Perséfone

diosa de la mitología griega

En la mitología griega, Perséfone (en griego antiguo y moderno, Περσεφόνη; en latín, Persephone) es la hija de Zeus y de Deméter. La joven doncella, también conocida por el nombre de Core (Κόρη, «la Muchacha») y en la mitología romana como Prosérpina, es raptada por Hades y además de ser una diosa, se convierte en la reina del Inframundo. La forma romana del nombre Proserpina procede de la forma dialectal de este en las ciudades eólicas y dóricas de la Magna Grecia.

Estatua que representa a Isis-Perséfone con un sistro, hallada en el templo de los dioses egipcios de Gortina y conservada en el Museo Arqueológico de Heraclión. 180-190 d. C.

Etimología

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La diosa es reconocida con dos nombres distintos no relacionados etimológicamente: Perséfone y Kore (griego antiguo Κόρη). La forma Kore es simplemente el nombre común κόρη para designar a una doncella o mujer joven, lo que evidentemente guarda relación con el significado del nombre de su madre Deméter.[1]

En la literatura épica, el primer nombre tiene, en dialecto jónico, las formas Perséfone (en griego antiguo Περσεφόνη) y (especialmente en Homero) Persefonea (Περσεφονεία,[2]Persephoneia). En otros dialectos, el nombre tiene distintas formas que no son simples variantes dialectales: Persefasa (Περσεφάσσα), Persefata (Περσεφάττα), además de Perifona (Πηριφόνα) y Fersefasa (Φερσέφασσα). Toda esta variedad de formas sugiere que los propios griegos tenían dificultad en pronunciar su nombre, y por lo tanto tendría un origen pregriego.[3]​ En el Crátilo, Platón la llama Ferepafa (Pherepapha, Φερέπαφα), y lo explica con una etimología ad hoc «porque es sabia y toca lo que se mueve».[4]Clemente usa la forma Ferefata.[5]

Persefata (Περσεφάττα) se interpreta como «la que avienta el grano», relacionándola con el sánscrito parsa, «haz de grano» y un segundo elemento que tendría en indoeuropeo la forma *-gʷʰn-t-ih} de la raíz *gʷʰen "golpear".[6]​ Otra etimología propone explicarlo como 'φέρειν φόνον', pherein phonon, «(la que) trae la muerte».[7]Cornuto, no obstante, dice que a la hija de Deméter la llamaron Perséfone (Persephónen) porque el trabajo comporta afanes y es causa de fatigas, o porque de los afanes (pónón) surge (phéresthai) la capacidad de soportar.[8]

Visión general

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El mito del rapto de Perséfone posee un gran poder emocional que le ha otorgado una gran popularidad: una doncella inocente, el dolor de una madre por el rapto y el regreso de su hija. También es citada con frecuencia como un paradigma de los mitos que explican procesos naturales, con el descenso y el regreso de la diosa provocando el cambio de estación.

Pero los griegos también conocían otra faceta de Perséfone. Ella era, además, la terrible Reina del inframundo, cuyo nombre no era seguro pronunciar en voz alta y a la que se referían como «La Doncella». En la Odisea de Homero, cuando Odiseo viaja al inframundo, alude a ella como «Reina de Hierro». Su mito central, aun con toda su familiaridad emotiva, era también el contexto tácito de los extraños ritos iniciáticos secretos de regeneración de los misterios eleusinos, que prometían la inmortalidad a sobrecogidos participantes: una inmortalidad en el mundo subterráneo de Perséfone, en un banquete con los héroes bajo su pavorosa mirada.[9]

Ascendencia y descendencia

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Nacimiento

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Pínax con el rapto de Perséfone, c. 460-450 a. C., procedente del santuario de Perséfone de Locros Epicefirios, conservado en el Museo Arqueológico Nacional de Regio de Calabria.
 
Grabado de 1690, obra de Johann Ulrich Krauß (1655-1719): Las compañeras de Perséfone son transformadas en sirenas.
Y él [Zeus] fue a la cama de la abundante Deméter, quien concibió a Perséfone, la de blancos brazos, robada por Hades del lado de su madre.

