Peder La Cabeza

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PERDER LA CABEZA

de JAIME CHABAUD para Philippe Amand

Registrada en la Sociedad General de Escritores de Mxico (SOGEM)

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EPOCA:
Ocurre en los aos 40 en la ciudad de Mxico, durante el sexenio del presidente Manuel Avila Camacho. Gabardinas y sombreros "Tardn" de ala ancha son la moda; tambin pantalones de pinzas, la radio, la segunda guerra mundial "all en Europa", la Revolucin vuelta institucin, los cabars, la media de raya pintada, el cine.

ESPACIO:
Calles, bodega, cabaret, casa de Salinas, oficinas de polica, casa de una medium, redaccin de peridico, puesto de tacos, morgue, etctera.

PERSONAJES:
VOZ EN OFF (estilo programa TV Los Intocables) MARTIN SALINAS FERMIN ROCHA LADY DAVAH COMANDANTE SAHAGUN MARTINEZ ESTVEZ SAXOFONISTA-MUDO CANTINERO SOMBRA CHINO-JAPONES KIKIS KORKUEREMBURG MALKAH REPORTERO TAQUERO

1.-

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Al oscuro de tercera llamada sigue una msica que acompaa el paulatino amanecer en una calle populosa de la ciudad. Seres jodidos en busca del pan de cada da realizan los trabajos que la madrugada esconde. Se oye un balazo lejano. Los trabajadores voltean simultneamente a un punto en la extraescena. Silencio. Tensin. VOZ EN OFF: Corra un invernal mes de febrero de 1943, para ms precisin la madrugada del da 14. La ciudad capital amaneci conmocionada por el salvaje asesinato de un hombre prominente. En el exterior, entre embajadores y diplomticos, se pensaba en un Mxico en el que reinaba la paz. Sin embargo, su ropa interior traa enquistada la paz, s, pero era esa paz que la impunidad da a los sepulcros. Los trabajadores al fin regresan a sus labores. Desaparece la calle. En oscuro escuchamos el timbre insistente de un telfono. Se enciende una lmpara de bur. Martn Salinas se levanta y contesta. Lo que escucha lo emociona y acelera. VOZ EN OFF: El reportero Martn Salinas despert con un soplo importante: de las alcantarillas de la urbe salan los ecos de un mundo del hampa vigoroso y a punto de saltar a la superficie. Salinas cuelga e intenta ponerse un pantaln sobre el de pijama, resbala y se golpea la cabeza. SALINAS: Mierda! Desaparece la casa de Salinas.

2.En un callejn, la luz intermitente de un coche de la polica ilumina precariamente. En el piso una sbana cubre un cuerpo. Rocha entra acompaado de Martnez. ROCHA: Cmo que no la encuentran?

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MARTINEZ: Nadie la ha visto. El Comandante Sahagn aparece. COMANDANTE: (Le da la mano.) Qu tienes, Rocha? ROCHA: Carnes fras, jefe. COMANDANTE: (Se pone en cuclillas.) Quin lo hall? MARTINEZ: El cantinero del cabaret. Har como hora y media. ROCHA: (Revisa la cartera del difunto.) Y la buscaron bien? MARTINEZ: Por todas partes, teniente... COMANDANTE: (Mira debajo de la sbana.) muerto? MARTINEZ: No aparece, comandante, es un misterio. Rocha entrega al Comandante la cartera. Este se incorpora y saca todos los billetes pero rectifica y mete uno. El Comandante devuelve a Rocha la cartera. Guarda el resto en su saco. COMANDANTE: Quiero que descubras la verdad, Rocha. Esto suena muy delicado. Hay que llegar hasta el fondo, la agarras? ROCHA: (Asiente.) El Ministerio Pblico est all adentro. COMANDANTE: Espablate! Maana a las nueve, la agarras? Rocha asiente y el Comandante sale. Entra Estvez con Lady Davah, asustada. En cuanto las miradas se cruzan entre Davah y Rocha la atraccin se vuelve evidente. DAVAH: (Retadora.) Van a aprender a no meterse con un hombre! ROCHA: Se aprende poco de un hombre muerto, mueca. Davah se percata del cuerpo en el piso y se abraza a Rocha. Entra Salinas que sonre ante el cuadro. ESTVEZ: Parece que la tipa conoca muy bien al difunto, teniente. DAVAH: (A Rocha, suplicante.) Estoy bajo arresto, capitn? Y lo que le falta al

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ROCHA: (Se deshace de los brazos de Davah.) declaracin de rutina. (Suave.) No se preocupe. DAVAH: (Mientras sale escoltada por Estvez.)

Slo har una

Lo voy a estar

esperando, capitn. A lo mejor algo me ensea... Lo que dure vivo, claro... Salinas, masticando chicle, se despide con un gesto irnico. SALINAS: Bye, bye, Lady Davah! ROCHA: (Cordial, abre los brazos.) Desde cundo, t? SALINAS: (Lo estrecha.) Desde aquello, qu no? ROCHA: (Cortado.) Ah, qu t! SALINAS: Todava cuento con lo que me tocaba. ROCHA: No me dejaron repartir... De veras que no se te quita lo rencoroso, mi gordo... SALINAS: (Desconfiado.) Noms dime cmo. ROCHA: Pues as, sin trmites: olvidando. Oh, carambas, ya lo pasado pas! (Amigable, seala el cadver.) Echale un lente. Salinas destapa el cuerpo y cae de espaldas, presa del horror. ROCHA: (Re.) Scate el chicle de la boca, Martn, te vas a ahogar. Martnez tapa el cadver y mira con hostilidad a Salinas. SALINAS: Est salvaje! (Impresionado. Se levanta.) A eso llamo darle cuello a alguien. ROCHA: Fue un limpio tajo. SALINAS: Y la cabeza? ROCHA: Por lo pronto: desaparecida. (A Martnez.) Psale al periodista lo que tenemos. MARTNEZ: (Inconforme.) Yo no tengo lo de Adems Estvez trae las notas y los documentos.

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ROCHA: Oh, ching, a todo repelan! (A Salinas.) En vida llevaba por nombre Celestino Gonzlez Trevio. As dice su licencia, de Puebla. SALINAS: (Sorprendido.) Don Celes, ni ms ni menos! Y no me

refiero a la calle, eh, gey... Don Celes! ROCHA: Ya lo s, baboso... Pero, t crees que sea? SALINAS: El mismo: dueo de cabaretes de lujo y de tugurios de mala muerte, tratante de blancas... Don Celestino! ROCHA: Larga noche nos espera. (A Salinas.) periodista? Salinas descubre y hace visible para el pblico que al cadver le falta la cabeza. Rocha se esfuerza por abrirle un puo. SALINAS: Qu carga ste? ROCHA: No s, aydame. Entre ambos abren la mano del muerto y Rocha contempla unos cabellos a la luz de la farola callejera. SALINAS: Cabello? ROCHA: Del agresor. (Los divide y mete en dos bolsas de papel.) Habr que analizarlos. SALINAS: Don Celes... Se dicen muchas cosas ms del padrotillo este: mafia, nalgas y hartas palancas de bien arriba. ROCHA: Armas? SALINAS: Rumores..., muchos. (Se encoge en hombros.) Y, como Qu piensas,

siempre, ningn cargo, ningn arresto gracias a sabe Dios qu ngeles protectores. Entran Estvez, el Cantinero y el Saxofonista-Mudo. ROCHA: Y stos? ESTVEZ: El cantinero del congal y, pus, ste otro no habla.

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CANTINERO: Es el saxofonista. ESTEVEZ: (Al Saxofonista.) Desembuchas o te torcemos en la grande, pinchi rascatripas. Y all si vas a tener tiempo para jalarle las cuerdas al tololoche, me cae. SALINAS: (Re.) No es de cuerdas, el saxofn es un instrumento de viento. ESTEVEZ: (Violento.) Pus, entonces vamos a ver si as como soplas notas nos soplas orita toda la sopa. CANTINERO: No puede: es mudo... ROCHA: Desde cundo? CANTINERO: Y por qu le iba yo a mentir, jefecito? Le juro que es mudo... El saxofonista es mudo... ROCHA: T encontraste el cuerpo, no? Canta claro y rpido. CANTINERO: (Intimidado.) No es que me conste, pero... Pa m que es lo de faldas. (Titubea.) Bueno, a saber Tena dos mujeres SALINAS: Como cualquier varn que se respete, qu hay de raro? CANTINERO: Las dos tenan motivos para matarlo. ESTVEZ: Dile lo del apodo que me dijistes! ROCHA: Qu apodo? CANTINERO: Al patrn le decan El Camotero Loco. ROCHA: (Cae en la cuenta.) A gevo, Don Celes y el de los camotes son uno mismo! SALINAS: (Muerto de la risa.) Qu?! ROCHA: Como oyes, periodista: camotes! El Saxofonista hace un gesto al Cantinero para que se calle y Estvez lo golpea.

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ESTVEZ: Con el trato especial del Martnez vas a aprender a recitar hasta versos, me cae! SALINAS: (Intercede.) peguen. ROCHA: Carajo, Martn, s cmo no... Pareces nuevo. (A su ayudante.) Estvez, toma estos pelos! (Le da una bolsa.) Que me avisen los peritos en cuanto tengan algo. ESTVEZ: (Sale con el Saxofonista y el Cantinero.) A la orden, teniente. SALINAS: Camotes? ROCHA: (Para s.) Claro, todo cuadra: un finsimo industrial poblano...! (A Salinas.) A este mono lo buscbamos por trfico de opio al gabacho... (Pausa, sonre.) Y sabes cmo lo mandaba con los gringos? SALINAS: (Incrdulo.) No me ests choreando, Fermn! ROCHA: S, camotes en cajas y no es albur. A la droga le daban la forma del dulce. SALINAS: En camotes? Camotes poblanos? ROCHA: Y los pasaron durante meses por la frontera, delante de nuestras narices. SALINAS: (Suelta una sonora carcajada.) Bendito pas el nuestro. ROCHA: (Tenso.) Oye, no uses esto en tu nota, eh, cabrn! SALINAS: Y la cabeza? ROCHA: (Camina con prisa.) Ya te dije: no lo s. Acompame a la oficina. Ah, pero si quieres estar en el ajo: tira tu pinche chicle. SALINAS: (Pega el chicle en la tapa de su cmara.) Ya vas. 3.El msico no sabe nada, hombre, que no le

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Salinas y Rocha llegan a una puerta con el rtulo: Teniente Fermn Rocha, divisin de homicidios. Entran a la oficina en donde Martnez habla por telfono y Estvez juega a la baraja. Martnez baja sus zapatos del escritorio y se apura a colgar. Estvez guarda las cartas y entrega una carpeta negra a Rocha. MARTNEZ: Esperas despierta y con la cena, me entendistes, negra?! ROCHA: (Burln, revisa los papeles sobre su escritorio.) Le buscas tres pies al gato, Salinas, noms por retorcer la noticia. No quieren que lleguemos a la verdad de las cosas..., nos quieren confundir... (A Estvez y Martnez.) Muchachos, vyanse a echar una pestaa. Tengo que comerme un pollito con el periodista. ESTVEZ: (Sale.) Ah los vidrios, teniente. MARTNEZ: (Sale viendo con odio a Salinas.) El caf est all fueras. Salinas cierra con llave la puerta. SALINAS: Le cago la madre, verdad? ROCHA: A Martnez? Ey, vaya que le cagas! (Siente un retortijn.) Aguntame, noms tiro la basura. (Sale al bao.) El expediente est sobre el escritorio, mi gordo, la carpeta negra. Salinas la un cigarro de mariguana con un trozo de la ltima hoja del expediente. Lo enciende. Suena el telfono. SALINAS: Contesto? ROCHA: (Grita desde el bao.) Contesta! SALINAS: (Fuma y retiene el humo.) Bueno...? XEW, la Voz de la Amrica Latina desde Mxico! (Asustado.) Quin?! (Sin soltar el aire, lvido, al tiempo que omos el agua que corre en el retrete.) Orita le contesta, viene del bao.

