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Mi reino por este mundo: Los poemas de la vida
Mi reino por este mundo: Los poemas de la vida
Mi reino por este mundo: Los poemas de la vida
Libro electrónico834 páginas6 horas

Mi reino por este mundo: Los poemas de la vida

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Información de este libro electrónico

Vida y poesía, vida y amor vida y libertad. Esta triada, que los surrealistas comulgaron entre sueno y realidad, no es sólo una bandera de acción sino una bandeja de asombro y fascinación donde se despliega la obra poética de Jotamario Arbeláez. Así viene allí al desnudo "el cuerpo de ella" donde las palabras hacen el amor con la poesía; viene "el profeta en su casa" recordando para recordar "la casa de memoria vienen los santos aliñados con "zen y santidad" desfilando con sandalias en la cabeza y cien pies en la tierra; viene en "paños menores" la impudicia de un "culito de rana" para ejercer "el arte de pedirlo"; viene aquello de que "nada es para siempre, viene la ofrenda de "mi reino por este mundo". Porque ya desde sus comienzos, la poesía de Jotamario es una aventura, un desafío para correr todos los riesgos.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento10 may 2023
ISBN9786287500761
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    Mi reino por este mundo - Jotamario Albeláez

    Zona de tolerancia

    Zona de tolerancia

    (1958-1962)

    SALUDO

    Jota

    mario

    lo saluda

    él es un hombre como pocos

    de medidas palabras y piel suave

    cual pellejo de vino

    educado en colegios oficiales

    pero bebe gustoso con usted hasta altas horas de la noche

    y aunque en cierta ocasión llamose a Sí Mesías

    Desadaptado o

    Genio o

    El Que Se Anuncia

    no es más que El Que Todo Lo Ve

    pero Lo Calla

    y le da vuelta a todo entre la boca

    II

    viene de adentro

    de la ciudad

    desde los ascensores

    desde los teléfonos automáticos

    parte la calle con su presencia ambulatoria

    con su chaqueta azul

    con sus zapatos empolvados

    jotamario penetra en los supermercados

    pensando siempre en lo que habrá más acá

    del horizonte

    sonriendo a la vendedora de pez y al pederasta

    hurtando peras podridas para saciar el apetito

    subiéndose a las básculas para ver si conserva su locura

    para ver si es la hora del yogur

    sube por la puerta de atrás de los autobuses

    y pasea durante lo que el tiempo se deje

    por desconocidos parajes del distrito

    husmeando por las ventanas de las habitaciones

    mirando meter goles en las canchas de fútbol

    sintiendo que la lluvia le corona de espinas

    pero sobre todo camina por las aceras

    desperdiciando el éxtasis de la velocidad

    extraviado en el tiempo

    con la mirada fija en sus anteojos

    con dos cartas de amor en el bolsillo de atrás de sus bluyines

    donde le comunican que ha crecido la hierba sobre el lecho

    que un recuerdo de carne está esperando

    con los brazos asados de impaciencia

    y jotamario tuerce por una transversal larga como una espera

    y se precipita por ella dando la espalda a este poema

    III

    viene de la ciudad a toda hora

    y se encamina hacia sí mismo

    con su caminado de gángster

    y su navaja filuda

    IV

    yo soy el que no hay

    el quinto malo

    yo soy el mal que por bien no ha venido

    el que mató al suicida en primavera

    soy uno de los siete enanitos

    que fueron contra tebas

    la trompeta estridente de

    charlie parker en el juicio final

    yo soy la golondrina que construye el verano

    la banqueta de madera que salvara a daniel

    cuando estaba en el foso de los leones

    el peldaño podrido de la escalera de jacob

    el flash de la verónica

    cuando el apóstol iba camino a la calvicie

    la palangana donde pilatos se lavara las manos

    luego de meterse un dedo por el culo

    yo soy la espada de damocles

    sobre tu corazón de cabezas de fósforo

    yo soy el mal que durará cien años

    y el cuerpo resistente

    TRAPECIO MELANCÓLICO SONANDO

    las uvas negras pito baten claman

    las uvas estalladas por la ira

    cambiando de locura en las presiones

    prohibidas a la luz de los manómetros

    mentira

    son las uñas del cadáver

    las que crecen al alba sin medida

    para que el parapeto de la seda

    se rasgue como un tordo por un clavo

    y no penséis que el rápido camina

    para alcanzar lo denso que se avanza

    sino que los desgastes se originan

    no en el temblor sino en la rozadura

    trapecio melancólico sonando

    las uvas arrancadas del badajo

    casi tan altas como casiopea

    y amargas destripadas por la nieve

    callen los que no saben que a patadas

    matamos la belleza en los floreros

    y con las bombas de los inodoros

    hacemos lirios de latón dormidos

    estamos ebrios de razón y sueño

    vemos caer la hierba de las nubes

    somos capaces de marcar el queso

    de las trampas que dios hace en el juego

    cuenten caminen recen y razonen

    ciudadanos la góndola en el aire

    detrás de cada biombo hay una lámpara

    y un zorro y unas uvas apagadas

    sonando melancólico trapecio

    para cerrar la puerta de la cama

    E.L.