La mayoría de las fuentes clásicas consideran a Perséfone como hija de Zeus y Deméter, no obstante, la Biblioteca mitológica de Apolodoro recoge una versión alternativa que indica que era hija de Zeus y Estigia.[10]​ Probablemente Apolodoro esté refiriéndose a Daira, hija de Océano y hermana de Estigia, que es identificada con Perséfone según Esquilo.[11]​ Las versiones órficas tienen una versión diferente. Dicen que Zeus quería yacer con su propia madre Rea y que, tras el rechazo de ésta, Zeus resolvió transformarse en serpiente y así la violó. De esta unión nacería Perséfone.[12]​ En Arcadia era venerada bajo el nombre de Despena, y en este contexto era hija de Poseidón Hipio y Deméter. Su preceptor fue Ánito.[13]Cicerón opina que Prosérpina (Perséfone) y Líbero (Dioniso) eran hermanos e hijos de Júpiter (Zeus), a su vez hijo de Éter.[14]Sanjuniatón dice que Perséfone y Atenea eran hijas de Crono, rey de Biblos.[15]

Descendencia

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Según la tradición más habitual, el matrimonio formado por Perséfone y Hades fue estéril y ninguna fuente le asigna descendencia de manera explícita. Los órficos, apartándose de la tradición común, dicen que las «renombradas Euménides, con benévola voluntad, son las castas hijas del gran Zeus Ctonio y de Perséfone». Pudiera interpretarse Zeus Ctonio («infernal») como una advocación de Hades, o bien estaría haciendo alusión a la tradición en la que Zeus yace incestuosamente con su hija.[16]​ O bien las Euménides son nueve e hijas de Core y Hades.[17]​ En otras fuentes se dice explícitamente que las Erinias son hijas de Hades y otra consorte, como la Noche.[18]​ Otra hija de Hades nunca es asociada con Perséfone, como Macaria.[19]​ La unión incestuosa entre Zeus y su hija Perséfone es citada en las versiones órficas. Melínoe, solo descrita en uno de los himnos órficos, era hija de Perséfone y Zeus; éste había adoptado la forma de Hades para yacer con su propia hija.[20]​ E incluso se especifica que Zeus tomó la forma de una serpiente moteada para violentarla.[21]Eubuleo (probablemente refiriéndose a Dioniso) también se dice hijo de Perséfone y Zeus.[22]​ Otro hijo habido entre Perséfone y Zeus fue Zagreo;[23]​ o bien se identifica a Yaco con Zagreo y de nuevo se le llama hijo de Zeus Perséfone.[24]​ Líbero (Dioniso), que fue desmembrado por los titanes, también era imaginado como hijo de Júpiter (Zeus) y Prosérpina (Perséfone).[25]​ Cicerón dice que la primera Diana (Artemisa) era hija de Júpiter y Prosérpina y que Dioniso también habría nacido de esta unión.[26]

El rapto

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Perséfone estaba recogiendo flores con algunas ninfas, además de las diosas Atenea y Artemisa, en un campo en Enna[27]​ o en la llanura de Nisa[28]​ cuando Hades apareció, emergiendo de una grieta del suelo y la raptó, llevándosela en su carro tirado por yeguas inmortales a su reino subterráneo en los montes Nebrodi. Deméter buscaba por todas partes a su hija perdida. Hécate, que había oído los gritos de Perséfone[29]​ o bien la Osa Mayor sugirió a Deméter hablar con Helios, el sol, que todo lo ve, para que le contase lo que había pasado y este informó a Deméter de que había sido Hades quien se la había llevado,[27]​ con el consentimiento de Zeus.[30]​ En otras versiones, quien revela a Deméter lo que ha ocurrido es la ninfa Cíane[31]​ o los habitantes de Hermíone.[32]

