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Asalto a la realidad: Biopoder y la normalización del engaño
Asalto a la realidad: Biopoder y la normalización del engaño
Asalto a la realidad: Biopoder y la normalización del engaño
Libro electrónico188 páginas7 horas

Asalto a la realidad: Biopoder y la normalización del engaño

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- Un texto que proporciona la claridad mental necesaria en un período de incertidumbre mediante el análisis de procesos como la biopolítica, la biología de control, el biocapitalismo, el tecno-totalitarismo y el psicopoder, que se desarrollan a escala global. 
- Pone en evidencia cuáles son nuestras propias herramientas para sobrepasar esta incertidumbre hacia un estado de coherencia interna.
- Nunca se había llevado a cabo un proyecto tan ambicioso de ingeniería social a escala mundial. ¿Es esto lo que estamos presenciando en la actualidad?
La información controlada busca crear narrativas artificiosas que apoyan agendas específicas. El cambio que estamos viviendo a partir de la pandemia implica estar incorporados en una arquitectura de tecnovigilancia digitalizada y omnipresente que alterará de manera fundamental el futuro de la vida humana en el planeta. 
La humanidad ha entrado en una época sin precedentes que exige una respuesta inédita. Si no hacemos nada, estaremos permitiendo que nuestro comportamiento se modifique y nuestras identidades se fragmenten. Es dentro de este estado mental "fragmentado" donde se puede programar una "nueva normalidad" en la psique humana colectiva y, por consiguiente, individual. Tales formas de programación mental, que provienen del exterior, se han usado desde hace mucho tiempo en la población humana, basta con pensar en la propaganda. Que tales técnicas estratégicas se hayan usado es claramente una afrenta a la soberanía mental humana.
IdiomaEspañol
EditorialBlume
Fecha de lanzamiento19 ene 2022
ISBN9788419094209
Asalto a la realidad: Biopoder y la normalización del engaño
Autor

Kingsley L. Dennis

KINGSLEY L. DENNIS, PhD, is a sociologist, researcher, and writer. He previously worked in the Sociology Department at Lancaster University, UK. Kingsley is the author of numerous articles on social futures, technology and new media communications, global affairs, and conscious evolution. He is the author of several critically acclaimed books including The Sacred Revival, The Phoenix Generation, New Consciousness for a New World, Struggle for Your Mind, After the Car, and the celebrated Dawn of the Akashic Age (with Ervin Laszlo). He has travelled extensively and lived in various countries. He currently lives in Andalusia, Spain. His homepage is www.kingsleydennis.com

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    Asalto a la realidad - Kingsley L. Dennis

    INTRODUCCIÓN

    Realidades mutantes

    «A menos que sepas cuál es la realidad, siempre tenderás a perseguir la apariencia».

    IDRIES SHAH, Aprender a aprender.

    En nuestra época existe una «irracionalidad» que avanza, y puede que nos atrape o bien que sea nuestra vía de escape de la jaula de hierro de lo racional. Quizá esta irracionalidad esté detrás de la sensación de nihilismo que nos invade, a medida que nuestra civilización humana global entra en una gran mutación o transición. No obstante, la cuestión es quién o qué dirige esta mutación mientras avanza. Los periodos de mutación, tanto en la historia como en la biología, son tiempos delicados y vulnerables porque se abren a recibir las intenciones maliciosas o perjudiciales, así como las influencias beneficiosas. ¿Y si las turbulencias de las que somos testigos por todo el mundo —la pandemia, las economías fallidas, la vigilancia creciente, la bioseguridad, la digitalización, la automatización rápida y demás— formasen parte de un plan global para rehacer el mundo con una nueva imagen? Una apariencia a la medida de un sector determinado de nuestras sociedades. Quizá, por primera vez en la historia moderna, un grupo relativamente pequeño de personas está tratando de establecer un consenso secular de la realidad (visión del mundo) a escala global. ¿Será posible?

