Rafael Ramírez - La Enseñanza Del Lenguaje
Rafael Ramírez - La Enseñanza Del Lenguaje
Rafael Ramírez - La Enseñanza Del Lenguaje
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BIBLI0IiCA DEL
ltiIAESTR0 VERACRUZAN0
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Ramrez, Rafael, "La enseanza del lenguaje", en Obras de Don Rafael Ramrez. Tomo L Jalapa, Ver., Gobierno del Estado de Veracruz,1966. pp.205289 (Biblioteca del maestro veracruzarro 13).
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DOS PALABRAS La enseinza del lenguaie completa. la doctrina que suslentamos acerca de la enseanza,de la Lengua Nacional, cuya exposicin habamos inciado en los volmenes anteriores titulados: Cmo dar a todo Mxico un idioma, La enseanza de la escrifura, El cuento y la expresin dramtica y [a enseanza de la ortografla.
El pequeo libro que ahora sale a luz se refiere concrtamente a la enseanza del lenguaie hablado y del lenguaie escrito, y slo de pasada alude en ocasiones a la enseanza de los otros aspectos de la Lengua Nacional.
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del pafs, el meior inslrumenial de que puede disponerse hasta el mornento. Si de acuerdo con este anhelo, el libro que hoy ofrecemos a los educadores les resulia tl aunqu sea en porcin mfnima, quedar
ampl iamente satisfecho.
Deseamos ardieniernente que los maestros primarios urbanos y rurales, utilicen en la enseanza de la materia
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EXPOSICION GENERAT DE INTRODUCCION Estimado maeslro Es cosa til y adems hernrcsa saber maneiar
el idioma propio con alguna deslreza, pues asl la comunicacin social es ms efecliva y grata y las necesidades de autoexpresin se ven rreor satisfechas. Todo el mundo debiera, por esta raz6n,
saber usar bien la lengua propia de su pafs.
No se nace sabendo ya el idioma. Su adquisiin y su dominio rcclaman un largo y permanente aprendizaie que el hombre inicia desde que es muy pequeo. Va aduendose del lenguaie pri206
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que es cosa muy diffcil. Los nios han venido al mundo dotados por la Naluraleza con el insrrumenlal bastante para er aprendizaie del idioma; su crecienle y vigoroso afn de socializarse, los infereses glsicos que los dominan, su curiosidad siempre alerta, su sorpren_ dente impulso imilativo, su constante lendenca a charlar y su incansable aclividad fsica y menlal, amn de algunas otras caracfersticas, son preciosos medios que el ma.estro puede aprovechar para haoer figera y grata la tarea de ensearles el lenguaie. Esta iarea se volver ms fcil y ms grata si el maestro procura pranearla cuidadosamente, sealando con precisin las melas por arcanzar, lrazando y api:onando la senda por recorrer e ideando la manera de esiimar los progresos que se vayan alcanzancjb.
Aunque parezca ocioso, conviene ,explicar que la expresin lenguaie es usad: por nosofros comprendiendo los dos aspectos del idioma, el hablado y el .escrito. De acuerdo con esta aclaracin. ra enseanza del lenguaie debe abarcar la capacilacin de los nios para expresarse con correccin tanfo oralmente como por escrilo. Si se desea que esla capacitacin adquiera sobresalienles rasgos de excelencia, debe cuidarse de que apsrezca siempre gober_ nada, por el principio o:el aprendizaie por la accin, pues la expre_ sin oral y la exoresin escrila, como destrezas que son, slo pueden apr.enderse hablando y escribiendo.
La enseanza del lenguaie oral y la del lenguaie escrito son, fundamentalmenfe, las cosas de que vamos a tratar en los ca.ptulos siguenles. Estas dos cuestiones, a pesar de su importancia prcficamente permanecieron ignoradas por la escuela. hasla ya bien entrado el presenle siglo, como vamos a verlo en la breve nolicia histrica de la evolucin de la enseanza d,e la materia en nuestro pa.s, que damos a conlinuacin.
La vida
cacin primaria, la'filosofa, la organizacin y los mtodos que prevalecieron en la Nueva Espaa durante el rgimen coroniat. De acuerdc con esa herencia, la enseanza d,e la Lengua Nacional en ras escuelas primarias consisti exclusivamente en el aprendizaie de
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.*Los e[ercicos de descripcin y de composicin por escrilo tendrn por princpal obieto desarrollar las aptitudes de cada uno de los alumnos para que expresen correctamenle, pero con libertad y con sello personal propio, lo que est dentro del dominio de su experiencia o dentro del crculo de sus necesidad'es e intereses. A este fin, dichos eiercicios se concretarn a asuntos que puedan exponerse de una manera breve, obietiva y natural. 7.-Los eiercicios de recitacin que se hagan en cada ao escolar debern elegirse y ensearse de tal modo que los alumnos los entiendan bien y que conlengan ideas y sentmientos que puedan experimenlar a las edades en que se encuentran, gue sean adecuados a su educacin moral y que merezcan, por su valor literario,
@nservarse en la memoria.
senlir que una de las funciones ms irrportanles de la escuela primaria es la de ensear a los alumnos a maneiar la lengua ma'lerna con facildad, eficacia y correccin, y que para conseguir eslo era preciso empear a' los nios en actividades especficas de lenguaie, tales como conver.sar, discutir, relafar, informar, exponer, redactar, etclera, sin peruicio de cuidar que las actividades esco_ lares de otra natura,leza y el ambienle social general del plantel aportaran su contribucin, pequea o grande, al logro de ese msmo propsito.
Nuesfros ,educadores esln en estos momenlos,, pues, alinea_ dos en lo que ve a la enseanza del lenguaie con los maestros de los pases ms adelantados.
se empapaban de las grandes inquietudes espirituales tradas por la Revolucin, de tal manera que fue asf corno llegaron a entender
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TO5 PROPOSITOS QUE DEBEN PERSEGUIRSE EN TA ENSEANZA DEt TENGUAJE
Cuando los maestros se resolvieron,a introducir en la escuela concretdmente el aprendizaie del lenguai.e como una de las varias ma_ nifesiaciones de la enseanza de la tengua Nacional, lo hicieron impulsados realmente por un nico propsito, el de capacitar a los
8.-Cada eiercicio de copias se har slo ms de una vez, si se incde en errores al hacerlo en la primera; pero no se copiar nunca ms de tres veces el mismo eiercicio, salvo en los casos de
mecanizacin.
9.-Se cuidar constanternente de que los nios maneien la voz en sus registros medios; se evitar que la eleven mucho o la hagan demasiado suave, salvo en casos excepcionales. Se har articularla
clara y distintamente, con intensidad media, sin esforzarla nunca, y se procurar que al hablar, al leer y al recitar, los nios respiren de un modo amplio, pero in's'ensible, y que lleguen a modular correctamente,
Eslas ideas m.eiodolgicas normaron, plenamenle ya dentro del movimienlo armado desencadenado en el pas, las prcticas docentes de los maestros en materia de enseanza del lenguaie durante quince .aos por lo menos; pero al mismo tempo que los educadores trabaiaban baio su inspracin, acumulaban cuidadosamenle las meiores experiencias, reexaminaban seriamente la doctrina a la luz de los ms recientes avances logrados por las ciencias pedaggicas
nios en la medida de lo posible para comunicar a los d,ems con efectividad y correccin sus ideas y senlimenlos por medio de la palabra hablada o escrita. El propsito anierior puede tambin ex_ presars'e del siguiente modo, diciendo que el obietivo perseguido por los maestros en la enseanza del lenguaie no es otro que el de ayudar a los nios a empear'se ms satisfacloriamente en aquellas acfivdades de lenguai,e que 6on muy comuns en la vida social en que diariamente participan, y revelarles otras actividades d'e igual naturaleza., menos usuafes que las anleriores, en las que tam_ bin pueden empearse, proporcionndoles la capacitacin inicial para el obiefo.
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venimos estudiando, el maeslro debe interesarse no slo en el vehculo de transmisin, sino tambin en la cosa por transmitir, porque entre ei pensamiento y su expresn exisfe siempre una relain ntima, de tal manera que bien pudiera afirmarse que las ideas bien concebidas encuentran casi siempre la meior rula de comunica' cin. Tomando, pues, en cnsideracin lo acabado de decir' nos sentimos autorizados para afirmar que uno de los ms importantes obietivos perseguidos en la enseanza del ienguaie debe ser el de que los ma.estros ayuden a los alumnos a concebir sus ideas de una manera clara y definida, y los auxilien a encontrar la meta ms clara y ms directa para su eficaz comunicacin'
No era ociosa, pues, la insislencia con que los retricos antiguos nos hablaban de que en el lenguaie haba que preslar atencin al fondo y a la forma' En efecto, el lenguaie, bien sea escrto' que va bi,en sea oral, debe ser visto desde los dos ngulos, el de lo dicho hemos ya a decirse y el de la manera de expresarlo, y como hace unos momentos que la unin enlre el pensamienfo y el lenguaie es muy ntima, slo henros de agregar ahora que muclros de deben los fracasos de los maestros n la enseanza de la matera se proa su miopa o ceguera para percibir que ambas cosas son dos con duclos gemelos oblenidos de una labor concebida y realizada
integridad.
acabamos de hacer a manera de prembulo en este caplulo, parece que estamos ya en condiciomaesnes de formular algunos de los obietivos especffcos que los Despus
De acuerdo asimismo, con el pensamiento del experto educador a que nos hemos referido, el lenguaie escrito, a semeianza de lo qtre suced'e en el lenguaie oral, reclama la eleccin de las palabras propia.s y el uso de ellas en su recta forma; reclama, tambin, que las frases y oraciones se construyan gramaticalmente y con naturalidad; pero exige, adems, una escritura fcilmente legible y libre d'e errores ortogrficos. Aquf, c,orno en el caso anterior, es al logro de estas metas hacia donde los maeslros primarios deben enfocar la enseanza del lenguaie escrito denlro de las escuelas, en las mismas condiciones sealadas al trmno del prrafo anteror.
de la exposicin qtrc
eon: lros deben perseguir en la enseanza del lenguaie' Ellos l.-Capacitar a los nios para hablar, conversar y discutir saen tisfactoriamenle, estmulndolos para que traten de los asuntos que tengan experiencias vivas o de aquellos otros en que estn interesados; 215
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13.-Adiestrarlos para inlerpretar, recitndolos satisfactoriamente, algunos poemas breves en prosa o verso, de valor literario
real,.
3'-Ayudarlos a adquirir la costumbre de hablar con naturalidad; en agradable fono y en voz suficientemenle fuerte para ser
ofdos;
escribir,
la
4.-Eliminar en los nos los errores que son frecuentes en ef lenguaje escrito, asf corfro oqullos que son cornuns en la expresin oral, y habituarlos a hablar y a escribir siempre con correccin,.
S.-Poner en los alumnos los cimientos de la apreciacin litera_ ria, iniciando la r,ecla formarin del buen gusto esttico; .-Ampliar el caudal de ideas y experencas de ros nos por medio de la atenta observacin de la vida diaria, de ta cultura,ob_ tenida por constante y buena recrura, der aprendizaje efectivo de las lecciones escolares y de los conracros de los ulumnos con genres de ms experiencia y de mayor cullura;
IS.-Crear en los alumnos la habilidad para participar eficazmenle en el planeo y realizacin de dramatizaciones; l.-Crearles asimisrno la habilidad para hacer, hablando o escribiendo, una composicin de longilud proporcionada a su edad y al graCo escolar en que se encuenlren; 17.-Enriquecer el lenguaie de los alumnos no solamenle con palabras nu.evas, sino fambin con nuevos giros y .nuevas formas
,
de expresin, y
lB.-Crear en los nios et deseo y la resolucin de usar siempre el lenguaie ms correcto cuando hablen o escriban, y hacerles senlir la grata saiisfaccin que se experimenta procediendo de ese
modo.
7'-Formor en Jos alumnos el hbito de escuchar atentamente y con corlesfa cuando alguien les est hablando;
poemas adecuaobs a su edad y experiencia y a sus inrereses y sus guslos, y capacitarlos para refararfos y d,ecirlos con bastanre pro_ piedad;
No pensamos gue en la enumeracin a,nterior hayan quedado agolodos los obietivos que deben perseguirse en la enseanza del lenguaie, pero sf creerros que la lsta ayudar a los educadores parra descubrir, por medio de la reflexin seria, las metas que hayan quedado fuera de .ese cuadro.
9'-Formar en los nios ra habiridad para rerarar sus experien_ cias personales, dando a los relalos und presentacn sarisfactoria;
1O.-Formar en los nios, asimismo, la habiridad para habrar oonlinuadamenfe sobre una sola cosa, sin perder et hilo del asunto, y ayudarlos a adguirir hbitos de pensamienro consecutivo; I l.-capacitarlos para usar cuando ,se, preciso, habrando o escribienob, las frmulas de co tesla que ms convengan;
parra
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Et APRENDIZAJE DEt I.ENGUAJE ORAL a).-SUMARIO.-En este capftulo vamos a disculi,'algunas de las cuestiones fundameniales relativas a la enseanza del lenguaje hablado. En la vida diaria todas las personas hacen uso de l casi de un modo constante y permanenle, y a veces, cuando no saben es, cribir, es la nica forma de comunicacin que usan con sus ,semiantes. Por el riodo de hablar se iuzga a menudo de nuestra cultura, pues el lenguaie hablado es tn claro y sguro indicio no slo de
12.-copacitarlos igualmente para reproducir reraros cortos y dar satisfactoriamenie algn recado;
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bo de la enseanza de la lengua, que no es otro sino el de empear a los nios en aulntica cividadec ocisle de lenguaie, como son entre otras las de @nversar, discutir, edactar cartas reales y no fingidas, eltera. Claro est que las enseanzas derivadas de la gramtica y d'e los eiercicios de tenguai.e prestan, al respecto, valiosa ayuda, pero a condicin de que tales cosas se impartan oporlunamenie y siempre er fniima conexin con lae actividades oondreias de lenguaie en qLre se encuentren empeados los alumnos. Para los retricos -ya b hemos dicho- dos son los elemenlos del lenguaie que deben recibir atenta consideracin: el fondo y la fonna, es decir, el confenido y su expresin, o rneior an, lo que se dice y la manera de decirlo. Aunque esto es cierto, tambin es verd'ad que la ituacin de la cual arranca la actividad de lenguaie cualquiera que ella sea, rnerece asimismo ser considerada. Asf, por eiemplo, tratndose del lenguaie oral, en una @nversacin, pongamos por caso, la existencia de un auditorio es indispensable, porque no debemos esperar -como dice un educador- que el nio est ansioso de expresarse con eficacia si se da cuenta de que no liere al frente un audilorio interesado en escucharlo. La situacin real, pues, no tlo dispone el nimo del alumno para hablar, sino lambin procura la elevacn del pensamiento y la de su expresin. 'La vida diaria ofrece para hablar numerosas situaciones que los maestros debieran apresurarse a introducir en las escuelas. Las ms importantes de dichas siluaciones son las siguientes: dar un recado, con\ersar, discutir, debatir, @ntar algo (un cuento, una ancdota, un incidente), informar, exponer una leccin o un sunto, recitar, decir una pequea alocucin, elctera. Capacitar a los nios par6 acfuar satisfactoriamente en tales situaciones vale tanto como proporcionarles la oportunidad de adquirir un buen dominio del idioma y prepararlos para participar desde que son nios en aquellas aclividades sociales de la vida en las que el acertado manejo del lenguaie oral es esencial. De la manera como los alumnos vayan conducindose en cada una de las actividades mencionadas, desprender el maestro los eiercicios fonnale de lenguaie que deba realizar posteriormente y
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lcnica de expresin oral (pronunciacin, entonacin, timbre, eliminacin de defectos de artculacin, etcfera). Todo lo que hasta aqu hemos expuesfo globalmente, como convena hacerlo en una exposicin sumaria del asunto, ser ampliarnenle detallado en los renglones que siguen, en los cuales nos proponemos hablar espe,:ficamente de cada una de las actividades de expresin oral que son ms frecuentemenfe Jsadds en la vida y de las cuales hace unos i.nsiantes mencionamos apenas unas cuantas. b).-EL RECADO.-De acuerdo con el Diccionario de la Lengua, lebemos entend'er como recado el mensaie o la respuesta que de ;:alabra se enva o se da a otro. Por su naturaleza misma, ,el recado es una de las formas tpicas de expr'esin oral usadas en la vida muy a menudo. Para que merezca el nombre de recado, el mensaie (o la respuesta) debe llenar por fuerza el requisito Ce la motivacin, sin el cual la actividad' aparecera iniustificada. Tcdo recado debe nacer, pues, de un moiivo social serio. Adems, pdra ser bien transmitido, el recado debe haber sido entendido plenamente por la person que lo lleva y debe darse estructurado, con naturalidad y'en lenguaie muy sencillo y muy correcto, a fin de no ser mal interpretado por la persona que lo reciba. Todo esto quiere d'ecir que la capacitacin de los nios para'la lransmisin de recados reclama una atencin cuidadosa de parte del maeslro. La vida scolar y el contacio permanente qu la escuela debe mantener con los hogares de los nios ofrecen siluaciones nalurales numerosas para el frecuente empleo de recados transmitidos medianle los nios, y existiendo esa fuenle rica d'e motivos reales, sera una tontera no aprovechrla en la enseanza del lenguaie. El adiestramiento de los alumnos no consislir, en esencia, sino en su capacitacin para la perfecla comprensin del contenido y para la correcta transmisin del mismo, hecha verbalmente. Adems de ir adquiriendo asf un mayor dominio del lenguaie. los nios se adiestrarn en una actividad social realizada en la vida con gran frecuencia.
