Filosofia Positiva Augusto Comte PDF
Filosofia Positiva Augusto Comte PDF
Filosofia Positiva Augusto Comte PDF
SOFIA POS
DE
A
POR
A U G U S T 0 COMTE
PRECEDIDOS DE TJN PREFACIO
POR
E+ L m T R ~
SANTXXGQ z
IMPREPUTA DE LA LIBRERIA DEL MERCURIO de A. i M. Eclieverria.-Morsmd6 n h 38
PAJ.
LINEA.
DICE.
LEBSE.
X 21 32 33 33 82 87 141 156
2.
17 3
4
11 21 G
17
23 2
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tanto porquinn hetereqjenia criatura si a1 suyo ha tolllodo pocos nfios orghicn orginica
tantos porcina heterojenin crentura sin0 a1 suyo a tornado en pocos aiios inorghica inorgbnica
Esta noble i bells institucion E m estableciclo clnramelite cubles son 10s iinicos fmdaiiientos de todn verdad, nl acloptu?. cotno rqlu d e cornposicio?~ i de critics, e n las obvas cieizt&cirs, SZLco?,fo~mi~?ad con los hechos denaosti~adosde tin modo p o t d i ~ iPO?' o Iu cieizcin, i en las socioldjicas i obras tle bells literntura, su conformidad con lrrs l e p del desawollo t l e la natioalezn humana . A ella dedico esta traduccioii de lo$ Pifiincipios de Filosqfiu p s i t i w , filosofia que es 1%mas altn espresion cle las coiiquistas Iieclias poi* las ciencias ei-i In l a r p s h i c de 10s siglos, i que Iia siclo la primern en sosteiier i tlii'vmlir esos p*nndes priiicipios que ha adoptdo la Acadeiuia.
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&ar este grave mal que aqiiej:L a iiuestin naciente sociedad. Ells demnestrn n aquellos espiritus la lei iiieludihle que 10s ha despojado de sus sntiguas creeiicins, i les presenta a1 misnio tienipo todo uii conjunto de coiiviccioiies, fundaclas en In realiclad (le las cosns i mas coiiformes con lo;.;jeiierosos instint os i las nobles aspiracioiies qrie ha lieclio iincer !a iiinrclin progresiva clc la huiiiaiiiclncl. H6 q u i el grnn sewicio social que pinetle i cleberA prestar la filosof'ia positiva. Lm cieiicias se cultivm cnda vez con inns nrdor entre nosotros. Cadn ,jeneracion que se levanta, viene mas fortificada con las iiuevas ideas que jerminaii dinrisrnente del foco luminoso de la ciencin. Este es el segiinclo fencimeiio de qiic q~~crinnios lial>l:~r, i que es, a no dudarlo, correlativo del primero. Pero entre todas esns intelijencias que sc dedicsn a1 cultivo delns cieiicias, peas son 18s que cornpreiiclen su 'verdndern importmcin en 1n marcha de ~ las q ~ i e se clan las sociedades liumanas, i I Y I $ ~ I Onun cueiita claranieiite del lugar qiie Q C U ~ cn cl vasto conjunto del saber h-umniio 1% ciciicia a qne linn coilsagrado sus desvelos. De aqui result a n induclsblcmente serios obsthilos para nuestro clcsnrrollo intelectunl, obstticulos qiic solo la filosofi'a. positivn podr6 dcstruir. En efccto, ests cloctrinn i)rtlel):b qiic la;.; cieiicins niarchan a la cahem clc 1:~ civilization, i que ellas 110
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son fragmcntos aislados, sino partes de uii gran todo. Tram coil mano segurs 1 : ~meior clnsificncion que lx7cde Iiacerse del saber humano, escalonando 1:ts tliferentes ciencias finndamentales, segun el grado de complejidad (le sus fencimeiios, i fi-jaiiclo as{ la e s t r e c h :Iependeiicin que esiste entre ellns. Mateiu 6 ti cn , a st roii om i a . f i si ca , q 11iniica , biol ojiu (fis iolojiz) i sociolqjia, 114 alii esa adniirnble clnsificncion que es por si sola un ausiliar poderoso para nuestra i 11 t tli<jci ici n . He aqui conio la filosofia positiva puede prestnr taiulhii un iiimenso servicio a 10s que se consagran :d estuclio cle las diversas ciencias cspeciaIes. N o es csto todo. La filosofizl positiva se dirije, en jcnerd, a todos 10s espiritus qnc quieran buscar la fueiite segura de la verdad, i conipi-ender la verdadera posicion del hombre en el nniverso. Ella satisface a la inteli,jencin, hncidndole compreiider sus lirnites i abrikndole Iiorizontes vastos i clesconociclos. El corazon tnmbieii se inflaina de ardor i de entusiasino a1 sentiiw irnpulsado por ese iiuevo i ~icrnioso sentimiento ~nornl qiic iinpone cOil1O tin deber el servir a la huiiinnidad. I aqni repetiremos lo que decia, hnce mas de veintc nfiios, el eniinente sabio franccs, E. Littrk: Iiidcpen~ieiiteincxitccic las :&grins i de 10s clolores qne ncoiiipafian a1 t r i m f o o a la derrota, indepeudienteiiientc de liis fluctu:wiones de la inte-
lijencia i de 10s desfallecirnieiitos del corazon, de que vernos t a n t o i tan deplorables qjemplos, lo que hai de ma3 penoso en este tiempo es, en el foro interior del mismo hombre, el combnte de 10s principios mas opuestos, el choque de la teolqjia i de la cieiicia, de la nutoridad i de la libertad, del pasado i del porvenir. Per0 lo que liai clc soberannniente satisfactorio i de supremo en la filosofia positiva, es que ella reconcilia esas discordancias iiitimns, lleva la claridad a1 espiritu i la f& a1 corazon, i precipita a1 hombre todo entero en la pleiiitud de la luz i eii la infinita voluptuosidad de la a b n e g a ~ i o n . ~ ~
Esta obrita que trnducimos, coniprende las clos primeras lecciones del Curso de Filosofia positiva de Augusto Conite, precedidas del prefacio de un discipulopor E. Littr&. Se puede decir que es nn reshmen de la doctrina positiva, pues en ella se encuentran sus principnles principios. Serviri para preparar 10s espiritus para el estndio de la grande obra de Augusto Comte. Los que convencidos de la grandeza i de 1n verdad de la iiueva doctriiia, deseen terier de ella uii conociniieiito mas profundo, puedeii consultar con fruto las siguieiites obras : Augusto Comie i el positiuismo por Stuart Nill;
XI
el admirable Comnpendio de Fiilosoja Positiva, hecho por la eniinente pensadora inglesa Miss Martineau; i sobre todo, las bellas i profundas obras de E. Littr6, que ha hecho en todas ellas una coiistante aplicacion del i d t o d o i de 10s principios de la filosofia
positiva.
Mayo de 1875.
PXEFACIO DE UM DISCIPULO.
Xientrae que la filosofia i la literaturn que reiiisn enla ensefinnzn i en las acacleniins, i que, en comecuencia, tieneii en el mundo el primer lugsr i la suprema antoi-idad, 110 coiiocian a Comte, o, recibiendo cle oiclss noticias de sns trab?jos, no se creian obligados a conocerlos pnra desdenarlos, ima parte del phblico, sbierta a Ins cloctriiias positivns por disposiciones expoiitheas, conipraba su libro, lo leia i hnbin conclnido por agotar la primera edicioii. De eate modo la obra halia Ilegado a ser escasn; no se la encoiitrnba y a cii la libreria; i era necesario p a g ~ l a un precio exorbitante, cuaiido se encontraba en alguiiaveiita. Si nsi habia caminado, era por la sola fuerza de la cloctrinn i de las cosas; porque, a la vez nada se habia hecho para propagarla, i nada se habia concedido en ella a Ins debilidades del e3piritu
FILOSOFIA.
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que desde lince largo tiempo goza de la confianza del piblico, fi<jci si1 :~teiicion en la enipresa; i desde eiitcinces qwxlci ascgimch ~iiia proiita qjecucion. El testo ha siclo csnctamcnte reprodizcido, sill iiiodific:icion, sin adicion, sin s u p m i o n alguiia. Solo se linn canibindo 10s titulos corrieiites, cosa enteramente estrinscca: en la antigim edicion, ln pijina izqnicrda l l e d x i Jilosofla p i t i v a por t i t u h ? la clerechn el noiiibre de In cicncia de que se trataba; en la nue\a, ctliciun, 1~ l)d,i inn izqiiiicrda, para mayor comodidacl del lector ? lkva el nonibre de In cieiicia (le que sc trata, i In ixt,jiiia clcrechn, el okjeto de la 1c.ccion corriente. Algiinas personas liabian deseatlo qiiv sc aiiotase la obi-a a causa de las diferencias que w han prodncido cii cl cstado, cientifico desde el itionicnto en que Conite coiiipuso SLI libro. Pero esto no Iin parecido cle iiingunn niaiiern necesario. Sin (lucla, la filosofin positin esth fiinclada sobre In ciencia; i iiiin ciencia mal hechn e insuficieiite In Iifiria ruinosa coiiio elln misma :o serin; sin dnda tainbicn, 10s cuareiitn aiios que lian trascnrrido desde que Cointe liizo SII provisioii eneiclopddica, 11nn ocasioiiado, en Ins difereiites raiiias notables esten&ones, iniportaates descubriniientos i fecundas teo rias. Sin embargo, iiadn de toclo esto ha tocado el fuiiclanieiito de la filosofia positil-a. El libro de Comte es uii libro, no de cieucin especial, sino de cieiicia jeneral. Si cliiraiite estos cnnrenta afios hu-
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biese sobreveiiido algo que, cnnibiaiido el espiritn de 1s ciencia, la obligase a rciiuiicini-, en un punto o en otro, a s u mdtodo, se dediiciria que la filosofia positiva, cuyo titulo i $oris es trasportar este inktodo del Grdeii especial a1' Grdeii jeneral, perderin su razon de ser i se derruinbnria coiiio tantns otrns concepciones sisteiiihticas que soli accidentes del desnrro110 del pensanliento colectivo. Pero no es cste el cnso; 10s acreceiitaniientos contemport'Liieos iincla debilitan i pol- consiguiente todo lo coiifirman. En 1S3G, Comte public6 el plnn de su gmi tmtado, i en 1842 escribici Ins iiltimns lineas. Dieziseis anos traciurrieron p,ucs entre la coiicepcioii i In conclusion cle In obra; pero liabin liabiclo tanta seguridad en la concepcion, que n p a r de este largo espacio clc tienipo, la conclusion correspondid a ella en todos sus puntos; i el plan fut5 ejecutado, tal cunl hsbia sido trazado. IC1 primer volitinen, que coiitieiie 10s preliminnres je;icrales i la filosofia matcmhticn, aparecici en lS3O. L a crisis acaecicls en la libreria a coiisecueiicia de 10s scoiitecimientos politicos interrumpid esta, publicacioii que f d ernpreiidida de nuevo en 1835, afio en qne apnrecii, el seguriclo TOMmen que coniprende la filosofia astroii6mic:i i 13 filosofia cle la fisica propiameiite dicha. A1 comenzar, Cointe habia creido poder eticerrar toda la materia en cuatro volfiiiienes ; desde 1neg-o la cosa inarchG seguii su inteiilo, i el tercer0 que fu&publicado
en 1828, no esceclid s l n estension proyectadn: Is fllosofin quimicx i In filosofia bioldjics lo Ilenaron. I:] cuarto i iiltinio voldmen clebia ser conssgrndo a l a filosofia social; alii, en esn sestn parte, que es entcraiiiente creacion de Comte, todo em niievo, todo estsba por hacer, i todo fu6 hecho. Pero Ias previsioncs de estensioii no bastnron yn, la materia se alnrgG, i el cuarto vo16nieii (1839) no comprenctiti mas que la porcion doptiticn de la filosofin social, es clecir, l : ~ esposicioii del destino politico cine le es propic), del espiritn cieiitifico que In cai-acteriza, i cle sirs teorins jeneralles sobre la esistcncin i el nioviniiento de Ins sociedacles hurnnims. El resto &bin conteiierse en u n quiiito rollinienj a si1 turno, este quixito ~olliincn(1841) se encontrci deinasindo estreclio 1 w a cste resto clue no ern iiada nidnos que la apreciacion fuiidninmtnl del 1~asndo I~iiiiinno;el nutor, nl eacnsarsc, liace valer la n o w tlnd, la grsntlezx, la clificultact (le1 nsunto. L n esciisa es Icjitinia; i leyeiitio estn parte de la obra, cada 11110 reconoce en ella toda In. coiiceiitracion de ideas compatible con una suficieiite claridxl de esposicion, siiiti4ndose condncido en el laberinto cle 10s heclios i de Ins reroluciones por nn guia n qiiien la Iiistoria Iia (1x10el titulo de jefe. En fin, el sesto i hltimo voliinieii him SLI apsricion (1842). A d se ejecntb lo que debe llniiiarse la o b ~ afilosGfica del siglo diezinuere: dnr a In filosofia el indtodo positivo
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de Ins cieiicins, n Ins cieiicias la idea cle coijiiiito de la filosofin. Estn breve fdrmnln necesita ser rlcsnrrol1ad:i. Los que se represeiiteii la serie de las especu1:~iones filosdficas, salvo In filosofin positivn, clesde Ilnton i AristGteles liastn iinestros dins, reconoccrhn qne foriiinii, cunlqniern que sen por otra parte si1 ini.rito relntivo nteiididos 10s ticinpos, uiin riins;L cofiisn en que no se clistingueii Ins relncioiies de In filosofin, ni con la naturnlezn, ni coli la liihtorin, ni con In eiisefiaiiza. Esto clepende de 1 : ~ fiicnte snbjetivn de que cmniinii. T>oiiiinadns es:w especn1:iciones por coiicepciones CI p i o i i, si1 Grden 110 es ni cl tlc l a coiicepcioii c6siiiica, iii el del desenvolvimieiito liistcirico, iii el (le 1 : L gradncioii c1iclhctiea. ~ , n sconip:mrL de biieiia gniia n lo que soil eii la botAiiicn i en I n zoolojia 10s sistemas nrtificiales coiiip:irados coli 10s iii6todos ant i d e s . Los sistemns son aiiieniido riiui iiijeiiiosos, i, en toclo caso, flieron proyisoriameiite dti ICS, siimiiiistrniido uii lnzo : L 10s lieclios aislnilos; ~ W O , jc1&11toS (lefectos en si1 seiicillea nparente i cii si1 coorcliiiacion facticia! Juntnii lo que se npnrtn, :Lpnrtaii lo que est&junto, i 110 esthn en coiiesion eseiici, 11 nI ,~ L l l l ncoli In nntiirnlczn. No sospechnii el trdeii real ; estc kilnto capital es para ellos letrn mrierta. El cspiritn, m i h t r a s esth limitado n las nocioiies sihjetivas, se satisfiice si encueiitrn u i i n esxcta coiiforriiidnd entre Ins premisns i Ins consccueiicins; pero el espiritu,
cuaiido pasa a las iiocioiies objetivas, recliaza como un vaiio aliment0 esta conforinidad entre Ins preinisas i las coiisecuencias, si las prernisns 110 soil 10s hechos snministrados por la observacioii i la esperiencia. %1 cirden coiiforme a la constitucioii del mundo, a1 deseiivolviiniento de la historia i a la gradacion de la eiiseihnza, Grdeii que ha escapndo sienipre a la filosofia inetafisica, ha sido cstablecido en su triplid a d coiiexa por la filosofia positiva. El muiido est&coiistituido por la materia i por las fuerzas dc In materia: la inateria cuyo orijeii i esencia son inaccesibles para iiosotros ; las fuerzas que son inniaiieiites en la materia. Mas all& de cstos dos t&riiiiiios, materia i fuerza, la cieiicia positiva no conoce nnda. Alguiias aiitiguns teoloj ias hnn supuesto uii estado ca6tico en el cual, coiiio dice el pocta int6rprete de las nocioiies tradicioiiales, las cosas blandas estabaii con Ins cosas duras, Ins cosas sin peso con 15s cosas pesadas. Un c&osseiiiejaiite es pura imajiiiacioii; es incompatible con lo que sabeinos de 12s fuerzas iiimaiieiites, i nnestro espiritu vd sienipre las sustaiicias arregladas seguii la pesantcz, I s electricidad, el inagnetisino, la luz, la elasticidad, las nfinidades quimicas i, cumdo hai lugar, segun las combinaciones vitales. Pero h B aqui lo que ha mostrado el estudio de este mundo, a quien la iiinianencia hace estraih a1 chos teolhjico: las
propiedndes fisicas se manifestm en toda sustnncia, en cualynier estado que estd, aislndn o nd, i se cjerceii sobre Ins inasas; las propiedacles qnimicas no apareccn nias que entre'dos sustancias, ticiicn necesidadlde la binaridad i sc ejerceii sobre 13s moldcnlas; las propiedades vitales, en fin, sobrepnsniido la binaridad, 110 soli compatibles sino coil uii estado molecular inns compuesto. Tal cs la gradacioii real que se observs en el 6rdeii del mundo; i coil este drden debc coiicordar tods filosofin. Tal es el fuiiclameiito primero i esencial de la lilosofin positiva. No es csto todo. Si a la filosofia metafisicn ha faltndo este &den real, la filosofin incoiiciente, 0 , en otras palabras, el descnvolrimieiito natural 11%debido seguirlo, guiado por la iiecesidacl de Ins cosas que no periiiitia siiio paso a paso el ncceso de estns tres coiiiplicncioiies o escnlones. E n efecto, est0 ha sucedido. Desde que el j h i o de Conite linbo penetrndo en las oscuridades de la historin, recoiioci6 que, en su constitucioii sucesiva, las cieiicias liabian sequido el Grclen iiatural i no se linbian escalonado sino sIguii 10s eacalones de complicncion que las cosas misinas pressiitabnn ( 1). 1-16 aqni el seguiido fundamento de la filosofia positiva. En fin, una ensefianza enciclop6dica estA obligncla
(1) Ved, respecto a la distincion entre la constitucinn de lrts eiencias i su evnlucion, mi libro sobre A7cgnsto Cointe i Z a jiZosofiapo8iti+a, p6j. 285, 2. edicion.
a1 cirden
real, natural, de las cosas. En efecto, toinnd Ins seis ciencias, cixyns filosofias se verb desarrollarse cn estn ()bra, i seguidlns partiendo de la itltima que es t a m bieii la mas coinplicada i la Inas dificil. La sociolojia 110 puede sei. estndiada con seguridad, si no se tienen iiocioiies precisns sobre la biolojin, que es la doctrina de 10s cuerpos vivientes. A su tnriio, I n biolojia, a causa cle la gran funcion de la nutricion, esth cerrada para el que no posee lns teorins quirnicas. Estas, en su lugar jei4rqiiico, supoiieii toclas las ncciones fisicas, pesaiitez, caldrico, electricidad, inagiietiamo, 1nz. ~ ifin, i la fisicn iiismn, tanto celeste como terrestre, es iiii doininio en el cual iio puede eiitrarse, si 1 1 0 se balln L ~ provisto O de ese poderoso instruinento llnmado la mateiiiAtica. De estn mnner:i, rolrieiido a toinnr el arreglo iiatural, nsceiicionnl, didfictico de las cieiicias, se estndia la inatemciticn para ir a la fisica, de aqui a la quiiiiica, n la biobjia, a la sociolqjia. Id aqiti el tercer fundaineiito de la filosofin po&tivn. Asi l : ~ filosofin positivn es la <mica* que liace conocer c6mo son conexas estns tres cosas, el 6rden de Ins propiedades iiiriiniicntes, el Grdeii de la coiistitucion sriccsiva de las cieiicias, i el 6rden de si1 ensefianzrt jerkrquicn. Comte f d un iniiovador. Es nna cualidad sienipre geligrosn para el qiie la posee; i se p e d e
- 10 decir de esta clase de hombres lo que Bossnet ha dicho de 10s ambiciosos que pareceii nacidos para canibiar el inundo; que la snerte de tales espiritus es azarosa, i que en la histori,i aparece 1111 graii niunero de ellos a quieiies su aindacia, ha sido funesta. El prudente Fontenelle acoiiscjaba a 10s imprudeiites que tienen Is mano lleiia de verdades maiitenerla bien cerrada. El rnuiido no es amigo de ser perturbaclo ea las icleas recibidas, i rara rez deja de liacer 1)agar si1 bieiiveiiitln a Ins ideas nuevas; inas tarde eleva estktuas a aquellos que ha de*jacloinorir en el olvido o lieclio niorir de ilesesperacion. Rllas tarde .... per0 tlejernos lo que esta palabra tiene de triste para no coiisiclernr sino lo que tieiie de glorioso. El espiritn, a ynien linn sorpreadido la grancleza i la belleza de las concepciones, es arrqjado por una jenerosa i sublime necesiiladeillos trabajos irduos i en Ins empresas peligrosns ;la vocacioii ~nanda, i dl obedece. l'ero, 2 qnc': es un iiinovaclor ? Cuaiido se coiisidera por ~ i i parte a la marcha del espiritu humano i por c 5 claotra el niiii~clotal como esth constituido, se v rninente que esta inarchn consiste jnxt:imente en conocer esta constitucioii. El espiritu liniiiano no tiene 1111 desnrrollo que sea independiente, es decir, t i n desarrollo tal que, eiicerrado en si misrno i en una completn ignorancia de la constitncion del mundo, se eleve, por una elaborscion intei-na, a Ins supremas rejiones de lo verdadero i de lo bueno.
- 11 Ior m a iiecesidad iuui curiosa de constatar, estas snpremas rejiones no se abren para 61 sin0 a condicion de cultimr con uii csfiierzo infinito el campo c6s:nico, asi coin0 el cnerpo estli obligado a regalcon sudores las campiiias para sacar de ellas el pan que lo aliments. Asi lo que sostienc el niuiido intelectual i moral est& todo entero en el eoiiociiniento del 6rdeii jeneral de Ins cosm. Pliiiio tieiie uiia frnse poco iiotnda en que dice: ((iYe pretciic1er;i que hai ti11 Jiipiter o uii Mcrcurio, dioses desigiiados por nombres propios i una lista de persoiiajes celestes ? 2 Q n i h 110 v4 que la iiiterlmtacion de la naturaleza liace cligna de risa semqjante imajinacion? (1)))E1 rnsgo de esta frase estli en la interpretacion de la iiaturaleza que concleiia a1 politeismo. La interpretacioii de la nutnraleaa es lo que ncabo de llamar coiiociiiiiciito del lircleii jeneral del mundo. El que inodifica este conocirriiento es un iniiovndor. 131 que lo inoclifica inucho es un iiiiiovador poderoso. Estc conocimieiito,-la historia lo muestra,-se divide en clos categor las, el conocirniento iinajinado i el coiiocimiento verificndo. Ciianto inns pecyueiio es el doininio del conociniiento verificado, tanto inas graiicle es el del conocimiento iinajiiindo ; i reciprocarnente, cuaiito inas grande es el doininio del coiio(1) Jovem quidem, ant Mercurium, nliterre alios intcr se rocari, ct esse cadeatem nomenclaturarn, quis uon interpretatione natura3 fateatur irridendum? (Hist. Nnt., It, 5 . )
- 12 cimiento verificado, tanto inas pequeiio cs el del conociiniento imajinado; hnsta que en fin el conociiniento imajinado, desalojado de posicion en posicion, se refujia en lo absolnto, en Ia investigacion de las causas primerns i finales. Esta division, coni0 todo lo que es producto del progreso de las cosas, fuit nceptada i es ann lei pars muclios espiritus. Pnrecia auii imposible que una sitnncion serncjante pidiese cambiar; porque 2 e n doiide tomar I n s ideas jenerales, sin0 en ese antiguo arsenal en que se conservaban todas las que liabia producido el pasado? Sin embargo, ese inismo terreno era precario. Fontenelle, con su profundidad que ocriltnba bajo la gracia, hnbia dicho: Hasta ahora, la hcndeniin de cicncias no toinn a In naturalezn inns qne 11~01pequefins particulas ;no crea ningun sisteina jcnersl, poi- teinor de cner cn el incoiiveniente de 10s sisteinas precilitaclos, con 10s cuales se nviene deniasinclo bien la impciencia del espiritn liiimnno. Habin notnclo con el xnismo golpe de vista el vicio actual de las ciencias positivas i la posibiliclad de qoc, ixii din dcsapnreciese. Ese dia ha llegado. I,a p e i n d e innovacion que ha dado un sistenin ,jcncr:d n Ins cieiicias pmitivas es obra de Augusto Cornte; e inmediataniente se ha abierto una innieiisn fuente de iina jerieralided nueva que no time nada de coiiiun con la jeneralidatl antigun, la hiere de desuetnd i In pone fuera de uso. En el moinento en quc mas clnmmente espiabo
- 13 Cl/ornte el liaber introducido en el mundo altas verdaL1es qne se tlesprecinba sin duds, pero que no se clespreciabn bastante para no tenerb envidia (I), coin0 n ese personqje que 1)ante ha celebrado, 61 ha senticlo mas de una vez amargamente no tener el nioclesto patriinonio que permiti6 n Descartes escapar de Ins persecucioiies ientregarse en paz a sus inmortnles ineclitaciones. Se p e d e , sin herir la anaIqjia, comparar a la operncion cle Comte la operation de Descartes ; seiiiqjniites por su naturalezn, se diferencian por el graclo de evolucion mental en que fueron ejecutadas. Conite encontrh la filosofia ocupada por la metafisica; 61 la hizo positiva. Descartes encontr6 la filosofia ocupada por las eiitidades escolhsticas ; 51 la hizo puramente racional, dtinclo por lei a1 muiido esterior el mecanismo, i nl miundo interior la razoii subjetiva. Esta palabra de razon subjetiva que, empleada como lo est& aqui, tieiie L ~ suficieiite L claridsd, sujiere 'inmediatamente, por correspondencis i por comparacion, la de razoii positivn que es neccssrio esplicar. La razon subjetiva, ademas de la condicion coniun de observar la lei de la consecueiicia entre las premisas i las consecuencins, no est& aujeta en la formacion de sus principios mas que n no poner en ellos nada que sea contradictorio. Otrn es laobligacion impuesta a la ra(1) Iiividiosi ueri.
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zon positiva; es necesario no solo que sus principioa no sean contmdictorios, sino que Sean ademas la espresion de uii hecho jenernl. Cuanclo Uescartes hubo trnsmiticlo a sus siicesores el depGsito de la filosofia, el tenia, t a l coin0 lo habin fuiidado, fL& interimtar el inmiclo esterior por el mecniiismo, i el niuiido interior por Ins ideas, 0,112ra servirnie de SLIS propins espresiones, por lo que se presentme tan claiznmzte nl espiritic que n o hzchicse motivo p w a p o n e d o eiz tlucln. Estc tema continu6 s i e d o e l de toda la filosofin snbsigniciite. Por las ciencias especiales era por donde debia sei' atncatlu primcramente; i Newton le did tin golpe irreparnble srnstituyeiido a la liipdtcsis mccrSiiicn de 10s torbelliiios el hccho real de u i i n propiedad de la niateria, la gravitncioii. Desde ent6nces la docti-ima mecdnicafud de caiiln en csida. I,% que coiifiaba a 12s ideas 1a foriiincion de lox priricipios jeiierales dur6 por mas largo tiempo; i 10s inas graiides filbsofos del siglo XVII i dcl siglo SVIII, Spinoza, Leibiiitz, Locke i Rant, no conocieron otm. No cay6 sin0 delaiite de Augusto Conite. Resuniieiido por ima parte l : de~ teriiiinaciones parciales de lss cieiicins en l ; inma~ iiencia de las propiedsdes de la materia, i sustituyendo 101- otrzl a 13s iclens que no van iiias all& del car&cter Mjico, Imlwsjeizercnles que tieneii el cnrhter real, llevG a cabo una grm renorncion mental, i concluyb B o que nescartes !nabin cornenzndo.
Bien mirado, f d una ruds derrotn para la nictafisics el perder todo el doniinio de las entitlades. Los escolzisticos n o sc engafinron n este respecto, i vieroii en Descnrtcs un enernigo que persegnir. 1)escnrtes no se engafid tampoco; prLtdeiite coino era, i lmdicndo obcdecer n Ins siijestioncs de la pi-udencin (porque, coni0 el misiiio lo dice, no sc scntia, gracins a Dios, en iiiia condicioii que lo obligasc n lincer un oficio de la ciencia para cl alivio de SII fortunn), sc retirci n nn riiicoii de la Holnncia. pais que tenia entcinccs, rims qnc todos 10s clemas, 1.1 privilejio de uiia tolerancis relntiva, i alii terrninci sin obstAculo su destino filos6fico. E o se ntrevib a filosofar en Paris; i,cnando Iiubo ea;halado el irltiiiio suspii-0, cstn cindad, que 61 no linbia juzgatlo nn lugnr seguro paix la indepcndencia de s u pciis:iniien~o,n o reclsmci si1 : huesos, i dqjci sin un recuerdo i sin uii 1iionuiiiciiLo el d e s p j o de uno de 10s inns grnndes jenios qiic hay" producido la hnnianiclacl. Los tiernpos habian cniiibindo, i Comte pudo filosofar cii Paris. Pero vivi6 pobre, desconociclo, despreciado i finalniente amenamdo en sus inedios de exis tencin. Se envolvici en una conipletn indiferencia por el porveiiir, indiferencia que su irresistible vocacion le liscin m h o s dificil que a cnalquiera oti-0, i coiicluy6 heroicnmente lo que heroicnmente habin conienzado. Run en Holandn, Descartes no se atrevici a pu-
blicar un libro en que admitin, siguieiido n Galileo, el inovimieiito de In tierra: ct Serin menester, dice, que liablase de vnrias cuestiones que estan en controversia eiitre 10s doctos, con 10s cunles no deseo ernhrollarine; creo que serB me!jor qiie me abstenp.. . .. pero coino he trntnclo de esplicar las priiicipales en uii tratado que ciertas coiisiderncioiies me impiden publicar.. ... .)) Habla del ct Tratado del inuiiclo)), que no nparecici sino diez i siete nfios despues de su niuerte. En este tratnclo adniitia el inoviniiento de la tierm, i Galileo ncnbabn de ser concleiiado en Roms poi. estn opinion: tales son Ins c i e r f m coizsidenxiones de que Descnrtes quiere hablnr. Ya C o p h i c o , que, demostrando en SLI obrn ctsobi*e las nevolucioiies)) el movimiento de In tierra, establecih, iiiclepenclieiiternente de In grnvitncioii reservada a Newton, el verdaclero sisterns del munclo habin gnardndo en su poder el libro pcligroso, i estaba en su leclio de muerte cnanclo se lo llevaroii impreso. Galileo, mchios circunspecto, volvici a tomar el teina de Cophiico, i, fortifichnclolo con todo lo que le suininistraroii 10s instrumentos i su j h i o . hizo iiivencible la deinostracion e inevitable su propia condenacion. Ordinarianientc 10s descubriinientos en Ins ciencias pnrciales pasnbnn sin eacitar la animadversion cle 10s poderes ; pero &e, refiriQndose a la concepcion niisma del mundo, nlarnici a In Iglesin. Si la tierra con su humanidad, dejabn de ser el
- 17 ceiitro del Uiiiwrso, i si no esistia cncirnn dc nuestrim cabczas i dcbajo de nuestros pi& mas quc un ebpacio siii liniites snrcado por globos sin nitniero den dbnde colocar el cielo, rnorada de 10s biennventurados, i el abismo, morada cle 10s condenados? Era iiccesario relinccr la teoloj in en estos piintos esenciales. Fu6 iiins seiicillo coiidenar a1 liolnbrc i su proposicion. h 1s vcrilnd, In Inquisicion tieiie mas sangrientos uimenes ; lieyo cstn vergiienzn de haher nrrancado a u n anciano, en plena siglo diez i &bte, por la nineiiaza de nn suplicio presente, una retractncioii que fu6 iucnester retractnr, le quedn intlelcl~leinentc. Gracins :t la tolerilncia, seiiic:j:uitcs atentndos no +on yn posiblcs. La toleraiicia iinn de Ins inns ])ellas virtude5 que la civilizacioii crccieiite linya producido ; i inor:xlinentc, ponc :~ la ed:d modernn muclio nins nrriba de las edacles antiguas. Los que pidieran pensnr que el acreccntariiieiito de luces no i l a prodncido mi acrccentaiiiiento p:iidclo dc mornliclad, no t i e n ~ i imas quc considerar la ioler:iiicia, i c r iuntos sufrimi &os, criinencs. \-crclugos i victimas ('vita ella n las socieclncles actiialcs. Sc 11%diclio que l x antigiiedacl n o ha sich pcrwgtiitlorn; cs iiii crror. 1 s ; verclac! q[ic cl pngnnismo, coii <iis clioses indlti1 ) l a , sin cl(~g~ii:is precisos, encontrnlxi m h o s camas clc conflictos clue las que dcspucs +e lian encontrado. l'cro six nntnrnlcza no ern m h o \ fi'ro~;110 lini mar (iue leer cii 104 libros de 10s >lac:il)cos 10s atroces
F I LOBOTI.4.
