Cómo Transmitir Valores A Los Hijos

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Cmo transmitir valores a los hijos

Seguramente a todos los padres de familia nos gustara que nuestros hijos compartieran con nosotros esa valoracin de las cosas, que asumieran los valores que nosotros consideramos importantes. Nos da miedo que se equivoquen en algo tan importante, que consideren alguna cosa como algo valioso y apetecible, y que en realidad no sea ms que un espejismo.

Hay alguna manera de asegurar que ellos asuman unos valores realmente valiosos? O dicho de otra manera, puedo ensear a mis hijos a apreciar los mismos valores que a m me parecen importantes? La respuesta es que s, aunque naturalmente no se puede asegurar completamente. Se puede afirmar que, si se intenta de manera coherente, los resultados son apreciables. Por otro lado tambin conviene asegurarse de que los valores que tenemos son realmente lo mejor que podemos ofrecerle.

Como es lgico, es del todo imposible tener la certeza de que los valores que consideramos primordiales son tan importantes como nos parece. Pero como mnimo, debemos valorar nuestra propia coherencia. Si nuestra conducta no se adapta a nuestra escala de valores, revisemos nuestra conducta o nuestra escala de valores y cambiemos alguna de las dos. Generalmente debera ser nuestra conducta lo que tendramos que cambiar.

Una vez decididos los valores que vamos a ensear, veamos cmo hacerlo.

Bsicamente hay dos procesos para conseguirlo: la inmersin y la conviccin intelectual.

1. Inmersin

Referido a la educacin de los valores, "inmersin" se refiere a hacer que nuestros hijos estn, inmersos en un ambiente en que nuestras maneras de actuar dan testimonio de los valores que intentamos comunicar.

Los nios, desde el primer momento, actan imitando las conductas y actitudes que ven a su alrededor. Mas tarde, a travs del lenguaje, llegan a comprender las razones por las que sus padres actan as. De este modo, la manera de actuar de los padres, maestros y cualquier persona formadora, y las razones por las que lo hacen, conforman una especie de fluido que envuelve al nio y que penetra dentro de su inteligencia y de los hbitos que va adquiriendo. Y casi sin

proponrnoslo, va asumiendo nuestros valores. Estoy hablando del ejemplo que damos el padre y la madre al unsono y que es muy significativo cuando los hijos son pequeos.

Pero en realidad no est todo resuelto, ni mucho menos. El fluido ambiental que rodea a nuestros nios no es nicamente el ejemplo de los padres y maestros. Hay otros muchos ejemplos e influencias que flotan en el ambiente (gran familia, amigos, compaeros, profesores, medios de comunicacin...) y que tambin penetrarn en la inteligencia de nuestro hijo y en los modos de actuar que imita. Y como quizs muchos de esos ejemplos e influencias sean negativos nos preguntamos si podemos hacer algo para minimizar su influencia. Sin lugar a dudas la respuesta es s. Podemos hacer como mnimo cuatro cosas:

- Dedicar el mximo tiempo posible a la convivencia familiar, con la intencin de que, cuanto mayor sea el tiempo de convivencia familiar, menor influencia ejercern otros ejemplos. Hay que aprovechar motivar a las familias de los alumnos para que apoyen en este campo.

- Estrechar nuestras relaciones afectivas con ellos. El ejemplo es mucho ms decisivo cuanto ms importe a los nios la persona que lo ofrece. Ser, por lo tanto muy importante mostrarle nuestro cario y aceptacin habitualmente.

- Enjuiciar las actuaciones o afirmaciones de otros cuando contradigan nuestros propios valores, eso s, con respeto. Ya que no podemos evitarlos, al menos presentemos ante sus ojos elementos crticos.

- Desarrollar en ellos hbitos de conducta relacionados con valores importantes. Estos hbitos son especialmente importantes en los seis o siete primeros aos. Durante esos aos podr aceptar sin dificultad las conductas que le proponemos los padres por la confianza que deposita en nosotros. As, cuando tenga ms edad podr relacionar su modo habitual de comportarse con los valores que entraa. Entonces el mismo hbito formar parte del ambiente que le rodea por lo que le ser ms fcil aceptar como bueno algo que le resulta muy familiar.

2. La conviccin intelectual

No es otra cosa que apreciar algo como bueno, conveniente o til para s mismo o para los dems mediante el razonamiento lgico. Es un recurso que se puede utilizar cuando nuestros hijos son un poco mayores, cuando, paralelamente a su llegada a la adolescencia, comienzan a tener recursos intelectuales suficientes para establecer relaciones entre distintos valores y para deducir las posibles causas y consecuencias de las diferentes maneras de comportarse.

La manera de entrenar su capacidad de razonamiento y, con ella, la de apreciar los valores ms importantes ser mediante el dilogo y el debate de ideas. En este momento en que los hijos empiezan a percibir que no somos las personas perfectas y todopoderosas que imaginaban cuando nios, es la ocasin de ensearles a apreciar los valores, no ya por la confianza que les inspirbamos sino por la fuerza de la lgica.

Lo que nunca hubiramos querido

En diversas ocasiones me ha sucedido algo semejante. Estaba platicando con un matrimonio de amigos que no haba visto desde hace aos. Muy contentos y alegres estuvimos intercambiando experiencias. Les pregunt por su hija mayor, Cristina, siempre tan simptica, chistosa y cristalina.

Ante mi pregunta, mis amigos bajaron la mirada y me comentaron con pena que ya estaba embarazada; a sus quince aos, todava sin casarse, ya estaba esperando un beb... "padre, no sabemos lo que pas", dijeron con preocupacin. "Le dimos la mejor educacin, el mejor colegio, todo nuestro cario, nunca le falt nada..."

Situaciones de este tipo se presentan cada vez ms a menudo en los hogares donde se cree que les dieron todo. Si no es la hija, es el hijo que ha terminado en drogas o alcoholizado en los antros, o simplemente decide abandonar la casa.

Y entonces nos preguntamos: Qu se hizo mal en el proceso de educacin? En qu fallamos? Por qu no nos dimos cuenta?

Situaciones que se multiplican

Los datos son alarmantes. En Mxico cerca de siete millones de jvenes de la poblacin de entre 12 y 29 aos de edad no trabajan ni estudian. Y las cifras van en aumento. De 100 nios que ingresan a la primaria slo 62 terminan la secundaria y slo 25 la preparatoria, por lo que nicamente 13 terminan la universidad.

El suicidio en nuestra nacin constituye la tercera causa de muerte entre los jvenes de 19 y 25 aos de edad, con un incremento del 33% en el ltimo ao.

La diferencia de valores suele ser uno de los principales detonadores de los conflictos matrimoniales.

Una de las principales causas en el abuso del alcohol por parte de los hijos es la actitud que toman los padres en el trato con ellos y la poca destreza en la transmisin de valores y amor.

Este tipo de situaciones levantan las alarmas de nuestra conciencia y nos preguntamos si podemos hacer algo para cambiar el rumbo.

Cuando no aclaramos lo que queremos, sucede lo que no queremos

Cuando tienen entre sus brazos a un nuevo retoo, todos los paps suean con el mejor de los futuros para su hijo. Pero el hecho de no aclarar con precisin ese futuro, les lleva a no poner por obra las acciones correctas.

Y entonces sucede lo que sucede: que ese futuro nunca llega o resulta todo lo contrario a lo que haban soado.

Para lograr lo que queremos de nuestros hijos, primero hay que aclarar con precisin qu es lo que realmente queremos, y luego tomar las medidas para alcanzarlo.

Una de las races del problema en la educacin se encuentra precisamente en la carencia de eficacia en la transmisin de los valores.

Los paps constatan que no han recibido capacitacin para la profesin ms importante que desempean: la educacin de los hijos.

Un comerciante, como cualquier otro profesionista, sabe que, para hacer crecer el negocio, necesita trazarse una meta y luego seguir un plan concreto para alcanzarla.

Lo mismo debemos hacer para lograr el objetivo ms importante de nuestra misin como educadores de los hijos: preguntarnos cmo queremos que nuestro hijo sea en el futuro. Y qu vamos hacer para lograrlo.

Cmo quiero que sea mi hijo?

En cualquier oficio se obtienen mejores resultados cuando se logra aclarar la meta del proyecto, hacia dnde se quiere ir. Cuanto ms precisa sea la visin, tanta mayor probabilidad de alcanzar el objetivo.

Un experto en ventas recomienda: "comienza cada obra teniendo claro cmo debe ser al final; slo as sabrs cmo hacerla. Apunta a la meta y no retrocedas" (Dr. Cash Luna).

Creo que con mayor razn los paps deben aplicar el mismo principio.

Cuando no tenemos claridad en relacin con la meta a la que queremos llegar, nuestras acciones sern dispersas o contradictorias. Y al final nos encontramos con resultados no deseados.

As pues, para educar bien a los hijos, primero necesitamos plantearnos en la mente el tipo de persona que quisiramos que llegaran a ser; y luego trazar el mapa de los pasos que nos llevarn a la meta.

Mi visin de futuro

Cmo quiero que sea mi hijo o hija a la edad de 21-30 aos? Para responder a esta pregunta necesitamos poner en lista nuestros deseos, como cuando hacemos la carta al Nio Jess o a los reyes magos en Navidad.

Lo que se desea y lo que no se desea para los hijos se debe poner por escrito.

Conviene que cada pareja de paps revise esta lista y la ample hasta alcanzar una visin clara del mejor futuro para sus hijos.

Cada vez que vea un cierto comportamiento positivo en una persona, conviene que lo anote: "yo quisiera que mi hijo sea as". O lo contrario, cuando se encuentre comportamientos indeseables, hay que anotarlo; "no quiero que mi hijo llegue a ser as".

Cuanto ms clara y elevada la visin, mayores probabilidades se tendr de alcanzar buenos resultados en la educacin.

Esta visin influir en el modo como ven y tratan a los hijos. Deca Blais Pascal: "Trata a un ser humano como es, y seguir siendo como es. Trtalo como puede llegar a ser, y se convertir en lo que puede llegar a ser".

Una vez que se ha determinado el punto adonde se quiere llegar en el futuro, es preciso trazar una lnea mental que parta desde el presente y recorra por los medios que vamos a implementar para llegar al futuro deseado. Constituir la ruta de nuestras acciones, como se ver ms adelante.

(Ejercicio)

A continuacin se presenta una lista de comportamientos positivos y negativos; no es exhaustiva; slo es una gua para comenzar la reflexin.

Responde con un SI o un NO, si coincide o no con tus expectativas.

MI VISIN DEL FUTURO DE MI HIJO

Que derrocha el dinero en cosas superfluas quedndose sin patrimonio para el futuro.

Que es fuerte ante las adversidades y lucha por cumplir sus metas.

Que es profesionista exitoso, honrado, trabajador.

Que da lo mejor de s mismo ah donde se encuentre.

Que es capaz de hacer mal a los dems para subir de puesto.

Que es fiel a sus compromisos pequeos o grandes.

Que se compara continuamente con los dems y los envidia.

Que es entusiasta de su familia y atento/a a sus hijos.

Que es incoherente, dice una cosa y hace otra.

10

Que es perezosa, cmoda, busca el menor esfuerzo.

11

Que pone toda su seguridad en la moda, en el ltimo modelo de ropa...

12

Que vive en continuo conflicto con su cnyuge.

13

Que se apega a las cosas y no las comparte.

14

Que le gusta beber y disfrutar pero sin exceso.

15

Que es una persona acomplejada, insegura, tmida, que no se valora a s misma.

16

Una persona de iniciativa, creativa, atenta a las oportunidades para crecer.

17

Que abandona a su cnyuge en cuanto se enamora de otra persona.

18

Vive su matrimonio con armona, satisfaccin e ilusin.

19

Que es una persona humilde, sencilla, atenta a los dems, de trato afable.

20

Que es fiel a su cnyuge y al compromiso que hizo en el matrimonio.

21

Es una persona segura de s misma, alegre, de buen trato.

22

Que es incapaz de asumir un compromiso con nadie o los abandona fcilmente.

23

Que es una persona alcohlica o drogadicta.

24

Generoso, atento a las necesidades de los dems.

25

Que siga dependiendo econmicamente de otros. Ni estudia ni trabaja.

26

Egosta, piensa slo en su dinero, su placer, pero olvidndose de sus hijos y cnyuge.

27

Es una persona cabal, de una pieza, autntica, sincera

28

Que es laboriosa, trabaja duro, pone su mejor esfuerzo en su trabajo.

29

Soberbia, que habla continuamente de s mismo, se cree ms que los dems.

30

Que vive contento con su situacin y sabe disfrutar las cosas buenas.

31

Una persona sin ideales ni aspiraciones para el futuro.

32

Que es honrada y honesta sin perjudicar injustamente a nadie.

33

Que sabe comprar con responsabilidad lo que necesita.

34

Vive con lo suficiente para vivir pero no se esfuerza ms.

35

Que se desanima ante las dificultades y echa la culpa de todo a los dems

36

Que es una persona ahorrativa y piensa en el futuro.

Despus de revisar la lista, vulvela a estudiar por segunda vez, pero pensando no ya en tu hijo sino en ti mismo/a. Pregntate: cmo soy? Cules son los comportamientos que mi hijo est viendo en m?

Esta evaluacin personal, y los cambios que implica en el propio comportamiento, es el presupuesto indispensable para que el futuro soado para los hijos llegue a convertirse en una realidad.

(Lectura para los hijos)

De las Aventuras de Robinson Crusoe

La vida y extraas y sorprendentes aventuras de Robinson Crusoe de nadie Defoe, publicada en 1719, fue la primera gran novela de la literatura inglesa, y desde entonces pocos narradores han logrado superar la magia y la aventura de ese relato. En esta escena Crusoe, que pasa veintiocho aos en una isla deshabitada de las cosas de Venezuela, intenta construir un bote. El episodio nos ensea algo sobre la organizacin y la planeacin que se requieren antes de iniciar un trabajo.

Ms tarde, comenc a reflexionar sobre la posibilidad de construir una canoa o piragua, como las que hacan los nativos de aquellas latitudes, incluso sin herramientas ni ayuda, con un gran tronco de rbol.

Esto no solo me pareci posible sino sencillo y me alegr mucho con la idea de hacerlo y de tener ms recursos que los indios o los negros. Ms no consider las dificultades que acarreaba dicha tarea, que eran mayores que las que podan encontrar los indios, como por ejemplo, la necesidad de ayuda para echarla al agua cuando estuviese terminada. Este obstculo me pareca mucho ms difcil de superar que la falta de herramientas, por parte de los indios pues de qu me servira

cortar un gran rbol en el bosque, lo cual poda hacer sin demasiada dificultad, si, despus de modelar y alisar la parte exterior para darle la forma de un bote y de cortar y quemar la parte interior para ahuecarla, deba dejarlo justo donde lo haba encontrado por ser incapaz de arrastrarlo hasta el agua?

Se podra pensar que, mientras construa la canoa, no haba considerado, ni por un momento, esta situacin pues deb haber pensado antes en la forma de llevarla hasta el agua pero estaba tan enfrascado en la idea de navegar, que ni una vez me detuve a pensar cmo lo hara. Naturalmente, me iba a resultar mucho ms fcil llevarla cuarenta y cinco millas por mar, que arrastrarla por tierra las cuarenta y cinco brazas que la separaban de l.

Me empe en construir esta canoa como el ms estpido de los hombres, como si hubiese perdido totalmente la razn. Me agradaba el proyecto y no me preocupaba en lo ms mnimo si no era capaz de realizarlo. No es que la idea de botar la canoa no me asaltara con frecuencia sino que responda a mis preguntas con la siguiente insensatez: Primero ocupmonos de hacerla que, con toda seguridad, encontrar la forma de transportarla cuando est terminada.

Esta era una forma de proceder descabellada pero mi fantasiosa obstinacin prevaleci y puse manos a la obra. Cort un cedro tan grande, que dudo mucho que Salomn dispusiera de uno igual para construir el templo de Jerusaln. Meda cinco pies y diez pulgadas de dimetro en la parte baja y a los veintids pies de altura meda cuatro pies y once pulgadas; luego se iba haciendo ms delgado hasta el nacimiento de las ramas. Me cost un trabajo infinito cortar el rbol. Estuve veinte das talando y cortando la base y catorce ms cercenando las ramas, los brotes y el tupido follaje con el hacha. Despus, me tom un mes darle la forma del casco de un bote que pudiese mantenerse derecho sobre el agua. Me tom casi tres meses excavar su interior hasta que pareciese un bote de verdad. Hice esto sin fuego, utilizando, nicamente, un mazo y un cincel y, despus de mucho esfuerzo, logr hacer una hermosa piragua, lo suficientemente grande como para llevar veintisis hombre y, por tanto, a m con mi cargamento.

Cuando termin la tarea, estaba encantado. El bote era mucho ms grande que cualquier canoa o piragua, hecha de un solo rbol, que hubiese visto en mi vida. Muchos golpes de hacha me haba costado y no faltaba ms que llevarla hasta el agua y, si lo hubiese conseguido, habra emprendido el viaje ms absurdo e irrealizable que jams se hubiese hecho.

Todos mis intentos de llevarla al mar fracasaron, a pesar de mis grandsimos esfuerzos. La canoa estaba a unas cien yardas del agua y el primer inconveniente era una colina que se elevaba hacia el ro. Para resolver este problema, decid cavar el terreno con el fin de hacer un declive. Comenc a hacerlo y me cost un trabajo inmenso mas quin se queja de fatigas si tiene la salvacin ante

sus ojos? No obstante, cuando termin esta tarea y venc esta dificultad, estaba igual que antes porque, como con el bote, me resultaba imposible mover la canoa.

Entonces med la longitud del terreno y decid hacer una especie de dique o canal para llevar el agua hasta la piragua ya que no poda llevar esta al agua. Cuando comenc a hacerlo y calcul el ancho y la profundidad de la excavacin que deba realizar, me di cuenta de que, sin otro recurso que mis dos brazos, me tomara unos diez o doce aos terminar esta labor puesto que, la orilla estaba elevada y, por lo tanto, tendra que cavar una zanja de, por lo menos, veinte pies de profundidad en la parte ms alta. Al final tambin tuve que renunciar a esta idea, con mucho pesar.

Esto me caus una gran afliccin y me hizo comprender, aunque demasiado tarde, la estupidez de iniciar un trabajo sin calcular los costos ni juzgar la capacidad para realizarlo. http://tv.catholic.net/index.php?option=video&id=806&subcat=74

El futuro ideal

Un anlisis antropolgico seala que las personas exitosas en los diversos mbitos de la vida (matrimonio, familia, trabajo, amistades, etc.) por lo general renen diez cualidades. Cinco personales (cmo son) y cinco de relacin (cmo tratan a los dems).

Estas diez cualidades son las caractersticas de lo que podra denominarse una persona exitosa.

Pero antes, hay que aclarar bien los trminos.

Una persona exitosa no necesariamente es la que aparece en las portadas de las revistas, en la televisin o en los espectculos. Las apariencias pueden ser engaosas. No siempre esas personas de escaparate son plenas y felices.

Una persona exitosa es aquella que desarrolla al mximo sus propias capacidades y que ejerce su liderazgo para ayudar a las necesidades de las dems personas. Eso es el xito.

La persona verdaderamente exitosa es feliz y hace felices a los dems.

Estas son sus caractersticas.

a.

Cualidades personales:

1. 2. 3. 4. 5.

Humildad. Fuerza de voluntad. Ideales elevados. Dominio de s. Bsqueda de la excelencia.

b.

Cualidades relacionales:

1. 2. 3. 4. 5.

Inflexibilidad en los valores, pero inters sincero por la gente. Claridad en relacin con sus valores y objetivos. Sabe escuchar, comprender. Evita el autoritarismo. Experto en delegar. Evita hacer todo por s mismo. Descubre y desarrolla los talentos de su gente y la promueve.

Este podra ser el sueo de todo padre y madre de familia; lograr que su hijo rena estas cualidades sera asegurarle su futuro despus de una larga inversin en tiempo y recursos, dentro de lo humanamente posible.

Cmo hacer que estos sueos se conviertan en realidad?

Jim Collins, renombrado investigador del mundo empresarial, afirma que el xito no est determinado por las circunstancias. El xito llega, en gran medida, como fruto de una eleccin consciente y de disciplina. En la tarea de la educacin de los hijos se puede decir lo mismo.

Los sueos ideales no llegan por generacin espontnea. Hay que trabajar para que el futuro imaginado se convierta en un presente tangible.