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c).-LA CONVERSACION.-Segn el Diccionario de la Real Academia Espaola de la Lengua, conversacin es la accin y el efecto d'e hablar familiarmente una o varias personas con olra u olras, cambiando muluamenl,e sus ideas sobre uno o varios asuntos, que se llaman asunlo o asunlos de c<nversacin. El mismo Diccionario agrega a la' definicin anterior algunas locuciones que aclaran y precisan ms an el senlido del vocablo. Cilaremos como rns importanles las siguientes: acaprar la conversacin, con la cual se quiere expresar la fea coslumbre que algunas personas lenen de aduearse de la palabra y rer ellas solas las que platican; deiar caer algo en la conversacin, que alude tambin a la fea prctica d'e encaiar dentro de la conversacin, de propsito pero afeclando clistraccin o descuido, elgunas alusiones inconvenientes; irabar conversacin, que quiere decir empezar la misma; sacar uno la conversaciu, o sea toccrr algn punto para que se hable de l; dirigir la conve;"sacin, expresin que envuelve la idea de encauzar el cursc dc la pltica y no deiarla que se desve o decaiga.; animar la conversacin, es d,ecir, no oiejarla lauguidecer, sino avivarla, y as podramos seguir cilando algunas olras. Para los prop:itos perseguidos en esfe captulo, conviene no confundir la conversacin con la charla. Charla viene de charlar, y charlar, dice el Diccicnario, es hablar sin subslancia, platicar sin un propsito determinodo y slo por mero pasatiempo. De char.la se deriva charlatn, palabra que se aplica al que habla mucho y sin obielo, es decir, al hablador indiscrelo. As, pues, conversar no es hablar solamenle, sino lambin cambiar ideas, de modo que despus de una buena' conversacin uno se siente espiritualmenfe ms rico que anles de empezarla, porque a las ideas que tena se ha agregado el caudal de las expueslas por
los otros.
La conversacin es una aclividad grata cuando entre el que habla y los gue escuchan se esta.blecen corrientes de mulua simpata, cuando todos los del grupo participan guslosa y esponlnea'menle
en ella, cuando sin propsito deliberado se sucede con orden y se guardan las reglas de urbanidad y las buenas manras. Maurois, en
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Con las lneas anteriorcs no hemos pretendido otro cosa sino perfilar en trazos vigorosos lo que es la conversacin; enlremos ahora' a analizarla con algn detalle.
Es la conversacin un hecho o fenmeno social o, meior, una actividad. Su xito depende en gran parte del asunto de la misma. Cuando el asunto interesa, la conver.sacin es viva y a.nimada; pe-o se d'eslza pesada y fra cuando el asunto carece de inters. El xito depende, igualmente, de lo que podramos llamar la siuacin, es decir, del coniunto de circunstancias que hacen surgir la conver'sacin o la provocan. Si esa situacin en natural como lo son generalmente todas las situaciones sociales de las que espontneamenle surge. la conversacin nace libr.e y viva, y se desenvuelve frondosamente,; pero si la,s situaciones son adificiosas como lo son las de las conversaciones formales que ocurren en la escuela sobre ma.estros y alumnos, la actividad brola forzada y se desenvuelve sin naturalidad y sin anmacin.
Cuando se examina atentamente una conversacin de tipo social, encuentra uno varios rasgos que le son caraciersticos. Descubre uno desde luego que el propsilo con qu ha quedado eslablecida es ora el intercambio de deas, ora la nlercomunicacin de experi,encias o de hechos o bien la mutua renovacin de afectos. Nunca se lropieza uno con una conversacin que carezca' de propsitos. Durante la conversacin podrn rectificarse hechos y aun opiniones, pero iams llega uno a entender que la conversacin se haya entabla'do con el deliberado obieto de rectifcar o contradecir a las personas que toman parfe o'e ella, y mucho menos se descubrir la
intencin de que se haya establecido como simple prelexto para corregir las formas exleriores de expresin usadas por los interlocutores. En las conversaciones de tipo social observa uno, asimismo, que no hay un director que expresamenle haya sido sealado por los miembros d.el grupo y, sin embargo, se ve que la conversacin se mantiene constanlemenE dirigida, porque el que se siente dueo de la situacn la sostiene siempre en el plano vital, no la deia decaer
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manifiesto inrers, con gran gusto y con una simpata plena haca los que escuchan; que guardan todo gnero de considraciones al auditorio; que no hacen arusiones que rnolesten a ros dems der grupo ni deian car en la conversacin algo que los fastim.e; que,estn siempre Etenlos a las preguntas que ,u t". hacen, y qu,e hablan, f_ nalmente, con senciilez y con modesta. si por ofro rado, observa uno al a'uditorio, enconrrar que todos ros miembros que ro for-un estn inleresados y rlentos en escuchar; que no interrumpen la con_ versacin sino para aclarar algn asunto de la misma; que nadie tie_ ne la audacia de corregir ras formas o'e expresin cuando gramari_ calmenle resultan incorrectas, y que rodos estn ristos para partici_ par en la acfividad en el momenfo ms oporlun.o. Tal es la conversacin como hecho o fenmeno social. Como se ha visfo, es una actividod grata que se manti,ene ,siempre en un plano completamenre nafural desde su arranque hasta su trmino. No sucede lo mismo con es3 olra especie de conversacin que los maestros han discurrdo introducir en sus escueras y que, para dis_ tinguirla de la anterior, bueno sera denomnar conversacin de ri_
po escolar.
'La conversacin oe tipo escorar es una actvidad que revisre ra mayora de las veces, si no fodas, un aspeclo complelamenle for_ malizado, porque se con ef propsito de instruir y no con er _idea de cambiar ideas. Ms bien que de una actividad de ros arumnos, se trata de una activdad der profesor, es decir, de un mtodo d'e enseanza que podra muy bien ilamarse mtodo d.e conversacin. Este mtodo, ya iradicional, represenla una reaccin conlrd. el ms anticuado de conducir ras cfases por medo de preguntu, y tas' Desgraciadamente, sta reaccin en favor o'e '".pu"runu. n..un"ra ms satisfacloria de en,sear, es tan ineficaz como la anterior forma,. Aun suponiendo que los asunfos interesaran a los alumnos ra manera de conducir la conversacin es artificiosa. Respecto de iales con_ versaciones, el doctor Dewey ha djcho que ,,existen muchos, mu224
chos maestro3 que tienen el hbito de monopolizar la palabra. [a mayora de ,-llos, por no decir todos, se sorprendera'n si al cabo de una de esas conversaciones se les diera cuenta de cunto han hablado ellos en comparacin con lo que habfaron los alumnos. La intervencirr oe stos se limite con frecu.encia a' respuestas en frases corlas o en sentencias aisladas e inconexasi la ampliacin y la explicacin se las reserva el maestro, quien a veces admite cua'lquier insinucin de respuesla por parte del alumno slo para ampliarla luego con lo que l cree que el estudiante querfa decir. Eslos hbitos de conversacin fragmentaria y espordica lienen una influencia irTtelectual nevitablemente desintegrante, de tal manera que impiden a los alumnos adquirir hbitos de pensamiento consecutivo". La observacn es exacta. Las aclividades de ,esta especie no son lales conversaciones. En realidad, son lecciones que el profesor da sobre asuntos de las diversas mal.erias del programa. No son conversaciones, porque no surgen de uno' situacin social nalural, sino de una situacin artificiosa, ya que ha sido creada farzadamente por el maestro. Y luego pinsese que es el maestro el que inicia la conversacin, el que la dirige y conduce y el que monopoliza l.: palabra; pinsese tambin en que 'el maestro aprovecha deliberdarerrle la famosa conversacin para "deiar caer constanlemsnle derrtro de le misma" las nociones que lrata de transmitir, convirtiendo cle este rnodo la conversacin er una verdadera leccin. En las conversaciones de esta especie, es el maestro el que siempre esi hablando, y al hacerlo, pone en el lono y en las actitudes cierto aire de superioridad, y cuando por casualidad hablan los alumnos, es porque no resulta espontnea. No es espontnea, no es natural, porque son obligados a participar en una conversacin respecto de la cual no sienlen inters alguno ni estn por enlero en ella. Hablan porque el maestro les pregunta; pero su contestacin revela a las cloras que se dan cuenta de que no estn conversando. sino que estn en una leccin, pues sus respuestas inientan sr acedmicas y r'espetuosas. Pero si sus respuestas son acadmicas y respetuosas, no van, en cambio, impregnadas de simpata, sino de indiferencia, de fastidio o de rncor, pues saben, adems, que el
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;sta'r siempre arenlo a corregrros, no soramenre en cuanras deas, sino fambin n cuanto a ras formas de expresin.
mismos.
Acabamos de ve el comportamiento del maeslro en la conversacin que hemos llamado de tpo escolar, deslacando, de paso, la acttud de los.atumnos que por casualdad llegan a tomar participacin en ella' Ve-amos ahora, con argn detate, cmo se corduce el auditorio. Er aud'iforio deberfan formarto todos ros atumnos der grupo' cuando, como sucede en ra mayorfa de ras vces, er asunlo de que el maestro rrafa no inreresa a ros miemuro, aui auditorio, deian stos de escuchar para @nversar entre s o para hacer lravesuras; cuando los asunlos de que el profesor huUtu'togr"ri,nrur"r"r_ los' enronces er maestfo no tes permire participar en er momento oporluno, que es cuando eilos tienen argo que iecir, sno cuando ar profesor se re ocurre interrogarros, que es precisamenre cuando eilos no rienen nada que xponer- Naruratmene, una conversacin asf reglamentada y regurada, una conversacin rgida como sra, no pueden soportarra. como sro pueden habrar aqiuuttor-uru-nos que son inrerrogados, resuha que er grupo enrro se siente moresto o se vuelve indiferente. Lo maro es que ras conversaciones de esra especie matan en ros discpuros todo eseo de pa.rricipar en etas, ar grado de darse casos de arumnos que sienren repursin o zozobra de ser inlerrogados. Todavfa ms, veces, sin quererlo, tos maestros forman en ros arumnos cosrumbres sociarm,ente impropias por medio de ras conversaciones de este tipo: tat ocurre cuando ros au_ torizan para inrervenir, corrigiendo a tos compaeros gue se equivocdn al responder ar ser inrerrogados. La conrrersacin de tipo es_ colar no s una conversacin con ros arumnos, sino una. prtica a ros
Por sus numerosos defectos de origen y por los que adquiere duranle el cur'so de su desenvorvimiento, que tambin son muchos, la conversacin de tipo escorar qu se ha descriro debe proscribirse de la escuela corno actividad docente, por ro rnenos para ra enseanza del lenguaje. En su rugar debe infroducirse aquerra otra conversacin, la nafural, de que hemos habtado ms atrs con el
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lntroducida la conversacin en la escuela primaria una o dos veces por semana, para conducir la actividad con xito hay que pensar en las siguientes @sas:
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l.-En las situaciones nalurales de conversacin, expresin que implica no slo la seleccin de los asuntos, los cua.les deben ser apropiados a las necesidades e intereses de los nios, sino tambin la motivacin de la actividad, y
2.-En el sitio de la conversacin, es decir, el lugar en que haya de desenvolvers, porgue aun cuando es cierlo que se puede conver.sar en cualquier parte, se plalica meior n un lugar tranquilo y cmodo.
Una vez surgid'a la conversacin, diesela. correr como corre ordinariamente en la vida, a fin de que los nios se adiestren poco a poco en esta aclividad social. desarrollo de este asunto con una cila plena de gracia iuguetona. Una de las pginas del suplemento de Exclsior correspondi.ene al nmero del domingo I B de oclubre d'e 193 l, oslenla, desplegado en loda la anchura,d,e la plana, un grabado compueslo de dos parles. En la mitad izquierda aparec el templo de la sabidura, al frenle d.el cual, diseminado en pequeos grupos, un eniambre de escarabaios se empea en una discusin agria. En la mitad derecha se levanta el atrio del templo, al pie de cuyas columnas grupos humanos parecen empeadbs tambin en una aclividad iontica, con la msma actitud y siguiendo anlcaa conducta. En las paredes y columnas del templo pueden leerse expresiones como slas, con las que los escarabaios y los hombres se regalan en el calor de la lucha: "La. yerba del lugar donde nacf, es meior que la del luyo", "Mientes!", "Eres un animal!", "Cllale, ignorante!", "Yo s ms que t1", "Eres ms necio que un asnc!", "Digo que s!", "Toma por neciol", "Deberan ponerte bozall", "Mula!", "Estpido!", "Toma por burro!" y otras del mismo jaez. Al pie o'el grabado, en el centro y bi,en enrnarcadas, figura esta leyenda, mpr,esa en letras grandes y gruesas:
SI .LOS ESCARABAJOS PUDIESEN HABLAR, DISCUTIRIAN CO. MO NOSOTROS; ApELAR|AN AL TNSULTO y A tA V|OLENCIA, CO_ MO NOSOTROS, PARA COI\VENCER A SUS ANTAGON|STAS.
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LOS ESCARABAJOS
YA
LAS DISCUSIONES SON TOMADAS POR NOSOTROS COMO OPORTUNIDADES PARA HACER RESALTAR NUESTRO SABER Y NUESTRA INTELIGENCIA, AUN CUANDO PARA ELLO TENGAMOS QUE EMPLEAR LA INTOLERANC]A Y TA VIOLENCIA. NO ES VERGONZOSO QUE LOS HOMBRES, AL DISCUTIR CONDUZCAN COMO ESCARABAJOS?
SE
d).-LA
DISCUSION"-iniciaremos
el
Viene despus un sensato artculo en el que el aulor annimo xpone sus puntos de visla respecto de la discusin. Por la brillante claridad de sus ideas no hemos podido resslir la lentacin de reproducirlo nfegramenle. Dice as: "Si los escarabajos hablasen y pen:a'sen, o creyesn pensar, cmo habran de discutir sobre la bono'ad de los pastos y el poder nulrilivo de la gi'arna! Sera imposible gue se reuniesen obs o ms de ellos sin que usrgiese una disputa acerca de las ventaias de lal o cual mananlial, o de la excelencia de tal o cual yerba! "Cada cab'eza sera un mundo, como pasa' enfre los hombres, y las controversias eslaran a la orden del da. Habran de discutir sobre todo lo creadb, sobre iodo lo existenle y aun sobre lo que no existe. El sol, la luna, los planetas, los cometas, las estrellas, todas estas cosa y otra muchas ms todava, quedaran expuesfas a la crtica de esos :ensadores de cualro palas y de gruesos y coriceos lilros. Qu de disquisiciones y controversias! Cuntas luchas por hacer lucir la verdad, pura y absoluta!Y lo ms probable es que las discusiones no terminaran en el triunfo acadmico del que pareciera tener la razn, sino que a la postre, los discutidores apelaran a la fuerza de sus pequeas mandbulas para imponer su modo de sentir. "Conque dices que la yerba de aquel solar es meior que la que crece donde yo nac? -dira alguien a su odiado rval-. Pues toma para que otra vez aprendas a aiustarte a la verdad, desvergonzadol
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por lodos' Me ofunhoras, querra que esta creencia fuera compartida son los que giran al' dera todo aqul que sostuviera que los planela's su eie' Podra tolerar rededor del sol y que la lierra'se ievuelve sobre pero nunca una discrepancia de opiniones, ni
ofe.nsas de otra lndole,
"La inloleranca eerfa el signo distintivo de una sociedad semeianfe. Todas las afirmaciones cabran en el modo de pensar de tales bichos, y todas seran ardienlemente conlrove,'tidas. Al final, la lucha, el empleo de la violencia, sera el argumento supremo para imponer el convencimienlo a los rivales. "Claro est que esos dialcticos hablaran sin razn ni conocimiento de causa en la mayor parte de las veces; que seran incapaces d.e suslentar y probar ,su doctrina a la luz de una sana razn. Pero eso no les importara nada; lo inter,esante para ellos sera imponer sus ideas, verdaderas o falsas, lgicas o absurdas. "De manera parecida, los hombres discuten sobre todo; disienten en todo y luchan por lodo. Sistemas de filosoffa, por eiemplo, hay unos cuantos; pero en realidad, cad'a hombre lleva en s mismo su sistema, distinfo d'el de los dems. Nada periudicara tal circunstancia si no fuera porque cada individuo quiere imponer sus creencias a los dems, sea como sea y cuesle lo que cueste.
