Este documento presenta un cuaderno de oraciones de la Juventud Mariana Vicenciana (JMV). En la introducción, explica la importancia de la oración para los cristianos y los modelos de oración de Jesús, María y Vicente de Paúl. Incluye varias secciones con oraciones de la JMV, temas de oración, celebraciones y una bibliografía. El objetivo es facilitar la oración en común y reforzar el sentido de pertenencia a la asociación entre los miembros de la JMV.
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Este documento presenta un cuaderno de oraciones de la Juventud Mariana Vicenciana (JMV). En la introducción, explica la importancia de la oración para los cristianos y los modelos de oración de Jesús, María y Vicente de Paúl. Incluye varias secciones con oraciones de la JMV, temas de oración, celebraciones y una bibliografía. El objetivo es facilitar la oración en común y reforzar el sentido de pertenencia a la asociación entre los miembros de la JMV.
Este documento presenta un cuaderno de oraciones de la Juventud Mariana Vicenciana (JMV). En la introducción, explica la importancia de la oración para los cristianos y los modelos de oración de Jesús, María y Vicente de Paúl. Incluye varias secciones con oraciones de la JMV, temas de oración, celebraciones y una bibliografía. El objetivo es facilitar la oración en común y reforzar el sentido de pertenencia a la asociación entre los miembros de la JMV.
Este documento presenta un cuaderno de oraciones de la Juventud Mariana Vicenciana (JMV). En la introducción, explica la importancia de la oración para los cristianos y los modelos de oración de Jesús, María y Vicente de Paúl. Incluye varias secciones con oraciones de la JMV, temas de oración, celebraciones y una bibliografía. El objetivo es facilitar la oración en común y reforzar el sentido de pertenencia a la asociación entre los miembros de la JMV.
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CUADERNO DE ORACIN JMV.
JUVENTUD MARIANA VICENCIANA Salimos a tu Encuentro 2
Agradecemos la colaboracin en la elaboracin de este Cuaderno de Oraciones al P. Vicente de Dios, C.M., P. Martn Burguete, C.M., Edurne Urdampilleta, Gloria Santilln, Consejo y Secretariado Internacional de JMV, y a todos los que brindaron su valiosa ayuda. Mil gracias.
EDITA Y DISTRIBUYE Secretariado Internacional Juventud Mariana Vicenciana C/ Jos Abascal, 30 28003 Madrid, Espaa Telfono: 91 5912164 Fax: 91 4483189 E-mail: [email protected] [email protected] Web: www.secretariadojmv.org 99 Audrey Gibson and Kieran Kneaves, PRAYING WITH LOUISE DE MARILLAC, Saint Mary's Press, 1995
Margaret Alderman and Josephine Burns, PRAYING WITH ELIZABETH SETON, Saint Mary's Press, 1992
98 Sexta Parte: Bibliografa
Srie Hors Rayons, EL MENSAJE DE CA- TALINA LABOUR: UNA DINMICA DE VI- DA, Graphic Express, Pars, 1992
Congregacin de la Misin, ORAR EN NUESTRAS COMUNIDADES, TOMO 2, CE- ME
Vicente de Dios, C.M., LA MEDALLA MILAGROSA: DOCTRINA Y CELEBRACIN, CEME, Salamanca, 1986
Manuel J. Fernndez. Mrquez, VIDA Y CONTEMPLACIN, Ediciones San Pa- blo, 1988
Bernard Sesbo, CREER (invitacin a la fe catlica para las mujeres y los hombres del siglo XXI), San Pablo, 2000 3 PRESENTACIN
Queridos amigos:
La Asamblea General Roma 2000 pi- di expresamente que el Secreta- riado Internacional, en colaboracin con el Consejo Internacional, elabo- rar un libro de oraciones para toda la Asociacin que nos ayude a man- tener el espritu de oracin en co- mn y, en consecuencia, a reforzar nuestro sentido de pertenencia a la misma. Para realizar este proyecto solicitar a todos los pases sus pro- p i o s ma t e r i a l e s d e o r a - cin (Documento final, 1.2). Hoy tienes en tus manos este sueo hecho realidad.
Hemos intentado recoger en este li- bro las principales oraciones con las que nos identificamos y que resaltan nuestras notas caractersticas como JUVENTUD MARIANA VICENCIANA. 4 Dejamos, por supuesto, libertad a los Consejos Nacionales para que puedan utilizarlo y enriquecerlo de la forma que vean ms conveniente.
Abrigamos la esperanza de que este cuaderno facilite el que:
- Nos apoyemos unos a otros orando cada da, - Que nuestra oracin sea her- mosa para Dios y atractiva pa- ra los jvenes. - Hagamos de la oracin parte integrante de nuestros en- cuentros de catequesis, de for- macin, de apostolado, de ser- vicio y de evangelizacin, para que logremos asumirla en nuestra vida diaria natural y espontneamente.
Que la Virgen Milagrosa, maestra de oracin para JMV, impulse maternal- mente nuestra vida de oracin y la de nuestros grupos, 97 se en fantasa, puede crear ilusiones de san- tidad. Divorciada de la oracin, la accin puede resultar superficial. Puede tener un carcter "compulsivo". Puede convertirse en una dependencia intoxicante. La espirituali- dad est en su sazn cuando mantiene una tensin mutua y vital la oracin y la accin.
La espiritualidad genuina transforma nues- tra humanidad. Nos hace ms amables, ms atentos a los otros. Arraiga en nosotros el deseo "de servir y de no servidos" (Mc. 10, 45) y la conviccin de que "hay ms felicidad en dar que en recibir" (Hch. 20, 35). Nos empuja a ser misioneros en el mundo. En la oracin, escuchamos a Dios que nos llama a salir a servir a los otros, compartiendo con ellos la Buena Noticia "en obras y palabras", como le gustaba decir a San Vicente.
Al final de este libro, rezo para que todos cuantos lo usemos hagamos de la oracin parte permanente de nuestras vidas y para que avancemos cada da, llenos del espritu del Seor, deseosos de servir y de ser mi- sioneros del Seor en el mundo. Robert P. Maloney, CM
96 EPLOGO
Los evangelios describen muy sencillamente la espi ri tual i dad de Mara: escu- ch la palabra de Dios y la pu- so en prctica (Lc. 8, 19-21). San Vicente re- cordaba a sus seguidores que Mara "mejor que ningn otro creyente, penetr en el sen- tido del evangelio y lo puso en prctica" (SV. XII, 129 / ES XI, 428).
La unin entre la oracin y la accin es una de las claves ms importantes para una sana espiritualidad. San Vicente estaba profun- damente convencido de que, para vivir de modo equilibrado, la oracin y la accin de- ben respirar juntas, como los dos pulmones del cuerpo. Divorciada de la accin, la ora- cin puede tornarse escapista. Puede diluir- 5 para que lleguemos a ser como San Vicente, autnticos contemplativos en la accin.
CONSEJO INTERNACIONAL JMV Octubre, 2002
6 INDICE
1.- INTRODUCCIN
2.- ORACIONES DE JMV - Oracin al Espritu Santo - Oraciones Marianas - El Rosario - Consagracin Mariana de JMV - Oraciones Vicencianas
3.- TEMAS DE ORACIN - Recomendaciones prcticas para orar - Jess, ensanos a orar - Abandonarse en manos de Dios - Guas para celebraciones - Marianas - Vicencianas - Rue du Bac
4.- CELEBRACIONES 8
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95 sin del hombre en su paso por la tierra.
Accin de gracias. La accin de gracias es la resonancia de Dios, la manifestacin exte- rior de lo que se experimenta en el alma.
Cuerpo. En el cuerpo de Cristo, los cristia- nos se unen a Cristo, Cabeza y, desarrollan- do cada uno la funcin que le otorga el Es- pritu en favor de los dems, realizan la mis- ma unidad que tiene el cuerpo humano cuando practican sus diversas funciones en armona con las diversas funciones de las restantes partes del cuerpo humano (l Cor 12,14-26).
Smbolos. Toda oracin tiene una dimensin simblica, pues el hombre intuye a Dios y entra en contacto con l por medio de los smbolos.
94 mo se me revela Dios. Por eso debo amar tambin al prjimo con todo mi corazn, con toda mi alma, con todas mis fuerzas y con toda mi mente. Envo. Vete y haz t lo mismo. Tambin te enva S. Vicente de Pal: Yo he sido enviado, no slo para amar a Dios, sino para hacerlo amar.
Voca- bulario de a p o - yo.
A l a - banza. La a l a - b a n z a arrastra al ser entero del hombre. Alabar a Dios no puede convertirse en un acto ocasional, sino en ocupacin de toda la vida. Debe ser la profe- 7 - Nota Eclesial: LA IGLESIA CUERPO DE CRISTO
- Nota Misionera: TESTIGO DEL EVANGELIO
- Nota Mariana: MARIA DE NAZARET, OYENTE ACTIVA DE LA PALABRA
- Nota Vicenciana: SAN VICENTE, HOMBRE DE CRISTO Y DE LOS POBRES
5.- EPILOGO
6.- BIBLIOGRAFA
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98 8 Primera Parte:
Introduccin
Orar es una de las actividades ms bellas y profundas que puede hacer el hombre. Mediante la prctica continua- da de la oracin puede llegar a tal hondura y a tal renovacin interior que en ella y a travs de ella el mismo hombre se haga obra de Dios. Para un cristiano, Jesucris- to es el autntico modelo y maestro de oracin. Mara fue tambin una mujer de oracin: "Su Madre conservaba todas es- tas palabras en su corazn".(Lc. 2,51) San Vicente de Pal vivi convencido del valor de la oracin: Dadme un hombre de ora- cin y ser capaz de todo (Coste XI,83; CEME XI, 778).
Orar es vivir, no es imaginar, ni so- ar, sino salir del sueo que vivimos. Orar es despertar, es un amanecer cons- tante. Un continuo despertar desde la vi- da, en la vida y para la vida. La otra oracin, la que saca y evade de la vida, la que finge y adormece, la que es refugio y huida, no es oracin. Tampoco la ora- cin es pensar mucho en Dios, porque ocuparse en darle una y mil vueltas a la cabeza no basta en una relacin personal. Orar es entrar en dilogo con Dios, desde 93 la parte que le preocupaba un poco. Jess cuenta al letrado una historia para que em- prenda un camino nuevo. Este mensaje en- camin a San Vicente al mundo de los po- bres. He sentido, Seor, tu llamada al ru- miar tu palabra: Vete y haz t lo mismo.
