Por Qué Riñen Las Parejas. Pablo Herrero

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POR QU RIEN LAS PAREJAS?



ANLISIS RELACIONAL DE LOS CONFLICTOS EN LOS PROCESOS DE
MEDIACIN EN SEPARACIONES Y DIVORCIOS


PABLO HERRERO ROMERO

(Artculo publicado en la revista Redes n 15, diciembre de 2005)


RESUMEN

El proceso de separacin y divorcio cursa en la mayora de los casos con malestar en
los miembros de la pareja. Una buena proporcin de parejas tiene dificultades para
llegar a acuerdos de cmo van a seguir siendo una familia tras la separacin conyugal.
En este trabajo, a partir de nuestra experiencia en terapia de pareja y en mediacin
familiar, nos centramos a reflexionar sobre las distintas alternativas ante situaciones
de este tipo y se proponen algunas hiptesis sobre el origen de estos conflictos.

Se ha hablado mucho de la caja de herramientas del mediador, en cuanto al
conocimiento de distintas tcnicas de resolucin de conflictos, pero aqu mas que unas
recomendaciones tcnicas de cmo intervenir, lo que se intenta es aportar hiptesis
para poder pensar en aquellas situaciones que con frecuencia nos encontramos en la
asistencia a parejas: Las eternas discusiones.
En este desarrollo vamos a pensar en la separacin como un proceso de
desvinculacin, desde una perspectiva sistmica y psicoanaltica.

Palabras clave: Separacin de pareja, conflicto, vnculo, hiptesis, mediacin.



ABSTRACT

Couple splitting and divorce often produces uneasiness in couple relationship. A good
proportion of couples have difficulties to reach agreements on how to continue to be a
family after breaking up.
From our experience in couple therapy and family mediation, this work evaluates
different alternatives in this kind of situations and proposes a number of hypotheses on
the origin of these conflicts.

Much work has been focussed on the tools and the different techniques the mediator
may use in conflict resolution. However, this work - rather than a set of technical
recommendations on how to intervene - tries to contribute hypothesis that help to think
in situations that we often face in couple assistance: the eternal discussions.
In this development we think in couple separation as a process of dissociation, from a
systemic and psychoanalytic perspective.

Key words: Couple splitting, conflict, link, hypothesis, mediatin.
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Los procesos de separacin y divorcio cursan en la mayora de las personas con
un profundo malestar, y una buena proporcin de las parejas tienen dificultades para
llegar a acuerdos sobre cmo van a seguir siendo una familia trs la separacin
conyugal.

En este trabajo nos vamos a interesar por el tipo de vinculacin que tienen estas parejas.
No podemos abordar temas sumamente importantes como el enamoramiento, el amor o
la pareja como compromiso entre dos personas para compartir una intimidad y un
proyecto comn. En este trabajo solo vamos a poder atender a lo vincular, y aun esto
en una modesta medida. Entendemos que aparte del amor maduro y de cierta
idealizacin necesaria del otro, la relacin de codependencia que se establece en una
pareja, bsicamente es cuestin del vnculo que se realiza por acuerdos y pactos
inconscientes.

La pareja como contexto relacional y matriz de convivencia de la persona, criticada por
muchos que la tienen y anhelada por muchos que carecen de ella, a nivel intrapsquico
permite un verdadero metabolismo de las pulsiones y procesos psquicos que no son
fciles de manejar.

Qu es esto de la pareja?, Por qu nos emparejamos y deseamos la estabilidad de la
relacin?

Cundo pensamos que la relacin que hay entre dos personas constituye una
relacin de pareja? Cmo se constituye vincularmente una pareja?

Vamos a intentar ir respondiendo a estas preguntas desde lo intrapsquico y lo
relacional.

Desde la teora de la comunicacin (Watzlawick, 1967), sabemos que uno de sus
axiomas es que entre dos personas, en toda comunicacin que emite el emisor, hay un
mensaje o nivel de informacin sobre el contenido y un mensaje o nivel de informacin
relacional, y que el receptor puede confirmar o rechazar ambos niveles de informacin.
Es decir que cuando dos personas se comunican, inmediatamente intercambian claves
sobre cmo definir la naturaleza de su relacin, y cada interlocutor responde
modificando o aceptando segn su punto de vista.

Desde esta orientacin, nos parece muy apropiada la definicin de Jackson (1965)
cuando plantea que una pareja se constituye cuando hay una definicin aceptada, que
establece qu es cada uno para el otro en la relacin. Es decir que a travs de
cualquier intercambio comunicacional, cada uno le est proponiendo al otro un lugar
relacional que define quin es para el otro, le est ofreciendo una identidad. Si hay una
aceptacin mutua del lugar en el que el otro le pone, se empieza a constituir la pareja.

Desde un punto de vista psicodinmico, Freud (1905,1914) propuso que las elecciones
de pareja se producen a partir de dos modalidades de relacin:

a) la eleccin anacltica que sigue los modelos parentales, en cuanto a la madre que
alimenta o el padre que protege, Freud deca que encontrar el objeto es en el
fondo reencontrarlo, porque en la eleccin de pareja la persona estara muy
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condicionada por la relacin que tena con las figuras parentales. De alguna
manera cada uno espera que el otro le sea familiar.
b) la eleccin narcisista que toma como modelo a cmo fue la persona, o cmo le
gustara ser, al ideal.

La eleccin del compaero tambin esta orientada por una esperanza inconsciente de ser
aliviado de conflictos intrapsquicos. Se busca a un compaero que tenga caractersticas
que refuercen el sistema defensivo para controlar pulsiones que cuesta controlar. Como
dice Lemaire (1979), al otro no solo se le elige por las satisfacciones que aporta, sino
tambin por las prohibiciones que le pone. Lo que espera del otro es una contribucin
al equilibrio personal y a la organizacin defensiva del Yo frente a las pulsiones jams
controladas del todo. De esta forma el otro proporciona una cierta seguridad interna.

La fuerza de atraccin mutua tambin tiene que ver con la percepcin inconsciente de
que el otro tiene conflictos anlogos a los suyos, pero que reacciona ante ellos de una
forma diferente. Esto har que se sienta poderosamente atrado hacia el otro, y con una
gran probabilidad de que esa atraccin sea reciproca. A partir de esto Willi (1975)
desarrollar su concepto de colusin.

En el complejo proceso de seleccin de la pareja se da una proyeccin mutua de imagos
paternos u objetos internos en el otro cnyuge, quien debe comportarse como esos
imagos u objetos internos. Por lo que en la medida que cada uno acepta comportarse
conforme a las proyecciones y expectativas del otro, se va constituyendo la pareja. Para
lo cual es necesario que cada uno tambin se identifique con los elementos proyectados
del otro.

Desde una integracin epistemolgica sistmica y psicoanaltica proponemos hablar del
vnculo que estructura una relacin, para referirnos a que una pareja a lo largo de los
aos de convivencia va desarrollando una organizacin relacional estructurada,
compleja y difcil de descifrar. Mediante la interdependencia la pareja va estructurando
su propio juego, su propio modo de ser ella misma.

