Antonio Aponte-100 Granos de Maiz

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CONCIENCIA, PROPIEDAD Y PETROLEO
La conciencia es la nocin que los individuos o sectores sociales tienen de su ubicacin en la sociedad, y la visin del mundo que de esa ubicacin se desprende. Ella est entrelazada con la existencia, y a su vez la existencia depende de la forma hegemnica de propiedad de los medios de produccin. Si la propiedad es nosocial, la existencia de la mayora de la poblacin estar signada por una conciencia egosta, el individualismo y la competencia despiadada por el lucro, que producen indefectiblemente penurias materiales y espirituales. Si por el contrario la propiedad hegemnica es social, propia del socialismo, las penurias materiales y espirituales tienden a resolverse en sociedad, solidariamente, entre todos. Pa ra una Revolucin socialista es vital sustituir la conciencia egosta, propia del Capitalismo, por la conciencia social propia del Socialismo. Para eso es necesario que la forma hegemnica de propiedad sea la propiedad social de los medios de produccin. Esta es una verdad universal del pensamiento revolucionario, corroborada muchas veces en la historia. La Unin Sovitica se aparto de este axioma, y tal como lo predijo el Che extravi el camino. Cuba, por su parte, entendi que la Revolucin es ante todo conciencia apoyada en una economa social eficiente, y all est, superando escollos y siendo faro y esperanza para la humanidad. Es as que podemos resumir el Socialismo del siglo XXI en el siguiente aforismo: conciencia del deber social y Petrleo. Lo que quiere decir, que sembrar el petrleo en poca de Socialismo como la que hoy transitamos, es usar la riqueza para la formacin de una economa que genere conciencia social. Esta debe ser la medida de todas las acciones de los
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bolivarianos. Desde nuestra participacin en las elecciones buscando los diez millones, hasta la ltima inve r s i n econmica, deben tener ese objetivo: si genera conciencia del deber social es buena, es estratgica, nos enrumba al Socialismo; si no la genera, si por el contrario contribuye a apuntalar la conciencia del egosmo, entonces es perjudicial. La historia nos ensea que slo un pueblo con una altsima conciencia del deber social, es capaz de enfrentar con xito los escollos que por su redencin se le plantean. La conquista de esa conciencia ser fundamental en los retos de hoy, desde lo electoral hasta la invasin del imperio, pasando por la lucha por alcanzar la eficiencia, y contra la corrupcin, el burocratismo. Ya sabemos que la batalla por la conciencia del deber social es la batalla decisiva de la Revolucin socialista bolivariana, pero veamos los obstculos que en ese empeo debemos vencer. El principal obstculo son los valores del egosmo enraizados en lo profundo de la psiquis de toda la nacin, gobierno y pueblo. Desde los refranes, la televisin, la escuela, hasta la propaganda, todo esta construido para perpetuar la ideologa del egosmo, y por tanto por sostener las bases conductuales del Capitalismo. Es por eso que a la par de desarrollar una economa social, debemos impulsar los valores de la solidaridad, de la pertenencia a la sociedad, del internacionalismo. Debemos inculcar en la poblacin la idea de que no hay soluciones individuales a los problemas, de que la suerte de un individuo depende, esta ntimamente ligada, a la suerte de toda la sociedad. La conciencia del deber social es la principal tarea del pueblo y del gobierno.
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4 Y 27 DE FEBRERO DOS FECHAS EN CONTRASTE
Algunos sucesos histricos marcan el rumbo de naciones y hasta de continentes, es por eso que el xito poltico depende de su cabal comprensin. Abril de 1810, la perdida de la Primera Repblica, el 23 de Enero, seran ejemplos que apoyan el aserto. Hoy, nos interesa analizar dos eventos muy prximos que sin duda marcarn la historia nuestra por los prximos cien aos, de la interpretacin que demos a aquellos das depender el rumbo que tome la nacin. El primero de ellos es el 27 de febrero de 1989, sobre l llueven variadas interpretaciones. Nosotros pensamos, a contracorriente con la idea generalizada, que aquellas jornadas fueron el entierro de un ciclo histrico que tiene dos marcadas influencias: una, las teoras de la izquierda que se haba lanzado en brazos del anarquismo tras la derrota en la lucha armada; y la otra influencia, el populismo del pacto puntofijista que vena de los das copiosos del primer gobierno de Carlos Andrs Prez, cuando se sembr en el pueblo expectativas materiales egostas. Durante los acontecimientos del 27-F, el pueblo, sin organizacin, espontneamente, se lanzo a la calle a disputar su parte de la renta petrolera, desordenadamente, nica manera que en aquella oportunidad le era posible. El pueblo, abandonado por la dirigencia revolucionaria que padeca de anarquismo, educado y concientizado en el facilismo egosta por el gobierno de Carlos Andrs, acostumbrado al Estado paternalista, no resisti las penurias que les propona el agotamiento del proyecto populista, que por exigencias de la economa capitalista internacional ya no dispona de riqueza para sostener el proyecto derrochador.
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Aquellas jornadas fueron el entierro de un pacto populista que duraba ya casi cincuenta aos, y tambin de una izquierda extraviada que se debata entre el anarquismo y el salto haca territorios reformistas. Nace as una nueva etapa que refuta al pasado y tiene su arranque el 4 de febrero de 1992. Esta rebelin contrasta con el 27 y nos indica un nuevo rumbo: el 27 espontneo, el 4 planificado, aquel sin direccin, este con una direccin militar, el primero sin objetivos, sin consignas, no dejo rastros de organizacin, se perdi en las neblinas de la historia, el segundo, con objetivo de poder muy claro, con consignas, con una organizacin que lo trasciende, se interna en la historia con aliento de cambios. Entender al 27 de febrero como un triunfo popular y un paradigma, es un error de apreciacin histrica que aviva las ideas equivocadas (anarquismo y populismo), las hacemos beligerantes, y debilitamos a la Revolucin.
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LA CONCILIACIN Y LA INVANSIN, HIJAS DE LA MISMA MADRE.

Publicado el 03 de marzo de 2006
Las revoluciones al llegar a etapas de definicin multiplican los enemigos, tal es el caso de la Revolucin bolivariana. Cuando el Comandante Chvez habl de tomar el rumbo al Socialismo, a los enemigos externos, que son bastantes, se sumaron los internos, quienes temen avanzar, que hacen dao, crean fisuras, y preparan de manera inconsciente el camino para que la embestida imperial tenga posibilidades de xito. Muchas son sus maneras de actuar, el Comandante mencion algunas: la corrupcin, la ineficacia, el burocratismo. No obstante, hoy queremos referirnos a una que asoma en el paisaje poltico, la conciliacin. E x t raamente la conciliacin aparece cuando la Revolucin est triunfante, creando una situacin similar a la que El Libertador dibujara tan bien en el Manifiesto de Cartagena: a cada conspiracin suceda un perdn, y a cada perdn suceda otra conspiracin que se volva a perdonar. La conciliacin marc la prdida de la Primera Repblica, y casi doscientos aos despus, sus races ideolgicas son las mismas que aparecen en la Revolucin bolivariana; se trata de la misma situacin. Veamos: En 1810, los conciliadores mantuanos queran una Revolucin limitada, que no fuera ms all de un cambio de oligarquas: la criolla por la de los espaoles peninsulares. La tolvanera desatada en abril de 1810 lleva a los mantuanos a participar de una Revolucin en la que no crean, y siempre funcionaron como freno, por eso fracas la Primera Repblica, pasando a la historia como la Repblica Boba. El Libertador
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entendi que no era posible una Revolucin conciliadora, slo as fue capaz de hacer la Campaa Admirable, y con el Decreto de Guerra a Muerte derrotar la conciliacin. No era lo que llamaramos hoy un ultraizquierdista inconsciente, as lo demuestra cuando firma el armisticio con Morillo. Era un hombre, un estadista con un volcn en el pecho: la idea de liberar a la Amrica, y la conviccin de que slo rompiendo con su pasado mantuano podra cumplir su destino. Doscientos aos despus la situacin se repite, no es casual: una Revolucin, si es verdadera, inevitablemente le llega el momento de romper con el pasado y lanzarse a la sublime hazaa de construir el futuro. Una Revolucin no es un mero cambio de hombres, ni siquiera de organizaciones, es un cambio de cultura, de conciencia, de organizacin social, que tiene como enemigos a los conciliadores que temen al futuro, tanto como a los invasores que representan al pasado.
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SI PERDEMOS A CHVEZ PERDEMOS UN SIGLO

En las elecciones de diciembre, por decir lo menos, nos va el destino de la patria y del continente. Quien encare el evento de fin de ao como una eleccin ms, no tiene sentido de la historia. Veamos: Ya es una verdad comprendida por grandes mayoras, que el Capitalismo condena a la humanidad a un futuro terrible. Dado el impacto ecolgico producido por la voracidad del capital, no es una exageracin hablar de peligro de extincin de la especie y de la vida planetaria. Ahora los pueblos sienten que bajo el Capitalismo estn condenados a padecer miseria espiritual y material. Por eso es de importancia vital la construccin del Socialismo, nica manera de superar al Capitalismo suicida. La historia del siglo pasado nos dice que es en los pases de la periferia del imperio donde existen las condiciones para intentar liberar al humano del destino terrible que le ofrece el Capitalismo. Por ahora, los pueblos de los pases industrializados estn muy atrapados por la manipulacin. Con el Comandante Chvez se construy en el pas y en la Amrica, el requisito previo para cualquier Revolucin: la existencia de un lder que establezca conexin amorosa con su pueblo. As se rompi el cerco de dominacin ideolgica, y se abri la posibilidad nica en siglos de transitar el camino de la superacin del Capitalismo. Aqu en Venezuela, con Chvez, renaci la esperanza. La Revolucin bolivariana ha recorrido un largo camino de bsquedas y concreciones. No es necesario repetirlo, hemos cometido errores, tenemos mucho que mejorar, nos
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falta mucho por hacer Sin embargo, lo fundamental lo hemos construido: la posibilidad de avanzar!, de corregir entuertos, de deshacer errores. Slo la Revolucin tiene el amor que posibilita la redencin de los humildes. Las otras propuestas son antipopulares y nos llevan al abismo. No importa de qu se disfracen, todas estn teidas de rechazo a los humildes. Slo con Chvez la Revolucin y el Pueblo tienen la posibilidad de arreglar lo que haya que arreglar para seguir avanzando. Sin Chvez se acaba la Revolucin y muere la esperanza. Cualquier otra alternativa ser una ilusin electorera de bienestar. Nada debe estar por encima de mantener el binomio amoroso Chvez-pueblo. Si perdemos la posibilidad nica de construir los sueos, si perdemos la oportunidad que slo se presenta una vez cada cien aos, cuando los pueblos despiertan, entonces nos estaremos condenados a la cada en el abismo.
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LA IMPRESCINDIBLE VANGUARDIA
La revolucin bolivariana se encamina rumbo al socialismo. En esta etapa nos encontramos asediados por el monstruo del norte y en franca lucha contra la corrupcin, la ineficacia y el burocratismo. Por lo tanto es impera t ivo preparar al pueblo para las batallas que se avecinan, afinar la organizacin popular, y construir una poderosa vanguardia que apoye al Comandante Chvez en la tarea de dirigir la Revolucin bolivariana. El instrumento poltico de la Revolucin debe ser revisado. Requerimos algo ms que una maquinaria electoral. Es urgente construir una vanguardia revolucionaria guiada por la teora del Bolivarianismo, que no es otra cosa que el pensamiento del Libertador enriquecido con lo mejor del pensamiento revolucionario universal y nacional. Una vanguardia que sea nervio catalizador de la formacin de la conciencia revolucionaria, que atraviese todo el tejido social de la nacin, que sirva de aliciente y soporte a la gran organizacin popular, que en los momentos de reflujo mantenga las banderas en alto, y en los momentos de auge popular organice la ofensiva, que agrupe a los mejores hombres y mujeres identificados en la accin y en el pensamiento de la Revolucin; que prefigure a la nueva sociedad que queremos construir, sirva de escuela para la formacin de revolucionarios cabales, que con su ejemplo de entrega a las tareas sociales y polticas de la Revolucin guen al pueblo en el camino de su concientizacin. Vanguardia que sea instrumento vital para la construccin de la nueva tica de la Revolucin. Una vanguardia que entienda que la R e volucin es el logro de metas materiales junto a la construccin de una nueva tica, una nueva cultura, una nueva subjetividad. Debe ser pionera en el establecimiento del
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trabajo voluntario, sin esperar ms gratificacin que la que se desprende del deber cumplido, como mtodo para instaurar la conciencia de que es posible avanzar hacia una nueva sociedad, hacia una nueva relacin humana. Vanguardia que sea capaz de abrir caminos y paralelamente ir al paso del pueblo, de l aprendiendo, y a l llevando sus enseanzas convertidas en directrices coherentes. Esta vanguardia, que es conciencia hecha cuerpo y accin, tiene como tarea fundamental elevar con su ejemplo y con su obra el nivel de conciencia revolucionaria del resto de la poblacin.
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ENSEANZAS DE UNA REVOLUCIN EN EL ALBA

El Comandante Chvez es muy claro cuando nos dice, Socialismo o Muerte. Esta consigna es portadora de una idea y una determinacin: la idea de la encrucijada vital y final a la que el Capitalismo ha conducido a la humanidad, al punto de ya avizorarse en el horizonte las tinieblas de la extincin planetaria de la especie; y la determinacin de los revolucionarios, de los hombres de buena voluntad, de estar dispuestos a dar lo ms preciado, la vida, de llegar hasta la muerte si fuere necesario, por construir el Socialismo, el nico puente que vence al abismo capitalista. La empresa de construir el Socialismo tiene dificultades slo comparables a su importancia. La Revolucin Bolivariana, para hacerse Revolucin autentica, tena que enrumbarse al Socialismo. En el mundo del Capitalismo globalizado no hay otra manera: para ser revolucionario hay que ser socialista; las revoluciones, o son socialistas o las atrapa el Capitalismo. Algunas enseanzas han recogido los revolucionarios en sus largos aos de trajinar la lucha. Veamos. Toda Revolucin es indita. Tiene dos pilares fundamentales: el acervo revolucionario universal, y la adaptacin de esa riqueza espiritual a la sociedad y al mundo donde se desarrolla el fenmeno. As, tiempo y lugar, experiencia y adaptacin, constituyen los elementos siempre cambiantes donde se concreta una Revolucin. Saber combinarlos para construir el espritu revolucionario es el arte
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y la ciencia de la Revolucin. De aqu la importancia de la teora en la lucha revolucionaria, ya que no es posible una Revolucin sin creacin terica. Debemos construir las condiciones para que el pueblo se involucre en la discusin de los grandes temas que incumben al proceso bolivariano: la vanguardia, la organizacin popular, la inversin de la renta petrolera, la economa social, seran algunos de ellos. Slo as podremos construir el necesario ambiente para la indispensable creacin terica. Razn tena el viejo barbudo y barrign cuando dijo que una Revolucin tiene la dimensin de los temas que discute, y la profundidad y rigor con que realiza esa discusin.
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LOS HIJOS DE DON QUIJOTE Y EL CUARTO MAJADERO

Le, en una hoja suelta de enciclopedia, una noticia sorprendente que invita a repensarnos, dice el libro, que un hijo de Don Quijote arrib a costas venezolanas y asent familia. Pasado el tiempo, los genes del gran soador deambulan entre nosotros. Si la noticia es cierta, y yo lo creo as porque lo corrobora Bolvar cuando se dice gran majadero de la historia junto a Cristo y Don Quijote, entonces, adems de su importancia literaria, estamos frente a la explicacin sociolgica de nuestro comportamiento histrico. Qu otra explicacin puede haber al paso de los Andes para ir a libertar a un continente. O para la exitencia de Simn Rodrguez el fabricante de velas y de sueos libertarios. Cul, sino esa, es la causa de tanto Fabricio, tanto Argimiro y tanta Libia. O, sin ir muy lejos, de quin sino obra de Quijotes fue el aldabonazo del cuatro de febrero. Pero, cabe pensar que en algn momento y viniendo de algn lugar, tambin llegaron a nuestro pas de soadores los genes del inefable Sancho, sino cmo explicar tantos aos de polticos ramplones, tanto oportunismo, tanto discurso empalagoso y prosa incoherente. Quiz los genes sanchistas salieron de las profundidades junto al petrleo, a lo mejor llegaron del norte, no importa, estn aqu y hacen peso, ponen freno, bajan la vista, no permiten alzar vuelos altos. La Revolucin bolivariana, con su bandera de ocho estrellas, es ruedo de enfrentamiento entre las dos gen-ticas: Sancho estuvo en el Central Azucarero de Saba-neta, mientras el Quijote se pasea por el camino de Barrio adentro, sintiendo el costillar de rocinante y con su adarga al brazo. El 11 de abril sali Sancho a la faena. El 13 baj el Quijote de los cerros.
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Ahora vamos a una eleccin, diez millones! dijo el Quijote, Sancho sentenci muy serio que no era posible, la matemtica no daba. El Quijote ayuda a los pases hermanos, Sancho grita que eso no es prctico. El Quijote es hermano de los Quijotes de Cuba, Sancho dice que eso no conviene. El Quijote la emprende contra los molinos del norte, Sancho se asusta y convoca al avestruz. Los Sanchos tienen tres mil aos siendo prcticos, y los pueblos otro tanto siendo miserables. Llegar el da en que los Quijotes construyan el mundo que suean?, Los ayudaremos? O al final del camino los majaderos de la historia no sern tres sino cuatro? El pueblo de Bolvar tiene otra vez la palabra.
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CMO SABER SI AVANZAMOS?

Una Revolucin necesita saber si avanza, necesita ir ms all de las apariencias, evaluarse con rigor. Adems, requiere que todo el pueblo perciba y entienda el avance. Slo as podemos hacer frente a las manipulaciones de los Julio Borges y los dems voceros de los norteamericanos, sean estos d e s c a ra dos como Mara Corina, o disfrazados como el renegado Teodoro. Para esto hay que buscar una medida revolucionaria del avance. La Revolucin no se puede evaluar con los parmetros de la oligarqua basados en los valores capitalistas. Como paso previo, establezcamos en rpidas pinceladas las caractersticas de la sociedad que deseamos construir, porque, como dijo el poeta, un barco que no sabe adonde se dirige, ningn viento le es favorable. En esta sociedad el fruto del trabajo ser propiedad de toda la sociedad, la riqueza as producida se repartir con criterio de equidad de acuerdo al principio de cada quien segn su capacidad, a cada quien segn su necesidad, principio, que aunque parezca raro, es un principio Bblico. De est manera se establecen las bases materiales para la participacin popular en las funciones de gobierno, de produccin, de defensa, etc. Siendo as, la sociedad deja de estar fragmentada y el individuo deja de ser una cosa, recuperando su condicin humana. De esta forma, se alcanzan altsimos niveles de conciencia del deber social, y la sociedad asume el papel de responsable de la suerte de sus hijos. Solo as se logran los mayores niveles de felicidad posible. Esta sociedad contrasta con la sociedad capitalista, que est fragmentada y fragmenta al individuo, siendo en realidad una nosociedad, un amontonamiento de vendedores y excluidos, de clientes y propietarios, donde se vive una guerra de todos contra todos, donde la ganancia es el
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centro de la vida y el hombre slo un instrumento para obtenerla. Por supuesto, una sociedad as organizada no puede dar al humano ms que miseria espiritual y material. Ya tenemos una medida para evaluar el avance de la Revolucin Bolivariana socialista: si la conciencia del deber social aumenta, entonces, nos acercamos a la sociedad soada. Si la propiedad de los medios de produccin es social, entonces, nos acercamos a la sociedad que queremos construir. Podemos decir, abreviadamente, que todo lo que contribuya a elevar la conciencia del deber social y la economa de produccin y propiedad social, nos acerca a la sociedad que queremos construir.
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CUANDO LA CLASE OBRERA SE ENCUENTRE A S MISMA

Cuando la clase obrera se encuentre a s misma, la Revolucin ser invencible. Este encuentro suceder cuando la clase tome conciencia de la ideologa que le es propia y d e s e che la ideologa dominante. Este proceso no es espontneo, se precisa la labor educativa de una vanguardia, es decir, de la organizacin de los primeros que rompen la carcasa ideolgica dominante, que tiene como tarea fundamental impedir que la clase y su ideologa se encuentren. Los oligarcas saben que ese encuentro, significar su entierro definitivo. Cul es la ideologa propia de la Clase trabajadora? La clase obrera tiene cerca de tres siglos peleando por sus derechos, enfrentando a un Estado enemigo, defendindose de la voracidad de los dueos de los medios de produccin, aquellos que transforman a los trabajadores en mera s mercancas, en cosas. Esta lucha ha pasado por diversas formas. El camino est bordado de batallas, unas propias y otras han sido batallas ajenas. Con el tiempo, las ideas han evolucionado, se ha enriquecido la teora revolucionaria. Mucho trabajo y extravos cost pasar desde formas primitivas de enfrentamiento con las mquinas, hasta llegar a la comprensin del trabajo enajenado como centro de la explotacin de los trabajadores y, lo que es fundamental, la comprensin de que la clase obrera no puede liberarse sin liberar a la humanidad toda. Qu pasar cuando la clase obrera asuma su papel? Lo primero es que sern derrotadas las ideas de liberacin basadas en la transformacin de los obreros en empresarios,
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por esa va slo conseguimos una sustitucin de oligarquas, y el meollo de la dominacin, el centro causal de la miseria espiritual y material inherente al Capitalismo, sigue intacto. Por ese camino damos vueltas en crculos y aos despus comprenderemos que perdimos una oportunidad nica para hacer avanzar a la humanidad. Lo segundo es que los revolucionarios, liderizados por la clase tra b a j a d o ra y su ideologa, entenderemos que el Estado actual, dirigido por el Comandante Chvez, nos plantea como tarea fundamental transformarlo en Estado revolucionario. Esta es una de las tareas principales: debemos entender que la fase de apropiacin poltica del Estado ya se cumpli, ahora viene la etapa de la consolidacin de esa apropiacin y de transformacin del Estado en Estado revolucionario. Tercero, con esa conciencia, con la ideologa de la clase obrera y la conduccin del Comandante Chvez, podemos establecer las necesarias alianzas con los diferentes sectores de la sociedad venezolana, susceptibles de ser incorporados a un proceso de transformacin profunda de la sociedad. La Revolucin Bolivariana Socialista, espera por la clase obrera, ojal cuando llegue no sea tarde.
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LA CONCILIACIN CAMINO EXPEDITO AL FASCISMO

La conciliacin tiene como fundamento ideolgico la negacin del Socialismo. He all su peligro. Se concilia para evitar el avance del Socialismo. La Revolucin bolivariana en su trnsito ha superado varias etapas, en todas ellas ha dejado, en los pajonales de la historia, a los que, agotadas sus aspiraciones, no han entendido el movimiento del pueblo hacia su redencin. Hoy, cuando el Comandante marca el rumbo hacia el Socialismo, es decir, otra etapa del camino revolucionario, se produce el mismo fenmeno de confrontacin y deslinde. Los que no estn de acuerdo con seguir avanzando toman varias actitudes: unos tratan de deformar al Socialismo, son los falsificadores que proponen formas econmicas que se parecen al Socialismo pero no van a los cambios radicales, los materiales y los espirituales que son necesarios; otros proponen como hegemnicas y estratgicas a las formas capitalistas de propiedad, se preocupan ms por alimentar al Capitalismo que en construir el Socialismo. Dems est decir que estas dos posiciones son adversas al Socialismo, lo rechazan, tratan de escamotearle al pueblo el derecho de avanzar hacia terrenos de felicidad. Por supuesto que estas propuestas econmicas tienen su correspondiente organizativo, en este terreno sabotean la construccin de un verdadero poder popular (a esto nos referiremos en otra columna). Y su correspondiente poltico, aqu necesariamente impulsan la conciliacin. Veamos. La forma poltica que se corresponde con una economa no socialista, es la que el pas vivi durante casi cincuenta aos con el pacto de punto fijo. Es decir, una democracia bufa,
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con una oposicin que se alterna en el gobierno, que junto a l protege al sistema capitalista. En lo internacional prestigia las relaciones con el imperio, aunque eso signifique alejarnos de Cuba socialista. En pocas palabras, la conciliacin persigue llevarnos a un neopacto de punto fijo, con otros actores, pero con la misma esencia, algo as como el mismo musi con diferente cachimba, mudar slo la apariencia. Hasta aqu el asunto es peligroso, pero se hace grave cuando vemos que ese camino de intentar volver al pasado, lo que consigue es debilitar a la Revolucin y, por tanto, si esta Revolucin se debilita, si el pueblo se confunde con las prcticas conciliadoras, vendr el fascismo. Porque es el fascismo lo que la reaccin tiene reservado a la Revolucin venezolana, ya lo sentimos el 11 de Abril, y lo presagia el atentado contra el monumento de Danilo.
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LOS PLANES MALIGNOS PARA DICIEMBRE O ANTES

Los Estados Unidos han montado una red internacional para atacar a la Revolucin Bolivariana. Funciona como una orquesta bien afinada: todo empieza con una directriz que emana del director del norte, pasa por la agencia colonial, la OEA, y termina en Venezuela anidada en los boletines de la embajada gringa: El Nacional, El Universal y Globovisin. Veamos un ejemplo por orden de aparicin: 1.-Negroponte, el zar de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos, declara advirtiendo sobre los peligros que se correran si Chvez vuelve a ganar las elecciones de diciembre. El plan contra la Revolucin comienza a andar y la red se moviliza. 2.-Condolezza comienza a activar el plan cuando llama a crear un frente unido ante el presidente de Venezuela, y lo present como un peligro para la regin por sus relaciones con Fidel e Irn. 3 . -Inmediatamente la orden se cumple, y el citizen Nelson Bocaranda escribe en su columna del Universal: Para que se est lo menos enterado posible de los planes conjuntos con el gobierno iran, todas las reuniones referentes al tema de dar apoyo al desarrollo nuclear (disimulado con otros negocios), se celebran en la Habana. Cumpli la orden de unir a Venezuela, Cuba e Irn, en un supuesto desarrollo de armas nucleares, todo esto para preparar a la opinin pblica norteamericana para una invasin a cualquiera de los tres pases. Pero la red contina activada 4.- Entretanto, en Venezuela comienzan a moverse los lacayos para una nueva abstencin: Smate, AD, y compaa,
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lideran est contribucin a los planes imperiales. 5.-Insulza, el procnsul de la agencia colonial declara: sera muy desafortunado si no hay una contienda electoral. Es la responsabilidad de todos crear las condiciones para que todos puedan participar. Est de antemano apuntalando la posicin abstencionista, y queda claro que es un plan para diciembre. Pero an no aparece el componente cruento, hasta ahora lo que hacen es desprestigiar y preparar el terreno. Pero no tarda la red en mostrarnos el plan y los encargados son 6.-Quiroz Corradi, propone el plan, concreto, el cruento: un gobierno de transicin, con un Presidente que no se reeligir, y cuyo plan de gobierno es desmontar al Chavismo convocando a una constituyente. 7.- Argelia Ros delinea mejor el plan, y escribe en El Universal esta perla que nos da idea del odio y lo que p r e p a ran: no es lo mismo derrotar que aniquilar, una conjugacin errtica resultar, sin duda, en la reedicin de aquel fracaso (se refiere al 11 de abril). En otro torpe desperdicio de una extraordinaria oportunidad. Fascismo puro! Esta es una pequea muestra del plan y de la red que est funcionando. No debemos bajar la guardia, no hay perdn, que los muertos entierren a los muertos.
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TEODORO DISFRAZADO DE TEODORO

La oligarqua venezolana ha reclutado en la pequea burguesa, sobre todo entre los lderes estudiantiles, a sus mejores lacayos. Teodoro, es uno de los ms destacados. Reuna muchos atributos para ser una buena ficha de los p r oyectos antipopulares: esponjoso en sus conv i c c i o n e s , pantallero y con carisma, era sin duda un buen candidato para el brinco renegado. Los scouts oligarcas no se equivocaron, les sali bueno para sus propsitos. Muchas prebendas obtuvo con la decisin de abandonar el campo revolucionario, sin embargo, hoy exhibe la angustia del que se traicion a si mismo, las cuentas sin saldar, los espectros del pasado lo visitan y lo hacen perder el sosiego y la compostura. Pero a qu viene Teodoro, cul es el papel que la oligarqua reserva para esta pieza. Veamos: La operacin se viene preparando desde hace algn tiempo. Primero necesitaban a alguien a quin le sirviera el disfraz de revolucionario, y Teodoro era el hombre, sera fcil que fingiera al revolucionario que alguna vez fue, ya antes haba prestado este servicio y lo dejaron fugar del San Carlos para que lo ejerciera. Despus, lanzan un libro donde hablan de dos izquierdas, una moderada y otra revoltosa. Tratan de l l e var el debate a terrenos de confusin, de simples enfrentamientos de matices. Pretenden sembrar la idea de que todos somos lo mismo, Chvez y Teodoro son lo mismo, izquierdistas los dos. Conseguida la falsificacin, vuelve Teodoro a sentir bajo sus talones el disfraz de revolucionario y lanzan la candidatura con esperanzas de confundir. No les importa fra c a s a r, les interesa tener candidato para otra s circunstancias, como por ejemplo, el gobierno de emergencia que proponen los golpistas Quiroz Corradi y el General Guaicaipuro.
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Naufragarn otra vez, la polmica entre izquierda tonta, e izquierda dura no tiene sentido. La discusin fundamental de los venezolanos es: Socialismo o Capitalismo, vida o muerte, Socialismo o Muerte. Y aqu ellos tienen poco que mostrar, no importa el candidato que presenten, no importa de qu lo disfracen, no podrn enfrentar con xito al Comandante, que ha dado muestra de consecuencia revolucionaria, de coraje poltico, y sobre todo algo que en la acera de enfrente falta, la responsabilidad con sus actos, la lealtad a su pasado y el amor al pueblo. Por nuestra parte, debemos dejar que los frijolitos ladren, la Revolucin debe seguir avanzando, discutiendo, apoyando al Comandante, consolidando las Misiones, que son reas espirituales socialistas, ampliando la economa de propiedad social, combatiendo la corrupcin, la ineficacia, el b u r o c ratismo, construyendo la tica de la solidaridad revolucionaria y, fundamentalmente, elevando la conciencia del deber social. De esta manera estaremos blindando a la Revolucin y no valdrn ni frijolitos ni falsificaciones.
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QUIN GANA, CUANDO CUBA GANA?

