Francisco A. Barroetaveña

abogado y político argentino

Francisco Antonio Barroetaveña (Gualeguay, 20 de julio de 1856-Buenos Aires, 27 de noviembre de 1933)[1]​ fue un abogado y político argentino, fundador de la Unión Cívica de la Juventud, la Unión Cívica y la Unión Cívica Radical.

Francisco A. Barroetaveña


Diputado de la Nación Argentina
por provincia de Buenos Aires
30 de abril de 1900-30 de abril de 1904


Diputado de la Nación Argentina
por Capital Federal
30 de abril de 1894-30 de abril de 1898

Presidente de la Unión Cívica de la Juventud
1 de septiembre de 1889-13 de abril de 1890
Predecesor Nadie (se crea la Unión Cívica de la Juventud)
Sucesor Nadie (se disuelve la Unión Cívica)

Información personal
Nacimiento 20 de julio de 1856
Gualeguay, Entre Ríos, Argentina
Fallecimiento 27 de noviembre de 1933
Buenos Aires, Argentina
Nacionalidad Argentina
Información profesional
Ocupación político, abogado, escritor
Partido político Unión Cívica de la Juventud
Unión Cívica
Unión Cívica Radical
Partido Demócrata Progresista
Unión Cívica Radical Antipersonalista

Biografía

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Francisco Antonio Barroetaveña nació el 20 de julio de 1856 en la ciudad de Gualeguay, en la provincia de Entre Ríos, siendo hijo del porteño Francisco José Barroetaveña y de la santafesina María Manuela Cepeda Candioti. Por parte paterna era nieto del vasco Cayetano Barroetaveña, funcionario colonial en Buenos Aires. Mientras que por parte materna era tataranieto de Francisco Candioti, un importante hacendado y el primer gobernador de Santa Fe.

Barroetaveña cursó sus estudios en el Colegio del Uruguay y luego en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, en la que se recibió como abogado.

Barroetaveña, siendo un joven abogado, comenzó a participar en política y se hizo conocido en Buenos Aires por su artículo publicado en el diario La Nación el 20 de agosto de 1889, titulado "¡Tu quoque juventud! En tropel al éxito", que sacudió a la opinión pública y a la juventud en particular, donde mostraba su indignación y condenaba la ausencia de principios morales y el apoyo de ciertos jóvenes que apoyaban al entonces presidente Miguel Juárez Celman diciendo: "Esta y aquella adhesión no significan otra cosa que la renuncia a la vida cívica activa de los jóvenes, para desaparecer absorbidos por una voluntad superior que los convierte en meros instrumentos del jefe del Poder Ejecutivo". Dos días después de la publicación de su artículo, un grupo de jóvenes, profundamente inspirados por lo escrito por Barroetaveña, se agruparon en su estudio de abogado para formar una agrupación política. Entre esos jóvenes que participaron de la creación de la nueva agrupación se encontraban: Marcelo T. de Alvear, Emilio Gouchón, Ángel Gallardo, Juan B. Justo, Tomás Le Bretón y muchos otros.

Desde ese día, las adhesiones a la nueva agrupación política habían crecido de tal manera que Barroetaveña y los jóvenes deciden realizar un acto político en el Jardín Florida, que tendría lugar el 1 de septiembre de 1889. Se nombró una comisión para enviar invitaciones a asistir a los principales hombres de la oposición. Por esa vía se invitó a concurrir a Bartolomé Mitre, Aristóbulo del Valle, Leandro Alem, Vicente F. López, Pedro Goyena, Delfín Gallo, Torcuato de Alvear y Bernardo de Irigoyen, todos hombres que habían demostrado una fuerte oposición al juarismo. El acto político en el Jardín Florida fue un éxito y atrajo a más de 3000 personas y la presencia de las principales personalidades de la oposición, se constituyó la Unión Cívica de la Juventud y se aprobó su programa, con el fin de aglutinar al amplio espectro de opositores al gobierno de Miguel Juárez Celman, sostenido por el oficialista Partido Autonomista Nacional. Una vez terminado el mitin, la concurrencia se lanzó a la calle y desfilo hasta la plaza de mayo, recibiendo en el trayecto flores y aplausos por parte de la gente desde las aceras y los balcones. Las flores fueron depositadas en la estatua de Belgrano y allí Alberto V. López pronunció el último discurso del día.

Dentro de la UCR apoyó a Leandro Alem y Marcelo T. de Alvear y se opuso tenazmente a Hipólito Yrigoyen.

Se separó de la UCR y se integró al Partido Demócrata Progresista llegando a ser candidato a presidente de la Nación en 1931 por la fracción entrerriana del Radicalismo Antipersonalista.[2]

Fue un activo miembro de la masonería argentina.[3]

Véase también

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Referencias

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Bibliografía

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  • Cabral, César Augusto (1967). Alem: informe sobre la frustración argentina. Buenos Aires: A. Peña Lillo. ISBN. 
  • LUNA, Félix (1964). Yrigoyen. Buenos Aires: Desarrollo. 

Enlaces externos

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