En los siguientes captulos vamos a repasar cada una de las cualidades ideales enumeradas arriba y a hacer el recorrido mental de las acciones que llevan a esas metas.

Cuando tengamos bien diseado el mapa, nuestras acciones sern ms coherentes y mejor orientadas. Nos darn mayor probabilidad de llegar al futuro deseado para los hijos. http://www.youtube.com/watch?v=F9XE9lduxlo Como se mencion anteriormente, son diez las cualidades que suelen caracterizar a las personas verdaderamente exitosas.

La primera de ellas es la humildad. Vamos a analizar esta virtud y repasar algunas sugerencias para lograr que nuestros hijos puedan alcanzarla.

La humildad

Una persona humilde es la que desva de s misma sus intereses egostas y los canaliza hacia los dems: la familia, los hijos, el cnyuge, los amigos, los necesitados, la empresa. Por ej. Un pap que se preocupa ms de la familia que de irse a jugar con los amigos...

Una persona humilde es capaz de salir de s mismo e ir al encuentro de los dems. No se siente el centro de todo. Sabe prestar atencin y ponerse en el lugar del otro.

La humildad es la base de la empata, indispensable para cualquier tipo de relacin humana estable, sea en el noviazgo, en el matrimonio, en la familia, en el trabajo, en un equipo, en todo.

Una persona que no es humilde se irrita con facilidad, se considera el centro de la conversacin, busca que los dems lo atiendan, lo escuchen y satisfagan sus necesidades; no logra entender por qu los dems son as... slo est esperando que los dems entiendan por qu l es as...

Algunas sugerencias de accin

Conviene que cada hijo tenga siempre una obligacin en casa, aunque sea pequea; algo adecuado a su edad: tender su cama, guardar sus zapatos en el closet, llevar la basura...

Ayuda mucho que aprenda a compartir sus cosas con sus hermanos, primos, amigos. En un nio pequeo siempre resulta difcil lograrlo, pero se puede; al inicio hay que obligar, luego insistir; se enojar y har berrinches, pero cada vez ser ms fcil.

Este ejercicio es sumamente pedaggico. Predispone al alma del nio a no apegarse a las cosas, a abrirse a otros y a no considerarse el centro del universo.

Lo mismo puede decirse de ensearle, no slo a compartir sus cosas, sino incluso a regalarlas generosamente a los necesitados. Ayudarles a ver con corazn sensible a los que padecen necesidad; invitarles a dar una limosna, a ayudar a una persona que se cay, etc.

Tiene un valor extraordinario ensear a los hijos una verdad fundamental: que Dios nos ve en todas partes y l nos va a juzgar. Esta leccin ayuda a los hijos a sentirse responsables de sus actos y decisiones, aunque nadie ms los vea; les ayuda a no sentirse autosuficientes y autnomos, superiores a los dems, etc. Se considerarn hijos de Dios con la misma dignidad que los dems.

Ahora bien, es extraordinariamente necesario tener bien claro que la humildad no se alcanza mediante humillaciones e insultos. Es un error nefasto en el que fcilmente de puede caer. Una correccin o llamada de atencin nunca deber significar una falta de respeto o un insulto.

Los paps tambin tienen que tener bien presente que sus hijos gozan de la misma dignidad. Ellos no son ms ni tienen poder absoluto sobre ellos.

Hay que corregir, llamar la atencin, enojarse, si es necesario, pero jams insultar o humillar pblicamente.

Las humillaciones y los insultos, las reprimendas injustificadas, slo logran que los hijos desarrollen complejos de inferioridad e inutilidad.

La humildad es la verdad, la justicia con que nos vemos a nosotros mismos con nuestras cualidades y nuestros defectos.

Somos humildes cuando somos realistas, es decir, cuando nos vemos con objetividad y realismo. Por ello, la humildad en los hijos se alcanza mediante un trato justo y una compensacin adecuada por parte de los paps.

Y la justicia es dar a cada uno lo que le corresponde. El castigo o el premio debern ser adecuados; las palabras y los silencios, tambin.

(Ejercicio)

Ver y comentar video:

Reconciliacin

Preguntas de reflexin que debes responder en los foros del curso

1. Cules son las lecciones que sacas para tu vida personal a partir del video recomendado (Coca-Cola)?

(Lectura para los hijos)

CONOZCAMOS NUESTRA FE CATLICA

La Humildad

- El catlico santo, es un hombre lleno de virtudes, de cosas buenas, pero que adems de tenerlas, no hace alarde de todas su cualidades. El hombre santo es ante todo un hombre HUMILDE.

- En este folleto te platicaremos de esta gran virtud: LA HUMILDAD.

QUE ES LA HUMILDAD ?

- Ser humilde es reconocer los DEFECTOS que tengo, y reconocer tambin mis CUALIDADES.

- Ser humilde es reconocer la verdad: que no soy ms que criatura de Dios, imperfecta, necesitada, que cae una y otra vez en el pecado.

Pero a la vez reconocer que soy criatura amada infinitamente por Dios, redimida por l y llamada a dar frutos en mi vida.

- Ser humilde es vivir sin buscar el aprecio de los dems, la fama y el poder. Es vivir sin que me importe lo que piensen los otros sobre m, importndome solo lo que piensa Dios.

COMO SE LOGRA LA HUMILDAD ?

- Para ser humilde es necesario, mirarme a m mismo, de cara a Dios y no de cara a los hombres.

- Aceptar que soy pequeo ante la grandeza de Dios. Reconocer que yo VALGO no por m mismo, sino porque soy hijo de Dios, porque vengo de l.

- Pensar que cualquier cualidad que tenga, todas se las debo solamente a Dios. Si realmente abrazo en mi corazn esta idea, no puede caber en mi alma, el orgullo, la soberbia, el amor propio.

- Pensar tambin que los defectos que tengo, son porque la naturaleza humana es imperfecta. Todos los hombres tienen defectos. Lo que es importante es aceptarlos y no negarlos y despus trabajar, y luchar por mejorarlos.

- La SANTIDAD consiste exactamente en aprovechar esas cualidades que Dios me dio para hacer SU VOLUNTAD, para hacer el bien y en trabajar en mis defectos que son obstculo para lograr esto.

LA FALSA HUMILDAD

Habemos personas que por fuera aparentamos y fingimos ser humildes, inclinamos la cabeza, buscamos el ltimo lugar, hablamos de nuestros defectos... pero por dentro nos creemos mucho: no cedemos nunca, queremos hacer siempre nuestra voluntad, no aceptamos la crtica de un amigo, ni una correccin de un superior. Aparentamos ser sencillos, pero en nuestro interior siempre andamos sintindonos ms que los dems. Esta humildad es una humildad fingida.

- Habemos otras personas que nos sentimos de verdad tan poca cosa, que nos da pena si alguien reconoce las cualidades que tenemos, que nos enfocamos exclusivamente en nuestros defectos.

Incluso a veces nos creemos tan humildes que nos sentimos desilusionados, abatidos, desalentados.

Esto es humildad mal entendida.

- Fjate bien, ser humilde no es rechazar las cualidades que tienes, Claro que las tienes! Pero las tienes gracias a Dios y no por mrito propio. En tus manos est el incrementarlas y usarlas para bien.

- Es importante reflexionar que ser humilde tampoco significa conformarse con lo que uno es y decir: " como tengo defectos y los reconozco, as me quedar".

LA VERDADERA HUMILDAD

- La VERDADERA HUMILDAD es reconocer con realismo todo lo bueno y todo lo malo que tengo, y despus tomarlo en mis manos y saber que yo solo no puedo hacer nada con ello, pero CON LA AYUDA DE DIOS, puedo aumentar mis cualidades y corregir mis defectos para poder realizar la VOLUNTAD DE DIOS EN MI VIDA.

MEDIOS PARA LOGRAR LA HUMILDAD

- CONTEMPLAR A CRISTO humilde. l, siendo nada ms y nada menos que "el Hijo de Dios", siempre fue humilde y sencillo, desde su nacimiento hasta su muerte en la cruz, nunca hizo alarde de todas sus cualidades y poder. Leyendo el Evangelio vers que Jess siempre fue sencillo y humilde. l mismo nos dijo: "Aprended de m que soy manso y humilde de corazn".

- Pedir su ayuda a Dios en la ORACIN. Pedirle que me ayude a ser humilde. Recordar que, solo nada puedo, con l todo lo puedo.

- Empezar a SERVIR a los dems sin esperar ninguna recompensa o ser alabado por ello.

- Siempre que haga algo bueno, tratar de PASAR DESAPERCIBIDO.

- Aprender a RECIBIR AYUDA de los dems, aunque me cueste trabajo y procurar dar las gracias siempre.

- Decir NO A LA PRESUNCIN (tanto de cosas materiales como de mis cualidades, mis hazaas), en una palabra, tratar de no hablar tanto de m mismo y escuchar ms de los otros.

- Hacer un esfuerzo por observar, descubrir y APRECIAR LAS CUALIDADES DE LOS QUE ME RODEAN (padres, hermanos, familiares, compaeros de trabajo, amigos y enemigos).

- Ensearme a PEDIR PERDN cuando haya ofendido a otra persona y a reconocer mis faltas frente a los dems cuando me equivoque. Esto no me hace menos, al contrario, me hace ms valioso.

- Recordar la frase de San Agustn: "S; quieres ser grande, comienza por ser pequeo"

- Si quiero levantar una fbrica de santidad, colocar primero el cimiento fuerte de la humildad.

- La humildad es madre de muchas de las virtudes y la soberbia de muchos los pecados.

ORACIN POR LA HUMILDAD (P. Ignacio Larraaga)

Seor Jess, manso y humilde. Desde el polvo me sube y me domina esta sed de que todos me estimen, de que todos me quieran. Mi corazn es soberbio. Dame la gracia de la humildad, mi Seor manso y humilde de corazn.

No puedo perdonar, el rencor me quema, las crticas me lastiman, los fracasos me hunden, las rivalidades me asustan.

No s de donde me vienen estos locos deseos de imponer mi voluntad, no ceder, sentirme ms que los otros.. Hago lo que no quiero. Ten piedad, Seor, y dame la gracia de la humildad.

Dame la gracia de perdonar de corazn. La gracia de aceptar la crtica y aceptar cuando me corrijan.

Dame la gracia poder, con tranquilidad, criticarme a m mismo. La gracia de mantenerme sereno en los desprecios, olvidos e indiferencias de otros.

Dame la gracia de sentirme verdaderamente feliz, cuando no figuro, no resalto ante los dems, con lo que digo, con lo que hago.

Aydame Seor, a pensar menos en m y a abrir espacios en mi corazn para que los puedas ocupar T y mis hermanos.

En fin, mi Seor Jesucristo, dame la gracia de ir adquiriendo poco a poco un corazn manso, humilde, paciente y bueno.

Cristo Jess, manso y humilde de corazn, haz mi corazn semejante al tuyo.

As sea.

PROPSITO DE MES: - Este mes me preguntar todas las noches: He sido humilde el da de hoy? Rezar esta oracin. http://tv.catholic.net/index.php?option=video&id=808&subcat=74 Tema 4: Ilusiones Los ideales y propsitos en la vida nacen de un conjunto de valores.

Tema 4: Ilusiones Tema 4: Ilusiones Una de las cualidades que debe caracterizar a toda persona que quiera ser alguien en la vida es tener grandes ideales, ilusiones y proyectos.

Precisamente una de las principales tareas de los paps es la de cultivar en el corazn de sus hijos, como en un huerto, los valores que sern la semilla de los sueos del maana.

Ideales elevados

Los ideales son el conjunto de razones fundamentales que da sentido a la existencia de una persona; son ellos los que inspiran la ilusin y ganas de luchar, los que justifican el esfuerzo y el trabajo de cada da. De los ideales nacen los propsitos amplios, fundamentales, duraderos en la vida, ms all del puro ganar dinero.

Los ideales y propsitos en la vida nacen de un conjunto de valores. Los valores son su caldo de cultivo, como las semillas en un invernadero.

Hay jvenes que han perdido la esperanza. Envejecen prematuramente porque la senilidad comienza cuando se han perdido las ilusiones. Hay jvenes viejos prematuramente porque no tienen ideales, no tienen un futuro que los apasione. En la base de este problema cada vez ms comn, se encuentra la carencia de una educacin en los valores.

Por qu se ha agudizado tanto el problema de la generacin ni-ni? Cerca de siete millones de jvenes en Mxico entre 12 y 29 aos de edad no trabajan ni estudian.

Por desgracia, el joven est dejando de creer en todo, debido a los tiempos de incertidumbre que vivimos. La juventud es la etapa de los ideales, de la fe, de la amistad, de los amores primeros; el joven y el adolescente, por naturaleza, cree y confa prcticamente en todo. Pero ahora se le estn quitando las creencias. Con qu quedan entonces?

Es sumamente importante sembrar en los muchachos grandes ideales, proyectos ambiciosos, la visin de un futuro mejor, la fe en un Dios de amor, en unas prcticas religiosas que les den un sentido de vivir.

Ahora bien, deben ser ideales alcanzables. Es verdad que, de acuerdo con algunos estudios, hasta los 7 aos aproximadamente, el nio no distingue entre realidad y ficcin; vive en una atmsfera de fantasa; todava no ha desarrollado plenamente su capacidad de abstraccin.

Sin embargo, tampoco es sano que siga soando con fantasas en la adolescencia y juventud. Es preciso ayudarle a "aterrizar" sus sueos.

Sugerencias de accin

Resulta extraordinariamente enriquecedor que los nios, desde que aprenden a leer, se aficionen por las lecturas de historias. Las historias infantiles, de hroes, de aventuras son los ms eficaces transmisores de valores.

Hay una infinidad de autores recomendables: Homero, Julio Verne, Charles Dickens, Emilio Salgari, Rudyard Kipling, Robert Louis Stevenson, John Tolkien, Mark Twain, etc. Todos ellos presentan a los hroes como encarnacin de unos valores e inspiran en los nios el sueo de imitarlos.

Y no digamos las lecturas de vidas de santos. Si un nio se aficiona a este tipo de lecturas, la esponja de su alma ir asimilando los ideales ms puros y elevados que inspirarn tambin el deseo de hacer algo grande por los dems, sin buscar su propio inters, simplemente por amor.

Y obviamente, lo ms importante es dar a los nios testimonios vivos: los paps deben ser los primeros en encarnar y hacer visibles los valores.

Resulta sumamente inspirador hablarles de los valores familiares mediante historias reales y hechos concretos. Por ejemplo, "tu abuelo arriesg su vida salvando a una persona que iban a atropellar..."

Hay que tener cuidado de ensearles a no tener el dinero como el valor fundamental en la vida, sino a las personas, el matrimonio, los hijos.

Para que el nio vaya aterrizando sus sueos de fantasa, es necesario hacerle ver las implicaciones de dichos sueos. Por ejemplo, si quiere aprender guitarra, hablarle con claridad sobre los costos, el tiempo, dificultades, etc., y que, en caso de inscribirse, deber ser responsable de su compromiso. Pero los paps debern aceptar tambin que, si se llega a constatar que el nio no tiene esa habilidad, no hay que forzarlo.

(Ejercicio)

Elaborar lista de libros de valores que voy a comprar para mis hijos.

CLSICOS DE LECTURAS INFANTILES

* * * * * * * *

Agatha Christie (14) Novelista inglesa (1891 - 1976) Arthur Conan Doyle (39) Escritor britnico (1859 - 1930) Charles Dickens (15) Escritor britnico (1812 - 1870) Edgar Allan Poe (31) Escritor estadounidense (1809 - 1849) El Duque de Rivas (19) Escritor y poltico espaol (1791-1865) Emilia Pardo Bazan (32) Escritora espaola (1851 - 1921) Federico Garcia Lorca (16) Poeta y dramaturgo espaol (1898-1936) Fernan Caballero (18) Escritora espaola (1796 - 1877)

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Franz Kafka (25) Escritor checoslovaco (1883 - 1924) Gustavo Adolfo Becquer (46) Poeta espaol (1836 - 1870) H.P. Lovecraft (24) Escritor estadounidense (1890 - 1937) Hans Christian Andersen (78) Escritor dans (1805 - 1875) Hermanos Grimm (50) Jacob Karl Grimm y Wilhelm Grimm, escritores alemanes Jack London (14) Escritor estadounidense (1876 - 1916) James Joyce (14) Escritor irlands (1882 - 1941) James M. Barrie (17) Novelista y dramaturgo escocs (1860-1937) Jose de Espronceda (16) Poeta romntico espaol (1808-1842) Juan Valera (15) Escritor espaol (1824-1905) Julio Verne (11) Escritor francs (1828 - 1905) Leopoldo Alas Clarin (23) Escritor espaol (1852-1901) Lewis Carroll (12) Escritor britnico (1832 - 1898) Mariano Jose de Larra (26) Escritor espaol (1809 - 1837) Miguel de Cervantes (58) Escritor espaol (1547 - 1616) Miguel de Unamuno (12) Filsofo y escritor espaol (1864-1936) Oscar Wilde (16) Dramaturgo y novelista irlands (1854 - 1900) Ruben Dario (19) Poeta nicaragense (1867-1916) C. S. Lewis John R. R. Tolkein

(Lectura para los hijos)

caro y Ddalo

Este famoso mito griego nos recuerda por qu los jvenes tienen la responsabilidad de obedecer a sus padres, as como los padres tienen la responsabilidad de guiar a sus hijos: los adultos saben muchas cosas que los jvenes ignoran. El antiguo dramaturgo griego Esquilo lo expres de

esta manera: "La obediencia es la madre del xito y est desposada con la seguridad". Una niez segura y una buena crianza requieren un grado de obediencia, caro paga un alto precio por aprenderlo.

Ddalo era el ingeniero e inventor ms hbil de sus tiempos en la antigua Grecia. Construy magnficos palacios y jardines, cre maravillosas obras de arte en toda la regin. Sus estatuas eran tan convincentes que se las confunda con seres vivientes, y se crea que podan ver y caminar. La gente deca que una persona tan ingeniosa como Ddalo deba haber aprendido los secretos de su arte de los dioses mismos.

Sucedi que allende el mar, en la isla de Creta, viva un rey llamado Minos. El rey Minos tena un terrible monstruo que era mitad toro y mitad hombre, llamado el Minotauro, y necesitaba un lugar donde encerrarlo. Cuando tuvo noticias del ingenio de Ddalo, lo invit a visitar su isla y construir una prisin para encerrar a la bestia. Ddalo y su joven hijo caro fueron a Creta, donde Ddalo construy el famoso laberinto, una maraa de sinuosos pasajes donde todos los que entraban se extraviaban y no podan hallar la salida. Y all metieron al Minotauro.

Cuando el laberinto estuvo concluido, Ddalo quiso regresar a Grecia con su hijo, pero Minos haba decidido retenerle en Creta. Quera que Ddalo se quedara para inventar ms maravillas, as que los encerr a ambos en una alta torre junto al mar. El rey saba que Ddalo tena la astucia necesaria para escapar de la torre, as que tambin orden que cada nave que zarpara de Creta fuera registrada en busca de polizones.

Otros hombres se habran desalentado, pero no Ddalo. Desde su alta torre observ las gaviotas que flotaban en la brisa marina.

Minos controla la tierra y el mardijo, pero no gobierna el aire. Nos iremos por all.

As que recurri a todos los secretos de su arte, y se puso a trabajar. Poco a poco acumul una gran pila de plumas de todo tamao. Las uni con hilo, y las model con cera, y al fin tuvo dos grandes alas como las de las gaviotas. Se las sujet a los hombros, y al cabo de un par de pruebas fallidas, logr remontarse en el aire agitando los brazos. Se elev, volteando hacia uno y otro lado con el viento, hasta que aprendi a remontar las corrientes con la gracia de una gaviota.

Luego construy otro par de alas para caro. Ense al joven a mover las alas y a elevarse, y le permiti revolotear por la habitacin. Luego le ense a remontar las corrientes de aire, a trepar en crculos y a flotar en el viento. Practicaron juntos hasta que caro estuvo preparado.

Al fin lleg el da en que soplaron vientos propicios. Padre e hijo se calzaron sus alas y se dispusieron a volar.

Recuerda todo lo que te he dicho dijo Ddalo. Ante todo, recuerda que no debes volar demasiado bajo ni demasiado alto. Si vuelas demasiado bajo, la espuma del mar te mojar las alas y las volver demasiado pesadas. Si vuelas demasiado alto, el calor del sol derretir la cera, y tus alas se despedazarn. Qudate cerca de m, y estars bien.