"La discusin, tal como es entendida la mayor parte de las veces, no es una exposicin bien inlencionada, serena y razonable de las cosas, para ino'agar una verdad relativa y conforme con el estado de nuestros conocimienlos y aptifudes, sino que es una lucha en la que son bu'enos lodos los ardides y estratagemas, lodos los medios para hacer prevalecer la propia opinin. "Discute, que algo queda", parece qu nos decimos a nosolros mismos, Nadie qui,ere aceptar la d'errota, porque se le antoja que un revs de esla ndole desdora su personalidad y resta mrito a su prestigio. Y si se le ofrece la demostracin de bulfo, prefiere cerrar los oios para no conlemplarla, porque al fin y al cabo, lo nico verdad,ero es lo que l piensa y opina.
menos la refulacin de mis creencias' continua' "La vida intelectual del hombre ha sido una lucha ' que le otro nace una dispula persistente' Al lado de un sistema Para el innodisputa la supremacla y el ascenso de la humanidad' en coniunto' son \ruor, creador de un sistema, todos los anteriores' menos' el que cuando falsos. Sclamente el suyo es verdadero' o un solo'sistema sea el ms se acerca u l. ut'd' Es posible que posible que qu contenga la mayor proporcin de.la verdad? Es No podemos conforuno solo de ellos uu'qut ioda la realidad? ver' marnos con la opinin
el senlido de que "nada s del crisial con que dad ni meniira, pues todo depende del color una verdad y que nosolros se mira", sino que entendemos que hay de la misma' somos los nicos propietarios y depositarics de discu"Apenas se renen dos hombres' surge un motivo
poeta en
jel
un combate' Nadie iolesin. Las opiniones chocan, como armas en qu? Al mera en los dems opiniones distinfas de las'suyas' Por y la actividad ditar en este hecho, se nos antoia que la ferocidad hombres de las cavernas' combaliva de nuestros antepasados' los a la luviven todava en nosof'o' y t" traducen en una lendencia que el lema a cha verbal primero, material despus' No importa
discusinseanimiooindiferente'LascualidadesdelaluzdelTa. borbastanparaencenderunaacaloradadiscusinenunadocfa asaltan la ciudad' asamblea de bizantinos, mientras los enemigos legisladores biY cuntos de nosotros no repetimos el caso de los
"Un afn de proselitismo intelectual nos induce a extender a los dems seres nuestro modo de apreciar las cosas. Si yo creo que el sol y los planetas y laa estrellas giran alreded'or d.e la tierra cada 24
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tareas zanlinos en muchos resprecios' Discutiendo' desalendemos de lratando de mayor monta y-luUu'u' gue no deblamos aplazar' con a e'ngaarnos irnponer nueslras creencias a los dems, llegamos al colmo de la la idea de que todo lo sabernos y que hemos ltegado perfeccinintelectual.Nuestramismaignoranciasehaceinvisible mucho por aprena nuestra mirada. Nos olvidamos de que nos falta
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cmo d:'biera conducirse, vamos a estudiar ahora la cuestin, si no en lodos sus aspeclos, s .por lo menos en agullos que son, a nueslro parecer, fundamenlales. Cuanclo vorias personas suslenlan sobre un determinado asunto diferentes opiniones a causa de poseer diversas experiencias relacionadas con el mismo, y sienten .deseos d.e aclarar la cuestin a fin de unificar sus pensamientos sobr,e la materia, planean y conducen una conversacin organizada, que se llama. disculn. Discuiir, dice el diccionario, es "examinar y ventlar alenla y particularrnente una cuestin, haciendo invesligacones muy mnudas sobre sus circun,stancas", y ampliando el anterior conceplo, dgrega: "Conlender y alegar rzones contra el 'parecer de olro". De esia definicin se in{iere que la mra nica de toda discusin es la de proyectar luz sobre un asunto para ver de unificar el modo de considerarlo. Coro aclividad social la di:cusin es, desde luego, und conversacin, pero no una converscin como la que hemos estudiado, sino una conversacin organizoda que se desenvuelve de acuerdo con cierlas reglas y en medio de un ambiente que, aunque amisloso, no e3, por su seriedad, el propio de las conversaciones ord'inarias. Cuando se penetra, sin quererlo, en un local en que un crculo de personas se halla discutiendo, inmediatamente adquiere uno la sensacin de algo qu,s no es espontneo y libre, sino ordenado, metdico y regulado. Cuando el crculo de discusin es reducidb y no pason de cinco o seis las personas que lo forman, la actividad es nrs espontnea, aunque no mucho, y no se advierte el lder que la conduce y la <firige; todos los miembros del grupo, a una, ponen empeo en que no se desordene y en que marche por los cuoes que son debidos. Pero si son ms de seis o siete las personas que disculen, stas nombran, de comn acuerdo, un drector.'La funcin del director es conducir la discusn y cuidar de que no se desve'ni se desordene. A veces, cuando el crculo de discusin es numeroso, o m,eior dicho, grande, el direcior se ve auxiliado por un secretario, designado tambin por todos los miembros del crculo.
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sionada, pues su inlencin y su actilud van siempre en pos de la verdad. Si al iniciar la discusin y durante el curso de la misma per234
qr.rc la.s considera iustas. Hacen una defensa razonada, nunca apa-
Estrategias para el estudio y la comunicacin I y II cibe uno al grupo dividido, al lrmino de ella lo ve,o totalmenle El dreclor, para iniciar la actividad, presenla el asunto con founificado, porque en toda discusin verdadera la mira que se perda claridad y promueve la discr.sin, exponieto sus propios punsigue no es la de hacer friunfar las opiniones, sino la de hacer tos de vista o permitiendo, como es lo ms frecuenle, que uno de resplandecer los hechos ciertos cienlficos, verdaderos. Aun cuando los miembros del grupo o una comisin del mismo xponga los gue en la discusin autnlica hay momentos acalorados, nunca las pera su iuicio considere buenos; en lista despus a las personas que sonas que disculen, si son educadas y decenles, pierden la nocin desean participar activamenle en la discusin n pro o en de las buenas maneras y del respelo muluo. conlra de esos punlos de vista; registra cuidadosamente las En la vida social las discusiones se enfocan ordinariamente cosas en que coinciden o discrepan a medida que van hablando, en en dos direcciones bien dietintas, segn sean los obietivos que se palabra alternaconceder la gue eG costumbre la inbligencia de persigan. En ocasiones, las discusiones se entablan con el propside tivamente a las personas registradas en Pro y en conlra; cuida to de estudiar un asunto o un problema para derivar un plan de que la discusin no se desvfe ni desordene y de que se mantenga accin o de trabaio qu haya de Foner,se en operacin, bien sea insiempre en un plano de cordialidad, de decencia y de respeto mudvdualmente o en forma cooperativa; cuando la finalidad persequ.e ha sido agoel asunto en cuando estima tiempo, luo; de tiempo guida es sa, el lder o direclor presenta la cuestin, definiendo con para resumir tado o visto en lodos sus aspectos, toma la palabra claridad y precisin el estado en gue se encuentra, a fin de que la los argumentos expuestos de uno y otro lado, subrayando las cpinactividad se encauce por la debida ruta. Es indudable que en las cidencias y las discrepancias, y preguntando al trmino de su exdiscusiones de esle tpo todas las personas aprenden algo, pero el la cueslin discu' suficientemenie posicin si la asamblea considera aprendizaie est subordinado a la accin que se desarrollar postida o si estima que se mantenga an en el tapete de la discusin; teriormenle. Otras veces la discusin se encauza persguiendo la cuando la asamblea acuerda que est suficientemente disculida, el mira de explorar o esludiar bien una cuestin no para derivar un que en toaquellas presenta, votacin, conclusiones director irara plan de accin prclica, sino para ver de conocer a fondo la dos los miembros del clrculo coincidieron, aprobndose o rechazncuestin planbada. En este caso, la discusin ensea, y es enlonces dose ya sea por unanmidad o mayorfa; cuando el crculo de dispropiamente una actividad docente. cusirr conviene, a'unque ea por mayora, en que la discusin no que continuar todava curso, el direcdebe agoiada, sino su est En la vida escolar, cuando es natural y no formalizada, la lor la llevar adelante.en los mismos trminos ya indicados, ampliandiscusin tiene o debe tener un asienfo distinguido, naciendo y desdo si es preciso la lista de los contradictores, y finalmenle, agolada envolvindose iuslamente como nace y se desenvuelve en la vida la discusin y despus d'e un nuevo resumen de la misma, las consocia l. clusiones sern votadas en definitiva. Muchos asunlos de la vida escolar, parlcularmente aqullos Conviene subrayar la idea de que en toda discusin autnlica, que revislen spectos sociales y recrealivos, inleresan vivamente a las personas que discuten externan sus ideas y experiencias con tolos alumnos, y las manfeslaciones de la vida societaria de la esda liberlad, acumulando razones para defenderlas, pero no con cuela (asociaciones d.e alumnos, ligas, cooperativas, clubes, equipos el deliberadb propsito de hacerlas triunfar, sino tan slo porjuveniles,
eiclera) necesilan a menudo ser planeados. La necesidad de la discusin en estos casos parece obvia, y debe provocarse y conducirse como las discusiones sociales del primero de los tipos,
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del mismo para gue se preparen y que les indique las fuenres en que deben r,ecoger o buscar la informacin. Sn embargo, esta ayuda previa o'ebe ir rerirndose poco a poco tambin, en ra medida que vaya siendo innecesaria.
e).-'LOS DEBATES.- los debates constituyen una actividad social que se asemeia mucho a la discusin, pero que se disringr.re de ella por su finalidad, por su lendencia y por su estructura.
l.-Los nios aprendern a concenfrar su atencin sobre un asunto determinado y a reflexionar continuaclrnenle acerca de 1. 2.-Enriquecern su lenguaie y adquirirrr rnayor dominio sobre el mismo. 3.-Se .adiestrarn para adquirir la habilidad d.e escuchar y. reflexionar simultneamente, pues de olro modo no podrn rebalir, sobre el curso mismo de la discusin, los razonamientos expuestos por los contradclores. 4.-Adquirirn cierto domnio o "conlrol" sobre sf mismos' Claro esl que en los comienzos la aclividad necesita, para su recta conduccin, ser .algo formalizada, pues el maestro ser quien deba dirigirla, porque como tal, esl obligado a conocer de antem:no el resultado de la discusin y porque habr de conducir hacia ese resultado la aclividad directamenle. Poco a poco, sin embargo, estos rasgos formales debern ir desapareciendo, a medida que el adi.estramienlo adecuado vaya capacitando a los alumnos para conCucir ellos mismos la discusin tal como sucede en la vida entre ls E\ersona,s gralrdes. Lo acabado de decir se refiere naturalmente, a la discusin qure se organiza con el propsito de derivar de ella un plln de accin prctica" Por lo que ve a las dscusiones que se entablan con la idea de explorar o estudiar bien una cuesln, ser preciso que el maeslro, a lo menos al principio, seale anticipadamenle el asunto o iema que vaya a discutirse, que proporcione a los alumnos un bosqueio
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En la discusin, la finalidad que se persigue es hacer luz en un asunto para que al fin rriunfe la verdad; en el debate, la mira en pos de la cual se va no es sa, sino la d'e hacer prevalecer una, opinin. En aqulla, la tendencia constanfe, perman,ente, es la de unificar al grupo; en sre, la de vencer o nutifica.r ar bando o barrdos de opiniones contrarias o diversas. En ra primera, el resultado final se obtiene eliminando paso a paso las ideas errnea,s; en l segundo, lo que va eliminndose scn las opiniones diver.sas, aun cuando en muchas ocasiones sean completamente razonables. En la discusin, por fin, la acrividad se desenvuelve serena y ponderadamenle; en el debate, el desarrollo se vuelve tan acarorado que a veces llega a la pasn.
En adicin a todo lo anterior, los debares se caracterizan simismo por la circunstancia de que en ello no se da oportunidad todos los mi,embros de la asamblea para usar de la parabra. pus por acuerdo expreso o tcito, los grupos o bandos en que se halla dividida determinan de antemano quines son ros que han de hablar, designacin que recae, por regla general, en los principales lderes de los respeclivos grupos.
Al hablar de la discusin se diio ya que en algunos casos es, como las conversaciones ordinarias, una actividad espontnea, y nalural, y que solamente cuando el grupo que discule es numeroso, la actividad se desenvuelve de acuerdo con un orden reglamentado. En los debates, la actividad en todo momento y en rodas las ocasiones est estrictamente regulada. siempre hay un direcfor de debates, un secretario que lo auxilia y a veces dos o tres vocales destinados a llevar el confrol de las votaciones. siempre hay un ponenfe que a,bre la
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aclividad es conducda. Ante una verdad que llega a hacerse evidenle hasla a los ms ciegos o ms lorpes, no es posible ya conlinuar ninguna discusin y lo que proc.ede es declararse convenciOb; por eso la Jiscusin es unificadora. En los debales, como no se trata de verdades sino de opiniones, el convencimiento se hace a vces imposible. los debates, por regla general, no unifican al grupo; los bandos que haba en la asamblea al iniciarse la actividad, persisten hasta su lrmino, aun cuando la votacin haya daoo la mayora a uno de ellos. El acuerdo lcito de someler,se a las decisiones mayoritarias se cumple por lodos, naturalmenle, pero los del bando que lleva' la opinin contraria o diferente, lo hacen rezongando. En ta vida ordinaria muchas de las cuestiones sociales y Poltcas se resuelven por medo de debales. Son los debales, pues, una aclividad social y por eso mismo deben ser introducidos en la escuela, pues O'e no hacerlo los alumnos deiaran de recibir el adiestramiento necesario para conducirlos en la vida, en su oporlunidad, satisfactoriamente. Pero la anterior venlaia no es la nica que resulta de su introduccin; a ella debe sumars la'de que medianle esta aclividad tos alumnos enrquecen su lenguaie, adiestran su ingenio y aprenden a rportarse emocionalmenle en las conlroversias
acaloradas.
f).-EL
lenguaie de los nios con nuevos vocablos y expresiones nuevas, ponen en contacto a las crialuras con las ms populares, sencillas y vieias formas liferarias y empiezan a crearles el meior gusto esttico. No hablaremos aquf acerca de la manera de ser aprovechadas como medios valiosos de educacin ni de la forma en que tales ctividades operan en el enriquecimiento del lenguaie, en virfud de haber sido ya estudiadas ambas cosas por nosotros, con amplitud bastante, en algn olro volum,en de la coleccin de que forma parte el presente libro. 'Los maeslros interesados en capacitarse plenamenle para la enseanza del l.enguaie en la escuela primaria, harn muy bien en conocer y estudiar ese modesto en,sayo de didcrica.
Como actividad escolar, naluralmente, los d'ebates o'eben ory conducirse con cuidado sumo y casi siempre deben ser supervisados por el profesor. Parece innecesario decir que, siendo discusiones de carcler apasionado, los debales deben reservarse para los grupos superiores, el quinto y el sexto grados. Todas las cuestiones conlrovertiles que surgan de las organizaciones socielarias de los nios pueden ser resueltas por lal Procedimenlo, as como las que se r,efieran al autogobierno de los alumnos y todas aquellas otras que dentro de la vida infantil tengan un hondo significado poltico o 'social, pues ya se ha dicho que los debates se
ganizarse
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g).-LOS RELATOS.-Si enlendemos por relatar, como quiere el dicconario, referir o dar a conocer a olro u olros, de palabra o por escrilo, un hecho real o imaginario, debemos convenir en que el relato oral es una actividad apropiada para el aprendizaje del lenguaie, ya sea que se haga o que se escuche. Los relatos histricos, los de exploraciones geogrficas, los de viaies reales o imaginarios o los de aventuras verdaderas o ficiicias, etclera, caen todos ellos d'enfro del campo de esta aclividad. El relalo es un actividad socal encontrada frecuentemente en la vida y, por eslo mismo, debe ser introducido en las escuelas, a fin de que se empeen los nios en esa erclividad de la cual derivarn
provecho mltiple. Para'ser efectivo e impresionar a los oyentes, debe prepardrse bien, concibindolo y organizndolo en forma tal que trace huella en la conciencia de los que escuchan. Todo relato debe ser cautivador y pa'ra que en la escuela resulfe as, la actividad debe con(1) Profr. Rafael Ramrez: El cuento y la expresin damtic. Editorial Didctica lr{ericana; 2P edicin, 1948. Mxico, D. F. 239
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que gramo cl.: lenguaie de las escuelas primarias, tanio ms cuanto o por en la vida social la expo3icin de asunlos, hecha oralmente necesario escrilc, es cosa con frecuencia usada' Ser' por lo fanlo' adieslrar satisfactoriamente a los nios para el caso'
Lo expresado basta para entend'er que la exposicin- d'e un aclividad de asunio o de una leccin .r, po' dirersos molivos' una en el prolenguaie muy lil y que debe, por lo tanto, introducirse
UNA ALOCUCION'-En la vi).-DAR UNA PLATICA Y DECIR ha dadb o va a da es frecuente enlerar':e de que ial o cual persona respecdar una pltica sobre este o aquel asunto, y lo mismo sucede to de la alocucin. Ambas actividades son' pues' manifestaciones imporlantes de la vida social' que estn inDar una pltica es exponer, anle ofras personas de un asunio o teresadas en l: misma, una serie de ideas en torno
de la vida para empear en ellos a los nisocial. lntroducidos en las escuelas os, resuhan una actividad provechosa en virtud de aumentar el caudal de experiencia de los alumnos y dle proporcionarles la oporlunidad de alcanzar un mayor grado de capacidad expresiva. ).-EXPONER UN ASUNTO O UNA LECCION.-Exponer vale lo mismo que poner de manifieslo; por lo tanlo, exponer un asunlo o una leccin debe significar, sn duda, exhibir anle olros algo que se conoce, que se domina o que se sabe. La anterior definicin de exponer envuelve a pesar d'e su aparente simplicioad, la idea de que toda exposicin reclama una buena
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deunacueslin,conelpropsitodealeccionarlasoinslruirlaso el inters del simplemente ccn el de enterarlas' Para no defraudar estudiando auditorio, el expositor debe prepararse bien' no slo adeorganizando tambin ampliamente la cueslin o asunto, sino plla de medio por cuadam.enle l:s ideas que van a exPonerse de de[ar sin tica, y cuidar oe que la expresin del pensamienlo' o de resulle amena' u ln d" no aburrir a los oyentes
ser sencilla,
darlesoportunidadpa.radormirse.Lasreunionessocialesdelaesen la misma' cula y las ceremonlas y festividades que se celebren dadas dan pie al maestro inieligente para molivar plticas'sencillas preparala en. que ayudarlos por los nios. El profesoi slo tendr decirlas con procin de las mismas y aleccionarlos despus para
piedad.
