Preludio
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Una de las compositoras ms importantes de Latinoamrica, Mara Isabel Granda y Larco, ms conocida como Chabuca Granda, nos dej un legado potico-musical capaz de recorrer nuestras bras ms profundas como sujetos polticos, sexuales y nitos. Su obra puede servir como herramienta para comprender nuestra poca y acompasar los ritmos turbulentos de la sexualidad. Chabuca Granda naci en 1920 en el asentamiento minero de Cotabamba en Abancay, Per, a 4800 metros sobre el nivel del mar; este rudo contexto inicial se debi al trabajo del padre como ingeniero de minas. El fro de la puna peruana, que llev a la muerte a su menor hermano a muy temprana edad, fue resignicado, sin embargo, por Chabuca, quien torn el inhspito paisaje en zona fecunda para alojar una mirada amplia y benvola sobre los complejos trazos que dibujan nuestra accidentada y mestiza Latinoamrica:
He visto la luz muy cerca del Sol de los Incas, a las nueve y treinta de una maana soleada, entre vetas de oro, amor y sacricio.
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A ni Bustam a nte All nac, soy pues, hermana soberbia y orgullosa de los cndores, nac tan alto que sola lavarme la cara con las estrellas.
No slo este contexto particular marca el comienzo de la vida de nuestra cantora, sino que adems, a las pocas horas de nacida un incendio destruy su casa:
Cuando yo nac se incendio la casita justo en pleno parto y uno de los obreros mineros atraves la madera y me llev a su casa. Jams agradecer suciente haber nacido all, me parece que tengo otra dimensin de mi pas.
El primer comps en la vida de Chabuca queda signado, entonces, por esta suerte de desterritorializacin del lugar en el que le hubiera tocado nacer por convencin y por la fuerte estraticacin social en el Per. La relacin con Lima, amada ciudad a la que tanto canta, empieza a sus tres aos de edad, cuando la familia Granda emprende camino de regreso a la capital. Hasta ese entonces Chabuca vesta con polleras indgenas, y su cuerpo llevaba impreso los sonidos de la lengua quechua hablada por sus nieras. Sin embargo, as como el quechua, caa sobre Chabuca Granda la herencia colonial y sus imperativas voces que demandaban, en una mujer de la alta clase social limea, encajar con el modelo estricto y restrictivo de mediados de un siglo, como el XX, marcado en el Per por una extrema diferencia de clases. As, siguiendo los parmetros convencionales, Chabuca se cas a los 22 aos con Enrique Fuller y tuvo tres hijos; el matrimonio fue un fracaso, sobre l dijo:
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Los sonidos de Eros yo detest mi matrimonio, viv 10 aos con la sonrisa ausente, entonces me refugi haciendo cancioncitas.
Antes del matrimonio no compuso nada, cantaba temas de otros (rancheras y boleros) que no la representaban, cantaba pero no haba desarrollado todava una voz propia que pudiera lanzar pblicamente para expresar ese peculiar decir de mujer que se niega a participar de un discurso de sumisin basado en demandas de amor hacia el hombre. Chabuca se abre, sale del espacio domstico, es viajera, incansable narradora de escenas sociales, corporales y sensuales. No es casual que su cancin ms representativa La or de la canela sea un homenaje a la mujer. Una cancin hecha por una mujer para otra mujer, contndole al hombre (djame que te cuente limeo) la belleza femenina. A los 40 aos cant por primera vez en pblico, quizs despus de dejar pasar el tiempo suciente para pagar el mandato de la poca en relacin a la mujer y su lugar en el mundo. Chabuca fue una mujer vanguardista, una visionaria que tram en sus manos pasado y futuro. Desde la paradjica cuna en la que naci, tejida entre sedas burguesas y mantos indgenas, parece andar siempre entre-dos mundos, en ese pliegue que se abre entre la aoranza de los estilos de vida coloniales y el clamor del pueblo por un mundo ms justo . Hablar de Chabuca Granda es introducirnos en un universo plural en el que la poesa y la msica se anudan en la cancin, volvindola una herramienta expresiva con estratos temporales capaces de atravesar memoria y devenir. La msica es tiempo, duracin e instante. El movimiento de un instante hacia otro instante introduce la idea de duracin, esto lo podemos experimentar en msica 17
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cuando ponemos atencin al ritmo, que es una suerte de pulso entre dos nadas. Luego podemos caer en la cuenta de la experiencia a travs de la cual el tiempo se espacializa en ese movimiento, y as se transforma en un lugar donde conuyen nuestras lenguas e historias. Chabuca Granda es una compositora tremendamente rtmica, lo cual otorga a sus letras la cadencia y pasos de mujer latinoamericana; sus canciones portan el ajetreo que conlleva la bsqueda de nuevos matices sonoros y textuales, para traducir esa bra de vida que late solapada bajo el ruido banal de lo cotidiano. Recorriendo toda su obra, sus giros y cambios, encuentro que hay algo que se sostiene en constante repeticin: la alusin al camino. El camino nos lleva por ciudades, las cuales ejercen una extraa fascinacin, ya que en ellas algo se encuentra (o se pierde). Quizs sea la embriaguez del trnsito del tiempo, la construccin espacial de estilos de vida que dejan huellas en muros, farolas, esquinas, o el deambular de diversos personajes cada cual con su historia y su motivo para dar un paso despus del otro, todo esto constituye una ciudad.