Esta organizacin relacional ha sido descrita por distintos autores que han estudiado el
tema de la pareja como: Vinculo (Dicks, H., 1967). Juego conjunto inconsciente o
colusin, (Willi j., 1975). Sistema interaccional didico (Bleichmar, Sluzki, 1968).
Juego relacional (Crozier, 1978), (Selvini Palazzoli, 1988). (Berenstein, I., Puget, J.,
1992). Absoluto relacional de la pareja (Caill, P., 1991). Zonas vinculares de la pareja
(Troya E., 2000), etc.

De esta manera a la hora de trabajar con una pareja nos planteamos: Qu tipo de
modelo relacional o vnculo han formado dos personas determinadas? En qu reas de
relacin hay un mutualismo y simbiosis beneficiosa para el desarrollo de los dos?. O por
el contrario si hay colusin dnde lo patolgico de uno estimula lo patolgico del otro?
Qu funcin cumple el otro en el aparato psquico?, En qu le es til y le equilibra?
Qu partes positivas o negativas le activa?

Para profundizar en cmo se constituye el tipo de vnculo que estructura una relacin,
vamos a partir del concepto de relaciones objetales de Otto Kernberg (1977) que a partir
de los trabajos de Klein, Fairbairn y otros sobre las relaciones de objeto, sostiene que el
proceso de internalizacin de estas relaciones se realiza a travs de una secuencia
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progresiva de introyecciones e identificaciones y que los componentes esenciales de
las relaciones objetales internalizadas son auto imgenes o imgenes del s-mismo,
imgenes objetales, y los estados o disposiciones afectivos especficos que ligan cada
imagen del si-mismo con la correspondiente imagen objetal.

Generalizando esta conceptualizacin de las relaciones objetales, desde mi punto de
vista creo que podemos considerar que en la relacin de pareja se dan tambin estos
tres elementos:

- Una imagen del otro caracterizada por las distintas percepciones que tenemos
de las distintas caractersticas del otro, incluidas tambin aquellas percibidas
fruto de nuestras proyecciones, que establece qu es el otro para m.
- Una imagen de nosotros mismos que est teida de mltiples elementos
proyectados por el otro, que establece qu soy yo para el otro.
- Y una percepcin de los afectos, nexo entre las dos imgenes.

Entendiendo el vnculo de pareja de esta manera considero que podemos pensar en el
galanteo previo a la constitucin de una pareja como una propuesta identificatoria que
cada uno hace al otro.

Qu quiere decir esto?

Que de una forma paralela a los afectos que van surgiendo en el inicio de una relacin,
el otro, al tiempo que nos ofrece una imagen de l nos hace una propuesta
identificatoria, nos pone en un lugar, nos propone una imagen de nosotros mismos con
la que podemos estar totalmente de acuerdo o en desacuerdo. Es decir que sta imagen
de nosotros mismos que percibimos en la relacin con el otro, puede ser algo con lo que
nosotros nos identificamos o no.

Si la imagen que tenemos del otro nos gusta, y la identidad que nos ofrece en la relacin
concuerda y encaja con una imagen ideal o posible nuestra, construida de autoimgenes
confeccionadas en anteriores relaciones con los padres o primeros objetos en la primera
infancia, es fcil que podamos aceptar la propuesta identificatoria y esa relacin vaya
adelante.


La decepcin

Varios autores han estudiado el ciclo vital de la pareja como desarrollo que transcurre
por fases y las distintas crisis que pueden aparecer en sus transiciones. Pero por nuestra
parte una vez expuesto este modelo vincular de constitucin de la pareja, nos vamos a
centrar en la crisis genrica que se originan de manera natural cuando uno de sus
miembros deja de estar conforme en esa relacin, cuando viene la decepcin porque las
expectativas puestas en la relacin no se ven cumplidas.

Con el paso del tiempo las personas evolucionan y a veces el vnculo que una pareja ha
ido desarrollando hace que uno de los cnyuges llegue a una decepcin de expectativas
o est en una posicin de malestar.

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En los primeros aos de la pareja, mediante la identificacin proyectiva, un cnyuge ha
podido ir aceptando el lugar que el otro le ha ido poniendo, porque en l tambin haba
partes de s mismo que le permitan identificarse con ese lugar. Pero tambin puede
ocurrir por distintas razones uno de los miembros de la pareja llegue a la conclusin de
que no est a gusto en esa relacin.

Una situacin tpica que vemos con mucha frecuencia, es cuando un cnyuge,
normalmente la mujer, a partir de una evolucin personal decide separarse y la otra
parte no. Creo que es un hecho reconocido por todos, que la mayora de las demandas
de cambio, a travs de terapia de pareja o de separacin estn impulsadas por mujeres.
En mi opinin como consecuencia del cambio sociocultural ocurrido en las ltimas
dcadas, el lugar que actualmente la mujer tiene en nuestro medio social es muy
distinto del de hace 30 aos.

Pero no slo ha sido una evolucin en el sentido de equiparacin de roles, sino tambin
un profundo cambio en la prevalencia de lo individual sobre los proyectos familiares o
de pareja.

El siguiente caso nos lo ilustra: Marcelo est desesperado porque Ana su mujer despus
de 20 aos juntos le ha dicho que ya no quiere seguir con l. Ana dice que lleva ya
mucho tiempo sintindose distanciada porque con l no se siente ella misma, tiene una
visin de m que no soy yo y llega un punto que me pone nerviosa y no lo puedo
aguantar. ... Te callas, te callas, pero llega un momento en que dices no, porque yo no
soy as. Prefiero estar sola, porque eso son cosas que s que no pueden cambiar. S que
he cambiado y ahora ante cualquier cosa digo lo que pienso, y lo necesito hacer as
para sentirme bien.

Ella ha cambiado su identidad. Al principio de la relacin se adaptaba al lugar que l le
propona. Pero el hecho de que sus dos hijos ya no la necesiten como cuando eran
pequeos, y la muerte de su madre hace dos aos, le ha hecho cambiar y ya no se ve en
el lugar que Marcelo le sigue poniendo. Ana ahora piensa que su madre no fu feliz con
su padre, que la vida son cuatro das y que no merece la pena estar aguantando. Ha
cambiado, ya no est cmoda a lado de Marcelo. Ahora ve otras posibilidades para s
misma con mas seguridad. Ya no es la que le idealizaba a Marcelo. Ana ahora tiene una
imagen de competencia con la que puede y quiere atreverse a otros retos.

Pero no siempre la gente decide el cambio. A veces tambin la pareja intenta evitar el
conflicto, y la tensin que va surgiendo entre ellos hace que la dada busque un tercero y
evolucione a una situacin triangular, con frecuencia el tercero que est ms cerca es un
hijo. Las parejas que permanecen unidas por los hijos frecuentemente hacen recaer
sobre ellos, o uno de ellos, la hostilidad que no se atreven a declararse abiertamente,
provocando graves trastornos en el desarrollo del hijo. Estos padres normalmente no
acuden a terapia de pareja sino a buscar ayuda psicolgica para el hijo cuando esta
enfermo

Cuando una persona se encuentra en una situacin de malestar dentro de la pareja, y
decide que necesita cambiar, este cambio puede ser puntuado de cuatro maneras
distintas:


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1. El cambio de uno mismo.
2. El cambio de los dos.
3. El cambio del otro.
4. La supresin de la relacin, la separacin como desvinculacin.