    a papá

    Él

    carecía por completo de conocimiento

    Él

    se sucedía biológicamente entre sus claves

    se tomaba la libertad de tener hambre

    Él se quemaba las manos

    a veces con vitriolo o lloviznando

    sacando los peces viejos del florero

    enterrado hasta la mitad de la nuca

    Él

    acontecía bajo los altos aleros

    difuminado como un aeroplano

    no pensaba más allá de marsella

    tenía

    pecas en ambos pies

    y en ambos paladares

    Él

    corría persiguiendo los trenes

    santiguándose la corbata para frenar el nudo

    buscando su número preciso en el directorio telefónico

    Él se mojaba las yemas

    para contar agrios billetes de cien pesos

    para chirriarlas contra la plancha ardiente

    para tomar el ponche

    Él se enamoraba de cada paso

    escondiéndose por las rendijas

    proyectando su ojo por los largavistas

    desabrochándose la bragueta

    Él aprendió en la escuela los colores

    los números los ceros y las equis

    el zumbido de los volcanes

    el peso pluma de los pájaros

    Él

    caminaba saliéndose de los espejos

    delgado y alegre como una ampolleta de morfina

    diciendo inglés

    o

    buceaba conteniendo la respiración

    y como un ventilador la lengua andando

    sintiendo que le aruñaban las orejas

    brincando como un fríjol

    Él se lavaba los órganos

    Él se contaba los dedos en las notarías

    se reía tiñéndose las canas

    silbaba en el hotel

    cruzaba las piernas como una cruz gamada

    no roncaba jamás

    en las terrazas Él comparaba sus llaves con asteroides

    se tomaba los cocteles olvidados en los rincones

    padecía de un riñón

    Él

    se disfrazaba de ku-klux-man

    para linchar su sombra legalmente

    seducía bajo las sedas de su camarote

    abstemiaba los sábados

    Él

    no se correspondía con su portarretratos

    amenazaba con suicidarse con un teléfono en las sienes

    era impaciente como los sexos de dos cañones

    Él

    abandonó el bastón a los doce años

    juró bandera cuando el asesinato de gandhi

    leyó a malraux

    Él predijo su muerte para el momento del eclipse

    para cuando eridano derrita los sifones

    para la hora del café

    DEJADME DEPOSITAR ESTE VENENO

    Yo dije debo ponerlo a tus pies para que cuando venga la música al primer paso en falso te suicides

    Tú dijiste ponlo a los pies de él que me persigue que no me deja castidad que yo quiero que muera

    Él dijo pongámoslo al pie de todos y cada uno de nosotros para que al fin alguno se decida

    Nosotros dijimos pongámoslo en cualquier parte que como juego es muy curioso pero nosotros somos gente nueva

    Vosotros dijisteis apenas él lo deposite caeremos sobre él y se lo daremos de beber a sorbitos