Res- pondemos a la Palabra con la oracin. Vete y haz t lo mismo. La Palabra del Seor pi- de respuesta. Aqu estoy, Seor, dispuesto a recorrer el camino recorrido por el buen sa- maritano. Te reconozco en el buen samarita- no, en cada uno de sus gestos sanadores y acogedores. Haz que interprete, como Vicen- te de Pal, esta parbola con mi vida. Para profundizar en la Palabra. En el prji- 92 Dirige los ojos hacia nosotros, Seor. Conce- de tu perdn y tu misericordia a todos los aqu reunidos. Apidate de nosotros y conc- denos ser buenos, sabios y puros. Enva tu poder para que todo tu pueblo sea reconocido santa e inmaculado (Oraciones de los pri- meros cristianos).
Iniciamos la oracin. Jess habl en aquel tiempo y sigue hablando ahora. Sus pala- bras no han perdido fuerza. Alaba y da gra- cias a Dios porque se revela a los hombres. Quin dudar que la Palabra del Seor pe- netr hasta el fondo del corazn de Vicente de Pal?.
Lectura de la Palabra de Dios: Lc 10,25-37 Hacemos unos instantes de silencio orante. Lectura personal y meditativa de la Palabra proclamada. Fija tu atencin en cada uno de los personajes de la parbola. El letrado recibe, al final de la parbola, una respuesta magistral: Vete y haz t lo mismo. El letrado no pareca tener ningn problema en lo que se refera a Dios. Pero aqu viene 9 lo ms hondo de nuestro corazn. A medi- da que Dios se nos revela, la oracin apa- rece espontneamente, como un llama- miento recproco, un dilogo, donde Dios llama y busca al hombre (dnde es- ts? Gn. 3,9-13) y el hombre responde (He aqu que vengo para hacer tu volun- tad Heb. 10, 5-7) Por eso dice Santa Teresa de Jess que orar es tratar de amistad, estando muchas veces a solas, con quien sabemos nos ama. El que des- cubre a Dios, a Cristo, se hace amante. Y el que ama sintoniza, busca la presen- cia, el dilogo
Hay que vivir la oracin; si se prefiere, el encuentro con Dios. Una cosa es pensar en la montaa y su escalada y otra muy distinta subir a ella. Lo que ali- menta es comer. No es suficiente con leer- se la carta del restaurante; lo mismo que slo bebiendo se quita la sed, y no recor- dando la fuente. A caminar se aprende ca- minando y a orar se aprende orando.
El corazn del hombre, herido de amor infinito, busca con nostalgia insacia- ble el encuentro amoroso con su Dios. Desea ardientemente estar con el Seor de su vida. Llenar su vida de la pre- sencia luminosa y radiante de Dios. Se siente como el rayo de sol que slo se en- 10 cuentra a s mismo en conexin y fusin permanente con el sol. Cmo existir fue- ra de l? Ser en Dios, en comunicacin y comunin amorosa.
A la oracin vamos a estar con el Se- or, en una presencia amorosa. Estar simple y llanamente es una actitud un po- co costosa para nosotros, que tanto valo- ramos nuestra accin, nuestro trabajo, y que medimos nuestro ser y persona por el rendimiento y la eficacia.
Por eso, antes que hacer en la ora- cin, debemos saber estar, valorando nuestra capacidad de ser conscientes de que estamos aqu y ahora, en una actitud activamente pasiva. A veces en la oracin valoramos mucho lo que decimos al Se- or, lo que pensamos, razonamos o hace- mos, los propsitos que sacamos Tanto que a veces nos olvidamos del Seor y continuamos centrados en nosotros mis- mos, en nuestros problemas y cavilacio- nes. Dice Jess: al orar, no charlis mu- cho porque vuestro Padre sabe lo que necesitis antes de pedrselo (Mt. 6,7-8)
As pues, te invitamos desde este cuaderno a que practiques sencillamente el estar en oracin, a simplemente estar centrado en lo ms hondo de tu ser en 91 VICENTE, HOMBRE DE CRISTO Y DE LOS POBRES Ambientacin
El Evangelio es una Buena Noticia, un men- saje de liberacin, de luz y de amor; amor sobre todo por los oprimidos, los pecadores, los enfermos. Admiremos nosotros tambin y acojamos esta Buena Noticia de liberacin, de luz y caridad: No basta con amar a Dios, si no lo ama mi prjimo. Si queremos estar con Cristo, como Vicente de Pal, tenemos que tener el corazn cada vez ms abierto. Tener una apertura universal significa acep- tar que el Evangelio se extienda ms cada vez. Reunidos en el nombre del Seor. Oramos enseados por los primeros cristianos: 90
Envo. Mara, discpula de Cristo, interce- de ante el Seor para que vivamos evang- licamente nuestro discipulado. Llena de la luz del Espritu Santo, ruega por noso- tros para que, enviados al mundo, seamos luz de las gentes.
Bendicin. Seor, que todo mi ser sea inundado por la bendicin y la alabanza. Que tu alabanza est siempre en mi boca. Amn.
N o - ta Vicen- ciana: SAN 11 una actitud silenciosa y acogedora. El si- lencio nos capacita para vivir nuestra pro- pia presencia y al mismo tiempo abre de- ntro de nosotros la posibilidad de acoger y recibir la presencia de Dios, su revelacin y su comunicacin en la intimidad del al- ma. Qu poca capacidad tenemos ac- tualmente de estar simplemente en silen- cio, acogedores y receptivos ante la pre- sencia amorosa de Dios! Habla, Seor, que tu siervo escucha (1 Sam. 3,10).
Todo encuentro profundo entre per- sonas lleva a una autntica manifestacin, revelacin de la intimidad de las personas. Esa comunicacin de intimidades hace que nazca la autntica amistad. Difcil- mente se dar revelacin de intimidad si no se encuentra uno con su corazn silen- cioso, atento y receptivo en quien volcar la intimidad. As pues, hemos de poner las condiciones para que este encuentro se de, y cuidar de iniciarnos en esta delicada tarea.
ALGUNOS MEDIOS:
Una vez aclarado el elemento primor- dial: nuestra disposicin, pasemos a hablar de algunos medios. 12
Como somos jvenes que estamos en proceso de aprender, a veces necesita- mos poner por nuestra parte unos medios que nos ayuden al encuentro y centren nuestra atencin en esa presencia viva.
Para ello puede ayudarnos una imagen o un icono, una vela, la Palabra, un texto seleccionado, o bien puede ayudarnos repetir una palabra, frase o breve oracin, despacio y rtmicamen- te, al ritmo de nuestra respiracin. Otras veces ser un sentimiento, un gesto o un canto Otras ser un pensamiento o una re- flexin Otras un encuentro con los pobres o un hecho de la vida... Y para quienes ya estn iniciados, el silencio mismo.
Pero recordando siempre, que es im- portante no quedarnos anclados en estos medios como si slo de ellos se tratase. Se tratan de puentes que nos ayudan y facilitan el encuentro personal, ntimo y amoroso con Dios, no lo olvide- mos.
Para facilitarte este encuentro con el 89 bir el anuncio del ngel te has hecho Madre del Verbo de Dios. Dichosa t, que, medi- tando en silencio las palabras del cielo, te has convertido en discpula del Se- or (Antfona mariana).
Accin de gracias: En verdad es justo y necesario, darte gracias, Seor, Padre San- to, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Seor nuestro. Porque la Virgen crey el anuncio del ngel: que Cristo, por obra del Espritu Santo, iba a nacer para salvar a los hombres (Prefacio de la Bienaventura- da Virgen Mara, Discpula del Verbo en- carnado).
Lenguaje del signo: La Medalla Milagrosa nos muestra el corazn de Mara al pie de la cruz, en actitud de acoger, meditar y vivir la obediencia de la fe. Lo que aqu nos sugiere el corazn de Mara junto a la cruz es la actitud que ella tuvo siempre de acogida de la voluntad del Padre, de medi- tar la Palabra de Dios en su corazn. 88 Los sentimientos, actitudes y reacciones de Mara se reflejan los vv. 29,34 y 35. Ella se turb al or estas palabras, pregun- tndose qu saludo era aquel (v.29). Mara dijo al ngel: Cmo suceder esto, si no conozco a varn? (v.34). Respondi Mara: Aqu est la esclava del Seor; cm- plase en m lo que has dicho (v.38).
Mara se siente confundida ante el saludo. Son demasiadas impresiones para una joven de corazn sencillo! Pero el ngel confirma la validez del saludo y disipa la confusin. El dilogo resalta, junto a la sencillez de esta joven, su capacidad de intervencin: Cmo ser esto? Escucha atenta de la Palabra: esto es lo ms impor- tante, lo definitivo: Hgase en m segn tu Palabra.
La explicacin del texto suscita nuevas respuestas e interrogantes:
Alabanza: Dichosa eres, Mara, que al reci- 13 Seor, te proponemos algunas ayudas pa- ra la oracin personal o la celebracin co- mn, inspiradas en la espiritualidad maria- na y vicenciana de nuestra Asociacin, a modo de sugerencias, que seguramente ayudarn a despertar en ti esta actitud orante
La Santsima Virgen Mara, que en la espera pentecostal del Espritu, al unir sus oraciones a las de los discpulos, se con- virti en el modelo de la Iglesia suplicante, nos obtenga a todos los JMV del mundo el don de la plegaria incesante y del silencio, que nos capacite para entregarnos en pro- fundidad al servicio de los pobres y de otros jvenes.
14 SEGUNDA PARTE:
ORACIONES DE JMV 87 prepararnos a escuchar la Palabra de Dios: pide odos de discpulo. Lectura personal y meditativa de la Pala- bra proclamada. Procura repetir despacio las palabras evanglicas, grabndolas en tu memoria y en tu corazn.
Respondemos a la Palabra con la oracin. La oracin es ahora la respuesta quo sus- cita la Palabra del Seor. Cuando leemos las Escrituras, escuchamos a Dios, cuan- do oramos, le respondemos. La oracin es pues, absolutamente necesaria para que se d el dilogo entre el creyente y Dios. La Palabra de Dios est pidiendo siempre nuestra respuesta.
Para profundizar en la Palabra. Explica- cin del texto: Lucas nos transmite aqu el encuentro ms prodigioso que podamos imaginar entre Dios y cualquier criatura humana. Pensndolo bien, slo Mara estara en condiciones de transmi- tirnos algo de lo que realmente ocurri. 86 Seor est con nosotros. Es muy familiar para nosotros el saludo litrgico: El Seor est con vosotros. Afirmamos as la pre- sencia entre nosotros del que vive por los siglos de los siglos. Del mismo modo que el ngel reconoce la presencia del Seor en Mara, as tambin nos reconocemos aqu y ahora, como tabernculo del Seor.
