Sumiller de corps

cargo palaciego de la Real Casa y Patrimonio de la Corona de España
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El sumiller de corps era el cargo palaciego que estaba al cuidado de la persona y las habitaciones del rey de España. Formaba parte del entramado institucional de la Real Casa y Patrimonio de la Corona de España.

Antecedentes históricos y régimen en los siglos XVI, XVII y XVIII

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El cargo de sumiller de corps tiene su antecedente en la función palatina de Castilla de camarero mayor del rey y era el equivalente al gran chambelán de la Corte francesa. Su denominación proviene de la palabra francesa “sommelier” (dormitar) y por tanto, era, en definitiva, el que regía al personal a su cargo en todo lo concerniente a las habitaciones privadas, vestir y aseo personal del rey. En resumen, todo cuanto atuviese al cuidado y apariencia de la real persona y su familia. Fue introducido como tal cargo a partir de 1515 al traer Carlos I la etiqueta de la Casa de Borgoña a la Corte española y sus funciones estaban perfectamente delimitadas con las del mayordomo mayor del rey, ejerciendo competencia sobre la Real Cámara mientras éste la ejercía sobre el Palacio. Tan pronto el monarca abandonaba el Palacio la competencia pasaba al caballerizo mayor.

Esta figura sustituiría en el reinado del emperador a la ya citada de camarero mayor (de hecho el último que tuvo Carlos I fue Enrique de Nassau entre 1521 y 1536).

El sumiller disponía todo lo atinente al ceremonial y funcionamiento de la Real Cámara nombrando a los nobles (los gentilhombres) y a los ayudas de cámara que debían ejercer el servicio diario en la misma y administrando el presupuesto destinado a su sostenimiento.

El poder de los sumilleres de corps, por ello, en esta primera época fue enorme por estar más íntimamente cercano a la real persona, hasta tal punto de que era el cargo palatino más codiciado en detrimento del de mayordomo mayor, en teoría de mayor jerarquía y más extenso mando efectivo sobre todas las demás funciones y cargos en la Casa Real. Los aristócratas más cercanos al poder real en la época de los Austrias, los llamados validos, siempre procuraron ser nombrados para tal puesto, ya que, así, ello les permitía pasar más horas junto al monarca y controlar las personas que formaban su círculo más íntimo. Fue así el caso del duque de Lerma respecto a Felipe III, el conde-duque de Olivares respecto a Felipe IV o el duque de Medinaceli respecto a Carlos II.

Según Gómez Centurión:

El mayordomo mayor y el sumiller de Corps debían repartirse los espacios del Palacio, reservando para el segundo los aposentos más privados que componían la Real Cámara. Sólo dentro de la Cámara –y con excepciones– el sumiller se convertía en señor absoluto. El sumiller tenía servicio continuado en la Real Cámara y, por tanto, también la entrada asegurada en todo momento a ella. Y era este acceso permanente al rey dentro de sus habitaciones más privadas y cuando se encontraba retirado lo que proporcionaba al sumiller de Corps todo su poder y autoridad en la vida de Palacio. No sólo podía filtrar sus audiencias privadas, que él concedía, retrasando unas y favoreciendo la celebración de otras, sino también intervenir en el nombramiento de los gentileshombres de cámara, sus inmediatos subordinados, estrechando de esta manera el círculo de personas que rodeaban cotidianamente al soberano. Y, por supuesto, gracias a las horas que disponía de intimidad con el rey, mediar en la concesión y distribución de toda clase de gracias y mercedes. El reconocimiento de todas estas enormes posibilidades de ejercer un poder efectivo sobre el soberano había sido lo que había llevado a los grandes validos del siglo XVII a ocupar siempre el cargo de sumiller de Corps o, al menos, a controlar estrictamente su nombramiento. El ceremonial de la alcoba real constituía una de las principales prerrogativas que las etiquetas borgoñonas concedían al sumiller de Corps, en la medida en que suponían una gran intimidad y un contacto físico diario con el monarca. Las de la Real Cámara de 1659 establecían en su punto primero que al camarero, o en su caso al sumiller, le correspondía dormir en una cama auxiliar en el mismo aposento del soberano. Si esto no era posible o el monarca deseaba dispensarle de esta obligación, debía al menos dormir en palacio. Al levantarse el rey tenía que entregarle personalmente la toalla, la camisa, el toisón, la ropa de levantarse y la capa y, en las comidas y cenas, servirle la copa

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Con la llegada de los Borbones, la posición del sumiller decayó, al principio por la gran cantidad de criados y servidumbre francesa que Felipe V trajo consigo. Posteriormente, su función no estuvo ya tan unida a su influencia política, al burocratizarse el propio funcionamiento del gobierno interno de Palacio. Al centrarse en su labor doméstica, no fue extraño que mantuviera frecuentes conflictos de competencias con el mayordomo mayor. Su posición jerárquica era menor que este y percibía por ello menos sueldos o “gajes”, si bien, estos solían verse, a menudo, compensados con otros ingresos paralelos.