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Rocha regresa cerrndose la bragueta. Ve furioso a Salinas que apaga el cigarro de mota y le entrega el telfono. El periodista suelta al fin el humo. SALINAS: (En voz baja.) Es Sahagn. ROCHA: (Nervioso.) S, Comandante, puede decirle al Subsecretario que atendemos el caso con... (Pausa.) Perdn? (Hace una sea obscena a Salinas.) Un amigo, s... (Pausa.) El periodista, s... Martn Salinas, s. (Pausa.) Qu? (Pausa.) No, cmo pasa a pensar eso? (Titubea.) Es que anda malo de la laringitis. SALINAS: (En voz baja, morboso.) Qu subsecretario? ROCHA: (Tapa la bocina.) Espera que cuelgue, hijo de la chingada... (Al aparato.) S, lo escucho. (Pausa.) Lo s, es raro pero no aparece la cabeza. (Pausa.) Tratarlo con la mayor discrecin, s... (Pausa larga plagada de La agarro, s... (Pausa.) Sin ruido, a la prensa nada... (Ve a

"mmmhs".)

Salinas.) No, ya se fue... (Pausa.) No se preocupe, mi Comandante, ser el primero en... (Ve la bocina con enojo. Cuelga.) Adis! Rocha mira amenazante a Salinas que se desternilla de risa. SALINAS: Cmo se te ocurre una laringitis? Qu bruto, en serio! ROCHA: Qu queras, fue lo primero que...! SALINAS: Tranquiln, Fermn, a lo tuyo los doctores modernos lo llaman neurosis. (Doctoral.) Hace cunto que no fornicas? ROCHA: Chinga tu madre! SALINAS: Vale bolillo, hablo en serio! Hace cunto que no fornicas? ROCHA: (Inseguro.) El chingo, pero eso qu tiene que ver? SALINAS: Tus nervios se miran medio bajos. Te voy a llevar de putas despus de un vaporcito turco, claro, pa' aflojar sabroso.

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Rocha va a estallar pero contiene su ira al sonar de nuevo el telfono. ROCHA: Bueno! (Pausa. Entrega a Salinas el auricular.) Lo comunico. SALINAS: (Cnico.) Para m? De veritas es para m? (Toma la bocina.) S! (Excitado.) Neto...? No te la prolongues, Media-Luz... Te consta...? En el mero Gabinete? (Pausa.) Qu haca con l...? Compadres o socios...? (Pausa.) Orale, Media-Luz, tremendo margallate! (Pausa. Anota en un papel.) Aj, una bodega! (Contento.) Gracias. S, ah luego vemos la "mochada", chin chin si no me pongo a mano. Salinas cuelga. ROCHA: (Intrigado.) Qu pues? Quin del gabinete? SALINAS: (Se pone la gabardina.) Un soplo, un soplo de oro, manito. Vmonos al bao turco. Traes lana? ROCHA: Desembucha, pinche periodista! SALINAS: (Guarda el papel.) lvarez Machain con Don Celes? ROCHA: (Perplejo.) Ni idea. (Entendiendo.) Por eso nos trae en chinga lvarez Machain... Le urge que se resuelva el caso... Echar tierra al asunto... SALINAS: Mi informante asegura que frecuentaba mucho al muertito. ROCHA: O sea que era gente del Subsecretario... SALINAS: Y ste el santo protector de Don Celes... ROCHA: Seguro. SALINAS: Algo choncho hay detrs de este pedo. ROCHA: Adems estn las viudas... (Extiende la mano.) Y el papel en el que escribiste? SALINAS: Oh, despus del turco! Qu vnculos tena el Subsecretario

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ROCHA: Ni miz. (Salinas se lo entrega. Lee.) Es aqu cerquita... SALINAS: Movimientos sospechosos... Es una bodega de Don Celes. ROCHA: (Brillan sus ojos.) La drogota! (Lo jala.) Pcale, vmonos! SALINAS: (Toma su sombrero.) Al turco? ROCHA: Cul turco? Salen. Oscuro.

4.En una bodega en penumbras, se escucha msica oriental. Sobre una mesa percibimos un incensario y una larga pipa. Un Chino aparece con una caja de camotes. Corta un trozo del dulce y rellena la pipa. Irrumpen Rocha, Salinas, Martnez y Estvez. La puerta abierta ilumina ahora costales, cajas de camotes y huacales apilados aqu y all. ESTVEZ: Polica!

MARTNEZ: Arriba las manos! ROCHA: No disparen, lo quiero vivo! El Chino se come un documento. Los policias lo van cercando y el Chino mastica un nuevo papel. ESTEVEZ: (Muy nervioso.) No vayas a hacer una tontera, oriental de mierda. ROCHA: Escupe lo que tienes en la boca y levanta los brazos. El Chino va a sacar al fin los papeles de su boca cuando Martnez le dispara a boca de jarro. Estvez se asusta y, con los ojos cerrados, jala del gatillo hasta vaciar su pistola. El Chino cae. Rocha y Salinas se inclinan sobre el herido. Estvez mira aterrado al Chino. ESTEVEZ: Lo mat...!

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ROCHA: (A Martnez.) Scale el papel con cuidado: dije con cuidado! (A Estvez.) Llama una ambulancia! ESTVEZ: (Tropieza.) Voy, yo voy, ya voy. MARTINEZ: No tiene caso, se nos est pelando. ESTVEZ: Voy..., de todas maneras voy.... MARTNEZ: (Muestra el papel lleno de saliva, roto.) Falta un cacho. ROCHA: Es un telegrama. Que lo reconstruya Estvez. MARTNEZ: (Sonre.) Quiz eso s le salga bien al intil. ESTVEZ: (Sale.) No, yo voy por la ambulancia... MARTINEZ: Para qu le dispar? Ya lo tenamos... ROCHA: De veras dispar primero Estvez? MARTINEZ: Simn, teniente. ROCHA: (Lo mira fijamente.) Seguro, Martnez...? MARTINEZ: (Ofrece su pistola.) Si quiere huela mi arma. SALINAS: (Por Estvez.) Es el primer muerto de tu achichincle? ROCHA: (Asiente.) Ey, se est cagando en los calzones... Eso pasa con el primero... El primer muerto que uno fabrica siempre pesa... (Le muestra un camote, satisfecho.) La drogota! SALINAS: (Lo mira asombrado.) Pero, son tan pendejos o qu...? ROCHA: Y t crees que un gringo sabe lo qu es un camote? Se los pueden dejar ir y ni se enteran... Rocha habla al Chino despacio y con inusitada ternura. ROCHA: Dnde est el dems opio, maldito Chino? SALINAS: Ni sabe espaol. MARTNEZ: (Lo zarandea, molesto.) Mis gevos que no entiende, qu! SALINAS: Oiga, no lo mueva, est herido!

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MARTNEZ: (Furioso.) Jefe, aliviane a su amigo o no respondo! ROCHA: Carajo, Salinas, deja trabajar a mis muchachos! Observa, por favor, limtate a ver SALINAS: (Indignado.) Pero se est muriendo. ROCHA: No interfieras! MARTINEZ: Dnde pusiste la cabeza de Don Celes? ROCHA: T lo mataste, verdad? CHINO: (Sorprendido, con acento oriental.) Don Celes muelto? ROCHA: (Acaricia al herido.) Sabes quin fue? CHINO: (Agnico.) vigilaban de celquita SALINAS: Los gringos? MARTNEZ: (Lo zarandea furibundo.) T fuiste, pinche Chino. CHINO: (Balbucea.) Slo es..., un disflaz..., m no sel Chino... El Chino muere. ROCHA: (A Martnez.) Dile al Estvez que ya no hace falta la A lo mejol... los... nolteamelicanos... ellos lo

ambulancia, que se lance por el ministerio pblico. MARTINEZ: Cuando deje de vomitar. ROCHA: Siempre rompindose las medias... Orale, pero en chinga, Martnez! Sale Martnez. Salinas hurga en las ropas del Chino. Saca ms papeles. Sonre complacido. ROCHA: Qu hallaste? (Salinas se lo muestra.) Es o parece? SALINAS: (Se encoge en hombros.) Me late, habr que cotejarlo. ROCHA: (A Martnez que entra.) A ver, Martnez, qu piensas de esto? MARTNEZ: (Observa el documento.) Qu tiene? Est en chino.