    La realidad humana es maleable porque carece de Absolutos. Por usar una conocida analogía, la vida humana es una serie de programas dentro de otros programas. Todavía, para mucha gente, la única realidad es la de este mundo. Por sí misma, es una limitación importante. Los materialistas entusiastas a menudo presentan las múltiples complejidades de la vida como enormes simplificaciones. Grandes ideologías han recorrido la Tierra, cosechando adeptos y prosélitos. Tales narraciones arrolladoras se convirtieron en las gigantescas bestias de la Verdad; también llegaron a ser el telón de fondo para múltiples guerras y mutilaciones. La gente fue alimentada y destetada con grandes mitos, narrativas y agendas históricas gigantescas. En su momento, los colosales pilares de la «Verdad» se convirtieron en los bloques fundacionales de muchas naciones, pueblos y grupos culturales. Nos hemos acostumbrado a vivir nuestras vidas según las creencias que contemplamos. Las historias, los mitos y las narrativas han sido siempre el lienzo de la vida humana; a partir de ellas hemos jugado nuestras partidas, desde las civilizatorias hasta las individuales. Las historias y las narrativas están ahí para apaciguar y aliviar nuestra inquietud humana; porque cuando estamos desasosegados, mostramos signos de desorientación psicológica.

    Este es el momento retrógrado que cada uno de nosotros experimenta a su manera. Se podría decir, como han hecho algunos, que la humanidad está experimentando su periodo de «nihilismo moderno», donde excesos y perspectivas desagradables se expurgan en la esfera pública. Junto con ello, se diría que nuestra memoria individual y colectiva del pasado está cambiando continuamente: mutando en neo-memorias que sustituyen a las existentes y se convierten en el nuevo huésped. Cada cual, a su manera, está perdiendo el control sobre el pasado colectivo y en su lugar está surgiendo una incoherencia. Ya nadie comparte el mismo espacio; si no nos podemos poner de acuerdo sobre lo que es lo «mismo», nos acercamos cada vez más a la «locura». Este es el reino de lo absurdo, donde no hay una estabilidad acordada ni puntos de referencia compartidos.

    ¿Cuál es el estado de la psicoesfera colectiva de nuestro tiempo? Es lo que trato de indagar a lo largo de las páginas de este libro. Se dice que John Maynard Keynes escribió en algún sitio que generalmente lo inevitable no sucede porque lo impredecible prevalece. Y entonces, dónde nos deja esto: ¿mirando a los ojos de lo inevitable mientras esperamos la visita sorpresa de lo impredecible? Tal vez esto nos deje en algún lugar dentro de las fases iniciales del más grande de los ejercicios psicológicos de la historia de la humanidad. Esto sí que suena dramático. Pero en realidad, tenemos que echar un vistazo a lo que actualmente está pasando en el mundo. Estamos viendo y escuchando muchas cosas, pero no estoy seguro de que estemos percibiendo de forma crítica las múltiples capas en funcionamiento. ¿Qué pasa si propongo que lo que muchos de nosotros estamos experimentando actualmente es el proceso de una operación monumental de programación mental? Si «Operación control mental»[1] no fuese ya el título de un libro muy conocido, entonces yo propondría aquí ese título. Antes de 2020, la gente estaba más o menos atrapada o «encerrada» en sus ritmos de familiaridad. Para la mayoría de la gente, los caminos y contornos de la vida cotidiana eran relativamente conocidos y estaban cartografiados, especialmente para quienes vivían en sociedades industrializadas desarrolladas. Luego sucedió el 2020 y lo impredecible llegó a nuestros umbrales. El mundo fue arrojado a un gran «alto»: llegamos literalmente a un stop global. De forma local, y por todo el mundo, la humanidad ha entrado en un enorme experimento. Por primera vez en nuestra historia conocida, la civilización humana en la mayoría de sus formas se ha detenido. Se nos ha parado en una postura intermedia —un estado de movimiento detenido— y se nos ha situado en un espacio al que estamos totalmente desacostumbrados. ¿No acabamos de experimentar una orden de «parada» impuesta a nivel global con el despliegue de confinamientos nacionales y la paralización de los viajes, el comercio y la movilidad mundiales? Semejante stop repentino en nuestro movimiento y comportamiento familiar condicionado conocido es casi una manera de «rompernos la cabeza», tal como la que se utiliza también en los procesos de programación mental y modificación del comportamiento. Todo depende de lo que llegue después de la parada súbita: ¿es un momento para la reflexión y observación críticas o una inculcación de miedo e incertidumbre? Para mucha gente por todo el mundo, el aumento repentino de cuarentenas, confinamientos y restricciones a la movilidad, locales y nacionales, sumadas a las nuevas leyes y normas de seguridad sobre el uso de mascarillas y el distanciamiento social han creado una atmósfera y una energía de miedo, incertidumbre, inestabilidad e incluso pánico y paranoia. La psique humana colectiva se «abrió en canal» y, a continuación, casi simultáneamente se surtió con entradas que la desestabilizaron aún más y crearon diversos niveles de disonancia. Nunca antes había ocurrido esto, ni había sido posible; desde luego, ha generado mucha ansiedad, depresión, ira, revueltas y un aumento de suicidios por todo el mundo, como demuestran tanto los números como las escenas físicas. De igual manera, ha habido una ruptura de alianzas sociales, amistades y lazos familiares, debida a creencias y opiniones contradictorias. A medida que las tensiones culturales y raciales aumentan, las identidades sociales y personales —el «sentido de sí mismo»— se han sometido a escrutinio. Hasta cierto punto, se ha producido una desfragmentación del ser humano, que es el mismo proceso utilizado al programar mentalmente —o lavar el cerebro— a una persona. Primero, el punto de vista coherente de una persona, su estabilidad mental, se descompone hasta que se produce un profundo nivel de disonancia cognitiva. Y dentro de este estado de vulnerabilidad se introduce una nueva narrativa que da a la persona un sentimiento de recuperación de la estabilidad. Podríamos preguntar: ¿se ha puesto en funcionamiento un gran proceso de des-acondicionamiento? Es decir, la gente está siendo des-conectada de sus vinculaciones con lo familiar a fin de re-programarla con una nueva realidad —una «nueva normalidad»— que se relaciona con las nuevas estructuras de poder sociopolítico.