Mucho batallaron los infames para que Cuba no estuviera en el Clsico Mundial de Bisbol. Saban que el contraste dejara en evidencia lo que han hecho con el deporte en sus pases: lo mismo que el Capitalismo hace con todo lo que toca: lo transforma en mercanca, en un vil negocio, donde lo que cuenta es lo metlico por encima de todo. Transforman bosques en billetes, almas en mercancas, vidas en ganancias, mares en charcos pestilentes, todo para que el lucro siga en ascenso. Es por lo anterior, que el Clsico Mundial no puede ser comentado como un campeonato ms. Con la presencia de Cuba, aquel torneo se transform en una batalla entre dos culturas, dos maneras de ver el mundo, dos cosmogonas. Por un lado, equipos de humanos lamentablemente c o nvertidos en cosas, en mercancas, transformados en medios para obtener dinero: los cuidan, los venden, los cambian, los aseguran, les inyectan esteroides, y nos quieren hacer creer que eso es deporte. Ahora no tenemos beisbolistas, sino iconos propagandsticos de una marca de malta o de gaseosa. Los equipos se alinean en los escritorios de empresarios, al terreno entran los que convengan a la m a rca. Ronaldo juega an estando enfermo: los zapatos deben salir en la final. Aquel, juega sin estar en forma, los nios deben verlo para inducirlos a tomar la gaseosa en que se convirti. El otro, batea sin entrenamiento, su presencia aumentar la sintona. El Cy Young slo puede hacer 65 lanzamientos, vale mucho para gastarse en un negocio pequeo. Cuando el pelotero mercanca no sirve lo venden, total, es una mercanca, es como vender un carro usado cuando pasa aceite.
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Por el otro lado, Cuba, solitaria como la estrella de su bandera, con un equipo de humanos integrados, solidarios, con sentimiento de sociedad, emocionados hasta la lgrima. Cuba, bloqueada y asediada, con su Socialismo demostrando que el humano no es una mercanca, sino que es una pasin infinita y una posibilidad formidable. Que por encima de lo material est la conciencia, que vale ms que todos los millones de dlares; que Laz picha y en cada lanzamiento va un pueblo; el cuadro hace un doble play como quien va a una batalla por la vida; un Jonrn no es un simple jonrn, es un ave que remonta vuelo hacia el futuro; una atrapada es una accin que pertenece a toda la sociedad, y un error es un error de todos. Ese equipo no slo lleva la bandera de la patria de Mart, lleva el corazn de todos los latinoamericanos. Cuba fue a las entraas del monstruo y volvi, entera su dignidad y gloriosa en el Socialismo. Gan Cuba y con ella gano la forma socialista de organizar la sociedad, ganamos todos, gan Venezuela, ganaron los pueblos del mundo.
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DISCUTAMOS LA CONCILIACIN ABIERTAMENTE

Es mejor que estar discutiendo el punto con sordina. El columnista Marciano. Ha planteado el asunto con una gran valenta, primero reivindic a Julio Borges, luego lanz la perla del perdn a los saboteadores petroleros, y por ltimo nos obsequia abiertamente en una reciente columna que: los criollos podemos conciliar, y siempre ser mejor si conciliamos sin la intervencin de los observadores. El tema est planteado a muy alto nivel, y debe ser discutido por todos los revolucionarios. Estas seran algunas preguntas para encauzar el vital debate. Qu significa el planteamiento de conciliacin?, a cul planteamiento econmico corresponde?, a cul proyecto obedece?, qu futuro nos espera con la conciliacin?, quines quieren conciliar? Apareci el Chavismo sin Chve z ? El planteamiento conciliador significa, en lo poltico, reeditar el nefasto pacto de punto fijo pero ahora con nuevos actores, a Julio Borges le corresponde el antiguo papel de COPEY, y a los sectores internos conciliadores, les corresponder el papel de la infame Accin Democrtica, y para algn ripio poltico tienen reservado el papel del MAS. En lo econmico, significa, detener definitivamente la creacin de un rea econmica socialista, es decir, un rea de propiedad social de los medios de produccin y un rea socialista de distribucin de los bienes. En lo social, significa, capturar a las Misiones y convertirlas lentamente es unos programas filantrpicos sin alma e inoperantes.
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El proyecto conciliador es el chavismo sin Chvez. El Comandante no tiene cabida en un proyecto de esta naturaleza, l es un revolucionario a carta cabal, consustanciado con la Revolucin. No tiene otro proyecto que la redencin del pueblo de Bolvar y Zamora. No comulga con sarcasmos de Revolucin. Todo esto es muy grave, es una situacin crucial para la Revolucin Bolivariana, sabremos superarla como en otras ocasiones, de eso no tenemos dudas, lleg la hora en que todos debemos jugar cuadro apretado con el Comandante, concientizar al pueblo, informar a la gente, prepararnos para dar este combate que debe ser de ideas y de acciones. La conciliacin, es un planteamiento de ilusos! al traer la confusin y el desencanto del pueblo, facilita la llegada del fascismo. La derecha, el imperio, se aprovecharan de nuestra debilidad para realizar su verdadero plan que es el aniquilamiento definitivo del Chavismo, es decir degollar las esperanzas del pueblo.
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PODER POPULAR, O EL POPULAR CON PODER

El Poder Popular es uno de los grandes focos de discusin de la Revolucin Bolivariana. Sobre el asunto se han escrito libros y numerosos artculos de opinin, la mayora tratan de la estructura que debera tener este poder. Nosotros vamos a referirnos a la filosofa que debe sustentarlo. El Estado es un aparato que representa los intereses del sector dominante de la sociedad. Est encargado de administrar y perpetuar esa dominacin. Hasta ahora habamos conocido un Estado al servicio de los apropiadores del trabajo ajeno, todas sus acciones tendan a mantener las relaciones que permitan a unos pocos apropiarse del trabajo y la riqueza que pertenece a todos. Dems est decir que los sectores oprimidos estaban enfrentados a este Estado. Ahora bien, cuando ese Estado es conquistado por los sectores oprimidos, tal como sucedi en Venezuela con la llegada del Comandante Chvez al gobierno, la tarea es ponerlo al servicio de los sectores oprimidos. Es decir, uno de los objetivos principales de la Revolucin es transformar al Estado en un aparato al servicio de las grandes mayoras, con la tarea de organizar una nueva cultura, la de la libertad humana. Para lograr esto, el Estado debe transformarse en la columna vertebral del Poder Popular, o mejor, el Estado y el poder popular se identifican y se fusionan. No se oponen, se complementan. Es necesario, entonces, fundar el Poder Popular y simultneamente transformar radicalmente al Estado. Por otra parte, es bueno destacar que el Estado, es reflejo de la sociedad que le da origen. Por tanto, para transformar al Estado es indispensable revolucionar a la sociedad, modificando las relaciones de propiedad de los medios de
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produccin, haciendo que la propiedad social sea la hegemnica. El poder popular, que es parte orgnica del nuevo Estado, tiene dos grandes ramas, la administrativa-contralora, y la poltica. Las dos estn formadas por los mejores en conciencia, en desprendimiento, entrega al proceso y claridad poltica. Debe ser un tejido que surja de las profundidades de la sociedad y se eleve hasta la instancia ms ejecutiva. Explicamos, debe haber representaciones de todos los sectores sociales, debe ser posible rastrear sin interrupcin la representacin nacional hasta su origen en la base, en los tomos sociales. As, la asamblea en un pequeo barrio es capaz de discutir lo ms inmediato, la construccin de una escalera, por ejemplo, y tambin lo ms universal, la solidaridad con el pueblo de Irak, o una ley en la Asamblea Nacional. De esta manera, el Poder Popular formar humanos integrales, concientes de su pertenencia a la humanidad y a su sociedad.
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POR EL TRABAJO LOS RECONOCEREIS

El cmo y el para quin se trabaja determina el carcter de una sociedad. Por lo tanto, si queremos cambiar profundamente a una sociedad, o lo que es lo mismo, si queremos Revolucin, debemos cambiar el para quin y el cmo se trabaja. Y eso no se consigue sin sustituir la relacin de propiedad. Expliquemos. La sociedad se relaciona con la naturaleza a travs del trabajo. No se concibe una sociedad sin relacin con la naturaleza, es decir, sin trabajo, as como no se concibe trabajo sin sociedad. Los dos factores estn estrechamente ligados, se condicionan mutuamente. La sociedad se realiza en el trabajo y la calidad del trabajo marca todas las relaciones humanas. Ahora bien, la calidad del trabajo est dada por quin es el propietario del fruto de ese trabajo. Slo hay dos posibilidades, o el fruto del trabajo es apropiado por un puado de capitalistas, o el fruto del trabajo pertenece a la sociedad. El primer caso, es el de la sociedad capitalista. Esta manera de apropiacin transforma a todo en una mercanca, susceptible de ser vendida, incluyendo al hombre. Por supuesto que esta realidad se refleja en los valores de la sociedad, haciendo del egosmo su principio tico. En una sociedad as, el humano es un ser exiliado de s mismo, de su entorno, de la naturaleza, del producto de su trabajo. La sociedad, en este caso, es la suma de los egosmos individuales, es una guerra de todos contra todos, en realidad una nosociedad, una patologa es lo que estamos viviendo en el mundo de hoy.
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El segundo caso slo es posible cuando la sociedad recupera el dominio sobre el fruto del trabajo, el humano deja de ser mercanca, recompone sus fragmentos, se integra a s mismo y con su entorno, y la sociedad recupera su sanidad. La riqueza social, que antes era apropiada por unos pocos, pasa a ser fuente de felicidad para todos, y las posibilidades de realizacin espiritual y material del humano se hacen infinitas. La Revolucin Bolivariana, con la declaracin del Comandante Chvez, de avanzar hacia el Socialismo, comenz la tarea de recuperar la propiedad social del trabajo. El salto no es fcil, a l se oponen como barreras inmensas, los intereses de los apropiadores de la riqueza social y la cultura del egosmo que se ha construido durante milenios para justificar el gran fraude que es la apropiacin de la riqueza social por una faccin de maulas. Cuando el Comandante Chvez dice Socialismo o Muerte, nos dice tambin que, o cambiamos el cmo y el para quin se trabaja, o la humanidad perece.
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EL PODER POPULAR ESCENARIO, DE CONFRONTACIN

Cmo construir el poder popular? Es una pregunta vital para la Revolucin bolivariana. De la respuesta que le demos depender en gran medida el futuro del proceso. El punto debe discutirse abundantemente. Detectemos las tendencias fundamentales frente al Poder Popular: Una que propone la organizacin slo en la base, y slo para resolver asuntos administrativos del entorno. Es una propuesta cargada de anarquismo. No se integra al Estado, al contrario, subliminalmente lo ataca. No integra a los diferentes organismos de base, los mantiene aislados y bien podran ser absorbidos por un sistema capitalista. Es una propuesta parecida a las caducas Asociaciones de vecinos. Otra propone que la Asamblea baje de sus curules y vaya a las comunidades a discutir espasmdicamente en una suerte de asamblesmo, que no pasa de ser una imitacin imperfecta de arcasmos inoperantes. Las dos proposiciones parecen populares, lo son, pero jams por esa va se construir el Poder Popular. Pa ra que una sociedad tenga Poder Popular, la organizacin debe reunir unos requisitos bsicos: Primero, debe tener dos grandes ramas, una poltica, la vanguardia, la organizacin poltica del pueblo, lo que se conoce como el partido revolucionario; la otra rama es la administrativa - c o n t ra l o ra , que organiza al pueblo para la administracin y contralora de los recursos.
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Segundo, debe tener una organizacin que, partiendo de la base, llegue hasta los ms altos niveles ejecutivos y l e g i s l a t ivos. Es decir, los miembros del legislativo y del ejecutivo deben ser electos primero como delegados de barrio, o de talleres, o unidades educativas, despus delegados de parroquia, de estado y, por ltimo delegados a la Asamblea Nacional. De esta manera se construye un tejido social que no es otra cosa que el buscado Poder Popular, donde las grandes decisiones nacionales llegan por canales naturales al barrio, a la fbrica, a la universidad, a los crculos intelectuales, etc. Y estos tomos de organizacin tienen canales regulares para elevar sus opiniones al ejecutivo. El reto es grande. Se trata de sustituir al Estado que heredamos del Capitalismo, por un Estado popular, el Estado socialista. Muchas son las revoluciones que esperan por nosotros. Debemos revolucionar la forma de elegir, desechar el sistema electoral tallado a imagen y semejanza de los valores e intereses de la Cuarta Repblica capitalista. Discutir si la eleccin en primer grado es ms democrtica, ms libre que la eleccin desde la base eligiendo delegados. Una se esfuma en el acto de votar, la otra deja un tejido organizativo permanente. Reflexionemos.
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SIN CONCIENCIA NADA ES DURADERO

Hay dos maneras de enfrentar un evento electoral: La primera, abordarlo como una competencia de marketing, lo que los expertos en publicidad llaman, posicionamiento propagandstico. En este caso, se trata al candidato como un producto, como una mercanca: se contrata un buen experto electoral preferiblemente extranjero y de acento raro, recordemos a Napolitan. Al candidato se le cambia la imagen de acuerdo a las encuestas. Se elabora un discurso especial donde se evitan algunos trminos y se incorporan otros. Se asocia a un jingle y a un lema, como cualquier mercanca. Esta va dio resultado en el pasado, as se eligieron los presidentes de la cuarta, que nos sumieron en cincuenta aos de miseria espiritual y material. Es un mtodo propio del mundo capitalista, no construye pueblo, ni avanza pas, al contrario est diseado para deslavar conciencias y facilitar las dominaciones. La segunda es la va socialista. Tiene como fundamento el axioma revolucionario: toda accin debe tener como objetivo principal elevar en el pueblo el nivel de conciencia del deber social. Siendo as, se consideran las elecciones una ocasin para elevar la conciencia, la informacin y la organizacin del pueblo; una oportunidad apropiada para analizar a la Revolucin, determinar la etapa en que nos encon-tramos, fijar las nuevas metas, reconocer errores y cantar triunfos. En resumen, las elecciones se consideran va l i o s o momento para continuar afirmando la cultura socialista y dejar atrs la cultura de la Venezuela capitalista. La escogencia de la postura electoral, no es una decisin
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superficial. Se trata de marcar el rumbo de la Revolucin y de la sociedad. La va tradicional, la del marketing, nos coloca en una peligrosa contradiccin. Se enfrentan los nuevos valores impulsados por la zona espiritual socialista que hemos construido con tanto esfuerzo, zona de solidaridad, de amor, de estmulo a lo ms hermoso del humano, contra los valores que el Che llam las armas melladas del capitalismo, y en los que se sustenta la manera mercachifle de enfrentar las elecciones. Esta contradiccin de estmulos, por un lado a los valores egostas propios del capitalismo, y por el otro a los valores altruistas revolucionarios, confundira al pueblo, lo regresara al escepticismo egosta de pasado, y nos alejara del alma revolucionaria que combati el 11 de abril y en el saboteo petrolero. Nos debilita! Por su fruto ser reconocida la Revolucin, y el principal fruto de la Revolucin es la conciencia revolucionaria. Este logro debe marcar y dar importancia a todas las otra s realizaciones de la Revolucin. Sin conciencia nada es duradero.
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COINCIDENCIAS Y DISCREPANCIAS
En la discusin interna, los bolivarianos hacen el siguiente planteamiento estratgico: que nadie se engae, Bush viene con todo los hierros contra Venezuela. La desesperacin cunde en el entorno belicista de la Casa Blanca. Compartimos esta apreciacin y nos parece saludable para la Revolucin que estos asuntos se discutan abiertamente, ya sabemos que Revolucin que no discute se marchita. Sin embargo, discrepamos del remedio que proponen frente a la inevitable agresin del imperio. Nos dicen: que en situaciones difciles se impone una combinacin de flexibilidad con firmeza. Un paso atrs no es signo de cobarda; tampoco es seal de aventurerismo dar dos pasos adelante. Todo depende del momento y las circunstancia. Lo que pretende hacer Bush hay que desmontarlo con inteligencia audacia y tacto, tejiendo alianzas dentro y fuera del pas Estamos en desacuerdo en la solucin propuesta por esta corriente, hermana, pero equivocada. Veamos: Frente a una agresin imperialista, la respuesta no puede ser una poltica fundamentada en alianzas, flexibilidades y astucias polticas. La guerra que nos plantea el imperio slo puede ser enfrentada con una estrategia de guerra asimtrica, y all lo principal es la conciencia del deber social del pueblo, su sentido de pertenencia a la sociedad y a la Revolucin socialista. Sin este factor, es decir, sin pueblo conciente movilizado, informado, moralizado, estrechamente vinculado a su lder y a la Revolucin, no es posible salir exitosos de la embestida imperial. La conciencia del deber social, es el principal componente militar de la guerra asimtrica.
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Nos queda un cometario ms: las alianzas tienen un requisito previo: La fortaleza de nuestro campo, por eso nuestra prioridad, es construir una poderosa zona econmica y espiritual socialista. Slo a partir de esa zona podremos hacer alianzas y podremos enfrentar los obstculos que se nos presenten en el camino. Tener como prioridad las alianzas sin haber consolidado el territorio socialista es , cuando menos, un suicidio en primavera.
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SOCIALISMO O MUERTE
Cuando el Comandante Chvez, en el Monte Sacro italiano, lanz la consigna Socialismo o Muerte, estaba incorporando a la discusin un concepto profundo. Proclamaba las caractersticas fundamentales del Socialismo. Nos estaba diciendo, primero, que el Socialismo no es una opcin entre muchas otras posibles. Nos enfatiza que la humanidad o supera al Capitalismo, y construye al Socialismo, o la humanidad perece y la vida sobre el planeta se extingue. Y tiene razn el Comandante, si estudiamos el impacto ecolgico producido por el Capitalismo tendremos que llegar a esa conclusin. El Capitalismo con su enajenacin separa al hombre de la sociedad, de s mismo y de su entorno, todo esto produce grandes daos a diferentes niveles: el individuo se disocia, la sociedad se resiente. Sin embargo, es el impacto ecolgico, la injuria a la naturaleza, lo que causa al planeta una herida descomunal, que supera con creces a todos los anteriores males. Esa catstrofe no tiene regreso, es irreversible. Cuando se pierda el equilibrio ecolgico planetario, y para all vamos, habremos llegado al punto de no retorno, ya nada se podr hacer, todo acabar Razn tiene Chvez cuando nos alerta con su consigna Socialismo o muerte. Pero la consigna no se queda all, lo que ya sera suficiente. Tiene otro significado. Nos seala tambin que este pueblo, esta Revolucin, bajo el liderazgo del Comandante, estamos dispuestos a ir hasta la ltima frontera, con tal de enrumbar al pas por la senda del Socialismo. El Socialismo significa el rescate de las relaciones amorosas entre los humanos y de estos con su entorno.
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Significa una economa donde la riqueza por todos producida ser para el beneficio de toda la sociedad; la creacin de una sociedad donde todos seamos hermanos, donde la suerte de cada uno de sus hijos est entrelazada con la suerte de la sociedad entera. Slo una sociedad as recupera su sanidad, al dejar de colocar el lucro en el centro de toda la actividad, aun por sobre la naturaleza y el humano, al devolver la esencia a todas las cosas que bajo el Capitalismo han sido convertidas en mercanca. Solo una sociedad as puede revertir el dao ecolgico, restablecer el equilibrio natural, rescatar la posibilidad de la vida sobre el planeta. El reto es de vida o muerte, no hay nada ms importante que la construccin del Socialismo. Podramos decir parafraseando a Ribas, no podemos escoger entre Capitalismo o Socialismo, necesario es Socialismo. La humanidad espera por nosotros Hagmoslo!
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EL 12
Publicado el 01 de abril de 2006
El doce de abril el pueblo bolivariano dio una muestra de reserva moral revolucionaria. Ese da sali a la calle a luchar, a exponer su vida por la conquista de un objetivo poltico y espiritual: el regreso del Comandante Chvez. Aquella jornada, que fue la muestra de altruismo ms importante de este pueblo en muchos aos, le dio sentido a la lucha. Desde ese da, la construccin del Socialismo en la tierra de Bolvar dej de ser una esperanza y se convirti en el camino que empezbamos a transitar. En esa ocasin, el pueblo se reconoci a s mismo y supimos el poder inmenso que tiene la patria sostenida en la conciencia del deber social. Si alguien pregunta: Qu es la conciencia del deber social? Basta remitirlo a las jornadas del 12 de abril para que entienda: un pueblo unido, cvico-militar, movilizado, conociendo su poder, altruista, luchando por objetivos polticos de una gran altura; sali de la vista corta de su entorno pequeo y se hizo inmenso en la grandeza de sus objetivos. La construccin y la defensa del Socialismo cuenta en Venezuela con dos pilares fundamentales: la conexin amorosa que el Comandante Chvez mantiene con el pueblo, y la conciencia del deber social que est latente en nosotros. Se manifiesta en los momentos ms crticos del proceso: se manifest el 12, volvi cuando el saboteo petrolero, y dio combate con xito en la batalla de Santa Ins. Ese espritu, esa conciencia del deber social y esa conexin amorosa, deben fortalecerse y manifestarse todos los das. De esa forma, la Revolucin ser invencible y el Socialismo dejar de ser un sueo para hacerse realidad. Los oligarcas de todas las calaas, de todas las ubicaciones, saben esto, y su meta es minar estas bases de la Revolucin.
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En lo externo, tienen como principal arma la deformacin meditica que no cesa en su bombardeo de engaos y recursos psicolgicos, que minan el sentido social del pueblo, estimulan el egosmo, y bombardea la conexin amorosa pueblo-Chvez. Son las mismas armas que usaron contra el Libertador y que lo hicieron exclamar en los bordes de la tumba: Colombianos han abusado de vuestra credulidad. En lo interno, tienen como principal arma las ilusiones conciliadoras, que confunden, desencantan, desmovilizan, sorprenden, desesperan, desmoralizan. Y al final, al hacernos perder fuerza, preparan el terreno para la arremetida del fascismo. Este es, hoy, el peligro fundamental. No hay que hacerse ilusiones de que se puede reconstruir un pacto con los movidos por el odio. Sobre nuestras debilidades construirn una nueva agresin. La conciliacin es el fin de la Revolucin bolivariana.
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LA CORRUPCIN NO SLO ES UN PROBLEMA POLICIAL

En estos das, la corrupcin ocupa lugar de honor en la informacin y la discusin poltica. Muchos ngulos interesantes tiene el asunto, tratemos de presentar algunos: Lo primero que llama la atencin y nos alerta, es la coincidencia de los lacayos del imperio y de los revolucionarios en la lucha contra la corrupcin. Si los revolucionarios tenemos una visin del mundo diametralmente opuesta a la visin del imperio, cmo es que pensamos igual en relacin a un punto fundamental. O algo est errado en el anlisis y la conducta de los revolucionarios, o algo est errado en el anlisis y la conducta de los lacayos. Veamos. La corrupcin tiene sus races ms profundas en las caractersticas, valores y necesidades del sistema capitalista. Este es un sistema fundamentado en: el valor de lo material como smbolo de poder individual; la ganancia como meta an por encima del hombre y de la naturaleza; la necesidad de resolver los problemas de manera individual; el afn de dinero para comprar el derecho a vivir y la apropiacin legalizada de la vida de los dems; la separacin de la sociedad en poseedores de todo y poseedores de nada; la manipulacin psicolgica para el consumo demencial; y la creacin artificial de necesidades superfluas. Por supuesto, una lucha trascendente contra la corrupcin debe tener como pilar fundamental la lucha por el Socialismo. El componente policial, que es muy necesario, no debe distraernos de lo fundamental, construir una sociedad donde las causas profundas de la corrupcin desaparezcan de la realidad y de la espiritualidad.
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Si la Revolucin se restringe slo a la lucha policial, cometera un grave error y caera en la trampa de los lacayos del imperio. La Revolucin debe basar la lucha anticorrupcin en tres pilares fundamentales: la lucha por nuevos valores, que es la lucha por instaurar el Socialismo; la lucha policial y, por ltimo, aunque de igual importancia, desenmascarar la actitud hipcrita de los lacayos del imperio en la lucha contra la corrupcin. Los lacayos del imperio, que engordaron con ese nepe, se rasgan los vestidos y se arrancan el pelo por los casos de corrupcin detectados por la Revolucin, deben ser sancionados por el pueblo y el gobierno bolivariano. Los revolucionarios, por su parte, deben seguir el cdigo tico que ha esbozado el Comandante Chvez: El revolucionario no debe poseer fortuna, su riqueza debe estar donde est su corazn. La moral revolucionaria debe ser dilucidada en los tribunales, pero tambin en los corazones del pueblo y de los revolucionarios.
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CUBA DEFINE
En 1989, el mundo asisti perplejo a la cada sin combate del campo socialista. Inmediatamente florecieron teoras para explicar al nuevo mundo que se estructur sobre los escombros del muro de Berln. Se lleg hasta vaticinar el fin de la historia, absurdo que an sobrevive. En Venezuela la situacin fue similar. Salieron nuevas interpretaciones del mundo y se produjo un cataclismo en la teora revolucionaria. El escepticismo cundi, pasarse al campo contra r r e volucionario era tolerado, bajaron las tensiones entre los revolucionarios y los dirigentes del status. M u chos lderes revolucionarios pasaron a formar parte de los gabinetes de los gobiernos de la dominacin. Se vendieron los libros de Marx y de Lenn a las libreras de usados, que los c o m p ra ban a precio de papel de envolver. Era mal visto hablar de la poca de la guerrilla, o se mencionaba con desprecio. Todo pareca definido, el mundo se haba reconstruido, el asunto era insertarse, conseguir ubicacin en aquella arquitectura social que durara por los siglos de los siglos. Un hecho perturbaba a estos exrevolucionarios, ahora renegados: Cuba estaba all, permaneca, resista Por qu? Por qu? Ninguna de sus neoteoras daba explicacin a este hecho. Todas se estrellaban frente a la fortaleza moral cubana. Las explicaciones llovieron con desespero: est all, pero tiene problemas, no hay jabn. Est all, pero no hacen elecciones. Esta all, pero no cumplen con los derechos humanos. Explicaciones y justificaciones que se derretan al acercarse a los hechos: estaba all, bloqueada, sin ayuda, sola en el mar del Capitalismo, y no caa.
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La leccin era una: el Socialismo es viable y es el futuro de la humanidad. Slo un pueblo socialista es capaz de la hazaa de la Cuba de aquellos das: resistir a la cada del campo socialista, y al embate del imperio ms poderoso que ha conocido la historia! Ella preserv la esperanza. Nos deca con su ejemplo que un mundo mejor es posible, que la historia no terminaba con el Capitalismo, que la enfermedad era superable. Poco a poco, la humanidad volvi sus ojos a Cuba. Su llama heroica an alumbra el camino de salida del infierno capitalista. La posicin frente a Cuba define a los revolucionarios. A ella nos une algo ms que intereses materiales o afinidades ligeras: nos une la hermandad de remar juntos en el mismo barco, el de la redencin del humano, el del Socialismo.
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EL ABURRIMIENTO
Se siente en el ambiente un aroma que va ms all de la p a s ividad, se olfatea el aburrimiento, la frialdad, el conformismo. Nada es peor para una Revolucin que esta prdida de la emocin que amenaza con instalarse entre nosotros. Lo trivial ocupa el lugar de lo importante, y lo importante se frivoliza. Estamos en medio de un torneo donde gana el ms chistoso, o el que encuentre giros idiomticos ms novedosos. Los argumentos cedieron lugar a dribles verbales. Nada tiene rigor, todo es superficial, efmero, banal. Nada asombra, nada emociona. Por qu este aire cargado de indiferencia? Para buscar respuesta debemos focalizar el anlisis en la s e p a ra cin de los dirigentes revolucionarios de la base popular. Est es una verdad constatada en la abstencin de las parlamentarias. La esfera poltica est actuando de espaldas a la esfera popular. Esta separacin debe encender las alarmas de la Revolucin. Los dirigentes revolucionarios no pueden separarse de la masa, en esa unin les va la vida. Algo anda mal, no hay duda, se debe dejar de lado la soberbia y analizar el problema. La situacin es de cuidado. Hay que retomar la conexin de los dirigentes con la masa. Debemos discutir con seriedad y con rigor los grandes temas de la Revolucin. Lo que importa a la gente. Hay que desechar el cuento de que la masa slo entiende lo inmediato y lo mezquino. Discutamos: hasta cundo vamos a seguir con un sistema electoral tallado a imagen y semejanza de la cuarta? Cmo
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construir un Poder Popular que sea de verdad poder y popular? Hasta dnde se puede llegar en las concesiones a la oligarqua? Cundo las concesiones son conciliacin, y cundo son tcticas que no afectan la estrategia socialista de la Revolucin? Cmo invertir la renta petrolera para caminar rumbo al Socialismo? Cundo la Revolucin est pagando la deuda social y cundo cae en el populismo? Cmo hacer para que las masas participen en la solucin de sus problemas? Puede la iniciativa privada resolver los problemas sociales? Cmo construir la conciencia social para hacer frente a la agresin del imperio capitalista? Cmo hacer para corregir nuestros errores y qu hacer para potenciar nuestras fortalezas? Est vigente la consigna Chavista de Socialismo o Muerte? S estas y otras interrogantes no se aclaran en la discusin fecunda, la masa seguir confundindose, nos separaremos cada vez ms de ella, y un da nos daremos cuenta que construimos una torre de marfil donde separados de la realidad nos tranquilizamos mutuamente. No podremos evaluar las reacciones del pueblo. Entonces ya ser tarde, habremos perdido nuestra oportunidad histrica, y los sueos de Bolvar sern postergados nuevamente.
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ALIANZA, CONCILIACIN, UNIDAD, CAPITULACIN

R e volucin que no sepa diferenciar los conceptos anteriores, corre grave peligro de perderse en el tremedal de la pugna poltica. Por el contrario, Revolucin que maneje bien estas circunstancias podr sumar para su causa, y el camino le ser ms favorable. Para acertar en la ubicacin exacta de estas ideas, debemos ir a la historia que es la gran maestra de los revolucionarios. Veamos algunos ejemplos y saquemos de all las sabiduras. El Generalsimo Miranda firm un pacto con Monteverde entregando la Primera Repblica. Enseanza: cuando se firma entregando un objetivo estratgico, en el caso mirandino la independencia de Amrica, se trata de una capitulacin. El Libertador se rene con Morillo, previo reconocimiento de la independencia de Venezuela. Enseanza: cuando se respetan y reconocen los objetivos estratgicos, los abrazos nos benefician. Las fuerzas polticas se concertaron para derrocar la dictadura de Prez Jimnez, y lo lograron. Enseanza: cuando el objetivo es comn, la unidad es un avance. El 23 de Enero de 1958, despus de derrocado el dictador, las fuerzas revolucionarias continuaron concertadas con las fuerzas reaccionarias que ya tenan otra estrategia, la implantacin del pacto firmado en New York, que luego se transform en el nefasto pacto de punto fijo. Enseanza: cuando las estrategias son diferentes, cuando los objetivos son dismiles, cuando no hay estrategias ni objetivos comunes, la unidad es conciliacin.
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La gran enseanza de los anteriores ejemplos, la gran enseanza de la historia, es que una Revolucin necesita principios inalienables. Ellos configuran su personalidad, su alma, su esencia. Revolucin que los tiene, es victoriosa. Por el contrario, Revolucin que no tenga principios, inexorablemente se perder en los vericuetos de la astucia y de las componendas oportunistas. En estos das difciles, cuando el imperio monta una nueva agresin contra la patria, es necesarsimo para la Revolucin bolivariana fijar los principios inalienables que servirn de anclaje para facilitar la imprescindible plasticidad tctica. Intentemos proponer algunos de ellos. El Comandante Chvez no es negociable. La relacin amorosa del Comandante con el pueblo, no es negociable. El Socialismo no es negociable. El internacionalismo no es negociable. El carcter antiimperialista de la Revolucin, no es negociable. La elevacin de la conciencia del deber social, no es negociable. La bsqueda de la hegemona de la propiedad social de los medios de produccin, no es negociable. El castigo para los agresores a la patria, no es negociable. La relacin fraterna con la Revolucin cubana, no es negociable. La organizacin poltica y administrativa del pueblo, no es negociable. La riqueza petrolera como palanca para la construccin del Socialismo, no es negociable. Dentro de estos principios, todo; fuera de los principios nada.
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MISERIA, VALORES Y DELITO