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;il:,rT,[,::l?j:,
en una dreccin ieterminada. En ras cpnmemoraciones clvicas y patritcas que se cerebran en ra escuera o en ras reuniones sociales gue ,organiza la misma institucin, un maestro hbil encontrar siemp* ,Iunuru t qr" uno de los alumnos ciiga alguna arocucin arusivu. s, tu*u ul respecto consislir en nferesar a los alumnos para motivar la redaccin de ta darlos a seleccionar y organizar "fo.r.n, en ayulas ia"u" q* ,.-ra-,il*"ou"rru, un la misma al ser escriia,. .n .r*gu; con gllos el trabaio que rena mayor nmero de excerencias para esfudiarro con tod'os ros a.tum_ nos hasla la memorizacin perfe.r"-y un.hacer ub;;;, ensayos paro llegar a decirto oralmene " ,n modo .utrtu.iorio. Despus de fodo ,esto, no quedar."_ **iJ,' hu.u,' sino que alguno de los nios diga en su oportunidad la alicucin. Dar una prtca y decir una arocucin son adividades que deben ser introducidas Ln las .r.r"i".,'p"rque conlribuyen mucho at -,.n"o, dioma y .nunuo J"i,rlns,uu po, "r
Estrategias para el estudio y la comunicacin I y II se pierde poco a poco con un adecuado adieslramienlo, enfrenlnDecir una alocucn a un grupo de personas es pronunciar ante dolos y compromelindolos anle siluaciones reales en las que por ellas un discurso breve rn.--iuJ!-principarmente a mover fuerza se 'ean precisados a decir algunas palabras. de pronlo, sin ra emocin del auditorio
haberlas preparado previamente.
La improvisacin, como aclividad de lenguaie, es provechoslsima. Ensea a expresar consecutivamente el pensamiento al mismo liempo que va concibindose, lo cual significa un adieslramiento precioso favorable al dominio o'el idioma. I).-DECIR UN DISCURSO.-EI discurso es una forma lpica de lenguaie menos breve que la alocucin, pero su magnitud no implica la idea de que su estrucluracin obedezca a normas diversas de las qu.e se siguen en la ltima. La diferencia simplemente est en el mayor caudal de ideas que cnsiituyen su contenido.
kr.-lMpROVfSAR._Toda persona ser capaz de impro_ visa'r una breve arocucin..o fdlh ," p"q""no discurso si en ra escueta se hubiese eiercilado.en ello. E" [-"-;'" se ve uno en muchos casos en ra necesidad de decir, de i,'p,o"iJo, atgunas patabras sobre aru .;;";;;;;;;uu ,.u.rumprovsar es hacer una cosa de
El discurso, como alocucin, siempre debe prepararse, pero mienlras la alocucin se dice frecuenlemente de memoria, sin tener a la visla el papel en que est escrita, el discurso, por regla ge' neral, se lee, salvo el caso de aquellas gentes de privilegiada capacidad retentiva que lo dicen de memoria o el de aquellas olras de gran habilidad para componer sus discursos cuando los estn diciendo. En la vida social, saber compon'er y decir un discurso es una cosa muy valiosa, y como toob el mundo podra, con el adecuado adiestramienlo, ser capaz de hacer eso, conviene introducir la prclica en las escuelas bsicas para qu lodos los nios reciban la preparacin inicial en esa aclividad.
m).-LAS RECITACIONES.-No varnos a explicar aqu lo que se enliende por recitacin, puesto que todos los maeslros saben lo que ello significa. En un modeslo libro nueslro titulado La enseanza de la lectura, hay un breve captulo que, baio el rubro de lectura para memorizar, lrata ampliarnente la cuestin de las recilaciones' [o que all asentamos no podramos decirlo ahora d,e meior manera. Dice as: "Haz de memorizar con lus nios sol.amente poemas de be' fleza fleraria real. Cuandb te hablo de poemas, me refiero lanto a los que esln escritos en verso @mo en prosa. Nunca pongas a memorizar a las criaturas poemas insulsos o que no entiendan. Un
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una arocucin o ru previamenrei eso no significa. d" r;;g;; modo que ros nos, como las gentes grandes, no puedan lleg;, u ser capaces de realizarla. Cualquier embarazo gue encuentren al menie der remor ui
0,";,!1ff il''$:'^i:-T::' y q, u J :: L i:?,::,i i : ":li,. 1.,"J,il " "; ;; ;": ::' Tilsimurt"""""* |,: :: a.su concepcin y ex;:Jil::T.: LT:'-rlas
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poe'rd. bue'o para mernorizar ,se caracteriza por ro siguente; Est lleno de emocin y de ideas brirantes expresacras en un renguaje que sin ser rebuscado, es hermoso. para ros nios no eriias sino ros poemas br'eves; sobre todo, ros poema.s que caigan dentro de sus experiencas e ntereses. Elegido el poema, estdialo t, y despus, estdlo perfectamenre con rus nios, conduciendo tu irabajo de esle modo: l9-provoca nters por er poema que va a ser esfuciiado e introduce ar autor.con senciilez, pero perfifindoro vigorosamenre por su obra; 2e-5 er poema est fuera e ra exper"n.i" " ros nios, procrales previaT"lt" esa experienciu que ., tuliu, a fin de hacerles el poema' inrerigibre e inreresante; 3e-rntroduce er poern, recitndoro muy bien con todas las regla,s der arte, como dce ra gente, 4e-Estdialo por medo de ra rectura ,'espuctivu-.on tu, n_ os' acentuando enftcamente ros erementos cad.encia, -y ritmo y rima o'el poema; 'estudia fambin con eilos ras palabra, poticas; llama su alencin sobre "*pr"r;on*, aqueros pasaies i"r-fo"n.,u un el aulor podido ha ver ta belleza donde 3ue no fa habramos percbido. lee y relee con ".;;";;;s las criururas 1", i"r""s ms hermosos e indcelas a que descubran cules son los versos ms sonoros de ra composicin. Discure con etas si er r;;ro;;r !"-u t ben puesro o si podrfa apricrsere otra denominacin meior. "._ Fi_ nalmente, pnlas a reer er poema enrero y adestraras en ra tcnica de la expresin orar. cuando todo esfo quede hecho, induce a ros nios a que mmoricen el poema por entero, no por parles como lo hacen los maeslros tontos, y uns vez memo rizado, idea una. stua_ cin de audiforio propia para decirro. Escucha ahora estos con,sejos: l,-No es preciso que lodos los nios de un determnado gru_ po memoricen los r se n r es s ra n d es, r # :1:," ?::ff l;.?"1"; J"i"::o :.; " ripo y a orros otro; es necesario que entiendas que er estudio de los poemas ha ci'e conducir a ra apcia.in titurura y.nada ms; depues, que cada no rnemorice .olamente ia, los pomas que fe guslen.
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Estrategias para el estudio y la comunicacin I y II 3.-La memoria es uno de los ms preciosos dones con que la Naturaleza nos ha dotado y por eso mismo no debemos malgastarla, emplendola para retener en ella composiciones sin ningn mrito. Nunca ensees, para fnmorizar, ningn poema gue no sea estticamente hermoso y literariamenle bello.
4.-lnduce a lus alumnos a formar lbumes con las composicones que ms les gusf'en". Las reciiaciones son, pues, valiosos instrumentos para la enseanza del lenguaie. Las diversas formas tpicas de'lenguaie oral usadas en la vida que brevemente hemos examinadb, son las que debieran inlroducirse en la escuela prmara como instrumentos para enriquecer el lenguaie de los nios y para ayudarlos a ganar un dominio aceptable sobre 1, en lo que re a la expresin oral. En su empleo los nios exhibirn, sin duda; .numerosas deficiencias lales como mala
pronunciacin o'e las palabras, uso ind.ebido de unas voces en lugar de olras, mala conslruccin de frases y oraciones, pobreza de vocabulario, etctera. En tales casos no debe el maesfro inlerrumpir la actividad pera ver de hacer la correccin crrspondiente, sino deiar que la actividad siga su curso, a fin de que los nios no reciban la impresin deprmente de ncapacidad, sino el sentimiento esti-
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mulante de que "esln pudiendo" exleriorzar como es debido sus pensamientos oralmente. Pero ,si el maestro no debe interrumpir la acfividad, eso no quiere decir que no deba registrar mentalmente fales def iciencias. Debe hacerlo, por el contrario, y muy cuidadosamenle. Con tales regstros formular una serie de eercicios de lenguaie oral pora empear en ellos a los alumnos n lecciones posteriores. De este modo los eiercicios de lenguaje oral estarn plenamente motivados y los nios derivarn de ellos un provecho
verdadero. No quisiramos terminar este caplulo sin subrayar fuertemenfe estas dos observaciones que a nuesiro modo de ver son fundamentales:
poema mensualmente.
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lg-Procure el maestro arrancar de situacionc reales las aclividades de lenguaie enumeradas, y si tales situacioncs no se pre24s
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serrd'r sDras, debe crearrasi fjese er rector en que habramos de s_ luaciones reales, no de siluacones de mentirillas o fingidas. por eiemplo, hay que ponerse a conyersar, cuando rearmentJ haya un morivo y un asunro para ello,.a discurir, .runJ ;;";;n" seme_ iante; a decir una alocucin, cuando las circunslancias lo [clame.,, y as con las dems actividades.
2'-cude er maesrro de conceder sume! atencin a ra crara y recta concepcin de ras deas. En muchas ocasiones ros defectos de expresin son originados por una mata concepcn der pensamiento. Por regla general toda buena concepcin encuenlra iiempre t_ cilmenre el camino de s'-r recta expresiin. Er maesrro no sro debe ensear a hablar a los nios rectam,ente y con propiedad, sino tam_ bin debe adiestrarlos para pensdr ben, pues ambas cosas son com_ plementarias en el .rprendizaie del lenguae.
IV
TA EXPRESION ESCRITA INTRODUCCION._.La enseanza otel lenguaie, en lo que concierne al rengrn de ra expresn escrira, debe encaminarse en ra escuela primaria hacia ra mira generar de formar en ros arumnos ra habldad necesaria.para que pueo'an exreriorizar correctamente so. bre el papel sus id,eas, pensamientos y senlimienlos. Los educadores gue se han echa.do iza r esfa ha bi idad tran enconr;; descubierfo, en primer lugar, que la aparenle inhabilida.d de gue dan muestras argunas gnles para xpresarse por escrilo deriva muchas veces de la creencia farsa que rLnen de que para hacerro hay que hacer uso de un esriro especiar, diverso der que se emprearfa si los senfimienlos y pensamienlos se expresaran oralmente, pues tan pronto como esas gentes eniienden que ra expresin escrira debe ser lan espontnea y tan natural como la expresn orat, em_ piezan entonces a expresarse fcitmente por escrro y se perfeccionan con la prctica. En segundo lugar los educadores han encontra_
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Por regla general, -l vocabulario que los nios maneian para exteriorizar por escrito sus pensmientos y sentimientos es ms reducioa que aqul que maneian para xpre-.arlos oralmenle. Esto pudiera parecer una paradoia, pero as es. De aqu nace la necesiclad de que uno de l.cs propsilos fundameniales del adieslramienio de los alumnos en malera de lenguaie sea precisamente el de umentar y exte,nder el caudal de palabras que han de maneiar para hacer m: rica y nrs eficaz su expresin escrila. El enriquecimiento del lenguaie escrito no debe constreirse al solo aum,ento .d'el vocabulario, 'sino debe encaminarse tambin a elevar el nmero de formas de expresin -giros y locuciones-, lo cual se consigue mediante una prctica debidamenle motivada y conslantemenle sostenida, pues el solo maneio del diccionario y de la gramtica son irnpolentes pa'ra enriquecer la expresin escrila. Conviene que se sepa de una vez que la buena expresin escrita depende menos de la informacin gramatical que del eiercicio, ya que de lo que se lrata es de establecer la habilidd d,e que las ideas concebidas por la mente salgan sin titubeo alguno por el brazo y por la mano p6ra grabarse en el papel, n vez de salir por la boca en forma de expresin oral, y esa habilidad slo puede ser producto de la prctica.
Asf, pues, el adiestramiento en la expresin escriia es quizs el nico medio eficaz que pued'e ponerse en iuego para que los
nios aprendan a escribir gramatical y literariamenle bien. Adieslrndolos conrenieniemente en la expresin escrila, quedarn capacitados:
lg-Para exprsar por escrito sus ideas no slo con correccin gramatical, sino tambin con cierta elegancia literaria. 29-Para encontrar su propio estilo, exleriorizando de ese modo srs ideas en forma original.
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en la medida 3e-Para forlalecer su guslo literario y d<'rminar' de lo posible, las formas bellas de expresin' vuelve la tare'a clel n:estro El adiestramienlo de que se habla estimular el pensamiento o muy complel. Por un lado, tendr que bosqueiados con el sentimiento a fin de que broten interiormente aprovechar todas cuidar de rasgcs vigorosos; por olra, fendr que abundantes oporiunilas situaciones reales apropiadas o de crear escribir' a fin de que los alumdaCes naturales -no ficticias- para claridad vigorono. uaqri"ran el hbiro de pensar y seniir con la habr de habituar a los nisa de que se ha hablado, y po' ltimo' Esla triple labor cs a usar modos .lu'o' y pr.utitot de expresin' de las concepcin una clara cleber itrspirarse en el ideal de que a expresin de las misma's' icleas ccrrespcnda lambin una clara que la tarea del maesDe lo expuesto quizs pudiera entenderse la expresin escrila es tro en el adiestramiento d'e los alumnos en pero no lo es tanto cuanuna cosa nruy difcil' Claro que es difcil' aqul tomar el camino clo, part conseguir ese propsito' procura como persuadir a los nios natural. Nada es, en efeclo. lan difcil situaciones en a hacer uso del lenguaie escrito en todas aquellas de expresin' Lo dique se preciso y r':g"nt" emplear esa forma los alumnos; la dificulfcil nc es corrsegui, bu"n" disposicin de siluaciones naiurales ted est e11 cre3r deniro del saln de clase en la vida domstica o en la vida icinticas a las que se producen de esia especie son las buenas comunal, porque slo las situaciones de los nios a y genuinas para inclinar favorablemente el nimo de eso' las dificultades de expresar por escrilo las ideas' A pesar naturales y apropiacrear dentro de la' escuela sluaciones sociales tu1:utt" haciello un esdas para usar la expresin escrita puede y comunal impelen ludio cuidadoso " lut quu en la vida domstica para ver de descubrir a las gentes a hacer uso d'el lenguaie escrito' hacerlo de e:e modo' Sin cules son los verdaderos motivos para en seguida a enumerar pretender agotarlos todos en la lista' vamos personas a expresobresarienies que determinan a las
ios mot,ros
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diciendo que usamos el lenguaie escrilo cada vez qu lenemos necesidad o deseo de comunicarnos con personas que estn ausenles, cada vez que tenmos necesidad o inters de divulgar amplianemente un asunto o una nolicia y cada vez gue tenemos deseo o modo' cesidad de autoexpresarnos de ese pudiraDespus de lo dicho en los renglones anterores' que palabras algunas mos llamar de introduccin, conviene decir ahora la escuela acerca del programa para ensear el lenguaie escrilo en
prima'ria.