1.- El cambio de uno mismo
En una situacin de malestar en el vnculo, uno puede decidir hacerse cargo de
su propia necesidad sin contar con el otro. Esto significa pensar que l mismo
puede hacer cosas para estar mejor y tener menos expectativas respecto de lo
que la pareja le puede dar. Conocindole s que no va a cambiar.

En el caso que comentbamos, esta mujer se dedicara a salir ms con sus
amigas, o a realizar ms actividades fuera de casa. Con toda seguridad, desde el
principio de circularidad, el cambio de ella, producir cambios en el otro
cnyuge. En este caso tambin puede ser que haga una terapia individual como
un espacio donde ir viendo cosas personales y coger seguridad en el cambio.
Consecuencia de esta forma de puntuar, la separacin tambin puede ser una
consecuencia como veremos en el punto cuatro.

2.- El cambio de los dos
Cuando un miembro de la pareja comunica al otro su malestar en la relacin y le
hace una propuesta de cambio. As no podemos seguir.

El cnyuge no se queda atrs y los dos asumen responsabilidades haciendo
esfuerzos para cambiar. La crisis de pareja es afrontada por los dos de igual
manera con o sin terapia.


3.- El cambio del otro
En el trabajo clnico con parejas, muchas veces nos encontramos con que tras la
peticin de terapia de pareja, hay un deseo de que el otro cambie. Por ejemplo en
el caso que nos referamos, es frecuente que la mujer convenza al marido para
acudir juntos a una terapia.

Ella ha llegado a la conclusin de que as no pueden seguir y tienen que
intentarlo a travs de una terapia de pareja. Pero hay una puntuacin clara de la
causa del malestar, si el otro cambia, la relacin ir mejor.

En la mayor parte de las terapias de pareja que surgen a partir de esta demanda y
el proceso teraputico marcha bien, pensamos que ocurren dos tipos de
situaciones:

3.1.- El cnyuge demandante de cambio, al tiempo que demanda cambios en el otro,
de una manera consciente asume cambios personales, cambios que en el
transcurso del proceso teraputico van a generar cambios en el otro.

En el abordaje sistmico de las parejas considero fundamental la expresin de
Minuchin (1997) cuando deca que en el mbito de la pareja uno es el contexto
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relacional del otro. De esta manera cambindose uno como contexto del otro,
ste tambin cambia. O lo que es lo mismo, el cambio comienza por uno mismo.

Por el contrario, normalmente cuando en la pareja uno se empea en que el otro
cambie sin asumir cambios personales, normalmente no sucede nada ms que
aumentar la decepcin.

3.2.- Otras veces la terapia de pareja tambin marcha bien porque los cnyuges se
dan cuenta de que el tipo de interaccin que han desarrollado entre los dos es
algo muy difcil de modificar. Lo que acontece cuando estn juntos siempre son
reediciones de un patrn interactivo con pocas modificaciones, y en funcin de
esta decepcin van descargando de expectativas la pareja hacia una mayor
desvinculacin, determinando ellos de manera ms o menos explcita el espacio
vincular que quieren o pueden compartir. A veces hay cosas que no son fciles
de cambiar, y entonces aceptar que esto es lo que hay y renunciar al cambio,
es ya un cambio.

Lo podemos representar as:


Fig. 1

pareja A pareja A



El espacio de interseccin entre los crculos representa el espacio vincular de la
pareja que se ha visto reducido en el proceso teraputico de A a A


4.- La separacin como desvinculacin.
Es en este apartado donde cada vez ms la Mediacin Familiar se est
desarrollando como un contexto nuevo de intervencin para el cambio, mediante
el cual un tercero imparcial ayuda a los cnyuges en conflicto a tomar decisiones
de cmo van a seguir siendo familia tras la separacin conyugal. Es decir de
cmo prescindir del vnculo conyugal manteniendo y mejorando si es posible el
parental.

Desde la casustica que tenemos en Mediacin, la mayora de los profesionales
coincidimos en observar que en los procesos de separacin y divorcio hay
parejas que llegan a acuerdos con mucha facilidad, mientras que otras tienen
verdadera dificultad en estar en algo de acuerdo, manteniendo siempre vivo el
conflicto.

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En el marco legal, para las primeras est el procedimiento de separacin por
mutuo acuerdo y para las segundas los interminables contenciosos judiciales.

Entre otros autores, se han referido a estas dos formas de separarse: Folberg y
Milne (1988) hablando del divorcio como posible etapa de ciclo vital o
divorcio destructivo. Caill (1995) divorcios con exceso de absoluto de
pareja. Kressell (1980) patrn de conflicto enredado, directo o desligado.

Como primera aproximacin descriptiva Folberg y Milne plantean una serie de
diferencias significativas que muestran las caractersticas opuestas entre el
divorcio como posible etapa del ciclo vital y el divorcio destructivo:


Tabla 1: Divorcio como posible etapa de ciclo vital o divorcio destructivo.
Folberg y Milne.


Divorcio como etapa del ciclo vital


Divorcio destructivo

Cuidado de los hijos

Peleas y desacuerdos solo en una
primera fase

Dolor por las perdidas

Intermediarios (familiares, amigos)
no litigantes o ausencia de
intermediarios

Poca involucracin de las familias
de origen, hijos u otros.
Limites claros.

Reconocimiento de la propia
responsabilidad



Imposibilidad del cuidado de los
hijos
Peleas permanentes

Necesidad de ganar y denigrar

Intermediarios litigantes
Contexto judicial


Sobreinvolucracion de las familias
de origen
Limites difusos

Falta absoluta de responsabilidad
Bsqueda de culpables y cmplices



Como se puede inferir de este cuadro, en las parejas que se separan como posible etapa
del ciclo vital, el acuerdo es fcil y el trabajo de mediacin es sencillo y rpido con
muy buenos resultados, mientras que con la segundas, la mediacin es ms complicada
y necesita, desde mi punto de vista, de intervenciones complejas con una orientacin
ms teraputica.

En esta misma direccin, unos aos antes Kressell y colaboradores (1980) publicaron
un trabajo interesante: Una tipologa de las parejas que se divorcian; implicaciones
para la mediacin y el proceso de divorcio. Basndose en el anlisis clnico de los
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procesos de mediacin de una pequea muestra de parejas, plantearon cuatro tipos de
interacciones de la pareja en los procesos de separacin. La nica crtica que les
podemos hacer, y los mismos autores reconocen, es que el tamao de la muestra es
demasiado pequeo, por lo que consideran ms que una tipologa, una sugerencia para
trabajos posteriores.