Ambos se elevaron, el joven a la zaga del padre, y el odiado suelo de Creta se redujo debajo de ambos. Mientras volaban, el labriego detena su labor para mirarlos, y el pastor se apoyaba en su cayado para observarlos, y la gente sala corriendo de las casas para echar un vistazo a las dos siluetas que sobrevolaban las copas de los rboles. Sin duda eran dioses, tal vez Apolo seguido por Cupido.

Al principio el vuelo intimid a Ddalo e caro. El ancho cielo los encandilaba, y se mareaban al mirar hacia abajo. Pero poco a poco se habituaron a surcar las nubes, y perdieron el temor. caro senta que el viento le llenaba las alas y lo elevaba cada vez ms, y comenz a sentir una libertad que jams haba sentido. Miraba con gran entusiasmo las islas que dejaban atrs, y sus gentes, y el ancho y azul mar que se extenda debajo, salpicado con las blancas velas de los barcos. Se elev cada vez ms, olvidando la advertencia de su padre. Se olvid de todo, salvo de su euforia.

Regresa! exclam frenticamente Ddalo. Ests volando a demasiada altura! Acurdate del sol! Desciende! Desciende!

Pero caro slo pensaba en su exaltacin. Ansiaba remontarse al firmamento. Se acerc cada vez ms al sol, y sus alas comenzaron a ablandarse. Una por una las plumas se desprendieron y se desparramaron en el aire, y de pronto la cera se derriti. caro not que se caa. Agit los brazos con todas sus fuerzas, pero no quedaban plumas para embolsar el aire. Llam a su padre, pero era demasiado tarde. Con un alarido cay de esas esplndidas alturas y se zambull en el mar, desapareciendo bajo las olas.

Ddalo sobrevol las aguas una y otra vez, pero slo vio plumas flotando sobre las olas, y supo que su hijo haba desaparecido. Al fin el cuerpo emergi a la superficie, y Ddalo logr sacarlo

del mar. Con esa pesada carga y el corazn destrozado, Ddalo se alej lentamente. Cuando lleg a tierra, sepult a su hijo y construy un templo para los dioses. Luego colg las alas, y nunca ms volvi a volar. http://tv.catholic.net/index.php?option=video&id=809&subcat=74 Tema V: Fuerza de voluntad Es la capacidad de hacer realidad los propsitos, la fuerza para superar los obstculos.

Tema V: Fuerza de voluntad Tema V: Fuerza de voluntad Son diez las cualidades que suelen caracterizar a las personas desarrollan al mximo sus capacidades y hacen algo bueno por los dems.

La primera de ellas es la humildad. La segunda es la fuerza de voluntad.

Fuerza de voluntad

Es la capacidad de hacer realidad los propsitos, la fuerza para superar los obstculos. Sin fuerza de voluntad, poco podr conseguir una persona; difcilmente llegar a su madurez y a alcanzar logros que le lleven a su autorrealizacin y a hacer algo por los dems.

Las adversidades, que necesariamente se presentarn, harn aicos cualquier ilusin y compromiso de una persona carente de fuerza de voluntad.

Es el presupuesto indispensable para que llegue a ser responsable y fiel a los compromisos contrados.

La voluntad se forma desde la ms tierna edad.

Andrea Bocelli, el reconocido cantante italiano, cuenta en su autobiografa que, a los seis aos comenz a estudiar piano, y luego flauta y saxfon. Pero, debido a un glaucoma congnito y un accidente de ftbol que le produjo una hemorragia cerebral, perdi la vista a la edad de 12 aos. Qued ciego para siempre.

Pero decidido a no dejar que esto destruyera su carrera y su pasin por la msica, sigui adelante con gran fuerza de voluntad, de la cual a esa edad ya era dueo. Era uno de esos nios a los que siempre le pedan que cantara en las fiestas familiares.

Se licenci en derecho en la Universidad de Pisa. Recibe clases de canto del maestro y gran tenor italiano Franco Corelli. Para pagar las clases cantaba en bares y clubes nocturnos. Es hoy uno de los ms reconocidos tenores del mundo.

La fuerza de la voluntad es alimentada por la pasin, las ilusiones y los grandes proyectos de vida. No se puede pretender formar la voluntad de un nio, si no se le inculcan valores y propsitos nobles. Ambas tienen que ir juntas: ilusiones y exigencia.

Sugerencias de accin

Ponerles metas difciles adecuadas a su edad y capacidad personal; las dificultades ayudan a desarrollar los propios talentos: ofrecerles un premio si logran subir las calificaciones; subir una montaa; y particularmente darles la oportunidad de participar en deportes exigentes y competitivos.

No quitarles las dificultades sino ensearles a superarlas, como las tareas de la escuela, levantarse rpido de la cama para cumplir un compromiso con los amigos, etc.

Siempre ha dado buenos resultados que los nios se acostumbren a conseguir con el propio esfuerzo su propio dinero. En la cultura norteamericana, que ha generado grandes emprendedores a lo largo de su historia, los nios aprenden desde pequeos a conseguir su dinero.

Un vicio habitual en la educacin familiar es darle a los hijos todo fcil y gratis: conseguirles acceso a la universidad sin examen, comprarles cosas que les gustan pero sin esfuerzo de su parte... si ese comportamiento de los paps es algo sistemtico, consigue que el nio llegue a los treinta aos y siga viviendo en casa bajo la tutela de sus paps, sin el coraje para abrirse camino por la vida.

Tambin resulta muy pedaggico acostumbrar a los hijos a que lleven su alcanca, que tengan sus propios ahorros y que no los gasten a la primera oportunidad. Es un mtodo muy eficaz para fomentar en el nio varios valores: dominio de s, responsabilidad, esfuerzo, pensar a largo plazo.

La cultura actual no nos ayuda a pensar a largo plazo. Todo tiene que ser inmediato y fcil. Es til acostumbrar al hijo a no gastar todo de inmediato.

(Ejercicio)

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(Lectura para los hijos)

"La clave es el trabajo duro" Charles Edison

La historia de Thomas Alva Edison (1847-1931) es la estofa de que est hecha el sueo americano. Este joven inquisitivo abandon su escuela de Port Hurn, Michigan, pocos meses despus de empezar, cuando su maestra lo tild de "inepto". Su madre continu ensendole en casa, y el nio instal un laboratorio qumico en el stano.

A los doce aos, Edison se puso a trabajar como vendedor de emparedados y manes en el ferrocarril, para obtener dinero para sus elementos qumicos y su equipo. Mud su laboratorio a un vagn de equipajes y, tras comprar una pequea imprenta, comenz a editar el primer peridico que se public en un tren en movimiento. Lo arrojaron del tren cuando sus sustancias qumicas estallaron e incendiaron el vagn.

En 1869 Edison lleg a Nueva York, sin un cntimo pero resuelto a ganarse la vida como inventor. Varios meses despus recibi cuarenta mil dlares por mejoras que haba hecho en un teleimpresor para la Bolsa, y con este dinero inici su larga carrera de inventor. Trabaj sin cesar hasta patentar ms de mil inventos a travs de los aos. Este maravilloso retrato de su hijo Charles nos permite vislumbrar el temperamento de una de las mentes ms lcidas de los Estados Unidos.

Recorriendo su laboratorio de Menlo Park, Nueva Jersey, un mechn de cabello en un costado de la frente, ojos azules, penetrantes y luminosos, con manchas y quemaduras qumicas en sus arrugadas ropas, Thomas Alva Edison nunca tuvo el aspecto de un hombre cuyos inventos hubieran revolucionado el mundo en el curso de pocos aos. Por cierto, nunca actuaba como tal. Una vez, cuando un dignatario le pregunt si haba recibido muchas medallas y premios, respondi: "Oh, s, mam tiene un par de frascos con esas cosas en la casa". "Mam" era su esposa, y mi madre.

Pero todos los das, ante quienes estbamos cerca de l, demostraba que era un gigante entre los hombres. No obstante, por grandes que hayan sido sus aportaciones a la humanidad patent 1.093 inventos en su vida, todo un rcord, no es por ellas que lo recuerdo, sino por su incomparable coraje, su imaginacin y determinacin, su humildad e ingenio. A veces era un pcaro redomado.

Dado su prodigioso horario de trabajo, su vida hogarea era relativamente restringida. Pero encontraba tiempo para ir a pescar, pasear y dems con la familia, y cuando los nios ramos pequeos, para jugar en el piso con nosotros. Recuerdo muy bien el Da de la Independencia en Glenmont, nuestra casa de tres pisos de West Orange, Nueva Jersey, que ahora es monumento nacional. Esta era la fiesta favorita de mi padre. En general comenzaba arrojando un petardo en un tonel al alba, despertndonos a nosotros y a los vecinos. Luego nos pasbamos el da lanzando fuegos de artificio en diversas combinaciones.

A mam no le gustar deca taimadamente, pero pongamos veinte juntos y veamos qu ocurre. Nuestro padre siempre nos alent a experimentar y explorar. Nos daba relojes y otros objetos para que los desarmramos, y mediante bromas, desafos y preguntas nos induca a hacer cosas. Me puso a lavar cubetas en su laboratorio cuando yo tena seis aos, y cuando tuve diez me ayud a iniciar la construccin de un automvil. Nunca lleg a tener carrocera, pero s un pequeo motor marino de dos ciclos y una correa de transmisin. Funcionaba. Los nios nos divertamos muchsimo con l. Varias veces mi hermano Theodor y yo jugamos al "polo" en el jardn con palos de croquet y autos, y nadie se opona salvo nuestra madre y el jardinero.

En casa o en el trabajo, nuestro padre tena el don de motivar a los dems. Poda dar rdenes, y a menudo lo haca, pero prefera inspirar a la gente con el ejemplo. Era uno de los secretos de su xito. Pues no era, como creen muchos, un cientfico que trabajara en soledad en su laboratorio. Despus de comercializar su primer invento de xito un teleimpresor por cuarenta mil dlares, comenz a emplear a qumicos, matemticos, maquinistas, cualquiera cuyo talento pudiera ayudarle a resolver un problema engorroso. As uni la ciencia con la industria mediante el concepto de investigacin en equipo, que hoy constituye la pauta general.

A veces, durante sus recurrentes crisis financieras, mi padre no poda pagar a su gente. Pero, como alguien record: "No importaba. Todos bamos a trabajar igual. No tenamos intencin de irnos".

Mi padre habitualmente trabajaba dieciocho o ms horas por da. "Lograr algo brinda la nica satisfaccin en la vida", nos deca. No es exageracin que poda arreglarse con slo cuatro horas de sueo y una siesta ocasional. "El sueo sostena es como una droga. Si tomas demasiado por vez, te aturde. Pierdes tiempo, vitalidad y oportunidades."

Sus xitos son conocidos. En el fongrafo, que invent a los treinta aos, captur el sonido en placas. Su bombilla incandescente alumbr el mundo. Invent el micrfono, el mimegrafo, el fluoroscopio mdico, la batera nquel-hierro-alcalina, y las pelculas. Logr que los inventos de otros telfono, telgrafo, mquina de escribir fueran viables comercialmente. Concibi todo nuestro sistema de distribucin elctrica.

A veces preguntan si alguna vez fall. La respuesta es s. Thomas Edison conoci a menudo el fracaso. Su primera patente, cuando l no tena un cntimo, fue para un dispositivo que serva para registrar los votos elctricamente, pero legisladores arteros se negaron a comprarlo. Una vez comprometi toda su fortuna en una maquinaria para un proceso magntico de separacin para el mineral de hierro de baja gradacin, la cual se volvi obsoleta y antieconmica con la apertura de la rica cordillera de Mesabi. Pero nunca titube por miedo al fracaso.

Rayos le dijo a un desalentado colaborador durante una agotadora serie de experimentos, no hemos fracasado. Ahora conocemos mil cosas que no funcionan, as que estamos mucho ms cerca de dar con la solucin.

Su actitud hacia el dinero (o la falta de dinero) era similar. Lo consideraba una materia prima, como el metal, que se deba usar en vez de acumular, y segua invirtiendo sus fondos en

proyectos nuevos. Varias veces estuvo en bancarrota, pero se negaba a permitir que el signo del dlar gobernara sus actos.

Un da, en su planta de trituracin de minerales, mi padre qued insatisfecho con el rendimiento de una mquina trituradora.

Dle ms velocidad orden al operador. No puedo fue la respuesta. Se romper. Mi padre se volvi hacia el capataz. Cunto cost, Ed? Veinticinco mil dlares. No tenemos ese dinero en el banco? De acuerdo, adelante, un punto ms. El operador aument la potencia, pero no las tena todas consigo. Ese sonido es espantoso advirti. Nos romper la cabeza. Al cuerno nuestras cabezas grit mi padre. Que siga! A medida que aumentaba el pistoneo, comenzaron a retroceder. De pronto, con gran estrpito, volaron piezas hacia todas partes. La mquina se rompi. Y qu aprendi de eso? le pregunt el capataz a mi padre. Bien dijo mi padre con una sonrisa, que puedo darle cuarenta por ciento ms de potencia de la que el fabricante dijo que soportara... salvo el ltimo punto. Ahora puedo construir una igualmente buena, y aumentar la produccin.

Recuerdo una helada noche de diciembre en 1914, en un momento en que mi padre an realizaba infructuosos experimentos con la batera nquel- hierro-alcalina, a la cual haba consagrado casi diez aos, metindose en un aprieto financiero. Su laboratorio se mantena gracias a las ganancias que generaba la produccin de pelcula y discos. En esa noche de diciembre el grito de "Fuego!" reson en la planta. Se haba producido combustin espontnea en la sala de cinematografa. Al cabo de instantes todos los elementos de empacamiento, celuloide para discos, pelcula y otras mercancas inflamables estaban ardiendo. Llegaron compaas de bomberos de ocho localidades, pero el calor era tan intenso, y la presin del agua tan baja, que las mangueras no surtan efecto.

Al no hallar a mi padre, me preocup. Estaba a salvo? Con todos su patrimonio en llamas, se quebrara su voluntad? Tena sesenta y siete aos, que no era edad para comenzar de nuevo. Luego lo vi en el patio de la planta, corriendo hacia m.

Dnde est mam? grit. Ve a buscarla! Dile que traiga a sus amigos! Nunca ms vern semejante incendio!

A las cinco y media de la maana siguiente, con el fuego apenas controlado, reuni a sus empleados y anunci: "Reconstruiremos". Se orden a un hombre que alquilara todos los talleres mecnicos de la zona. Otro deba pedir una gra al ferrocarril. Luego, casi como si se olvidara de algo, aadi:

De paso, alguien sabe dnde podemos conseguir dinero? Siempre se puede obtener capital gracias al desastre. Acabamos de liberarnos de un montn de basura. Construiremos algo mejor y ms grande sobre las ruinas.

Se arremang, se acost en una mesa y se durmi de inmediato.

Su notable sucesin de inventos creaba la impresin de que posea poderes mgicos, as que lo llamaban "el mago de Menlo Park". Esa idea lo diverta y lo exasperaba a la vez. "Mago? deca. Qu va. La clave es el trabajo duro." O bien repeta esa frase que tanto se ha citado: "El genio es uno por ciento de inspiracin y noventa y nueve por ciento de transpiracin".

La pereza, y sobre todo la pereza mental, pona su paciencia a prueba. Mantena una declaracin atribuida a sir Joshua Reynolds colgada en un lugar destacado de su laboratorio y sus fbricas: "No hay medio al que un hombre no recurra con tal de evitar el verdadero trabajo de pensar".

Mi padre nunca cambi sus valores ni su actitud campechana. En Boston, cuando hubo un corte de energa en la inauguracin del primer teatro americano que us luces incandescentes, se quit su corbata y su esmoquin (que l detestaba) y sin titubear se dirigi al stano para ayudar a descubrir el problema. En Pars, poco despus de recibir la Legin de Honor, se quit la diminuta roseta roja de la solapa, para que los amigos no lo considerasen "un to importante".

Despus de la muerte de su primera esposa, mi padre se cas con la mujer que sera mi madre, Mina Miller. En ella encontr un complemento perfecto. Ella era equilibrada, grcil, independiente, y se ajust de buena gana al atareado horario de mi padre. La calidez de ese

matrimonio era alentadora para los dems. El diario de mi padre, el nico que escribi (abarcando nueve das en 1885, antes de la boda), indica hasta qu punto estaba deslumbrado por ella. "Me puse a pensar en Mina y casi me arrolla un tranva", confiesa.

Cuando le propuso matrimonio, lo hizo en cdigo Morse, el cual ella haba aprendido mientras la cortejaba. Ms tarde, cuando l trabajaba en un escritorio de nuestra casa, ella tena el suyo al lado, habitualmente abarrotado de proyectos cvicos, en los que era muy activa.

A veces se ha presentado a Thomas Edison como inculto. En verdad slo tuvo seis meses de educacin formal, pero en Port Hurn, Michigan, bajo la tutela de su madre, haba ledo clsicos tales como Decadencia y cada del Imperio Romano de Gibbon a los ocho o nueve aos. Siendo vendedor de peridicos en el ferrocarril, pasaba das enteros en la biblioteca gratuita de Detroit, que ley "de arriba abajo". En casa siempre tena libros y revistas, as como media docena de peridicos.

Desde la infancia, este hombre que lograra tantas cosas qued casi totalmente sordo. Slo oa los ruidos y gritos ms fuertes, pero esto no le molestaba.

No he odo cantar un ave desde que tena doce aos dijo una vez. Pero en vez de ser un perjuicio, quiz mi sordera haya sido un beneficio.

Crea que su incapacidad haba contribuido a inculcarle el hbito de la lectura, le haba permitido concentrarse y lo haba aislado de la charla menuda.

La gente le preguntaba por qu no inventaba un audfono. Mi padre siempre responda: "Cuntas cosas de las que no podis prescindir habis odo en las ltimas veinticuatro horas?" Y aada: "Un hombre que debe gritarte no puede decir mentiras".

Le gustaba la msica, y si el arreglo enfatizaba la meloda, "escuchaba" mordiendo un lpiz y apoyando la otra punta contra un gabinete de fongrafo. Las vibraciones y el ritmo se trasmitan perfectamente. El fongrafo, de paso, era su invento favorito.

Aunque su sordera impona una conversacin a gritos o preguntas y respuestas escritas, los reporteros gustaban de entrevistarlo por sus comentarios mordaces y penetrantes. Una vez, cuando le preguntaron qu consejo tena para la juventud, respondi: "La juventud no quiere consejos". Nunca acept que la felicidad o la satisfaccin fueran metas dignas. "Mostradme un

hombre totalmente satisfecho deca y yo os mostrar un fracasado." Cuando le preguntaron si el progreso tecnolgico poda conducir al exceso de produccin, respondi: "!No puede haber exceso de produccin de cosas que los hombres y las mujeres necesiten. Y sus necesidades son ilimitadas, salvo por el tamao de sus estmagos.

Se le rindieron muchos homenajes, pero hubo dos que le agradaron especialmente. Uno fue el 21 de octubre de 1929, el aniversario de oro de la lmpara incandescente, cuando Henry Ford recre el laboratorio de Menlo Park, Nueva Jersey, en Dearborn, Michigan, para que fuera un altar permanente en su vasta muestra americana de Greenfield Village. Esta era la expresin de gratitud de Ford a mi padre, por sus palabras de aliento cuando la duda y la desesperacin casi disuadieron a Ford de disear su primer automvil. Notamos, por su sonrisa, que mi padre estaba profundamente conmovido.

El otro homenaje descollante fue en 1928, en su biblioteca, oficina y laboratorio de West Orange. Haba recibido honores y medallas de muchos pases, pero le result muy gratificante recibir una medalla especial del Congreso de los Estados Unidos en reconocimiento por sus logros.

Nunca se jubil. Ni tema la vejez. A los ochenta aos se inici en una ciencia totalmente nueva para l, la botnica. Su objetivo: encontrar una fuente nativa de caucho. Despus de probar y clasificar diecisiete mil variedades de plantas, l y sus ayudantes lograron disear un mtodo para extraer ltex de la planta llamada vara de oro.

A los ochenta y tres aos, enterndose de que el aeropuerto de Newark era el ms activo del Este, arrastr a mi madre all para "ver cmo funciona un aeropuerto". Cuando vio su primer helicptero, se entusiasm: "Siempre pens que as deba hacerse". Y se puso a disear mejoras para un poco conocido autogiro.

Al fin, a los ochenta y cuatro aos, afectado por envenenamiento urmico, comenz a desfallecer. Docenas de reporteros montaban vigilia. Hora tras hora se les comunicaban las noticias: "La luz todava est encendida". Pero a las 3:24 de la maana del 18 de octubre de 1931 la noticia fue: "La luz se ha apagado".