- 18 snplicios que iiiflijieron a1 pueblo judio 11;m obligarlo a abandonar su culto. En noiiibre clel politeismo, Atdnas enveneiici a Scicrates; en iiombre clcl monoteismo, Jerusalen crucified a Jesus. Desp-ries, cuando coniieiiz6 a crecer el nliiiiero de 10s cristimos, se vd durante inas de dos siglos a la iiitolcrniicin pagans ejercitnrse contra l : ~ constancia cristinna por medio de 13s torturas i la mnerte. La intolerailcia se hace no inas :Lguda, sin0 inas sistcmhticn, eunado el monoteisnio se levaiita sobre Ins ruiizns dcl p a p nismo. 131 cristianiomo i el iiiusulman imio, encarni, wio en zados el uno coilti-a el otro, iio se c n i ~ s m el el oriente de estcrniiiinr a 10s acloradores cicl fuego, el otro cii el occidente cle conibatir por cl Irerro i por la liognera las hercjias siernpre renncicntes. 1 csto duraria aim si un tercer partido que sc l h i a In toleraiicin, haci4ndose suficientementc fuerte, no hubiese separndo los rerdugos i Ins victimas e imyuesto Is paz. Cointe 11% cliclio varins veces que i n pcrseccucion filosdficn no podia 9 a iii mntnr ni n1n-isionar, pero que podia ami hacer morir dc hmibre. Este jdnero de perseciicion; lo esperirneuitc; 61 e a toda su angustin. 41abia obtenido lionrosameiite p~iestos modestos i hboriosos, i cnmplia honrosamente sus fhcioiies. Pero, cnaiido su filosofh se hubo iiia. nifestndo lo suficieiite para clesagmdar, entrnroii en conflict0 coil 4.1, i le disputaron lo que forrnaba su
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flnica eiitrad:t. Lucliti, se defendih, espcrb, sc aflijit ; per0 su snerte ilepcndia de voluntndes mni decidi cias n perderlo; i si escapG :I la mocjosn posicion en qiie lo zlrrqjzi,,bnn,lo clcbi6 n circunstancins pnrticuhires. M e &jo llevnr n mi asunto. X o quiero solamelite que se admirc a Comtc; qniero tniiibieii que sc IC, com])adezca; lmrqiie CH jiisticin p g n r cste tribnto a aquellos que, snfricndo poi*la rerdad i por una justa rocacion, I u i z Jieclio lQ(>ros,como ha diclio el gran poetn, los tr~-;Zt0jos de mcatra vi& naovtal (I). Entro, p e s , cn plena edacl media; otros dirinii en 18s tiiiicblas de cstadpoca b8rbarn; pero Conite me 113elisellado dogin:iticnmente, i me he convencido empiricanientc de que esta dpocn no fud ni bhbnra ni tenebrosa. Se llnma bhrbnros, por ejeniplo, a 10s Jermanos Antes de la invasion que Iiicieron en el iinperio roniano: no tenian nlfabeto; cmtos gucrreros compmian tods si1 literntura; el politeisnio ern si1 relijion; sin ciudndcs, sin cicncin; m a moral rudimentaria, sobrc todo gnerrera; 1111gobieriio ap6iias bosquqjado. No har6 a la etlnd-media la injuria de comparmIn a este cuadro; liija de la lntinidnd, coiiserv6 sus tradiciones ; f d cristiarin i cnballercsca, consagid la, division de 10s dos poderes temporal i espiritual, civilizG la Pnglaterra i la Jcriiinnin, prepar6 la emnn(1) ..... Those who made
OUT
- 20 cipacion de ias clases laboriosas, se spasion6 por la 1% filofiofia i por Ins ciencias, cred, s fin cle responder a1 sentimiento de la espiritualidad nuem, la arquitectura tan impropinmente Ilnmnda gcitica, e introdujo en el mundo esos cscelentes instrmncntos de belleza i de 1uz que se llanian I n s l e n p a s espnrtoln, frmccsa e italinnn. Es a1 nspecto de todos cstos cnracteres qne se comprende de que nioclo la rim i po(lerosa civilizacion de l s era nioclcmn lia l~oclicio nacer de esa eclacl-media. Entro, p e s , en plena edad-ine3ia ; i encnentro en ella a un fi16sofo victima de su filosofin, Rqjerio Bncon. Notable ya por su ardor cn el estniiio ipor siis triiunfos en la escuela, tuvo In desgraciadn idcn de hscerse monje. Hecho ltcrinano mcnor, 14,jo!: de scr alentado a escribir algo, recibici la prohibicion. bnjo las mas severas penas, de comrinicai*n nadie coinposicion nlgi~iia que fiiern prodnccion s u p : ((Si 3-0 hubiese poclidc hacerlo librcnieiite, dice n l papa, Iiabria escrito niucho, tanto para mi herinano, que estudinha entbnces, como para inis mas cjiieridos nmigos. Iksespersndo de poder comunicar rnis obras, he descuiclado componei-las. Cn:tndo he dicho n Yncstra, Gloria que estnbn pronta, clueria hnl.)lar de obrns por Placer, i no de escritos y a liechos.)i Su filosofia, sus atreviinientos contra Ai-istdtelcs, quiero decir el hlso Aristbtelcs que hnbia invadiclo a la escolAstics, sus trabajos cientificos, todo llcgci a
ser peligroso para Rojerio Bacon en niedio de 10s fraiiciscaiios del siglo trece; i una larga prision lo cnstigd por haber qucrido adquirir luces, i espnrcirlas, ciiando estaba bajo la antoridad de herinnnos i superiores poco dispuestos a tolerar tales impetus. La leyenda se ha apoderado de este hombre sabio i inaltratado a causa de su ciencia, i le ha ntribuido inararillas de un saber sobrehumano; pero la verdaders i hermosn leyenda serin aquella-que, simbolicnmente, nos hubiera representado las angustias de tin poderoso espiritn para qnien las horns 1maii ociosas en las tiiiieblas de una prision. I en verdad, cnanclo se ve a Rojerio I3acon castigado por sus cofrades, que no quieren que se ataque la ciencia escolAstica ni que se critique la enseiianza, i no estA uno tentado de parnngonar coil 61 a A4ugusto Comte, que tnriibieii critic6 la eiiseiimza, i n quien nmenazaron en sus inedios de esistencia 10s jedmetras sus cofrades, no gustando de una filosofia que 10s rejenta, que les quits uiia preponderimcia inciital, lejitima a1 principio, ilejitirna nl tin, i que somete toda cieiicia a1 sever0 r&j inif 11 de la ,jenernlidad ? Por esto vuelvo a mi declaracion, i, si es necesnrio dar gracias a Augusto Cointe por su obra, es neceaario compadecerlo poi' sus sufrimientos que fueroii largos i agndos. 1 1 de sus cclfemoriss)), el senor En el tonio 1 Guizot, hablando de Cornte, deck: ((He teniclo
:~giinasrelacioiies (1) coil 1111hoin5rc clue ha 11ccIi0, n o (Iir6 nlgiin riiido, 2)orque iiadn ha sido mdnos ruidoso, siiio allgim efecto, ann fuera clc Francia, entre 10s espiritus irieditativos, i cnyns ideas Iinn llcgad0 a ser el credo de una pequeiia sects 6loscifica.i) Mui pocos ni~os han sido meiicstcr pnrn quitar SII verclnd a estns palabras, en las que no quedn mas que un desdeii prematnro. Si poco ruido se ha hecho a1 redeclor de Comte vivo, el ruiclo comienza a hacerse al recledor de Coiiite inuerto. SIX obrn ha cjuedado de pi6 sobre el horde de su tumbx: el efecto que ella produjo sobre 10s espiritus 71iecZitciticoq110 ha siclo iii fugaz iii estdril; un p r o greso lateiitc se lia verificaclo; i lid aqiii que de muclios lndos se nniiiia estn tloctriiin clue no ha coutejado la popLilariciac1, que se ha cpiifindo en sus nnnlqjias fiiiidnmeiitales coil el espiritit de la ciencia i de la socieilad moderiia, i qiie preseiitn cstn sefial digiia de ateiicion, de pasnr no (le un gmii ruido he-~
(1) En m i libro sobre Bugiisto Comtc i ]:I lpilosofin positiva, p. 318, 2. 2 edicion, 1i:thi:i yo seiia1:do nn error irirolnntario cornetido {lor el sefior Giiizot, con iiintivo de SIIS relaciones con Cornte. I C 1 scllor Guizot :tcah;l de rwtificar este error cn el tonio V I de sus Menioi.ias, c l ~ .XXXVIII, en tBririirios qne no piedo :igredecer dcm:isinclo en ciunto a la form:). En cunnto a1 fondo, hnbria t1ese:itio qne el Iiistoriitdor no dcscoiiociase In lei del c:iiiibio i del desexivolvimicnto de lay sociedndes, lei de la ciial sori minifestaciones el desqiticiamiento de Ins creenciax reli.jiosns i 1:1. fi10xofi:i ~ ~ ( ~ s i t i i v qiie a , el hombre de estailo no descunociese, pnr EII parte, la o p o ~ t n t ~ i d s d de Ins tentativas filosSficas de organizncion en un inedio pertiii-bado i 10s sacriticios qiic ellas iinpo~ien.
clio nl iiacer a m a clecsdencia temprma, sin0 de nn clkbil coniienzo a uii creciiniento espontheo, r e p lnr, gmdnnl. I sin embargo, su doctrim no es de aquellns que pue(1an deql izarsc c6niodnimntc en lo vsgo de ciertns tcntlencins contempor&iieas, clejarse llevar de las onclnlaciones de la 01s relijiosa, inclinarse sobre 10s abismoa del pnnteismo, eiitrar complaeienteniente eiilas vias que la xnetafisica vuelve a toinnr sin cesar con alia constnricia cada vez m h o s meritoria, o estm-c-iarn In cieiicin en ComIsroniisos en que ella iio dd ni reciba nnda. NG, ella est& seriamente resiielta n poner a1 hombre en su lugrnr eii el riiundo intelectud i nioral, coin0 lo ha colocado In astronomia en el inunc!o material. Entre 10s instintos nue170s credos por In. ciencia i por la industria, i 10s hlhitos antignos creaclos por 1s teolqjia i por la metafisica, se maeve la filosofia positiva apoyrindose sobre 10s irnos para scpnrnr a 10s otros. Lns transacciones no son de sir uso; no puede atribuir iina apariencin de realidad a lo que para elln estA clesnucio de redidad ; predica a 10s hombres la resigiiacion delniite de lo que es ininmtable, el saber para discernir lo qac puedc cainbiarse, i 1 s fuerza moral para hacer servir lns propiedndes de lss cosss en niejorar sti coiiclicioii riiaterial, i en inejorarse ellos niisinos ; i cueiita con que, pididndoles resignacion, saber i fuerzn nioml, triunfu5 por el solo ascendiente
de una civilizacion de Is que es la mas nltn espresion. lor esto la poldinica contemporhea no la tlej;r desay 4bida. Yc le liace su lugar; i poi. csto solo, el el niizl de la discusion cambia; la iiietafihw se apsrta del camino trillado en cuanto que recoiiocc la iiecesidad (le dar a Ins ciencias positivns i m n roz consnltativa en las cuestiones que qjita. Escuch; mosln en efecto (1): El hecho que ha servido (le puiito de partida a1 sistenia de Darwin es un hecho tan prosaic0 i tan vulgzr, que 1111 iiietafisico no se habria d i p a d o ecliarle una mirads. Es necesario. sin embargo, que la metafisics se hnbitlie a mirar, no solo mas a r d m de nuestras cabezas, sin0 tambieii a nuestros costados i s iiuestros pi&. . .. No desdefiemos entrar con Darwin en 10s cFtablos tic 10s criaderos, buscar con 61 10s aecretos de la i n dustria caballmm, liovina, porquinn, i ctescnbrir si es posible, en estas produccioiies del x t e humano, 10s artiiicios cle la iiaturaleza. Sin dncla, c ~ a n d o ha, ce varios aios, una esposicioii universal rennin en Paris Ins mas bellas muestras de estas diversas inclastrias, cnando, cada aiio aun, se ve dihccriiir premios a 10s mas bellos productos de la crianza, 2quidii 1111biera creido, qnien podria creer que la teodicea estuviera interessds en estas esposiciones i concursos ? I
. ..
(1) El seiior P&!o .Janet. Revista de Ambos Jliindos, Diciembre 1.i Ago& 15 de 1863.
sin eiiibargo, 10s lieclios dc la naturalem se ligan 10s unos a 10s otros poi- un lazo t,aLn sittil i tan continuo, i 10s accideiites mas insignificmtes en npnriencia estAn de tal modo gobernltdos por razones jeiierales i permanentes, que iiadn puedc ser indiferente a las meditaciones del pensador, sobrc todo hechos que tocan tan de cercn a1 inisterio de la vida. La metafisica, sin prestar ateiicion a la inconqmtibilidad entre el in4todo n posteriori, que es el (le 13s cieiicias, i el in4todo a p ~ i o ~que i , es el suyo, sc preguntn de dhnde pro\-iene la aversion no disiiiiulada de 10s sabios 1101. las camas finales, i por todn cosa parecida, i en qu6 es contraria a1 espiritu cientifico la hipdtesis de un plan i de un designio en la iiaturaleza . La ciencitt positivn, yn.: ae ailliierc n lo que ltt sir\-e i que deja caer lo que le es inlitil, no ha tenido siempre aversion por las causas finales, ni j u z p d o contraria a su espiritu la liip6tcsis de un plan i de i z i i designio en la natiiraleza. Rubo un tiempo cn que, como la metafisica, ella hizo intervenir estm causas i esta hip6tesis en SUE investigaciones; per,). entrc una causa priniern cuya naturalem no.tiene ningun medio de detenninar, i un fin que ella no tiene ningun medio de penetrar, percibi6 que CRtu doctrina no le servia de nada; i la fuerza de la!: C O S ~ S nrroj6 a la ciencin en la fecunda doctriqa de lss condiciones de existencia, fecundn porque es reP I L o S o IIA.
lntijx i csl)ei'il>i211tal. En lo; trbi'xzjos cspecinles, todos, creyentcs o 1x5, renuncian n la primem doctrina, se conforinan con la seganda. En buena ldjicn, la cloctrinn de 1:is cnusas finales habria debido ser n n resultado, no iin principio; pero a1 revds, se establecici coino i i n principio, cuando In constitucion del inundo era lo nifiiios conocicla posible; i shorn que esta constitncioii cs nincho mejor conocida, pide con inqiiietud a la ciencia que la consagre conio resnltndo. Evidenteiiiente, estn coiicepcion es subjetiva, 6, lo que es lo inisnio, metafisicn: i por tanto, pi*ec:-tria hnstlz SLI vcrificncion. En este caso, la verificacioii coiisiste cn rcconocer si la finalitlad se estieiide a1 concjunto cle 10s feiidineiios, o si deja escapnr algunas de sus categorias. En cl prinier c a ~ ola , IiipGtesis, 1 1 1 9 sirvo de la palabra que iiie es suininistradn, cs hnenn. i se conviertc en un lieclio jeiieral; en el begundo caso, la contradiction entre Ins diferentes cat lgorins de fendmenos se hace insoluble, 1:t liipbtesis iiiverificnble, i la prosecucion cst6ril. Uno de 10s cjeinplos que se toina de preferencia en faror de la finalidad es el del ojo; es escelente; el ojo es 1111 instrumento, i mi 6ptico en s u taller, dispondrin tlc w e m o h 10s diversoa medios, la curwtnra del cristaliiio, la abcrtura de la pupiln, para que una im'ijen clarn viiiiese a proyectnrse sobre la retina. or consignidntc, es iiatnrnl concluir "que unn
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causa iiitclijeiite ha teiiido dclmte de si el cfecto particular clue cada una cle Ins partes dcbin producir, i el efccto coinuii que todas juntas debian prodncir, en otros tbrniinos, que esta causa ha tenido uii plan i se ha proptiesto un fin que ha alcanzado. Sea: 116 q u i la hipcitesis verificada para este cas0 i para todos 10s casos anblogos; pero no se trata cle liacer m a eleccion, e iiiiporta esamiiiar coin0 se conduce la doctrim respecto de otras coiidicioncs. De estns otras coiidiciones, h G aqui una ciitre mil: este lxrrro que os lamela maiio tiene la saliva inofensiv:i; pero por un procedimiento quimico-vital que hasta el prescnte escecle a la sutileza del nrte huimiio, va a formarse en esta saliva 1111 principio delet6i*eo,que d a d innerte a1 aiiiiiial i a aqucllos en quiencs sus mordednms lo inoculen. Esto no es todo; este iiuevo estado, en que cr piiesto, iiispira nl animal un funesto deseo cle morder, de modo que la causa que ha combiiiado el virus ha dispuesto toJo a1 inisino tieinpo para que no se pediese iiiofeiisivo. 2 Qub decir de est a singular causa filial? i 2c6iiio coiicordar la fiiiali11ad que parecc rejir este cnso con la fiiialidnd que parecc re,jir el cas0 del ojo ? Otro ejemplo. La causa, cualquiern que sen, de donclc provienen 10s seres organizados, ha creado, a1 lndo de las especies ~ L I Cvivcn por si inisnias, especies parbsitas que ha arrojado por trilius innumerables en el seiio de todoslos anirnales. Ella aloja cstos
entozoarios en 10s insectos, en 103 peces, en Ins aves? en 10s ninmiferos, cii el hombre, en el ojo, en la sarigre, en 10s intestinos, en cl higpdo, en el cerebro, en 10s mlisculos; sus j h i e n e s estAn en todns partes; se deslizan en 10s 6i;a,nos, i por poco que el suelo les sea propicio, se aferraii alii i prosperan a espensas del organismo que condeiiaii a1 sufrimieiito i a la destruccion. Slgunos de estos entozoarios ofreceii 12s inas singdares complicaciones de trasforinacion ; 10s veis fuem del aniinal sin reconocerlos; pasaii por dos o tres jeneraciones para verificar su evolucion, i rcpresentail ciertamente un admirable artificio para desolar Ins pobres victimas : I las cuales est:in visiblemente destinados. A 10s argumentos de finalidad, que no han sido renovados, no tengo la pretension de oponer un:i argumentscion que sea nuem; i, en el liltimo siglo, un personaje de un ro1ii:mce de Yoltairc preguntnbn lo que significaba liaccr nr:~iias para despanzurrar moscas. Pero lo que hai de nuevo en esto, es que eutbnces una argumeiitacion semejante tomaba s ( I fuente en una metafisicn pui-amente negativa i disolvente, i que hoi dia clla la toma en una filosofia qiw. hija de las cieiicias positivas, orgtniza el saber jeneral como ellas han organizaclo el saber especial. Trasportado a1 6rden de la final idad, nccesari:lmente el espii-itu sc turba i vacila. El problema, qnc) ni siqniera se sabe si est& bien planteado, puesto
ciiie no estA planteatlo iiias q t w subjetivamente, est& Ihera de su alcance. La cieiicia, cine no se ha heclio positiva sin0 desde que cspcrimenta i verifics, no ipiere ya una finalidad quc ni se verifica ni se esperiliienta. KO se obstiiia, en ~ n n o delantc de salitlas que le estan cerrad:is, i sc dirije con mayor fiierzn I~hcia las salidas que le estan abiertas. E n otro tiempo recibih de la inetafisica la doctrina de Ins cnusas finales; lioi dia sc la tkja coino uii instruinento sin virtncl. Estn tloctrinn que no time ningun ~ibo nominal en manos dc la nictafisica, es una plabra que no pucde 1lcfi;ir a sei- una com, es una idea subjetivs que no pncde llcgar a sei* ohjetiva. Xi4iitras que la ciciicia i)ositint, asi nlivinda, marcha i se apotlern del espiritu liiiiimio, este mismo espiritu se separa de In inetaf'isica, ctetenicln cteriinmeiite tlclante de cuestiones siii rcspii R. Todo se jmga 1)or 10s hechos i por 10s fi'iltos. El fisico, sabi:iinente con\ ciiciclo ea adclante de que le est& cerrado lo intiriio de 1:s cosaq, no se deja ([isti-aer por el que le pregiinta 1>orqi& lo.; cuerpos ;Son cnlieiites o pesados; lo 11uscari:i en vnno, i no lo 1)usca sa. Asi mismo, cii cl clominio hiolbjico, no lr ai lugar n preguntar p r q u 6 la hustaiicia. 1-iviente sc constituye en forinas en qiic los apwatos estaii, con inas o i d n o s esactitnd, ajustsdos a1 fin, a la Funcion. Ajustsrse asi es iiiin dz Ins propiccladcr iniiianentes de estn sustnncia: conlo nlimciatarse, con-
- 30 traerse, sentir, pciisar. Este iiioito de ver, estexlido a 12s perturbncioncs, las &rnm siii tlificdtad; i el espiritu qiie cesa de mniiteiierm dispnesto a buscar la iniposible coiicilincioii de las fatnlidades coli las fiiiali;Eades, no encnentra ya nadn qiie sea inintelijible, cs decir contmdictorio, en lo qiie le ha tocndo del ~iiunC?o. i LOqiie le ha tocado del I I I L I ~ O ! La tierra que aliinciitm a1 liombi-e i recibc siis hucsos; el sol qiie esprtrce l a z i calor en el espncio planetario; inas dl;i de este espncio, el uniyerso, tali vasto i tan remoto yiielos soles no nos parccen ya siiio estrellas con que se ornaiiientan nuestrns noclies ; la dbbil pero penstldor:s Iimxmirlnc? m.ro,j ntln en esta ininensiclad! en ven!nrl, In gmndcza, In Iiellezn, la contemplacion, estnii ahi como no lo liaii ep:tndo ,jam& Ciiaiido el homk~re sc empeiici en la in\-estigncion laboriosa de la realiclxl de 13s COSRS, !e f d pi-onietido por uii secreta iiistinto que In realidad, la verdad no dcjai*iaa su irn2jinncion sin iiiaravillo, ni a su coimoii sill calor. La, prcmesa se ha ciiiiiplido: el inuiido se ha abierto con m a graiideza yne es una soberam beIleza; i el cuidndo de In hurnnnidail ha venido n enceiidcr cn su corazoii la llama preciosa de 10s sentiinientos impersonales. Es una opinion jeneralmmte acreditacla entre 10s inetafisicos i aun entre algnnoe de 10s que cultivan las ciencias especinles, que, combntienclo a1 materia-
- 31 lisrno, se c o i n h t c al rnisnio tieinpo 5 la fitosoii'a p s i tiva. El error es giwitle i mcrece ser rcfntxlo. Xiiiguno dc 10s Colper daclos a1 iiiaterinlismo alcmza a esta filosofia; i adrierto a sus :dvtm:wios (le 110 cnev c n esta eqiilc'ociiciuu, yrtc liace si1 1~0161iiic:~ ilnsoria. Se ob,jets a1 ninterialismo que n o pucd:s ciccir que es en si 1:~ materia. 2 Q u d iinlmta esto n In filosofia l)ositiva, yuc 1 1 0 w i n i t a In ilia ria siiio coiiio I:is cieiicins I n toman, i que usa de estas nocioiicv coino iisnii de ellas 1:ts cieneias iiiisnins? Se rcprcclia :d mltterialismc, que 110 puedtz esplicar iii de que iiiodo 10s cambios del pensarnknto son pi~oporciondcsi t 10s caiiibios del cerebro, iii coiiio, en (.I torbcllino vitnl o canibio perpetuo de la ninteriia que se opera ent-1. el cuerpo viviente i el iiiuiido esterior, cl ccrebro iLue particip de este canibio, gunrda sin embargo el ,entimiento coiistaiite de la ideiitidnd. 2 Qud le iniport a n la fi'losofiu pc~itiva, que, partiendo del heelio iiiiiepblc que no se coiioce ~xnsniiiieiito six ccrcln'o, rechnza conio vaiias toilas Ins liipdtesis, sen iiiaterialistas, sea espeihnlistas, sobre las coiirlicioiies que 1i:iceii que a la austnnci:L iierviosn estcii ligndns la sensibilidad i la intelijeiicia ? La nietafisica estrecha en imposibilidndes mui pronto visibles d1 innterialismo que ensnyn esplicnr por las condicioiies de 1 ; materia ~ In produccioii primera de 10s sere5 vioicntes. 2Qud iinportn isto a la filosofia positiva, que profesn que no se puede alcnnznr iiinguiia prodnc6
cion yrimera, i que no se crctcria inns sblic1:L aim clianrlo se demostrase que son i d e s Ins jeneraciones esponthneas ? La hetereojcnin, hiolAjicamcnte, es 1111 problema inni importante ; 1m-o:filosGficnrneiitt, 1 1 0 cambia la posicion del espiritu liui-nnno e n l w e sencia del orijeii i del fin cle la? cosas. Si es fiilsa, no por eso el mnterialismo neg:rar:i, m h o s el esperitunlisnio; i si es verdadera, el wperitnnlismo no ncgaI ; inenos i el ninterin1isino:porcliie la posibilidid o iinposibilidad de hacer, sin p l i ~ iii s j4rinenes7 sere:b vqjetales o animnles del iiifiiiio &den, deja siciiiprc Ias vias nbiertns a I n interveiicioii de flicrzas (leeoiiocidas cle la niateria s e g u el insterixlisnw, o n. la iiiterreiicion del espiritn seguii el esperitualisino. S i esperitudistn ni mnteriali~tn,la filosoi'in pwitiva apart8 cle 1%cienciajencrnl 10s c1cl)ates que la cieiicia 1):irticnlar clesde largo tieinpo i coil p a n pmv;"cho I i n desechnclo. La iiictnfisica, cnnndo sc h k i i t e dcmasiaclo q r e iiiiada por el mnterialismo, le 11:tl~la de mte ni0*,10, reprochkndole confoiidir la ~tiiitcri:t i el espfritu: ct;,En qud nos fLinclamos pr:t oL1ig-m a la iinti[~.aleza ;L no ser otra cosa que la etcrua repeticion cle si iuisins, i, como clice Diderot, 1111 iiiihiiio fen6meiio iritlefinidsinente cliversificndo? jllllsioi1 i orgullo! Los cosas tieneii mayores profiiiicliclndes clue las clue tiene nuestro espiritu. Sin diida, 1:t materia i el espiritu deben tener una razoii coiiiiin en el pciisauiicn-
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- 34 ciales una positividadjeiieral que es en adelante una filosofia capaz de tener la direccioii del espiritu nuevo . En lo que el lector acaba de rccorrer, la ciencia positiva 110 ha sido llamacia coin0 un nuxiliar; queda sospechosa i temida; solainelite la importaiicia que se ha conquistaclo oblign a no descnidarla conipletainente. Pero hni inetnfisicos que, lkjos de tra tarla coni0 sospechosn, tratnn de apoyar en ella sus sistemas (1). h q ~ se i trata de uns,cor;mogonia. Se adinite que en el prineipio no esiste inns que el dtorno que flota aislado en el espacio i que no posee, en SLI aislsniiento, mas qiic 13s propiedlades mecbnicas de la materia. Sc admite, en segnida, que estos dtonios se juiitaii i formnn In moldcula en qnc intervienen las propiedsdcs quirnicas ; se adinite en fin qne Ins moldculas vicmn a condensarae en soles. Una vez concebida asi I n fornineion de los astros, iino fie eiicnentra en un clomiiiio nias cmcano a la esperiencia, i con 1% ayuda de In hipGtesis de Laplace, uno se figura 10s aiiilloa de rnntcria solar que se destacsii de la nmsa total i cocriituyen 10s plnnetas. nestncada asi la tierrn a n n tumo, la jeolojia sujiere 10s antignos periodos de In vejetnlidad i de la ani-
- 35 iiialidad que comienzaii; i, finalmente, la historia divide a la humanidad en dpoca incoiiciente que se estiende desde el orijen hasta 10s tiempos hist6ricos7 i en 4poca conciente que despunta en Ejipto i que comprende ccrca de cinco mil arios. Antes de seguir, no es iiilitil intercalar q u i una observacion. Las ideas que acaban de ser enunciadas presentan la moldcula quiinica coino posterior a1 Atoiiio mechiico, i la niecAnica o fisica como anterior a la quimica, del niisino modo que la vida es posterior a1 uno i a la otra. Los que estAn familiarizados con 10s libros de Augusto Comte saben que, precisamente, 61 ha dispuesto en este 6rden la fisica, la quimica i la biolojia, fhdiindose en que estas cieiicias se ocupan de fenhmenos mas i mas coinplicados. P o mismo, tratando de defender la clasificacion de Augusto Comte contra allgunas objeciones, i ensayando distingnir la constitucioii de las ciencias de su evolution, he hecho ver que en efecto la naturaleza nos orece tres grndos de:complejidad : el grado fisico en que la sastnncia, presentando una sola inateria elemental, no tiene mas que propiedades de gravitacion, de calor, de electricidad, etc. ; el grado quimico en que dos nioldculas elementales se coinbinan para forniar nn compuesto; en fin, el grado vital en que la cornbinacion molecular se lime teriiaria i cuaternaris. He dicho mas de ana vez que, de la filosofia positiva, flotan en el aire frsgmentos que
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q u i uno de 10s frngmentos qne seiialo. Sin embargo, entre In forma positivn qiie nenloo de recordar i I n forma metafisicn que se le h n clado, lini toda la clistsncin ~ L I Cscl)ara iin resiiltnd~ cie 1% observacioii de uiin liip6tesis iiivcrificable. Jhientras que el grndo de cotl1plcjidnd conrtntnclo en 1:1iint:~rnlezn esplica como las cieiicias se linn coiinti tnitlo In una clespues cle 1 : ~otrn, i porque es precise, en iuiin cducacioii encidopddicn, ens.eii:irlas en conibrmiclad :;1 iinn Grcleii seinejnnte, In iiiiajin:icion qiie se ha nrrqjsclo en la hipiitesi.; inveritlcable 110 trne dc :ihi inns cine lo qiie alii 113 piiesto. S o d ) e i r i o r l nacln de 1111 periodo molecular o quiinico que ling-a precedido n 10s soles: nndn de uii lm-iodo :~titr::ic.<) que linya precedido n l perioclo iiio1ecul:ir. ITA 1iil"liteiis cosmogdnica de 1,nplace q d n abiert:i c ~ o 1 i l o{ ~ I P sntisfxe a tllgiinas tie las condicioiies astrontiniisn~,lir1 probleinn. S i n cluda el estndio l)i-olong:~rlode 10s coirtetns, de 10s nsteroides, i cle 10s ncreolitos permiti& esteiiiler iinestros conociinicntos s o l m I6 constitncion de 10s espncios c i t ~ i ~ i i; co p~ r o es iniposiiblc :mticipnrse, i decir q d conjeturns ul teriores antorimrh. No proliiho a1 espiritu perclerse. con In imlcfinible eniocioii que causa el abismo, en el cspacio i en el tieriipo sin limites; pero esto, es la sntisfdccion iiiclividunl de I n contemplncioii, qne cln vaelo a 10s entusiasmos &el sentiiiiiento i de la poeiin; 1 * se con-
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fuiideii dos doiiiiiiios, cuanclo se introduce en la ciencia lo cine 1s coiitemplacioii persigne en sus lejniios viaj es. 30se puede repctir deiiinsindo el :watema proiiuiiciado por Comte contra lss Iiip6tesis iiiverific:tbles. I,n gmiicleza de la ciencia no esth en el esftierzo iinpoteiite i snljetivo para coiiocei- lo q ~ l c no p e d e conocer; est6 en cse ti*ahjo, bien recompensado liast:t el presente, que interrop otjetivaiiiente a la imturnleza, i que sacs de ells nocioiics relativas sin diida, pero nl d n o s porciones ciertns i ndqniridiu cle uiia nmlad crecieizte, i un eccadciiamiento niet6dico de coiicepcioiies iims i mas COJIIplicndns. Et; vcrdad que tales coiicepcioiies no dsn cnbicln ;L la metafisica, iiiientrns la inctnfisicn es el punto : L cloiidc iiicvitn't)lei?ieiite Ilega totlo lo clue niarchn, :mi1 hajo prete3tos cicntificos, en el caiiiino de las coiisitleraciones de orijeii i fin. La forma que tonia q u i In iiietafisics es el paiiteismo. La tbsis fuiiclairiental' de est2 teolqjin (es la espresion) es qnc Dios e& inmaneiite 110 solo en el conjuiito del uiiiVerso sin0 tainbieii en cada uno de 10s seres que Io componen; pero no xe coiioce igtialiiieiite en todos: se conoce mas en la plsiita que en la roca, mas en el aiiiinal que en la planta, mas eii el hoiiibre que en el aiiiinal, en el hombre intelijeiite que en el hombre apocado, en el hombre de j h i o que en el
- 38 liornbre intelijente, en Sdcrates que cn el hombre de jdnio, en Boudha que en Sdcrates, en el Cristo que en Boulha. Creciendo i desarrollhndose esta conciencia divina con el creciinieiito i dekmollo de 10s seres, es convenieiite que pueda decirse que Dios existir& mas bien que esiste, que est& in j e r i i en via de hacerse; i que a1 fin del desarrollo completo, serj completo si se hace de la palabra Dios el sindnirno de la existencia total. He ahi la pura doctrina del hejdianismo. Pero se afiade que detenidndose ahi una teolojia serin mui incompleta; que Dios es inas que la existencia total; es a1 mismo tiempo lo xbsoluto; es el lugnr de lo ideal, el priiicipio riviente de lo bueno! de lo bello i de lo verdadero; consitlerado de esta manera, teiieinos a Dios plenamente i sin reserva; es eterno e inmutable, sin progreso ni cambio. No soi pnnteista, i por consiguiente no tengo para que examinar coin0 Dios puede ser a la vez pcrsonal e impersonal, en el cainbio i en lo azbsolutoDesechando el principio, no ird a criticar Ias comecuencins. Todo lo que observard en nonibre de la filosofia positiva, es que, de cualquier modo que se lo conciba, con el panteismo, un dios innianente en el mundo es una idea purninente subjetiva; una idea qiie ninguna cieiicia suininistra; uiia idea que no se coiivertiria en realidad sin0 cuando alguiia confirinacion ~1posteriori viniese en su ayuda; una idea que,
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reconocida como inverificable, pierde el iiiteres que escit6 cuando, ea uii estado de razon inknos madura, se pens6 que era verificable. Si alguien se Cree en el derecho de concebir de cierto modo el orijen de las cosss, por una concecuencia inevitable se creerA en el derecho de concebir de cierto modo el fin de las c o s q i de construir por completo lo qoe eii tkrminos de escuela se llama uiia escatolojia. Aqui, en la especie de panteismo de que me ocupo, esta consnniacion filial, esta palinjeiiesis filtiina ser& obra de la ciencia; i se afirma que la resurreccion fiiial se harB por la ciencia, sea del hombre, sea de cualquiera otro ser intelijente; se espera que una ciencia infinita traerd, un poder infinito, i que el ser en poscsion de una tal cieiicia i de un tal poder ser&verdaderaniente scfior del universo, no conocerA ya 10s liinites del cspacio, i franquearh 10s limites de su planets; de modo que un solo poder goberiiarzi realmente a1 mundo, i ese serh la cieiicia, ser&el espiritu. Tal es el porvenir prometido a In huniaiiidad que es el principal instruinento de esta obra sagrada, 6, a alguim de las otras iiitelijencias diseminadas eiz el uiiivei-so, si la humanidad misma se anula para las grandes cosas. A1 inismo tieinpo que se preseiita $1 espiritu universal desprendidndose por el trabsljo de las intelijencias rennidas, se presenta tainbien a mi Dios en quien el hombre cs inmortal, en quieii vivcn todas las alnias que han
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vivido, en qxien se vcriftcnr8 la resurrcccion de to-. das Ins conciencins ; un niundo que nosotros liabrenios contribuido a foimar, en el cual resuci taremos i en el cual la relijioii serB verdadern; una vicla infiiiita, de la c u d nuestra + l a liabrh sido ~11x1 porcion, i en la qiie teiidrenios nuestro lugar sefialado para In eternidad. Lo he dicho ahora niisnio, no soi panteida, i no me aprovechark de 13s dificultades que snscitaria la concilincion de poposiciones que parecen tan diversas; i me liniito a observsr, que, si nada autoriza, en el &den positivo, la coiicepcion panteisticu del inundo, con mayor razoii est&prohibiclo sncnr, poi. via cle dccluccion, coiiseciiencias necesariamente mas frhjilcs nun que su frhjil fuiidaiiiento. De un fil6sofo educado esencinlmente en las letrns i en la erudicion, p s o a uii fil6sofo ediicndo eseiicialrnente en la ciencia positiva (1). Estos dos espiritua, aiinque conjeiidricos, puesto que concurren en m u rnetafisica final: tienen sin embargo difwcncias en su iiianeru de proceder; i el eininente quiniico no deja sin alguii pesai- un terreno cuya solidez eo-. iioce tan bien, i cuyos cnmct6res ha trszado con la ninno mas firme. La ciencia positiva est& ya perfectamente dcfini-
- 41 (la: no persigue ni Ins cansns primeras iii el fin de las cosas ; sino que proccde establecicndo liechos en1az:indolos iiiios a otros poi- relaciones inmedintas. La cadens de estas relaciones, cada dia inns ldjos estendicln por 10s esfuerzos de la intclijencia liuiiinna, es lo qne constituye la cieiicia positivn. Est& reconocido el principio esencial de In cieiicia positiva, n s a h , que ninguiis realidact p e d e scr establecidn por el mzonnmiento. El niiiiido no 130dria ser ndiviiiaclo. Sicnipre qiie razoiic~~"~0s sobrc esistencias, las preiiiisas cleben ser sacndas de la espcriencia i no de nuestra propin coiicepcioii ; ademas 1a conclusion que se saca tlc tales prernisns 110 es sin0 prob:ib!e i jaiiias rerdsdera : n o llegu a scr vcrdadera sin0 c a : i d o si: In ciicuentm, con la ayida tie In observacion dirccta, coiiforrne a I n rea1id:td. Sin diida alg~inn, el Grcieii moral cst& colocnclo en In cntegorin de la cieiicin positiva. Se tratx desclc luego de establecer hechos i de comprobnrlos poi' In observacion, en segaicln de eiicailensrlos :ipo~Bnclose sin cesar sobre estn iiiisnin observacion. Todo mzoiininiento que tienda a clediicirlo? a prioi-i de nlguii nsionin abstracto, es qninidrico; todo razonniiiicnto que tiende a opoiier Ins unas a Ins otras las vcrdndes de hccho, i a destruir algunns de ellas en virtnd del principio lcijico de coiitradiccion, es igualmente qnimdrico. La observacion de 10s fedmenos del muiiclo moral7 revelados sea por la sicolojia, sen poi- la hisFILOSOPIA.