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SALINAS: (Irnico.) Estas letras no son chino, son japons. MARTNEZ: Opio japons?! (Molesto.) Viene para ac el Comandante Sahagn, quiere hablar con usted. ROCHA: (Preocupado.) Uta madre! MARTNEZ: No le va a gustar ver en el operativo al changito ste. ROCHA: (A Salinas.) Cile, por favor, mi gordo! Te hablo maana... Sale Salinas al tiempo que una sirena policiaca se acerca. MARTNEZ: (Sincero.) periodista... ROCHA: Yo lo controlo, Martnez, no hay fijn. MARTNEZ: El Salinas ste fue comunista y hasta los de su partido lo corrieron. Ya lo entambamos una vez. (Sale.) No me gusta. ROCHA: Crees que no lo conozco? (Le grita.) Me urge el informe del forense, Martnez. Solo, en la bodega, Rocha no resiste la tentacin de dar una fumada a la pipa de opio. Aguanta el humo. La luz se enrarece. Unos meseros sin cabeza invaden el espacio colocando mesas y mobiliario del cabaret El Rincn de las Brujas. Rocha los mira, alucinado. Oscuro. 5.En el vaco El Rincn de las Brujas vemos que una alcantarilla, a media pista de baile, en el piso, se levanta. Asoma el SaxofonistaMudo, con cautela. Despus de echar un ojo, sube. Va por un paquete a la barra y regresa a la alcantarilla en donde unas manos misteriosas reciben el bulto. El msico cierra la alcantarilla. Revisa nuevamente y, ya ms tranquilo, enciende las luces del lugar. El Cantinero llega a limpiar vasos. Entra Lady Davah vestida de noche. Se prende un letrero rosa mexicano de Neto que me est crispando su amigo el

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luz nen que dice El Rincn de las Brujas, donde el placer nos toca. Suena el saxofn, Lady Davah baila. VOZ EN OFF: Pasados los das de guardar al difunto, el imperio Don Celes se hallaba en su momento ms crtico y la lucha por la sucesin no se hara esperar. Muchos negocios estaban bajo la mira de los ms selectos miembros del hampa. Dos viudas parecan un blanco fcil... Termina la msica. Davah va a la barra y empina una copa. DAVAH: Dame otro. El Cantinero sirve dos vasos y seala al Saxofonista. Davah lleva un trago al msico. CANTINERO: Orale, mudo, a desquitarla! DAVAH: (Irnica.) El capataz de la nueva patrona ha hablado... Con disgusto, el Saxofonista inicia un bolero. CANTINERO: As me gusta, y con sentimiento, como le hace el flaquito Lara... Eso, bonito! DAVAH: (Lo acaricia, en voz baja.) cmo... CANTINERO: Ey, ey, sin secreteos...! Tambin va por ti lo de desquitar, Davah... La Seora me encargo que te tenga en la mira. No tarda en venir con los abogados... As que te me alneas o te me alneas, estamos? DAVAH: Oh, pus, t pon la lnea y estamos Yo noms me aplico. CANTINERO: (Amenaza.) No embromes mugre drogadicta porque DAVAH: (Divertida.) Porque me embrujas, qu no? CANTINERO: (Sereno.) Ya me conoces, Davah... No la traigo contigo y eso que debera. Con el patrn protegindote eras bien culebra, ya se te olvid...? Echale canela, mudito, t sabes

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DAVAH: Oh, prale, prale... Antes no pasabas de gato y 'ora te sientes jefazo, qu no? CANTINERO: Slo cumplo rdenes. (La enfrenta.) buscas? DAVAH: (Intimidada.) Ah djala, s? Davah cruza la pista y canta un bolero de Agustn Lara acompaada del Saxofonista. Aparece Salinas, libreta en mano. Se acerca a la barra. Davah no nota al periodista, prendida al micrfono. SALINAS: Y la seora Korkueremburg? CANTINERO: (Sin mirarlo.) Salinas, qu sorpresa! Dnde dej a su amigo el cuico? SALINAS: Me gustara hacerle algunas preguntas, en lo que llega la viuda. CANTINERO: (Interrumpe.) Llame al abogado de la Seora. SALINAS: (Sonre.) polica. CANTINERO: Da lo mismo: llame al abogado. SALINAS: (Intenta complicidad.) Podramos hablar en privado para que no tenga presiones. Quiz si le unto la mano sabroso hasta cmodo se siente. CANTINERO: Podramos, s. SALINAS: (Con entusiasmo.) Bien! Usted dir Me temo que no comprende. Soy periodista, no Para qu me

CANTINERO: Pero no se me pega la gana y ni le d vueltas. SALINAS: Sabe quin o quines enfriaron a Don Celes? CANTINERO: (Sonre. Para s.) Mi patrn hizo muchas cosas, algunas no muy buenas.

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SALINAS: (Muy interesado.)

La otra noche estabas cincho en que

cualquiera de sus dos viejas legales podra haberlo matado. CANTINERO: Ni le buyas, si abr la buchaca fue porque me madrearon los tiras, nada ms! SALINAS: Dijiste asunto de faldas... CANTINERO: Porque todava no conoca a la Seora... El patrn nunca la haba trado aqu y ella es toda una dama, bien decente. SALINAS: La seora Kikis ya habl con Lady Davah? Porque las dos son legtimas, no? Tendrn que repartirse el pastel en algn momento... CANTINERO: Oigame un consejo... No se atreva a repetirlo, de veritas se lo recomiendo... Slo hay una Seora de Gonzlez Trevio... Davah termina de cantar y se acerca a Salinas. El Saxofonista mira. El Cantinero se escurre y habla por telfono en voz baja. DAVAH: (Mimosa.) No te quieren chismear, gordito? SALINAS: (Por el Cantinero.) Quin puso a ese perro de aguas? DAVAH: La pipiris nis ya se siente la duea. Pero cuando venga a ver de a cmo nos toca. SALINAS: Y la has tratado? DAVAH: Una vez la vi. Bonita, distinguida. SALINAS: Qu te dice el apellido lvarez Machain? DAVAH: (Desconcertada.) Ah s ni creas que abro la boca, gordito. Esos son temas macizos y a eso yo no le hago... (Titubea, sonre.) Aunque, si me das el nmero telefnico de tu amigo el capitn SALINAS: (Suelta carcajada.) El teniente te interes? DAVAH: (Sonre.) Parece buena persona.

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SALINAS: Uno no sabe para quin trabaja hasta que no ve su parcela barbechada. DAVAH: Quisieras, gordito. SALINAS: (Irnico.) Si te paso el nmero, me vas a dejar mirar? DAVAH: Eres un pervertido! SALINAS: (Directo.) Hace tres semanas Don Celes compr un seguro millonario... DAVAH: Qu tiene de particular? SALINAS: La polica se pregunta por qu te dej como beneficiaria? DAVAH: (Molesta.) Mejor chale ojo a los seguros que sac a nombre de la alemana..., y de las otras... SALINAS: (Anota en la libreta.) Son jugosos? DAVAH: (Recibe el papel.) Fermn? SALINAS: Aj: Fermn Rocha. Son muy jugosos? DAVAH: (Le da la mano.) Te digo luego que hable con el capitn... Oscuro. 6.Sala de interrogatorio en la jefatura de polica. Martnez y Estvez sentados, impresionados por la belleza de una Kikis Korkueremburg que procura serenidad. VOZ EN OFF: Kikis Korkueremburg y Lady Davah, dos mujeres con un extraordinario parecido, aunque de cunas muy desiguales. El guila y el sol de una misma moneda. Cul mand suprimir a Don Celes? Quin ms podra burlar a los guardaespaldas del capo sino una de ellas? Esas preguntas rondaban la cabeza de Fermn Rocha.

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MARTNEZ: Empezaremos el interrogatorio sin el teniente, si no le molesta. KIKIS: (Segura de s.) A eso vine. Estvez se para frente a Kikis y la seala con un dedo. ESTVEZ: Mire, seora Korkueremburg de Gonzlez Trevio... MARTINEZ: Viuda de... ESTEVEZ: Eso: viuda de... Tiene derecho a permanecer callada pero le aseguro que nuestra paciencia es... MARTNEZ: (Firme.) Escasa. ESTVEZ: Eso: escasa. Y su situacin nos parece, muy... Cmo le dir...? MARTNEZ: (Contundente.) Precaria. ESTVEZ: Eso: muy precaria. MARTNEZ: Lo mejor es que coopere. Entra Rocha. Kikis lo mira nerviosa. ESTVEZ: Qu iba a hacer con el revlver que compr das atrs? KIKIS: (Titubea.) Lo adquir para mi proteccin personal, est

ciudad ya no es la que era. ROCHA: Habla muy bien el castellano. KIKIS: Desde muy nia vivo en Mxico, oficial.

ROCHA: Ambos padres alemanes? KIKIS: Madre mexicana.

ROCHA: Qu nexos tiene su padre con el gobierno alemn? KIKIS: Ninguno, es un viejito apacible. ROCHA: (Tierno.) Usted asesin a Don Celes, verdad? A Kikis se le rasan los ojos. Se truena los dedos y emite palabras ininteligibles.

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KIKIS:

(Atropellada.)

Es que..., era una situacin insostenible!

Todas esas mujeres. Y a veces las traa a casa cuando ms borracho estaba... Yo toler sus infidelidades pero! ROCHA: La golpeaba? KIKIS: (Sonre por un segundo.) Un poco... Pero eso no era..., no estaba mal... (Dubitativa.) Me amenaz con dejarle las propiedades y las cuentas a las otras! MARTNEZ: Lo mat por la lana? KIKIS: (Indignada.) No...! Lo peor eran sus ausencias! (Dolida.)

Con las otras no se aburra. (Convincente.) Estaba hecha una loca! MARTNEZ: (Satisfecho.) Entonces, lo acepta? KIKIS: Qu?

ROCHA: Que lo mat. KIKIS: (Inocente.) Con la pistola no, pero s.

ESTVEZ: (Re.) Sera difcil hacerle lo que le hizo a plomazos. MARTNEZ: (Re.) Claro. Kikis asiente, llora. Rocha palmea feliz a Martnez. ROCHA: Comuncame con el jefe. MARTNEZ: (Va al telfono y marca un nmero.) Con el Comandante Sahagn, por favor. (Pausa.) S, s, es muy urgente. (Pausa.) Bien, espero. KIKIS: (Suplicante.) Quera expulsar a mi padre del pas,

entregarlo a los norteamericanos...! MARTNEZ: S?! (Pausa.) Muy ocupado... (Pausa.) S, que marque con el teniente Rocha, por favor... ROCHA: Dile que es urgentsimo, sobre el caso Don Celes.

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MARTNEZ: (Exasperado.)

Seorita, ultimadamente el jefe Sahagn Ay, jija de su

est esperando esta llamada, me explico? (Re. Cuelga.) jijurria

Le da un retortijn a Rocha que se mete con discrecin al bao. ROCHA: (A Estvez, en voz baja.) Se me est cayendo el mastique. Si contesta Sahagn me lo entretienen... ESTEVEZ: No se apure... Martnez marca, no le contestan y corta. Entra Salinas. Martnez lo miran con hostilidad. SALINAS: (De espaldas.) Quiubo, traigo nuevas! (Voltea y ve que no est Rocha. Se corta su entusiasmo. A Kikis.) Buenas, seora... MARTINEZ: Qu gevos ms azules! Como Pedro por su casa, periodiquero. Nadie te ha puesto en tu lugar todava, verdad? SALINAS: Y Fermn? ESTEVEZ: En el bao. KIKIS: (A Martnez.) Era difcil aceptar que acusara as a mi

padre... El no es ningn criminal, slo es un viejito apacible. Ya se lo explique. SALINAS: Una historia como la suya, doa Kikis, se vendera en cada esquina. Yo puedo escribirla y le juro que va a ser un trancazo... KIKIS: (Seca.) Mi historia...? Como un libro...? (Salinas afirma.)