Deméter, desolada y llena de cólera, provocó que los campos quedaran estériles hasta que finalmente, Zeus obligó a Hades a devolver a Perséfone, enviando a Hermes para rescatarla. Sin embargo, ella comió varias semillas de granada, que la obligaban a volver al Inframundo y permanecer allí una tercera parte o la mitad de cada año. En una tradición Perséfone habría comido las semillas voluntariamente después de que Hades la convenciera diciéndole que sería un gran esposo y que ella sería la reina y soberana de los infiernos pero, según otra versión, habría comido las semillas sin saber lo que pasaría después,[32]​ pero según algunos intérpretes, Perséfone le mintió a su madre en el Himno homérico a Deméter(ella sería una narradora poco confiable, en esta situación), y se comió las granadas porque accedió a ser reina del inframundo después de que Hades dijera que sería un buen esposo y no quería que su madre se enterara.[33]​ Cuando Perséfone regresó junto a su madre, esta volvió a permitir crecer los frutos y las flores en los campos.[34][27]​ Por otra parte, las ninfas que acompañaban a Perséfone fueron castigadas siendo transformadas en las Sirenas por no haber intervenido.[35]

Fue después del rescate de Perséfone del inframundo cuando Deméter reveló los misterios eleusinos.[36]​ Era frecuente referirse a Perséfone como «Core», que significa «la muchacha» o bien a ella y a su madre Deméter como «las Deméteres» o «las dos diosas».[37][38]​ La historia del rapto de Perséfone era parte de los ritos de iniciación en los misterios eleusinos. En una versión alternativa, Hécate rescató a Perséfone.

Perséfone como reina del Inframundo

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Hades y Perséfone en un pínax de la antigua ciudad de Locros Epicefirios.

Hay que destacar que en los poemas homéricos no aparece expresamente la relación madre-hija de Perséfone con Deméter pero Perséfone sí está ya mencionada como reina del Inframundo. Según contaba Diodoro Sículo, durante la boda que tuvo lugar entre Hades y Perséfone, la isla de Sicilia le fue dada a la novia por Zeus como regalo.[39]

Perséfone, como mujer de Hades, solo mostró clemencia una vez. Debido a que la música de Orfeo era tan arrebatadoramente triste, permitió que este se llevase a su esposa, Eurídice, de vuelta al mundo de los vivos con la condición de que ella caminase tras él y él nunca intentase mirarla a la cara hasta que estuviesen en la superficie. Orfeo accedió pero falló, al mirar atrás, casi al final del recorrido, para asegurarse de que su esposa le seguía, perdió a Eurídice para siempre.[40]

Perséfone también convenció a Hades para que permitiera al héroe Protesilao regresar al mundo de los vivos por un período de tiempo limitado para ver a su esposa.[41]

También departió con Psique cuando esta bajó al inframundo por encargo de Afrodita en búsqueda de un cofre que la habían mandado buscar.

De igual forma se encuentra en el mito de Minte. Esta ninfa se convirtió en la concubina de Hades, quien, según el mito fue pisoteada por Kore (Core), y la transformó en una planta de menta, la cual también es conocida como "Hedyosmos".[42]​ En una versión las palabras de la ninfa comparándose con la diosa del inframundo llegan a oídos de Deméter y en otra es la propia Perséfone quien la confronta pero en ambas versiones el resultado es el mismo para Minte.

Una vez Hades se enamoró y secuestró a una ninfa llamada Leuce y la llevó al inframundo. Perséfone enfadada por ello la transformó en un álamo blanco. También otra versión del mito cuenta que quien la transformó pudo haber sido Hades para inmortalizarla a la hora de su muerte natural.

Perséfone era el objeto del cariño de Pirítoo. Su amigo Teseo y él prometieron casarse con sendas hijas de Zeus. Teseo escogió a Helena, la secuestró con la ayuda de Pirítoo y decidió retenerla hasta que tuviese la edad para casarse. Dejaron a Helena con la madre de Teseo, Etra, y viajaron al inframundo, reino de la elegida de Pirítoo, Perséfone, y del marido de esta, Hades, quien fingió ofrecerles hospitalidad y preparó un banquete. Tan pronto como la pareja se sentó, las serpientes se enroscaron en torno a sus pies, atrapándolos.[43]​ Teseo fue finalmente rescatado por Heracles.[44]

Otros mitos sobre Perséfone

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Perséfone también figura en la historia de Adonis, el consorte sirio de Afrodita. Cuando Adonis nació, Afrodita lo tomó bajo su protección y fue hechizada por su belleza sobrenatural. Afrodita se lo dio a Perséfone para que lo cuidara, pero esta también quedó asombrada por su belleza y rehusó devolvérselo. La discusión entre las dos diosas fue resuelta por Zeus o Calíope, quien decidió que Adonis pasase varios meses —cuatro o seis, según distintas versiones— con cada una.[45][46]​, en una especie de poliginia.