toria i la economia politica, i el estudio de sus relaciones gradualmente jeneralizadas e incnsantemente verificadas, son 10s que sirven de fundamento a1 conocimiento cientifico de la naturaleza humana. El m&odo que resuelve cada dia 10s problemas del mundo material e industrial, es el hnico que puede resolver i que resolver$ tarde o temprano 10s problemas fundamentales relativos a la organizacion de las sociedades. En fin, el cuadro se termina, sefialando la posicion preseiite de la ciencia positiva, que se ha conquistado poco a poco en la huinsnidad una aatoridad fundada, no en el razonamiento abstracto, sixlo en la conforinidad necesaria de sus resultados con la naturaleza misim de las cosas. El niiio se complace en el suefio, i lo niismo sucede a 10s pueblos que principian; pero de nada sirve sofiar, si no es para hacerse ilusioii a si niisnio.. . Las antiguas opiniolies nacidas inui ainenudo de la ignorancia i de la fantasia, desapareceii poco a poco para dar lugar a convicciones nuevas, fundadas ea la obserracion de la naturaleza, es decir, de la naturaleza moral tanto como de la naturaleza fisica. Las primeras opiniones habian variado sin cesar, porque eran arbitrarias ; laa nuevas subsistiran, porque su realidad se hace inns i mas manifiesta, a medida que encuentran su aplicacion en la sociedad humana, descle el 6rden material e industrial hasta el cirdeii moral e intelcc-
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tual mas elevado.. Todos 10s espiritus rcflesivos son asi dominados para siempre, a medida que se borra la huella de las viejas preocupaciones, i se constituye en las rejiones mas altas de la humanidad todo un conjunto de convicciones que no swan janias derribadas. Todo esto, la filosofia positiva lo ha dicho o lo dirh. Hasta alii, el acuerdo es coinpleto; pero cuando se trata de pasar de Ins ciencias especiales a la ciencia jenernl o filosofia, el acuerdo cesa; i mi6ntras que la filosofia positiva sostieiie que no htli ciencia jeneral mas que en la coiisideracion jer&rquica de las ciencias particulares, o en otros tdrminos, de todo el saber humano, el espiritu metafisico, i semi-positivo, dividido entre tendeiicias contrarias, escapa a esta sitnacion colocando ante si la esperanza de una ciencia ideal a la c u d atribnye un metodo positivo i conclusiones metnfisicas. lero no anticipenios. Esta cieizcia ideal tiene un ohjeto, un mdtodo i un resultado. Su objeto es satisfxer una aspiracion del espirit u huinano llevado por una iinperiosa necesidad a esplicar la dltimn palabra de las cosas, 0 , xl mchios, a buscarla; mas acb como mas all& de la cadenn cientifica, coiicibe sin ccsar nuevos aidlos ; en io que ignora, es conducido por una fuerza inveacible a construir i a imajinar, hasta que se haya remontado a las causas primeras; este procedi-
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- 44 iiiicnto rcpresenta un hccho de observacioii probado por el estuilio de cada +oca, de cada pueblo, de cnda individuo ; no es permitido rehusar percibirlo ;es 6ste 1 1 1 1 hecho coni0 tnntos otros, su existencia necesaria dispensa de discutir su 1ejitiniidad.-Si, sin dncla, pero esta existencia necesaria no clispeiisa de snnlizai*lo. Ahora, a1 presciitarlo nsi, hai niia confusion eiitre lo que coiitiene de peimaiieiite i lo quc contieix c k traiisi torio. Lo qne es I 'xinaneiitc, es la preseacia pcrp6tun del espiritu hmnano :mtc lo infinito i lo eteriio de Ins cosas; no perderAjamas este sentimiento, i es uno de 10s mxs saludnblcs i graiidiosos que pneda esperixnentsr i cultivar. Pero lo que es traiisitnrio, es ensayar inhtilmente rch b o la iiienor solver insolubles pi-oblemas;nii@ntras esperaiizn de obtener ~ i n arespuesta de 10s abifimos mndos, el espiritii t u 1 7 0 razoii a1 t r a h j a r asi con toda RU eneijin; en el pssndo i en la liistorin ah; est$ el canipo glorioso de Is. inetnfisica. Per0 la coiidicion Iia catnhiado; si lo nbsohito de 10s metafisicos es algo, es una realiclnd, i la realidad suprema; ahora, la ineiior realidad, esto cs de iio'oriedad cieiitifica, 110 cs conocida sino por la esperiencia, la c u d , a sn turno, no es aplicable a lo absduto, en virtud de la definition iiiisma (le lo sbsoluto; cs,'pues, un circulo sin salida; i fdcilinente se percibe que la metafisicn es una faz transitorin del espiritu liumano. Poco tengo que decir a cerca del mitodo. Es, ne-
cesario es notarlo, el de Ins cieiicins positivas. S o i d a argunientar n este respecto contra la ciencin i d e d . Observo solamente qne es lo contrnrio del ni&todometafi'sico qiic es subjctivo, a p i 0 7 i i fuem dc la esperiencia. Tiiiiiecliatainenite se verh que c s r h ter iniprinie a 1 ; ciciicia ~ ideal este cnriibio total de
mhtodo.
Llego a1 wsultcdo. 11410 q u i : e1Terar la ciencin ideal, que es del todo tau iieccstlrin como la cjeiicia positiva, pero cuym solucioi:er;, en vcz de ser impuestas i dogniAticns coiiio e n otro tiempo, tieiien en aclcisiite por principal fLindaniento las opiniones indivictunles i In libertad. Este ,.e,d(l(lo es, p e s , iiiia opinion indiridnal; pwo seria injusto no decir a que coiidiciones est& hujeta: en priiiier lug:ir, sea que se trate del munclo fisico o del mimclo rnor:d, 110 h n i probalilidnd sin0 10s ]?ii.toc!os mi91110~; C~IIC 5 ~ ~ la 1 1 n~jo~indo~c fuerzs i In certitliiiiihre de la cieiicin positiva; en scg!iiiclo lugar, no se tmta ya de escojer cl sistcnm, el l)uiito de vista innh sednctor por la c1:witlnd o por 1;~s esperanzas qize inantiene; en fin, de n t i d t t sir1-e
engafinrse a si niisnio; l:ts COMS so:: (le una inaner:~ tleterniinndn, iiidependiente cle iinestro clesco i de nnest ra volunt ad. Xidntras tanto, npartniiclo todn :uiibigiicclad, q ~ ; d c b uiin opinion iiidiviclual cluc tratn cle coiicebir las causns priineras i ltis causns fiiiales pi-ticido (le
- 46 datos que suininistra cada una de las ciencins positivas? Es algo que hasta el presente no tiene nombre en filosofia, qniero decir una concepcion de base POsitiva [i de coronamiento metafisico, un afosoluto constraido con materiales positivos. H B ahi el verdadero sentido de este tBrmino: ciencia idecil. Se puede nun, para concluir de aclarsrln, definirla de este modo: midntfns qne la rnetnfisica construye lo absoluto a imdjen del mundo interior, l a cieizcia ideal lo construye a imt'ljen del inundo esterior. Segun esto, como la ciencia ideal no est& aun mas que en su progrnma, puede predecirsele lo que le sliceder&: o bien construirii su absoluto, romper& con el mdtodo positivo, i volverfi a la metafisica; o bien no construirk el absoluto, quedarii en lo relativo i sc: confundir& con la filosofia positiva. Entre la filosofin positiva i ! a inetnfisica, ella no puede tener existencia independiente. Iiiiporta intercal ar aqui ana obsevacion sobre un enipleo abusiro dc la palabra metafisica. Se dice frecuentemen te qne la inetafisica estudia las condicioncs l6jicas del conocimiento, Ins categorias del espiritu linmano, !os inoldes segun 10s cuales est& obligado a concebir. Sin duda, si toda, filosofkt fuese mctafkiea, mm+ntes asniitos le pertenecerian esclnsivarnentc. Roi dis no es ya asi. El estudio de Ins condicioncs i de las leyes del pensamiento est& en ndelante npoyado en la base de la observacion; entra
- 47 pues en el &den de la ciencia positiva, i deja de pertenecer en propiedad a la metafisica. Esta time por cat-Licter iiivestigar la esencia de Ins cosas, si1 orijen i su fin; se estA fLiera de su domini0 desde el moniento en que, no ensayando ya penetrnr la esencia intima del pensamiento, se vC:,en 61 un fendmeno que estudiar como todos 10s &mas. Sd que, abstrayendo del syjeto que piensa Ins formas del pensaiiiiento, la metafisica ha querido vcr en estas abstracciones, poi- privilejio, la ciencin niisma de 10 eterno i de lo inimitable. N o retrocedo, a lo m&os tanto corn0 lo perniite la debilidad humana, ante esta ambiciosn espresion; pero no es iiecesnrio limitarla a las leyea del pensamiento, es preciso cstenderla a las leyes de este niuiido del cual nuestr? pensamiento no es mas que una parte. 1 h otro tiel-:po la razon liumana, vihdolo siijeto a1 cnqbio, :it6 n buscar lo eterno, lo innintable mas all&del horizonte i en 10s arynetipos. Ahora lo eteriio, lo inmutable, liacihdose una nocion positiva,se nos aparece bajo la forma de leyes iiiinanentes que lo gobiernaii todo. Las phjinas de la discucion contempor&nea que leo a medidn que salen n lnz, nos traen un asunto importante para la filosofia positivn, i tin hombre que no le es indiferente, i a ouien elln no es indiferente. El hombre es un filnsofo ingles, Herbert Spencer; el asunto es In inmensidad cleseonocida, el modo
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conlo cl 13 coiisidcra, i el rol que le atribriye en In filosofin. KO es esta la primera vez ~ L I C cncuaiitro r :,ciior Herbert Spcncer ; ya lie deferitlido contm 41 la hdrie cientificn tal coni0 Comtc In ha estableciclo, clistiiig~iiei~do In constitucioii de cada ciencia de s u evolucioii (1). Aqni ami teiigo que tlistingriir.; 1)or que yo t :tinbieii he puesto en prescncia del ebpiritn Iiuniniio i n ininensidad descoiiocidn coni0 iiii ol?jcto (le1 qac no pnecle npnrtar s u 1iiiratl:i ; i h i 1 iignr n cliscritir i i i l j ideas por las mins, niis ideas por Ins
:.11yns.
13s tin lioxnlore inni coiiocido en las cicncias fisicas (2) el qnc se hi mcnrgaclo (le dar cueiita tle 10s itltimos trabqj os filodficos de 1-Icrhert Speiicer. I tlcscle luego lo que lo lia sorpreiiditlo, c s el dcbilit:mieiito de 1% inetnfisica en Inglaterrn. ,a la veriiacl, coiiftiiide mctafisica i filosofia, lo que, tlcsile Cointe, sc lia liccho ciiternmeiite (lib t into. Coli esta obsci*T-acioii, iiada detendrli en el pns:;!je que higue: A cl6nde quiern que se inire en Tiiglntcim, se observa, una tendencia iiiaiiifiiesta L : 110 tomar sin0 lo relativo, lo concreto, a dcscclinr lo que es jenersl, sistemtitico, absolnto. Ahorn, 2qud tendeiicia podria ser inas contraria a1 desarrollo de la
(1) Ved mi o h 6ol)i~Augiist3 Comte i !a Filosofin positiv.1, ?.a parte, cap. VI. (2) El seiior Enugel Xrristn de Ambos Jluizdos, febrero 15 de 1864.
- 40 filosofia? Lo nbsoluto es el objcto de tocln doctriiitt metnfisica: una doctrina semejante est& obligada a reunir en fcirmulas abstmct:is todo lo que el pciisnmieiito CR capax de abrnxw, de pl:mtear, sino de resolver,-problemas que son de to 10s 10s ticmpos, de toclns Ins eclades, i que se ajitan conf~isameiite en In co1icicnci:s de la liuinanidnd. El espiritn iiigles rechazn, sin cmbnrgo, estos 1)rol~lcnins.Uiin conviccion secretn i profunda le liace creer clue In 1)reocucnestioiics insoliibles cs la seitd (le l a s pacioii de 1:~s (ipocas clc dccndeiicia. Es preciso felicitnr a la Tnglatcrrs, si el ciindro cs esneto. Lo qiie nie indncc : L crew que lo cs, es qne uii tlebilitnmiento de J:L nietafisicn se niuestra tmnbieri en otfa parte. I-Ienlos \ isto derrumbnrse la iiietnfisica alemnna, i sobre s u s r os 110 se clesarro11%con :ilgiin vigor mas que 1111 ~ri:itcrialismoendrjico, p r o insitficiente. En I~rnncin, si1 sitnncion no es cabi iiiqjor; establecidn sobrc im eclectisiiio que, coin0 fiierzn, esth rnucho mas a h j o de Hegel, la metafisicn, sin iiiiciativn i siii iiiirn, se ha coiiceiitrndo eii In cleteiisa del espiritnnlisnio. Todo aiiuncia quc no se verlll yn ninguna gran crupcioii .:ietafisicn, coiiiparnble n aquellas que hail sefialado In era moderiia desde Descnrtes, i qiie liaii coiicluido en Hegel. En adelante 1:~metnfisica se liinitarh n decirnos de iiiievo que es nccesario plaiitear las cuestioncs que son iiisolnblcs, i sontlcnr lo absoluto que
rTrd(~0~m
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nes, no a creaciones. El selior Lnugel, despues de 1i:iber notado que el jefe del positivism0 frances, A ugrxsto Comte, tiene en Inglaterm quizis tantos adeptos como en el p x j s iuismo en que naci6, i que la influencia de su grande elnboracion se manifiesta en mrios escritos inwleses, 9 se encuentra en Nill, i se descubre en la historia de la civilizncion de Buckle, aiiade que, aunyixe no confesada, ella se reconoce tanibien en una irnportante *bra que ncaba de publicar Herbert Spencer. lielaciona pues a1 autor, a pesar de SLI silencio, a la escuela positivista, pero a1 inisnio tiempo lo llama, el iiltimo de 10s rnctafisicos ingleses. Estas dos calificaciones son incompatibles. E1 que es metafisico no es positivista; d que cs positivista no es metafisico. Puesto que un hornbre tan ilnstrado como el sefior Laugel ha poclido dnclar n cercn de ese punto, importa recorda aqui en dos 1~alabmsla distincion fundamental que sjepara, sin transaction posible, Zas dos escuelns. L a obra de Comte, SLI descubrimiento capital, el que es mndre de todos 10s otros, es el haber percibido c6mo la filosofia podia ser soinetida a1 mdtodo que signen las ciencias positiras; lo que, Antes de 61; hnbia sido irnposible n todo el mundo. Cualquiera que aplique estc Ine'todo n la filosofia es positivista, i dignlo o nd, discipulo de ALP gusto Comte; cualquiera que IC aplique otro es me-
- 61 tafisico. 116 q u i el cnrdcter cierto con el c u d un espiritu atento distinpirL qnidn pertenece a la filoSofia positiva, i quidn le es estrafio. grande obra por una Serin temeridad j n z p r u ~ i n simple esposicion de elln, por bien hechn que estd. Sin embargo hai un pnnto bnstante detcrminado para que se puedn cliscutir; el senor Laugel lo espohe asi: Spencer divide 10s objetos de que se ocupn el peiisamiento hnmano cn dos categorias : lo que piicde ser conocido i lo que no p e d e ser conocido, lo coiaocible i lo inconocildc. Lo inconocible, es el objeto cle todas las relijione::; cs a1 mismo tiempo el iiltimo t h n i n o de todas las ciencins. Las relijioiies se colocan alii por si misiiias i voluiitariamente; las ciencins son llevadas alii por 1% lei de su propio desarrollo. i s i cl antsgonismo entre la ciencia i la f i es entcrnmentc ilusorio, i no reposa sin0 sobre una coiicepcion imperfeta de una i de otra. Para o p e r a SLI rzconciliacion, bast:i clefiiiir lo que Spencer llama i Ins ideas cientificas d t i lus ideas rclijiosas z i l t i i ~ m mm, es decir las ideas principnlea que dominan i rodean ai cierto modo la cicncia i la fd. Este anklisifir 110 solo encierru toclti In o l m critica del fil6sofo inh o k s , p r o niuestra tnm1)ien en qud puntos puede confinar el espiritu positivo con el espiritu relijioso ; ella nos rerela 10s t h i i n o s , 10s nrticulos del tratado cle 1 m que el prirriero propone a1 segundo.,) Segun Spencer, la reli,jion, teniendo como funcion
eseiicinl inipedir que cl lioiiibrc sen nbsorbiclo enternmeiite por lo que cs relativo e iiiiiicdinto, i despertar en it1 la coiiciencin de nlgo iiias elevndo, time por objeto lo iizconocilde. Por su parte, la cieiicin llerclijioii i la cieiicia se confungn a lo iizconocible. den en este puiito, e:i c i w no son iiias que (10s faces tliferciites de ~iiia. n i h i a doctriiia. Hai alii una confusion que, 10 tciiio, no g~ini-dn ficlelidad ni n In f'i iii a la ciencia. Esa ConfLision est& en In asimilncion critr-c cl objcto de la f&i el resultado de In cieiicia. Antes de e i i q x r aclararla, observo qiic estn iiocion de lo inconori7//e (me sirvo cle In 1):~l:ibmde Spencer) es dcbicln a la filosofis positit-2, i q ~ i e hnsta eiitciiiccv 110 esistia filosoficamciite. Antes clc la s h i n discusioii de Comle, habin dos dominios inui distiiitos: cl tlc In f&i de la nietnfisicn (en esto se confi~ii~lcn); Ai, lo inconocihle 16jos de ser lo desconocido, 1i:tl~iaeiicoiitrnclo cleteriiiiiiaciones mui precisas sol.)re Diou, sobre s w ati-ibutos, SObre SLI personnlidacl , sobre su providencin, sobrc el orijeii del iiiuiido, sobre el estado despues de la niuerte i despues dc liL coiis-ciniacion de 10s siglos. El otro domiriio ern el de 13s ciencias positivas; per0 ellas no se elevnbm n 1:~ ides de lo inconocible, aceptando lo que acercn clc ello eiisefiabsii la f6 i la nietnfisica: 6 n lo 11i4110.; 110 crcyeiido que en su propio iiombre pucliesc cstablccerse uii inconocible. August0
- 53 Comte, el priinero, estendiendo el m6todo positivo a la filosofia, ha puesto en la conciencia filosdfica la nocion de nn inconocibZe, sustrzyhdola a1 mismo tiempo de la coni petenciz provisoria de la nietafisica, i a la iiiconipetencin provisoria tambien de la ciencia. Si c o i q m n do bien a Spencer, piensa que el seni el sentimiento relijiotiniiento de lo i~ico~zocible so son una s o h i niisma cdga; quc a1 principio, el espiritn hnmaiio clii subjetivnmente, bajo la forma clc relijion, cuerpo a este sentimiento; que, mucho mas tarde, In ciencia llegci obj,jctivnmente a reconoccr lo i?zcoizocibZe; i que asi la fC: i In ciencia concurren en iiii punto comun que reline el punto de particla i cl punto de llegada. Respccto a esto, tengo una objecioii perjudicial, i, es, que se CIA una hip6tesis por un lieclio cuundo se asegura que el sentimiento de lo iitcoizocible i el sentimiento relijioso son i d h t i cos. Para afirmnrlo se conoce clemnsiado irnperfectamente la liistoria primitiva de las relijiones ; seria posible encontrar, por via dc Iiipdtesis tambien, otras interpretaciones del nacimiento de las teoloj [as, por ejeniplo, la inclinacion del hombre a suponer en tocln caiisa una voluntad anbloga a la suya. Pero abandon0 un exitmen seincjante, demasiado conjetural en un senticlo o en otro, i vengo a1 punto tal como lo plantea el sefior Spencer. A mi parecer, la reunion que hace bajo un mismo punto de 10s dos
- 54 nlzconoi:ibZescs mas bieii noiziinal que real, siendo lo iizconocible de la f6 el objcto mismo de la f&,i siendo lo incoizwihle de la ciencia uii limite en el c u d sedetiene. Ser objeto o ser liinite son do3 nociones mni di stint as . Lo que es tambien mui clistinto, es el enipleo de 10s dos i??coizocibles. Lo iizcotzocible de la fi: sirvi6 para oygmizar las sociedades, ini6iitras el progreso pertcnecih a las doctrinas teoldjicas ; porque hnbin recibido deteriniiiaciones precisas, i no es lo desconocido sin0 en la hip6tesis del seiior Spencer. A1 contmrio, es imposible que lo iizconocible de la ciencia I m p un papel en el gobierno del mundo social; i esto se cornprende porque ese iizc mocible es verdnderamente lo desconocido; i nada puede fundarse sobre lo desconocido. Es del lado de lo coizocibZe (se me periiiitirLi servirme de esta esprcsioii, que aqui se define poisi niisma), es del lado de lo co?~ocible, que se 11nn vcrificatlo el progreso i poi- consiguiente el r4,jirneii social. Con seinejantes oposiciones, la hiphtesis de l : ~ identidad de 10s dos inconoci6Zes se lince miii dndos:~. E n fin, como filtimo si*guinento, adni2tnnios el principio de Spenccr i veaiiios lo que sucederti; si es verdadero, Ins consecuencias deben concordar entre la f4 i la ciencia; pero, si no concuerdan, el principio lleva en si algun defect0 que este jdncro de esperiencia pond& de manifiesto. En todos tiempos la ft5 ha determiiiado lo incono-
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ciCZe, cs decir 11% ensenado las cosas cle orijeii i de fin. Esta ensefanzn debe coiiservnr su carActer, 6
perderlo. Si lo conserva, como la cieiicin declara lo iizc0120cible indeterminable, liabrh entre ellas desacnerdo i coiiflicto, que es lo que aliorn sucede; no se IiarA lit, conciliaciori que supone Spencer en el sen0 de lo iizcoiaociLJe.
Si, poi' el contrwio, 1 : ~ f& reniiiicia a sus deterniinaciones, SII eiisefinnm pierdc sii cnrkcter, se confunde con el de la ciencin; no liai conciliacioii, siiio nhsorcion. E n t h c e s ella podrh qmjarse de que se le ha (lado una palabra ~ a c i u en lugar de sus realidades, i que no encuentra ni vislumbre de lo que ella cree i espera, en ese liniite variable que la ciencin llania la i?aco~iocible. Spencer lo Iin coniprcndido bien, i se ha visto conducido a determiliar lo iizconocibl~.,1lain:inciolo eve podee,. c i y i n r m festacioiz es el uizioerso, declnmndo coiiipletaiiientc inconsecuentes i contradictorins cunlesquiern asercioncs relatiras a su naturalem, a sus nctos, n b u s motivos. Nntln muestra mejor que csto la iiiq)osiibilidnd de la concilincioii intentadn. Si insiste en estn cleterininacion, r o m p con la definicion cientifica de lo iiiccinocible; si desiste de ella, r o m p con la f&que esije n lo m h o s csta dcterniinncion. La tentativa de confundir el inconocibb de In cien-
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cia con el de la fd ha pies fracasado. I'ertciiecen a 610s uociones mui diferentcs del miindo, i representan dos rejimenes del espiritii. Yo tnnibien he ensayado trazar, bqjo el nornbre de innzensiducl, el car:icter filosbfico de lo que Spencer llanin lo ' i l 2 c 0 ~ 2 0 ~ i hls: ((Lo que estd mas all& del saber positivo, sea, materialmente, el fondo del espncio sin lirnit,es, sea, intelectualmente, el encsdenamiento de causas sin tdrmino, es innccesible nl espiritii humano. I'ero inaccesible no quiere decir Ia nada 6 lo 110 esistente. Ltt inmemidad tanto material como intelectual se line por un lazo estrecho nnuestros conociniientos i llegs a ser por esta nlinnza ima idea positiva i del rnismo drden; quiero decir, que, tocando i abordaiido iiuestros conocimientos, esta iiiniensidad aparece bqjo su doble carbcter, la rcslidnd i la inaccesibilidacl. Es un ocean0 que viene a chocar en nuestras riberas, i para el c u d no tenemos barca ni vcla, pero cny;t clara vision es tan saltidable como formidable (Aug. Comte i la Filosofia posiitivn p. 519, 2." edition).)) Despiies de hnber liablado del amor de la hummidad que, nacido en las .jeneraciones e nod ern as, no ha podido nacer mas que en ellas, agreguk: ctEl sentiiniento de una inmensidad en que todo flota se hn apoderado gradnalmente de 10s espiritus desde que la astronoinia ha dado a ese infinito una forma red, cnmbiando el cielo en un espacio sin liniites poblado de innumerables mundos. Es d l el que, des-
tie enthces, ha dado el tono a1 alma humana, ha inspirado la iniajiiiacion i ha iluminado lo mas 1)rill:znte que tiene In pocsia nioderna. La situacion es nueva para el lioinbre: verse, en la inmeiisidnd del espacio, del tienipo ide 1ascausas, sinotros amos, sin otras garantins, sin otrss fuerzas que Ins Ieyes niismas qne rijen el uniwrso! porque ellas son para 61 estas tres cosas: sus filerzap, sus garantias i sus nmos! Kada elevs inns el alms que esta contmxplacion : por un concurso qne 110 se habia aGn produeido, ella escita cn el espiritu la iiecesidad de coniprender i cle someterse, de resignarse i de obrar. Todo lo 0 Wrande i todo lo bueiio que se ha hecho i se liar&en la era moderna, tiene su raiz en el amor creciente de la humanidad i en la crecieiite nocion que el hombre toma de su posicion en el universo. Esta es In prueba de que la aylicacion moral de la concepcioii positiva del mnndo no es una, ilusion; porque esta nplicacion ha comenzado y:i, en 1-irtnd de las tendencias espontheas de la sociedad (Idem, p. 525).En esta ptijina, que he re1 eido i trnscrito, no tengo nada que cainbinr; elln es nun hoi la espresion de mi pensamiento. Aqui se encuentra cerrndo, provisoi-iamente a lo mdnos, el torneo que acaba de sostener la filosofia positiva. El tieinpo innrcha veloz; i en un plazo qne, sin duda, no serA inni largo, otras luchas se empellaritn en un terreno mas preparado i mcjor determi15
FILOSOFZA.