El homenaje final, el da de sus exequias, iba a consistir en la interrupcin del suministro elctrico en todo el pas por un minuto. Pero se consider que esto era demasiado costoso y peligroso, as que slo se redujo la iluminacin en algunas partes. Las ruedas del progreso no se detuvieron, ni siquiera un instante.

Sin duda Thomas Edison lo habra aprobado.

Preguntas para responder en el foro:

1. Persevero hasta alcanzar mis objetivos? 2. Qu ejercicios me propongo para fortalecer mi voluntad? Por ejemplo: a. Llegar hoy puntual a todos mis compromisos. b. Levantarme rpido de la cama. c. Hacer media hora de ejercicio fsico. d. Dejar de tomar algo que me gusta y no necesito: un cigarro, una taza de caf en lugar de dos, etc. 3. Cmo voy a ayudar a mis hijos a formar su voluntad?

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Aspectos varios

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Tema VI: Dominio de s Mismo Tema VI: Dominio de s Mismo El ser humano est lleno de fuerzas ciegas e inconscientes que luchan en su interior. Si se deja llevar por ellas, su vida ir al desastre. Son impulsos como la ira, la sensualidad o los sentimientos y emociones que cambian continuamente y nos confunden.

Es necesario aprender a sobreponerse a esas fuerzas y encauzarlas hacia nuestros ideales y propsitos.

Sugerencias de accin

Conviene ayudar al nio y adolescente a que sepa decir: "no lo necesito", cuando le vienen ganas de comprar algo que efectivamente no necesita, aunque "siente ganas".

Acostumbrarles a no hacer caso a sus gustos cuando van contra sus obligaciones. Por ejemplo, si no quiere la comida, se guarda en el refrigerador y se le da en la tarde; si no la quiere todava, pues se le da en la noche; y no se le dan dulces mientras no se acabe la comida.

Ahora bien, hay que aclarar que si el nio ya est satisfecho, no es necesario obligarlo a terminar todo; pero si no quiere comer por estar jugando, por capricho o porque no le gusta, s que hay que obligarlo.

Revisar la mochila de la escuela para ver si tienen algo que no es suyo; para ensearle a respetar las cosas de los dems; no condescender cuando llegan con algo que no es suyo.

Acostumbrarles a no aficionarse demasiado por la moda, a poner el ltimo modelo de celular o de reloj como algo esencial para ser "alguien". Por ejemplo, al ir a comprar ropa para la nia, decirle "eres guapa y no necesitas la marca para verte mejor". As aprende a valorarse a s misma por lo que es y no por lo que tiene. Eso le dar seguridad personal en el futuro.

(Ejercicio)

Describir a grandes trazos el temperamento de cada uno de mis hijos.

(Lectura para los hijos)

Opcin 1: Los cuatro temperamentos

Tomado del libro "Ilustrsimos seores" De Albino Luciani

Seor Hipcrates:

Fue usted contemporneo de Scrates y fue tambin filsofo y fue mdico. Lo que pasa es que sus mritos en el campo de la medicina son mayores que en el de la filosofa.

Primer mrito: tras haber recorrido medio mundo, observando y tomando notas muy minuciosamente, escribi usted un montn de libros que han sido durante muchos siglos alimento de la medicina.

Segundo mrito: es usted el autor del clebre "Juramento a Hipcrates", cdigo moral de inmarcesible valor. A tenor de l los mdicos tenan que jurar que prescribiran a los enfermos la dieta apropiada, defendindolos de cuanto fuera injusto o nocivo; que no interrumpieran ningn embarazo; que-al entrar en una casa-no tendran ms propsito que el de curar al enfermo, abstenindose de toda corrupcin para con hombres y mujeres, aunque fueran esclavos, y que guardaran el secreto profesional como cosa sagrada.

Tercer mrito: ha sido el primero en clasificar los cuatro temperamentos fundamentales del hombre en impulsivo, flemtico, irascible y melanclico. Ya sabemos que vinieron despus un Nicols Pende y otros que intentaron y propusieron nuevas clasificaciones, ms cientficas, pero al mismo tiempo ms complicadas. En cambio, la clasificacin de usted, puntual y correcta, veinticinco siglos despus, sigue en pie todava.

Pero pongamos a prueba los cuatro temperamentos. Y sea la prueba una pared rocosa que hay que escalar.

Llega primero el impulsivo.

Echa una ojeada y exclama: "Esto no es nada!All voy!" Y, desde luego, ataca rpidamente la pared con ardor y entusiasmo. Pero ni ha previsto casi nada, ni se ha provisto de los tiles ms elementales. Surgen rpidamente las dificultades ante las que nuestro impetuoso alpinista comprueba que no bastan el ardor y la fuerza muscular.

Pasa entonces del entusiasmo desbordante al extremo contrario: "Me vuelvo atrs. Esta roca no est hecha para m!" Se parece a Tartarn de Tarascn, que pasa de los ardores caballerescos de Don Quijote a la mediana de un Sancho Panza. "Me voy -dice- al frica de los leones y panteras!" Pero media hora despus: " Ah, no, me quedo! A santo de qu a frica?" "Cbrete de Gloria Tartarn!" Pero despus: " Deja la gloria de Egipto y abrgate con una buena franela!"

"Viva la caza de frica! Vengan escopetas de repeticin, dagas, lazos y mocasines!" Y en seguida: "Prefiero el chaleco de franela, los almohadones calientitos y el gorro blanco con

orejeras! Y que Juanita me traiga el chocolate!" Agita la campanilla y aparece Juanita trayendo el chocolate caliente, oscuro, humeante y con unos bizcochos que provocan la sonrisa de Tartarn-Panza y sofocan el llanto del Tartarn-Quijote!

As el impulsivo: fcil al entusiasmo, pero inconstante; optimista, si se trata de s mismo y de su propia capacidad, pero irreflexivo, dado excesivamente al sentimiento y la imaginacin. Tiene cosas buenas, pero, si quiere hacer algo ms en la vida, deber acostumbrarse a reflexionar, a trazarse planes detallados y ponderados, a seguir el consejo de aquel obispo que le deca a su prroco novel: "Ya lo sabe: Lo primero, ver; despus, prever, y luego proveer!"

Llega ahora ante la pared el flemtico.

Levanta la vista una, dos, muchas veces. Hace sus clculos. "Aqu se trata de una ascensin en arista; luego un descenso a doble cuerda y despus una subida sobre hielo".

Consulta mapas, toma apuntes, prepara la lista de los objetos que va a necesitar y se hace con ellos: cuerda y coordino, piolet y martillo de hielo, clavos de roca y de hielo, tacos de madera y martillo, mochila y botas con crampones. Todo ello sin prdida de tiempo, pero sin precipitacin. Y mientras trabaja y hace preparativos, mastica chicle y dice para sus adentros: "A lo mejor lo consigo!" Y vaya si lo consigue, pese a todas las dificultades.

Este era el estilo del general De Gaulle, fro y glacial desde pequeo, hasta el punto que sus hermanos decan de l: "Carlos debe haberse metido en la nevera!"

En el curso de una batalla, un suboficial, portador de un mensaje, buscaba la general De Gaulle, pero no daba con l. "Vaya al frente-le dijo un conductor-y si no le encuentra en seguida, mire al suelo y ya ver qu pronto lo halla siguiendo la traza de sus colillas". Hzolo as el suboficial y lleg hasta el general que, en calma y bajo un rbol, fumaba como una locomotora. Ley el mensaje, dio ciertas rdenes a los oficiales que estaban a su lado y, sin perder la calma, sigui fumando y dijo solamente: "Ya veris cmo ahora todo saldr mejor". Y as fue.

Temperamento feliz, por un lado; pero, por otro, con riesgo de hacer las personas apticas, insensibles, poco sociables y poco comunicativas. Algo ms de entusiasmo, un mayor y manifiesto inters por los dems los hara ms amables y simpticos.

Y aqu est el colrico-irascible.

Resopla. "Obstculos en esta pared? Los obstculos se han hecho justo para superarlos, qu caramba!", y se dirige con vehemencia a la pared, como quien sale al encuentro del enemigo. No ahorra fuerzas, pone a contribucin toda su combatividad; con frecuencia obtiene brillantes resultados parciales, mas no siempre alcanza la cima.

El colrico tiene una sensibilidad viva y profunda; es rpido en sus decisiones, tenaz en la ejecucin, pero le vendra bien una mayor reflexin y ms calma y habra de guardarse tanto del entusiasmo como des pesimismo excesivo. El abisinio Ras Tafari le dira: "Cierto que tienes dos pernas, pero slo puedes trepar a un rbol cada vez!" Si por l fuera, claro est, escalara cada vez un bosque entero!.

Tambin en este caso, pues junto a lo bueno hay lastre del que liberarse. Entre otros males, el colrico, mientras elimina impetuosamente unos obstculos, corre el peligro de crearse otros, acumulando enemistad sobre enemistad. A menos que a pesar de ser un cascarrabias como Xantipa, tenga la suerte de tropezar solamente con gentes armadas de la paciencia de un Scrates.

Este, marido de la referida Xantipa, deca: "Me cas con ella, pese a ser tan arisca, porque, si soy capaz de aguantarla, es seguro que podr aguantar ya a quien sea!". Mas un da, para no orla refunfuar ms, sali de casa y se sent a la puerta. Irritada, aquella mujer le arroj por la ventana un barreo de agua. "Deb imaginrmelo -coment plcidamente Scrates-. Despus de tantos truenos, la lluvia!.

"El melanclico", al revs del iracundo, se deprime e infravalora. "No veis que es imposible escalar una pared de esta clase? Queris que me haga pedazos?" Pesimista nato, se deja arredrar por las dificultades desde el primer momento.

Es de esos que ante una botella de vino mediada, gimotea: "Vaya, para ser la primera vez en la vida en que se me antoja beber, tropiezo con una botella medio vaca! Esto s que es mala sombra!" Lo que tena que haber dicho era esto: "Pero hombre!, queda todava para beber una media botella? Qu bicoca!".

El cristiano debera distinguirse por su afn de ver el lado bueno de las cosas. Si de verdad Evangelio quiere decir alegre nueva, cristiano significa alegre y repartidor de alegra. "Los ceos huraos -deca San Felipe Neri- no se han hecho para la casa feliz del paraso".

Como ve usted, ilustre Hipcrates, de la biotipologa he saltado hasta el paraso. All es donde tenemos que tratar de ir, aceptando el temperamento que nos hayan transmitido nuestros padres, eso s, mejorndolo y tratando de sacar de l un buen carcter.

All arriba est Santo Toms de Aquino, un santo tan flemtico que, de haber entrado un buey en su aposento, l habra seguido estudiando. Y est tambin San Juan Eudes, al que encenda la clera apenas vea un hereje. Y San Francisco de Sales, el santo de la cortesa, artista en el hablar y el escribir. Y el Cura de Ars, campen de las disciplinas contra sus espaldas y de comer patatas con moho, despus de llevar una semana cocidas.

San Pedro, el gran portero, al sopesar nuestros mritos, tendr en cuenta nuestras buenas obras, pero tendr tambin que echar en el platillo nuestro mejor o peor temperamento!. No s si utilizar la clasificacin de usted o la de Pende, o si se apoyar en la caracterologa cientfica de Spranger o de Jretschmer o de Jung o de Jnjel o si, a lo mejor, prefiere seguir el test de Don Cojazzi. Este ltimo test, como no es cientfico, sino totalmente emprico seguramente no lo conoce usted. Voy a exponrselo ahora mismo, tal y como se lo he odo al propio Don Cojazzi.

Deca Cojazzi que el mejor sitio para conocer los temperamentos es la taberna. Ms exactamente, una taberna donde un caballero sediento, que ha pedido una jarra de cerveza, ve que se la traen con una hermosa mosca dentro pataleando.

Ser dicho caballero un ingls? Flemtico, posa sobre la mesa el vaso; agita calmadamente la campanilla y pide calmosamente: "Por favor, otra jarra de cerveza fresca y limpia!". Bebe, paga y se va sin alterarse lo ms mnimo. Si alguien lo est es el camarero, no por la mosca, sino porque ha volado la propina!.

Ahora la jarra de cerveza es un francs el que la tiene. La ve y muda de color. Deja el vaso con violencia y arremete, con denuesto, contra patrn y camareros; sale dando un portazo y sigue denostando a la taberna, a la cerveza y a las moscas.

Llega un italiano, ve la mosca, la saca riendo, a base de golpecitos con el dedo y bromea con el camarero: "Yo pido de beber y t me traes de comer". No obstante, bebe y se va sin acordarse de pagar!.

Ahora le toca al alemn. Ve la mosca, mantiene la jarra a la altura de la nariz, frunce el ceo, cierra los ojos, echa ligeramente la cabeza atrs y, sumamente disciplinado, saca fuera de un soplido cerveza y mosca!.

Ya tenemos delante al dans. Le divierten horrores los aspavientos de la mosca en la espuma de la cerveza; saca la lupa; est prendado del espectculo. Hasta se habra olvidado de beber, si no fuera porque el camarero, pidindole mil perdones, le cambia la primera jarra de cerveza por otra segunda!.

Llega por ltimo el esquimal. Como no ha visto en su vida una mosca, cree que la que tiene delante es un bocado exquisito, una especialidad local, y se come la mosca y tira la cerveza!.

Y ahora, ilustre Hipcrates, perdneme si puede parecer una profanacin arrimar a la alta ciencia, de la que es usted exponente, estas pequeeces. Pero verdad que son tiles?. Verdad que demuestran cmo hasta el sentido comn popular descubre y flagela el ridculo que anida en un temperamento primitivo, sin controlar ni enmendar?

Opcin 2:

EL REY Y SU HALCN

(Toms Jefferson. Versin de James Baldwin)

Genghis Khan era un gran rey y guerrero. Lleg con su ejrcito a China y Persia, y conquist muchas tierras. En todos los pases, los hombres referan sus hazaas, y decan que desde Alejandro Magno no exista un rey como l.

Una maana, cuando descansaba de sus guerras, sali a cabalgar por los bosques. Lo acompaaban muchos de sus amigos. Cabalgaban jovialmente, llevando sus arcos y flechas. Sus criados los seguan con los perros.

Era una alegre partida de caza. Sus gritos y sus risas resonaban en el bosque. Esperaban obtener muchas presas.

En la mueca el rey llevaba su halcn favorito, pues en esos tiempos se adiestraba a los halcones para cazar. A una orden de sus amos, echaban a volar y buscaban la presa desde el aire. Si vean un venado o un conejo, se lanzaban sobre l con la rapidez de una flecha.

Todo el da Genghis Khan y sus cazadores atravesaron el bosque, pero no encontraron tantos animales como esperaban.

Al anochecer emprendieron el regreso. El rey cabalgaba a menudo por los bosques y conoca todos los senderos. As que mientras el resto de la partida tomaba el camino ms corto, l eligi un camino ms largo por un valle entre dos montaas.

Haba sido un da caluroso, y el rey tena sed. Su halcn favorito haba echado a volar, y sin duda encontrara el camino de regreso.

El rey cabalgaba despacio. Una vez haba visto un manantial de aguas claras cerca de ese sendero. Ojal pudiera encontrarlo ahora! Pero los trridos das de verano haban secado todos los manantiales de la montaa.

Al fin, para su alegra, vio agua goteando de una roca. Saba que haba un manantial ms arriba. En la temporada de las lluvias, siempre corra por all un arroyo caudaloso, pero ahora bajaba una gota por vez.

El rey se ape del caballo. Tom un tazn de plata de su morral, y lo sostuvo para recoger las gotas que caan con lentitud.

Tardaba mucho en llenarse, y el rey tena tanta sed que apenas poda esperar. En cuanto el tazn se llen, se lo llev a los labios y se dispuso a beber.

De pronto oy un silbido en el aire, y le arrebataron el tazn de las manos. El agua se derram en el suelo.

El rey alz la vista para ver quin le haba hecho esto. Era el halcn.

El halcn vol de aqu para all varias veces, y al fin se pos en las rocas, a orillas del manantial.

El rey recogi el tazn, y de nuevo se dispuso a llenarlo.

Esta vez no esper tanto tiempo. Cuando el tazn estuvo medio lleno, se lo acerc a la boca. Pero apenas lo intent, el halcn se ech a volar y se lo arrebat de las manos.

El rey empez a enfurecerse. Lo intent de nuevo, y por tercera vez el halcn le impidi beber.

El rey mont en clera. - Cmo te atreves a actuar as? -exclam-. Si te tuviera en mis manos, te retorcera el cuello.

Llen el tazn de nuevo. Pero antes de tratar de beber, desenvain la espada.

- Amigo halcn -dijo-, sta es la ltima vez. No acababa de pronunciar estas palabras cuando el halcn baj y le arrebat el tazn de la mano. Pero el rey lo estaba esperando. Con una rpida estocada abati al ave.

El pobre halcn cay sangrando a los pies de su amo.

- Ahora tienes lo que mereces -dijo Gesghis Khan.

Pero cuando busc el tazn, descubri que haba cado entre dos piedras, y que no poda recobrarlo.

- De un modo u otro, beber agua de esa fuente -se dijo.

Decidi trepar la empinada cuesta que conduca al lugar de donde goteaba el agua. Era un ascenso agotador, y cuanto ms suba, ms sed tena.

Al fin lleg al lugar. All haba, en efecto, un charco de agua, pero qu haba en el charco? Una enorme serpiente muerta, de la especie ms venenosa.

El rey se detuvo. Olvid la sed. Pens slo en el pobre pjaro muerto.

- El halcn me salv la vida! -exclam-. Y cmo le pagu? Era mi mejor amigo, y lo he matado.

Baj la cuesta. Tom suavemente al pjaro y lo puso en su morral. Luego mont a caballo y regres deprisa, dicindose:

- Hoy he aprendido una leccin, y es que nunca se debe actuar impulsado por la furia.

Preguntas de reflexin que debes responder en los foros del curso

Con cul de estos cuatro temperamentos me identifico? - El impulsivo. - el flemtico. - el colrico-irascible. - El melanclico. Qu manifestaciones positivas tienen en m? Qu manifestaciones negativas tienen en m? Qu voy a hacer para superar los aspectos negativos de mi temperamento? Qu voy a hacer para potenciar los aspectos positivos de mi temperamento? http://tv.catholic.net/index.php?option=video&id=814&subcat=74 Tema VII: Excelencia.

La excelencia es un impulso interior de la persona que le lleva a buscar lo mejor en todo y a ir en busca de la verdad hasta el fondo.

Tema VII: Excelencia. Tema VII: Excelencia. Bsqueda de la excelencia

La excelencia es un impulso interior de la persona que le lleva a buscar lo mejor en todo y a ir en busca de la verdad hasta el fondo. Es la base del progreso.

Las personas excelentes son aquellas que llegan a sobresalir en su campo de especializacin; hay algunas tan completas que, incluso, llegan a sobresalir en varios campos.

El mayor grado de excelencia para una persona est en la armona. Es decir, cuando logra sobresalir en un aspecto pero sin descuidar los otros.

Hay personas excelentes en un campo, por ejemplo el intelectual, pero que son incapaces de entablar una conversacin amena y agradable entre amigos. En la medida de lo posible, hay que tratar de evitar ese tipo de desequilibrios.

La familia juega un papel importante en la "creacin" de ese impulso interior. El secreto es lograr poner en movimiento y dar un cauce a todo el potencial que se esconde en el interior de cada ser humano.

Para ello es preciso educar a los nios a encauzar sus pasiones y sus energas hacia sus objetivos; que pongan todo el corazn y se entusiasmen por algo que los apasione.

La excelencia requiere exigencia y motivacin. Requiere la cercana y motivacin continua de un mentor, de un gua; puede ser el pap, la mam, el hermano mayor, o un entrenador, etc.

La regla de oro es "no exigir sin motivar". Porque te amo te exijo!

Sugerencias de accin

Exigir a los hijos siempre hacer las tareas y obligaciones bien y completas. No a medias o slo por cumplir.

El deporte es sumamente educativo, sobre todo el deporte competitivo y que requiere mucho esfuerzo.

Los paps y maestros deben identificar las cualidades y talentos de sus hijos, y motivarlos para que los desarrollen continuamente.

Cuando el hijo no entienda algo, estimularle a investigar; que no se quede con dudas, que no se detenga ante lo que no ve claro. Es importante no dejar sin respuesta sus preguntas. Siempre contestar con la verdad. No minusvalorar sus interrogantes.