Iniciamos confiadamente la oracin. Nos servimos de la seal de la cruz. As indica- mos que es en el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo que nos reuni- mos para orar.
Oramos para acoger la Palabra: Concde- nos, Seor, comprender tu Palabra y per- cibirla como luz que irradia el misterio de Mara. Te confiamos, Mara, nuestra ora- cin y la plegara de JMV del mundo ente- ro. Oramos mirndonos en ti, Orante nuestra. Lectura de la Palabra de Dios: Lc 1,26-38 Hacemos unos instantes de silencio para 15 ORACIN AL ESPRITU SANTO
Ven, Espritu divino, manda tu luz desde el cielo, Padre amoroso del pobre; don en tus dones esplndido, luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce husped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lgrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriqucenos. Mira el vaco del hombre, si t le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envas tu aliento.
Riega la tierra en sequa, sana el corazn enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espritu indmito, gua al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones, segn la fe de tus siervos; por tu bondad y gracia, dale al esfuerzo su mrito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amn 16 ORACIONES MA- RIANAS 85
Nota Mariana: MARIA DE NAZA- RET, OYENTE ACTIVA DE LA PALABRA Ambientacin
La Palabra de Dios est en el corazn del creyente (Rom l0,8). Su vida entera puede convertirse ahora en sal de la tierra y luz del mundo. Se puede entonces cumplir el deseo de Jess: Brille vuestra luz delante de los hombres para que vean vuestras buenas obras y glorifi- quen a vuestro Padre que est en los cie- los (Mt 5,16) .La actividad de Mara ante la Palabra es la ms apropiada. Es la ver- dadera oyente que supo escuchar y acoger la Palabra con sencillez y plenitud. Descu- bramos nuestra condicin de oyentes y orantes aqu y ahora. Reunidos en el nombre del Seor. El 84 la Palabra. Llnanos de tu Espritu, y que sea, tu Espritu, el verdadero protagonista de la misin. Silencio orante.
Lenguaje simblico: A falta de rostro pro- pio, el Espritu ha sido calificado de diver- sas maneras. Particularmente los textos sagrados y los santos Padres describen el aprecio que sienten por El. Vemoslo: Es- pritu creador, Espritu del Padre, Parclito, Consolador, Espritu de verdad, Don de Dios, Luz beatsima, Espritu vivificante, Fuego, Amor, Dedo de Dios, Dulce refrige- rio, Padre de los pobres...Define tu misin como la de Cristo: anunciar la Buena Nueva a los pobres, impulsado por el Esp- ritu, Padre de los pobres.
Bendicin: Que tu Espritu divino, Seor, nos haga servidores de los dems, nos d sabidura para acoger la Palabra, ponerla en prctica y proclamarla. Dios nos bendi- ga derramando sobre cada uno de noso- tros el fruto del Espritu: Amor, cordiali- dad... 17 Orar con Maria... Para Mara, orar signific reconocer en ella la obra de Dios y reconocerse a s misma fundada en su obra. Orar supone descubrir a Dios como "mi Dios". El que ama y me distingue sin que exista razn ni fundamento. La oracin en Mara es un dalogo con el Padre Dios. Un dalogo de bsqueda de la fe.
"Oh Mara sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti."
MAGNFICAT Proclama mi alma la grandeza del Seor, se alegra mi espritu en Dios mi Salvador; por- que ha mirado la humillacin de su esclava.
Desde ahora me felicitarn todas las genera- ciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi: su nombre es santo y su mi- sericordia llega a sus fieles de generacin en generacin.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazn, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordndose de la misericordia como lo haba prometido a nuestros padres - en favor de Abraham y su descendencia por siempre. 18 BAJO TU AMPARO
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien lbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.
SALVE REGINA
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lagrimas.
Ea, pues, Seora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y despus de este destierro mustranos a Jess, fruto bendito de tu vientre. Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen Mara!
AVE REGINA 83 dos en comunin de fe y amor mutuo.
Oramos para acoger la Palabra: La Iglesia en el cenculo slo peda una cosa: el Es- pritu. Pidamos el Espritu como el don que contiene todos los dones. En particu- lar, el don de oracin. El Apstol nos re- cuerda: Habis recibido el Espritu de adopcin por el que clamamos: Abba, Pa- dre (Rom 8,16).
Lectura de la Palabra de Dios: Hch 2,1-13 Hacemos unos instantes de silencio para escuchar atentamente la Palabra divina.
Lectura personal y meditativa de la Pala- bra proclamada: Leer, escuchar, sentirla arder en nuestro corazn. Hablamos de tu Palabra, Seor, y de todo lo referente a este estilo de vida. (Hch 5,20).
Respondemos a la Palabra con la oracin: Nos encomiendas, Seor, dar testimonio del Evangelio, ser testigos y servidores de 82 Nota Misionera: TESTIGOS DEL EVANGELIO
Ambientacin: Al leer el captulo segundo del li- bro de los Hechos de los apstoles descubrimos que el primer efecto de la venida del Espritu en Pentecosts es la predicacin del Evangelio, que tiene como resultado una masiva conversin de quie- nes lo escuchan. Con la irrupcin del Es- pritu Santo y esta primera predicacin, comienzan a cumplirse las palabras de Je- ss: Vosotros recibiris la fuerza del Esp- ritu Santo, que vendr sobre vosotros, y seris mis testigos en Jerusaln, en toda Judea, en Samara y hasta los confines de la tierra (Hch 1,8).
Reunidos en el nombre del Seor: Danos tu Espritu Seor, para que su presencia inunde nuestros corazones. Haz que nos congregue en la unidad. Gurdanos a to- 19
Salve, Reina de los Cielos y Seora de los ngeles; salve raz, salve puerta que dio paso a nuestra luz.
Algrate, virgen gloriosa, entre todas la ms bella; salve, agraciada doncella, ruega a Cristo por nosotros.
REGINA COELI
P: Reina del cielo, algrate. R: Aleluya. P: Porque Cristo, a quien llevaste en tu seno. R: Aleluya. P: Ha resucitado, segn su palabra. R: Aleluya. P: Ruega al Seor por nosotros. R: Aleluya. P: Gzate y algrate, Vir- gen Mara, Aleluya. R: Porque verdadera- mente resucit el Seor, Aleluya.
ANGELUS
El ngel del Seor anunci a Mara, 20 Y concibi por obra del Espritu Santo. (Dios te salve, Mara)
He aqu la esclava del Seor. Hgase en m segn tu palabra. (Dios te salve, Mara)
Y el verbo se hizo hombre. Y habit entre nosotros. (Dios te salve)
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las pro- mesas de Cristo.
Oremos: Infunde, Seor, tu gracia en nues- tras almas para que, habiendo conocido por el anuncio del ngel la encarnacin de tu Hijo Jesucristo, lleguemos, por su pasin y por su cruz, a la gloria de la resurreccin. Por el mismo Jesucristo nuestro Seor. Amn.
Acurdate (De la novena de la medalla milagrosa)
Acurdate, oh piadossima Virgen Mara, que jams se ha odo decir, que ninguno de los que han acudido a tu proteccin, implorando tu asistencia, y reclamando tu socorro, haya sido abandonado por t. Animado con esa confianza, a ti acudo, Madre, la ms excelsa de las vr- genes; 81
Envo: Hacerse discpulo de un maestro, supone reconocer la autoridad de otro en tu vida. Hacerse discpulo de Cristo, supone una entrega radical, desposeyndose de uno mismo. As nace y crece la disponibilidad. Como miembros de la Iglesia, en su calidad de cuerpo de Cristo, los enviados adquirimos un compromiso: ser verdaderamente y siempre tan transparentes como para dejar entrever entera y lmpidamente la estatura completa de Cristo (Cf. Ef. 5,27). Que cada uno vea cmo edifica (l Cor 3,10).
Bendicin: Llena mi boca de tus alabanzas, Seor, y mis labios de alegra: que cantemos tu gloria y tu poder. Te bendecimos, Salvador nuestro, Seor del cielo y de la tierra por la abundancia de tu. gracia. Llena a tu Iglesia de tu gloria para que te alabe por los siglos sin fin.
80 interioridad.
Alabanza y accin de gracias: Seor, te damos gracias, te alabamos y te bendecimos, porque no slo te manifestaste en la riqueza y en la potencia de tu vida y de tu muerte, en tus palabras y en tus milagros, sino que sigues manifestndote en el misterio de tu Iglesia. T vives en ella, Seor, en ella difundes tu Espritu, en ella difundes tu palabra, en ella curas, en ella mitigas los sufrimientos del hombre, en ella y por ella te creas un cuerpo visible que es luz de la historia, signo e instrumento de unidad para el gnero humano. (Cardenal Martn)
Lenguaje simblico: En el retablo de la Medalla estn grabadas las doce estrellas. Es ciertamente una alusin a la Mujer del Apocalipsis, que aparece vestida de sol y coronada de estrellas. Pero las doce estrellas nos pueden llevar tambin a la comunin de la Iglesia, fundada sobre el cimiento de los doce. 21 a ti vengo, a ti me acerco, yo, pecador contrito. Madre del Verbo, no desprecies mis pala- bras, antes bien escchalas y acgelas benigna- mente. As sea. ORACIN DE JUAN PABLO II EN LA CAPILLA DE LA RUE DU BAC
Bendita t eres entre todas las mujeres! Has sido ntimamente asociada a toda la obra de nuestra Redencin.
Asociada a la Cruz de nuestro Salvador: T corazn fue traspasado junto a su cora- zn. Y ahora, en la gloria de tu Hijo, no cesas de interceder por nosotros, pobres pecadores.
Velas por la Iglesia, de la que eres Madre. Velas por cada uno de tus hijos. Y alcanzas de Dios, para nosotros todas las gracias, que simbolizan los rayos de luz que emergen de tus manos abiertas.
Con la sola condicin: que nos atrevamos a pedrtelas, que nos acerquemos a Ti con la confianza, el atrevimiento, la sencillez de un nio. Y as nos llevas sin cesar hacia tu divino Hijo. OH SANTSIMA
Oh Santsima, oh piadossima, oh dulce Virgen Mara! Madre muy querida, 22 Madre sin mancha, ruega por nosotros!
T eres nuestro consuelo y nuestro refugio, Virgen Madre Mara! Todo lo que anhelamos, por ti esperamos; ruega por nosotros!