Por nuestra parte sin hacer una medicin estadstica exhaustiva, en cuanto a la
proporcin de un tipo de separacin u otro, dentro de un continuo y una curva de
distribucin normal de nuestra poblacin, nos atrevemos a decir que puede ser mas o
menos del siguiente orden:


Fig. 2









d c b a



a. La zona a correspondera a aquel sector de parejas capaz de hacer por s
mismas una buena separacin con cumplimiento de los acuerdos y buena
capacidad de dialogo para afrontar las distintas situaciones que se van
presentado sin la ayuda de ningn profesional. El nivel de conflicto es bajo y la
decisin de separarse clara.

b. La zona b corresponde a un amplio porcentaje de parejas que se pueden
beneficiar muy bien de la Mediacin familiar. Aunque el nivel de conflicto sea
alto, son parejas con capacidad de comunicarse abiertamente y tener en cuenta
el punto de vista del cnyuge y de los hijos. La decisin de separacin a lo largo
del tiempo va madurando asociada al proceso de duelo por la desvinculacin.
Considero que para estas parejas la Mediacin estructurada en una media de seis
u ocho sesiones a lo largo de dos o tres meses, como se recoge en muchos de los
modelos de Mediacin son suficientes y dan muy buenos resultados, porque
permiten un espacio de contencin de la crisis y son ayudadas a hacerse cargo
del proceso familiar, atendiendo a la complejidad de la situacin.

c. La zona c corresponde tambin a un amplio nmero de parejas en las que el
nivel de conflicto es alto, y, o bien discuten culpabilizndose por todo o evitan
la comunicacin abierta. La ambivalencia ante la separacin manifiestamente
expresada o no, puede ser elevada.

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Pero esta vez las mediaciones estructuradas de seis u ocho sesiones no son
suficientes y tenemos que implementar modelos de mediacin ms teraputica
como seala Bolaos (1998).

d. La zona d por ltimo correspondera a un pequeo tanto por ciento de parejas
(o no tan pequeo) con un alto nivel de resentimiento y una imposibilidad
absoluta de llegar a ningn tipo de acuerdo, para los que la mediacin no sirve,
y en todo caso estara indicada la psicoterapia individual como un paso previo.


Desde el punto de vista de la psicopatologa dinmica y de las estructuras de
personalidad (Bergeret) estaramos hablando de un continuo que va desde el extremo
izquierdo de la grfica hacia la derecha, desde las estructuras de personalidad de tipo
psictico, pasando por lo fronterizo y lo neurtico hacia lo ms genital o evolucionado
en el extremo derecho.

A partir de ahora en ste trabajo, nos vamos a dedicar a pensar en qu les pasa a estas
parejas de eternas discusiones que no pueden o les cuesta llegar a acuerdos de cmo
seguir siendo familia estando separados conyugalmente, que corresponde a las zonas c
y d de la figura 2.

La situacin que queremos plantear, a nivel comportamental la podemos resumir en la
siguiente frase: Aqu, el nico problema es que tu...

Con frecuencia, cuando una pareja de estas llega a mediacin cada uno trae una versin
desde su perspectiva. Cuando el nivel de conflicto es elevado, lo que va saliendo no son
slo explicaciones del problema, sino toda una serie de elementos entremezclados y
acusaciones. Son incapaces de ponerse de acuerdo, se quejan del otro echndole la culpa
de todo, ninguno de los dos est dispuesto a ceder, cada uno ve en el otro la causa del
problema y de todo su malestar. Estn cargados de resentimiento y tienden a pensar que
cuando uno hace algo que est mal es a consecuencia del comportamiento del otro,
mientras que si es el cnyuge el que hace mal, se debe a su propia predisposicin, a que
l es as y acta de mala fe. Es decir la pareja acude a mediacin con una idea del
problema desde una lgica lineal, donde toda la culpa la tiene el otro y piensa que la
nica solucin pasa por el cambio de la posicin del otro cnyuge.

Como en el caso de Emilio y Arancha. Cuando ella decidi separarse, harta y en un tono
alto de voz deca: ahora ya es tarde, t te has dedicado toda la vida a la juerga y a tus
amigos, y yo soy la que ha tenido que encargarse sola de las hijas, ahora lo nuestro ya
no tiene solucin.

Y Emilio por su parte le reprochaba: t eres la que no me has dejado sitio con mis hijas,
has sido siempre como una madre gallina en el corral y no me has dejado entrar. En mi
propia casa no he tenido un sitio. Aqu el nico problema es que t...

Para pasar de sta situacin a una etapa de dialogo y negociacion, es indispensable
contener la crisis: parar los reproches, detener la bsqueda de culpables y poder avanzar
cooperando en la bsqueda de soluciones mutuamente satisfactorias hacia una definicin
compartida del problema ms neutra. Para nosotros desde una epistemologa sistmica,
esto significa pasar de la causalidad lineal con la que viene la pareja, a la causalidad
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circular, donde cada uno tiene su parte de responsabilidad en el fracaso de la relacin de
pareja. Conectando los conflictos de la pareja al modelo de relacin que han creado, cada
uno puede responsabilizarse de lo que est pasando.

Porque en la medida que cada miembro de la pareja se mantenga en este tipo de
definicin del conflicto, el problema es que t..., no vamos a poder avanzar hacia
ningn tipo de acuerdo.

Ni que decir tiene, que la entrada de los abogados de parte mete el conflicto en una
escalada simtrica. Es frecuente, que cuando uno de los dos miembros de la pareja decide
la separacin, sta sea consecuencia de un proceso de toma de decisin largo en el
tiempo. A veces una persona lleva diez o ms aos barruntando la idea de separarse,
confrontada a su ambivalencia. Y cuando consigue resolver sus dudas y se lo comunica al
cnyuge, muchas veces ste se queda perplejo, para nada entraba en sus planes la idea de
separarse.

A partir de este momento cada uno puede convertirse en impedimento y amenaza para los
deseos y necesidades del otro.

Cuanto ms uno quiera satisfacer sus nuevas necesidades y ms perciba al otro como
amenaza para sus deseos, ms grande va a ser su respuesta agresiva.

Cuando el abogado de parte teniendo en cuenta slo los intereses de su cliente, y no los
de la familia en su totalidad, redacta una primera propuesta reguladora de la separacin
defensora de su cliente y ofensiva para el otro, lo que genera es una rpida respuesta
agresivo-ofensiva de un nivel superior del abogado del otro cnyuge, y as
sucesivamente, cargndose de odio van metiendo el conflicto en escalada.

En la va contenciosa los abogados de parte, como corresponde a su funcin profesional,
tienen que organizar una buena defensa para su cliente, es decir magnificar las virtudes
de quien defiende y los defectos del contrario. Cuando el resultado de las negociaciones
entre abogados no llega a un acuerdo, ser el juez quien dicte sentencia.

La sentencia del juez siempre deja insatisfecha a una de las partes y con ganas de
recurrirla. Los abogados de parte siguen defendiendo a sus clientes, necesitan focalizar y
aumentar las cosas negativas del otro cnyuge, por lo que poco a poco en las distintas
nteracciones de las partes que conlleva el proceso se va generando un conflicto de mayor
tamao con difcil solucin y elevados costes personales y econmicos.

Y todo esto para que muchas veces al final los acuerdos no se cumplan. Todos pierden,
como dice Bustelo, D.,(1999) Un cnyuge porque ha perdido y el otro porque no
cobra.

La resolucin judicial es una respuesta-sentencia a la demanda presentada, sin tener en
cuenta lo dinmico y complejo de la vida familiar. Cuando la sentencia llega muchas
veces la situacin que ha originado la demanda ya ha caducado.

