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Añorando a Mi Colombia
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Libro electrónico353 páginas4 horas

Añorando a Mi Colombia

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La razón y la intención por la cual hice este libro fue recoger todos mis “escritos” repartidos en los festivales colombianos, un pedido de algunos de mis paisanos; también, recordar aquellos refranes de los abuelos, frases de canciones, pero lo más importante, no olvidar nuestra cultura.

Año tras año, desde que llegué a Los Ángeles con mi esposo, hijos e hijas, fui mostrando mi añoranza por Colombia, y todos sus “achaques” que le ha quejaban. Me sentía impotente al no poder siquiera, “rezongar” cuando desprestigiaban mi patria. Es por esto que, en un inglés con barreras muy altas, grité: I am Proud to be Colombian!

Cada “escrito” es una lágrima derramada con mucha nostalgia, que se ha vuelto un huevo, ¡Sí!, un huevo de Cóndor, que necesita, incubación, ser leído, para que, ya convertido en un pichón, comience a volar despacio hasta alcanzar la altura de sus ancestros.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento5 ene 2021
ISBN9781643345536
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    Añorando a Mi Colombia - Ligia Chirivi Giraldo

    cover.jpg

    Añorando a Mi Colombia

    Ligia Chirivi Giraldo

    Derechos de autor © 2020 Ligia Chirivi Giraldo

    Todos los derechos reservados

    Primera Edición

    PAGE PUBLISHING, INC.

    Conneaut Lake, PA

    Primera publicación original de Page Publishing 2020

    La autora obtuvo autorización del estado colombiano para la publicación en esta obra de símbolos patrios tales como la bandera, el escudo, el mapa, los colores.

    ISBN 978-1-64334-552-9 (Versión Impresa)

    ISBN 978-1-64334-553-6 (Versión electrónica)

    Libro impreso en Los Estados Unidos de América

    Tabla de contenido

    Capítulo Primero: Mis añoranzas por Colombia

    Capítulo Segundo

    Capítulo Tercero

    Capítulo Cuarto: Notas mías y de mi Colombia en inglés

    Capítulo Quinto

    Capítulo Sexto

    Capítulo Séptimo

    Capítulo Octavo

    A la memoria de mi esposo, Jorge Torres fallecido el 12 de febrero del 2014, día cuando cumplía 76 años y fue mi compañero inseparable durante 55 años de matrimonio, y compañero en los bailes de los festivales colombianos. A mis hijas Yuri, Zully R. y a mis hijos William R. y Wilson O. por el soporte que me han dado siempre para hoy yo poder realizar este sueño.

    A mi gran amigo el Señor Dukardo Hinestrosa, por su apoyo incondicional y por darme, no la patadita de la buena suerte, sino un buen empujón para que este mi libro pueda llegar a

    muchos hogares colombianos.

    Gracias a todos los que contribuyeron para que este

    proyecto se hiciera realidad.

    Agradecimientos

    Deseo dar las gracias a todos los paisanos colombianos que en los festivales me animaron a que siguiera escribiendo, y luego, a que hiciera un libro. Espero que este sea del agrado de ustedes.

    También, a mis hijos, quienes copiaron en sus computadoras mis escritos, algunas veces sin entender mi ortografía, ellos se encargaban de hacer los volantes, a mis nietas mayores, por ayudar en la repartición de estos, a mi hermana Emma, por darme el aliento cuando comencé a escribir mi primer escrito, I am proud to be colombian!

    Ah, me olvidaba, agradecer a todos mis lectores que tomaron su tiempo para escribir sus comentarios en mi página web.

    De igual forma, quiero agradecer a la agencia de viajes en New York Smart Tour, por hacer por primera vez un viaje a Colombia y permitir, de este modo, que uno de mis anhelados sueños se hiciera realidad; que extranjeros conocieran mi patria y por ellos mismos juzgaran cómo es Colombia, al igual a mis compañeros de viaje: 23 americanos, 1 doctor puertorriqueño, una señora mexicana y, especialmente, una pareja canadiense, Rob and Cheryl C. Jenkins; así como a Jeffrey y Linda Grossman quienes viven en Abington, Massachusetts y con quienes sigo teniendo comunicación por medio de internet.