Crmenes resaltantes han puesto en la mira al ndice delictivo nacional. Variados son los usos e interpretaciones que se le dan a esta situacin que, bueno es decirlo, no es nueva ni tiene su origen en la Revolucin. Algunos la usan con d e s c a rada intencin electoral. Otros la usan para saldar cuentas con grupos adversos a sus intereses. Pocos van al fondo del asunto. Quedarse en la superficie da ms dividendos inmediatos, aunque nunca resolver los problemas. Estudiemos el asunto con detenimiento. Est comprobado por la criminologa y la sociologa, que las causas radicales del delito son la miseria espiritual y material de la sociedad. Quien quiera luchar contra el delito con posibilidades de victorias duraderas, debe apuntar a estas causas. Las operaciones policiales, si bien son necesarias, al no resolver el fondo de la enfermedad, siempre sern paliativos. La Revolucin bolivariana, tiene la virtud de haber combatido el delito en su raz. Es el nico gobierno que ha enfrentado el flagelo con esa visin social. Las Misiones Educativas son un duro golpe al delito, mucho mayor y mejor que un opera t ivo policial. La reparticin gratuita de bibliotecas cargadas de millones de libros, que resumen la creatividad literaria de la humanidad, combaten ms el delito que miles de pistolas de alto calibre. Llevar amor a lo profundo de los barrios pobres con la Misin Barrio Adentro, es un ataque al corazn mismo del padecimiento. La Misin Mercal, las casas de alimentacin, la Misin negra Hiplita, atacan el caldo de cultivo de la delincuencia. Ningn gobierno ha hecho ms que el gobierno revolucionario, en la lucha contra el mal. Slo el gobierno revolucionario puede luchar contra l en sus races; slo la Revolucin podr vencerlo.
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Los gobiernos capitalistas crean la miseria, que es la esencia del problema, por eso no pueden tener ms que xitos momentneos contra el flagelo. Recordemos al musi que trajeron Pea y la industria privada, se fue con las tablas en la cabeza, los dlares en el bolsillo, y el crimen sigui su camino. Sin embargo, la Revolucin no puede dormirse en sus logros, es necesario seguir avanzando, cambiar el sistema de valores egostas, cambiar la cultura del consumismo, prestigiar lo social, sembrar los valores de la solidaridad, el altruismo, y sobre todo involucrar a la sociedad en la solucin al problema del delito. Es por eso, que los intentos de Barreto, Bernal y Jesse por organizar a Caracas para esa lucha, son loables, van por el camino correcto. Slo la Revolucin puede luchar de verdad contra el delito, porque slo Revolucin puede cambiar las condiciones de miseria espiritual y material que le dan origen.
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EN LA BATALLA, CONVQUELO!
En Venezuela, estamos en una batalla que viene en el tiempo desde el cuatro de febrero de 1992. En lo territorial, ocupa todo el planeta, y en lo espiritual, es la vida contra la muerte: Tnatos contra Eros. La contienda es por el petrleo venezolano, una de las mayores reservas de hidrocarburos en este mundo donde la energa es cada vez ms escasa. Quien no entienda la batalla en estas dimensiones, estar destinado a cosechar un fracaso histrico. Varios son los contingentes que actan en este gran campo blico en que se ha transformado Venezuela. Por un lado, tenemos a los que defienden un proyecto capitalista, que van desde los francos globalizadores, hasta los que an mantienen la ilusin que los capitalistas nacionales son generosos. Frente a este fuerte contingente capitalista, se planta la legin del comandante Chvez, que enarbola la bandera del cambio profundo, la que lleva inscrita la consigna libertaria de socialismo o muerte. La batalla por el destino de esta patria, tiene momentos de desenlace, cuando recrudecen las acciones, y momentos de preparacin de nuevas acciones. Pa ra entender esto, es suficiente recordar que al golpe de abril le sigui el paro petrolero, la guarimba sigui a este, luego los paramilitares que siguieron a la guarimba, y a Danilo y a los atentados. As han ido hasta el da de hoy. No dan tregua los enemigos del proyecto bolivariano. Los oligarcas estn disputando el poder, ese es su objetivo. Saben que al tomar el poder dispondrn de la renta petrolera para impulsar su proyecto neoliberal, que es donde todos los matices del Capitalismo desembocan irremediablemente. En
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esta disputa, no desechan ninguna forma de lucha, van desde el terrorismo fascista, recordemos a Patricia Poleo, las simulaciones de hechos punibles, como la del general Bustillo, hasta la infiltracin de paramilitares para acciones de magnicidio y desestabilizacin. Ellos saben lo que quieren y usan todas las vas para conseguirlo, si es necesario llegan a los crmenes ms horrendos. El Capitalismo es as, en su afn de lucro pierde toda humanidad. Frente a esta agresin, nosotros, los bolivarianos, estamos sufriendo el sndrome de burocratizacin de la poltica. Nos hemos acomodado en los escritorios de la conciliacin. Ingenuamente convencidos de que la batalla se decide nicamente en lo electoral, hemos descuidado nuestra mayor arma: la movilizacin popular constante, la participacin de las masas en todas las luchas. Ahora, frente a una agresin, salimos corriendo a construir espacios de dilogo y a convocar comisiones mixtas, olvidando al pueblo. Todava hay tiempo de rectificar, de impulsar los valores altruistas que hicieron posible el 12 de abril. Slo un pueblo movilizado por objetivos polticos, conciente, organizado, ser capaz de vencer las pretensiones oligarcas de truncar la R e volucin, de postergar, una vez ms, los sueos del Libertador. convquelo!
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SI CHVEZ NO ESTUVIERA
Durante la Cuarta Repblica se nos acostumbr a ver las elecciones como un carnaval, y al voto como un acto efmero sin ms consecuencias que las desprendidas de la propaganda f a l s i f i c a d o ra. La intencin del voto se manipulaba a la c o nveniencia de los sectores que saqueaban material y espiritualmente al pas. Con la llegada de la Revolucin, el voto fue alcanzando su dimensin de responsabilidad social y poltica. A h o ra sabemos que la eleccin es momento de decisiones importantsimas, del voto depende el destino de la patria y el rumbo de continentes enteros por los prximos cien aos. El pueblo conciente no vota guiado por supersticiones, vota en apoyo a un proyecto de pas que sabe el nico camino para su redencin. El anlisis electoral no debe ser superficial y circunstancial. Se trata de juzgar dos proyectos de pas: uno, el camino que nos propone el Comandante Chvez; y el otro, el proyecto que nos proponen los oligarcas lacayos del imperio. El proyecto bolivariano chavista es un proyecto que, en el poco tiempo que tiene desplegndose, ha mostrado caractersticas que lo hacen promisorio: el humano es el centro de su actividad; realiza acciones para pagar la deuda social que dej medio siglo de gobiernos infames, saqueadores de la riqueza nacional; y, simultneamente, plantea superar este mundo de desigualdades creadoras de miseria. Por eso realiza los cambios estructurales que permitirn construir un mundo donde el humano recupere las relaciones sanas con l mismo, con sus semejantes y con su entorno. En resumen, nos propone un camino, el Socialismo, que es el nico que puede redimir al humano.
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Frente a este proyecto de vida, se presenta el tenebroso pasado disfrazado de lentejuelas. Para develar sus intenciones, basta imaginar que hubiera sido del pas si Chvez no estuviera y ellos hubiesen seguido mandando. PDVSA sera propiedad de gringos, o de europeos, alguna migaja para Cisneros. Las industrias bsicas estaran quebradas y vendidas a precio de gallina flaca. Todo estara privatizado y fuera del alcance popular, hasta el agua. Habra hambre. No existiran las misiones, no habra dinero para sostenerlas. Tendramos una base militar gringa para evitar sustos al imperio. No existira educacin ni salud pblica. El ndice delictivo se disparara producto del aumento de la miseria que le da origen. Las universidades cerraran por falta de presupuesto. Etc. Etc. Etc Todo esto que hoy parece ficcin lejana, ya estaba comenzando a pasar en la Venezuela del 98. Con la llegada de cualquier frijolito se impulsara el proyecto antipatria, volvera el horror. Por supuesto, ocultarn bajo palabrera hueca su programa. Pero, a Dios gracias, tambin tenemos sobradas muestras de lo que haran.
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LA VARIANTE NICARAGUA
Las revoluciones son como las manzanas, por fuera se ven rozagantes, pero la procesin puede ir por dentro. Muchos revolucionarios, entre ellos Fidel y Chvez, alertan sobre esta situacin y nos invitan a tomar providencias. La Revolucin bolivariana, que avanza y nos acerca a horas estelares nunca antes vividas en la historia patria, enfrenta peligros cada vez ms sofisticados, y por eso ms peligrosos. El Comandante ya ha denunciado algunos de estos riesgos: se habla de Ucrania, estamos de acuerdo, de invasin, es tambin posible, magnicidio, sin duda, siempre est presente. Nosotros queremos referirnos hoy a la variante Nicaragua. All se usaron las guerrillas contrarrevolucionarias, por un lado y, por el otro, el rostro amable de unas elecciones que siempre daban ganador a Daniel Ortega. Con una presionaban para que los Sandinistas hicieran concesiones en unas elecciones que crean ganar. Todos sabemos lo que pas, Nicaragua y el continente padecen los errores all cometidos. En Venezuela, la historia se intenta repetir, pero como dijo el clsico, la historia se repite como sainete. Aqu la contrarrevolucin no necesita guerrillas, basta un atajo de sifrinos en el distribuidor de Altamira para que los conciliadores quieran sentarse en la mesa de dilogo; es suficiente una picada de ojo de Borges para que pase a ser un demcrata y reciba loas de los apaciguadores. Estos firmadores de armisticios de nuestro lado, y los oportunistas conciliadores del lado opositor, estn fuera de la historia. El pacto de punto fijo no puede reeditarse, su tiempo ya pas. Los afanes
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mediadores no son posibles, hacen dao a la Revolucin, tienen como consecuencia la confusin del pueblo, su desmoralizacin, y abren la puerta a la salida fascista. La salida fascista es una posibilidad real y peligrosa, basta ver el odio en los ojos de los oligarcas para comprender el peligro. Contra ella debemos prepararnos. D e s e chemos las tentaciones claudicantes. Con la oligarqua el nico lenguaje que cabe es el de la movilizacin de un pueblo, conciente, organizado, politizado. Con las ficciones conciliadoras perdemos un tiempo precioso para prepararnos, de verdad, verdad, para las confrontaciones que vienen tras las quimeras de un dilogo que los militantes del odio nunca han respetado. A esta Revolucin debemos defenderla de los peligros conciliadores internos y de la amenaza fascista, del imperio y sus lacayos. Con el Comandante Chvez y el pueblo movilizado Necesario es Vencer!
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ENSEAR PESCANDO
El correcto anlisis de lo pequeo y lo trascendente es fundamental en la toma de decisiones de un individuo, de una nacin y, por supuesto, de una Revolucin. La tentacin de resolver lo superficial, lo pequeo, en detrimento de la esencia, de lo trascendental, siempre est presente en las revoluciones. Para ilustrar, recordemos el proverbio del pez y la pesca. Dice el proverbio oriental, que a los pobres no se les debe dar un pescado, se les debe ensear a pescar. Visto a simple vista, el aforismo es incuestionable. Todos estaramos de acuerdo. Sin embargo, veamos cmo opinara un electorero. Nos dira: eso depende, si las elecciones estn muy prximas, ser mejor darle un pez, porque sino perderamos. Ahora, si las elecciones estn lejos, tambin sera mejor darle un pez porque as saldramos bien en las encuestas. Esta conducta, condenara a los pobres a vivir para siempre en la pobreza. Un dogmtico, opinara as: hay que ensearlo a pescar, estoy de acuerdo con el proverbio. A este se le morira el pobre de hambre mientras aprende a pescar. Un revolucionario, dira: la pregunta es un falso dilema, debemos hacer las dos cosas, darle el pez para que subsista, y ensearlo a pescar para que pueda construir un mundo mejor. Hay que darle el pez, y simultneamente ensearlo a pescar. Lo revolucionario es, entonces, pescado y pesca, lo inmediato y lo trascendente. Un buen ejemplo de una aplicacin revolucionaria del proverbio del pez y la pesca, o del correcto balance entre lo inmediato y lo trascendente, son las aldeas universitarias
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productivas. All se estudia, que es lo trascendente, aprender a pescar, mientras se produce, que es lo inmediato, el pez. Adems de eso, que ya sera bastante, en las aldeas se introduce el trabajo social voluntario, que es la formacin de la conciencia del deber social. Con este esquema, lo inmediato est en armona con lo trascendente. Este concepto debe extenderse, profundizarse y aplicarse en todas las actividades de la Revolucin. Guiados por l debemos ir a las elecciones, que son la actividad ms importante que tienen los revolucionarios este ao. En las elecciones no podemos conformarnos con lo inmediato, el voto, simultneamente debemos ir a lo trascendente, hacia la elevacin de la conciencia. Debemos pescar enseando. Nuestra consigna debe ser: 10 millones de votos y de conciencias. Cada voto una conciencia.
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CMO SABER SI VAMOS BIEN?

Una Revolucin es un proceso indito, lo que no significa que no sea medible, que todo sea espontneo y al azar. Tienen que haber maneras de saber si vamos bien o vamos mal. Si nos alejamos de nuestro objetivo o si nos acercamos a l. La clave a estas interrogantes es conocer, precisar muy bien el objetivo central de la Revolucin, y a partir de all, evaluar el camino y las acciones. El objetivo central de toda Revolucin socialista, dicho en breves palabras, es acabar con la hipoteca del trabajo humano a una fraccin de la sociedad. Sin liquidar esta hipoteca del trabajo humano, el hombre seguir siendo un ser fragmentado y la Revolucin quedar en una buena intencin, una fantasa. Esta situacin de robo de lo social, produce una serie de patologas que nos llevan a la posibilidad evidente de exterminio de la vida planetaria; adems de condenar a la miseria espiritual y material a los todos los humanos. Ahora bien, este objetivo central no se puede conseguir sin instalar en la nacin la conciencia del deber social y la hegemona econmica de la propiedad social de los medios de produccin. Ya sabemos el objetivo central de la Revolucin, veamos ahora cmo saber a dnde nos lleva nuestro accionar. Cambios hemos hecho, son innegables, la cogestin, las Misiones, las cooperativas, microcrditos, mesas tcnicas de agua, etc. Son magnficos ejemplos, pero an no tenemos la respuesta a nuestra pregunta: vamos bien? Sobre esto hay mucha discusin. Nosotros tenemos discrepancias en muchos puntos y con muchos revolucionarios bolivarianos. Pero Quin tiene la razn? Cmo saberlo? Hay dos maneras fundamentales de analizar el asunto: el mtodo histrico y la prctica. Veamos.
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Tomemos para muestra uno de los puntos en los que discrepamos: el Poder Popular, que se implementa a travs de los Concejos Comunales. El mtodo histrico nos dice que son similares a los llamados Presupuestos Participativos, que tanto aplaudi Marta Hanecker en Porto Alegre, y que, como bien le pregunt Tarek William en la reunin de Fuerte Tiuna (aquella del Salto Adelante), donde ella expuso su sistema si el mtodo era tan bueno, por qu en Porto Alegre el gobernador que lo aplic perdi la mayora? El mtodo histrico nos dice que algo anda mal con ese Poder Popular de Marta. El segundo mtodo de anlisis, es la prctica. Aqu en la realidad han aparecido indicios de cmo funcionan los cambios que hemos implementado. De cmo influyen en la conciencia de la nacin, no lo vamos a discutir, dependen del cristal con que se miren, nos limitaremos a decir que no nos queda ms recurso que esperar que la realidad hable, y ese veredicto, que Dios quiera que sea a favor nuestro, ser inapelable.
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ABRIL ES UNA LGRIMA

Los acontecimientos histricos pueden estudiarse desde diferentes ngulos, todos vlidos, pero siempre parciales, unilaterales. Asimismo, cada suceso tiene un punto de vista que lo marca, que lo define, que lo distingue. En consecuencia, podemos decir que la eleccin de Chvez en 1998 fue un acto principalmente poltico, las Misiones son actos esencialmente sociales, la reciente recuperacin de los campos petroleros por PDVSA, es un acto marcado por lo econmico, y que al 12 de Abril lo caracteriza un sentimiento. Fue un honor histrico participar en aquellas jornadas. Pocas veces un pueblo nos muestra su lado humano con la luz de aquel abril: todos hermanados, todos unidos, fundidos en el sentimiento altruista de no dejarse arrebatar la esperanza. El llanto, era el llanto de la dignidad, las lgrimas mostraban la voluntad de un pueblo por recuperar su historia, salir del letargo puntofijista, y mostrarse hijos de Bolvar, Fabricio Ojeda, y del Che. El12 de abril lo recordar la historia como el inici de la Revolucin socialista en Venezuela. El espritu de la Comuna de Paris envolvi el pas, la brisa de la Sierra Maestra, y la grandeza del Palacio de Invierno, pero sobre todo la fuerza cvico militar del ejercito de Bolvar renacieron en las calles de esta patria. Esos das construimos dos pilares de la Revolucin: el sentimiento y el lder. Supimos de la fuerza creadora de un pueblo en la calle. Regres el Comandante, y nosotros nos sumergimos en la fiesta. Despus, entendimos que la alegra no es triunfo, para construir el sueo necesario es sacar a los mercaderes del templo. La lucha no haba terminado, la tarea apenas comenzaba. El objetivo es el sistema que origina miseria.
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Nos dijo Chvez: Cristo es socialista, Judas es capitalista. He all la estrategia, hacernos cada vez ms Cristo y menos Judas. Construir una economa de todos y no una donde los propietarios sean Iscariotes que ponen la ganancia por encima de la vida. Bolvar sentenci: por la ignorancia nos han sometido ms que por la fuerza. Y recordamos a Mart: ms pueden trincheras de ideas que trincheras de piedra. Comprendimos que salir a la calle no es suficiente, hay que salir para defender y tambin para construir. Y entendimos que para edificar un mundo mejor, son imprescindibles la organizacin y la conciencia. A h o ra nos prepara m o s , organizados y con conciencia, para futuros combates. En la prxima batalla iremos a construir nuevos pilares revolucionarios, y no la abandonaremos hasta ver el los rayos del sol bolivariano. Slo la organizacin y la conciencia salva al pueblo. El 12 de Abril, un sentimiento
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LA CORRUPCIN CONSTRUCTORA DE PROYECTOS

El Comandante Chvez en diversas oportunidades se ha pronunciado contra la corrupcin. Ha dicho que l saldr del gobierno sin fortuna material, y que as deben salir todos los miembros de su equipo y sus familiares. Adems, nos dice que un revolucionario no puede tener ms fortuna que el reconocimiento del pueblo y la satisfaccin del deber cumplido. Remata proclamando que la lucha contra la corrupcin debe ir hasta el final, caiga quien caiga. Enseanzas que engrandecen su condicin de lder revolucionario, nosotros las compartimos plenamente y para todo revolucionario constituyen un mandato: la lucha contra la corrupcin es un imperativo de la Revolucin. Para el combate a la corrupcin necesitamos hacer un estudio profundo de sus causas y de las caractersticas propias que adquiere en Venezuela, un pas rentista petrolero. El fenmeno de la corrupcin tiene una importante vertiente moral que no debemos descuidar, y adems tiene importantes ngulos polticos y econmicos. Comencemos diciendo que aqu la corrupcin constituy una de las principales vas de transferencia de la renta petrolera hacia la clase que alguna vez un pensador llam lumpen burguesa. Es decir, la corrupcin es un fenmeno econmico de primera importancia. En el pasado apuntal y form a lo que hoy conocemos como meritocracia y oligarqua. Hoy, y esto hay que decirlo con valenta, sirve para formar una neooligarqua, denunciada hasta la saciedad y nunca desmentida su existencia. La corrupcin, en Venezuela, es una de las principales vas para el desarrollo de la economa capitalista deformada, y de su conducta parsita. De all que el corrupto, que es un
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neocapitalista, es enemigo del proceso revolucionario, enemigo del Socialismo. Se mantiene dentro del proceso como un virus dentro del organismo que infesta hasta la muerte. Hay otro ngulo, la corrupcin permite la formacin de grupos riqusimos, con una grande y rpida acumulacin de capital a costa de la renta petrolera. Estos grupos emergentes necesitan de un corresponsal poltico que defienda sus ahora n u e vos y poderosos intereses. Es all cuando se hacen contra r r e volucionarios y construyen proyectos que forzosamente concilian con los propsitos de las oligarquas que antes dijeron combatir, y con el Capitalismo internacional con el que ahora tienen comunin de objetivos. Por eso sabotean cualquier paso que nos aleje del Capitalismo y nos acerque al Socialismo. Para ellos es una necesidad el chavismo sin Chvez, la conciliacin poltica, y la construccin de un nuevo pacto capitalista. Queda claro que la lucha contra la corrupcin y sus consecuencias es un asunto de vida o muerte para la revolucin. Socialismo o Muerte.
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CRISTIANISMO Y SOCIALISMO
Cuando el Comandante Chvez dice que cristo es el primer socialista de la humanidad, est rescatando una verdad histrica, y al mismo tiempo fundiendo en un solo destello el humanismo de los revolucionarios con la espiritualidad de los cristianos. Est uniendo lo que la infamia haba separado para impedir que el humano encontrara caminos de redencin; que expulsramos definitivamente a los mercaderes del templo, o dicho en cuentas modernas, expulsramos a los capitalistas de la economa. La idea de liberar al humano de la esclavitud de tener que venderse o de ser vendido, ha acompaado a la humanidad por toda su historia. Siempre el hombre ha buscado maneras de zafarse de la situacin donde el hombre es lobo del hombre, o en las que la vida significa una guerra de todos contra todos. Las comunidades de los cristianos primitivos, que seguan las enseanzas de Jess resucitado, son un paradigma en esa bsqueda. De acuerdo a la Biblia: No haba entre ellos indigentes porque todos los que posean haciendas o casas las vendan y llevaban el precio de lo vendido y lo ponan a los pies de los Apstoles; y se reparta a cada uno segn necesitaba. No cuesta mucho percibir los fundamentos del Socialismo en esa manera de vivir. Slo son necesarios pequeos ajustes para hacer de estos preceptos las bases de la sociedad del Socialismo siglo XXI. La Revolucin bolivariana ha sentado base terica para la reconciliacin de cristianos y socialistas. Est unin le confiere una fuerza nueva a la causa revolucionaria. Cristo es socialista y los socialistas somos cristianos. Ahora nos reconocemos como hermanos en la construccin de la
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sociedad que soaron los cristianos primitivos. Hoy existen condiciones para darle base material a lo que desde hace dos mil aos es un sueo. Sirvan estas reflexiones como homenaje a la Semana Santa, la semana en que se conmemora la cada en combate del primer socialista de la historia. Y sea propicia la ocasin para recordar a los mrtires socialistas que siguiendo los pasos de Cristo, la bsqueda de la redencin del humano, de la construccin de la sociedad del amor, cayeron tambin crucificados en combate. Recordemos a Bolva r, sin camisa en San Pe d r o Alejandrino, a Sucre en Berruecos, a Jos Mart, a Zamora, al Che, a Fabricio, al Padre Camilo Torres, a Monseor Romero, a Rosa Luxemburgo. Y recordemos sobre todo al revolucionario desconocido, al luchador annimo que ha forjado con su sangre y con su esfuerzo esta larga historia de lucha por el amor, por la vida, por el Socialismo. Amen
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UN AMIGO
Un amigo nos enva un denso material para la discusin terica. Gratamente nos sorprende y debemos felicitarlo por el esfuerzo intelectual que en este pas, tan poco dado a la discusin por escrito, vale doble. Muchas son las reflexiones convocadas por el documento fraterno, hoy nos referiremos a un punto: el problema de la ideologa de clase, y la clase social. Nuestro amigo intenta analizar las clases sociales que dirigen el proceso, y se pregunta: quines estn en el poder. Y para determinar a esas clases se pregunta: de qu sectores sociales provienen, cometiendo as un error que es muy comn entre los revolucionarios, confundir origen de clase, con ideologa de clase. Expliquemos. Es muy importante diferenciar la clase social, de la ideologa de esa clase. No siempre van juntas, es posible que una clase asimile la ideologa de otra clase, y este fenmeno es el que hace posible la dominacin y tambin la liberacin. Una clase social no puede ejercer dominio sobre la sociedad toda, si no consigue que su ideologa sea la hegemnica en esa sociedad. En otras palabras, para ejercer el dominio sobre la sociedad la clase hegemnica debe hacer que su sistema de valores, su manera de ver al mundo, su espiritualidad, su cultura, sea la hegemnica en esa sociedad. Por ejemplo, en la sociedad esclavista la ideologa de los amos era asimilada por los esclavos, y eso haca posible la esclavitud. Dicho de otra forma, no era posible la esclavitud si el esclavo no incorporaba a su alma la espiritualidad de la e s c l avitud, de all que se puede afirmar que el mejor
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instrumento de la dominacin es el alma del dominado. Lo mismo pasa hoy en la sociedad capitalista, la ideologa de la clase propietaria impregna a toda la sociedad y se hace hegemnica. Establecido que las ideologas pueden migra r, se desprende de all que la pregunta inicial de quines estn en el poder deba formularse as: cul es la ideologa dominante en el gobierno o mejor sera preguntarse, cul es la lucha ideolgica que se escenifica en el poder. Por razones de espacio, debemos resumir la respuesta diciendo que el gobierno es terreno de una profunda lucha de clases, donde chocan la ideologa revolucionaria, la de los trabajadores, la del socialismo, la que plantea la propiedad social de los medios de produccin y la conciencia del deber social como nica manera de liberar al hombre, en choque frontal con la ideologa anarquista y populista propia de la pequea burguesa incapaz de avanzar al Socialismo, pero incapaz tambin de reconocerse capitalista. Saludos a nuestro amigo o quiz sea ms apropiado decir, a nuestro hermano.
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LA REALIDAD TUMBA CASTILLITOS CONCILIADORES

Que tragedia la de los conciliadores! Siempre que intentan construir una ficcin de pacto, viene la cruda realidad y les tumba sus castillitos de arena. El ltimo intento fue duramente golpeado por el embajador Brownfield y por el expolica de Chacao que asesin al Periodista Aguirre. El embajador imperial se rene en el portaviones, que como nave madre de la infamia se mueve por el Caribe con intenciones de influir en la poltica interna de Venezuela, y regresa a provocar una agresin. La conciliacin ve de esta manera derrumbarse uno de sus castillitos de arena. El imperio no les da chance de construir la conciliacin, estn resteados contra Venezuela. Simultneamente, aparece un hombre ligado a la sifrinera de Chacao como culpable del asesinato de un periodista. Lcito es pensar que era una operacin criminal inscrita dentro del modus operandi fascista de los chacao boys: buscar muertos para producir una reaccin que les permita desarrollar sus planes. Recordemos los muertos que peda Mingo, o los muertos que convocaba el nefando Orlando Urdaneta. Con la captura de este sicario se les cae otro castillito a la conciliacin, que ayer no ms se derreta en loas a Julio Borges. La conciliacin poltica es muy peligrosa, se confunde poltica de alianzas con firmas de armisticios, persigue la quimera de un nuevo pacto de punto fijo y lo que consigue es echar por la borda la hermosa oportunidad de construir el Socialismo. El imperio no acepta sino la liquidacin del chavismo.
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Pero, lo ms grave de estos coqueteos es que nos coloca en una suerte de tnel que no nos permite ver sino a diciembre, reduciendo a una sola expresin el problema principal de esta Revolucin que es la disputa del poder. En Venezuela hoy, existen varios proyectos disputndose el control del poder. A grandes rasgos tenemos la oposicin oligarca, agentes del imperio que a pesar de sus matices se mantiene unida en el objetivo de derrotar, y ms que derrotar, de liquidar a Chvez. Lo de ellos no es una simple confrontacin democrtica, se trata de una guerra de sobrevivencia por la toma del poder y aplastar cualquier vestigio de rebelin en la poblacin. Estos agentes del imperio, se saben en lucha de vida o muerte contra la Revolucin y su ejemplo. Por eso aprovechan todas las formas de lucha y procuran colocar cada suceso a favor de sus planes. As hicieron con los crmenes recientes, as aprovechan cada debilidad nuestra, cada confusin para llevar energa a su causa. Es cndido de nuestra parte continuar construye n d o castillitos conciliadores, la nica solucin en Venezuela es profundizar la construccin del Socialismo. Slo el Socialismo salva al pueblo.
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INEFICACIA, BUROCRATISMO, CORRUPCIN

Acertado estuvo el Comandante cuando denunci a la ineficacia, al burocratismo y la corrupcin, como las perversiones en esta etapa de la Revolucin. Veamos las relaciones entre estos tres males. Recordemos que la corrupcin es, en Venezuela, una importante va para trasvasar la renta petrolera hacia el fortalecimiento y la formacin de economa capitalista, y agreguemos que esta formacin capitalista necesariamente buscar un corresponsal poltico. El alto burocratismo, entendido como el ejercicio de un cargo con el primordial objetivo de disfrutarlo y mantenerse en l, es el aliado natural de la corrupcin y del Capitalismo que ella origina. La corrupcin y la burocracia son los pilares de la contrarrevolucin interna, son enemigos de tanta importancia como la flota norteamericana que nos acecha en el Caribe. De all que para la Revolucin Bolivariana sean ms que un problema tico, un importantsimo asunto poltico y de seguridad de Estado. El alto burocratismo es una enfermedad propia de los altos funcionarios. Un funcionario sano es una persona til al gobierno revolucionario. Por el contrario, un empleado enfermo de burocratismo es un perverso enemigo. Por su importancia, revisemos los sntomas de esta enfermedad: El primer sntoma es cogerle el gusto al cargo, acostumbrarse a la alfombra y al aire acondicionado, a que lo llamen jefe, a la rara sensacin de no hacer nada; al dinerillo, a estar acomodado. El segundo sntoma, es el miedo profundo a perder el cargo, ya cuando aparece este sntoma la enfermedad es incurable; el miedo hace que el burcrata
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enfermo sea un gran adulador hacia arriba, y un dspota hacia abajo. El tercer sntoma es su transformacin en c o n t ra r r e volu cionario orgnico, a nada le teme ms el burocratismo que a los cambios, a los movimientos bruscos, teme hasta las oscilaciones de nimo de los jefes; nada lo desequilibra ms que no ser palmeado por el superior. El cuarto sntoma es la exuberancia terica, la verborrea. El alto burcrata, que alguna vez fue revolucionario, que se sabe dbil, que siente miedo, se oculta tras trincheras de palabras huecas, se transforma en eco huero de los discursos de sus superiores. El quinto sntoma es la mentira. Toda la vida del burcrata es una mentira, desde la corbata, hasta la escolta. El sexto sntoma es la alta ineficacia, el hombre que padece burocratismo debe pasar su vida aferrndose al cargo, no tiene tiempo de ejercerlo verdaderamente. El sptimo sntoma es el oportunismo, el burocratismo es capaz de cualquier canallada, cualquier alianza, de ser comparsa de cualquier corrupto con tal de permanecer en su puesto. Razn tiene el Comandante, el burocratismo, la corrupcin y la ineficacia son los principales males del gobierno revolucionario.
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ESTAMOS COMENZANDO
Un alto funcionario del gobierno, no tanto por el puesto que ocupa sino por el fervor de su voluntad revolucionaria, reflexionaba en voz alta y preguntaba a los all presentes Por qu una sociedad produce un crimen tan horrendo como el del los hermanos Faddoul? Las reflexiones fueron muchas, pero todas giraban alrededor de esta idea central: La Revolucin, que se encontr con un pas desvastado por la miseria material y espiritual, ha trabajado mucho para reconstruir a la sociedad venezolana. El gobierno, siguiendo las angustias de Bolvar, Moral y Luces son nuestras primeras necesidades, implement las Misiones, y con ellas la sociedad que soamos asoma en el horizonte. Erradicar el analfabetismo es una hazaa que nos enaltece como sociedad; llevar atencin mdica a los barrios, lo que era impensable en la Cuarta, es una muestra de amor por los excluidos. La atencin alimentaria a los ms pobres es una accin digna del mayor humanismo. El xito de las Misiones es triunfo del hombre tomando conciencia de su ser social. Y es esta conciencia la clave para la respuesta a la pregunta que se haca nuestro amigo. Desarrollemos: La esencia de una Revolucin es el rescate de la condicin social del humano. Dicho de manera ms radical, la esencia de una Revolucin es el rescate de la condicin amorosa del hombre. Y esta condicin slo emerge cuando la sociedad consigue superar las relaciones que suponen el absurdo de que los hombres se vean forzados a vender su vida para poder vivir. La Revolucin es un cambio cultural profundo y extenso. Es la sustitucin del egosmo como mvil social, por el amor como relacin fundamental de la humanidad. Es la sustitucin del ncleo moral que produce
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crmenes horrendos, por la conducta fraterna que producen obras excelsas. El proceso bolivariano debe ir hacia la transformacin material y espiritual de la sociedad y de los individuos: los valores morales que sustentan al Capitalismo deben ser sustituidos por los valores de la solidaridad socialista; los smbolos de prestigio del tener, deben sustituirse por los signos de prestigio del ser; el hombre debe valorarse por lo que es, por el aporte que haga a la sociedad, y no por el dinero que tenga. El dinero debe dejar de ser la medida de la vida, y la vida llena de riquezas espirituales ser la satisfaccin de un humano pleno en lo material. La altsima reputacin que produce despojar el trabajo a otros humanos, debe trocarse en oprobio. Los hombres deben trabajar para la sociedad entera, nadie debe apropiarse del trabajo ajeno. Este es el camino para erradicar las lacras materiales y morales que produce la sociedad capitalista en cualquiera de sus variantes. Estamos comenzando!
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PARA QU UNA REVOLUCIN?