Adems la va contenciosa, al ser terceros los que toman las decisiones rompe los
procesos familiares, es decir, se rompe la comunicacin habitual entre los padres y entran
terceros estableciendo puentes y modificando las pautas de interaccin. Al fracturar los
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procesos familiares, se establece una dependencia del sistema judicial, y cada vez que es
necesario un cambio en la organizacin familiar hay que ir al abogado a que retome la
pelea. Se entra en un circulo vicioso que refuerza la incapacidad de los padres para tomar
decisiones, y entre los cnyuges y los abogados se organiza un sistema complejo e
isomrfico a la relacin conyugal donde los problemas ya no tienen solucin.

Por el contrario, en el contexto de mediacin el proceso familiar se devuelve a la familia,
favoreciendo un sistema de colaboracin para que los padres puedan decidir acerca de
cmo van a seguir siendo familia tras la separacin conyugal.

En el trabajo de mediacin con estas parejas que les cuesta llegar a acuerdos
consideramos que hay que mirar el conflicto atendiendo al modelo de relacin de pareja,
el tipo de vinculo que estructura la relacin y su manifestacin en el conflicto, valorando
qu es lo que est debajo y qu influencia tiene sobre el desacuerdo, para prever y
trabajar las dificultades que nos vamos a encontrar. Como hiptesis genrica podemos
plantear que en general las dificultades en la mediacin manifestadas en la dificultad
para llegar a acuerdos son isomrficas a aspectos relacionales.

De manera ms concreta queremos proponer algunas hiptesis explicativas desde el
deseo de poder comprender porqu rien estas parejas.

Cuando decimos hiptesis, estamos hablando de construcciones cognitivas sustentadas en
la teora que nos permiten comprender a las personas en conflicto y poder pensar en qu
tipo de intervenciones pueden ser ms tiles y en qu momento hacerlas.

Estas hiptesis no tienen por qu ser excluyentes una de la otra.


Hiptesis I. La separacin como forma de modificar el vnculo.

Observamos un tipo de parejas con dificultad para llegar a acuerdos, en las que el
desacuerdo en el contenido se utiliza con frecuencia como forma de expresar lo que
falta en la relacin. El desacuerdo responde a que ms que un deseo de desvincularse,
esto es, de querer dejar de formar parte de un vnculo, el sujeto desea cambiar la
posicin de malestar que tiene en el vnculo, es decir, modificar el vnculo. Dndose
la paradoja de querer separarse formalmente y modificar el vnculo a la vez. Misin
imposible que genera el impasse, y la dificultad para llegar a acuerdos aparece como
sntoma testigo del conflicto interno y de la ambivalencia ante la separacin.

Para verlo mejor vamos a poner algunos ejemplos:

Jos Manuel ha decidido separarse de Paola despus de 22 aos juntos, porque no
soporta el sometimiento continuo que le impone su mujer. En los ltimos aos se ha
dado cuenta de que Paola ha estado toda la vida dominndole, que siempre iba por
delante diciendo como eran las cosas y lo que l tena que hacer, que siempre era ella
quien tena la razn de todo. Siempre era la misma frase: ves!, Ya te lo deca yo.
Ahora se ha hartado y no est dispuesto a ceder ni una sola vez. Necesita resarcirse del
dolor padecido. Ahora se va hacer lo que yo diga.

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En el convenio regulador son incapaces de llegar a un acuerdo. Porque l no puede
aceptar ninguna propuesta de ella, que como en su proceder habitual estn definidas en
clave del modelo de relacin que han tenido. Pero esta vez dice que no va hacer lo que
otras veces.

Es decir no es tanto que quiera desvincularse, como que el acuerdo final refleje un
cambio en la posicin que habitualmente l ha tenido en el vnculo conyugal, es decir
modificar el vnculo.

Maria y Alberto llevan 12 aos casados. Ella ha decidido separarse porque Alberto ha
sido siempre un marido ausente, se ha dedicado a su trabajo de comercial de lunes a
viernes, y los fines de semana a practicar deportes de aventura, Maria durante estos aos
ha tragado, pero ha llegado un momento que ha decidido separarse, porque est ya harta
de no sentirse tenida en cuenta ni querida. La elaboracin del convenio regulador nos
llev cinco borradores porque cada vez que iban a firmar, Maria se echaba para atrs
porque pensaba que el acuerdo era favorable a Alberto y no se senta valorada por l (ni
querida). Ella necesitaba que el acuerdo de distribucin de bienes gananciales fuese
claramente a su favor como seal de una consideracin hacia ella, lo que no haba
sentido en los doce aos de casados.

Con esta lgica vemos muchas parejas que separndose han conseguido la modificacin
en el vnculo, que al menos uno de ellos pretenda en un primer momento, es decir, los
acuerdos a los que llegaron a travs del proceso de mediacin les permitieron una
separacin jurdica, con una buena relacin en el subsistema parental y una
pseudodesvinculacin con nueva forma de relacionarse en el subsistema conyugal.

Loreto y Ramn, cuando acudieron a mediacin para separarse, los dos tenan 40 aos
con dos hijos de 6 y 7 aos. La decisin de separarse fue de l porque estaba harto de
que en casa se hiciera siempre lo que dijera ella, se vea sin voz ni voto. Cuando l
decidi en firme la separacin, porque as ya no poda seguir, ella no poda soportar las
quejas de l e hizo una sintomatologa depresiva importante por la que tuvo que estar
medicada varios meses.

El contexto de la mediacin favoreci que pudieran llegar a una serie de acuerdos de
cmo iban a seguir siendo familia de una forma ms equitativa, con mucha mayor
participacin de Ramn en todas las cosas de casa.

De una forma metafrica a travs del dibujo, podemos expresar que al inicio del proceso
de mediacin yo les vea como en la figura 3. Y al final del proceso tras varios meses
de trabajo como en la figura 4.










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Figura 3 Figura 4

A los dos aos, en una llamada telefnica de seguimiento, me comentaron que estaban
bien, los acuerdos se mantenan, los domingos haca planes los cuatro juntos y a veces
pensaban en volver a vivir juntos.

Considero que ste es un caso ms en que la separacin fue motivada por un deseo no
tanto de desvincularse como por un deseo de modificar el vnculo y el lugar que en este
le pona a uno de los cnyuges.

De forma parecida muchas veces las parejas para separarse necesitan algo as como un
regalo de despedida. Como que les es ms fcil separarse quedndose con algo del otro.
Por otro lado esto lo podemos entender muy bien desde la dinmica del duelo, como un
elemento que facilita la elaboracin de la prdida.

Muchos mediadores han coincidido en decir que cuando se produce ambivalencia ante
la separacin, la mediacin no estara indicada. Por mi parte si est indicada, siempre y
cuando el mediador tenga una formacin en psicoterapia y pueda ayudarles a contener
la crisis y acompaar a la pareja, en el difcil proceso de aclararse y tomar decisiones.
Es muy frecuente que el cnyuge que no ha tomado la decisin de separarse vaya a
remolque y poniendo obstculos durante un tiempo, o como decimos, que los acuerdos
en el fondo sean expresin de que el otro le pone en un lugar distinto de hasta ahora,
modificndose el vnculo.