    Especialmente, al señor Dukardo Hinestrosa, por su apoyo y asesoría incondicional y por su ayuda y soporte al darme no la la patadita de la buena suerte, sino un empujón para que me decidiera hace este libro. Gracias a todos ellos por su apoyo, si el cual no hubiera logrado estar hoy aquí.

    Finalmente, agradezco a mi nieta Wendy Silva (Snapchat: latinaartist), egresada del colegio OTIS donde cursó estudios sobre arte y escultura por la linda portada de este libro y todas sus otras obras inspiradas en mí.

    Prólogo

    Querido lector,

    Ligia Chiriví, autora de estas crónicas lugareñas, es una aguerrida compatriota residenciada en Los Ángeles por varias décadas; sin pensarlo mucho ha ejercido un consulado matriarcal en esta ciudad, al mismo tiempo en sus frecuentes notas suele escribir: No deja títere con cabeza; cuando se trata de defender los intereses nacionales, vulnerados por aquellos corruptos hombres de nuestra burocracia oficial. Por otra parte, ha sido una relacionista pública de esa enorme riqueza natural que se amontona en la geografía sureña colombiana. Es un trabajo que ella hace gratuitamente a nuestro país más diligentemente que otros que usufructúan cuantiosos salarios en el exterior.

    En lo referente al folclor, ha sacado la cara por difundir nuestras danzas vermiculares, particularmente las de su región cundiboyacense, con hermoso atuendo típico blanco y negro, pero adornado de cintas, flores y guirnaldas multicolores. Orgullosamente las ha lucido en todo evento que organizan los grupos fiesteros y con ocasión de recordar nuestras efemérides patrias.

    Ella también ha sido un ejemplo en su propio hogar, con su esposo ya tempranamente desaparecido, fue una pareja para animar la alegre parranda carranguera, animando la fiesta y el jolgorio. Zully, su hija, perteneció a varios grupos folclóricos en donde se destacó en todas las participaciones a la hora de lucir nuestro patrimonio artístico.

    Con toda la humildad que caracteriza a Ligia Chiriví, a la hora de defender la nacionalidad colombiana, se convierte en una aguerrida compatriota como lo fueron en su tiempo Policarpa Salavarrieta, Antonia Santos durante la lucha por la independencia y en tiempos más recientes, María Cano.

    Ahora, sin mayores pretensiones, se ha puesto a escribir, no para emular a Gabo, sino para contarnos deliciosas crónicas con sabor montañero y con ese vocabulario humorístico, saturado de tropezones lingüísticos y ortográficos que caracteriza la crónica pueblerina sin arrogancia, pero eso sí, sabia y dulzarrona.

    Buena suerte doña Ligia con su rosario de notas tan llenas de amor patrio.

    Dukardo Hinestrosa.

    Introducción

    Queridos lectores, este libro fue inspirado por el amor, respeto y añoranza que siento por mi patria y todo lo que atañe a Colombia.

    Al llegar a este país amigo, no me pareció que lo fuera, pues por doquier nos discriminaban y nos llamaban mafiosos por el solo hecho de ser colombianos. Yo sentía rabia e impotencia, al escuchar todas las atrocidades que se decían sobre mi patria en las noticias, y que Hollywood aprovechaba para sacar provecho de esto, yo me sentía humillada cuando me calificaban de mafiosa por el solo hecho de ser colombiana, y aunque yo quería protestar, gritar fuerte, no podía decir nada. Me sentía como si tuviera la lengua cortada, por la barrera del idioma, en casa lloraba de impotencia por esta situación.