El pacto sigue su camino de concrecin. Pasaron pocas horas del fin de la Semana Santa y las noticias anuncian los pasos de la nueva situacin, que se condensa aceleradamente ante los ojos sorprendidos de los venezolanos. Revisemos dos noticias que son muestra de este vertiginoso deslizamiento hacia territorios de conciliacin: la comisin conciliadora de seguridad, y la actitud conciliadora en la formacin del CNE. La conducta est clara y es peligrosa, se trata de resolver los problemas sociales de manera concertada con todas las fuerzas polticas, las ideologas, las clases de la sociedad. Es la vieja colaboracin de clases que siempre fracasa. Esto parece una situacin ideal, deseable, se nos presenta en nombre de la paz, la concordia. La iglesia es garante de los acuerdos. Todo muy bonito, pero examinemos ms de cerca la cuestin. En la sociedad capitalista hay clases privilegiadas y clases desposedas, esto es una verdad que todos aceptan. Ahora bien, los intereses de los oligarcas y los desposedos son contrapuestos, esto lo entiende cualquier gaznpiro. Las formas de organizar a la sociedad tambin son contrapuestas: los oligarcas ven en el Capitalismo su bienestar, y los desposedos su miseria; los oligarcas ven en el Socialismo la prdida de sus desmesurados privilegios, los desposedos su esperanza de redencin. En resumen, unos y otros tienen necesidades sociales y maneras de ver el mundo, de resolver sus problemas completamente contra-puestos. La Revolucin consiste en que los desposedos, hechos gobierno, tengan la posibilidad de resolver los problemas sociales de acuerdo a sus propios intereses. Muestra de esto son las Misiones. El problema social de la salud, nosotros los
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enfrentamos con Barrio Adentro. Mientras ellos privatizan, nosotros llevamos atencin gratuita a los barrios. Lo mismo pasa con la educacin bolivariana y con Mercal. Igual es el caso de los problemas de seguridad o la escogencia del CNE, son territorios donde las soluciones contrapuestas de la oligarqua y las grandes mayoras se enfrentan. La oligarqua es incapaz de resolver los problemas sociales, as lo demostr en ms de doscientos aos de desacierto. Es por eso que era necesaria una Revolucin, para que los humildes se empoderaran y buscaran nuevas formas de resolver los problemas. Entonces, los flirteos conciliadores lo nico que consiguen es diluir la conciencia revolucionaria, porque aceptan en la prctica que entre ellos, oligarcas lacayos del imperio, y nosotros los humildes, hay intereses comunes; que las medidas de los oligarcas y las de la Revolucin, son iguales. Si eso fuese as, surgira la duda debilitadora es necesaria una Revolucin? y ya sabemos que Revolucin que se debilita es derrotada.
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MUERO COMO VIV

El arte muchas veces nos refleja mejor la realidad que los enjundiosos ensayos tericos, tal es el caso de la cancin El Necio de Silvio Rodrguez. En los cortos minutos de esta cancin se encierra una valiosa leccin de poltica, de vida, de dignidad, que cuando se trata de Revolucin vienen a ser la misma cosa. Dice la historia, que en la Cuba del periodo especial, aquella poca cuando derrumbada la Unin Sovitica se debata la suerte del Socialismo, esta cancin contribuy a acerar el temple revolucionario del aquel pueblo que triunf en su voluntad de preservar para la humanidad la causa del Socialismo. Mucho debe la humanidad a Cuba: en poca de oscuridad, de desencanto, de escepticismo, supo mantener viva la llama de la esperanza socialista. Y mucho debe la causa del Socialismo a esta cancin. Demuestra que el arte es una poderossima arma cuando entra en combate por las causas ms nobles de la humanidad. La cancin cuenta la historia de Silvio, cuando ste es invitado por algunos para que salte la talanquera, modere su posicin, y deje de luchar por el Socialismo. Si no se arrepiente, lo amenazan. Silvio responde, y es all que lanza un grito que resume el sentido de la vida de un revolucionario. En unos pocos versos percibimos la fuerza de la cancin. para darme un rinconcito en sus altares. me vienen a convidar a arrepentirme, me vienen a convidar a que no pierda, me vienen a convidar a indefinirme, me vienen a convidar a tanta mierda.
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Dirn que pas de moda la locura, dirn que la gente es mala y no merece, ms yo seguir soando travesuras Dicen que me arrastrarn por sobre rocas cuando la Revolucin se venga abajo, que machacarn mis manos y mi boca, que me arrancarn los ojos y el badajo. Ser que la necedad pari conmigo, la necedad de lo que hoy resulta necio: la necedad de asumir al enemigo, la necedad de vivir sin tener precio. Yo me muero como viv. Una leccin eterna: el revolucionario es un ser coherente, la vida del revolucionario es el relato de la coherencia. Se muere como se vive. Vivir y morir son estaciones de una misma trayectoria.
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LAS ELECCIONES ESCUELA DE REVOLUCIN

La Revolucin es una labor de toda la vida, de cada instante y de todo lugar. El revolucionario siempre es revolucionario. La accin revolucionara no cesa, no tiene vacaciones, no hace huelga. No podra ser de otra manera, la Revolucin es un cambio radical en la cultura, es una revuelta completa en la visin del mundo. Se trata de cambiar el mvil del egosmo por el mvil del amor. La Revolucin, debe, tiene que ser coherente. No se puede ser revolucionario en la maana, dejar de serlo en la tarde, para retomar la faena en la madrugada siguiente. As como no se puede ser revolucionario en lo econmico, pero no en lo social. La Revolucin es ante todo coherencia, toda accin por pequea que parezca es importante en la Revolucin, y debe ser tratada como una accin vital. Para conseguir la coherencia revolucionaria, todos los actos de la Revolucin deben ser regidos por la Accin Motora Sntesis. Expliquemos: Toda Accin debe Motorizar otras acciones, y debe ser Sntesis , resumen del pensamiento y del sentimiento revolucionario. Por ejemplo el Asalto al Cuartel Moncada, fue una Accin Motora Sntesis (AMS) porque fue una accin que motoriz o t ras acciones, y fue sntesis del pensamiento revolucionario. En el asalto estaba el germen de la Revolucin Cubana. As mismo, el 4 de febrero fue una accin, que motoriz otras acciones, y fue sntesis de lo ms noble del pensamiento revolucionario. En esa insurreccin estaba el germen de la Revolucin Venezolana. En contraste, una accin
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que no consiga parir otras acciones no es revolucionaria. Una accin que no sea sntesis del pensamiento revolucionario, no es revolucionaria. Todo lo anterior se puede resumir en estas pocas palabras: el fin se encuentra en los medios, este debe ser una de las consignas ideolgicas principales de los revolucionarios. Si queremos hacer una Revolucin, todos nuestros actos deben conducir y prefigurar a este fin. Para la Revolucin bolivariana es vital la coherencia, hoy que es asediada por poderosas y terribles fuerzas externas, y asediada tambin por fuerzas internas inescrupulosas y ambiciosas. Sera un error imperdonable caer en la tentacin de usar las herramientas melladas del capitalismo para buscar un xito inmediato en las elecciones. Las elecciones deben ser una Accin que Motorice otras acciones, y deben ser Sntesis de lo mejor del pensamiento revolucionario bolivariano. En las elecciones debemos prefigurar y preparar el futuro.
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LA VANGUARDIA
Ya sabemos que hace falta una organizacin revolucionaria, en eso estamos de acuerdo el grueso de los revolucionarios. Ahora bien, sobre su estructura y su finalidad hay mucha confusin y poca discusin. El examen del punto es fundamental en estos momentos cuando intentamos crear la institucionalidad revolucionaria. La organizacin poltica revolucionaria es pilar fundamental del Poder Popular y, por supuesto, de la institucionalidad revolucionaria. Adems, es imprescindible en estos momentos de guerra asimtrica, cuando el imperio arremete contra nosotros con todo su carga de manipulacin de informaciones y valores. Nosotros creemos que es urgente la construccin de una organizacin poltica revolucionaria, que sea capaz de apoyar la direccin del Comandante Chvez. Una organizacin que rena a los ms capaces, que sea aceptada por las grandes masas como direccin, como gua, como referencia. Que de coherencia poltica a todas las actividades de la sociedad y de los revolucionarios. Debe ser un tejido fino, que se origine en el fondo de la sociedad, en la fbrica, en el liceo, la universidad, el barrio, las misiones. De all, desde los ms pequeo y fundamental, debe remontarse hasta un organismo nacional, sin perder sus miembros la relacin con sus orgenes. Debe sumar en cada nivel a los mejores, a los ms capaces, a los ms concientes. Una organizacin as, constituir el brazo poltico del futuro Poder Social, de all su importancia vital, porque la Revolucin tiene como objetivo bsico devolver a la sociedad su condicin de directora de su propio destino. Los miembros de esta organizacin deben ser los ltimos a la hora de las distinciones, y los primeros a la hora del deber. La humildad debe ser su signo, pero tambin la grandeza de
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saberse herederos de las mejores tradiciones libertarias y humanistas de la historia revolucionaria. Debe ser un honor pertenecer a ella, y as debe ser reconocido por el pueblo, pero tambin debe ser un compromiso y as debe ser exigido. Esta organizacin poltica revolucionaria prefigurar el mundo del futuro. All podremos ver al hombre nuevo y a las relaciones nuevas. Ser como un segmento avanzado de la sociedad que nos indique el camino, ser una vanguardia. Con una organizacin as, la Revolucin se potencia, la sociedad comienza a participar orgnicamente en el diseo de su destino, el Comandante ser apoyado en su liderazgo. Con una organizacin as, que no es otra cosa, que la intuicin transformada en fervor consciente del deber revolucionario, seremos invencibles.
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LA SONRISA DE LA ARAA
La araa sonre tras su tela, confa en que algn hilo de su fina malla atrapar al incauto insecto. Ella es infalible, la nica posibilidad de salvacin es captar la magnitud de la tela que se tiene enfrente. Slo los avisados la detectan, la mayora de los hilos son imperceptibles, los incautos slo atienden a las distracciones y, desprevenidos, siguen su alegre vuelo para despertar de su ilusin, aterrados, a merced de su enemigo. El imperio norteamericano urde su red de dominacin de manera semejante a las araas. Muchos son los hilos de su poder y poco lo que las victimas perciben. Hoy cuando nos enfrentamos al imperio norteamericano, vivimos una poca similar a la Campaa Admirable de 1813. All el Libertador, que se enfrentaba al imperio espaol, entiende como un asunto vital la necesidad de deslindar los campos entre los partidarios de la independencia y los partidarios del imperio. El Libertador saba que para detectar los hilos visibles y los invisibles de aquella tela de araa, era imprescindible delimitar los campos enfrentados, jugar cuadro apretado. As lo hizo, y con firmeza consigui colocar de un lado a los partidarios de la independencia, y en el bando contrario a los complacientes con el imperio espaol. De esta manera pudo derrotar la conciliacin en el campo patriota y cort los hilos de la tela araa imperial. Nosotros no debemos llamarnos a engao, la red que el imperio tiende sobre la revolucin tiene hilos para distraer, y fina seda para atrapar. No es momento de confituras y holguras, es necesario definir los campos. Cmo hacerlo? El Comandante Chvez nos dicta la pauta para definir los campos. l caracteriza a la Revolucin Bolivariana como una Revolucin contra la pobreza material y espiritual, por lo
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tanto Anticapitalista, ya que slo fuera del Capitalismo se puede derrotar a la pobreza. Adems para superar al Capitalismo es necesario construir otro sistema de relaciones dentro de la sociedad, y este nuevo sistema de relaciones entre los humanos, y de estos con su entorno, es el Socialismo. No hay otra manera de superar al Capitalismo, entonces la Revolucin necesariamente debe ser Socialista. Ahora bien, B o l ivariana, contra la pobreza, anticapitalista, socialista, necesariamente ser antiimperialista. Es imposible que una Revolucin, si es verdadera, no se enfrente al imperio tarde o temprano. El concepto antiimperialista engloba a las dems cualidades de la Revolucin Bolivariana. De all que es el carcter antiimperialista el que define a la Revolucin y a los revolucionarios. Esta es la manera de delimitar los campos y descubrir los hilos ocultos de la tela. Hoy, como en 1813, no hay lugar a medias tintas. Hoy el antiimperialismo define: o se est con el imperio o se est con la patria.
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EL ENGAO
Te m p ra no aprendi el imperio a usar al dominado como agente de la dominacin. Santander, Pez, el Genera l Gmez, Rmulo Betancourt, son ejemplos de polticos que se pusieron al servicio de la antipatria. Tambin partidos enteros han saltado la talanquera, fueron y son fra n q u i c i a s de los norteamericanos. Pa ra el imperio es valiossimo este tipo de personajes y de organizaciones. La dominacin se facilita cuando se agazapa tras la apariencia de lo similar, as el dominado se confunde, baja la guardia, es manipulable, el parecido lo engaa. Los agentes imperiales tpicos, el gringuito ojos azules, slo asoma en circ u n s t a n c i a s extremas, cuando ven en peligro sus intereses y los renegados ya no tienen capacidad de engao. Es lo que ocurre en Venezuela. Aqu la traicin tiene gradaciones, a veces es muy evidente, tal es el caso de los Mara Corina, nadie duda que son agentes gringos, su transculturacin se les ve por encimita. Otros se presentan con un barniz de pueblo, ese es su capital, pero los traiciona la admiracin por el amo y no resisten mostrarse sumisos, tal es el caso de Mister William Ojeda. En oportunidades son buenos agentes, esconden bien la bandera de las barras y las estrellas que llevan en el corazn, el prototipo es Teo. A otros su clase los delata Cmo hace Borges para decirnos que su corazn es venezolano? A los gringos todos estos matices de entrega les son tiles, todos tienen su papel, todos cuadran perfectamente en su plan. Sin embargo, el aparecimiento del embajador imperial en la lidia poltica, indica que los Estados Unidos tienen una gran batalla que librar y han perdido una de sus armas ms valiosas, el engao. Ya no les quedan operadores traidores capaces de engatusar, a todos se les cay el disfraz que durante aos
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portaron. A todos los conocemos, ya no hay operadores imperiales encaletados. Cuando las revoluciones avanzan la lucha pierde los cosmticos y los afeites, las posiciones se muestra n descarnadas. As ocurre hoy en Venezuela, la batalla lleg a etapas definitorias. Aqu slo hay dos bandos: por un lado, los imperiales, Bush, Condoleeza, Rumsfield, Shannon, Bronwfield, sus lacayos criollos, Maria Corina, Borges, Rosales, Teodoro, Puerta Aponte, Carmona, Orlando Urdaneta; y, enfrentados a ellos, estn los patriotas. No hay lugar a matices, o se est con el imperio o se est con la patria. A la batalla iremos en el campo que se nos presente, trinchera de piedra o trinchera de ideas, en las elecciones o en las invasiones. En todas las fases la consigna es la misma: Con la patria, contra el imperio.
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SEPULTUREROS DE REVOLUCIONES
Las revoluciones se sustentan en la relacin entre lo material y lo espiritual, el futuro de una Revolucin depende de manera fundamental de esta relacin. Lo espiritual debe ser lo hegemnico, lo material debe existir, es importante, nadie lo duda, pero el mvil esencial de la revolucin tiene que ser el rescate de la condicin social y espiritual del humano. Si caemos en la tentacin de colocar a lo material como motivo principal de la actividad revolucionaria, la condenamos irremediablemente al fracaso. En el Capitalismo el humano es convertido en mercanca y, como mercanca, es un objeto ms en el mercado. Siendo as, su objetivo ser cambiar su vida por la mayor cantidad de dinero posible, en pocas palabras, venderse y ser vendido. Su xito ser medido por la cantidad de dinero que obtenga en esta venta. Es decir, el hombre en el capitalismo tiene xito en cuanto deja de ser humano y se transforma en mercanca o, lo que es lo mismo, su xito es deshumanizarse y mercancidizarse, como dicen los clsicos, cosificarse, transformarse en cosa. En la competencia entre mercancas, tambin lo espiritual queda subordinado al mundo del mercado. Lo espiritual se transforma en mercanca, en cosa, en sustento egosta de ganancias. Entonces, en el Capitalismo, en el reino de las mercancas, lo material es la medida de todas las cosas. El hombre del Capitalismo es un ser con va l o r e s distorsionados, toda su espiritualidad est invadida por la necesidad de vender su tiempo y su obra. El mercado, el cruel mercado, dicta la medida de su valor, todo lo marca con su competencia egosta y cruel. El mercado determina la calidad de todo: si algo se consigue cambiar por dinero es bueno, de lo contrario es malo y debe desaparecer. El trabajo, el arte, la
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msica, la literatura, el amor, la poesa, el deporte y, muy importante en estos tiempos, hasta el voto electoral, todo es transformado en una mera moneda de cambio, y el humano reducido a ser un consumidor y un productor de simplicidades de fcil y masiva venta. La Revolucin es, en esencia, devo l ver al hombremercanca del capitalismo su condicin de humano integral, devolverle su vida, encontrarlo con su mundo espiritual, rescatarlo del reino de la mercanca, y elevarlo al cielo de su condicin humana, en un ser capaz de transcender lo inmediato y desarrollar tareas sublimes. Es hora de revisar si estamos cayendo en la tentacin de poner el nfasis en lo material, deformando el afecto popular en una mercanca susceptible de ser trocada en el mercado. De ser as, debemos rectificar, so pena de convertirnos en sepultureros de la Revolucin.
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LA BURBUJA
Uno de los principales daos que la burocracia puede hacer a la revolucin, es la formacin de la burbuja. Veamos. La burbuja se forma alrededor de un funcionario de poder, no cuenta el tamao ni la importancia. Inmediatamente despus de la toma de posesin del funcionario, los burcratas comienzan a inflar la burbuja burocrtica de aislamiento. Si el funcionario est atento a los peligros del poder, la operacin falla, de lo contrario su formacin es inexorable. La burbuja tiene dos componentes: uno fsico y uno conductual. Expliquemos. Los dos componentes se complementan. El fsico es el menos importante, consiste principalmente en una barrera en las comunicaciones, se pierden libros, papeles y memorandos, se olvidan de hacer llamadas, es difcil comunicarse con el funcionario, se olvidan de meter eventos en la agenda. El componente ms importante y ms daino es el conductual. Est arraigado en la ideologa de la dominacin, se alimenta de los pilares psicolgicos de la sumisin. El mecanismo comienza a desplegarse con la primera fase, la de cambio de identidad, el nombre del funcionario es reemplazado por el de jefe. En Venezuela hay jefes como arroz, all empieza el proceso de sacralizacin, es decir transformar al incauto funcionario en santo, por lo tanto infalible y, al ser infalible, cada palabra suya es una orden que no puede ser discutida ni siquiera comentada, muchos menos desacatada. Nuestro funcionario es desligado de la necesaria discusin, un Dios no discute. De esta manera, todo est preparado para pasar a la segunda fase, la de los psiclogos. El burcrata es un experto psicoanalista, ellos diagnostican si el
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jefe est de mal humor o est de nimo festivo, saben qu tipo de msica quiere or hoy, o si necesita silencio, etc. Esta actitud hace dao, pero lo peor est por venir con la tercera fase , es la fase de sustitucin de personalidad. Ahora el burcrata se transmuta en funcionario. Ya se cree ministro o alcalde, y decide por l, intuye lo que el funcionario har en cualquier situacin, no lo necesita, no lo consulta, el burcrata rechaza audiencias, responde memorandos, llegan hasta tomar decisiones, claro, nunca por escrito, siempre comunicacin oral, se transforman en reflejos de los funcionarios. Se cumple as la burbuja burocrtica: el funcionario queda aislado de la realidad, vive en un mundo ficticio construido por los burcratas, all se relaciona slo con otros jefes atrapados tambin en burbujas. Mientras tanto, la realidad sigue su curso, anda por all con una aguja revienta burbujas.
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MISCELANEAS 1
1. Cuando slo faltaban dos pasos para cambiar su mundo, sinti que lo envolva la nube oscura de un miedo infantil, y cerr los ojos para convertirse en feto; as tranquilo, esper el amanecer que otro traera. 2. No te angusties por la derrota de hoy, maana alguien lanzar una piedra y florecer de nuevo la lucha milenaria entre opresores y engaados. 3. Quien escapa a su poca se hace un nufrago solitario en el ocano de su imaginacin. 4. El pueblo es como un nio, con el poder de destruir o de construir universos. 5. Todos somos ngeles de dioses que desconocemos. 6. La dominacin que hace ms dao es la que se instala en los que luchan contra ella. 7. Si bien el espritu nace de la existencia, ronda con independencia, puede persistir despus de desaparecida la realidad que le dio origen. Por eso, en el espritu de un hombre hallamos la historia de la humanidad. 8. El hombre est hecho de pasado, la importancia del presente radica en ser la determinacin del futuro. 9. El mundo material da origen al mundo espiritual, pero, dado que el humano es materia dominada por el espritu, el mvil de la Revolucin es el espritu. 10. El lder es un producto social, por tanto podemos
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conocer a una sociedad por sus lderes, o a unos lderes por su sociedad. 11. No hay sociedades, slo hay lderes. Ahora bien, los lderes y las sociedades son producto de la poca, entonces, no hay sociedades ni hay lderes, nicamente pocas, pero, las pocas son productos del movimiento, de all que slo hay movimientos. 12. Cada xito nos anuncia mil fracasos, cada fracaso nos prepara para un milln de xitos. 13. Para un revolucionario no hay derrotas, slo hay aplazamiento del triunfo. 14. Somos albergue de la esclavitud y la emancipacin. 15. Ninguna Revolucin puede ir ms all de la ideologa que la sustenta. 16. La masa es tctica, slo la vanguardia es estrategia. 17. Los obreros, confundidos, intentan libera r s e adquiriendo propiedad privada, cuando deberan abolirla. La propiedad privada de los medios de produccin es esclavitud, la propiedad social de ellos es liberacin. 18. Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maz, y toda la Revolucin del mundo cabe en una palabra: amor 19. Requeran filsofos, y la sumisin les produjo seguidores. Pretendan revolucionarios, y el ambiente les impuso polticos. Les falt reflexin. 20. Una Revolucin no puede construir algo diferente a la calidad de los revolucionarios que la impulsan, y esa calidad revolucionaria se mide por lo que ellos discuten, por como actan, en definitiva, por los sentimientos que mueven su corazn.
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CUANDO LA CLASE OBRERA SE ENCUENTRE A S MISMA

Publicado el 1 de mayo de 2006
Cuando la clase obrera se encuentre a s misma, la Revolucin ser invencible. Este encuentro suceder cuando la clase tome conciencia de la ideologa que le es propia y d e s e che la ideologa dominante. Este proceso no es espontneo, se precisa la labor educativa de una vanguardia, es decir, de la organizacin de los primeros que rompen la carcasa ideolgica dominante, que tiene como tarea fundamental impedir que la clase y su ideologa se encuentren. Los oligarcas saben que ese encuentro, significar su entierro definitivo. Cul es la ideologa propia de la Clase trabajadora? La clase obrera tiene cerca de tres siglos peleando por sus derechos, enfrentando a un Estado enemigo, defendindose de la voracidad de los dueos de los medios de produccin, aquellos que transforman a los trabajadores en mera s mercancas, en cosas. Esta lucha ha pasado por diversas formas. El camino est bordado de batallas, unas propias y otras han sido batallas ajenas. Con el tiempo, las ideas han evolucionado, se ha enriquecido la teora revolucionaria. Mucho trabajo y extravos cost pasar desde formas primitivas de enfrentamiento con las mquinas, hasta llegar a la comprensin del trabajo enajenado como centro de la explotacin de los trabajadores y, lo que es fundamental, la comprensin de que la clase obrera no puede liberarse sin liberar a la humanidad toda. Qu pasar cuando la clase obrera asuma su papel? Lo primero es que sern derrotadas las ideas de liberacin basadas en la transformacin de los obreros en empresarios,
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por esa va slo conseguimos una sustitucin de oligarquas, y el meollo de la dominacin, el centro causal de la miseria espiritual y material inherente al Capitalismo, sigue intacto. Por ese camino damos vueltas en crculos y aos despus comprenderemos que perdimos una oportunidad nica para hacer avanzar a la humanidad. Lo segundo es que los revolucionarios, liderizados por la clase trabajadora y su ideologa, entenderemos que el Estado actual, dirigido por el Comandante Chvez, nos plantea como tarea fundamental transformarlo en Estado revolucionario. Esta es una de las tareas principales: debemos entender que la fase de apropiacin poltica del Estado ya se cumpli, ahora viene la etapa de la consolidacin de esa apropiacin y de transformacin del Estado en Estado revolucionario. Tercero, con esa conciencia, con la ideologa de la clase obrera y la conduccin del Comandante Chvez, podemos establecer las necesarias alianzas con los diferentes sectores de la sociedad venezolana, susceptibles de ser incorporados a un proceso de transformacin profunda de la sociedad. La Revolucin Bolivariana Socialista, espera por la clase obrera, ojal cuando llegue no sea tarde.
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MOVILIZAR
Estamos en una fase de la guerra asimtrica en la que las armas son las ideas, el teatro de operaciones el alma del pueblo, y el objetivo la conciencia de los humildes. Es una fase difcil y riesgosa: un movimiento en falso puede convertirse en una derrota, un error de diseo de estrategia en una debacle, una omisin en un fracaso. En esta fase no hay paso sin importancia, todo debe ser medido y estudiado hasta la minucia. El estudio, el anlisis, los trabajos de gabinete son de vital importancia. El centro de la disputa es la conciencia de los humildes. Eso lo comprende bien la oposicin, por eso se ven por los barrios a los sifrinos con sus pauelos de desprecio en las narices; estn buscando algo ms que votos, su objetivo es sembrar valores egostas que facilitan la restauracin, minar el espritu altruista que hizo posible los triunfos de abril y diciembre. Ellos estn desarrollando su estrategia, toda la existencia de los oligarcas est al servicio de captura r nuevamente la conciencia de los humildes. Esa es la clave de la fase de la guerra asimtrica que estamos librando. Por nuestra parte, debemos movernos de acuerdos a nuestras fortalezas y corrigiendo nuestras debilidades. Veamos. Tenemos una gran fortaleza que es la relacin amorosa Lder-Pueblo. Recalcamos es una relacin, pueblo y lder se complementan, se nutren mutuamente, el uno aprende del otro, los dos avanzan entrelazados, el lder no puede ir ms all de lo que le permita la conciencia de su pueblo, y el pueblo camina al paso que marca el lder.
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Tenemos otra gran fortaleza, la Movilizacin. Es all, pueblo en accin, donde se produce la conexin amorosa. El pueblo se hace uno con el lder, y los dos fusionados ejecutan el milagro de romper las cadenas ideolgicas de la dominacin, de liberarse. Esos son momentos de comunin, de reconocimiento mutuo, de posesin del espritu revolucionario. El espritu y las enseanzas intensas de la gran movilizacin, se irradian en el tiempo y en el espacio, llegan a todos los rincones y a todos los corazones de los humildes, conformando as la gran escuela revolucionaria que es la defensa ms importante de la guerra asimtrica. No tenemos duda, frente a la amenaza del imperio, el arma fundamental es pueblo movilizado alrededor de objetivos polticos altruistas, informado, conciente, pueblo y lder fusionados, avanzando, aprendiendo a construir Revolucin.
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LA ASAMBLEA PARI UN RATN

Por fin la Asamblea pari un CNE y, tal como estaba previsto, el imperio del norte dio la orden de desconocerlo. Slo los cndidos pensaban que hacindole peligrossimas concesiones, ordenara a sus marionetas que aceptaran las reglas del juego. Se engaaron nuevamente, nadie de la oposicin acept al CNE, todos, desde Teo hasta el Julio, escurrieron el bulto. Estamos en la misma situacin del golpe de abril y del saboteo, no hay demcratas, ni siquiera de boquilla. No son capaces de condenar ni el magnicidio, mucho menos de aceptar el CNE, no son capaces de contrariar al imperio, y a un electorado que ellos mismos educaron en el fascismo. Pero si esto es as, por qu se insiste en las maniobras y en la astucia pequea para tratar de resucitar una oposicin democrtica que nunca existi. Veamos. En el tratamiento al problema del CNE, se manifiestan las ideologas en pugna dentro del proceso: prevalecen los que no tienen inters en superar el Capitalismo y construir el Socialismo. All encontramos a los de ideologa pequea burguesa, estos tienen terror a los cambios. Y, junto a ellos, los que se han enriquecido, estos piensan como magnates. Por supuesto, los dos coinciden en restaurar un nuevo pacto. Para su desgracia, sus intentos se estrellan con la orden del imperio que pone como condicin para el pacto que Chvez quede fuera del gobierno y del planeta, que la petrolera le sea entregada a la meritocracia, que el Chavismo duro sea ms que derrotado, liquidado, la Revolucin arrodillada y el pas hipotecado. Por eso, los intentos de pacto, que por ahora les fracasan, slo consiguen debilitarnos. Sera gracioso verlos intentando a cada paso conciliar, pactar, hasta firmar armisticios, y siempre salir con las tablas
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en la cabeza. Sera gracioso, repetimos, si esa conducta no tuviera consecuencias funestas para la revolucin. La actitud conciliadora tiene como fondo detener la marcha de la Revolucin, y al impedir el socialismo, impide la verdadera solucin de los problemas sociales. Lo del CNE, es solamente la expresin poltica de un extravo que debemos detectar y derrotar, es una actitud que confunde y desalienta a la masa, y recordemos que masa confundida, desalentada, dirigida hacia metas mercenarias, es la va ms expedita para el fascismo. No hay atajos: Slo el Socialismo salva al pueblo.
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DOS
Hoy, los revolucionarios venezolanos tienen dos tareas importantes: una, la reeleccin del Comandante Chvez, triunfo que debe ser con una mayora tal que no deje espacio para las maniobras del imperio y sus marionetas locales; y, la otra, prepararse para cualquier trance que el imperio nos ponga en el camino de la Revolucin. Las dos faenas no estn aisladas, al contrario, forman un slo bloque. Sera un error ingenuo creer que estamos en condiciones normales en las que podemos dedicarnos a la campaa electoral, como si ningn otro peligro nos acechara, cuando por el contrario vivimos vientos de guerra. Es necesario, entonces, que las dos tareas formen parte de la gran batalla en defensa y construccin de la Revolucin, se complementen, se potencien, sean unidad en el combate. Cmo hacerlo? La clave est en profundizar la Revolucin. Expliquemos Las acciones de profundizacin, las que nos acercan al Socialismo, deben ser el fundamento de la conquista de los diez millones. Es decir, la estrategia nuestra, que es la construccin del Socialismo, debe determinar la tctica, que es conseguir los diez millones de votos. La tctica no debe tragarse a la estrategia. Toda accin tctica debe estar impregnada de la estrategia, es decir, debe ir teida de Socialismo, de no ser as corremos el peligro de extraviarnos en alguna parte del camino. Siendo as, sera un error convertir la eleccin en un fin en s mismo. Las elecciones, los diez millones de votos, deben ser, tienen que ser, un paso hacia el Socialismo, ocasin para
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elevar la conciencia del deber social, organizar, informar. De ninguna manera podemos caer en el error de abordar las elecciones como si fueran una simple campaa publicitaria comercial, de hacerlo corremos el riesgo de vivir en la apariencia y desechar las profundidades, que es all en d e f i n i t iv as cuentas donde se deciden los destinos. Cometeremos la torpeza de plantear la disputa en el terreno de la ficcin donde somos ms dbiles, donde el enemigo puede desplegar sus promesas sin sentido. Debemos colocar la lucha en el terreno de las ideas trascendentes, en el campo de las transformaciones profundas, en el camino de la construccin de una sociedad nueva, de la construccin del Socialismo, que es donde somos fuertes. Es all, en este terreno, donde la Revolucin puede triunfar. Los candidatos del imperio pueden ofrecer maravillas, pero no pueden ir ms all del Capitalismo desgastado, no pueden ofrecer Socialismo, por lo tanto no pueden ofrecer soluciones verdaderas y profundas. El Socialismo es excelente elector porque rescata el amor, reencuentra al humano consigo, y construye la sociedad que soaron Bolvar y Cristo. Cada paso hacia el Socialismo nos fortalecer para todas las formas del enfrentamiento con el imperio.
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ZONA DE AMOR
En la construccin del Socialismo es vital la creacin de la zona de amor, sin ella no es posible una Revolucin.Nos atrevemos a decir que la Revolucin, la construccin del Socialismo, se resume en la creacin y expansin de esta zona de amor. La historia del mundo est llena de ejemplos de intentos de creacin de estos territorios, de estas relaciones amorosas. La historia de la humanidad es la historia de la lucha por la creacin y expansin de las zonas de amor. Al principio es un ncleo, un gesto pequeo, que puede, que debe agrandarse hasta tomar dimensiones de Revolucin. Si el territorio amoroso se estanca, si la relacin amorosa deja de expandirse, corre el riesgo de perderse, es lo que se conoce como restauracin del egosmo. Cuando dos muchachos, Bolvar y Robinson, hacen un juramento altruista en el Monte Sacro, subliman la condicin humana y nace la zona de amor, que crece hasta hacerse un continente y una pasin americana. Cuando unos muchachos militares van al Samn de Gere para comprometerse en los ideales de Bolvar y Zamora, producen el fenmeno, o quiz deberamos decir el milagro de la creacin amorosa. La toma del cuartel Moncada es el intento de un puado de hroes de construir el amor, que se afirma en la crcel, luego se dilata en el Gramma, se riega por las montaas de la Sierra Maestra y alcanza su mxima dimensin con la Revolucin Cubana. Cristo fue el primero en plantear la relacin amorosa, su Amaos los unos a los otros es el intento ms remoto de nuestra civilizacin por construir amor, por establecer estas relaciones. Dos mil aos de tenaz afn por concretarla se estrellaban con la incomprensin de la necesidad de dotar al sentimiento amoroso de una relacin econmica tambin amorosa, de que
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la relacin econmica determina en ltima instancia el rasgo moral fundamental de la sociedad. Hoy, en Venezuela, ha llegado la hora. Tenemos la posibilidad de construir una zona que tenga en lo espiritual el amor de las Misiones, y en lo econmico, sustentando al amor, la propiedad social de los medios de produccin. La Revolucin Bolivariana est hoy en lucha constante por establecer y expandir la zona de amor del Socialismo, en contra de la zona del egosmo capitalista. En este camino, si nos detenemos corremos el riesgo de restauracin. Slo el socialismo salva al pueblo.
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MISCELNEAS 2
1. El Generalsimo Miranda firm un pacto con Monteverde entregando la Primera Repblica. Enseanza: cuando se firma entregando el objetivo estratgico, en aquel caso la independencia de Amrica, es una capitulacin. 2. El Libertador se rene con Morillo, previo reconocimiento de la independencia de Venezuela. Enseanza: Cuando se respetan y reconocen los objetivos estratgicos, los abrazos nos benefician. 3. Despus entendimos que la alegra no es triunfo, para construir el sueo necesario es sacar a los mercaderes del templo. La lucha no haba terminado, la tarea apenas comenzaba. El objetivo es el sistema que origina miseria. 4. La Revolucin es una conmocin espiritual, cultural y econmica, de inmensa grandeza. Se trata de salvar a la humanidad, a la vida sobre el planeta. No es una escogencia, no se trata de hacer una receta de cocina: con un poco de Socialismo retrico, dos cucharadas de peronismo, una pizca de Socialismo europeo, y abundante nacional-Capitalismo. No! No se trata de eso, se trata de impulsar el verdadero Socialismo, el que recoge las enseanzas revolucionarias, desde Cristo hasta nuestros das; el que se ha venido afinando a travs de aos de lucha de los humildes contra los apropiadores del trabajo, de la riqueza, de la vida ajena. 5. Frente a una agresin imperialista, la respuesta no puede ser una poltica fundamentada en alianzas, flexibilidades, y astucias polticas. La guerra que nos plantea el imperio slo puede ser enfrentada con una estrategia de guerra asimtrica, y all lo principal es la conciencia del deber social
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del pueblo, su sentido de pertenencia a la sociedad y a la Revolucin socialista. 6. Para una Revolucin socialista es vital sustituir la conciencia egosta propia del Capitalismo, por la conciencia social propia del Socialismo. Para eso es necesario que la forma hegemnica de propiedad sea la propiedad social de los medios de produccin. Esta es una verdad universal del pensamiento revolucionario, corroborada muchas veces en la historia. 7. Cuando el Comandante Chvez dice que Cristo es el primer socialista de la humanidad, est rescatando una verdad histrica y, al mismo tiempo, fundiendo en un solo destello el humanismo de los revolucionarios con la espiritualidad de los cristianos, est uniendo lo que la infamia haba separado para impedir que el humano encontrara caminos de redencin, que expulsramos definitivamente a los mercaderes del templo, o dicho en cuentas modernas, expulsramos a los capitalistas de la economa.
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BOLIVIA HISTORIA DE UN DILEMA INCONCLUSO