Mira que dbiles somos, perdidos en lagrimas; slvanos, oh Mara! Alivia nuestra angustia; apacigua nuestro dolor; ruega por nosotros!
Virgen, vulvete y mranos; Madre, contmplanos, escchanos, oh Mara! T eres la portadora de la salud divina; ruega por nosotros!
Que tus alegras y tus penas sean nuestra ayuda, oh Mara! En Ti esperamos; a Ti suspiramos; ruega por nosotros!
MADRE DEL REDENTOR
Madre del Redentor, Virgen fecunda, puerta del cielo siempre abierta, estrella del mar, 79 Lectura personal y meditativa de la Palabra proclamada: Interioriza la Palabra de Dios y aplcala a tu propia vida: Todos vosotros sois uno en Cristo (Ga.3, 28). Espritu del Seor, que la palabra divina empape y fecunde los corazones creyentes por ti convocados.
Respondemos a la Palabra con la oracin: El Verbo de Dios se ha constituido en el Orante en medio de nosotros. Ora en todos aquellos que, reunidos, estn unidos con El. Si el texto es una carta, es que hace falta leerla. Sin embargo, no basta eso. La carta es Palabra de Dios. Por eso, quiero rezarla con mis hermanos.
Para profundizar en la Palabra: Explicacin del texto: El cuerpo est estructurado de forma que las diversos miembros cumplen su funcin especfica. Tambin los cristianos constituyen un solo cuerpo. Ninguno representa al cuerpo entero; pero nadie sobra. Por eso la existencia cristiana no puede limitarse a la esfera privada de la 78 donde ore, ora siempre en plural. Ora como miembro de una comunidad, incorporado por el bautismo al Cuerpo de Cristo.
Iniciamos la oracin: Gloria al Padre y al Hijo y al Espritu Santo. Que la admirable creacin no calle de da ni de noche. Que no callen tampoco los astros luminosos, las montaas ms altas, los abismos del mar, mientras nosotros cantamos en nuestros himnos: al Padre, al Hijo y al Espritu Santo (Oraciones de los primeros cristianos).
Oramos para acoger la Palabra: Concdenos, Seor, contemplarte como Seor y Maestro de cada uno de nosotros, de tu Iglesia, por quien crece y recibe forma y aliento. Prepara nuestros corazones para escuchar las palabras de vida que proceden de tu boca.
Lectura de la Palabra de Dios: Rom 12,3-8 Hacemos unos instantes de silencio para prepararnos a. escuchar la Palabra de Dios. 23 ven a librar al pueblo que tropieza y quiere levantarse.
Ante la admiracin de cielo y tierra, engendraste a tu santo Creador, y permaneces siempre virgen.
Recibe el saludo del ngel Gabriel, y ten piedad de nosotros, pecadores.
24 EL SANTO ROSARIO 77 Nota Eclesial: LA IGLESIA, CUERPO DE CRISTO
Ambientacin: La expresin Cuerpo de Cristo suena muy familiar a los odos catlicos. La Iglesia vista no slo como una corporacin y organizacin externamente estructurada y dividida por dignidades y competencias, sino que tambin se la puede ver en su interior como misterio fundado por Cristo, lo que descubre para muchos una nueva dimensin eclesial. Pablo encuentra esa imagen y la aplica a la comunidad cristiana. Lo que importa es la unidad comunitaria y la unidad de sentimientos. De hecho hay muchos miembros y un solo cuerpo (1 Cor 12,20).
Reunidos en el nombre del Seor: Las comunidades que se renen en casas par- ticulares saben que ellos constituyen la Iglesia, trmino griego que significa los que son convocados. Oramos en Iglesia, es la oracin lo que rene a la Iglesia. S. Cipriano hace notar que el cristiano, ore 76
Cuarta parte:
Celebraciones 25 Misterios Gozosos (Lunes y sbados)
La Encarnacin del Hijo de Dios
El ngel Gabriel dijo a Mara: ".algrate, llena de graciavas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrs por nombre Jess. " (Lc. 1,31)
Entonces Mara dijo: "He aqu la esclava del Se- or; hgase en m segn tu palabra." (Lc. 1,38)
La humildad:
Jess dijo: "Yo te bendigo, Padre, Seor del cie- lo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeos." (Mt. 11,25)
La Visita de Mara a su prima santa Isabel
Mara fue corriendo a la casa de su prima Isabel. Y aconteci que cuando oy Isabel la salutacin de Mara, llena del Espritu Santo, exclam con gran voz: "Bendita t entre las mujeres!" (Lc. 1,42)
Entonces Mara dijo: "Alaba mi alma la grandeza del Seor porque ha hecho en mi favor cosas grandes el Poderoso." (Lc. 1,46.49)
El servicio y la misin:
26 El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida. (Mt. 20,28)
El Nacimiento de Jess en Beln
El ngel les dijo: "Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador." (Lc. 2,11)
Fueron a toda prisa y encontraron a Mara y a Jos, y al nio acostado en el pesebre. (Lc. 2, 16)
Mara, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazn. (Lc. 2,19)
El amor a los pobres:
Dios librar al pobre suplicante, al desdichado y al que nadie ampara; se apiadar del dbil y del pobre, salvar la vida de los pobres. (Sal. 72,12- 13)
La Presentacin de Jess en el Templo
Movido por el Espritu, Simen vino al templo; y cuando los padres introdujeron al nio Jess le tom en brazos y bendijo a Dios diciendo: "Han visto mis ojos tu salvacin... luz para ilumi- nar a las gentes. (Lc. 2,27-32)
Simen les bendijo y dijo a Mara, su madre: "Este est puesto para cada y signo de contra- diccin - y a ti misma una espada te atravesar el alma." (Lc. 2,34-35)
75 "Escuch una voz que me dijo:'Haz acuar una medalla segn este modelo. Todas las personas que la lleven recibirn muchas gracias... sobre todo si la llevan con gran confianza'."
Para la reflexin: El portar una medalla. En estos tiempos de tatuajes, talismanes y de smbolos con poderes ultraterrestres, es necesario acla- rar el sentido de la medalla; no es un ta- lismn mgico que ahuyente los males sino un signo de la ternura de Dios, UNA SNTESIS PLASTICA DEL EVANGELIO. Llevar la medalla es estar dispuesto a ser testigo y misionero de las verdades que all se consigan y hacer de ellas el funda- mento de nuestra vida. La medalla es una misin. La medalla es un regalo de Dios; debemos llevarla con gozo, como el signo de su misin: anunciando la ternura de Dios. Interrogantes: Podemos decir que la medalla es nuestra identificacin misionera en el mundo, cmo misionamos con la medalla? A qu me comprometo cuando porto la medalla? Oracin final: La medalla nos recuerda la buena noticia del Evangelio, que hemos de llevar a todo el mundo, proclamando y construyendo el reino de Dios. Seor quiero ser continua- dor de tu obra y tu compaero en la misin.
74 dio de los hombres y son amor para los hombres, a pesar de nuestras infidelida- des y traiciones los corazones de Jess y de Mara estn siempre ah y no se cansan de amarnos, estn ah unidos para lograr el feliz resultado de la vida. Lo que vale una persona no se mide por su ropa, sus diplomas, lo abultado de su cartera: se mide por su capacidad de amar. Sin amor nada tiene valor.
Interrogantes: Joven Mariano portas con orgullo tu me- dalla? o la escondes? Qu significa para ti? Qu significa para nosotros servir por amor? Llevamos nuestro compromiso con entusiasmo?
Oracin final: Seor, vienes a mi, me miras a los ojos, y me dices que me quieres siento tu amor, deseo saborearlo, y dejarme llevar enteramente por l. Este amor me mueve a transmitirlo a otros. Ln- zame y aydame en esta tarea.
Nuestro impulso
Tema: La medalla, signo de amor. Introduccin. Mara quiere dejar un recuerdo de su mensaje, y no quiere que quede reservado a Santa Catalina sino que llegue a todos. La meda- lla es un signo que nos ayudar a llevar el mensa- je de Jess y Mara muy lejos. Lectura Bblica: Mc. 16,15 Texto del mensaje de la Rue du Bac: 27 La obediencia:
Jess fue obediente hasta la muerte y una muer- te de cruz. (Flp. 2,8)
El Hallazgo del Nio Jess en el Templo
Al cabo de tres das, le encontraron en el Tem- plo. Su madre le dijo: "Hijo, por qu nos has hecho esto?" El les dijo: "Y, por qu me busca- bais? No sabais de que yo deba estar en la casa de mi Padre?" Baj con ellos, vino a Naza- ret y viva sujeto a ellos. (Lc. 2,46-49.51)
Mi Padre me lo ha entregado todo, y nadie cono- ce quin es el Hijo sino el Padre; y quin es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. (Lc. 10,22)
La disponibilidad para el Reino:
Jess dijo: "El que ama a su padre o su madre ms que a m, no es digno de m" (Mt. 10,37).
28 Misterios Dolorosos (Martes y viernes)
La Oracin de Jess en el Huerto
Jess or: "Padre, si quieres, aparta de m esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya", y su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caan en tierra. (Lc. 22,42.44)
Jess dijo a sus apstoles: "Velad y orad, para que no caigis en tentacin; que el espritu est pronto, pero la carne es dbil." (Mt. 26,41)
La bsqueda de la voluntad de Dios:
Hgase tu Voluntad as en la tierra como en el cielo. (Mt. 6,10b)
Jess es azotado
Despus de azotar a Jess, se lo entreg para que fuera crucificado. (Mt. 27,26)
l ha sido herido por nuestras rebeldas, molido por nuestras culpas. (Is. 53,5)
Fue oprimido, y l se humill y no abri la boca; como un cordero al degello era llevado. (Is. 53,7)
La pureza:
Sabis que vuestro cuerpo es templo del Espritu Santo. (1 Co. 6,19)
El templo de Dios es sagrado, y vosotros sois ese templo. (1 Co. 3,17) Jess es coronado de espinas 73 Tema: La Medalla Introduccin. Con esta Medalla, Mara nos presenta lo esencial del mensaje Cristiano. El re- verso de la medalla habla del proyecto de amor de Dios hacia los hombres. El anverso, Mara como mensajera privilegiada de la ternura de Dios. Lectura Bblica: 1 Jn. 4, 7-16 Texto de la Rue du Bac: "Se formo un cuadro alrededor de la Virgen un poco ovalado, donde haba en torno estas palabras, escritas con le- tras de oro: " OH MARA SIN PECADO CONCE- BIDA RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRI- MOS A TI". Unos momentos despus, el valo se volvi y, en el reverso, se distingui la letra M coronada por la cruz y debajo los corazones de Jess y Mara."