    El tiempo inexorable pasaba y yo cada vez más angustiada, pero nunca acobardada como algunos paisanos que como judas negaban que eran colombianos cuando les preguntaban de dónde venían. Yo buscaba una oportunidad para decir o hacer algo, hasta que Diosito se compadeció de mí. Estudiando inglés la profesora nos sugirió que, para ayudarnos, describiéramos algo, sin importar que, nuestro vecindario, nuestra casa, en fin, ¡algo!

    En ese algo vi la oportunidad, que tanto había deseado y en un inglés con barreras muy altas escribí: "I am Proud to be Colombian!" (Orgullosa de ser colombiana), y lo presente como mi "homework. La maestra lo leyó en silencio, no hiso ningún comentario y me lo entregó diciendo: Yo no puedo aceptarlo como su tarea porque esto, es política".

    No me importó, al contrario, me sentí contenta, pues me di cuenta de que algo decía aquella hoja de papel; la guardé como mi pasaporte y cada vez que me preguntaban Where are you from?, la mostraba con mucho orgullo.

    Desafortunadamente, algunos hermanos como mulas seguían dando papaya para que las noticias, siguieran acorralando a mi patria. Sintiéndome frustrada de nuevo, me puse en el lugar de una madre a quien sus hijos la desacreditan con su mal comportamiento y escribí "I am Colombia (Yo soy Colombia). Luego de algunos años, traduje estos escritos al español y comencé a repartirlos en los festivales colombianos; al ver que a mis paisanos les gustó mis escritos", como ellos mismos bautizaron mis páginas, sin ser escritora y sin pensar serlo, seguí escribiendo sobre Colombia y sus problemas.

    Con más confianza, sin buscarlo, me fui camuflando en un personaje, que con palabras folklóricas —robadas de muestras canciones— dice las verdades sin pelos en la lengua, y al hacer sus críticas, usa sarcasmo, ironía y mucho veneno para darle sabor. Así como también se desborda de amor, respeto y añoranza por su patria. Su lema: ¡Al que le caiga el guante, que se lo plante y se lo aguante!. Paisanos, este libro es como un pichón de cóndor que necesita su apoyo —ser leído— por ustedes, que serán el viento que lleve a este cóndor con mi mensaje de amor, respeto, y añoranza por nuestra patria, ¡Colombia!

    Capítulo

    Primero: Mis añoranzas por Colombia

    ¡Colombia! ¡Esta es la tierra que me vio nacer!

    Armenia, Arauca, Bogota, Barranquilla, Boyaca, Cartagena, Cucuta, Florencia, Popayan, Quibdo, Monteria, Rioacha, Neiva, Tolima, Mocoa, Pasto, Medellin, Tunja, Manizales, Leticia, Yopal, Meta, Pereira, Guania, Popayan, Valledupar, Puerto Inirida, Vaupes, San José del Guaviare, Santa Marta, San Andrés, Villavicencio, Cauca.

    ¡Siempre hay algo por qué volver!

    La Guajira, Atlántico, Magdalena, Cesar, Sucre, Córdoba, Bolívar, Anitioquia, Norte de Santander, Santander, Choco, Caldas, Quindio, Huila, Risaralda, Cundinamarca, Boyaca, Casanare, Vichada, Valle del cauca, Guania, Vaupes, Amazonas, Caqueta, Putumayo, Nariño, y como dijo el escritor colombiano, señor Rodrigo Betancur:

    La patria, es ese pequeño pedazo de tierra; al cual yo puedo asimilarme, como rescoldo y ceniza enamorados.

    ¡Colombia cómo te añoro!

    Colombia como te quiero, hubiera querido morir en ti e impregnar mis cenizas en tu suelo, bajo un frondoso y viejo árbol, cerca de algún riachuelo o quebrada, así antes de morir soñar que escucho el sonido alegre del agua al pasar junto a mi tumba.