- 5s natlo. Veinte i dos afios solaniente hail trascurrido desde la publicacion del liltimo volilmen del LCurso de Pilosofia positiva, esta obra que, segun decia SLI autor, no e1.a posible que fuese plenamente juzgacln sino conciuida i en su conjunto. A1 contrario de otros sistenias que han hecho $ran ruido i que despues casi han desaparecido, la filosofia positiva que hizo poco ruido, no ha cesado sin embargo de fortificarse por un reclutamiento latente, i debido a la fuerza de las cosas, no a 18 propaganda. Por eso tanibieii I n lncha comienza activa i seria; August0 Comte la preside, siempre vivo en este libro que ha legado a sus discipulos conocidos i desconocidos. El preside, en efecto: me he servido constantcmente de las principales teorins de la filosofia positiva; ellas apzrecen aqui no en el estado clogmhtico, sino en el estado de controversin. El lector encontrnr5 tambien q u i , asistiendo a un debate, una preparacion para cl estudio del Sisterria de la Filo1 1 1 impntso cle p o l h i c a el que sofia positiva. No es 1 me ha conducido; pero he procurado Iiacer que el que h a p recorrido este prefacio t c n p alguna facilidad mas para seguir iiiin filosofiil que 1iabr:i visto mezclada en 10s debates acfnales, para leer un libro cuyas ideas esencisles linn sido sometidas a prueba bajo sus qjos. Lo que acabn de discutirse ha mostrxlo que espiritns emiiientes i dirersos no tienen ningun principio
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de doctrina i de orgnnizacion. WIii abunda la criticn i In inetafisica; se encuentra el reflejo de una Bpccn mui turbsds. El mdrito de la filosofia positiva es, en niedio de esta turbncion que la teolqjin deplora, pero que no ha impedido rincer i que no inipide numentarse, no de haber propuesto nn principio de doctrina i de orpnizacion (muclins lo hnn propuesto antes que sino de habev propuesto uno que conceiitra en si toda 1s rirtucl de la ciencin positiva, la finicn inatacable i creciente. Ella lleva consigo a todas partes la coherencia i la consecuencia. El espiritu que la signe como ; I un guia no entra janias en conflicto consigo niismo. No tiene, si puedo liablar nsi, mas que una s o h conciencia; midntras que el espiritu inetnfisico tienc necesarianieiite dos, una cunndo razona n priori i otra cunndo rnzona a posteriori; una e n Ins concepciones objetivas i otra en lss concepciones si1I3.ietivas. i Cniiiita.turbacioii [io arrqja en 1as.nociones positivaa el mdtodo metnfisico! I h revanchn, i cn:iiita,turbacioii no arroj:t en Ins nocioiies metnfisicas el i d t o d o positivo! Per0 no quiero prosegixir, ni ac1,judicsr a In causa que defiendo uii triunfo qne no est&en mis nnnnos. Estoi bien decidido a no ernbriagr,arrne con nii propio vino, i tengo el firme propdsito de mnntener siempre m i espiritu siiio dueiio, a1 m h o s advertido de las preocupaciones. Es p e s necesario elevarse mas alto, Sd mui bien que lionibrcs en quienes
- 60 reconoczrd toda especie de si;lperioriclades no son tocados de niiiguii modo por lo que, para mi, es la evidencia; i reciprocamente, 1as razones que les parecen decisivas no tienen para mi ni fuerza ni valor. Camdo dos personas, viniendo una de nn aire inni frio, l : ~ otra de un aire mui caliente, se encueiitran en un lugar interniediario, una lo encuentra caliente, la otra lo encuentra frio. Entre estas dos seiisaciones tan verdndern una como otra, quiBn decidir8, sin0 el impersonal term6metro? He buscado clesde hace largo tiempo un terin6iiietro que yo pueda, leyeiitlo 10s grados, consnltar a cercade Ins opiniones que he abrazado. A mi modo de ver, lo he encontrado cn csa doble escala que muestra, en la historia (le I n humanidad, el decrecimiento de lo sobrenatural i el crecimiento de lo natural, el decrecimiento de las nociones subjetivas i el crecimiento de Ins nociones objetivas, el decrecimiento del derecho divino i el crecimieiito del derecho popular, el decrecimieiito de la guerra i el crecimieiito de la industria. Alii esth la fuente de convicciones profundas, obligatorias para la conciencia ;i esperando que este t e r m h e t r o , verificando su mircha, fi,je el destino de las opiniones, prosigamos leal i valientemente 10 que, en la sinceridad de nuestro corazon, consideranlos como el digno objeto de una vida mortal. La filosofia positiva es sever3 i Brdua. Colocn a s~ts cliscipulos bajo la ruda lei de aprender, i 10s con-
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cluce, COMO n 10s iiiiciados de otro tiempo, de escalon ea escaloii h s t s la cuuibre. Por este tlcsarrollo r e p lar. estirpn tlel cspiritx todo lo que es a priori, i no le ahre Ias concepcioiics jcneralcs sino cimido l i s eorrejido todns las tcnclcncins subjetivns que son a la vez n:ituralcs i c6nioclas. I sin embargo, n peunr cle este :kpariito cine es de s u esencin, a p a r (le 13s rig-oros;ts concliciones cine iiiipone, no 11s de,j:do de implantnrse i de fructific:ir. Cimido Eossiict, troiiantlo contra la increduliclacl de su siglo, dice que el Iiombre no es solamente arrastrado por la intemperancia cle 10s sentitlos, qiie la iiiteiiipcraiicin del espiritu no es m h o s Iialagndora, i que, coiiio 1s otm, se crea s defensn, estn grare placcres secreios i se irritn por I palabra del siglo diez i siete no cne sobre la fi1o:dn positim, que ha doiiiaclo tan snsteranicnte la intei! perniicin del espiritu. Se puedc concebir qiie Ins cosas hnyaii ~ R & O i pasen asi :en la cnseiiaiiza cieiitificn tal como se practics entre iiosotros, se fornian dos grupos, ~ i n orepreseiitado por la Escuela polithcnica, el otro poilas Escuelas de iiiedicina. El primer0 sobresale en las ciencins inorglwicns, pcro es estraiio a la ciencia de 10s cnerpos vivieiites ;iinportnnte laguna i obst&culo considerable para el encaniinamiento Ilkcia la filoSofia positiva. El otro grapo entra en el corazon del conocimiento de la vi&; pero su educacion es d&bil en cuanto a esas ciencias inorghnicas que son el peL-
ile,taI cle In biolojia; i In filosofia positivn no cess de recomendarles prolongar S17S estudios por ese Indo, contnnclo con la ltsjica natural de lns cosns para decidir las conricciones. I en efecto, a pesar de todas Ins imperfecciones inanifiestas, en esos clos gru110ses donde est&el In*incipalgrupo de reclutamiento. La filosofia positiva encuentra nhi nlgunos espiritus en 10s cuales entra todn entera, un inayor iidinero en que entra por fragnientos; i no es rnro encoiitrnr tal persona que, cluedhndole enterainente estrafi:i, no deja de aclmitir por eso, coni0 nocion evidente i en gran manera iitil, In sdrie cientificn tal coni0 Comte la ha constitido. Estos fragmentos se multiplican i prepnran el porvenir. La filosofia positivn ha echado raices en cstos dos grapos por la cicncia positiva. Per0 qizedm otros dos grupos a 10s cualcs, coil ese titulo, no puede estenderse su accioii : 10s que hail recibido la educncion literaria de nuestros cokjios, i 10s que estan OCllpados en 10s talleres i en 10s campos. Sin embargo tal es su jeneralidad cine, alii mismo, no est& enteramente privadn cle influencia. En estos dos grupos? lini muclios espiritus que han permniiecido e11 las creencias teoldjicas; n esos la filosofia positiva no tiene nnda que decir, no se dirije a ellos, i, si :ibren 'six libros, la culpa ser8 de ellos. Pero hni vnrios tnmbien que, espontaneamente, .cs decir bajo la nccion disolvente del medio so-
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cial, lian abandonatlo I n f6 trsclicional. A esto, la filosofia positiva tiene mucho que decir; fie cliri.je a ellos. i son csas conciencias las que ella se gloriarit dc arreglar, porque halx-6 prestado 1111 gran servicio social. Para ellos fit6 hecha la parte liipt6rica del libro de Comte. Todos 10s cspiritus meditstiws tienen ahi entrsda; alii, en csa vista jenernl dc historia que no ha sido aun igualndn, nprenclerhi por qu6 necesidad de evolucion las creencias de 10s padres no han pasado a todos 10s liijos, cui1 es cl peligro de 13s opiniones vsgas, metafisicas, revolucionariss que sirven de intermedio, i cu:ilcs son I n s condiciones de 7xna doctrina que, haciendo del conociiniento real del niundo su dogma intelectual, hacc (le1serricio de Is humanidad su dognia moral. 1,s historia filoshfica es la verdadera enscuanza de todos 10s que quieren coinprender su situacion mental i tlesarrollarla. La consistencin (le la filosofia positiva se debe al libro dc Conite. Si no hubiese liecho mas que cwsos, si no hubiese dado mas que frsgmentos, s u eficacia seria mui limitntla. I'ero el libro la mantiene completa i permanente. So hai gran doctrina, sin p a n libro. La filosofia positiva es a la vez el product0 i el rcniedio de iinn c'poca turbada. KO son sin fundainento 10s terrorcs que asaltan a veces a1 hombre rcflexivo i a Ins multitudes irreflexiras. E n efecto,
zns burladas, flnctnaciones +in tdrmiiio, el teiiior clc la vueltn de nn p x d o que sc rechaza, i la incertidumbre cic un pon-enir que 110 sc p e d e definir. En estn instnbilidatl, la filosof'in iiiie todn la estabilidad mental i social n l n esta1,ilitlatl de In cieiicin, que es el punto fijo dado por la cidizncion lmcedeiite. Cuando dig0 filosofin positivn, me refiero a Aitgusto Cointei neste libro a1 cnal l~ongo u11pref:icio; no scria justo ocnltnr bqjo uii t h i i n o impersonal I n ala. bnnza debida n un grm noiiilm i n uii supremo servicio.
Este curso, resultnclo jeiiernl de todos niis trabajos descle mi snlida de In Escueln politdcnicacn 181G, se nbrib por In primern vez en abril de 1826. Desp ~ de ~ uiis corto iihnero de reunioiies, una enferinedacl gram me impiclib, en esa hpoca, prosegnir iiiin enipresa alentnda, desde su iiacimieiito, por 10s sufrajios de varios sabios cle prinier brcieii, entre 10s cunles podia citar des(le eiitdrices n 10s seiiorcs Alejniidro de I-Iumboldt, de Blniiiville, i Poinsot, mieinbros de ln academia cle ciciicins, que quisieron seguir con LIE intcres sosteiiido la esposicion de mis ideas. He vuelto n lincer por eritero este curso el iiivierno ,dtiino, n pnrtir dcl 4 de eiiero de 1829, delante de 1 1 1 1 auclitorio de qiie quisieron voluiitnriariieiite formar parte AI. Fourier, secretnrio p e r p h o de In Academia de cieiicias, i lo3 seiiorcs de Blsiiiville, loinsot, Xavier, miembros de 1:~mismn academia, i 10s sefiores profcsores Jhonrsais, Esqiiirol, Eiiiet; etc., n 10s
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cuales debo q u i atestiguar pbblicainente iiii reconocimieiito por la nianera coiiio han acojido esta iiueva tentativa filosdficn. Hnbi4ndomc peclido ya vni-ias personas algv.nns nclaracioiies en cuaiito a1 titulo de este curso, crei htil iiiclicnr aqiii, a este respecto, uiia esplicacion sumaria. Siclido cniplenda constaiiteiiienite la espresion jZosofiu p o s i t i i ~eii ~ , toda la estcnsion cie este ciirso, seguii uiia acepcion rigrirosamente invariable, me lia parecido snp&rfluodefiiiirln de otro inodo que por el Lis0 uiiifonme qiie he liecho siem1u-e de elln. La primera leccion, en pwticnlnr, pnede ser ccnsiderada toda elitern conio el d ~ s ~ ~ o de l la lo definicioii esncta de lo que llaino la filosofia positiva. Siento, sin embargo, halter sido obligndo a adoptar, a falta cle cnnlquiera ti*^, iiii tdrmino como el dejZosofYin, que lia sido tan abusivameiite empleado en una inuititud de acepcioiies diversas. Pero el adjetivo positiua, coii el CLI~I iiiodifico el seiitido de aquella, me parece bastar para hacer desaparecer, auii desde laego, todo eqwivoco eseiicial, en aquellos, al m h o s , quc coiioceii bieii su valor. Me limitare, pues, en esta adverten , a declarar que einpleo la palabra Jilosqfia en la acepcioii que le daban 10s aiitignos, i pwrticularmeiite Aristdteles, para 10s cuales esa palabra designabs el sistema jeneral de las coiicepciones huiiianas ; i, afindiendo la palabra positiua,
- 67 aiiuncio que considero que esta materia especial de filosofin que coiisiste en considerar que Ins teorias, en cidquier 6rden de ideas que sen, tienen poi" objeto rinicniiieiite 1% coorclinacion de 10s hcchos observndos, es lo que constituye el tercero i idtiiiio cstndo de la filosofia jenera!, priinitivamcnte teolci,jica, i en seguida nietafisiczt, como lo esplico desde 1% prilnzrn lcecion. Iini, fiin cludn, mucha, aualojis entre mi filosofja positirn i lo que 10s snbios iiigleses entienden, desdb: Xem-ton sobre todo, poi- filosofia nntursl. Pero 110 ! I C podido escqjer csta itltinia denominacion, co1 1 1 0 tnmpoco la de filosofia de las cieiicins, que serin quizns : ~ u n mas precisa, porque ims i otra no se estienden aun n todos 10s cjrdenes de f e n h e n o s , mientras ~ L X la C filosofia positiva, en la c u d compreado el estndio de 10s fendmenos sociales como el de toilos 10s denim, designs una maiiera uiiiforme de razomr nplicablc n todos 10s nsuntos en que puede ejercitarse el espiritu liumano. hdemas, la espresion filosofia natural es usada en Inglaterra, para designar el conjiinto de lns diversas ciencias de observacion, considernclaa liasta en scis especialidacles mas detalladns; en tanto que, por filosofia positiva, comparada a ciencias positivm, entiendo solamente el estudio propio de las jeneralidades de Ins diferentes cieiicias, comebidas como sometidas a mi mdtodo dnico, i como formando Ins diferentes partes de u n plan jeneral cle
- 6s iiires tigacioneu. El teriniiio que he siclo coiiclucido n coiistruir, es: p e s , n la vez, mas esteiiso i inas restri~i~jido, (pie las clenominaciones, por otra parte anAlogas, en cuniito a1 carsicter f~mdaineiitalde liis icleas, que, desde hiego, se poclrinii coiisidernr como equivaleiites. Paris, clicieiiibrc 18 de 1829.
CURS0
DR
FILBSQFIA PBSITIVA.
Su.lrARIo.-Esposicion del fin de este ciwso, o consiclemciones jenerdes solxe la natiinlcza e importanci;i d e la filosofi:~i>ositiva.
Me propongo en estn primern leccioii esponer clarainelite el objeto de este curso, es decir detcrmiiifir esnctaiiieiite el cspiritii bajo cl c u d s e r h considci d a s las disersas i*ainnsfLiiidaiiientnles de la filosofis nntural. Sin cludn, la iisturaleza de este curso no podrA ser
ha sitlo escrito en el primer (1) Todo este primer voliit~en semestre de 1850.
- 70 comldetamente apiwkcla, para podcr formnrse de elln inn opinion definitiva, siiio cLianclo SLIS diversas partes hnyaii sido desarrolladas sucesivnriieriie. Tal es el inconveiiiente ordinario de las clefiiiieiones relativns a sistemas de ideas mui cstensos, cuanrlo aquellns preceden a la esposicioii de estos. kcro Ins jeiieraliclades pueden ser concebiclns h j o dos aspectos, o coni0 ojeada de una doctriiia por eitalslecer, o coino reshinen de uiia doctrina estnblecicla. Si cs solaiiieiitc bnjo este hltimo pimto cle vista qne ellas aclquiereii toclo SLI valor, no clejnii de tener 3-2, b?jo el priniero, una suma importancia, p e s cnrscteria a n clesde el pi-incipio el asunto que se va a considernr. La circunscripcion jeneral del campo de nuestras investigaciones, t r a z d o con tocla In severidad posible, es, para nuestro cspiritii, L I preliruiinar ~ particularmente indispensable en uii estutlio tail vasto i linsta aqui tan poco cleterminndo corn0 el de que nos vamos a ocnpar. Pam obeileeer n esta necesidacl ldjica, ci-co deber indicaroc;, desde este momento: In d r i e cle Ins coiisiderncioiies fLindaineiitnles que hail tlado nnciniieiito a este iiuevo CLILJO, i que s e r h adenins desarrolladas especialmente, en In continuacion clel curso, con todn la atencion que reclanin la nltn importnncin de cacln una de ellas. lara esplicnr convenientemente la verclaclers natiirnlezn i cl cni-hcter propio de la kilosofin positiva, es indispensable arrojnr clesde lnego una ojeatln je-
- 71 ncral sobre la marchn progrcsim del espiritu h ~ i i i i n no, considerada en sti conjiinto : porq-ue uii:i conccpcion cualcpiern no piietle ser bieii conocicia sin0 por su historin. Estuilianclo nsi el dcsenvol6micnto total de In intelijeiicin humnnn en siis divcrsns esferns de actividnd, d e d e su primer v ~ e l o inns sencillo hasta, en nnektros &as, creo linbcr descubierto tim gran lei fiindaiiientnl, n la cunl estit soineticla por una necesiclad invariable, i q ~ i e me parece puede ser solidamcritc establccida, sea sobre las pruebas racionales suministrailas poi. el conociiniento de nneatm orgn- * nizacioii, sea sobre Ins verificnciones liistbricns que resultaii de uii esziinen ateiito del pasado. Esta lei coiisiste cn que cnda tiiia de iinestras conccpciones priiicipnlcs, cacln rama de nuestros conociniientos, pnsn sucesivamentc por tres estarlos te6ricos diferentes: el estado teoldjico o ficticio; el estado metafisico o abstracto; el estado cientifico o positivo. En otro.; tbrminos, cl espiritii humano, por sn natnraleza, emplea succsivamei-rte en cacla m a de sus investigaciones tres mdtoclos de filosofar, cuyo cnritcter es escncialmente diferente i aiiii radicnlmeiite opuesto : prinieramente el indtodo teolcijico, en seguida el mdtodo mctafisico i en fin el ni&todopositivo. De alii provienen tres especies de filoaofias, o cle sistemas jencrales de concepciones sobre el conjunto de 10s fencimcnos, que se escluyen mdtuamen-
te: la primcm es el punto de pnrtidu neccsario dc Ia intelijencis liunimn; la tercera, su cstado fijo i cleftnitivo; la seguiida esth itnicniiiente destiiinda a servir de transicion. En el estado teoldjico, el espiritu liuninno, dii-i.. jieiido eseiicinlnieiite sus iiivestignciones licicia la naturalem intima de 10s sercs, las cnusas primeras i finales de todos 10s efectos qrie lo impiwionnn, en uiia palabra, Mcin 10s conociniientos dxolutos, se represeiita 10s fenciiiienos coiiio producitlos por la, zccion directa i continua de ajeiitcs sobrenaturales mas o menos iiunicrosos. Su iiitervcncion arbitraria esplicn toclns las momalias apnrentes del uiiiverso. E n el estndo metnfisico, que no es en ei foiido inas que una simple niodificacion jciieral del priiiic10, 10s ajentes sobrenaturales son r~emplazaclospor fberzas abstractas, verdaderas entidsdcs (abstrxciolies personificndas) , iiihcrentes a, 10s dircrsos scres del inundo, i concebidas como capaces de eiijenclrnr por si inismas todos 10sfendmenos observados, cnya esplicncion consiste entdiices en nbigiiar a cada mi0 In entidad correspondiente. E n fin, en el estado positivo, el cspiritu lmmnno, reconocieiido la iniposibilidsd de obtener nociones sbsolutas, reiinncia a investignr el orijen i el destilio del unirerso, i a conoccr lns c a u s ~ sintiinas clc 10s f e n h e n os , p a m consagrnr se 6 1 1i caiiieiit c a d escn brir, por el us0 bieii combinado dcl razonarniento i
- ;3 de la observacion, sas leyes efectivns, cs decir, sus relncioiies invarinbles de sucesion i de seinejanm. La esplicxion de 10s hechos, reducida ent6nces a sus t6rminos reales, no es ~ 7 % en adelante mas que el enlace establecido entre 10s diversos fendnicnos particulnres i dgunos hechos jenernles, cnyo nfiniero 10s progresos de 1:~cieiicia tienden a disizzinuir inas i mas. El sistemn tcoldjico ha Ilegado n I n mas nltn perfeccion de que sea susceptible, c~niido Iia sustituido la accion providencinl de un ser ilnico a1 juego variado de Ias numerosas divinidades independientes que hnkian sido imajiiinclas en in principio. Del mismo modo, el illtimo t h n i n o del sisternn iiietnfisico consiste en concebir, en lugnr de las difereiites entidades pnrticulares, unn s o h grnnde entid:d jenerd, In natriralezn, considerndn coin0 la fucnte ilnicn de todos 10s fen6menos. De 1111 modo andogo, la perfeccion del sistema positiro, hdcin la que ticnde sin cesnr, nunque es ,probable que no debs ciamas slcanznrln, seria pocler rqresentarse todos 10s diI-ersos fendmenos observables como cnsoe particulai-es de un solo liecho jencml, tal como el de 1 ; ~ gravitncion, por ejemplo. KO es &e el lngar de deniostrnr especinlmente esta lei fundamental del deseiivolvimiento clel espiritn huinnno, i de dedncir siis coiisecuencias mas iniportantes. Tratnrenios de ells directamente, con
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todn la esteiision conveiiiente, en In parte de este cursu relativa a1 estudio de 10s feiiGmenos sociales. 1,s consider0 ahorn hiicamentc pars cleterminnr con precision el verdadero cnrdcter de la iilosofis positiva, por olmicioii a !as otras dos filosofias que hail doniinndo sucesivamente, hasta estos illtinios siglos, todo nnestro sistcmn intelectnal. En cunnto a1 presente, a fin de n o &jar eiiteranieiite sin demostracion una lei cle estn importancia, cnyns aplicncioiies se presentar6n frecucntemeiite ai tocln I n extension de este curso, debo limitariiie a uiin iuclicncion rhpida de 10s motives jenernles mas sensibles que p e d e n constatar si1 exnc:titucl. E n primer lug:r, basta, me pai*cce,enuiiciar ui:a lei seiiiejaiite, p * n cine LLI exactitid sea iiiniediataiiieiite veriticadn por todos :qielIos que tienen a1gun conociiniento profLundo de ! a liistorin qjeneralcle Ins ciencins. No h i ~ i n a sola, en efycto, llcgada hoi a1 estntlo positivo, qric cncla uno no pueda fhcilinente representarse, en el pasado, ee~ncialnieiitecornpuest a cle nbstracciones iiietafisicas, i, rernontniido mas nun, enternnieiite doniinada por las coiicepciones teol6j icas. Teiidremos atin desgraciadaineiite mas de una ocasion formal de reconocer, en Ins diversns partes de este curso, que Ins cienciw mns perfeccionadas conservan auii hoi din algunns hnclfas mui seiisibles de estos dos estados priniitivos. Esta revolucioii jeiieral del espiritu humnno, pue-
de adeinns ser fkilmcnte constntada lioi din de una manera mui sensible aunque indirecta, considerando el desenvolvirniento de I s intelijencia incliviclual. Sieiido necesariameiite el misnio e ! punto clc pnrtida en la educacion clel individuo que en la de la especie, Ins diversas faces principdles de In pi-iinera dehen rcpresentsr las dpocw fLiiidameiitzlles de la segimda. Rhora bieii, dno se acuercla cada iino de nosotros, contcinplsiido su propin liistoria, que ha sido sucesivnmentc, en cnnnto a sus iiocioiies mas importantes, tedqqo en su infamia, inetafisico en su juventud i fisico en su virilidacl ? Estn verificacion es f h i l hoi din para todos 10s hombres al iiivel cle su siglo. Pero, aclernns de In observacion directa, jeiicral o individual, que prueba 13 csactitucl de esta lei, clebo, sobre todo, en esta indicacion sumaria, nieiicioiiar Ins coiisideracioiies tedricns que haceii seiitir SLI necesidad. La inns importante (le estas consiilerscioiies, sacadn de la naturaleza misma del asunto, coiisiste en la iiecesidnd, en to& Apoca, de m a teorin cualquiera para eiilaznr 10s I1cchos, coinbiiiadzl con la imposibilidad evidente, para el espiritu humano en su orijeii, de formarse teorias segun !as observaciones. Todos 10s buenos espiritus repitcn, desde Bacon, que no hai otros coiiocimientoc; reales que aqu6llos que reposan sobre hechos observados. Esta mtisima
fundamental es cvidentemente incontestable, si se 1% aplicn, coiiio conviene, a1 estndo viril de nuestra inteIijencia. Pero, refiridndose a is formacion de nuestros conocimientos, 110 es niknos cicrto que el espirit u liumnno, en su estado primitiro, 110 podia ni debia pensar asi. Porque, si por una parte, toda teoris positivn debe iiecesarimnente estnr fundada e a observacioiies, es ignalmente sensible, por otrn, que para eiitregnrse n Is observncion, iiuestro espiritu tiene necesidad de inn teorin cualquiern. Si, nl contemplar 10s fendiiicnos, 110 10s refiridseiiios inmedintnmente n nlgnnos principios, no solamente nos serin imposihle combinar &as obscrvncioiies aisladns i, por consigniente, sncar ( ! e ellas alguii fi-uto, sin0 que serianios nun enterninerite iiicapnces de reteiier1:t~; i inui anicnuclo 10s hecho.; c;uzclnrinn desnpzrcibiclos a iiuestra vistn. Ad, cstreclisdo entre In necesidad de o b s e r ~ ~ r para foriiiarse teorias rc:ilcs, i la necesiclnd n o mkiios iinperiosn de crenr teorins para eiitregarse a observaciones seguidas, el espiritu liiimano, nl nacer, be liabi-in eiicoIitrndo enccrrndo en 1111 circulo x-icioso, i para salir de dste no Iiabria teiiiclo i~iiigun meclio, q i no se hubiese xbierto felizinente una salida natuml por el desarrollo esponthnco cle Ins concepciones teol6jicns, que lian presentado 1111punto de remiion a SLIS esfilerzos, i snministrado ~ i i alimento i a s:l activiclnd. Tal es, iiidel~er.,clie3teiiiciite dc nltas coiiside-
racioiies sociales, el inotivo fundaiiieiital que deiiiuestrn In necegidad lbjica del carkcter purainente teol4jico de la filosofin primitiva. ISstn iiecesidad se hace ann mas sensible teniendo en vista In pel-fecta conveiiiencia de la filosofia teolhjicn con la nnturaleza propia de 13s iiivestigaciones en Ins cuales el espiritu humnno en su iiifancia concentra tali erniiicntemeiite toda su actiiridad. Es mui notable, en efecto, que Ins cuestiones mas radicalmente innccesibles a iiuestros medios, la naturaleza i n de todos 10s iiitirna de 10s seres, el orijeii i el f fen6meiios, senti precisnmeiite aquellas que nuestra iiitelijeiicia en su estado primitiro se propoiie prefereiiteinente, i que todos 10s probleinas verdaderamente solubles semi considerados casi como indigiios de iiieclitacioiios skrias. La razon de est0 se concibe fhcilmente; porque es la esperiencia la h i c a que ha podido sumiiiistrsrnos In iireilida de iiuestras fuer%as;i si el hombre no liubiesc comeiizado a tener de e1Zns i i n n opinion esajeradn, no habriaii podido adcliiirir jamns toclo el desnrrollo de que soil susceptibles. Asi lo esi.j e nuestrn orgniiizacion. Pero, como cluiern que sen, rcpresei;tdniosiios, en lo posible, esta clisposicion tan ntiirersnl i tali proiiuiiciacla, i pregniitdiiiosnos qu4 acojida liabrin recibiclo en uiia dpom tal, snponidndola formacla, la filosofia positivn, c u p anibicion mas alta es descabrir Ins leyes de 10s fenbnicnos, i cuyo priiner carActer propio es pre-
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cisnmente considerar como inhibidos a la razoli humann todos esos sablinies mistcrios que la filosofia teoldjica esplicn, nl contrrzrio, con una facilidad trill admirable hasta en sus nienores detdles. L o mismo se nota, si consideranios bajo el pullto de vista prbctico la naturalem de las iiivestigaciones que ocupaii primitivaniente a1 cspiritu huniano. Baj o este respecto, ellas ofrecen al hoinbre el atrnctivo tan endijico de ejercer uii imperio iliniitndo sobre el muiido esterior, considerado coin0 enterainente destinndo a iiuestro uso, i corrio si presentars en todos sus fencimenos relacioiies intinlas i continuas con nuestra existencia. Ahora bien, esas esperanzas qninikricas, esas ideas exajeradas de 1a iixportancia del hombre en la naturaleza, que hncen nacer la filosofia teoldjica, i que la primera influencia de la filosofis positiva destruye para siempre, son, a1 principio, un estimulaiite indispensable, sin el cual no se podria, a la verdacl coiicebir que el espiritu liumano se hubiese consagado primitivamente a peiiosos t r a bqjos. Estanios hoi dia de tal modo alejndos de esas disposiciones primeras, a1 m h o s , en cusnto a la mayor parte de 10s fen6menos, que nos cuesta trabajo representarnos exactamente el poder i la necesidad de seinejaiites coiisideraciones. La razoii humana est& ahora bnstante madara para que emprendamos laboriosas investigaciones cientificas, sin tener en vista i n estrafio capaz de obrar con fuerza sobre ningnn f