    Ellos dijeron es inexplicable pero las tres personas están muertas

    NADEMA DE LOS ANESTESIADOS

    Todos estaban como preparándose para seguirme

    Por lugares de viejos remordimientos

    Y lugares donde es imposible ver más allá de la luz

    O más allá de la esperanza

    Invulnerables a los golpes

    Las nucas se tendían para acampar bajo las velas

    No se sentía el sonido

    Del mediodía calentando las aguas

    Adentro estaba el mundo lo de afuera

    Era nuestro pasado sin memoria

    Pero no todo dura el vellocino

    Se hizo jabón entre nuestros proyectos

    Porque no me entendieron y surcaron

    Como heridas de bestia los pastizales y la sombra

    Y se llevaron lo más leve

    Lo más imperceptible lo más nimio

    Todos fueron traidores a los amplios

    Visajes que yo hacía con la lámpara viva

    Y me dejaron solo sobre la plataforma

    Que el girante timón alejaba del embarcadero

    No quiero recordar que en algún año

    Destruyeron como con una draga amnésica

    La flor de los estigmas que quedaban

    Escritos con carbón de bosques viejos

    En mitad del ahora

    Sufrieron todas las cosas su pecado

    Y la piel de un reclamo

    Se rasgó sin ternura

    Entre los animales algunos quedan vivos

    Y los hombres con recias totumas hierofantes

    Piden sed

    y les llega

    Piden hambre

    y les baja

    Piden amor

    y nada

    Se devuelve de párpado a lascivia

    APOLOGÉTICA

    El animal de mi último sueño

    creía firmemente ser dios o

    por lo menos

    descendiente de un dios

    Tenía tres alas una ala oral

    que al batirse le servía para ascender

    al influjo de sus frases aladas

    una ala pectoral que regulaba

    su vuelo sin subir ni bajar

    a un mismo nivel

    sobre no importa qué capa

    y una ala anal

    que al ponerse completamente rígida

    precipitaba la caída

    Tenía además en la espalda regiones llenas de escamas

    regiones llenas de plumas

    y regiones llenas de pelo

    El sexo

    era en forma de cono

    de cartón

    donde sirven helados

    NO SE SACIAN LAS SEDES

    era invierno cuando me entró la sed innominada

    sed de lo hondo y de los gris opaco

    sed que no se saciaba ni se hundía

    una sed tan inmensa como los témpanos del norte

    y tan fría

    sed que no se dañaba al lloviznarla

    ni mostraba la dura tarjeta de su nombre

    entiéndese por sed según el decir de los sabeos

    deseo ardiente de una cosa

    no era ansia de agua en la garganta

    era deseo ardiente de una cosa

    yo contraje una pequeña sed de oro

    cuando tenía siete años

    viendo the far west movies

    un año entero mi retina

    sobre un tratado práctico de alquimia

    y a medida que el tiempo se alargaba

    los pantalones se iban sucediendo

    sed de vivir a secas

    sed de nada

    sed de morir quemado

    sed de sexo

    fue al cumplir los diecinueve años

    cuando la sed de matar se hizo una obsesión

    en mi vida

    era una sed sádica

    sed de ver sangre sobre una piel

    o sobre una dentadura quebrada de mujer

    (recuerdo que les corté a varias palomas

    el cuello con una cuchilla

    de afeitar)