59-Guiar la exposicin oral y aun la misma exposicin escrla, como cuando, teniendo que dar una pllica, hacer la exposicin verbal o escrita de algn asunto o escribir un artculo o una conferencia, redaclamos previamenle un conciso memorando, un bosquejo o algunas notas bien encadenadas que puedan servirnos de ialones o de guas para expresar ordenadamente las ideas. g-Decir las cosas con precisin, exactitud y efectividad, 7s*Difundir noiicias y ampliar el radio de alguna propaganda. Be-Sentir fuerte el deseo o necesidad de auloexpresin. 99-Acumular notas de observaciones y eperiencias capaces de servir de material para esludios gue pudieran encomendrsenos o que estemos inleresados en hacer. 10g-Registrar, para tenerlos siempre a la mano, lodos aquellos dalos y molivos o aquellos asuntos que conslantemente tenemos necesidad de recordar, como son todas esas cosas que se escriben en las llamadas "libretas d,e memorias" que se guardan en el bolsillo. Los arriba expuestos son los molivos ms imporlanles que nos inducen a escribir. Naluralmenle que suelen presentarse olros; sin embargo, lodos pudieran englobarse en tres categoras solamente,
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Esunacosalaboriosay,adems,difcil,formularUnprograma y la adecuado para la enseanza de la expresin escrita. El trabaio dificultad nacen, primero, de la gran variedad de formas tpicas de expresin escrita usadas en la vida; segundo' de la falla de un criterio unificado sustentado por todos los maeslros en cuanlo a la melodologa de la enseanza de tal lenguaie' y lercero' de las difierencias indivduales que ofrecen siempre los alumnos' Ms airs se han enumerado los principales motivos que la
vidasocialofreceparaexpresarseporescrito;enesalistafallan' no en el naluralmenle, muchos olros que iambin ocurren, aunque motivos mismo grado de abundancia. Ahora bien, cada uno de los
de formas tfmencionados se salisface mediante una gran variedad graduado programa un formular picas concretas. La dificultad para del nde enseanza del lenguaie escrito procede no solamente sino grande' es mero de esas formas tpicas que, como se ha dicho' capaces de acontambin de la falta de investigaciones pedaggicas
,"urnor, con ms o menos precisin, cules son la's situaciones de cada grado de ms comunes en que se encuentran los alumnos laescuela,oporlomenosdecadaciclodelamisma'enlascua'les el lenguaie esles es forzoso emplear, en vez del lenguaie oral, al res' crito. Sin ese auxilio, cualquier programa que se formulara primeros pecto sera arbilrario, aun cuando s'e sealaran para los gradorlostiposmssencillosyelemenialesdeexpresinescrita' de expresin eiando para los ms avanzados las formas tfpicas da las a'utori' relutiuarnente ms comple[as-' Puede ser que algn dar bases cienlfdades educativas, .onu"n.idu's de la necesidad de
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Estrategias para el estudio y la comunicacin I y II de los maestros, ordenen al hsta ahora ocioso lnstifulo Nacional de Pedagoga que se ponga squiera a investigar cules ,son las necesidades especficas de los nios de la escuela primaria en materia de expresin scrila, pues slo hasta cuando tal investgacin sea hecha, los maeslros estarn en condiciones de formular un programa racional que realmente pueda guarlos en la enseanza de Ja materia.
ficas al trabaio Las diversas teoras metodolgicas que para la enseanza del lenguaie escrito circulan entre los maeslros como vlidas, lambin dificullan la formacin de un programa para la enseanza apropieda del asunto. Por creerlo til, vamos brevemenle a discutir l validez de esas teoras, para decidirnos despus en favor de la mejor. Una de esas teoras aconseia ensear los div,ersos tipos de expresin escrila haciendo caso omiso de las situaciones que los reclaman, es decir, ensendolos no ms porque s, sin molivacin real alguna. La misma I.eora aconseja exponer a los alumnos los elemenlos esenciales que conslituyen cada una de e:as formas tpicas de expresin; sugiere, igualmente, dar a los alumnos moldes, armazones o canevs para redactdrlas; recomienda. arimismo, como cosa esencial, presentar modelos a los alumnos, y cuando todo esto ha sido r'ealizado, aconseia'que se induzca a lo-. nios a lrabiar. Esto conslituye apenas el principio, porque d'espus es cudndo empieza realmente la tarea ms imporlante del profesor, a quien sugiere la teora que tomando uno cualesquiera de los trabaios hechos por los nios, Io analce y crifique an|e la clase entera, subrayando todos sus errores de expresin, los sustituya con las formas que son correctas, y que concluya su leccin rehacendo l solo el trabaio a la vista de los alumnos para qu,e stos lo copien cuando est concludo. La leora, como se ve, no parece sana. Con lal mtodo puede uno comenzar la enseanza del lenguaie escrito por cualesqui,era de sus formas tpicas, con lo cual el arreglo del programa resultara arbitrario o caprichoso. Pero aparte de eslo, ,se nos figura que el carcter funciona'l que debe tener toda esperanza se pierde en absoluto. Un recado, una carla, una solicilud, una nvilacin, un informe, 252
etctera, no deben hacerse nunca slo porque s, eslo es, cuando al maestro se le ocurra, sino cuando las situaciones de la vida reclamen que se hagan. Se nos figura, tambin, que dando a los alumnos moldes, cartabones o canevs para hacer los trabaios de expresin escrila, se estrangula por anticipado su originalidad y se hace de ellos mquinas reproductoras o imitaobras. Se nos figura, asimismo, que criticar ante el grupo ntero los trabaios individuales de los nios, sealando sus errores, no es impartir buena enseanza, sino mala, porque habiendo sido lales errores comefidos por los nios inconscientemente, al llarrar su aiencin sobre sus disparates de expresin, se graba por fuerza en la mente de los nios una huella profurrda impropia que crea la tendencia a incur'ir nuevameni.e en diclros errore3, y realizada esta lendencia repelidamente, pued'e llegar a lransformarse en un hbito que costara lrabaio desarraigar despus. La parte fnal de la teora nos parece mala, porque reconrend.rndc que el maeslro rehaga el trabaio para que solamenle lo copien los alumnos, se incapacita a slos para aprender Por s mismos a ex.leriorizar sus ideas y sentimientos por medio del lenguaie escrito.
Una segund teora -para nosolros la racional y cientficarecomienda arrancar siempre, para la enseanza del lenguaie escrito, de una situacirr social real, d,eiando a los alumnos que piensen y organicen ellos rrismos sus ideas y que las expresen en su propio estilo; que no se les den mold,es, carlabones ni canevs para vaciar sus pensamientcs; que no se convierta la clase de redaccin en una clase de correccin Ce errores, y, sobre iodo, que no sea el maeslro el que pierrse y redacte en lugar de los alumnos. Esta teora se conoce con ,ei ncnrb.e de leora funcional del aprendizaie Cel len' guaie escrlto, v .es la que los maeslros progresivos siuen en la actualid'ad. Clro est que los trabaios de los alumnos adclecern de errores de expresin y aun quiz de pensamiento, pero si el maestro tiene cuidado de irlos registrando poco a poco, podr a lravs del ao ca'talogar los ms frecuentes, pudiendo enlcnces formular un programa, el wrdaderamente valioso y legiimo' para las lecciones o eiercicios formales de expresin escrila que debe dar a los
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nalmente, para los nios que domnan esa forma de expresin con mayor destreza. Por lodo lo que se ha dicho, resulta fcil enlender la dificultad que se encuentra para formular un programa adecuado para ensar la redaccin. Con iodo, creemos que los maestros empeosos podrfan formular el suyo, siguiendo estos conseios:
le-El programa de redaccin debe comprnder, desde luego, todas las formas tpicas de escritos que los nios tengan necesidad de usar en su vida'escolar, n sus relaciones familiares y sociales y en sus asuntos personales. Como eiemplo de estas formas, citaremos los recados sencillos, las carfa's e invitaciones, las nolicias, los apuntes, avisos y resmenes, las composiciones literarias sencillas,
elclera.
2e*-El programa de redaccin debe comprend'er, ta'mbin aquellos escritos de r,edaccin ya pafronizada por la vida social, lales como vales, recibos, pagars, elctera, que se usan en ella frecuentemenle. En los renglones siguienles, haremos el examen de algunos de estos escrilos y, de paso, iremos apuntando ciertas instrucciones concrelas para la enseanza de los mismos; pero nos parece conveniente advertir desde ahora que slo examinaremos aqullos en que provechosamente pueden ser mpeados los alumnos. El orden en que van a ser expu'estos no indca en modo alguno la idea de que sta sea precisamente el que'se siga en su enseanza. a).-LOS RECADOS ESCRITOS.-Aunque la Academia de la Len' gua Espaola considera en su diccionario que recado es todo "mensaie o respuesta que de palabra se da o envfa a olro", lo cierlo es que tambin hay el recadb escrilo, el cual 'se emplea frccuentemente en la vida. Se hace uso de los recados escritos cuando, pidiendo un favor, solicitando o proporcionando un informe o comunicado algo a una persona que se halla ausente, desea uno tener la seguridad de ser perfectamenle comprendido, pues de enviarse de palabra el recado, podr quizs la persona que lo lleva omilir por distrac255
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El recado es la varieded ms sencilla del gnero de las cartas; en tal virtud, el esfilo en que se redacte, aunque gramalicalmente correclo, h de ser lleno y natural, pues el 'estilo lilerario en los recados es presuntuoso y, adems, ridculo. El recado ha de ser breve de por s, pero nc por eso d'eiar de ser cornpleto, pues de olro modo no podr ser plenamente enlendido o interprelado.
Cuandc la escuela est ntima y vigorosamente coneclada con la vida ccmunal, diariamenle hay oportunidad'es para adieslrar a Ios alumnos en la redaccin de recedos verdadercs. Cad'a escuela rural debier organizar dentro de sus aulas una especie de escritorio pblico o de bufete del crmpesino para el servicio del vecindario, en el cul ios alumnos redaclarn los recados, cartas, solicitudes y dems docum.entos o escritos oe los moradores del lugar', que no puedan redaclarlos por s mismos.
Para el eficaz desempeo del comelido anlerior, el maestr.o debe, por lo que ve al recodo, instruir a los alumnos en fo concerniente a los elementos meramente form:les del escrito, tales como el lugar dcnde se redacta, la fecha en que se escribe, el nombre de la persona a quien va dirigido, el siiio de destino, las palabras corteses con que d'ebe iniciarse y las frases con que se pone trmino al recado; lo instruccin concluir haciendo entender a los alumnos del arreglo que todes estas cosas deben guardar sobre el p,ipel en que el recado se ledacta. F'or lo que mira al cuerpo propio del r.ecaob, los nios, desilus de haber entendido plenanrente el asunio, debern redactarlo solos, cfaro est que baio la supervisin del profesor, quien cuidar de que no se omita ninguna de las ideas y de que todas ella's vayan corr'ectamente expresada,si pero tambin debe quedar claro que este vigilancia habr de ir disminuyendo a,medida que el adiestramiento d,e los nios vaya ganando perfeccin. Ser conveniente en los comienzos que los alumnos hagan el recado en "borrador", a fin de ponerlo en limpio despus que el maestro lo examine y le d ,su a'probacin.
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b).-LAS INVITACIoNES.-Son, cor,ro los recados, una varedad clel gnero d: las cartas y se usan como lo indica su nombre, para invitar a las personas a concurrir a alguna ceremgnia o festividad, o bien para solicilar su participacin en algn acto' Aunque la
invitacin pudiera hacerse verbalmente tratndose de los vecinos de una comunidad pequea o del reducidb grupo de personas que forman el crculo de nuestra intimidad, es conveniente, de todos modos, recurrir al procedimiento escrito, a fin de dar a la invitacin un carcler de mdyor fcrmalidad.
Por la circunstancia anterior, el estilo empleado en las invitaciones ser sencillo, espontneo y gramalicalmente muy correclo, y debe, en aoicin, respirar cordialidad y simpata' Cuando proceda, se agreger a la invilacin el programa de la ceremonia o festiva'|.
El aclie:tramiento en la redaccin de irrvitaciones debe ser una actividad perfect:mente motivada, y no debe empearse a los alumnos en ese adiestramienlo nada ms porque s' Las ceremonias y feslivicJades que frecuenlemente debe organizar la escuela en su
calidac,l
de agencia enca,rgad'a de la educacin y recreacin de la comunidad entera, servirn para moiivar rectamenle este irabaio.
como en el ceso de los recados, la redaccin de las invitaciones debe hcerse baio la supervisin del profesor, quien, para despertar maycr inters por la aclividad, puede suietarla a concurso, a fin de escoger con los alumnos, la meior hecha, reproducindola despus en la medida de las necesidades. Esta reproduccin puede ser impreso, mimeografiada o simplemente menuscrita, cuidando n esle ltimo caso de que sea hecha con la meior letra.
c).-LAS CARTAS COMUNES.-'Las carlas son, como dice el diccionario, "escrilos ordinariamenle cerrados que una persona envfa
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Los tratados de corrcspondencia que prelenden, tontamente por supuesto, ensear la red'accin de carlas por medio de reglas, complican el asunto cuando hacen una largo clasificacin de ellas, analizando al detalle cada una de sus,especies. No hay que asuslerse ante ese espanta.io, sino hacerlo a un lado aventndolo muy leios, ni tampoco hay que conceder demesiada importancia, a esas clasificaciones. La lcnica para, la redaccin es la mnima para todas ellas. Lo esencial e interesante es concebir bien las ideas que hay que comunicar, darles la organizacin ms adecuada y exponerlas por escrilo en el lenguaie qu,e ms convenga a lcs asunios y que sea ms propio user con la's personas a quienes van a dirigirse, es decir, en tono familiar para los asunlos ordinarios de la vida si se lrala de parienies, amigcs o conocidos, y en tono serio y respeluoso si el asunlo es serio y se trata de personas a quienes debe hablrs.eles con respefo.
Los elementos formales de las cartas, tales como los que se mencionaron cuando se habl de los recados, deben s,er obieto de cuicfadosa informacin por parte del mestro hacia los alumnos. Fuera de eso, el educador debe abstenerse de toda intervencin en la redaccin del cuerpo de la carta, la cual debe ser hecha por los alumnos mismos, de acuerdo con su pro;:ia cor-rcepcin y con su peculiar modo de organizar las ideas. El moesiro debe, ,s, supervisar el iraba[o, pero esa supervisn no habr de realizar'se como intervencin arbitraria, sino como estmulo pleno d'e simpata,, de manera que el alumno se sienla alentadc pa'ra concebir meior la carta y para expresa'r por escrito su concepcin en la forma ms correcla y adecuada.
25E
cohibido a los nios, ponindolos en gran aprieto para concebir las ideas, as como para organizarlas y expre'rarlas adecuadamente' Era una carfa de mentirillas pa'ra un compaero tambin de mentirillas; no era und carta d'e verdad; si se hubiera fratado de u,r carta verdd.era, originada por una situacin real, entonces los alumnos la habran hecho fcilmente, concibindola con propiedad y xpresando la's id,eas ccn naturalidad y con sollura, tal como lo hacen en las conversaciones ordinaria's, pues ya se ha dicho que las cartas comunes no son sino conver'saciones que se sosfienen por escrito con personas que esln ausentes.
la supervisin del profesor en la redaccin o'e carlas no debe fahar, pero, como diiimos ya, debe ser prudente
Est claro que 259
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ga demasiad.o hasta el grado de ser l quien los redacte. Ya se ha dicho que las situacion,es reales son absolutamente indispensables para la motivacin correcta de la r,edaccin de cartas; sin embargo, a falta de ellas pueden, med'ianie una actividad ldica adecuada, crearse al respecfo siluaciones imaginarias, pues sobido es que los nios se empean en los iuegos por enlero, ya que el juego es, dentr.o de su vida, una situacin r,eal y verdadera.
Muchos maestros, a.l ensear la redeccin de cartas, parten, co_ mo hemos aconseiado, de una situacin r,eal o de una aciividad l_ dica y siguen este camino: le-Explican a l,os alumnos con toda claridad la situacin que va a originar la carta y delerminan con ellos las ideas preci,sas que la carta ha de conten,er, ayudndolos a ordenarlas de acuerdo con su imporlancia.
con amplios poderes o con facultades limitad'as para tratar en nombre de la' persona o institucin que fa acredita.
clara
El asunfo de estas carlas debe estar expresado en forma muy y muy precisa, y su estilo, aunque formal y serio, ser sencillo
natural.
La vida de las a,sociaciones campesinas que existan en el poblado, as como la de las organzaciones escolares qu,e se haya'n institudo en el plantel, darn oportunidades variadas y frecuentes para empear a los alumnos ,en la redaccin de eslas cartas credenciales.
2e-Despus, sobre una hoia die papel, que servir de ,,borra_ dor", les ensean a poner el lugar y fecha de la carla, el nombre del destinatario, su direccin postal y la adecuada expr,esin inicial de cortesa que toda carta exig,e, induciendo en seguida a los alumnos a la redaccin.