    Un mundo coherente requiere una visión del mundo coherente y compartida: un paradigma consensuado de la realidad. Para que una civilización tenga éxito, sus ciudadanos deben acordar en gran medida un consenso de realidad compartida. Para que una civilización global sea estable y sostenible, en la mayoría de los casos también debe compartir una visión consensuada coherente. Por lo tanto, con el fin de diseñar una futura civilización global, un «paradigma de la realidad» consensuado debe, de igual modo, ser gestionado socialmente (y, si es necesario, manipulado). De esto trata este libro. Le pediría al lector que considere el siguiente escenario: hay grandes actores poderosos en este planeta que desean conducir a la humanidad hacia una civilización global; consideran que era probable que esto sucediese en algún momento, así que ¿por qué no tomar la delantera y dirigirla hacia su lugar?

    Al menos, de esta manera, quienes se lancen a tomar el timón pueden conducirla como mínimo en una dirección que beneficie sus objetivos. Y, por supuesto, cuando tienes casi ocho mil millones de personas en el planeta, entonces son muchos seres humanos a los que hay que convencer de sus objetivos. Pero, ¿qué pasa si en lugar de forzar el asunto puedes hacer que las personas por sí mismas se crean esa trama? De esa manera, estarán de acuerdo en que para ellas esta es la visión del mundo y se adherirán a ella voluntariamente. La manera más efectiva de que las personas se sumen a una idea es «implantarla» en ellas, de manera que sientan como si fuese de cosecha propia. Mucha gente hace esto todo el tiempo, a través de actos de persuasión o, en casos extremos, mediante la hipnosis. De alguna manera, conseguir que un grupo de personas cambien sus mentes es una forma de hipnosis. A mayor escala, esto puede considerarse como una hipnosis cultural. A escala mundial, bueno, esto no se había intentado con anterioridad. ¿Tal vez sea esto lo que estemos presenciando ahora?

