre dos opciones que conviven simultneamente, ms que una ayuda a la simplicidad, multiplica las dificultades. Pero ya lo dice la Academia en su Ortografa de 2010: En general, lo deseable es resolver cuanto antes los casos de vacilacin, salvo que [] responda a usos geogrficos diferenciados, ya que, en ese caso, cada una de las variantes se emplea en exclusiva en sus respectivas zonas y no es posible imponer una variante comn sin violentar los usos asentados en determinadas reas (RAE & Asale, 2010: 212). De ese modo, no queda en claro por qu variante optar al momento de hacer una correccin si lo
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que va a primar es el criterio geogrfico, es decir, el ms usual en un lugar; menos an cuando la misma obra propugna que en estos casos, quien escribe deber elegir la grafa que refleje la acentuacin prosdica con la que articula el trmino en la lengua oral (RAE & Asale, 2010: 208). En sntesis, no podemos tomar una decisin puramente lingstica y que no implique tener variedades a escoger.
Ms radical en este aspecto es Jos Martnez de Sousa, quien dice que el hecho de que sigan apareciendo nuevas voces con dos y tres acentos, aunque de vez en cuando se suprima alguna, es suficiente para desanimar a los profesionales de la escritura, que lo que buscan es simplificar y no complicar. En la ltima edicin del DRAE (2001) se cuentan 246 voces que admiten diversas acentuaciones (salvo error u omisin), y la tendencia es seguir aumentando ese nmero (Martnez de Sousa, 2011: 12). En el mismo artculo, seala que la tendencia general en estos casos, por parte de la Academia, debe ser la simplificacin del microsistema, eliminando de los diccionarios todas las palabras bi- o triacentuales de las que sea aconsejable prescindir (Martnez de Sousa, 2011: 13).
Mencin aparte merecen los topnimos de origen extranjero. Estas voces tambin tienen casos de doble acentuacin y deben regirse a las normas de tildacin, aunque es obvio que, como con las palabras patrimoniales y los cultismos, va a ser complicado elegir entre una forma u otra. No obstante, el uso est prevaleciendo frente a las formas etimolgicas, como vemos en las alternancias de los topnimos Mali /Mal (francs), Ksovo /Kosovo (serbocroata /albans), Rumana /Rumania (rumano), Amazona /Amazonia y Araucana /Araucania.
Justamente, sobre estas tres ltimas alternancias, en el IX Congreso de Academias de la Lengua de Espaa e Hispanoamrica, celebrado en San Jos de Costa Rica en 1989, se acord reemplazar definitivamente el hiato por el diptongo en la pronunciacin de la palabra *Amazona (Ramrez, 1993: 189), al igual que los dems topnimos terminado en -nia, para establecer una generalizacin, aun cuando es evidente que las formas de estos exnimos no son unitarias, y el uso, al menos en Per, prefiere Rumania, Amazona y Araucana en vez de Rumana, Amazonia y
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7 MARCO BARTRA BAZN Araucania. Por ello, sigue siendo debatible la forma que debe quedar en la escritura del espaol: la etimolgica o la que se extienda por el uso.
3. El fundamento de la pronunciacin
Pero con la discusin etimolgica no acaba todo. El otro aspecto que tambin entra en juego en el dilema de la tildacin en espaol es el de la pronunciacin. Esto, en un inicio, no debera conllevar a ningn problema; sin embargo, esta situacin abarca solamente aquellas palabras que han ingresado a nuestra lengua por medio de prstamos, ya sea a travs del contacto, ya sea a travs de la difusin de cierto vocablos que se han hecho universales y han pasado a formar parte del espaol asimilndose a su estructura.
La tilde en estos vocablos est determinada por la ubicacin del acento prosdico para, posteriormente, someterlos a las reglas de tildacin general. No obstante, al igual que en los casos de doble acentuacin vistos en el apartado anterior, coexisten dos formas que dependen de la regin en donde se utilice y la pronunciacin que los hablantes de este dialecto del espaol prefieran. As pues, tenemos extranjerismos que se pronuncian agudos, graves o esdrjulos de acuerdo con el dialecto correspondiente, como en los siguientes ejemplos:
Pronunciacin preferida en Per Pronunciacin preferida en otros pases video vdeo chofer chfer bmeran bumern crtel cartel lite elite ftbol futbol (Mxico) karate krate
En estos casos, no siempre se mantiene la acentuacin etimolgica y el uso termina mandando, lo cual no es tan problemtico como en el caso
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anterior. Pero, aun cuando pareciera una situacin de ms fcil resolucin, surge una interrogante que podra causar un enorme dilema al momento de corregir, ya que las normas acadmicas dejan la puerta abierta a muchas interpretaciones, y, as no sigamos los lineamientos de la RAE y dems asociaciones, el hecho de corregir un texto de un autor, por ejemplo, espaol, pero publicado por una editorial peruana, va a demandar que precisemos el fundamento ortogrfico de la Academia que dice que en estos casos, quien escribe deber elegir la grafa que refleje la acentuacin prosdica con la que articula el trmino en la lengua oral (RAE & Asale, 2010: 208). Si as fuere, el autor espaol escribira vdeo, cuando en el Per la forma mayoritariamente empleada es video. De este modo, se origina un conflicto entre el estilo del que escribe y el dialecto del que lee. Aun as, la postura todava se adhiere a la pronunciacin de los autores.