    Mis añoranzas por Colombia

    Colombia, patria mía, los años ni la distancia, han podido lograr que me olvide de ti, ahora que mi cabello comienza a blanquear y mis esperanzas de regresar a ti se hacen más esquivas, quiero que sepas cual es mi último deseo si muero lejos de ti; mi cuerpo será incinerado mis cenizas lanzadas al viento desde el pico más alto de una colina cerca del océano Pacifico y así volaré en alas del viento del sur y podré volver nuevamente a ti y para asegurarme de que mis cenizas no se desviarán; las pondré en un cofre hecho con el amor y respeto por ti, un guardián llevará este cofre y ese guardián será mi alma; esto se lo he pedido con mucho fervor a Diosito y estoy segura de que me concederá esta dicha.

    "Familia Colombiana, los envito a qui leigan lo que sigue yo creigo, sin meyo a equivocarme, que muchos de bustedes lo mesmo que yo, salimos del terruño por azares del destino, sin si quera conocer ni apriesar el paraíso donde vivíamos. ¡estu es lo que a yo me aflige, estu es lo que me embejuca!, que no me di tiempo pa conocer ni apriesar nuestro terruño. Acompáñenme, por jafor Colombia, cuando te alcance, recorre loca de alegría, tus 32 departamentos; de norte a sur de oriente a occidente. Cuando llegue a la frontera, Panamá–Colombia sobre el océano Pacifico, mi guardián abrirá el cofre y saldré a cumplir mi gran deseo. Volaré sobre la Selva del Darién, el Golfo de Urabá, pasaré por Turbo y comenzaré mi viaje en el...

    Departamento de Córdova. Su capital Montería, que antiguamente se llamó San Jerónimo de Buena Vista, habitada por descendientes de indios Zenu, africanos, españoles y árabes inmigrantes; la tierra madre del sombrero vueltiao, Símbolo Nacional de las costas colombianas. Navegaré con su gente, en los planchones que cruzan el río Sinú, usando el sistema de cuerdas que se van jalando al vaivén de la corriente del río, participaré en los festivales del Bullarengue en Puerto Escondido, ya que es el ritmo propio de Palenque, también en el del sombrero Zenu en San Adres de Sota Ventó, seguiré al...

    Departamento de Sucre, su capital Sincelejo, poblado por descendientes de dos grupos de indígenas: los Finzenu y Panzenu. Pasaré por los montes de María, escucharé el trinar del Mochuelo, también iré a sus fiestas patronales, cantaré ya viene el 20 de enero, la fiesta en corralejas; descansaré en las playas de Cobreñas con sus arenas blancas. Ya repuesta, me daré un remolino por las islas del Rosario, pasaré por Boca chica y Boca grande, allí cantaré Noches de Boca grande con su lunita plateada, el sol bordando luceros en el filo de la playa, mm, mm... Seguiré por tu costa norte, hasta llegar al...

    Departamento de Bolívar, su ciudad, Cartagena, situada, al noroccidente con el océano Atlántico, al nororiente con el departamento del Atlántico, al oriente con Magdalena, el Cesar y los Santanderes, al sur con Antioquia y al occidente con Sucre. Cartagena de Indias tan conocida por sus heroicas batallas con los piratas ingleses, que cada vez que por allí pasaban, arrasaban con todo lo que se hallaba a su paso; En carreta pasearé por sus tranquilas calles adornadas con balcones coloniales, mientras canto Cartagena, brazo de agarena, canto de sirena, canto de sirena, que se hizo ciudad y sonoro cofrecito de oro, reliquia y tesoro, reliquia y tesoro de la antigüedad. Continuaré a la plaza del Reloj, lugar donde comerciaban con seres humanos, traídos de África por los conquistadores, ya que Cartagena era el principal puerto sobre el océano Atlántico y allí guardaban los españoles todas las riquezas robadas a nuestros aborígenes, para llevarlas luego a España; nuestros hermanos Africanos fueron traídos a Cartagena para construir las murallas que protegerían la ciudad de los piratas ingleses, las cuales fueron construidas con sangre, sudor y lágrimas de nuestros ancestros africanos. Luego visitaré el castillo de San Felipe, el Monasterio y colinchada en una chiva iré al cerro de la Popa, mientras se escucha, Yo me llamo cumbia, yo soy la reina por donde voy, no hay una cadera que se esté quieta donde yo estoy. Luego, me pondré tus zapatos viejos para seguir por tu costa norte, mientras se escucha Noches de Cartagena, que fascinan, con el suave rumor que trae el mar, mientras la brisa cálida murmura toda una serenata tropical, y antes de irme, saludaré a La India Catalina. Seguiré al...