El poeta Laso de Hermíone en uno de sus poemas (fragmentario), un himno de Deméter y Core, hace a la última consorte de Clímeno, un héroe beocio y no al dios Hades,[47]​ como es usual en la mayoría de relatos mitológicos.

Versión órfica

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Perséfone también tiene su participación en los mitos órficos, espisodio muy importante porque la conecta con Dioniso. Se dice que Zeus se une a su madre Rea-Deméter y en secreta unión nacería Perséfone, de manera incestuosa. Zeus, a continuación, intenta violar a su propia hija y Perséfone da a luz en Creta a Dioniso.[48]​ En las rapsodias órficas a Perséfone también se la denomina con dos advocaciones: Praxídice, una deidad de la venganza; y Atela, el nombre místico de una Perséfone monstruosa.[49]​ Como Atela Perséfone es decrita con dos ojos adicionales en la frente, la cara de un animal por la parte de atrás de su cuello, y también tenía cuernos; razón por la cual Rea, asustada, se niega a darle el pecho.[50]​ Zeus adopta la forma de una serpiente y de esta guisa viola a Perséfone.[51]​ Se llega a confundir a Core con Artemisa y también se predestina que tendrá unión con Apolo, pariendo así a un hijo con fuego resplandeciente en el rostro.[52]​ Core, la Muchacha, ya asentada en el reino celeste, teje un peplo que es el universo y en él se representan la tierra y las estrellas. Este hecho es crucial para la visión órfica pues representa a Core como el nexo de unión entre el mundo terrestre y el mundo de ultratumba, al que ella va y regresa.[53]​ Tan solo el rapto de Hades interrumpe la labor de la Muchacha. La desdichada Muchacha había sido entonces violada por Zeus y raptada por Hades.[54]​ El mito cuenta que la Muchacha fue raptada durante la estación del otoño mientras se encontraba bordando un escorpión.[55]​ Unida con Hades Perséfone alumbra a las Euménides, divinidades vengadoras de los crímenes familiares.[56]​ Estas son nueve hijas de ojos brillantes productoras de flores.[57]​ Hades no gobierna solo en el inframundo, Perséfone también ejerce su soberanía.[58]​ También se dice que Melínoe nació de la unión entre Perséfone y Zeus.[59]

Perséfone en el culto

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Relieve del siglo V a. C. procedente del Eleusis con la representación de Deméter, Perséfone y Triptolemo.

¿Una divinidad pre-griega?

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Muchos investigadores modernos han tratado de argumentar que el culto a Perséfone fue una continuación de la adoración que ya se le profesaba en el Neolítico o en la civilización minoica. Entre los clasicistas, esta tesis ha sido defendida por Günter Zuntz[60]​ y cautamente incluida por Walter Burkert en su definitivo libro La religión griega.

El mitólogo Károly Kerényi ha vinculado a Perséfone con Ariadna, y ha sugerido su identificación con la anónima «señora del laberinto» de Cnosos.[61]

En una tablilla de griego micénico en Lineal B de Pilos, datada entre 1400 y 1200 a. C. (PY Tn 316), John Chadwick encuentra el nombre (como pe-re-*82 o pe-re-swa) de una diosa *Presa que podría ser identificada con la oceánide Perseis, hija de Océano, y sugiere una posible conexión con el primer elemento del nombre "Perséfone".[62][63][64]

Culto a Perséfone en la Antigua Grecia y sus colonias

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Inspirados por James Frazer, Jane Ellen Harrison y los mitólogos modernos, algunos investigadores han etiquetado a Perséfone como una deidad de vida, muerte y resurrección.