    Actualmente, muchas poblaciones están sumidas en un «cambio mental global», pero no son conscientes de ello; no están al tanto del conjunto de procesos que tratan de instalar un nuevo «chip de pensamiento paradigmático» basado en el eslogan de la «nueva normalidad». Pero, como en todos los momentos de transición, las cosas pueden ir en más de una dirección. Amén de una solidificación o cristalización en una nueva mentalidad, también puede haber una «re-calibración» en una nueva fase inesperada. Este momento global de perturbación y fragmentación psicológica a través del des-condicionamiento también puede convertirse en un nuevo estado mental y perceptivo. Este proceso de des-estratificación, o despojamiento, puede llevar a las personas a replegarse hacia su ser esencial; incluso, en lugar de que se instale un nuevo programa, o narrativa, también puede desencadenar un «momento de salto» hacia patrones de consciencia completamente nuevos e imprevistos. Yo sostengo que ahora nos estamos moviendo hacia un monumental «momento de elección» y puede que nos veamos obligados a preguntarnos: ¿qué significa ser humano?

    Este libro es un examen de los procesos que se están desarrollando precisamente ahora por todo el mundo y que intentan influir en la realidad humana colectiva. Os invito a que me acompañéis en este recorrido. Para empezar, deberíamos comenzar por ver cómo nuestra realidad consensuada se ha derrumbado. Allá vamos…

    PRIMERA PARTE

    El colapso del consenso

    UNO

    Un colapso del consenso

    sobre la realidad

    «La falsa claridad es solo otro nombre para el mito».

    ADORNO & HORKHEIMER,

    Dialéctica de la Ilustración

    «La realidad consensuada es la última sociedad secreta. Es una sociedad tan secreta que incluso sus miembros no son conscientes de su existencia».

    JASON HORSLEY

    El año 2020 pasará a los libros de historia como un año inolvidable. Fue el año en el que todo cambió. Podemos decir con seguridad que ha sido nuestro annus horribilis más reciente. Nadie podría haber predicho lo que iba a desarrollarse o, simplemente, cómo casi todos los aspectos de nuestras vidas iban a verse afectados. Pero los indicios estaban ahí. Desde hace varios años he estado escribiendo sobre los puntos de inflexión de la «transición» y, como muchos colegas comentaristas, todos sentíamos que algo estaba llegando, solo que no estábamos seguros de cómo lo haría.

    En diciembre de 2019, el editor de una revista australiana[2] me pidió que escribiese un breve comentario sobre el año 2020. Se esperaba que ofreciese mis especulaciones (predicciones) sobre lo que consideraba que podría ser el panorama durante los siguientes doce meses. Escribí mi artículo y se lo envié por correo electrónico en diciembre, a tiempo para el número de enero de 2020. Se tituló: «2020, el año que comienza: un colapso del consenso sobre la realidad». Por alguna razón, al reflexionar sobre el año venidero, me llegó la noción de un «colapso de la realidad consensuada». Empecé el breve ensayo diciendo que durante 2020, el año que comienza, proseguirá un proceso ya iniciado y que vemos desplegarse a nuestro alrededor por todo el globo. Decía que muchos de nosotros nos preguntamos: «¿Se ha roto la realidad?». Y concluía diciendo: «Casi se diría que sí».

    Desde hace muchos años, nuestro sentido de la realidad colectiva se ha ido retirando gradualmente al abrigo de un espectáculo de pseudoeventos, noticias falsas, publicidad comercial extremada (por ejemplo, los «Black Fridays»), y toda una serie de fenómenos superficiales que crean una fachada reluciente de ensueño. Como parte de este colapso de la realidad, los signos y las señales que hace tiempo nos servían como guías están perdiendo su significado y haciéndose indistinguibles de las falsas realidades. Como expresaba tan acertadamente el sociólogo Jean Baudrillard: La atracción del vacío es irresistible; ese vacío creciente que ha atraído a tantos y continúa haciéndolo. Lo cual sugiere que un colapso de nuestro consenso sobre la realidad está en marcha, es la aceleración del vacío.

    Los «objetos» o los valores por los que hemos intentado vivir o que perseguimos, tales como el poder, la verdad, la comprensión, los sueños, el trabajo, el amor y todo

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