Del mismo modo es de trascendental importancia que no se lleguen a enorgullecer por sus logros. S que los celebren y se alegren, pero que no se crean superiores a los dems. Hay que tener cuidado de que la excelencia derive en presuncin.

(Ejercicio)

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Preguntas de reflexin que debes responder en los foros del curso

1. Qu es lo que a ti ms te apasiona? No slo aquello que te gusta, sino aquello que realmente sueas y deseas ms intensamente.

2. Qu es lo que ms apasiona a cada uno de tus hijos? Lo has descubierto? En qu suean para el futuro?

(Lectura para los hijos)

Los Valientes Trescientos Versin de James Baldwin

La clebre batalla del angosto paso de las Termopilas se libr en el 480 antes de Cristo, cuando Jerjes invadi Grecia al mando de un ejrcito persa. Aunque los espartanos fueron vencidos en las Termopilas, su heroica resistencia contra un enemigo abrumadoramente superior en nmero inspir a los griegos en su posterior resistencia, y el nombre de Esparta pas a ser sinnimo de coraje.

Toda Grecia corra peligro. Un poderoso ejrcito al mando de Jerjes, el gran rey de Persia, haba llegado desde el oriente. Marchaba por la costa, y en poco tiempo estara en Grecia. Jerjes haba despachado mensajeros a todas las ciudades y estados, exigiendo que le enviaran agua y tierra como smbolos de que la tierra y el mar le pertenecan. Los griegos se negaron, y resolvieron defender su libertad contra los invasores.

Hubo gran conmocin en toda la regin. Los griegos se armaron y se dispusieron a enfrentar al enemigo.

Haba un solo sitio por donde el ejrcito persa podra entrar en Grecia desde ese lado, y era un angosto paso entre las montaas y el mar. Se llamaba Termopilas, que significa "puertas calientes", por las aguas termales de las cercanas.

Este paso estaba custodiado por Lenidas, rey de los espartanos, con slo unos miles de soldados.

El ejrcito persa los superaba en nmero, pero estaban confiados. Se haban apostado en el lugar ms estrecho del paso, donde unos pocos hombres armados con lanzas largas podan contener toda una compaa.

La primera oleada persa enfil hacia el paso al amanecer. Los exploradores espartanos informaron que haba tantos efectivos que sus flechas podan oscurecer el sol como una nube.

Mejor as dijo Lenidas. Pelearemos mejor a la sombra.

Las flechas descendieron, pero los escudos griegos las desviaron, y las lanzas largas contuvieron a los persas que se internaban en el paso. Los invasores atacaron una y otra vez, pero en cada ocasin debieron retroceder con tremendas prdidas. Al fin Jerjes envi a sus tropas selectas, los Diez Mil Inmortales, pero ni siquiera ellos pudieron contra los empecinados griegos.

Al cabo de dos das de combate, Lenidas an era dueo del paso. Pero esa noche llevaron a un hombre al campamento de Jerjes. Era un griego que conoca bien el terreno, y estaba dispuesto a vender un secreto: el paso no era el nico lugar por donde se poda avanzar. Un sinuoso sendero giraba hasta un camino que cruzaba el espinazo de la montaa. Estaba defendido por un mero puado de griegos. Sera fcil vencerles, y luego Jerjes podra atacar al ejrcito espartano por la retaguardia.

El traicionero plan funcion. Los hombres que custodiaban el sendero secreto fueron sorprendidos y derrotados. Algunos lograron escapar para prevenir a Lenidas.

Los griegos saban que quedaran atrapados si no abandonaban el paso de inmediato. Pero Lenidas tambin saba que deba demorar a Jerjes mientras las ciudades griegas preparaban sus defensas.

Tom una decisin. Orden a la mayora de sus hombres que se escabulleran por las montaas para regresar a sus ciudades, donde los necesitaran. Conserv su guardia real de trescientos espartanos y algunos efectivos ms y se dispuso a defender el paso hasta el final.

Jerjes y su ejrcito avanzaron. Los espartanos resistieron, pero uno a uno cayeron. Cuando se partan sus lanzas, se mantenan en sus puestos, luchando con sus dagas, espadas o puos.

Todo el da mantuvieron a raya al ejrcito persa, pero cuando cay el sol no quedaba un solo espartano con vida. Slo quedaba un montn de cadveres erizados de flechas y lanzas.

Jerjes haba tomado el paso, pero a costa de miles de hombres y una demora de varios das. Ese tiempo fue decisivo. La armada griega pudo reunir sus naves, y poco despus logr expulsar a Jerjes, que debi regresar al Asia.

Muchos aos despus se erigi un monumento en el paso de las Termopilas, con esta inscripcin en memoria de la valerosa resistencia de unos pocos en defensa de unos miles.

Detnte, viajero, en tu camino. Cuenta luego que, espartanos hasta el fin, aqu luchamos y camos. http://tv.catholic.net/index.php?option=video&id=819&subcat=74 Tema VIII: Firme y Cercano a la Vez Son inflexibles y "duros" en la preservacin de los valores, pero al mismo tiempo se preocupan profundamente por su gente.

Tema VIII: Firme y Cercano a la Vez Tema VIII: Firme y Cercano a la Vez Una de las funciones ms difciles en la vida es ejercer el liderazgo. La capacidad de mando y de direccin es un arte muy sofisticado, slo apto para personas muy hbiles.

Por ello, hay tanta escasez de verdaderos dirigentes. Es lo que ms busca cualquier tipo de organizacin.

Los paps, adems de necesitar tambin una buena dosis de capacidad directiva, tienen la misin de ayudar a sus hijos a adquirir y desarrollar este arte, imprescindible en el mundo de hoy.

Los autnticos lderes son aquellos que logran reunir dos elementos aparentemente opuestos

Son inflexibles y "duros" en la preservacin de los valores, pero al mismo tiempo se preocupan profundamente por su gente.

En sntesis, podramos decir que los grandes lderes, los mejores directivos, renen dos cualidades contrastantes; dos elementos que dan a su personalidad una atraccin magntica irresistible, e inspiran admiracin en quienes dependen de ellos.

Se trata precisamente del equilibrio entre la intransigencia en la conservacin de una serie de valores, por una parte, y la cercana y respeto por cada persona, por otra. Esa es la frmula mgica del liderazgo.

Es un equilibrio difcil, pero posible.

El pap y la mam son los primeros lderes que nos encontramos al llegar a este mundo. El tipo de liderazgo que ellos ejercen sobre sus hijos, les influir notablemente a lo largo de su vida.

Segn algunos estudiosos, la generacin actual de padres de familia es una generacin de padres consentidores. Se caracteriza por sobreproteger y sobre-consentir a los hijos.

Esta generacin fue educada, a su vez, por padres muy tradicionales, intransigentes y duros; as que fue la primera en decir "basta"; "a los hijos hay que quererlos, amarlos y respetarlos". Y les dieron demasiado a los hijos. Son los padres consentidores, les dan demasiado. Y entonces estn creando una nueva generacin de nios intiles, que siguen siendo nios hasta los 30 aos...

Esta nueva generacin de hijos est acostumbrada a gastar con lo que les da la familia sin ningn sentido de responsabilidad.

Un estudio realizado por la Universidad Brigham Young, de Estados Unidos, lleg a las siguientes conclusiones a partir de 5000 encuestas con muchachos de 12 a 19 aos, que se public en el nmero de julio de 2010 del Journal of Studieson Alcohol and Drugs (http://www.jsad.com).

Si los padres son estrictos pero a la vez cercanos y clidos, los adolescentes beben menos. Los que tienen padres estrictos y fros, o cercanos pero permisivos, abusan ms del alcohol. Si los

padres son estrictos en horarios y normas de casa, pero la relacin con sus hijos es fra o meramente autoritaria, los muchachos tendrn mayor riesgo de abusar del alcohol.

De hecho, el riesgo ser ms del doble. Lo mismo sucede si los padres son cercanos, afables y tratables... pero no ponen lmites a sus hijos y no se muestran estrictos con los horarios o las normas de casa: los muchachos los "torearn" y abusarn del alcohol. Con estos padres, el riesgo de abusar del alcohol se triplica.

La frmula ideal es ser estricto con las normas y horarios de la familia, y asegurarse de que el joven rinde cuentas de dnde va y con quin, pero mantenindose clido, afable y acogedor en el trato con el adolescente.

El estudio demuestra por primera vez que la actitud de los padres es importantsima para evitar que los jvenes abusen del alcohol. Adems, el estudio muestra que aquellos jvenes que tienen padres a la vez estrictos y clidos tambin suelen tener amigos que beben poco o moderadamente.

"Los padres necesitan combinar una relacin clida, amorosa, con sus hijos y, al mismo tiempo, saber bien cmo pasan el tiempo sus hijos fuera de casa", concluye Hoffman. Es lo que en ingls se llama "accountability", es decir, "rendir cuentas".

La frmula mgica del liderazgo es la aplicacin prctica del principio "suave en la forma pero firme en lo esencial".

Sugerencias de accin:

La sana costumbre de hacer una breve oracin al momento de levantarse de la cama en la maana o al irse a dormir en la noche es uno de los regalos ms preciosos que se pueden dar a los hijos; un regalo que los acompaar por el resto de su vida.

Esas plegarias sencillas y pegajosas sern para ellos como esa diminuta luz que ilumina el cuarto en la noche. En los momentos de oscuridad y turbacin del camino de su vida, para muchos ser su nica tabla de salvacin que les librar de caer en la desesperacin.

Y no digamos la santa misa dominical o el rezo del santo rosario; son hbitos que marcan una slida jerarqua de valores. En domingo, primero la misa y luego el ftbol...

Los lmites tiene que ser reales: el castigo o el premio tiene que cumplirse; de lo contrario se pierde autoridad y los valores pierden significado. Si la mam dice algo, el pap la tiene que apoyar. Por ejemplo, si el hijo llega tarde, al da siguiente ya no se le dar permiso de salir con los amigos, como se le haba advertido.

Si no quiere colaborar en las tareas de la casa, la mam tiene que ponerse firme y no dejarlo salir con los amigos hasta que termine su responsabilidad.

Pero tambin hay que saber convivir con los defectos y deficiencias de los hijos cuando son debidos a la inadvertencia o por debilidad. "Un error es el que se comete dos veces".

Los paps muy regaones hacen imposible el dilogo y generan un clima de desconfianza. Los gritos continuos, los arrebatos de ira, los insultos... generan temor, distancia, frialdad, desconfianza; el hijo nunca podr expresar el propio punto de vista. Sentir siempre frialdad y distancia ante cualquier tipo de autoridad.

Esa desconfianza generar inhibicin en el nio para desarrollar sus propios talentos y capacidades; crecer con complejo de inutilidad, baja autoestima y frustracin.

Con paps demasiado impositivos el nio hace las cosas porque le ven; pero si no le ven, s las hace. Formar el hbito de la insinceridad, la mentira y el engao. A la primera oportunidad intentar romper esa camisa de fuerza opresiva. Pero lo peor es que ese nio crecer sin convicciones interiores, sin principios-gua que darn orientacin a sus decisiones futuras. Ser presa fcil para las pandillas y la delincuencia.

Es importante pedir al adolescente dnde va a estar por si le pasa algo; no solamente por principio de dependencia, sino simplemente porque somos una familia y debemos saber dnde andamos todos por si nos ocurre algo.

Finalmente es extraordinariamente necesario generar un clima de confianza en el hogar para que los hijos cuenten con sus paps para todo y en cualquier momento. Que tengan claro que sus paps estn para ayudarlos, pase lo que pase. Que sean francos y transparentes con ellos.

(Ejercicio)

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(Lectura para los hijos)

El buen samaritano Evangelio segn san Lucas, 10, 29-37

Un letrado pregunt a Jess: Y quin es mi prjimo?

Jess respondi: Bajaba un hombre de Jerusaln a Jeric, y cay en manos de salteadores, que, despus de despojarle y golpearle, se fueron dejndole medio muerto. Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo. De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo.

Pero un samaritano que iba de camino lleg junto a l, y al verle tuvo compasin; y, acercndose, vend sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montndole sobre su propia cabalgadura, le llev a una posada y cuid de l. Al da siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: "Cuida de l y, si gastas algo ms, te lo pagar cuando vuelva." Quin de estos tres te parece que fue prjimo del que cay en manos de los salteadores? El dijo: El que practic la misericordia con l. Djole Jess: Vete y haz t lo mismo.

Preguntas de reflexin que debes responder en los foros del curso

1. Describe las principales caractersticas de liderazgo que t crees que nos ensea Jess.

2. Crees que l vivi el principio de firme y cercano a la vez? Cmo?

3. Comenta brevemente las lecciones que te deja la parbola del buen samaritano. Cmo puedo aplicarla en mi responsabilidad como educador de mis hijos? http://tv.catholic.net/index.php?option=video&id=815&subcat=74 Tema IX: Saber Escuchar. Guardar silencio: se trata no slo de no hablar, sino de silenciar tambin nuestras emociones y tendencias espontneas para acceder a las de aquella persona que deseamos escuchar...

Tema IX: Saber Escuchar. Tema IX: Saber Escuchar. Evita el autoritarismo.

Una cualidad poco comn en la mayor parte de los que ocupan puestos de direccin, como pueden ser los mismos padres de familia, es la capacidad de escuchar con atencin.

Los lderes verdaderamente efectivos, en lugar de mandar ("haz esto"), echan mano del talento de la gente ("qu haras t?"); y les preguntan, saben escuchar.

Este tipo de lderes no viven demasiado apegados a su juicio, sino que estn abiertos al parecer de los dems; no tratan de imponer su punto de vista a como d lugar sino que, en las situaciones complejas, primero tratan de entender.

Ahora bien, una vez que han escuchado con sinceridad y entendido con claridad, entonces se forman un juicio y aseguran su ejecucin.

Ambos extremos de la cuerda son importantes; por una parte, apertura para entender y, por otra, firme decisin para llevar a cabo la decisin tomada.

Ichak Adizes, uno de los consultores ms reconocidos a nivel internacional en el campo empresarial y poltico, comenta lo siguiente.

"Ricardo Salinas Pliego" es uno de los escasos lderes que saben cmo tomar decisiones democrticamente (escuchando con una mente abierta a quien pueda contribuir con sus ideas) y despus autoritariamente (y en esto no permite disentir) implementar la decisin tomada.

Es una rara cualidad el ser de mente tan abierta, para luego mostrar una gran determinacin y objetividad de visin. En mi experiencia, la mayor parte de las empresas sufren, no por la ausencia de buenas decisiones, sino por no implementarlas adecuadamente. ste no es un problema que aqueje a Ricardo, y aqu radica el secreto de su enorme xito.

En mis treinta aos de consultora para empresas Fortune 100 y para ocho Primeros Ministros, Ricardo se encuentra entre los cinco lderes empresariales ms importantes a quienes yo he conocido o con quienes he colaborado. Su juicio es impecable: toma riesgos, pero sabe cmo controlarlos. Escucha y al mismo tiempo forma sus propios criterios.

Es extraordinario, y para expresarlo de una forma no trivial: "es simplemente brillante".

Qu es escuchar?

Escuchar es:

Guardar silencio: se trata no slo de no hablar, sino de silenciar tambin nuestras emociones y tendencias espontneas para acceder a las de aquella persona que deseamos escuchar, y cuidando que los propios sentimientos o emociones perturben el entendimiento con el interlocutor.

Mirar a los ojos y dejar hablar a la otra persona.

Estar atento a lo que se dice y lo que se siente: contemplar objetivamente las cosas.

Preguntarse si existe alguna razn que justifique su reaccin, o si simplemente est (usted) precipitndose una vez ms en sacar conclusiones precipitadas.

Dar tiempo y ser paciente: no criticar ni hacer afirmaciones hostiles. Concentre toda su atencin en formular preguntas que puedan resultar clarificadoras.

Repetir lo que el otro dice, para estar seguro de haber comprendido.

NO escuchar es:

Emitir juicios o discutir.

Interferir o completar frases.

Asumir que s lo que el otro me va a decir y adelantarme a decirlo.

Distraerse, haciendo otras cosas al mismo tiempo.

Dar soluciones en vez de suponer que el otro es capaz de descubrirlas por cuenta suya.

Sugerencias de accin:

Prestar atencin y escuchar lo que me dicen mis hijos, aunque a m me parezca irrelevante.

Ensearles a expresar correctamente sus opiniones y puntos de vista cuando se est conversando en la mesa.

Es todo un arte el saber provocar dilogos constructivos en la mesa donde se respete la opinin de todos. Cunto contribuye a la formacin de hijos exitosos, seguros y humildes!

(Ejercicio)

Haz una evaluacin personal sobre tu capacidad de escucha atenta y constructiva. Se sugiere la siguiente tabla.(en el siguiente enlace puedes descargar la ficha para la evaluacion)

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Preguntas de reflexin que debes responder en los foros del curso

1. Ests de acuerdo en que una de las grandes necesidades que tenemos los seres humanos es la de ser escuchados?

2. Por qu nos cuesta tanto escuchar a los dems?

(Lectura para los hijos)

ANDROCLES Y EL LEN

Androcles era un pobre esclavo romano a quien su amo llev al norte de frica hace muchos siglos. Como su amo era muy cruel, la vida del esclavo era muy dura, por lo cual decidi escaparse hacia la costa para intentar desde sta volver a Roma.

Saba muy bien que, si le prendan, lo mataran, y por eso esper a que hiciese noches oscuras y sin luna. Entonces sali secretamente de casa de su amo, atraves cautelosamente la ciudad y luego se dirigi corriendo a campo abierto.

En medio de la oscuridad apresur infatigablemente su marcha; pero con la luz del da ech de ver que en lugar de haber huido hacia la costa, haba penetrado en el interior del pas hacia el solitario desierto. Hallbase rendido, hambriento y sediento, cuando distingui la entrada de una cueva en la falda de una colina; penetr en aquel antro, se ech en el suelo y durmi tranquilamente.

De pronto lo despert un terrible rugido; se puso en pie de un salto, y vio a la entrada de la caverna un enorme len oscuro. Androcles haba dormido en la madriguera de aquella fiera, y bien se le alcanzaba que no tena escape posible, porque la bestia cerraba el paso. Esperaba, pues, temblando de terror que el animal saltase sobre l y lo matase.

Mas el len no se mova. Se quejaba y se lama una garra de la que manaba sangre. Olvidando Androcles su terror, al ver sufrir a la fiera, se adelant hacia ella, y el len levant la zarpa como pidindole auxilio.

Entonces vio Androcles que el len se haba clavado una gran espina, la cual, hundida en la carne, le haba causado ya gran inflamacin. Con rpido movimiento extrajo la espina, detuvo la inflamacin y resta la sangre que manaba de la herida.

Aliviado de su dolor, el agradecido len sali de la caverna, y a los pocos minutos volvi con un conejo muerto, que puso junto a Androcles. Cuando el pobre esclavo as el conejo y hubo saciado su hambre, el len lo condujo a un sitio en la colina donde de la tierra brotaba un manantial de fresca y cristalina agua.

Durante tres aos, hombre y fiera vivieron juntos. Juntos cazaban, juntos coman, y juntos reposaban durante la noche tendido el agradecido len junto a su bienhechor, y moviendo su enorme cola de un lado a otro, como un perro o gato que yace a los pies de su amo junto al fuego y se siente feliz.

Finalmente, Androcles sinti deseos de comunicarse con sus semejantes y dej la cueva, pero pronto fue capturado por unos soldados y enviado a Roma como esclavo fugitivo.

Los antiguos romanos no tenan piedad para el esclavo que hua; as es que condenaron a Androcles a ser despedazado por las fieras en el circo al tener lugar el primer da de fiesta.

Un gran concurso de pueblo acudi a presenciar el triste espectculo, y entre los espectadores figuraba el mismo emperador de Roma, que tena en el Coliseo su asiento imperial, desde el cual, rodeado de sus senadores, contemplaba la cruel fiesta.

Echaron a Androcles a la arena y pusieron en sus manos una lanza para que se defendiese contra un tremendo len, al que haban tenido varios das sin comer para hacerlo ms fiero. Quedbale, pues, al esclavo muy pequea, insignificante probabilidad de conservar la vida.

Estremecise Androcles cuando el hambriento len sali de su jaula, y al ver que se diriga a saltos hacia l, tembl y se le cay la lanza de las manos. Pero en vez de acometerlo y derribarlo, el len agit amigablemente la cola y le lami las manos. Androcles vio entonces que aquel len era el que haba vivido con l en la cueva, y le acarici el lomo, inclinse sobre su cabeza, y llor.