Lo que es cierto es que el monarca siguió siempre nombrando para tal cargo a personas de su más íntima confianza, como ocurrió con el duque de Losada respecto a Carlos III, y estos aprovecharon su posición para tratar de favorecer a los ministros más afines. Los sumilleres, además, no solían ser miembros de las más antiguas familias de la grandeza de España, los cuales, por el contrario, solían ser elegidos para ocupar el puesto de mayordomo mayor.

 
El marqués de Malpica, sumiller de corps de Isabel II

Régimen durante los siglos XIX y XX

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En el siglo XIX las funciones fueron perdiendo importancia. Fernando VII e Isabel II aún mantuvieron un sumiller encargado de su servidumbre inmediata. Sin embargo, la figura de mayordomo mayor fue adquiriendo cada vez más relevancia real y la creación, en el reinado de Isabel II, del cargo de jefe superior de Palacio unido al de mayordomo mayor hicieron que la distinción entre este cargo y el de sumiller fuera cada vez más difusa. De hecho, al comienzo del reinado de penúltimo rey antes de Segunda República, Alfonso XII, en 1875, el cargo se suprimió.

Sólo en 1906, ya bajo el reinado de Alfonso XIII, se volvió a crear, si bien los cargos de mayordomo mayor y de sumiller de corps se ejercieron por la misma persona con una sola excepción entre 1925 y 1927 cuando el primero fue ejercido por el duque de Miranda y el segundo por el marqués de Viana, caballerizo y montero mayor, que además ostentó el cargo de guardasellos, tradicionalmente unido al de mayordomo mayor.

A pesar de esta última circunstancia, del sumiller de corps, al menos orgánicamente, y en consonancia con su antigua función a la que antes se ha mencionado, dependían los regios sirvientes que acompañaban en todo momento al monarca que eran los mayordomos de semana. Asimismo de él dependían, al menos formalmente, los gentilhombres de casa y boca, la clase de gentilhombre de cámara con ejercicio y los gentilhombres de entrada.

Este cargo de sumiller de corps fue suprimido, al abolirse la monarquía, tras la proclamación de la Segunda República Española el 14 de abril de 1931.