    luego fue una sed de vicios

    tan prolongados y maravillosos

    que me capturaba la mañana ejecutándolos

    pero las sedes peores

    fueron las sedes de leer

    recuerdo a gide junto a la lámpara

    recuerdo las sedes saciadas

    las sedes del insatisfecho

    hay sedes que nunca se llenan

    no importa el vino

    ni el mar

    ni el sol

    PULMÓN

    el sol salió como la lluvia

    para que no cejara el diente duro

    al tiempo que mojáramos los salmos

    éramos definitivamente bellos

    y desgraciadamente turbulentos

    teníamos miedo a sófocles

    al médico

    al pararrayos en nuestras cabezas

    nuestra hermosura era superior a nuestras fuerzas

    y al gladiolo de enfrente

    sobre nuestro verano

    ya no cayeron lluvias sensitivas

    ni caerán los puños

    dislocados

    este puente no anda

    pensó el agua

    iré a la otra orilla

    el sol golpea

    con sus tres nudos

    y sus tres anillos

    2

    bajo el reloj de vidrio desinflado

    bajo el bajorrelieve

    bajo ella

    sobre la lisa muchedumbre

    sobre la altura

    sobre el testamento

    éramos torturantes y de sangre

    teníamos filo

    teníamos dientes para destrozarnos

    y destrozar la luz

    no éramos romos

    romanos

    de frente no podíamos perder terreno

    ni de lado

    mucho menos tendidos

    abatidos

    3

    para qué la cuarta palabra

    para qué los paraguas

    si en invierno

    se utilizan paraguas para nada

    si en el océano las algas

    tienen la sal tienen el gas

    si el universo entero es una caja

    donde guardan los viejos la cobija

    si el faraón ha muerto

    en la pirámide

    generación de víboras

    yo soy el que tenía que aparecer

    en el acto

    SERENATA AL OÍDO DEL SERENO

    ciego seré

    ciego como la luna

    con un suicidio joven en la oreja

    sentado bajo el olmo

    sin deseos

    estrechando la diestra

    de los zurdos

    sin recriminaciones

    individuo

    puro y flaco a la vez

    desordenado

    ágil para el amor y para el robo

    jugador de pelota

    turbio claro

    seré temible

    seré determinante

    con un gatillo bajo cada dedo

    de sombrero

    con un pañuelo bajo los bigotes

    y el número secreto bajo llave

    seré macizo

    pero indiferente

    oloroso

    dativo

    posesivo

    misógamo pagado

    filósofo podrido en las basuras

    de la resignación

    espía de onda corta

    mal vestido

    transparente a la altura del sobaco

    peludo

    dudoso

    soñador

    dormido

    empleado en una fábrica de lunas

    de medias-lunas

    empleado en una fábrica de medias

    seré tímido biológicamente

    tímidamente

    mentalmente

    con calor en la cara y en la cama

    sin casa

    no casado

    con un esternón fuerte

    y una cabeza grande

    como el nombre de un rancho mexicano

    seré egoísta joven

    expulsado del paraíso

    del parlamento

    y del partido

    seré famoso como un oso hambriento

    friolento

    lento

    buscando un patio

    buscando dos para dormir la siesta

    palabra absurda desde el labio izquierdo

    vidrios de agua para el submarino

    ya va a estallar la paz

    con la guerrilla

    cantidades de rifles

    plomo en polvo

    y un asteroide muerto

    en la azotea

    NO SON LAS HORAS EL DÍA O LA NOCHE

    ¿Quiere usted construir un reloj de arena?

    ¿Quiere usted hacer castillos en la arena?

    Usted ama los caracoles, no lo niegue, usted ama

    ver cómo cae la tarde sobre la arena, o cómo cae

    la noche. Usted es oscuro bajo la luna.

    Desde hoy comience a averiguar la hora de su muerte

    en los granos de sal de su clepsidra. Usted

    no es claro debajo del agua. Es oscuro

    bajo la luna. La ola

    y su intermitencia contra la roca acantilada.

    Tienen razón

    el filósofo y el gorila (y el geómetra). No

    el hombre que se consume en vasos de fastidio.

    Anochece.

    Campanadas para ahuyentar a los búhos.

    Pito del sereno entre las mercancías. Peligro

    custodiado por toneladas de sombra.

    Amanece.

    Campanadas para despertar a los hombres.

    Pito de la locomotora en la estación.

    Del barco en el atracadero. Cigarrillo para encender

    el ánimo. La hora no es importante. La noche es

    el día sumergido en un pozo de petróleo.

    Usted es feliz. Usted ama la vida.

    ¿Es usted feliz a las ocho o a las tres?

    –No me importa el momento. Vivo siempre. Ahora

    se ha quebrado el reloj y sigo vivo.

    CARRETERA PANAMERICANA

    entre la sabiduría de la naranja abierta

    se debatían los peces

    como corbatas de la estación final

    reclamaban un switch para encenderse

    en el comedor

    de la mansarda

    las palabras cesaron de desnudarse ante la luna

    y el cielo se disolvió

    en un plato

    un ángel destornilló la calle para que pasaran

    los boy-scouts camino del cuartel

    calle limpia en mente de depravado

    elevación de pensamiento en una mañana polar

    burgomaestre haciendo visajes a las constelaciones de primavera

    cartón con letras a la derecha

    km. 153 a mano izquierda del automóvil

    19 litros de vino blanco

    se consumieron en una sed blanca

    así fue todo

    hasta que cabalgó la monotonía

    sobre un espolín de cadmio derretido

    un invitado dejó la luna en el garaje

    que no vuelva a desaparecer la música

    por el oído del auditorio

    para que el ruiseñor

    no tenga necesidad de ser fusilado

    en el alambre

    EL ARCO DE LA OREJA

    lo que pasa es que llueve

    no hay razón de estar triste ni de nada

    tiene usted la palabra

    está usted vivo

    lo que pasa es que llueve

    y que no llueve

    –hay fragancia de trueno en su palabra

    –hay ritmo de tragedia en su mirada

    –hay amaneramiento

    –hay armonía

    –pide usted más?

    (lo que pasa es que llueve

    todavía)

    –pero viéndolo bien está usted joven

    –tiene anhelos –dinero

    –tiene novia

    –usted piensa que todo está salvado

    … y está salvado

    (lo que pasa es que llueve

    y muere

    y hiede)

    LA POLICÍA DE MANIZALES

    (bala da)

    durante mi corta vida de escritor público publicano (impublicable)

    durante este azaroso apogeo de mi poesía

    durante el último lapso de mis cogitaciones desesperadas

    de mis lecturas inauditas

    de mis iniciaciones en la masonería

    en la mafia

    en la marihuana

    durante la solución invulnerable al problema ontológico gris que nunca pude traer a cuento

    durante el estallido poco común –si bien frecuente– de mis dactilares sobre los teclados