Maravillse el pueblo ante escena tan prodigiosa y el emperador mand llamar a Androcles y le pidi le explicase aquello.

Deleitse tanto con el sorprendente relato, que le concedi la libertad y dignidad de hombre libre, y le dio una importante suma de dinero. Androcles sola despus pasear por las calles de Roma acompaado de su len, que como un fiel perro lo segua a todas partes. http://tv.catholic.net/index.php?option=video&id=816&subcat=74 Tema X: Delegar. Un lder evita hacer las cosas por s mismo, tiene paciencia, sabe entrenar y dar instrucciones a quienes dependen de l.

Tema X: Delegar. Tema X: Delegar. Experto en delegar

Un lder evita hacer las cosas por s mismo, tiene paciencia, sabe entrenar y dar instrucciones a quienes dependen de l. Una cosa es mandar y otra es delegar.

Existen bsicamente dos tipos de delegacin: la delegacin en recaderos y la delegacin en encargados.

La delegacin en recaderos significa ve a buscar esto, ve a buscar aquello, haz esto, haz aquello, y avsame cuando est hecho.

Consiste en la supervisin de los mtodos uno por uno. Implica supervisar y controlar cada uno de los pasos.

Se consigue muy poco as. Existe un camino mucho mejor, un modo ms efectivo de delegar.

Delegacin en encargados: Se centra en los resultados y no en los mtodos. Permite a las personas elegir sus mtodos y las hace responsables de los resultados.

Supone la comprensin clara y el compromiso mutuo, desde el principio, acerca de las expectativas en cinco reas:

Resultados deseados: crear una comprensin mutua y clara de lo que hay que lograr, concentrndose en los resultados, no en los mtodos.

Directrices: identificar los parmetros dentro de los cuales debe operar el individuo. No se pretende que una persona llegue a pensar que tiene una libertad absoluta, que viole alguna prctica o valor.

Recursos: identificar los recursos humanos, econmicos, tcnicos u organizacionales con los que la persona puede contar para el logro de los resultados deseados.

Rendicin de cuentas: establecer las normas de rendimiento que se utilizarn en la evaluacin de los resultados, y los momentos especficos en que esa evaluacin tendr lugar.

Consecuencias: especificar lo que suceder, lo bueno y lo malo, como resultado de la evaluacin: recompensas.

La confianza es la forma ms elevada de la motivacin humana. Saca a la luz lo mejor de la gente. Pero requiere tiempo y paciencia, y no excluye la necesidad de adiestrar y desarrollar a las personas para que su competencia pueda elevarse al nivel de esa confianza.

Con individuos inmaduros, hay que especificar menos los resultados deseados y ms las directrices, identificar ms recursos, realizar entrevistas ms frecuentes de rendicin de cuentas y aplicar ms consecuencias inmediatas.

Con personas ms maduras, los resultados deseados pueden ser ms desafiantes, hay menos directrices, una rendicin de cuentas menos frecuente y criterios menos mensurables pero ms discernibles.

Sugerencias de accin:

Resulta sumamente formativo nombrar encargados de cada una de las zonas de casa: Mara se encarga de que el comedor est ordenado y recogido los domingos; Pedro, que el jardn est limpio y cortado el pasto; Alejandro, se encarga de limpiar el coche antes de que salgamos a comer, etc.

Al delegar estas responsabilidades, hay que tener en consideracin la edad, preferencias y habilidades de cada uno. Pero todos deben tener algo, aprender a realizarlo y rendir cuentas. Luego, no se debe omitir el premio al mejor (segn unos parmetros previamente acordados); y, en caso de que suceda, habr que sancionar la irresponsabilidad y el descuido voluntario.

(Ejercicio)

Haz una evaluacin personal sobre tu capacidad de delegar. Se sugiere la siguiente tabla.

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(Lectura para los hijos)

El buen obispo

(Adaptacin de un texto de Vctor Hugo)

La verdad puede ser tan complicada que en ciertas ocasiones exige cierta noble insinceridad. En esta escena, adaptada de Los miserables de Victor Hugo, presenciamos una mentira que se dice no slo por compasin, sino para fomentar la virtud en el alma de otro hombre. Como ha dicho James Russell Lowell: "as como una lmpara enciende otra sin perder lumbre, as la nobleza enciende ms nobleza".

Jean Valjean era hijo de un leador y qued hurfano siendo muy pequeo. Lo cri su hermana mayor, pero cuando l tena diecisiete aos el marido de su hermana muri, y sobre Jean cay la responsabilidad de encargarse de sus siete pequeos. Aunque era hombre muy fornido, le costaba mucho brindarles alimento con su pobre oficio.

Un da de invierno estaba sin trabajo, y todos los nios gritaban pidiendo pan. Estaban casi muertos de hambre. Y cuando ya no pudo soportar sus splicas, Jean sali en la noche, rompi el vidrio de una panadera con el puo y llev una hogaza a los famlicos nios. A la maana siguiente lo arrestaron por robo, y su mano sangrante lo conden.

Por este delito lo enviaron a galeras con un collar de hierro en torno del cuello, y una cadena que lo sujetaba al asiento de la galera. All permaneci cuatro aos; intent escapar pero lo pillaron, y sumaron tres aos a su sentencia. Intent fugarse una vez ms, fracas de nuevo, y el resultado fue que permaneci diecinueve aos como esclavo de galeras por robar una simple hogaza.

Cuando Jean sali de la crcel, tena el corazn endurecido. Actuaba como un lobo. Sus sufrimientos lo haban amargado, y pareca ms un animal que un hombre. Con la mano de todos los hombres alzada contra l, lleg a la ciudad donde viva el buen obispo.

En la posada no le recibieron porque saban que era ex convicto y hombre de cuidado. Dondequiera iba, su fama lo preceda, y todos lo expulsaban. Ni siquiera le permitan dormir en una perrera, ni le daban la comida que haban guardado para el perro. Por doquier le gritaban: "Largo! Mrchate o recibirs una perdigonada". Al fin lleg a la casa del buen obispo, que en efecto era un buen hombre.

Por sus funciones de obispo, reciba del Estado tres mil francos por ao, pero donaba a los pobres dos mil ochocientos. Era un hombre sencillo y afectuoso, de gran corazn, que no se daba aires y amaba a todo el mundo. Y todo el mundo lo amaba.

Jean, al entrar en casa del obispo, era un personaje temible y peligroso. Grit con voz ronca y estridente:

Mira, soy esclavo de galeras. Aqu est mi salvoconducto amarillo. Dice: "Cinco aos por robo y catorce aos por intento de fuga. El hombre es muy peligroso". Ahora que sabes quin soy, me dars un poco de comida, y me dejars dormir en tu establo?

Sintate y entbiate dijo el buen obispo. Cenars conmigo, y luego dormirs aqu. Jean apenas poda creer lo que oa. Estaba aturdido de felicidad. Le dijo al obispo que tena dinero, y que pagara por la cena y el alojamiento.

Eres bienvenido dijo el obispo. Esta no es mi casa, sino la casa de Cristo. Conoca tu nombre antes que me mostraras el salvoconducto. Eres mi hermano.

Despus de la cena el obispo tom un candelabro de plata que haba recibido como regalo de Navidad y, dando el otro a Jean, lo condujo a su habitacin, donde haba una buena cama. En medio de la noche Jean despert con el corazn endurecido. Pens que haba llegado el momento de vengarse de sus sufrimientos. Record los cuchillos y tenedores de plata que haban usado para cenar, y se propuso robarlos y desaparecer en la noche. As que se alz con todo lo que pudo encontrar, salt al jardn y se march.

Cuando el obispo despert y vio que haba desparecido la platera, dijo:

Hace tiempo que pienso que no debera conservar la plata. Habra debido regalarla a los pobres, y este hombre por cierto era pobre.

A la hora del desayuno cinco soldados llevaron a Jean a la casa del obispo. Cuando entraron, el obispo lo mir y dijo: Oh, has regresado! Me alegra verte. Tambin te di los candelabros, que tambin son de plata y valen cuarenta francos. Por qu no te los llevaste?

Jean qued atnito ante esas palabras. Tambin los soldados.

Conque este hombre ha dicho la verdad?

exclamaron. Pensamos que haba robado la platera y estaba huyendo. As que nos apresuramos a arrestarlo.

Pero el buen obispo respondi:

Fue un error traerle de vuelta. Dejadle en libertad. La plata le pertenece. Yo se la di. Los alguaciles se marcharon.

Es verdad que estoy libre? le susurr Jean al obispo. Puedo irme?

S respondi el obispo, pero antes llvate los candelabros.

Jean temblaba de la cabeza a los pies, y tom los candelabros como en un sueo.

Ahora dijo el obispo, sigue tu camino en paz, pero no salgas por el jardn, pues la puerta del frente siempre est abierta para ti, noche y da. Jean estaba a punto de desmayarse.

El obispo le apret la mano y dijo:

Nunca olvides que me has prometido que usaras el dinero para convertirte en un hombre honesto.

Jean no recordaba haber prometido nada, pero guard silencio mientras el obispo continuaba solemnemente:

Jean Valjean, hermano mo, ya no perteneces al mal, sino al bien. He comprado tu alma para ti. La arranqu de sus negros pensamientos y del espritu del odio, y se la entregu a Dios.

Preguntas de reflexin que debes responder en los foros del curso

1. Estoy de acuerdo en que toda persona se desarrolla mejor cuando confan en ella? 2. Por qu crees que se da ese fenmeno? 3. Qu es lo que ms nos cuesta al momento de delegar algo a los hijos? Ser la falta de paciencia? http://tv.catholic.net/index.php?option=video&id=817&subcat=74 Tema XI: Desarrolla los Talentos. Es preciso ser muy objetivos al momento de evaluar y ponderar a nuestros hijos para poderlos encaminar con realismo por la vida.

Tema XI: Desarrolla los Talentos. Tema XI: Desarrolla los Talentos. Sabe descubrir y desarrollar los talentos de su gente y la promueve

Para delegar con efectividad, un requisito es saber seleccionar a la persona adecuada para cada tarea. Para ello, hay que conocer bien a las personas.

Hay paps de familia que son incapaces de decir cules son las principales cualidades de sus hijos. No los conocen, no se han tomado la molestia de descubrir los tesoros que tienen entre manos.

Otros, en cambio, conocen bien sus cualidades pero cierran los ojos a sus defectos.

Ambos extremos no son buenos. Es preciso ser muy objetivos al momento de evaluar y ponderar a nuestros hijos para poderlos encaminar con realismo por la vida. Las falsas ilusiones pueden ser perjudiciales.

Es preciso hacerse el propsito de conocer las habilidades y defectos principales de cada nio. No todos son buenos para lo mismo. Uno sobresale en matemticas y el otro en deporte. En cualquier caso no conviene compararlos o ponerlos el uno contra el otro.

Otro punto de capital importancia es evitar proyectarse en los hijos. Cuntas frustraciones se generan por querer ver en los hijos aquello que quisiramos encontrar en nosotros!

Una vez que se han detectado las cualidades y talentos de los hijos, hay que darles las oportunidades para que las desarrollen: juguetes, clases, libros, etc.

Sugerencias de accin:

Los juegos manuales no son slo buenos entretenimientos para los nios. Tambin son pedaggicos y ayudan a desarrollar las cualidades infantiles. Por ejemplo, un profesor de micro ciruga me dijo que sus mejores alumnos son aquellos que, cuando eran nios, jugaron Xbox, Nintendo, y este tipo de juegos que exigen gran rapidez manual y ocular. Les ayudan a desarrollar mejor esas habilidades. Esos juegos tambin ayudan a los futuros ingenieros en electrnica o robtica; porque desarrollan la psicomotricidad fina por medio de estos juegos.

Asimismo, los juegos compartidos con los hermanitos o los amigos, son caldo de cultivo de los talentos y de la futura profesin de los hijos.

Los pequeos siempre han jugado a ser grandes, les atrae lo que los adultos hacen; quieren ser policas, doctores, manejan sus cochecitos, la hacen de mam con las muecas. Es un juego universal y de siempre.

Los adultos a menudo pensamos que los nios juegan para entretenerse, para dejarnos tiempo libre. La realidad es bien distinta. Los nios juegan porque es el medio por el que comprenden cmo es el mundo y se integran en l.

Jugando desarrollan sus aptitudes fsicas, su inteligencia emocional, su creatividad, su imaginacin, su capacidad intelectual, sus habilidades sociales. y al tiempo que desarrollan todo eso, disfrutan y se entretienen.

(Ejercicio)

En una tabla describir las principales cualidades y defectos de mis hijos.

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(Lectura para los hijos)

Opcin 1: Aprende de memoria esta breve poesa

Del saln en el ngulo oscuro... (Gustavo Adolfo Bcquer)

Del saln en el ngulo oscuro, de su duea tal vez olvidada, silenciosa y cubierta de polvo, vease el arpa.

Cunta nota dorma en sus cuerdas, como el pjaro duerme en las ramas, esperando la mano de nieve que sabe arrancarlas!

Ay!, pens; cuntas veces el genio

as duerme en el fondo del alma, y una voz como Lzaro espera que le diga Levntate y anda!

Opcin 2:

Leer con los hijos la novela La Isla del Tesoro de Robert Louis Stevenson.

Preguntas de reflexin que debes responder en los foros del curso

1. Estoy acuerdo en que los juegos infantiles son educativos?

2. Conviene favorecer los juegos compartidos con otros nios o mejor los individuales?

3. Es necesario poner una disciplina en el juego o es mejor que cada nio haga lo que prefiera: horarios, lugares, tipos de juego, etc.? http://tv.catholic.net/index.php?option=video&id=818&subcat=74 Tema XII: La ruta de la Educacin. La transmisin de los valores tambin tiene un proceso,....Los valores son semillas que se deben sembrar y cultivar.

Tema XII: La ruta de la Educacin. Tema XII: La ruta de la Educacin. Todo comunica!

Hemos repasado anteriormente algunas caractersticas personales que es importante cultivar en los hijos. Ahora es el momento de estudiar por separado el proceso de la transmisin de los valores.

La transmisin de los valores tambin tiene un proceso, unos pasos que hay que seguir para obtener los resultados deseados. No es lo mismo educar a un beb, que a un adolescente de 14 aos. A cualquier edad los valores son los mismos siempre, pero cambia el modo de comunicarlos.

Para comunicar con eficacia, hay que partir del hecho de que no basta una accin o una sola tctica. Como en una orquesta donde cada sonido tiene su lugar y su momento, en la labor educativa cada uno de los elementos comunica algo; puede ser positivo o negativo, pero algo comunica: un grito, un silencio, un regao, una negativa, un premio, una decisin, un beso, un abrazo, una caricia, una ausencia todo dice algo.

Por ello, no hay que dar nada por supuesto. Los valores son semillas que se deben sembrar y cultivar. No se dan por generacin espontnea. Lo s que se da por generacin espontnea es todo lo contrario, es decir, los anti-valores. Esos s nacen sin que uno quiera.

Si no hacemos un cultivo consciente y laborioso de los valores, comenzarn a crecer los comportamientos y actitudes indeseados que luego nos darn sorpresas.

Hay paps que dicen, "pero si yo no le ense nunca eso..." S, es verdad, pero tampoco le enseaste lo contrario... Cuando hay omisin y falta de cuidado en un jardn, las hierbas malas saldrn por s solas, tarde o temprano. No podemos dar por supuesto que el hijo que soamos vendr por generacin espontnea.

Sabemos que es muy difcil esquematizar y que no hay frmulas mgicas, pero puede ser de utilidad el tener presentes los siguientes siete elementos para contar con una visin de conjunto en el proceso educativo.

1. Declaracin de principios y valores.

Es importante que los paps, al momento de emprender la labor de educacin, tengan lo ms claro posible qu valores ensearn a nuestros hijos, de manera que luego no haya contradicciones.

A veces la mam da menos importancia a un valor cuando el pap no tienen ningn inters. Ese tipo de desacuerdos son los que siembran inseguridad y conflicto en los hijos.

Conviene poner unos pocos valores (3-5 mximo) como prioritarios, con el fin de unificar las decisiones y la formacin que se dar a los hijos.

2. La disciplina y adiestramiento (correccin-rectificacin).

El nio debe adquirir un comportamiento que no le viene de modo espontneo. Es como un animalito que obedece a sus impulsos y necesita un instructor que le vaya adiestrando a comportarse en un cierto modo.

Siempre, en todas las familias, se requiere mucha paciencia para corregir la conducta instantnea de los hijos y sustituirla por otra. "No subas los codos a la mesa", "no comas con la boca abierta". Todas estas instrucciones son sumamente desgastantes pero insustituibles.

3. Los modelos y mentores (guas cercanos).

En el 80% los nios imitan el comportamiento de los paps. Los estudios sobre adicciones sealan que, si el pap es alcohlico, hay 80% de probabilidad que el hijo lo sea tambin. Y lo mismo se puede decir de cualquier tipo de comportamiento.

Alguien dijo que "enseamos lo que sabemos, pero contagiamos lo que vivimos".

De ah que la presencia constante y la cercana sean insustituibles. La presencia fsica no se suple con nada. Todos los nios necesitan modelos tangibles. Ms que un buen colegio, un buen club o buenos programas de televisin, la mejor inversin que se puede hacer para la buena educacin de los hijos es el tiempo, el tiempo que los paps estn con ellos.

Y obviamente, es importante cuidar sus amistades y el talante de las personas que estn mucho tiempo con ellos: profesores, entrenadores, parientes, etc.

4. Las premiaciones y la competencia (estmulos).

Desde siempre, las premiaciones y la competencia han sido parte importante en la labor educativa. Son de los instrumentos ms efectivos para descubrir el potencial que se esconde bajo las apariencias, o para desarrollar los talentos que estn en germen.

Pero no hay que premiar todo. Lo que es ordinario o fcil no merece un premio. Si eso se llegara a recompensar, realmente se est deseducando al muchacho; se debe premiar slo aquello que exige un esfuerzo extra de su parte.

La competencia igualmente constituye un instrumento estimulador del talento, pero es un arma de doble filo que requiere destreza por parte del educador. Fcilmente puede provocar rias, revanchas, etc.

Ante todo hay que dejar claro que la competencia es individual, es decir, el nio est compitiendo consigo mismo. La sana rivalidad nos ayuda a explotar nuestros talentos, pero tambin puede provocar incomprensiones.

5. Interiorizacin y reflexin (maduracin-razonamiento).

El nio siempre necesita las razones que justifican el comportamiento que le es impuesto: "no toques porque lo vas a romper..."; "no robes porque es deshonesto".

Cuando el joven ha llegado a captar las razones de un cierto tipo de comportamiento y lo ha hecho suyo, podemos decir que ha llegado a su madurez. La disciplina ya no ser exterior, sino interior. Actuar por conviccin y no por influencia del ambiente o de los regaos de los paps. "Yo no quiero robar, yo no quiero emborracharme".

6. La constancia e integridad (hbitos).

La educacin en valores requiere mucha, muchsima paciencia. Dicen que un comportamiento repetido 30 das seguidos, se convierte en hbito, es decir, llega a hacerse algo casi natural.

Cualquier jugador profesional, necesita repetir y ensayar hasta la saciedad los movimientos de un toque especfico, hasta que le salga de modo natural.

Lo mismo ocurre con los hijos. Hay que ser constantes y no desmayar; no creer que con una o diez veces ya bast.

Es necesario repetir los valores continuamente y de diversas formas, hasta la saciedad: que tienen que ser honestos, justos, trabajadores, respetuosos, responsables. Nunca es suficiente.

7. La inercia de la costumbre.

Finalmente, cuando ya se ha hecho el proceso con uno de los hijos, el beb que le sigue aprender ms fcilmente, casi por smosis, los comportamientos que ve en sus hermanos mayores.

Es as como se forma una cultura o ambiente familiar. Lo que los nios ven en sus paps, tos, abuelos, primos, les ser ms fcil incorporarlo al propio comportamiento. De ah la importancia de la convivencia familiar frecuente.

(Ejercicio)

Elabora para tus hijos una campaa mensual de competicin en los valores.

Se sugiere el siguiente esquema:

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(Lectura para los hijos)

Helen Keller y Anne Sullivan

No hay amistad ms sagrada que la que se entabla entre el alumno y el maestro, y una de las ms memorables fue la amistad de Helen Keller (1880-1968) y Anne Mansfield Sullivan (18661936). La enfermedad destruy la vista y el odo de Helen Keller cuando ella an no haba cumplido diez aos, dejndola aislada del mundo. Durante casi cinco aos ella creci, como lo describira ms tarde, "salvaje y desbocada, riendo y cloqueando para expresar placer, pateando, rasguando, emitiendo los sofocados chillidos del sordomudo para indicar lo opuesto".