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la iniajinacion, coxno el que se proponinn 10s nstrcilogos o lvs alquiiiiistas. h-iiestra xtiviclnd iiitelectual est& suficicnteiiiente escitada por In sola espraiiza de descubrir las leyes de 10s feii(;niei:os, 11or el siiiiple deseo de confii*iii:ir o iiivalidnr uns leoria. Pero no podia sucedcr asi en la iiifaiicia del espiritti humano. Sin las atractivas qnimerns de la astrolojia, sin las enCrj icns dgcepcioiies de la alquirnia, por ejemplo, c de dGnde Iiabriamos sncado la consta~:cia i el ardor necesarios para recojer las lurgas siii-ics de observaciones i de esperiencias que lian s c r d o 111as tarde de uiidaniciito a las priiiieras teorias positivas de una i otra clnse de feiidnienos? Ests condicion de iinestro desnrrollo intelectual ha sido vivainelite seiitida, desde Iiace largo tienipo, por Kepler respecto a la astroiioinia, i justameni c apreciada por Eerthollet en iiuestros dias, respcctfi a 1 s t quimica. Se vd p e s , poi- este conjuiito tle consiclerac:ones, que, si la filosofia positiva es el verdadero estado definitivo de la intelijencia hurnann, q u e 1 lihcia el c u d ha tendido siempre mas i nias, ella no lia podido mdiios de eniplear en un principio i durante u11n s6rie de siglos, sea coino indtodo, sen coni0 cloct rim provisoria, Ia filosofia teolbjica; filosofia cuyo cariicter eseiicitll es el ser espoiithnea, i poi*esto niirsino !a h i c a posible a1 principio, la ihicn tambien qne p ~ i diese ofrecer a nuestro espiritn nnciente uii interes
- a0 sn-ficicnte. Es f h i l ahora comprender que para pnsar de esta filosofia provisoria a la filosofin definitiva, el esgiritu hutnano ha debido iiaturalinente adoptnr, conio filosofia transitoria, 10s mdtodos i las doctriiins metafisicas. Estn filtima consideracion es indispensable para cornpletar el rcsiimen jenerd de Ia guan lei que he indicado. Se concibe sin trabqjo, en efecto, que nueBtro entencliniiento, no pudieiido inarchnr sino por grados cnsi insensibles, no podia pasar bruscamente, i sin intermedios, de la filosofia teolbjica n la filosofin positiva. La teolojin i la fisics soil tan profundamente incompatibles, sus concepciones tienen uii cnrdcter tan radicnlmente opuesto, qrxe Antes de reiiunciar a las uiins para einplenr esclusivaiiieiite Ins otras, 13 intelijeiicia humans hn debido servirse de concepciones interinediarins, de un carhcter bastardo, propias, poi*esto niismo, para opernr gradualmente la traiisicion. Tal es el destino natural de las coiicepciones inetafisicas : no tieiien otrn utiliclscl real. Sustituyenclo, el estuclio de 10s fenbnienos, n la accioii sobrenntnral directiva, uiia eiitidad correspoiidieiite e inseparable, aunque esta fuese al principio coiicebida conio uiia emaiiacioii de la p i niera, el hombre se ha habittiado a 110 coiisiclerar inas que 10s hechos iiiisinos; porque las iiociones cle esos ajeiites inetafisicos haii siclo gradnalniente sutilizndas linsta el punto de 110 sei- ya, n 10s ojos cle
- 81 todo cspiritu juicioso, sin0 10s nombrcs abstractos de 10s fendmenos. Es imposible imajinar por qu6 otro procedimiento nuestro entendimiento habria podido pasar de las consideraciones francamente sobrenaturales h las consideraciones puramente nat 11rales, del i4jimen teoldjico a1 rbjimen positivo. Despues de haber establecido a d , tanto como puedo hncerlo sin entrar en una discusion especial que no es del momento, la lei jeneral del desenvolvimiento del espiritu hunmio, tal como la concibo, nos scrk fhcil ahora determinar con precision la naturaleza propia de la filosofia positiva, objeto esencia1 de este discurso. Vemos, por lo que precede, que el carhcter fundarnentnl de la filosofia positiva es considerar que todos 10s fendmenos estlin soinetidos a Zeyes naturales invariablcs. El descubrimiento precis0 de estas leyes i su reduccion a1 menor ndniero posiblcson el fin de todos nuestros esfuerzos, considerando como absolutamente inaccesible i vacia de sentido para nosotros la investigacion de lo que E e llaman las CCIUSQ.~, sea primeras, sea finales. Es inhtil insistir mucho en un principio que se ha hecho ahora tan familiar a todos aquellos que han hecho un estndio algo profundo de las ciencias de observacion. Todos saben, en efecto, que en nuestras esplicaciones positiras, aun Ins mas perfectas, no tenemos de ningun modo la pretension de esponer Ins causas jeneradoras de
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10s fenhienos, pues, no hariamos cntdnces nim que recular la dificultad, silis solamente de analizar con esactitud Ins cii*cunstaiicias de SU procluccion, i eaIaznrIos imos a otros por relnciones normnles de sncesion i de semejnnza. Asi, citando el ejeinplo mas admirable, deciniios que 10s endmenos jenernles del uaivcrso, son esplicados en lo posiblc, poi* la lei de la gravitacioii nentoninna; puosto que, por una partc, estn bella teoria nos mucstra que toda la in1iiens:i vsriedacl de lieclios astrondmicos no es sino un solo i inismo lieclio considerndo bnj o diversos puntos de ~-istc2 : ]in teideiicia cmstnnte de todas las inoldcnlas unns lidcin otras en razon &recta de sns niasas i en razoii inversa cle 10s cnadrsclos de sus distnncias; mieiitras qne, poiotra parte, este lieclio jeneral se 110s preseiita como una simple estension de un fendmeno, que iios es eininenteiiiente familiar, i que, por est0 solo, consideramos como perfcctanientc coiiocido : la pcsaiitez de 10s cuerpos en la superficie de la tierra. En cuant o Wdetcrminar lo que son en si misnins esta ntmccion i esta pesantez, cuhles son sus c a u m , son cuestiones que miramos como insolubles ;que 110 son ya del domini0 de la filosofia positiva, i que abandoiiainos con razon a laimajinncion de 10s tedlogos, o a las sutilezas de 10s metafisicos. La pruebn maiiifiesta de la imposibilidad de obtener semejantes soluciones, es que, sieinpre que se h a tratado de clecir,
- 83 a este respecto, algo verdaderamente mcionnl, 10s mas grandes espiritus 110 haii podido sino definir estos dos I,rincipios el uno por el otro, diciendo, respecto a la atraccion, que no es otra cosa que una pcsantez universal, i en seguida, respecto a la pesantez, que consiste simplemente en la atraccion terrestre. Tales esplicnciones que haceii soiireir cuaiido se pretende coiiocer la naturaleza intima de las C O S ~ S i el modo de jenerncion de 10s feiidiiieiios, son sin embargo, todo lo que podemos obteiier de mas satisfnctorio, mostr8iidonos como idbnticos dos &denes de feiii)menos, entre 10s cuales se liabia creido por tanto tieinpo que no esistia relacion alguiia. NingLiri espiritu exacto trata hoi dia de ir mas ldjos. Seria f h i l multiplicnr estos ejemplos, que se presentarhii con mucha frecueiicia en toda la duracion de este curso, puesto que tal es ahora el espiritu que
dirije esclnsivamente las grandes combinaciones intelectuales. Para citar en este moniento uno solo entre 10s trabajos contemporhneos, escojer6 la bella s& rie de iiivestigaciones de M. Fourier sobre la teoria del calor. Ella nos ofrece la verificacion mui sensible de las observaciones jenerales precedentes. En efecto, e m este trabajo, cuyo carActer filosdfico es tan enii~ienteineiite positivo, las leyes nias importantes i mas precisas de 10s fenhmenos termolhjicos han sido descubiertas, sin que el autor se haya ocupado ni una sola vez de la naturaleza intima del ealor, sin que
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h a p mencionndo, sino con el solo objeto de indicar su ~ a c i o la , contro.i.ersia tan ajitacla entre 10s partidarios de la materia calorifica i aqtiellos que liacen consistir el qalor en las vibrnciones de un dter universal. I sin embargo, Ins mas altas cuestiones,varias de las cuales no habian sido jamas planteadas,--son tratadas en esta obra; prueba palpable de que el espiritu liumano, sin arrojarse en probleinas inabordsbles, i restriiijidndose a las investigsciones de un diden enterainente positivo, p e d e encontrar ahi uii aliinento inagotable para su mas profunda actividad. Despues de haber caracterizado, tan exactsrnente COMO me es permitido hacerlo en este res6men jenera1, el espiritu de la filosofia positiva, qne este curso todo entero est&destinado a desarrollnr, debo abora examinar a qud dpoca de su formacion ha llegado lioi dia, i lo que queda por hacer para acabar de constituirla. Con este fin es necesario desde luego considerar que las diferentes ranias de nuestros conocimieiitos 110 han debido recorrer con igual lijereza las tres graiides faces de SLI desarrollo indicadas mas arriba, ni llegar por consigniente simultheamente nl estado positivo. Existe, a este respecto, un &den invaliable i necesario, que nuestros diversos j h e r o s de concepciones han seguido i debido seguir en su progresion, i cuya exacta consideracion es el comple-
- s5 mento indispensable de la lei fundamental enunciada antcriormente. Este 6rdeii serh el asunto especial de la prdxima leccion. Que nos bastc, a1 preseute, saber que es conforme a la naturaleza diverse de 10s fendinenos, i que es deterininado por SLI gi-ado de jeneralidad, de seiicillez i de independencia recipro. ca, tres consideraciones que, aunque distintas, concurreii a1 mismo fin. Por est0 es que hail sido reducidos a teorias positivas priinerameiite 10s fendmenos astrondmicos como que soil 10s mas jenerales, 10s mas simp1es.i 10s mas iiidependientes de todos 10s demas, en seguida i en Grden sucesivo por Ins mismas rmones, 10s fenhienos de la fisica terrestre propiamente dicha, 10s de la quimicn, i por iiltirno 10s fendmenos fisioldjicos. Es iiiiposible sefialar el orijen precis0 de esta revolucion; porque, coni0 sucede con todos 10s grandes acoiitecimieiitos Imnanos, no se pnede decir sin0 que se ha verificado coiistaiitemeiite i mas i mas, particulnrmeiite desde 10s trab:!jos de Aristdteles i de la cscueln de hlejaiidria, i en seguida desde la introduccioii de las cieiicins natnrales en la Europa occidental por 10s Arabcs. Sin embargo, visto que conviene fitjar una 6poca para inipedir la divagacion de Ins ideas, indicard la del gran movimiento inipreso a1 espiritu humano, hace dos siglos por In accion combinada de 10s preccptos de Bacon, de lzts concepcioiies de Descartes i de 10s descnbrimientos
d e Galileo, como el momento en que el espiritu de la filosofia positivn ha comeiizndo n proiiunciarse en el 111111ido en oposicioii evidente coli el espiritix teoIAjico i metnfisico. Ent6iices fcd, ea efecto, cnaiiclo Ins coiicepcioiies positivns se clespiwidieron iietanient e de la, mezcln snpersticiosn i escoldstica que ciiHfra- zabn mas o m h o s el rerclndero ca14cter de todos 10s trnliaLi os anteriores. Desde esa memorable &poca, el movirniento de tisceiicioii de In filosofia positiva, i el inoviniiento cle clecnclencia de la filosofia teol6jica i nietafisica, h i siclo estremndamentc notables. Se hail pronuncinclo en fin de tal modo, que se hn lieclio 1:oi din impmible a toclos 10s obseiwdorcs que tieneii conciencin de 611 siglo, el clescoiiocer el clestino final cle la intelijenci:i Iinniniin 11:icin 10s estnclios positivos, asi con10 sii nkjniniento, en aclelnnte irrevocable, de esm vaiias cloctriiins i de esos ni&todosprovisorios que no podinn convenir sin0 a SLI primer vuelo. h i , estn renducion fLinclnruenta1 se verificarzi necesarinmente en tocla SII estensioii. Si le quedn, piles, m n nlgunn g r a n coiiquistn V e liacer, n l p n a rnma priiicipni del domiiiio intelcctunl que invaclir, se p e d e estar. sep r o de que la revotucioii se operar& en elln, como se lin efectusclo e a todw lns cleinns. Porque serin eviclciitcmeiite coiitrsclictorio suponer que el espiritu I>~~iiinn tan o , dispuesto n la uiiiclacl de niCtodo, conserrase iiidefinidnmeiite, pi*auna sola clnse de fend-
- 87 inenos, su moclo priniitivo de filosofar, cuniiclo ha llegndo n nc!optsr para toclo el resto uiia iitieva n ~ s r c h filoscifica, de uii carticter ahsolutnniente opuesto. Todo se reduce, pies, a uiin simple cuestioii de heclio: i l n Iilosofia positiva, .que, en 10s dos filtimos siglos, hn tomodo grsdnalmente una esteiision tali gmnclt, abrrtzn hoi dia todos 10s Crdeiies de feiieiiiienos? Es eviclente qm 116, i que, por consiguiente, quecln n u n uiin graiide operacion cientificn q i qje~ cntar pztra clar a la Slosofia positiva ese carhcter cle nni\-ersnlidnd in:lispensnble n su constitncion defini'iivs. En efecio, en Ins cmtro categorias principLles de f e n h e n o s naturales enumerndos anteriornieiite, 10s fia:Omenos n.;tronbinicos, fiBicos, quin;icos i tiisiol6jiccs, se nota iinn l:iguiin esencinl relstiva a, los feii(!meiio.; sociales, vie, auncliie coinpreiiclidos irnplicitaiiiente entre 10s fenGmeiios fisioldjicos, mu nreceii, hen psr su iinportniicia, sen poi* Ins clificrdtncles propins dc SLI estuclio, formnr niin categorin clistiiita. E s t e iiltinio ch-clen de concepcioiies, que se refiere n 10s fmicimeuos fiias particulares, inm complicaclos i mas dcpendientes cle todos 10.3 demns, ha debido, por csto solo, pcrfeccioiinrse nins leiitamcntc quc toilos 10s preccdciitcs, ann sin tomar en cueiita 109 obsthcnlos inns espccinles que considersremos mas tarde. C01ii0 quiera LE sea, cs evitleiite que 110 Ila cntrado nun a i el domiiiio de In filosofia positiva. Los m B -
- 88.todos teoldjicos i nietafisicos que, con respecto a todos 10s otros jdneros de fen6inenos, no son ya empleados por iiadie, iii como medio de iiivestigacion, ni siquiera como medio de argumentacion, son, por el contrario, nun esclusivamente usados, bajo uno i otro respecto, en todo lo que concierne a 10s fendinenos socinles, aunque su insuficieiicia a este respecto sea ya plenaineiite sentida por todos 10s bnenos espiritus, cansados de esas disputas iiiterminables entre el derecho divino i la soberaiiia del pueblo. He aqui pues la grande, pero evidentemente la hiiica laguna que se trata de llenar para acnbar de coiistituir la filosofia positiva. Ahora que el espiritu huniaiio ha fundado la fisicn celeste, lafisica terrcstre, sea mechiiica, sea quimica, i la fisica orgAnica, sea vejetal, sea animal, le quedn que terminar el sistema de las cienoias de observacion, fundando la f i s k social. Tal es hoi dia, bajo varios respectos capitales, 1s mayor i mas apremiante necesidad de nuestra intelijencia: tal es, me atrero a decirlo, el primer objeto de este curso, su objeto especial. Las coiicepciones que intentare presentar a ccrca del estudio de 10s fendmenos sociales, i cuyo jdrmen, -espero,-deje yn entrevcr este discurso, no podrian tener por objeto dar iiimediatamente a la fisica social el mismo grado de perfeccion que a l a otras ~ ramas nntoriores de la filosofin positiva. Est0 sei-ia evidentemeiite quimdi-ico, puestG que estns misnias
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ofyecen ya a este respecto una estrema desigualdad, por lo cleinas iiievitable. Pero esas coacepciones estarhn destinadas x iniprimir a esta hltima clase de nuestros conocimientos ese carhcter positivo tomado ya por todas las demas. Una vez lleiiada realinente esta condicion, el sistema filosdfico de 10s moderiios estarh asi fuiidado en su coiijuiito; porque niiigun fedmeno observable podria evideiitemeiite dejar de entrar en alguna de las ciiico grandes categorias,establecidas desde eiit6iiccs,---de 10s fendmenos astron6micos, fisicos, quimicos, fisiol6jicos i sociales, Hechas honiojdiieas todas nuestras coiicepciones fundarncntalea, la filosofh estarh definitivnmeiite constituidh en el estado positiro. Sin poder csmbiar jainss este carBcter, no le quedarh mas que desarrollarse indefinidamente por las adquisicioncs siempre crecientes que resultarari ineritnblemente de nuevas observacioiies o de ineditaciones mas profundas. Habiendo adquii-ido asi el cnrBcter de uiiiversalidad que le falta nun, la filosofia positiva 1legirB a sei. capsz de sustituii-se enternmeiite, coli toda sn superioridad natural, a la filosofia teoltijica i a la filosofia metafisica, cuya sola propiedad real ea hoi diz esta universalidad, i que priradas de uii tal motivo de preferencia, no teiidrh ya para iiuestros sucesores mas que una esistencis histdrica. Esplicado asi el fin especial de este curso, es fhcil comprender su segundo fin, su fin jeneral, que hace
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FILOSOFIA.
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de 4 1 un curso cle iilosofia positiva, i 110 solmielite uii curso de flsicn social. En efecto, conipletando en f i n la fundacioii de In fisicn social el sistemn de las cicncizs iiatnrales, se hace posible i aun necesnrio resuinir 10s diversos coiiociniientos nclquiridos; llegaclox cntoiices a uii estaclo fijo i lioinqjdneo, para coordinnrlos presentdndolos coni0 otras t m t a s mnms de tin tronco Ilinico, en lug n r de continnnr concibidndolos so1:unente como otros tnntos c u e i p s aislados. Con este fin, antes de proceder a1 estudio de 10s feii6inenos socinles, coiisidernr6 sucesivarnente, en el hrdeiz enciclopddico antinciado inns arriba, Ins diferentes cienciss positivas 5-a fornindas. Consiclero siilh-fluo qdvertir que no sc trntn a q n i de una skrie cle cuixos especiales sobre csda una de las rainas principnles de la filosofis nntiiml. Sin hablsr cle la clnrncion material (!e una enipi-esa semejnntc, es claro que iiiia pretension seniqjnnte seria insostenilnle de mi parte, i creo p o d x nfindir de parte de cualquiera en el e s t n d ~ actual d c In ednczlcioii huniann. X u i a1 contrnrio, un curso de 1%nstnraleza de este exi,je previamente, pai-a ser bicii entezidiclo, una serie de estudios especinles sobre Ins cliversns cieiiclas que van x ser considerndas aqiii. Sin estn condicion, es niui tiificil compiwidcr e iinposiblc juzgar Ins reflesiones filosc%.xs de que s e r h objeto esas ciencias. En uiin palabra, es u n ''CLILSO cZe Fi-
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losofin posidizta, i no clc ciziicias poxditivas, el qiue iiie propoiig~ hacer. Se trntn fiiiicsineiitc aqiii dc coiisidernr cads cieiicin 1:indnmentaI en s:is rclacioiics con el sistenin positivo toclo eiitero i cii cnsnto a1 cspiritn que 1% cnractcriza, cs decir b?jo el dohle nspecto cle sus d t 0 6 ~ 0emiciales s i cle sils resultados priiicipnles. Mui ninenudo aim clebcr6 liinitarine a mcncionnr cstc!: iMnios scguii los conociiiiicntos espccinles para tratar de aprcciar su importnncia. , i fin (le resumir Ins itlcns a ccrca clel cIohlc $3 de este ciirso, debo hncer observnr que 10s clos objjetos, uiio cspecinl, el otro ,jencrnl, que M C p r ~ p ~ : i g ann~, que distiiitos eii si inisinos, soil neccsarixnente iiisepambles. Porque, pox- uiin parte, serk impc)Gh couccbir uii cnrso cle l~lobofia posiitivn siii la rLu:c!ncion de In fisicn social, pucsto que le falt:vin cnt6iices 1111 elemento eseiicial, i que, por esto solo, no podria teller csc carhcter de jeiicrnLlnc? que &be ser si1 priiicipnl nti-ilxi+o,i qoe discinguc iixicstr~ estudlo a c t i d de In seri2 de 10s estiidios expccinles. Por a1 jesiirdio otra p r t e , c;irno lxocedcr coli scg~irid:~d cie 10s fenchncnos socides, si el espiritu 110 cstli priiiicrnineiite preparado por la consideracioii pi.of~iiunc!n de 10s m4totlos poski\.o:: y : jwgnclos ~ rcspecto n 10s ciit5mcnos m h o s complicados, i fortifieado, aclcnias, por el conociiniento cle las kycs priiicipales de 10s fendinenos anteriores, que toclos :influyen, de n:is
- 92 maiiera mas o nidnos directa sobre 10s hechos sociales ? hunque todas las ciencias fundamentales no inspiran a 10s espiritus vulgares u n interes igual, no hai ninguna que deba ser descuidada en un estudio como el que emprendemos. En cuahto a su Importancia para la felicidad de la especie humana, todas son ciertamente equivalentes, cnando se las considera de una inanera profunda. Ademas, aquellas cnyos resultados presentan, a1 primer aspecto, un menor interes pr8ctico, se recomiendan eminentemcnte, sen por la mayor perfeccion de sus mdtodos, sea por ser el fundamento indispensable de todas las demas. Es una considerncion sobre la c u d tend14 especialmente ocasion de volver en la pr6sima leccion. Para prevenir, en lo posible, todas las falsns interpretaciones que es lejitimo temer, sobre la naturalezn de un curso tan niievo como este, debo afindir suniariameiite a las esplicaciones precedentes algunas consideracioncs directaniente relntivas a esta universalidad de conociniientos espcciales, quejuews irreflesivos podrian miray como la f endencia de este curso, i que es considerada con tan justo motivo como enterainente contraria al verdadero espiritu de la filosofia positiva. Estas consideraciones tendrliii por otra parte la ventaja inas iiriportante de presentar este espiritu bajo un nuevo punto de vista, propi0 para concluir de aclamr su iiocion jeneral.
- 9.4 jeiiernl del iiiunclo sabio, es imposible, poi- otra parte,-dejnr c?ie conocer 10s incoiirenientes campitales que eiijenclrn, en s a estado actual, por la escesiva particularidncl cle Ins icleas quc ocupnn esclusivaiiientc a cada inteli,jeiicia individual. Este periiicioso efecto es sin clrrda inevitnble h a s h cic-rto punto, coni0 inherente a1 priizcipio mismo cle la division; es decir que, poi. iiingun rneclio, llegariamos j amas a igualnr, a cste respecto, a 10s ttiitigiios, en 10s cnales sernejante snperioddnct no proveiiia sobre toclo siiio ctel poco dcsai*rollo de sus conocimientos. Podemos sin embargo, me parece, por meclios conveiiientes, evitnr 10s mas periiiciosos efectos clc la especialidad esajemela, sin dafiar la influencia vivificante de la separncion de 12s investipciones. Es uijeiitc ocnprse de esto s&inmente; porque estos incoiirenientes que, pop su naturalem, tieliden a acrecentarse sin cesar, co mienzan a hacerse mui sensibles. Por coiifesioii de todos, las divisiones, estableciclas para mayor perfeccioii clc nuestros trabajos, entre las diversns mmas de In filosofin natural, son f i n : h e n t e nrtificinles. Xo olvidemos que, no obstante esta confesion, cs ya mui pequefio, en el mundo sabio, e1 nhniero de intelijencias que abrazan en SUY concepciones el conjniito misino cle una sola ciencia, que no es sin embargo, a su turiio mas que una parte de mi grnii todo. La mayor parte se lirnitaii ya eiitersmente a la considerscion aislada de m a seccion mas
o nidnos csteiisa de uiia ciencin dcterininndn, sin ocupnrse mucho de la relncioii de estos trabnjos particularcs coli el sistema ,jeiieral de 10s conocimientos positivos. Apresnrdmosnos a remediar el i-nal, antes que se h a p nias grave. Temanios qnc el espiritu hnmnno coiicluya por perdcrse en 10s tmbajos cle cletnlle. S o nos disiniuleinos que cs ese esencialmente el laclo d6bil por el caal 10s partidarios de la filosofh teolhjica i de la filosofia inetaisica puedeii atacnr con alguiia esperaiiza de &xitola filoSofia posiitivn. El verdadero iiiedio de detener la influencia deletitrea cle que el porvenir iiitelectunl parece amennzado, a concccuencia de .una deiiinsiado grande especializncion de las investigacioiies iiiclividuales, no podria, eviclectei-neiite,volver a em antigun confuion de 10s trabajos, 10 que equivaldria a liacer retroprLbdar a1 espiritu humniio, i lo que, por otra part<.. lioi din, ha llcgado felizinente n ser iinposiblc. Co: tAiste, a1 contrario, en el perfeccionaiiiieiito de la division misinn del trabajo. Eli efecto, basta hscer una gran especialidad inns del estudio de las jeneralidades cientificas. Que una clnse nueva de sabios, preparados por una educacioii conveiiiente, sin entregarse a1 cultivo especial de niiigana raiiia de la filosofia natural, se ocupe unicaniente,-considerimdo las diversas ciencias positivas en su estado actual,-en determinnr exactamente el espiritu de cada una de ellas,
en descubrir ~ i i n rclaciones i si1 encadenamiento, en resumir, si es posible, todos sus principios propios en un nienor nhniero de principios cowunes, conformhdose, sin cesar, a las mBsimas fundamentales del ndtodo positivo. Que a1 mismo tiempo 10s demas sabios, antes de dedicarse a sus especialidacles respectiras, se h a g m capaces en adelante, por iiiia educncion referente a1 conj unto de 10s conocimientos positivos, de aprovechnr inmediatamente las lnces esparcidas por estos sabios entregados a1 estudio cle 13s jeneralidades, i reciprocameiite de rectificar sus resnltados. A este estado de cosas se acercan visiblemente cle dia en dia 10s sabios actnales. Una vez llenaclas estas dos grandes condiciones,-i es evidente que pueden serlo,-la division del trabajo en las ciencias serzi estenclida, sin peligro alguno, tan l6,jos como lo ex+ el clesnrrollo de 10s diversos drclenes d e conocimientos. Una clase distinta, incesantemente inspeccionada por todas las demas, tenclria como funcion propia i permanente ligar cada nuevo dcscubriniiento particular a1 sistema jeneral; i no se teiiclrB ya que temer que una atencion demasiaclo grande prestada a 10s detalles iinyida jainas percibir el coiijnnto. En una palabra, la orgaiiizacion mo,derna del mundo sabio estarii desde entciiices completamente fLinclada, i no tcndrd mas que desarrollarse indefinidamente, conservanclo siempre el misino cardcter.
- 97 Formar asi del estudio de las jeneralidades cientificas una seccion distinta del gran trabajo intelectual, es esteiider simpleniente la splicacion del mismo principio de division que ha separado sucesivamente 1as diversas especinlidades;porque, mientras las difereiites ciencias positivas han estado poco desarrolladas, sus relaciones iniituas no podian tener bastante importancia para dar lugar, a1 m h o s de iiiia manera permanente, a una clase particular de trabajos; i a1 misino tiempo la necesidad de este iiuevo estudio era mucho mdnos urjente. Pero lioi dia cada una de las ciencias ha toniado separadamente bastante estension para qhe el extimen de sus relaciones in&xas pueda dar lugar a trabajos continuados, a1 mismo tiempo que este nuevo Grcleii de cstudios se hace indispensnble para prevenir la dispersion de las concepciones hurnanas. Tal es la inanera como concibo el destino de la filosofia positiva en el sistema jeneral de las ciencia positivas propiamente dichns. Tal es, a lo m h o s , el fin de este curso. Habiendo ensayado deterininar tan exactnmeute comonie ha sido posible hacerlo, en este primer resdmen, el espiritu jeneral de un curso de filosofia positiva, para imprimir aliora a este cuadro todo SLI carActer, creo que debo seiialnr rspidamente las principales ventajas jeiierales que p e d e teller uii trabaj o semejante,-si son convenientemente lleiiadns SUY
FILOSOFIA.
