Donde el Amor Perdura

Prefacio

El amor es una fuerza que trasciende el tiempo, el espacio y las circunstancias. Es una emoción compleja, llena de matices, que puede tanto sanar como desafiar. En las páginas de Donde el Amor Perdura, exploramos las muchas caras del amor: el amor que teme y duda, el que se atreve a florecer, el que tropieza, y el que, pese a las tormentas, encuentra su camino de regreso. Esta colección de poemas es un viaje por los rincones más íntimos de la emoción humana, donde cada historia refleja los anhelos, las batallas internas y los momentos en los que el corazón, a pesar de todo, elige seguir adelante.

Este libro ha sido escrito para quienes alguna vez han amado, perdido, dudado y, aun así, creído en la posibilidad del reencuentro. Cada poema es una ventana a vidas distintas, situadas en escenarios cotidianos y mágicos: pueblos tranquilos donde el jazmín perfuma el aire, ríos que murmuran historias antiguas, y noches iluminadas por estrellas que escuchan promesas. Los personajes que habitan estas páginas se enfrentan a miedos universales: la pérdida, el rechazo, la soledad, pero también la esperanza, la valentía y el perdón. Son personas reales, llenas de contradicciones, con fortalezas y debilidades que las hacen cercanas al lector.

Uno de los motivos principales para escribir este libro es capturar la esencia del amor como un proceso, no como una meta perfecta. Vivimos en un mundo que, con frecuencia, nos vende la idea de que el amor verdadero no tiene obstáculos, que todo debe encajar sin esfuerzo. Sin embargo, estas historias demuestran que el amor más auténtico es aquel que atraviesa la incertidumbre, las dificultades y el crecimiento personal. El amor que perdura es el que acepta las imperfecciones del otro, el que elige quedarse incluso cuando es más fácil partir, el que reconoce que los corazones se construyen a través del tiempo, como un río esculpe las piedras a su paso.

¿Por qué leer este libro? Porque en cada uno de sus poemas se encuentra un fragmento de la vida que todos, en algún momento, hemos experimentado. Las historias aquí contadas no solo son relatos de amor entre dos personas, sino también historias de amor propio, de reconciliación con el pasado y de la búsqueda de sentido en medio del caos. En ellas, los lectores podrán encontrarse reflejados, ver sus propios miedos y esperanzas, y encontrar consuelo en saber que no están solos en su camino. Este libro no ofrece soluciones mágicas, sino una invitación a abrazar las complejidades del amor con paciencia y compasión.

Cada poema está construido como un pequeño viaje, con personajes que evolucionan y toman decisiones que no siempre son fáciles. Encontrarás amantes que se reencuentran después de años de distancia, corazones que aprenden a confiar de nuevo tras haber sido heridos, y almas que descubren que el amor no siempre significa aferrarse, sino, a veces, aprender a dejar ir. Estas historias destacan que el amor no es un sentimiento estático, sino una elección continua, una promesa renovada día a día, incluso cuando las circunstancias cambian.

Los escenarios elegidos para estas historias buscan crear una atmósfera de cercanía y belleza. Los ríos, los campos floridos, los templos antiguos y los caminos rurales no solo sirven como telones de fondo, sino que simbolizan el fluir de la vida, las transiciones y la conexión con lo más profundo de nosotros mismos. Estos lugares son testigos de los encuentros y desencuentros de los personajes, y en cada rincón de estos paisajes se esconde una lección sobre el tiempo y la permanencia del amor.

Donde el Amor Perdura es también un recordatorio de que el amor no es lineal. Las poemas de este libro nos enseñan que, aunque el camino hacia el amor verdadero puede estar lleno de tropiezos, dudas y errores, cada experiencia tiene un propósito. Aprender a confiar, a perdonar, a aceptar el dolor como parte del proceso, son pasos esenciales para construir relaciones significativas. Y lo más importante: el amor comienza en uno mismo. Antes de amar a otro, cada uno de los personajes se enfrenta a sus propios miedos y demonios, aprendiendo que no hay amor más importante que el que uno se da a sí mismo.

Invitamos al lector a que se sumerja en estas páginas con el corazón abierto, dispuesto a sentir, reflexionar y tal vez derramar alguna lágrima. Aquí encontrará un espejo de sus propias experiencias y una guía que lo acompañará en sus propios viajes emocionales. Este libro es para quienes buscan consuelo en las palabras, para los que creen en la magia de las segundas oportunidades y para quienes saben que cada historia de amor, sin importar cómo termine, tiene un valor incalculable.

Al final, Donde el Amor Perdura es una celebración de la humanidad en su forma más vulnerable y hermosa. Nos recuerda que amar es un acto de valentía, que cada cicatriz es un testimonio de haber sentido profundamente, y que el amor que realmente importa es aquel que persiste más allá del tiempo y las circunstancias. Aquí, en estos versos, reside la verdad de que el amor no es perfecto, pero siempre vale la pena.

Esperamos que cada lector encuentre en estas páginas un rincón de paz, una chispa de esperanza, y la certeza de que, sin importar cuán incierto sea el camino, el amor siempre encuentra su cauce, como el río que corre hacia el mar. Porque en este libro, como en la vida misma, el amor fluye, tropieza y se reinventa, pero nunca deja de ser.

—Autora

1. Donde nace el amor verdadero

Junto al río donde los sueños van,

Ella se sentaba al llegar el zaguán.

El viento soplaba, la noche caía,

Y en ese rincón su alma vivía.

Sus ojos guardaban secretos de amor,

Y en su pecho latía un dulce ardor.

Él era el amigo que bien la entendía,

Con quien las palabras no eran necesidad día a día.

Su risa ligera, su mirada sincera,

Pero ella temía que el amor se volviera quimera.