Por el contrario, si se les deriva a terapia de pareja, al menos uno de los dos no va a
querer ir, porque lo que quiere es separarse, y lo ms probable es que vayan cada uno a
un abogado y empiece la escalada del conflicto.


15

Hiptesis II. La identificacin proyectiva.

En las parejas donde se da intensamente la identificacin proyectiva como mecanismo
de defensa, que mayormente seran aquellas en las que sus miembros tienen una
estructura de personalidad borde line, la dificultad para llegar a acuerdos va a ser
grande.

El concepto de identificacin proyectiva como mecanismo de defensa fue introducido
por Melanie Klein y posteriormente ha sido desarrollado por numerosos autores.
La identificacin proyectiva bsicamente consiste en que se escinden y se separan partes
de uno mismo y se proyectan en el otro, que queda entonces posedo y controlado por
las partes proyectadas, e identificado con ellas. Tiene varias funciones, entre otras, se la
puede dirigir hacia un otro ideal para evitar la separacin, o hacia otro malo para
obtener control de la fuente de peligro (Sandler, J., 1987). Ambas pueden estar en juego
en las separaciones conyugales.

La identificacin proyectiva si bien es un mecanismo de defensa inconsciente frente a
los conflictos intrapsquicos, diversos autores han subrayado su dimensin interpersonal
y comunicacional, que permite a los miembros de la pareja comunicarse sin palabras.

Con un ejemplo lo entenderemos rpidamente:

Hace unos aos EE.UU. y Rusia eran grandes enemigos, cada uno vea en el otro la
encarnacin del mal y una amenaza para el desarrollo de su propio pas, continuamente
el conflicto entraba en escalada y cada uno poda decir, el problema es que Rusia..., el
problema es que los EE.UU.. Pero a cada uno de estos pases le vena muy bien tener el
demonio fuera para no tenerlo dentro, como una manera de aumentar su propio
imperialismo: una imagen idealizada de ellos mismos con negacin de aquellos aspectos
ms negativos del pas.

La situacin poltica cambi de una forma progresiva y radical, pero no las necesidades
de tener el enemigo fuera, as podemos decir que hoy en da Afganistn o Irak estn
cumpliendo su mismo cometido para los EE.UU.

Esto es similar a esas parejas que se separan porque no soportan al otro pero al cabo de
un tiempo han vuelto a juntarse con una persona de iguales caractersticas.

Otto Kernberg (1987), matiza con suma claridad la diferencia entre la identificacin
proyectiva de la simple proyeccin. En la primera consiste:
proyectar sobre un objeto aspectos intolerables de la vivencia intrapsiquica,
mantener la empata con lo que se proyecta,
intentar controlar al objeto como continuacin de los esfuerzos defensivos
contra la vivencia psquica intolerable, e
inducir inconscientemente en el objeto lo que se proyecta en la interaccin real
con el objeto.

As definida, la identificacin proyectiva difiere de la proyeccin en que, es un tipo de
mecanismo de defensa ms maduro. La proyeccin consiste en:
represin de una vivencia intrapsquica inaceptable,
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proyeccin de esa vivencia sobre un objeto,
falta de empata con lo que se proyecta, y
distanciamiento o sentimiento de indiferencia hacia el objeto como conclusin
efectiva del esfuerzo defensivo. No hay ni empata con lo que se proyecta, ni
induccin en el objeto de una vivencia intrapsquica correspondiente.

Este mecanismo de defensa que en mayor o menor medida podemos utilizar todos en la
relacin con los dems, es de gran ayuda para que el sujeto tenga una imagen ms
valorada de s mismo, pero sin embargo es el responsable de muchos conflictos que
pueden aparecer en las relaciones de pareja, porque la parte menos aceptada del si-
mismo (como el exceso de rabia o agresividad o la intolerancia) es proyectada sobre el
otro al tiempo que se le induce a comportarse de esa manera.

Para Dicks (1967), la identificacin proyectiva no slo sera como el cemento que liga
a los cnyuges en sus interacciones de amor y odio, sino tambin como el material que
provoca las tensiones y conflictos con que la pareja tropieza.

La pareja de Osvaldo y Adela; despus de 28 aos de convivencia, ella no puede dejar
de verle a l como un desastre de hombre: desordenado, impuntual, egosta, poco
carioso, mal padre de sus hijas, despreocupado de las cosas de la casa, conduce mal,
ronca, hace ruido al comer.... con todas las veces que te digo, y t nunca haces caso.
Es imposible que en su mente pueda aparecer una imagen de l que no sea muy
negativa. Y la realidad es que l, fruto de sus sentimientos de culpa, aceptaba el lugar en
el que ella le pona, al tiempo que la rabia que le daba escuchar tantas crticas, le dejaba
pocas ganas de cambio, hacindose cada da ms como ella deca que era.

En una relacin as el compaero es soporte de las representaciones de los objetos
malos interiorizados, el odio y el desprecio que emite el perseguidor no son sentidos
por la victima como una amenaza de destruccin, sino que solamente se viven en el
registro de la castracin y la expiacin, y entonces confirman a la victima en el
sentimiento mismo de su propia existencia.

En algunos casos extremos esta puede ser una de las funciones psquicas de la pareja,
tener a alguien a quien se pueda canalizar el odio, como manera de desembarazarse de
esta carga.
A veces ocurre, que la decisin de separacin, est en funcin de la incapacidad de cada
uno de modificar las representaciones proyectadas sobre el otro.

Lemaire (1979) comenta que en parejas que funcionan as; O bien, no se separan
porque hay demasiada necesidad de tener un compaero odiable, o bien se separan pero
se mantiene el odio canalizado sobre el exconyuge. As que la muerte de la pareja no
pone fin al odio, sino que la proyeccin de la pulsin de muerte en el compaero
conserva su virtud despus de desaparecida la pareja.

Este mecanismo puede estar ya desde el inicio en la eleccin de pareja. Decamos que
en el enamoramiento, el compaero se convierte en un sustituto del Ideal del Yo. Pero
tambin se puede elegir a alguien que encarne los aspectos negativos, porque de ah se
pueden extraer beneficios narcisistas. El sentimiento de ser alguien valioso puede
aparecer gracias a tener un compaero desastroso. Por ejemplo, si A no soporta la
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percepcin de un aspecto desagradable suyo, puede elegir a B si a este le puede atribuir
dicho aspecto.

Desde el abordaje sistmico estamos hablando en clave del principio de circularidad e
interdependencia. Recuerdo cuando Minuchin (1997) trabajando magistralmente en una
sesin de pareja cuyos cnyuges estaban muy enzarzados en acusaciones mutuas, les
deca: Esto que no te gusta del otro lo has hecho t.