    Departamento de Atlántico, su ciudad Barraquilla, poblada por descendientes de Caribes y Arawak. Visitaré el Museo del Caribe, situado en la plaza Santo Domingo, Bocas de ceniza, el jardín zoológico, Puerto Colombia, con su viejo muelle, Sabana Grande, el parque ecológico, la casa museo Usiacuri; subiré al volcán del Totumo, gozaré con Joselito en sus carnavales, bailaré pegada a una marimonda, porros, cumbias, mapéale, puya y currulao y no podré decir en Barranquilla me quedo, como dijo Joe Arroyo, pues mi viaje tan solo comienza. Continuaré al...

    Departamento de Magdalena, su ciudad Santa Marta, la que no tiene tren, pero si tiene tranvía, y que, si no fuera por las olas, caramba, Santa Marta moriría ¡hay hooome! Ubicada, al norte con el océano Atlántico y la Guajira, al oriente el Cesar, al sur Bolívar y al occidente Atlántico. Visitaré la quinta de San Pedro Alejandrino, al peñón del Morro, en el Rodadero, disfrutaré de sus tranquilas playas y de las alegres fiestas del mar, subiré a su sierra nevada única en el mundo, que se levanta sobre la costa con una altitud de 5,770 metros de altura sobre el nivel del mar; visitaré en el poblado de Nabusimake, que en lengua Arahuaca significa Tierra donde nace el Sol, a los hermanos mayores, los Arakuos, y escucharé los consejos que tienen para los hermanos menores, de cómo cuidar nuestra madre tierra, el agua, la flora y fauna. Descenderé por sus antiguas plataformas, hechas para facilitar la comunicación y el comercio entre sus pobladores, los que viven cerca del mar cambian sal y pescado por frutas y vegetales con los que viven en la parte alta, así ellos no tienen que depender de sus vecinos. Seguiré por tu costa norte al...

    Departamento de La Guajira, su ciudad Riohacha, este departamento tiene al norte una de las playas más largas sobre el Atlántico, frontera con Venezuela al oriente, al sur con el Cesar y al occidente con Magdalena. La Guajira, tierra de la hamaca con sus coloridas rancherías y artesanías, de Francisco el hombre, y de la música Vallenata. Vestiré una de sus típicas mantas, visitaré Riohacha, el Cerrejón, su mina de carbón Cielo Abierto —la más grande del mundo—, y sus salinas playas; también Aracataca, la tierra del señor Gabriel García Márquez. Descansaré en la hamaca de Francisco el hombre, me deleitaré con el sonido de los acordeones de más renombre y el cantor de Fonseca, en el festival de la Cuna de Acordeones en Villanueva. Luego pasare al...

    Departamento del Cesar, su ciudad Valledupar, situada al pie de la sierra nevada de Santa Marta. Esté departamento forma parte de la región Caribe, ubicado al norte con la Guajira, al sur con los Santanderes, al oriente con Venezuela, al occidente con Magdalena y Bolívar; hasta allá llega la sierra nevada de Santa Marta, con sus dos picos más altos el Cristóbal Colon y el Bolívar, disfrutaré de sus variados climas, del más candente en los valles y llanuras hasta el helado en su sierra; ayudaré a recoger el algodón y arroz, recorreré sus bananeras y gozaré en sus balnearios a orillas del río Guatapuri y Badillo. No me perderé de su Festival Vallenato, en Valledupar, donde nacen los nuevos talentos de la música Vallenata. Seguiré a los...