Pienso que tiene demasiada imaginacin, seor SALINAS: Martn Salinas, servidor, del Universal Ilustrado. Le aseguro que incluso nos la compran para el cine. Juan Orol es conocido mo... (Suena el telfono, descuelga.) Oficina del detective Rocha. (Pausa.) Un segundo. (Grita.) Fermn, te habla Sahagn! MARTINEZ: Qu le dice el apellido lvarez Machain? Cree que est conectado con el trfico de drogas?

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KIKIS:

Nuestro compadre Federico? Eso es una locura. Rocha entra, abrochndose el cinturn.

ROCHA: (A Estvez.) Por qu lo dejan contestar, carajo? (Al telfono.) Jefe! (Pausa. Bochorno.) S, seor, el periodista, s, Martn Salinas... (Pausa.) No, no, en absoluto. (Tapa la bocina.) Pntate de colores, por favor! (Al

aparato.) Slo vino a recoger su sobre semanal pero ya ahuec. SALINAS: (Da a Kikis una tarjeta.) yo la buscar. KIKIS: Gracias por su inters! Mis nmeros. De cualquier manera

ROCHA: (Ve salir a Salinas.) La noticia que le tengo es para que ponga contento al Subsecretario, jefe. (Se hincha de orgullo.) Pues buena, muy

buena: cay la asesina. (Se dibuja una sonrisa que no le cabe en el rostro.) La arrestamos recin. (Pausa.) Kikis Korkueremburg... S, una de las dos

mujeres, la ms legtima... (Kikis rompe en llanto. Apenado tapa la bocina.) Oh, perdn seora... (Al aparato.) Se agradece el comentario... (Serio.) El nico cabo suelto es el paradero de la cabeza. (Pausa.) Subsecretario sern los primeros... Rocha cuelga, satisfecho. Mira a los presentes, feliz. KIKIS: (Sin comprender.) La cabeza? Qu cabeza? Usted y el

MARTNEZ: Pss..., la de su marido. KIKIS: De qu hablan?

ESTVEZ: De que usted lo degoll, claro est. KIKIS: Cmo?!

MARTNEZ: Que le cort la cabeza. KIKIS: Es una broma, verdad?

ROCHA: (Serio.) No, no lo es.

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MARTNEZ: (Le muestra una foto.) Aqu est la fotografa del cuerpo. Kikis se desmaya. Estvez va por agua al bao y Martnez le da cachetaditas cada vez ms salvajes. Estvez regresa y arroja el agua al rostro de Kikis, que comienza a reaccionar. ROCHA: (Cauteloso.) Dnde escondi el crneo de su marido? KIKIS: (Delirante.) Pero si yo lo envenen...

ROCHA: (Desconcertado.) Cmo veneno?! KIKIS: veneno!! ROCHA: No, esto no me est pasando a m...! No, no puede ser, carajo! KIKIS: Arsnico. S, cambi las pldoras que tomaba para el estmago por

MARTNEZ: Y la maceta de Don Celes? ROCHA: Qu manera de cajetearla, de veras, qu manera! MARTNEZ: (Titubea.) Lo comunic con el Comandante? ROCHA: Pues ya qu! (Se derrumba en la silla.) Ya chupamos faros! Oscuro momentneo.

7.En el peridico, Salinas escribe sobre una mquina Remington. VOZ EN OFF: Para el teniente Fermn Rocha, el caso Don Celes se complicaba demasiado. Nuestros vecinos del norte se debatan en cruenta guerra contra el eje germano-italo-japons. Por tanto, la llegada de un reportero del New York Times para investigar especialmente el asesinato de un cabaretero y traficante de opio preocup no slo al Comandante Sahagn sino tambin a altos, muy altos personajes de la familia poltica

revolucionaria. En definitiva algo podrido se cocinaba en el valle de Anhuac.

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Una tenue luz nos deja ver en la jefatura de polica la vaga sombra de un Rocha atribulado. SALINAS: (Escribe.) a quien en el ba-jo, bajo mundo se cono, se conoce por el alias de: El Camotero Loco. El peridico queda a media luz. 8.En un El Rincn de las Brujas cerrado, est el Saxofonista-Mudo y la Sombra que recibe un nuevo paquete para luego desaparecer por la alcantarilla de la pista de baile. El Saxofonista toca Al pasar los aos de la pelcula Casa Blanca. Sube la luz en el peridico, Salinas tararea la misma meloda. Rocha, en la jefatura de polica, sigue deprimido. SALINAS: (Escribe.) La alemana asesina meti arsnico en las No, no, no, suena

medicinas intestinales de su vctima (Insatisfecho.)

escatolgico. Cmo se le ocurri a esta apretada lo del laxante? (Borra. Escribe en silencio. Lee.) Coloc el arsnico dentro de una pldora

(Inventa.) Me gusta: Introdujo sin remordimientos la pequea y letal cpsula en el puente dental de su marido. Ya ves Martn: mejor mejora mejoral. Baja la luz en el cabaret y el Peridico. 9.La oficina de polica se ilumina. Rocha, en otra actitud, ms animado, coteja minucioso huellas dactilares. Entra el Comandante Sahagn con la cara roja por la ira. COMANDANTE: Por qu tienes que engaarme, Fermn? Cmo que resuelto? No te pases de chinguetas. (Rocha intenta responder.) Sabes la presin jija de su pinche madre que traigo arriba del lomo? ROCHA: Lo lamento, jefe.

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COMANDANTE: De verdad la agarras? ROCHA: Oigo fuerte y claro. Rocha ofrece un cigarro al Comandnte que se le rompe en las narices. COMANDANTE: Que me consiguieras a la nalguita del otro da no te da inmunidad conmigo, la agarras...? (Transicin.) Este caso sonaba de otra manera: asesinato pasional, qu se yo (Otra vez fuera de s.) Por qu

estaba ese pinche periodista, tu compinche..., en el interrogatorio de la Seora? ROCHA: (Intimidado.) Vino slo por su embute y se fue, no oy nada... (Besa una cruz que hace con los dedos.) Por sta... COMANDANTE: En qu pensabas, Fermn, con una chingada...? ROCHA: Nos llegaron informes de nexos entre Alvarez Machain y Don Celes... COMANDANTE: (Indignado.) Qu pendejada es esa, Rocha?! ROCHA: Slo una pista... (Argumenta.) Claro que luego la seora Cre que nos

Korkueremburg confes haberlo matado y... (Confundido.) acercbamos a la verdad...

COMANDANTE: La verdad... Cmo eres mamerto...! (Le pone una mano en la cabeza.) El propio licenciado Maximino Avila Camacho me acaba de encargar especialmente el caso Don Celes y t sabes lo que la palabrita especialmente significa. ROCHA: El hermano incmodo del presidente. COMANDANTE: Yo en tu lugar no sera tan hocicn... Me pidieron que te deje fuera. (Alza la mano para que Rocha no interrumpa.) Muchos errores, la agarras?

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ROCHA: Lo acepto pero el caso no es fcil, comandante! COMANDANTE: Y qu...?! Se te frunce...?! Puedes o no puedes...? La prensa nos est tirando hasta por debajo de la lengua! ROCHA: Lo s! COMANDANTE: Quieres el caso? ROCHA: Por supuesto. COMANDANTE: Cabrn, necesito que te pongas las Eveready ! Estamos en medio de un pedototote, a fuego cruzado... Hay un montn de cacas grandes esperando mucho de nosotros, la agarras? ROCHA: Muy claro. En El Rincn de las Brujas el Saxofonista-Mudo termina de tocar, guarda su instrumento y sale. Oscuro en el cabaret. COMANDANTE: (Transicin, relajado.) Oye, por cierto, tu secre se est poniendo como ms, como mejor, no? ROCHA: (Zalamero.) A poco no estuvo de rechupete la del otro da? Silencio del Comandante que se queda perplejo. Al fin suelta la carcajada. Se rasca la cabeza y da un golpe amistoso a Rocha. COMANDANTE: (Cmplice.) No, en serio, no la chifles porque es

cantada. Los telegramas del chino que result japons involucran a gentes de muy arriba. (Pausa.) De grandes ligas La agarras? Los ojetes parece que estn enredados en un problema medio regular. ROCHA: Entiendo. COMANDANTE: Cuida que tu amigo no meta su cuchara o te dejo fuera. ROCHA: Cuente con ello. COMANDANTE: Si sacamos del apuro a Alvarez Machain nos va a ir como nunca hemos soado. Mira Rocha, el licenciado pinta para el tapado del

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prximo sexenio. La agarras? (Pausa.) Y si la cajeteamos, te juro que no habr Ford cuarenta y tres que sea lo suficientemente rpido para huir de la ira de don Maximino: el Subsecretario es su gallo. La agarras? Si no solucionamos nada nos la dejan irineo. ROCHA: Entiendo. COMANDANTE: Tienes 36 horas para hallarte la cabeza de Don Celes o algo que se le parezca... La agarras? (Irnico.) Y si de pasada encuentras la verdad, ah me guardas tantita. ROCHA: (Humillado.) Mensaje recibido. COMANDANTE: Ponte trucha! Me cit Alvarez Machain en su oficina, voy para all a tapar tu zurrada. (Sonre. Finge que fuma marihuana.) Ah, y por favor, dile a tu chaln que se cure esa laringitis. De veras aljate de Salinas porque a lo mejor lo prximo que va a regar no es tinta. La agarras? ROCHA: (Desconcertado.) S. Mutis del Comandante. Rocha prepara unos papeles, los mete en un sobre y sale con ellos. 10.Rocha atraviesa por una calle de luz. En el peridico sube la luz. Salinas contina escribiendo. En otra zona, calle en penumbras, se distingue apenas un telfono pblico. El Saxofonista-Mudo marca un nmero. Suena el aparato junto a Salinas, quien contesta sin dejar de masticar su chicle ni de escribir . SALINAS: Redaccin... SAX-MUDO: Martn Salinas? SALINAS: Servidor. SAX-MUDO: Pierde el tiempo con las viudas...