Para la reflexin: Anverso de la Medalla. Mara est de pie como un peregrino en marcha, con sus manos extendidas para acoger con bon- dad, para hacer posible un verdadero en- cuentro a la luz que de sus manos brota, un encuentro en el amor de Dios. Mara nos revela su identidad: Ella es la inmaculada concepcin, que est atenta a todas nuestras necesidades, Ella ruega a Dios por nosotros, es Ella a quien noso- tros recurrimos y quien nos escucha, Ella oye y comprende todo lo que nuestro co- razn joven no sabe como expresar y nos orienta hacia su hijo:"Haced lo que El os diga". Reverso de la Medalla. Esto es un regalo de amor. Jess y Mara son amor en me- 72 tus luchas, que te escuche sin prisa, que se sintonice contigo, de tal forma que puedas decir: es mi otro yo, mi otra mi- tad. Un encuentro para que sea autntico necesita algunas condiciones: empata profunda, confianza sin lmites, capacidad de escucha, verdad, lealtad, atencin, res- peto. Mara y Catalina hablan largamente y sin prisa, mirndose a los ojos, se descubren sus secretos y tejen juntas una alianza, hacen posible un encuentro, que no se acaba jams y que marca profundamente la vida de Catalina.
Interrogantes: Cul es la calidad de mis encuentros en JMV? Qu aporto? Me intereso por que otros jvenes se su- men a las filas de JMV?
Oracin final: Por medio de JMV podemos llegar a los jvenes que se encuentran ms lejos de la Iglesia, que atraviesan situaciones difci- les, y a los que optan entrar en este pro- yecto de vida. Que seamos capaces de es- cuchar con amor los retos, anhelos, sue- os e ilusiones de nuestros hermanos.
Un pro- yecto de amor
29 Y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caa; y doblando la rodilla delante de l, le hacan burla di- ciendo: "Salve, Rey de los judos!", y despus de escupirle, cogieron la caa y le golpeaban en la cabe- za. (Mt. 27,29-30)
No tena presencia ni belleza que atrajera nuestras miradas ni aspecto que nos cautivase. Despreciado y evitado de la gente, un hombre hecho a sufrir, curtido en el dolor; al verlo se tapaban la cara; despreciado, lo tuvimos por nada; a l, que soport nuestros sufri- mientos y carg con nuestros dolores. (Is. 53,2b-4a)
La lucha contra el orgullo:
Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes. (St. 4,6)
Jess con la Cruz a cuestas
Le sacan fuera a Jess para crucificarle. Y obligaron a uno que pasaba, a Simn de Cirene a que llevara su cruz. (Mc. 15, 20b-21)
Le segua una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolan y se lamentaban por l. Jess se volvi a ellas y les dijo: "Hijas de Jerusaln, no lloris por m; llorad ms bien por vosotras mismas y por vuestros hijos." (Lc. 23,27-28)
Me devuelven mal por bien, odio en cambio de amor. (Sal. 109,5)
La paciencia en las pruebas:
En efecto, la leve tribulacin de un momento nos procura, sobre toda medida, un pesado caudal de gloria eterna, a cuantos no ponemos nuestros ojos en 30 las cosas visibles, sino en las invisibles; pues las co- sas visibles son pasajeras, ms las invisibles son eternas. (2 Co. 4,17-18)
Jess es crucificado y muerto
Una vez que le crucificaron, se repartieron sus vesti- dos, echando a suertes. Y se quedaron sentados all para custodiarle. (Mt. 27,35-36)
Jess deca: "Padre, perdnalos, porque no saben lo que hacen." (Lc. 23,34)
Jess dijo a su madre: "Mujer, ah tienes a tu hijo.", y a Juan: "Ah tienes a tu madre" (Jn. 19, 26-27).
La generosidad de la entrega:
Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. (Jn. 15, 13)
71
Oracin final: Que sea, Seor, mi vida la Luz que brille para la Humanidad como lo eres T. En nuestro mundo donde muchos de nues- tros contemporneos piensan y viven co- mo si Dios no existiera, te pedimos, Seor que nos ayudes a reafirmar nuestra fe co- mo una decisin personal que comprome- te toda mi existencia. Que el Evangelio sea la lmpara que gue las decisiones y el rumbo de nuestra vida!
Deseo hecho realidad
Tema: El deseo de Mara. Una misin de ayer y de hoy: fundar la Asociacin. Introduccin. En algn momento de la vida, el joven vive una etapa critica y esto representa ten- sin en la sociedad. Debemos estar atentos sus necesidades, en la evolucin de su propia filosofa de la vida e identidad. Lectura Bblica: Mt. 4, 18-22 Texto del mensaje de la Rue du Bac: "La Santsima Virgen quiere que usted comience una Asociacin de la que ser fundador y director: se trata de una Asociacin de Jvenes de Ma- ra; La Santsima Virgen conceder muchas gracias y se otorgarn indulgencias."
Para la reflexin: Tu vida joven, tiene un reclamo permanente, pide a gritos un Encuentro; sue- as y necesitas, a veces, desesperadamen- te, encontrarte con alguien que adivine 70 Texto del mensaje de la Rue du Bac: "Estos rayos son el smbolo de las gracias que la Sant- sima Virgen derrama sobre las personas que se las piden con devocin."
Para la reflexin: La luz de la cual Jess nos habla en el Evangelio es la de la fe, don gratuito de Dios, que viene a iluminar el corazn y a dar claridad a la inteligen- cia: "Pues el mismo Dios que dijo: De las tinie- blas brille la luz, ha hecho brillar la luz en nues- tros corazones, para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que est en la faz de Cristo." (2 Co 4, 6). Por eso adquieren un relieve especial las palabras de Jess cuando explica su identidad y su misin: "Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminar en la oscuridad, sino que tendr la luz de la vida" (Jn 8, 12). El encuentro personal con Cristo ilumina la vida con una nueva luz, nos conduce por el buen camino y nos compromete a ser sus testigos. Con el nuevo modo que l nos proporciona de ver el mundo y las personas, nos hace penetrar ms profun- damente en el misterio de la fe, que no es slo acoger y ratificar con la inteligencia un conjunto de enunciados tericos, sino asimilar una experiencia, vivir una ver- dad; es la luz de toda la realidad. (cf. Veri- tatis splendor, 88)
Interrogantes: Nuestra vida es luz o tinieblas para nues- tros hermanos? Por qu? Permitimos que la luz invada nuestro corazn? La transmitimos a los dems? Cmo? 31 Misterios Gloriosos (Mircoles y domingos)
La Resurreccin del Se- or
"Ha resucitado, como lo haba dicho!" (Mt. 28,6)
Jess les dijo: "Mirad mis manos y mis pies, soy yo mismo. Palpadme y ved, porque un espritu no tiene carne y huesos co- mo veis que yo tengo." (Lc. 24,39)
Toms le contest: "Seor mo y Dios mo!" (Jn. 20, 28)
La fe:
El Seor dijo: "Si tuvieras una fe como un grano de mostaza, habras dicho a este sicmoro: Arrncate y plntate en el mar, y os habra obedecido." (Lc. 17,6)
La Ascensin del Seor
Jess dijo a sus apstoles: "Yo estoy con vosotros todos los das hasta el fin del mundo". (Mt. 28,20)
Y mientras los bendeca, se separ de ellos y fue lle- vado al cielo. (Lc. 24,51)
Ellos salieron a predicar por todas partes, colaboran- do el Seor con ellos. (Mc. 16,20)
El compromiso apostlico: Pero esperamos, segn nos lo tiene prometido, nue- vos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia. (2Pe. 3,13) La Venida del Espritu Santo sobre los 32 Apstoles
"Vosotros recibiris una fuerza, cuando el Espritu Santo venga sobre vosotros, y de este modo seris mis testigos hasta los confines de la tierra." (Hch. 1,8)
Todos ellos perseveraban en la oracin, con un mis- mo espritu, en compaa de algunas mujeres, y de Mara la madre de Jess, y de sus hermanos. (Hch 1,14)
De repente vino del cielo un ruido como una impetuo- sa rfaga de viento, que llen toda la casa... Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se re- partieron y se posaron sobre cada uno de ellos; se llenaron todos del Espritu Santo. (Hch. 2,2-4).
Un alma de apstol:
Y Jess les dijo: "Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creacin." (Mc. 16,15)
La Asuncin de la Virgen al Cielo
Qu bella eres, amor mo, que bella eres! (Ct. 4,1) "Mara, la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen, cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste." (Po XII, 1 de no- viembre de 1950)
"Desde ahora todas las generaciones me llamarn bienaventurada!" (Lc. 1,48)
El don de un encuentro gozoso con Dios.
Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conocer como soy conocido. (1 Co. 13,12) 69 mos, donde nos hacemos vida: en la Eu- carista. La Eucarista es un memorial en el senti- do ms pleno. A partir de all, podemos entender la afirmacin de la "presencia real" de Cristo en la Eucarista. El pan y el vino son frutos del trabajo del hombre. Son el don de su tiempo y de s mismo. "Venimos al pie del altar" cuando se revi- ve el encuentro Eucarstico.
Interrogantes: Qu cosas debemos dejar, hoy en da, para ir al encuentro del Seor y de los otros? Cmo celebro y vivo de corazn la Euca- rista?
Oracin final: Al recibirte Seor en la Eucarista, acoge- mos tu amor y tu fuerza para hacernos artfices de un mundo nuevo. Gracias, Seor, por ensearnos el camino de la sal- vacin y concdenos avanzar en ella, cele- brando los sacramentos y proclamando nuestra fe.
Vivir en la Luz
Tema: Acercarnos a la Luz Introduccin. Dios invadi el corazn de Ma- ra con su amor siendo capaz de reflejarlo nte- gramente. Cuando nos acercamos a la luz, nues- tra vida queda iluminada, y el amor es reflejo en nuestra vida Lectura Bblica: Mt. 5, 14-16 68 RUE DU BAC
Venid a mi
Tema: Vivir la fuerza de la Euca- rista Introduccin: Mara nos pone en marcha hacia su Hijo. Nos es- timula al encuentro y a la comu- nin proponindonos un acto concreto "Venid", que implica salir de nuestra casa, de nuestra comodidad, de nosotros mismos e ir al encuentro del otro para ir hacia Dios. Lectura Bblica: Mt. 11, 28-30 Texto del mensaje de la Rue du Bac: "Venid al pie de este altar, donde se derramarn gracias sobre todos los que las pidan con confianza, grandes y pequeos. Se derramarn parti- cularmente las gracias sobre las personas que las pidan."