- 98 principales condiciones,-para 10s progresos del espiritu hnmano. ReducirC este hltimo cirden de consideracionee a la iiidicacioii de caatro propiedades fundamentales. Priixeramente el estudio de la filosofia positivn, considerando 10s resultados de la actividad de nuestrns fxultades intelectuales, nos suministrn el linico i verdadero meclio racionnl de evidcncinr las leyes 16.. jicas del espiritu liumano, que hnn sido buscadas hnsta aqui por vias tan poco propins para descubi-idas. Para esplicar convenieiitemente mi pensamiento a este respecto, debo desde luego recordnr una concepcion filos6fica de la mas alta importancia, espuestn por de Blainvillc en In bell3 iiitroduccion de SLIS lriiicipios de anatomia comparada. Gonsiste en que todo scr activo, i especiahente todo ser viviente, puede ser estudiado en todos sus fendiiienos, bajo dos aspectos fundamentales, bqjo el aspecto estdtico, i bajo el aspecto dindmico, es decir coni0 apto pars obrar, i como obrando efectivamente. Es claro, en efecto, que todas las considernciones que se pieden presentar entrarhn necesariamente en uno o en otro niodo. Apliquemos esta luminosa maxima fundslnental a1 estudio de las fuiiciones intelectuales. Si se consideran estas funcioiies bajo el punto de vista estiitico, su estudio no p e d e consistir sin0 en la determinacion de las condiciones orghicas $e
que depen;lcn; forma as; una 1mte esencial de la aiiatonht i de la fisiolojia. Consider&ndolasbajo el punto de vista diiihiiiico, todo se reduce a estudiar 1 s m a r c h cfectiva del esppiritii hnmano cn ejei-cicio, pol- el esdmcii de 10sprocedimientos emplesdos realliientc para obtener 10s coiiocixnientos esactos que ya ha nclquiriclo, lo qrre coiistit>uyeeseiicialineiite el objeto jeiieral de la fi10~0fia positjva COMO 10 he defiiiido cii este discurso. ales son ividentemente Ins dos <micasvias jeiielydes, compieiuentaria la ima de la otm, por Ins cualcs sc pueda llegar s obtener algunas nocioiies raciod e s vcrdnderas sobre 10s fen6meiios iiitelectuales. Se ye qne no h i lugar, bajo iiingun respccto, para esa sico1oji:L ilusoria, dltirna transformacioii de I s teoloj ia, quc se iiiteiita tan vairnmeiite reaiiimar hoi &a, i que, sin cuidarse iii del est)udio fisiolOjico de nuestros Grgniios intectuales, ni de la obsei-mcion de 10s procediinientos racionales que dirijen efectivariiente iiuestrns diversas iiivestigaciones cienti ficas, pretciide llegar a1 descubriniiento de Jss leyes fundamentales del espiritu humano, conteinplhdole en si Ii1isnio, es decir, haciendo conipletaiiiente nbstrsccion de las camas i de 10s efectos. La prepoiiderancia de la filosofia positiva se ha hecho sucesivamente tan marcada desde Bacon, i ha tomado hoi dia, iiidirectameiite, un nsceiidieiite tan g r a d e sobre 10s espiritns inismos que han quedado
- 100 mas estraiios a su inmenso desarrollo,-que 10s metafisicos entregados a1 estudio de iiuestra intelij encia no ban podido esperar retarclar la decadencia de su yretendida ciencia, sin0 procurando presentar sus doctrinas como fundadas tambien en la observacion de 10s hectios. Con este objeto han imajinado, en estos illtimos tieLnpos, distinguir, por una sutileza mui singular, dos especies de observacion de igual importancia, la una esterior, la otra interior. Esta iiltima est6 unicamente destinada a1 estudio de 10s fendmenos intelectuales. No es este el inomento de entrar en la discusion especial de este sofisma fundamental. Debo limitarme a indicar la conoideracion principal que prueba claramente que esta pretendida contemplacion directa del espiritu por si mismo es una pura ilusion. Se creia, poco tiempo ha, haber esplicado la vision diciendo quela accion lumiriosa de 10s cuerpos dibuja sobre la retina cuadros representativos de las formas i colores esteriores. A esto 10s fisi6logos han objetado, con razon, que, si las impresiones luminosns obrasen como irndjenes, seria menester otro ojo para mirarlns. 4x0 sucede lo mismo, con mayor rmon, en el cas0 presente? Sensible es, enefecto, que, por una necesidad invencible, el espiritu humano pueda observar directamente todos 10s fenbmenos, escepto 10s suyos propios. Porque iquidn haria la observacion? Se con-
- 101 cibe, relativamente a 10s fen6menos mordes, que el hombre pueda observarse a si mismo con respecto a las pasiones que lo animan, por esta razon anat& mica, que 10s drgnnos en que estan situadas son distintos de 10s destinados EL Ins funciones observadorns. Aun cuando cada uno tuviese ocasion de hacer en si misnio tnles observaciones, estas no podrian evidenteniente tener jamas una grande importancia cientifica, i el mqjor niedio de conocer las pasioiies serB siempre observarlas enJos demas ; porque todo estado de pasion mni pronunciado, es decir, el que precisaniente serin inas eseiicial esaminar, es necesariamente incompatible con el estado de observncion. Pero, hai una manifiesta imposibilidad en cuanto a observar del mismo modo 10s fendmenos intelxtnales niientras se ejecutan. El individuo que piensa no podria dividirse en dos, uno de 10s cuales razonsse, mientras el otro niirara razoiiar. 2CGmo podria verificarse la observacion, siendo, en este caso, iddnticos el 6rgano observdo i el drgano observndor ? 1l:ste pretendido nikto3o sicol6,jico es pues radicalmente nulo en su principio. Consideremos tarnbien a qu6 procedimieutos profundamelite contradictorios conduce inmediatamente! Por una pnrte, os recomienda aislaros, en lo posible, de toda sensacion esterior, i es necesario sobre todo que os abstengais de todo trabajo intelectual ; porque, si estuvieseis sola-
meate ocupado dehacer el chlculo nias sencillo, 2 seria dela obscrvacion i u t e ~ i o Por ~ ? otra parte, despues de baber alcanzado, en fin, a fuerza de precauciones, este estado perfecto de sueiio intelectmal, debeis ocuparos en conteniplar Ins operaciones que se ejecuten en vuestro espiritu cuanclo nndn pase y"en 61! Nuestros desceiidientes veran sin ducla tales preteizsiones basportadas un dia a la escenn. Los resultados de uiin inanera tan estrafia de proceder son perfectamente Fonformes al principio. Dos mil afios hace que 10s inetafTsicos cultivan asi In sicolojia, i auii no han podidlo convenir siquiera en una sola proposicion iiitelij ible i ~Glidamente establecitla. )':stan, aun hoi, divididos en iina multitud de escuelas que disputaii sin cesar sobre 10s primeros elementos de sus doctrinas. L a obsei*vncion int e p i o r eqjendra casi tniitas operaciones diverjentes como liai individuos que creen eiitregarse a ella. Los verdaderos sabios, 10s lionibres declicados a 10s cstudios positivos, piden todavia en ~ n n a o esos sic6lcgos que citen un solo descnbrimiento real grancle o pequeiio, que sea debido a ese indtodo tan nlabado. No es deck poi. esto que todos sus trnbajos liayan sido absolutamente sin ningun resultado con relacion a 10s progresos jenertiles de nuestros conocimientos, independientemente del servicio eminente que han prestaclo, sosteniendo la actividad de nues-
- 103 tra intelijencia en una +oca en qne no podia tener un aliment0 mas sustancial. Pero se puede afirmar que todo lo que en sus escritos no consiste, segun la .juiciosa espresion de un ilustre filbsofo (M. Cuvier), en inetkforas toniadas por razonamientos, i que presents alguna iiocion verdadera, en vez de provenir cle su pretenclido m&odo, ha sido obtenido por observaciones efectivas sobre la marcha del espiritu huiiiano, a las que ha clebido dar nacimiento, de tiempo en tiempo, el desarrollo de las ciencias. Aun mas, estas nociones tan claras, prodamadas con tanta dnfasis, i que no soli debidas, sino a la infidelidad de 10s sicdogos a su pretendido m&todo,son con m u c h frecuencia o mui esqjeradas o mui incompletas, i mui inferiores a las obser.vaciones ya hechas sin ostentacioii por 10s sabios sobre 10s procedimientos que emplean. Seria f h i l citar muchos ejemplos, si no teiniese acordar aqui demasiada estension a una discusion semejante : vecl, entre otros, lo que ha sucedido respecto a la teoria de 10s signos. Las consideraciones que ambo cle indicar a cerca cle la ciencia lijica, son atun mas manifiestas cuando se las trasporta a1 arte lbjico. E n efecto, cuando se trata, no solaniente de saber lo que es el mhtodo positivo, sin0 tambien de conocerlo bastante clam i profundamente para poder hacer un us0 efectivo de 61, es necesario considerar
- 104 ese mitodo en accion; son BUS diversas grandes aplicaciones ya verificadas que ha hecho el espiritu humano, las que convienc estudiar. En una palabra, no es posible evidentemente llegar a1 m6todo positivo sin0 por el ex&menfiloscifico de 13s ciencias. El mdtodo no es susceptible de ser estudindo separadamente de las iiivestigaciones en que es einpleado; o a lo rndnos, ese no ser;i sino nn estudio muerto, incapaz de fecundar el espiritu que se entrega a 61. Todo lo que se puede clecir de real, cuando se le considera en abstracto, se reduce a jeneralidades de tal modo vagas, que n o pueden tener ninguna influencia sobre el rijimen intelectual. Cnando alguien lia establecido niui bien, en tdsis hjjica, que todos nuestros conocimientos debeii e s t u fundnclos en la observacion, que debemos proceder yn cle 10s hechos a 10s principios, ya de 10s principios a 10s hechos, i dgunos otros aforismos semejantes, conoce mucho mbnos claramente el nidtodo que el que ha estndiado de una manera un poco profunda una sola ciencia positiva, aun sin inteiicion filos6fica. Por haber desconocido este hecho esencial, es que nuestros sicdlogos son conducidos n toinar SLXSsnefios por ciencia, creyendo comprender el metodo positivo por haber leido 10s preceptos de Bacon o el discurso de Descartes. Ignoro si mas tarde llegarii a ser posible hacer a p i o r i un verdadero curso de mktodo enterainente
independiente del estudio filos6fico cle las cieiicias ; pero estoi inui con~7encido de que c!jto cs inejecutable hoi din, no pudiendo ser aun esplicatlos con la pi*ecision suficiente 10s grandes procctliniicntos lcijicos separadninente de sus np1icacio:iea. Ne atrevo a afiadir, adeinas, que aun cuando una enipresa sernejante pudiese ser realizada en lo sucesivo, lo que, ell efecto, se deja concebir, seria sin einbargo imicamente poi. el estudio de las aplicacioiies regulares que podria llegnr a formarse un buen sisterna de hAbitos intelectuales, lo que debe ser el f i n esencial del estudio del m6toda No tengo necesidacl de insistir mas en este momento sobre ~ f i nsunto i que se ofrecer&frecuentemente en toda la duracion de este curso) i respecto del cual preseatnr6 especinlmente iiuevas consideraciones en la pr6siinn leccion. Tal debe ser el primer gran resultado tlirecto de la filosofia positiva : la manifestacion por espcriencia de las leyes que siguen en su verificacion nnestras funcioiies intelectunles, i, por consiguiente, el conocimieiito precis0 de 1as reglns jenerale-; convenientes para proceder con seguridad a la investigacioii de la verdad. Una segunda consecuencia no m h o s importante i de uii interes mucho mas apremisnte, que estA destinada a producir hoi dia el estnblecimiento de la filosofia positiva definida en este discurso, es la de
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presidir a la reforma jeneral de nuestro sisteina de educacion. En efecto, ya 10s bueiios espiritus recoiiocen undnimeinente la iiecesidad de reemplazar nuestra edncacion europea, aun esencialmente teol6j ica, metafisicn i literaria, por uiia educacion positivn, de conformidad con el espiritu cle nucstra &poca, i adaptatla a las necesidades de la civilizacioii inoclerna. Las vsriadas tentotivas que se liaii niultiplicado mas i inas desde hace un siglo, particularmente en estos idtirnos tiempos, para esparcir i aumentar sin cesar la instruccion positiva, i a Ins cuales se han siempre asociado con celo 10s diversos gobiernos curopeos cunndo no linii tornado la iniciatira, atestignan suficieiitenieiite que de todots partes se desarrolla el seiitirnieiito espoiitAneo de esta neccsidad. Pero, secundando en lo posible estas iitiles empresns, no debe disimn1ar;se que, en cl estado actual de nixestras ideas, no son susceptibles de alcanzar su fin principal, In rqjeiieracion fundamental de la educacion jeneral. lorque la espccialidad esclusiva, el aislamiento deinasiado pronunciado, que caracterizan nun nuestrn rnanera de concebir i de cultivar 13s ciencias, influyen necesnriameiite en alto p a d o en la inanera de esponerlas en la ensefianza. Si un bzen espiritu quiere en el dia estudinr las principnles ramas de la filosofia natural, a fin de formarse u n sistema, jenerd de ideas positivas, serii obligado
- 107 a estndinr separndamente cadn una de ellns segun el niismo modo i con el mismo detalle que si quisiese llegar a ser esspecialmente astrcinonio o quimico, etc. ; lo que haw una educncion senxjante casi imposible i neccsariamente iniperfecta, a m para 1as mas altas intclijencias colocnclas en las mas favorables circunstancim Una manera seriiejaiite de proceder seria pues enternmente quimkrica,, relativament~e a la eclucncion jeneral. I sin embargo, esta e s i j e absolutamente un conjunto cle concepciones positivas sobre todas 13s gmndes clases de f e n h e n o s nnturales. Es nn conjunto seniejante el que deberd ser en adelante sobre una escala mas o m h o s estensa, auii en 1as masas popiilares, la base perrnnnente de todas las combinnciones humanas; el que debe, en una ldabrn, coiistituir el espiritu jeneral de nuestros descendientes. Para que la filosofia natural puedn conclnir la rejeneracion, y" tan preparada, de nuestro sistema intelectunl, es pues indispensable que las diferentes ciencins de que se compone, presentadns a todas las intelijcricins como las tliversas rnmas de Lin tronco hnico, scan reducidas primeramente a lo que constituye si1 espiritu, es clecir, a sus mkodos principnles i a sus resultaclos mas importantes. Es asi iinicamente como la enseiianza de las ciencias puede llegar a ser, entre nosotros, la base de una niieva educacion jeneral verdaderamente racional. Que en seguicla, a esta instruccion funclamental se
- 108 afiadan 10s diversos estudios cieiitificos especiales, correspondientes a las diversas educaciones especiales que deben suceder a la educacion jeneral, es evitleiite que no puede ponerse en duda. Pero la consideracion esencial que he qnerido inclicar aqui consiste en que todas esas especialidades, nuii penosamente acumuladas, serian necesarizmente insuficientes para renovar realmente el sisteina de nuestra educacion, si no reposasen en la base pr6via de esta ensefianza jeneral, resultado direct0 de la filosofia positiva defiiiida en este discurso. El estudio especial de las jeneralidades cientificas no solo est& destiiiaclo a reorganizar la educacion, sin0 que debe tanibien contribuir a 10s pro;0 resos particulares de las diversas cieiicias positivas; lo que constituye la tercera propiedad fundamental que me he propixesto sefialar. En efecto, las divisiones que establecemos entre nuestras ciencias, sin ser arbitrarias, como algunos lo cren, son esencialmentc artificiales. .En realidad, el objeto de todas nuestrns investigncioncs es uno; nolo dividimos sin0 con el propdsito de separar las dificultades para resolverlas niejor. Mas de una vez resulta que, en coiitradiccioii con n uestras divisiones clbsicas, cuestiones importantes exijirian una cierta combinacion de varios puntos de vista especiales , combinacion que no p e d e verificarse en la constitucion actual del innndo sabio; lo que espoiie a
- 103 dejar estos problemas sin solucion por niucho nias tiempo del necesario. Un inconveniente tal debe preseiitarse sobre todo respecto de las doctrinas mas esencinles de cada ciencin poaitiva en particular. Se pueden citar f'Acilmente ejemplos mui notables, que sefialnri! cnidndosamante, a medida que nos 10s presente el desarrollo natural cle este curso. Podria citnr, en el pasado un ejemplo emiiientemente memorable, considernndo la admirable concepcion de Descartes relativa a la jeometria anditica, Este dcscubrimiento fundnmeutal, que ha cambiado la fa^ de la ciencia metemjtica, i en el que debe verse el verdailero jdrmen de todos 10s grandes progresos ulteriorea, cqud otra cosa es sino el resultado de una aproxirnacion establecida entre dos ciencias, concebidas hasta e n t h c e s de una manera nislada? Pero la observncion serh mas decisiva llevjndola n cuestiones stun pendientes. N e liiiiitard aqui a escojer, en la quimica, la doctrina tan iinportante cle las proporciones definidas. Ciertamente, la memorable discusion suscitada en nuestros dias, a cerca del principio fundamental de esta teoria, no podria aun,-cualquiera que Sean las apariencias,-ser considerada coni0 irrevocablemente terminada. Porque no es esa, me parece, una simple cuestion de quimica. Creo poder afirmar que, para obtener a este respecto una decision verdadernmente definitiva, es decir, para determinar si
- 110 iiosotros debenios mirnr como una lei de la natnmleza qne las niol6culns se combinan iiecesarianieate en nliiiieros fijos, serin indispensable reunir el pimto de vista qaiiiiico con el punto de vista fisioldjico. Lo que lo indica, es qiie, 1!or coiifesion misnin de los ilustres qnirnicos qne mas podcros:iniciite l l n n contribiddo a la formacion de esta, doctrinn, se p e d e decir cnnndo mas, que ells se verificn constanteiiiente en la coniposicion de 10s cuerpos i n o i * g h ~ cos; pcro que falla no m h o s constnntcmente, en 10s coiiipuestos orghnicos, a 10s cunles parece h a s t n el presmte enteramente iinposiible estendcrln. Luego, antes de erijir estn teorin en un principio renlmente funclamentnl, ,.j no sei4 iiececai-io primernmente linberse dado cuenta de estn inmensn ewepcion? No dependeria de ese iiiisiiio carhcter jenerd, propio de todos 10s cuerpos organizndos, que Iiace que, en cndn uno de sus fen6nienos, no hays Ingar para coiicebir iiiinieros inv:irinbles ? Como quiera que sea, un Grden enteramente nuevo de considernciones, pertenecientes iguttliiiente a la quirnicn i a la fisiolojis, es evidenteniente iiecesario para deciclir iinalmente, de una inmiera cualquiera, estn gran caestion de filosofin nntural. Creo conveniente indicar a m aqui un segundo ejemplo de la misma naturaleza, pero que, refiridndose a uii objeto de iiivestigaciones rnucho mas particular es tlun mucho inas concluyente para
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iiiostrnr la iinportancin cspecinl de la filosofia positiva en la solucion de 1as cuestiones que esijen la combihacion de 17arins cicncias. Lo torno tanibien en la quiniica. Se tratn de la cuestion, nun indecisn, que consiste en determinar si el azoc debe ser considerado, en el cstado actual de iiuestros conocimie:itos, coni0 1111 cnerpo simple o COMO un cuei-po compuesto. Vosotros sabeis poi- qud coiisideraciones purainente qn iiiiicas el ilustre Berz6iins lin llcgado a bnlancenr la opinion de cnsi todos 10s qdniicos actuales a cercn de la simplicidad de este gnz. Per0 lo quc yo no debo dejnr de not:ir pnrticulnrmente, es la influencia qjercida en este asunto sobre el espiritu de 13crz6Iins, como el misnio hace I n preciosa confesion de ello, por esta observacion fi.;ioldjica, que 10s aniniales que se alimciitan de mntcr': s 1 1 0 azoadas encierran en la coniposicion de sus t tanto azoe como 10s aniinales cnrnivoros. E:: claro, en efecto, segun esto, que, para decidir realnic~ntesi el azoe es o no un cuerpo simple, serh necesnrio precisnmeiite hacer intervenir la fisiolojia, i coiiibinsv, con las considernciones quiinicns propianicnte dichas, una sdrie de iiivcstignciones nuevas sobre la iylacion entre In composicion de 10s ciierpos vivientes i su modo de alimentacion. Seria abora superfluo nmltiplicar mas 10s ejemplos de estos problernas de naturaleza mGltiple, que no podrian ser resneltos aino por la intima combinncion
- 112 de varias ciencins cultivadas hoi dia de una manera enterameiite inilependiente. Los que acabo de citar bnstaii para hacer seiitir, en jeneral, la impoitmcia de la fiincion que debe llenar en el perfeccionamient o de cada cieiicia natural en particular, la filosofia positiva, ininedintnniente destinada a orgznizar, de una manera pcnnnnente, esas conibinaciones, que no podrian forrnarse convenientemente sin ella. E n fin, unn cnnrta i illtima propiedad fuiidamental, que debo hacer notar desde este inomento en lo que he llamado In filosofia positiva, i que debe sin duda merecerle m7.s que toda otra la atencion jeneral, puesto queella es lioi dia la inas importante para la prbctica, es que ella p e d e ser considerada como la ilnica base sdida de la reorganizacion social que clebe terminnr el estado de crisis en que se encuentran desde tan largo tiempo las naciones mas civilizadas. La tiltinis parte de este curso ser6 especialmente consagrnda a establecer esta proposicion, desarrollhdola en toda su estension. Pero el bosquejo jeneral del gran cuadro que he tratado de indicar en este discurao estaria despojado de uno de sus elementos mas caracteristicos, si descuidase seiialw aqui una consideracion tan esencial. Algunas reflesiones inui sencillas bastarjn para j ustificar lo demnsiado ambicioso que parece presentar desde luego una calificacion semejante. No es a 10s lectores de esta obra aquienes mu crea
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- 113 eii cl deber de probar que 1as ideas gobiernan i trastornnn el mundo, 0 , en otros t&iiiiiios, que todo el inecanismo social reposn finaliiiente sobre opiniones. Saben sobre todo que la graii crisis politica i inoral de las sociedades actuales proviene, e n illtiino anhlisis, de In annrquin iiitelcctual. Nuestro nias grave nial eonsiste en efecto eii esn profunda diverjencia quc esiste ahors entre todos 10s espiritns acerca de toJas Ins iiihsimns fundamncntales cuya iijezn es In priincra condicion de un verdadero &den social. Mi&itrns que Ins intelijeiicias individuales no hsyan adlierido poi- un aseiitiiniento unhiime a cierto 111'~mcro de ideas jeiieidcs capaces de formar iina doctrinn social coniun, no se puede desimnlar clue el estndo de Ins iinciones quedarh,, por iicced a d , escncialmente revolucionnrio, : I pesar de todos los plintivos politicos que se adopteii; i n o permitir:i rcnlnieiite siiio instituciones provisorias. Es igunlriicnte cierto qiie, si cstn reunion de 10s espirittis en '~iii:tmisiiis coriiunion de principios p e d e al;0 una vex obtenerse, se clesprendcrhn cle ells necesariaineiite institueiones convcnientes, sin clnr lugar a iiiiigiuii sacadinliento grave, hnbidndose disipndo ya por este solo hecho el mayor deshrden. Es nllh, p e s , a donde debe dirijirse In ateiicion do toclos 10s que sic;itcn 1% irnportnncin de uii estado 6e cosss verdadcrnmeiite normal. Ahora, descle el punto de vista elevado en que nos
FILOCOFIA.
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- 114 hail colocsdo gradualmente las diversas consideraciones indicadas en este discurso, es fAcil a la vez cnracterizsr claraniente en su intima profundidad el estado presente de lae sociedades, ideducir de alii poi- qud csmiiio puede ser modificado emxGdmente. Refiridndonie a la lei fundamental enunciada a1 principio de este dircurso, crea poder resumir esactnmente todas 13s observaciones acerca de la situncion actual de la sociedad, diciendo simplemate que el desdrden actual de Ins intelijenciss proviene, en iiltir n s anhlisis, del empleo simalt&neo de las tres filosofias rsdicahente iiicompntibles--6loso~a teoldj ica, filosofis metafisica i filosofia positiva. Es claro, en efecto, que, si cualquiera de esas tres filosofias obtuviese en realidad una preponderancis universal i completa, habria un 6rden social determinado, en tanto que el mal consiste sobre todo en la ausencia de toda verdaclers organizacion. Es la coexistencia de esas tres filosofias opuestas, lo que impide absolutamente eiitenderse sobre ningun punto esencial. Luego, si esta manera de ver es esacta, no se trata ya sin0 de saber c u d de las tres filosofias p e d e j debe prevalecer por la naturaleza de las cosas; todo hombre sensato deberii en seguida esforzarse en concurrir a su triuiifo cualesquiera que hayan sido, antes del aniilisis de la cuestion, sus opiniones particulares. Reducida la investigncion a estos sencillos tdr-
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minos, parece que no ciebe yuednr por largo tienipo inciertn; pues es evidente, POT toda clasc de razones, indicadas en este discurso nlgnnns cle las principnles, que la filosofin positiva es la iliiicn destinada a prevalecer segnn el curso ordiiiario de las cosas. Solo ella ha estndo, desde una larga sbrie de siglos, constantemente eiirprogreso, rnidntras que sas antngonistas h n n ido constsnteiimite en decndencia. Sen con razon o sin ella, poco iiiiporta; el hecho jenernl es incontestable, i eso basta. Se le puede deplornr, mas no destruirlo ni por consigniente descuidarlo, so pens de entregnrse a expeculseiones ilusorias. Est a revolucion jeiiernl del espiritu liumano se ha realizado hoi casi enterainente: no falta ya como lo lie esplicado, sino coiiipletar la filosofia positiva, ~011%prendiendo en ella el estudio de 10s fen6menos sociales, i en seguidlt resurnirla en un cuerpo de doctrina hoinojchea. Cuando este doble trabqjo est4 suficieiiteniente nvnnzado, el triunfo definitivo de la filosofia positiva se verificari espontaneamente, i restablecer& el6rdeii en la sociedad. Casi todos 10s espiritns, desde 10s mas elevados basta 10s nias vulgares, acuerdan lioi a 10s conocimientos positivos una marcada preferencia sobre las concepciones vagas i misticas, claro presajio de la ncojida que recibirA esta filosofia, cuando haya adquirido la h i c a cualidad que le falta aun, un caricter de jeneralidad convenientc.
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En reshmen, In filosofia teolcijica i la filosoGn metafisica se disputan lioi In tares,-demasiaclo superior a las fuerzas de uiia i otm,--cle reorgaiiizar I n sociedad; entre ellas solnmeiitc subsiste atin la lucha a este respecto. L a filosoiin positiva iio ha interveiiido hnstn ayui en In conticncla sin0 para criticarlas n ambas, i 1x1 lied10 10 bnstaiitc para clesacreditarlas eiiteraniente. Ponglimosln en f i n en esttlclo de toniar 1111 rol nctivo, sin preocupmios ya, For inns tiempo, de clebates que se han hecho inhtiles. Conipletaiido la vasts operncioii intelectual comeiizada por Eacoli, poi- Descartes i por Galileo, comtrnyanios directaiiiente el sistema de ideas jenerales que esta filosofia harh prevaleccr cn adelaiite indef.liiidaiiiente en In especie humana; i asi se ponclrti fin a In crisis revolucionnria que atoriiimita n 10s piiebhs civilizaclos. Tales son 10s cuntro puntos cle visttl principales bajo 10s cuales he crcido deber inclicar clesde este inomento la influencia salntlablc de la filosofia positiva, para servir de coinplemeiito eseiicinl a su defiiiieion jeneral que he ensnyado esponer. Antes de terininar, deseo llaniar uii iiistante la ateiicion sobre una itltima reflexion que me parece lo posible,-que se forconvenieiite para evitar,---en ine de anteinsno una opiiiion errchien de la naturaleza de este curso. A1 nsignar por objcto a la filosofia positiva resninir en uii solo cuerpo de doctrinn hoiiioj&iea el coli-
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juiitG cle 10s conocimientos ndqiiiridos, ncerca de 10s diferentes 6rdeiies de fendnienos naturales, estnba 16jos de mi peiisnmiento qnerer proceder nl estudio jeneral de estos fen6iiienos, considerhndolos todos COMO cfectos diversos de uii priiicipio hiico, i COMO soiiieticlos a una sols i misma lei. duiique debn t m tar especialmeiite esta cuestioii en In prGsima leccion, creo que debo, desde aliorn, hncer su declaracion, a fin de prevenir 10s reproches inui nial fiindndos que podrian dirijirrne nqwllos que, con una fdsa npreciacion, clasificasen e, qte curso entre csns tentativns de esplicacion Liniversnl que se ven surjir disriamente de parte de espiritus enteramentes estraiios n 10s m6todos i a 10s conocimientos cientificos. De nadn psrecido se trsta nqui: i el desarrollo de este curso snministrarii la. prueba manifiesta de esto, n todos nquellos en que hnynn podido qnedar algunas clndns ,a este respecto, a pesar de las aclnraciones coiitenidas en este discurso. En mi profunda conviccioii personal, considero estas empresns de esplicncioii universal de todos 10s fen6menos poi* una lei hiiica, como eminentemelite quimdricas, auii cuando Sean intentadns por las intelijencias mas competentes. Creo que 10s meclios del espiritu hunimo son demasiado dBbiles i el universo denlasindo complicado para que alcanzemos jamas una tal perfeccion cientifica, i pienso, ademas, que esiste jeneralmente una idea mui exajerada de
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las ventajas que de clla resultarian necesariainente, si ella h e s e posible. En todo caso, me parece evidente que, visto el estado actual de iiuestros coiiocimientos, estamos nun demasiado 16jos de esa perfeccion para que semeiantes tentativas puedan ser razonables antes de uii lapso de tiempo considerable. Porque, si se pudiese csperar llegar liasta ella, est0 no podria suceder, a mi modo de paisar, siiio retiriendo todos 10s fen6inenos iiaturales a la lei positivsl inas jeiieral que conozcanios, la lei de la gravitacioii que l i p ya todos 10s fen6menos astroii6niicos a una parte de 10s de la fisica terrestre. II,aplaceha espuest o efectivamente una concepcion por la cual se podria ver en 10s f e n h e n o s quimicos siiiiples efectos moleculares de la atraccion neutoiiiana, modificada por la figura i la posicion mmitua de 10s Atomos. Pero, ademas de la iiideteriniiiacioii en In cual quedaria probablemente siempre esta concepcion, por la ausencia de datos eseiiciales relativos a la constitucion intima de 10s cuerpos, es cnsi seguro que la dificultad de aplicarla seria tal, que se verian oblif;tldos a maiitener, como artificial, la division hoi establecids como iintural entre la astronomia i 13 cluimica. Asi, Laplace no ha presentado esta idea sin0 como uii simple jiiego tilos6fico, incapaz de ejercer realniente alguna iiifluencia 6til sobre 10s progresos de la ciencia quimica. Hai mas, por otrn parte; porque, aun saponiendo veiicida esta insupe-
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rable dificultad, no se habria auii alcanzndo la unidad cientifica, puesto que seria iieceswio en seguida intentnr ligar a la misma lei el conjuiito de 10s feidmenos fisiol6jicos; lo que, a la verdad, no seria la parte menos dificil de la empresa. I sin embargo, la liip6tesis que ac,zbamos de recorrer seria, bien considerada, la mas favorable a esta unidad tan deseable. No tengo iiecesidad de mayores detalles para concluir de convencer que el fin de este curso no es de ningun modo presentnr todos 10s fen6menos iiaturales como si fuesen en el fonclo idbnticos, salvo la variedad de las circunstancias. La filosofia positiva seria sin duda mucho mas perfecta si asi pudiese ser. Pero estn condicion no es de ningun inodo necesnria a su formacion sistemhtica, coni0 tampoco a la realizacion de las grandes i felices consecuencias que la henios visto destinada a producir. No hai otra unidad indispensable para est0 que la unidad de mitodo, la cual p e d e i debe evideiitemente esistir, i se encuentra ya establecida en su mayor parte. En cnanto a la doctrina 110 es necesario que sea una; basta que sea honiojdnea. Eqjo el doble punto de vista de la unidad de 10s nidtodos i de la homojeneidad de las doctrinas, consideraremos, p e s , en este ciirso, las diferentes clases de teorias pdsitivas. Aunque tendiendo a clisminuir lo mas posible el nfimero de las leyes jenerdes
- 130 necesarias a la esplicscion positiva de 10s fen& ineiios naturales, lo cual es, en efecto, el fin filoscificode la ciencia, consideraremos coiiio temerario aspirar jamas, nun para el porvenir mas lejnno, a reducirlas rigmosamente a una sola. En este discurso, 'tie tmtado cle deterniinar, eon toda exactitud posible, el objeto, el espiritu i la influencia de la filosofia positiva. He sefialado el tdrmino hitcia el c u d han sienipre tendido i tenderRn sin cesar todos rnis trabajos. Sadie est&mas profundamente convencido que yo de la iiisuficieiicia de mis fuerzas iiitelectuales, atinque fuesen inni superiores a sn valor real, para responder a una tarea tan vastai tan elevadn. Pero lo que no puede ser heclio ni por un solo espiritu ni en ima sola \%a, uno solo puede proponerlo claramente: esta es toda mi anibicion. Habiendo espuesto el verdadero objeto de este curso, es decir, fijndo el punto de vista bajo el cual considerarb las diversas rxmas principales de la filosofia natural, completxrd, en la leccioii prcixima, estos prolegdinenos jeiierales pasnndo a la esposicion del plan, es decir, a la detcrmiiiacion del drclen enciclopddico que convieiie establecer entre 1as diversas clases de fencimeiios naturales, i por consiguieiite entre las cieiicias positivas correspondientes.
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Despues de hnber caracterizado con todn la esac-. titud posible, en la leccion precedente, lns considernciones que se pueden prcsentar en este curao sobre todas Ias ramas principales de la filosofia natural, es necesario determinnr &ora el plan que debeinos seguir, es decir, la clasificacioii inns convenieiite que se p e d e estnblecer entre Ins diferentes ciencias positivas fundnmentales, pnrs estudiarlas sucesivamente bajo el punto de vista que hemos fi,jado. Esta segunda discusion jeneral es indispensable para concluir de haccr conocer desde el principio el verdadero espiritu de este curso. Se coiicibe fLcilmente descle luego que no se trata q u i de hacer la crlticn, deinasiado f k i l desgracindamente, de Ins numerosas clasificaciones que hail sido propuestas sncesivaniente, desde hacc dos siglos, para el sistema jeueral de 10s conocimientos humanos, considerado en todn su estension. Existe hoi una profunda coiiviccion de que todas las escalns enciclopddicas construidas, como las de Bacon i de DAlembert, segun una distiiicion cualFILOSOFIA.
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quiers de Ins diversas facultades del espiritu humano, son por est0 solo radicalmente viciosas, aun cuaiido esta distincion no sea, como sixcede amenudo, mas s6til que real; porque, en cads una de sus esferas de nctividad, nuestro eiitendimiento einplea simultaneamente todas siis facultades principales. En cuanto a todas Ins demas clasificaciones propuestas, bastari observar que las difereiites discusioiieo suscitadas a este respecto han tenido por resultado definitivo mostrar en cada una vicios fundatmentales, de tal inodo que ningunn ha podido obtener un asentiniicnto unzinime, i que existe a este respecto casi tantas opiiiioiies como individuos. Estas diversas tcntntivas han sido aun, en jeneral tan mal concebidas, clue involuiitariamente ha resultado en la mayor parte de 10s buenos esyiritus una prevencion desfavorable contra toda empresa de este jhero. Sin detenernos mas en un hecho tan bien comprobado, es mas esencial iiivestigar SLI causa. Puede esplicarae ficilniente la profunda irnperfeccion de estas teiitativas enciclopddicns, tan sinenudo renovadas hasta aqui. KO tengo necesidad de hacer notar que, clesde el descredito jeneral en que hsn csiclo 10s trabajos de esta naturaleza a consecuencia (le la poca solidez de 10s primeros proyectos, estas clasificaciones no son concebidas por lo comun sino por espiritus casi enterainente estrafios a1 conoci-
- 123 mierito de 10s objetos por clasificar. Sin tomar en cueiita esta consideracioii personal, existe una mucho mas importante, tornada de In naturalem rnisma del nsunto, i que niuestra claramente porqid no ha sido posible hasta aqni elevarse a una concepcion enciclopbdica verdaderameiite sntisfactoria. Consiste en la, falta de honiojeneidad que ha existido siempre hasta estos hltimos tiempos entre las diferentes partes del siateina intelectunl, hnbiendo llegado unas a ser positivas sucwivamente, mientras que Ins otrm quedabnn teol6jicas o metafisicas. En un estado de cosas tan incoherente, era evidentemente imposible establecer ninguna clasificacion racional. 2 C6mo llegar a disponer en un sisterna imico concepcioiies tan profundameiite contradictorias ? Es una dificultad contra la c u d hail venido a estrellarse necesariarnente todos 10s clasificadores, sin que que nadie la liayn percibido distintamente. E r a inui evidente sin embargo, para cualquiera que hubiese conociilo bien la verdadera sitnacion del espiritu humano, que una empresa seniejante era prematnra, i que no podia ser intentada con &to s h o cunndo todas nuestras co ncqciones principnles liubiesen llegado a ser positivns. I'ctdiendo nliora considerarse coni0 llenada esta esta condicion fundamental, segun las esplicaciones dadns en la leccion preccdente, es desde ahora posibl e proceder a iina disposicion verdadersmente ra-
- 124 cioiial i dnradern de im sistemn cuyas partes hfin llegado, en fin, a ser todas hoinqj6neas. Poi* otra parte, In teoria jeneral de las clnsificaciodes, establecids en estos iiltimos tiempos por 10s trabajos filosdficos de 10s bothnicos i zo51ogos7 permite esperar uii h i t o real cii 1111 trabajo seinejante, ofrecibndonos ixii p i n seguro en el verdadero principio fundamental del arte de clnsificar, que no ha?% sido coiicebido jxnas hnstn a h o m Este principio es una consecuencin necesnria de 1s linicn aplicacion directa del +ridtodo poaitivo n 1s cuestion de las clasificaciones, que, coni0 cualqniern otra, debe ser tratsda por observacion, en rez de ser resuelta por coiisideraciones a p ~ i w i . Consiste en que la claxificncioii debe snlir del estudio misnio de 10s objetos que se quiere clnsificar, ser determiiindn por las afinidades reales i el encndenainiento nntuml que presentnn, de tal suerte que eata clasificacion rnisma sea la espresion del liecho inns ,jener:J, manifestsdo por In coinpnracioii profunda de 10s objetos que abbrazn. Aplicando estn regla fiiiidamental a1 cas0 actual, es, pues, segun la dependeiicin nil:tun que esiste efectivameiite entre las diveraas cieiicias positivas, que debemos proceder a su clasificacion; i esta dependencia, para ser red, no p e d e resultar sin0 de la de 10s fendmenos corresponclieiites. Pero, tiiites de ejecntrtr, con tal espiritu de obser-
vacion, esta importante operacion eiiciclopddica, es inclispensable, para no estraviariios en uii trabajo demasiado estenso, circunscribir coil mas precision de lo que lo hemos hecho liasta aqni, el objeto propio cle I rs clasificacion propnesta. Toclos 10s trabajos huiiianos son, o de especulacion, Q de accion. A si, la division mas jeiieral de nuestros conociniieiztos reales consiste en distinguirlos en teciricos i idcticos. Si coiisideramos desde luego esta prirnera division, es evideiite que en un curso de la naturalezs de &e, debe tratarse solamente de 10s coiiociniientos te6ricos; porque no se trata de observar el sistemn eiitero de Ins iiociones humanas, sin0 ?inicnmente el de las coiicepciones fundsmentaleu sobre 10s diversos 6rdenes de fendmenos, que suministrsn una base stjlidn a todas nuestras combinacioiies cidesquiers que Sean, i que no e s t h , a su vez, funcladas sobre ningun sistema intelectual antecerlente. Ahora, eiz i m trabnjo semejante, es la especulncion In que es iiecestlrio eonsiderar, i no la aplicacion, sino en cuanto &a pueds sclarar la primera. Eso era probablernente lo que enteiidia Bacon, suiique mui imperfectaiiiente, por esa jfilosofiapimeru que, segnn 61, clebia ser sacada del conjuiito de las ciencins, i que Iia sido siempre tan divcrsa i estraiiamente coiicebicla poi- lox metafisicos que han intentado coiiiciitar su pensamiento. Siii duds, cuzlndo se coiisidera el conjuiito corn-
- 126 pleto de 10s tr:hjos de todo jdnero de la espezk humana, se debe concebir que el estudio de !a naturalem estd destinsdo a suministrnr la vcrdadern base racional de la accion del hombre sobre la naturaleza7 puesto que solo el coiiocimiento de las leyes de 10s fenhenos, que nos ]lace p i e veerlos, pnede evidentemente conducirnos, en 1a vida activa, a modificados en veiitaja nuestra :os tinos por 10s otros. Nue&ros inedios nnturdes i directos para obrar sobre 10s C L E ~ ~ Q que S nos rodean son estremaclnmeiite dbbiles, i enteraniente ciesproporcionados R nuestras neccsidndes. Siempre que llegainos a qjercer una pride nccion, es solo porque el conociiniento J e las leycj nz:turttles nos permite introducir, entre Ins circnnst:mci,zs deterininadas bajo cuya inilnencia se verificnn 10s diversos endmenos, algunos elcmentos niodificadores, que, por ddbiles que Sean en si inismos, bastnn, en ciertos casos, para hacer reciundar en satisfaction nuestra 10s resultados definitivos del conjunto de las causas esteriores. En resttmen, ciencia, de don& preuision: prevision, de donde accion: tal es la fbrmula mui sencilla que espresa, de una manera exacts, la relacion jeneral de la ciencia i del arte, tomando estas dos espresiones en su acepcion total. Pero, a pesar de la iinportnncia capital de esta relacion, qua no debe jamas ser desconocida, seria formarse de las ciencias una idea mui iinperf'ecta el
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concebirlas solamente c o r n ~ bases de las artes; i es a lo que dt.sgraciadam'ente se propende demnsiado en iiuestros dins. Cualesquiera que sean 10s inmensos servicios prestados a la indzistricx por 1as teorias cientificas, i attnyue, scgun la enhjica espresion cle Bacon, el poder est6 iiecesariariiente proporcionado a1 conocimiento, 110 dcbeirzos olvidar que las ciencins tienen, ante todo, un destino nias direct0 i mas elevado, el de satisfacer a la necesidad fundamentd que esperi menta iiuestra i ntelij encia de conocer las leyes de 10s fcn6iiienos. Parz seiitir cuan profunda e imperiosa es esta necesidad, basta pensar un iiistaiite en 10s efectos fi&oldjicos de la adnzi~acion, i cotisiderar que la sensacion i m s terrible que podaiiios esperimentar es la que se pr02,icc: siempre que un fendmeno nos parece verificarse contradiccioii a las leyes natnraIes que nos ,-on familiares. Esta necesidad de disponer loa ::cchos en un cirden que podamos concebir con facilidad (que es el objeto propio de todm las teorias cientificas) es de tal modo inherente a iiuestra orgiinizacion, que, si no consigui6semos satisfacerla por concepciones positivas, volveriamos inevitablemeiite a las esplicaciones teolbjicas i metafisicns, a las cuales ha dado iiacimiento primitivamente, como lo he aspuesto en la primera leccioii. Hc creido deber sefialar espresamente, desde este momento, una consideracion que se reproducirit fre-
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cueiiteineiite en toda 1s contiiiuacioii de este curso, a fin de indicar la ncccsidad de precaverse de la influencia derriasiado gmiide de 10s hcibitos nctuales que tienden a impedir que se formen ideas justas i nobles sobre la importancia i el destino de las ciencins. Si e ! poder preponderaiite de nnestrn oi:;-nnizacion no corrijiese, a m involuiita~iamente, en el espiritu de 10s shbios, lo que a este respecto tiene de imperfecto en la tendencis jeneral de nuestra Gpoca, In intelijencin humana; reducida n 110 ocuparse sin0 de investigaciones susceptibles de iina utilidad p r h ticn inmedinta, se eiicontraria por esto solo, como 10 ha notado mui bien Condorcet, enterameiite detenids en sus progresos, nun respecto de esas aplicaciones en cuyo proveclio se hnbrian sacrificado iniprudentemente 10s trabajos puramente espcculativos; poryue Ins nplicaciones mas importantes clerivaii constanteineiite de teorias formadas coli una simple intencioii cientifica, i que amelindo Elan sido cultivadns ilarante varios sislos sin producir ningun resultado pi4ctico. A este respecto, puede citarse uii ejeinplo iiiui notable en Ias belltls especulaciones de los ,jedniietras griegos sobre 13s seceiones chicas, que, clespues de uiia larga sdrie de jeneraciones, hail servido, deterniinando la renovacion de la astronomia, para conducir finalmeiite el arte de la navegacion a1 grado de perfeccioiiamiento que ha alcanzado en estos hltimos tiempos, i a1 c u d no habria llegado jam& siii 103
- 1213 trnbajos tan pnrnmente teciricos de hrquimedes i de Apoloiiio; de tal modo que Coiidorcet hn poclido decir con razoii n eate respecto: ((131niarinero, n qnien uiia e s x t n obsci-vacion de la lonjiti-td preservn del iiutfvajio, clebe In vicln n ~ i n a teoria coiicebida, clos l i d nfios &lites, por honibres de *jdnioque teiiian en vista simples csyeculnciones j coni6tricas. 1) Es, p u c ~ evideiite , que, despnes de haber concebido de imn iiinnera jeneral clue el estuclio de I n tiattiraleza. sirve cle base racioiial 2 la accion sobre la iiaturnleza, el espii-itu Iiumnno debe proceder a las I-\-cstigacioiieste6i ;cas, liacieiido coinpletn nbstraccioii de todn consideration p k t i c a ; porque nuestros inedios para clescubrir In verdnd son de tal modo clkbiles, qne si n o 10s conceiitrainos tt estc fiii, i si, a1 a1 buscar In v e r d d , 1103 impusi&seimos a1 inismo tieinyo la coiiclicion estmfin de encoiitrar n n n utiliclad pr'icticn ininedintn, nos serin casi siempre imposiblp "egar 1 m t a ella. Coiiio quiera que sea, es ciei L o que el coiijuiito de nuestros conoeiniientos sobre la naturaleza i cl de 10s procedin?ientos que de ellos tlecluciinos para modifiearls en ventaj it iiuestra, foriiitln clos sistenias esencialiiieiitc distiiitos en si imismos, que convieiie conce'oir i cultivar sel>nrailsmeiite. Rdenias, sieiido cl pr'ritr sistenin la bribe del aegundo, es wideritenieiite el qiic conricnc coiisiderar en primer lusar en 1 1 1 1 estuclio nietcidico, atin cuaiido uno se propusiese
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FILOSOFIA.