Sin ir muy lejos, otro caso de esta diversidad de acentuaciones entre los latinoamericanos y los ibricos se presenta en algunos verbos, bsicamente en los terminados en -iar y -uar que admiten dos (e incluso tres) acentuaciones. En muchos pases, por ejemplo, la conjugacin del verbo licuar es diferente: en Espaa (t licuas), en el Per (t licas), en la Argentina (vos licus) (Rodrguez, 2011). Pero hay ms de estos casos de conjugaciones verbales con acentuaciones distintas. Por lo tanto, tan vlido es decir y escribir expatrio como expatro, palian como palan, adecuan como adecan, evacua como evaca, etc. (RAE & Asale, 2010: 211).
Conclusiones: El fundamento del uso
Luego de la revisin del origen de la tilde en el espaol y su sistematizacin progresiva a lo largo de los siglos, hemos observado cmo todo fundamento tiene su razn de ser. El ingreso de la tilde, a fines del siglo XV, no fue un hecho marginal en la ortografa de nuestra lengua. Fue la manera de que la lengua escrita se enfrentara a uno de sus mayores desafos al momento de representar los matices de lo oral en el texto escrito, y mostrar que, a diferencia de sus lenguas hermanas, el espaol deba mantener este signo para hacer de la lectura una empresa mucho ms sencilla para todos los usuarios. De este modo, y con los enormes avances acadmicos en el siglo XX,
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9 MARCO BARTRA BAZN la ortografa del espaol ha ido afinando sus reglas a fin de ser los ms clara posible, no solo para los especialistas, sino para cualquier persona.
Pero, si bien ningn trabajo acadmico es perfecto, al menos le toca ser perfectible. En ese sentido, las polmicas y discusiones por las normas expuestas en la ltima Ortografa de la lengua espaola son el sntoma de una revaloracin por la escritura en su ms claro dominio. El tema de la acentuacin y la tildacin no poda pasar desapercibido y, aun cuando es uno de los campos de ms alto desarrollo, siempre hay cosas por pulir. Los fundamentos de la tildacin no deben ser exclusivos, como tampoco deben pecar de ingenuidad. La misma Academia dice en su Ortografa: Las obras lingsticas de ndole normativa, as como el diccionario, suelen primar el empleo de una sola de las formas atendiendo a diferentes criterios, por lo general el uso mayoritario, o bien la etimologa, cuando el uso no se ha decantado an claramente por una de las acentuaciones en competencia (RAE & Asale, 2010: 212).
Creemos que el proceso de fijar finalmente una norma de acentuacin y tildacin est en camino. No obstante, los avances son encomiables. Pero, as como los acadmicos han sido determinantes en eliminar elementos que estaban de ms (las tildes en los demostrativos y el adverbio solo), podran ser igualmente incisivos a la hora de unificar la lengua a travs del uso particular. El trabajo del corrector estar cada vez ms simplificado si los fenmenos de acentuacin logran ser estructurados de modo que no haya una serie de posibilidades a escoger, sino, por el contrario, una explicacin convincente de cmo iniciar una correccin con fundamentos tericos que no den pie al error.
Referencias
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MARTNEZ MARN, Juan. (1992). La ortografa espaola: Perspectiva historiogrfica. Cauce. Revista de Filologa y su Didctica, 14-15, 125-134.
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RAMREZ, Luis Hernn. (1993). El acento escrito. Fundamentos tericos y lingsticos. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
REAL ACADEMIA ESPAOLA & ASOCIACIN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAOLA. (2010). Ortografa de la lengua espaola. Madrid: Espasa.
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VILLEGAS BOTERO, Favio. (2010). Las tildes al diccionario [Artculo del portal web EquinoXio]. Recuperado de 7 de febrero de 2013 de http://equinoxio.org/columnas/las-tildes-al-diccionario-10028/
_______________________________________________ Marco Bartra Bazn (Lima, 1985) Lingista por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha trabajado como corrector de textos y redactor en la Universidad de San Martn de Porres (USMP Virtual). Ha colaborado como lexicgrafo en la Academia Peruana de la Lengua. Actualmente, se desempea como gestor de contenidos y redactor en portales webs. Realiza correcciones, de manera independiente, para instituciones y empresas. Es docente principal del Diplomado en Redaccin de la USMP Virtual, donde dicta los cursos de Acentuacin y Tildacin y Coherencia y Cohesin Textual. Es miembro de la Ascot Per desde el 2012.
Aliaga, José Luis (20012-04) - El Análisis Lexicográfico Desde Una Perspectiva Plural. A Propósito de La Información Geolingüística en Los Diccionarios