El maestro vigilar el trabaio a fin de que los alumnos eiecuten bien la redaccin, pero debe recordar que su interv,encin no ha de ser fan a'mplia que estorbe la iniciativa personal de los alumnos, la cual debe siempre prevalecer, pues ellos deben ser los au10r.es, reservndose el ma,estro el papel de simple conseiero. Los alumnos que hayan logrado mayor deslreza en la r,edaccn de cartas comunes pueden ya muy bien comenzar a adiestrarse en la de
cartas credencia les.
La rec,omerrdacin ms importante que puede darse a ,los maes.en tros relacin con la cuestin, consiste en repetirles gue el adiesiramiento ho de hacese sobre situaciones real,es y no imaEinarias
da
3e-A continuecin, les explican que toda carta debe concluirse con alguna expresin tambin de cortesa, la ms adecuada en cacaso.
4e-Finalmente ord,enan le.erlas, a fin de seleccionar conjunta_ mente la mejor, ponindola i.odos en seguida en limpio, para esco_ ger la ms bien presentada y de letra ms bien hecha. El camino no nos parece malo, pueslo qrre la parte esencial de la carta es redactada librem,enie por cada aiumnc; sin emba.rgo, no nos gus_ fara que fuera tomado por los maestros a manerd de vereda ruli_ narie; qui:iramos ms bien que cada educador encontrara su sen_ dero propio.
o ficticias y que la habilidad y la destreza no se logran sino paso a pdso y a fuerz die realizar actividades de la misma especie, repetidas c.on frecuencia.
e).-LA COMPOSICION.-Toda unificada agrupacin de ideas relacionadas ccn un asunlo, arregladas cuidadosamente y expresadas por medio del lenguaie oral o escrito, recibe el nombre de composicin. Aqu concrelamente vamos a referirnos a la composicin
escrita. La man..,'a de arreglar esa,s d'eas es un esludio que compete la relrica, La retrica, como se sabe, es una presentacin sistemtica' d las leyes d'e la composicin o del discurso, ilustradas ordinariamente con eemplos tomados de los grandes auiores. Mucha
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d).-taS
CREDENCIALES.-Son cartas
se identifica a' una persona o ,a una delegacin como represenrante de otra persona o de alguna insritucin o asociacin, acr,editndola
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cuales
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priva de toda sobre lemas que no le interesan y 'en los que se le lib-^rtad e iniciaiiva personal? "Despus de esto, cmo queris que el nio adquera aficin por las composi.i'ones, sobre todo, por esas composiciones obligadas que resultan enteramente sem'eiantes, aunqu'e haya'n sido redactadas por alumnos diferentes? "Sera pneciso, por el contrario, tratar'de hacer este aspecto de posila enseanza del lenguaie lo ms natural y lo ms agradable le que temas ble. Esto no serrnuy complicado' Bastara dar al nio creer intere:en y que estn a'su alcance; no'espantable' hacindole empleando manera' su a qu ela redaccin es difcil; deiarle contar
"La composicin debe ocupar en las escuelas mayor espacio del qu'e ocupa hoy. Nos proporciona no solamente recreos literarios, sino tambin nos es til en la vida con fr'ecuencia. Desgreciadamente, es a m,-nud'o olvidada o a lo menos tnal enseirada.
"Pr'meremenie, la expresin enseanza de la composicin es lgica? Debe ensearse a redaciar a los nios de primaria? No; porque qu es la redaccin? Es un medio nafurai de expr'esar uno su pensamient'o, de sumarizarlo, de narrar un hecho, de describir algo o de exponer alguna idea. En los pequ'eos, 'naturalmente, eslo se reduce a conlar lo que han vis1,c o s,entido, a descrrbirlo y a emitir alguna opinin y sus reflexiones personales. Y para decir lo que se ha visto y lo que se ha sentido o lo que se anhela, no es necesario, a mi juicio, cjar a la narr.acin urra forma determinada precisamente por reglas literarias, enteramente artificiales. Por qu obligar a un nio a pensar/ a ver, a expresarse de.acuerdo con las norpias conforme a las cuales piensa, ve y se expresa otra persona,
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cin. Nunca se liegar as a lener cOmposiciones personales exentas quien las hucle toclc clis y refleiando cad'a uno las aptifudes de bie:e redactado". en la Faria de Vasconcelos, con motivo de las ideas'expuestas direcanterior carta, forrnula en breves trminos las dos siguientes' las en 'escuelas' ciones tcrricos pora ensear la composicin
recteydesuexperienciadiaria;temasreferertesasuvidapersode nal err relacin con su familia, con su e3cuela y c'on la comunidad que forma prfe; a su vida personal en relacin cotr los animales' Los telas plantas, los frorbres y las cosas de su medo' etciera' y la profesor por 'el mas deb'ern ser escogidos por el alumno, o
clase .enlera.
lo que hace y lo que pi'ensa; deiar a su iniciativa que se manifieste y permilir expresarse a su personalidad' No pedirle ni imponerle lleun determinado estilo literario, iodo esto a fin de gue pueda y regar a hacer cornposiciones personales, exentas dle fodo clis exclu' no Esto gustos' il"undo sinceramente sus aptitud'es y sus ye, evicl'eniemente, que puedan darse en cla'se algunas indicacio'
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7e-Escrbalo el maestro en una cuartilla de papel, a manera de rnueslra, y ponga a que lo copen los alumnos con la mayor aproxirnacin posible, asignndoles como tarea para el hogar que copien el vale siquiera unas tres veces conseculivas.
f),_LOS VALES, RECIBOS Y DEMAS DOCUMENTOS QUE EN LA VIDA TIENEN FORMAS DE REDACCION MAS O MENOS PATRONIZADAS.-Supongamos que se trata de un vale sencillo. Aprovechando una sifuacin real, ensear a los.alumnos a hacer un vale de los comnnrente usados en la vida. A falta de esa siiuacin real, imagnense alumnos y maestro una situacin posible de realizarse. Sea, por eiemplo, la de pedir dinero a cuenta de un trabaio que se est haciendo. De ser posble, presntese esla situacin imaginaria en forma de un iuego educativo. Para la leccin se aconseia ol inslruclor dar los siguientes pasos: lg-Explique a los alumnos con toda claridod las stuaciones de la vida en gue hay necesidad de dar a una persona un vale. 2s-Mustreles, de ser posible, dos o tres val.es autnficos que el maestro posea o que haya conseguido prestados de alguien, a fin de que los lean y se enleren de los elenentos de que constan. 3s-Ayude a los alumnos a imaginar una' situacin concreta, como la sugerida arriba, y a componer mentalmenle la redaccin del vale correspondiente. 49--Escrbalo el maeslro, a ffianera de mueslra, en una cuartilla de papel, a fin de que los alumnos puedan eiercitarse, copindolo. en la clase dos veces, y lres o cuatro en sus hogares. se-Al da siguiente, revise la larea impuesta el da anterior. Si no est bien, haga a los discpulos las observaciones del caso y pngalos a repelir el trabaio en su presencia hasta que resulte
bien.
Siguiendo un camirrc parecido, el maeslro podr ensear ,salisfacforiante a los nios a hacer un recbo, un pagar, una solicitud y los dems documenlos de uso corrienle en la, vida de las
comunidades.
v
tOS EJERCICIOS DE I.ENGUAJC Y SU RECTA
INTERPRETACION
9-Luego, delermine con los nios olra situacin social, diversa de la anierior, en la que haya necesidad de extenderse un vale y ayude a los alumrps a formularlo de vva voz.
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Hemos dicho ms atrs que el solo conocimiento de la gramlica nc llega a capactar a los alumnos para maneiar habitualmente el lenguoie con correccin cuando hablan o cuando escriben, y hemos explicado tambin cmo los maestros desde el inslante en que se dieron clara cuenta de ese fenmeno, empezaron a echar mano de los eiercicios de lenguaie para ensear a los nios el rcto maneio del io'ioma, pero que rdos @mo era,n tales e[ercicios y, sobre todo, desconectados como se ofrecan de toda siluacin natural en que el uso del |.enguaie era necesario, los alumnos tampoco ganaron gran cosa co nesa nueva orientacin docente. Discutamos ahora con algn detalle la cuestin de si los eiercicios de lenguaie ofrecen realmente alguna aporlacin efectiva para la enseanza del idioma o no la ofrecen, a fin de que en el caso de ofr.ecerla examinemos la mejor manera de realizarlos. En el lengauie comn, la voz eiercicio implica la idea de eiercilarse u ocupar3e en alguna cose con el obieto de alcanzar destreza en su realizacin. Asf decimos, por ejemplo, ejercicios de tiro al blanco, eiercicios de escritura, ejercicios de natacin, etitera. En los eiemplos anteriores cloramenle se percibe que el vocablo eierciico envuelve la idea de adieslramiento el cual, para merecer lal nombre, debe ser completamenle especfico: el caballisla se eier-
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la en el trote, en la carrera, en el ,salto de obslculos, etclera; el pondolista, para llegar a ganar destreza y gallarda en la escritura
en la rapidez para escribr, y as sucede en todos los dems eiemplos que pudieran sr cilados. Esto quiere decir que el ejerciiio, para rendir sus frulos, debe referirse a cosas mu), concretas y muy especficas, pues con ellos se trala de ganar maestra en aquellas cosas en que uno se manifiesta torpe. Aplicando, pues, esta doclrina al caso de los eiercicios de lenguaie, podemos senlar el principio de que para ser de alguna utilidad y,no servir tan slo para pasar o perder el tiempo, d'cben ser muy concrelos y muy especficos.
se eiercita en la ejecucin de los varios tipos de letra y
tanrenre necesarios, yd que toda desireza n.o puede arcanzarse sino por medio de la eiercitacin respecliva.
Ahora ya se compr,ender mejor la insistenie recomendacin que hemos venido haciendo a los maestros a lo largo de esle volumen de centrar la enseanza de la lengua en las aciividades tpicas d.el lenguaie usadas en la vida comnmente, ha.ciendo girar los eiercicios de fenguaie en lorno de las deficiencias de expresin -orales o escrilas- que el maestro vaya inverrlariando curante el curso de aquellas actividades, porque sera ocioso
eiercitar a los nios en aquellas cosas que ya ejeculan diestramente.
El acertado manelo del lenguaie en la conversacin, discusin, redaccin, etctera, ofrece a los nios, claro est, numerosos obs-
tculos, ,siendo tarea obligatoria muy imporlante del maeslro la de capacitarlos debidamente para que los venzan. Ahora bien, muclras de las dificultades enconlradas por los alumnos en aquellas actividades son debida,s a mera ignorancia; y cuando as sucede, para liquidarlas'bsta que el rnaestro d a los nios la informacin que venga al caso, eiemplificndola debidamenle; pero muchas otr.as de las fallas oe expresin orales y escrilas de las crialuras son ms rebeldes a ca'usa de tener races ms profundas: no se deben solamente a la mera ignorancia de informacin, sino tambin al poderoso influio de malos hbitos de expresin adguiridos por los nios dentro del ambiente social en que se mueven. En estos casos, a ms de la informacin proporcionada, habr necesidad de eliminar esos malos hbitos de lenguaie y sustilurlos por los hbitos correclos y es aquf precisamente donde los eiercicos de lenguaie son absolu266
Peror para determinar con precisin sobre qu cosas @ncre_ tes deben versar tales eiercicos, se hace indispensabre dar a ros nios oportundades amplias y numerosas para expresa,rse espont_ neam'ente hablando y escribiendo a fin de evidenciar sus errores o'e expresin, pues de otro modo, los ejercicios que se hicieran no podran iustificarse ni tampoco tendran senrido. Ahora gue esramos escribiendo estos rengrones, viene a nuestra menre el recuerdo de ur incidenle ocurrido en er curso de una conversacin que hace poco ms de un ao sostenamos con un distinguido rnaest de humanidades' El seor profesor, haciendo grand,es sacrifcios, haba fogrado constifuir una ed'itorial destinada a la pubiicacin de rextos escolares. Duranre la conversocin, procuraba estimularnos de diversos modos para gue nos emperamos en la tarea de redacrar un texto de eiercicios de lenguaie apropiado para las escueras primarias del pas, porque -nos deca- siencJo absolura.menf,e necesaro que los nios aprendan ben er iodioma espaor, no hay a pesar do ello ningn libro de texro destinado a lal propsiro. Nuesrra reaccln personal no fue la que esperaba el seor profesor. ,,Es cierlo -le expresamos- que los nios a'eben aprender a manejar bien er idioma espaol, pero ese aprendizaje no lo adquirrn haciendo artificiosos ejerccios de lenguaie supueslos o inventados as como as por cua'lquier persona por muy diestra en el habrar qu,e sea, sino empendos en maneiar realmenre el idioma hablando o escribiendo iustamente en la,s mismas siiuaciones naturales en que la gente se ve obligada a hablar o a escribir en la vida diaria. Las fa. llas en qu elos nios incurran duranle tales actividad,es, invenlariadas cuidadosamente, servirn para as,entdr sobre elllas los eiercicios concretos de lenguaie con los cuales habrn d,e llegar a vencr por uerza, sus deficiencias de expresin. seor profusor -le diiimos para conclur-, no podemos escribir ese libro que nos pide; si lo hiciramos, no seramos leales con nuestra conciencia, pues rendramos que inventar las fallas de los nios sin ninguna seguridad de
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acierto,
espece".
mente, servirn para adieslrar a los alumnos diariament'e duranle un perodo no moyor de cinco o seis minutos de traba[o intenso.
No escribimos enloncs un libro como ese ni lo escribiremos nunca, :ero hcer uno como el presente en el que se aconseie a los maeslros cmo deben ensear a los alumnos a manejar dieslramente el idioma nacional, era una cosa que venamos d'eseando ardienlemente desde haca mucho tiempo, de manera que para acabar con [a tentacn nos pusmos a redaclarlo. En l queremos rcomendr a los maestros, en relacin con los fanrosos eiercicios que veninros estudiando, lo siguienle:
TENGUAJE ORAT
59-lnspiren los maeslros a los nios el ardiente deseo general de llegar a hablar correclamente y hganles comprender que la serie de eiercicios de lenguaie en que van a mpearse a dario, los ayudar a lograr aquel propsilo, iustamenle como el adestramiento deporlivo los ayuda a iugar ben el beisbol o el basquetbol. e-lntroduzcan con eiemplos comunes, preclsos y muy claros, los eiercicios de fa primera tarea, expliquen bien en qu consisten, enfatcen el grao'o de perfeccin que debe alcanzarse y empeen en la farea a los alumnos, como ya se diio, duranle cinco o seis minutos cuando ms.
7q-Si el primer perodo de prctica fue suficiente para la adquisicin de los buenos hbitos de lenguaie que la larea incluye, sta quedar concluda; pero si no sucediese as, insslase en la misma larea en los das siguienles hasta que los nio la dominen. 8s-Cuiden los maestros de que los nios usen precsamente los buenos hbitos de lenguaje adquiridos, cada vez que al hablar tengan necesidad de emplearlos.
I.ENGUAJE ESCRITO
lg-Dnse a los alumnos, como se h3 conselado atrs, amplias orcrtunidades para conversar, discutir, debatir, conlar cuenlos, dramalizar, relalar, informar, exponer, dar plticas o decir alocuciones, improvisar y decir oralmenle algunos discur.sos sencillos, activiodes lodas elfas adecuadas y centrales para el aprendizaie del lenguaje. Parlicipen los maestros en esa,s actividades o cuando
menos mrenlas con simPata.
2e-Hgan los maestros cuidadosarnente una lista de los errores de expresin oral en que ncurran los alumnos cuando estn llevando a cabo aquellas actvidades. Cnsrvenla viva en la mente para ir aediendo a ella, durante el ao, los nuevos errores de expresin oral gue vayan descubriendo en los nios, aun fuera de las
aulas.
3e-lndguen cules de esos errores no son habiluales por cleberse solamenle a la ignorancia y proporcionen a los nios la in{o; ,'rracin bastnte para ver de eliminarlos, poniendo dos, tres, custro o ms ilustraciones aclaralorias y cuidando despus de que
los nios slo usen las correctas formas aprendidas. 4s-ldentifiquen en la lista d'e que se ha'bla en el nmero dos, cules cle esos errores son habiluales y forrnen con ellos Una nueva list. Sobre ella precisamenle habrn de idearse los eiercicios de lengua[e que, distribudos en tareas que habrn de ser hechas sucesiva26E
Dando a los alumnos oportunidades amplas y numerosas para expresarse por escrilo en las situaciones que reclamen ese modo de expresin .escrita en gue aqullos incurren, tal como se ha recomendado para la expresin oral, y procedan a su correccin siguiendo ustamenle el camino aconseiado ya tambn, lanlo en la referente a los errores debiobs simplemenle a la ignorancia como a los que son producto de malos hbitos adquiridos.
RECOMENDACIONES APIICABLES EN TA CONDUCCION TANTO DE tOS EJERCICIOS DE I.ENGUAJE ORAI COMO DE I.O5 EJERCICIOS DE LENGUAJE ESCRITO
lg-Concebidas bien las lareas, planee bien el maeslro'st conduccin, motivndola satisfactoriarnente.