En todo caso, pueden distinguirse dos facetas diferentes del culto a Perséfone en la Antigua Grecia. Uno de ellos, dentro del culto a «las dos diosas» compartido con su madre, Deméter, particularmente destacado en los misterios eleusinos celebrados en la región del Ática. Los ritos que se celebraban en este lugar eran, en parte, secretos. Hay testimonios de que entre ellos se celebraban actos sagrados en recuerdo del mito del rapto de Perséfone, su búsqueda y su reencuentro con su madre.[65]​ En otras muchas ciudades de la Antigua Grecia —y también en las colonias griegas que existían a lo largo del mar Mediterráneo— existían santuarios donde se adoraban conjuntamente a Deméter y a Perséfone (habitualmente bajo el nombre alternativo de Core), aunque también existían algunos templos dedicados específicamente a Perséfone. Los festivales de las Tesmoforias eran dedicados conjuntamente a las dos diosas. Por otra parte, en el santuario de Deméter y Core del Acrocorinto, en concreto, se encontraron gran cantidad de exvotos que indican un culto de carácter agrícola en el que las mujeres y los campesinos tenían un papel importante, y no solo para solicitar ayuda a las diosas en las tareas cotidianas sino que además les expresaban sus deseos personales a través de las llamadas tablillas de maldición.[66]

Especialmente importante era su culto en diferentes lugares de la isla de Sicilia. En honor a ella se celebraba la festividad de las Antesforias.[67]​ La tradición decía que en esta isla ambas diosas habían nacido, se había producido el rapto de Perséfone y que los cereales habían sido obtenidos allí por vez primera.[68]

La otra faceta de su culto es como divinidad del Inframundo o Reina de los muertos. En este sentido, sobre todo a partir del siglo IV a. C. es cuando Perséfone se evoca a menudo en epigramas que aparecen en inscripciones epigráficas y laminillas de oro funerarias.[69]

Entre los santuarios dedicados a Perséfone, uno de los más destacados era el de Locros Epicefirios, en el sur de Italia. Las representaciones iconográficas en pinakes encontrados en esta área muestran que en este santuario se otorgaba a esta divinidad una función protectora de las mujeres, los niños y el matrimonio.[70]