La realidad es obstinada, siempre juega malas pasadas a la voluntad humana. La Bolivia de Evo y del Libertador revive un dilema que est pendiente desde la fundacin de las naciones americanas. El sueo bolivariano de la anfictiona, del bloque de equilibrio, choc a los mediados del siglo XIX con los intereses mezquinos de oligarquas regionales que disolvieron a la Gran Colombia y frustraron la integracin americana. Bolvar impuls el bloque de naciones, y al mismo tiempo intuy que no era posible ese acuerdo sin una actitud antiimperialista y una economa que rescatara la dignidad del humano. Por eso plantea el Congreso Anfictinico de Panam sin la presencia de los norteamericanos, y proclama la libertad de los esclavos. Quera de esta manera fundar no un simple bloque de naciones, sino un territorio, lo ms avanzado para la poca, donde el humano recobrara su dignidad y dejara de ser propiedad de otros hombres. Por supuesto que las neooligarquas, que haban ocupado el lugar de la oligarqua espaola, chocaron con el ideal bolivariano, sabotearon el Congreso Anfictinico de Panam, y asesinaron a Bolvar y a Sucre. Hoy la historia se repite: el Comandante Chvez propone un bloque de naciones donde la relacin econmica internaciones tenga como centro al humano, y no a la infame lgica del capital insaciable y cruel. l sabe, tal como Bolvar en su poca, que la viabilidad del proyecto bolivariano, vale decir, la felicidad del pueblo de Venezuela, y de los pueblos de Latinoamrica, depende de la conformacin de un bloque de naciones con un profundo carcter humano. Inmediatamente, tal como en la poca de Bolva r, las oligarquas mezquinas de las naciones suramericanas se ponen en guardia contra el proyecto emancipador. Las pretensiones
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son las mismas, sabotear el bloque de naciones bolivarianas y acabar con el ejemplo de unas sociedades que tengan como centro al humano. Es desde esta perspectiva que podemos entender la actitud de la Colombia de Uribe, los coqueteos de Tabar la ambigedad de Lula, las arremetidas de Toledo, los conflictos de intereses de Brasil con Bolivia. Y las perturbaciones que estn por venir. Y, es en esa perspectiva, que podemos entender por qu Cuba, Bolivia y Venezuela fluyen hacia el ALBA. No es posible una unin que tenga como centro al humano entre pases que tienen economas basadas en la apropiacin del trabajo ajeno. No se puede ser humano en lo internacional e inhumano en lo nacional. Por eso, los acuerdos con los pases capitalistas son tcticos, y los acuerdos con los pases hermanos que buscan superar al Capitalismo son de largo aliento, fundamentales, estratgicos.
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SUPERPOSICIN HISTORICA
En algunas Universidades avanzadas de Europa y Estados Unidos, est en boga el mtodo de Superposicin Histrica. Consiste en hacer una superposicin de las conductas de hoy en acontecimientos del ayer histrico. Nos explicamos. Qu rumbo hubiesen tomado los acontecimientos si las decisiones fundamentales se cambian por decisiones diferentes sacadas de teoras polticas actuales. El precursor de este mtodo fue el mismo Libertador cuando dijo: si yo no hubiese enviudado, hubiese sido solamente el alcalde de San Mateo. Este mtodo se ha aplicado a algunos acontecimientos de la historia venezolana con resultados fabulosos. Las enseanzas que el mtodo nos ofrece hablan a su favor. Veamos algunos casos. Si el 19 de abril de 1810, en lugar de que Emparan renunciase, hubiese propuesto unas elecciones, es probable que los espaoles todava estuvieran mandando en Venezuela. Si el Libertador durante la Campaa Admirable, no dicta el Decreto de Guerra a Muerte, y en su lugar invita a los espaoles a compartir una mesa de dialog, no hubiese pasado de Ccuta. Si el Libertador disuelve la Convencin de Ocaa y pone preso a Santander, la capital de Amrica estara en el Istmo de Panam. Si Pez no se deja cautivar por los cantos de sirena de la oligarqua, la Gran Colombia no fuese un colegio sino una poderosa nacin, el Libertador hubiese muerto en Caracas a
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los ochentas aos, Cuba la hubiese liberado el ejrc i t o bolivariano, y Texas fuese territorio Mejicano. Si el 27 de febrero, en lugar de ser un movimiento espontneo, lo dirige una vanguardia, ese da se entierra el pacto de punto fijo y surge la Venezuela bolivariana y socialista. Si en lugar de un eructo, hubiese sido una confiscacin, estaramos ms cerca del Socialismo. Si Cuba, en lugar de resistir la cada del Socialismo, y afrontar sus dificultades con el heroico perodo especial, hubiese sucumbido, el mundo y su perspectivas sera lgubre, Fukuyama tendra razn, y no pensaramos en ir ms lejos de Marta Hacnecker y su Revolucin sin Revolucin.
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VENCERSE A S MISMO
El individuo es un compendio de la sociedad en que vive, en l se resume el drama social de su poca. Es imposible escaparse a esta ley. Siendo as, el individuo es el escenario de la contienda de clases de su tiempo. O, lo que es lo mismo, la parte ms importante de la cruenta batalla de la lucha de clases se da en el interior de los individuos. Es en las praderas del alma individual donde se decide la lucha de clases. Los revolucionarios, para tener xito en su tarea, deben estudiar este punto fundamental, porque no hay Revolucin sin revolucionarios, y no hay revolucionario si antes no se ha vencido a s mismo. Las conductas de los revolucionarios, son reflejo de esta lucha de clases que ocurre en la entraa individual. All se opone la ideologa de las clases dominantes, los valores dominantes, las costumbres, la tica, toda una espiritualidad sembrada en la temprana niez, con la ideologa r e volucionaria que se adquiere con la educacin y la imaginacin. En otras palabras, la lucha revolucionaria es principalmente una lucha entre la niez, que se enfrenta a la espiritualidad que se van adquiriendo con la comprensin adulta. Esta batalla, entre lo que fuimos y lo que queremos ser, se desnuda en la toma de decisiones. Veamos. Cuando la sociedad se reconoce en un individuo y lo hace lder, sean del nivel que sean, la pugna de clases dentro de estos escogidos adquiere caractersticas sociales. Las decisiones del conductor afectan a la sociedad, pero estn determinadas por la pugna que sucede en el individuo convertido en lder. Expliquemos con un ejemplo.
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Bolvar liber a los esclavos, y esa fue una decisin que afect profundamente a la sociedad de su poca. Pero, esa decisin nace de una lucha en el alma atormentada del Libertador, all se enfrentaron la enseanza de su niez, quinientos aos de cultura colonial, de aceptacin y justificacin de la esclavitud, con los conocimientos y la conciencia que haba adquirido Bolvar en su vida de adulto. En el caso de bolvar, triunf la idea libertaria adquirida d u rante su vida adulta, sobre la espiritualidad esclavista sembrada en su niez. Por eso, l es un gran revolucionario. Pez, por el contrario, sucumbe a los valores de la oligarqua, traiciona las ideas adquiridas en su adultez, al lado del Libertador, y se entrega a los valores de las clases hegemnicas que le sembraron en la niez. Podemos decir, entonces, que para hacerse revolucionario, para hacer la Revolucin, es vital derrotar, todos los das y en cada decisin, a la ideologa de la dominacin que llevamos aferrada a nosotros con los poderosos hilos del inconsciente infantil. El revolucionario debe vencerse a s mismo.
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HASTA DNDE ESTIRA EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI?

El Comandante Chvez cuando nos propone la consigna discutir el Rumbo al Socialismo del Siglo XXI, nos invita a construir un concepto nuestro del Socialismo. Muchas opiniones se vertieron en la argumentacin, la mayora sin el necesario rigor, por eso el concepto de Socialismo siglo XXI se ha convertido en terreno difuso y elstico. El avance de la Revolucin necesita una meta clara, de all la urgencia de retomar la discusin con la seriedad que nos permita precisar nuestro concepto de Socialismo. En la discusin se ha dicho de todo: que el Socialismo es compatible con la hegemona de la propiedad privada de los medios de produccin, que se parece al de Felipe Gonzlez en Espaa, que la cogestin es Socialismo, que Chile es socialista. Y ltimamente se dice que nuestro Socialismo del siglo XXI es similar al Capitalismo Chino. Todo est confuso, pero, cmo orientarnos en esta cinaga terica. La respuesta la debemos empezar a buscar en el pensamiento del Comandante Chvez. l nos plantea la consigna de Socialismo o Muerte como sntesis de la evolucin del pensamiento de la Revolucin Bolivariana. Quiere decir con esto que el mundo o se hace socialista o la humanidad perece. La vida sobre el planeta no aguanta el impacto ambiental del desarrollo capitalista. Tambin nos dice que el Socialismo es la superacin del Capitalismo, lo que significa que las relaciones econmicas, sociales, polticas, la cultura del Capitalismo, son sustituidas por unas nuevas relaciones, las relaciones socialistas. O dicho ms enfticamente, el Socialismo no es Capitalismo. Muchas preguntas faltan por responder Cules son estas
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nuevas relaciones? Cmo llegar a ellas? Cmo ser la convivencia con formas de propiedad no socialistas? Cules son las formas de propiedad socialistas y cules son las falsificaciones? Cul es la conciencia socialista? Es urgente una profunda discusin en la bsqueda de estas respuestas, indispensables para encontrar nuestro rumbo propio en el camino de la construccin del socialismo. La realidad, las circunstancias, claman por un Congreso Ideolgico de la Revolucin venezolana. Proponemos la formacin de una comisin preparatoria, que convoque al congreso dentro del marco ideolgico y poltico siguiente: el a p oyo al Comandante Chvez, Boliva r i a n i s m o , anticapitalismo, antiimperialismo, internacionalismo, Socialismo. Dentro de estos linderos deben situarse los miembros y las deliberaciones. Tienen la palabra los revolucionarios bolivarianos.
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EL FACTOR FIDEL
Las revoluciones, los revolucionarios, los pueblos en Revolucin, deben estar inspirados por el Factor Fidel, de lo contrario es muy difcil que culminen con xito su tarea. Expliquemos. Toda Revolucin implica grandes sacrificios. No es posible pensar en cambios profundos sin enfrentar la adversidad. Los caminos sin obstculos son propios de cuentos de hadas y no de la realidad de la lucha social. No es descabellado decir que los pueblos preparados para el infortunio, son los que tienen derecho a transitar caminos de felicidad. Podemos decir que el xito revolucionario de un pueblo, tiene relacin directa con el tamao de las dificultades que puede soportar sin abandonar sus sueos. La vida de los grandes revolucionarios, la historia de las g randes revoluciones, es una ctedra, un ejemplo de comportamiento frente a la desventura. A Bolvar alguien lo llam el hombre de las adversidades, y qu mejor ejemplo que el paso de los Andes para ilustrar los logros de un pueblo cuando se empina ms all de sus propias fuerzas, y vence montaas en su lucha contra la fatalidad. La historia reciente nos brinda un ejemplo extraordinario de este comportamiento revolucionario. Fidel, heredero de las mejores tradiciones de los grandes revolucionarios del continente y del mundo, en 1952 asalta el Cuartel Moncada y la dictadura masacra a los muchachos que participan en ese acto heroico, es hecho prisionero y transforma la adversidad de la prisin en una escuela de pensamiento, es lo que se llam la crcel fecunda. No cesa en su afn revolucionario y sale a Mxico, no a un exilio cmodo, sino a preparar Revolucin;
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regresa en el Gramma y, pronto, en el combate de Alegra del Po, pierde el grueso de su tropa de revolucionarios, queda sin armamento, y en esas condiciones de suma dificultad lanza su consigna central Venceremos Luego, triunfa la revolucin, y la historia se llena de la tenacidad de Fidel. Pero es cuando cae la Unin Sovitica, y la Isla, a noventa millas del imperio, queda desamparada como una brizna de paja en la tormenta de un mundo adverso. Fidel se crece de perseverancia, salva a Cuba, y con ella la esperanza socialista de la humanidad. Revisar la vida de Fidel es encontrarnos con la conducta de un hombre que se crece en las dificultades, las vence, las supera, y construye la posibilidad de redencin de su pueblo. Los revolucionarios del mundo debemos imbuirnos del factor Fidel: Cuando parezca que todo est perdido, seguir adelante. No desmayar frente a las dificultades, a pesar de los abismos, ms all de cualquier obstculo. El deber de los revolucionarios es hacer la Revolucin. Pica.
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MISCELANEAS 3
1. Terreno que gana el Capitalismo, es terreno que pierde el Socialismo. 2. Cuando el Comandante Chvez dice que Cristo es el primer socialista de la humanidad, est rescatando una verdad histrica y, al mismo tiempo, fundiendo en un slo destello el humanismo de los revolucionarios con la espiritualidad de los cristianos; est uniendo lo que la infamia haba separado para impedir que el humano encontrara caminos de redencin, que expulsramos definitivamente a los mercaderes del templo o, dicho en cuentas modernas, expulsramos a los capitalistas de la economa. 3. La posicin frente a Cuba define a los revolucionarios, a ella nos une algo ms que intereses materiales o afinidades ligeras, nos une la hermandad de remar juntos en el mismo barco, el de la redencin del humano, el del Socialismo. 4. Hoy, los revolucionarios venezolanos tienen dos tareas importantes: una, la reeleccin del Comandante Chvez, triunfo que debe obtenerse con una mayora tal que no deje espacio para las maniobras del imperio y sus marionetas locales; y, la otra, prepararse para cualquier trance que el imperio nos ponga en el camino de la Revolucin. 5. Si alguien pregunta qu es la conciencia del deber social, basta remitirlo a las jornadas del 12 de abril para que lo entienda: un pueblo unido, cvico-militar, movilizado, conociendo su poder, altruista, luchando por objetivo s polticos gloriosos, sali de la vista corta de su entorno pequeo y se hizo inmenso en la grandeza de sus objetivos.
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6. La construccin y la defensa del Socialismo cuenta en Venezuela con dos pilares fundamentales: la conexin amorosa que el Comandante Chvez mantiene con el pueblo, y la conciencia del deber social que est latente en nosotros. Ese espritu, esa conciencia del deber social y esa conexin amorosa, deben fortalecerse y manifestarse todos los das. De esa forma la Revolucin ser invencible y el Socialismo dejar de ser un sueo para hacerse realidad. 7. Cuando las revoluciones avanzan la lucha pierde los cosmticos y los afeites, las posiciones se muestra n descarnadas. As ocurre hoy en Venezuela, la batalla lleg a etapas definitorias. Aqu slo hay dos bandos: o se est con el imperio o se est con la patria.
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LA EMBESTIDA DEL TORO

La fiesta brava tiene su fundamento en la errada embestida del toro. Si la fiera tuviese capacidad de anlisis, si pudiese comprender con claridad la situacin, no embestira el trapo rojo y desapareceran toreros y fiesta. Asimismo, sucede con la lucha de los pueblos, la dominacin se basa fundamentalmente en la capacidad de engao que tengan las clases dominantes., de la capacidad que tengan para hacer que la energa popular se disipe embistiendo trapos rojos, con objetivos subalternos. De all que la clave de nuestro xito revolucionario reside en la precisin con la que determinemos al enemigo principal en cada etapa. Veamos. Despus del referndum revocatorio, aplastados los lacayos del imperio, las tensiones polticas se movieron al interior de la Revolucin Bolivariana. Tres proye c t o s principales pugnan en el interior del proceso: los anarcopopulistas, estos sirvieron de facilitadores al proyecto restaurador capitalista, que en los ltimos tiempos eleva su importancia y su peligro; y, frente a estos dos, est el proyecto r e volucionario socialista, disminuido, golpeado, pero en batalla permanente y con grandes posibilidades de xito, nunca antes en Venezuela se haban dado unas condiciones tan favorables a la Revolucin socialista. El imperio, sabio en sus luchas, detect este cambio en el paisaje poltico, y muda su tctica. Ahora apa el trfago de la renta petrolera hacia la construccin de Capitalismo, comprende que fortalecer el Capitalismo es debilitar al Socialismo, y por ende al Comandante y a la Revolucin. Los cambios econmicos de fortalecimiento del Capitalismo, producen sus exigencias polticas. Por ahora es la conciliacin la fase que est en desarrollo, basta ver la prensa
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y la televisin para darse cuenta de ello. Los capitalistas, los nuevos y los clsicos, necesitan un nuevo pacto poltico, y el nuevo pacto necesita el ya conocido circo, un trapo rojo. Explicamos. El nuevo pacto poltico se basa en los trapos rojos, es decir, llevar al pueblo a la disputa deportiva de la poltica. As, la pugna de clases es trivializada de forma tal que ser de la oposicin y ser del gobierno es tan deportivo como ser del Magallanes o del Caracas, no tiene mayores consecuencias para la sociedad. La importante lucha poltica la reducimos a un ejercicio de frivolidad, se evitan los asuntos fundamentales, adquiere importancia la comedia, se pretende hacernos creer que con la oposicin las diferencias son superficiales y de tonalidades, que todos buscamos lo mismo, que somos iguales. Si eso es as, Vladimir, para qu hacer una Revolucin.
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LA INVASIN SILENTE QUE DERRUMB A LA UNIN SOVITICA

Aquel pas que resisti la invasin ms brutal que se tenga noticias en la historia de la humanidad, la invasin de los Nazis. Aquel pas que defendi a la humanidad contra el fascismo, sacrificando ms de veinte millones de vidas, aquel pas del Socialismo heroico, sucumbi frente al campo capitalista sin que en esa nueva invasin se detonara un solo disparo. Estudiemos esta invasin. El imperio ocupa todas las formas de lucha, desde la invasin cruenta tipo Granada, Panam, Santo Domingo, Irak, y pare usted de contar, hasta la sutil y peligrossima invasin silente, ideolgica, manipuladora de conciencias, estimuladora de los valores del imperio. Veamos como funciona esta modalidad de invasin. El centro de esta operacin es la embajada americana. De all surge una labor de captacin de debilidades, de lealtades resquebrajadas, de mentalidades afines. Luego se conforman f a chadas, unas ms evidentes como Smate, otras ms crpticas que aparentan ser neutrales pero en el fondo son encargadas de estrechar lazos con el imperio, fomentar sus valores. Adems opera una zona oculta, de la que slo tenemos noticias por sus efectos, es la encargada de avivar el Capitalismo en los procesos revolucionarios, y de apuntalar a ese Capitalismo con sus formas polticas correspondientes. Nosotros no tenemos dudas que esa forma de invasin silenciosa la estn aplicando contra nuestro pas. Analicemos. Desde que el Comandante declar a la Revolucin bolivariana como una Revolucin antiimperialista, anticapitalista y Rumbo al Socialismo, llovieron las maniobras distraccionistas en las que se sospecha la accin de la zona
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oculta, que se aprovecha de nuestras debilidades, las potencia, trabaja en las grietas del proceso, infla errores, provoca conductas dainas, empuja la mano que roba al tesoro, crea ilusiones de refugio, manipula, trae a sus tericos con retricas que confunden, patrocina a opinlogos, etc., etc. No tenemos dudas, y hay que decirlo con valenta, en los ltimos das la zona oscura ha cosechado importantes xitos. Lo que el imperio no logr con el golpe de abril y el sabotaje de diciembre, lo consigue con su zona oculta. Ahora intentan hacernos creer que no hay confrontacin, que todos somos iguales, que da lo mismo impulsar el Capitalismo que avanzar hacia el Socialismo. Se olvidan que terreno ganado por el Capitalismo, es terreno que pierde el Socialismo. Se nos llama a una convivencia que sacrifica, hoy la marcha hacia el Socialismo, y maana sacrificar al Comandante Chvez. La respuesta revolucionaria es una sola, hay que profundizar la Revolucin, derrotar los retoos de Capitalismo, los polticos y los econmicos, instaurar zonas socialistas, expandir las zonas de amor. Y, despus, slo despus, nacer la convivencia y la paz con justicia.
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LA ARENA
Haba una vez una institucin que necesitaba saber cuantos granos de arena contena una playa. La informacin se usara en la propaganda turstica. Las altas autoridades encomendaron la misin a cuatro funcionarios. El primero, muy hacendoso, se traslad de inmediato a la playa, se tir al suelo y comenz, con la ayuda de una lupa, a contar granito, por granito. En ese menester anda. Esta es la actitud del pragmtico. El segundo, se fue para su oficina y desde all imagin la p l aya, elabor poemas, escribi tesis sobre la relacin anfibolgica del sexo de los ngeles y el sexo de los granitos, dict conferencias, particip en congresos, fue jurado en eventos, todo relacionado con la arena, se convirti en arenlogo. Ahora est tan ocupado con estas actividades que le queda poco tiempo para contar los granitos. Este es el modo del intelectual idealista. El tercero, nombr una comisin encargada de elaborar un proyecto para contar los granos con la mayor eficiencia posible. Esta comisin pidi oficinas para desplegar sus planos y disear equipos de medicin de granos, solicit las consabidas Lap top y los infaltables telfonos celulares. Despus luch para que a la comisin la pasaran a Direccin, luego a Gerencia, lo ltimo que se supo es que plantean su pase a Ministerio. Estamos esperando que tengan tiempo para contar los granitos, ellos dicen que no pueden arrancar hasta que se defina en el alto gobierno a cul ministerio estarn adscritos. Este es el esplendor burocrtico. El cuarto, fue a la playa, cont los granos que caben en un
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milmetro cbico, calcul con ayuda de la matemtica el volumen total de la playa, multiplic una cosa por la otra, y obtuvo, con un tolerable error, el nmero de granitos. Hizo un informe de una pgina y pidi otra tarea. Este es el camino revolucionario-cientfico. La historia es til. Vindonos reflejados en estos ejemplos, comprenderemos mejor nuestra labor y diagnosticaremos las desviaciones en el trabajo. Repasemos las posturas. Pragmticos, son los que piensan que el conocimiento slo se adquiere en la prctica, no son capaces de resolver estrategias, slo tareas muy simples. Desprecian la teora, esa es su desgracia. Los idealistas, desechan la realidad y ven como nica fuente de conocimiento al intelecto. No resuelven problemas reales, son fatuos. Los burcratas, les interesa slo la forma, nunca el contenido, el trmite es lo fundamental, las consecuencias no importan. El cientfico revolucionario, busca el conocimiento en una sabia combinacin de la prctica con la teora. Sabe que el conocimiento prctico sin el complemento de la teora es intil, por eso, prestigia la lectura y el pensamiento tanto como ir a la realidad.
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MATEMTICA SIN FECUNDIDAD, ES UN AZOTE

La matemtica electoral, que esteriliza el pensamiento y la capacidad de anlisis, es un azote. Veamos. Hay dos maneras de enfrentar la conquista del voto: una, como si de una mercanca se tratara; la otra, como si un acto de conciencia fuese. Las dos son contrapuestas y conducen a consecuencias diferentes. Si se enfrenta el acto electoral como un acto maquinal, y al voto como una cifra inerte, como si de kilos de papas se tratara, en este caso la infecunda matemtica tiene cabida en el anlisis, sera un simple ejercicio de contabilidad: cunto tengo en el haber, cunto en el debe, y de all se sacaran las estrategias electorales. Es comprensible que en este mundo capitalista exista la tendencia a reducir las elecciones a esta lgebra poltica. En el Capitalismo todo se transforma en mercanca, no obstante, cuando de Revolucin se trata, esta infrtil matemtica, que no fecunda conciencia, es camino expedito para castrar la Revo l u c i n y, lo que es ms lamentable, el resultado calculado por estos atletas de las matemticas ser, sin duda, desmentido por la realidad. Revisemos algunos de los errores que se comenten con esta visin mercantil de las elecciones. Primer error: contabilizar los votos ch avistas del referndum del 15 de agosto como votos pasivos, que estn depositados en un almacn para usarlos cuando queramos. Segundo error: tratar de conquistar votos antich avistas haciendo concesiones, pensando que esas concesiones no influirn en la intencin de votos bolivarianos e inducirn a la confusin, al desencanto, a la abstencin. Tercer error: intentar conseguir votos a cualquier costo, por encima de las
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secuelas que pueda dejar. Ronda por all la tentacin, comprensible en este mundo capitalista, de reducir la batalla electoral a un problema de suma de votos. Se vaca la meta de los diez millones de cualquier contenido espiritual, de conciencia, de compromiso con el proceso. Se usan las herramientas melladas del Capitalismo para construir el Socialismo, el resultado de esto ya lo conocemos. Por el contrario, los revo l u c i o n a r i o s debemos focalizar las elecciones como una oportunidad de crear conciencia del deber social, de elevar el nivel poltico del pueblo, de remarcar que nuestra meta es el Socialismo, crear conciencia de la importancia histrica que tiene la victoria del Comandante para el destino de la humanidad, desenmascarar a los lacayos del imperio que momentneamente se disfrazan de demcratas, partir las aguas entre patriotas e imperiales. En definitiva, sembrar en los humildes la idea de que slo el Socialismo salva al pueblo. Desperdiciar la oportunidad de concientizacin electoral reducindola a unas matemticas infecundas, es un crimen de leso Socialismo, o lo que es lo mismo de lesa esperanza.
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TRECIENTOS AOS DE CALMA NO BASTAN!