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- 130 abrazar la totalidad de 10s coiiocimientos 1miiit1nos, tanto de :tplicacion como de especulacion. Me pisrece qLie este sistema tedrico debe coiistituir esclusivamente hoi dia el objeto de un curso verdnderanieiite rational de filosofia positiva; es asi a1 mdiios coli10 yo lo coiiciho. Sin duda seria posiible iiiiztjiiiar un curso nias estenso, que trntara n la vez de 13s jenernliclades tehricas i de Ins jenernlidndes pi4cticas. Per0 no creo que una eiiipresa seniejsate, aun iiiclepenciientcniente de SLI estension, pneda Fer coiiveiiieiitemeiite intentada en el estado prcsente del espiritu liiimaiio. & liarcce, en efecto, que ella esije prdrinmciite un trabajo niui importante i de iiiia nnturaleza enteranieiite particular, que no lia sido heclio nun, el dc foi-ninr, seguii las teorins cieiitificas propinmeiite dichas, Ins concepcioncs especinles dcstinadas a servir de bases directas a 10s procediniientos jenerales de la pr&tica. En el grado de desarrollo nlcniizndo ya por iiuestra intelijencia, las ciencins no se aplicnii a las artes inmedintnmente, a1 m h o s en 10s casos mas perfectos; esiste entre estos dos hrdenes de idens un Grdeii intermedio, que, nial deterininndo aun en su cnrhcter filosdfico, es ya mas evidente cuando se coiisidera la clase social que se ocupa de 4especialmente. Entre 10s shbios pi-opianiente dichos i 10s directores efectivos de 10s trabajos pi*oductivos, comienza a forinarse en nuestros dias una clase intermedia, la de lox
- 131 ciiyo destiiio especial es oi-gmizar Ins rehciones de la teoria i de la prActica. Siii tener & iiiiignn modo en vista el progrcso de 10s coiiociniientos cientificos, cstn nilera clase 10s considera en SU e s t d o preseiite para deducir Ias aplicacioiies iadnstriaks de que son snsceptibles. Tal es a lo m h o s In teiitZeiicia iiatiirnl de Ins cosqs, awique h a p todnvia a cstc respecto iiiuclin confusion. El cuerpo de doctriiin propio a esta clnse nueva i que debe constitnir 1:~sverclndems teorias directas de Ins difereiites srtes, podria sin duda clar lizgar a coiisideraciones fiIos6ficas dc uii gran iiiteres i de una importalicia real. Per0 mi trabajo que las abrazsse coiijuntaiiiente con Ins fiiiidadas en las cieiicins propiameiite diclias, seria hoi enterarneiite prematuro ; porque estas doctrillas interiiiedias entre la teoria pura i la prdctica direct%no c s t h auii formadas: no existeii hasta aqui sin0 algiinos eiemeiitos imperfectos relativos a las cieiicias i a Ins artes mas avaiizadas, i que permiteii so!nmeiite coiicebir la naturaleza i la posibiliclad de semejaiites trabajos para el coiijunto de las operacioiies hmnanas. Es asi,--para citar el ejeinplo mas importante,-como se debe coiisiderar la bella cancepcion de Moiige, acerca de la jeonietria descriptiva, que no es realmente otra cosa que una teoria jeiieral de las artes de construccion. Tend14 cuidado de indicar sucesivamente el pequeiio niimero de ideas anhlogas ya formadas i de Izacer apreciar su inipori+&ei*os,
tancia n medida que nos Ins presente el clesni~ollo iinturnl de este curso. Pero es claro que coiicep-:oiies hnstn el prcsente tnn iucompletns 110 deben C I I ~ ~ ~ W , como parte esencial, en un curso de filosofin positivn que no debc comprender, en lo posible, sin0 doctriiias que tienen un cnrJcter fijo i claramente dctcrni;naclo. Se concebii-A tanto mqjor In dificnltad de construir estns doctrinas interiiiedins que acabo c?c in&car, si se considern que cndn arte depende no solamente de una ciertn ciencia corrcspoiidiente, sin0 ;L la T-cz de varias, cle modo que Ins nrtes mas iniportnntes piden socor1*os directos n casi todns Ins cliL-ersns ciencins principales. Es asi coni0 la vxclaclera teorin de la ngricultura, para liinitnrme a1 ca50 nias esencinl, esije una intima combiiiacion de CODOeimientos fisioldjicos, qnimicos, fisicos i nun astroiidiiiicos i mnternhticos: lo m ~ s m osucacle con Ins bellns nrtes. Se percibe fhciliiiente, segiin cstr, consicleracion, poi* qu6 estns t,eorias no han podiclo ser forinnclns nun, puesto que ellas suponen el clesnrrollo pi-61-iode toclas las diferentes ciencins fLiiidnniciitnlex. De alii resulta ignalniente un nuevo inotivo pnrn 110 abarcnr un &den de idens seniejsnte en un cimo de filosofin positiva, paesto que, lkjos de poder contribuir a la formacion sisteidtica de estn filosofi'a, Ins teorias jenerales propias a 10s diferentes artes principles, a1 contrario deben, coin0 lo vemos, ser? en
verdztl, mas tarde niia de las consecuencias mas litiles (le si1 construccion. En rcsliinen, 110 dcbernos p e s considernr en estc ciirso mas que llas teorias cientificas, i de ningun modo sus aplicaciones. Pero, antes de proceder a la clasificncion :met6dicn de sus difereiites partes, me qiiedn que esponer, :a cercn de las ciencias propinmeiite diclins, una distiiicion importante, que acabarci de circnnscribir clarnmente el objeto propio del estudio que eniprendemos Es necesario distinguir con relacion a todos 10s drdenes de feiidiiienos, dos j h e r o s de ciencias n n t n ralcs: Ins unns abstractns, jerierales, tienen por objeto el dcscubrimiento de Ins leyes que rijen Ins diversas clnses de fendinenos, considerando todos 10s casos que se p c d e n concebir; las otras concretas, particulares, descriptivns, i que se designnii alguiins veces con el nombre de cieiicias naturales propiaiiiente diclias, coiisisteii en la aplicacion de est:is leyes a la liistoria efectiva de 10s diferentes seres esisteiites. Las primeras pues son fundamentales, i 8 ellas unicainente coiisngraremos iiuestros estudios en este curso; las otras, cualquicra que sea su iniportancis propin, son realmente secuiidarias, i no cleben, por consiguiente, formar parte de un trabajo que SIT estremada estension natural nos obliga a reducir a1 menor desarrollo posible. La distiiicion precedente no puede preseiitar nin-
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guiin oscnridad a 10s espiritns que tieiien algnn coiiociiniento especial de las diferentes ciencias positivas, puesto que ella es poco inas o niCnos equivalente a aqinella que se anuncia ordinariainente en casi todos 10s tratados cientificos, comparando la fisica clogmAtica a la historin natural propiainente dicha. Algunos ejemplos bnstarhn, por otra parte, para hacer sensible esta division, c u p importancin no es nun convenieiitemeiite npreciad a. Se podria primeramente percibirla mni claramente, coinparando, por una parte, la fisiolojia, jeneral, i por otra parte, la zoolojin i la bothnica propianleate clichas. E n efecto, son evideiiternente dos trabajos de un cnrhcter mui distinto, el estndiar en jeneral las leyes de In vida o el deterniinar el modo de esistencia de cad:^ cuerpo viuiente, en particular. Este segundo estudio, esth adenias necesarimiente funclado en el primero. Sncede lo mismo con la quimica, con relacion n la niineraloj ia ; la priniern es evidenteinente la base racioiial cle la segunda. En la quimicn, se consideran todas las combiriaciones posibles de las moltculas, i en todas las circmistancias imqjinables ; en la inineralojia, se consideran solamente Ins ccmbinaciones que se encuentran redizadas en la constitucion efectiva del globo terrestre, i bqjo la influencia de las {micas circunstancias que le son propias. Lo qne muestra claraineiite la diferencia del piinto
- 135 de vista quimico i del punto de vista mineralt;jico, suaque las dos ciencias estudien 10s inisinos objetos es que la mayor parte de 10s liechos consideraclos en la primem n o tienen mas que una esistencin artificial, de tal niodo que mi cuerpo, coxno el cloro o el pOta&, podrk tener suma importancia en qiiiinica por la estensioii i la enerjia de sus afiiiidades, mientras que no tendrB casi iiinguna en niineralojia; i, reciprocaniente, im compuesto, tal como el granito o el cuarzo, a1 c u d se dirijen la mayor parte de 10s consideraciones mineralcijicas, no ofrecerh, con relacion a la quiniica, sino un interes mui mediocre. L o que hnce, en jenernl, inas sensible aun 1a necesiclacl ldjica de esta distiiicion fundainentnl entre 1as dos p n d e s seccioiies de la filosofia natural, es que no solamente cada seccion cle la fisica concreta supone el cultivo prhvio de la seccion cori-espondiente de la fisica abstracts, sino que exi,je tambieii el conocimiento de las leyes jenerales re1at'ivas a toclos 10s Grdenes de fen6menos. Asi, por ejemplo, el estuclio de la tierra, consiclerada bajo todos 10s puntos de yista que puede presentar efectivamente, no solamente esije el coiiocimiento prdvio de la fisica i de la quimica, sin0 que no p e d e hacerse convenientemeiite, sin introducir en 41, por una parte, 10s conocimientos astronhicos, i a m , por otra, 10s conocimieiitos fisiol6jicos; de modo qne ese estudio . est& unido estrechamente- a1 sistema eiitero de las
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cicncias fi~ndnnientales.Lo iiiismo sricedc con cnda una de h s cicncins nnturnles propiamente dichns. Rs precisnmente poi* este niotivo que la j ' s i c n cotaci,etcr; lia hecho hasta el presente tali pocos progresos renIes, porqne n o ha podido conienzar s sei* estutliadn de una inanern verdaderaiiicntc rncionnl sino despues de lnfisiea ahtracta, i cunnclo todns Ins diversas ramns principalcs de &ita hnbiesen toinado su csrhcter definitivo, lo que no hn tenido higar sino en nuestros dias. I-Iasta e n t h c e s no ha podido recojer a este respecto inas que materinles inns o inenos iiicoherentes, que son nun torlavin nini incornpletos. Los hechos conocidos no poclraii ser coordinados de una nianern propin p u n fonnnr verdaderas teorias especiales de !os difercntes wres del universo, sino cuando la distiiicion frintlainental recordada srriba sea mas prof~mdnmenteseiiticla i inas regularmente orgzznizada, i cuando poi* consiguiente, 10s sabios pnrticularineiite entregndos a1 e>stndio de Ins ciencias naturales propinniente cliclms, hnynn. reconocido 1s necesidad de funcfar siis investigaciones sobre un conociniiento profundo de toclns lns ciencias fundamentales, condicioii que est& nun hoi dia mui lbj os de verificarse convenientemente. El exiimen de esta condicion confirma clarsmente por qn6 debemos en este curso de filosofia positivn, . reducir nuestras consideraciones a1 estndio de las ciencins jenersles, sin abrazar a1 misiiio tiempo Ins
- 137 ciencias clcscriytivns o particulnres. Se vC:, nncer aqui, en efecto, una iiueva lropiednd escncial de este estudio propio dc Ins jencrnlidacles de la fisica abstmctn; i cs, el suininistrnr la base mcion:d de iiiia fisica eoncretn verdadernmcnte sistenicitica. h i , en el cstado prcscnte del cspiritu Iiumnno, linbria una especie cle contradiccion en qiierer rennir, en un solo i mismo curso, 10s (10s c'rdencr de ciencins. Se p e d e decir, aclcmns, que, nun cuanclo In fisicn coiicreta Iiitbiese ya alcaiizado el grndo de perfeccioii de le fisica abstractn, i a m cuaiido por consignieiite, I ' x s e poSil.de, en uii curso (le filosofin positiva nbmzar a la vez una i otra, no seria nikiios necesnrio cviclentementc comenznr poi*In seccion abstmctn, que qiiedar,i c a n 0 In base invarinble de la otra. Es clnro, por otrs parte, que el solo estudio de las jeiicralidndes de las ciencins fundamentnles es bastante vasto por si niismo, pxrn que importe npartnr de 61, en lo posible, las consicleracioiies que no son indispensables : aiiora, Ias conceimientes a Ins ciencins sccuiidarins seraii siempre, cnalquiern cosn que sobrevengn, de un j knero distinto. La filosofia de Ins ciencias fund:mcntales, presentendo u n sistema de concepciones positivns sobre todos iiuestros brclenes de conocimieiitos rcdes, basta, por esto misino, p:im coiistituir esa filoaofia primem que buscnba Bacon: i que, estando destinada z1 serrir en lo sucesivo de base permanente a todas las especulacioiies Iiumanas, debe ser cuidnzdoFT LOSOFIA.
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- 13s samente reducida a la inns simple espresion posible. No tengo iiecesiclad de insistir mas en este nioniento sobre una cliscusioii seniejante, que tendr6 naturalmente varias ocasiones de reproducir en 13s diversas partes de este cnrso. La esplicacion precedente est& bastaiite desarrollads para justificar el modo como he circunscrito el asunto jeneral de nuestras consideraciones. Asi, coni0 resultado de todo lo que acaba de esponerse eii esta leccion, vexnos: 1." que componi6ndose la ciencin huninna, en su conj unto, de conociinieiitos especulativos i de coiiociinientos de nplicacion, es ilnica:riente de 10s primeros de 10s que debemos ocupariios q u i : 2." que dividiCndose 10s coiiocimientos teciricos o Ias ciencias propiamente dichas, en ciencias jenernles i en ciencias particulnres, debemos con siderar aqui solamente el primer brden, i limitarnos a la fisicz abstracta, cualquiera que sea el interes que pueda presentarnos la fisics concreta. Estando por esto esnctaiiieiite circunscrito el asunto propio de este curso, es ficil ahora proceder n una clasificacioii rncioiial verdaclernmente satisfactoria de las ciencias fuiidamentales, lo que constituye la cuestion enciclopddica, objeto especial de esta leccion. Es necesario, ante toclo, comenzar por reeonocer que, por natural que sea una clasificaGon semejante,
- 139 encierra siempre necesariaiiiente algo, si no de nrhitrario, a lo m h o s d e artificial, hastn el punto de presentar una imperfeccion verdadera. Eli efecto, el fin principal que se debe teiier en vista en toclo trabqjo enciclop&dico,es clispoiier Ins cieiicias en el Grden de si1 cncadenaiiiiento natural, segun sii dependencia inmitun; de tal iiiodo que se puecla esponerlos sncesivamente, sin ser arrastrado jamas a1 inenor circnlo vicioso. Rhora bieii, esta es una condicion que me pnrecc iiiiposible llenar de ~ i n a manern enteramente rigurosa. S6ame permitido dnr aqui algun desarrollo a esta reflexion que creo importaqte para carncteriznr la verdadern dificultail dela iiivestigacion que nos ocupa actualnieiite. Esta consideration, por otra parte, me permitir6, establecer, a cercn de 1% esposicion de nuestros conociinientos, u n principio jenernl del que teiidrc! que preseiitar nias tarde frecnentes aplicaciones. Toda ciencia puede ser espuesta segun dos ninrclias esencialmente clistyitas, cle las cuales no podria ser sin0 combinacioii todo otro iiiodo d e esposicion: la m a r c h iiistdrimi, i la marcha doymu'tica. Por el primer procedimiento, se espoiien sucesivnmente 10s conocimientos en el niismo &den efectivo segun el cual el espiritu liumano 10s ha obteiiiclo realmente, i adoptando, cii lo posible, 10s misinos caniinos. Por el eegundo, se preseiita el sistema de las ideas
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tal coiiio podria ser concebido lioi p r uii solo espiritu, que, colocado bajo mi punto de vista coiiveiiiente, i provisto (le 10s conocimientos suficientes, se ocupase en relincer la cicncia en su conjunto. El priiner modo es cviclente aqucl poi* el cual coniieiiza, por iiecesidad, el estudio de cada cieiicia naciente; poqne presenta 1% propiedad de no esi<jir, p r a In esposicion de 10s conociinientos, ninguii iiuevo trnbn,j o disti1it.o del de su orniacioii, reclucidndose eiitGiices todn In didActicn, a estudiar sucesivamente, en el Grclcn cronolti<jico,Ins diversns obras orijiiinles quc han coiitribniclo a 10s progresos de la cieiicia. El modo dognihtico, snponienrlo, !)or cl co!itr:irio, que toclos estos trabqjos p % i c n l a x s !inn sitlo reft1ndidos en 1111 sisteina jenerd, para sc~rlmsentnclos szgun nn Grcleii lGjico inas iiatural, no es ;I ;)lic:hle siiio a una ciencia que Iin llegatlo ya ii nn grndo bastniite elevado de desnrrollo. Pero n ineditla que la ciencia pogresn, el 6rdeii liist&rico sc h e mas i inas impracticable, por la sdrie deinnsiacio l a r p de interiiieclios que obligaria a1 cspiritu a recorrer ; midiitras que el Grdcii dogwdtico se liace mas i mas posible, a1 misino tieinpo que necesario, rorque m e vas concepciokes periiiiteii presentar 10s descuhriniientos anteriores bajo un punto de vista mas directo. Es asi, por ejemplo, como la educacion de un je6-
- 141 metra (le la nntignetlnd coiisistia simpleniente en el estndio succsivo del nini peqneiio iiiiiiiero de tmtndos orij iiiales producidos Iiastn eiitthices solore las divcrsas p:irtes de la jeoinetria, lo cync se reciucin L 10s escihos de Arquiiiiedes i de escncinlnieiite : Apolotiio; niidntras qne, nl contrario, un jc6rfictra motlerno ha terminndo co;mniiincnte RLI educncion, sin linber leido iina sola obra orijinal, con cscepcion a las relativas a 10s descnbrimientos illas recieiites que n o p e d e i i conocerse sin0 por este inedio. L a teiidencia constante del espiritu humaiio, en cuaiito a In esposicim. 10s conociniientos, es piles a snstituir mns i iiins nl h d e n Iiist6rico el 6rden doginhtico, el solo que puede convenir a1 estaclo perfeccioiiaclo de nnestrn intelijencin. El pro.leina jeiicral de la educncion iiitelectual consiste en lincer Hegar; pocos niios, n n n solo entendimiento, por lo coniun mediocre, a1 rnisriio p i t o cle ciesnrrollo qne lin sido a!cnw:ilo, en una largn s6rie de siglos, poi- Llh grnii iifiinero de j6iiios siiperiores, aplicando sucesivnmente, durarite su vicla entera, tc-ias S U B iiierzns 31 estaclio clem irmisriio nsnnto. Es clnro, segun esto, ~ L I C , nulque sea iiifiiiitaineiitc mas ficil i nins COI Lo nprencler que inreiitar, seria ciertaiiiente imposible nlcnnznr el fin propuesto, si se quisiese obligar n cada vyritu a pasar sucesivamente por 10s r~;snios iiitcriiiedios que tin debido seguir necesarinincnte el j dnio colectivo de la especie
- 143 humnna. De alii, In inclispensable necesiclncl del Grcleii Ctoginhtico, que es sobre todo tail evidente lioi dia pura Ins ciciicias mns avnnzndns, cuyo inoclo o r clinario de esposicioii no pi*esenta ya cnsi niiigun vestijio de la filiacion efectiva de sus detnlles. Xs necesnrio siii embargo afiadir, pai*a preveiiir tocla esnqjewncioii,clue todo niodo real de esposicioii es iiievitnblemente, iinn cierta combiiiacion del Grclen c l o p h t i c o coli el G r h IiistGrito, en In can1 solamente clebe el pi-imero doiiiinar coiistaiitemente mas i mas. E1 Grdeii dogiixitico 110 p e d e , en efecto, ser segiiido de ~ i n a inanera eiiterarneiite rigorosa; porque por lo inisino que esije una iiaeva elnboracioii de 10s conocirnieiitos adqniridos, no es aplicable, ex c:dn +oca de la ciencia, n las partes recieiiteiiiente foriiin(1as, euyo estudio no permite sino inn Grileii esencir,lniente histdrico, el que no presenta por otra parte, en eate caso, 10s iiiconvenientes principales que le lincen rechazar en jenei-al. La rinicn iniperfeccion fu~idsmeiitnl que se poclrin reprocliar a1 modo dogmhtico, es dejar ignorar la inanera como se hail forinndo 10s diversos conociiiiientos liuiiiaiios, lo que, aunque distiiito de la adquisicion de estos conociniientos, es, en si, del mas alto intcres para todo espiritu filos6fico. Esta considerncion teiidrin, a mi vista, inucho peso, si fuese realniente uii in0tivo en favor del &den liistdrico. Pero es fihcil ver que no liai inns que uiia relacion
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npaiwte entre cstudinr 11110 ciencin scgixii el modo llaniado histo'ko, i conocer verdndernmcnte la, historia efectivn de estn cicncia. En efecto 110 solamente Ins diversas pnrtes (le cnda cieiicia, que estanios obligados a sepnrsr cii el 6rden dopz,dtico, se liaii clesnrrollado, en renlidsd, si1iiult:iiicaniente i bnjo la iiiffueiicis Ins iinas de 1as otms; lo que tenderia a liacerprevalecer el 6rden histtirico; siiio que, consicleimido, en su coii,junto, el deseiivol~imiento efcctiro del espiritu huninno, se vd adenias que 1ns diferentes cieiicias Iian sido, en el Iiecho, perfeccionadss a1 niismo tieiiipo i m i h a inelite; se v6 niin qnc 10s progrcsos dc las ciencias i 10s de las nrtes han depeiidido 10s uiios de 10s otros, por innuxnerables inflnenciss reciprocns, i en fin que todos esos progresoe hnn estado estrechaiiici>: e lig d o s a1 desenvolvimiento jeiieral de In socie(:d humaiin. Este vasto eiicnclemmieiito es de ia1 modo real, que, anieiiudo, para coiicebir la jeiierscion efecctiva de iiiia teoria cieiitifica, el espiritu es conducido a considertlr el perfeccionnmiento de al;onn arte que no tiene con ella ningun enlace racioiinl, o aun alguii progress particular en la orgaiiizacion social, sin el c u d este descabrimieiito no habrin podido verificarse. Vereirios mas adelaiite numerosos ejeinplos de esto. 13esLilta pies dc nhi que no se puede conocer In verdadertt historia de cada cieiicin, es dccir In forniacioii real de 10s descubriniieiitos de que se compo-
ne, sin0 cstuclinnclo, de una inancra jeiieral i directn, la liistoria cle In limiianidnd. Jor esto es que todos 10s clocunientos rccqjiclos linsta :ihor:L sobre la historia de 10s iiiatcm:iticos, de la astroiiomia, de la iiieiliciiin, etc. por preciosos que scan, 110 puccleii considcrarse ma:; qiie conic teriales. El preteiidido Grden Iiistdrico de esposicion, nuii cuaiiclo pucliese ser seguido rigiirosamente para 10s cletnlles de cacla ciencia en particdar, serin ya puranieute liipot6tico i abstracto bqjo el aspect0 mas iiiiiiortmite, en cuaiito que consiclernrin el descnvolviiniento cle esta ciencia COMO aislado. Mui 16jos de poncr en cvideiicia la nmkdern liistoria cle la ciencia, teiicleria s hacer concebir cle e l h uiia opinion iiiui falsa. A s:, cstamos ciertniiiente con~wici?~os (le que el coiiociiiiieiito cle la Iiistori:~de las cieiiciss es de 1n inas altn importancia. Iiciiso auii que no se conoce complctameiite imri cieiicia mieiitras no se ssbe s II historia. Per0 debe coiicebirsc este estudio como enterai:ieute sepn:.nc?o del estudio propio i clognilitico d e la ciencia, sin el c u d estn rriisma historia no serin iiitelij ible. Consideraremos p c s , coli mucho ciiiclaclo l n historia real de las ciciicias fundamentales que v n i i n sei- objeto de iiuestras ineditacioiics; pero esto ECi d unicarnente cn la ultiiiia parte clc este CUFSO, relativn al estuclio cle 10s eiiGmenos sociales, al tmtnr del cleseiivolviniieiito jeiicral dc 1n hmnnniclad, del
- 145 c a d la hintoria de las ciencias constituye la parte mas importante, aunque hasta ahora la mas descuidada. En el estndio de cada ciencins,las consideraciones liistciricnd incidentales que podr:in presentxrse, tendran un caricter clnrainente distinto, para no alterar la iiatnrc!leza propia de nuestro trab+jo principal. La discusion yrecedente, que debe poi. otra parte, como se vd, ser desarrolladaespecialmente nias tarde, tiende n precisar mas, presentiindolo hajo un nuevo punto de vista, el vercladero espiritu de este curso. Pero, sobre todo, resulta de alii, respecto a la cuestion actual, la determinncion exacta de las condicioe p e c k justanes que uno debe imponerse, i que B mente espemr llenztr, en la construccion de una escala enciclop6dica de las diversns ciencias fundanientnles. Se v6, en efecto, que, por perfecta que pudiese supon&rsela,ercta clasificncion no podria jamas ser rigorosaniente confor nie nl encndenamieiito hist6rico de las ciencins. Por inas que se haga, no sc pod& evitar eiiteramente presentsr como anterior una ciencia que tendrIi sin enibnrgo necesidad bajo ciertos respectos mas o m h o s iniportantes, de pedir nociones a otra cieiicia c1asific:dn en un rnngo posterior. Es necesario procurar solamente que un inconvenientc semejante 110 ocurra en cuanto a laa concepciones carncteristicas de cada ciencia, por que ent6nces la clasificncion seria enteramelite viciosa.
PILOIOFIA.
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- 147 Para coiiclnir de deterniiiiar coil toda la presicioii poSible la dificnltatl cxacta de la ciiestion enciclop4dicz que vaiiios n resolver, crco iitil iiitroclncir iiiin considerncion iiiatcinhticn iniii seiicilln ( [ i n resiiinirh rigurosniiieiite el coiiTjiiiitodc 10s razoiiamientos espuestos liasta aqni en esta leccion. I-Te q u i en lo que consiste. NOSproponeiiios clasificnr Ias cieiicins fiiiidamentales. Rhora, veremos miii lnego q w , coiisiclerhdolas bieii, no es psible clistinguir ineiios de seis; la mayor parte de 10s sabios admiti ria aim verosiinilniente uii iiiiiiicro mayor. Seiitailo esto, se sabe que seis objetos periiiiten 720 disposiciones diferentes. T,as ciencias fhdamentdes podrinn piies dnr lug,zv n 720 clnsificacioiies distintns, ciitre Ins cuales se ti*ata de escqjer 1% c1nsific:lcioii iiecesnrianiente liiiica que satisface mejor a Ins priiicipales concliciones del problema. Se vB que, a pesnr clel grsii 1 i h m - o de escalas cnciclop6dicas sucesivamente propnestns hast a aliora, la discnsion no ha vcrsndo ami siiio sobre una parte mui pequefia de 18s clisposicioiies posibles ; i sin embargo, creo poder decir, sin esnjeracion, que esnminaiido cndn una de estas 720 clnsificaciones, no liabria qnizas una sola eii fnvor de In cual no se pudiese hacer valer alguiios inotivos plauxibles ; porque, observando las difereiites disposiciones que hail sido efectivainente propucstar, se nota entre ellns las didiferencias inas estremas, colocando unos a la cabe-
- 148 za del sistemn enciclop6dico las cieiicias que son enviadas por otros a la estremidad opuesta, i recipro-
camente. La dificultad precisa de la cuestion que hemos sentado consiste, pues, en la eleccion de mi solo 6rden verdaderamentc racional, entre el nlimero mui considerable de 10s sistemns posibles. Abordaiido ahora de una manera directa esta gran cuestion, recordenios primernmente que, para obtener una clasificacion natural i positiva de Ins ciencias fundamentales, debenios bnscar su principio en la comparncion de 10s diversos cjrdenes de fendinenos cuyas leyes tieneii por objeto descubrir. Lo que nosotros queremos deterniinsr, es la dependeiicia real de 10s diversos estutlios cientificos. Ahora bien, estn dependencia no puede resultar sino cle la de 10s f e n h e n o s correspondientes. Considerando bajo este punto clc vista todos 10s fendmenos observables, vanios :t ver que es posiblc clasificarlos en im peq-ciefio iiilinero (le categorias naturales, dispuestas de tal manern, que el estudio racional de cada categgria se halle fundado sobre el conocimieiito de las leyes principles de la cntegoria precedente, i llegae a ser el fimdaniento del estudio de la sigaiente. Este drden es deterniinado por el grado de simplicidad, 0 , lo que es lo mismo, por el grndo de jeneralidad de 10s fendmenos, de donde resulta SII dependencia sucesiva, i, en consecuencia, la mayor o 1nenor fncilidad de si1 estndio.