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SALINAS: (Con premura toma libreta y pluma.) Quin habla? SAX-MUDO: Ellas no son culpables... SALINAS: (Irnico.) Las mujeres siempre son culpables, amigo. SAX-MUDO: All usted... Tengo que colgar... Busque entre los asesores de Manuel Avila Camacho..., quiz un pariente cercano SALINAS: Se refiere a don Maximino, al hermano del presidente?! SAX-MUDO: Eso lo dijo usted, no yo. Pregunte, averigue, meta las narices en la mierda... Le aseguro que se sorprender. SALINAS: Deme su nombre, por favor. SAX-MUDO: Olvdelo. SALINAS: No lo pienso involucrar. SAX-MUDO: Eso dicen siempre... SALINAS: Se lo juro!

SAX-MUDO: Espere otra llamada. Cuelga. Oculta el rostro con el cuello de su gabardina y sale. Desaparece la cabina. SALINAS: Oiga, no puede colgar...! Rocha entra a la redaccin. ROCHA: Qu cara traes! SALINAS: No mejor que la tuya. (Toma gabardina y sombrero.) Acompame, te invito unos tacos, necesito reflexionar. ROCHA: Gracias, no he comido! SALINAS: (Hurga en sus bolsillos.) Ah! Traes billetes? ROCHA: Pinche Martn, el mismo, no cambias. SALINAS: El mismo de qu? Eres bien exagerado, verdad de Dios.

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Salinas y Rocha van a salir cuando aparece un Reportero muy apurado. Se sienta ante una mquina y, a voz en cuello, suelta la noticia. REPORTERO: Acaban de matar a Federico lvarez Machain! Los forraron de plomo por Peralvillo. SALINAS: Los...? REPORTERO: Al escolta y a uno quezque de Nueva York. SALINAS: Al reportero del New York Times . ROCHA: Est bien el Comandante Sahagn? REPORTERO: Fue el nico que se salv. Un mndigo rozn noms. Qu casualid, no?! ROCHA: Quin fue? REPORTERO: Un tipo extranjero, parece. Como alemn, quezque de la gestapo. (Lee de su libreta.) Con una Thompson de cargador circular. SALINAS: En el ms genuino estilo Capone. REPORTERO: Me gusta. Gracias, Martn, no tena cabeza para la nota! ROCHA: De qu cabeza hablas, hijo? REPORTERO: (Escribe.) En el ms genuino estilo Capone, fue

asesinado el Subsecretario lvarez Machain... SALINAS: (Jala a Rocha.) Primero los tacos, luego la cabeza, ok? ROCHA: (Necio.) No, que me aclare A qu cabeza se refiere? SALINAS: (Lo jala.) Olvdalo, es argot periodstico. Salen. Oscuro sobre el peridico.

12.Salinas y Rocha caminan por la calle de luz. Escuchamos unos momentos ms el tecleo del Reportero.

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VOZ EN OFF: Para Fermn Rocha existan muchas piezas que no encajaban en el complicado rompecabezas del caso Don Celes, quiz el ms difcil que enfrentara al mando de la divisin de homicidios de la Judicial Federal. Se cruzan con el Saxofonista-Mudo que levanta su gabardina y sale. ROCHA: (A Salinas.) Conozco a ese cuate..., esa cara... De dnde...? SALINAS: (Re.) Yo me fumo la laringitis y a ti te pone motorolo. ROCHA: (Pensativo.) Lo interrogu, recuerdo la cara. SALINAS: Cuntos quieres? Llegan al puesto con un letrero que dice Tacos de cabeza, lengua, oreja y cachete. Comen: Salinas vidamente, Rocha con desgano. El taquero corta carne y despacha. SALINAS: Quin te viera tan sin filo. ROCHA: (Deprimido.) Se est poniendo cabrn esto de la cabeza SALINAS: (Juega.) ilumina! ROCHA: Hablo en serio, Martn. Hay algo podrido. Me siento destanteado. SALINAS: Y los pelos en la mano del muerto? ROCHA: (Frustrado.) Los extraviaron en el laboratorio. No s porqu, jams lo haba hecho, pero guard un poco del mechn... Fue una corazonada y mira... Los extraviaron...! Nunca me haban perdido evidencia en el laboratorio, me entiendes? SALINAS: Lo ves? Hay cosas que no checan. eructa.) (Chupa un limn y Chnguese un taco de la idem a ver si se le

Echale cabeza, Fermn. Cuando los mafiosos ajustan cuentas

prefieren dejarlas muy claras. Para qu ocultar la cabeza? Raro, no crees?

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ROCHA: (Con irona.)

Las viudas lo identificaron positivamente... Y mira que son

Reconocieron la, otra..., esa parte del cuerpo. (Re.) opiniones autorizadas.

SALINAS: (Reflexiona.) Noms por rizar el rizo, contstame esto: No se puede acusar de asesinato a un muerto? ROCHA: A dnde quieres llegar, pinche periodista? SALINAS: Tenme paciencia: Y mucho menos se le puede acusar si el difunto se pel antes de que ocurra el crimen? Verdad? ROCHA: Carajo, Martn! La viudas hasta le lloraron a su pito... Ah, hincaditas, en la morgue, como magdalenas... SALINAS: Y crees que esas viejas no le saben a la actuada? ROCHA: (Inseguro.) Te juro que le lloraron al pito... SALINAS: (Con la boca llena.) Qu caca grande est detrs de los dos muertos? Quin de hasta arribota, muerto de risa, maneja los hilos de los tteres? ROCHA: (Dubitativo.) gringos... SALINAS: (Corrige.) Japons, no chino. (Pausa.) Ora hay que agregar al presunto nazi, al asesino solitario de la gestapo... Rocha deja en el plato el taco que ha sostenido sin probar. Salinas lo toma y devora. ROCHA: (Enumerativo) Opio, espa japons, gangsters del Tercer Y a eso smale lo que dijo el Chino de los

Reicht, amantes rencorosas, gringos camoteados, el asesinato de un Subsecretario SALINAS: Un corresponsal muerto Lotera!

(Con la boca llena.) Para m que Sahagn oculta informacin. Hay algo ms que opio y nalgas bonitas...

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ROCHA: Con Alvarez Machain se abre el mvil poltico. Vaya un muertito llamativo! (Irnico.) Pues no, ni a lotera..., falta la carta del que

mueve los hilos y oculta el rostro. SALINAS: (Sin darle importancia.) Ah, por cierto, me cay un soplo, una llamada annima... ROCHA: Algo nuevo? SALINAS: Parece que el hermano del presidente tiene en esto larga cola que le pisen. ROCHA: (Indignado.) Carajo! Por qu no me habas dicho, recabrn? SALINAS: Tena hambre. ROCHA: (Pensativo.) Con que don Maximino, el hermano incmodo. SALINAS: Por qu sali tu jefe con pinchurriento rasguito del atentado? TAQUERO: Psele a los tacos! Tacos de ojo, de lengua, de cabeza...! ROCHA: (Apunta su pistola al Taquero.) Cul cabeza?! SALINAS: (Le baja el arma.) Clmate, coo! TAQUERO: (Asustado.) Yo slo anunciaba los taquitos, mi jefe... Rocha termina de un trago su cerveza y bebe la de Salinas. Mete un billete en la camisa del Taquero y se lleva otra cerveza. ROCHA: Perdn, ando muy nervioso. SALINAS: Mejor vmonos. ROCHA: Necesitamos la cabeza! El cuerpo... Es o no es el de Don Celes? (Serio.) Quiero ver a la telpata que me contaste, a tu medium rusa... SALINAS: Es judo-polaca, no rusa: doa Malkah Rabell. ROCHA: Crees que sera capaz de encontrar la cabeza? SALINAS: (Sorprendido.) Te burlaste, no? Dijiste que andaba mafufo.

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ROCHA: (Apenado.) Pacheco, te dije pacheco, no mafufo! Desaparece el puesto de tacos y el Taquero. Salinas se limpia con las mangas de su saco. Polica y periodista eructan al unsono.

13.Salinas y Rocha regresan a la calle de luz. Caminan. Se ilumina una caseta de telfono. ROCHA: Sahagn te quiere fuera de mi camino. SALINAS: Y quin le va a decir que ando contigo? (Imita.) agarras? Lady Davah llega a la caseta y marca un nmero con evidente temor: no omos lo que dice. Rocha termina la cerveza y rompe el casco con furia. Davah escucha el estrpito, cuelga y se aleja apresurada. Oscuro sobre la caseta telefnica. SALINAS: Vamos con la gran Malkah. (Lo anima.) De veritas funciona! ROCHA: Igual ya me vale sorbete, ya qu pierdo. Esa maldita cabeza es la clave. El tiempo se acab. Entra Estvez. Rocha lo ve espantado. ESTVEZ: (Agitado.) Qu bueno que lo encuentro, el comandante lo quiere a las ocho de la maana en su oficina. ROCHA: Te veo con el Martnez a las siete. ESTVEZ: Simn. ROCHA: Y ya sbanas, eh? Al Martnez ni palabra de que me hallaste con Salinas. Me late para oreja de Sahagn. ESTVEZ: Desde cundo y usted ni en cuenta. Pero mire: conmigo pico de cera! Tambin le habl la Lady, quezque le trae un cuento de lvarez Machain. La

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ROCHA: (Interesado.) Dej algn nmero? ESTVEZ: Andaba muy apurada, me colg de a tiro feo... Rocha le da una palmada de agradecimiento a Estvez que hace mutis. Rocha apura el paso en direccin contraria, Salinas lo sigue. ROCHA: Dnde es lo de la medium? SALINAS: Sobre San Juan de Letrn, ya para llegar a Garibaldi. Salinas y Rocha desaparecen. Un momento despus, cautelosos, atraviesan el Saxofonista-Mudo y la Sombra. Luego, entra Martnez jaloneando a Estvez que se le safa y huye.

14.En una extravagante sala esperan Salinas, mascando chicle, y Rocha, con el sombrero dando vueltas entre las manos. SALINAS: Es la pura telepata lo que maneja la polaca! ROCHA: Telepata? Tele mis gevos! SALINAS: Tranquiln, Fermn! ROCHA: (Preocupado.) Mira, Salinas. SALINAS: (Burln.) Qu pues, Rocha? ROCHA: (Enojado.) Clmate, puto! SALINAS: (Re.) No es mi culpa, sonamos a anuncio: Salinas y Rocha! (Transicin.) Por cierto, dame los morlacos de una vez. Ser mejor que yo le pague. Ella confa en m. ROCHA: Pero yo ya no me fo de ti, periodista. Entra Malkah, camina con dificultad. MALKAH: Seiorrr, don Martn, que la trae porr ac! SALINAS: (A Rocha.) Dame el mechn de pelo que te qued.

(Apenado.) Perdn, Malkitah por venir a estas horas. El es un amigo...