Agitan como bandera de conquista la disminucin de la polarizacin. Estudiemos si es justificado el entusiasmo desplegado en torno al tema. La polarizacin es una medida de la lucha de clases, es decir, del enfrentamiento milenario entre los desposedos de todo y los poseedores de todo, entre los libertarios y los esclavistas. Si revisamos la historia de la humanidad, veremos claramente las fluctuaciones de esta polarizacin. Mientras exista desigualdad social habr lucha de clases, y la polarizacin siempre estar presente, unas veces en baja intensidad, lo que indica que las clases dominantes tienen control de la situacin, estn seguras. En estas condiciones, la lucha de clases se muestra en los brotes de rebelin individual de los oprimidos, el desagrado que se evidencia en las calles, en las tensiones producidas por los alardes de la riqueza. Ahora bien, cuando los pueblos toman conciencia de la situacin de despojo de una sociedad, la lucha se hace poltica, la pugna, la polarizacin se incrementa, alcanza caractersticas ms peligrosas para las clases oligarcas, y estas aoran la situacin de pasividad anterior. Pero es cuando los oprimidos entran en Revolucin que cunde el desespero en las oligarquas, y todas sus acciones conducen a recuperar la situacin de pasividad, disminuir lo que ellos llaman polarizacin, que es lo mismo que decir, disminuir el peligro para su sistema de privilegios, que el pueblo vuelva a su situacin de sumisin, que no luche. Esos eran los llamados a la calma y a la disminucin de la polarizacin que hacan los oligarcas cuando comenzaba la
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guerra de independencia, llamados que el Libertador respondi con su celebre frase: es que trescientos aos de calma no bastan! Saba Bolvar que la nica paz es la paz con justicia. Por eso emprendi con fuerza el camino de la independencia y desech los engaos oligarcas. Hoy, con la Revolucin bolivariana, los humildes, los desposedos, tomaron conciencia y entraron en Revolucin. Ahora conocen su fuerza, saben de su derecho a una vida digna, y transitan el camino para conseguirla. Hoy, otra vez aparecen los llamados a la calma a disminuir la polarizacin. Hoy, como ayer El Libertador, debemos desechar el engao y la manipulacin. Nos quieren hacer creer que la paz se puede conseguir sin justicia, que es un problema de voluntad, ocultan que la polarizacin nace de las entraas de la desigualdad social y esta viene del Capitalismo. La colaboracin entre desposedos y oligarcas es un fraude. El nico camino a la paz, a la reconciliacin, es el Socialismo. Reconciliacin sin Socialismo es felona. Slo el Socialismo salva al pueblo.
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MISCELANEAS 4
1. Toda Revolucin implica grandes sacrificios, no es posible pensar en cambios profundos sin enfrentar la adversidad. Los caminos sin obstculos son propios de cuentos de hadas y no de la realidad de la lucha social. No es descabellado decir que los pueblos preparados para el infortunio son los que tienen derecho a transitar caminos de felicidad. 2. Varios son los contingentes que actan en este gran campo blico en que se ha transformado Venezuela: por un lado, tenemos a los que defienden un proyecto capitalista, que van desde los globalizadotes francos, hasta los que an mantienen la ilusin que los capitalistas nacionales son generosos; frente a este fuerte contingente capitalista, se planta la legin del Comandante Chvez, que enarbola la bandera del cambio profundo, la que lleva inscrita la consigna libertaria de socialismo o muerte. 3. La Revolucin debe basar la lucha anticorrupcin en tres pilares fundamentales: la lucha por nuevos valores, que es la lucha por instaurar el Socialismo; la lucha policial; y, por ltimo, aunque de igual importancia, desenmascarar la actitud hipcrita de los lacayos del imperio en la lucha contra la corrupcin. 4. Los flirteos conciliadores lo nico que consiguen es diluir la conciencia revolucionaria, porque aceptan en la prctica que entre ellos, oligarcas lacayos del imperio, y nosotros los humildes, hay intereses comunes, que las medidas de los oligarcas y las de la Revolucin son iguales. Si eso fuese as, surgira la duda debilitadora es necesaria una Revolucin? y ya sabemos que Revolucin que se debilita es derrotada.
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5. La esencia de una Revolucin es el rescate de la condicin social del humano. Dicho de manera ms radical, la esencia de una Revolucin es el rescate de la condicin amorosa del hombre. Y esta condicin slo emerge cuando la sociedad consigue superar las relaciones que suponen el absurdo de que los hombres se vean forzados a vender su vida para poder vivir. La Revolucin es un cambio cultural profundo y extenso, es la sustitucin del egosmo como mvil social por el amor como relacin fundamental de la humanidad; es la sustitucin del ncleo moral que produce crmenes horrendos, por la conducta fraterna que producen obras excelsas.
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EMBOSCADA AL AMOR
En esta guerra asimtrica que nuestra Revolucin libra contra el imperio del norte, las batallas son diarias, las escaramuzas son constantes, los desarrollos estratgicos se suceden con precisin napolenica. Es una guerra que se realiza por medios no convencionales, por eso es imprescindible detectar los nuevos combates, precisar las novedosas armas, destruir las inditas estrategias, situarse en los inslitos teatros de operaciones. En los das que corren se est desplegando una campaa militar de esta guerra de cuarta generacin, que a todas luces tiene la marca de los estrategas del Pentgono y del Departamento de Estado. Veamos. Los tanques pensantes del imperio detectaron que la gran fortaleza de la Revolucin Bolivariana reside en la conexin amorosa entre el Comandante y el pueblo humilde. Los fracasos del 11 de abril y del sabotaje petrolero, tienen su fundamento en subestimar este elemento. Por eso, ahora lanzan una campaa que pretende como primer eslabn minar esta conexin. El mtodo no es nuevo, lo usaron contra el Libertador y lo obligaron a abandonar, por la puerta trasera, a Bogot a los gritos de longaniza!, para ir a morir, sin camisa, a San Pedro Alejandrino. En sus ltimos momentos, El Libertador, lamentndose, deca: Colombianos: Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es ms sagrado, mi reputacin y mi amor a la libertad. Al pueblo Gra n Colombiano, a travs de campaas de desinformacin, le hicieron descreer de la grandeza de alma y de estadista del Libertador y lo llevaron a repudiarlo.
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Hoy el imperio aplica el mismo mtodo aqu en Venezuela: perpetrando una emboscada contra el amor, tratan de manipular la credulidad del pueblo de Bolvar asociando a Chvez a la guerra, al despilfarro, al regalo de los fondos nacionales y, simultneamente, proponen una zona de t o l e rancia, de conciliacin, donde todos supuestamente saldremos beneficiados, los pobres y los ricos, todos agarrados de la mano. Al lado de esto, nos dicen desde el norte que Chvez es culpable de la guerra con la que ellos mismos nos amenazan, que salgamos de Chvez, que vayamos a un gobierno de conciliacin y a todos nos ir bien. Este plan fracasar, el imperio fracasar nuevamente, por varias razones: primero, el pueblo sabe que el odi oligarca, que los intereses oligarcas, que la conciliacin con los oligarcas, son incompatibles con la felicidad de los humildes, a los que ellos desprecian y consideran un estorbo; segundo, el pueblo venezolano no traiciona a su lder, no cambia a su lder por un plato de lentejas; tercero, los venezolanos sabemos que sobre la traicin y el engao no se construye la redencin de los humildes. Estamos convencidos que slo el Socialismo salva al pueblo. Con Chvez todo, sin Chvez nada.
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LOS ESTADOS UNIDOS NO VENDEN NI MORAL NI CONCIENCIA!

Los Estados Unidos prohben la venta de armas a nuestro pas. Esta resolucin del imperio se convirti en el centro de la discusin, los patriotas y los imperiales revolotean la medida. Lo primero que debemos decir es que la resolucin no es aislada, forma parte de un estructurado plan para yugular a la Revolucin Bolivariana, se trata de una fina jugada dentro de la guerra asimtrica. Veamos. Hoy ms que nunca es necesario recodar las palabras del Libertador: los Estados Unidos parecen destinados por la providencia a plagar a la Amrica de miseria y oprobio. El imperio nos aplica la tctica de la tenaza. As capturaron a Nicaragua, expliquemos. La tenaza tiene dos brazos: uno, es satanizar la revolucin, en Nicaragua la asociaron a la guerra, aqu en Venezuela hacen lo mismo; el otro brazo, es santificar la opcin opositora, all lo hicieron con Violeta Chamorro, aqu lo hacen estimulando la conciliacin. Los brazos de la tenaza se cerrarn cuando nos coloquen frente a la necesidad de escoger entre estas dos opciones: o el desastre o la convivencia. En Nicaragua les dio resultado, aqu debemos luchar duro para desenmascarar la tenaza imperial. Debemos conocer el plan para poder derrotarlo. As funciona. Aupan a la tendencia conciliadora que propugna la c o l a b o racin entre oligarcas y revolucionarios. Ven con buenos ojos a la Comisin Nacional para el Estudio de la Delincuencia, la forma como se est queriendo resolver la problemtica de la vivienda, en junta con los bancos y la industria privada de la construccin, aplauden las invitaciones
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al Canal Ocho de los personeros golpistas como Quiroz. As, a p r ove chando nuestras debilidades, construyen el bra z o blando del plan imperial, una engaosa imagen de armona que confunde a la gente. Junto a este ambiente de falsa armona se edifica el brazo duro, que es la amenaza de guerra. Se hace creer que el problema de la paz es un asunto de bajar el tono del discurso, dejar de buscar pleito, de tranquilizarse, en pocas palabras, que es el Comandante el que construye la hostilidad, y se desliza el cuento de que el imperio nos perdonar si Chvez sale del juego. Transforman la lucha en una alternativa entre el Comandante o la paz. El Comandante es el miedo, arrodillarse frente a Estados Unidos es la paz. Mentiras! Trapacera barata! La conciliacin y la guerra son dos caras de la misma infamia. Lo que realmente nos ofrece el imperio es la disolucin de la nacionalidad, la condena del pueblo a la miseria material y espiritual. Lo que nos ofrece los Estados Unidos es la paz de los sepulcros, la paz de los arrodillados, la paz que exige que traicionemos la herencia de los libertadores y al Comandante Chvez. Hoy, ms que nunca, con Chvez todo, sin Chvez nada. Slo el Socialismo salva al pueblo.
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ACOSTA CARLEZ, PRESAGIO DE GLOBALIZACIN

Plantea Acosta, que hay un problema asistencial, y frente a eso acude a las formas capitalistas para resolverlo. Intenta privatizar la salud sosteniendo su decisin en la afirmacin, y esto es lo ms importante, de que esta Revolucin puede resolver sus problemas apoyndose en la empresa privada, privatizando! La sinceridad de Acosta Carlez, gobernador de Carabobo, tiene la virtud de colocar en cielo abierto una situacin que vena desarrollndose en sordina. Veamos. Acosta intenta privatizar la salud en Carabobo, y con su propsito queda en evidencia la debilidad terica de la Revolucin bolivariana. Esto es, sin duda, uno de los mayores aportes que esta situacin hace a la marcha de la Revolucin. Los bolivarianos no podemos dejar pasar esta oportunidad de poner sobre la mesa de discusin varios problemas tericos fundamentales, la Revolucin se resiente de la postergacin de la discusin, recordemos que una Revolucin no puede ir ms lejos que la teora que la sustenta. Y la falla que hoy Acosta y su planteamiento, nos evidencia la imprecisin terica de nuestra Revolucin. La escaramuza planteada por el gobernador de Carabobo alerta la necesidad urgente de ajustar el rumbo de la Revolucin. Lo de Acosta no es un hecho aislado, se trata de una tendencia francamente restauradora dentro de la Revolucin bolivariana, que obedece a una ley del Capitalismo actual, segn la cual, la forma capitalista menos evolucionada, en este caso Capitalismo Nacional, tiende aceleradamente a la forma ms evolucionada, es decir, a la forma globalizada neoliberal. O, dicho en sencillo, el Capitalismo tiende a crecer
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hasta alcanzar la forma ms evolucionada mundialmente. Por eso no puede existir Capitalismo Nacional, todo Capitalismo se globaliza o perece. Y lo de Carabobo, la privatizacin que asoma, es un paso en esa evolucin del capital. Podemos resumir diciendo, si el Socialismo no avanza, lo hace el Capitalismo. La situacin nos alerta, es necesario convocarnos a discutir, la Misin Teora es un asunto de vida o muerte, estamos en el deber de salvar la revolucin. Acosta ha puesto de manifiesto el dilema de hoy: se trata de decidir si est Revolucin avanza hacia el Socialismo o, por el contrario, continua el coqueteo con las formas capitalistas. De ser as, a pesar de los buenos deseos, ser inevitable la entrada, por la puerta de atrs, a la globalizacin mundial, al TLC. No hay medias tintas, no existen formas atenuadas de Capitalismo. La decisin para nosotros est muy clara, ya lo dijo el Comandante: Socialismo o muerte Slo el Socialismo salva al pueblo!
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VOLVER AL ESPRITU DE ABRIL

Ahora, cuando hemos avanzado ms que nunca en toda nuestra historia hacia territorios de redencin del humano, surgen en el horizonte mculas de restauracin. El imperio acecha con todo su poder militar y de manipulacin de conciencias, estn all, cerquita, las naves de la muerte amenazando con la crueldad que conocemos, y estn aqu adentro sus billetes verdes, comprando conciencias, abriendo brechas, ensanchando heridas, aprovechando debilidades. La Revolucin bolivariana necesita urgente volver al espritu de abril, es necesario que desde all comencemos el fortalecimiento del proceso. En momentos en que el imperio nos amenaza, que las debilidades internas nos arriesgan, las imprecisiones nos confunden, es necesario encender el nimo y jugar cuadro cerrado para poder avanzar. Veamos. Tres enseanzas fundamentales nos dej abril. Una, ya al pueblo no se le engaa, sabe del verdadero carcter de la mafia oligarca, a ellos le bastaron 40 horas para desplegar toda su crueldad fascista. Nosotros nos convencimos que frente a la oligarqua, que se alimenta de odio y desprecio a los humildes, el nico lenguaje posible es la fuerza de un pueblo movilizado y conciente. Frente a los oligarcas, la conciliacin es traicin a la Revolucin y al Comandante Chvez. El oligarca qued en evidencia en toda su crueldad fascista. Se ensaaron con la vida. La segunda, el Socialismo apareci en toda su hermosa posibilidad. El pueblo se moviliz por objetivos polticos altruistas, el espritu del deber social prevaleci en aquellos das. El pueblo tom conciencia del deber social, que es el rasgo ms importante del Socialismo, pero tambin
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aparecieron los grmenes de la apropiacin por la sociedad de las empresas golpistas. Pasar la propiedad de los medios de produccin a manos de la sociedad, es la otra columna del Socialismo. Es as, en abril apareci el Socialismo en germen, el gran protagonista fue el incipiente Socialismo. Este es el origen de la declaracin de Chvez convertida tiempo despus en la consigna central de este proceso, Socialismo o muerte. Tercera, esos das naci el lder de nuestra Revolucin socialista, y como todo lder revolucionario ve r d a d e r o , rpidamente se hizo mundial. Es necesario volver al espritu de abril. Profundizar la unidad alrededor del avance del Socialismo, luchar contra los intentos de fortalecer el Capitalismo, que lo que consiguen es confundirnos y debilitarnos, rechazar los intentos de conciliacin, y cerrar filas alrededor del liderzazo del Comandante Chvez. Slo el Socialismo salva al pueblo!
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LA CONFUSIN
En la Revolucin bolivariana existe una confusin, comprensible si consideramos que venimos de medio siglo de pacto de punto fijo, cincuenta aos de manipulacin ideolgica, de engaos, hacindonos creer que La Democracia requiere la existencia de una oposicin. Veamos. Previamente revisemos algunos conocimientos. Las manifestaciones polticas son expresiones de proye c t o s econmicos, no es posible una expresin poltica, un partido, que consciente o inconscientemente no est ensamblado con una postura econmica. En la lucha poltica revolucionaria se enfrentan proyectos econmicos antagnicos, que representan intereses de clases sociales tambin antagnicas. Explicamos. En Venezuela, durante el pacto de punto fijo, los partidos AD, COPEI, MAS, etc., etc., representaban el mismo proyecto econmico, es decir, al Capitalismo dependiente del imperio, su esencia era la misma y, por lo tanto, sus escaramuzas polticas eran superficiales, retricas, artificiales, era n caimanes del mismo charco, el mismo musi con diferente cachimba, aunque simularan discrepancias profundas. A esa situacin, de un solo proyecto econmico con varios matices polticos, se lleg porque en la dcada de los 60 el proyecto del Socialismo fue derrotado y qued sin expresin poltica, o su expresin era muy dbil. El pacto de punto fijo mantena su hegemona y persegua con crueldad a los embriones polticos que representaban al proyecto socialista autntico. All estn los muertos, los presos, los perseguidos, para atestiguar la cacera de los que no participaban de la farsa. A lo sumo, en esos aos poda actuar lo que se llamaba la Revolucin permitida, que eran las
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posturas pseudo cuestionadoras que no ponan en peligro al sistema econmico y poltico del Capitalismo. Podemos resumir diciendo que no exista oposicin, lo que exista era un simulacro. Hoy, influenciados por aquella ficcin, se pretende reeditar un pacto castrador, aupando el fortalecimiento de opciones contrarias al Socialismo, por tanto a la redencin de estos pueblos, y se intenta hacernos creer que estas facilidades al enemigo, que fortalecer al enemigo, son signos de democracia. Equivale esta postura a que El Libertador, en aras de una democracia boba, hubiese, despus de triunfar en Carabobo, llamado a Torres o a Morillo para que formaran un partido monrquico y participaran en la Convencin de Ocaa. No seamos cndidos, la democracia necesaria es la democracia entre los que participan, con matices, por su puesto, pero del mismo proyecto de vida. Es verdad, a los revolucionarios les hace falta discutir, disentir, polemizar, pero entre revolucionarios, socialistas, anticapitalistas, antiimperialistas, internacionalistas. Hoy, cuando el imperio nos acecha, cabe ms que nunca la consigna dentro del Socialismo todo, fuera del Socialismo nada. Permitir en la pugna a los enemigos del Socialismo puede ser un asunto de tctica, de correlacin de fuerzas, pero, verlo como una necesidad para establecer una democracia es, adems de una candidez, una postura contrarrevolucionaria. Slo el Socialismo salva al pueblo!
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ESTA REVOLUCIN NO PUEDE PERDERSE

Si esta Revolucin se perdiera, el costo para la Amrica y p a ra el mundo sera muy grande, sera un desastre de consecuencias gravsimas. Aqu, en este pas y en este momento, se est decidiendo el destino de la humanidad. Si la Revolucin bolivariana es exitosa marcar un rumbo para el resto del planeta, demostraremos que es posible zafarse del Capitalismo, derrotaremos a los agoreros que dicen que el Capitalismo creador de miseria espiritual y material es un destino. La responsabilidad que tenemos es con la humanidad entera. Es nuestro deber proteger esta Revolucin, debemos estar atentos a los peligros y buscar las formulas para avanzar. Veamos. Contamos con el corazn del pueblo, de eso no tenemos dudas, si maana nos avisan que el enemigo desembarc en Paraguan, media Venezuela se va para all a combatir, y la otra media quedar a la expectativa de entrar en la batalla. Sin embargo, ojal las cosas fueran siempre tan claras: un enemigo enfrente de la barricada, y el pueblo enardecido del otro lado dispuesto a aplastarlo. Pero, la realidad es otra, el enemigo imperial est lleno de maas, dispone sus trampas de tal manera que cuando los pueblos incautos despiertan lo que les queda es la desilusin, la desesperanza. Mueven los ms profundos arraigos espirituales para contrabandear el regreso al pasado. As, sobre la credulidad del pueblo, arrinconaron en San Pedro Alejandrino al libertador, al vencedor del ejrcito espaol. Sobre la costumbres, removiendo las tradiciones, consiguieron desviar a la Revolucin Francesa que derrumb a la monarqua para conducirla hacia Napolen, un nuevo y remozado emperador.
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Hoy en Venezuela el peligro mayor que nos plantea el imperio, no es la invasin tradicional, esa la detectaremos rpido y sabremos dnde ubicarnos, el peligro mayor es la manipulacin poltica, el desmontaje del nimo revolucionario, el desgaste paulatino, la erosin lenta, el aprovechamiento de nuestras debilidades, de nuestras dudas, y sobre todo, los anclajes, los apegos, las tradiciones, las costumbres que nos impiden dar los saltos revolucionarios. No hay tiempo para circunvalaciones, no hay espacios para maniobras tcticas distraccionistas, la Revolucin no resiste desvaros, es hora de arraigar el Socialismo en lo profundo del alma del pueblo, de la economa y de la poltica de este pas. Esa es la nica manera de blindar a la Revolucin de las invasiones, vengan por Paraguan, o vengan en forma de conciliacin restauradora. Solo el socialismo salva al pueblo!
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1. Cada xito nos anuncia mil fracasos, cada fracaso nos prepara para un milln de xitos. 2. Somos albergue de la esclavitud y la emancipacin. 3. Ninguna Revolucin puede ir ms all de la ideologa que la sustenta. 4. Requeran filsofos, y la sumisin les produjo seguidores. Pretendan revolucionarios, y el ambiente les impuso polticos. Les falt reflexin. 5. Una Revolucin no puede construir algo diferente a la calidad de los revolucionarios que la impulsan, y esa calidad revolucionaria se mide por lo que ellos discuten, por cmo actan, en definitiva, por los sentimientos que mueven su corazn. 6. Cuentan que a un pueblito en el profundo llano venezolano llegaron un monje, un jugador, y un maestro. Un rico hacendado del lugar, prximo a morir, que quera construir un casino, una escuela y un convento, como regalo de despedida para aquel pueblito, le encomend los proyecto a cada uno de los tres recin llegados: al jugador le encomend el convento, al monje la escuela, y al maestro el casino. El resultado fue que el jugador hizo un convento donde se poda jugar, el monje una escuela para orar, y el maestro un casino con salones para ensear. El hacendado obtuvo lo que quiso, y nosotros obtuvimos la enseanza de que cada uno vuelca en la realidad lo que es, y es como existe. 7. Uno de los fundamentos de la Revolucin es la unidad,
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el otro es la discusin. La discusin no debe intimidar ni ser intimidante. Y la unidad no debe castrar. 8. La totalidad del pensamiento es pasado, por eso, es impensable un revolucionario sin lectura, sin estudio, sin cultura. 9. La imagen que nos hacemos de la realidad tiene mucho de la imagen que llevamos en el alma. 10. El poder tiene dos peligros: volvernos soberbios, o volvernos serviles. Para conjurarlos debemos acercarnos a l sin dejar que nos intoxique. 11. La gran fortaleza de la Revolucin Bolivariana reside en la conexin amorosa entre el Comandante y el pueblo humilde. 12. La forma capitalista menos evolucionada, en este caso Capitalismo nacional, tiende aceleradamente a la forma ms evolucionada, es decir, a la forma globalizada neoliberal. O dicho en sencillo, el Capitalismo tiende a crecer hasta alcanzar la forma ms evolucionada mundialmente. Por eso no puede existir Capitalismo nacional, todo Capitalismo se globaliza o perece. Y lo de Carabobo, la privatizacin que asoma, es un paso en esa evolucin del capital. Podemos resumir diciendo, si el Socialismo no avanza, lo hace el Capitalismo.
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LAS TRES MUJERES

rase una vez, tres mujeres que vivan en un lugar del planeta de cuyo nombre no quiero acordarme. Las tres mujeres deseaban tener hijos. La primera, rogaba a Dios por un hijo, pero no quera trato con hombre. La segunda, elevaba sus plegaras a Dios para engendrar, pero no quera sufrir los dolores de parto. La tercera, rezaba todo el da pidiendo salir slo medio preada. De esta manera y con estas voluntades iban pasando los das de las tres mujeres Al cabo de unos aos, pas un circo por el pueblo de las tres mujeres, y despus de nueve meses, las tres tenan hijos, las tres haban sufrido dolores de parto, las tres conservaban gratos recuerdos de la visita del circo. Moraleja: La naturaleza, la realidad, en ltima instancia determina la marcha de la vida, o dicho en sencillo, deseos no emprean. De este antiguo cuento deberan aprender los que quieren hacer Revolucin, los que quieren superar al Capitalismo sin trauma, o mejor, los que quieren parir una nueva sociedad sin dolores de parto. La Revolucin es un hecho natural en la que participa la voluntad de los protagonistas, pero, en ltima instancia, es la
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realidad, la naturaleza social, la que impone sus designios. Hoy, en la Revolucin Bolivariana, hay tendencias que se comportan como las tres mujeres. Le ponen condiciones a la marcha del Socialismo. Ruegan por una Revolucin, pero al mismo tiempo no quieren relaciones de produccin socialistas, es decir, evitan la propiedad social de los medios de produccin, inventan diez mil laberintos para no hacer lo que hay que hacer si se quiere una Revolucin socialista: que la propiedad de los medios de produccin pase a manos de la sociedad toda, nica manera de acabar con el absurdo de que unos hombres sean dueos del tiempo de otros hombres, nica manera de acabar con el fraude de que unos hombres se apropien del trabajo de otros hombres, nica manera de acabar con el trabajo enajenado, nica manera de acabar con el Capitalismo. nica manera de hacer una Revolucin Socialista! Elevan plegaras por una revolucin, pero no quieren los ineludibles inconvenientes que ella trae, slo quieren los beneficios, pretenden eludir los dolores de parto. Rezan todos los das por una Revolucin controlada, que slo sea hasta la mitad, nicamente en ciertas reas. Ruegan por una Revolucin que beneficie a todos, a los oligarcas apropiadores de lo ajeno, y al humilde despojado. Suean con una Revolucin aceptada por contrarrevolucionarios, a los que llaman a conciliar. los
ilusos! Un da llegar un circo, y la naturaleza se impondr sobre los deseos, la voluntad quedar sometida a la realidad, y habr que romper los huevos para hacer la tortilla. Slo el Socialismo salva al pueblo!
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DETENERNOS ES PERECER
Contrario a lo que piensan algunos polticos de medio pelo, en este pas no hay otra salida que la profundizacin del Socialismo, por eso los subterfugios para evitar su avance slo consiguen acercarnos al abismo. La aceptacin de Comandante Chvez en el corazn del pueblo, la siembra de la Revolucin en el alma de los humildes, surge de los avances hacia el Socialismo. Por el contrario, la frustracin, el desengao, el desconcierto, aparecen cuando extraviamos el camino y nos acercamos a territorios capitalistas. Las Misiones, territorio espiritual socialista, donde se ejerce la relacin amorosa, sostienen a la Revolucin. Nadie duda de esta afirmacin, las misiones estimulan la conciencia del deber social, y ya sabemos que la moral altruista es propicia para las grandes tareas de defensa de la patria, de los sueos, del camino de redencin. Ahora bien, las acciones econmicas y polticas que apuntalan al capitalismo, cuando intentamos resolver problemas sociales usando las armas melladas del capitalismo, y a los propios capitalistas, debilitan a la revolucin, porque esas conductas estimulan el egosmo, y ya sabemos que conciencia egosta es oportunista, se va con el mejor postor, slo es adecuada para acciones mezquinas. As como es impensable una revolucin socialista que no supere al capitalismo, es tambin impensable a Chvez sin una Revolucin Socialista. De aqu, entonces, que accin que fortalezca al capitalismo, es accin que debilita al Comandante.
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El llamado chavismo sin Chvez impulsa el Capitalismo. En contraste, los verdaderos chavistas son los que impulsan el Socialismo. Es por eso, que los chavistas proponemos ir a estructuras sociales socialistas. Ms all de las necesarias acciones no estructurales encaminadas a solventar la deuda social de manera inmediata, debemos emprender la construccin de zonas socialistas, en las que la propiedad de los medios de produccin sea de la sociedad toda, la distribucin sea equitativa, y la organizacin social permita a los ciudadanos la participacin, desde los asuntos locales hasta los asuntos internacionales. Donde cada uno, siguiendo el principio bblico, aporte de acuerdo a su capacidad, y cada uno reciba de acuerdo a su necesidad. De todo lo anterior se desprende que la marcha hacia el socialismo, para nosotros, para el pueblo venezolano, para el continente y para el mundo, es un asunto de vida o muerte. La escogencia es forzosa. Socialismo o muerte! Slo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es Socialismo!
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LA CRTICA
Cuando se pierde la capacidad de crtica, necesariamente viene un estancamiento, se produce un extraamiento de la realidad y, por lo tanto, se pierde una de las facultades que nos caracteriza como seres humanos, el aprendizaje. La prdida de la crtica, es prdida de la posibilidad de anlisis. En un individuo es grave, pero en la direccin de una Revolucin necesariamente la condena al fracaso. Veamos. Las direcciones revolucionarias se alimentan de su relacin con el pueblo, es en este vnculo, pueblo-direccin, que se sustenta el proceso revolucionario. Cuando este enlace se pierde, el pueblo queda a la deriva y la direccin se incomunica en una ficcin de pas. Ahora bien, la unin pueblo-direccin tiene como uno de sus fundamentos la crtica. La direccin acta, propone, ejecuta, pero es la crtica, el juicio del pueblo, el que le informa lo acertado y aceptado de su actuacin, permitiendo los ajustes. Es la crtica la que le impide aislarse en un mar de soberbia. La importancia de la crtica se evidencia en la historia patria. La vida del Libertador se puede enmarcar dentro de dos crticas: El Manifiesto de Cartagena, impugnador de la Repblica boba; y su testamento, he arado en el mar. La Revolucin que hoy vivimos nace de un reconocimiento crtico, el clebre por ahora. Fidel Castro nos da una leccin de la importancia de juzgarse, cuando en su discurso de la Universidad de La Habana, declara, con la valenta del que sabe que en eso va la vida, que la Revolucin Cubana puede revertirse de no corregir los errores. De lo anterior se deduce que la capacidad de crtica de un pueblo, nos dar la medida del avance de una Revolucin. Al
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principio los sealamientos vienen cargados de la cultura de la dominacin, cuando las masas aplastadas y desinformadas criticaban lo pequeo, lo hiriente, lo domstico, era esa una manera de manifestar su descontento, eran inofensivos. Es tarea de la Revolucin transformar esa crtica pequea, mezquina, en la crtica con grandeza, la que ayuda a la redencin de los pueblos. No obstante, la direccin debe or toda crtica, en todas hay una enseanza y una alerta. Ya lo dijo un clsico revolucionario, prefiero una crtica a mil halagos. Quien me critica es mi amigo, quien no me critica es sospechoso. La historia no registra un caso en el que or una crtica le hizo dao a la Revolucin, sin embargo, conoce casos en que por no escuchar las crticas se derrumbaron edificios revolucionarios que se crean eternos. Podemos terminar diciendo, parafraseando a los clsicos, sin crtica revolucionaria no hay Revolucin. Solo el Socialismo salva al pueblo!
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LOS INVASORES NACIONALES