    Departamento de Santander del Norte, su ciudad Cúcuta, limita al norte con Cesar, oriente con Venezuela y Arauca. Visitaré Cúcuta, le cantaré campesina Santandereana, eres mi flor de romero, por tu amor yo vivo loco si no me besas me muero. También visitaré el...

    Departamento de Santander del Sur, su ciudad Bucaramanga, limita al norte con Santander del Norte, al sur y oriente con Boyacá, al occidente Antioquia, al noroccidente con Bolívar. Iré a saludar a mi señora Bucaramanga, la ciudad de los parques, y en San Gil después de visitar el parque El Gallineral, bailaré guabina con un camisón de olan; aspiraré el aroma de sus arepas hechas de maíz amarillo pelado en lejía, la carne oreada con sabor a trapiche acompañada con una buena totuma de guarapo. Y para no perder el entusiasmo pasaré al...

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    Departamento de Choco, su capital Quibdó, que limita al norte con el océano Atlántico y noroccidente con Panamá, al sur con Valle del Cauca, al oriente con Antioquia y Risaralda, al occidente con el océano Pacifico. Visitaré la Bahía Solano con sus aguas cristalinas que descienden de las cascadas y sus bellas playas Nu qui al oriente del Pacífico y la Serranía del Baudu; pediré posada entre su gente tan llena de misterios, leyendas y riquezas, contagiada de su alegría bailaré en su Festival de Música del Pacifico Petronio Álvarez, Chirimías, Para candé, Currulao y uno que otro de sus bailes folclóricos; visitaré el Parque Nacional UTRIA, luego me tiraré en Playa Blanca recordando aquella canción que dice, yo me voy pa playa blanca, la tierra mi preferida, a visitar a un amigo, que cumple un año más de vida. Seguiré mi viaje al...

    Departamento de Valle del Cauca, su ciudad Cali, al norte Risaralda, al sur Cauca, al oriente Tolima y nororiente Quindío, al Occidente, el océano Pacífico. Cantaré bello puerto del mar mi Buena Ventura, donde se aspira siempre la brisa pura, visitaré la Sucursal del Cielo —Cali— a ver si es cierto que Cali es valle y lo demás es loma; desfilaré en su feria montada en alguno de sus finos caballos de paso, y en la noche, bailaré de caseta en caseta, salsa interpretadas por las mejores orquestas del momento hasta quedar extenuada. Al día siguiente iré al...

    Departamento del Cauca, su ciudad Popayán, situada al norte con el Valle del Cauca, al sur Nariño, al suroriente con Putumayo, y al occidente con el océano Pacifico. Visitaré en Popayán, sus iglesias y casas coloniales, así como a la hacienda el Paraíso y seré testigo del romance de Efraín y María en uno de sus románticos atardeceres. Seguiré al nororiente, pasaré al...

    Departamento de Huila, su ciudad Neiva, la tierra bonita, con sus verdes arrozales situado al sur del cerro del Pacande, al norte con el Tolima y Cundinamarca, al oriente con Caquetá y al occidente Cauca. Cantaré: Con la ternura de la tierra mía que me vio nacer, canta mi alma con la dicha entera de un amanecer, y es la tierra del Huila, tierra de promisión. Bailaré bambucos y guabinas, en el reinado del Bambuco en Neiva, sintiéndome arqueóloga visitaré el parque de San Agustín, e intentaré saber desde cuándo están aquellas estatuas de piedra, porqué y qué significan; antes de irme, revolotearé entre sus arrozales y subiré al...

    Departamento de Tolima, su ciudad Ibagué, ubicado al norte con Caldas, al sur con Huila, al oriente con Cundinamarca y Meta, al occidente con Quindío y Risaralda. Asistiré al Festival Folclórico en Ibagué; gozaré en sus fiestas patronales de San Pedro en el Espinal; pegada a uno de los matachines y al son de tiples, requintos, flautas y tambores cantaré en mi tierra todo es gloria cuando se canta un joropo cuando se canta un joropo y si es

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