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MALKAH: Mucha gusto teiente Rrrocha! ROCHA: (En voz baja a Salinas.) Cmo supo? Salinas lo calla con un gesto. Rocha entrega el mechn de pelo a Malkah. Ella asiente con mucho pesar y busca en un cajn. MALKAH: Grrrave cosa trraen entrre las sus manos. SALINAS: Una localizacin, jefecita! MALKAH: Siento las vibrraciones mucho fuerrrte. Historrria trrriste? ROCHA: Carnes fras. MALKAH: Ya, ya! (Se persigna.) ausentes Malkah saca un pndulo al que amarra el mechn de cabellos. Da a Salinas un mapa de la ciudad que ste extiende sobre una mesa. Rocha los ve, incrdulo, hacer los preparativos. ROCHA: Por favor, no va a buscar con ese pndulo? MALKAH: Ah, qu buena, seiorrr Rrrocha, ustet trrrae mejorrr pndula?! ROCHA: No, no es eso. SALINAS: Vale bolillo, aguanta, quieres?! La Medium se concentra tarareando una cancin infantil mientras pasa el pndulo sobre el mapa. Cuando la meloda llega a un punto climtico, abre los ojos y clava su mirada en Rocha que se espanta. Malkah pone un dedo sobre el mapa. MALKAH: Est entrrre Nio Perrrdido y Calzado de los Misterrrios! SALINAS: (Entusiasmado.) Muy bien. ROCHA: Momento! Eso es recorrer media ciudad. SALINAS: (Intenta mediar.) Apenas comenzamos, Fermn! ROCHA: (Molesto.) necesitamos, s o no? Seora, al grano, puede hallar lo que Serrr prrudente rrrespetarrr

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MALKAH: La cabeza separrrada de su cuerrrpo, prrreocupa a muchos gentes imporrrtantes ROCHA: (Asustado.) cabeza? SALINAS: Adivin...?! Qu pendejo eres, manito, neta! (Apenado.) Disclpeme por traer a este patn a su casa... MALKAH: (Con angustia.) No se deben irrr. Tanto el teiente como Cmo diablos adivin que se trata de una

ustet, Marrrtn, corrren peligrrra. Lo prresiento... Le veo muy tidamente... ROCHA: (Sumiso.) Est bien, le creo, pero qu hacemos ahora? MALKAH: Es tarrrde y lamenta muchsima perrro tengo que dorrrmirrr. No me concentrrrarra. Yo despierrrta cuatrrra de la maana. ROCHA: Entonces regresamos a esa hora. MALKAH: (Ordena.) telefona. Salen Salinas y Rocha. Malkah, atribulada, se toma la cabeza repitiendo frases en polaco. Semi penumbra sobre su espacio. No! Ustetes en la automvil y hablarrrme al

15.Se ilumina momentneamente El Rincn de las Brujas para que veamos desaparecer por la alcantarilla a la Sombra, acompaada del Saxofonista-Mudo. Oscuro en el cabaret. Malkah trabaja con su pndulo sobre el mapa. Se ilumina una calle desierta por la que atraviesa, fugaz, sintindose perseguida, Lady Davah. Un momento despus, por esa misma calle, entran Rocha y Salinas. El Saxofonista-Mudo cruza y choca con Rocha. Hay disculpas breves y el primero sale. Ven una caseta de telfonos y se dirigen a ella. Rocha descuelga el telfono. Amanecer muy lentamente durante la escena.

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VOZ EN OFF: Un pndulo sobre un mapa, una cabeza perdida, una medium judo-polaca, un hermano incmodo... El tiempo se agotaba. Fermn Rocha lo saba. De no resultar este desesperado y ltimo intento por hallar la cabeza tendra que renunciar al caso Don Celes" y muy posiblemente a su placa de polica judicial. SALINAS: (Justifica.) eh...? ROCHA: (Marca.) T y tu pinche medium polaca. Nos trae de arriba pa bajo como calzn de puta. Suena el telfono junto a Malkah, que contesta. MALKAH: Bueneno... ROCHA: Aqu Rocha, hay nuevas?! MALKAH: Extrrrao. La enerrrga del crrneo est clarramente aspectada. ROCHA: Estoy harto de esta tomadura de pelos..., de pelo!! SALINAS: (Le arrebata el aparato.) No se aflija, Malkah, habla Martn. MALKAH: Ah, mucho bueno, ya cans el seorrr Rrrocha! SALINAS: Intente concentrarse, Malkah. MALKAH: (Con esfuerzo.) La cabeza caminarrr demasiado. SALINAS: (Desconcertado.) Cmo que camina? No la comprendo. MALKAH: Alguien la trrrae consiga. No est enterrrata... La cabeza de estas pelos se mueva a todos parrrtes... ROCHA: (Cuelga.) Ya amaneci y tengo junta con Sahagn en dos Pues todava nada. Y raro que se equivoque,

horas, carajo! Pasa nuevamente el Saxofonista. Se detiene junto a Rocha con un cigarrillo en la boca. La Sombra se queda a distancia. Salinas vuelve a marcar.

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SAX-MUDO: Perdone, tendr de casualidad un fsforo? MALKAH: (Contesta.) Bueneno... ROCHA: (Le da fuego.) Con gusto. SALINAS: Soy Martn... MALKAH: (En trance exttico.) Ah, ah est! La prrrroximidat es sorrrprrrendente...! Lo puedo sentirrr... SALINAS: Sea ms explcita, por favor... SAX-MUDO: Gracias. ROCHA: No hay porqu. MALKAH: Al alcance de su mano Marrrtn... Al hacer mutis el Saxofonista y la Sombra, la energa de Malkah se agota de inmediato. MALKAH: Lo pierrrdo... (Derrotada.) Marrrtn... Lo sienta mucho... SALINAS: No se preocupe, lo intentaremos por la tarde. MALKAH: Si ustet fuese tan gentil. La luz se desvanece en el rea de Malkah. Ya no perrcibo nata de nata,

16.En la oficina de la polica, el Comandante Sahagn da vueltas como len enjaulado. Estvez lo sigue servil y torpe como una sombra. En la calle Salinas se encoge en hombros ante la mirada inquisitiva de Rocha. ROCHA: Ya me la pel, mierda! (Lo toma del cuello.) Qu no entiendes que mi tiempo termin? SALINAS: Sultame, polica! ROCHA: (Lo suelta.) Tira tu puta goma de mascar.

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SALINAS: (Retador.) La verdad no te importa, Fermn. Admite que tu jefe est metido hasta el fondo en esta mierda. ROCHA: Que la tires. SALINAS: All t si quieres encubrirlo. Yo si voy a conocer la verdad, me oyes? Rocha da un puetazo en el estmago a Salinas que se dobla. ROCHA: Ya me llenaste los tompiates de piedritas, periodista! Salinas vomita mientras recibe patadas. Entra Martnez y detiene a Rocha, abrazndolo por detrs. MARTNEZ: Alivinese, teniente, no se manche las manos! ROCHA: (Se calma, digno.) Tienes razn, no vale la pena este gusano. MARTNEZ: Yo me encargo. Martnez patea a Salinas con saa. Rocha se interpone. ROCHA: No jodas, yo cre que le hacas un paro. Ya estuvo, Martnez, djalo que se vaya. MARTNEZ: El Comandante Sahagn le madrug en la oficina. ROCHA: (Apanicado.) Ya lleg...? (Amenazante.) Ponle milagritos a la Virgen de Guadalupe, me cae... Porque si pierdo mi chamba, Salinas, te juro que no te la vas a acabar Salen los policas en una direccin y Salinas en otra, dolorido.

17.En la oficina de polica, Estvez termina de vendarle un hombro al Comandante Sahagn. Entran Martnez y Rocha con premura. COMANDANTE: (A los recin llegados.) Se necesitan muchos gevos para dar de baja al jefe Sahagn, la agarran? (Toma de un brazo a Rocha.) Las cosas cambiaron, Fermn. A partir de este mismito segundo te dedicas a

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esclarecer el atentado. Urge saber quin lo plane y quin lo ejecut, la agarras? ROCHA: (Decidido.) Alguien que no desea que se resuelva el caso

Don Celes... (Con intencin.) Alguien que no quiso arriesgarse a que la investigacin llegara ms lejos y lo embarrara de caca. COMANDANTE: (Intenta el humor.) Para inventar mamadas te pintas solo, verdad de Dios. (Molesto.) Si hablas por el licenciado lvarez Machain para nada estaba en esos trajines. Era un poltico intachable... ROCHA: (Lo interrumpe.) No pintaba para santo y lo sabe muy bien, comandante. Noms hay qu rascar tantito para que salga el cochambre y le juro que alcanza para tiznar a... ESTEVEZ: Ey, harta mugre...! COMANDANTE: (Como si se fijara por primera vez en Martnez y Estvez.) Fermn, mndame a estos monos mucho a la chingada. Estn zumbando como mosquitos en mis orejas. ESTVEZ: No se incomode, patrn. COMANDANTE: (Amenaza.) Voy a incomodarte el culo a patadas. ROCHA: (Se interpone.) Orita agarran camino, jefe, no se sulfure. Salen Martnez y Estvez. El Comandante se tranquiliza. COMANDANTE: (Sereno.) Ests fuera de todo, Fermn. Leste lo que escribi tu amigo el periodiquero? (Hace un gesto con la mano en su cabeza.) Le andas dando cuerda de ms a tu sinfonola y eso no es sano... No pienses en seguir investigando ni madre. La agarras? Dame la placa y tu pistola. ROCHA: (Para s, conocido. entregando placa y pistola.) Esto me suena

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COMANDANTE: (Irnico.)

Buscas el crneo de Celestino Gonzlez

Trevio con la gua de una medium? ROCHA: (Sorprendido.) Quin le dijo? COMANDANTE: (Le palmea la espalda.) Ni te quiebres la cabeza. Te han estado siguiendo de Seguridad Nacional. Ellos me informaron. El Secretario de Gobernacin, a peticin del seor presidente, pidi que el caso Don Celes pase a una comisin especial. ROCHA: (Angustiado.) Pero he adelantado mucho. COMANDANTE: Ests fuera. No es nada personal, Fermn... Y te dejo fuera de los dos casos, del de Don Celes y del atentado al Subsecretario... Porque son distintos, la agarras? ROCHA: Los nexos entre lvarez Machain y Don Celes se ven clarsimos... Son el mismo caso aunque usted lo quiera negar. COMANDANTE: (Lo encara furibundo.) Lo quiera negar por qu, (Le entrega un ni a

teniente...? Me ests acusando de algo, ex teniente? ejemplar del diario.)