Publicado el 01 de junio de 2006
Mucha gente se prepara con ahnco para enfrentar la invasin del imperio, la imaginan viniendo por la costa, que se plagar de musiues catiritos y ojos azules, portando cascos con banderas de barras y estrellas, equipamiento completo, al son de una marcha triunfal de los marines, algo as como los desembarcos que nos pinta Hollywood. Puede ser, no vamos a decir que se equivocan, uno nunca sabe con que saldr el imperio. Pero la tendencia en estos das de guerra de cuarta generacin es otra. Veamos. Aparece un nuevo componente de la guerra de cuarta generacin, los invasores nacionales. Esta perversa modalidad consiste en invadir un pas usando sus propios nacionales. Expliquemos. Nosotros hemos sufrido dos invasiones, sobre ellas triunfamos sin percatarnos que eran invasiones. La primera fue el golpe de abril, dirigida por militares norteamericanos que operaban desde la embajada y desde sus oficinas en fuerte Tiuna, usaron como tropa de asalto a militares venezolanos. La segunda modalidad de invasin la devela el General Ral Salazar, renegado ministro de la defensa, quien declara al periodista Giusti que el imperio siempre tiene un plan para invadir a cualquier pas del planeta, y que el plan para invadir a Venezuela tena el cdigo J5, que consiste en atacar los centros lucrativos de la nacin. Hasta un nio se dar cuenta que este plan de invasin fue el que aplicaron en el paro petrolero. Lo del paro petrolero fue una i nvasin con nacionales. Hoy estn desarrollando una nueva invasin. Ya ocupan la patria muchos invasores nacionales, cdula venezolana y
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rodillas en Washington, todos tienen diferentes papeles en la invasin desde adentro: Maria Corina es una invasora, tiene su papel, quin lo duda, y Quiroz Corradi evidentemente tambin es un invasor. Pero hay otros ms difciles de detectar, es el caso de Teodoro. El hombre se mimetiza muy bien, pero sin duda es un invasor. Develemos la infamia. Quiroz Corradi, soldado imperial, nos habla en su columna del domingo de una organizacin llamada Dilogo Interamericano , que se encarga de adelantar planes que beneficien a las transnacionales. Esta organizacin es financiada por poderosos grupos econmicos, desde la Coca Cola, pasando por la IBM, hasta el Grupo Cisneros. Dilogo Interamericano, nos dice Quiroz, elabor un informe que trata del funcionamiento de la OEA, dicho informe es una invitacin y una justificacin de la invasin a Venezuela. Ahora bien, cuando investigamos a los miembros de este Dilogo Intera m e r i c a n o , nos conseguimos a una gran cantidad de candidatos presidenciales, como la derechista Lourdes Flores, que tendran como tarea impulsar los planes del imperio. Por Venezuela aparece el inefable Teodoro, quien tendra la tarea de adelantar los planes antipatriotas contra Venezuela. Aqu se hace pasar por izquierdista, mientras mantiene encaletadas relaciones maritales con el imperio. La invasin est en marcha. Los invasores estn aqu. Solo el Socialismo salva al pueblo!
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LA PUGNA
La poltica, en esencia, es la pugna de las diferentes clases sociales por el control de la riqueza de una sociedad para ponerla al servicio de su proyecto de pas. De lo anterior se deduce que si queremos estudiar la situacin poltica, debemos empezar por estudiar las clases sociales que se disputan la riqueza, la forma como se la disputan, y sus proyectos de pas. En Venezuela son varias las clases que pugnan por la renta petrolera, principal riqueza nacional, y varios los proyectos de pas. Hoy queremos referirnos a dos clases, la clase obrera y los excluidos, sus proyectos, sus formas de disputarse la renta. Es pequeo el papel organizador de la clase obrera en un pas de capitalismo perifrico como el nuestro, y ms todava en un pas rentista. No obstante, su papel es importantsimo como generador de conciencia revolucionaria. Ahora bien, el papel de masa crtica de la lucha liberadora corresponde a los excluidos. Estos son la mayora. Siendo as, los excluidos, que han sido la base social de la revolucin bolivariana, necesitan de la labor cohesionadora, disciplinante, organizativa, de la ideologa de la clase obrera. Si se extrava la clase obrera en conquistas econmicas subalternas, en el mismo economicismo de siempre, en las ficciones cogestionarias, si se deja capturar por los cantos de sirena de la pequea burguesa; y desatiende su tarea principal, conducirnos hacia el Socialismo, entonces traicionar su papel histrico. En el gobierno ha prevalecido la ideologa de la pequea burguesa. As se explican las piruetas econmicas que driblan
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la base econmica del Socialismo, y se explica el simultneo estmulo a formas pequeas de capitalismo, que no hacen otra cosa que vehicular la entrada de formas ms evolucionadas de capitalismo. Es as, que los excluidos, si bien han sido atendidos por las Misiones, han quedado hurfanos de formacin poltica y de conciencia revolucionaria. En ellos se ha estimulado el egosmo y se ha debilitado su participacin como base social del avance revolucionario. Este sector, al quedar a la deriva, comienza a pelear por su cuota de renta petrolera de la nica manera que por ahora sabe: cerrando calles, chantajeando frente a un acto importante, secuestrando funcionarios, escribiendo chismes, etc. Es imprescindible, a la par de la ayuda filantrpica, construir conciencia revolucionaria en los excluidos, conciencia del deber social, combatir el egosmo, inculcar los valores socialistas y combatir los valores capitalistas. Es en esto que es imprescindible la labor educativa de los trabajadores. Por eso el congreso de la UNT, fue una muestra de lo mucho que falta por hacer. Los trabajadores deben encontrarse con su ideologa, derrotar las desviaciones pequeo burguesas, y conducir, con su ejemplo y con su prdica, al resto de la sociedad, hacia el socialismo. Slo el Socialismo salva al pueblo!
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1. Los tanques pensantes del imperio, detectaron que la gran fortaleza de la Revolucin Bolivariana reside en la conexin amorosa entre el Comandante y el pueblo humilde. Los fracasos del 11 de abril y del sabotaje petrolero, tienen su fundamento en subestimar este elemento. Por eso, ahora lanzan una campaa cuyo primer eslabn es minar est conexin. 2. La fiesta brava tiene su fundamento en la errada embestida del toro. Si la fiera tuviera capacidad de anlisis, si pudiese comprender con claridad la situacin, no embestira el trapo rojo, y desapareceran toreros y fiesta. Asimismo sucede en la lucha de los pueblos, la dominacin se basa fundamentalmente en la capacidad de engao que tengan las clases dominantes. 3. La araa sonre tras su tela, confa en que algn hilo de la fina malla atrapar al incauto insecto. Ella es infalible, la nica posibilidad de victoria es captar la magnitud de la tela que se tiene enfrente. Slo los avisados la detectan, la mayora de los hilos son imperceptibles. Los cndidos slo atienden distracciones y, desprevenidos, siguen su alegre vuelo para despertar de su ilusin aterrados a merced de su enemigo. El imperio norteamericano urde su red de dominacin de manera semejante a las araas. Muchos son los hilos de su poder, y pocos los que las vctimas perciben. 4. Le en una hoja suelta de enciclopedia una noticia sorprendente que invita a repensarnos. Dice el libro, que un hijo de Don Quijote arrib a costas venezolanas y asent familia. Pasado el tiempo, los genes del gran soador deambulan entre nosotros. Si la noticia es cierta, y yo lo creo
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as porque lo corrobora Bolvar cuando se dice gran majadero de la historia junto a Cristo y Don Quijote, entonces, adems de su importancia literaria, estamos frente a la explicacin sociolgica de nuestro comportamiento histrico. 5. Primer error: contabilizar los votos chavistas del referndum del 15 de agosto como votos pasivos, que estn depositados en un almacn para usarlos cuando queramos. Segundo error: tratar de conquistar votos antich avistas haciendo concesiones, y pensar que esas concesiones no influirn en la intencin de votos bolivarianos e inducirn a la confusin, al desencanto, a la abstencin. Te rcer error: intentar conseguir votos a cualquier costo, por encima de las secuelas que pueda dejar. 6. Los ingenuos piensan que las formas polticas son independientes de las realidades sociales. Se olvidan que mientras existan clases sociales, las libertades, por tanto la democracia, ser un concepto ligado a los intereses de los grupos sociales que la ejercen.
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OLIGARQUA Y CAPITALISMO
Los oligarcas pasan, la oligarqua queda. Confundir los hombres con el sistema es un error que ha marcado la historia nuestra, y ha postergado los sueos de redencin que desde Bolvar acompaan a estos pueblos. Bolvar derrota a los espaoles, pero deja intacto lo fundamental de las relaciones sociales de la oligarqua espaola. Fue derrotado en su intento de acabar con la esclavitud, con el latifundio, con la cultura oligarca. El resultado fue que los espaoles regresaron a Espaa, y aqu en Venezuela retoaron, con fertilidad tropical, nuevos oligarcas. Manuelita Senz, con su espritu justiciero, capt muy bien esta situacin cuando al final de la guerra le preguntaba al Libertador: para qu hicimos la independencia, si los pobres siguen en la pobreza. Entenda que los oligarcas espaoles fueron expulsados, pero la oligarqua, las relaciones oligarcas, seguan, ahora con nuevos actores. Las revoluciones deben cambiar radicalmente las relaciones econmicas y sociales de la sociedad, o corren el riesgo de restauracin. En Venezuela los cambios revolucionarios se han dado en forma acelerada: acabamos con el analfabetismo en tiempo record, esto es importante, ya lo deca el Libertador, pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destruccin; se ha paliado la deuda social, las casas de alimentacin, los Mercal, Barrio Adentro son muestra de la voluntad de la revolucin de colocar al humano en el centro de todos los motivos; y el ALBA es un paso decisivo en la construccin de un territorio donde las relaciones sean solidaridad y no de competencia.
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Hemos avanzado, de eso no hay duda, y ese avance ha hecho que la oligarqua nacional y extranjera, la nueva y la vieja, detecte a la revolucin como su enemiga, por eso corremos peligro. Uno de los peligros emana de la agresin exgena, a esa ya la conocemos, es la que vimos en accin en abril y diciembre, es propia de la vieja oligarqua, la hemos derrotado varias veces y la seguiremos derrotando. Pero hay otro peligro, el que emana de la agresin endgena . Se origina en la permanencia en la sociedad de estructuras caducas, de relaciones econmicas, instituciones, cultura y posibilidades oligarcas. Derrotamos a los viejos oligarcas, los desplazamos, eso es verdad, pero si dejamos intactas las posibilidades de que unos hombres se enriquezcan a costa de la riqueza social, si dejamos intacta la tica que valora esa riqueza, es decir, enriquecerse a costa de la sociedad, es aceptado como una medida de xito. Entonces estaremos creando las condiciones para el retoo de una nueva oligarqua, que necesariamente hundir a la Revolucin. Ya se comienzan a ver los retoos oligarcas, las denuncias, los rumores, los sealamientos aumentan cada da. Es necesario que comprendamos que, mientras exista capitalismo, habr oligarcas. Solo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es socialista!
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ATAJOS AL PASADO
La conciliacin es tenaz en su necedad. Contra toda lgica, contra toda realidad, se empea en ver una oposicin democrtica irreal, imposible. Los pretendidos demcratas de oposicin nos recuerdan aquel cuento del rey que se paseaba desnudo por las calles, y fue la sinceridad del grito de un nio: el rey est desnudo!, lo que trajo a la realidad a aquella gente. Hoy nos hace falta un nio que grite: no son demcratas! Por ms piruetas que hagan los conciliadores internos, siempre Julio, Manuel y Teo sern demcratas o terroristas de acuerdo a como sople el viento que favorezca sus intereses. Pero, por qu ese empeo en ver lo que no existe. Expliquemos. H ay dos componentes en la actitud conciliadora s : primero la necesidad que emana de las entraas econmicas del proyecto restaurador, que requiere volver al pacto de punto fijo, forma poltica de un capitalismo rentista dependiente; pero hay un segundo componente, es la candidez. Veamos. Los ingenuos piensan que las formas polticas son independientes de las realidades sociales. Se olvidan que mientras existan clases sociales, las libertades, por tanto la democracia, ser un concepto ligado a los intereses de los grupos sociales que la ejercen. La democracia de los oligarcas, es la libertad de ellos para expropiar al pueblo humilde de la riqueza material y espiritual, es la libertad para reprimir los brotes emancipadores que vienen de los humildes. En contraste, la democracia, la libertad de los humildes, es la libertad de nosotros, de los humildes,
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para construir un mundo donde el hombre sea el centro de todos los afanes, el individuo realice toda su potencialidad dentro de la sociedad, y la sociedad sea albergue y manto de todos sus miembros. Queda claro que los intereses son contrarios, las democracias son opuestas. La democracia no es un concepto areo desligado de quien la ejerza. De all, que la capacidad democrtica se puede medir por el proyecto de pas donde milite la persona. As, Teo, Julito y Manuel, sern demcratas slo para defender sus intereses oligarcas, y cuando estos intereses mezquinos estn en peligro, entonces no vacilaran en, desnudos, ponerse del lado de la dictadura, apoyar aventuras golpistas, aceptar el magnicidio, hacer guarimbas, ir a Miraflores a firmar, y no vacilaran en confinar a los humildes a los ghetos y las catacumbas. Chvez, esta Revolucin, que es la redencin de los humildes, no favorece los intereses oligarcas. Por eso, aqu en la Venezuela revolucionaria, la democracia de los oligarcas siempre ser hipocresa. No busquemos atajos al pasado, aqu el nico camino franco es el salto adelante hacia el Socialismo. Solo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es Socialismo!
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LA GOTA
Cuando nos cae una gota de agua en la cabeza, nos ponemos alertas. Si a esa primera gota la siguen dos ms, no esperamos otro aviso, deducimos que viene lluvia y hacemos los arreglos para afrontarla, buscamos paraguas o refugios. Asimismo es la poltica. All el xito estriba en comprender las gotas que anuncian el futuro, y tomar las providencias. Las gotas siempre estn cayendo, sin embargo, no todos las interpretan, existen cantidad de obstculos que impiden su comprensin. Veamos. Hay una tendencia a slo ver lo que nos conviene. El caso ms frecuente, y no por eso menos pattico, es el de los candidatos presidenciales que ignoran todas las seales, todas las gotas. No creen en encuestas, y tampoco en que sus mtines son pobres, pero, si los saluda una seora y un nio, magnifican el hecho y lo toman como signo de triunfo seguro. Si la gota presagia tormenta, la ignoramos, nos refugiamos en el mundo de la imaginacin y esperamos un milagro. Si la gota contradice lo que piensan los superiores, la ocultamos, son pocos los superiores que valoran las gotas adversas. Es difcil, se necesita mucha valenta para analizar las gotas correctamente. Pa ra los revolucionarios es imprescindible entender los mensajes que traen las gotas, las seales que nos manda el futuro, de eso depende el xito de la revolucin. El Che predijo, veinte aos antes, la cada de la Unin Sovitica, cuando nadie crea, cuando hablar de eso era una locura o un extremismo. Y la valenta del anlisis del Che, lo correcto de su apreciacin, salv a Cuba y a la posibilidad socialista para la humanidad.
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En Venezuela debemos estar atentos a las gotas. Bush manda muchas gotas, esas presagian intervencin, no hay dudas. Chvez enva muchas gotas, esas anuncian dignidad. El pueblo protesta desordenadamente, esas gotas anuncian desorganizacin. En las elecciones pasadas hubo mucha abstencin, esas gotas anuncian confusin. Venezuela, Cuba y Bolivia estn ms unidas que nunca, esas informan redencin. Llegaron los Kalashnikov, esas gotas avisan preparacin. Hay socialismo y hay tambin capitalismo, esas gotas dicen conflicto. Hay conciliacin a montn, esas gotas presagian plan restaurador. Crece el crdito al consumo superfluo, esas gotas indican extravo. Se trancan autopistas y calles por pequeeces, esas gotas denuncian inconciencia de deber social. Chvez dijo Socialismo o Muerte, esa gota marca la esperanza. El deber de los revolucionarios es ver las seales, analizarlas con valenta, sin miedo a equivocarse. Un error nunca debe ocultarse, al contrario, debe discutirse abiertamente, esa es la nica manera de corregirlo, y ya sabemos que revolucin que no corrige errores se pierde. Nunca una revolucin se ha perdido por discutir sus errores, en cambio muchas se han perdido en evasivas mediocres. Solo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es socialismo!
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LOS VERDUGOS
Las victorias de Alan Garca y de Uribe, llaman a una necesaria reflexin: cmo es posible que un pueblo algunas veces elija a sus propios verdugos, y en otras ocasiones de muestras de extraordinaria elevacin altruista. La respuesta tiene dos caras, por un lado las clases dominantes, los verdugos, capturan la conciencia popular, en eso basan su dominacin, dicen los clsicos que la principal arma del dominador es el alma del dominado. Para esta dominacin se valen de los medios de comunicacin, de la escuela, las artes, etc. Toda la espiritualidad de una sociedad la ponen al servicio de la colonizacin de la conciencia popular. Todo al servicio de que el sistema que favorece al verdugo sea aceptado por las vctimas. As se explica cmo los alemanes eligieron a Hitler, o que los norteamericanos eligieran a Bush, o que Alan gane en Per. Significa que esos pueblos quedaron a merced de las clases sociales dominantes. Frente a esto, dos corrientes intentan romper esta situacin. Los idealistas populistas postulan que el pueblo, instintivamente, encuentra el camino hacia su redencin. Esta corriente de pensamiento es enemiga de la organizacin nacional, de los lderes nacionales, y de las teoras revolucionarias. Tambin son enemigos del Estado, de cualquier Estado. Disfrazan su posicin en un supuesto amor por el pueblo, cuando en realidad lo privan de sus mejores armas, la teora, la organizacin y el liderazgo. Condenan a la masa a no tener dirigentes, para ellos pueblo es slo el pueblo sin conciencia. Fragmentan el binomio pueblo-dirigente, pueblo-vanguardia, que es la expresin del pueblo conciente.
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Sin este binomio los humildes son condenados a un collar de derrotas. Por su parte, la teora revolucionaria propone que la lucha por la emancipacin de los pueblos es en esencia la lucha por la conciencia de la sociedad. Los triunfos de Fidel, Chvez y Evo, significan que la conciencia del deber social, que es la conciencia de la Revolucin, se instal en grandes sectores de la poblacin y as se concret el triunfo revolucionario. El binomio vanguardia-pueblo se hizo fuerte, cumpli su papel y condujo al triunfo. Esa es la explicacin de fondo, esa es la enseanza ms importante de las ltimas elecciones en el continente: es necesario elevar la conciencia revolucionaria en los pueblos, esta conciencia no se adquiere espontneamente, es labor de las vanguardias. Hay otra enseanza, la lucha revolucionaria se dilucida en la conciencia social, en la conciencia del colectivo. Si la Revolucin, si la conciencia del deber social no avanza, indefectiblemente avanzar la conciencia capitalista, la del egosmo, y los pueblos retrocedern en el camino de su redencin y elegirn a sus verdugos. La historia tiene ejemplos claros y crueles de esta afirmacin. Solo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es Socialismo!
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EL SILENCIO
Nos llega una noticia que, al no ser desmentida, toca a alarma general. Dice la prensa, que la Asamblea Nacional aprob en primera discusin una ley que autoriza la privatizacin de las crceles. Se trata de un golpe noble a la revolucin bolivariana, y una indicacin inequvoca que vamos extraviando el camino. Veamos Las revoluciones, ya lo dijo el Che, se fundamentan en la conciencia revolucionaria, es decir, en la conciencia del deber social. Sin conciencia del deber social no es posible una r e vo l u c i n . La revolucin bolivariana, definida por el presidente Chvez como una revolucin rumbo al Socialismo, tiene que elevar la conciencia del deber social, de no hacerlo se producir, necesariamente, una restauracin con altas posibilidades de una transicin fascista. En la tarea de la construccin de esa conciencia la revolucin puede cometer errores, sern corregibles. Lo que no puede permitirse la revolucin es ignorar la lucha interna, hacerlo es dejar el campo abierto a las tendencias antisocialistas y entregar el proceso con los ojos vendados en las fauces de los neocapitalistas. No hay duda, la aprobacin de esta ley nos evidencia la existencia de una corriente interna restaura d o ra y antisocialista, que le est haciendo mucho dao a la revolucin. Estn restaurando la economa capitalista, y tambin la conciencia capitalista; le estn dando golpes mortales al Rumbo al Socialismo. Privatizar las crceles es transformar claramente, sin tapujos, a seres humanos en objetos, en piezas, en mercancas,
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y entregarlos a la voracidad de la empresa privada. Un duro golpe al empeo de transformarnos en una sociedad donde el humano est en el centro de todos los afanes, un duro golpe al Socialismo. Pero, adems, es reconocer que la empresa capitalista puede resolver mejor que la sociedad, que el socialismo, los problemas de todos. Es la capitulacin de la revolucin, es claudicar del camino revolucionario y tomar el atajo de la ms grosera restauracin neoliberal. La aprobacin de esa ley en La Asamblea Nacional, es muestra de que existe una agresiva corriente restauradora, antisocialista, en el interior de la revolucin bolivariana, una corriente francamente neolibera l . El combate a estas desviaciones debe ser nuestro objetivo en la necesaria batalla de ideas. Esta corriente tiene como una de sus principales armas el chantaje de la proximidad de las elecciones y la supuesta necesidad de mantener la unidad. De esta manera, consiguen una especie de impunidad para avanzar a pasos acelerados en la restauracin. Los revolucionarios estamos cometiendo un grave error con el silencio y la inercia. La revolucin no puede suspenderse para retomarse luego. Eso nos asla de las masas, y cuando pretendamos volver, cuando pidamos al pueblo que nos acompae en el camino socialista, estar atrapado por la conciencia capitalista y ser nuestro enemigo. Unidad socialista! Avances del capitalismo, son retrocesos del Socialismo! Solo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es socialista! Socialismo o muerte!
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PUEBLOS!
Despus de establecida La Gran Colombia, El Libertador enfrenta una decisin, ir al sur para expulsar definitivamente a los espaoles del continente, o permanecer en territorio grancolombiano consolidando la nueva nacin. Saba Bolvar, que la libertad de la naciente patria dependa de la construccin de un polo de naciones que p a r t i c i p a ra en el equilibrio geopoltico mundial, que no era posible la existencia de naciones aisladas sin que fuera n s u byugadas por los imperios existentes. Pero dudaba. Saba tambin que la patria nueva reclamaba sus esfuerzos, haba tareas inconclusas, los espectros infames rondaban su criatura. Tom una decisin, se fue al sur. Bombon, Quito, Junn, el Per, sintieron el huracn guerrero y libertador, Lima conoci de sus amores, Bolivia, su Bolivia, presenci la grandeza del estadista y visionario Pero no todo era gloria, del norte, de su Gran Colombia, bajaba el viento pestilente de la mezquindad. Ayacucho cubri de gloria a Sucre, y tambin mostr en toda su vileza a la nueva oligarqua que retoaba en el suelo de Caracas y Bogot. El Congreso haba ordenado a Bolvar, al Libertador de medio continente, al constructor de la nacin donde ellos vivan, o deberamos decir reptaban, ese Congreso, haba ordenado, tuvo la osada de ordenarle, que dejara la jefatura del ejrcito. Comenzaba la felona que termin en San Pedro Alejandrino y en la disolucin de la Gran Colombia. El sueo fue postergado. Bolvar, sucumbi, no frente a las poderossimas fuerzas del imperio, sino frente a la ruindad que retoaba a sus espaldas. Qu fall? Por qu los triunfos se transformaron en tragedia?
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Una revolucin es una contradiccin entre la grandeza que demanda el compromiso, y la pequeez arrastrada del pasado. Es una contradiccin entre el guila y la mosca. Siempre ser as, el vuelo alto, los sueos elevados, los saltos al futuro, son acechados por la infamia que se quiere superar. El pasado nos enva heraldos sombros para contaminar la obra de los grandes. Derrotar el pasado para construir el futuro, no es posible sin la sociedad. Los individuos liberan, conducen la liberacin, pero su consolidacin slo se logra si los pueblos superan la conducta egosta del pasado y construyen, entre todos, la nueva moral y la nueva tica, la vigilancia revolucionaria, la defensa revolucionaria de los logros. Entonces, la falla estuvo, dira Simn Rodrguez, en que el libertador dej tras de s a hombres, no dej a pueblos, la revolucin es obra de sociedades concientes, de la vigilancia que slo puede ejercer el colectivo. El soporte vital de una geopoltica revolucionaria es la construccin, en las zonas arrancadas a la influencia del imperio, de conciencia revolucionaria; es la construccin de pueblos de los que no se pueda abusar de su credulidad. Solo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es socialismo!
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MICELANEAS 8
1. Toda Revolucin implica grandes sacrificios, no es posible pensar en cambios profundos sin enfrentar la adversidad. Los caminos sin obstculos son propios de cuentos de hadas y no de la realidad de la lucha social. No es descabellado decir que los pueblos preparados para el infortunio son los que tienen derecho a transitar caminos de felicidad. 2. Acertado estuvo el Comandante cuando denunci a la ineficacia, al burocratismo y la corrupcin, como las perversiones en esta etapa de la Revolucin. 3. El alto burocratismo, entendido como el ejercicio de un cargo con el primordial objetivo de disfrutarlo y mantenerse en l, es el aliado natural de la corrupcin y del Capitalismo que ella origina. 4. Pragmticos son los que piensan que el conocimiento slo se adquiere en la prctica, no son capaces de resolver estrategias, slo tareas muy simples. Desprecian la teora, esa es su desgracia. Los idealistas desechan la realidad y ven como nica fuente de conocimiento al intelecto. No resuelven problemas reales, son fatuos. Los burcratas, les interesa slo la forma, nunca el contenido, el trmite es lo fundamental, las consecuencias no importan. El cientfico revolucionario busca el conocimiento en una sabia combinacin de la prctica con la teora. Sabe que el
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conocimiento prctico sin el complemento de la teora es intil, por eso, prestigia la lectura y el pensamiento tanto como ir a la realidad. 5. El imperio, sabio en sus luchas, detecta los cambios en el paisaje poltico, y muda su tctica. Ahora apa el trafago de la renta petrolera hacia la construccin de Capitalismo, comprende que fortalecer el Capitalismo es debilitar al Socialismo y por ende al Comandante y a la Revolucin. 6. Los Estados Unidos nos aplica la tctica de la tenaza. As capturaron a Nicaragua, veamos. La tenaza tiene dos brazos. Uno, es satanizar la revolucin, en Nicaragua la asociaron a la guerra, aqu en Venezuela hacen lo mismo. El otro brazo, es santificar la opcin opositora, all lo hicieron con Violeta Chamorro, aqu lo hacen estimulando la conciliacin. Los brazos de la tenaza se cerrarn cuando nos coloquen frente a la necesidad de escoger entre estas dos opciones, o el desastre o la convivencia.
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EL MVIL DE LOS MVILES

En la vida es fundamental conocer el mvil de los mviles. Saber aquello que produce las conductas nos permite ubicarnos con xito en este torbellino de pasiones que es la existencia humana. Los grandes lderes revolucionarios son grandes conocedores de las motivaciones de los pueblos, pero, adems, son creadores de nuevas motivaciones. Bolvar consigue movilizar a los llaneros a travs de los Andes, porque los motiva de manera correcta. Y, con esa hazaa, nos deja una enseanza inva l o rable. Saba El Libertador que haba dos formas de movilizar a los llaneros. Una, con incentivos materiales, prometindoles cosas. Si este era el mvil principal, sin duda los movilizara, pero no para lo grande, la movilizacin sera para lo mezquino, para lo egosta, sera una movilizacin mediocre. La otra forma, dndoles incentivos morales. Veamos. Bolvar, momentos antes de entrar en la batalla de Junn, arengaba a su tropa con estas palabras: Soldados vais a completar la obra ms grande que el cielo ha podido encargar a los hombres, la de salvar al mundo entero de la esclavitud! El Libertador, y he aqu su genialidad, consigui movilizar a aquel pueblo con incentivos morales, los convoc para la gloria, para lo grande, para lo noble. Y as pudo hacer de aquellos llaneros criadores de ganado, un ejrcito de libertadores cuyas proezas an no han sido igualadas. Hoy en Venezuela estamos en batalla similar a aquella de la revolucin de independencia. Por un lado el imperio y sus
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lacayos nacionales queriendo sojuzgarnos y, por el otro, la patria y el mundo que nos convocan a hazaas inmortales para su defensa. El mvil de hoy tiene que ser el mismo que hizo posible el paso de los Andes, la moral. El xito ser nuestro con los mviles morales y con el Comandante Chvez, que lleva la espiritualidad bolivariana al corazn del pueblo. Los oligarcas no pueden triunfar porque de su lado slo est el egosmo, la oscuridad y el deshonor de quienes luchan al lado de los enemigos de su patria. La batalla ha comenzado, ya sabemos que la invasin, que los invasores estn aqu: Sumate acta como agencia colonial imperial; los candidatos invasores del norte se baten entre sus mezquinos intereses personales y la necesidad de complacer al monstruo que los financia; el resto de la piara contina su forcejeo para crearnos una imagen de pas terrorista y dictatorial, que justifique las agresiones que ya tienen planeadas. La batalla ha comenzado, la hora no permite equivocaciones, ni distracciones. Todos resteados con la patria, todos resteados por la causa del Socialismo, todos resteados con el Comandante Chvez lo dems no importa nada. Solo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es Socialismo!
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SOMOS PRIVILEGIADOS
Los pueblos tienen la grandeza de los asuntos que los ocupan. El pueblo de Venezuela es un pueblo privilegiado porque tiene la singular oportunidad de discutir y construir al Socialismo. El humano hoy no tiene tarea ms trascendente que la construccin de una sociedad donde el hombre deje de ser lobo del hombre, y donde la naturaleza no sea objetivo de depredacin sino de atencin, de armona. El Comandante Chvez nos dice que: O la humanidad camina hacia el Socialismo o la humanidad perece, no es posible seguir transitando el capitalismo, ese camino es el camino al infierno, y nos convoca a la batalla con la bandera grande que lleva inscrita la consigna Socialismo o muerte. Es la hora de la grandeza, no hay lugar para lo pequeo, y todo es pequeo frente a la tarea de salvar a la humanidad. El mundo, los pueblos del planeta, estn atrapados en un torbellino capitalista. Europa, Asa, China, la Amrica, sucumben a los cantos de sirena del demonio capitalista. China, ahora modelo de capitalismo, tiene los ms altos ndices de desarrollo econmico y, simultneamente, tiene los ms desastrosos ndices de deterioro del medio ambiente. No hay duda, el capitalismo produce un impacto ecolgico que en pocos aos nos llevar al abismo. Estamos en un mundo enloquecido por el lucro, la produccin y la competencia. Los capitalistas nos llevan al suicidio de la especie. De seguir este camino, tendremos el macabro privilegio de ser la nica especie que en toda la historia del planeta se suicid. El hombre del capitalismo se debate entre ser un robot consumista o ser un excluido, miserable en los dos casos, c o nvertido en un remedo cruel de lo que podra ser,
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condenado a ser una vctima de su propia creacin. La humanidad, el humano, no tiene otra salida que superar al capitalismo. Las pretendidas soluciones indiv i d u a l e s , inevitablemente, encuentran al final del camino la frustracin. Para el mundo es vital un ejemplo que de existencia a la esperanza, que le muestre el camino de la superacin del capitalismo y la construccin de una sociedad que coloque al humano en el centro de todas las acciones, que derrote a los agoreros que pregonan que la revolucin no es posible, que muri la esperanza. En Venezuela tenemos la posibilidad, la altsima responsabilidad, de ser ese ejemplo. En esta hora la obligacin de los dirigentes es una sola: llevar al pueblo las ideas, organizarnos, guiarnos en la lucha contra el capitalismo y en la construccin del Socialismo. La meta es el Socialismo, no hay estaciones intermedias, no hay cabida para medianas que slo sirven para distraer y hundirnos en el fango de la derrota. Slo hay cabida para lo grande. Sustituir la lucha Socialista por prebendas personales es una traicin a la humanidad. Distraer los caminos de la lucha socialista por atajos ilusorios, es una evasin con consecuencias dramticas. Solo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es socialista!
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QUIROZ CORRADI CONCILIACIN O CONSPIRACIN?