    no imaginar yo nunca pude que en una ciudad de colombia

    pudieran salir a las calles terribles y resbaladizas

    serafines de verde oliva

    que se entretuvieran dialogando con las bocinas de los automóviles

    o no riendo

    o persiguiendo las mariposas en los prados y en las praderas

    policías de corazón en la cachucha

    y de cachucha impecable como la orinada de un pez dulce

    policías que saludaban las fosforescencias lumínicas del sol

    a la par que las sombrillas abiertas de los profesores

    el gozo taciturno de los morfinómanos lo mismo que el sufrimiento de los morfinómanos

    el dorso negro de los sacerdotes y el pecho rojo de los nadaístas

    por eso no pido permiso para cantar y canto

    recojo todos y cada uno de mis pequeños sístoles imaginativos

    y digo o me imagino

    a un polizonte sobre una melcocha

    a un polizonte circular despertándose con el ruido

    de su motocicleta

    a un polizonte de patillas siderales rompiendo su

    palidez con chocolatas

    y con pastillas de bicarbonato

    la policía de manizales es la policía menos policía del mundo

    es una policía robusta y alucinada

    toda poseída de poesía

    loca y virginal como una mujer de dos años

    o la estampa de la pensión

    es una policía como para llenar los manicomios y las policlínicas

    como para llenar las salas de conciertos y los paraísos

    es una policía como para besarla bajo el kepis (dariolemos lo hizo)

    y yo que ayer canté sobre las mesas de los bares roídas

    más mejor que neruda

    y sobre la transpiración de mi ebriedad

    ahora canto sobre manizales

    y sobre su pelotón de fusiladores metafísicos

    eléctricos

    y súbitos

    HERIDO RECATÁNDOSE EN LA SOMBRA

    el farol quebrado

    la muerte que llega

    las diez de la noche

    un filo de níquel

    los gritos

    la luna

    la voz que agoniza

    son las diez y 5

    la radio patrulla

    la sangre que rueda

    la gente en la calle

    calle 19

    sirena

    ambulancia

    gemido de herido

    titular de prensa

    averiguaciones

    el farol quebrado

    la hora

    la víctima

    hemorragia interna

    era en los suburbios

    padre de seis hijos

    el farol quebrado

    las diez de la noche

    NIEVA EN LA CABAÑA

    –son las dos, amor

    no hay calefacción

    otro beso, amor

    no hay televisión

    hace frío, amor

    nieva en nueva york

    me quieres, amor?

    no se oye un tambor

    no se oye un tambor

    entre la cabaña

    porque está nevando

    sobre la cabaña

    hace frío, amor

    aquí

    y en nueva york

    ya se oye un tambor

    en el ecuador

    despierta

    hace frío

    cabaña en montaña

    llueve

    nieva

    hiela

    sobre la cabaña

    sobre nueva york

    RETRATO HABLADO

    Parado

    o sentado

    era lo mismo de cansado

    Bajado

    o subido

    era lo mismo de aburrido

    Su parla no fue nunca suficiente

    para nosotros

    ni para el Senado

    Era lo mismo de inelegante

    atrás

    que adelante

    Hizo el desplante

    que fue de América originario

    Fue Jotamario

    NÍNIVE

    nadie quiso creer

    que jotamario

    era un profeta

    y él mismo

    terminó

    por olvidarlo

    cambió el misterio

    por los ojos

    de ella

    su manera tan suya

    de amenazar

    y de prever

    por su manera de ella

    de morder

    y de torturar

    supuso que si nínive

    iba a ser destruida

    él debería ser destruido

    con nínive

    porque ella no se iría

    nunca de nínive

    y era ella

    la que le daba

    la comida

    el universo entero se despierta

    para vernos morir de inexperiencia

    (así cualquiera

    se machuca

    un dedo)