Por lo que afirma Martn Salinas, Don Celes

muerto llega. (Toma el peridico y lee.) Esto otro es una lindura: Resulta misterioso que el nico sobreviviente del fatal atentado sea el Comandante Sahagn. Y qu me dices de involucrar a don Maximino? El hermano incmodo, lo llama. ROCHA: Bueno, pues ni no est involucrado don Maximino entonces alguien lo quiere inculpar... COMANDANTE: Esos s son golpes bajos, bajsimos. Siquiera te avis que lo iba a publicar? (Rocha niega.) Te la dejaron ireneo, Fermn. La agarras? Tu gran amigote El Comandante suspira y seala la puerta.

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COMANDANTE: Oye, qu buen culo tiene tu secre! (Silencio.) hablando de eso me contaron que andas interesado en Lady Davah. ROCHA: (Se justifica.) Comandante yo

COMANDANTE: (Imperativo.) Cllate! (Morboso.) Es un lindo coo la viudita, Fermn? Dicen que todo un bombn, no? Ya lo probaste, perro? ROCHA: No me he metido con ella. COMANDANTE: Qu imbcil: enamorarte de una sospechosa! ROCHA: Enamorado? COMANDANTE: Tmate unas vacaciones... No vayas a perder la cabeza por ese culo. Mira cmo le fue a Don Celes. Y tambin scale la vuelta al periodista porque te puedes salpicar de a feo! La agarras? Sale el Comandante. Rocha va al bao, regresa lvido. Toma un largo trago de una licorera de plata. Suena el telfono. No se atreve a contestar. Cuando al fin lo hace ya han cortado. ROCHA: Vale vrtebra! (Marca un nmero. Espera.) Con la redaccin, por favor. (Pausa.) Martn?! Ah, con Martn Salinas, por favor! (Pausa.) Cmo que lo jubilaron...? (Pausa.) Olvdelo! Sabe si lo encontrar en su casa? Cuelga y marca otro nmero.

18.Bajo una luz azul, Salinas se baa. Suena la campanilla del telfono. Se enciende la calle de luz por la que cruzan la Sombra y el Saxofonista-Mudo. Tambin atraviesa Martnez con unas herramientas en las manos. Rocha reflexiona, su mirada se ilumina por una revelacin. ROCHA: Mierda, scale la vuelta al periodista porque te puedes salpicar de a feo!

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Rocha va a salir pero se abre la puerta: es Lady Davah, vestida muy sensual. Se contemplan con evidentsima atraccin. DAVAH: Soy inoportuna? ROCHA: No, no, en absoluto Quera visitarla, iba a buscarla ahora mismo. DAVAH: (Cierra y apaga la luz.) Parece que me le adelant, capitn. ROCHA: (Le sirve una copa de la licorera.) Brindo por ello... DAVAH: (Bebe.) Bebe en horas de servicio? ROCHA: Me sacaron del caso Don Celes. DAVAH: (Sincera.) Te pusieron un cuatro que todos vimos menos t, capitn. (Juega con su escote.) Pero en realidad yo vine a otra cosa: me decid a entregarme a la justicia. ROCHA: (Se le acerca.) Y es usted muy culpable? DAVAH: Tendrs que sacarme la informacin, cario. ROCHA: (Frente a frente.) Qu mtodo prefiere, Lady Davah? DAVAH: Tortura fsica, claro. (Imperativa.) Tutame! Davah sube al escritorio ponindose a gatas, mostrando sus formas en todo su esplendor. Rocha acaricia la geografa de la mujer, fascinado. ROCHA: Me enyerbaste, Davah. DAVAH: (Le pone un dedo en la boca.) Nos, capitn, nos enyerbamos el uno al otro. Por eso voy a responderte tres preguntas. Seleccinalas bien. ROCHA: Est vivo? DAVAH: (Desconcertada.) morgue... ROCHA: Entonces dnde escondieron la cabeza? DAVAH: La Kikis la ha buscado incluso por sitios..., muy extraos. Don Celes? Yo lo identifiqu en la

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ROCHA: Como cules? DAVAH: Fue a una feria de fenmenos a las afueras de la ciudad... Hay fumaderos de opio y juegos de azar. ROCHA: Qu encontr ? DAVAH: (Lo abraza.) Ya fueron tus tres preguntas, capitn. ROCHA: (Junta su pelvis a la de ella.) No imagino cmo sacarte ms datos. DAVAH: Pero si ya hallaste el camino, mi querido capitn. ROCHA: Ms tortura fsica? DAVAH: (Lo besa.) Ni hablar, tendr que contestar otras tres preguntas. ROCHA: Qu descubri la alemana? DAVAH: Parece que en la feria hay una atraccin especial: La Cabecita Parlante. ROCHA: Me ests vacilando? DAVAH: No, as la anuncian. Y la alemana jura que se parece a la de Celestino pero para mi que ya se pir: est obsesionada con la cabeza. Te queda una pregunta. ROCHA: (La acaricia.) Celes? DAVAH: La Cabecita Parlante es un fenmeno autntico, de padres Italianos. ROCHA: (Pensativo.) Alemania, Italia, Chino-japons, periodista De dnde la sacaron si no es la de Don

gringo (Frgil.) Por qu viniste a m? DAVAH: (Lo ve a los ojos.) Quiero ayudarte, Fermn. Ya no tengo nada qu perder y s puedo ganarte a ti. Voy a decirte algo para que confes:

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Celestino guardaba en un panel secreto de El Rincn de las Brujas muchas metralletas Tompson, de esas de cargador circular. Me crees? ROCHA: Te creo. DAVAH: Y conozco muy bien a Maxi... Al hermano del presidente... No s por qu lo quieren destruir... El es tan... ROCHA: Gracias, Davah, prefiero que no entres en detalles! DAVAH: No ms Lady Davah, Fermn. Me llamo Josefina... ROCHA: Sabes lo que te juegas al darme esta informacin, Josefina...?

Se besan con intensidad. Davah se separa, dispuesta a salir. DAVAH: Hoy me toca cantar y no conviene que llegue tarde. ROCHA: Te espero en mi casa...? DAVAH: Hasta la noche. (Lo besa y le entrega una llave.) Es la llave para llegar a las Tompson: me la rob... Davah sale. Rocha, embelesado, mira la llave unos segundos y trata de dar alcance a la mujer. ROCHA: Josefina...! Josefina...! (Cierra.) pendejo... Se sienta, feliz. En la calle de luz, Lady Davah se detiene en una cabina telefnica. El Saxofonista-Mudo, recargado contra un muro, la observa. Aparece la Sombra y hace un gesto afirmativo al Mudo para luego desaparecer. VOZ EN OFF: El cesado teniente Rocha estaba muy lejos de imaginar que el cautivador encuentro de esa noche con Lady Davah sera el ltimo. La siguiente oportunidad que tuvo de mirarla fue de lejos, detrs de un sucio cristal, desnuda como en sus sueos y sobre una fra plancha del depsito de la morgue. Al parecer, la Davah olvid la existencia de reglas no escritas en el No le diste la direccin,

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bajo mundo y que la trasgresin de cualquiera de ellas suele cobrarse, claro est, con la vida. Lady Davah cuelga y sale seguida de cerca por el Saxofonista. En la oficina de polica, la sonrisa de Rocha comienza a congelrsele hasta que salta francamente espantado. ROCHA: Salinas...!!! Scale la vuelta al periodista porque te puedes salpicar de a feo! Carajo, van sobre Salinas...! Rocha saca una pistola de un escondrijo de su escritorio y sale. Oscuro.

19.Salinas sigue bandose. El Saxofonista-Mudo, la Sombra y Martnez entran al departamento del periodista. Realizan la instalacin de algo que no acabamos de distinguir. Salinas no escucha por el ruido de la regadera. SALINAS: (Canta.) Palmolvese y embellzcase Salinas cierra un momento la llave del agua para enjabonarse. Rocha corre a toda velocidad (carrera estacionaria) por la calle de luz. SALINAS: (Canta.) Palmolvese y embellzcase Palmolive suaviza su piel. Es tan suave su rica espuma Palmolive por eso es ideal. Palmolive en su bao diario Embellece y perfuma su piel con aceites de oliva y palma Palmolive le da suavidad. Salinas abre la regadera y un gas extrao invade el espacio. Salinas tose, asfixindose. El Saxofonista, la Sombra y Martnez

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van saliendo cuando entra Rocha. Todos desenfundan sus armas. Hay un intercambio de disparos y la Sombra hace mutis con una herida de bala, sostenido por Martnez y el Saxofonista. Rocha guarda su pistola y toca frentico la puerta del departamento. ROCHA: Abreme por favor, Martn...! (Arremete con todo su cuerpo contra la puerta cuando se oyen toses alarmantes.) Salinas, abre o tiro la puerta!! Ests bien, mi gordo...?!!! Salinas intenta salir de la regadera pero cae sin sentido. ROCHA: (Saca su pistola y la amartilla.) Abre, pinche gordo ! O abres o vuelo la chapa! Salinas tose muy dbil. Rocha dispara y vence la puerta. Entra veloz y saca a su amigo. ROCHA: Ora si viste a la calaca de cerquita y a los ojos, mi gordo... Afuera del departamento Salinas y Rocha recuperan el aliento tendidos en el piso. Tardan en reaccionar. De pronto Salinas voltea a ver a Rocha y le suelta un puetazo. Rocha detiene el golpe con facilidad. ROCHA: Primero escchame y luego me pegas, s, periodista? SALINAS: (Intenta otro golpe pero se lastima el puo.) mierda! ROCHA: Habl al peridico. Ellos me lo dijeron. SALINAS: Ya estars contento. ROCHA: Djame hablar, carajo! SALINAS: (Contiene la rabia.) Ok, sultala! ROCHA: (Honesto.) Martn, a m tambin me mandaron al averno, sin placa y casi al margen de la ley. Me retiraron del caso Don Celes, masca chicles. SALINAS: No seas farol. Neta neta que te sacaron? Vete a la

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Rocha asiente. Largusimo silencio. Se miran entre culpables y cmplices. Sonren. Terminan en boba carcajada. Se ilumina El Rincn de las Brujas donde Lady Davah canta. SALINAS: (Re.) En el diario ya me tenan hasta redactada la renuncia. ROCHA: No, mi gordo, nos la dejaron irineo. SALINAS: Todava me duele, eh, pual? ROCHA: Perdname lo de hoy en la maana. SALINAS: (Pcaro.) Puede arreglarse con una invitacin a los tacos o ya de perdida con un paquete de goma de mascar de menta. ROCHA: (Divertido.) Genio y figura Vstete que das mal aspecto.