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buen decir, todo su arle, su rectitud espiritual, su mucho saber y su gran experiencia de la vida". lmporta, pues, que los maestros, al formular el programa de lenguaje, cuiden de incluir la lectura dentro de 1, entendidos de qu enos esfamos refiriendo no al proceso de aprender a leer, sino al uso de la habilidad resultante de dicho procso. lectura se usa en la vida con varios propsitos, de los cuaies los cuatro que siguen son los ms sobresalienles: el de entretenimiento y recreacin, el vocacional, el instructivo y el de utilizacin prctica. Aunque algunas veces el tipo de lectura usado es el oral, el rns frecuentemente aprovechado en la vida es el tipo silencioso. Las diversas modalidades de la lectura silenciosa, parlicularmente l de entrelenimiento y recreacn, la de estudio y la de consulta, deben ser utilizadas para el enriquecimiento del lenguaie'
La,
tA
Quisiramos, anles de lratar brevem,enle esta cuestin, transcribir este bello pensamiento de don Jaime Torres Bodet acerca de los librcs. Dijo el di.:tinguido hombre de letras: "El libro, rnaestro mudo pero constanle.... hasla en la hoguera donde lo orroian los diclacibres, su cuerpo estoico, quemado en vano, despende luz!", y es la
verdad.
la lectura viene siendo considerada por todo el mundo desde hace mucho tiempo como un valioso instrumenlo del progreso intelectual, y las gentes tienen mucha razn al pensar asf, pues gracias a la leclura el individuo puede ampliar sus experiencias, ocupar valiosamente'sus ratos de ocio y enriguecer considerablemente su lenguaie. Gracias tambin a, la lectura, podemos ponernos en conlacto con las meiores obras liierarias en las que, como diio ,Anatole France, "los autores han pueslo, [untamente con su
En efecto, 270.
da en cuenta por su valiosa aportacin. Naturalmente, no podemos entrar aqu en detalles acerca de la manera en que podran los maestros aprov'echar la lectura en la enseanza del lenguaie, ni tampoco qui'siramos perder el tiempo en fundar la necesidad de confar para el obieto con una buena biblioteca escolar, porque esto ltimo Parece obvo. Por lo dems, ambas cuestiones han sido ampliamente discutidas en otro volumen nuestro, (l) cuya con'sulta recomendamos a los lectores interesados en el asunlo que aqu slo nos concrelamos a planlear, diciendo que la conslanle y buena leclura es una actividad til para enriquecer y pulir nuestro lenguaie, sobre todo, cuando el material de lectura ha sido cuidadosamenle seleccionado de acuerdo con la edad, experiencia e int,eneses de los nios y cuando la actividad se ve sabiamente dirigida por el profesor. A este respecto, el ilusRafael Ramrez. "La Enseisza de la lectura", 34 ecin, 1946. Editora Tecnoeducativa. Mxico, D. F. f046.
la lectura silenciosa' no implica de ningn modo la idea de que en la enseanza del lenguaje se excluya la lectura oral. De la leclura de esie tipo hay una modalidad preciosa -la apr,eciacin literaria- que debe ser lomaEl nfasis que eslamos poniendo sobre
(l) Profr.
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en.
y nunca olvidado maestro dominicano Pedro Henrquez Urea, un breve ensayo sobre la enseanza literaria en la escuela, escrito en 1932, ya aconseiaba a los maestros qu.e habiluaran a' sus nios a leer.
'lre
"Urge.-deca- que el nio adquiera el amor a la leclura. lnfundir ese amor es larea que requiere atencin y ;lerseverancia. Enlre nosotros, en la Amrica espaola, requiere aun ms: requiere sacrificios de tiempo y de aclividad, porque el desarrollo de las bibliotecas pblices y de las bibliotecas escolares no permite todava a los mae;tros disponer de la variedad de libros qu,e necesilaran para revelar al nio la multitud de cosas nteresanies que le brinda la lectura. Creo, naturalrnenle, que los maestros no haran bien en limitarse a las lecluras del libro que hayan adoptado para la clase; deben, de cuando en cuando, dar a conocer a los alumnos pasaies de obras diversas que sirvan para despertarles la curiosidad. Ofrezco mi piopia experiencia: siempre que en los cursos de casfeflano del coiegio he utilizado, para leer o para dictar, pasaies interesanles de alguna obra desconocida para los alumnos, cuatro o cinco de ellos, al ferminir la clase, han acudido a la biblioteca para hacerse prestdr ei .ibro. "l hbito y el amor de la lectura literaria forman la mejor llave que podemos entregar al nio para abrirle e! munob de la cultura universal. l\o es que la cullura haya de ser principaknente literaria; leio: cie Sc: la cullura verdadera requiere la solidez de cimienlos y la armazn que slo la ciencia da. Pero el hbito de leer difcilmenle se adquiere en libros que no sean de literalura: El nio comienza pidendc canciones y cuenlos orales; de ellos psa a los libros de cuenlos: las obra.s narralivas constiluyen su leclura princpal durante muchos aos. El maestro puede ir ensanchandb el crculo de las lcturas infantiles: los temas cientficos irn .entrando en 1, pero la literaiura de imaginacin ser .siempre el centro de inters. Es esencial mantensrlo agrupando a su alr,ededor la mayor variedad po:ible de asuntos y hacer que la lileratura e convierta para el nio en hbito rreemplazable. As, en la adolescencia, la familiaridad con lcs libros -fuera d,e los manuales de cla:es- har que el
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esludiante se acoslumbre a eslimarlos como la meior fuente O'e informacin, har que aprenda a no conl'entarse con los datos breves e incomplelos, cuando no inexactos, de diarios y revistas. Quien haya adquirido la costumbre de leer las obras literarias -sobre todo si no son exclusivamente novelas- ir, por su propia cunla, extendiendo y ampliando sus lecluras'
"Nadie duda que la lectura del nio debe e:cogerse bien' y' sin embargo, con o:esoladora frecuencia se escoge mal' La enseanza literaria de los colegios, de los liceos y de las escuelas normales tienen la obligacin de encauzar el gusfo de los futuros maestros: debe ponerlos en conlactc vivo, ya lo sabemos, con las gra'ndes obras, con la literatura genuina, la que es como planta perfecta' de flor lozan: y de fruto szonado, enseando a' conocer en dnde hay exceso v vicio de holarasca. Pero adems, el maeslro debe vencer el preiuicic de que la buena lectura resulta siempre difcil para el nio y de que slo pueoie drsele la deplorable "literatura infanlil", en cuya fbricacin -no hay otro modo de llamarla- se ha supri-
midotodoiugoytodovigor.Grandesescriloreshansabidoprodu. cir libros que realmenle lnteresan a los nios: ah estn los cuenlos de Andersen; ah estn los cuentos de Tolstoy para camPesinos; ah e,sfn lcs cuentos que Charles y Mary Lamb extraleron de los heredadrames de shakespere. Ahl est el tesoro de las fbulas civiliNuestras das ct'e la lndia, de Grecia, de la Europa Medieval' y color de zaciones indgenas de Amrica nos ofrecen milos llenos la de sabor. En espaol lenemos la maravillosa coleccin de Mart, eCad de oo. , .".
Despus de este sustancioso alegalo en
favor de la abundan-
teybuenaleclura,debidoalinolvidablemaeslrodbminicano'no la necenos queda oira cosa por hacer sino reilerar a los maeslros oportunidades sidad y ccnveniencia de que ofrezcan a sus alumnos
fornumerosas para leer, porque la lectura enriquece la experi'encia' un dominio ma el gu;lo literario y contriouye grandemenle a lograr apreciable del idioma.
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vil
LA ENSEANZA DE IA GRAMATICA
Ha sido costumbre inveterada de l,os maesfros de primera enque la asignatura llamada Lengua Nacional se constituye con un poco de lectura, algo de escritura y de ortografa y mucho de informacin gramalical, esto ltimo, sobre lodo, en los gradcs superiores de la educacin primaria. Claro est que la enseanza de la materia comprende las 6s55 roeflcionadas, pero es indudable que incluye tambin algunas otras, inleresantes por ciertc, que la escuela primaria deia, sin razn, en el olvido. Por lo que rnira a ls 'escueias posprimarias, exisle en ellas muy marcada la lendenci a centrar en la sola gramtica la enseanza del lenguaie. Aquella costurrrbre -la de los maestros prirnarios._ nace, qviz, ciel concepto restringido que fal.es nraeslros lienen acerca del idiorn, en ldnto que la lendencia seguida en las escuelas posprimarias surge, s.guranlenle, de la exagerada imporlancia que los profesores especializados conceden a la grarnfica, sobreestitnando sus alcances y valores. La definicin de que la gramiica es el arie medianfe el cual llegan a'hablarse y a escribirse correctamenle los idiomas, es lomada como ariculo o'e fe por los profesor,es de la materia, sin detenerse a considerar que antes de que las gramticas se formasen hubo necesidad de qu'e los idiomas respectivos naieran, se desarrollaran y florecieran, y que slo hasla gue las lenguas llegaron a ese estadio Ce desenvolvimi,enfo fue cuando sus gramticas pudi.eron
seanza considerar
constitu irse.
la mira que debe persegulrse alumnos lleguen a en la errseanza del lenguaie es la de que los correctamenle' y n esa virtud' hab,lar y a escribir et propio idioma para conseguirla' los maesclaro est (lue entre los dlu""os medios trosdebcnecharmanodelainformacingramatical;perod'eesto exclusivo y mero aprendia reducir la enseanza del lenguaie a un
blno'ola
escribindola. En efclo'
Para ver de conseguir el completo dominio del idioma, el estuoio cie la gramtica es, de seguro, absolutament,e necesario; pero lo que objetamos en estos renglones no es esa idea, sino la de qu,e 1al dominio pueda alcanzarse nica y exclusiva'menl,e con el esfudio de la gremtica. Cuando esto ltimo se convierfe en arlculo de fe, se coloca a la gramlica en una perspectiva falsa, tomndola como una finalidad de la enseanza de la lengua, lo cual no debe ser as, ya que simplemenle debe ser considerada como un medio o un instrumenlo para llegar a maneiar @rrectamente aqulla, ya sea ha274
Ya Anatole France' en zaie gramaiical, hay una enorme diferencia' "Los pedantes presu Pedro Nociere, critic esto ltimo, diciendo: como si hubiese otras tendieron oar reglas para hablar y escribir' y las pasiones' las virtudes y reglas que las costumbr'es, los guslos nuestras energas' Lamento' nueslros vicios, nueslras clebiliddes y gramticas' Cuando se corro un rral pbliio, la existencia de las las criaturas su lengua narelexiona, resuha monstruoso ensear a la lengua viva' iqu ll en un libro' Esrudiar como lengua muerta el pecho de nueslra madre contrasentidol Nuestra lengua es como las grarnticas o cle' nur:slrn no.lrza- Huy"q'" mamarlo diariamenle; dicho que las crialuras alimenson coro los biberones, y irgilio ha diinas de la mesa oe los dioses ni del tdas con bibern ";-rJ" lecho de ls diosas". sintticamente expuesLas consideraciones que hemos deiado educadores progresivos' tanlo las han servido de apoyo a todos los que el estudio granacionales ccmo extranieros' para recomendar medio de conseguir el recto maticel no s"a el nico ni el dominante enseanza se imparta aislada nraneio del iciioma, ni que tempoco su oral o escrita en que se emo aparte d'e ls actividades de expresin nlima con ellas' a pean los alumnos, sino qu'e se d en conexin lleguen a hafin de conseguir que de un modo nalural los alumnos nacional' blar y a escribir gramaiicalmenle el idioma Revisarcuidadosamenteellenguaiedelosalumnosparaverde y enriquecerlo al mismo limpiarlo de toda imperfeccin gramatical' formas de expresin rectiempo con nuevos vocablos y con nuevas preocupacin fundamental constamente conslrudas, tal debe ser la En esa tarea les ser lante cle t", *.u.t,o' en materia de lenguaie' frecuente,de la recta til recorda, p"r.un*ntemente que la prctica buena leclura de parte de expresin oral y escriia y la frecuent
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son incapacbs de expresar con correccin, orarmenre o ;;,. escrito, sus propios pensamintos, pus el hecho de ,saber la gramtica y conocela al dediilo no imprica ra idea de saber habrai y escribir con correccin. por otra parte. muchos escritores de fama han escriro verdaderas obras maesrras de fiteralura sin haber abierto ni estudiado nunca formarmenre ra gramrica. Ms importante gue conocer la grarntica, es.conocer er dioma y maneiarro con maestra. con eslo no queremos decir, naluralmenle, que la gramlica no sirva pa_ ra nada' 'La gramtica iiene su varor, pero este varor reside en que mediante ella nos demos cuenla, .uundo estamos hablando o escri_ biendo, de si lo eslamos haciendo reclamente o no.
El vocabulario abundanfe y rico y su manejo adecuado no son cosas que pueden logrars.e esfudiandb smplemente la gramtica. Hay muchas genles que, habindola estudiado
concienrrdu_"n*,
As, pues, para hablar y escribir correctamenle el idioma espaol, no es absolufamente preciso sornelerse previa y exclusivanrente al aprendizaie de la gramtica. Quizs fuese una tontera afirmar que el estudio de la gramtica no ayud'a en aquella empresa, pero lorrtera mayor sera la de afirmar que Para hablar y escribir correctarnente, el esludio gramatical basta. El dominio del idioma es un producto directo de los conlactos sociales; por lo tanfo, para adquirirlo es necesario que los alumnos lenga.n oportunidades mltples para hablar, conversar y discutir; es necesario, lambin, QU leng3n numerosas posibildades Pdra exteriorizar por escrito su vida interior y es preciso, igualmenle, que dispongan de facildades muchas para leer, que en esencia no es cosa diversa de comunicarse con la gente que esi leios, con la de olras partes y con la de otras
pocas.
un escritor disringuido y maestro eminente de idioma casreilano en una unversdad -don Bartazar rsaza cardern-, ar habrar de eslas mismas cosas, se expresa ms o rneno' en ros trminos si_ guienr'es: "No existe er idioma porque existe ra gramrica. Esta r_ fim se constituy cuando aqur ,eg a esrar compretamente formado' En este sentido puede decirse que ra gramtica.no viene a ser, en el fondo, otra cosa que un conrunto du reyes o principio. rerativos a una rengua determinada, eslructurados en virt " ,nu observacin ar'enta de ras normas que inconscienfernnre observa todb ndividuo culro que ma'neja con propiedad, habrando o escribiendo, su propio idioma' Esto quiere decir que ra gramtica exisre ya im_ plcitamenre en rodo renguaje qre ha ilegao u ru fr""iira de su desarrollo y tene ya'obras riterarias escritas que refreian cumpridamente er grado de evorucin obtenido". y agrega el'auror citado "Toda persona gue vve n un medio sociar ms o menos curro, sabe hablar y escribr su idioma con basrante correccin, no tanro por saber su gramtica como por el hecho simple de convivir con hombres que conocn y hablan y escriben bien la lengua materna,,.
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al respecto a un grupo de maesfros eslo que ahoro, por venir cuenlo, recordamos con placert "Si la vida escolar es real y no artificiosa y si, sobre lodo, se mantiene conectda ntimamenle con la vida comunal, los maeslros encontrarn nruchas oportunidad,es para vilalizar el adiestramienio de los alumnos en la expresin oral, y para la prctica eficaz de la expresin escrita, los maestros pueden organizar con los alumnos como servicio para el vecindario, un modeslo escritorio pblco en el que e redacten las cartas y documentos que necesiten los vecinos. Ayuda semelanl.e en el aprendizaie del idioma puede Prestdr el peridico infantil que toda escuela debe publicar y la documenlacin y co' rrespondencia de las diversas organizaciones que con los alumnos del plantel se hayan constitudo".
En alguna ocasin decamos
El papel que la gramtica iuega en la enseanza del idioma est perfeclamente descrito en el siguiente prrafo del dislinguido educador lsaza Caldern, citado yd, n el que afirma que "la gramlica convierte en consciente el dominio inconscienle del idioma.