Para la reflexin: Mara no es una meta, no es un final en el camino, es un indicador que nos conduce al encuentro con el Dios de la vida, pre- sente en la Eucarista y en cada uno de nuestros hermanos. Ella nos da a su Hijo, hecho pan de vida, y nos lleva a un en- cuentro sacramental con Jesucristo, don- de todo nuestro camino se renueva, don- de se rehacen las fuerzas, donde resucita- 33 La Coronacin de Mara
Un gran signo apareci en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. (Ap. 12,1)
"Enemistad pondr entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje: l te pisar la cabeza mientras acechas tu su calcaar." (Gn. 3,15)
"Oh Mara sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti".
La perseverancia:
Pero el que persevere hasta el fin, se se salvara. (Mt. 24,13)
34 MISTERIOS LUMI- NOSOS (Jueves)
El Bautismo del Se- or
Se presenta Jess, que viene de Galilea al Jordn, a donde Juan, para ser bauti- zado por l. Pero Juan trataba de im- pedrselo diciendo: "Soy yo el que nece- sita ser bautizado por ti, y t vienes a m?" (Mt. 3,13-14)
Jess ya bautizado, se hallaba en oracin, se abri el cielo, baj sobre l el Espritu Santo... y vino una voz del cielo: "T eres mi hijo; yo hoy te he engendra- do." (Lc. 3,21-22)
Naamn, jefe del ejercito del rey de Aram, era hom- bre notable y muy estimado por su seor... pero era leproso. Eliseo le dijo: "Ve y lvate siete veces en el Jordn. Tu carne te renacer y quedars limpio." Baj, pues, y se ba en el Jordn siete veces, con- forme a la palabra del hombre de Dios. Su carne vol- vi a ser como la de un nio pequeo, y qued limpio. (2 R 5,1.10.14)
La justicia:
Pues Yahv es justo y ama la justicia, los rectos con- templarn su rostro. (Sal. 11,7) La Autorrevelacin en las Bodas de Can
Se acaba el vino, y la madre de Jess le dice: "No 67 nacin y la acogida.
Interrogantes: Qu medios hay para llevar la buena noticia a los ms pobres? Cules utiliza- mos? Cmo podemos prestar una atencin ms especial a las nuevas pobrezas y a los sectores ms excluidos?
Oracin final: Seor, nunca olvidas las obras de tus ma- nos. A la luz de San Vicente de Pal, descubrimos que los pobres son nuestros amos y seores. Concdenos esa misma gracia.
66 una luz para iluminar. Es sentirse miembro de la Iglesia Misionera, y orar por las misiones, ayudar en las campaas, privarnos de algunas cosas para que otros pasen menos necesidad. Lectura Bblica: Lc. 4 16-21
Texto Vicenciano: "Si es cierto que hemos sido llamados a llevar a nuestro alrededor y por to- do el mundo el amor de Dios, si hemos de infla- mar con l a todas las naciones, si tenemos la vocacin de ir a encender este fuego divino por toda la tierra, si esto es as, Cunto he de arder yo mismo con este fuego divino!" (S.V.P.ES XI 554)
Para la reflexin: La vocacin y misin son dos ideas que se complementan mutuamente. El "ven y sgueme" se completa con el "Id y pre- dica a las gentes". "Seguir" significa de- jarlo todo por Cristo, por su misin; es asumir el estilo de vida de Jess. El celo consiste en el puro deseo de hacerse agradable a Dios y til al prji- mo, con entusiasmo y dedicacin. El Espritu Santo es una fuerza divina que habita en nuestro interior, que hace que anide en nosotros el don mismo de Dios, nos inspira, nos hace hablar y actuar segn Dios. Es el Amor que viene de Dios, que est presente en nosotros, nos llama y nos enva. Cada hombre, por obra del Espritu San- to se encuentra llamado a vivir de la ma- nera peculiar que solo a el se le propone y se da, la mediacin simblica de la do- 35 tienen vino." Le responde Jess: "Qu quieres de m, mujer? An no ha llegado mi hora." La madre a los sirvientes: "Lo que os diga hacedlo." (Jn. 2, 3b-5)
Tal comienzo de los signos hizo Jess, en Can de Galilea, y manifest su gloria, y creyeron en l sus discpulos. (Jn.2,11)
Un espritu de colaboracin:
Y el que planta y el que riega son una misma cosa; si bien cada cual recibir el salario segn su propio tra- bajo, ya que somos colaboradores de Dios y voso- tros, campo de Dios, edificacin de Dios. (1 Co. 3,8-9)
El Anuncio del Reino invitando a la Conversin
Jess volvi a Galilea por la fuerza del Espritu y su fama se extendi por toda la regin. Iba enseando en sus sinagogas, alabado por todos. (Lc. 4,14-15)
El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios est cer- ca; convertos y creed en la Buena Nueva. (Mc. 1,15)
El pueblo que andaba a oscuras vio una luz grande. Los que vivan en tierra de sombras, una luz brill sobre ellos. Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegra. (Is. 9,1-2)
La conversin:
Arrepentos, pues, y convertos para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que del Seor venga el tiempo de la consolacin y enve al Cristo que os estaba predestinado, a Jess, a quien debe retener el cielo hasta el tiempo de la restauracin universal. (Hch. 3,19-21)
La Transfiguracin del Seor 36
Seis das despus, toma Jess consigo a Pedro, San- tiago y Juan, y los lleva, a ellos solos, aparte a un monte alto. Y se transfigur delante de ellos, y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningn batanero en la tierra sera capaz de blanquearlos de ese modo. (Mc. 9,2-3)
Una nube luminosa los cubri con su sombra y de la nube sali una voz que deca: "Este es mi Hijo ama- do, en quien me complazco; escuchadle." (Mt. 17,5)
Os hemos dado a conocer el poder y la Venida de nuestro Seor Jesucristo, no siguiendo fbulas inge- niosas, sino despus de haber visto con nuestros pro- pios ojos su majestad. (2 Pe. 1,16)
La sencillez:
El motivo de nuestro orgullo es el testimonio de nues- tra conciencia, de que nos hemos conducido en el mundo con la sencillez y sinceridad que vienen de Dios, y no con la sabidura carnal, sino con la gracia de Dios. (2 Co. 1,12)
La Institucin de la Eucarista
Tomando un luego pan, dio gracias, la parti y se lo dio diciendo: "ste es mi cuerpo que se entrega por vosotros; haced esto en recuerdo mo." De igual mo- do, despus de cenar, tom la copa, diciendo: "Esta copa es la nueva Alianza en mi sangre, que se derra- ma por vosotros." (Lc. 22,19-20) Y os digo que desde ahora no beber de este produc- to de la vid hasta el da aquel en que lo beba con vo- sotros, nuevo, en el Reino de mi Padre. (Mt. 26,29) Pues cada vez que comis este pan y bebis de este cliz, anunciis la muerte del Seor, hasta que venga. Por tanto, quien coma el pan o beba el cliz del Seor 65 tiempo y esfuerzo a la construccin del Reino de Dios, tomando la postura de un sirviente fiel. El servicio a los pobres nos recuerda la presencia misteriosa pero real de Cristo. Dios viene a nuestro encuentro y le en- contramos si nos dejamos ser encontra- dos. A ejemplo de Jess, vemos la razn de nuestra existencia en servir y recor- demos siempre que al servir estamos cumpliendo con el don de Dios que acta en nosotros.
Interrogantes: Buscas tu sitio y tu llamada? escucha y descbrelo Cmo puedes incorporarte al ritmo de vida de Dios?
Oracin final: En estos momentos que he descubierto lo mucho que puedo hacer por los dems, dame, Seor, valenta para no tener mie- do de responder con generosidad para ser como t me pides.
Al estilo vicenciano
Tema: El Espritu Santo nos enva Introduccin: La oracin, la misin y la comu- nidad son los tres ejes de nuestra vida. Tenemos en Jesucristo a su iniciador. Ser misionero en JMV es caer en la cuenta de que hemos recibido 64 para optar por l, abriendo nuestros cora- zones a las necesidades de los dems, es- pecialmente de los ms pobres. Llnanos con tu gracia para recordar siempre que cuando servimos, estamos respondiendo a tu amor y fidelidad. Que nuestro servi- cio sea concreto y eficaz.
Nunca es tarde
Tema: La llamada Introduccin.: Encontraremos el sitio y el ser- vicio adecuado escuchando a Dios. l nos sigue llamando hasta el final de nuestra vida. Lectura Bblica: Lc. 17, 7-10
Texto Vicenciano: "No podemos asegurar me- jor nuestra felicidad eterna que viviendo y muriendo en el servi- cio de los pobres, en los brazos de la Provi- dencia y en una re- nuncia actual a noso- tros mismos, para se- guir a Jesucristo. (S.VP ES .III, 359) Para la reflexin: La llamada de Dios es siem- pre sorpren- dente y no tiene tiempo ni edad, pero pide una respuesta. Encuentra vida quien es capaz de ponerse en manos de Dios en vez de afianzarse en sus propias posiciones. Esto le da la capacidad de dedicar su 37 indignamente, ser reo del cuerpo y de la sangre del Seor. (1 Co. 11,26-27)
La caridad:
La caridad es paciente, es amable; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se enre; es decoro- sa; no busca su inters; no se irrita; no toma en cuen- ta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espe- ra. Todo lo soporta. (1 Co. 13,4-7)
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Consagracin Mariana 63 que hagamos algo... El buen samaritano vio la necesidad y se apresur a dar alivio. San Vicente siempre ayud a los que esta- ban a su alcance: hurfanos, ancianos, enfermos... busc soluciones y recursos. Y nunca se excuso diciendo que sus pro- blemas eran muy grandes y que sus es- fuerzos seran en vano. El ser cristiano exige ser un buen samari- tano. No basta huir del pecado o cumplir los mandamientos. Debemos tener una actitud positiva, haciendo obras buenas, haciendo la fraternidad de todos los hom- bres una cosa real. Hacerse prjimo re- quiere olvidar nuestras diferencias y a ayudar a las personas. La caridad o Amor es el principal manda- miento. La caridad es la sensibilidad a las necesidades de los dems. As seremos juzgados: por las veces que hemos sido sensibles a las necesidades del prjimo.