Este tipo de interaccin, que viene determinado cuando hay una identificacin
proyectiva masiva entre sus miembros, lo podemos ver reflejado tambin en la pareja de
Maika y Andrs, tenan 47 aos cuando vinieron derivados a mediacin por un centro
especfico de atencin a adolescentes con problemas de conducta. Les haban dicho: es
imposible que su hijo est bien con la relacin que tienen ustedes. En la primera sesin
Maika dice que, llevan 20 aos juntos y la relacin nunca ha ido bien, pero sobre todo
en los ltimos 6 aos ya no se pueden soportar. Andrs por su parte cada vez que Maika
abre la boca para decir algo, se pone nervioso y dice que se siente aplastado, criticado y
machacado por ella.

Maika es profesora de escuela y la hermana mayor de cuatro hermanos; su padre muri
cuando ella tena nueve aos y este acontecimiento le remarco en el roll de hermana
mayor.

Andrs es el mayor de tres hermanos. De su madre dice que est de los nervios como l,
que siempre ha sido una madre represora e invasora. En la adolescencia tuvo muchos
problemas con ella, porque cualquier cosa que hiciera despertaba su desconfianza, igual
que con Maika. Se fue a estudiar fuera porque era una machacona y no la aguantaba.

Antes que Maika, Andrs tena una novia de la que estaba muy enamorado, pero se
suicid. El quedo destrozado y poco despus empez el noviazgo con Maika.

A lo largo de los aos de convivencia y a travs de la identificacin proyectiva se fue
potenciando esta relacin en la que l cada vez ms ocupa el roll del hijo irresponsable
y ella de la madre machacona y perseguidora.

Discuten y se culpabilizan por todo, cada vez que uno dice algo es para comentar que el
otro no hace bien las cosas o no llega a ser lo que tendra que ser; despus de unas
sesiones con la pareja, ella dice as no podemos seguir, esto no tiene solucin, nos
tenemos que separar.

Pero no, falsa alarma, la dependencia del otro, o ms bien del tipo de vnculo que han
establecido es fuerte y la ambivalencia respecto de la separacin est continuamente
presente, de tal manera que ninguno de los dos muestra de forma clara y contundente la
decisin de separarse, Si ella se muestra ms proclive a la separacin, l rpidamente de
forma complementaria le contrarresta, dicindole: eres muy egosta, slo piensas en ti,
porque con todo lo que yo he hecho por ti.... , hasta que ella desiste de su intento.

Se necesitan procesos de terapia o de premediacin con miras teraputicas mas o menos
largos para que puedan darse cuenta de la situacin en la que estn metidos, y el tipo de
vnculo que les une. Ya no es cuestin de que haya o no amor entre ellos, sino del tipo
de proyecciones que les vinculan y la dependencia del vnculo que han constituido.
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Podramos decir que en cierta medida tienen un aparato psquico en comn, por lo cual
la verdadera separacin necesita de un proceso de individuacin y crecimiento personal.

En un continuo de esta clnica, llegamos a la tercera hiptesis.

Hiptesis III. Hay parejas donde las zonas psquicas compartidas en el vnculo son
muy amplias y por ello la separacin es muy dolorosa.

Lo podemos ver en los siguientes dibujos donde la zona de interseccin representa lo
vincular:



Fig. 5: pareja 1 Fig. 6: pareja 2
a b x y


- Qu pareja crees que se separar con mayores conflictos?
- Qu le pasa al sujeto x de la figura 6 cuando se separa de y?

En la separacin de aquellas parejas donde las zonas vinculares compartidas son muy
amplias, se produce un sistema didico con desdibujamiento de los limites del Yo de
cada uno y en el que cada uno siente que el otro es parte de s mismo, la sensacin de
prdida es muy grande, y los sentimientos de ira y de angustia que produce dicha
prdida suponen una separacin muy conflictiva y a veces intolerable.

Esta dependencia no quiere decir que estas parejas pasen todo el da juntos o se lleven muy
bien, sino que muy probablemente estn poco tiempo juntos y adems discuten mucho, pero el
otro existe continuamente como referente interno.

Cuando uno de los dos se decepciona del otro y emprende un camino de desvinculacin,
el otro se sentir tremendamente traicionado y el odio reprimido saldr.

Nos encontramos con personas que a nivel racional y consciente pueden tener una
decisin de separarse, pero a otro nivel ms interno necesitan poder continuar en un
estado de vinculacin y dependencia.

Para que el sujeto x de la figura 6 pueda separarse, tendr que confrontarse a una
experiencia subjetiva de s mismo de profunda incompletud, que podramos representar
metafricamente a travs del dibujo de x sin y:



19
Figura 7



La separacin conlleva una gran prdida de s mismo, de la parte de uno que se va con el otro.
Independientemente de que exista mucho o poco amor, el sujeto x no aceptar de buen gusto
acabar con su condicin de ser pareja, para buscar construirse una nueva identidad. Por el
contrario, quizs a la hora de pactar acuerdos de cmo van a seguir siendo familia, buscar
cierta indemnizacin por daos y perjuicios por la nueva situacin en la que se queda tras la
separacin. Y esto, posiblemente como alternativa a entrar en una depresin reactiva a la
perdida.

En las parejas con exceso de vinculo, el distanciamiento de los cnyuges es una maniobra til
porque la relacin puede ser vivida como una amenaza para la identidad personal. El problema
sobreviene cuando uno de los miembros como consecuencia de su evolucin personal, necesita
de este distanciamiento y el otro no, por lo que ste intentara boicotear sus maniobras de
alejamiento. Antes de la separacin, o sin llegar a ella podrn darse distintas tcticas para
facilitar esta distancia a travs de actividades como el trabajo, aventuras extraconyugales,
sntomas invalidantes como jaquecas, rechazo sexual, o en ltimo extremo mediante descargas
de violencia verbal y fsica.

En estas personas que desarrollan un vinculo muy amplio, los espacios de la frontera del Yo no
estn bien definidos y se ofrecen al cnyuge, buscando una nueva organizacin psquica ms
segura. As, a travs de la pareja el sujeto alcanza una imagen de si mismo de mayor
normalidad.

Cuando una persona ha crecido con una imagen de si misma deficitaria, y ha entrado en una
relacin de pareja con otra que considera una persona ideal, esto le puede permitir sentirse
como si ella tambin fuera ideal, desarrollando un control absoluto sobre el otro para no
perderlo.

La separacin de ese otro que cumple las funciones de prtesis, resulta intolerable. Esto es lo
que le ocurra a una pareja que atend: Cuando l decidi separarse porque saba con certeza
que ella se acostaba con otro, ella no lo poda aceptar, y le dijo levantndose de la silla para
irse de la sesin: yo te quiero y no puedo soportar que te vayas, si te vas te voy a odiar con
todas mis fuerzas, no quiero volver a verte y luchar hasta el final para que los hijos no te
quieran ver.

Como decamos al inicio, Freud (1905,1914) propuso que las elecciones de pareja se producan
a partir de dos modalidades de relacin, a) la eleccin anacltica que sigue los modelos
parentales, la madre que alimenta o el padre que protege, y b) la eleccin narcisista que toma
como modelo a cmo fue, cmo es, o cmo le gustara ser a la persona. Y ms adelante en su
obra Duelo y Melancola (Freud, S.,1917) estableci la diferencia entre duelo normal y
duelo patolgico, sosteniendo que en este ltimo el objeto ha sido elegido de forma
narcisstica, es decir que va a cumplir una funcin de soporte de la autoestima del sujeto. Por lo
20
que la separacin en este tipo de relaciones de eleccin narcisstica va a suponer un sentimiento
de prdida de s mismo tremendo.