Véase también

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Referencias

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  1. Liddell, H. G. y R. Scott, A Greek-English Lexicon s.v.
  2. Homero, Odisea X,494.
  3. Nilsson, M. P. (1967), Die Geschichte der Griechische Religion, vol. I, C.F. Beck Verlag, p. 474.
  4. Platón, Crátilo 404-D.
  5. Clemente de Alejandría: Protréptico II 33, 8.
  6. Beekes, R. S. P., Etymological Dictionary of Greek, Brill, 2009, p. 1179.
  7. Smith, «Perse'phone.»
  8. Cornuto: Compendio de teología griega, 55
  9. Kerényi (1960).
  10. Apolodoro, Biblioteca mitológica I,3,1.
  11. Ferécides, fr. 277; Licofrón: Alejandra 710 (con escolio); Etymologycum Magnum, 244, 34.
  12. Atenágoras, Apología 20, 2 (fr. órfico, 58 Kern)
  13. Pausanias: Descripción de Grecia VIII 37, 5-6
  14. Cicerón: De Natura deorum, III 21, 53
  15. Sanjuniatón, teología de los fenicios, citado por Eusebio de Cesarea, Preparatio Evangelica
  16. Himno órfico 70
  17. Proclo en Platón, Crátilo 106, 55
  18. Virgilio: Eneida XII 845- 848
  19. Suda, voz «Macaria»
  20. Himno órfico LXXI, A Melínoe
  21. Himno órfico 71; Ovidio: Las metamorfosis VI, 115
  22. Himnos órficos, 29
  23. Himnos órficos 29 y 30; Higino: Fabulae 155; Diodoro Sículo: Biblioteca histórica IV 4.1; Nono: Dionisíacas 6.155; Suda, voz "Zagreo"
  24. Escolios a Píndaro, odas ístmicas VII, 3, y a Eurípides, Orestes 952, y a Aristófanes, Las ranas 401, 479.
  25. Higino: Fabulae 155
  26. Cicerón: De Natura Deorum III, 58
  27. a b c Ovidio, Fastos IV,419-618.
  28. Himno homérico II, a Deméter 8.
  29. Himno homérico II, a Deméter 52.
  30. Himno homérico II, a Deméter 78.
  31. Ovidio, Las metamorfosis V,465.
  32. a b Apolodoro, Biblioteca mitológica I,5,3.
  33. https://books.google.com.br/books?id=BbQwDwAAQBAJ&printsec=frontcover&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false Diane J Rayor Preface xv and xvi
  34. Himno homérico II, a Deméter 360-470.
  35. Ovidio, Las metamorfosis V,555.
  36. Himno homérico II, a Deméter 473.
  37. Antonio Ruiz de Elvira, Mitología clásica, p.69, Madrid:Gredos, 2000, ISBN 84-249-0204-1.
  38. Grupo Tempe, Los dioses del Olimpo, p. 178. Madrid: Alianza, 1998, ISBN 84-206-3648-7.
  39. Diodoro Sículo V,2.
  40. Ovidio, Las metamorfosis X, 1 - 85.
  41. Lucian Dialogos de los muertos https://www.theoi.com/Text/LucianDialoguesDead2.html
  42. Estrabón VIII,3,14.
  43. Apolodoro, Biblioteca mitológica, epítome I,23-24.
  44. Apolodoro, Biblioteca mitológica II,5,12.
  45. Higino, Astronomía poética II,7.
  46. Apolodoro, Biblioteca mitológica II,14,4.
  47. Laso de Hermíone, PMG 21. Cfr. Lírica griega arcaica (poemas corales y monódicos, 700-300 a.C.), Biblioteca Clásica Gredos 31, 1980.
  48. Martyrium Theodoti Ancyrani et septem cum eo virginum Acta S. S., 18
  49. Orphica Arg. 31
  50. Atenágoras, Pro Christ. 20, 1
  51. Escolio a Luciano 52, 9
  52. Proclo en Platón, Crátilo 96, 19
  53. Porfirio: El antro de las ninfas 14 p. 56, 10
  54. Proclo en Platón, Crátilo 85, 22
  55. Proclo en Platón, Remp. II 62, 9
  56. Olimpiodoro, en Platón, Fedón 7, 10
  57. Proclo en Platón, Crátilo 106, 55
  58. Proclo, en Platón, Timeo I 457, 14
  59. Himno órfico 71 (a Melínoe)
  60. Zuntz (1973).
  61. Karl Kerényi, Dionisios, raíz de la vida indestructible, p.83, Barcelona: Herder (2011), ISBN 978-84-254-2842-5.
  62. Raymoure, K.A. «pe-re-*82». Minoan Linear A & Mycenaean Linear B. Deaditerranean. Archivado desde el original el 5 de julio de 2021. Consultado el 29 de enero de 2016.  «PY 316 Tn (44)». DĀMOS: Database of Mycenaean at Oslo. Universidad de Oslo. 
  63. Chadwick, John (1976). The Mycenaean World. Cambridge, UK: Cambridge University Press. p. 95. ISBN 0-521-29037-6.  En Google Books.
  64. Comentarios sobre la diosa pe-re-*82 de la tablilla de Pilos Tn 316, reconstruida provisionalmente como *Preswa
    ”It is tempting to see... the classical Perse... daughter of Oceanus...; whether it may be further identified with the first element of Persephone is only speculative.” John Chadwick. Documents in Mycenean Greek. Segunda edición.
  65. Castro Jiménez (2002), pp.139-140.
  66. Mariana Figueiredo Virgolino, O Santuário de Deméter e Core em Acrocorinto: um lugar antropológico, p.84, en revista Plêthos, Vol. 1, (2011) (en portugués).
  67. Diccionario Griego-Español en línea, voz Ἀνθεσφόρια
  68. Cicerón, Verrinas II,IV,48.
  69. Marta González González, Soberana del Hades. Perséfone en la epigrafía funeraria y en la láminas áureas, p.324, en revista Humanitas n.º 66 (2014), pp. 323‑347.
  70. Mirella Romero Recio, La presencia femenina en el proceso colonial griego, p.257, en revista Kolaios n.º 4 (1995), pp. 253-264.

Bibliografía

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Enlaces externos

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