Interrogantes: Qu hizo San Vicente sino dedicar toda su persona a los pobres, buscando todos los medios para que fueran servidos y evan- gelizados. Y t qu haces por ellos? Siento que el Seor me invita a servir de que manera te ha ayudado el ejemplo de Jess al definir tus actitudes con los po- bres? De que manera tu actitud hacia el pobre define tu vida con Jess?
Oracin final: Dirijamos nuestras inquietudes al Seor l es el nico que puede darnos la fuerza 62 vida antes que nuestras palabras? porqu?
Oracin final: Seor, T me quieres de verdad y esta realizacin me ha trasformado. El amor que T me tienes, T que me amaste pri- mero, se paga con amor. Aydame a tras- mitirlo a los dems.
Mirar al pobre y actuar
Tema: El buen samaritano Introduccin: Jess nos invita a vivir la fe des- de el compromiso de vida. No debemos ser neu- trales de frente a los heridos del camino. Jess nos dir: "Vete y haz t lo mismo." Lectura Bblica: Lc. 10, 25-37
Texto Vicenciano: "Al servir a los pobres, se sirve a Jesucristo. Servs a Jesucristo en la per- sona de los pobres. Esto es tan verdad como que estamos aqu. Una hermana ira diez veces cada da a ver a los enfer- mos, y diez veces cada da encontrara en ellos a Dios." (SVP. IX, 252, ES IX, 240)
Para la reflexin: Descubrir el sen- tido de la invitacin de Jess a verle en el po- bre y a seguir su ejemplo. Cristo no sola- mente quiere que le veamos cuando ve- mos al pobre, l quiere que actuemos, 39
A JESS CON MARA A JESS CON MARA A JESS CON MARA A JESS CON MARA
Seor Jess, a ejemplo de Mara, quiero DESCUBRIRTE! Con ella, Madre de la Iglesia, quiero ser pre- sencia joven en el seno de una comunidad servidora, comprometindome con genero- sidad a la evangelizacin.
Seor Jess, a ejemplo de Mara, quiero SE- GUIRTE! Con ella, hija predilecta de Dios Padre, quie- ro ser como T, evangelizador de los pobres, en fidelidad a la consagracin bautismal, siendo constructor de Vida, Amor y Paz!
Seor Jess, como Mara, quiero AMARTE! Con ella, Virgen orante, llena del Espritu Santo quiero hacer de mi vida un camino de Oracin y Servicio, en la sencillez y humil- dad, asumiendo la espiritualidad del Magnifi- cat.
Seor Jess, como Mara, quiero ENTRE- GARME! Con ella, la primera discpula, quiero abrir mi corazn y mi mente a la misin, para que los dones que T me has regalado lleguen a los jvenes del mundo, siendo tus manos, Seor, para los dems.
Oh Mara, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti!. 40
ORACIONES ORACIONES ORACIONES ORACIONES VICENCIANAS VICENCIANAS VICENCIANAS VICENCIANAS 61 realidad inmediata, lo que conocemos de nuestro alrededor, para verlo como el mejor campo de actuacin. Es importante que se reflexione en la imagen que se tiene de la humanidad y las res- puestas que la sociedad da, poniendo especial hincapi en nuestra respuesta como vicencianos. Nuestro talante debe ser semejante al talante de Jess, que siente predileccin por los ms peque- os, toma partido y est cerca del sufrimiento de los pobres. Lectura Bblica: Mt. 25, 31-46
Texto vicenciano: "Yo he sido enviado, no slo para amar a Dios, sino para hacerlo amar. No me basta con amar a Dios, si no lo ama mi prji- mo." ( S.V.P. XII, 262 - 263: ES XI, 553)
Para la reflexin: Los laicos estn normalmente insertos en el mundo de su tiempo. Es en el corazn de esta vida comn con todos sus contem- porneos cmo dan testimonio de su fe, por medio de su palabra y por el estilo de su existencia. El principal inters de Dios es manifestar- se a nosotros, a darse personalmente a nosotros, con el fin de establecer con no- sotros una comunin. Este ofrecimiento de Dios supone una participacin lo ms completa que sea posible de nuestra par- te.
Interrogantes: Cmo compartimos el amor que recibi- mos de Dios? Es mejor que hable por nosotros nuestra 60 dad cristiana, que nos hace participes en la resurreccin de Cristo. Es a la vez una gracia y una tarea. Gracia porque nos li- bera de nuestros pecados y nos hace hijos adoptivos del Padre y hermano del Hijo. Tarea porque debemos de vivir de acuer- do con la libertad de los hijos de Dios. Va- ciarnos de nosotros mismos para llenar- nos de Jesucristo. El asemejarse a Jesucristo en la vida y en la muerte es la llamada a cada cristiano. Seguir a Jess exige la renuncia a uno mismo, y eventualmente conduce a la pr- dida de la propia vida. Pablo es el disc- pulo que mejor lo dice "ya no vivo yo, es Cristo el que vive en m." (Gal. 2, 20)
Interrogantes: Cmo vivi San Vicente la opcin por Cristo? Qu rumbo le dars a tu vida? Te sien- tes interpelado por Jesucristo?
Oracin final: La muerte de Jess en la cruz nos ensea a amar, asumiendo tambin la cruz como signo de solidaridad para nunca dejarnos vencer por las dificultades de la vida.
Mi testimonio, aqu y ahora
Tema: El laico, medio de evangelizacin Introduccin: Intentaremos analizar nuestra 41 Orando con la Familia Vicenciana
Sintindonos Iglesia universal, convocados por el amor a la misin y desde el sentir vicenciano, nos unimos en oracin con los santos de nuestra Familia. A ejemplo de ellos, estamos invitados da tras da a dar la vida por los hermanos, especialmente a los ms pobres y necesitados
ESPRITU VICENCIANO Oh, Seor! Despierta en nuestra Asociacin el espritu que anim a tu siervo San Vicente, para que, llenos de ese mismo Espritu, seamos entusiastas en amar lo que l am, y practicar lo que l ense. Te lo pedimos, por Cristo nuestro Seor. Amn.
ORACIN DE LA FAMILIA VICENCIANA Seor Jess, T que quisiste hacerte pobre, Haz que tengamos ojos y corazn para los pobres; Y que te reconozcamos a Ti en ellos; En su sed, en su hambre, en su soledad, en su desventura.
Suscita en nuestra Familia Vicenciana La unidad, la sencillez, la humildad Y el fuego de la caridad Que abras a San Vicente de Pal
Danos fortaleza para que fieles a la prctica de estas virtudes, Podamos contemplarte y servirte en la persona de los pobres Y un da unirnos a Ti y a ellos en tu Reino. Amn. 42 ORACIN CON SAN VICENTE Y SANTA LUISA
Dios Todopoderoso y Eterno, que has llena- do de caridad a San Vicente y a Santa Lui- sa: Escucha nuestra oracin y concdenos tu amor. A ejemplo de ellos, haznos recono- cer y servir a Jesucristo, tu Hijo, en nuestros hermanos los pobres. Siguiendo sus ense- anzas, y el espritu de nuestra Asociacin, haz que aprendamos a amar, con el sudor de nuestra frente y el esfuerzo de nuestros brazos, en humildad, sencillez y caridad. Por su intercesin, libra nuestros corazones de la vanidad y el egosmo. Haznos recor- dar que todos, un da, seremos "examinados en el Amor". Por Jesucristo nuestro Seor. Amn.
ORACIN CON SANTA LUISA Oh Dios, fuente y premio de la caridad, que por medio de tu Hijo hecho hombre entre- gaste a la iglesia el mandamiento del amor; danos, te pedimos, seguir de tal modo los ejemplos de la bienaventurada Luisa que, manifestando tu caridad sobre la tierra, me- rezcamos conseguir el reino prometido a tus elegidos. Por Jesucristo nuestro Seor. Amn.
59 VICENCIANAS San Vicente, hombre de Cris- to
Tema: Aprender a dar, do- nndose Introduccin: En su Pa- sin, Jess vive el gran mo- mento de la verdad, el mo- mento en que el nexo entre su palabra y su conducta va a ser sometido a la prueba de la contradiccin. Dos caminos se abren ante l: mantenerse firme en la orientacin de su vida o abandonar su misin. Pero, Jess permanece fiel a la misma palabra. Su actitud da un sentido a su muerte: la existencia para el Padre y para sus hermanos, fue la norma de su vida, ser tambin la norma de su muerte Lectura Bblica: Flp. 2, 6-8
Texto Vicenciano: "Vivimos en Jesucristo por la muerte en Jesucristo, y que hemos de mo- rir en Jesucristo por la vida de Jesucristo y que nuestra vida tiene que estar oculta en Jesucristo y llena de Jesucristo, y que, para morir como Jesucristo, hay que vivir como Jesucris- to."(S.V.P. I, 294 - 295: ES I, 320)
Para la reflexin: El bautismo es el sacramento de la identi- 58
Para la reflexin: La disponibilidad de Mara. Mujer capaz de asumir las dificultades y riesgos de la vida. Mujer centrada en Dios y atenta a las ne- cesidades de los dems. Les lleva la Buena Nueva que es Jess. Mara, mujer cautivada por el Amor de Dios que se convierte en amor-servicio para los dems. El impulso en la vida de Mara siempre fue el amor, un amor sin lmites que le llev a estar presente y acompaar al prjimo. Interrogantes: Cmo sigo el ejemplo de Mara? Cmo me hago presente en la vida de los de- ms? Imagnate a Mara en tu casa algo te preocupa, una inquietud te estorba. Ma- ra te dice: "Parece que necesitas hablar" Qu le diras? Abre tu corazn y tu mente a ella. Acurdate que ella te ama Oracin final: Mara de la Visitacin, hoy como ayer si- gues visitando a tus hijos y hacindote presente en sus vidas, manifestndoles tu amor por cada uno de ellos. Por tu inter- cesin, te pedimos que nos alcances de tu Hijo la gracia de vivir como t, dejndonos visitar por Dios y llevando su presencia a los dems. Amn.
43 ORACIN A SANTA CATALINA LABOU- R
Seor Dios nuestro que recreaste a tu bien- aventurada hija Catalina con el maternal coloquio de la Madre de tu Hijo y la ense- aste a entregar con alegre humildad su vida escondida en Cristo al Servicio de los pobres, concede a cuantos veneramos su memoria, que descubramos tu imagen en los pobres para que, sirvindoles con senci- llez de corazn, seamos testigos fieles de tu caridad en el mundo. Por Jesucristo nuestro Seor. Amn.