Ella caminaba entre recuerdos y ensoaciones imposibles. Sus brillantes ojos parecan despertar a los aromos. Ella, mujer apasionada, insiste en encontrar el lenguaje del olvido, el sonido del recuerdo, para con ellos componer ms all de sus vsceras y su carne. Componer al aire, a otras voces, entrecortadamente tararear los matices de su amada ciudad. Cmo narrarte, confundida Lima, si en ti viven multitud de lenguas, de tiempos, de colores? Con qu sonido acompao tu paso aturdido de amores y de sangre? Ella, mujer suave, de poesa y sonido, pensaba con el olor de la canela, rodeando heridas y riquezas con la na arena que sostiene su voz.
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Los sonidos de Eros Hay cosas que deben dormir me deca. A qu te reeres? Me reero a esa insistencia que desbarata la noche, que convoca al insomnio y que termina siendo un gigante que da vueltas a la nada. Su mirada pareca perderse en un mundo al que me era imposible acceder, sin embargo ella no ceda ante la necesidad de poner palabras a la bruma en la que sus ojos se perdan, con los prpados un tanto cados, como quin ana la vista para mirar hacia adentro. Mirar, mirar es una trampa de espejos. Sabes que estoy pensando que he hecho una mala distribucin de mis lugares entre soar y despertar hay una lnea, un camino, que he trazado mal. Hay un momento para despertar, para olvidar. Y de pronto parece sonar: extraar la rumia de mis sueos y la dulce molienda y la esperanza, ese constante hacer un alguien de algo, ese afn de castillos en el aire, ese arar en el mar de los ensueos, ese eterno soar la adolescencia 1 .
Abrir los ojos y saber que soy, ahora, una extraa en esta tierra que no reconozco. Qu pas con Lima? Lima, ciudad furiosamente dulce, trazada de tal manera que pareciera que el dibujante borr algunas zonas y olvid recorrer nuevamente el trazo con el lpiz. De pronto, como sucede en muchas ciudades latinoamericanas, damos vuelta a una calle moderna, segura y con claros signos de prospe1. Cancin Ese arar en el mar.
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ridad, y nos encontramos con un pramo oscuro, catico y sin ley. Cada cual inventa un nombre para llamar a las cosas, entre violencia y criolla seduccin se intentan tejer algunos lazos. Quin canta aqu? Probablemente los nuevos ritmos como la cumbia o la chicha tengan alguna clave, o algn marco para orientarse en las zonas no trazadas. Estamos muy lejos de la Lima seorial a la que cantaba Chabuca Granda, aunque ella misma saba la distancia que haba entre su canto a un ideal y la realidad de una Lima que no es la de otrora, tan querida y tan seora2. Nuestra Lima tiene todo un cuerpo por ser recorrido y cantado, impregnado de olores y sensaciones que velen un poco la crudeza de los tiempos que nos atravesaron con terrorismo, violencia y corrupcin. Qu cantara Chabuca en estos tiempos? Qu dira de su Lima? De su Per bello durmiente3? La cancin popular tiene la peculiaridad de brindar al pueblo una articulacin de letra y sonido para ir diciendo y contando aquello a lo que a veces no nos podemos aproximar de otra manera. Ni el periodismo, ni la literatura, ni la losofa o el psicoanlisis tienen la capacidad de calar tan hondo como la cancin popular. En Chabuca Granda se conjuga, adems, el hecho de poseer una letra privilegiada, una potencia potica avasalladora, junto con una sensualidad y una complejidad musical fascinante. En este libro haremos un recorrido de la mano de las canciones de Chabuca Granda por temas como la sexualidad, lo femenino/masculino, el recuerdo y el olvido, entre otros. Es decir, recorreremos esas zonas cuyos trazos son borrosos, para cantar en los umbrales de lo conocido, para entregarnos en aquello que nos interroga y recuperar el mapa de nuestra sensibilidad.
2. 3. Cancin Ze Manu. Cancin Bello durmiente.
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