    SANTA LIBRADA COLLEGE

    A parra, el barrendero

    al profesor varela, de preceptiva

    y contraceptiva literaria

    a un exrector, armando romero lozano,

    a su colmillo de erudito

    a buenaventura enrique, exalumno

    laberinto

    en tu piscina

    me bañé desnudo

    como un ángel

    burlé la vigilancia

    del vigilante

    salté la verja

    jugué billar en la cantina

    de la esquina

    asistí a cine al Alameda

    me paseé por tus corredores

    como el embajador de abisinia

    por abisinia

    a pesar de que no era

    bruto

    nunca pasé en geometría

    del 3, 14 16

    con compañeros

    diferentes

    como triángulos

    semejantes

    hicimos fraude en los exámenes

    isócel

    o escalenamente

    en las fiestas patrias

    salíamos uniformados

    de blanco

    y yo no portaba la bandera

    porque estaba mal peinado

    y pertenecía al escuadrón número 12

    ojo de águila el bibliotecario

    vigilaba los libros

    temeroso

    de mi cuchilla sobre los desnudos

    recortando la hernia

    de afrodita

    o me burlara del mahabarata

    en clases de filosofía

    me dedicaba al ajedrez

    y en un lance

    afortunado

    les di jaque doble

    con el caballo

    al rey

    y a parménides

    el vicerrector

    hacía la ronda

    por los salones

    el vicerrector

    apuntaba inflexible

    las irregularidades

    el vicerrector

    era el rector

    dos veces

    el profesor de química

    tomaba tinto

    en un crisol

    leía sus noticias

    en la tabla periódica

    después nos hablaba del hidróxido de cadmio

    Cd(OH)2

    del electrón borracho

    de los que no asistieron a misa

    el domingo

    de la desaparición de un erlenmeyer

    del ultramicroscopio

    del cuaderno de notas

    y de algunos elementos

    por descubrir

    el profesor de dibujo

    con su paleta

    nos explicaba las perspectivas

    del arte

    nos abría todas las puertas

    para la imaginación

    inclusive las puertas

    de la calle

    en el interior de los sanitarios

    al lado de otras frases

    burguesas

    leí las primeras protestas

    revolucionarias

    abajo el estado de sitio

    cátedra libre o muerte

    no queremos ir al cuartel

    los de cuarto B son homosexuales

    y como si no tuviéramos bastantes

    más libros menos armas

    el profesor de literatura

    que no había leído a jacques prèvert

    ni a breton

    nos enseñaba a rimar como fray luis

    de león

    y nos decía

    que la maría

    era casi una poesía

    le professeur de français

    parlant de brigitte bardot

    et de la guerre dans sa patrie

    (voici l’opportunité

    de le dire

    merde)

    el profesor de historia

    con su figura de mapa

    de américa

    nos explicaba

    sinceramente

    que no hubo tal decadencia romana

    sino más bien una desvalorización

    del sestercio

    clase de biología

    el profesor no encuentra la fórmula

    en el laboratorio ni en el libro

    el profesor ensaya en un tubo

    la efervescencia de la vida

    el profesor espera el resultado

    de sus experimentaciones

    el profesor de urbanidad

    llegaba puntualmente

    pulcramente

    no fumaba

    tosía

    ni gritaba

    se iba

    el dentista nos sacaba las muelas

    y dejaba

    caernos en la ingle

    trocitos de algodón que él recogía

    pecaminosamente

    el profesor de geografía

    bechuanalandia capital mafeking

    ensenada de utría

    primer productor de petróleo

    informe del padre lebret

    hasta la página cuarenta

    lo mató un taxi distraído

    en cali-colombia

    no lo volvimos a ver más

    el profesor de música (una dama)

    daba la mala nota

    pedagógica

    nos daba de dormir en sus conciertos

    mostrándonos los muslos fusa a fusa

    sostenido a bemol

    fa

    mi

    re

    do

    el profesor de religión

    nos exhortaba

    al arrepentimiento

    nos hacía pruebas sobre

    la existencia de dios

    escuchaba mis objeciones

    con abatimiento de crucifijo

    y a él y a dios

    los salvaba

    la campana

    el profesor de cátedra

    bolivariana

    venía

    envuelto en su everfit como en el manto

    de iris

    se separó del cargo

    cuando se persuadió de que desconfiábamos

    de su desprendimiento

    el profesor de contabilidad

    es un pequeño asiento

    en mi memoria

    el médico nos examinaba

    los testículos

    nos preguntaba por las muelas

    podridas

    nos entrevistaba el corazón

    con el estetoscopio

    y nos recetaba un purgante

    cada tres meses

    en el recreo

    nos tirábamos pepas

    de frutas

    pedazos de panela

    con ganas de matar

    lanzábamos los libros

    de biología

    los cuadernos de química

    contra las paredes

    para ver si explotaban

    quemábamos los almanaques

    porque nos gustaba el verano

    nos entintábamos las manos

    de saludar

    golpeábamos el escroto

    de los estudiosos

    algunos de sexto fumaban marihuana

    escondidos en el museo

    la enfermera

    prestaba los primeros

    auxilios

    a los que lesionaban

    jugando fútbol o se daban

    contra las alambradas

    de la iglesia

    los vigilantes o los profesores

    tomaban tinto mientas

    se robaban las bicicletas

    francisco de paula santander

    en el patio mayor

    era entonces

    una base de béisbol

    durante las sesiones

    de clausura

    se entregaban los diplomas a los inscritos

    en sexto

    había discursos

    misa

    risa

    copas de vino

    humo de pipa y cigarrillo fino

    premios al mérito

    a la asistencia

    a la constancia

    a la fe

    a la esperanza

    alvarado luis carlos (aplausos)

    acevedo argemiro (aplausos)

    aragón luis alfonso (aplausos)

    arbeláez jotamario (aplazado)

    santa librada college

    tea no atea

    mildoscientos alumnos

    pararrayos

    setenta y dos salones

    discoteca

    prestigio nacional

    cincuenta y cinco

    profesores idóneos

    secretario

    santa librada

    college

    yo no te debo

    nada

    Cali, enero 1960

    Disparos al aire

    (1962-1980)