- 149 Es claro, en efecto, a priori, que 10s fendmenos inas simples, 10s que m h o s se complican con otros,
son tainbien necesarinineiite lox inns jeiierales; porque lo que se observa en el niayor nhmero de casos se halla, por eso mismo, desprendido en el niayor grado posible de las circuiistaiicias propias dc cada cas0 por separado. Ii:s preciso, p e s , comenznr por el estudio de 10s fendinenos nias jenerales o mas simples, procediendo en seguida sucesivamente h a s h 10s fendmenos inns particnlares o mas complicados, si se quiere concebir la tilosofin natural de una manera verdaderameiite iiietdclica; porque este drden de jeneralidad o de siiiiplicidad, deterniinando necesariainente el encaclenamiento racional de las diversas cieiicias fiuidnmentaled por la dependencia sucesiva de sus fendmenos, fijn asi tambien su grado de facilidad. A1 mismo tiempo, por uiia consideracioii auxiliar que crco importante nnotar aqui, i que coiiverje exactamente con todas las pecedentcs, 10s fendmenos nias j eiiernles o mas simples, sieiido iiecesarianiente 10s mas estraiios nl hombrc, deben, por esto misnio, ser estudiodos coil uiin disposicion de espiritu mas tranqiiiln, inns rncional, lo qLle coiistituye un nnevo motivo para que 18s cieiicins correspondientes se desnrrolleii mas riipidaincnte. Rabiendo inclicado a d 1a regla fLmlamenta1 que debc presidir a 1:~clnsificncion de Ins ciencias, puedo
- 150 pnsar ininedintnmente a la construccion de I n escnh enciclopddicn, seguii la cunl dcbe sei* determinndo el plan de este curso, i que cnda cunl podrd fAcilineiite aprwciar con la nyncln de Ins considerncionc:: preccdentes . Uiia primera contemplacion clel coii~juiito tie 10s fenhienos naturales nos conduce a dividirlos tlesde luego, eii conforinidad a1 principio que acabninos de establecer, en dos graiides clnses principles, coniprendiendo la primer3 todos 10s fenhienos de 10s cuerpos brutos, la segundn todos 10s de 10s cuerpos organixados. Estos hltimos son evidentemeiite, en eFecto, inas cornplicados i mas particdares qiie 10s otros; tlcpendeii de 10s anteriores, 10s que, por el contmrio, no dependen de squellos de ningim no do. De alii la necesidnd de no estucliar 10s fenGiiienos fisiolbjicos aiiio despues de 10s cle 10s ciierpos inorg6nicos. De cualquier inanera que se espliquen Ins diferenciss de estns dos clascs de seres, es verclnd que en 10s cucrpos vivieiites se observnii todos 10s fencimenos, sen inecdiiicos, sea quirnicos, que se efect6nii en lo; cuer10s brutos, i ademns 1111 6rden enteraniente especial de feii6meiios, 10s fencimenos vitales propiainente dichos, 10s que dependen de I n oiyunizaciou. No se tm:a q u i de examinar si Ins dos clases de cuerpos soli o no de la misriia 7zatirrnlezu, cuestion insoluble que se debate nun niucho en nuestros dias, por 1111
- 151 resto de 10s hhbitos teol4jicos i metafisicos; una cuestion seiiiejante no es del doiniiiio de la filosofia positiva, qiie liace forninlinentc profesioii de igiiorar absolntainentc In natuwlezcx iiitiinn de un cueiyo cualquiera. Pero n o es de ningnn modo indispensable considerar que 10s cuerpos brutos i 10s cnei*pos Yivieiites ~011de i m a nntnraleza eseiicialiiieiite rliferentc para reconocer la iicccsidad de la scpnrncion de siis estndios. Sin duds, 110 estrin nun bastaiite e j a d las ideas s o h e la iiiaiiera de concebir 10s feutimenos de 10s cuerpos viyientes. Pcro, cualquiera qiic sea el partido que se pie& toniar a exte respccto a consecueiicia de 10s progresos ulteriores dc la filosofia natural, la clasiiicacion clue estableceinos no podrin ser de niiiguii modo altemdn. En efecto, aunque sc inirasc eo111o (lcniostrxIo,-lo que permite ap4nas entrever el cstuilo actual de la filosofia,.- ~ L I C10s fendmcnos fisioldjicos son siiiiples fendmenos iiiechicos, eldctricos i quiniicos, iiiodificados por la estructura i coinposicioii propias de 10s cinerposorganizaclos, iiuestra division fnIidniiieiitn1 no dejaria de snbsistir pop cso. lorync c1Liecd:i sicnipre conio uiin verdad, n u n en esta hipitcsis, que 10s fen6iiirnor jencrales deben ser estndiados Antes de proceder a1 es!Lmen de Ins Inodificacioues que esperimeiitan en ciertos sere8 del uiiivci-so, a conseciicncin de iiiin disposicion particular dc lar; iucldculas. h i , la division que estli lioi
- 152 fundada para la mayor parte de 10s espiritus ilustrados en la diversidad de Ins leyes, es de uiia natnraleza propin para manteiierse jndefiiiidarnente a causa de la subordiiincioii cle 10s feiiheiios i a causa del Grdeii de loa estnclios, ciialquiern que sea la aproxiiiiacioii yne puedu estnblecerse algunx vez s6lidainente eiitre lax dos clnses de cuerpos. No es este el lugar dz desarrollar, en sus difereiites partes esenciales, la con~paracioii jenernl entre 10s cuerpos brntos i 10s cuerpos \ivieiites, que serh el objeto especial de un esAmeii profundo en la seccion fisiol6jica de este curso. Basta, en cuaiito a1 presente, haber recoiiocido, en priiicipio, la iiecesida,d 16jica de separar la ciencia relntiva il 10s priiiieros, de la 1-elativa a 10s seguiidos, i de n o proceder a1 estudio de la fisicci o~giiizicusiiio clespues de hnber estnblecido Ins leyes jenerales de Inji'siccx is~olgtiraica. l'asenios aliora a la deterininmion de la, snludivisioii principal de que es susceptible, seguii la misiiia regla, cads uiia de Ins dos gmiides: mitncles de la filosofia natural. Respecto a laficiccc inorgcinica, veiiios primeraiiieiite, coiiforinkiidoiios sieinpre coli el hden de jeiiernlidad i (le dependencia de 10s feii6ineiios, que debe clividirse en dos seccioiies distiiitas s e p i que coiisidere 10s feiiciiiieiios jeiierales del universo, o, en pal-. ticular, lox que presentan loa cuerpos terrestres. De doiidc teiicrnos In divisioii dc In flsicn irzorpi-
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- 154 fixicn terrcstre; i iio proceder a 1 1 cstudio de la sewiicln siiio clespiies del de la 1trinicra, que es si1 base racional. I,% fisica teri*estre,a, 611 vex, se snbdivide, scgun cbl niisiiio principio, en dos porciones niui distint:is, s;cyyi que e l h consickre 10s cuerpos bnjo el punto tie vista mec;iiiico, o h j o el punto de vista quiniico. De doiide la fisica propiamente dichn, i la yiiimica. Esta, p:tm ser coiicebida de una iiiaiiei-a 1-erdncle1-nmentemetddica, sitpone evidentexiiciite el coiiociiiiiento pr6vio de I;L otra. lorquc todo:: 10s feii6me110squiruicos son neccsnrianicnte ~ n a s coniplicaclos clue 10s fe11Gillel1os fisicos; dc ellos deperitieii sin iufiair sobre ellos. CLialquiei-n sabe, en efccto, que totla :mion quiinic:L estsi somet icln prirncramcnte :t la i 11fluericia de I n pesantez, (le1 calor, tic 1:i electricidad, ctc., i presenta, a(Ieiii:w, a l p propio qiic modifica la accioii tlc 10s qjeiiics prececleiiter. ILta conxideracion q ~ i c iiiuestrn evichtemeute clue I n qiiiiiiicn no luede nnnrchar siiio despncs clc la fisica, la presentn a1 iiiisnio tienipo coino itiia cieiicia (listinta. Iorque, cualcluie:.a qnc sen la opinion que sc adopte n cerca de las afinicl:~les clLiiiiiicas, i niin caaiido 110 s~ T. iese cii e11as,-coino se p e d e concebir,-niw que iiioclihncioncs (le la gravitacioii univers:il Itroilncitla por la 1Cigitra i lmr la disposicion mlitua de 10s Atoxnos, tecrmancceria incoiites table que la i i e c e d a t l de prestar coniinunineute atcncioii a e.tas conclicionea espe< -
10s feiiriiiieiios iiias jciicdes, nins absfrnctos i inns alejados (1: : la hu~naiiidad ; iiiflnyen s o h e toclos 10s otros, sin sei- influenciaclbs p r cllos. Los feiicimciios considerndos 1)or 1 1 2 <t!tiina son, al contrnrio, 10s inns particularci, 10s I H ~ S coniplicn~los i 10s inas cSirect:imentc: ntes 1):~i-a el hombre ; tlepciiclen, rims o inenok-, de talos 10,s niitwiorcs, sin cjercer h o l m elIos ningiliia influxicia. Eiitrc estos dos estremos, Sos grados de es;)eci:iliclad, de coiiiplieacion i cle ixrbonaliclntl van gratlrinlniente en auunento. asi como tniiibien h:t depeiiclencia hncesiva. Tal es la intima relncion jeiiernl p e S a wrtlnticrn observncion filos; fi en, conveiiie!iteme!te ernl)lend ;I, -i no vaiit:s distincioncs :Irl)itrLZri:i4,-iio~ coiitlnce a ebtnl-hxcr entre 13s tlivcrsas cieiicins Simdnnicntales. Ttil, piics, tlcbe sei*el plan (le est:: ciii-so. KO I ~ c potlido n q u i siiio boscluyjilr 1% esposicioii clc ]:I> cotidernciones priiicipnlc~~ sobre las tides i-epob:~ csta clnsificacioii. P:zr:i concebirla coiqlctamente, seria aliora. iiecesnrio, des1)nes de liaberln eonsideratlo bajo iin punto de vista ~jeneixl, exaiiii~izi-la con relscioii a cada cicncis fwiclarncntad e n ptirticrilar. Esto cs lo que liaremos cuidndosarneiite a1 coizleiizar ci estitdio especial de cncln parte de este curso. I,a construceion cle esta escnln enciclop6dic:i vuelta a coiisiderar asi succsivnmente 31 liablar dc cadn uiia de las ciiico grandcs cieiicins, adqiiiirirh
ciaS.
, ) r i i i i ~ considern a
I,
asi ~nnyor esactitncl, i sobre todo poiidrh 'en plona evidencia si1 solidez. Estas ventajas sei& tanto inas scnsibles, cnnnto que wreinos ent6nces estnl,lecersc natiirnlniente, segnn el niisnio principio, In distribiicion interior cle catla ciencin ; lo qne prcsentar6 todo el sistenia de 10s coiiocimientos hmnanos clescompuesto, liastn en siis inenores detalles, s e p n una cocsiderncion linica coiistaiiteiiientc secnidn : Ia del grado de nlostraccion mas o mdiios gmiide d~ Ins conccpcioneq correspoiidientes. Pero trnbnjos de estc, j&ncro, :tdcims de que nos llcvnrinn nhorn dcinasinclo lb,jos, serinn ciertnineiite inoportanos en est:% leccion, en clue nncstro espiritii debc mantenersc bnjo el p i n t o de vista inns jeiieral de la filosofin positiva.
Sin eiiihargo, l)nrm lincer aprecinr en el mayor grado posible, clcsdc cste nioniento, I n importancia de csta jeiierarqui:i f~ind:~mental, de que hard aplicaciones continuns en tocln la contiiiiiacioii dc estc cirso, clebo scfinlai. nqui ra~~iclanicnte des jcncrnles mas csencialcs. E s necesnrio notnr, c n primer lngtlr, coin0 iiiia rzrificncion mni decisivn de la exactitud de esta clnsi ficacioii, SII coiiforiiiidnd eseiicial con In coorclinacion, eii cierto modo esponthnen, que se eiicnentra en efecto iiriplicitanientc aclniitidn por 10s sabios entregndos a1 estuclio de Ins diversas rmias de la filoSofia 11:LtllT:Ll.
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Es uiia coiidicioii ordiiiariaineiite mui descnidnda por 10s constructores de escalas eiiciclop6dic:is. In (1; premitar conio clistiiitas las ciencins (11163 la iiini*chn efectin del espiritu hnm:ino lia coiicluciclo, siia designio premeditado, n cultivar sep:irndainente, i
de estnblecer entrc ellas una sttbordiiiacioii coiiforme a las i-elaciones positiixs clue iiianifiest:~si1 tlesarrollo diario. Uii acuerdo seiiiqj:inl-e es siii einbnrgo cvideiitemeiitc el iiiclicio mns scgnro de uiin bueiia, elasificacioii; porclue Ias divisiones qnc sc 11anintroducido espoiit&iieaimeiitceii el sisteriin citmtifico 110 lian podido Rer deteriniiindas siiio IJor el seiitiniiento, largo tiempo esperinzeiitndo. cle Ins verclnclerns necesidncles del espiritu liiiiiiaiio, sin que linya podiclo ser cstravindo por jener:blirlades viciosns. Per0 annque la c1:isificacioii snteriormeiite propiiestit lleiiase eiiternmente esta coiidicioii, lo que scriii superflno prohar, iio seria iiecesario concluir qiie 10s hhbitos jeiiernlmeiite estableciclos hoi 1)or esperiencia eiitre 10s sabios hnrian im'itil el trabajo enciclopitclico que acabnmos de ejccutav. Estos IiAbitos linii hecho solamente posible una oper:zcion semej ante, que presenta In diferencia func!nmcntal de uiin coiicepcion racioiinl coil iiiia clasificncion purameiite empirica. Ev preciso por otra parte que estn clasiiicacioii sea ordinarinmeiite coiicebida i sobre todo seguida con tocla la precision necesziria, i clue si1 importancia sea coiivenieiitenierite aprecincln; para con-
- 161 veiicerse dc c\to, bnst:Lri:L considerar 18s graves infrnccioccs (3':~ cfinrinnieiito se coineten contra est2 lei eiiciclol,&c~ica,coli grnii peqjriicio CICIespiritii
hiininno.
Uii xegrindo cnrhter uiui cseiicial de jirlcstra clasiiicacioii, (1s el ser iiecesariamente conforiiie a1 6rden cfcct i\-o tlel clesaimllo de i:, filosofia natural. Zs! o lo i i i a r d i c h t : i , todo lo que se sabe de la historin (le las cieiiciaq, pnl.ticul:iriueiite en 10s dos iiltiinos ?jiglob, en doiitle p i e ~ i i o r ;seg:'nir : s u ~n:irchn con mayor esactitud. S e coiiciI)c, en cfecto, qiie el estudio racioiinl de cads ciciicin fiuldamcntal, csijiendo el cultivo pr6vi0 de toJns Ins q ~ i I cn preccden en iiuestra jei-nryuia cnciclopi:dicn, no lin poclido hacer progiwos reales i tomnr s ~ vi~i-tlah-o i carActer, sin0 clespucs de im ;;ran clc;:irro!lo (le la? ciencins niiteriores rclativss a, feii6iiieiios iim jciieralcs, iiias abstractos; menos coniplicntlos, e iiiclepciidientes de 10s otros. iluiique ,iimnlt:!im, l a p r o p s i o n , piies, 1x3 debido tener lugar en cstc i,rtlcu. l i e parccc ciuc cs, a consideracion tieiie iina iiiiportanci:i tal, que crtw iiiiposiible, sin tcnerla presente, coiiipreniler rca1riir:n:e In historin del cspiritu h u ~ i ~ n no. L n Icijeiici-al qtic tiouiiiin toda esta historin, i que lie csluesto en la leccioii anterior, no pxecle ser coiivcnieiiteiiieiitc enten!lida, siiio se la coiiibinn en I n aplicncion coli la f6rmuln enciclopdtlicn que acabnlI'ILosoPIb.
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nios de establecer. Iorqne es s e g m el cirden enunciado por csta firniula, como Ins diferentes teorias humnnns lian alc:znzado sncesivninente, primero el estado tcolGjico, en seguida el estado mctafisico, i poi. hltirno el estacto positivo. Si en el uso de la lei, no se tonia en cuenta esta progresion necesaria, se encontrarhn anienudo dificultades que pareceran insuperables, porquc cs claro que el estado teoldjico o metnfisico de ciertns teoritls fundamentales ha debido coincidir temporalmente i algunas veces ha coincidido en efecto con el estado positivo de aquellas que la preceden en nuestro sistema enciclopAdico, lo que tiendc a arrqjar sobre la verificncion de la lei jeneral una oscuridad que no se puedc tlisipnr siiio por la clasificacion anterior. E n tercer l~igar, esta clasificacion presenta la propieclad inui notable de sefialar exactamelite In perfeccion relativa de las diferentes cieacins, la c u d consiste csencialmeiite en el grado de precision de lcs conocirnientos, i en su coordinncioii mas o mCxios intima. Es Gcil comprender, en efecto, que mientras mas jenerales, sencillos i akxstractos son 10s fen6nienos, m h o s dependen de 10s demas, i inns 1)recisospueden ser 10s conociinientos que a ellos se refieren, a1 mismo tieinpo que su coordinacioii pnede ser mas COLIpleta. Asi, 10s fen6iiienos orghiicos no permiten sino uii estudio m h o s esncto i m h o s sistem&tico que
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- 170 cido en esta leccioii. i,Qdcosa racioiial puede prodiicir, a m h o s de una estrenia superioridad natural, un espiritn que se ocapa en primer lugar del rstudio de 10s l'en6menos mas corniplicados, sin haber nprendido pr6viameiite a conocer, por el es:iincn de 10s fentmenos inas sencillos, lo que es una kl, lo que es ubscwur, lo que es una concepcion positira, lo que es a m m i mzonamicnto seguido? Tal CT sill embnrgo auii hoi la marcha ordinaria de iiuestros j Gvenes fisidlogos, que nbordnii inmediatamente el estudio clc 10s cnerpos vivientcs, sin linber sitlo con frecuencia preparados mas q u e poi" una educacion prelirninar, rcdncida a1 estuclio de un:i o dos lenguas niuertas, i no teiiicndo, cuando mas, sin0 1111 conocimiento mui s u l d i c i a l de la fisico i de la quimica, conocimieiito casi nulo acerca del iiAtodo, puesto que no Iia sido obtenido de una inanera racional, i particlido del vcrdadero punto dc partida de la filosofia natural. Del mifirno modo, respecto de 10s fendmenos wociales, que sori auii mas com~~licaclos, i, no serizl Iiaber dado mi gran paso 1iRcia la vnelta de Ins sociedades modernas n un estado veriladerameiite normal, el liaber reconocido la iiecesidad ldjicn de no proceder a1 estitdio de estos fendmenos sino despues de liabcr ndicstrndo sncesivamente el 6rgano intelcctual por e1 e x h e n fiIos6fico 1wofuntlo clc todos 10s fenGnienos aiiteriores ? Se piicde decir nun que en
- 171 eso estaba tocla la dificultacl' principal. Porque liai pocos bnenos espiritus no esten convencidos lioi de que cs necesario estudiar 10s f e n h e n o s sociales segun el nidtoclo positive. Pcro no sabieiido o no 1x1cliendo saber esactamente 10s que se ocupaii de este: estndio en que consiste cstc: mCtodo, por no haber-
lo esnminado en BUS apliciones anteriores, esta niitxima ha qnedatlo estdril liasta aliora para la renovation de Ins teorias sociales, que no liaii salitlo a i m del estado teoldjico o del estsclo metafisico, :tpesar de 10s esfuerzos de 10s pretcndidos reformadores positivos. Esta consideracion serh desarrollada especinlmeiite, mas tarde; debo liniitarme aqni a incharla para liacer percibir todo el alcmice de la concepcion enciclopklica que he pi-opnesto en esta leccion. Tales son, pries, 10s euatro pnntos de vista priiicipales, con 10s cimies he qiicrido hacer resnltar 1:i importancia jeneral de la clasificacion racional i positiva. estnblecida inas arribn para Ins ciencias posit ivas . A fin de cornpletar la esposicioii jencral del plan de este curso, me queda ahora poi* considerar uiia lagniin inmensa i capital, (lue he dejndo a prop6sito en mi f;rmnla.eiicicloy)ddlica, i qiie el lecctor sin dud s ha notado ya. En efecto no hemos senalado en nuestro sistemn cicntiiico el rango de la cieiicia matemAticn.
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El iiiotivo (le esta oriiision voluiitariti estA eii la iilportaiicia inisma de esta cieiicia, tail vasta i tan fundamental. I'oryue la leccion prdsiiiia serB eliteranielite coiisagrndn a In deterniiiincion esnctn cle su \-crdadero c a u k t c r jeneral, i por eonsignientc n la fi,jacioii precisa de su rango eiiciclop8dico. Z'ero, para 110 dejar incoinyleto, bajo un respecto tali capital, cl graii cuadro que he iiiteiitatlo bosquejar en estn leccioii, debo indic:ir q u i sumaiiainente, 1)or anticipacioii, 10s resultados .jeneralcs del cxiineii que liuremos en la lcccioii siguiente. En el e s t d o actual del desai~ollo de nuestros conociniientos positivos, conviene, creo, considernr In cieiicin nintemzitica, m61ios ccnio una parte constitutiya de la filosofia natural propiaiiieiitc diclin, clue coiiio &xido, dcsde Ilescxtcs i Nen-ton, la rei*<Ir~dern base uiiclaniciital de totla esta filowfia, nunque, para Eiablnr coli exactitud, sen n In vez una i otrn cosa. Iloi, cn ef'ecto, la cieiicin mateni't' ti ica es iuucho iiidiios importante por lox coiiociniienios, iiiui reales i preciosoj sin embargo, que la coiiipoiieii tlirectniiieiite, que coin0 coiistitnyeiido el instrniiieiito inas pocleroso que el espiritu I1uiiia1io puccla eiiiplczlr en la investipcioii cle ]as leyes de 10s fend1neiios naturales. Para presentar : L este respecto una colicepcion perfectxnente clam i rigurosamente esacta, rerelnos que ex necesnrio dividir la ciencia 1n:item;itica en
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- 173 dos gr:sndes cieiicias, cuyo cnriicter es esencialmeute distinto: la iiixterntiticn abstmctn, o el ccilczilo, tomniido e& plnbra en SLI mayor estensioii, i I n mntemtitica coiicretn, que se coinpoiic, por iiiia pnrte de I n jeonietrin jencrnl, por otra de la inechnica mcionnl. La pnrtc coiicretn estd nccesnrimiieiite fimclacla en Int parte abstrncta, i sc Iiace a si1 turiio In base tlirecta de toda la filosofin iintural, considerando, en lo posible, totlo5 10s fendmenos del uiiiverso conio jeouiihicos o coiiio mec:iiiicos. La parte abstracta es la linica. c p e sea p*aiiiente iiistrurnent:d, 110 sieiiclo otra cosn que una inmensa estension admirable de la lGjica natuml en 1 1 1 1 cierto drdcii d e cledncciones. L n jeometria i k t mec:iiiic:L, deben, a1 contmrio, scr considel-adns co1110 vercladeras cieiici:i s lint urd es, f~intlndas, conlo t o h In., denins, en la oloservacion; annque, por la cstreiiiu siiriplicidatl de siis fciii)riiciios, ellas permitcii m i gratlo de sistenmtizncion iiifinitnmente inns perfecto, qiie 11% podiclo algmins veces hncer ctescono:eer el cnrdcter esperimental de sus primeros principios. Iero ehtns dos cieiicias fLsicas tieiieii est o tlc 1)articular: qiie, e11 el estntlo actual del espiritu huiiiaiio, son yn i serin sieinpre en adelniite empleatlns coino iiidtodo; nincho inns clue conio doctriiin dircctn. Es, por lo deinnf;, evitlente que colocaiido asi l:r ciencia. riinteniAticn a la cabeza cle la filosofin positi-
- 174 vs, no hacenios sino estendei- nins la aplicacion de esc inisrno principio dc clasi ficacion, fimtlatlo en In dcpendeiicia sncesivn de las ciencins coino resiiltndo del gratio cle abstraccioii de siis fcncunenos respecti7-08, que nos lia suininistrado la sdrie enciclopbdicn, cstablecida en csta leccion. S o Iiacenios aliorn iiins que restituir a esta sbrie SII primer t4rmiiin rerdadero, cuya importancia propin csijia nn eshiieii es1)ecial mas desnrrollado. Se vd, en efecto, qiic 10s fen h e i i o s jeomdtricos i InecAnicos son, entre todos, los nias jeiierales, 10s nins simples, 10s iiins nbstrnctos, 10s nins irrednctiblcs i 10s inas independientes de todos 10s denins, de 10s cnalcs p r el contrario soiila base. Sc concibe del inisino nio(lo qiie SII estudio es 1111 prelirninai- indispensnhle a1 de todos 10s oti-os cjrdeiies de fenhenos. Es, p e s , 1 : ~ ciencin 1n:itein:itica la que debe constituir el verdadero 1)mtto de partidn de tocla educncion cientificn racional, SC:L jenerd, sea esp(~cin1,lo cine esplica el iiso iiiiiversal que se ha establecido desde 1:wg.o tieinpo :L este respecto, de 1111:~ iuaiiera entpirica, aunqne no 1iny:i tciiido primitirnmente otra causa que la iiiayor antigiiedad relativa dc la ciencia niateri1;itic:i. I>ebolimitarme en este monicnto a n u n iiiclicnciori niui r j picla de estas diversas consitleracioiies clue vaii a ser el objeto especial de la leccion siguieiite. Hemos, p e s , determinndo coil esnctitud e:i estn leccion, no con vanas espccullaciones arl)itrarias,
sin0 considerindolo coni0 el objeto de un verdac'lero probleinn filostifico, el plan racional que debe guiarnos coiistnntemente e11 el estuclio de In filosofin positiva. E11 1-esultado definitive, J ~ A T K ~ T I C AsmmomLi,FiSICA, (,)UhfICA, FISIoT,O.JfA i F~SICA SOCIAL: tal es In foriiiuln enciclopdclica qne, entre el inui grnn iiiinicro de clnsificaciones que permiten Ins seis ciencins funclamentales, cs la lhiiicn b j i caineiite conforine n la jcrarqiiin nntmral e invarialtle de 10s fenhenos.
APENDICE.
EA MORAL HUMANA I LA MORAL TEOLOJICA-
Como en I:] niornl es ea donde se asilaii con iiias f'tierxa lns ideas teolc5jicas i metnfisicns, derrotacins ya en casi todos 10s dcnias doiniiiios del saber 1111insiio, creo mni eseiicial esponer nqni lo qne dice In iilosofia positivn acerca de este piunto t a n capital. Demos la 1x:llat~raa1 actnal inaestro cle estn doctriiia, .1 ; Littrd. 1-16 aqui coiiio respoiide a Giiizot que tncbnlsn de ininorales Ins ideas de esta i i i i e ~ w fi-
losofin : ~ C r e ouii deber para con Angusto Comtc, para coilmigo, para con todos aquellos, en uina palabra, que poircii su mornlidad fuera de totlas Ins condiciones teolhjicns, no d e j a sin respiestn la frase en que 11. Gixizot estigmatiza la inmom7 falwdcid de tales idcas. No tengo el iiienor deseo (le rccriininnr i de
FILOSOFIA.
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- 173 iriiitnr el $jeiiiplo del siglo dieziocho, que tncliaba de iiiiiiorales las influeiicias teolcijicas. 13s cierto que In iiioralidad liuniana se li:~ clesarrollado brqjo estas illffuencias; per0 es cierto tariibieii qnc algunos hoiiibres, en actelante en gran n h i e r o , obecleccii n uiin inoral que 110 cede en nada a nquella cuyo punto cle " p o p estti en 10s cielos. Responder poi* el hecho es niucho; pero esto no basta. pwa fildsofos, i es meiiester responder por la tcorin. Eli SLL aplicncion a Ins docti-inas de 1 n filosofin positira, el pcnsmniento de M. Guizot CY que toda nior:J que no tieiie s u orijeii en iiiia volmitad diviiia i soheram es ilusorin, i 110 forma inas que L ~ M s m m de preceptos qirc iio puerlc, referirse : I ningiiiin autoridad vnledern. Tal es, lo si', la tloctrinn tradicioiial : la inoral est:; en clln intimamente uiiida n Ins reli<jioiies,groseriL en las reli,jiones groseras, purificatia en las relij ioiiea purificadas ; aquella se debilitn iiecesnriamcnte ctinndo se tlebilit a n Ins nocioiies teoldjicns, i conipreiido laa inqiiictudcs de lioinbres graves que, ndinitieiiclo que Izt inornl es a. la vez nn ideal foriiiado sobre ~ i i it i p siiprcino i 1 1 1 1 ccicligo dictntlo cle lo alto i sancioiiado con peiins i recoinpensas, califican de iiiiiiorslcs Ins nepciones del orijen sobreiiatur:~l. I lo scrim en efecto, si la iinturaleza h uni:ina poseycsc la mor:il eomo uti mandniniento, i 1 1 0 coim mi desarrollo sacado gradunlnieiite de su seno con el iiiisiiio titulo que el desarrollo de la ciencia.
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crVolvlinios~ios, piles, libcia estn natnralezn Itnman:t : enco:itrnnio<, en el hombre, impulsos personnles, impulsos impersonnles i la rnzoii que juzga a uiios i a otros. A meditln q ~ i c In r:tzon de 1 s hiuim:initlad se desnrrolln, ella liiiiita 10s irripixlsos permiales i eiigrandece 10s iinpnlsos impersonnles. I nsi se foriiia una nior:d pi*o.gresivn clue, ,j -ristameiite poryue es progresim, atestigiia SLI cnrhctei. pur:iiiiciite natiirnl, i que l i p : L 10s ltonilres ])or I n sancion (le la conciencia, conio In cieiicia 10s l i p por 1:i sancion del eiitericliiiiiento. Es, piiei3, un error filosGfico laiizar el reproclie de innior:didacl a Ins doctrinas de In rnom1 huiunna. FilosGficanieiite, la inoral 1iuin:ina tielie !a nzisnin soliclei! i la niisriia graiicleza que la cicncin liumaiin; es el resaltado (le1trabqjo de la mzon sobre 10s seiitimientoc. coiiio Is ciencia es el resultado del trnbajo (le 1 i L rnzo11 sobre el niimclo esterior. Xi una ni otru tienen necesic1:icl (le toinnr un apoyo fwra de In nnturalezn; i u n : ~ i otra renuncinn, cuando el tiem1'0 ha Ilegado, : I cse npoyo que la iilosofia positiva llani a provisorio. ((Si natlie nieg::u (11 orijeii n:tturnl de In ciencia, ntldie tiene clereclro a n e p r el orisjell natmal de 1n i i i o r d Si n d i e n i e p In fiierza co:ictiva de In cieiicia natiirnl yuc lin 1ircz-nlccido contra el testimonio de 10s seiititlos i contra Ins tradicioiies inas queridas, iintlie tiene clerecho a negar la fuerzn coactiva (le la inoral natural, cnyo imperio gobierna ys n tantos
- 180 hombres. El ascendiente de lo bueno sobre el cornzon es de la misma naturalem i no es menor qiie el ascendiente de lo verdadero sobre el espiritu. ctEsto es lo que esplica, cosa absolutainente incsplicable para nuestros adversarios, como, por confesion de ellos mismos, hai hombres verdaderamente m o d e s sin que estos hombres refieran su moralidad a las sanciones teolbjicas. Pero se iiisiste i se dice qne lo que acoiitece por escepcion en algunos individuos, no puede aplicarse a las sociedadcs, que tienen necesidad de estas sanciones para ser morales. No hard a aquellos contra quienes argumento, la injuria de ver en si1 opinion lo que se puede encontrar, si se quiere : u n simple inotivo de utilidad ;vel4 en ella solamente esto: que la sociedad est& ligada por uii lazo indisoliible a1 principio teoldjico, qtie de d l recibe su vida moral, i que ella es sn rea1iz:icion viviente. Pero, a esta proposition, saeo de In liistoria uiia contradiccion formal. Si es verdad, filosc~ficarnente, que Ins sociedadcs no reciben soplo moral sino del principio teoltijico, serh verdad, histbricamente, que, inichtras nias prevalezca este principio, inas elevada debe ser la moral; i a la inversa, quo m i h t r a s mas yierda su poder ese principio, mas debe degradarsc I s moralidad. Ahi est&la pruebn i la contraprueba. ((Ahorat, si hai un punto confesado por todos, amigos i enemigos? es que, desde el fin de la ednd media, la autoridad del principio teolhjico se ha mi-
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equidad, que soniete a todo cl iiimido a Ins c:ii.,rrns commies; sobre el Pentiniieiito de solictnridad, que hace de In, suerte de Ins c l a m pobres el inas a p e minnte i el inas noble prohlcnin (le1 ticinpo presente. E n cuaiito u mi, no sd cnracterizar (le otro modo este espccthculo tan :dtanientc moral que diciendo que la humanidad, inejor:itl:i, ncepta inns i inas el deber i la tarcn de estender el tloniiiiio cle In justicin i de la boiidatl.))