La llegada de Anne Sullivan a la casa de los Keller en Alabama, desde el instituto Perkins para ciegos de Boston, cambi la vida de Helen. Sullivan haba padecido problemas visuales por una infeccin ocular de la cual nunca se recobr del todo, y lleg a Helen con experiencia, dedicacin y amor. A travs del sentido del tacto logr establecer contacto con la mente de la nia, y al cabo de tres aos le haba enseado a leer y escribir en Braille. A los diecisis aos, Helen saba hablar lo suficiente como para asistir a la escuela y la universidad. Se gradu con honores en Radcliffe en 1904, y consagr el resto de su vida a ayudar a los ciegos y sordos, como haba hecho su maestra. Las dos mujeres continuaron su notable amistad hasta la muerte de Anne.

Helen escribi sobre su encuentro con Anne Mansfield en su autobiografa, The Story of My Life.

El da ms importante que recuerdo en toda mi vida es el da en que conoc a mi maestra, Anne Mansfield Sullivan. Me maravillo al pensar en los inconmensurables contrastes que haba entre las dos vidas que reuni ese encuentro. Era el tres de marzo de 1887, tres meses antes de que yo cumpliera los siete aos.

En la tarde de ese da memorable, yo estaba eri el porche, muda, expectante; la agitacin de mi madre y los correteos por la casa me sugeran que estaba a punto de suceder algo inusitado, as que fui a la puerta y aguard en la escalinata. El sol de la tarde penetraba la madreselva que cubra el porche, y cay en mi rostro. Mis dedos se demoraban casi inconscientemente sobre las hojas y capullos que acababan de brotar para saludar la dulce primavera surea. Yo no saba qu maravillas y sorpresas me deparaba el futuro. La furia y la amargura me haban acechado continuamente durante semanas, y una profunda languidez haba sucedido a esta lucha apasionada.

Habis estado alguna vez en el mar en medio de una densa niebla, cuando parece que una tiniebla blanca y tangible nos encierra, y el gran buque, tenso y ansioso, avanza a tientas hacia la costa con plomada y sonda, y uno espera con el corazn palpitante a que algo suceda? Antes del comienzo de mi educacin yo era como ese buque, slo que no tena brjula ni sonda, ni modo

de saber a qu distancia estaba el puerto. "Luz! Dadme luz!", era el grito silencioso de mi alma, y la luz del amor brill sobre m en esa misma hora.

O pasos que se acercaban. Tend la mano, suponiendo que era mi madre. Alguien la tom, y qued atrapada en los brazos de quien haba llegado para revelarme todas las cosas y, sobre todo para amarme.

Esa maana, despus de llegar, mi maestra me condujo a su habitacin y me dio una mueca. La haban enviado los nios ciegos del instituto Perkins y la haba vestido Laura Bridgman, pero yo slo me enter de esto ms tarde. Cuando yo hube jugado un rato con la mueca, la seorita Sullivan deletre lentamente en mi mano la palabra "mueca". Ese juego con los dedos me interes de inmediato e intent imitarlo. Cuando al fin logr trazar correctamente las letras, estaba embargada de placer y orgullo infantil. Corr a la planta baja para ver a mi madre, alc la mano y trac las letras: m-u--e-c-a. No saba que estaba deletreando una palabra, ni siquiera que existan las palabras; slo mova las manos en una imitacin simiesca. En los das que siguieron aprend a deletrear inadvertidamente muchas palabras, entre ellas alfiler, sombrero, gorra y algunos verbos como sentarse, levantarse y caminar. Pero necesit varias semanas con mi maestra para comprender que todo tiene un nombre.

Un da, mientras yo jugaba con mi mueca nueva, la seorita Sullivan me puso en el regazo mi gran mueca de trapo, deletre mueca y trat de hacerme comprender que esa palabra se aplicaba a ambas. Ese da habamos tenido una ria por las palabras "t-a-z-a" y "a-g-u-a". La seorita Sullivan haba intentado hacerme comprender que "t-a-z-a" era taza y que "a-g-u-a" era agua, pero yo insista en confundir las dos. Ella haba optado por dejar ese tema por un tiempo, para retomarlo en la primera oportunidad. Me impacient ante sus reiterados intentos y, tomando la mueca nueva, la arroj al suelo. Qued encantada al sentir los fragmentos de la mueca rota a mis pies. Mi estallido de clera no fue seguido por pena ni arrepentimiento. Yo no amaba esa mueca. En el mundo silencioso y oscuro donde viva no haba sentimientos fuertes ni ternura. Not que mi maestra barra los fragmentos a un costado del hogar, y sent satisfaccin por haber eliminado la causa de mi incomodidad. Ella me trajo el sombrero, y supe que saldra a la clida luz del sol. Este pensamiento si una sensacin sin palabras se puede llamar pensamiento me hizo brincar de placer.

Caminamos por el sendero hasta la fuente, atradas por la fragancia de la madreselva que la cubra. Alguien extraa agua y mi maestra puso mi mano bajo el grifo. Mientras el chorro fresco me empapaba una mano, ella deletre en la otra la palabra agua, primero despacio, despus deprisa. Me qued en silencio, fijando mi atencin en el movimiento de sus dedos. De pronto tuve una borrosa conciencia, como de algo olvidado, el estremecimiento de un pensamiento que regresaba; y de algn modo se me revel el misterio del lenguaje. Supe entonces que "a-g-u-a" significaba esa maravillosa frescura que me rozaba la mano. Esa palabra viviente despert mi

alma, le dio luz, esperanza, alegra, la liber. An haba barreras, es verdad, pero barreras que podran eliminarse con el tiempo.

Me fui de la fuente ansiosa de aprender. Todo tena un nombre, y cada nombre engendraba un nuevo pensamiento. Mientras regresbamos a la casa, cada objeto que yo tocaba pareca temblar de vitalidad. Eso era porque lo vea todo con la extraa y nueva visin que me haba embargado. Al trasponer la puerta record la mueca que haba roto. Fui a tientas hasta el hogar y recog los trozos. Trat en vano de ensamblarlos. Entonces mis ojos se llenaron de lgrimas, pues comprend lo que haba hecho, y por primera vez sent arrepentimiento y pesar.

Ese da aprend muchas palabras. No recuerdo cules eran, pero s que madre, padre, hermana y maestra estaban entre ellas, palabras que haran florecer el mundo para m, "como el cayado de Aarn, con flores". Habra sido difcil encontrar una nia ms feliz que yo cuando me acost al final de ese da memorable y reviv las alegras que me haba trado, y por primera vez anhel que llegara un nuevo da.

Anne Mansfield, en sus cartas, describi el "milagro" que vio suceder en el interior de Helen.

20 de marzo de 1887

Esta maana mi corazn est transido de alegra. Ha sucedido un milagro. La luz de la comprensin ha brillado sobre la mente de mi pequea alumna, y, albricias, todo ha cambiado.

La salvaje criaturilla de hace dos semanas se ha transformado en una dulce nia. Est sentada junto a m mientras escribo, el rostro sereno y dichoso, tejiendo una larga cadena de lana roja. Aprendi el punto esta semana, y est muy orgullosa de su logro. Cuando logr hacer una cadena que cruzaba toda la habitacin, se palme el brazo y apoy cariosamente contra la mejilla la primera obra de sus manos. Ahora me permite besarla, y cuando est de buen talante se sienta un par de minutos en mi regazo; pero no me devuelve las caricias. El gran paso el paso que cuenta ya se ha dado. La pequea salvaje ha aprendido su primera leccin de obediencia, y el yugo le resulta leve. Ahora es mi grata tarea dirigir y modelar la bella inteligencia que comienza a asomar en su alma de nia. La gente ya ha notado un cambio en Helen. Su padre se asoma por la maana y por la tarde cuando va y viene de su oficina, y la ve enhebrando alegremente sus abalorios o haciendo lneas horizontales en su tarjeta de costura, y exclama: "Qu tranquila est!" Cuando llegu, sus movimientos eran tan insistentes que siempre daba la sensacin de que haba en ella algo antinatural, raro. Tambin he notado que come mucho menos, un detalle que preocupa tanto a su padre que est ansioso por llevarla a

casa. Dice que Helen echa de menos su hogar. No estoy de acuerdo con l, pero supongo que muy pronto tendremos que dejar nuestro pequeo refugio.

Helen ha aprendido varios sustantivos esta semana. Taza y leche le han causado ms problemas que otras palabras. Cuando deletrea leche, seala la taza, y cuando deletrea taza hace la sea de verter o beber, lo cual indica que ha confundido las palabras. An ignora que todo tiene un nombre.

5 de abril de 1887

Esta maana debo escribirte una lnea porque ha sucedido algo muy importante. Helen ha dado el segundo gran paso de su educacin. Ha aprendido que todo tiene un nombre, y que el alfabeto manual es la clave de todo lo que desea saber.

En una carta anterior escrib que Helen haba tenido ms problemas con taza y leche que con otras palabras. Ella desconoca la palabra beber, pero haca la pantomima de beber cuando deletreaba taza o leche. Esta maana, mientras ella lavaba, quiso saber cmo se deca agua. Cuando quiere saber el nombre de algo, lo seala y me palmea la mano. Yo deletre y no pens ms en ello hasta despus del desayuno. Entonces se me ocurri que con la ayuda de esta nueva palabra podra solucionar la confusin taza-leche. Fuimos a la fuente, e hice que Helen sostuviera su taza bajo el chorro mientras yo bombeaba. Mientras el agua fresca brotaba, llenando la taza, deletre "a-g-u-a" en la mano libre de Helen. La estrecha cercana entre la palabra y la sensacin del chorro de agua fra en la mano pareci sobresaltarla. Helen solt la taza y se qued como transfigurada. Una nueva luz le ilumin el semblante. Deletre agua varias veces. Luego se arroj al suelo y me pregunt su nombre y seal la bomba y la glorieta, y de pronto se volvi para preguntarme mi nombre. Deletre maestra. Entonces la niera trajo a la hermanita de Helen a la fuente, y Helen deletre beb y seal a la niera. Durante el regreso a la casa estaba muy alborotada, y aprendi el nombre de cada objeto que tocaba, de modo que en pocas horas haba aadido treinta palabras nuevas a su vocabulario. He aqu algunas de ellas: puerta, abrir, cerrar, dar, ir, venir y muchas ms.

P.D. no termin mi carta a tiempo para despacharla anoche, as que aadir una lnea. Esta maana Helen se levant como un hada radiante. Ha volado de objeto en objeto, preguntando el nombre de todo y besndome de pura satisfaccin. Anoche, cuando me acost, se acurruc contra m sin que yo se lo pidiera y me bes por primera vez, y cre que mi corazn estallara, tan colmado estaba de alegra.

Preguntas de reflexin que debes responder en los foros del curso

1. Cules son las principales lecciones que me deja la lectura de la historia de Hellen Keller?

2. Estoy de acuerdo en que las personas tienen un gran potencial pero que requieren siempre alguien que les ayude con paciencia?

3. Estoy de acuerdo en que las limitaciones y defectos no son lo que ms define a una persona sino aquello que no se ve, es decir, los talentos?

http://tv.catholic.net/index.php?option=video&id=821&subcat=74 Tema XIII: Valores. La finalidad principal de los valores es que se constituyen en principios que guan nuestra conducta y decisiones.

Tema XIII: Valores. Tema XIII: Valores. Qu son los valores?

Hemos estado hablando de valores y de cmo transmitirlos, pero qu son los valores?

Muchos tenemos dificultad en definirlos. A veces los confundimos con algo que realmente no son. Conviene, pues, dar un breve repaso al tema.

La funcin de los valores

Para comprender lo que son, primero es necesario conocer su funcin.

La finalidad principal de los valores es que se constituyen en principios que guan nuestra conducta y decisiones. Ejercen la funcin de un mapa.

Deca Aristteles que la mente humana es como una hoja en blanco que se va llenando conforme vamos adquiriendo conocimientos; esa hoja es como una "copia" del mundo exterior. Esa copia constituye el mapa que gua nuestras acciones, es el modo en que vemos el mundo exterior.

Todos sabemos que el mapa no es el territorio. Un mapa es simplemente una explicacin de ciertos aspectos de un territorio. Es una teora, una explicacin o un modelo de alguna otra cosa.

Supongamos que uno quiere llegar a un lugar especfico del centro de Quertaro. Un plano de la ciudad puede ser de gran ayuda. Pero supongamos tambin que se nos ha entregado un mapa equivocado. En virtud de un error de imprenta, el plano que lleva la inscripcin de Quertaro es en realidad un plano de Celaya. Puede imaginarse la frustracin y la inefectividad con las que tropezar al tratar de llegar a su destino?

Se puede entonces trabajar sobre la propia conducta: poner ms empeo, ser ms diligente, duplicar la velocidad. Pero nuestros esfuerzos slo lograrn conducirnos ms rpidamente al lugar errneo.

Uno puede asimismo trabajar sobre su actitud: pensar ms positivamente acerca de lo que intenta. De este modo tampoco se llegara al lugar correcto, pero es posible que a uno no le importe. La actitud puede ser tan positiva que uno se sienta feliz en cualquier parte.

Pero la cuestin es que nos hemos perdido. El problema fundamental no tiene nada que ver con la actitud o la conducta. Est totalmente relacionado con el hecho de que nuestro mapa es un plano equivocado.

Los valores son el mapa de nuestras decisiones

Si tenemos el plano correcto de Quertaro, entonces el empeo y el esfuerzo que empleemos es importante, y cuando se encuentran obstculos frustrantes en el camino, entonces la actitud puede determinar una diferencia real. Pero el primero y ms importante requerimiento es la precisin del plano.

Hay dos categoras de mapas en nuestra cabeza:

mapa del modo en que son las cosas (conocimientos).

mapa del modo en que debemos actuar ante esas cosas (valores).

En base a esos dos mapas, tomamos nuestras decisiones.

A partir de estos dos mapas, se constituyen dos tipos de educacin.

Educacin instructiva: la que transmite conocimientos (cmo son las cosas).

Educacin formativa: la que transmita valores (cmo comportarnos ante las cosas).

Con esos dos mapas mentales interpretamos todo lo que experimentamos.

Por ejemplo, cuando a un muchacho se le ofrece un vaso de tequila en una fiesta de amigos, sus conocimientos le dicen que ese tequila es de buena calidad, de tal marca, que es extrado del agave, que tiene cierto precio, que es embriagante, etc. Ese es su mapa de conocimientos.

Pero su mapa de valores le indica cul es la actitud que debera tomar ante esa bebida embriagante. "Me conviene tomarla?"

El mapa de conocimientos se adquiere en la escuela, en los libros, en Internet, en la televisin, etc. Nuestra mente recibe conocimientos y los guarda en la memoria.

El mapa de valores se va grabando en el alma del nio mediante un proceso de transmisin que, como vimos anteriormente, se centra en el comportamiento.

La madre que dice a su hijo "no debes beber en exceso" est escribiendo en el mapa interior de ese nio una lnea que en el futuro le ayudar a tomar decisiones. En la turbulencia de las situaciones complejas de la vida, esa pequea lnea, si est bien grabada, le dar luz para tomar la decisin correcta.

Incluso, si el joven u hombre adulto, en algn momento del camino llegara a perder la ruta, las lneas que la madre grab en su mapa de nio, le ayudarn a retomar la va.

Gnesis de los valores

Todas las percepciones del ser humano van acompaadas de una valoracin.

Cada vez que el hombre entra en contacto con algo, no slo percibe sus caractersticas fsicas exteriores, sino que realiza de modo espontneo un juicio de valor. Por ejemplo, cuando vemos un coche por la calle, hacemos una valoracin: "qu elegante!"

Esas percepciones generan tambin una demanda silenciosa: "quiero comprar un coche as". El objeto que percibimos nos hace un reclamo, nos llama, por as decirlo, para que tomemos una decisin en relacin con l; como si ese coche nos estuviera diciendo "cmprame! cmprame!".

Nuestra capacidad de percepcin y valoracin determina nuestra cultura. Por ello dice Romano Guardini que "la educacin de una persona puede medirse por la capacidad de distinguir valores autnticos y falsos, y por la precisin, certeza y fuerza con que responde al grado de valor de cada cosa".

As pues, el contacto del ser humano con las cosas que le rodean consta de tres pasos:

1. Percepcin (capta los elementos fsicos externos: color, dimensiones, sonido, etc.). Por ejemplo, un vestido de seda roja.

2. Valoracin: hace un juicio de valor positivo o negativo de esa cosa en funcin de las propias expectativas. Por ejemplo, "ese vestido me vendra muy bien".

3. Demanda: toma una decisin sobre lo que ha percibido y valorado. Por ejemplo, "voy a comprar ese vestido para la fiesta de graduacin".

Ahora bien, el ser humano no slo percibe cosas; tambin posee la capacidad de percibirse a s mismo y reconocerse como autor de sus actos. Es capaz, por as decirlo, de objetivarse.

Por su naturaleza espiritual, el hombre es capaz de hacer lo que en filosofa se llama "la vuelta completa". Es decir, una reflexin sobre sus actos que le lleva a reconocerse a s mismo como autor de los mismos.

Esta auto-percepcin va acompaada, como las dems percepciones, de un juicio de valor que invariablemente es este: "soy muy valioso!". Todos, por naturaleza, hacemos esta percepcin en cuanto tomamos contacto con nosotros mismos.

Esa percepcin y valoracin genera una demanda silenciosa pero profundamente poderosa, la ms poderosa del ser humano: "necesito que me amen por lo que soy, que me respeten, que me tomen en cuenta, que me den mi espacio, que me dejen ser, que me permitan realizarme, ser yo mismo..."

Al igual que sucede con las cosas exteriores, tambin hace un reclamo silencioso para s y para los que le rodean.

El contacto del ser humano consigo mismo tiene, pues, el mismo proceso que cuando entra en contacto con las cosas externas:

1. 2. 3.

Percepcin: "soy yo!" Valoracin: "soy muy valioso!" Demanda: "merezco respeto!"

Los valores fundamentales.

A raz de esta percepcin nacen los tres valores que son el fundamento de todos los dems:

- Amor (se concreta en necesidad de atencin).

- Dignidad (se concreta en igualdad ante los dems).

- Libertad (se concreta en capacidad de autorrealizacin).

Estas son las expectativas ms profundas, exigentes y perdurables que se esconden en las entraas de la estructura humana.

Todos los seres humanos tenemos estas expectativas. No estn sujetas a los altibajos de la moda, del lugar, del tiempo. Se encuentran en un nivel profundo de la personalidad, tanto en la niez como en la edad adulta.

Estos requerimientos silenciosos llevan consigo un veto: "no soy un instrumento". Ningn ser humano est hecho en funcin de otro. Todos poseen la misma dignidad, todos tienen un valor intrnseco y nico.

De estos tres valores fundamentales, surgen todos los dems: honestidad, caballerosidad, respeto, atencin, cuidado, humildad, sinceridad, justicia, honradez, puntualidad, responsabilidad, etc.

Dado que todos los valores tienen su fundamento en la dignidad de la persona, cada uno de ellos refleja un modo de guardar el respeto que merece esa dignidad. Por ejemplo, en una circunstancia concreta, el valor de la gratitud es el modo de expresar mi respeto a esa persona. En otro momento, ser mi silencio la manera ms adecuada de expresar mi respeto a una cierta persona, etc.

Por este mismo fundamento, todos los valores son intercomunicados, no hay contradiccin entre ellos, no pueden oponerse el uno al otro. Donde hay aprecio por un valor especfico, los dems tambin vendrn con l.

(Ejercicio)

Seleccionar 3-5 valores que sern prioritarios en la educacin de mis hijos.

1. 2. 3.

Definirlos bien; sealar las acciones principales que tomar para inculcarlos. Mencionar los motivos por los cuales elijo estos valores.

(Lectura para los hijos)

La historia de Rgulo (Versin de James Baldwin)

Esta antigua historia acerca del general y estadista romano Atilio Rgulo transcurre en el siglo tres antes de Cristo, durante la Primera Guerra Pnica entre Roma y Cartago. La legendaria fidelidad de Rgulo a su palabra lo inmortaliz en la historia romana.