Como dice Benno Rosenberg(1991) citando a Freud en Duelo y Melancola, investir en
forma narcisista un objeto es investirse a s mismo a travs del objeto, o si se quiere, investirse
a s mismo en el espejo del objeto. Si esto es verdad, desinvestir el objeto quiere decir de hecho
desinvestirse a s mismo; aceptar que el objeto se ha perdido, es perderse a s mismo. El
melanclico siente la perdida de objeto como una prdida de s mismo, como un
desinvestimento narcisista de s mismo.

En estas parejas suele haber una excesiva idealizacin y dependencia del otro con expectativas
de que en su matrimonio deben ser absolutamente el uno para el otro. Cada uno siente que el
otro es parte de s mismo. Dos personas integradas, cada una de las cuales encuentra en la otra
la seguridad de ser ella misma.

ste tipo de idealizacin del otro con desdibujamiento de los lmites de uno mismo se suele dar
en sujetos donde hay una clnica carencial, una estructura de personalidad con excesiva
dependencia psquica de un otro en quien apoyarse y complementarse devolvindole a s
mismo una imagen de mayor normalidad e integracin.

Es decir que el vnculo con el otro se constituye a partir de ciertas necesidades y carencias a
modo de prtesis psquica.

Uno de los riesgos importantes que comporta el exceso de vnculo es la violencia y los malos
tratos, porque hay mucha necesidad del otro y por tanto mucha frustracin si el otro falla.
Barudy (1998), estudiando las causas de la violencia de los padres hacia sus hijos, lleg a
observar tambin este tipo de vnculo del que estamos hablando. Citando a Rogers, Stierlin y
Bowen dice que los padres que maltratan a sus hijos son individuos que por sus historias
traumticas no pudieron convertirse en personas. Se trata de hombres y mujeres poco
diferenciados, que tuvieron una experiencia de individuacin incompleta, que se expresa en un
Yo frgil, dependiente de un Yo colectivo indiferenciado de su familia de origen violenta y
maltratante.

Estos adultos golpean con facilidad a sus hijos porque los consideran una parte de sus yo
indiferenciado.

Los sujetos con pseudo-self se fusionan con otros en un campo emocional intenso. La relacion
con la pareja esta contaminada por una angustia crnica de separacin y una necesidad de
dependencia que son consecuencia de una identidad frgil.

Son personas que se pueden mostrar fuertes y amenazadoras, con una imagen narcisista
todopoderosa, pero se trata de una mascara que esconde un miedo profundo a ser abandonados.
Detrs de los comportamientos violentos est el miedo, la angustia y la depresin. El trastorno
narcisista y el Yo frgil les hace con frecuencia invadir el espacio del otro, mujer o hijos, para
controlarlos y domesticarlos en un intento de reafirmar una imagen poderosa de si mismos.

Esta situacin de exceso de vnculo, Philippe Caill (1995) en su artculo Las situaciones
bloqueadas del divorcio desde una perspectiva sistmico constructivista la ha desarrollado
estupendamente con el diagrama de la cebolla de la cognicin como manera de representar
los diferentes estratos de absolutos cognitivos del individuo. Caill, que tiene una dilatada
21
experiencia en el campo de la mediacin familiar en procesos de separacin y divorcio en
Noruega, dice, que se pueden dividir los divorcios en divorcios por dficit de absoluto de
pareja que no suelen presentar problemas en la toma de acuerdos, y divorcios por exceso de
absoluto de pareja que presentan a menudo grandes dificultades y conducen a situaciones
bloqueadas. En estos casos de situaciones bloqueadas se produce mucho sufrimiento, y la
mediacin obligatoria con un mximo de cuatro sesiones, que hay en Noruega para aquellas
parejas que solicitan una separacin oficial teniendo hijos de menores de 16 aos, es ilusoria.
Es por ello que el Caill estudia en este artculo la posibilidad de una mediacin con miras
teraputicas.

Para terminar, considero que la focalizacin en estos tres tipos de hiptesis fcilmente la
podemos hacer corresponder con,:
hiptesis I - personalidades neurticas,
hiptesis II - rasgos de personalidad borde line, e
hiptesis III - estructuras de personalidad ms psicticas.

En esta misma direccin apunta Campuzano (2001), citando a Klein sobre las modalidades de
internalizacin y relacin de objeto que da lugar a tres grandes estructuras caractereolgicas en
funcin del grado de discriminacin del vnculo desde un polo fusional hasta un polo
diferenciado.

Estas tres estructuras caracterolgicas son:

1.- Relacin de objeto de tipo preedpico simbitico, que comporta:
- Dependencia del objeto.
- Tendencia a esclavizarlo con sus demandas orales.
- Temen a no poder sobrevivir sin su presencia.
- Angustia de separacin
- El objeto es garante contra la desintegracin psicolgica y el caos interior.
- Las relaciones de objeto son parciales.
- Predominio de mecanismos de defensa: escisin, identificacin proyectiva, idealizacin
y negacin.
- El exceso de proyecciones distorsiona la percepcin real del objeto.
- Por la escisin hay cambios rpidos en la visin del objeto: a veces bueno a
veces malo.
- Frecuente impulsividad.

2.- Relacin de objeto preedpica objetal.
- Hay un mayor grado de integracin de representaciones internas de objeto.
- Hay un mayor grado de estabilidad emocional.

3.- Relacin de objeto edpica o genital.
- Hay una diferenciacin clara de sujeto y objeto.
- Es respetada la libertad y la independencia del objeto.
- La percepcin del objeto es ms realista.
- Se puede tolerar la ambivalencia respeto a l.


Como conclusin, decir que as como en algunos modelos de mediacin se han planteado qu
hacer con el conflicto? Y qu tratamiento darle?. Desde un abordaje de integracin sistmico
22
y psicodinmico, para poder pensar en como ayudar mejor, nos tendremos que plantear qu
hacer con el vnculo?, qu funcin cumple el otro en el aparato psquico?, En qu le es til
y le equilibra? Qu partes positivas o negativas le activa? Y de qu manera van a poder
desvincularse.

La separacin conyugal supone un proceso de elaboracin del duelo de muchas prdidas
referidas no solo al otro, sino tambin a la parte de uno mismo que est en vinculacin con el
otro, al vnculo, y a una determinada estructura familiar.

Considero que nuestro reto mediador con estas parejas es poder ayudarles para hacer una
evolucin que supone el pasaje de una progresiva desvinculacin conyugal a una paulatina
revinculacin parental. Las relaciones en el nuevo subsistema parental, bsicamente tienen que
favorecer las buenas interacciones entre cada uno de los padres con sus hijos y entre los padres
entre s, para que entre ellos pueda haber un funcionamiento colaborativo respetando las
diferencias.

Como dicen Carmen Campo y Juan Luis Linares (2002): cuidar la pareja es posible y
rentable, como tambin lo es cuidar la separacin cuando sta se vislumbra como la nica
solucin realista.

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