Sumilleres de corps de los reyes de España entre 1515 y 1931

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Periodo Inicio Finalización Nombre Notas
Reinado
de
Carlos V
(1516-1556)
1515 1521 Paul de Amersdorf
1528 1528 Charles de Poupet, señor de La Chaulx
1531 1556 Joaquín de Rye, señor de Balenchon
Reinado
de
Felipe II
(1556-1598)
1556 1557 Antonio de Rojas y de Velasco
1557 1573 Ruy Gómez de Silva, duque de Pastrana
1585 1592 Juan de Acuña, conde de Buendía
1592 1598 Cristóbal de Moura, marqués de Castel Rodrigo
Reinado
de
Felipe III
(1598-1621)
1598 1599 Cristóbal de Moura, marqués de Castel Rodrigo
1599 1618 Francisco de Sandoval y Rojas , duque de Lerma
1618 1621 Cristóbal Gómez de Sandoval y de la Cerda, duque de Uceda
Reinado
de
Felipe IV
(1621-1665)
1621 1622 Baltasar de Zúñiga y Velasco
1622 1626 Gaspar de Guzmán, conde-duque de Olivares
1626 1636 Ramiro Núñez de Guzmán, duque de Medina de las Torres
1636 1643 Gaspar de Guzmán, conde-duque de Olivares (4)
1643 1665 Ramiro Núñez de Guzmán, duque de Medina de las Torres
Reinado
de
Carlos II
(1665-1701)
1665 1668 Ramiro Núñez de Guzmán, duque de Medina de las Torres
1674 1687 Juan Francisco de la Cerda, duque de Medinaceli
1687 1693 Gregorio María de Silva y Mendoza, duque de Pastrana
1693 1701 Francisco Casimiro Pimentel de Quiñones y Benavides, conde-duque de Benavente
Reinado
de
Felipe V
(1701-1724)
1701 1709 Francisco Casimiro Pimentel de Quiñones y Benavides, conde-duque de Benavente
1711 1711 Antonio Álvarez de Toledo y Guzmán, duque de Alba
1715 1722 Martín Domingo de Guzmán y Niño, conde de Quintana del Marco
Reinado
de
Luis I
(1724)
1724 1724 Antonio Gaspar de Moscoso Osorio y Aragón, duque de Sanlúcar la Mayor, marqués consorte de Astorga y conde de Altamira
Reinado
de
Felipe V
(1724-1746)
1724 1725 Antonio Gaspar de Moscoso Osorio y Aragón, duque de Sanlúcar la Mayor, marqués consorte de Astorga y conde de Altamira
1725 1727 Baltasar de Zúñiga y Guzmán, marqués de Valero y I duque de Arión
1728 1741 Agustín Fernández de Velasco y Bracamonte, duque de Frías
1741 1746 Juan Pizarro de Aragón, marqués de San Juan de Piedras Albas
Reinado
de
Fernando VI
(1746-1759)
1746 1748 Juan Pizarro de Aragón, marqués de San Juan de Piedras Albas
1748 1757 Sebastián Guzmán de Spínola, marqués de Montealegre
1757 1758 José de Guzmán y Guevara, marqués de Montealegre
1758 1759 Joaquín López de Zúñiga y Castro, duque de Béjar
Reinado
de
Carlos III
(1759-1788)
1759 1783 José Fernández-Miranda Ponce de León, duque de Losada
1783 1788 Judas Tadeo Fernández de Miranda y Villacís, marqués de Valdecarzana
Reinado
de
Carlos IV
(1788-1808)
1788 1792 Judas Tadeo Fernández de Miranda y Villacís, marqués de Valdecarzana
1792 1802 Diego Fernández de Velasco, duque de Frías
1802 1808 Vicente María Palafox Rebolledo Mexia Silva, marqués de Ariza
Reinado
de
Fernando VII
(1808 y 1814-1833)
1808 1809 Ignacio de Arteaga e Idiáquez, marqués de Valmediano
1809 1812 Juan de la Cruz Belbis de Moncada y Pizarro, marqués de Bélgida (3)
1812 1814 Ignacio de Arteaga e Idiáquez, marqués de Valmediano (3)
1814 1820 Vicente María Palafox Rebolledo Mexia Silva, marqués de Ariza
1820 1822 Francisco de Paula Fernández de Córdoba y Cárdenas, conde de la Puebla del Maestre
1822 1823 José Gabriel de Silva-Bazán y Waldstein, marqués de Santa Cruz
1823 1824 Francisco de Paula Fernández de Córdoba y Cárdenas, conde de la Puebla del Maestre
1824 1833 José Rafael de Silva Fernández de Híjar y Palafox, duque de Híjar
Reinado
de
Isabel II
(1833-1868)
1833 1854 José Rafael de Silva Fernández de Híjar y Palafox, duque de Híjar
1854 1854 Joaquín Fernández de Córdova y Pacheco, marqués de Malpica y duque de Arión
1854 1856 Luis Carondelet Castaños, duque de Bailen (2)
1856 1864 Vicente Pío Osorio de Moscoso y Ponce de León, conde de Altamira
1865 1868 Joaquín Fernández de Córdova y Pacheco, marqués de Malpica y duque de Arión
Reinado
de
Alfonso XIII
(1885-1931)
1906 1909 Carlos Martínez de Irujo y del Alcázar, duque de Sotomayor (1)(2)
1909 1925 Andrés Avelino de Salabert y Arteaga, marqués de la Torrecilla (2)
1925 1927 José de Saavedra y Salamanca, marqués de Viana (2)
1927 1931 Luis María de Silva y Carvajal, duque de Miranda (2)

(1) Entre 1868 y 1906 este cargo fue suprimido. (2) Fue además jefe superior de palacio. (3) Sumiller de corps en el exilio en el Castillo de Valençay. (4) Camarero mayor.

Bibliografía

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  • Gómez Centurión, Carlos (2003). Universidad Complutense de Madrid, Cuadernos de Historia Moderna, ed. Al cuidado del Cuerpo del Rey: los sumilleres de corps en el siglo XVIII. pp. 199-239. ISSN 1579-3821 |issn= incorrecto (ayuda). 
  • Martínez Millán José. Universidad Autónoma de Madrid. Departamento de Historia Moderna. La Corte de Carlos V. 2000
  • Martinéz Millán (dir). José. La Corte de Felipe II. Madrid. Alianza 1994
  • Martínez Millán, José y Visceglia, Maria Antonietta (Dirs.). La Monarquía de Felipe III. Madrid, Fundación Mapfre, 2008/2009
  • Archivo General de Palacio (AGP) [1]. Patrimonio Nacional. Sección Personal

Referencias

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  • Enciclopedia Universal Europeo-Americana Espasa Calpe. Tomo XLIX. Hijos de J. Espasa, Editores, 1923.
  • Guía Oficial de España. Sucesores de Ribadeneyra. Madrid, 1930.