Frente a Roma, del otro lado del Mediterrneo, existi en un tiempo una gran ciudad llamada Cartago. Los romanos nunca fueron muy amigos de los cartagineses, y al fin estall una guerra entre ambos. Durante largo tiempo la lucha permaneci indecisa. Primero los romanos ganaban una batalla, luego ganaban los cartagineses, y as transcurri la guerra durante muchos aos.

Entre los romanos haba un valiente general llamado Rgulo, de quien se deca que nunca faltaba a su palabra. Sucedi que Rgulo fue capturado y llevado a Cartago. Enfermo y solitario, soaba con su esposa y sus hijos, que estaban allende el mar, y tena pocas esperanzas de volver a verles. Amaba entraablemente su hogar, pero crea que su primer deber era hacia su pas, y as haba abandonado todo para pelear en esa cruel guerra.

Haba perdido una batalla, y lo haban apresado. Pero saba que los romanos estaban ganando terreno, y los cartagineses teman que al final los derrotaran. Haban enviado gente a otros pases para contratar soldados que los ayudaran. Pero ni siquiera as podran luchar mucho ms tiempo contra Roma.

Un da algunos notables de Cartago fueron a la prisin para hablar con Rgulo.

Nos gustara pactar la paz con los romanos dijeron y estamos seguros de que tus magistrados aceptaran con gusto si supieran cmo anda la guerra. Te pondremos en libertad y te dejaremos regresar, si aceptas hacer lo que decimos.

Y en qu consiste? pregunt Rgulo.

En primer lugar, debes contar a los romanos acerca de las batallas que habis perdido, y debes aclararles que con la guerra no han ganado nada. En segundo lugar, debes prometernos que, si no aceptan la paz, regresars a tu prisin.

Muy bien, prometo que, si no aceptan la paz, regresar a la prisin.

Y lo dejaron en libertad, sabiendo que un gran romano cumplira su palabra.

Cuando lleg a Roma, todo el pueblo lo salud con regocijo. Su esposa y sus hijos estaban muy felices, pues pensaban que no se separaran nunca ms. Los canosos senadores que redactaban las leyes de la ciudad fueron a verle. Le preguntaron acerca de la guerra.

Fui enviado de Cartago para pediros que aceptarais la paz dijo Rgulo. Pero no sera aconsejable aceptar la paz. Nos han derrotado en algunas batallas, es verdad, pero nuestro ejrcito gana terreno da a da. Los cartagineses tienen miedo, y con buena razn. Continuad la guerra un poco ms, y Cartago ser vuestra. En cuanto a m, he venido para despedirme de mi esposa, de mis hijos y de Roma. Maana regresar a Cartago y a la prisin, pues lo he prometido.

Los senadores trataron de persuadirlo de que se quedara.

Enviemos a otro hombre en tu lugar dijeron.

Acaso un romano faltar a su palabra? respondi Rgulo. Estoy enfermo, y en el mejor de los casos no me queda mucho de vida. Regresar tal como lo promet.

Su esposa y sus hijos lloraron, y le rogaron que no los abandonara de nuevo.

He dado mi palabra dijo Rgulo. Ser lo que deba ser.

Luego se despidi y regres con gallarda a la prisin y la cruel muerte que le esperaba.

Esta clase de coraje transform a Roma en la ciudad ms grande del mundo.

Preguntas de reflexin que debes responder en los foros del curso

Escribe lo que significan para ti los tres valores fundamentales:

1. Amor:

2. Dignidad:

3. Libertad: http://tv.catholic.net/index.php?option=video&id=822&subcat=74

Tema XIV: El maana ser como lo veo hoy La percepcin que tenemos de nuetros hijos influye en su comportamiento...

Tema XIV: El maana ser como lo veo hoy Tema XIV: El maana ser como lo veo hoy Una historia antigua

La percepcin que tenemos de nuestros hijos influye en su comportamiento, aunque no nos demos cuenta. Es lo que en psicologa se llama el efecto Pigmalin.

Muchos de los mitos de la antigua Grecia han servido como fundamento para caracterizar diversos tipos de comportamiento. As, por ejemplo, Sigmund Freud fundament una parte de su teora en los mitos de Edipo y Electra.

Cuenta Ovidio en su Metamorfosis que Pigmalin, rey de Chipre, esculpi una estatua con la figura ideal de la mujer. Le gust tanto su obra que quiso que se convirtiera en un ser real. EI deseo fue muy fuerte e hizo todo lo que pudo para conseguirlo. Pidi ayuda a Venus Afrodita, la diosa del amor, la cual realiz su sueo. As naci Galatea, su mujer ideal.

En este mito griego se encierran significados complejos que se replican en la educacin de los hijos, la enseanza de los alumnos y, a veces, en el estilo para dirigir al personal de una organizacin.

Puedo predecir el futuro?

Cuando alguien anticipa un hecho, existen muchas probabilidades de que se cumpla. A este fenmeno en psicologa social se le llama "realizacin automtica de las predicciones" y tambin se le conoce como "el efecto Pigmalin" o "la profeca que se cumple a s misma".

Podramos decir que el efecto Pigmalin es el proceso por el cual las creencias y expectativas de una persona afectan de tal manera su conducta que sta provoca en los dems una respuesta que confirma dichas expectativas. Es un modelo de relaciones interpersonales segn el cual las expectativas, positivas o negativas, de una persona influyen realmente en aquella otra con la que se relaciona.

Mi hijo ser como lo veo

Este fenmeno se da cuando existen relaciones de dependencia entre las personas: padres e hijos, profesores y alumnos, jefes y subordinados, etc. El porqu de que esto suceda estara relacionado con una energa sutil que las personas somos capaces de enviar a otras.

Los padres, los maestros y los jefes tienen una fantasa respecto de cmo debe ser y funcionar un hijo, un alumno o un colaborador ideal, por lo que dichas expectativas terminan condicionando el desempeo de los dependientes.

Johann W. Goethe dijo que "si tomamos a los hombres tal y como son, los haremos peores de lo que son. Pero si los tratamos como si fueran lo que deberan ser, los llevaremos adonde tienen que ser llevados".

El efecto Pigmalin parte de tres supuestos:

1. Creer firmemente en un hecho. 2. Tener la expectativa de que se va a cumplir. 3. Acompaar con mensajes que animen su consecucin.

Muchos psiclogos han hecho diversas pruebas para comprobar este efecto, y han demostrado que slo la expectativa puede influir en la conducta de los otros.

En el campo de la educacin, el efecto Pigmalin fue introducido por el psiclogo estadounidense Robert Rosenthal, quien realiz un experimento con alumnos y maestros para demostrar que los estudiantes obtenan mejores rendimientos y un mayor desarrollo personal en la medida en que las expectativas de sus educadores eran mayores.

Esto se comprob mediante una serie de experimentos aplicados con tests de inteligencia a estudiantes con dificultades escolares. Posteriormente, a los maestros se les comunicaban los resultados falseados, en los cuales los muchachos aparecan como mucho ms inteligentes de lo que en realidad obtenan en el test. La consecuencia fue que esos alumnos pasaron a ser los ms destacados en clase y mostraron una inteligencia por encima del promedio. La razn de esa superacin estrib en que los estudiantes se sintieron ms capaces.

Lo anterior se debi, principalmente, a que los profesores esperaban siempre buenos rendimientos de estos alumnos a los que se les haba presentado como especialmente inteligentes. Movidos por este preconcepto, los maestros aplaudan cualquier pequeo acierto y disimulaban los pequeos fallos.

El efecto de esta predisposicin positiva de los profesores era que aumentaba en estos alumnos la confianza en s mismos y, en consecuencia, mejoraba su rendimiento.

"Para el profesor Fernndez yo ser siempre un nio travieso porque l me trata siempre como a un nio travieso; pero yo s que para ti puedo ser un gran hombre, porque t siempre me has tratado y me seguirs tratando como un gran hombre".

Cmo vemos a nuestros hijos?

(Ejercicio)

Revisar el concepto que tengo de cada uno de mis hijos.

1. 2. 3. 4. 5.

Cmo los veo? Mi visin de cada uno es objetiva? Los minusvaloro? Les exijo ms de lo que pueden dar? Les doy confianza?

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(Lectura para los hijos)

Robin Hood conoce al Pequeo Juan

(Versin de Henry Gilbert)

De cuando en cuando se requiere un renegado legendario para dar lecciones de justicia, generosidad, caballerosidad y camaradera. Robin Hood y su alegre banda merodearon en los bosques de Sherwood, en Nottinghamshire, y Barnsdale, en Yorkshire, en los das en que el rey Ricardo Corazn de Len se encontraba lejos luchando en las Cruzadas, y el astuto y codicioso

prncipe Juan gobernaba en su ausencia. En esta historia, un loable espritu deportivo gracia en la victoria, humor en la derrota constituye la clave de la buena amistad.

Una vez Robin Hood viajaba por el bosque de Barnsdale cuando lleg a un ancho arroyo cruzado por una angosta viga de roble. Su anchura slo permita que pasara un hombre por vez, y desde luego no tena barandas. Robin avanz un metro cuando un hombre alto apareci en la otra orilla, salt sobre el puente y tambin comenz a cruzar.

Se detuvieron y se miraron con mal ceo cuando estaban a slo tres metros.

-Dnde estn tus modales, amigo? -pregunt Robin-. No viste que yo estaba en el puente antes que t plantaras en l tus grandes pies? Retrocede!

-Retrocede t, cabeza de alcornoque -replic el otro-. El pequeo debe ceder el paso al ms grande.

-Eres un forastero por estos lares, cabeza de chorlito -dijo Robin-. Tu lengua de palurdo te delata. Te dar una buena leccin en modales de Barnsdale, si no retrocedes y me dejas pasar. -As diciendo, tom su arco y apunt una flecha. El hombre alto la mir con un destello entre risueo y colrico en los ojos.

-Si esta es tu leccin de modales de Barnsdale -replic -, es una leccin de cobardes. All ests, con un arco en la mano, dispuesto a dispararle a un hombre que slo est armado con un cayado.

Robin vacil. Estaba furioso con el forastero, pero le agradaba el carcter directo y franco del gigante.

-Como quieras -dijo-. Aguarda aqu.

Regres a la orilla, donde cort una gruesa rama y la tall hasta darle el peso y la longitud que deseaba. Luego volvi al puente.

-Bien -dijo Robin-, preprate para un pequeo juego. Quien caiga del puente al arroyo pierde la batalla. Preparado? Ya!

Ante el primer golpe de la vara de Robin, el fornido forastero comprendi que no se las vea con un novato, y pronto descubri que el brazo de Robin era tan fuerte como el suyo. Durante largo tiempo las varas giraron como brazos de molino, y cuando chocaban, el crujido de la madera reverberaba en los rboles de ambas mrgenes del arroyo. El forastero embisti, y asest un duro golpe en el crneo de Robin.

-El primer golpe es tuyo! -exclam Robin. -Y el segundo es tuyo! -dijo el gigante con una risa bienhumorada, frotndose una nueva magulladura en el antebrazo izquierdo.

Ahora los golpes descendan con la celeridad del rayo, y aun los huesos de ambos hombres crujan. Mantener el equilibrio en el puente era casi imposible. Haba que pisar con sumo cuidado, y el impacto de cada golpe dado o recibido amenazaba con tumbarlos.

Robin asest un golpe en la coronilla del grandote, pero al instante el forastero le propin un feroz mandoble que le hizo perder el equilibrio. Robin cay al agua con un estruendoso chapoteo.

Por un momento el gigante pareci sorprendido de no ver a su oponente. Enjugndose el sudor de los ojos, exclam:

-Hola, jovencito, adonde has ido?

Se agach preocupadamente, y mir el agua que corra debajo del puente.

-Por San Pedro -exclam-, espero que ese valiente no se haya hecho dao.

-A fe que no! -dijo una voz corriente abajo-. Aqu estoy, grandulln, en perfecto estado. Has vencido, y no necesitar cruzar el puente. Robin se encaram a la orilla, se arrodill y se enjuag la cara en el agua. Cuando se levant, se encontr con el forastero al lado, mojndose la cabeza.

-Qu? -exclam Robin-. No has continuado tu viaje? Tenas tanta prisa por cruzar el puente, y ahora has regresado!

-No me lo reproches, buen amigo -dijo el gigante-. No tengo adonde ir. Soy slo un siervo que ha escapado de su seor, y esta noche, en vez de mi clida choza, slo tengo un arbusto donde dormir. Pero me gustara estrecharte la mano antes de partir, pues eres un luchador diestro y aguerrido.

Robin extendi el brazo sin reservas, y se estrecharon la mano con fuerza y simpata.

-Qudate un poco -dijo Robin-. Tal vez desees cenar antes de reanudar la marcha.

Con estas palabras, Robin se llev el cuerno a los labios y sopl una nota que reson en el bosque, haciendo que los grajos echaran a volar y los animales buscaran refugio. Luego se oy un ruido, como si varios venados corrieran por la arboleda, y pronto varios hombres salieron de la oscura muralla de rboles.

-Vaya, buen Robin -dijo uno-, qu te ha sucedido? Ests calado hasta los huesos!

-No tiene importancia -ri Robin-. Veis a este hombre alto? Luchamos en el puente con nuestros cayados, y l me derrib.

-A l, muchachos! -exclamaron los hombres de Robin, lanzndose sobre el forastero-. Arrojadlo al agua y que se moje bien!

-No, no -grit Robin, riendo-. Calma, muchachos. No le guardo rencor, pues es un sujeto honesto y valiente. Escucha, hombre -le dijo al forastero-. Somos renegados, valientes que se ocultan de los malos seores en el bosque, y nos dedicamos a robar a los ricos lo que han robado a los pobres. nete a nosotros si quieres. Puedo prometerte buenos porrazos y mucha diversin.

-Por la tierra y el agua, ser tu hombre -exclam el forastero, tomando la mano de Robin-. Nunca he odo palabras tan dulces, y de todo corazn ser tu servidor y el de tus camaradas.

-Cmo te llamas, buen hombre? Pregunt Robin. -Juan de los Rastrojos -respondi el otro, y luego, con una risotada-, pero me dicen Juan el Pequeo.

Los otros tambin rieron, y se adelantaron para darle la mano. Luego regresaron deprisa al campamento, donde una gran marmita de hierro los aguardaba sobre una fogata, exhalando aromas tentadores para hombres a quienes el aire del bosque despertaba el apetito. Reunindose en torno de Juan el Pequeo, que los superaba a todos en estatura, los renegados alzaron sus picheles hacia un gran casco de madera, para llenarlos de cerveza hasta el borde.

-Ahora, amigos -exclam Robin-, bautizaremos a nuestro nuevo camarada para darle la bienvenida a nuestro grupo de hombres libres del bosque. Hasta ahora lo han llamado Juan el Pequeo, y sin duda es un dulce beb. Pero de ahora en adelante se llamar Pequeo Juan. Tres hurras, muchachos, por Pequeo Juan!

Cmo hacan vibrar el atardecer! Las hojas temblaban con sus gritos. Luego arrojaron sus picheles de cerveza, se reunieron en torno de la marmita, sumergieron sus cuencos en el sabroso guisado e iniciaron el banquete.

Preguntas de reflexin que debes responder en los foros del curso

Comenta las lecciones del video "Recibe servicio". http://tv.catholic.net/index.php?option=video&id=824&subcat=74 Tema XV: Conclusiones. Es necesario encomendarnos mucho al Espritu Santo para que gue todas nuestras acciones.

Tema XV: Conclusiones.

Tema XV: Conclusiones. No quitar el ojo del objetivo final

En el da al da es importante no perder de vista el objetivo. Es fcil, por ejemplo, que cuando estamos cansados o con mucho trabajo, damos a los hijos todos los permisos que piden "con tal de que me dejen en paz..."

Hay que recordar siempre que todo comunica. Si un da bajamos la guardia, es posible que perdamos la labor de un mes o de un ao o ms.

Pero del mismo modo, tambin es necesario ser flexibles y tolerantes con lo que no es esencial. No todo tiene la misma importancia. A veces la intransigencia puede ser contraproducente. No podemos usar la misma regla con un nio de cinco aos que con un adolescente de catorce.

Recuerde que con sus palabras y acciones usted est escribiendo un mapa en el alma de sus hijos. Cmo puede verificar si est escribiendo bien ese mapa?

La forma ms sencilla para descubrir la efectividad de su "escritura" es observar cmo el hijo toma sus decisiones; decisiones pequeas, no necesariamente trascendentales.

Por ejemplo, un matrimonio amigo me cont la siguiente historia. Tienen tres hijas pequeas entre diez y cuatro aos. Toda la familia ha estado participando por varios aos en misiones de semana santa. Van a los pueblos de alrededor y predican el evangelio casa por casa.

En una ocasin, por el mes de febrero, los paps reunieron a sus hijas y les dijeron: "hoy tenemos una sorpresa: la prxima semana santa iremos a la playa. Vamos a descansar de las misiones..." Para su sorpresa, la noticia no caus ninguna gracia; las nias comenzaron a ponerse serias y una a una comenzaron a expresar su desacuerdo: "yo voy de misiones con mis amigas"; "yo se lo promet a Jess..." As, que los paps no tuvieron ms remedio que ir de misiones como siempre lo haban hecho...

Esa pequea decisin de las nias se puede trasportar imaginariamente al futuro. Cuando tengan veinticinco aos: cul ser su jerarqua de valores: el descanso personal o ayudar a los dems?

Tener la mirada puesta en el objetivo, ayuda a redimensionar las contrariedades de cada da y a no ahogarse en un vaso de agua.

Saber educar es saber esperar: no desesperarse con los berrinches y rabietas del nio cuando se le niega un permiso o cuando se le castiga o se le da una reprimenda.

Esas rabietas y caprichos son expresin de algo muy positivo: se est provocando un cambio importante en su conducta, en su sistema de valores, en sus actitudes, y eso le duele; ese dolor es saludable porque se est borrando un vicio y escribido una virtud...

Pero nunca seremos perfectos

Finalmente una palabra de aliento: por ms esmero que pongamos, nunca podremos decir que hemos sido perfectos. La misin de educar ser siempre muy superior a nuestra capacidad. Habr errores y equivocaciones.

Ante los momentos de desaliento, siempre debemos tener el consuelo de que a pesar, o incluso gracias a nuestras deficiencias, Dios sabr hacer una obra de arte en nuestros hijos.

Necesitamos dar espacio al Espritu Santo en nuestra labor educativa. l es el verdadero Maestro y el Artfice de las obras de arte vivientes que sern nuestros hijos el da de maana.

Es necesario encomendarnos mucho al Espritu Santo para que gue todas nuestras acciones. Por ms esfuerzo que pongamos, siempre seremos muy limitados y defectuosos. Necesitamos su ayuda.

(Ejercicio)

Rezar la siguiente oracin al inicio del da durante una semana.

"Espritu Santo, insprame lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, lo que debo escribir, lo que debo hacer; cmo debo obrar para buscar el bien de los hombres, el cumplimiento de mi misin, y el triunfo de tu Reino. Amn".

(Lectura para los hijos)

EL HIJO PRDIJO

(Evangelio segn san Lucas 15, 11-32)

Un da Jess dijo: Un hombre tena dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: "Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y l les reparti la hacienda. Pocos das despus el hijo menor lo reuni todo y se march a un pas lejano donde malgast su hacienda viviendo como un libertino.

Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel pas, y comenz a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajust con uno de los ciudadanos de aquel pas, que le envi a sus fincas a apacentar puercos. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que coman los puercos, pero nadie se las daba. Y entrando en s mismo, dijo: "Cuntos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aqu me muero de hambre! Me levantar, ir a mi padre y le dir: Padre, pequ contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trtame como a uno de tus jornaleros."

Y, levantndose, parti hacia su padre. Estando l todava lejos, le vi su padre y, conmovido, corri, se ech a su cuello y le bes efusivamente.

El hijo le dijo: "Padre, pequ contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo." Pero el padre dijo a sus siervos: "Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mo estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado." Y comenzaron la fiesta.

Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acerc a la casa, oy la msica y las danzas; y llamando a uno de los criados, le pregunt qu era aquello. El le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano." El se irrit y no quera entrar. Sali su padre, y le suplicaba. Pero l replic a su padre: "Hace tantos aos que te sirvo, y jams dej de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; y ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para l el novillo cebado!"

Pero l le dijo: "Hijo, t siempre ests conmigo, y todo lo mo es tuyo; pero convena celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado."

Preguntas de reflexin que debes responder en los foros del curso

Escribe las lecciones que te deja la lectura de la parbola del Hijo prdigo http://tv.catholic.net/index.php?option=video&id=825&subcat=74

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