44 PLEGARIA DE JMV
Seor Jess, nos llegamos hasta ti, con Mara Inmaculada. A ti, el amigo de los pequeos y de los pobres, te alabamos. T nos miras a todos con tanto amor! Ensanos a vivir juntos con el dinamismo de tu Espritu, que nos encamina por la senda de la admiracin de la verdad y de la accin. Concdenos el saber mirar a los dems con los ojos del corazn, para reconocer las maravillas que T has hecho en ellos y de manera especial en los que se ven desfavorecidos. Aydanos a construir un mundo fra- ternal en el que nadie sea dejado de lado. Haz que obremos en todo no con espritu de poder o de domi- nio, sino humildemente, con un espritu de servicio. ORACIN MISIONERA (MISEVI) 57 valioso. El servicio a nuestro prjimo de- be ser tambin un regalo gratuito. Como Mara, debemos vivir la voluntad de Dios mediante los acontecimientos de nuestra vida.
Interrogantes: Medita en un acontecimiento clave de tu vida. Pregntate: Cmo actu Dios en este acontecimiento? Estabas consciente de querer hacer la voluntad de Dios? Se dice que cada uno tiene su gran mo- mento en la vida cul ha sido tu gran momento como cristiano? En que con- sisti tu actuacin?
Oracin final: Luchemos para transformar la insipidez de nuestras vidas en vino generoso. Pon- gamos en manos de Dios todas nuestras necesidades, las de nuestras familias y amigos.
"Tu vida me interesa"
Tema: La Visitacin
Introduccin: Dios visit a Mara y ella, a su vez, sinti la necesidad de visitar a otros y com- partir su alegra con ellos. Verdaderamente, la Virgen es favorecida de generacin en generacin por las cosas grandes que el Seor ha hecho en ella. Ella crey en la promesa del Se- or. Lectura Bblica: Lc. 1, 39-45 56
Interrogantes: Cundo estoy con otros jvenes, soy un instrumento de bien o acaso les llevo por malos caminos? Qu aportacin concreta hago a mi Igle- sia local?
Oracin final: Concdenos Seor, poder contemplar con plenitud de fe la cruz, y permanecer fieles junto a ti, como Mara nuestra Madre.
"El momento oportuno"
Tema: Las Bodas de Cana Introduccin: Mara es una persona no alejada de nosotros por su perfeccin ideal, sino una persona que pertenece a nuestra familia, ntima- mente enraizada en nuestra vida diaria, no aisla- da e inaccesible, sino muy cercana. Como cre- yente, Maria pide que se obre el primer milagro ella es la mediadora de la fe inicial de los apsto- les y lo sigue siendo para toda la humanidad, siempre pendiente de sus necesidades. Lectura Bblica: Jn. 2, 1-12
Para la reflexin: Para saber con certeza el plan de Dios pa- ra nuestra vida normalmente se requiere una combinacin entre paciencia, oracin, reflexin sobre nuestra experiencia y buen acompaamiento per- sonal. Nuestro tiempo es un regalo precioso y 45
Dios Padre de bondad, T que nos llamas por nuestro nombre, aydanos a ser fieles a la vocacin recibi- da. Queremos ser sal y luz del mundo, sirviendo siempre entre los ms pobres, con Amor efectivo y afecti- vo. Necesitamos de tu Hijo Je- sucristo para anunciar tu Palabra en la realidad a la que hemos sido enviados. Queremos ser Testigos del Reino viviendo las Bienaventuranzas. Envanos el Espritu Santo para que, como Iglesia, vivamos la Comunin y la Unidad. Los laicos misioneros queremos acoger el don de la comunidad y renovarnos a la luz de tu Evangelio. Que Mara, Reina de las Misiones, nos acompae y vele por la continuidad en la entrega a la tarea encomendada por Jesucristo Nuestro Seor. Amn.
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Tercera Parte:
Temas de Oracin 55 Tema: Mara, Madre de los Jvenes Introduccin: La Iglesia es el pueblo de Dios, el pueblo consagrado por Cristo en virtud de su muerte y su resurreccin. La Iglesia es el fruto del don del Espritu de Jess. Es la comunin de fe y amor entre todos los creyentes. La salvacin nos llega pues a ttulo personal, pero no a ttulo individual. Lectura Bblica: Jn. 19, 25-27
Para la reflexin: Jess nos entrega a Mara como Madre de la Iglesia y ella nos rene y nos ensea a vivir en solidaridad, una solidaridad que nos permite compartir y contribuir al bien de todos. Los jvenes estn llamados, junto con los ministros de la Iglesia a ser protagonistas de la construccin de la Civilizacin del amor desde la vivencia de la espirituali- dad, el dinamismo, la alegra, la reflexin critica y los valores propios de la juven- tud. Los jvenes pueden ejercer una influencia substancial en nuestra sociedad moderna. Esta crecida influencia en la sociedad tambin exige un apostolado activo. La juventud tiene mpetu y entusiasmo. Tie- nen mucha imaginacin y espontaneidad. Si todo esto est inspirado con el Espritu de Cristo, podremos esperar muchos fru- tos. Los jvenes somos los primeros y directos apstoles de otros jvenes. Estamos llama- dos a ser miembros activos y solidarios de la Iglesia. 54 Tema: Magnficat Introduccin: Mara se muestra agradecida, Dios la ha mirado, y ha hecho obras grandes en ella. El Magnficat es el canto de accin de gracias que brota del corazn de Mara cuando su prima Isabel siente al hijo saltar en su seno, porque Dios hecho hombre ha entrado en su casa. Es la confianza en el amor fiel de Dios. Lectura Bblica: Lc. 1, 46-55
Para la reflexin: La gratitud es un corazn abierto, un co- razn de escucha, un corazn lleno de fe. Todos los das, Dios nos manifiesta su gran amor para con nosotros - nos da vi- da, nos trae una nueva sorpresa, nos con- cede un favor. Del mismo modo, estamos invitados a manifestarle nuestra gratitud, un sencillo "gracias, Seor" por haber- nos escuchado.
Interrogantes: Como joven JMV, qu te dice el Magnfi- cat? Qu desafos te presenta? Qu esperan- zas descubres en el?
Oracin final: Mara nos adelanta en el Magnficat el contenido del Reino que iba a proclamar su Hijo. Como primera cristiana nos muestra el camino ideal para nuestra vi- da.
"Mara nos convoca"
47 Recomendaciones prcticas para orar:
I. Jess, ensanos a orar
"De madrugada, cuando todava estaba muy oscuro, Jess se levant, sali y se fue a un lugar solitario, y all se puso a orar" (Mc. 1, 35)
1. Busca un lugar recogido: en una iglesia, capilla, en tu habitacin.
2. Sintate en una postura cmoda; trata de serenarte, pacificarte y centrarte. Para ello: deja a un lado todo pensa- miento centra tu mente: aqu y ahora, en el momento presente, en este lugar donde ests
3. Qudate unos momentos tomando con- ciencia de ti mismo. Obsrvate: en si- lencio, calma interior, serenidad, paz, apertura interior
4. Centra tu atencin en el rostro o icono de Jess. 5. Cierra los ojos y procura quedarte en 48 silencio, dndote cuenta de ti mismo y del rostro de Jess
6. Date cuenta de tus deseos de orar, de tus deseos de acercarte a Jess, de tus deseos de percibir a tu lado a Je- ss
7. Lee el texto (o mejor, recurdalo, sin necesidad de leerlo)
"De madrugada, cuando todava estaba muy oscuro, Jess se levant, sali y se fue a un lugar solitario, y all se puso a orar" (Mc. 1, 35)
8. Despus, cierra los ojos, o djalos re- cogidos, semientornado. Imagnate a Jess antes del amanecer, saliendo de su casa, dirigindose a un lugar solitario y, postrado en tierra, orando a su Padre Dios Obsrvalo y contmplalo en silen- cio.
9. Si prefieres, imagnatelo, ahora, junto a ti, orando a nuestro Padre Dios.
53 MARIANAS
"Quiero decir s"
Tema: La Anunciacin Introduccin: Mara es la mujer predilecta de Dios para realizar en ella la obra de Salvacin, y para ello se necesit un S. Sin su libertad y total cooperacin no se hubiera hecho nada Lectura Bblica: Lc. 1, 26-38
Para la reflexin: Mara, modelo de entrega y generosidad. El "s" de Mara es el fundamento de nuestra respuesta de fe a Dios. Como a Mara, Dios nos invita --- nunca a la fuerza --- a una respuesta libre a su amor. Una vez que aceptamos su invita- cin, un vinculo de amor es creado entre Dios y nosotros a la cual l no defrauda.
Interrogantes: Dios tambin quiere decirte algo, ahora te habla a tilo escuchas? Qu s nos esta pidiendo el Seor hoy? Somos capaces de sacrificar nuestro yo para hacer realidad el proyecto de Dios en nosotros?
Oracin Final: Seor, por el don de la Fe, nos invitas a vivir una experiencia de Dios en nuestra vida. JMV nos acerca ms al misterio de la Salvacin. "Mi vida una cancin"
52 Guas Guas Guas para para para celebraciones celebraciones celebraciones 49 10. Deja que tu corazn, tu mente y todo tu ser se vayan contagiando de la ora- cin de Jess, del espritu de Jess
11. Repite en tu corazn, como un eco de tu alma
Jess, ensanos a orar Jess, ensanos a orar Jess, ensanos a orar con tu mismo esp- ritu Jess, ensanos a orar Jess, contgianos tu espritu de oracin Jess, ensanos a orar
II. Abandonarse en manos de Dios
50 1. Toma conciencia de ti mismo.
2. Relajarse, pacificarse y centrarse.
3. Silencio, calma interior, serenidad.
4. No andis preocupados por vuestra vida, qu comeris, ni por vuestro cuerpo, con qu os vestiris. No vale ms la vida que el alimento y el cuerpo ms que el vesti- do? Mirad las aves del cielo: no siembran ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. No valis vosotros ms que ellas? Buscad primero el Reino de Dios y su justicia y todas esas cosas se os darn por aadi- dura. No os preocupis, pues, del maana: porque el da de maana ya se preocupar de s mismo. Bstale a cada da su propio afn. (Mt 6, 25-34)
5. Abandonarse en este momento presente, en manos de Dios. (Como quien se sumer- ge en el agua) Experimentar la sensa- cin de hundirse en Dios, sumergirse en Dios 6. Empezar a repetir desde el fondo del alma:
51 Padre me pongo en tus manos
- Padre: al inspirar (como impulso hacia Dios). - Me pongo en tus manos: al espirar (abandonndonos en Dios.)