    BOOM

    Todo lo que me rodea

    está a punto

    de explotar

    Voy pasando

    con la respiración detenida

    CIRCUNSTANCIAS

    El secretario de educación departamental

    es primo mío.

    El flautista de la orquesta sinfónica

    molesta a mi hermana.

    El gerente de la empresa aérea del llano

    es casado con otra hermana.

    El niño más aplicado del colegio mayor

    es sobrino mío.

    La mujer más bella del mundo

    me ama.

    Yo amo a mi mamá.

    TARZÁN

    trece tarzanes se tragó el león de la metro

    cada tarzán con sus dos o tres juanas

    y hemos visto tribus enteras del África en el cinematógrafo

    esperando que el hombre mono descienda de un árbol

    los cocodrilos bostezan en vano

    y en el zoológico la mona chita

    toma fotos de tantor el elefante

    de numa el león

    y de édgar el libretista

    DERROTA

    Dije tres veces

    la palabra

    Shazam

    No me convertí

    en el Capitán

    Maravilla

    Desde entonces

    comencé

    a dudar

    de mí mismo

    IDENTIDAD SECRETA

    Soy el Clark Kent

    del Superhombre

    de Federico Nietzsche

    QUIROMANCIA

    En pocos meses

    tu mujer

    será otra

    engendrará dos hijos

    que poco a poco

    te acabarán la vida

    de tu pie con sandalias

    crecerá

    una lamentable cojera

    no vayas donde quieras

    serás

    infeliz en tus viajes

    haz lo que te propones

    como si fuera

    lo que menos quisieras

    y morirás

    a la larga

    envidiablemente admirado

    por todos

    y morirás

    mientras la tarde es joven

    RAYA EN EL TECHO DEL AMOR

    Como fetos emocionados con la idea de la muerte

    Nos cocinamos unos en otros despiadadamente amorosos

    Bestias de lóbregas batallas en el seno de nosotros mismos

    Estrellas que se comen las patas según las costumbres del cielo-oeste

    Hemos perdido nuestros límites hemos perdido nuestras carnes

    Hacinados como frutos podridos en el vientre del gran gusano

    Torturados como sobre cal en un elemento de tierra viva

    Que nos dieron para que habitáramos mientras reventaban nuestras fuerzas

    Pero nos unimos a crepitar a destruirnos y cantamos

    A confundirnos y cantamos trocados cuerpos ciegas lágrimas

    A emitir gritos y cantamos sordos de oídos que deliran

    Hablo en lenguaje de tu boca miran con mis ojos hundidos

    Todos en un amasijo de largos placeres sangrantes

    Labios de manos pies de pechos nariz de corazón destrozado

    Nosotros te amo yo me amamos vosotros ámate tú han muerto

    AGENDA

    El hombre sabe lo que quiere, pero no sabe lo que debe.

    Desea ser amado, pero se niega a pagar el precio.

    No quiere ser atacado, pero ataca con todos sus dientes

    y ni al mismo lobo perdona su insolencia.

    Fiera consigo mismo, no puede ser menos fiera con el vecino

    que envuelto en su piyama pasa a su lado en busca de desayuno.

    Tampoco la mujer escapa a sus dentelladas.

    La pobre mujer a quien no deja pegar ojo en toda la noche

    por obra y gracia de su bendita lujuria.

    No sabe qué hacer cuando la paz invade su alma

    porque cuando pierde el poder del ataque pierde también su júbilo.

    SUCESOS

    El árbol donde murió papá

    ha sido talado por hombres descalzos

    que ofrecen construirme con él una mesa de sastrería

    si me dedico de una vez a aprender el oficio

    Yo pego con saliva una estampilla en el cuenco de tu mano

    Los guantes de box que heredara de mi hermanito

    me fueron entregados ayer por el juez con una nota al respaldo

    donde se recomienda que antes de pensar pegue dos veces

    el puñetazo en la cara que me revienta

    Yo salgo de paseo por el parque favorito de mi perro de lanas

    Las fotos de la familia de Mao Tse Tung

    que sustraje de la universidad en un descuido del bibliotecario

    se están volviendo amarillas en el libro rojo

    que también se está volviendo peligrosamente amarillo

    Yo hago de cuenta que la cruz roja repartirá mi sangre

    en los campos

    DIURNOS

    Leed esto como un periódico. La poesía, nuestra poesía, se lee como un periódico. Las noticias del mundo por venir.