No se lrata de asimilar,series de reglas mediante las cuales podamos hablar y escrbr correclamente. En realidad, el estudio de la gramtica nos srve para adquirir un dominio ms intelige'nte de los fenmenos propios del lenguaie, es decir, el conocimiento claro,
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decir, oyendo. No todo [o que ntra en nuestros odos, sea patabra humana o ruido, sea ruido o meloda, lo escucha'mos; a lo ms, si nos desagrada y no ienemos otro remedio, lo omos' He comenzado por mcstrar cierto recelo por la gramlica -tal implican las preguntas formulad'as- y veo que me he metdo, sin saberlo, en disquisiciones gramaticales. Volvamos al punto de partida y hagamos prrafo aparle. "Cuando se comi'enza a escribir, a los reinte aos o antes, no se debe parar mientes en la gramtica; debemos caminar siempre adelante, sin la preocupacin de si escribimos bien o mal. si a esa edad, cuanclo lo que imporla es el mpetu, el que comentamos ial o cual incorreccin no macular nueslro libro o nUestro artculo. Crean los ivenes que con lales condiciones, las de puianza y bro lo deSlo -s, la propiedao y pur'eza en la frase, es cosa desdeable' perrsamos en la gramtica cuando ya hemos escrito mucho y nos va emfaltanclo el estro. Y esto lo dice quien lleva ms de sesenta'aos el beneficia borronando papel. Sabido es que si a algunos escritores ser acadmicos, a otro3, en cambio, les periudica' En seguida, al verse con la responsabilidad en que se ven, comienzan a dudart dudan de su modo de escribir. Anles escriba sin Pensar en escoger el trmino o poner cuidado en la sintaxis, y ahora se detienen y lo piensan mucho. Y en arte -y en todas las discipiinas meniales- la iuda rato, esteriliza, vuelve pacalos y m'edrosos a lbs que anes' con la plunra en la mano, eran audaces y se sentan inspirados. Y si en literatura se pierde la espontaneidad, para qu servir la correccin? No desdeemos en absoluto la gramtica: lemosla con cuidadb; lemosla como una distraccin. La gramtica' es enirete' veo nida. Con ese cuidado que recomiendo a los [venes es como la el lerrible yo ahora, aunque no soy ioven. Considerara un mal el ardiqr", por una consideracin de sintaxis, se enfriara un poco No miento que an me queda, afortunadamenle, cuando escribo' que en improoiedades, e cambiara una prosa llena de barbarismos lentara la vida, Pcr otra, sin vida, en que la pureza y la propiedad fueran intachables. se puede conciliar una cosa con olra? Lo veo difcil. Lo veo casi imposible a los veinte, treinta aos; es decir, a
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Dicen as'
"Vamos a ver si nos entendemos. Sirve o no sirve para algo gramlica? la Podemos sacar algn provecho del esludio de la gramtica? Despus que hayamos ledo y r,eledo la'gramtica, habremcs ad,elantado algo? Si dedicamos el liempo, mucho tempo, al estudio de la gramtica, habremos perd'ido el tiempo? Los gramticos scnreirn al leer estas preguntas; las considerarn absurdas; nos tendrn, a lop que las formulamos, como orates. Pero estamos muy leios de tener el juicio decenlado; no lo hemos perdido lampoco totalmente. La prueba es que un escritor independienle, un escritor ioven, iov,en y audaz, nos dir que la gramtica no sirve para nada; lo mismo nos dir de la retrica. En su odio a fa retrica, convertir el singular ci'e esta voz en plural; ya sabe el lector que, cuando se dice '1todo so son relricas", se manifiesta un desdn profundo por el razonamienlo proliio y vacuo que esiarnos escuchando, y debiera
artista Cruz Rueda).
y eI esHlo".
ace,ca
de la vide
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servmos el estudio de la gramtica para cuando ya no necesitamos de la gramlica. Entonces es cuando ya no puede hacernos dao. y no es esto una leccin nociva; lo que se trata aqu es de no conlrariar el libre dbsenvolvimi.enlo del estro creador por consideraciones de forma. N existen ni el fondo ni la forma; los que, ar hablar del estilo, hacen tal dislincin, se equivocan. y si no, a.nle un escrilo, que nos digan concrtamenre dnde acaba la forma y dnde comienza.el fondo.
las id'eas, para guiar y dirigir la prclica del aprendizaie y para estimular el sentido crtico del aprendiz, sobre todo, si las reglas gramaticales son fundamentales.
Es una larga experiencia acumulada la
mE'estros a formular las reflexiones anteriores relalivas al verdadero valor de la enseanza gramalical, las cuales, por otra parte, conciden punto por punto con las investigaciones realizadas al respecto en los ltimos aos. En efecto, los trabaios de investigacin cienl-
"Volvemos a repetir que escrilores incorreclos, desaliados, tie_ nen, a veces, un alraclivo de que carecen fos ms pulidos. y a qu se d'ebe esto? l'io a las incorrecciones, natura.lmente. s a que har-r ido o'irectamente a las c.osas, sin deteners,e en consideraciones de purismo". Tcdc lo que hasta aqu hemos expueslo en relacin con cl .lsurrro interrra sugerir no la supresin,Je la enseanza gramatical, sino la valorizacin jusla del aprendizai.e de la misma. Hay, sin duda, que proporcionar informacin gramatical a lo: alumnos, pero al hacerlo no hay que dsr a esa informacin el carcrer de finaridad, sino el carcter inslrunrental que le corresponde. En esa virtud, la ense_ anza gr.rmatical ha de proporcionarse funcionarmente, es decir, en conexin nlima con las aclividades c'e expresin y comunicacin, orales o escrilas, en qu los maestros empean a. los alumnos. La enseanza gramatical proporcionada en series de cla,ses formales, aisladas de aquellas actividades no conduce sino al almacena_ miento menfol d'e reglas y principios incapaces por s solos de preslar la necesaria ayuda para lfegar a d'ominar diestramenfe la lengua nacional, bien sea cuando se hable o cuando se escriba. con las reglas gramaticales pasa iustamenre lo mismo que hemos dicho en olra parte (2) respecto de las reglas de ortografa, esto es, que no obslante que su recuerdo no funciona cuando la menle est ocupada en componer Io que se est hablando o ro que se esr escribiendo, son de todos modos tiles para juzgar de la correcta expresin de
(2) Profr. Rafel Ramrezt "I-s enseanza de la ortogr.afa". I\{xicv, D. F.,
1938.
ficas llevados a cabo denlro del campo de la enseanza sistemticc de le gramtica concluyen de un modo fe,minante en que:
le-La enseanza formal de la gramtica no tiene ningn valor especial como disciplina menlal, porque si contribuye al desenvolvimiento de la mente, su contribucin en ese sentido no es mayor cr.rc lir cle cualquier otra de las malerias del programa;
2e*f'!o hay estrecha correlacin entre el conocimienlo formal de la gramtica y el uso habitual de un lenguaje grama'iicalmente correcio: se pueden conocer muy bien las reglas gramalicales sin que eso implique la io'ea de que guien las conozca, habilualmente hable o escrba con correccin gramatical, e inversamente, puede
hablarse o escribirse habilualmenle con correccin gramatical sin necesidd de haber estudiado formalmente la gramtica. Por lo que ve al puriio, si entre ambas cosas axiste alguna relacin, ella no es mayor qu'e Ia que existe enlre el estudio formal de cualquier maleria y su aplicacin en la vida diaria;
3e-El conocimierrto de la gramtica' del idioma propio no es bsotutamenle necesaric para el aprendizaie de idiomas exlranieros, pues su ayud'a no es de gran consideracin; 4e-E[ conocimiento de la gramtica muy raras veces se necesita er la lectura; 5s-Se ha exagerado demasiado la utilidad prestada por las reglas de la sintaxis y las normas d,e la construccin en la formacin de frases, oraciones y perodos cuando se est hablando o escribiendo, pues difcilmenle las recuerda la mente en esos instanles, ocupada como est en el trabajo de pensar lo que se va a decir;
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lorizados.
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LA CONSUI.TA CONSTANTE DEL DICCIONARIO E5 INDISPENSABLE PARA Et SANO DESENVOTVIMIENTO DEI IENGUAJE
Toda persona que quiera conocer meior su propio idioma y alcanzar un mayor dominio sobre el mismo, tiene por verza que consullar conslantemente el diccionario, y si esto es as, lrabr necesidad de que los nios adquieran en la escuela el hbito de hacerlo y la actitud ms favorable r,elacionada con ese hbito. Tal hbito y tal actitud no se adquieren de la noche a la nraana; ambas cosas son el resultado d'e un largo e nteligente adiestramiento que deber iniciarse a parlir del cuarlo grado escolar e inlensificarse en el quinto y en el sexlo, La coslumbre de consultar el diccionario implica, como es fcil entender, la habilidad para maneiarlo diestramenle.
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H:y en el mercaoo algunos diccionarios elementales que, con el nonrbre de diccionarios escolares, los autores destinan al servico individual de los alumnos. La dea fundamental que los origin es buena y oial que cada nio, del cuarto grado en ad,elante, pudiese disponer de su propio diccionario. Desgraciadamenle los diccionarios d'e tal nturaleza gue existen entre nosotros no tienen ningn mrito. La hechura de un dicciorrario escolar implica la idea de que el aufor esl muy familiarizado con la lengua y su literalura y la de que conozca las invesfigaciones hechas en relacin con el vocabulario de uso corrienle en la vida diaria y con el caudal de vocablos que son capaces de llegar a maneiar lo: nios de la escuela primaria. Ahora'bien, los autores de los diccionarios escolares en uso entre nosotros, esln muy lejos de llenar los requisitos apuntados, gue no son sino los mnimos, y dan, adems, muestrs de desconocer los propsitos y necesidades de la escuela. Olal que alguno de los maestros de educacin pri' maria de autoridad indiscutible y especalizado ad'ems en la enseanza de la Lengua y Literalura Espaolas, se echara a'cueslas la larea de hacer un diccicnario escolar como Dios manda, es decir, excelente, seguro de que con ello pr'estara un gran servicio,a la'educacin y de que ganara prestigio.
Todas las actividades de lenguaie, ya sean de naturaleza oral o bien escrita, requieren el u.so o'el diccionario, pero de ellas las que parlicularmenle lo reclaman son la leclura y la redaccin. En eslas c283
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de ellos: arreglar alfabticamente lstas de palabras con las que el profesor desee enriquecer el vocabulario de los nios, asegurndose en el diccionario de su escritura ortogrfica y o'e su significado; actividad anloga con sinnimos, anlnimos y parnimos; formacin de familias de palabr.as, etc. Para ser hechas con gusto, estas aclividades deben motivarse bien y su eiecucin debe apoyarse en algn impulso o tendencia natural de los nios, corno el iuego, el afn de competencia, el d'eseo de aplauso o de aprobacin y otros cemeantes.
En atencin a que debe funcionar toda la vici'a, la costumbre de
es
usar
el diccionario ha de quedar bien asentada desde el principio. el maeslro empezar a crearla? las meiores auto-
2s-Contener un vocabulario de amplitud bastante y de la calidad precisa que los alumnos necesitan para salisfacer sus necesidades de comunicacin social, de auloexpresin y de ampliacin cultural.
4s-Dedicar a cada' palabra un espacio que esl en relacin con la irnporlancia de la misma. 5e-Dar en primer lugar la acepcin usual corriente y despus las acepciones figuradas y especializadas. e-Presiar atencn a las expresiones idiomlicas comunes. 7e-lnformar acerca de las frases o locuciones adverbiales y conluntivas en qu,e intervenga'cada voz. 8e-Ayudar al conocimienfo y dominio de los sinnimos y antnimos rns comunes.
ridades educalivas que han estudiado concienzudamente la cuestin nos aconsejan que debe hacerlo a partir del cuarto gradb escolar, pues los nios de este graCo -dicen- tienen ya conciencia clara de la necesidad cle hablar y escribir correclamente, sienten muy vivo el deseo de llegar a hacerlo as y estn dispuestos a desplegar esfuerzos reales vigorosos para lograrlo, sobre todo, cuando tienen al frente un maslro que los aliente y estimule. 'Las mismas autoridades acabadas de citar recomiendan que los eiercicios especiales de lenguaie basados en el maneio del diccionario se intensifiqu.en en el quinto grado y ms an en el sexlo, todo esto sin perjuicio, naluralmente, del uso funcional que los nios hagan del diccionario en relacin con todas las aclivided.es de lenguaie y aun con las de olra naturaleza que realicen en la escuela y que reclamen el maneio de ese insirumento gue enriquece, "limpia, fiia y da esplendor" a nuestro idioma, como reza muy bien el escudo de la Rel Academia Espaola del idioma. Hemos dicho atrs que la costumbre de consultar el diccionario
9e-Aclarar la escritura ortogrfica de las palabras e indicar hasla donde sea posible su elimologa y las normas para construir sus
voces d'ervadas.
de lenguaie conectados ntimamenle con diccionario deben encaminarse no solamenle a procurar destreza a los alumnos para maneiar ese inslrumenlo de cuhura, sino tambin para enriquecer su vocabulario y aumentar el dominio que tienen sobre el idioma. A manera de sugestin ndicamos en seguida algunos
Los ejercicios formales
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EL
Oir bien una cosa, oirla con atencin, o sea, escucharla, es una habilidad que tocio el mundo debiera poseer para u.sarla en todas
aquellas ocasiones en que sea preciso darse clara cuenta de una cues-
que los alumnos permanecieran inmviles y quielos, pendientes de sus labios de los cuales flua la sabidura con la que pretendan llenar
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poco a poco el alma de aqullos, tal como paulaiinamente se llena un cntaro con el chorro crsla'lino de una fuenle. Hablamos d,e equivocada fe, porque la mera wrdad es que no se aprende oyendo, sino escuchando. La prueba de esta afirmacn esl, como lo hemos hecho observar en uno de nuestros libros* en que frecuentemenle, ms a menudo de lo qu.e esperaban, aquellos maestros comprobaron, con gran desilusin, que aunque verlan con incansable afn en la mente de los nios ciencia, el recipienle de fas crialuras permaneca vacfo o ,se llenaba,con desesperante lentitud. Si las cosas sucedan as, era porque los nios no escuchaban, sino simplemente oan, y las cosas que se oyen enlran por un odo y salen por el olro sin de[ar huella apreciable de su paso. Para en,sear a los nios a escuchar es necesario ofr,ecerles numerosas y frecuentes oportunidades para ofr algo que les guslre y les inierese, pues ya se sabe que apareiada al i.nters anda' siempre la atencin. Anfe un cuento de Perrault o de Ander,sn o ante un relalo o una exposicin oral inleresanl.e, el nio se vuelve iodo odos y, en viilud de esto, su menle entra en plena aclivid'ad. Slo entonces es cuando propiamente puede decirse que la criatura est escuchando. Anle las cosa,s que hemos mencionado y ante algunas otras parecidas, el inters brota espontneamente. Hay casos, sin embargo, en que el nacimienfo de ese inters debe provocarse, porque de no hacerse eso, la atencin iampoco surgir. En estos casos, la doctrina de la motivacin, de la que lodo educador debe estar perfuctamente enierado, prestar a los maestros ut1 gran .auxilio. . Un adestramientc cuidadoso y sostenido en actividades como las que hemos mencionado ir habituando a los nios a poner at'encin en lo que oyen, es decir, ir ensendolos a escuchar hasta que aprendan a hacerlo definitivamente. Aunque repitamos, debemos insistir: saber escuchar, a pesar de !a quiefud que implica y de su aparente pasivdad, s una actividad valiosa. Ampla nuestros horizontes culturales, enriquece, pule y perfecciona nueslro lenguaie y nos ensea, por fin, a conducirnos den'
Rafael Ramrcz. "Tcnica de ls enseanza", -TiiTi6?t. torinl Tcnico-pedaggico, 1945, Mxico, D. F.
2? edicin. Edi.
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tro de un audilorio reunido xpresamente Para escuchar algo. En las escuelas, "la'hora del cuenlo", del club de reciiadores, las sociedades cienlficas y literarias de los alumnos, los festivales sociales, cvicos y patrticos, etctera, pud'en ,ser aprovchados, por un maestro inteligente y hbil, para ensea'r a los nios a escuchar.
x
Et PROGRAMA DE TENGUAJE PARA LA
ESCUETA PRIMARIA
El programa de lenguaie que va'a conlinuacin ha sido elaborado lomando en cu.enla la doctrina expuesta en el curso de los captulos anleriores. Por lo tanlo, solamente comprenden actividade de expresin oral y de expresin escrila, as como aquellas cuesliones que estn ntimamente conectadas con esas dos manifestaciones fundamentales del lenguaie. Recerdese al respecto que en las dos palabras que ,sirven para presentar a los maestros este modeslo tratado de didctica aplicada, diiimos que el pequeo libro que.ahora sale a luz se refera concretamenl.e a la enseanzd del lenguaie hablado en ocasiotes a la enseatrza de los olros aspeclos de la Lengua Nacional.
Por lo dems, ba:ta pasar superficialmente los oios sobre el contenido del programa que se incluye, para quedar plenamente convencidos de que la precoupacin cardinal y nica del mismo, no es olra que la de lcgra'r, mediante su realizacin, que los nios de la escuela primaria alcancen cierfo dominio para expresar satisfacto'iam'ente sus pensamienfos y sentimientos cuando hablen o cuando escriban.
El programa se ofrece a los maestros organizaobs en ciclos, por-
que si bien es ci.erto que de un grado a otro los nios varan en algunos aspectos -en inters, en desarrollo, en grado de maduracin, en experiencia, etc.-, tambin es verdad que esas variaciones no son tan profundas como las que se observan enlre ciclo y ciclo. Esio, sin embargo, no quiere decir que el programa del primer ciclo, el del segundo o el del tercero, sea el mismo para los dos grados de que esl constitudo cada uno de ellos. El maestro bien informado y de
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