Ansiaba más, aunque dudosa y en calma,

Luchando en silencio con fuego en el alma.

Hablaban de sueños, de vidas sin nombre,

Mientras su corazón más fuerte se esconde.

Una tarde, bajo el cielo estrellado,

Le susurró aquello que había callado.

"¿Podemos ser más que amigos, tal vez,

O es este camino solo uno que ves?"

Su rostro cambió, entre pena y pasión,

El miedo y el amor se hallaron en confusión.

"Eres mi amiga, mi más fiel compañera,

Pero temo que el amor todo lo hiera."

Con voz suave ella le quiso aclarar,

"No hay leyes que dos almas puedan limitar.

Ama al amigo, sin miedo ni afán,

Solo eso quiero, nada más, sin plan."

Él giró su mirada hacia un rincón,

Buscando tiempo para hallar su razón.

Ella lo vio marchar con dolor encendido,

Como la lluvia borrando lo no vivido.

Él guardó distancia, ella su tristeza,

Aunque ambos sintieron la misma destreza.

Ella soñó con un futuro lejano,

Él, con palabras que nunca dijeron temprano.

Y bajo la lluvia, sola quedó,

Anhelando el amor que no llegó.

Mientras él, en su mente, veía su sonrisa,

Descubriendo que ella era su única brisa.

Una noche llegó, la tormenta en su piel,

Con el corazón claro, aunque lleno de hiel.

"Fui un necio, temí demasiado,

Y ahora sé que tú eres mi lado amado."

Su aliento se detuvo, su pecho vibró,

Al escuchar lo que su corazón soñó.

"No hay ley que nos impida amar,

Solo un camino que juntos hay que andar."

Ella lo tomó, su mano en la de él,

Un beso selló lo que era fiel.

Prometieron entonces, bajo ese cielo sin fin,

Caminar juntos, destino y confín.

La ciudad seguía su ritmo al pasar,

Pero en ellos latía un amor sin cesar.

Hallaron en el amor paz y verdad,

Un lazo eterno, más allá de la edad.

Sin cuentos de hadas, sin fin ideal,

Solo un amor que surgió natural.

Y junto al río, viendo el fluir,

Se abrazaron lento, sin huir.

El amor no necesita leyes ni normas, dijo ella,

Y él asintió, sabiendo que ella era la estrella.

Hallaron en el otro una historia nueva,

Donde la amistad al amor se eleva.

2. Donde el amor renace

En el pueblo donde los ríos cantan,

Y los templos antiguos secretos levantan,

Vivía ella, con sueños en flor,

Él caminaba, buscando amor.

Sus ojos, estrellas en la oscuridad,

Sus pasos, susurros de complicidad.

Desde niña lo amaba, en silencio profundo,

Guardando verdades en su propio mundo.

La lluvia caía como suave canción,

Y su corazón supo su dirección.

Pero él, con promesas hacia otra mujer,

Dejó su alma flotando sin saber.

Ella lo veía con su novia perfecta,

Mientras su amor por dentro se conecta.

Pero en su sonrisa vio un vacío oculto,

Un deseo lejano, un sentir tumulto.

Una tarde, entre libros viejos,

Él llegó con ojos complejos.

Con voz baja, casi sin aliento,

Le dijo: No sé si estoy contento.

Ella escuchó sus dudas sinceras,

De amar sin pasión, con lágrimas fieras.

Habló de ella, de su amor secreto,

Y ella sintió esperanza en su pecho inquieto.

Kunal, susurró, con voz contenida,

"Estás en el borde, con el alma perdida.

Pero piensa en ella, en la que elegiste,

El amor no es solo lo que viste."

Él se fue con pensamientos turbados,

Ella luchó contra llantos callados.

La boda se acercaba, bajo el banyán,

El pueblo esperaba con fervor y afán.

Pero pronto corrieron rumores al viento,

Él rompió el compromiso en un momento.

Ella supo del peso que cargaba,

Y en su corazón, una oración hallaba.

Una noche, llegó él, hombros vencidos,

Con voz baja reveló sus sentidos.

"Cerré mentiras, la dejé partir,

Pero tú eres quien me hace vivir."

Ella lo miró, una lágrima en su ojo,

"Necesito tiempo, aún me recojo.

Mi corazón late con verdad,

Aunque el miedo esconde la claridad."

Él le tomó la mano, en promesa fiel,

Y en el silencio, dijeron todo con su piel.

Ella caminó noches recordando su ayer,

Sabiendo que su amor era su único ser.

Al amanecer, con el sol en su cara,

Fue a él, con palabras claras.

"No hay ley, ni regla que frene el sentir,

Solo el amor que nos puede unir."

Él la abrazó, en un juramento nuevo,

Sus almas cantaron aquel viejo deseo.

Y aunque su historia no fue perfecta,

El amor fue la chispa que siempre conecta.

Ahora, en el pueblo donde los ríos brillan,

Dos corazones caminan, sin más riñas.

No buscan ser ideales ni divinos,

Solo aman, con pasos genuinos.

No es un cuento de hadas ni fantasía,

Es amor real, con su propia armonía.

Porque en cada mano que se aferra fuerte,

Hay un corazón que se enfrenta a la suerte.

Y en la luz del río, suave y fugaz,

Caminarán juntos, pase lo que pase, jamás.

3. Donde el amor se atreve

En la ciudad donde los susurros bailan,

Y las paredes doradas al sol estallan,

Ella se sienta junto a la ventana,

Con el corazón inquieto, como campana temprana.

Su cabello negro fluye como la noche,

Enmarcando un rostro que nunca se esconde.

En un mundo donde la belleza es prisión,

Sueña con libertad, con romper su dolor.

Prometida a un hombre de orgullo