Disoluciones orbitales
()
Información de este libro electrónico
Un entrecruzamiento de tres historias de amor que convergen en una disolución orbital.
Relacionado con Disoluciones orbitales
Libros electrónicos relacionados
Cuentos góticos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa partitura interior Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHumor de perros Calificación: 1 de 5 estrellas1/5A la intemperie Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDe profundis - La balada de la cárcel de Reading / De Profundis - The Ballad of Reading Gaol Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl fuego está en otra parte Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSobre las ruinas de la ciudad rebelde: La novela que nos muestra el arte mayor de la seda en todo su esplendor en el siglo XVIII Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Sexto Portal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl genio y la diosa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El libro del dragón: La leyenda de San Jorge Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesToledo, la histoira jamás contada de las catedrales Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMermoz Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAdán Nada Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos días del Cáucaso Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La historia de nadie y otros cuentos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Diabolus in Anima «El desolado» Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los lobos del centeno Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesClásicos, Demian Siddartha Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCrónicas de sangre negra Vol. II. La travesía de las Islas Hierronegro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Lágrima Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSu pequeña eternidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesResurrección Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGuzmán el Bueno. El señor de la frontera Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¿Dónde están los lobos? Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHistorias de Fantasmas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDormir en tierra Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHuellas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¡Es raro! Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Poesía para usted
Las cosas que dije en silencio Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Valentía Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Hojas de hierba Calificación: 2 de 5 estrellas2/5Kamasutra (texto completo, con índice activo) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El pequeño libro de la vida de Rumi. El jardín del alma, el corazón y el espíritu Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Valentía II Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Aforismos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Emocionario Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Poemas de amor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La divina Comedia: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Noche oscura del alma: Letra Grande Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Poemas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Sabines a la mano: Poesía escogida Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Tres monjes budistas: 110 haikus Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Antología poética Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Ariel Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Antología poética para jóvenes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMe tienes en tus manos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las grandes mujeres Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Corazón de miel. Poemas de amor. Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Viaje esencial Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Poemas humanos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Una ballena es un país Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Mero Cristianismo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Poesía imprescindible Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Libro de oro frases celebres Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Tú me quieres blanca Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Noche oscura; Cántico espiritual; Llama de amor viva y otros poemas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Poemas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Antología poética de Gabriela Mistral Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Categorías relacionadas
Comentarios para Disoluciones orbitales
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Disoluciones orbitales - Géraldine Eggerickx
Agradezco a mi madre y a mi padre por el obsequio del amor a las artes y a las palabras.
Me asombré ante un océano sin orilla,
y ante una orilla que no tenía océano;
y ante un amanecer sin oscuridad,
y ante una noche sin resplandor temprano.
Y entonces una esfera sin lugar
conocido por ningún necio o erudito;
y en una cúpula azul nacida de la tierra,
orbitando alrededor de su centro -compulsión;
y en una tierra próspera que no guarda nada
y sin lugar alguno, el Secreto oculto.
Ibn ‘Arabi
Kitab ‘Anqâ’ mughrib
Doura
In interiore homine habitat veritas
1
La prisión
La prisión, rudimentaria hasta el hartazgo, estaba construida en el hueco de una montaña. La ciudad, levantada a las orillas del Atlas, se encontraba en la región de Khalouia. La Daira, conocida como ciudad principal, de esta región se llamaba el Bordj, capital de una wilaya, un conjunto de asentamientos, situada entre Cabilia y Hauts-Plateaux. Alrededor del fuerte se había formado progresivamente una aldea, poblada por diferentes tribus cabilas de la región y dotada de un importante mercado.
Algunas palabras para aclarar.
Mi llegada sucedió en un momento en que este lugar se estaba convirtiendo en una comunidad mixta. Éramos muchos los franceses que nos instalamos ahí. Yo tenía un lugar en los altos cargos y con mi pequeña familia teníamos una casa maravillosa. Luego volveré a este momento, porque era mi regreso al país y había pasado toda mi infancia en una región vecina, a 40 kilómetros de Argel.
Éramos tierra francesa, ubicada en Hauts-Plateaux, en el corazón de numerosas dairas y rodeada por una cadena montañosa llena de tantos misterios como peligros. Los enemigos en nuestros ojos: la antigua tribu de los Hashem, extendida sobre gran parte de la Medjana, que había perdido todas sus tierras, más de 50,000 hectáreas, después de la insurrección de 1871, sin haber ganado nada de la recompra que les habían concedido a otras insurgencias.
Estábamos allí para garantizar la seguridad y hacer cumplir la ley. Yo regresaba alegre de poder disfrutar de cierta tranquilidad de nuevo, después de varios años de combate en la Argelia subsahariana. Mis funciones se habían reducido a lo más simple. Y ahora abstraído en ese pensamiento, soy consciente de esta terrible fisura: yo era simplemente otro, un militar, un capitán bien entrenado. Por desgracia, el cambio había arrasado con todo a su paso, pues a uno le