La Iliada
La Iliada
La Iliada
París, príncipe de Troya, fue enviado a visitar la corte de Menelao, rey de Esparta. Allí se
enamora de Helena, Esposa de Menelao, y por poder de Venus, la mujer abandona su casa y
Huye a Troya con Paris. Entonces Menelao, furioso y desesperado convoca a los demás
reyes griegos, para emprender la guerra contra los troyanos y recuperar a Helena. A los 2
años los griegos se hacen a la mar, pues necesitaban construir navíos, movilizar guerreros,
planear estrategias y consultar a los oráculos, y finalmente reunir los ejércitos bajo el
comando de un solo jefe, el mando se confío a Agamenón rey de Micenas, hermano de
Menelao. Además, tenía el mérito de haber reclutado la mayor parte de los navíos y de los
soldados de la expedición. La lucha contra Troya se prolongó durante 9 años y los griegos
no consiguieron derribar las murallas de la cuidad. Los troyanos hacían salidas ocasionales,
pero ninguno de los adversarios podía jactarse de la victoria y parecía que la guerra nunca
terminaría, no obstante en el décimo año la guerra concluyó. Es en ese décimo año donde se
centra la “Ilíada” de Homero.
Al décimo año de guerra sucede algo inesperado: Aquiles, el más fuerte y famoso de los
guerreros griegos, y Agamenón discutieron, Aquiles se enoja con Agamenón y molesto
retira a sus tropas.
Tetis, la más hermosa de las nereidas, esposa de peleo y madre de Aquiles, no podía
soportar ver a su hijo desgraciados, por lo que ruega a Zeus que castigue a Agamenón, y el
dios envía un mensajero a Héctor, el más valiente de los troyanos, y le promete grandes
victorias sobre los Griegos, enardecidos por este aliento avanzan fuera de los muros de su
ciudad, mientras Héctor y Paris se acercan a los Guerreros Griegos. París propone resolver
la guerra con un combate cuerpo a cuerpo con Menelao. Héctor ordena a su ejército hacer
un alto y los heraldos proclaman el desafío. Todos se ponen de acuerdo para declarar
victorioso al bando de aquel que venza en el duelo. Paris pierde y Afrodita lo salva
transportándolo detrás de los muros de la ciudad antes de que Menelao le diera muerte, de
esta manera la guerra habría terminado. Los troyanos tienen de su parte a Apolo, el arquero
y Ares, el dios de la guerra. Poco a poco los troyanos rechazan a los griegos que se ven
empujados a sus navíos. Agamenón, sabiendo que necesita a Aquiles para la victoria intenta
reconciliarse con él y pedirle que regrese a la contienda, pero éste rehúsa.
Patroclo, el amigo más querido de Aquiles, le suplica que conduzca a sus hombres en
contra del enemigo. Aquiles se niega, pero permite a Patroclo que vista su armadura.
Patroclo a la cabeza de las tropas de Aquiles y llevando su armadura alcanza a las tropas
griegas y hace retroceder a las tropas troyanas hasta las defensas de su ciudad, pero Héctor
se bate con Patroclo, matándole y quitándole la armadura.
Aquiles se entera de la muerte de su amigo y se enoja y se desespera tanto que sin armadura
se precipita a ayudar a los hombres a conducir al campo el cuerpo de Patroclo. Tetis, la
madre de Aquiles pide al herrero de los dioses, Efecto, que haga una nueva armadura para
Aquiles. El dios accede y Aquiles viste la armadura que le da Tetis, se reconcilia con
Agamenón y conduce de nuevo a los guerreros griegos al campo de batalla.
Los troyanos aterrados por la llegada de Aquiles le suplican a Héctor que se retire dentro de
los muros de la cuidad, pero Héctor no quiere dejarse intimidar. Los griegos rechazan a los
troyanos hasta las puertas mismas de la ciudad que se abren para dejarlos entrar. En esta
ocasión el ejército griego está a punto de tomar la ciudad, pero Agenor, un guerrero
troyano, inspirado por Apolo se mide con Aquiles. En clara desventaja, Agenor desaparece
por obra de Apolo, que ocupa su lugar y separa a Aquiles de sus hombres. Aquiles corre
hacia las puertas a través de las llanuras y allí se encuentra con Héctor. Héctor resultará
muerto en el duelo en el que Aquiles venga a Patroclo. El troyano en su agonía pide que su
cuerpo sea devuelto a los troyanos para que se le den los honores fúnebres.
Aquiles, furioso, le niega la petición, arranca la armadura del cuerpo de Héctor y lo amarra
a su carro y lo arrastra por todo el campo de batalla hasta el campo donde el cuerpo de
Patroclo espera ser enterrado. Aquiles se niega a devolver el cuerpo de Héctor para los
servicios fúnebres. Príamo hace preparar a su gente con un carro lleno de tesoros que el rey
conduce por si mismo hasta llegar con el al campo de los griegos, va hacia Aquiles y le
suplica este que le devuelva el cuerpo de su hijo a cambio del gran tesoro. Aquiles acepta y
permite que el rey se lleve el cuerpo de su hijo. Luego de la designación de 12 días de duelo
por la muerte de Héctor, a Ulises se le ocurrió la maravillosa idea de crear un caballo de
madera, con la ayuda de Atenea. Los griegos, simulando una retirada y fin del asedio a
Troya, dejaron el caballo en la playa; ellos estaban dentro del caballo. Los troyanos lo
entraron a la ciudad por influencia de un espía griego -Simón- y esto les permitió a los
griegos introducirse en la ciudad y destruirla.