    LOUIS ARAGON

    Diurno No. 1

    El viaje

    El sol salió sobre el avión

    con los pasajeros dormidos en pleno vuelo.

    Abajo florecían los colores, rocas

    y potros errabundos, cabelleras

    fluviales.

    Se despertaban de entre los muertos

    cruces en forma de bostezo, cabras

    y cordilleras, pozos de espejeante

    mirada.

    Y tu manera de llevar la bandeja

    y esa boina

    ladeada hacia el Océano Pacífico,

    y ese perfume (Alfa de Amor, ¿dijiste?)

    que emanaba de tu cuerpo hacia arriba

    hasta impregnar el cielo-

    raso de la etérea nave. Otros

    leían los periódicos

    de los hombres de abajo, comentaban

    en alta voz

    las noticias atroces y

    se asombraban del peligro

    que les representaba vivir

    firmes en tierra firme.

    Tú eras más bella entre esa atmósfera de nubes,

    me impresionabas como la cesación del oxígeno.

    Nunca podré olvidarme

    de tus ojos celestes de azafata.

    Diurno No. 2

    El monje

    Monje de la risa que cae

    sobre la mesa de alcohol,

    que cae sobre la cama para ti solo,

    sobre la cama libre del solitario,

    que cae sobre la cama libre del amor libre.

    Quieres ser libre, libre

    para escribir tu libro, libre

    para comprar tu libra

    de sal, para ser libre,

    quieres ser libre, libre.

    Diurno No. 3

    El profesor

    Les dijo que la tierra era redonda

    como esa naranja podrida,

    que detrás de la historia tan

    sólo el polvo de la memoria y

    quejidos de muertos, que

    fácil muere un pájaro en

    la campana de cristal y la sabiduría

    de su huevo pequeño.

    Cuando los niños hubieron salido

    escribió en la pizarra:

    "La estrella más inmensa la más alta

    tiene que descender a los ojos del hombre".

    Diurno No. 4

    La costumbre

    Esta mañana las naranjas

    estuvieron más altas, dulces.

    Mi mujer preparó el desayuno

    como de costumbre

    mientras anciano del jabón

    y con el cuerpo bajo la ducha

    recibía chorros de aire y de agua helada.

    Nos besó la costumbre

    cuando mi pie derecho ini-

    ció la función de los escalones.

    El bus azul

    me condujo a través de calles con abedules

    y bosques de paraguas

    hasta este lugar de la ciudad donde la lluvia

    es amplia y cae penetrando la tierra

    y aplasta su nariz en mis cristales

    para espiarme mientras produzco

    esta lluvia interminable de teclas.

    Como de costumbre

    SALA DE ESTAR

    Trozos de carne sobre los mosaicos

    hábilmente cortados

    para que el gato se alimente

    topándolos. La casa

    barrida en extremo, deshabitada

    de sus dueños, sonora de las bullas

    vecinas, el grito agudo de los frascos

    y las botellas del que compra,

    la roconola en la cantina, pitos

    de trenes, fichas y cubos de parqués

    de los inquilinos de la plaza de abajo,

    y sus tarros de leche fría hacia la

    cocina, cantando.

    Se sintoniza una emisora de otra ciudad:

    la aguja del cuadrante vuela de primer al final

    kilociclo, gran congestión de ritmos para cualquier

    estado del pecho, también noticias, inter-

    mitentes golpes publicitarios, el boletín

    metereorológico con la primicia

    del estado de sitio. Santo rosario.

    Medellín a las tres de la tarde

    y en la sala de la tía abuela

    sólo un libro de Maeterlink.

    Tosen en la casa vecina. El

    que tose será difunto. Pero

    también el médico, la que lava

    las sábanas, el que le sirve

    los jarabes, todos y cada uno

    de los que ahora estando sanos

    especulamos con la muerte.

    ¿Y qué de Hipatia sobre el toro?

    Ursus, creo, el gigante, que después fue cristiano,

    detuvo el toro por las astas, torció su cuello a

    la derecha hasta quebrarle el hueso hioides, saltado

    el ojo, sangre sobre la arena, oh

    qué gran homenaje a Tyrone Power,

    muerto luego de lides,

    su avioneta pintada para surcar los mares del Polo

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