(Ren. Se dan un abrazo.) Me alcanzas en mi oficina. SALINAS: Y t a dnde vas tan scale punta? ROCHA: Tengo una cita con unas Tompson... SALINAS: Pues cudate de no quedar como coladera... ROCHA: Y luego me lanzo por la Davah. Ah, y una splica: no te des las tres antes de carle a la oficina. SALINAS: Orale, conque siempre s se te hizo con la Davah! Lo dicho: uno no sabe para quin trabaja... ROCHA: Sabes qu, mi gordo? SALINAS: Qu? ROCHA: Me late que me voy a enamorar..., pero mucho. Se dan otro abrazo fraternal y Rocha sale. Lady Davah termina de cantar y desaparece seguida por el Saxofonista y la Sombra. Penumbra en El Rincn de las Brujas. Salinas comienza a vestirse y cuando intenta ponerse el pantaln cae de la misma manera que en una de las escenas iniciales. SALINAS: Mierda! Oscuro.

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20.Rocha entra a El Rincn de las Brujas y se aproxima a un anaquel de la barra. Abre con la llave que le dio Lady Davah y encuentra media docena de metralletas Tompson de cargador circular. Asiente feliz. Se encienden las luces y vemos a Martnez y Estvez, pistola en mano, detrs de Rocha. MARTINEZ: Con que allanamiento de morada, usurpacin de funciones, posesin de un arma prohibida... Qu otros cargos quiere que le carguemos a su cuenta, Rocha? ROCHA: Martnez, Estvez, no mamen, qu susto me dieron... MARTINEZ: (Le quita a Rocha la Tompson y su pistola.) Trese al piso y abra las piernas: ya sabe el procedimiento... ROCHA: Es una broma, verdad, Martnez. MARTINEZ: Teniente Martnez, por favor... ROCHA: (Se tira al piso, obedeciendo.) Esto es peor que una broma... ESTEVEZ: No, mi teniente, Martnez es el nuevo teniente, nombrado por Sahagn... MARTINEZ: Y usted, Rocha, ya no es nada. (Ordena.) Ponle las

esposas, Estvez... Est arrestado, ex teniente... Dese de santos que no le aplico un plomo noms por los viejos tiempos... ESTEVEZ: (Mientras le pone las esposas.) Yo no quisiera hacer esto, mi teniente, pero... ROCHA: Lo entiendo, Estvez, contigo no hay fijn... ESTEVEZ: (Suplica mientras levanta a Rocha.) Djalo ir Martnez... Por favor... No seas ojis... MARTINEZ: Nel, ora va a entender porque la curiosidad mat al gato...

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ESTEVEZ: Acurdate, l siempre se port camarada con nosotros... Me cae que si le das chance te paso toda la lana de ganancia del opio que me vol... MARTINEZ: (Titubea.) A ver, Rocha, quiero estar seguro que te cae el cinco de una cosa... (Le da un tremendo golpe con la cacha de su pistola.) Me ests oyendo, pendejete? (Rocha asiente.) El caso Don Celes ya est cerrado, la agarras? (Rocha asiente.) Y nadie, pero nadie quiere ver a

monitos como t metiendo las pinchis narices, la agarras? (Rocha asiente.) Me lo juras...? (Rocha asiente.) Por los buenos tiempos? (Rocha asiente.) Tienes claro que me la juego al dejarte ir? (Rocha asiente.) Orale pues,

noms porque siempre te portaste chido conmigo, fuiste de ley... Noms por eso... ROCHA: (Con amargura.) Gracias, teniente... Estvez quita las esposas a Rocha, que lo mira agradecido. Martnez orgulloso de su nuevo poder. MARTINEZ: Para que vean que no soy rencoroso. (Advierte.) Lo de

alivianarse y no andar husmeando en el caso Don Celes no es un chiste, Rocha. Y si te quedara alguna duda, noms chale un vidrio al recadito que te dejamos en la morgue... Por si cualquier cosa. Rocha sale. El Rincn de las Brujas desaparece lentamente mientras Martnez toma una de las metralletas y apunta a Estvez. Dispara pero el arma est descargada. Gran susto del segundo y carcajada del primero. 21.Se ilumina poco a poco una galera de la morgue. Sobre una fra plancha reposa el cuerpo desnudo de Lady Davah. Rocha entra y se detiene pasmado ante su amada. Se quita el sombrero y la

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mira en silencio, tomndole la mano. Un sentimiento de tristeza y deseo hacen que sus manos recorran la piel desnuda que no alcanz a gozar. Entra Salinas y se detiene a distancia prudente. Rocha, que no ha visto a su amigo, sube a la plancha sobre Lady Davah. La besa con ardor como si con ello pudiese transmitirle un hlito de vida. ROCHA: Yo te mat, yo te mat, carajo. Perdname, amor... Salinas se acerca y pone una mano sobre el hombro de Rocha que lo mira con los ojos anegados de lgrimas. En El Rincn de las Brujas se abre la alcantarilla y suben el Comandante Sahagn, el Saxofonista-Mudo y la Sombra con un cabestrillo en un brazo. SALINAS: Vine en cuanto me enter... ROCHA: Yo la mat, mi gordo... SALINAS: Eso no es verdad, ya la traan en la mira. ROCHA: No, ella me sopl sobre las Tompson de Don Celes... Salinas jala suavemente a Rocha para que baje del cuerpo de Lady Davah pero se niega. ROCHA: Djame aqu con ella, mi gordo... Tiene mucho fro... SALINAS: Por Dios, Fermn, no la puedes revivir... Hazme caso, vmonos a echar un trago. Necesitamos ponernos bien pedales... Rocha se desprende de la Davah, acaricindola. Salinas lo ayuda a sostenerse en pie. Inician mutis. ROCHA: Alguien debera pagar muy caro todo esto... SALINAS: No quiero llenarme ms de lodo, hermano. Ya tuve suficiente... ROCHA: Quiero saber quin fue, Salinas... SALINAS: Los recaditos que nos encajaron son bien claros... Salinas y Rocha salen. La morgue desaparece. En El Rincn de las Brujas el Comandante Sahagn y la Sombra brindan con las

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copas que sirve el Saxofonista. Parecen divertidos. Salinas y Rocha entran a una calle de luz. ROCHA: Quiero la verdad, mi gordo... SALINAS: A la prxima no la contamos... ROCHA: (Obsesivo checa las balas en su revlver.) Yo quiero la verdad y la voy a obtener, me entiendes? SALINAS: Y de qu te va a servir...? ROCHA: Cmo que de qu...?! Alguien tiene que pagar, carajo, no se puede quedar as... SALINAS: Pues s, pero la verdad le sirve muy poco a un hombre muerto, carnal, y cada vez ests ms cerca de cubrir ese perfil... ROCHA: De hombre muerto? SALINAS: Ey, manito, yo como veo las cosas es que la verdad no importa, la tienen secuestrada, es sospechosa y cuando conviene a los poderosos se dice y cuando no se vuelve imposible. Suena un telfono en El Rincn de las brujas. Contesta el Comandante Sahagn y habla con cordialidad y buen humor sin que lo escuchemos. En la calle de luz por la que caminan Salinas y Rocha vemos al fondo el ngel de la Independencia. ROCHA: Imagino que alguien, en alguna parte, debe estarse cagando de risa de nosotros. SALINAS: Por lo pronto voy a tomarme unas vacaciones, fuera de la ciudad... Y te sugiero que hagas lo mismo... (Socarrn.) Claro que puede ser despus de unos tacos de cabeza, no? ROCHA: (Sonre apesadumbrado.) invite, no, mi gordo? Supongo que quieres que te los

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SALINAS: (Saca su cartera.)

No, hoy disparo yo. (Ante la mirada

sorprendida de Rocha.) Bueno, alguna vez me tena que tocar a m. ROCHA: Pero te acaban de correr. Ests desempleado. SALINAS: Y qu? T tambin. Imagnate cmo se va a poner la situacin: o que se devala el peso de nuez. Qu ms da? ROCHA: (Apenado.) Pues, no s que decir? SALINAS: (Irnico.) Qu tal si comienzas con..., "gracias"? Es bonita palabra... Martn Salinas y Fermn Rocha caminan pensativos. De pronto Rocha recuerda y saca de sus ropas un paquete de chicles. Hace ceremoniosa entrega. ROCHA: Te estoy pagando una deuda, Salinas, pese a lo cbula que eres. SALINAS: (Conmovido.) Salinas y Rocha, buen dueto, no crees? (Re.) Por lo pronto seguimos sonando a anuncio de tienda. ROCHA: O a do cmico... SALINAS: Como el gordo y el flaco... ROCHA: (Le palmea la espalda.) T qu sabes, mi gordo, quiz un da haya gangsters con nuestros nombres en una pelcula. SALINAS: (Entusiasmado.) Estara suave. Imagnate en la marquesina del Savoy: "El padrino Salinas"! Te dije que conozco a Juan Orol? Silencio prolongado. En El Rincn de las Brujas el Comandante Sahagn contina al telfono, desbordando satisfaccin. COMANDANTE: S, seor presidente, aqu est conmigo... (Pausa.) No, slo fue un rozn... (Pausa.) Todo bajo control, s... (Pausa.) Ya los

apaciguamos y no van a dar ms lata, despreocpese... (Pausa.) Y lo de su hermano, de don Maximino... Cuando menos la prensa y la sociedad lo estn

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comentando... (Pausa.) A quin...? (Pausa. Mira a la Sombra y le hace un gesto afirmativo.) Ahorita se lo digo... (Pausa.) Le agradezco la llamada... El Comandante Sahagn cuelga y comenta feliz sin que escuchemos. Desaparece en fade out lento El Rincn de las Brujas. En la calle de luz Salinas ofrece un chicle a Rocha que duda un momento y despus lo toma. Mastica para beneplcito de Salinas que mira la envoltura de sus chicles. SALINAS: Y son gringos, te rayaste, Fermn. ROCHA: (Pensativo.) Ey! (Pausa larga.) Mi gordo, despus de tantas muertes impunes, sabes que es finalmente lo ms cabrn? SALINAS: Qu? ROCHA: Que, efectivamente: de qu carajos nos sirve la verdad? Entra la cancin En Mxico del inmortal Chava Flores. Salinas abraza a Rocha y caminan y caminan hasta perderse por las calles en esa madrugada. CHAVA FLORES: En Mxico hay una montaa que ve hacia el maana, con gran resplandor. En Mxico hay un arroyuelo que corre hacia el cielo persiguiendo al sol. En Mxico el hombre que pasa se siente en su casa, o quiz mejor. En Mxico anida la vida, se canta, se vibra, se respira amor. En Mxico vive la gente que lucha y que siente que lo har mejor. En Mxico el hombre es hermano,

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se da al ser humano un trato de honor. En Mxico cimbra su historia, en Mxico surge la gloria, pues Mxico es una casita preciosa y bonita donde vive Dios.

OSCURO FINAL.

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