Mucha polmica levant la visita de Mister Corradi al programa de Ernesto Villegas. Se present como parte de la amplitud, parte de un auge conciliador que pretenda borrar el pasado de esta gente diciendo que haban cometido algunos pecadillos, pero que ahora daban muestras de querer portarse bien, que haban perdido las malas maas. Sin embargo, el mister Corradi sigue vicioso, nunca ha dejado de conspirar. Veamos. Recordemos que es vocero del grupo interventor llamado Dilogo Interamericano, al que pertenecen Lourdes Flores, Teodoro y otros lacayos. Este organismo al servicio de las m ayores compaas transnacionales tiene como objetivo principal, liquidar al gobierno del Comandante Chvez y a la revolucin bolivariana. La columna de Quiroz, que aparece todos los domingos en el diario el Nacional, es un vocero oficial de los grupos golpistas. Ahora Quiroz, agente imperial, despliega, con la desfachatez que da la impunidad, el plan golpista propuesto por el imperio a travs una ra ra organizacin llamada Alianza Agro Alimentaria, gerenciada por Hirn Gaviria. Revisemos lo que el imperio propone. Dice el primer punto del plan: Un gobierno civilista de cambio y entendimiento nacional mediante elecciones libres y escrutinios transparentes. (Tal como se presenta hoy el panorama poltico quiz sera conveniente que el plan no se concentra ra exclusivamente en el proceso electoral. Hay otros mecanismos: renuncia, asamblea constituyente, etctera). A este primer prrafo, que define al documento como
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descaradamente golpista, sigue una serie de medidas que son una variacin del plan del 11 de abril: privatizacin de PDVSA, salida de la OPEP, incorporacin de los saboteadores petroleros, acabar con el control de cambio. En resumen, retomar la senda del infierno que nos propone el capitalismo neoliberal, generador de miseria espiritual y material. No hay dudas, ya murieron las ilusiones conciliadoras, las enterr el desarrollo del agresivo plan golpista que se despliega frente a nuestras narices. La Revolucin debe tomar medidas. Una, la principal, es profundizar, acelerar el camino al Socialismo. Ya sabemos que slo la conciencia socialista es capaz de derrotar definitivamente a los mercaderes del templo. Adems, la Revolucin debe alertar y preparar al pueblo frente al plan de estos enemigos de la patria, que desarrollan una agresin contra Venezuela siguiendo instrucciones de Bush. La Revolucin debe derrotar los devaneos conciliadores que lubrican la derrota. Y, por ltimo, se debe acabar con la impunidad: Quiroz, que abiertamente conspira, debe ir preso; la Revolucin debe tener capacidad de defenderse; la impunidad debe acabarse basta de perdn! Slo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es Socialismo!
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UNIDAD!
Es la unidad uno de los asuntos ms importantes en la lucha poltica. Para los revolucionarios es vital tener una clara visin unitaria. Podemos decir tajantemente que no es posible una revolucin sin una atinada unidad, y podemos, siguiendo este pensamiento, afirmar que una errada postura unitaria llevar la Revolucin al fracaso. Veamos. Simn Bolvar con su genialidad construy una propuesta unitaria correcta. Supo el Libertador con el decreto de Trujillo de 1813, delimitar los campos en pugna: o se est con la independencia, o se est contra ella, quedaron definidos los bandos. As, la independencia marca los perfiles de la unidad bolivariana: con independentistas todo, con monrquicos nada. Por tanto, la unidad es determinada por objetivos transcendentes y definitorios. La unidad no se hace sacrificando objetivos estratgicos. Otro ejemplo de la necesidad de una poltica unitaria correcta nos lo da la lucha contra la dictadura de Prez Jimnez. La derecha y la revolucin confluyeron alrededor de un objetivo comn, la cada del dictador. La derecha estaba consciente que se trataba de una mera coincidencia tctica. Pero las fuerzas revolucionarias, ilusas, sacrificaron la estrategia revolucionaria en aras de ese objetivo tctico. Fue as que la derecha, despus de derribado el dictador, desarrolla el plan estratgico firmado en New York instaurando la d i c t a d u ra de los tres partidos. Por su parte, las fuerzas revolucionarias, empantanadas en una errada concepcin de la unidad, se hundan en un mar de contradicciones que nos l l e varon a casi cincuenta aos de gobiernos de Accin Democrtica, COPEI, y URD. De aqu una enseanza: hacer de los requerimientos tcticos objetivos estratgicos, es
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castrarnos y condenarnos al fracaso. Hoy en Venezuela los revolucionarios necesitamos la unidad, pero esta no debe ser boba, que en lugar de fortalecer a la revolucin nos debilite peligrosamente. La unidad tiene que ser para fortalecer a la revolucin, no podemos caer en la trampa de sacrificar los objetivos estratgicos en el altar del oportunismo tctico. Las enseanzas de la historia nos indican que debemos plantear la unidad en torno a dos objetivos transcendentes y estratgicos: el apoyo al Comandante Chvez, y la construccin del Socialismo. El campo unitario, chavista, socialista, est delimitado por un concepto sencillo y poderoso: lo que estimule la propiedad social de los medios de produccin y la conciencia del deber social, nos conduce al Socialismo. Por el contrario, la propiedad nosocial de los medios de produccin, y la conciencia del egosmo y de la competencia, nos conduce al capitalismo. Quienes pretendan hacer una unidad que ampare el auge del capitalismo, que inevitablemente sacrificar al Comandante, son restauradores disfrazados que deben ser combatidos con todo el peso de las ideas. Unidad socialista! Slo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es socialismo!
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EL BOSQUE Y EL MAR
La inmensidad siempre ha deslumbrado al hombre, el espacio sideral, la majestuosidad de un bosque de Secoyas, la profundidad de los mares, el abismo de un desprecio; siempre la inmensidad ha deslumbrado al hombre. Sin embargo, pocas veces el hombre ha comprendido la grandeza que se encierra en la maravilla que l es, en su capacidad de hacer, en su necesidad de ser. Es por eso que la vida de la mayora de la especie transcurre en monotona, como si repitiramos una vida que ya perteneci a otros que la recorrieron con la misma chatura que millones de antepasados, un da tras otro, siguiendo el ritmo de un comps furtivo. Pero, hay momentos luminosos, son frecuentes, son muchos, estn all, convocndonos a convertirnos en bosque, en mar, huracn, volcn en erupcin, en montaa nevada. El hombre mediocre no los siente, slo ve las apariencias, para l un ave que cruza, es slo un ave que cruza, y no el presagio de frescos vientos de lluvia. Un licor es promesa de embriaguez, y no rara oportunidad de contacto con los dioses. Es en la poltica donde destellan las oportunidades de elevarse el hombre por encima de su condicin animal y hacerse ve r d a d e ramente humano, conquistando la inmensidad de su existencia. La Venezuela de hoy relumbra, estamos atravesando uno de esos momentos donde la vida deja de ser la bsqueda de lo mezquino, de lo efmero, de lo transitorio, y el horizonte abarca la inmensidad de la transcendencia histrica. Vivimos poca fundacional. Al venezolano le nacieron alas para volar
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sobre los abismos de la esclavitud. Es hora de cruzar Los Andes para ir en busca de Bolvar. Es tiempo de volver a la quebrada del Yuro para decirle al Comandante Che que remontamos vuelo junto a su ejemplo. Mart nos espera en Dos Ros. La historia abri sus pginas y pide nuestro alegato. Podemos escribir pginas nobles, o podemos borronear cuartillas con argumentos pueriles, para justificar la angustia de sorprendernos una maana cualquiera, con nuestra vida agotada en millones de hechos frvolos y el fracaso de dejar intactas las cadenas de la mediana. No es momento de astucias milenarias, de mezquinas metas que nos transforman en tiovivos histricos, no es la hora de pasos cortos, lleg, que bueno que lleg, el supremo instante de lo grande, el delirio de lo grande, de entrar en xtasis libertario, de fundar mundos, de derrumbar muros No pertenecen a este momento las cifras estriles, o las estulticias de un gobernador cualquiera. No corresponden los parloteos de la oposicin, ni siquiera los del gobierno, lo nico que importa es aprovechar la rara oportunidad de construir el Socialismo, de devolver al hombre la posibilidad de hacerse humano, de entrar en erupcin creadora, construir un nuevo universo, de pasar a la historia junto a Bolvar, Mart, Fabricio, el Che. Slo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es Socialismo!
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EL BLOQUE QUE SO BOLVAR

Con la insidia del ofidio el imperio se mueve por Amrica Latina, desarrolla una ofensiva diplomtica contra la Revolucin Bolivariana. Las piezas de un ajedrez blico toman posesin sobre el tablero, se avecinan momentos de enfrentamiento. El xito revolucionario depende del anlisis fro de la situacin. Lo primero que debemos registrar, es que las oligarquas del continente han salido corriendito, como perritos falderos, al llamado del imperio. Muestra de ello, es la visita de la Bachelet a Washington, y el cumplimiento de las descaradas rdenes que le diera Bush de liderizar, en contra de Chvez, lo que el imperio llama su vecindario, es decir, Amrica Latina. De Uribe, slo los incautos esperaban otra actitud. Sin embargo, todava hay quien concibe solidaridad en el oleoso e inconsecuente Lula. Lo segundo es reconocer que los pueblos del continente, en su mayora, son vctimas de la manipulacin de esas oligarquas. La eleccin de Uribe y Alan, por ms vueltas que le demos, nos indican que la frase de Bolvar: pueblos, han abusado de vuestra credulidad, tiene an vigencia en estos territorios. De los anteriores puntos se desprende un tercero, la estrategia para el agrupamiento de los pases en un bloque latinoamericano debe ser revisada a fondo. Es necesario incorporar a la filosofa de la integracin nuevas interrogantes y nuevas realidades. Veamos. Los gobiernos revo l u c i o n a r i o s que han conseguido romper un primer anillo de dominacin, Bolivia, Venezuela, y
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por supuesto Cuba, son la columna vertebral de la integracin independiente. Los gobiernos de oligarquas, disfrazados a veces de izquierdistas, a veces pseudos socialistas, pero nunca independientes, esos gobiernos, no deben despertarnos expectativas ms all de coincidencias tcticas. El llamado de sus intereses econmicos, que oscilan entre los intereses de las grandes trasnacionales y las apetencias vo races de sus economas nacionales, les impide una sincera postura i n t e g ra cionista. Por su parte, los gobiernos fra n c a m e n t e hostiles, tipo Alan y Fox, deben estrellarse, como en efecto, con la muralla de dignidad de la Revolucin Bolivariana. Quedan los pueblos, unos abusados en su credulidad, otros despertando. Es sobre ellos que debemos actuar, son ellos los que en definitiva decidirn la suerte del continente. La mejor arma en este enfrentamiento es el ejemplo, slo el ejemplo conquistar el corazn de los pueblos. Debemos construir una sociedad diferente a la miseria que construye el capitalismo, esa es la clave del triunfo. Si construimos una sociedad que resuelva sus problemas de forma social, sin recurrir a frmulas nosociales, a formas capitalistas, si construimos una sociedad donde nadie se apodere del trabajo de nadie, donde el esfuerzo de todos sea para el beneficio de todos, entonces el capitalismo mundial habr recibido un golpe definitivo. Los pueblos del continente sabrn que es posible construir el Socialismo, tendrn un ejemplo, y tendrn esperanza, y pueblos con esperanzas son indetenibles en la marcha por su redencin. Slo con ellos podremos formar el bloque que so Bolvar. Slo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es Socialismo!
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1. Aquel pas que resisti la invasin ms brutal que se tenga noticias en la historia de la humanidad, la invasin de los Nazis. Aquel pas que defendi a la humanidad contra el fascismo sacrificando ms de veinte millones de vidas. Aquel pas del Socialismo heroico, sucumbi frente al campo capitalista sin que en esa nueva invasin se detonara un solo disparo. 2. La invasin silenciosa, ideolgica, manipuladora de conciencias, estimuladora de los valores del imperio. El centro de esta invasin es la embajada americana, de all se comienza una labor de captacin de debilidades, de lealtades resquebrajadas, de mentalidades afines. Luego se conforman f a chadas, unas ms evidentes como Smate, otras ms crpticas, que aparentan ser neutrales pero en el fondo son encargadas de estrechar lazos con el imperio, fomentar sus valores. Adems opera una zona oculta, de la que slo tenemos noticias por sus efectos. No hay dudas que esta forma de invasin silenciosa la estn aplicando contra nuestro pas. 3. En la construccin del Socialismo es vital la creacin de la zona de amor, sin ella no es posible una Revolucin. Nos atrevemos a decir que la Revolucin, la construccin del Socialismo, se resume en la creacin y expansin de esta zona de amor. La historia de la humanidad es la historia de la lucha por la creacin y expansin de las zonas de amor. 4. Cuando dos muchachos, Bolvar y Robinsn, hacen un juramento altruista en el Monte Sacro, subliman la condicin humana y nace la zona de amor, que crece hasta hacerse un continente y una pasin americana. Cuando unos m u ch a chos militares van al Samn de Gere para
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comprometerse en los ideales de Bolvar y Zamora, producen el fenmeno, o quiz deberamos decir el milagro, de la creacin amorosa. La toma del cuartel Moncada fue el intento de un puado de hroes de construir el amor. 5. Cristo, fue el primero en plantear la relacin amorosa, su Amaos los unos a los otros. Dos mil aos de tenaz afn por concretarla se estrellaban con la incomprensin de la necesidad de dotar al sentimiento amoroso de una relacin econmica tambin amorosa, de que la relacin econmica determina en ltima instancia el rasgo moral fundamental de la sociedad. Slo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es socialismo!
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PRIVADISMO O SOCIALISMO
Si quisiramos buscar un nombre sustituto al capitalismo, este sera privadismo, es un sinnimo perfecto. Nos da una idea de la esencia del capitalismo. Veamos. El capitalismo es la ilusin de que los problemas fundamentales de la sociedad se pueden resolver de manera individual, desde lo privado. Siendo as, la sociedad es fragmentada en una serie de tensiones individuales, cada uno de la manera ms egosta posible busca resolver sus problemas, y la suma de esos intereses individuales produce un remedo de sociedad, cuando en realidad es una guerra de todos contra todos. Por su parte, el Socialismo es la certeza de que los problemas fundamentales de la sociedad slo se pueden resolver en sociedad, slo la sociedad puede resolver los problemas sociales. Siendo as, la sociedad es restituida, se suman los esfuerzos individuales para constituir una poderossima fuerza. La sociedad se regenera en el esfuerzo de todos, y ella se importa de todos sus individuos. Entonces, la buena marcha hacia el Socialismo tiene que ser aquella que resuelva los problemas de manera social. Y unos pasos errados seran aquellos que pretendan resolver los problemas dentro del privadismo. Las Misiones son creacin de reas espirituales socialistas, porque en ellas la sociedad, a travs del Estado revolucionario, que es el representante de toda la sociedad, resuelve, con amor, un problema social. En la solucin de estos problemas se produce una movilizacin conciente del pueblo, un esfuerzo social. Por eso, no es lo mismo que la Misin Milagro la realice
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el Estado Revolucionario, a que la realicen las clnicas privadas. En un caso se resuelve el problema y se eleva la conciencia del deber social, la revolucin se fortalece. Por el contrario, si se cae en la tentacin de realizar la Misin desde las clnicas, se profanan los santuarios socialistas. Lo que se consigue es una hipocresa: el capitalismo, que es el generador de la miseria espiritual y material, no puede resolver lo que l mismo cre. El asunto no es insignificante, se trata de decidir el destino de la revolucin. Slo la solucin social de los problemas restituir al hombre social, y slo el hombre social es capaz de hacer revolucin. La revolucin es la sustitucin del hombre egosta, hurfano de sociedad, por el hombre social integrado con su esfuerzo a una sociedad sana. Una revolucin tiene que aclarar su relacin con lo privado. En un perodo de transicin puede haber zonas de convivencia, eso es comprensible, pero nunca deben ser convivencias estratgicas. La tendencia estratgica, es ir en la mente, en la conciencia y en la realidad del pas, hacia la extincin del privadismo y su sustitucin por el Socialismo. Slo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es Socialismo!
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ERRORES Y PROPIEDAD
La Revolucin Bolivariana ha cometido errores, tiene carencias y dificultades, negar esta situacin es propio de cretinos. El deber de los revolucionarios es discutir las fallas, nica manera de posibilitar su correccin. Nunca se justifica ocultar los errores y los problemas, al contrario, es en poca de adversidad cuando es imprescindible el reconocimiento de los traspis, slo conociendo los obstculos se puede avanzar. Pensemos en el Manifiesto de Cartagena, que nos ilustra cmo una crtica profunda, un reconocimiento de las equivocaciones cometidas, cambi el curso de la historia y posibilit la revolucin de independencia. Pero no es prctica sana ir discutiendo error por error, desacierto por desacierto, ese camino nos llevara a un agotador e ineficaz esfuerzo. Lo correcto es ir al fondo, a los generadores de los errores y, corregidos estos, los desaguisados disminuirn y la labor contralora revolucionaria se simplificar. En la Revolucin Bolivariana uno de los ms importantes generadores de errores es la falta de una definicin clara del problema de la propiedad. Expliquemos. La forma de propiedad de los medios de produccin sostiene una espiritualidad, una cultura, que le es propia, la sustenta y la perpeta. Siendo as, sobre la forma de propiedad capitalista, nosocial de los medios de produccin, no es posible instalar una espiritualidad, una cultura socialista. Al contrario, sobre la propiedad capitalista, slo y necesariamente, se formar la conciencia egosta del capitalismo. Ahora bien, nicamente, y repetimos, nicamente, sobre la propiedad social de los medios de
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produccin se podr construir el Socialismo, la espiritualidad de la solidaridad, la cultura del amor. El punto, que es de vital importancia, ha pasado por debajo de la mesa de la discusin, trayendo como consecuencia que se reproduzcan con fuerza esquemas de propiedad propios del capitalismo. Por supuesto, que la incoherencia, entre economa nosocial, capitalista, y el requerimiento de una conducta, una tica socialista, de la solidaridad, del amor, trae confusin, hipocresa, falsos valores. De all que podemos decir que la mayora de los problemas que confrontamos tienen su origen en esa incoherencia. Si estimulamos la propiedad nosocial de los medios de produccin, si prestigiamos a la empresa privada como eficaz y capaz de resolver los problemas sociales que ella misma gener, estaremos desinformando, confundiendo al pueblo, sembrando en la poblacin la tica del egosmo y, lo que es peor, expectativas egostas, disolventes sociales. Y, de esa tica de la ganancia por encima de la vida, slo surgirn conductas que enterrarn a la revolucin en la tumba del logro inmediato, la sacrificarn en la hoguera de la ganancia inaplazable. Es necesario corregir estos errores. La historia de los pueblos est llena de iguales desatinos, y plena de los crueles resultados a que conducen. Slo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es Socialismo!
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EL ACTO QUE FALTA EN EL TERESA CARREO

Nadie puede negar que el Teresa se ha fundido con el pueblo. El arribo de la revolucin signific el rescate del teatro, ahora es comn pasar por la avenida Mxico y sentir el bullicio popular que manifiesta su entusiasmo revolucionario en el otrora territorio reservado a la elite de palt y levita. La revolucin hizo del teatro el lugar para sus grandes e ventos, ya la poblacin sabe que cuando un acto revolucionario es en el Teresa tiene gran importancia. Los actos all realizados son un registro de la marcha de esta revolucin, un pulso de por dnde vamos, y sern una fuente invalorable a la hora de escribir la historia de esta revolucin. En el Teresa ha rugido el pueblo jurando defender a la revolucin, y tambin ha llorado frente al testimonio de una anciana que aprendi a leer siguiendo los mandatos de Samuel Robinson. All el Comandante habl de Socialismo, de guerra y de paz. El Teresa se ha transformado en territorio del amor revolucionario. Sin embargo, y debemos decirlo, en el Teresa Carreo falta un acto que le dar sentido a todos los anteriores, es el evento del Trabajo Voluntario. Una revolucin que no tenga como uno de sus pilares al trabajo voluntario, es una Revolucin que no ha madurado, es una revolucin incompleta. El da que el Teresa, templo y termmetro de la revolucin, se llene de trabajo voluntario, ese da habr que hacer un placa que diga con orgullo: Hoy la revolucin da fe, los revolucionarios dan fe, que la conciencia del deber social es el pilar fundamental de la tica y la moral de los venezolanos. Hoy la Revolucin Bolivariana conquist un peldao fundamental en el camino de la construccin de una sociedad socialista
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El trabajo voluntario es una escuela de conciencia revolucionaria. En ella el hombre que viene del capitalismo, formado slo en la fantasa de una recompensa material, entiende y siente que el dar a la sociedad su esfuerzo de forma voluntaria, que trabajar para la sociedad, constituye una recompensa moral inmensamente ms gratificante que el trabajo compulsivo a que nos condena el trabajar para los patronos individuales. Comprende que slo el trabajo as realizado, sin la compulsin de la necesidad, es el que lo libera. En ese momento estaremos avanzando hacia la tica que sustentar a la sociedad socialista y dando un gran salto en su construccin. El asunto es tan importante como la alfabetizacin, merece una Misin. El ejemplo de trabajo voluntario tiene que partir de los altos niveles del gobierno. Qu saludable para la revolucin sera que el trabajo voluntario se iniciara con el ejemplo de nuestros dirigentes, qu fortalecida saldra la revolucin de esas jornadas. Slo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es socialismo!
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FABRICIO, EL ABEL DEL REFORMISMO

Fabricio resume en su vida una etapa muy cruel, pero tambin llena de enseanzas de la historia venezolana. Se inicia esta etapa con el acuerdo que construye a la Junta Patritica, encargada de conducir la lucha popular contra el dictador Marcos Prez Jimnez. Desde esta Junta, un grupo de valientes y sagaces polticos lanzan la consigna de Unidad!, con la que pudieron aglutinar todo el descontento, a todas las clases, todos los intereses que se oponan a la dictadura. Dirigiendo la batalla (se supo despus del triunfo) se encontraba un joven revolucionario, periodista, hijo de Bocon, que el pueblo transform en leyenda. Aquella junta, aquel Fabricio, fue una muestra de alta poltica, de un gran sentido de oportunidad, una muestra de un aguzado olfato, de extraordinaria valenta. Pero, tambin fue una muestra de tremenda candidez. Despus de derrocada la dictadura, no supieron los revolucionarios de la Junta Patritica, cambiar la consigna de Unidad por una consigna que guiara las tareas de la nueva etapa, cayendo en las manos astutas de la coalicin socialdemcrata que haba firmado un pacto reformista en New York, luego llamado Pacto de Punto Fijo. Esta falla de los dirigentes revolucionarios, marc la entrada de la nacin en una noche tenebrosa que dur casi cincuenta aos. Es en esas circunstancias, que Fabricio Ojeda se crece como revolucionario. Las lisonjas de la oligarqua no pudieron aplacar su sed de justicia. As como se rebel contra la dictadura, se rebela con la misma fuerza contra la nueva oligarqua de AD, COPEI y URD, que sustituy a la oligarqua perezjimenista. En esa lucha frontal contra la vileza, renuncia
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al curul de los privilegios, para dirigirse a la miasma del campamento guerrillero a convivir con la muerte, escribiendo en la historia venezolana una pgina de entrega revolucionaria, no igualada hasta ahora. Pudo el reformismo apresar al glorioso Presidente de la Junta Patritica, consiguen encarcelar al Comandante Fabricio, y sobre l vuelcan el mismo odio que sufri Abel, que padeci Sucre, que tienen reservado los enemigos de la dignidad humana para los luchadores por la redencin del hombre. Se cerraba as el ciclo de esperanza que se inici en las jornadas heroicas del 23 de Enero. Casi cincuenta aos tuvo que esperar el pueblo por un nuevo despertar. El amanecer del cuatro de febrero de 1992, un martes, el pas asista asombrado a la hazaa de un grupo de jvenes militares que se levantaban contra el pacto de punto fijo y lo enterraban. Se abra un nuevo perodo de esperanza, comenzaba la Revolucin Bolivariana. Hoy podemos decir: Fabricio, tus sueos viven con la Revolucin Bolivariana! Esta vez no habr Abel! No habr Can de restauracin! Esta vez triunfaremos! Slo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es Socialismo!
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LOS TRES MONTAISTAS ENAMORADOS

rase una vez, tres montaistas que decidieron escalar un monte de gigantes alturas, para conquistar el amor de una joven princesa. Uno dijo, el fin es la cumbre, lo dems no importa, y parti tras su objetivo. Iba sin equipo, sin comida y sin bebida. Por el camino se encontr con una bruja que le hizo una proposicin, lo ayudara a cuenta de cambiar su cara por la cara de una iguana. Acept, por supuesto, lleg a la cima. Pero la princesa horrorizada le neg su amor. El segundo, iba pensando slo en la princesa, suspiraba, cerraba los ojos, se babeaba, se distrajo tanto en su fantasa, que se perdi, y nunca ms se supo del desafortunado enamorado. El tercero, se prepar con mucho tino, cada paso que daba llevaba incluido el objetivo de la cima y al amor de la princesa. ste conquist la cumbre y se cas con la princesa. La moraleja es que el fin, el amor de la princesa, debe estar contenido en los medios, alcanzar la cumbre. El primero sacrific el fin, la princesa. Puso todo su esfuerzo en los medios, la cumbre. Y fracas. El segundo slo se ocup del fin, de la princesa, descuid los medios, escalar la cumbre. Tambin fracas. y
El tercero supo que el fin y los medios, princesa y cumbre, son parte de la misma accin, que en cada medio debe ir incluido el fin. Eso lo llev a la cumbre y al amor de la princesa.
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Esta fbula viene a cuento porque ilustra las variadas actitudes bolivarianas frente a los diez millones. Veamos. El fin es el Socialismo, esa es nuestra princesa. Los medios son los diez millones, esa es la cumbre. Hay unos bolivarianos, que a semejanza del primer montaista, por llegar a la cumbre se desdibujan. Estos podrn conquistar la cumbre, pero el Socialismo, la princesa del cuento, no los abrazar. Hay otros que slo piensan en Socialismo, es decir, en la princesa, y no atienden a la montaa, que son los diez millones, estos se perdern. Por ltimo, estn lo que saben que al amor de la princesa, es decir, al Socialismo, y a la cumbre de los diez millones, slo llegarn los que entiendan que en cada voto y en cada accin por conseguirlos, debe ir el amor de la princesa, la idea del Socialismo. O, lo que es lo mismo, el fin est contenido en los medios. Slo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es Socialismo!
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MISCELNEAS 10
1. La posicin frente a Cuba define a los revolucionarios, a ella nos une algo ms que intereses materiales o afinidades ligeras, nos une la hermandad de remar juntos en el mismo barco, el de la redencin del humano, el del Socialismo. 2. En la construccin del Socialismo es vital la creacin de la zona de amor, sin ella no es posible una Revolucin, nos atrevemos a decir que la Revolucin, la construccin del Socialismo, se resume en la creacin y expansin de esta zona de amor. La historia de la humanidad es la historia de la lucha por la creacin y expansin de las zonas de amor. 3. La Revolucin Bolivariana necesita urgente volver al espritu de abril, es necesario que desde all comencemos el fortalecimiento del proceso y la redefinicin de la Revolucin. En momentos en que el imperio nos amenaza, que las debilidades internas nos arriesgan, las imprecisiones nos confunden, es necesario encender el nimo y jugar cuadro cerrado para poder avanzar. 4. Hoy en Venezuela los revolucionarios necesitamos la unidad, pero esta no debe ser boba, que en lugar de fortalecer a la Revolucin nos debilite peligrosamente, la unidad tienen que ser para fortalecer a la Revolucin. No podemos caer en la trampa de sacrificar los objetivos estratgicos en el altar del oportunismo tctico. Debemos plantear la unidad en torno a dos objetivos transcendentes y definitorios: el apoyo al Comandante Chvez, y la construccin del Socialismo. 5. La Revolucin es terreno de una profunda lucha de clases donde chocan la ideologa revolucionaria, la de los trabajadores, la del Socialismo, la que plantea la propiedad
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social de los medios de produccin, la conciencia del deber social, como nica manera de liberar al hombre liberando al trabajo. En choque con la ideologa anarquista y populista propia de la pequea burguesa incapaz de avanzar al Socialismo, pero incapaz tambin de reconocerse capitalista. 6. Las revoluciones se sustentan en la relacin entre lo material y lo espiritual, el futuro de una Revolucin depende de manera fundamental de esta relacin. Lo espiritual debe ser lo hegemnico. el mvil esencial de la revolucin, tiene que ser el rescate de la condicin social y espiritual del humano. Si caemos en la tentacin de colocar a lo material como motivo principal de la actividad revolucionaria la condenamos irremediablemente al fracaso. Slo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es socialismo!
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LA ESENCIA DEL SOCIALISMO

Si alguien nos pidiera que resumiramos al Socialismo en una sola palabra, esta sera amor. Si alguien nos pidiera el Socialismo en una frase, esta sera amaos los unos a los otros. Si alguien nos pidiera que explicramos en una cuartilla el camino para arribar al Socialismo, empezaramos diciendo que es dotar al amor de su base econmica material. Y explicaramos. La relacin espiritual de una sociedad, est determinada por la relacin con el fruto del trabajo que tengan los miembros de esa sociedad. Slo hay dos posibilidades. Una, si el fruto del trabajo es propiedad de la sociedad toda, si el trabajo de todos redunda en beneficio de toda la sociedad, entonces, el hombre es uno con la sociedad, y as siempre trabajar para s mismo. Esa ser la base econmica material para una relacin espiritual sana entre sus miembros. El amaos los unos a los otros dejar de ser una aspiracin milenaria, y pasar a ser un mandamiento soportado en la realidad. Si por el contrario, si el fruto del trabajo es apropiado por un patrn, sea particular o colectivo, entonces, la sociedad es despojada del trabajo social por una fraccin de propietarios. El hombre trabaja para un extrao, pierde su ligazn orgnica y espiritual con el trabajo, que ahora no le pertenece, y as tambin pierde su relacin armoniosa con los dems hombres y con la naturaleza. l mismo se convierte, necesariamente, en cosa, capaz de ser vendida y de ser comprada. Siendo as, la sociedad deja de ser la sociedad de la cooperacin, y pasa a ser la sociedad de la guerra de todos contra todos. De esta manera, se sientan las bases econmicas materiales para una relacin basada en la competencia, la avaricia, el bien egosta. As se c o n s t r u ye la base material, y la espiritualidad del capitalismo.
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En resumen, y categricamente, no es posible el Socialismo sin la conciencia del amor social, y sin la base econmica material que sustenta a ese amor, que es, sin atajos posibles, la propiedad social de los medios de produccin. En otras palabras, el Socialismo slo se construye con conciencia del amor social y con propiedad social que lo sustente. Ahora bien, los dos componentes van juntos, se influye n mutuamente, se complementan, se condicionan, uno no puede existir sin el otro, forman parte de la misma unidad. M i e n t ras una sociedad permita que unos hombres trabajen para otros hombres, es decir, mientras permita que unos hombres se apropien del trabajo de otros hombres, la sociedad humana vivir an en la era de la esclavitud, que es el otro nombre del Capitalismo. Y tendr, necesariamente, la conciencia del egosmo que le es propia a un sistema donde se vende y se compra todo hasta los seres humanos. Slo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es Socialismo!
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COGESTIN, ENGAO Y SUICIDIO

En Venezuela vivimos sorprendente oportunidad, tenemos un lder con reflejos mundiales, un pueblo sintonizado con ese lder indito, un auge petrolero infrecuente. El objetivo es difano: Socialismo o Muerte. Todo confluye para que este pueblo indmito seale el camino de la redencin al resto del mundo. El reto, en resumidas palabras, es construir una sociedad donde la miseria espiritual y material sean oprobio en extincin. El Comandante Chvez nos dice que esa sociedad tiene que ser superacin del capitalismo y construccin del Socialismo. Antes de entrar a discutir la cogestin como propuesta para transitar el camino, es necesario revisar el concepto de sociedad. El tipo de sociedad humana est dada por el tipo de relacin que se establezca entre los individuos que la forman. O, lo que es lo mismo, la relacin es la sociedad. Nos explicamos. Si la relacin econmica hegemnica es la relacin dueo esclavo, estaremos en presencia de una sociedad esclavista. Si la relacin hegemnica es la de patrn obrero, estaremos frente a una relacin capitalista. Si la relacin es individuo sociedad, ser una sociedad socialista. Ahora bien, y tomando prestadas las palabras de los clsicos, tenemos que: ..El modo de produccin de la vida material condiciona el proceso de la vida social, poltica y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino,
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por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. Ya estamos en condiciones de estudiar la propuesta de Cogestin como va al Socialismo. Veamos. La cogestin propone propiedad nosocial de los medios de produccin. Se trata de transformar a los obreros en empresarios, es decir, dejan de ser obreros, y pasan, necesariamente, a tener conciencia de dueos. Ahora bien, con estos nuevos propietarios slo se ha conseguido sustituir a unos dueos egostas, por otros dueos igualmente egostas, y la relacin social de propiedad capitalista de los medios de produccin sigue intacta, el organismo social se mantiene al margen de la propiedad. Dimos unas piruetas para volver a caer en el capitalismo. Slo cambia la fachada, ahora se le da un barniz de obrerismo al asunto y se engaa a los incautos. Las relaciones sociales capitalistas se mantienen y, por lo tanto, la conducta egosta propia del capitalismo se reproduce, y ahoga la oportunidad de ir al Socialismo. Sin duda es un camino engaoso y suicida, que debe ser corregido para no despertar con la congoja de saber que intentando remedos de Socialismo extraviamos el camino. Recordemos que slo sobre la propiedad social de los medios de produccin, devolviendo la propiedad a toda la sociedad, que la administrar a travs del Estado, podremos edificar al Socialismo, las formas nosociales, son eufemismos de capitalismo. Slo el Socialismo salva al pueblo! Chvez es socialismo!
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CONCIENCIA, PROPIEDAD Y PETROLEO

4 Y 27 DE FEBRERO DOS FECHAS EN CONTRASTE

LA CONCILIACIN Y LA INVANSIN, HIJAS DE LA MISMA MADRE.

SI PERDEMOS A CHVEZ PERDEMOS UN SIGLO

ENSEANZAS DE UNA REVOLUCIN EN EL ALBA

LOS HIJOS DE DON QUIJOTE Y EL CUARTO MAJADERO

CMO SABER SI AVANZAMOS?

CUANDO LA CLASE OBRERA SE ENCUENTRE A S MISMA

LA CONCILIACIN CAMINO EXPEDITO AL FASCISMO

LOS PLANES MALIGNOS PARA DICIEMBRE O ANTES

TEODORO DISFRAZADO DE TEODORO

QUIN GANA, CUANDO CUBA GANA?

DISCUTAMOS LA CONCILIACIN ABIERTAMENTE

PODER POPULAR, O EL POPULAR CON PODER

POR EL TRABAJO LOS RECONOCEREIS

EL PODER POPULAR ESCENARIO, DE CONFRONTACIN

SIN CONCIENCIA NADA ES DURADERO

LA CORRUPCIN NO SLO ES UN PROBLEMA POLICIAL

ALIANZA, CONCILIACIN, UNIDAD, CAPITULACIN

MISERIA, VALORES Y DELITO

CMO SABER SI VAMOS BIEN?

ABRIL ES UNA LGRIMA

LA CORRUPCIN CONSTRUCTORA DE PROYECTOS

LA REALIDAD TUMBA CASTILLITOS CONCILIADORES

INEFICACIA, BUROCRATISMO, CORRUPCIN

PARA QU UNA REVOLUCIN?

MUERO COMO VIV

LAS ELECCIONES ESCUELA DE REVOLUCIN

CUANDO LA CLASE OBRERA SE ENCUENTRE A S MISMA

LA ASAMBLEA PARI UN RATN

BOLIVIA HISTORIA DE UN DILEMA INCONCLUSO

HASTA DNDE ESTIRA EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI?

LA EMBESTIDA DEL TORO

LA INVASIN SILENTE QUE DERRUMB A LA UNIN SOVITICA

MATEMTICA SIN FECUNDIDAD, ES UN AZOTE

TRECIENTOS AOS DE CALMA NO BASTAN!

LOS ESTADOS UNIDOS NO VENDEN NI MORAL NI CONCIENCIA!

ACOSTA CARLEZ, PRESAGIO DE GLOBALIZACIN

VOLVER AL ESPRITU DE ABRIL

ESTA REVOLUCIN NO PUEDE PERDERSE

LAS TRES MUJERES

LOS INVASORES NACIONALES

EL MVIL DE LOS MVILES

QUIROZ CORRADI CONCILIACIN O CONSPIRACIN?

EL BLOQUE QUE SO BOLVAR

EL ACTO QUE FALTA EN EL TERESA CARREO

FABRICIO, EL ABEL DEL REFORMISMO

LOS TRES MONTAISTAS ENAMORADOS

LA ESENCIA DEL SOCIALISMO

COGESTIN, ENGAO Y SUICIDIO

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