Pedro de Urdemalas (Cervantes)

obra de teatro de Miguel de Cervantes

Pedro de Urdemalas es una comedia de Miguel de Cervantes Saavedra, una de las más originales que compuso, del mismo tono picaresco que el primer acto de su El rufián dichoso y aparece en último lugar en sus Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados (Madrid: Viuda de Alonso Martín, 1615). Debió escribirla, según Cotarelo Valledor, Schevill-Bonilla, Canavaggio y Meregalli, con posterioridad a la muerte del actor Nicolás de los Ríos, ocurrida el 29 de marzo de 1610; en cualquier caso, cuando ya había entrado “el monstruo de la naturaleza, el gran Lope de Vega, y alzose con la monarquía cómica.”

Pedro de Urdemalas
Autor Miguel de Cervantes
Año entre 1610 y 1615
Género comedia cervantina
Publicación
Ubicación España
Idioma Español

Se inspira en el personaje folclórico (oral y literario) de Pedro de Urdemalas.[1]​ Junto al citado elemento picaresco, tiene mucho de comedia de costumbres y de enredos, así como un irónico juego metateatral de teatro en el teatro.[2][3]

Argumento

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Pedro declara su bajo origen social: "Yo soy hijo de la piedra, / que padre no conocí..." y se ve solo para luchar contra la vida haciendo el pícaro; un mago le predice un futuro halagüeño y según su profecía será rey, papa, volatinero. Urdemalas cree en ese destino; criado de un alcalde, se encarga de llevar los asuntos amorosos de varios de sus amigos con las hijas de su señor. Después, por amor de Belica, se va a vivir con una tropa de gitanos. Se refleja entonces un mundo y un ambiente que tienen mucho en común con La Gitanilla y aprovecha Cervantes para hacer cuadros de costumbres. Belica, en realidad, resulta ser sobrina de la reina, frustrando el presumible matrimonio de Urdemalas. Fracasado también en el amor, se convierte en actor, profesión en la cual, por lo menos, podrá ser todas las cosas que le ha prometido el mago y él ambicionaba:

Ya podré ser patriarca, / pontífice y estudiante, / emperador y monarca, / que el oficio de estudiante / todos estados abarca...

Pese a su condición de pícaro, Urdemalas lleva a sus actos cierta nobleza, o por lo menos cierta simpatía. La obra termina con un pasaje interesante para comprender la ideología dramática cervantina. El actor anuncia "a toda gente mosquetera" para el día siguiente la representación de una comedia libre de todas las "impertinencias" que irritaban al escritor:

Mañana, en el teatro, se hará una / donde, por poco precio, verán todos / desde el principio al fin toda la traca / y verán que no acaba en casamiento, / cosa común y vista cien mil veces, / ni que parió la dama esta jornada / y en otra tiene el niño ya sus barbas / y es valiente y feroz y mata y hiende / y venga de sus padres cierta injuria / y al fin viene a ser rey de cierto reino / que no hay cosmografía que le muestre

Cervantes inserta con interés costumbrista escenas de pícaros, de gitanos, de gente del hampa, tipos del bajo pueblo, presentados como trozos de vida auténtica.

Referencias

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  1. La mención más antigua, registrada en un documento aragonés exhumado por Antonio Ubieto, se remonta a fines del siglo XII hasta un lugar llamado “campus de Pedro de Urdemalas.” La primera referencia literaria aparece, según José Manuel Blecua, en el Libro del paso honroso de Suero de Quiñones, escrito hacia 1439–40. A partir de esta aparición, el personaje transmigra por textos de Juan del Encina, Lucas Fernández, Lope de Rueda, Juan de Timoneda y Francisco Delicado; realiza el Viaje de Turquía, acompaña a Perico de los Palotes y Pateta, Juan de las Calzas Blancas, Pedro por demás, el Bobo de Coria... en “La visita de los chistes” o “Sueño de la muerte” de Francisco de Quevedo, facilita el travestimiento de Laura en la comedia (supuestamente) lopesca, Pedro de Urdemalas (1596–1606?), protagoniza la novela inacabada El sutil cordobés Pedro de Urdemalas, de Alonso Jerónimo de Salas Barbadillo, y reaparece casi a fines de la centuria seiscentista sirviendo de disfraz a Laura, como en Lope, en la comedia igualmente titulada de Juan Bautista Diamante. Schevill y Bonilla señalan en su edición que "una de las más antiguas menciones de este personaje popular (análogo al Till Eulenspiegel alemán) figura en la Egloga o farsa del nascimiento de nuestro redemptor Jesucristo, de Lucas Fernández (1514), donde Gil dice: «¿Vos sois Pedro de Ordimalas, / o Matihuelo?» Luego, en todo el siglo XVI, y en el XVII, las citas de aquel personaje fueron frecuentísimas. En la Doleria del sueño del mundo, de Pedro Hurtado de la Vera (Anvers, 1572; III, 2.ª), se le llama «Pedro de malas artes». Correas, en su Vocabulario, dice: «Es un Pedro de Urdemalas (el que es tretero, taimado y bellaco).» Vicente Espinel, en su Sátira contra las damas de Sevilla (1578), recuerda las consejas «largas y enfadosas» de Pedro de Urdemalas. Compárese la Antología de poetas líricos, de Marcelino Menéndez y Pelayo, VII, pág. XLVIII".
  2. http://cvc.cervantes.es/literatura/cervantistas/congresos/cg_2006/cg_2006_107.pdf
  3. https://www.h-net.org/~cervant/csa/artics95/estevez.pdf

Enlaces externos

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